Está en la página 1de 2

Guardiola no es un teórico del futbol que desarrolle grandes hipótesis para explicar

sus triunfos en el campo de juego. Por el contrario, cuando le preguntan cuál es el


secreto de su éxito, suele encogerse de hombros, sonreír y responder con
humildad que el mérito principal se debe a sus jugadores. “Más que una ‘era
Guardiola’, fue una ‘era Messi’”, afirmó más de una vez.12 No hay una fórmula
secreta para ganar partidos, señala. La única constante de su “método”, si es que
lo hay, es estudiar detenidamente al equipo rival, viendo videos de sus últimos
partidos durante varias horas, para analizar sus puntos débiles y explotarlos al
máximo a su favor. Según Guardiola, su táctica es descubrir que “éstos defienden
de esta manera, y el espacio [para avanzar] estará aquí; y éstos defienden de esta
otra manera, y el espacio estará allá. Creo e intuyo que por la derecha tendremos
mucho espacio, porque su extremo es un Jeta que no corre para atrás. Por lo
tanto, por allí tendremos mucha salida. La táctica consiste en eso: detectar qué
hacen ellos, y a partir de allí, adaptar las tareas a los jugadores”

Aunque todos los técnicos planifican sus partidos, y a veces las cosas les salen
bien, y a veces mal, Guardiola siempre sacaba enseñanzas de sus victorias y sus
derrotas. “Con Guardiola, nunca se escuchó la frase: ‘El futbol es así’ que tantos
técnicos utilizan después de un partido. Su estilo es educado, profesional, por
medio del cual se analiza todo, y se sacan enseñanzas de todo —explica Murillo
—.Ante la derrota, sus primeras palabras en las conferencias de prensa eran para
felicitar al adversario y admitir: ‘Hoy han sido mejores que nosotros’. Y luego,
trataba de explicar algunas razones de la derrota, desde el punto de vista táctico y
administrativo. Eso tenía un efecto didáctico para los jugadores. Trataba de
transmitir la idea de que debían corregir los errores, de que de todo fracaso se
pueden aprender muchas cosas. No habían perdido ‘porque el futbol es así’ sino
por errores propios, y por virtudes del adversario.”

“Planear un día antes cómo hacerlo y transmitir a tu gente cómo hacerlo es el


motor de mi profesión”, explica Guardiola. “La clave de todo es conocer a tu
adversario para hacerlo mejor. Ni es para batirle, ni para decirle: ‘Le he ganado’.
No, nunca me lo tomo como que ‘les hemos ganado’. Lo más bonito es que
aquello que he pensado y que he transmitido a mi gente durante el partido está
pasando. Ése es el momento de mayor plenitud. Y cuando no está sucediendo, es
porque nos habíamos equivocado, o porque habíamos imaginado una cosa que no
iba.”16Quizás por la importancia que le daba a la planeación de sus partidos,
Guardiola no celebraba los triunfos de su equipo corriendo enloquecidamente con
los brazos en alto o tirándose al piso, como lo hacían Diego Armando Maradona y
otros ex jugadores devenidos en técnicos. Para Guardiola, el triunfo era la
coronación de un plan bien ejecutado, más que un regalo del cielo. “Las
celebraciones de los triunfos eran como más naturales —recuerda Murillo—.
Cuando ganaba el equipo, Guardiola hacía salir al centro del campo no sólo a los
jugadores sino a toda la plantilla, incluidos los técnicos y los auxiliares, el médico y
los 20 suplentes. Tan importante era Messi, como el último fisioterapeuta. Y
cuando el equipo perdía, Guardiola asumía la responsabilidad como propia. Ante
la derrota, su respuesta era felicitar al adversario y decir: ‘Hoy han sido mejores
que nosotros’. Y luego trataba de explicar algunas razones del no éxito.”

También podría gustarte