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16.2.

Los órganos centrales: la diplomacia directa


Aunque los Estados son libres de señalar en su Derecho interno cuáles son los órganos
competentes para gestionar sus relaciones internacionales, los órganos que cumplen funciones
de especial relevancia internacional suelen coincidir en la mayoría de los Estados. De ellos, los
principales son el Jefe del Estado, el Jefe del Gobierno, el Ministro de Asuntos Exteriores y los
Agentes diplomáticos y consulares.
Estos órganos del sujeto internacional, como por ejemplo el Jefe del Estado, tienen origen y
carácter internos, pero no sólo ejercen funciones internas, sino también internacionales, por lo
que se ha podido hablar de la existencia de un “desdoblamiento funcional”.
La duplicidad de sus funciones, generalmente internas e internacionales a la vez, plantea el
problema de hasta qué punto tales funciones están reglamentadas por el Derecho interno o el
internacional. En principio corresponde al Derecho interno determinar cuáles son los órganos y
las personas que, mediante una relación orgánica, tiene la facultad de actuar en su nombre y
cuáles son sus competencias respectivas, pero, por su parte, también el Derecho internacional
reconoce cuáles son los individuos o los grupos de ellos que tienen la condición de órganos de
los sujetos internacionales y la facultad de hacer manifestaciones de voluntad que le sean
imputables y regula su condición internacional.
2.1. El Jefe del Estado y el Jefe de Gobierno
El Jefe del Estado es el órgano de superior categoría política y administrativa del Estado.
Competencias en el Derecho interno. Corresponde al Derecho interno establecer el
procedimiento de designación y las competencias del Jefe del Estado y del Jefe del Gobierno,
incluso respecto de las relaciones internacionales.
En líneas generales, las competencias del Jefe del Estado en el plano internacional consisten en
la alta dirección de la política exterior, la ratificación o la adhesión a los Tratados, poder de
declarar la guerra y de concluir la paz, la facultad de enviar y recibir agentes diplomáticos y
nombrar los consulares, así como el de conceder el exequátur a los cónsules extranjeros. En
general, corresponde al Jefe del Estado la competencia de declarar la voluntad del Estado
respecto de los otros Estados, aunque la competencia para formar la referida voluntad le es
atribuida generalmente por los ordenamientos internos en colaboración con otros órganos del
Estado, como el Gobierno y las Cortes.
En los regímenes dualistas, la dirección y coordinación de la acción política del país, en la que
queda incluida la política exterior, son competencia del Jefe de Gobierno, que, en consecuencia,
es el superior jerárquico del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Competencias en el Derecho internacional. La Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados de 1969 incluye al Jefe del Estado, junto al Jefe de Gobierno y al Ministro de Asuntos
Exteriores, entre los órganos que, en virtud de sus funciones, se consideran que vinculan a su
Estado en materia de tratados sin tener que presentar plenos poderes.
Cuando el Jefe del Estado o el Jefe de Gobierno visitan un Estado extranjero gozan
internacionalmente de un status privilegiado, necesario para ejercer de forma independiente sus
funciones. Estos privilegios e inmunidades están contenidos exclusivamente en normas
consuetudinarias y, entre ellos, podemos citar los siguientes:
Respecto a su inviolabilidad personal. Están exentos de cualquier medida coercitiva, que se
extiende a sus familias y séquitos y a sus residencias, propiedades, equipaje y correspondencia.
La inmunidad de jurisdicción penal. Se concreta en que no cabe arrestarlos ni citarlos siquiera
ante un Tribunal. La inmunidad abarca incluso a la jurisdicción de simple policía y no puede ser
objeto de multas.
Privilegios específicos al Jefe del Estado. Se le otorgan otros privilegios tales como la
exoneración de impuestos personales, de consumo y similares, como los aduaneros, ya que le
está permitido importar todos los objetos que necesite para su estancia, recepciones, regalos, etc.
sin pago de tasas. Igualmente tiene la posibilidad de ejercer en el extranjero las funciones
propias de su cargo y tomar decisiones que tengan repercusión fuera del territorio del Estado
visitado.
2.2. El Ministro de Asuntos Exteriores
Al igual que hemos visto con el Jefe del Estado y el Jefe del Gobierno, sus funciones
y status están regulados tanto por normas de Derecho interno como por normas de Derecho
Internacional.
Competencias de Derecho interno. El Ministro de Asuntos Exteriores, bajo la dependencia del
Jefe del Estado o del Gobierno, dirige el Ministerio de Asuntos Exteriores y la rama
administrativa que lleva a cabo la política exterior y se encuentra al frente de la diplomacia de
su país. El Ministerio de Asuntos Exteriores existe bajo diversos nombres en todos los Estados
modernos.
Corresponde al Derecho interno la reglamentación de sus funciones y la organización de su
Ministerio. El Derecho interno le concede competencia para hacer declaraciones de voluntad en
nombre del Estado en el campo de las relaciones exteriores.
Las funciones del Ministro de Asuntos Exteriores implican dos consecuencias:
Que le corresponda garantizar la unidad de acción exterior del Estado.
Que sea el intermediario entre el Estado español y los Estados extranjeros.
Competencias de Derecho internacional. El Tribunal Permanente de Justicia Internacional ha
hecho referencia a la atribución realizada por los Derechos internos al Ministro de Asuntos
Exteriores para hacer declaraciones de voluntad en nombre del Estado en el campo de las
relaciones exteriores. De la misma forma, el Tribunal Internacional de Justicia también ha
señalado que los actos del Ministro de Asuntos Exteriores son susceptibles de obligar al Estado
que representa y ha reconocido su papel de dirección de la acción diplomática de su gobierno y
su representación en las negociaciones internacionales y reuniones intergubernamentales.
Actualmente no debe mantenerse la incertidumbre sobre los privilegios del Ministro de Asuntos
Exteriores, al menos cuando se traslada al extranjero en misión especial. El Tribunal
Internacional de Justicia reconoce al Ministro de Asuntos Exteriores un status jurídico
prácticamente equivalente a un Jefe de Gobierno, cuyas únicas diferencias estarán en el ámbito
de la cortesía.
2.3. Las delegaciones de los órganos legislativos estatales en Asambleas Parlamentarias de
Organizaciones Internacionales o en otras reuniones interparlamentarias
La generalización de la diplomacia directa se ha extendido también a los parlamentarios.
Los tratados constitutivos de algunas Organizaciones internacionales han creado Asambleas
Parlamentarias, constituidas por miembros del poder legislativo de los Estados miembros de la
Organización de que se trate.
El régimen jurídico, los privilegios y las inmunidades de estos representantes figuran
normalmente en los respectivos acuerdos de sede y acuerdos de privilegios e inmunidades.

Conclusiones
En conclusión, los principales responsables del servicio exterior del Estado y la cooperación
internacional deben ser los centros de dirección y coordinación del vasto y complejo de
servicios estatales y públicos que hoy participan en las relaciones internacionales.
https://derechouned.com/libro/internacional/3668-los-organos-centrales-la-diplomacia

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