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El principio de correspondencia de El

Kybalion

Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba, dice el principio de


correspondencia de El Kybalion. Este principio es, probablemente, el más popular de los
siete principios herméticos de El Kybalion. Hablamos de un documento publicado en el año 1908
que afirma ser la esencia de las enseñanzas de Hermes Trismegistus quien, según la leyenda, fue
guía de Abraham. Al parecer, dichas enseñanzas datan del antiguo Egipto.
Cada capítulo de El Kybalion está dedicado a cada uno de sus siete principios o
axiomas que se consideran leyes universales.  Esta escuela de pensamiento se remonta a
miles de años atrás. No obstante, los principios que describe se pueden aplicar bastante bien a un
escenario moderno. Solo hay que leerlo con una mente abierta, con la disposición necesaria para
comprender la esencia central de sus axiomas.
El principio de correspondencia es el segundo de los siete principios herméticos
de El Kybalion. Este principio expresa la idea de que siempre hay una correspondencia entre las
leyes de los fenómenos de los diversos “planos” del ser y la vida.
El principio de correspondencia de El Kybalion afirma que siempre hay una correspondencia entre
los plano del ser y la vida.

Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba


Con esta máxima se establece que hay una armonía entre el plano físico, el plano
mental y el plano espiritual.  Básicamente, esta máxima significa que todo, todos los planos de
existencia, están conectados y en correspondencia. El macrocosmos se encuentra en
el microcosmos y viceversa: los sistemas solares, las sociedades y la vida en la Tierra reflejan lo
mismo.

Lo que el principio de correspondencia de El Kybalion significa en un entorno


cotidiano es que, hagamos lo que hagamos en el nivel micro, lo haremos en el
nivel macro. Incluso los hábitos más pequeños influyen en el gran esquema de
nuestro comportamiento. Al hacer cualquier cosa, también haremos todo. Si descuidas un área de
tu vida, lo más probable es que el resto terminen sufriendo este descuido. Hablamos de un efecto
mariposa a nivel vital.
“Es cierto sin mentir, cierto y más verdadero. Lo que está abajo es como lo que está arriba y lo que
está arriba es como lo que está abajo”.

-Isaac Newton-

Tu mundo exterior es un reflejo de tu mundo interior


Podemos llevar aun más lejos el principio de correspondencia de El Kybalion.  Siguiendo la idea
expuesta anteriormente, podemos afirmar que el mundo exterior tiende a reflejar nuestro
mundo interior.
Así, los pensamientos e imágenes que tenemos en nuestra conciencia comienzan a
manifestarse, en muchos casos de manera inconsciente, en nuestras
circunstancias externas. La mente toma todo tal como es, le cuesta distinguir entre la ilusión, la
fe y la sustancia real. Magnetiza la interpretación con el hecho y comienza a recrear exactamente
aquello en lo que más nos enfocamos.
El mundo exterior refleja tu paisaje interno.  Considera todo lo que está pasando y es
bueno para ti. Considera la belleza que ves a tu alrededor. Considera la alegría, el amor, la luz y la
vida que te rodea. Todo esto sería un reflejo de lo que hay dentro de ti. Lo mismo ocurre con lo que
consideras que es malo. Por eso, a menos que aprendas a enfrentar tus propias
sombras, continuarás viéndolas en los demás, porque el mundo exterior es solo
un reflejo del mundo que está dentro de ti.
“El asiento del alma es donde el mundo interno y el mundo exterior se encuentran”.

El mundo interior es la causa, el mundo exterior es el efecto.  Para cambiar el efecto


tienes que cambiar la causa. Si hay caos y estragos en tu mundo exterior, eso significa que hay
caos y estragos en tu mundo interior. Si hay muy poco amor en tu mundo exterior, es probable que
tampoco cuentes con demasiado en tu mundo interior.
La forma de controlar tu mundo interior no es tratar de controlar el mundo exterior. Eso no
funciona. La forma de obtener resultados duraderos para controlar el mundo
exterior es comenzar a controlar tu mundo interior. Piensa que tu mundo interior es ese
lugar donde tienes un poder casi absoluto. Sin embargo, fuera ese poder, aunque no deja de ser
influyente, no es igual de dominante.
Este proceso nos permite dejar de buscar fuera de nosotros razones únicas para
explicar lo que nos sucede y, en su lugar, acudir a las respuestas.  No siempre es fácil
aceptar y actuar sobre nuestros problemas, para sanar así las partes heridas en nuestro interior.

 
Los Siete Principios Herméticos y el
Kybalion

Los Siete Principios Herméticos, los cuales vienen recogidos entre otra serie de textos en el
Kybalion, resume los preceptos básicos en los que está fundamentado la filosofía
hermética.

Mucho se ha debatido sobre el origen y la credibilidad de las enseñanzas herméticas


durante el último siglo. Algo que parece haberse visto reavivado por la época de la
información e Internet, donde podemos acceder a cualquier tipo de conocimiento con sólo
un click.

Si las enseñanzas herméticas están sufriendo un nuevo despertar no es de extrañar, pues


a principios del siglo XX recibíamos una de las obras más importantes y que venía a
reafirmar las bases de esta corriente de pensamiento; el Kybalion.

Se trata de un texto de autoría anónima, pues así lo quisieron sus creadores. Lo único que
se sabe sobre los autores de esta obra es que se autodenominan “Los Tres Iniciados”,
aunque no proporcionan más información acerca de quiénes son.

El Hermetismo, una verdad universal en varias épocas


Ni siquiera los grandes y más poderosos imperios que han emergido en este planeta han
tenido la capacidad de aguantar el duro transcurrir del tiempo, siendo destruidos por varios
motivos. Pero hay algo que por décadas o siglos que se sucedan siempre se mantendrá
firme en pie: la gran verdad, que es precisamente en lo que está basado todo el
pensamiento hermetista.

Si esta corriente de pensamiento está volviendo a reaparecer no es ninguna novedad ni


algo exclusivo de nuestra época, pues la filosofía hermética siempre ha estado ahí presente
en prácticamente todas las etapas de la humanidad y grandes civilizaciones.

Así como el Kybalion no es ni pretende ser una nueva obra del hermetismo en sí, sino más
bien un compendio de esta sabiduría que tiene sus raíces en Egipto, tierra de las pirámides
y esfinges. Es precisamente en esta zona donde el hermetismo encuentra a su mayor
representante, Hermes Trismegisto.

Hermes Trismegisto, figura del hermetismo


Hace muchos, muchos años Egipto vería el nacimiento del que es seguramente la persona
con mayor influencia que haya pisado la Tierra en toda su historia. Padre de la sabiduría y
todo el esoterismo que conocemos hoy día, hablamos de Hermes Trismegisto, que viene a
significar el Tres Veces Grande. Este cúmulo de honores no es para menos, pues se le
representaba como el más grande filósofo, el sacerdote más grande y el rey más grande,
de ahí su nombre.

Hermes Trismegisto, de quien ya hemos hablado en alguna ocasión en


esoterismoreal.com, también cuenta con los honores de hacerse llamar “el elegido de los
dioses”. De hecho se le considera entre otras cosas el “Gran Sol Central” de todas las
enseñanzas ocultas. Su herencia ha sido tan grande que incluso gran parte del
conocimiento místico en la India proviene del mismo Hermes.

Si hoy día podemos gozar de dicho conocimiento se debe a que en el antiguo Egipto,
cuando se consideraba a esta tierra como lugar de conocimiento secreto y poderoso,
muchos seguidores de estas enseñanzas acudían a esta zona para aprender de
Trismegisto.
Y es que no sólo iban gente a adquirir materias primas exclusivas de este país, sino que
muchos adeptos viajaban simplemente con la intención de adquirir sabiduría, la cual
gracias a estos iniciados extranjeros se pudo propagar por el resto del mundo.

Todos los que acudían a Hermes se postraban a sus pies con intención de poder aprender
todas aquellas doctrinas escondidas que sólo se desvelaban a aquellos que eran fieles
dignos de recibirlas. Gracias a todos aquellos que recibieron esta instrucción se pudo luego
extender por el mundo este pensamiento.

El Kybalion y otras religiones


El Kybalion apareció por primera vez en el año 1908, cuyos autores son desconocidos,
denominándose a sí mismo «los tres iniciados» como hemos mencionado. Aunque hay
varias fuentes que señalan que estas tres personas podrían ser los místicos Willian
Atkinson, Michael Whitty y Paul Foster. Esta obra no pasaría a ser de dominio público hasta
más de sesenta años más tarde, en 1977.

Si tuviéramos que traducir Kybalion al castellano no existiría una palabra como tal que lo
defina. Sin embargo, si adaptamos este vocablo al griego, lengua a la que se tradujo este
documento, significaría «Kybernêtes», que en este idioma viene a significar algo como
«piloto» o «guía». Y es precisamente eso lo que pretende ser este texto, una guía hacia el
auténtico e inmaculado conocimiento o la iluminación.

Y es que el poder de estos escritos radica precisamente en que están fundamentados


sobre la más firme y auténtica realidad que existe, lo que lo convierte en una pieza que se
mantendrá por siempre en la historia. Asimismo una de las cosa más admirables es que
mediante estos siete principios herméticos puede llegar a definirse toda la existencia de lo
vivo y no vivo.

Tanta es su influencia que todo el pensamiento y religiones posteriores deben su conjunto


de principios básicos al hermetismo. Ya se trate así de religiones muertas o vivas como el
cristianismo o el budismo, todas ellas cimientan su conocimiento a partir de las máximas
del hermetismo.

El Hermetismo, una escuela de conocimiento


Aunque el hermetismo haya sido la base de varios principios universales de muchas
religiones posteriores, si éste no ha sobrevivido como una doctrina famosa de pensamiento
es porque desde sus inicios no pretendía serlo.

Y es que tanto Hermes como aquellos iniciados a los que enseñaba los principios de su
filosofía sólo pretendían hacer llegar saber este conocimiento a aquellos que de verdad
eran aptos. Nunca fue su intención la de llegar a una amplia población ni hacer de su
pensamiento una idea generalizada que dominara sobre las demás creencias.

A pesar de este hecho y de la antigüedad de estas enseñanzas, han conseguido guardarse


sus principios de generación en generación gracias a aquellos hombres que sedientos por
la verdad y el amor, la han ido conservando a lo largo de la historia, tal y como queda
definido por las siguientes palabras:
«¡Oh, no dejes extinguirse la llama! Sustentada por generación tras generación en su
oscura
caverna —en sus templos sagrados sustentada. Nutrida por puros sacerdotes de amor—
¡no dejes
extinguirse la llama!»

Los Siete Principios Herméticos


La corriente hermética está basada en siete principios básicos o leyes que son los
siguientes:

1. Principio de Mentalismo.
2. Principio de Correspondencia.
3. Principio de Vibración.
4. Principio de Polaridad.
5. Principio de Ritmo.
6. Principio de Causa y Efecto.
7. Principio de Generación.
A través de estos siete principios se puede explicar perfectamente el funcionamiento y el
origen de todas las cosas, pero vamos a analizar lo qué significa más a fondo cada uno de
ellos.

Principio de Mentalismo, “el TODO es mente; el universo es mental”

«El TODO es Mente; el universo es mental.»

A pesar de lo que nuestros sentidos puede hacernos pensar, donde todo lo que percibimos
lo hacemos de manera totalmente material, la primera ley hermética viene a derribar esta
creencia. Esto tiene que ver también con la idea de Platón referente al mundo de las ideas
donde realmente lo que vemos no es la auténtica realidad, sino el mundo sensible.

Desde que nacemos estamos acostumbrados a tener una relación con la realidad más
material que mental, y es algo completamente normal pues nuestros sentidos nos dicen
que si por ejemplo tocamos una mesa o una piedra, son objetos rígidos y lo entendemos
como material.

Esto es algo con lo que la ciencia está completamente de acuerdo. Sólo tenemos que ver
las leyes electromagnéticas para ver que esto es así. Estamos formados entre otras
partículas por protones y electrones, que se repelen entre sí.

Así, incluso cuando estamos de pie realmente nuestras plantas de los pies no tocan
directamente el suelo, sino que realmente estamos “levitando”. Igual cuando cogemos
cualquier objeto, realmente no lo estamos tocando, sino que existe cierta separación debido
a la repulsión de los electrones y protones.

De hecho esto tiene todo el sentido del mundo pues si las leyes de la física no funcionaran
así a la hora de manejar cualquier objeto o abrir una puerta lo que sucedería es que
atravesaríamos el propio material con nuestras manos.
Principio de Correspondencia, “como es arriba, es abajo, es arriba”
«Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba.»

Este axioma ya lo habíamos analizado en el texto de la tabla Esmeralda, perteneciente


también a Hermes Trismegisto, y donde ya se comentaba este principio.

Si nos atenemos un poco a él y lo enlazamos con lo que habíamos dicho anteriormente


podemos ver que ambos se unen para formar un axioma mayor y donde se refleja una de
las mayores verdades ocultas jamás desveladas.

Si meditamos acerca de cómo la realidad es creación del TODO, y a partir de aquí emerge
toda la realidad. Nosotros mismos en la Tierra somos un microcosmos, por lo tanto si
tenemos en cuenta este principio de correspondencia vemos como en nosotros existe esta
correspondencia de arriba abajo.

Principio de Vibración, “nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra”


«Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.»

Tanto si atendemos a lo meramente material, al espíritu, fuerzas o mente todos ellos son
elementos que vibran, no permaneciendo inmóvil en ningún momento.

De nuevo si atendemos a la ciencia de la física para comprobar esto podemos ver que se
sigue cumpliendo perfectamente. De hecho tanto lo que vemos u oímos, que son ondas
electromagnéticas provenientes del sol y ondas sonoras respectivamente, ambas nos
llegan en forma oscilante y no plana.

Hasta en nuestros pensamientos existe una cierta vibración, de la cual dependiendo de su


frecuencia estamos en un estado mental u otro. De hecho los grandes monjes que
practican la meditación a diario durante unas cuantas horas son capaces de generar unas
ondas llamadas delta, que son de una vibración muy baja. Por lo que podemos deducir que
toda la realidad está formada por elementos que vibran en torno a un punto de equilibrio.

Principio de Polaridad, «todo tiene dos polos»


«Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los
antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferente en
grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas
puedes reconciliarse.»

Mediante este principio hermético se resume que todos los elementos de la existencia
tienen su antagonista, aunque realmente se traten de la misma realidad. Esto se ve
reflejado por ejemplo en el símbolo del Yin y Yang, donde aparece este dualismo contrario
entre sí con el blanco y el negro, si bien complementarios en su esencia.

Principio de Ritmo, «todo asciende y desciende»


«Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y
desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha,
es la misma que hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.»
Si tenemos en cuenta la anterior ley de que todo está en vibración, este precepto lo
expande afirmando que todos los sistemas vibran pero lo hacen de forma que asciende y
desciende constantemente. Hasta el propio corazón que tenemos, si vemos un
electrocardiograma de éste, se encuentra en un estado de subida y bajada.

Principio de Causa y Efecto, «toda causa tiene su efecto»


«Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley;
la suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos
de casualidad, pero nada escapa a la Ley.»

Este principio hermético obedece al hecho de que todas las actividades que producimos
durante nuestra vida tienen una repercusión en el futuro, ya sea positiva o negativa.
Aunque en algunas ocasiones pensamos que algunas acciones que hagamos no tendrán
consecuencias, esto está bastante alejado de la realidad, pues al final de una forma u otra
nos acabará golpeando su efecto (bueno o malo dependiendo del acto).

Principio de Generación, «todo tiene su principio masculino y femenino»


«La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; la
generación se manifiesta en todos los planos.»

El último de los principios herméticos se vuelve a unir con otro anterior como ocurría antes.
Si utilizamos esta ley junto con la de que todo tiene sus polos opuestos, observamos que
como estos polos tienen su propia naturaleza que se compaginan entra ellas.

Masculino y femenino sólo son nombres utilizados para hacer referencia a estos dos tipos
de fenómenos diferentes, y abarcan mucho más que la tradicional definición que utilizamos
para diferenciar el sexo. Por ejemplo en una conversación cuando hablamos tomamos el
papel «masculino» (independiente de si es hombre o mujer) mientras que el que escucha
sería el papel «femenino».

Esto sucede continuamente en todo tipo de situaciones y repetimos que masculino y


femenino en este contexto engloba un sentido mucho más amplio que al que estamos
acostumbrados.

Más información
Si queremos saber más sobre las enseñanzas herméticas tenemos también el Corpus
Hermeticum, el cual se le atribuye también a Hermes y es una recopilación de varios textos
planteando las bases de este sistema filosófico y religioso.
El principio de Mentalismo
"El todo es mente, el universo es mental".

Este principio explica que Mente es el principio común del universo, energía única que es la fuerza
esencial de la composición química de los elementos. La energía mente se manifiesta en una
escala infinita de vibraciones, de lo más denso a lo más sutil, conformando así los diversos
materiales y elementos del universo. Desde el punto de vista del que piensa, lo pensado es
fantasía, ilusión, pero cada cosa tiene entidad real dentro de su escala vibratoria (por ej., si
existieran los fantasmas serían reales para otros fantasmas). La materia nace del pensamiento. El
hombre también crea a través de su mente. La energía del pensamiento humano es capaz de crear
la materia cuando alcanza la suficiente densidad vibratoria.

El principio de Correspondencia
"Como arriba es abajo, como abajo es arriba".

Este principio se refiere a la similitud o sintonía entre los diversos planos vibratorios del universo.
Las mismas leyes de lo denso actúan en lo sutil, y viceversa. El principio de Correspondencia actúa
haciendo que lo similar se agrupe con lo similar por una sintonización de la frecuencia vibratoria y
explica la constante relación entre los acontecimientos internos y externos. Hay una influencia
recíproca entre el ser humano y la naturaleza, y entre nuestro mundo interno y nuestra realidad
material. De esta manera, operando en nuestra realidad externa influenciaremos nuestro mundo
interno y viceversa.

El principio de Vibración
"Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra".

Este principio explica las diferencias entre las manifestaciones de la materia, la mente y el Espíritu.
La materia y la energía no son más que el resultado de estados vibratorios diferentes. El espíritu es
un extremo polar vibratorio más elevado y la materia un extremo polar vibratorio más denso. Entre
ambos extremos, nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros deseos, impulsos, son
estados vibratorios de frecuencias intermedias. Nuestros pensamientos, emociones, deseos e
impulsos son solamente estados vibratorios.

Nuestro cuerpo físico es un conjunto de sistemas que vibran a una misma frecuencia, y la salud es
solamente la armonía vibratoria de los sistemas biológicos. En el terreno de nuestra vida personal
todo gira en torno a la vibración; si estamos alegres es por una vibración positiva; la tristeza es una
vibración negativa. Nuestro pensamiento nos hará ser más o menos inteligentes de acuerdo a
nuestra vibración mental. Cada persona tiene un largo de onda mental que le es propia, de acuerdo
a la frecuencia vibratoria de su inteligencia; mientras más corta es la onda mental, más inteligente
será el sujeto y viceversa.

Los hábitos de conducta, los estados emocionales, los pensamientos habituales, las normas
morales y espirituales del individuo determinan la bondad o inconveniencia de sus estados
vibratorios, lo que a su vez influye de manera decisiva en su vida cotidiana. Las vibraciones
positivas o negativas se van acumulando en el individuo y en cierto momento esta acumulación
estalla por un detonante y se producen acontecimientos fastos o nefastos.

El principio de Polaridad
"Todo es doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los
antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes
en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semi-verdades; todas las
paradojas pueden reconciliarse".

La polaridad mantiene el ritmo de la vida. Conocemos la existencia de algo por el contraste de su


opuesto. Así encontramos: luz - oscuridad / amor - odio / espíritu - materia / vida - muerte / bien -
mal / vigilia - sueño / valor - miedo / alegría - tristeza. Los opuestos se presentan siempre en el
mismo elemento. El principio de polaridad funciona a lo largo de una escala vibratoria de grados
que va de lo positivo a lo negativo, siendo lo positivo de naturaleza superior a lo negativo: en cada
cosa hay dos polos, en la temperatura está el frío y el calor, y aunque son opuestos son una misma
cosa. El espíritu y la materia son la misma cosa pero se manifiestan vibratoriamente opuestos.

Cualquier fenómeno tiene la posibilidad de su manifestación contraria, y es factible cambiar algo no


deseable en su condición opuesta. Esta es la base de la transmutación mental, el arte de polarizar.
Lo no deseable se neutraliza, cambiando su polaridad. Los extremos se tocan; los dos extremos de
la polaridad se atraen mutuamente. Es por esta razón por lo que es más fácil transformar el odio en
amor que desde la indiferencia. La distancia más corta en este caso no es la línea recta, sino el
círculo. Este principio, a nivel práctico, permite apreciar los obstáculos de la vida en su justo valor,
ya que posibilita que una situación conflictiva pueda ser cambiada gradualmente a través de una
adecuada polarización en lo opuesto. El cambio de un grado a otro de la escala vibratoria se
consigue mediante la voluntad y el autodominio.

El principio del Ritmo


"Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y
desciende; todo se mueve, como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha,
es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación".

El principio del Ritmo nos muestra que todo en el Universo se encuentra en constante
transformación y movimiento, y dentro de él nada está inmóvil o estancado. Este principio es
perfectamente observable: todo en el Universo nace para alcanzar una cumbre, decaer y
destruirse, completando un ciclo vital y volviendo a comenzar. Esto ocurre en todos los planos:
personas, pueblos, civilizaciones, planetas... El símbolo de este principio es el péndulo. El principio
del ritmo, junto con el de polaridad, mantiene el proceso de la vida.

La vida se mueve rítmicamente entre dos polos, ( vida - muerte ) y el secreto está en mantener la
tensión y el equilibrio entre ellos. La polaridad y ritmo comandan al organismo en sus más
delicados procesos. La enfermedad es el quebrantamiento del ritmo o la perturbación de la
polaridad de los sistemas que componen el cuerpo. Este flujo y reflujo se manifiesta no solo en
nuestro cuerpo, sino también en nuestras emociones, instintos, pensamientos, e incluso en las
diferentes situaciones vitales que vivimos. En el caso de estar inmerso en un ritmo negativo, la
tendencia natural es que ese ritmo se mantenga, y solo podrá cambiarse con una toma de
conciencia y ejerciendo la voluntad para crear deliberadamente un ritmo diferente y opuesto al
anterior.

El principio de Causa y Efecto


"Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley;
la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos
de casualidad, pero nada escapa a la Ley".

Todo en el universo tiene una causa específica; no hay causa sin efecto, ni efecto que no tenga
una causa, y la magnitud de un efecto es equivalente a la importancia de la causa que lo generó.
Este principio actúa sobre todos los planos de energía: materia, mente y Espíritu. No existe la
casualidad, la suerte o el azar; empleamos estos términos solo para referirnos a causas
desconocidas. El hombre, en general, sólo conoce los efectos. El hermetista pretende acceder al
conocimiento de las causas. A través de este principio podemos comprender la relación que existe
entre los sucesos que le ocurren a un individuo y sus acciones del pasado, ya sean de esta vida o
de una anterior. En este sentido, la palabra "karma", se refiere a aquella causa cuyo efecto aún no
se ha manifestado, ya sea este positivo o negativo.
Este principio brinda una explicación racional a las aparentes injusticias del mundo, cuando
observamos efectos cuyas causas no alcanzamos a entender. Al comprender este principio
entenderemos que todo lo que sucede en nuestras vidas, favorable o desfavorable, tiene que ver
con causas que nosotros mismos hemos puesto en movimiento en algún momento, de forma
consciente o inconsciente, y que no tiene sentido culpar a Dios, a los demás o a la suerte, pues
somos nosotros mismos quienes labramos nuestra propia vida. No importa que no recordemos el
instante, o se nos haya olvidado lo qué hicimos en muchos momentos de nuestra existencia; el
principio de causa y efecto siempre se encuentra actuando y se nos presenta de manera inevitable.
De forma correspondiente, la comprensión en profundidad de este principio, nos permite encontrar
la solución a muchos de los problemas en la vida, al asumir la importancia de generar causas
favorables de forma consciente para hacernos acreedores de sus efectos favorables.

El principio de Generación
"La generación existe por doquier; todo tiene sus principios masculino y femenino; la
generación se manifiesta en todos los planos".

Género es el impulso de la vida, que no se puede originar ni mantener sin la presencia del polo
positivo y negativo. El Universo, en constante cambio, fluctúa entre ciclos de transformación y
creación. A nivel físico, por ejemplo, la fuerza de atracción hace girar los electrones (negativo),
alrededor del protón (positivo). En los animales y en los seres humanos este ritual de la vida se
repite: los espermatozoides son atraídos por el óvulo y cuando uno de ellos logra penetrarlo,
sucede la concepción. Los problemas de la vida, por ejemplo, constituyen el polo negativo, fuerza
que al ser fecundada por una energía positiva y generadora, permite lograr lo que se desea.

El progreso espiritual también puede verse desde esta perspectiva: así se crea la conciencia, a
partir del choque entre la inercia y el poder de la voluntad, dirigida por una mente despierta. Esta
ley, nos muestra cómo los principios masculino y femenino están siempre en acción en la
Naturaleza. En cada uno de los planos, la energía femenina busca su unión con lo masculino,
absorbe de éste lo activo y produce una fuerza nueva. Lo masculino es lo generador y lo femenino
lo concebidor. La Generación se manifiesta en todos los planos. Esto quiere decir que tanto a nivel
físico, como mental, emocional y espiritual este principio actúa, generando de forma constante
elementos nuevos en nuestra vida.

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