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Curso Historia Climática de la Tierra

Sesión 2

Módulo 3. Indicadores del clima del pasado

Para conocer del clima del pasado son necesarios elementos o cosas que perduren en el
tiempo y que tengan características que son influidas por el clima. Estos elementos se
denominan archivos climáticos y los más comunes son 4: los sedimentos (y las rocas que lo
componen), los hielos, los árboles y los arrecifes de coral.

Los sedimentos son acumulaciones de material sólido que se depositan sobre una superficie
y que se pueden formar por acción del clima (viento, precipitación, temperatura), acción de
un glaciar, por la circulación de aguas y por la acción de seres vivos. Los sedimentos pueden
depositarse en alguna superficie y permanecer millones de años con muy pocas alteraciones.
Por esto, a partir de sedimentos se puede obtener información del clima de cientos de años
hasta cientos de millones de años atrás.

A medida que pasa el tiempo, los sedimentos pueden ir quedando enterrados bajos
sedimentos más nuevos, hasta formar una secuencia de sedimentos. Los sedimentos más
nuevos son los que están más arriba y los sedimentos más antiguos están en la parte inferior
de la secuencia. En otras ocasiones, los sedimentos pueden ser perturbados por la acción del
viento, precipitación o circulación de aguas y en estos casos se puede perder el orden
secuencial. Para el estudio del clima del pasado se utilizan sedimentos obtenidos de fondos
de lagos, sedimentos de las costas y sedimentos de los fondos oceánicos. También pueden
utilizarse sedimentos depositados en terreno sobre el nivel mar. Por ejemplo, las
acumulaciones de material sólido que arrastran los glaciares, es decir, las morrenas, de las
cuales ya hablamos anteriormente.

Son muchas las características de los sedimentos que se pueden medir para determinar cómo
era el clima del pasado. Además de características físicas como color, textura y grosor de
cada capa de sedimento, también se puede determinar la composición de cada capa, se puede
medir la abundancia de minerales, compuestos y elementos químicos, estimar las relaciones
entre isótopos de un mismo elemento (Esto lo veremos en clases) e identificar la cantidad y
tipo de fósiles de seres vivos que están enterrados en cada capa. Todos estas características
están influenciadas por el clima, por lo que en función de los resultados obtenidos es posible
hacerse una idea de si el clima era frío, cálido, seco o húmedo.

Un segundo tipo de archivo climático son los hielos. De los hielos se pueden obtener los
testigos de hielos o núcleos de hielo, columnas cilíndricas que se extraen al perforar una gran
masa de hielo. Los glaciares van creciendo año a año por medio de la caída y depositación
de nieve. Así mismo, cada año parte del hielo se derrite en verano por lo que los glaciares
van respondiendo a cambios en el clima y a la variabilidad climática. Las propiedades físicas
del hielo, así como el material que queda atrapado en él, puede utilizarse para reconstruir el
clima del pasado. Entre los parámetros o características que se miden u observan de los
núcleos de hielo están las relaciones isotópicas de oxígeno e hidrógeno, el tipo de material
atrapado (cenizas volcánicas, sal marina, polvo, polen) y la composición del aire que queda
atrapado en las burbujas. Por medio de esta metodología posible conocer del clima de hace
miles a cientos de miles de años atrás.

Quizás una de las técnicas utilizadas por la climatología más ampliamente conocida es la
dendrocronología. Esta técnica consiste en la datación y caracterización de los anillos de
crecimiento de los árboles. Cuando esta metodología se usa para obtener una imagen del
clima del pasado se habla de dendroclimatología. La dendroclimatología se basa en el hecho
de que el crecimiento anual de los árboles es el resultado neto de muchos procesos
bioquímicos complejos e interrelacionados. Estos procesos están modulados y regulados por
el clima aunque también pueden estar regulados por otros procesos ambientales. Así, la tarea
de la dendroclimatología es aislar la señal climática para poder tener una idea de cómo fue el
clima del pasado. Además de las características físicas de los anillos de crecimiento como el
color y grosor, también se miden las relaciones isotópicas de ciertos elementos que forman
el anillo del árbol.

Un símil de la dendrocronología es la datación y caracterización de las bandas de crecimiento


de los corales. Al igual que los árboles, los corales van creciendo año a año incorporando una
capa de carbonato de calcio (CaCO3), la cual se puede medir y caracterizar para obtener una
imagen del clima del pasado. En este caso también es muy común la medición de isótopos
de los elementos químicos que forman las bandas.

Todos los parámetros que se pueden medir tanto en los sedimentos, hielos, arrecifes de
coral o árboles y que pueden ser utilizados para una estimar como era el clima del
pasado reciben el nombre de indicador climático o proxy climático. Cada archivo
climático puede tener más de un proxy. Por ejemplo, en los sedimentos se puede medir tanto
la composición isotópica del oxígeno y la composición isotópica del carbono. Cada uno de
estos parámetros es un proxy. Otros indicadores climáticos comúnmente utilizados son los
fósiles, el polen y la composición mineral.

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