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En el contexto de la coyuntura social actual, son muchas las inquietudes pedagógicas que
hemos venido abordando en la institución sobre la pertinencia de dar o no continuidad a los
procesos pedagógicos que veníamos desarrollando anteriormente; y que ponen de
manifiesto el nivel de compromiso profesional de cada uno de los miembros que
integramos el cuerpo docente, directivo y administrativo cuyo propósito permanente es
brindar una educación que responda a las necesidades presentes y futuras de los estudiantes
que hacen parte del colegio, hoy, en el marco de unas condiciones retadoras y sin
antecedentes. Por ello, es importante comenzar a compartir de manera conjunta cuál es el
propósito que nos avoca en este momento particular, partiendo por la unificación de
términos como “Flexibilización Académica” que involucra metodologías, sus
correspondientes didácticas; y la evaluación.
Los aprendizajes
también se hace pertinente hacer la reflexión frente lo que entendemos por procesos
cognitivos3; porque pareciera asociarse con el significado errado de: dejar de hacer, dejar
pasar; y no como aquellas operaciones mentales o dispositivos de pensamiento para
aprender, aprehender y desaprender. Así pues, hacer un acercamiento permitirá
comprender con claridad y serenidad el término de “flexibilización académica”.
La participación incluyente
La situación actual nos ha dejado ver que existe otro tipo de necesidades educativas
especiales producto de la inequidad social: niños sin posibilidades de acceso tecnológico,
sin acompañamiento; o con necesidades básicas de alimentación, techo y salud no resueltas
que, antes de la pandemia, no se dejaban visualizar como ahora. Parece una ironía, pero
hemos conocido más sobre la vida privada de los estudiantes desde la distancia y lo virtual
que cuando asistían a las instituciones día a día. También, nos ha quedado más clara aquella
frase que reza “el estudiante es el sujeto del aprendizaje”, otorgándole a la escuela y a
nuestra profesión su razón de ser. Por ello y en virtud de esas necesidades que afloraron, el
concepto de Principio de Favorabilidad para los estudiantes, tal como ha sido expresado
por Rectoría, esclarece el término de “flexibilización académica” toda vez que involucra al
estudiante como un sujeto condicionado por el entorno favorecedor o adverso en su
aprendizaje. No es “dejar de hacer, dejar pasar”.
No cabe duda que la preocupación constante de nuestro sistema escolar gira alrededor de
las condiciones con las que vamos a encontrar las instituciones una vez se “normalice” el
estado de emergencia actual. Seguramente, uno de los temas importantes que abordará el
MEN en sus próximas agendas es el relacionado con la cobertura, pues la crisis económica
derivada de esta pandemia será una constante en muchas de las familias quienes se verán
forzadas a desertar por desplazamiento, tal como lo hemos podido experimentar con varios
casos de la institución; o a la necesidad de poner los hijos a laborar para el sustento de los
hogares. Esta permanencia, que también ha sido un tema candente de las instituciones de
educación superior quienes se han visto en la tarea de realizar ajustes y ofertas financieras
con el propósito de conservar su población estudiantil actual y atraer la potencial; será el
derrotero que supone la “flexibilización académica” orientada a los mecanismos y medidas
de retención que se tomarán con el fin de no recibir aulas con porcentajes reducidos de
estudiantes, pues ya sabemos por experiencia qué sucede cuando los cursos disminuyen.
Esto supone entonces que dicha flexibilización está asociada con la manera como la
institución asume con rigurosidad la información del estado actual de las familias que
conlleva a la construcción de canales de comunicación efectivos y compartidos entre los
miembros; al fortalecimiento de las competencias administrativas, pedagógicas y socio-
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El documento: “Procesos cognitivos: De la prescripción curricular a la praxis educativa” https://www.redalyc.org/pdf/652/65232225004.pdf
puede ser de bastante utilidad para quien tenga el interés por acercarse a otra reflexión sobre el tema.
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La promoción
“Los procesos cognitivos, que hacen parte de los procesos de aprendizaje son
funciones de la mente que permiten integrar elementos de la realidad en
estructuras mentales. (…) No se consideraran los contenidos como los
elementos únicos y centrales del proceso enseñanza-aprendizaje. - Serán tenidos
en cuenta los contenidos como elementos mediadores en el desarrollo de los
procesos cognitivos. - Los estudiantes se mirarán siempre como individuos
susceptibles de mejorar su desarrollo cognitivo. - La memoria pasará a ser un
factor coadyuvante del aprendizaje y se priorizarán los HACERES, medidos en
desempeños. - Los desempeños servirán además, para evaluar el estado y
desarrollo de los procesos cognitivos.”.6
Para finalizar, este recorrido somero de los cinco aspectos que la “flexibilización
académica” debe garantizar, puede ser el punto de partida de una discusión pedagógica para
el diseño o ajuste de los planes curriculares en virtud del eventual reintegro a la
prespecialidad. Flexibilización que nos remite como escuela a preguntarnos si hemos
contribuido al desarrollo de la independencia y autonomía; a la construcción de habilidades
sociales y emocionales; al fortalecimiento del lenguaje; al conocimiento aplicado para la
solución de problemas de la vida cotidiana; a una visión sobre el proyecto de vida. Es decir,
una flexibilización que brinde al estudiante la posibilidad de aprender a pensar y valerse por
sí mismo.
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¿Cómo y qué evaluar mientras la cuarentena? Hablan rectores y expertos. https://www.youtube.com/watch?
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