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INDICE

INTRODUCCIÓN.......................................................................................................1

BIBLIOGRAFIA DE JEAN-JACQUES ROUSSEAU..................................................2

LA OBRA “EL CONTRATO SOCIAL DE JEAN-JACQUES ROUSSEAU”................4

ARGUMENTACIÓN DE LA OBRA............................................................................4

TEMAS IMPORTANTES:..........................................................................................5

IDEAS POLÉMICAS:.................................................................................................6

ANÁLISIS DE LOS CAPÍTULOS...............................................................................7

CONCLUSIÓN.........................................................................................................12

BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................13
INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo estaré realizando un análisis sobre contrato social de


Rousseau, aquí veremos como esta obra literaria se desarrolló y cuáles fueron sus
objetivos.

Rousseau en su obra el contrato social plantea que la sociedad no es obra de


Dios, sino resultado de la voluntad del hombre; así como también dice que el
problema está en conciliar la obediencia, el orden y la autoridad con la libertad
inalienable de los individuos.

Según el Contrato el individuo no se somete a nadie en particular, pues el


contratante no enajena sus derechos en favor de otros individuos, sino en favor de
la comunidad, esto es, de la voluntad general.

El contrato Social es una de las obras que más influencia han ejercido en el
terreno de la teoría y la práctica política del mundo moderno.

En el presente trabajo vamos a conocer que plantea Rousseau en cuanto al


Estado, el aspecto social, político en su obra El Contrato Social. Para lograr los
objetivos utilizaremos el método bibliográfico.

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BIBLIOGRAFIA DE JEAN-JACQUES ROUSSEAU

Nació en Ginebra (Suiza) el 28 de junio 1712. Hijo


de un relojero y nieto de un pastor calvinista, su
madre murió a los pocos días de su nacimiento.
Escribe él en sus confesiones que su infancia no
fue la propia de un niño.

Rousseau estando en París, se reúne con la


baronesa de Warens en Chambéry, con quien
vivirá lo que para él sería el único breve período
de felicidad en toda su vida. Rousseau fue un
autodidacta, todo lo aprendió por si misma según
escribió en sus confesiones.

En 1749 cuando visitó a Diderot en la cárcel, experimentó una iluminación


semejante a la de Pascal, cuando leyó en el "Mercure de France" que la academia
de Dijon anunciaba un concurso de ensayos con el tema: Ha contribuido el
progreso de las ciencias y de las artes a la purificación de las costumbres. Aquí le
aparece a Rousseau un contraste entre la bondad natural del hombre y la falsedad
de la sociedad y la civilización. Contestó de forma negativa a la pregunta. Discursó
sobre el contraste entre los pueblos antiguos y los modernos. Pensaba que los
primeros eran virtuosos a causa de su ignorancia y la rudeza de sus costumbres,
mientras que los segundos eran tan sutilmente refinados que no podían evitar la
corrupción.

Rousseau otorgaba poca importancia a las cuestiones de culto y a todo los demás
problemas que entonces dividían a las confesiones cristiana.

El primero de sus escritos de este período fue el Discurso sobre el "origen de la


desigualdad entre los hombres". Voltaire escribía a Rousseau, no se puede pintar
con colores más vivos los horrores de la sociedad humana, de la que tanto
consuelo se prometen nuestra ignorancia y nuestra debilidad.

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Escribió La Nueva Eloísa, alcanzando en Paris un éxito extraordinario, escribió
además su carta a d, Alembert sobre los espectáculos, contenía el proyecto
elemental de una sociología de las diversiones, considerándola en relación con la
sociedad a que están destinadas.

Rousseau dirige entonces su atención a dos grandes proyectos: el Emilio, en que


iba a presentar sus concepciones educativas, y las Instituciones políticas, esta es
el tratado que lleva por título El Contrato Social o Principios de Derechos políticos,
estas obras son clásicos de la pedagogía y la ciencia política.

En 1749 redacta su primera obra, da su discurso sobre "las artes y las ciencias",
da brillantes ideas y que da conocido como una figura intelectual.

En 1752 logra nuevos valores en cuanto la ópera, quedo plasmado con su obra "El
Adivino de La Aldea".

En 1753 es llamado nuevamente por la academia Dijon para un discurso sobre el


"el origen de la desigualdad de los hombres", esta coyuntura lo llevo a plasmar
profundidad en su obra cumbre "El Contrato Social", que luego fue publicada en
1762. Esta establece una fórmula que no hay antagonismo entre la ley y la
libertad, consiste en asociarlas.

En 1770 le permitieron ingresar a Paris donde termino su obra "Confesiones",


donde plasma todo su pasado y encuentra un alivio a y sentido a su vida.

En 1778 sin saber que solo 11 años más tarde, las ideas anunciadas en su
contrato servirían para proclamar la revolución de la libertad, la igualdad y la
fraternidad, Rousseau muere de u ataque de trombosis en Ermenonville . En 1782,
fue publicada póstumamente su obra "Ensoñaciones del paseante solitario". Es su
último testamento donde el autor plasma las maravillas que ofrece la naturaleza.

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LA OBRA “EL CONTRATO SOCIAL DE JEAN-JACQUES ROUSSEAU”

La obra denominada el contrato social de Juan Jacobo Rousseau, es una de las


obras políticas más interesantes que se hallan escrito, porque analiza de forma
profunda el concepto de la libertad, los deberes, derechos y garantías que la
sociedad debe ofrecerle a los ciudadanos que forman parte del contrato político y
jurídico que establecen los organismos Estatales.

Sin embargo, solo estudiare el libro I de la presente obra, ya que este último
aborda la cuestión del nacimiento en relación al estado de naturaleza y el gobierno
Estatal, el fundamento familiar para la construcción de la asociación política, las
consecuencias nefastas de la esclavitud y las decisiones del pueblo soberano que
puede seleccionar la voluntad general que guiara el destino de la nación.

ARGUMENTACIÓN DE LA OBRA

La esencia de la teoría del Contrato Social, es la siguiente: para vivir en sociedad,


los seres humanos acuerdan un contrato social sobrentendido, el cual les otorga
ciertos derechos a cambio de abandonar la libertad de la que dispondrían en
estado de naturaleza; siendo de esta manera, los derechos y deberes de los
individuos los que constituyen las cláusulas del contrato social, y es así que se
crea el Estado para hacer cumplir el contrato. Rousseau, al comenzar el libro
señala: " El hombre ha nacido libre, y sin embargo, vive en todas partes entre
cadenas". Este comienzo ya nos da un panorama de sus ideas, a mi parecer;
ideas revolucionarias y democráticas basadas en la voluntad de las mayorías;
producidas por el contexto de su época. Rousseau fue el primer pensador de su
tiempo en abordar la problemática social; comprendió que solo es el pueblo quien
puede decidir acerca de su destino, por lo tanto este es el soberano.

Se trata, de una nueva modalidad de contrato social que devuelva al hombre su


estado 'natural' sin que por ello deba dejar de pertenecer a una comunidad. No es,
un contrato entre individuos, ni de los individuos con un gobernante; es un pacto
de la comunidad con el individuo y del individuo con la comunidad. Cada uno de
los asociados se une a todos y a ninguno en particular.

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Este pacto, crea la voluntad general que ni es arbitraria ni se confunde con las con
la suma de las voluntades egoístas, de las voluntades individuales de los
particulares. Entonces aparece el concepto de soberanía, el soberano es la
voluntad general, la cual es inalienable (no se delega, el gobierno es un ejecutor
de la ley que emana de la voluntad general, y puede ser siempre substituido), es
indivisible (no hay división de poderes).

Rousseau tiende a establecer de este modo simultáneamente, la soberanía


popular y la libertad individual. Porque, al hacer contrato con la comunidad, cada
individuo está realizando también un contrato con sí mismo, en tanto que al
obedecer a la "voluntad general", está siguiendo su propia voluntad. También
incorpora personajes como el pueblo, la sociedad, el gobierno, las leyes, y el
orden civil.

TEMAS IMPORTANTES:

Realidad ambiental moral, cultural, con referencia al espacio y tiempo:

En la República de Platón (alrededor del año 360 a. C.) Glaucón sugiere que la
justicia es un 'pacto' entre egoístas racionales, mientras que Cicerón (106-43 a.
C.) sitúa una teoría similar a finales del período de la República Romana. El primer
filósofo moderno que articuló una teoría contractualista detallada fue Thomas
Hobbes (1588-1679), con su opinión de que los hombres en el estado de
naturaleza cedían sus derechos individuales a un soberano fuerte a cambio de
protección. John Locke (1632-1704) también planteó una teoría contractual. A
diferencia de Hobbes, Locke creía que cada hombre hacía un contrato con los
demás para un determinado tipo de gobierno, pero que se podía modificar o
incluso abolir el gobierno.

Rousseau nos muestra otra teoría, en la cual; para vivir en sociedad, los seres
humanos acuerdan un contrato social implícito, que les otorga ciertos derechos a
cambio de abandonar la libertad de la que dispondrían en estado de naturaleza.

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IDEAS POLÉMICAS:

 Del Derecho De Mas Fuerte: "... la fuerza no hace el derecho, y que no


está obligado a obedecer sino a los poderes legítimos."
 De La Esclavitud: "Puesto que no hay hombre que tenga autoridad natural
sobre su semejante, y puesto que la fuerza no produce derecho alguno,
quedan solamente las convenciones como base de toda autoridad legítima
entre los hombres."
 Del Soberano: "... el soberano... no respondería nada de los compromisos
de éstos (los súbditos), si no tuviera los medios de asegurarse su fidelidad."
"...tal es la condición que, dando cada ciudadano a la patria (la fuerza), le
garantiza de toda dependencia personal; esta condición es la que forma el
artificio y juego de la máquina política, y es la única por la cual son
legítimos los compromisos civiles, que sin ella resultarían absurdos,
tiránicos y sujetos a los más enormes abusos."
 Del Estado Civil: "lo que pierde el hombre por el contrato social es su
libertad natural y un derecho ilimitado a todo lo que intenta y puede
alcanzar; lo que gana en él mismo es la libertad civil y la propiedad a todo lo
que posee." "...podríamos añadir la adquisición del Estado civil y la libertad
moral, que sólo hace al hombre verdaderamente dueño de sí; porque la
impulsión del solo apetito es esclavitud, y la obediencia a la ley que se ha
prescrito uno así mismo es libertad."
 De La Ley: "Es, pues necesario que haya contratos y leyes para unir los
derechos a los deberes y conducir la justicia a su objeto." "Las leyes no son
realmente sino las condiciones de la asociación civil. El pueblo sumiso a las
leyes debe ser el autor de las mismas;..."
 Del Pueblo: "Los hombres son los que forman el Estado, pero la tierra es la
que nutre a los hombre;..." "De dos maneras puede medirse un cuerpo
político: por la extensión del territorio y por el número de habitantes;..."
 De la Democracia: "Un gobierno tan perfecto no es propio de hombres."

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En el Contrato Social los principales problemas que toma el autor, son de la
organización Social, El estado de Gobierno y la voluntad general como hecho de
respeto dentro de una comunidad. También aborda el concepto de Sociedad Civil
como una condición política basada en un esquema económico, técnico y político
en cual según el esquema del autor recae en la república.

Plantea, entre otros; la necesidad de regresar a las pequeñas agrupaciones


sociales, es decir, reclama el regreso a la Ciudad-Estado; ya que consideraba que
el pueblo soberano no puede estar representado, que no puede delegar su
autoridad ni sus derechos a gobernarse. El pueblo debe gobernar por sí mismo y
directamente y, como supone que tal cosa sólo puede lograrse en una sociedad lo
bastante pequeña para que todo el pueblo pueda concurrir a la Asamblea, vuelve
otra vez a la Ciudad-Estado como la única forma en que los términos del contrato
social pueden ser cumplidos.

ANÁLISIS DE LOS CAPÍTULOS

Libro I: Capítulos 1 – 3 y 6 – 8

El ensayo comienza con una frase absolutamente rompedora (y revolucionaria


para su época): “El hombre ha nacido libre, y por doquiera está encadenado”.
Rousseau parte de la base de que la libertad es un concepto, ya no solo natural,
sino inalienable, por eso cualquier relación basada en el dominio de unos hombres
sobre otros sería ilegitima para el ginebrino.

El Contrato Social parte de que la dominación se suele sustentar, al menos en sus


inicios, en la fuerza y una vez ésta se consolida se trata de transformar en derecho
para buscar su perpetuación. Empero, este derecho es contradictorio, o inestable,
en el sentido que el único motivo por el que obedecen los demás es porque temen
la fuerza del jefe, así que si apareciera otra fuerza superior a ésta ya no
encontrarían sentido para seguir obedeciendo a la primera. De modo que, no se
está hablando de derecho (u ordenamiento jurídico), sino de una relación de
dominación basada en la fuerza. De hecho, uno de los aspectos que más trabaja

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Rousseau es el de la legitimación, por lo que ésta cobra especial importancia en
las instituciones que propone.

Es vital diferenciar entre el sometimiento de una sociedad y regir una sociedad,


porque la voluntad de aquellos que someten a los demás será siempre la suya
particular, por lo que no existirá cuerpo político alguno que pueda guiarse bajo las
directrices de una voluntad general. De esa manera, ya explicada la necesidad de
asociación entre los hombres para poder darse un buen gobierno, se llega al
capítulo VI del libro I. Dicho capítulo se encarga de explicar los principios básicos
por los que se debe constituir el Contrato Social.

Libro II: Capítulos 1 – 12

Rousseau plasma con precisión un principio básico de su gobierno en la siguiente


frase: “sólo la voluntad general puede dirigir las fuerzas del Estado según el fin de
su institución, que es el bien común”. Es ese acuerdo, de todos, el principio que
debe regir la acción del Estado. Un Estado, en donde la meta debe ser el bien
común, no el particular, ni la realización individual, lo que al fin y al cabo derivaría
en diferencias.

El ejercicio de esta voluntad, es decir la soberanía, no podrá ser nunca enajenada,


en tanto en cuanto que es el pilar fundamental sobre el que se sostiene la
sociedad. Del mismo modo, como dicha soberanía es general y corresponde a un
cuerpo único, conformado por la totalidad de las voluntades encarnadas en una
común, es además indivisible. Esta voluntad general de la que habla Rousseau
siempre debería perseguir la utilidad pública. Sin embargo, el pueblo puede ser
engañado, y a través de artimañas podría adoptar decisiones que le perjudicara,
ya que es obvio que de otra manera no lo haría. El motivo del engaño podría
responder a intereses egoístas o sectarios de pequeños grupúsculos o camarillas
de gente que solo aspiraría a su propio beneficio. Porque es prioritario distinguir
entre la voluntad general (el interés de la sociedad en su conjunto) y la voluntad de
todos (una mera suma de voluntades individuales).

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En el momento en que aparecen pequeños grupos que abogan por defender sus
propios intereses, afirma Rousseau que ya no habrá tantos votantes como
hombres, sino como asociaciones que se hayan constituido. Es inevitable aquí
resaltar el siniestro paralelismo con los actuales partidos políticos, que tienen unos
intereses, en muchas ocasiones, separados del resto del electorado. Así en las
instituciones del Estado que quedan copadas por dichos partidos no se
representan más que a ellos mismos. El mayor peligro es que una de estas
asociaciones llegue a tener un tamaño considerable, y pueda imponerse sobre las
demás. En ese momento se estaría hablando de la imposición de una voluntad
única, ajena a la general.

El pacto social requiere, por tanto, de una soberanía, que es inalienable e


indivisible y que tiene un poder absoluto sobre las personas que conforman el
cuerpo político. No obstante, Rousseau, por supuesto, atiende a las diferentes
sensibilidades personales que pueden existir en la sociedad, y no se olvida de que
son personas privadas e independientes quienes conforman la comunidad. Motivo
por el cual, se aclara que la comunidad solo se apropia de lo que le es útil para
todos, es decir únicamente exigirá a sus ciudadanos un esfuerzo basado en la
razón pública y en ningún caso debería sobrecargarlos con deberes inútiles. Para
que se precepto se cumpla adecuadamente, se hará necesario la existencia de
legislación al respecto.

Libro III: Capítulos 1 – 4 y 11 – 18

El Libro III comienza distinguiendo en el propio cuerpo político una fuerza y una
voluntad. La fuerza se hallaría encarnada en el poder legislativo, que pertenecería
al pueblo como ya se ha visto, y el poder ejecutivo, que no debe recaer sobre
quien ostenta el poder legislativo, consiste únicamente en actos particulares.

Por tanto, será necesario que la voluntad general, de la que emanaron las
directrices, sea ahora ayudada a alcanzar su fin supremo mediante un cuerpo
intermediario al que le correspondan la ejecución de las leyes, así como otros
menesteres complementarios. Los miembros de este cuerpo recibirían el nombre

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de Magistrados y el cuerpo el de Príncipe. Empero, sus miembros, no deben
olvidar que serán oficiales del poder soberano, y que pueden ser retirados cuando
él mismo plazca, ya que el derecho en ningún caso se halla enajenado. El
gobierno se encarga de dar las órdenes al pueblo, que previamente ha recibido del
soberano.

Pero, para encontrar el mejor gobierno para cada pueblo se deben tener en cuenta
un número determinado de variables. Por ejemplo, cuanto mayor es el pueblo, el
gobierno debe ser más fuerte (no necesariamente más numeroso) para poder
ejercer un mejor control. No obstante, Rousseau destaca que cada gobierno
puede ser bueno para un determinado tipo de pueblo.

Por tanto, el gobierno es entendido “como un nuevo cuerpo en el Estado, distinto


del pueblo y del soberano, e intermediario entre uno y otro”. Sin embargo, si el
gobierno (el Príncipe como cuerpo) consiguiera obtener un poder semejante al del
soberano, y de este modo pugnar por establecer su voluntad particular, dicho
cuerpo político debería desaparecer.

Libro IV: Capítulos 1 – 3

Este libro parte de la premisa de que la voluntad general (principio básico de la


teoría normativa de Rousseau) es indestructible. Se vuelve a referir a ella como la
que nace de un único cuerpo formado por varios hombres reunidos, por lo que
conforman una voluntad única. De este modo, el Estado funciona con soltura, sin
embargo si ese vínculo social que conforma una única voluntad (general) se
deteriora y afloran en su seno varias voluntades particulares (individualistas e
egoístas) se ira fraguando el fin del Estado. No obstante, defiende Rousseau, la
voluntad general sobrevive, solo que entonces se hallaría subordinada a las
individuales, y es en ese momento cuando se aprecia que nunca los ciudadanos
se podrán separar totalmente de la voluntad general.

La voluntad general será más dominante cuanto más unanimidad haya en las
decisiones que se adopten, sin embargo no cabe olvidar que otro tipo de
unanimidad se da por motivo contrario, cuando los ciudadanos pierden la voluntad

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a causa de la servidumbre. Por ello es necesario establecer un justo sistema de
recuento de votos. Exigiéndose solo la unanimidad en el caso del pacto social que
da lugar al Estado. Fuera de éste el voto de la mayoría obligaría a la minoría, sin
embargo el voto en contra no quiere decir en realidad que alguien no consienta
esa ley en concreto, porque lo que se vota es si esa ley es conforme a la voluntad
general, de modo que si el resultado es positivo, esa ley también beneficiará a
quien votó en contra, solo que no era plenamente consciente. Por otra parte,
cuanto más importante sea el asunto a tratar, mayor número de votos serían
necesarios para su aprobación.

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CONCLUSIÓN

Al finalizar este análisis pude comprender que A pesar de lo antiguo del libro, esta
describe muy exactamente sobre los asuntos políticos, el momento mundial en
que vivimos, está en esta disyuntiva de que si realmente el avance de la ciencia
nos ha llevado a mejorar nuestro status de vida, ¿hemos evolucionado realmente?
O hemos involucionado. Asunto que ya Rousseau se adelantó en decir que todo
sistema de gobierno no es el adecuado para ningún pueblo, ya que éste solo
busca el interés propio, el interés egoísta y no para lo que se constituyen los
Estados modernos, que es el lograr el bien común de todos.

A pesar de que esta obra es del siglo XVI describe de manera tan acertada los
temas políticos, sociales y de estados que muchos de ellos son aplicables a los
tiempos actuales.

En el Contrato Social, las ideas de Rousseau tenían un claro carácter subversivo,


atentaba contra las monarquías absolutas imperantes en Europa.

Nadie puede ser sometido a una autoridad cualquiera que sea, la ley obtiene su
carácter obligatorio del pacto social. Admitir que una voluntad particular puede
obligar a los ciudadanos, es someterlos a la voluntad, al dominio del otro hombre.

La visión rousseauniana del origen del poder constituye una culminación en el


aspecto humanístico renacentista, pues desenmascara el carácter ideológico de la
consideración tradicional de que todo poder proviene de Dios.

El sujeto de la soberanía es siempre el pueblo soberano a quienes esta encarga la


ejecución de las leyes y el mantenimiento de la libertad, tanto civil como política.
Los individuos, al pasar al estado civil, no hacen cesión de sus derechos, ni
abandonan su libertad. El único orden social legítimo es un estado parlamentario y
liberal.

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BIBLIOGRAFÍA

Rousseau, Jean Jacques. El Contrato Soial, Madrid, España. Edimat Libros, S. A.

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