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Acomodarse
Acomodarse
Ah, la adaptación, es una maravilla y en un inicio era algo muy literal, pero
conforme pasaron los años, la adaptación también se adaptó y se hizo algo
más, mmmmm, como decirlo, más una experiencia mental, que algo físico,
de tal manera que ya no hay que adaptarnos al entorno y más bien la
adaptación termina siendo algo que experimentos con situaciones.
Para muchas personas esa diferencia es clara, pero para otras no, por
ejemplo, para mí, es muy difícil distinguir esa clara diferencia.
Por ejemplo, hace un par de meses, sufría de una lesión crónica espantosa
en la espalda, y por un año sufrí de un dolor tan horrible en la espalda
baja, que inclusive modifico mi postura y hasta el día de hoy me sigo
viendo chueca; pero yo me repetía en aquel momento, que me estaba
adaptando a una situación que no podía controlar, y que, si quería seguir
mi vida de forma normal, lo mejor sería la adaptación.
Sin embargo, eso no era adaptación, por lo menos para los demás, y más
bien eso era que me estaba conformando con una situación que yo podía
modificar con una visita al médico, alguna faja ortopédica, que se yo. Para
los demás yo me conforme con quedarme como estaba, sin hacer nada, sin
hacer cambios o que mi voluntad me ayudará a transformar esa situación.
No es raro que miremos hacia atrás y nos demos cuenta de que hubo una época
en la que no éramos conformistas. Soñábamos con llegar lejos, queríamos hacer
de nuestra vida algo memorable. Pero algo pasó y en algún momento, cambiamos
de rumbo.
–Noam Chomsky–
Claro que tampoco se trata de hacer más de lo debido, porque sí. A veces al tratar
de hacer más, se hace menos. Como dice el viejo adagio popular: “el que mucho
abarca, poco aprieta”. De lo que se trata es de poner un toque de excelencia en
todo aquello que hacemos cotidianamente, por pequeño que sea. De darle valor a
nuestras acciones, porque en cada una de ellas estamos dejando una huella de
nuestro paso por el mundo.
Bien, creo que esta respuesta no te será extraña si llevas leyendo algún tiempo mi
blog. La respuesta es: A través de la creación de nuevos hábitos.
La repetición puede crear en nosotros hábitos constructivos y hábitos destructivos.
Y no importa qué tanto tiempo llevemos con cierto hábito, siempre podemos
decidir cambiarlo y empezar a través de la repetición.