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Sebastián Aguayo Rosso
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I. INTRODUCCIÓN.
El Derecho Civil es el derecho privado común y general que se aplica a las relaciones de
los particulares, y que comprende las normas relativas a la familia, a la propiedad y las
relaciones patrimoniales.
Podemos distinguir tres aspectos de este concepto:
• Derecho privado: Se rige por el principio de derecho privado, aquel que distingue
la naturaleza de la relación entre las personas entre sí, como miembros de la
comunidad. Aquí las personas están en la misma situación, equiparados o
coordinados.
“En la segunda mitad del siglo XVIII Caracas vio nacer a tres de los grandes hombres
representativos de América, para emplear la insustituible expresión emersoniana: A
Miranda, el Precursor, a Bolívar, el Libertador, y a Bello, el Educador”. Así comenzó Pedro
Lira Urquieta su libro Andrés Bello, situando a este venezolano universal en una tríada
épica de la historia americana, acto con el que Lira Urquieta no hizo más que subrayar la
enorme importancia que tuvo Andrés Bello en el desarrollo continental.
Los vientos revolucionarios que soplaban en nuestra América embargaron a Bello, quien
luego de declarada la Independencia en su país partió como auxiliar de una misión
diplomática a Londres, encabezada por Simón Bolívar. En 1812, sólo dos años después
de su arribo a la capital Inglesa, se reestableció el régimen colonial en Venezuela, con lo
que Andrés Bello comenzó su período de autoexilio.
Durante sus años en Londres, Andrés Bello trabajó como secretario privado del más
importante jurisconsulto inglés en Derecho marítimo, Jeremy Bentham, el cual realiza
grandes aportes al actual Derecho Internacional Público, y colaboró activamente en la
causa americanista, siendo redactor de El Censor Americano, La Biblioteca Americana y
director de El Repertorio Americano.
Una vez en Chile, Andrés Bello se convirtió rápidamente en un ciudadano más de nuestro
país, compartiendo la época y los debates de los más importantes intelectuales liberales
del siglo XIX. En Chile, se desempeñó como Oficial Mayor (cargo, parecido al
subsecretario actual) de Relaciones Exteriores y de Hacienda. También, fue Senador de
la República.
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Bello jugó un destacadísimo rol en la forja de la institucionalidad necesaria para dar forma
a la nueva nación, resaltando su aporte a la educación y la cultura, así como el impulso
que su influencia le dio al Movimiento literario de 1842. Fue profesor en el Instituto
Nacional, redactor de El Araucano y se desempeñó como rector de la naciente
Universidad de Chile desde 1843 hasta su muerte. Además, Andrés Bello fue el principal
redactor de nuestro Código Civil, que se promulgó en 1855 y que continúa vigente en
nuestro sistema jurídico.
Convertido en el más chileno de los extranjeros, rodeado de una numerosa familia y del
respeto y reconocimiento de la República, Andrés Bello murió el 15 de octubre de 1865 en
su casa de calle Catedral.
Debemos entender Código como una recopilación metódica y ordenada que versan
sobre una misma materia. De este concepto, observamos las siguientes características:
- Es un todo orgánico: es decir, las normas jurídicas o leyes que lo integran conforman un
solo cuerpo.
- Es completo: es decir, contiene la totalidad de las normas de una misma especie que se
encuentran vigentes en un momento determinado.
En nuestro país hasta la entrada en vigencia del código civil, hecho q se produjo el 1º de
enero de 1857 regía en Chile el Derecho Español y se aplicaban un conjunto de leyes
españolas de acuerdo al siguiente orden de prelación:
Con la Independencia surge la idea de tener un derecho propio, porque el derecho propio
es una concreción de la emancipación, significa autorregularse y no vivir con el amparo
jurídico de normas dictadas por quien antes controlaba al hoy país independiente, pero
además la necesidad de dictar normas propias llevaba envuelta la necesidad de hacer
más asequible el sistema normativo que lo que era el derecho español.
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- La omnipotencia de la ley,
- La igualdad ante la ley,
- La constitución cristiana de la familia y su protección,
- El derecho de propiedad,
- Libertad de contratar.
1) La omnipotencia de la ley.
El Código Civil rinde culto fervoroso a la ley. Ella, y no las personas que intervienen en
su elaboración, recibirá los honores y esos honores redundarán en provecho de los
jueces que la aplican, de los funcionarios que la hacen cumplir y de los ciudadanos que
la obedecen. A la inversa, el rigor y la pena caerán sobre las personas que la violan o la
dejan incumplida.
Inmediatamente, luego del artículo donde se la define, el legislador le quita a la
costumbre, el valor obligatorio. Sólo valdrá como norma de derecho cuando la ley se
remita a ella. Así, quedaron derogadas viejísimas normas del Derecho Canónica y de
algunas leyes españolas que en determinados casos atribuían fuerza de ley a la
costumbre.
Además, esta omnipotencia no deja de tocar a los jueces, ya que sólo al legislador le
corresponde explicar e interpretar la ley, los jueces sólo la pueden explicar e interpretar
de un modo generalmente obligatorio, y las sentencias judiciales no tienen fuerza
obligatoria sino respecto de las causas en que actualmente se pronunciaren.
Los Tribunales, es cierto, podrán hacer notar los vacíos que encuentren en las leyes (art.
5°) y los representarán al Presidente de la República, pero no pueden dictar normas
obligatoria en el silencio de la ley.
Al Presidente de la República le corresponde, una función realmente importante con
relación a las leyes; la de promulgarlas y en las forma que establece el artículo 6°.
Esta ley, debidamente dictada y promulgada, pasa a ser obligatoria para todos una vez
vencido el plazo indicado para su conocimiento, en el artículo 7°- Y de tal manera es
obligatoria dentro del territorio de la República que han de obedecerla chilenos y
extranjeros (artículo 14). Con respecto a los chilenos su obligatoriedad puede traspasar
las fronteras tratándose de ciertas materias (art. 15).
Tal es la duración y el poder de la ley que la vigencia de la ley es indefinida. Sólo una ley
revocatoria puede derogarla de tal manera que ni su falta de aplicación ni una costumbre
envejecida le harán perder su valor.
3) La familia.
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Desde el punto de vista del legislador no cabe duda que en su origen se admitió que la
familia tenía como base el matrimonio monogámico indisoluble, en efecto así fluye del
Art. 102 del Código Civil que define el matrimonio.
Sin embargo, con la evolución de la sociedad el concepto de familia también ha variado e
indiscutiblemente se ha ido ampliando, ya no sólo vinculándolo exclusiva y
excluyentemente a la existencia de un matrimonio.
Por ejemplo, la ley sobre violencia intrafamiliar establece un concepto de familia mucho
más amplio, precisamente para establecer quienes son los sujetos víctimas o victimarios
de violencia.
Si el conviviente de una mujer agrede físicamente a un hijo de ésta, desde el punto de
vista del Código Civil, no serían familia porque sólo tendrían relación de convivencia, en
cambio, bajo la ley de violencia intrafamiliar sí es constituyente de delito.
Para esta ley el concepto de familia pasa más por una asociación de personas que más
que buscar el bienestar del conjunto, buscan un bienestar individual. El Código Civil no
trató el concepto de familia, sin embargo lo utiliza en una serie de normas de las cuales
podemos tratar de esbozar un concepto, que son por ejemplo las siguientes:
- Art. 42: define quienes se deben entender como parientes de una persona (debemos
relacionarla con el Art. 28 y 31).
- Una situación especial ocurre con el Art. 815 donde hay una visión de familia que
debemos entender circunscrita al derecho real de uso y goce donde se encuentra la
norma.
- Art. 988 a 992 este estatuto jurídico contempla el llamado Sistema de los Órdenes de
Sucesión que opera en la sucesión intestada. El legislador razona sobre la siguiente
base: ocurre que se ha producido el fallecimiento de una persona y esa persona no ha
dejado un testamento, o si lo ha dejado lo dejó en forma parcial o habiéndose dejado
éste fue declarado nulo, en fin, no existe un testamento que regule totalmente la
sucesión de una persona. En todo ello en que no se haya normado testamentariamente
la sucesión, el legislador se ve en la necesidad de tener que distribuir esos bienes y
resuelve llamar a los parientes y los agrupa en determinados grupos de personas, que
llamamos “ordenes de sucesión”. Obviamente el legislador no conoce los grados de
afecto que existe entre el causante y las personas a quienes está llamando, pero asume
que mientras más cercanos sean el causante y el llamado, va a haber un mayor afecto y
es por eso que primeramente en los órdenes de sucesión se llaman a los parientes más
cercanos y luego los más lejanos. Este trabajo que hace el legislador de llamar a los
parientes lo hace sobre la base del afecto y por eso podemos definir familia en función de
estas normas.
4) El derecho de propiedad.
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Otro concepto está dado en el concepto del legislador, que nadie está obligado a
mantenerse en comunidad, y en consecuencia puede pedir siempre la partición, salvo
que haya pactado la indivisión, pero este pacto no puede exceder de 5 años. (Art.
1317)
Por ejemplo, si me compro un auto a medias tengo una comunidad, yo puedo vender
mis derechos sobre el auto y esto entra a la libre circulación de los bienes. A menos que
hayamos pactado que no vamos a dividir el auto, pero ese pacto no puede exceder los 5
años.
5) La libertad de contratar.
Este principio, se encuentra regulado en el artículo 1545 del Código Civil, donde se
señala: “todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede
ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales”.
El Código eleva a la categoría de ley el convenio libre y lícitamente concertado. Por
cierto, que se exige un mínimo de requisitos: capacidad legal de los contrayentes, el
consentimiento no viciado, la existencia de un objeto lícito y de una causa lícita.
Cumpliéndose con esas condiciones los particulares son libres y soberanos para
concertar los contratos que deseen.
El Código Civil Chileno está estructurado sobre la base de un título preliminar, 4 títulos y
un título final.
El título preliminar trata sobre diversas materias, que en verdad no son propias de un
Código Civil y se explican por una razón histórica que estén incorporadas en el Código
Civil, ya que fue el primer código que se dictó en la República. Por lo tanto tuvo que
asumir una serie de materias de tipo general, que el resto de los ordenamientos jurídicos
positivos más antiguos que el nuestro, están tratados o en la Constitución o bien están
tratados en los otros Códigos particulares que se habían dictado.
Entre nosotros, ya regía previamente la Constitución de 1833, también redactada por
Andrés Bello y Mariano Egaña, pero que no se hizo cargo de estas materias de tipo
general.
El Código Civil, en su título preliminar que va desde el artículo 1 hasta el artículo 54, trata
estas materias de tipo general.
Luego, el libro I “De las personas”, que se refiere a las personas, que va desde el artículo
55 hasta 564, en que trata todo lo relativo a las personas naturales, a las personas
jurídicas y también lo relativo a la familia. Es en el libro I del Código Civil donde
encontramos la institución cardinal, que orienta a todo el sistema, que es el matrimonio, el
cual está tratado en el artículo 102 y siguientes, y tratados en el libro I del Código Civil los
efectos del matrimonio que dicen relación con las personas, es decir, derechos y deberes
entre los cónyuges y la filiación, vale decir, los efectos respecto de los descendientes.
Luego, los efectos patrimoniales del matrimonio, el régimen de bienes del matrimonio se
van a tratar en el libro IV. De manera, entonces que el libro I es el que se refiere al estudio
de las personas, y básicamente a la persona natural y persona jurídica como concepto, y
luego el matrimonio y los derechos y deberes que éste impone a los cónyuges y las
obligaciones que van a nacer respecto de quienes son descendientes unos de otros, sea
que procedan o no del matrimonio.
Obviamente, este libro I en lo que dice relación con la organización de la familia ha sido el
más modificado. Ha sido el que ha sufrido los mayores embates de una nueva forma de
mirar la estructura familiar, ya tan distinta de cómo la estructuró Don Andrés Bello. Él y el
Código Civil Chileno consagró un principio fundamental, el cual señala que “toca al
Derecho Canónico reglamentar todo lo relativo al matrimonio, a los requisitos para
contraerlo, a las formas de contraerlo y a los efectos que éste produce”. De manera que,
existiendo en esa época la religión oficial del Estado, que era la religión católica, le
entregó al Derecho Canónico la reglamentación del matrimonio, y reglamentó el Código
algunos efectos prácticamente universales del matrimonio, en relación a los deberes
básicos: el deber de fidelidad, el deber de obediencia, el deber de ayuda mutua, etc.
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Sin embrago, fue el avance de los tiempos el que había obligado ya antes de la dictación
del Código Civil a introducir cambios importantes en esta materia, porque Chile fue un
país que desde muy temprano en su vida independiente comenzó a vivir y a desarrollarse
gracias a los inmigrantes, que llegaron al país en la primera mitad del siglo XIX, los cuales
no eran católicos, que eran básicamente protestantes y por lo tanto llegaban a Chile y se
encontraban en una situación de ilegalidad en lo que era su estructura familiar, e incluso
al derecho a enterrarse porque los cementerios también estaban entregados a la Iglesia
Católica. Para ser enterrado había que profesar la fe católica, o los parientes debían
hacer una declaración en ese sentido cuando a una persona la iban a enterrar, por eso es
que se crea la ley del matrimonio entre disidentes, se llamaba así a aquel que no era
católica. Entonces, el Código Civil mantuvo la estructura de la familia sobre la base del
concepto del Derecho Canónico, pero reconociendo esta otra existencia.
Luego, el libro II desde el artículos 565 hasta el artículo 950, que trata de los bienes, su
dominio, posesión, uso y goce. Aquí se encuentran los artículos que organiza, que
reglamenta los objetos del derecho: el derecho real de dominio, y todos los derechos
reales que conocemos, tales como el uso, el usufructo, la prenda, la hipoteca, etc. Los
modos de adquirirlo: la ocupación, la accesión, la tradición, la prescripción.
El libro III, “De la sucesión por causa de muerte y de las donaciones entre vivos”, desde el
artículo 951 hasta el artículo 1436 es el que trata un tema relativos a los bienes, que es el
hecho que al fallecer una persona todo su patrimonio como una universalidad pasan a sus
continuadores a título universal, que se llaman herederos. Y este libro, también se
mantiene en su estructura fundamental sin mayores modificaciones.
Se modificaron algunas disposiciones clásicas, como la porción conyugal, pero se
mantiene en términos generales el principio que al fallecer una persona, todos sus bienes
pasan a quienes tienen determinado parentesco con él, que son obviamente sus hijos y
quien haya convivido con él. Pueden haber cambiado las proporciones, la situación de los
hijos puede haber cambiado pero básicamente se mantiene igual.
Y el libro IV, que es el más extenso y que se llama “De las obligaciones en general y de
los contratos” que va desde el artículo 1437 hasta el 2524. Se trata toda la teoría general
del acto jurídico, toda la teoría general de los contratos, los contratos en particular, los
efectos patrimoniales del matrimonio.
Y termina el Código con un Título final, que tiene un solo artículo, que se llama “De la
observancia de este Código”.
Analizaremos, la teoría de la ley desde el punto de vista del Derecho Civil. No desde el
punto de vista del Derecho Político, Constitucional ni de la Filosofía del Derecho. Y nos
vemos en la obligación de estudiar la ley, por varias razones:
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Es decir, el Código Civil chileno no sólo contiene normas sustantivas para cada una
de las materias que trata, pero además es necesario que contengan normas de
interpretación, que aseguren que la ley se va a mantener, se va a aplicar y por ello
permanecer vigente, dentro de ciertos parámetros.
Por eso es que nuestro Código Civil, 1) define la ley, 2) señala que papel van a
cumplir las otras dos fuentes del derecho frente la ley: la costumbre y la sentencia
judicial (artículos 1°, 2 y 3 respectivamente), 3) señala normas de promulgación y
publicación de la ley, y por último 4) prescribe sus efectos en el tiempo y en el
territorio y el sistema de interpretación.
El sistema en la práctica consiste, en que se declara la ley solemnemente, en que la
ley se explica y pasa a tener una preeminencia absoluta frente a las demás fuentes
del derecho:
- La norma jurídica escrita, legislada, abstracta y general prima sobre las otras
fuentes del derecho. Las cuales pasan a ser subsidiarias.
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De manera, que cuando hay que aplicar esta ley general y abstracta, hay que
hacerla hablar, hay que saber extraer de ella una norma particular y concreta, y en
este proceso de pasar de lo abstracto y general a lo particular y concreto el Juez no
es libre, no lo puede hacer como él quiera, lo tiene que hacer a través de un sistema
también reglado, que es el sistema de interpretación (artículos 19 al 24), en que va la
propia ley orientando al Juez, como debe llegar a la solución concreta y práctica del
caso que se le presenta.
Un sistema de derecho legislado en códigos, busca por esencia perdurar en el
tiempo, tener una vigencia prolongada en el tiempo. Y la única forma de lograrlo, es
representar la idiosincrasia de las personas y evitar que por la vía de la
interpretación, para resolver casos concretos, se vaya la ley y el sistema
desgastando.
Concepto de ley.
La palabra ley proviene del latín, y para algunos significa legere, porque las personas se
enteraban de la existencia de la ley a través de la lectura. Para otros proviene de ligare,
porque la ley es lo que liga, es lo que une a todas las personas por igual.
El Código Civil, la define como: “la ley es una declaración de la voluntad soberana que,
manifestada en la forma prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o permite”. Veamos,
los antecedentes de este concepto: los proyectos previos del Código Civil dan cuenta de una
evolución del actual artículo 1° de la ley, que depende fundamentalmente de las fuentes que
se tuvieron en vista.
1) El proyecto del año 1853, el cual fue el que entregó don Andrés Bello a la comisión
redactora de nuestro Código, decía: “La ley es una declaración de la voluntad
soberana que manda, prohíbe o permite”.
Según los historiadores del Código Civil chileno, don Andrés Bello tuvo como fuente para
esta definición, fue el Código Civil de La Luisiana. Mientras fue un Estado soberano,
pero dependiente de Francia, dictó un Código Civil, el cual nos indica: “La ley es la
expresión solemne de la voluntad de la legislatura”.
Y la segunda fuente, que tuvo en vista Andrés Bello, fue la que se encontraba en la obra
romana llamada Digesto, en la obra concreta del jurista Modestino, que decía: “La
naturaleza o esencia de ley es mandar, prohibir, permitir y castigar”.
De estos dos conceptos, don Andrés Bello pudo escribir la definición que conocemos.
2) Justiniano, Digesto: “La ley es un precepto común, decreto de valores prudentes, fuero y
castigo de los delitos que se cometen por voluntad o ignorancia y obligación común de la
República”.
3) Santo Tomás de Aquino: “La ley es una orden de la razón, destinada al bien común,
debidamente promulgada por el que cuida la comunidad”.
4) Siete Partidas (ley 4°, partida 1°): “Ley, tanto quiere decir como leyenda que contiene
enseñanza y castigo, escrito que liga y apremia la vida del hombre, que no haga mal y
muestra y enseña el bien que el hombre debe hacer, y además, es dicha ley porque
todos sus mandamientos deben ser leales y rectos y cumplidos según Dios y según
justicia”.
5) Marcel Planiol: “La ley es una regla social obligatoria establecida con carácter
permanente por la autoridad pública y sancionada por la fuerza”.
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Características de la ley.
El Código Civil, en su artículo 1° la define como: “la ley es una declaración de la voluntad
soberana que, manifestada en la forma prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o
permite”.
- No basta con que esa voluntad soberana se manifieste, sino que debe hacerse en la
forma prescrita por la Constitución.
- La ley debe mandar, prohibir o permitir ha servido para clasificar las leyes, tanto en
imperativas, prohibitivas y permisivas.
Se critica a esta definición, ya que se dice que pone demasiado énfasis en la necesidad
de que la voluntad soberana se manifieste en la forma prescrita por la Constitución, al
extremo que pareciera que el precepto legal no es más que es una declaración de la
voluntad soberana, que por el solo hecho de estar prescrita en la forma que lo señala la
Constitución.
También se le critica, porque no daría una idea exacta de cuál es el objetivo de la ley.
Porque dicen, que mandar, prohibir o permitir no es una finalidad en sí, sino que son los
caminos de los cuales se vale el legislador, para cumplir la verdadera finalidad de la ley
que es ordenar y alimentar el bien común. Sólo dentro de la mirada del bien común
general de la sociedad, es entendible que una ley mande, prohíbe o permita. Y esto no
se encuentra señalado en la definición de nuestro Código.
Pero a pesar de estas críticas, esta definición se ha mantenido incólume desde 1857, y
el artículo 1° junto a los artículos 2 y 3, señalan el ámbito de aplicación en nuestro
sistema jurídico, de las fuentes formales del derecho. Nadie discute que el Derecho Civil
tiene tres fuentes formales: la ley, la costumbre y la sentencia judicial. El tema es el valor
que se le atribuye a cada una de ellas.
El sistema anglosajón es un sistema no codificado, en donde el derecho no escrito tiene
preeminencia, el derecho no escrito se encuentra básicamente en los precedentes, en la
sentencia judicial, las que pasan a tener una fuerza expansiva para regir no sólo en el
caso para que fue dictada, sino que para cualquier otro caso similar.
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Clasificación de la ley.
Vamos a partir de los más obvio, que es lo que dispone el Código Civil en su artículo 1°:
“la ley es una declaración de la voluntad soberana que, manifestada en la forma
prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o permite”.
Si uno quiere abordar el tema de la clasificación de las leyes, los más lógico es partir por
el texto del artículo 1° del Código Civil, que señala expresamente, como decía el Código
de La Luisiana, que la razón de ser de la ley es mandar, prohibir o permitir. Es decir,
mandar que algo se haga, mandar que algo no se haga, o bien tolerar o respetar aquello
que la ley permite realizar a las personas.
Luego, siempre el mandato legal cualquiera que sea su contenido, se caracteriza porque
va a imponer o puede imponer distintas clases de conductas a las personas. Puede ser
en primer lugar un mandato de acción, en que la ley obliga a realizar una determinada
conducta. Puede ser un mandato de omisión, en que la ley impide que se realice una
determinada conducta, y por último, puede ser un mandato de tolerancia, un mandato en
que la ley acepta lo que las personas libremente decidan, y lo respeta y lo sanciona
como válido.
Como principio básico, debemos saber que la mayoría de las leyes que conforman el
Derecho Civil son leyes de carácter permisivo. Porque el Derecho Civil como integrante
central del derecho privado, se rige por un principio, el cual dice que en derecho privado
se puede hacer todo aquello que no está prohibido. En cambio, en el derecho público el
aforismo es otro, y dice que solamente se puede hacer aquello que está permitido por la
norma. Si nosotros sumamos estos dos distintos principios, llegamos a la conclusión que
el derecho pasa a ser omnicomprensivo de todas las conductas sociales posibles.
Porque, por una parte el principio de derecho privada donde se puede hacer todo
aquello que no está prohibido por la ley, es decir, la regla general es la libertad. Mientras
que en el derecho público, sólo se puede hacer lo que la ley expresamente permite, de
manera que la regla general es la sumisión de la persona a lo que dice la ley.
Sumados ambos principios, llegamos a la conclusión que la esfera de libertad de las
personas en ambas ramas del derecho es completamente diferente. Y que como
consecuencia de eso, necesariamente la naturaleza jurídica de las leyes que componen
cada una de estas ramas del derecho, son también distintas. Porque, si nosotros
aceptamos como principio fundamental que en el derecho privado se puede hacer todo
aquello que no está expresamente prohibido, quiere decir que la gran mayoría de las
leyes van a hacer necesariamente permisivas, van a tolerar conductas. Porque, esa es
la única manera de hacer realidad el principio, que se puede hacer todo aquello que no
esté prohibido por la ley. Es entonces, por esto, que la gran mayoría de las leyes que
componen el derecho civil, son leyes permisivas. Son leyes que serán supletorias de la
voluntad de las partes, vale decir, que si las partes nada dicen, en el silencio de su
voluntad va a regir la norma legal. De esto surge, que si la regla general en el derecho
civil, son las normas permisivas quiere decir que la excepción van a hacer las leyes
imperativas y las leyes prohibitivas. Porque esta estructura es la única manera lógica de
entender aquello, que está materializado en el aforismo, que es verdad, “en el derecho
civil se puede hacer todo aquello que la ley no prohíba”. Esto significa, que la
clasificación de las leyes en leyes imperativas, leyes prohibitivas y permisivas, está
formulada desde el punto de vista de la manera, en que limita la libertad de las
personas. Las leyes imperativas y prohibitivas son las leyes que afectan de mayor forma
o manera la voluntad de los sujetos de derecho privado.
Porque frente a una ley imperativa, no cabe sino acatarla y realizar la conducta que
manda la ley. Frente a una ley prohibitiva, no cabe sino acatarla y abstenerse de realizar
la conducta que la ley prohíbe. Y luego, en ellas dos, tanto imperativas y prohibitivas
como categoría genérica, la afectación de la libertad de la persona es mayor, es más
importante, es más significativa.
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- Principio de derecho privado: se puede hacer todo, menos lo que está expresamente
prohibido.
- Principio de derecho público: se puede hacer sólo aquello que está expresamente
permitido.
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La suma de estos dos principios, es el que permite crear un sistema jurídico que
comprenda todas las conductas. ¿Cómo el principio de derecho privado materializa que
se pueda hacer todo menos lo que está expresamente prohibido? Lo hace el artículo 1°,
10 y 11 del Código Civil. Quedémonos con lo que dice el artículo 1°, el cual estamos
estudiando: “la ley es una declaración de la voluntad soberana que, manifestada en la
forma prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o permite”.
Este artículo, hace posible la clasificación tradicional tripartita de las leyes, en leyes
imperativas, prohibitivas y permisivas. Pero esta clasificación, es la manera en que se
realiza el principio del derecho privado. Sería absurdo, que la mayoría de las leyes
fueran prohibitivas o imperativas, porque en ese caso el sujeto estaría absolutamente
tomado por la ley, y no podría realizar libremente ninguna conducta de reemplazo. Es
consecuencia, entonces que la mayoría de las layes sean permisivas, porque es la única
forma en que este principio se pueda llevar a efecto.
Luego, las leyes del derecho civil son imperativas, prohibitivas o permisivas, y por la
vinculación que tiene esta clasificación que surge del artículo 1° con el principio general
del derecho civil, vamos a tener que concluir que necesariamente la inmensa mayoría de
las normas de derecho civil son leyes permisivas. Y como lo general prima por sobre lo
especial, cada vez que tengamos dudas si una ley es imperativa, prohibitiva o permisiva,
deberemos concluir que se trata de una ley permisiva.
Ahora, analicemos que es cada una de estas leyes:
1) Ley prohibitiva:
Y la ley se encarga de manera muy precisa de señalar o establecer cuáles son las
consecuencias que se siguen de la infracción de una ley prohibitiva.
El art. 10 del Código Civil nos señala: “los actos que prohíbe la ley son nulos y de
ningún valor; salvo en cuanto designe expresamente otro efecto que el de nulidad
para el caso de la contravención”.
El art. 11 agrega: “Cuando la ley declara nulo algún acto, con el fin expreso o tácito
de precaver un fraude, o de proveer a algún objeto de conveniencia pública o
privada, no se dejará de aplicar la ley, aunque se pruebe que el acto que ella anula
no ha sido fraudulento o contrario al fin de la ley”.
Estos dos artículos precedentes están referidos a los actos, a las actuaciones de las
personas.
Al mismo tiempo, el art. 1466 dispone: “Hay asimismo objeto ilícito en las deudas
contraídas en juego de azar, en la venta de libros cuya circulación es prohibida por
autoridad competente, de láminas, pinturas y estatuas obscenas, y de impresos
condenados como abusivos de la libertad de la prensa; y generalmente en todo
contrato prohibido por las leyes”.
Y el art. 1469 nos indica: “Los actos o contratos que la ley declara inválidos, no
dejarán de serlo por las cláusulas que en ellos se introduzcan y en que se renuncie
la acción de nulidad”.
Estos dos últimos artículos establecen el vicio, de que adolece el acto realizado en
contravención a una ley prohibitiva.
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Y finalmente, el art. 1682 agrega: “La nulidad producida por un objeto o causa ilícita,
y la nulidad producida por la omisión de algún requisito o formalidad que las leyes
prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en consideración a la naturaleza
de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que los ejecutan o acuerdan, son
nulidades absolutas.
Hay asimismo nulidad absoluta en los actos y contratos de personas absolutamente
incapaces.
Cualquiera otra especie de vicio produce nulidad relativa, y da derecho a la rescisión
del acto o contrato”.
Este artículo indica la sanción precisa, que se sigue de la infracción a una ley
prohibitiva.
Estos cincos artículos del Código Civil, son los artículos fundamentales que precisan
cual es la consecuencia que se sigue cuando una persona no respeta una ley
prohibitiva. Están hechos o formulados en el Código de una manera gradual, de una
manera progresiva. El artículo 10 y el 11 están en el Título Preliminar, bajo el
epígrafe “De los efectos de la ley”. Con lo cual su ubicación en el Código Civil revela
inequívocamente que se tratan de normas de carácter general. Que se van a aplicar
siempre, en cualquier circunstancia.
Luego, entra en una zona más técnica, que es la estructura del acto jurídico, que es
la manera como se manifiesta la voluntad válida dentro del derecho. Y aquí se nos
vuelve a indicar, que somos libres de hacer lo que uno quiera, pero si una persona a
través de su voluntad infringe una ley prohibitiva, el acto o contrato va a adolecer de
objeto ilícito. Y el objeto ilícito, lo irá a ser, cualquiera sea las cláusulas que se
incluyan para tratar de evadir la sanción.
Y por último, la sanción es la nulidad absoluta, que es la conclusión del art. 1469, la
cual tiene una estrecha relación con el art. 11 del Código Civil.
Los actos que la ley prohíbe, y la palabra actos es una palabra muy amplia, pueden
ser actos materiales, actos jurídicos, etc. Puede ser cualquier manifestación de la
conducta humana. Y los artículos 1466 y 1469 vuelven a reiterar este principio con
motivo de los actos jurídicos. El acto jurídico es una categoría técnica, creada por el
sistema de derecho civil. Acto jurídico se define como: la manifestación de la
voluntad humana, hecha con la intención precisa de crear, modificar, traspasar o
extinguir un derecho.
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El mismo principio que recoge el art. 11 para las conductas generales, está recogido
en el art. 1466, llevada esta vez a una conducta técnica y específica, propia del
derecho civil. La infracción de una ley prohibitiva, no es la nulidad en interés de las
partes, sino que está establecida a favor de un interés superior de la moral y de la
ley.
Y cierra el capítulo, el art. 1482 que nos dice existe nulidad absoluta, por lo tanto,
estos actos nunca podrán llevarse a cabo. Por lo tanto, es la nulidad absoluta la
sanción para la infracción de una ley prohibitiva. Es una nulidad que proviene, por el
sólo hecho de la infracción legal. Y que no pertenece al dominio privado el poder
sanearla, poder ratificarla, poder cumplir voluntariamente sus obligaciones, porque la
ley prohibitiva son excepcionales en el derecho civil, y están restringidas para
impedir ciertas conductas que el legislador considera particularmente dañinas para el
ordenamiento jurídico.
Art. 1465: “El pacto de no pedir más en razón de una cuenta aprobada, no vale en
cuanto al dolo contenido en ella, si no se ha condonado expresamente. La
condonación del dolo futuro no vale”.
Art. 1892: “Si se estipulare que no podrá intentarse la acción rescisoria por lesión
enorme, no valdrá la estipulación; y si por parte del vendedor se expresare la
intención de donar el exceso, se tendrá esta cláusula por no escrita”.
La lesión enorme es una institución que opera en ciertos casos, como por ejemplo la
compra de bienes raíces, en el cual si se paga más del doble del justo precio o se
vende a menos de la mitad del justo precio, se puede iniciar una acción rescisoria,
acción de nulidad, para dejar sin efecto el contrato. No se puede renunciar la acción
rescisoria por lesión enorme. Y si se renuncia, no vale la estipulación. ¿Es posible
que yo pueda renunciar a la acción de rescisión por lesión enorme?
Si alguien delega la facultad de testar en otra persona, será nulo ese contrato porque
es un acto prohibido por la ley. ¿Es posible que exista una conducta de reemplazo?
¿Es posible que yo pueda facultar a otra persona para que teste por mí, de alguna
manera, en alguna circunstancia?
2) Ley imperativa:
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Existe una segunda clase de leyes imperativas, que se llaman leyes imperativas de
segunda clase o leyes imperativas de requisitos. Son aquellas que fijan, señalan o
establecen los requisitos para que un acto o conducta sea válida. Éstas no
someten la voluntad del sujeto en cuanto le ordena actuar de una manera
determinada. Permite que él decida libremente si actúa o no en conformidad al
mandato legal. Pero si se decide a acatarlo, tiene que actuar de una manera
determinada.
En el N° 1, tenemos que las cosas que no están en el comercio, son por ejemplo, el
alta mar, el aire, etc. Esta es una ley prohibitiva, porque no hay forma de enajenar
las cosas que no están en el comercio.
En el N° 2, tenemos que la regla general es la libre circulación de los bienes. Pero
como todo principio tiene excepciones, hay derechos y privilegios que son
personalísimos. Por ejemplo, no se puede vender el nombre a otra persona.
Tampoco el derecho de usufructo, de uso y goce tampoco se pueden transferir. Esta
es una ley prohibitiva, porque no hay forma de enajenar derechos que son
personalísimos.
En el N° 3, tenemos una ley imperativa de requisitos, porque en principio no es
posible enajenar cosas embargadas por decreto judicial, salvo: cuando el juez lo
autorice o si el acreedor consienta en ello. Y si cualquiera de ellos lo autoriza, si se
puede enajenar las cosas embargadas por decreto judicial.
En el N° 4, tenemos una ley imperativa de requisitos. Porque sí se puede, de forma
válida enajenar especies cuya propiedad se litiga, siempre y cuando lo autorice el
juez.
Art. 1810: “Pueden venderse todas las cosas corporales o incorporales, cuya
enajenación no esté prohibida por ley”.
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Art. 2494 inc. 1°: “La prescripción puede ser renunciada expresa o tácitamente;
pero sólo después de cumplida”.
Es una ley imperativa, ya que sólo una vez cumplido el plazo uno puede decidir
no hacer valer la prescripción. No se puede renunciar antes de cumplirla; ni
tampoco bajo la condición que la tiene que cumplir porque se puede morir antes
la persona.
Art. 1801 inc. 2°: “La venta se reputa perfecta desde que las partes han
convenido en la cosa y en el precio; salvas las excepciones siguientes.
La venta de los bienes raíces, servidumbre y censos, y la de una sucesión
hereditaria, no se reputan perfectas ante la ley, mientras no se ha otorgado
escritura pública”.
3) Ley permisiva:
Son aquellas en que la conducta descrita por la ley permite válidamente que
las personas realicen conductas alternativas. Una ley es permisiva, cuando su
contenido obligacional o de mandato consiste en una facultad que se otorga a las
personas. De manera, que una persona puede perfectamente encuadrar su conducta
con la norma legal, o bien, válidamente puede realizar una conducta alternativa.
Veamos un ejemplo:
Art. 1826 in. 1°: “El vendedor es obligado a entregar la cosa vendida
inmediatamente después del contrato o a la época prefijada en él”.
El contenido de una norma permisiva es entregar una facultad a las personas, que
no resulta obligatoria de seguir. Las personas pueden modificar el mandato de una
norma permisiva. El mandato de una norma permisiva es aquel que se impone con
menor fuerza sobre la voluntad. Es la regla general del Derecho Civil. Se realiza una
conducta que es válida, es decir, la ley la sanciona, goza del principio de legitimidad,
goza de protección legal, y por lo tanto es una conducta exigible.
De manera, que frente a una ley prohibitiva y a una ley imperativa, yo no puedo
realizar válidamente conductas de reemplazo. Y no tengo otra alternativa que cumplir
con el mandato legal. Y si no lo hago, mi acto es nulo y de ningún valor. (Artículos
10, 11, 1466, 1469 y 1682). La ley se me impone como una carga de la cual no me
puedo sacudir, la cual no puedo dejar de cumplir bajo ningún pretexto o
circunstancia.
Sin embargo, cuando se trata de una ley permisiva, la ley me entrega una facultad
para que yo válidamente pueda realizar cualquier conducta, que por cierto, no esté
prohibida por la ley.
Esto nos lleva al tema de la renuncia de un derecho conferido por la ley:
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Art. 12: “Podrán renunciarse los derechos conferidos por las leyes, con tal que sólo
miren al interés individual del renunciante, y que no esté prohibida su renuncia”.
También, existe una clasificación de las leyes que se encuentra recogida en nuestra
Constitución, la cual hace referencia al quórum requerido:
4) Leyes Simples:
Además, existe un tipo de ley muy particular que establece la Constitución, que es la ley
delegatoria de facultades extraordinarias del Congreso Nacional a favor del Presidente
de la República, por un plazo de un año, siempre que no verse sobre determinadas
materias, y que está sujeto al control de constitucionalidad de la Contraloría.
Finalmente, es importante mencionar las leyes dispositivas, que son aquellas normas
dictadas por el legislador con el objeto de resolver los conflictos de intereses que se
suscitan entre personas que no han contratado entre sí.
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Es importante fijar la fecha precisa de la entrada en vigencia de una ley, debido a lo que
señala el art. 8: “Nadie podrá alegar ignorancia de la ley después que ésta haya entrado
en vigencia”.
Muchos autores señalan, que el art. 8 establece una presunción del conocimiento de la
ley. Y agregan, como fundamento que la fuerza obligatoria de la ley no puede ser
entregada a la sumisión voluntaria de las personas.
También, es muy usual hablar de la “presunción de inocencia” en materia penal.
Debemos saber que la presunción es un medio de prueba. Todo sistema probatorio se
refiere a tres aspectos: 1) ¿quién prueba?, 2) ¿qué se prueba?, y, 3) ¿cómo se prueba?
Sobre el punto primer punto, debemos ver lo que indica el art. 1698 inc. 1°: “Incumbe
probar las obligaciones o su extinción al que alega aquéllas o ésta”. La ley parte de la
base que las personas son independientes entre sí, que no tienen vínculos entre ellas,
ni jurídicos, ni patrimoniales. De manera que la independencia de los sujetos ente sí es
la regla general. Luego, cuando se dice que alguien me debe dinero, se está rompiendo
la regla general. Es una excepción, por lo cual, como se alega algo que es contrario a lo
norma se debe probar. Y al mismo, tiempo, si una persona alega que alguien debe
dinero, y ese alguien señala que ya le pagó, debe acreditar el pago.
En segundo lugar, ¿qué se prueba?, se prueban los hechos. El derecho no se prueba,
se invoca. Se prueban los hechos que sirven de fundamento al derecho que se reclama.
Finalmente, ¿cómo pruebo? Se prueba a través de los medios de pruebas establecidos
en la ley. Las pruebas consisten en instrumentos públicos o privados, testigos,
presunciones, confesión de parte, inspección personal del juez. (Art. 1698 ins. 2°) Y
habría que agregar el informe de peritos, por el art. 421 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil.
Dentro de los medio de prueba que establece la ley, se encuentran las presunciones. Y
ésta debemos entender como presunción, lo que nos indica el art. 47: “Se dice
presumirse el hecho que se deduce de ciertos antecedentes o circunstancias conocidas.
Si estos antecedentes o circunstancias que dan motivo a la presunción son
determinados por la ley, la presunción se llama legal.
Se permitirá probar la no existencia del hecho que legalmente se presume, aunque
sean ciertos los antecedentes o circunstancias de que lo infiere la ley; a menos que la
ley misma rechace expresamente esta prueba, supuestos los antecedentes o
circunstancias.
Si una cosa, según la expresión de la ley, se presume de derecho, se entiende que es
inadmisible la prueba contraria, supuestos los antecedentes o circunstancias”.
Se reconoce, entonces, como medio de prueba el razonamiento deductivo del
silogismo: hay una premisa mayor, hay una premisa menor y una conclusión.
La presunción puede ser de dos clases: simplemente legal o de derecho. Una
presunción es simplemente legal cuando está permitido probar lo contrario de lo que se
está afirmando. Y es de derecho, cuando no admite prueba en contrario.
Con estos antecedentes, ¿se puede decir que las personas se “presumen inocentes”?
No existe un antecedente conocido para poder establecer esto, no puedo deducir la
inocencia. Las personas no se presumen inocentes, sino que hay un principio de
inocencia.
Lo mismo ocurre, cuando se habla de la presunción del conocimiento de la ley, ya en
verdad estamos en presencia de una ficción, ya que nadie puede conocer todas las
leyes. El art. 8, en primer lugar nunca ha dicho que la ley se presume conocida. El
legislador está creando con esa norma una ficción, algo que no existe en la realidad.
Ésta se crea como un medio de defensa del ordenamiento jurídico, porque si las
personas pueden alegar la ignorancia del mandato legal cada vez que transgreden la
ley, simplemente la ley no cumpliría ninguna de su finalidad y viviríamos en la ley de la
selva, donde cada uno acomodaría el mandato legal a sus propios intereses. Por eso se
establece en la ley, que si alguien alega ignorancia, esa alegación constituye una
presunción de mala fe que no admite prueba en contrario. Si alguien alega ignorancia,
se le aplica el art. 706 inciso final: “Pero el error en materia de derecho constituye una
presunción de mala fe, que no admite prueba en contrario”. Y como sino bastara, el art.
1452 indica “el error sobre un punto de derecho no vicia el consentimiento”.
Lo que establece el art. 8 es una ficción, en cuya virtud se ordena con la fuerza de una
la ley, que ésta se entienda conocida por todas las personas. Pero, no es una
presunción. El art. 8 no establece un medio de prueba, y la presunción sí es un medio
de prueba.
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Efectos de la ley.
Los efectos de la ley dicen relación con las consecuencias jurídicas que ella crea, una
vez entrada en vigencia. Se acostumbra estudiar los efectos de la ley, desde tres puntos
de vista: los efectos de la ley en el tiempo, en el territorio y según su sanción.
Que la ley reconozca dos grandes limitaciones en su vigencia como lo son el tiempo
y el espacio o el territorio es la consecuencia necesaria de lo señalado en el art. 1
del Código Civil. Porque, si la ley es una declaración de la voluntad soberana, que
manifestada en la forma prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o permite,
podemos concluir dos cosas: primero, regirá una ley en el territorio en que esa
autoridad que la declaró solemnemente ejerce soberanía; y segundo, la ley regirá
desde que la voluntad soberana se manifiesta hasta que la voluntad soberana no
disponga de otra cosa.
En nuestro estudio nos vamos a referir a los artículos 14, 15, 16, 17 y 18 del Código
Civil, los cuales consagran un pequeño Código de Derecho Internacional Privado.
El derecho civil, trató de resolver el problema que se plantea con el efecto de la ley
en el territorio, desde el siglo XIV, donde por primera vez se formuló como una
doctrina con un monje que se llamaba Bartolo de Sassoferrato, dijo este señor que
una persona está sometida a la ley, desde un triple punto de vista: su persona, sus
bienes y sus actos. Este distingo fundamental, es el que se debe hacer cuando se
habla de la sujeción de una persona a la ley. Creó así, una doctrina que se llamó “de
los Estatutos”. Y que tuvo por finalidad, ya en el siglo XIV, intentar crear un sistema
de protección integral para las personas. Porque, afirmó este señor que una persona
generalmente el mayor grado de identificación con el ordenamiento jurídico y goza el
mayor grado de protección en el lugar en que es originario. Si una persona es
originaria de un lugar, se supone que en la legislación de ese lugar encuentra su
mayor protección, porque ese es el lugar en que su idiosincrasia está más en
armonía con el resto de las personas. Y por lo tanto, dijo que el ideal de toda
persona es trasladarse por el mundo, atravesar distintos Estados, llevando siempre
así como una mochila, los estatutos jurídicos que originariamente conoce. De
manera que idealmente donde haya ido la persona, estuviese amparado o protegido
desde el triple punto de vista: su persona, sus bienes y sus actos, por la ley de
donde es originario.
Esta doctrina distingue distintas clases de estatutos, entendiendo por estatuto las
normas jurídicas aplicables a esta triple dimensión de la persona. Dijo este autor que
existe: 1) Estatuto de las personas, 2) Estatuto de los bienes y, 3) Estatuto de los
actos jurídicos. Los principios que informan estos estatutos son los siguientes:
1) Estatuto personal:
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No basta con decir que la ley rige en un territorio determinado, porque el tráfico
jurídico y personal cada vez ha sido más continuo y dinámico. Estamos hablando de
la Edad Media, por lo cual ya comenzaba la gente a trasladarse, en esa época las
Ciudades – Estados de esa época eran atomizados, es decir, era suficiente caminar
algunos kilómetros para estar en otro Estado, y estar sometido a una autoridad
política y legislación diferente.
Esto rigió sin inconvenientes hasta finales del siglo XVI, luego el Código Civil
Francés intentó modificar estos principios, y estableció en su art. 3°: “la ley francesa
se aplica con preferencia a toda ley extranjera, en las siguientes materias: policía y
seguridad, propiedad raíz y capacidad de los franceses”.
Los textos legales en que se basará nuestro estudio, son: Artículos 14, 15, 16, 17
y 18 del Código Civil. Artículos 57, 955, 998 y 1027 del Código Civil. Y el art. 15
de la ley 19.947 sobre Matrimonio Civil.
El punto de partida es el art. 14 que señala: “La ley es obligatoria para todos los
habitantes de la República, inclusos los extranjeros”. Es el sometimiento de todas
las personas que habitan en el territorio nacional a la ley chilena, cualquiera sea
su nacionalidad.
El art. 16 inc. 1° indica: “Los bienes situados en Chile están sujetos a las leyes
chilenas, aunque sus dueños sean extranjeros y no residan en Chile”. Es la
aplicación irrestricta de la territorialidad a los bienes situados en Chile, aunque
sus dueños sean extranjeros y no residan en Chile.
Finalmente, el art. 17 inc. 1° agrega: “La forma de los instrumentos públicos se
determina por la ley del país en que hayan sido otorgados”.
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Así también, como las personas se relacionan con el territorio, existe una relación
de los bienes con el patrimonio de una persona, también de tres maneras: se
puede ser mero tenedor (aquel que tiene una cosa en lugar y a nombre del
dueño del dueño, se reconoce dominio ajeno, art. 714), poseedor (es la tenencia
de una cosa determinada con ánimo de señor o dueño, art. 700) o dueño (art.
582).
Lo importante es tener claro que la regla general, que los chilenos y extranjeros
que se encuentren en Chile, se rigen por la ley chilena; y que los bienes situados
en Chile se rigen por la ley chilena, es decir, la territorialidad de la ley chilena.
Lo que estudiaremos a continuación, son excepciones a esta regla general. Éstas
son: la extraterritorialidad activa de la ley chilena (cuando la ley chilena sale al
extranjero, art. 15) y extraterritorialidad pasiva de la ley chilena (cuando la ley
chilena permite que la ley extranjera rija en el país).
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1. La ley chilena autoriza que sobre los bienes situados en Chile, se puedan
otorgar válidamente contratos en país extranjero.
Esta norma del art. 16 inc. 2 del Código Civil, es una norma que busca
permitir la libre circulación de los bienes. Porque, si nosotros nos
quedáramos sólo con el inc. 1 de este mismo artículo, que dice que los
bienes situados en Chile están sujetos a las leyes chilenas, aunque sus
dueños sean extranjeros y no residan en Chile.
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El art. 955 del Código Civil señala: “La sucesión en los bienes de una
persona se abre al momento de su muerte en su último domicilio; salvos
los casos expresamente exceptuados.
La sucesión se regla por la ley del domicilio en que se abre; salvas las
excepciones legales”.
Es perfectamente posible, que bienes situados en Chile, que incluso
pertenezcan a chilenos, se rijan por la ley sucesoria extranjera. En el
caso, que un chileno tenga su último domicilio en el extranjero.
Esta norma sucesoria, tiene a su vez una excepción que es el art. 998, la
cual es una norma que protege a los chilenos en materia sucesoria.
Porque, es en materia sucesoria donde existe una gran disparidad en
cuanto a la posibilidad de disponer de los bienes del causante. Éste
artículo establece: “En la sucesión abintestato de un extranjero que
fallezca dentro o fuera del territorio de la República, tendrán los chilenos a
título de herencia o de alimentos, los mismos derechos que según las
leyes chilenas les corresponderían sobre la sucesión intestada de un
chileno.
Los chilenos interesados podrán pedir que se les adjudique en los bienes
del extranjero existentes en Chile todo lo que les corresponda en la
sucesión del extranjero.
Esto mismo se aplicará en caso necesario a la sucesión de un chileno que
deja bienes en país extranjero”.
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Análisis de Casos.
Un caso es una relación de hechos, los cuales tienen un significado jurídico. En una
narración se van a encontrar dos tipos distintos de cuestiones: primero, las de hecho, y
segundo las de derecho.
Toda afirmación jurídica no se tiene que probar, sino que se invoca. Aunque, no se sepa
que ley se trate. Las cuestiones de hecho, se deben probar.
Luego, para abordar las cuestiones de derecho y solucionar el caso, debo reconocer tres
cosas importantes:
- Principios
- Instituciones
- Normas particulares
No se debe responder las preguntas de inmediato, sino que hacer el análisis que hemos
detallado en lo precedente. Ya que si me equivoco en la construcción del caso, me
equivocaré en dar su solución.
CASO 1:
Carlos y María, ambos menores de 16 años, se enteraron que en Chile la ley no les
permite casarse. Deciden viajar a Brasil, donde el mínimo de edad requerida para
contraer matrimonio es 13 años.
1) El principio general es que los actos que la ley prohíbe son nulos y de ningún valor.
Como lo indica el art. 10: “Los actos que prohíbe la ley son nulos y de ningún valor;
salvo en cuanto designe expresamente otro efecto que el de nulidad para el caso de
contravención”. En este caso, existe un intento de fraude de ley, de mala fe.
3) Por lo cual, tenemos que ver las normas que regulan el matrimonio:
- El art. 5 N° 2 de esta misma ley, dispone: “No podrán contraer matrimonio: los
menores de dieciséis años”.
Al tener esta estructura, nos queda ver la pregunta, es decir, si es válido o no este
matrimonio. Para saber esto, debemos remitirnos al artículo 15 N° 1 del Código Civil que
indica: “A las leyes patrias que reglan las obligaciones y derechos civiles, permanecerán
sujetos los chilenos, no obstante su residencia o domicilio en país extranjero.
1º En lo relativo al estado de las personas y a su capacidad para ejecutar ciertos actos,
que hayan de tener efecto en Chile”.
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CASO 3:
Jean y Chloé, celebran un contrato de compraventa en París por medio del cual el
primero vende a la segunda un bien raíz de su propiedad, ubicado en Santiago de
Chile. Chloé viaja a Chile para vender a su vez el inmueble a un tercer y le comenta
a usted que en Francia basta el contrato para transferir el dominio y que por lo
tanto, de acuerdo con el Art. 16 inc. 2º del CC Chileno (que otorga validez a las
estipulaciones válidamente celebradas en el extranjero sobre bienes ubicados en
Chile), ella es dueña del inmueble en cuestión.
Analice.
1) Cuestiones de hecho:
2) Cuestiones de derecho:
Según el art. 16: “Los bienes situados en Chile están sujetos a las leyes chilenas,
aunque sus dueños sean extranjeros y no residan en Chile.
Esta disposición se entenderá sin perjuicio de las estipulaciones contenidas en los
contratos otorgados válidamente en país extraño.
Pero los efectos de los contratos otorgados en país extraño para cumplirse en Chile, se
arreglarán a las leyes chilenas”.
CASO 4:
1) Cuestiones de hecho:
2) Cuestiones de derecho:
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Se encuentra en conflicto el art. 17 con el art. 18. Prima en este caso, el art. 18, ya que
para los casos de compra de bienes raíces, se pide un instrumento público.
El Art. 1801 inc. 2, señala: “La venta se reputa perfecta desde que las partes han
convenido en la cosa y en el precio; salvas las excepciones siguientes.
La venta de los bienes raíces, servidumbre y censos, y la de una sucesión hereditaria,
no se reputan perfectas ante la ley, mientras no se ha otorgado escritura pública.”
Y de acuerdo al art. 13, tenemos que se aplica con preferencia la excepción, por lo cual
la única forma de realizar una venta de bienes raíces, es a través de un instrumento
público.
Este caso, no tiene otra posibilidad de solución ya que agregamos el art. 1701 que
señala en sus incisos 1 y 2: “La falta de instrumento público no puede suplirse por otra
prueba en los actos y contratos en que la ley requiere esa solemnidad; y se mirarán
como no ejecutados o celebrados aun cuando en ellos se prometa reducirlos a
instrumento público dentro de cierto plazo, bajo una cláusula penal: esta cláusula no
tendrá efecto alguno”.
En consecuencia, Javier no podrá inscribir el bien raíz en el Conservador, porque carece
de instrumento público.
CASO 7:
1) Cuestiones de hecho:
2) Cuestiones de derecho:
En este caso, tenemos que tener en cuenta, lo que consagra el art. 17 que es que “la ley
del lugar rige el acto”. Es por ello, que debemos considerar lo que señala el art. 1027:
“Valdrá en Chile el testamento escrito, otorgado en país extranjero, si por lo tocante a las
solemnidades se hiciere constar su conformidad a las leyes del país en que se otorgó, y
si además se probare la autenticidad del instrumento respectivo en la forma ordinaria”.
Por lo tanto, sí es válido ese testamento ológrafo francés en Chile, ya que el único
requisito que se pide es que sea escrito, lo cual sí está cumplido.
Para estudiar esta materia, podemos distinguir distintos períodos de vigencia de una ley.
El primer período es el que va entre su publicación y su extinción o derogación. Un
segundo período está determinado por el qué sucede con la ley antes de que haya
entrado en vigencia. El tercer período es ver qué sucede después que la ley se ha
extinguido.
La regla general, consiste en que la ley regula aquellas situaciones que acontezcan
entre su publicación y su extinción, entre su entrada en vigencia y su derogación. Esta
regla general está contenida en el artículo 9 inciso 1, que señala que “la ley puede sólo
disponer para lo futuro y no tendrá jamás efecto retroactivo”.
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- Efecto inmediato de la ley: consiste en que la ley rige para el futuro, desde el
momento en que ha entrado en vigencia. Por lo tanto, la nueva ley, por regla
general, va a regir a todas aquellas situaciones que hayan tenido lugar con
posterioridad a su entrada en vigencia, y también va a regir aquellos efectos
acaecidos con posterioridad a la vigencia de la ley, pero que provienen de
situaciones acaecidas antes de su entrada en vigencia.
Este principio está contemplado en el artículo 9 inciso 1 del Código Civil. Esta
disposición, desde el punto de vista de su naturaleza es un simple precepto legal, no
tiene el rango de norma constitucional, lo que significa que el legislador lo puede
perfectamente modificar por otra disposición legal. En otras palabras, el legislador no
está obligado por el artículo 9 inciso 1.
En todo caso, debe tenerse en cuenta que cuando el legislador dicta una ley con efecto
retroactivo, estaremos en presencia de una situación excepcional, y por lo tanto, será
necesario que el carácter retroactivo de la ley aparezca claramente manifestado en ella.
O sea, el carácter retroactivo debe ser expreso, no puede ser inferido.
Además, como una ley con efecto retroactivo es excepcional, ella cae dentro de las
situaciones llamadas de derecho estricto, y por ende, su interpretación debe ser
restrictiva, no admitiéndose, en consecuencia, su aplicación por analogía.
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El legislador puede dictar leyes retroactivas. Pero esa facultad se encuentra con
ciertos límites. Los casos que limitan al legislador van a estar recogidos en la
Constitución, porque si fueran preceptos legales el legislador podría no tomarlos en
cuenta. Estas situaciones son:
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Su ámbito de aplicación está dado en el artículo 1 de esa ley. “Los conflictos que
resultaren de la aplicación de leyes dictadas en diversas épocas se decidirán con arreglo
a las disposiciones de la presente ley”.
Ella está basada en la teoría clásica, y por lo tanto, parte de la base que una nueva ley
no puede vulnerar derechos adquiridos en virtud de una ley anterior. Sólo puede la
nueva ley, regular las facultades legales y las meras expectativas, las que, de acuerdo
con el artículo 7 inciso 1 de la LER, no forman derecho.
- Aspectos a considerar.
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- En relación a la persona:
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El problema consiste en resolver si es posible que una ley siga produciendo sus
efectos una vez que ella ha sido derogada. La regla general, es que la respuesta a esa
pregunta es negativa, es decir, la ley no sigue produciendo efectos después que ha sido
derogada. Se reconoce como excepción el artículo 22 inciso 1 de la LER, en virtud del
cual se entiende que la ley vigente al momento de la celebración de un contrato, se
incorpora a los contratos válidamente otorgados.
Interpretación de la ley.
2) El Derecho forma parte de las ciencias sociales, y que por lo tanto, no existen
verdades exactas que se puedan comprobar empíricamente.
3) Que todo proceso de interpretación supone la existencia de una forma original, que
es preestablecida, que no la crea el intérprete, y está será lo que se va a interpretar.
Que puede ser una ley, un decreto, un contrato, una sentencia, o bien, en otro plano
una pieza literaria, una obra musical, una obra de teatro.
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Clases de interpretación.
1) Cognoscitiva:
2) Reproductiva o representativa:
3) Normativa:
La ley tiene una significación propia, que es distinta a aquella que tuvieron sus
autores. La ley pierde toda relación causal con sus autores y pasa a ser una realidad
objetiva en sí, de manera que el intérprete a través de procedimientos va a
determinar que es lo que se quiso decir.
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Si uno pregunta ¿qué es derecho?, cada sistema jurídico dará una respuesta distinta,
por ejemplo el sistema romano dirá que es “dar a cada cual lo suyo” o el sistema
germánico dirá que es “la ordenación permanente de la paz”. En el sistema romano el
intérprete debe desentrañar el sentido de la norma para hacer justicia entre dos normas
que están en conflicto, en cambio, en el sistema germánico el intérprete siempre tendrá
que buscar la finalidad que es la paz, por encima de su formulación legal.
Escuelas de interpretación.
a) Escuela histórica:
Nace en Alemania, a los comienzos del siglo XIX, formada por Von Savigny. Tuvo
su manifestación expresa en un artículo de 1815 denominado “Revista para la
ciencia del derecho desde el punto de vista histórico”. Ésta tiene como punto de
partida la valoración del derecho consuetudinario, el derecho costumbrista, el
derecho realmente aplicado y vigente en las personas por sobre el derecho
legislado y codificado. También, respecto de las variantes históricas que afectan el
desarrollo de los pueblos, esta escuela le otorga un gran valor en materia de
interpretación.
La escuela histórica del derecho propugna como uno de sus principios
fundamentales al arbitrio judicial, que es la facultad que tienen los jueces y
tribunales como representantes de la soberanía para adaptar las normas jurídicas a
la realidades existentes al momento en que se van a aplicar. Es decir, la escuela
histórica del derecho, parte de la base que la ciencia jurídica como conjunto
normativo no permanece estática frente a las variaciones que experimenta la
sociedad, y dice que el derecho debe evolucionar con ella, pero esta evolución no
está en las leyes, en los cuerpos promulgados, sino que está en la manera en que
las personas entienden y aplican el derecho.
La interpretación supone que el derecho siga la evolución cultural de la sociedad,
que no se estanque en los códigos. El juez es el encargado de actualizar el derecho.
“Interpretar es adaptar”, este es el aforismo de la escuela histórica.
Se pretende crear obras que sean capaces de recoger todo el derecho vigente al
tiempo en que se crean. El código es el mejor compendio de los principios jurídicos.
Lo esencial en la codificación, es que los códigos se mantengan en el tiempo. Por
esta razón, no es posible que el juez por vía de interpretación deje de aplicar una
norma jurídica legislada que ha caído en desuso, porque de aceptar este principio la
codificación no cumpliría con su objetivo.
El movimiento de codificación surge en Europa en el siglo XIX, y que por primera
vez se manifiesta el año 1804 en la dictación del “Código Civil de los franceses”, a
través de la razón se llega a la conclusión que el hombre puede recoger todas las
leyes vigentes al tiempo de dictar un código.
La forma en que un juez interprete una ley codificada será una forma reglada por la
misma ley, para que la ley perdure en el tiempo.
“Los textos legales ante todo”, este es el aforismo que resume la posición de esta
escuela.
El objeto fundamental de la interpretación es que el juez pueda, a través de los
elementos normativos que le entrega el propio sistema, recorrer un camino siempre
igual, y así poder determinar el sentido de la ley.
Se dice, que la ley toma de la mano al juez y lo va conduciendo para que la
interpretación no signifique jamás dejar sin efectos el texto de la ley.
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a) Reglada: cuando en la ley se encuentran señalados los pasos que deberá seguir
el intérprete en el proceso de hermenéutica. Precisamente los artículos 19 al 24
contemplan un procedimiento reglado de interpretación, que obligan al juez.
b) De autoridad pública:
Puede ser:
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En general, nuestro Código Civil tiene como fuente al Código Civil francés, pero en esta
materia siguió al Código de Luisiana. En el Código Civil francés no hay reglas de
interpretación de la ley.
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- Los cuatros elementos no tienen un orden de precedencia jerárquica entre sí, los
cuatro están a disposición del intérprete.
a) Elemento gramatical:
Don Andrés Bello dice que “las palabras de la ley han de interpretarse de manera que
se conformen a la razón que ha determinado la voluntad del legislador”. Y agrega
“pero es preciso saberlo de cierto y no atribuirle al legislador intenciones imaginarias,
para violentar el sentido”.
Las cuatro categorías a que se refieren los artículos 19 al 21 que regula este
elemento son:
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ii. El sentido técnico está contenido en el artículo 21: “Las palabras técnicas de toda
ciencia o arte se tomarán en el sentido que les den los que profesan la misma
ciencia o arte; a menos que aparezca claramente que se han tomado en sentido
diverso”.
En general, a los conceptos médicos que utiliza la ley, deberá darse su sentido
técnico.
iii. El sentido natural y obvio está definido en la primera parte del artículo 20, y
quiere decir que a estas palabras se les dará el sentido que provenga de su uso
general. Este sentido natural y obvio, o sea, el uso general, se entiende que está
principalmente recogido en el diccionario de la Real Academia Española de la
lengua, pero no únicamente, porque también se acepta que pueda determinarse
según el significado que se le dé en el medio social en el cual se utilice la palabra.
Esto último, está recogido por ejemplo, en el artículo 51 del Código Civil, el que al
referirse a las medidas de extensión, peso y duración, señala que éstas se
entenderán según su definición legal, y a falta de éstas, en el sentido general y
popular.
Debemos, considerar que las normas específicas priman por sobre las generales,
en este sentido, debemos aplicar primero las dos categorías que señalamos
precedentemente, y la regla general se aplicará en último término.
Pero a este respecto, la Corte Suprema señaló que el sentido natural de las
palabras es el que se le atribuye en el medio en que se le emplea.
Además, dijo que existían diccionarios, algunos de los cuales por su
especialidad, podían tener un mayor grado de autoridad.
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Esto último, está recogido por ejemplo, en el artículo 51 del Código Civil, el
que al referirse a las medidas de extensión, peso y duración, señala que
éstas se entenderán según su definición legal, y a falta de éstas, en el sentido
general y popular.
b) Elemento histórico:
Otro ejemplo es la ley 19.335 del año 1994, que igualó a todos los hijos, tanto los
habidos dentro del matrimonio como aquellos habidos fuera del matrimonio,
eliminando la distinción que se hacía entre hijos legítimos e ilegítimos, y naturales.
Este elemento está en el artículo 19 inciso 2, en aquella parte que señala que “bien
se puede, para interpretar una expresión obscura de la ley, recurrir a la historia
fidedigna de su establecimiento”. Esta historia fidedigna comprende la historia
inmediata o reciente de la ley, que es aquella que se encuentra en los distintos
trámites constitucionales que siguió la confección de la ley. Así, se podrá recurrir a
las actas de la Cámara de Diputados, de la comisión revisora, al mensaje del
Presidente de la República, etc.
c) Elemento lógico:
Así por ejemplo, para interpretar una norma concreta del Código Civil, el intérprete
podrá recurrir a todo su articulado para desentrañar su verdadero sentido y alcance.
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d) Elemento sistemático:
Este elemento está recogido en el artículo 22 inciso 2, al decir que “los pasajes
obscuros de una ley pueden ser ilustrados por medio de otras leyes, particularmente
si versan sobre el mismo asunto”.
- Reglas particulares.
a) Las leyes especiales prevalecen sobre las generales: ella se explica porque si el
legislador dicta una ley sobre una determinada materia, quiere decir que lo que
quiere es exceptuarla de la regulación general que existe sobre esa materia. Esta
regla particular de interpretación aparece en los artículos 4 y 13 del Código Civil.
b) Lo favorable u odioso de la ley: ella está en el artículo 23, que señala que “lo
favorable u odioso de una disposición, no se tomará en cuenta para ampliar o
restringir su interpretación. La extensión que deba darse a toda ley, se determinará
por su genuino sentido y según las reglas de interpretación precedentes”.
- Reglas prácticas.
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En otras palabras, estamos frente a una laguna o un vacío, esto es, un caso no previsto
por el legislador. En derecho, las lagunas pueden ser de dos tipos:
- Laguna legal: ellas son posibles y se producen cuando no hay una ley que resuelva un
conflicto.
- Laguna de derecho: ellas no se admiten, toda vez que el ordenamiento jurídico tomado
en su conjunto, es autosuficiente, y por lo tanto, establece los mecanismos para
solucionar los casos en que no haya una ley que resuelva en conflicto.
En el proyecto de Código Civil del año 1853 no se contemplaba esta situación, pero hoy
sí, tal como se desprende del principio de inexcusabilidad que rige a los tribunales del
poder judicial, consagrado en el artículo 76 inciso 2 de la Constitución Política de la
República, artículo 10 inciso 2 del Código Orgánico de Tribunales, y el artículo 170
número 5 del Código de Procedimiento Civil.
Para solucionar los casos que no tienen una ley aplicable, el juez puede apoyarse en las
reglas del artículo 24 del Código Civil, y actuar del modo más conforme le parezca al
espíritu general de la legislación y a la equidad natural.
Los elementos que los artículos 19 al 24 del Código Civil señalan al Juez para
realizar la interpretación, tienen una finalidad fundamental: buscar el sentido de la
ley.
Este sentido es la correspondencia entre la generalidad de la ley y los antecedentes
específicos del caso particular, que permitan dar a éste una solución de justicia.
1
DUCCI CLARO, Carlos. “Derecho Civil. Parte General”. Editorial Jurídica, 2008.
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a) Fase formal:
2
RODRÍGUEZ GREZ, Pablo. “Teoría de la Interpretación Jurídica”, Editorial Jurídica, 1990.
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b) Fase sustancial:
Está destinada a extraer de la norma general una regla particular. En este caso,
el intérprete conociendo el exacto significado de la norma, debe extraer de la
misma una regla particular que derive en forma coherente de aquella, de manera
que no exista ninguna contradicción entre ambas.
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En Chile, la autoridad llamada a interpretar la ley son los jueces. Esta unidad
se consigue del orden jerárquico del poder judicial: Corte Suprema, Cortes de
Apelaciones y tribunales ordinarios o especiales. La pauta a los demás
tribunales se da a través de la interpretación de la Corte Suprema cuando
falla el recurso de casación en el fondo. En Chile no es una obligatoriedad
legal, sino moral.
Interpretación Administrativa.
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O también, por recursos especiales que han surgido sea de las leyes orgánicas que
autorizan impugnar estos dictámenes directamente a través del Poder Judicial, o
bien a través de las leyes de procedimientos administrativos. Pero no existe una
especie de recurso de casación en el fondo, de aplicación general en materias de
interpretación administrativa de la ley. No existe porque no existen tribunales
administrativos, que de una manera general tengan competencia para poder
intervenir en este tipo de asuntos.
Derogación de la ley.
Las leyes tienen cierta similitud con las personas: ya que nacen, viven y mueren. Y la
muerte de la ley significa su derogación. La derogación es la privación de sus efectos
obligatorios mediante otra ley. Esto fue así, hasta la vigencia actual del artículo 93 de la
Constitución Política de la República que en su numeral sexto y séptimo complementado
con la ley orgánica del Tribunal Constitucional (ley 20.781) agregó una nueva forma de
derogación de la ley.
La podemos clasificar:
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Se verifica siempre que una nueva ley discipline de un modo ordenado y de manera
completa, toda la materia que regulaba la ley precedente.
A) Antecedentes generales
- Deudor: es aquel que debe cumplir el dar, hacer o no hacer una cosa. O sea, se
halla compelido a cumplir su obligación.
La idea de relación jurídica, de por sí, trae consigo la idea de que existen dos
personas, dos sujetos de derecho que se encuentran ligados entre sí por una vinculo
jurídico.
3
Se agradece la colaboración de Ignacio Seguel Cañas, alumno profesor Fernando Rabat Celis, para la
sistematización de esta unidad.
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2- Concepto de persona
- Se asocia con la norma: quiere decir que siempre una ley debe tener un centro
de imputación, es decir, debe ir dirigida a algo o a alguien. Entonces, se entiende a la
persona como aquel centro de imputación de normas. En el fondo, la norma requiere de
la persona, a objeto de que las consecuencias jurídicas que de ella se derivan, se
radiquen en un determinado ente.
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- Persona natural: artículo 55. “Son personas todos los individuos de la especie
humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición”. Algunos comentarios
sobre este artículo:
- Se estima que dentro de lo que son las corrientes, estaría más cercana a la
corriente sustancialista.
- No se trata de una definición propiamente tal, hay claramente una idea más bien de
descripción, de individualización, de señalamiento, pero no hay propiamente tal un
concepto.
- Tampoco es una definición de fondo, es sólo una definición descriptiva, porque relata
un aspecto de la persona jurídica.
d) Otros conceptos
- Hernán Corral: define a la persona como aquel ser inteligente y libre que
ostenta un dominio sobre sí mismo y sus actos, en cuanto es considerado protagonista
esencial de la vida jurídica, y centro en torno al cual se constituye y estructura el
ordenamiento jurídico.
3- Clases de personas
- Artículo 54: dice que las personas son naturales (físicas) o jurídicas (morales).
- Artículo 26:
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El origen de esta distinción entre existencia natural y legal, tiene una respuesta
histórica, en el sentido que al tiempo de dictarse el Código, las ideas de concepción o
gestación eran más bien desconocidas, por lo que resultaba riesgoso asignarle a lo que
se pensaba era un individuo precario, el carácter de persona con las consecuencias
legales de la palabra.
Pero existen también otras teorías, otras hipótesis que plantean que el comienzo
de la existencia natural de la persona, no es en la concepción, no se asocia a la
fecundación. Algunos plantean que el comienzo de la vida humana se produce en el
momento en que se implanta el embrión en la pared uterina, fenómeno que se verifica
aproximadamente entre las semanas 7 y 14 del embarazo. El nacimiento de la
existencia natural se ubica en este período porque en la implantación se producen una
serie de relaciones endocrinas e inmunológicas entre la madre y el hijo.
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Y la postura más extrema es la idea de que el que está por nacer comienza con
lo que se denomina la culturización del feto, lo que ocurre cuando el embarazo es
deseado y la madre reconoce a su hijo como una entidad ajena a ella misma.
- Artículo 75: el juez tomará a petición de cualquier persona o de oficio todas las
providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no nacido,
siempre que crea que de algún modo peligra.
- Artículo 119 del Código Sanitario: prohíbe ejecutar cualquier acción cuya
finalidad sea provocar un aborto. Al decir cualquier acción está castigando también el
aborto terapéutico, por eso en Chile no hay ningún tipo de aborto.
- Ley 20.120: señala que en ningún caso podrán destruirse embriones humanos
para obtener células troncales.
- Protección de los derechos patrimoniales del que está por nacer: está regulado
en el artículo 77 del Código Civil. La regla consiste en que los derechos que se
deferirían a la criatura que está en el vientre materno, si hubiese nacido y viviese,
estarán suspensos hasta el día en que el nacimiento se efectúe.
El caso típico en que esto sucede, es el del llamado hijo póstumo, que
consiste en la situación en que el padre fallece mientras se está gestando la creatura.
Cuando muere una persona, se abre su sucesión. Entonces, la pregunta es si la criatura
tendrá derecho o no a la sucesión. No, no tiene derecho, porque su derecho va a
quedar en suspenso hasta que se produzca la existencia legal de la persona, o sea,
hasta que se verifique el nacimiento.
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Luis Claro Solar entiende que el artículo 77 del Código Civil, lo que
contempla es una ficción, en el sentido de que el legislador va a entender que la
criatura había nacido al tiempo de deferírsele el derecho. En la primera parte del artículo
77, se señala que los derechos de la criatura quedan en suspenso. Y frente a esa
situación, el legislador distingue:
b) Época de la concepción
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Como idea general, el artículo 74 inciso 1 del Código Civil señala que “la
existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al separarse completamente
de su madre”. Los requisitos para entender que estamos frente a la existencia legal de
una persona, se desprenden de este mismo artículo:
- Que la creatura haya nacido, esto es, que se haya separado completamente de
su madre. Para los efectos de entender configurado este requisito, es indiferente la
forma a través de la cual se produce el nacimiento, es decir, es indiferente si el
nacimiento es natural o es consecuencia de una operación quirúrgica.
- Porque si fuese el corte del cordón el momento preciso del nacimiento, este
hecho quedaría sujeto a un hecho de un tercero (el que corta el cordón).
El artículo 74 inciso 2 del Código Civil, señala que “la criatura que muere en el
vientre materno, o que perece antes de estar completamente separada de su madre, o
que no haya sobrevivido a la separación un momento siquiera, se reputará no haber
existido jamás”.
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La ley 19.585 del año 1998 (que modificó el Código Civil) reconoció por primera
vez la existencia de técnicas de reproducción humana asistida. Este reconocimiento
está en el título “De la filiación”, específicamente en el artículo 182, que señala que “el
padre y la madre del hijo concebido mediante la aplicación de técnicas de reproducción
humana asistida, son el hombre y la mujer que se sometieron a ellas”. Agrega esta
norma que “no podrá impugnarse la filiación determinada de acuerdo a la regla
precedente, ni reclamarse una distinta”.
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- El primero, se debe a que del total de los embriones que se forman in vitro, solo
algunos de ellos son colocados en el interior del útero de la madre, y el resto se
destruye o congela, lo cual no corresponde al tratamiento que debe dársele a una
creatura viviente.
- El segundo problema que se plantea desde una perspectiva jurídica, dice relación con
aquellos casos en que el donante de espermios (cuando es un tercero distinto del
cónyuge), quiere ejercer su rol de padre, y quiere por ejemplo ejercer la patria potestad,
o quiere mantener con su hijo una relación directa y continua. Hoy esto no tiene una
respuesta legal.
- En tercer lugar, también se plantea el derecho del anonimato respecto del tercero
donante, versus el derecho que tiene el hijo de conocer su filiación, y de conocer
también su propia información genética, sin perjuicio de lo cual, en la ley 20.120, en los
artículos 12, 13 y 14, ya se adelanta que la información genética del individuo es
reservada, y también se agrega que lo relativo al genoma humano queda amparado por
la ley 19.628, que contiene normas sobre protección de datos de carácter personal.
- Segunda etapa: si esos óvulos están maduros, ellos son inseminados con
semen de la pareja de la mujer o de un donante tercero extraño.
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- Produce su plena eficacia el testamento, y también otros actos jurídicos que eran
dependientes de la muerte, como por ejemplo, se confirman las donaciones revocables
y produce sus efectos el mandato post mortem, que está regulado en el artículo 2169
del Código Civil.
- Se produce la suspensión de los juicios civiles por un tiempo que establece la ley.
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2- Prueba de la muerte
Esta materia, la regula el artículo 45 de la ley de Registro Civil, y los artículos 141
a 143 del Código Sanitario.
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Cuando dos o más personas son entre ellas recíprocamente herederas, tiene
importancia conocer cuál es el momento preciso de la muerte de cada uno. Si estas
personas fallecen en un mismo acontecimiento y no se sabe cuál de ellas murió
primero, entonces se aplica el artículo 79 del Código Civil.
Esta norma no proviene del Código Civil francés, sino que del derecho
germánico. En el derecho civil francés se determinaba según las características de las
dos personas quién tenía más posibilidades de sobrevivir que la otra.
La solución del artículo 79 dice que “si por haber perecido dos o más personas
en un mismo acontecimiento, como en un naufragio, incendio, ruina o batalla, o por otra
causa cualquiera, no pudiere saberse el orden en que han ocurrido sus fallecimientos,
se procederá en todos casos como si dichas personas hubiesen perecido en un mismo
momento, y ninguna de ellas hubiese sobrevivido a las otras”.
- Hernán Corral, siguiendo a José Clemente Fabres, señala que la ley no exige
que el fallecimiento se produzca en un mismo accidente. El supuesto de la ley, se
encuentra en la circunstancia de no poderse comprobar el orden cronológico en que ha
ocurrido la muerte.
4- Muerte presunta
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4.1- Conceptos
- Concepto legal: se desprende del artículo 80 del Código Civil. La muerte presunta es
aquella que es establecida por una resolución judicial, respecto de un individuo que ha
desaparecido por un tiempo determinado, ignorándose si vive y cumpliéndose con las
demás condiciones legales.
- Se estima que atendidas las circunstancias fácticas, de hecho, que rodearon esta
incertidumbre, lo más probable es que esta persona haya fallecido.
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a) Mera ausencia del individuo de que se trate: durante la etapa de mera ausencia,
nos vamos a encontrar con una incomunicación respecto de una persona, pero sin que
existan dudas acerca de si vive o no. Pero frente a esta incomunicación, no procede la
declaración de muerte presunta. Pero hay claramente un problema de administración de
los bienes, y entonces para poner remedio a esto, el legislador recurre a la figura del
curador de bienes, tal como lo reconoce el artículo 473 del Código Civil. Incluso, esta
norma lo que hace es describir este período de mera ausencia, haciendo hincapié en la
falta de comunicación.
En esta etapa, el artículo 83 del Código Civil señala que de los intereses del
desaparecido cuidarán sus apoderados o sus representantes legales. Si no existen
estos, se vuelve al artículo 473 para que se proceda al nombramiento de un curador de
bienes.
En esta materia, a raíz del terremoto, se dictó la ley 20.436 publicada en el diario
oficial del día 23 de abril del 2010. Esta ley, en las zonas afectadas por el terremoto,
alteró algunas de las reglas generales que se señalarán a continuación. Pero esto es
transitorio y sólo para las zonas afectadas.
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- Luis Claro Solar: plantea que el cómputo debe realizarse desde que las
últimas noticias son enviadas, porque ese es un hecho cierto que permite tener
certidumbre de cuándo se encontraba con vida la persona del desaparecido. El hace la
prevención de que esas últimas noticias no tienen que necesariamente provenir del
desaparecido, sino que también pueden provenir de terceros.
- Manuel Somarriva: dice que las últimas noticias deben contarse desde el
momento en que son recibidas. Claro Solar critica esta postura, porque desde el día en
que las últimas noticias son recibidas, puede haber transcurrido un largo espacio de
tiempo desde que fueron enviadas, y por lo tanto no podrían servir para contar el inicio
de los cinco años.
- Hernán Corral: señala que para comenzar el cómputo del plazo, deberá
estarse al contenido de las últimas noticias, y del análisis que de ellas se haga, habrá
que concluir si existe o no alguna fecha que permita comenzar el cómputo del plazo.
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a) Legitimación activa
Se ha discutido por la doctrina cuál es la naturaleza jurídica que debe revestir ese
interés.
- Luis Claro Solar: estima que ese interés debe ser de carácter patrimonial, y
debe encontrarse supeditado o debe ser dependiente de la declaración de muerte
presunta. Por ejemplo, el nudo propietario recupera el dominio pleno cuando muere el
usufructuario. O sea, el nudo propietario tiene un interés para que se declare la muerte
presunta del usufructuario.
- Pescio: estima que este interés no necesariamente tiene que ser patrimonial.
Basta con que exista un interés que se encuentre jurídicamente protegido, como ocurre
por ejemplo, con el cónyuge que quiere pasar a segundas nupcias (porque existe un
impedimento para contraer matrimonio que es la existencia de un matrimonio no
disuelto).
c) Tramitación
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d) Diligencias probatorias
Se pueden utilizar todos los medios de prueba que la ley franquea, y el juez de
oficio, además de las pruebas que se le presenten del desaparecimiento, si no las
estimare satisfactorias, podrá exigir las otras que según las circunstancias convengan.
Así lo dispone el artículo 81 número 4.
e) Sentencia judicial
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Consiste en que el juez fija o establece un día como fecha de la muerte, lo que
reviste particular importancia para determinar el patrimonio del desaparecido, que
pasará provisoria o definitivamente a los herederos presuntivos.
a) Regla general
b) Reglas especiales
El artículo 2 de la ley 20.436, a propósito del terremoto del 2010, señala que
“transcurridos 90 días desde del terremoto del 27 de febrero del 2010, cualquiera que
tenga interés en ello podrá pedir la declaración de muerte presunta de los
desaparecidos con ocasión de la catástrofe ocurrida en esa fecha, que se encontraban
en las regiones de Valparaíso, Libertador Bernardo O’higgins, del Maule y del Bío Bío”.
El inciso 3 de esta disposición señala que el juez fijará como día presuntivo de la muerte
el 27 de febrero de 2010 e inmediatamente oficiará al servicio de Registro Civil, con el
fin de que éste proceda a la inscripción de la muerte presunta.
a) Etapas importantes
- Desaparecimiento simple:
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- Caso de muerte cierta: el juez, cumplidos los requisitos del artículo 81 número 8
inciso 3, concederá de inmediato la posesión definitiva de los bienes sin sujeción a
plazo alguno.
c) Efectos personales
d) Efectos patrimoniales
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- Podrán vender una parte de los bienes muebles, o todos ellos si el juez lo
creyere conveniente oído el defensor de ausentes.
- Estas restricciones no rigen para los frutos de los bienes del desaparecido por
aplicación del artículo 89.
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En segundo lugar, Luis Borja sostiene que hay un derecho de dominio, pero
sujeto a una condición resolutoria, esto es que regrese el desaparecido.
- Qué sucede con los legatarios: Claro Solar señala que conforme al artículo 91, sólo
pueden hacer valer sus derechos una vez decretada la posesión definitiva.
Por su parte, Hernán Corral sostiene que el derecho del legatario nace cuando se
abre la sucesión (fecha presuntiva de la muerte), oportunidad en la cual se hace dueño
de lo que le corresponde sin que pueda exigir la entrega de la cosa sino hasta que se
haya concedido la posesión definitiva. Por ello, desde la apertura de la sucesión, los
frutos corresponderán al legatario y no a los poseedores provisorios.
f) Efectos familiares
Luis Claro Solar señala que la fecha de disolución del régimen corresponde al día
fijado como presuntivo de muerte.
- Transcurrido que sean 10 años desde la fecha de las últimas noticias, fijada en
la sentencia que declara la presunción de muerte.
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El Código trata sólo la rescisión del decreto que concede la posesión definitiva, y
no de aquel que concede la posesión provisoria. Por ello, en este último caso, si el
desaparecido reaparece no se dictará el decreto de posesión definitiva, y las
prestaciones mutuas no se regularán por el artículo 94, sino que conforme al derecho
común, esto es, los artículos 904 y siguientes.
Por último, si hubiere daño a los bienes o estos faltaren, el desaparecido que
reaparece podrá ejecutar la caución rendida.
a) Legitimados activos
Los legitimados activos son los que tienen la titularidad de la acción. Entonces,
pueden pedir la rescisión del decreto de posesión definitiva:
- Las demás personas no podrán pedir la rescisión sino dentro de los respectivos
plazos de prescripción contados desde la fecha de la verdadera muerte (verdadera
muerte porque los que piden la rescisión en este caso no son el desaparecido, por lo
tanto si piden la rescisión resulta obvio que el desaparecido está muerto). Esto está en
el artículo 94 número 2.
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D) Derechos de la personalidad
1- Antecedentes generales
a) Concepto
b) Objeto
- Para otros el objeto no es la persona misma, sino que sus diversos aspectos,
representados por bienes jurídicos tales como la vida y la libertad.
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- Se ha dicho también que el objeto está en los demás ciudadanos, que deben
respeto a la personalidad de cada individuo.
c) Naturaleza jurídica
d) Características
2- Clasificación
a) Derecho a la individualidad
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- Con el consentimiento específico del titular en todos los casos en que se trate
de datos sensibles, esto es, aquellos datos personales que se refieren a las
características físicas o morales de las personas ó a hechos o circunstancias de su vida
privada o intimidad (artículo 2 letra g de la ley 19.628).
Por otro lado, el título II de esta ley, establece una serie de derechos para los
titulares de datos personales. Es importante destacar que esta ley define al titular de
datos como la persona natural a la que se refieren los datos de carácter personal
(artículo 2 letra ñ), excluyéndose como sujetos de derecho a las personas jurídicas.
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- El nombre: esto es, el derecho a tener una nominación que nos distinga del resto de
las personas de la sociedad.
- El estado civil: se protege regulándose acciones para reclamar un estado civil que se
desconoce, y otras para impugnar uno que no corresponde.
Son aquellas calidades que corresponden a todo ser humano, y que integran el
concepto mismo de personalidad, y de las cuales se derivan derechos y prerrogativas, y
deberes o cargas.
Las personas jurídicas carecen de estado civil, pero tienen todos los otros
atributos mencionados.
1- Nacionalidad
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a) Fuentes de la nacionalidad
Son las formas mediante las cuales se determina quiénes son nacionales de un
Estado. Su principal clasificación es:
- Ius solis: este sistema consiste en atribuir la nacionalidad del Estado en cuyo
territorio se ha nacido. Se denomina también derecho de suelo.
El artículo 56 del Código Civil dispone que son chilenos los que la Constitución
del Estado declara tales. Los demás son extranjeros.
c) Pérdida de la nacionalidad
- Por decreto supremo en caso de prestar servicios durante una guerra exterior a
enemigos de Chile o a sus aliados.
La nacionalidad, por regla general, debe ser una sola, ya que como señala Luis
Claro Solar, no se puede tener dos patrias como no se puede tener dos madres. Con
todo, el mismo artículo 10 permite la doble nacionalidad en ciertos casos, como por
ejemplo sucede con España, en virtud de un tratado celebrado en 1958.
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d) Efectos de la nacionalidad
2- Nombre
a) Concepto y generalidades
- Nombre propiamente tal: es aquel que indica la persona que requiere la inscripción de
nacimiento en el Registro Civil (artículo 31 número 3 de la ley de Registro Civil).
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- Tiene protección legal: los artículos 214 y 468 del Código Penal sancionan al
que usurpare el nombre de otro y al que defraudare a otro usando un nombre fingido.
- Cuando el solicitante haya sido conocido durante más de 5 años, por motivos
plausibles (razonables), con nombres o apellidos, o ambos, diferentes de los propios.
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f) Especies de nombre
3- Capacidad
a) Clases de capacidad
- Capacidad de ejercicio: el artículo 1445 inciso 2 del Código Civil señala que la
capacidad legal de una persona, consiste en poderse obligar por sí misma, y sin el
ministerio o la autorización de otra.
b) Tipos de incapacidades
La regla general, es que toda persona es capaz. Así lo señala el artículo 1446 del
Código Civil, al señalar que toda persona es legalmente capaz, excepto aquellas que la
ley declara incapaces.
- Los impúberes: son los hombres que no han llegado a cumplir 14 y las
mujeres que no han cumplido los 12.
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- Los disipadores que se hallen bajo interdicción de administrar lo suyo: "lo suyo"
se refiere a sus bienes. El artículo 445 inciso 1 del Código Civil dispone que la
disipación deberá probarse por hechos repetidos de dilapidación que manifiesten una
falta total de prudencia.
- Especiales: también son llamadas prohibiciones. El artículo 1447 inciso final, señala
que "además de estas incapacidades (absoluta y relativa) hay otras particulares que
consisten en la prohibición que la ley ha impuesto a ciertas personas para ejecutar
ciertos actos".
Así ocurre por ejemplo, con las incapacidades especiales para celebrar el
contrato de compraventa (artículo 1796 a 1800).
4- Estado civil
a) Conceptos
- Artículo 304 del Código Civil: define el estado civil señalando que "es la calidad
de un individuo en cuanto le habilita para ejercer ciertos derechos o contraer ciertas
obligaciones civiles".
Esta definición se critica porque no queda claro a qué calidad del individuo se
refiere. Además, porque pareciera ser más bien la definición de capacidad.
b) Características
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- Hechos jurídicos: así ocurre con el nacimiento, la edad (transcurso del tiempo) o
la muerte, los que en realidad constituyen una imposición de la ley, sin que la voluntad
de los interesados tenga alguna influencia.
- El artículo 32 inciso 2 de la ley de matrimonio civil, señala que los cónyuges adquirirán
la calidad de separados.
- El artículo 6 transitorio de la ley de matrimonio civil, señala que las personas que con
anterioridad a la vigencia de la presente ley, se hayan divorciado temporal o
perpetuamente por sentencia ejecutoriada, tendrán el estado civil de separados.
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- Regla general: el estado civil se prueba por medio de los certificados o partidas
del Registro Civil, siendo las más importantes, las de nacimiento, matrimonio y
defunción (artículo 305 del Código Civil).
Estas sentencias producen efectos erga omnes, lo que constituye una excepción
al artículo 3 inciso 2 del Código Civil, ya que se trata de sentencias constitutivas
(artículo 315). Para ello, deben concurrir los siguientes requisitos, contemplados en el
artículo 316:
5- Domicilio
a) Concepto
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- La sucesión se regla por la ley del domicilio en que se abre (artículo 955 inciso
2).
- Por regla general, sirve para determinar el lugar del pago (artículo 1588 inciso
2).
- Artículo 59 inciso 2:
- Civil: está en el artículo 61 y 62. Es aquel relativo a una parte determinada del
territorio del Estado. Se llama también domicilio vecinal o vecindad.
- Otra clasificación:
- Otra clasificación:
- Según su origen:
- El que vive bajo patria potestad, sigue el domicilio paterno o materno según el
caso. El que se halla bajo tutela o curaduría, el de su tutor o curador (artículo 72).
- La mera residencia hará las veces de domicilio civil respecto de las personas
que no tuvieren domicilio civil en otra parte (artículo 68). Por ejemplo, los gitanos.
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d) Pluralidad de domicilios
6- Patrimonio
a) Concepto
Por lo anterior, Pablo Rodríguez lo define como una noción abstracta que
agrupa o sintetiza en una unidad indivisible, la totalidad de los derechos y obligaciones
susceptibles de apreciación pecuniaria, ligada a una determinada relación jurídica
especialmente caracterizada en la ley, perteneciente individual o colectivamente a un
sujeto de derecho.
b) Características
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- Teoría de la finalidad: señala que el patrimonio es sólo una masa de bienes que
se justifica por la afectación o destino del conjunto de bienes, a un fin determinado. Se
critica esta teoría porque no es posible crear un patrimonio para una sola operación.
d) Patrimonios fraccionados
Son patrimonios que, por las circunstancias o por los fines de un individuo, se
autonomizan o separan del patrimonio general de la misma persona, conservando el
mismo titular, pero siendo administrado por una persona distinta.
Esta situación sirve para explicar algunos casos, como el patrimonio de un menor
de edad, o el de una mujer casada en sociedad conyugal, cuando ellos desarrollan una
actividad lucrativa o productiva distinta del padre o marido. O también, lo que ocurre con
la herencia aceptada con beneficio de inventario.
Si el sujeto de derecho fuera sólo la persona natural, el tráfico jurídico sería muy
limitado. Por lo tanto, con el objeto de enriquecer la relación jurídica, se incorpora a un
nuevo sujeto de derecho, que es la persona jurídica, la que también recibe el nombre de
persona o entidad moral.
1- Concepto
- Reconocida por el Estado: tratándose de las personas jurídicas sin fines de lucro, se
requiere de un reconocimiento del Estado.
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b) Concepto legal: nuestro Código Civil define la persona jurídica en el artículo 545
inciso 1, señalando que "se llama persona jurídica una persona ficticia capaz de ejercer
derechos y contraer obligaciones civiles, y de ser representada judicial y
extrajudicialmente".
a) Las personas jurídicas de derecho privado sin fines de lucro y las personas jurídicas
de derecho público, arrancan su existencia de un reconocimiento que efectúa el Estado,
a través del Ministerio de Justicia en el primer caso, ó por el legislador en el segundo
caso.
b) En su origen, las personas jurídicas tienen por finalidad enriquecer el tráfico jurídico y
el comercio.
c) Las personas jurídicas tienen una libertad que es limitada, limitación que dice relación
con el objeto para el cual ellas fueron constituidas. O sea, la autonomía de la persona
jurídica estará dada por el objeto que en conformidad a sus estatutos, puede desarrollar
esa entidad moral.
e) Los bienes de una persona jurídica le pertenecen a ésta, no a las personas que han
concurrido a su formación. Por ello, la persona jurídica también tiene patrimonio propio
como atributo de la personalidad.
f) La persona jurídica tiene un fin que le es propio, y ese fin propio es independiente de
aquel que quieran perseguir u obtener los que han concurrido a la formación de la
persona jurídica.
g) La ley máxima dentro de una persona jurídica es su estatuto. Son estos los que
determinan los elementos más relevantes de esta entidad moral.
3- Naturaleza jurídica
a) Teoría de la ficción: fue propuesta por Savigny. En ella, él plantea que la persona
jurídica es un ente creado artificialmente, al que se le atribuye una personalidad, y que
son capaces de tener un patrimonio y que requieren de un reconocimiento por parte de
la autoridad, de suerte tal que el nacimiento, la subsistencia y el término de la persona
jurídica queda sujeto a la ley.
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b) Teoría de la realidad técnica: destaca Brinz. En esta teoría, la idea central que
prima es la del patrimonio de afectación, es decir, la persona jurídica existe como
respuesta a una necesidad. Y esa necesidad es que siempre en la relación jurídica se
requiere de un centro de atribución, en el cual queden radicados los derechos y
obligaciones. O sea, para que funcione el tráfico jurídico, se necesita que exista un
patrimonio independiente de las personas que componen la entidad moral.
Dependiendo de su
Atendiendo a la Se regirán por la ley naturaleza, se regirán por
regulación vigente. un decreto supremo, o por
sus estatutos.
Son aquellas que participan principalmente de los caracteres estatales, esto es,
de ciertas características o prerrogativas que son exclusivas del Estado. A las personas
jurídicas de derecho público, no se les aplica la normativa contemplada en el Código
Civil, lo que se desprende del artículo 547 inciso 2, al señalar que "tampoco se
extienden las disposiciones de este título a las corporaciones o fundaciones de derecho
público, como la nación, el fisco, las municipalidades, las iglesias, las comunidades
religiosas y los establecimientos que se costean con fondos del erario: estas
corporaciones y fundaciones se rigen por leyes y reglamentos especiales".
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Las personas jurídicas de derecho público a que se refiere el artículo 547, son:
Así por ejemplo, el profesor Eduardo Soto Kloss, piensa que las empresas
públicas creadas por ley tienen por objeto satisfacer necesidades públicas, y por ende,
son de derecho público, aún cuando en el ejercicio de su actividad deban someterse a
la legislación privada.
- Los establecimientos públicos que se costean con fondos del erario: ésta
referencia del artículo 547, es inductiva a equívoco, porque hay establecimientos
públicos costeados con fondos del erario que también quedan subsumidos en la
persona jurídica del Estado. Por esa razón, lo correcto es hacer referencia a aquellos
órganos del Estado que son descentralizados, es decir, aquellos que tienen una
personalidad jurídica y un patrimonio propios, independientes de los del Estado, aún
cuando ellos formen parte del aparato estatal.
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- Con fines de lucro: se trata de aquellas personas jurídicas que persiguen una
ganancia pecuniaria o material, que les permita aumentar la fortuna de sus socios. Así,
el elemento característico de estas personas jurídicas es el reparto por parte de los
socios, de las utilidades que se hayan obtenido durante el respectivo ejercicio.
- Civiles: se rigen por los artículos 2053 y siguientes del Código Civil. Son
constituidas para realizar actos civiles.
- Sociedades colectivas
- Sociedades en comandita
- Sociedades de responsabilidad limitada
- Sociedades anónimas
- Sociedades por acciones, creadas por la ley 20.190 de junio de 2007. Se
constituyen con uno o más socios, lo que es una excepción a la colectividad de la
persona jurídica.
- Sin fines de lucro: una persona jurídica sin fines de lucro es aquella en que sus
ganancias o utilidades no pueden ser repartidas entre sus miembros. En este sentido, el
artículo 545 del Código Civil, en sus incisos 2 y 3, dice que las personas jurídicas son
de dos especies: corporaciones y fundaciones de beneficencia pública. Agrega que hay
personas jurídicas que participan de uno y otro carácter.
A estas últimas, desde un punto de vista doctrinario, se les suele llamar personas
jurídicas mixtas, y un ejemplo es el de las universidades, que pueden constituirse como
una corporación o como una fundación.
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- Ambas personas jurídicas persiguen un fin que debe ser lícito. Este fin, además, no
debe ser lucrativo, y en ambos casos debe ser determinado.
- Las corporaciones pueden perseguir un fin que sea común a sus miembros, que vaya
en bienestar de ellos, pero también pueden constituirse para ir en utilidad de otras
personas o de la sociedad en general. En cambio, en las fundaciones el fin es ideal, es
decir, persigue el bienestar de personas indeterminadas, y este fin ha sido establecido
previamente por el fundador.
- En general, ambas personas jurídicas se rigen por una misma normativa. Así se
desprende del artículo 563, que señala que "lo que en los artículos 549 hasta 561 se
dispone acerca de las corporaciones y de los miembros que las componen, se aplicará
a las fundaciones de beneficencia y a los individuos que las administran". En el mismo
sentido anterior, se pronuncia el artículo 30 del reglamento sobre concesión de
personalidad jurídica a corporaciones y fundaciones.
Sin perjuicio de lo anterior, el artículo 548 del Código Civil, es aplicable sólo a las
corporaciones. En cambio, los artículos 562 y 564 son aplicables sólo a las fundaciones.
En lo sustancial, esta materia está regulada en los artículos 546 y siguientes del
Código Civil, y también en el reglamento sobre concesión de personalidad jurídica a
corporaciones y fundaciones.
El acto constitutivo es aquel que crea o establece una vinculación entre los
distintos componentes de la asociación.
La existencia del acto constitutivo se entiende por el hecho de que las personas
que forman la asociación, requieren de un acto jurídico que las vincule entre sí. Y al
tratarse de un acto jurídico, quienes concurren en él deberán ser capaces de ejercicio, y
a su vez, deberán manifestar un consentimiento válido.
Con esto, se quería dar a entender que quienes concurrían al acto constitutivo se
obligaban todos a dar, hacer o no hacer alguna cosa.
Esta tesis que plantea que el acto constitutivo es un contrato bilateral, recibió
como crítica la circunstancia de que en el acto constitutivo no hay una obligación
recíproca, por el contrario, el acto constitutivo lo que persigue es la creación de un
nuevo sujeto de derecho distinto de los individuos que han concurrido a su creación.
- Acto colectivo: Gierke señala que el acto constitutivo corresponde a una institución
ajena a las categorías contractuales clásicas, y él comienza a hablar de que estamos en
presencia de un acto colectivo, en el sentido de que se trata de un acto jurídico
unilateral que emana de muchas personas, todas las cuales forman una sola parte.
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- Trámites de constitución:
- El Presidente de la República realizará un acto por medio del cual concede o deniega
la aprobación solicitada (artículo 546 y 23 del reglamento). También puede el
Presidente proponer modificaciones a la solicitud, las que deben ser aceptadas por los
constituyentes y reducidas a escritura pública. Estas modificaciones deben ser
evacuadas dentro del plazo máximo de 3 años, y en caso de que no se cumpla este
plazo, se procederá al archivo definitivo de los antecedentes (artículo 23 del
reglamento).
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- No pueden llevar el nombre de una persona, salvo que ella acceda a la utilización del
nombre, o que hubieren transcurrido 20 años desde su muerte. Tampoco podrá
utilizarse un nombre que sea igual o tenga similitud con otras ya existentes en la misma
provincia (artículo 5 del reglamento).
De acuerdo con los artículos 563 del Código Civil y 30 del reglamento, en lo
sustancial, para la constitución de una fundación se van a seguir los mismos requisitos
que para la constitución de una corporación.
Pero hay una diferencia importante, que consiste en que las fundaciones se
constituyen mediante una manifestación de voluntad de su fundador, y el Presidente de
la República, lo que hace es aprobar su existencia. Pero atendida su naturaleza, no
existe el requisito propio de la corporación que es el otorgamiento del instrumento
privado que sirve de acto constitutivo y su posterior reducción a escritura pública.
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En esta situación del testamento, debe tenerse en cuenta que uno de los
requisitos para ser asignatario es ser capaz, y esta capacidad en materia testamentaria,
importa el existir al tiempo de abrirse la sucesión.
a) Composición
- Corporación:
Tampoco está resuelto el que exista un número mínimo de miembros que formen
una corporación. Atendida su naturaleza, lo propio es que esté formada por dos o más
miembros. Y en todo caso, se agrega que el número de miembros deberá ser el
necesario para cumplir con los fines que se ha propuesto la corporación.
- Fundación:
- Corporación:
- Fundación:
- Administradores: estos son las personas que reciben el encargo del fundador
de realizar su voluntad.
c) Estatutos
- Corporación:
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- Policía correccional: los estatutos, para poder aplicar las sanciones que ellos
mismos contienen, contemplan la llamada policía correccional. Esta es la institución que
tendrá por finalidad velar por el cumplimiento del derecho disciplinario interno de la
corporación.
Así por ejemplo, los estatutos pueden establecer que los socios deban
pagar una cuota, y para el evento del no pago se contempla una sanción. La aplicación
de esta sanción se hace en ejercicio de la policía correccional (artículos 554 y 555).
- Fundación:
d) Voluntad
- Corporación:
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Entonces habrá que analizar el quórum que requiere esta asamblea legalmente
constituida para adoptar acuerdos válidos. La regla general, la da el artículo 18 inciso 1
del reglamento, y se refiere a la mayoría absoluta de los asistentes. Hay una excepción
en el inciso 2, en virtud de la cual se requieren dos tercios de los asistentes para
acordar la disolución de la corporación o la modificación de sus estatutos. Aún cuando
no lo dice el artículo 18, esto es sin perjuicio de que en los mismos estatutos las partes
hayan acordado otros quórums. Pero no pueden exigir quórums menores a los que
establece la ley. Luego se registra en un libro de actas todo lo relativo a la asamblea
(artículos 18 inciso 3 y 20 del reglamento).
- Fundación:
e) Representación
Las personas morales son un sujeto de derecho, y por lo tanto, ellas pueden
actuar en el tráfico jurídico, pueden celebrar actos y contratos. Serán titulares de
crédito, y por lo tanto podrán exigir el cumplimiento de las obligaciones que tengan para
con ella, o también serán deudoras de una obligación y deberán concurrir a satisfacerla.
Podrán adquirir bienes y enajenarlos, deberá manifestar su voluntad, etc. En fin,
requiere realizar una serie de actos jurídicos, los cuales siempre deberán efectuarse por
intermedio de una persona natural. Ello en atención a que la persona jurídica es una
construcción abstracta.
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- Teoría del órgano: es sostenida por Gierke. En este caso se plantea que la
persona jurídica es un ente plenamente capaz de ejercicio. Y ella actúa en la vida del
derecho a través de sus órganos. O sea, estamos en presencia de una situación en que
una persona actúa directa e inmediatamente por medio de alguno de sus miembros o
partes.
- Artículo 551: "las corporaciones son representadas por las personas a quienes
la ley o las ordenanzas respectivas, o a falta de una y otras, un acuerdo de la
corporación ha conferido ese carácter". Este artículo se acerca a la teoría de la
representación.
a) Causales
- Por acuerdo de disolución: las corporaciones pueden disolverse por sí mismas con la
aprobación de la autoridad que legitimó su existencia (artículo 559 inciso 1 y 26 del
reglamento).
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b) Caso especial
El artículo 560 es un caso especial. Dice relación con la circunstancia de que los
miembros de la corporación disminuyan a tan corto número, que no puedan ya
cumplirse los objetos para que fue instituida, o bien si faltan todos estos miembros. En
este caso no se verifica la disolución de la corporación, sino que deberá procederse a la
integración o renovación de los miembros, ya sea en la forma prevista en los estatutos,
o en caso de no designada en éstos, conforme lo disponga la autoridad que legitimó su
existencia.
Por disposición del artículo 563 del Código Civil, a igual solución habrá que
arribar si es que faltan los administradores de una fundación.
Lo primero que debe hacerse es revisar qué es lo que los estatutos señalan
sobre este caso. Los estatutos pueden reconocer a los miembros de la corporación
repartirse entre sí los bienes de que ella era titular. Luis Claro Solar sostiene que una
estipulación como ésta atentaría contra la naturaleza de una corporación o fundación,
porque esta repartición o distribución de los bienes dejaría de manifiesto un ánimo de
lucro, que le está prohibido a estos sujetos de derecho. De esta forma, señala Claro
Solar, lo que corresponde es que los estatutos consagren un fin análogo.
Si los estatutos nada dicen, entonces los bienes pertenecerán al Estado, con la
obligación de aplicarlos a un objeto análogo, lo que será definido por el Presidente de la
República.
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Una vez que el Ministerio recibe estos bienes, debe confeccionar un inventario valorado
de ellos, quedando bajo su custodia.
a) Nombre
El nombre de una persona jurídica estará dado por los asociados o por el
fundador, ya sea en una corporación o en una fundación, respectivamente. El artículo 4
número 1 y el 31 letra a del reglamento, establecen que el nombre de la persona
jurídica constituye una estipulación que debe estar contenida en los estatutos de la
entidad moral.
b) Domicilio
De acuerdo con los artículos 4 número 1 y 31 letra a del reglamento, los estatutos
de la corporación o fundación, deben contener el domicilio de la persona jurídica. De lo
que se trata es que la persona jurídica pueda ser localizada en un lugar determinado.
Generalmente, este lugar corresponderá a aquel en que ella ejerza el giro principal de
su negocio, de su actividad, lugar en el cual se presumirá que está presente para los
efectos de exigir los derechos y obligaciones que emanen de los contratos que ella
suscribe.
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c) Nacionalidad
- Otros autores estiman que, si bien los razonamientos anteriores son valederos,
existe una serie de circunstancias prácticas, como por ejemplo la legislación aplicable,
que hacen necesario que las personas jurídicas tengan una nacionalidad,
evidentemente con características que las diferencien de las personas naturales.
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- Capacidad de la persona jurídica para actuar fuera del país en que se aprobó o
autorizó su constitución:
Hay que distinguir si estamos frente a una persona jurídica de derecho público o
de derecho privado.
Frente al artículo 546 del Código Civil han habido dos posturas:
- Arturo Alessandri: plantea que para que una persona jurídica extranjera de
derecho privado actúe válidamente en Chile, es necesario que se haya dado
cumplimiento previo a lo dispuesto en el artículo 546 del Código Civil, y sin esta
autorización o aprobación no será reconocida en nuestro país. Sus argumentos son:
- Luis Claro Solar: estima que en Chile, una persona jurídica constituida en el
extranjero no requiere de un reconocimiento adicional que aquel dado por su país de
origen por las siguientes razones:
- Porque como toda ley, el artículo 546 se dictó para ser aplicable a las entidades
morales que se constituyan en Chile, porque cuando se legisla se hace para el país en
que se dicta la ley.
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Así entonces, no cabe duda que en Chile tienen reconocimiento las personas jurídicas
de derecho privado con fines de lucro, y por lo tanto, atentaría contra la armonía, contra
la coherencia del ordenamiento jurídico, arribar a una conclusión diversa tratándose de
las personas jurídicas sin fines de lucro.
d) Patrimonio
- Principio general:
e) Capacidad
Del artículo 545 del Código Civil, que contiene la definición de persona jurídica,
se desprende que ellas tienen capacidad de ejercicio, y por ende el artículo 556 agrega
que "las corporaciones pueden adquirir bienes de todas clases a cualquier título".
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a) Responsabilidad penal
También, las personas jurídicas deberán cumplir con las obligaciones que hayan
convenido en razón de una relación contractual. De acuerdo con el artículo 545 del
Código Civil, la persona jurídica actuará a través de sus representantes, norma que es
complementada por el artículo 551.
A su vez, el artículo 552 establece que para que la corporación resulte obligada,
es necesario que la actuación del representante no exceda de los límites del ministerio,
del encargo que se le ha confiado. Si excede estos límites, se obliga personalmente.
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- De un hecho propio:
Hay una situación general que sirve como fundamento a esta teoría, que es el
caso del fraude a la ley, es decir, mediante la estructura de la persona jurídica, se
obtiene un resultado práctico que en definitiva consiste en sustraerse de la fuerza
coercitiva del derecho. O sea, genéricamente la teoría va a proceder cuando estemos
frente a un fraude a la ley. Y esta causal genérica, se puede explicar en tres situaciones
particulares:
- Cuando existe burla de la ley: los sujetos que son destinatarios de la norma se
esconden tras el velo de la persona jurídica, y de esta forma el mandato legal no
aparece formalmente infringido, porque queda realizado el acto o contrato por la
persona jurídica, y no por el destinatario de la norma.
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- Cuando existe burla al contrato: se realiza un acto en virtud del cual se elude
una disposición contractual, la cual según el artículo 1545 tiene la fuerza de una ley.
I) Nociones generales
1- Conceptos
- Hernán Corral: el derecho subjetivo es aquel que corresponde a una facultad moral e
inviolable que me permite exigir que otro dé, haga o no haga alguna cosa en mi favor.
- Pablo Rodríguez: el derecho subjetivo es aquel que confiere poderes o facultades, que
al ponerlas en ejercicio, hacen posible que el titular del derecho subjetivo exija una
conducta, para cuyo cumplimiento puede invocar el poder coercitivo del Estado.
- Positivismo: plantea que el derecho subjetivo nace por la norma jurídica, y por lo tanto
es posterior, es una consecuencia de la norma jurídica.
Desde una perspectiva histórica, los derechos subjetivos no fueron conocidos por los
romanos. La noción de derecho subjetivo surge en el siglo XIV, y en particular, quien la
implementa es Guillermo de Occam, y en una situación histórica muy particular, que consistió
en una controversia entre el Papa Juan XXII y la Orden Franciscana.
- Kelsen: niega el derecho subjetivo como concepción anterior al Estado, rechaza esa
postura, esa noción extrajurídica del derecho subjetivo. Dice que nada puede obtenerse
fuera del contexto propio del ordenamiento jurídico, y si así se hace, entonces se
transforma en un concepto ideológico, deja de ser una materia jurídica.
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Plantea que los derechos subjetivos son un aspecto del derecho objetivo, toda
vez que el derecho subjetivo es el resultante de la aplicación a los individuos del derecho
objetivo. Por eso, Kelsen llama al derecho subjetivo como un fenómeno de
subjetivización de la norma jurídica.
- Teoría del interés: planteada por Ihering. Dice que los derechos subjetivos existen en
razón de ciertos fines u objetivos que el titular de ellos desea o necesita alcanzar. Estos
fines son los intereses que la ley considera dignos de protección. De ahí entonces, que
llame al derecho subjetivo como el interés jurídicamente protegido.
- La teoría no explica por qué existen ciertos intereses garantizados por la norma
jurídica, pero que no constituyen un derecho subjetivo. Por ejemplo, las normas
del tránsito.
- La voluntad del titular: se expresa en la facultad que tiene el titular para poner en
movimiento al derecho, es decir, de exigir la realización de ese derecho, pudiendo
recurrir o exigir el poder coercitivo del Estado.
- El interés: el poder o facultad que se confiere al sujeto, sólo se puede poner
legítimamente en movimiento para alcanzar un determinado objetivo, esto es, la
satisfacción de un interés.
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- Propiamente tales: son aquellos que reúnen todos los elementos que conforman el
derecho subjetivo, es decir, habrá un sujeto activo, un sujeto pasivo, un objeto, un título
y existirá la vinculación jurídica, la relación jurídica que une a estos sujetos.
- Impropios: son aquellos que no reúnen todas las exigencias antes señaladas. Un
ejemplo son las cualidades jurídicas, como la capacidad de ejercicio o el estado civil.
Otro ejemplo, son las potestades, en el entendido de que ellas no se ejercen en
beneficio propio, sino que en beneficio de un tercero (por ejemplo el padre respecto de
su hijo). También se señala como ejemplo a las facultades que emanan de un derecho
(por ejemplo en el dominio, las facultades de uso, goce y disposición, no son autónomas,
sino que están sujetas al derecho de dominio). Otro ejemplo son las expectativas, que
no constituyen derecho.
a) Absolutos o relativos
- Absolutos: son aquellos que pueden hacerse valer en contra de todas las personas. En
el caso de estos derechos, se dice que el sujeto pasivo es la sociedad entera, y se
señala como ejemplo a los derechos de la personalidad y los derechos reales.
- Relativos: son aquellos que sólo se pueden hacer valer de ciertas y determinadas
personas. En este caso, el sujeto pasivo es esa determinada persona, y por lo tanto,
desde la perspectiva de la eficacia del derecho, es una eficacia limitada. Ejemplos son
los derechos personales o créditos.
b) Originarios o derivados
- Originarios: son aquellos que emanan directamente de su titular, que no existían antes,
y que se han creado en forma independiente de la actividad del titular dirigida o
encaminada a adquirirlos. Por ejemplo, los derechos y atributos de la persona natural.
- Derivados: son aquellos que suponen la ejecución por parte del futuro titular de una
actividad tendiente a su adquisición. Estos derechos suponen la existencia de un titular
previo, que transfiere o transmite este derecho subjetivo al nuevo titular.
- Sujetos a modalidad: son aquellos que están afectos a una modalidad, lo que hace que
se alteren sus consecuencias naturales. Las principales modalidades son la condición, el
plazo y el modo, las que por regla general, se insertan en el acto jurídico a través de un
elemento accidental.
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- Intransferible: son generalmente aquellos actos in tuitus personae, o sea, que suponen
una especial característica del sujeto activo o pasivo.
1- Nacimiento
El nacimiento del derecho subjetivo se verifica con su adquisición, esto es, la unión del
derecho subjetivo a una persona determinada. Esta adquisición puede ser:
En general, los derechos personales son originarios, pero pueden adquirirse en forma
derivativa a través de una cesión de los derechos que emanan de un contrato. En cambio, los
derechos reales se adquieren generalmente de forma derivativa, salvo aquellos en que el
modo de adquirir el dominio ha sido la ocupación, la accesión o la prescripción.
2- Modificación
En este caso, nos referimos a las diversas alteraciones que puede experimentar un
derecho subjetivo entre su nacimiento y su extinción. Esta modificación puede ser:
- Subjetiva: la modificación se produce en la persona del titular del derecho, es decir, van
a cambiar el sujeto activo o el sujeto pasivo del derecho.
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3- Extinción
Los derechos subjetivos pueden extinguirse sólo para el titular que los detentaba, o bien,
pueden ellos extinguirse en forma absoluta o definitiva.
- Sólo para el titular que los detentaba: en este caso estamos en presencia de una
transferencia o transmisión.
- En forma definitiva: en este caso, podemos reconocer tres situaciones:
1- Ideas generales
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Dentro del ejercicio de un derecho, vamos a encontrar algunos cuyo ejercicio será
permanente, como ocurre por ejemplo, con los derechos de la personalidad. Otros, en cambio,
en que el ejercicio dependerá de las necesidades que tenga su titular, por ejemplo, en el
derecho de dominio el titular exigirá el respeto a este derecho cuando exista un atentado a su
posesión pacífica.
Esto permite entender por qué el profesor Pablo Rodríguez señala que el ejercicio de un
derecho subjetivo, importa dos caras: en una, el derecho subjetivo le entrega a su titular una
herramienta para exigir un determinado comportamiento, la realización de una determinada
conducta. Y en cambio, desde la otra perspectiva, el sujeto pasivo se verá en la necesidad de
ejecutar una determinada prestación.
Entonces, lo que hay que preguntarse es si puede el titular de un derecho subjetivo,
ejercer o poner en práctica este derecho sin limitación alguna, o sea, si puede ejercerlo
arbitrariamente, en forma caprichosa, sin que del ejercicio de ese derecho reporte beneficio
alguno. O sea, si puede el ejercicio de un derecho, cuando se ha utilizado en forma culpable o
dolosa y ha causado daño a un tercero, ser fuente de la obligación de reparar los perjuicios que
se hayan ocasionado.
Hubo una corriente de pensadores que se llamaron individualistas. Ellos plantean que el
derecho subjetivo se reconoce o confiere a un individuo, a su titular, para que éste lo ejerza, lo
ponga en movimiento de forma libre y discrecional, con el fin que él quiera, sin necesidad de
rendir cuenta de sus actos. Y entonces, se habla de los derechos absolutos, hay una
absolutización del derecho.
Si se reconoce como válida la tesis del absolutismo del derecho, entonces las
respuestas a las interrogantes planteadas anteriormente serían negativas, es decir, el ejercicio
de un derecho no podría ser fuente de responsabilidad civil, porque el titular estaría actuando al
amparo de la norma jurídica. De ahí que se estableció el refrán "quien su derecho ejerce, a
nadie ofende".
La teoría del abuso del derecho está expresamente consagrada en ciertos Códigos
Civiles, por ejemplo, en el artículo 226 del Código Civil alemán, que dispone que el ejercicio de
un derecho es inadmisible si únicamente puede tener la finalidad de causar daño a otra
persona. El artículo 2 del Código Civil suizo señala que cada uno está obligado a ejercer sus
derechos y cumplir sus obligaciones según las normas de la buena fe, de manera tal que el
abuso manifiesto de un derecho no está protegido por la ley.
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Hay autores como Planiol, que no están de acuerdo con la terminología que se está
utilizando, en el sentido que un acto abusivo siempre importará que este sea ilícito. Pero Planiol
dice que estamos hablando del ejercicio de un derecho, y el ejercicio de un derecho no puede
ser ilícito porque sería una contradicción. No puede haber un acto que a la vez sea el ejercicio
de un derecho, y contrario a derecho.
Se refiere a cuándo el ejercicio del derecho puede ser fuente de responsabilidad civil.
- Doctrina subjetiva: en esta doctrina, lo que se plantea es que habrá que indagar y
determinar cuál fue la intención del agente, cuál fue la intención que tuvo el titular de ese
derecho al ponerlo en movimiento. Por lo tanto, esta teoría se centra en la intención. El
problema de esta teoría es cómo acreditar que el agente quería causar daño.
- Doctrina objetiva: en esta teoría, lo que se representa es que el derecho tiene una
finalidad que cumplir, y esa finalidad la representa en una función social. Y en
consecuencia, habrá abuso del derecho cuando el ejercicio del mismo se aleja de ese
fin, se aleja de la función social que debía buscar.
- Doctrina ecléctica: esta teoría plantea que el análisis del problema debe efectuarse
analizando los requisitos de la responsabilidad extracontractual, y por lo tanto, el juez
deberá determinar y sancionar a aquel que en ejercicio de su propio derecho, con dolo o
culpa, ha causado daño a una tercera persona.
- Doctrina de la desviación del interés: se basa en los tres elementos del derecho
subjetivo que plantea el profesor Pablo Rodríguez. Él entiende que hay abuso del
derecho cuando en su ejercicio no se tutela el interés, el objetivo, el fin que está
amparado por la norma jurídica, de forma tal que esta desviación o exceso coloca al
sujeto al margen del derecho.
- Artículo 56 del Código de Aguas: es la norma más famosa en esta materia. Esta norma
señala que cualquiera puede cavar en suelo propio pozos para la bebida y uso
domésticos, aunque en ello resulte menoscabarse el agua que alimenta a otro pozo.
Pero si de ello no reportare utilidad alguna, o no tanta que no pueda compararse con el
perjuicio ajeno, será obligado a cegarlo.
- Artículo 2110 del Código Civil: señala que no vale la renuncia que se hace de mala fe o
intempestivamente. Este artículo hay que relacionarlo con el 2111 y el 2112 que
contemplan los casos de renuncia de mala fe y de renuncia intempestiva.
- Artículo 280 del Código de Procedimiento Civil: nuestro ordenamiento jurídico permite
que el juicio se inicie mediante una medida prejudicial precautoria. En este caso, la
facultad que confiere la ley es poder pedir una medida prejudicial precautoria. El interés
es que la sentencia se pueda hacer efectiva. Ambos elementos, están reconocidos en la
ley.
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a) Límites intrínsecos
- La buena fe: el ejercicio del derecho no puede desarrollarse con el ánimo de perjudicar
a otra persona, no puede ejecutarse de mala fe, porque en ese evento, se está
sobrepasando el interés que está protegido por la norma jurídica. Por ejemplo, el artículo
1546 que obliga a comportarse a las partes contratantes de buena fe. Otra manifestación
de esta limitación intrínseca se encuentra en el artículo 1617 número 5, norma que está
ubicada en una forma especial de hacer el pago de una obligación, denominada "pago
por cesión de bienes". El principio consiste en que el acreedor está obligado a aceptar el
pago por cesión de bienes que efectúa su deudor. Pero la ley contempla una excepción,
en el sentido que el acreedor puede repudiar ese pago cuando el deudor no se haya
comportado de buena fe.
- La función social del derecho: se parte del supuesto de reconocer que el derecho no
solo tiene por finalidad satisfacer intereses individuales, sino que también tiene un fin o
función social que desarrollar, y por ende, si es que el derecho se ejerce transgrediendo
ese fin, estaremos frente a una limitación. Por ejemplo, los artículos 600 y 601, en que
se contienen ciertas limitaciones al derecho de propiedad. Otro ejemplo está en los
artículos 930 y 932. En ambas disposiciones se contemplan las acciones posesorias, las
que en ciertos casos están dirigidas a evitar que se cause un daño. En este caso, el fin
social es evitar que se cause daño a terceros.
b) Límites extrínsecos
Son aquellos que se originan cada vez que el derecho se pone en movimiento, se
desenvuelve en el medio social. Estas limitaciones extrínsecas, se pueden agrupar de la
siguiente forma:
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Otro ejemplo son los artículos 1490 y 1491. Ambas disposiciones regulan los
efectos de la condición resolutoria respecto de terceros. El efecto natural de la condición
resolutoria es retrotraer a las partes al estado en que se encontraban antes de celebrar
el acto o contrato. Pero este efecto natural tiene una limitación, que consiste en respetar
los derechos adquiridos por un tercero de buena fe.
- Colusión de derechos: en esta situación, dos derechos que son independientes uno del
otro, y que se encuentran en pleno desarrollo o ejercicio legítimo, se sobreponen entre
sí, siendo uno incompatible con el ejercicio del otro. O sea, ambos derechos que recaen
sobre la misma cosa, no pueden satisfacerse ambos a la vez, y por lo tanto, se deberá
determinar cuál de ellos prima, es decir, se deberá preferir uno sobre otro. Y para eso,
hay diversos criterios:
4- El abuso circunstancial
Es una tesis que se plantea dentro del abuso del derecho, por el profesor Pablo
Rodríguez, y como una solución a aquello que criticaba Planiol, en cuanto es un contrasentido
abusar del derecho.
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Hay un interés jurídico protegido que es la legítima recuperación del dominio que se
encuentra afectado por la superposición de títulos. O sea, un análisis teórico de la situación
lleva a concluir que al ejercitarse la acción reivindicatoria debiera prevalecer el reconocimiento
del dominio por parte del demandante.
Hay un caso en el Código Civil, que reconoce de cierta manera la tesis del abuso
circunstancial, y que es el artículo 1890. Esta es una norma que está ubicada dentro de la
rescisión de un contrato con lesión enorme. Y entonces, el legislador le permite a la parte
vencida, entregando el precio que falte o restituyendo lo recibido demás, mantener el contrato,
para evitar un daño desproporcionado, una consecuencia perniciosa que vaya más allá del fin o
interés previsto en la norma.
La Teoría General del Acto Jurídico está concebido como el camino que las personas
deben necesariamente recorrer para poder ser titulares válidos de una situación jurídica
determinada.
Tiene por objeto contener la manera en que las conductas humanas deben realizarse
para alcanzar una finalidad que sea digna de la protección y amparo del derecho.
El acto jurídico es por una parte una guía para las personas, es la forma en que el
ordenamiento jurídico le dice a los sujetos que actúan válidamente en el que si quieren
que sus acciones sean sancionadas como válidas por el ordenamiento jurídico, debe
actuar de determinada manera. Es el estudio de todos los requisitos y condiciones que
deben realizar todas las personas para que sus acciones sean amparadas por el Derecho.
El análisis del Acto Jurídico, también conocido como el negocio jurídico, requiere que
analicemos el concepto de hecho. Hecho es, en general, todo lo que sucede.
Los hechos pueden tener o no una significancia jurídica. Por lo que podemos clasificar los
hechos dependiendo si tienen implicancia jurídica o no tienen implicancia jurídica.
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Por ejemplo, el hecho jurídico voluntario puede ser no intencional, así se puede ir
voluntariamente a exceso de velocidad pero sin la intención de causar daño.
2) Carlos Ducci:
“Es una regla jurídica de efectos relativos, creada voluntariamente por la parte o partes
que concurren a su gestación, y que tiene por objeto crear una situación jurídica
intersubjetiva (lo cual resulta de la creación, modificación o extinción de los derechos
comprometidos)”.
- Creación de una nueva situación intersubjetiva: esto quiere decir que el acto
jurídico no se agota en los derechos y obligaciones que genera o extingue, sino
que va más allá, porque todo derecho y obligación importa una prestación, de
suerte tal que el deudor de ella debe poner todo aquello que está de su parte
para que esa prestación se obtenga, y si no lo hace, el mismo ordenamiento
jurídico consagra los medios compulsivos o coercitivos para obtener su
cumplimiento.
4) Nicolás Coviello:
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5) Cátedra:
En primer lugar, comienza afirmando lo esencial del acto jurídico, que éste es
necesariamente una manifestación de la voluntad humana, y esto es un principio que
no tiene excepciones. No es posible hablar de acto jurídico si no es la consecuencia
de una manifestación de voluntad de un sujeto. El núcleo esencial del acto jurídico es
la declaración de voluntad.
En tercer lugar, el acto jurídico además produce el efecto querido por su autor o por
las partes, porque una persona tiene que tener la certeza de que cuando actúa dentro
del ordenamiento jurídico dirigida a una finalidad determinada, tiene que saber que se
producirá la consecuencia que ella busca. También entonces estará amparado por el
sistema, el que me garantiza que se producirá el objeto que ando buscando. Esto por
un principio de legitimidad, en derecho privado la voluntad humana es suficiente para
causar dichos efectos.
En consecuencia, un acto jurídico una vez que nace en la vida del derecho tiene una
fuerza coactiva, puede exigirse el cumplimiento de las obligaciones. El ordenamiento
acoge el acto jurídico para que quien corresponda pueda obligar a otro para que se
realice su cumplimiento.
Generalmente, se dice que en el Código Civil chileno no contiene una teoría general de
los Actos Jurídicos. Pero, al analizar el artículo 1445, perfectamente puede decirse que
contiene las consideraciones más importantes de lo que es un acto jurídico al referirse a
que para que una persona se obligue con otra, se debe realizar a través de un acto de
manifestación de voluntad. Por lo cual, se señala que acto jurídico es sinónimo de
declaración de voluntad, y que su finalidad es obligarse, pero se dice esto porque está en
relación con la materia de los contratos.
La ley se preocupa de una manera muy específica de la forma en que se debe construir
un acto jurídico. Para que produzca los efectos queridos por la partes y que sea
sancionado como valido por el ordenamiento jurídico, es necesario que el acto se
construya, lo cual es netamente técnico, es una creación del Derecho.
A su vez, en el artículo 1444 se ocupa la expresión “cosas”, lo cual es para señalar que
esto se trata de una construcción. No usa la expresión elementos, sino que cosas. De tal
manera, que señala que hay tres tipos de cosas para su construcción: 1) esencia, 2)
naturaleza y 3) accidentales. Cada una de ellas juega un rol diferente, y en definitiva la
manera en que están recogidas por el Código Civil nos señala como debe estar construido
el acto jurídico. Analicemos, cada una de ellas:
1) Cosas de la esencia:
Aquellas sin las cuales el acto jurídico o no nace o degenera en otro diferente. Sin las
cosas de la esencia el acto jurídico no existirá. Las personas se deben preocupar que
estas cosas de la esencia siempre estén presentes. Pueden ser:
- Generales o comunes:
Aquellos que la ley los requiera para todos los actos jurídicos.
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Estos son:
a) Voluntad.
Así, en el caso que un acto jurídico bilateral tiene por objeto crear obligaciones,
se llama contrato. Por ello, es que la definimos como la convención que crea
obligaciones. Existe una relación de género y especie, entre la convención y el
contrato. La convención es mucho más amplio que el contrato.
b) Objeto.
Se hace referencia a lo que cae dentro del ámbito jurídico para que sean
sancionados como válidos, son determinadas conductas. El acto jurídico debe
recaer sobre un determinado objeto, que es la forma técnica en que se
concreta la manifestación de voluntad para que se cree la finalidad que las
partes específicamente buscan.
c) Causa.
Los actos jurídicos necesitan de una razón que los justifique. Un acto jurídico
significa, generalmente, una limitación a la libertad de las personas. Cuando
una persona celebra un acto jurídico, por ejemplo un contrato y contrae una
obligación, queda en una situación jurídica en que se le puede exigir
coercitivamente el cumplimiento de dicha obligación. El acto jurídico rompe con
la relación de interdependencia que existe normalmente entre las personas.
Cada persona tiene una esfera de libertad, cada uno ordenará su vida en la
forma que estime más conveniente. Y hay ciertos límites a esa libertad, y que
debemos sacrificarlas muchas veces para alcanzar un objetivo.
Se analiza si es que el motivo por el cual una persona ha limitado su libertad
frente a otro es lícito o no es lícito.
d) Solemnidades legales.
Son ciertas formas externas que en ciertos casos la ley señala que
necesariamente la voluntad se debe manifestar a través de ella.
Los actos jurídicos solemnes no son la regla general, son excepcionales. Están
reservados para ciertos actos que son trascendentes para las personas. Por
ejemplo, contraer un matrimonio, reconocer un hijo o repudiarlo, comprar un
bien raíz.
La solemnidad se confunde con la voluntad, cuando la ley así lo exige.
- Propios o específicos:
Aquellos que la ley requiere para cada acto jurídico en particular, como por
ejemplo cosa y precio en el contrato de comrpaventa.
2) Cosas de la naturaleza:
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3) Cosas accidentales:
Si el acto jurídico es sancionado como válido por el Derecho, le dará su amparo, es decir,
que si no se cumple con la obligación se dispondrá de una acción para exigir el
cumplimiento, y que si la persona cumplió, se dispondrá de una excepción para que no la
puedan cobrar nuevamente.
El artículo 1445 nos dice que como no solamente se trate que exista una manifestación de
voluntad, y que el acto jurídico sea sancionado como válido, es necesario que deban
cumplir ciertos requisitos. Están los requisitos de existencia y de validez. Los requisitos de
existencia son aquellos que ya analizamos: voluntad, objeto, causa y solemnidades.
Los requisitos de existencia, tienen que cumplir a su vez con determinadas condiciones
para el acto jurídico produzca el efecto queridos por la partes, y que el ordenamiento
jurídico lo sancione como válido, y ampare y proteja a quienes lo hayan celebrados.
De forma tal, que al hablar de requisitos de validez le estamos agregando a los requisitos
de la esencia generales o comunes, ciertas condiciones señaladas por la ley cuya
finalidad es resguardar que la manifestación de voluntad que recae sobre un objeto, que
tiene una causa y que cumple con las solemnidades legales, esté dentro del marco de lo
que es lícito. Es decir, que sea digno de una protección jurídica.
a) Capacidad de los sujetos que emiten la voluntad. La voluntad debe ser manifestada
por un sujeto que sea capaz de poder expresarla, por alguien quien goza del
privilegio de poder obligarse por sí misma, sin el ministerio o autorización de otra
persona.
b) Objeto lícito. Ya que si alguien conviene con otra persona solemnemente para que
mate a otra persona, ese acto no será válido. Los derechos y obligaciones que crea
el contrato deben ser posibles del amparo y protección jurídica.
c) Causa lícita. La razón o el motivo que mueve a celebrar el acto jurídico, sea digno
del amparo jurídico.
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- La voluntad.
El artículo 1445 del Código Civil, considera como sinónimos la palabra acto y declaración
de voluntad. Toda la teoría del acto jurídico se construye, sobre la base del requisito de la
voluntad.
La voluntad es la facultad del hombre de actuar según sus deseos. La voluntad está unida
al atributo humano de la libertad, porque todo el sistema de Derecho Civil, parte de la
base de relaciones entre sujetos libres y capaces. La libertad la podemos definir como la
aptitud de un sujeto de derecho para crear las normas derivadas de su potestad privada,
que el ordenamiento jurídico le permita. Cuando analizamos el acto jurídico, estamos
estudiando normas creadas en virtud de la potestad privada.
Una voluntad para que sea apta para crear un acto jurídico, tiene que manifestarse, tiene
que ser capaz de trascender del ámbito meramente privado de una persona. Debe,
significar la intención de provocar un cambio en el mundo exterior, para que en
concordancia de la voluntad de otros sujeto, pueda realizar el fin deseado.
a) Declaración expresa:
Es aquella que tiene lugar cuando un sujeto en términos explícitos y formales la hace
trascender, haciéndola recaer en los requisitos de la esencia del acto jurídico que
quiere celebrar.
Esta se haga trascender a través de símbolos, que según la ley sean aptos para ella,
por ejemplo, la palabra o la escritura.
Por regla general, los actos jurídicos son consensuales, por lo cual basta con el
acuerdo de los sujetos.
b) Declaración tácita:
Por ejemplo, el artículo 1230 que señala: “Si un asignatario vende, dona, o transfiere
de cualquier modo a otra persona el objeto que se le ha deferido, o el derecho de
suceder en él, se entiende que por el mismo hecho acepta”.
Constituyen aceptación tácita los actos que sólo hubieran podido ejecutarse en virtud
del contrato”.
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La estipulación por otro, es una modalidad de los actos jurídicos por el que una
persona comparece a nombre de otra, sin tener el carácter de representante legal. Por
ejemplo, una persona va a una óptica, y le dice al vendedor: “yo compro estos
anteojos para Juan Pérez”. En este caso Juan Pérez es el estipulado, y yo seré el
estipulante. Por regla general, que mientras Juan Pérez no acepte, este contrato sólo
se puede revocar entre el estipulante y el vendedor. Pero, si es que Juan acepta
expresa o tácitamente, ahora él será quien pueda revocarlo, saliendo el estipulante.
De tal forma, que si Juan Pérez se los prueba, y lee, sólo en virtud de aceptar
tácitamente, lo podría realizar.
El artículo 1904 señala: “La aceptación consistirá en un hecho que la suponga, como la
litis contestación con el cesionario, un principio de pago al cesionario, etc.”
Silencio circunstanciado:
“Las personas que por su profesión u oficio se encargan de negocios ajenos, están
obligadas a declarar lo más pronto posible si aceptan o no el encargo que una persona
ausente les hace; y transcurrido un término razonable, su silencio se mirará como
aceptación.
Aun cuando se excusen del encargo, deberán tomar las providencias conservativas
urgentes que requiera el negocio que se les encomienda”.
“Si la acción ejercida por alguna persona corresponde también a otra u otras personas
determinadas, podrán los demandados pedir que se ponga la demanda en conocimiento
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El ejemplo más claro, lo podemos encontrar en la ley del consumidor, en las acciones
colectivas, porque presentada una acción colectiva lo primero que se hace es que el
tribunal antes de tramitar el juicio es ordenar notificar por avisos, para que todas las
personas que estén en igualdad de situación, puedan participar del juicio.
Lo que se busca con ello es que las personas que estén en la misma situación,
declaren que si se adhieren o no al juicio, si es que señalan que no caducará su
derecho. Y si es que nada dicen, es decir, que guardan silencio, les afectará de todas
formas el resultado del proceso.
“Si por un acreedor hipotecario de grado posterior se persigue una finca hipotecada
contra el deudor personal que la posea, el acreedor o los acreedores de grado
preferente, citados conforme al artículo 2428 del Código Civil, podrán, o exigir el pago de
sus créditos sobre el precio del remate según sus grados, o conservar sus hipotecas
sobre la finca subastada, siempre que sus créditos no estén devengados.
No diciendo nada, en el término del emplazamiento, se entenderá que optan por
ser pagados sobre el precio de la subasta.
Si se ha abierto concurso a los bienes del poseedor de la finca perseguida, o se
le ha declarado en quiebra, se estará a lo prescrito en el artículo 2477 de dicho Código.
Los procedimientos a que den lugar las disposiciones anteriores, se verificarán en
audiencias verbales con el interesado o los interesados que concurran”.
Esto es lo que se llama la “purga de la hipoteca”, purga significa algo que debe
salir a la fuerza, y que tiene lugar en el caso que un bien tiene varias hipotecas, primera,
segunda y tercera hipoteca. Un acreedor hipotecario de grado inferior, es decir, el
tercero; inicia la ejecución, inicia el remate. Antes de rematar, se debe notificar a los
otros dos, y como éstos son de grado preferente tienen derecho a concurrir, para que se
manifiesten que si aceptan ser pagados con el precio del remate o mantienen su
hipoteca. Si nada dicen, es que se entiende que aceptan ser pagados con el precio de la
subasta, y se extingue la hipoteca.
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En estos cuatro casos, nos encontramos con que las personas aparentemente no
manifiestan ninguna voluntad. Los cuatro son un caso de silencio. Los requisitos
comunes, para que este silencio sea una manifestación de voluntad son:
i. Tiene que existir por parte del que se mantiene en silencio, un conocimiento
de los hechos sobre los cuales calla.
ii. El silencio debe ser libre, la persona opta por guardar silencio, no es
presionado para ello.
iv. Debe existir una norma legal o convencional que le otorgue valor al silencio.
En este caso, mediante una convención crear valor al silencio, por ejemplo,
en los pactos de los socios de las sociedades anónimas, en la cual no existe
la libre transferencia de las acciones, y en las cuales se obligan los socios a
ofrecer las acciones si es que alguien quiere vender a todos los restantes
socios a un precio determinado.
Y si es que alguien, no contesta en un plazo determinado, se mirará como
rechazo. Y basta, con que uno de ellos responda, para que tenga derecho a
comprar la cuota que le corresponde o todas si es que los demás no han
dicho nada.
Requisitos para que la voluntad sea apta para originar un acto jurídico:
a) Debe manifestarse:
Vale decir, que revele realmente el propósito de obligarse. Que la voluntad revele el
propósito de crear un acto jurídico determinado, es decir, de crear, modificar,
traspasar o extinguir un derecho. Que sea seria, implica que no sea irrisoria.
- La simulación.
La Simulación.
La simulación permite distinguir dos tipos de voluntad, una voluntad real que
permanece oculta y una voluntad declarada, que es aquella que se hace trascender y
que no corresponde a la verdadera y real voluntad de la persona.
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Por ello, según David Stitchkin, la simulación consiste en crear voluntariamente con
ánimo de engañar a terceros, un acto ostensible que difiere del realmente querido por
las partes.
Requisitos de la simulación:
i. Debe existir una discrepancia entre la voluntad real y la voluntad que se declara.
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Clasificación.
- Lícita e ilícita:
a) Absoluta:
Por ejemplo:
b) Simulación Relativa:
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Formación de la voluntad.
Pero cuando el acto jurídico es bilateral, es decir, que para nacer necesita del
concurso de la voluntad de dos o más personas, y que en este caso se llaman
partes, sucede que al no ser suficiente la voluntad de uno solo para producir el
nacimiento del acto jurídico, va a tener que necesariamente existir un proceso e
formación de la voluntad. En donde se van a reconocer, ciertas etapas y ciertos
requisitos, porque esto es algo que cae dentro del imperio del Derecho.
La formación del consentimiento es un proceso, es un camino que recorre diferentes
etapas. Su formación no es espontánea.
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Y a ellos debemos recurrir a ellos para determinar las reglas legales que van regular
la formación del consentimiento.
La doctrina francesa tradicional afirmaba que existía una primera etapa que se
llamaba los “Tratos preliminares”, que son conversaciones informales que tenían
por objeto que las futuras partes se conocieran y que intercambiaran
informaciones para ver si una de ellas, en virtud de estas conversaciones
preliminares, se animaba, estimaba pertinente formular a otro una oferta de
celebrar un acto jurídico determinado.
Pero estos tratos preliminares o conversaciones preliminares, hoy día han dejado
de ser informales. Las tratativas preliminares, que están en lo pre – contractual,
son estudiadas y analizadas como la base para la elaboración de una oferta.
Y estas, están dentro del imperio del derecho, ya que a través de ellas es muy
fácil dañar a otros. Por ejemplo, al entregar información falsa sobre el estado de
un negocio.
Y esto, se puede verificar si es cierto o no la información a través de lo que se
conoce como “debida diligencia”.
b) Oferta:
La Oferta es un acto jurídico unilateral, por el cual una persona le propone a otra
la celebración de una determinada convención.
Requisitos:
1. Por ser un acto jurídico, debe cumplir con todos los requisitos de existencia y
validez de ese acto jurídico que la ley establece.
2. La oferta, debe ser completa, es decir, debe contener todos los elementos
esenciales generales y particulares del acto jurídico que se propone, de
manera que baste la aceptación de la persona a quien va dirigida, para que
se forme el consentimiento.
Una oferta incompleta, vale decir, aquella que no contenga todos los
requisitos de la esencia del acto jurídico que se propone, no tiene valor.
Clases de oferta.
i. Expresa:
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ii. Tácita:
i. Persona determinada:
Revocación de la oferta.
Caducidad de la oferta.
Por el sólo ministerio de la ley, se deja sin efecto la oferta. Es decir, estas
causales ya no dicen relación con la voluntad sino que con la ley. Éstas son:
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Vigencia de la oferta.
De acuerdo con la parte final del inciso 1° del artículo 99 del Código de Comercio,
si el proponente ha establecido un plazo, la oferta dura hasta el vencimiento del
mismo.
Si no hay plazo, debemos distinguir entre la oferta verbal y escrita.
La oferta verbal dura hasta que es conocida por la persona a quien se dirige
(artículo 97 del Código de Comercio).
La oferta por escrito dura 24 horas si la persona a quien se dirige vive en el
mismo lugar del proponente, o hasta vuelta del correo, si estuviere en otro
diverso (artículo 98 del Código de Comercio).
Es indiferente que la oferta emane del futuro acreedor o del futuro deudor, es
decir, de una cualquiera de las personas que de perfeccionarse la convención,
pasaría a tener la calidad de parte.
Por ejemplo, la oferta de venta de una cosa puede provenir del dueño (A ofrece
vender su código a B en $100) o bien, la oferta de compra pude provenir del que
tiene interés en adquirir la cosa (B ofrece comprar a A el código en el precio de $
100).
c) Aceptación:
Clasificación de la aceptación.
i. Aceptación expresa:
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v. Total:
vi. Parcial:
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Verbal.
Escrita.
Vencidos estos plazos, ya sea el plazo convencional que se dieron las partes,
o el plazo subsidiario legal, la propuesta u oferta se entenderá no realizada,
aunque hubiese sido aceptada, porque la aceptación se realizó fuera de
plazo.
Hay ciertos hechos que traen como consecuencia que la oferta deje de estar
vigente, por lo que la aceptación que se da con posterioridad a la ocurrencia
de alguno de ellos no es idónea para que se forme el consentimiento.
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i. Atendiendo al número de partes cuya voluntad es necesaria para que el acto jurídico
se forme:
Hemos dicho que para diferenciar el acto jurídico unilateral del bilateral se
atiende al número de partes cuya voluntad es necesaria para que el acto jurídico
se forme.
Nótese que no hemos dicho “número de personas”. Y ello porque es posible que
numerosas personas manifiesten una sola voluntad, con lo cual el acto no deja
de ser unilateral.
Los Actos Jurídicos Bilaterales también se llaman convenciones, pero el Código Civil
al momento de definir el contrato (artículo 1438) hace sinónimos las expresiones
contrato y convención.
Ello no es preciso, porque ocurre que Acto Jurídico Bilateral o Convención tiene por
objeto crear, modificar o extinguir derechos y obligaciones. En cambio, el Contrato
únicamente crea derechos y obligaciones.
En este sentido, de acuerdo al artículo 1439 del Código Civil, los contratos a su vez
los podemos clasificar también en unilaterales y bilaterales. Pero el criterio de
clasificación, no es el mismo que empleamos según la voluntad o partes que
intervienen que usamos para clasificar los actos jurídicos bilaterales y unilaterales,
sino que atendiendo a las partes que resultan obligadas.
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- Contrato unilateral: es un contrato en que sólo una parte resulta obligada. Por
ejemplo, el contrato de donación, de comodato o préstamo de uso.
En consecuencia, todo contrato, desde el punto de vista del acto jurídico es siempre
bilateral, porque concurren dos o más partes.
Pero, desde el punto de vista de las partes obligadas será unilateral o bilateral
dependiendo de las partes que resulten obligadas.
ii. Atendiendo a que si es necesario la muerte del autor o de una o ambas partes para
que el acto jurídico produzca efectos o no:
Son aquellos que para producir sus efectos no es necesario el fallecimiento del
autor o de una de las partes.
Son aquellos que exigen como supuesto necesario para producir efectos la
muerte del autor o de una de las partes.
Son dos: el testamento y las donaciones revocables. Éstas últimas, se hacen a
una persona reservándose el donante la facultad de revocarlas a su arbitrio.
Según el artículo 1144, una vez muerto el donante, se confirman y pasan a ser
irrevocables.
Destacamos que esta clasificación atiende a la producción de los efectos del acto
jurídico, y no a la circunstancia de nacer o no a la vida jurídica.
En efecto, el testamento nace a la vida jurídica, es un acto jurídico unilateral, pero
no producirá los efectos sino haya que el autor haya fallecido.
a) Gratuito o de beneficencia:
El acto jurídico a título gratuito es aquel en que una de las partes obtiene utilidad,
soportando la otra parte el gravamen.
b) Oneroso:
El acto jurídico es a título oneroso, cuando el acto tenga por finalidad la utilidad
de ambas partes, gravándose mutuamente cada una en beneficio de la otra.
No es aquel que produce la utilidad de ambos contratantes, sino que tiene por
objeto buscarla. No es requisito que ésta efectivamente se produzca.
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La persona que recibe esta liberalidad no tiene que dar ninguna causa, es
subjetiva. En los actos jurídicos onerosos, la causa es objetiva. Se hace un
sacrificio, porque se va a recibir un beneficio similar.
i. Conmutativos:
Cada una de las partes se obliga a dar o hacer una cosa que se mira como
equivalente a la de la otra.
La conmutatividad es subjetiva, no es que exista un igual valor objetivo, sino
que la igualdad de valores la dan las partes. No es aquello cuyo valor es
aritméticamente similar o igual, sino que es aquello que las partes estiman
que tienen un valor similar, por ello se señala: “las prestaciones se mirarán
como equivalentes”.
ii. Aleatorios:
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Sebastián Aguayo Rosso
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En los aleatorios la lesión no procede nunca, porque por esencia hay una
diferencia de valores.
a) Puros y simples:
Son aquellos que producen sus efectos de inmediato, sin limitación de ninguna
especie.
Por ejemplo, si en una compraventa nada sobre el plazo, el precio se paga
cuando se entrega la cosa.
b) Sujetos a modalidad:
Son aquellos que dicen relación con el estado de las personas, o con las
relaciones o con vínculos del individuo con una familia.
Serán aquellos que subsisten por si mismo, sin necesidad de otro acto que les
sirva de sustento o apoyo.
Por ejemplo, la compraventa.
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Son aquellos que para poder subsistir necesitan de un acto principal que les
sirva de sustento o de apoyo.
De garantía:
Dependientes:
Son aquellos que subsisten por si mismos, pero la producción de sus efectos
requiere de un acto jurídico principal.
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Son aquellos que producen la totalidad de sus efectos de forma inmediata, de tal
manera que se agotan también inmediatamente.
Son aquellos que producen sus efectos diferidos en el tiempo, por períodos o
etapas fijadas por las partes o por la ley.
- Formalidades.
Son hechos que van incorporados al perfeccionamiento del acto jurídico, que
sirven para contener la voluntad.
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Propiamente tales.
Habilitante.
De prueba.
De publicidad.
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Requisitos para que una persona contraiga válidamente una obligación respecto
de otra, es decir, para que el acto jurídico sea válido y oponible.
Por consiguiente para que exista acto jurídico, no sólo es requisito que exista una
volunta seria y real, sino que también la persona debe ser legalmente capaz.
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Incapacidades de ejercicio.
Son generales aquellas que se refieren a todos los actos jurídicos, de manera que si
una persona está afecta a una incapacidad general jamás podrá celebrar
válidamente un acto jurídico, sin el ministerio o autorización de otra persona.
En otras palabras, son aquellas que afectan a una persona para realizar por si
misma cualquier acto jurídico.
- Dementes,
- Impúberes, y
- Sordomudos que no pueden darse a entender claramente.
a) Demente:
Además, para complicar más las cosas, el Código Civil da a entender que la
demencia puede ser habitual o esporádica. Es decir, una persona podría
tener un estado permanente de demencia o bien, sólo puede tenerlo en un
momento determinado.
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Del análisis del artículo 465, podemos establecer que los dementes siempre
son incapaces. Este artículo señala: “Los actos y contratos del demente,
posteriores al decreto de interdicción, serán nulos; aunque se alegue haberse
ejecutado o celebrado en un intervalo lúcido.
Y por el contrario, los actos y contratos ejecutados o celebrados sin previa
interdicción, serán válidos; a menos de probarse que el que los ejecutó o
celebró estaba entonces demente”.
b) Impúberes:
Según la edad, una persona puede ser: mayores de edad (más de 18 años) y
menores de edad (menores de 18 años). Estos pueden ser:
- La mujer desde los 12 años hasta los 18 años y el hombre desde los 14
años hasta los 18 años de edad se llama menor adulto o simplemente
menor.
Los hombres y mujeres al cumplir los 18 años de edad, pasan a ser mayores
de edad y plenamente capaces.
Los púberes, es decir, la mujer mayor de 12 años pero menor que 18 años y
el hombre mayor de 14 años pero menor que 18 años son relativamente
incapaces.
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Hace no más de años, que se señalaba que era el sordomudo que “no pueda
darse a entender por escrito”, porque antiguamente el sordomudo era
generalmente analfabeto. Esto ya no es así, ya que existe un lenguaje
universal de signos, o bien que sí pueden comunicarse perfectamente.
Revisemos el siguiente esquema, en relación con los artículos 1446 y 1447 del
Código Civil y la forma de actuar de los incapaces:
ABSOLUTAMENTE RELATIVAMENTE
INCAPACES INCAPACES
FUNDAMENTO No tiene voluntad Inexperiencia
FORMA Debe actuar a través de su 1) A través del Sólo concurre el
DE ACTUAR representante legal. representante legal. representante legal
(1448).
2) Autorizado por el Concurren los dos,
representante legal. tanto el representante
como el relativamente
incapaz.
3) Ratificado por el Concurre solo el
representante legal. relativamente incapaz,
pero luego en un acto
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Sebastián Aguayo Rosso
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posterior el
representante legal
ratifica dicho acto.
Son especiales
Como una referencia histórica, debemos señalar que las mujeres casadas eran
todas relativamente incapaces. Su representante legal era el marido, quien era y
es el jefe de la sociedad conyugal.
Estos son aquellos que han dejado de ser impúberes, es decir, la mujer
mayor de 12 años y menor de 18 años. Y el hombre, mayor de 14 años y
menor de 18 años.
Un disipador o pródigo es aquella persona que sin cordura, que sin medida
racional dilapida sus bienes. Es aquella que carece de la prudencia
necesaria para administrar sus bienes. Por ejemplo, quien tiene una afición
al juego.
Para que un disipador sea relativamente incapaz, debe estar declarada por
interdicción, en virtud de una sentencia firmemente ejecutoriada.
Esto quiere decir, que las incapacidades absolutas y relativas son de efectos
generales, vale decir, se refieren a toda clase de actos. Y que además de los de
efectos relativos, hay ciertas personas aquellas la ley impide celebrar determinados
actos en particular, que se llaman incapacidades especiales o prohibiciones. Estas
no son de alcance general, no dicen relación con la calidad permanente de una
persona, sino que para un determinado acto en específico. Y tiene como fundamento
el evitar que el conflicto de interés que una persona se vea envuelta, lo lleve a
ejecutar actos en beneficio propio y en perjuicio de los demás.
Ejemplos:
3) Artículo 1798: “Al empleado público se prohíbe comprar los bienes públicos
o particulares que se vendan por su ministerio; y a los jueces, abogados,
procuradores o escribanos los bienes en cuyo litigio han intervenido, y que se
vendan a consecuencia del litigio; aunque la venta se haga en pública
subasta”.
4) Artículo 1799: “No es lícito a los tutores y curadores comprar parte alguna de
los bienes de sus pupilos, sino con arreglo a lo prevenido en el título De la
administración de los tutores y curadores”.
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El artículo 1451 del Código Civil señala que los vicios de que puede adolecer el
consentimiento son el error, la fuerza y el dolo.
El requisito más importante dentro de lo que es la estructura del acto jurídico es la
voluntad, y por ende, para que esta voluntad pueda producir todos sus efectos, es
necesario que ella no esté afectada por ninguno de estos vicios. Así, el artículo 1445
establece que para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de
voluntad, es necesario que su consentimiento no adolezca de vicio.
Se podría decir que el artículo 1451 se refiere sólo al consentimiento, por lo que estarían
quedando fuera los actos jurídicos unilaterales. Una interpretación como esa sería
equivocada. El legislador está siendo omnicomprensivo, y se está refiriendo tanto al
consentimiento propiamente tal como a la manifestación de voluntad, toda vez que el
consentimiento no es otra cosa que el fruto del acuerdo de dos voluntades.
O sea, lo que sucede es que estos vicios del consentimiento obstan a una decisión libre,
obstan a una declaración razonada por parte de quien la efectúe, ya sea porque la
voluntad desaparece (como en el caso de la fuerza), o bien porque ella se encuentra
desvirtuada, atendidos los antecedentes fácticos o de hecho que la agobiaron (como
sucede con el error y el dolo).
1) EL ERROR.
La definición más común de error es la dada por el profesor Daniel Ramírez, que
señalaba que “el error es el falso concepto que se tiene sobre la realidad o sobre
un punto de derecho, y consiste en creer verdadero lo falso y falso lo verdadero”.
- Error de derecho:
Se estima por regla general que nuestro Código Civil admite sólo un caso de
error de derecho, contemplado en los cuasicontratos, específicamente en el
cuasicontrato del pago de lo no debido. El artículo 2297 dice que se podrá
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repetir aún lo que se ha pagado por error de derecho cuando el pago no tenía
por fundamento ni aún una obligación puramente natural.
a) Error in actum, que es el que recae sobre la especie del acto o contrato.
Y tal como lo hizo Andrés Bello, sigue la clasificación que realiza Pothier, la cual
deriva de lo que vimos en lo precedente. Se clasifica en:
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b) Sustancial:
El error sustancial está regulado en el artículo 1454 inciso 1 del Código Civil.
Esta norma comienza señalando que el error de hecho vicia asimismo el
consentimiento cuando la substancia o calidad esencial del objeto sobre que
versa el acto o contrato es diversa de lo que se cree. El mismo artículo
también indica un ejemplo, al señalar que este error se configura cuando por
alguna de las partes se supone que el objeto es una barra de plata, y
realmente es una masa de algún otro metal semejante.
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Respecto de las calidades esenciales del objeto, la doctrina más moderna las
define como las cualidades relevantes de la cosa, queriendo significar que la
constituyen aquellos elementos que han sido determinantes para atraer a una
de las partes a contratar. Respecto del problema de las calidades esenciales,
para determinarlas uno puede seguir un criterio objetivo o un criterio
subjetivo:
c) Accidental:
Está recogido en el artículo 1454 inciso 2. Esta norma dispone que "el
error acerca de otra cualquiera calidad de la cosa no vicia el
consentimiento de los que contratan sino cuando esa calidad es el
principal motivo de una de ellas para contratar, y este motivo ha sido
conocido de la otra parte".
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En este caso ocurre que por regla general, la persona del otro contratante es
irrelevante para los efectos, para el objetivo que el acto o contrato persigue.
Esta regla general reconoce una excepción en los actos jurídicos in tuitus
personae. En este tipo de actos jurídicos el error en la persona es
determinante, porque ese acto o contrato se ha celebrado en atención a esa
persona en particular. O sea, se ha consentido en vista de que esa persona
en particular es el co-contratante.
El artículo 1455 inciso 2 exige que para la reparación del daño, el sujeto esté
de buena fe, es decir, que realmente haya creído que se quería contratar con
él. En otras palabras, la mala fe se va a constituir cuando exista un
ocultamiento.
- Es necesario que el error lo haya sufrido una de las partes del contrato, no un
tercero.
- Basta que el error lo haya sufrido una de las partes. Por ejemplo, el artículo
1454 inciso 1 utiliza la expresión "como si por alguna de las partes". No dice
"como si ambas partes".
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El error común.
El error común se define como aquel que es compartido por un gran número de
personas, que no es exclusivo de la parte que ha incurrido en él, de manera tal
que el error común produce la validación de un acto jurídico que en principio era
nulo.
Los casos que hemos mencionado con anterioridad pueden ser invocados para
pedir la nulidad de un acto o contrato por vicio de consentimiento. En cambio, en
el caso del error común se utilizará para validar un determinado acto o contrato.
Por ejemplo, en un determinado lugar del país se nombra a una persona para
que ejerza el cargo de notario público, pero esa persona no cumple con todos los
requisitos o exigencias para desempeñar ese cargo. Evidentemente que ese
nombramiento adolecerá de nulidad. Pero hay que preguntarse qué sucede con
las escrituras públicas que se han otorgado ante ese notario en el período
intermedio, si la comunidad completa entendió que este sujeto era notario. El
error común permite sostener que esas escrituras públicas no son nulas, en
razón de la apariencia.
- Debe ser común, en el sentido que deberá ser susceptible de ser compartido
por un número importante de personas.
- Debe ser excusable, es decir, debe haber un justo motivo, una apariencia
legítima que induzca al error.
- Debe existir buena fe, o sea, debe ignorarse cuál es la verdadera situación.
- Artículo 1576 inciso 2: "el pago hecho de buena fe a la persona que estaba
entonces en posesión del crédito, es válido, aunque después aparezca que el
crédito no le pertenecía". Hay un reconocimiento del principio de la apariencia.
- Artículo 2058: "la nulidad del contrato de sociedad no perjudica a las acciones
que corresponden a terceros de buena fe contra todos y cada uno de los
asociados por las operaciones de la sociedad, si existiere de hecho". La situación
es que se contrata en el entendido de que una sociedad era válida pero no lo era.
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2) LA FUERZA.
a) Concepto.
- Víctor Vial: la define como los apremios físicos o morales que se ejercen sobre
una persona, destinados a que ella preste su consentimiento para la celebración
de un acto jurídico. Para Víctor Vial, este vicio lo que afecta es la libertad de
autodeterminación del sujeto, que es la esencia de la manifestación de voluntad.
- Carlos Ducci: define la fuerza como el temor que experimenta una persona
debido a una presión física o moral de que ha sido víctima que la obliga a
declarar su voluntad en un sentido determinado.
b) Clases de fuerza.
- Fuerza moral: existe una amenaza que lleva a que el sujeto consienta en el acto
jurídico, con la finalidad de evitar un mal mayor. O sea, en la fuerza moral, la
violencia se ejerce sobre la psiquis de la persona, lo que se busca es intimidarla,
de suerte tal que en la violencia moral, la amenaza opera como el motivo, la
causa de la formación de la voluntad, y por lo tanto, sí hay un vicio del
consentimiento. En estas situaciones hay voluntad, pero ella está condicionada
por el temor proveniente de la amenaza. En otras palabras, el vicio es el miedo,
que proviene de la amenaza.
- La amenaza no puede ser algo sin importancia, ridícula, sino que debe
ser verosímil, en el sentido que debe existir una posibilidad real de que
ella se materialice.
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- Injusta: significa que los procedimientos de que se vale la persona que ejerce la
amenaza no deben encontrarse amparados por el ordenamiento jurídico. Por ello
es que se ha fallado que la amenaza de un acreedor en orden a que procederá al
cobro del crédito a su deudor no puede ser constitutiva del vicio de la fuerza.
La parte final del artículo 1457 así lo dice: "que se haya empleado la fuerza por
cualquiera persona con el objeto de obtener el consentimiento". Esto quiere decir
que la fuerza sea determinante.
d) Origen de la fuerza.
e) Estado de necesidad.
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- El artículo 1456 dice que "se mira como una fuerza a todo acto", el legislador
está haciendo una referencia genérica, no está distinguiendo si ese acto proviene
del hombre o de la naturaleza. Y si el legislador no distingue, no les lícito al
intérprete distinguir.
- El artículo 1456 inciso 2 deja fuera sólo al temor reverencial, y no a otros. Y las
excepciones son siempre de derecho estricto, no admiten una interpretación por
analogía.
- El artículo 1007 señala "en que de cualquier modo". Ese de cualquier modo
abarca cualquier tipo de fuerza, incluyendo circunstancias externas. Y el
ordenamiento jurídico debe ser coherente, y no puede haber una diferencia tan
marcada entre el artículo 1007 y el artículo 1456.
f) Sanción de la fuerza.
- Si se trata de fuerza moral: será la nulidad relativa (artículo 1682 inciso final).
3) EL DOLO.
El dolo tiene un concepto general en el artículo 44 inciso final del Código Civil,
señalando que "el dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o
propiedad de otro". El concepto de injuria no está tratado en términos de agravio al
honor de una persona, sino que se utiliza como sinónimo de daño o perjuicio.
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- Como vicio del consentimiento: como vicio del consentimiento, se define el dolo
como toda maquinación fraudulenta destinada a arrancar el consentimiento del
otro contratante, quien no habría consentido de no mediar este engaño.
Avelino León lo define como el artificio empleado con el ánimo de inducir a error
a una persona o a mantenerla en el error en que ya se encuentra, todo ello con el
fin de obtener su consentimiento. En adelante, se hablará de dolo como vicio del
consentimiento.
c) Clases de dolo.
- Dolo bueno y dolo malo: esta clasificación proviene del derecho romano. Se
entendía que el dolo bueno estaba constituido por aquellos engaños pequeños,
que más bien corresponden a la natural exageración que un comerciante hace de
sus productos, y por lo tanto no era constitutivo de un vicio del consentimiento.
En cambio, el dolo malo era la actuación ilícita, era aquel que tenía por destino
el engaño, el fraude, y por lo tanto sí era sancionado como vicio del
consentimiento.
- Obra de una de las partes: este requisito puede asumir distintas formas:
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La regla general está en el artículo 1459, que señala que "el dolo no se presume
sino en los casos especialmente previstos por la ley. En los demás debe
probarse". O sea, la víctima del dolo debe acreditarlo, tiene la carga de probar la
existencia del dolo. Y para ello, se puede valer de todos los medios de prueba
que establece la ley. Que el dolo no se presuma no significa que no se pueda
recurrir al medio de prueba de las presunciones.
Hay ciertos casos en nuestro Código Civil en que se presume el dolo. Por
ejemplo:
- Artículo 706 inciso final: "pero el error en materia de derecho constituye una
presunción de mala fe, que no admite prueba en contrario".
Cuando hablamos de condonación del dolo, nos estamos refiriendo al perdón que
hace una de las partes respecto a una situación en que otra ha actuado con dolo.
Esta materia está regulada en el artículo 1465, que señala que "el pacto de no
pedir más en razón de una cuenta aprobada, no vale en cuanto al dolo contenido
en ella, si no se ha condonado expresamente. La condonación del dolo futuro no
vale".
Este artículo distingue dos momentos: la condonación anticipada y la
condonación posterior. Lo que el legislador no autoriza, y sanciona como objeto
ilícito, es la condonación anticipada, es decir, antes de que se verifique. Ello en
razón de que el legislador estima que no puede ampararse un actuar ilícito futuro.
En cambio, tratándose de una situación en que el dolo ya se haya verificado, es
posible su condonación, pero se impone una exigencia adicional: dicha
condonación debe ser expresa.
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- Dolo principal: reúne los requisitos señalados. De acuerdo con el artículo 1458
inciso 1 es un vicio del consentimiento, y por lo tanto el acto jurídico adolecerá de
nulidad relativa.
- Dolo incidental: no vicia el consentimiento, pero sí confiere acción de
indemnización de perjuicios (artículo 1458 inciso 2). Esta acción se divide
dependiendo de quienes son los legitimados pasivos, o sea, dependiendo de en
contra de quien se deducirá la acción:
- Con respecto al artículo 1458 inciso 1, para determinar la sanción del dolo
principal se recurre a la regla de interpretación a contrario sensu.
EL OBJETO.
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Nuevamente volvemos al artículo 1445 del Código Civil, esta vez al numeral tercero que
señala: Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es
necesario: 3º que recaiga sobre un objeto lícito.
El concepto del objeto como requisito de los actos jurídicos se presta a confusiones,
porque tanto nuestro código como tratadistas los refieren tanto al objeto del contrato (acto
jurídico), como al objeto de la obligación.
Se trata, no obstante, de dos cosas diferentes: El objeto en los actos jurídicos se refiere
a los derechos y obligaciones que el contrato crea; el objeto de la obligación es la prestación del
deudor, esto es, lo que debe dar, hacer o no hacer.
El Código Civil chileno, en la norma fundamental en que trata el tema, artículo 1460,
incurre en la confusión de ambas categoría de objeto, ya que refiriéndose al de los actos
jurídicos estatuye, sin embargo, al de las obligaciones.
Este tratamiento legal no es patrimonio exclusivo de nuestro código, en iguales términos
lo hacen el Código Alemán, arts. 305 y 308; Italiano, arts. 1174 y 1325.
El objeto en los actos jurídicos consiste en la creación, modificación, traspaso o extinción
de derechos y obligaciones. Es siempre una categoría abstracta, única y común.
El objeto de las obligaciones son las cosas, los bienes jurídicos, los hechos y
abstenciones que surgen de ella, es decir, la conducta que el acreedor le puede exigir al
deudor.
Por esa razón, porque en la practica del tráfico jurídico y económico las necesidades se
satisfacen al ejecutarse material y jurídicamente lo que se debe dar, hacer o no hacer, es que la
ley, asumiendo esta realidad, al reglamentar el requisito del objeto en los actos jurídicos entra
lisa y llanamente a estatuir sobre el de las obligaciones, ya que entiende que solo con su
ejecución el acto jurídico cumple con su finalidad.
El objeto como requisito de los actos jurídicos precisa los límites de la libertad de los
particulares para crear entre ellos normas autónomas privadas. Su estatuto tiene por finalidad
delimitar lo permitido de lo prohibido en materia de actos jurídicos y contratación en general. Es
un requisito de carácter técnico, creado por el derecho, para tutelar que las conductas humanas
se ajusten a ciertos patrones mínimos que no pueden sobrepasarse.
El artículo 1445 es el que recoge los elementos del acto jurídico, y en particular, en su
número 3 se refiere al objeto. Cuando hablamos del objeto, se ha discutido en doctrina qué se
entiende por tal.
En algunos casos se ha sostenido que el objeto está constituido por los derechos y
obligaciones que el acto jurídico crea, modifica o extingue. O sea, lo que las partes desean. El
objeto va a ser lo querido, los derechos y obligaciones que emanan del contrato.
Otros autores, en cambio, entienden que el objeto es la cosa que debe entregarse, el
hecho que debe ejecutarse, o el hecho que no debe ejecutarse. Por lo tanto, esta postura
asimila el objeto a la prestación.
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un objeto que corresponde a los derechos y obligaciones que de él emanan. Y esos derechos y
obligaciones, a su vez, también tienen un objeto que corresponde a la prestación. Así por
ejemplo, lo explica Avelino León, que dice que precisamente el acto jurídico tiene por objeto la
creación de derechos y obligaciones, y el objeto de esas obligaciones, de esos derechos, serán
aquellas cosas que deban entregarse, aquellos hechos que deben ejecutarse o aquellas
abstenciones a las que una persona se ha obligado.
Los requisitos del objeto, cuando es una cosa material (obligación de dar), es que
debe ser real, comerciable y determinado. Cuando el objeto consiste en un hecho (obligación
de hacer y no hacer), entonces los requisitos del objeto es que debe ser determinado y
además física y moralmente posible.
- Real: quiere decir que el objeto debe existir al tiempo de la declaración de voluntad. O
también, puede esperarse que exista. En este sentido, la primera parte del artículo 1461
señala que no solo las cosas que existen pueden ser objeto de una declaración de
voluntad, sino las que se espera que existan.
- Comerciable: el artículo 1461 agrega que es menester que las unas y las otras sean
comerciables. Esto quiere decir que deben estar dentro del comercio humano, de forma
tal que estas cosas pueden ser susceptibles de dominio o posesión por los particulares.
La regla general, es que las cosas son comerciables. Las cosas pueden ser
incomerciables por tres razones:
- Por su naturaleza: están fuera del comercio humano aquellas cosas que la
naturaleza ha hecho común a todos los hombres. O también los atributos de la
personalidad.
- Por su destinación: están fuera del comercio humano las cosas que han sido
consagradas al culto divino.
- Por disposición de la ley en salvaguarda del orden público: están fuera del
comercio humano los bienes nacionales, que están definidos en el artículo 589.
Avelino León señala que en realidad, son incomerciables sólo aquellas cosas que
lo son por su naturaleza o por su destinación, porque cuando la ley declara que una
cosa es incomerciable, esa prohibición supone que previamente era comerciable.
- Determinado: esta norma señala que las cosas deben estar determinadas a lo menos
en cuanto a su género. Esto quiere decir que debe conocerse con precisión en que
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- Posible física y moralmente: esto implica que el legislador establece una doble
exigencia en materia de imposibilidad: Física y Moral.
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El objeto faltará cuando éste no reúna los requisitos mencionados. La sanción para este
caso, es que el acto será inexistente. Pero como hay buenas razones para estimar que el
Código no recoge la inexistencia, la sanción se reconduce a la nulidad absoluta, porque nos
encontramos en la situación del artículo 1682 en orden a que estamos en presencia de la
omisión de un requisito que la ley prescribe para el valor de ciertos actos o contratos en
atención a la naturaleza de la obligación.
Ahora, en el caso en que el objeto sea ilícito, la sanción será la nulidad absoluta, por
decirlo expresamente el Código en el artículo 1682 inciso 1, en su primera parte
La licitud del objeto está mencionada en el artículo 1445. Esta norma contiene los
requisitos de validez del acto jurídico.
- Luis Claro Solar: plantea que el objeto es lícito cuando él está reconocido por la ley,
cuando ésta lo protege y ampara. A contrario sensu, Claro Solar señala que el objeto
será ilícito cuando es contrario a la ley, al orden público y a las buenas costumbres. En
esto último, este autor toma el concepto de causa ilícita recogido en el artículo 1467
inciso 2.
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- Eugenio Velasco: argumenta diciendo que las cosas y hechos son en sí neutros, por
esto señala que el objeto lícito es aquel que está conforme a la ley, y esto último quiere
decir que se trata de aquel objeto que reúne todos los requisitos exigidos por el artículo
1461. Y en consecuencia, el objeto será ilícito cuando le falte algunas de las exigencias
de dicha norma.
Esta reflexión es importante porque así entendido el objeto ilícito, no es un nuevo
requisito del objeto, sino que se trata de la comprobación de haberse reunido las
exigencias del artículo 1461. En otras palabras, el objeto ilícito será una sanción para
aquellas situaciones en que falten los requisitos.
- Avelino León: plantea que el objeto ilícito es aquel que recae sobre cosas
incomerciables, o sobre hechos o contratos prohibidos por las leyes, o que son
contrarios al orden público o a las buenas costumbres.
- Hernán Corral: plantea que la licitud del objeto se refiere a la aptitud que éste tiene
para recibir la regulación que la ley contempla para este requisito del acto jurídico.
- Víctor Vial: señala que hay objeto ilícito sólo cuando estemos en presencia de un
hecho ilícito. Agrega que si el objeto recae sobre una cosa, éste no podrá ser ilícito
porque ellas en sí mismas no son ni buenas ni malas.
La Corte Suprema, en enero del año 2008 resolvió que el objeto ilícito es aquel que no
se conforma con la ley, o que contraviene el orden público o las buenas costumbres.
Así lo dice el artículo 1462. "Hay un objeto ilícito en todo lo que contraviene al derecho
público chileno". El derecho público es el que organiza el Estado y fija las atribuciones y
funciones de los poderes públicos. El artículo 1462 tiene por finalidad resguardar el orden
institucional, y teniendo presente este objetivo, es que el profesor Pablo Rodríguez lo extiende
también al orden público, entendiendo este último como el estado o situación que genera el
derecho público.
El artículo 1462 contiene un ejemplo, al señalar que "la promesa de someterse en Chile
a una jurisdicción no reconocida por las leyes chilenas es nula por el vicio del objeto". Este
ejemplo, en los últimos años, suscitó problemas de interpretación, a raíz de la apertura
económica del país. Por ejemplo, en los contratos, comenzó a ser común que se estipulara una
cláusula confiriéndole jurisdicción al tribunal de la ICC en Nueva York, o de París. Y en
consecuencia, cuando venía a cumplirse a Chile el fallo que dictaba este tribunal, en el
exequatur (trámite procesal para poder cumplir con la sentencia) se planteaba el problema de la
licitud de esa cláusula arbitraria. Y se decía que esa cláusula adolece de objeto ilícito por
aplicación del artículo 1462.
Este caso está contemplado en el artículo 1463. En su inciso 1 señala que el derecho de
suceder por causa de muerte a una persona viva no puede ser objeto de una donación o
contrato, aún cuando intervenga el consentimiento de la misma persona. Notas importantes
respecto de esta disposición:
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- El legislador se refiere a cualquier contrato cuyo objeto sea suceder a una persona
viva. Es cierto que este artículo se refiere a la donación o contrato, pero resulta que la
donación es también un contrato, y por lo tanto, lo que la ley quiso significar es que ese
contrato puede ser gratuito u oneroso.
En el inciso 2 del artículo 1463 se contempla una situación especial. Esta norma señala
que las convenciones entre la persona que debe una legítima y el legitimario, relativas a la
misma legítima o a mejoras, están sujetas a las reglas especiales contenidas en el título "De las
asignaciones forzosas". O sea, esta norma contempla un reenvío.
Y en el título "De las asignaciones forzosas" hay una disposición especial, que es el
artículo 1204. En este artículo se contiene el "pacto de no mejorar". Para la gran mayoría de los
autores, es el único caso de excepción al artículo 1463, el único caso en que se le reconoce
validez a un pacto sobre sucesión futura.
Pero el profesor Víctor Vial agrega un caso adicional, que está en el artículo 1185, en el
cual se le reconoce valor a las donaciones irrevocables hechas en razón de legítimas o
mejoras.
Este caso está en el artículo 1466. Y se refiere a varios actos que tienen objeto ilícito:
El Código entiende que hay objeto ilícito en las deudas contraídas en juegos de
azar, es decir, aquellos en los cuales el resultado depende exclusivamente de la suerte.
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Por excepción, la ley expresamente autoriza la existencia de estos juegos, como ocurre
con los casinos, la lotería, etc. Y en estos casos, obviamente, no habrá objeto ilícito.
Víctor Vial precisa que en realidad lo lícito o ilícito no es la deuda propiamente tal,
sino que lo ilícito será el contrato de juego, de apuesta, que verse sobre un juego de
azar.
Respecto del artículo 1464, al decir enajenación, en general la doctrina estima que debe
tomarse en un sentido amplio, porque de esta forma se recoge de mejor manera el fin de la
norma. Así piensa Víctor Vial y Arturo Alessandri, quien tiene un argumento de texto, que es
una cita de las Obras completas de Andrés Bello, en donde se menciona este punto.
En contrario se pronuncia Luis Claro Solar, para quien el artículo 1464 debe entenderse
como prohibitivo, y por lo tanto, su interpretación debe ser restringida o limitada, de forma tal
que para los efectos del artículo 1464, la enajenación sólo será sinónimo de transferencia.
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Por lo tanto, la compraventa sobre una de las especies enumeradas en el artículo 1464
es nula, y no por aplicación de ese artículo, sino porque estamos en presencia de un
contrato prohibido por la ley, de manera tal que se aplicará el artículo 10 del Código
Civil, el artículo 1810, y el artículo 1466.
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- Análisis de los casos del artículo 1464: hay un objeto ilícito en la enajenación:
Y entonces, por ejemplo, se ha planteado que aquí hay una reiteración del
número 1, porque los derechos personalísimos son incomerciables. Y por lo
tanto, el legislador está repitiendo lo que señala el número 1.
Pero lo comerciable es aquello susceptible de dominio o posesión por una
persona. Y los derechos personalísimos si se tienen como parte del patrimonio, lo
que pasa es que éstos son inalienables, no se pueden transferir. Por lo tanto, no
hay una repetición del número 1.
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- Luis Claro Solar y Avelino León: estiman que en estos casos, la venta
será válida, porque el artículo 1464 se refiere sólo a las enajenaciones
voluntarias, al estar dicho artículo dentro del título "De los actos y
declaraciones de voluntad".
Prevalece la primera tesis, por una razón práctica, esto es, que para que
otro juzgado pueda rematar el bien, le tiene que pedir autorización al primer
juzgado. Y al pedir la autorización, el acreedor va a tomar conocimiento del
remate, e interpondrá una tercería. Así, su derecho estará lo suficientemente
resguardado.
Los requisitos para llevar a cabo la venta están en el mismo artículo 1464.
En primer lugar, que el juez que decretó el embargo, lo autorice. Esta
autorización, obviamente, debe ser anterior a la subasta, y además, debe ser
expresa y con conocimiento de causa. O, en segundo lugar, que el acreedor
consienta en la enajenación antes de que se lleve a cabo ella.
En este caso hay objeto ilícito porque lo que quiere evitar el legislador, es
que se vean burlados los derechos del reivindicante, de quien está alegando
dominio sobre la cosa.
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LA CAUSA.
Nuestro Código Civil regula la causa en tres disposiciones: artículo 1445 número 4,
artículo 1467 y artículo 1468, que contempla un efecto de la causa ilícito que es compartido con
el objeto ilícito.
- Causa eficiente: nos estamos refiriendo al elemento generador, a aquello que da vida,
que permite que algo que antes no existía, hoy sí exista. Por lo tanto, desde una
perspectiva contractual, la causa eficiente corresponderá a la fuente de la obligación.
Por ejemplo, la causa eficiente de la obligación del vendedor y del comprador, será la
compraventa.
- Causa ocasional: se proyecta al fin lejano, al fin variable, esto es, los motivos
personales, a la necesidad que cada uno de los contratantes tuvo en vista al momento
de celebrar el acto o contrato.
- Teoría clásica: la plantea Domat. Señala que la causa es el móvil final, y por ende,
este móvil es siempre el mismo cuando estamos en presencia de un acto o contrato
cuya naturaleza es idéntica. Esta teoría centra el estudio de la causa en la obligación
más que en la causa del contrato. Esta teoría se asocia a la causa final, se plantea un
criterio objetivo de la causa.
Lo que se pregunta Domat, por ejemplo, es por qué el vendedor tiene que
entregar la cosa. Y esto es porque el comprador tiene que pagar el precio. O sea, la
causa para Domat es aquello que la otra parte debe dar, hacer o no hacer, la existencia
de una obligación recíproca.
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- Teoría del motivo determinante: planteada por Capitant. Plantea un criterio subjetivo,
esto es, el móvil o motivo que impulsó al autor o a las partes a celebrar el acto o contrato
de que se trata. No es por consiguiente un concepto abstracto, no es el mismo para toda
clase de actos jurídicos de una misma especie. La causa variará caso a caso.
- Hay algunos autores, por ejemplo Jorge Mera, según los cuales la causa es de la
obligación. Y para ello, se fundan por ejemplo en el artículo 1445, que señala que “para
que una persona se obligue a otra”. También citan el artículo 1467 en su inciso 1, que
señala que no puede haber obligación sin una causa real y lícita. Agregan también un
elemento histórico, en orden a que la época de dictación de nuestro Código coincide con
el auge de la teoría tradicional sobre la causa, y ésta centra el estudio de la causa en la
obligación.
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- Otros autores, en cambio, piensan que es el acto o contrato el que debe tener una
causa, entre ellos, Arturo Alessandri y Leopoldo Urrutia. Dicen que el artículo 1445
señala que lo que debe tener causa es el acto o declaración de voluntad que sirve de
fuente a la obligación. También dicen que el artículo 1467 en su inciso 2 define la causa
como el motivo que induce al acto o contrato. Finalmente, agregan como argumento de
texto el artículo 2057 inciso 2, que se refiere a las sociedades que son nulas por la
ilicitud de la causa, y bien sabemos que la sociedad es un contrato.
Algunos piensan que sigue la teoría tradicional o clásica, toda vez que era aquella
imperante al momento de la dictación del Código. Agregan además, que en la teoría tradicional,
se admite que en ciertos casos la causa pudiese llegar a faltar, de hecho dicen que no es
necesario expresar esa causa (y nuestro Código acepta algunas casos excepcionales de actos
incausados). Y en cambio, señalan que no puede haber seguido nuestro Código la teoría de los
motivos determinantes, porque el motivo personal que indujo a la celebración del acto nunca va
a faltar.
Otros autores plantean que nuestro Código no sigue la teoría tradicional, porque en esta
materia Bello siguió la teoría canónica, la que acepta los motivos personales, y porque el
artículo 1467 define la causa como el motivo que induce a contratar.
En nuestro país, hay tres autores en el último tiempo que han tratado este problema:
- Víctor Vial: señala que si se toma el artículo 1467, uno se da cuenta que el legislador
distingue. En su inciso 1 se refiere a la causa de la obligación, y a ese respecto, nuestro
Código siguió la teoría clásica, de la causa final, y por lo tanto esa causa será objetiva,
será el fin inmediato e invariable, cualquiera que sea el acto o contrato dentro de una
misma especie. En cambio, en el inciso 2 está la causa del contrato, y esta es ocasional,
corresponde a los motivos personales, es siempre variable, es el fin remoto.
Pero Avelino León señala que esa respuesta no satisface para responder cuándo
hay causa ilícita. Por ejemplo, si se pide un préstamo a un banco para construir un
prostíbulo. Entonces, Avelino León dice que para determinar si hay causa ilícita, hay que
fijarse en los motivos personales.
Así, Avelino León habla de la teoría dual de la causa, porque para analizar la
causa en teoría utiliza la teoría clásica, pero cuando se deba analizar la ilicitud de la
causa, se va a tomar la causa ocasional, es decir, los motivos personales.
- Pablo Rodríguez: señala que el artículo 1467 se refiere a la causa del contrato. Y dice
que la causa del contrato es la causa ocasional, es decir, los motivos personales. Y
agrega que dentro de esta causa ocasional, se subsume o se considera la causa final.
Señala además, que la causa de la obligación carece de mayor relevancia,
porque siempre es su fuente, es decir, su causa eficiente.
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d) Requisitos de la causa
- Real: significa que la causa debe existir, aún cuando el artículo 1467 reconoce que no
es necesario que se exprese. Y esto último se debe a que el legislador presume que
todo acto o contrato tiene una causa. Y la consecuencia jurídica de esta presunción, es
que se altera la carga de la prueba, y por lo tanto, habrá que acreditar que tal causa no
existe.
No será real la causa cuando ésta no exista, cuando ella sea falsa, o cuando ella
sea errónea.
Este requisito es el que aparece reflejado en el ejemplo del artículo 1467 inciso 3,
que señala que “así la promesa de dar algo en pago de una deuda que no existe, carece
de causa”. También carecerá de causa, por ejemplo si se transige respecto de un pleito
que no existe. O el contrato de compraventa sobre cosa propia (artículo 1816).
- Lícita: el inciso 2 del artículo 1467 señala que se entiende por causa ilícita la prohibida
por la ley, o contraria a las buenas costumbres o al orden público. Y agrega un ejemplo
en el inciso 3, que señala que “la promesa de dar algo en recompensa de un crimen o de
un hecho inmoral, tiene causa ilícita”.
e) Sanción de la causa
- Si al acto le falta la causa: el acto será inexistente, se podrá alegar la nulidad absoluta.
- Si la causa es ilícita: la sanción es la nulidad absoluta, por aplicación del artículo 1682
inciso 1.
f) Actos abstractos
Ejemplos de actos incausados, son el del fiador, la novación por cambio de deudor, la
estipulación por otro, y los títulos de crédito.
Víctor Vial precisa este concepto diciendo que en sentido amplio, la ineficacia incluye
toda reacción del ordenamiento jurídico que incide sobre la producción de los efectos del acto
que se halla disconforme con el ordenamiento jurídico.
- Sobrevenidas: se refiere a que con el correr del tiempo, con el curso de la ejecución del
acto jurídico, ocurre algún acontecimiento posterior y extrínseco, que impide que el acto
jurídico produzca sus efectos.
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Estas son:
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El primer caso, es la situación del artículo 1902 del Código Civil, cuando al
deudor no se le ha notificado la cesión de derechos personales. Pero en segundo
lugar, también hay otras varias causales de inoponibilidad, por ejemplo, en el
artículo 1815, por falta de consentimiento.
1- La inexistencia
Cuando en la celebración de un acto jurídico se han omitido uno o más de sus requisitos
de existencia, se dice que el acto jurídico, frente al derecho, es inexistente, queriendo significar
con ello que sólo hay una tentativa de acto jurídico, una apariencia de tal, o un negocio
incompleto.
El profesor Alessandri también señala que la inexistencia es una sanción. Esta cuestión
también es discutible, porque para que fuese una sanción, es necesario que el acto jurídico
exista, para podérsela aplicar. Teniendo en cuenta ello, la doctrina más estricta prefiere referirse
a las “consecuencias negativas” o a una “causal de ineficacia”, más que hablar de sanción.
- Inexistencia propia: es aquella consecuencia negativa del acto jurídico que se verifica
toda vez que a éste le falta un elemento de la esencia, de aquellos que son indicados
por la ley como indispensables para que el acto jurídico surja a la vida del derecho.
a) Origen de la inexistencia
Su origen está en el siglo XIX, y fue una esmeración del jurista alemán Zacharie, y
surgió dentro de lo que es el análisis del matrimonio. En concreto, la causal de nulidad de un
acto jurídico requiere de un texto expreso de ley que la contemple. Y sucede que respecto de la
diversidad de sexos como requisito para contraer matrimonio, la omisión de ella no estaba
contemplada en la ley como causal de nulidad. Y por lo tanto, para salvar esta situación, lo que
hizo Zacharie fue establecer que la diversidad de sexos en el matrimonio es un requisito de su
existencia, y por ende, si el matrimonio es celebrado entre dos hombres o entre dos mujeres,
éste no ingresa al ordenamiento jurídico en razón de ser inexistente.
Posteriormente, este concepto de inexistencia se extiende a los actos patrimoniales.
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- El acto inexistente no produce efectos jurídicos. En cambio, el acto que adolece de nulidad
produce provisionalmente todos sus efectos, entre tanto no se haya declarado dicha nulidad. A
tal punto llega esta circunstancia, que en casos especiales el acto declarado nulo puede
igualmente producir efectos, tal como se desprende del artículo 907 inciso 3, el cual faculta al
poseedor de buena fe para retener los frutos percibidos antes de la contestación de la
demanda.
- El acto inexistente no puede sanearse por el transcurso del tiempo. En cambio, el acto jurídico
que adolece de nulidad, sí puede sanearse por el lapso de tiempo (4 años para la nulidad
relativa, y 10 años para la nulidad absoluta).
- La inexistencia no admite ratificación, que es otra forma de sanear un acto jurídico. En cambio,
la nulidad relativa sí admite esa ratificación. No la admite, en cambio, la nulidad absoluta, toda
vez que ella está establecida en razón de la moral y de la ley, y por lo tanto se trata de normas
de orden público.
- La nulidad, judicialmente hablando, puede alegarse tanto como acción, cuanto como
excepción. La inexistencia, generalmente se alega como excepción. La inexistencia se sostiene
como acción cuando el pretensor, el demandante, lo que persigue son sus efectos.
- La nulidad judicialmente declarada sólo produce efectos en relación con las partes que habían
concurrido a la celebración del acto jurídico (artículo 1690). En cambio, la inexistencia produce
efectos erga omnes, es decir, una vez constatada judicialmente, cualquiera puede aprovecharse
de dicha inexistencia.
- La nulidad admite conversión, esto es, que no obstante ser el acto jurídico nulo, la ley autoriza
que el mismo valga como otro acto jurídico. Esto en virtud del principio de la preservación del
acto jurídico. Un ejemplo está en el artículo 1701 inciso 2. En cambio, la conversión no se
admite cuando el acto jurídico es inexistente.
- Teoría que niega la inexistencia: estiman que no hay inexistencia profesores como
José Clemente Fabres, Arturo Alessandri Rodríguez y Alfredo Barros Errázuriz, para
quienes nuestra legislación no reconoce la inexistencia, y por ende, frente a la omisión
de requisitos de este tipo, la sanción será la nulidad absoluta del acto o contrato.
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Arturo Alessandri agrega que hay ciertos artículos dentro del Código que
podrían dar a entender que está contemplada la inexistencia. Así por ejemplo,
cita el artículo 1460, según el cual toda declaración de voluntad debe tener por
objeto una o más cosas que se trata de dar, hacer o no hacer. De esta forma, si
al acto jurídico le falta el objeto, este no puede existir. Lo mismo dice respecto del
artículo 1467, según el cual no puede haber obligación sin una causa real y lícita.
O lo que sucede con el artículo 1701 inciso 1.
- El artículo 1682 inciso 2 dispone que “hay asimismo nulidad absoluta en los
actos y contratos de personas absolutamente incapaces”, y los incapaces
absolutos carecen de voluntad. O sea, al acto jurídico en que ellos intervienen le
falta un requisito de existencia, como es la voluntad, no obstante lo cual, la ley lo
sanciona con nulidad absoluta.
- Teoría que acepta la inexistencia: entre estos autores están Luis Claro Solar, Enrique
Rossel y Pablo Rodríguez. Estiman que el Código sí acepta la teoría de la inexistencia.
Los argumentos que dan son los siguientes:
- El artículo 1681, al definir la nulidad, dice que “es nulo todo acto o contrato a
que falta alguno de los requisitos que la ley prescribe para el valor del mismo
acto o contrato”. O sea, al utilizar la expresión “valor”, el legislador está
distinguiendo entre los requisitos de validez y los de existencia del acto jurídico.
- El artículo 1701 inciso 1 señala que “la falta de instrumento público no puede
suplirse por otra prueba en los actos y contratos en que la ley requiere esa
solemnidad”. Y agrega que se mirarán como no ejecutados o celebrados los
actos en que se infrinja esta disposición. Entonces dicen que los actos no
ejecutados o no celebrados, implica que ese acto jurídico es inexistente.
Claro Solar agrega que así como el artículo 1701 inciso 1, nuestro Código
contempla otros casos similares, como el artículo 1809, 1814, 2025 y 2055, todos
los cuales dan a entender que, frente a la omisión de ciertos requisitos, la
sanción va más allá que la nulidad, es más radical que la nulidad.
Por ejemplo, el artículo 1809 dice que “no habrá venta”, o sea, no existe el
contrato de compraventa.
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2- La nulidad
El concepto de nulidad está en el artículo 1681 del Código Civil, y se entiende que la
nulidad es una sanción civil respecto de aquellos actos o contratos a que falta alguno de los
requisitos que la ley prescribe para el valor del mismo acto o contrato, según su especie y la
calidad o estado de las partes.
El profesor Carlos Ducci define la nulidad como una sanción civil que es establecida por
el legislador, y en cuya virtud se desconocen los efectos de un acto jurídico por la omisión en él
de los requisitos y formalidades que exige la ley.
Nuestro Código Civil reglamenta la nulidad a partir del artículo 1567 número 8. El artículo
1567 tiene la particularidad que enumera los modos de extinguir las obligaciones. O sea,
reglamentariamente hablando, la nulidad es un modo de extinguir obligaciones porque así lo
establece el artículo 1567 número 8. Pero esto no es correcto, porque la nulidad lo que va a
sancionar es al acto o contrato del cual nacieron las obligaciones. Y estas últimas, se van a
extinguir por vía consecuencial, a consecuencia de que el acto o contrato que le dio origen ha
quedado sin efecto por la nulidad.
- Nulidad total o parcial: la nulidad será total cuando la declaración judicial afecta al acto
o contrato en su integridad. El acto o contrato de forma completa queda sin efecto. Y
será parcial cuando se declara sólo respecto de una cláusula o estipulación del acto o
contrato.
- Diferencias:
- Se trata, como toda sanción, de una materia de derecho estricto, y por ende
requiere siempre de un texto expreso de ley que así la establezca. En
consecuencia, no admite interpretación por analogía, es decir, la interpretación es
restrictiva.
- La nulidad es irrenunciable. Este principio emana del artículo 1469, que señala
que “los actos o contratos que la ley declara inválidos no dejarán de serlo por las
cláusulas que en ellos se introduzcan y en que se renuncie la acción de nulidad”.
Esto es una excepción al artículo 12.
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- La nulidad debe ser judicialmente declarada, y por lo tanto, no opera ipso iure.
a) Nulidad absoluta
Está definida en el artículo 1681, y es una sanción civil impuesta a todo acto o contrato a
que falta alguno de los requisitos que la ley prescribe para el valor del mismo acto o contrato,
según su especie, o sea, según su naturaleza. En términos negativos, en la nulidad absoluta no
interesa la calidad o estado de las partes que intervienen.
Por ello, se dice que la nulidad absoluta está establecida en razón de la moral y de la
ley, sin que busque proteger a determinadas personas.
- Objeto ilícito.
- Causa ilícita.
- Omisión de algún requisito o formalidad que las leyes prescriben para el valor de
ciertos actos o contratos, en consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o
estado de las personas que los ejecutan o acuerdan.
- Hay nulidad absoluta en los actos y contratos de personas absolutamente incapaces
(no está en razón de proteger a una persona, sino en razón de la falta de voluntad o
consentimiento).
Pero para ser consistente, quienes entienden que nuestro Código no recoge la
inexistencia como sanción, agregan también como causal de nulidad absoluta la falta de
voluntad o consentimiento, la falta de objeto, la falta de causa, el error esencial u obstáculo, y la
falta de requisitos o formalidades que la ley prescribe en razón de la existencia del acto o
contrato.
- Legitimados activos:
Está en el artículo 1683. Significa quién puede pedir la declaración de nulidad, a quién la
ley le confiere acción, y también excepcionalmente, que el juez de oficio deberá declararla.
- El juez de oficio: el artículo 1683 dice que “la nulidad absoluta puede y debe ser
declarada por el juez, aun sin petición de parte, cuando aparece de manifiesto en el acto
o contrato”. Esta es una situación excepcional. En nuestro sistema civil, el juez actúa a
petición de parte, rige el principio de la pasividad. A tal punto llega la excepción que la
ley la establece de manera imperativa (el juez debe), porque la nulidad absoluta está
establecida en razón de la moral y de la ley, o sea, hay un fin superior.
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Incluso, en una sentencia de noviembre de 2009, con ocasión del artículo 1462 (objeto
ilícito en los actos contrarios al derecho público nacional), la Corte resolvió que no cabe
la declaración de oficio, si el juez, para adquirir convencimiento, necesita recurrir a la
interpretación, lucubración o análisis.
Adicionalmente, la doctrina agrega como requisito del artículo 1683, que el acto o
contrato en que aparece de manifiesto la nulidad, debe haber sido invocado por las
partes como fundamento de su pretensión.
- Todo el que tenga interés en ello: el artículo 1683 señala que la nulidad absoluta
“puede alegarse por todo el que tenga interés en ello”. Los requisitos de este interés son:
En otras palabras, quien pide la nulidad debe estar siendo actualmente afectado
en su patrimonio por el acto o contrato cuya nulidad alega, en términos tales que no
puede pedir la declaración de nulidad por un interés meramente emotivo, afectivo, o por
una mera expectativa.
Pero la ley establece una excepción respecto de este legitimado activo. Así, el
artículo 1683 dice: “excepto el que ha ejecutado el acto o celebrado el contrato,
sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba”. Algunas notas importantes
respecto de esta excepción:
El artículo 1683, en su parte final, señala que la nulidad absoluta “no puede sanearse
por la ratificación de las partes, ni por un lapso de tiempo que no pase de diez años”.
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Sólo se sanea la nulidad absoluta cuando han transcurrido diez años contados desde la
fecha de celebración del acto o contrato. Sólo en ese momento, el vicio desaparece. Este plazo,
en consecuencia, es un plazo de prescripción extintiva de la acción de nulidad.
b) Nulidad relativa
También está definida en el artículo 1681, como una sanción a todo acto o contrato a
que falta alguno de los requisitos que la ley prescribe para el valor del mismo acto o contrato,
según la calidad o estado de las partes.
Además, en conformidad con el inciso final del artículo 1682, la nulidad relativa es la
regla general.
- Legitimados activos:
Esta materia está regulada en el artículo 1684. Desde un punto de vista conceptual, el
artículo 1684 es más restringido respecto del artículo 1683 (que contiene los legitimados activos
para la nulidad absoluta), pues la nulidad relativa no está establecida en el interés general de la
sociedad como la nulidad absoluta.
- Aquellos en cuyo beneficio la han establecido las leyes: de ahí que podrá
demandar la nulidad aquel que ha sido víctima del error, de la fuerza, del dolo, y según
algunos de la lesión. Asimismo, podrá demandar esta nulidad el incapaz relativo (no
quien celebró el contrato con el incapaz, porque la nulidad está establecida en beneficio
del incapaz, y no de aquel con quien contrató).
- Sus cesionarios: esto es, aquel que por un acto entre vivos le han sido cedidas las
acciones o derechos que tenía el cedente, y que lo habilitaban para pedir la nulidad. No
se cede la acción, sino la posición jurídica que tenía el cedente en el contrato.
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En este punto, hay que recordar que la nulidad relativa está establecida en beneficio del
incapaz, no obstante lo cual, el artículo 1685 establece una limitación en virtud de la cual ese
incapaz relativo no puede pedir la declaración de nulidad del acto o contrato cuando ha habido
dolo para inducir a la celebración de ese acto o contrato. Entonces, la contraparte del incapaz
relativo sufrió un error, que fue inducido, causado por la maquinación de ese incapaz. Y por lo
tanto, el legislador no permite al incapaz beneficiarse de ese acto doloso, y por ende, no puede
reclamar la nulidad del contrato.
El artículo 1684, en la parte final, dice que la nulidad relativa puede sanearse por el
lapso de tiempo o por la ratificación de las partes.
- Por el transcurso de un plazo: esta forma de saneamiento supone que quien estaba
legitimado para impetrar la acción, deja transcurrir el plazo legal, a consecuencia de lo
cual, el vicio desaparece. Esta es una materia que en cuanto al plazo de duración, está
recogido en el artículo 1691 inciso 1: “el plazo para pedir la rescisión durará cuatro
años”. Los incisos 2, 3 y 4, dicen desde cuándo se cuenta ese plazo:
- Situación de los herederos: el artículo 1692 regula qué sucede con ellos. Hay
que distinguir:
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- Características de la confirmación:
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- Requisitos de la confirmación:
La doctrina estima que esta clasificación es aceptada en nuestro derecho, y por ende, si
se declara la nulidad de una sola estipulación del contrato, es ella la que se extrae de la
convención, manteniendo el contrato su validez en el resto. Esto último, obviamente dependerá
de que el contrato pueda seguir siendo operativo, pueda seguir produciendo sus efectos sin esa
cláusula que ha sido declarada nula.
Nuestro Código Civil, en algunas situaciones, recoge esta clase de nulidad. Por ejemplo:
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- Artículo 966: señala que “será nula la disposición a favor de un incapaz”, es decir, sólo
esa estipulación del testamento, no el testamento en su totalidad.
- Artículo 1058: “la asignación que pareciere motivada por un error de hecho, de manera
que sea claro que sin este error no hubiera tenido lugar, se tendrá por no escrita”.
- Artículo 1401 inciso 1: “la donación entre vivos que no se insinuare, sólo tendrá efecto
hasta el valor de dos centavos y será nula en el exceso”.
- Artículo 1409: “las donaciones a título universal no se extenderán a los bienes futuros
del donante, aunque éste disponga lo contrario”.
a) Cuestiones generales
En primer lugar, la ley no hace distinción alguna entre los efectos de la nulidad relativa y
los efectos de la nulidad absoluta. Y por lo tanto, los artículos 1687 a 1689 son aplicables a
ambas.
En segundo lugar, la nulidad no opera de pleno derecho, ella requiere haber sido
declarada judicialmente por una sentencia firme. Esta afirmación tiene sustento de texto, por
ejemplo, el artículo 1687 en su primera parte señala que “la nulidad pronunciada en sentencia
que tiene la fuerza de cosa juzgada…”. También el artículo 1688, al señalar que “si se declara
nulo el contrato…”. También el artículo 1689, al decir “la nulidad judicialmente pronunciada”.
El que la nulidad requiera de una declaración judicial, tiene como consecuencia de que
mientras no se declare nulo el acto, este goza de validez presuntiva, y por ende, produce todos
sus efectos.
En tercer lugar, las consecuencia del acto nulo sólo son oponibles a quienes han
comparecido en el pleito (efectos relativos). Por ejemplo, el artículo 1687 se refiere sólo “a las
partes”, sólo ellas quedan facultadas para exigir los efectos que son propios de la nulidad. En el
mismo sentido, está el artículo 1690, que es consecuencia del artículo 3 inciso 2.
Sin perjuicio de que la nulidad sólo produce efectos respecto de las partes, lo cierto es
que la parte tiene también ciertos derechos, que a raíz de la nulidad, puede ejercer respecto de
terceros que no han litigado, que no eran parte del juicio. Y esta circunstancia es la que nos
lleva a distinguir entre los efectos de la nulidad entre las partes, y los efectos de la nulidad
respecto de terceros.
b) Efectos de la nulidad entre las partes
- Efecto fundamental: está en el artículo 1687, en su inciso 1, al señalar que “la nulidad
pronunciada en sentencia que tiene la fuerza de cosa juzgada, da a las partes derecho para ser
restituidas al mismo estado en que se hallarían si no hubiese existido el acto o contrato nulo”.
En otras palabras, la nulidad judicialmente declarada opera con efectos retroactivos.
O sea, de lo que se trata, es de que las partes vuelvan a la situación jurídica en que se
encontraban antes de celebrar el acto o contrato nulo. Así, el comprador tendrá derecho a
recibir nuevamente el precio pagado, y el vendedor, a recuperar la cosa entregada.
En doctrina, suele hacerse una distinción que dice relación con aquellas obligaciones
que se encuentran pendientes, y aquellas que ya se han cumplido. Por ejemplo, el comprador,
celebrado que fue el contrato de compraventa, podía pagar el precio dentro de un año. O sea,
su obligación está pendiente. Entonces, se dice que en esta situación, la nulidad opera como
modo de extinguir las obligaciones (artículo 1567 número 8), y en tal caso, el comprador no
tendrá que pagar el precio ni el vendedor entregar la cosa.
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- Excepciones: hay ciertas excepciones en que, no obstante declararse nulo el acto o contrato,
no hay restituciones. Estas excepciones son:
- Declaración de nulidad por objeto o causa ilícita: esta excepción está en el artículo
1687 inciso 1. Luego de señalar el derecho de las partes para ser restituidas al mismo
estado en que se hallarían si no hubiese existido el acto o contrato nulo, dispone que
“sin perjuicio de lo prevenido sobre el objeto o causa ilícita”.
- Quiere decir que el que contrató no puede pedir la restitución de aquello que
haya dado o pagado en razón del acto declarado nulo. Pero sí puede estar él
obligado a restituir, porque la excepción del artículo 1468 es en el acto positivo,
pero no queda excepcionado de restituir.
- El artículo 1468 existe porque es una sanción a aquel que infringe la ley con
pleno conocimiento de lo que estaba haciendo.
- El poseedor de buena fe: el artículo 1687 inciso 2 hace referencia a que en las
restituciones se tomará en consideración la posesión de buena o mala fe de las partes.
Y relacionado con ello, el artículo 907 inciso 3 del Código Civil, señala que el poseedor
de buena fe no es obligado a la restitución de los frutos percibidos antes de la
contestación de la demanda. Es una excepción porque si se aplicara sólo el artículo
1687, tendría que restituirse la totalidad de los frutos percibidos. El artículo 907 inciso 3
contiene una presunción, porque presume que hasta la contestación de la demanda el
poseedor está de buena fe. Y la buena fe consistirá en la conciencia de haber celebrado
el acto o contrato, exento de vicios.
- Situación del incapaz: está regulada en el artículo 1688, que señala que “si se
declara nulo el contrato celebrado con una persona incapaz sin los requisitos que la ley
exige, el que contrató con ella no puede pedir restitución o reembolso de lo que gastó o
pagó en virtud del contrato”. Entonces, la excepción consiste, por ejemplo, en que si el
vendedor era incapaz, el comprador no puede pedir la restitución. No puede porque es
una norma que protege al incapaz, el legislador entiende que al tratarse de un incapaz,
una vez que él recibió lo dado o pagado, no lo mantuvo, sino que lo dilapidó. Por ello, se
afirma que el artículo 1688 sólo tiene aplicación cuando el acto o contrato ha sido
declarado nulo por la incapacidad relativa o absoluta de una de las partes, y no por otro
vicio.
- Cuando las cosas pagadas o las adquiridas por medio de ellas, le hubieren sido
necesarias. Por ejemplo, cuando pagó una deuda, o cuando compró una casa y
vive en ella.
- Cuando las cosas pagadas o las adquiridas por medio de ellas, que no le
hubieren sido necesarias, subsistan y se quisiere retenerlas. Por ejemplo, si con
el dinero recibido abrió una cuenta corriente bancaria a su nombre.
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- Regla general: está en el artículo 1689, que señala que “la nulidad judicialmente pronunciada
da acción reivindicatoria contra terceros poseedores; sin perjuicio de las excepciones legales”.
- Excepciones:
- La rescisión de la venta por lesión enorme: ella no deja sin efecto las enajenaciones
o gravámenes que hubiere hecho el comprador. Este es el sentido que tiene el artículo
1895, cuando dice que el comprador que se halle en el caso de restituir la cosa, deberá
previamente purificarla de las hipotecas u otros derechos reales constituidos sobre ellos.
Esta figura está, por ejemplo, recogida en el artículo 1424 del Código Civil italiano,
según el cual el contrato nulo puede producir los efectos de un contrato diverso, del cual
contenga los requisitos de sustancia y de forma cuando habida cuenta del fin perseguido por las
partes, deba considerarse que éstas lo habrían querido si hubiere conocido de la nulidad.
La conversión del acto jurídico nulo existe por un principio general de nuestro derecho,
que es la preservación del acto jurídico, esto es, que los actos jurídicos tengan valor, produzcan
efectos. La invalidación de un acto jurídico opera de manera excepcional.
a) Requisitos de la conversión
- Que el acto sea declarado nulo. No basta con que falten elementos, y por lo tanto el
contrato sea otro, sino que se necesita una declaración de nulidad.
- Que el acto que se declara nulo tenga los elementos esenciales de aquel acto al cual
se convertirá.
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- Que no esté comprometido, con la declaración de nulidad, el orden público, o que la ley
haya prohibido la producción de efectos del acto nulo. Esto último se explica con el
artículo 1554, que contiene los requisitos del contrato de promesa. Al leerse, se llega a
la conclusión de que si a la promesa le falta alguno de esos requisitos, el acto no
produce efecto alguno, por tanto no puede convertirse en otro acto distinto.
De estos cinco requisitos, se puede concluir que la conversión del acto jurídico nulo
consiste en una presunción, en orden a que las partes, de haber previsto la ineficacia del
negocio que realizaban, hubieren querido el otro negocio.
Víctor Vial señala que como la conversión no tiene un reconocimiento expreso, no tiene
una regulación orgánica dentro de nuestro Código Civil, ella sólo va a operar en la medida que
exista una norma que la permita en forma expresa.
- Artículo 1138 inciso 2: nuestra ley no permite las donaciones irrevocables entre
cónyuges, y entonces, si se celebra una de ellas, el artículo 1138 inciso 2 señala que las
donaciones entre cónyuges valen como donaciones revocables. O sea, está convirtiendo
un acto nulo (donación irrevocable) en un acto válido (donación revocable).
- Artículo 1701 inciso 2: el instrumento público defectuoso, por las razones que en el
artículo se indican, puede valer como instrumento privado siempre que esté firmado por
las partes.
a) Antecedentes generales
El profesor Pablo Rodríguez plantea que la nulidad ha sido analizada por la teoría
jurídica en forma unitaria, es decir, encuadrándola o limitándola única y exclusivamente a la
nulidad absoluta y relativa.
A juicio del autor, esto es errado, ya que hay nulidades que operan de pleno derecho, y
que por lo mismo no requieren de declaración judicial, que no se sanean por el transcurso del
tiempo, y en que los actos afectados no están dotados de una validez provisional. O sea, hay
ciertas nulidades que escapan a la clasificación tradicional, y estas corresponden a las que el
autor denomina la “inexistencia impropia”.
- Nulidad originaria: se caracteriza porque el acto existe, pero la ley le niega ab initio
toda consecuencia, y por lo mismo no requiere de una regla particular (sentencia judicial)
que extinga derechos y obligaciones provisionalmente válidos. Se clasifica a su vez en
nulidad radical y nulidad textual.
b) La nulidad originaria
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El acto jurídico afectado por esta nulidad, existe, ya que reúne todos los requisitos y
elementos exigidos por la ley para su perfección y para que nazca a la vida del derecho. O sea,
no se trata de un acto tentado o incompleto.
- En ninguno de los dos casos indicados surgen derechos ni obligaciones, y por lo tanto,
el acto no puede ser considerado presuntivamente válido. No hay derechos ni
obligaciones que ejercer o cumplir.
- Los efectos del acto nulo no quedan subordinados a la dictación de una sentencia
judicial. A lo más, un juez se limitará a constatar la nulidad, sólo porque el derecho
rechaza la autotutela.
- Las consecuencias de esta nulidad están establecidas en la misma ley, esto es, no
generan efecto alguno, y por lo tanto, las situaciones que se han forjado al amparo de
estos actos, no tienen protección alguna, y se trata simplemente de situaciones de
hecho.
- En suma, este tipo de nulidad es un mero efecto legal, no es una sanción que deba
aplicarse por medio de una sentencia judicial nacida del proceso de interpretación de la
ley.
La única condición para que opere este tipo de nulidad es la disposición expresa en la
ley, esto es, hay ciertos actos que el legislador expresamente no admite que formen parte del
sistema normativo.
- En materia de contratos: artículos 1809, 1892, 2055 y 1701 inciso 1 (en este
caso del 1701, la ley niega la existencia de los actos solemnes cuando la
voluntad no se manifiesta por medio de la respectiva formalidad).
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En otras palabras, una norma expresa priva al acto jurídico de todo efecto ab
initio, o sea, el acto existe, pero no genera consecuencias jurídicas.
- En materia sucesoria: artículos 966, 1003, 1026, 1107 y 1204. En todos estos
casos, se trata de privar de plano de efectos al acto jurídico que contravienen
principios generales recogidos en el Código.
c) La nulidad sanción
- Los actos jurídicos tienen un valor vinculante en cuanto ellos atan o ligan a las partes
que los celebran. Los elementos vinculantes del acto jurídico son los derechos y
obligaciones que el acto crea, modifica, transfiere o extingue.
- La nulidad, en cuanto sanción civil, desliga a las partes total o parcialmente, con efecto
retroactivo, lo cual acontece como consecuencia de la extinción de los derechos y
obligaciones que se generaron a partir del perfeccionamiento del acto, y de su
exigibilidad. Por lo anterior, la nulidad como sanción puede tener tres grandes efectos
(son copulativos, no disyuntivos):
- Efecto sustitutivo: priva al acto de los efectos queridos por las partes, y le
asigna otros.
Todo acto jurídico, por el solo hecho de existir, está dotado de validez provisional o
presuntiva, por lo que la nulidad sanción sólo va a operar por medio de una sentencia judicial.
La validez presuntiva será definitiva cuando el vicio se sanea por el transcurso del plazo.
Por lo anterior, el profesor Rodríguez define la nulidad sanción como una sanción civil
que consiste en privar total o parcialmente de validez provisional a un acto jurídico, o bien en
atribuirle otros efectos diversos de los queridos y previstos por las partes, deslegitimando las
situaciones jurídicas forjadas a su amparo, en la forma prevista y sin perjuicio de las
excepciones legales.
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- La nulidad originaria excluye ab initio todo efecto, y la situación regulada por el acto es
meramente de hecho. En cambio, la nulidad sanción, una vez declarada, produce un
efecto liberador, deslegitimador, y en casos de excepción, sustitutivo (a este último la
doctrina le llama conversión del acto nulo).
- Las nulidades originarias requieren de una norma expresa que la declare, ya sea
privando de efectos al acto, o negando su existencia. La nulidad sanción, en cambio,
resulta de la relación entre un requisito y la norma que sanciona su ausencia.
3- La inoponibilidad
El profesor francés Bastián, en un libro denominado “Ensayo sobre una teoría general de
la inoponibilidad”, dio una definición que se ha venido repitiendo en el tiempo, señalando que es
la ineficacia, respecto de terceros, de un derecho nacido como consecuencia de la celebración
o de la nulidad de un acto jurídico.
En el mismo sentido, una sentencia de la Corte Suprema dijo que la inoponibilidad está
establecida para la protección de los terceros de buena fe, de manera que el acto jurídico que
es válido entre las partes, es inoponible, en cuanto a sus efectos, respecto de terceros.
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a) Clasificación de la inoponibilidad
Otra norma que recoge el mismo principio está en el artículo 1578 número
3.
- Por lesión de derechos adquiridos: en esta situación, los efectos que emanan
de un acto jurídico no podrán hacerse valer respecto de un tercero que ha
adquirido derechos sobre la cosa de que se trate. Por ejemplo, en materia del
decreto de posesión definitiva, cuando el desaparecido reaparece reclama la
rescisión de dicho decreto, lo que trae como consecuencia la restitución al
desaparecido a la situación en que se encontraba antes del desaparecimiento.
Pero esta rescisión no va a afectar a los terceros de buena fe que hayan
adquirido derechos sobre esas cosas.
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- La falta de fecha cierta: el artículo 1703 del Código Civil, relacionado con el
artículo 419 del Código Orgánico de Tribunales, establece que las fechas de los
instrumentos privados son inoponibles a los terceros hasta que sucede alguna de
las situaciones que se indican en estas normas. Lo que sucede es que la fecha
de los instrumentos privados se puede modificar, por lo que el legislador en el
artículo 1703 parte del supuesto de que la fecha de estos instrumentos les es
inoponible, porque por la propia naturaleza del instrumento privado, se puede
modificar dicha fecha. Pero esa fecha podrá ser oponible a terceros cuando haya
sucedido alguna situación que señala el artículo.
En la mayoría de los casos la inoponibilidad se utiliza como una excepción, y hay que
oponerla, porque el juez no la puede declarar de oficio, y si lo hace, incurre en ultra petita.
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1- Conceptos
- Carlos Ducci: señala que se trata de las relaciones jurídicas que el acto engendra.
- Arturo Alessandri: dice que son los derechos y obligaciones que el acto jurídico
produce. Esta es la definición clásica.
- Víctor Vial: señala que son la forma a través de la cual la ley traduce en términos
jurídicos lo que las partes perseguían al momento de celebrar el acto o contrato.
Cada acto o contrato tiene sus propios efectos en particular. Pero como estamos
estudiando la teoría general del acto jurídico, vamos a detenernos a analizar quiénes resultan
implicados o afectados por la celebración de un acto o contrato.
La regla general consiste en que los actos jurídicos producen efectos sólo respecto de
quienes, con su consentimiento, lo han generado. Así, a los terceros el acto jurídico ni les
aprovecha ni les perjudica. Esta regla general, en orden a que el acto jurídico vincula sólo a las
partes, y no beneficia ni perjudica a los terceros, se denomina efectos relativos del acto
jurídico, es decir, sólo respecto de las partes.
Se entenderá por parte aquel que con su consentimiento le ha dado vida al acto o
contrato, recordando que una parte puede estar integrada por una o más personas.
Excepcionalmente, la ley admite que un tercero puede resultar afectado por un acto
jurídico al cual no ha concurrido con su voluntad. Y entonces, en el acto jurídico unilateral, en
el que interviene la voluntad de una sola parte, y si lo natural es que el acto jurídico cree,
modifique o extinga efectos jurídicos, lo propio esta clase de acto es que afecte a un tercero,
porque si no el efecto del acto jurídico quedaría radicado en uno mismo. Un ejemplo es el
testamento, en el cual interviene sólo la voluntad del causante, pero ese acto jurídico,
naturalmente, va a vincular o afectar a terceros.
En el acto jurídico bilateral, la regla es distinta. De lo que se trata principalmente, es de
que los efectos jurídicos queden radicados en el patrimonio de quienes han concurrido con su
consentimiento a darle vida. Así lo dice el artículo 1545, según el cual el contrato vincula sólo a
las partes contratantes.
Este principio general de los actos jurídicos bilaterales reconoce ciertas excepciones:
hay algunos autores que plantean que son excepción a este principio la estipulación por otro del
artículo 1449 y la promesa de hecho ajeno, del artículo 1450.
A juicio del profesor Fernando Rabat, lo correcto es referirse al efecto reflejo del
contrato. El contrato, al insertarse dentro del ordenamiento jurídico, no puede ser desconocido
por el resto de quienes intervienen en el tráfico jurídico.
a) Clases de terceros
- Terceros absolutos: son aquellas personas que nunca van a entrar en contacto con las
partes que celebraron el acto jurídico. Se trata de personas a las cuales el acto jurídico
celebrado les es indiferente, son absolutamente extraños al acto jurídico.
- Terceros relativos: son aquellos respecto de los cuales el acto jurídico celebrado por
otros, tiene o puede llegar a tener indudablemente una relevancia o interés por el
beneficio o gravamen que dicho acto jurídico puede significarle.
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La diferencia entre ambos está en el objeto sobre la cual recae. A título universal
se sucede a otra persona en todos sus bienes o en una cuota de ellos.
A título singular, la cosa es una, puede ser una especie o cuerpo cierto, o una
cosa indeterminada dentro de un género determinado.
Las modalidades son aquellas estipulaciones que se insertan en un acto jurídico, con el
fin de alterar o modificar los efectos que normalmente ese acto jurídico produce.
La palabra “insertar” es para dar la idea de que las modalidades, por regla general,
requieren de una manifestación de voluntad de las partes. Sin esta manifestación de voluntad,
no se puede incorporar en el acto jurídico la modalidad de que se trate.
- Son un elemento accidental del acto jurídico, por tanto, se agregan por cláusulas
especiales.
- Son excepcionales. La regla general, es que el acto jurídico es puro y simple. Las
excepciones son siempre de derecho estricto, de interpretación restringida.
- Por regla general no se presumen. Por ende, van a requerir de una declaración
expresa de las partes contratantes. Por excepción, la ley subentiende ciertas
modalidades en determinados actos jurídicos. Así ocurre por ejemplo, con el fideicomiso.
Otro ejemplo es el de la condición resolutoria tácita, contemplada en el artículo 1489.
- Por regla general, los actos patrimoniales son siempre susceptibles de modalidad. Por
excepción no lo son, como la aceptación o repudiación de una herencia (artículo 1227).
También las legítimas rigorosas (artículo 1192). Los actos de familia no son susceptibles
de modalidades, como por ejemplo el matrimonio (el artículo 102 dice que un hombre y
una mujer se unen actual e indisolublemente, con lo cual indica que ese acto jurídico no
admite modalidades).
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1- La condición
a) Elementos de la condición
- Incertidumbre: quiere decir que el hecho futuro puede suceder o no. Por este motivo, y
es la diferencia con el plazo, la muerte no es una condición, porque no se sabe el día de
la muerte, pero es un hecho cierto que ocurrirá.
b) Clasificación de la condición
- Posibles o imposibles: está en el artículo 1475. La condición positiva debe ser física y
moralmente posible. Es físicamente imposible la que es contraria a las leyes de la
naturaleza física, y es moralmente imposible la que consiste en un hecho prohibido por
las leyes, o es opuesta a las buenas costumbres o al orden público. Se mirarán también
como imposibles las que están concebidas en términos ininteligibles (también son
llamadas intelectualmente imposibles porque no se pueden entender).
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Finalmente, el artículo 1492 agrega que el derecho del acreedor que fallece en el
intervalo entre el contrato condicional y el cumplimiento de la condición, se transmite a
sus herederos, y lo mismo sucede con la obligación del deudor. O sea, este germen de
derecho se transmite a sus herederos. Esta regla no se aplica a las asignaciones
testamentarias, ni a las donaciones entre vivos.
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pero se espera que existan, no se invalidarán por esta causa si existieren dichas
personas antes de expirar los diez años subsiguientes a la apertura de la sucesión”.
En contrario se pronuncia Carlos Ducci, que cita el artículo 739 inciso 1, dentro
de la propiedad fiduciaria, que señala que “toda condición de que penda la restitución de
un fideicomiso, y que tarde más de cinco años en cumplirse, se tendrá por fallida”. La
crítica que le hace Vial a Ducci, es que esta es una norma especial, aplicable a una
institución jurídica en particular que es el fideicomiso.
- Pendiente: el acto produce provisionalmente todos sus efectos, como si fuera puro y
simple. Quien tiene la cosa, puede gozar de ella con todos sus atributos.
- Condición resolutoria ordinaria: corresponde al hecho futuro e incierto del cual depende
la extinción de un derecho, siempre que este hecho futuro e incierto no esté referido al
cumplimiento de una de las obligaciones que emanan del contrato bilateral, porque en tal
caso se tratará de una condición resolutoria tácita.
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- Para que opere, es necesario que a lo menos uno de los contratantes haya
cumplido o esté llano a cumplir. Esto porque al ser un contrato bilateral, las
obligaciones de cada parte están vinculadas entre sí, de suerte tal que una es
causa de la otra. Y por lo tanto, en la compraventa si el comprador no paga ni
quiere pagar el precio, el vendedor no está obligado a entregarle la cosa.
- Pacto comisorio: se define como aquella estipulación expresa que hacen las partes de
la condición resolutoria tácita. O sea, en el contrato se va a estipular en forma explícita
que si una de las partes no cumple con su obligación, el acto jurídico se resolverá.
- Pacto comisorio reglado: está tratado en nuestro Código Civil con ocasión del
contrato de compraventa, y sólo referido a la obligación del comprador de pagar
el precio (artículo 1877). A su vez, puede ser:
La acción que emana del pacto comisorio reglado es también una acción
personal, y ella prescribe en el plazo señalado por las partes, siempre que no
pasare de 4 años contados desde la fecha del contrato (artículo 1880).
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2- El plazo
El artículo 1494, en su inciso 1 dice que el plazo es la época que se fija para el
cumplimiento de la obligación. En doctrina, se da una definición bastante más amplia y que es
la usual, que dice que el plazo es el acontecimiento futuro y cierto del cual depende el ejercicio
o la extinción de un derecho.
a) Elementos fundamentales
b) Clasificación
- Expreso o tácito: está en el artículo 1494. El plazo expreso es aquel que se estipula en
términos explícitos. El tácito lo define la ley como aquel que es indispensable para
cumplir con la obligación, situación que dependerá de la naturaleza de esa obligación.
- Pendiente: en este caso, las obligaciones que emanan del contrato a plazo
existen, han nacido a la vida del derecho. Por tanto, si el deudor paga, paga bien,
no tiene derecho a pedir restitución de lo pagado. Su pago tiene causa. Lo que
está haciendo es renunciar al plazo, pudiendo hacerlo porque la obligación
existe. Pero el cumplimiento no se puede demandar hasta el cumplimiento del
plazo.
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- Pendiente: significa que la persona que tiene la cosa a plazo es titular de ella,
por ende puede ejercer todos los atributos y facultades que ese derecho le
asigna. Por ejemplo, el derecho del arrendatario está sujeto a un plazo extintivo
pendiente.
- Renuncia: la renuncia es un acto jurídico unilateral a través del cual el deudor abdica
del plazo previamente establecido, siempre que el plazo lo haya sido en su exclusivo
beneficio. Está establecida en el artículo 1497.
- Cuando la anticipación del plazo acarree al acreedor un perjuicio que por medio
del plazo se propuso manifiestamente evitar.
- Legal: está regulada en el artículo 1496. Este artículo señala que el pago de la
obligación no puede exigirse antes de expirar el plazo, si no es:
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- Semejanzas:
- Diferencias:
- En la condición, el pago está mal hecho porque el derecho no existe y por lo tanto no
tiene causa. En el plazo, el pago será válido porque la obligación existe.
- La condición puede tener origen convencional o legal, y el plazo puede tener origen
convencional, legal o judicial.
3- El modo
El artículo 1089 lo define diciendo que si se asigna algo a una persona para que lo tenga
por suyo con la obligación de aplicarlo a un fin especial, esta aplicación es un modo y no una
condición suspensiva. Y por ende, no se suspende la adquisición de la cosa asignada. Esto
último es el punto más relevante para diferenciar al modo de la condición. Los autores estiman
que el artículo 1089, más que una definición del modo, contiene una descripción general del
mismo. Por ello, han tratado de precisar el concepto.
- Hernán Corral: señala que se trata del gravamen o carga impuesta al beneficiario de
una liberalidad.
- Carlos Ducci: lo define como una obligación accesoria de realizar una prestación
impuesta al beneficiario de una liberalidad.
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- El modo no es una contraprestación por el derecho recibido, sino que es una restricción, en el
sentido que el asignatario modal deberá aplicar la cosa que recibe al fin indicado por el
constituyente.
- El modo está sólo regulado en el Libro III del Código Civil, con ocasión de la sucesión por
causa de muerte. No hay normas dentro del Libro IV relativo a los actos y contratos.
- En las asignaciones testamentarias: hay una norma expresa referida a los efectos del
modo, que es el artículo 1089, según el cual el modo no suspende la adquisición de la
cosa asignada. Y por lo tanto, el incumplimiento del modo no da derecho al beneficiario
para pedir la resolución del acto o contrato, aunque está facultado para pedir su
cumplimiento.
Por excepción, cuando el modo lleva una cláusula resolutoria podrá pedirse la
extinción o resolución del derecho asignado con el modo. Así lo dice el artículo 1090: “en
las asignaciones modales se llama cláusula resolutoria la que impone la obligación de
restituir la cosa y los frutos, si no se cumple el modo”. En el inciso 2 señala que “no se
entenderá que envuelven cláusula resolutoria cuando el testador no la expresa”. O sea,
requiere de una manifestación de voluntad expresa, salvo los casos de asignaciones
dejadas a un banco, por disponerlo expresamente el artículo 48 número 6 de la ley
general de bancos.
- Víctor Vial: señala que primero hay que analizar si las partes regularon o no la
situación. Si lo regularon, hay un pacto comisorio. Si las partes nada regularon,
hay que distinguir según la naturaleza del contrato: si es unilateral, Vial señala
que el incumplimiento del modo no trae consecuencias. Pero si es un contrato
bilateral, Vial señala que estaremos en presencia de una condición resolutoria
tácita, y por lo tanto podrá ejercerse la acción resolutoria.
- Hernán Corral: recurre a la regla de la analogía, y por lo tanto, aplica las reglas
de la donación y de las asignaciones testamentarias. Y dice que habrá derecho a
expedir la extinción del derecho o restitución de la cosa entregada cuando se
haya estipulado una cláusula resolutoria.
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LA REPRESENTACIÓN.
Capitant señala que hay representación cuando un acto jurídico es celebrado por una
persona por cuenta de otra, en condiciones tales que los efectos se producen directa e
inmediatamente para el representado, como si él mismo hubiese intervenido en el acto jurídico.
Avelino León señala que la representación es una institución mediante la cual una
persona queda obligada o adquiere un derecho como consecuencia inmediata y directa del acto
jurídico celebrado en su nombre por un tercero debidamente facultado para ello.
- Teoría del doble contrato: la plantea Thol. En esta teoría se señala que respecto del
tercero, se celebran dos contratos. Uno se celebra entre el representante y el tercero, y
otro se entiende celebrado entre el representado y ese tercero, a consecuencia de las
estipulaciones contenidas en el primer contrato.
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Por regla general, todos los actos o contratos son susceptibles de representación. Por
excepción, hay ciertos actos que no admiten representación, por ejemplo:
3- Fuentes de la representación
Del artículo 1448, al señalar “estando facultada por ella o por la ley para representarla”,
se desprende que la representación puede ser:
- Legal o necesaria: se trata de aquellos casos en que una persona está facultada para
actuar por cuenta de otra por así disponerlo el legislador. Se le llama también
representación necesaria, en el sentido que ella supone que una persona, esto es, el
representado, no se encuentra en condiciones de actuar en la vida jurídica, de
manifestar su voluntad.
Se agregan también otras situaciones que están fuera del artículo 43, como lo es
la representación que asume el síndico de la quiebra respecto de la persona del fallido, y
también la representación que asume el juez en la venta forzada (artículo 671 inciso 3).
A raíz de estas dos últimas situaciones, Alessandri plantea que la enumeración del
artículo 43 no es taxativa.
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4- Requisitos de la representación
- Que se ejecute un acto jurídico: esto no es tan obvio si se precisa que el requisito apunta a
que no hay representación respecto de los hechos jurídicos, por ejemplo, un delito civil.
- Que el representante declare su propia voluntad: quien concurre a la celebración del acto
jurídico con su propia voluntad, es el representante. Es él quien manifiesta una voluntad, y es
respecto de esa voluntad que tendrá que analizarse, por ejemplo, la existencia de un vicio del
consentimiento. El autor italiano Coviello dice que si el representante se limitara a transmitir la
voluntad del representado sin poder alterarla, se trataría de un mero mensajero que sirve de
medio para celebrar un contrato entre ausentes. Precisamente esa situación del mensajero no
la recoge nuestro Código. El artículo 1448 comienza diciendo “lo que una persona ejecuta a
nombre de otra”, o sea, lo que el representante realiza a nombre del representado, con lo cual
se está haciendo hincapié en que la voluntad que se declara es la del representante.
- Que el representante debe actuar a nombre del representado: esto es la contemplatio domini.
El representante, en el acto jurídico, debe manifestar que está actuando en representación, por
cuenta, por obra de un tercero. No es necesario decir en representación de quién, pero sí que
se está actuando en representación de otra persona. Si el representante no manifiesta esta
voluntad, los efectos del acto jurídico se van a radicar en su patrimonio. O sea, se va a entender
que él contrató para sí.
Manifestaciones de este requisito son, por ejemplo:
- Artículo 411: en todos los actos y contratos que ejecute o celebre el tutor o curador en
representación del pupilo, deberá expresar esta circunstancia en la escritura del mismo
acto o contrato; so pena de que omitida esta expresión, se repute ejecutado el acto o
celebrado el contrato en representación del pupilo, si fuere útil a éste, y no de otro modo.
- Que el representante debe tener poder de representación: es decir, debe estar facultado para
actuar por el representado. El artículo 1448 dice “estando facultada por ella o por la ley”. O sea,
se necesita que exista este poder para actuar por otro.
5- Efectos de la representación
La regla general, es que los efectos del acto jurídico ejecutado por el mandatario o
representante, se radican en el patrimonio del representado o mandante, como si el mismo
hubiere ejecutado dicho acto. La relación jurídica, la vinculación, es entre el representado y el
tercero.
Esto supone que el representante actúa dentro de la órbita de sus atribuciones, dentro
de los límites de sus facultades, de suerte tal que los actos jurídicos ejecutados por el
representante fuera de las facultades que le han sido conferidas, son inoponibles al
representado (artículo 2160 inciso 1).
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6- Ratificación
La ratificación es un acto jurídico unilateral por medio del cual se transforma, se hace
eficaz un acto jurídico concluido a nombre del ratificante, sin tener poder suficiente para ello. O
sea, el representado lo que hace es aprobar lo que el representante había realizado
excediéndose de las facultades que le habían sido conferidas (artículo 2160 inciso 2).
En este apartado se encuentran los casos estudiados a lo largo del año, con sus
respectivas respuestas, de forma tal que sea una manera de estudio.
CASO HIPOTETICO 1:
Don Matías Fernández Silva, ciudadano chileno, mayor de edad, contrajo matrimonio en Chile,
el año 2002, con doña Teresa Arias Zuleta, del cual nacieron dos hijos, Pedro y Patricia
Fernández Arias, de 6 y 4 años de edad, respectivamente. Por razones de trabajo se domicilia
en Argentina en donde conoce a doña María Luz Pérez Jiménez, con quien inicia una relación
sentimental de la cual nace un hijo, Juan Carlos, por lo cual decide casarse con la madre en ese
país, ya que su cónyuge chilena se negó a consentir en un divorcio de común acuerdo. A raíz
de dicha negativa decide vender un bien raíz adquirido durante el matrimonio en Chile, ubicado
en la ciudad de Santiago, celebrando al efecto un contrato en la ciudad de Buenos Aires con
don Arturo Ramírez Soto, prescindiendo absolutamente de la intervención de la cónyuge
chilena, ya que, no obstante estar casado en sociedad conyugal con ella, sostiene que la ley
Argentina, bajo cuyo imperio se encuentra no requiere la autorización de la mujer, y como, en
su opinión, los contratos se rigen por la ley del país en que se otorgan no habría problemas
para inscribir en chile la venta. En el mes de Febrero de 2010 el Sr. Matías Fernández S.,
fallece en un accidente de tránsito encontrándose de vacaciones en Río de Janeiro.
PREGUNTAS:
1.- Es válido ante la Ley Chilena el matrimonio en Argentina del Sr. Fernández. Precise
los textos legales en que basa su respuesta.
De acuerdo al art. 15 CC que fija el “estatuto personal del chileno”, Don Matías Fernández
Silva está sujeto a la ley chilena en lo relativo a la constitución y extinción de su Estado Civil y,
por lo tanto, no puede contraer matrimonio fuera de Chile pretendiendo desconocer nuestra
legislación.
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Por su parte, el art. 80 LMC dispone que el matrimonio celebrado en país extranjero, en
conformidad con las leyes del mismo país, producirá en Chile los mismos efectos que si se
hubiere celebrado en territorio chileno (extraterritorialidad pasiva), con las siguientes
limitaciones:
1. Que sea entre un hombre y una mujer, (en relación con el 102 CC),
2. Que no hayan impedimentos dirimentes, que son aquellos cuya infracción acarrea la nulidad
del matrimonio (art. 5, 6 y 7 LMC), y
3. Que el consentimiento de los contrayentes sea libre y espontáneo.
En este caso particular existe un claro impedimento dirimente ya que de acuerdo al art. 5 LMC,
“no podrán contraer matrimonio los que se hallaren ligados por vinculo matrimonial no disuelto”,
como es el caso de Don Matías Fernández (lo cual por lo demás, de acuerdo al art. 382 C.
Penal es delito de bigamia).
Por lo tanto, en virtud de las normas citadas, el matrimonio Argentino de Don Matías Fernández
no es válido ante la ley chilena.
Al determinar la normativa aplicable a un bien ubicado en Chile, siempre hay que estarse a lo
dispuesto por el art. 16 CC que fija lo que se ha denominado “el estatuto real”, esto es, el
conjunto de normas que regirán la situación de los bienes ubicados en el territorio nacional. De
acuerdo a la disposición en comento, son validas las estipulaciones contenidas en los contratos
otorgados válidamente en país extraño, sin embargo, los efectos de dichos contratos para
cumplirse en Chile, se deberán arreglar a las leyes Chilenas. Pues bien, hay que determinar
qué efectos produce el contrato celebrado por Don Matías Fernández Silva y si puede
inscribirse, todo en conformidad a las leyes en Chile.
De acuerdo al Art. 1725 CC los Bienes raíces adquiridos durante la sociedad conyugal
pertenecen al haber de la sociedad conyugal (por regla general), es decir, son bienes sociales.
El art. 1749 dispone por su parte que el marido administra los bienes sociales, sujeto empero a
ciertas limitaciones, dentro de las cuales se establece precisamente que “el marido no podrá
enajenar o gravar voluntariamente ni prometer enajenar o gravar los bienes raíces sociales ni
los derechos hereditarios de la mujer, sin autorización de esta”. Por último, el art. 1757
sanciona la infracción a estos requisitos con la nulidad relativa por cuanto se trataría de una
solemnidad en atención a la calidad o estado de las personas que ejecutan el acto (la
autorización sería una formalidad habilitante).
En conclusión, y de acuerdo a las normas citadas en relación con el art. 13 del reglamento del
conservador (la inscripción deberá negarse si en algún sentido es legalmente inadmisible), NO
será posible inscribir dicha venta en el Conservador de Bienes raíces.
3.- Señale que ley rige la sucesión en los bienes del Sr. Fernández, y que derechos le
corresponden en ella a la cónyuge e hijos chilenos.
El art. 955 CC dispone que la sucesión se regla por la ley del domicilio en que se abre (último
domicilio del causante), pero concluye advirtiendo que esto es, “salvas las excepciones legales”
(en referencia a las normas protectoras de los chilenos, cuando son titulares de “asignaciones
forzosas” en esas sucesiones).
Dentro de estas excepciones legales encontramos lo dispuesto por el art. 15 N° 2 CC, en virtud
de lo cual, en la sucesión de los chilenos que fallezcan domiciliados en el extranjero se va a
aplicar la ley chilena, no obstante su domicilio fuera del país, pero solo respecto a su cónyuge y
parientes chilenos.
Por lo tanto, armonizando los artículos: 955 CC y 15 N°2 CC, las legislaciones aplicables en
esta sucesión son:
1. La chilena con respecto a el cónyuge e hijos chilenos de Don Matías Fernández (en cuanto
ampara las asignaciones forzosas de que trata el articulo 1167), y
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2. La legislación argentina con respecto a sus demás herederos (en cuanto determina el destino
de los bienes que excedan a las asignaciones forzosas que corresponden a los herederos
chilenos).
Por cierto, como la ley chilena no puede aplicarse en el extranjero, aquí los legitimarios chilenos
solo podrán hacer efectivo este beneficio sobre los bienes de la sucesión que están situados en
territorio nacional.
CASO HIPOTETICO 2:
A las 0:20 horas del día 31 de julio de 2009, nace en la Clínica Las Condes Antonia Fernández
Palma. Lamentablemente, por una insuficiencia cardíaca, la menor fallece ese mismo día a las
0:30 horas en circunstancias que seguía unida a la placenta de su madre a través del cordón
umbilical. El mismo día en que muere Antonia, su padre, quien iba camino a la clínica, fallece
minutos antes del nacimiento en un accidente automovilístico.
PREGUNTAS
Para responder a esta pregunta, primero hay que determinar que se requiere para que haya
existencia legal (en abstracto) y luego contrastar estos requisitos con el caso particular y
concreto.
De acuerdo al art. 74 CC, la existencia legal de toda persona comienza cuando se cumplen dos
requisitos copulativos: 1. Que la criatura se haya separado completamente del cuerpo de su
madre y 2. Que haya sobrevivido a dicha separación aunque sea un instante (principio de
existencia).
La duda en este caso surge con respecto al primer requisito, esto es, la separación del cuerpo
de la madre. La respuesta variará según la postura que se adopte entre las siguientes:
a) Para algunos la criatura estará separada completamente de la madre no sólo cuando esté
fuera del claustro materno, sino que además cuando se haya producido el corte del cordón
umbilical que lo comunica con la madre. De acuerdo a esta posición, habría que responder
negativamente a la pregunta de si Antonia Fernández tuvo o no existencia legal.
b) Para otros, solo basta con que la criatura salga del cuerpo de la madre sin requerirse el corte
del cordón umbilical ya que este último une a la criatura con la placenta, que es un órgano del
hijo y no de la madre (lo cual quedaría de manifiesto con la expulsión de ella luego del parto).
También se agrega que de exigirse el corte del cordón, el nacimiento quedaría sujeto al acto
volitivo de un tercero lo cual es contrario a la interpretación que debe darse a la norma. De
acuerdo a esta ultima postura habría que afirmar que Antonia si tuvo existencia legal.
Por lo tanto, si el nacimiento de Antonia fue el 31 de Julio del 2009 se presume de derecho
(vale decir, no se admite prueba en contrario), que la época de su concepción es entre
septiembre de 2008 y enero de 2009.
Todo depende de la postura que adoptemos con respecto a si ha tenido o no existencia legal
(en relación con el corte del cordón umbilical).
Si estimamos que Antonia no tuvo existencia legal, por cuanto era un requisito el corte del
cordón umbilical, pasarán estos derechos a otras personas, como si Antonia no hubiese jamás
existido (77 y 74 inc.2).
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Si estimamos que Antonia tuvo existencia legal (ya que para ello no se requiere el corte del
cordón umbilical), entonces, entrará en el goce de los derechos sucesorios como si hubiese
existido al tiempo en que se defirieron (77 CC en relación 962 inc.3). Es decir, en virtud de una
“ficción legal”, se entenderá que la criatura tuvo existencia legal al momento de fallecer su padre
y por lo tanto adquirió los derechos que le correspondían en dicha sucesión (ingresaron a su
patrimonio), transmitiéndolos a su muerte a sus propios herederos. Esta teoría es apoyada por
Hernán Corral, ya que señala que no puede dejarse a la voluntad de un tercero, que una
persona tenga o no tenga existencia legal. A esta postura adherimos.
Caso Hipotético:
Al fallecimiento de don Manuel Salazar Sánchez lo sobreviven si cónyuge, doña Mariana Reyes
Martínez y sus tres hijos, Fernando, Pedro y Teresa Salazar Reyes, de 19, 15 y 6 años de edad,
respectivamente. Por distintos trastornos de personalidad, que incluyen alucinaciones y crisis de
angustia, el mayor de ellos, Fernando, ha vivido recluido ocasionalmente en una clínica
psiquiátrica. Para solventar los gastos de dicha enfermedad y de vida de la familia, la viuda
decide vender una propiedad que todos ellos recibieron como herencia del padre fallecido,
habiendo cumplido con los trámites de posesión efectiva y de inscripciones requeridas. Dada la
situación descrita de uno de sus hijos y la edad de los restantes, le consulta a Ud. como debe
proceder para llevar a cabo la venta.
Preguntas:
En el caso propuesto nos piden que hagamos referencia a la capacidad de ejercicio. Para poder
contestar debidamente esta pregunta debemos señalar que la capacidad “es la aptitud legal de
una persona, para adquirir derechos y ejercerlos, y contraer obligaciones”. De esta definición
desprendemos la clasificación de capacidad: capacidad de goce y de ejercicio.
La capacidad de goce es un atributo de la personalidad que consiste en la aptitud legal de
adquirir derechos o de ser titular de derechos.
La capacidad de ejercicio es la aptitud legal que tienen ciertas personas, que los habilita para
ejercer sus derechos, sin el ministerio o la autorización de otra persona.
Lo inherente a cada persona es la capacidad de goce, por lo cual es perfectamente compatible
la calidad de persona y ser incapaz de ejercicio. Este es el caso de los hijos de Manuel y
Mariana, los cuales por diferentes razones se pueden considerar como tales.
Comenzamos por analizar quienes son incapaces de ejercicio: existen dos incapacidades: la
absoluta y la relativa.
La capacidad de ejercicio se basa en 4 principios:
Luego de saber estos principios, diremos que los incapaces absolutos son: (art. 1447)
- Dementes;
- Impúberes;
- Sordo o sordomudo que no puede darse a entender claramente.
- Menor adulto;
- Disipador que se hallen bajo interdicción de administrar lo suyo.
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Veamos, para cada caso, cual de estos requisitos se adecua a los hijos de doña Mariana.
- En el caso de Fernando, de 19 años es mayor de edad, pero nos señala que tiene
trastorno de personalidad, y que ha vivido ocasionalmente en clínicas psiquiátricas.
A nuestro juicio, es demente. Este concepto no es pacífico, ya que el C. Civil hace
sinónimos a los dementes con cualquier estado de perturbación mental, pero la
ciencia actualmente no considera esto, ya que hay diversas clases de enfermedades
mentales. A grandes rasgos el demente es el ser privado de razón, que siempre será
incapaz absoluto, debido a que no importa si se encuentra bajo interdicción o no, ya
que esta sentencio judicial sólo tiene importancia probatoria, si es que no existe se
deberá probar la demencia. Aunque la ciencia, está de acuerdo con que el demente
siempre será demente, el C. Civil señala que puede tener “intervalos de lucidez”, por
lo cual, la sentencia de interdicción cobra importancia para que no se alegue que lo
realizó en un momento de lucidez.
El demente, además de ser siempre incapaz absoluto, no puede adquirir la posesión
por sí mismo ni para otro, y no podrá producir ni obligación natural y sus actos no
admiten caución (obligación que se contrae para asegurar la realización de otra
obligación propia o ajena, art. 46). Además, no son capaces de delito o cuasidelito
civil, al igual que los infantes (art. 2319).
La incapacidad relativa que afecta a Pedro, puede tener valor en ciertas circunstancias que
señala la ley (art. 1447 inc. 3).
Según esto, podemos decir que un absolutamente incapaz, jamás podrá actuar en la vida del
derecho, ya que para el legislador carece de voluntad. En cambio, el relativamente incapaz
tiene poco discernimiento para actuar correctamente en la vida del derecho, ya que tiene
inexperiencia.
Según lo que hemos analizado, la venta de la casa que pertenece a los niños, es evidente que
ellos no pueden vender, por lo que ya analizamos en lo precedente. Por lo cual, según el art.
43, debemos recurrir a los representantes legales, que en este caso es la madre.
Para que Fernando pueda vender la parte que le corresponde, al igual que Teresa, deben estar
debidamente representados por sus representante legal, por lo cual deberá concurrir sólo su
madre.
En el caso de Pedro, es distinto, ya que al ser relativamente incapaz, puede participar en la vida
jurídica de 3 formas:
- Autorizado por su representante legal, en este caso deberán concurrir tanto Pedro
como su madre.
- Ratificado por su representante legal, por lo cual concurrirá solo Pedro, pero en un
acto posterior su madre ratifica el acto realizado.
Además, para el caso de la venta de bienes inmuebles, la ley exige la formalidad de inscribir la
venta de bienes raíces, en el Conservador de Bienes raíces (art. 686).
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c) Indique que sanciones se aplican en caso de no cumplirse los requisitos que Ud. ha
detallado en la respuesta anterior.
En el caso que no se cumplan con los requisitos que hemos señalado, debemos distinguir los
casos:
CASO N° 1:
Al cabo de dos años comprueba que nada de lo que se le dijo es cierto, que el informe y los
artículos que se le exhibieron que son falsos, que el supuesto decreto fue elaborado por un
amigo del comprador, a quien, además, por su participación en los hechos se le dio una
participación de $ 50.000.000.- Más aún, establece con informes que el predio ha aumentado su
valor por el mayor precio del vino.
Asimismo, establece que el Sr. Celedón, un año después de haberle comprado, vendió el
predio a don Fernando Marín Carrasco en la suma de $ 3.500.000.000.- pagados al contado.
Respuesta:
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Respecto de su clasificación, estamos en presencia de un dolo malo (actuación ilícita que tiene
por propósito el engaño); de un dolo positivo (actividad tendiente a representar una situación
que no es real); y dolo principal, ya que reúne los requisitos para ser un vicio del
consentimiento. Estos son: en primer lugar, determinante, esto es, cuando aparece claramente
que si él no se hubiera contratado. Esto, toda vez que el señor Hurtado accedió a vender su
fundo como consecuencia de la información y documentación falsa entregada por el señor
Celedón. Y en segundo término, que sea obra de una de las partes, esto es que, el señor
Celedón personalmente ha intervenido en los actos de engaño, mediando la ayuda de un
tercero, al cual se le encargó realizar un decreto falso.
En relación, a las acciones que puede entablar, debemos señalar que en primer término
se debe solicitar la nulidad relativa del contrato de compraventa por vicio de dolo principal, ya
que fue determinante en la celebración del contrato. En forma subsidiaria, se debe solicitar la
indemnización de perjuicios por concepto de dolo incidental, toda vez que aunque se logre
probar el dolo, el tribunal puede considerar que no está claramente especificado que sin el no
se hubiese contratado. Se debe probar el dolo, ya que este no se presume sino que sólo en los
casos previstos por la ley (artículo 1459), para ello se tienen todos los medios de prueba que
establece la ley, por lo cual la carta, el decreto y las publicaciones son válidas para probar el
dolo.
Luego, debemos considerar al tercero, que como no es parte en el contrato, estamos en
presencia de un dolo incidental, el cual deja la posibilidad de obtener la reparación de perjuicios
sufridos, y como en este caso, este tercero es cómplice se puede demandar por el total de los
perjuicios. Esto, es consecuencia de que esto es un delito civil, regulado por la normas de la
responsabilidad extracontractual. En el caso, en que no se pueda probar su participación en los
hechos, de manera subsidiaria podremos solicitar indemnización de perjuicios por el monto de
beneficio o utilidad que le produjo el dolo, esto es $50 millones de pesos.
Pero, a la sazón de los hechos, se produjo que el señor Celedón ha vendido el fundo al
señor Fernando Marín, por lo cual ya no está en posesión del fundo. Para la tranquilidad del
señor Hurtado, sí se puede recuperar el predio, toda vez que por sentencia firme quede
declarada la nulidad relativa del contrato, la cual “da a las partes derecho para ser restituidas al
mismo estado en que se hallarían si no hubiese existido el acto o contrato nulo” (artículo 1687
inciso primero). Pero en el caso, la cosa no se encuentra en posesión de la persona que la
adquirió y que tiene la obligación de restituirla de acuerdo a lo dispuesto a este artículo, sino
que en posesión de un tercero que lo adquirió, a su vez, del primitivo adquiriente por la
enajenación que éste le hizo a título de compraventa.
A este respecto, el artículo 1689 nos da la solución para este caso al disponer que “la
nulidad judicialmente pronunciada da acción reivindicatoria contra terceros poseedores; sin
perjuicio de las excepciones legales”. Las excepciones legales a las que se refiere dicho artículo
son la prescripción, la indignidad del heredero y la rescisión por lesión enorme. Ninguna de
estas excepciones encaja con la situación particular, por lo cual es completamente viable esta
solución. Ésta es consecuencia del principio de que nadie puede transferir más derechos que
los que tiene sobre una cosa, lo que se desprende de que el señor Celedón no adquirió el
dominio por tradición que se hizo en virtud de un contrato nulo, por lo cual la enajenación que
se realizó del fundo no transfirió el dominio.
Como la nulidad, opera con efecto retroactivo, de tal forma que el verdadero dueño del
fundo es el señor Hurtado, ya que él era el dueño antes del acto nulo, por lo cual el señor
Hurtado podrá reivindicar en contra del señor Celedón, que es poseedor y no dueño del fundo.
Es importante destacar, por otra parte, que el artículo 1689 no distingue entre terceros
de buena o mala fe, es decir, saber si es que adquirió el fundo con un vicio de nulidad. Por lo
tanto, aunque el señor Marín esté de buena o mala fe, se puede interponer la acción
reivindicatoria. En el caso de que esté de buena fe, podrá perseguir una indemnización de
perjuicios en contra del señor Celedón, por los perjuicios ocasionados.
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CASO Nº 2:
Respuesta:
El embargo no está definido en la ley, pero podremos señalar que es “la aprehensión
compulsiva del juez de la causa hace de determinado bien del deudor, y desde el momento en
que se verifica, tales bienes quedan sujetos a la autoridad del referido juez”.
Un bien se entiende embargado, para las partes, desde el momento en que se notifica la
resolución que ordena requerir de pago al deudor y embragarle bienes suficientes si no paga al
momento del requerimiento. Como el embargo estaba inscrito hace un año, deducimos que el
señor Hurtado tenía conocimiento del embargo.
Ahora, en el caso de terceros, el embargo de cosas inmuebles existe desde el momento
en que se ha inscrito en el Registro de Interdicciones y Prohibiciones de enajenar del
Conservador de Bienes Raíces. Por lo cual, al momento de celebrar el contrato de
compraventa, ya existía el embargo para el señor Celedón.
Como el embargo, existía al momento de la enajenación se puede señalar que esta
compraventa adolece de objeto ilícito.
De acuerdo con el artículo 1682, una de las causales de nulidad absoluta es,
precisamente, el objeto ilícito, por lo cual hay que solicitar que se declara la nulidad absoluta de
la compraventa, por recaer en un objeto ilícito, cuya enajenación se encuentra prohibida, de no
mediar los requisitos que establece la ley. En este caso, estos requisitos no están presentes,
por lo cual concurren los supuestos para solicitarla.
La nulidad absoluta, la pueden solicitar, entre otros, quienes tengan un interés
pecuniario y actual, requisitos que el señor Celedón cumple.
Una vez que la nulidad absoluta sea declarada por sentencia firme, da a las partes el
derecho para ser restituidas al mismo estado en que se hallarían si no hubiese existido el acto o
contrato nulo (art. 1687).
Pero, en este mismo artículo se encuentra una excepción a este principio que nos
interesa, toda vez que habla del objeto ilícito. Ya que, según el art. 1468 “no podrá repetirse lo
que se haya dado o pagado por un objeto o causa ilícita a sabiendas”. En este caso, no podrá
solicitarse que sea entregado el precio pagado, por existir esta excepción.
El problema, radica en la palabra “a sabiendas”, esto quiere decir, el conocimiento real y
efectivo de que se estaba enajenando un objeto ilícito. Se podrá alegar que el señor Celedón no
tenía un conocimiento cabal de esta situación, toda vez que el abogado que realizó el estudio
de títulos no se percató de esta situación, quien con un mínimo de diligencia lo tendría que
haber advertido. Por ello, si es que rechazan la nulidad absoluta, en subsidio, se deberá
demandar en contra del abogado, por su negligencia grave, toda vez que no manejó los asuntos
ajenos con el cuidado que aun las personas negligentes y de poca prudencia suelen emplear en
los negocios propios (art. 44). Ya que, lo primero que se realiza en un estudio de títulos es la
verificación de los embargos sobre el inmueble en cuestión. Esta negligencia, es constitutiva de
un delito civil.
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Con respecto a la pregunta, de que si existe alguna forma legalmente correcta que
permita celebrar contratos sobre bienes embargados, la respuesta es afirmativa. El artículo
1464 N° 3 establece dos maneras para enajenar válidamente una cosa embragada: la
autorización judicial y el consentimiento del acreedor.
Con respecto a la autorización judicial, la jurisprudencia ha señalado que dicha
autorización la debe conceder el mismo juez que decretó la prohibición o embargo.
La otra forma, es que el acreedor en cuyo beneficio se trabó el embargo autorice la
enajenación, acto mediante el cual estaría renunciando tácitamente a ejercer los derechos que
le corresponden en su calidad de de acreedor embargante.
Es importante, tener presente que tanto la autorización judicial como el consentimiento
del acreedor deben prestarse con anterioridad al acto de enajenación; esto porque si fuera a
posteriori sería una forma de saneamiento por ratificación, la cual no admite la ley.
CASO Nº 3:
Respuesta:
La capacidad es la aptitud legal de una persona para ser sujeto de derecho, para
ejercerlos y contraer nuevas obligaciones. La capacidad puede ser:
a) El hijo de 7 años, es un impúber, toda vez que un impúber es aquel que va desde los
7 años hasta los 14 (hombre) o 12 (mujer). Por lo tanto, es un absolutamente
incapaz.
b) El que tiene 16 años, es un menor adulto, ya que si es varón será aquel que tenga
entre 14 y 18 años, o si es mujer si es que va desde los 12 a los 18 años. Por lo
tanto es relativamente incapaz.
c) En el caso del que tienen 27 años edad, está bajo interdicción por disipación, por lo
cual es un incapaz relativo, en atención a lo que dice el art. 1447 inciso 3.
Si es que, no se cumplen con los requisitos establecidos por la ley, se puede incurrir en
una nulidad absoluta o relativa, dependiendo del tipo de incapaz de que se trate.
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El hijo de 7 años, debe actuar representado en la vida del derecho, por su representante
legal, en este caso por su madre (art. 43). Si se infringe esta forma de actuar, el acto adolece de
nulidad absoluta.
Tanto, el hijo de 16 años como el de 27 años, para actuar en la vida del derecho, deben
cumplir con al menos uno de los siguientes requisitos: actuar debidamente representados por
su madre; actuar autorizados por su representante legal; o bien actuar ratificados por su
representante legal, quien es su madre.
Si no se cumple con estas formalidades, el acto adolecerá de nulidad relativa.
CASO Nº 4:
Respuesta:
En este caso, estamos en presencia de un error como vicio del consentimiento. Se ha
definido el error, como el falso concepto que se tiene sobre la realidad o sobre un punto de
derecho, y consiste en creer verdadero lo falso y falso lo verdadero.
En este caso, estamos en presencia de un error esencial u obstáculo in negotio, toda
vez que en este caso, una parte entiende arrendamiento y la otra compraventa. Es de tal
magnitud, este error que no se ha llegado a formar el consentimiento, por lo cual, el acto
adolece de inexistencia, o si se quiere, de nulidad absoluta porque falta un requisito de
existencia del acto jurídico, que es la voluntad o consentimiento, en este caso (art. 1453 inciso
1).
Por lo cual, hay que solicitar la inexistencia o en subsidio la nulidad absoluta del acto
jurídico, en virtud del cual el vecino es poseedor de un fundo que no le pertenece, ya que al no
existir consentimiento, este nunca adquirió el dominio.
En cuanto, a que el señor Hurtado estaba dos años antes de celebrar el contrato privado
de sus facultades mentales, es otro gran motivo para alegar la nulidad absoluta del acto o
contrato, toda vez que un demente es un incapaz absoluto, por lo cual no puede participar en la
vida del derecho, sino es debidamente representado por su representante legal, lo que no
ocurrió en esta oportunidad (arts. 1447 y 1682).
Una vez que se declare por sentencia judicial firme, la nulidad absoluta da a las partes el
derecho para ser restituidas al mismo estado en que se hallarían si no hubiese existido el acto o
contrato nulo (art. 1687). En este caso, si es que el señor Hurtado no hubiese vendido el fundo.
Pero, como el vecino transfirió la propiedad a una tercera persona, ésta es un poseedor, ya que
nunca adquirió el dominio, toda vez que el vecino tampoco lo hizo.
Por ello, se aplica el art. 1689 en este caso, ya que una vez que la sentencia se
encuentre pronunciada, se podrá entablar la acción reivindicatoria en contra de este tercero
poseedor, para que restituya el fundo. Como, este artículo no diferencia si es que el poseedor
está de buena o mala fe, se puede entablar esta acción de todas formas. Ahora, si es que el
poseedor estaba de buena fe, no será obligado a la restitución de los frutos percibidos antes de
la contestación de la demanda (art. 907 inciso 3).
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CASO Nº 5:
Respuesta:
**** ¿Qué pasa si es que intenta la nulidad relativa, pero no tiene recursos para restituir el
precio? ***
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CASO Nº 6:
Manuel Celedón Meneses, conocido en la VI Región por una fortuna incalculable, dueño del
único hospital de la región, se reúne con don Pedro Hurtado Fernández para manifestarle
textualmente lo siguiente: “Si no me donas el Fundo el Suspiro, daré la orden para que
desconecten a tu madre del ventilador mecánico que la mantiene con vida”.
Frente a esta amenaza, Pedro Hurtado Fernández realiza los trámites de perfeccionamiento de
la donación y le transfiere su propiedad a fin de salvar la vida de su madre, una mujer de 80
años que se encuentra muy enferma, al borde de su muerte.
Hecho lo anterior, Celedón habla nuevamente con Hurtado y le señala que no se olvide de la
conversación anterior porque en caso que haga público lo ocurrido o intenta alguna acción
judicial, hará efectiva la orden de desconectar a la madre. Esta conversación, Celedón se
encarga de recordársela a Hurtado todos los años.
Luego de trascurridos 5 años desde la transferencia de la propiedad a don Manuel Celedón
Meneses, fallece de 85 años la madre de Pedro Hurtado en el hospital de Colchagua.
Pedro Hurtado Fernández lo consulta respecto de que acción o acciones puede intentar
en contra de Celedón, y si le es posible recuperar la propiedad donada, y si influye en el
caso que Celedón la haya transferido a una sociedad de la cual es socio minoritario.
Respuesta:
En este caso, estamos en presencia de un vicio del consentimiento por fuerza, la cual ha
sido definida como “los apremios físicos o morales que se ejercen sobre una persona,
destinados a que ella preste su consentimiento para la celebración de un acto jurídico”. Por lo
cual, se desprende que hay dos tipos de fuerza: la física y la moral. La moral es la que vicia del
consentimiento, que es aquella constituida por amenazas que afectas la psiquis de la persona.
Para que la fuerza vicie el consentimiento debe ser grave, injusta y determinante. Para
que sea grave, debe producir una impresión fuerte en una persona de sano juicio, tomando en
cuenta su edad, sexo y condición. Para que se de esto, debe ser una amenaza verosímil, toda
vez que en este caso se cumple por ser el señor Celedón dueño del Hospital. Pero, a su vez la
amenaza afecta al señor Hurtado, porque va dirigida no él sino que a su madre, caso que
contempla expresamente el art. 1456 inciso 1, al señalar a los ascendientes. Debe ser injusta,
toda vez que sea contraria a derecho, y determinante, toda vez que el señor Hurtado no
hubiese donado de no mediar la amenaza en contra de su madre.
La donación adolece de un vicio de nulidad relativa (art. 1682 inc. final). Como su madre
ya ha fallecido, la amenaza ya ha desaparecido, por lo cual podrá pedir la nulidad relativa de la
donación, y no se podrá alegar que ya se ha saneado el acto por prescripción, toda vez que el
art. 1691 inciso 2, señala que se podrá alegar la nulidad relativa desde el momento en que ésta
haya cesado.
Por lo tanto, habrá que solicitar la nulidad relativa de la donación, por adolecer del vicio
del consentimiento fuerza. Una vez, que se haya declarado por sentencia judicial la nulidad
relativa, dará a las partes el derecho para ser restituidas al mismo estado en que se hallarían si
no hubiese existido el acto o contrato nulo (art. 1687).
Y como, la propiedad fue transferida a una sociedad, se aplicará el art. 1689, donde se
da el derecho de acción reivindicatoria contra terceros poseedores, toda vez que el señor
Celedón nunca fue dueño del fundo, por lo tanto nunca pudo transferir el dominio.
Realizado por Sebastián Aguayo Rosso para la preparación del Examen Anual.
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