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Bases Biblicas de La Etica James e Gilespdf Capitulo 6 y 7
Bases Biblicas de La Etica James e Gilespdf Capitulo 6 y 7
LA ETICA DE JESUS
INTRODUCCION
El Anti guo Testa mento termin a con Malaquía s, y ha y un int er-
va lo d e uno s 400 años que ha sid o llam ado "a ño s de silencio",
porqu e no hub o en él nin guna voz prof ética de Dio s para la hu -
manid ad. En esta épo ca mu cho estaba pas ando en el mundo. La
cultura griega gozó de un a influ encia signifi cant e bajo los grand es
filósofos, tales como Sócrates, Platón y Aristót eles. Habí a sistema s
é ticos y filo só ficos que nacieron y flor ecieron en varios p aíses.
Cri sto y su s seg uid ores seg ura1nent e sinti eron la influ enc ia de
es tos 1novimi ento s, y cier tame nt e Pablo tu vo conta cto con ellos en
sus viajes mi sion eros para extender el evange lio en el prim er siglo.
Roma llegó a dominar al mund o en un sentido políti co y ejerció
un poder ex tenso en las pr ov in cias dond e el cristiani s1no tu vo su
origen. Las carr eteras ro1nanas sir vieron para transportar y lleva r
a los mensajero s del eva ngelio a las ciud ades prin cipales d e Asia
Menor y la ley roman a ejercía autoridad sobre todo s.
A este n1undo vino Jesús, un judío , con un men saje para tod os.
El estudio d e la historia de los judí os, de la cu ltura de los gri egos y
del Imp erio Ron1ano no s ay ud a a compr end er mejor es te perío d o.
El judaí s1no se d esarrolló en este p erí odo int ert estam entario, y
adoptó un a cara cterística lega lista con la qu e Cristo lu chó en su 1ni-
ni sterio. Las leyes minu ciosas, los códi gos y la tradici ón d e los
rabí es sub stitu yero n a las enseñanzas de la Ley, d e los pr ofetas y
d e la po esía, qu e h en1os es tudiado en lo s cap ítulo s anteriores.
Jesús hizo énfa sis en los prin cipio s básicos de la relación entre Dio s
y el ser human o.
l. ¿JESUS FUE UN LIDER RELIGIOSO
O UN FILOSOFO ETICO?
En el tran scurso de la hi storia ha habido personas qu e han tra-
tado de separa r las en seña nzas éticas de Jesú s de las religiosas, y
en es ta m anera hacer de Jesús simpl ement e un ma estro d e la ética.
Una expr esión popular de es ta id ea es la declaraci ón qu e debemo s
tom ar las enseñ an zas éticas d e Jesús e intentar seguir su ejemplo
123
124 BA SES BIBLICAS DE LA ETICA
con relación a sus act os d e compasi ón, y d ejar a un lado todo lo de-
más . Dicen qu e si pudi éramos tomar sus ensefianzas éticas y mo -
rales e implem entarl as en la socie dad , ent onces eso es tod o lo ne ce-
sario para mejorar el mun do.
Otros quieren hacer d e Jesú s solamente un m aestro re ligioso.
Los judíos contemporán eos con él lo llam aron "maestro" y "rab í".
Cie rtam en te Jesús estaba familiari za do con las doctrinas del jud aís-
mo y de las varias contr ove rsias entr e lo far i eos, los saduceos y
los herod ian os. Pero ve m os que Jesús rec hazó mu cho del leg alis-
n10 en las expresiones del judaísmo de su día.
Jesús dio supr em a im po rtan cia a un a expe rienc ia religio a corno
la base pa ra vivir bien. Van1os a consid erar má s a fondo este con-
cepto poste rior m ent e, pero podemo s ha cer hincapi é en la impo r-
tancia de ver qu e Jesús fue un líder re ligioso y un maes tro de la éti-
ca. Ha y elem ento s de ut ilitarismo, esto icismo y ha sta hedoni sm o
en las enseñanzas que nos di o, p ero no podemo s lim itarla s a un so-
lo sis tem a. Las enseña nzas de Jesús cont ienen elem ent os qu e en fo-
can el fin de fines, cara cterística d e una ética teleológi ca, pero a la
vez hac e hin capié en los medio s ace ptabl es para alca nza r esto s
fines, asunto importante en sis tema s d eontol óg icos en la ética. H ay
tres po sibles posicio nes con relación a estos con cep tos. l . La teor ía
d e elimina ción in s iste en qu e n o hay co m patib ili dad entr e la
religión qu e Jesú s promulgó y sus enseñan zas éticas. 2. La teoría d e
abso rción insis te que los do s concep tos se absor ben en un o. 3. La
teoría de sup lement ación, como el nombr e indica , qui ere d ecir que
la una sup lem enta a la otra. El punt o d e vista del autor es la supl e-
mentación , au nque ha y argume nt os fuertes para indi car que las
dos son abs orbida s en un a.
Segur am en te Jesús introdujo en el mundo concepto s nu evos y
revolucionarios al da r sus enseñan zas. Aunqu e había ne xos con la
reve lación an tiguo tes tame nt aria y Jesús demo stró un resp eto pro-
fund o por la ley mo ral, no vac iló en sepa rar se de los enfoque s le-
gali stas de las enseñanzas especí ficas en la Ley . Sin embar go, el
Sermón d el mo nt e conti ene va rios versíc ulos para ilustr ar que las
ensefian zas de Jesús van mu cho más profund o qu e la Ley. Llegan
a tocar el p ensan1 ien to como el emb rió n qu e flore ce en el ac to.
Enfo có el 1notivo en el comportami ent o como facto r de vital imp or-
tancia . Jesú s progresa d esde la Ley par a alca nzar nive les mu cho
más altos d e los qu e había alcan zado la Ley.
11. JESUS Y EL REINO DE DIOS
l . Un concepto prominente
El reino d e Dios es un concept o céntri co en las enseñanzas d e
Jesús. Jesús hace dos referencias a la iglesia en los Eva nge lios, pero
La ética d e Jesús 125
1 H en lee Barn et te, Introdu cing Christian Ethics (Na shville: Broad m a n
Press, 1961), p. 46.
2 "La Ig les ia y e l Es tado a la Lu z d el N u evo Tes tam ent o", A lan
Rich ardso n y W. Schi o, ed it ores, Aut oridad de la Biblia en el Día A ctua l
(Bu enos Aires: Ed itorial La Aurora , 1953), p . 183 .
•
126 BASES BIBLICAS D E LA ETICA
3 C hri s toph er H aJl, "Stubb orn Hop e", Chris fianity Today, 11 d e enero de
1993), p. 32.
La ética de Je sús 127
4 C . H. D odd , The Parables of the Kingdom. Nueva York : Scr ibn er 's
Publi sh ers, 1961.
5 Rudolf Bultmann , Jesus and the Word (N u eva York: Sc ribn e r ' s
Publi sh ers, 1958), p . 35.
128 BASES BIBLICAS DE LA ETI CA
6 Tod Con n or, "Is the Earth Alive?", Christianity Today, 11 de enero de
1993, pp. 22-25.
130 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
7Richard B. Cunnin gha m, The Christian Faith and It s Cont emporary Ri vals
(Nas hville: Broad m an Press, 1988), p. 93.
La ética de Jesús 131
re gla , ne gati va o positi va, y una lista d e debere s, tendr emo s que
bu sca rla s en otra part e.
2. Una ética con enfoque interno
Jesú s tomó los Die z Mandamientos, que tienen que ver con res-
ponsabilidades hacia el prójin10, e hi zo un enfoqu e en las actitudes
interna s que producían el homicidio , el adulterio, la mentira y el
robo. Jesú s sup o qu e si pod em os contr olar las raíc es d el comporta-
mi ento m alo, ento n ces no tendremos que tratar con per sona s qu e
han violado esto s 1nandamientos . Jesús no s llamó a la con sid era-
ción del motivo d e nu es tro compor tami ento ; lo cual int ernaliza el
proce so de determinar lo bu en o y lo malo .
No estamos diciendo que Jes ú s pa só por alto el acto externo .
Ciertamente consideraba el ase sinato, el adulterio, el robo y el falso
testin1onio como actos que merecen condenación y castigo. Pero él
intentaba resolver lo s problema s de l eno jo, la lascivia, la cod icia y
el perjurio antes de que se cometiesen tal es actos. Las bi en ave ntu-
ran zas (Mat. 5:1-12) elogian la s v irtud es qu e tien en qu e ve r con
act itud es encima d e las que reflejan comp ort ami ent o ex tern o . En
Mate o 23:23 llama a la ju sticia, la miseri cordi a y la fe como los ele-
m ento s má s ünport ant es de la ley.
3. Una ética positiva
El inundo antiguo v ivía bajo la son1bra d e mandam ient os n ega -
tivos, prohibi cion es y regla s para escapa r d el dolor, el cas tigo y la
ira d el se r di vino. Los Di ez Mand a mient os contienen la palabr a
"no" an tes de ca da verbo. El Cód igo d e H a murabi tiene leyes apo-
dícti cas, qu e pr ese ntan la condi ción "si el h ombr e co1netiere tal ac-
to, el cas tigo será ..."
En contra ste , Jesú s bu scó la man era d e enfo car el elem ent o posi-
tivo en sus enseñanzas. La literatura rabínica ten ía la reg la d e oro
en forma ne ga tiva: "Lo que aborreces, no lo ha gas a nadi e." Jesú s
pr ese ntó la mi sma id ea en for ma po siti va: "Así qu e, todo lo qu e
qu erái s que los h ombre s hagan por voso tro s, así tambi én h aced por
ello s, porqu e esto es la Ley y los Profetas" (Mat. 7:12). Aco n sejó a
un a per sona ofendid a a tom ar la ini cia tiva para reconciliarse con el
h ermano (Mat. 5:23-26). Llamó a lo s cr istian os a vivir en forma po-
sitiv a y no n ega tiva: ''Porqu e os di go qu e a menos qu e vu es tr a ju s-
ticia sea may or que la de los esc rib as y d e los fariseos , jam ás en-
traréi s en el reino d e los cielo s" (Ma t. 5:20).
Jesús no s llam a a tener entu siasmo para lo bu en o. Esto se ilustr a
en la parábola del d emoni o echad o d e la casa; cuand o la casa qu e-
dó vacía, entr aron otros siete dem onio s pe ore s, d ejando el es tad o
final de la casa peor que ant es (Mat. 12:44). Una religión n ega tiva
crea pesimi smo; el entu siasmo por lo positivo es contagioso.
132 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
Jesús enseñó que el ser hum ano reci be el perdón de Dios en pro -
por ción a su capacid ad de perdonar al herman o: "Porqu e si perdo -
nái s a los hombr es sus ofensas, vue stro Padr e celes tial tambi én os
p er donar á a voso tro s. Per o si no perdonáis a los hombr es, ta1n-
poco vuestro Padr e os p erd onar á vu es tras ofensas" (Mat. 6:14, 15) .
La capacidad de perdonar no se consid erab a virtud en el mund o
antiguo; m ás bien pr edomin aba el prin cip io d e "ojo por ojo, dien te
por dient e".
No podemo s pasa r por alto la norm a de Jesús: "Es lícito hacer
bien en sábado", y p odemos amp liar es te prin cipi o para llamar nos
a vivir así todos los día s. La vid a cri st ian a consiste en bu scar la
1nanera de ministrar a toda persona , según su necesidad. Pued e
ser el acompañar a uno en el ho sp ital mi entra s un familiar está so-
m etido a una int erve nción quirúrgica. Puede ser el detenerno s en
la carretera para ay udar a alguien a camb iar una rueda. Puede ser
el pre star una mano par a ayudar a un ancia no que está cruzando la
calle. Los actos po sitivo s pueden neutralizar la n1aldad que se per-
cibe en todo s lado s.
4. Una ética con recompensa para el presente y el futuro
vosotro s los uno s a los otro s. En esto conocerán todos qu e sois mis
discípul os, si tenéis am or los un os p or los otr os" (Juan 13:34, 35).
El mand ami ento de am ar a los herm anos en la fe ha pr odu cid o
un a relación d e compañ erismo entr e los cristianos qu e ha impr e-
sion ado a los incon ve rsos durant e los siglos. En esto se ve el pod er
transform ador d el eva ngelio. Entre famili ares, entr e veci nos, entr e
per sona s d e clases sociales con dif eren cias notabl es, el am or d e
Cristo ha di su elto di ferencias radi cales para reempl aza r el od io con
el amor. Es to se ve esp ecia lm ent e entr e los cri stianos d e razas y
nacion es di stint as cuand o se reún en para congresos. Las p ers on as
qu e han recibid o el amor de Dio s comp art en ese am or con otros, y
llega n a form ar un a famili a d e cri stianos qu e se am an .
3. El desafío de la perfección
Cri sto d esa fió a los cri stian os: "Sed, pu es, voso tros p erfectos ,
com o vu estro Pad re qu e está en los cielos es per fecto" (Mat . 5:48).
La palabr a "perfecto" en griego es teleios 5046, la cual significa "com-
pl eto" en los vari os sentid os d el desa rr ollo físico, emocional y es-
piri tu al. Esto pu ede abar car la m eta de log rar un a pe rfección en
toda faceta d e la vid a. En el p asa do, algun os grup os han int erpre-
tado es te m andam ien to en el senti do de la pe rfección m oral, y han
enseñado qu e el cristiano, desp u és d e conve r tirse, tiene que lucha r
para log rar un a pe rfección tal qu e llega a estar encima del pecado y
exe nt o del mi sm o. Alguno s la llaman "la santifi cación ", y creen
que es un a segun da exp eriencia pos terior a la conve rsión. Esta es
un a int erpr etación err ónea d el concept o.
El id eal d e Jesús p ara cad a persona es alcanzar esa m adure z qu e
le pr ep arará p ara actu ar en un a m anera apropi ada en toda circun s-
tancia. Esto abarca el control d e las em ociones tant o como del as-
pec to volitivo de uno. Qu iere decir qu e un o está en contr ol de su s
facult ades m ent ales hasta tal pu nto que no va a tomar decisio nes
pe rju diciales ni actu ar en for m a precip itada. Ejerce el cont rol sobre
las influ encias de Sata nás, y sabe dec ir qu e no a la tent ación. No se
encuen tra en circun stancias qu e comp ro m etan su tes timonio.
Jesús nos d ejó un buen ejemplo por m edi o de su vida, el cual el
hombre p uede segui r para llegar a ser bu eno. Aunque no hay re-
glas fijas, es cierto qu e al estu diar el ejemp lo de su vida y su s ense-
ñanzas en el N uevo Tes tam ent o, el cristiano tiene un a idea mu y
clara de lo que es el am or obedi ente, y lo que es la vol un tad d e
Dios. Una fe en Cris to y el am or hacia Dios y el prójimo trae los re-
sult ad os de la pur eza de corazó n, la sincerid ad , la hum ildad , el de-
seo d e perd onar, el am or hacia los enemi gos, la m iserico rdia y la
justicia en las relacion es, la honra dez en pa labr as y actos, la pur eza
sexu al, el bu scar los teso ros espiritu ales p or sob re los tesoros m ate-
riales y la comp asión hacia los neces itados. La buena vida consiste
138 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
Ver Brian H ebblethwa ite, Christian Ethics in the Modern Age (Filad elfia:
8
Wes trnin ster Pr ess, 1982), pp. 24-30.
9 l bíd., pp . 30-32.
140 BAS ES BIBLICAS D E LA ETI CA
sición y la pur ga d e la bruj ería en siglos pasa dos. Ber trand Ru ell
(1872-1970) filósof o a teo d e renombr e 1nundi al, siempr e ataca ba el
cristianism o por su recha zo de y resistencia a los avan ces d e la
ciencia y de la int eligencia. Pr eg unt an cómo las enseñan zas que
profesan elog iar el an1or entr e los seres hum anos pu eden pr omo-
ver la cru eld ad, el pr ejui cio y la di scrimin ación . Los críti cos atacan
la fe como base pa ra la m oralid ad, y pr efieren el u so de la int eli-
ge ncia, la razó n y la be nignid ad, ap art e d e una base teocé ntri ca 10
Otro s atacan ]a ética de Cri sto po r su creencia en la d octrin a de
la expi ación, la idea qu e un o necesita pe rd ón d e los peca dos, po r la
doc trin a de la inmort alid ad , y por su expli cación de l p or qu é de l
sufrimi ent o y la existencia d el mal. Algun os son ateos porqu e di -
cen que un Di os d e amo r no pe rmitirí a tales trage di as.
2. La crítica que la ética de Jesús es anticuada
Algu nos criti can la val id ez d e las en se ñan zas d e Jes ú s p a ra
nu estro día , dici end o qu e son anti cu adas para person as del siglo
XX. Pr eguntan ellos: ¿Cóm o pueden ten er va lid ez para no so tros
las ense ñanzas de un a persona qu e vivía al otr o lado d el inund o
hace casi 2.000 añ os, qu e nun ca salió de su propi a región, y no tu vo
qu e lu char con la comp lejid ad d e con venios entr e na ciones en las
e feras p olíticas ni eco nómi cas?
Al leer los Evangelios, no s impr esion a la sencillez d e la vid a en
aqu el ent onces. Jesús nació, vivió y mur ió en Palestina , un a región
limit ada d e un os 65 km . d e ancho y un os 160 km . de larg o en el
Ce rcano Ori ent e. N o existían los 1nedio s modern os de comuni ca-
ción ni de tran sport ación. Las pe rson as viv ían de los pr odu ctos lo-
cales qu e se pod ían cultiv ar y fabri car con las herr ami ent as primiti-
vas de aqu el en tonces. Las ilu stra ciones qu e Jesús utili zaba en sus
enseñanzas reflejan la vid a y la ment alidad d e la ge nt e sencilla .
Pregu nt an algun os: ¿Qu é va lid ez hay en toda s es tas enseñanzas
pa ra el jove n qu e trabaja en una compañ ía in terna ciona l con ofici-
nas en las ciud ad es prin cipal es del mund o? Sus circun stancias on
compl etam ent e di stint as de las del hijo m enor y el hijo n1ayor en la
pa ráb ola de l hij o pró di go . Jes ú s vio a las p er sona s co n enf er-
medades fís icas y mi ni stró a ellas en for m a m ilag rosa, sana nd o
muc has de ellas instant áneam ent e. Hoy en d ía estos enferm os ten-
drían que ser lleva do a los centros de sa lud d onde ser ían some ti-
dos a nume rosos exá men es y p roced imi ento s pa ra establece r un
d iagnóstico y des pu és determin ar un tra ta mi ent o.
Es ciert o qu e las circun stancias de ho y son mu y di stintas d e las
del día de Jesús. Pero la na tur aleza hum ana no ha cambi ado. Los
m ismo s deseos carn ales qu e cara cteri zab an al hijo pr ódi go es tán
10 Ibíd., p. 50.
La é tica de Jesú s 141
11 R. E. O . Whit e, Christian Ethics (At lant a: John Knox Pr ess, 1981), p. 82.
12 lbíd., p. 83.
La ética de Jesús 143
13E. F. Scott, The Ethical Teaching of fesus (Nu eva York: The Macmillan
Co. , 1957), p. 189.
La ética de Jesú s 145
los, p ero ha llega do a ser una leva dura pod ero sa para afectar en
forma po sitiv a las estructuras d e la soc iedad.
El consu elo de la reco1npen sa en el cielo qu e Jesú s ofr ece a su s
seguidores h a sido crit ica d o fuert em ent e por Walter Kauffman ,
profesor de filo so fía en la Un ive rsid ad d e Princeton por 1nucho s
año s. El come nt a que la actitud del m aes tro budi sta es má s apro-
piada, quien dijo qu e p referir ía ir al infi ern o p ara comp artir los su-
frin1i en tos de lo s qu e están allí. Es to se ría la abn ega ción ver-
dad era.14
5. La crítica que la ética de Jesús era para una época pasada
Varias per so n as han visto en la s en se ñan zas de Jesú s n onn as
locales y temp orales que no tienen va lid ez para nosotros. En el
siglo p asa d o Johan nes Wei ss, erudit o neo tes tam entari o, insistió en
que las en señanzas de Jesú s fueron influida s por sus idea s esca to-
lógicas y fueron enseñanzas de eme rgencia, tales como las que se
necesitan d u rant e un a crisis como la gu erra .
Alber to Sch weitzer, gran músico, m éd ico mi sio n ero y teólo go
destacado entre lo s lib erales, escribió su lib ro, The Quest of the
HistoricalJesus (La búsqueda del Jesú s de la histor ia), en el cual dice
que la ética de Jesús no tien e pertinencia par a nosotros, porque era
una legi slac ión de emergencia que ya no es vá lida, porque los se-
guidores de Jesús espe raban erró neame nt e el fin del orden act u al
del mundo en su día .
Es difícil determinar ha sta qué punto la escatología form a parte
de las enseñanzas éticas de Jesús. Seguramente la esca tología n o
era el factor principal alrededor del cual giraba toda otra enseñan -
za. No podemos aceptar que la gran mayoría de las en seña n zas de
Jesús eran para un ínterin breve antes de la segu nd a ven ida, la cua l
esperaban que acontec iese muy pronto después de su ascens ión.
Más bien eran para todos los años futuros que Dios quiere dar a la
humanidad antes de la segunda venida y la consumac ión de la his-
toria . Jesús llama a los seres humanos a aceptar sus en señanzas
porque les indica la volu ntad divina, que no puede cambiar , y con
las cua les se transforma la sociedad.
6. La crítica que la ética de Jesús es imposible de alcanza r
Otros admiten que las enseñanzas de Cr isto represe nt an los de-
safíos más altos que el ser humano puede recibir , y a la ve z conce-
den que son imposibles de alcanzar . Dicen que el hombre d e neg o-
cios estaría en bancarrota mu y pronto si tratara de vo lver la otra
mejilla y de ir la segunda mill a en cada circun stancia que se le pre-
sen te. El políti co nunca sería elegido si no hiciera promesas qu e los
ciud ada no s espe ran, no imp ort a si cree poder cun1plirla s o no.
Reinhold N iebuhr , teólogo d es tacado d e entre los n eoo rtodo xos,
solía llam ar las enseña n zas de Jes ú s id ea les posibles qu e son im-
po sibl es d e alcanzar. Hablaba de las p osibilidad es que so n impo -
sibles d e rea liza r cuando se refería a la impl en1ent ación de las nor -
mas que demandaban la p erfección, la verd ad abso luta , la justicia y
el p erd ón p ara los ene1nigos .
Es cier to qu e las d em and as d e Jesús son mu y altas . Por eso, nos
llam an al ar rep entimi ento cons tant e p or lo s p eca d os qu e com e te-
mo s. A la vez crea n un a tensión san a en nue stras vid as y las in sti-
tu cion es para h acern os ver que no s falta mu cho para imp len1en tar
los id eales en forma perfecta. Pero esto es lo que n os desa fía con su
pertinencia.
CONCLUSION
El es tudi o d e las en sefian zas éticas de Jesú s n os inf orma, no s
aclara con relación a nu es tros debere s y nos de safía para int ent ar
pon er en prá ctica lo que Cr isto en seña . Reco rd em os que so n nor-
1nas para el ciud adan o del rei no. Son prin cipi os altos y difíciles d e
alca n zar, p ero son p ertin ent es p ara in spira rn os a lu ch ar por alcan-
za r las 1netas.
El cri stiani smo ha tenid o un imp ac to poderoso en el mund o en
la esfe ra moral. Au nqu e h a habid o ex tremis tas que h an m alint er-
pretado lo que Cr is to quería enseñar , la gran n1ayoría d e las en se-
fianzas que han sid o impl em ent ad as h an se rvido p ara en riq u ecer
la vi d a human a y m ejorar las condi cion es en qu e viv im os. Nos
con v ien e con1pr ome ter n os d e nu evo a acep tar el de sa fío d e se r
seg uid ores de Cr isto e impl em ent ar su s enseña n zas en forma p er-
so na t socia 1 e in stitucional.
7
LA ETICA DE PABLO
INTRODUCCION
Las enseñ an zas éticas de Pablo enfo can los d eberes p erso nales
d el cri stiano en la moral qu e florecerán de un a exp erienc ia p erso-
n al con Cristo, y tamb ién en señanzas p ara ay udar al cristian o en
tod as las relacion es, in clu sive el matriin onio y el h oga r, los n ego-
cios, las relacion es soc iales y las responsabili da d es hacia las aut ori-
d ad es civiles.
Algun os han criti cad o los escrito s d e Pablo, di cien do qu e él to-
mó las en seña n zas sen cillas de Jesú s y las tran sforn1ó en de clara-
cion es teológ icas mu y p ro fund as y m ás compli cad as d e lo qu e de-
bieran ser. Por eso, di cen, Pabl o contribu yó a la confu sión de l cri s-
tianis m o en vez d e a su clarificación . O tros ataca n a Pablo, dicien-
d o qu e era "m achista", qu e meno spr eciaba a las muj eres, qu e d es-
pr eciaba el m atrüno nio .
Pablo h a su frid o en los ú ltim os años d ebid o al m ov imi ent o d e la
liberación fem enin a y un repudi o d e las p erso nas qu e h ablan aut o-
rit a tiva m ent e so br e re lac ion es en el m atrim oni o sin h aber viv ido
las exp eri en cias invo lucrad as en ser cón yu ges y p adr es d e famili a.
Pero esto es ju zga r a Pablo inju stam ent e. H ay qu e tomar en cu ent a
su fervor p or ava n za r el eva nge lio y su convicción qu e el tie1npo
era cort o.
Ta mbi én , ten emo s qu e co mpr end er las en seña n zas d e P ablo
d esd e el án gulo d e su p repa ración y d el fond o d e su exp eri en cia
religiosa . Pablo h abía tenid o grand es ve nt ajas en su pr ep aración
int electu al, m oral y espiritu al. El mi smo tes tifica d el hecho d e qu e
h ab ía estudiad o bajo los 1nejor es pr ofeso res d e su d ía. Pablo con o-
cía bien la filoso fía gri ega, jun to con el jud aísm o y las religion es
mí sticas.1 Ma rshall atribu ye a las en señanzas d e Pablo la intr odu c-
ción d el cri stiani s1no en la soc ied ad europ ea, y as í ay ud ó en la
colocación d e los cimi ento s d e lo qu e con1únm ent e llamamos la ci-
147
148 BASES BIBUCAS D E LA ETICA
vilizac ión cristiana. 2 Afirma que el cri stianismo ha sido la influ en-
cia moral m ás poder osa que el mundo ha conocido, y esto se debe
en p art e al celo y trab ajo d e Pablo.
l. LA BASE TEOLOGICA DE SU MENSAJE
hombr e de mí! ¿Qui én 1ne libr ará de este cuerpo d e mu ert e? ¡Doy
gracia s a Dio s por medio d e Jes ucristo nu estro Señor! Así qu e yo
1nismo con la mente sirv o a la ley de Dio s; pero con la carne, a la
ley del peca do " (Rom. 7:24, 25).
La incertidu1nbr e del p ape l de la ley y su rel ación con la nueva
fe en Cristo era un pr obl em a p ara los cristianos d el prim er siglo.
Ya qu e mu chos de los prim ero s creye nt es era n judí os que habían
guardado la ley, les era difícil d eshacerse de la tradi ción que era
part e d e su cultur a. El conc ilio en Jerusalén (Hech . 15) int en tó re-
solve r este probl e1na entr e los prim eros cristian os gentil es, pero
parece qu e era un terna de contr overs ia hast a que el cri stiani sm o
hizo su rom pimi en to comp leto con el jud aísm o.
Pablo enseñó que el cristiano ya no es tá bajo la ley, sino bajo
Cri sto y su relación con él p or medio del Espír itu Sant o: "Pero
ahor a, habi endo mu erto a lo qu e no s tenía sujetos, hemos sid o lib e-
rad os de la ley, para qu e sirva mo s en lo nu evo del Espíritu y no en
lo antiguo de la letr a" (Ron1. 7:6). Su perspectiva d e que el cris tia-
no es tá frente a un panorama compl etament e nu evo se ve en la de-
claración: "De mod o que si algun o está en Cris to, nueva criatur a
es; las cosas viejas pasaron; he aqu í todas son hechas nuevas " (2
Cor. 5:17).
Pablo es tá diciendo que los control es externos al ser hu1nano no
son sufi cien tes para hacerlo bueno ; los controles del Espíritu Sant o
sí le ay udan para viv ir cor rectament e. El vivir la vida cristiana no
con sis te en segu ir un manu al de di scip lin a, como algun os han
int ent ad o hacer del cr istiani sm o. La ley con su s prohibicione s,
sum ando más de 600 si cont amos las contribu ciones de los rabinos
durante los siglos antes de Cris to , representaban un a carga que
promov ía el lega lisrno entr e las perso nas en el d ía de Jesús y de
Pablo. Ellos rechazaron la lista de con dena cion es y favorecieron la
libertad bajo el contr ol del Esp íritu Santo.
111.LA RELACION DE LA RELIGION
Y LA ETICA EN PABLO
El punto de vis ta de Pab lo es que los m ales mor ales y sociales d e
la cultur a de su día se debían a la falta de un a religión que afec tara
el comportamiento diario de la persona . En las religiones mi ste-
ri osas no había relación entr e el sen tido de reverencia hacia lo divi -
no y su imp acto sobre la vida. En cam bio, ya hemo s visto en el An-
tiguo Testamento qu e la relación ver tical con Dios tr ae com o conse-
cu enci a un a vid a moral que cumpl e con los m and ami ento s d e Dio s
y que bu sca la justicia en toda s las relacion es hum anas. A la vez
vim os que Cristo enseñó que el entrar en el reino de Dios resu ltaba
en la impl em ent ación d e las di sciplina s qu e eran comp atibles con
lo qu e Cristo vivió com o ejemp lo. El mensa je de Pablo concu erd a
La ética de Pablo 155
afeminados, ni los homo sex ual es, ni los ladrone s, ni los avaro s, ni los
borracho s, ni los calum niadores , ni los estafadores, heredarán el rein o
de Dio s. Y es to erai s algunos de vosotros, pero ya habé is sido lavado s,
pero ya sois santifi cados, pero ya habé is sid o ju stificado s en el nombre
del Señor Jesucr isto y en el Espíritu d e nu es tro Dios (1 Cor. 6:9-11).
ve ra. Por eso, el temor d e Dio s no s cons triñ e para vivir en la mejor
manera posible.
2. La inmortalidad como motivo
Pablo motiva a los cri stiano s a vivir un a vida pur a en el sentido
moral por la seg uridad d e que tienen un a herencia eterna en los
cielos . Para re1natar su enseña nza cita un di cho común del día d e
Isaías y qu e se esc u ch aba mu cho entr e lo s epi cúr eos del día d e
Pablo: "Si los muertos no resucitan, ¡comamos y beba mo s, qu e ma-
ña na moriremo s!" (1 Cor. 15:32). Pablo utili zaba es ta ref erencia pa -
ra afirmar en form a m ás dramáti ca el hecho que sí hay resurr ec-
ción. Su fe en la res urr ección le lleva a d esafiar a los cristiano s con
relación a su comport ami ent o: "Así qu e, herm anos míos amados ,
es tad firmes y constantes, abundando siempr e en la obra de l Señor,
sabie nd o que vuestro arduo trabajo en el Seño r no es en va no" (1
Cor. 15:58) .
Se debat e la inmortalidad , y la influencia crecient e de los natu -
ralistas evo lu cionarios, los nihili stas y los hum anis tas secul ares en
nu estro mund o tiene el efecto de minar esta creencia más y más .3
Marshall dice : "No se puede negar el hecho de qu e, si todo hombr e
creyera en la aniquil ación d e la personalidad de spué s de la mu ert e,
tal creencia ciert am ent e tendr ía un efecto grande y desanimador
en la vida m oral del hombr e."4 Los argu1nent os científi cos y filosó-
ficos para la inm ort alida d no son suficient es para conven cer a los
incr éd ul os, pero el argumento desde la perspectiva de la religión sí
es vá lid o, según Trueb lood. 5 Nos m otiva n las referencias d e Pablo
que apelan a los cristiano s pa ra vivir en form a mor al porque tienen
la fe en un a inmortalidad futur a.
3. La imitación de Cristo como motivo
La imitación d e Cris to es un motivo al que apela Pablo en fre-
cuentes refe rencias . Gála tas 2:20 es el pasaje que m ás se conoce pa-
ra ilu strar esta ver dad : "Con Cri sto he sid o junt ame nt e crucifica-
d o; y ya no vivo yo, sino qu e Cr isto vive en mí. Lo qu e ahora vivo
en la carn e, lo vivo por la fe en el Hijo de Dio s, quien m e amó y se
en tr egó a sí mismo por mí. " Pa bl o desafía a lo s cri st iano s p ara
seg uir el ejemp lo de Cristo como modelo para su comp ort ami ento.
prof ético que le ay uda a uno a compr ender todos los mi sterios d el
uni ve rso en el pa sado tanto como en el futuro. Es más important e
qu e la relig ión de filantropía o d e hun1ani smo , qu e le impul sa a
un o a rep artir los bien es y dar d e com er a los pobr es. Aun la re-
ligión de sac rifici o propio , o ascetismo, n o es tan grande como la
d el a1nor.
Pabl o d escrib e el amor en la sigui ente manera: " ... tien e pa cien-
cia y es bondado so . El amor no es celoso . El amor no es ostentoso,
ni se hace arrogante . No es ind ecoro so, ni bu sca lo su yo propio.
No se irrita , ni llev a cuentas d el mal. No se goza d e la inju sticia,
sino que se regoc ija con la ve rd ad " (1 Cor. 13:4-7).
Es te p asa je inmortal elogia el amor entr e los seres hum ano s.
Ilu stra qu e el an1or frat ern al pu ed e r eso lve r cu alqui er confli cto.
Estamos de scubri endo que la impl em ent ación d e este prin cipio
tr ae resultado s positivos entre los n1iembros d e la fami lia, en la
comun id ad y en las relacion es int ernacion ales.
5. El deber como motivo en la vida cristiana
Pablo in sis te en qu e d ebemo s v ivir mor alm ent e como cristia n os
porqu e esto es nu estro deb er. En 1 Corintio s 6:19, 20 di ce: "¿O no
sab éis qu e v ue stro cuerpo es templo d el Espíritu Santo , qu e m ora
en voso tr os, el cual tenéi s de Dio s, y qu e n o so is v u estros? Pu es
hab éis sid o compr ado s por pr ecio. Por tant o, glorificad a Dio s en
vu estr o cu erpo ." La terminol ogía d e Pablo refleja el com ercio de
esclavos d e la épo ca. En el día d e Pab lo la esclav itud abund aba, y
seg ur am ente Pablo h abía pr ese n ciad o la expe rien cia de un n ego-
ciante que compr aba esclavos. Segur am ent e h abía un int ercambio
d e expon er las capa cidad es d el esclavo y un rega teo por el pr ecio.
Pero al llega r a un acuerdo, el negoc iant e paga ba el pr ecio, y tom a-
ba po sesión d el esclavo . Despu és, ten ía autorid ad abso lut a so bre
el esclavo. Podría brindarle su liber tad , exigir un a sumi sión ab so -
lut a en el trab ajo, o d ecretar su mu ert e. En la apli cación a la esfera
cristian a Pab lo di ce que somo s esclavos de Cr isto, y debemos ac-
tuar de acu erd o con los n1andato s de nu estro am o. En o tro pasaje
Pablo hab la de lleva r en su cuerpo "la s m arcas d e Jesús" (Gá l.
6:17), que puede ser una refer en cia a las marcas que pu sieron en
los esclav os p ara id entifi carlos con su dueño. Las marcas que el
cris tiano d eb e lleva r so n los frutos del Espíritu Santo : "A1nor, gozo,
paz, paciencia, b eni gnidad , bondad, fe, man sed umb re y do mini o
p ropi o" (Gál. 5:22, 23).
6. La razón como motivo en la ética de Pablo
Entre otros po sibles moti vos que Pab lo pr ese nt a está el d e ap elar
a lo razo n able p ara servir a Dio s: " ... os ru ego por las mi ser icordi as
de Dios que pre sent éis vu estros cuerpo s como sac rificio vivo, santo
160 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
7 Na th an Ha tch y M ichael Hami lton, "Ca n Eva ngelicals Sur vive th eir
Su ccess?" , Christianity Today, 5 de octubr e de 1992, pp . 20-31.
La ética de Pablo 163
doras (Tito 2:3). Pablo condena a los que hablan en una man era es-
co ndida y también a lo s que habl an abi ertame nt e en con tr a de
otros . En esto Pablo es tá condenando uno d e los peca do s má s co-
mune s en tre cr istiano s. Siem pr e ha y la tend enc ia d e deleitarse en
pasar d e per so na en per sona noticias esca nd alosas con relación a
11
otras personas. Pablo aconseja dejar d e habl ar pa labra s groseras
11
d e vuestra bo ca. No n1intáis los uno s a los otros ... (Col. 3:8, 9).
De modo que Pab lo condena var ios pecados de la len gua , abar-
cando pa labras corrompida s, bromas gro seras chismes , cosas qu e
1
ciones con Dios , con los den1ás seres hum anos y con las in stitu-
ciones de la sociedad.
l. Amor
El am or frat ern al encabeza la lis ta d e virtud es. Esta virtud se
m enciona en Gá latas 5, pero es elabo rada en 1 Corint ios 13 . Ya he-
mos coment ad o un poco sobre el énfa sis de es te pa saje en un a sec-
ción anterior de es te capítul o. Afirm a qu e d e todas las virt ud es
que p erdur an, la más grand e es el am or .
Pablo anima a los gá lat as así: " ... servíos los un os a los otros p or
medio del amor " (Gál. 5:13). No debe n p ensar qu e ya qu e son cris-
tiano s pu ede n actuar de acu er do con los deseos carna les . Parec e
qu e algunos h abían criticado a Pablo y habí an int er pr etado su s
enseñanzas p ara decir que una vez sa lvo un o podría pecar en
form a carn al tod o lo que quisiera , ya qu e la fe en Cr isto cubr e todo
peca do. Pero si un o manifie sta el amor fraternal en las relacion es,
eso va a solu cionar el problema del pecad o.
Pablo d esc rib e la vid a cri stian a com o un "an dar " cu ando es-
cribió a los de la iglesia de Efeso : "Por eso yo, pri sionero en el Se-
ñor, os exhort o a qu e and éis como es di gno del llamami ent o con
que fui steis llamado s: con toda hum ild ad y mansedumbre , con pa-
ciencia, soportándoo s los un os a los otros en amor " (Ef. 4:1, 2). Hu -
mildad, mansedumbr e y amor son los ingredi ent es para la armon ía
en la iglesia. A los filip enses dijo: "Alguno s, a la verdad , pr edi can
a Cristo por envidi a y conti end a, pero otros lo hacen d e bu ena vo-
lunt ad . Estos últimos lo hac en por am or, sa bien d o qu e he sid o
pu es to para la d efensa del eva nge lio" (Fil. 1:15, 16). La pr edic ación
del eva ngelio debe brotar de un amor sin cero y un d eseo d e ve r a
las per sonas entregadas al Señor, y no por algún motivo p ersona l.
Su uso del ejemplo d e Cr isto, quien se humill ó a sí mi sm o para sal-
va r a la humanidad , ilu str a el gran amor qu e Cris to tien e para
tod os (Fil. 2:1-11 ).
Pablo elog ia el ejemplo de amor entr e los hermano s d e la iglesia
en Colosas: " ... porqu e hemo s oído d e vuestr a fe en Cristo Jesú s y
del amor que ten éis por todo s los santo s" (Col. 1:4). El mensaje del
eva ngelio había penetrado bien entr e los cristiano s allí, y el am or
fraternal era evid en te en las relaciones. Esto rep rese nt a un desa fío
para no sotr os hoy. Este amor se basaba en la esp era nza qu e tenían
los colosens es en el futur o inm edi ato y remoto. Hablando en for-
ma figur a tiva, Pablo de scrib e la ves tim ent a id ea l del cris tiano:
"Pero sob re tod as estas cosas, ves tío s de am or, que es el vín cul o
perfecto" (Col. 3:14) .
A los tesa loni censes Pab lo les di ce qu e su testin1oni o d e am or ha
sido mu y bueno , y ha obrado grand es cosas para Dios (1 Tes. 1:3).
Les encomi end a a Di os, para qu e él "os haga abund ar en amor
La ética de Pablo 165
u nos p ara con o tros y p ara con tod os, tal com o noso tros p ara con
v oso tros; a fin d e confirm ar vu es tros corazones ir reprensib les en
sant ida d d elan te d e Dios nu es tr o Padr e, en la ven id a d e nu es tr o
Señor Jes ú s con tod os su s sant os" (1 Tes. 3:12, 13). El am or fra ter-
n al ab un da ba entr e los cristian os allí: "Pe ro con respec to al am or
fratern al, n o ten éis n eces id ad d e qu e os esc riba, p orqu e voso tr os
mi sm os h abéis sid o enseña d os d e Di os qu e os am éis los un os a los
ot ros" (1 Tes . 4:9). A Tim oteo, Pabl o aco nseja: "Porqu e no n os ha
d ad o Dio s un es píritu d e cob ard ía, sin o d e p od er, d e an1or y d e
d omini o pr opi oº (2 Tin1. 1:7) . En tod os es tos p asa jes pod em os ver
qu e el amor entr e los cristianos es un a d e las cu alid ad es qu e Pabl o
m en ciona m ás com o el elem ent o qu e pu ed e reso lve r mu chos con-
flictos entr e los seres hum an os .
2. Gozo
Gozo es u na vir tud qu e Pa blo m encion a en la lis ta d e los frut os
d el Espíritu. El gozo tien e qu e ve r con el sabor ge n eral d e la v id a
d el cri stia no . N o hay lu ga r p ara un a actitud ag ria o d e pes imi sm o
para el qu e tien e esp eran za en el Cristo ve nced or . Es te elem ento
ay ud a a contribuir p os iti va m ent e al enriqu ecimi ent o d e la v ida .
Pablo no está di ciend o qu e el gozo es el res ult ad o d e las circun s-
tanci as o los pri vilegios gra nd es en la vid a, sin o qu e m ás bi en es un
elem ento qu e el ser hum ano m ás pobr e pu ed e po see r, porqu e tien e
un espíritu inqu ebr ant abl e. El gozo d a sa bor p ositivo a la vid a . Es
d e es tímulo ve r a un cri s tiano qu e pu ed e m anif es tar el gozo en
medi o d e las tribul aciones qu e vien en a todo cris tiano tard e o te1n-
pr an o. En el d esa fío qu e Pabl o di o a la iglesia d e Rom a p ara eva n-
ge li za r a lo s in con ve r sos, conclu ye co n la sig ui ent e b endi ción:
"Qu e el Di os d e esp eran za os llene d e tod o gozo y p az en el creer,
p ara qu e abun dé is en la es peran za p or el p od er d el Espíritu Sant o"
(Rom . 15:13).
Pa blo tu v o qu e corr eg ir a los corintio s p or los p robl em as qu e
existía n en la iglesia , p ero les acon seja a tene r gozo al ser corr egi -
d os, y cu a nd o él lleg u e, tod os pu eda n ex p erim ent ar gozo: "Y a
p esa r d e qu e es toy confi ad o en todo s voso tros d e qu e mi gozo es el
mi sm o d e tod os voso tros, os esc ribí es to mi sm o para qu e cu an do
ll eg u e, n o ten ga tri s teza p or cau sa d e a qu ellos p or qu ien es m e
d ebi era goza r" (2 Co r. 2:3).
3. Paz
La p az es la tr anquilid a d int ern a q u e sient e el qu e tien e un a
relación corr ecta con Di os y vien e com o con sec u encia d e la con ver-
sión a C risto. La p az es frut o d e la fe, y los qu e h an p asa d o p or un
tiempo d e an gu stia por su p eca d o y d espu és han exp erim ent ad o la
paz qu e vien e cuand o ace pt an a Cristo y experim ent an la lib ert ad
166 BASES BIBLICAS DE LA ETICA
qu e sobraba del sacrificio en el mer cado pr ese ntó varios probl ema s
para los creyentes. Algunos creyentes pen saban que el com prar y
comer carne qu e había sido sac rifi cada a íd olos sería participar en
la idolatría. Esp ecialment e lo s nu evos convertido s sinti eron el
impacto de tal práctica, porqu e hacía poco ellos h abían es tado ado-
rando a los dio ses falsos por m edio d e los sac rificios. El com er la
mi sma carne les par ecía un acto de idol a tría. Pablo trató de ex-
pli car que tal acto no sería idolatría, porqu e el cri stiano sabe qu e n o
hay otros dio ses exce pto el verd ad ero.
Sin embargo , Pablo no s da un prin cipio mu y ünp ortante , qu e
tiene que ve r con el respeto por la conciencia d e los nu ev os conve r-
tido s: No d eb emo s ser trop ezadero p ara ellos (1 Cor. 8:9). Pablo
concluye su tra to d el probl ema con es tas palabr as : "Por lo cu al, si
la co1nid a es para mi h er mano oca sión de cae r, yo jamás comeré
car n e, para no pon er tropi ezo a nü h ermano " (1 Cor. 8:13). No te-
n emo s este probl ema hoy en día , p ero no s da un prin cipi o qu e n os
guía fr ente a circunstancias cont emporán eas ambiguas. Es to po-
dría abar car la asistencia a actividades cue stion abl es, tal es como
los cines y programas de telev isión donde abund an la violen cia y
el sexo, las actividades d eportiva s dond e las personas apu es tan y
otra s funcione s en las qu e abundan las b ebid as alco h ólicas, el ju ego
d e azar y otras ac tividad es d onde el testimoni o d el cristiano pu ed e
ser comprom etido.
2. La vestimenta de las mujeres (1 Cor. 11:2-16)
La vestimenta d e las muj eres siempr e ha d espertado controv er-
sia. P ablo seguía las norma s pr eva lecie nt es de la cultura d e su
épo ca, la s cuales dict aban que una 1nujer pía d ebía cubrir su cabe za
en los actos de adoraci ón y dejars e crecer el cab ello . A la vez Pablo
dijo que era d es honro so al hombr e dejarse crec er el cabello, 1nien -
tra s a la mujer le es honro so d ejar se crecer el cabello (1 Cor. 11:14).
Debemos considerar qu e es tas norm as eran temporal es en su
aplicación, y no representan normas p erm an ent es p ara tod a cul-
tura. En el día d e hoy mucho ha cambiado, y la moralid ad de las
mujer es no se mide por medio d el cort e de cabello o su modo d e
ves tir. Ni tampoco así se mid e al hombre por su cabe llo. Mu ch as
iglesias tratan de imponer estas in struc cione s de Pablo con10 m an-
damientos que hay qu e obedecer literalm ent e. N u es tr o punto de
v ista es dif erent e; la norma es que las mujere s deb en vest irse en
forma modesta e inspi ra r a tod os a la pi ed ad.
3. Días y comidas (Rom. 14:1-23)
Parece que los hermano s en Rom a es tab an lu chando con lo s
mis1no s probl em as de los de Corinto con relació n a las cosas que se
podían comer y las qu e estaban prohibida s. Pero par ece qu e los de
168 BASES BIBLICAS D E LA ETICA
Según Pablo, la vid a cri stiana no consis te en el cum plimi ent o le-
ga lista d e ciert as leyes. Es te con cep to es tá mu y lejos de las en-
señanzas de Pablo. Básicam ent e la vid a cristiana es una relación
p ersonal con Cristo. Cuand o un o ent ra en esta relación por m edi o
d e la conversión, reci be la p otencia para revol ucionar su vida . Co-
m o consecu encia d e es ta exp eri encia qui ere esforzarse para vivir la
vid a más perfec ta, la qu e más agrada al qu e le salvó . Para hacerl o,
bu scará el mejor camin o, d ejand o a un lado los vicios y haciendo
esfuerzos p or reflejar en su vida las vir tud es personales y socia les
qu e son la base de un a socied ad estable. Esta expe riencia diari a
enriqu ece grand em en te la vid a d e tod o hom bre.