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El periodo de la cuaresma fue un caos porque antes de que empieze hubo una
terrible lluvia que provocó una gran inundación y eso hizo que las vacas no puedan
entrar al matadero y por eso hubo mucho hambre, eso también puso en riesgo a la
salud de los habitantes y luego, cuando empezaban a entrar las primeras vacas, estas
eran para rosas y sus federales.
“Es el día del juicio, decían, el fin del mundo está por venir. La cólera divina
rebosando se derrama en inundación. ¡Ay de vosotros, pecadores! ¡Ay de
vosotros, unitarios impíos que os mofáis de la iglesia, de los santos, y no
escucháis con veneración la palabra de los ungidos del Señor! ¡Ay de vosotros si
no imploráis misericordia al pie de los altares! Llegará la hora tremenda del
vano crujir de dientes y de las frenéticas imprecaciones”
La iglesia lo que decía era que no les iba a cambiar en nada, solamente decían eso
porque les venia mejor social y económicamente.
En el cuento, una fuerte lluvia cayó sobre todo Buenos Aires, lo que provocó fuertes
daños en caseriós, haciendas, sembradíos, etc, y lucía más a un nuevo diluvio. Los
creyentes y beatos vociferaban juicios en contra de los Unitarios porque por sus
"pecados" en contra de discernir al gobierno Federal presidido por Juan Manuel de
las Rosas, fue que ocurría esta calamidad.
5. ¿Qué personajes encontramos en el matadero? En el relato, se compara a algunos de
ellos con animales u otras criaturas. Buscá estos pasajes y explicá su función.
Luego de la parte del toro, entra en escena un joven que es identificado rápidamente
como unitario por no llevar luto ni la divisa punzó. El mozo es atrapado y llevado a la
casilla del juez del matadero, donde es interrogado y torturado por los federales. El
unitario (personificación de Echeverría en el relato de ficción) se resiste manteniendo
una actitud desafiante y digna ante las crueldades de los federales. Finalmente, en el
momento en que lo pensaban torturar, el joven literalmente estalla de rabia, y muere
heroicamente sin haber sido desmoralizado por la tortura, y luego de haber expresado
sus pensamientos respecto del régimen federal.
Hay una mirada que organiza el caos. Es la mirada del narrador en 3ra persona que
parece ubicarse por momentos por encima del matadero y que a veces acompaña a
esas figuras que se mueven en él, solo para mostrar esas “costumbres” que van a
tener protagonismo cuando la narración estalle con la entrada de la escena del
unitario. Es aquí donde se desdobla esa voz irónica que acompaña al lector en su
visita guiada por el horror y toman cuerpo las evaluaciones ideológicas del narrador.
El tono ahora es serio y parece juzgar a los que juzgan. El texto entonces parece ir
hacia la “verdad” que se quiere denunciar. Es en el párrafo final que el texto se
vuelve doctrinario y solemne. Narrador y autor parecen confundirse en una sola voz
crispada. Se ubican entonces claramente los dos polos que Echeverría quiere
marcar: “patriotas ilustrados” y “carniceros degolladores”. La civilización y la
barbarie están delimitadas.