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La Moral social se ocupa del obrar libre del hombre que vive y actúa en so­

a cicciad, y se acerca a la acción precisamente desde ese prisma relacional. La


libertad es una facultad de las personas, pero éstas no viven aisladas sino que

l�­­­J llOORIGO IIUflO:Z


GUGORIO GUlnA"
forman parte de ciertas comunidades (familia, amistad, comunidad política,
relaciones profesionales, etc.) en las que están vigentes unos valores e institu­
ciones (leyes, costumbres, expectativas), aquellos que componen el marco en
el que se despliega la libertad de cada uno.
Esa libertad ha encontrado tradicionalmente, y puede seguir encontrando
hoy, importantes referencias en el mensaje crisliano, que es revelación del

[
misterio de Dios y de su designio salvador (creación y redención), y precisa­
MORAL SOCIAL mente por eso, ofrece valiosas indicaciones de sentido para la existencia del
hombre y de las comunidades en las que este participa.
Aquf surge ya la primera objeción que cnircnta hoy un tratado de "Moral
secar', que podrfa expresarse ast: un discurso de naturaleza religiosa oteo­
lógica puede encontrar validez para aquellos que comparten la fe, pero no
resulta apto para lo social, pues no cabe esperar contribuciones de discursos
sectoriales a la plaza pública de la sociedad moderna, plural en lo religioso y
en lo cultural. La primera lección de este curso quiere contribuir a responder a
esta cuestión. Es cierto que la teología cristiana parte de la fe, pero se formula
E'.UNSA también en clave racional y permanece abierta al diálogo y a sopesar los ar­
gumentos propios con aquellos que provienen de otras propuestas. Por eso, la
Moral social se auto­concibe como una propuesta de alcance público, abierta
a la escucha y eventual consenso de no creyentes o de creyentes de otras re­
ligiones. Como es obvio, esas propuestas han de cumplir como condición el
respeto de la libertad y de la diferenciación que caracterizan a las sociedades
modernas.
• El hiloconductorde la Moral socialcristiaN viene constituido por la caridad: 1. lntroduc:ción
el hombre que recibe como don el amor de O.os, es capa,: a. su vee de donar.;e,
de vivir una. (!l<istcncia conformada con el doble precepto de amor a Dios y al Se ha scl\abdo ya la paradoja: la primera lección de este curso de Moral Social
adopta una �rsp«tiva sodol6gia y no teológica Esdew, que vamos a mi-
prójimo, romo dos aspectos ino;eparables de una realidad. 8e principio de la
rar a la religión de5de fuera de la fe, fi�ndono, ensu "olud6n ,mpiria para
caridad se despliega y articula (.'O[l otro5. la exigencia de justici.t, de n'Speto
reflexionar sol;,re esos datos de experienoa. Queremos saber qué ha ocurrido
pcr elotro.quecompane la IT\J5ma dignidad y derechos fund;unent..Jes. pero
pn:.-scnta también sus diversidades espcdficas; e igualmente, el ¡;rincipio del con la rehgión en la sociedad rnode� y también qué ideas sobre la rehg,ón
tenían en la cabeza los padrcs de la sooo!ogía.
bien comUll, de sol.idaridad, de un destino originario común de los bienes, cte.
El objetivo de la Moral social consiste por tanto Cf'I ofnxc, las indicaciones que Veremos que esa mirada cuaja en la •1wria d, b ffCUIM'iz.ad6n•, y en su
penniltn construir una 'civiliu<:ión dd amor'. Y en esa linea se ha movido traducción práctica del principio de laiddad del estado y de los distmtos
tambiro la ensel\anza del magisterio social de la Iglesia, que no pretende com- subsasternas de la esfera pitbhca (economía, educación. sanidad, etc.) Los
petir ron los diversos programas de acción soaal {política, económica, etc.), padres
de la soeiologla (Marx, Ourkhc!im o Max Weber) observaron la ten·
sino más bien indicar principios étiC05 dimanantes de la persona que estlin denoa del hombre rnodemo a penler arraigo en la tradición, en favor de
llamados a realizarse en drrunstairias y entorrcs sociales muy variados, y una vul.a mis racional y m.'is individualista. Como consecuencia, la religión
son por eso rompa tibies con un plunlismo secial entendido en sentido no perderla la ("ffltraiidad qu<' tt'nfa en lo social, y serla desplazada hasta verse
relativista. margmah.z.ada o privatizada E5e esquema, que afinna la incompatibilidad
de la ffiigi6n con la 50CiNiad mod<"rna,ha estado present<' dw-antt'db::adas
en la sociologla.
Sin embargo, desde no hace mucho hay sociólogos muy importantes a los que
esle esquema les parece demasiado simple y empiezan a plantear cuestiones:
RELIGIÓN • es posible que lo que ocurnó con la religión en Europa oo se pueda trasla-

Y SOCIEDAD MODERNA dar sin mis a otros lugares del mundo, y que la religión siga evoluciones
diversas en cada lugar
• por otra parte, ¿qué sign.ific¡¡ s«11l.ariud6n; que la po!itica se 5epara de
Esta primera lección adopta una peepecwa sociológica. se acen:a al lu­ la religión?, ¿o que a las pe1S<lllaS !a rcligión empieza a oo 1mportar!('s?,
gar que conesporde a la religión en la esfera públic.l. y no� l),ll"a el ¿o que la rehgión pasa a ser algo pnvado, como escuchamos hoy tantas
veces?
creyente. En esta. leccíOo se atleOde {1) a la teorla de la secul.wizacioo.
como paradgma desde el que las ciencias sociales han afrontado la re- • y tambitn, las preguntas sobn! la modttnidad: ¿ro qu� consiste? ,se tr.tta-
lglón, (2) a la aíliea soc�a que ha reobido ese p¡wadign¡¡ reden- rla de un esquema rlgido, de forma que sólo habría un modo de ser moder-
terrente, yen «oseoeooa O) a la necesidad de redefinir la latiiad, en no, o caben modernidades alternativas?, ¿culturas o palses que arrancan
de puntos dlVC'fSOS tienen que converger y uniformarse si se mockmizan?
lérminos de ibenad relic]� y de neutralidad del E51adQ. peo sin neg.Jr
de entrada la presencia en la esfera públiu de tocia mantesradón de la Veremos que esta.s criticas oo conducen a rechaz.u el paradigma de la s.xula-
religü,. inck.iso de aquellas que son respetuosas de las lrbertades. riución, pero 51 a poner de relieve que loocunidocon la religión en Europa
puede ser exreptional y oo el modelo que todos tienen que seguir. 51 se alcan-
za esa nueva percepción,. la conclusión es que se debe ndtfinir ,1 paradigma
d, la laicidad.
Dos observaciones, finalmente: respetuosas de !a libertad y que no degeneren en actitudes de tipo fan.itiro o
intolcr.1.nte. Esto nos lleva al segundo y último punto.
1. ¿Por qu�csta lecdón sobre J., rtUgión en la es/era pública al comenzar un
2. ¿Cómo se ha de redefinir La laicidad?
curso de Moral social?
La laicidad bien c,itendida se considera una adquisición de La modernidad. En
Porque sólo si la reHglón tiene cierto v.1.lor público (un =nocimiento tam­
una sociedad plural el Estado no debe tomar partido en materia de religión.
bu!n de personas no­creyentes), cntoncl'!I tiene !Cfltido un di,curso religioso
sino hacer posible la hbcrtad religiosa de los ciudadanos, y a continuación.
(trológiro) para la sociedad plural. Si la, religiones carecen de todo valor para
tomar no1a de cómo la cj=itan, para establecer lu oportunas relaciones de
el bien común, enton,ccs quedar!an como discu!SO& de secta, consider...:iooes
colaboración ron lu instituc:iOnl'S religiosas. Estas, por su parte, no deben caer
o preferencia, marginales para quicncs no comparten la k.
en fonrnis de clericahsmo que las lleve a buscar una presencia m la polftia.
Aquí se parte de una idea di vena de la religión. que atiende al 111eno5 a las quecksd,ga dcsu naturaleza religiosa.
siguientes razones:
Sin embargo, la modernidad ha comprendido la la,ddad como exclusión de
• las religiones monotcfstas tradlcionall'!I presentan una dogmltka inter­ la religión dcl espacio póbhro. Y eso esconde una visión sclectiva de la reli­
na, un mens.a.je que remite en definitiva a la autoridad de un Dios que se gión.que la reduce a problema. Algunas vceC>S ha s,doasl, pero mucha, otras
revela, y que propone tal met15Jjc para que !l('a aceptado por el acto de la religión ha [ugadc en favor de la libenad, y ha aportado las bascssobre las
k:. Ese es el dominio de la razón creyente y de la obediencia. por parte de que construir el respeto a las personas y 1a convivencia entre tes pueblos. Por
quien h:l hecho la profesión de fe. Junto a él, las rehgioncs prcsentan otro eso, aqul se proponc una afirmación de la laicidad como libertad religiosa
especie que podrta denominarse de dillogo laico, ron la, otras religiones, y neutralidad del E5tado, pero sin uclusi6n de la religión de la esfera pú­
con ICII no creyente, y con las instituciones pol!ticas y civiles: aqul no se blica.
trata tanto de lo difcrcnclal (de IC11 'dogmas' como objeto de fe especifica),
sino de aquellos valores humanos y princip,015 Nkos que pueden ser y con
frecuencia 500 compartidos por oo crcyentcs. y que pide11 un intercambio 2. La sociedad moderna:
racional para alcanzar consensos sobre las e1ug<'nciM prácticas que com­ teorías de ta diferenciación social
portan aquí y ahora.
Como es sabido, las ciencias sociales nacen en el siglo XIX de La observa­
• En l5C scgundo dominio, las grand'­"5 tradkionc:!1 religiosas guardan un va­ ción de l.as transformaciones que acontecen con el paso de La Edad Media a La
lioso patrimonio de rdlui6n y de e�pcriencia para enfrentar los des.dios Edad Moderna y, mis allá de su observación, como un in!ento de explicarlas
tticos de La e�istenc1a humana. En ese espacio puede11 ser rompartodos desde una base empirica. La sociología explica el surgimicnto de la socied.id
por cn.­ycnt'­"5 y no creyentes multitud de exigencias de orden pdctico: moderna romo fruto de un proceso o conjunto de procesos de difi,rmdaci6n
exigencia.s de ju�ticia, la lmportanc:m del don y de la solidandad romo fun­ sod,1L As(. Las sociedadc:!i de La anligOedad y medievales estaban construidas
damento de la convivencia, del valor y dignidad de rada hombre y mujer, sobre la primada de la tradición, como sociedades ,erá"1uicas, e,;tructuradas
la preocupación por el medio ambiente, etc. En este terreno l.as religiones en tomo a un eje o centro o, si se quiere, con un vt<rt1cc. Ese centro venia cons­
h:ln ofrecido una aportación valiosa durante mu<:hos siglCII. Ciertamente, tituido principalmente por La religión. Como es lógico, esto no quiere decir
la historia contiene tambil­n puntos oscuto11 del lado de la religión; deben que todas las �s fueran igualmente fervom;as o cumplidoras de Las exi­
ser corregidC11, pero eso, abu.505 noautoril­ln a desechar todo ese palrilno­ gencias prácticas provenientes de un credo Lo que se afinrni es que la religión
nio y tirarlo por la borda. aportaba el principio de orden social, ofreda legitimación a las inst1tuooncs
Por eso, hoy i!On mucho, los no creyentes que rompart<.!fl pan;:ialmcnte W (iambi&, políticas), provcta loscnteriOl5 para juzgar lC11comportamientC11,elC.
Y ese estado de cosas era aceptado por todos o una inmensa mayorfa, incluso
enscl\anzas de Ju religiones, y las consideran más como parte de la solución
por quienes pudieran en ocasiones contravenir de hecho ese orden.
que romo parte del problema Por eupuestc, siempre que l.as religiones !ll'iln
E5i fucne unidad social, provl.'nK'nte de un centro que aportab.l C'OOC!iiOn,. se diferenciación y 5ttlllarl:r.ación, puesto que cada esfera reclama autonomfa
de modo radical, también respecto de la religión (este es por ejemplo el caso
pierde en la sociedad moderna, que carece dtcvkttr jerirquico dtbido a la
apvidón dt mÍlltiplrs «nlros o tjrs. El proceso (005iste en el surgimiento de Max Wclx?r). Detengámonos a continuación en el significado de la expre­
de diverA5 esferu que se ronciben • si mismas romo autónomu, que se sión 'sociedad secular'.
independizan o diferencian respecte a la �ligión y tambitn ,n� si: surge
asf la esfera de la polftka 51..oeular, de la cronomla capitalist.1 qU(! reclama inde­ 3, la teorfa sociológica de la secularl:tadón
pendencia de las nonT1aJ1 �ka!: y también de la política, de la denciaemplrit:a
frente a la lilosoffa y la tcologfa. etc. En efecto, en ese proctsO compltjo y La teorla de la secularización es !a herramienta o el paradigma con el que la
dilat.do tn d litmpo, suelen =ionarse cuatro grandes factores d, dif'"" sodologfa, hasta hace poco de forma indiscutida, ha tratado de comprender
r,ndai:ión social: la religión y emprender, en C'On51.'Cuencia, las praxis sociales que se [uzgan
a) La Rdorm.a prottSUnlt supuso la ruptura de la unidad religiosa en Euro. adecuadas a esa comprensión, En este sentido, las ciencias y praxis sociales
pa y la consiguiente tcrritorializaaón de las ronfcsiones cristianas. Es ro­ adoptaron desd<! su nacimiento un presupuesto o punto de partida, que por
lcbn­ la expresión latina ,uiu, rt¡ro, tÍl<S niligio, que formulad principio de su sencillez puede formularse como una. ecuación;
vigencia en cada ,q;ión de la religión del prfncipe o del rey. Con el tiempo, So,:iedad moderna• sociedad se,:ular
se irlan abriendo paso la tolerancia religi0!51. y cl principio de lll.­Utralidad
del Estado respecto a la rcligiOn. Otra forma de expresarlo consiste en dcar que a medida que avanza el pro.
ceso de modernización (diferenciación. rac:ionalizadón) la religión vendría a
b) La pm:lida di' la posición h!'gemónica di' !a lgk'sia y la pluralil'."lción re­ menos(+ modernidad,• religión),
ligiosa da paso succsrvamcme al ascenso d, los estados modernos, a las
nuevas burocracias estatales que mantienen una comprensión secular de Dos observaciones son importarues para comprender esta expresión. La pri­
la política, no ncccsitada ya de una lcg,timación d¡­ origen tl'Ológico. Poco mera "'que dicha ecuación quiere establecer una correlación intrin5tta o n'""
a poro los estados irán asum�ndo funciones en las que la Iglesia habla cesarla entre los dos términos de !a misma. No se quiere dl'Cll" simplemente
desempellado el protagonismo (ensdlanza, sanidad, etc.). que hubo sccularizaaón pero pudo no haberla, es decir; que se trata de un
fenómeno contingente de la modernidad, de manera que Las cosas "podrlan
e) Un tercer factor es el surgim1e11to de los mercados apitallstas, cada vez haber ocurrido d¡­ otro modo"; sino que se afirma una asociación rccesana
más de:sper.,onalizados y autónomos, que ponlan distancia con las exigen­
entre modernidad y seculari:r.adón como dos prottSOS inseparables (asi por
cias morales de las iglesias. Naturalmente que los mercados instituciona­
ejemplo, un país en proceso de mo<;fom,7..ación debe sc­guir la vfa de la secu­
lizados existlan desde muchos siglos atrás, pero los fenómenos de indus­
lariución)
triahzac,ón, urbanización, surgimiento de la clase obrera, etc., provocan
una nueva configuración de la economla y con ella de lo social. l..ai;egunda observación aporta también una matixación importante a lamen­
cionada ecuación: con el vocablo 'secularización' no se quiere dar a entender
d) Finalmente, el surgimiento de las ci,ndas ,mpiricu ponla también dis­
que la moderrudad comparte la desaparición de la religión, sin más; se n?fiere
tancia respecto de la filosoffa y la teologia Nose trataba SQ!o de un nuevo
más bien a un proceso de plrdid<1 dt importanci<1 social d, la rdigión, com­
mffododentffico, s,no que en mucnas ocasiones la Ilustración newtoniana
patible con el hecho de que muchas personas sigan considerándola un llSp<'CIO
europea ahmentó una oosmovis1ón cientificista que se presentaba como
importante en su vida, incluso el principal.
remplawde la rehgión. en la medida en que pretendia onecer las exphca­
riones primarias de la realidad. Es parad6jico que la teorfa como tal carezca de una Iormulactón clC'ntífica ri­

gurosa, con el correspondiente apoyo empfnco. Los que suelen considerarse


Este con¡unto de procesos da [ug,u a la sociedad diferenci.ada, compuesta de
padres de la s�iologfa{E Durkheim, K. Marx, M. Weber, G. Simmcl) trabaja­
esíaas div'1'Slls ,ntre si y qu, se dotan de sus propiu normas. Se compren­­
ron dando por supuesta e;;a tesis, tomindola como algo obvio a consecuencia
de que en \.a mayor parte de esas cxplicac:IOOl'5, resulte dúlcil distinguir entre
de lo que tcnfan ante sus ojos. las profundas transformacioocs sociales de la
como lenómt-no de UN Identidad cultur&I ('ffl 1).­. rellglow dlr!'Mda ffl •lguiffl
modernidad (róltionaliz.xiOn. industriillizaciOn. urbanización. �c.) y el fuerte
que re mantiene propia.mente Lo fe {la cmcr¡Cl'\Oa del Islam en Europa ha puesto
impacto negativo que 1'5taban provocando en las forma tradlcional1'5 de !a
bien de N:llcvc cslc fcn6rrlcno).
rcliglÓl'I, cuyo centro S<! kx:aliuba en la parroquia rural. De esta forma, con­
cluyen que la vid., modemi\ u.rbana y r.-cionaliud,1,, ruuli., incompatible Volvamos ahora sobre la compari,dón Europa•Aml>riat y su significación.
con la religión. ¿Por qué resulta importante este tuntraste? Si se toma en cuenta que los &-
Desde ent<>nces, la soxiologb -o un amplio sector dominante- ha analiudo !a lados Unidos suelen considerarse corno un paradigma de !IOci«lad moderna
religión desde la idea de decadencia irrevemble; o en el mtjor de los casos, ro y diferenciada, a la que nadie suele negarle ese titulo, es evidente que tal
una pe:rsprctiva funcionaflsta: la K'ligión puede prestar sus rontribucion(-s, asimetrla en la evolución d<' la religión represente un problema para vincular
por ejemplo, dc:semp,?i\ar un papel para la liberación de la humanidad de la de una manera rigur08a y sin mas explicación el binomio modermdad y se­
pobreza o de la opreuón. Ahora bien. una vez aksnzado el obp¡.-tivo sel'lalado, cularizac:ión. De manera que seguir mantrniendo la tesi! de la M'ClllariZKión
la religión resultaría superflua. requerirla alguna explicación adkíonal. En efecto, para ofrecer una razón al­
guoos estudiosos recurrieron al argumento al U50 de que toda regla tiene su
excepdée, lo cual significa para este caso que se puede afirmar una relación
4. Criticas recientes a la vieja Idea de seculartución recesaría entre los K!rminos del binomio modemidad•secularizaaón. y que lo
ocurrido en los Estados Unidos ron la religión representa un caso excepcional.
Desde los ano& 90 del pasado siglo. ron alguna¡ precedentes anteriores, !a
vitja asociación n«esaria entre modemidld y s«ularir,ación h.a sido objeto No pasó mucho tiempo antes de que se planteara la cuestión· si las rosas son
de debate, y h.a rcc,b,do un número oeciente de críticas que limitan de fonna asr, entonces se debe explicar por qué la evolución europea repn:-senta b re­
importante su alcance, antes considerado universal, A rontinuaaón se expon- ¡;la y la variante americana la excepción ¿No cabria invertir es.a relación, y
drán las principal1'5 críticas ser.aladas, que pueden agruparse en tomo a ln'S conduir que lo extraordinario fue lo que p,i,só con la religión en Europ;a?
núdeos. Naturalmente, la cuestión es algo mascompltja y obligaba a tomar en cuenta
también la evolución de !a religión en otras zona.s del mundo romo Australia,
a) Cmnparaádn Euopa•Amlrica Can.,dá, cte. No obstante, import.i m!s resaltar aqul que el debate planteado
La primera observación crítica a la vitja comprensión de la SOOJlarización con­ en l'SO'I t�rmioos de oorma-<?xcepc:ión llegó a un punto en el que resultaba
siste en ,;e,\alar la .uimetña de lo queocurri6 con La. religión en distintas in-as difícil avanzar
geogr!fios, si se toman en cuenta los datos empfricos:
Al final, el análisis comparativo de la rehgión en diversas área! del mundo
• los pafsn de Europa occidental Cl<perimentan a partir de los at'io!t 60 un conduce a cuestionar el concepto mismo de s«ulariución. Si sociedades en
fuerte declive de la práctica religiosa, de \a5 creencias {en menor medida) las que la evolución de la religión h., sido diversa, romo las de Europii ceo­
y dd sentido de pertent'Tllia a una iglesia o comunidad religiosa,. dental y la norteamericana, merecen igualmente cl calificativo de modernas,
• Por el contrario, en Nortumniu la religión mantiene durante ese peóodo entonces ¿qué queremos decir cuando empelamos el � '51'C'Ularización'?
una prcHnda vigorosa, que la alqa de la evolución europea.
b) Qui sttularfaaci6,r
5"" muchoa loo l"'"IOI � interk �"" "",titan y 'I"' aquí na podr1n ..,, abor•
dados. Una de elll:.I teTi,,: ¿ mis all.l del a,pecto rnerarntnt� cuant,\.ltiYI), cuüe, Una contribuaón importante al debate procede de José Casanova, autor de
1on tu R21>1,etde un dedi� tan dnsti<o de La prKlicu m-smu.., Europa en ongen español afincado en los Estados Unidos. A5u ¡uicio, La. herramienta que
� period<>7, y p:,t "'-"" pane ¿p:,t quo! el ka..o df La trflel'Ciaus not•ble- empleamos para comprender la evolución de la religión no resulta lo scñ-
men1e ln/eri,:,r al � Lo ¡rittlca ,ellgloea,! A - ,e.pt00. loo �,. � Lo re­ den temen te afinada, porque incluye en si diversas acepciones que introducen
ligión han ICUI\Mlo Lo apn!!lión 'clftflÑ, Jin Jlfflimenda', - � • UN
más confusión en el debate, en lugar de servir a una clarilkación. Segtln Ca·
lnd,vidualiualn df Lo k fl'ligioN,.oa ....a� que manlÍl'ne diltano,a � Lis
iruut1Kionoe5 reh¡:,osat; pero tambiffl .., ha ha� df 'pe,tenena;, 5111 a-eenci,t', sanova, empleamos el vocablo 'secularización' para referimos al n,eoos a tre,
si11;nificado5 diversos:
l. La ya mencion.:1da diferr11dnci611, o emandpaci6n de esferu s«ul,u-es • de manera descriptiva: como la constatación de una tendencia, y en est<?
(política, cronomla, ciencia, etc ) n.'5Jll'CIO de las iru.titucior.c:5 religi05ils. Es caso precea de validac,ón empírica. Una de las tl'Sis prindpala que hiw
d proceso que se ha descrito antC!I brevemente, que trae consigo también ct'lebre a Casanova consiste en afirmar que desde los aflos 80 la religión
la CSJ)l'Cial!zad6n de la rel!gión en su terreno propio se desprivatiza, se hace pUblica, como ponen de relieve algunos proceso5
ocurridos entcrces Oa revolución Islámica en Irán, el caso de Solidaridad
2. En refcrercia a un ,leclivt tle crtl!l1d11s y ¡mlctic11s religi05,1J por pule de en Polonia, la ioc1deocia dcl catolicismo en la revoluciónsandinista yolro!I
los ciudadanos. Este C!I un proceso diverso al anterior, que consiste en la
ronnictos de Liltinoamt'rica, el fundamcntalismo protestante como fuena
d«adencia sin má5 de la religión.
en la poHtica nortcamerica1111). El paso del tiempo aboga por la consoli-
l. La secularización romopri11ati21u:i611 tle In rtUgi611, de manera que: pierde dación de esa tendencia que scflalaba Casanova en 199,I: cada v<!t resulta
relcvaoc,a pública y se hace marginal al sistema o conjunto de subsistemas más dificil hacer política sin tomaren cuenta la religión.
socialC!I, aun permaneciendo en la vida de las personas. • en stntido 11om111ti110: aquí no se trata ya de describir procesos aconteci-
Se trata indudablemente de preeeses diversos que no tienen por qu� ocurrir dos, sino de algo bastante más problemétlcc, de prtscribir qut •• rtligión
de forma simulL\!leil. Esta mejor cooceptualizadón permite contar con una debe permanecer al margen si queremos preserv.ar la democracia. Corno
herramienta más adecuada para comprendct mejor la realidad y dcscribir de afinna Casanova, claro que puede defenderse, en el terreno histórico y
forma más satisfactoria aquello que acontece en cada lugar. En este sentido, prérucc, una autonom!a entre la 'iglesia' y el 'estado', pero establecer un
11 triple distinción de Casanova supuso una contnbución, en la medida en muro de separación entre 'religión' y 'polftica' es injustificado y ccetra-
queaporuba una clarifica.dón importante. ¿Qui' bala�ofn.-cc el autorsobn! produccnte para la misma democracia. Esta exigencia de privatización
cada una de esas accpcionc5 diversas? de la religión se sustenta solo en una comprcmión muy negativa de la
religión. Por sef\alar algunos datos, cerca de dos tercios de la población
l. La diferenciación de ufcru que adquieren autonomla propia, respecto a de Europa occidental percibe la religión como'intolcrante' (81 % en Suixa,
la, 1glcs1as y entre si, es un proceso que suele ronsideral'S(! indisodable de 79% en Dinamarca), o como 'causa de conflicto' (86% en Dinamarca, se-
J.,. modemidad, puesto que es diffdl pensar en una sociedad modctna no
gún datos relativos a 2010). Si la violencia de enorme magnitud conocida
diferenciada. por el siglo XX vino de la mano di.' las ideologías seculares modernas y no
Olra C\le<tlón eo c(Jrrw:, oc /nterpn:ta el knómeno, y 1arnbl(,n aqui $U<gC<l ,nterro- de la intolerancia rl!ligiosa, se puede concluir que esa visión tan negativa
g.;,nt.-. que pueden moontr�r respu"5las divcr5ó>S: ¡este proccoo do dlfennda- de la religión esta pensando en la religión d, otros, o se sust<?nta en una
c,ón,. roma � ha apunt>do antco. puede V<nl' corrw:, algo contingent" o "" trata memoria muy selectiva de 11 propia, que se jui.ga afornmadarrcntc su-
de urw h>ndenrw estruc!ural? Y por otra parue. ,la dlkrenciadoo. romo tat trae perada.
pc:1)111.oc:. para la R'hgión o rn.b bim benef"1<10!1? S,. pu«k-n vc,r beneficios <'l'I una
rebgi6n que oc cspcc,aliza en su tc=o prop,o, a! tiempo que oc desprende de Volveremos sobre los probl<'mas que suscita hoy esta visión tan negativa de la
otl'OI pesos que la L>stnb.tn. religión, pcro antes hemos de referimos al tcrcer núdeo que SC'f\ala la critica
a la viqa idea de sccularizaaón, que conduce al debate sobre la naturaleza de
2. El modelo de la de,:adencia de la religión, se ajusta más a !a realidad si
la modernidad
se refiere a Europa, pero no vale si se formula como una dc,cripdón con
pretensión de alcance universal. Se debe constatar dónde se produce, y en e) ¿Modm,idad o modernidadts?
la medida de lo posible hay que ir más allá de la necesaria cuanhficación,
"Modernidades múltiples" es el lftu lo de un artlculo publicado en el al"to 2000
ofrccc1 explicaciones del fenómeno y valorar s1 se trata de un factor que
por S. Eiscndstat, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusall'n La expre-
merece ser celebrado, occnsntcye más bien un indicio de cnsts.
sión del Utulo, ya en si significativa, argumenta en contra de \asteoñas 'clási-
l. En tercer lugar, la privatii.ación, que al decir de Casanova puede ser en- cas' de la moderruzación y el análisis de Marx, Durkhcim y Vw-bcr. Ellos asu-
tendida de dos fonnas· mieron que el programa cultural de la modernidad tal como se desarrolló en
Europa, y la constelación institucional que de él emergfa dcberfa ,vgir todo • ,kulturAlcS: la modernidad se ve romo un proceso culturalmmt, ntutro,
otro proceso de modemiución. y que con la expansión de la modernidad ese que podrla eccetcccr a cun!quier cultura y que ronsistirfa (en la Cllplio­
programa preval('('('l'fa a travi5 del mundo. Esa comprensión, que ha resulta­ ción mayoribria) en un desarrollo de la ratón; conocimiento cientffiro,
do dominante durante décadas, entiende la modemiudón como un proceso adopción de una aditud SfXUlílr, nscCINI de un modo de tjen:er la ratón
unidirt'CCiON,l y progresivo, según el cual palscs que arrarean de orf¡;encs que es el de la racionalidad instrumental. Enestoscasossejutga la rnoder•
culturalcs divcnai. dcberfan reahzar una evolución que les lleve a conver­ nielad romo algo que rons1ituye una 'contribución' o avance, con la ron­
ger en un mi$mo punto de llegada. En re5umen, la expn:sión 'modernidades secuencia de que toda cultura deberla realizar esa transición: racionalizar,
múltiples' afirma que modernidad y oa:identali:uci6n no son rnlidad� secularizar, etc. (Otras cxplkacioncs se basan m�s que en la ratón en un
idtntk.u. Esa cona­pdón S<' viene abajo tras la II Guerra Mundial, y explica desarrollo social ­mdu�trializ.:ici6n, movilidad, ce.­. pcroon:linariamente
el rechazo que produce en las socicdade!l que hoy protagonizan proce,os de seroncctan ambos factorcs).
modernización ese ideal homogcnc1zador y hegcmóniro de modernidad oc­
Las e,rpllcadones domlnantu de la modernidad �rtentttn, a juicio de Ta­
cidental.
ylor, al �ndo grupo. Esto conduce a calificar cambios culturales (como p.e.
No 15 posible dar cumta aquí del debatcsobrc la modernidad en toda su ex­ el individ1111li$mo ocl decbvede la práctica religiOS,'J) en la misma perspectiva
tensiOn. baste indicar que muchos observadoroscritican hoy esa antigua idea en que se califica un dt'SCUbrimicnto evidente (romo pueda ser Ja flsica mo­
de moderniclad, 5cllalando al mcoos d05 limites importantes: derna o la tecnologfa), ron la afirmación comiguiente de que todas las culturas
• Rig,'dr::: esa comprensión de la modernidad resulta umlatcraL en la me­ lmdrí�n que pasar por ese tipo de rambi<l'I (secularización o individualismo).
dida en que no pennite modulación alguna del proceso y forzarla a la De nuevo aparece aquf de forma problemática la idea de una ne«'S,lria con­
convergencia a palses que anancan desde orfgcncs culturak:,<; div,m;a;. vergencia, según la cual el "dcs.urollo• de sociedades "tradicionales• acon­
Concretamente, respecto de la religión se afirma que pueden existir mo­ tece a trav� de la modernización. Lo crucial es que la tradición impide el
dn­nidadtt SKU!uN, romo ocurrió en Europa. pero en otras áreas cul­ desarrollo, o en otras palabras, la ratón modemn representa la luz y todas 1M
turales cabe pensar en procno!I de moderni:r..aci6n que no excluyan b 500(.'dadcs tradlcional15 coinc1dm en la inmovilidad de la noche.

religión. Enrontrastecon esta visión, la tesis de las modemidadesaltemativassubraya


• Eurountrismo: la tendencia a identificar lo "moderno' ron los procesos que W adaptaeioncs no tienen que ser, y generalmente no serán. id&Lticas
ocurridos en Europa occidental suscita en otras áreas geogiáficas un com­ para toda., las dvilizacioncs.
prensible rechazo y esU en la base de fcn6menos de resistcncua o rontra­
modemización. s. La religión en la esfera pübllca:
Lo que esU en cut5ti6n es qué naturaleza ckbt11,os atribuir a la modernidad. redefinir la lalcidad
Como ha S<'l\aladoCh. Thylor, el surgimimto de la modernidad puede V('l'S('
de d05 maneras o ser Cllplicada desde dos tipos de toorlas: Las criticas indicadas S<'f'lalari Umitt'S import.,nk.'5 al paradigma de la secu­
larización. la hcrramienu de �,s ciencias y praxis socialC9 para acercarse a la
• Las ltorfas n.ltumlts jutgan la modernidad romo el ascensc de un.o nu� religión. Mucho.s perciben una presencia relevante de la religión en Ju socie­
va cullura o conjunto de culturas, ron sus interpretaciones de la pe!SOna, dades modernas, que en los últimos atlos ha s!docrc<ientc, baste pensaren la
de la naturaleza, del bien. Ese ascenso se debe a al comprom!socon unos
emergencia del Islam en Europa, oen la incidencia de la religión en la política
nun,os v.1lorrs, que conduce tambi� a posterg;ir Offllfque estaban vi� norteamericana. Y roricluyeri que asumir la vfoja idea de secularizaci6n (en
tes hasta entonces. pero en esa5 transidoocs el punto de partida deja, siem­ timnin05 de decadencLa progresiva o margmaliz.:ición de la religión) hace mis
pre SU huella en el producto final (351, la conversión del Imperio romano al diffcil romprend"1" lo social y determin.,r !as praxis potrtica5 adecuadas. O en
cristianismo ode lndor,esia al lslam dcspui5 del siglo XIV). ot� palabras, ,e hace cada vez m�s patente que la gloN.liz;r,ción desafia ti
modelo Ilustrado de s«ularluclón o lar,IU cntcnd!d� como exclusión de !a neutralidad (no indff=ia) edgc que los estados constaten cómo ejer-
la r.-llgión. cen sus ciudadanos la libertad religiosa y actUen en consecuencia, hacien-
¿Se debe cntorocc, T\'Chazar sin más la Idea que asocia modernidad con scw- do posible el cjcrcicio de ese dCft'Cho (en materia de educación. de culto,
lariudón como una eKpl1cación mflka u obsolela? La cuestión a delicada de colaboración institucional con las iglcsw, etc). D1flc1!111C'ntc puede juz...
porque parece indiscutible que la modernidad ha trafdo tramforrn.Kione5 no garsc como 'neutro' el desarrollo de polftkas para instaurar descle arriba
!a igualdad entre los credos diversamente representados, o dirigidas a eli-
pequct\as para la prL'SCllCia de la religión en lo social, además dcl apoyo em-
minar la religión de la esfera pUblica.
pfricocon que cuenta esa asociación si se refiere particularmmtea Europa. Oc
ah! que en vez de desechar la tccrra de la secularización (o su traslado polltico • Esta neutralidad o laicidad del Estado sin exclusión de la rehgión, supone
cuyo paradigma C'!I la /nfcili francesa), S'1ia prectsc �driinirl� de un modo una consideración que admita la posibilidad de contribuciones positivas
milis ílc,;ible, que tome en cuenta las evotuctoees locales, y sobre todo, que de las religion.-s. Y afirma que d,fcrenci;,ción no equivale a la privatiui-
caiga en la cuenta de que excluir de entrada la religión, solo puede deberse a ción modcma, que e,;igí.it privar al ciudadano dcsu cualificación o identi-
una visión umlateral de la religión como 'problema'. dad religiosa para entraren la esfera pública. Tal escenario supone superar
los vitjos prtjuiciCl5, las tcnsiolll."' de la modernidad entre la fe y la razón
Por otra parte, tal pres.-ncia pUblica de la "ligión que hoy constatan muchos
como dos fundamentallsmos opuestos, y promover un dialogo o escucha
observadores, obviamente no admite una valoración unív(I(.), puesto que jun-
to a manifestaciones re!igi= a favor de! progreso y la hbcrud, se constatan reciproca entre ambas. La religión debe escuchar a la razón para conservar
un rostro humano y evitar sus pcrversrcres. La razón (tambilm la po!füca)
tambil!n fenómenos de fundamcntlllismo o de m!oforancia rchgiosa. Más ali.\
se puede bcncfu:iar de una presencia p,lblica de la rcligión a condición de
de la excesiva simplificación que supondrla plantear la alternativa de' religión
que ésta respete la diferenciación y las libertades.
si' o 'religión no', conviene formular la cuestión; ¿qui? expresiones de la reli-
gión? Como ha irxhcado P. Donah, esto requiere recuperar una ldea de tolerancia
bas.lda scbre v;ilores y no meramente sobre !a mdifcrcnaa hana los valores.
Todo esto no pretende poner en duda la laicidad del Estado o la lib.-rtad
Se debe ser tok!rante porque las personas merecen respeto, incluso cuando se
r.-ligiosa.,que son adquisiciones indiscutibles de la modernidad. Pero se haCI'
equívocan, y no porque toda postura o acción resulte equivalente Esa toleran-
pll.'Ciso r.-definir la manera de afrontar la religión .-n la sociedad moderna.
cia liberal (indikrencia hacia los valores) no pocas veces termina en intoleran-
Tal tarea, que no puede reabir aquf la atención que merece, habrla de tener en
cia porque se funda en apoyos frágiles; la irrdiferenda de pnndpio /rada los bie,ies
cul!nta, además de los aspectos propios de cada lugar, al menos los siguientes
(no pemute promover n.ida; al contrario, hace irrelevante toda diferencia), y
elementos;
1a aulvnomía indiv,dwa/ romo d btm único y absoluto, que no acepta otra, posi-
• La liberlad religiosa, es decir la hbcrtild de los audadanos para adoptar ciones que pu<.'dan limitarla.
uno u otro credo o para no adoptar ninguno, sin que eso signifique una
Es nK<"Sario redriinir b laicldad 1in n�ión de l;i retlgíén. Caben distintas
merma de sus derechos, y la libertad de las iglesias p;ira desarrollar sus
maneras de ronuiones entre fe y razón, pero esa redcfinición deberla en-
actividades. En ambos casos, siempre con el limite del orden publico, que
tenderse como cap«ithl de di6/ogo y toltrm1da 11ttiw entre posiciones que no
impide un ejercicio abusivo del derecho.
dl.'bcnabandonar la propia fe para entraren e! espado pllblico (comoexi!,la la
• U 11e11tr11/id11d dtl Est11do respecto a las religiones y la indcpendC'llcia y modernidad). Una presencia pUblica de la religión est entendida puede con-
autooomla rcdprocas entre las instituciones poUticas y las religiosas. La tribuir a sostener la ruón. e indirt'CIJITl(.'l'I\C a la democracia, a trav� de la re--
neutralidad se entiende, en conexión con la hbcrud -religiosa, como un Es- elaboración de su patrimonio de rcOCKión humanista. Las grandes religiones
tado que ni se identifica ni privilegia una rchgióncntrc otras. Y su .iplica- Gudafsmo, cristianismo e Islam) han distinguido entres u dogmática in1ema y
ción debe atender a dos momentos; 11 priori, el Estado ha de mostrar equi- el esp.1cio laico de diilogo con la rnón y de di.lilogo interreligioso. &a reser-
distancia inicial hacia los dis1intos credos [p.e., igualdad de trato respecto va de rcilcxión o de d�urso impirado por una fe rchgima no se propone solo
a su cstatutojur!dico, requisitos para su reconocimiento, ctc.)A posttriori, para quienes confiesan la fe, sino que puede ser atendida por muchos que,
desde la incrocnci.l o desde otra opción religiosa.. dCSC\Jbren en ella una fuente
válida tambi� para fromcfarcl di!ICIJr.K> público.
Y puede deci� que esta es tambit.'n misión de la Moral social. Elaborar su Ejercicio 3. Comentario de texto
propuesta desde fuentes cristianas y promovu H.l deuch.t ttelproc.t entre la Lff los slguitntes tu:tcn y hu un comtntario personal utiliundo los contt•
ruón ,d¡giosa y la ruón s«ular, con el oqetivo de evitar tanto la tentación
nldcn aprendido,:
de sus propias pcm?l"5ionc5 de intolerancia o fanatismo, como el n¡hilismo
relativista o la anomia en que han desembocado las sociedades modernas de- "u mlgl6n Ol5tlina y las otras mig,lones pueden conlflbuif al desafrolo Kltimenfe si
jadas a la sola razón. Oios �..., iigorm loe/no púbica, con tspKlfic, ,ele,is1ei.11 la dimensión cultural
socl,l ecoooOmluiy,en p..rtiwllr, politlca. Ll doctrww socl,lde la lgllsl,, 1w n.cldo p¡.�
revindicar ea <arta de dudadanla• de la religión alstlana. Ll negación del derKho
a profesar pUbhamente la propia ,elogió., J a trab.ljar p¡.,a que las verda.dli de la fe
Inspiren Ulrnbibl la vód.J pú� tllnecoruecuenci.ls negativas soln el vtfdadero de·
Ejercicio l. Vocabulario sarrollo. Ll nd� de la ,@ligión del .imbito público,. asl como el fundamentahsmo
ldentifia el slgnlfiado de lu siguientes �labru y upN!slones u�as: reigioso po, ooo lada, impiden el encuentro entre� �s y su colaboración para
• empirico . i�d migios.J el progreso de la hum.Jnidad. Ll vida pública se empobrece de motivoJdone y la po--
• s«1.1l,1rización • r.uón secular lilica adquiere un aspecto op<O!SOr y agiesivo. Se COfre el lle5gO de que no se respeten

• laicidad • nihilismo �ta


lo5 dere<hos humanos, bien po,que se les priv.l de su t..,,,damento tra�endente. bien
po,que no se reconoa! la libfflad penonal. En el laicismo y en el lundamentallsmo se
• p.,radigma • anomi.J
pierde la pos.bit.dad de un d."°90 Íl!Cundo y de un,¡¡ p,oYedlosa colabx.clón ffitre
la ruón y la fe �- to rttzón llffe!Ít1' � se� por lo fe, y esto Villl'
Ejercicio 2. Gula de estudio t.wnblm para la ruón politiu. que no debe cree.-se omNpO(ente. A su vez. il rtltgi6tl
Contesta a las siguientes pr�untu: fffflt � MCnidod M Stt pur.6codo por lo lalÓII para tno5trar su autél!lco ,�!Jo
hurNno. Ll ruptl.Q de Hltdiilogo comport, un coste muy gqvoso par, el dewnollo
l. ffente a la5 soclldadH de la antigOedad y medlNa!es. /.� H lo aractelfuJ..
co de la socied.,d mode<na? de la hllfllanidad"
(Benedicto XVI, Ene. Coti/CIS In �Ole, 56)
2 Ll sodologla explka el surgimiento de la 50Clldad modema como fruto de
un proceso o conjunto de procHOS de dofe<enóadón soci.l. ¡C�lei son los
cuatro grandes factOfe'l de d,fefencladón 50Clal que suelen rnendoMrv?
3. ¡_En� consiste. en esenÑ. la vi$ 1� $0Clológk:a de la seculaf2aClónl
4. ¡_CuMH son las objedoMs princlpalts que lwin seflalado sus crltlcos?
S. ¡_Tlenl! actualmente la mlglón presencia l)Ublk:1 en la5 sociedades modernas?
¿Corutituye es. � n«eWllomfntt un ¡¡ttntado contsa 1¡¡ democrJd.ll
6. Se M Mbi.do de 11 �d de redefinir la likkiid, ¡q� a5P1Ctos Mn de
w,r tenidos en ruental

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