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Derecho Civil

I. TÓPICOS PRINCIPALES DE LA TEORÍA DE LA LEY.

1. Fuentes del Derecho:

Es toda constancia escrita, verbal, o visual que permite captar la existencia de normas
jurídicas.

Hay 2 tipos de fuentes:

1. Fuentes materiales: Son todos los hechos, ya sea humanos o de la naturaleza, de


tipo social, político, económico, cultural, religioso o natural, que influyen en el
contenido de una norma jurídica.

Ejemplos:
La situación política, económica y social, la pobreza, el desempleo, el
recrudecimiento de la delincuencia, los principios éticos y políticos compartidos por
la comunidad, principios de justicia, de equidad, principios valorativos relacionados
con la seguridad y los intereses generales, como también lo son las opiniones de los
juristas.
Doctrina

2. Fuentes Formales (son las que interesan): Son los modos a través de los cuales el
derecho llega a constituir una norma positiva, vinculante y sancionada dentro de la
sociedad.

1. La Ley
2. La costumbre
3. Jurisprudencia
4. Tratados Internacionales
5. La Potestad Reglamentaria
6. Principios Generales del Derecho
7. La Equidad
1. LA LEY

1. DEFINICIÓN

1. Def. Doctrinarias:

 Santo tomas de Aquino: Es una orden de la razón destinada al bien común


debidamente promulgada por el que cuida la comunidad.

 Planiol: Regla social obligatoria, establecida en forma permanente por la autoridad


pública y sancionada por la fuerza.

2. Def. Legal.
Art. 1 CC: La Ley es una declaración de la voluntad soberana que, manifestada en la
forma prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o permite.

Críticas:
 CRITICA DE FONDO (O SUSTANCIAL): se critica a la definición, debido a que no
da una idea clara del objeto de la ley, ni de lo que esta es, en sí misma, ni da
características de ella.

 CRITICA DE FORMA: se critica porque tal como está redactada parece decir que
manda, prohíbe o permite por estar manifestada en la forma prescrita en la
Constitución, y no por ser una declaración de la voluntad soberana, aspecto
obviamente más relevante.

2. VARIEDADES DE LEY Y SU JERARQUÍA


1. Constitución
2. Leyes Orgánicas Constitucionales: Es una ley categoría especial de ley del
ordenamiento jurídico chileno, establecida por la Constitución, que versa sobre materias
expresamente previstas la CPR, que regulan la organización y atribuciones de ciertas
Entidades del Estado.
Introducidas como dominio legal orgánico al ordenamiento jurídico en la Constitución de
1980. Se les reconoce cierta superioridad a las leyes ordinarias Son leyes
complementarias a la Constitución, para que el texto de esta no sea tan detallado y
extenso. (Requieren 4/7)
*El Tribunal Constitucional deberá ejercer el control de constitucionalidad antes de su
promulgación.

3. Leyes Interpretativas de la Constitución : Requieren las 3/5 de los Senadores y


Diputados en ejercicio.
4. Leyes que Reforman la Constitución: RG: 3/5.

*Pero si recae sobre los Capítulos: Son 2/3 Se aprobó en el senado rebajar a 4/7,
faltan los diputados.
1. Bases de la Institucionalidad.
2. D°s y Deberes Constitucionales.
3. Tribunal Constitucional.
4. Fuerzas Armadas, de orden y de seguridad pública.
5. Consejo de Seguridad Nacional
6. Reforma de la Constitución.

5. Leyes de Quorum Calificado: Requieren para su aprobación, modificación o derogación


la mayoría absoluta de los D y S en ejercicio.
6. Leyes de Quorum Simple o Demás Leyes: Requieren la Mayoría de los miembros
presentes en cada cámara.
*el Código Civil es el conjunto orgánico y sistemático de los preceptos y normas legales relativos a la
persona, la familia, y el patrimonio. *

3. CARACTERÍSTICAS DE LA LEY
General a toda norma:
1. Imperativa: Es decir, expresa una orden, un mandato que los habitantes están obligados a
acatar.
2. Exterioridad: La ley regulan las conductas exteriores de los sujetos, es decir, las conductas
efectivamente emitidas por estos y no los pensamientos. Si bien esta es la RG el
ordenamiento jurídico reconoce ciertas salvedades. Por ejemplo: en el derecho civil respecto a
la posesión se señala que es la tenencia de una cosa determinada con el ánimo de señor o
dueño. También tanto en materia contractual como extracontractual debe determinarse si la
persona obró con culpa o dolo.
3. Heterónoma: Son heterónomas porque los individuos las obedecen porque son impuestas por
otros o por un poder externo y no por la propia voluntad del individuo como las normas
morales o religiosas que se cumplen por la propia voluntad. Esta característica reconoce
salvedades como la moral y las buenas costumbres, por ejemplo la “objeción de conciencia”
que dice relación p
4. Bilateral: La ley no es una regla de conducta para el individuo aisladamente en su relación
consigo mismo, sino en su relación con los otros.
5. Coercitiva: La norma es coercitiva en virtud que para cumplirla existe la posibilidad de aplicar
un cumplimiento forzado o una sanción en caso de incumplimiento.
6. General: La Ley es obligatoria para todos los habitantes de la república, incluso los
extranjeros.
7. Abstracta: Quiere decir que las normas son generales y no prevén cada caso concreto a
aplicar, ya que en ese caso habría muchas leyes, por eso se plantea una “situación-tipo”. La
ley no dice “El contrato entre José y Pablo deben ejecutarse de buena fe”, sino que señala “los
contratos deben ejecutarse de buena fe”.
4. MATERIAS DE LEY
Están establecidas en el art. 60 de la Constitución, estableciendo 2 principios:
1. Exclusividad: Solo la ley puede regular las materias.
2. Exclusión: Excluye a los demás órganos a que puedan dictar normas sobre estas materias.
En el n° 20 del art. 60, rompe con esta taxatividad que parece representar porque establece que es
materia de ley: “toda otra norma de carácter general y obligatoria que estatuya las bases esenciales
de un ordenamiento jurídico”.

5. CLASIFICACIÓN DE LAS LEYES


Clasificación según la sanción de cada una de ellas
1. Imperativas: Se entiende por ley imperativa la que manda a hacer algo, impone una acción,
como pagar impuestos, el servicio militar, o la que ordena el cumplimiento de alguna
solemnidad, por ejemplo, el art. 1801 CC que exige la solemnidad de escritura pública para la
compraventa de bienes raíces
2. Prohibitivas: Son aquellas que mandan no hacer algo en forma absoluta. Ejemplo: art. 254
CC: “no se podrán enajenar ni hipotecar en caso alguno los bienes raíces del hijo, aun
pertenecientes a su peculio profesional o industrial, ni sus derechos hereditarios, sin
autorización del juez con conocimiento de causa” (art. 254), RG no se puede realizar,
excepción es que si con autorización del juez.
3. Permisiva: Son aquellas que permiten a una persona hacer algo, obligando a los demás a
respetar aquella facultad concedida a aquella persona. Ej: art. 12 CC: Podrán renunciarse los
derechos conferidos por las leyes, con tal que sólo miren al interés individual del renunciante, y
que no esté prohibida su renuncia.
La ley permisiva se infringe cuando el obligado a respetar el d° le impide a ejercitar a la
persona que tiene aquel d°.

6. CONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY
1. Control Preventivo:
Son controles que se realizan antes que una norma entre en vigencia, por ejemplo, tenemos los
controles:
1. TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En las atribuciones del TC se encuentra la de “ejercer el control de la constitucionalidad de las
leyes que interpreten algún precepto de la Constitución, de las leyes orgánicas constitucionales y de
las normas de un tratado que versen sobre materias propias de estas últimas, antes de su
promulgación” (art. 93 n°1 CPR), también sobre la tramitación de los proyectos de ley o de reforma
constitucional y de los tratados sometidos a la aprobación del Congreso (art. 93 n°3 CPR);y también
“Resolver las cuestiones que se susciten sobre la constitucionalidad de un decreto con fuerza de ley”
(art. 93 n°4 CPR).

2. Control Represivo:
Son aquellos que operan después que una norma entra en vigencia. Este tipo de control se ejerce a
través de los recursos como:
1. Inaplicabilidad: Después de resuelta la inaplicabilidad para un caso particular, habrá acción
pública para requerir al TC la declaración de inconstitucionalidad (general).
2. Amparo.
3. Protección.
2. LA CONSTUMBRE

Concepto: Es la repetición generalizada, constante y uniforme de una norma de conducta


(con relevancia jurídica) por la generalidad de los miembros de una comunidad social, en el
convencimiento que ella satisface una necesidad jurídica.

Observancia: Es seguir algo.


Elementos:
1) OBJETIVO (o externo o material): Es aquel que consiste en la repetición generalizada,
constante y uniforme de la regla de conducta.
2) SUBJETIVO (o psicológico o espiritual): Es el convencimiento que la norma de conducta tiene
fuerza obligatoria porque obedece a una necesidad jurídica.
Consiste en el convencimiento de que esa regla es justa o conveniente para el orden y la paz social
(opinio iuris seu necessitatis).

Art. 2 CC: “La costumbre no constituye derecho sino en los casos en que la ley se remite a
ella”.
Art. 4 CComercio: “Las costumbres mercantiles suplen el silencio de la ley, cuando los
hechos que las constituyen son uniformes, públicos, generalmente ejecutados en la República
o en una determinada localidad, y reiterados por un largo espacio de tiempo, que se apreciará
prudencialmente por los juzgados de comercio”.

CLASIFICACIÓNES:
1. Según el país en el que se practica:
2. Según el territorio en el que impera:
3. Según su relación con la Ley

1. Según el País:
1. Nacional.
2. Extranjera.
2. Según el Territorio:
1. General: la que rige en todo el territorio del Estado;
2. Local: la que se observa en determinado lugar.
3. Según su relación con la Ley:
1. Según la Ley.
2. Contra la Ley.
3. Supletoria de la Ley.
1. Según la Ley
La ley recurre a ella y cobra eficacia coercitiva precisamente por la sanción que le da la ley; el
reconocimiento que ella le brinda sirve de antecedente para leyes posteriores.
Ejemplos CC:
- 1.546 cc: Los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan no sólo a
lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza
de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella.

-El Art. 2117 dice que la remuneración del mandatario es determinada por la convención de
las partes, antes o después del contrato, por la ley, la costumbre o el juez.
- El Art. 1986 se dispone que, si nada se ha estipulado sobre el tiempo del pago del
arrendamiento de un predio rústico, se observará la costumbre del departamento (la
referencia debe entenderse a la comuna, pues la ley 18.776, de 18 de enero de 1989, que
dispone la adecuación del Poder Judicial a la regionalización del país, en todas sus
disposiciones reemplazó el antiguo departamento por la comuna).

2. Contra la Ley
Se opone a las normas legales que imponen una conducta distinta. Surge después de la ley que
impugna y trata de destruirla, sea para no observar la ley o imponer una conducta distinta.
Ej: Cuando el semáforo está en rojo y no viene ningún auto y la gente cruza la calle. Es una
costumbre, pero va en contra la ley del tránsito.

3. Supletoria de Ley o fuera de la Ley


Completa el derecho escrito; no hay oposición entre uno y otro; hay complementación.
Ej: El contrato de leasing, que es el ctto de arriendo con opción de compra. No está regulado en
ningún código, sino es una costumbre comercial y se respeta como un ctto válido.

- ¿A Cuál clasificación le da valor el Código Civil?


Art. 2 CC: La costumbre no constituye derecho sino en los casos en que la ley se remite a ella.
Definición exacta de costumbre según la Ley.
Respecto a las que son supletoria de ley son ejemplos del derecho mercantil, no civil.
- ¿Por qué el Código se remite a la Costumbre?
Es porque el CC no se podía hacer cargo de todas las situaciones propias del día a día, sino
quedaría automáticamente obsoleto en muchas materias.
- ¿Cuándo adquiere fuerza de ley la Costumbre?
Según el art. 2 CC, cuando la Ley se remite a ella.
- ¿Cómo se prueba la costumbre en juicio?
En materia civil la costumbre se prueba, siendo cualquier medio de los permitidos por la ley el
idóneo para acreditar la existencia de la costumbre. En materia comercial, no solo acepta la
costumbre según la ley, sino que también la costumbre fuera de la ley o en silencio de la ley,
teniendo en este ámbito unos medios de prueba más restrictivos

DIFERENCIAS ENTRE COSTUMBRE CIVIL Y MERCANTIL

CIVIL COMERCIAL
1. Sólo según la ley 1. Según la ley y fuera de la ley o supletoria
de ley

2. No se determinan los requisitos que 2. El Con. Dice que los actos que van a
debe cumplir la costumbre para ser constituir costumbre: deben ser:
fuente del derecho. a) uniformes,
b) públicos y
c) generalmente ejecutados y reiterados
d) por un largo lapso de tiempo.
3. No especifica los medios de prueba por 3. Establece específicamente de qué manera
los cuales se puede acreditar la se prueba. (más estricto)
costumbre. Pueden emplearse todos los ¿Cómo se prueba?
medios que el Derecho establece. 1. Por el testimonio fehaciente de 2 sentencias,
que aseverando la existencia de la costumbre
han sido pronunciado conforme a ella. Es decir,
fue relevante la costumbre para el fallo y ese
fallo quiere decir que la costumbre existe.
2. Mediante 3 escrituras públicas que sean
anteriores a los hechos que motivan el juicio en
que debe obrar la prueba.

El Art. 6º del C. Com agrega que: “Las costumbres mercantiles servirán de regla para determinar
el sentido de las palabras o frases técnicas del comercio y para interpretar los actos o convenciones
mercantiles”.

IMPORTANCIA DE LA COSTUMBRE
En los tiempos actuales, la costumbre tiene notable importancia en el Derecho Internacional
Público, pues constituye su principal fuente.
También tiene considerable importancia en el Derecho Mercantil. De ella no podría prescindir
esta rama jurídica, dada la naturaleza y características del comercio.
En el Derecho Civil la mayoría de las legislaciones y de los autores le reconocen escaso valor.
Se sostiene que ella no puede crear derecho porque esa misión en las sociedades de hoy en día está
confiada a los órganos del Poder Legislativo, en forma exclusiva.
Hasta hace poco, los Códigos de los países, en materia civil, sólo admitían la costumbre “según la
ley”. Pero las codificaciones modernas del siglo XX han reaccionado y señalan la costumbre como
norma supletoria de la ley y, algunas, hasta permiten la costumbre contra la ley. Las legislaciones
suiza y japonesa ordenan al juez a falta de ley aplicable pronuncie su sentencia de acuerdo con la
costumbre.
En el Derecho Penal la costumbre carece de toda fuerza: no hay delito ni pena sin previa ley que
lo establezca. (19 N° 3CPR)
Tampoco se acepta la costumbre en el Derecho Procesal.
PRUEBA DE LA COSTUMBRE
La costumbre DEBE ser PROBADA, ninguna autoridad pública atestigua oficialmente su
existencia. Siendo en materia civil, cualquier medio el idóneo para demostrar que la costumbre es
aceptable: instrumentos públicos o privados, testigos, etc.
El C.Com. señala taxativamente los medios de prueba de la existencia de la costumbre en su Art.
5º, la cual “sólo podrá ser probada por alguno de estos medios:
1º Por un testimonio fehaciente de dos sentencias que, aseverando la existencia de la
costumbre, hayan sido pronunciadas conforme a ella;
2º Por tres escrituras públicas anteriores a los hechos que motivan el juicio en que debe obrar
la prueba”.

3. LA JURISPRUDENCIA
Concepto: Se refiere al conjunto de pronunciamientos de los Tribunales Superiores de justicia,
siendo en nuestro sistema la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Apelaciones, los cuales a
través de sus fallos que aplican el derecho a un caso en concreto van formando la uniformidad del
derecho.
Jurisprudencia como fuente del Derecho
En esta materia la doctrina está dividida por lo que hay autores que consideran a la
jurisprudencia como fuente formal del Derecho y otros que no.
1. Tesis que considera a la jurisprudencia como Fuente del Derecho.
Para cierta parte de la doctrina la jurisprudencia es considerada como fuente formal del
derecho debido a que en virtud de la resolución de casos similares en base a un mismo criterio
jurídico por parte de los Tribunales Superiores de Justicia permite la unificación de los criterios
de aplicación del derecho, esto debido a que el derecho no va siempre a cubrir todas las
circunstancias en que deba aplicarse y en virtud del principio de inexcusabilidad de los jueces,
contemplado en el art. 10 del Cot, tendrá que resolver el asunto sometido a su conocimiento,
aplicando un criterio del derecho que puede no estar contemplado en la ley y servirá de base
para la resolución de futuros conflictos jurídicos similares.
2. Tesis que NO la considera como Fuente del Derecho.
Algunos autores niegan a la jurisprudencia la labor creadora de derecho como fuente
formal, esto debido a diferentes razones.

1. En primer lugar, NO corresponde a los tribunales de justicia la labor de creación


normativa, esto debido a que por disposición constitucional y legal, la labor de los
tribunales se limita al conocimiento de los asuntos que la ley ha puesto dentro la
esfera de sus atribuciones. (conocer, resolver y ejecutar lo juzgado). También por el
principio de separación de poderes.

Art. 10 COT. Los tribunales no podrán ejercer su ministerio sino a petición de parte, salvo los casos
en que la ley los faculte para proceder de oficio.
Reclamada su intervención en forma legal y en negocios de su competencia, no podrán
excusarse de ejercer su autoridad ni aún por falta de ley que resuelva la contienda sometida a su
decisión.

Art. 108 COT.


Art. 76 CPR

2. No contienen las sentencias de los tribunales la generalidad y abstracción propia de


las normas jurídicas.
“Art. 3. Sólo toca al legislador explicar o interpretar la ley de un modo generalmente
obligatorio.
Las sentencias judiciales no tienen fuerza obligatoria sino respecto de las causas en
que actualmente se pronunciaren.” Lo anterior se conoce como el principio del
efecto relativo de las sentencias, por el cual una sentencia es obligatoria sólo
respecto del caso concreto en que se pronunció y, por ende, no constituye lo que se
denomina un precedente.

3. Falta de seguridad jurídica: la jurisprudencia es contradictoria y cambiante.

4. TRATADOS INTERNACIONALES
Concepto: Es un acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por el
derecho internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y
cualquiera que sea su denominación particular. (Art. 2, letra a) Convención de Viena sobre el
Derechos de los Tratados).
 Convención: actualmente se utiliza en general para los tratados multilaterales formales con
un gran número de partes. Normalmente cualquier miembro de la comunidad internacional, o
un gran número de Estados, pueden ser parte de una convención.
 Protocolo: Supone un addendum a un tratado, manteniendo la validez del cuerpo principal,
pero modificándolo, ampliándolo o complementándolo en algunos aspectos. Son un conjunto
de normativas que rigen las relaciones entre los ciudadanos.
 Cartas: El término “carta” se usa para designar instrumentos oficiales de especial solemnidad,
como el tratado constitutivo de una organización internacional. El término en sí tiene
connotaciones que se remontan a la Carta Magna de 1215. La Carta de las Naciones
Unidas de 1945 y la Carta de la Organización de los Estados Americanos de 1952 son
notables ejemplos recientes del uso de este término
 Declaraciones: Se utiliza para designar distintos instrumentos internacionales, pero no
siempre son jurídicamente vinculantes. Se utiliza generalmente para indicar que las partes no
desean establecer obligaciones vinculantes sino simplemente dan a conocer determinadas
aspiraciones, por ejemplo, la Declaración de Río de 1992 sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo. No obstante, las declaraciones también pueden constituir tratados en sentido
genérico que han de tener carácter vinculante con arreglo al derecho internacional, como la
Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.
Fuerza normativa: Se entiende la cualidad del texto de un tratado en virtud de la cual éste es
efectivamente considerado por un operador jurídico, en especial el operador jurisdiccional, en el
proceso de integración de las fuentes encaminado a formular una regla como regla vigente del
ordenamiento jurídico nacional.
TTII como Fuente del Derecho
Historia:
En una tradición que siguió el texto original de la Constitución de 1980, ni la Carta
Fundamental de 1833, ni la de 1925, abordaron la regulación de los tratados internacionales al
interior del ordenamiento jurídico chileno, limitándose regular las respectivas atribuciones
presidenciales y la intervención del Congreso en la aprobación, previa a la ratificación, de los
mismos.
Previo a esto como primera fuente regulatoria encontramos al Decreto Supremo N° 132, de
21 de junio de 1926, sobre promulgación de acuerdos internacionales, que sigue la misma
fórmula que se usa para los proyectos de ley aprobados por el Congreso, el cual ordena a cumplirlos
“como Ley de la República”.
Vigencia
Para la Vigencia de un Tratado debe estar publicado, ya sea de acuerdo a la fórmula que
señala el Código Civil, ya sea de acuerdo a la Ley Nº 18.158, que autoriza una forma especial de
publicación de tratados de gran extensión, mediante el depósito de ejemplares autenticados en el
Ministerio de Relaciones Exteriores y en la Contraloría General de la República, y el deber de ésta de
mantener un ejemplar en cada una de sus oficinas regionales.
La doctrina jurisprudencial en este sentido puede encontrarse a partir de 1921 en la sentencia
Juan Gardaix con Fisco, en la que se afirma la regla de que “…para que los tratados tengan fuerza
obligatoria deben ser sometidos a la aprobación del Congreso y promulgados en la misma forma que
las leyes.
Proceso de Ratificación de un TTII
 Son atribuciones especiales del Presidente de la República

Art. 32 N° 15. Conducir las relaciones políticas con las potencias extranjeras y organismos
internacionales, y llevar a cabo las negociaciones; concluir, firmar y ratificar los tratados que estime
convenientes para los intereses del país, los que deberán ser sometidos a la aprobación del
Congreso conforme a lo prescrito en el artículo 54 Nº 1º. Las discusiones y deliberaciones sobre
estos objetos serán secretos si el Presidente de la República así lo exigiere.
 Son atribuciones del Congreso

Art. 54 N° 1. Aprobar o desechar los tratados internacionales que le presentare el Presidente


de la República antes de su ratificación. La aprobación de un tratado requerirá, en cada Cámara, de
los quórum que corresponda, en conformidad al artículo 66, y se someterá, en lo pertinente, a los
trámites de una ley

El Presidente de la República informará al Congreso sobre el contenido y el alcance del


tratado, así como de las reservas que pretenda confirmar o formularle.
El Congreso podrá sugerir la formulación de reservas y declaraciones interpretativas a un
tratado internacional, en el curso del trámite de su aprobación, siempre que ellas procedan de
conformidad a lo previsto en el propio tratado o en las normas generales de derecho internacional.
Las medidas que el Presidente de la República adopte o los acuerdos que celebre para el
cumplimiento de un tratado en vigor no requerirán de nueva aprobación del Congreso, a menos que
se trate de materias propias de ley. No requerirán de aprobación del Congreso los tratados
celebrados por el Presidente de la República en el ejercicio de su potestad reglamentaria.
Las disposiciones de un tratado sólo podrán ser derogadas, modificadas o suspendidas en la
forma prevista en los propios tratados o de acuerdo a las normas generales de derecho internacional.

Corresponde al Presidente de la República la facultad exclusiva para denunciar un tratado o


retirarse de él, para lo cual pedirá la opinión de ambas Cámaras del Congreso, en el caso de tratados
que hayan sido aprobados por éste. Una vez que la denuncia o el retiro produzca sus efectos en
conformidad a lo establecido en el tratado internacional, éste dejará de tener efecto en el orden
jurídico chileno.
En el caso de la denuncia o el retiro de un tratado que fue aprobado por el Congreso, el
Presidente de la República deberá informar de ello a éste dentro de los quince días de efectuada la
denuncia o el retiro.
El retiro de una reserva que haya formulado el Presidente de la República y que tuvo en
consideración el Congreso Nacional al momento de aprobar un tratado, requerirá previo acuerdo de
éste, de conformidad a lo establecido en la ley orgánica constitucional respectiva. El Congreso
Nacional deberá pronunciarse dentro del plazo de treinta días contados desde la recepción del oficio
en que se solicita el acuerdo pertinente. Si no se pronunciare dentro de este término, se tendrá por
aprobado el retiro de la reserva. (LOC: 4/7)
De conformidad a lo establecido en la ley, deberá darse debida publicidad a hechos que digan
relación con el tratado internacional, tales como su entrada en vigor, la formulación y retiro de
reservas, las declaraciones interpretativas, las objeciones a una reserva y su retiro, la denuncia del
tratado, el retiro, la suspensión, la terminación y la nulidad del mismo.
En el mismo acuerdo aprobatorio de un tratado podrá el Congreso autorizar al Presidente de la
República a fin de que, durante la vigencia de aquél, dicte las disposiciones con fuerza de ley que
estime necesarias para su cabal cumplimiento, siendo en tal caso aplicable lo dispuesto en los
incisos segundo y siguientes del artículo 64.

Promulgación y publicación se hace igual que una Ley.


Art. 6. cc La ley no obliga sino una vez promulgada en conformidad a la Constitución Política
del Estado y publicada de acuerdo con los preceptos que siguen.
El decreto supremo promulgatorio de una ley iniciada en una moción deberá contener, a
continuación del nombre de aquella, el de los diputados o senadores autores de la referida iniciativa.
Art. 7.cc La publicación de la ley se hará mediante su inserción en el Diario Oficial, y desde la
fecha de éste se entenderá conocida de todos y será obligatoria.
Para todos los efectos legales, la fecha de la ley será la de su publicación en el Diario Oficial.
Sin embargo, en cualquiera ley podrán establecerse reglas diferentes sobre su publicación y
sobre la fecha o fechas en que haya de entrar en vigencia.

Los TTII se incorporan al Derecho a través del Art. 5 N° 2 CPR.


Art. 5 N° 2 CPR: El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los
derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado
respetar y promover tales derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los tratados
internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.
Pacta Sunt Servanda: Los contratos están para cumplirse (D° privado). Se usa en Derecho
Internacional como “lo pactado obliga”.
Ejemplos TTII ratificados y vigentes en Chile:
1. Convención Americana de Derechos Humanos / Pacto de San José (De: 1969, R: 1990)
2. Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales “Protocolo de San Salvador”.
3. Protocolo a la CADI relativo a la Abolición de la Pena de Muerte.
4. Convención de Belem do Para / Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra la Mujer.
5. Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas.
6. Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura.
7. Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes,
adoptada por las Naciones Unidas.
8. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. (R:1971)
9. Convención Interamericana sobre la Protección de los DDHH de las Personas Mayores.
10. Hay más…

5. LA POTESTAD REGLAMENTARIA
Es la atribución especial que tiene el Presidente de la República para dictar unilateralmente
normas jurídicas y generales o especiales (reglamentos, decretos o instrucciones) destinadas al
Gobierno y Administración del Estado, cuando ellas no hayan sido entregadas por la Constitución al
dominio del legislador, o bien a fin de reglamentar la aplicación o ejecución de las leyes.
Sin perjuicio de la potestad subreglamentaria de órganos de la administración del Estado y la
potestad reglamentaria de otros órganos como las cámaras, Corte Suprema, Banco Central, entre
otros. La competencia de estos organismos para dictar normas puede ser entregada por la
Constitución o la Ley.
Potestad reglamentaria del PR

1. Potestad Reglamentaria de Ejecución:

Es aquella que faculta al Presidente para dictar las normas que estime necesarias para
desarrollar, detallar y complementar las disposiciones legales, a fin de garantizar su
óptima ejecución. Esta potestad se subordina a la ley, en tanto existe para asegurar su plena
y efectiva aplicación.

Requiere como condición esencial la existencia de una ley.


CPR se encuentra consagrada en el artículo 32, N° 6.
Art. 32, N°6 CPR: Son atribuciones especiales del Presidente de la República: 6º.- Ejercer
la potestad reglamentaria en todas aquellas materias que no sean propias del dominio legal,
sin perjuicio de la facultad de dictar los demás reglamentos, decretos e instrucciones que crea
convenientes para la ejecución de las leyes.
En virtud de esto no es necesario que la Ley ordene al PR la dictación de un reglamento,
ya que se encuentra contenido como una de sus atribuciones.
Potestad conectada con la materia de la ejecución de TTII.

2. Potestad Reglamentaria Autónoma:


Es aquella potestad que se confiere al Presidente para emitir normas en todas las materias
que no sean de dominio legal. Nuestra Constitución establece un máximo de materias que
pueden ser objetos de ley (Art. 63 CPR), lo que se conoce como “dominio legal máximo”.
Entonces respecto a todas aquellas materias que no se encuentran en el dominio legal, son
parte de la potestad reglamentaria autónoma del PR.
Esto parece no presentar problema alguno, pero en el último numeral del art. 20 de la
Cosntitución se genera una gran amplitud del objeto de las materias de ley, ya que señala lo
siguiente:

Art. 63, N° 20 CPR: “Toda otra norma de carácter general y obligatoria que estatuya las
bases esenciales de un ordenamiento jurídico.”
En virtud de esto la potestad reglamentaria autónoma es reducida al máximo, por lo que diversos
autores señalan que no habría cabida para la potestad reglamentaria autónoma, sin embargo otros
señalan que dicha potestad está referida exclusivamente a los reglamentos que se refieren a la
organización de la administración.
Entonces, actualmente la Constitución entrega al Presidente ambas variantes, aunque en la
práctica la autónoma tiene un campo de aplicación muy acotado (por ejemplo, para regular las
comisiones asesoras presidenciales). Luego, respecto de su variante de ejecución ha recibido mayor
aplicación, constituyéndose hoy en día en una fuente normativa de máxima importancia.
Potestad Reglamentaria de los demás Órganos del Estado
1. Congreso
2. Poder judicial
En virtud del principio de separación de poderes se consideró que el Congreso y el Poder Judicial
tuvieran la facultad de dictar sus propias normas reglamentarias, de manera de no obstruir su función
a través de la intromisión de otro poder público.
1. Congreso:

Art. 56 inc final: “Cada una de las Cámaras establecerá en su propio reglamento las
cláusulas del debate por simple mayoría”.
Es decir, el Congreso se encuentra facultado para dictar normas vinculantes para sus
miembros de rango inferior a la legal, para organizar su funcionamiento y estructura interna, no
pudiendo ser materia de reglamento lo que está normado por la Constitución o las leyes, ya que este
reglamento es inferior a la Ley.
*Reglamento de la Cámara de Diputados: 10 de marzo de 2022.
2. Poder Judicial:
La potestad reglamentaria se entiende asignada a la Corte Suprema en virtud del artículo 82,
inc 1 CPR:
Art. 82, inc 1 CPR: La Corte Suprema tiene la superintendencia directiva, correccional y económica
de todos los tribunales de la Nación. Se exceptúan de esta norma el Tribunal Constitucional, el Tribunal
Calificador de único Elecciones y los tribunales electorales regionales.

Esta potestad reglamentaria se manifiesta a través de los Autos Acordados.


 Auto Acordado: Son normas de carácter general, dictadas por los Tribunales superiores de
Justicia (Corte Suprema y Cortes de Apelaciones), tendientes a reglamentar materias relativas
al funcionamiento de los Tribunales que no se encuentran lo suficientemente precisadas por la
ley y que son necesarias para la buena administración de Justicia. Un Auto Acordado no
puede exceder la ley, ni puede resolver asuntos que la Constitución entrega a otros poderes.

Clasificación:
1. A.A Interno: Se refieren a materias que afectan únicamente a los funcionarios judiciales.
Ejemplo: A.A que reglamento las labores de los días sábados, A.A de distribución de las
causas en sala.

2. A.A Externo: Estos afectan a terceros. Ejemplo: A.A sobre tramitación y fallo del recurso
de amparo, del recurso de queja, recurso de protección, etc.
Respecto a la Responsabilidad del Estado Juez, en el Art.19 N° 7, letra i) de la Constitución
que trata sobre la acción de indemnización por error judicial no fue autosuficiente como
intentó ser, y por eso fue necesario establecer a través de un A.A, el año 1996, un plazo de
interposición de la acción de 6 meses contados desde la resolución que dicta
sobreseimiento definitivo o la sentencia que declara absuelto al imputado (o procesado).
*La calidad del imputado se adquiere desde la primera actuación del procedimiento dirigida
en su contra y hasta la completa ejecución de la sentencia. (confirmar).

Como Órganos Autónomos de la Constitución tenemos a:

1. Tribunal Constitucional.
2. Ministerio Público. Ej: Organización de los Fiscales Adjuntos.
3. Contraloría General de la República.
4. Consejo de Seguridad Nacional.
5. Banco Central. Normas sobre política cambiara.
6. Justicia Electoral.

La potestad reglamentaria otorgada a estos organismos se establece en razón de su autonomía,


otorgándoles competencia para dictar sus propios reglamentos. Sin embargo, esta potestad se
encuentra limitada a las atribuciones que les son dadas.

6. LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO

 Concepto: Son aquellas directrices que inspiran el derecho, orientando su


interpretación y aplicación.
Son aquellos enunciados de la ciencia jurídica que por su grado de generalidad permiten la
sistematización coherente del ordenamiento jurídico o de una parte del mismo, orientando la
interpretación y aplicación de las normas jurídicas.
Es claro que para nuestra doctrina tradicional los principios generales del Derecho son utilizados
para efecto de realizar la labor interpretativa de la legislación vigente, de manera de solucionar el
problema presentado por las lagunas de Derecho y en todos ellos se nota una clara orientación hacia
el positivismo.
Según la jurisprudencia de nuestros tribunales, podemos concluir que en lo que dice relación a
este tema, las opiniones se encuentran absolutamente difusas: algunas veces se exige un
reconocimiento positivo, otras no; en general se evita la definición y se opta por hablar directamente
del principio aplicable en cuestión y, quizás, si en lo único que hay unanimidad es que la función de
los principios generales del Derecho sería esencialmente interpretativa, pero no sólo a falta de ley,
sino también para dar coherencia a la misma.
Distintos tipos de principios según la rama del derecho:

1. Principios del Derecho Internacional.


“Son aquellas directrices universales, reconocidas por las naciones civilizadas
obligatorias para los Estados, más allá de un vínculo convencional que inspiran esta
particular rama del Derecho y determinan, limitan y encauzan el comportamiento a seguir
por los intervinientes en el Derecho Internacional, orientando su interpretación y
aplicación”.

1. Principio de Buena Fe: Es aquella norma jurídica que impone a los Estados miembros el
deber de ajustar su propio comportamiento al arquetipo de conducta reclamado por los
ideales morales vigentes en aquellas organizaciones internacionales.
La buena fe objetiva se basa en lo que los romanos denominaban “pacta sunt
servanda”: Los Estados se sujetan en su palabra empeñada en cualquier convenio,
tratado, pacto y normas estipuladas en la normativa de la Carta de Naciones Unidas,
que han de cumplir lealmente con imparcialidad. “Lo pactado obliga”.

2. Principio de Progresividad y no regresión: Está asociado a la idea de que los Estados


vayan avanzando en la cobertura de los derechos sociales y sus prestaciones, de manera
creciente y que no se pueda retroceder en los logros que se han alcanzado.

3. Principio de Solidaridad: es la expresión de un espíritu de unidad entre las personas, los


pueblos, los Estados y las organizaciones internacionales. Abarca la unión de intereses,
propósitos y acciones y el reconocimiento de las diferentes necesidades y derechos para
lograr objetivos comunes.

4. Principio de cooperación internacional: se refiere al apoyo que se prestan dos o más


agentes del contexto internacional (gobiernos de distintos países, empresas, ONGs, etc.)
con el fin de promover el desarrollo económico y/o social.

5. Principio de no Intervención: Ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho de


intervenir, directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o
externos de cualquier otro.

*Nueva Constitución: Se integran al ordenamiento jurídico (con rango constitucional) a través


del artículo 15, N°1 que señala lo siguiente:
Art. 15 NCRP: “Los derechos y las obligaciones establecidos en los tratados
internacionales de derechos humanos ratificados y vigentes en Chile, los principios generales del
derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional consuetudinario de la
misma materia forman parte integral de esta Constitución y gozan de rango constitucional.”.
2. Principios Constitucionales.
Los encontramos en el Capítulo de “Bases de la Institucionalidad”(I). Este capítulo y el de
“Derecho y Deberes Constitucionales” (III) comprenden la parte dogmática de la Constitución y
forman el pilar básico sobre el cual se construye el esqueleto jurídico.

 Concepto “Bases de la Institucionalidad”: aquellos principios, ideas, valores e


inspiraciones fundamentales que orientan el proceso de creación y transformación del
derecho constitucional”.
1. Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos (artículo 1° inciso 1°).

2. La familia es el núcleo fundamental de la sociedad (artículo 1° inciso 2°).

3. El Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios a través de los cuales se organiza y
estructura la sociedad y les garantiza la adecuada autonomía para cumplir sus propios fines
específicos (artículo 1° inciso 3°). Se relaciona con el principio de “Subsidiariedad del Estado”.

4. El Estado está al servicio de la persona humana (artículo 1° inciso 4°).

5. El fin del Estado es promover el bien común. Para ello debe contribuir a crear las condiciones
sociales que permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su
mayor realización material y espiritual posible, con pleno respeto a los derechos y garantías
que la Constitución establece (artículo 1° inciso 4°).

6. Son deberes del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la población y a la
familia, propender al fortalecimiento de ésta, promover la integración armónica de todos los
sectores de la Nación y asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de
oportunidades en la vida nacional (artículo 1° inciso 5°).

7. Son emblemas nacionales la bandera nacional, el escudo de armas de la República y el himno


nacional (artículo 2°).

8. El Estado de Chile es unitario.


Sin embargo, en virtud del mismo texto constitucional, la Administración del Estado es
funcional y territorialmente descentralizada, o desconcentrada en su caso, en conformidad a la
ley (artículo 3°).

9. Chile es un república democrática (artículo 4°).

10. La soberanía reside esencialmente en la Nación. Su ejercicio se realiza por el pueblo a través
del plebiscito y de elecciones periódicas y, también, por las autoridades que la Constitución
establece.
Se reconoce como limitación a su ejercicio el respeto a los derechos esenciales que emanan
de la naturaleza humana - siendo deber del Estado respetar y promoverlos - garantizados por la
Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren
vigentes (artículo 5°).
11. Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas dictadas
conforme a ella, y garantizar el orden institucional de la República (artículo 6° inciso 1°).
Los preceptos de la Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos
órganos como a toda persona, institución o grupo (artículo 6° inciso 2°).

12. Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus integrantes,
dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley. Ninguna magistratura (se refiere
a todo tipo de autoridad u órgano estatal), ninguna persona ni grupo de personas pueden
atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que
los que expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes. Todo
acto en contravención a los dos párrafos anteriores es nulo y originará las responsabilidades y
sanciones que la ley señale (artículo 7°).

13. El ejercicio de las funciones públicas obliga a sus titulares a dar estricto cumplimiento al
principio de probidad en todas sus actuaciones (artículo 8° inciso 1°).

14. El terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario a los derechos humanos
(artículo 9° inciso 1°). Los delitos terroristas siempre serán considerados comunes y no
políticos, y no procede respecto de ellos indulto particular (artículo 9° inciso 3°).

3. Principios del Derecho Civil

Los que veremos:


1. Autonomía de la voluntad, o Autonomía Privada.
2. Buena fe.
3. Libre circulación de los bienes o de la riqueza.
4. Responsabilidad.
5. Rechazo y reparación del enriquecimiento sin causa.
6. Represión de la Lesión.
7. Represión del abuso del derecho.
8. Respeto o protección a la propiedad.
9. Igualdad ante la Ley.
10. Supremacía de la Ley.
11. Irretroactividad de la Ley.

Responder:
1) ¿Qué son?
2) ¿Cuántos son?
3) ¿Cuál es el más importante?
4) Fundamento Legal

1) ¿Qué son los Principios Generales del Derecho?


Concepto: Son aquellas directrices que inspiran el derecho, orientando su interpretación y
aplicación, son las bases del ordenamiento jurídico.
Los cuales nos sirven para armonizar el desarrollo, el desenvolvimiento y el cumplimiento de
todas las normas de materia civil.
Son consideradas fuentes supletoria del D° civil.
2) ¿Cuántos son?
No hay un n° determinados, pueden ser extensos, ya que se pueden ir desarrollando más.
3) ¿Cuál es el más importante?
No existe un principio más importante, porque nadie a podido jerarquizarlos, ya que todos
estos principios cumplen funciones diversas. Como, por ejemplo, el ppio de la autonomía de la
voluntad no tiene sustento si no es defendido por el ppio de la responsabilidad, para en el caso
que ese acuerdo de voluntades no se cumpla por una de las partes que celebran ese acto
jurídico.
Se recomienda explicar el que tú manejes mejor.
4) Fundamento legal de los ppios:
 Art. 19, inc 2: Señala que para interpretar las leyes debemos recurrir a su intención o a
su espírit.
 El art. 24 del CC, nos señala que para interpretar la ley debemos recurrir al espíritu
general de la legislación, lo que se refiere a aquellos ppios.
 El art. 170 cpc: Detallando los requisitos de la SD, señala que el juez/jueces al
momento de dictar una sentencia deben enunciar las leyes o en su defecto los
principios de equidad.
A continuación, se enumerarán aquellos principios que tienen un reconocimiento general en el
ordenamiento jurídico, estos son:

1. Autonomía de la Voluntad o Autonomía Privada: Se llama Autonomía Privada porque el


que es autónomo es el individuo y no la voluntad.
Concepto: Este principio consiste en que las personas pueden ejecutar y celebrar los actos
jurídicos que estimen convenientes, siempre que no vayan contra la ley, el orden público, la moral y
las buenas costumbres.

De ello resulta el conocido aforismo de que “en Derecho Privado se puede hacer todo aquello que
no está prohibido”, encontrándose una aplicación clara de estas ideas en el artículo 12 CC, según el
cual “podrán renunciarse los derechos conferidos por las leyes, con tal que sólo miren al interés
individual del renunciante, y que no esté prohibida su renuncia”.
La faceta anterior es aquella que puede denominarse subjetiva; sin embargo, el principio también
tiene una faceta objetiva (normativa), es decir, como creador de estatutos jurídicos particulares. La
autonomía de la voluntad cumple un rol fundamental dentro de nuestro derecho patrimonial y muy
particularmente, en el campo de la contratación, tal como lo corrobora, por ejemplo, el artículo 1560:
“Conocida claramente la intención de los contratantes, debe estarse más a ella que a lo literal de las
palabras”.
Tan esencial es el rol que se le reconoce a la autonomía de la voluntad en materia de contratos,
que se entienden incorporados a ellos las leyes vigentes al tiempo de su celebración; así lo reconoce
expresamente el artículo 22 inciso 1º de la Ley sobre el Efecto Retroactivo de las Leyes. Lo anterior
no significa que en otros ámbitos del derecho civil no tenga influencia. Incluso, la tiene dentro del
derecho de familia; así, por ejemplo, basta pensar en el matrimonio en que, a pesar de que su
estatuto se encuentra fijado en términos imperativos por el legislador, es fundamental el
consentimiento libre y espontáneo de los contrayentes. Lo mismo sucede con la protección de la
denominada “autonomía progresiva del menor”, basada en su interés superior, y con las
convenciones probatorias en materia de juicios de familia. Por último, el Código Civil, en diversas
normas se ha encargado de señalar las siguientes limitaciones generales a la autonomía de la
voluntad: la ley, las buenas costumbres, los derechos de terceros y la buena fe.

Límites:
1. La Ley
2. Derecho Ajeno: art. 582, donde yo puedo usar, gozar y disponer de ella arbitrariamente, no
siendo contra la ley ni contra el derecho ajeno.
3. La Moral o el Orden Público: Art. 1.004: A propósito de los requisitos del Objeto. También en
el art. 12 respecto a la Renuncia de Derechos, en donde dice: podrán renunciarse los
derechos con tal que, entonces la ley está poniendo límites a la autonomía de la voluntad, o
autonomía privada. Entonces, el límite es “Con tal que solo miren al interés individual del
renunciante, y no esté prohibida su renuncia.
Otros Artículos:
336: Renuncia de Alimentos devengados.
150, inc 7
1461
1545 tiene una crítica: que confunde la resciliación con la nulidad. Ya que la invalidez tiene que ver
con una causal de nulidad, la que solamente puede declarar el juez.
En el mismo error incurre el art. 1567, que dice que toda obligación puede extinguirse por una
convención en que las partes consienten en darla por nula. Recordemos que el título de la nulidad se
llama “de la nulidad y de la rescisión”. Cuando se habla de la nulidad en el Código se habla de
nulidad absoluta, cuando hablamos de rescisión hablamos de nulidad relativa, de hecho, el CC ni
siquiera menciona la nulidad relativa como tal, ya que es la doctrina la que la denomina de esa forma.
Recepción legal:
- El art. 12, en relación a la facultad para renunciar derechos, siempre que miren al solo interés del
renunciante;
- El art. 1445, referido a lo requisitos de los actos jurídicos, cuando se alude al consentimiento exento
de vicios;
- El art. 1437, al aludir a la voluntad de la persona que se obliga, en el marco de las fuentes de las
obligaciones;
- El art. 1450, respecto de la promesa de hecho ajeno;
- El art. 1444, relativo a los elementos de los actos jurídicos;
- El art. 1560, en el marco de la interpretación de los contratos;
- El art. 1545, que consagra el principio de "la ley del contrato".
-548 inciso 1°
-582 inciso 1°
-880 inciso 1°
-1093 inciso 1°
-1126
-1461 inciso 3°
-1466
-1467 inciso 2°
-1475 inciso 2°
-1661 inciso 1°
-1717
-1723 inciso 2°
-1810.

2. Principio de Buena Fe
Concepto: Consiste en el estado de mental de honradez, de convicción en cuanto a la verdad,
veracidad o exactitud de un asunto.
Este ppio nos establece estándares de comportamiento.
RG: la buena fe se presume y la mala fe se comprueba.
La doctrina construye una clasificación de la buena fe.
Clasificación: Buena Fe:
1. Objetiva: Supone que debo comportarme como una persona promedio, es decir, como los demás
esperan que uno se comporte. Esta es la exteriorización de un pensamiento interno (BF subjetiva).
2. Subjetiva: Supone que el comportamiento interno, es decir, la intención, debe responder a un
estándar de corrección, responde a la convicción. En cambio, la objetiva, es la exteriorización de este
comportamiento interno.
El ppio de la buena fe supone que las personas han de comportarse bajo estándares
corrección, honradez, veracidad en sus relaciones entre privados.
Manifestaciones:
-1546 CC
-706 CC
-707 CC

Art. 1546 cc: Los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan no sólo
a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la
obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella.
Señala que deben ejecutarse de buena fe, es decir, sin mentiras, con honradez, honestidad, etc.
En materia posesoria:

Art. 706 cc: La buena fe es la conciencia de haberse adquirido el dominio de la cosa por medios
legítimos, exentos de fraude y de todo otro vicio.
Así en los títulos translaticios de dominio la buena fe supone la persuasión de haberse recibido la
cosa de quien tenía la facultad de enajenarla, y de no haber habido fraude ni otro vicio en el acto o
contrato.
Un justo error en materia de hecho no se opone a la buena fe.

Pero el error en materia de derecho constituye una presunción de mala fe, que no admite prueba en
contrario.
O sea, si yo adquirí el dominio teniendo la convicción de que ese modo de adquirir el dominio
estuvo exento de fraude o de cualquier otro vicio, yo estoy actuando de buena fe, en cambio, si yo
adquirí la posesión de la cosa, sabiendo que esta cosa no era de propiedad de quien me la vendió,
es decir, la adquirí sabiendo del vicio, ya no voy a ser poseedor de buena fe, seré poseedor de mala
fe.

Art. 707 cc:


La buena fe se presume, excepto en los casos en que la ley establece la presunción contraria.
En todos los otros la mala fe deberá probarse.

La mala fe tiene que probarse siempre que no exista una presunción de mala fe.

3. Ppio de Libre circulación de los bienes o de libre circulación de la riqueza


La libre circulación de los bienes es la facultad que tienen las personas que ejercen actividades
comerciales, de que sus bienes puedan transitar libremente en el mercado, sin trabas, salvo las que
legalmente se dispongan (en virtud de la seguridad de la población).
Es decir, que el Derecho no puede en caso alguno generar trabas u obstáculos al libre
desenvolvimiento de la economía.
Nuestro Código responde a un espíritu natural en cuanto a lo económico, ya que en Francia las
ideas liberales británicas de John Locke, Adam Smith, suponen que la economía se maneja como
una “mano invisible”, por lo que menos interferencia haya del E° en la economía, mejor funciona la
economía. Esto responde a la concepción liberal de lo económico.
Se trata de un principio que encuentra expreso reconocimiento en los siguientes párrafos del
Mensaje del Código Civil: “(…). En general, se ha disminuido el tiempo de la posesión provisoria de
los bienes del desaparecido. Las posesiones provisorias embarazan la circulación y mejora de los
bienes y no deben durar más que lo necesario para proteger racionalmente los derechos privados
que puedan hallarse en conflicto con los intereses generales de la sociedad”.
“Consérvase, pues, la sustitución fideicomisaria en este proyecto, aunque abolida en varios
códigos modernos. Se ha reconocido en ella una emanación del derecho de propiedad, pues todo
propietario parece tenerlo para imponer a sus liberalidades las limitaciones y condiciones que quiera.
Pero admitido en toda su extensión este principio, pugnaría con el interés social, ya embarazando la
circulación de los bienes, ya amortiguando aquella solicitud en conservarlos y mejorarlos, que tiene
su más poderoso estímulo en la esperanza de un goce perpetuo, sin trabas, sin responsabilidades, y
con la facultad de transferirlos libremente entre vivos y por causa de muerte; se admite, pues, el
fideicomiso, pero se prohíben las substituciones graduales, aun cuando no sean perpetuas; excepto
bajo la forma de censo, en el que se ha comprendido por consiguiente todo lo relativo al orden en las
vinculaciones. En el censo mismo se han atenuado las especialidades que lo hacen prejudicial y
odioso”
“Es una regla fundamental en este proyecto la que prohíbe dos o más usufructos o fideicomisos
sucesivos; porque unos y otros embarazan la circulación y entibian el espíritu de conservación y
mejora, que da vida y movimiento a la industria. Otra que tiende al mismo fin es la que limita la
duración de las condiciones suspensivas y resolutorias, que en general se reputan fallidas si tardan
más de treinta años en cumplirse”.
En virtud de este principio se prohíbe la constitución de dos o más fideicomisos o usufructos
sucesivos (arts. 745 y 769 del C.C).
A propósito de este ppio surge una manifestación que dice relación con:
Cláusula de no enajenar ¿Válida o inválida?
Concepto: Es aquella estipulación que se establece en un ctto y prohíbe la enajenación del bien
objeto de este ctto.
Ej: yo y Elisa celebramos un ctto de compraventa de un vehículo, se lo vendo a Elisa, pero le
pongo como condición como cláusula dentro del ctto que ella no puede vender mi vehículo a nadie,
nunca jamás.
Esa cláusula de no enajenar en conformidad a lo que dispone las directrices del ppio de la libre
circulación de la riqueza estaría prohibida (proscrita) pues va en contra del ppio de libre circulación
de la riqueza, porque estoy limitando la libre circulación de los bienes.
Sin embargo, a la luz de otro ppio del ordenamiento jurídico el de la autonomía de la voluntad
sería válido, pues este principio supone que los individuos pueden hacer todo aquello que no se les
esté expresamente prohibido, y no existe una norma que diga que no se puede establecer la cláusula
de no enajenar, sino que es una construcción doctrinaria que surge a la luz del ppio de la libre
circulación de la riqueza. Entonces entran en colisión 2 ppios, por un lado el ppio de la autonomía de
la voluntad y por otro lado el ppio de la libre circulación de la riqueza.
Frente a la colisión (antinomia) es necesario realizar un examen de proporcionalidad o
ponderación, y vamos a tener que evaluar en primer lugar la idoneidad, la necesidad y por último la
proporcionalidad en un sentido estricto. Sin embargo, a la conclusión que se llega es que la cláusula
se va a permitir gracias al principio de la autonomía privada, pero con límites, siempre que cumpla
con 2 requisitos.
Requisitos:
1) Exista un interés legítimo en establecerla.
2) Que sea temporal; tiene que tener un término.
Ej: el vehículo que vendo es de colección y te lo vendo en virtud de tu calidad de conservadora
de vehículos y, tengo que ponerle un plazo, es decir, no lo puedes vender en un plazo de 5 años.
Esto se evalúa en concreto, el juez evaluará si la causa es legítima o no.

A favor de su 1) Ppio de libre circulación de la


validez riqueza

2) Que en d° puede hacerse todo lo


que no está prohibido es un
argumento vago

Cláusula de no En contra 3) Aceptar la cláusula implica


Argumentos
enajenar vulnerar normas de orden público
(evitar la prohibición de usufructos
y fideicomisos sucesivos, (art. 769, y
745).

4) Al renunciar a la facultade de
disposición, el d° carecería de
titular. No tendría sentido la
cláusula.

5) Respecto al Reglamento del


Conservador , tiene menos valor
que el CC pues es un decreto con
Fuerza de Ley.

4. Principio de la Responsabilidad
Es un principio general y transversal del CC, que supone que todo aquel sujeto que comete un
daño, debe repararlo. El daño que sufrió una persona debe ser compensado por el responsable de
dicho daño.
Esa es la RG, pero debemos precisar para que estemos en la presencia de la obligación de
indemnizar el daño causado. Deben concurrir ciertos requisitos.
Esto se tratará en la Responsabilidad contractual y extracontractual.

5. Ppio del Rechazo y Reparación al Enriquecimiento sin Causa.

Esta mal llamarlo ppio del enriquecimiento sin causa. Ya que si lo presentan así suena
como que eso es lo que quiere el legislador (que la gente se enriquezca sin causa y no es así).
Concepto: El enriquecimiento sin causa es el empobrecimiento de un patrimonio a propósito
del enriquecimiento de otro, sin que exista una causa legal que así lo justifique, habiendo una
relación de causalidad entre esa fluctuación de patrimonios.
Regla general: En el d° privado se permite que una persona se enriquezca a costa de otra,
siempre que sea justificada, es decir, emane de una fuente de las obligaciones.
Excepción: El d° privado no tolera el enriquecimiento injustificado, es decir, enriquecerse a
costa de otro, sin que medie una causa justificatoria o una fuente de las obligaciones.

Requisitos:
1. Existencia de un patrimonio que se enriquezca.
2. Debe haber un patrimonio que se empobrezca.
3. Debe faltar la causa de justificación del enriquecimiento: el legislador busca evitar que
alguien se enriquezca sin una causa, sin un antecedente que te de un título o alguna
situación jurídica que lo habilite para poder enriquecerse.
-Acción que otorga: Acción de Reembolso (actio de in rem verso).
Ejemplo: en el pago de lo no debido, este acto por el cual alguien le paga algo a alguna
persona (dinero) excediéndose evidentemente de lo que tuvo que pagar, esa persona que
recibió ese dinero no devolvió ese excedente, esa situación genera 2 consecuencias:
1. Se activa el ppio del rechazo y reparación del enriquecimiento sin causa, y nos entrega una
acción civil, que es la Acción de reembolso, que debe ser subsidiaria, es decir, yo no tengo
que tener la posibilidad a través de otro medio de obtener esa reparación.
Esta acción se ejerce en un juzgado de letras.

2. En consecuencia, del pago de lo no debido, se genera una consecuencia penal, que es el


delito de apropiación indebida.
Ej: El ctto de compraventa, le vendo un reloj a 100 mil pesos y ella me los paga, me estaría
enriqueciendo a costa de esa persona, porque ella me pagó esos 20 mil pesos. En cambio, por
excepción, el d° privado no tolera el enriquecimiento que no posea una causa de justificación.

Los principios se pueden explicar como uno quiera, ya que todos están vinculados entre sí, y no se
realiza una jerarquización ni una clasificación.
6. Ppio de Represión de la Lesión
El derecho privado, por regla general, no reprime las fijaciones de precios en el ámbito
propiamente contractual. En función de la Autonomía de la Voluntad y en particular de la libertad
contractual, las partes pueden perfectamente fijar el precio que ellos convengan, el vendedor es
quien fija su precio y nadie puede reprocharle que ese precio es alto, si estás conforme con ese
precio, lo pagas, si no estás conforme no lo pagas, esa es la regla general, que el d° privado no
puede reprimir la fijación de precios.
Por excepción, sin embargo, frente a desequilibrios groseros en cuanto a las prestaciones de
las partes, el Derecho puede reprimir, prohibir o sancionar. A esto, se le denomina LESION
ENORME.
RG → No se puede reprimir la fijación de precios que determinan los propios contratantes.
Exc. → Cuando el desequilibrio es demasiado grosero, el d° privado si lo puede reprimir (LESION
ENORME).
La LESIÓN ENORME en nuestro ordenamiento jurídico está objetivizado, esto quiere decir,
que la ley va a señalar expresamente cuando estaremos en presencia de una situación
extremadamente abusiva.
Existe una determinación de la lesión enorme en abstracto, que la realiza el legislador, no el
juez, entonces en el CC se establecen 7 situaciones de lesión enorme. La más importante de
todas dice relación con la compraventa voluntaria de bienes inmuebles.
 LESIÓN ENORME PARA EL COMPRADOR → Cuando el precio pagado sea más del doble
del justo precio.
 LESIÓN ENORME PARA EL VENDEDOR → Cuando el precio de venta es inferior a la mitad
del justo precio.
La Sanción → Es la NULIDAD RELATIVA o Recisión.
En virtud del principio de rechazo y reparación del enriquecimiento sin causa ejercer la acción de
restitución.
Podríamos pedir al tribunal que no declare la nulidad, pero pedir el saldo insoluto para llegar al
justo precio.

7. Ppio de Represión del abuso del derecho.


El ordenamiento jurídico no acepta el abuso del derecho, esto es, cuando se ejerce un d° del
que es titular, incluso dentro de los límites del mismo, pero con una finalidad antisocial.
RG es que no se acepta ni tolera el abuso del derecho.
Ej: vivo en mi dpto y soy dueño de una radio, la cual la uso para poner música muy fuerte.
Estoy ejerciendo mi d° de propiedad, pero también estoy abusando de mi d°. Entonces el d°
viene a sancionar ese abuso del derecho.
La doctrina viene a discutir sobre la procedencia o no de este principio.
Tesis:
1) No existe el abuso del Derecho
2) Si existe el abuso de Derecho:
a) Concepción Social
b) Concepción Liberal

1) No existe: Porque el d° de propiedad alcanza al más amplio ejercicio del derecho (tesis
minoritaria). Es una tesis excesivamente liberal.
2) Si existe:
a) Tesis Social: Señala que habrá un abuso del derecho cada vez que haya un propósito
antisocial en vistas al interés social, o sea hay que contrastar la final del abusador con el
interés social y cuando se contradicen existe un abuso del d°.
b) Tesis Liberal: Solamente habrá abuso del d° cuando en el ejercicio de él se transgreden los
ppios básicos de sociabilidad con un fin dañoso a otra persona. Entonces, es cuando en el
ejercicio de mi d° transgredo derechos ajenos, en ese caso habrá abuso del d°.

8. Ppio de Respeto o protección a la propiedad


Este ppio busca proteger, garantizar, darle seguridad, amparo a la propiedad, entendida como
el principal derecho real de nuestro ordenamiento jurídico. Se busca darle la más alta protección
al derecho de propiedad o dominio. La propiedad está al servicio de su propio propietario y el
ordenamiento jurídico lo protege.
Por ejemplo, si a mi me roban un auto, tengo las más variables acciones para poder recuperar
ese vehículo.
O si el arrendatario no me paga las rentas, yo puedo accionar mediante una acción de
comodato precario para poder solicitar la restitución de la tenencia de ese bien inmueble.
O si tengo un celular y lo presto, pero no me lo devuelven, tengo una acción que me permite
pedir la restitución de la tenencia de la posesión de ese celular.
El D° de propiedad está definido en el art. 582 CC:

Art. 582 CC: “El dominio (que se llama también propiedad) es el derecho real en una cosa
corporal, para gozar y disponer de ella arbitrariamente; no siendo contra la ley o contra derecho
ajeno.
La propiedad separada del goce de la cosa, se llama mera o nuda propiedad.”:

Yo puedo tener propiedad sobre mis propios derechos, en ese sentido tengo propiedad sobre
cosas incorporales en conformidad a lo que dispone el 583.
Este principio protege a todos los derechos reales en términos globales, pero al que más protege
será al derecho de propiedad.
Otros derechos reales son: el derecho de usufructo, derecho de habitación, d° de uso, d° de
hipoteca.
El d° de dominio otorga las más amplias facultades que se pueda tener sobre una cosa. Es decir,
usar, gozar y disponer de una cosa, que son los atributos del dominio.
El d° de usufructo dan las atribuciones de usar y gozar de una cosa, este d° se tiene solamente de
bienes inmuebles.
El d° de habitación da solo el atributo de usar una cosa inmueble.

Atributos del dominio


1. Uso: Significa emplear o utilizar una cosa conforme a su función natural.
2. Goce: Significa aprovecharse de los frutos naturales o jurídicos de la cosa.
Ej: si soy propietario de un árbol, soy también propietario de las manzanas que de este
provengan. En ese sentido puedo consumirlas o venderlas. Y un fruto jurídico, normalmente se
menciona a la renta de un inmueble. Ej: si tengo la propiedad de un inmueble y como tengo la
capacidad de goce. Puedo arrendar este inmueble y las rentas que me vaya dando el
arrendatario son frutos jurídicos.
3. Disposición: Puede ser: 1. Física o 2. Jurídica.
1. Física: Es alterar, modificar o destruir la cosa.
2. Jurídica: Entrega a su titular la facultad de enajenar la cosa.
Enajenar: significa hacer ajeno, es decir transferir el dominio.
Si yo tengo la capacidad de enajenar puedo transferir el dominio mediante un contrato de
compraventa.

Formas de protección del derecho de dominio en el ordenamiento jurídico


En el mismo sentido de protección de la propiedad el ordenamiento jurídico entrega diversos
mecanismos de protección al derecho de dominio y también a los otros diversos derechos reales.
Algunos de ellos son:
2. Acciones Constitucionales: acción de protección (Art 19 N° 24, Art. 20 establece el recurso
de protección para el derecho de propiedad).
3. Acciones penales: Todos los tipos penales, como el robo, hurto, estafa, apropiación
indebida, etc, protegen el d° de propiedad
4. Acciones Civiles:
a) Reivindicatoria: Es aquella acción que tiene el dueño no poseedor de la cosa en contra
del poseedor no dueño de la cosa para que este último se la restituya al primero (tiene
su origen en Roma). Es la protección más intensa del d° de propiedad en caso de que
el dueño no tenga la posesión material de la cosa.
b) Posesorias: Son aquellas acciones que buscan proteger la posesión. La posesión se
encuentra en el art. 700 del CC.

Art. 700 cc: La posesión es la tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor o
dueño, sea que el dueño o el que se da por tal tenga la cosa por sí mismo, o por otra
persona que la tenga en lugar y a nombre de él.
El poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no justifica serlo.

Posee 2 elementos:
1) Objetivo: Tenencia material de la cosa.
2) Subjetivo: Ánimo de señor o dueño.
Lo que buscan las acciones posesorias a propósito de la protección de inmuebles es proteger la
posesión de los sujetos que posean este d°.
Al poseedor se le reputa dueño hasta que otro justifique ser el verdadero dueño.
c) de Precario: Son aquellas que se tienen en contra de aquél que tiene la cosa por mera
tolerancia o ignorancia de su dueño.
De las acciones de precario surgen las de comodato precario que son las típicas
acciones que entabla el verdadero dueño en contra de los arrendatarios que no pagan
un alquiler.
9. Igualdad ante la Ley:
“Se trata de una igualdad jurídica que impide que se establezcan excepciones o privilegios que
excluyan a unos de los que se conceden a otros en iguales circunstancias”.
Lo que este principio excluye son las diferencias arbitrarias, es decir, aquellas que, dicho en
términos amplios, no se fundan en la razón, en la justicia o en el bien común. Esta igualdad se
encuentra constitucionalmente garantizada en el artículo 19 número 2. Sin embargo, es un
principio que tiene gran influencia en nuestro Código Civil; así, por ejemplo, establece la
obligatoriedad de la ley para todos los habitantes de la República, incluso los extranjeros (artículo
14); considera personas a todos los individuos de la especie humana, cualquiera sea su edad,
sexo, estirpe o condición (artículo 55); no reconoce diferencias entre chilenos y extranjeros en
cuanto a la adquisición y goce de los derechos civiles que regla (artículo 57)13, y establece que la
prescripción, tanto adquisitiva como extintiva, opera en favor y en contra de toda clase de
personas, sean naturales o jurídicas (artículo 2497). Esta última regla fue establecida por razones
históricas, ya que algunas de las instituciones que señala el artículo 2497 estaban sometidas a
reglas especiales en el derecho español antiguo, que las favorecían con plazos muy largos o
declaraba sus bienes imprescriptibles.

10. Supremacía de la Ley:

Este principio es consecuencia de la recepción de las ideas vigentes a la época de la


promulgación de nuestro Código Civil (14 de diciembre de 1855), que daban superioridad a la
ley como fuente formal del derecho, desplazando a un lugar secundario a la costumbre
(derecho consuetudinario).
Así se encuentra expresamente reconocido en su mensaje presidencial (exposición de
motivos): “Siguiendo el ejemplo de casi todos los códigos modernos, se ha quitado a la
costumbre fuerza de ley” (párrafo IV). Por tal motivo en su artículo 2° se expresa que “La
costumbre no constituye derecho sino en los casos en que la ley se remite a ella”.
Posteriormente, el Código de Comercio, en su artículo 4° reconoció valor a la costumbre en
ausencia de ley.

11. Irretroactividad de la Ley:

Es un principio de legislación universal, expresamente consagrado en el artículo 9° inciso 1º del


Código Civil: “La ley puede solo disponer para lo futuro, y no tendrá jamás efecto retroactivo”. En
nuestra opinión, se trata de una regla que no solo está dirigida al intérprete, sino, también, al
legislador. Lo que sucede es que para el intérprete tiene el carácter de obligatoria; en cambio, al
legislador le recuerda cual es la regla general de derecho transitorio o inter temporal dentro de
nuestro ordenamiento jurídico.

En todo caso, el legislador tiene ciertas limitaciones constitucionales en esta materia. Fuera del
“principio de legalidad en materia penal”, consagrado en el art. 19 n° 3 de la Constitución, en el
ámbito civil se establece una importante limitación en el art. 19 n° 24, el cual consagra la garantía
fundamental del “derecho de propiedad sobre toda clase de cosas corporales o incorporales”. Es
decir, si una ley afecta retroactivamente al dominio o alguno de sus atributos o facultades esenciales,
tal ley será inconstitucional.

7. LA EQUIDAD
Concepto: Es aquella fuente supletoria del d° civil que consiste en otorgar a cada cual lo suyo,
intentando alcanzar un estado de justicia para cada caso particular.
La equidad es lo justo para cada caso particular (Aristóteles).
La Corte Suprema remitiéndose a la Rae señala que: “El Diccionario de la Real Academia
Española asigna a la voz equidad, en su acepción jurídico-procesal, la de “justicia natural por
oposición a la letra de la ley positiva”.
Por ello, aun cuando una sentencia, al apreciar la prueba, incurra en la diferencias que se le
puedan atribuir, no comete infracción de ley susceptible de servir de fundamento a un recurso de
casación en el fondo. La ley no ha señalado normas sobre la equidad a las que el tribunal deba
sujetarse y, consecuentemente, cualesquiera que sean los reparos que la apreciación de la prueba
merezca al recurrente, no son constitutivos de errores legales o de derecho, por lo que el recurso de
casación de fondo, en estos casos, no puede prosperar.
No se debe olvidar que es el propio Código Civil, en su artículo 24 el que dispone que a falta
de las demás reglas sobre interpretación de las leyes “se interpretarán los pasajes oscuros o
contradictorios del modo que más conforme parezca al espíritu general de la legislación y a la
equidad natural”, o sea, que nunca se ha dudado de que la equidad natural constituye una fuente
interpretativa o también integradora en los casos de lagunas legales, tal como lo reconocen los
tratadistas como Ducci, Claro, Arturo Alessandri.
Cabe destacar que el concepto de equidad ha sido profusamente utilizado para interpretar las
leyes por nuestra Corte Suprema, habitualmente se hace en conjunto con el elemento sistemático y
con el principio espíritu general de la legislación, ya que la misma Corte es temerosa de sentenciar
exclusivamente en base a la equidad. Nos parece correcta la posición que en general mantiene la
Corte Suprema respecto de este principio, y los requisitos que impone para su aplicación, llama la
atención que en cuanto a la definición de este principio no se pronuncia, entendiendo que debemos
estar a lo sostenido por la doctrina a este respecto.

Requisitos según la Corte Suprema:

1. Que no exista ley expresa que solucione el litigio; y


2. Que no se hayan podido utilizar las reglas de interpretación de los artículos 19 a 23;
3. Que sea el último recurso aplicable para solucionar el caso, confundiendo así la equidad en
función interpretativa y la equidad en función integradora:

La equidad se aplicará en los asuntos civiles contenciosos. No así en los asuntos de naturaleza
penal, en que rige sin contrapeso el principio de reserva legal, expresado en el aforismo jurídico nulle
crime nulla pena sine lege, que significa no hay delito ni pena sin ley.
Tampoco se aplica la equidad en asuntos civiles no contenciosos por cuanto conforme a lo
dispuesto en el artículo 817 del cuerpo jurídico citado pueden los tribunales excusarse de conocer
este tipo de asuntos si no existe una ley sustantiva en que el tribunal sea llamado expresamente a
conocer y resolver dicha clase de casos.
Lo justo legal, sin embargo, para un determinado caso puede resultar injusto, de allí entonces que
la equidad natural surge como un correctivo paleativo para la generalidad de la ley de tal suerte
entonces que debe ser justo en ese caso particular.
La equidad se encuentra expresamente contemplada en el Código de Procedimiento Civil (art.
170, N° 5). Pero se objeta que la equidad no puede ser fuente del derecho objetivo porque cuando
corresponde aplicarla por no haber ley que resuelva el caso, su eficacia se limita a la valoración de
las circunstancias particulares del caso concreto por resolver.

Reconocimiento Legal:
-76, inc 2 Cpr: “Reclamada su intervención en forma legal y en negocios de su competencia, no
podrán excusarse de ejercer su autoridad, ni aun por falta de ley que resuelva la contienda o asunto
sometidos a su decisión”.
-24 CC: En los casos a que no pudieren aplicarse las reglas de interpretación precedentes, se
interpretarán los pasajes obscuros o contradictorios del modo que más conforme parezca al espíritu
general de la legislación y a la equidad natural.
-1734 CC: “Todas las recompensas se pagarán en dinero, de manera que la suma pagada tenga,
en lo posible, el mismo valor adquisitivo que la suma invertida al originarse la recompensa.
El partidor aplicará esta norma de acuerdo a la equidad natural.”.
-170 N° 5 CPC: Las sentencias definitivas de primera o de única instancia y las de segunda que
modifiquen o revoquen en su parte dispositiva las de otros tribunales, contendrán: […]
N°5: La enunciación de las leyes, y en su defecto de los principios de equidad, con arreglo a los
cuales se pronuncia el fallo;
Funciones de la equidad en nuestro Ordenamiento Jurídico.
1) es un mecanismo supletorio de la interpretación de las leyes 
2) es un mecanismo de integración para solucionar las lagunas legales. 
3) es un mecanismo supletorio para solucionar las antinomias jurídicas o contradicciones 
4) sirve de fundamentos a los fallos cuando la ley lo autoriza y no tenga el juez norma para dictar
su sentencia
¿Se reconoce la equidad natural en nuestra legislación?
Sí, tanto en materia civil como en materia procesal.
 En Materia civil: está reconocida en el artículo 24 del Código Civil y se reconoce como un
mecanismo de interpretación de la ley. 
Art. 24. “En los casos a que no pudieren aplicarse las reglas de interpretación precedentes, se
interpretarán los pasajes obscuros o contradictorios del modo que más conforme parezca al espíritu
general de la legislación y a la equidad natural”.
 En Materia procesal: se reconoce la equidad natural como fundamento de los fallos, eso se
desprende del artículo 170 Nº 5 del Código de Procedimiento Civil.

Art. 170 (193) C.P.C. Las sentencias definitivas de primera o de única instancia y las de segunda
que modifiquen o revoquen en su parte dispositiva las de otros tribunales, contendrán: […]
N°5: La enunciación de las leyes, y en su defecto de los principios de equidad, con arreglo a los
cuales se pronuncia el fallo;
Diferencias entre La Equidad Natural y Los Principios Generales del Derecho.  
1. Los principios generales del Derecho son propios del ordenamiento jurídico, se encuentran
dentro de él implícitamente. La equidad natural, en cambio resulta del estudio del cada caso
particular y concreto y deriva de la conciencia valorativa del juez.
2. Los principios generales del Derecho son principios normativos de alcance general, en cambio, la
equidad natural, es de alcance particular pues crea normas jurídicas concretas que se aplican al
caso particular y concreto.
3. El conocimiento de los principios generales del Derecho se logra inductivamente, e decir a partir
de una norma particular se elabora y enuncia un principio general. La equidad natural se obtiene
deductivamente, esto es, se deduce de los principios generales de justicia, esto implica que la
solución para el caso concreto se obtiene aplicando estos principios.  Sin perjuicio de la
diferencia, existe una relación entre ambas fuentes toda vez que la equidad natural se sirve de
los principios generales del derecho.

Semejanza: La única semejanza que existe entre ambos es que los dos constituyen las fuentes
supletorias o secundarias del Derecho a las que va a recurrir el juez cuando no tenga norma que le
permita resolver el conflicto, aquello por aplicación del principio de inexcusabilidad, según el cual
sometido un asunto al conocimiento de un tribunal y siendo de su competencia, no podrá éste
excusarse de conocerlo y resolverlo con el pretexto de que no tiene norma que le permita hacerlo.

2. Principios informativos del Derecho Civil: (Autonomía de la Voluntad, buena fe, libre
circulación de los bienes y responsabilidad).
*Se repiten los mencionados anteriormente
1. Autonomía de la Voluntad o Autonomía Privada: Se llama Autonomía Privada porque el
que es autónomo es el individuo y no la voluntad.
Concepto: Este principio consiste en que las personas pueden ejecutar y celebrar los actos
jurídicos que estimen convenientes, siempre que no vayan contra la ley, el orden público, la moral y
las buenas costumbres.

De ello resulta el conocido aforismo de que “en Derecho Privado se puede hacer todo aquello que
no está prohibido”, encontrándose una aplicación clara de estas ideas en el artículo 12 CC, según el
cual “podrán renunciarse los derechos conferidos por las leyes, con tal que sólo miren al interés
individual del renunciante, y que no esté prohibida su renuncia”.
La faceta anterior es aquella que puede denominarse subjetiva; sin embargo, el principio también
tiene una faceta objetiva (normativa), es decir, como creador de estatutos jurídicos particulares. La
autonomía de la voluntad cumple un rol fundamental dentro de nuestro derecho patrimonial y muy
particularmente, en el campo de la contratación, tal como lo corrobora, por ejemplo, el artículo 1560:
“Conocida claramente la intención de los contratantes, debe estarse más a ella que a lo literal de las
palabras”.
Tan esencial es el rol que se le reconoce a la autonomía de la voluntad en materia de contratos,
que se entienden incorporados a ellos las leyes vigentes al tiempo de su celebración; así lo reconoce
expresamente el artículo 22 inciso 1º de la Ley sobre el Efecto Retroactivo de las Leyes. Lo anterior
no significa que en otros ámbitos del derecho civil no tenga influencia. Incluso, la tiene dentro del
derecho de familia; así, por ejemplo, basta pensar en el matrimonio en que, a pesar de que su
estatuto se encuentra fijado en términos imperativos por el legislador, es fundamental el
consentimiento libre y espontáneo de los contrayentes. Lo mismo sucede con la protección de la
denominada “autonomía progresiva del menor”, basada en su interés superior, y con las
convenciones probatorias en materia de juicios de familia. Por último, el Código Civil, en diversas
normas se ha encargado de señalar las siguientes limitaciones generales a la autonomía de la
voluntad: la ley, las buenas costumbres, los derechos de terceros y la buena fe.

Límites:
4. La Ley
5. Derecho Ajeno: art. 582, donde yo puedo usar, gozar y disponer de ella arbitrariamente, no
siendo contra la ley ni contra el derecho ajeno.
6. La Moral o el Orden Público: Art. 1.004: A propósito de los requisitos del Objeto. También en
el art. 12 respecto a la Renuncia de Derechos, en donde dice: podrán renunciarse los
derechos con tal que, entonces la ley está poniendo límites a la autonomía de la voluntad, o
autonomía privada. Entonces, el límite es “Con tal que solo miren al interés individual del
renunciante, y no esté prohibida su renuncia.
Otros Artículos:
-336: Renuncia de Alimentos devengados.
-150, inc 7
-1461
-1545 tiene una crítica: que confunde la resciliación con la nulidad. Ya que la invalidez tiene que ver
con una causal de nulidad, la que solamente puede declarar el juez.
En el mismo error incurre el art. 1567, que dice que toda obligación puede extinguirse por una
convención en que las partes consienten en darla por nula. Recordemos que el título de la nulidad se
llama “de la nulidad y de la rescisión”. Cuando se habla de la nulidad en el Código se habla de
nulidad absoluta, cuando hablamos de rescisión hablamos de nulidad relativa, de hecho, el CC ni
siquiera menciona la nulidad relativa como tal, ya que es la doctrina la que la denomina de esa forma.

Recepción legal:
- El art. 12, en relación a la facultad para renunciar derechos, siempre que miren al solo interés del
renunciante;
- El art. 1445, referido a lo requisitos de los actos jurídicos, cuando se alude al consentimiento exento
de vicios;
- El art. 1437, al aludir a la voluntad de la persona que se obliga, en el marco de las fuentes de las
obligaciones;
- El art. 1450, respecto de la promesa de hecho ajeno;
- El art. 1444, relativo a los elementos de los actos jurídicos;
- El art. 1560, en el marco de la interpretación de los contratos;
- El art. 1545, que consagra el principio de "la ley del contrato".
-548 inciso 1°
-582 inciso 1°
-880 inciso 1°
-1093 inciso 1°
-1126
-1461 inciso 3°
-1466
-1467 inciso 2°
-1475 inciso 2°
-1661 inciso 1°
-1717
-1723 inciso 2°
-1810.

2. Principio de Buena Fe
Concepto: Consiste en el estado de mental de honradez, de convicción en cuanto a la verdad,
veracidad o exactitud de un asunto.
Este ppio nos establece estándares de comportamiento.
RG: la buena fe se presume y la mala fe se comprueba.
La doctrina construye una clasificación de la buena fe.
Clasificación: Buena Fe:
1. Objetiva: Supone que debo comportarme como una persona promedio, es decir, como los demás
esperan que uno se comporte. Esta es la exteriorización de un pensamiento interno (BF subjetiva).
2. Subjetiva: Supone que el comportamiento interno, es decir, la intención, debe responder a un
estándar de corrección, responde a la convicción. En cambio, la objetiva, es la exteriorización de este
comportamiento interno.
El ppio de la buena fe supone que las personas han de comportarse bajo estándares
corrección, honradez, veracidad en sus relaciones entre privados.

Manifestaciones:
-1546 CC
-706 CC
-707 CC

Art. 1546 cc: Los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan no sólo
a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la
obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella.
Señala que deben ejecutarse de buena fe, es decir, sin mentiras, con honradez, honestidad,
etc.
En materia posesoria:

Art. 706 cc: La buena fe es la conciencia de haberse adquirido el dominio de la cosa por medios
legítimos, exentos de fraude y de todo otro vicio.
Así en los títulos translaticios de dominio la buena fe supone la persuasión de haberse recibido la
cosa de quien tenía la facultad de enajenarla, y de no haber habido fraude ni otro vicio en el acto o
contrato.
Un justo error en materia de hecho no se opone a la buena fe.

Pero el error en materia de derecho constituye una presunción de mala fe, que no admite
prueba en contrario.
O sea, si yo adquirí el dominio teniendo la convicción de que ese modo de adquirir el dominio
estuvo exento de fraude o de cualquier otro vicio, yo estoy actuando de buena fe, en cambio, si yo
adquirí la posesión de la cosa, sabiendo que esta cosa no era de propiedad de quien me la vendió,
es decir, la adquirí sabiendo del vicio, ya no voy a ser poseedor de buena fe, seré poseedor de mala
fe.

Art. 707 cc:


La buena fe se presume, excepto en los casos en que la ley establece la presunción contraria.
En todos los otros la mala fe deberá probarse.

La mala fe tiene que probarse siempre que no exista una presunción de mala fe.

3. Ppio de Libre circulación de los bienes o de libre circulación de la riqueza


Concepto: La libre circulación de los bienes es la facultad que tienen las personas que ejercen
actividades comerciales, de que sus bienes puedan transitar libremente en el mercado, sin trabas,
salvo las que legalmente se dispongan (en virtud de la seguridad de la población).
Es decir, que el Derecho no puede en caso alguno generar trabas u obstáculos al libre
desenvolvimiento de la economía.
Nuestro Código responde a un espíritu natural en cuanto a lo económico, ya que en Francia las
ideas liberales británicas de John Locke, Adam Smith, suponen que la economía se maneja como
una “mano invisible”, por lo que menos interferencia haya del E° en la economía, mejor funciona la
economía. Esto responde a la concepción liberal de lo económico.
Se trata de un principio que encuentra expreso reconocimiento en los siguientes párrafos del
Mensaje del Código Civil: “(…). En general, se ha disminuido el tiempo de la posesión provisoria de
los bienes del desaparecido. Las posesiones provisorias embarazan la circulación y mejora de los
bienes y no deben durar más que lo necesario para proteger racionalmente los derechos privados
que puedan hallarse en conflicto con los intereses generales de la sociedad”.
“Consérvase, pues, la sustitución fideicomisaria en este proyecto, aunque abolida en varios
códigos modernos. Se ha reconocido en ella una emanación del derecho de propiedad, pues todo
propietario parece tenerlo para imponer a sus liberalidades las limitaciones y condiciones que quiera.
Pero admitido en toda su extensión este principio, pugnaría con el interés social, ya embarazando la
circulación de los bienes, ya amortiguando aquella solicitud en conservarlos y mejorarlos, que tiene
su más poderoso estímulo en la esperanza de un goce perpetuo, sin trabas, sin responsabilidades, y
con la facultad de transferirlos libremente entre vivos y por causa de muerte; se admite, pues, el
fideicomiso, pero se prohíben las substituciones graduales, aun cuando no sean perpetuas; excepto
bajo la forma de censo, en el que se ha comprendido por consiguiente todo lo relativo al orden en las
vinculaciones. En el censo mismo se han atenuado las especialidades que lo hacen prejudicial y
odioso”
“Es una regla fundamental en este proyecto la que prohíbe dos o más usufructos o fideicomisos
sucesivos; porque unos y otros embarazan la circulación y entibian el espíritu de conservación y
mejora, que da vida y movimiento a la industria. Otra que tiende al mismo fin es la que limita la
duración de las condiciones suspensivas y resolutorias, que en general se reputan fallidas si tardan
más de treinta años en cumplirse”.
En virtud de este principio se prohíbe la constitución de dos o más fideicomisos o usufructos
sucesivos (arts. 745 y 769 del C.C).
A propósito de este ppio surge una manifestación que dice relación con:
Cláusula de no enajenar ¿Válida o inválida?
Concepto: Es aquella estipulación que se establece en un ctto y prohíbe la enajenación del bien
objeto de este ctto.
Ej: yo y Elisa celebramos un ctto de compraventa de un vehículo, se lo vendo a Elisa, pero le
pongo como condición como cláusula dentro del ctto que ella no puede vender mi vehículo a nadie,
nunca jamás.
Esa cláusula de no enajenar en conformidad a lo que dispone las directrices del ppio de la libre
circulación de la riqueza estaría prohibida (proscrita) pues va en contra del ppio de libre circulación
de la riqueza, porque estoy limitando la libre circulación de los bienes.
Sin embargo, a la luz de otro ppio del ordenamiento jurídico el de la autonomía de la voluntad
sería válido, pues este principio supone que los individuos pueden hacer todo aquello que no se les
esté expresamente prohibido, y no existe una norma que diga que no se puede establecer la cláusula
de no enajenar, sino que es una construcción doctrinaria que surge a la luz del ppio de la libre
circulación de la riqueza. Entonces entran en colisión 2 ppios, por un lado el ppio de la autonomía de
la voluntad y por otro lado el ppio de la libre circulación de la riqueza.
Frente a la colisión (antinomia) es necesario realizar un examen de proporcionalidad o
ponderación, y vamos a tener que evaluar en primer lugar la idoneidad, la necesidad y por último la
proporcionalidad en un sentido estricto. Sin embargo, a la conclusión que se llega es que la cláusula
se va a permitir gracias al principio de la autonomía privada, pero con límites, siempre que cumpla
con 2 requisitos.
Requisitos:
3) Exista un interés legítimo en establecerla.
4) Que sea temporal; tiene que tener un término.
Ej: el vehículo que vendo es de colección y te lo vendo en virtud de tu calidad de conservadora
de vehículos y, tengo que ponerle un plazo, es decir, no lo puedes vender en un plazo de 5 años.
Esto se evalúa en concreto, el juez evaluará si la causa es legítima o no.

A favor de su 1) Ppio de libre circulación de la


validez riqueza

2) Que en d° puede hacerse todo lo


que no está prohibido es un
argumento vago

Cláusula de no En contra 3) Aceptar la cláusula implica


Argumentos
enajenar vulnerar normas de orden público
(evitar la prohibición de usufructos
y fideicomisos sucesivos, (art. 769, y
745).

4) Al renunciar a la facultade de
disposición, el d° carecería de
titular. No tendría sentido la
cláusula.

5) Respecto al Reglamento del


Conservador , tiene menos valor
que el CC pues es un decreto con
Fuerza de Ley.

4. Principio de la Responsabilidad o Reparación del daño


Concepto: Es un principio general y transversal del CC, que supone que todo aquel
sujeto que comete un daño, debe repararlo. El daño que sufrió una persona debe ser
compensado por el responsable de dicho daño.
Esa es la RG, pero debemos precisar para que estemos en la presencia de la obligación
de indemnizar el daño causado. Deben concurrir ciertos requisitos.
*Presupuesto de la Responsabilidad en general: Daño. Sin daño no hay responsabilidad civil.

Requisitos de la Responsabilidad:
1. Incumplimiento del deudor.
2. Perjuicios al acreedor o víctima.
3. Relación de causalidad entre el incumplimiento y los perjuicios (nexo-causal).
4. Imputabilidad al deudor (dolo-culpa).
5. Que no concurra causal de exención de la responsabilidad.
6. Que el deudor se encuentre en mora por la interpelación.
Entonces, cumpliéndose estos requisitos estaremos en presencia de la obligación de
indemnización de perjuicios.
En el Derecho Civil se distinguen 2 clases de responsabilidad:
1. Responsabilidad Contractual: Es la responsabilidad de aquellas personas que no han
cumplido oportunamente la obligación derivada de un contrato: esta es más amplia, pues
comienza en la fase precontractual (por ejemplo, la responsabilidad que la ley eventualmente
impone al oferente, aunque se retracte oportunamente) y se prolonga en la fase
postcontractual (por ejemplo, tratándose de la obligación de saneamiento de la evicción);

2. Responsabilidad Extracontractual: La responsabilidad de aquellas personas que, por culpa


o dolo, han cometido un hecho ilícito que causa daños a terceros

Se distinguen 2 subprincipios en esta materia:


1. No debe dañarse a otro.
2. Si se daña a otro, la reparación debe ser integral, comprendiendo por regla general:

1. Daño Material o Patrimonial.


a. Daño Emergente: Este daño implica una pérdida efectiva en el patrimonio que
experimenta el afectado. Por ejemplo, en un accidente de tránsito; el daño
emergente será el perjuicio que sufre vehículo siniestrado. En términos simple, este
daño existe cuando hay una disminución efectiva del patrimonio (riqueza) del
afectado.
b. Lucro Cesante: Es el provecho económico que se deja de percibir como
consecuencia del daño producido. 

2. Daño Moral: El daño no patrimonial o moral tiene una serie de conceptos, pero se
entiende como todo dolor, pesar o molestia que sufre una persona en su sensibilidad
física o en sus sentimientos, creencias y afectos. En otras palabras, es aquel daño
que sufre una persona afectando sus atributos o facultades morales o espirituales.
Por ejemplo, si de un accidente de tránsito fallece una persona, los herederos
pondrán exigir una indemnización por la pérdida de un ser querido que a todas luces
produce un daño psicológico irreparable.
Diferencia entre Daño Moral y Daño Patrimonial.
La diferencia entre los daños patrimoniales y no patrimoniales está en su reparación respecto del
dinero: en los daños patrimoniales lo que se busca con la indemnización es que la persona pueda
volver económicamente al estado lo más parecido posible, en que estaba antes de incumplido el
contrato u ocurrido el hecho que le produjo un daño.
Por el contrario, en el daño moral claramente no hay una relación directa con el dinero, ya que el
sufrimiento de una persona no es avaluable en dinero. Es por ello que se dice que las
indemnizaciones por daño moral son muy peligrosas pues van a quedar a criterio del juez, quien
deberá traducir a un monto de dinero por ejemplo cuánto cuesta la perdida de un hijo. En este
sentido, se dice que la indemnización del daño moral tiene una función compensatoria más que
reparatoria.

Reconocimiento Legal:
1. Responsabilidad Contractual:
 Artículo 1547 (grados de culpa de los que se responde por los deudores);
 En el artículo 1548 (cuidado de la especie o cuerpo cierto que se debe);
 Artículo 1553 (opciones del acreedor, cuando el deudor de una obligación de hacer se
encuentra en mora);
 Artículo 1555 (opciones del acreedor, cuando el deudor de una obligación de no hacer se
encuentra en mora);
 En el artículo 1556 (qué comprende la indemnización de perjuicios);
 Artículo 1557 (desde cuándo se debe indemnización de perjuicios);
 Artículo 1558 (perjuicios de que se responde en caso de culpa o de dolo);
 En el artículo 1559 (indemnización en caso de una obligación de dinero).
2. Responsabilidad Extracontractual:
 Artículo 2314 (quien infiere daño a otro por un delito o cuasidelito, debe responder);
 Artículo 2315 (quienes pueden exigir la reparación del daño);
 En el artículo 2316 (quienes están obligados a reparar el daño);
 Artículo 2317 (solidaridad en la reparación del daño causado por dos o más personas);
 Artículo 2318 (el ebrio es responsable del daño que causa);
 En el artículo 2319 (capacidad en materia extracontractual);
 Artículo 2320 (terceros civilmente responsables);
 Artículo 2321 (los padres por los delitos o cuasidelitos de sus hijos menores);
 En el artículo 2322 (los patrones por los delitos o cuasidelitos de sus criados);
 Artículo 2323 (responsabilidad de los dueños por el daño causado por un edificio ruinoso);
 Artículo 2324 (daño causado por la ruina de un edificio proviene de un vicio de construcción);
 En el artículo 2326 (responsabilidad del dueño o tenedor de un animal);
 Artículo 2327 (responsabilidad del que tenga un animal fiero);
 Artículo 2328 (daño causado por una cosa que cae o se arroja de la parte superior de un
edificio);
 En el artículo 2329 (reparación integral del daño).

Todas estas normas forman parte del Título XXXV del Libro Cuarto del Código Civil, “De los
delitos y cuasidelitos”.
*La Responsabilidad se estudiará en Obligaciones.
3. Promulgación, publicación y fecha de ley.
Primero hay que empezar señalando que aquí estamos dentro de las etapas de formación de la ley.
En el capítulo IV del Congreso se regula la formación de la ley.
Etapas:
1. Iniciativa:
Es el acto por medio del cual un proyecto de ley se somete a la consideración del Poder
Legislativo.
La iniciativa de ley tiene lugar por medio de:
a) Mensaje del Presidente al Congreso.
b) Moción de cualquiera de sus miembros: No pueden ser firmadas por más de 10
diputados, ni más de 5 senadores.
El art. 65 de la CPR establece las iniciativas exclusivas del Presidente de la República.
Tramitación en el Congreso de la Iniciativa:
Por RG puede iniciar su tramitación en la Cámara de Diputados, como en el Senado, pero el art. 65
de la CPR establece excepciones estableciéndose una “cámara de origen” y una “cámara revisora”.
Por ejemplo:
-Cámara de Origen de Diputados: Leyes sobre tributos de cualquiera naturaleza que sean, sobre los
presupuestos de la Administración Pública y sobre reclutamiento.
-Cámara de Origen Senado: Leyes sobre amnistía y sobre indultos generales.
2. Discusión:
Es el conjunto de actos que tienen lugar al interior de ambas cámaras, tanto en las salas como en
las distintas comisiones, cuya finalidad es el análisis del proyecto de ley respectivo, de modo que los
parlamentarios puedan realizar argumentaciones a favor o en contra del mismo, así como
proposiciones que permitan mejorar el proyecto de ley. Esta materia sigue su regulación en la
Constitución.
3. Aprobación:
Es el acto mediante el cual cada cámara manifiesta su conformidad con el proyecto de ley,
debiendo reunir para ello los distintos quórums que se establecen en la Constitución para cada tipo de
ley (art. 66 CPR).

4. Sanción: Es la aprobación del Presidente del proyecto.


Es el acto por el cual el Presidente da su conformidad al proyecto de ley previamente aprobado
por ambas cámaras.
La Aprobación se clasifica en:
1. Expresa: Es aquella en que el Presidente promulga el proyecto de ley sin más trámite.
2. Tácita: Es aquella en virtud de la cual transcurren 30 días desde la fecha de recepción del
proyecto por parte del Presidente sin que este lo devuelva al Congreso, en este caso el
proyecto se entiende aprobado por el solo transcurso de ese plazo.
*Veto presidencial:
Si el Presidente desaprueba el proyecto, podrá devolverlo a la cámara de origen con las
observaciones que formule dentro del plazo de 30 días.
 Si ambas cámaras aprueban las observaciones → Se devuelve al Presidente para su
promulgación.
 Si ambas cámaras rechazan las observaciones → Pueden insistir por los 2/3 para que el
proyecto sea promulgado por el Presidente.

5. Promulgación:
Es aquel acto que ejecuta el Presidente y tiene por finalidad certificar la existencia de la ley,
dotarla de fuerza obligatoria y ordenar que sea cumplida como tal.
La promulgación deberá hacerse en el plazo de 10 días contados desde que ella es procedente
(art. 75 CPR).
El decreto debe ir a trámite de toma de razón en la Contraloría general de la República.
Art. 6 CC: “La ley no obliga sino una vez promulgada en conformidad a la CPR y publicada de
acuerdo a los preceptos que siguen”.

6. Publicación:
Es el acto mediante el cual se informa el contenido de la ley mediante la inserción del texto
completo de la ley en el Diario Oficial, lo cual debe hacerse dentro del plazo de 5 días hábiles
contados desde la Contraloría haya dado razón al respectivo decreto promulgatorio.
Desde la fecha de publicación en el Diario Oficial se entenderá conocida por todos y será
obligatoria. *Excepción: las vigencias diferidas que pueda tener la ley (art. 7 CC).

7. Fecha de Ley:
La fecha de Ley será la de su publicación en el Diario Oficial. Sin embargo, podrán establecerse
reglas diferentes sobre su publicación y la fecha o fechas en que será vigente la ley (art. 7 CC).

4. Valor de costumbre y de la sentencia judicial.


1. VALOR DE LA COSTUMBRE
El Código Civil chileno reconoce la costumbre “según la ley” al decir que “la costumbre no
constituye derecho sino en los casos en que la ley se remite a ella” (art. 2).
Art. 2º: “La costumbre no constituye derecho sino en los casos en que la ley se remite a ella”.
Que la costumbre no constituye derecho significa que no tiene fuerza de ley, pero adquiere fuerza
de ley cuando ésta se remite a aquella. Ejemplos:

 Art. 1546 CC: dispone que los contratos (cualquiera sea) deben ejecutarse de buena fe, y en
consecuencia obligan no sólo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan
de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella.
 Art. 2117 CC: el cual la remuneración del mandatario se determina por la convención de las
partes, antes o después del contrato, por la ley, la costumbre o el juez.
 Art. 1940, inc 2: El CC entiende por “reparaciones locativas”, entre otras, las que según la
costumbre del país son de cargo del arrendatario.
2. VALOR DE LA SENTENCIA JUDICIAL
Principio del efecto relativo de las sentencias
Este principio dice relación con que las sentencias judiciales tendrán fuerza obligatoria solo
respecto de las partes, es decir, solo respecto del caso en concreto en que se pronunció. Tal como
señala el inciso segundo del art. 3 del CC, que es lo que conoce como el principio del efecto
relativo de las sentencias.

Art. 3 inc 2 CC: “Las sentencias judiciales no tienen fuerza obligatoria sino respecto de las
causas en que actualmente se pronunciaren”.

Valor para las partes: Fuerza obligatoria.

Valor para terceros: No tiene fuerza obligatoria.

*Excepción: Las excepciones en virtud de las cuales se amplía la fuerza obligatoria a toda la
sociedad (erga omnes) son las que señala expresamente la ley. Como por ejemplo, la sentencia
judicial que declara verdadera o falsa la paternidad o maternidad del hijo, la que no solo vale
respecto de las personas que han intervenido en el juicio, sino respecto de todos, solo en lo relativo a
los efectos que esa paternidad o maternidad acarrea (315 CC).

Art. 315 CC: El fallo judicial pronunciado en conformidad con lo dispuesto en el Título VIII que
declara verdadera o falsa la paternidad o maternidad del hijo, no sólo vale respecto de las personas
que han intervenido en el juicio, sino respecto de todos, relativamente a los efectos que dicha
paternidad o maternidad acarrea.

Costumbre jurisprudencial:
No obstante lo anterior, si los tribunales superiores fallan determinadas materias de manera
uniforme se produce lo que se denomina, “jurisprudencia uniforme” sobre esa materia. Sobre todo si
emana de la Corte Suprema mediante una casación en el fondo unifica la jurisprudencia.
La Corte Suprema actualmente tiene la superintendencia directiva de todos los tribunales de la
República (art. 82 CPR), aunque los tribunales inferiores no estén obligados a ajustarse a una
determinada interpretación de la ley emanada de la Corte Suprema, en virtud de la razón de
subordinación hace que por lo general se acate al criterio del más alto tribunal.
Por otra parte, los abogados generalmente se apoyan a la tesis expuesta, en favor de su
pretensión, sobre todo si la jurisprudencia emana de la Corte Suprema. Esto no significa que se
mantenga un criterio invariable de interpretación de la ley. Ejemplo: Respecto al art. 1554 del CC en
relación al contrato de promesa durante mucho tiempo por parte de la jurisprudencia se le reconoció
al plazo un carácter extintivo, pero en virtud de los problemas prácticos que daba esta interpretación
provocó que ahora se le reconozca un carácter suspensivo al plazo.
5. Interpretación de la ley.
La interpretación de la ley consiste en fijar su sentido o alcance respecto de situaciones jurídicas
concretas, incluyendo un conjunto de actividades indispensables para aplicar el derecho.
Mediante la interpretación se adapta una norma legal a la realidad, ya que a pesar de su
contenido general y abstracto estas no siempre logran incluir de una forma clara e inequívoca dentro
de su supuesto de hecho todas las posibles situaciones subsumibles a su antecedente.
Contiene 2 elementos:
1. Abstracto: Es la interpretación propiamente tal, radica en fijar el sentido de la ley.
2. Concreto: Es la aplicación, es decir, adaptar la ley al caso concreto.
En la interpretación judicial ambos procesos incluyen un todo unitario.
Regulación
Del art. 19 al 24 del CC.

Clasificación de la interpretación
A) Según la autoridad, institución u órgano de quien emane la interpretación, distinguiéndose
entre privada y pública.
1. Doctrinal o privada
Es aquella interpretación que hacen los juristas, abogados, profesores como autores de obras de
derecho. Esta interpretación se manifiesta en los tratados, las revistas jurídicas, en las cátedras y en
la práctica profesional.
Esta interpretación no tiene fuerza obligatoria, ya que la doctrina no es fuente formal del derecho.
Sin embargo, la doctrina constituye una fuente material y su valor dependerá del prestigio del
intérprete como de la solidez de sus argumentos y fundamentos.
La doctrina como fuente material se desarrolla libremente y no se detiene a enfocar cuestiones
aisladas sino que examina los problemas en toda su amplitud. Por eso presta grandes servicios al
desarrollo y evolución del derecho; orienta e inspira a jueces y legisladores.
2. De autoridad o pública
Es aquella que realiza:
a) El legislador en virtud de las leyes interpretativas (interpretación legal).
b) Los tribunales de justicia en sus sentencias (interpretación judicial)
c) y la que realiza la autoridad administrativa en resoluciones y decretos (interpretación
administrativa).
Pasaremos a hablar de cada una de ellas:
1. Legal o auténtica.
Es aquella interpretación que hace una ley de otra ley anterior cuyo sentido es oscuro, ambiguo o
controvertible; así, la ley interpretativa viene a fijar el verdadero, genuino o auténtico sentido de la ley
interpretada.
A esta interpretación se le denomina auténtica por provenir del mismo órgano (Poder Legislativo)
que dictó la ley interpretada.
Art. 3 inc 1 CC: Sólo toca al legislador explicar o interpretar la ley de un modo generalmente
obligatorio.
La obligatoriedad es de carácter general.
La ley interpretativa se entiende incorporada en la interpretada (art. 9 inc. 2° CC). Por tanto, los
efectos obligatorios de la ley interpretativa rigen no desde su fecha, sino desde el día que entró en
vigencia la ley interpretada. O sea, la ley interpretativa en realidad es retroactiva, porque sus efectos
alcanzan a situaciones o relaciones jurídicas surgidas antes de su entrada en vigor.

Art. 9 CC: La ley puede sólo disponer para lo futuro, y no tendrá jamás efecto retroactivo.
Sin embargo, las leyes que se limiten a declarar el sentido de otras leyes, se entenderán
incorporadas en éstas; pero no afectarán en manera alguna los efectos de las sentencias judiciales
ejecutoriadas en el tiempo intermedio.

¿Las leyes interpretativas afectarán sentencias judiciales ejecutoriadas?


No, en virtud del art.9, inc 2.
2. Judicial.
Es aquella interpretación que llevan a cabo los jueces en el ejercicio de la función jurisdiccional
que le está encomendada.
Fuerza Obligatoria: Es limitada, pues alcanza solamente a los litigantes, según el principio del
efecto relativo de las sentencias (art. 3 inc 2).
Sin embargo, como vimos anteriormente hay excepciones como el art. 315 CC la interpretación
no tiene solo fuerza obligatoria respecto de las partes, sino que respecto de todos en lo relativo a los
efectos que sea paternidad o maternidad acarrea.
Respecto al juez ni siquiera se obliga él mismo con la sentencia, esto debido a que si tiene que
interpretar la ley en un caso análogo puede hacerlo de forma diversa.
Como jurisprudencia interpretativa tampoco obliga, debido a que no es vinculante para los demás
tribunales y no están obligados a fallar igual que la Corte Suprema.

3. Administrativa:
Es aquella interpretación que realizan determinados órganos y servicios públicos que cumplen
funciones fiscalizadoras de diversa naturaleza, tales como Contraloría, Servicio de Impuestos
Internos, Dirección del Trabajo, las Superintendencias, etc., y suele ella expresarse en dictámenes de
su competencia.
Esta interpretación no obliga a los jueces.
B) Interpretación Declarativa, Restrictiva y Extensiva
Esta interpretación atiende al resultado a que conduce la interpretación.
1. Declarativa: Mediante esta se reconoce que los términos literales o fórmula de la ley coincide
con la voluntad del legislador. Se llama así ya que solo se limita a manifestar o declarar lo que
dice la ley. Ejemplo: art. 1796 CC que señala que no es válida la compraventa entre cónyuges
no separados judicialmente.
2. Restrictiva: Restringe la aplicación de la ley, ya que expresa más de lo pretendido por el
legislador o no refleja con exactitud la intención del legislador.
3. Extensiva: Extienden el alcance de la ley, en virtud de que no reflejan la intención del
legislador.

REGLAS DE INTERPRETACIÓN SEGÚN EL CC


Elementos de interpretación:
1) Teleológico
2) Gramatical
3) Lógico
4) Histórico
5) Sistemático
6) Lo favorable u odioso de una disposición.
7) Espíritu general de la legislación y equidad natural.

1) Teleológico (sentido de la ley):


“Es aquella interpretación que permite establecer el sentido y alcance de la ley atendiendo a los
objetivos que buscaba el legislador por medio de su establecimiento”.
Se refiere al sentido de la ley, tal como lo establece el art. 19, inc 1 CC:

Art. 19, inc 1: Cuando el sentido de la ley es claro, no se desatenderá su tenor literal, a pretexto
de consultar su espíritu.
Se diferencia de la gramatical en virtud de que la claridad a la que se refiere este precepto es una
claridad de sentido, contenido y alcance jurídico de la norma, no de su calidad gramatical. De este
modo, una ley puede ser gramaticalmente perfecta, sin embargo, su sentido jurídico puede ser
ambiguo, oscuro o contradictorio.
Esta idea se reafirma además en las siguientes normas:
Art. 22: “el contexto de la ley servirá para ilustrar el sentido de cada una de sus partes”;
Art. 23 señala que para su interpretación “la extensión que deba darse a toda ley se determinará
por su genuino sentido”.
De este modo, en el Código Civil existe una perfecta concordancia entre las diversas reglas de
interpretación jurídica: en materia de interpretación de la ley, prima su sentido por sobre las palabras
(art. 19); en lo que toca a la interpretación de los contratos, prima la intención claramente conocida
de los contratantes por sobre el tenor literal de las palabras (art. 1560); finalmente, en lo que respecta
a la interpretación de testamentos, prevalece la voluntad del testador por sobre las palabras que
hubiese empleado (art. 1069).
De este modo, para buscar el sentido de la ley puede considerarse su razón o espíritu, es decir,
realizar una interpretación teleológica buscando la finalidad de la ley o ratio iuris.
Esta intención o espíritu (finalidad de la ley) es un concepto de carácter objetivo, por lo que debe
buscarse la finalidad manifestada claramente en la propia ley, sin que tenga cabida el subjetivismo de
buscar una supuesta voluntad del legislador. Así lo establece el art. 19, que señala que la finalidad de
la ley se busca “en ella misma” (y no en el legislador), frase agregada por Bello y que no se
encontraba en la norma del Código de Luisiana de la que se tomó la redacción de esta norma.

2) Gramatical:
“Es aquel elemento que permite el alcance y sentido de la ley atendiendo el tenor de las palabras
de la ley, es decir, de los términos y frases de que se valió el legislador para expresar y comunicar su
pensamiento normativo.”.
Sólo una vez que sea claro el sentido de la ley, procede aplicar el elemento gramatical, atendido
que el art. 19 expresa que “no se desatenderá su tenor literal”.
El CC establece ciertas reglas acerca de la forma de establecer el significado de las palabras:
1. Palabras de la Ley
Art. 20 CC: Establece que “las palabras de la ley se entenderán en su sentido natural y obvio,
según el uso general de las mismas palabras; pero cuando el legislador las haya definido
expresamente para ciertas materias, se les dará en éstas su significado legal”.
Ordinariamente, el sentido que a las palabras da el uso general de ellas una comunidad coincide
con alguna de las acepciones que señala el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua
(RAE).
El 10 de junio de 2022 la Corte Suprema y la RAE presentaron una Red Prehispánica de
Lenguaje Claro, el cual promueve la transparencia, probidad y el acceso a la información pública.
Pero, como afirma una sentencia de la Corte Suprema, cuando es necesario atenerse al
sentido natural y obvio, no es forzoso recurrir al registro de voces que contiene el Diccionario de la
RAE, y así, en un caso es legítimo acudir al significado que, en las circunstancias en que se dictó la
ley, tenían las palabras expresivas del concepto que se trata de esclarecer, porque el sentido natural
de una palabra o frase es el que se le atribuye en el medio en que se emplea y que conoce lo
designado por ella.
2. Palabras técnicas:
Art. 21 CC: Las palabras técnicas de toda ciencia o arte se tomarán en el sentido que les den los
que profesan la misma ciencia o arte, a menos que aparezcan claramente que se han tomado en
sentido diverso.
Por ejemplo, si una disposición legal alude a la concepción de las criaturas humanas debemos
darle a la voz concepción el significado que le atribuyen los biólogos.
Si una palabra técnica aparece tomada claramente en la ley en un sentido diverso de los que le
atribuyen los que profesan la respectiva ciencia o el arte correspondiente, es claro que habrá que
atenerse a la inteligencia que ha dicha expresión le confiere el legislador.
Por ejemplo, el Código Civil se refiere en múltiples ocasiones al “demente” para designar a un
enfermo mental que, por la gravedad de su trastorno psíquico (cualquiera que sea éste), debe
estimarse incapaz e inimputable, y así habremos de entenderlo todos, aunque la psiquiatría le dé a la
palabra en cuestión otro significado o la declare hoy totalmente obsoleta.
3) Lógico:
“Consiste en la concordancia que debe existir entre las diversas partes de la ley, pues la ley hace
un conjunto coherente”.
Art. 22, inc 1:
El contexto de la ley servirá para ilustrar el sentido de cada una de sus partes, de manera que
haya entre todas ellas la debida correspondencia y armonía.

Por contexto en general se entiende el conjunto del texto que rodea una frase citada, y del que
depende la verdadera significación de ésta.
Esta norma se funda en que todas las partes de una ley forman una unidad y responden a una
misma intención o espíritu y es natural entonces que guarden armonía y no contradicción. Por tanto,
si en un artículo de una determinada ley cierta expresión puede ser tomada en dos sentidos y en
todos los demás artículos se considera uno de dichos sentidos, a la expresión ambigua habrá que
atribuirle este sentido que demuestra ser el de la voluntad de la ley.
Antinomia en el mismo cuerpo legal:
Consagra el principio de especialidad frente a una antinomia en un mismo cuerpo legal, que
señala:
Art. 13: “Las disposiciones de una ley, relativas a cosas o negocios particulares, prevalecerán
sobre las disposiciones generales de la misma ley, cuando entre las unas y las otras hubiere
oposición”.

4) Histórico:
“Es aquel que permite establecer el sentido o alcance de una ley atendiendo para ello a la historia
fidedigna del texto legal que se trata de interpretar”.
Al efecto, el art. 19 inciso 2 dispone que para interpretar la ley es posible recurrir a la intención o
espíritu de la ley, claramente manifestada en ella misma, “o en la historia fidedigna de su
establecimiento”.
La historia fidedigna de la ley la constituyen las circunstancias existentes a la época de
elaborarse el proyecto de ella, el texto de ese proyecto enviado al Congreso Nacional, el mensaje del
ejecutivo que lo acompaña, las actas de las Comisiones parlamentarias que examinan e informan el
proyecto, las explicaciones y discusiones habidas en ambas Cámaras hasta su aprobación. Cuando
el proyecto antes de ser presentado al Congreso ha sido elaborado por un hombre o por una
Comisión de especialistas, también, por cierto, forman parte de la historia fidedigna de la ley todas
las opiniones de sus autores de las cuales se deja constancia en actas oficiales. Si bien se ha
discutido el tema, en nuestro concepto la historia fidedigna de la ley no es la voluntad subjetiva del
legislador, sino que se trata de un concepto de carácter objetivo.
5) Sistemático:
“Este elemento se basa en la conexión que enlaza a todas las instituciones jurídicas y normas en
una gran entidad. Se trata de ver la relación que hay entre la ley interpretada y el conjunto del
ordenamiento jurídico”.
Se asemeja al elemento lógico en cuanto a establecer la armonía y coherencia de la ley, pero
ahora no entre sus diversas partes sino en su relación con todo el ordenamiento jurídico, y en
especial con aquellas leyes que versan sobre la misma materia o sobre asuntos semejantes.
Art. 22, inc 2: “los pasajes oscuros de una ley pueden ser ilustrados por medio de otras leyes,
particularmente si versan sobre el mismo asunto”.
Antinomia entre 2 o más leyes:
Cabe recordar lo dispuesto en el art. 4, que consagra el principio de especialidad frente a una
antinomia que se dé entre dos cuerpos legales, al señalar que “las disposiciones contenidas en los
Códigos de Comercio, de Minería, de Ejército y Armada, y demás especiales, se aplicarán con
preferencia a las de este Código”.
6) Lo favorable u odioso de una disposición.
Esta regla se encuentra en el art. 23.
Art. 23: Lo favorable u odioso de una disposición no se tomará en cuenta para ampliar o
restringir su interpretación. La extensión que deba darse a toda ley, se determinará por su genuino
sentido y según las reglas de interpretación precedentes.
Este artículo tiene un fundamento histórico; en tiempos antiguos lo odioso se restringía y lo
favorable se ampliaba (odia restringi te favores convenit ampliari). Como esta norma se prestaba
para muchos abusos, se estimó conveniente abolirla en forma expresa.
7) Espíritu general de la legislación y equidad natural.
Art. 24: “En los casos a que no pudieren aplicarse las reglas de interpretación precedentes, se
interpretarán los pasajes obscuros o contradictorios del modo que más conforme parezca al espíritu
general de la legislación y a la equidad natural”.
Pese a la redacción de esta regla, buena parte de la doctrina estima que el criterio del art. 24 no
es supletorio, sino que informan todo el proceso interpretativo, atendido que no sería aceptable una
interpretación que contradijera abiertamente los principios generales del derecho o la equidad
natural.
El “espíritu general de la legislación” es lo que hemos denominado principios generales del
derecho, que integran e informan a todo el ordenamiento jurídico, y cuya función interpretativa se
encuentra expresamente reconocida en el precepto en análisis.
En lo que toca a la equidad natural, nos remitimos al análisis que de la misma hicimos en cuanto
fuente del derecho, sin perjuicio de recordar que ella consiste en la consideración de un caso
particular para darle una solución justa y prudente en atención a sus circunstancias
especiales.
MECANISMOS PARA SUPERAR LAS ANTINOMIAS EN CHILE.
Para solucionar las antinomias normativas se deben aplicar los siguientes principios:
1. Jerarquía. La norma superior prima sobre la norma inferior, conforme al orden jerárquico de
las mismas establecido en la Constitución.
2. Especialidad. La ley especial prima sobre la ley general. En este sentido, el art. 4 del Código
Civil establece este principio frente antinomias entre dos cuerpos legales, al establecer que
“las disposiciones contenidas en los Códigos de Comercio, de Minería, de Ejército y Armada, y
demás especiales, se aplicarán con preferencia a las de este Código”.
Por su parte, el art. 13 CC consagra el principio de especialidad frente a una antinomia que se
dé en un mismo cuerpo legal, al señalar que “Las disposiciones de una ley, relativas a cosas o
negocios particulares, prevalecerán sobre las disposiciones generales de la misma ley, cuando
entre las unas y las otras hubiere oposición”.
3. Temporalidad. La ley más nueva prima sobre la ley anterior, puesto que la deroga, según se
verá al analizar los efectos de la ley en el tiempo (arts. 52 y 53 CC).
4. Principios generales y equidad natural. Finalmente, si tenemos dos normas jurídicas de
igual jerarquía, ambas con el mismo ámbito de vigencia, y con la misma fecha, se deberá
recurrir a los principios generales del derecho y a la equidad natural.

6. Efectos de la ley en cuanto al tiempo.


Los efectos de la ley tienen estrecha relación con el ciclo de existencia de la ley. Es por eso que
pasaremos a analizarla.
Ciclo de existencia de la ley
Por regla general, las leyes son dictadas para que subsistan por un tiempo indefinido, pero que en
virtud de las necesidades de la sociedad modificarlas, derogarlas o reemplazarlas por otras.
El ciclo de existencia de una ley comienza con su publicación en el diario oficial, estando vigente
desde su publicación o desde el día que en ella se fije, y pierde su vigencia en virtud de una
derogación (causa extrínseca) o por cumplirse el término preestablecido para su duración o el logro
del fin perseguido por la ley (causa intrínseca).
-Promulgación y publicación
La ley es vigente desde su promulgación y publicación de acuerdo a las normas del CC y la CPR
(materia ya analizada).
Regulado en los art: 6, 7 8 CC y en el art. 65 de la CPR.
Promulgación: Dar existencia a la ley y fijar su contenido. Para esto se dicta un decreto
promulgatorio.
Publicación: Da a conocer la ley, mediante la inserción de su texto completo en el Diario Oficial.
Vigencia: Que tiene validez y es obligatoria para todos los habitantes de la república incluido los
extranjeros.
TIPOS DE VIGENCIA
1. Inmediata: Es aquella que comienza con la fecha de la publicación de la ley en el Diario
Oficial.
2. Diferida: Existe un periodo temporal entre la publicación de la ley y su vigencia en la que no se
aplica, lo que se denomina VACANCIA LEGAL.
3. Retroactiva: Es el caso en que la ley o un precepto de la ley tenga una vigencia anterior a la
de su publicación en el Diario Oficial. (retroactividad de la ley).
EL PRINCIPIO DE IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES
Es aquel principio establecido en el art. 9, inc 1 que dispone que la ley solo puede disponer para lo
futuro, y no tendrá jamás efecto retroactivo, esta retroactividad tiene que ser expresa. Es un ppio
general del d° ya que aplica transversalmente a todas las ramas del d°.
*Con la limitación de las leyes interpretativas de otras leyes las cuales se entienden incorporadas
en las leyes que interpretan y tienen la vigencia de aquellas leyes que interpretan (vigencia ficticia).
Con la reserva de que no pueden afectar de manera alguna los efectos de las sentencias judiciales
ejecutoriadas que se hayan dictado en el tiempo intermedio.

RETROACTIVIDAD DE LA LEY
Es una excepción la ppio de irretroactividad de la ley, siendo aquel efecto de la ley en virtud del
cual la ley regirá hechos acontecidos con anterioridad a su publicación.
Hay ULTRACTIVIDAD cuando se aplica a un hecho acontecido con posterioridad a su derogación.
Pero al ser un simple precepto legal y no constitucional no obliga al legislador. Sin embargo, tiene
limitaciones tanto en materia penal, como civil.
Penal: Art. 19 N° 3 señala que: “nadie puede ser juzgado sino por un Tribunal establecido con
anterioridad a la perpetración del hecho y que "ningún delito se castigará con otra pena que la que
señale una ley promulgada con anterioridad a su perpetración, a menos, que una nueva ley
favorezca al afectado". La ley favorable es siempre retroactiva y, de acuerdo a lo establecido en el
art. 18 del Código Penal, no sólo beneficia al imputado proceso, sino también al condenado.
Civil: Las limitaciones nacen en relación a las garantías que establece la Constitución, en especial
la garantía del d° de propiedad del art. 19 n° 24 al establecer dicha disposición que, salvo el caso de
utilidad pública, nadie puede, en caso alguno, ser privado de su propiedad, del bien sobre que recae,
o de alguno de los atributos o facultades esenciales del dominio, se consigna, como lo dicen varias
sentencias, en forma indirecta la irretroactividad de la ley civil. Lo que abarca tanto a los bienes
corporales como incorporales.
El principio de la irretroactividad de las leyes y el carácter excepcional de la retroactividad se
imponen en cambio al juez, quien debe darles obligadamente primacía en la interpretación y
aplicación de la ley. Así los jueces tienen el deber de interpretar y aplicar las leyes de manera que no
resulte retroactiva.
La retroactividad es una excepcionalidad ya que afecta a la seguridad jurídica.
Este hecho motivó al legislador a dictar dentro de los primeros años de vigencia del Código Civil
una ley que se encargara de estas materias señalando al juez criterios para la aplicación del ppio de
irretroactividad, lo que se conoce como la ley sobre el efecto retroactivo de las leyes (1861).
Doctrinas para determinar si una ley es retroactiva
1. De los Derechos Adquiridos
2. De la Relación jurídica.

1. Doctrina de los Derechos Adquiridos


Esta doctrina plantea que lo decisivo para definir la retroactividad son los derechos que establecen
las leyes, a cuyo respecto las personas se pueden encontrar en dos situaciones:
a) Derechos adquiridos: Nos señala que el derecho subjetivo esté ya incorporado al patrimonio
de las personas al dictarse una ley posterior, para lo cual se tienen que haber cumplido todos
los antecedentes requeridos por la ley para su adquisición.
b) Meras expectativas: Se da en el caso en que sólo se tenga la esperanza de adquirir un
derecho, pero que aún no se hayan cumplido todos los requisitos que la ley establece para
esa adquisición.
Una ley es retroactiva si lesiona derechos adquiridos. Por el contrario, si afecta meras expectativas
no es retroactiva. La consecuencia normativa de esta distinción es que respecto de los derechos
adquiridos rige la ley antigua y respecto de las meras expectativas rige la ley nueva.
Crítica a la doctrina: Estaría siendo extremadamente irretroactiva y provoca la ultraactividad de la
ley antigua.
2. Doctrina de la Relación Jurídica de Roubier
Esta doctrina distingue 4 cuestiones fundamentales:
1. La constitución de una relación jurídica.
2. Los efectos de la relación jurídica anteriores y posteriores a la entrada en vigencia de una
nueva ley.
3. La extinción de la relación jurídica.
4.
Relación jurídica: Es un vínculo jurídico entre 2 o más personas del cual emanan deberes y
derechos.
En una relación jurídica se distingue su momento de creación, sus efectos y su extinción. Hay
relaciones que se extinguen inmediatamente después de producidos los efectos, por ejemplo, la
compraventa al contado.
Criterios:
1. En cuanto a su constitución:
Las relaciones jurídicas constituidas bajo una ley se mantienen aunque la nueva ley fije nuevas
condiciones para dicha constitución.
2. En cuanto a los efectos:
Se rigen por la ley vigente al momento en que estos efectos se producen, de modo que los efectos
pasados se rigen por la ley antigua y los futuros por la ley nueva.

3. En cuanto a la extinción:
Se rige por la ley vigente al momento en que ésta ocurre (la antigua).
Nuestra legislación sigue, según las materias, criterios eclécticos: respecto de ciertas instituciones
sigue la doctrina de los derechos adquiridos y respecto de otras se acerca a los principios de la
doctrina de la relación jurídica (toma elementos de una y de otra). Las soluciones están planteadas
con criterio casuístico y no teórico, considerando en cada caso los bienes jurídicos en juego.
*Ecléctico: Que trata de reunir, procurando conciliarlos, valores, ideas, tendencias, etc., de
sistemas diversos.

LEY SOBRE EL EFECTO RETROACTIVO DE LAS LEYES


Esta ley viene a dar soluciones para diversos grupos de materias. No está construida
sistemáticamente: es más bien un listado de soluciones prácticas. Esta ley tiene el carácter de
supletorio respecto de leyes que no regulan sus efectos en el tiempo.
El nombre de la ley es equívoco debido a que sus normas no regulan el efecto retroactivo, sino al
revés, regulan el efecto “no retroactivo” de las leyes.
Materias que regula:
1) Doctrina de d° adquiridos: Señala que esta ley está constituida bajo la doctrina de los derechos
adquiridos. Sin perjuicio de que diversas normas específicas establecen criterios que no son
enteramente interpretables bajo esa doctrina.
2) Estado Civil: Si la nueva ley establece nuevos requisitos para adquirir un determinado estado
civil, prevalecerá la nueva ley sobre la antigua.
Art. 2 LSERL (Ley sobre el Efecto Retroactivo de las Leyes):
Las leyes que establecieren para la adquisición de un estado civil, condiciones diferentes de las
que exigía una ley anterior, prevalecerán sobre esta desde la fecha en que comiencen a regir.
A su vez, el artículo 3º establece que "el estado civil adquirido conforme a la ley vigente a la fecha
de su constitución, subsistirá aunque ésta pierda después su fuerza; pero los derechos y
obligaciones anexos a él (estado civil), se subordinarán a la ley posterior, sea que ésta constituya
nuevos derechos u obligaciones, sea que modifique o derogue los antiguos.
Estado Civil ≠ D° y obligaciones
Estas normas reflejan claramente la doctrina de la relación jurídica, por cuanto presentan
vigencia inmediata de la ley en cuanto a los efectos. Aunque se respeta la constitución del estado
civil bajo la ley antigua, los efectos futuros se rigen por la ley nueva.
3) Propiedad y d° reales:
Art. 12 LSERL:
Todo derecho real adquirido bajo una ley y en conformidad a ella, subsiste bajo el imperio de otra;
pero en cuanto a sus goces y cargas y en lo tocante a su extinción, prevalecerán las disposiciones de
la nueva ley.

El d° de propiedad en cuanto a:
1) Su constitución: Se rige por la ley antigua.
2) Efectos y Extinción: Ley nueva.
De modo que la naturaleza del d° está definido por la ley posterior.
La norma puede plantear problemas de constitucionalidad, porque en la medida que la ley nueva
afecte atributos o facultades esenciales del dominio sería contraria a la garantía constitucional
respectiva (Constitución, art. 19 nº 24).

4) Sucesiones:
Art. 18: “Las solemnidades externas de los testamentos se regirán por la ley coetánea a su
otorgamiento; pero las disposiciones contenidas en ellos estarán subordinadas a la ley vigente a la
época en que fallezca el testador. En consecuencia, prevalecerán sobre las leyes anteriores a su
muerte las que reglan la incapacidad o indignidad de los herederos o asignatarios, las legítimas,
mejoras, porción conyugal y desheredaciones."
Art. 19: “Si el testamento contuviere disposiciones que según la ley bajo la cual se otorgó no
debían llevarse a efecto, lo tendrán sin embargo siempre que ellas no se hallen en oposición con la
ley vigente al tiempo de morir el testador."
En el caso de las sucesiones el análisis es diferente, puesto que el derecho nace a la muerte del
testador. Por eso, al cambiarse las leyes que regulan los efectos de un testamento sólo se está
actuando sobre meras expectativas. Por otro lado, al establecer que las formalidades del testamento
se rigen por la ley antigua, se recoge el principio de irretroactividad en la ley que establece requisitos
de forma.
5) Contratos:
Art. 22: “En todo contrato se entenderán incorporadas las leyes vigentes al tiempo de su
celebración. *Exceptúanse de esta disposición:
1º Las leyes concernientes al modo de reclamar en juicio los derechos que resultaren de ellos; y
2º Las que señalan penas para el caso de infracción de lo estipulado en ellos; pues ésta será
castigada con arreglo a la ley bajo la cual se hubiere cometido."
En materia de contratos, el artículo 22 acoge extensamente la doctrina de los derechos
adquiridos, puesto que las leyes vigentes al momento de su celebración se entienden incorporadas
al contrato, definiendo el alcance de los derechos hasta su extinción, por mucho que una ley posterior
modifique estos efectos.
*Exceptúanse de esta regla el modo de reclamar los derechos (esto es, las normas procesales) o
las penas estipuladas para la infracción; en estos casos rige el efecto inmediato de la ley.
6) Prescripción:
La prescripción es una institución de seguridad jurídica que permite adquirir la propiedad (u otro
derecho real) sobre una cosa por el hecho de la posesión durante un lapso de tiempo (prescripción
adquisitiva) o produce la extinción de acciones o derechos por no haber sido ejercidos durante un
lapso de tiempo (prescripción extintiva) (art. 2492).
Es común a la prescripción adquisitiva y extintiva, entonces, que haya transcurrido un plazo. Si la
ley modifica ese plazo de prescripción surge la pregunta por cual resulta ser el plazo aplicable: el
fijado por la ley bajo la cual se comenzó a prescribir o el fijado por la nueva ley? La Ley sobre Efecto
Retroactivo da una solución práctica: el prescribiente puede optar entre el plazo establecido por la ley
antigua o por la nueva. Si opta por la ley antigua, se cuenta el plazo desde que comenzó la
prescripción; si opta por la nueva, el plazo sólo se cuenta desde que ésta entra en vigencia (art. 25).
También se ocupa la ley de la situación de imprescriptibilidad (adquisitiva): si una ley posterior
declara imprescriptible un derecho no se podrá ganar por prescripción, aunque se haya iniciado la
posesión bajo una ley anterior que lo declaraba prescriptible (art. 26). Se trata de un caso de
aplicación del principio de los derechos adquiridos: mientras no se complete el plazo sólo existe la
expectativa de adquirir la cosa o de extinguir una obligación por medio de la prescripción.

7) Normas procesales y, en general, normas de orden público:


Art. 24: “Las leyes concernientes a la substanciación y ritualidad de los juicios prevalecen sobre
las anteriores desde el momento en que deben empezar a regir."
La doctrina clásica sostiene que las normas procesales, así como toda norma de orden público (y
en particular las de derecho público), rigen in actum, es decir, inmediatamente, sin mayor discusión
en torno a la existencia de derechos adquiridos. Esta aseveración otrora indiscutida por la doctrina es
sometida en la actualidad a una severa crítica en razón de la protección constitucional de los
derechos adquiridos.
En verdad, la irretroactividad es una institución de seguridad jurídica y no existe razón alguna para
aceptar como principio que la seguridad ceda frente a los propósitos del legislador posterior que
pretende satisfacer otros fines. También respecto de normas de orden público rige entonces el
principio de que la ley no será retroactiva sólo si respeta derechos adquiridos. Ello por cierto no
excluye que la ley posterior establezca su propia retroactividad. Sin embargo, este propósito tendrá
como límite los derechos adquiridos que tengan rango constitucional (como la propiedad).

Aspectos constitucionales
El principio de los derechos adquiridos ha alcanzado rango constitucional respecto de los derechos
que están amparados por garantías constitucionales. La Constitución garantiza la esencia de los
derechos que ella consagra (art. 19 Nº26), de modo que no puede una ley posterior a su adquisición
afectarlos en su núcleo central y una ley posterior no puede afectar la esencia de esos derechos
adquiridos bajo una ley anterior. En materias civiles, como se ha visto, ello vale especialmente para
el derecho de propiedad, esto es, para todos los derechos incorporados al patrimonio de una
persona. La jurisprudencia de los tribunales ha sido muy extensiva en la definición de la propiedad,
incluyendo bajo este concepto la titularidad sobre muy diversos derechos (como se verá en el curso
sobre Bienes), con la consecuencia de que la garantía constitucional ha devenido en una fuerte y
amplia limitación a la retroactividad.
7. Efectos de la ley en cuanto al territorio.
Territorialidad de la ley
La RG es que en chile rige el ppio de territorialidad de la ley, es decir, la aplicación de la ley dentro
de los límites del Territorio del Estado. Siendo la extraterritorialidad una excepción.
El territorio del Estado está delimitado por sus fronteras, pero la autoridad del Estado comprende
todo el territorio terrestre, con su espacio aéreo y subsuelo, el mar territorial (definido por el artículo
593) y la zona económica exclusiva (definida por el artículo 596).
Regulación: Arts. 14 y 16 CC.
Art. 14 CC: La ley es obligatoria para todos los habitantes de la República, inclusos los
extranjeros.
Art. 16 CC: Los bienes situados en Chile están sujetos a las leyes chilenas, aunque sus dueños sean
extranjeros y no residan en Chile.

Esta disposición se entenderá sin perjuicio de las estipulaciones contenidas en los contratos
otorgados válidamente en país extraño.
Pero los efectos de los contratos otorgados en país extraño para cumplirse en Chile, se arreglarán
a las leyes chilenas.
En consecuencia, la ley es obligatoria para todos los habitantes de la República, incluso los
extranjeros, y los bienes situados en Chile se rigen por la ley chilena.

Art. 17 CC: La forma de los instrumentos públicos se determina por la ley del país en que hayan sido
otorgados. Su autenticidad se probará según las reglas establecidas en el Código de Enjuiciamiento.

La forma se refiere a las solemnidades externas, y la autenticidad al hecho de haber sido


realmente otorgados y autorizados por las personas y de la manera que en los tales instrumentos
se exprese.
Del Art. 17 CC se desprende que la forma de los actos otorgados en Chile se rige por la ley
chilena.
Extraterritorialidad de la ley chilena
1. Aplicación de la ley extranjera en Chile:
1.1 Ley de los contratos: Son válidas en Chile las estipulaciones de los contratos otorgados
válidamente en el extranjero (Art. 16 inc. 2° CC), es decir, tendrá aplicación la ley extranjera
en Chile por aplicación del principio de la “ley del contrato”. Pero esto está limitado por el Art.
16 inc. 3° CC, que dice que los efectos de estos contratos, para cumplirse en Chile, se
sujetan a la ley chilena.
Art. 16 CC:
Inc. 1 CC. Los bienes situados en Chile están sujetos a las leyes chilenas, aunque sus dueños
sean extranjeros y no residan en Chile.
Inc. 2. Esta disposición se entenderá sin perjuicio de las estipulaciones contenidas en los
contratos otorgados válidamente en país extraño.
Inc. 3. Pero los efectos de los contratos otorgados en país extraño para cumplirse en Chile, se
arreglarán a las leyes chilenas.
1.2 Sucesión:
Se rige por la ley del domicilio en que se abre, por lo tanto, se regirá por la ley extranjera si se
abre en el extranjero (Art. 955 inc. 2° CC).
Art. 955:
La sucesión en los bienes de una persona se abre al momento de su muerte en su último
domicilio; salvos los casos expresamente exceptuados.
La sucesión se regla por la ley del domicilio en que se abre; salvas las excepciones legales.
*Excepciones:
Art. 16 inc. 1. Los bienes situados en Chile están sujetos a las leyes chilenas, aunque sus
dueños sean extranjeros y no residan en Chile.
Art. 998: En la sucesión abintestato de un extranjero que fallezca dentro o fuera del territorio de la
República, tendrán los chilenos a Título de herencia o de alimentos, los mismos derechos que según
las leyes chilenas les corresponderían sobre la sucesión intestada de un chileno. Los chilenos
interesados podrán pedir que se les adjudique en los bienes del extranjero existentes en Chile todo lo
que les corresponda en la sucesión del extranjero. Esto mismo se aplicará en caso necesario a la
sucesión de un chileno que deja bienes en país extranjero.

2. Aplicación de la ley chilena en el Extranjero:


Art. 15 CC: A las leyes patrias que reglan las obligaciones y derechos civiles, permanecerán sujetos
los chilenos, no obstante su residencia o domicilio en país extranjero.
Esta disposición es doblemente excepcional:
1. En cuanto a las personas a quienes afecta: sólo a los chilenos.
2. En cuanto a las leyes a que queda sujeto el chileno: sólo las que taxativamente señala, que son
las siguientes:
a) Las que se refieren al estado de las personas, es decir, a la constitución, derechos y
obligaciones inherentes al Estado Civil y a su terminación. La excepción a esta norma viene
dada por los efectos que emanan del estado civil, ya que los derechos y obligaciones solo
regirán respecto a cónyuges y parientes chilenos.
b) La capacidad del chileno en el extranjero queda afecta a la ley chilena, solo en cuanto vaya a
ejecutar un acto que haya de tener efecto en Chile.

3. Leyes relativas a los actos:


Para la ley chilena, el problema es el relativo al acto celebrado en el extranjero y que produce
efectos en Chile. Hay que distinguir:
1. Requisitos externos:
De acuerdo con el principio “locus regit actum”, se rigen por la ley del país en que el acto se
realiza. La forma de los instrumentos públicos se determina por la ley del país en que se otorgan (Art.
17 CC), pero el principio se aplica también a los instrumentos privados (16 inc. 2º CC). Pero hay
excepciones.
Ejemplos.
Si la ley chilena exige que se otorgue instrumento público, no tiene valor la escritura privada
otorgada en el extranjero, aunque tenga pleno valor en el país en que se otorgó (Art. 18 CC).
Art. 18 CC: En los casos en que las leyes chilenas exigieren instrumentos públicos para pruebas
que han de rendirse y producir efecto en Chile, no valdrán las escrituras privadas, cualquiera que sea
la fuerza de éstas en el país en que hubieren sido otorgadas.
Asimismo, sólo tiene valor en Chile el testamento otorgado en el extranjero si lo ha sido por
escrito; el testamento verbal no tiene validez, aunque la tenga en el país en que se otorgó (Art. 1027
CC).
Art. 1027 CC: Valdrá en Chile el testamento escrito, otorgado en país extranjero, si por lo tocante
a las solemnidades se hiciere constar su conformidad a las leyes del país en que se otorgó, y si
además se probare la autenticidad del instrumento respectivo en la forma ordinaria.

2. Requisitos internos:
En general, la ley del país en que se otorgó el acto rige sus requisitos internos, o sea, la
capacidad y voluntad o consentimiento de los que lo otorgan, y el objeto y la causa del acto, con la
limitación del Art. 15 N° 1 CC (en lo relativo al estado de las personas y a su capacidad para ejecutar
ciertos actos, que hayan de tener efecto en Chile).
Art. 15 CC: A las leyes patrias que reglan las obligaciones y derechos civiles, permanecerán
sujetos los chilenos, no obstante su residencia o domicilio en país extranjero.
1. En lo relativo al estado de las personas y a su capacidad para ejecutar ciertos actos, que hayan
de tener efecto en Chile;
2. En las obligaciones y derechos que nacen de las relaciones de familia; pero sólo respecto de
sus cónyuges y parientes chilenos.

3. Efectos: Los efectos, es decir, los derechos y obligaciones que emanan del acto, quedan
sujetos a la ley chilena.

8. Derogación de las leyes.


La derogación de una norma significa la pérdida de fuerza obligatoria de la misma.
La causa que priva de existencia de una ley puede ser por causas extrínsecas o intrínseca.
Extrínseca se refiere a la derogación y la Intrínseca por cumplirse el término establecido para su
duración.
A. Cesación de la ley por causas Extrínsecas:
1. Derogación de la Ley:
Concepto: Derogación es la cesación de la existencia de la ley toda o de una parte de ella por
mandato expreso o tácito de otra posterior. La ley derogada puede ser o no reemplazada por otra.

Clases de derogación:
Se puede distinguir en derogación a) expresa, tácita y orgánica; y b) total o parcial.
a) Expresa, tácita y orgánica.
1. Expresa:
“Es aquella que se realiza en virtud de una ley que declara explícitamente la cesación de vigencia
de una ley, mencionando específicamente cual es la ley derogada”.
Art. 52 cc: La derogación de las leyes podrá ser expresa o tácita.
Es expresa, cuando la nueva ley dice expresamente que deroga la antigua.
Ej: el día 6 de junio de 2022, se derogó la ley n° 19.223 sobre delitos informáticos (derogada por la
nueva ley de delitos informáticos).
2. Tácita:
Art. 52, inc 3 cc: Es tácita, cuando la nueva ley contiene disposiciones que no pueden conciliarse
con las de la ley anterior.
“Es aquella que no resulta de una declaración expresa de la voluntad derogatoria por parte del
legislador, sino de la incompatibilidad que existe entre una norma posterior y una precedente”.
3. Orgánica: (clasificación doctrinaria)
“Es aquella que se produce cuando la nueva ley regula completamente toda la materia ya regulada
por una ley anterior, aunque no haya incompatibilidad entre las disposiciones de la ley antigua y la
nueva”
No está mencionada por el CC, pero su procedencia es indiscutible.
Ejemplo: El artículo final del CC, que señala: “El presente Código comenzara a regir desde el 1° de
enero de 1857, y en esta fecha quedaran derogadas aún en la parte que no fueren contrarias a él, las
leyes preexistentes sobre todas las materias que en él se tratan. Sin embargo, las leyes
preexistentes sobre la prueba de las obligaciones, procedimientos judiciales, confección de
instrumentos públicos y deberes de los ministros de fe, sólo se entenderán derogadas en lo que sean
contrarias a las disposiciones de este Código”. En la última parte, desde las palabras “Sin embargo”
hay una derogación tácita de las disposiciones relativas a materias singulares.
*Crítica: Algunos autores consideran que es una especie de derogación tácita, en virtud de que toda
nueva ley viene a reglar totalmente una materia regida por otra ley anterior contiene en sus preceptos
una incompatibilidad implícita con cualquiera otra ley que verse sobre el mismo asunto.
b) Total o Parcial:
Art. 52, inc 4: La derogación de una ley puede ser total o parcial.
1. Total: En virtud de la derogación de la ley en todas sus partes.
2. Parcial: En virtud de la derogación de una parte o partes de la ley, como artículos, incisos, etc.
Derogación tácita total o parcial.
Art. 53 cc: La derogación tácita deja vigente en las leyes anteriores, aunque versen sobre la misma
materia, todo aquello que no pugna con las disposiciones de la nueva ley.

La derogación tácita es:


1. Total: Si todas las disposiciones de la ley nueva son inconciliables con las de la antigua;
2. Parcial: Si sólo son inconciliables algunas, la derogación tácita es parcial. Es decir, las normas
de la ley antigua que no pugnan con las de la nueva continúan vigentes.

Derogación de la ley derogatoria:


Una ley derogada no revive por el solo hecho de derogar la ley derogatoria, siendo necesario que
una nueva ley le devuelva la vigencia a una ley derogada, estas leyes reciben el nombre de leyes
restauradoras o restablecedoras.

B. Cesación de la ley por causas Intrínsecas.


Son aquellas causas que van implícitas en la misma ley, las cuales son las siguientes:
1. El transcurso del tiempo fijado para la vigencia de la ley, ya sea por:
a) Que el tiempo aparece predeterminado: como las leyes que establecen un impuesto
extraordinario por cierto plazo.
b) O que resulte del mismo objeto de la ley: Como las que se dictan mientras dura una
situación anormal o rige por mientras se dicta una ley nueva.
2. El logro del fin que la ley se propuso alcanzar.
3. La desaparición de una institución jurídica, o la imposibilidad de un hecho que era el
presupuesto necesario de la ley. Por ejemplo, se suprime el cargo de Procurador general de la
República, por ese hecho se pierde la eficacia de todas las disposiciones legales que a él se
refieren.

*Pero no puede estimarse la cesación de la ley por el desaparecimiento de los motivos de hecho
que determinaron su promulgación. Por ejemplo: si se establece un impuesto considerando las
penurias de las arcas fiscales, pero más tarde sobreviene un periodo de prosperidad económica,
nadie podrá excusarse de tal gravamen por el cambio de situación.

Desuso de la ley
Es la no aplicación de la ley por el no uso de ella.
En el d° positivo de los distintos países se señala que el desuso no tiene valor alguno, careciendo
de fuerza para destruir una ley, porque esta nace y muere por obra del legislador.
De acuerdo al CC el desuso no permite eludir el cumplimiento de una ley porque la costumbre
(positiva o negativa) no constituye derecho por si misma.
La mayoría de los autores se oponen a concederle fuerza derogatoria al desuso por la incerteza
jurídica que esto provocaría

II. LA PERSONA
*Exclusiones:
-El nombre, la nacionalidad y el estado civil.
-Doctrina de “levantamiento de velo” de la persona jurídica.
-Representación.

9. Concepto y clases.
Clases:
1. Naturales
2. Jurídicas
Art. 54 cc: Las personas son naturales o jurídicas.

Persona Natural
 Concepto: Son personas físicas o naturales “todos los individuos de la especie humana,
cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición” (art. 55).
Art. 55 cc: Son personas todos los individuos de la especie humana, cualquiera que sea su edad,
sexo, estirpe o condición. Divídense en chilenos y extranjeros.

- “Individuo de la especie humana”: Es todo descendiente de un humano, rechazando con ello la


doctrina romana y del derecho español antiguo que no atribuía personalidad a los deformes
(monstruos) porque se pensaba que eran hijos de mujeres con animales, cosa que biológicamente es
un absurdo.
- “estirpe”: se hace referencia a la raíz y tronco de una familia o linaje (por linaje se entiende la
ascendencia o descendencia de cualquier familia).
- “condición”: se refiere tanto a la calidad del nacimiento, cuanto a la posición que los hombres
ocupan en la sociedad por razón de abolengos, riquezas, clase, cargos, etc.

Persona Jurídica
Art. 545 cc: Se llama persona jurídica una persona ficticia, capaz de ejercer derechos y contraer
obligaciones civiles, y de ser representada judicial y extrajudicialmente.
Las personas jurídicas son de dos especies: corporaciones y fundaciones de beneficencia pública.
Las corporaciones de derecho privado se llaman también asociaciones.
Una asociación se forma por una reunión de personas en torno a objetivos de interés común a los
asociados. Una fundación, mediante la afectación de bienes a un fin determinado de interés general.
Hay personas jurídicas que participan de uno y otro carácter.

Persona

Persona Persona
Natural Jurídica

Corporaciones Fundaciones

10.Principio y fin de la existencia. Concepción, nacimiento, muerte, muerte encefálica,


muerte presunta.

 Inicio de la existencia de la persona natural

Sobre la existencia hay un doble tratamiento legal:


1. Existencia Natural: Comienza con la concepción o fecundación (cuando se unen las células
humanas) y termina con el nacimiento, que marca el inicio de la existencia legal.
2. Existencia Legal: comienza con el nacimiento y termina con la muerte, la que podrá ser legal
o presunta.
Existencia Natural

Concepto: “Comienza con la concepción o fecundación y termina con el nacimiento, que marca el
inicio de la existencia legal”.
La existencia natural no significa que la criatura concebida y no nacida sea sujeto de derecho, ya
que todavía no es persona, y sólo lo será cuando nazca. Sin embargo, la ley le protege en diversos
sentidos:
1. Protección de la vida del que está por nacer:
a) Constitución: Art. 19, n°1, inc 2 → “La ley protege la vida del que está por nacer”.
b) Código Civil: Art. 75, inc 1 → Los tribunales deben adoptar medidas de protección del no
nacido, cuando este peligre.

Art. 75 inc 1: La ley protege la vida del que está por nacer. El juez, en consecuencia, tomará, a
petición de cualquiera persona o de oficio, todas las providencias que le parezcan convenientes para
proteger la existencia del no nacido, siempre que crea que de algún modo peligra.
Todo castigo de la madre, por el cual pudiera peligrar la vida o la salud de la criatura que tiene en
su seno, deberá diferirse hasta después del nacimiento.
Este artículo permite la intervención del juez incluso de oficio, de lo que se desprende que aquí no
sólo hay un interés particular comprometido. Esos son los hechos que dan origen a las llamadas
acciones populares.
c) Código Penal: Arts. 85, 342 y 343 del CP. Estas normas resguardan la vida de la criatura que
está por nacer cuando la madre ha sido condenada a la pena capital, y sancionan el delito de
aborto maliciosamente causado.
d) Código del Trabajo: Art. 195 CT consagra el periodo de descanso prenatal y postnatal.
e) Ley de abandono de Familia y Pago de pensiones alimenticias : Ley 14.908, art. 2, dispone que
la madre podrá solicitar alimentos para el hijo que está por nacer.

2. Protección de los Derechos:


Art. 77 cc: Los derechos que se deferirían a la criatura que está en el vientre materno , si hubiese
nacido y viviese, estarán suspensos hasta que el nacimiento se efectúe. Y si el nacimiento constituye
un principio de existencia, entrará el recién nacido en el goce de dichos derechos, como si hubiese
existido al tiempo en que se defirieron.
En el caso del artículo 74, inciso 2, pasarán estos derechos a otras personas, como si la criatura
no hubiese jamás existido.
Hay en esta norma un verdadero efecto retroactivo, pues desde que hay un principio de
existencia se entiende que la criatura existe, había nacido y vivía al momento de deferírsele los
derechos. A través de esta ficción se pretenden evitar los actos que terceros pudieran haber ejercido
sobre los derechos del no nacido, de manera que los actos ejecutados por estos terceros serán
inoponibles.
La ley, para completar la protección de los derechos eventuales del que está por nacer, prevé la
designación de un curador para éste. El art. 343 se refiere a esto, señalando que se llaman
curadores de bienes los que se dan a los bienes del ausente, a la herencia yacente, y a los
derechos eventuales del que esta por nacer.
Algunos autores (Alessandri y Claro Solar) sostienen que los derechos eventuales son verdaderos
derechos condicionales, donde la condición consiste en que la criatura nazca y constituya un
principio de existencia, es decir, que viva.
Serían derechos condicionales suspensivos, de manera que cumplida la condición ella opera con
efecto retroactivo, y por tanto se retrotrae al momento en que se defirieron los derechos.
Sin embargo, tal opinión no es compartida por cierto sector de la doctrina, argumentando que la
condición constituye un elemento accidental del acto jurídico, y el nacimiento es más que eso. En
base a ello parece más conveniente la explicación de la ficción que nos entrega el legislador.
En realidad, quien tiene un derecho eventual es aquel que adquiriría el derecho si la persona no
nace.

Para la deferencia de los derechos hay que distinguir:


1. Si se ha verificado el nacimiento: entra el recién nacido en el goce de los derechos, como si
hubiere existido al tiempo en que se defirieron (en que fueron concedidos). En el mismo
sentido, el art. 962º. A su vez, los arts. 485 y siguientes establecen normas relativas a los
derechos eventuales del que está por nacer, cuando se nombra un curador, a falta de padre o
madre.
2. Si la criatura muere: en el vientre materno o perece antes de estar completamente separada
de su madre o no sobrevive a la separación un momento siquiera: pasan los derechos a otras
personas, como si la criatura jamás hubiese existido.

Naturaleza jurídica de los d°s del que está por nacer: Alessandri y Claro Solar estiman que se
trata de derechos sujetos a condición suspensiva. La condición consistirá en que la criatura nazca
con vida. Galecio habla de derechos eventuales, mientras que Somarriva se refiere a un derecho
especial. Finalmente, hay quienes sostienen que se trata de la vinculación de un bien a un titular
futuro, sin que quepa considerar a la criatura como sujeto de derechos subjetivos, encontrándose
éstos, mientras la criatura no nace, sin pertenecer o sin estar vinculados a nadie (Clemente de Diego
y Lyon).

Existencia Legal

Art. 74 cc: La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al separarse
completamente de su madre.
La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente
separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento siquiera, se reputará
no haber existido jamás.

Requisitos del nacimiento como existencia legal


1. Separación: Debe haber una separación del niño respecto de su madre. Sea que el
desprendimiento sea por medios naturales o con ayuda quirúrgica.

2. Separación completa: Es decir, que no haya una unión física con la madre. Algunos plantean
que el cordón umbilical debe estar cortado y otros que solo basta la separación completa no
importando si el cordón umbilical se ha cortado o no.
3. Sobrevivir un instante siquiera: Para determinar que la criatura ha sobrevivido un instante
siquiera se han planteado 2 teorías:

1) Teoría de la vitalidad: Requiere que haya una manifestación de vida de cualquier


tipo, sea la respiración, sonidos, movimientos, etc.
2) Teoría de la viabilidad: Requiere que la criatura haya tenido la aptitud de seguir
viviendo después de nacida, es decir que sea viable (que pueda vivir; rae).
❗ Si no se cumplen los requisitos, se reputa no haber existido jamás.
* Hay ciertos casos dudosos sobre si la criatura sobrevivió o no, para resolverlos se recurren a ciertas
pericias médicas, siendo la técnica más utilizada a nivel mundial la Docimasia pulmonar hidrostática,
la cual sirve para saber si hubo o no intercambio de oxígeno a nivel pulmonar, es decir, si respiró o
no, pues la respiración es un signo vital por excelencia.

 Época de la Concepción
“La concepción o comienzo del embarazo es el momento en que un óvulo es fecundado por un
espermatozoide”.
Determinar la época de la concepción es de trascendental importancia, atendido que es necesario
estar concebido para que los derechos eventuales del que está por nacer permanezcan en suspenso
hasta el nacimiento.
Por lo que la ley ha establecido una presunción de derecho, la cual determina a partir de un hecho
conocido (nacimiento), un hecho desconocido (la concepción).
Art. 76 cc: De la época del nacimiento se colige la de la concepción, según la regla siguiente:
Se presume de derecho que la concepción ha precedido al nacimiento no menos que ciento
ochenta días cabales, y no más que trescientos, contados hacia atrás, desde la medianoche en que
principie el día del nacimiento.
No menos que 180 días (casi 6 meses) y no más que 300 días (9 meses).
Ej. Si el nacimiento se produjo el día 3 de abril a las 23 horas, debemos contar desde la medianoche
del día 3 de abril.
Normalmente, el nacimiento se produce entre los 270 y 285 días posteriores a la concepción, y por
ello la ley pone como plazo máximo 300 días. También presume la ley el tiempo mínimo de gestación
en 180 días. Se ha criticado sin embargo la presunción citada, porque la experiencia médica
demuestra que hay casos de gestación de más de 300 y de menos de 180 días.
Importancia del art. 76:
1. Para la determinación de los d°s eventuales de la criatura que está por nacer.
2. Para determinar la filiación matrimonial del hijo puesto que será hijo matrimonial aquel
concebido durante el matrimonio verdadero de sus padres, incluso matrimonio putativo (arts.
180, 179, 185 inc.1º).

 Muerte de la Persona Natural


Concepto: “La muerte es la cesación de todas o algunas las funciones vitales del individuo. Su
acaecimiento pone término a la persona natural” (art. 78 cc).
Art. 78 cc: La persona termina en la muerte natural.
Importancia: La muerte produce importantes consecuencias jurídicas: transmisión de los bienes del
fallecido a sus herederos; disolución del matrimonio por la muerte de uno de los cónyuges; extinción
de los derechos intransmisibles, como el de pedir alimentos, los derechos de usufructo, uso o
habitación; término de ciertos contratos por la muerte de uno de los contratantes (sociedad, mandato,
comodato); extinción de la oferta de celebrar contrato por la muerte del proponente; extinción de
algunas acciones civiles, como la de nulidad de matrimonio, acción de divorcio; etc.
Clases de muerte
1. Natural o Real
2. Muerte clínica o encefálica
3. Muerte presunta

1. Muerte Natural o real:


Concepto: “Es la cesación de todas las funciones vitales del individuo, poniendo fin a la existencia
de la persona natural”.
-Tribunal Constitucional (13 de agosto de 1995) resolvió lo siguiente: “Que examinados los
informes científicos antes señalados y los indicados en lo expositivo se llega a la conclusión de que la
abolición total e irreversible de todas las funciones encefálicas constituye la muerte real, definitiva,
unívoca e inequívoca del ser humano.”
2. Muerte Clínica o encefálica:
Concepto: (1) “Se entiende por tal un estado en que se conservan algunas funciones vitales,
especialmente vegetativas, que se mantienen, por lo general, en forma artificial, pero, no obstante el
individuo ha perdido toda conciencia o proceso intelectual”.
Ley N° 19.451: “Es la muerte establecida en virtud de un certificado médico que se otorgará
cuando se haya comprobado la abolición total e irreversible de todas las funciones encefálicas, lo que
se acreditará con la certeza diagnóstica de la causa del mal, según parámetros clínicos corroborados
por las pruebas o exámenes calificados. El reglamento deberá considerar, como mínimo, que la
persona cuya muerte encefálica se declara, presente las siguientes condiciones:

Requisitos muerte clínica:


1. Ningún movimiento voluntario observado durante 1 hora.
2. Apnea luego de 3 minutos de desconexión de ventilador.
3. Ausencia de reflejos troncoencefálicos.
*En el certificado de defunción se agrega un documento en que se deja constancia de los
antecedentes que le permitieron acreditar la muerte.
Fecha de muerte: Será la que indique la inscripción respectiva en el Registro de Defunciones del
Registro Civil. Dicha fecha es requisito esencial de la inscripción según el artículo 50 de la Ley N°
4.808. De acuerdo al artículo 45, al requerirse la inscripción debe presentarse un certificado médico
de fallecimiento.
Comurientes: Art. 79 cc: Si dos o más personas han perecido en un mismo acontecimiento y "no
pudiere saberse el orden en que han ocurrido sus fallecimientos", se procederá como si todas
hubieren perecido en un mismo momento, y ninguna de ellas hubiere sobrevivido a las otras.
*Importancia: radica en la sucesión por causa de muerte (ex cónyuges).
*Es una presunción simplemente legal, por lo que admite prueba en contrario.

Naturaleza jurídica de la muerte: hecho jurídico natural.


Efectos jurídicos de la muerte:
1. La apertura de la sucesión por causa de muerte se produce al momento de su muerte (Art.
955 cc); al mismo tiempo se defieren las asignaciones hereditarias o testamentarias, excepto
las condicionales (Art. 956) y solo pueden suceder los que existan en ese momento, excepto
los que ya estén concebidos en ese instante (art. 962 y 77 cc).
2. El matrimonio se disuelve por la muerte de uno de los cónyuges. (art. 37 LMC)
3. La muerte determina la extinción de los derechos intransmisibles. Por ejemplo, el derecho de
pedir alimentos (art. 334 C. C.); la expectativa del fideicomisario (art. 762); los derechos de
usufructo, uso o habitación (arts. 773 y 812); la expectativa de una asignación testamentaria
condicional (art. 1078); la solidaridad de una obligación no pasa individualmente a los
herederos de los deudores solidarios (art. 1523).
4. Ciertos contratos se extinguen por la muerte de uno de los contratantes. (Sociedad, mandato,
comodato). El de confección de una obra material (art. 2005); el de sociedad (art. 2103); el de
mandato (art. 2163); el de comodato (art. 2180); el de renta vitalicia (en los términos de los
arts. 2264 y 2274).
5. La oferta se extingue por la muerte del proponente. (Pierde vigencia). (art. 101 C. de
Comercio).
6. La muerte determina la emancipación de los hijos, por la muerte del padre, salvo que
corresponda a la madre ejercer la patria potestad, y por la muerte de la madre, en caso de que
ella la ejerza (art. 266 N° 1 y 2).
7. Algunas instituciones terminan por la muerte del que las desempeña. Por ejemplo, las guardas,
cargos otorgados en atención a las personas (art. 531); el albaceazgo (art. 1279).
8. Por la muerte se extinguen determinadas acciones civiles. Por ejemplo, la nulidad de
matrimonio (art. 34 LMC), divorcio (art. 24 LMC), ya que corresponde únicamente a los
cónyuges.

3. Muerte Presunta:
Concepto: “Es una presunción legal respecto del fallecimiento de una persona que se encuentra
desaparecida y de la cual no se tienen noticias”.
Art. 80 cc: Se presume muerto el individuo que ha desaparecido, ignorándose si vive, y
verificándose las condiciones que van a expresarse.
Es simplemente legal, por lo que admite prueba en contrario.
El Código Civil reglamenta con gran detalle la muerte presunta en los artículos 80 a 94.
Intereses en juego de la muerte: (doctrina)
1. Ausente o desaparecido (mientras no se otorgue la posesión definitiva de sus bienes).
2. Presuntos herederos: De los terceros que tengan derecho a la sucesión del desaparecido o
ausente.
3. Acreedores.
4. Interés social basado en la incertidumbre y actividad de un patrimonio.

Transcurso del tiempo:


RG: 5 años.
-Pérdida de nave o areonave: 3 meses.
-Caída de un pasajero de nave o aeronave: 3 meses-
-Sismo o catástrofe: 6 meses.

Periodos de la muerte presunta:


1. Mera ausencia.
2. Posesión Provisoria de los bienes (no está siempre presente).
3. Posesión Definitiva de los bienes.

Requisitos de la declaración:
1. Que la persona haya desaparecido.
2. Ignore su paradero y no se tengan noticias de ella.
3. Debe transcurrir el plazo (5 años RG), desde las últimas noticias.
4. Deben cumplirse las formalidades legales.
Formalidades legales:
1. Rendición de pruebas: art. 81 n°1 → Se debe probar que se han hecho las diligencias posibles
para averiguar el paradero. (testigos puede ser).
2. Citación: art. 81 n°2 → Debe repetirse por 3 veces en el D.O con una separación de 2 meses
entre cada citación, y la solicitud se puede pedir transcurridos 3 meses desde la última
citación.

*Pérdida de Nave o Aeronave: no es necesario este requisito.


*Sismo o catástrofe: Se debe hacer mediante un aviso publicado 1 vez en el Diario Oficial
correspondiente a los días 1° o 15 del mes, o al día hábil siguiente. Además, por 2 veces en
un diario de la comuna o capital de provincia o región, corriendo no menos de quince días
entre estas 2 publicaciones. El juez podrá ordenar que por un mismo aviso se cite a dos o más
desaparecidos.
3. Intervención del Defensor de los Ausentes: Debe ser oído el defensor de los ausentes. Se
puede exigir a petición de parte interesada, del defensor de los ausentes o el juez de oficio las
pruebas que se le presentaren del desaparecimiento, o si no las estimare satisfactorias, las
otras que según las circunstancias convengan.
4. Inserción de las Sentencias en el Diario Oficial: Tanto definitivas como interlocutorias (81 n°5).
5. Inscripción de la Sentencia en el Registro Civil: Se debe inscribir en el Libro de Defunciones
del Registro Civil (art. 5 n° 5 Ley del Registro Civil).

PERIODOS
1. Mera ausencia: Es un periodo que normalmente dura 5 años, que se contabiliza desde que
han dejado de tenerse noticias de la persona. Sin embargo, dura menos en los siguientes
casos:
1. Pérdida de nave o aeronave: Se redujo a 3 meses luego del accidente de Juan Fernández
(Ley N° 20.577 / 8 febrero de 2012), Art. 81 n° 8 cc. → Posesión definitiva inmediata.
2. Sismo o catástrofe: Se redujo a 6 meses por el terremoto y tsunami (27 febrero 2010),
antes era 1 año. (Ley 20.577), Art. 81 n°9 cc. → Posesión definitiva inmediata.
*Disolución del Matrimonio: En el caso de los números 8 y 9 del artículo 81 CC (2 anteriores), el
matrimonio se termina transcurrido un año desde el día presuntivo de la muerte. (este plazo no se
disminuye para la disolución del matrimonio.
*En el caso de guerra o peligro semejante también dura 5 años.
Finalidad del periodo: Predominando las posibilidades de vida y de regreso del desaparecido, este
periodo tiende a preservar sus derechos, prevaleciendo el interés del ausente sobre sus bienes.
Personas que administran sus bienes: Sus apoderados o representantes legales. Si no hay
representantes o mandatario, corresponde el nombramiento del curador de bienes (art. 473 a 491).
Término del periodo de mera ausencia:
1. Por decreto de posesión provisoria.
2. Por decreto de posesión definitiva.
3. Cuando el ausente reaparece.
4. Cuando hay certeza de la muerte real del desaparecido.
*Si reaparece, la persona retoma la administración de sus bienes, y si se logra acreditar la muerte
real, se aplican las reglas de esta y no de la muerte presunta.
*Día presuntivo de muerte: El juez lo fijará (art. 81 cc).
1) RG: último día del primer bienio último día del primer bienio contado desde la fecha de las últimas
noticias.
2) Herida grave en la guerra u otro peligro semejante: día de la acción de guerra o peligro; si no es
determinado, término medio entre principio y fin de la época en que pudo ocurrir. Lo mismo en caso
de pérdida de nave o aeronave.
3) En caso de sismo, catástrofe o fenómeno natural: fecha del evento.
2. Periodo de Posesión Provisoria:
Es un periodo que comienza con el decreto de posesión provisoria de los bienes de una persona
desaparecida, y termina con el decreto de posesión definitiva o la reaparición del desaparecido.
Es eventual, pues no existe en ciertos casos:
Casos en que se concede la Posesión Definitiva Inmediata:
1) Guerra o peligro semejante (Transcurridos 5 años)
2) Sismo, catástrofe.
3) Pérdida de nave o aeronave.
4) Persona que se cae de una nave o aeronve.
5) Persona mayor de 70 años.
Ocurre lo mismo en el caso de que, pasados 5 años desde las últimas noticias, se pruebe que han
transcurrido 70 desde el nacimiento del desaparecido.
Duración: 5 años.
Finalidad de la posesión provisoria: La ley busca conciliar los derechos del desaparecido con
los de aquellos a quienes pasarían los bienes del ausente si realmente hubiere fallecido.
Fecha en que se dicta: Transcurrido 5 años de las últimas noticias del desaparecido, el juez
concederá la posesión provisoria (art. 81 n°6).
Quienes pueden solicitarla: Solo los herederos presuntos del desaparecido, tanto los
testamentarios como los legitimarios que lo eran a la fecha de la muerte presunta (art. 84 y 85).
-Testamentarios: Son los instituidos en el testamento otorgado por el desaparecido.
-Herederos legítimos (o legitimarios): Los establecidos por la ley.
*Si no se presentan herederos, el juez a petición de parte o de oficio, declarará yacente la herencia
y le nombrará curador (art. 1240).
*Estos, al igual que los nudos propietarios y los fideicomisarios de bienes usufructuados o
poseídos fiduciariamente por el desaparecido y, en general, todos aquellos que tengan derechos
subordinados a la muerte del desaparecido, no podrán hacerlos valer sino después de decretada la
posesión definitiva (art. 91).
¿Qué comprende el patrimonio?
Comprende la totalidad de los bienes, derechos y acciones del desaparecido que tenía a la fecha
de la muerte presunta (art. 85, 2)
Naturaleza del d° de los herederos presuntos:
Algunos: Usufructo legal.
Otros: Propiedad sujeta a condición resolutoria, la cual sería que el desaparecido aparezca o se
establezca su muerte efectiva.
Efectos del decreto de posesión provisoria:
1. Término de la soc. conyugal o participación en los gananciales.
2. Emancipación de los hijos (Art. 270 N° 2 CC).
3. Apertura de la sucesión (Art. 84 CC): si hay testamento, se abre o publica. Si no hay
testamento se da la posesión provisoria a los herederos presuntivos, si no los hay, se declara
la herencia yacente. Este período termina porque el desaparecido reaparece, o porque se
concede la posesión definitiva.
4. Marca el inicio del cómputo del plazo de 180 días o de un año, para que los herederos y
demás personas actualmente interesadas, provoquen el juicio de impugnación de paternidad
de un hijo atribuido al desaparecido (art. 212 y 213).
*Herencia yacente: es aquélla que ha sido declarada yacente por el juez, cuando no ha existido
aceptación de herencia por ningún heredero en un plazo de 15 días desde la apertura de la sucesión,
no hay albacea a quien, el testador, haya entregado la tenencia de los bienes y que haya aceptado el
encargo, o si lo hay, no ha aceptado el encargo.
Este período termina porque el desaparecido reaparece, o porque se concede la posesión
definitiva.
Obligaciones de los poseedores provisorios:
Estas son encaminadas a garantizar los intereses del desaparecido. Tales son:
1. Formar inventario solemne o revisar o rectificar con igual solemnidad el que exista (art. 86).
Inventario solemne es aquél que se hace, previo decreto judicial, por el funcionario competente
y con los requisitos que las leyes expresan (art. 858 del CPC).
2. Constituir caución de conservación y restitución de los bienes del desaparecido (art. 89). El art.
46 define lo que se entiende por caución. Sólo otorgando la garantía, los poseedores
provisorios se harán dueños de los frutos que produzcan los bienes del desaparecido (cabe
indicar que los intereses a los que alude el art. 89 junto con los frutos, no son sino frutos
civiles).
Venta o hipoteca de los bienes por los poseedores provisorios (Art. 88)
Hay que distinguir si se trata de bienes muebles o inmuebles.
1. Bienes Muebles: Pueden ser vendidos siempre que:
1.1 El juez lo creyere conveniente.
1.2 Sea oído el defensor de los ausentes.
1.3 La venta se efectúe en pública subasta.

2. Bienes Inmuebles: Pueden venderse o hipotecarse pero hay requisitos más estrictos:
1.1 Que la venta o hipoteca obedezcan a causa necesaria o utilidad evidente. Hay causa
necesaria, por ejemplo, en el caso de una parcela que no produjese ni siquiera lo
necesario para solventar los gastos de administración y el pago de las contribuciones;
existiría utilidad evidente, por ejemplo, si se vendiese un inmueble paga pagar una deuda
del desaparecido, por cuyo motivo los acreedores hubieren obtenido el embargo de dicho
inmueble Como se observa, la ley sólo permite la venta. Por ende, los herederos
presuntivos no podrán, por ejemplo, donar los bienes del ausente;
1.2 Que la causa necesaria o la utilidad evidente sean calificadas o declaradas por el juez, con
conocimiento de causa. Es decir, que debe resolver atendiendo a las pruebas que se le
han hecho valer;
1.3 Que sea oído el defensor de ausentes;
1.4 Que la venta se efectúe en pública subasta.
Si se omite un requisito la venta adolece de nulidad relativa (objeto ilícito). La acción de nulidad
prescribe en 4 años contados desde el reaparecimiento del desaparecido.
Término del periodo de posesión provisoria: (art. 90)
1. Con el decreto de posesión definitiva.
2. Con la reaparición del ausente.
3. Si se tuvieran noticias que motivaren la distribución de los bienes del desaparecido, según las
reglas generales (esto alude a la muerte real del desaparecido, debiendo aplicarse por ende
las normas de la sucesión por causa de muerte).
En estos últimos dos casos termina todo el proceso de muerte presunta.
3. Periodo de Posesión Definitiva:
Es la posesión que el juez concede transcurridos 10 años desde la fecha de las últimas noticias.
Salvo los casos anteriormente señalados. Ver art. 82 segunda parte.
Inicio:
Se inicia con el decreto del juez que concede la posesión definitiva, el cual se debe inscribir en el
CBR que corresponda al último domicilio que el desaparecido haya tenido en Chile. Si no se inscribe
será inoponible a terceros. (art. 52 n°4 del Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces).
Finalidad esencial:
En este periodo las probabilidades de muerte prevalecen por sobe las de vida, es por eso que
puede conferirse a los presuntos herederos pleno derecho de uso, goce y disposición sobre los
bienes del ausente, como si en realidad éste hubiera muerto.
Casos en que tiene lugar:
RG: 10 años después de la fecha de las últimas noticias
Cualquiera que fuese, a la expiración de esos 10 años, la edad del desaparecido, si viviese (art.
82, segunda parte). En este caso, antecederán al decreto de posesión definitiva el período de mera
ausencia (5 años a lo menos) y el de posesión provisoria (otros 5 años).
Personas que pueden pedir la posesión definitiva:
Los poseedores provisorios y todos los indicados en el art. 91, es decir, en general, los que tengan
derechos subordinados a la muerte del desaparecido.
Efectos del decreto de posesión definitiva:
1. Disolución del matrimonio: En los casos en que no hay posesión provisoria, los plazos son
distintos: 1 año desde el día presuntivo de la muerte en caso de sismo, catástrofe y pérdida de
nave o aeronave; 5 años desde las últimas noticias en caso de herida de guerra u otro peligro
o habiendo transcurrido 70 años desde el nacimiento (Art. 43 LMC).
2. Todos aquellos que tengan derechos subordinados a la condición de muerte del desaparecido
podrán hacerlos valer (Art. 91 CC).
3. Apertura de la sucesión en caso de no haber posesión provisoria (Art. 90 inc. 3º CC).
4. Cancelación de las cauciones constituidas por los herederos provisorios y cesación de las
restricciones impuestas a ellos (Art. 90 inc. 1º y 2º CC).
5. Puede procederse a la partición de los bienes.
6. Se producirán todos los demás efectos de la posesión provisoria, en el caso en que ésta no
hubiera operado.
Este decreto puede rescindirse si el desaparecido reaparece, a favor del desaparecido, de sus
legitimarios habidos durante el desaparecimiento, o de su cónyuge por matrimonio contraído en esa
época (Art. 93 CC). Pronunciada la rescisión, los herederos presuntivos deben restituir los bienes en
el estado en que se encuentren, y son considerados poseedores de buena fe. Respecto a los
terceros, el reaparecido no tiene acciones (Art. 94 reglas 4ª y 5ª CC). Ocultar la verdadera muerte o
existencia del desaparecido constituye mala fe (Art. 94 regla 6ª CC).

Muerte cierta, pero con desaparición del cadáver (Ley 20.577)


La ley 20.577 introduce este nuevo supuesto de comprobación de la defunción: de muerte cierta
pero con desaparición del cadáver.
Pero cuya comprobación no puede hacerse mediante la prueba ordinaria que consiste en certificar
la defunción por el examen del cadáver o los restos mortales del difunto. Esta nueva forma de
comprobación de la muerte se inserta en el párrafo 4 del título II del libro I, en los nuevos artículos 95
a 97, que originalmente regulaban la muerte civil, derogada por la ley Nº 7.612, de 1943, y queda así
patente que no es un tipo de muerte presunta, sino de otra forma de acreditar la muerte que
ciertamente ha acaecido.
Art. 95cc: Toda vez que la desaparición de una persona se hubiere producido en circunstancias
tales que la muerte pueda ser tenida como cierta, aun cuando su cadáver no fuere hallado, el juez del
último domicilio que el difunto haya tenido en Chile, a solicitud de cualquiera que tenga interés en
ello, podrá tener por comprobada su muerte para efectos civiles y disponer la inscripción de la
resolución correspondiente en el Servicio de Registro Civil e Identificación. Igual regla se aplicará en
los casos en que no fuere posible la identificación del cadáver.
Ej: Caso Challenger, en el que en el lanzamiento de un cohete espacial, este se desintegra y mueren
todos tripulantes que en él iban.
La comprobación se realizará a petición de un legítimo interesado y en un procedimiento no
contencioso. El juez deberá ser especialmente cuidadoso para dictar la sentencia cuando
efectivamente se haya demostrado la certeza moral del fallecimiento y la identidad de la persona
fallecida, para evitar que la nueva institución sea utilizada abusivamente. La ley exige que un extracto
de la resolución judicial se publique en el Diario Oficial como una medida de publicidad y seguridad
jurídica, aunque se olvida de condicionar la inscripción en el Registro Civil de la sentencia al
cumplimiento de esta medida. Sobre la revocación de la resolución, ya sea por comprobarse que la
persona está viva o ha muerto en otra fecha, la nueva regulación se remite “al párrafo precedente”
(art. 97), con lo cual alude a la rescisión del decreto de posesión definitiva de la muerte presunta
regulado en los arts. 93 y 94 del Código Civil.

Efecto en el tiempo: Retroactivo.


La reforma omite aclarar este aspecto importante, ya que ningún artículo dispone si se aplicará
a personas que hayan desaparecido con anterioridad al 8 de febrero de 2012, fecha de su entrada en
vigencia. No obstante, existe una clara intención del legislador de que ella opere con efecto
retroactivo.
En primer lugar, porque tuvo como finalidad favorecer el trámite de inscribir las defunciones de
los desaparecidos en el accidente de Juan Fernández y sería absurdo que no pudiera aplicarse a
ellos (accidente 2011).
En segundo lugar, porque tratando de respetar la sensibilidad de los familiares de los
detenidos desaparecidos, se declaró expresamente que no se aplicará la comprobación judicial de la
muerte cierta en los casos regulados por la ley Nº 20.377, sobre declaración de ausencia por
desaparición forzada de personas (art. 3 de la ley Nº 20.577). Si tuvo que declararse expresamente la
improcedencia de la aplicación a personas que claramente desaparecieron antes de la entrada en
vigor, es porque se entendía que, de no haberse establecido la excepción, la reforma les era
aplicable.
Recisión del decreto de posesión definitiva:
Al ser la desaparición de la persona que se cree muerta una simple presunción legal, admite
prueba en contrario por lo que puede ser invalidado, por vía de nulidad relativa.
Cierta parte de la doctrina señala que el Código erradamente emplea el término “rescisión”, es
decir, a la nulidad relativa, lo que supondría un vicio de tal naturaleza que permitiría la anulación del
decreto; pero no hay tal nulidad, sino causales de revocación del decreto.
Causales:
1. Se tienen noticias exactas de la existencia del desaparecido.
2. Se tienen noticias exactas de la muerte real del desaparecido.
3. Si el presunto muerto reaparece.
Personas a favor de las cuales puede rescindirse el decreto:
1. El desaparecido.
2. Los legitimarios habidosdurante el desaparecimiento (el art. 1182 señala quienes son
legitimarios del causante; el art. 93 se refiere obviamente a los descendientes).
3. El cónyuge del ausente por matrimonio contraído en la época del desaparecimiento.
Plazo para pedir la rescisión del decreto (art. 94 cc).
1. El desaparecido puede pedirla en cualquier tiempo.
2. Los demás interesados no pueden pedirla sino dentro de los respectivos plazos de
prescripción contados desde la fecha de la verdadera muerte, se refiere la ley a la prescripción
de la acción de petición de herencia (arts. 2512, 704 y 1269), lo que equivale a decir que
adquirido el derecho real de herencia por prescripción, podrá enervarse la acción de
“rescisión” del decreto de posesión definitiva).
Efectos de la rescisión:
Sólo aprovechan a las personas que obtuvieron la dictación del decreto de revocación.
Se recobran los bienes del desaparecido, en el estado en que se encuentren, y todos los actos de
disposición (incluyendo las hipotecas y demás derechos reales) realizados en el tiempo intermedio,
valen (art. 94, regla cuarta).
Dado que los poseedores definitivos gozan de los bienes como dueños, no responden ni de la
culpa lata. Por ello, pueden devolver los bienes sensiblemente deteriorados, sin responsabilidad, a
menos que se les pruebe dolo (art. 94, regla quinta). Así, los poseedores definitivos no están
obligados a devolver el precio que hubieren percibido por la venta de los bienes del desaparecido.
Para toda restitución, los demandados serán considerados como poseedores de buena fe, a
menos de prueba en contrario (art. 94, regla quinta). A consecuencia de esta presunción legal, los
herederos no responden de los deterioros de los bienes y tienen derecho al reembolso de las
mejoras necesarias y útiles conforme lo disponen los arts. 904 y siguientes, sobre las Prestaciones
Mutuas (las mejoras son necesarias cuando deben hacerse para la conservación de la cosa; son
útiles aquellas que aumentan el valor comercial de la cosa). La última regla del art. 94 establece que
el haber sabido y ocultado la verdadera muerte del desaparecido, o su existencia, constituye mala fe.
En cuanto a los frutos producidos por los bienes del desaparecido, los poseedores definitivos, lo
mismo que los provisorios, no están obligados a restituirlos, salvo que estén de mala fe. La sentencia
que rescinde la declaración de muerte presunta, debe subinscribirse, al margen de la partida
correspondiente.
Inscripciones en el Registro Civil y en el Conservador de Bienes Raíces relacionados con la
muerte presunta.
1) La sentencia definitiva ejecutoriada que declaran la muerte presunta deben inscribirse en el
libro de defunciones del Registro Civil, en la comuna correspondiente al tribunal que hizo la
declaración (Ley n° 4.808, art. 5°, n° 5°). Si la sentencia no se inscribe, no puede hacerse valer
en juicio (Ley n° 4.808, art. 8°).
2) El decreto que confiere la posesión definitiva de los bienes del desaparecido debe
inscribirse en el Registro del Conservador de Bienes Raíces (Reglamento del Registro
Conservatorio de Bienes Raíces, art. 52, N° 4). La inscripción se hace en el Conservador de
Bienes Raíces correspondiente a la comuna del último domicilio que el desaparecido haya
tenido en Chile, o sea, la comuna en que se decretó la muerte presunta. Si el decreto no se
inscribe, es inoponible frente a terceros.

11.Atributos de la personalidad: concepto, patrimonio y capacidad.


ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD
Concepto: Son las propiedades o características inherentes a toda persona.
Desde el punto de vista económico se trata de bienes extrapatrimoniales, sin un significado o valor
económico directo.
Diferencia entre atributos de la personalidad y derechos personales:
Muchos autores en lugar de atributos de la personalidad hablan de derechos de la personalidad.
Creemos que esta denominación sólo conduce a equívocos (Carlos Ducci).
Los atributos de la personalidad son calidades que corresponden a todo ser humano sólo en
virtud de ser tal; en cambio "derechos" son aquellos esenciales o absolutos que pueden ejercerse
eventualmente y están destinados a proteger elementos que la constituyen, como el derecho a la
vida, a la integridad física, al honor, etc.
ATRIBUTOS DE LA PERSONALIDAD SON:
1. Nombre.
2. Capacidad.
3. Nacionalidad.
4. Domicilio.
5. Estado Civil.
6. Patrimonio.
7. D°s de la personalidad.

Se comparten estos atributos con las personas jurídicas, excepto el estado civil.

*Nombre: designación que sirve para individualizar a una persona en la vida social y jurídica.

A. CAPACIDAD: En nuestro ordenamiento jurídico se distinguen 2 tipos de capacidad: la de


goce y la de ejercicio. La de goce consiste en la aptitud legal para adquirir derechos y
obligaciones, y la de ejercicio consiste en la aptitud de las personas humanas para obrar por sí
mismas en la vida civil, denominada capacidad de obrar o, simplemente, de ejercicio.
Desde el nacimiento el ser humano puede ser sujeto de relaciones jurídicas, puede ser titular
de derechos; en otros términos, adquiere personalidad.
1. DE GOCE: “Es la aptitud legal para adquirir d°s y obligaciones”.

Se adquiere desde el nacimiento. No hay persona que no tenga capacidad de goce


En nuestra legislación, sólo hay incapacidades de goce especiales, esto es, referentes a uno o
más derechos determinados, pero jamás una incapacidad de goce absoluta. Fundadas en el orden
público o en la moral.
En cambio, es posible que ciertas personas no tengan capacidad de ejercicio, lo que no infringe
los principios anteriores, pues esta capacidad no constituye un atributo de la personalidad.

Incapacidades de goce: (Para la doctrina minoritaria).


Son las prohibiciones que la ley ha impuesto a ciertas personas para ejecutar o celebrar algunos
actos o contratos (por ejemplo, arts. 402, 412, 961-965-1065, 1796 a 1800). Son incapacidades
porque impiden adquirir derechos solo en casos especiales, ya que no pueden ser generales o
absolutas.
EJEMPLOS:
Art. 961: Será capaz y digna de suceder toda persona a quien la ley no haya declarado incapaz o
indigna.
Art. 1796: Es nulo el contrato de compraventa entre cónyuges no separados judicialmente, y
entre el padre o madre y el hijo sujeto a patria potestad.
Art. 2.144: No podrá el mandatario por sí ni por interpuesta persona, comprar las cosas que el
mandante le ha ordenado vender, ni vender de lo suyo al mandante lo que éste le ha ordenado
comprar, si no fuere con aprobación expresa del mandante.
Algunos han querido ver en las incapacidades para suceder una especie de incapacidad de goce
(Fuente: Naranjo e Ibarrola).
Existen ciertos casos de excepción en que nos enfrentamos a lo que algunos llaman
“incapacidades de goce”, cuales son las incapacidades para suceder Ahora bien, ¿son
verdaderamente incapaces de goce?
- Algunos: sí, en cuanto no se está afectando con estas disposiciones de manera general el
atributo de la personalidad (nunca se pierde de manera general).
- Otros (mayoría): más que hablar de “incapacidades de goce”, hay que hablar de prohibiciones
legales para la adquisición de determinados derechos (entre ellos Claro Solar).

2. DE EJERCICIO:
“Consiste en la idoneidad del sujeto para ejercitar por sí solo, con su propia voluntad, los
derechos subjetivos y contraer obligaciones.”
Art. 1445 inc final: La capacidad legal de una persona consiste en poder obligarse por sí misma,
y sin el ministerio ni autorización de otra persona.
Se distingue entre capaces e incapaces.
La RG es que toda persona es legalmente capaz, excepto aquellas que la ley declara incapaces.
Art. 1446: Toda persona es legalmente capaz, excepto aquellas que la ley declara incapaces.

Art. 1447: Son absolutamente incapaces los dementes, los impúberes y los sordos o sordomudos
que no pueden darse a entender claramente.
Sus actos no producen ni aun obligaciones naturales, y no admiten caución.
Son también incapaces los menores adultos y los disipadores que se hallen bajo interdicción de
administrar lo suyo. Pero la incapacidad de las personas a que se refiere este inciso no es absoluta, y
sus actos pueden tener valor en ciertas circunstancias y bajo ciertos respectos, determinados por las
leyes.
Además de estas incapacidades hay otras particulares que consisten en la prohibición que la ley
ha impuesto a ciertas personas para ejecutar ciertos actos.

 Incapaces Absolutos:
Art. 1447:
1. Dementes.
2. Impúberes.
3. Sordos o sordomudo que no pueden darse a entender claramente.

1. Dementes: Es aquella persona que, por alteración de sus facultades mentales, carece de la
aptitud necesaria para dirigir su persona o administrar sus bienes.
Para declarar su demencia es necesario una investigación científica que tendrá por objeto
establecer las siguientes circunstancias:
a) Que la persona adolece de una enfermedad mental; y
b) Que esa enfermedad mental produce en el individuo una ineptitud para administrar
competentemente lo suyo

Art. 456: el adulto que se halla en un estado habitual de demencia, deberá ser privado de la
administración de sus bienes, aunque tenga intervalos lúcidos.
Por lo que el demente debe ser privado de la administración de sus bienes por medio de
una sentencia judicial que decrete su interdicción por causa de demencia.
La sentencia produce 2 efectos importantes:
a) Priva al demente de la administración de sus bienes y le nombra un curador general que
vele por sus intereses; y
b) Todos los actos del demente, posteriores al decreto de interdicción, son nulos, aunque
se alegue haberse ejecutado o celebrado en un intervalo lúcido (artículo 465 inc. 1 CC).

2. Impúberes: El hombre menor de 14 años y la mujer menor a 12 años.


-Infantes: menores de 7 años.

Importancia de esta distinción respecto a la:


1. Posesión: Es importante porque los infantes son incapaces para adquirir por su voluntad
la posesión, sea por sí mismos o por otra persona, y a los mayores de 7 años, el artículo
723 CC les reconoce cierta capacidad en materia posesoria.
2. Responsabilidad extracontractual civil: Los menores de siete años no son capaces de
delito o cuasidelito artículo 2.319 CC
3. Sordo o sordomudo que no puede darse a entender claramente:
En consecuencia, el sordo o el sordomudo que puede hacerlo no está privado de la administración
de sus bienes y es plenamente capaz.
Se fundamenta la incapacidad en que el sordo o sordomudo al no poder dar a entender su voluntad,
al estar impedido de expresar su voluntad, no es imposible conocerla.
Según nuestro Código Civil, el sordo o sordomudo que no puede darse a entender claramente, debe
ser puesto en interdicción cuando ha llegado a la pubertad (art. 470 en relación con el 457 del CC).
¿Cómo actúan en la vida jurídica los incapaces absolutos?
Solo pueden actuar en la vida jurídica representado por la persona que tiene su representación
legal.
Representante legal: Son representantes legales de una persona (art. 43 cc):
1. El padre o la madre (que ejerza patria potestad).
2. El adoptante (del adoptado).
3. Su tutor o curador (el guardador que desempeñe su cargo).
Actos que ejecuta un absolutamente incapaz por sí mismo:
Serían actos nulos, de nulidad absoluta, pues se supone que el incapaz absoluto carece de
voluntad o no puede expresarla (art. 1682 cc)
Esto significa que el acto que celebra el incapaz sin estar debidamente representado existe, nace a
la vida del derecho, pero con un vicio que hace posible su declaración de nulidad.
Los actos de los absolutamente incapaces no producen ni aún obligaciones naturales y no admiten
caución. (art 1447, inc 2 cc).

 Incapaces Relativos:
Art. 1447:
1. Menores adultos.
2. Disipadores que se hallen bajo interdicción de administrar lo suyo.

1. Menores adultos: Hombres mayores de 14 y menores de 18 años. Las personas mayores de


edad son plenamente capaces (art. 26).
Los menores adultos son incapaces relativos porque sus actos pueden tener valor en ciertas
circunstancias y bajo ciertos respectos.
La incapacidad relativa del menor se extiende a actos judiciales y extrajudiciales.
No puede comparecer en juicio como actor sino autorizado o representado por su padre.
Asimismo, en las acciones civiles contra el hijo de familia deberá el actor dirigirse al padre, para que
autorice o represente al hijo en la litis (art. 264). Sin embargo, no es necesario la intervención paterna
para proceder criminalmente contra el hijo (art. 266).
Respecto a las materias extrajudiciales, los actos o contratos celebrados por el menor adulto
teóricamente son nulos relativamente por falta de capacidad, a menos que hayan sido autorizados
por su padre o por su curador, en su caso. Sin embargo, como lo decíamos anteriormente, la
situación del menor adulto que ejerce o ha ejercido una profesión, industria u oficio es bastante
especial, pues no cabe hablar propiamente de una incapacidad de ejercicio.
En lo que se refiere a los actos de familia, no puede decirse que existe una regla definida. Puede
contraer matrimonio válidamente si son mayores de 16 años (art. 5 N° 2 LMC) y puede otorgar
testamento (art. 262). En lo tocante a la repudiación del reconocimiento de su filiación el artículo 191
y 192 CC, exigen la mayoría de edad, y mientras el menor de edad no llegue a la mayoría de edad
nadie podrá repudiarla por él.
2. Disipadores: Es aquel que manifiesta una total falta de prudencia por actos repetidos de
dilapidación. Debe haber sido declarado en interdicción como disipador para que, ante la ley,
sea relativamente incapaz. (Art. 445)
*Dilapidar: Malgastar el dinero o los bienes.
Requisitos:
1. Deben ser hechos repetidos de dilapidación que manifiesten una falta total de prudencia en la
administración de sus bienes.
2. Los gastos deben de ser considerados excesivos atendido las particularidades de su
patrimonio. En efecto, debe ser apreciada en relación a los recursos de que el sujeto dispone;
pues lo que para algunos resulta excesivo para otros será sólo un pequeño egreso
injustificado;
3. Debe tratarse de gastos que sólo tengan por causa el apego a una vida desordenada,
irracional y caprichosa.

*Se debe dictar sentencia que decrete el interdicto por disipación, de lo contrario la persona es
plenamente capaz y los actos o contratos que ejecute o celebre serán plenamente válidos.
Efectos de la sentencia de interdicción:
1. Provoca la incapacidad relativa del disipador.
2. Priva al disipador de la administración de sus bienes y le nombra un curador.
3. Trae como consecuencia que todos los actos o contratos del disipador posteriores al decreto
de interdicción adolezcan de nulidad relativa.
¿Cómo actúan en la vida jurídica los incapaces relativos?
Representados o por autorización de su representante legal.
*Excepción: a ley permite que los incapaces relativos ejecuten ciertos actos sin necesidad de
representación o de autorización: por ejemplo, en actos personalísimos como el reconocimiento de
un hijo natural.
Sanción a los actos de los Incapaces Relativos: Nulidad Relativa.
Sin embargo, en atención a que la ley considera que tienen suficiente juicio o discernimiento, las
obligaciones contraídas por éstos tienen la calidad de naturales y pueden ser caucionadas por
terceros (Art. 1470 y 1472 CC).
No obstante, el artículo 1470 N° 1 CC sólo menciona a los menores adultos, siendo objeto de
discusión doctrinaria si abarca también a los interdictos por disipación, pues algunos consideran que
están interdictos precisamente por carecer de suficiente juicio y discernimiento. Pero se debe advertir
que el menor adulto es capaz para administrar su peculio profesional, o industrial (artículo 251 CC).
Sin embargo, debe recabar la autorización judicial para enajenar o gravar los inmuebles que
formen parte del peculio profesional (Art. 254 CC).
Menor adulto que ejerce o ha ejercido una profesión.
La situación del menor adulto que ejerce o ha ejercido una profesión, industria u oficio es bastante
especial, pues no cabe hablar propiamente de una incapacidad de ejercicio. Conforme a lo dispuesto
por el artículo 260 CC, “los actos o contratos del hijo no autorizados por el padre o la madre que lo
tenga bajo su patria potestad, o por el curador adjunto, en su caso, le obligarán exclusivamente en su
peculio profesional o industrial”. De esta manera, dichos actos o contratos no son nulos ni absoluta ni
relativamente. Lo que se dispone, en verdad, no es más que una limitación de la responsabilidad
individual del hijo, puesto que al decir que esos contratos lo obligan solo en su peculio profesional, se
está diciendo que el hijo responde solamente hasta el monto de dicho peculio.
La afirmación anterior se ve corroborada por lo dispuesto en el inciso 2 del mismo artículo que
dispone: “Pero no podrá tomar dinero a interés, ni comprar al fiado (excepto en el giro ordinario de
dicho peculio) sin autorización escrita de las personas mencionadas. Y si lo hiciere, no será obligado
por esos contratos, sino hasta concurrencia del beneficio que haya reportado”. Todo lo cual indica,
que el acto no es nulo sino solamente inoponible al hijo en lo que exceda al monto indicado, con lo
que se produce, en el fondo, otra limitación de la responsabilidad individual del hijo.

Incapacidades o prohibiciones especiales:


El último inciso del art. 1.447 CC establece que, además de las incapacidades mencionadas, hay
otras particulares que consisten en la prohibición que la ley ha impuesto a ciertas personas para
ejecutar ciertos actos. Estas incapacidades especiales o particulares de que habla la ley, se
encuentran establecidas para proteger a los incapaces o en consideración a la moral, al orden
público y a las buenas costumbres. Se ha discutido qué clase de incapacidad es la que establece el
inciso en comentario.
Avelino León H. estima que las incapacidades especiales a que se refiere el último inciso del
artículo 1.447 CC son de goce y no de ejercicio, por cuanto constituyen prohibiciones que impiden la
adquisición de ciertos derechos. Lo anterior, en la medida que la ley prohíba absolutamente la
celebración del respectivo acto o contrato. Claro Solar entiende que se trata de una especie de
incapacidades relativas, y por consiguiente, sólo de incapacidad de ejercicio. Arturo Alessandri
sostiene que más que una incapacidad hay una prohibición, que acarrea la ilicitud del objeto y la
nulidad absoluta de acto.
Convenciones sobre la capacidad
Son nulas porque vulneran el orden público.

Estas incapacidades están establecidas en razón de que el legislador considera que


determinadas personas no tienen discernimiento para actuar en la vida jurídica, o no tienen el
suficiente discernimiento para actuar en ella correctamente.
Los incapaces absolutos no pueden actuar por sí mismos en la vida jurídica, pero si pueden
hacerlo representados.
Los incapaces relativos, además de actuar representados, pueden hacerlo por sí mismo
(personalmente) si son debidamente autorizados.

B. PATRIMONIO:

Concepto: “Es el conjunto de derechos y obligaciones de una persona susceptibles de estimación en


dinero”.
En consecuencia, se entienden pertenecientes a este no solo los d°s, los bienes, sino que también
las deudas.
En el patrimonio sólo entran los derechos que pueden apreciarse económicamente; los que no
admiten semejante estimación quedan fuera, y por eso se llaman extrapatrimoniales, como por
ejemplo, los derechos políticos, los derechos de la personalidad, los derechos de familia. Todos ellos
en sí mismos carecen de valor pecuniario, sin perjuicio de que el daño que derive de su violación sea
indemnizable en dinero.
Utilidad del concepto: Sirve para explicar varios mecanismos y figuras jurídicas, principalmente,
la sucesión hereditaria y la garantía general de los acreedores.
El patrimonio permite comprender cabalmente cómo a la muerte de una persona todo el conjunto
de sus derechos y obligaciones transmisibles pasa unitariamente a los herederos en el estado en que
se encuentre. Adicionalmente, el concepto de patrimonio explica el llamado derecho de prenda
general o garantía genérica de los acreedores, según la cual todos los bienes raíces o muebles del
deudor, sean presentes o futuros, exceptuándose solamente los no embargables, pueden servir para
que sobre ellos persiga el acreedor la ejecución de su crédito no satisfecho (art. 2465).
Características (Naranjo)
1. Universalidad Jurídica: está compuesto no por cosas u obligaciones determinadas, sino por la
totalidad de los bienes y obligaciones de que la persona es sujeto o titular;
2. Es Independiente, distinto, de los derechos y obligaciones que los componen;
3. Tiene un activo y un pasivo, ya que está integrado por derechos y obligaciones;
4. No necesita un saldo positivo para existir. Por ser un atributo de la personalidad e
independiente de los bienes que lo componen. Una persona tiene patrimonio aunque no tenga
bienes.
5. Tiene su origen en la ley: por ser una universalidad jurídica tiene su origen en la ley; la
voluntad de los particulares no puede crear universalidades jurídicas.
Características: (Carlos Ducci)
1. Universalidad Jurídica:
Es preciso señalar que como veremos después existen universalidades de hecho y
universalidades jurídicas. Las primeras pueden derivar de la voluntad privada, pero las
segundas solo pueden ser establecidas por la ley.
Así nuestro ordenamiento jurídico deja en claro que el patrimonio es una universalidad, por lo
que el artículo 549 del CC y otras disposiciones que se refieren a él y que ya hemos indicado
señalan que contiene un conjunto de derechos y obligaciones sin especificación. Por eso, al
referirse a la comunidad, el artículo 2306 del CC señala que la herencia es una cosa universal.
También lo ha establecido así nuestra jurisprudencia al resolver sobre la forma de tradición del
derecho de herencia.
2. Intransferible: Aunque no hay ningún precepto legal que lo establezca directamente, ello
resulta de diversas disposiciones: art. 1407 CC prohíbe las donaciones a título universal; el art.
1811, que declara nula la venta de todos los bienes presentes o futuros o de unos y otros, ya
se venda el total o una cuota; el art. 2056, que prohíbe toda sociedad a título universal.
Parecería oponerse a este carácter intransferible del patrimonio la cesión del derecho de
herencia que autoriza la ley. En realidad, no es así, porque en tal caso el cedente no enajena
su patrimonio personal u originario, el que siempre es intransferible.
3. Inembargable: Además ya sabemos que el artículo 2465 del Código Civil exceptúa a los bienes
no embargables de aquellos sobre los cuales el acreedor puede perseguir el cumplimiento de
sus obligaciones. El artículo 1618 del Código Civil en su N9 9' establece que no son
embargables aquellos derechos cuyo ejercicio es enteramente personal, lo mismo repite el N2
15 del artículo 445 del Código de Procedimiento Civil, y tal es el caso del derecho de dominio
que sobre su patrimonio tiene una persona.
4. Imprescriptible: Al no estar el patrimonio en el comercio humano, es imprescriptible, es decir,
no puede adquirirse ni perderse por prescripción. Lo que ratifica el art. 2.510 al referirse a la
prescripción adquisitiva extraordinaria de las cosas comerciales. La prescripción extintiva
tampoco procede por lo dispuesto en el art. 2.517 del CC, ya que ella requeriría la prescripción
adquisitiva del d°.
5. Unitario: Esto es evidente si consideramos el patrimonio como un atributo de la personalidad:
cada persona es y debe ser titular de un patrimonio, único e indivisible al cual hemos
denominado patrimonio personal u originario.
Esto no obsta a que cierto conjunto de bienes dentro de un patrimonio puedan estar
vinculados o adscritos a ciertos fines u obligaciones especiales

TEORÍAS SOBRE EL PATRIMONIO


1. Doctrina clásica o subjetiva:
Esta doctrina es formulada en el seno del d° francés por Aubry y Rau.
Características:
1. Responde a una noción esencialmente pecuniaria:
Comprende todos los bienes, derechos y obligaciones de una persona, apreciables en
dinero. Los bienes y derechos configuran su activo y las obligaciones o deudas, su pasivo.
El patrimonio sólo se justifica para adscribir ciertos bienes al pago de ciertas obligaciones.
Según esta doctrina, quedan fuera del patrimonio los derechos que no son susceptibles de
ser avaluados en dinero, que carecen de un carácter pecuniario denominados
“extramatrimoniales” (derechos de familia, derechos de la personalidad, los derechos
públicos), pues estos derechos no están afectos al cumplimiento de las obligaciones del
titular; lo que no obsta a que éstos derechos puedan devenir en patrimoniales, en caso de
ser infringidos por un tercero en perjuicio del titular, originando eventualmente acción de
indemnización de perjuicios.
2. Es una Universalidad Jurídica:
El patrimonio constituye un todo, de naturaleza jurídica independiente de los elementos
que lo componen. El continente (el patrimonio) es diferente al contenido (los bienes,
derechos y obligaciones). Las modificaciones que se produzcan en el patrimonio (ingreso y
salida de bienes, asunción o extinción de obligaciones) no alteran su carácter de
universalidad jurídica. Así, si una persona deja de tener bienes, el patrimonio subsiste. Esto
explica que el recién nacido que usualmente carece en absoluto de bienes, sea titular de un
patrimonio.
El patrimonio universalidad jurídica, es una noción abstracta, intelectual, metafísica. Los
acreedores, por su parte, tienen un derecho de prenda general sobre el patrimonio del
deudor; vale decir, tienen el derecho de dirigirse sobre todos los bienes del deudor,
presentes o futuros, salvo los inembargables, en el evento que éste no cumpliere la
obligación oportunamente (art. 2465).
Los bienes futuros también responderán por las deudas contraídas antes de su ingreso
al patrimonio, pues tales bienes reemplazan o subrogan a los bienes que han salido del
patrimonio. Al fallecer una persona, sus herederos adquieren su patrimonio por el modo de
adquirir llamado sucesión por causa de muerte. Se transmite el patrimonio en cuanto
universalidad, independientemente de los elementos que lo componen.
3. El patrimonio es un Atributo de la Personalidad:
Es una emanación de la personalidad, no se concibe una persona sin patrimonio.
De esta característica se desprenden las siguientes consecuencias:
a) Sólo las personas pueden tener patrimonio (lo que no acontece en la doctrina
objetiva del patrimonio).
b) Toda persona tiene necesariamente un patrimonio.
c) Toda persona no tiene sino un patrimonio. El patrimonio es indivisible, no puede ser
fraccionado en dos o más partes, cada una con activos y pasivos propios e
independientes entre sí. Y no puede dividirse, porque la personalidad de un individuo
no puede ser dividida en partes o fracciones.
d) El patrimonio es inseparable de la persona: mientras viva, no podrá enajenarlo como
un todo, pues la enajenación del patrimonio importaría la enajenación de una parte
de la personalidad, lo que no puede aceptarse; lo anterior, sin perjuicio de que una
persona enajene la totalidad de sus bienes individualmente considerados (art. 1811).
Pero en este caso, no hay enajenación del patrimonio, sino de bienes determinados.
*Crítica: La noción clásica o subjetiva de patrimonio ha sido objeto de críticas. Se dice que
estando fundado en una concepción puramente teórica -el vínculo que existiría entre la personalidad
y el patrimonio- la noción clásica de patrimonio aparece como demasiado estrecha y como un
obstáculo muy serio para el desenvolvimiento de las relaciones jurídicas. Por de pronto, cabe señalar
que la existencia de masas de bienes, dotadas de vida propia, independientes del patrimonio general
o personal, denominados patrimonios separados o especiales, no pueden ser explicadas por la teoría
clásica. Por otra parte, se agrega que con frecuencia sería deseable que un comerciante pudiera
afectar a su empresa sólo una determinada masa de bienes, a fin de preservar, para la seguridad de
su familia, una parte de su capital contra los riesgos de la quiebra.
Otra crítica es que para la doctrina clásica el patrimonio es intransmisible esto es debido a la
ambigüedad del Código Napoleón en la materia.
Estas dudas no caben en nuestro derecho, porque, con una notable precisión y claridad, el artículo
951 dice: "Se sucede a una persona difunta a título universal o a título singular. El título es universal
cuando se sucede al difunto en todos sus bienes, derechos y obligaciones transmisibles, o en una
cuota de ellos, como la mitad, tercio o quinto".
No cabe entonces duda de que en nuestro ordenamiento el patrimonio es transmisible; pasa del
causante a su o sus herederos, criterio que corroboran muchas otras disposiciones, como los
artículos 996 y 1382 del Código Civil. En consecuencia, una segunda importancia del concepto de
patrimonio en nuestro derecho es que hace concordante y orgánica la regulación de la sucesión por
causa de muerte.
2. Doctrina objetiva, moderna o materialista:
Esta doctrina desvincula a la personalidad del patrimonio. Considera al patrimonio como una
entidad independiente de la persona, formado por un conjunto de bienes que presentan un valor
económico y que están afectados a un destino o finalidad común.
La doctrina objetiva está sustentada por autores alemanes (Brinz, Bekker).
*Crítica: Se critica a la doctrina objetiva, señalando que todo bien, derecho u obligación, debe
tener un titular, y ese titular no puede ser otro que la persona. Las cosas, carecen de voluntad propia.
Características (Doctrina objetiva):
1. Se concibe el patrimonio desvinculado de una persona, como un patrimonio de afectación, sin
un titular.
2. Una persona puede tener varios patrimonios, según afecte bienes diversos al cumplimiento de
finalidades distintas (por ejemplo, un patrimonio familiar, otro profesional y otro comercial; el
patrimonio reservado de la mujer; el patrimonio profesional o industrial del menor). Se trata de
los llamados “patrimonios fraccionados”, es decir aquellos que tienen como destino un fin
especial.
Distinguimos así entre el patrimonio general de una persona, que persigue un fin principal, y
sus patrimonios fraccionados, que persiguen fines secundarios. En los patrimonios
fraccionados, opera una limitación de la responsabilidad. Cada fracción está sometida a un
régimen jurídico diferente y las gestiones realizadas en cada uno de ellos sólo obligan o
comprometen los bienes de aquella parte o fracción, sin que sea lícito comprometer los bienes
de la otra.
3. El patrimonio tiene una realidad material: los bienes, derechos u obligaciones, tienen una
realidad material o fáctica. Para la doctrina moderna, el patrimonio no es una abstracción, sino
algo tangible, corpóreo.
EJEMPLOS:
-Los Patrimonios de Afectación constituyen una derivación o consecuencia de la doctrina
moderna. Progresivamente, han tenido recepción en nuestra legislación. Así, por ejemplo, los
“Fondos de Inversión” (Ley n° 18.815). En el marco de la misma, se define el Fondo de
Inversión como “un patrimonio integrado por aportes de personas naturales y jurídicas para su
inversión en los valores y bienes que esta ley permita, que administra una sociedad anónima
por cuenta y riesgo de los aportantes”.
EIRL: otra manifestación de “patrimonios fraccionados”, es la empresa individual de
responsabilidad limitada, creada por la Ley n° 19.857 (11 de febrero de 2003). Conforme a
esta ley, se autoriza a toda persona natural el establecimiento de empresas individuales de
responsabilidad limitada, consideradas como personas jurídicas con patrimonio propio distinto
al del titular, siempre comerciales y sometidas al Código de Comercio cualquiera que sea su
objeto; podrán realizar toda clase de operaciones civiles y comerciales, excepto las reservadas
por la ley a las sociedades anónimas (art. 2º). La EIRL responderá exclusivamente por las
obligaciones contraídas dentro de su giro, con todos sus bienes. El titular de la empresa
responderá con su patrimonio del pago efectivo del aporte que se hubiere comprometido a
realizar en conformidad a la escritura de constitución y sus modificaciones.

Activo bruto, pasivo y activo neto del patrimonio


1. Activo bruto: Es la suma de todos los elementos positivos del patrimonio (bienes y derechos de
valor pecuniario).
2. La suma de todos sus elementos negativos (deudas y cargas pecuniarias) constituyen su
pasivo. Cuando el activo es mayor que el pasivo, la diferencia recibe el nombre de activo neto.

Por ejemplo, si una persona tiene bienes que en total valen 20 millones de pesos y deudas que
suman 6 millones de pesos, el activo neto es igual a 14 millones de pesos. Una minoría de autores
identifica el patrimonio con el activo bruto.
D° de Prenda General:
El concepto de patrimonio es el que regula y hace posible la responsabilidad del deudor por sus
obligaciones civiles.
Art. 2465: Toda obligación personal da al acreedor el derecho de perseguir su ejecución sobre
todos los bienes raíces o muebles del deudor, sean presentes o futuros, exceptuándose solamente
los no embargables, designados en el artículo 1618.
Lo anterior deja en claro que el deudor responde de sus obligaciones, no con los bienes que tuvo
al tiempo de contraerlas, sino con los bienes que existan en su patrimonio al tiempo de exigirse el
pago de la obligación. Ello permite al deudor una completa libertad en la vida jurídica; puede contraer
nuevas obligaciones, puede enajenar sus bienes, puede adquirir nuevos bienes. Son los bienes que
existan en el patrimonio al tiempo de exigirse el cumplimiento de la obligación aquellos sobre los
cuales ésta puede perseguirse.
Todo ello porque es el patrimonio el que responde. No el patrimonio en sí mismo, que es atributo
de la personalidad e inembargable, sino los bienes que contenga.
A la inversa, tal como son los bienes en el patrimonio los que responden a la obligación, los
acreedores no pueden perseguir los bienes que ya salieron del patrimonio, salvo el caso muy
excepcional de la acción pauliana (art. 2468 del C. C.), que se fundamenta en otras consideraciones.
Consecuentemente, si determinado patrimonio es el obligado, los créditos no pueden hacerse
valer en un patrimonio distinto. El artículo 150 del Código Civil, que reglamenta el patrimonio
reservado de la mujer casada, señala en sus incisos 6 y 8 que las obligaciones de la mujer en su
patrimonio separado no obligarán el del marido y, a la inversa, que los acreedores del marido no
tendrán acción contra los bienes de la mujer, salvo, en ambos casos, que hayan obtenido beneficio
de las obligaciones.
Otro tanto sucede en la herencia que el heredero ha aceptado con beneficio de inventario, lo que
determina que no se confunda su patrimonio propio con el patrimonio heredado; de acuerdo con los
artículos 1247 y 1263 del Código Civil su patrimonio personal no será responsable de las
obligaciones hereditarias o testamentarias.
Por último, cabe señalar que la responsabilidad del patrimonio se ejerce indistintamente sobre los
bienes que este contenga, no sobre bienes determinados. Cuando existen garantías reales como la
hipoteca, puede perseguirse en primer término el bien gravado, pero ésta es una característica
especial del derecho real. Si el bien hipotecado no alcanza a solventar la obligación el saldo se hace
efectivo en forma indeterminada sobre los demás bienes. Si el bien hipotecado ha pasado a manos
de un tercero puede hacerse efectiva la garantía a través de la acción persecutoria, pero no sobre el
patrimonio del tercero, sino exclusivamente sobre el bien hipotecado. Si quedare un saldo insoluto,
éste no se hará valer sobre el patrimonio del tercer adquirente sino sobre el del deudor original.

Importancia en relación a las personas jurídicas


Nuestro Código Civil en su artículo 545 dice que ellas son capaces de ejercer derechos y contraer
obligaciones civiles, y el artículo 549 agrega que lo que pertenece a una corporación no pertenece en
todo ni en parte a ninguno de los individuos que la componen; igualmente que éstos no son
responsables de las deudas de la corporación, las que sólo pueden hacerse valer sobre sus propios
bienes.
El que esta propiedad y esta responsabilidad pueden radicarse exclusivamente en la corporación y
no en los miembros que la componen, no puede explicarse jurídicamente sino a través del concepto
de que ella tiene un patrimonio propio distinto del patrimonio personal de los asociados. El
fundamento de la personalidad jurídica, ya se trate de corporaciones, fundaciones, sociedades
anónimas, sociedades colectivas de responsabilidad limitada, adquiere, a través del concepto de
patrimonio, una base y explicación coherentes.
El patrimonio en la representación
La representación se produce cuando una persona actúa jurídicamente a nombre de otra, estando
autorizada para hacerlo, y los efectos del acto se radican, no en sí mismo, sino en el tercero; es lo
que se denomina "la representación".
Art. 1448: Lo que una persona ejecuta a nombre de otra, estando facultada por ella o por la ley
para representarla, produce respecto del representado iguales efectos que si hubiese contratado él
mismo.
La representación puede ser legal o voluntaria.
Si el representante actúa por el representado, los efectos del acto jurídico se van a radicar en éste
y no en la persona que materialmente está actuando. El patrimonio vinculado es entonces el
patrimonio del representado, en el cual se radican los efectos del acto. Si el representante no
adquiere ningún derecho ni contrae obligación alguna es porque no ha comprometido su propio
patrimonio sino el del representado.
Otra situación todavía más evidente. El artículo 2144 del CC que dispone que el mandatario no
puede comprar para sí las cosas que el mandante le ha ordenado vender, ni vender de lo suyo lo que
este le ha ordenado comprar, sino con aprobación expresa del mandante.

¿El patrimonio es una Universalidad de Derecho?


Algunos afirman que el patrimonio general de las personas es una universalidad jurídica, llamada
también de derecho.
En un sentido genérico universalidad se entiende un conjunto de bienes que forman un todo.
Tradicionalmente se distingue entre universalidades de hecho y universalidades de derecho.
Se dice que debiera acogerse la idea de que las
1. Universalidades de hecho son un complejo de cosas, homogéneas (por ejemplo, una
biblioteca) o heterogéneas (por ejemplo, un establecimiento de comercio) reunidas
conjuntamente por voluntad del hombre en razón del destino, o sea, de una relación funcional
2. Universalidad de derecho: consiste en un complejo orgánico (creado por ley) de relaciones
jurídicas activas y pasivas, reunidas por la pertenencia de un mismo sujeto o (siempre en su
estructura unitaria) a una pluralidad de sujetos. Por ejemplo; es una universalidad de derecho
el patrimonio hereditario, en el cual se enfrentan elementos activos y pasivos, reunidos por un
destino, en el sentido de que aquellos elementos activos deben servir para la satisfacción de
las obligaciones pasivas y no de otras.
La doctrina francesa expresa que el patrimonio general, sea de una persona viva o muerta, es el
prototipo de la universalidad jurídica o de derecho.
En cambio, la doctrina italiana, sostiene que el patrimonio no es una universalidad, porque toda
universalidad, de hecho o de derecho, es una cosa, y el patrimonio de una persona viva no lo es y
por eso no se puede adquirir ni enajenar mediante acto jurídico entre vivos. Sólo la sucesión o
patrimonio de una persona muerta es una cosa, una universalidad jurídica, y por ser una cosa pueda
adquirirse y enajenarse mediante un acto entre vivos.

Patrimonios Separados
Se dice que hay patrimonios separados cuando dos o más núcleos patrimoniales, mutuamente
independientes entre sí, tienen por titular a un mismo sujeto.
Como resulta de la definición, se trata de masas o núcleos patrimoniales que la ley crea –y no los
particulares- para someterlos a un régimen jurídico propio que esa misma ley juzga adecuado o
conveniente.
Algunos ejemplos:
• En la sociedad conyugal se diferencian: el patrimonio común o social, el patrimonio propio del
marido, el patrimonio propio de la mujer y el patrimonio reservado de la mujer casada (masa de
bienes que se forma cuando la mujer ejerce o ha ejercido un empleo, oficio o profesión, industria o
comercio separado de su marido, constituida por los bienes que obtenga o haya obtenido con dicho
ejercicio y lo que con ellos adquiera).
• El hijo de familia menor adulto sometido a patria potestad tiene un patrimonio general que se lo
administra el padre y puede tener un peculio profesional o industrial (masa de bienes que se forma
con lo adquirido por el hijo con su trabajo y cuyo goce y administración le corresponde a él mismo)
• Se menciona también como caso de patrimonio separado el que resulta de la separación de los
bienes del difunto respecto de los del heredero, beneficio que pueden pedir los acreedores
hereditarios y los acreedores testamentarios y en virtud del cual ellos tienen derecho a que de los
bienes del difunto se les cumplan las obligaciones hereditarias o testamentarias con preferencia a las
deudas propias del heredero.
• También se señala como un caso de separación patrimonial el que deriva del beneficio de
inventario, en cuya virtud no se hace responsables, a los herederos que aceptan de esta forma, de
las obligaciones hereditarias y testamentarias, sino hasta la concurrencia del valor total de los bienes
que han heredado. Algunos afirman que este no es un caso de dualidad de patrimonios, sino de
limitación de la responsabilidad.

Patrimonios Autónomos
Patrimonio autónomo es aquel que transitoriamente carece de objeto.
El interés práctico de la institución es la conservación del patrimonio y, además, evitar que sea
abandonado mientras advenga un titular o sean empleados los bienes que lo forman.
Ejemplos de patrimonios autónomos:
• Herencia yacente
• El que representa la asignación de crear una corporación.

12.Derechos de la personalidad: concepto y tutela civil.


DERECHOS DE LA PERSONALIDAD
Concepto: “Son aquellos derechos inherentes a la persona humana que tienen por fin defender
intereses humanos ligados a la esencia de la personalidad, los cuales lleva inseparablemente desde
su origen y que no tienen otro presupuesto que la existencia de la persona”.
Objeto de los d° a la personalidad
Existen varias doctrinas
1) Es la persona misma: La más antigua sostiene que el objeto de estos d°s es la persona
misma, puesto que la integridad física, la libertad, el honor, etc., no son más que elementos
constitutivos de la persona humana.
Esta posición se ha criticado por autores que consideran que, constituyendo la vida, la
integridad física, el honor, etc., elementos esenciales de la persona humana, representan o
son el sujeto mismo de toda prerrogativa y, lógicamente, no pueden ser al mismo tiempo
objeto de ella.
2) Son los diversos aspectos de la persona : Esto es, los bienes jurídicos como la vida y la
libertad que representan atributos físicos y morales de la persona , todos los cuales, si bien
pueden considerarse como que lo son, elementos que integran una misma unidad que
materialmente resulta indisoluble, nada impide que intelectivamente puedan separarse de ella
y ser aprehendidos en cada uno de estos derechos personalísimos, de modo independiente,
como el punto de referencia de la prerrogativa jurídica del titular; esto es, como ese algo
concreto, necesario, sobre el cual pueda él ejercerla.
3) Una tercera postura afirma que el objeto de estos derechos no debe ser buscado en la
persona o partes de ella, sino que en los demás conciudadanos que deban respetar la
personalidad del individuo
4) Finalmente, hay posiciones que niegan la existencia de derechos o poderes sobre la propia
persona, prefiriendo conceptualizarlos como derechos sobre los atributos o manifestaciones
de la personalidad o sobre los modos de ser físicos o morales del hombre.

 Naturaleza jurídica de los d°s de la personalidad


Algunos afirman que los derechos de la personalidad no pueden configurarse como
verdaderos derechos subjetivos porque todo derecho subjetivo entraña como elementos distintos el
sujeto y el objeto del mismo y en los derechos de la personalidad aparecen confundidos, como un
solo ente.
Otros, refutando, manifiestan que el objeto de los derechos de la personalidad es un ente
distinto de la persona, aunque tiene carácter personal: la vida, el honor, la integridad física. El hecho
es que los derechos de la personalidad protegen supremos intereses humanos y son considerados
por la doctrina y las legislaciones positivas.
 Protección Constitucional
La Constitución Política de Chile de 1980 asegura el derecho a:
1. La Vida.
2. La integridad física y psíquica de la persona.
3. Al respeto de la vida privada y pública y a la honra de la persona y su familia;
4. La inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación privada.
5. La libertad del trabajo y el derecho a su libre elección, y
6. La propiedad intelectual, artística e industrial.
Estos derechos y otros que taxativamente señala la Constitución pueden defenderse, entre
otros medios, por la acción de protección.
 Naturaleza
De acuerdo a la escuela de Derecho Natural, los derechos de la personalidad derivan de la
propia naturaleza humana y son preexistentes a su reconocimiento por el Estado pero su efectividad
emana del reconocimiento de éste.

 Características:
1. Originarios e innatos: Pues se adquieren con el nacimiento y no hay un medio de adquisición
de los mismos.
2. Son generales: porque todas las personas, por el simple hecho de serlo, se constituyen en sus
titulares.
3. Son absolutos: porque se respeto puede imponerse a todos los demás sujetos.
4. Son extrapatrimoniales: es decir, en sí mismos no son valuables en dinero. Por ejemplo, nadie
puede decir que el derecho a la vida admite una estimación pecuniaria. Cuestión distinta es
que el daño surgido como consecuencia de la violación de un derecho de la personalidad sea
indemnizable en dinero. En este caso no se avalúa el derecho sino el daño que provoca la
infracción.
5. Son esenciales: porque nunca pueden faltar. El ser humano desde que nace los tiene y sólo
se extinguen con su muerte.
6. Son indisponibles: es decir, no pueden renunciarse, cederse, transmitirse ni transigirse.
7. Son imprescriptibles: o sea, no se pierden por el no uso.

 Clasificación:
La doctrina presenta variadas clasificaciones de los derechos se la personalidad, pero ninguna
agota a éstos, que son numerosos.
1. Derechos a la Individualidad.
1. Derecho a la Integridad Física: Que implica la protección de la vida y de la integridad corporal
(art. 19 n° 1 CPR).
Los atentados a estos derechos constituyen delitos penados por el CP (como por ejemplo, el
delito de homicidio, de lesiones, la ayuda e instigación al suicidio) pero si no llegan a ser
constitutivos de delito, constituyen generalmente un hecho culpable que determinará la
existencia de un cuasidelito civil.

2. Derechos que dicen relación con la Libertad : Son d°s que el individuo tiene en relación con el
E°.
1. Derecho a la libertad misma (Art. 19 N° 7 CPR). El CP tipifica ciertos delitos que se
pueden cometer contra la libertad de otros.
2. Derecho de reunirse y asociarse (Art. 19 N° 13 y 15 CPR).
3. Derecho de pensar, opinar y creer (Art. 19 N° 6 y 12 CPR).
4. Derecho de residir y trasladarse (Art. 19 N° 7 CPR).
5. Libertad de trabajo (Art. 19 N° 16 CPR), etc.
6. Derecho a la “intimidad privada” (Art. 19 N° 4 y 5 CPR).

2. Derechos a la Personalidad Civil.

1. D° al Nombre: Derecho subjetivo que una persona tiene de usar su nombre y oponerse a su
usurpación o uso indebido por parte de terceros. La usurpación del nombre es un delito penal
(Art. 214 CP).
2. D° al estado Civil: También hay delitos penales que lo protegen, como la usurpación del
estado civil y la ocultación o sustitución de una persona para hacerla perder el estado.
Además, está protegido por diversas acciones civiles: acciones de reclamación de estado,
acciones de contestación de estado. Finalmente, hay sentencias constitutivas de estado.
3. D° a la Propia Imagen: Se ha considerado que la reproducción de los rasgos de una persona
sin su consentimiento es una acción culpable. Pero esto ha tenido que ser limitado por
consideraciones como la libertad de información, el lugar en que se toma la fotografía, etc.

3. Derechos a la Personalidad Moral.


Implica la protección del honor, la reputación e incluso los sentimientos de afección. El Art. 19 N°
4 de la Constitución protege la vida privada y la honra de la persona y su familia. Esto es más amplio
que los delitos penales contra el honor (calumnia e injuria).
Según el Art. 2331 CC, estos delitos no dan lugar a indemnización, a menos que se pruebe el
daño emergente o lucro cesante, lo que es una norma anacrónica y debiera ser suprimida. La
protección de los sentimientos de afección se refiere al daño moral, cuya indemnización es aceptada
tanto en materia contractual como extracontractual.

 D°s a la personalidad y su relación con las personas jurídicas


Las personas jurídicas, como una corporación o una fundación, al igual que las personas físicas,
también tienen derechos de la personalidad, pero -claro está- sólo los compatibles con su naturaleza
incorpórea, como el derecho al nombre, al honor, pero no a la inviolabilidad física, que es
inconcebible respecto de seres que no se tocan.
 Indemnización del Daño Moral por vulneración de los Derechos de la Personalidad
De forma prácticamente unánime, los autores afirman que la violación de los derechos de la
personalidad otorga al damnificado la facultad de demandar el cese del hecho perturbatorio y las
sanciones penales que puedan corresponder al autor de éste.
Adicionalmente, y para quienes sostienen que los derechos de la personalidad son derechos
subjetivos, afirman que la lesión de un derecho de la personalidad dará siempre a la obligación de
indemnizar el daño producido a la víctima en una parte esencial de su propia personalidad, daño que
por regla general será de carácter moral o extrapatrimonial, sin perjuicio de que eventualmente
también se haya producido un daño material o patrimonial.
Aunque algunos derechos de la personalidad no estén específicamente amparados por la ley
positiva, si su violación importa un daño para la persona, ésta puede demandar indemnización de
perjuicios, porque, de acuerdo con nuestro Código Civil, por regla general todo daño que pueda
imputarse a dolo o culpa de otra persona, debe ser reparado por ésta (artículos 2314 y 2329). La
indemnización ha de pagarse, por lo general, en dinero, salvo que expresamente la ley no admita
esta forma de indemnización.
En lo que toca al concepto del daño moral, recientemente la Corte Suprema ha señalado que “la
jurisprudencia reiterada de esta corte de casación expresa que el daño moral es la lesión efectuada
culpable o dolosamente, que significa molestias en la seguridad personal del afectado, en el goce de
sus bienes o en un agravio a sus afecciones legítimas, de un derecho subjetivo de carácter inmaterial
e inherente a la persona e imputable a otra. Daño que sin duda no es de naturaleza propiamente
económica y no implica, por lo tanto, un deterioro o menoscabo real en el patrimonio de la misma,
susceptible de prueba y determinación directa; sino que posee una naturaleza eminentemente
subjetiva.” (Sentencia de fecha 7 de agosto de 2007, recurso de casación en el fondo Rol Nº 2821-
2007, considerando 14º).
Sobre la materia, se ha discutido si en el juicio correspondiente es o no necesario probar el daño
moral. Para algunos, tienen aplicación las reglas generales, que imponen al demandante acreditar
todos los presupuestos de la responsabilidad, entre ellos el daño, sin importar si es de carácter moral
o patrimonial. En cambio, otros sostienen que la existencia del dolor por la violación de estos
derechos de la personalidad se presume de derecho.
Asimismo se ha debatido acerca de los criterios para determinar el monto indemnizatorio. Al
respecto, buena parte de nuestra jurisprudencia ha sostenido que los jueces están facultados para
apreciar discrecionalmente el daño moral sufrido por la víctima.
En cambio, ciertos autores afirman que ello es errado, pues no puede haber discrecionalidad en la
materia, sino que necesariamente se debe atender a ciertos parámetros, entre los que destacan el
valor que el Estado le asigna en forma directa o indirecta, las circunstancias personales de la víctima,
la entidad e importancia del derecho lesionado, la naturaleza e intensidad de la acción que vulnera el
derecho (culpa o dolo), etc.
-Imprimir pag 65 a 72 Cristián Boetsch (Personas)-

13.La persona jurídica: teoría general, corporaciones o asociaciones y fundaciones.

PARTE GENERAL
 ORIGEN:
El sistema jurídico ha debido reconocer, junto a la existencia de las personas naturales, la
existencia de otros entes denominados personas jurídicas, de modo de hacer más fluidas las
relaciones jurídicas.
Las personas naturales deben unirse a otras para progresar, aspirar al bien común. Puede ocurrir
que un conjunto de personas formen un todo orgánico, que comienza a demostrar su propia
individualidad, diferente de la de cada uno de sus integrantes. Se formará así un nuevo ente, capaz
de contraer derechos y obligaciones, denominado persona jurídica.
Poseen atributos de la personalidad, salvo el estado civil.

 CONCEPTO:
Doctrinario:
SAVINGY: Las define como seres creados artificialmente, capaces de poseer bienes, de tener
patrimonio.
Legal:
Art. 545 CC: Se llama persona jurídica una persona ficticia, capaz de ejercer derechos y contraer
obligaciones civiles, y de ser representada judicial y extrajudicialmente.
 NATURALEZA JURÍDICA:
Es de discusión doctrinaria, hay teorías que aceptan y otras que niegan las personas jurídicas.

A) Teorías que las aceptan:

1. Teoría de la Ficción: (Savingy)


Postula que solo existen las personas naturales, siendo las personas jurídicas entes ficticios, los
cuales representan intereses colectivos dentro de la sociedad.
Con el fin de conciliar esta idea de que sólo el hombre es un sujeto real de derechos, el
ordenamiento jurídico finge que a aquella agrupación de intereses colectivos corresponde una
persona, para que así pueda tener ciertos atributos de la personalidad como patrimonio, capacidad
de goce. Así nace esta ficción jurídica con la finalidad de atribuirle derechos y deberes.
Esta teoría es la que acepta nuestro Código Civil, según se desprende del artículo 545 y de la
historia fidedigna del establecimiento de la ley, pues existe una nota al proyecto de 1853, que alude a
Savigny en este punto, gran sostenedor de esta teoría.
En todo caso, cabe hacer presente que nuestro Derecho, se aparta de la teoría de la ficción en
muchas de sus consecuencias: por ejemplo, considera que las personas jurídicas poseen voluntad
propia, circunstancia rechazada por Savigny.
En cuanto a la responsabilidad civil de las personas jurídicas por los delitos o cuasidelitos civiles o
criminales cometidos por sus representantes, el artículo 58 del CPP, se aparta también de la solución
dada por Savigny, pues el citado precepto hace responsable civilmente a las personas jurídicas por
los daños que provoquen los delitos y cuasidelitos cometidos por sus representantes o dependientes,
bajo el entendido que hayan actuado dentro de la esfera de sus atribuciones. Aún más, según
referiremos, la Ley N° 20.393, contempla responsabilidad penal para las personas jurídicas, por la
comisión de ciertos delitos.
*Crítica a la teoría: Al ser una ficción legal, se sostendría que solamente pueden ser creadas por
el legislador, recayendo a su arbitrio la concesión o denegación de personalidad pudiendo suprimir
corporaciones ya reconocidas.

2. Teoría de la Realidad:
Postula que las personas jurídicas no son entes ficticios, sino poderosas individualidades
sociales, se trata de organismos sociales, es una realidad objetiva. Se vincula esta teoría con la
concepción orgánica de la sociedad, que reconoce la existencia de múltiples órganos intermedios,
entre el Estado y el individuo. Uno de tales, es la persona jurídica.

B) Teorías que la niegan:


1. Teoría del Patrimonio Colectivo:
Sustentada por Planiol, quien afirmaba que “la idea de la personalidad ficticia es una concepción
simple, pero superficial y falsa”. Agrega que en verdad, estamos ante una “propiedad colectiva”, que
existe junto a la propiedad individual.
Señala que “Bajo el nombre de personas jurídicas o civiles, hay que entender la existencia de
bienes colectivos, en el estado de formas o masas distintas, poseídas por grupos de hombres más o
menos numerosos y substraídas al régimen de la propiedad individual. Por consiguiente, estas
pretendidas personas no existen ni aun de manera ficticia”. Concluye Planiol afirmando que no puede
haber sobre la tierra, otros titulares de derechos que los hombres.

2. Teoría del Patrimonio de Afectación:


Propuesta por los alemanes Brinz y Bekker, postula esta teoría que los derechos y las
obligaciones no tienen necesariamente por base a las personas. Existirían patrimonios sin dueño,
basados en la afectación a un fin único de todos los bienes que forman parte de ellos (Vodanovic,
Antonio, Ob. Cit., pág. 496). Esta teoría es radicalmente opuesta a la de Planiol.

 ELEMENTOS ESENCIALES:

1) Material: conjunto de personas o bienes con una finalidad común.


2) Ideal: reconocimiento explícito por parte de la autoridad de su individualidad, de su capacidad
de actuar en el mundo jurídico.

Principio de la radical separación entre la entidad y miembros:


Es menester discurrir siempre sobre la base del principio de la radical separación entre la entidad
y sus miembros individualmente considerados, esto es, sobre la base de que son personas distintas.
Este principio se encuentra consagrado en el art. 2.053 y 549 del CC.
Art. 2.053 CC: La sociedad o compañía es un contrato en que dos o más personas estipulan
poner algo en común con la mira de repartir entre sí los beneficios que de ello provengan.
La sociedad forma una persona jurídica, distinta de los socios individualmente considerados.

Art. 549 CC: “[…] Lo que pertenece a una corporación, no pertenece ni en todo ni en parte a
ninguno de los individuos que la componen; y recíprocamente, las deudas de una corporación no dan
a nadie derecho a demandarlas, en todo o parte, a ninguno de los individuos que componen la
corporación, ni dan acción sobre los bienes propios de ellos, sino sobre los bienes de la
corporación”.

 DEL ABUSO DE LA PJ:


La doctrina indica que existe un abuso de la estructura formal de la persona jurídica cuando, bajo
la apariencia de un acto ajustado a derecho, se persiguen fines ilícitos.
Entendiendo que hay un atentado contra la buena fe, en 3 casos específicos:
1) Burla la Ley: lo cual tiene lugar cuando se utiliza la figura de la persona jurídica a fin de que los
individuos a quienes la norma se dirige se ocultan tras aquella a fin de sustraerse de un
mandato legal.
2) Burla o lesión del contrato: lo cual tiene lugar, por ejemplo, cuando A y B se obligan frente a C
a no realizar determinado acto, pero resulta que el mismo acto lo realiza la sociedad X, cuyos
socios son A y B.
3) Otros daños causados con deslealtad a terceros : en los cuales mediante la utilización de la
estructura de la persona jurídica se impide la aplicación de una ley que los debería regular.
Los tres casos analizados son hipótesis de fraude a la ley, pues en todos ellos se obtiene un
resultado práctico consistente en sustraerse a la fuerza coactiva del derecho.
Debe notarse que el acto jurídico fraudulento no es en absoluto un negocio simulado, sino que es
serio y se quiere realmente; es más, se quiere tal como se ha realizado, con todas las consecuencias
que corresponden a la forma jurídica elegida, pues representa la única forma de obtener el fin
práctico que la ley prohíbe. En los casos de abuso uso fraudulento de la persona jurídica, debe
desplazarse la forma de la persona jurídica destruyendo los velos que impiden la aplicación del
espíritu de la ley o del contrato.

 ATRIBUTOS DE LAS PJ:


1) Nombre
2) Domicilio
3) Capacidad
4) Nacionalidad
5) Patrimonio

1) Nombre:
Al igual que las personas naturales, el nombre es para las personas jurídicas un elemento
esencial de la personalidad, porque supone su individualización.
Para efectos de determinar el nombre de las personas jurídicas, es necesario analizar la
naturaleza de las mismas. En efecto:
a) Fundación y corporación: Generalmente la fundación lleva el nombre de su fundador y la
corporación el objeto que persigue (Arts. 4 Nº 1 y 31 letra a) del Reglamento). La
corporaciones y fundaciones establecen su nombre y domicilio desde su origen, pues deben
indicarse en los estatutos.
b) En la sociedad colectiva comercial la razón social es la fórmula enunciativa de los nombres de
todos los socios o de alguno de ellos, con la agregación de la palabra “y compañía” (art. 365
C. Com.).
c) En la sociedad de responsabilidad limitada la razón social podrá contener el nombre de uno o
más socios, o una referencia al objeto de la sociedad, debiendo en todo caso terminar con la
palabra “limitada” (art. 4 de la Ley Nº 3.918).
d) En las sociedades anónimas el nombre de la sociedad debe incluir las palabras “sociedad
anónima” o la abreviatura “S.A.” (art. 8 Ley 18.046).
Si el nombre de una S.A. es igual al de otra, ésta tiene derecho a demandar su modificación.

En las sociedades civiles no hay norma, pero se da por sentado que debe existir una razón social
(Art. 2062 CC).

2) Domicilio:
Las normas del Código Civil que regulan el domicilio de las personas físicas resultan igualmente
útiles para las personas jurídicas.
Sobre la materia, el art. 142 del C.O.T. establece que “cuando el demandado sea una persona
jurídica, se reputará por domicilio, para objeto de fijar la competencia del juez, el lugar donde tenga
su asiento la respectiva corporación o fundación. Y si la persona jurídica tuviere establecimientos,
comisiones u oficinas que la representen en diversos lugares, como sucede con las sociedades
comerciales, deberá ser demandada ante el juez del lugar donde exista el establecimiento, comisión
u oficina que celebró el contrato o que intervino en el hecho que da origen al juicio”.
En caso de litigio, los tribunales pueden determinar si el domicilio efectivo de la sociedad
corresponde al fijado por los estatutos.
Es aplicable a las personas jurídicas el Art. 67 CC: si concurren en varias secciones territoriales
circunstancias constitutivas del domicilio, lo tiene en todas.
3) Capacidad:
Está expresamente reconocida la capacidad de la persona jurídica, pues el Código Civil declara
que es capaz de ejercer derechos y contraer obligaciones civiles (art. 545). Pero por su naturaleza
propia, esta capacidad está restringida a los derechos patrimoniales; los derechos de familia son sólo
compatibles con la persona natural.
Las personas jurídicas son capaces de ejercer derechos y contraer obligaciones civiles, y de ser
representadas judicial y extrajudicialmente (Art. 545 CC).
Aun dentro de los derechos patrimoniales, hay ciertos derechos personalísimos que no entran
dentro de la capacidad de las personas jurídicas: los derechos cuyo ejercicio es enteramente
personal (Art. 1618 N° 9 CC). Ej. Uso y habitación.
Ciertos cargos sólo pueden ser desempeñados por personas naturales. Ej. Partidores, albaceas,
depositarios (salvo excepciones).
En general, la capacidad de la persona jurídica está determinada y subordinada a su tipo y
finalidad.

4) Nacionalidad:
Diversos sistemas se han propuesto para determinar la nacionalidad de una corporación o
fundación, en los cuales se considera el país en que se constituyen y conforme a cuya legislación
obtienen la personalidad jurídica; el país en que se encuentra su sede social; o se indica que la
nacionalidad sería la misma de las personas que controlan sus decisiones (teoría del control).
Tradicionalmente hay 2 criterios:
1. La nacionalidad de una sociedad es la del país en que se ubica su sede social (Europa
continental).
2. La nacionalidad es la del Estado que la autorizó (common law).
Con las guerras mundiales, se estableció una analogía entre las reglas que rigen la nacionalidad
de las sociedades y las que rigen la de los individuos, a fin de otorgarles protección diplomática.
Pero se generaron otros problemas. Ej. Ciudadanos de un país constituían una sociedad en un
país distinto para que tuviera la nacionalidad de éste, y así realizar actos que le era prohibidos o
ilícitos personalmente.
Por ello surge la teoría del control: la nacionalidad de una sociedad está determinada por la
nacionalidad de las personas que controlan sus decisiones. Pero en 1970, la Corte Internacional de
Justicia descartó este criterio. Entre nosotros, es la autorización, o sea, la constitución en Chile lo que
determina la nacionalidad chilena.

5) Patrimonio
Las personas jurídicas tienen un patrimonio propio distinto del de las personas naturales. Pero en
las personas jurídicas puede tener un carácter fundamental que no lo tiene en las personas
naturales: el patrimonio con un valor positivo, como continente de bienes, puede ser indispensable
para la subsistencia de la personalidad. Ej. Causal especial de disolución de las fundaciones.
Dicha separación e independencia patrimonial la consagra nuestro Código Civil. De acuerdo con
sus disposiciones, lo que pertenece a una corporación, no pertenece ni en todo ni en parte a ninguno
de los individuos que la componen; lo que pertenece a la fundación no pertenece ni en todo ni en
parte al fundador, beneficiarios o administradores (arts. 549 y 563).
Por consiguiente, los bienes de la corporación son de su propiedad exclusiva, y no de todos sus
miembros en conjunto o de cada uno de ellos cuotativamente. De aquí que, una vez disuelta la
corporación, los asociados no tienen derecho a dividirse los bienes de ella.
Recíprocamente, las deudas de una corporación no dan a nadie derecho para demandarlas, en
todo o parte, a ninguno de los individuos que componen la corporación, ni dan acción sobre los
bienes propios de ellos, sino sobre los bienes de la corporación (art. 549). Lo mismo rige, en cuanto a
las fundaciones, respecto a sus administradores (art. 563).
 DERECHOS DE LA PERSONALIDAD DE LAS PJ:
En general, y atendido que en el artículo 19 de la Constitución se asegura a “todas las personas”
ciertos derechos, la doctrina indica que, salvo aquellos que se refieren exclusivamente al ser humano
(vgr, integridad física), las personas jurídicas son titulares de los derechos de la personalidad que
reconoce la Carta Fundamental.
Lo anterior es de gran relevancia en materia indemnizatoria, pues de ello se sigue que las
personas jurídicas también pueden sufrir daños morales que deberán ser resarcidos, lo que en
general tiene lugar cuando se lesiona su honor, imagen, prestigio, crédito y confianza. Así lo ha
entendido la jurisprudencia a partir del año 1992.
 RESPONSABILIDAD DE LAS PJ:
Hay que distinguir entre responsabilidad civil y penal.

A) Responsabilidad PENAL
Este fue un tema discutido en doctrina:
1. Los que opinan que la personalidad jurídica es una ficción: la responsabilidad penal es imposible
porque:
a) Esta responsabilidad se basa en la voluntad del ser humano.
b) Existe el principio de personalidad o individual de las penas.
2. Los que estiman que es una realidad objetiva: tienen responsabilidad penal, pero debe restringirse
a casos excepcionales y a penas determinadas.
3. Los que sostienen que es una realidad abstracta: las personas jurídicas no pueden ser autoras de
delito en el sentido natural; si por parte de una persona jurídica se cometiere un delito, no personal
sino colectivo, debe ser castigado a través del derecho penal administrativo.
Sin embargo, el Art. 58 inc. 2º CPP señala que la responsabilidad penal de las pj.
Art. 58, inc 2 CPP: La responsabilidad penal sólo puede hacerse efectiva en las personas
naturales. Por las personas jurídicas responden los que hubieren intervenido en el acto punible, sin
perjuicio de la responsabilidad civil que las afectare.

Esta misma disposición deja en claro que las personas jurídicas son susceptibles de
responsabilidad civil, de indemnizar los daños que sus órganos o representantes causen.
Ley 20.393 → “Establece la Responsabilidad penal de las personas jurídicas en los delitos de
lavado de activos, financiamiento del terrorismo y delitos de cohecho que indica”. (2009)
Tras la dictación de la Ley 20.393 de 2 de diciembre de 2009 el tema fue zanjado, pues si bien con
anterioridad el ordenamiento chileno había previsto esporádicamente sanciones, ahora se establecen
sanciones de modo abierto y explicito, a través de un verdadero sistema de responsabilidad penal
propio de tales entidades, con explicitación de los presupuestos específicos de la misma y de las
circunstancias que la modifican, con penas y reglas de determinación también específicas y con las
adaptaciones procesales básicas para su aplicación práctica.
En lo que respecta al ámbito de aplicación de la ley, ésta se aplica a todas las personas jurídicas
de derecho privado y a las empresas del Estado (art. 2º de la Ley Nº 20.393), sin distinción de
tamaño, en tanto que, en lo que concierne a los delitos que dan lugar a la responsabilidad penal de
las mismas, en vez de una previsión general, se consagra un catálogo cerrado de tipos penales,
inicialmente los siguientes:
Art. 1, Ley 20.393:
1) Lavado de dinero (art. 27 de la Ley Nº 19.913, Ley que crea la Unidad de Análisis Financiero).
2) Financiamiento del terrorismo (art. 8º de la Ley Nº 18.314, ley sobre conductas terroristas).
3) Soborno o cohecho activo tanto de empleados públicos nacionales (art. 250 del Código Penal [en
lo sucesivo, CP]) como de funcionario público extranjero (art. 251 bis CP).
Como se puede ver, se trata de un catálogo extraordinariamente restringido, que en lo
fundamental abarca sólo las materias respecto de las cuales existía obligación internacional de
sancionar a las personas jurídicas, las que, por lo demás, tienen una relativa escasa aplicación
práctica, sin perjuicio del ámbito no despreciable de aplicación que debería asegurar la consideración
del soborno doméstico. Durante la tramitación de la ley se hizo presente reiteradamente que
quedaban fuera del catálogo los delitos de mayor trascendencia relacionados con la actividad
empresarial. Sin embargo, las iniciativas para revertir esa situación no fueron acogidas, apelándose
para ello a la prudencia inicial que demandaba una innovación tan significativa. Esta razón podrá no
ser muy convincente, pero en cuanto reconoce abiertamente la excesiva circunspección del catálogo,
al menos deja la puerta abierta para la futura incorporación de un conjunto de figuras relevantes.

B) Responsabilidad CIVIL
Se debe distinguir si es materia contractual o extracontractual.
1) Materia Contractual: Las personas jurídicas responden de todas las obligaciones contraídas en
su nombre por sus representantes si éstos han obrado dentro de los límites de su mandato.
El Código Civil dispone que los actos del representante de la corporación o fundación, en
cuanto no excedan de los límites del ministerio que se les ha confiado, son actos de la corporación
o fundación; en cuanto excedan de estos límites, sólo obligan personalmente al representante
(arts. 552 y 563). En el primer caso, pues, la responsabilidad es de la persona jurídica.
2) Materia Extracontractual: La persona jurídica puede incurrir en ella, pues no hay ninguna norma
que la limite a las personas naturales, como la norma del CPP. Además, si el Art. 545 CC señala
que puede contraer obligaciones civiles, no hay razón para excluir una de sus fuentes. En el primer
carácter afecta al individuo que obró y él irá a la cárcel si ésta es la sanción del caso, y la persona
jurídica soportará la indemnización de perjuicios a que haya lugar.
Se ha sostenido que el delito o cuasidelito debe haber sido cometido por los “órganos” de la
persona jurídica, es decir, por las personas naturales o asamblea en que reside la voluntad de la
persona jurídica. Así, el daño inferido por un miembro que no tenga representación sólo puede hacer
responsable a la persona jurídica por el mecanismo de la responsabilidad por el hecho ajeno.
Esta teoría confunde la capacidad para contraer responsabilidad contractual y extracontractual. En
esta última, el Art. 2319 CC dice que los únicos incapaces son los infantes (menores de 7) y los
dementes, lo que es lógico pues nos encontramos ante hechos jurídicos, no actos. En consecuencia,
para que la persona jurídica contraiga responsabilidad extracontractual no es necesario que actúen
las personas que la representan. Incurre en esta responsabilidad por los daños que produzca su
actividad, realizada por medio de cualquiera de sus miembros.
En cuanto a la responsabilidad por el hecho ajeno, el Art. 2320 CC no tiene limitaciones e incluso
señala como ejemplo la de los empresarios por sus dependientes (empresario: persona natural o
jurídica que ejecuta una obra o explota un servicio).
PARTE ESPECIAL

Persona
Jurídica

De d° De d°
Público privado
1) Nación
Con Fines de
2) Fisco Lucro Sin fines de
(Sociedades) Lucro
3) Municiplidades
4) Iglesias y
Comunidade Civiles Comerciales
s Religiosas
5) Establecimientos
que se costean con Corporaciones Fundaciones
fondos del erario, etc.

 CLASIFICACIÓN DE LAS PERSONAS JURÍDICAS:

1. De D° Público.
2. De D° Privado.

Jurisprudencia:
*La jurisprudencia ha adoptado diversos criterios para distinguir entre personas jurídicas de d°
público y de d° privado:
1) Iniciativa para la creación del ente: las personas jurídicas de derecho público obtienen su
existencia en virtud de resoluciones de la autoridad, mientras que las de derecho privado emanan
directamente de la iniciativa de los particulares.
2) Potestad Pública: las personas jurídicas de derecho público están dotadas de potestades públicas,
vale decir, gozan de imperio, en virtud del cual pueden dictar normas de carácter obligatorio.
3) Naturaleza del fin: las personas jurídicas de derecho público tienen por objeto servir fines públicos,
mientras que las de derecho privado cumplen con los objetivos señalados por los asociados o
fundadores o persiguen la obtención del lucro.
4) Fuente de Recursos: en el caso de las personas jurídicas de derecho público provienen por lo
general de todos los habitantes de la nación; en cambio, en las de derecho privado, provienen de
aportes, donaciones, cuotas sociales, etc.

 PJ de D° Público:

Son:
1. Nación
2. Fisco
3. Municipalidades
4. Iglesias y comunidades religiosas, etc.
Las disposiciones de los artículos 545 y siguientes del CC no se aplican, como se indica en el
artículo 547, a las pj de derecho público, en cuanto a la organización y administración de las mismas.
En tales aspectos, se rigen por la Constitución, leyes administrativas y reglamentos de los servicios
públicos. Lo anterior, no supone sin embargo, que tales personas jurídicas queden por completo
excluidas del Código Civil: por ejemplo, rige el artículo 2.497 CC, respecto de la prescripción.
Art. 2.497 CC: Las reglas relativas a la prescripción se aplican igualmente a favor y en contra del
Estado, de las iglesias, de las municipalidades, de los establecimientos y corporaciones nacionales, y
de los individuos particulares que tienen la libre administración de lo suyo.
Por lo demás, debemos tener presente que el Fisco, en sus relaciones contractuales con los
particulares, queda sujeto a las normas del Derecho Civil como cualquier otro contratante.
Cabe señalar que la enumeración del artículo 547 CC no es taxativa o limitativa, sino meramente
ejemplar, y por lo demás no podía ser de otra forma, pues las personas jurídicas de derecho público
no son tales por mencionarlas el Código Civil, sino por disponerlo así normas de derecho público. El
Código Civil menciona las siguientes:
1. La Nación y el Fisco: debemos entender que al aludir a la Nación se refiere al Estado, como
lo prueba una nota de Andrés Bello. El Estado representa la organización política, jurídica y
económica de la sociedad y constituye la fuente de todo el derecho (salvo la costumbre); por
ello es la persona jurídica por excelencia y se fija a sí misma las condiciones para el desarrollo
de su actividad y aquellas para el desarrollo de toda actividad pública o privada.
Cuando el Estado interviene como titular de potestades públicas, mantiene su
denominación, y cuando interviene como titular de derechos subjetivos privados, se le
denomina Fisco.
2. Las Municipalidades: Son corporaciones autónomas de derecho público con personalidad
jurídica y patrimonio propio y cuya finalidad es satisfacer las necesidades de la comunidad local
y asegurar su participación en el progreso económico, social y cultural de las respectivas
comunas (Ley N° 18.695, Orgánica Constitucional de Municipalidades).
3. Iglesias y Comunidades religiosas: a pesar de que el Código Civil habla en forma general y
sin distinguir el tipo de culto de que se trata, debe concluirse que se refiere exclusivamente a
la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, por una razón muy simple: era la única que podía
existir, conforme a la Constitución de 1833, vigente a la promulgación del Código Civil en
1857.
-Por “Iglesias” se entienden las distintas subdivisiones de la Iglesia Católica a las que el Derecho
Canónico reconoce personalidad, entre ellas: Iglesia Catedral, Iglesia Parroquial, etc.
-Por “Comunidad religiosa”, se alude a las órdenes y congregaciones.
La parte final del inciso 2 del artículo 547, establece expresamente que las personas jurídicas de
derecho público se rigen por leyes y reglamentos especiales.
Art. 547, inc 2 CC: Tampoco se extienden las disposiciones de este título a las corporaciones o
fundaciones de derecho público, como la nación, el fisco, las municipalidades, las iglesias, las
comunidades religiosas, y los establecimientos que se costean con fondos del erario: estas
corporaciones y fundaciones se rigen por leyes y reglamentos especiales.
Aplicando esta norma a la Iglesia Católica y a las comunidades religiosas, se concluye que las
leyes y reglamentos especiales que las rigen son sus constituciones y leyes canónicas (así ha fallado
la jurisprudencia).
4. Establecimientos que se costean con fondos del erario: sin embargo, del artículo 547 CC
no debe desprenderse que todo establecimiento que se costea con fondos del erario es una
persona jurídica de derecho público. Hay algunas que carecen de personalidad jurídica; por
otra parte, hay instituciones privadas que reciben auxilios fiscales o municipales y no por ello
tienen personalidad jurídica de derecho público. En realidad, son personas jurídicas de
derecho público los “establecimientos públicos”. Estos son ramas de los servicios generales
del Estado o municipios, que se han desprendido del conjunto para erigirse en órganos
dotados de vida propia.

 PJ de D° Privado:

 REGULACIÓN:
1) CC:
-En los artículos 545 al 564, en los que sólo se regulan las personas jurídicas de derecho privado
que no persiguen fines de lucro, esto es, las corporaciones y fundaciones.
-En los artículos 2053 al 2115, respecto de las sociedades.
-En el apéndice del Código Civil, el Decreto Supremo N° 110 de 1979, que contiene el
Reglamento sobre concesión de personalidad jurídica a corporaciones y fundaciones (ver Anexo I).
2) C.COM:
-Artículos 348 y siguientes acerca de la sociedad.
-En el apéndice del mismo, Ley número 3.918 sobre Sociedades de Responsabilidad Limitada y
también la Ley número 18.046 sobre las Sociedades Anónimas y su Reglamento aprobado por el
Decreto Supremo N° 587 del Ministerio de Hacienda.
3) C. TRABAJO:
Específicamente cuando se alude a las organizaciones sindicales.
4) LEYES ESPECIALES:
-Los Decretos Leyes 2.757 y 3.163, relativos a las Asociaciones Gremiales;
-La Ley número 19.499 sobre saneamiento de vicios formales que afecten a las sociedades; y
-La Ley número 19.857, sobre empresas individuales de responsabilidad limitada.

 SE DIVIDEN EN:

1. Con fines de lucro: Son las Sociedades, las cuales según la naturaleza del objeto social pueden
ser:
1) Civiles o Comerciales: según la naturaleza del objeto social.
2) De Personas o de Capital: Según la importancia que se le asigna a la persona de los socios o
la capital otorgado por estos.
3) Colectivas, Comanditas (simples o por acciones), Anónimas y de Responsabilidad Limitada.
Esto según su organización interna y las modalidades de su relación con terceros.

2. Sin fines de lucro: Corporaciones y Fundaciones. A ellas se les aplican las reglas del CC.

 PJ de d° Privado sin Fines de Lucro:

1) Corporaciones: es la unión estable de un conjunto de personas que pretenden fines ideales y


no lucrativos. Las Corporaciones se llaman también asociaciones.
2) Fundaciones: Se compone de una masa o conjunto de bienes destinados por la voluntad del
fundador o fundadores a un fin determinado de interés general.
• Las corporaciones de derecho privado se llaman también asociaciones. Una asociación se forma
por una reunión de personas en torno a objetivos de interés común a los asociados.
• Una fundación, mediante la afectación de bienes a un fin determinado de interés general.
Según dispone el artículo 6º del Decreto Supremo número 110, sobre concesión de personalidad
jurídica a las corporaciones y fundaciones, a éstas “se les permitirá fomentar, practicar y desarrollar,
por todos los medios a su alcance, cualquier obra de progreso social o de beneficio para la
comunidad”.

LAS CORPORACIONES

1) Concepto: “Son personas jurídicas sin fines de lucro constituidas por la reunión colectiva de
personas para conseguir un fin o interés no lucrativo y común de ayuda a sus asociados o
terceros”.
La Corporación, para efectos legales, se identifica con las figuras de Asociación y O.N.G., por lo
que se aplican las mismas normas en su constitución y administración.
Ejemplo: COANIQUEM: Corporación de Ayuda al Niño Quemado.

2) Constitución: Art. 548 CC.


1. Escritura Pública: Su constitución se efectúa mediante una escritura pública o privada
suscrita ante notario oficial del Registro Civil o funcionario municipal autorizado por el
alcalde.
2. Depósito: Luego una copia del acto constitutivo deberá depositarse en la secretaria
municipal del domicilio de la persona jurídica dentro de un plazo de 30 días contado
desde su otorgamiento. Este plazo no regirá para las fundaciones que se constituyan
conforme a disposiciones testamentarias.
3. Posible Objeción: Dentro de los 30 días siguientes a la fecha del depósito, el secretario
municipal podrá objetar fundadamente la constitución de la asociación o fundación, si
no se hubiere cumplido los requisitos que la ley o el reglamento señalen. No se podrán
objetar las cláusulas de los estatutos que reproduzcan los modelos aprobados por el
Ministerio de Justicia.
4. Notificación de objeción al solicitante: La objeción se notificará al solicitante por carta
certificada. Si al vencimiento de este plazo el secretario municipal no hubiere notificado
observación alguna, se entenderá por el solo ministerio de la ley que no objeta la
constitución de la organización, y se procederá de conformidad al inciso quinto del Art.
548 CC (se archiva una copia de los antecedentes y se remite al Registro Civil).
5. Enmienda de las observaciones: La persona jurídica en formación deberá subsanar las
observaciones formuladas, dentro del plazo de 30 días, contado desde su notificación.
Los nuevos antecedentes se depositarán en la secretaría municipal. El órgano directivo
de la persona jurídica en formación se entenderá facultado para introducir en los
estatutos las modificaciones que se requieran para estos efectos.
6. Envío de los antecedentes al Registro Civil para su inscripción: Si no hay objeciones o
vencido el plazo para formularlas, de oficio y dentro de quinto día, el secretario
municipal archivará copia de los antecedentes de la persona jurídica y los remitirá al
Servicio de Registro Civil e Identificación para su inscripción en el Registro Nacional
de Personas Jurídicas sin Fines de Lucro, a menos que el interesado solicitare
formalmente hacer la inscripción de manera directa. La asociación o fundación gozará
de personalidad jurídica a partir de esta inscripción.

3) Normas que las rigen:


Dichas normas son las que establecen las leyes y los estatutos.
“Estatutos” es el conjunto de reglas que rigen la organización, funcionamiento y disolución o
extinción de la corporación, establecida por sus miembros (arts. 548, 553 y 562). El contenido de los
estatutos está regulado en los arts. 4 y 9 del Reglamento.
El “Reglamento sobre Concesión de Personalidad Jurídica a Corporaciones y Fundaciones”,
señala que los estatutos de toda corporación deben contener:
1. Indicación precisa del nombre y domicilio de la entidad.
2. Los fines que se propone y los medios económicos de que dispondrá para su realización.
3. Las categorías de los socios, sus derechos y obligaciones, las condiciones de incorporación y
la forma y motivos de exclusión, y
4. Los órganos de administración, ejecución y control, sus atribuciones y el número de miembros
que los componen.

4) Voluntad:
Los socios de una corporación expresan directamente sus voluntades en asambleas generales,
que pueden ser ordinarias o extraordinarias. Los estatutos determinan el objeto de unas y otras.
Art. 550 CC: La mayoría de los miembros de una corporación, que tengan según sus estatutos
voto deliberativo, será considerada como una asamblea o reunión legal de la corporación entera.
La asamblea se reunirá ordinariamente una vez al año, y extraordinariamente cuando lo exijan las
necesidades de la asociación
La voluntad de la mayoría de la asamblea es la voluntad de la corporación.
Todo lo cual se entiende sin perjuicio de las modificaciones que los estatutos de la corporación
prescribieren a este respecto.

5) Capacidad:
El artículo 556 permite a las Corporaciones adquirir toda clase de bienes.
Art. 556 CC: Las asociaciones y fundaciones podrán adquirir, conservar y enajenar toda clase de
bienes, a título gratuito u oneroso, por actos entre vivos o por causa de muerte.
6) Representación
Las corporaciones son representadas por las personas designadas al efecto por la ley, los
estatutos o un acuerdo de la corporación (art. 551).
Art. 551, inc CC: El presidente del directorio lo será también de la asociación, la representará
judicial y extrajudicialmente y tendrá las demás atribuciones que los estatutos señalen.
Art. 552 CC: Los actos del representante de la corporación, en cuanto no excedan de los límites
del ministerio que se le ha confiado, son actos de la corporación; en cuanto excedan de estos límites,
sólo obligan personalmente al representante.
Para que los actos de los que obran por la persona jurídica afecten a ésta, necesario es que se
desempeñen en el ejercicio de su cargo y dentro de sus atribuciones.

7) Modificación de los estatutos


Art. 558 CC: La modificación de los estatutos de una asociación deberá ser acordada por la
asamblea citada especialmente con ese propósito. La disolución o fusión con otra asociación
deberán ser aprobadas por dos tercios de los asociados que asistan a la respectiva asamblea.
Los estatutos de una fundación sólo podrán modificarse por acuerdo del directorio, previo informe
favorable del Ministerio, siempre que la modificación resulte conveniente al interés fundacional. No
cabrá modificación si el fundador lo hubiera prohibido.
8) Disolución
Se disuelven por: (art. 559 cc)
1. El vencimiento del plazo de su duración, si lo hubiera.
2. Por acuerdo de la asamblea general extraordinaria, cumpliendo los requisitos formales
establecidos en el art. 558 (deberá ser aprobado por los 2/3 de los asociados que asistan a la
asamblea).
3. Por sentencia judicial ejecutoriada, en caso de:
1) Estar prohibida por la Constitución o la ley o infringir gravemente sus estatutos,
2) Haberse realizado íntegramente su fin o hacerse imposible su realización,
4. Por las demás causas previstas en los estatutos y en las leyes.
La sentencia a que se refiere la letra c) precedente sólo podrá dictarse en juicio incoado a
requerimiento del Consejo de Defensa
9) Destino de los bienes una vez disuelta la corporación
Art. 561 CC: Disuelta una corporación, se dispondrá de sus propiedades en la forma que para
este caso hubieren prescrito sus estatutos; y si en ellos no se hubiere previsto este caso,
pertenecerán dichas propiedades al Estado, con la obligación de emplearlas en objetos análogos a
los de la institución. Tocará al Presidente de la República señalarlos.

LAS FUNDACIONES

1) Concepto: “Son personas jurídicas sin fines de lucro constituidas a través de la afectación de
un patrimonio destinado a alcanzar un fin determinado de interés general”.
Estatutos de las Fundaciones:
1. Nombre, domicilio y duración de la entidad.
2. La indicación de los fines a que está destinada.
3. Los bienes que forman su patrimonio.
4. Las disposiciones que establezcan quiénes forman y cómo serán integrados sus órganos de
administración.
5. Las atribuciones que correspondan a los mismos.
6. Las disposiciones relativas a su reforma y extinción, indicándose la institución a la cual
pasarán sus bienes en este último evento.
*Todo lo señalado en los números 3) a 9) respecto a las corporaciones se aplica también a las
fundaciones (Art. 563 CC).
2) Acto Fundacional:
Lo fundamental para la creación de una fundación es la existencia de un fundador que afecte o
destine un conjunto de bienes a un objeto social.
Distintas formas puede adoptar el acto fundacional:
1) Por una asignación testamentaria, dejando un legado para tal efecto (artículo 963, inciso 2).
2) Por una asignación modal, contenida también en un testamento (artículo 1089).
3) Por una donación modal, lo que supone un contrato de donación en el cual se impone al
donatario una carga o modo.
4) Por una declaración unilateral de voluntad del fundador.

3) Disolución: Se contempla una causal especial de disolución.


Art. 564 CC: Las fundaciones perecen por la destrucción de los bienes destinados a su
manutención.

¿Qué pasa si una corporación o fundación no cuenta con personalidad jurídica?


Los actos de las organizaciones de hecho, obligan solidariamente a sus miembros frente a
terceros (art. 549 cc).

Diferencias entre Corporación y Fundación


Ambas tienen en común la persecución de un fin, naturalmente lícito, no lucrativo y determinado
1. La Corporación está determinada por la reunión de personas en torno a un interés común,
mientras que la para la fundación lo relevante es la afectación de un patrimonio determinado para la
consecución de un fin determinado.
La diferencia fundamental entre corporaciones y fundaciones no está entonces en sus fines, que
pueden ser similares, sino que reside en que las corporaciones tienen como elemento básico un
conjunto de personas, mientras que en las fundaciones el elemento básico es la existencia de un
patrimonio o conjunto de bienes destinados a la obtención de un fin.
Lo anterior implica que tratándose de las Corporaciones es fundamental la existencia de las
personas y no de bienes, mientras que en las fundaciones, lo importante es que se disponga de
bienes requiriéndose un número mínimo de personas necesario para su administración. Las
corporaciones tienen asociados y el fin común perseguido puede incluso beneficiarlos, como
acontece con una corporación deportiva y de recreación, que beneficia a sus asociados
exclusivamente. En cambio, las fundaciones tienen destinatarios, es decir, aquellos beneficiarios
señalados por el fundador, y que son ajenos, usualmente, a los integrantes de la fundación. Los
artículos 549 al 561, son generales para las corporaciones y fundaciones, mientras que el artículo
548, se refiere a las corporaciones y los artículos 562 y 564 a las fundaciones.
2. Las fundaciones tienen un directorio y las corporaciones una asamblea.

Las siguientes gráficas buscan describir la diferencia orgánica entre ambas personalidades
jurídicas sin fines de lucro:
III. EL ACTO JURÍDICO

14.Concepto
Concepto:
“Es una (o más) manifestación de la voluntad, destinada a crear, modificar, extinguir, transferir
derechos y obligaciones (algunos agregan transmitir) cuyo objeto es querido por su autor o las partes
y sancionada por el ordenamiento jurídico”.

TEORÍA DEL ACTO JURÍDICO

La doctrina ha elaborado una teoría del acto jurídico en virtud de vincular las diversas instituciones
del derecho privado, teniendo como fundamento la autonomía de la voluntad y la libertad, así es que
se han tratado de establecer reglas o principios aplicables a todos los actos jurídicos.
 TEORÍA DEL AJ EN EL CC
Nuestro Código Civil no consagra ni regula expresamente la Teoría General de los Actos Jurídicos.
Sin embargo, la doctrina chilena, siguiendo los rumbos de la francesa y la italiana, ha construido esta
teoría derivándola de los principios que informan las normas relativas a los contratos y, en parte, al
acto testamentario. Dentro del Código de BELLO tienen especial importancia en esta materia el título
De los actos y declaraciones de voluntad (arts. 1445 a 1469) y el dedicado a la nulidad y rescisión de
los actos y contratos (arts. 1681 a 1697).
Hay consenso, tanto en la doctrina como en la jurisprudencia, que todos los actos jurídicos se
rigen por las mencionadas normas, a menos que el tenor de la disposición o la naturaleza de las
cosas las limiten solamente a las convenciones o contratos.

 HECHOS JURÍDICOS CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN


Hecho: Es todo suceso o acontecimiento generado por la naturaleza o por la acción del hombre. En
el primer caso se habla de hechos naturales y, en el segundo, de hechos humanos
Hecho de la Naturaleza: Es todo suceso o acontecimiento generado por la naturaleza.
Hecho del Humano: Es todo suceso o acontecimiento generado por el humano.
Los que producen consecuencias jurídicas se llaman hechos jurídicos, y los que no, reciben el
nombre de hechos materiales o jurídicamente irrelevantes.
Hecho Material: Todo suceso o acontecimiento generado por la naturaleza o por la acción del
humano que no tiene consecuencias jurídicas o es jurídicamente irrelevante.
Hecho Jurídico: Todo suceso o acontecimiento generado por la naturaleza o por la acción del
humano que tiene consecuencias jurídicas.
Ejemplos de hechos jurídicos de la naturaleza son:
1) Fructificación de las plantas, cuyo efecto jurídico es la adquisición por el propietario de ellas
del dominio de los frutos.
2) Un terremoto que, como caso fortuito o de fuerza mayor, libera de culpa y responsabilidad al
deudor por el atraso en el cumplimiento de la obligación causado decisivamente por el
fenómeno mencionado.
3) El cambio de curso de un río, que, en favor de los propietarios contiguos, trae como efecto
jurídico la accesión a sus terrenos la parte del cauce quedada permanentemente en seco (art.
654).
4) el nacimiento, que erige al recién nacido en titular de los derechos de la personalidad de
eventuales derechos hereditarios.
5) La muerte, que opera el traspaso de los derechos y obligaciones transmisibles del difunto al o
los herederos; etc.

Ejemplos de hechos jurídicos humanos son: Los hechos realizados por el hombre, por lo general
en forma voluntaria, y a los cuales el ordenamiento jurídico atribuye o reconoce consecuencias o
efectos jurídicos.
Estos se pueden clasificar en:
1. Hechos lícitos: son los hechos jurídicos admitidos y protegidos por el ordenamiento jurídico.
2. Hechos ilícitos: son los hechos prohibidos por el ordenamiento jurídico o que lesionan
injustamente un interés ajeno (delitos, cuasidelitos).
Hay que señalar que la doctrina ALEMANA e ITALIANA distingue dentro de los hechos jurídicos
humanos lícitos, los negocios jurídicos de los actos jurídicos.
El Negocio jurídico se caracteriza porque los efectos por él producidos son los queridos por su
autor o por las partes, de tal modo que dichos efectos surgen como consecuencia inmediata y directa
de la voluntad (v.gr. una compraventa).
El Simple acto jurídico los efectos que éste produce no van necesariamente adheridos a la
voluntad de los autores y, muchas veces, son independiente de ella.
Por ejemplo, la construcción de un edificio en terreno ajeno sin conocimiento del dueño:
Esta clasificación es ajena a nuestra legislación y a la doctrina tradicional, y por lo mismo en
general en nuestro medio se habla indistintamente de acto jurídico y de negocio jurídico.

 CONCEPTO: “Es una (o más) manifestación de la voluntad, destinada a crear, modificar,


extinguir, transferir derechos y obligaciones (algunos agregan transmitir) cuyo objeto es
querido por su autor o las partes y sancionada por el ordenamiento jurídico”.

1) Es una manifestación de voluntad:


La voluntad del autor o de las partes se deben exteriorizar por medio de una declaración o de un
comportamiento que permita conocerla.
Requisitos: debe ser real, seria y sin vicios.
Tiene 2 elementos:
1. Elemento interno: La voluntad.
2. Elemento externo: La manifestación de voluntad, es decir, dar a conocer su voluntad, que es lo
que sucede en el fuero interno, a través medios que permitan conocerla.
Ambos elementos deben operar conjuntamente.
2) La manifestación debe perseguir un fin determinado:

Dicho propósito en concepto de la doctrina tradicional, debe necesariamente ser jurídico, lo que
significa que el autor o las partes pretenden producir efectos de derecho, es decir, crear, modifica o
extinguir derechos.
Sin embargo, para la doctrina moderna la manifestación de voluntad persigue sólo un fin práctico
denominado propósito empírico o práctico
El derecho, por su parte, toma precisamente en cuenta ese propósito o fin práctico para regular los
efectos jurídicos de la respectiva institución.

3) Efectos sancionados por el ordenamiento jurídico.

Aquí nuevamente hay discusión doctrinaria.


Para los seguidores del dogma de la voluntad, los efectos jurídicos del acto encuentran su
antecedente en la sola voluntad del autor o de las partes. Para otros, el antecedente generador y
único de los efectos del acto jurídico es el ordenamiento jurídico.
Ambas posturas pueden conjugarse: Para los seguidores del dogma de la voluntad, los efectos
jurídicos del acto encuentran su antecedente en la sola voluntad del autor o de las partes. Para otros,
el antecedente generador y único de los efectos del acto jurídico es el ordenamiento jurídico.
Los efectos del acto jurídico derivan en forma inmediata de la voluntad del autor o de las partes y
en forma mediata de la ley, que permite la libertad jurídica cuya expresión es el poder jurídico, esto
es, la facultad de los particulares para crear las relaciones jurídicas.

PRINCIPIO DE AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD

1. Conceptos generales:

Este principio consiste en que las personas pueden ejecutar y celebrar actos jurídicos que estimen
convenientes, siempre que no vayan contra la ley, el orden público, la moral y las buenas
costumbres.
En efecto, en el Código Civil Chileno el principio de la autonomía de la voluntad está reconocido en
varias disposiciones legales. La principal es la que consagra la libertad de contratar, consecuencia
del principio de la autonomía privada, llegando a darle al contrato, respecto de las partes, una fuerza
obligatoria como la de la ley (art. 1545), subordinando la eficacia de la voluntad al respeto a las leyes,
a las buenas costumbres y al orden público (arts. 1445, 1461 y 1467).
2. Consecuencias:

1. La persona es libre para obligarse o no: si lo hace es por su propia voluntad. Así lo reconoce el
Código al utilizar las expresiones “acepta” (art. 1386), “concurso real de voluntades de dos o más
personas” (art. 1437), etc.
2. La persona es libre para renunciar por su propia voluntad: a un derecho establecido en su
beneficio, con tal que sólo mire al interés individual del renunciante y que la ley no prohíba su
renuncia (art. 12 CC).
3. La persona es libre para determinar el contenido o fondo de los actos jurídicos que celebre, y
por ello, siempre que respeten las leyes, el orden público y las buenas costumbres, puede
establecer las cláusulas que les plazcan en sus actos o contratos, los cuales pasan a ser ley para
los contratantes, como lo reconoce el art. 1545.
4. La persona es libre para determinar la forma de los actos jurídicos: pueden elegir la forma
escrita, oral o cualquiera otra, salvo que la ley imponga una determinada. Hoy la ley tiende a exigir
cada vez menos el formalismo, tan caro a los romanos, y si para ciertos actos el legislador
prescribe formalidades, es para precaver a las partes de ligerezas o para resguardar derechos de
terceros
5. Como consecuencia de que tanto el acto jurídico como su contenido son fruto de la voluntad del
hombre, la primera regla para interpretar adecuadamente los contratos y determinar su real
sentido y alcance consiste en recurrir a la clara intención de los contratantes, la que prima
sobre la voluntad declarada

3.LIMITACIONES A LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD:

Las principales limitaciones son las siguientes:

1. La autonomía privada faculta a los particulares para disponer de sus propios intereses y no
de los ajenos. Por ende, por regla general todo acto en el que se disponga de un bien ajeno, le
será inoponible a su verdadero dueño (v.gr. art. 1815, sobre compraventa de cosa ajena).
2. Para que el acto o contrato celebrado por los particulares produzca los efectos queridos por su
autor o por las partes, es necesario que se ajuste a los requisitos o condiciones
establecidos por la ley para su valor jurídico.
3. Hay ciertas materias con respecto de las cuales no pueden los particulares crear actos
jurídicos que no correspondan exactamente al tipo establecido por el legislador, como ocurre
en el derecho de familia.
4. La autonomía privada está limitada por el orden público. Si bien este concepto es
habitualmente utilizado por el legislador (v.gr. art. 1461), el mismo no se encuentra definido en
nuestro Código Civil. Al efecto, la jurisprudencia ha señalado que el orden público es “la
organización considerada como necesaria para el buen funcionamiento general de la
sociedad” o bien como “el conjunto de disposiciones establecidas por el legislador para
resguardar los intereses superiores de la colectividad y de la moral social”.
5. La autonomía privada está limitada por las buenas costumbres. Al igual que en el caso del
orden público, el concepto de buenas costumbres es habitualmente utilizado por el legislador,
pero carece de definición legal. Al respecto, la doctrina señala que la noción de buenas
costumbres constituye un aspecto particular del orden público cuyos contornos son
imprecisos; comprende la moral sexual –buenas costumbres stricto sensu- pero asimismo las
ideas morales admitidas en una época determinada. Asimismo se ha señalado que las buenas
costumbres son “los principios que son moralmente predominantes en una determinada
época”.
15.Clases
Esta materia se elabora desde la doctrina a partir de la clasificación que se hace en el Código
Civil respecto a los contratos.
1) UNILATERALES Y BILATERALES
2) CONSENSUALES Y REALES
3) PUROS Y SIMPLES Y SUJETOS A MODALIDADES
4) TITULO GRATUITO A TITULO ONEROSO
5) PRINCIPALES Y ACCESORIOS
6) SOLEMNES Y NO SOLEMNES
7) ENTRE VIVOS Y POR CAUSA DE MUERTE
8) CONSTITUTIVOS, DECLARATIVOS Y TRANSLATICIOS
9) DE EJECUCIÓN INSTANTÁNEA, DE EJECUCIÓN DIFERIDA Y TRACTO SUCESIVO
10)PATRIMONIALES Y DE FAMILIA
11)TÍPICOS, NOMINADOS Y ACTOS ATÍPICOS O INNOMINADOS

1) UNILATERALES Y BILATERALES
En atención a: En número de partes
Esta clasificación atiende únicamente al número de partes, independientes al número de personas
que conforme cada parte. (art. 1438)
1. Unilaterales: Son aquellos que para nacer a la vida jurídica requieren la manifestación de
voluntad de una sola parte.
2. Bilaterales: Son aquellos que para nacer a la vida jurídica requieren la manifestación de
voluntad de dos partes, independiente del número de personas que manifiesten su voluntad.
-Por ejemplo: La compraventa, arrendamiento, los contratos, la tradición, el pago efectivo, el
matrimonio, etc.

1. Acto jurídico UNILATERAL:


“Son aquellos que para nacer a la vida jurídica requieren la manifestación de voluntad de
una sola parte”.
Por ejemplo: el testamento, la oferta, la aceptación, la renuncia de un derecho, la concesión o
revocación de un poder, la ratificación de un acto nulo, etc.
“Parte”: se entiende la persona o las personas que constituyen un solo centro de intereses y
concurren con su voluntad a formar un acto jurídico.
“Autor”: a la parte cuya voluntad se requiere para dar nacimiento al acto jurídico unilateral.
La doctrina designa al acto jurídico bilateral con el nombre de convención.
“Convención”: acuerdo de voluntades de dos partes, con un propósito definido y característico que
produce como efectos la adquisición, modificación o extinción de derechos subjetivos.
Todo contrato es una convención, a través de la cual se pretende crear derechos y obligaciones.
La creación de derechos y obligaciones es el efecto propio de los contratos. Pero no toda convención
es un contrato. Entre convención y contrato hay una relación de “género-especie” siendo el género la
convención y la especie el contrato.
El CC, según se desprende de la sola lectura de los artículos 1437 y 1438, hace sinónimos los
términos convención y contrato. La doctrina en cambio diferencia claramente la convención del
contrato, estableciendo entre ambos conceptos una relación de género a especie.
Los efectos de la convención pueden consistir en la creación, modificación o extinción de un
derecho.
A su vez, se distingue entre actos jurídicos unilaterales simples y complejos. Son actos
unilaterales simples aquel que emana de la voluntad de una sola persona (v.gr. el testamento); por su
parte, el acto unilateral complejo es aquel que procede de varias personas físicas que están
manifestando una voluntad común (v.gr. la oferta que varias personas hacen para vender una casa).
Por otro lado, se distingue entre actos jurídicos no recepticios y recepticios. Son actos jurídicos no
recepticios aquellos que producen sus efectos de inmediato, sin necesidad de que el mismo sea
puesto en conocimiento de su destinatario. Por el contrario, son actos jurídicos recepticios, como
afirma ALESSANDRI, aquellos en que la declaración de voluntad que encierra, para lograr eficacia,
ha de dirigirse a un destinatario determinado, o sea, debe comunicarse o notificarse a éste. La
importancia de esta distinción radica en el hecho que todo acto jurídico unilateral y recepticio (como
lo es el ejercicio de la Opción Put) es que son esencialmente irrevocables, no siendo susceptibles de
modificación alguna una vez que han sido puestos en conocimiento del destinatario. Por lo mismo,
antes de que el destinatario tome conocimiento, el acto jurídico recepticio puede ser revocado por
quien emitió la declaración, pero desde que el destinatario tomó conocimiento adquiere el carácter de
irrevocable.

2. Acto Jurídico BILATERAL


“Es aquel que para nacer a la vida jurídica requiere de la manifestación de voluntad de dos
partes”.
-Por ejemplo: los contratos, la tradición, el pago efectivo, el matrimonio, etc.
De acuerdo con la doctrina nacional, todo acto jurídico bilateral es una convención, sea que esté
dirigida a crear, modificar o extinguir obligaciones. Si el fin es crear obligaciones, la convención toma
el nombre específico de contrato.
La compraventa es un contrato porque crea la obligación para el vendedor de dar una cosa y para
el comprador la obligación de pagarla en dinero. Pero la tradición de una cosa y el pago del precio
son sólo convenciones, porque extinguen las respectivas obligaciones creadas por el contrato de
compraventa.
El Código Civil hace sinónimos el contrato y la convención (arts. 1437 y 1438), lo que es
considerado como un error por la doctrina.
No hay que confundir entre actos jurídicos unilaterales y bilaterales, con la distinción del art.
1.439 del CC respecto a los contratos, ya que los contratos son siempre actos jurídicos bilaterales,
siempre hay 2 partes. Pero la distinción del 1.439 dice relación con el número de obligados en un
contrato.
Art. 1.439 CC: El contrato es unilateral cuando una de las partes se obliga para con otra que no
contrae obligación alguna; y bilateral, cuando las partes contratantes se obligan recíprocamente.
*También existen los actos jurídicos PLURILATERALES: que son aquellos que para nacer
requieren de la manifestación de voluntad de más de dos partes como, por ejemplo, la novación por
cambio de acreedor se requiere la voluntad del deudor, del tercero que acepta la nueva obligación
que contrae en su favor el deudor y del acreedor que consiente en liberar de la obligación primitiva al
deudor (art. 1631 Nº 2).
Art. 1631 CC: La novación puede efectuarse de tres modos:
1º. Substituyéndose una nueva obligación a otra, sin que intervenga nuevo acreedor o deudor;
2º. Contrayendo el deudor una nueva obligación respecto de un tercero, y declarándole en
consecuencia libre de la obligación primitiva el primer acreedor;
3º. Substituyéndose un nuevo deudor al antiguo, que en consecuencia queda libre.
Esta tercera especie de novación puede efectuarse sin el consentimiento del primer deudor.
Cuando se efectúa con su consentimiento, el segundo deudor se llama delegado del primero.

2) CONSENSUALES Y REALES
En atención a: la forma en que se perfecciona el acto jurídico.
1) Consensuales: “Son aquellos que para su perfección basta la manifestación de voluntad o el
consentimiento de las partes, cualquiera que sea la forma de la manifestación (oral, escrita o
por señas)”.
El consentimiento es la concordancia de dos declaraciones de voluntad emitidas por dos sujetos
diversos que persiguen fines de interés común o de conveniencia recíproca.
Ejemplos de actos consensuales: compraventa de cosas muebles, arrendamiento, mandato.
2) Reales: “Son los que para perfeccionarse requieren, junto a la declaración de voluntad, la
entrega de una cosa”.
Ejemplos: contratos de comodato, mutuo, depósito, prenda ordinaria, que exige la entrega de la
cosa garante al acreedor. En materia de contratos, esta distinción se encuentra recogida en el art.
1443.

3) PUROS Y SIMPLES Y SUJETOS A MODALIDADES


En atención a: Si los actos jurídicos producen o no de inmediato y sin limitación sus efectos y para
siempre o no se alteren los que normalmente tienen éstos.
1) PUROS Y SIMPLES:
“Son aquellos que producen sus efectos de inmediato y sin limitaciones”.
2) SUJETO A MODALIDADES:
“es aquel cuyos efectos están subordinados a una modalidad”.
Modalidades: cláusulas que se incorporan a un AJ con el fin de alterar sus efectos normales. Las
principales son la condición, el plazo y el modo, que es la carga impuesta al beneficiario de un acto a
título gratuito. La doctrina agrega la representación y la solidaridad.
Ejemplo: el testador lega una casa imponiéndole al legatario el deber de hacer construir una
capilla en el jardín. La doctrina también agrega la representación y la solidaridad, pues alteran los
efectos normales del acto jurídico en que inciden.

4) TITULO GRATUITO A TITULO ONEROSO


En atención a: La utilidad o beneficio que reporta el acto jurídico para quienes lo ejecutan.
1) TÍTULO ONEROSO:
“Esto es, cuando tiene por objeto la utilidad de ambos contratantes, gravándose cada uno
a beneficio del otro”.
SUBCLASIFICACIÓN:
1. Conmutativos: Es aquel en que cada una de las partes se obliga a dar o hacer una cosa que
se mira como equivalente a lo que la otra parte debe dar o a ser a su vez (v.gr. la
compraventa, el arrendamiento).
2. Aleatorios: equivalente consiste en una contingencia incierta de ganancia o pérdida (v.gr. la
renta vitalicia).

2) TÍTULO GRATUITO:
“O de beneficencia es aquel que sólo tiene por objeto la utilidad de una de las partes,
sufriendo la otra el gravamen”. (1440 CC).
5) PRINCIPALES Y ACCESORIOS
En atención a: Si el ato jurídico subsiste o no por sí mismo.
1) Principal: Es aquel que subsiste por sí mismo, sin necesidad de otro. Por ejemplo, la
compraventa.
2) Accesorio: Es aquel que para subsistir necesitan de un acto principal que les sirva de
sustento.
Subclasificación: Los accesorios se dividen en de garantía y dependientes.
1. Garantía: (Denominadas “cauciones” por el art. 46 cc) “Son los que tiene por objeto asegurar
el cumplimiento de una obligación principal, de manera que no pueda subsistir sin ella.
Por ejemplo: La fianza, la prenda, la hipoteca, etc.
2. Dependientes: Son los que para existir o para producir sus efectos están subordinados a la
existencia de otros, pero no para asegurar el cumplimiento de estos últimos.
Por ejemplo: las convenciones matrimoniales que se celebran antes del matrimonio, no valen
si éste no se efectúa (art. 1716).
*Es necesario precisar que los actos accesorios pueden existir antes que el acto principal,
como ocurre con el ejemplo de las capitulaciones matrimoniales o con la hipoteca constituida para
caucionar obligaciones futuras (art. 2413).
6) SOLEMNES Y NO SOLEMNES
En atención a: si la ley exige o no formalidades para la celebración del acto jurídico.
1) Solemnes o Formales: “Son aquellos que para su perfeccionamiento están sujetos a ciertas
formalidades especiales, de manera que sin ellas no produce ningún efecto civil”.
“Son aquellos para cuyo perfeccionamiento la ley o la voluntad de las partes exige que la
declaración de voluntad se haga en una determinada forma”.
Por ejemplo, la compraventa de bienes raíces debe ser otorgadas por escritura pública. Si un acto
solemne se celebra sin cumplir con la formalidad prescrita por la ley adolece de inexistencia o de
nulidad absoluta (art. 1682), dependiendo si la solemnidad se requiere para la existencia o para la
validez del acto, respectivamente, (Para mí nulidad absoluta en ambos casos).
2) No solemnes: “Son aquellos en que la ley no se exige ninguna forma determinada, o sea, por
lo que la declaración de voluntad puede hacerse en cualquier forma”.
También existen los actos solemnes por determinación de las partes. La RG es que la ley
es la que da a un acto el carácter de solemne o no solemne, pero las partes pueden hacer
solemne un acto que por exigencia de la ley no lo es. Así sucede con la compraventa de cosas
muebles (art. 1802).
Un acto solemne por mandato de la ley no es lo mismo que uno que lo es por voluntad de las
partes; si en el primer caso faltan solemnidades, el acto es nulo absolutamente; en cambio, en el
segundo caso, el acto puede producir efectos aun cuando no se cumplan las formalidades, si se
ejecutan hechos que importan renuncia de éstas.

7) ENTRE VIVOS Y POR CAUSA DE MUERTE


En atención a: Si el acto jurídico para producir sus efectos requiere o no la muerte del autor o de una
de las partes.
1) Entre vivos: “Es es aquel que para producir los efectos que les son propios no requieren
de la muerte del autor o de alguna de las partes”.
2) Acto mortis causa: o por causa de muerte es aquel en que, para producir la plenitud de
sus efectos, requiere de la muerte del autor o de una de las partes, como presupuesto
necesario e indispensable. Por ejemplo, el testamento (art. 999), el mandato destinado a
ejecutarse después de la muerte del mandante.
Art. 999 CC: El testamento es un acto más o menos solemne, en que una persona dispone del
todo o de una parte de sus bienes para que tenga pleno efecto después de sus días, conservando la
facultad de revocar las disposiciones contenidas en él, mientras viva.

8) CONSTITUTIVOS, DECLARATIVOS Y TRANSLATICIOS


En atención a: Si constituyen o declaran un derecho o situación jurídica nueva, o si transfieren a un
nuevo titular un d° ya existente.
1) CONSTITUTIVOS: Son los que crean un derecho nuevo o una situación jurídica nueva.
Ejemplos: el matrimonio, que crea el estado civil de casado; los contratos que hacen nacer
obligaciones y crean la calidad de acreedor y deudor.
2) DECLARATIVOS: Son aquellos que se limitan a reconocer el derecho o la situación anterior,
preexistente.
Los actos declarativos “constatan”, declaran, pues, situaciones o derechos existentes con
anterioridad al acto que formula el reconocimiento o la declaración.
Ejemplo típico en este sentido es el acto de partición, que pone fin a la comunidad: las partes
indivisas que tenían los comuneros en la cosa común son sustituidas por partes divididas, pero
sin que hay transferencia de estas partes de un comunero a otro; se reputa que éstos siempre
han tenido, desde el nacimiento de la comunidad, la parte que por la partición se les adjudicó. Se
considera que la retroactividad, aunque no esencial o necesaria, es una consecuencia natural de
los actos declarativos: éstos tienden a producir sus efectos desde el momento en que se originó la
relación jurídica y no sólo desde que se “constató” o reconoció.

3) TRANSLATICIOS: o traslativos son los que transfieren a un nuevo titular un derecho ya


existente. Ejemplos: la cesión de un crédito, la tradición de un derecho real.

9) DE EJECUCIÓN INSTANTÁNEA, DE EJECUCIÓN DIFERIDA Y TRACTO SUCESIVO


En atención a: La permanencia en el tiempo de los actos jurídicos.
1) Ejecución Instantánea: Producen sus efectos inmediatamente de celebrados, los que se
ejecutan de inmediato y de una sola vez, de manera que realizada la prestación debida,
desaparece el vínculo contractual y las obligaciones recíprocas.

2) Ejecución Diferida: Son aquellos cuyos efectos se van cumpliendo progresivamente, en el


plazo estipulado por las partes.
En este último caso, estamos ante un plazo tácito, definido por el artículo 1494 como el
indispensable para cumplir la obligación).
Ejemplo: Contrato de compraventa en el que se pacta que el precio se pagará en cierto plazo,
es decir, compraventa con pago en cuotas, o un ctto de mutuo, en el que el mutuario se obliga al
servicio de la deuda en determinado número de cuotas; el ctto de construcción, cuando un
arquitecto se obliga a construir una casa y entregarla “llave en mano” en un cierto plazo, etc.

3) Tracto Sucesivo: “Son aquellos que en el periodo de tiempo establecido por la ley o acordado
por las partes, van renovando sus efectos”. El ctto se cumple íntegramente, pero acto seguido
van renovando sus efectos.
Son aquellos cuyas obligaciones van naciendo y extinguiéndose sucesiva y periódicamente
mientras dure la vigencia de ellos, esto es, aquellos en que la relación contractual se agota y se
renueva por períodos continuos. Por ejemplo, el arrendamiento.
Estos contratos suelen llevar una cláusula en cuya virtud sus efectos se van renovando por
períodos similares, salvo voluntad contraria de las partes. Cuando se verifica la renovación, se
habla de "tácita reconducción".
Ejemplos: ctto de arrendamiento o sociedad.
10)PATRIMONIALES Y DE FAMILIA
Según el contenido de los actos se distingue entre actos de derecho de familia y actos de derecho
patrimonial.
1) Del derecho de familia: Son aquellos que tienden a regular intereses ideales concernientes al
estado o situación de las personas en el círculo de la familia.
En ellos prevalecen sobre los intereses de los particulares los intereses superiores del núcleo
familiar. Por eso el rol de la voluntad de los particulares en estos actos se reduce a constituir el
determinado acto que se quiere celebrar, encargándose la ley de señalar los efectos.
En el matrimonio, por ejemplo, los contrayentes se limitan a expresar su voluntad de tenerse por
cónyuges, y es la ley la que fija los derechos y obligaciones personales de los cónyuges, sin que
éstos pueden alterar tales consecuencias jurídicas.

2) Patrimoniales: son aquellos que tienen por objeto crear, modificar o extinguir relaciones de
carácter pecuniario, esto es, apreciable en dinero. Por ejemplo, la compraventa.

11)TÍPICOS O NOMINADOS Y ACTOS ATÍPICOS O INNOMINADOS


En atención a: Si están regulados o no por la ley.
1) Típicos o Nominados: Son aquellos reglamentados por la ley, que señala el supuesto de
hecho al cual atribuye efectos jurídicos y determina éstos. Así la ley puede reglamentar su
estructura como sus efectos.
Por ejemplo: matrimonio, adopción, testamento, compraventa, arrendamiento, mandato, hipoteca,
etc.
2) Atípicos o Innominados: Son los que no están configurados por la ley; ésta no les ha
trazados su figura propia. Surgen como creación de los particulares cuando las necesidades e
intereses de éstos no encuentran adecuado medio de expresión en los actos típicos.
Lo importante de esta clasificación es que los actos nominados producen los efectos previstos por
la ley, aunque quienes los celebren lo ignoren. Los actos innominados, en cambio, producen los
efectos que las partes han previsto, rigiéndose subsidiariamente por las normas generales relativas a
los actos y declaraciones de voluntad.
Tampoco puede considerarse nominado un acto por el simple hecho de que la ley lo mencione o
lo considere en algunas de sus disposiciones para determinados efectos: así, por ejemplo, una ley
podría gravar con un impuesto especial el contrato de los futbolistas profesionales, y no por eso tal
contrato sería nominado, ya que la legislación chilena no lo disciplina como una figura jurídica
especial. También son innominados en nuestro ordenamiento jurídico los contratos de talaje y
muchos otros.
Un contrato innominado puede pasar a ser nominado si el legislador llega después a disciplinarlo
especialmente. Es lo que ha ocurrido entre nosotros, por ejemplo, con el leasing habitacional que es
un contrato de arrendamiento de viviendas con promesa de compraventa, figura nueva creada con la
amalgama de dichos contratos.
Los actos innominados, conforme al principio de la autonomía de la voluntad y de la libertad de
las convenciones, tienen pleno valor, siempre, naturalmente, que se ajusten a las normas generales
que regulan los actos y declaraciones de voluntad, al orden público y a las buenas costumbres.
12) CAUSALES Y ABSTRACTOS
En atención a: Si la causa opera como elemento esencial.
1) Causales: Son los actos en cuyo perfeccionamiento debe concurrir como elemento esencial la
causa. Si ella falta o es ilícita, el acto adolece de nulidad absoluta y no produce efecto alguno.
Ejemplos de actos causales son la compraventa, el arrendamiento, el mutuo, etc.
2) Abstractos: son aquellos en cuyo perfeccionamiento la causa no aparece como elemento
constitutivo. Se perfeccionan y funcionan separados o abstraídos de la causa, desvinculados
de ella. Por tanto, si falta la causa o es ilícita, el acto queda válido y produce sus efectos.
Ejemplos de actos abstractos en nuestra legislación son la delegación, la estipulación a favor
de tercero, la fianza y los demás contratos de garantía por deuda ajena y, ciertos títulos de
crédito como la letra de cambio.
La presente clasificación no se funda en la presencia o ausencia de causa, pues sería absurdo
concebir un acto sin causa. El fundamento de la distinción es otro. Tratándose de actos abstractos, la
causa no es requisito esencial en el perfeccionamiento de ellos, no se toma en cuenta para la
constitución de los mismos y, por ende, para la producción de sus efectos; pero esto no significa que
no existe.
Todo acto abstracto presupone una obligación o relación jurídica que aquel precisamente tiende a
satisfacer o reforzar. Esta relación se llama fundamental o subyacente. Fundamental porque
constituye el fundamento de todo el complejo de la situación en que actúa el acto abstracto; y,
subyacente, porque está como debajo de éste y cubierta por el mismo. La falta o ilicitud de causa del
acto abstracto o, lo que es lo mismo, la inexistencia de la relación subyacente o la ilicitud de ella, sólo
puede hacerse valer entre las partes de dicha relación y frente a terceros de mala fe, pero no puede
legarse respecto de terceros de buena fe porque se vulneraría la seguridad jurídica que el acto
abstracto tiende a resguardar y que es su principal razón de ser.
Los actos abstractos existen en derecho por razones prácticas. Su misión primordial es dar
seguridad a la adquisición de ciertos derechos y hacer expedita la circulación de los mismos.
Requerido el juez para el cumplimiento de un acto abstracto sólo debe considerar si el deudor se
comprometió a pagar y nada más; no tiene que indagar la causa del acto. Los actos abstractos
también facilitan los negocios, ya que pueden ser empleados para fines más diversos; su formación y
funcionamiento con la causa en blanco lo permite. En resumen, los actos abstractos dan seguridad a
la adquisición de los derechos, hacen expedita la circulación de los mismos y facilitan así el tráfico
jurídico; constituyen títulos indiscutibles de derechos, pues evitan que el deudor pueda invocar
medios de defensa extraños al título mismo.
Sólo la ley puede establecer actos abstractos. Porque según nuestro CC la causa es requisito
esencial del acto o declaración de voluntad, un elemento constitutivo del acto, de su naturaleza
intrínseca y la omisión de estos requisitos está sancionada con la nulidad absoluta. El carácter de la
sanción pone de manifiesto que la causa, como todos los elementos constitutivos del acto jurídico, es
de orden público, o sea, los particulares no pueden prescindir de ella.

13) VERDADEROS Y SIMULADOS


En atención: Al contenido real.
1) Verdaderos: No esconcen un fingimiento concertado por las partes.
2) Simulados: De acuerdo a que los actos jurídicos escondan o no algún fingimiento concertado
por las partes, los actos jurídicos son simulados o verdaderos. La simulación puede ser
absoluta o relativa.

16.El abuso del derecho


kl
17.Elementos

1. Esenciales.
2. Naturales o de la naturaleza.
3. Accidentales.

Art. 1444 CC.


Se distinguen en cada contrato las cosas que son de su esencia, las que son de su naturaleza, y
las puramente accidentales. Son de la esencia de un contrato aquellas cosas sin las cuales o no
produce efecto alguno, o degenera en otro contrato diferente; son de la naturaleza de un contrato las
que no siendo esenciales en él, se entienden pertenecerle, sin necesidad de una cláusula especial; y
son accidentales a un contrato aquellas que ni esencial ni naturalmente le pertenecen, y que se le
agregan por medio de cláusulas especiales.

1. Esenciales: Aquellos sin los cuales o no produce efecto alguno o degenera en otro contrato
diferente.
Son los necesarios y suficientes para la constitución de un acto jurídico. Necesarios porque la
falta de uno de ellos excluye la existencia del negocio; suficientes porque ellos se bastan para darle
esa existencia y, por consiguiente, su concurrencia constituye el contenido mínimo del acto.
No existe uniformidad en doctrina para la enumeración de los elementos de la esencia comunes o
generales. La doctrina tradicional señala en tal carácter a la voluntad, el objeto y la causa.
Se dividen en:
1) Comunes: Son aquellos que no pueden faltar en ningún acto jurídico, cualquiera que sea.
Estos se relacionan con los requisitos de existencia.
2) Específicos: Son los requeridos para cada acto jurídico en especial, constituyendo los
elementos de la esencia propios y característicos del acto jurídico determinado. Por
ejemplo, en el contrato de promesa, se requiere como requisito esencial específico un
plazo o condición que fije la época de celebración del contrato.
Sanción: Según la doctrina
1) Comunes: Al relacionarse con los requisitos de existencia, sería según parte de la doctrina, la
nulidad absoluta, y según otra parte, la nulidad relativa.
2) Específicos: Simplemente degenera en otro contrato diferente, en virtud del cual la voluntad es
idónea para la generación de tal acto. Siguiendo al art. 1444, la omisión de uno de estos
elementos impide que se produzcan los efectos propios del acto jurídico, pero no cierra la
posibilidad de que se produzcan los efectos de otro acto jurídico, para cuya existencia fue
idónea la manifestación de voluntad
Así, el precio en dinero es un requisito esencial en la compraventa, pero no existe en otros actos.
Por ende, si las partes estipulan que el precio se pagará en una especie distinta del dinero, no hay
compraventa, pero sí permuta. Asimismo, es de la esencia del comodato (préstamo de uso) ser
gratuito, por lo que si el comodatario paga un precio por el uso de la cosa, el acto jurídico deja de ser
comodato y degenera o se transforma en arrendamiento.

Art. 1445 CC: Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es
necesario:
1.Que sea legalmente capaz.
2. Que consienta en dicho acto o declaración y su consentimiento no adolezca de vicio.
3. Que recaiga sobre un objeto lícito.
4. Que tenga una causa lícita.
La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por sí misma, y sin el ministerio o
la autorización de otra.

2. Naturaleza: Aquellos que no siendo esenciales, se entienden pertenecerle, sin necesidad de


una cláusula especial. Ejemplo: Condición resolutoria tácita.
La denominación elementos de la naturaleza es rechazada por un sector de la doctrina que
considera que mal pueden las consecuencias de un acto ser elementos del mismo. Se observa que
en verdad no existen elementos naturales del acto jurídico. Lo que sí hay son efectos naturales, es
decir, aquellos que la ley subentiende y que no requieren, por lo mismo, de una declaración de
voluntad para existir, pero que las partes, si quieren pueden eliminar sin alterar con ello la esenciadel
acto jurídico.
Es interesante advertir que el CC no habla de elementos de la naturaleza sino que dice que en
todo contrato se distinguen “cosas” de la esencia, de la naturaleza y accidentales, con lo que no
incurre en el error denunciado. De lo dicho fluye que solamente son elementos del acto jurídico, en el
sentido de partes constitutivas de la esencia o forma de una cosa, los esenciales, que son los únicos
que jamás pueden faltar. (Thompson Reutters).
Cabe advertir que más que “elementos”, se trata de “efectos” que la ley subentiende o incorpora a
los actos jurídicos cuando las partes han guardado silencio. Por ende, el Código no incurre en error al
hablar de “cosas” de la naturaleza. (Cristián Boetsch).
Ejemplo de elementos de la naturaleza del contrato de compraventa es la obligación del vendedor
es el saneamiento de la evicción y de los vicios redhibitorios, pues se entienden incorporados sin
necesidad de cláusula especial; sin embargo, por no ser cosas esenciales las partes pueden
eliminarlos.
3. Accidentales: Son aquellos que ni esencial, ni naturalmente le pertenecen y que se le
agregan por medio de cláusulas especiales.
Son aquellos que las partes pueden, en virtud de la autonomía privada, incorporar a éste, sin
alterar su naturaleza.
Ejemplo: Cláusula penal.
Las cosas accidentales pueden referirse a la existencia del acto. Así, las partes pueden efectuar
una declaración expresa consistente en que una compraventa de un bien mueble (de carácter
consensual) no se reputará perfecta sino hasta que se otorgue una escritura pública (art. 1802).
Más frecuentes son las cláusulas que las partes incorporan en relación a la eficacia del acto. Por
ejemplo, la estipulación de una condición, plazo, o modo para el cumplimiento de una obligación.
A modo de síntesis, de todos los mencionados, los únicos verdaderos elementos o requisitos
constitutivos del acto son los esenciales. Los naturales no forman parte de la estructura del acto
jurídico sino que dicen relación con sus efectos. Por lo que atañe a los elementos accidentales, no
son requisitos constitutivos del acto, y por ende la ley no requiere de ellos para que el acto produzca
sus efectos.
18.Requisitos
A lo largo de la historia ha habido cierta discrepancia acerca de los requisitos de los actos
jurídicos, es por eso que hay doctrina que sostiene la distinción entre los requisitos de existencia y
validez, mientras que otros la niegan.
Doctrina que afirma esta teoría:
Esta doctrina afirma que el acto que nace a la vida del derecho debe cumplir con ciertas
condiciones para tener existencia sana (requisitos de existencia) y producir sus efectos en forma
estable (requisitos de validez).
El acto que nace a la vida del derecho debe cumplir con ciertas condiciones para tener una
existencia sana y producir sus efectos en forma estable.

REQUISITOS
1) Existencia
2) Validez

1) Existencia: “Son los indispensables para que el acto nazca a la vida del derecho, para que
exista como tal y produzca efectos”.

1. Voluntad
2. Objeto
3. Causa
4. Solemnidades

Algunos omiten las solemnidades pues consideran que en los actos solemnes la voluntad debe
manifestarse a través de la solemnidad, con lo cual quedarían éstas comprendidas dentro del
requisito voluntad.

Cierta parte de la doctrina señala que si faltan estos requisitos el acto jurídico es inexistente por lo
que no produce efecto alguno.

SANCIÓN: Nulidad Absoluta o Inexistencia según la teoría doctrina que se siga.


1) VOLUNTAD:

“La voluntad es el libre querer interno de hacer o no hacer alguna cosa”.


Para generar un acto jurídico unilateral basta con la sola voluntad de su autor; en cambio, para
dar existencia a los actos jurídicos bilaterales se necesitan dos voluntades, y más de dos para los
actos plurilaterales. En este caso las voluntades concordantes toman el nombre de consentimiento.
Pero es de advertir que a menudo la palabra consentimiento es tomada, de una manera general,
como sinónimo de voluntad, o sea, se habla de consentimiento tanto para referirse a la única
voluntad de los actos unilaterales como a las dos o más de los actos bilaterales y plurilaterales.
En los actos jurídicos unilaterales, se habla propiamente de “voluntad”, mientras que en los actos
jurídicos bilaterales ésta toma el nombre de “consentimiento”, que es el acuerdo de las voluntades
de dos o más personas dirigido a lograr un resultado jurídico.

Requisitos:

1. Debe ser seria.


2. Debe manifestarse.

1) Seria: Aquella voluntad que existe el propósito de producir un efecto práctico sancionado por
el Derecho.
Ejemplo legal de voluntad no seria: Art. 1478 CC.
Por ende, no es seria la voluntad que se manifiesta sólo por cortesía, con el propósito de
bromear, etc., cuestión que deberá determinar el juez. Así, carece de seriedad la oferta de celebrar
un contrato que, contenida en el libreto de una obra teatral, es manifestada al público asistente a la
representación de la obra.
2) Manifestarse: Es decir, es necesario que se proyecte externamente, es decir que se declare.

La voluntad puede manifestarse de diversas formas:


1. Expresa.
2. Tácita.
3. Presunta.
4. Silencio como manifestación de la voluntad.

1. Voluntad Expresa:

“Es decir, se exterioriza la voluntad a través de una declaración contenida en palabras (lenguaje
hablado o escrito) o incluso gestos o indicaciones”.
Ejemplo: la celebración de cualquier contrato por escritura pública.
No es posible concebir una declaración sin un destinatario. La claridad es un deber del
declarante. Este principio es acogido por el CC en las reglas de interpretación de los contratos:

Art. 1566 CC:


No pudiendo aplicarse ninguna de las reglas precedentes de interpretación, se interpretarán las
cláusulas ambiguas a favor del deudor.
Pero las cláusulas ambiguas que hayan sido extendidas o dictadas por una de las partes, sea
acreedora o deudora, se interpretarán contra ella, siempre que la ambigüedad provenga de la falta
de una explicación que haya debido darse por ella.
Sobre el declarante pesa la obligación de hablar claro, sin ambigüedades. La claridad es un
deber impuesto al declarante por el principio de la buena fe contractual (art. 1546), y por ello tiene
que soportar las consecuencias de su falta de claridad. Por ello, conforme al art. 1566 las cláusulas
ambiguas dictadas por una parte se interpretarán contra ella, siempre que la ambigüedad provenga
de la falta de explicación que le sea imputable.

2. Voluntad Tácita:

“Es aquella que realiza a través de un comportamiento que, a diferencia de la declaración, no va


dirigido a un destinatario. Existe una conducta concluyente: conducta de la cual, a través de un
proceso de deducción lógica, se hace posible extraer una conclusión inequívoca, y desprender una
manifestación de voluntad implícita o indirecta”.
Ejemplo: si en una tienda una persona coge un objeto y pide al empleado que se lo envuelva,
ninguna duda cabe que, a pesar de no haber abierto la boca, la voluntad de ese sujeto es comprar la
cosa.

Requisitos:
1. El hecho debe ser concluyente: por ejemplo, art. 1241 del Código Civil, aceptación de una
herencia.
2. El hecho debe ser inequívoco: es decir, que no pueda ser interpretado de manera diferente:
por ejemplo, el mismo art. 1241; o art. 1956 del Código Civil, en el contrato de arrendamiento
de un inmueble, cuando opera la “tácita reconducción”.
3. Que sea incompatible con una voluntad contraria: por ejemplo, arts. 1654, remisión tácita de
la deuda; 2124, aceptación tácita del mandato; 2164, cuando estamos ante la revocación
tácita de un mandato; o art. 1516, a propósito de la renuncia a la solidaridad hecha por el
acreedor, todos del Código Civil.

3. Voluntad Presunta:

“Sería la que la ley deduce o presume de ciertos hechos; una determinada conducta del sujeto,
pero esta vez de carácter pasiva u omisa, se considera en ciertos casos por la ley como una
declaración de voluntad en determinado sentido. No se manifiesta la voluntad pero la ley la da por
manifestada. La ley, la convención o el juez, establecen ciertas circunstancias bajo las cuales la
inactividad de la persona, determina la manifestación de voluntad. A diferencia de la voluntad tácita,
en la presunta dicha voluntad se deduce de un no hacer algo, de abstenerse de ejecutar cierto hecho
o acto”.

Ejemplo:
1. Art. 1767: el no hacer nada, presume que la mujer no renuncia a los gananciales.
2. Art. 1233 del Código Civil: en la sucesión por causa muerte, el asignatario constituido en mora
de declarar si acepta o repudia una herencia o legado, se entenderá que repudia.
3. Art. 898, inc. 2º del Código Civil: el reivindicador que recibe del enajenador lo que se ha dado
a éste por la cosa, confirma por el mismo hecho la enajenación. Este caso también podría
encuadrarse dentro de una manifestación tácita de voluntad, pues hay al mismo tiempo una
acción (recibir el precio) y una inacción (no reivindicar).
4. Art. 666 del Código Civil: en la accesión de mueble a mueble, dispone el Código que el que
haya tenido conocimiento del uso que de una materia suya se hacía por otra persona, se
presumirá haberlo consentido y sólo tendrá derecho a su valor.
5. Art. 1718 del Código Civil: en la sociedad conyugal, a falta de pacto en contrario se entenderá,
por el mero hecho del matrimonio, contraída la sociedad conyugal.
6. Art. 135, inc. 2° del Código Civil: respecto de quienes han contraído matrimonio en el
extranjero, presumiéndose que están separados totalmente de bienes, a menos que al
inscribirlo en Chile, pacten sociedad conyugal o régimen de participación en los gananciales.
7. Art. 770, inc. 2º del Código Civil: si en la constitución del usufructo no se fija tiempo alguno
para su duración, se entenderá constituido por toda la vida del usufructuario.

Manifestación de voluntad en el CC:


Para nuestro Código Civil, por regla general, la manifestación expresa y la manifestación tácita
tienen el mismo valor. Así lo reconocen las disposiciones relativas a la aceptación de una herencia
(art. 1241) o de un mandato (art. 2124).
Por su parte, el Código de Comercio atribuye igual valor a la manifestación expresa y a la
manifestación tácita (art. 103).
Por excepción, en ciertas circunstancias previstas por el legislador no basta la manifestación
tácita, requiriéndose, por el contrario, que la voluntad sea declarada expresamente. Tal ocurre, por
ejemplo, en el testamento (arts. 1060 y 1023) y en la solidaridad (art. 1511).
También las partes, en virtud de la autonomía privada, pueden convenir que siempre la voluntad
se declare explícita y directamente.

4. El silencio como manifestación de voluntad:

La RG es que el silencio no constituye una manifestación de voluntad, dado que no implica en sí


afirmación o negación.
Sin embargo, el silencio puede tener el valor de manifestación de la voluntad en los siguientes
casos:

1. Ley.
2. Partes.
3. Juez.

1. La ley le atribuye valor:

La propia ley, a veces, reconoce a ese silencio como declaración o manifestación de voluntad.
Por ejemplo, dispone que “las personas que por su profesión u oficio se encargan de negocios
ajenos, están obligadas a declarar lo más pronto posible si aceptan o no el encargo que una persona
ausente les hace; y transcurrido un término razonable, su silencio se mirará como aceptación” (art.
2125). Igual cosa ocurre en el art. 1233 establece que el asignatario que está constituido en mora de
declarar si acepta o repudia una herencia, se presume por la ley que repudia.
2. Las partes le dan valor:
Las partes mismas pueden acordar que el silencio envuelva una manifestación de voluntad. Es
corriente que las partes en los contratos de arrendamiento, de trabajo o de sociedad estipulen que
dichos contratos se entenderán prorrogados por períodos sucesivos si ninguno de los contratantes,
antes de su vencimiento, manifestare su voluntad de ponerle término.
Si bien es admisible que las partes estipulen el silencio como declaración de voluntad, ninguna
puede unilateralmente atribuir un determinado significado al silencio ajeno. Así carece de validez la
propuesta de celebrar un contrato en que el proponente advierte al destinatario que su silencio se
mirará como aceptación.
3. El juez le atribuye valor:

Lo que se establece como el SILENCIO CIRCUNSTANCIADO Aunque el silencio por sí mismo y


por sí solo no puede constituir una manifestación de voluntad, empero puede constituirla el silencio
circunstanciado, es decir, el silencio acompañado de determinadas circunstancias que le prestan
elocuencia.

Reglamentación aplicable al silencio:


En lo que sea aplicable, se sujeta a las mismas reglas que toda manifestación de voluntad. Por
ello, es posible que se encuentre viciado por error, fuerza o dolo.

*La voluntad en los distintos tipos de actos jurídicos se verá en la formación de consentimiento.

2) Validez: “Son los requisitos necesarios para que el acto jurídico tenga una vida sana y produzca
sus efectos en forma estable”.
La omisión de un requisito de validez no impide que el acto nazca, que produzca sus efectos.
Pero nace enfermo, con un vicio que lo expone a morir si es invalidado.

1. Voluntad exenta de vicios (Dependerá del vicio)


2. Objeto Lícito. (Nulidad Absoluta)
3. Causa Lícita. (Nulidad Absoluta)
4. Capacidad. (Incapaces Absolutos → Nulidad Absoluta; Incapaces Relativos → Nulidad
Relativa).

Art. 1445, inc final: “La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por sí misma,
y sin el ministerio o la autorización de otra.”

Sanción:

Nulidad Absoluta:
1. Falta de Voluntad.
2. Falta de Objeto.
3. Falta de Causa.
4. Falta de Solemnidades.
5. Fuerza Física.
6. Error esencial.
7. Objeto ilícito
8. Causa ilícita.
9. Actos celebrados por incapaces absolutos.
Nulidad Relativa:
1. Vicios de la voluntad / Error accidental, error en la persona, dolo principal y determinante.
2. Actos celebrados por incapaces relativos.
3. Lesión enorme en CV de inmuebles.
4. Falta de formalidades habilitantes.
5. Fuerza Moral.

Doctrina que niega la teoría de requisitos de existencia y validez.

Otros autores sostienen que la distinción entre requisitos de existencia y de validez es artificial,
por cuanto no se encuentra recogida en el Código Civil. Al respecto, se afirma que el art. 1444
únicamente indica que la ausencia de un elemento esencial del acto jurídico implica que “no produce
efecto alguno o bien degenera en otro contrato diferente”. Por ende, al señalar que “no produce
efecto alguno”, únicamente se está manifestando que tal acto será ineficaz en cuanto no generará
ningún derecho y obligación; pero en parte alguna de esta norma se alude a requisitos de
“existencia”.
A su turno, acto seguido, y de modo totalmente coherente con la anterior disposición, el art. 1445
se refiere a los requisitos necesarios “para que una persona se obligue a otra por un acto o
declaración de voluntad”; es decir, para que el acto surta efectos y sea eficaz (en el sentido de
generar obligaciones). Tampoco esta disposición distingue entre requisitos de existencia y de validez.

19.Voluntad y consentimiento. La oferta.

LA VOLUNTAD EN LOS DIVERSOS TIPOS DE ACTOS JURÍDICOS


1) En los actos jurídicos UNILATERALES:
Según hemos indicado, en los actos unilaterales únicamente se requiere la voluntad de su autor.
Sin embargo, y como ya se adelantó, en esta clase de actos se suele distinguir si para su perfección
se requiere o no que sean conocidos por el destinatario de la voluntad del autor.
Así, los actos jurídicos unilaterales no recepticios se perfeccionan en el momento en que la
voluntad se declara o manifiesta en la forma prescrita por la ley (ej: el testamento). En cambio, los
actos jurídicos unilaterales recepticios se perfeccionan cuando llegan a conocimiento de la persona a
la cual están dirigidos (ej: el desahucio del arrendamiento de una cosa sin plazo fijo), y a partir de tal
momento son de carácter irrevocable.
2) En los actos jurídicos BILATERALES:
La voluntad en los actos jurídicos bilaterales toma el nombre de consentimiento.
El consentimiento de las partes, que basta por sí solo para la formación de los contratos
consensuales, ha sido definido como el encuentro de dos declaraciones de voluntad que,
emitidas por dos sujetos diversos, se dirigen a un fin común y se funden.
Consentimiento: “Acuerdo de voluntades, necesario para dar nacimiento a un acto jurídico
bilateral”.

Formación del Consentimiento en los Actos Jurídicos Bilaterales


1. Regulación Legal.
El Código Civil no regula el proceso de formación del consentimiento, sino los caracteres que
deber tener para su existencia y validez.
El Código de Comercio, en cambio, dedica sus artículos 97 a 108 a normar dicho proceso. Sus
reglas tienen cabida también en materia civil, porque no obstante estar contenidas en un Código
especial, son por su naturaleza generales y deben, por lo tanto, tener una aplicación general,
conforme al principio según el cual el alcance de las disposiciones lo fija la propia naturaleza de ellas
y no la ubicación que las mismas tienen en un determinado Código o ley, y, justamente, las reglas
sobre la formación del consentimiento que establece nuestro Código de Comercio son de naturaleza
general, y no especial o excepcional. De la misma manera lo entendió el Mensaje con que el
Presidente de la República presentó el Proyecto de Código de Comercio al Congreso Nacional: ese
documento, que forma parte de la historia de la ley, expresa que en lo relativo a la formación del
consentimiento el Código de Comercio viene a llenar un “sensible vacío de nuestra legislación
comercial y civil”.
De las disposiciones del Código de Comercio se desprende que para la formación del
consentimiento se requiere de la concurrencia de dos actos sucesivos: la oferta y la aceptación.
Requisitos:
1. Oferta.
2. Aceptación.

1. La Oferta:
“Acto jurídico unilateral por el cual una persona propone a otra celebrar una determinada
convención”.
La parte que realiza la oferta se denomina: oferente.
Hay que tener en cuenta que la oferta es un AJ unilateral recepticio, es decir, para que produzca
los efectos jurídicos deseados por su autor es necesario que la persona a la que va dirigida
manifieste su voluntad.
Requisitos:
Al ser un acto jurídico unilateral debe cumplir con los requisitos de existencia y validez del acto
jurídico.
1. Voluntad Seria: esto es con la intención de obligarse.
2. Oferta Completa: entendiéndose por tal aquella que se formula en términos tales, que basta
con la simple aquiescencia o aprobación de la persona a quien la oferta se ha dirigido, para
que la convención propuesta se perfeccione (ej: “te vendo tal cosa a tal precio”)
La propuesta que no indica los elementos esenciales de la convención es una oferta incompleta
(v.gr., “te vendo tal cosa a un precio módico”), y en ellas el oferente pretende establecer una
negociación o conversación preliminar, de la cual puede derivar una oferta completa. La
respuesta del destinatario de la propuesta primitiva, formulando a su vez una oferta, se llama
contraoferta. Si la oferta incompleta se responde con una contraoferta completa, que es aceptada
por el primitivo oferente, se forma el consentimiento.

Clases de Oferta:
1. Expresa: Es la que revela directa y explícitamente la voluntad de contratar. La oferta expresa
puede ser verbal (por palabras o gestos) o escrita.
2. Tácita: Es la que se desprende de un comportamiento que revela inequívocamente la
proposición de celebrar una convención.
Ejemplos: la circulación de vehículos de servicio público (ofrecen celebrar el contrato de
transporte); los restaurantes automáticos; la exhibición en las vitrinas comerciales de mercaderías
con el precio fijado, etc.
3. Hecha a persona determinada: Es aquella que va dirigida a un sujeto debidamente
individualizado, sea o no conocido del oferente.
Art. 105, inc 2 c.com: llevan siempre la condición implícita de que al tiempo de la demanda:
1. No hayan sido enajenados los efectos ofrecidos.
2. No hayan sufrido alteración en su precio.
3. Existan en el domicilio del oferente.

4. Hecha a persona indeterminada.


Tiene lugar cuando se dirige al público en general, y no a una persona en particular, y en términos
tales que cualquiera puede aceptarla, y el que la acepte tendrá derecho a exigir el cumplimiento del
contrato.
Ejemplo: avisos en los diarios, y en general, todos los establecimientos comerciales que ofrecen
sus mercancías o servicios mediante un precio señalado de antemano, hacen una oferta a personas
indeterminadas.
Art. 105, inc 1 c.com: Las ofertas indeterminadas contenidas en circulares, catálogos, notas de
precios corrientes, prospectos, o en cualquiera otra especie de anuncios impresos, no son
obligatorias para el que las hace.
Ciertos autores estiman que habría una derogación tácita respecto de los contratos celebrados al
amparo de la Ley Nº 19.496 sobre Protección de las Derechos de los Consumidores:
Art. 12, Ley 19.496: “Todo proveedor de bienes o servicios estará obligado a respetar los
términos, condiciones y modalidades conforme a las cuales se hubiere ofrecido o convenido con el
consumidor la entrega del bien o la prestación del servicio”.
Desde luego, tal derogación sólo se extiende a los actos a que le son aplicables la Ley Nº 19.496
2. La Aceptación:
“Es el acto jurídico unilateral por el cual el destinatario de la oferta manifiesta su total conformidad
con ésta, aceptando la proposición”.
El destinario que acepta la oferta se llama: aceptante.
Clases de Aceptación:
1. Expresa o tácita: Es expresa cuando la voluntad de aceptar se declara en términos explícitos,
sea verbalmente o por escrito, según lo requiera la ley. La aceptación expresa puede ser
verbal (por palabras o gestos) o escrita.
2. Tácita: Es la que se desprende de un comportamiento que revela inequívocamente la
aquiescencia o asentimiento a la oferta.
Ejemplo de aceptación tácita de una oferta a personas indeterminadas es la del sujeto que
abriendo la puerta de un taxi estacionado en un paradero, entra en el vehículo: inequívoca es su
aceptación de la oferta de celebrar el contrato de transporte.
En relación a lo anterior, el art. 103 del C.Com. establece que “la aceptación tácita produce los
mismos efectos y está sujeta a las mismas reglas que la expresa”.
3. Pura y simple: Es aquella que implica adhesión a la oferta en los mismos términos en que
ésta ha sido formulada.
Ejemplo: si alguien ofrece venderme, por determinado precio, 100 libros colocados en mi casa, y
yo respondo “conforme”, quiere decir que he aceptado expresa, pura y simplemente
4. Condicionada: La aceptación es condicional cuando contiene reservas o modificaciones que
alteran los términos de la oferta; cuando entre ésta y aquélla no hay concordancia absoluta.
Conforme al art. 102 del C.Com, la aceptación condicionada importa una contraoferta: si el
oferente acepta las modificaciones, pasa a ser aceptante de la oferta modificada, y la persona
que aceptó condicionalmente queda como nuevo oferente.
5. Parcial cuando la oferta comprende varias cosas:
Puede ocurrir que la oferta comprenda varias cosas y que el destinatario se pronuncie sólo con
respecto de alguna de ellas. Por ejemplo, A ofrece a B vender una mesa de comedor con doce sillas
y B acepta comprar la mesa, pero no las sillas.
Para determinar los efectos, hay que distinguir: (2)
1. La intención del proponente era formular una oferta divisible, con lo cual se entiende haber
hecho varias ofertas, formándose el consentimiento con respecto a aquellas que el
destinatario ha aceptado.
2. La intención del proponente era formular una oferta indivisible, con lo cual la aceptación parcial
no es idónea para formar el consentimiento y tendría sólo el alcance de una contraoferta.
Requisitos de la Aceptación para Formar el Consentimiento
1. Pura y Simple.
2. Darse en tiempo oportuno.
3. Darse mientras la oferta se encuentre vigente.
1. Aceptación pura y simple:
Art. 101 c.com: Dada la contestación, si en ella se aprobare pura y simplemente la propuesta, el
contrato queda en el acto perfeccionado y produce todos sus efectos legales, a no ser que antes de
darse la respuesta ocurra la retractación, muerte o incapacidad legal del proponente.
Por su parte, el art. 102 agrega que “la aceptación condicional será considerada como una
propuesta”.
2. En tiempo Oportuno:
Se da en tiempo oportuno aquella que se manifiesta dentro del plazo legal o dentro del plazo
señalado por el oferente, en su caso. Si el oferente no hubiere señalado un plazo para el
pronunciamiento del destinatario, éste debe aceptar dentro del término establecido por la ley.
Plazo legal:
Los arts. 97 y 98 del Código de Comercio regulan el plazo legal en que debe pronunciarse el
destinatario, distinguiendo lo siguiente:
1) Oferta Verbal: Art. 97 c.com, si la oferta es verbal, la aceptación debe darse “en el acto de ser
conocida”. Conforme a la doctrina, el término “conocida” se emplea en este caso como
“comprendida”; por ende, si se hace una oferta verbal y esta no es comprendida, no rige la
regla en análisis.
Adicionalmente, se considera aplicable el art. 97 cuando la oferta se hace por teléfono, radio u
otro medio electrónico que permita comunicación verbal inmediata, pues, aun sin estar oferente y
destinatario físicamente frente a frente, y pudiendo, inclusive, encontrarse en lugares muy distantes,
el teléfono, radio o medio electrónico permiten al destinatario pronunciarse sobre la oferta en el acto
mismo de ser conocida.
2) Oferta por Escrito:
El art. 98 c.com distingue 2 situaciones:
1. Si el aceptante reside en el mismo lugar del proponente: la propuesta debe ser aceptada o
rechazada dentro de veinticuatro horas.
2. Si reside en un lugar distinto al del proponente: La propuesta debe ser aceptada o rechazada
a vuelta de correo.
Determinar qué se entiende por “residir en el mismo lugar” es una cuestión de hecho que
corresponde al juez. Asimismo, la expresión “a vuelta de correo” no es un concepto definido por el
legislador, tampoco la ley contiene elementos que pudieran determinar su naturaleza y extensión. Por
eso la Corte Suprema ha declarado que debe quedar entregado a la prudente apreciación de los
falladores de la instancia resolver, en cada caso, si la propuesta hecha por escrito fue aceptada
dentro de aquel término. El diccionario de la RAE establece que “a vuelta de correo” significa “por
correo inmediato, sin perder día”.
Vencido los plazos la propuesta se tiene por no hecha, lo que se entiende como caducidad de la
oferta aun cuando hubiese sido aceptada.
La aceptación que se emite después de caducada la oferta se denomina aceptación
extemporánea, la cual no da nacimiento al contrato.
Con todo, aun en estas hipótesis, el proponente está obligado a dar pronto aviso de la
retractación; de lo contrario deberá responder de los daños y perjuicios que su silencio ocasionare al
aceptante extemporáneo (C. de Comercio, art. 98 incisos 2° y 3°). Cabe agregar que la aceptación no
se presume, correspondiendo, en caso de controversia sobre su existencia, probarla a quien quiera
prevalecerse de ella. Pero una vez probada la aceptación, se presume que ésta se ha dado dentro de
plazo, a menos que se acredite lo contrario.

3. Debe darse mientras la oferta se encuentre vigente:


Hay ciertos hechos que acarrean la pérdida de vigencia de la oferta los cuales son:
1. Retractación del proponente.
2. Muerte del proponente.
3. Incapacidad legal sobreviviente.
Por lo que la aceptación que se da con posterioridad a la ocurrencia de estos hechos no es
idónea para que se forme el consentimiento.
1. Retractación del Proponente.
Hay retractación cuando el proponente, arrepentido de haber hecho la oferta, la revoca, la deja sin
efecto, se desdice de ella.
Conforme al art. 99 del C.com, el oferente puede arrepentirse en el tiempo medio entre el envío
de la propuesta y la aceptación, salvo en los siguientes casos:
1. Si al hacer la oferta se hubiere comprometido a esperar contestación.
2. Si se hubiera comprometido a no disponer del objeto del contrato, sino después de
desechada o de transcurrido un determinado plazo.
Efectos de la Retractación:
Es necesario distinguir entre la retractación tempestiva y la retractación intempestiva.
1. Tempestiva:
“Es aquella que se hace antes de que la oferta sea aceptada”. Produce plenos efectos, es decir, la
oferta no subsiste y no se forma el consentimiento.
Sin embargo, el proponente queda obligado a indemnizar los gastos hechos por el destinatario de
la oferta, y los daños y perjuicios que hubiere sufrido (art. 99).
Si ninguna responsabilidad contrajera el proponente al formular la oferta y pudiera revocarla
impunemente, el destinatario siempre permanecería en estado de inseguridad, y jamás podría tomar
medida alguna para aceptar la oferta sin correr el riesgo de sacrificios . Sin embargo, el proponente
puede exonerarse de la obligación de indemnizar, cumpliendo el contrato propuesto, o sea, si deja
sin efecto su retractación (art. 100).
2. Intempestiva:
“Es la que se hace después de aceptada la oferta y también la que se hace antes de ser aceptada
pero ya recibida en el caso en que el proponente se comprometió al formular la oferta a esperar
contestación o a no disponer del objeto del contrato sino después de desechada o de transcurrido un
determinado plazo. La retractación intempestiva no produce efecto alguno, o sea, la oferta subsiste y
si la aceptación se da oportunamente, el contrato se forma, quedando obligado el proponente a
cumplirlo.
2. Muerte del Proponente.
3. Incapacidad legal sobreviniente.
Por su parte, tanto la muerte como la incapacidad legal sobreviniente obstan a la formación del
contrato si se producen antes de que se manifieste la aceptación (art. 101).

3) MOMENTO EN QUE SE FORMA EL CONSENTIMIENTO

A) IMPORTANCIA DE LA DETERMINACIÓN DEL MOMENTO.


El momento en que se forma el consentimiento tiene importancia práctica para diversos efectos,
entre otros:
1. Para establecer si las partes eran o no capaces de concluir el contrato, atendido que las partes
deben ser capaces al momento de contratar.
2. Para determinar la norma aplicable en el caso de modificación de las leyes, pues conforme al
art. 22 de la Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes, en todo contrato se entienden
incorporadas las leyes vigentes al momento de su celebración.
3. En cuanto al objeto, éste debe ser lícito al momento de contratar.
4. En cuanto a los efectos del contrato, éste los produce, por regla general, desde que se
perfecciona.

B) TEORÍAS PARA DETERMINAR EL MOMENTO EN QUE SE FORMA EL CONSENTIMIENTO.

1. Teoría de la declaración: que sostiene que el contrato se perfecciona en el momento en que


se acepta la oferta, aunque sea ignorada por el proponente.
2. Doctrina de la expedición: conforme a la cual el contrato se perfecciona en el momento en
que el aceptante se desprende de su voluntad de aceptar, como por ejemplo, cuando deposita
en el correo la carta que contiene su aceptación, aunque no es necesario que éste la haya
recibido.
3. Teoría de la recepción: en la cual el consentimiento se forma en el momento en que la
aceptación, contenida en una carta o telegrama, llega al domicilio del oferente, aunque éste lo
ignore.
4. Doctrina de la información o del conocimiento: según la cual el contrato se perfecciona
cuando el proponente tiene conocimiento real y efectivo de la aceptación.
Nuestro ordenamiento jurídico se inclina por la teoría de la declaración, atendido que preceptúa
que “dada la contestación, […] el contrato queda en el acto perfeccionado y produce todos sus
efectos legales” (art. 101 del C.Com).
Por su parte, el art. 99 establece que la retractación sólo tiene lugar antes de “la aceptación”. O
sea, el contrato queda a firme aun antes de que el proponente conozca la aceptación.
Por excepción, no se forma el consentimiento al darse la aceptación cuando las partes han
estipulado que se estime concluido en otro momento. Esto pueden hacerlo los contratantes porque la
regla legal relativa al momento en que se perfecciona el contrato consensual no es de orden público
y, en consecuencia, en virtud del principio de la autonomía de la voluntad las partes pueden
establecer que ese momento sea otro.
También constituye una excepción a la regla legal el perfeccionamiento de la donación entre
vivos, que se realiza cuando la aceptación del donatario ha sido notificada al donante (C. Civil, art.
1412). En este caso se sigue el principio señalado por la teoría del conocimiento o de la información.

C) LUGAR EN QUE SE FORMA EL CONSENTIMIENTO


Nuestra legislación dispone que “residiendo los interesados en distintos lugares, se entenderá
celebrado el contrato, para todos sus efectos legales, en el de la residencia del que hubiere aceptado
la propuesta primitiva o la propuesta modificada” (art. 104 del Código de Comercio).
Tiene importancia determinar el lugar en que se celebra el contrato para diversos efectos:
1. Para la fijación de la competencia del tribunal, en caso de que en el mismo contrato no se
establezca un domicilio convencional; y
2. Para determinar el país en que se ha celebrado el contrato, pues, es de gran interés saber qué
ley se le debe aplicar, ciñéndose al principio según el cual los actos jurídicos se rigen por la ley
del país en que se celebran (lex loci rei sitae).

4) Etapas de la formación del consentimiento según la teoría moderna:


La Responsabilidad Precontractual
La doctrina ha señalado que la regulación legal de la formación del consentimiento no recoge
adecuadamente la realidad práctica, en cuanto, previo a la oferta, suele existir un período previo de
negociación o tratativas preliminares.
Etapa de negocio preliminar: “Es aquel período en que las partes desarrollan una multiplicidad de
conductas tendientes a conocer sus puntos de vista respecto de un negocio que se proyecta, sin que
por ello entiendan quedar obligadas”.
Sobre la materia, es necesario considerar que durante el período precontractual aún no hay
intención de obligarse, sino que existe libertad para negociar, debatir distintas posturas, y así explorar
si es o no bueno contratar, intercambiando información.
a) La Doctrina Tradicional: Señala que el principio que impera es el de la libertad de contratar y,
por lo tanto, hay ausencia de obligaciones, consecuentemente no existe reproche si hay un
desistimiento unilateral y no hay responsabilidad porque se ejerce el libre derecho de
desistirse del eventual contrato, aunque haya daños.
b) La Doctrina Moderna: Cree que si puede haber responsabilidad.

En la Doctrina nacional ROSENDE señala que para que nazca responsabilidad precontractual se
requiere:
1. Que exista consentimiento en las tratativas preliminares o acuerdo en negociar .
Siempre se debe respetar el principio de la libertad para negociar (decidir si se contrata o no), pero
cuidando de respetar el patrimonio ajeno. Las partes deben ejercer su libertad dentro del marco de la
buena fe que morigera lo anterior. Si se viola la buena fe negociando y se causa un daño con culpa,
cabe la indemnización pues se está cometiendo un ilícito civil. Si el hecho es ilícito hay un delito civil.
Si el hecho el lícito también podría haber responsabilidad precontractual, pues puede tratarse de un
caso de enriquecimiento sin causa.
2. Que se hayan efectuado gastos por una de las partes en vía del contrato.
Hay que distinguir:
1. Si las partes si han estipulado la forma en que se han de solventar los gastos, accidentes, etc.,
regirá el acuerdo entre las partes de la negociación habrá, consecuentemente responsabilidad
contractual.
2. Si no se ha estipulado nada al respecto, hay que determinar quién paga por ellos en la etapa
de negociación. Habrá que ver si los gastos se realizaron antes de la negociación o durante
ella.
a) Respecto de los gastos incurridos antes de la negociación, estos son de cargo de quien los
realiza, por ejemplo: gastos por publicidad, esto es así porque van en beneficio propio, salvo
que otro se haya aprovechado también de los gastos pues, en ese caso, habría
enriquecimiento sin causa en la medida que no sea motivo de lucro para quien se empobreció.

b) Respecto de los gastos incurridos durante las tratativas, hay que distinguir quien hizo el gasto y
quien se beneficia. No hay derecho a reembolso respecto de los gastos que se hacen por
iniciativa propia y van en beneficio propio. En cambio, respecto de los gastos que se hacen por
iniciativa propia y benefician a ambos, habrá derecho a repetir cuando existe enriquecimiento
sin causa.

3. Debe existir un retiro unilateral de las negociaciones contrario a la buena fe .


Desde el momento en que hay un retiro se materializa el riesgo de no realizar el negocio, hay
certeza de la no realización del negocio. Sin embargo, no por el solo hecho del retiro hay
responsabilidad, porque si así fuera nadie negociaría. Hay que buscar un equilibrio entre la libertad
para negociar y el respeto al patrimonio ajeno, y ese equilibrio es la buena fe.

5) El consentimiento en las licitaciones


En la práctica es sumamente usual que los contratos sean precedidos de un procedimiento previo
denominado licitación, cuya finalidad es la de seleccionar la persona de un cocontratante.
Licitación: es una sucesión de actos ordenados consecutivamente con el propósito de, previo
conocimiento y evaluación, constatar a quién se debe adjudicar el contrato licitado. Este proceso
finaliza con la suscripción del contrato definitivo.
En igual sentido, la doctrina afirma que la licitación es un procedimiento de preparación de la
voluntad contractual, ya que se invita a los interesados para que, sujetándose a las bases fijadas en
el pliego de condiciones, formulen propuestas de entre las cuales se seleccionará la más conveniente
La doctrina sostiene que “El llamado a licitación o a concurso, no es una oferta de contrato, sino
una invitación a ofertar, o pedido de propuestas a los eventuales interesados”.
En consecuencia, los receptores del llamado a licitación son quienes jurídicamente realizan las
ofertas de contrato; es de ellos de quienes emana la oferta para los efectos de las reglas de la
formación del consentimiento contenidas en el Código de Comercio.
Recibidas las ofertas por el licitante, procede que éste adjudique la licitación. La adjudicación es
el acto por el cual se pone término al proceso precontractual de licitación; esto es, es un acto jurídico
por el cual el licitante determina, reconoce, declara y acepta la propuesta más ventajosa, poniendo fin
al procedimiento precontractual.

6) El consentimiento en los contratos de Adhesión.


Contrato de adhesión o por adhesión es aquel en que uno solo de los dos posibles
contratantes preestablece las cláusulas, de modo que el otro no puede modificarlas, sino limitarse a
aceptarlas o no celebrar el contrato.
Ejemplos: de transporte, los de las empresas que proporcionan gas, energía eléctrica, servicio
telefónico, de correo, las asociaciones encargadas de las prestaciones de salud, las que administran
fondos previsionales, seguros, etc.
La particularidad esencial de estos contratos, el de no ir precedidos de una libre discusión de las
cláusulas, que se encuentran definitivamente establecidas con antelación por uno solo de los
posibles contratantes, da margen a abusos de éste, que son generalmente grandes empresas
dedicadas a satisfacer necesidades primordiales.
Es por eso que el legislador a tendido a regular estos contratos. Así ocurre, en particular, en el art.
16 de la Ley sobre protección de los Derechos de los Consumidores, que precisamente establece,
por razones de equidad, las cláusulas que no producirán efecto alguno en los contratos de adhesión.

7) El consentimiento en la autocontratación.
Autocontrato: es aquel en que la actividad y la declaración de una sola parte en dos calidades
diversas basta para formar el contrato.
En este caso una misma persona asume las calidades de oferente y aceptante.
Nuestro Código Civil no contiene en esta materia ninguna regla general expresa; pero contempla
casos en que admite la posibilidad del autoconsentimiento y casos en que no lo permite o lo permite
con restricciones. Al respecto, regulando el contrato de mandato, dice “no podrá el mandatario, por sí
ni por interpuesta persona, comprar las cosas que el mandante le ha ordenado vender, ni vender de
lo suyo al mandante lo que éste le ha ordenado comprar, si no fuere con aprobación expresa del
mandante” (art. 2144). Por su lado, otra disposición establece “encargado (el mandatario) de tomar
dinero prestado, podrá prestarlo el mismo al interés designado por el mandante, o a falta de esta
designación, al interés corriente; pero facultado para colocar dinero a interés, no podrá tomarlo
prestado para sí sin aprobación del mandante” (art. 2145).
Resulta claro que en las normas citadas aparece que el consentimiento puede ser prestado por
una misma persona, actuando al mismo tiempo como vendedor y comprador, o como mutuante y
mutuario. Hay, pues, un contrato consigo mismo o autocontrato, en que el consentimiento se forma
por la declaración de una sola parte que asume las calidades de ambas.
El autocontrato es viable a través de la representación, porque el representante puede actuar, por
un lado, como parte por sí mismo, por sus propios intereses, y, por otro lado, en nombre y por cuenta
del representado, por los intereses de éste. Se habla de un autoconsentimiento del representante en
razón de que las dos voluntades que forman el consentimiento las declara por sí solo.
8) El consentimiento en los Contratos Electrónicos.
El contrato celebrado por vías electrónicas, o contrato electrónico: puede definirse como
aquel en que la oferta y la aceptación, y por tanto, el consentimiento, se verifican mediante impulsos
electrónicos o mensajes (estandarizados o no estandarizados) contenidos en soportes magnéticos o
digitales, entre personas que deben o prefieren comunicarse por ese medio, sin recurrir al lenguaje
verbal o escrito.
En Chile la regulación legal de la contratación electrónica es muy precaria.
Las principales normas que existen sobre la materia son:
1. El Decreto Supremo Nº 81 de 1999 del Ministerio General de la Presidencia, que regula el uso
de la firma digital y los documentos electrónicos en la Administración del Estado.
2. La Ley Nº 19.799 del año 2002, sobre documentos electrónicos, firma electrónica y servicios
de certificación de dicha firma.
3. La Ley Nº 19.955 del año 2004, mediante la cual se modificó la Ley Nº 19.496, de Protección
de los Derechos del Consumidos, introduciendo un art. 12 A que estableció normas sobre la
formación del consentimiento.
4. La Ley Nº 20.217, de 2007, que modificó el Código de Procedimiento Civil y la Ley de Firma
Electrónica, para disponer normas sobre la producción de prueba documental de naturaleza
digital o electrónica.
Atendido que la antedicha regulación es bastante incompleta, para analizar la formación del
consentimiento en la contratación electrónica resultará necesario recurrir a las normas del derecho
común:
1. En cuanto a la Oferta la práctica usual es la de realizar ofertas a través de medios electrónicos
a persona indeterminada (v.gr. mediante catálogos en línea), las que en principio se regirían
por el art. 105 del Código de Comercio, conforme al cual estas ofertas no obligan a quien las
hace.
Sin embargo, el art. 12 de la Ley del Consumidor dispone que todo proveedor estará obligado a
respetar las condiciones y modalidades conforme a las cuales se hubiere ofrecido la entrega del bien
o la prestación del servicio.
Con todo, esta ley tiene un alcance limitada, por cuanto sólo rige a los actos que son comerciales
para el proveedor y civiles para el consumidor. Además, la sanción no consiste en la obligatoriedad
de acceder al contrato ofrecido, sino sólo se impone una multa.
En el derecho común ley impone que el consumidor debe conocer, antes de la celebración del
contrato, la duración de la oferta.
Para las ofertas de contratos electrónicos que se rigen por la Ley del Consumidor existe una
exigencia especial. En efecto, el art. 12 A de dicha ley dispone en los contratos celebrados por
medios electrónicos, y en aquéllos en que se aceptare una oferta realizada a través de catálogos,
avisos o cualquiera otra forma de comunicación a distancia, el consentimiento no se entenderá
formado si el consumidor no ha tenido previamente un acceso claro, comprensible e inequívoco de
las condiciones generales del mismo y la posibilidad de almacenarlos o imprimirlos.
2. En cuanto a la Aceptación en materia de contratación electrónica ésta pueda revestir variadas
formas, como es el llenado de un formulario en línea, presionando la tecla correspondiente o
enviando la aceptación por fax, carta o e-mail después de la recepción de la oferta.
Sobre la materia, la Ley del Consumidor establece que la sola visita del sitio de Internet en el cual
se ofrece el acceso a determinados servicios, no impone al consumidor obligación alguna, a menos
que haya aceptado en forma inequívoca las condiciones ofrecidas por el proveedor. De este modo, lo
importante es que haya un procedimiento en que la manifestación de voluntad de aceptar sea
indubitable o inequívoca.
3. En cuanto al momento de formación del contrato rigen las normas generales del Código de
Comercio, y por ende la aceptación manifestada electrónicamente determina la perfección del
contrato, aunque el mensaje de datos o el impulso electrónico que la contiene no haya llegado
aún a conocimiento del oferente.
La ley del Consumidor impone al proveedor una obligación adicional posterior a la formación del
consentimiento en el contrato electrónico: Una vez perfeccionado el contrato, el proveedor estará
obligado a enviar confirmación escrita del mismo. Ésta podrá ser enviada por vía electrónica o por
cualquier medio de comunicación que garantice el debido y oportuno conocimiento del consumidor, el
que se le indicará previamente. Dicha confirmación deberá contener una copia íntegra, clara y legible
del contrato.
4. En cuanto al lugar de la formación del contrato se aplican las reglas de la legislación
común, conforme a las cuales si los contratantes residen en distintos lugares, el contrato se
reputa perfeccionado en el lugar en donde resude el aceptante (art. 104 del Código de
Comercio). Debe destacarse que la norma se refiere a la residencia del aceptante y no al lugar
donde se encuentra el computador sede donde dio su aceptación.

20.Vicios del consentimiento: El error, la fuerza y el dolo.


VICIOS DEL CONSENTIMIENTO
 Concepto: “Circunstancias que atentan contra la posibilidad de que la voluntad se manifiesta
de forma libre e informada”.
El código habla de vicios del consentimiento, pero también debe entenderse que se aplica a los
actos jurídicos unilaterales, ya que el consentimiento es el acuerdo de voluntades.
1) ERROR
2) FUERZA
3) DOLO
4) LESIÓN ENORME
Art. 1445: Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es
necesario:
1º que sea legalmente capaz.
2º que consienta en dicho acto o declaración y su consentimiento no adolezca de vicio.
3º que recaiga sobre un objeto lícito.
4º que tenga una causa lícita.
La capacidad legal de una persona consiste en poderse obligar por sí misma, y sin el ministerio o
la autorización de otra.
1) ERROR:
Concepto: “El error es la falsa representación de la realidad, esto es, la disconformidad del
pensamiento con la realidad”.
Consiste en creer verdadero lo falso e, inversamente, falso lo verdadero. Teniendo en cuenta lo
anterior, varios autores afirman que el error es un vicio del conocimiento, más que del
consentimiento.
No es lo mismo la equivocación que la ignorancia, uno conoce mal una cosa y el otro simplemente
no la conoce, pero para el derecho esta distinción carece de importancia, ya que el legislador
equipara al ignorante con el que yerra. La ignorancia queda comprendida dentro del campo del error.
Cosa distinta es la duda, la cual sí excluye al error, pues quien emite una declaración a sabiendas
de que no conoce con exactitud su contenido y efectos, no puede invocar posteriormente su propio
error: él ha preferido conscientemente correr un riesgo, del que deberá soportar las consecuencias.
Teoría del error en el CC:
-Arts. 1451 a 1455 CC reglamentan el error como vicio del consentimiento.
-El Art. 1057 CC señala los efectos del error en el nombre o calidad de un asignatario
testamentario.
-El Art. 677 CC determina los efectos del error en la tradición.
-Art. 2455 CC reglamenta el error en la transacción.

CLASES DE ERROR (2)


ERROR DE HECHO Y DE DERECHO.
1. ERROR DE DERECHO
“El error de derecho es la ignorancia o el concepto equivocado que se tiene de una norma jurídica,
en cuanto a su existencia, alcance, inteligencia o permanencia en vigor”.
Entonces, es la falsa o inexacta representación de una norma jurídica por:
1. La ignorancia de una norma.
2. La equivocada interpretación.
3. Inexacta aplicación a un caso concreto.
*El error de derecho NO vicia el consentimiento, sino en aquellos casos que excepcionalmente
menciona la ley.
Art. 1452: El error sobre un punto de derecho no vicia el consentimiento.
Esta disposición viene a ser una consecuencia de la que establece que “nadie podrá alegar
ignorancia de la ley después que ésta haya entrado en vigencia” (art. 8°).
Más aún, el Art. 706 CC presume la mala fe de quien alega error sobre un punto de derecho en
materia posesoria (El error en materia de derecho constituye una presunción de mala fe, que no
admite prueba en contrario).
Esto tiene dos excepciones aparentes en relación al cuasicontrato de pago de lo no debido, en las
cuales la víctima del error, no obstante éste, puede sustraerse de las consecuencias jurídicas de la
declaración de voluntad que no hubiera efectuado si hubiese tenido una acertada representación de
la realidad jurídica.
Art. 2297 CC: Se podrá repetir aun lo que se ha pagado por error de derecho cuando el pago no
tenía por fundamento ni aun una obligación puramente natural.
Art. 2299 CC: Del que da lo que no debe, no se presume que lo dona, a menos de probarse que
tuvo perfecto conocimiento de lo que hacía, tanto en el hecho como en el derecho.”
Por lo tanto, si una persona da lo que no debe porque incurrió en un error de derecho, ese error va
a ser relevante: impide presumir la donación.
*La acción in rem verso o de repetición, es la que corresponde a quien ha experimentado un
empobrecimiento injustificado de su patrimonio para obtener una indemnización o restitución de la
cosa desde aquel que se ha enriquecido a su costa sin causa o injustamente.
El carácter aparente de estas excepciones se funda en el hecho de que, para ser verdaderas
excepciones, el efecto que debería generarse es viciar la voluntad, sin embargo, de los Art. 2297 y
2299 CC lo que se genera es una acción de repetición propia de los cuasicontratos que busca
reparar el enriquecimiento sin causa.
Así, el error de derecho impide presumir la donación o la intención de efectuar una liberalidad,
por lo que quien pagó lo no debido tiene derecho a que se le restituya lo pagado.

2. ERROR DE HECHO
Error de hecho: “Es la falsa representación que se tiene, por ignorancia o equivocación, de una
cosa, de un hecho, o de una persona”.
En tres artículos: 1453, 1454 y 1455 el Código Civil regula y describe las distintas hipótesis de
error, las que se analizarán separadamente a continuación.
En todo caso, como cuestión previa, y a pesar de que el Código nada indica al efecto, cabe
consignar que la doctrina nacional y extranjera ha subrayado que el error de hecho en que incurra el
individuo, debe ser excusable, es decir, no imputable a su negligencia. No merece protección
jurídica, concretada en la anulación del negocio, si el que lo sufre ha podido evitarlo empleando una
diligencia normal.

DIVERSAS CLASES DE ERROR DE HECHO


Existen 4 clases:
1. Esencial.
2. Sustancial.
3. Accidental.
4. En la persona.
5. Común.

1. Error esencial u obstáculo: “Es aquel que recae sobre la especie del acto o contrato que se
ejecuta o celebra, o sobre la identidad de la cosa específica que se trata”.
“Hay error esencial cuando la diferencia entre la voluntad y la manifestación o declaración de ésta
es objetivamente de tanta importancia que permite considerar que la parte no habría concluido el
acto jurídico de haber conocido el verdadero estado de las cosas”.
El Art. 1453 CC: establece 2 supuestos de error esencial:
1. Error sobre la especie de acto o contrato:
Como si una de las partes entendiese empréstito y la otra donación. Es decir, existe una falsa
representación del acto o contrato.
2. Error sobre la identidad de la cosa específica de que se trata:
Como si en el contrato de venta el vendedor entendiese vender cierta cosa determinada (como un
caballo), y el comprador entendiese comprar otra (como una vaca).
En cuanto a la sanción del error esencial, la doctrina nacional se encuentra dividida en tres
interpretaciones:
1. Hay quienes estiman que el error esencial impide u obsta que se produzca el acuerdo de
voluntades (requisito que para parte de la doctrina es “de existencia” de todo acto jurídico), por
lo cual el acto celebrado en estas condiciones es jurídicamente inexistente.
2. Otros, si bien aceptan que el error esencial impide que el consentimiento se forme (y por ende
que falta un requisito de existencia), son partidarios de sancionar el acto con la nulidad
absoluta, pues estiman que la inexistencia jurídica no estaría considerada como sanción en el
Código Civil.
3. Finalmente, hay quienes creen –fundados en una interpretación literal- que la sanción al error
esencial es la nulidad relativa, fundándose para ello en que el art. 1453 dice que el error
“vicia el consentimiento”, y de acuerdo al inciso final del art. 1682 cualquier otra especie de
vicio que no esté configurado como causal de nulidad absoluta (como ocurre con el error
esencial), “produce la nulidad relativa”.
Adicionalmente, estos autores afirman que el artículo 1453 dice que el error de hecho vicia el
consentimiento cuando recae sobre la especie del acto o contrato que se ejecuta o celebra o sobre la
identidad de la cosa especifica de que se trata. Y el artículo siguiente expresa que el error de hecho
“vicia asimismo el consentimiento...” y se refiere a casos de error substancial que, de acuerdo con el
art. 1682 está sancionado con la nulidad relativa. El empleo de la expresión asimismo estaría
manifestando que el error esencial del art. 1453 vicia de la misma manera el acto que el error
substancial del art. 1454 que conlleva la nulidad relativa. Además, si se piensa que la razón de la
nulidad absoluta dice relación con el interés general o la moral, habría que concluir – según estos
autores - que el error esencial cae, desde este punto de vista, dentro de la nulidad relativa, porque su
incidencia perjudica sólo el interés privado de los individuos.
2. Sustancial.
“En este caso la persona víctima del error atribuye a la cosa objeto del acto o contrato una
sustancia o calidad esencial que en realidad no tiene”.
Art. 1454 cc: El error de hecho vicia asimismo el consentimiento cuando la sustancia o calidad
esencial del objeto sobre que versa el acto o contrato, es diversa de lo que se cree; como si por
alguna de las partes se supone que el objeto es una barra de plata, y realmente es una masa de
algún otro metal semejante.
Sustancia: Materia concreta que constituye una cosa, lo que supone un concepto estrictamente
objetivo y materialista.
Calidad esencial: Dice relación con la intención de las partes y sus motivos para contratar en
relación a las características que le atribuyen a la cosa. Por lo tanto, es un concepto subjetivo.
El error en la sustancia vicia el consentimiento sólo cuando la sustancia o materia que se la
atribuye a la cosa constituye, a lo menos para una de las partes del contrato, una calidad esencial. La
expresión clave del Art. 1454 CC es “calidad esencial”.
No es posible formular una regla jurídica que permita establecer en abstracto qué es lo que
constituye la calidad esencial de una cosa. Depende de la intención de las partes.
Tocará al juez determinar la calidad esencial, remitiéndose a cuestiones objetivas: ¿qué calidades
de la cosa habrían sido consideradas esenciales por un contratante promedio en estas circunstancias
concretas? Así, este concepto subjetivo se “objetiviza” por medio de la figura del contratante
promedio.
Se discute si constituye o no cualidad relevante de la cosa adquirida a título de compraventa la
circunstancia de pertenecer en dominio al vendedor, pues la venta de cosa ajena es válida. Si el
comprador pidiera la nulidad de la compraventa, alegando que para él constituía calidad esencial de
la cosa que ésta le perteneciera al vendedor, el juez podría presumir esa intención si las
circunstancias del caso lo permitieran.
Efectos del error sustancial:
Vicia el consentimiento; su sanción es la nulidad relativa.

3. Accidental.
Art. 1454, inc 2: El error acerca de otra cualquiera calidad de la cosa no vicia el consentimiento de
los que contratan, sino cuando esa calidad es el principal motivo de una de ellas para contratar, y
este motivo ha sido conocido de la otra parte.
Para saber qué son calidades accidentales de una cosa, es preciso determinar primero cuáles son
las calidades esenciales de la misma. Todas las demás son accidentales.
El error en las calidades accidentales no es relevante.
Requisitos para que vicie el consentimiento:
1. Que la calidad constituya el motivo determinante que tuvo una de las partes para contratar, y
2. Que esto haya sido conocido por la otra parte.
Efectos del error sobre las calidades accidentales:
RG → No vicia el consentimiento. A menos que:
1. La calidad accidental sea el motivo principal que determinó a una de las partes a contratar, y
2. Que la otra conozca dicho motivo.
Sanción → Nulidad relativa.
Labor del juez cuando se alegare por una de las partes en un contrato que ha sido víctima
de error sobre las calidades o cualidades de una cosa.
1. Debe deducir cuáles serían las cualidades de la cosa que la mayoría de las personas
consideraría, en esas mismas circunstancias, esenciales y relevantes para contratar, en
términos tales que, de conocer que faltaban, se habría abstenido de contratar.
2. Si se produce una coincidencia entre la apreciación que hace la víctima y la deducción del
juez, deberá rescindir el contrato, a menos que la parte en contra de la cual se declare la
rescisión pruebe que el error no fue determinante para su contraparte.
3. Del proceso deductivo surge, por exclusión, el concepto de calidad accidental, respecto del
cual existe una presunción contraria: no es, por regla general, el motivo principal para
contratar, por tanto, la víctima deberá probar que esa calidad no esencial fue el principal
motivo.

4. En la persona.
“Quien sufre este error tiene una falsa representación de la realidad respecto a la identidad de una
persona o en alguna de sus cualidades personales”.
Este error es, por regla general, irrelevante.
Art. 1455: El error acerca de la persona con quien se tiene intención de contratar no vicia el
consentimiento, salvo que la consideración de esta persona sea la causa principal del contrato.
Pero en este caso la persona con quien erradamente se ha contratado, tendrá derecho a ser
indemnizada de los perjuicios en quede buena fe haya incurrido por la nulidad del contrato.

Excepcionalmente, cuando el acto se celebra en consideración a una persona determinada, es


relevante y reviste carácter esencial: actos intuitu personae. Esto es lo que sostiene la doctrina
tradicional.
Ej:
-Actos de familia que se suponen celebrados en consideración a persona determinada.
-Los actos patrimoniales, por regla general, no son intuitu personae, salvo en el caso de los
contratos gratuitos que se suponen celebrados en atención a persona determinada (como la
donación) y los onerosos que importan confianza en una persona específica (como el mandato).

La doctrina moderna es más amplia: será preciso demostrar en cada supuesto que el error en la
persona ha sido esencial y determinante del consentimiento. En los contratos basados
sustancialmente en el intuitu personae, normalmente no será necesario probar la esencialidad, por la
índole del contrato.
Cualidades personales: Son caracteres objetivos de índole estable o permanente que configuran
la personalidad.
El error en la persona es especialmente relevante en el matrimonio. En él, el error se refiere a la
identidad de la persona del otro contrayente.
La opinión dominante estima que esta identidad comprende no sólo la física, sino también las
cualidades relevantes, interpretadas con criterio restrictivo. Ej. de cualidades relevantes: creer a la
mujer honrada mientras se dedica a la prostitución, no saber que el contrayente ha sufrido condenas
penales o que tiene una enfermedad transmisible a los herederos.
Efectos del error en la persona:
RG → No vicia el consentimiento.
Excepcionalmente → En los contratos “intuito personae” que son aquellos en que la consideración
de la persona es la causa principal para contratar.
Sanción: Nulidad Relativa.
Declarada la nulidad, la persona con que erradamente se contrató tiene derecho a demandar
indemnización de perjuicios, siempre que haya estado de buena fe.

ERROR EN LOS AJ UNILATERALES


Por regla general, el error puede invocarse como causal de anulación en todos los AJ, incluso
unilaterales, siempre que revista carácter de relevante.
Ej:
-La asignación que pareciere motivada por error de hecho, quedando claro que sin el error no
habría tenido lugar, se tendrá por no escrita (Art. 1058 CC).
-El error en el nombre o calidad del asignatario testamentario no vicia la disposición si no hubiera
duda acerca de la persona (Art. 1057 CC).
-La aceptación de una herencia puede rescindirse por lesión, que supone siempre un error: el
aceptante debe ignorar que por disposiciones testamentarias de que no tenía noticia el valor de la
asignación ha disminuido a más de la mitad (Art. 1234 CC).

5. Error Común
“Es el error compartido por todos los habitantes de una localidad o por la inmensa mayoría de
ellos”.
Cuando la voluntad o el consentimiento de las partes se encuentra determinado por este error
generalizado y concurren ciertos requisitos, se admite que esa voluntad o consentimiento no queden
viciados y el acto jurídico en que incide sea válido y no nulo, pues se trataría de un error invencible.
El ejemplo clásico es el de los actos autorizados por un funcionario público nombrado con
infracción de algún requisito legal, o después de haber cesado en sus funciones o mientras se
hallaba suspendido. Los actos autorizados por dicho funcionario serían válidos, porque las partes no
tienen obligación de saber las causas que inhiben a un funcionario para desempeñar su cargo ni es
tarea suya averiguarlo.

Requisitos del error común:


1) Que sea compartido por todos o la inmensa mayoría de los habitantes de una localidad.
2) Debe el error ser causado por un justo motivo, un fundamento lógico que autorice a considerar
verdadera una situación falsa, y
3) Debe existir buena fe de parte de quien invoca el error común.

Concurriendo los tres requisitos enunciados el error se reputa invencible: el o los autores del acto
jurídico han estado en la imposibilidad de sustraerse a él.
Nuestro Código Civil no establece norma que declare que el error común no vicia la voluntad o el
consentimiento.
Por ejemplo, al hablar de las causales de inhabilidad de los testigos en un testamento solemne
otorgado en Chile, dice que si alguna de esas causas de inhabilidad no se manifestare en el aspecto
o comportamiento de un testigo, y se ignorare generalmente en el lugar donde el testamento se
otorga, fundándose la opinión contraria en hechos positivos y públicos, no se invalidará el testamento
por la inhabilidad real del testigo. Pero la habilidad putativa no podrá servir sino a uno solo de los
testigos (art. 1013).

2) LA FUERZA
Concepto: Apremios físicos o morales que se ejercen sobre una persona destinados a que preste
su consentimiento para la celebración de un AJ. Es un vicio de la voluntad porque se opone a la
libertad, sin embargo, se restringe a la fuerza moral porque la fuerza física excluye la voluntad.
CLASES DE FUERZA
1. Física.
2. Moral

1. Física: Es aquella en virtud de la cual se pretende obtener una apariencia de consentimiento


de la víctima a través de procedimientos violentos o brutales.
De este modo, la fuerza física excluye o suprime la voluntad, por lo que no es un vicio de la
misma. Solo existe una apariencia de voluntad. Cierta parte de la doctrina lo sanciona con la
inexistencia.
2. Fuerza Moral: Es aquella en que el apremio se ejerce sobre la psiquis de la víctima con el fin
de intimidarla. Se produce una manifestación de voluntad del sujeto, pero éste no ha sido libre,
pues la manifestación le fue impuesta por una amenaza actual de un mal futuro.
Requisitos para que vicie la voluntad:
Conforme a los arts. 1456 y 1457, para que la fuerza vicie el consentimiento debe ser:
1) Injusta o ilegítima.
2) Grave, y
3) Determinante.

1) Injusta o ilegítima.
“Significa que el mal con que se amenaza debe ser ilegítimo, esto es contrario a derecho”.
Ejemplo de amenaza legítima → El acreedor que amenaza legítimamente al deudor moroso con
demandarlo judicialmente o pedir su declaración de quiebra si no paga la deuda de inmediato.
Sin perjuicio de lo anterior, la doctrina moderna también estima que la fuerza es injusta cuando no
siendo en sí mismo ilícito el mal amenazado, él se enlaza a la consecución de una ventaja
desproporcionada e injusta. Por ejemplo, que un acreedor amenace al deudor con denunciar un
delito cometido por éste con el único fin de obtener una ventaja sobre los demás acreedores del
mismo deudor.
2) Grave.
“Es aquella que es capaz de producir una impresión fuerte en una persona de sano juicio, tomando
en cuenta su edad, sexo y condición”.
Art. 1456, inc 1: La fuerza no vicia el consentimiento, sino cuando es capaz de producir una
impresión fuerte en una persona de sano juicio, tomando en cuenta su edad, sexo y condición . Se
mira como una fuerza de este género todo acto que infunde a una persona un justo temor de verse
expuesta ella, su consorte o alguno de sus ascendientes o descendientes a un mal irreparable y
grave.
El temor reverencial, esto es, el solo temor de desagradar a las personas a quienes se debe
sumisión y respeto, no basta para viciar el consentimiento.

Según esta disposición la intensidad del miedo es diversa en el hombre que en la mujer; en el niño
que en el adulto; en el culto que en el ignorante.
La amenaza debe ser verosímil, es decir, que ofrezca posibilidades de realizarse.
No solo la persona puede ser la expuesta al daño, sino también:
1. Su consorte.
2. O alguno de sus ascendientes o descendientes.

Se ha discutido si un sujeto que ha celebrado un contrato podría alegar que lo hizo presionado por
la amenaza a un mal irreparable respecto de otras personas aparte de las que menciona el CC.
Como por ejemplo a una persona que le es muy querida (novia, hijo adoptivo, mujer que hizo las
veces de madre del declarante, etc.). La doctrina responde que sí.
Argumenta que tratándose de las personas mencionadas en forma textual por el Código, hay una
presunción legal de que el mal que se haría a éstas si no se contrataba, infundió un justo temor al
sujeto; pero que, respecto de otras personas que las señaladas en el Código, la presunción legal no
existe, lo cual no obsta para que el contratante pruebe que la amenaza de perjudicar a esas otras
personas le produjo el justo temor de que habla la disposición del Código Civil.
Algunos agregan como otro requisito para que la fuerza vicie el consentimiento el hecho de que
sea actual. Pero esta condición se supone y va implícita en el requisito de la gravedad. Que la fuerza
sea actual significa que debe ser presente a la expresión del consentimiento, aunque el mal haya de
realizarse en el futuro.

3) Determinante.
Es decir, el consentimiento obtenido con la amenaza debe ser consecuencia inmediata y directa
de ella, de modo que, sin la fuerza, la víctima no habría celebrado el acto para el cual se la forzó.
Al respecto, el art. 1457 establece que la fuerza se debe haber empleado “con el objeto de obtener
el consentimiento”.

Indiferencia de la persona que ejerce la fuerza.


A diferencia del dolo, para que la fuerza vicie el consentimiento no es necesario que la ejerza
aquel que es beneficiario con ella; basta que se haya empleado por cualquier persona con el fin de
obtener el consentimiento (art. 1457).
Dos razones explican esta diferencia:
a) Es mucho más difícil defenderse contra la violencia que contra el dolo; la víctima de la fuerza no
puede substraerse a ella, mientras que la víctima del dolo podría con más prudencia y perspicacia
descubrir las maniobras dolosas, y
b) La ley estima que de ordinario el que quiere presionar a otro para celebrar un contrato, se vale
de un tercero.
Prueba de la fuerza
La incumbe probar al que la alega. Puede hacerse por todos los medios que franquea la ley,
incluso testigos, ya que se trata de probar un simple hecho.
Efectos de la fuerza
La fuerza moral que sea injusta, grave y determinante, produce nulidad relativa del acto jurídico
celebrado bajo su influencia (art. 1682 inciso final).
Como se advirtió, en la fuerza física no hay voluntad, por lo que el acto es inexistente o nulidad
absoluta según la doctrina que se siga.
Prescripción de la acción de nulidad
PLAZO → 4 años desde el cese de la fuerza.
La acción de nulidad de un acto jurídico viciado por la fuerza prescribe en cuatro años, contados
desde el día en que la violencia hubiere cesado (art. 1691 inc. 2°).
Temor Reverencial
El temor reverencial, esto es, el solo temor de desagradar a las personas a quienes se debe
sumisión y respeto, no basta para viciar el consentimiento (art. 1456 inc. 2°).
Nótese que se habla del solo temor de desagradar a la persona superior, por lo que si ésta agrega
al respeto que inspira una violencia injusta, grave y determinante contra el sometido para
determinarlo a hacer una declaración de voluntad, es claro que ésta se halla viciada.
Si bien por regla general el temor reverencial carece de relevancia jurídica, excepcionalmente sí la
tiene en materia de indignidad para suceder, atendido que el art. 972 establece lo siguiente: “es
indigno de suceder el que, a sabiendas de la incapacidad, haya prometido al difunto hacer pasar sus
bienes o parte de ellos, bajo cualquier forma, a una persona incapaz. Esta causa de indignidad no
podrá alegarse contra ninguna persona de las que por temor reverencial hubieren podido ser
inducidas a hacer la promesa al difunto; a menos que hayan procedido a la ejecución de la promesa”.

3) DOLO
Concepto legal: “Consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad de
otro”. (art. 44 inc final).
Envuelve siempre la voluntad deliberada de perjudicar a otro.
Concepto doctrinario: “Vicio del consentimiento constituido por la maquinación fraudulenta
destinada a que una persona preste su consentimiento para la celebración de un acto o contrato”.

CLASIFICACIÓN DEL DOLO


1. Dolo bueno y Dolo malo.
2. Dolo positivo y dolo negativo.
3. Dolo determinante y dolo incidental.
4. Dolo pasado y futuro.

1. Dolo bueno y dolo malo.

1) Dolo Malo: Engaño menor, producto de las exageraciones que son normales en el
comercio. Es la jactancia o exageración de las cualidades o del valor de la cosa ofrecida. Es
un comportamiento lícito.
2) Dolo Bueno: Supone un comportamiento ilícito, destinado a engañar a otra persona y que
la induce a una manifestación de voluntad que, sin el dolo, no habría realizado, o habría
realizado en condiciones menos onerosas. Excede de la simple exageración.

2. Dolo positivo y dolo negativo.

1) Dolo Positivo: El engaño se realiza a través de razonamientos o actos tendientes a


representar como verdaderas circunstancias falsas o a suprimir o alterar las verdaderas.
2) Dolo Negativo: El engaño consiste en ocultar sagazmente hechos verdaderos. Es una
omisión: silencio o reticencia. Parte de la doctrina ha estimado que para que sea posible
configurar un dolo por reticencia, es necesaria la existencia correlativa de un deber de
informar.

3. Dolo determinante y dolo incidental.

1) Dolo Determinante: Induce en forma directa a una persona a realizar una manifestación
de voluntad que, de no mediar el dolo, se habría abstenido de realizar.

2) Dolo Incidental: No es determinante para la manifestación de voluntad, que la víctima


hubiera formulado de todas maneras aunque, de no existir el dolo, la hubiera formulado en
condiciones menos onerosas.

Hay dolo principal o determinante si una persona pide al vendedor unos candelabros de plata y
éste le entrega, a sabiendas, unos de cobre plateado. Pero el dolo sería sólo incidental, si el cliente
pide ciertos candelabros y el vendedor, a fin de obtener mejor precio, asegurara que son de plata sin
serlo.
4. Dolo pasado y dolo futuro.

1) Dolo pasado: Es el dolo ya ocurrido.


2) Dolo futuro: El dolo que se podría efectuar.
Se formula esta clasificación, atendiendo a si es o no posible condonar o perdonar el dolo. Según
estudiaremos a propósito del objeto ilícito, es posible condonar el dolo ya ocurrido, siempre que tal
perdón sea expreso, con pleno conocimiento de causa. En cambio, la ley no admite la condonación
del dolo futuro, ni expresa ni tácitamente (art. 1465 del Código Civil).
TEORÍA TRIPARTITA Y UNITARIA DEL DOLO
Teoría unitaria: “Consiste en que el dolo tanto en responsabilidad precontractual (vicio en la
formación del consentimiento), contractual y extracontractual será siempre la intención positiva de
inferir daño o injuria a la persona o propiedad de otro. Por tanto, el solo siempre será uno solo
conforme a la teoría unitaria.

Teoría tripartita del dolo: Parte de la doctrina sostiene que el dolo se manifestaría de 3 formas: el
dolo como vicio del consentimiento, el dolo como agravante de responsabilidad y el dolo como
elemento del delito civil.
Es relevante mencionar que esta teoría tripartita del dolo, sólo contempla estas tres
manifestaciones más importantes. Por lo tanto, no es contradictoria a la teoría unitaria del dolo, la
cual prima en nuestra legislación.
1) Dolo como vicio del consentimiento: En este caso se traduce en el empleo por parte de una
persona de trampas, maquinaciones, mentiras u otros artificios dirigidos hacia otra persona con
el fin de inducirla a otorgar un acto o celebrar un contrato que sin aquellas maniobras, ella no
habría efectuado. Se le suele definir como “la maquinación fraudulenta destinada a que una
persona preste su consentimiento para la celebración de un acto o contrato”.
Como puede observarse, tanto en el dolo como en el error existe una falsa representación de la
realidad; sin embargo, en el primer caso es espontáneo, y provocado en el segundo.
El dolo como vicio del consentimiento se refiere a los AJ bilaterales, más concretamente a los
contratos, pero la voluntad puede también estar viciada en los AJ unilaterales. En este caso, basta
que el dolo sea determinante, pues el dolo provendrá necesariamente de un tercero, siendo
indiferente que ese tercero se beneficie o no. El dolo produce un error, y aunque ese error sea
irrelevante, el dolo se sanciona siempre. Por tener un alcance tan amplio, el dolo se excluye del
matrimonio.
2) Dolo como agravante de la responsabilidad: En este caso se traduce en el uso de
procedimientos ilícitos, por parte del deudor, para burlar al acreedor en el cumplimiento de las
obligaciones. No estamos aquí en presencia de un vicio del consentimiento, sino de hechos
que agravan la responsabilidad del deudor, pues en caso de dolo el contratante incumplidor no
sólo responderá de los perjuicios previstos, que es la regla general, sino también de los
perjuicios imprevistos.

3) Dolo como elemento del delito civil: El delito civil es la comisión u omisión de un hecho
realizada con la intención de dañar la persona o bienes ajenos. Pero cualquiera que sea el
campo en que el dolo se aplique, en esencia siempre envuelve la intención positiva de inferir
injuria a la persona o propiedad de otro.

Cuándo el dolo vicia el consentimiento:


1) Actos jurídicos Unilaterales: El Código Civil no consagra una fórmula general del dolo vicio
de la voluntad; pero de diversas disposiciones fluye que las maniobras artificiosas vician la
voluntad cuando son principales, cuando a no mediar ellas el acto no se habría celebrado.
Lógicamente, en los actos unilaterales no se puede hablar de “la otra parte” puesto que hay
una sola; pero es indiferente que las maniobras dolosas sean obra del que se viene a
beneficiar con el acto o de un tercero.
Así ocurre, por ejemplo, en el testamento (art. 968 N° 4); en la renuncia a los gananciales (art.
1782 inc. 2°) y en la aceptación o repudiación de una herencia (arts. 1234 y 1237).
En síntesis, el dolo vicia la voluntad en los actos unilaterales, cuando es principal, y en los
bilaterales cuando, además de llenar este requisito, es obra de una de las partes.
2) Actos jurídicos Bilaterales: Es requisito que:
1. Sea principal: Que sin él no hubieren contratado.
2. Sea obra de una de las partes.
En efecto, el Código Civil dice que “el dolo no vicia el consentimiento sino cuando es obra de una de
las partes, y cuando, además, aparece claramente que sin él no hubieran contratado (art. 1458)

Personas de las cuales puede provenir el dolo


1. Actos jurídicos Unilaterales: Necesariamente de una persona que no es parte en el acto.
2. Actos jurídicos Bilaterales: De una de las partes o de un tercero. Si proviene de una de las
partes y es determinante, vicia el consentimiento. Si proviene de un tercero, no vicia el
consentimiento, salvo que la parte beneficiada con él tuviere conocimiento del dolo y no lo
hubiere advertido a su contraparte; reticencia que, de ser determinante, vicia el
consentimiento.
3. Actos jurídicos Plurilaterales: De una de las partes o de un tercero. La nulidad sólo la
pueden pedir las partes que fueron directamente engañadas, y el acto se invalida sólo para
ellas, salvo que la participación de éstas en el contrato sea esencial para las demás.

Prueba del Dolo


El dolo no se presume sino en los casos especialmente previstos por la ley. En los demás debe
probarse (art. 1459). Y para esta prueba pueden emplearse todos los medios admitidos por la ley.
El dolo no se presume porque, en general lo que se presume es la buena fe, excepto en los casos
en que la ley establece la presunción contraria. Textualmente el Código Civil declara que “la buena fe
se presume, excepto en los casos en que la ley establece la presunción contraria. En todos los otros
la mala fe deberá probarse” (art. 707).
Aunque esta disposición se encuentra en el título “de la posesión”, se ha entendido que es una
norma general.
El carácter general o especial de una norma depende de su propia naturaleza y no de su ubicación
en una ley o en un Código. La jurisprudencia ha aplicado la regla de la presunción de buena fe
contenida en el art. 707 del Código Civil hasta en materia de Derecho de Familia, concretamente en
el matrimonio putativo.
RG → El dolo no se presume.
Presunciones Legales
Excepcionalmente existen presunciones legales de dolo, como ocurre por ejemplo, en la
adquisición por terceros de un bien familiar (art. 143 inc. 2º); en el error de derecho en materia
posesoria (art. 706 inc. final); en la indignidad de quien oculta dolosamente un testamento (art. 968
N° 5); en materia de prescripción adquisitiva extraordinaria pretendida por un mero tenedor (art. 2510
Nº 3); etc
Condonación del dolo
El perdón o renuncia anticipada del dolo no vale; adolece de objeto ilícito. Y así, por ejemplo, no se
puede estipular en un contrato que si la otra parte deja de cumplirlo dolosamente, no podrá ejercerse
acción en su contra; tal cláusula sería nula.
El dolo sólo puede perdonarse una vez cometido y conocido por la otra parte. Si así no fuera sería
corriente la inserción en los contratos de una cláusula liberatoria del dolo. Por eso el Código Civil
dispone que la condonación del dolo futuro no vale (art. 1465).
Sanción del dolo
Como se indicó, en los actos jurídicos bilaterales el dolo sólo vicia el consentimiento cuando es
principal y obra de una de las partes. En los actos unilaterales, como es obvio, únicamente se
requiere que el dolo sea determinante. En ambos casos la sanción es la nulidad relativa (arts. 1458 y
1682 inc. final).
En los demás casos, esto es cuando el dolo es incidental, no hay vicio del consentimiento, pero da
lugar a la acción de indemnización de perjuicios contra la persona o personas que lo han fraguado o
que se han aprovechado de él; contra las primeras por el total valor de los perjuicios, y contra las
segundas hasta concurrencia del provecho que han reportado del dolo (art. 1458). Por lo tanto
cuando el dolo es incidental, o cuando, a pesar de ser principal, no es obra de una de las partes, no
vicia el acto, sino que da lugar a la indemnización de perjuicios.
Cuando el dolo fue fraguado por dos o más personas y dio lugar a perjuicios, sus autores deben
responder solidariamente de los daños causados (art. 2317).
Hay casos en que la ley establece sanciones especiales para el dolo. Por ejemplo, el cónyuge que
dolosamente ocultare o distrajere alguna cosa de la sociedad conyugal, perderá su porción en la
misma cosa y será obligado a restituirla doblada (art. 1768).
Acción de dolo
PLAZO → 4 años desde la celebración del acto o contrato.
La acción de dolo corresponde a la parte que ha sido víctima del engaño, y tiene como sujeto
pasivo a la parte que ha empleado el dolo. Su objeto es que se declare la rescisión del acto jurídico.
El que ha sufrido el dolo puede hacer valer la rescisión del acto como acción o como excepción,
según el caso.
La parte que ha cometido el dolo no puede alegar la rescisión del acto o contrato, porque,
conforme al adagio, nadie puede aprovecharse de su propio dolo; lo contrario sería dar paso a la
inmoralidad.
El plazo para hacer valer la acción rescisoria es de cuatro años, contados desde el día de la
celebración del acto o contrato (art. 1691 inc. 2°). Esta acción procede no sólo tratándose de los
contratos, sino en los demás actos jurídicos: en las particiones (arts. 1351 y 1352), en la aceptación
de la herencia (art. 1234), etc.
Acción por provecho del dolo ajeno
La acción por provecho de dolo ajeno se ha construido doctrinalmente a partir de lo establecido en
los incisos segundos de los artículos 1458 y 2316 del Código Civil. Se afirma que tales disposiciones
consagrarían una acción general que permite dirigirse en contra del tercero que obtuvo beneficios
como consecuencia de un acto doloso cometido por otra persona, con el objeto que entregue dicho
provecho a la víctima del dolo.
La acción constituiría una manifestación del rechazo al dolo y al enriquecimiento sin causa que se
encuentra a lo largo del Código Civil. En este sentido se ha señalado que es el enriquecimiento
injustificado del tercero, en tanto su ganancia ha sido obtenida con dolo ajeno, lo que genera su
obligación de pagar al demandante por el monto del provecho.

Naturaleza jurídica de la acción: ¿acción indemnizatoria o restitutoria?


Naturaleza Indemnizatoria: Entre quienes consideran que tiene naturaleza indemnizatoria se
encuentra Ramón Domínguez, quien además de considerar que se trata de una acción de
indemnización de perjuicios fundada en el enriquecimiento injusto, exige que para su interposición se
haya previamente fallado que existe un delito civil por parte del autor del dolo
Naturaleza Restitutoria: Por otra parte, la mayoría de la doctrina nacional considera que se trata de
una acción restitutoria. Así por ejemplo Carlos Pizarro, Enrique Barros, Alberto Pino, entre otros. En
el mismo sentido se ha pronunciado la Corte Suprema.

Se argumenta que se trata de una acción restitutoria, ya que el monto a pagar por el demandado
se encuentra determinado exclusivamente por los beneficios que se ha obtenido por la comisión del
dolo y no los perjuicios causados a la víctima del dolo. De hecho, la norma enfatiza el hecho que el
demandado “sólo es obligado hasta concurrencia de lo que valga el provecho”. En el mismo sentido,
señala Pizarro Wilson señala que no hay una real conexión entre el daño ocasionado a la víctima y la
acción para el pago del provecho.
Los requisitos que se exijan según se le dé una u otra naturaleza son distintos. En este sentido, si
se considera una acción indemnizatoria deberían concurrir todos los requisitos a su respecto, entre
ellos concurrencia de daños y factor de imputabilidad, requisitos que no exigiría la acción restitutoria
para poder dirigirse en contra del tercero enriquecido. En esta línea, Peña dispone que para el éxito
de la acción es indiferente que el título mediante el cual se obtuvo el provecho indirecto sea legítimo
y que no exista mala fe del demandado. Lo que buscan estos artículos es evitar el provecho indirecto
que es producto del dolo y por eso basta el provecho para que la acción prospere.
En el mismo sentido se ha pronunciado la Corte Suprema, que en el marco de los juicios del caso
Inverlink ha expresado que los requisitos para que la acción restitutoria sea procedente son; que
exista una acción dolosa, que un tercero reciba provecho de ese dolo ajeno, y que el que recibe el
provecho no sea cómplice del dolo.
Considerando que la acción del provecho por dolo ajeno es restitutoria, resulta interesante analizar
si sería procedente entablar la acción restitutoria y una indemnizatoria para recuperar tanto las
ganancias como las pérdidas eventualmente sufridas. En efecto, así ha procedido la CORFO en el
caso Inverlink, ejerciendo además acciones civiles indemnizatorias exitosamente.
Considerando que las acciones tienen objetivos distintos, una busca la restitución del provecho
obtenido a través del dolo y la otra la compensación por las pérdidas o daños que el acto doloso ha
producido, en teoría ambas podrían proceder. No obstante ello, algunos han constatado que en caso
que exista un daño ocasionado por el dolo no debiera ser posible para la víctima obtener la
restitución de las ganancias obtenidas por el tercero y a la vez obtener la indemnización de todos los
perjuicios sufridos por parte del autor del daño, ya que se configuraría un doble pago. Así, se ha
afirmado que la acumulación llevar a resultados injustos, proveyendo una reparación excesiva para la
víctima.

4) LESIÓN ENORME
Concepto: Perjuicio que experimenta una persona cuando ejecuta ciertos AJ, y que resulta de la
desigualdad existente entre la ventaja obtenida y el sacrificio hecho para obtenerla.
“La lesión enorme es el perjuicio pecuniario que resulta de la falta de equivalencia de las
prestaciones en un contrato conmutativo oneroso, en los casos establecidos por la Ley
expresamente”.

NATURALEZA JURÍDICA
1) Criterio subjetivo: Es un vicio del consentimiento. Dos posturas:
1. Es un vicio propio y específico: la desigualdad proviene del apremio moral causado por
la imperiosa necesidad de dinero, que coarta la libertad de decisión.
*Crítica: Parece antijurídico que cualquier persona pudiera pedir la nulidad del contrato que
considera desfavorable para sus intereses por la sola razón de haber consentido en él por la
imperiosa necesidad de dinero.
2. Es un vicio asimilable a los demás: la desigualdad revela que la parte que se obliga a dar
más de lo que recibe ha sido víctima de error, fuerza o dolo.
*Crítica: Si la lesión es una consecuencia del error, fuerza o dolo, no hay razones para
considerarla un vicio del consentimiento. Este criterio debe desecharse para resguardar la
seguridad y estabilidad de las relaciones jurídicas. La necesidad puede obligar a contratar en
condiciones desfavorables, pero no por eso se pierde la voluntad de contratar; no coarta la
libertad.

2) Criterio objetivo: La lesión no es un vicio del consentimiento, no tiene relación con el


consentimiento de la víctima. Opera cuando el contrato revela una desigualdad de las
prestaciones que supera los márgenes permisibles. El legislador debe establecer hasta qué
límites tal desigualdad es tolerada.

3) Criterio mixto: Para que exista lesión, es necesario:


1. Que las prestaciones recíprocas revelen una desigualdad o falta de equivalencia que supere
los límites permitidos por la ley.
2. La desproporción debe ser consecuencia de la necesidad, miseria, ligereza o inexperiencia de
la víctima, que la pone en una situación desmedrada frente a una contraparte astuta o inescrupulosa.
*Crítica: si la desigualdad no se funda en estas causas, no sería reprobable, por muy grande que
ella sea.
LESIÓN EN EL CC
Se puede afirmar que nuestro CC sigue un criterio objetivo y, por consiguiente, no debe ser
considerado un vicio del consentimiento, por las siguientes razones:
• El Art. 1451 CC no la menciona como vicio del consentimiento.
• El proyecto original la incluía en el Art. 1451 CC.
• Para nuestra legislación, no constituye la lesión una causal genérica de rescisión, sino que se
describen ciertos casos en los cuales existe un daño patrimonial considerado excesivo, dictando,
para esos casos, normas que tienden a restablecer el equilibrio.
• Su sanción se aparta de la sanción contemplada para los vicios de la voluntad, puesto que
además de la rescisión se contempla en muchos casos la rebaja.
Casos de Lesión en el CC
1) Lesión en la compraventa de bienes raíces:
La compraventa puede rescindirse por lesión enorme (Art. 1888 CC). Sólo cabe la lesión en la
compraventa voluntaria de bienes raíces (Art. 1891 CC).
Lesión enorme (Art. 1889 CC):
1. Del vendedor: el precio que recibe es inferior a la mitad del justo precio de la cosa que vende.
2. Del comprador: el justo precio de la cosa que compra es inferior a la mitad del precio que paga
por ella.
Estos son los límites tolerados; si son superados, hay lesión enorme, sin consideración a factores
subjetivos, y aun cuando la víctima hubiera conocido y aceptado la lesión.
Efectos de la lesión: produce los efectos propios de la nulidad, a menos que la parte contra quien
se pronuncie la rescisión se allane a respetar el justo precio, restableciendo así el equilibrio (Art.
1890 CC).
Dato: No hay rescisión por causa de lesión enorme en los contratos mercantiles. 
Recisión concepto: “Consiste en dejar sin efecto un contrato o una obligación”. De acuerdo a
esto, la rescisión puede darse a causa de lesión o alguna causa sobreviniente. En otras palabras,
rescindir es la acción que busca impedir las consecuencias de un acto y cuyo objetivo es poner
término de lo convenido. En otros casos, puede también impedir la ejecución de un contrato.

2) Lesión en el ctto de permuta de bienes raíces:


Al contrato de permuta se aplican todas las disposiciones relativas a la compraventa que no se
opongan a la naturaleza de aquel contrato (Art. 1900 CC).
Cada permutante es considerado como vendedor de la cosa que da, y el justo precio de ella a la
fecha del contrato se mira como el precio que paga por lo que recibe a cambio.
3) Lesión en la cláusula penal enorme:
Cláusula penal: avaluación anticipada que hacen las partes de los perjuicios que deriven del
retardo en el cumplimiento de una obligación, o del incumplimiento de la misma.
Cláusula penal enorme: aquella que es excesiva o desmesurada, perdiendo, en consecuencia,
su carácter indemnizatorio y convirtiéndose en un lucro para el acreedor. Según el Art. 1544 CC, el
límite está dado por el doble de la cantidad que se obliga a pagar el deudor en virtud del pacto
principal. Todo lo que exceda de este duplo puede ser rebajado.
4) Lesión en la aceptación de una herencia:
Esta situación se refiere al heredero que al aceptar la herencia creía que ésta tenía un
determinado valor, ignorando, al tiempo de aceptarla, que existían disposiciones testamentarias del
causante, en virtud de las cuales el valor de la herencia disminuye en más de la mitad. En este caso,
el heredero puede pedir la rescisión de la aceptación (Art. 1234 CC).
5) Lesión en la partición de bienes:
Si en la partición un comunero es perjudicado en más de la mitad de su cuota podrá demandar la
rescisión de la partición (Art. 1348 CC).
6) Lesión en el mutuo con intereses excesivos:
Interés convencional máximo: interés corriente aumentado en un 50%. Se produce lesión cuando
se estipula un interés superior al convencional máximo. Esta estipulación no es nula; el interés se
rebaja al corriente (Art. 2206 CC y Art. 8 Ley 18.010).
7) Lesión en la anticresis:
Anticresis: contrato real por el que se entrega al acreedor una cosa raíz para que se pague con
sus frutos (Art. 2435 CC). Los intereses que se pacten están sujetos, en caso de lesión enorme, a la
misma reducción que en caso de mutuo (Art. 2443 CC).

EFECTOS DE LA LESIÓN
“Su sanción no es uniforme. En algunos casos produce la rescisión, y en otros, sin afectar la
validez del acto, trae como consecuencia la rebaja de la prestación que supera los límites permitidos”
(Naranjo).
“En nuestro Derecho, al igual que en el francés, la sanción de la lesión no es siempre la
misma. A veces, puede consistir en la rescisión o nulidad relativa del acto, de la cual, al ganancioso
le es posible escapar en ciertos casos, completando la prestación deficiente en los términos
señalados por la ley, como sucede en la compraventa (art. 1890). En otras ocasiones la sanción de la
lesión es la reducción de la estipulación lesiva a términos razonables, como ocurre en el mutuo o en
la cláusula penal. En general, puede decirse que la sanción de la lesión es la nulidad relativa del acto
en que incide o la reducción de la desproporción de las prestaciones” (Cristián Boetsch).

INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS POR LOS VICIOS DEL CONSENTIMIENTO


Si bien en la doctrina nacional no existe mayor desarrollo al respecto, se ha afirmado que el hecho
que el legislador disponga expresamente que los vicios de la voluntad generan una acción de nulidad
no obsta a que el perjudicado pueda ejercer además una acción de indemnización por los daños
derivados por la declaración de dicha nulidad, ya que ambas acciones tienen distintos objetivos.
Ahora, como afirma Barros, la reparación de los perjuicios que se siguen de la nulidad tiene un objeto
complementario y no acumulativo respecto de las prestaciones mutuas que se deban realizar.
La doctrina ha enmarcado este tema en sede de responsabilidad precontractual, por lo que la
indemnización se regiría por las normas de la responsabilidad extracontractual, debiendo cumplir sus
presupuestos.
En el caso del dolo y la fuerza aparece más claramente que, por sus características y requisitos
para que vicien la voluntad, en la medida en que ocasionen un daño dan derecho a la víctima para
demandar su reparación. Distinto sería el caso del error, pues su existencia no determina un ilícito
per sé. Así, López señala que el artículo 1455 CC establecería la procedencia general de la
indemnización por error, ya que no se advertiría por qué el legislador consagró la pretensión
indemnizatoria en el caso del error in personam y no en los demás, cuando en estos supuestos la
nulidad también puede ocasionar daños al otro contratante. Conforme expone López, otros afirman
que se debe distinguir la clase de error, en el error esencial y el error sustancial no procedería, pues
ambos contratantes sufren equivocación, de modo que las culpas se compensan (artículo 2330). De
acuerdo a otros, tratándose del error esencial y sustancial no necesariamente ambas partes
incurrirán en él, caso en el cual la otra podrá, en la medida que haya ignorado el error de la primera,
demandar la indemnización del daño derivado de la nulidad, toda vez que no será justo que sufra la
privación de la expectativa contratada si ella no ha provocado tal error.
En cuanto al alcance de la indemnización, como ocurre en general con la responsabilidad
precontractual, se ha señalado que los perjuicios indemnizables a la víctima son los sufridos en razón
de la confianza en la eficacia del contrato y no los que corresponden al interés contractual que
suponía el contrato válido. Así, conforme a lo señalado por Barros, la víctima no podría demandar el
lucro cesante que se sigue del contrato nulo (porque no hay contrato que se pueda invocar como
fuente de la responsabilidad), sino sólo el que resulte de no haber aprovechado una oportunidad
cierta de negocios por haber confiado en la validez del contrato que resultó ser nulo. El daño
emergente indemnizable corresponderá a los costos incurridos en las negociaciones y celebraciones
del contrato, así como a los gastos realizados en la confianza de que el contrato era válido.
Recurriendo a la distinción que ha efectuado en doctrina comparada, se afirma que la indemnización
comprenderá el interés negativo, esto es, se busca al perjudicado en la situación en que se
encontraría de no haber celebrado el contrato.

21.Objeto y objeto ilícito.

OBJETO
Concepto: “Corresponde al fin que persiguen el autor o las partes que celebran un acto o contrato.
Se trata de los derechos y obligaciones por él creados”.
La doctrina moderna estima que el objeto es la materia, utilidades o relaciones que caen bajo la
voluntad de las partes.
Art. 1.460 cc: Toda declaración de voluntad debe tener por objeto una o más cosas que se trata
de dar, hacer o no hacer. El mero uso de la cosa o su tenencia puede ser objeto de la declaración.
Distinciones doctrinarias en torno al objeto:
1. Objeto del contrato: Derechos y obligaciones que el acto crea, modifica o extingue, es
decir, lo querido por el autor o las partes.
2. Objeto de la obligación: Es la prestación.
3. Objeto de la prestación: Es aquello que se debe dar, hacer o no hacer.
Crítica al Art. 1460 CC. Nuestro CC se saltaría una etapa al señalar que objeto del contrato es la
prestación.

REQUISITOS DEL OBJETO


Hay que distinguir si la prestación recae sobre una cosa o sobre un hecho.
REQUISITOS DEL OBJETO QUE RECAE SOBRE UNA COSA
Si recae sobre una cosa material o inmaterial debe ser:
1. Real.
2. Comerciable.
3. Determinado.

1. Real:
La cosa es “real” cuando existe actualmente o se espera que exista en el futuro. Dice el Código
Civil:
Art. 1.461: No sólo las cosas que existen pueden ser objetos de una declaración de voluntad, sino
las que se espera que existan; pero es menester que las unas y las otras sean comerciables, y que
estén determinadas, a lo menos, en cuanto a su género.
La cantidad puede ser incierta con tal que el acto o contrato fije reglas o contenga datos que sirvan
para determinarla.

Si la cosa no existe al tiempo de la celebración del acto que versa sobre ella, el acto carece de
objeto. Por eso el Código dispone que “la venta de una cosa que al tiempo de perfeccionarse el
contrato se supone existente y no existe, no produce efecto alguno” (art. 1814); es decir, el acto
jurídico será inexistente, a o lo menos nulo absolutamente, dependiendo de la doctrina que se siga.
Conforme al art. 1813, si la cosa no existe al tiempo de celebrarse el acto pero se espera que
exista, el acto jurídico vale, pero es preciso distinguir, tratándose del contrato de compraventa, según
se venda la cosa futura misma o la suerte.
Cosa futura:
Cuando se vende una cosa que no existe, pero se espera que exista, el contrato es condicional, y
se reputa celebrado bajo la condición suspensiva de que la cosa llegue a existir. Si, por ejemplo, un
agricultor vende a un industrial el trigo que coseche en sus campos a tanto el quintal, celebra un
contrato condicional, sujeto a la condición de que coseche el trigo, de manera que si nada cosecha,
la venta se reputa como no efectuada, por haber fallado la condición. En todo caso, las partes
pueden manifestar expresamente que el acto no será condicional, sino que puro y simple.
A la suerte:
Pero si lo que se vende no es una cosa futura sino la suerte o la contingencia de que una cosa
llegue a existir, el contrato es puro y simple (art. 1813). Se trata de un contrato aleatorio, que se
define como aquel en que la prestación de una de las dos partes depende de un hecho incierto, que
hace imposible la valuación de ésta mientras no se realice. El ejemplo clásico es el de la persona que
se compromete a pagar a un pescador determinada suma de dinero por todos los peces que queden
atrapados en la red; sólo cuando ésta sea alzada podrá ser valuada la prestación del pescador: si
son numerosos los peces logrados, puede que la suma de dinero pactada sea inferior a la que
correspondería; pero si los peces enredados son escasos, la suma será bastante mayor que la que
tocaría pagar si se hubiera sabido antes el número de peces objeto del contrato.
2. Comerciable:
Una cosa, material o inmaterial, para ser objeto idóneo de un acto jurídico no sólo debe ser real,
sino también estar en el comercio, ser comerciable (art. 1461).
Comerciable: “Aquella cosa que es susceptible de propiedad o posesión privada”.
RG → Todas las cosas son comerciables.
Excepción →
1) Las cosas que se encuentran excluidas del comercio humano por su propia naturaleza, como
lo son, conforme al art. 585, las cosas comunes a todos los hombres (la alta mar, el aire).
2) Las cosas que por su destinación –y mientras la conserven– no son susceptibles de dominio o
posesión de los particulares, como lo son los bienes nacionales de uso público, cuyo dominio
pertenece a la Nación y su uso a todos los habitantes –calles, plazas, puentes, caminos, etc.–
(art. 589).

3. Determinada:
RAE: “Alguno en particular”
Según el art. 1.461 quiere decir que la cosa debe ser determinada a lo menos en cuanto a su
género.
La cosa puede determinarse en especie o en género.
La determinación en especie o específica implica que se individualiza determinadamente un
individuo de un género también determinado. Ejemplo: El caballo llamado “Rojo”.
La determinación en género o genérica se indica indeterminadamente un individuo de un género
determinado. Ejemplo: Un caballo.
Basta que la determinación se dé en cuanto al género, pero a un género limitado. Porque si se
diera cabida a un género ilimitado, no habría una declaración seria de voluntad. Si, verbigracia, se
reconoce deber “un animal” sin mayor especificación, no se sabría si el objeto del reconocimiento es
una vaca, un huemul o un cóndor.
La determinación genérica debe ir acompañada de una fijación cuantitativa; lo contrario también
significaría la inexistencia de una declaración seria de voluntad. Pero la cantidad puede ser incierta,
con tal que el acto o contrato fije reglas o contenga datos que sirvan para determinarla (art. 1461 inc.
2°).
Ejemplo, se vende todo el trigo que produzca el fundo del vendedor o el maíz almacenado en una
determinada bodega.
Cuando la cantidad es determinable, es decir, susceptible de una determinación posterior al
acto, los elementos o factores que sirvan para esta determinación deben encontrarse en el mismo
acto o contrato, según lo establece la letra de la disposición recién citada.
Si el objeto no está determinado en la forma exigida por la ley, no hay objeto, y por ende no hay
acto jurídico.
¿Qué sucede si en una obligación de género no se determina la calidad de cualquier individuo que el
deudor puede entregar? El Código responde que:
Art. 1509: En la obligación de género, el acreedor no puede pedir determinadamente ningún
individuo, y el deudor queda libre de ella, entregando cualquier individuo del género, con tal que sea
de una calidad a lo menos mediana.

REQUISITOS DEL OBJETO QUE RECAE SOBRE UN HECHO


La prestación que debe cumplir el deudor puede consistir en la ejecución de un hecho o, por el
contrario, en la no ejecución de un hecho.
REQUISITOS:
1) Determinado.
2) Físicamente posible.
3) Moralmente posible.

1) Determinado:
“En el sentido que la persona que se obliga tiene que saber qué hecho debe ejecutar o de qué
abstenerse. Del mismo modo, el acreedor debe saber qué es lo que puede exigir al deudor. De lo
contrario no habría declaración seria de voluntad”.
2) Físicamente posible:
Es decir, el hecho debe ser realizable por todos o cualquier persona media.
El Código señala:
Art. 1461, inc 3: Es físicamente imposible el que es contrario a la naturaleza.
Para estimar que hay imposibilidad física, ella debe ser absoluta, es decir, el hecho a que se
refiere debe ser irrealizable por todos, por cualquier persona. Si la imposibilidad es sólo relativa, o
sea, si el hecho es sólo irrealizable para algunos y específicamente para el deudor, no hay
imposibilidad física y el objeto existe. Y así el que se obligó a pintar un cuadro y no sabe pintar, su
obligación es válida.
Cuando al deudor le es imposible llevar a cabo la prestación a que se obligó, debe indemnizar los
perjuicios resultantes. Pero no ocurre lo mismo si el hecho es absolutamente imposible, pues en tal
caso no hay obligación alguna, ya que, como sostiene el adagio a lo imposible nadie está
obligado: Impossibilium nulla obligatio.
La imposibilidad es un concepto variable, lo que es imposible hoy, puede ser perfectamente
posible mañana; lo que no es posible en un lugar, puede ser posible en otro. Así, los viajes a la Luna,
pura ficción ayer y hoy realidad plena.
3) Moralmente posible:
El objeto debe ser moralmente posible. El CC nos señala:
Art. 1461 parte final: Es moralmente imposible el prohibido por las leyes, o contrario a las buenas
costumbres o al orden público.

OBJETO ILÍCITO

“Hay Hay objeto ilícito en aquellas cosas contrarias a la ley, a la moral o a las buenas costumbres”.
Para la validez del acto jurídico se requiere que el objeto sea lícito. Por ende, si el acto jurídico
tiene objeto, pero éste es ilícito, el acto existe (pues se han dado los requisitos de existencia del acto
jurídico), pero nace con un vicio que lo hace susceptible de ser invalidado, en este caso, por ser
absolutamente nulo (art. 1682).
En otras palabras, el acto jurídico, para ser válido, supone que el objeto, entre otros requisitos, sea
lícito (art. 1445 N° 3). Si bien se ha discutido acerca de qué debe entenderse por “objeto ilícito, buena
parte de la doctrina estima que es aquel que versa sobre hechos (no cosas) prohibidos por las leyes,
o contrarios a las buenas costumbres o al orden público.
Si bien el Código no define el objeto ilícito, sí señala algunos casos en que se presenta con
especial relevancia la ilicitud del objeto, los cuales se analizarán a continuación.
CASOS DE OBJETO ILÍCITO
1) Actos que contravienen al Derecho Público Chileno:
Art 1462: Hay un objeto ilícito en todo lo que contraviene al derecho público chileno. Así la
promesa de someterse en Chile a una jurisdicción no reconocida por las leyes chilenas, es nula por el
vicio del objeto.
Hay objeto ilícito en todo lo que contraviene el derecho público chileno, que es el conjunto de
normas que, mirando a un preponderante interés colectivo, regulan la organización y actividad del
Estado y demás entes públicos menores (como las municipalidades, por ejemplo), sus relaciones
entre sí o con los particulares, actuando el Estado y dichos entes en cuanto sujetos dotados de poder
soberano o público. En este punto, es necesario considerar que esta disposición no se refiere al
orden público, sino que al derecho público, conceptos y normas que son distintos.
En virtud de lo anterior, se ha resuelto que adolece de nulidad absoluta por objeto ilícito el contrato
que se funda en un acto administrativo que adolece de nulidad de derecho público.
El art. 1462 señala como ejemplo la promesa de someterse en Chile a una jurisdicción no
reconocida por las leyes chilenas. En razón de lo anterior, ciertos autores han estimado que eran
inválidos los pactos a través de los cuales las partes someten el conocimiento y decisión y decisión
de las controversias que pudieren emanar de un contrato a tribunales extranjeros.
Sin embargo, en la actualidad tales cláusulas son utilizadas frecuentemente, atendido que:
1) el Código de Procedimiento Civil sí reconoce a las jurisdicciones extranjeras (al punto de
reglamentar la ejecución en chile de sentencias extranjeras); y
2) El Código de Derecho Internacional privado reconoce la validez de éstas cláusulas en su art.
318. A ello debe agregarse el reciente auge de los arbitrajes internacionales, que en Chile se
encuentran regulados por la Ley Nº 19.971 (29 septiembre 2004).
En diversas materias, la ley prohíbe que un asunto sea conocido y resuelto por un juez árbitro y de
ocurrir habrá objeto ilícito. Así, por ejemplo, El derecho a pedir alimentos no puede someterse a
compromiso, según lo dispone el art. 229 del Código Orgánico de Tribunales: “No podrán ser
sometidas a la resolución de árbitros las cuestiones que versen sobre alimentos o sobre derecho de
pedir separación de bienes entre marido y mujer”.
Por último, resulta pertinente acotar que si la contravención al derecho público no proviene de un
particular, sino que de un órgano del Estado, la sanción aplicable es la nulidad de derecho público
consagrada en el art. 7 de la Constitución Política, cuya especial fisonomía y características
corresponden han sido latamente analizadas por el Derecho Administrativo.

2) Pactos sobre sucesiones futuras:


Art. 1463: El derecho de suceder por causa de muerte a una persona viva no puede ser objeto de
una donación o contrato, aun cuando intervenga el consentimiento de la misma persona.
Las convenciones entre la persona que debe una legítima y el legitimario, relativas a la misma
legítima o a mejoras, están sujetas a las reglas especiales contenidas en el título De las asignaciones
forzosas.

Esta disposición amerita los siguientes comentarios:

1) La norma se refiere a los actos que doctrinalmente se denominan pactos sobre sucesión
futura, que son aquellas convenciones que tienen por objeto el derecho de suceder por causa de
muerte, a título de heredero o de legatario, a una persona viva, sea ésta una de las partes o un
tercero. Por ende, el derecho a suceder por causa de muerte a una persona viva no puede ser objeto
de ningún acto jurídico.
En razón de lo anterior son perfectamente válidos los actos que tienen por objeto el derecho a
suceder por causa de muerte a una persona ya muerta. Tanto así, que el Código Civil reglamenta
expresamente la cesión de derechos hereditarios en los arts. 1909 y siguientes.

2) La prohibición comprende los actos unilaterales y bilaterales. En efecto, la prohibición es


más extensa que la que resulta de los términos del precepto, que sólo menciona los contratos, pues
las asignaciones hereditarias no pueden aceptarse o repudiarse sino una vez muerta la persona
(arts. 956 y 1226), de manera que si en un testamento se deja una asignación a una persona, ésta no
puede aceptarla en vida del declarante. Tal aceptación sería nula por objeto ilícito.

3) La ley habla de donación o contrato, pero la donación es un contrato, ya que para su


formación exige la aceptación del donatario (art. 1386). ¿Qué ha querido decir entonces el Código?
Parece indudable que ha querido significar que el derecho de suceder a una persona viva no
puede ser objeto de convención alguna, a título gratuito o a titulo oneroso.
4) Conforme lo anuncia el inciso segundo del art. 1463, existe una excepción a la prohibición de
celebrar pactos sobre sucesión futura. Tal excepción se encuentra en el art. 1204, que regula el
pacto de no disponer de la cuarta de mejoras, el cual permite que una persona viva prometa a su
cónyuge o a alguno de sus descendientes o ascendientes no donar ni asignar por testamento parte
alguna de la cuarta de mejoras.
Si bien el mismo art. 1204 dispone en su inciso segundo que “cualesquiera otras estipulaciones
sobre la sucesión futura, entre un legitimario y el que le debe la legítima, serán nulas y de ningún
valor”, ciertos autores estiman que sí existirían otros pactos sobre legítimas y mejoras que serían
válidos, como ocurre con las donaciones irrevocables hechas en razón de legítimas y mejoras, a que
se refiere el art. 1185 (que regula el denominado “primer acervo imaginario”).

3) Enajenación de las cosas enumeradas en el art. 1464:

Art. 1464: Hay un objeto ilícito en la enajenación:


1º. De las cosas que no están en el comercio;
2º. De los derechos o privilegios que no pueden transferirse a otra persona;
3º. De las cosas embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice o el acreedor
consienta en ello;
4º. De especies cuya propiedad se litiga, sin permiso del juez que conoce en el litigio.

Primero es preciso aclarar 2 cosas:


¿Qué se entiende por enajenación?
La palabra enajenación tiene un sentido estricto y un sentido amplio.
1) Enajenación en sentido estricto: es la transferencia del derecho real de dominio.
2) Enajenación en sentido amplio: es la transferencia del dominio o la constitución de cualquier
otro derecho real (hipoteca, usufructo, etc.).
Según algunos, la palabra enajenación, en el art. 1464, está tomada en su sentido restringido; a
juicio de otros, en su sentido amplio. Este último punto de vista es el mayoritario y se ha impuesto en
la jurisprudencia.
Cabe tener presente que la adjudicación – que es la singularización de un derecho que se tiene en
común con otra persona sobre una cosa – no constituye enajenación, por lo que no le es aplicable el
art. 1464.

¿Se pueden vender las cosas a que se refiere el artículo 1464?


En nuestro ordenamiento jurídico rige el principio de la dualidad título y modo, lo que significa
que para adquirir un derecho real se requiere un acto o contrato que sirva como antecedente jurídico
(ejemplo, una compraventa), y un modo de adquirir (ejemplo, la tradición). Por ende, la compraventa,
por sí misma, no es apta para transferir el dominio, pues siempre se requerirá la tradición o
enajenación de la cosa vendida. En razón de lo anterior, en principio las ventas que versaran sobre
las cosas comprendidas en el art. 1464 es perfectamente válida, atendido que la compraventa no
constituye enajenación.
Art. 1810: Pueden venderse todas las cosas corporales o incorporales, cuya enajenación no esté
prohibida por ley.
Por lo tanto, prohibiendo el art. 1464 ciertas enajenaciones, el mismo se hace extensivo a la
compraventa de las cosas enumeradas en tal disposición, por lo que tanto compraventa como
enajenación adolecerían de objeto ilícito.
Ahora bien, cabe recordar el art. 1810 se refiere a las enajenaciones prohibidas por la ley, y como
se sabe ello ocurre cuando el acto prohibido no se puede realizar en forma alguna, en ninguna
circunstancia, ni bajo respecto alguno, y estos caracteres se dan sólo en las normas que establecen
que hay objeto ilícito en la enajenación de las cosas que no están en el comercio y de los derechos o
privilegios que no pueden transferirse a otra persona (art. 1464 N°s 1 y 2). En estos casos hay una
ley prohibitiva porque ella no permite, según se deduce de sus propios términos, enajenar en forma
alguna esas cosas o derechos.
Pero no habría una ley prohibitiva en la enajenación de las cosas embargadas por decreto judicial
ya que el juez puede autorizar su enajenación o el acreedor consentirla, como tampoco habría ley
prohibitiva en la enajenación de especies cuya propiedad se litiga, puesto que pueden enajenarse si
lo permite el juez que conoce el litigio (art. 1464 N°s 3 y 4). Agregan los partidarios de esta tesis que
no se divisa la razón para prohibir la venta de las cosas embargadas o litigiosas, desde que el
impedimento para ser transferidas puede cesar una vez que se alce la prohibición de enajenar. Las
partes podrían, por diversas razones, querer celebrar el contrato desde luego, a sabiendas que la
tradición sólo se podrá efectuar una vez que se cumplan los requisitos necesarios para que
desaparezca el impedimento legal que se opone a la transferencia inmediata.
En síntesis, hay objeto ilícito en la venta de las cosas incomerciables y de los derechos
personalísimos; pero no lo habría en la venta de las cosas embargadas o litigiosas.
Orrego
El art. 1464 es una norma prohibitiva sólo en sus números 1 y 2, pero no así en sus números 3 y 4,
en estos últimos se permite la enajenación, cumpliendo ciertos requisitos, circunstancia que nos hace
estar ante una norma imperativa de requisito.
En consecuencia, la venta de las cosas a que se refieren los números 3 y 4 es válida, sin perjuicio
de que la tradición o transferencia del dominio sólo se podrá efectuar una vez que se cumplan los
requisitos que establece el art. 1464 . Precisemos que para esta teoría, la venta será válida, sin
necesidad de cumplir con los requisitos señalados en los números 3 y 4 del art. 1464, pues ellos se
exigen para la “enajenación”, no para la “venta”.
Como argumento a favor de esta doctrina, cabe considerar lo dispuesto en el art. 1466, cuando
dice que hay objeto ilícito “en la venta” de las cosas que ahí se singularizan. Si el legislador se refirió
expresamente a la venta, en estos casos del art. 1466, quiere decir que en aquellos contemplados en
el art. 1464, donde sólo alude a “la enajenación”, la venta sería perfectamente lícita, tratándose de
las cosas mencionadas en los números 3 y 4 del precepto.
Carlos Ducci estima por su parte que no pueden venderse las cosas comprendidas en los cuatro
números del art. 1464. Afirma que al referirse el art. 1810 a las cosas cuya enajenación esté
prohibida, ha significado que la enajenación no esté autorizada, no esté permitida, pero en ningún
momento ha querido exigir que la no enajenación esté consignada en una disposición de carácter
absolutamente prohibitivo. O sea, el artículo 1810 aludiría tanto a normas prohibitivas como a normas
imperativas de requisito. Por lo tanto, para vender alguna de las cosas señaladas en los números 3 y
4 del art. 1464, será necesario cumplir previamente con los requisitos allí enunciados a propósito de
la enajenación.

CASOS DEL ART. 1464


1. Enajenación de las cosas que están fuera del comercio (art. 1464 N°1):
Incomerciable: “Aquellas que no pueden ser objeto de relaciones jurídico-privadas, no pudiendo
recaer sobre ellas derechos reales ni personales”.
Están fuera del comercio las cosas no susceptibles de propiedad o posesión privada. En esta
condición se encuentran algunas cosas en razón de su propia naturaleza, como las comunes a todos
los hombres (aire, alta mar), y otras a causa de su destino, como las calles, plazas, puentes, mar
territorial y sus playas.
Como hemos indicado, conforme al art. 1461 uno de los requisitos del objeto que recae sobre una
cosa es que la misma sea comerciable, lo que significa que si la cosa no está en el comercio, el acto
tuvo por objeto tal cosa no existe, pues falta un requisito o cualidad esencial del objeto.
Sin embargo, conforme al Nº 1 del art. 1464, en tal caso sí habría objeto, pero el mismo sería
ilícito, por lo que la sanción no sería la inexistencia, sino que la nulidad absoluta.
Buena parte de la doctrina (en particular aquella que postula la teoría de la inexistencia) estima
que tal contradicción es atribuible a un error del Código, que consideró como objeto ilícito la
enajenación de cosas incomerciables; por lo tanto, todos los actos relativos a cosas incomerciables
serían inexistentes, por carecer la cosa de un atributo o aptitud esencial para constituir el objeto de la
declaración de voluntad. Otros autores afirman que no existiría error alguno, sino que sería necesario
distinguir: mientras el art. 1461 se refiere a las cosas incomerciables por naturaleza (dando lugar a la
inexistencia), el art. 1464 N° 1 únicamente se referiría a cosas que temporalmente el legislador las ha
sacado del comercio (v.gr. peces en veda), y por ende resultaría comprensible que su contravención
únicamente acarree la nulidad absoluta.
Como sea, lo cierto es que en este caso no se vislumbra distinción alguna. Adicionalmente, a la luz
de lo dispuesto en el art. 1682 en orden a que el objeto ilícito se sanciona necesariamente con la
nulidad absoluta, la doctrina que en este caso señala que habría inexistencia es sumamente
discutible, por ser contraria al texto expreso de la ley.
2. Enajenación de los derechos y privilegios que no pueden transferirse a otra persona
(art. 1.464 n°2):
Los derechos que no pueden transferirse a otras personas son denominados personalísimos,
como los derechos reales de uso y habitación (art 819), o el derecho de pedir alimentos (art. 334).
Hay quienes consideran que esta disposición sería redundante, pues los derechos y privilegios
que no pueden transferirse a otras personas estarían fuera del comercio, materia ya regulada en el
Nº 1 del art. 1464. Tal interpretación es equivocada, porque los derechos y privilegios que no pueden
transferirse a otras personas están dentro del comercio humano, toda vez que son susceptibles de
dominio o de posesión por los particulares. Tienen, eso sí, la particularidad de ser inalienables, esto
es, tales derecho no pueden ser transferidos a otras personas.
3. Enajenación de las cosas embargadas por decreto judicial (art. 1464 n°3):
Primero hay que aclarar algunas cosas:
¿Qué es el embargo?
En nuestra legislación, aunque la palabra embargo no está definida, de diversas disposiciones
legales se desprende que el derecho positivo chileno considera el embargo como una institución
propia del juicio ejecutivo y, desde este punto de vista podría definirse como la aprehensión
compulsiva, hecha por mandamiento del juez que conoce de la ejecución, de uno o más bienes
determinados del deudor y la entrega de ellos a un depositario, que debe mantenerlos a disposición
del tribunal, todo con el fin de asegurar el pago de la deuda.
Pero la doctrina uniformemente ha estimado que en la disposición citada la palabra embargo está
tomada en una acepción mucho más amplia, comprensiva del embargo propiamente tal y otras
instituciones que persiguen el mismo fin de asegurar el resultado de un juicio: medidas precautorias
de prohibición de enajenar y gravar bienes, de secuestro, retención y, en el sentir de la mayoría de
los autores, la prohibición judicial de celebrar actos y contratos sobre bienes determinados.
Todas estas medidas “paralizan la libertad de disposición del propietario o poseedor y retiran
momentáneamente de la circulación las cosas a que aluden”; tienden a evitar, en mayor o menor
grado, que el acreedor se vea burlado en sus derechos.
En relación a la prohibición judicial de celebrar actos y contratos respecto de determinados bienes,
el Código de Procedimiento Civil preceptúa que “la prohibición de celebrar actos o contratos podrá
decretarse con relación a los bienes que son materia del juicio, y también respecto de otros bienes
determinados del demandado, cuando sus facultades no ofrezcan suficiente garantía para asegurar
el resultado del juicio...” (art. 296).
¿Desde qué momento debe entenderse que una cosa se encuentra embargada?
Para responder esta pregunta es necesario distinguir entre las partes litigantes en el juicio que en
que se ha decretado el embargo o prohibición y los terceros ajenos a dicho juicio.
Con respecto a las partes, el embargo y la prohibición de celebrar actos o contratos existen y
producen todos sus efectos desde el momento en que se notifica judicialmente al deudor la
resolución que los ordenan. Desde ese momento el litigante sobre quien pesa el embargo o la
prohibición no puede alegar que ignora la medida que le veda disponer libremente del bien sujeto a
ella.
Con respecto a terceros, hay que subdistinguir si el embargo recae sobre bienes muebles o sobre
inmuebles:
-Si la medida recae sobre cosas muebles sólo afecta a los terceros desde que toman
conocimientos del embargo o la prohibición.
-Si el embargo recae sobre bienes raíces o derechos reales constituidos en ellos, no produce
efecto alguno legal respecto de terceros sino desde la fecha en que se inscriben en el respectivo
registro conservatorio en donde estén situados los inmuebles (C. de Procedimiento Civil, art. 453).
*Los libros más importantes del CBR son:
 Libro repertorio registro de propiedad.
 Registro de hipotecas y gravámenes.
 Registro de prohibiciones e interdicciones.
 Registro de documentos e índice general.
¿Cuándo debe existir el embargo o prohibición para que la enajenación adolezca de objeto
ilícito?
El embargo o prohibición debe existir al momento de la enajenación para que ésta adolezca de
objeto ilícito.
¿Hay objeto ilícito en la enajenación forzada de una cosa embargada?
En las enajenaciones forzadas de las cosas embargadas no hay objeto ilícito; es válida la
enajenación forzada que se realice en otro juicio. Así fluye del art. 528 del C. de Procedimiento Civil,
de cuyo contexto se desprende que puede haber dos o más ejecuciones y la enajenación que se
haga en cualquiera de ellas es válida. El acreedor que hubiere embargado primero el mismo bien no
sufre perjuicio alguno, pues la ley le permite hacer valer sus derechos de acuerdo con lo dispuesto en
el mencionado art. 528 y, en general, mediante el procedimiento de las tercerías.
¿Hay objeto ilícito tratándose de prohibiciones voluntarias de enajenar?
Como se señaló, se acepta considerar incluidos entre los bienes embargados por decreto judicial
los bienes sobre los cuales pesa una prohibición judicial de enajenar. Pero, cabe preguntarse, las
prohibiciones voluntarias de enajenar, o sea las que convienen las partes en un contrato o las que
una persona se impone voluntariamente para con otra, si se contrarían, ¿adolece de objeto ilícito la
enajenación? Partiendo de la base que la cláusula de no enajenar es sólo por cierto tiempo,
determinado por un plazo o una condición, fuerza es concluir que la violación de dicha cláusula no
tiene objeto ilícito ni acarrea la nulidad del acto jurídico. Porque si bien en el concepto de embargo se
incluyen otras medidas que paralizan momentáneamente la circulación de los bienes a que se
refieren, también es verdad que esas medidas deben ser impuestas por decreto judicial, como
claramente lo dice la letra del N° 3 del art. 1464. La violación de dicha cláusula trae la sanción
resultante de la aplicación de las reglas de la responsabilidad contractual, pues se trata de
incumplimiento de las obligaciones contractuales.
¿Hay objeto ilícito tratándose de prohibiciones legales de enajenar?
Las leyes orgánicas de algunas instituciones (por ej. SERVIU) establecen que es prohibido
enajenar los bienes raíces que en ellas tengan operaciones pendientes, mientras éstas no hayan sido
liquidadas. Aquí la prohibición es legal, y en el contrato respectivo sólo se incorpora el mandato de la
ley con el fin de facilitar la inscripción correspondiente. Estas prohibiciones no pueden ser violadas
sin incurrir en nulidad por ilicitud del objeto.
¿De qué manera se podría enajenar válidamente una cosa embargada?
La ley misma señala los medios de enajenar válidamente las cosas embargadas: la autorización
del juez o el consentimiento del acreedor.
El juez que debe dar la autorización es el mismo que decretó la prohibición o embargo, ya que es
él quien, por los antecedentes del juicio, puede medir exactamente las proyecciones de la
enajenación con relación a las seguridades con que debe contar el acreedor para la satisfacción de
su crédito. De aquí resulta que si una cosa ha sido embargada o prohibida su enajenación por varios
jueces, la autorización deben darla todos; de lo contrario subsiste el objeto ilícito en la enajenación.
El juez debe dar la autorización con conocimiento de causa, o sea, tomando en consideración los
antecedentes que motivaron dicha prohibición.
Si se piensa que el embargo se encuentra establecido en beneficio exclusivo del acreedor, lógico
es que su consentimiento libere a la enajenación del objeto ilícito. Si son varios los acreedores, todos
deben consentir en la enajenación. Como la ley no distingue, el consentimiento puede manifestarse
expresa o tácitamente. Habría esta última forma de consentimiento, por ejemplo, si el comprador es
el propio acreedor embargante, o si el acreedor que tiene embargo pendiente toma conocimiento del
remate a efectuarse en otro juicio ejecutivo y no aduce oposición.
La autorización del juez o el consentimiento del acreedor deben ser previos a la enajenación,
porque así se infiere de la letra misma de la ley, y porque si así no fuera, la autorización o el
consentimiento posterior a la enajenación no validaría el acto, pues la sanción del objeto ilícito es la
nulidad absoluta, la cual no admite ratificación o confirmación ulterior como medio de sanear el acto.

4. Enajenación de las especies cuya propiedad se litiga (art. 1.464 n° 4):


Cosas o especies litigiosas son los muebles o inmuebles sobre cuyo dominio discuten en un juicio
el demandante y el demandado.
No hay que confundir la enajenación de una especie cuya propiedad se litiga con la enajenación
de un derecho litigioso (esto es, el evento incierto de la litis, la posibilidad de que se gane o se pierda
el juicio); esta última es válida y se encuentra reglamentada en los arts. 1911 y siguientes.
Conforme al Código de Procedimiento Civil, para que las especies sobre cuya propiedad se litiga
se entiendan prohibidas de enajenar, es necesario que el tribunal decrete prohibición respecto de
ella. Cuando la prohibición recae sobre bienes raíces debe inscribirse en el registro del Conservador
respectivo, y sin este requisito no produce efecto respecto de terceros. Cuando verse sobre cosas
muebles, sólo produce efecto respecto de los terceros que tuvieron conocimiento de ella al tiempo del
contrato; pero el demandado es en todo caso responsable de fraude, si procedió a sabiendas (arts.
296 y 297).
Siendo necesario que el juez decrete prohibición de enajenar para que las cosas litigiosas se
consideren comprendidas en el N° 4 del art. 1464 del C. Civil y considerando el alcance que a la
locución cosas embargadas le ha dado la jurisprudencia, en el sentido de que en ella se comprenden
los bienes sobre los cuales pesa prohibición de enajenar, resulta que el N° 4 del art. 1464 está de
más; las cosas litigiosas pueden estimarse comprendidas en el N° 3 de dicho artículo.
Las especies litigiosas pueden enajenarse válidamente cuando el juez que conoce en el litigio da
su permiso (última parte del N° 4 del art. 1464). En este punto nos remitimos a lo dicho sobre la
autorización del juez respecto de la enajenación de las cosas embargadas.
Sin embargo, nada dice el Código en lo que respecta a la posible autorización de la parte en cuyo
beneficio se ha dictado la prohibición. Al efecto, la doctrina, fundada en los arts. 296 y 297 del CPC,
estima que es equiparable la situación de las cosas embargadas con la de la especie cuya propiedad
se litiga, por lo que sí sería posible en este último caso proceder válidamente a la enajenación con el
consentimiento de la parte en cuyo beneficio se dictó la prohibición.

4) Actos contrarios a la ley, la moral o las buenas costumbres.

1. Condonación del dolo futuro:


Conforme al art. 1465, el pacto de no pedir más en razón de una cuenta aprobada, no vale en
cuanto al dolo contenido en ella, si no se ha condonado expresamente. La condonación del dolo
futuro no vale.
La condonación del dolo futuro no vale atendido que, de lo contrario, se estaría aceptando
anticipadamente que una de las partes actúe con dolo, lo que evidentemente es inmoral.
Sin embargo, el dolo puede condonarse o perdonarse por la persona que fue víctima de él, pero
sólo una vez que lo ha conocido; debiendo dicha condonación formularse por una declaración
explícita.
2. Deudas contraídas en los juegos de azar:
De acuerdo a la primera parte del art. 1466, hay asimismo objeto ilícito en las deudas contraídas
en juego de azar.
El Código se ocupa del juego y la apuesta en los arts. 2259 y 2263. De dichas disposiciones se
desprende que el juego y la apuesta pueden ser lícitos o ilícitos.
Son lícitos, en cambio, aquellos juegos en que predomina la fuerza o destreza corporal (vgr.
carreras de caballos) siempre que no se contravenga a las leyes o a los reglamentos de policía, y
aquellos juegos en que predomina la destreza o habilidad intelectual (vgr. el ajedrez).Los juegos en
que predomina la fuerza o destreza corporal o las apuestas que incidan en ellos engendran
obligaciones civiles perfectas, esto es, el que gana el juego o la apuesta tiene acción para exigir el
pago convenido al perdedor. En cambio, los juegos en que predomina la destreza intelectual no
otorgan acción para exigir el pago; pero si el que pierde el juego o la apuesta gana, no puede pedir
repetición de lo pagado, a menos que se haya ganado por dolo.
Por su parte, son ilícitos los juegos de azar, esto es, aquellos cuyos resultados dependen única y
principalmente en la suerte. Los actos que versan sobre tales juegos son anulables por ilicitud del
objeto.
Por excepción, la ley permite ciertos juegos de azar, como son por ejemplo la Polla Chilena de
Beneficencia y la Lotería de Concepción. Por su parte, la Ley Nº 19.995 establece las bases para la
autorización, funcionamiento y fiscalización de los Casinos de Juego, cuyo giro son precisamente los
juegos de azar
3. Venta de libros prohibidos u objetos considerados inmorales:
De acuerdo a la segunda parte del art. 1466, hay objeto ilícito en la venta de libros cuya circulación
es prohibida por autoridad competente, de láminas, pinturas y estatuas obscenas, y de impresos
condenados como abusivos de la libertad de la prensa.
4. Actos prohibidos por la ley:
El art. 1466 concluye estableciendo una regla general: hay objeto ilícito en todo contrato prohibido
por las leyes.
Esta norma debe ser concordada con el art. 10, que dispone que “Los actos que prohíbe la ley son
nulos y de ningún valor; salvo en cuanto designe expresamente otro efecto que el de nulidad para el
caso de contravención”. Por ende, la regla general es que todo acto prohibido por la ley es nulo, a
menos que la ley establezca una sanción distinta que la nulidad (vgr., el art. 769 prohíbe los
usufructos sucesivos o alternativos, pero no los declara nulos, sino que entiende que en ellos se
constituyen usufructuarios substitutos).
22.Causa y causa ilícita.
LA CAUSA

Concepto: “Es el motivo que induce al acto o contrato” (art. 1467).


Motivo: son los móviles piscológicos, para qué me obligo y por qué me obligo. Entonces, cuando el
código se refiere a la causa se patenta la teoría de los móviles. Es el motivo que te lleva a celebrar el
acto jurídico.

La doctrina tradicional considera que el acto jurídico, además de la voluntad y el objeto, requiere,
como supuesto esencial para su existencia, que tenga una causa. Para que el acto sea válido, la
causa debe ser lícita. Esta es la posición de los llamados causalistas, refutada por quienes
consideran que, para la existencia del acto jurídico, bastan la manifestación de voluntad y el objeto
sobre el cual ésta recae, constituyendo la causa un requisito artificial y prescindible (anticausalistas).
Una gran dificultad que presenta la causa está constituida por el hecho de ser un término que
admite diversas y variadas acepciones. Las más importantes son las siguientes:
1. Causa eficiente: Es el antecedente o el elemento generador que da vida a lo que antes no
existía. Aquello que da vida a lo que antes no existía. En este sentido se puede afirmar que las
fuentes de las obligaciones, esto es, los hechos jurídicos que les dan origen, son su causa
eficiente. Así, la obligación del vendedor tiene su causa eficiente en el contrato de
compraventa.

2. Causa final: Es el fin directo e inmediato que la parte se propone alcanzar por medio de un
acto, independientemente de los móviles individuales, y es idéntica siempre en los actos y
contratos de la misma especie. Así, en el contrato de compraventa, la causa del comprador es
incorporar a su patrimonio una cosa; la del vendedor obtener dinero a cambio de las cosas
que entrega.

3. Causa ocasional: Son los motivos individuales que han llevado a realizar el acto. Es diferente
para cada individuo. Corresponde a la razón que lo impulsa a celebrar un acto o contrato en
determinadas circunstancias. Por ejemplo, la causa ocasional para el vendedor puede ser la
necesidad de dinero; para el comprador, la necesidad de hacer un regalo.
Debido a lo anterior, la doctrina contemporánea ha denunciado la imposibilidad de saber con
precisión qué es aquello que se denota por medio de la voz causa. Ello, sumado a otras dificultades,
explica el declive histórico que ha experimentado este instituto, tal como se verá a continuación.

EVOLUCIÓN HISTÓTICA DE LA NOCIÓN DE CAUSA


Aunque el Derecho Romano no formuló ninguna teoría general sobre la causa, contempló este
elemento en algunos casos. Así por ejemplo exigieron que todo enriquecimiento debía tener una
justa causa y otorgaron al empobrecido de esta manera una acción para repetir lo dado, o sea para
obtener su devolución, llamada condictio sine causa.
La teoría de la causa encuentra su origen en el Derecho Canónico medieval, que facultaba al juez
para indagar los móviles que determinan a las partes a contratar, sin que sea inhibido para dicha
labor por el hecho de que, formal y aparentemente, la convención apareciera formalmente exenta de
cualquier vicio. De esta manera, cautelan que la declaración de voluntad no persiga un fin
reprobable.
Sin perjuicio de lo anterior, quien le dio verdadero desarrollo del tema fue el jurista francés Jean
DOMAT (1625-1697), autor de la denominada a la teoría clásica de la causa, que se concentra en la
causa de la obligación y descartando, así, la indagación de los móviles o motivos del acto o contrato.
Tal teoría es perfeccionada y complementada por POTHIER (1699-1772), considerado el padre
espiritual del Código Civil francés. Las ideas de este último expuestas en su Tratado de las
Obligaciones (editado en 1761), pasaron con mayor o menor variación al Código Civil francés, que no
definió la causa, y a los códigos posteriores que en él se inspiraron, entre otros el chileno, que sí la
definió.

DOCTRINAS ELABORADAS EN RAZÓN DE LA CAUSA


En la actualidad existen dos corrientes antagónicas: los causalistas y los anticausalistas.
Dentro de los causalistas (entre ellos, CAPITANT, JOSSERAND y RIPERT, en Francia;
FERRARA, SANTORO PASSARELLI y BETTI, en Italia) hay quienes consideran a la causa con un
criterio objetivo: éstos son los seguidores de la doctrina clásica y los autores modernos italianos.
Otros la consideran con un criterio subjetivo elaborando la teoría del móvil o motivo determinante.
Los anticausalistas se rebelan contra la noción de causa por estimarla falsa e inútil a la vez. Entre
los anticausalistas podemos señalar a PLANIOL, GIORGI, LAURENT y DABIN. Para PLANIOL la
causa es lo mismo que el objeto; para DABIN queda absorbida por el consentimiento. Sin embargo,
la mayoría de los Códigos actuales señalan expresamente la necesidad de una causa; así, el
francés, el italiano, el español y otros.
La existencia de causa, el principio de causalidad, es un principio de lógica y algo común a todas
las disciplinas, una realidad universal. Sería absurdo pretender que esto no se aplica al Derecho, que
en él las cosas no tienen causa. Cuando se realiza un acto jurídico, él se efectúa en virtud de algún
antecedente; no es algo que resulte puramente del azar. Si la voluntad se moviliza para hacer algo lo
hace también impulsada por algo, y esto es la causa.
Análisis de las diferentes doctrinas:
1. Doctrina tradicional o clásica de la causa:
Es la doctrina elaborada por DOMAT y sus seguidores. Se centra en el estudio de la causa de las
obligaciones que emanan de los contratos, y se pregunta por qué el contratante asumió la obligación.
La respuesta a esa pregunta constituye, precisamente, la causa. Por ende, a esta doctrina no le
interesa la causa del contrato, sino la de las obligaciones que de él emanan. De este modo, la
doctrina clásica postula un criterio objetivo para apreciar la causa.
Para esta doctrina, las obligaciones pueden surgir de tres tipos o especies de contratos:
bilaterales, reales y gratuitos.
1) Causa de la obligación en los contratos bilaterales:
Aquí ambas partes resultan obligadas recíprocamente. En este caso, la causa de la obligación de
una de las partes, es la obligación correlativa de la otra parte; es decir, la obligación de uno es el
fundamento de la obligación del otro. De este modo, en una compraventa la causa de la obligación
del vendedor de dar o entregar la cosa se encuentra en la obligación del vendedor de pagar el precio,
y vice-versa. En esta categoría se incorporan la compraventa, el arrendamiento, el mandato, la
permuta, etc.
2) Causa de la obligación en los contratos reales:
Los contratos reales son aquellos que se perfeccionan con la entrega de la cosa, y que hacen
nacer, para una sola de las partes (la que recibió la cosa), la obligación de restituirla. En este caso, la
causa de la obligación de restituir se encuentra en la entrega que de la misma se le había hecho con
anterioridad.
En esta categoría hallamos: el mutuo, el comodato, el depósito, la prenda, etc.
3) Causa de la obligación en los contratos gratuitos:
El contrato es gratuito o de beneficencia cuando sólo tiene por objeto la utilidad de una de las
partes, sufriendo la otra el gravamen.
Para DOMAT, la causa de la obligación de una de las partes en un contrato gratuito está en el
motivo racional y justo en que se funda la obligación (v.gr. algún servicio prestado por el donatario al
donante, el placer de hacer el bien, etc.).
Posteriormente, POTHIER expresa que en este caso la causa es la intención liberal, esto es, el
propósito de hacer una liberalidad.
2. Doctrina italiana:
La doctrina italiana moderna, si bien coinciden con la doctrina clásica en postular un criterio
objetivo para apreciar la causa, estructuran un concepto totalmente distinto, pues centra su estudio
en la causa del acto o contrato, y no en la obligación que surge de él.
Esta doctrina postula que la causa del contrato es el fin o función económico-social perseguida en
el contrato. Por ejemplo, la causa de los negocios onerosos es su función consistente en producir un
cambio de prestación y contraprestación; es causa de la compraventa su función de producir un
cambio de cosa por precio; es causa de la donación su función de producir un enriquecimiento del
donatario.
3. Doctrina del móvil o motivo determinante:
Esta doctrina, también denominada de causa ocasional o impulsiva, difiere sustancialmente de las
anteriores, pues se estructura un concepto subjetivo de la causa del acto (no de la obligación). Así, la
causa del acto es el móvil o motivo determinante que impulsó al autor o a las partes a celebrar un
acto jurídico. Por ende, es imposible formular un concepto abstracto de la causa, sino que la misma
variará caso a caso.
4. Doctrina anticausalista:
El tratadista francés PLANIOL se rebela contra la doctrina clásica, a la cual tilda de “falsa e inútil a
la vez”.
En lo que toca a los contratos bilaterales, la doctrina clásica sería falsa porque olvida que las
obligaciones que recíprocamente se sirven de causa nacen al mismo tiempo, por lo que mal puede
una de ellas ser causa de la otra si se considera que la causa debe, necesariamente, preceder al
efecto, sin que pueda ser coetáneo a él. Adicionalmente, en este caso la doctrina clásica es inútil,
atendido que la misma postula que la causa de la obligación de una de las partes es el objeto de la
obligación de la otra, de tal manera que la falta de causa de una de las obligaciones implicaría la falta
de objeto de la otra.
En cuanto a los contratos reales, la doctrina clásica sería falsa porque la entrega de la cosa no es
causa de la obligación, sino que es un requisito esencial para que el contrato se perfeccione.
Adicionalmente, en este caso la doctrina clásica es inútil, pues de nada sirve afirmar que si la cosa no
se entrega la obligación carece de causa, ya que la falta de entrega de la cosa impide que se forme
el contrato y que engendre, por tanto, obligaciones.
Finalmente, respecto de los contratos gratuitos, la doctrina clásica sería falsa porque confunde la
causa con los motivos. Adicionalmente, en este caso la doctrina clásica es inútil, pues la falta de
intención liberal vendría a constituir falta de consentimiento.

TEORÍA DE LA CAUSA EN EL CÓDIGO CIVIL CHILENO

Art. 1445: para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad es
necesario: “4º que tenga una causa lícita”.

Art. 1467: No puede haber obligación sin una causa real y lícita; pero no es necesario expresarla.
La pura liberalidad o beneficencia es causa suficiente.
Se entiende por causa el motivo que induce al acto o contrato; y por causa ilícita la prohibida
por ley, o contraria a las buenas costumbres o al orden público.
Así la promesa de dar algo en pago de una deuda que no existe, carece de causa; y la promesa
de dar algo en recompensa de un crimen o de un hecho inmoral, tiene una causa ilícita.

Tal regulación ha hecho surgir diversos problemas de interpretación, los que a continuación se
examinan.
¿Qué es lo que debe tener causa: el acto o la obligación?
Para algunos autores, al Código le interesa la causa de la obligación, atendido que:
1. El art. 1467 indica que "no puede haber obligación sin una causa”.
2. El art. 1445 indica que la causa es un requisito “para que una persona se obligue a otra”.
3. Además, el Código se dictó en pleno auge de la doctrina clásica, que precisamente se refiere a
la causa de la obligación y no del contrato.
Por su parte, quienes afirman que al Código le interesa la causa del acto o contrato argumentan lo
siguiente:
1. El art. 1445 está requiriendo causa para que una persona se obligue “por un acto o declaración
de voluntad es necesario”.
2. La definición legal de causa contenida en el art. 1467 es clara en señalar que la misma es el
motivo que induce “la acto o contrato”.
¿Cuál es el criterio que adopta en materia de causa: objetivo o subjetivo?
Para algunos, el Código siguió el criterio objetivo en razón de lo siguiente:
1. Porque ése es el criterio de la doctrina clásica, en la cual se habría inspirado BELLO.
2. El art. 1467 exige que exista una causa “real”, admitiendo que es posible que las obligaciones
no tengan causa, cuestión que no admite el criterio subjetivo.
3. El “motivo” a que se refiere la definición de causa del art. 1467 no es de orden subjetivo, sino
que jurídico o abstracto.
Otros sostienen que el Código siguió un criterio subjetivo en virtud de lo siguiente:
1. A diferencia del Código francés que siguió a la doctrina clásica, el Código chileno la definió
precisamente como el motivo que induce al acto o contrato.
2. Al exigirse una causa real y lícita, se está facultando al juez para indagar por el motivo que
realmente determinó la celebración del acto o contrato; así, la “realidad” de la causa significa
que el motivo que se postula como causa sea el que concretamente ha inducido a contratar.

Doctrina dual de la causa en el Código Civil


En opinión de LEÓN HURTADO y VIAL DEL RÍO, para determinar lo que constituye la causa se
hace necesario distinguir, previamente, entre causa del acto o contrato y causa de la obligación, pues
tal distinción es realizada, a lo menos implícitamente, por el Código Civil.
1) Causa del contrato:
De acuerdo a la propia definición que da el Código, la causa del acto o contrato es el motivo que
induce a su celebración. La palabra motivo, según su sentido natural y obvio, designa los móviles
psicológicos, individuales y subjetivos.
2) Causa de la obligación:
En este caso, el legislador sigue la doctrina tradicional: la causa de la obligación es abstracta e
idéntica para cada categoría de contratos.
Doctrina unitaria de la causa en el Código Civil
Contrario a la tesis anterior, ALCALDE, fundado en la moderna doctrina italiana de la causa y en
una novedosa interpretación de la regulación de la misma en el Código Civil Chileno, sostiene un
concepto unitario de la causa, en el que para efectos prácticos ninguna importancia real tiene la
distinción entre causa del contrato y la causa de la obligación.
En síntesis, esta postura puede ser resumida del modo que sigue:
1. Tanto las doctrinas tradicionales como la posición sustentada por la mayoría de los autores
nacionales postulan un concepto de causa en extremo parcial o restringido, cualquiera que
sea el punto de partida de su análisis (causa eficiente, ocasional o final). Ello considerando
que, en general, refieren esta noción exclusivamente al contrato o a la obligación que nace de
él, olvidando que existen otras muchas instituciones cuya estructura y significación no puede
entenderse sino en razón de la “causa”, y para lo cual tales planteamientos resultan
claramente insuficientes. Asimismo, algunas de las posiciones doctrinarias comúnmente
aceptadas han permitido extender la influencia de la causa hasta límites que exceden su
campo de aplicación.
2. Si se examinan las diversas situaciones que normalmente podrían llevar a plantearse el tema
de la causa –sea respecto de un acto o contrato, de las obligaciones que emanan de él o, en
fin, de la posibilidad de fundamentar una determinada atribución patrimonial-, se advierte que
un elemento compartido por todas ellas viene dado por la existencia de una determinada
situación fáctica a la cual la ley atribuye el efecto o virtud, ora de engendrar una obligación
eficaz o de extinguirla, ora de permitir que se retenga un incremento en el patrimonio del
sujeto que se halla en la hipótesis descrita por la norma. Y todo ello es así porque, en
definitiva, existe una “causa”, una razón o justificación de la pertinente atribución patrimonial
que es coincidente con el interés jurídicamente protegido en el caso particular de que se trata.
Atendida esta realidad, ALCALDE propone un concepto unitario de “causa” que permitiría
definirla como aquel supuesto de hecho legalmente suficiente para justificar un determinado
efecto jurídico.
La causa, así entendida, no constituye por cierto el único supuesto de hecho que debe
concurrir para que se genere o produzca un determinado efecto jurídico. Será también
necesario que existan voluntad (y su manifestación a través de una solemnidad en algunos
casos) y objeto; empero, tanto la una como el otro, si bien son presupuestos del acto jurídico,
no dicen relación con la justificación jurídica del acto o de la atribución patrimonial, es decir, no
miran o atienden a la razón por la cual se explica por qué el Derecho asigna o atribuye a una
determinada voluntad, que recae un cierto objeto, la virtud de producir el efecto jurídico, lo que
constituye aquello que es propio y esencial de la causa.
3. En armonía con lo anterior, al tenor de las disposiciones de nuestro Código, el problema de la
ilicitud de la causa no guarda relación alguna con los móviles o motivos – personales o
individuales – del autor o las partes de una convención, sino que se vincula con una
desviación del interés jurídicamente protegido por la norma.
4. Finalmente, a partir de esta noción de causa, ésta se proyecta este concepto no sólo respecto
del acto o contrato de la obligación que nace de éste, sino que en relación con otras materias
tales como el pago; la adquisición de derechos sobre una cosa propia; la condición suspensiva
meramente potestativa; el fraude a la ley; y el derecho a retener (o, en su caso, la obligación
de restituir) un determinado incremento patrimonial. De igual modo, ciertas instituciones que, si
bien tradicionalmente han sido explicadas en función de la causa, no dicen relación con este
elemento del acto jurídico, cuyo es el caso, entre otros, de la “condición resolutoria tácita” y la
“excepción de contrato no cumplido”.

REQUISITOS DE LA CAUSA: Debe ser:


1. Real.
2. Lícita.

CAUSA REAL
La causa para ser válida debe ser real. Al efecto, el art. 1467 señala que no es necesario que el
autor de un acto jurídico o las partes de una convención expresen la causa, esto es, el motivo que los
induce al acto o contrato.
De lo anterior ciertos autores estiman que la ley presume que todo acto o contrato tiene una
causa, constituida por los motivos que normal y ordinariamente inducen a celebrar dichas especies o
tipos de contrato (v.gr. en la compraventa la causa sería la necesidad o deseo del vendedor de
obtener dinero y la necesidad del comprador de obtener la cosa). Por ende, lo anormal es que el acto
no tenga causa, por lo que la prueba de la ausencia de causa corresponde a quien la alega.
Si bien es difícil encontrar casos en que no haya causa, es posible citar dos situaciones en que
ello ocurre:
1) Falta de causa en los actos simulados. En la simulación, no existe un motivo real que
induzca a la celebración del acto jurídico simulado; en otras palabras, el único motivo para la
simulación es el engaño a terceros, pero no existe motivo alguno para la celebración del
contrato aparente.
2) Falta de causa en los actos que tienen como único motivo la creencia errada de que
existe una obligación. El art. 1467 establece, como ejemplo de ausencia de causa, el
siguiente ejemplo: “la promesa de dar algo en pago de una deuda que no existe, carece de
causa”. La declaración tiene, en este caso, una causa falsa, lo que equivale a decir que carece
de causa real, y por faltar este requisito, debería considerársela inexistente.
Si falta la causa, el respectivo acto o contrato es inexistente para la doctrina que sustenta dicha
tesis; para otros la ausencia de causa sólo da lugar a la nulidad absoluta, ya que el Código no
reconoce la inexistencia de los actos jurídicos.

CAUSA LÍCITA
La causa no sólo debe ser real, sino también lícita (art. 1467 inc. 1º). Causa ilícita es la prohibida
por ley, o contraria a las buenas costumbres o al orden público. Así la promesa de dar algo en
recompensa de un crimen o de un hecho inmoral, tiene una causa ilícita (art. 1467 inc. 2º y 3º).
Según el Código Civil, la causa ilícita produce la nulidad absoluta del acto o contrato de que forma
parte (art. 1682).
Hay una sanción para el que, a sabiendas, haya dado o pagado por una causa ilícita: no puede
pedir la devolución de lo dado o pagado (art. 1468).
PRUEBA DE LA CAUSA
Atendido lo dispuesto en los arts. 1467 y 1698 del CC., puede concluirse que la causa se presume,
desde el momento en que la ley no exige expresarla en el acto o contrato. Como señala nuestra
jurisprudencia, probar que una obligación carece de causa real y licita corresponde a quien alega tal
hecho, ya que si bien es cierto no puede haber obligación sin causa real y lícita, no es menos cierto
que no es necesario expresarla, por lo cual el hecho de que no se exprese no basta para deducir que
la obligación carece de ella. En síntesis, el que pretenda que el acto o contrato o que las obligaciones
en él contendidas carecen de causa, deberá probarlo, prueba muy difícil por cierto.
La falta de causa puede acreditarse:
1) Por cualquier medio de prueba, excepto la testifical, si la causa se expresó en el acto o
contrato, de acuerdo al art. 1709 del Código Civil.
2) Pero si en el acto o contrato no se expresa la causa, su inexistencia podrá acreditarse por
todos los medios, incluso testigos, toda vez que no debe probarse “contra” el documento, dado
que en este nada se dice respecto de la causa.

ACTOS CAUSALES Y ABSTRACTOS


Conceptos
Según que la causa se tome en cuenta o no al constituirse los actos jurídicos, éstos se clasifican
en causales y abstractos.
1) Causales: Son los actos en cuyo perfeccionamiento debe concurrir como elemento esencial la
causa. Si ella falta o es ilícita, el acto adolece de nulidad absoluta y no produce efecto alguno.
Ejemplos de actos causales son la compraventa, el arrendamiento, el mutuo, el comodato.
2) Actos abstractos: Son aquellos en cuyo perfeccionamiento la causa no aparece como
elemento constitutivo. Se perfeccionan y funcionan separados o abstraídos de la causa,
desvinculados de ella. Por tanto, si falta la causa o es ilícita, el acto queda válido y produce sus
efectos.
La clasificación de los actos jurídicos en causales y abstractos no se funda en la circunstancia de
que algunos actos existen con causa y otros sin ella. Absurdo sería concebir un acto sin causa, sin
un fin o una función que cumplir. El fundamento de la distinción es otro. Tratándose de los actos
abstractos, al revés de lo que sucede con los causales o concretos, la causa no es requisito esencial
en el perfeccionamiento de ellos, no se toma en cuenta para la constitución de los mismos y, por
ende, para la producción de sus efectos; pero esto no significa que no existe.
Relación fundamental y subyacente del acto abstracto
Todo acto abstracto presupone una obligación o relación jurídica que aquél precisamente tiende a
satisfacer o reforzar. Esta relación se llama “fundamental” o “subyacente”: fundamental, porque
constituye el fundamento de todo el complejo de la situación en que actúa el acto abstracto; y
subyacente, porque está como debajo de éste y cubierta por el mismo. La finalidad de una letra de
cambio puede ser, por ejemplo, pagar al beneficiario el precio de una compraventa; la obligación de
pagar el precio es la relación fundamental y subyacente del acto abstracto llamado letra de cambio.
La falta o la ilicitud de causa del acto abstracto o, lo que es lo mismo, la inexistencia de la relación
subyacente o la ilicitud de ella, sólo puede hacerse valer entre las partes de dicha relación y frente a
terceros de mala fe; pero no puede alegarse respecto de terceros de buena fe, porque se vulneraría
la seguridad jurídica que el acto abstracto tiende a resguardar y que es su principal razón de ser (ver
art. 28 de la Ley Nº 18.092 sobre Letras de Cambio y Pagarés).
Razón de ser de los actos abstractos
Los actos abstractos existen en el mundo del Derecho por razones prácticas. Su misión primordial
es dar seguridad a la adquisición de ciertos derechos y hacer expedita la circulación de los mismos;
evitan que el deudor, pretendiendo falta o ilicitud de la causa, trunque esa adquisición o estorbe dicha
circulación. En general, requerido el juez para el cumplimiento de un acto abstracto, sólo debe
considerar si el deudor se comprometió a pagar, y nada más; no tiene porqué indagar la causa del
acto.
Por otro lado, y en razón de estar desvinculados de su causa, los actos abstractos también
facilitan los negocios, ya que pueden ser empleados para fines más diversos; su formación y
funcionamiento con la causa en blanco lo permite. Una letra de cambio, por ejemplo, puede servir
para pagar una deuda, para reforzar o garantir la misma, para donar o prestar una suma de dinero,
etc.
En resumen, los actos abstractos dan seguridad a la adquisición de los derechos, hacen expedita
la circulación de los mismos y facilitan así el tráfico; constituyen títulos indiscutibles de derechos,
pues evitan que el deudor pueda invocar medios de defensa extraños al título mismo.
Solo la ley puede establecer actos abstractos
En algunos derechos, como el belga, se discute si los particulares, apoyándose en el principio de
la autonomía de la voluntad, pueden crear actos abstractos. Pero dentro del ordenamiento jurídico
chileno debe concluirse que sólo el legislador puede establecer actos abstractos. Porque según
nuestro Código Civil la causa es requisito esencial del acto o declaración de voluntad (art. 1445 inc.
1º), un elemento constitutivo del acto, de su naturaleza intrínseca, y la omisión de esos requisitos
está sancionada con la inexistencia, o a lo menos con la nulidad absoluta (art. 1682), sanción que
también corresponde a la causa ilícita.
El carácter de esta sanción pone de manifiesto que la causa, como todos los elementos
constitutivos del acto jurídico, es de orden público, o sea, los particulares no pueden prescindir de
ella. En consecuencia, la desvinculación de la causa respecto del acto está sustraída a la autonomía
de la voluntad particular. Sólo el legislador puede apartarse de la regla de que los actos son
causales, y establecer por vía excepcional actos abstractos.
Actos abstractos en la legislación chilena
Se mencionan como actos abstractos en nuestro ordenamiento jurídico la delegación, la
estipulación a favor de tercero, la fianza y demás contratos de garantía por deuda ajena y ciertos
títulos de crédito, como la letra de cambio.

LA CAUSA SIMULADA
Existe causa simulada cuando las partes, de común acuerdo, para inducir a error a los terceros,
señalan a la convención una causa que es falsa.
Si la simulación es absoluta, si no hay causa, el acto será nulo. Por ejemplo: el caso del deudor
insolvente que reconoce una deuda inexistente, coludido con un tercero, a fin de perjudicar a sus
acreedores en el futuro procedimiento concursal de liquidación (especialmente, cuando la deuda que
se reconoce otorga un crédito preferente).
Si la simulación es relativa, es decir, si hay una causa falsa señalada por las partes para inducir a
error a los terceros, pero existe una causa real y también lícita no expresada, el acto es
perfectamente válido. Por eso, se ha fallado que no obsta a la validez de la obligación la simulación
de la causa, si la causa verdadera u oculta es perfectamente lícita. Si la causa oculta es ilícita,
obviamente que el acto adolecerá de un vicio de nulidad (por ejemplo, si se reconoce deber a título
de mutuo lo que se debe por juegos de azar, habrá causa ilícita; igualmente, si se hace una donación
a una persona para que ésta de muerte a un tercero, y se simula una compraventa en la que el
vendedor declare recibir el precio, la causa es inmoral y por ende hay nulidad absoluta).
SANCIÓN DE LA FALTA O ILICITUD DE LA CAUSA
1) Por FALTA de causa.
Para una parte de la doctrina, la falta de causa acarrea la inexistencia jurídica. Para otros (A. León
entre ellos), la sanción, atendiendo a nuestra legislación positiva, será la nulidad absoluta. La misma
opinión sostienen J. C. Fabres y los dos Alessandri. Los partidarios de la nulidad plantean los
siguientes argumentos
1. El art. 1682 del Código Civil dispone que hay nulidad absoluta si se omite “algún requisito o
formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en consideración a la
naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que los ejecutan o acuerdan”, y
entre tales requisitos está indiscutiblemente la causa.
2. Además, en numerosos casos el legislador sanciona la falta de causa con la nulidad absoluta: arts.
1630; 1814; 2452; 2455, etc.
3. A su vez, el art. 1467 equipara la causa real a la causa lícita, de manera que la falta de causa real
debe tener igual sanción que la causa ilícita.
La jurisprudencia ha llegado a la misma conclusión en forma constante.
La opinión que propugna la inexistencia jurídica en caso de falta de causa se basa principalmente,
citando a Claro Solar, en que “si todo acto o declaración de voluntad requiere esencialmente una
causa, la falta de causa se opone al perfeccionamiento jurídico del acto, y el contrato, por lo mismo no
existe; no es acto nulo sino un acto que no ha podido nacer a la vida jurídica”.
Julio Philippi Izquierdo también se muestra partidario de la inexistencia, porque el art. 1682 no
señala como causal de nulidad absoluta la falta de causa, y como las causales de nulidad son de
derecho estricto, la sanción ha de ser otra y ninguna cabe fuera de la inexistencia. Pero el autor citado
olvida, como expresa Alessandri Besa, que la causa puede quedar incluida entre los requisitos que se
exigen en consideración a la naturaleza del acto o contrato. En otras palabras, no se requiere alusión
explícita a la falta de causa, entendiéndose comprendida en dicha causal genérica.
2) Sanción por ILICITUD de la causa.

Según se desprende del artículo 1682 del Código Civil, la sanción será la nulidad absoluta,
cuestión no discutida en la doctrina.
Cabe indicar que no obstante declararse la nulidad del acto o contrato por falta de causa o causa
ilícita, podrá operar una excepción, conforme al art. 1468 del CC., a los efectos de dicha declaración,
que naturalmente retrotraen a las partes al mismo estado en el que se encontraban al ejecutar o
celebrar el acto o contrato. En el caso del art. 1468, que castiga la mala fe de uno de los
contratantes, no operará el principio general aludido.

23.Formalidades y solemnidades.

FORMALIDADES
Concepto: Las formalidades son los requisitos externos con que deben ejecutarse o celebrarse
algunos actos jurídicos, por disposición de la ley.
Los actos a los cuales la ley no exige ninguna formalidad, se denominan consensuales o no
formales. A contrario sensu, nos encontraremos ante actos formales.

CLASIFICACIÓN
Hay diversas clases de formalidades cuya infracción conlleva sanciones diferentes. Distinguimos al
respecto cuatro clases de formalidades:
1° Las solemnidades propiamente tales.
2° Las formalidades habilitantes.
3° Las formalidades de prueba o “ad probationem”.
4° Las formalidades de publicidad.
5° Solemnidades voluntarias
El género es por tanto la formalidad y la solemnidad es una especie de formalidad.

1. SOLEMNIDADES PROPIAMENTE TALES


Concepto: “Son los requisitos externos prescritos por la ley como indispensables para la existencia
misma o para la validez del acto jurídico, exigidos en atención a la naturaleza o especie del acto o
contrato.”
CLASES
La doctrina distingue a distingue entre solemnidades exigidas por la ley para la existencia del acto
jurídico y aquellas exigidas para la validez del acto o contrato.
1) De existencia: (Solemnidades Propiamente Tales).
“Son los requisitos externos que exige la ley para la celebración de ciertos actos jurídicos,
pasando a ser la solemnidad el único medio a través del cual el autor o las partes que celebran el
acto pueden manifestar su voluntad” (Vial del Río).
Como sabemos, lo normal es que los actos o contratos sean consensuales. Excepcionalmente, la
ley exige para el perfeccionamiento del acto jurídico, el cumplimiento de una solemnidad. Si ésta
falta, el acto no existe, no produce efecto alguno
Ejemplos de solemnidades exigidas para la existencia del acto o contrato:
1. En el contrato de promesa, que ésta conste por escrito (art. 1554 Nº 1).
2. En el contrato de compraventa de inmuebles, que éste se convenga por escritura pública (art.
1801, inc. 2°).
3. Igualmente, la compraventa de una servidumbre, del derecho de censo o del derecho de
herencia (art. 1801, inc. 2°).
4. En el contrato de hipoteca, que debe estipularse por escritura pública (art. 2409).
5. El usufructo, cuando se constituye por acto entre vivos y recae en inmuebles, debe constar en
una escritura pública (art. 767).
6. La presencia de un Oficial del registro Civil o de un Ministro de Culto de una entidad religiosa
con personalidad jurídica de derecho público, al contraer matrimonio (Ley de Matrimonio Civil).
7. Que el testamento conste por escrito (art. 1011).

2) De validez: (Solemnidades Propiamente Tales).


En ciertos casos, la ley exige el cumplimiento de una solemnidad no como requisito de existencia,
sino para la validez del acto o contrato. Aquí, la solemnidad no constituye el único medio a través del
cual el autor o las partes deban manifestar su voluntad.

Ejemplos de solemnidades exigidas para la validez del acto o contrato:


Víctor Vial del Río menciona dos ejemplos de solemnidades propiamente tales exigidas para la
validez del acto jurídico. Nosotros agregamos otro:
1. El testamento, que exige la presencia de tres o cinco testigos, según los casos (arts. 1014 y
1021). Si se omite esta solemnidad, habría nulidad y no inexistencia del testamento.
2. El contrato de donación, que exige de insinuación, o sea, de autorización judicial (art. 1401). De
omitirse, la sanción sería la nulidad absoluta del contrato, el que existiría por ende.
3. La presencia de dos testigos, en la celebración del contrato de matrimonio (art. 17 de la Ley de
Matrimonio Civil). De lo expuesto, se puede colegir qué sanciones operan, si se omiten
solemnidades propiamente tales: si se omite una solemnidad propiamente tal exigida para la
existencia del acto jurídico, la sanción será, entonces, la inexistencia del mismo (artículos 1443
y 1701); en caso de infringirse una solemnidad propiamente tal exigida para la validez del acto
jurídico, el acto o contrato adolecerá de nulidad absoluta (art. 1682 del Código Civil).

EJEMPLOS DE SOLEMNIDADES PROPIAMENTE TALES


Varían las solemnidades según el acto jurídico de que se trate:
1° Instrumento público: el art. 1699, inc. 1° del Código Civil, define al instrumento público,
precepto que debemos relacionar con los arts. 18 y 1701. Algunos casos en que la ley exige el
otorgamiento de instrumento público como solemnidad del acto jurídico:
1. Art. 698, constitución de una servidumbre.
2. Art. 735, constitución de un fideicomiso por acto entre vivos.
3. Art. 767, constitución de un usufructo sobre inmueble por acto entre vivo.
4. Art. 812, constitución de un derecho de uso sobre inmueble o de un derecho de habitación.
5. Art. 1400, contrato de donación.
6. Art. 1716, para celebrar capitulaciones matrimoniales antes del matrimonio.
7. Art. 1801, inc. 2°, contrato de compraventa de inmueble, de un censo, de una servidumbre o de
un derecho de herencia.
8. Art. 1898, contrato de permutación de inmuebles o de derechos de herencia.
9. Art. 2409, contrato de hipoteca, etc.
2° Instrumento privado:
1. Art. 1011, otorgamiento de testamento.
2. Art. 1554 N° 1, contrato de promesa.
3° Presencia de determinados funcionarios y/o testigos:
1. Art. 1014, otorgamiento de testamento abierto.
2. Art. 1021, otorgamiento de testamento cerrado.
3. Art. 17 de la Ley de Matrimonio Civil, contrato de matrimonio.
4° Instrumento público o privado y presencia de testigos:
-art. 5 del Decreto Ley Nº 993, sobre arrendamiento de predios rústicos.

2. FORMALIDADES HABILITANTES

Concepto: “Son los requisitos externos exigidos por la ley, en atención a la calidad o estado de
las personas que ejecutan o celebran el acto o contrato”.
La ley, velando por los intereses de los relativamente incapaces, exige, para la validez o eficacia
de ciertos actos jurídicos, el cumplimiento de formalidades que tienden a integrar la voluntad de
aquellos o el poder de sus representantes legales.
Se denominan habilitantes, porque habilitan a los incapaces para actuar en la vida jurídica.
En ciertos casos, también protegen a personas capaces, como acontece con la mujer casada en
sociedad conyugal o al cónyuge no propietario, en el caso de los bienes familiares.

CLASIFICACIÓN
Las formalidades habilitantes varían según el incapaz o persona de que se trate. En teoría se
distinguen tres tipos de formalidades habilitantes:
1. Autorización
2. Asistencia.
3. Homologación.

1.Autorización.
“Es el permiso que confiere el representante legal de un relativamente incapaz o la autoridad
judicial para que dicho incapaz ejecute o celebre un acto jurídico. También opera la autorización en
casos en que no intervienen incapaces, como los previstos a propósitos de los bienes familiares y la
sociedad conyugal”.
Ejemplos:
1. Art. 254, autorización al padre o madre para enajenar o gravar los inmuebles o el derecho de
herencia del hijo no emancipado.
2. Art. 393, autorización al guardador para enajenar o gravar ciertos bienes de su pupilo.
3. Art. 398, autorización al guardador para repudiar una donación o legado hechos al pupilo.
4. Art. 402, inc. 2º, autorización al guardador para donar muebles del pupilo.
5. Art. 142, autorización al cónyuge propietario, para que pueda gravar o enajenar el bien familiar.
6. Art. 1749, autorización al marido casado en sociedad conyugal para gravar y enajenar ciertos
bienes de la sociedad conyugal o para celebrar determinados contratos que inciden en los
mismos.
7. Art. 1754, autorización al marido casado en sociedad conyugal para gravar y enajenar ciertos
bienes propios de la mujer o para celebrar determinados contratos que incidan en los mismos.
8. Art. 1759, autorización a la mujer casada en sociedad conyugal para gravar y enajenar ciertos
bienes de la sociedad conyugal o para celebrar determinados contratos que incidan en los
mismos; etc.

2.Asistencia.
“Consiste en la concurrencia del representante legal, al acto que el relativamente incapaz celebra,
colocándose jurídicamente al lado de éste”.
La asistencia y la autorización suponen la actuación del propio incapaz, y sólo difieren en que la
segunda es un asentimiento dado de antemano, mientras que la primera implica un asentimiento
coetáneo al acto mismo. En la práctica, son lo mismo.
Ejemplo:
Un ejemplo de asistencia encontramos en el art. 1721, respecto a las capitulaciones
matrimoniales convenidas por el menor adulto con 16 años cumplidos.
3.Homologación
“Es la aprobación por la autoridad judicial de un acto ya celebrado, previo control de su
legitimidad. Sólo después de este control y la aprobación consiguiente, el acto adquiere eficacia”.
Ejemplos:
1. El art. 1342 del Código Civil, la partición en que intervienen determinadas personas. El juez
debe examinar si se han respetado las exigencias legales que tienden a resguardar los
intereses de las personas protegidas por la ley.
2. Lo mismo ocurre en el caso del art. 2451, que dispone que “La transacción sobre alimentos
futuros de las personas a quienes se deban por ley, no valdrá sin aprobación judicial”.
3. Igualmente, la aprobación por el juez de familia, en el caso de los acuerdos que se adopten
ante el mediador (art. 111 de la Ley sobre Tribunales de Familia).

SANCIÓN
RG → Nulidad Relativa.
Excepcionalmente → Inoponibilidad (1749).
La omisión de las formalidades habilitantes produce, por regla general, la nulidad relativa (art.
1682, inciso final). Excepcionalmente, la sanción podría ser otra (por ejemplo, la inoponibilidad, en
dos de los casos previstos en el art. 1749, referido a la autorización que la mujer debe otorgar al
marido, para ciertos actos o contratos).

3. FORMALIDADES DE PRUEBA O “AD PROBATIONEM”


Concepto: “Son los requisitos externos que, por disposición de la ley, sirven como el principal
medio de prueba de un determinado acto o contrato”.
Por regla general, tratándose de los contratos reales y consensuales, las partes contratantes
pueden probar la celebración del contrato mediante cualquiera de los medios previstos en la ley. Pero
en ciertos casos, el legislador evidencia la conveniencia de cumplir con una cierta formalidad
probatoria, en aras de la seguridad jurídica y para pre-constituir prueba. En tal caso, si bien las partes
podrían omitirla –pues no se trata de una solemnidad-, ello traerá consecuencias negativas para uno
o para todos los contratantes.

SANCIÓN
Si se omiten estas formalidades, la sanción consistirá en privar a las partes de un medio de prueba
que les permita acreditar el contrato y sus obligaciones, y además, eventualmente, hacer fe de lo que
declare una de las partes contratantes por sobre lo que declare la otra de las partes del contrato:
1. En algunos casos, la ley prohíbe acreditar el acto o contrato con un determinado medio
de prueba.
Por ejemplo, los arts. 1708 y 1709 del Código Civil, establecen en qué casos, el acto jurídico debe
constar por escrito, so pena de no poder acreditarlo mediante la prueba de testigos. La omisión de la
formalidad de prueba –que el acto conste por escrito-, por ende, no acarrea la nulidad del acto
jurídico, sino que restringe la forma de probarlo. En el caso indicado, el acto y sus obligaciones
podrán probarse por los demás medios de prueba, excluyendo la de testigos.
2. En otros casos, además de la sanción precedente, la ley presume que lo declarado por una
de las partes contratantes, corresponde a la verdad.
Por ejemplo, el art. 20 de la Ley Nº 18.101 sobre arrendamiento de predios urbanos, dispone que
“En los contratos de arrendamiento regidos por esta ley que no consten por escrito, se presumirá que
la renta será la que declare el arrendatario”. Por ende, la omisión de la formalidad probatoria
perjudicará al arrendador.
De igual manera, el art. 2217 del Código Civil, en las normas del depósito, establece lo siguiente:
“Cuando según las reglas generales deba otorgarse este contrato por escrito, y se hubiere omitido
esta formalidad, será creído el depositario sobre su palabra, sea en orden al hecho mismo del
depósito, sea en cuanto a la cosa depositada, o al hecho de la restitución”.

4. LAS FORMALIDADES DE PUBLICIDAD


Concepto: Son los requisitos externos exigidos por la ley, para poner en conocimiento de los
terceros el otorgamiento o celebración de un acto o contrato, y, en algunos casos, para que el acto o
contrato sea eficaz ante terceros.
CLASES
La doctrina las clasifica en:
1. Formalidades de Simple Noticia.
2. Formalidades Sustanciales.

1) De Simple Noticia:
“Tienen por objeto llevar a conocimiento de los terceros en general, las relaciones jurídicas que
puedan tener interés en conocer”.
Sanción
La falta de publicidad-noticia tiene por sanción la responsabilidad de quien debió cumplir la
formalidad y no lo hizo; debe indemnizar a los que sufrieron un perjuicio a causa de la infracción.
El fundamento de esta responsabilidad reside en el art. 2314 del CC.
Un ejemplo de esta clase de formalidad de publicidad, son las publicaciones que deben efectuar
las sociedades anónimas dando cuenta de “hechos esenciales”; otro caso es el relativo a la
notificación al público por medio de tres avisos publicados en un periódico, de los decretos de
interdicción provisoria o definitiva del demente o del disipador (arts. 447 y 461 del Código Civil).
2) Sustanciales:
Tienen por objeto no sólo divulgar los actos jurídicos sino también precaver a los llamados terceros
interesados, que son los que están o estarán en relaciones jurídicas con las partes.
Sanción
La falta de publicidad sustancial tiene como sanción la ineficacia del acto jurídico respecto de
terceros, o sea, la inoponibilidad.
Un ejemplo de esta clase de formalidad de publicidad es la exigencia del art. 1902 del Código Civil,
en orden a notificar al deudor, cuando operó la cesión del crédito.
Otro ejemplo encontramos en la Ley Nº 20.190, que regula la prenda sin desplazamiento. Su art.
25 dispone que el derecho real de prenda se adquirirá, probará y conservará por la inscripción del
contrato de prenda en el Registro de Prendas sin Desplazamiento, a cargo del Servicio de Registro
Civil e Identificación. Agrega que a partir de esa fecha, la prenda será oponible a terceros. Esta es la
regla general. Puede suceder, sin embargo, que la especie prendada esté sujeta a inscripción
obligatoria en algún otro registro (como en el caso de los automóviles o de las naves menores, por
ejemplo), en cuyo caso la prenda será inoponible a terceros, mientras no se anote una referencia del
contrato de prenda al margen de la inscripción correspondiente. Así, por ejemplo, si lo prendado
fuere un vehículo motorizado, deberán practicarse dos inscripciones en el Servicio de Registro Civil e
Identificación: la primera, en el Registro de Prendas sin Desplazamiento; y la segunda, en el Registro
Nacional de Vehículos Motorizados.

5. SOLEMNIDADES VOLUNTARIAS

La ley es la que da a un acto el carácter de solemne o no solemne. Las partes, sin embargo,
pueden hacer solemne un acto que por exigencia de la ley no tiene tal naturaleza.
Por ejemplo, si se pacta que la compraventa de ciertos bienes muebles se celebrará por escrito:
art. 1802 del CC. En este caso, la ley confiere a las partes el derecho a retractarse de la celebración
del contrato. Lo mismo se contempla en el art. 1921, a propósito del contrato de arrendamiento.
Por lo demás, si las partes celebran el contrato sin cumplir con la formalidad voluntariamente
acordada, se entenderá que han renunciado tácitamente a la señalada formalidad.

Las solemnidades son de Derecho Estricto


Constituyendo una excepción al derecho común, las formalidades deben interpretarse
restrictivamente: las formalidades que la ley exige para un acto o contrato, no pueden aplicarse o
exigirse para otro acto jurídico, por semejante que sea; asimismo, no pueden exigirse otras
formalidades que aquellas que la ley expresamente establece.
Nada impide en todo caso, como se dijo, que las partes acuerden incorporar formalidades al acto
jurídico. Cabe destacar finalmente, en esta materia, que en el Derecho de Familia los actos son
usualmente solemnes, mientras que en el Derecho Patrimonial constituyen una excepción.

24.Efectos respecto de las partes y terceros.

EFECTOS DE LOS ACTOS JURÍDICOS


Concepto: “Los actos jurídicos tienen por efecto crear, modificar, transferir, transmitir o extinguir
derechos y obligaciones”.
El efecto de un acto jurídico es entonces la relación jurídica que engendra. Por lo tanto, cada
especie de acto jurídico generará efectos diferentes.
Interesa por el momento determinar, en términos generales, a quién o a quiénes alcanzan dichos
efectos. En principio, los actos jurídicos sólo producen efectos, o sea derechos y obligaciones, entre
las partes, y no benefician o perjudican a quienes no los han celebrado.
Estos últimos se denominan terceros, y mal pueden quedar ligados por el acto jurídico,
considerando el alcance relativo del mismo. Sin embargo, es necesario hacer algunas precisiones.

EFECTOS PARA LAS PARTES


Las Partes: “Son quienes personalmente o representados, concurren a la formación del acto
jurídico, radicándose en ellos los efectos del mismo”.
Es decir, los derechos y las obligaciones que el acto jurídico genera, modifica, transfiere, transmite
o extingue, les favorecen o les empecen, es decir positiva o negativamente, sea ello en el ámbito de
los actos jurídicos puramente patrimoniales, sea en el de los actos jurídicos de familia. En la primera
clase de actos jurídicos, se beneficia o se grava el patrimonio. En la segunda clase de actos jurídicos,
se favorece o compromete la persona y eventualmente también el patrimonio.
Efectos para las Partes: Respecto a ellos, el acto jurídico produce todos sus efectos,
aplicándoseles, por ejemplo, el art. 1545 del Código Civil, que consagra la “ley del contrato”.
Como se ha dicho, una parte puede estar conformada por una o más personas, que articulan
un solo centro de interés (art. 1438 del Código Civil).
Autor → “La persona que genera, al manifestar su voluntad, un acto jurídico unilateral”.
Parte → “Los que concurren para que se perfeccione un acto jurídico bilateral”.
Precisando aún más los conceptos, se habla de partes o de autor para referirse a quienes generan
con su voluntad el acto jurídico, siendo este el elemento decisivo para que tal hecho acontezca.
Distinta es la situación de aquellos que si bien también concurren a la ejecución o celebración del
acto jurídico, al otorgamiento del mismo, lo hacen cumpliendo otras finalidades, especialmente
relativas a las solemnidades o las formalidades: tal ocurre, por ejemplo, con el Notario, los testigos,
etc., los que obviamente no son “autores” ni “partes”.

EFECTOS PARA TERCEROS


Concepto: “Es tercero toda persona, que no ha participado ni ha sido válidamente representada
en la generación del acto”
Se trata de todos aquellos que aun habiendo participado físicamente en el acto jurídico, su
voluntad no ha sido determinante para la generación del mismo.
CLASIFICACIÓN

Se distingue entre: Terceros Absolutos ≠ Terceros Relativos

1) Terceros Absolutos: Son las personas extrañas a la formación del acto jurídico y que no
están ni estarán en relaciones jurídicas con las partes.
Es decir, son y continuarán siendo extraños al acto jurídico. Respecto a los terceros absolutos, el
acto jurídico no produce efectos, principio que constituye la contrapartida a la norma del art. 1545 del
Código Civil, respecto de las partes del contrato.
2) Terceros Relativos: “Son aquéllos que si bien no han generado el acto jurídico, están o
estarán en relaciones jurídicas con las partes, sea por su propia voluntad o por disposición de
la ley”.
Son también llamados “interesados”.
Dice Giovene que la idea jurídica de terceros relativos presupone, por una parte, un acto al cual el
tercero es extraño, y por otra parte, un nuevo acto o hecho jurídico en general, en el que esta
persona es parte con relación a uno de los sujetos del primer acto y en virtud del cual, llega,
necesariamente, a encontrarse en relación con el otro sujeto que intervino en el primer acto, a
consecuencia del contenido de las dos estipulaciones.
Subclasificación de los Terceros Relativos
A su vez, entre los terceros relativos o interesados distinguimos dos categorías: los
causahabientes y, a juicio de una parte de la doctrina, los acreedores comunes del deudor:
1) Los causa-habientes:
“Son aquellas personas que se le transfieren o transmiten derechos y obligaciones”.
Trata de una expresión genérica empleada para designar cualquiera persona que deriva el todo o
parte de sus derechos de otra persona que se llama su “autor” o “causante” y que, desde el punto de
vista de estos derechos, se encuentra en el lugar y situación de su autor”.

Clasificación de los Causa-habientes


1) A Título Singular: Son aquellos a quienes se le transfieren determinados derechos,
sea por causa muerte, como el caso de los legatarios (arts. 951 y 1104) o por acto entre vivos, como
ocurre con el que adquiere mediante la tradición (art. 671).
Título singular → Pueden ser:
1) Por acto entre vivos (Tradición),
2) Por causa de muerte (Legatario).
A los sucesores a título singular pueden afectarlos los efectos de ciertos actos que digan relación con
el bien o derecho transferido (v.gr., la constitución de hipoteca que posteriormente es transferida).

2) A Título Universal:
Son aquellos a quienes se transmiten todos los derechos y obligaciones transmisibles del autor o
de una parte o de una cuota de tales derechos y obligaciones transmisibles (arts. 951 y 1097).
Sólo se puede ser sucesor a título universal por causa de muerte y no por acto entre vivos.
*Crítica → De acuerdo a nuestra legislación, los herederos representan al causante y son sus
continuadores de su personalidad, por lo que, conforme algunos autores, no cabe atribuirles la
calidad de terceros, atendido que asumen jurídicamente la calidad de parte en los actos y contratos
que celebró el causante.

2) Los acreedores comunes del deudor:


Si bien son claramente terceros, pueden quedar afectados por los actos que las partes realicen.
Esta situación se da, por ejemplo, cuando un deudor con muchos acreedores enajena uno de los
pocos bienes que posee: en tal caso, la enajenación afecta a los acreedores, quienes verán afectado
el derecho de prenda general.
En razón de lo anterior, la ley le otorga a los acreedores los denominados “derechos auxiliares
del acreedor”, que tienen por objeto conservar en forma íntegra e incrementar el patrimonio del
deudor (v.gr., medidas cautelares, acción pauliana, acción subrogatoria, beneficio de separación).

EL EFECTO RELATIVO DE LOS AJ Y SUS EXCEPCIONES

Generalidades:
Concepto: “El efecto relativo de los actos jurídicos dice relación con que estos solo producirán
efectos entre las partes y no aprovecharán ni van a perjudicarán a terceros”.
El efecto relativo de los contratos es una expresión de la autonomía de la voluntad: sólo me obligo
por mí voluntad y sólo los que manifiestan su voluntad (las partes) se obligan. Este ppio se opone al
efecto expansivo de los contratos.
La ley ha consagrado una serie de excepciones al efecto relativo (en que un contrato sí genera
derechos y obligaciones respecto de terceros), y además se ha comenzado a reconocer el
denominado efecto absoluto o expansivo de los contratos.
Excepciones al efecto relativo de los contratos
Tienen lugar cuando un tercero absoluto resulta obligado o favorecido en un contrato ajeno, es
decir, cuando un contrato crea un derecho o una obligación a un tercero absoluto.
Este sería el caso de la estipulación en favor de otro (art. 1449 del Código Civil): en ella son
partes el estipulante y el promitente. El beneficiario no es parte pero es el único que puede solicitar el
cumplimiento pero no la resolución. Así, en este caso habría una excepción al efecto relativo porque
un tercero es acreedor de un contrato ajeno. Sin embargo, ciertos autores afirman que tal excepción
no es tal, atendido que para que siempre se va a requerir la aceptación del beneficiario, con lo cual
pasaría a ser parte del acto jurídico.
En lo que toca a la promesa de hecho ajeno, ésta no es una excepción al efecto relativo, porque
para surtir efectos requiere de la aceptación del tercero y con eso deja de ser un tercero absoluto.
Un caso en que la ley contempla una clara excepción se encuentra en el art. 1645, relativo a la
novación: cuando ésta se produce entre el acreedor y uno de los deudores solidarios, dicha novación
libera a los codeudores solidarios o subsidiarios que no han sido parte en ella, y que, por tanto, no
accedieron a la novación.

EFECTO ABSOLUTO O ERGA OMNES


A veces un contrato puede ser invocado por un tercero en su favor o puesto contra un tercero en
su detrimento, porque una vez que el contrato se perfecciona pasa a ser un hecho social y, como tal,
existe para todos y en sus efectos reflejos alcanza a terceros absolutos, no en cuanto les genera
derechos u obligaciones, sino en cuanto es factible traerlo a colación o bien formular una preferencia
basada en el contrato ajeno.
No hay excepción al efecto relativo pues no genera derechos y obligaciones sino que constituye un
hecho social que debe ser reconocido por los terceros. Con esto, es falso que los contratos sean
inoponibles a terceros sino que contrato es oponible a terceros como hecho social (no como fuente
de obligaciones).
Un ejemplo: en las quiebras cuando se verifica un crédito, los demás acreedores no lo pueden
desconocer aduciendo que emana de un contrato que no les empece.
Las convenciones celebradas con terceros en perjuicio de los acreedores, pueden ser revocadas
mediante las acciones paulianas, en que el acreedor pide que se revoque un contrato celebrado
entre el deudor y un tercero.
Un tercero puede oponer o valerse de la existencia de un contrato celebrado entre otras personas
(partes) en materia de responsabilidad civil extracontractual, para efectos de determinar el legitimado
pasivo de la acción de indemnización de perjuicios. Esta clase de responsabilidad es lo que da lugar
a la teoría de Interferencia en Contratos Ajenos, recientemente reconocida por la Ley de
Competencia Desleal, que sanciona en su art. 4 letra f) a “Toda conducta que persiga inducir a
proveedores, clientes u otros contratantes a infringir los deberes contractuales contraídos con su
competidor”.
Si bien los sistemas jurídicos que han desarrollado con mayor detenimiento este ilícito civil
(americano, alemán y francés) presentan ciertas diferencias, en general la doctrina mayoritaria indica
que en materia de interferencia de contratos para que se responda se requiere: (a) Conocer el
contrato ajeno; y (b) Debe existir una actuación intencional –dolo en cuanto a causar un daño, la cual
puede tener dos vertientes: (b.1) El autor debe haber querido el daño (dolo directo); o bien (b.2) El
autor debe haber previsto el perjuicio y no obstante ello, igual actúa (dolo eventual). Por ende, sea
que se demande en base a la Ley de Competencia Desleal o en virtud del Derecho Común, en
ambos casos no basta con acreditar el conocimiento del contrato, sino que adicionalmente se
requiere una cierta intencionalidad (“perseguir” dice la ley de Competencia Desleal), esto es un dolo
(sea este directo o eventual) de los Terceros, el cual debe ser acreditado por el demandante de
conformidad al artículo 1459 del Código Civil.

25.Modalidades: en general, y en particular: condición, plazo y modo.

26.Inexistencia.

INEFICACIAS DE LOS ACTOS JURÍDICOS

Concepto: En términos generales, la ineficacia de los actos jurídicos es la reacción del


ordenamiento jurídico en cuya virtud se priva de efectos a aquel a acto que no cumple con los
requisitos de existencia o validez del acto jurídico, o bien que por un hecho o causa posterior
eliminan, reducen o perturban los efectos propios de un acto válido.
Se divide en ineficacias de:
1) En sentido amplio
2) En sentido estricto

1) Ineficacia en sentido amplio: Un acto jurídico es ineficaz en sentido amplio cuando no


genera sus efectos propios o deja de producirlos por cualquier causa, sea ésta intrínseca o
inherente a la estructura del acto mismo, sea que dicha causa consista en un hecho extrínseco
o ajeno a él.
Cuando la causa que priva de efectos al acto consiste en un defecto intrínseco hay invalidez o
nulidad del acto, y en determinadas situaciones el acto sería inexistente, conforme parte de la
doctrina.
En particular, parte de la doctrina afirma que la ineficacia por omisión de un requisito esencial
para la existencia de un acto jurídico se llama inexistencia. Dicha omisión impide que el acto nazca a
la vida del derecho. Para otros autores, ello únicamente puede ser sancionado con la nulidad
absoluta.
Por su parte, la ineficacia por la omisión de un requisito determinado por la ley para la validez del
acto se llama nulidad. En este caso, y a diferencia de la “inexistencia”, el acto produce todos sus
efectos hasta que se declare judicialmente la nulidad.
La nulidad puede ser de dos clases:
1) Nulidad absoluta: Si la omisión es de un requisito exigido en consideración al acto mismo, y
no a la calidad o estado de las personas que lo ejecutan o acuerdan.
2) Nulidad relativa: Si la omisión es de un requisito exigido en atención a la calidad o estado de
esas personas.

2) Ineficacia en sentido estricto:


Al contrario de la invalidez, que es el acto afectado en su íntima constitución, en su estructura, y
que por eso no produce efectos, la ineficacia en sentido estricto supone un acto jurídico existente y
válidamente formado y, por consiguiente, susceptible de ejecución, pero que no produce efectos o
queda privado de ellos por causa de un hecho posterior y ajeno al acto mismo.
Hay ineficacia en sentido estricto, pues, cuando un acto, aunque por sí sería idóneo para
producir los efectos que le son propios no los genera o cesa de hacerlo a causa de un hecho
posterior y extrínseco, ajeno a la estructura del acto. La ineficacia en sentido estricto es una
figura jurídica autónoma; no queda comprendida dentro de los casos de inexistencia o invalidez del
acto.
Las causas de esa ineficacia son variadas y protegen intereses diversos; las hipótesis que
generalmente se analizan son las de suspensión, resolución, revocación, caducidad e inoponibilidad.
Campo de aplicación y Carácter de las normas del Código Civil sobre la Nulidad:
El Código Civil trata de la nulidad y la rescisión en el Título XX del Libro IV (arts. 1681 a 1697). Sus
normas se aplican a cualquier acto jurídico, sea unilateral o bilateral, a menos que haya una
disposición expresa que consulte otra sanción que la general ahí contemplada. Las normas sobre
nulidad son de orden público; en consecuencia, de aplicación estricta e inderogable por las partes.

Actos jurídicos impugnables:


Son aquellos actos que, incluso reuniendo todos los requisitos de validez, pueden destruirse en
sus efectos, en virtud de acción de las partes o de tercero, por circunstancias extrínsecas, a menudo
sobrevinientes, a las que el ordenamiento da relevancia.
Ejemplos:
1) El incumplimiento de las obligaciones en un contrato bilateral.
2) La ingratitud del donatario.
3) La lesión.
4) El fraude en perjuicio de los acreedores.
Los actos impugnables producen todos sus efectos hasta que sea declarada su ineficacia por
sentencia judicial, al igual que los actos anulables. Se diferencian de éstos en que:
a) La ineficacia de los impugnables se debe a una causa extrínseca al acto.
b) La impugnación no opera normalmente con efecto retroactivo.

LA INEXISTENCIA JURÍDICA
Concepto: “La inexistencia jurídica es la sanción que tienen los actos jurídicos celebrados con
omisión de uno de los requisitos necesarios para su existencia en el mundo del Derecho”.
En otras palabras, el acto es jurídicamente inexistente cuando falta la voluntad, el objeto, la causa
o las solemnidades establecidas para la existencia del acto jurídico.
La inexistencia jurídica supone la existencia material o de hecho de un acto, pero carente de
existencia en el campo del Derecho. Y como carece de toda existencia jurídica, necesariamente
opera ipso iure, no es susceptible de saneamiento alguno y por ende la acción para solicitar su
constatación sería imprescriptible.
ORIGEN DE LA TEORÍA DE LA INEXISTENCIA
La teoría de la inexistencia jurídica, en los términos con los que hoy se expone, fue formulada a
principios del siglo XIX por el jurisconsulto alemán K.S. Zachariae en sus comentarios al Código de
Napoleón, y la expuso a propósito del matrimonio. En particular, en el ordenamiento francés existe
una regla que tiene contornos de axioma, conforme a la cual “no hay nulidad sin texto” (pas de nullité
sans texte).
Por ende, tratándose del matrimonio no hay más nulidades que las que la ley expresamente
señala. Sin embargo, el texto de la ley no establecía expresamente la nulidad para los matrimonios
entre personas del mismo sexo, lo que, conforme al antedicho axioma, implicaría que el mismo no
era nulo, sino que válido, lo que representaba una incompatibilidad ideológica. Para darle una
solución a este problema, se indicó que, para que el matrimonio exista, la ley supone necesariamente
el acuerdo entre un hombre y una mujer de modo que si el acuerdo es entre dos personas del mismo
sexo, el matrimonio no puede existir y por esto, se concluía, el legislador no necesitó siquiera
declarar su falta de eficacia.
Más tarde, la concepción de la inexistencia jurídica se extendió a los actos patrimoniales.

¿DISTINGUE EL CÓDIGO CIVIL CHILENO LA INEXISTENCIA Y LA NULIDAD ABSOLUTA?


Existe un intenso debate doctrinal sobre la materia, cuyos principales aspectos y argumentos se
pasan a revisar a continuación.
1. Doctrina que NIEGA que el Código Civil distingue entre inexistencia y nulidad absoluta.
Los autores que niegan como sanción autónoma la inexistencia jurídica, afirman que nuestro
Código Civil sólo conoce la nulidad absoluta y la relativa, comprendiendo los actos inexistentes entre
los actos nulos de nulidad absoluta. Los principales argumentos de esta postura son los siguientes:
1) Como se indicó, la teoría de la inexistencia surge para resolver un problema planteado por el
axioma de la doctrina francesa de que “no hay nulidad sin texto”. Sin embargo, el mismo no
tiene acogida ni reconocimiento en nuestro ordenamiento jurídico, por lo que en general
todos los problemas que dieron origen a esta teoría (como es el caso del matrimonio entre
personas del mismo sexo) se encuentran debidamente sancionados por medio de la nulidad
absoluta.
2) En este sentido, el art. 1682 dice que es nulidad absoluta “la producida por la omisión de algún
requisito o formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en
consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que los
ejecutan o acuerdan”. De esta manera el Código engloba todos los requisitos que se
exigen, tanto para la validez como para la existencia de los actos jurídicos.
3) El legislador declara absolutamente incapaces a los dementes, a los impúberes y a los
sordos o sordomudos que no pueden darse a entender claramente (art. 1447 inc. 1º). Con esto
manifiesta que, en su concepto, dichas personas están totalmente privadas de razón, y que
por consiguiente, el requisito de la voluntad no existe en los actos que ellos celebran o
ejecutan; dichos actos son inexistentes por falta de voluntad. Pero el Código Civil (art. 1682
inc. 2º) declara que hay nulidad absoluta en los actos y contratos de los absolutamente
incapaces. Tan rotunda declaración demuestra que el legislador comprende dentro de la
nulidad absoluta los actos inexistentes.
4) Aunque el Código (art. 1682) no señala como causa de nulidad absoluta la falta de objeto y
menciona sólo el objeto ilícito, la sanción es la misma, la nulidad absoluta. En efecto, el
Código (art. 1461) equipara el hecho imposible (físicamente imposible) al hecho ilícito
(moralmente imposible o contrario a las leyes, a las buenas costumbres o al orden público).
Pues bien, el hecho imposible no sólo no existe sino que no puede existir; constituye la falta de
objeto más radical y absoluta y, sin embargo, para la ley es lo mismo que el hecho ilícito.
5) El Código Civil sanciona con la nulidad absoluta tanto los requisitos que adolecen de ilicitud,
como la falta de los constitutivos de un acto. Así lo prueba al disponer que “la nulidad
producida por un objeto o causa ilícita, y la nulidad producida por la omisión de algún requisito
o formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en
consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que los
ejecutan o acuerdan, son nulidades absolutas”.
6) El CPC, al enumerar taxativamente las excepciones que pueden oponerse en los juicios
ejecutivos, menciona “la nulidad de la obligación” (art. 464 Nº 14); y al no señalar la
inexistencia de la misma, debe entenderse que la comprende en aquélla.
7) En el CC no hay disposición alguna que considere como sanción autónoma la inexistencia
jurídica, por lo que ésta parece incluida en la nulidad absoluta, reglamentada detalladamente.

2. Doctrina que AFIRMA que el Código Civil distingue entre inexistencia y nulidad
absoluta. (postura Luis Claro Solar).
Por su parte, los que afirman la teoría de la inexistencia dentro de nuestro Código dan los
siguientes argumentos:
1) Dos preceptos del Código Civil demuestran claramente que el legislador chileno distingue la
inexistencia de la nulidad.
El primero de ellos (art. 1444) dice que si falta una de las cosas esenciales al perfeccionamiento
de un contrato como tal, no produce efecto alguno, o degenera en otro contrato diferente; no declara
que el contrato al cual falta ese requisito esencial, sea nulo.
El otro precepto (art. 1681) dispone que “es nulo todo acto o contrato a que falta alguno de los
requisitos que la ley prescribe para el valor del mismo acto o contrato, según su especie y la calidad
o estado de las partes”; no dice que el acto o contrato sea nulo si falta alguno de los requisitos
exigidos para su existencia, sino que se refiere a requisitos prescritos para el valor, para la
validez, del acto o contrato.
La distinción entre la inexistencia y la nulidad aparece de manifiesto en muchos artículos del
Código (arts. 1701, 1801, 1802, 1809, 1814, 2027, 2055, 2057, etc.).
Por ejemplo, el art. 1701 dice que la falta de instrumento público, no puede suplirse por otra
prueba en los actos y contratos en que la ley requiere esa solemnidad, y se mirarán como no
ejecutados o celebrados aun cuando en ellos se prometa reducirlos a instrumento público dentro de
cierto plazo, bajo una cláusula penal: esta cláusula no tendrá efecto alguno. Exigido el instrumento
público como solemnidad para el perfeccionamiento del acto o contrato, éste no existe ante la ley y
debe mirarse, no como nulo, como defectuoso, sino como no ejecutado el acto y no celebrado el
contrato; los interesados nada han hecho, aunque se comprometan a reducirlo a escritura pública
dentro de determinado plazo, bajo una cláusula penal; esta cláusula no tendrá efecto alguno porque
no puede garantizar un acto o contrato que no tiene existencia, que no puede producir efecto civil
alguno.
En todos los casos de los artículos anteriormente citados la ley se refiere a la existencia del acto o
contrato y establece que ese acto o contrato no ha llegado a perfeccionarse; no es tal acto o contrato,
y no lo califica de nulo, porque lo que no existe no es válido o nulo, sino que es la nada.
2) Es perfectamente refutable la tesis contraria según la cual los actos y contratos de los
absolutamente incapaces debiera sancionarlos la ley con la inexistencia si ésta se encontrara
en la mente de aquélla, y no, como lo hace, con la nulidad absoluta. Como dice CLARO
SOLAR “la incapacidad absoluta o natural de los dementes, los impúberes y los sordomudos
que no pueden darse a entender por escrito, proviene de su falta de discernimiento e
imposibilidad de tener y manifestar una voluntad consciente.
En el hecho, estas clases de personas no consienten en el acto o contrato que ejecutan, no
pueden dar a conocer su verdadera voluntad y podría decirse que falta en el acto o contrato el
consentimiento y no puede perfeccionarse; pero como pueden aparentemente consentir, la ley
expresamente declara que adolece de nulidad absoluta el acto o contrato de las personas
absolutamente incapaces, y había dicho ya que sus actos no producen ni aun obligaciones naturales
y no admiten caución (art. 1447)”.
3) El art. 1682 no sanciona expresamente la falta de objeto, de causa y de consentimiento y como
las nulidades absolutas son de derecho estricto, habría que concluir que en estos casos la
sanción de los actos o contratos en que faltan esos requisitos sería la nulidad relativa, que es la
regla general, lo cual sería una aberración. A esta conclusión no se arriba si se admite la
sanción de la inexistencia jurídica.
El argumento anterior se rebate observando que el Código Civil establece que “la nulidad
producida por un objeto o causa ilícita, y la nulidad producida por la omisión de algún requisito o
formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en consideración a la
naturaleza de ellos, y no a la calidad o estado de las personas que los ejecutan o acuerdan, son
nulidades absolutas” (art. 1682 inc. 1º). Es evidente que la falta de objeto, causa y consentimiento
está incluida en el texto copiado al sancionar con la nulidad absoluta “la omisión de algún requisito…
que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o contratos en consideración a la naturaleza de
ellos, y no a la calidad o estado de las personas que los ejecutan o acuerdan”.
4) Es cierto que el Código habla especialmente de la nulidad de los actos jurídicos al tratar de la
declaración de nulidad y de la rescisión como medio de extinguir las obligaciones, pero esto no
significa que los actos inexistentes queden comprendidos entre los actos nulos, pues los actos
inexistentes no producen obligaciones y no puede, por lo mismo, tratarse de la extinción de las
obligaciones con respecto a tales actos que no las producen.

Discusión doctrinaria sobre la inexistencia (Naranjo e Ibarrola)


1) Posición de Luis Claro Solar: la teoría de la inexistencia tiene aplicación en el CC.
Si falta una de las cosas esenciales a su existencia, el AJ no puede existir, no puede producir
efecto alguno, es la nada, lo que es distinto de la nulidad.
Nada: no existencia. Nulidad: invalidez.
Esta distinción está formulada en el CC:
1. Art. 1444 CC: si falta alguna de las cosas esenciales, el contrato “no produce efecto alguno”.
Los actos que tiene un vicio de nulidad producen todos sus efectos mientras no se declare la
nulidad.
2. Art. 1701 CC: la falta de instrumento público no puede suplirse por otra prueba en los actos en
que la ley requiere esa solemnidad, y “se mirarán como no ejecutados o celebrados”, es decir,
como inexistentes.
3. Art. 1809 CC: en cuanto a la determinación del precio en la compraventa, en caso de no
convenirse, “no habrá venta”.
Todo esto da a entender que la omisión de ciertos requisitos tiene un alcance más amplio que la
nulidad, pues “no produce efecto alguno” o “se mira como no ejecutado”, lo que no ocurre con el acto
que tiene un vicio de nulidad, pues se tiene por ejecutado y produce todos sus efectos hasta que se
declare judicialmente la nulidad.
2) Posición de Arturo Alessandri Rodríguez: la teoría de la inexistencia no tiene aplicación en
el derecho chileno, por no estar acogida en el CC.

El CC establece, como máxima sanción, la nulidad absoluta, no la inexistencia. Argumentos:


1. El CC no contempla la inexistencia como sanción ni reglamenta sus consecuencias.
2. El Art. 1682 CC sanciona con la nulidad absoluta la omisión de los requisitos que la ley
prescribe para el valor de los AJ en consideración a su naturaleza, refiriéndose tanto a la
existencia como a la validez.
3. El mismo Art. sanciona con nulidad absoluta los actos de los absolutamente incapaces, los
cuales, doctrinariamente hablando, deberían ser inexistentes, pues falta la voluntad.

3) Réplica de Luis Claro Solar.

1. El CC reglamenta la nulidad como un modo de extinguir las obligaciones. No podría haberse


referido a la inexistencia, pues el acto inexistente no engendra obligaciones.
2. Art. 1682 CC se refiere a la omisión de los requisitos exigidos para el valor del acto, debiendo
entenderse la expresión “valor” como sinónimo de validez.
3. En el hecho, los incapaces absolutos no consienten en el acto que ejecutan, o no pueden dar
a conocer su verdadera voluntad. Pero como pueden aparentemente consentir, la ley
expresamente declara que adolece de nulidad absoluta ese acto.

SANEAMIENTO
El acto inexistente no puede sanearse (adquirir existencia).
El acto que tiene un vicio de nulidad puede sanearse o validarse.

Análisis desde la historia fidedigna del establecimiento del CC


Es posible observar que ambas posturas doctrinales cuentan con argumentos bien fundados. Al
efecto, una visión integral del problema impone analizar la historia fidedigna del establecimiento del
Código Civil.
A este respecto, primeramente es necesario observar que en el Mensaje del Código Civil chileno
se indica que “sobre la nulidad y rescisión de los contratos y demás actos voluntarios que constituyen
derechos, se ha seguido de cerca el código francés ilustrado por sus más hábiles expositores”. Ello,
en principio, daría pie para sostener que nuestro Código Civil acoge la teoría de la inexistencia,
atendido que la doctrina y jurisprudencia francesa así lo hace de modo bastante uniforme. Sin
embargo, revisadas las notas de BELLO sobre la materia, lo cierto es que no hay referencias al
Code, sino que el único autor citado es DELVINCOURT. Por ende, no se trata de un argumento
decidor.
Una cuestión que resulta incuestionable es que BELLO conocía perfectamente la teoría de la
inexistencia, y desde luego tenía un acabado conocimiento del Code, por lo que resulta importante
verificar si efectivamente siguió nuestro Código el modelo francés.
En este sentido, es pertinente considerar que en el Código Civil francés se reconoce una sola
clase de nulidad, denominada comúnmente anulabilidad, cuyas principales causales son el error, la
fuerza, el dolo y la lesión, y que por tanto corresponde a nuestra nulidad relativa, conforme lo acredita
su artículo 1304. Dicha anulabilidad, conforme al mismo Código francés, es susceptible de sanearse
por ratificación y por el lapso del tiempo, y sólo puede ser demandada por determinadas personas.
Con todo, y frente a la ausencia de otro régimen de nulidad para casos más extremos o radicales,
la doctrina francesa se vio en la necesidad de elaborar otra sanción de ineficacia más radical y que
operase sin texto expreso: a ello le denominaron inexistencia, nulidad radical, nulidad de pleno
derecho o nulidad absoluta (todos sinónimos), la cual operaba de pleno derecho, no siendo
susceptible de saneamiento y siendo su acción imprescriptible. Precisamente por ello es que
conforme a la doctrina francesa adolecen de inexistencia, nulidad de pleno derecho, nulidad radical o
nulidad absoluta (todos términos sinónimos) los actos contrarios al orden público y a las buenas
costumbres (artículo 6 del Code), los que adolezcan de causa ilícita (artículo 1131 del Code) o bien
los actos de los absolutamente incapaces.
Sin embargo, resulta que don Andrés BELLO, conocedor del Código Civil francés y de sus
comentadores, claramente se apartó en esta materia, pues a diferencia del Code reguló dos clases
de nulidad: la absoluta y la relativa (anulabilidad).
Así, cuidó de establecer como causales de nulidad absoluta los mismos casos contemplados por
la doctrina francesa como causales de lo que ella denomina inexistencia, nulidad de pleno derecho,
nulidad radical o nulidad absoluta. Por ello es que expresamente estableció que todo lo contrario a la
ley, a las buenas costumbres o al orden público (dando lugar a un objeto ilícito conforme al artículo
1461 y de causa ilícita en el artículo 1467), así como los actos de los absolutamente incapaces,
serían sancionados con nulidad absoluta, como expresamente lo dispone el artículo 1682 del Código
Civil.
Luego, si bien la nulidad absoluta (o inexistencia, como la denomina la doctrina francesa) es la
misma en los Códigos Civiles chileno y francés en lo que toca a sus causales, es diametralmente
opuesta en lo que respecta a sus efectos, atendido que en definitiva en el Código de BELLO se
dispuso expresamente en el artículo 1683 que la nulidad absoluta se podría sanear por el transcurso
de 10 años.
Lo recién expuesto en orden a que en nuestro ordenamiento nulidad absoluta e inexistencia son lo
mismo, rigiéndose esta última por lo dispuesto en el artículo 1683 del Código Civil, se ve refrendado
por la historia fidedigna del establecimiento de dicha disposición.
En efecto, originalmente en el Proyecto de 1842 se establecía, siguiendo al efecto la doctrina
francesa, que “La nulidad absoluta […] no puede sanearse ni por el lapso del tiempo ni por la
ratificación de las partes”. Luego, en el Proyecto de 1853 se mantuvo la misma disposición, pero se
agregó un segundo inciso, que disponía que “No podrá, sin embargo, alegarse [la nulidad absoluta]
contra una posesión pacífica que haya durado treinta años”. Sin embargo, esta norma sufrió una
radical modificación en el denominado Proyecto Inédito, pues en él, además de eliminarse el inciso
segundo incorporado por el Proyecto de 1853, modificó el primer inciso, indicándose en lo que
interesa que “La nulidad absoluta […] no puede sanearse por la ratificación de las partes, ni por un
lapso de tiempo que no pase de treinta años”. Esta fue la disposición que en definitiva quedó
plasmada en el Código Civil, y que se mantiene inalterada hasta nuestros días, salvo la reducción del
plazo (de 30 años a 10 años) dispuesta por la Ley N° 16.952 de 1968.
Por ende, es de toda evidencia que en una decisión consciente del codificador nuestro
ordenamiento se apartó del modelo francés, y en consecuencia estableció que la nulidad absoluta
(inexistencia para la doctrina francesa) no podría ser alegada transcurrido un determinado plazo
(primero de treinta años, y después de diez años). Si bien se ha discutido en la doctrina nacional si el
plazo de diez años del artículo 1683 debe ser entendido como uno de saneamiento, de prescripción o
de caducidad de la acción, para todos los efectos prácticos ello es manifiestamente indiferente, pues
siempre se concluirá que la inexistencia y la nulidad absoluta no pueden ser alegadas transcurridos
diez años.

Jurisprudencia pronunciada sobre esta materia


Si bien en un sinnúmero de casos se ha planteado el debate en torno si en Chile inexistencia y
nulidad absoluta son o no lo mismo, lo cierto es que la jurisprudencia dictada sobre la materia ha sido
fluctuante.
Entre los fallos que rechazan la teoría de la inexistencia se pueden consultar, entre otros, los
siguientes: Corte Suprema, 31 de mayo de 2011, Rol 271-2010; Corte Suprema, 28 de noviembre de
2012, Rol 4537-10; C. de Valparaíso, 17 de septiembre de 1966, RDJ, T. LXIII, pp. 67-101; C. de San
Miguel, 10 de junio de 1985, GJ N°60, 1985, pp. 73-82; C. de Santiago, 23 de marzo de 1990, RDJ,
T. LXXXVII, 1990, p. 69; C. de Santiago, 2 de mayo de 1997, Rol 2153-1995. (Hay más).
Por su parte, entre los fallos que acogen la teoría de la inexistencia se pueden consultar, entre
otros, los siguientes: C. de Concepción, 11 de abril de 1995, Rol 315-1994; C. de Santiago, 18 de
noviembre de 2011, Rol 5168-2010 (hay más).
En líneas generales, es posible advertir que la mayoría de los fallos dictados por la Corte Suprema
no reconoce a la inexistencia como una sanción autónoma con los caracteres antes indicados (de
operar ipso iure, de ser insubsanable y de tener la acción el carácter de imprescriptible). Y en los
casos en que reconoce la inexistencia, generalmente lo hace en términos retóricos, aplicándole en
consecuencia las mismas reglas establecidas para la nulidad absoluta. En este sentido, se ha
resuelto que “en el Código Civil se confunden ambos efectos de la carencia de requisitos de
existencia y de validez, de manera que no hay inconveniente para denominar nulidad absoluta a la
inexistencia” (Corte Suprema, RDJ, t. LI, segunda parte, sec. 1°, p. 483).
Último fallo de la CS: 14/12/2022, ROL: 94239-2020.
27.Régimen jurídico de la nulidad. Causales y titulares.

NULIDAD

REGLAS DEL CC SOBRE LA NULIDAD DE LOS ACTOS Y CTTOS


El Código Civil establece diversas reglas generales sobre la nulidad de los actos y contratos en el
Título XX de su Libro IV (arts. 1681 a 1697), sin perjuicio de las señaladas en algunas otras de sus
disposiciones.
Las reglas del Código Civil sobre la materia son aplicables en las demás ramas del derecho
privado, si no hay una norma especial en contrario; pero no se extiende al derecho público. Este tiene
sus propias reglas y distintas en sus diversas ramas. Así unas son las reglas de la nulidad en el
derecho administrativo y otras en el derecho procesal.
CONCEPTO GENERAL DE NULIDAD
“La NULIDAD es la sanción legal establecida por la omisión de los requisitos y formalidades que
se prescriben para el valor de un acto según su especie y la calidad o estado de las partes”.
Es la definición que se desprende de la disposición del Código Civil según el cual “es nulo todo
acto o contrato a que falta alguno de los requisitos que la ley prescribe para el valor del mismo acto o
contrato, según su especie y la calidad o estado de las partes”.
Art. 1681: Es nulo todo acto o contrato a que falta alguno de los requisitos que la ley prescribe
para el valor del mismo acto o contrato, según su especie y la calidad o estado de las partes.
La nulidad puede ser absoluta o relativa.
ESPECIES DE NULIDAD: ABSOLUTA Y RELATIVA
Nulidad absoluta: Es la sanción legal impuesta a los actos celebrados con omisión de un requisito
exigido en consideración a su naturaleza o especie.
Nulidad relativa: Es la sanción legal impuesta a los actos celebrados con omisión de un requisito
exigido en atención a la calidad o estado de las partes.
El diferente calificativo de una y otra nulidad se explica porque un acto nulo absolutamente está
viciado en sí mismo, objetivamente; por lo tanto, su nulidad existe respecto de todos, erga omnes,
con alcance ilimitado, es decir, absoluto.
Un acto nulo relativamente nada de reprochable tiene en sí; su vicio se debe a la omisión de un
requisito exigido en consideración a las personas que lo celebran o ejecutan, y por eso es de carácter
subjetivo; la nulidad relativa sólo existe con relación a determinadas personas; su alcance es
ilimitado, relativo.
Se diferencian por:
1) Sus causales.
2) Las personas que pueden impetrarla.
3) Su saneamiento. Los efectos son los mismos.
TERMINOLOGÍA
Diferencia entre rescisión y nulidad relativa:
En doctrina, por lo general, se reserva la palabra nulidad para referirse a la absoluta, y las de
anulabilidad o rescisión para aludir a la relativa. Por eso nuestro Código Civil habla, en el título
correspondiente, de nulidad y rescisión (arts. 1681 a 1697). Pero esta distinción terminológica para
significar conceptos diferentes, no la mantiene, pues a menudo emplea el término nulidad para
señalar cualquiera de las dos especies. Todo esto sin perjuicio de que use otras expresiones
delatoras según el caso de la nulidad absoluta o la relativa.
En relación a este punto, ciertos autores estiman que los términos "rescisión" y "nulidad relativa"
no son sinónimos, pese a que el texto del art. 1682, inc. final señala que "Cualquier otra especie de
vicio produce nulidad relativa, y da derecho a la rescisión del acto o contrato".
Tales autores afirman que es un error hacer sinónimos tales conceptos porque:
1. Dicha norma no señala que “nulidad relativa” y “rescisión” son lo mismo, sino sólo expresa que
la nulidad relativa da derecho a pedir la rescisión del acto o contrato.
2. La palabra “rescindir” significa, de acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española,
“Dejar sin efecto un contrato, una obligación, etc.”. Por lo tanto, lo que dice el art. 1682, inc.
final, es que la nulidad relativa da derecho a pedir que el tribunal “deje sin efecto un contrato”.
Este efecto, de “dejar sin efecto un contrato”, es común a ambos tipos de nulidad, según se
desprende de la regulación de sus efectos; y, por lo mismo, cuando el legislador se refiere al
derecho a la rescisión, no necesariamente se está refiriendo a la nulidad relativa, sino que al
derecho a pedir que el contrato sea dejado sin efecto, por adolecer de algún vicio
(independientemente del tipo de nulidad que lo afecte).
Hay casos en que, tratándose de vicios de nulidad absoluta, el legislador habla del derecho a la
rescisión; ante ello, alguna doctrina que hace sinónimos nulidad relativa y rescisión, estima que el
legislador "se equivocó". Pero se señala que el legislador no "se equivocó", sino que simplemente
habla de rescisión para significar que se tiene derecho a pedir la nulidad (del tipo que corresponda).
3. Por último, si “nulidad relativa” y “rescisión” fueran lo mismo, habría que entender que el art.
1682, inc. final dispone lo siguiente: “la nulidad relativa [rescisión] da derecho a pedir la nulidad
relativa [rescisión]”, lo que es absurdo y no tiene lógica.
En conclusión, se señala que la:
Rescisión → es el efecto de la nulidad, el derecho a pedir que se deje sin efecto un acto o
contrato, independientemente de su causa (nulidad absoluta o relativa).
ESPECIE DE NULIDAD QUE CONSTITUYE LA REGLA GENERAL
El Código Civil después de expresar cuándo hay nulidad absoluta, agrega que “cualquiera otra
especie de vicio produce nulidad relativa” (art. 1682 inc. final). La regla general es, por consiguiente,
la nulidad relativa.
DIFERENCIAS ENTRE LA NULIDAD ABSOLUTA Y LA NULIDAD RELATIVA
Las diferencias entre la nulidad absoluta y la nulidad relativa saltan a la vista con sólo comparar los
textos de los arts. 1683 y 1684, y son las que a continuación se expresan.
1. En relación con la declaración de nulidad de oficio por el juez.
La nulidad absoluta puede y debe ser declarada de oficio por el juez cuando aparece de manifiesto
en el acto o contrato. En cambio, la nulidad relativa sólo puede ser declarada a petición de parte
interesada.
2. En relación con las personas que pueden pedir la declaración judicial de nulidad.
La nulidad absoluta puede alegarse por todo el que tenga interés en ello y puede pedirla el
ministerio público en el solo interés de la moral y de la ley.
En cambio, la nulidad relativa no puede alegarse sino por aquellos en cuyo beneficio la han
establecido las leyes, o por sus herederos o cesionarios.

3. En relación con el saneamiento por el transcurso del tiempo.


La nulidad absoluta puede sanearse por transcurso de diez años desde la celebración del acto o
contrato. La nulidad relativa, en cambio, se sanea transcurridos cuatro años, que se cuentan, en caso
de error o dolo, desde la fecha de celebración del acto o contrato; en caso de fuerza o incapacidad
legal, desde que cesa la fuerza o termina la incapacidad.
4. En relación con el saneamiento por confirmación o ratificación.
La nulidad absoluta no puede sanearse por la ratificación de las partes. La nulidad relativa, en
cambio, puede sanearse a través de la confirmación o ratificación del acto rescindible, que emana de
la persona en cuyo beneficio la ley establece la nulidad, o sus herederos o cesionarios.

PRINCIPIOS APLICABLES A AMBAS CLASES DE NULIDAD


1. Las nulidades, como quiera que constituyen una sanción, son de derecho estricto
Sólo existen las nulidades que expresamente consagra la ley. No pueden aplicarse ni
interpretarse por analogía. La nulidad sólo puede emanar de una disposición legal que
específicamente la señale. Así sucede:
1) cuando la ley declara que un determinado acto es nulo, y
2) cuando le ley prohíbe un acto y no designa expresamente una sanción distinta de la nulidad
para el caso de contravención (art. 10).
2. La nulidad no puede renunciarse anticipadamente porque con ella se protegen los intereses
superiores de la colectividad.
Al respecto, señala el art. 1469 que los actos y contratos que la ley declara inválidos no dejarán
de serlo por las cláusulas que en ellos se introduzcan y en que se renuncie a la acción de nulidad.
3. La ausencia del requisito o el vicio de éste que produce la nulidad debe existir al momento
de la celebración o realización del acto, y no posteriormente.
4. Cuando dos o más personas han contratado con un tercero, la nulidad declarada a favor de
una de ellas no aprovechará a las otras (art. 1690).
5. La nulidad puede hacerse valer en juicio como acción o excepción.
6. Toda nulidad, absoluta o relativa, no produce sus efectos sino en virtud de sentencia judicial
basada en autoridad de cosa juzgada. Mientras la nulidad absoluta o relativa no ha sido
judicialmente declarada, el acto viciado surte todos los efectos, porque lleva envuelto en sí una
presunción de validez, pero una vez declarada, la nulidad opera retroactivamente y aniquila
todos los efectos del acto nulo en el pasado. La declaración judicial supone una sentencia que
acoja la acción o excepción de nulidad deducida en el juicio en que se discute la validez del
acto o contrato cuestionado.
En todo caso, es importante considerar que parte de la doctrina no comparte este criterio. En
síntesis, se indica que la nulidad absoluta, por su gravedad (v.gr. actos contrarios a la ley o al orden
público), opera de pleno derecho, sin necesidad de una declaración judicial. Por lo mismo, estos
autores afirman que la nulidad absoluta no admite propiamente un saneamiento (pese a que así lo
indica el art. 1683); sino que lo que ocurre es que la acción para impugnar el acto caduca a los diez
años de haber sido éste celebrado.
NULIDAD TOTAL Y NULIDAD PARCIAL DEL ACTO JURÍDICO
El vicio de nulidad absoluta puede afectar al acto jurídico en su conjunto o en una parte, razón por
la cual se clasifica en nulidad total y parcial.
Nulidad total: Se establece (declara) en aquellos casos en que el vicio afecta todas las partes y
cláusulas del acto jurídico.
Nulidad parcial: Se establece en aquellos casos en que el vicio afecta sólo una parte o una
cláusula del acto jurídico; o cuando afecta a una parte o a un elemento de una cláusula.
Hay disposiciones de un acto jurídico o cláusulas de un contrato cuya nulidad no compromete la
validez de las demás del acto o contrato, el cual puede subsistir válido con sólo estas últimas. Para
fijar la extensión de la nulidad debe determinarse, en cada caso, la importancia que en el acto o
contrato tiene la disposición o cláusula violatoria de la ley en relación con el resto substancial del acto
o contrato.
Es menester resolver si la disposición o cláusula reprochable del acto afecta a la esencia de éste o
si la disposición o cláusula particularmente nula es un accidente del mismo acto o contrato de tan
relativa importancia que, no obstante su nulidad, las partes habrían llevado a efecto el acto o
contrato. Ejemplo típico de una disposición nula que no compromete la validez del resto del acto es la
que consigna el Código Civil al preceptuar que no vale disposición alguna testamentaria a favor del
escribano (art. 1061). Es patente en este caso la intrascendencia de la asignación hecha al notario
frente a las disposiciones esenciales de un testamento dirigidas a nombrar a uno o más herederos.
¿La invalidez de una parte implica la invalidez de todo el acto o ctto?
Principios doctrinarios aplicables a la nulidad parcial.
1) La parte o cláusula inválida se separa del AJ, quedando éste válido en todo lo no afectado por
el vicio.
2) La parte o elemento de la cláusula afectada se tiene por no existente y la cláusula se reduce:
reducción interna de la cláusula.
Estos principios no se pueden aplicar si la parte no afectada por la invalidez es por su naturaleza
dependiente o accesoria respecto a la inválida. Tampoco se aplican si se prueba que, sin la parte o
cláusula inválida, el AJ no se habría realizado; o que sin esa parte o elemento, la cláusula no se
habría estipulado.
Invalidez parcial en el CC.
El CC no soluciona el problema. Pero hay casos en que se aplica la no extensión de la invalidez a
todo el acto. Ej.
1) Art. 966 CC declara nula la disposición a favor de un incapaz y no el testamento entero.
2) Art. 1401 CC dice que la donación sobre 2 centavos que no se insinúa es nula en el exceso.
3) Art. 2344 CC establece que cuando el fiador se obliga en términos más onerosos que el deudor
principal, la fianza es nula en el exceso.

NULIDAD ABSOLUTA
Concepto: “Es la sanción a todo acto o contrato a que falte alguno de los requisitos que la ley
prescribe para el valor del acto o contrato, según su especie”.
CAUSALES
De acuerdo con el art. 1682, las causales de nulidad absoluta son las siguientes:
1) El objeto ilícito.
2) La causa ilícita.
3) La incapacidad absoluta.
4) La omisión de requisitos o formalidades que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos
o contratos, en consideración a la naturaleza de ellos.
Para quienes no aceptan la teoría de la inexistencia en el derecho civil chileno, a las causales
anteriormente mencionadas cabe agregar las siguientes:
5) La falta de voluntad.
6) La falta de objeto.
7) La falta de causa.
8) El error esencial (sin perjuicio de que algunos lo sancionan con nulidad relativa).
9) La omisión de requisitos o formalidades que las leyes prescriben para la existencia de ciertos
actos o contratos, en consideración a la naturaleza de ellos.

FUNDAMENTOS Y CARACTERES DE LA NULIDAD ABSOLUTA


La nulidad absoluta se encuentra establecida en interés de la moral y de la ley: para proteger la
primera y obtener la observancia de la segunda; no se dirige a cautelar el interés de determinadas
personas.
Del fundamento de la nulidad absoluta, anteriormente señalado, derivan diversos caracteres de
ella, relacionados con su declaración, petición y saneamiento por ratificación de las partes y
transcurso del tiempo.

DELCARACIÓN DE LA NULIDAD ABSOLUTA


Conforme al art. 1683, la declaración de nulidad absoluta procede por alguna de las siguientes
vías: Personas que pueden impetrar la nulidad:
1. Puede alegarse por todo el que tenga interés en ello, excepto el que ha ejecutado el acto o
celebrado el contrato, sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba.
La ley no califica el interés que hace posible la petición, pero la doctrina y jurisprudencia coinciden
en que:
1) Debe ser pecuniario y
2) Debe ser actual: Es decir, debe existir al momento de solicitarse la declaración.
Personas interesadas: autor o partes del acto, e incluso un tercero que no intervino en él.
Al decir la ley que puede alegar la nulidad absoluta todo el que tenga interés en ello, faculta para
pedirla no sólo a las partes que han intervenido en el acto, sino también a terceros. Pero todos deben
tener un interés en que se declare la nulidad. Este interés consiste en que puedan repararse los
perjuicios originados con el acto o contrato viciado. El interés en la declaración de nulidad debe
acreditarlo el que lo invoca.
Viciando la nulidad absoluta el acto jurídico en sí mismo, sin consideración a las personas que lo
han celebrado, resulta lógico que pueda pedirla cualquiera persona que tenga interés en ello, aunque
no sea parte en el acto o contrato. El interés que legitima para alegar la nulidad absoluta a las partes
o a los terceros es de carácter pecuniario, porque no cabe en esta materia un interés puramente
moral, como es el que autoriza la intervención del Ministerio Público.
*Excepcionalmente no puede alegar la nulidad absoluta “el que ha ejecutado el acto o
celebrado el contrato, sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba”.
Con la expresión “sabiendo” → La ley se refiere a un conocimiento personal, real y efectivo del
vicio de nulidad absoluta,
Con la expresión “debiendo saber” → no se refiere el Código al conocimiento presunto de la ley,
sino a aquel que debería tener el autor del acto o la parte de un contrato, en atención a que las
circunstancias del mismo o la condición de quienes intervienen en él.
La misma idea aparece en la disposición según la cual “no podrá repetirse lo que se haya dado o
pagado por un objeto o causa ilícita a sabiendas” (art. 1468). Con la locución “a sabiendas” el
legislador se refiere al conocimiento real y efectivo de la ilicitud de la causa u objeto; no basta el
conocimiento presunto o ficto de la ley.
Al que ha ejecutado el acto o celebrado el contrato sabiendo o debiendo saber el vicio que lo
invalidaba, se le niega la legitimación para alegar la nulidad absoluta, es decir, se sanciona porque
nadie puede aprovecharse de su propio dolo.

Nulidad de los AJ celebrados por representantes


Surge un problema con relación a los actos jurídicos celebrados por medio de representantes.
Si el representante sabía o debería saber el vicio que invalidaba el acto, pero no lo sabía ni
debería saberlo el representado, ¿puede el representado alegar la nulidad absoluta o pierde, al
respecto, su legitimación?
La respuesta de la jurisprudencia ha sido contradictoria.
1) De acuerdo con una opinión, el representado no podría alegar la nulidad absoluta porque,
según la ley, lo hecho por el representante se estima hecho por el representado (art. 1448).
2) Conforme a otro parecer, el representado puede pedir la nulidad absoluta del acto celebrado
con dolo por su representante, porque el dolo es una determinación personalísima de la
voluntad y porque el representante sólo está autorizado para ejecutar actos lícitos, y no ilícitos.
Este segundo punto de vista es el que hoy prevalece. O sea, se considera que la prohibición de
alegar la nulidad absoluta, en el caso de que se trata, se refiere al que ha intervenido directamente
en el acto o contrato, pero no al que ha sido representado convencional o legalmente, a menos que
se compruebe la concurrencia inequívoca de su voluntad.

Solicitud de nulidad por los Herederos


Se ha cuestionado también si pueden alegar o no la nulidad absoluta los herederos del que
celebró el acto o contrato sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba.
1) A favor de que los herederos pueden hacerlo se sostiene que la ley, al impedir alegar la
nulidad absoluta al que celebró el acto o contrato sabiendo o debiendo saber el vicio que lo
invalidaba, establece una verdadera inhabilidad y como tal, siendo una regla de excepción,
debe interpretarse restrictivamente, circunscribiéndose al único caso al que la ley literalmente
se refiere y, por lo tanto, si dentro de los términos literales de la ley no cabe comprender a los
herederos, legalmente no puede extenderse a ellos tal inhabilidad.
2) Pero, en sentido contrario, se ha respondido que los herederos y cesionarios del causante no
pueden alegar la nulidad absoluta por la sencilla razón de que no han podido adquirir por la
sucesión por causa de muerte un derecho que su causante no tenía y que mal podría
transmitirles, y no sólo no tenía ese derecho sino que lo que es más grave aun la ley
expresamente le vedaba alegar la nulidad. Además, ha de tenerse presente que el Código Civil
prescribe que cuando el dolo es imputable a un incapaz no se permite a él ni a sus herederos
alegar la nulidad (art. 1685), lógico es entonces pensar que con mayor razón tal prohibición
para alegar la nulidad absoluta debe comprender a los herederos y cesionarios de las personas
capaces.

2. La nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el juez, aun sin petición de parte,
cuando aparece de manifiesto en el acto o contrato.
Manifiesto: descubierto, patente, claro. De la simple lectura del instrumento en que consta el acto,
el juez advierte la existencia del vicio, sin necesidad de relacionarlo con ninguna otra prueba o
antecedente.
Principio procesal general: en materia civil, el juez puede actuar sólo a petición de parte. Una de
las excepciones es la obligación de declarar la nulidad absoluta de oficio cuando el vicio aparece de
manifiesto.
Resulta obvio que para que el juez esté obligado a declarar la nulidad absoluta que aparece de
manifiesto en el acto o contrato es que exista un juicio o pleito y que en él se haga valer ese acto o
contrato.
3. La declaración de la nulidad absoluta puede también pedirse por el ministerio público en el
interés de la moral o de la ley.
Conforme al art. 350 del COT, el ministerio público es un organismo auxiliar de la administración
de justicia que se encuentra compuesto por el fiscal de la Corte Suprema y por los fiscales de las
Cortes de Apelaciones.
El ministerio público a que se refiere el Código Civil es el recién indicado, y no el organismo del
mismo nombre que participa del Proceso Penal.
El interés que lo faculta no es pecuniario. La nulidad absoluta es de orden público y mira al interés
general de la sociedad, por lo que se le concede la facultad de solicitar la declaración en el solo
interés de la moral o de la ley. La ley no requiere que el vicio aparezca de manifiesto.
LA NULIDAD ABSOLUTA NO PUEDE SANEARSE POR LA RATIFICACIÓN DE LAS PARTES
Así lo dice expresamente el Código Civil (art. 1683 parte final). La ratificación importa dar por
válido un acto jurídico que no lo es. Se traduce en la renuncia a pedir la declaración de nulidad del
acto legalmente vicioso. La imposibilidad de ratificación se explica porque la nulidad absoluta se
encuentra establecida en el interés general, que no puede quedar supeditado por la voluntad
particular.
DEL “SANEAMIENTO” DE LA NULIDAD ABSOLUTA POR EL TRANSCURSO DEL TIEMPO.
Plazo → 10 años.
Conforme al art. 1683, y de acuerdo a la doctrina mayoritaria, la nulidad absoluta no puede
sanearse por un lapso que no pase de diez años. Después de este plazo no puede alegarse la
nulidad absoluta, y la razón se encuentra en la necesidad de consolidar los derechos al cabo de
cierto tiempo. La prescripción de que se habla pone término al derecho de alegar la nulidad sea como
acción o excepción.
El plazo se cuenta desde la fecha en que se celebró el acto o contrato nulo, porque desde
entonces podía hacerse valer la acción de nulidad. Así se concluye aplicando el mismo principio que
informa al precepto del Código Civil según el cual el tiempo de prescripción extintiva se cuenta desde
que la obligación se haya hecho exigible (art. 2514 inc. final).
Sobre la materia, cabe indicar que parte de la doctrina estima que el art. 1683, más allá de las
palabras que emplee, no contempla realmente una hipótesis de “saneamiento”, ya que
dogmáticamente no es posible que el mero transcurso del tiempo transforme en legal y regular lo que
en principio no lo fue. En este sentido, BARAONA sostiene que esta forma de saneamiento debe
entenderse como una caducidad de derechos, respecto de quienes tenían derecho o la facultad de
impugnar el acto (juez, partes, terceros interesados, ministerio público). Agrega este autor que su
efecto es consolidar los desplazamientos patrimoniales: el acto, al no ser impugnado, se convierte,
por el lapso de 10 años, de título injusto a título justo, permitiendo que pueda operar el modo de
adquirir prescripción adquisitiva. En este sentido, el art. 705 habla de la validación del título posesorio
“por otro medio legal”, que en este caso es el transcurso del tiempo contemplado en el art. 1683.

LA NULIDAD ABSOLUTA NO SE PRODUCE DE PLENO DERECHO


La doctrina tradicional afirma que del conjunto de diversas disposiciones legales (arts. 1683, 1687,
1689 del Código Civil y 37 de la Ley de Matrimonio Civil) que se refieren a la nulidad judicialmente
declarada o pronunciada, se desprende que la nulidad absoluta debe ser declarada por el juez; no
obra de pleno derecho. En otros términos, el acto jurídico nulo absolutamente produce efectos
mientras la nulidad no se declare por sentencia judicial.
Otros autores, entre ellos BARAONA, afirman que la sentencia judicial tiene otra función, a saber,
si declara un acto como absolutamente nulo, hace actual tanto el derecho de exigir la restitución
como el deber de practicar la restitución.

NULIDAD RELATIVA
DEFINICIÓN Y FUNDAMENTO
Concepto: Nulidad relativa es la sanción legal impuesta a los actos celebrados con prescindencia
de un requisito exigido en atención a la calidad o estado de las partes.
La nulidad relativa no se encuentra establecida en el interés de la moral y de la ley, no protege los
superiores intereses de la colectividad, sino los de ciertas y determinadas personas en cuyo beneficio
el legislador la establece.

CAUSALES
El Código Civil después de enumerar los casos de nulidad absoluta dice: “Cualquiera otra especie
de vicio produce nulidad relativa, y da derecho a la rescisión del acto o contrato” (art. 1682).
Rescisión equivale a anulación.
Los casos en que tiene lugar la nulidad relativa los siguientes:
1) Los actos de los relativamente incapaces.
2) El error sustancial.
3) El error en la calidad accidental, cuando dicha calidad haya sido el principal motivo que tuvo una
parte para contratar y este fue conocido por la otra.
4) El error en la persona, en los casos en que es relevante.
5) La fuerza grave, injusta y determinante.
6) El dolo determinante, que en los actos bilaterales debe ser además obra de una de las partes.
7) La omisión de formalidades exigidas en consideración al estado o calidad de las personas que
celebran o ejecutan el acto.
8) La lesión, en los casos previstos por la ley.

CARACTERÍSTICAS
De la circunstancia de hallarse establecida la nulidad relativa en interés particular, a favor de las
personas que la ley indica, se desprenden las siguientes características:
1) Sólo están legitimados para alegar la nulidad relativa aquéllos en cuyo beneficio la han
establecido las leyes.
2) La nulidad relativa puede sanearse por el transcurso del tiempo, y
3) La nulidad relativa puede sanearse por la ratificación e las partes.

PERSONAS LEGITIMADAS PARA ALEGAR LA NULIDAD RELATIVA


A) Regla General: “Solo aquéllos en cuyo beneficio lo han establecido las leyes”.
Art. 1684: La nulidad relativa no puede ser declarada por el juez sino a pedimento de parte; ni
puede pedirse su declaración por el ministerio público en el solo interés de la ley; ni puede alegarse
sino por aquellos en cuyo beneficio la han establecido las leyes o por sus herederos o cesionarios; y
puede sanearse por el lapso de tiempo o por la ratificación de las partes.
Fluye de lo anterior que, si en un contrato hubo error, fuerza o dolo, sólo podrá pedir la rescisión la
parte que sufrió el error, la fuerza o el dolo, y no la otra. Si el contrato lo celebró un incapaz, sólo éste
y no la otra parte podrá pedir la declaración de nulidad.
Pueden también alegar la rescisión los herederos de la persona que, teniendo derecho a pedirla,
falleció sin haberlo hecho. Y ello es lógico, pues los herederos representan al causante y le suceden
en todos sus derechos y obligaciones transmisibles, uno de los cuales es, precisamente, el derecho a
pedir la rescisión.
Y finalmente pueden también alegar la rescisión los cesionarios de la persona que tenía derecho
a demandarla.
Cesionarios: entendiéndose por cesionarios las personas a quienes los beneficiados con la
nulidad relativa transfieren, por acto entre vivos, los derechos que emanan del acto o contrato nulo,
incluyéndose en dicha cesión el derecho a demandar la rescisión.
B) Situación excepcional del incapaz que no podría demandar la rescisión del acto o ctto.
El art. 1685 contempla una norma excepcional, que priva al incapaz relativo del derecho a solicitar
la nulidad relativa de un acto alegando su incapacidad para obligarse.
Art. 1685: Si de parte del incapaz ha habido dolo para inducir al acto o contrato, ni él ni sus
herederos o cesionarios podrán alegar nulidad. Sin embargo, la aserción de mayor edad, o de no
existir la interdicción u otra causa de incapacidad, no inhabilitará al incapaz para obtener el
pronunciamiento de nulidad.
El incapaz relativo no puede solicitar la nulidad relativa de un acto alegando su incapacidad para
obligarse. (Art. 1685 CC).
Esto supone que la parte que contrató con el incapaz lo hizo en la creencia de que éste no estaba
afectado por ninguna incapacidad, incurriendo así en un error que fue provocado por las maniobras
dolosas del incapaz (nadie puede beneficiarse de su propio dolo).
Como si, por ejemplo, falsificare una partida de nacimiento para parecer como mayor de edad. En
este caso -en que ninguna negligencia hay por el otro contratante, porque no puede presumir la mala
fe- la ley no permite al incapaz ni a sus herederos o cesionarios alegar la nulidad.

Contraexcepción: La ley no considera constitutivo de dolo el engaño consistente en la simple


aserción de mayor edad o de no existir interdicción u otra causa de incapacidad, sancionando, de
esta manera, la excesiva credulidad de la persona que no hizo nada por comprobar si afectaba o no
a la contraparte alguna causal de incapacidad.
Puede suceder que un incapaz, en el deseo de celebrar un contrato, se haga pasar por capaz. Si
se limita a aseverar que es mayor de edad o que la interdicción u otra causa de incapacidad no
existe, y lleva a cabo el contrato, puede, a pesar de su engaño, solicitar más tarde la nulidad del
contrato. Ello es así porque la ley estima que el otro contratante ha sido negligente en cerciorarse del
verdadero estado del incapaz al dejarse guiar por meras aserciones.

LA NULIDAD RELATIVA PUEDE SANEARSE POR EL TRANSCURSO DEL TIEMPO


Plazo → 4 años.
Art. 1684: “[…] puede sanearse por el lapso de tiempo o por la ratificación de las partes”.
Conteo del plazo:
1) Caso de fuerza o violencia: desde el día en que ésta haya cesado.
2) Caso de error o de dolo: desde el día de la celebración del acto o contrato.
3) Incapacidad legal: Se cuenta desde el día en que haya cesado esta incapacidad.
Todo lo cual se entiende en los casos en que leyes especiales no hayan designado otro plazo (art.
1691).
Si en el plazo de cuatro años que hay para pedir la rescisión, la persona legitimada para alegar la
nulidad relativa no lo hace, quiere decir que a su término el vicio del acto desaparece y éste queda
completamente sano como si siempre hubiera sido válido en forma perfecta.
Según se analizará al estudiar la acción de nulidad, la ley regula los casos en que la persona que
puede demandar la rescisión muere, estableciendo que si deja herederos mayores de edad, no
suspende la prescripción, cosa que sí ocurre cuando los herederos son menores (art. 1692).

LA NULIDAD RELATIVA PUEDE SANEARSE POR LA RATIFICACIÓN O CONFIRMACIÓN DE


LAS PARTES
Concepto: “La ratificación de la nulidad relativa es una confirmación del acto o contrato nulo
relativamente e importa la renuncia a la rescisión que habría podido solicitarse”.
La posibilidad de ratificar o confirmar el acto o contrato nulo relativamente se justifica porque la
nulidad relativa se halla establecida en beneficio de ciertas y determinadas personas, se trata de un
derecho que sólo mira al interés particular de ellas, por lo que cae bajo la disposición general que
permite la renuncia de los derechos que sólo miran al interés individual del renunciante y cuya
renuncia no está prohibida (art. 12).
La palabra ratificación tiene en derecho dos acepciones. En una designa el acto en virtud del cual
una persona asume por su cuenta los actos ejecutados a su nombre por otra que no tenía poder para
ello. En otro sentido, y que es el que aquí corresponde estudiar, equivale a la confirmación del acto
nulo relativamente, y no es otra cosa que la renuncia del derecho de pedir la nulidad; no importa
renovación del acto jurídico que adolece de nulidad relativa.
La confirmación o ratificación constituye un acto unilateral que puede realizar la persona legitimada
para demandar la nulidad. Por eso sólo procede cuando la nulidad es relativa.
Confirmación” es ajena al CC, que usa “ratificación”.
Ratificación: consiste en la renuncia a la inoponibilidad. Por ejemplo, los casos en que el
mandante aprueba lo obrado por el mandatario que actuó sin poder suficiente o excediéndose de sus
límites; o en que el dueño aprueba la venta de la cosa ajena.
Confirmación: acto jurídico unilateral por el cual la parte que tenía el derecho de alegar la nulidad
relativa renuncia a esta facultad, saneando el vicio de que adolecía el acto. El acto se transforma en
plenamente válido. La confirmación se fundamenta en el Art. 12 CC que permite renunciar los
derechos que miren al interés individual y cuya renuncia no esté prohibida.
Clases:
La ratificación puede ser expresa o tácita (art. 1693).
1) Ratificación expresa. Es aquella en que la parte que tiene derecho a pedir la rescisión de un
acto jurídico formula una declaración en la cual, en términos explícitos y directos, manifiesta su
voluntad de validar dicho acto, haciendo desaparecer el vicio que lo afectaba.
2) Ratificación tácita: Es la “ejecución voluntaria de la obligación contraída” (art. 1695). Esto nos
lleva a responder las siguientes preguntas:
¿Qué significa ejecución voluntaria de la obligación?
Requisitos:
1) se realiza en forma libre y espontánea.
2) Con la voluntad exenta de vicios.
3) Para otros, no basta la ausencia de vicios, sino que supone el conocimiento del confirmante
del motivo de anulabilidad.
Esta segunda opción parece ser más acertada, atendido que la voluntariedad presupone el cabal
conocimiento de la realidad, lo que en el caso implica conocer el vicio de nulidad relativa.
Vial concuerda con la necesidad de este tercer requisito, porque la voluntariedad de la ejecución
requiere una representación fiel y acertada de la realidad, y para lograr ese conocimiento, es
necesario que el sujeto sepa que el acto adolece de un vicio por el cual podría demandar la rescisión.
¿Podría otro hecho, además de la ejecución voluntaria de la obligación, importar
confirmación tácita?
Opinión mayoritaria: Sólo cabe la ejecución voluntaria de la obligación como ratificación tácita, sin
que pueda atribuírsele tal carácter a otro comportamiento (vgr., solicitud de un plazo para pagar una
obligación emanada del acto rescindible).
Pero esto no obsta a que la conducta del sujeto permita desprender, si no una confirmación, una
renuncia tácita al derecho a alegar la rescisión. Existe una manifiesta relación entre la confirmación y
la renuncia, pues toda confirmación involucra la renuncia al derecho a alegar la rescisión. Pero no
toda renuncia confirma o convalida el acto.
¿Es necesario para que exista confirmación tácita que el acto se ejecute en su totalidad o
basta con la ejecución de una parte?
Si bien el Código nada indica, no tiene importancia el que puedan quedar una o más obligaciones
pendientes: igual habrá ratificación.

Características de la ratificación:
1) AJ unilateral: Pues únicamente requiere de la voluntad del confirmante.
2) AJ accesorio, y en particular dependiente, pues no puede subsistir sin el acto o contrato que
se convalida, que le sirve de sustento.
3) Irrevocable: Pues quien confirma un acto rescindible no podrá con posterioridad desconocer la
confirmación y solicitar la rescisión del acto que ha convalidado.
4) Opera con efecto retroactivo: Lo que significa que, confirmado el acto, por una ficción legal se
supone que siempre ha sido válido y que jamás ha adolecido de un vicio de nulidad relativa.

Requisitos de la ratificación:
1) Sólo opera tratándose de un vicio que la ley sanciona con nulidad relativa.
2) Tanto la ratificación expresa como la tácita, para ser válidas, deben emanar de la parte o
partes que tienen derecho para alegar la nulidad (art. 1696).
3) La persona que ratifica debe ser capaz de contratar; no vale la ratificación expresa o tácita del
que no es capaz de contratar (art. 1697), a menos que, obviamente, lo haga debidamente
representado o autorizado.
4) Debe realizarse en tiempo oportuno, esto es, antes de la declaración de nulidad.
5) Debe efectuarse después de haber cesado la causa de invalidez. Para ser eficaz la
confirmación no debe estar afectada del mismo vicio que hace rescindible el acto que se trata
de ratificar, y debe hacerse con conocimiento del vicio del acto y del correspondiente derecho
de exigir la nulidad, y con intención de confirmarlo.
6) Tratándose de la confirmación expresa, “deberá hacerse con las solemnidades a que por la ley
está sujeto el acto o contrato que se ratifica” (art. 1694).

28.Efectos de la nulidad: en especial, prestaciones mutuas.

EFECTOS DE LA NULIDAD
Conceptos generales:
Para que se produzcan los efectos, es necesaria la existencia de una sentencia judicial firme o
ejecutoriada que declare la nulidad del acto. Antes de la sentencia, el acto produce todos sus efectos,
como si fuera válido. No hay diferencias entre la nulidad absoluta y relativa en cuando a los efectos
de la nulidad judicialmente declarada.
Por eso las disposiciones que tratan de este punto (arts. 1687 y 1689) se refieren a los efectos de
ambas nulidades, sin distinción alguna.
Con anterioridad a la dictación de la sentencia, el acto anulable produce sus efectos, pero
expuesto a que sea declarado inválido.

EFECTOS RESPECTO DE LAS PARTES


En primer lugar, debemos tener presente lo dispuesto en el art. 1690, que señala que la nulidad
solo aprovechará a aquellas personas en cuyo favor se ha declarado, lo que se relaciona con el art. 3
CC que establece el efecto relativo de las sentencias judiciales.
Si existen otras personas en la misma situación, también deberán accionar para que puedan
beneficiarse con los efectos de la nulidad. Nada impide una acción conjunta.
Principio General: (Art. 1687, inc 1): “La nulidad pronunciada en sentencia que tiene la fuerza de
cosa juzgada, da a las partes derecho para ser restituidas al mismo estado en que se hallarían si no
hubiese existido el acto…”
Art. 1687: La nulidad pronunciada en sentencia que tiene la fuerza de cosa juzgada, da a las
partes derecho para ser restituidas al mismo estado en que se hallarían si no hubiese existido el acto
o contrato nulo; sin perjuicio de lo prevenido sobre el objeto o causa ilícita.
En las restituciones mutuas que hayan de hacerse los contratantes en virtud de este
pronunciamiento, será cada cual responsable de la pérdida de las especies o de su deterioro, de los
intereses y frutos, y del abono de las mejoras necesarias, útiles o voluptuarias, tomándose en
consideración los casos fortuitos y la posesión de buena o mala fe de las partes; todo ello según las
reglas generales y sin perjuicio de lo dispuesto en el siguiente artículo.
La nulidad impide que el acto produzca efectos hacia el futuro, pero como además opera con
efecto retroactivo, se entiende que el acto nunca existió, dando derecho a las partes a ser restituidas
al mismo estado en que se hallarían si no hubiese existido el acto o contrato nulo. Siendo la
declaración de nulidad uno de los modos de extinguir las obligaciones. (Art. 1567 N° 8 CC).
En ciertos casos, el efecto retroactivo sólo puede conseguirse a través de determinadas
prestaciones tendientes, en general, a que la persona que recibió algo en virtud del acto lo restituya a
quien se lo dio o entregó. Estas prestaciones mutuas se rigen por las reglas de la acción
reivindicatoria.
Situaciones que debemos distinguir entre las partes
1) Si el acto o ctto no se ha cumplido: en este caso, no podrá pedirse la ejecución de lo
pactado, porque el contrato y las obligaciones que de él emanan, se extinguen con la
declaración de nulidad, operando como un modo de extinción de las obligaciones.
Opera → Art. 1567, n°8.

2) Si el acto o ctto ha sido cumplido total o parcialmente por una o ambas partes:
Opera → Art. 1687.
PRESTACIONES MUTUAS: “Esta institución nace en virtud de acción reivindicatoria, pero en lo
que respecta a la nulidad va a ser el mecanismo que la ley establece para que las partes puedan
exigirse recíprocamente la restitución de todo lo que hubieren entregado en virtud de un acto o ctto,
de manera que las partes queden en un estado como si jamás se hubiera celebrado el acto o ctto”.
Para concretar estas restituciones recíprocas que retrotraen a las partes al estado anterior al del
acto o contrato, habrá que estar a lo dispuesto en los arts. 904 a 915, que reglamentan las
prestaciones mutuas que operan entre el poseedor vencido y el dueño, cuando el último interpuso
acción reivindicatoria. Operan estas normas, pues constituyen “las reglas generales” a que alude el
inciso 2º del art. 1687.
En ciertos casos, sin embargo, no operan estas prestaciones mutuas, o sólo operan parcialmente,
castigándose a los que actuaron de mala o buena fe.
Así, el acto que adolece de un vicio de nulidad produce todos los efectos que le son propios. Pero
declarada judicialmente la nulidad, ésta impide que el acto produzca efectos para el futuro y, al
mismo tiempo, como la nulidad opera con efecto retroactivo, se entiende que el acto nulo nunca
existió, que jamás produjo efecto alguno. Por ende, las personas que celebraron el acto nulo vuelven
al mismo estado o situación en que se hallaban con anterioridad a su celebración, lo que puede
imponer, por una parte, o a ambas, la obligación de efectuar determinadas prestaciones a conseguir
ese retorno al estado o situación anterior.

Casos en que no operan las Prestaciones Mutuas: (aprender si o si primeras 4)


1) El poseedor de buena fe no está obligado a entregar los frutos que ha percibido mientras estuvo
de buena fe, y se presume que lo está hasta el momento de la contestación de la demanda (art.
907, inciso 3°). La buena fe, para estos efectos, se define en el art. 706.

2) El caso en el que se prohíbe repetir lo que se haya dado o pagado por un objeto o causa ilícita
a sabiendas (art. 1468). Se trata de una sanción a la mala fe del contratante.
3) El que contrató con el incapaz sin los requisitos que la ley exige, no podrá pedir la restitución o
reembolso de lo que gastó o pagó en virtud del contrato (art. 1688).
*Contra-excepción, fundada en el enriquecimiento sin causa: si se prueba que, a consecuencia
del contrato, se hizo más rica con ello el, en ese caso podrá pedir la restitución o reembolsó de lo
que gastó o pagó en virtud del ctto.
Para zanjar dificultades, la ley preceptúa que se entenderá haberse hecho más rico el incapaz:
1. En cuanto las cosas pagadas o las adquiridas por medio de ellas, le hubieren sido necesarias
(por ejemplo, porque invirtió lo que percibió en adquirir otra cosa).
2. O en cuanto las cosas pagadas o las adquiridas por medio de ellas, que no le hubieren sido
necesarias, subsistan y se quisiere retenerlas.

4) Situación de la persona que debiendo restituir la cosa adquiere su dominio por prescripción:
Se refiere a cuando la persona adquiere por tradición, y luego se anula la tradición o el título
traslaticio. La nulidad impide que la tradición transfiera el dominio, pero no obsta a la adquisición
de la posesión.
El poseedor puede adquirir el dominio por prescripción, en este caso extraordinaria, pues su
posesión es irregular (el título en que se funda no es justo, Art. 704 N° 3 CC). Así, el poseedor
puede retener la cosa que debía restituir.
La posibilidad de que a la fecha de la demanda el poseedor ya haya adquirido el dominio se da
en el caso de que el demandante esté en tiempo porque el cuadrienio no había empezado a
correr o quedaba un residuo

5) En el caso de la rescisión del contrato de compraventa por lesión enorme, el vendedor deberá
restituir el precio y el comprador la cosa, con intereses (el precio) y frutos (la cosa), pero sólo
aquellos devengados (los intereses) o percibidos (los frutos) desde la notificación de la demanda
correspondiente
Art. 1890, inciso 2º (el precepto alude a “la fecha de la demanda”, pero debe entenderse por tal la
fecha en que ésta se notifica). La excepción consiste en que no se pagan todos los intereses
devengados o los frutos percibidos desde la fecha del contrato o desde la contestación de la
demanda, sino sólo aquellos devengados o percibidos a partir de la fecha en que se notificó la
demanda.
-En la misma hipótesis de lesión enorme, nada se pagará por los gastos que hubiere
ocasionado el contrato (artículo 1890, inciso 2º).
-También a propósito de la rescisión de la compraventa por lesión enorme, el vendedor,
conforme al art. 1894, no podrá pedir cosa alguna en razón de los deterioros que haya sufrido la
cosa, excepto en cuanto el comprador hubiere aprovechado de ellos (norma similar a la del art.
906). El comprador, entonces, se considera de buena fe, durante el tiempo en que se produjo el
deterioro de la cosa, a menos que se hubiere aprovechado del menoscabo

6) Los casos de obligaciones nulas pero naturales contemplados en los números 1 y 3 del art.
1470: ello, porque el acreedor podrá retener lo que se dio o pagó en razón de tales obligaciones.

Crítica a la distinción en virtud si las obligaciones han sido cumplidas o no por las partes
**Esta distinción tiene imprecisiones, es insatisfactoria para los contratos reales.**
Tal distinción, conforme a VIAL, presenta imprecisiones que no la hacen aconsejable. Así ocurre,
por ejemplo, con los contratos reales, de los cuales emana la obligación de restituir. De seguirse la
doctrina tradicional, de declararse nulo un contrato real en el cual aún no se ha restituido la cosa,
implicaría que la obligación de restituir se extinguiría sin más, lo que a todas luces es injusto y
contradice el espíritu del art. 1687.
Ej. Comodato. Si se declara la nulidad del comodato, ¿significa que la obligación de restituir, cuyo
cumplimiento está pendiente, se extingue sin más? La respuesta negativa se impone por lo injusto
que sería. La obligación de restituir se ha extinguido, pero el efecto retroactivo de la nulidad impone
al comodatario la restitución de la cosa, no en virtud del contrato nulo, sino como consecuencia del
Art. 1687 CC.
Entonces, cabe agregar a la regla de que, si el acto engendró obligaciones que no se han
cumplido, éstas simplemente se extinguen, pero solo si con ello se puede volver al estado anterior. Si
no es así, deberán las partes efectuar las prestaciones tendientes a restituir lo recibido.

Responsabilidad en las restituciones:


En las restituciones, cada parte es responsable de:
1) La pérdida o deterioro de las especies.
2) De los intereses.
3) De los frutos, y
4) Del abono de las mejoras, tomándose en consideración casos fortuitos y posesión de buena o
mala fe, todo de acuerdo a las reglas generales de la reivindicación (Art. 1687 inc. 2° CC)
Debe restituirse la cosa, y también sus frutos naturales y civiles, distinguiendo si el poseedor
estaba de buena o mala fe. Está de mala fe quien recibió la cosa conociendo el vicio del acto.
El Código da a las partes el derecho a exigirse recíprocamente la restitución de todo lo que
hubieren entregado en virtud del contrato, o sea, el contrato se destruye en el pasado, y las cosas
quedan como si éste nunca se hubiera celebrado. Si, por ejemplo, se declara nula una compraventa,
el comprador deberá devolver la cosa y el vendedor deberá restituir el precio.

EFECTO DE LA NULIDAD RESPECTO A TERCEROS POSEEDORES


Acción reivindicatoria → CONTRA terceros poseedores (de buena o mala fe).
La nulidad judicialmente declarada, sea absoluta o relativa, da acción reivindicatoria contra
terceros poseedores (art. 1689).
De conformidad al art. 889, la acción reivindicatoria es la que tiene el dueño de una cosa
singular, de que no está en posesión, para que el poseedor de ella sea condenado a restituírsela.

Art. 1689: La nulidad judicialmente pronunciada da acción reivindicatoria contra terceros


poseedores; sin perjuicio de las excepciones legales.
Observamos en consecuencia que los efectos de la nulidad no se limitan sólo a los contratantes,
sino que también afectan a terceros, cuyos derechos provienen de la persona que a su vez adquirió
la cosa en virtud del contrato nulo.
Aquí, debemos tener presente que nadie puede transferir más derechos de los que tiene y
tampoco adquirir más derechos que aquellos que tenía su causante. Por ende, si el derecho de
causante podía extinguirse por anularse el acto que lo había generado, igual suerte correrá el
derecho ahora radicado en el patrimonio del adquirente. El vicio de nulidad que infectaba el derecho
en el patrimonio del causante, sigue afectando al derecho en manos del actual titular.
Lo anterior se extiende también a las obligaciones accesorias, que sufren la misma suerte que la
obligación principal: art. 2416.
Tratándose de la nulidad, no tiene importancia si el tercero poseedor está de buena o mala fe,
a diferencia de lo que acontece tratándose de la resolución, dado que esta última da sólo acción
reivindicatoria contra poseedores de mala fe (arts. 1490 y 1491).
La nulidad en cambio tiene tal fuerza, que pasará aún por sobre la buena fe que pueda invocar el
tercero. Este disímil tratamiento responde al diverso origen de la nulidad y la resolución. Mientras la
primera se declara a consecuencia de infracción de ley, la segunda se declara a consecuencia de
infracción del contrato válidamente celebrado.

Hay casos excepcionales que derivan de textos legales, en que la nulidad judicialmente
pronunciada no da acción reivindicatoria contra terceros poseedores (art. 1689). Estos casos
son:
1) La rescisión de la CV de un bien raíz por lesión enorme.
Se observan 2 excepciones:
1. Dispone la ley que no caducan las hipotecas u otros gravámenes constituidos sobre la cosa (art.
1895). En efecto, si el comprador está obligado a purificar la cosa de los gravámenes, significa
que ellos no han caducado por la sola declaración de rescisión.
2. Además, si el comprador enajena la cosa (en su sentido restringido: transfiere el dominio), no
puede pedirse la rescisión por lesión enorme (art. 1893).

2) El caso más frecuente en la práctica, es aquel en que el tercero ha adquirido el dominio de la


cosa por prescripción.
Esta excepción no está contemplada en ningún artículo del Código, pero se desprende de
varios (arts. 682, 683 y 717). De todos ellos fluye que el tercer poseedor está a salvo de la acción
reivindicatoria cuando ha adquirido el dominio de la cosa por prescripción, porque los vicios o
defectos de que puedan adolecer los títulos de sus antecesores, no se transmiten a él.
En este caso, rigen los arts. 898 y 900:
i) De acuerdo al art. 898, la acción reivindicatoria tiene lugar contra el que enajenó la cosa,
quien debe restituir lo que recibió por ella y además indemnizar los perjuicios, si enajenó
sabiendo que la cosa era ajena.
ii) De acuerdo al art. 900, también podrá interponerse acción reivindicatoria contra el que
poseía de mala fe y por hecho o culpa suya, dejó de poseer. En los dos casos anteriores, la
acción reivindicatoria, que por regla general sólo puede interponerse contra el actual
poseedor no dueño, se interpone, excepcionalmente, contra quien dejó de poseer.

3) El caso del heredero indigno que enajena bienes de la herencia. Víctor Vial del Río, agrega
también el caso del heredero indigno, que había enajenado bienes de la sucesión, caso en el cual
los herederos sólo tendrán acción contra los terceros adquirentes, cuando éstos estaban de mala
fe (artículos 974 y 976 del Código Civil).
Sin embargo, no estamos de acuerdo con que esta hipótesis constituya una excepción a los
efectos de la nulidad judicialmente declarada, pues la enajenación hecha por el heredero indigno
no es nula, sino que inoponible al resto de la sucesión, y por ello, procede contra los terceros
acción reivindicatoria, salvo que éstos hubieren adquirido de buena fe.
4) Algunos autores agregan el caso de los arts. 93 y 94 N° 4, referido a la muerte presunta, pero en
realidad, aun cuando la ley habla de “rescisión” del decreto de posesión definitiva, estaríamos ante
un caso de revocación. No se trataría por ende de una hipótesis de nulidad.
5) Finalmente, también se menciona el caso del art. 1432 N° 2, con relación a los arts. l425 y 1426,
todos relativos a la donación.

29.Saneamiento de la nulidad.
10-4

Comparativo entre NULIDAD ABSOLUTA Y NULIDAD RELATIVA

IV. TÓPICOS CIVILES DE LA PRUEBA

30. Carga de la prueba.


31. Medios de prueba
32. Valor de los instrumentos.
33. Restricciones de la prueba testimonial.
34. Valor de la confesión.
¿Qué es y en qué consiste?
¿Qué quiere decir que produce plena prueba?
¿Por qué dicen los autores que es la prueba más perfecta de todas, desde el punto de
vista probatorio?

V. DE LOS BIENES

35. Diferencia entre cosa y bien.


Cosa: “Es todo lo que ocupa un lugar en el espacio y podemos percibir por nuestros sentidos,
pero también con la inteligencia, las cuales usualmente se denominan producciones del talento o
del ingenio”.
Este concepto era aplicable a las cosas corporales, ya que llegaba hasta “que nuestros sentidos
pueden percibir”. Pero de a poco por la doctrina se le incorpora al concepto también aquellas
cosas inmateriales.
Más difícil resulta precisar en qué consisten las cosas incorporales, vale decir, las entidades que
carecen de corporeidad material. Como veremos, el Código Civil, con un criterio muy discutible,
asimila las cosas incorporales a los derechos. Pero ello deja fuera de la tipología a las cosas que
careciendo de corporeidad física, tampoco son derechos. Estas son las cosas usualmente
denominadas “inmateriales”, como son aquellas que nuestros textos denominan producciones del
talento o del ingenio (artículo 584 del Código Civil).
Bien: “Son las cosas que, prestando una utilidad para el humano, son susceptibles de
apropiación privada”.
Una doctrina bastante divulgada, entiende que entre las cosas y los bienes existe una relación de
género a especie. Todos bien es una cosa, pero no toda cosa es un bien.
En tal sentido, Kiverstein, siguiendo a Alessandri, enfatiza que aquello que caracteriza a los
bienes es la circunstancia de poder ser objeto de propiedad privada, y no el hecho de producir
utilidad al humano, pues hay cosas como el aire o la alta mar, que producen una gran utilidad y que,
no obstante ello, no son bienes, por no poder ser objeto de apropiación por los particulares.
Utilidad: “Es la aptitud de una cosa para satisfacer una necesidad del individuo o un interés
cualquiera de éste, económico o no”.
En la doctrina nacional, distinguimos dos corrientes doctrinarias que intentan distinguir entre cosa
y bien.
Cosa y bien en el cc
El CC chileno no define lo que es cosa ni bien, siendo ajeno a discusiones doctrinarias sobre la
materia y empleando las dos expresiones indistintamente, como queda de manifiesto en los artículos
565 y siguientes.
En cuanto a la CPR, alude también, en su artículo 19 N° 24, a los bienes corporales o
incorporales. Por ende, sin perjuicio de algunos alcances que se hará, en los párrafos siguientes se
aludirá indistintamente a las cosas o los bienes como sinónimos.

CLASIFICACIÓN DE LAS COSAS: Razones prácticas y criterios


El derecho se ocupa de las clasificaciones de las cosas por diversas razones prácticas:
1) Para determinar qué reglas se aplican a las distintas categorías de cosas.
2) Los requisitos para adquirir y enajenar no son comunes a todas las cosas; y
3) Tampoco son iguales los actos que una persona puede ejecutar con las cosas que están bajo
su posesión.
Desde otro punto de vista, los bienes se clasifican atendiendo a tres causas o criterios:
1) El que atiende a las calidades físicas y jurídicas, es decir, las calidades materiales de la cosa y
las calidades que el Derecho asigna a ciertos bienes.
Aquí se comprenden las clasificaciones de cosas corporales e incorporales; muebles e
inmuebles; fungibles y no fungibles; consumibles y no consumibles; específicas y genéricas;
presentes y futuras; registrables y no registrables.
2) El que se refiere a la relación del bien con otros bienes.
Corresponde este criterio al distingo entre cosas singulares y universales; principales y
accesorias, divisibles e indivisibles.
3) En relación al sujeto al que pertenece.
Opera para distinguir entre cosas comerciables e incomerciables, cosas apropiables e
inapropiables y cosas particulares y nacionales.
A continuación, desarrollaremos las clasificaciones más relevantes de las cosas.

36. Cosas corporales e incorporales.

1) Cosas Corporales: “Son las que tienen un ser real y que pueden ser percibidas por los
sentidos”.
Art. 565: Los bienes consisten en cosas corporales o incorporales.
Corporales son las que tienen un ser real y pueden ser percibidas por los sentidos, como una casa,
un libro.
Incorporales las que consisten en meros derechos, como los créditos, y las servidumbres activas

2) Cosas Incorporales: “Son las que consisten en meros derechos” (art. 565).
Luego el art. 576 nos señala lo siguiente:
Art. 576: Las cosas incorporales son derechos reales o personales.

1. DERECHOS REALES

Art. 577: Derecho real es el que tenemos sobre una cosa sin respecto a determinada persona.
Son derechos reales el de dominio, el de herencia, los de usufructo, uso o habitación, los de
servidumbres activas, el de prenda y el de hipoteca. De estos derechos nacen las acciones reales.

Entonces son derechos reales: (es taxativo, sin perjuicio de los establecidos en leyes especiales).
1. Dominio.
2. Herencia.
3. Usufructo.
4. Uso o habitación.
5. Servidumbres activas.
6. Prenda.
7. Hipoteca.
*Fuera del CC: Está el derecho de conservación, el derecho de aprovechamiento de aguas y el
derecho del concesionario de obras públicas.

También es importante mencionar el siguiente artículo:


Art. 579: El derecho de censo es personal en cuanto puede dirigirse contra el censuario, aunque
no esté en posesión de la finca acensuada, y real en cuanto se persiga ésta.

Respecto al concepto de Derecho Real:


El art. 577 define al derecho real como aquél que tenemos sobre una cosa sin respecto a
determinada persona.
Se concibe como una relación persona-cosa, inmediata, absoluta; un derecho en la cosa (ius in
re). Puede entenderse como un “poder” o facultad que tiene un sujeto directamente sobre una
cosa.
Cuando este poder es completo, total, se está en presencia del derecho real máximo, el dominio;
pero puede ser parcial, incompleto, como ocurre en los demás derechos reales (por ejemplo, en el
usufructo, la hipoteca o la prenda), que no son, en el fondo, sino desmembraciones del primero.
El titular del derecho real puede ser una o varias personas, y en este último caso estaremos ante
una comunidad (que se llamará copropiedad, si recae tal comunidad en el dominio).
La cosa sobre la que recae el derecho real, ha de ser siempre, en todo caso, determinada.
Crítica a la relación persona-cosa (Planiol)
Pero esta concepción del derecho real como una relación persona-cosa ha sido sumamente
discutida.
Su principal crítico es Planiol. Se observa la impropiedad de concebir una relación entre una
persona y una cosa, en circunstancias que en el Derecho las relaciones jurídicas se establecen entre
sujetos, sin perjuicio de que el objeto de esa relación pueda recaer sobre una cosa. Se hace
referencia entonces a la llamada obligación pasivamente universal.
Se entiende que entre el derecho real y el derecho personal no existe una diferencia sustancial. En
último término, el derecho real también importa una relación entre sujetos, pero mientras en el
derecho personal dicha relación se da entre el acreedor y el deudor, recayendo sobre la prestación,
en el derecho real esa relación tiene lugar entre el titular y el resto de las personas, la comunidad
toda, recayendo, desde luego, sobre la cosa de que se trata.
De este modo, el titular tiene el derecho de que se respete por todos el ejercicio de sus facultades
sobre la cosa, y todos los demás, la obligación de ese respeto, absteniéndose de perturbarlo. De esta
manera, en el caso de los derechos reales, los sujetos pasivos u obligados serán todos los
integrantes de la sociedad, que tienen el deber de respetar el derecho real, de abstenerse de todo
hecho que lo perturbe; es, pues, una obligación de no hacer que pesa sobre el resto de la
colectividad y que por ello puede llamarse pasivamente universal.
De ahí se desprende que la diferencia entre derechos reales y personales no es esencial, sino que
se traduce solamente en lo siguiente: mientras en estos últimos el sujeto pasivo es determinado, en
los primeros es indeterminado y de número ilimitado. Sin embargo, no todos están de acuerdo con
esta idea de la obligación pasivamente universal.
Borda refiere que esta teoría nos parece más brillante que sólida. Formula los siguientes reparos
a la doctrina de Planiol:
1) En primer término, no ve por qué razón el Derecho no pueda amparar una relación directamente
establecida entre una persona y una cosa: “En verdad, creemos que existe aquí un equívoco
respecto de la palabra relación. Es obvio y axiomático, como dice PLANIOL, que el Derecho rige
relaciones entre las personas, puesto que su campo de acción es precisamente la coexistencia
humana. Pero ello no se opone de modo alguno a que proteja ciertos bienes del hombre,
teniendo en mira precisamente una posible agresión por parte de los demás individuos. Y así
como hay un derecho al honor, a la vida, etcétera, hay también un derecho sobre los bienes que
sirven para satisfacción de nuestras necesidades económicas. ¿Qué impropiedad hay en decir,
en este caso, que existe una relación directa entre el titular y la cosa? Y es que, en efecto, hay
una vinculación directa entre ambos, puesto que ninguna otra persona se interpone ni puede
legalmente interponerse en el uso y goce de la cosa”.
2) “Tampoco satisface la idea de la obligación pasivamente universal como característica de los
derechos reales, puesto que el deber de respetar los derechos que tienen los miembros de una
colectividad existe tanto en el caso de los derechos reales como en el de los personales, y aun
en los de carácter extraptrimonial”.
3) “Finalmente, esta concepción supone poner el acento en algo que es completamente secundario
en los derechos reales; porque lo esencial y característico de esto no es la obligación pasiva que
el resto de la sociedad tiene de respetarlos, sino el poder de goce y disposición que se reconoce
al titular sobre la cosa”.

ELEMENTOS DEL D° REAL


La doctrina señala que en todo d° real hay necesariamente 2 elementos:
1) Sujeto activo o Titular del d°: Es quien tiene el poder de aprovecharse de la cosa, en forma
total o parcial.
El propietario tiene un poder jurídico de aprovechamiento total, porque puede no sólo usar y
gozar de la cosa, sino también destruirla o consumirla material o jurídicamente (enajenarla).
Los titulares de los demás derechos reales tienen únicamente un poder jurídico
desaprovechamiento parcial, que puede ser mayor o menor según el derecho real de que se
trata.
2) La cosa objeto del derecho debe ser siempre determinada individual o específicamente:
porque como decía Planiol, el derecho real tiene siempre por objeto garantizar el hecho de la
posesión, que es necesariamente concreto y que sólo puede existir tratándose de una cosa
determinada.

CLASIFICACIÓN DE LOS D° REALES


1) De Goce: Son los q permiten la utilización directa de la cosa (su uso, percepción de frutos). El
primero de ellos, el más completo, es el de dominio; junto a él, están otros derechos reales de
goce, con facultades limitadas: usufructo, uso o habitación y servidumbre activa. A los
anteriores cabe agregar, fuera del Código Civil, el derecho de conservación, el derecho de
aprovechamiento de aguas y el derecho del concesionario de obras públicas.
2) De Garantía: Permiten utilizar las cosas indirectamente, por su valor de cambio; contienen la
facultad de lograr, con el auxilio de la justicia, su enajenación, para obtener con el producto
una prestación incumplida: son ellos el derecho de hipoteca, el de prenda y el de censo. Se les
llama también derechos reales de realización de valor, y “Son aquellos que garantizan el pago
de una obligación y otorgan la facultad de determinar la enajenación de una cosa para obtener
el valor de ella y con él pagar dicha obligación”.

TAXATIVIDAD DE LOS D° REALES


Los derechos reales, por su contenido absoluto y directo sobre las cosas, están establecidos por la
ley. Generalmente, los códigos civiles efectúan una enumeración de los que deben considerarse
como derechos reales, como acontece con el nuestro, en el art. 577.
Nada impide, sin embargo, que otros preceptos legales establezcan otros derechos reales, como
ocurre en el art. 579, referido al derecho de censo, que tiene el carácter de derecho real cuando se
persiga la finca acensuada y con la Ley N° 20.930, que consagra el derecho real de conservación.
Parte de la doctrina alude, además, a los denominados “derechos reales administrativos”, como el
derecho de aprovechamiento de aguas, el derecho del concesionario, etc.
Se ha planteado en el derecho comparado el problema de si sólo son derechos reales los que la
ley establece como tales o si es posible que los particulares puedan crear en sus convenciones otros
derechos reales.
Nuestra doctrina no acepta la posibilidad de que los particulares puedan crear derechos reales. La
razón más frecuentemente mencionada, siguiendo a Planiol, alude al carácter de orden público que
tienen las normas sobre organización de la propiedad, entre las que se encuentran las relativas a los
derechos reales, lo que resta aplicación a la voluntad de los particulares. Naturalmente que es esta
voluntad la que origina los derechos reales en concreto, pero ello supone que la figura jurídica esté
diseñada por la ley. Lo que se excluye es que los particulares puedan elaborar, en sus pactos, un
derecho real no contemplado en abstracto por los textos legales.

2. DERECHOS PERSONALES

Concepto:
Art. 578: “Derechos personales o créditos son los que sólo pueden reclamarse de ciertas
personas, que, por un hecho suyo o la sola disposición de la ley, han contraído las obligaciones
correlativas; como el que tiene el prestamista contra su deudor por el dinero prestado, o el hijo contra
el padre por alimentos. De estos derechos nacen las acciones personales”.
El derecho personal es la contrapartida de la obligación del deudor. Tratándose de esta clase de
derechos, el acreedor tiene la facultad para exigir del deudor el cumplimiento de una prestación, que
podrá consistir en dar, hacer o no hacer.
CARÁCTER ILIMITADO DE LOS DERECHOS PERSONALES
A diferencia de lo que acontece con los derechos reales, los derechos personales son ilimitados,
pueden originarse libremente en la voluntad de los contratantes, sin perjuicio naturalmente del
respeto a la ley, la moral, el orden público y las buenas costumbres.
ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DEL D° PERSONAL
En todo derecho personal distinguimos tres elementos:
1. El sujeto activo del d°: Llamado acreedor.
2. El sujeto pasivo del d°: Denominado deudor.
3. El objeto d°: Que puede consistir en una dación, la realización de un hecho positivo o una
abstención.
PARALELO ENTRE LOS D° REALES Y D° PERSONALES
1) En cuanto a las personas que intervienen en la relación jurídica:

1. Derechos Reales: Hay un sujeto activo determinado pero un sujeto pasivo generalmente
indeterminado, constituido por toda la colectividad, obligada a respetar el legítimo ejercicio
del derecho real por su titular (se observa, sin embargo, que hay derechos reales en que
también hay un sujeto pasivo determinado, como acontece en las servidumbres activas y
con el derecho de conservación).
2. Derechos Personales: los sujetos activo y pasivo están determinados (excepcionalmente,
puede ocurrir que no lo estén, sino hasta que se haga efectivo el cobro o el pago de la
obligación.
Así, por ejemplo, el acreedor de un título de crédito al portador, estará indeterminado
hasta el momento en que se presente un tenedor legítimo del mismo y lo cobre; o el deudor
de una obligación consistente en gastos comunes o contribuciones de un inmueble, será
aquél que detente el dominio del predio, cuando el acreedor exija el pago).

2) En cuanto al objeto de la relación jurídica:


Dos implicancias cabe mencionar: en cuanto al contenido del objeto, y en cuanto a la
determinación de la cosa.

En cuanto al contenido del objeto:


1. Derecho Real: Es necesariamente una cosa.
2. Derecho Personal: es un acto humano, que podrá consistir en un dar, un hacer o un no
hacer.
Si el contenido del objeto es una cosa, en cuanto a su determinación:
1. Derecho Real: Supone una cosa determinada en especie.
2. Derecho Personal: Puede aplicarse a una cosa indeterminada individualmente, y sólo
determinada por su género.

3) En cuanto a la eficacia de los derechos.

1. Derecho Real: Es absoluto, porque puede oponerse a todos.


2. Derecho Personal: Es relativo, porque sólo puede oponerse a la persona obligada.

4) En cuanto a su número:
1. Derechos Reales: No hay másque aquellos previstos en la ley.
2. Derechos Personales: Son ilimitados, naciendo de la autonomía de la voluntad.

5) En cuanto a su fuente:

1. Derechos Reales: Son los modos de adquirir.


2. Derechos Personales: La fuente de las obligaciones son aquellas señaladas en los artículos
1437, 2284 y 2314, esto es, el contrato, el cuasicontrato, el delito, el cuasidelito y la ley.

6) En cuanto a las acciones que los protegen.

1. Derechos Reales: Están protegidos por acciones reales, que persiguen recuperar la
posesión de la cosa o del derecho; se pueden interponer contra cualquiera que tenga en su
poder la cosa. El titular de un derecho real goza, por regla general, del ius persequendi, es
decir, de la facultad de hacer valer su derecho contra cualquiera que se halle en posesión de
la cosa. La facultad, sin embargo, no es absoluta, pues tiene excepciones, como por ejemplo
la imposibilidad de reivindicar ciertas cosas muebles8 (art. 890, inc. 2º).
2. Derechos Personales: Están protegidos por acciones personales, que persiguen obtener el
cumplimiento de la prestación a que está obligado el deudor. Sólo pueden interponerse contra
aquellos que han contraído la obligación.

7) En cuanto a la posibilidad de poseerlos y de prescribirlos.


Según veremos, la mayoría de la doctrina entiende que sólo puede haber posesión sobre los
derechos reales y no así sobre derechos personales. Sobre éstos, sólo puede haber dominio.
Consecuencia de lo anterior es que los derechos reales pueden ganarse por la prescripción
adquisitiva, excepto aquellos casos exceptuados por la ley.
En cambio, no sería posible ganar por este modo un derecho personal.
8) En cuanto a su duración.

1. Derechos Reales:
Por regla general, los derechos reales son perpetuos o al menos de prolongada duración,
mientras que los derechos personales tienen usualmente breve existencia. En efecto, una de las
características del dominio es su perpetuidad.
Durará el derecho en cuanto subsista la cosa, independientemente de que el propietario ejerza o
no las facultades que tiene sobre aquella.
Lo mismo ocurre con el derecho de censo, con el derecho de conservación y con el derecho de
servidumbre (aunque ésta última está sujeta a la posibilidad de extinguirse si no se ejerce por un
cierto tiempo, según estudiaremos).
Es cierto que el derecho de usufructo, en cambio, siempre tiene un plazo, pero éste puede
consistir en toda la vida del usufructuario. Lo mismo ocurre con el derecho de uso o habitación.
Los derechos reales de garantía, tienen una vigencia más acotada, pues subsistirán en la medida
que siga vigente el crédito que ellos caucionan.
El derecho de herencia, a diferencia de los anteriores, tiene una vida potencialmente efímera,
pues existirá en tanto cuanto los herederos no lleven a cabo la partición de bienes, pero bien puede
ocurrir que los herederos se mantengan en el estado de indivisarios por muchos años.
2. Derechos Personales:
En cambio, los derechos personales suelen tener una vida más breve, pues se entiende que el
acreedor espera obtener lo antes posible el pago de su acreencia.
A su vez, esto implica que la prescripción extintiva, por regla general, sólo opera respecto de los
derechos personales, o más precisamente, sobre las acciones que de ellos emanan, y no sobre los
derechos reales, con excepción de las servidumbres, que sí pueden extinguirse por este modo, y
de los derechos reales de garantía, los que si bien no se extinguen de manera directa por la
prescripción extintiva, sí se extinguirán indirecta o consecuencialmente, es decir, a consecuencia
de extinguirse la acción que emanaba del crédito por ellos caucionado.
9) En cuanto a la naturaleza jurídica del acto de renuncia al derecho.

1. Derecho Real: El titular de un derecho real puede renunciar a él a través de un acto jurídico
unilateral.
Así, por ejemplo, el propietario puede abandonar la cosa mueble de que es dueño y
transformarla en res derelictae; o el titular del derecho real de usufructo, o de uso o de habitación o
de prenda o de hipoteca, etc., puede renunciar al mismo.
2. Derecho Personal: En cambio, la renuncia gratuita a un derecho personal o crédito, constituye
una remisión de la deuda, entendida como un acto jurídico bilateral, una convención.
Expresa al efecto Luis Claro Solar, refiriéndose a las obligaciones y derechos personales
correlativos cuya fuente es un contrato: “El propietario puede abandonar su derecho de propiedad, es
cierto; más la propiedad y como ella los demás derechos reales, crean un vínculo directo entre la
cosa y el propietario independiente de determinada persona; y el propietario puede romper este
vínculo sin necesidad del consentimiento de nadie, porque nadie se halla ligado especialmente con él
para el mantenimiento de la situación que abandona. Tratándose de un crédito, de un derecho
personal, la situación cambia: su derecho deriva de una obligación personal que se ha formado por el
consentimiento de las partes contratantes; no tiene una sola de las partes que han formado esta
relación, de derecho, el poder de romper el vínculo creado entre ellas: todo contrato legalmente
celebrado no puede ser invalidado sino por el consentimiento mutuo de las partes contratantes (arts.
1545 y 1567).
El derecho personal o crédito es un vínculo jurídico que el concurso de las voluntades de las partes
ha formado; y que sólo el consentimiento mutuo puede romper”.
En la misma línea, Díez-Picazo señala: “La renuncia del derecho real puede hacerse por acto
unilateral del renunciante, pero la renuncia del derecho de crédito no es eficaz si no es aceptada por
el deudor”.
IMPORTANCIA DE LA DISTINCIÓN ENTRE COSAS CORPORALES E INCORPORALES
Dos aspectos fundamentales debemos señalar:
1. La distinción ofrece un interés relevante en cuanto a los modos de adquirir, pues algunos de
éstos sólo se aplican a los bienes corporales: la ocupación y la accesión.
2. Por otra parte, ciertos modos de adquirir están regulados por normas distintas, según se trate de
cosas corporales o incorporales: la tradición y la prescripción.
37. Bienes muebles e inmuebles.

1) BIENES MUEBLES
Concepto: “Son las que pueden transportarse de un lugar a otro (sin cambio o detrimento de su
sustancia)”.
Art. 567: Muebles son las que pueden transportarse de un lugar a otro, sea moviéndose ellas a sí
mismas, como los animales (que por eso se llaman semovientes), sea que sólo se muevan por una
fuerza externa, como las cosas inanimadas.
Exceptúanse las que siendo muebles por naturaleza se reputan inmuebles por su destino, según el
artículo 570.

CLASIFICACIÓN BIENES MUEBLES


1. Por naturaleza.
2. Por anticipación.

1. Por Naturaleza:
Son las cosas muebles propiamente tales, las que por su esencia misma calzan con la definición
legal. Se dividen en semovientes y cosas inanimadas.
1. Semovientes: Son las cosas corporales muebles que pueden trasladarse de un lugar a otro
moviéndose por si mismas, como los animales.
2. Inanimadas: Son las que sólo se mueven por una fuerza externa.
Lo que no tiene importancia práctica, pues tienen el mismo régimen. Se exceptúan los inmuebles
por destinación.
Otro distingo aplicable a los bienes muebles por naturaleza dice relación a si están o no
incorporados en un registro público. Se distingue entonces entre muebles registrados y no
registrados. La regla general es que los muebles no estén sujetos a registro público. Sin embargo,
hay importantes bienes muebles que sí lo están, como los vehículos motorizados, las naves, las
aeronaves, las armas, títulos accionarios, etc.
El distingo tiene importancia, pues para que el contrato y la ulterior tradición de muebles
registrados sean oponible a terceros, es indispensable que el contrato se inscriba en el respectivo
registro. Asimismo, en algunos casos, se exige que el contrato se celebre a través de determinada
solemnidad, para que sea válido.
2. Por Anticipación:
Concepto: “De acuerdo al Art. 571 los productos de los inmuebles, y las cosas accesorias a ellos,
como las yerbas de un campo, la madera y fruto de los árboles, los animales de un vivar, se reputan
muebles, aun antes de su separación, para el efecto de constituir un derecho sobre dichos productos
o cosas a otra persona que el dueño.
Lo mismo se aplica a la tierra o arena de un suelo, a los metales de una mina, y a las piedras de
una cantera.”
Dos observaciones:
1. La enumeración no es taxativa.
2. Los bienes que menciona son inmuebles, ya sea por naturaleza o adherencia.

Art. 571, inc 1: “Cuando por la ley o el hombre se usa de la expresión bienes muebles sin otra
calificación, se comprenderá en ella todo lo que se entiende por cosas muebles, según el artículo
567.”
Es decir, se excluyen los muebles por anticipación y los incorporales.

2) BIENES INMUEBLES

Concepto: “Son aquellos que no pueden transportarse de un lugar a otro”.


Art. 568: Inmuebles o fincas o bienes raíces son las cosas que no pueden transportarse de un
lugar a otro; como las tierras y minas, y las que adhieren permanentemente a ellas, como los
edificios, los árboles.
Las casas y heredades se llaman predios o fundos.

CLASIFICACIÓN BIENES INMUEBLES


1. Por naturaleza.
2. Por adherencia o acción.
3. Por destinación.

1) Inmueble por Naturaleza:


Concepto → “Son las cosas que responden esencialmente a la definición de inmuebles, que no
pueden trasladarse de un lugar a otro sin que se altere su sustancia: art. 568.”
Las tierras comprenden el suelo y el subsuelo, sin construcciones, árboles ni plantaciones.
Constituyen un elemento natural fijo. Las minas son los depósitos de sustancias minerales formadas
naturalmente y existentes en el interior de las tierras. Las sustancias minerales extraídas de las
minas son muebles, pero la mina en sí misma siempre es una cosa inmueble.
Predios urbanos y predios rústicos:
La palabra casa está tomada en un sentido amplio, como edificio en el que se puede vivir o morar,
aunque no esté destinado a la habitación hogareña, y alude fundamentalmente a un inmueble
urbano, o a la construcción destinada a la vivienda, que se levante en un predio rústico.
Heredad es una porción de terreno cultivado y perteneciente a un mismo dueño. Con esta
expresión se designa a los predios rústicos.
También emplea el Código la expresión finca, referida tanto a predios urbanos como rústicos,
aunque en su acepción natural, alude más bien a los últimos. En nuestro ordenamiento jurídico, el
criterio para definir a los predios urbanos y rústicos no ha sido uniforme.
Como efectos prácticos de esta distinción entre predios urbanos y rústicos, cabe señalar los
siguientes puntos fundamentales:
1. En materia de compraventa, las reglas relativas a la cabida de los predios sólo se aplican a la
venta de predios rústicos (arts. 1831 y siguientes).
2. En materia de arrendamiento, los predios urbanos y rústicos tienen diferentes normas (Ley Nº
18.101 y Decreto Ley N° 993, respectivamente).
3. La Ley General de Urbanismo y Construcciones exige, para la subdivisión de un predio urbano,
la aprobación por la respectiva Dirección de Obras Municipales, la que mediante la respectiva
resolución, autorizará además para enajenar los lotes por separado, archivando el respectivo
plano en el Conservador de Bienes Raíces competente; en cambio, tratándose de los predios
rústicos, el Decreto Ley Nº 3.516 sólo exige archivar un plano hecho a determinada escala, en
el Conservador de Bienes Raíces, previa certificación hecha por el Servicio Agrícola y
Ganadero, acerca de que la subdivisión se ajusta a la ley. A su vez, tratándose de los predios
rústicos provenientes de una asignación de la ex-Cora14, en la escritura de compraventa debe
el comprador hacerse cargo de la deuda ex-Cora subsistente, la que debe estar al día, e
insertarse un certificado que detalle el monto de tal deuda emitido con una antelación no
superior a 30 días contados desde la fecha de la escritura.
4. En materia de sociedad conyugal, el arrendamiento de los predios urbanos y rústicos de la
sociedad o de la mujer, requiere de autorización de ésta, si se exceden los plazos consignados
en los arts. 1749, 1754 y 1756.
5. En materia de guardas, no podrá el tutor o curador “dar en arriendo ninguna parte de los
predios rústicos del pupilo por más de ocho años, ni de los urbanos por más de cinco, ni por
más número de años que los que falten al pupilo para llegar a los dieciocho. / Si lo hiciere no
será obligatorio el arrendamiento para el pupilo o para el que le suceda en el dominio del
predio, por el tiempo que excediere de los límites aquí señalados”.
6. Arrendamiento de los bienes del hijo sujeto a patria potestad. Está subordinado a las mismas
normas que rigen para los guardadores (art. 255 en relación con el art. 407): los predios
rústicos no pueden arrendarse por más de 8 años ni los urbanos por más de 5 años; y en
ningún caso, por un plazo mayor que aquél que falte para que el hijo llegue a la mayor edad. La
infracción de esta norma no origina la nulidad del contrato, sino la inoponibilidad ante el hijo.

2) Inmueble por Adherencia:


“Son aquellos que adhieren permanentemente a un inmueble por naturaleza (como un árbol que
adhiere al suelo) o a otro inmueble por adherencia (como la manzana que pende de la rama de un
árbol, o como los cultivos en general)” → 568 cc.
Por esta adherencia o incorporación están inmovilizados y la ley los trata como inmuebles.
Requisitos:
1. Que la cosa esté adherida a un inmueble.
“Art. 569. Las plantas son inmuebles, mientras adhieren al suelo por sus raíces, a menos que
estén en macetas o cajones, que puedan transportarse de un lugar a otro.” Los frutos de los árboles
son inmuebles por adherencia; son considerados muebles por anticipación sólo para constituir
derechos a favor de otra persona.
2. La adherencia debe ser permanente.
Esto es, debe haber una incorporación estable, íntima y fija y no una mera adherencia exterior. Si
un edificio cumple esta condición, es inmueble, no siendo necesario que esté construido a
perpetuidad. Por ello, son inmuebles las construcciones levantadas para una exposición, aunque
luego de cierto tiempo deban ser demolidas.
Así por lo demás se desprende del art. 569, que declara inmuebles por adherencia a las plantas,
aunque su incorporación al suelo, es por su naturaleza misma esencialmente temporal. Lo mismo se
deduce del art. 571, que implícitamente califica de inmuebles a las yerbas de un campo mientras
adhieren al suelo y a los frutos no separados de los árboles y sobre los cuales no se ha constituido
un derecho a favor de persona distinta que el dueño (porque en este caso, pasarían a ser muebles
por anticipación). Si se consideran inmuebles todas estas cosas que son por naturaleza de
adherencia temporal a la tierra, ya que están destinadas a desaparecer en un tiempo más o menos
corto, no existe razón en exigir que los edificios estén incorporados a perpetuidad al suelo para
reputarlos inmuebles.
El Código Civil menciona, a vía de ejemplo, los árboles y las plantas que adhieren al suelo por sus
raíces, siempre que no se encuentren en macetas que puedan transportarse de un lugar a otro (arts.
568 y 569).
Conviene precisar que los productos de la tierra y los frutos de los árboles, pueden encontrarse en
tres posibles estados:
Estados de los productos de la tierra y frutos de los árboles
1. Mientras permanecen adheridos a su fuente de origen, son inmuebles, por adherencia, pues
forman con ella un solo todo.
2. Se reputan muebles, aún antes de su separación, para los efectos de constituir derechos
sobre ellos en favor de persona distinta que el dueño.
3. Separados permanentemente, son muebles; y La jurisprudencia nacional ha declarado que
deben reputarse inmuebles por adherencia los durmientes, rieles y en general todas las obras
de un ferrocarril; los puentes, alcantarillados, terraplenes, etc., obras que se encuentran
unidas al terreno formando con él un solo todo; también las líneas telegráficas, que por su
propia naturaleza, deben considerarse permanentemente adheridas al suelo

3) Inmueble por Destinación:


Concepto: “Son aquellas cosas muebles que la ley reputa inmuebles por una ficción, como
consecuencia de estar destinadas permanentemente al uso, cultivo o beneficio de un inmueble, no
obstante, de que puedan separarse sin detrimento (art. 570)”.
Los motivos de la ficción que constituyen los inmuebles por destinación son de orden práctico. Se
persigue evitar que con la separación de esas cosas se menoscabe la utilidad o productividad
económica del inmueble principal.
Por ello, en principio, se entienden comprendidos los inmuebles por destinación en la venta de una
finca (art. 1830), en la hipoteca sobre bienes raíces (art. 2420), en la especie que se lega (art. 1121).
Decimos “en principio”, porque la voluntad de la partes puede excluir los inmuebles por destinación
de los actos jurídicos mencionados.
Requisitos:
Tres requisitos deben reunir los bienes muebles para ser considerados como inmuebles por
destinación:
1. La cosa mueble debe colocarse en un inmueble, comunicando éste último su naturaleza a
la primera.
2. La cosa mueble debe colocarse en interés del inmueble, es decir, debe destinarse al uso,
cultivo o beneficio del inmueble.
Cabe señalar que a pesar de que el inc. 1º del art. 570 emplea la fórmula copulativa “y”
(“uso, cultivo y beneficio”), debemos entender que para dar a las cosas muebles la calidad de
inmuebles por destinación, basta que estén destinadas a una cualesquiera de las finalidades
mencionadas (uso, cultivo o beneficio de un inmueble). Así lo ha resuelto la CS y lo ha
corroborado el Código de Aguas, en lo que podríamos calificar como una interpretación legal o
auténtica del art. 570 del Código Civil, al disponer en su art. 3: “Atendida su naturaleza, las
aguas son muebles, pero destinadas al uso, cultivo o beneficio de un inmueble se reputan
inmuebles”.
El agua, por tanto, considerada como inmueble por destinación según el propio legislador,
basta que sirva a uno de estos tres fines y no a todos ellos.
Para que un mueble sea inmueble por destinación no es suficiente que el dueño de un
predio coloque la cosa en éste y por su voluntad le atribuya la calidad de inmueble; la ley exige
la existencia de una relación efectiva entre el mueble y el inmueble, traducida en la destinación
del primero al uso, cultivo o beneficio del segundo.
Del mismo modo, para que la cosa pierda su carácter de inmueble por destinación, es
preciso que objetivamente desaparezca el vínculo citado, sea al sustraerse efectivamente el
mueble a la explotación del inmueble, sea por enajenación del mueble o del inmueble por
separado.
3. La cosa mueble debe estar destinada en forma permanente a los fines indicados.
Si bien se exige cierta estabilidad y fijeza, no se requiere perpetuidad (igual que dijimos
respecto a los inmuebles por adherencia). Prueba lo anterior el propio art. 570, al mencionar
los abonos existentes en la finca, que dejan de existir por su empleo.

Diferencia de los inmuebles por Adherencia y los inmuebles por Destinación


Se diferencian ambas categorías de inmuebles, en que los inmuebles por adherencia pierden su
propia individualidad y se convierten en parte constitutiva del inmueble por naturaleza o por
adherencia al cual adhieren, lo que no ocurre con los inmuebles por destinación, que simplemente
se agregan o anexan a un inmueble y continúan conservando su propia individualidad.
Dicho de otra forma: en el caso de los bienes inmuebles por adherencia, se produce una conexión
física con el inmueble al cual adhieren, hecho que no se produce en el caso de los inmuebles por
destinación. En estos últimos, podríamos afirmar que la conexión tiene índole jurídica cuyo
fundamento es económico.
Derechos muebles e inmuebles
Tanto los derechos reales como los personales pueden ser muebles o inmuebles. Lo anterior se
desprende del art. 580.
En efecto, al disponer que los derechos se reputan bienes muebles o inmuebles, según lo sea la
cosa en que han de ejercerse, se refiere evidentemente a los derechos reales, porque son estos
derechos los que se ejercen “en” las cosas. Y al expresar el mismo precepto que los derechos se
reputan muebles o inmuebles según sea la cosa “que se debe”, alude indudablemente a los
derechos personales, porque en virtud de estos derechos se deben las cosas.
Cabe señalar que hay derechos reales que siempre son inmuebles, como las servidumbres
activas, la hipoteca, el derecho de habitación, el censo y el derecho de conservación, mientras que el
derecho real de prenda siempre será mueble. El derecho real de dominio, el derecho real de
usufructo y el derecho real de uso, en cambio, podrán ser muebles o inmuebles, según la naturaleza
de la cosa corporal sobre la que recaen.
Tratándose de los derechos personales, si el objeto corporal que el acreedor puede exigir al
deudor, en virtud de la obligación, fuere mueble, el derecho personal también lo será; si el objeto que
el primero puede exigir al segundo es inmueble, el derecho personal será inmueble. Lo anterior, en el
ámbito de la obligación de dar. En cuanto a las obligaciones de hacer y de no hacer, se reputan
muebles, de conformidad a lo dispuesto en el art. 581.
Hay sin embargo derechos y acciones que por su naturaleza no tienen cabida en la clasificación
de muebles e inmuebles, fundamentalmente por no tener carácter patrimonial: tal ocurre, por
ejemplo, con las acciones de reclamación o impugnación de filiación, de divorcio o de nulidad de
matrimonio.
Por otra parte, se plantea en qué situación queda el derecho real de herencia frente a la
clasificación de muebles e inmuebles. En realidad, la mayoría concluye que siendo la herencia una
universalidad jurídica, no asimilable a las cosas muebles o inmuebles que la compongan, escapa a la
aludida clasificación.
Acciones reales o personales, muebles e inmuebles
Las acciones, al igual que los derechos, pueden ser reales o personales, muebles o inmuebles.
Desde el punto de vista del Derecho Civil, la acción es el derecho deducido en juicio. Desde el punto
de vista del Derecho Procesal, acción es el derecho que tienen los particulares para recurrir a los
Tribunales de Justicia, en defensa de un derecho que tienen o creen tener.
La acción real es la que protege los derechos reales, y al igual que éstos, es absoluta, pues se
ejerce sin respecto a determinada persona. La acción personal es la que protege a los derechos
personales o créditos, siendo relativa, pudiendo ejercerse sólo en contra de la persona que contrajo
la obligación correlativa.
A las acciones también se les aplica el art. 580. Sobre el particular, algunas sentencias han
declarado: a) que la acción dirigida a obtener la cancelación de una hipoteca, es inmueble; b) que la
acción relacionada con el mandato es inmueble si se exige al mandatario la entrega de los bienes
raíces adquiridos en ejercicio de su encargo; c) que los derechos litigiosos deben estimarse como
bienes muebles o inmuebles según sea la cosa que se persigue por medio de la acción ejercida en el
juicio respectivo.
La determinación de si se trata de una acción mueble o inmueble, tiene importancia práctica, pues
ello condicionará la competencia de los tribunales.

38. Otras clasificaciones de bienes.

1) Bienes específicos y genéricos.

1. Específicos:
“Es la cosa individualmente determinada, dentro de un género también determinado”.
Se distingue por sus caracteres propios que la diferencian de todas las demás de su mismo
género o especie.
Ej: La chaqueta que usó Michael Jackson en su concierto en Chile.
2. Genéricos:
“Es la cosa indeterminada, pero de un género determinado”.
Ej: Un auto rojo.
Clasificación de cosas específicas y genéricas en el CC
El Código Civil no formula esta clasificación de manera expresa, aunque sí lo hace desde el punto
de vista de las obligaciones. Alude también a las cosas específicas o genéricas en diversas materias
y disposiciones:
1. En materia sucesoria, legados de especie o cuerpo cierto y de género, arts. 951, inc. 3º.
2. En los legados de género, art. 1115.
3. En cuanto al error en la identidad de la cosa específica de que se trata, art. 1453.
4. En materia de obligaciones de género, arts. 1508 a 1510.
5. En las obligaciones indivisibles, cuando lo que se debe es una especie o cuerpo cierto, art. 1526,
Nº 2.
6. En los efectos de las obligaciones, obligación de conservar la especie o cuerpo cierto que se debe,
art. 1548.
7. También en los efectos de las obligaciones, en materia de riesgo por la especie o cuerpo cierto
debido, art. 1550.
8. Para determinar el lugar en que debe hacerse el pago, según si lo que se debe es una especie o
cuerpo cierto o una cosa determinada sólo por su género, art. 1588.
9. En las reglas del pago, cuando se debe una especie o cuerpo cierto, art. 1590.
10. En la pérdida fortuita de la especie o cuerpo cierto que se debe, como modo de extinción de las
obligaciones, arts. 1670 a 1680.
11. En la compraventa, riesgo de la cosa objeto del contrato, art. 1820
12. En la compraventa, cuando el inmueble se vende como especie o cuerpo cierto, arts. 1831 y
siguientes.
13. En el contrato de permutación, art. 1897.
14. En el contrato de sociedad, obligación de saneamiento que recae en quien aporta una especie o
cuerpo cierto, art. 2085.
IMPORTANCIA DE LA CLASIFICACIÓN
Dice relación, principalmente, a los siguientes aspectos:
1) Prueba de la identidad de la cosa que se debe, que recae en el deudor, determinante tratándose
de las cosas específicas.
2) La conservación de la cosa: el deudor de un cuerpo cierto está obligado a conservar la cosa hasta
entregarla al acreedor, y esto exige que se emplee en su custodia el debido cuidado (arts. 1548 y
1549); el deudor de cosas genéricas, en cambio, puede enajenarlas o destruirlas, sin que el
acreedor tenga derecho a oponerse, mientras subsistan otras del mismo género, para el
cumplimiento de la obligación (art. 1510); por lo tanto, el deudor de cosa genérica no tiene la
obligación de conservar y cuidar la cosa.
3) Si las partes nada han estipulado acerca del lugar en que debe hacerse el pago, el art. 1588
resuelve la materia, distinguiendo según se trate de una especie o cuerpo cierto o de una cosa
determinada sólo por su género: “Si no se ha estipulado lugar para el pago y se trata de un cuerpo
cierto, se hará el pago en el lugar en que dicho cuerpo existía al tiempo de constituirse la
obligación. / Pero si se trata de otra cosa se hará el pago en el domicilio del deudor.
4) La pérdida de la cosa: la pérdida fortuita del cuerpo cierto extingue la obligación (art. 1670), lo que
no acontece adeudándose una cosa genérica, pues el género no perece (art. 1510), a menos que
ocurra el caso muy excepcional de que perezcan todos los individuos de un género determinado.
5) Cumplimiento de la obligación: en las obligaciones de cuerpo cierto, el deudor sólo cumplirá su
prestación entregando la cosa específica que se debe (arts. 1568 y 1828); En las obligaciones de
género, el deudor queda libre de ellas entregando cualquier individuo del género, con tal que sea
de una calidad a lo menos mediana (art. 1509). v.- Los derechos reales y la posesión sólo pueden
ejercerse sobre cosas específicas. Los derechos personales, en cambio, pueden tener por objeto
cosas específicas o genéricas.
6) Conforme al art. 1453 del Código Civil, sólo puede haber error esencial en la identidad de la cosa,
cuando ésta fuere una especie o cuerpo cierto: “identidad de la cosa específica de que se trata”.
7) No puede haber compensación legal, cuando se debe una especie o cuerpo cierto; en cambio, si
lo que se deben recíprocamente las partes son cosas indeterminadas de igual género y calidad,
puede haberla (art. 1656).

2) Consumibles y no consumibles.
Clasificación aplicable a los bienes muebles.
Por su naturaleza, esta clasificación es aplicable sólo a los bienes muebles. Se encuentra
contenida en forma confusa en el art. 575, que alude erróneamente a las cosas fungibles y no
fungibles, la que constituye otra categoría de bienes. Además, según ya lo indicamos, nada impide
visualizar bienes inmuebles fungibles, como serían 200 lotes de iguales características y superficie,
originados en la subdivisión de un fundo.
1. Consumibilidad o no consumibilidad objetiva:

1) Son objetivamente consumibles las cosas que, en razón de sus caracteres específicos, se
destruyen natural o civilmente por el primer uso.
La destrucción natural importa el desaparecimiento físico o la alteración sustancial de la
cosa. La destrucción civil (o jurídica) se traduce en la enajenación del objeto.
Ejemplo: Así, el primer uso de un alimento o bebida o de un combustible, trae consigo su
destrucción natural; a su vez, el primer uso de las monedas o billetes, implica, para su
propietario, su destrucción civil, su enajenación.

2) Son objetivamente no consumibles las cosas que, en razón de sus caracteres específicos,
no se destruyen natural o civilmente por el primer uso, como el vestuario, un mueble, un
automóvil, etc.
La distinción anterior se basa, objetivamente, en el destino natural de los bienes, y ofrece interés
en los actos y derechos que sólo facultan el uso o goce de una cosa y no su disposición. No pueden
recaer ellos sobre cosas consumibles que se utilizan como tales.
Así, por ejemplo, el usufructo sólo puede recaer sobre cosas no consumibles; cuando se establece
sobre cosas consumibles, no estamos en realidad ante un usufructo verdadero, sino ante un
cuasiusufructo (arts. 764 y 789).
También presenta interés la distinción en el comodato o préstamo de uso, ya que no pueden darse
en comodato cosas consumibles, pues el comodatario está obligado a restituir la misma especie
después de terminado el uso (art. 2174), y tal obligación no podría cumplirse en las cosas cuyo
primer uso implica su destrucción.
Lo mismo ocurre en el contrato de arrendamiento, que necesariamente ha de recaer en cosas
objetivamente no consumibles (art. 1916). El mutuo, en cambio, sólo puede recaer sobre cosas
consumibles (art. 2196).
2. Consumibilidad o no consumibilidad subjetiva:

1) Son subjetivamente consumibles los bienes que siendo objetivamente no consumibles,


atendido el destino que tiene para su actual titular, su primer uso importa enajenarlos o
destruirlos.
Así, por ejemplo, el empleo de un automóvil para rodar una escena en una película, en la
cual dicho automóvil será arrojado a un precipicio.

2) Son subjetivamente no consumibles las que a pesar de serlo objetivamente, están


destinadas a cualquier uso que no sea el de su consumo o destrucción material o civil.
Por ejemplo, una botella de vino de una cosecha muy requerida, que se destina a exhibición
en la vitrina de un museo enológico o de un restaurante, o las monedas que constituyen
piezas de una colección numismática, o las estampillas que sin cargo de correo, se incorporan
en una colección filatélica.
Bienes deteriorables o corruptibles
El carácter de no consumible de un bien no se opone al paulatino deterioro ocasionado por el uso.
Algunos autores llegan a configurar una categoría especial, la de los bienes deteriorables,
intermedia entre los consumibles y no consumibles, llamados también “gradualmente consumibles”.
Con todo, se trata siempre de cosas no consumibles, pues no se destruyen objetivamente por el
primer uso, sino en forma gradual, por el mismo uso, más o menos repetido. Por otra parte, dentro de
los bienes consumibles hay una categoría especial, la de los llamados bienes corruptibles, que
deben consumirse en breve tiempo, pues rápidamente pierden su aptitud para el consumo (art. 488).

3) Fungible y no fungible.
Concepto:
El CC confunde las cosas fungibles con las consumibles.
“Son aquellas que pueden sustituirse por otras, que tienen idéntico poder liberatorio, es decir, un
carácter y valor similar” (Doctrina).
Tienen un mismo poder liberatorio.
La expresión fungir, denota la aptitud de una cosa para sustituir a otra, desempeñar sus mismas
funciones en razón de la equivalencia de ambas.
Diversas disposiciones del Código Civil aluden a las cosas fungibles: arts. 764 (definición de
usufructo), 1656 (compensación), 2196 y 2198 (mutuo) y 2228 (depósito). Según lo expresamos, el
Código Civil, en su art. 575, confunde las cosas consumibles con las cosas fungibles. Esta confusión
es frecuente en el Derecho comparado, en el que se puede observar que varios códigos confunden la
fungibilidad con la consumibilidad.
Relación entre las cosas genéricas y las fungibles
Relacionando las cosas genéricas y las fungibles, cabe precisar que el criterio de ambas
clasificaciones es distinto.
En el primer caso, se atiende a la determinación de las cosas; en el segundo caso, se atiende a la
similitud o disimilitud de dos o más cosas, a las que se les confiere o no idéntico poder liberatorio.
Por ello, no puede sostenerse que las cosas fungibles sean necesariamente genéricas y las no
fungibles específicas o cuerpos ciertos. Una cosa puede ser fungible y al mismo tiempo un cuerpo
cierto.
Relación entre la consumibilidad y la fungibilidad
Por regla general, las cosas consumibles son al mismo tiempo fungibles (lo que explicaría la
confusión del art. 575), pero esto no quiere decir que ambas características deban concurrir
forzosamente en una cosa. Hay cosas consumibles y no fungibles (la última botella de vino hecha
con la uva de una determinada cosecha); a la inversa, existen cosas fungibles y objetivamente no
consumibles (los libros de reciente y masiva edición, los muebles nuevos y de una misma serie y
tipo).
Fungibilidad Objetiva: Corresponde al concepto de fungibilidad antes señalado.
Fungibilidad Subjetiva o por voluntad de las partes: Las partes pueden hacer fungibles cosas
que objetivamente no lo son, como acontece cuando el acreedor acepta recibir, por la suma que se le
debe, algunos bienes en dación en pago; igual puede acontecer con las obligaciones alternativas, y
en la compensación convencional. A la inversa, hay cosas que, siendo objetivamente fungibles,
subjetivamente pueden no serlo. Así, por ejemplo, un reloj corriente puede no ser fungible para su
actual propietario, por tratarse de un antiguo recuerdo de familia.

Importancia de la distinción
Tiene trascendencia este distingo:
1. En lo que respecta a las obligaciones de dar: si la cosa fuere no fungible, el deudor sólo
cumplirá en la medida en que entregue al acreedor la cosa debida y no otra. En cambio, si la
cosa fuere fungible, cumplirá entregando cualquier cosa de la misma especie y calidad.
2. El contrato de mutuo recae sólo en cosas fungibles. En cambio, los contratos de
arrendamiento o de comodato, deben recaer en cosas no fungibles.
3. Sólo puede operar la compensación cuando los sujetos se deban, recíprocamente, cosas
fungibles entre sí. Así lo establece el art. 1656: “La compensación se opera por el solo
ministerio de la ley y aun sin conocimiento de los deudores; y ambas deudas se extinguen
recíprocamente hasta la concurrencia de sus valores, desde el momento que una y otra reúnen
las calidades siguientes: 1a. Que sean ambas de dinero o de cosas fungibles o indeterminadas
de igual género y calidad”.

4) Principales y accesorias.

1) Principales: Son aquellas que que tienen existencia independiente, sin necesidad de otras.
2) Accesorias: son aquellas que están subordinadas a otras, sin las cuales no pueden subsistir.
Nuestro Código Civil no formula esta clasificación expresamente, pero la reconoce en diversas
disposiciones: arts. 658 a 660, 587, 1122, 1127, y 1830.
No sólo las cosas corporales, muebles e inmuebles, sino también las incorporales, pueden
clasificarse en principales y accesorias. Así, una servidumbre es accesoria del derecho de dominio
sobre el predio en cuyo beneficio se encuentra establecida; el derecho de prenda o hipoteca son
accesorios del crédito que garantizan; la cláusula penal es accesoria de la obligación que cauciona.
Importancia de la clasificación
Se resumen en el principio de que lo accesorio sigue la suerte de lo principal. Aplicando tal
principio, las cosas principales determinan la existencia y naturaleza de las accesorias; el derecho
sobre la cosa principal se extiende sobre la cosa accesoria; el dueño de una cosa lo es también de lo
que ella produce; la extinción del derecho principal acarrea la extinción del derecho accesorio;
extinguido el crédito se extingue también la caución; las cosas principales comunican su naturaleza
jurídica a las accesorias (como acontece con los muebles que se reputan inmuebles por destinación).

5) Divisibles e indivisibles.
Desde un punto de vista físico, todas las cosas corporales son divisibles, pues en último término,
todas pueden fraccionarse, aunque ello suponga su destrucción. Desde un punto de vista jurídico,
existen dos conceptos de divisibilidad: uno material y otro intelectual. Son:
1) Materialmente divisibles: las cosas que, sin destrucción, pueden fraccionarse en partes
homogéneas entre sí y con respecto al todo primitivo, no sufriendo menoscabo considerable el
valor del conjunto de aquéllas en relación al valor de éste. Un líquido, como el agua, es
materialmente divisible, mientras que un animal es materialmente indivisible, porque al
fraccionarlo, se destruye en su estado natural.
2) Intelectualmente divisibles: Aquellas que pueden dividirse en parte ideales o imaginarias
(cuotas), aunque no lo puedan ser materialmente.
Desde este punto de vista, todos los bienes corporales e incorporales, son intelectualmente
divisibles.
Los derechos, en razón de su misma naturaleza, sólo son susceptibles de división intelectual y no
material. Sin embargo, hay algunos derechos que no admiten ni siquiera una división intelectual,
como acontece con la servidumbre, pues se tiene íntegramente este derecho o no se tiene en
absoluto (arts. 826 y 827).
Los derechos de prenda y de hipoteca también son indivisibles (arts. 2405 y 2408) pero nada
impide que las partes pacten divisibilidad. Los derechos personales son divisibles o indivisibles según
lo sea la obligación que es su contrapartida, o en otras palabras, según pueda o no dividirse física o
intelectualmente el objeto al que se refieren. Así, la obligación de conceder una servidumbre de
tránsito o la de construir una casa, son indivisibles, mientras que será divisible la de pagar una suma
de dinero (art. 1524).
Divisibilidad del d° de Dominio
El derecho real divisible por excelencia es el dominio, ya que puede dividirse al infinito. Tal
divisibilidad puede considerarse desde dos puntos de vista:
1. El dominio puede considerarse un derecho divisible en cuanto es el típico derecho real que admite
desmembraciones como tal, al ser posible desprenderse de una o más facultades y transferirlas a
otro; así, es el derecho el que se divide, aunque el objeto sobre el que recae no sea tocado.
La más usual de las divisiones del derecho de dominio, desde este punto de vista, es aquella en
que el propietario mantiene la nuda propiedad y se confiere a un tercero las facultades de uso y goce,
vale decir, el usufructo. Aquí, los sujetos son titulares de derechos reales de diversa naturaleza, que
se ejercen sobre una misma cosa.
2. También debe tenerse en cuenta que sobre un mismo objeto, varias personas pueden ejercer el
derecho de dominio, es decir, hay una comunidad sobre el objeto. En este caso, en realidad no hay
división del dominio, porque cada comunero ejerce todo el derecho de dominio (con sus tres
facultades), limitado eso sí en su ejercicio por el derecho de los restantes comuneros. Aquí, los
sujetos son titulares de derechos de igual naturaleza: todos son propietarios.
Importancia de la clasificación
Se aprecia tanto en el campo de los derechos reales como personales. El Código Civil hace
aplicación de ella al tratar:
1. De la partición de bienes (art. 1337, regla 1ª.
2. De las obligaciones divisibles e indivisibles (arts. 1524 a 1534).
3. De la prenda y de la hipoteca (arts. 1526 N° 1, 2405 y 2408);

6) Presentes y futuras.
En atención a su existencia en el tiempo, las cosas se clasifican en presentes y futuras.
1) Presentes: Son aquellas que tienen existencia real en el momento de constituirse la relación
jurídica que las considera.
2) Futuras: Son aquellas que no tienen existencia real en el momento de constituirse la relación
jurídica que las toma en cuenta, pero se espera racionalmente que la tengan con más o menos
probabilidad en tiempo posterior.
El Código Civil no formula esta clasificación en forma explícita, pero alude en diversas
disposiciones a las cosas presentes o futuras.
Así, por ejemplo:
1. En el art. 1409, donaciones a título universal.
2. En el art. 1811, compraventa de todos los bienes que posea o espera poseer una persona.
3. En los arts. 1461 y 1813, ambos, a propósito de la compraventa de cosa futura.

7) Singulares y universales.

1) Singulares: Son aquellas que constituyen una unidad natural o artificial, simple o compleja, pero
con existencia real en la naturaleza.
2) Universales: Son agrupaciones de cosas singulares, sin conjunción o conexión física entre sí,
que por tener o considerarse que tienen un lazo vinculatorio, forman un todo y reciben una
denominación común, forman un todo funcional y están relacionadas por un vínculo determinado.
Clases de cosas universales
1) De Hecho
2) De Derecho
En el CC:
Aunque nuestra legislación no formula definiciones de cosas singulares y universales, en diversas
disposiciones distingue entre una y otras:
1. En el usufructo, art. 788.
2. En las asignaciones por causa de muerte, art. 951.
3. En la partición de bienes, art. 1317.
4. En la compraventa, art. 1864.
5. En el cuasicontrato de comunidad, arts. 2304 y 2306. vi.- La Ley Nº 20.190, sobre prenda sin
desplazamiento, también alude a las universalidades de hecho.

1) Universalidades de Hecho:
Concepto: Es el conjunto de bienes muebles, de naturaleza idéntica o diferente, que no obstante
permanecer separados entre ellos y conservar su propia individualidad, forman un solo todo, una sola
cosa, en razón de estar vinculados por el lazo de su común destinación económica.
Según se desprende de la definición, los bienes agrupados pueden ser de naturaleza idéntica o
diferente. Son ejemplo del primer caso, un rebaño o ganado; un juego de muebles; una biblioteca,
una pinacoteca, etc.; y del segundo caso, un establecimiento de comercio, que es el conjunto de
cosas corporales e incorporales (entre ellas “el derecho de llaves”), mediante el cual el comerciante
ejerce su actividad lucrativa.
Características
La doctrina las ha sistematizado de la siguiente manera:
1)Comprenden una pluralidad de cosas autónomas y distintas entre ellas. Cada elemento del
conjunto es por sí mismo un bien, cada uno aisladamente tiene un valor económico. Este rasgo las
diferencia de las llamadas “cosas compuestas” (como un edificio o una nave), las cuales suponen
un conjunto o cosas que forman una sola mediante conjunción o conexión física.

2)Lo que hace aparecer las cosas reunidas como un solo todo, es una comunidad de
destinación, especialmente económica.

En este sentido, un libro o una estampilla tienen su propia individualidad, pero si pertenecen a una
colección, el conjunto adquiere una significación económica distinta a sus elementos individualmente
considerados.
Pero no obstante presentar las universalidades de hecho una unidad económica, no se les
reconoce usualmente unidad jurídica. Por ello, generalmente las legislaciones aplican a las
universalidades de hecho el régimen jurídico que corresponde a los bienes singulares que la
componen. Sólo en casos excepcionales, se atiende por la ley a su unidad económica y las trata
como un solo todo.
Así, por ejemplo, tratándose del usufructo de animales (arts. 787 y 788), se establece que el
usufructuario de uno o más animales singularmente determinados, no está obligado a reemplazar los
que perecen o se pierden por causas naturales, pero el usufructuario del ganado considerado como
universalidad, tiene obligación, en idéntico caso, de reponer los animales con el incremento natural
del mismo ganado
A su vez, en la compraventa, el artículo 1864 permite vender dos o más cosas en un mismo
precio, cuando ellas se han comprado precisamente como “conjunto”, como acontece con un tiro,
yunta o pareja de animales o con un juego de muebles, claros ejemplos de universalidades de hecho.
En el contrato de arrendamiento, encontramos otro caso en el artículo 1984. Dispone el precepto
que a falta de estipulación de los contratantes, pertenecerán al arrendatario:
1° Todas las utilidades de reporten los ganados dados en arrendamiento (pues el arrendatario
tiene el goce de las cosas arrendadas, de manera que entre tales utilidades, están los frutos que
puedan obtenerse del ganado).
2° Los ganados mismos, con la obligación de dejar en el predio al fin del arriendo igual número de
cabezas de las mismas edades y calidades. Si al finalizar el contrato faltaren animales, el
arrendatario pagará la diferencia en dinero. El arrendador, sin embargo, no será obligado a recibir
animales que no estén aquerenciados al predio. Es interesante consignar que en este caso, el
contrato de arrendamiento está operando como un título traslaticio de dominio, respecto de los
ganados, atendido que usualmente se trata de cosas fungibles. No acontece lo mismo en el
usufructo, aunque en este caso, la ley es más benigna con el usufructuario, pues no está obligado a
restituir “igual número de cabezas de las mismas edades y calidades”.
3)La universalidad de hecho comprende sólo elementos puramente activos, bienes, y no pasivos
o deudas, como acontece tratándose de las universalidades de derecho.

2) Universalidades de Derecho:
Concepto:
Siguiendo a la doctrina italiana, podría definirse como el conjunto de relaciones jurídicas
constituidas sobre una masa de bienes, reguladas de modo especial por la ley y que forman,
desde el punto de vista jurídico, una unidad, un todo.
Para la doctrina francesa, es un conjunto de bienes y relaciones jurídicas activas y
pasivas consideradas jurídicamente como formando un todo indivisible.
Características
1. Contienen tanto elementos activos como pasivos.
2. Existe una correlación funcional entre los elementos activos y pasivos, de modo que puede
decirse que el activo se da precisamente para responder del pasivo existente o eventual. Esta
relación entre el activo y el pasivo se ve claramente en la masa hereditaria, en la herencia,
universalidad de derecho por excelencia al decir de la doctrina europea (aunque veremos que no
en la nuestra, en estricto rigor). También se aprecia entre los elementos del activo y del pasivo
del patrimonio de la sociedad conyugal (arts. 1725 y 1740).
3. Dentro del conjunto de bienes que componen la universalidad jurídica, opera, como norma
general, el principio de la subrogación real, por el cual los bienes que ingresan a la universalidad,
pasan a ocupar la misma situación jurídica de aquellos que salieron de ella.
Casos de Universalidades de Derecho
No hay unanimidad en la doctrina. A juicio de algunos autores, como Coviello, la única
universalidad de derecho en ciertas legislaciones sería la herencia.
En opinión de otros, como Ruggiero, habría que incluir todos los patrimonios especiales o
separados que la ley considera como masa distinta de sus elementos: el patrimonio del deudor sujeto
a un procedimiento concursal de liquidación; el de la sociedad conyugal; el del ausente; el que
constituye los bienes reservados de la mujer casada; el del menor adulto que desempeña un trabajo;
etc.
Diferencia entre Universalidades de Hecho y de Derecho
1. Las universalidades de hecho sólo comprenden activo; las de derecho, activo y pasivo.
2. Las universalidades de hecho, por regla general, no tienen una regulación jurídica especial; las
universalidades de derecho sí tienen una regulación jurídica especial.
3. Las universalidades de hecho están conformadas sólo por bienes muebles; las universalidades
de derecho están formadas tanto por muebles como por inmuebles.

8) Comerciables e incomerciables.
Las cosas se clasifican en comerciables e incomerciables, según puedan o no ser objeto de
relaciones jurídicas.
1)Comerciables: Son los que pueden ser objeto de relaciones jurídicas privadas.
De manera que sobre ellos puede recaer un derecho real o puede constituirse a su respecto un
derecho personal (arts. 1461 y 2498). Pueden incorporarse por ende, al patrimonio de una persona.

2)Incomerciables: Son los que no pueden ser objeto de relaciones jurídicas privadas.
No puede existir a su respecto un derecho real ni personal. Por ende, no pueden incorporarse a
patrimonio alguno.

Clases de cosas Incomerciables


Distinguimos dos categorías de cosas incomerciables:
1. Cosas incomerciables en razón de su naturaleza: como la alta mar, el aire. En realidad, estas
cosas, llamadas “cosas comunes a todos los hombres”, son las únicas que no pueden ser objeto
de relaciones jurídicas en general y por ende están fuera del comercio humano en términos
absolutos y definitivos. Por ello, desde un punto de vista jurídico, no podemos considerar a estas
cosas como “bienes”.
2. Cosas incomerciables en razón de su destino: se trata de los bienes nacionales de uso público,
como por ejemplo las calles, plazas y caminos. En este caso, se trata de bienes que siendo
comerciables por naturaleza, han sido sustraídos del comercio jurídico para dedicarlas a un fin
público. Con todo, los bienes nacionales de uso público pueden ser objeto de relaciones jurídicas
de carácter público, como en el caso de las concesiones que otorga la autoridad. Por lo tanto, sólo
desde el punto de vista del Derecho Privado, pueden considerarse como cosas incomerciables.
Además, tampoco lo son en términos absolutos, porque cabe la posibilidad que sean
desafectados, y se conviertan en bienes comerciables.
Limitaciones a la facultad de disposición
Hay bienes que se encuentran en situaciones especiales por mandato de la ley, que implica una
limitación a la facultad para disponer de ellos, pero que siguen siendo comerciables. Tales
situaciones son las siguientes:
1.Bienes respecto de los cuales existe una prohibición legal de celebrar determinados actos o
contratos, generalmente prohibición de enajenar o gravar.
Estas prohibiciones son establecidas a veces con caracteres absolutos y otras sólo en ciertas
circunstancias. A veces son permanentes y otras veces temporales; por razones de interés público o
privado. Tales bienes son comerciables y tienen solamente limitada su disposición.
Así, por ejemplo, ciertas construcciones declaradas patrimonio nacional, cuyos propietarios no
pueden alterar ni menos demoler; ciertos productos químicos explosivos o tóxicos, respecto de los
cuales hay importantes restricciones para su adquisición; los bienes embargados o cuya propiedad se
litiga; conforme al art. 39 del Decreto Supremo N° 1 de 6 de junio de 2011, del Ministerio de Vivienda y
Urbanismo, el propietario que hubiere sido beneficiario de subsidio habitacional, no podrá, durante el
plazo de cinco años contados desde la entrega material del inmueble, celebrar acto o contrato alguno
que importe cesión de uso y goce de la vivienda adquirida, sea a título gratuito u oneroso, sin previa
autorización escrita del Serviu (Servicio de Vivienda y Urbanización), etc.

2.Hay ciertos derechos que no sólo no pueden enajenarse, sino que en general no pueden
traspasarse por acto entre vivos ni por causa por muerte
Como ocurre con los llamados derechos personalísimos, entre ellos el derecho de alimentos
futuros17, el de uso y el de habitación (art. 819), el derecho legal de goce del padre o madre sobre los
bienes del hijo no emancipado (art. 252) y ciertos derechos del cónyuge sobreviviente o conviviente
civil, que pueden ejercer en el marco de una partición (art. 1337, regla 10ª).
La característica de las cosas incomerciables es la de no poder ser objeto de ningún derecho
privado. Si la cosa está sujeta simplemente a una prohibición de ser enajenada, es comerciable, porque
no obstante la aludida limitación, constituye el objeto de una relación jurídica de derecho privado. Así,
los derechos personalísimos son intransferibles e intransmisibles, pero están en el patrimonio privado
de sus titulares; son en consecuencia comerciables, aunque inalienables.
No confundir inalienable con incomerciable
En este orden de ideas, no debemos confundir la inalienabilidad con la incomerciabilidad: una cosa
es inalienable cuando no puede ser enajenada, y es incomerciable cuando no puede formar parte del
patrimonio privado, cuando no puede ser objeto de ningún derecho de este carácter. En síntesis: todas
las cosas fuera del comercio son inalienables, pero no todas las cosas inalienables están fuera del
comercio. Tal distinción se recoge con toda claridad, en el art. 1464 Nºs. 1 y 2.
Las cosas consagradas al culto divino
En cuanto a las llamadas cosas consagradas al culto divino, el Código Civil se remite, en su art.
586, al Derecho Canónico, específicamente en lo tocante a las “cosas consagradas”, entendiéndose
por tales los bienes muebles e inmuebles que mediante la consagración o bendición han sido
dedicadas al culto divino. El art. 587, por su parte, deja en claro que estos bienes, ubicados en
posesiones particulares, son bienes comerciables. Finalmente, el art. 1105 se refiere al legado de
cosas pertenecientes al culto divino. También hay remisión al Derecho canónico. Este admite que los
particulares puedan tener en dominio las cosas consagradas al culto divino, siempre que sean
tratadas con reverencia y sin que se las pueda aplicar a usos profanos o impropios.

9) Apropiables e inapropiables.
Relacionada con la clasificación anterior, pero en base exclusivamente al dominio, las cosas se
clasifican en apropiables e inapropiables, según sean o no susceptibles de propiedad.
1) Cosas apropiables:
Son las que pueden ser objeto de apropiación, y se subdividen en apropiadas e inapropiadas.
1. Apropiadas: Son las que actualmente pertenecen a un sujeto de derecho.
2. Inapropiadas: Son las que actualmente no pertenecen a nadie, pero que pueden llegar a tener
un dueño si el hombre ejecuta un hecho de apropiación privada.
Algunas cosas son inapropiadas porque nunca han tenido un dueño, como los animales que viven
en estado salvaje; y otras lo son porque si bien pertenecieron a un sujeto de derecho, éste las
abandonó con la intención de desprenderse de su dominio. Las primeras se denominan res nullius y
las segundas res derelictae.
En la legislación chilena, sólo las cosas muebles pueden no tener dueño, puesto que el art. 590
confiere al Estado el dominio de los inmuebles que carecen de otro dueño. Los muebles que no
tienen dueño se denominan mostrencos y los inmuebles vacantes, expresiones que provienen de la
antigua legislación española. En Chile, sólo existen los mostrencos, de acuerdo a lo que
indicábamos.
Debemos precisar que el art. 590 se refiere únicamente al dominio del Estado, no existiendo
disposición alguna que establezca que el Fisco tiene, por el ministerio de la ley, la posesión de los
terrenos que carecen de dueño. Por ende, si un particular tiene la posesión de un inmueble que no
esté inscrito (situación hoy en día bastante hipotética), podría adquirir el dominio a través de la
prescripción.

2) Cosas inapropiables:
Son las que no pueden ser objeto de apropiación, como las cosas comunes a todos los hombres
(res comunis omnium), pues están sustraídas a la propiedad privada y su uso es común a todos (art.
585).

10) Particulares y nacionales.


En atención al sujeto del derecho de dominio, al titular del dominio, las cosas pueden clasificarse
en particulares y nacionales.
1) Particulares: Son las que pertenecen a personas naturales o a personas jurídicas de derecho
privado o a personas jurídicas de derecho público distintos de la nación o el Fisco.
2) Nacionales: Son las que pertenecen a la nación toda (art. 589)
Clases de bienes nacionales
Los bienes nacionales son aquellos cuyo dominio pertenece a la nación toda (art. 589). Se dividen
en dos categorías:
1. Bienes nacionales de uso público.
2. Bienes fiscales.

1. Bienes nacionales de uso público: Son aquellos cuyo dominio pertenece a la nación toda y su
uso a todos los habitantes de la misma (calles, plazas, puentes, caminos, mar adyacente y sus
playas, etc.).
Cabe advertir que “la nación” no debe confundirse con el Estado. Éste no es el dueño de los
bienes nacionales de uso público. Tales bienes a nadie pertenecen, porque son de dominio de toda
la nación. Y esta ha de ser entendida como la comunidad nacional formada por todos quienes
habitan el territorio de la República, en cuanto es receptora de las tradiciones y costumbres que le
dan una fisonomía propia en el concierto de los países.
Como expresa Borda, “¿Es el dominio público del Estado un derecho de propiedad?
Evidentemente no. El Estado es apenas un administrador, que se limita a reglamentar su uso por los
particulares; carece de todos los atributos esenciales del propietario; no puede gozar exclusivamente
de la cosa, puesto que su uso es común; no puede disponer de ella. Es más bien un dominio
eminente del cual se desprenden algunas facultades que acompañan también a la propiedad; el
derecho de reivindicar el bien, de ejercer acciones posesorias, de disponer de sus frutos, de
conceder permisos a particulares, etcétera”.
La tuición de estos bienes está encargada a distintas autoridades, según su naturaleza: Ministerio
de Obras Públicas, Fuerzas Armadas, Ministerio de Bienes Nacionales, municipalidades, etc. Leyes
especiales reglamentan cada caso.
Características
1. Pertenecen a toda la nación.
2. Su uso pertenece a todos los habitantes del país.
3. Están fuera del comercio humano: si bien ninguna disposición del Código Civil establece
directamente la incomerciablidad de los bienes nacionales de uso público, ella resulta de la propia
destinación de éstos. Por ello, nuestra Corte Suprema reiteradamente ha declarado que sobre los
bienes nacionales de uso público, no cabe alegar posesión exclusiva, dominio privado o
servidumbre.
4. Son imprescriptibles: consecuencia de su carácter incomerciable. En efecto, de acuerdo a lo
previsto en el art. 2498, por la prescripción adquisitiva sólo puede ganarse el dominio de los bienes
raíces o muebles que están en el comercio humano.
5. Son inalienables: también por su carácter incomerciable. No pueden enajenarse, venderse,
hipotecarse o embargarse.
6. Las características anteriores no se oponen a que la autoridad otorgue a determinados particulares
“permisos” o “concesiones” sobre algunos bienes nacionales de uso público o más usualmente
sobre un sector o parte de un bien nacional de uso público, para destinarlo a fines específicos de
los que se beneficie, en último término, también la colectividad.
Los artículos 599 y 602 se refieren a estas autorizaciones. Los derechos de los beneficiarios de
estos permisos, el uso y goce que se les concede, no puede sin embargo impedir el uso y goce de
los demás habitantes de la República.
No sería posible, por ejemplo, conceder a un individuo el derecho de servirse exclusivamente de
una playa o de una calle, pero sí podría autorizársele para instalar un quiosco, porque es una
concesión que no llega a extinguir por completo el uso y goce del bien en cuestión, por los demás
particulares.
Sobre el particular, el art. 36 de la Ley N° 18.695, “Orgánica Constitucional de Municipalidades”,
dispone: “Los bienes municipales o nacionales de uso público, incluido su subsuelo, que administre la
municipalidad, podrán ser objeto de concesiones y permisos. / Los permisos serán esencialmente
precarios y podrán ser modificados o dejados sin efecto, sin derecho a indemnización. / Las
concesiones darán derecho al uso preferente del bien concedido en las condiciones que fije la
municipalidad. Sin embargo, ésta podrá darles término en cualquier momento, cuando sobrevenga un
menoscabo o detrimento grave al uso común o cuando concurran otras razones de interés público. /
El concesionario tendrá derecho a indemnización en caso de término anticipado de la concesión,
salvo que éste se haya producido por incumplimiento de las obligaciones de aquél”. De esta manera,
si se trata de bienes municipales, podrán ser objeto de una “concesión”. En cambio, los bienes
nacionales de uso público, sólo pueden ser objeto de un “permiso”.
Naturaleza jurídica del d° del concesionario
En la doctrina, especialmente administrativa, se ha discutido la naturaleza jurídica del derecho del
concesionario.
Maurice Hauriou, afirma que la concesión de un bien nacional de uso público implica la existencia
de un derecho real administrativo que se caracteriza por ser precario, pues no es definitivo sino
revocable.
Entre los autores nacionales, Leopoldo Urrutia estima que el derecho del concesionario es un
verdadero derecho real de uso, pero distinto al reglamentado en el art. 811. Fundamenta su
afirmación en dos argumentos:
1. La enumeración que de los derechos reales contemplan los arts. 577 y 579 no es taxativa, desde
el momento que no aluden al derecho legal de retención (que el Código Civil consagra en diversas
instituciones, como el usufructo, el arrendamiento, el comodato, el depósito, el mandato, etc.), que
para algunos, entre los cuales estaría el derecho del concesionario.
2. En el derecho del concesionario, existe la característica fundamental del derecho real: ejercerlo sin
respecto a determinada persona.
Jurisprudencia
La jurisprudencia ha acogido en algunos fallos este criterio.
Así, ha declarado un fallo: “El derecho concedido por la autoridad a un particular sobre un bien
público (aunque se califique de uso especial y no se estime que sea igual al derecho de uso definido
por el art. 811) participa de los caracteres esenciales del derecho real, porque recae sobre una cosa y
se ejerce sin respecto a determinada persona. Nada significa que este derecho no figura en la
enumeración que de los derechos reales hace el art. 577 del Código Civil, pues esta disposición sólo
cita algunos”.
Se agrega que una consecuencia práctica de esta concepción es la procedencia de las acciones
posesorias, que permiten conservar o recuperar la posesión de derechos reales constituidos en
bienes raíces (art. 916).
Luis Claro Solar refuta la doctrina de Urrutia, sosteniendo que la teoría de los derechos reales
administrativos no tiene en realidad base jurídica, y desnaturaliza el concepto de derecho real de uso,
ya que éste es una limitación al dominio, que atribuye a una persona un derecho en cosa ajena.
Señala además que la existencia sobre los bienes públicos de derechos exclusivos en provecho de
determinados individuos, es contraria a la naturaleza de estos bienes. Concluye Claro Solar que las
concesiones implican sólo un permiso de ocupación para un objeto determinado y a título
precario.
Doctrina que niega el carácter de d° real que tiene el concesionario
Los que niegan el carácter de derecho real que tiene el concesionario sobre los bienes nacionales
de uso público que privativamente ocupa, invocan el art. 602, en virtud del cual, el concesionario no
tiene sino el uso y goce de las obras construidas y no la propiedad del suelo; al decir “la propiedad
del suelo”, se afirma que el legislador habría tomado la palabra “propiedad” en un sentido amplio,
como expresiva tanto del dominio como de los demás derechos reales. Por tanto, los mismos
términos de la ley excluirían la constitución de cualquiera de estos derechos sobre el suelo.
Se añade también por la doctrina que puesto que estamos ante bienes inalienables (en sentido
amplio, pues no se pueden transferir ni gravar) es inadmisible la constitución de cualquier clase de
derechos sobre ellos; el concesionario no tiene ninguno de estos derechos sobre el suelo público que
ocupa con sus obras, posee un uso que emana de la simple tolerancia del Estado. Y este uso es
precario: la administración, por motivos de interés colectivo, puede ponerle término en cualquier
momento.
Desafectación de los bienes nacionales de uso público
Los bienes nacionales de uso público pueden dejar de tener esta calidad, pero sólo en virtud de
una ley que declare su “desafectación”, es decir, su sustracción al dominio de la nación toda, de su
condición de bien nacional de uso público, quitándole tal calidad y destino.
Clasificación de los bienes nacionales de uso público
Se distingue entre dominio nacional:
1. Marítimo.
2. Terrestre.
3. Fluvial y lacustre
4. Aéreo.

1. Dominio nacional marítimo.


Debemos atender, en primer lugar, al art. 593, que define el mar territorial, como aquél mar
adyacente, hasta la distancia de 12 millas marinas medidas desde las respectivas líneas de base. El
mar territorial es de dominio nacional.
Define también lo que se entiende por zona contigua, espacio marítimo que se extiende hasta la
distancia de 24 millas marinas, medidas desde las respectivas líneas de base.
En la zona contigua, el Estado ejerce jurisdicción para objetos concernientes a la prevención y
sanción de las infracciones de sus leyes y reglamentos aduaneros, fiscales, de inmigración o
sanitarios.
Finalmente, las aguas interiores del Estado son las aguas situadas en el interior de las líneas
de base del mar territorial.
El art. 596 define la zona económica exclusiva, como el mar adyacente que se extiende hasta
las 200 millas contadas desde las líneas de base del mar territorial
Fuera del ámbito del Código Civil, cabe señalar el Decreto Ley N° 2.222, sobre Ley de
Navegación; el Decreto con Fuerza de Ley N° 292, referido a la Ley Orgánica de la Dirección
General de Territorio Marítimo y de Marina Mercante; la Ley general de Pesca y Acuicultura, etc.
2. Dominio nacional terrestre.
Comprende todos los bienes nacionales de uso público situados en la superficie del territorio del
Estado (arts. 589 y 592).
Entre otras leyes atinentes, cabe citar la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades
(conforme a la cual, la administración de los bienes nacionales de uso público situados en la
Comuna respectiva, corresponden al municipio), la Ley General de Urbanismo y Construcciones, la
Ley Orgánica del Ministerio de Obras Públicas, etc.
3. Dominio nacional fluvial y lacustre.
Comprende todas las aguas del territorio nacional.
De conformidad al artículo 595, todas las aguas son bienes nacionales de uso público.
El art. 5 del Código de Aguas reitera la norma agregando que se otorga a los particulares el
derecho de aprovechamiento de las aguas.
El artículo 6 del mismo Código dispone que tal derecho de aprovechamiento es un derecho real
que recae sobre las aguas y consiste en el uso y goce de ellas, pudiendo su titular disponer del
mismo.
Estas disposiciones no hacen sino aplicar el principio general contemplado en el último inciso del
art. 19 Nº 24 de la Constitución Política de la República, que reza: “Los derechos de los particulares
sobre las aguas, reconocidas o constituidas en conformidad a la ley, otorgarán a sus titulares la
propiedad sobre ellos”.
Cuando los derechos de aprovechamiento de aguas no se encuentran inscritos en el Registro de
Propiedad de Aguas del Conservador de Bienes Raíces respectivo, debe solicitarse la merced de
aguas a la Dirección General de Aguas del Ministerio de Obras Públicas. Las inscripciones de aguas
deben practicarse en el Conservador de Bienes Raíces que tenga competencia en la comuna en que
se encuentre ubicada la bocatoma del canal matriz en el cauce natural (lo que explica que hay
predios inscritos en un Conservador (Peñaflor, por ejemplo), y sus aguas en otro (Puente Alto, por
ejemplo).
4. Dominio nacional aéreo.
Se dice que el propietario de un predio es dueño del espacio existente sobre su inmueble, lo que
quiere expresar que tiene derecho a ocuparlo con construcciones, plantaciones, etc., con las
limitaciones que la ley imponga (por ejemplo, en la Ley General de Urbanismo y Construcciones o en
las normas municipales que regulan el tipo de construcción en determinadas zonas de la comuna).
En relación a esta materia, dispone el art. 81 del Código Aeronáutico, que ninguna persona podrá
oponerse al sobrevuelo de una aeronave en razón de sus derechos sobre el suelo. Con todo, el
piloto, durante el vuelo no podrá efectuar maniobras innecesarias para la operación aérea que
originen un riesgo para las personas en la superficie o que afecten los derechos de terceros.
Si con motivo de un vuelo se ocasionare algún perjuicio, el afectado tendrá derecho a
indemnización.
2. Bienes fiscales:
Concepto: A diferencia de los bienes nacionales de uso público, los bienes fiscales sí son de
propiedad del Estado.
En efecto, el Estado, ente de Derecho Público, puede ser sujeto de derechos privados, puede ser
propietario de bienes.
Son los llamados bienes fiscales, los que constituyen el patrimonio privado del Estado,
pertenecen a él, en cuanto sujeto de relaciones patrimoniales privadas, para cuyos efectos se
denomina “Fisco”.
De acuerdo al art. 589, los bienes fiscales son los bienes nacionales cuyo uso no pertenece a la
nación toda. Teóricamente, el régimen jurídico de estos bienes es el Derecho Privado. Sin embargo,
siempre se han dictado leyes especiales que reglamentan la adquisición, administración y disposición
de estos bienes (actualmente, el Decreto Ley Nº 1.939, del año 1977). De tal forma, las normas de
Derecho Privado común adquieren sólo un valor supletorio.
Características
Cabe señalar que a diferencia de los bienes nacionales de uso público, los bienes fiscales:
1. Están dentro del comercio humano.
2. Pertenecen al Estado.
3. Su uso sólo pertenece a los entes públicos.
4. Pueden adquirirse por prescripción.
5. El Fisco puede enajenarlos.
Administración
El Ministerio de Bienes Nacionales, a través de la División de Bienes Nacionales, es el órgano
que principalmente administra los bienes fiscales. Sin embargo, todos los Ministerios y reparticiones
públicas en general, poseen bienes fiscales, los que en tal caso, están bajo la tuición del Ministerio o
Servicio correspondiente.
Clases de bienes fiscales
1. Los bienes muebles e inmuebles afectos al funcionamiento de los servicios públicos.
2. Los bienes que componen las herencias en las que sucede el Fisco, como heredero intestado:
herencias yacentes que se transforman en herencias vacantes (arts. 995 y 1240 y siguientes).
3. Las nuevas islas que se forman en el mar territorial o en ríos y lagos navegables por buques de
más de 100 toneladas (art. 597). Si el río o lago no admite la navegación por embarcaciones del
tonelaje indicado, la nueva isla podrá ser adquirida por particulares, conforme a las reglas de la
accesión.
4. Los impuestos y contribuciones.
5. La denominada captura bélica, puede también proporcionar bienes al Fisco, aunque hoy en día
los tratados internacionales la limitan.
6. Las tierras que, ubicadas dentro del territorio nacional, carecen de otro dueño (art. 590).

39. La propiedad.
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40. La comunidad o copropiedad.
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41. La posesión.
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42. Los modos de adquirir el dominio.
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Taxatividad de los modos de adquirir el dominio.
Si se analiza desde la creación o reserva legal si hay taxatividad. Pero de la enumeración no,
porque hay algunos que agregan que la ley puede operar como un modo de adquirir el
dominio, por ejemplo, en el artículo 810 CC, o incluso la jurisprudencia y la doctrina señalan
que la ley puede funcionar como título y modo en la expropiación.
43. Ocupación y accesión (nociones generales: conceptos y clases).
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44. Tradición.
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45. Prescripción adquisitiva.
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46. Derechos reales en cosa ajena: usufructo, uso, habitación, servidumbres (nociones
generales: concepto y clases).
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47. Acción reivindicatoria.
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48. Acciones posesorias (nociones generales: concepto, clases y requisitos).
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VI. DE LAS OBLIGACIONES

49. Concepto y estructura.


50. Las obligaciones naturales.
51. Las obligaciones sujetas a modalidad.
52. Las obligaciones con pluralidad de sujetos.
53. Las obligaciones con multiplicidad de objetos.
54. Las obligaciones de especie y de género.
55. Efectos de las obligaciones.
56. Cumplimiento de las obligaciones (el pago).
57. Indemnización de perjuicios por incumplimiento.
58. Mora y excepción de contrato no cumplido.
59. Modos de extinguir las obligaciones.
VII. FUENTES DE LAS OBLIGACIONES

60. Concepto y enumeración.


61. La responsabilidad civil extracontractual.
62. La responsabilidad civil contractual.

VIII. TEORÍA GENERAL DEL CONTRATO

63. Concepto y elementos.


64. Clasificación.
65. Principios de la contratación: autonomía privada (de la voluntad), consensualismo,
relatividad, fuerza obligatoria y buena fe.
66. Extensión de la eficacia del contrato: partes y terceros.
67. La promesa del hecho ajeno y la estipulación en favor de otro.
68. Resolución por incumplimiento y teoría del riesgo.
69. Teoría de la imprevisión o de la excesiva onerosidad sobreviniente.
70. Lesión enorme.
71. Interpretación e integración de los contratos.

IX. CONTRATOS CLÁSICOS

72. Promesa.
73. Compraventa.
74. Cesión de derechos (nociones generales: concepto, clases y requisitos)
75. Arrendamiento (nociones generales: concepto, tipos de arrendamiento, obligaciones de
las partes, oponibilidad del arrendamiento a terceros).
76. Mandato.
77. Transacción.
78. Comodato (nociones generales: concepto, requisitos, obligaciones, precario y
comodato precario).
79. Fianza.
80. Prenda civil y sin desplazamiento.
81. Hipoteca.

X. LA FAMILIA

82. Concepto
83. Acuerdo de unión civil.
84. El matrimonio y sus propiedades esenciales.
85. Requisitos del matrimonio.
86. Formas de celebración.
87. Deberes entre cónyuges.
88. Separación de los cónyuges: de hecho y judicial.
89. Nulidad del matrimonio.
90. El divorcio.
Casos específicos del 54.
Art. 54 cc:
El divorcio podrá ser demandado por uno de los cónyuges, por falta imputable al otro, siempre
que constituya una violación grave de los deberes y obligaciones que le impone el matrimonio,
o de los deberes y obligaciones para con los hijos, que torne intolerable la vida en común.

Se incurre en dicha causal, entre otros casos, cuando ocurre cualquiera de los siguientes
hechos:

1. Atentado contra la vida o malos tratamientos graves contra la integridad física o psíquica
del cónyuge o de alguno de los hijos;
2. . Trasgresión grave y reiterada de los deberes de convivencia, socorro y fidelidad propios
del matrimonio. El abandono continuo o reiterado del hogar común, es una forma de
trasgresión grave de los deberes del matrimonio;
3. Condena ejecutoriada por la comisión de alguno de los crímenes o simples delitos contra
el orden de las familias y contra la moralidad pública, o contra las personas, previstos en el
Libro II, Títulos VII y VIII, del Código Penal, que involucre una grave ruptura de la armonía
conyugal;
4. Conducta homosexual;
4. Suprimido.
5. Alcoholismo o drogadicción que constituya un impedimento grave para la convivencia
armoniosa entre los cónyuges o entre éstos y los hijos, y
6. Tentativa para prostituir al otro cónyuge o a los hijos.

91. La compensación económica.


92. Regímenes matrimoniales.
93. Estatuto de los bienes familiares.
94. De la sociedad conyugal.
95. La filiación.
96. Categorías y clases de filiaciones.
97. Deberes y derechos personales entre padres e hijos.
98. Patria Potestad.
99. Alimentos.

XI. SUCESIÓN POR CAUSA DE MUERTE Y DONACIONES ENTRE VIVOS

100. Concepto de sucesión por causa de muerte.


101. El derecho real de herencia.
102. Posesión de la herencia.
103. Derechos de transmisión y representación.
104. Apertura, delación, aceptación y repudiación.
105. Herederos y legatarios.
106. Capacidad e indignidad sucesorias (nociones generales: causales y efectos)
107. Beneficios de inventario y de separación.
108. La sucesión intestada. Órdenes sucesorios.
109. La sucesión testada. La facción de testamento.
110. La sucesión forzosa.
111. Legítimas y mejoras. Teoría de los acervos.
112. Las asignaciones testamentarias (nociones generales: concepto y clases).
113. Pago de deudas hereditarias y testamentarias.
114. La partición de bienes (nociones generales: concepto y efectos).
115. Las donaciones entre vivos.

*Nota: Las materias que son sucedidas por la expresión entre paréntesis “nociones
generales” exigen solo los conocimientos de sus contenidos fundamentales o básicos, y no
los desarrollos más pormenorizados o reglamentarios.

EXCLUSIONES
Las materias que se consignan a continuación no forman parte del contenido a evaluar en el
examen de grado:

1. La sentencia judicial, jurisprudencia, y doctrina como fuentes del Derecho Civil.


2. El nombre, la nacionalidad y el estado civil.
3. Doctrina de “levantamiento de velo” de la persona jurídica.
4. Representación.
5. Bienes nacionales de uso público.
6. Propiedad fiduciaria.
7. Censo.
8. Censo vitalicio.
9. Contratos aleatorios típicos.
10. Derechos auxiliares del acreedor: Medidas conservativas, acciones oblicua
(subrrogatoria) y pauliana (revocatoria).
11. Derechos reales extracodiciales.
12. Los cuasicontratos: pago de lo no debido y agencia oficiosa.
13. Autocontrato, contrato forzoso, contrato ley, contrato dirigido, contrato de adhesión,
contratación por vía electrónica.
14. La sociedad.
15. Mutuo.
16. Depósito.
17. Parentesco.
18. Esponsales.
19. Régimen de separación de bienes.
20. Régimen de participación en los gananciales.
21. Determinación de la filiación.
22. Acciones de filiación.
23. Adopción.
24. Guardas.
25. Derechos de sustitución y acrecimiento.
26. Tipos especiales de legados.
27. Acción de petición de herencia y de reforma del testamento.
28. Ejecutores testamentarios (albaceas).

Abreviaciones:
-AJ: Acto Jurídico.
-CC: Código Civil.
-CCom: Código de Comercio.
-CPC: Código de Procedimiento Civil.
-CPP: Código Procesal Penal.
-CPR: Constitución Política de la República de Chile.
-Ctto: Contrato.
-CV: Compraventa.
-D°: Derecho.
-D.O: Diario Oficial.
-E°: Estado.
-NCPR: Nueva Constitución Política de la República.
-PJ: Persona Jurídica.
-Ppio: Principio.
-RG: Regla General.

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