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Fascículo Unidad 2- Sesión 1

UNIDAD 2 Género en la escuela y el rol docente

UNIDAD 2
GÉNERO EN LA ESCUELA Y EL ROL DOCENTE
SESIÓN 1: Socialización de género en la escuela y el rol
docente

Esta sesión tiene como resultado esperado comprender la


importancia de la escuela como espacio para visibilizar y
transformar situaciones de desigualdad de género desde su rol
como docente.

Para ello se desarrollarán los siguientes puntos:

2.1. La escuela como espacio de socialización de género

2.2. Importancia del rol docente en la socialización de género en la escuela

2.3. Realidades y desafíos de género en la escuela

2.3.1. Currículo con enfoque de igualdad de género

2.3.2. Estereotipos de género e impacto en aprendizajes

2.3.3. Convivencia e igualdad de género entre docentes, directivos/as y estudiantes

2.3.4. Discriminación y violencia de género en la escuela

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| ENFOQUE DE IGUALDAD DE
GÉNERO DESDE EL ROL DOCENTE

IDENTIFICA

Revisa la siguiente historia:

ANABEL VUELVE A LA ESCUELA


Anabel es una docente de educación inicial en una escuela del Perú. Acaba de regresar
de vacaciones y está retomando las actividades en el aula. Este es un extracto de una de
las actividades desarrolladas en este primer día en la escuela.

“...La segunda actividad del día es el juego libre en sectores. Como son cinco sectores,
Anabel, precisa que solo pueden ir de tres a cuatro niños y/o niñas a cada uno. Anabel
empieza por el sector del hogar, espacio al cual eligen ir tres niñas y un niño. Anabel dice:
“muy bien Benjamín, tú serás el papá”. Luego, el espacio de la biblioteca, donde van dos
niños y dos niñas. Anabel dice: “muy bien, a ver, los niños les van a leer a las niñas que
son más chiquitas”. El espacio “trabajos tranquilos” es ocupado por una niña y dos niños;
ahí jugarán con un rompecabezas. Anabel dice: “chicos, ayuden a su amiguita”. En el
espacio “construcción” se integran una niña y tres niños, ahí jugarán con bloques de
madera de diversas formas y tamaños. Anabel dice: “¡mis ingenieros!, seguro que van a
hacer casitas y puentes; tú, Anita, les ayudas”; y en el sector “ciencias” participan los dos
niños que quedaban. Anabel observa al grupo. Está feliz y piensa “qué bueno que a mis
niños y niñas les guste jugar; ellos son muy creativos y ellas muy detallistas”.

Siendo la hora del recreo, Anabel plantea, como reto, hacer competencias entre niños y
niñas, así que forma dos grupos: el grupo de las niñas se llamará “La Princesa Sofía”, y el
de niños, “Los Genios”. El concurso se concreta en pasar por laberintos con bloques de
espuma del aula y sillas de madera. Los niños y las niñas deben pasar saltando, gateando
y corriendo según las indicaciones de Anabel. Al final del juego, los niños ganaron; las
niñas demoraron más: sus faldas se atoraron en sus rodillas... Anabel pensó,
“nuevamente perdieron las niñas; es que son más pacientes y delicadas”. Luego se dirigió
a sus niños y niñas y les dijo: “muy bien, nuevamente ganaron los niños. La próxima quizás
ellas ganen”. Después prosigue y dice: “ya vamos a regresar al salón, pero antes debemos
lavarnos las manos. Ya todos saben sus responsabilidades”. Frente a la indicación,
Mariela nuevamente lleva el jabón y Anita la toalla; el resto de niños y niñas se lavan las
manos, se secan y regresan al aula.

Anabel está feliz, siente que ha hecho muchas actividades durante el día y que los niños
y las niñas han aprendido más cosas, hacen más preguntas y, sobre todo, las rutinas y
responsabilidades están siendo aprendidas y pronto se convertirán en una práctica
permanente; sin embargo, lo que sí le preocupa es que siente que los niños no respetan a
las niñas, muchas veces encuentra situaciones de conflicto en las que las interrumpen
cuando quieren jugar, les quitan sus juguetes, o les dicen “nosotros mandamos”.

Al día siguiente, Anabel se propone observar más atentamente el comportamiento y


actitud de las niñas y niños en el juego e interacciones en el aula para acompañarlos a
desarrollar relaciones más saludables e inclusivas por ello, decide realizar algunos
cambios en las consignas del juego y de las distribuciones de tareas en el aula para que
sean más colaborativas y menos competitivas. Así, en el aula de Anabel, las niñas y niños
poco a poco van intercambiando roles y juegos, reconociendo sus diferencias y
valorándose por igual.

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UNIDAD 2 Género en la escuela y el rol docente

Entonces Anabel les propone comenzar el día jugando en los diferentes sectores del aula,
serán parte de una gran comunidad y esta vez las y los niños pasarán por turnos en cada
espacio. Así, tendrán la oportunidad de estar un tiempo en todos los sectores del salón:
casa, cocina, veterinaria, construcción y jardín. Además, en cada sector habrá
indicaciones para realizar algunas tareas: cuidado, construcción, lavar, planchar y cocinar.
Esta vez, decide no hacer comentarios ni ponerle nombre a las actividades que están
realizando y más bien, observar cómo reacciona cada niño y niña en cada espacio.
Cuando observa que una niña o niño tiene alguna dificultad para jugar en uno de los
espacios, por ejemplo, en la casita, se acerca para ir descubriendo los juguetes de ese
espacio.

Al finalizar este tiempo de juego en los sectores, Anabel se toma un tiempo con el grupo
para preguntarles sobre este cambio en la actividad y qué otros juegos nuevos les
gustaría hacer, recogiendo las opiniones de niñas y niños por igual.

Adaptación del caso presentado en: Claudet y Palacios. (2017). Análisis de la práctica docente desde
el enfoque de género. Un aporte al cambio. TAREA 94. pp. 70-75

REFLEXIONA
¿Qué diferencias encuentras en la asignación de roles que
inicialmente asigna Anabel a las niñas y a los niños? ¿A qué crees
que se debe esto?
¿Por qué es importante poner atención a las actitudes y
conductas de los estudiantes durante el desarrollo de las
actividades de aprendizaje?

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| ENFOQUE DE IGUALDAD DE
GÉNERO DESDE EL ROL DOCENTE

ANALIZA

Te invitamos a revisar los siguientes contenidos:

2.1. La escuela como espacio de socialización de género

Vamos a partir desde la teoría ecológica de Bronfenbrenner (1979) (en Inchaústegui &
Olivares, 2011) para profundizar en el proceso de socialización del género y en los distintos
agentes que participan de ella. Desde una mirada ecológica, las personas nos desarrollamos
e interactuamos con el entorno y con los demás en múltiples niveles (individual, familiar,
comunitario y social) donde se producen los procesos de socialización del género. Podemos
reconocer que la socialización es un proceso bidireccional, el entorno nos influencia, pero
nosotros también influenciamos en nuestro entorno, cuestionando y cambiando mandatos y
expectativas. Es decir, es una dinámica de continua y mutua interacción.

A continuación, en el siguiente gráfico podemos ver que los agentes de socialización se


distribuyen en diferentes sistemas y que estos interactúan entre sí:

Adaptado de Papalia, Wendkos Olds, Feldman & Gross (2005 p. 36).

El proceso de socialización se encuentra impregnado por creencias y expectativas en torno


al género lo cual se evidencia en la asignación de roles y comportamientos según lo que se
considera adecuado para hombres y mujeres. Este proceso inicia desde que nacemos,
incluso desde que nos encontramos en el vientre, por ello, nos pueden parecer “naturales”

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UNIDAD 2 Género en la escuela y el rol docente

algunos roles y muchas veces no reconocemos su carácter restrictivo. Los estereotipos de


género actúan como mandatos impuestos que limitan el potencial de mujeres y hombres
impactando de manera negativa en sus proyectos de vida, en interacciones y en la expresión
de sus afectos (Tovar, 2015). Es fundamental atender cómo se presentan dichos
estereotipos y roles en el proceso de desarrollo de niñas, niños y adolescentes.

Embarazo: expectativas diferenciadas de padres y madres según el sexo.


Por ejemplo, si es niña, “ayudará a mamá en las tareas de la casa”, y si es
hombre, “seguramente acompañará a papá al trabajo”.

Primera infancia: según si se es hombre o mujer se establecen posibles


formas de crianza, interacciones y juegos basados en los estereotipos y
roles de género. Se pueden corregir comportamientos considerados “muy
masculinos” en las niñas (ej. jugar fútbol) o “muy femeninos” en los niños
(ej. jugar a cocinar) debido a que se conciben como comportamientos que
no cumplen con la expectativa de cómo deben ser las niñas y los niños.

Niñez: en la escuela, se pueden generar expectativas de maestros y


maestras relacionadas a capacidades. Se estructuran normas, valores y
hábitos que refuerzan los estereotipos de género. Por ejemplo, en el caso
presentado, la docente Anabel consideraba que las niñas necesitaban
ayuda de los niños para algunas actividades como los rompecabezas o que
son más delicadas por lo cual no les va bien en los juegos de competencia.

En la pubertad y adolescencia: en esta etapa las y los estudiantes están


construyendo su personalidad y explorando sus intereses, en este proceso
podrían integrar características o gustos que no se ajustan a la expectativa
social según si es hombre o si es mujer. Por ejemplo, en el área de
educación para el trabajo, un adolescente podría interesarse por el taller de
cocina y una adolescente podría tomar el taller de electricidad.

REFLEXIONA
¿Por qué considera importante el rol de la escuela en el proceso
de socialización de las y los estudiantes?
En el marco de la igualdad de oportunidades, ¿cómo
promueves la igualdad de género en el proceso de
socialización de tus estudiantes?

Como vimos en la unidad anterior es importante comprender la diferencia entre los


conceptos de sexo y género. El sexo es el conjunto de características físicas y biológicas que
diferencian a hombres y mujeres (MINEDU, 2020) y, el género hace referencia a una
construcción cultural que otorga roles, responsabilidades y atributos diferenciados para
mujeres y hombres. Desde que nacemos hay expectativas sobre cómo debe ser una niña o
un niño y esto responde a construcciones socioculturales, es decir, estas concepciones de

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GÉNERO DESDE EL ROL DOCENTE

ser hombre y de ser mujer no son naturales, sino que las vamos construyendo desde nuestra
cultura y sociedad. Lo que se considera aceptado o rechazado para hombres y mujeres se
designa a partir de las diferencias biológicas y, la cultura y los diferentes espacios de
socialización van influenciando los comportamientos y actitudes de las personas según su
sexo.

Así podemos reconocer que es más común


promover en los niños la libertad, las capacidades
físicas y la competitividad, mientras que en las
niñas se valora y promueve más la simpatía, la
belleza y la amabilidad. Por ejemplo, muchas veces
se llama la atención a niñas que quieren trepar
árboles o jugar fútbol, así como se busca orientar a
un niño que quiere jugar a las muñecas o cumplir
algún rol de cuidado. Estos juegos desde tan
pequeños pueden ir condicionando los gustos,
intereses e interacciones. Es común encontrar
prácticas de crianza donde a los niños se les educa para la autonomía y a las niñas para la
dependencia, esto afecta a ambos ya que a los hombres se les exige distanciamiento y
desconexión emocional y a las mujeres se les limita el poder en la toma de decisiones. Las
consecuencias de esto impactan en el desarrollo integral y el potencial de mujeres y hombres
como hemos podido evidenciar a partir de las brechas de género que revisamos en la unidad
anterior.

Este proceso de socialización se continúa en la escuela a través de los aprendizajes e


interacciones en la comunidad educativa donde se van desarrollando prácticas de
diferenciación por género. Las y los docentes también son fuentes de aprendizaje sobre el
género (Bigler, Hayes & Hamilton, 2013).

Por ejemplo, se puede esperar que una adolescente mujer sea más callada y menos
participativa en clases y que un adolescente sea más bullicioso en el aula, así como se
puede pensar que las niñas son mejores en lectura y que los niños son mejores en
matemáticas.

En el día a día de la escuela se refuerzan modelos


estereotipados o comportamientos diversos propios de
cada sujeto. Las niñas, niños y adolescentes internalizan
estos estereotipos y prejuicios y esto se ve reflejado en
distintas oportunidades de aprendizaje. Así, se condiciona
el comportamiento futuro como las elecciones de carrera y
roles en la vida adulta. En algunas actividades de la escuela
se separa a las niñas de los niños y esto puede afectar las
experiencias de juego y aprendizaje ya que se limita la
exploración y libertad, por ello, es muy importante
promover el juego mixto, la libre exploración y el
movimiento que permite que niñas y niños descubran su
potencial y disfruten junto a los demás en este proceso.

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UNIDAD 2 Género en la escuela y el rol docente

Vemos entonces que la escuela refleja valores y creencias de una sociedad, pero a la vez
puede ser un importante agente de cambio y transformación. La escuela participa en la
formación integral de niñas, niños y adolescentes, no es solo deber de las familias hacerlo,
es responsabilidad de la escuela constituirse como un espacio de cuidado y aprendizaje
integral.

Es así, que la escuela en su proceso de socialización


puede aportar en la construcción de nuevos
aprendizajes en la diversidad; es decir, deconstruir
algunos roles y estereotipos de género que generen
desigualdad y, a partir de los procesos educativos, que
responden a generar un espacio de pensamiento
crítico, brindar nuevas posturas a ser analizadas,
cuestionadas y reflexionadas, permitiendo construir
una sociedad igualitaria y justa. Esto se encuentra
sustentado en la Ley General de Educación y en el
Proyecto Educativo Nacional (PEN) al 2036 que
promueven el enfoque de igualdad de género y la
construcción de una educación justa y equitativa que
respete la diversidad de sus estudiantes y que
garantice igualdad de oportunidades.

Muchas escuelas, sobre todo en las zonas rurales de nuestro país, se vinculan de manera
directa con la organización comunitaria y local, es decir la escuela articula de manera cercana
con otros espacios de socialización además de la familia para promover el desarrollo integral
de niñas, niños y adolescentes. La escuela favorece el cuestionamiento de aprendizajes
previos, promueve nuevas interacciones y trabaja de manera colaborativa con las familias y
comunidades donde puede generar impacto positivo hacia la igualdad.

2.2. Importancia del rol docente en la socialización de género en la


escuela

Hemos visto el papel fundamental que tiene el y la docente


como acompañante de formación, de socialización y de
cuidado de las niñas, niños y adolescentes. Reflexionar
sobre el rol docente desde un enfoque de igualdad de género
significa un proceso de autoanálisis a nivel personal,
familiar, social y cultural. Este es un proceso de
descubrimiento y reconocimiento, pero también de
tensiones y dudas que nos llevan a cuestionarnos sobre
nuestra historia, sobre nuestros deseos y sobre aquellos
cambios que queremos hacer a nivel personal, como en
nuestro rol docente.

Sabemos que este rol ha cambiado en los últimos años y el docente ha dejado de ser solo un
transmisor de conocimientos, para reconocerse en su rol como mediador del aprendizaje,
guía y acompañante de sus estudiantes en su proceso de formación, en las formas de
interrelacionarse y de formar vínculos como parte de una comunidad determinada y, en su

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GÉNERO DESDE EL ROL DOCENTE

desarrollo como sujetos con ciudadanía plena. Cambia también la mirada individualista de la
educación dirigida solo al logro personal y pasa a ser una mirada comunitaria, en donde se
enfatiza en la dimensión relacional y social de las personas como parte de una comunidad o
grupo determinado, buscando propiciar una convivencia inclusiva, respetuosa y una sociedad
más justa, orientada al bien común.

Aquí nos podemos referir a las dimensiones propuestas


en el Marco de Buen Desempeño Docente: “su ejercicio
exige una actuación reflexiva, esto es, una relación
autónoma y crítica respecto del saber necesario para
actuar, y una capacidad de decidir en cada contexto.
Además, es una profesión que se realiza necesariamente
a través y dentro de una dinámica relacional, con los
estudiantes y con sus pares, un conjunto complejo de
interacciones que median el aprendizaje y el
funcionamiento de la organización escolar. También,
exige una actuación colectiva con sus pares para el
planeamiento, evaluación y reflexión pedagógica. Y es
una función éticamente comprometida. Estas son las características que la docencia
comparte con otras profesiones. Por otra parte, la docencia se distingue en particular por tres
dimensiones integradas entre sí: pedagógica, cultural y política.” (p. 10)

Al hablar del enfoque de igualdad de género, podemos observar cómo todas las dimensiones
señaladas en el Marco de Buen Desempeño Docente son fundamentales para trabajar esta
perspectiva.

Dimensiones compartidas con otras profesiones

Dimensión Favorece el desarrollo de una mirada crítica y la práctica


reflexiva autorreflexiva que permite identificar dinámicas de
desigualdad en nuestra propia práctica y en el entorno. Por
ejemplo: tener siempre una lectura crítica de la realidad con
relación a la igualdad de género, preguntarnos si en nuestro
comportamiento como docentes estamos reproduciendo o
reforzando estereotipos de género que afectan a las y los
estudiantes.

Dimensión Enfatiza que la docencia es principalmente una relación entre


relacional personas y es en ese vínculo que favorece o no el aprendizaje,
no solo de contenidos sino también de formas de relacionarse y
de convivencia entre nosotros. Por ejemplo: ¿estamos tratando
de manera diferenciada a los niños y las niñas, y a los y las
adolescentes?

Dimensión Reconoce al y a la docente como parte de una institución y


colegiada una comunidad, así, comparte sus valores y sus prácticas y
debe ser un agente activo, si es necesario, generar cambios y

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UNIDAD 2 Género en la escuela y el rol docente

aportes a nivel institucional que mejoren la convivencia.


Sabemos que somos parte de una cultura que sostiene
diversas formas de desigualdades y la escuela como actor
social importante para cambiar prácticas de desigualdad. Por
ejemplo: ¿en la escuela cuentan con espacios de trabajo entre
las y los docentes para compartir y reflexionar sobre temas
como la igualdad de oportunidades que reciben las niñas,
niños y adolescentes?

Dimensión Que incluye el respeto a los derechos de las niñas, niños y


ética adolescentes y el reconocimiento de la diversidad, a todos y
todas por igual. Es así, tarea de la escuela adaptarse a las
diferentes necesidades de las y los estudiantes para
garantizar su participación activa en la escuela. Por ejemplo:
¿se cuenta con espacios seguros y de confianza en donde las
niñas, niños y adolescentes puedan decir lo que piensan,
plantear sus necesidades y que estas sean consideradas
como parte de las decisiones de la escuela? ¿En estos
espacios está representada toda la diversidad de niñas, niños
y adolescentes?

Dimensiones específicas de la docencia

Dimensión Indica que el o la docente debe de Por ejemplo: cuando


pedagógica garantizar el aprendizaje, generar interés y preparo el contenido y
motivación en sus estudiantes, con el fin de material para la clase,
que nadie quede excluido de este proceso. ¿estoy trabajando
En este sentido, es importante revisar las temas con ejemplos
propias prácticas pedagógicas que no que despiertan el
favorecen la participación y el aprendizaje interés de niñas y niños?
para mujeres y hombres por igual. En esta ¿Utilizo imágenes con
dimensión se diferencian tres aspectos las que se pueda
fundamentales: identificar la diversidad
de las y los estudiantes?
a. El juicio pedagógico: supone tener ¿Las tareas de liderazgo
criterios —variados, son repartidas entre
multidisciplinarios e interculturales— todas y todos por igual?
que ayuden a reconocer y valorar las
diversas maneras de aprender y de
interpretar de las y los estudiantes. Es
también identificar sus demandas,
desde su ser niñas, niños,
adolescentes, ser mujeres y hombres,
ser de determinado género, cultura y
comunidad.

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GÉNERO DESDE EL ROL DOCENTE

b. El liderazgo motivacional: significa


motivar y despertar el interés por el
aprendizaje de grupos heterogéneos,
en edad, género, cultura, etc., así
como confiar en sus recursos y
capacidades para continuar y
sostener su aprendizaje.
c. La vinculación: enfatiza la dimensión
subjetiva y la importancia de generar
vínculos significativos necesarios
para el aprendizaje.

Dimensión Implica reconocer como valiosos los Por ejemplo: en la


cultural saberes propios de las y los estudiantes, dinámica en el aula
producto de su experiencia y su cultura e ¿fomento la
integrarlos a la práctica pedagógica. Es participación de niñas y
central incluir las experiencias personales niños por igual? ¿Se da
de las niñas y los niños, ya que esto espacio a las
refuerza un aprendizaje desde el afecto y la experiencias, intereses,
empatía. Esto significa, también, llevar a la ideas de todas y todos
reflexión aquellas prácticas que refuerzan los estudiantes
estereotipos de género, dificultan la fomentando un clima de
convivencia y hasta pueden generar respeto, de escucha,
situaciones de discriminación y violencia. reconocimiento y valor
Exige del rol docente formas creativas e de la diversidad?
integradas con su institución educativa.

Dimensión Refiere al rol docente y a la escuela en la Por ejemplo: ¿se dan


política formación de sujetos de derechos y espacios para
ciudadanos/as. La escuela es uno de los reflexionar sobre las
espacios centrales en la vida de las preocupaciones,
personas en donde aprendemos a necesidades, recursos y
relacionarnos, a respetar y cumplir construcción de
nuestros derechos y deberes, a respetar, propuestas que incluya
reconocer y valorar las diferencias, a a las niñas, niños y
negociar, a resolver conflictos, a tomar adolescentes
decisiones como parte de un colectivo, en reconociendo su
general aprendemos a convivir en participación en su
comunidad. Es ahí en donde, también, se comunidad educativa?
fortalecen o se transforman las formas de
mirarnos y relacionarnos como hombres y
mujeres, los roles de género, el respeto y
cuidado, la empatía, entre otros.

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UNIDAD 2 Género en la escuela y el rol docente

Todos estos cambios implican dirigir la mirada hacia la o el


docente como persona. Ser docente es solo un aspecto de
la vida de este. Hay detrás una persona con experiencias,
recursos y dificultades. Sujetos con diversas historias, una
experiencia personal y una trayectoria individual, una
historia de vínculos y relaciones con los otros y en un
momento histórico y cultural determinado, así como una
historia como estudiante durante su educación básica. En
este sentido, es fundamental el trabajo personal de
autoconocimiento, de revisión crítica y autorreflexiva, de
toma de conciencia respecto a nuestros sentimientos,
experiencias, actitudes y comportamientos, ya que todo
esto va a influir en la forma como nos relacionamos con
nuestros estudiantes.

Como vemos, nuestra experiencia personal e historia no es


fácil separarla de quiénes somos ahora y de nuestro rol
como docentes. A veces podemos darnos cuenta de estas
actitudes aprendidas y otras las llevamos tan dentro que es
difícil reconocerlas y necesitamos de un proceso de
sensibilización y un trabajo de introspección para
cambiarlas. Es necesario comenzar este proceso
preguntándonos por esos mensajes diferenciados que
hemos recibido desde niñas y niños por ser hombres y
mujeres y reflexionar respecto a cómo nos impacta en
nuestra vida personal y en nuestro rol como docentes.

Algunas preguntas como ejemplo:

Si soy hombre: cuando era niño y lloraba, ¿qué me decían las personas a mi alrededor? ¿Me
escuchaban si tenía algún problema? Ahora de grande, ¿siento que puedo llorar si algo me
afecta? ¿Pido ayuda si no me siento bien? Si veo a un niño llorar en mi escuela, ¿qué siento?,
¿qué le digo?

Si soy mujer: cuando era niña y algo me molestaba, ¿podía expresar mi molestia? ¿Qué me
decían los adultos a mi alrededor? Ahora de grande, ¿siento que puedo manifestar mi
molestia? Si veo a una niña en la escuela mostrar su molestia, ¿qué siento?, ¿qué le digo?

Tal vez estos ejemplos te han pasado a ti, o tal vez tienes otras
experiencias con relación a cómo hemos aprendido a ser hombres y
mujeres y cómo esto nos va a marcar en nuestro rol como docentes.

Transformar nuestros propios estereotipos y prejuicios, así como


nuestros aprendizajes sobre el género implica un trabajo, no siempre
fácil, que parte de nuestra propia autorreflexión y cuestionamiento.
No es un trabajo sencillo ya que a veces nos podemos encontrar con
experiencias retadoras, sin embargo, es un proceso necesario que
nos permite generar cambios positivos en nuestras vidas.

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| ENFOQUE DE IGUALDAD DE
GÉNERO DESDE EL ROL DOCENTE

Si bien este es un proceso personal, también es recomendable estar acompañada/o.


Como sugerencia puedes formar grupos en tu escuela para reflexionar sobre esto y
acompañarse. Deben ser espacios de confianza y en donde te sientas segura/o de
compartir tus experiencias.

2.3. Realidades y desafíos de género en la escuela

Es fundamental reconocer que la escuela, por acción o por omisión, aporta en la construcción
de significados que tienden a reforzar estereotipos y naturalizar desigualdades. A
continuación, detallaremos algunos aspectos relacionados con realidades y desafíos de
género en la escuela y cómo se evidencian problemáticas que pueden afectar el desarrollo
integral de niñas, niños y adolescentes (NNA).

2.3.1. Currículo con enfoque de igualdad de género

En esta sección haremos un análisis de cómo se podrían expresar desigualdades basadas


en el género en el proceso formativo de las y los estudiantes. Aquí podemos encontrar la
existencia de un currículo explícito donde se reproducen estereotipos y roles de género, que
se incorporan como “naturales” a través de los procesos de aprendizaje y, por otro lado, existe
un currículo oculto que comprende aprendizajes interiorizados en la cotidianidad de la vida
escolar a través de prácticas, rutinas, cultura y clima escolar (Tovar, 2015).

La UNESCO en su evaluación sobre el cumplimiento de los compromisos de


igualdad de género en la educación del 2018 afirma que los obstáculos más
importantes para la igualdad de género en la escuela están relacionados con
discriminaciones de género y relaciones de poder profundamente arraigadas.
Frente a ello propone que es necesario revisar los planes de estudio, materiales y
libros de texto, así como los programas de formación docente para garantizar que
no se perpetúen los estereotipos de género. (p. 59).

Dentro del currículo explícito es necesario reflexionar sobre los materiales educativos en
donde podríamos identificar los estereotipos y los roles de género. Veamos lo más
representativo:

Textos escolares e ilustraciones que reproducen roles y estereotipos de género en el


hogar, la vida cotidiana y en las profesiones, esto implica la negación de la realidad
social y la diversidad. Se presentan sin cuestionar las situaciones y contenidos de los
materiales y textos, lo cual implica la aceptación de las desigualdades.

En los textos escolares cuando se abordan los contenidos de acontecimientos


históricos se evidencia presencia principalmente de personajes masculinos. El
vocabulario y reglas gramaticales de los materiales priorizan el género masculino en
su redacción.

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UNIDAD 2 Género en la escuela y el rol docente

A nivel afectivo, en los materiales educativos, a la


mujer se le atribuye una afectividad positiva (mayor
conciencia, regulación y expresión emocional) y a
los hombres una afectividad negativa (falta de
control e insensibilidad). Ambos mensajes pueden
impactar en el bienestar de las y los estudiantes y
condicionan sus interacciones.

A nivel de las actividades y profesiones, a la mujer


se le atribuyen tareas domésticas, de crianza y de
cuidado, y a los hombres roles políticos, de
liderazgo, de deportes y aventura.

Es importante mencionar que se han incrementado los esfuerzos por generar materiales que
incorporen el enfoque de igualdad de género en los procesos de aprendizaje. Desde el
MINEDU se han logrado avances en el desarrollo de textos, contenidos e imágenes que van
confrontando estereotipos y promoviendo la igualdad, por ello es muy importante poner
atención en aquellos materiales que no logran incorporar el enfoque de igualdad de género y
reemplazarlos por aquellos que sí los incorporan.

REFLEXIONA
Observa las siguientes imágenes y responde a las preguntas de
reflexión:

Tomado de: http://repositorio.minedu.gob.pe/handle/20.500.12799/5062?show=full

¿Qué mensajes te transmiten estas imágenes? ¿Qué roles


visualizas en mujeres y hombres de las imágenes presentadas?
Cuando elaboras o preparas tus materiales a utilizar en tu
práctica docente, ¿qué criterios tomas en cuenta?
¿Por qué es importante analizar con las y los estudiantes, otros
materiales en su entorno próximo?

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| ENFOQUE DE IGUALDAD DE
GÉNERO DESDE EL ROL DOCENTE

A continuación, analizaremos algunos ejemplos de situaciones que pueden darse en la


escuela para implementar un currículo con enfoque de igualdad de género:

En las posiciones dentro del aula: en algunas escuelas se encuentra la tendencia de


distribuir por sexo los sitios en vez de una distribución mixta y se observa que en
ocasiones se coloca a una niña sentada en medio de niños porque se considera que
las niñas van a favorecer al orden y pueden ayudar a “controlar” el comportamiento de
los niños. Este tipo de acciones no considera que las niñas pueden verse afectadas en
su proceso de aprendizaje. Es fundamental considerar, en la organización de los sitios
en el aula, que sea beneficioso para las y los estudiantes por igual.

En el lenguaje que visibiliza a las niñas y mujeres: se usa de manera mayoritaria el


género masculino para nombrar al colectivo de niños y niñas. El no ser nombradas ni
visibilizadas en el lenguaje afecta la autoestima y seguridad de las niñas y
adolescentes por ello es importante seguir promoviendo un lenguaje inclusivo que
promueva la participación y protagonismo de las niñas, los niños y adolescentes;
respecto a esto se puede seguir profundizando a través de la guía “Si no me nombras,
no existo. Promoviendo el uso del lenguaje inclusivo en las entidades públicas” (MIMP,
2017).

En el uso igualitario de los espacios de la


escuela: el aprendizaje de las y los estudiantes
ocurre principalmente en el aula; sin embargo, la
escuela en su conjunto ofrece otros espacios de
interacción para el aprendizaje, como, por
ejemplo: los patios, el comedor, el jardín, la
granja, etc. En algunas escuelas se suele
observar la tendencia a que sean los niños
quienes utilizan más el patio para los deportes,
quedando para las niñas un acceso reducido de
este, explicándose con argumentos como “los
niños están más predispuestos al movimiento y
las niñas a permanecer quietas”; frente a esto
habría que preguntarse si se distribuyen los
espacios de la escuela en función a estereotipos sobre el género o es que tanto niños
y niñas podrían tener la oportunidad de utilizarlos de manera libre según su elección.
La finalidad de este análisis y reflexión es comprender que la escuela cuenta con
diversos espacios para que las y los estudiantes puedan interactuar en igualdad de
condiciones para el logro de sus aprendizajes.

En las interacciones entre docentes y estudiantes: es necesario garantizar el trato


igualitario a estudiantes y cuestionar las expectativas de aprendizaje por género:

○ En algunos casos se puede observar que las y los maestros muestran mayor
interacción con los niños que con las niñas, y ofrecen menor retroalimentación
a las niñas. Se afirma que las niñas tienen ocho veces menos contacto con los
maestros que los niños. (V. Muñoz Villalobos, 2006) Esto responde a que las
expectativas de rendimiento son más altas para los niños en cuanto a
inteligencia y capacidad de aprendizaje.

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UNIDAD 2 Género en la escuela y el rol docente

○ También, se pueden reconocer expectativas de comportamiento, a los niños se


les permite más la protesta y reclamo. Al ser más visibles acaparan más la
atención de las y los docentes en sentido positivo y negativo.

○ Muchas veces, se aceptan bromas y rumores que discriminan a niños y niñas


que no cumplen con el comportamiento y expectativa vinculada a su sexo
biológico, esto entre adultos y entre estudiantes. En las canciones, juegos,
refranes y chistes reproducen pautas sexistas.

Con las familias: en ocasiones se puede observar que en las faenas organizadas con
las familias se distribuyen roles según género, los hombres trabajan en el huerto, la
cosecha o colaboran en la recolección de materiales y las mujeres trabajan en la
preparación de comidas. Promover en las actividades familiares roles diversos y
equitativos es un buen referente para las y los estudiantes sobre la distribución
igualitaria de tareas entre mujeres y hombres para el logro de una meta común.

REFLEXIONA
A partir de lo presentado, ¿consideras que está presente el
currículo con enfoque de igualdad de género en tu escuela y
en tu práctica pedagógica?
¿Qué acciones a nivel de experiencias de aprendizaje podrías
proponer para promover la igualdad de género desde la
cotidianidad de la vida escolar?

2.3.2. Estereotipos de género e impacto en aprendizajes

No existen diferencias en las capacidades de las niñas y niños, ambos pueden obtener los
mismos resultados en lectura, escritura, matemáticas y ciencias si se brindan las condiciones
adecuadas (UNESCO, 2018), pero, lamentablemente, nos encontramos ante una realidad
distinta donde se evidencian bajos niveles de competencia en lectura en los niños y bajos
niveles de competencia en matemáticas en las niñas. Estos resultados, pueden incrementar
la probabilidad de repetición y abandono escolar temprano en los hombres y mujeres,
reduciendo su participación en educación terciaria y sus oportunidades profesionales.

La brecha de género en matemática aumenta con los años de


escolarización. En materia de logros de aprendizaje en
matemática, para cuarto año de primaria, del total de estudiantes
que alcanzaron la puntuación satisfactoria, el 54.5% fueron
hombres y el 45.5% fueron mujeres. Mientras que, para el
segundo año de secundaria, del total de estudiantes que
obtuvieron nota satisfactoria, el 56.7% fueron hombres mientras
que el 43.3% fueron mujeres (MINEDU, 2016 en PNIG 2019).

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| ENFOQUE DE IGUALDAD DE
GÉNERO DESDE EL ROL DOCENTE

Todos estos impactos en los aprendizajes pueden influir en la elección de carreras y


proyectos de vida de las y los estudiantes. A partir de esto, es muy importante que nuestras
prácticas pedagógicas promuevan los intereses de las y los estudiantes sin importar el
género, que el gusto y disfrute de las matemáticas y de la lectura se vea impactado por el
buen manejo metodológico y didáctico de cada docente en sus espacios de enseñanza para
posibilitar la estimulación de cada estudiante en su experiencia de aprendizaje.

Te presentamos algunos datos relevantes sobre la elección de carreras que arrojó la


Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) en el 2017 (en MIMP, 2019):

Carreras universitarias: la carrera de educación a lo largo de los últimos años ha sido


la más elegida por las mujeres (19.8%), teniendo una participación que duplica a la
de los hombres (9.6%). En cambio, la carrera de ingeniería tiene mayor preferencia
entre los hombres. Así, en el 2017, el 30% de los hombres eligió esta carrera frente al
8.6% de mujeres. El 7.6% de las mujeres estudian enfermería, en comparación con el
1.9% de hombres, mientras que la carrera de psicología es estudiada por el 9.4% de
las mujeres y el 5.3% de los hombres.

Carreras no universitarias: entre carreras técnicas o profesiones no universitarias de


mayor preferencia para la población femenina están las relacionadas a ciencias de la
salud (24.2%), educación (17.3%), secretariado (11.4%), relacionadas a ciencias
sociales y económicas (10.1%), administración de empresas (9.1%) e informática
(8.7%). En tanto, en la población masculina, las carreras preferidas fueron aquellas
relacionadas con ingeniería (39.6%), informática (12.5%), educación (11.1%) y
administración de empresas (9%).

A partir de estos datos vemos cómo las expectativas en


los aprendizajes vinculadas a los estereotipos de
género impactan de manera negativa y directa en la
elección de un proyecto de vida y, a partir de ello, se van
consolidando mecanismos de reproducción de
desigualdades y falta de oportunidades donde,
principalmente, es la mujer quien queda en situación de
desventaja. Las niñas tienen menores expectativas
sobre sí mismas en la escuela y fuera de la escuela
piensan que su futuro consiste primariamente en ser
esposas y madres (V. Muñoz Villalobos, 2006) debido a
los estereotipos y roles de género que han interiorizado.
Sin embargo, podemos cambiar la mirada y, a partir de
las expectativas en los aprendizajes, se pueden
promover iguales capacidades para que mujeres y
hombres tengan las mismas oportunidades en cuanto
a sus proyectos de vida y estudios, a fin de evitar
desigualdades.

Por ello, la escuela cumple un rol fundamental y es responsable de ayudar a romper la cadena
de desigualdad y discriminación analizando de forma crítica y valorativa los estereotipos y
roles de género, así como los sistemas de distribución desigual de responsabilidades entre

17
UNIDAD 2 Género en la escuela y el rol docente

hombres y mujeres. Este proceso implica la articulación


intersectorial en el diseño de acciones y cumplimiento de
normativas que permitan consolidar la igualdad de género
en la diversidad de espacios formativos y de crianza. Por
ejemplo, los lineamientos estratégicos para la prevención de
la violencia de género contra las mujeres incluye un
lineamiento asociado al objetivo prioritario número 6 del
Plan Nacional de Igualdad de Género (PNIG) que implica
reducir la incidencia de los patrones socioculturales
discriminatorios y dentro de ello se considera: desarrollar
competencias específicas y fortalecimiento de las
capacidades para el logro de la igualdad de género en las y
los estudiantes de educación básica (MIMP, 2021).

Esto implica que las y los docentes puedan generar reflexión crítica sobre los roles
tradicionales y los estereotipos de género para disminuir la incidencia de la violencia. Así
mismo, se considera fortalecer los contenidos educativos desde la primera infancia para el
empoderamiento de las niñas y la construcción de igualdad.

2.3.3. Convivencia e igualdad de género entre docentes, directivos/as y estudiantes

Tal como lo señalan los Lineamientos para la Gestión Escolar, la escuela debe de gestionar
una convivencia segura, con experiencias positivas, democráticas, pacíficas, que integre las
dimensiones afectivas, comportamentales y cognitivas de las personas. Además, debe de
eliminar cualquier forma de violencia y discriminación, incluida la discriminación por género.
Se señala los objetivos de la escuela (DS N° 004-2018-MINEDU):

Generar Consolidar a la Fomentar la


condiciones para el institución educativa participación activa
pleno ejercicio como un entorno de la comunidad
ciudadano de la protector y seguro, educativa,
comunidad donde el desarrollo de especialmente de las
educativa, a través las y los estudiantes y los estudiantes, en
de una convivencia esté libre de todo tipo el establecimiento de
escolar de violencia que normas de
democrática, atente contra su convivencia y de
basada en la integridad física, medidas correctivas
defensa de los psicológica o sexual, que respeten los
derechos humanos, o afecte sus derechos humanos y
el respeto por las capacidades para el la dignidad de las
diferencias, la logro de sus personas, orientadas
responsabilidad aprendizajes. a la formación ética y
frente a las normas ciudadana, a la
y el rechazo a toda autorregulación y al
forma de violencia y bienestar común.
discriminación.

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| ENFOQUE DE IGUALDAD DE
GÉNERO DESDE EL ROL DOCENTE

El contexto de educación virtual nos pone en un escenario nuevo y en donde vemos lo


importante que es trabajar la convivencia en la comunidad educativa. Reflexionar sobre
nuestros vínculos, la necesidad de apoyarnos y ayudarnos entre todas y todos, la importancia
de identificar nuestras debilidades y nuestros recursos para fortalecernos en estos
momentos de crisis.

En este sentido, recordemos el Compromiso 5 sobre la Promoción de la convivencia


escolar (RVM N° 273 2020-MINEDU), el cual señala que durante este contexto de pandemia
se debe de garantizar la participación de las y los estudiantes y promover sus
competencias. Esto se relaciona con identificar las necesidades y demandas diferenciadas
de niñas, niños y adolescentes. Además, incluye la importancia de promover una cultura de
paz y una ciudadanía digital basada en el diálogo democrático, el respeto por la diversidad
y la toma de decisiones concertadas. Siempre teniendo en cuenta cómo se sienten las y
los estudiantes y apoyándolos en su adaptación a todos los cambios actuales.

Como vemos la escuela como institución educativa, es agente de socialización, desarrolla la


ciudadanía, fortalece relaciones de respeto y cuidado, sin desigualdades ni violencia. No
podemos hablar de convivencia si no hablamos de igualdad de género, si no incluimos las
diversas necesidades y experiencias vinculadas a la cultura y el sistema de género que
impacta en nuestras vidas.

2.3.4. Discriminación y violencia de género en la escuela

La violencia de género es definida como toda


forma de violencia (física, psicológica, sexual
y/o económica) ejercida contra las personas
por su género. Se basa en estereotipos de
género y/o roles de subordinación que la
sociedad atribuye o impone a las personas.
Asimismo, esta violencia de género puede
manifestarse mediante la violencia sexual,
feminicidios, acoso sexual en la calle, acoso en
entornos virtuales, trata de personas con fines
de explotación sexual, acoso escolar por
orientación sexual e identidad de género, tanto
en el ámbito público como en el privado
(MINEDU, 2020).

Actualmente el Ministerio de Educación viene desarrollando acciones para la prevención y


atención de la violencia contra niñas, niños y adolescentes. Entre estos se cuenta con los
Lineamientos para la Gestión de la Convivencia Escolar, la Prevención y la Atención de la
Violencia contra Niñas, Niños y Adolescentes (DS N° 004-2018-MINEDU) en donde se
establecen las responsabilidades y los mecanismos para responder y atender las situaciones
de violencia escolar.

19
UNIDAD 2 Género en la escuela y el rol docente

Por ejemplo, herramientas como el portal


SíseVe y los Protocolos de Atención a la
Violencia Escolar los cuales tienen como
objetivo señalar la ruta y los procesos
necesarios para atender las diferentes
situaciones de violencia (física, psicológica y
sexual) que afectan a las niñas, niños y
adolescentes, en todos los ámbitos de su
vida (escuela, espacios públicos, virtuales,
familia), ya sea esta entre estudiantes o de
un/a adulto hacia un/a estudiante.

La implementación del enfoque de igualdad


de género promueve el autocuidado y
cuidado de los demás. Así mismo, brinda
herramientas para identificar situaciones de
riesgo y vulnerabilidad, así como a la
prevención de violencia de género, tanto en
hombres como en mujeres.

Veamos las siguientes cifras:

“Hasta septiembre del 2020 se reportaron 500 casos de violencia escolar, a pesar de la
emergencia sanitaria…” (Twitter, MINEDU, 2020).

Según datos del SíseVe entre septiembre del 2013 y marzo del 2021 se han registrado un
total de 40,008 casos de violencia contra niñas, niños y adolescentes. Siendo 50%
dirigidos a hombres y 50% a mujeres. En cuanto a violencia sexual (hostigamiento sexual,
acoso, tocamientos) se han registrado un total de 6,386 casos de los cuales casi el 70%
el agresor era un docente (hacia una o un estudiante) y del total de casos de violencia
registrados, 500 de ellos fueron por la orientación sexual o identidad de género (SíseVe,
2020).

A partir de diversas estadísticas la violencia sexual tiene un rostro particular en donde las
víctimas son, en su mayoría, las niñas y mujeres adolescentes y los agresores, en su mayoría,
son los hombres. Lo cual nos lleva a reflexionar sobre cómo los chicos y las chicas viven su
sexualidad, por tanto, se hace urgente enfatizar en el desarrollo y ejercicio ciudadano del
respeto, la empatía, el cuidado en las relaciones entre hombres y mujeres.

A pesar de los esfuerzos, vemos que aún queda mucho trabajo por hacer, no solo a nivel de
la atención, sino también a nivel de prevención y promoción.

El o la docente, como parte de su rol, puede generar espacios de escucha y reflexión con sus
estudiantes para hablar de las experiencias vividas de discriminación y exclusión, así como
ayudar a desarrollar actitudes y habilidades para enfrentarlas (Competencia 3 del Marco de
Buen Desempeño Docente). Además, como parte de esta reflexión, trabajar junto con sus
estudiantes el reconocimiento de las diferencias y la diversidad en general.

20
| ENFOQUE DE IGUALDAD DE
GÉNERO DESDE EL ROL DOCENTE

Aquí se señalan las recomendaciones de la Guía de prevención de la violencia de género en


las II.EE. (MINEDU, 2020) para prevenir la violencia de género:

Visibilizar el enfoque de igualdad de género en los documentos de gestión

Implementar la Educación Sexual Integral (ESI) en la institución educativa y programas


educativos

Reflexionar sobre las propias actitudes en relación con el enfoque de igualdad de género

Emplear lenguaje no sexista

Promover el análisis de los estereotipos de género en diferentes situaciones

Promover la reflexión sobre las relaciones afectivas libres de violencia

Promover la participación estudiantil

Promover el desarrollo socioafectivo

Promover el trabajo con familias y la comunidad

Identificar señales de alerta de posibles situaciones de violencia de género

Promover una cultura que esté alerta a presuntos casos de violencia de género en la
institución educativa

Evitar la revictimización

Abordar el enfoque de igualdad de género en las áreas curriculares

Promover la igualdad de género en espacios públicos

Atención de la violencia

Fortalecer el trabajo de los Protocolo de Atención Frente a la Violencia Escolar, para que
sean de conocimiento y manejo de toda la comunidad educativa. Los protocolos indican las
acciones necesarias que deben de ser tomadas en cuenta como respuesta frente a los
casos de violencia escolar.
Contar con un directorio actualizado de las instituciones aliadas para los casos de
derivación.
Tener los datos de contacto actualizados de las y los estudiantes en caso de emergencia.
La figura del Responsable de Convivencia debe de ser alguien cercano a las y los
estudiantes.
Mantener actualizado el SíseVe como herramienta de monitoreo y seguimiento frente a los
casos de violencia escolar.

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UNIDAD 2 Género en la escuela y el rol docente

Mantener constante comunicación con las personas Especialistas de Convivencia Escolar


en la UGEL como apoyo frente al manejo de casos de violencia.
Recuerda que la prevención y la atención a los casos de violencia escolar no es una tarea
individual y aislada, es un trabajo que debe hacerse en equipo y de manera comunitaria, en
alianza con otras instituciones que tienen la responsabilidad y el compromiso de trabajar en
la lucha contra la violencia de niñas, niños y adolescentes.

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| ENFOQUE DE IGUALDAD DE
GÉNERO DESDE EL ROL DOCENTE

Ideas fuerza:

La escuela es uno de los agentes principales de socialización y cumple


un rol importante en la reproducción de estereotipos y prejuicios en torno
al género y puede ser un instrumento de cambio y construcción de una
sociedad más justa e igualitaria entre hombres y mujeres.

Las y los docentes que acompañan a sus estudiantes en el proceso de


aprendizaje, en las formas de interrelacionarse y de formar vínculos
como parte de una comunidad determinada y, en su desarrollo como
sujetos de derechos y ciudadanos. Por ello, es fundamental revisar su
propia experiencia tanto personal, familiar y social para así reflexionar e
identificar cómo se han ido construyendo expectativas y estereotipos de
género y así reconocer que pueden expresarse en las prácticas
pedagógicas.

La escuela promueve el enfoque de igualdad de género en el CNEB y ello


busca garantizar el trato igualitario hacia niñas, niños y adolescentes, y
cuando no se implementa en las prácticas pedagógicas se puede
generar la reproducción de estereotipos y roles de género. Es
fundamental construir nuevas maneras de educar y acompañar el
desarrollo de todas y todos los estudiantes sin discriminación de ningún
tipo.

A nivel de aprendizajes y rendimiento podemos reconocer


que existen expectativas diferenciales entre lo que se espera
de una niña y una adolescente mujer y lo que se espera de
un niño y un adolescente hombre. Es importante atender a
estas expectativas y abordarlas ya que podrían condicionar
el desarrollo de sus capacidades y sus elecciones de
profesiones futuras.

La violencia de género en la escuela es una realidad


cotidiana que se sostiene en creencias y estereotipos de
género. Si queremos una sociedad más justa y la
eliminación de las diversas formas de violencia que viven las
poblaciones más vulnerables, entre ellas las mujeres, el
trabajo de prevención que se realiza desde la escuela y
como parte de la comunidad educativa es fundamental.

La implementación del enfoque de igualdad de género


promueve el autocuidado y cuidado de los demás. Así
mismo, brinda herramientas para identificar situaciones de
riesgo y vulnerabilidad, así como a la prevención de violencia
de género, tanto en hombres como en mujeres.

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UNIDAD 2 Género en la escuela y el rol docente

COMPRUEBA

Después de haber leído y reflexionado sobre lo presentado en esta unidad, te invitamos a


resolver el cuestionario de autoevaluación que encontrarás en el botón Comprueba de la
unidad, en el aula virtual.

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| ENFOQUE DE IGUALDAD DE
GÉNERO DESDE EL ROL DOCENTE

Referencias bibliográficas
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Decreto Supremo que aprueba la Política Nacional de Igualdad de Género, D. S. N° 008-2019


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Ministerio de Educación del Perú. (2012). Marco de Buen Desempeño Docente.


http://www.minedu.gob.pe/pdf/ed/marco-de-buen-desempeno-docente.pdf

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UNIDAD 2 Género en la escuela y el rol docente

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Promoviendo el uso del lenguaje inclusivo en las entidades públicas. MIMP.
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Tovar, T. (2015). Recomendaciones de Política de Igualdad de Género en Educación. Red


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