Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Oraciones de Introducción.
Bendito sea nuestro Dios eternamente, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
Gloria a Ti, Dios nuestro y esperanza nuestra, gloria a Ti (Esta oración se omite durante todo el tiempo de la
pascua y hasta Pentecostés)
Rey celestial, Consolador, Espíritu de verdad, que estás en todo lugar llenándolo todo, Tesoro de bienes y
Dador de vida, ven a habitar en nosotros purifícanos de nuestros pecados, y salva, Tú que eres bueno,
nuestras almas.
Santo Dios, Santo Poderoso, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros (3 veces).
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Santa Trinidad ten piedad de nosotros, Señor purifícanos de nuestros pecados, Maestro, perdona
nuestras transgresiones, Santo visítanos y cura nuestras dolencias por tu Nombre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea Tu nombre; venga a nosotros Tu Reino; hágase Tu
voluntad en la tierra como en el cielo. Dadnos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal.
Porque Tuyo es el Reino, el poder y la gloria; Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos
de los siglos.
Amén.
Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros, porque aunque pecadores, privados de toda
defensa te ofrecemos esta súplica, oh Señor: ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros, pues en Ti hemos esperado; no estés sobremanera airado contra nosotros,
ni Te acuerdes de nuestras transgresiones, mas vuélvete hacia nosotros, como eres bondadoso, y líbranos
de nuestros enemigos, porque eres nuestro Dios y nosotros Tu pueblo, todos somos obra de Tus manos, e
invocamos Tu nombre.
KONDAKION I
Gloriosa Santa Lucia de Siracusa, tu que viviste en la época de las persecuciones a los cristianos por parte
de Diocleciano, tirano Emperador romano, y que bajo el mando estaba el prefecto Pascasio, quien aplico
con crueldad las órdenes del emperador y que con mano cruel arreciaba las persecuciones y
decapitaciones, a aquellos que seguían las enseñanzas de Cristo resucitado, os rogamos que sean anuladas
las asechanzas de los demonios, para glorificar al vencedor de la muerte diciendo:
IKOS I
Gloriosa Santa Lucia, bienaventurada seas por renegar de los cultos, dioses, y altares paganos, frente al
lascivo Pascasio, y al hacerse cristiana, virtud santa que premio el Altísimo con la virginidad, la pureza y la
luz de tus ojos, por eso te cantamos así:
KONDAKIO II
Bienaventurada eres Oh Santa Lucia, por llevar una vida virtuosa desde la niñez, ya que al perder a vuestro
padre Lucio supiste consagrarte a Dios, honrándolo con la castidad y valentía, sin dudar ni avergonzarte de
tu Fe, soportando amenazas, insultos y maltratos de los impúdicos ministros del paganismo, por eso
nosotros cantamos al igual que los ángeles en el paraíso: ¡Aleluya! (Aleluya 3 v).
IKOS II
Cuando Dios os dio a conocer la luz del mundo, ya el cristianismo estaba regado por obra del Santo Obispo
Marciano en Siracusa y a pesar de las diversas persecuciones, la Fe de Jesucristo se esparcía como las
arenas del mar, siendo tú la jardinera de los nuevos creyentes, manteniendo la pureza ante el tirano
Pascasio y sus esbirros, por eso cantamos así:
KONDAKION III
Tú gloriosa Santa Lucia, que descendías de la nobleza, siendo vuestro padre de origen romano, que murió
cuando tan solo contabas con cinco años de edad, y vuestra madre de origen griego, que continuo con las
enseñanzas de la fe cristiana, haciendo de ti una joven pulcra, sabia y prudente, destinada a sembrar el
evangelio de Cristo, para salvar a los que se acogían a la Santa Cruz diciendo: Aleluya. (Aleluya 3 v).
IKOS III
Siendo de familia acaudalada, y de hermosa belleza, lograste cautivar con vuestra piedad bondadosa y
modesta a los habitantes de Siracusa, al consagrarte perpetuamente al Señor, en secreto con voto de
virginidad y por amor a vuestra madre Eutiquia, viajaste a Catania a orar por su enfermedad cantando así:
Regocíjate Oh novia, porque la vergüenza y el orgullo nunca fueron obstáculo para amar el Evangelio;
KONDAKION IV
La alegría de los Ángeles es indecible viendo a vuestra madre Eutiquia curada, ya que padecía de
hemorragias, después de perder toda esperanza de curación, yendo en peregrinación a Catania a la tumba
de la joven mártir Santa Águeda para implorar su sanación diciendo: Aleluya (Aleluya 3 v).
IKOS IV
Eutiquia, que padecía una enfermedad que mano humana no podía curar, al estar presentes ya en la
festividad de Santa Águeda, se oye en la celebración sobre los santos misterios; la lectura evangélica sobre
la hemorroisa, consternadas se quedan orando hasta el atardecer, y Tú Lucia fatigada y cansada con la Fe
puesta en Cristo imploras a Santa Águeda, bendiciones para vuestra madre alabando a Cristo así:
Regocíjate Oh novia, que nos preservas del pecado y de las tinieblas del error;
Regocíjate Oh novia, y has que el cansancio y la fatiga no nos impidan amar a Cristo;
Regocíjate Oh novia, que la peregrinación a Catania salvo a vuestra madre de toda enfermedad;
KONDAKION V
Con gran Fe imploras a Santa Águeda la curación para vuestra madre, que te ha iniciado en el cristianismo,
y en sueños ve a la santa rodeada de ángeles, quien le decía “Lucia, hermana, Virgen de Dios, ¿por qué me
pides lo que tú misma puedes conceder? Tu Fe ha alcanzado gracia y tu madre esta curada” y nosotros te
cantamos Aleluya (Aleluya 3 v).
IKOS V
Vuestra Fe fue grande, y el amor de Dios sublime al permitir que Santa Águeda trasmitiera en sueños la
buena nueva para vuestra madre, ya que al despertar del sueño lo primero que hiciste fue contarle a
vuestra madre la visión repitiendo las consoladoras palabras de Santa Águeda alabando a Cristo así:
Regocíjate Oh novia, porque Dios te dio poder para curar a vuestra madre;
KONDAKION VI.
La buena nueva te llena de gozo y aprovechas esta oportunidad para decirle a vuestra madre “que has
hecho votos de virginidad a Cristo” y vuestra madre complacida le dice que toda su fortuna pasaría a sus
manos, pero tú al ver que las riquezas no eran importantes, vendiste todas las cosas y ese dinero lo
repartiste entre los pobres, semejante generosidad causo estupor a los paganos de Siracusa, pero fue
normal para los cristianos que cantaron: Aleluya (Aleluya 3 v).
IKOS VI
Alabado sea Dios por darte un corazón lleno de bondad y humildad, y por tener una madre cristina, que
acepto con ternura los votos de castidad que habíais hecho a Cristo, llenando el corazón de los pobres con
las riquezas que repartiste a manos llenas, no importando que los paganos quedaran paralizados por
vuestra generosidad y bondad, sabiendo que en el paraíso recibirías el premio a tanta obediencia, como
símbolo de inmortalidad, por eso te cantamos:
Regocíjate Oh novia, porque los paganos quedaron ridiculizados ante tanta generosidad;
Regocíjate Oh novia, porque vuestra madre desistió de tu matrimonio con un pagano, respetando el voto
de castidad;
Regocíjate Oh novia, que Cristo es la fuente de luz en tus ojos;
KONDAKION VII
Aquel joven rico que quería casarse con Lucia, ante la negativa por el voto de virginidad, que ella había
ofrecido a Cristo, decidió denunciarla ante Pascasio, como cristiana buscando con ello que todo el peso de
los decretos imperiales cayera sobre la doncella, y Lucia fue presentada ante Pascasio bajo la imputación de
ser cristina, negándose a ser sacrificios a los dioses, y respondiendo “el mejor sacrificio ante el Señor es
visitar a las viudas, y socorrer a los huérfanos. Por todo ello me siento llena de reverencia hacia Dios y por
ello no me opongo a mi Señor, a quien tengo que agradar comportándome como me dicta mi espíritu
diciendo: Aleluya (aleluya 3 v).
IKOS VII
El matrimonio y las riquezas terrenas no fueron halagos para tu espíritu, ya que estabas poseída del amor a
Cristo dándole a él su virginidad y castidad, por eso la furia de Pascasio lo llevo a cometer los más brutales
tormentos contra tu cuerpo, y al ver que no le obedecías, llamo a la chusma para llevarla a lugares de
prostitución, no pudiendo moverla mando a más soldados siendo inútiles todos los esfuerzos del tirano,
mando colocarle una yunta de bueyes, pero aun así no lograron moverla, mandándola echar en aceite
hirviendo saliendo ilesa, la mando quemar, las llamas que se levantaron no causaron el menor daño a Lucia,
y no contento con sus atrocidades mando a los esbirros que le sacaran los ojos y para asombro del tirano,
Lucia seguía viendo como si los tuviera puestos, así que decidió Pascasio decapitarla, y un esbirro le corto la
garganta y el pueblo alabo a Dios diciendo:
Regocíjate Oh novia, porque sin ojos terrenos aún seguía viendo dejando así burlado a Pascasio;
Regocíjate Oh novia, de que las llamas respetaron tu pureza, con lo que se consagro tu virginidad con el
martirio;
Regocíjate Oh novia, por vaticinar de que Siracusa la honraría para siempre como su patrona y protectora;
Regocíjate Oh novia, que Cristo es la fuente de luz en tus ojos;
KONDAKION VIII
Tu gloriosa Santa Lucia, que tuviste la asistencia del Espíritu Santo, haciendo una verdadera apología de
vuestra Fe, demostrando esa honestidad y santidad de la doctrina cristiana ante el tirano Pascasio, cuando
le dijiste las palabras de Cristo “Cuando seáis llevados ante los tribunales y reyes no os preocupéis como
hablareis, porque se os dará en aquella hora lo que habéis de decir. No seréis vosotros los que habléis, sino
el Espíritu Santo el que hable en vosotros.”Porque lo que creo es que los que viven piadosamente y
castamente son templos del Espíritu Santo, por eso te cantamos Aleluya (Aleluya 3 v).
IKOS VIII
El tirano Pascasio desafiando las leyes del universo dice: ¿Crees que el Espíritu Santo esta en ti y es el quien
te inspira lo que dices? Pero tu Gloriosa Lucia proclama sin temor el más grande e íntimo misterio de la Fe
diciendo: el que vive bajo el auxilio del Altísimo no le tocaran los tormentos del Hades, porque su alma está
amparada con su bendición, y el pueblo canto:
Grande es el nombre de Dios que no permitió, que se profanara el cuerpo con tormentos mundanos,
manteniendo así la castidad Lucia, llegando a ser honrada por el Altísimo con la corona del martirio,
haciendo que los verdugos no pudieran mover a la santa del sitio en que se encontraba, el Espíritu Santo
defendió el prodigio de la pureza de aquel cuerpo virginal, animado por una alma santificada, siendo ella
realmente su morada y su templo, por eso cantamos con alegría Aleluya (Aleluya 3 v).
IKOS IX
Tu gloriosa Santa Lucia, que fuiste asistida por el espíritu Santo, cuando fuiste cubierta de pez y resina
hirviendo y lanzada al fuego, saliendo ilesa de entre las llamas, la muchedumbre conmocionada, veía en
aquel instante, como germinaba el misterio de una Fe nueva para ellos cuando le gritaste al tirano “El
cuerpo no puede perder su pureza sin consentimiento de la voluntad” y cantaban diciendo:
Regocíjate Oh novia, porque vuestra castidad fue honrada con doble corona en el martirio;
Regocíjate Oh novia, porque los verdugos no pudieron moverte del sitio de tormento;
KONDAKION X
Lucia ya había soportado muchos tormentos y sabía que el tirano Pascasio no la perdonaría por no rendir
culto a sus dioses, ya que se hacía llamar discípula de Cristo, y con gran humildad y paciencia se dispuso a
soportar el que sería su último tormento, porque Dios ya no intervendría para impedirlo puesto que la
esperaba en el Paraíso, y uno de los verdugos atraviesa su garganta con una espada, y así entrego su
espíritu a Cristo Señor de la vida y la muerte y todos cantaron Aleluya (Aleluya 3 v).
IKOS X
Gloriosa Santa Lucia seas bienaventurada entre las vírgenes, por llevar una vida de pureza, humildad,
caridad y bondad, por tu entrega sin condiciones al servicio de Cristo y recibir la palma del martirio por
vuestra virginidad, llegando al Paraíso siendo discípula de la verdad, tomando el mismo sendero de
sacrificio y obediencia que el Maestro llevo, para gozar de la vida eterna y por eso te honramos diciendo:
Regocíjate Oh novia, porque tus ojos vieron los coros de los ángeles;
KONDAKION XI
Después de las atrocidades de Pascasio, un grupo de cristianos deposito el cuerpo de Lucia en las
catacumbas, convirtiéndose en seguida en lugar de peregrinaciones, al poco tiempo se extendió el culto por
toda Sicilia, Roma, Grecia, Inglaterra, y después de los grandes descubrimientos geográficos, su culto
alcanzo América y África, para glorificar a Dios diciendo: Aleluya (Aleluya 3 v).
IKOS XI
Bienaventurada eres, Oh Santa Lucia, porque vuestro culto rompió las fronteras de los diferentes
continentes, dando milagros a todos aquellos que imploraban curación de sus ojos, ganando el nombre de
“la luminosa” ya que tu lámpara son vuestros ojos, llevados en una bandeja como símbolo de luz en las
tinieblas y los pueblos te cantan:
KONDAKION XII
Tu devoción Oh Santa Lucia, se difundió desde el momento de tu martirio, para gloria de Cristo, trasmitida
hasta nuestros días como testimonio de la verdad vivida, salvando a Siracusa en los momentos dramáticos
como hambre, terremotos, guerras y miserias. Testimonios antiguos así lo afirman, en epígrafes
descubiertos en las catacumbas de Siracusa, por eso el pueblo cristiano canta Aleluya (Aleluya3 v).
IKOS XII
Tus obras y milagros dados a los ciegos, son vivos testimonios de tu bondad y amor por los que sufren,
Dante vio en ti el símbolo de la gracia iluminante, definiéndose como gran devoto suyo y el pueblo te
aclamo como la protectora de la vista, y los iconografos te representan con un plato en la mano en el cual
están puestos tus ojos que fueron sacados de tus órbitas por los soldados del tirano Pascasio y nosotros
proclamamos:
Regocíjate Oh novia, por detener los terremotos que amenazaban destruir a Siracusa;
Regocíjate Oh novia, que después de no tener tus ojos en las órbitas seguías viendo;
KONDAKION XIII
¡Oh gloriosa Santa Lucia! que has dejado a lo largo de la historia con tu martirio, un grito de amor a través
de Jesús, para los que estamos ciegos de la verdad, haciendo que tu amor arda como una llama de amor
divino y sea una fuerza irresistible, que nos permita superar las angustias de nuestras almas, volviendo
nuestra mirada, nos encontramos inundados de luz envolvente, que desprende aromas de sus grandes
virtudes, reencendiendo la llama que hace germinar las raíces de las virtudes para alumbrar las esperanzas
de ser salvados: Aleluya (Aleluya 3 v).
IKOS I
Gloriosa Santa Lucia, bienaventurada seas por renegar de los cultos, dioses, y altares paganos, frente al
lascivo Pascasio, y al hacerse cristiana, virtud santa que premio el Altísimo con la virginidad, la pureza y la
luz de tus ojos, por eso te cantamos así:
KONDAKION I
Gloriosa Santa Lucia de Siracusa, tú que viviste en la época de las persecuciones a los cristianos por parte
de Diocleciano, tirano Emperador romano, y que bajo el mando estaba el prefecto Pascasio, quien aplico
con crueldad las órdenes del emperador y que con mano cruel arreciaba las persecuciones y
decapitaciones, a aquellos que seguían las enseñanzas de Cristo resucitado, os rogamos que sean anuladas
las asechanzas de los demonios, para glorificar al vencedor de la muerte diciendo:
Gloriosa Santa Lucia, luz resplandeciente del cristianismo, concédenos desde el Paraíso que nos envié Cristo
sus luces para ver siempre lo que debemos hacer, decir y evitar. Tu que hiciste votos de virginidad
rechazando un pretendiente pagano, para aceptar a Cristo como esposo celestial. Tu que llevaste a
peregrinar a vuestra buena madre Eutiquia al sepulcro de la muy venerada Santa Águeda, la mártir de
Catania. Tu que repartiste toda tu fortuna entre los pobres y necesitados de esta ciudad, ayúdanos para
que consigamos tener corazones generosos, y podamos mirar con ojos de misericordia a los pobres y
desamparados, para alcanzar la luz de Cristo y así llegar un día al Paraíso que él nos ha ofrecido.
Gloriosa Santa Lucia dadnos la vista espiritual para ver nuestros propios pecados.
Gloriosa Santa Lucia, alcanzadnos de Dios la luz que hace sabios y prudentes a los hombres.
Gloriosa Santa Lucia, no nos dejes perecer el día del gran juicio.
ORACIONES DE DESPEDIDA
Santo Dios, Santo Poderoso Santo Inmortal, ten piedad de nosotros (3 veces).
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Santa Trinidad ten piedad de nosotros, Señor purifícanos de nuestros pecados, Maestro, perdona
nuestras transgresiones, Santo visítanos y cura nuestras dolencias por tu Nombre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea Tu nombre; venga a nosotros Tu Reino; hágase Tu
voluntad en la tierra como en el cielo. Dadnos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal.
Porque Tuyo es el Reino, el poder y la gloria; Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos
de los siglos.
Amén.
Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros, porque aunque pecadores, privados de toda
defensa te ofrecemos esta súplica, oh Señor: ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros, pues en Ti hemos esperado; no estés sobremanera airado contra nosotros,
ni Te acuerdes de nuestras transgresiones, mas vuélvete hacia nosotros, como eres bondadoso, y líbranos
de nuestros enemigos, porque eres nuestro Dios y nosotros Tu pueblo, todos somos obra de Tus manos, e
invocamos Tu nombre.
+ Por las oraciones de nuestros santos padres Oh Señor Jesucristo ten misericordia de nosotros y sálvanos.
Amen. +
Santa Lucia fue martirizada en el año 304
Patrona de la luz, los niños, los novios, los ciegos, la caridad, las costureras y la fidelidad.