Leonardo Rafael Castro Solis

Tratado de Eclesiología
Pbro. Lic. Marcos Montealvo V.

Hacer eclesiología hoy

En mi punto de vista y reflexión considero que el autor parte de estas ideas para formular su
reflexión, continúa haciendo énfasis en la identidad y pertenencia de la Iglesia, el rumbo de la
Iglesia en cuanto a su misión, la realidad que se enfrenta como Iglesia “encrucijadas”, partiendo
desde la historicidad en lo concilios previos al concilio Vaticano II, todo ello para formular la
idea de una Iglesia del futuro.

Como bien puedo entender, la Iglesia ha asumido en la historia una estructura y fundamentos que
han hecho que sea lo que es actualmente, partiendo de lo que en un principio fue la finalidad en
su ser y quehacer. Es interesante el hecho de enfrentarse a la Iglesia en cuanto a un término o una
definición, que en lo personal ha causado grandes cuestionamientos al momento de abordar la
identidad y pertenencia de la persona a esta realidad viva y existencial, más allá de solamente una
idea. Esto ha lo largo de la historia ha provocado que tengamos en nuestras comunidades
“creyentes” pero sin pertenencia ni identidad eclesial, por lo tanto, no se puede hablar de
comunión, pero, me pregunto ¿A qué se debe esta realidad?

El autor me da una pauta para responder a esta pregunta cuando habla de las “encrucijadas”, ya
que, es una realidad latente en la actualidad a pesar de que ha sido una realidad abordada en los
mismos concilios y que pareciera que hoy en día sigue desatendiéndose estos puntos. Ante ello,
considero que se ha perdido el sentido de la historia para hacer frente a esta realidad eclesial más
allá de definir términos eclesiológicos, sino de una Iglesia que actúe ante una realidad especifica
como la vemos hoy en día, es decir una Iglesia que se identifica y se hace parte de su ser y
quehacer, que va dando rumbo ante los desafíos pastorales por medio de la misión eclesial
universal, teniendo en cuenta el sentido de comunión entre el Clero y los Laicos, y así mismo
poder hablar de una Iglesia del futuro que tiene como esencia el mensaje de Salvación desde el
Evangelio, teniendo como instrumento una doctrina que se fundamente en la Teología de la
Iglesia capaz de formular y reflexionar lo que implica el creer como una fuente viva para el
devenir de la Iglesia no solo partiendo de la historia, sino situándola en la Historia de la
Salvación como punto de referencia de la Eclesiología.