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Cátedra de Problemas Educativos II

Profesor: Orlando Pulido chaves

LA POLÍTICA PÚBLICA EDUCATIVA Y EL DERECHO A LA EDUCACIÓN. Reseña

Por: Yamilet Gutiérrez González

Maestría en Educación

¿Cuál es el sentido de la política pública educativa, toda vez que su teoría y la manera de
vivirla o entenderla se encontraran en contradicción permanente?

La presente reseña se propone hacer un acercamiento a los planteamientos de Pulido & Ángel
(2006) quienes consideran necesario profundizar en el concepto de Estado – Política - Hegemonía
en el marco del neoliberalismo globalizante; para centrarse en Política Pública Educativa y las
trasformaciones experimentadas durante cincuenta años en América Latina; y reconocer
finalmente la necesidad de intervención de otros actores sociales y de más espacios de
participación. En el caso particular de Colombia como país benefactor del derecho a la
educación, este documento considera además pertinente reforzar las recomendaciones de
Katarina Tomasevski quien, durante su estudio y evaluación de la educación, recogió
significativos hallazgos sobre violaciones a tan importante derecho.

El dominio en la formulación de políticas educativas que países como Estados Unidos han
tenido sobre América Latina es una contundente causa del estado de crisis que experimenta la
escuela, actualmente. El desconocimiento de las necesidades y especificidades de estas regiones
sumado a intereses de orden económico, han sustituido el concepto de educación como derecho a
educación como servicio en una sociedad de mercado.

Por eso, hay que empezar por entender que toda política pública es un instrumento de poder
(hegemónico) y un mecanismo para la garantía de los derechos humanos; así como un punto de
contacto con la sociedad civil, entendida como aquel conjunto de sectores sociales con intereses y
necesidades en constante tensión. Es además “el resultado de negociaciones complejas
determinadas por condiciones de tiempo, lugar y sujeto… que dependen de correlaciones de
fuerzas sociales determinadas (Pulido & Ángel, 2006, p. 4); esto para entender cómo sectores
particulares y diferenciados han logrado reconocimiento a partir de procesos de gestión y luchas.

Las políticas públicas son importantes en la construcción de hegemonía definida como el


ejercicio de la dirección intelectual y moral que se logra mediante el ejercicio del consenso y el
disenso, a partir del reconocimiento y satisfacción de los intereses y necesidades de los diferentes
sectores de la sociedad civil (expansionismo); aspecto que no se ha garantizado en países de
América Latina. Por el contrario, han traído consigo exclusión, discriminación y más pobreza
que, unido a la inmadurez de los estados, hacen más complejo el ejercicio de las relaciones entre
la sociedad civil y la sociedad política.

En este sentido, Pulido y Ángel (2006) realizan una descripción cronológica de las
transformaciones del concepto de política pública a partir de los años sesenta y setenta para
centrarse en las políticas públicas educativas de Colombia; y entender cómo ha incidido el
modelo económico imperante sobre poblaciones como la nuestra. Así pues, Conviene comenzar
por estas décadas cuando se introdujeron los términos Desarrollo y Subdesarrollo, para entender
cómo organismos internacionales intervinieron en las políticas públicas de países como Colombia
y se encargaron de financiar y orientar las “ayudas” endeudando y empobreciendo más a los
países del sur. Por eso, En los años ochenta los gobiernos formulan medidas de ajuste y reformas
para el control del gasto público y equilibrar los mercados, toda vez que la desigualdad y la
violencia social se acrecentaba. Así pues, se inició el desmonte del estado benefactor afectando
así a las instituciones del estado y las condiciones sociales de la población en todo orden con el
fin de cubrir la deuda externa y reducir la inflación.

Para los años noventa el panorama se agudizó. Pulido & Ángel (2006, p. 8) afirman que los
cambios de la década anterior produjeron “nuevos tipos de precariedad e inseguridad social”
puesto que las necesidades básicas de la población ya no hacían parte de las obligaciones del
Estado y el empleo ya no ofrecía las garantías, apareciendo así un nuevo grupo social en el orden
del mercado llamado “los informales”, como otras categorías conformadas por grupos
empobrecidos sobre quienes se enfocaron las políticas públicas, ahora llamadas sociales. En el
ámbito de la educación como derecho, la situación no fue diferente en tanto que la desigualdad
generada por el modelo de mercado hacía difícil su ideal de democratización. Más bien, desde las
políticas focalizadas, la misión de la educación se orientó a la reducción de la desigualdad
producto de la sociedad de mercado y comenzó a ser cuestionada por su impacto en el
mejoramiento económico de la población como si las condiciones de igualdad fueran medidas
desde lo económico únicamente; o como si la educación estuviera desligada de los otros fracasos
de una sociedad marcada por la dominación y la corrupción. Por ello, Pulido y Ángel (2006)
consideran necesario el empoderamiento de “una base social y política” que haga realizable una
política pública educativa a favor de la igualdad y a la que se le garantice sostenibilidad y
congruencia, tal como lo planteó Tomasevski (2004) frente a la falta de asequibilidad y
accesibilidad de la educación como derecho para los niños y niñas de regiones pobres y retiradas
de los centros urbanos de nuestro país.

Respecto de la educación y la formulación de políticas, América Latina viene de un proceso de


medio siglo de reformas educativas diseñadas por diferentes expertos internacionales quienes han
buscado la modernización del sistema escolar y sus instituciones, enfatizando en conceptos como
“gerencia, eficiencia, administración y calidad” (Pulido & Ángel, 2006, p.11) y desarrollando
componentes para la Gestión Educativa que involucra la descentralización del sistema; y la
Equidad como parte del enfoque social de las políticas. Sin embargo, coexisten la
mercantilización de la educación y la focalización en problemáticas aisladas; en vez de proyectos
sociales más amplios e integradores, haciendo perder el sentido de la educación como derecho.

Para la década de los ochenta las políticas educativas adquieren un enfoque de Equidad donde
la educación como derecho debe garantizar la distribución igualitaria del conocimiento y el
desarrollo productivo con equidad. El PPE (Proyecto Principal de Educación) le apostó al acceso
a la educación de ocho a diez años; la alfabetización de jóvenes y adultos; y al mejoramiento de
la calidad y eficiencia, como precisan los autores. Particularmente, Colombia ha concebido
políticas sobre la base de la pobreza que convierten a la educación en un instrumento de
asistencia para el menos favorecido.

La injerencia de los organismos internacionales, un estado inmaduro como el nuestro; y una


sociedad civil fragmentada hacen difícil la formulación de políticas como lo afirman Pulido &
Ángel (2006). Esto ha creado una brecha entre la teoría y la práctica, incluso confusión como ha
podido observarse en el ámbito de la educación y su doble estatus en la legislación colombiana
oficial y privada, gratuita y a la venta (Tomasevski, 2004). Sin embargo y desde la construcción
de la Constitución Política Nacional en 1991 el campo de acción cambió para quienes no habían
participado de las discusiones, análisis y diseño de políticas públicas educativas anteriormente.
La creación de escenarios de participación como las redes de maestros, las organizaciones
gremiales, las instituciones formadoras de docentes y las ONG son prueba de ello.

Los autores, hacen también énfasis en las propuestas políticas de los últimos gobiernos (a
2006): el plan de educación sin seguimiento frente a su impacto, como es el caso del gobierno de
Ernesto Samper; las políticas en detrimento de las condiciones laborales de los maestros y del
derecho a la educación: ley 715 y la ley 1278, durante el gobierno de Andrés Pastrana; o la
propuesta de Revolución Educativa del gobierno de Ávaro Uribe orientado a la cobertura,
calidad, pertinencia laboral, capacitación técnica e investigación científica; fuertemente criticada
por Tomasevski frente al Consejo Económico y Social de Misión Colombia en 2004.

Estas políticas, como muchas, se han caracterizado por la ausencia de participación y


concertación con los actores educativos; motivación para la construcción de escenarios con
sujetos vinculados a la educación como foros, redes; o acciones que movilicen a la comunidad
tales como el Movimiento Pedagógico y la Expedición Pedagógica. Escenarios que promuevan
estrategias realizables que garanticen la asequibilidad (disponibilidad), accesibilidad (acceso),
adaptabilidad (permanencia) y aceptabilidad (calidad) de acuerdo con las recomendaciones de
Tomasevski (2004); y refuercen el concepto de educación como un bien público, un derecho
fundamental y el instrumento para la materialización de otros derechos, como lo afirma la autora.

REFERENCIAS

Pulido, O. & Ángel, C. (2006). Política Educativa: Participación e Incidencia en Las escrituras
de la política – la rebelión del lenguaje. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional,
Instituto Nacional de Pedagogía, primera edición.

Tomasevski, K. (2004). Los derechos económicos, sociales y culturales: el derecho a la


educación. Informe de la relatora a las Naciones Unidas.

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