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EXAMEN
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LA ODISEA / LA ENEIDA
I. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN
A) ANÁLISIS DEL ENUNCIADO. Mencione y explique dos diferencias y una semejanza a nivel de enunciado (trama)
entre La Odisea y La Eneida con respecto a los amores de Calipso y Ulises por un lado, y por otro, entre Dido y
Eneas. Justifique cada idea con por lo menos una escena de las mencionadas obras.
DIFERENCIAS
Criterios LA ODISEA LA ENEIDA
1. Separación La diosa Calipso acepta con resignación la separación En la Eneida, la reina Dido monta en cólera y furia cuando
y decide dejar en libertad a Ulises, a pesar de que lo Eneas se marcha a cumplir su destino (motivado por la
ame con intensidad. intervención de Júpiter) y no acepta el desplante.
¡Desdichado! No llores ya más ni consumas tu vida. La reina cuando desde su atalaya vio blanquear la luz
De buen grado te dejo partir si deseas marcharte. primera y a la flota avanzar con las velas en línea,
Toma el bronce y con él corta troncos muy largos y y notó playas y puertos vacíos y sin remeros,
júntalos golpeando tres y cuatro veces con la mano su hermoso
Hasta hacerte una balsa bien ancha, y encima pecho y mesándose el rubio cabello: « ¡Por Júpiter! ¿Se va a
construye marchar éste?», dice. «¿Se burlará un extranjero de mi
Un castillo, y con ella atraviesa las ondas sombrías. poder?
(Canto V) ¿No tomarán los míos las armas y bajarán de la ciudad
entera, no arrancarán las naves de sus diques? ¡Id,
volad presurosos con el fuego, disparad las flechas, impulsad
los remos!
(Libro IV)
2 Igualdad En la obra de Homero, Calipso y Ulises no comparten En la obra de Virgilio, tanto Eneas como Dido pertenecen al
las mismas condiciones esenciales. Por un lado, mundo de los mortales. No existe una desigualdad en sus
Calipso pertenece al mundo de los dioses, y Ulises al esencias. De igual manera, Eneas es un príncipe (de
de los hombres. Dardania) y Dido es una reina (Cartago). Ambos son de la
aristocracia.
Cuando en su corazón cada cosa ya había admirado,
Penetró en la amplia gruta enseguida, y ya supo Mientras contempla todo esto el dardanio Eneas
quién era, al mirarle la cara, Calipso, la diosa entre maravillado, mientras se queda absorto atento sólo a lo que
diosas, porque se reconocen los dioses eternos aun ve,
cuando la reina hacia el templo, la bellísima Dido,
uno de ellos habite en lugares distintos del otro. se encamina con numeroso séquito de jóvenes.
(Canto V) Cual en las riberas del Eurotas o en las laderas del Cinto
Diana dirige a sus coros de Oréadas que la siguen a miles
y se agolpan a un lado y a otro; ella la aljaba
lleva al hombro y sobresale de todas las diosas al caminar
(se agita de gozo el pecho callado de Latona):
así estaba Dido, así de alegre caminaba
entre todos apresurando las obras de su futuro reino.
(Libro I)
SEMEJANZA
3. Intervencionismo Los dioses intervienen en las relaciones amorosas de En la Eneida, Júpiter se encarga de frustrar la unión de Dido
los personajes en ambas obras para separarlos. y Eneas, enviando a Mercurio para que recuerde a Eneas su
Calipso y Ulises son separados por órdenes de Zeus. objetivo.
Lo acogí y lo mantuve amorosa y solía decirle En sueños se le presentó la imagen del dios que volvía
Que lo haría inmortal y de toda vejez libraríalo. con el mismo rostro y así de nuevo le pareció decir,
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN DE AREQUIPA
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES
PROGRAMA DE ESTUDIOS DE LITERATURA Y LINGÜÍSTICA
GRUPO A
Pero cuando es deseo de Zeus, el que lleva la égida, en todo semejante a Mercurio, en la voz y el color,
imposible es a un dios resistir o incumplir lo que así como los rubios cabellos y el cuerpo de juventud
quiere; adornado:
Noramala se vaya si Zeus a marcharse lo incita Hijo de la diosa, ¿puedes dormir en una hora como ésta,
Por la mar infecunda, mas yo no podría guiarlo, por más que ves el peligro acechar a tu alrededor,
Pues carezco de naves remeras y de hombres que inconsciente, y no oyes cómo los Céfiros su favor te brindan?
puedan Mira que esa mujer trama en su pecho engaños y un
Conducirlo a través de la espalda anchurosa del horrendo crimen,
ponto, dispuesta a morir, y suscita diversas tempestades de ira.
Mas con gusto la aconsejaré, no ocultándole nada, ¿No te marchas al punto de aquí, ahora que puedes
Para que, sano y salvo, consiga llegar a su patria. escapar? Has de ver el mar entubiarse de maderos, y crueles
(Canto V) antorchas encenderse, el litoral hervir en llamas,
si la Aurora te sorprende entretenido aún por estas tierras.
Ea, ánimo. Date prisa, que cosa varia es siempre y mudable
la mujer
(Libro IV)
Y, sentado al timón, comenzó a gobernar la almadía Y el piadoso Eneas: «En verdad así veo hace rato que lo
Con soltura feliz, sin que el sueño cayese en sus piden los vientos y que en vano te empeñas en su contra.
párpados, Dobla el camino a las velas. ¿Puede haber tierra más grata
Observando las Pléyades, como el acrónico Bootes, para mí o a donde más quisiera llevar mis naves cansadas
Y la Osa que, asimismo, Carro se llama, y que gira que la que me guarda al dardanio Acestes y abraza en su
Sin moverse de sitio y a Orión fijamente contempla seno los huesos de mi padre Anquises?» Cuando dijo esto, a
Que es la única que en el Océano nunca se baña; los puertos se dirigen y Céfiros propicios les inflan las velas;
Y ordénele Calipso, la diosa divina, que siempre a su avanza por las aguas rauda la flota, y al fin gozosos arriban
izquierda tuviese la estrella durante el viaje. a la playa conocida. Y a lo lejos desde la elevada cumbre de
(Canto V) un monte se asombra Acestes de su llegada y baja al
encuentro de las naves amigas, erizado de sus jabalinas y la
piel de una osa de Libia.
(Libro V)
En los relatos In media res, el tiempo está trastocado, se El relato empieza en In media res, ya que la obra empieza
2. In medias alterna. La narración inicia en medio de la acción. con Eneas ya llegado a Cartago, y se dispone a contar su
res historia, reconstruyendo el pasado.
Habla, Musa, de aquel hombre astuto que erró largo
tiempo Canto las armas y a ese hombre que de las costas de Troya
Después de destruir el alcázar sagrado de Troya, Llegó el primero a Italia prófugo por el hado y a las playas
Del que vio tantos pueblos y de ellos su espíritu supo, Lavinias, sacudido por el mar y por tierra por la violencia
De quien tantas angustias vivió por los mares, luchando De los dioses a causa de la ira obstinada de la cruel Juno,
Por salvarse y salvar a los hombres que lo Tras mucho sufrir también en la guerra, hasta que fundó la
acompañaban; mas no pudo, ¡ay!, salvarlos, no ciudad y trajo sus dioses al Lacio.
obstante, el esfuerzo que hizo. (Libro I)
(Canto I)
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN DE AREQUIPA
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES
PROGRAMA DE ESTUDIOS DE LITERATURA Y LINGÜÍSTICA
GRUPO A
II. ARGUMENTACIÓN
Redacte un texto argumentativo que tenga por título
Y a ti, mujer, te revelaré la verdad. Cuando en mi viaje estaba cerca de ese triple camino, un heraldo y un hombre, cual tú
describes, montado sobre un carro tirado por potros, me salieron al encuentro. El conductor y el mismo anciano me
arrojaron violentamente fuera del camino. Yo, al que me había apartado, al conductor del carro, le golpeé movido por la
cólera. Cuando el anciano ve desde el carro que me aproximo, apuntándome en medio de la cabeza, me golpea con la pica
de doble punta. Y él no pagó por igual, sino que, inmediatamente, fue golpeado con el bastón por esta mano y, al punto,
cae redondo de espaldas desde el carro. Maté a todos.
BIBLIOGRAFÍA
Palavecino, C. (2010). Culpa y castigo en la antigua Grecia. Derecho y Humanidades, 16 (1), 373-379. Recuperado de
http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/126877/culpa-y-castigo-en-la-antigua-grecia.pdf;sequence=1