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CONTRATOS CIVILES

ALEJANDRA AGUAD DEIK

RESPONSABILIDAD CIVIL
UNIVERSIDAD DIEGO PORTALES
Profesor: Alejandra Aguad Deik
Ayudante: Job Jorquera Barahona

APUNTES SEGUNDO SEMESTRE 2019

BASTIÁN ESPINOSA ACUÑA

NICOLÁS FUENTEALBA RIVAS

ISABEL GARRIDO GONZÁLEZ

SEBASTÍAN GALAZ MELLA

TAMARA HERNÁNDEZ GUERRERO

JAVIER IBÁÑEZ BARBER

DIEGO MORENO GODOY

FERNANDA NAVIA FLORES

TOMÁS ORELLANA VERGARA

KAMILA SOTO MARDONES

*Estos apuntes son meramente complementarios a las lecturas respectivas del curso, como también puede
contener errores conceptuales o pueden existir defectos en los ejemplos contenidos en este material de
estudio. Asimismo, el material acá presente puede estar incompleto debido a la poca cantidad de clases en
relación a la materia que se debío haber visto de forma presencial.
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ALEJANDRA AGUAD DEIK

MARTES 24. CONTRATOS CIVILES

Partiremos con la promesa de compraventa, aunque debimos partir con compraventa. Es un


contrato bastante importante, la idea es que revisemos el PPT y discutamos los puntos que
aquí aparecen.

Lo primero, es saber que el contrato de promesa de compraventa es un contrato que está


ubicado a propósito de las obligaciones, obligaciones de hacer, y por eso antiguamente se
discutía si esta promesa es un contrato o más bien es una obligación, pero hoy no hay duda
alguna que el contrato de promesa es un contrato, participan sus características y da origen
a una obligación que veremos a continuación y la definición legal y sus requisitos están
contenidos en el Artículo 1554 del Código Civil. En la práctica comercial, el contrato de
promesa de compraventa está muy ligada al contrato de compraventa, se dice que es un
contrato preparatorio del contrato de compraventa; pero veremos la promesa como aquella
promesa de cualquier tipo de contrato, no necesariamente del contrato de compraventa.

Entonces, la promesa supone un acuerdo de voluntades de dos o más personas que se


comprometen a celebrar un contrato futuro, cumpliéndose los requisitos que la ley
establece. La definición doctrinaria corresponde aquel contrato por el cual las partes se
obligan a celebrar un contrato determinado, en cierto plazo o en el evento de cierta
condición, cumpliéndose con todos los requisitos que establece el artículo 1554. Aquí el
énfasis de la definición doctrinaria está puesto en uno de los requisitos del contrato de
promesa, que es que tiene por esencia ser un contrato de carácter modal, porque
necesariamente debe incorporar en los elementos de la esencia del acto jurídico de contrato
de promesa un plazo o una condición que fije la época de la celebración del contrato
prometido. La modalidad, por regla general en los actos jurídicos son elementos de
naturaleza accidentales, acá en este caso la modalidad es un elemento de la esencia, no hay
promesa si no hay un plazo o una condición que fije la época de la celebración del
contrato prometido.

Está ubicado en el Titulo XII, que trata del Efecto de las Obligaciones y específicamente la
ejecución forzada de la obligación de hacer, y ¿por qué de la obligación de hacer? Porque
esta es la característica más relevante y típica del contrato de promesa: genera una
obligación de hacer, no la obligación de dar una cosa, sino que hacer algo, la cual será la
obligación de celebrar un acto jurídico, que es el contrato prometido.

La promesa cumple un rol súper importante en el tráfico jurídico porque permite de alguna
manera cerrar ciertos negocios que por cuestiones circunstanciales no es posible de
materializar en el momento en que las partes llegan a ese acuerdo, puede ser por
ejemplo porque una de las partes no tiene el financiamiento necesario para comprar una
propiedad pero quiere tramitar tal financiamiento, no obstante desea cerrar el negocio en el
momento porque sino la oportunidad de compra/venta puede desaparecer. Cumple entonces
una función comercial/práctica muy importante. En ese sentido es un contrato
preparatorio, lo que no significa que sea un contrato accesorio, porque no es contrato de
garantía ni tampoco accede a una obligación principal, sino que es un contrato en sí mismo
principal, por otro lado tampoco es un contrato dependiente, ya que no depende de otro
contrato para que tenga plena validez de existencia y eficacia jurídica, el contrato de
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promesa como tal nace a la vida jurídica y produce sus plenos efectos desde el momento
que se celebra el contrato y de ese contrato nace esa obligación de hacer, en consecuencia
es un contrato principal.

La promesa es un contrato y en estricto rigor hay distintas posibilidades:

i) Lo normal es que sea un contrato de promesa bilateral de celebrar un contrato


bilateral, es decir, genera obligaciones para ambas partes, en el caso del promitente
vendedor, la obligación que genera es la de concurrir al contrato de compraventa y vender y
la del promitente comprador será la de concurrir al contrato de compraventa y comprar.

ii) Pero también puede ocurrir que se pacte una promesa unilateral de celebrar un
contrato unilateral, aquí ambas partes concurren con su voluntad a celebrar el contrato,
porque, insistimos, se trata de un contrato y por ende es necesario el acuerdo de voluntades,
pero sólo una de ellas se obliga a celebrar un contrato y ese contrato a su vez es un contrato
que genera obligaciones sólo para una de las partes. O sea, el contrato futuro al cual esa
parte se obliga a celebrar es un contrato que genera sólo obligación para ella. Por ejemplo:
La promesa unilateral de generar un contrato de depósito; una donación, etc.

iii) Asimismo, también puede ocurrir que se pacte una promesa bilateral de celebrar un
contrato unilateral, por ejemplo, podría ser el caso de generar un contrato de garantía, ya
sea prenda o hipoteca (más allá de la discusión doctrinaria acerca de si los contratos de
garantía son efectivamente unilaterales o, generan obligaciones para ambas partes
tornándose aquellos bilaterales).

iv) Por último, puede ocurrir que se pacte una promesa unilateral de celebrar un
contrato bilateral, en donde una sola parte se obliga a generar un contrato bilateral. Esto
es típicamente lo que ocurre en el contrato de opción, el cual es un contrato en donde una
de las partes de reserva la facultad o la posibilidad de optar si ejerce o no la obligación
contenida en el contrato de opción, esto está tipificada a propósito de las concesiones
mineras. Sólo está contemplado en el Código de Minería.

Características del contrato de promesa:

I) En primer lugar, es un acuerdo de voluntades en que nacen para ambas partes


obligaciones recíprocas, sujetas a las normas legales contenidas en el Libro IV del Código
Civil, queremos decir con esto que se trata de un acuerdo de voluntades que debe cumplir
con todos los requisitos generales de validez y eficacia de todos los acuerdos de voluntades,
particularmente de todo acto jurídico (voluntad, causa, objeto lícito, etc.).

II) En segundo lugar, la celebración del contrato prometido queda aplazada para el futuro y
el contrato de promesa es sólo su antecedente, por lo que no puede existir juntamente con el
contrato prometido; porque si se exigiera conjuntamente con el contrato prometido ningún
sentido tendría la promesa, porque el propósito precisamente es postergar la celebración del
contrato prometido y en consecuencia postergar la satisfacción del interés que las partes
han previsto en el negocio para una etapa posterior.
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III) En tercer lugar, la finalidad o destino de la promesa es celebrar otro contrato,


cualquiera que este sea; como se dijo al inicio, lo normal es que sea de compraventa, pero
no es el único.

IV) En cuarto lugar, el efecto único de la promesa es el derecho de exigir la celebración del
contrato prometido y, en consecuencia, solamente da origen a una obligación de hacer.

V) Y, por último, el contrato de promesa es siempre solemne, porque debe constar siempre
por escrito, así lo señala el artículo 1554. Que conste por escrito no significa que conste
por escritura pública, puesto que respecto la existencia del contrato basta el instrumento
privado. De esto nace la pregunta si es que ¿Será requisito otorgar el contrato de promesa
mediante escritura pública, en razón de que el contrato prometido se debe otorgar por
escritura pública? No, hubo un tiempo en que la respuesta era positiva, pero hoy hay
unanimidad en la doctrina bajo la postura de que no se requiere que la promesa cumpla
con la misma solemnidad que aquella que se exige para el contrato prometido. No
necesariamente eso sí la promesa debe constar en un único instrumento, no es un requisito,
sino que puede constar en dos o más instrumentos siempre que se cumplan con los
requisitos establecidos en el artículo 1554, siendo así, el resultado será efectivamente
contrato de promesa.

VI) Además otras características también el contrato de promesa, como se indicó


anteriormente, es que es un contrato preparatorio, porque no está completo, no está
materializado, no está satisfecho el interés comprometido por las partes en la promesa, sino
que, en el contrato prometido, por lo que es un contrato preparatorio, que es un acto
jurídico previo a la celebración del contrato definitivo, lo anterior no significa que sea un
contrato dependiente o accesorio, sino que es un contrato principal. Asimismo, es un
contrato modal porque debe incluir una condición o plazo que fije la época de celebración
del contrato prometido. Por otro lado, debe cumplir con los requisitos comunes a todo acto
jurídico (Artículo 1445, aquellos que son necesarios para su existencia y validez), y los
particulares de la esencia del contrato de promesa contenidos en el Artículo 1554, de la
esencia porque si se omiten algunos de esos requisitos la sanción será la nulidad absoluta.
Luego, tenemos que el contrato de promesa es siempre de naturaleza mueble (Artículo
581), porque las obligaciones de hacer se reputan muebles. Y, por último, entenderemos la
promesa como un contrato excepcional, prohibitivo y de derecho estricto, porque el
legislador ha establecido especiales requisitos de validez y eficacia y por tanto debe ser
interpretado restrictivamente.

Discusión doctrinaria acerca la validez/eficacia de la promesa unilateral


de celebrar un contrato bilateral.

Argumentos en contra: Los argumentos que negaban la validez de la promesa unilateral


de celebrar un contrato bilateral se basaban en las mismas normas del artículo 1554,
específicamente en el Nº4 del citado artículo respecto que el contrato esté especificado de
manera tal que solo falte para que se repute perfecto la entrega de la cosa o la ejecución de
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hecho convenido. Luego se decía que era inválido porque si uno solo se obliga el contrato
prometido es ineficaz (N°2 del Artículo 1554), pero puede criticarse este argumento ya que
desde el momento que evocamos la existencia de un contrato nos encontramos en otra
fuente de las obligaciones y que importa el acuerdo de dos sujetos de derecho, eso no
significa que tratándose de una promesa unilateral de contrato, ambas partes resulten
obligadas, puesto que tratándose de una promesa unilateral de contrato sólo una parte
resulta obligada (al igual que en la declaración unilateral de voluntad) pero la diferencia
radica en que el destinatario, la otra parte del contrato de promesa, acepta que el promitente
deudor quede obligado respecto de ella, existe consentimiento para que un sujeto se obligue
respecto de otro, aunque esa parte no queda obligada desde el inicio del contrato. Lo otro
que se decía es que la obligación sería nula porque dependería de una condición meramente
potestativa (dependen de la sola voluntad de la parte que se obliga), se sostiene que esa
obligación es nula por falta de la seriedad en la voluntad, cosa que es absurda por aquí
quien se obliga es uno y el otro, y más bien depende de la voluntad del acreedor.

Argumentos a favor: Se señala como argumento a favor que la exigencia del N° 4 del
artículo 1554 no significa de manera alguna que el contrato de promesa haya de tener la
misma esencia y naturaleza del contrato prometido. Lo que señala el Nº4, según esta
postura, es relacionado a la esencia, es decir, que los elementos de la esencia o más
principales del contrato prometido son los que deben estar especificados, pero no requiere
que sea exactamente el mismo documento, por así decirlo. Luego, se puede esgrimir que no
hay disposición legal que exija que en el contrato de promesa ambas partes se obliguen
recíprocamente, pero sin embargo hay numerosas disposiciones que revelan el espíritu de
nuestro ordenamiento de aceptar en materia de promesa de compraventa, obligaciones
unilaterales (como sucede en el pacto de retroventa). Y, por último, se dice que no hay
condición nula: el promitente que no se obliga se reserva la facultad de prestar o no su
consentimiento, pero no de cumplir o no una obligación contraída. Hoy no hay discusión
respecto este tema en todo caso.

Distinción entre promesa unilateral de contrato y contrato de opción.


Promesa unilateral: Existe un contrato de promesa de celebrar un contrato definitivo, en el
cual tan sólo una de las partes resulta obligada, pero el contrato definitivo no existe.

Contrato de opción: No se promete la celebración de un nuevo contrato, sino que se pacta


el contrato definitivo, con la particularidad de que éste queda en suspenso mientras una de
las partes (optante) no exprese su voluntad de hacerlo eficaz mediante una declaración
expresa en tal sentido. Acá no hay dos contratos, uno preparatorio y otro definitivo, sino
que uno solo, el de opción. Se suspenden los efectos hasta que el que tiene el derecho de
opción la ejerce y la materializa mediante su voluntad de ejercer la opción, en ese momento
el contrato producirá sus efectos.

*SÓLO POR SI QUIEREN LEER DE LA VOZ DE PIZARRO (APUNTES


OBLIGACIONES 2018) (…) ¿cuál es la diferencia que existe entre el contrato de opción
y promesa unilateral de contrato? Se trata de un contrato, por ende, ambas partas, el
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obligado y el beneficiario de la acción están de acuerdo, hay consentimiento y por ende hay
contrato. Pero la diferencia técnica entre la promesa unilateral de contrato y el contrato de
opción consiste en que la formación del contrato prometido sólo se va a verificar por la
mera manifestación de voluntad del beneficiario de levantar o hacer efectiva la
obligación, en consecuencia solo ese mero acto de habla o explícito por vía escrita
justificará la formación del contrato que es base en la opción; no es necesario, por ende, a
diferencia de la promesa que se otorgue un contrato distinto a la promesa, es decir, no
existe una manifestación de voluntad de ambas partes en un contrato prometido, el mero
acto de levantar la opción forma el contrato, en cambio en el contrato de promesa
unilateral, no basta simplemente en decir “estoy de acuerdo en que se celebre el contrato
prometido” sino que habrá que ir necesariamente a otorgar ese contrato prometido.

Luego eso involucra saber o entender cuál instrumento puede ser más beneficioso o no para
un acreedor o destinatario eventual de una promesa unilateral o de un contrato de opción
¿Por qué uno podría preferir la opción antes que la promesa unilateral? ¿Cuál sería la
ventaja en términos jurídicos y económicos que me permitiría asegurar que si tuviera que
asesorar un cliente preferiría el contrato de opción en vez de una promesa unilateral de
contrato? Porque habrá menos riesgos que se incumpla el contrato, porque en el evento
de que se trate de una promesa unilateral de contrato y el beneficiario diga “vamos a
otorgar entonces el contrato prometido” se puede generar un incumplimiento contractual de
parte del promitente, puede ser que no concurra a la formación del contrato prometido y por
ende caerá en una situación de incumplimiento contractual y si cae ahí, la situación del
beneficiario de la promesa unilateral será que podrá activar los remedios contractuales para
el caso de un incumplimiento contractual, podrá intentar forzar el cumplimiento, resolver el
contrato, acompañado en ambos casos de una posible indemnización de perjuicios. En
cambio, tratándose de la opción, dado que la mera manifestación de la voluntad por parte
del beneficiario constituye contrato eso significa que no hay espacio para que aquel que
está obligado a la opción pueda incumplir, puesto que está en manos del destinatario.
Del beneficiario la realización del contrato.

Hay que tener en cuenta que frente a una situación de imposibilidad de cumplimiento
(supongamos el caso en que el promitente vendedor se tienta y enajena la cosa a otro sujeto
porque pagaba más), el destinario de la promesa no podrá hacer cumplir ese contrato
porque la cosa ya está enajenada a un tercero, por lo cual el cumplimiento forzado o
cumplimiento en naturaleza son absolutamente inviables porque se enajenó el inmueble y
salió del patrimonio del promitente. Esto se traduce en resolución e indemnización de
perjuicios ¿qué perjuicios? Son perjuicios menores entonces hay una desprotección en
definitiva en el contrario preparatorio de promesa unilateral de contrato; la fuerza
obligatoria del contrato se ve atenuada porque es muy fácil incumplir la promesa y el riesgo
de juicio o el riesgo de indemnización suele ser más bien bajo, a no ser que se trate de
negocios extremadamente grandes y millonarios. Aunque, de todas formas, dicha promesa
puede contener una cláusula penal, eso significa una sanción pecuniaria asociada al
incumplimiento contractual, esto puede ser un incentivo como un desincentivo a cumplir
la obligación, pero en la mayoría de las veces las cláusulas penales servirán de incentivo a
cumplir con lo pactado, bajo la amenaza que se tendrá que pagar una pena si es que se
incumple con lo establecido en la promesa. En cambio, en el contrato de opción, durante
todo el tiempo que está vigente la opción basta, para que se forme el contrato, que el
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beneficiario de la opción manifieste su voluntad. Es cierto, no obstante, que en el intertanto


pueda ocurrir que se enajene el bien, pero desde el momento en que el beneficiario de la
opción manifiesta su voluntad existe contrato, no es necesario esa fase de ir a celebrar el
contrato prometido, de celebrar otro acto distinto donde tendrán que concurrir las partes,
simplemente levanto la opción y el contrato se entenderá celebrado, con independencia que
después exista una escrituración de esa opción, pero el contrato se habrá formado (en
términos conceptuales) desde el momento del levantamiento de la opción, con lo cual sin
duda que se trata de una figura más beneficiosa para el sujeto respecto del cual cede la
opción.

Para dar un poco de protección a la promesa, además de la incorporación de una cláusula


penal, se puede realizar también la inscripción de esta en el registro respectivo en el
conservador de bienes raíces de prohibiciones y gravámenes, entendiendo la promesa
como un gravamen, lo cual habilitaría a configurar el ilícito civil respecto del tercero, a
quien podría perseguírsele por vía extracontractual, porque no hay contrato entre el
beneficiario de la promesa y el tercero adquirente de lo prometido en manos del promitente
vendedor, y en consecuencias aquí habría una hipótesis de responsabilidad extracontractual,
anclada en la idea de interferencia contractual.

Requisitos de la promesa de celebrar un contrato.

a) Requisitos generales de todo acto jurídico.

b) Requisitos especiales del Art. 1554:

i) Que la promesa conste por escrito: Es una solemnidad del acto jurídico de promesa, y
por tanto puede tratarse ya sea de algún instrumento privado o público, pero debe constar
por escrito. No es necesario que conste en un solo instrumento. Y, se supone un
consentimiento expreso (no puede ser tácito ni presunto).

ii) Contrato prometido no sea de aquellos que las leyes declaran ineficaces: Tienen que
concurrir los requisitos intrínsecos del contrato que se pretende celebrar, pero no con las
formalidades a que debe someterse para que tenga pleno valor legal. También se dice que la
promesa de venta sobre bienes raíces de relativamente incapaces, que no pueden
enajenarlos sin autorización judicial, es válida sin tal autorización; esto dice relación con
que la enajenación de bienes raíces de incapaces requiere autorización judicial, pero esa
autorización es un requisito para la enajenación, para la compraventa misma, no así para la
promesa. Pero, ahora nace la pregunta si es que ¿Es válida o nula la promesa de
compraventa de un bien embargado por decreto judicial? ¿Puedo celebrar promesa de
compraventa de las cosas que menciona el artículo 1464? La enajenación importa
necesariamente un título y el modo de adquirir. Ahora bien, todo sería muy sencillo
respecto del 1464 si uno lo analizara de esa manera “se puede celebrar todo tipo de contrato
respecto de las cosas del 1464 dado que no hay enajenación, sin embargo vamos a ver que
la cuestión se complica en los siguientes términos: venta no es igual a enajenación, sin
embargo, la conclusión de que podría celebrarse venta respecto de todas las cosas que
enumera el artículo 1464 sería apresurada, esto en razón de que el art 1810 del Código Civil
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relativo a la compraventa, en el parágrafo 4 que habla de la cosa vendida, puede venderse


todas las cosas corporales e incorporales cuya enajenación no esté prohibida por la ley.

Luego, teniendo en cuenta el artículo 1464 que dice que un objeto ilícito en la enajenación,
pero por otro lado el artículo 1810 nos indica que puede venderse todas las cosas cuya
enajenación no esté prohibida por ley ¿puede venderse las cosas del artículo 1464?
Atendido al artículo 1810 en complemento con el 1464 uno podría entender que con
independencia de que la compraventa no sea enajenación dado que la compraventa en
cuanto contrato solo puede recaer en cosas cuya enajenación no esté prohibida desde ese
punto de vista, entonces no podríamos celebrar compraventa, no debido al artículo 1464,
sino que debido al artículo 1810.

El 1810 dice “¿Puede celebrarse compraventa? Sí, pero respecto de cosas incorporales e
corporales, pero ¿Cuáles compraventas no pueden? No pueden venderse las cosas cuya
enajenación esté prohibida por la ley. Entonces yo no podría celebrar una compraventa
respecto de una cosa que esté prohibida por la ley, teniendo en cuenta el artículo 1464 y
teniendo en cuenta el artículo 1466 porque sería una un contrato prohibido por la ley, no
puedo vender lo que la misma ley establece que no se puede enajenar. Esa sería una
aproximación, de manera tal que una primera tesis, la más general, indicaría que la
compraventa de las cosas mencionadas en el artículo 1464 está prohibida considerando lo
indicado en el artículo 1810, en relación con el artículo 1466 pues se trataría de un contrato
prohibido por la ley, la compraventa de cosas cuya enajenación se prohíbe.

¿Por qué prohibir la enajenación y no directamente la compraventa? Por la cuestión de


discutir entre el título y el modo. Dado que la mera celebración del contrato no importa una
enajenación, uno podría celebrar contratos respecto de lo que se menciona en el artículo
1464 y sin que haya ningún problema.

La virtud de la promesa que está regulada en el artículo 1554 nos indica que la promesa es
un contrato preparatorio, estoy preparando un contrato que es el contrato prometido y
justamente esos contratos sirven para este tipo de situación. Supongamos que hay una
persona que tiene un inmueble que está embargado, tiene una deuda, yo le digo “Me gusta
tu casa, te la compro” no la puedes comprar porque está embargada y entonces habría
objeto ilícito porque en virtud del 1464 en relación con el 1810 y al 1466 el contrato está
prohibido. “ah, pero celebremos una promesa” y la condición para celebrar la compraventa
será que levantemos el embargo, entonces “yo te doy la plata, el precio para que levantes el
embargo y embargues a quien le debes” levanto el embargo, se cumple la condición y voy y
celebro el contrato promedito y la compraventa. Entonces cumple una finalidad
económica la promesa y sí puede celebrarse respecto de las cosas que menciona el artículo
1464. Será válida entonces la promesa aunque antiguamente se pensaba no era así, hoy en
día la doctrina está conteste en afirmar positivamente la validez del contrato de promesa
respecto de las cosas que menciona el artículo 1464, porque la situación del embargo o de
la prohibición que traba en definitiva o que impide la libre circulación de ese bien debe
verificarse al tiempo del contrato prometido, y para que no quepa duda alguna tiene
importancia lo que normalmente hacen las partes al momento de celebrar un contrato de
promesa, y es que sujetan el otorgamiento del contrato prometido al alzamiento del
embargo o de la medida precautoria o de la prohibición que haya que de cierta forma trabe
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la libre circulación del bien. Muchas veces de hecho, se celebra el contrato de promesa
porque no se puede celebrar contrato debido a un embargo.

Ahora, si no se establece como condición el alzamiento (por ejemplo) del embargo, porque
las partes lo ignoran al momento de celebrar la promesa, la Corte Suprema ha sostenido que
de todas formas la promesa es perfectamente válida y produce sus plenos efectos, pero
evidentemente el contrato prometido no podrá otorgarse válidamente si al tiempo que debe
celebrarse la compraventa no se ha alzado el embargo.

iii) Contenga un plazo o condición que fije la época de celebración del contrato: Como es
un contrato preparatorio el legislador reconoce que, por tanto, esto no puede mantenerse en
una permanente indefinición, y, por tanto, debe existir un plazo o una condición que
permita la libre circulación de los bienes y consolidar situaciones jurídicas. La omisión de
este requisito acarrea la nulidad absoluta, que puede y debe ser declarada de oficio por el
juez ¿Por qué debe ser declarada de oficio por el juez? Esto en razón del Artículo 1683,
que establece que la nulidad absoluta puede y debe ser declarada por el juez, aun sin
petición de parte, cuando aparece de manifiesto en el acto o contrato.

Respecto del plazo, ha habido discusión (ya superada) en relación a la naturaleza del plazo,
si se trata de uno suspensivo o uno resolutorio. En el plazo suspensivo el derecho nace a la
vida jurídico al momento que se celebra el acto o contrato, sólo que se posterga su
exigibilidad hasta el vencimiento del plazo, por otro lado, en el plazo
extintivo/resolutorio el derecho nace a la vida jurídica, es exigible en el preciso momento
que nace, pero está sujeto a extinguirse por cumplimiento o vencimiento del plazo,
transcurrido el plazo se extingue el derecho. En la condición, en cambio, el derecho no
nacerá junto con la celebración del acto jurídico, sino que cuando se cumpla la condición, y
si no se cumple esta, a la luz de la vida del derecho, este nunca nació. Así en la doctrina se
discutió bastante tiempo sobre si el plazo tenía que ser suspensivo o extintivo, sin embargo,
hoy en día la jurisprudencia mayoritaria ha sostenido que el plazo es naturalmente
suspensivo, esto debido a que no tendría sentido que fuera extintivo, porque desde el día 1
sería exigible el derecho, pero la otra parte podría decir “no, me queda plazo todavía” así
hasta llegar al día del vencimiento del plazo y al día siguiente ya no se podrá exigir,
entonces carece de todo sentido y torna a la promesa totalmente inexigible. Siendo un plazo
suspensivo, significa que tan pronto venza el plazo será exigible el derecho y la celebración
del contrato prometido. Si las partes nada dicen respecto la naturaleza del plazo en una
promesa de contrato, se entenderá que esta es naturalmente suspensiva.

No es necesario que el plazo esté fijado como fecha cierta, basta que determine la fecha de
celebración. ¿Puede haber un plazo que no sea fecha cierta? digamos que el contrato deberá
celebrarse dentro del mes de septiembre, no es una fecha cierta, pero hay un término, si,
¿qué otro plazo es indeterminado? ¿saben lo que es un plazo indeterminado o no? porque el
plazo tiene una característica, el plazo es cierto siempre, porque es algo que va a ocurrir si o
si, pero puede ser indeterminado, no sabemos cuando va a ocurrir, como la muerte,
entonces yo podría por ejemplo, decir el contrato prometido se va a celebrar cuando
fallezca tal persona, raro eso, pero podría ser, entonces sigue siendo un plazo, pero uno
indeterminado, es que ese plazo indeterminado, me sirve o no me sirve para que cumpla
con los requisitos de la promesa? Si yo digo, se va a celebrar el contrato cuando se muera
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tal persona, *compañero dice que si se puede poner como plazo que se celebrará el contrato
dentro del año 2020, profesora responde: sí también podría ser, ahora, en la práctica
normalmente en el fondo las partes de alguna manera restringen el plazo, la idea es tener
cierta certeza de cuando va a ser más menos cierta la época en que se va a celebrar el
contrato, entonces, pero por ejemplo, las inmobiliarias nunca ponen un plazo para la
celebración del contrato porque no saben si es que van a tener la recepción de obra en la
fecha en que ellos pronostican que van a recibir la obra y van a tener certificado de
propiedad y todo lo que necesitan tener para poder vender, entonces te dicen “el contrato
prometido se celebrará dentro del plazo de 60 días que la inmobiliaria comunique al
remitente comprador que se ha obtenido la resolución que recibe el edificio y se ha inscrito
el certificado de propiedad inmobiliaria”.

Plazo: hecho futuro y cierto del cual depende la exigibilidad o la extinción


de un derecho.

Condición: hecho futuro e incierto del cual depende un derecho o la


resolución de uno, entonces en primer lugar es un hecho en el que si se
incurre tendremos un derecho, antes del hecho no hay derecho.

Entonces uno no tiene idea, puede ser un año, dos años, tres años, uno no sabe, pero la
jurisprudencia y la doctrina han entendido que eso fija la época de la celebración del
contrato prometido, ahora el tema del plazo no es tan complejo como el plazo de la
condición, porque la condición como no es cierta, sino que incierta por naturaleza, no
sabemos si va a ocurrir, tenemos un problema con la condición indeterminada, si yo a la
condición no le sumo un plazo, tenemos un problema, y de hecho en el caso de la promesa
de compraventa de las inmobiliarias que les ponía anteriormente uno podría entender que la
recepción municipal de la obra incluso es una condición, porque puede ocurrir y hoy día
más que nunca como están las direcciones de obra vueltas locas, podría ocurrir que no se
reciba la obra, o que se anule el permiso de edificación, qué sé yo, cualquier cosa, y en
consecuencia que ese edificio nunca sea recepcionado municipalmente y si esto no ocurre,
entonces nunca va a nacer la obligación de las partes de suscribir el contrato prometido,
entonces ahí tenemos otro problema, porque en definitiva hay una condición, pero una
condición indeterminada porque, bueno, ¿En qué momento tiene que cumplirse esa
condición, así persécula seculurum?, ¿qué pasa con las condiciones indeterminadas,
recuerdan ustedes? Porque la condición es determinada cuando yo establezco un hecho
futuro e incierto pero le fijo un plazo dentro del cual deba cumplirse, ahí tengo una
condición determinada, entonces digo ya voy a celebrar el contrato prometido una vez que
se reciba la obra, pero dentro del plazo máximo de 4 años, ahí tengo una condición
determinada, de manera que si transcurren los cuatro años y no se ha cumplido con la
condición, la condición se entiende fallida y en consecuencia, el contrato de promesa queda
sin efecto, o sea, más bien no nace a la vida jurídica ninguna obligación que sea exigible al
amparo de esa promesa de compraventa. Pero si no digo nada, y simplemente pongo una
condición como la recepción municipal y no establezco un plazo, ¿qué ocurre? no sé sabe
cuando ocurrirá ese hecho futuro e incierto, entonces ¿cumple con los requisitos, porque el
requisito es que se establezca un plazo o condición que fije la época de la celebración del
contrato prometido? La ley habla de época, por eso es que en el plazo puede haber un
margen, puede ser septiembre, durante el año 2020, una época, no exige una fecha cierta,
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pero una época, algo que sea manejable, pero es inmanejable cuando la condición es
indeterminada.

Ahora, cuando ustedes estudiaron la condición, la condición indeterminada hay parte o


gran parte de la doctrina que sostiene que no hay condiciones indeterminadas en verdad,
¿por qué? Porque ustedes recuerdan que, a propósito del fideicomiso, de la propiedad
fiduciaria, la ley establece un plazo, la propiedad fiduciaria es básicamente la propiedad
que está sujeta a pasar a otro, que es el fideicomisario, al evento de cumplirse una
condición, entonces, pasa la propiedad fiduciaria a otra persona si se cumple una
determinada condición, y a propósito de eso se establece que las condiciones
indeterminadas se entienden fallidas si no son cumplidas dentro de 5 años. La doctrina, a
partir de esa disposición, entendió, bueno, originalmente el plazo no era 5, sino que 30,
después se bajó a 15 y termino siendo 5, pero cuando era 30 siempre el plazo de esa
condición coincidía con el plazo de prescripción extintiva máxima que establece el código
civil, entonces, cuando el plazo de prescripción extintiva era 30 años, este también era de
30 años, cuando el plazo de prescripción extintiva máxima era de 15 años, también fue de
15 años, pero cuando se rebajo a 10 años el plazo de prescripción extintiva, éste se bajó a 5,
entonces ya no coincidieron, y ahí hubo una discusión doctrinaria, de que si efectivamente
tenía o no tenía esta norma aplicación general a todas las condiciones indeterminadas.
Originalmente entendían que sí, porque como les insisto, los plazos de prescripción
coincidían con el plazo de condición indeterminada, pero cuando esto se descalzó a
propósito de las modificaciones legislativas, se discutió cuál es el plazo, bueno ¿serán 5
años o serán 10 años? Y ahí hay una discusión doctrinaria, algunos sostienen que son 5
años, y otros sostienen que son 10 años, a mi me parece que son 10 años, porque 10 años es
el plazo máximo de prescripción porque es el plazo que el código maneja respecto de la
consolidación de todas las situaciones jurídicas y, en consecuencia, si la condición no se
cumple dentro de determinado plazo que es de 10 años, la condición falla. Bajo esa premisa
uno podría sostener que la condición que se incorpora a una promesa y que no fija la fecha
o un plazo dentro del cual deba cumplirse igualmente cumple con el requisito de fijar la
época, por cuanto como máximo debe cumplirse dentro del plazo de 10 años, o para los que
sostienen que son los 5 años de la propiedad fiduciaria es de aplicación general, sostienen
lo mismo, pero con 5 años.

APUNTES OBLIGACIONES PIZARRO WILSON: (…) La condición


determinada, para que sea tal, requiere ir asociada a un plazo, pese a
que, el hecho es futuro e incierto, voy a tener certeza en la fecha acerca
si la condición se verificará o no se verificará, en definitiva, si se
cumplirá o fallará bajo la idea del estado de la condición. Que puede
estar una condición pendiente mientras todavía nada acontece, cumplida, es
decir, que llegue el día y se verifique el hecho futuro e incierto o fallida
puesto que ya sabemos que no ocurrirá el hecho futuro o incierto. La
condición indeterminada en cambio es aquella que no se sabe cuándo
puede ocurrir el hecho futuro o incierto, la problemática que se ha
presentado es hasta cuando esperar cuando se trata de una condición
indeterminada.
CONTRATOS CIVILES
ALEJANDRA AGUAD DEIK

Como es usual hay un pequeño debate acerca del plazo, cuando debemos
entender la condición indeterminada fallida, es evidente que no
podemos esperar ad eternum que se cumpla con una condición y por lo
mismo hay que establecer un plazo en el cual vamos a determinar que
en esa condición ya no se esperará más y se entenderá por fallida. El
problema se ha presentado usualmente en los casos de contratos de promesa,
como la promesa que es otro ejemplo de donde el plazo o la condición es un
elemento esencial, recuerdan el art 1554 CC en su numeral 3, que la promesa
contenga un plazo o canción de la época de celebración. El numeral 3
reconoce al plazo o condición como un elemento esencial de la promesa, uno
de los tiene que estar. El que redacte una promesa sin plazo o condición es
un idiota. Ahora que pasa cuando se colocó una condición indeterminada, la
técnica contractual es algo muy relevante en definitiva es como diagramar en
que la música del contrato tiene que prever para el futuro, el que coloca una
condición indeterminada, deja un vacío.

“Te prometo vender tales y tales inmuebles bajo condición que se realicen
tales reparaciones en el respetivo inmueble” la condición es esa un hecho
futuro e incierto. Es una condición suspensiva, dado que solo en el evento
que se verifique van a nacer el derecho a exigir el otorgamiento del contrato
prometido. Entonces, el código civil estableció como plazo máximo el de
30 años, 30 años es el lazo más largo que contempla el código civil para por
ejemplo la prescripción extraordinaria la nulidad absoluta. Luego de una
reforma en el año 1932, donde se van a reformar los plazos de prescripción
donde se entendió que todos estos plazos eran desmedidos excesivos,
entonces se bajaron los tiempos y se estableció que el plazo máximo sería
el de 10 años, que es lo que comprende el art 2510 para la prescripción
adquisitiva extraordinaria, es decir, la posibilidad de adquirir el dominio de
una cosa por prescripción cuando falla uno de los elementos de la
prescripción ordinaria, es decir, no se trata de un posesión regular o
eventualmente no se practicó la tradición. O en el caso de la nulidad
absoluta, como saben prescribe la acción de nulidad absoluta en un periodo
de diez años. Y el problema que se suscita es que si uno va a entender que la
condición va a fallar en el plazo máximo es decir de 10 años o en cambio
vamos a aplicar subsidiariamente el art 739 del código civil relativo al
fideicomiso, el cual contempla un plazo de 5 años nada más en que se
entiende fallida la condición relativa al fideicomiso toda condición en que
penda la restitución del fideicomiso y que tarde más de 5 años en cumplirse
se tendrá por fallida a menos que la muerte del fiduciario sea el evento de
que penda la restitución. Bueno la pregunta es si vamos a aplicar el plazo de
5 años del art 739 que refiere a un problema de condición aun asociado a una
institución especifica como es el fideicomiso o en cambio vamos a aplicar el
plazo máximo de 10 años, la verdad que en uno u otro sentido la cuestión no
es decisoria en cuanto a los argumentos, a propósito del fideicomiso esta
tratado el problema de la condición indeterminada o en cambio uno podría
decir que debiera aplicarse la regla general, máxima, de prescripción de
plazo de 10 años.
CONTRATOS CIVILES
ALEJANDRA AGUAD DEIK

Entonces, hay ahí una incertidumbre, tampoco es que haya una


jurisprudencia al respecto de manera tal que en definitiva se mantiene la
incertidumbre si puede ser e 5 o de diez años. A mí me pareciera que debiera
aplicarse el plazo de 5 años porque el plazo máximo esta normalmente
asociada a cuestiones de un interés social significativo cuestión que en este
caso no se da, se trata de una cuestión entre privados, en ese sentido debiera
aplicarse el plazo de 5 años. Luego el código civil en el art 1475 va a
distinguir las condiciones posibles o licitas y aquellas imposibles o ilícitas.
En el caso que se trate de una condición, físicamente imposible, es decir, de
una condición que no se pueda llevar a cabo, te regalo algo si te crece un
tercer brazo. En ese caso, como tenemos certeza que no ocurrirá el hecho y
no hay incertidumbre, porque sabemos que no va a ocurrir, entonces no hay
condición. Ahora si el hecho es moralmente imposible, es decir, no puede
verificarse el hecho o si se verifica habrá una actividad contraria al
ordenamiento jurídico ahí tampoco hay condición, puesto que no cabe
reconocerla por el ordenamiento jurídico.

¿Cómo tiene que ser la condición? ¿Suspensiva o resolutoria? ¿La condición resolutoria
puede servir? No, no sirve, porque lo que nosotros estamos haciendo es postergar la
celebración de un contrato futuro y la manera de postergarlo es pactando una condición que
de alguna manera importe que la exigibilidad y el nacimiento del derecho se postergue, y
la única forma en que se hace es a través de una condición suspensiva, porque la condición
resolutoria lo que hace es que el derecho nace y es exigible al momento en que se pacta el
contrato, pero está expuesto a extinguirse por la condición, entonces no nos sirve. En
consecuencia, la condición en el contrato de promesa siempre es una condición suspensiva.

Segundo bloque
iv) Especificación del contrato prometido: El artículo 1554 dice que, con ella, o sea con la
promesa, se especifique de tal manera el contrato prometido, que solo falte para que sea
perfecto la tradición de la cosa o las solemnidades que las leyes prescriban, concurriendo
estas circunstancias habrá lugar a lo prevenido en el artículo precedente, entonces, el
cuarto requisito se refiere a la especificidad del contrato prometido, en el sentido que
debe reunir, la pregunta es ¿completa y totalmente todas las condiciones del contrato
prometido o debe reunir todas las condiciones esenciales y particulares del contrato
prometido para que quede perfecta la promesa? Y en función de aquello, se pregunta la
doctrina sobre qué ocurre respecto de una promesa de un contrato consensual, donde no hay
una solemnidad que otorgar, porque este contrato se perfecciona con el solo
consentimiento, entonces, la primera pregunta es ¿es posible un contrato de promesa de un
contrato consensual? ¿Qué creen ustedes? La promesa de compraventa de un computador,
esa promesa, ¿es válida o no es válida? ¿qué creen ustedes? *nadie da señales de vida*
Porque si se dice, por ejemplo, ya “prometo vender y tu prometes comprar el computador
en el precio de $200.000.- dentro del plazo de 10 días” ¿es válido o no es válido a la luz del
cuarto requisito? Porque, en definitiva, está especificado el contrato prometido, pero
prácticamente se identifica con el contrato de promesa, la promesa está tan especificada en
CONTRATOS CIVILES
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todos sus contornos o en todo el negocio jurídico que prácticamente es el mismo contrato o
es el mismo contrato. Entonces, la doctrina se pregunta ¿no se habrá formado ya el
consentimiento para la celebración del contrato prometido? o sea, ¿no estará en la promesa
de compraventa ya el consentimiento que obliga a las partes a ejecutar las prestaciones
convenidas, no solamente a celebrar un contrato futuro sino a exigir la tradición, por decirlo
así, y el pago del precio que nace de la compraventa? O sea, en el fondo, si yo hoy celebro
una promesa de celebrar un contrato de compraventa consensual, en el ejemplo de la venta
del computador, ¿puedo hoy decir “esa promesa en realidad es una compraventa”? Y, en
consecuencia, vencido el plazo estipulado exigir la entrega del computador y yo pagar el
precio, ¿en vez de exigir que celebremos el contrato de compraventa? En el fondo, uno
podría entender que si yo celebro esta promesa y digo “ya, me obligo a vender y tu te
obligas a comprar este computador en determinado precio en el plazo de 10 días”, uno
podría entender que ahí se formó el consentimiento de una compraventa sujeta a plazo para
hacer exigibles las prestaciones de la compraventa y no una promesa de compraventa de
celebrar una compraventa sobre un computador, entonces, uno podría decir que la promesa
es perfectamente válida y como promesa porque la voluntad de las partes está encaminada a
celebrar una promesa y no una compraventa, eso es lo primero; la voluntad de las partes es
explicita en ese sentido, se están comprometiendo a celebrar en un futuro y no están
celebrando hoy ese contrato; al margen de que ese plazo pueda entenderse como un plazo
que posterga los efectos de la compraventa o no los posterga, lo cierto es que la voluntad de
las partes hoy es celebrar solo una promesa.

Lo segundo es que aún cuando se trate de un contrato consensual, ustedes recuerdan que
hay solemnidades voluntarias, por decirlo así, que no son aquellas que establece la ley, pero
las partes pueden pactar voluntariamente que un contrato, por ejemplo, que no requiere
constar por escrito, sea constado por escrito, esas son las llamadas formalidades
voluntarias, y la verdad es que esas solemnidades o formalidades forman parte integrante
de la voluntad de las partes y, en consecuencia, si las partes han pretendido celebrar a
futuro un contrato distinto al que están celebrando hoy, ya sea otorgándola por escrito o
simplemente de manera consensual, esa voluntad está incorporada en la promesa, entonces
tiene que entenderse que la promesa y el contrato prometido son dos actos jurídicos
distintos, de suerte que si el día de mañana no se celebra la compraventa prometida y viene
el promitente comprador y pretende exigirme a mi la entrega del computador y me
demanda, por ejemplo, la tradición, la entrega del computador yo podría excepcionarme
diciendo “yo no he celebrado ningún contrato de compraventa, usted si quiere demándeme
para otorgar ese contrato de compraventa prometida, pero no me puede demandar la entrega
del computador”.

El requisito número cuatro cuando habla de la especificación del contrato prometido no


exige, y así lo ha entendido la doctrina, que el contrato esté especificado completamente
en todos sus detalles, por ejemplo, normalmente la promesa de compraventa tienen que
estar los elementos de la esencia de ésta (la cosa y el precio), entonces, la cosa tiene que
estar suficientemente especificada, es decir, que no haya duda de que la compraventa recae
sobre ese objeto particular, una cosa, una especie o cuerpo cierto, podría ser también
respecto de un género, pero un género determinado, o sea tiene que haber una especificidad
respecto de la cosa respecto de la cual recae la voluntad, si es un inmueble normalmente se
individualizan en términos tales de que no haya duda alguna de que ese es el inmueble
CONTRATOS CIVILES
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sobre el cual recae el contrato, es decir, con la dirección, con su inscripción conservatoria,
que es la manera más clara de identificar un bien raíz y el precio. Pero ¿es necesario que las
partes pacten cómo se va a pagar el precio o que pacten en qué momento se va a hacer
entrega material de la cosa? Puede que lo pacten, pero puede que no, y la pregunta es sí se
omite aquello, ¿esa promesa no es válida porque no está suficientemente especificado el
contrato prometido o es válida? ¿qué creen ustedes? Es válido porque si bien se requiere
cierta especificación, se ha entendido que esta atañe a los elementos de la esencia del
contrato prometido pero no a todos sus detalles, en consecuencia, puede ser que las
partes no hayan previsto en la promesa la forma en que se va a pagar el precio y eso no
significa que se haya omito un elemento del contrato prometido, por lo demás hay normas
supletorias de la voluntad de las partes en el contrato de compraventa, por ejemplo, si las
partes no pactan cómo se va a pagar el precio, éste se va a pagar al contado y eso lo dice la
compraventa, si las partes no establecen la época en que tiene que hacerse la entrega
material del bien objeto de la compraventa ésta debe efectuarse al momento en que se
celebra la compraventa, si no señalan el lugar entonces debe efectuarse en el lugar en donde
se celebró la compraventa, o en el domicilio del acreedor, entonces, hay normas supletorias,
entonces, si no están todas estás cosas, además de que no son necesarias para que el
contrato de promesa sea válido, en todo caso la ley suple la voluntad de las partes en el
contrato de compraventa, por ende no sería una razón para invalidar la promesa el que no
están específicamente todas condiciones del contrato prometido. Lo que interesa
básicamente es que lo que tu el día de mañana no vayas a celebrar algo distinto de lo que
conviniste en el contrato de promesa, sigue siendo lo mismo, sigue siendo un contrato de
compraventa, que recae sobre X objeto, el precio no ha variado, sino que son modalidades
que las partes incorporan, que pueden incorporar por distintas razones a lo largo del tiempo,
son contratos distintos, pero el contrato prometido está identificado en su naturaleza y
esencia ya en el contrato de promesa.

En la parte final del artículo 1554 dice que concurriendo estás circunstancias, o sea la del
número uno al número cuatro, habrá lugar a lo prevenido en el articulo precedente y,
¿qué es lo que hay en el artículo precedente? el artículo precedente es el artículo1553, se
refiere precisamente a la obligación de hacer, y dice “si la obligación es de hacer y el
deudor se constituye en mora, podrá pedir el acreedor, junto con la indemnización de la
mora cualquiera de estas tres cosas, a elección suya:

I) Que se apremie al deudor para la ejecución del hecho convenido.

II) Que se le autorice al mismo para hacerla ejecutar a un tercero a expensas del deudor.

III) Que el deudor le indemnice de los perjuicios resultantes de la infracción del contrato.

Entonces, el efecto del contrato de promesa es el nacimiento de esta obligación de hacer,


que se traduce en la obligación de otorgar el contrato prometido. Si las partes no
cumplen voluntariamente con la obligación, se produce este efecto contemplado en el
inciso final que les acabo de leer y hace el derecho a exigir la ejecución forzada de esta
obligación de hacer, ahora ¿cómo se ejecuta forzadamente esta obligación? Porque la
norma ahí en esta materia debiera ser complementada con una norma que está en el CPC
que se refiere a la ejecución de las obligaciones de hacer cuando recaen sobre actos
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jurídicos, es decir, cuando se trata de celebrar un acto jurídico, porque aquí yo no puedo
hacer ejecutar el hecho por un tercero a expensas del deudor, no me sirve, porque lo que
necesito es que lo ejecute la persona que se obligó nadie más que él, el dueño, me puede
transferir el dominio. Entonces, no se trata de la ejecución de hecho físico por decirlo así.
Sí se puede pedir apremiar al deudor por la ejecución del hecho convenido, lo que tendría
que hacer es básicamente establecer un plazo para que el deudor concurra a la celebración
del contrato prometido, y si no concurre a la celebración, entonces en ese caso está la figura
de la representación judicial, la representación puede ser legal, judicial o convencional, este
es un caso de representación judicial, el juez puede representar en este caso al deudor y
suscribir el contrato de compraventa en representación de este, en caso de que apremiado
que sea no concurra a la celebración del contrato, esa es la manera de ejecutar esta
obligación. Bueno, y evidentemente además puede demandarse la indemnización de los
perjuicios que acarrea el incumplimiento de la obligación. La representación del deudor
está en el artículo 532 CPC.

Caso respecto del contrato de promesa:

Gonzalo y Patricio celebran un contrato de promesa de compraventa respecto de un


inmueble de propiedad del primero, el contrato consta en instrumento privado y se acuerda
que el contrato prometido se celebrará dentro del plazo de 30 días a contar de la celebración
de la promesa, se acuerda que el precio de venta será de $55.000.000, quedando además
completamente individualizado el inmueble objeto del contrato.

1. ¿Cabe impugnar la validez del contrato de promesa? No, porque cumple con los
requisitos del art.1554, hay que hacer un check, hagámoslo:
a. ¿Consta por escrito? Sí
b. Es un contrato perfectamente válido
c. Hay un plazo que fija la época de la celebración del contrato.
d. Se especifica lo esencial del contrato prometido, que son la cosa y el precio.
2. Suponga que en lugar de celebrarse el contrato en un plazo de 30 días, las partes
pactan como condición para la celebración del contrato prometido lo siguiente “se
acuerda que el contrato prometido se celebrará una vez que el promitente comprador
obtenga un crédito hipotecario”. ¿Cambiaría su respuesta?

¿Qué lo que es esa especulación “el contrato se celebrara… blablá? una condición
indeterminada. Y respecto de estas, depende de a quien se represente en el juicio.
Dijimos que 5 o 10 años según la doctrina, podría entenderse que la condición debe
cumplirse dentro de determinado plazo, 5 si aplicamos la regla de la propiedad
fiduciaria o 10 años si entendemos que lo que aplica es el plazo máximo efectivo
para consolidar situaciones jurídicas (prescripción extintiva). Pero hay todavía una
corriente doctrinaria que sostiene que esa condición indeterminada no cumple con
los requisitos del artículo 1554, por lo tanto la promesa sería nula.

Son muy pocos casos los que caen en esta hipótesis, porque en general la gente
establece plazos más que condiciones, y si establece condición la sujeta a un plazo,
o sea es una condición determinada. En el caso de las inmobiliarias la doctrina ha
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calificado la recepción de obra más que como una condición, como una obligación,
y en consecuencia si no se cumple con esa obligación, con ese hecho en definitiva,
se configura más bien una infracción contractual porque se considera que hay un
incumplimiento contractual por parte de la inmobiliaria, entonces la calificación ha
sido distinta, no por la vía de la condición sino por la vía del incumplimiento.

3. Suponga ahora que el inmueble a la hora de celebrarse la promesa de contrato de


compraventa se encontraba embargado. ¿Afecta esto a la validez del contrato de
promesa? ¿Qué cláusula recomendaría al comprador a fin de evitar eventuales
inconvenientes?

No afecta la validez de la promesa, porque para efectos de poder celebrar la


compraventa prometida ese embargo sin duda debía alzarse, pero para efectos de
celebrar un contrato de promesa era perfectamente válido.

Ahora, con respecto de la cláusula “cuando se alce el embargo se podrá celebrar el


embargo” que incorpore el alzamiento del embargo de manera expresa como una
condición para celebrar el contrato de compraventa.

4. ¿Qué pasa si prometo vender algo que es de un tercero? ¿Qué pasa en este caso?
La venta de cosa ajena es válida, en consecuencia la promesa también, yo puedo
prometer vender algo que es de un tercero así como puedo vender algo que es de un
tercero.

¿Qué pasa con la promesa si, se puede impugnar de alguna forma o que puede hacer
el dueño verdadero? ¿ese contrato de promesa le es oponible o inoponible? es
inoponible al dueño, éste siempre va a tener acción reivindicatoria contra quien
tenga o posea la cosa, no ha perdido el dominio, porque el que vende cosa ajena no
transfiere propiedad porque no es de él, no puede transferir algo que no tiene, más
bien constituye posesión en el tercer adquirente, mientras ese tercer adquirente no
adquiera el dominio mediante prescripción adquisitiva siempre el dueño va a poder
ejercer una acción reivindicatoria contra el tercero poseedor, la promesa es válida,
sin perjuicio de los derechos del verdadero dueño, eso sería la respuesta en
principio. Ahora, supongamos que el promitente comprador celebra la promesa
ignorando que la cosa pertenece a un tercero y antes de celebrar el contrato
prometido descubre que la cosa le pertenece a un tercero, ¿puede excusarse de
celebrar el contrato prometido? ¿qué dirían ustedes? Sí, podría impugnarlo como
una especie de vicio del consentimiento, uno podría decir “hubo dolo que me indujo
a contratar, porque me dijo que era de él, pero no era suyo, entonces yo caí en el
error” y, en consecuencia hay dolo y por ese lado tratar de impugnar el contrato por
nulidad relativa. No estoy obligado a comprar algo que sé que no es del vendedor.
Esto se relaciona con las obligaciones que tiene el vendedor, si éste tiene o no la
obligación de transferir dominio, básicamente esa es la discusión, pero en principio
sí se ha sostenido y parece lógico, que el promitente comprador pueda excusarse a
celebrar el contrato prometido si toma conocimiento de que la cosa le pertenece a un
tercero, porque básicamente lo que él ha pretendido con la promesa es celebrar un
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contrato válido y eficaz, que produzca efectos, en todos los aspectos y que como
consecuencia de ese contrato sea dueño, y cuando la cosa es ajena no se va a hacer
dueño, entonces parece razonable que pueda excusarse del cumplimiento alegando
que la cosa le pertenece a un tercero. También podría por otra vía impugnar la
promesa por el vicio del consentimiento, eso también es una opción.

EL CONTRATO DE COMPRAVENTA

La compraventa es el contrato que tiene mayor regulación en el Código Civil, y de hecho a


partir del contrato de compraventa la doctrina ha elaborado muchas instituciones y muchos
principios que ha aplicado por analogía a muchos otros contratos. Quizás hoy la
compraventa sigue siendo el principal instrumento transaccional, pero no la compraventa de
bienes raíces, la cual parece ser la lógica bajo la cual se sitúa Bello cuando redactó el
Código Civil, o sea, la compraventa si bien se aplica a todo tipo de objetos, en la lógica que
está detrás del Código siempre se está pensando en bienes raíces.

Está definida en el artículo 1793:

Art. 1793. La compraventa es un contrato en que una


de las partes se obliga a dar una cosa y la otra a
pagarla en dinero. Aquélla se dice vender y ésta
comprar. El dinero que el comprador da por la cosa
vendida, se llama precio.

Por regla general, es un contrato consensual, el articulo 1801 dice:


Art. 1801. La venta se reputa perfecta desde que
las partes han convenido en la cosa y en el precio;
salvas las excepciones siguientes.
La venta de los bienes raíces, servidumbre y
censos, y la de una sucesión hereditaria, no se reputan
perfectas ante la ley, mientras no se ha otorgado
escritura pública.
Los frutos y flores pendientes, los árboles cuya
madera se vende, los materiales de un edificio que va a
derribarse, los materiales que naturalmente adhieren al
suelo, como piedras y sustancias minerales de toda
clase, no están sujetos a esta excepción.

O sea, por el mero consentimiento desde que han convenido la cosa y el precio.

¿Por qué “Los frutos y flores pendientes, los árboles cuya madera se vende, ¿los materiales
de un edificio que va a derribarse, los materiales que naturalmente adhieren al suelo, como
piedras y sustancias minerales de toda clase no están sujetos a esta excepción”? Porque está
pensando básicamente en las cosas que efectivamente adhieren al inmueble pero que al
momento en que se arrancan o cortan, o se celebra alguna transacción sobre ellas, se
reputan muebles.
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Es un contrato principal, no es accesorio ni dependiente. ¿Sabemos cuál es la diferencia


entre un contrato accesorio y uno dependiente? El género sería el dependiente y la especie
el accesorio porque este último en el código y en el tratamiento positivo está limitado a los
contratos de garantía, prenda, hipoteca, fianza. El contrato dependiente no necesariamente
es un contrato de garantía, por ejemplo, las capitulaciones matrimoniales de un contrato
matrimonio son dependientes, porque dependen para su eficacia, aplicabilidad de otro
contrato que es el de matrimonio.

Es un contrato bilateral, ambas partes resultan obligadas, una a vender, entregar la cosa,
hacer la tradición y la otra a pagar el precio.

Es un contrato oneroso porque tiene por objeto la utilidad o beneficio de ambos


contratantes. Es conmutativo porque, por regla general, las prestaciones se miran como
equivalentes, o sea se entiende que son equivalentes, lo que yo estoy entregando tiene un
valor económico equivalente, o un poder liberatorio equivalente al precio que estoy
recibiendo por la cosa. Dice por regla general, pero ¿por qué por regla general? ¿En qué
casos podría no ser equivalente? Cuando se compra la suerte, ¿cuándo se compra la suerte?
Por ejemplo, en el Kino, pague $2000 y puedo ganar X cantidad de dinero, o sea el
provecho que saca una de las partes puede ser muy superior al valor de la prestación y en
ese sentido no sería un contrato conmutativo, sino que aleatorio.

Es un contrato de ejecución instantánea o de ejecución diferida. ¿Cuándo es de


ejecución diferida? Cuando las partes pactan que una o ambas obligaciones, se posterguen
en el tiempo o se cumpla en un determinado tiempo, por ejemplo, en cuotas. Si yo pacto
que el precio se va a pagar en 10 cuotas hay una ejecución diferida en el tiempo. O si yo
pacto que la entrega de la cosa se va a efectuar dos o tres meses después de celebrado el
contrato de compraventa también hay una ejecución diferida en el tiempo. Cualquier plazo
que las partes incorporen para el cumplimiento de las prestaciones del contrato es un
contrato de ejecución diferida.

Es un título traslaticio de domino obviamente, ¿por qué? porque sirve para transferir el
dominio, lo que no significa que por la mera celebración de la compraventa se transfiera el
dominio. O sea, los contratos no producen en Chile efectos reales como ocurre en Francia.

Requisitos propios del contrato de compraventa:

1. Que haya una cosa;


2. Que se pacte un precio por la cosa;
3. Que se establezca la forma del contrato de compraventa, la forma se refiere a la
solemnidad.
I)La cosa: Constituye el objeto y causa de las obligaciones generadas. La cosa, es el objeto
sobre el cual recae el contrato de compraventa, la cosa es sobre la cual recae la
obligación del vendedor de entregar y hacer tradición de la cosa. Debe estar en el comercio
humano, por eso, el artículo1810 que veíamos anteriormente, o sea la compraventa no
puede recaer sobre una cosa cuya enajenación esté prohibida, lo que significa que la venta
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debe recaer sobre una cosa que esté dentro del comercio humano. Entonces, la cosa debe
ser comerciable.

La cosa debe existir o debe esperarse que exista ¿cuándo una cosa puede esperarse que
exista? Las compras en verde y blanco; las compras de cosechas porque el fruto todavía no
existe pero se espera que exista. Entonces, aquí hay que distinguir que la compraventa de la
cosa futura lo que señalan los artículos 1813 y 1814:

El artículo 1813 señala:


Art. 1813. La venta de cosas que no existen, pero
se espera que existan, se entenderá hecha bajo la
condición de existir, salvo que se exprese lo contrario,
o que por la naturaleza del contrato aparezca que se
compró la suerte.

Entonces, por regla general si yo celebro un contrato de compraventa de una cosa que no
existe pero se espera que exista se entiende hecha con la condición de existir ¿qué significa
eso? que el contrato se celebra hoy ¿nacen derechos y obligaciones? no, ¿cuándo nacen
estos? cuando la cosa existe, porque se entiende hecha bajo la condición suspensiva de
existir. Entonces, si nada se dice en el contrato de compraventa se entiende que se ha hecho
bajo la condición de que la cosa exista, o sea se trata de una compraventa condicional, salvo
que se exprese lo contrario o que por la naturaleza aparezca que se compró la suerte, en ese
caso es un contrato puro y simple, nace a la vida jurídica y es exigible la entrega de la cosa
y el pago del precio y la suerte determinará el provecho económico que cada parte deba
reportar.

Es lo que pasa eventualmente con esas compras que se hacen de las maletas en los
aeropuertos uno paga un precio y no sabe qué cresta trae adentro la maleta y ahí se está
comprando la suerte.

Luego el artículo 1814 dice:

Art. 1814. La venta de una cosa que al tiempo de


perfeccionarse el contrato se supone existente y no existe, no produce efecto alguno.
Si faltaba una parte considerable de ella al tiempo
de perfeccionarse el contrato, podrá el comprador a su
arbitrio desistir del contrato, o darlo por subsistente,
abonando el precio a justa tasación.
El que vendió a sabiendas lo que en el todo o en
una parte considerable no existía, resarcirá los
perjuicios al comprador de buena fe.

El inciso primero ¿por qué? ahí las partes suponen que la cosa existe, pero en realidad no
existe, entonces su voluntad recae sobre una cosa que suponen existente pero que no existe,
es distinto a la situación anterior porque en el artículo 1813 las partes saben que es una cosa
futura que actualmente no existe, pero se espera que exista. Acá en cambio las partes
suponen que la cosa existe, pero realmente no, ¿qué pasa ahí? no produce efecto alguno
¿qué podría ocurrir ahí? Podría sostener que hay un error obstáculo, como vicio del
consentimiento, o sea hay un error porque las partes efectivamente creían que la cosa
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existía, pero no existe, entonces hay un error que impide la formación de la voluntad, ese
error obstáculo que llama la doctrina acarrea la nulidad absoluta, y es el único vicio del
consentimiento que acarrea nulidad absoluta, puesto que los otros solo se sancionan con
nulidad relativa.

Y luego establece, en el inciso final, una responsabilidad del que vende a sabiendas lo que
en todo o en una parte considerable no existía.

La cosa ha de ser determinada ¿cuándo una cosa es determinada? Esto es básicamente la


aplicación al contrato de compraventa de los requisitos del objeto para que sea válido y
eficaz, o para que se entienda que existe. ¿Cuándo está determinado el objeto? La especie o
cuerpo cierto, es un objeto determinado? Sí, no hay duda. Cuando la cosa recae sobre un
género? Si yo te digo te vendo un animal, ustedes dirían que el objeto está determinado?
No, entonces no cumple con los requisitos. Y ¿si te digo te vendo un mamífero de 4 patas?
No cumple con los requisitos. Si digo te vendo una de estas 10 vacas, si está determinado.
Tiene que haber cierta especificidad en el género y cantidad para que el objeto (género) sea
válido. Si digo “te vendo una cosecha” se mezclan dos cosas, hay una venta de cosa futura
que se espera que exista sobre una cosecha de un predio que está determinado desde el
punto de vista de las áreas, hay una cosecha que es probable, que sean X kilos, y el resto es
suerte, pero está determinado, porque está determinado el campo donde se está cosechando,
entonces está determinado.

Entonces, para que la cosa sea determinada tiene que reunir los requisitos de existencia del
objeto del acto jurídico y estos son:

1) Que no sea de aquellos que la ley prohíbe;


2) Que esté en el comercio humano;
3) Pero además, tiene que estar determinado.
La especie o cuerpo cierto obviamente está determinado. Pero, para que el objeto que recae
sobre género sea válido y eficaz se necesita que ese género esté determinado, en cuanto a la
especificidad del género (qué tipo de género es) y respecto a la cantidad.

Y lo otro, es que la cosa comprado no debe ser propia, aun cuando se ignore por parte del
comprador que la cosa es propia. En relación a esto, el artículo 1816 inciso 1º prescribe:
Art. 1816. La compra de cosa propia no vale: el
comprador tendrá derecho a que se le restituya lo que
hubiere dado por ella (…)

II) Precio:

Constituye el objeto y causa ¿por qué? Yo me obligo a entregar algo porque otro se obliga
a pagar el precio, esa es la causa de la obligación, porque si no, no me obligaría. Entonces,
por eso es objeto y causa. Causa para que el vendedor entregue la cosa. Luego el precio
para que cumpla con los requisitos de la compraventa y no otra cosa tiene que ser dinero.

El artículo1793 y 1794 hablan de dinero.


CONTRATOS CIVILES
ALEJANDRA AGUAD DEIK

Art. 1794. Cuando el precio consiste parte en


dinero y parte en otra cosa, se entenderá permuta si la
cosa vale más que el dinero; y venta en el caso
contrario.

Puede ocurrir que las partes pacten, por ejemplo, que digan “te entrego este computador
a cambio del tuyo y hacemos un cambalache” ¿Eso es compraventa? No, eso es permuta
(cambio de una cosa por otra). Si yo pacto “te paso mi computador, pero te voy a pagar
por sobre el computador $100.000 y tu me entregas el tuyo” En este caso hay dinero y
entrega de una cosa ¿Hay compraventa? Ahí la regla es, ¿qué es lo que vale más? si el
computador vale $200.000 y el computador $100.000 es permuta. Si el computador vale
menos de $100.000 es compraventa, para que sea compraventa la cosa debe valer menos
que el dinero entregado. Para que se entienda compraventa el precio debe estar
constituido principalmente por dinero.

El precio debe ser real y serio, si bien este no es un requisito expresamente establecido
por la ley, pero en definitiva, si es un precio irrisorio no hay en realidad comunicación
propiamente tal, no hay una voluntad seria de obligarse. Algunas veces hay simulación,
otras veces se pactan precios que parecen ser irrisorios pero que en definitiva están
atados a una negociación o a un contrato distinto, por ejemplo, en los negocios
inmobiliarios, cuando una persona tiene una propiedad y hay una inmobiliaria que tiene
interés en construir en esa propiedad, normalmente esas promesas de compraventa más
bien quedan sujetas a la condición de que la inmobiliaria obtenga un permiso o le sea
aprobado un anteproyecto de edificación, si lo aprueban entonces se celebra la
compraventa, pero ocurre muchas veces que ese anteproyecto por razones varias es
tramitado por el propio dueño no por la empresa inmobiliaria que está prometiendo
comprar y en consecuencia al momento en que celebran la compraventa se venden dos
cosas: el inmueble y también los derechos sobre el permiso o sobre el anteproyecto
aprobado y a eso le tengo que poner un precio, porque si no lo hago no es compraventa,
puede ser $1000 o $1.000.000 y ahí nadie puede decir que es irrisorio porque está
jurídicamente atado a un negocio jurídico. En cambio si es un acto completamente
aislado uno puede ver que ahí no hay voluntad de obligarse realmente porque no hay un
precio real, por ende falta un elemento de la esencia del acto jurídico compraventa; o
hay una simulación.

Finalmente, el precio tiene que ser determinado o determinable, muchas veces


ocurre, por ejemplo, en el caso de la compraventa de la inmobiliaria que se fija un precio
por metro cuadrado pero se queda sujeta la determinación del precio a un levantamiento
topográfico que determine cuál es la superficie útil del predio, en consecuencia queda
como ajustable o determinable en definitiva al resultado de ese informe topográfico. Ahí
tenemos un precio determinable.

III) Forma.
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MARTES 1 DE OCTUBRE

 Lugar de la Entrega Material de la Cosa

Es un tema bastante reglamentario la verdad. Primero se atiende a la voluntad de las partes,


es decir, al lugar que las partes designaron en la convención, respecto del lugar donde se
efectuará la entrega de la cosa. Si las partes nada dicen al respecto, entonces debemos
atender a si el bien es mueble o inmueble.

Si se trata de un bien inmueble, entonces el lugar de entrega será donde esté el inmueble.
Si se trata de un bien mueble, el lugar será de entrega será en el domicilio del comprador o
acreedor. Esto está regulado en el artículo 1587 del Código Civil.

 Momento de la entrega

Es la época fijada por la convención. Debemos recordar que eventualmente el contrato


puede haber previsto que la entrega se efectúe en una fecha posterior a la fecha en que se
perfecciona el contrato, pero si no se ha fijado plazo para ello, se entiende que la obligación
nace desde el preciso momento que las partes acuerden el contrato de compraventa y, en
consecuencia, la obligación de entrega es tan pronto como se haya celebrado la
compraventa.

En este tema surge el problema relativo a ¿Qué pasa si se vende una misma cosa a dos o
más personas? Este problema se presenta a propósito de la entrega porque la ley lo resuelve
en función de la entrega. El artículo 1817 básicamente lo que señala es que, si se vende
una misma cosa a dos o más personas, entonces se prefiere a quien se le ha efectuado en
primer lugar la entrega ¿Por qué? Porque teóricamente se hace dueño con la entrega si el
tradente era dueño o entra en posesión material de la cosa que permite adquirirla por
prescripción adquisitiva. Entonces se prefiere al comprador que ha entrado en posesión de
la cosa.

Y Si no se ha efectuado la entrega de la cosa a ninguno de los dos, suponiendo que se ha


vendido la misma cosa a dos o más personas, se prefiere el título más antiguo, o sea, el de
la fecha anterior.

 Qué comprende la entrega

Es el mayor problema jurídico que presenta la obligación de entrega que tiene el vendedor
respecto de la cosa objeto de la compraventa ¿En relación con qué? En relación con el
cumplimiento imperfeto de la entrega. Para saber si el vendedor extingue la obligación de
entrega es necesario saber a qué se obliga porque definiendo bien en qué consiste la
obligación de entrega, en definitiva, qué es lo que debe entregar, entonces puedo saber si es
que lo que se entregó satisface o no el interés jurídicamente protegido por la compraventa
del comprador y, en consecuencia, si es que esa entrega extingue la obligación del
vendedor.
CONTRATOS CIVILES
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Lo primero que hay que entender es a lo que dice el contrato, nuevamente voluntad de las
partes, el artículo 1828 señala “lo que reza el contrato”, es decir, la convención es lo que
debe ser entregado. Esto se relaciona con las reglas del pago como modo de extinguir la
obligación ¿Cómo debe ser el pago para que extinga la obligación? Debe ser íntegro.
Entonces, sabemos que la entrega de la cosa es a forma en que el vendedor paga su
obligación, debiendo ser íntegra conforme a lo que reza el contrato. Y, en esta materia, sin
embargo, la ley o también el legislador interpreta de alguna forma la voluntad de las partes
respecto de ciertas cosas sobre las que recae la obligación del vendedor. Por ejemplo, el
artículo 1830 cuando se refiere a la venta de una finca, dice que se entiende naturalmente
los accesorios que según el artículo 570 se reputan inmuebles, o sea, los inmuebles por
adherencia y, eventualmente, inmuebles por destinación. Dependiendo de qué es lo que se
venda, si yo vendo una finca o una hacienda o un fundo que tiene ganado, árboles frutales o
cosechas, se entiende que incluye todo aquello. Pero la ley… esto es un tipo de presunción
de la voluntad de las partes, por eso dice que naturalmente se extiende a lo accesorio, salvo
que las partes establezcan lo contrario. Entonces las partes pueden eventualmente excluir
determinados bienes que, si bien acceden al predio, las partes expresamente las excluyen de
la compraventa. Si nada dicen se entienden incluidas en el contrato de compraventa.

El artículo 1829 que se refiere específicamente a la situación de los animales “la venta de
cualquier animal hembra comprende la del hijo que tiene en su vientre o que amamante,
pero no la del que pueda pacer y alimentarse” O sea, la cría que ya ha ganado un nivel de
independencia, que ya no requiere a su madre para alimentarse o vivir. Entonces, se
entiende que ya no forma parte naturalmente de la compraventa y, en consecuencia, habría
que, si es que queremos que la compraventa también recaiga en ella, incluirla
expresamente.

El artículo 1816 inciso 2 establece que naturalmente se incluyen en la compraventa los


frutos pendientes o sea los que no han sido separados del árbol y los frutos futuros que
produzca la cosa pertenecen al comprador desde el momento de la entrega, salvo que se
haya postergado la entrega ya sea por un plazo o condición.

 ¿Es obligación del vendedor hacer dueño al comprador?

Dentro de la entrega de la cosa que es objeto de la compraventa, otro de los problemas que
presenta la cuestión fundamental de qué es lo que debo entregar, es si la entrega de la cosa
ajena constituye o no constituye el incumplimiento de la obligación del vendedor a hacer
entrega, es decir, si vendo una cosa que me pertenezca una cosa que no me pertenece.

Ya sabemos que la venta de cosa ajena es válida, pero una cosa es decir que la venta de
cosa ajena es válida y, en consecuencia, el contrato de compraventa no puede ser
impugnado de nulidad porque cuando la venta de cosa ajena es válida, esa venta produce
sus plenos efectos jurídicamente y, desde el punto de vista del derecho, es perfectamente
válida. Esa es una cosa, pero una cosa un poco distinta es si el hecho de que yo, vendedor,
entrego una cosa que no me pertenece ¿constituye o no constituye un incumplimiento de la
obligación de entrega y, en consecuencia, habilitaría eventualmente al comprador a ejercer
los remedios contractuales generales? ¿Cuáles son los remedios contractuales?
Cumplimiento forzado o la resolución del contrato. El cumplimiento forzado es difícil si
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la cosa no me pertenece, pero eventualmente uno diría que la resolución del contrato sí,
porque al vendedor, se le impone la obligación de entregar una cosa y, en consecuencia, la
obligación de hacer dueño al comprador con la entrega.

¿Qué ha dicho la doctrina sobre este punto? En la realidad nadie dice “estoy vendiendo algo
que no me pertenece, en consecuencia, sólo te voy a entregar la posesión”. Evidentemente
si las partes expresamente pactan que la entrega y, en consecuencia, el cumplimiento de la
obligación del vendedor no se va a entender perfecta mientras no se transfiera del dominio,
entonces, si no se transfiere el dominio hay un incumplimiento porque las partes
expresamente pactaron esa entrega como dominical. hay un pacto expreso en ese sentido.
Pero el problema se plantea cuando las partes nada dicen: el vendedor entrega algo y el
comprador cree que le pertenece, entonces también cree que está adquiriendo dominio
respecto de la cosa que se está haciendo tradición, pero luego llega un tercero que reclama
tener derecho de dominio respecto de esa misma cosa. En esta hipótesis ¿Hay o no
incumplimiento?

La obligación de dar es la obligación de efectuar la tradición, cuando yo hago tradición


entrego la cosa con ánimo de transferir el dominio y, el que la compra, la adquiere con
ánimo de adquirirla, con independencia de si la cosa pertenece o no pertenece al vendedor.
Ahí ya hay tradición, de hecho, para que el comprador o el tercero que adquiere la cosa
adquiera posesión jurídica que le habilite para adquirir el dominio de la cosa por
prescripción adquisitiva, es necesario que opere la tradición, porque si no opera la tradición
entonces no entra en posesión. Si yo entrego algo a título de mera tenencia y sin ánimo de
transferir el dominio no hago poseedor al mero tenedor y este último no adquiere posesión.
Entonces aquí es lo mismo, para que el tercero adquiera posesión es necesario que esa
entrega se haga con intención de transferir el dominio y que el comprador la adquiera con la
intención de adquirirla.

Con todo, la doctrina y la jurisprudencia mayoritaria han dicho que el vendedor no tiene la
obligación de hacer dueño al comprador ¿Por qué? porque toda la reglamentación del
Código Civil respecto de las obligaciones del vendedor distingue claramente entre la
obligación de dar y entregar, por un lado, de la garantía de la evicción que es un
remedio contractual especial que la ley contempla para cuando un tercero reclama tener un
derecho de dominio u otro derecho sobre la cosa. Entonces si la ley establece la obligación
del vendedor de indemnizar al comprador por la vía de evicción, en caso de que un tercero
reclame tener un derecho sobre la cosa es porque no ha tenido nunca, o sea, desde el
comienzo, la obligación de hacer dueño al comprador, sino que únicamente en que el
comprador entre en posesión tranquila y pacífica de la cosa que lo habilite eventualmente a
adquirir dominio por prescripción adquisitiva. Ahora eso es, salvo que las partes expresen
lo contrario, es decir, si las partes expresamente dijeron en el contrato que no se va a
entender perfeccionada o cumplida la obligación de entrega mientras no se haga dueño al
comprador, entonces evidentemente se va a entender que la pretensión solamente se va a
entender cumplida y satisfecha cuando se haga dueño, si no se hace dueño va a ver
incumplimiento.

Otra explicación respecto de la garantía de la evicción: si es que el vendedor tuviese la


obligación de hacer dueño al comprador, se entiende en consecuencia que no hacerlo dueño
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constituye un incumplimiento contractual, entonces no tendría sentido reglamentar la


evicción como un remedio especial. La evicción como remedio especial está prevista
precisamente para el caso en que el comprador no se hace dueño (uno de los casos, porque
pueden ser otro tipo derechos constituidos sobre la cosa, una hipoteca o servidumbre. En
definitiva, cualquiera que reclame un derecho real sobre la cosa). Entonces porque el
legislador reglamenta este remedio especial, se ha entendido que hay dos obligaciones
distintas: el tema de hacer dueño al comprador no es parte de la obligación de dar y
entregar, sino más bien una garantía que, por la vía de la evicción, si alguien lo turba
en su posesión y en su derecho, entonces yo, vendedor, tengo la obligación de ir en su
defensa y, eventualmente, indemnizarlo por los perjuicios que eso le pueda ocasionar.

Entonces, si en el hecho no se hace dueño, en definitiva, no hay incumplimiento contractual


y, en consecuencia, no podría demandarse la resolución del contrato de compraventa
por esa circunstancia.

Respecto de la entrega imperfecta, debemos abordar el tema de los remedios contractuales


¿Cuál es el remedio contractual general en el contrato de compraventa? Artículo 1489 es
una norma que se repite respecto del contrato de compraventa.

- Cumplimiento.
- Resolución.
- Indemnización de perjuicios (con o y indemnización de perjuicios, recordar debate
sobre la autonomía de la indemnización de perjuicios)

En la compraventa, en particular, hay también remedios especiales. Dentro de ellos está i)


el tema de las diferencias de cabida en la venta de inmuebles rústicos (no de los urbanos);
ii) el tema de la evicción; y iii) el tema de los vicios redhibitorios. Esta es la estructura
general porque a veces puede ocurrir una especie de concurso de remedios, o sea que, en el
fondo, ciertas situaciones jurídicas de entrega imperfecta o de cumplimiento imperfecto de
la obligación de entrega, puede significar que haya un concurso que permitan
eventualmente una elección de opciones, o concursos que signifiquen que el comprador
tenga la obligación de elegir uno porque uno excluye al otro (elegir un remedio específico y
que ese remedio específico excluye la aplicación del remedio general, por ejemplo)

Entonces en lo que sigue veremos el cómo van jugando estos distintos remedios
contractuales frente a una entrega imperfecta.

Respecto de la Entrega de predios rústicos artículos 1831 a 1834.

Los predios rústicos, que son básicamente todos los que están fuera de los limites
urbanos definidos por los planos regaladores comunales e intercomunales, pueden
venderse según su cabida (metraje, lo que comprende el predio “te vendo 100 hectáreas de
un campo en Linares) o pueden venderse como especie o cuerpo cierto. Cuando se vende en
relación a su cabida, en definitiva, la voluntad de las partes está encaminada a definir el
objeto y consecuencialmente el valor económico de lo que se está comprando en relación a
su cabida, o sea, no es lo mismo comprar 100 hectáreas que 90 hectáreas porque tienen un
precio distinto, valorizamos el precio por hectárea.
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Cuando vendo según su cabida, es importante primero que la cabida se exprese en el


contrato, no es que se supongan o que se presuma porque muchas veces los predios se
individualizan en relación a su cabida, pero no se venden en razón de su cabida. Muchas
veces uno dice “te vendo tal predio en Linares, ubicado en tal parte, inscrito en el nombre,
etc. de una superficie aproximada de 100 hectáreas” esto no necesariamente es una venta
según su cabida. Entonces la cabida tiene que expresarle en el contrato y el precio tiene
que fijarse en relación a su cabida. Para mayor claridad de que se está vendiendo en
razón de la cabida se dice que “se vende según su cabida” no como especie o cuerpo cierto,
sino que en relación a su cabida.

Un predio rústico puede venderse con relación a su cabida o como una especie o cuerpo cierto.
Se vende con relación a su cabida, siempre que ésta se expresa de cualquier modo en el contrato,
salvo que las partes declaren que no entienden hacer diferencia en el precio, aunque la cabida real
resulte mayor o menor que la cabida que reza el contrato.
Es indiferente que se fije directamente un precio total, o que éste se deduzca de la cabida o número
de medidas que se expresa, y del precio de cada medida.
Es asimismo indiferente que se exprese una cabida total o las cabidas de las varias porciones de
diferentes calidades y precios que contenga el predio, con tal que de estos datos resulte el precio
total y la cabida total.
Lo mismo se aplica a la enajenación de dos o más predios por una sola venta.
En todos los demás casos se entenderá venderse el predio o predios como un cuerpo cierto.

Artículo 1831 Código Civil

Si se vende el predio con relación a su cabida, y la cabida real fuere mayor que la cabida
declarada, deberá el comprador aumentar proporcionalmente el precio; salvo que el precio de la
cabida que sobre, alcance a más de una décima parte del precio de la cabida real; pues en este
caso podrá el comprador, a su arbitrio, o aumentar proporcionalmente el precio o desistir del
contrato; y si desiste, se le resarcirán los perjuicios según las reglas generales.
Y si la cabida real es menor que la cabida declarada, deberá el vendedor completarla; y si esto no
le fuere posible, o no se le exigiere, deberá sufrir una disminución proporcional del precio.

Art. 1832 Código Civil

Esta ultima norma establece este remedio especial en caso que la cabida declarada en el
contrato sea distinta a la cabida real “Yo me obligo a entregar 100 hectáreas y finalmente se
hace un levatamiento topográfico del predio y el comprador advierete que la cabida real es
de 80 o de 95, pero no es de 100”. Entonces la regla básicamente es que hay que pensar la
diferencia, el precio está establecido en razón de la cabida así que determinar como se
calcula la diferencia es re fácil; es llegar y multiplicar el precio unitario por las hectareas o
por los metros cuadrados que falten. Y a eso se le agregue (o hay) un margen de un 10%,
para arriba o para abajo, para efectos de que la persona que sale perjudicada en esta
cuadratura pueda resolver eventualmente el contrato. De manera tal que, o se completa el
precio o se rebaja el precio en relación a la cabida cuando esa diferencia no es superior a un
10%; si esa diferencia es superior a un 10%, para arriba o para abajo, hay posibilidad de
resolver el contrato. Este es el remedio especial que contempla el legislador para este caso.
CONTRATOS CIVILES
ALEJANDRA AGUAD DEIK

Ahora, la profesora insiste que se trata de la venta de predios rústicos porque suele ocurrir
que hay muchas demandas de colegas prestigiosos que demandan la rebaja del precio o la
resolución de contratos aplicando esta norma a predios urbanos y la Corte ha sido
reiterativa en señalar que no puede aplicarse por analogía a los predios urbanos, sino
exclusivamente a los predios rústicos.

Si por ejemplo en un contrato de compraventa, donde una constructura compra un predio


para realizar un proyecto inmobiliario, normalmente sujetan la determinacion del precio
final a un levatamiento topográfico, sea rústico o sea rural, siempre es la misma mécanica.
Supongamos que las partes establecen una cláusula en el contrato de compraventa para
producir el mismo efecto que establece la ley, es decir, poder ajustar finalmente el precio en
relación a la cabida, pero porque las partes expresamente incorporan ese efecto en el
contrato. Esto aplica aunque las partes no lo incorporan al contrato cuando se venda en
relación a la cabida un predio rústico. Pero si se trata de un predio urbano no se puede
aplicar por analogía, salvo que las partes, a través de la autonomía de la voluntad, hayan
incorporado expresamente al contrato que el precio se va a ajustar, para arriba o para abajo,
en relación a la cabida.

Si el predio se vende como un cuerpo cierto, no habrá derecho por parte del comprador ni del
vendedor para pedir rebaja o aumento del precio, sea cual fuere la cabida del predio.
Sin embargo, si se vende con señalamiento de linderos, estará obligado el vendedor a entregar
todo lo comprendido en ellos; y si no pudiere o no se le exigiere, se observará lo prevenido en el
inciso 2.º del artículo precedente.

Art. 1833 Código Civil

Las acciones dadas en los dos artículos precedentes expiran al cabo de un año contado desde la
entrega.

Artículo 1834 Código Civil

Seguimos en los predios rústicos; “Te vendo el campo de Linares, ubicado en tal parte
blabla” y lo vende y dice “aproximadamente en 100 hectáreas” y luego en la cláusula
siguiente se dice que la venta se hace como especie o cuerpo cierto en el estado que se
encuentre papapá…”. En definitiva, las partes han pactado expresamente que la venta se
hará como especie o cuerpo cierto. Supongamos que, al cabo de un cierto tiempo, el
comprador hace un levantamiento topográfico y se da cuenta que el predio no tiene las 100
hectáreas, sino 90 ¿Puede reclamar? No, no puede reclamar porque compró como especie o
cuerpo cierto, da lo mismo si tiene 90, 80 o 100. En definitiva, ahí la mención a la cabida es
una mención simplemente ilustrativa, pero que no produce efecto alguno para discutir
respecto del cumplimiento de la obligación de entrega. Pero si se señalan linderos
(deslindes del predio: al norte limita con X, al sur con X, etc.) y se dice además que el
predio tiene aproxidamente 100 hectáreas. Si el predio tiene 120 hectáreas y se han
señalado los deslindes del predio, el vendedor cumple su obligación unicamente cuando
entrega las 120 hectáreas, porque todo eso comprende el predio y está obligado a entregar
todo lo que está dentro de esos deslindes y si no puede entregarlos, dice la ley, entonces se
aplicará lo señalado a propósito del efecto de la cabida. Supongamos que no puede
entregarlo, hay una toma en una parte del predio y, en consecuencia, no puede hacer
CONTRATOS CIVILES
ALEJANDRA AGUAD DEIK

entrega de todo lo que está dentro de los deslindes que se han señalado en la escritura. En
ese caso habrá que aplicar la regla de la cabida y ver cuanto comprende la toma en relación
a la cabida, y si la toma comprende más de un 10% entonces podrá resolver el contrato, si
la toma comprende menos del 10% entonces podrá indemnizarle la indiferencia o restituirle
la diferencia.

Obligación de saneamiento
La obligación de saneamiento, que tiene el vendedor, comprende o más bien se extiende a
dos cuestiones distintas: uno que es el saneamiento de la evicción (que lo que busca es
amparar al comprador en el evento que la cosa termina siendo evicta, es decir, que un
tercero reclame dominio sobre la cosa) y una segunda obligación que comprende la
obligación de saneamiento es acerca de los vicios ocultos o redhibitorios.
Parto primero con los vicios redhibitorios. Los vicios redhibitorios, una prevención es que
hay un texto de todos los que les subí que es de Iñigo, que se refiere a los remedios
contractuales y la problemática del cumplimiento imperfecto en la obligación de entrega, y
les da una idea bastante precisa de qué remedio contractual y cuál es la problemática
asociada a cada remedio; que es muy importante para distinguir los vicios redhibitorios, de
la disconformidad de la entrega (Alud pro alio) una cosa es que yo entregué algo distinto a
lo debido, y otra cosa es que entregué lo debido, pero que ella sea imperfecta para la
funcionalidad de los fines convenidos. Los vicios redhibitorios (artículo 1858) supone
vicios ocultos de la cosa debida, que no son advertidos por el comprador, y que hacen que
la cosa no sirva para su uso o lo haga imperfectamente; eso es una cosa; otra cosa es lo
que se conoce como el Alud pro alio, que es “una cosa por otra” o sea, yo entregue algo
distinto a lo que me obligué a entregar: la distinción no es fácil, y ello es porque la
jurisprudencia lo ha complicado. Ello, porque existe un concepto material y un concepto
funcional del alud pro alio. El concepto material es claro, porque atiende a la cosa o
identidad física de la cosa (se puede observar que se entrega algo distinto a lo que me
obligue a entregar), pero también hay un concepto funcional y a veces éste se suele
confundir con el vicio redhibitorio; o sea, la cosa no es la misma, porque la funcionalidad
no es lo que yo requería o no es lo que yo entendí que me iban a entregar. En esto tiene
importancia la sentencia de la corte suprema: “caso Cecinas La Preferida con Comercial
Salinak”
Caso: Cecinas demanda a Salinak para resolver el contrato de compraventa por el
incumplimiento de la vendedora (Salinak) buscando también por lo anterior una
indemnización de perjuicios. Además de demandar la resolución e indemnización; se
demanda en subsidio, los vicios redhibitorios (por si no se acoge la acción del
incumplimiento). La corte suprema analiza la cuestión para ver si la sanción aplicada a
Salinak por la entrega de una sal, con concentración distinta a la requerida por el
comprador, es un problema de vicio o bien de disconformidad; entonces, se explica el
artículo 1858, respecto de los redhibitorios, y se agrega el artículo 1861 sobre el
conocimiento del vendedor de los vicios y el problema de no declararlos; se obliga a rebajar
o restituir el precio, junto con indemnización de perjuicios (leer completo de todas formas.)
Se dice que al demandante se le entrega una sal distinta a la concentración que se había
pactado.
CONTRATOS CIVILES
ALEJANDRA AGUAD DEIK

Con todo, se dice que no procede la acción redhibitoria en el caso concreto, en el entendido
que, la vendedora no habiendo entregado lo comprado por la actora, no resulta posible
determinar los vicios que se reclaman: Habiéndose entregado “sal de cura” y no “sal
nitrificada” no importa un vicio oculto, desde que el acuerdo de voluntades solamente daría
a entender que no se cumple la entrega como tal.
Entonces, lo que hace el fallo es primero adoptar una concepción material del alud pro alio
(la cosa física material entregada, no es lo convenido, pues se pactó una sal distinta a la
entregada.) En consecuencia, al ser algo distinto, no aplica el vicio redhibitorio, ya que el
vicio redhibitorio supone que se entregó la cosa debida, pero que tiene defectos
ocultos. Esto es re importante para no equivocarse en invocar la acción. Ahora, como la
jurisprudencia ha sido errática como les decía, hay cierta jurisprudencia que aplica más bien
el concepto funcional, y en consecuencia puede ser medio confuso si es que estamos frente
a un vicio redhibitorio o en una disconformidad en la entrega, les digo desde el punto de
vista profesional, lo que conviene hacer, siempre y cuando las acciones no estén prescritas
(puesto que la acción redhibitoria tienen prescripción de corto tiempo) es ejercer una en
subsidio de la otra; y así, tienen cubierto que la corte pueda rechazar por un lado e irse por
el otro.
Por ejemplo: Hay otro fallo de la corte de apelaciones de concepción me parece, que a
propósito de una venta de un inmueble que estaba gravado con una hipoteca, se vende la
propiedad y el comprador ejerció la acción resolutoria por incumplimiento, en el entendido
que lo entregado había sido imperfecto puesto que se encontraba gravado. El contrato no
decía que la venta se hacía libre de hipotecas, sólo decía que se vendía un inmueble. La
corte razonó sobre la base de que la existencia de esa hipoteca no era un vicio redhibitorio,
entendiendo que era difícil establecer que era un vicio oculto, para que la hipoteca se
constituya, ella debe inscribirse en el registro conservatorio, y la inscripción es un medio de
publicidad, por lo que el comprador con mediana diligencia tendría que haber conocido del
mismo. Entonces, la corte quizás, puesto que no lo dice en el fallo, tratando de obviar el
problema, y queriendo resolver el problema al comprador, hecho mano a este concepto
funcional del alud pro alio, entonces dice que la venta del inmueble no le permite destinarlo
usarlo y gozarlo en plenitud, por lo que lo entregado es distinto, porque esa funcionalidad
integra la configuración del objeto (el hecho de poder disponer del objeto es parte del
inmueble, y esto está limitado por una hipoteca) por lo que la corte acoge la acción
resolutoria.
En pura doctrina, el concepto más aplicado es el concepto material del alud pro alio, para
distinguirlo de los vicios redhibitorio.
Pregunta: Y, ¿cuál es el efecto si pedimos el alud pro alio?
Profesora: Acción resolutoria, cumplimiento, todas las reglas
contractuales generales.
Todo esto de los remedios es importante, entendiendo que tienen efectos distintos, cada uno
tiene su propia regulación y cada uno tiene un plazo de prescripción respectivo, por lo que
es importante saber dónde estamos parados. Les recomiendo el texto de Iñigo de la Maza y
uno de Guzmán Brito, que explica la prescripción de la acción redhibitoria, versus las
acciones generales de incumplimiento (21 a).
Vamos con los vicios redhibitorios: ya sabemos que los elementos están contenidos en la
definición del artículo 1858.
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ALEJANDRA AGUAD DEIK

I) Lo primero es que los vicios deben ser coetáneos o anteriores a la venta, puesto que si
el desperfecto surge después de entregar la cosa, el riesgo o deterioro de la cosa recae en el
comprador y nada habría que reclamarle al vendedor; tienen que ser vicios que tendrían su
causa en situaciones anteriores o coetáneos a la venta.
II) Luego, tienen que ser graves, no cualquier defecto constituye un vicio redhibitorio, y la
ley establece como grave (usando la misma lógica de gravedad en materia del vicio de
consentimiento) aquello determinante (o determinada, no estoy seguro): que la cosa no
sirva para su uso natural o solo sirva imperfectamente. No cualquier defecto permite
entonces ejercer la acción redhibitoria por vicio redhibitorio.
III) Tienen que ser ocultos; esto de que sean ocultos tiene una doble significación:
i) Por un lado, deben ser ignorados por el comprador, o, que éste no haya podido
conocerlos. Es decir, si el examen de la cosa ha sido un examen negligente (no tomarme la
molestia de revisar lo que se compra, como el típico caso de los autos, y no mandar a un
taller ni nada) eventualmente no sería un vicio oculto, porque a lo mejor obvié un examen
de diligencia mínima, y ahí habría que ver el estándar, ya que este no aplica con
independencia de quienes contratan, sino que atienden precisamente de quienes son los
contratantes (no puedo exigir lo mismo si vendo un auto de un mecánico, que a una señora
de 80 años.) El “estándar” puede aumentarse o disminuirse, dependiendo de la calidad de la
persona; el cómo juzgo la conducta del comprador (no “Juan Pérez” sino que su perfil
como tal).
ii) O bien, que por su profesión u oficio debió haber sabido de la existencia del vicio,
nuevamente atendiendo al estándar.
Ahora, vamos a ver que existen varios remedios asociados a los vicios ocultos, van desde la
acción rescisoria (que es una resolución con la restitución del precio) hasta la acción
quantis minoris (acción de rebaja del precio) y, además, indemnización del perjuicios.
Pero, la acción restitutoria del precio y la acción quantis minoris, como es una obligación
de garantía, opera con independencia de si ha habido culpa o no del vendedor; no requiere
para la configuración del vicio oculto, que el vendedor haya vendido la cosa, sabiendo la
existencia del vicio oculto (con dolo) o siendo negligente (con culpa) habiendo podido
descubrir que aquello que vendía acaecía de algún vicio. No se atiende entonces, al factor
culpa para efectos de determinar la procedencia de esta acción; es una responsabilidad
objetiva.
En cambio, para la indemnización de perjuicios, que es el otro remedio que contempla la
ley, si es necesario que haya habido dolo o culpa del vendedor (porque lo otro es una
obligación de garantía, por lo que es distinto, al ser las de garantías, objetivas.) Porque esta
hace referencia a una responsabilidad personal del vendedor, atendiendo a la subjetividad
del vendedor en este caso, teniéndose que verificar la existencia de dolo/culpa
respectivamente.
Los efectos: Pedir la resolución del contrato, que es la propia acción redhibitoria del
artículo 1860, la ley habla de recisión, pero la doctrina está de acuerdo en que la palabra
está mal utilizada, y que en realidad es una acción resolutoria. Ahí hay una discusión eso
sí; creo que es Guzmán Brito quien dice que es una acción de nulidad (o recisión), porque
prescinde del elemento subjetivo de responsabilidad y es propia de la acción resolutoria,
según Guzmán, tiene que haber culpa. Porque la recisión tradicionalmente se utiliza para
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denominarse a la nulidad relativa, la doctrina siempre lo ha entendido así; y por eso dice
que en este caso hay que hablar más de una acción resolutoria.
También da derecho al comprador, a solicitar la rebaja del precio (la denominada quantis
minoris) y finalmente el artículo 1861 que permite otorgar la indemnización de perjuicios,
si el vendedor conocía o debía conocer los vicios ocultos de la cosa (es decir, atendiendo al
elemento dolo o culpa) si conocía era dolo y se debía conocer, culpa (ya que se entiende
que hay presunción de mala fe, lo que da lugar a la indemnización de perjuicios.) Se lee el
artículo 1861 y 1860, el comprador puede pedir la restitución o la rebaja del precio;
también se lee el artículo 1868, si los vicios no son de la gravedad del 1860 se puede pedir
solo la rebaja del precio (deben ser graves para que se aplique la acción redhibitoria). Si no
son graves, pero son importantes, entonces sólo puede pedir rebaja del precio.
La extinción de la obligación: el artículo 1862, contempla que “Si la cosa viciosa ha
perecido después de perfeccionado el contrato de venta, no por eso perderá el comprador el
derecho que hubiere tenido a la rebaja del precio, aunque la cosa haya perecido en su poder
y por su culpa.” los vicios ocultos no se sanean incluso con la destrucción de la cosa.
Y cómo se extingue la obligación entonces:
i) Las ventas forzadas (Artículo 1865 hay norma expresa en donde se libera el vendedor del
saneamiento) en principios las ventas forzadas se produce una suerte de purga de los vicios
redhibitorios (no responsabilidad ulterior del vendedor), salvo habiendo sido requerido que
declare los defectos de la cosa, no lo hubiera hecho sabiendo que existían dichos vicios
(donde se vuelve a la posibilidad de reclamar la acción redhibitoria y la indemnización de
perjuicios).
ii) Por renuncia: es un derecho que mira solo el interés del enunciante, y en consecuencia,
según la regla general del artículo 12 la renuncia del mismo comprador para exigir la
acción redhibitoria, extingue la obligación (es una regla general).
iii) La prescripción: ella se presenta a propósito de reglas especiales: son prescripciones de
corto tiempo: artículo 1866. -Muebles: 6 meses (redhibitoria) y 1 año (quantis minoris);
-Inmuebles: 1 año (redhibitoria) y 18 meses (quantis minoris) El tiempo se cuenta “Desde
la entrega” y el artículo 1867 refiere sobre la quantis minoris y el artículo 1869 en cuanto
al plazo de quantis minoris. En estas reglas se da la posibilidad de que las partes pacten el
plazo pudiendo ampliarse o reducirse, expresamente en el contrato de compraventa; si nada
dice, se aplican estas reglas establecidas.
SEGUNDO BLOQUE
Luego B le vende la misma cosa a C. Si se declara la nulidad se produce su efecto propio,
en consecuencia se entenderá que las partes nunca celebraron este contrato de compraventa,
en consecuencia, B nunca adquirió dominio, A nunca de dejo de ser dueño y A podrá
ejercer una acción reivindicatoria en contra de C. A va a demandar la nulidad, supongamos
que A ha sido víctima de un fraude y en consecuencia esta compraventa está viciada de
nulidad y en consecuencia A va a demandar la nulidad de este primer contrato de
compraventa y conjuntamente, por un tema de económica procesal nomalmente, se
demanda conjuntamente la nulidad del contrato de compraventa( de este primer contrato) y
la accion reivindicatoria del tercer poseedor que sería C. C es un tercer poseedor, en este
caso porque suponiendo que ese contrato es nulo (porque se declarara la nulidad) las partes
se restituyen al estado anterior de la celebración de la compraventa y en consecuencia se
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entiende que B nunca fue dueño y por lo tanto B nunca pudo trasnferir el domino a C. Esta
es una de las hipótesis.
Otra hipótesis podría ser por ejemplo, que la primera compraventa no sea un problema de
nulidad sino que, supongamos que en esta compraventa A y B celebran la compraventa, y B
queda debiendo un saldo de precio y el precio finalmente no se paga, como consecuencia
que este precio no se paga, A puede ejercer una acción resolutoria por no pago de precio de
esta compraventa, el efecto de la resolución declara judicialmente es también restituir a las
partes al estado anterior, en consecuencia pasa lo mismo: B nunca fue dueño, B no
transfirió dominio a C.
Normalmente va a ocurrir que producto del efecto restitutorio de la nulidad judicialmente
declarada o de la resolución, es que B nunca tuvo dominio y por ende no transfirió dominio
a C y C solamente es poseedor.
La diferencia entre la nulidad y la resolución, básicamente dice relación con la
protección frente a terceros, porque la declaración de nulidad da acción reivindicatoria
contra terceros poseedores que estén de buena o mala fe, en cambio, en caso de la
resolución, la acción reivindicatoria está limitada contra los terceros poseedores de mala
fe. En consecuencia, solamente en caso de que C haya adquirido el dominio, por ejemplo,
conociendo que existía un saldo de precio en esta compraventa y en consecuencia,
conociendo la existencia de la condición resolutoria que eventualmente haría extinguir el
derecho de B, en ese caso, A tiene acción reivindicatoria en contra de C.
(La profe cachó que nadie entendía así que empezó a explicar otra vez) Hay tres hipótesis
en que un tercero podría ejercer esta acción que tiene por objeto privar de dominio al
comprador
i) Una primera hipótesis es que por un acto anterior a la venta, el contrato anterior, el título
anterior a la venta o inmediatamente anterior o solo anterior (da lo mismo, pero que sea
anterior a la venta), esté viciado de nulidad y como consecuencia de la declaración de
nulidad se entienda que todos los posteriores poseedores, que han entrado en posesión de la
cosa nunca adquirieron dominio. Consecuencia de aquello, a quien en cuyo a favor se
declaró la nulidad va a poder ejercer una acción reivindicatoria en contra de quien este
poseyendo. Esa es la primera hipótesis. Acción reivindicatoria, que va a poder ejercer
siempre en contra del tercero que esté de buena o mala fe, siempre dentro del plazo de
prescripción, porque el tercero puede alegar prescripción adquisitiva ordinaria o
extraordinaria, va a depender.
ii) Segunda hipótesis: título anterior a la venta que estamos tratando, se declare resuelto por
el incumplimiento fundamentalmente de la obligación de pago de precio, no se pagó el
precio de una compraventa anterior y como consecuencia de la resolución entonces el
vendedor en ese caso que no recibió el precio, va a poder ejercer accion reivindicatoria en
contra del tercer poseedor. ¿Cuándo va a poder ejercer accion reivindicatoria? R: cuando el
tercer poseedor está de mala fe, ¿Cuándo se entiende que el tercer poseedor está de mala
fe? R: cuando la condición constaba en el título, y en el caso de título inscrito, cuando la
condición constaba en el título inscrito otorgado por escritura pública.
Supongamos en el caso de la compraventa de bienes raíces si es que se celebra la
compraventa, se establece un precio y se queda debiendo un saldo de precio y hay
constancia de que queda un saldo de precio, pendiente de pago en la escritura de
compraventa y en la inscripción de dominio, entonces el tercero no puede alegar ignorancia
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de aquello, en consecuencia, en la condición consta en el titulo, y como consta en el titulo


se entiende para todos los efectos que se esta poseyendo de mala fe o es un tercer poseedor
de mala fe y en ese caso va a poder ejercer una acción reivindicatoria en contra del tercero.
Esa es la segunda hipótesis.
iii) La tercera hipótesis es que derechamente, B le vendió a C, algo que no le pertenece, una
cosa que le pertenece a un tercero haciendo como que la cosa es propia. B le vende a C algo
que no le pertenece y el tercero, dueño de la cosa, toma conocimiento de que esa cosa que
le pertenece, fue vendida por B a C y en ese caso, va a tener A una acción reivindicatoria en
contra de C. En la tercera hipótesis, para el ejercicio de la acción reivindicatoria da lo
mismo si el tercero está de buena o mala fe, pero no da lo mismo, para saber si es poseedor
regular o irregular y en consecuencia para si es que adquiere el dominio por prescripción
adquisitiva ordinaria o extraordinaria, pero no es impeditivo para el ejercicio de la acción.
Ojo que la venta de cosa ajena, y en eso también hay que tener cuidado, la venta de cosa
ajena es venta de cosa ajena es decir, yo digo que soy el dueño y vendo, es distinto a decir
que yo digo que represento al dueño y vendo en su representación porque ahí no hay un
problema de venta de cosa ajena, hay un problema eventualmente de nulidad del título que
estoy invocando o eventualmente también ese acto podría ser inoponible al dueño si es que
estoy asumiendo una representación que no tengo. Entonces, hay que tener cuidado con
eso, porque no es lo mismo, vender algo diciendo que soy dueño y no soy dueño a vender
algo en representación del dueño sin tener poder para representarlo. Son dos hipótesis
distintas.
Entonces, en cualquiera de esas hipótesis el verdadero dueño tiene una acción
reivindicatoria en contra del comprador y el comprador entonces se ve expuesto
eventualmente a quedar privado del bien por esta acción reivindicatoria. La evicción puede
ser total o parcial, dependiendo de lo que se reclame como dominio, puede ser que por
ejemplo, porque la evicción no solamente opera con respecto al derecho de dominio,
también puede operar con respecto a otros derechos reales, por ejemplo podría sostenerse
que el tercero tiene un usufructo sobre el bien y en consecuencia lo que, la acción tiene por
objeto privar al comprador del derecho de usufructo, por lo cual el comprador solo quedaría
con la nuda propiedad pero no tendría ni el uso ni el goce, que es propio del derecho de
usufructo.
Entonces, supone la privación de todo o parte del bien comprado en virtud de una sentencia
judicial, tiene que haber una sentencia judicial que lo declare, y por una causa anterior a la
venta, o sea obviamente tiene que ser una causa anterior a la venta, conocida o no conocida
(no se si dice por o de) el vendedor, que prive al comprador de la cosa, porque si la causa es
posterior a la venta, entonces, nuevamente caemos en que es responsabilidad del
comprador.
Y esta obligación de saneamiento de la evicción comprende dos obligaciones, una
obligación de hacer y una obligación de dar. La obligación de hacer consiste en la
obligación de acudir en defensa del comprador y es una obligación indivisible, esto último
significa que el concepto de divisibilidad o indivisibilidad tiene importancia cuando hay, en
este caso, pluralidad de deudores, ahí tiene importancia el concepto de obligación
indivisible, si hay pluralidad de deudores, entonces están todos obligados a concurrir en
defensa del comprador, si son varios los vendedores, supongamos una comunidad, que
tenía una propiedad en comunidad y concurren todos los comuneros y venden este
inmueble supongamos al comprador. Las obligaciones indivisibles lo que significa que
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todos, están obligados a concurrir a la defensa y el comprador puede citar a cualquiera de


ellos de evicción y ese vendedor va a tener que concurrir a la defensa y no puede
excepcionarse alegando de que hay otros obligados entonces vaya y concurra a los otros
obligados. Eso es una obligacion indivisible que produce como el mismo efecto que la
obligación solidaria en ese sentido. Y luego la obligación de indemnizar prejuicios, que es
la obligacion de dar propiamente tal, en caso de que se produzca la evicción, o sea que
haya una sentencia judicial que prive al comprador de todo o parte de la cosa, en ese caso,
el vendedor queda obligado a indemnizar, a pagar una suma de dinero (vamos a ver qué
comprende esa indemnización) y esa obligación de dar es, como toda obligacion de dar, por
naturaleza es divisible, lo que significa que si es la comunidad la que vendió supongamos y
en la comunidad que es hereditaria supongamos, donde la o el conyuge tenia 2/5 y había
tres hijos y cada hijo tenia 1/5, concurrirán en esa proporción a indemnizar al comprador,
con la proporción que les corresponda en la comunidad digamos.
Los requisitos para que opere la evicción:
I) La privación por parte del comprador, del todo o parte de la cosa (total o parcial).
II) Que esta privación suceda por un hecho anterior a la venta (que es lo que nos decía
anteriormente)
III) Que se declare mediante sentencia judicial.
La obligación de saneamiento: ¿Cuándo nace la obligación de saneamiento? Tan pronto se
ejerce esa acción en contra del comprador, en consecuencia el comprador se ve expuesto
eventualmente a sufrir la evicción por ejemplo: se demanda reivindicación o de
demarcación o deslindes también podría ser eso, una demanda de demarcación o deslindes
que signifique finalmente en caso de un inmueble, que tenga que restituir parte, porción o
que como consecuencia de la demarcación o deslinde se quede privado de una parte de lo
que estimaba parte de su propiedad. Y tiene que el comprador en este caso, citar de
evicción a su vendedor. ¿Qué significa citarlo? Emplazarlo en el juicio, o sea, demandaron
de reivindicación al comprador y el comprador antes de contestar la demanda, antes de
ejercer ninguna defensa, lo primero que hace es que cita judicialmente donde se cita, así se
llama, la citación de evicción, donde se emplaza en definitiva al vendedor, para que venga
en defensa del comprador y asuma la defensa.
Artículo 1843: Lo primero que dice la norma es que tiene que citarlo dentro del término de
enjuiciamiento que es plazo de emplazamiento, o sea si yo tengo 15 días para contestar la
demanda (plazo normal de emplazamiento dentro de la jurisdicción de la comuna), yo tengo
15 días, dentro de esos 15 días tengo que citar a mi vendedor para que comparezca a
defenderme.
¿Qué pasa si el comprador deja transcurrir el plazo de emplazamiento y no cita de evicción
al vendedor? En el fondo es una especie como de caducidad del derecho de la evicción,
en definitiva, es decir, en el sentido que se entiende que el comprado ha asumido sobre sí el
riesgo de la evicción, y en consecuencia, no puede después reclamarle, si la cosa es evicta
reclamarle perjuicios ni nada.
**El plazo es el plazo de emplazamiento, 15 días o 18 días dependiendo de la comuna**
Si el vendedor aparece al 10 día de emplazamiento: A la profesora le paso una vez, y se
entendió suspendido hasta que compareció el vendedor y se le otorgó nuevamente el plazo
para contestar la demanda, pero es raro, pero en el fondo había contestado, porque el
vendedor también estaba demandado, pero demandado por el primer contrato o sea de
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nulidad del caso expuesto antes, nulidad del contrato de compraventa anterior y de nulidad
del contrato de compraventa anterior compareció y contestó la demanda, pero citado de
evicción tuvo que volver a contestarla por el comprador en lo que decía relación con la
acción reivindicatoria propiamente tal y empezó a correrle nuevamente el plazo. Pero eso lo
hizo el tribual y a la profesora le pareció como raro: dijo que lo va a aclarar.
Entonces lo primero es citarlo dentro del término de emplazamiento.
Luego, ¿Cuáles son las actitudes que puede adoptar el vendedor que ha sido citado de
evicción? :
No comparece: En cuyo caso acarrea su responsabilidad por la evicción, salvo dice la ley
que el comprador haya dejado de oponer una excepción que solo le copete al comprador y
que por eso la cosa fuese, terminara siendo evicta o sea terminara siendo privado de la
cosa. Por ejemplo: supongamos que había transcurrido los plazos de prescripción para o
poder alegar la prescripción adquisitiva del bien, esa es una excepción que puede alegar el
comprador, si el comprador no alega la prescripción adquisitiva del bien y por eso termina
diendo evicta la cosa, acarrea responsabilidad para el comprador.
Luego, si comparece, hay dos posibilidades: Una posibilidad es que se allane, artículo
1845, que se allane significa que en el fondo acepte la demanda, se demandó de nulidad y
se ejerció acción reivindicatoria y viene el vendedor y se allana la demanda entonces dice la
norma que en ese caso el comprador igual puede defenderse por si mismo, y eventualmente
oponer prescripción adquisitiva o cualquier otra cosa pero si llega a perder y fuese evicta la
cosa en ese caso no pretenda que el vendedor le pague las cosas, lógico porque el
comprador fue que asumió el riesgo del juicio y en consecuencia todos los gatos asociados
a ese juicio van a ser de cargo del comprador porque el otro se allanó y también respecto de
los frutos pendientes, entonces, en el fondo limita la responsabilidad del vendedor, porque
el vendedor se allano a la demanda y en consecuencia no va a responder respecto de los
prejuicios asociados al juicio propiamente tal a las costas se refiere, y otra posibilidad es
que se defienda, artículo 1844, es decir, el vendedor asume defensa propiamente tal frente
a la demanda. Artículo 1844: esto es lo que suele ocurrir, se cita de evicción al vendedor, el
vendedor comparece, contesta la demanda, se opone a la demanda, opone excepciones,
defensas, etc. y se sigue en contra de él la demanda reivindicatoria también y la demanda
principal, o sea de nulidad, por ejemplo, pero el comprador puede intervenir en el juicio
obviamente pero interviene como tercero coadyuvante, esa es el título bajo el cual
comparece y ejerce su defensa, como tercero, no como parte propiamente tal en el juicio.
**Preguntaron respecto a lo anteriormente visto de que el vendedor no comparece durante
el termino de emplazamiento: La profesora dice que si no comparece el vendedor va a ser
responsable 100% de todo, del juicio, de lo obviamente si la cosa es evicta va a tener que
indemnizar el valor de la cosa y todos los gatos, los frutos y todas las cosas que
correspondan, pero salvo que se haya privado al comprador de la cosa a causa de una
excepción que solo a él le compete y que dejó de oponer porque en definitiva no podría
haberla opuesto tampoco el vendedor, no podría haber alegado él aquello, sino que era de
resorte del comprador haber alegado, una excepción personal del comprador que no la
puede alegar el vendedor. Esa es la hipótesis.
Se siguió adelante el juicio y finalmente hay dos opciones, como en todo juicio, se gana o
se pierde, es decir, se acoge la demanda o se rechaza la demanda. Si se rechaza la demanda
es porque el vendedor ganó el juicio obviamente y no va a haber evicción, o sea no se va a
privar al comprador de la cosa y se van todos felices para la casa. El vendedor cumplió con
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su obligación de saneamiento porque concurrió a la defensa y fue exitoso en su defensa


y todos los gastos y costas son asumidas de cargo del vendedor; y el comprador queda
indemne por decirlo así y no sufrió privación de la cosa. Ojo que si en esta hipótesis el
comprador asumió su propia defensa y actuó como tercero coadyuvante, todos los costos
que ello involucró son de cargo del comprador, porque no existe obligación del
comprador de concurrir a su propia defensa, para eso está el vendedor, así que son costos
propios, me aseguraré con mi propio abogado e igual voy y yo asumo esa defensa. Es un
riesgo que asume el comprador.
La segunda hipótesis que haya perdido el juicio, es decir, que se haya acogido la demanda y
en cuyo caso se haya privado al comprador de todo o parte de la cosa. En ese caso se
produce la evicción propiamente tal y nace la obligación del vendedor de indemnizar, y el
artículo 1847 señala a que se extiende esta obligación de indemnizar.
Art. 1847. El saneamiento de evicción, a que es
obligado el vendedor, comprende:
1.o La restitución del precio, aunque la cosa al
tiempo de la evicción valga menos;
2.o La de las costas legales del contrato de venta
que hubieren sido satisfechas por el comprador;
3.o La del valor de los frutos, que el comprador
hubiere sido obligado a restituir al dueño; sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 1845;
4.o La de las costas que el comprador hubiere
sufrido a consecuencia y por efecto de la demanda; sin
perjuicio de lo dispuesto en el mismo artículo;
5.o El aumento de valor que la cosa evicta haya
tomado en poder del comprador, aun por causas naturales
o por el mero transcurso del tiempo.
Todo con las limitaciones que siguen

i) Lo primero y naturalmente es la restitución del precio, aunque la cosa al tiempo de la


evicción valga menos, o sea lo que se pagó de la cosa es lo que se tiene que restituir. Da lo
mismo lo que valga hoy día, lo que se pagó supone, con los reajustes que correspondan.
ii) Las costas legales del contrato.
iii) Los frutos que ha debido restituir.
iv) Las costas judiciales* con la excepción del artículo 1845.

Lectura artículos 1845 y 1848.


Art. 1845. Si el vendedor no opone medio alguno de
defensa, y se allana al saneamiento, podrá con todo el
comprador sostener por sí mismo la defensa; y si es
vencido, no tendrá derecho para exigir del vendedor el
reembolso de las costas en que hubiere incurrido
defendiéndose, ni el de los frutos percibidos durante
dicha defensa y satisfechos al dueño.

Art. 1848. Si el menor valor de la cosa proviniere


de deterioros de que el comprador ha sacado provecho, se
hará el debido descuento en la restitución del precio.
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Explicación artículo 1848: En definitiva, si se produjo un deterioro en la cosa, al restituir la


cosa va a tener que entregar con deterioro al vendedor, pero el comprador ha sacado
provecho de ese deterioro, es decir, ha obtenido lucro de alguna manera del deterioro de la
cosa. En ese caso, se rebaja el valor del deterioro del precio a restituir porque en definitiva
el vendedor lo que va a tener que hacer, para el demandante lo que va a tener que hacer es
restituirle la cosa y pagarle el deterioro, pero ese deterioro es de cargo del comprador, quien
sacó provecho. Se traslada esa responsabilidad.
Lectura artículo 1847: En el fondo, hay que hacer un juego de estas disposiciones con las
disposiciones de las prestaciones mutuas, esto a propósito de la acción reivindicatoria. Se
acuerdan que básicamente lo que las prestaciones mutuas lo que regulan es que es lo que
hay que pagarse y restituirse respecto del poseedor vencido, es decir, del que ha sido
vencido en el juicio de reivindicación, tiene que restituir la cosa con los frutos y los temas
de los deterioros; se regula todo el tema. Y depende del poseedor de buena o mala fe. Si es
poseedor de buena fe por ejemplo, tiene que restituir los frutos pero los frutos percibidos
solo desde la contestación de la demanda porque solo desde ese momento se entiende
poseedor de mala fe, antes poseedor de buena fe, en consecuencia los frutos anteriores no
tiene que restituir, etc. Entonces hay que conjugar estas disposiciones con disposiciones
especiales de la evicción para efectos de saber cual es la responsabilidad que tiene el
vendedor o que comprende esa indemnización de perjuicios que tiene que pagar el
vendedor al comprador. Ahora, si la cosa ha sufrido un aumento de valor dice también el
articulo 1847, ya sea por hechos naturales o a causa de la propia acción del comprador,
entonces ese mayor valor también tiene que pagarse. O sea, por ejemplo, se trata de un
inmueble que yo le hice una piscina o le construí un segundo piso, no solamente me tiene
que pagar el precio de la cosa, sino también lo que le puse arriba, eso también me lo tiene
que pagar.
Puede ocurrir que la evicción sea parcial, o sea, que en definitiva no se vea el comprador
privado de toda la cosa sino solo una parte de ella, supongamos, por ejemplo, que se trata
de un campo y que el vecino sostiene que parte de la propiedad que tiene el comprador le
pertenece, y que conforme los títulos y los planos de subdivisión del año 1940, entonces esa
porción que está ocupando, hay una porción de terreno que el comprador está ocupando y
que en realidad le pertenece al vecino, y el vecino entonces ejerce acción reivindicatorio en
contra de el. Entonces, eventualmente se acoge esa demanda, el comprador se va a ver
obligado a restituir una porción del terreno a su vecino. Entonces ahí es necesario
determinar si es que en función de la parte evicta de la cosa se hubiese comprado o no, si se
hubiese celebrado la compraventa de haber sabido que se hubiera visto privado de esa cosa.
Entonces, si la parte evicta es tal de asumir que no se hubiera comprado la cosa sin ella,
entonces el comprador tiene el derecho optativo de ejercer el saneamiento de la evicción
total o parcial. Si es saneamiento de la evicción total, evidentemente tiene entonces también
la obligación de restituir todo, o sea, le va a restituir al vendedor la parte no evicta, y al
tercero dueño de la parte evicta, lo que le corresponda al demandante. Entonces va a
resolverse esa enajenación de la parte no evicta y va a tener que el vendedor indemnizarles
conforme a las normas que veíamos anteriormente por el total. Si en cambio, la parte evicta
es de poca importancia, por ejemplo, de un predio de 100 hectáreas y en realidad son 20
metros cuadrados los que tengo que restituirle al vecino, bueno parece no ser de mucha
importancia, si no afecta al predio o a la utilidad del predio, en consecuencia, en ese caso
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solo va a poder tener derecho al saneamiento de evicción parcial, es decir, de la parte evicta
y proporcionalmente a esa parte se pagara la indemnización económica.
Entonces, en ese caso si es que opta por la resolución de la compraventa porque la parte
evicta es importante, grave y ha de presumirse que sin ella no habría comprado la
propiedad, entonces va a tener que restituirle la parte no evicta al vendedor, siendo
considerado como poseedor de buena fe. El vendedor debe restituir al comprador el precio
que percibió, los frutos que el comprador debió restituir por la parte evicta y todo otro
perjuicio que se haya ocasionado al comprador.
¿Cómo se extingue la obligación de evicción?
Hay casos en que se extingue totalmente y hay casos en que se extingue parcialmente.
Casos en que se extingue totalmente:
Artículo 1846 N°1: Este es un caso en que en definitiva, el comprador y el tercero que
reclama derechos sobre la cosa, acuerdan sustraer el conflicto de la justicia ordinaria y
someterla a la jurisdicción arbitral. En ese caso, en el fondo dice “usted asume el riesgo de
conflicto que se resuelva en ese arbitraje”, en consecuencia, exime de responsabilidad al
vendedor.
Artículo 1846 Nº2: Esto en realidad es una excepción que no es tal porque en definitiva
para que haya evicción o que estemos en el supuesto de obligación de saneamiento de
evicción, tiene que tratarse de una causa anterior a la venta y aquí pareciera ser un caso en
que el comprador pierde la posesión por un hecho propio, es decir, una causa posterior a la
venta necesariamente. Entonces, la verdad es que, si bien la ley lo trata como una extinción
de la obligación de saneamiento por evicción, la verdad es que nunca hubo obligación de
saneamiento. Estamos en el caso que veíamos antes, es decir, se deja transcurrir el termino
de emplazamiento y el comprador no cita de evicción, entonces ahí asume el riesgo de la
evicción.
Artículo 1843 inciso 3º: Si el vendedor no es citado de evicción.
Artículo 1843 inciso 3º: Si el comprador ha dejado de oponer una excepción o defensa
suya y por eso fuese evicta la cosa. También lo vimos anteriormente, que es el caso en que
el comprador deja de oponer una excepción suya y por eso termina siendo evicta la cosa. El
ejemplo que poníamos es que no alega la prescripción adquisitiva del dominio y por eso
termina siendo evicta la cosa.
Artículo 1854 inciso 3º: Cuando existiendo una renuncia a la acción de saneamiento, el
que compró lo hizo a sabiendas de ser ajena la cosa. Se refiere al caso de la renuncia a la
acción de saneamiento. Pues la acción de saneamiento puede renunciarse, pero supone
ciertos requisitos específicos, ósea, lo que el legislador quiere es que haya una renuncia
expresa y clara de la evicción en el sentido que el comprador asume sobre sí el riesgo de la
evicción y lo especifica, tal riesgo.
Artículo 1852 inciso 3°: Cuando el comprador expresamente tomó sobre sí el riesgo de la
evicción, especificándolo. En el fondo, hay, por ejemplo, ocurre sobre todo en terreno
inmobiliario, ocurre que muchas veces los títulos tienen algunos reparos y la inmobiliaria
decide igualmente porque es muy buen negocio porque el inmueble esta muy barato, con
cualquier razón comercial que va a comprar igualmente. Muchas veces el vendedor le exige
que, ok, pero en la escritura me especifica que usted conoce esta circunstancia de manera
de cubrirse con esta renuncia, o sea, el vendedor se cubre diciendo ok, pero usted esta
comprando a sabiendas de que existe este reparo, que existe este problema, a lo mejor el día
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de mañana un tercero puede reclamar un derecho sobre la cosa. Si usted le consta esa
circunstancia, entonces ok, y eso lo especifica. Esta es la hipótesis que especifica el artículo
1852.
No basta con decir, renunció a la acción de saneamiento de la evicción, sino que lo tiene
que especificar, a qué se entiende específicamente esa renuncia.
O también la hipótesis en que se compra sabiendo que la cosa es ajena.
Son las dos hipótesis:
i) Sabe que la cosa es ajena (esto no tiene por qué constar en el contrato, bien podría
probar mediante medios probatorios que el comprador sabía que la cosa no le
pertenecía al vendedor; y en ese caso se extingue a obligación) o;
ii) Especifica el riesgo de la evicción a la que está expuesto.

Casos en que la obligación se extingue parcialmente:


¿Por qué parcialmente? Porque veremos que se reduce en el fondo el listado de cosas a
indemnizar, solo se indemniza, básicamente solo se restituye el precio.
Artículo 1851: “En las ventas forzadas hechas por autoridad de la justicia, el vendedor no
es obligado, por causa de la evicción que sufriere la cosa vendida, sino a restituir el precio
que haya producido la venta”.
Entonces, solamente en ese caso subsiste la obligación de saneamiento en las ventas
forzadas, el vendedor que es el que está siendo rematado, el deudor rematado en el
juicio, cuando sacan en remate el bien y se vende en publica subasta. Tiene la
obligación de saneamiento, pero limitada a la restitución del precio, o sea no a los
frutos ni los aumentos de valor de la cosa, todas esas cosas que vimos. Solamente la
restitución del precio. En cambio, en las ventas forzadas, los vicios redhibitorios
estos se extinguen. Hay una purga de los vicios redhibitorios.
Artículo 1845: “Si el vendedor no opone medio alguno de defensa, y se allana al
saneamiento, podrá con todo el comprador sostener por sí mismo la defensa; y si es
vencido, no tendrá derecho para exigir del vendedor el reembolso de las costas en que
hubiere incurrido defendiéndose, ni el de los frutos percibidos durante dicha defensa y
satisfechos al dueño”.
Ya lo habíamos visto en las hipótesis sobre que actitudes podía adoptar el vendedor.
Decíamos una actitud es que comparezca al juicio y se allane, y en ese caso veíamos
el comprador si quiere seguir adelante del juicio puede hacerlo, pero todos los
costos asociados del juicio van a ser de cargo del comprador. En consecuencia, por
eso se limita la responsabilidad del vendedor y por eso habla de extinción parcial de
responsabilidad. No va a tener que extenderse la indemnización a pagar costas ni
nada de eso. Ni tampoco los frutos pendientes durante el juicio.
Pregunta compañero: ¿no puede ser que el vendedor se haya allanado de mala fe, para no
asumir los costos del juicio?
Profesora: No es negocio para el porque si efectivamente sabe que la cosa es evicta,
que va a terminar necesariamente con una sentencia, entonces claro, lo lógico es que
se allane para no incurrir en mayores gastos. Pero si cree que realmente tiene
defensa y que tiene excepciones que oponer, las va a hacer porque sino va a tener
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que restituir el precio, entonces le va a salir mucho mas caro. No hay incentivos
para hacer esto.
Artículo 1852 incisos 1º y 2º: Y la tercera posibilidad es la clausula general de renuncia a
la acción de saneamiento. Puede establecerse una clausula en el contrato que diga que las
partes acuerdan o que, a través de ese acto, el comprador renuncia a la acción de
saneamiento en conformidad a la ley. Esta renuncia general limita la obligación del
vendedor, pero no la extingue 100%, sino que la limita a la restitución del precio.
Entonces en estos casos, para que haya una extinción total de la obligación de saneamiento
por renuncia, es necesario, que se especifique el riesgo de la evicción, no basta con que se
diga generalmente que se renuncia. Tiene que especificarse, si no se especifica entonces la
renuncia es parcial, o más bien la extinción de la obligación de saneamiento es parcial y se
limita a la restitución del precio.
También la acción de saneamiento por evicción tiene plazos especiales de prescripción:
Hay plazos especiales de prescripción según la obligación de que se trate.
Tratándose de obligaciones de indemnizar perjuicios, es decir, la obligación que nace al
momento en que se dicta la sentencia que causa ejecutoria, y que priva total o parcialmente
de la cosa al comprador, tiene el comprador desde esa fecha 4 años para exigir el pago de
indemnizaciones, en definitiva.
Pero la ley establece un plazo especial solo para la restitución del precio el cual es de 5
años, desde la sentencia de evicción.
Pero la acción de hacer, de asumir la defensa es imprescriptible. O sea, cualquiera que sea
la fecha en que se ejerza la acción reivindicatoria, en cualquier momento, el comprador
tiene la facultad de citar de evicción a su vendedor, aunque hayan transcurridos 5 o 10 años
desde que le vendió, tiene la posibilidad de citarlo de evicción para que ejerza su defensa.

VIERNES 18 DE OCTUBRE

OBLIGACIONES DEL COMPRADOR


Ellas son básicamente dos. Obviamente la principal es la de pagar el precio, pero también la
obligación de recibir la cosa, de hecho, si no la recibe se constituye en mora de recibir y la
mora de recibir tiene efectos jurídicos, a saber:
i) Se pagan los costos de mantención de la cosa, es decir, cuando se constituye en mora de
recibir, supongamos que las partes se ponen de acuerdo de que la entrega se llevará a cabo
tal día y en tal lugar y verificado esas circunstancias el comprador no concurre y, en
consecuencia, el vendedor tiene que incurrir en gastos adicionales, probablemente de
mantención y conservación de la cosa, y esos gastos que correspondan a esa mantención
finalmente van a ser de cargo del comprador.
ii) Disminuye la responsabilidad del vendedor quien va a responder del cuidado y
conservación de la cosa sólo de culpa lata, es decir, de la culpa más grave. En ese sentido
disminuye, porque el estándar de diligencia es más bajo. Recordemos que como es un
contrato bilateral, que produce efectos para ambas partes, la regla general es que se
responde por culpa leve, como buen padre de familia, y aquí se rebaja el estándar de
diligencia y sólo se va a responder de la culpa lata, o sea, de la culpa más grave.
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iii) Adicionalmente, una consecuencia de la mora en recibir la cosa es el tema del riesgo de
la especie o cuerpo cierto que se deba. Recordemos que cuando tratamos el tema del riesgo
es que, si la cosa se destruye, pendiente la entrega, el riesgo era de cargo del comprador,
esa es la regla general. Pero cuando el comprador se constituye en mora de recibir, entonces
se transfiere esa carga y el riesgo, en ese caso, de que se destruya la cosa pendiente la
entrega va a ser cargo del vendedor. *aquí la profesora se enredó y al final no quedó muy
claro si el riesgo al final era del vendedor o seguía estando de igual forma radicada en el
comprador*

Obligación de pagar el precio


El precio se paga en conformidad a lo convenido por las partes en el tiempo y lugar
designado en la convención. Entonces, lo primero a lo que debemos atender a la fuente
principal de la obligación que es el contrato y revisar si es que ahí se ha especificado el
tiempo y lugar del pago del precio. Si no se dice nada, se entiende que se paga al contado,
es decir, tan pronto se celebra el contrato y en el lugar y tiempo de entrega de la cosa, es
decir, si es que se estipula que la cosa se va a entregar en un lugar determinado o en un
momento determinado, entonces en ese momento debe pagarse íntegramente el precio.
Respecto de la forma de pago del precio este debe ser íntegro, es decir, el vendedor no está
a obligado a recibir el precio por partes o sea, si yo hago un abono parcial, el vendedor
tiene el derecho a rehusar el pago porque tiene el derecho, además, de recibir el pago
íntegro, salvo obviamente que se haya convenido que el pago se vaya a realizar en cuotas
porque ahí ya será la convención lo que determina la forma de pago, pero si es que no se ha
convenido que se pague en cuotas, entonces tiene el derecho a recibir el pago íntegro.
Rigen, en definitiva, las reglas del pago.
Luego encontramos la situación del artículo 1876 inciso segundo del Código Civil que
contiene una presunción de derecho respecto del pago del precio y que dice lo siguiente:
“Si en la escritura de venta se expresa haberse pagado el precio, no se admitirá prueba
alguna en contrario sino la de nulidad o falsificación de la escritura, y sólo en virtud de esta
prueba habrá acción contra terceros poseedores”
Esta norma tiene por objeto proteger a los terceros que contratan con las partes sobre la
cosa que versa el contrato de compraventa, o sea, supongamos que la escritura de
compraventa se da cuenta que el precio se pagó íntegramente al momento de la celebración
del contrato de compraventa y, posteriormente, el comprador, ya habiéndose hecho dueño
de la cosa, la vende o constituye un derecho real por un tercero. El tercero debe ser
considerado un tercero de buena fe en principio porque en la escritura no consta la
condición resolutoria de no haberse pagado el precio porque, de hecho, en la escritura lo
que consta es que el precio se pagó íntegramente al momento de la celebración de la
compraventa. Entonces lo que esta norma señala básicamente es que para efectos de
terceros, las partes no pueden entrar a discutir o a probar o intentar probar con otra plena
prueba (porque la escritura pública es una plena prueba) respecto del contenido de la
declaración que efectivamente el precio no se pagó y ¿Por qué? Porque si es que se
acreditase que el precio no se pagó, teóricamente podría resolverse ese contrato y, en
consecuencia, afectar los derechos del tercero. Entonces es una norma que lo que pretende
es proteger los derechos de los terceros y, por eso, la única manera que tienen las partes de
discutir la validez de esa declaración contenida en la escritura (la declaración de haberse
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pagado íntegramente el precio) es atacar la materialidad de la escritura, es decir,


acreditando que la escritura es materialmente falsa (no ideológicamente falsa) y no que no
son verdaderas o reales las declaraciones contenidas en ellas. Ese es el propósito de la regla
del articulo 1876 inciso segundo: si en la escritura de venta se expresa haberse pagado el
precio no se admitirá prueba alguna en contrario sino la de nulidad o falsificación de la
escritura, y sólo en virtud de esta prueba habrá acción contra terceros poseedores; entonces
lo que hay que atacar es la escritura misma como materialidad para efectos de destruir la
presunción de pago que contiene esa escritura.
Ahora se ha discutido en la doctrina si es que esta norma, esta presunción de pago que está
contenida en esta disposición, aplica siempre o solamente cuando se ha constituido un
derecho en favor de un tercero, es decir, si la cosa todavía está en poder del comprador y el
comprador no ha celebrado ningún acto ni constituido ningún derecho en favor de un
tercero ¿Pueden las partes discutir la vigencia, la validez, la autenticidad de la declaración
contenida en la escritura? En estricto rigor la norma no distingue, o sea, no dice que si es
que si se ha constituido un derecho en favor de un tercero entones opera la presunción de
pago y si no, no opera, no hace la distinción. Entonces algunos han sostenido que, como no
hace la distinción, operaría siempre, o sea, que las partes entre sí no podrían entrar a
discutir la realidad de esa declaración contenida en la escritura en el sentido de que se ha
efectuado el pago íntegro del precio. Otros, en cambio, sostienen lo contrario; sostienen que
efectivamente cuando no hay intervención de terceros porque el comprador no ha dispuesto
de la cosa con un tercero, no ha constituido un derecho en favor de un tercero y, en
consecuencia, la cosa sigue en su poder (del comprador), entonces sí es posible discutir la
realidad de esa declaración contenida en la escritura y, en consecuencia, acreditar con otra
plena prueba (como la declaración de testigos contestes, la confesión de parte) que no se ha
pagado íntegramente el precio.
Pregunta profesora: ¿Qué creen ustedes? ¿Cuál debería ser la tesis correcta? Hay un
argumento de texto y de ubicación geográfica de la disposición porque esta está establecida
a propósito de los efectos frente a terceros de la resolución por no pago del precio; el inciso
primero dice “la resolución por no haberse pagado el precio no da derecho al vendedor
contra terceros poseedors, sino en conformidad a los artículos 1490 y 1491” y luego el
inciso segundo se refiere a esta presunción de pago. Entonces hay un argumento de texto,
geográfico, en el sentido de que la disposición está reglada a propósito de los efectos de la
resolución frente a terceros y, en consecuencia es una disposición que tiene por objeto
proteger a los terceros y, si ese es el propósito de la norma, no tendría sentido aplicarla
cuando no hay un tercero involucrado y la relación se ha mantenido respecto de la cosa
objeto del contrato entre las partes. Adicionalmente, si recordamos a propósito de la
simulación, sería imposible, en definitiva, en los casos de simulación que normalmente
tratándose de este tipo de operaciones de compraventa, para las partes entresí acreditar cual
es la verdadera voluntad; la voluntad real que han querido al celebrar o no celebrar un
determinado contrato. Por ejemplo, si es que por alguna razón las partes celebraron una
compraventa simulada donde en realidad no tuvieron voluntad real alguna y,
posteriormente, el comprador no honra la voluntad real en el sentido de que no quiere
restituir al cosa al supuesto vendedor, en definitiva, lo que hará el vendedor es demandar al
comprador, o sea, decirle “oiga si en realidad esto fue una simulación y nunca fue la
intención real celebrar ningún contrato de compraventa y de hecho usted no me pagó el
precio” ¿Qué va a decir el comprador? “oiga, no po, porque el artículo 1876 inciso segundo
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dice que yo le pague íntegramente el precio y usted no puede discutir eso” No se admitiría
prueba en contrario, sería absurdo, o sea, no habría forma develar la simulación si es que
aplicaramos esta disposición entre las partes.

Consecuencias del no pago del precio


Las consecuencias del no pago del precio son las mismas consecuencias del
incumplimiento de una obligación de un contrato bilateral. Esto está expresamente
establecido en el Código Civil a propósito de la compraventa que es la posibilidad de
resolver la venta o exigir el pago del precio con resarcimiento de perjuicios.
Si el comprador estuviere constituido en mora de pagar el precio en el lugar y tiempo
dichos, el vendedor tendrá derecho para exigir el precio o la resolución de la venta, con
resarcimiento de perjuicios.
Artículo 1873 del Código Civil.
Art. 1873. Si el comprador estuviere constituido en mora de pagar el precio en el lugar y tiempo dichos, el
vendedor tendrá derecho para exigir el precio o la resolución de la venta, con resarcimiento de perjuicios.
Bueno y aquí debemos recordar que, conforme a la doctrina y jurisprudencia, sabemos que
la indemnización de perjuicios que no es una acción accesoria a estas, sino que es una
acción que puede ser una acción eventualmente ser independiente de aquellas, o sea, seria
una tercera acción por decirlo así que puede ir conjuntamente con cualquiera de las dos
anteriores.

Efectos de la resolución
Supongamos que el vendedor que no recibió el precio de la compraventa opta por la
resolución del contrato de venta ¿Cuáles son los efectos? Primero que todo debemos
recordar que para que opere la resolución, el incumplimiento tiene que reunir una serie de
características o, en otras palabras ¿cualquier incumplimiento da derecho a la acción
resolutoria? No, el incumplimiento debe ser grave, debe tener cierta entidad. Obviamente
esto no es una cuestión que pueda “objetivarse” simplemente porque va a depender de la
obligación contraída, pero hay cierta coincidencia en la doctrina y jurisprudencia de que
debe tratarse de una cierta gravedad del incumplimiento respecto de la obligación
propiamente tal. Entonces, obviamente que el pago del precio es una obligación principal
del contrato y, en consecuencia, si el precio no se paga, el vendedor va a tener esta acción
resolutoria.
¿Cuáles son los derechos del vendedor frente a la acción resolutoria? El vendedor va a tener
derecho a que el comprador le restituya la cosa (que es la regla general). En materia de
frutos hay una excepción; si recordamos los efectos de la condición resolutoria cumplida a
propósito del artículo 1488 ¿Qué pasaba con los frutos? La regla general en materia de
condición resolutoria es que respecto de los frutos percibidos en el tiempo intermedio no
hay que restituirlos al vendedor, o sea, supongamos que por efecto una condición
resolutoria, cualquiera que esta sea, incorporada en el contrato de compraventa, pero que no
sea por el no pago del precio, sino que por cualquier condición resolutoria ordinaria
(cualquier evento futuro e incierto) se resuelve esa compraventa conforme a la disposición
anterior mencionada; respecto de un inmueble, si es que el comprador percibió rentas de
arrendamiento respecto del inmueble durante todo el tiempo en que tuvo la cosa en su
poder no va a tener la obligación de restituir las rentas percibidas al vendedor. Esa es la
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hipótesis que regula la regla general del artículo 1488. Aquí (como bien decíamos) en
cambio hay una norma distinta en materia de frutos que es el artículo 1875 inciso 1 y 2 del
Código Civil y dice que:
“La resolución de la venta por no haberse pagado el precio, dará derecho al vendedor para
retener las arras, o exigirlas dobladas, y además para que se le restituyan los frutos, ya en su
totalidad si ninguna parte del precio se le hubiere pagado, ya en la proporción que
corresponda a la parte del precio que no hubiere sido pagada”
“El comprador a su vez tendrá derecho para que se le restituya la parte que hubiere pagado
del precio”
Entonces si es que no se le pagó el precio… aquí la profe hace como una pregunta que no
pude entender pero dice algo así ¿Porque la parte del precio que le ha sido sólo
proporcional a la parte del precio que le ha sido pagada? Porque si es que el vendedor
supongamos ha recibido el 50% del precio de la compraventa y se le dejó a pagar el saldo
restante, igual va a tener acción resolutoria, es evidente, pero respecto de la plata que
recibió; esa plata también de alguna manera es un capital que genera intereses y esos
intereses lo percibió durante todo el tiempo el vendedor, entonces el percibió en el fondo
los frutos civiles de ese capital y por eso entonces sólo tiene derecho a que se le restituya
los frutos por la parte no pagada del precio.
Entonces, respecto de los frutos esta es la resolución que opera del contrato de venta por el
no pago del precio únicamente; sólo en ese caso el vendedor va a tener derecho a la
restitución de los frutos por todo el precio que no haya percibido de la compraventa.
Y en el caso de las arras (que recordemos que ellas pueden operar como garantías o como
parte del precio o señal de quedar convenidos) aquí en el fondo como están en garantías,
entonces dice que el vendedor va a tener derecho para que el comprador le restituya las
arras (si es que pagó el vendedor las arras) o exigir dobladas en caso contrario.
Respecto de los deterioros: puede ser que la cosa en poder del comprador haya sufrido
ciertos deterioros ¿De quien es cargo estos deterioros? Es el comprador y en esta materia es
mirada como un poseedor de mala fe, entonces dice el artículo 1875 inciso tercero que:
Para el abono de las expensas al comprador, y de los deterioros al vendedor, se considerará
al primero como poseedor de mala fe, a menos que pruebe haber sufrido en su fortuna, y sin
culpa de su parte, menoscabos tan grandes que le hayan hecho imposible cumplir lo
pactado

Entonces, en principio el comprador es mirado como un poseedor de mala fe para efectos


del pago de los deterioros que haya sufrido la cosa.
Y, a su turno ¿Cuáles son los derechos que tiene el comprador? Porque acá lo que pasa con
la resolución es que las partes tienen que restituirse las prestaciones que hayan sido
otorgadas. Obviamente el comprador va a tener que restituir la cosa al comprador y ya
vimos como tiene que restituirlas: tiene que restituir los frutos, tiene que pagar los
deterioros, pagar las arras o restituirlas, etc, pero el comprador también tiene ciertos
derechos, por ejemplo, si este pagó parte del precio, entonces tiene derecho a que el deudor
le restituya la totalidad del precio que pagó o la parte que haya cumplido parcialmente. Y
también puede ser que el comprador haya efectuado mejoras en la cosa que fue objeto de la
compraventa, como podría ser mejorar un segundo piso, cambiar los baños, etc. Respecto
las mejoras también va a ser considerado como poseedor de mala fe y por tanto solo se les
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va a pagar las mejoras estrictamente necesarias para mantener el valor de la cosa, para que
esta no se deteriore; pero las mejoras útiles (las que aumentan el valor de la cosa) y
voluptuarias (gastos que son más bien de adorno, pero que no necesariamente le otorgan un
valor adicional a la cosa) no se pagan.
Ahora bien, ¿qué pasa con los efectos de la resolución frente terceros? Para esto debemos
referirnos al artículo 1876, el cual se remite al artículo 1490 y el artículo 1491. Estos
artículos se estudiaron a propósito de los efectos de la resolución frente a terceros cuando
vimos el incumplimiento resolutorio.
Ahora bien, ¿qué pasa con los efectos de la resolución frente terceros? Para esto debemos
referirnos al artículo 1876, el cual se remite al artículo 1490 y el artículo 1491. Estos
artículos se estudiaron a propósito de los efectos de la resolución frente a terceros cuando
vimos el incumplimiento resolutorio.
Los artículos 1490 y 1491 están tratados a propósito de la condición resolutoria, se refieren
a los efectos de la resolución frente a terceros, es decir, a lo que pasa si un contrato se
resuelve por un hecho imputable al deudor, en este caso sería el no pago del precio de la
compraventa. A eso se refiere el artículo 1836, a estas reglas generales. Si el comprador no
paga el precio el vendedor tiene acción resolutoria y esa acción resolutoria produce efectos
contra terceros en conformidad a los artículos 1490 y 1491.

El artículo 1490 se refiere a los bienes muebles, y el artículo 1491 a los bienes inmuebles,
lo que está detrás en ambos casos es que hay acción resolutoria contra terceros poseedores
de mala fe, ese es el trasfondo del 1490 y 1491. Quizá la cuestión más importante de tener
en cuenta a propósito de los bienes raíces es cuándo se entiende que el tercero está de mala
fe.

En el artículo 1491 se refiere a los inmuebles: aquí la situación fáctica podría ser que A
celebra un contrato con B de compraventa, quedando pendiente el pago del precio. B,
pendiente del pago del precio, o una parte del precio enajena la misma cosa a C (tercero).
Lo que ocurre en el caso, es que B no paga el precio, y por ende se verifica la condición
resolutoria, y aún más, A tiene éxito en que se declare la resolución del contrato celebrado
con B. Pero dado que la cosa pasó a manos de C, pendiente la condición resolutoria, la
pregunta es si A puede o no puede reivindicar el bien en manos de C, debemos eso si de
forma automática introducir el sistema registral. De hecho, el artículo señala que de tener
un bien inmueble bajo condición, (sin aludir a la naturaleza suspensiva) que debemos
entender que se trata una vez más de condición resolutoria, lo enajena, o lo grava con
hipoteca, censo o servidumbre, se señala que no podrá resolverse la resolución sino cuando
la condición constaba en el titulo respectivo, inscrito u otorgado por escritura pública. Por
ejemplo, A le vende a B un inmueble, y nuevamente queda pendiente la condición
resolutoria, es decir puede verificarse en el futuro. En nuestro caso, queda pendiente el
precio, acordando que el pago se efectuaría en cuotas. Pendiente el cumplimiento de la
condición resolutoria, el comprador enajena el bien a un tercero, llevando a cabo una nueva
escritura pública, y una nueva inscripción en el conservador. Ocurre sin embargo que B, el
primer comprador, no paga, y una vez más surge la pregunta de si A puede o no reivindicar
o qué puede hacer para recuperar el inmueble en manos de C. Acá surgen algunas
cuestiones prácticas para tomar en cuenta: La primera es que el artículo 1491 no alude al
ejercicio de la acción reivindicatoria, sino que se refiere a la posibilidad de resolverse la
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enajenación si la condición constaba en el título respectivo. La segunda precisión alude a


qué significa que conste en el título respectivo y cuál es el título respectivo. El título
respectivo es sin dudas es el primer contrato, ya que en definitiva debemos averiguar si el
segundo adquirente podía o no podía advertir que existía una condición resolutoria en el
primer contrato que había celebrado su vendedor en calidad de comprador, y nuevamente
hay una cuestión de diligencia. Lo que queda supeditado al sistema registral si existía otra
inscripción (estudio de títulos) y determinar si está o no pendiente el pago del precio en
algunas compraventas precedentes (10 años atrás) relativas al inmueble que se pretende
adquirir. Ahora bien, la pregunta que surge ahí es si la condición resolutoria tácita es
suficiente para entender que consta la condición, y la respuesta categórica es que sí. Desde
el momento en que se perciba que está pendiente el pago de un precio que pueda habilitar la
acción resolutoria del 1489, se entiende que consta, lo que refuerza la idea del estudio de
títulos. En este, la inscripción del dominio no es la trascripción total del título, por tanto,
analizar la inscripción no constaría totalmente, por tanto, debe analizarse la escritura misma
de compraventa hacia el pasado para ver si en las escrituras de compraventa quedó un saldo
pendiente. Por tanto, ¿A debe además de pedir la resolución del contrato incluir en su
demanda una acción reivindicatoria contra C? (Debate doctrinario vigente aún).

También hay que tener en cuenta que se puede renunciar a la condición resolutoria, según
el artículo 12, por tanto, no obstante que esté pendiente el pago del precio de la
compraventa, si las partes convinieron renunciar a la resolución en consecuencia la acción
resolutoria no constaría en el título inscrito en el CBR. Entonces, cuando la ley dice que
tiene que constar en el título otorgado por escritura pública no significa que tiene que haber
una cláusula expresa que diga que el vendedor tiene acción resolutoria, sino que se entiende
explícito, aunque no se exprese, es un elemento de la naturaleza. Basta que en el contrato
conste que hay un saldo pendiente de pago y que no haya renuncia a la acción resolutoria
para que se entienda que la condición consta en el título.

Obviamente que si la condición consta en el título inscrito otorgado por escritura pública
hay que exigir la escritura de cancelación de ese precio porque es la única manera de
asegurarme que ese precio está pagado.

Bueno, les decía que a propósito del artículo 1876, este se remitía a los artículos 1490 y
1491. Y establece la regla de presunción de pago que tiene por objeto proteger a los
terceros y respectos a los cuales, comprador y vendedor no podrán discutir respecto de la
realidad o no realidad de esa declaración de pago del precio. Para efecto de los terceros es
que el precio se pagó íntegramente porque sino no podríamos aplicar la regla del 1490. La
única manera sería destruir la compraventa vía nulidad o vía falsificación. En el caso de la
nulidad ¿Por qué podría destruirse por la nulidad? El efecto de la declaración de nulidad
frente a terceros causará sus efectos al ser una institución de orden público.

PACTOS ACCESORIOS

Los pactos accesorios en general en contratos son lícitos, pero en materia de compraventa
se incorporan ciertos pactos que están reglamentados por el código, esos pactos
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básicamente son 3, los cuales son el pacto comisorio, el pacto de retroventa y el pacto de
retracto.

Pacto comisorio: Es la condición resolutoria expresada. Existe el pacto comisorio simple y


pacto comisorio calificado. Está regulado en el artículo 1877 al artículo 1880.

Art. 1877. Por el pacto comisorio se estipula expresamente que, no pagándose el precio al tiempo convenido,
se resolverá el contrato de venta.
Entiéndese siempre esta estipulación en el contrato de venta; y cuando se expresa, toma el nombre de pacto
comisorio, y produce los efectos que van a indicarse.

Ahora, existen ciertas diferencias entre el pacto comisorio y la condición resolutoria tácita
que dice relación básicamente con el tema de la prescripción, sabemos que la condición
resolutoria tácita prescribe en el plazo de 5 años contados desde que la obligación se hizo
exigible. En cambio, el pacto comisorio simple prescribe en el plazo pactado por las partes,
el que no puede ser superior a 4 años, dado que éste es el plazo máximo, y se cuenta desde
la celebración del acto o contrato.

La condición resolutoria tácita posee una prescripción de largo tiempo, ordinaria, se


suspende. La del pacto comisorio simple no se suspende.

Compañero: Entonces no sirve de nada para el vendedor… solamente le sirve al


comprador.
Sí, efectivamente, de hecho es bien sintomático porque uno tiende a incorporar al contrato
esto por un tema de que… (50:44 no entiendo ni mierda hasta 50:53) que normalmente van
a encontrar en todos los contratos incorporado el pacto comisorio simple, pero nadie se
representa que el hecho de incorporarlo de alguna manera altera la regla de prescripción, e
incluso la altera a tal punto que puede hacer que la acción nunca nazca, es lo que se llama la
acción no nata, ¿por qué? Supongan ustedes que se incorpora al contrato de compraventa, a
propósito del pago del precio, esta acción resolutoria y se dice que en caso de que el
comprador no pague el precio dentro del plazo convenido, el vendedor va a poder optar por
demandar la resolución del contrato o exigir el cumplimiento forzado, o sea reproduce la
condición resolutoria tácita de la cláusula ¿Qué hay ahí? un pacto comisorio simple
diríamos nosotros, ¿qué debemos aplicar? las normas de prescripción que establece el pacto
comisorio simple por no pago del precio en la compraventa. Se establece en el contrato que
el plazo se va a pagar dentro del plazo de 5 años ¿qué va a pasar en ese caso? Antes de los 5
años yo no puedo exigir el pago del precio porque hay un plazo suspensivo, que suspende
la exigibilidad del pago del precio, pero cuando vencen los 5 años no voy a poder demandar
la resolución porque la acción resolutoria se va a haber extinguido por prescripción, porque
se extingue en un plazo de 4 años contados desde la celebración del acto o contrato, no
desde que la obligación se hizo exigible. Entonces, voy a tener un contrato en donde solo en
definitiva voy a poder demandar, en caso de que no me paguen el precio, el cumplimiento,
pero no voy a poder demandar la resolución.

Ahora, todo esto nunca lo he visto discutirse jamás en ningún fallo, en ninguna
jurisprudencia, en ninguna parte, ¿por qué? porque la jurisprudencia de alguna manera, o
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sea, los tribunales tienen en su cabeza incorporado no el pacto comisorio simple, tienen
incorporado el pacto comisorio calificado, ahí si tiene aplicación el pacto comisorio
calificado y hay jurisprudencia y sentencias que se refieren a este, pero cuando está el pacto
comisorio simple en la compraventa o en cualquier negocio jurídico, aplican reglas
generales, aplican los 5 años contados desde que la obligación se hace exigible, yo nunca
he visto que apliquen esto de los 4 años contados desde que se celebró el contrato, a pesar
de que hay texto expreso, porque de alguna manera entienden de que el hecho de incorporar
un pacto comisorio al contrato no excluye la aplicación de las reglas generales en materia
de condición resolutoria, lo que me parece absurdo, porque si se incorporó un pacto
comisorio al contrato de compraventa es porque han querido excluir la regla supletoria de la
naturaleza del acto que es la condición resolutoria tácita. Es más bien una manera de salvar
los problemas que plantean esta diferencia en los plazos de prescripción, y no dejar en
consecuencia, en este caso, al vendedor sin posibilidad de resolver la compraventa, pero en
estricto rigor, si han un pacto comisorio simple y el plazo para el pago de la compraventa
excede el plazo de prescripción del pacto comisorio simple, al cabo del vencimiento del
plazo no vas a poder demandar la resolución del contrato si no te pagan, teóricamente.
Entonces mientras la obligación no es exigible el acreedor nada puede hacer y una vez que
la obligación se torna exigible por el vencimiento del plazo el acreedor podrá cobrar, pero
ante la negativa del deudor de pagar no podrá ejercer la acción resolutoria porque se
encuentra prescrita, esa es la situación de la acción no nata.

El pacto comisorio calificado si tiene, en cambio, mayor aplicación en la práctica, y el


pacto comisorio calificado, a propósito del no pago del precio en la compraventa porque
eso es lo que está regulado en la compraventa, solo respecto de la obligación de pago, ojo
que es solo respecto a esto, porque el pacto comisorio calificado si bien la doctrina y
jurisprudencia lo han extendido a otros contratos e incluso a otras obligaciones dentro de la
misma compraventa que no sean la obligación de pagar el precio, no se rige por las normas
de la compraventa, sino por aplicación de las reglas generales. Entonces, el pacto comisorio
calificado por el no pago del precio en la compraventa, es el tipo de cláusula que por el no
pago del precio se va a resolver ipso facto el contrato de compraventa, pero facultándose al
comprador para hacerlo subsistir, es decir, para enervar de alguna manera la resolución,
pagando el precio debido dentro de las 24 horas siguientes a la notificación de la demanda.
La discusión dice relación respecto a como opera este pacto comisorio calificado porque si
es que el comprador puede hacer subsistir el contrato pagando dentro de las 24 horas quiere
decir que en estricto rigor la resolución no opero por el solo incumplimiento, porque si
hubiese operado por el solo incumplimiento entonces no podría subsistir porque el contrato
se habría extinguido. Ahora, en estricto rigor el pacto comisorio calificado se incorpora
como cláusula que dice que se resolverá el contrato de pleno derecho, por el solo ministerio
de la ley, se utilizan varias expresiones equivalentes para significar en definitiva que el solo
incumplimiento o por el incumplimiento se resuelve el contrato sin necesidad de la
intervención de un juez que declare la resolución, ese es el propósito en definitiva y tiene
mucha importancia práctica sobre todo porque sino te puedes quedar, sobre todo el
vendedor, privado del bien que no puedes venderlo mientras no haya un juicio completo,
que puede durar 4 o 5 años, donde se declare la resolución del contrato de compraventa,
mientras el bien queda congelado, no lo puede vender. Entonces, con la posibilidad de que
se resuelva de pleno derecho entonces, en estricto rigor no sería necesaria de declaración
del tribunal yo, vendedor, podría transferir la propiedad a un tercero.
CONTRATOS CIVILES
ALEJANDRA AGUAD DEIK

En la práctica si tu estableces un pacto comisorio calificado y se establece, por ejemplo – lo


que se incorpora normalmente – que va a operar de pleno derecho bastando al efecto el
envió de una carta certificada, con eso técnicamente para efectos de la regulación de las
partes se entiende resuelto el contrato e incluso incorpora una cláusula que dice que desde
entonces el vendedor va a quedar posibilitado de ofrecer la cosa a un tercero, etc.
Supongamos que el vendedor en consecuencia, después de comunicar la resolución del
contrato, vende la cosa a un tercero, si es que el comprador entiende que esa resolución no
debería haber operado porque no se cumplió con la norma del art.1879 o porque no hay un
incumplimiento imputable a él, en consecuencia la resolución no debiese haber operado, va
a recurrir a la justicia, y se va a discutir si es que la resolución pudo o no operar ipso facto,
y si es que pudo operar por el incumplimiento, o si es que no hubo un incumplimiento
imputable al comprador, en consecuencia tendrá que indemnizar el vendedor los perjuicios
que ocasiono el incumplimiento de la obligación. Entonces, en definitiva, por ese lado se va
a resolver la controversia, hay una actuación de facto, pero amparada por las reglas del
contrato, dado que las partes así lo pactaron expresamente y otro es lo que establece la
norma, pero si las partes expresamente incorporan al contrato de que se va a resolver de
pleno derecho bastando la sola notificación de la carta certificada de alguna manera
alteraron la regla del art.1879.

Cuando dice: se estipula que por el no pago del precio en el plazo convenido se resolverá
ipso facto el contrato de compraventa el comprador podrá sin embargo hacerlo subsistir
pagando el precio, lo más tarde, en veinticuatro horas subsiguientes a la notificación
judicial de la demanda, esa disposición o esa norma es una norma dispositiva, o sea en el
fondo disponible para las partes, éstas podrían alterarla y si yo digo en el contrato de
compraventa, incorporo la cláusula, que bastara con la notificación que haga una de las
partes, se va a poder discutir si es que el incumplimiento era resolutorio y todo eso, pero no
se puede discutir que yo no cumplí con el procedimiento que establece la norma, porque las
partes alteraron el procedimiento que se establece en dicha disposición. Pero, sin embargo,
si nada digo y se pacta que se va a resolver ipso facto el contrato, entonces si podría alegar
que el comprador tendría en consecuencia la posibilidad de enervar la resolución pagando
antes de las 24 horas contadas desde la notificación de la demanda y que no se me dio esa
posibilidad, podría, eventualmente.

Entonces, este es el autentico pacto comisorio se dice, porque el otro es la condición


resolutoria tácita expresada; no existen palabras sacramentales, existen varias fórmulas
verbales: por el solo ministerio de la ley, ipso facto, que son las que más se utilizan; y
permite en estricto rigor al comprador enervar la resolución pagando dentro de las 24 horas
el precio.
¿Cuáles son los efectos del pacto comisorio calificado? Evidentemente la posibilidad de
resolver la venta o de cumplir el contrato. Acá hay un tema respecto de cómo opera en
definitiva el pacto comisorio calificado, porque si operara de pleno derecho por el solo
incumplimiento uno podría decir, basta el incumplimiento y se resuelve el contrato no
requiero declaración judicial, y tampoco, en estricto rigor, podría demandar cumplimiento
puesto que ya se resolvió el contrato por el solo incumplimiento. La jurisprudencia y la
doctrina entiende que siempre subsiste la posibilidad del vendedor de demandar el
cumplimiento porque en definitiva la resolución opera en beneficio del vendedor, en
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ALEJANDRA AGUAD DEIK

consecuencia, el vendedor puede renunciarla, eso es lo que se entiende, y el vendedor


renuncia a la resolución cuando ejerce la acción de cumplimiento.

Entonces, hay básicamente tres doctrinas para entender cómo opera el pacto comisorio
calificado:

I) Una primera doctrina es: se verifica el hecho futuro e incierto en que consiste la
condición, es decir, el no pago del precio de la compraventa, y se va a resolver el contrato
por el solo ministerio de la ley sin perjuicio de que tiene el comprador derecho a hacerlo
subsistir pagando dentro del plazo de 24 horas.

II) Una segunda doctrina dice no, el vendedor debe ejercer la acción resolutoria, o sea, el
pacto comisorio calificado da derecho a la acción resolutoria, y notificada la demanda, si el
comprador no paga dentro del plazo de 24 horas entonces el juez va a tener que declarar por
sentencia judicial resuelto el contrato, es decir, opera como opera la condición resolutoria
ordinaria tácita puesto que requiere sentencia judicial.

Es bien rara esta doctrina puesto que si no opera de forma distinta entonces para qué dice
ipso facto, además le estoy otorgando más beneficios por ser ipso facto, lo que es absurdo.

Argumentos a favor:

i) El código civil habla de que el plazo de 24 horas que tiene el comprador se cuenta desde
la notificación judicial de la demanda, lo que significa que tiene que haber una demanda, y
si hay una demanda tiene que haber una acción resolutoria, y si hay acción resolutoria es
porque no opera de pleno derecho.

ii) El código civil dice que el comprador podrá, sin embargo, hacerlo subsistir pagando el
precio, lo que significa que no se ha resuelto.

iii) Si la resolución operara por el solo ministerio de la ley se vería afectada directamente la
posibilidad que tiene el vendedor de ejercer la acción de cumplimiento.

Pero la doctrina refuta esto porque dice que no, lo que pasa es que como la resolución opera
en beneficio al vendedor puede renunciarla, y si la renuncia opera las reglas generales y en
ese caso podrá ejercer la acción de cumplimiento.

III) La tercera doctrina, que es la que le hace más sentido a la profesora, dice que el
vendedor debe ejercer la acción resolutoria, y el vendedor tiene 24 horas para pagar desde
que se notifica la demanda, pero si este no paga en el plazo legal se produce la resolución
de pleno derecho sin que sea necesario una sentencia judicial que así lo declare, o sea la
resolución va a operar en definitiva transcurrido el plazo de 24 horas de notificada la
demanda sin que se haya pagado el precio, en ese momento opera la resolución y la
sentencia se va a limitar a constatar la resolución ya producida, pero no va a declararla. En
este caso el cuando se va a producir la resolución es transcurridas las 24 horas sin que el
comprador haya pagado el precio, se produce la resolución, y la sentencia después dirá
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como se hace la restitución, considerando que la resolución operó vencido el plazo de 24


horas.

El momento en cual se resuelve el contrato es importante por el tema de la restitución, por


ejemplo, de los frutos, expensas.

Respecto de la prescripción del pacto comisorio calificado son las mismas reglas que en el
pacto comisorio simple, o sea, cuatro años máximo, las partes podrían pactar un plazo
inferior, contadas desde la celebración del contrato, no desde que la obligación se haya eso
exigible, eso es lo más importante.

El pacto comisorio calificado se puede pactar en otros contratos por el principio de


autonomía de la voluntad, ahí la discusión es por las reglas que van a regir o aplicar para el
pacto comisorio calificado o simple incorporado en otros contratos o respecto a otras
obligaciones que no sea el pago en el contrato de compraventa, y la verdad es que en
general la doctrina y la jurisprudencia hoy más conteste están respecto a que en esos otros
pactos comisorios se debiesen aplicar las reglas más propiamente de la condición
resolutoria ordinaria, o sea prescripción de 5 años desde que la obligación se ha hecho
exigible y sin posibilidad de enervar la acción pagando.

MIERCOLES 6 DE NOVIEMBRE

MIERCOLES 20 DE NOVIEMBRE

Cesión de Crédito

Algo ya se había visto con el ayudante respecto este tema. Cuando hablamos de cesión de
créditos hablamos de cesión de derechos personales, derecho que se tienen no sobre una
cosa, sino que en relación una determinada persona. Esto está regulado en los artículos
1901 y siguientes. Todos los créditos son personales, pero hay algunos que son
nominativos, en el fondo el sujeto activo, o el acreedor de ese derecho, es una persona
individualizada.

El artículo 1901 del Código Civil regula la cesión de los créditos nominativos, aquellos
que tienen un acreedor individualizado, los que son títulos a la orden o títulos al portador
no están regulados en este artículo, estos se ceden y transfieren de forma distinta. En los
casos de títulos al portador el acreedor se va a determinar al momento del cobro del crédito,
por eso pueden transferirse con la simple entrega.

Por ejemplo, los cheques se pueden girar nominativamente o al portador,


cuando el cheque se gira nominativamente significa que sólo esa persona
podrá cobrar el cheque; si se pone páguese a “juanita” y le borró al portador,
pero no a la orden, queda a la orden, eso significaría que para transferirlo a
un tercero puede endosarlo con su propia firma y lo puede endosar al
portador o nominativamente. Y los títulos al portador son abiertos en donde
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no hay un acreedor individualizado y se determina al momento del cobro por


lo que para su transferencia es necesaria solo la entrega

Lo que estudiaremos es en primer lugar la cesión de créditos nominativos y lo que regula


los artículos 1901 y siguientes es más bien la forma de hacer la tradición porque en todo
orden de cosas cuando hablamos de la transferencia de bienes en nuestro sistema de
transferencia que es dual (título + modo) requiere por tanto regulación de aquellos aspectos,
y lo que regula tales artículos es el modo de transferir el dominio de los derechos
personales, pero no regula el título. ¿Qué titulo podría ser apto para transferir derechos
personales? Cualquier título translaticio de dominio, por ejemplo: la compraventa, la
donación, etc. Esto entonces no está regulado por el 1901, sino que nuevamente, regula la
forma de hacer la tradición de los derechos personales.

Los requisitos para la cesión de derechos:

i) La existencia de un Título que debe ser traslaticio de dominio y válido respecto de la


persona a quien se confiere.

ii) Tiene que haber entrega del título. Esa es la forma de hacer la tradición, la entrega del
título.

iii) La notificación o aceptación del deudor cedido: sólo para que sea oponible al tercero.
Sin este requisito, la cesión igualmente queda perfecta. El deudor cedido no puede oponerse
a la cesión. No es un requisito de validez de la cesión entre cedente y cesionario, sino que
solo de oponibilidad al deudor cedido.
Entonces, si, por ejemplo, A le otorga un mutuo a B (juan), A por tanto es acreedora de B
por $100.000.- y lo que quiere hacer con ese mutuo A es transferir ese derecho en contra de
B a C. ¿Cómo se hace esa transferencia? A le puede vender el crédito a C por el mismo
valor o por el valor que las partes convengan; entonces una vez vendido la tradición del
crédito se verifica con la entrega del título en donde consta el crédito de A en contra de B
que será el contrato de mutuo. Y ese documento se entregará con una anotación del traspaso
del crédito y bajo la firma del cedente (A). Se pone una glosa en el documento que con
fecha X se hace traspaso del crédito contenido en el documento a C y se firma. Se entrega
materialmente el título, el contrato, y esa es la forma de hacer tradición del crédito
contenido en el mutuo.

Hasta aquí la operación entre cedente y cesionario queda perfeccionada, es válida y eficaz,
pero para que, al deudor, en este caso B, le sea oponible, es decir, que no pueda
desconocerla, es necesario que o acepte la cesión o se le notifique. Basta que se le
notifique y la jurisprudencia así lo ha afirmado, pero tal notificación debe ser judicial, tiene
que haber una gestión voluntaria de notificación de la cesión para que sea oponible al
deudor cedido o que la acepte expresa o tácitamente. Pero mientras no medie la notificación
o la aceptación del deudor cedido ese traspaso es inoponible a B, entonces si es que éste
antes que se le notifique va y le paga a A ese pago es válido y liberta a B de su obligación,
aunque A haya cedido el crédito a C y por tanto A tendrá entregarle ese monto a C. Si
después de que B es notificado o haya aceptado la cesión, va y le paga a A, lo que pasa es
que paga mal, y el que paga mal paga doble, entonces en ese caso B no podrá excusarse de
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pago porque lo hizo mal y no puede oponer a C el pago efectuado a A y tendrá B que pagar
dos veces, aunque si tendrá la opción de demandar a A la restitución de lo mal pagado.

La aceptación del deudor puede ser expresa o tácita. Tácita es la que se contempla en el
artículo 1904: “consistirá en un hecho que la suponga, como la litis contestación
(contestación de la demanda) con el cesionario, un principio de pago al cesionario, etc. Es
decir, cualquier acto ejecutado por el deudor cedido que suponga reconocer como su
acreedor al cesionario.

Por su parte, la notificación debe hacerse con exhibición del título, que llevará anotado el
traspaso del derecho con la designación del cesionario y bajo la firma del cedente. La
jurisprudencia ha dicho que esta notificación debe ser formal, mediante resolución judicial
y notificación personal por receptor.

Ahora, también se puede evidenciar efectos de la cesión de créditos, así un efecto como tal
es que se traspasa el crédito con todos sus accesorios. Esto está en el Artículo 1906 “...
comprende sus fianzas, privilegios e hipotecas; pero no traspasa las excepciones personales
del cedente”. Esto significa que si ese crédito tiene ciertas garantías personales o reales o
cauciones se ceden con aquellas. Pero no traspasa las excepciones personales del cedente.
Si el cedente tenía ciertas excepciones personales que hacer valer en contra del deudor esas
mismas no se traspasan al cesionario, sin embargo, hay una regla especial en materia de
compensación que establece el artículo 1659, porque puede pasar que el cedente al
momento que cede el crédito al cesionario haya sido a su vez deudor del deudor cedido, de
manera que el cedente y del deudor cedido son deudores recíprocos. Entonces la pregunta
es que ¿Qué pasa con esa excepción de compensación cuando se transfiere el crédito al
cesionario? ¿Puede en ese caso el deudor cedido oponer al cesionario en compensación el
crédito que tenía en contra del cedente? Entonces en principio, siempre se ha dicho que la
compensación es una excepción mixta porque de alguna manera es personal pero una vez
opuesta pasa a ser real y esa extinción (por un medio equivalente al pago) es oponible erga
omnes. Lo que dice el artículo 1659 es que si el deudor aceptó la cesión y no hizo expresa
reserva de sus derechos entonces no podrá oponer en compensación al cesionario los
créditos que tenía en contra del cedente, pero si es que el deudor fue notificado únicamente
de la cesión o aceptó haciendo reserva expresa de sus derechos entonces sí podrá oponer en
compensación al cesionario los créditos que tenía en contra del cedente, aun cuando no
haya sido exigible al tiempo de la notificación.

Art. 1659. El deudor que acepta sin reserva alguna la cesión que el acreedor haya hecho de sus derechos a un
tercero, no podrá oponer en compensación al cesionario los créditos que antes de la aceptación hubiera podido
oponer al cedente.
Si la cesión no ha sido aceptada, podrá el deudor oponer al cesionario todos los créditos que antes de
notificársele la cesión haya adquirido contra el cedente, aun cuando no hubieren llegado a ser exigibles sino
después de la notificación.

También es importante destacar que existe una responsabilidad del cedente, esta se refiere
a qué responde el cedente respecto del crédito que cedió ¿Responde de la existencia del
crédito? ¿De la solvencia del deudor? Si la cesión la hizo a título gratuito, por ejemplo una
donación, el cedente no responde de nada, porque la obligaciones de garantía siempre están
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asociadas a contratos onerosos, en los contratos gratuitos no hay obligaciones de garantía.


Ahora, si se cedió a título oneroso sí se responde de la existencia del crédito, o sea, que el
derecho que se está cediendo realmente existe, es válido y eficaz, más no se responde de
que el deudor sea solvente para pagar esa obligación salvo que expresamente se hubiese
pactado que si se va a responder por la solvencia presente o futura, sino se dice nada
respecto la solvencia futura entonces tampoco responde el cedente. Y en todo caso esa
responsabilidad se limita al monto del crédito cedido, salvo que se hubiese pactado otra
cosa.

VIERNES 22 DE NOVIEMBRE
Hay conmoción porque la profe no sabe proyectar su presentación uwu.

La clase pasada revisamos la cesión de créditos y recuerden ustedes hablamos del créditos,
hablamos de derechos personales, particularmente de derechos nominativos, verdad, que
decíamos que los derechos o los créditos al portador y los créditos a la orden no están
regulados ahí en la forma de celebración/ cesión (0:15 no entiendo bien que dice *audio
feña) sino que se ceden por endoso o por la entrega del bien.

Cuando hablamos de cesión de créditos, siempre estamos pensando en que hay un acreedor,
titular de un crédito, de un derecho personal en contra de un deudor, ya o sea estamos
hablando básicamente de un contrato unilateral por decirlo así, de alguna manera o que
genera en el fondo que solo se está cediendo la posición contractual del acreedor o el
derecho que tiene le acreedor a cobrar el crédito. Pero es distinto cuando lo que se pretende
ceder no solamente es el crédito, o sea la parte activa sino que también la obligación.
Cuando la intención de las partes es ceder la posición contractual, no solamente, como digo
yo, un derecho personal que es exigible frente a un deudor, sino que la posición contractual,
entonces ya tenemos que hablar de cesión de contrato propiamente tal.

Entonces, por ejemplo, supongamos que hay un contrato de arrendamiento donde el, que
recae sobre inmueble y donde el arrendador entrega el uso y goce de la cosa al arrendatario
y el arrendatario está obligado a pagar una renta de arrendamiento por esa cosa, si el
arrendador, el arrendador tiene dos posibilidades, el arrendador tiene un crédito o un
derecho personal en contra del arrendatario para exigir el pago de la renta de arrendamiento
y a su vez tiene la posición contractual de arrendador, lo que significa que también como
arrendador tiene obligaciones para con su arrendatario, entonces el arrendador cuando cede
el crédito correspondiente a el derecho a cobrar la renta de arrendamiento solo está
cediendo ese crédito o por ejemplo:

Cuando constituye, por ejemplo, una prenda sobre ese crédito a favor de un acreedor, de un
tercero, es para que el acreedor pueda eventualmente, ese tercero acreedor pueda cobrar la
renta de arrendamiento, pero no para que cumpla la posición contractual que tiene el
arrendador por el contrato de arrendamiento porque no la puede ocupar si es que no le han
cedido el contrato ¿y por qué? porque básicamente en la cesión de contratos, no solamente,
como les decía yo, se cede la parte activa de la relación obligacional sino que también la
parte pasiva, y cuando uno pretende ceder obligaciones, ahí ya no basta con notificar a la
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otra parte, sino que la otra parte en el contrato tiene que comparecer aceptando esta cesión,
o sea, tiene que consentir en eso, y la razón es obvia, qué pasa con la cesión, cuando yo
cedo un crédito a un tercero no hay en eso ningún perjuicio eventualmente para el deudor
porque al deudor le da lo mismo pagarle A o pagarle a B, pero es distinto cuando se ceden
las deudas porque evidentemente no es lo mismo que A que tiene solvencia eventualmente
para pagar esa obligación, para cumplir esa obligación, le ceda esa obligación, esa deuda a
una persona que no tiene capacidad económica para cubrir esa obligación, y entonces para
el acreedor no es indiferente quien es su deudor, muy por el contrario, es muy importante
saber quién es su deudor, y por eso es que en nuestro sistema jurídico, no existe la cesión de
deuda, no se acepta ceder deudas, cuando se cede una deuda en realidad en realidad lo que
hay es una asunción de deuda, una asunción de deuda que no libera al primitivo deudor, o
sea, le primitivo deudor sigue siendo tan deudor del acreedor como el nuevo por decirlo asi,
ahora el acreedor, va a tener, por decir, dos patrimonios donde hacer efectivo su crédito
pero no ha liberado esa cesión de deuda no liberta al primitivo deudor.

La única manera que tiene de liberarse el primitivo deudor ¿cómo es?, en una hipótesis de
transferencia por decirlo así, de la obligación ¿Qué tendría que ocurrir para que el primitivo
deudor quede liberado? R: que acepte el acreedor, pero el aceptar el acreedor no es
suficiente, el aceptar el acreedor es, el acreedor acepta y esta asunción teóricamente, hay
una asunción de deuda del deudor del deudor cedido, o sea del deudor que adquiere la
deuda en el sentido de que ese deudor se va a constituir o se va a entender constituido como
un codeudor solidario o como un deudor subsidiario pero no queda liberado el primitivo
deudor, para que quede liberado el primitivo deudor ¿Qué tiene que ocurrir? R: Tiene que
operar una novación por cambio de deudor, el acreedor tiene que expresamente
consentir en novar la obligación dando por libre al primitivo deudor, eso es lo que tiene que
ocurrir, bueno, eso significa básicamente que nace la obligación, muere la obligación
primitiva y nace una nueva que reemplaza la primitiva obligación y en esta nueva
obligación, el sujeto pasivo ya no es el primitivo deudor sino que el nuevo, entonces, en
nuestro sistema jurídico, la verdad, es que no existe la cesión de las deudas, la única manera
de transferir el pasivo, más bien es extinguiendo la primitiva obligación y haciendo nacer
una nueva con un sujeto pasivo distinto. Y lo que la doctrina ha entendido que sí pueden
existir es esta, que nos decía, asunción de deuda ¿Cuándo opera esa asunción de deuda?
Cuando lo que ocurre en esta situación es que el acreedor sí comparece, acepta la cesión de
la deuda pero no libera expresamente al primitivo deudor, o se dice que en la cesión no
constituye novación y en ese caso lo que ocurre es que el tercero que adquiere la deuda en
definitiva se entiende constituido como un codeudor solidario o como un deudor
subsidiario.

Dicho lo anterior, y no obstante aquello la cesión de contrato es una figura que no está
regulada en el sistema jurídico pero que la doctrina y jurisprudencia sí la acepta. Y la
cesión de contrato no es lo mismo que cesión de crédito no solamente porque la cesión de
contrato generalmente involucra tanto la parte activa como la parte pasiva, es decir,
normalmente la cesión de contrato no solamente hay derechos o créditos sino que también
hay obligaciones ¿verdad?, sino además porque en la cesión de contrato lo que se transfier
es la posición contractual con todos los derechos potestativos que el hecho de ser acreedor
o deudor y le otorga el contrato. (Un compañero le pide que repita esto último) Que en la
cesión de contratos no solamente se transfiere el derecho y sus privilegios, hipotecas, sus
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prendas, sus accesorios, sino que también se transfiere la posición contractual con todos los
derechos potestativos que ello involucra y ¿a qué me refiero con los derechos potestativos?
Me refiero que por ejemplo en un contrato bilateral, el acreedor tiene la posibilidad de
demandar la resolución del contrato si el deudor no cumple, eso es un derecho potestativo
que le da el hecho de tener esa posición contractual del contrato.

Entonces, por ejemplo: Supongamos, les voy a poner un ejemplo que eh, vamos a graficar
toda la situación en un ejemplo que les pueda aclarar. Supongamos un contrato de CV
donde el vendedor, el comprador y aquí vamos a poner al cesionario. El vendedor le vende
algo al comprador y el comprador se obliga a pagar un precio y vamos a suponer que ese
precio lo queda debiendo, saldo de precio y se pacta un plazo para el pago, “saldo de precio
a plazo”. Tiempo después, todavía no es exigible la obligación de pago del precio, está
pendiente de pago el precio, el vendedor le transfiere el crédito, ese crédito a este
cesionario y el cesionario en consecuencia, como acreedor de ese derecho va a poder ir y
cobrarle al comprador, va a tener que operar como veíamos ¿se acuerdan ustedes como se
tenía que hacer la cesión de créditos? Donde se hace la entrega del título bajo firma del
cedente, ya, todo lo mismo, se hace, y después se notifica al deudor cedido si era el
comprador que ahora él es el acreedor, pero supongamos que en este caso el comprador no
pagó el precio, pregunta 1. ¿Puede el cesionario demandar la resolución del contrato CV
por no pago del precio? R: No!!! Porque no tiene los derechos potestativos del contrato CV,
él no es vendedor, no ha sido vendedor, sería absurdo que pudiera además resolver este
contrato porque si resolviera este contrato, (alguien dice algo muy bajito) no po las
restituciones mutuas no ya no ¿ah? Pregunta del compañero: ¿el vendedor originario
puede? R: es que lo que pasa es que ya no tiene el crédito, lo cedió, el cesionario puede
cobrar este crédito, sí, lo puede cobrar evidentemente y va a poder ejercer las acciones de
cobro y ya está, pero no puede pretender resolver el contrato de CV, lo que tendría ocurrir
en ese caso eventualmente es que el vendedor le cediera los derechos y acciones que le
correspondan y ahí derechos potestativos por decirlo así en este contrato de CV o que el
cesionario le diera un mandato -hay distintas opciones digamos- al vendedor, para que el
vendedor ejerza la acción resolutoria y poder digamos, con eso presionar más para el
cumplimiento o más bien para que se le pague ese crédito.
Pregunta de la compañera: pero entonces ¿ninguno por sí solo podría hacer algo? R: no,
porque el vendedor ya transfirió ese crédito, no tiene un derecho insatisfecho por decirlo así
respecto del cual poder ejercer alguna acción y por otro lado el cesionario no tiene la acción
resolutoria.

Pregunta de compañero: Pero ¿tendría que irse entonces por la vía ejecutiva para cobrar? Sí
podría cumplirlo ejecutivamente, acuérdate resolución o cumplimiento, podría
efectivamente el cumplimiento forzado de esa obligación, pero no puede resolver el
contrato que constituye la causa que da origen al crédito porque ahí de alguna manera
cuando se cedió el crédito, de alguna manera salió de la relación contractual.

Distinto es cuando lo que ocurre es una cesión de contrato donde se transfiere la posición
contractual. Y ahí les voy a cambiar el ejemplo para que se entienda, porque aquí no tiene
mucho sentido en esa hipótesis la cesión de contrato. Vamos a poner como ejemplo (“oye
pero el pizarrón está del terror, no borra na” jajaja) Ej. Ya, vamos a suponer un
arrendamiento: Hay un arrendamiento entonces tenemos al arrendador y un arrendatario,
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cesionario. El arrendador le arrienda un inmueble al arrendatario por X cantidad de tiempo,


dos años y el arrendatario está pagando, perfecto y todo, en un momento el arrendatario
dice no puedo seguir pagando así que se va y el arrendador le dijo “okey, pero búscame
alguien que arriende el departamento porque yo necesito” entonces el arrendatario consigue
a alguien y acuerdan entonces transferir esta relación contractual, entonces ahí celebran una
cesión de contrato propiamente tal, donde el arrendatario le cede al cesionario su porción
contractual al contrato de arrendamiento de forma tal que el cesionario pasa a ocupar la
posición contractual de arrendatario en este contrato de arrendamiento. Se acepta el
contrato de arrendamiento, el cesionario entonces, adquiere esa calidad de arrendatario, el
arrendador evidentemente tiene que comparecer aceptando al cesionario porque es su
deudor digamos, aceptando al cesionario y normalmente se otorga un finiquito porque es la
manera de dar por libre al primitivo deudor arrendatario, se le otorga un finiquito en esa
cesión de contrato al primitivo arrendatario diciendo que se sustituye por el cesionario y el
arrendatario queda liberado de toda obligación, etcétera , se le otorga pleno finiquito. Y esa
es la manera de sustituirlo en la relación contractual.

Pregunta compañera ¿No es más factible hacer dos contratos distintos? ¿Cerrar uno y hacer
otro? La profe dice que también podría ser, la compañera pregunta: ¿Cuál es la gracia de la
cesión en este caso? R: la gracia de la cesión -compañera le dice que siente que es mas
engorroso- la profesora dice que no, que es un tema práctico en realidad, le dice que no,
porque en el fondo hay una garantía que se otorgó al comienzo, esa garantía sigue
garantizando la obligación del arrendador, y es el cesionario en definitiva el que va a poder
después recuperarla en el caso en que el arrendador, en el caso en que efectivamente que se
entregue la propiedad sin ningún problema, no haya que hacer efectiva la garantía, o sea en
el fondo este es el contrato que nos rige, ya está acordado en esos términos, puede ser que
además el contrato para efectos del arrendador, o en este caso particular hay un plazo
pactado que interese mantener respecto de lo que ya ha pasado para atrás, pero también
respecto de lo que va para el futuro. En la práctica funciona mucho.

Pregunta compañero ¿el arrendador por ejemplo no podría hacer cesión de contrato de
contrato de arrendamiento respecto de esos inmuebles? R: sí, y también opera muy a
menudo-pregunta ¿y cómo podría si el cesionario no tendría propiedad sobre el inmueble o
el título? R: pasa muy a menudo también, el arrendador tiene un inmueble que arrienda al
arrendatario, o sea que le entrega en arrendamiento, al cabo de algún tiempo el arrendador
transfiere el inmueble -transferencia- al cesionario, pero no le transfiere el contrato, no le
cede el contrato, transfiere el inmueble, se lo vendió el inmueble, si le vende el inmueble al
comprador, ¿el comprador1 del inmueble necesariamente está obligado a respetar el
arrendamiento? (no hemos pasado el contrato de arrendamiento, después lo vamos a ver) R:
Si este contrato de arrendamiento está otorgado por instrumento privado, el comprador no
está obligado a respetar ese contrato de arrendamiento, y podría en consecuencia, él (creo
que se refiere a lo que está apuntando en la pizarra), resolver el contrato de arrendamiento o
poner término al contrato de arrendamiento por haberse resuelto o extinguido el derecho del
arrendador sobre el inmueble. Entonces, ¿Qué es lo que se hace habitualmente? Lo que se
hace habitualmente es que junto con vender el inmueble se cede el contrato de
arrendamiento y en esa cesión de contrato de arrendamiento también comparece el

1
Le había denominado cesionario pero dijo que no quiere hablar de cesionario porque no le cede el contrato
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arrendatario, porque el arrendador también tiene obligaciones para con el arrendatario


¿verdad? De mantener de proporcionarle el uso y goce de la cosa, de mantener de hacer las
reparaciones no locativas digamos, sino que las reparaciones estructurales y que
correspondan a la propiedad, etc.

Pregunta compañero: Según el marco del arrendamiento del 1962, establece un respeto de
justamente del nuevo comprador hacia el arrendatario en el caso de que por escritura
pública, ¿pero ahí tiene que hacerse nuevamente contrato, simplemente se respeta ese
contrato originario aunque no haya cesión? R: es que depende, a ver, en ese caso, el nuevo
arrendatario está obligado a respetar el contrato de arrendamiento, pero es raro porque fíjate
que está obligado a respetar el contrato de arrendamiento pero eventualmente incluso, ese si
no hay cesión de contrato –teóricamente ah, esto no pasa en la realidad- pero teóricamente,
si no hay cesión de contrato, el arrendatario podría seguirle pagando las rentas al vendedor
que ya no es dueño porque es su arrendador, y eso sería perfectamente posible porque lo
único que dice el art 1962 CC, es que el nuevo dueño está obligado a respetar el contrato de
arrendamiento pero ese es un contrato de arrendamiento ajeno respecto del cual él no es
parte, y en consecuencia el arrendatario sigue siendo arrendatario de su primitivo
arrendador a quien debería seguir entregando las rentas, entonces la manera en que hay para
que el nuevo dueño empiece a percibir las rentas de arrendamiento es que se le ceda el
contrato.

Pregunta de compañero: pese a que no hemos visto arrendamiento todavía, pero cuando
había una figura de que había un cesionario que dependía del arrendatario, ¿Cómo ahí lo
diferenciamos de la figura del subarrendamiento? R: La figura del subarrendamiento es
muy distinta porque ahí no hay cesión, aquí hay un subarrendatario, el subarrendatario tiene
una relación contractual con él (apunta a la pizarra), son dos relaciones contractuales
distinta, no es una relación obligacional, son dos, entonces su arrendatario- subarrendador,
arrendatario con arrendador. Ahora, vamos a ver que de repente hay acciones directas que
se yo que están reguladas legalmente, pero en principio son dos relaciones obligacionales
distintas.

Entonces, en la cesión de contrato supone: la sustitución de una o ambas partes en la


relación jurídica obligacional, y la cesión de contrato, en el supuesto de la existencia de dos
partes (22:30 palabra que no se entiende) no es posible en nuestro medio sin la
concurrencia de todos los interesados por lo que estábamos viendo en definitiva de esto de
la cesión de la deuda o del aspecto pasivo de la relación obligacional que necesariamente
requiere la concurrencia de todas las partes. Y ahí viene lo que les decía, en nuestro
ordenamiento no existe otra forma para sustituir al deudor en el vinculo que la novación,
eso cuando realmente hay sustitución, lo otro es una asunción de deuda que no libera al
primitivo deudor, que era lo que les decía anteriormente. Podría, sin embargo, entenderse
asunción de deuda, en cuanto se mantiene la misma obligación, pero cambia el deudor,
cuando dando por libre al primitivo deudor, las partes manifiestan que no existe ánimo de
novar o que la presente sesión no constituye novación, es por los requisitos del art 1634 y
1635, para que haya novación. Esas normas son las normas que se refieren a la novación
evidentemente y establecen cuales son los requisitos para que haya novación, o sea, que
haya una extinción de una primitiva obligación y nazca una nueva obligación. Si es que las
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partes expresamente sostienen que esta cesión no constituye novación, entonces, el


primitivo deudor va a seguir siendo obligado a la deuda.

Pregunta de una compañera: Cuando hay una cesión de contrato y se cambia el arrendador,
habló algo de un finiquito, que se le da un finiquito al arrendador, tiene dudas respecto a
ello. R: se da recíprocamente entre la parte que se mantiene en el contrato, porque no se
cual de los dos ha cedido digamos, la parte que se mantiene en el contrato y la parte que
sale, el cedente en definitiva, el cedente y la otra parte que se mantiene en el contrato, entre
ellos se otorgan finiquito. Pregunta de la compañera: ¿necesita al arrendador a que acepte al
(no termina pregunta)? R: Comparecen, mira, en una cesión de contrato comparecen todas
las partes. Pongamos el ejemplo de arrendamiento, arrendatario, arrendador y cesionario del
arrendatario, comparecen todas las partes, lo que se hace normalmente: Primero se describe
la relación contractual, se dice, por instrumento privado, por escritura pública, fecha tanto
“ta ta tá”, Juanito le arrendó la propiedad no se qué a Pedrito. Clausula segunda, en este
acto Pedrito con el consentimiento expreso de Juanito cede su posición contractual o cede
su calidad de arrendatario en dicho contrato a María, Juanito acepta expresamente esta
cesión y otorga, o y en el fondo da por libre a Juanito (creo que debería decir Pedrito) de
cualquier tipo de obligación respecto del contrato de arrendamiento, asumiendo la posición
contractual María, y después se otorga finiquito señalando que nada se adeudan por esta
relación contractual, que renuncian a las acciones que puedan corresponderle, eso es un
finiquito, eso es básicamente la estructura de la cesión.

CESIÓN DEL DERECHO REAL DE HERENCIA

Lo primero es hablamos de un derecho real de herencia para hablar de la universalidad


jurídica que conforma el patrimonio del causante, es decir, una persona fallece y existe una
cosa que se llama derecho real de herencia, verdad, que se ejerce sobre el patrimonio del
causante, es un derecho que se tiene sobre el patrimonio del causante y que corresponde a
los herederos del causante. Ese derecho real de herencia se adquiere al momento de la
delación de la herencia, que es el momento en que el se produce la apertura de la herencia,
es decir, con el fallecimiento del causante. Antes del fallecimiento del causante no hay un
derecho real de herencia y en consecuencia no hay nada que transferir y más aun está
prohibido expresamente los pactos sobre sucesión futura, o sea yo no puedo transferir, si mi
padre estuviera vivo yo no podría transferir los derechos en la herencia de mi padre porque
ese pacto está prohibido por razones básicamente morales porque o si no hay un incentivo a
que el caballero fallezca.

Entonces, no hay pacto sobre cesión futura, están prohibidos, hay objeto ilícito ahí,
entonces, el derecho real de herencia se produce o nace con la delación de la herencia, es
decir, cuando el causante fallece. Ahora, no es necesario para poder ceder el derecho real de
herencia el que se haya tramitado y decretado la posesión efectiva de la herencia en favor
de los herederos, que se haya otorgado la posesión efectiva a los herederos ni tampoco que
se hayan practicado las inscripciones que dispone el art.688 que es básicamente la
inscripción del decreto que otorga la posesión efectiva, la inscripción especial de herencia
que es la inscripción de los inmuebles hereditarios a nombre de los herederos. No es
necesario, les insisto, que se haya practicado esas inscripciones del art.688 para que se
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pueda transferir este derecho real de herencia, pero si es necesario que la persona haya
fallecido.
Entonces, ¿cuáles son los requisitos?

Requisitos de la cesión del derecho de herencia:


1. Que la cesión la haga o la efectúe el heredero: que la cesión la haga su titular, es
decir, el heredero del causante.
2. Que el causante haya fallecido, porque si no ha muerto habría pacto sobre sucesión
futura, lo que se encuentra expresamente prohibido por objeto ilícito.
3. Que se transfiera la totalidad o una cuota de la herencia. O sea, puede ser que se
diga que el heredero, Juanito, transfiere a María la totalidad de los derechos de la
herencia que da el fallecimiento de X; o que se cede a maría 2/3 de los derechos
que le corresponden a la herencia a Juan al fallecimiento de X (eso es una cuota).
Lectura de los art.1909 y 1910:
“Art. 1909. El que cede a título oneroso un derecho de herencia o legado sin especificar los efectos de que se
compone, no se hace responsable sino de su calidad de heredero o de legatario”.
“Art. 1910. Si el heredero se hubiere aprovechado de los frutos o percibido créditos o vendido efectos
hereditarios, será obligado a reembolsar su valor al cesionario.
El cesionario por su parte será obligado a indemnizar al cedente de los costos necesarios o prudenciales que
haya hecho el cedente en razón de la herencia.
Cediéndose una cuota hereditaria se entenderá cederse al mismo tiempo las cuotas hereditarias que por el
derecho de acrecer sobrevengan a ella, salvo que se haya estipulado otra cosa.
Se aplicarán las mismas reglas al legatario”.

Entonces, estas normas nos señalan cuales son los efectos o algunos de los efectos de la
cesión del derecho real de herencia, requiere para que haya una cesión del derecho real de
herencia igual como veíamos para que haya una cesión de un crédito cualquiera un título
translaticio de dominio, normalmente ese título traslaticio de dominio va a ser la
compraventa, al igual que veíamos a propósito de la cesión de crédito. Ahora, aquí existe
una solemnidad especial, si ustedes recuerdan, a propósito de la compraventa, cuando se
vende el derecho real de herencia se requiere escritura pública, ese contrato de compraventa
debe constar en una escritura pública, y esa es una solemnidad, así como para los inmuebles
se requiere escritura pública, bueno también para vender el derecho real de herencia.

Ahora, respecto de la forma de hacer la tradición del derecho real de herencia ha habido
bastante discusión en la doctrina y en la jurisprudencia. Básicamente por la discusión
respecto a la naturaleza jurídica de este derecho real de herencia, o sea ¿en qué consiste este
derecho real de herencia?

1. Algunos sostienen que la herencia puede clasificarse como mueble o inmueble


según lo sean los bienes que la componen. Pero, la verdad es que por regla general
los bienes que componen la herencia son tanto bienes muebles como inmuebles, y
en consecuencia, establecer una comunicabilidad entre el derecho real de herencia
y los bienes que la componen respecto a determinar cómo hacer la tradición es
complejo porque está compuesta por ambos tipos de bienes.
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2. Entonces, hay una corriente doctrinaria distinta que sostiene en realidad que la
herencia es una universalidad jurídica distinta de los bienes que la componen y, por
lo mismo, como la inscripción conservatoria que es la forma de hacer tradición de
los bienes raíces es la excepción respecto de la forma general de hacer la tradición
de los bienes, lo que debiera aplicarse para efectos de hacer la tradición es la regla
general, es decir, la tradición de los bienes muebles, ¿cómo se hace la tradición de
los bienes muebles? Con la entrega, y se regula en el art.684 distintas formas de
entrega. Entonces, la regla general en materia de tradición es como se hace la
tradición de los bienes muebles, y al forma excepcional es la tradición por
inscripción conservatoria que es la forma en que opera la tradición de los
inmuebles, entonces por eso la corriente doctrinaria cuando califica al derecho real
de herencia como una universalidad jurídica, donde no hay comunicabilidad con
los bienes que la componen, dice apliquemos la regla general que es la tradición de
los bienes muebles.

3. Luego, hay una tercera corriente doctrinaria que dice, ya ok, pero ojo, hay que
distinguir en cada caso lo que se está transfiriendo. Si se está transfiriendo el
derecho real de dominio o el derecho real de herencia. Y esta última línea, la
verdad es que es media compleja, porque ¿qué pasa? muchas veces ocurre que
cuando una persona… supongamos que en la herencia lo único que existe es un
inmueble, y hay un solo heredero lo que hace es, antes incluso de practicar la
inscripción del 688 y pedir la posesión efectiva, transfiere los derechos que le
corresponden a la herencia del causante a el adquiriente X, si simplemente
transfiere todos los derechos que le corresponde a la herencia del causante lo que
está transfiriendo es su derecho real de herencia, con independencia a que ese
derecho real de herencia, universalidad jurídica, está compuesta por un solo bien
que a su vez es inmueble, porque está transfiriendo el derecho real de herencia, y
que es re importante, porque cuando yo transfiero el derecho real de herencia estoy
transfiriendo un patrimonio, y los patrimonios están compuestos por activos y por
pasivos, entonces puede ser que efectivamente el único activo que forma parte de la
herencia sea el inmueble, pero eventualmente pudieran haber deudas del causante,
deudas del causante que vamos a ver más adelante son siempre de responsabilidad
del heredero frente al acreedor, pero que en la relación contractual con el cesionario
son de cargo del cesionario. El inmueble es lo único que forma parte de este activo,
pero lo que yo igual estoy cediendo es el derecho real de herencia, entonces ahí está
claro que o estaría claro teóricamente bajo la corriente doctrinaria número dos que
estábamos viendo que la forma que tengo para hacer esa tradición es simplemente
la entrega, y voy a tener escritura pública, pero no voy a practicar la inscripción
conservatoria, de partida si tuviera que practicar la inscripción conservatoria habría
tenido primero que pedir la posesión efectiva, yo heredero pedí la posesión
efectiva, inscribí la posesión efectiva a mi nombre, practicar la inscripción especial
de herencia que es la inscripción del inmueble a mi nombre, para después transferir
al tercero, pero no estoy haciendo eso porque lo que estoy transfiriendo es
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simplemente el derecho real de herencia y no el derecho de dominio sobre el


inmueble. Si en cambio, lo que yo digo, supongamos que en la compraventa digo
que Alejandra Aguad es dueña del inmueble que adquirió por herencia al
fallecimiento del causante tatatata, la inscripción especial de herencia se encuentra
inscrita por tanto, y después digo “en este acto ella vende todos los derechos que
posee en el inmueble a X” aquí lo que estoy vendiendo es el inmueble, no estoy
vendiendo el derecho real de herencia. Esa distinción es muy importante para saber
cómo debe hacerse la tradición, en el primer caso decíamos que lo que se esta
transfiriendo claramente es el derecho real de herencia entonces la tradición se
realiza conforme al 684, si en cambio, lo que estoy transfiriendo – en el segundo
caso – son los derechos en el inmueble, entonces estoy transfiriendo el dominio y
consecuencialmente tengo que practicar la inscripción conservatoria.

Ahora, todo lo que les dije es lo que ha discutido generalmente la doctrina y la


jurisprudencia, ahora yo les voy a decir en la práctica, o practico, mas bien que en la
práctica lo práctico, la doctrina corre por un carril y el criterio del conservador corre por
otro, y en el criterio del conservador, lamentablemente hay que finalmente cuadrarse,
porque sino no te inscriben más, entonces, cuando se hace la tradición, salvo por razones
muy excepcionales en que es necesario apurarse porque el negocio hay que hacerlo ahora,
etc., lo ideal es tramitar la posesión efectiva, practicar la inscripción del art.688 para que
haya continuidad registral respecto de la inscripción especial de herencia que finalmente se
va a practicar a nombre del cesionario, porque sino el conservador se para en cuatro patas y
te bloquea la operación. Entonces, en doctrina en realidad hay 2tres corrientes doctrinal, no
sería necesaria la inscripción del 688 y particularmente la inscripción especial cuando en la
herencia hay inmuebles, pero para el conservador, como su labor es mantener la
continuidad registral que haya dilación entre una titularidad y la otra por decirlo así,
entonces necesita tener la inscripción especial.

Ahora, cuando se cede el derecho real de herencia, incluso sin la inscripción del art.688 lo
que ocurre es que el cesionario pasa a ocupar la calidad de heredero en la herencia que abre
el fallecimiento del causante y como heredero ¿qué puede hacer? todo lo que puede hacer el
heredero: puede pedir la posesión efectiva, puede pedir la partición de la herencia, puede
solicitar o ejercer la acción de petición de herencia que es como una acción equivalente a la
acción reivindicatoria pero recae sobre el derecho real de herencia, que es cuando un
tercero supuesto heredero, más bien falso heredero está ocupando la herencia y el verdadero
heredero ejerce una acción contra ese falso heredero, esa acción es una acción que se llama
acción de petición de herencia que equivale a una acción reivindicatoria, pero que recae
sobre el derecho real de herencia y no sobre el dominio, porque en ese mismo caso el
verdadero heredero es como el verdadero dueño y el falso heredero es como el poseedor,
está poseyendo una herencia ajena, eso es lo que esta haciendo el falso heredero. Entonces,
cesionario puede ejercer la acción de petición de herencia, pedir la posesión efectiva, puede
hacer o ejercer todos los derechos que le correspondan en calidad de heredero.

¿Cuál es la responsabilidad del cedente?

2
No entiendo qué dice minuto 40:17 (audio feña)
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Cuando el cedente transfiere el derecho real de herencia tiene también responsabilidad,


¿cuál?:

Lo primero, lo que veíamos a propósito de la cesión de crédito, si es a título gratuito no hay


responsabilidad, solo hay obligaciones de garantía al contrato oneroso, en los contratos
gratuitos no hay obligación de garantía. Si cede a título oneroso, evidentemente tiene
responsabilidad, se hace responsable de que el derecho existe, se hace responsable de su
calidad de heredero, es decir, se hace responsable de que efectivamente ese crédito exista,
lo mismo que en cesión de créditos.

Si al ceder el derecho real de herencia, el cedente (el heredero) especifica los efectos de que
se compone la herencia entonces, dice por ejemplo: se cede el derecho real de herencia que
está compuesta por un auto marca x, inmueble tatatatata, no significa eso que se este
transfiriendo los derechos de dominio sobre cada uno de esos bienes, se está transfiriendo la
universalidad, pero se están especificando los bienes que componen esa herencia, y en ese
caso el cedente se hace responsable de que efectivamente esos bienes compongan la
herencia, hay una obligación de garantía. Ahora, lo que les decía anteriormente, cuando se
cede el derecho real de herencia se transfiere de alguna manera la calidad de heredero al
cesionario, pero frente a terceros las obligaciones que tiene el heredero, ya sea obligaciones
digamos testamentarios (impuestas por el testamento) u obligaciones del causante, esas
obligaciones siguen siendo frente a terceros de cargo del heredero cedente, pero en las
relaciones particulares con el cesionario son de cargo del cesionario, esta es la típica
distinción entre la obligación a la deuda vs. la contribución a la deuda. En las obligaciones
ocurre muy a menudo que uno tiene la responsabilidad y en consecuencia la obligación de
pagar una deuda frente al acreedor, pero en definitiva no tiene que soportar en su
patrimonio esa deuda porque tiene derecho a repetición, o sea tiene derecho a cobrarle a
otro lo que pago. Esa es la distinción entre la obligación a la deuda (con el acreedor) y la
contribución a la deuda, quien en definitiva tiene que soportar en su patrimonio esa
obligación. En este caso en particular, ocurre eso, el heredero cedente por disposición legal
siempre va a ser obligado a la deuda, es decir, aunque haya transferido el derecho real de
herencia a X para efectos de terceros el obligado al pago es heredero cedente, original; pero
el heredero le transfirió el derecho real de herencia al cesionario, en consecuencia,
finalmente si el heredero tiene que pagar esa obligación, va a poder cobrar lo que pago al
cesionario.

CESIÓN DE LOS DERECHOS LITIGIOSOS

Derechos litigiosos son los que están sujetos a controversia, o sea, cuando hay un derecho
litigioso es un derecho que de alguna está controvertido y supone una controversia judicial 3,
o sea necesariamente cuando decimos hay un derecho litigioso es por que hay un juicio
iniciado y se entiende que está trabada la litis cuando se notifica la demanda, desde ese

3
Definición ppt. “derechos litigiosos son aquellos derechos que son objeto de una controversia judicial y
cuya existencia es discutida en juicio”.
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entonces se entiende que es un derecho litigioso. Entonces, hay un derecho cuya existencia,
cuya declaración está siendo controvertida en un juicio y tiene que ser sancionada por una
sentencia judicial, por eso cuando se habla de la cesión de derechos litigiosos se dice que lo
que se cede es un evento incierto, no sabemos cómo finalmente va a terminar esta historia,
es la expectativa de obtener ganancia en un juicio u obtener una sentencia favorable. Por
eso es un contrato aleatoria y en este país más aleatorio todavía con los jueces que tenemos
ajajaj.

Requisitos:
1. Es necesario que exista un litigio.
2. Debe haber notificación judicial de la demanda, art.1911 inc.2, es decir, tiene que
estar trabada la litis.
¿Quién puede ceder un derecho litigioso?:
Obviamente que cuando se habla de la cesión de un derecho litigioso el único que puede
ceder es el sujeto activo en la relación procesal, es decir, el demandante dado que es él
quien tiene el derecho. Ahora, si hay demanda reconvencional obviamente el demandado
que es demandante reconvencionalmente. Pero en cualquier caso tiene que tener la calidad
de sujeto activo de la acción.

Forma de hacer la tradición:


Normalmente se hace por el hecho de apersonarse el cesionario al juicio acompañado del
título de la cesión, es decir, un instrumento privado o público, no hay una formalidad aquí,
pero hay un instrumento que se otorga, donde da cuenta de la existencia de este derecho
litigioso que se transfiere al cesionario y después el cesionario durante el juicio se apersona
al juicio, se hace parte en el juicio, diciendo “oiga señor juez ahora quien ejerce la acción
soy yo porque me han cedido este crédito, este derecho litigioso” y continua el juicio con el
cesionario.

DERECHO DE RETRACTO LITIGIOSO O RESCATE

Existe respecto de esta cesión de créditos (cesión de derechos litigiosos), que el legislador
mira con algún tipo de suspicacia, con algún tipo de incomodidad, este derecho de retracto
o de rescate, digo que lo mira con algún tipo de incomodidad porque en el fondo transar
sobre derechos litigiosos se puede prestar para algunas cosas que están ahí en el borde,
entonces esta es una forma de desincentivar en realidad la operaciones o las transacciones
sobre derechos litigiosos y consiste básicamente en la posibilidad de devolver al cesionario
lo que haya dado o pagado por la cesión más los intereses que hallan corrido desde la fecha
en que se notificó de la cesión al deudor, por lo tanto el deudor podría eventualmente
extinguir su obligación simplemente pagando lo que el cesionario pagó al cedente por el
precio de la cesión. Ustedes comprenderán que en la cesión de derechos litigiosos, salvo
que sea un derecho donde hay un título ejecutivo que de alguna manera es un derecho
indubitado pero igual en juicio, normalmente el precio que se paga por la cesión es muy
inferior al beneficio que eventualmente podría obtenerse en caso de acogerse la demanda,
entonces el precio que se paga es un precio bajo en ese sentido. El deudor, sujeto pasivo
demandado en el juicio podría simplemente poner termino al juicio y extinguir su
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obligación pagando ese precio al cesionario, ese es el derecho a retracto, con los intereses
que corran, pero pagando dicho precio.

Requisitos para que proceda:


1. Devolución del dinero más los intereses.
2. Que se ejerza dentro del plazo que la ley establece, que básicamente consiste en el
plazo máximo de 9 días contados desde la notificación de la resolución que ordena
ejecutar la sentencia, o sea es bien absurdo, porque ya tienes sentencia, obtuviste
una sentencia a favor que condeno al demandado a pagar una cierta suma de dinero,
probablemente muy superior al precio que pagó por la cesión y aun así el deudor
tienen la posibilidad de liberarse, ejercer este derecho de retracto pagando
simplemente el precio de la cesión con los intereses. Eso es realmente una forma de
desincentivar la cesión de derechos litigiosos, pero hay casos en los que procede.
Casos en los que no procede el derecho de retracto litigioso o rescate:
La industria de la cesión de derechos litigiosos se asila o se construye sobre los casos de la
base de excepción para efectivamente evitar que el deudor pueda ejercer el derecho a
retracto.
¿Cuáles son los casos?

1. Cesiones gratuitas (art.1913).


2. Las hechas por el ministerio de justicia.
3. Cuando el derecho litigioso forma parte o es accesorio de una cosa principal, aquí si
opera bastante porque, por ejemplo, yo tengo un crédito que está siendo garantizado
por una hipoteca otorgada por un tercero, entonces yo ejerzo una acción hipotecaria
en contra del tercero para cobrar el crédito y esa acción hipotecaria es una acción
accesoria a la obligación principal y ese derecho litigioso lo transfiero, entonces ahí
no hay posibilidad de retracto.
4. Cuando la cesión ha sido en razón de un pago (art.1913 n°2). Este se usa muy, muy
habitualmente. Es decir, se da en pago de un crédito, de una obligación este derecho
litigioso, entonces se reconoce, comparecen dos parte una reconoce adeudar a la
otra una determinada suma de dinero y entonces la otra le dice “ok, te cedo por pago
de esa obligación el derecho litigioso” y en consecuencia cae dentro del n°2 y
muere el derecho de retracto.
5. Cuando el cesionario es un coheredero o copropietario (art.1913 n°1), es decir, ahí
opera la cesión de derechos litigiosos entre comuneros, entre los comuneros se
ceden el derecho litigioso, comuneros sobre una propiedad o comuneros sobre el
derecho real de herencia, por eso habla de coherederos o copropietarios.
6. Cuando el derecho cedido sea necesario para el goce tranquilo de la cosa (art.1913
n°3). O sea, por ejemplo, yo soy arrendataria de una propiedad donde sufrí daños
como consecuencia de la falta de reparación del techo de la propiedad que era de
cargo del arrendador, entonces demando al arrendador la indemnización de los
perjuicios y ese derecho litigioso lo transfiero a un tercero.
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VIERNES 29 DE NOVIEMBRE

MANDATO
El contrato de mandato está definido en el Código Civil libro IV, artículo 2116, como
aquel en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a otra, que se hace cargo
de ellos por cuenta y riesgo de la primera.
Este concepto básicamente indentifica los elementos centrales del contrato de mandato, que
es primero tener una relación de confianza, segundo, lo que se confía al mandatario es una
gestión de un acto o de uno o más negocios, y, se hace cargo el mandatario de ejecutar ese
negocio por cuenta y riesgo del mandanto. De la definición se extraen los siguientes
elementos:
I) Que sea por cuenta y riesgo del mandante significa que el resultado del negocio (de
beneficio de pérdida) será carga del mandante. No significa, a su vez, “en representación
del mandante”, son dos cosas distintas, actuar en representación del mandante significa que
los efectos del acto jurídico que ejecuta el representante se radican directamente en el
patrimonio del representado, eso opera con la representación, en el mandato, en cambio en
el mandato no necesariamente hay representación, el mandato es confiar la gestión de un
negocio, pero no necesariamente el mandatario actúa en representación del mandante, sino
que por cuenta y riesgo del mandante.
II) En segundo, como se dijo, hay una confianza en la gestión de los negocios, uno no
designa a un mandantario si no hay una relación relativa de confianza, y por eso se dice que
el mandato es un contrato de tipo personalísimo, vale decir, el contrato se celebra en
atención a la persona, en este caso, al mandatario. Y de eso se derivan, que sea un contrato
personalísimo, se derivan consecuencias, entre ellas:
a) Las obligaciones del mandatario no se transmiten. es decir, si fallace el
mandatario, a diferencia de la gran mayoría de las obligaciones patrimoniales que se
transmiten a los herederos del deudor, el mandato fenece junto con el mandatario, se
extingue con él, salvo situaciones particulares que se verán más adelante.
b) En consecuencia, por muerte del mandatario se pone fin al contrato de
mandato.
c) Normalmente existe la facultad del mandante de revocar el mandato: En un
contrato bilateral, normalmente, ninguna de las partes puede poner término al
contrato de forma unilateral, por su sola voluntad, pero aquí como es una relación
de confianza, efectivamente, se faculta al mandante revocar el mandato.
d) La otra característica, es que el error en la persona, como vicio del
consentimiento, es causal de nulidad de este contrato. Por regla general, nosotros
sabemos que el error en la persona no vicia el consentimiento, es decir, no es un
elemento que el legislador estime determinante en la relación jurídica, porque
entiende que cuando hay una relación de carácter patrimonial, es una relación más
bien de patrimonios más que de personas propiamente tales, por lo mismo, en
general el error en la persona no vicia el consentimiento, salvo casos especiales
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donde la consideración de la persona es esencial, tales como el mandato y el


matrimonio.
III) Lo que se encarga es la gestión de uno o más negocios, es sobre lo que versa en
definitiva el mandato, es el objeto del mandato. Y, de distintas disposiciones se desprende
que esa gestión de negocios puede tener diversas acepciones.
a) La conservación de un patrimonio (Artículo 2132): Por ejemplo, cuando se
designa alacea a una persona, ese albacea es un mandatario del causante para
ejecutar el mandato después de su muerte, se encarga de custodiar ese patrominio y
de cumplir las disposiciones testamentarias.
b) La ejecución de cualquier negocio de índole económica para el mandante (Se
desprende del artículo 2147).
c) La administración de una industria. Por ejemplo, cuando se designa a un
gerente de una sociedad, de una empresa de servicio, de lo que sea, evidentemente
al gerente se le otorga un mandato de gestión.
d) La realización de cualquier acto jurídico.
Entonces, la caracterítisca cuando hablamos de la gestión de uno o más negocios es ejecutar
o gestionar uno o más negocios que involucren de alguna forma la organización de actos
jurídicos, porque el encargo para ejecutar un hecho material no es un mandato.
Por ejemplo, pedirle a una persona que traslade una mesa de un lugar a otro.
Ese es un acto material, por tanto, no es un mandato. Porque no hay ningún
acto jurídico en esa gestión. Eso sería un contrato de transporte, un servicio,
más no un mandato.

Clasificación del Mandato


Desde un punto de vista legal y doctrinal, el contrato de mandato es bilateral,
naturalmente oneroso, normalmente conmutativo y normalmente consensual.
Es bilateral, porque en principio el mandatario se obliga a ejecutar el negocio que le confió
el mandante, asimismo, el mandante se podría obligar a pagar una remuneración, salvo que
se diga que es gratuito. Por ello se dice que es naturalmente oneroso, es decir, se entiende
pertenecer en el contrato aunque las partes no lo expresen (como la condición resolutoria
tácita), y por lo tanto, las partes, pueden sacar ese elemento del contrato, eso significa que
sea de la naturaleza, caso distinto a lo que ocurre con los elementos accidentales los cuales
no se entienden incorporados al contrato salvo que haya pacto en sentido contrario. Por lo
mismo también es un contrato conmutativo, es decir, que las obligaciones se miran como
equivalentes Sin embargo podrá ser aleatorio en determinados casos, como en aquellos
eventos en que el mandatario sujeta sus honorarios a la resultas de la gestión (éxito o
fracaso del negocio encomendado), cosa frecuente en el ejercicio profesional, (pacto de
cuota litis, porcentaje del resultado del negocio). En tal caso, el mandante no está obligado
a acreditar que el negocio fracasó por culpa del mandatario para no pagar remuneración . El
artículo 2129 dice que el mandatario responde de culpa leve, independiente si el mandato
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es o no remunerado, es esa la regla general. Si es remunerado se agrava la responsabilidad


del mandatario.
Todo lo anterior, sin embargo, no es lo que lo hace un contrato bilateral, siempre es
bilateral, haya o no un pacto de honorarios, y, ¿por qué es bilateral? Porque hay otras
obligaciones en el mandante que son de la esencia del contrato y esa obligación es,
fundamentalmente, proveer al mandatario de los recursos materiales o no materiales
(instrucciones) para poder ejecutar el encargo.
Por ejemplo, si se le otroga un mandato a un corredor de propiedades para
que intermedie y ponga en venta una casa, el mandante tiene la obligación de
proveer al mandatario de la documentación necesaria, tiene la obligación de
proveer recursos necesarios para solventar gastos como publicidad, etc.
Por eso será siempre bilateral, aunque puede ser oneroso o no según cómo se haya pactado.
Por último, es un contrato por regla general, consensual, eso significa que se perfecciona el
mero consentimiento de las partes, no requiere ninguna ritualidad distinta para que nazca a
la vida jurídica.
En materia de contrato, hay 3 disposiciones que se refieren a la formación del
consentimiento, el artículo 2124 establece respecto al mandante la forma como puede
hacerse el encargo, y señala que puede ser verbal, por escrito, mediante escritura pública o
de cualquier modo inteligible. Asimismo, constituye encargo de mandato la aquiescencia
tácita por parte del mandante respecto de que otra persona le gestione su negocio, así como
ocurre con la agencia oficiosa. Entonces, si una persona inicia la gestión de un negocio y el
mandante permita que eso ocurra se entiende que hay aceptación del mandato.
Y, evidentemente que desde el punto de vista del mandatario es más fácil aún porque si yo
le encargo a alguien la gestión de un negocio, y esa persona principia la ejecución de ese
encargo, evidentemente que eso también constituye una aceptación tácita del contrato de
mandato y se perfecciona de esta manera. Entonces el consentimiento puede ser expreso o
tácito y hay regulación en el código de cómo puede ser ese consentimiento.
Además hay un caso particular de un silencio circunstanciado que está contemplado en el
artículo 2125. Por regla general, el silencio no constituye manifestación de la voluntad,
pero aquí hay un caso en que el silencio sí constituye manifestación de la voluntad, cuando
se encarga una gestión a una persona que por su profesión u oficio se encarga de negocios
ajenos. Los requisitos, por tanto, serán:
a) Que la persona sea por su función u oficio una persona que normalmente gestiona
negocios ajenos.
b) Que el mandante se encuentre ausente.
c) Que haya transcurrido un tiempo razonable sin que el destinatario (mandatario) se
excuse.
A propósito de la formación del consentimiento: una cosa es que sea consensual y otra cosa
es la limitaciones que existen en materia de prueba respecto de todo lo que dice relación
con los contratos de carácter consensual, lo cual básicamente es la limitación a la prueba de
testigos, por tanto, para acreditar la existencia del mandato necesitaré más que testigos.
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ALEJANDRA AGUAD DEIK

Ahora bien, existen excepciones al consensualismo en el mandato, y se pueden contemplar


en ciertos casos en que el mandato es solemne:
a) El mandato para contraer matrimonio ante el registro civil ya que tiene 2
requisitos: debe otorgarse por escritura pública y debe designarse expresamente a
los contrayentes.
b) El mandato judicial que debe efectuarse o mediante escritura pública o mediante
acta extendida ante el juez y suscrita por todos los otorgantes o mediante
declaración escrita del mandante, autorizada por el secretario del tribunal (art. 6° del
CPC)
c) El mandato que otorga la mujer para los efectos de enajenar bienes raíces
sociales. Artículo 1749 inciso 7º. Debe constar por escrito o por escritura pública, si
el acto requiere de esa solemnidad.
d) El mandato para enajenar bienes raíces que el marido esta obligado a restituir en
especie. Art. 1754 Inc 2° parte final. Requiere escritura pública.

Partes e intereses en el contrato de mandato


Las partes que participan en el contrato se llaman mandante y mandatario, se le llama
también “comitente” al mandante en el mundo mercantil. Mandante es quien confiere el
encargo y mandatario es la persona que acepta el encargo (apoderado, procurador, etc).
La gestion del negocio que se encarga al mandatario, lo normal es que sea en interés del
mandante, un negocio que le interesa al mandante, pero evidentemente puede ocurrir que
ese negocio también esté otorgado en interés incluso del mandatario o de terceros o ambos
conjuntamente. Artículo 2120.
Si el negocio interesa a un tercero, el mandante puede actuar con autorización del tercero o
sin ella. En el primer caso, habrá un verdadero mandato. Si el mandante actúa sin
autorización del tercero, se produce entre ambos el cuasicontrato de agencia oficiosa.
Si el negocio interesa sólo al mandatario, no hay mandato, sino un mero consejo que no
produce obligación alguna (Artículo 2119); salvo que se haya dado maliciosamente, pues
en tal caso da lugar a la indemnización de perjuicios. La fuente de esta obligación es el
delito civil.
Si el que propone a otro la gestión de un negocio ajeno no lo hace con la intención de
obligarse como mandante, no hay mandato sino que una simple recomendación de negocios
ajenos que no es mandato. (Artículo 2121).
Ahora, normalmente cuando se otorga un mandato en interés de terceros o del mandatario,
de alguna manera la disponibilidad de ese mandato se hace más compleja porque, por
ejemplo, supongamos que se celebra un contrato de compraventa sobre un bien raíz, ese
bien raíz está entregado a una hipoteca a un banco para garantizar un crédito que tiene el
vendedor. Entonces, cuando se celebra el contrato de compraventa se alzará esa hipoteca y
con cargo al precio se pagará el crédito, en ese caso, lo que ocurre es que el vendedor le
otorga un mandato al banco para que con cargo al precio que reciba, pague el crédito y
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eventualmente cualquier otra deuda que pueda tener como titular de la cuenta corriente o de
los productos que tenga contratado con el banco. Entonces, ese mandato que le otorga el
vendedor al banco en realidad es un mandato que le interesa sólo al banco, no al mandante,
para poder pagarse, en ese caso se dice que el mandato se torna irrevocable. La
jurisprudencia ha ido evolucionando y ha dicho que aún cuando solo le interesa al
mandatario, ningún mandato es irrevocable, pero en el fondo uno puede pactar la
irrevocabilidad del mandato y puede pactarse (en caso de los bancos) que la revocación sea
solo por escritura pública con cierta anticipación.
Otro ejemplo sería cuando una inmobiliaria compra un terreno, celebra un contrato de
promesa con el dueño y sujeta la compra a que se le apruebe un anteproyecto de edificación
en ese terreno (eso es lo normal), pero para tramitar eventualmente ese anteproyecto ante la
dirección de obras municipales, muchas veces el dueño le tiene que otorgar un mandato, ese
mandato le intersa principalmente al mandatario (inmobiliaria) aunque al mandante
también, pero fundamentalmente al mandatario.
Pluraridad de mandatarios: Artículo 2127. Pueden ser muchos que obren individualmente o
de consuno. La ley no ha establecido responsabilidad solidaria entre mandatarios (salvo la
comisión mercantil. Art. 290 C. de C.); sin perjuicio de que se pacte solidaridad entre ellos.
Y el mandante tendrá que determinar la forma de actuación de aquellos mandatarios, si lo
harán de forma individual o de consuno.

Capacidad de los contratantes


Respecto el mandante no hay regla especial, por lo que se aplica la regla general, vale decir,
que sea mayor de edad (18 años). Y en el caso de los menores adultos, 12 años las mujeres
y 14 años para los hombres.
Respecto del mandatario correrán también las reglas generales de capacidad, pero también
existe una regla especial que es el artículo 2128 que permite que el menor adulto sea
mandatario, es decir, que pueda ejecutar encargos desde ese punto de vista. Establece que si
es menor adulto sus actos no lo obligan frente a mandante y terceros, sino de conformidad a
las reglas generales, pero sí obligan al mandante y terceros. (En consecuencia, se podrá
accionar en contra del mandatario menor adulto en la medida en que se hubiere hecho más
rico).
El mandato y la representación
Lo primero a tener en cuenta es que el mandato es un contrato, la representación en cambio
es una modalidad en los negocios jurídicos que altera los efectos normales del acto
ejecutado por un sujeto de derecho, haciendo que las consecuencias patrimoniales del acto
celebrado se radiquen en un patrimonio distinto del que comparece al acto; por lo tanto, los
derechos y obligaciones se radican en el patrimonio del representado (Artículo 1448), más
no es un contrato, y de hecho la representación puede tener origen distinto al contrato
porque esta puede ser legal, convencional o incluso judicial.
En Chile puede existir mandato y no existir representación, esto está contemplado en el
Artículo 2151: La representación es un elemento de la naturaleza del mandato y no de la
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esencia del mismo. Esta norma autoriza al mandatario para que actúe a nombre del
mandante (o sea para que lo represente) y agrega que cosas comprende naturalmente esa
representación. Termina diciendo que para todos los actos que salgan de estos límites
requerirá de poder especial; por lo tanto, la representación es de la naturaleza del mandato.
La doctrina en esto se ha dado 20 vueltas para decir si es que la representación es un
elemento de la esencia del mandato, pero a partir de esta regla está conteste en que en
verdad se trataría de un elemento de la naturaleza del mandato. En el fondo esta norma
permite que el mandatario actúe a su propio nombre, es decir, que actúe sin la
representación. Por tanto, el mandatario ejecutará el encargo sí o sí por cuenta y riesgo del
mandante (es elemento de la esencia), pero sin representación, a nombre propio, en
consecuencia lo que ejecute el mandatario se van a radicar directamente en el patrimonio
del mandatario y lo que ocurrirá después es que el mandatario tendrá que traspasar esos
activos o esas obligaciones o lo que corresponda al mandante a través de lo que se llama la
rendición de cuentas.
Sin embargo, la profesora considera que la representación siempre es un elemento
accidental, es decir, hay que otorgar poderes de representación al mandatario para que éste
puede actuar en representación del mandante.

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