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Asignatura: Humanidades
Año: 2021
Introducción
Ante los conflictos agrarios, el Congreso Nacional aprobó la Ley 200 de 1936 que
buscaba darle a la propiedad un nuevo marco legal, a pesar de que muchos de
sus opositores la calificaron como un atentado contra la propiedad particular. Esta
Ley presumió de propiedad privada los terrenos poseídos por particulares,
entendiendo por posesión la explotación económica del suelo; presunción que
comprendía también las porciones incultas adecuadas para la explotación del
predio. Presumió baldíos los terrenos no poseídos o no explotados
económicamente. Estableció que la propiedad privada se acreditaba por títulos
originarios y títulos inscritos, en que constaran tradiciones de dominio por un
período no menor a 30 años, término que señalaba la ley para la prescripción
extraordinaria.
La Ley 200 estableció la extinción del dominio a favor del Estado sobre las tierras
incultas, si no se cultivaban durante 10 años continuos a partir de su vigencia.
Esta extinción no obraba para predios menores de 300 metros cuadrados. Que
fueran la única propiedad rural de una persona, ni para predios que pertenecieran
a personas incapaces o menores de edad. Estableció la prescripción adquisitiva
de dominio a favor de quien explotara durante cinco años continuos un terreno de
propiedad particular, inculto en el momento de la ocupación.
CONCLUSION
Dentro del análisis expuesto pudimos comprender las principales reformas
agrarias que se han puesto en marcha en Colombia, Siendo estas reformas
agrarias un instrumento, a la vez que una estrategia para el desarrollo rural,
Colombia se dedicó en los últimos cuarenta años a implementar un modelo de
desarrollo rural sin acceso a la propiedad rural, y con pocas fortalezas para
garantizar los derechos de propiedad. Se realizó así un desarrollo rural
instrumental con enfoque productivista, sin una estrategia de transformación de las
estructuras políticas y sociales en el campo, y menos con una propuesta de
articulación ordenada, equitativa y sostenible entre el campo y la ciudad. Lo
urbano y lo rural se engendraron como dos polos opuestos y contradictorios, en
lugar de una dupla articulada que podría potenciar el desarrollo sin conflictos. El
criterio de entregar tierras de alto costo a campesinos con altos índices de
analfabetismo, sin redes sociales organizadas, carentes de capital social,
atendidos por organizaciones públicas con altas dosis de ineficiencia y corrupción,
actuando con criterios centralistas y en defensa de intereses no públicos, acabó
con las posibilidades de transformar el sector rural y que hasta la fecha ese
problema no se ha podido solucionar, tambien podemos concluir que las reformas
agrarias que se han implementado en colombiana han tenido ciertas debilidades lo
cual las a llevado a ser ineficientes por los conflictos de interes o por la presión
ejercida por los grandes terratenientes, algunos políticos y los grupos armados
ilegales que no permiten una adecuado distribucion de tierras no u desarrollo
agrario sostenible.