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FACULTAD DE HUMANIDADES
JALAPA/SÁBADO
Trabajo:
Pobreza
La pobreza es el problema económico, político, social y ético más grave que enfrenta
Guatemala en este momento, debido a que el 54% de la población es afectada por
este flagelo y lo más preocupante, es que el 22.57% vive en condiciones de extrema
pobreza [1], es decir, que no tienen ingresos suficientes para satisfacer sus
necesidades mínimas de salud, alimentación, vestido, vivienda, educación y
servicios básicos como: agua potable, drenajes, electrificación, vías de acceso,
transporte y seguridad ciudadana. Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos
Familiares (ENIGFAM), realizada en 1998-1999, el 67% de los pobres del país se
dedican a labores agrícolas y obtienen ingresos de Q.10,000.00 anuales [2]. En el
cuadro que se presenta a continuación, se muestra la situación de pobreza general y
extrema del país, por región.
1) indígenas
2) niños
3) mujeres
c) ancianos
“La delincuencia consiste en todos aquellos actos prohibidos por la ley penal que son
cometidos por determinadas personas y que son de gran impacto social.”
Asalto a transeúntes.
Violación.
Robo de vehículos.
Vandalismo.
Violencia
La violencia constituye un problema de salud pública. La Organización Mundial de la
Salud considera que existe una epidemia en términos sanitarios cuando se da una
tasa superior a los diez homicidios por cada 100.000 habitantes en un período de un
año (OMS, 2002). En Guatemala esa tasa se encuentra en el orden de los 40
homicidios, con un índice de 13 muertes violentas diarias promedio. De mantenerse
esta tendencia, en los primeros 25 años luego de la firma de los Acuerdos de Paz en
1996 que pusieron fin a una guerra que, según el Informe de la Comisión para el
Esclarecimiento Histórico, costó la vida a alrededor de 250.000 personas (CEH,
1998), el número de muertos superará al registrado en esas casi cuatro décadas de
enfrentamiento armado, período en el que el promedio de muertes diarias era de
diez. "La violencia es una de las amenazas más urgentes contra la salud y la
seguridad pública", afirma el mencionado organismo técnico de Naciones Unidas.
Con estas estadísticas se considera que la situación en Guatemala está en una
condición de gravedad particularmente sensible y preocupante. Sin ánimos de ser
pesimistas ni agoreros, técnicamente se puede decir que, desde el punto de vista de
la seguridad y la convivencia cotidiana, ahora la sociedad está en una situación
comparativa que no es sustancialmente mejor que durante el conflicto armado.
Guatemala atraviesa actualmente por uno de los períodos más difíciles de su historia
en lo atinente a la evidente incapacidad del gobierno para proveer a los habitantes
un mínimo de seguridad frente al desbordado Vandalismo que impera en todo el país
especialmente y en una dimensión que raya en la barbarie a nivel de la ciudad
capital y municipios aledaños, es tal el poder que han logrado alcanzar la
delincuencia y las maras, que la autoridad titular encargada (PNC) de atender tal
situación confiesa (y aun no lo hiciera) no disponer de la capacidad necesaria para
ejercer algún control sobre tales grupos de maleantes mucho menos para
reducirlos.
¿A quiénes perjudica?
La violencia constituye un problema de salud pública. La Organización Mundial de la
Salud considera que existe una epidemia en términos sanitarios cuando se da una
tasa superior a los diez homicidios por cada 100.000 habitantes en un período de un
año (OMS, 2002). En Guatemala esa tasa se encuentra en el orden de los 40
homicidios, con un índice de 13 muertes violentas diarias promedio. De mantenerse
esta tendencia, en los primeros 25 años luego de la firma de los Acuerdos de Paz en
1996 que pusieron fin a una guerra que, según el Informe de la Comisión para el
Esclarecimiento Histórico, costó la vida a alrededor de 250.000 personas (CEH,
1998), el número de muertos superará al registrado en esas casi cuatro décadas de
enfrentamiento armado, período en el que el promedio de muertes diarias era de
diez. "La violencia es una de las amenazas más urgentes contra la salud y la
seguridad pública", afirma el mencionado organismo técnico de Naciones Unidas.