Biogeografía histórica Y su revolución en el estudio de la distribución de la biodiversidad
La conservación de la biodiversidad vegetal se ha vuelto un tema de suma importancia en las
últimas décadas, debido a que es un pilar fundamental para los ecosistemas y el medio ambiente. Una de las maneras de comprender la biodiversidad de las plantas es conocer el origen que ha llevado a la actual distribución de las especies, es decir, los patrones biogeográficos; y es de este estudio que se encarga la biogeografía histórica, tratando de desentrañar los motivos o factores que llevaron a las plantas a las distribución que poseen al día de hoy, principalmente mediante tres teorías: la dispersalista, la vicarianza y el efecto de las glaciaciones pleistocénicas; sin embargo, cada una de ellas se basa en diferentes enfoques, por lo que es necesario preguntarse ¿cuál es la más acertada o fiable? Y si en realidad el desarrollo de la biogeografía histórica como rama de la bilogía para conocer el origen de la distribución actual de las plantas es alta. México, de acuerdo con Vega (2008), se encuentra entre los 12 países más megadiversos del mundo, por lo que se ha centrado en conocer su alta biodiversidad de manera histórica, en base a tres ideas principales: la dispersalista, que afirma que la biodiversidad se ha debido su posición geográfica, es decir, que en el territorio se entrelazan 2 regiones importantes, la región neártica y la neotropical, y es debido a esta mezcla de flora y fauna, con algunas intervenciones de los elementos autóctonos que se produjo un gran número de especies en el territorio; otra teoría, la vicarianza, afirma que el endemismo como la diversidad biológica poseen una estrecha relación con la historia de la tierra y la historia de la biota, tanto que Rosen (1978) citado por Vega (2008), asume que México posee es gran diversidad biológica de especies y endemismos debido a la compleja historia tectónica desde finales de la era mesozoica; la tercera teoría señala que México se encuentra posicionado en una zona que ha estado relacionada a cambios paleoclimáticos y también tectónicos, por lo que cada sucesión de eventos de retroceso y avance de los glaciares causó la contracción, diferenciación, aislamiento y especiación y consecuentemente el incremento en la riqueza de la biodiversidad. Cuando se habla de la geografía de las plantas, es común encontrarse con el término de fitogeografía o geografía histórica, como Wulff (1950) la llama, esta ciencia, según el autor, estudia la distribución de las plantas basándose en sus áreas pasadas y presentes, lo que, unido a la elucidación de la historia y origen del desarrollo de la flora, proporciona la clave para comprender la historia de la biota. A lo largo de los años, los botánicos han hecho uso de dos patrones para el estudio de la distribución de los seres vivos, siendo estos las zonas de vida y las regiones, estos involucran la observación de tendencias de cambios desde grupos de formas de vida o fisonomías, y el reconocimiento de las regiones biogeográficas a través de la discontinuidad y correspondencia en la distribución de los seres vivos. En la actualidad, la biogeografía histórica se ha visto influenciada por tres principios o corrientes: la tectónica de placas como paradigma dominante en ciencias geológicas, la sistemática filogenética como lenguaje básico de la biología comparada, y una percepción en donde no se admiten factores provocantes de áreas de distribución de los organismos. A pesar de la estructura que presenta cada teoría, es indispensable calificar su aplicación en trabajos prácticos, uno de los trabajos más importantes en cuanto a aportes de conocimientos acerca del tema, es la de Rzedowski, que trata sobre el origen del elemento endémico y las relaciones de la geografía con los posibles orígenes de la flora mexicana. Debido al poco desarrollo de la biogeografía como ciencia en su propio derecho, con la facultad de proponer y a la ves resolver problemas, es posible señalar que las teorías mencionadas, aún están en una gran controversia en cuanto a su eficacia y exactitud en la obtención de resultados, sin embargo, la biogeografía puede llegar a ser una ciencia teórica y predictiva de las distribuciones de la biodiversidad en general, con las herramientas y elementos necesarios para su logro; por otro lado, la elección del método que se emplee, dependerá mucho del objetivo del estudio y de los resultados que se esperan, por lo que se puede hacer uso de una combinación de los métodos propios de cada principio o teoría. Aunque, de acuerdo con la corriente de Reloj molecular, la teoría dispersalista a larga distancia ha desempeñado un papel central en el establecimiento de las distribuciones actuales, de manera más significativa que la tectónica de placas.
Bibliografía
Vega, Isolda. "Aplicaciones De La Biogeografía Histórica A La Distribución De Las Plantas Mexicanas".
Revista Mexicana De Biodiversidad, no. 79, 2008, pp. 217-235., http://revista.ib.unam.mx/index.php/bio/article/view/523. Accessed 10 June 2021.