Está en la página 1de 179

Agradecimientos

Tenemos la alegría de poder hacer escritura un pensamiento que hace años venimos
elaborando como equipo. Pensamiento que tiene la marca del trabajo en el proceso que está
inmerso.
Podemos enunciar con orgullo que hemos tenido la posibilidad de ser co-fundadores
del proyecto universitario de la Universidad Autónoma de Entre Ríos, en especial de la
carrera de Psicología, inaugurando espacios inéditos, como el de la cátedra Problemática
Epistemológica de la Psicología.
Poner en juego nuestro deseo y afecto en el proyecto de una Universidad ‘popular’,
de acceso libre y gratuito, ha sido muy importante y transformador para nosotros, porque
consideramos que el poder de retribución en lo social nos remite al principio de equidad y
bien común.
Queremos compartir nuestro esfuerzo con ‘todos los trabajadores’ de la
Universidad, reconociendo el valor de intercambio entre los estamentos. En particular,
agradecemos la inteligencia, el afecto, y la participación de los alumnos, sobre todo a la
cohorte fundante, del año 2001, y a todos los alumnos que por la osadía de los primeros,
vinieron después para sostener el acto de la fundación.
Ellos hacen posible nuestra práctica basada en el diálogo, en la que buscamos
compartir una experiencia que nos enriquezca a todos.
Nosotros al intercambio le agregamos el plus del Don.

Un deseo de muchos se puso en juego bajo la posibilidad de la lengua, viento que


en tinta nos hace tejer una red de lenguaje, teñida en los colores del afecto. Bajo ese velo
nos vamos acercando hacia la luz de esta soñada realidad.
Presentación

“Vamos a imaginar que yo soy un profesor; hablo, infinitamente, ante y para alguien que no habla.
Yo soy el que dice yo (poco importan los rodeos del nosotros, el se, o la frase impersonal), yo soy el que bajo
la apariencia de exponer un saber, estoy proponiendo un discurso, del que nunca sabré cómo ha sido
recibido, de manera que jamás tendré la tranquilidad de una imagen definitiva, aunque sea ofensiva, que me
constituya: en la exposición, denominación más acertada de lo que se cree, no es e l saber lo que se expone,
sino el sujeto (que se expone a lamentables aventuras)…
Así, pues, de acuerdo con la descripción psicoanalítica (con la de Lacan, cuya perspicacia todo
“hablador” puede verificar), cuando el profesor está hablando a su auditorio, el Otro está siempre ahí, para
llenar de agujeros su discurso: y su discurso ya puede estar redondeado por una inteligencia impecable, ya
puede ir armado de “rigor” científico o de la radicalidad política, que no por ello resultará menos
agujerado: sólo con hablar, sólo con dejar que la palabra fluya, la palabra se escapa…
Y ésa es la cruz de toda palabra pública; tanto si el profesor habla como si el oyente reivindica el
derecho a hablar, en ambos casos se trata de ir directamente al diván; la relación en señante no es otra cosa
que la transposición que ella misma instituye; la “ciencia”, el “método”, el “saber”, la “idea”, la gozan
indirectamente; son tan sólo lo que se da “por añadidura”; son sólo restos.”

Roland Barthes. Lo obvio y lo obtuso. 1982.

El origen de este libro es incierto si se quiere establecer orígenes.


¿Es un libro nacido de una cátedra? ¿O es una cátedra en un libro?
Lo cierto es que después de cuatro años, se han logrado reunir ensayos que abarcan ese discurso
expuesto y destinados a ser rellenados por los lectores, a la manera de lo dicho por Barthes.
Una gran paradoja el p lantear una Problemática Ep istemológica de la Psicolog ía a través de
metáforas, antes que nada un gran laberinto mitológico que para muchos sólo acarreará más bifu rcaciones y
más dudas. Para otros seguramente el discurso se irá llenando y estableciendo después de la segunda o tercera
lectura. Habrá otros que guardarán el libro en un anaquel para retomarlo después de formados, sacarán su
polvo, o bien, si son ordenados, ya lo tendrán limpio y comen zarán a gozarlo, entendiendo y verán la veta
humorística, esperanzada e irónica con que lo concibió ese autor que puede ser uno o dos o tres o miles de
almas que pasaron por un aula.
Es posible también que quienes más lo dis fruten sean los que nunca cursaron una materia y quisieron
entender sin entender lo entendido. Aquellos que sólo abarcan celebraciones de un psicoanálisis pagano, para
ellos, este es El Libro, quizá porque no tienen esa “contaminación” de nuestras palabras o bien porque pueden
ver cómo este texto tiene vida, respira por la mezcla de celulosa y se instala en un universo que puede ser
creado a través de la psiquis dirigida por el barquero, ya no Caronte, sino Freud, y puedan desde el olvido
desovillar frases que los apasionarán y serán las mismas los que puedan llevarlos al núcleo de la teoría
laberíntica y traerlos de nuevo indemnes de algún Minotauro fundamentalista o absolutista.
A los alumnos, como libro de texto, les será más comp licado “instalarse”, no p or la co mplejidad de
las palabras, sino porque, justamente pueden creer que ese aparente enredo es mejo r entenderlo cuando menos
se lo entiende, y para ello experimentarán un profundo trance de “no comprensión”, leerán miles de veces las
frases, y golpearan el mate con fastidio, “esto es difícil”, a lo cual el libro hará un gesto de sonrisa y los
acompañará en la mochila para que toda una comunidad de pregones de “esto es difícil” les dé la razón.
La organización elegida es muy sencilla, si nos lo preguntan, va de lo primal a lo primal, pasando
históricamente por ese condenado ejercicio positivista, lo cual no pudimos obviar, para que tengan una visión
integral de “la cosa”. En otras palabras avanza de lo Mitológico a lo Epistemológico a lo Metapsicológico.
Así de fácil.
¿Así de fácil? Bueno, pues no tanto. En algunas cosas nada es fácil, co mo por ejemp lo y para
simp lificar las relaciones humanas y sus tres vertientes más importantes, el sexo, la v ida -muerte y la locura,
con sus consecuencias, como el amo r, el deseo, el destino y pensamientos sobre al vida. Pero, es fácil de todas
maneras, sólo tenés que leer y verás que cuando hay mito puede haber una secuencia epistemológica, o
cuando hay epistemología hay secuencias psicoanalíticas, o cuando hay secuencias psicológicas hay otra cosa
que te lleva a otro lugar.
Así que estás sentado o parado o esperando un turno en el médico, y tenés el libro en tus manos, así
es como lo diría un escritor famoso, y estás allí con ese libro en las manos y tenés que abrirlo, de scubrir su
universo, ser parte vos de él. Pues, adelante, dale, no te sientas intimidado, habrá pasajes que los querrás tirar
a la basura, otros en que dirás que las respuestas están en él, y otras veces en que acariciarás sus tapas
pensando en una persona que te dijo eso. No te quedes, seguí avanzando, toda insistencia es una fortaleza. Los
autores no pensaron en amargarte la existencia, simplemente piensan que sos capaz de pensar.
Vo lviendo a la idea del título, ahí se encuentran varias llaves de lectura, con cada una de ellas podrás
abrir el libro desde distintos registros: Eroika puede representarte desde el Ka de los egipcios, ese doble
corporal, como un doble de tus palabras, como vehículo de tu propio conocimiento, hasta el Eros, dios del
amor y la pasión. O b ien el Kairos, viaje del destino, oportunidad.
Es una sinfonía escrita de otra forma co mo la Heroica de Mozart, en las palabras la música, tu
música. Qu izá se te de por leerla con fondo rock o con un chamamé, descubrirás lo mis mo, bueno aquí tien es
el libro, ahora todo dependerá de vos, de la lectura, ve por él, el texto te llama, ahora emp ieza el viaje. A
cruzar „ero ikamente‟ los mares desconocidos.
Introducción
Marco Teórico-Ep istemo lógico

Ps. Antonio Ferrero. Prof. Conrado Astudilla

“La música, los estados de felicidad, la mitología,


las caras trabajadas por el tiempo,
ciertos crepúsculos y ciertos lugares,
quieren decirnos algo, o algo dijeron
que no hubiéramos debido perder,
o están por decir algo...”

Jorge Lu is Borges 1

Estamos sujetos a la palabra, atados, entrelazados, y ésta modula nuestro modo de existencia, en
los modos de decir y de callar. Y en ese espacio que es el encuentro◊desencuentro con el otro, se juega la
posibilidad de la cura o la enfermedad. Entendemos que lo educativo, más allá de su especificidad,
tangencialmente, también es clínico. Porque damos y recibimos palabras surgidas de Eros, o de Th anatos
-el más profundo de los silencios -
Es con este espíritu de en-señar (señalar algo) que nos interesa acercarnos a la docencia, y donar
una posibilidad, en este trabajoso campo de la transmisión, de que aparezca el „didakticos‟: el maestro
del alma.
Vamos a seguir el hilo de un camino epistemológico diferente, que surge de la conjunción de
numerosos elementos teóricos y fuentes bibliográficas que oportunamente citamos. El lector notará que
unimos líneas teóricas que generalmente se bifurcan. Desde nuestra perspectiva, se trata de producir la
alquimia entre el Mito, la Gramática y la Et imología, de algunas palabras y escenas dotadas de una
densidad específica, de modo de encontrarnos con un producto más acabado que permita acercarnos a los
interrogantes epistemológicos de una forma amplia e integrada.
Nuestra propuesta de trabajo sigue una línea puntuada por trípticos, los que tejen una „raíz‟ que
no es rizo mática 2 , ya que la multiplicidad para nosotros se ata (se sujeta, hace sujeto) a una unidad de tres
que abre a un universo de sentido.
Los siguientes puntos son los ejes temáticos que consideramos claves en este planteo, y servirán
de introducción a los artículos desplegados en el libro.

I- Et imo logía, Gramát ica, M itología.

“No es que nuestro pensamiento viva de la et imo logía,


sino que la etimología queda remit ida a considerar primero las relaciones

1
“La muralla y los libros”, en Otras Inquisiciones, Alianza, Buenos Aires, 1995.
2
Cfr.DELEUZE, G., GUATTARI, F, Rizoma, Ediciones Coyoacán, México, 1996.
esenciales de aquello que las palabras, como elementos que forman
sintagmas, nombran de un modo no desplegado”
Martín Heidegger3

La etimología (griega y lat ina) y la gramática, son fuentes fundantes, desde el interior del
lenguaje mismo, de las problemáticas epistémicas que atraviesan actualmente a las corrientes de la
psicología. En la t ransliteración de las palabras griegas y latinas, encont ramos una riquísima gama de
sentidos perdidos por –y en- el tiempo, desde donde trabajar los corpus teóricos que conforman lo
esencial de cada campo de estudio.
Ellas nos abren a lo que podríamos llamar la “escena originaria de las significaciones”, allí
donde la mu ltiplicidad de sentidos convive haciendo gala de la más profunda paradoja.
Se trata de recuperar la diacronía en la sincronía del lenguaje de la mano de las fuentes clásicas,
lo que permite darle una significación diferente a los conceptos, y ab rir a una instancia que despliegue la
polisemia, evitando así restringirnos a la tradicional dicotomía aristotélica, visión dialéctica del
pensamiento que se ext iende a todas sus manifestaciones de lo social. Esto permite no quedar atrapado en
la lóg ica binaria y poder aplicar una lóg ica trina, heredada del planteo psicoanalítico 4 . La identidad
epistémica del psicoanálisis se encuentra en su lenguaje, y en la et imolog ía, la que juega un papel
esencial, ya que la mis ma se fue amasando en un cuerpo teórico diferente, que se hace propio desde una
significación y resignificación específica. Esa es la primera gran diferencia con el lenguaje de la ciencia,
principalmente porque la ciencia está en el campo de la metonimia cuando no de la unicidad. En cambio,
el psicoanálisis entrecruza lo literal, lo analógico y metafórico, abordando lo que la ciencia no puede
abordar: la paradoja, la aporía, la encrucijada, abriendo al terreno del significante, más allá del signo y el
símbolo.
Respecto a la mitología, creemos necesario promover lo tantas veces pronunciado: la
recuperación del mito, co mo un saber de pleno derecho que brota de las fuentes de la verdad. Porque si
las narraciones de la realidad cuentan lo que sucede, y las narraciones de ficción, lo que podría suceder 5 ,
es necesario, para pensar el mito, hacer un espacio a una tercera dimensión: contar lo que es necesario
que suceda.6 Es el mito un relato que funda a la colectividad que lo porta, y de la estructura psíquica que
él delata e inaugura, y en los movimientos del transcurrir del tiempo refunda permanentemente, en él y a
través de él.
En esta propuesta de lectura, subyace la recuperación de la lógica del inconsciente para explicar
el movimiento y el pensamiento de las ciencias y las disciplinas: el desplazamiento, la condensación, la
no contradicción, la atemporalidad, como una legalidad intrínseca a la human idad.
El Psicoanálisis es una teoría de los lugares (tópica), una teoría de las fuerzas (dinámica), una
teoría de las energías (economía). Que se entrelazan para ser el nudo de una teoría que integra los
opuestos y le agrega uno más. Formando un gran campo de saberes, abiertos y enlazados a otros. Es el

3
“La Cosa”, en Conferencias y Artículos, Ed itorial Serbal, Barcelona, 1994.
4
Cfr. Supra Punto 6.
5
Creemos igualmente que esta partición entre ficción y realidad es totalmente art ificial.
6
Cfr. GONZÁ LEZ REQUENA, J., Los tres Reyes Magos, La eficacia simbólica, ed. Akal, Madrid, 2002.
lugar en donde la ciencia co loca todo lo negado, reprimido, renegado, forcluído, entre otros, para lueg o
expulsarlo señalándole el desierto.
Soledad que llevó al autor del Psicoanálisis a una Paranoia lograda, allí donde un mito hace
cuerpo teórico, para lograr operar en la „realidad‟ psíquica.
Camino yermo el del conoci-miento, en donde hay que lidiar con la locura de la ciencia sin
delirar, obteniendo frutos en donde otros mueren en el desamparo y la desesperación de un saber del que
nadie puede hacerse cargo.
Desierto desde donde Freud plantea que un Mito palpita en la Sociedad, centro de su incipiente
edificio psicoanalítico 7 . En ese Acto, da cuenta rotundamente, que el mito funda la dimensión de la
verdad humana, y en la medida que la funda, la hace posible.

II- Eros-Thanatos, Fisis, Logos

El tríptico fundante de la perspectiva que proponemos es la fu ncionalidad de la resignificación


de los significantes:
Eros 8 /Thanatos 9
Fisis10
Logos 11

Podemos observar que se genera una gran tensión entre ellos al obtener diferentes
combinaciones. Estas palabras, en su etimología griega, nos proveen la posibilidad de abordar la
epistemología desde un cúmulo de acepciones. Go zan de una raíz polisémica, desde el mo mento en que
cada uno de estos tres términos remite a varios significados. El juego de saberes se realiza al analizar y
poder distinguir aquellas acepciones que se mantienen en su valor de origen, las que fueron olvidadas,
negadas, reprimidas y cuáles han sido privilegiadas por las diferentes perspectivas teóricas propuestas por
el decir „académico‟.
Es una historia familiar de un lenguaje en donde hay lenguas olvidadas, que en su silencio
siempre tienen para decir.
Eros/Thanatos–Fisis–Logos, como principios fundamentales de lo humano, siempre están
presentes. De una forma elíptica son: el deseo - amor, el cuerpo - naturaleza, y la palabra - mito. Las
preguntas que ponemos a funcionar son:
¿De qué manera?

7
Nos referimos al mito de Ed ipo.
8
Amor, pasión, deseo apasionado o vehemente, exaltación, alegría. Gana.
9
Thanatos: muerte, ho micidio, asesinato, pena de muerte, do lor u horror de muerte, la Muerte
(personificada)
10
Naturaleza, modo natural de ser, esencia, condición natural, índole, constitución, clase natural corporal,
figura, rasgos, estatura, porte, aire, actitud, naturaleza espiritual, condiciones naturales (sangre o linaje,
sexo, condición social), fuerza natural o creadora, constitución natural de las cosas, conjunto de los seres,
universo, naturaleza, raza, clase, especie.
11
Palabra, dicho, aserto, afirmación, d icho común, proverbio, máxima, sentencia y en general todo
aquello que se comunica con la palabra: orden, mandato, intimidación, palabra dada, pro mesa, condición,
pretexto, palabra o revelación div ina, oráculo, dicho que se propaga, habla, hablilla, ru mor, fama.
¿Có mo se manifiestan?
¿Cuál de ellos se privileg ia?
¿Qué resultados producen?

Aquí tenemos toda la historia de la Filosofía y de la ciencia co mo material, para buscar aquello
que fue promovido y aquello que fue dejado de lado. La historia de las ideas, la que se encuentra
condensada en sus principios etimológicos, como el epíg rafe de un relato, camino que en su momento
siguiera Nietszche y reto mara Heidegger.
El filosofo del mart illo, pudo originar nuevos Paradigmas, aunque su decir fuera frag mentario y
aforístico.
Es una clave de lectura, un tímido protocolo, un ejercicio hermenéutico: el encontrar cómo están
dispuestos estos tres participantes triádicos en cada teoría psicológica, un juego que abre a una
encrucijada.
Cada teoría puede ser leída a partir del significante que privilegia, co mo lo organiza en lo que
trasmite co mo saber y especialmente en aquello que deja fuera.
¿Cuál es el principio que ordena y subordina a los otros? Aquel sobre el que se desple garán sus
ejes temáticos, en base generalmente a una pregunta por responder Paradoja, la un centro inexistente.

III- Hacia un método: Doxa, Episteme, Tejné

Podemos entonces desplegar un modo de ingresar a esta propuesta de lectura, a este estilo de
explicitación – interpretación – traducción epistemológica, que, como el lector se habrá percatado, parte
del interior mis mo del texto, y no intenta imponer grandes grillas epistemológicas concebidas de ante
mano. Se trata de entrar en las fibras íntimas de los campos teóricos, para desde allí percibir cuál es su
lógica, su espíritu, cuál de los tres principios respira en sus letras, qué mito les da consistencia, qué matiz
y matriz et imológ ica privilegian.
El psicoanálisis es una teoría que explica, interpreta, traduce, realiza “exégesis” 12 , comb inando la
invención y la creación. Toma datos de la religión y el mito, y les da la categoría de observables en la
emp iria.
Puede fundamentar esta modalidad a través de su postulación de la „realidad psíquica‟ en donde
la subjetividad se ext iende a las cosas y las cosas a la subjetividad, la realidad no es solamente el plano
ontológico y lógico por separado, es decir, la objetiv idad y el razonamiento.
Freud corona esta idea con su concepto de fantasía donde abrocha realidad y psiquismo en un
mis mo espacio virtual, y qu iebra para siempre la ingenua partición de la verdad y la falsedad. 13
Lacan introduce la imagen de la banda de Moebius, el afuera en el adentro y el adentro en el
afuera, además de otras figuras ilustrativas de su topología.14

12
La exégesis es la interpretación de textos sagrados. Podemos llamarla así desde el mo me nto que el
fundador del psicoanálisis proclama el tratamiento de „texto sagrado‟ a cualquier p roducción del
inconsciente. Diccionario Vo x Griego-Español, Bibliograf, Barcelona, 1993.
13
Cfr. “Fantasías histéricas y su relación con la b isexualidad” (1908), Obras Co mp letas, Biblioteca
Nueva, Madrid, 1995.
Lo que el positivismo ve como una paradoja insalvable, el psicoanálisis lo vive como práctica
cotidiana de un saber hacer, en una ciencia a construir. De allí la permanente circularidad entre Do xa-
Ep isteme y Tejné. Las vías etimo lógicas de cada una de ellas nos muestran una continuidad innegable, en
contra de la partición tajante a la que estamos acostumbrados por la ciencia.

Doxa: opinión, manera de ver, idea, parecer, creencia, concepto, fama, reputación,
en buen sentido, estimación, celebridad, gloria, esplendor, majestad.
Episteme: inteligencia, conocimiento, noción, saber, ciencia, destreza, pericia.
Tejné: arte bella, arte, ciencia, saber, oficio, industria, profesión, habilidad, astucia,
maquinación, intriga, medio, expediente, modo, manera, obra de arte.15

Con sólo revisar la palabra Episteme, encontramos que una de sus significaciones es „noción‟,
por lo que puede decirse que contiene a Doxa en su significación de „manera de ver‟ o „representación‟. A
la vez, nos indica el camino: „Pericia „, o „Destreza‟; y ello no es sin una Tejné.
En la et imología encontramos los principios de los campos disciplinares. El DOS se funda en lo
imaginario de una dialéctica que nos remite a una lógica binaria y allí se constituyen la mayoría de las
teorías que se dicen filosóficas, científicas, psicológicas.
Nosotros planteamos tres hilos etimo lógicos, los cuales tejen una generosa red de saber, lo que
permite superar la partición y exclusión constante de uno de los términos en juego.
Es esta circularidad la que está inscripta en el proceder metodológico que postula el
psicoanálisis. Este logra el carácter de “ciencia aplicada” al ocuparse de la curiosa tarea de descubrir la
química del inconsciente en la corporeidad del alma desde la física de las palabras, teniendo por
instrumento la energía de un soplo. Lo guía un postulado paradójico, casi un o xímoron: es el saber acerca
de lo incognoscible. Su esencia es una sustancia inasible, es esa energía hecha fenómeno que se expande
y nadie sabe bien qué es, pero sí que ES. La tópica habla de los espacios señalados por la excitación,
Eros/Thanatos recorriendo y marcando lugares (tópica), fronteras, u mbrales sellando y abriendo en un
pliegue en perpetuo palpitar. En el cuerpo eró-geno, en las zonas eró-genas. Las fuerzas (dinámica),
concentran o desplazan energía (economía), en el quantum de afecto que las representaciones transportan.

Las imágenes inconscientes están „cargadas‟, pero ¿qué las mueve? Las palabras, las palabras
permiten cualificar la cantidad, la palabra es el soplo que hace mover las astas de la condensación y
desplazamiento, poniendo a trabajar el molino del inconsciente. Las aguas se excitan y los lugares
camb ian por la dinámica de las fuerzas que mueven cantidades en olas de afecto.

Hermenéutica, heurística, exégesis

14
Seminario 11, Los Cuatros Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis (1964), Paidos, Buenos Aires,
1997 (8° reimpresión)
15
Diccionario Vo x Griego-Español, Bibliograf, Barcelona, 1993.
Disponemos por lo tanto, de una tejné, de un „arte bella‟ que el maestro Freud ha sabido oficiar
con astucia y habilidad. Es del talento de cada uno la heurística (la invención) que pongamos en juego, la
exégesis que oficiemos con destreza, leyendo las „señales‟ que el texto-obra nos dona.
El método consiste en utilizar estas herramientas para convocar al pensamiento, y bucear allí
donde el lenguaje hizo su trabajo. Ya en la transliteración de hermeneia encontramos un festín: palabra,
habla, don de la palabra, interpretación y explicación. He allí estos dos últimos términos que han
fecundado el divorcio entre ciencias duras y ciencias humanas, juntos en el inicio.
La búsqueda metodológica es la de poder desprender del texto aq uellos frutos que han sido
producto de la condensación, el desplazamiento, la paradoja, la aporía, la alegoría, la antinomia, la
analogía, la encrucijada, la preterición.
Son claves de lectura, artilugios del texto para decir una verdad siempre a medias, señuelos
retóricos que convocan a la metáfora y la metonimia, y al diálogo continuo entre el sujeto y el texto, en un
decir que los une y los separa.

IV- El sujeto y la pulsión epistemo lógica.

“Nosotros, los filósofos, no podemos separar el cuerpo del alma,


como hace el vulgo, y menos todavía podemos separar el alma de la inteligencia.
No somos ranas pensantes, no somos máquinas objetivas, ni marcadores
con refrigerantes por entrañas. Parimos con dolor nuestros pensamientos
y maternalmente les damos cuanto hay en nosotros: sangre, corazón,
fogosidad, alegría, tormento, pasión, conciencia, fatalidad”
Friedrich Nietzsche 16 .

¿Cuál es el sujeto que subyace a nuestro decir?


Ese sujeto producto del texto que lo convoca, tejido en el trabajo de sus redes, un sujeto
med iante el cual el texto cobra existencia. Es decir, sujeto sujetado a la palabra, enclavada ella en las
vicisitudes de Eros y Thanatos.
El Psicoanálisis es inédito, porque es el que verdaderamente encuentra al sujeto, y le pone
nombre al objeto, lo remite a su fuente, muestra su trabajo y señala su fin. En el decir acerca de la pulsión,
en sus fluctuaciones, constancia, parcialidad y mult iplicidades. El concepto de pulsión -hermanado al de
lib ido-, uno de los fundantes, es el que muestra cuál de los principios de nuestra tríada es el destacado: es
Eros (amor-deseo), con todas las consecuencias teóricas, epistemológicas y técnicas que esto ha
conllevado.
Partimos de la co mbinación de lo externo del obstáculo y la ruptura,17 y lo interno del sujeto en
este proceso de „conocer‟, desde tres nutrientes etimológicas:

16
La gaya ciencia (1882), Espasa Calpe, Madrid, 1984.
17
Cfr. Supra Punto VII.
1) La griega, que nos lleva a la razón (conciencia), aunque no abandona el costado amoroso:
gnome: entendimiento, razón, conocimiento, reflexión, corazón, voluntad, deseo, habilidad,
astucia.18
2) Una variante latina coincide con la etimo logía anterio r, y otra que nos habla del saber como
sabor (sentidos) Saber -sapio- es al mis mo tiempo conocer, y tener sabor. 19
3) La et imología hebrea, es la que introduce Freud, en donde el conocer nos remite a la
sexualidad (al inconsciente). Esta frase bíblica resulta esclarecedora:

“En cuanto Adán comió del árbol del Conocimiento, „conoció -


cohabitó‟- („iadá‟, participio del verbo „iadóa‟: conocer, saber,
cohabitar, copular), con su mujer. Este „conocimiento‟ es la perífrasis
de copular. Por eso se denomina así: el Árbol del Conocimiento. A eso
se debe que e l joven mancebo, en cuanto conoce (iodéa) la distinción
entre el bien y el mal; ansía la cópula”20

Esta última etimo logía es la que más nos interesa, ya que revela una verdad que la ciencia ha
intentado velar durante siglos: el investigar no parte más que de una curiosidad sexual. Está apuntalada en
aquello que Freud llamó “pulsión epistemológica” 21 . Esta pulsión tiene diversos destinos de acuerdo al
mecan ismo que actúe sobre ella.
La pulsión epistemo lógica (necesidad de saber) para Freud, t iene su origen en la curiosidad del
niño ante el enig ma de la sexualidad, que no es otro que el de la diferencia sexual. 22
Los destinos de esta pulsión epistemológica, s egún el Psicoanálisis, serían los siguientes: 23

1 - Permanece inhibida: la inteligencia se detiene en su desarrollo


produciendo un cuadro de: estupidez - atraso mental.

2 - Continua bajo la forma de actividad intelectual, pero no se desprende de


su objeto sin poder reconocerlo como tal, permanece sexualizada y el trabajo
intelectual ocupa gran parte (o toda) de la vida sexual del sujeto, ubicando en este
plano: La angustia, placeres, inhibiciones, perversiones. Se produce un saber
(ciencia) que se opone a la verdad. Este es el lugar de la repetición del Discurso
Universitario.

18
Diccionario Vo x Griego-Español, Bibliograf, Barcelona, 1993.
19
Diccionario Ilustrado VOX Latino- Español, Español- Latino, SPES, Ed itorial Bibliograf, Barcelona,
1992, p. 695.
20
En MÜLLLER, L., Del Paraíso a Canaán, Estudios sobre la Biblia, Ed. Letra Viva, Co lección
Ensayos analíticos, Buenos Aires, 2001, p. 102.
21
Y que Pichon Riviere rebautizará co mo pulsión epistemofílica. Cfr. Supra Punto 6.
22
Véase: “Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci” (19210), y “Pulsiones y sus destinos” (1915).
Obras Co mp letas, Ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 1995.
23
OCTA VE, M. Freud, el descubrimiento del inconsciente, Ediciones Nueva Visión, Bs As, 1987, p.
110.
3 - La pulsión se sublima y la curiosidad opera al servicio de la inteligencia
de forma imaginativa. Es la posición Socrática en el saber, el campo de las artes en
general. De esta manera el saber se transforma en un arte, en un saber hacer.

4 - La psicosis paranoica, donde no hay lazo social, por lo que el saber se


convierte en delirio.

5 - El Psicoanálisis (triunfa en donde fracasa la paranoia, es una locura


lograda) La pulsión es sublimada y desexualizada, la cual „diariamente‟ orienta la
curiosidad sexual y permite un fortalecimiento del sujeto (analista - analizante)

Es asentado en un movimiento pulsional, siemp re sexual, que el sujeto logra interesarse por la
vida, por la naturaleza, por el conocimiento. Es la primera pregunta por una diferencia (sexual), lo que
iniciará el campo de la interrogación subjetiva. La investigación, y todos sus métodos, sus
cuantificaciones y cualificaciones, no son otra cosa que una herencia de esta pregunta, y están teñidos por
ella, a pesar de que su desenvolvimiento esté dirig ido a denegarlo. La filiación de la simple curiosidad
que mueve al sujeto, es siemp re sexual. No debemos perder de vista lo orig inal de este planteo al
acercarnos a cualquier campo de conocimiento.

V- Sujeto, objeto y método

Vamos a presentar ahora la problemática de este nuevo tríptico, desde el saber que se desprende
si seguimos el camino etimo lógico. Se trata de retornar a la gramática y la etimo logía para recupe rar la
riqueza de la cadena asociativa orig inal.
Para Jean Coro minas 24 , sujeto y objeto vienen del mis mo verbo latino: Jacére (iacere) que
quiere decir “lanzar , arro jar”. Desde este inicio, resulta un error oponer sujeto a objeto, como lo ha hecho
la historia del pensamiento moderno.
Su movimiento nos lleva a abyección: “lo echado debajo” (para el sujeto); y deyección: “echado
hacia delante” (para el objeto) En este movimiento hay una diferenciación entre sujeto y objeto. 25
Si buscamos en los orígenes de la mitología hebrea, tenemos el mito de Lilit (primera mu jer) en
donde la disputa es en relación a que posición toma el varón (Adán) y que posición toma ella,
explícitamente, en el acto sexual. 26 ¿Su jeto u objeto? Es la pregunta que imprime el mito, y en su
metáfora nos dice una verdad, teñida de diferencia sexual.
Así, objeto se desliza en su significación, a objetum: “poner delante” (oponerse- una barrera) Se
puede pensar que el objeto es lo que resiste al sujeto.
Y su jeto se deriva a subjetus: “poner debajo, someter, sujetar”.

24
COROM INAS, J, Breve diccionario et imo lógico de la lengua castellana, Ed. Gredos, Madrid, 1990.
25
Cfr. El trabajo de la profesora Graciela Ianuzzo, “Ese oscuro objeto del sujeto y el método” (ficha de
cátedra inédita), y artículo presente en este libro: “Ese oscuro objeto del sujeto”, del prof. Ferrero.
26
PATHAI, R., GRA VES, R. Los mitos hebreos, Ed. Alianza, Madrid, 2002.
Es decir, que esta derivación invirtió la posición. Sujeto, de estar abajo y activo a estar arriba y
activo. Y objeto, de estar arriba y activo a estar abajo y pasivo.
Este descubrimiento etimológico, es central en el tema que nos convoca. Cada una de estas
detenciones lleva a posiciones de pensamiento, discursos que se vuelven carne en las singularidades de
los que la viven. Aquí es donde más valor tiene articular Logos, Fisis 27 , Eros - Thanatos, para elucidar
cuál se ellos es el central, y có mo desde allí se ordenan los demás elementos de la serie teórica.
Habría muchas más derivaciones para realizar, pero la lengua griega nos permite avanzar un
poco más en el sentido que nos interesa:
Objeto (antikéimenon), quiere decir: “puesto enfrente”. También podríamos pensar “lo que se
opone, lo que enfrenta”.
Sujeto (Jipokéimenon): “debajo de, yacer, estar tendido, estar situado”
Nos abre otra variante en la relación objeto-sujeto, y a la vez nos remite a la raíz latina.
Ahora podemos asociar un tercer elemento que es el método. Cuyo origen es methodos: camino,
procedimiento, método.
Entendemos que método es un sustantivo femenino, lo que nos permite pensar, incluyendo las
referencias anteriores, y desde el proceder freudiano, que al método lo otorga el objeto y no el sujeto,
como se cree habitualmente, es decir, el objeto en-seña, señala la forma de abordarlo.
Esto podemos pensarlo en relación a la subjetividad, ubicándolo en una lectura de la diferencia
sexual. Evitando la abstracción de esta diferencia, lo que nos lleva a un planteo neutral, andrógino.
Podemos dividirlo en Meta: en medio, entre, con, en unión de /// indica; lugar, modo y tiempo -
hacia, en busca de, después de, conforme a, de acuerdo con. Y Odos: camino, senda, expedición , modo
de vida, vía , med io , método, sistema
Recuperando de „método‟, el odos (entre), que a la vez es el mis mo significado que dia (entre),
de „diálogo‟, entonces podemos decir que el método es un diálogo entre el sujeto y el objeto.
De acuerdo al método que tengamos es el diálogo que desplegamos, es decir, el d iscurso de
ciencia que elaboramos.

VII- Del obstáculo epistemológico-ep istemofílico a la ruptura epistémica

Para definir el movimiento que nos acerca a estas problemáticas, el rodeo obligado por la historia
del pensamiento, podemos decir que partimos de los postulados de Bachelard (obstáculo y ruptura
epistemológica), y los de Pichón Riv iere (obstáculo epistemofílico), y los resignificamos desde una
postura Psicoanalítica, entendiendo que el objeto es también el propio sujeto 28 , como señalamos en el
punto anterior. Tamb ién podemos verlo en el sentido como Winnicott 29 plantea el objeto transicional,
donde el conocimiento que se construye es sobre la base de las experiencias viv idas y representa al sujeto.
De esta manera realizar una ruptura en el conocimiento imp lica un camb io en la subjetividad.
Transcribimos una cita de Bachelard:

27
Sofía, por filosofía, y Psijé por psicología, son sus variantes.
28
Crf. Supra: “Ese oscuro objeto del sujeto”, de Antonio Ferrero.
29
Véase WINNICOTT, D., Realidad y Juego, ed. Ged isa, Barcelona, 1990. También artículo presente en
este libro: “Ensayo sobre una epistemología transicional-transaccional”, de Antonio Ferrero.
“Cuando se investigan las condiciones psicológicas del progreso de la ciencia, se llega muy
pronto a la convicción de que hay que plantear el problema del conocimiento científico en términos de
obstáculos... En efecto se conoce en contra de un conocimiento anterior, destruyendo conocimientos mal
adquiridos o superando aquello que, en el espíritu mismo, obstaculiza a la esp iritualización”30 .

Asimismo, el autor cree, en contra de las tesis positivistas, que opera una profunda ruptura en la
observación y la experimentación, entre el conocimiento sensible y el científico.
“He aquí entonces la tesis filosófica que sostendremos, el espíritu científico debe formarse en
contra de la Naturaleza, en contra de lo que es, dentro y fuera de nosotros, impulso y enseñanza de la
Naturaleza, en contra del entusiasmo natural, en contra del hecho coloreado y vario. El espíritu
científico debe formarse reformándose”.31 , ya que “… una marcha hacia el objeto no es inicialmente
objetiva…”32
Una visión pesimista con aires winnicottianos inunda el „espíritu‟ del autor: “En la obra de la
ciencia sólo puede amarse aquello que se destruye, sólo puede continuarse el pasado negándolo, sólo
puede venerarse al maestro contradiciéndolo” 33 .

La postulación de epistemofílico lo entendemos como ese mundo interno donde se ponen en


juego: matrices de aprendizaje, afectos, emociones, pasiones, y angustias. Dice Pic hon -Rivière al
respecto:
“Mi interpretación de la noción de obstáculo se centra en la indagación de los elementos
motivacionales de toda dificultad para aprehender un objeto de conocimiento o para efectuar una
correcta lectura de la realidad.”34

El Psicoanálisis se resiste a la manera de pensar filosófica, la que concibe a la totalidad del


mundo a partir de unos cuantos conceptos fundamentales encerrándolo en un sistema acabado de una vez
para siempre, el psicoanálisis aspira a resolver los problemas más cercanos a la observación, se somete de
nuevo a la prueba de la experiencia, siempre es inacabado, siempre está dispuesto a rectificar o a
modificar sus teorías.
El lenguaje psicoanalítico, en el sentido de „vigilancia epistémica‟, permite que ingrese el
discurso a la rigurosidad abriéndolo a la legitimidad de cada término, incluyendo nuevos usos y empleos,
ya que hay un juego sincrónico- diacrónico, entre el lenguaje psicoanalítico y las lenguas psicoanalíticas.
El deseo de conocer y el amor hacia lo que se conoce tiene toda esta carga.
La ruptura epistémica se da cuando se puede acceder a una lógica diferente a la binaria, y la vía
regia para ello es la etimología, porque en sí contiene a todos los „campos disciplinares‟, y a la vez es una
„metaxis‟ es lo que se halla „entre‟, y por esta vía se mantiene una vigilancia epistémica y a la vez se

30
BA CHELA RD, G., La formación del Espíritu científico, Contribución a un Psicoanálisis del
conocimiento objetivo, Editorial Siglo XXI, Bs As, 1984, p. 15.
31
Idem, p. 27.
32
Idem, p. 282.
33
Idem, 297.
34
PICHON-RIVIÈRE, Joaquín, y colab, Diccionario de términos y conceptos de psicología social, Nueva
Visión, Buenos Aires, 1995, p. 132, de “EGP, Cuestiones para Gentemergente”.
realizan constructos teóricos.

El pasaje de una visión binaria a visión trina: el método asociativo.

Cuando hablamos de estructura binaria, en el planteo de la ciencia, nos referimos a cómo se


opone Episteme a Do xa, instalando el método en la dialéctica establecida por el enfrentamiento. Ya
vimos, apoyados en la gramát ica, lo insostenible de esta partición tajante, en la que la ciencia persiste e
insiste.35
El aprendizaje del método asociativo que proponemos para abordar el universo de la
complejidad, por si solo no implica un camb io más que un mayor despliegue de conexiones. Lo que
produce la ruptura epistemofílica es poder acceder a una lógica subjetiva trina en donde hay un cuarto
elemento en juego por fuera y por dentro, que es el objeto. Este cuarto elemento existente para la realidad
psíquica, pero inaprensible, hace funcionar la búsqueda porque se mueve en el vacío de la subjetividad de
cada uno, en lo que le falta y en este espacio académico to ma la forma de „conocimiento‟.

Por eso, sin perder la cualidad y la particularidad en la generalidad, hay que generar un nuevo
dialogo con la totalidad desde la singularidad, en el sentido de una banda de Moebius.

Discusión sobre el método

En el d iálogo sordo entre inductivismo y deductivismo, Círculo de Viena incluido 36 , podemos


hacer mención a dos autores en especial: W ittgenstein y Popper 37 .
Wittgenstein hace una lectura kantiana, hasta el punto de que no hay encuentro entre el noumeno
y el fenómeno. El positivis mo reduce el noumeno al fenómeno, sosteniendo que esta síntesis es la
solución, una reducción que nos deja en la realidad co mo literalidad. En camb io Wittgenstein cree en la
metáfora, pero la postula como una posibilidad fuera de la ciencia, “ext ramuro”.

Aquello a lo que Popper le pondrá el nombre de “demarcación”: ¿Qué es y qué no es ciencia?,


es lo que le interesa defin ir.
A nuestro entender, es una discusión que ambos sostienen acerca del enigma. Creemos que
ambos estaban en lo cierto, pero, en diferentes niveles. Cuando Popper dice que es posible y motor de
movimiento el enig ma en cuanto „problema‟, no estaba errado. Y cuando Wittgenstein dice que en la
ciencia es imposible, tampoco faltaba a la verdad.
¿Por qué? Bien, porque es posible y además necesario, dándole la razón a Popper, pero es
imposible dándole la razón a Wittgenstein. Porque el método que utiliza la ciencia, ya sea el inductivismo
del positivismo o el método hipotético deductivo del racionalis mo critico, no pueden acceder al enig ma,

35
Cfr.Infra Punto 4.
36
Esta discusión forma parte del contexto de descubrimiento del Psicoanálisis.
37
Véase POPPER, K, La Lógica de la investigación Científica, Editorial Tecnos, Madrid, 1999. Tamb ién
Conjeturas y Refutaciones, El desarrollo del conocimiento científico, Ed itorial Paidos, Barcelona, 1994.
porque utilizan la „metonimia‟ y para acceder al enig ma es necesaria la metáfora (además de la paradoja,
encrucijada, etc). Así que el co locar el enig ma fuera de la ciencia es una acción acertada de Wittgenstein.
Hu mildemente, podemos agregar que la solución sería aceptar el enigma al estilo popperiano,
pero, desde un método que lo pueda abordar al decir wittgensteniano.

VIII- Cierre y apertura. El enig ma y lo intransferible.

Esta discusión pone en el centro de la escena el problema que luego abordará el Psicoanálisis,
cuando se pregunte: ¿Qué es el enig ma?
Y allí se responda: es LA ESFINGE.
Para abordarlo se necesita recurrir a los mitos y saber de qué pregunta se trata en ellos.
¿Cuál es el problema?
¿Có mo se manifiesta?
¿Qué id io ma habla?
¿Có mo descifrarlo?

Al convocar a la Esfinge se introduce el problema desde la diferencia sexual, y así el método


camb ia porque el objeto y el sujeto se interpelan desde otras preguntas: ¿Có mo hace el sujeto en posición
masculina para conservar o camb iar su objeto? ¿Y cuál es su método? Y cuando está en posición de
objeto, ¿có mo hace para conservar o camb iar de sujeto?
¿Có mo hace el sujeto en posición femenina para conservar o camb iar su objeto? ¿Y cuál es su
método? Y cuando está en posición de objeto ¿cómo hace para conservar o cambiar de sujeto?

Con los significantes Fisis –Psijé, Sofía- en relación con el Logos, el enig ma (Problema), en su
dimensión epistémica, no encuentra respuesta (aunque el enigma siemp re está abierto) Sólo es posible
abordarlas (lo que no quiere decir que se tenga una respuesta final), cuando se introduce el significante
Eros/Thanatos.
Sus vicisitudes han sido relatadas magistralmente en el diálogo del „Banquete‟ 38 que demanda
más de un rodeo entre: Erastes (amante) y Ero menos (amado), en relación al Ero menon (objeto de amor y
deseo).
Estas preguntas tienen que ver con lo la denominación de lo que intentamos desplegar: la
Problemát ica Ep istemológica de la Psicología.

¿De qué problemática hablamos?


¿Con qué epistemología abordamos el problema?
¿Có mo se acerca al enig ma cada corriente psicológica?
¿Y có mo interroga el en ig ma a la subjetividad de cada uno?
¿Es el enig ma una demanda de amo r?

Para su relación con WITTGENSTEIN: Búsqueda sin Término, una autobiografía intelectual, Editorial
Tecnos, Madrid, 1985.
Si es así, ¿có mo responde el deseo?
¿Además, de constituirse en ciencia, hay otras posibilidades?

Estos interrogantes nos remiten nuevamente a la relación entre: sujeto, objeto y método.
¿El obstáculo epistemofílico y la ruptura epistemológica no son respuestas a estos interrogantes?

Aun mayor seria el campo a tratar si abordáramos la complejidad de la clínica saliéndonos de la


estructura neurótica, que abarca la vida de todo sujeto más allá de si esta en la doxa o la episteme al decir
tradicional.
Vida cotidiana que hace oficio en un devenir existencial y que en algun os su modo de ser se
man ifiesta en la Téjne como „arte bella‟.
De esta manera podemos hacer una diferencia entre „conocimiento‟ y sabiduría. Hay quienes
pueden llegar a la erudición en el campo del conocimiento, pero, sin sabiduría y hay quienes pueden te ner
gran sabiduría sin tener grandes conocimientos, pero se trata de poder poseer sabiduría y gran
conocimiento.

Gregory Bateson39 se pregunta sobre la conexión entre espíritu y naturaleza. ¿Qué hay entre?
Recordemos que los griegos sostenían que cada palabra tenia su „genio‟ su deimon, cada palabra tiene su
aire.
Hacer propio el mo mento, hacer que esa conexión suceda entre espíritu y naturaleza (falsa
dialéctica) Para eso, hay que generar un espacio, un vacío de dos para que surja el „entre‟, allí donde se
transfiere.
El entre imp lica un intercambio o por lo menos la demanda de intercambio, es claro que el sujeto
puede pedir, pero, no dem-andar nada.

¿Lo que esta entre, qué es?

La Academia es un lugar de transferencia de conocimiento, lo que difiere sen siblemente a ser


transferencia de saber.
Aquí se abre el interrogante acerca de lo „Intransferible‟.
Si recurriéramos a la filosofía, nos preguntaríamos si lo que esta „entre‟ es la belleza, el bien, la
verdad.
La filosofía nos da la posibilidad del asombro para reflexionar, ajenos a una situación límite. Es
decir, está tan naturalizado el entre, suponemos que sabemos de qué se trata, certeza académica que
obtura todo tipo de vacilación subjetiva e imposibilita la metaxis, el dia(entre)logo, el Odos, porque entre
un lugar y otro hay un camino por recorrer.

¿Hay camino? Huellas, marcas, señalamientos, indicios.

38
Véase El Diálogo de el Banquete de PLATÓN, Ed. Planeta, Buenos Aires, 2001.
39
Véase artículo acerca de Gregory Bateson, “Espíritu y Naturaleza”, en este libro.
¿Y qué vías posibles se ofrecen?

No hay ningún mapa de la isla del tesoro, pero, puede que haya indicios que nos permitan
pesquisar en lugares en donde nos vemos compro metidos.
Sutiles rodeos que realizar, posibles encuentros en el desencuentro, encrucijadas que resolver,
caminos sin salida (Paradoja), quizás uno que otro laberinto.
Esta realidad implica co mplejidad y algunos principios de convergencia desde una mirada
holística.
40
Para Bateson - “... la epistemología, inevitablemente, personal. El punto en que se hace el
sondeo está siempre en el corazón del explorador: ¿Cuál es mi respuesta a la pregunta acerca de la
naturaleza del conocimiento? Me entrego a la creencia de que mi conocimiento es una pequeña parte de
un conocimiento integral más amplio que entrama a toda la biosfera o creación.”
La pregunta nos remite a un problema existencial, en cierta manera es una de las modalidades
interpretativas: ¿Có mo estoy en este mundo?
En camb io, para Karl Popper la pregunta no es existencial, sino más bien cosmológica, primero
debo saber qué es el mundo para luego saber qué hacer en él, con un sentido muy pragmático de la
existencia.
Es un saber que permite manejar, do minar, una razón instrumental. En camb io, para Bateson es
un saber que me debe permitir viv ir mejor y de esta manera resolver el v iejo problema p lanteado por
Descartes, entre la dicotomía, entre el cuerpo y el espíritu, esta separación se dice en la academia; entre el
cuerpo teórico y la puesta en juego de nuestro deseo y de nuestro amor.
Gran problema cuando sabemos por el psicoanálisis, que „soy allí donde no pienso‟.
¿Qué queremos, detrás de lo que intentamos saber?
¿Cuándo exp loramos, que buscamos?
¿Y cuál es nuestra modalidad de búsqueda?
¿Nuestro interés de investigar, con qué tiene que ver?

Estas preguntas nos abren a un mundo de significados, es decir, al mundo.


Pero, si la vida es un mundo de relaciones complejas, con interconexiones múltiples y variadas,
¿por qué habría de ser diferente la forma de acceder a él?
Nuestra propuesta es aportar a que todo este campo de preguntas puedan formularse, y la
exploración comenzarse. Apostamos a que
la música, los estados de felicidad,
las caras marcadas por el tiempo,
ciertos crepúsculos y lugares
algo nos puedan decir que no debamos dejar ir.

40
BATESON, G., Espíritu y naturaleza, Editorial A mo rrortu, Buenos Aires, 2001, p. 80.
Sobre el uso de la palab ra “Gramática”

En el texto ustedes encontrarán muchas veces una aproximación entre los términos gramática y
semántica, y por ello queremos aclarar có mo se ha llegado a ello.
Partiremos de la definición de ambos términos que hace María Moliner en su diccionario:
Gramática.
Ciencia de la estructura del lenguaje o de una lengua determinada, que es la fijación,
sistematización y depuración de las normas consagradas por el uso para el empleo y unión de sus
elementos. Se han empleado las designaciones GRAMÁTICA COMPARA DA, GRAMÁTICA
GENERA L y GRAMÁTICA HISTÓRICA, cuyo significado es claro; pero la propiedad de tales nombres
es discutida por los tratadistas, y, en la co mplicada terminología gramat ical moderna, a las cuestiones
abarcadas por ellas se les aplican d istintas designaciones.
V.: «Arte, filología, lingüística.
Analogía, etimo logía, fonética, morfo logía, ortografía, p rosodia, retórica, semántica,
semasiología, sintaxis.
*Derivación. *Expresión. *Figura. * Lengua. *Palabra. *Puntuación. *Signo. *Vicio de dicción».
V. en los «preliminares» del Diccionario relación de artícu los con desarrollo gramatical.
GRAMÁTICA PARDA. «Astucia. Cuquería. Malicia. Picardía. Mano izquierda». Habilidad para
*manejarse, de la que forma parte el *dis imu lo.

semántico, -a.
(Del fr. «sémantique», del gr. «semantikós», significativo, deriv. de «semaino», significar, y éste
de «sema». Lingüística.)
Relacionado con el *significado de las palabras.
(n., en fem.). Estudio del significado de las palabras .
(T., «semasiología».)

De la familia de sema -
semantema.
(masc.). «* Raíz». Elemento de la palabra que contiene el significado.
(V. « morfema».)

Así que, podemos ver que en su concepción clásica, la gramática se atenía más a la estructura,
mientras que la semántica a la significación. Pero notarán que en la fo rma más contemporánea se ha
perdido gran parte de esta distinción, porque a partir de Saussure, la forma y el contenido se correlacionan
y forman una sola unidad, es decir, son parte de lo que configura la lingüística.

Siguiendo la justificación de esta delgada línea en el emp leo de los términos, citamos a Jacques
Derrida:
“En todos los sentidos de la palabra, la escritura comprendería el lenguaje. No se trata de que
la palabra “escritura” deje de designar el significante del significante, sino que aparece bajo una
extraña luz en la que “significante del significante” deja de definir la duplicación accidental y la
secundariedad caduca. “Significante del significante” describe, por el contrario, el movimiento del
lenguaje: en su origen, por cierto, pero se presiente ya que un origen cuya estructura se deletrea así –
significante de un significante- se excede y borra a sí mismo en su propia producción. En él el significado
funciona como un significante desde siempre. La secundariedad que se creía poder reservar a la
escritura afecta a todo significado en general, lo afecta desde siempre, vale decir desde la apertura del
juego. No hay significado que escape, para caer eventualmente en él, al juego de re ferencias
significantes que constituye el lenguaje. El advenimiento de la escritura es el advenimiento del juego:
actualmente el juego va hacia sí mismo borrando el límite desde el que se creyó poder ordenar la
circulación de los signos, arrastrando consigo todos los significados tranquilizadores, reduciendo todas
las fortalezas, todos los refugios fuera-de-juego que vigilaban el campo del lenguaje. Esto equivale, con
todo rigor, a destruir el concepto de “signo” y toda su lógica. Sin lugar a dudas no es po r azar que este
desbordamiento sobreviene en el momento en que la extensión del concepto de lenguaje borra todos sus
límites. Lo veremos más adelante: este desbordamiento y esta borradura tienen el mismo sentido, son un
único y mismo fenómeno. Todo sucede como si el concepto occidental de lenguaje (en aquello que, por
sobre su multivocidad y por sobre la oposición estrecha y problemática del habla y de la lengua, lo une
en general a la producción fonemática o glosemática, a la lengua, a la voz, al oído, al sonido y al aliento,
a la palabra) se mostrara actualmente como la apariencia o el disfraz de una escritura primera” 1 .

Es por ello que reducir la gramática al juego de la estructura sería volver hacia los tiempos en
que la palabra era algo rígido y ordenador de sentidos e ideologías, y como verán, nada es más ajeno a
este libro que esa idea de ordenarlos en una secuencia ideológica, que los sustraiga de su propia
interpretación. Son palabras abiertas, tanto que se dan desde la etimo logía significados nuevos a términos
que ya conocían, pero, en una sola dimensión.
Desde cierto punto de vista es un libro de orden feno ménico que responde a la economía lector-
escritura y se transversaliza hacia el horizonte de posibilidades que pueda tener él mis mo en la inserc ión
de teorías en su mundo.

El equipo de cátedra.

1
DERRIDA, J., De la gramatología, Siglo XXI, México, 1998.
MITOS Y LOGOS
La encrucijada actual

Generalmente, cuando nos referimos al mito , o a un mito , remitimos a aquello


que no es, a lo que no acontece en la realidad, a lo absurdo, creando así la dualidad
irreconciliable entre la ficción y la realidad.
Pese a esta dualidad, debida en parte al paradigma racional que comienza, de
algún modo, con Platón (con el segundo Platón) y que atraviesa la percepción del
mundo occidental, el mito traspasa todos los límites, atraviesa toda la cultura con sus
creaciones literarias, filosóficas, jurídicas, e inclusive es inherentemente implícito a la
propia ciencia.
La definición del mito es difícil de determinar, porque siempre se corre el riesgo
de acotar su amplio significado. De todos modos , su propia definición queda reducida a
un segundo plano cuando es percibido como una vivencia, como vivido por y en el
hombre, como funcionamiento trascendente en el centro de la cotidianidad del ser
humano. Claro está que éste accionar del mito es impensable, inaceptable , para el
hombre moderno, que establece una incesante y persistente lucha entre mito y logos .
Esto lleva al desgarramiento interior de la cultura accidental, en general, y del individuo
que le es parte.
Mas allá de ésta dicotomía y de la pretendida racionalización del mito,
legalización en un marco científico que niega su propia esencia, cabe preguntar qué
relación existe entre mito y hombre posmoderno.
Incursionando un poco en la etiología de la palabra mythos es curioso advertir
que, originariamente, significa logos: palabra, discurso hablado. Más tarde, los griegos
hacen de estas dos palabras significados antagónicos. Este dilema est á intrínsecamente
relacionado con las creaciones literarias, donde la palabra ya no es la palabra inmediata
sino que contiene un entramado racionalizado y argumentativo, lo cual se opone , tanto
en la forma como en el fondo , al mito como palabra meramente transmitida de forma
oral. El logos designa la palabra pensada, significativa y argumentadora, del análisis
mental, evaluadora. La palabra mito se relaciona con aquello que ha de suceder o ha
sucedido. Es decir : el mito designaría la palabra poderosa, relacionada con la divinidad.
El lenguaje del mito no induce a discusión. No argumenta , sino que presenta. Él está
presente en la existencia humana en forma de ausencia, es lo que nunca ha sucedido
pero que permanece, lo que se re-actualiza, lo que siempre está.
De todos modos, cabe destacar que la contradicción entre mitos y logos no está
determinada tanto por el contenido de estos términos como por la función y la
valoración de la tradición, ya que la función que el filósofo griego otorga al mito
consiste en el hecho de elevar el espíritu del hombre a las esferas imposibles de alcanzar
por medio del logos. El mito viene a convertirse entonces en un estímulo del logos, que
lo fecunda y lo enriquece.
Empero, el mito será negado por la filosofía como una fuente de verdad. La
filosofía tratará de desmitificar la verdad que puede él contener.
Si en un principio se intentaba desmentir el mito e invalidarlo con el poderoso
logos moderno, el hombre, ante la soledad y la incertidumbre, necesita de algún modo
mitificar su propia vida para poder hacer más soportable su existencia, buscar el “de
dónde”, el “para qué”, el “por qué” desde lo irracional.
El hombre se encuentra constantemente con el sentimiento de extrañeza, con ese
“algo” que se parece a la “nada” y lo pone frente a la perplejidad de su propio ser. Él ya
no puede sostener-se como en una sola dirección, re-conocerse en un único sentido. Su
existencia, su humanidad es contradictoria, polifacética, siente y ve el mundo, su
mundo, desde varios frentes… tantos que se le hacen insoportables. Es justamente en
ese punto donde aparece el mito como aquel que, consciente o inconscientemente, viene
a integrar aquello que aparece como desvinculado.
Los mitos permiten al hombre el reconocimiento del mundo real y al mismo
tiempo confiere realidad al mundo cotidiano de éste, a pesar de que estén expuesto al
devenir. Su función más importante consiste en constituirse como modelo de todo
aquello que normativamente ha de pensar y ha de hacer el ser humano. El mito justifica
y legaliza las relaciones e instituciones que regulan la vida humana. Actúa también
como un agente histórico-socializador, narrando los orígenes del mundo y de las
sociedades, fundando algo en la cultura, quizás su propia soportabilidad, sirviendo a la
autopresentación de la conciencia de identidad de las comunidades humanas. Se
convierte en un medio eficaz para pasar de lo exotérico a lo esotérico. Para esto, el mito
se ubica dentro de la esfera de lo sagrado, porque para poder instaurarse como
indudable debe traspasar aquello que deviene..
Más allá de los diversos modos en los que aparecen y se re-significan los mitos,
de la metamorfosis que constantemente sufren, estos son universales, atraviesan,
constituyen y regulan toda la cultura.
Las interpretaciones que se hacen en la diversidad de las situaciones históricas
son siempre selectivas. Es decir, se escoge una determinada perspectiva para dar
respuesta al “qué” del mito que está en sintonía con nuestro entorno cultural y con
nuestra configuración personal y biográfica. Allí donde hay un hombre que habite, allí
será habitado por un mito.
El hombre mas que un animal racional es un animal simbólico y, por lo tanto,
necesita al mito, lo vive, le da sentido (y esto es recíproco), ya que apela a la máscara y
la polisemia para iluminar los flancos ocultos de las cosas, que es donde suelen residir
las claves de la realidad. Es desde los mismos recursos de la representación donde mejor
se expone la verdad de lo representado. Los mitos muestran más en lo que encubren que
en lo que declaran. Es allí, en su contenido implícito, donde se oculta la verdad, y en
esto se asemeja al inconsciente freudiano: el mito, como el inconsciente, revierte la
lógica cartesiana “cogito ergo sum”, siendo allí donde no se piensa.

Texto de referencia: Duch, Lluís, Mito, Interpretación y Cultura, Herder, Barcelona,


1998.

Prof. Gabriela Kindernecht


El origen del Verbo.
Basado en el texto ”Las redes de Eros y la Palabra” 1 .

Lo primero en la letra del Génesis es un acto de creación, la palabra es


mencionada en relación con la Luz. Así reza el Evangelio de San Juan:

“En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios.


Y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios.
Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe.
En ella estaba la vida y la vida era luz de los hombres,
y la luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la vencieron”.

En el Fausto, Johann Wolfgang Von Goethe construye una suerte de exégesis:


En un tramo de la obra, Fausto comienza nuevamente a filosofar, ahora en el
terreno de la religión. Acude al Nuevo Testamento, abre éste por el comienzo del
Evangelio de San Juan:

“Escrito está: „En el principio era la palabra‟... Aquí me detengo ya perplejo. ¿Quién me
ayuda a proseguir? No puedo en manera alguna dar valor elevado a la palabra; debo traducir
esto de otro modo si estoy bien iluminado por el Espíritu. –Escrito está: „En el principio era el
sentido‟... Medita bien la primera línea; que tu pluma no se precipite. ¿Es el pensamiento el que
todo lo obra y lo crea?... Debiera estar así: „En el principio era la Fuerza‟... Pero también esta
vez, en tanto que esto consigno por escrito, algo me advierte que ya no me atengo a ello. El
espíritu acude a mi auxilio. De improviso veo la solución, y escribo confiado: „En el principio
era la Acción‟.” 2

Para Goethe, la solución exegética era colocar co mo principio, la Acción. En


este trabajo la propuesta exegética es: “En el Principio es Eros en búsqueda de Psijé”.
Por dentro de ésta afirmación desarrollo la Problemática Epistemológica de la
Psicología. Así, confluirán una visión mitopoética, un desarro llo gramatical y una
reflexión etimológica sobre esta encrucijada del amor y el deseo. Eros.
La intención es dar los indicios necesarios para que se pueda advertir que el
origen del verbo, y por tanto de la acción, es Eros y que en su despliegue se transfo rma
en Erotesis. Es decir, en todo postulado posible del intento de ciencia. Podría agregar
que es el origen mismo del „Paradigma‟.
Bajo la demarcación del Eros, las primeras comunidades acordaron que toda
verdad debía ser dicha con una forma en la que el simple mortal pudiera “transportarse
al mundo de los dioses”, el de los sueños. El “carro alado” es la metáfora 3 para ello. Allí
Homero, en el siglo XII A.C., inicio de los relatos de la Civilización Helénica 4 .
Así, se pueden puntuar tres referencias míticas:
1) El Eros de la Teogonía de Hesíodo (Siglo VIII a.C.). Un bello Dios inmortal,
que quiebra los miembros y doblega tanto a dioses como a mortales, es la fuerza
primordial que asegura la continuidad de las especies y la cohesión del mundo.

1
IANUZZO, G. Las Redes de Eros y la Palabra. Inédito.
2
GOETHE, J.W.V. Fausto. Ed. Cátedra. Madrid. 1997. Págs. 141-142.
3
Metáfora: llevar a otra parte, trasladar, transferir, camb iar, mudar, trocar, confundir, enredar.
Diccionario Griego-Español. Editorial Vo x. Barcelona, 1993. Pág. 391.
4
Desde Helena de Troya.

1
2) El Eros del Banquete de Platón (Siglo V a. C). Es un “genio”, un mensajero
(ángel), nacido de Poros: camino, vía, recurso, medio para conseguir un fin. Es el
Padre. La Madre: Penia. Pobreza, penuria.
Muere y nace todos los días siendo eterno. Vive en la carencia, pero tiene todos
los recursos. Posee una doble naturaleza que lo hace inmortal y mortal, lo más fuerte y
lo más frágil a la vez. Eros (amor y deseo) puede encontrar todos los caminos, las vías
posibles, en una diáspora permanente de sí.
3) El Eros de Apuleyo (Siglo II d. C). Versión que fue tomada para fundar la
carrera de psicología de la UADER. Esta narración mitopoética da cuenta de la relación
de Eros (amor y deseo) y Psijé.
Un Eros que puede enamorarse y renunciar a su madre y a la vez recibir la
herencia de su padre. Un Eros que es la contracara de Edipo. Eros que es un héroe, que
inmerso en el drama pasional puede sortear la tragedia y vencer todos los destinos,
rescatando su amor desde su deseo.
Las diferentes versiones se anudan alrededor del Amor, el Deseo, la Belleza, el
Bien, la Verdad. Son puntos de fuga ante el despliegue de sus contrarios, aquellos que
se anudan en el drama pero sin llegar a la tragedia, como en Edipo.
El mito en-seña, hace señas hacia esa tercera posibilidad que está más allá de la
lucha de contrarios. Esta lucha sólo lo es en apariencia: bajo una tensión hay un deseo
en el odioenamoramiento, que ata en lo más íntimo.
En un viaje arqueológico gramatical se encontrará la dulce voz de Eros.
Érotos: es amor y especialmente pasión, deseo apasionado o vehemente,
exaltación, alegría.
Es interesante pensar en espíritus alegres y espíritus tristes. Almas bellas,
aquellas a las que les crecen los plumones para volar hacia la verdad, al decir del Platón.
Erotikós: es el adverbio que nos remite a las maneras de lo amoroso.
Siguiendo las redes de Eros se llega a Erotomanía: voz culta que habría que
trasliterar utilizando el término de locura. Locura de Amor.
En el contexto griego en donde surge esta etimología había dos tipos de locuras.
Una en estaba vinculada con problemas de relación, asociada a lo orgánico que
enajenaba al sujeto. La otra, empero, era la locura divina, inspirada por los dioses, en el
caso de los poetas, por las Musas, especialmente la madre de todas las musas:
Mnemosine (la memoria). El poeta era aquel que “recordaba” el decir de los dioses que,
principalmente, se revelaban en sueños. Así, Hesiodo postula que un simple pastor
puede escribir letras aladas, porque las musas soplan en su oído, murmuran los secretos
divinos.
Heroés: los guerreros que obtenían la bella muerte, la que se encuentra en el
campo de batalla, inspirado en el amor a sus diosas. Querer morir en la plenitud de la
juventud para ir hacia ellas en toda su potencia, en todas sus posibilidades.
El verbo se torna Erásmios: amable, que se puede amar. No es el decir cotidiano.
Aquí, “es amable” significa que puede amar y dejarse amar, siempre transportado por la
palabra en las alas de la metáfora.
Entonces, Erastes: el amante. Eromenos: el amado. Y Eromenon: objeto de
amor, dándonos la posibilidad de que la palabra advenga a este lugar de la Erotesis.
La red de Eros nos sujeta en uno de sus nudos: Erotáo. El verbo que significa
preguntar, interrogar, pedir, suplicar, implorar. De aquí la afirmación “toda pregunta,
toda demanda, toda interrogación, todo pedido, es de amor”. Repito, toda demanda es
una demanda de Amor.
Se deriva de este verbo Erótema: pregunta, interrogación, cuestión.

2
La cuestión en Problemática Epistemológica de la Psicología es del orden del
deseo y del amor.
Eso conduce a la Erótesis: pregunta, acto de preguntar.
Toda ciencia postula que su inicio es un interrogante y que de acuerdo a ese
interrogante existe su (recortado) objeto de estudio. Para llegar a él debe elegir un
método, definiendo allí su posición.
La gramática revela una escandalosa cuestión: toda Tesis es una Erótesis o no es.
Paradójicamente, la postura de la ciencia tradicional es una impostura. Basta con ver la
biografía de los científicos positivistas. He allí que la ciencia se define por lo que no es,
por lo que excluye: el deseo y el amor (la subjetividad del que investiga).
La red de Eros se extiende sobre nosotros en hilos finísimos de plata y oro. Éro y
Éiro significan:
1) Decir, hablar, contar, anunciar, comunicar, mandar, establecer.
2) Anudar, atar, entrelazar.
3) Preguntar, interrogar, buscar.
El verbo no solo es en su “cualidad”, sino también en su “cantidad”: ésta se
torna cualitativa. Así, el verbo contendría tanto a posturas cuantitativas como
cualitativas.
La lógica de la oposición es una estructura binaria que divide, opone y enfrenta,
lo que en su origen es una y la misma cosa. Bajo la torpeza de avanzar con la dialéctica
de los contrarios, confrontando lo que antes era unidad en la intimidad, pierde más de
una posibilidad en ese intento desatinado de la síntesis.
La pasión es una holística que en su Caos establece líneas de tensión en
desequilibrio constante, hasta que una de las Parcas venga a cortarlos.
No obstante Freud nos dice que el deseo es inmortal.
Eros se torna verbo defectivo en femí: hablar, decir, pensar, opinar, prometer. En
el hablar hay más que un pensamiento o más de un decir, también hay un prometer.
Femí está emparentado en la red con féme: voz, dicho, palabra, lenguaje, fama.
Y en esa red también está la raíz fa, origen en latino de fabulare, que deviene en fablar:
hablar.
Todo hablar es fabular, pero no todo decir es fabuloso.
Ésta es una manera de decir que en la palabra está el sueño, que el decir está
henchido de imágenes, de sensaciones, de sentidos sensibles que transportan al sujeto a
un mundo propio de representaciones en su habla, intentando su lengua compartirla en
el lenguaje.
Por ello se busca qué palabra esta preñada (llena) en deseo, en un
desplazamiento en otras livianas (vacías) en su deambular.
De esta manera se comprende por qué el lenguaje es uno de los problemas
centrales de la ciencia, desde la misma definición de verdad que legara Aristóteles: “La
adecuación entre el pensamiento y la cosa”. Un criterio semántico de verdad que e n su
sema lleva el soma (cuerpo) del lenguaje. Recuérdese también: en la lengua griega, al
igual que la hebrea, cada palabra tiene una correspondencia numérica.
En esos puntos también se halla el esfuerzo continuo tanto del empirismo lógico
(Hempel) como del racionalismo critico (Popper) para que esa “adecuación” sea
posible.
La paradoja es que la vía que se elige es quitarle la polisemia al lenguaje para
reducirlo a un pensamiento unívoco. Pero cuando los científicos dejan de hacer números
deben volver a hablar y allí los está esperando la sonrisa de Eros, aquel que calla cuando
el Amor teje.
Su alma (Psijé) en los hilos de su deseo, rosa de los vientos.

3
Esta arqueología gramática conduce a la intimidad de los verbos que se
denominan “de lengua”, vinculados estrechamente con el verbo amar. El primer verbo,
Lego, pierde una consonante que aparece en latín con una v: ver-bum. Verbo, la raíz er
ha sido tomada de éiro, que se desliza a eroeo: brotar, fluir, pero también dejar,
rechazar. El sustantivo homófono eroé significa fuerza, ímpetu, empuje, pero también
parada, cese, abandono.
Con un espíritu fuerte de la lengua griega obtenemos héroe.
La gramática nos da todos los indicios para descubrir desde dónde brota la
verdad. Siguiendo el camino del amor y del deseo.
Atrapado en la redes de Eros el Psicoanálisis hace de ese decir una cura sin
negar su vía regia: el sueño. Para ello una praxis, conjunción de Doxa y Episteme, en
una Técne que le es propia.
Acercándose a sus rastros dice Julia Kristeva:

“ El amor es el tiempo y el espacio en el que el „yo‟ se concede el derecho a ser


extraordinario... La espera me hace dolorosamente sensible a mi estado incompleto que
antes ignoraba... La llamada, su llamada, me desborda con un flujo en el que se mezclan
trastornos del cuerpo (lo que llamamos emociones) y un pensamiento en torbellino, tan
vago, tan débil, tan dispuesto a penetrar o fundirse en el otro, como vigilante, despierto,
lúcido en su avance... ¿Hacia qué? Hacia un destino implacable y ciego como una
programación biológica, como el desarrollo de la especie... Cuerpo insuflado, presente
en todos sus miembros por una deliciosa ausencia: voz temblorosa, garganta seca, ojos
deslumbrados por el resplandor, piel rosada o sudorosa, corazón palpitante...
Los síntomas del amor ¿serán los síntomas del miedo? Miedo -deseo de dejar de
sentirse limitada, retenida, de pasar al otro lado. Temor a transgredir no sólo
conveniencias, prohibiciones; sino también y sobre todo, miedo y deseo de traspasar las
fronteras del yo... El encuentro entonces, mezclando placer y promesa o esperanza,
permanece en una especie de futuro perfecto. Es el no-tiempo del amor que instante y
eternidad, pasado y futuro, presente, me colma y sin embargo me deja insatisfecha... El
amor es, en suma, un mal a la vez que una palabra o una carta. Lo inventamos cada vez,
con cada amado forzosamente único, en cada momento, lugar, edad... O de una vez por
todas.
Las delicias y las angustias de esta libertad se agravan hoy por el hecho de no tener
códigos amorosos, no hay espejos estables para los amores de una época, de un grupo,
de una clase. El diván del psicoanalista es el único lugar donde el contrato social
autoriza explícitamente una búsqueda -aunque privada- del amor.”. 5

En este fragmento se encuentra lo expuesto, a la vez pensado en relación con los


“sufrimientos” de la época, este momento pos- moderno en donde se habla de patologías
de relación, posibles de ubicar en “Psicopatología de la vida amorosa”. Cada contexto
tiene sus matices, sus modulaciones, sus maneras de manifestar esto que es una falla de
amor en eso que es la carencia de deseo. Diluido, light, ausente en el semejante,
confiscado por ese gran Otro, litigio que nos lleva a una cotidiana demanda de amor.
Kristeva dice:

“A Sigmund Freud, un posromántico, el primero de los modernos, se le ocurrió hacer


del amor una terapia.”. 6

5
KRISTEVA , J. Historias de Amor. Ed itorial Sig lo XXI. México, 1993. Págs. 4 y 5.
6
KRISTEVA , J. Op. Cit. Pág. 7.

4
El Psicoanálisis es una cura de amor en donde el deseo orienta toda cura posible
(dirección de la cura). Una forma de rescatar a Asclepio o Esculapio, aquel que
aseguraba que la respuesta está en los sueños. Su templo, siglos antes de Hipocrátes y su
jura- miento, era un lugar de sanación en donde los peregrinos se dirigían para dormir,
para soñar.
Amor de transferencia:

“El analista está inmerso en el amor, y si lo olvida se condena a no hacer análisis.”. 7

Luego dirá que fugaces son los puntos de identificación de la


contratransferencia.
Por medio de la formación, el análisis personal y la supervisión, la Técne
analítica formaría un cinturón protector, al decir de Lakatos. Así se puede enfrentar esta
contratación continua que es la relación con el otro, sosteniéndose su núcleo duro que es
el Sujeto Supuesto Saber, una ilusión necesaria para que se de esta enfermedad.
Porque el contrato analítico consiste en instalar una “enfermedad” transitoria,
que es la neurosis de transferencia, para que algo del síntoma se suspenda en su goce y
deje un agujero de displacer que haga hablar al sujeto.
En esto no hay ningún “programa científico”. Sí la posibilidad del Caos con sus
variables de sistemas abiertos, desequilibrio constante de la angustia, pero en la
inconsistencia que da la insistencia de un deseo.
La Técne del amor se basa en tendencias coartadas en sus fines, un voto de
castidad del analista buscando la corriente tierna y evitando la sensualidad. Celibato
profano que debe lograr una alquimia entre la lógica del Don y la lógica del
intercambio. Para poder dar allí donde algo se deja.
Paradójicamente, se Dona nada: un vacío, una falta a aquel que venía lleno de
sufrimiento. Pero no es cualquier falta, es el vacío pleno de posibilidades.
Ahora, gracias a este recorrido, la Esfinge ya no está ante Edipo. Se ha tornado
Psijé ante Eros, y sabe que, por más que deje caer una gota de aceite ardiente en su
hombro, que el retorno es posible, después de ese largo sueño, a las aguas de la vida.

Antonio Ferrero.

7
KRISTEVA , J. Ib id. Pág. 11.

5
Dioniso y el Poder.
Basado en el texto “De cómo las redes del poder nos llevan a Dionisos”. 1

El principio de este trabajo es demostrar que la realidad psíquica


obedece a una gramática y que no por ser desconocida deja de actuar. Allí es
cuando más determina a ese sujeto que sabe que no sabe, en un decir
constante que posterga su verdad. Decir que algunos acordaron en llamar
ciencia.
También la gramática permite entender la lógica del poder, que se halla
unida en intimidad al deseo.
Gramática también la del deseo, que se hace habla en la lengua que,
tras el lazo social, se instaura como lenguaje. Se trata de indagar y poder
demostrar el deseo en aquello que se mantiene a través de la etimología y la
gramática. He allí la tarea.
Los referentes: esa “voluntad de dominio” que señalara Nietzsche. Al
decir de Freud: los destinos de la pulsión.
Nietzsche como “Padre” de Foucault, entre otros, y éste como “Padre”
de Derrida, Guatari, Deleuze. Freud como “Padre” del Psicoanálisis y el decir
de diferentes „tribus‟ de analistas.
Lacan en su figura holística del post-estructuralismo (aunque él nunca
aceptara esa denominación)
Se toma el desarrollo de estos autores como “parte” de la verdad; la
verdad no se puede decir toda. En este calidoscopio se intenta agregar una
pieza más para que, cuando se giren sus espejos ante la dinámica de la
pasión, otorgue nuevas luces a la razón. Figuras de un discurso que se
ensambla en palabras de un nuevo decir.
El corazón de la red: el mito de Dioniso.
Es uno de los mitos griegos más complejos. La posmodernidad heredó
una visión nietzscheana de Dioniso, en la que el autor lo oponía a Apolo desde
una lógica binaria. Si bien su intención era rescatar la fuerza de su pasión, esta
división no favoreció su comprensión.
Y es una figura demonizada por la religión, de la que es necesario volver
a pensarla en el contexto en el que surgió.
La problemática del poder fue el tema que ocupó la vida del pensador
francés Michel Foucault. Si bien él hace un trabajo de historización del poder,
una cartografía europea de su tejido a través de los siglos, no lo define hasta
que por sus prácticas sexuales se dio cuenta de que el poder es el que se
“ejerce”. Más precisamente se trata “del dominio sobre el cuerpo del otro”. Allí
reconoce como su maestro al Marqués de Sade. De esta manera entiende lo
social y su complejidad de relaciones, la dinámica, los montajes, los sistemas y
las vinculaciones de poder y del saber.
Daré lugar a la arqueología del poder desde la gramática y la etimología,
dejando que las significaciones de esta palabra cuenten su propia historia.
Poder proviene del Latín potere. De él derivan poderío, poderoso,
pudiente, apoderar, apoderado, desapoderado. Forman una familia con posible,
posibilidad, posibilitar, potente, potentado, potencia, potencial. Y sus negativos:
imposible, imposibilidad, impotente, impotencia.

1
IANNUZZO, G. Calidoscopio. Editorial Delta. Paraná, 2002.

1
Como es evidente, el poder tiene una raíz sexual 2 y por ello su
vinculación con Dioniso. Además, ya se verá que su etimología conduce al
beber, por lo que esta escena remite al dios del Vino. Interrogo entonces por
qué los romanos (que algo sabían del poder) lo llamaban “Liber Pater”, el Padre
liberador.
Ese referente sexual tiene los destinos de la pulsión, y allí se debe
pensar el lugar de la pulsión escópica y de la pulsión invocante.
¿Cómo se juega la mirada y la palabra en el poder? La mirada de poder,
la palabra de poder. 3
Esta raíz nos permite pensar el poder desde el destino anatómico4, al
decir Freudiano, ya que el fundamento de las Monarquías y las Aristocracias,
se encuentra aquí, en una herencia de sangre, en una herencia sexual. Esto es
equivalente en los modelos tribales hebreos, donde los Patriarcas eran
aquellos que tenían el poder y en él la “fecundidad”, la potencia, el potencial, la
potestad. Y esta “virtud”, este “talento” lo recibían como varones nobles, hijos
de Dios.
Este giro nos permite pensar las relaciones de poder desde otro lugar,
para no quedar atrapados en la “ideología”, esa “falsa conciencia”, esa “captura
imaginaria”, que conforma modelos de acción. Empero, no sabe de qué se trata
su pasión, que generalmente la lleva a los derroteros de la desmesura.
¿Pasión por el poder? ¿Para servir al otro? La escena de eterno retorno:
sexualidad, escándalo y corrupción. Donde lo genital hace cuerpo a lo real:
sexualidad y muerte.
Ya enseñó Foucault que hay algo de lo perverso instalado allí. La tarea
es descubrir qué otra versión se puede obtener de lo per-verso de esos niños
polimorfos que juegan al poder.
En un contexto esclavista, de palestra y gimnasio, Platón intentó
inaugurar una Aristocracia intelectual en su “Academia”.
Actualmente, más allá de sus matices democráticos en espacios
intermedios y participativos, la estructura académica conserva el espíritu
platónico. Sigue siendo una aristocracia de intelectuales. Esto se puede
contrastar si se le pide a un Docente Auxiliar que intente presentarse al
concurso de un cargo de Titular.
Lo más irónico es que, desde Platón en su fallido intento de gobernar,
esta ha sido una elite en continuo fracaso, en su mayor tiempo sostenida en la
ironía y el cinismo. La ironía, un estado de la lucidez, pero sin esperanzas. El
cinismo, la desesperación en toda la brillantez de la razón.
El verbo se desliza a Potens, participio presente del verbo possum: que
puede, poderoso, potente, influyente. Que tiene virtud, fuerza, eficacia. Que
domina, dueño, Señor.
Para ejercer el poder sobre otros hay que tener cierto talento. Múltiples
son las vías, sólo uno el acceso.
La gramática etimológica dice que no es cualquiera el que tiene poder.
Debe poseer virtud, fuerza, eficacia, y a través de ellas se torna dueño, Señor.

2
Potencia/impotencia.
3
Mitos mesopotámicos.
4
Onfalos (del lado del órgano femenino). Ictifalo (del lado del órgano
masculino). Falo (premisa universal que representa pero no es el órgano, y que
permite la ecuación simbólica).

2
Entiendo esto como el poder “natural” de un sujeto, diferenciando del otro
poder, el recibido por terceros, el delegado por otros. En lo social puede ser el
grupo, la institución (privada o pública), como espacios de circulación de poder.
La virtud se despliega en la acción de “conservar el poder” y he allí las
enseñanzas de Maquiavelo: más allá del bien y del mal. El poder, un fin en si
mismo.
Freud retoma a Darwin para postular el mito del “Padre de la horda
primitiva”. Escribe Tótem Y Tabú, en donde postula que “los primitivos” creían
que el poder es “de origen divino”, tiene un mana y depende de los grados de
participación de ese mana los lugares en lo social.
¿Es divino el poder? Habría que preguntárselo a los políticos. En verdad,
todos tenemos poder. La diferencia se halla en que unos lo ejercen y otros lo
delegan.
Hay tres grandes pensadores que marcan el siglo: Marx, Freud y
Einstein. Se han cometido errores en su vinculación. El primer punto de
encuentro es que los tres pertenecen a la cultura y tradición hebrea, por lo que
tienen un mismo contexto de descubrimiento en cuanto a los referentes de sus
pensamientos. La otra clave de lectura es poder articular Trabajo, Libido,
Energía. Los tres tienen puntos de encuentros, aunque realizan discursos en
diferentes campos del saber.
Marx busca por medio del Logos una racionalidad social auspiciando
una utopía comunitaria.
Freud, indaga al Eros/Thanatos para ponerse a trabajar en la
sublimación de la energía, pulsión a la que hay que ofrecerle un objeto llamado
cultura y, en ese intento, hacer que la libido forme lazos sociales.
Einstein, haciendo que Fisis recupere su tiempo constante en la
relatividad de un espacio eterno.
Es la conceptualización freudiana la que permite vincular las otras dos
concepciones. Permite la “copula” y le dona la diferencia sexual.
Este escrito tiene un interés centrado en la letra, y la letra sigue el
camino de la pulsión, sangre de la libido, el deseo en el espíritu, sonido que
muda en hueso, la carne en voz y la piel en papel.
Destinos los de la pulsión epistemológica: estupidez, repetición,
búsqueda de la falta, descubrimiento, posibilidad de la cura y la locura. Estos
destinos tienen su lugar en los discursos: Del Amo y el Esclavo, Universitario,
Histérico, Socrático y lo que queda por fuera (locura).
Retornando a la red gramatical de potere, una de sus derivaciones es
Potencia. Es la potencia, poder, fuerza, acción (del sol, de la belleza, de una
enfermedad), eficacia, virtud (del agua, de una planta), potencia (de los
sentidos, de las facultades humanas) función de un órgano. Potencia, poder
político, autoridad, influencia, crédito, poder.
El poder tiene que ver con la “Función del órgano” y es curioso que la
etimología señale el poder de una enfermedad. Es decir, en aquello que se lee
como incapacidad hay un poder, hay una fuerza que puede operar en un
sentido (potencia) o en otro (impotencia).
Hay un señalamiento en esta red, que indica que mucho tiene que ver
con el ejercicio de poder los órganos de un cuerpo. Esto es un referente para
pensar la cuestión de género articulado a las posiciones: Masculino-Femenino.
También el poder implica “salud” para poder soportarlo, pues algunos se
enferman y otros mueren, por el poder y por no poder. Los efectos sobre el

3
cuerpo y también cómo se coloca el cuerpo allí, líneas de fugas y de
encuentros entre los flujos interactuantes del poder. Intensidades, tonos,
modulaciones, reflujos.
También esta red permite pensar el concepto de arete griega (virtud).
Cada cosa tiene su arete, es para lo que está hecha. Esto remite a un
problema antropológico: el hombre, ¿para qué está hecho? O, ¿de qué se trata
su hacer? Hay un modo de ser comprometido en lo que se responde. Hay un
silencio que indica la forma de vida de cada uno en su singularidad. Tras la
idea de “vocación” se trata de encauzar algo del orden de la pasión, en el mejor
de los casos.
Freud ofrece una idea acerca de lo que es la salud psíquica: “Capacidad
de amar y trabajar”. En el niño sería “capacidad de jugar, amar y ser amado”.
Cuando no podemos trabajar (lazo social) o Amar (campo del deseo) entonces
enfermamos. O bien se puede pensar al revés. 5
La gramática dice que el poder esta asociado a la cohesión (lugar para
el contrato social y las modalidades de la vida institucional, desde lo escolar en
adelante), pero también esta asociado a la belleza.
La belleza tiene su poder, un poder propio que produce sumisión a ella y
que los seres bellos ejercen en todo su capricho.
El poder también esta asociado a la “acción”. Es principalmente ejecutivo
o no es. Relacionado a la „eficacia‟, la fuerza en la acción busca un logro, un
efecto, lo que hace que esa potencia se mantenga.
La gramática también habla de la “potencia” de los sentidos, poder de
los cinco sentidos en todas las direcciones. Allí la diferencia entre unos y otros,
en cómo y para qué usan sus sentidos. A la vez es lo que le da sentido a sus
vidas.
Poder político como la con-fianza que uno coloca en el otro. Es decir, se
le da “crédito” al poder. Con-trato bajo la cohesión: “El hombre lobo del
hombre”. Acuerdo de confianza: “El hombre es bueno por naturaleza”. Como
siempre, la verdad a medio camino, en un punto de encrucijada. Mercadería del
vínculo, lógica del intercambio: negociación, transa. A menudeo en el libre
mercado, auspiciado por Internet.
Poder el de la transferencia, que consiste en depositar un poder en el
otro para que éste lo administre y luego lo devuelva. Este principio, en una
situación analítica, a diferencia de la transferencia silvestre, se transforma en
ético.
Con relación a la administración del poder, Platón dice; “El que tiene
poder es muy difícil que no abuse de él”.

5
Pensar la desocupación y su efecto en la vida amorosa, un punto de unión
entre Marx y Freud: se trata de una economía, pero de una economía libidinal.
Una economía en donde se tiene que colocar el deseo del lado del trabajo y el
objeto del lado del capital. De esta manera se obtienen relaciones mucho más
fructíferas en la dinámica de sus “flujos” que las que ofrece la maquinaria
deseante del esquizoanálisis. Se abren espacios a una tópica que no se agota
en formas del proceder político (puntos intermedios y bisagras entre el
idealismo hegeliano y el materialismo marxista, franja oscura y bizarra). A esto
se le agregan las posiciones de género en los contextos y se puede dibujar la
transversalidad en la multiplcidad y la simultaneidad, más allá de una situación
rizomática.

4
Asimismo, el poder implica “tener”. Ser dueño principalmente de sí, pero
puede deslizarse a potior: apoderarse, adueñarse, obtener el poder, ser dueño,
dominar.
Hasta aquí la gramática latina.
Ahora la griega.
La palabra a tratar es Dinámico: potente, fuerte. Su red se extiende a
palabras como dinamita, dinastía… Dinastés es el soberano, el monarca,
príncipe. Esta gramática confirma lo anteriormente expresado en cuanto a lo
que dice la gramática del Pot-.
Lo curioso es que al Psicoanálisis se lo denominó la teoría dinámica y a
la vez se lo acusó de ser apolítico. Por cierto que aquellos que emitieron estos
juicios no entendieron de qué se trata el poder.
Desde la gramática y la etimología se puede afirmar que el Psicoanálisis
nos favorece con una teoría acerca del poder. No obstante, no es ninguna
representación del mundo, ni le interesa promover sistemas utópicos de
salvación del mundo. No hay mesianismo ideológico en el Psicoanálisis.
La raíz latina Pot-, vinculada a poder, también origina potare, beber.
Potable: lo que se puede beber. La raíz griega se vincula semánticame nte con
los líquidos: agua y vino. Pótos: bebida, el festín donde se bebe mucho y la
orgía. El poder y el banquete están en comunión. Común unión. Pótos
deslizada a potérion: vaso, copa, cáliz eucarístico.
Se encuentra al verbo en su acción y también se encuentra al objeto, lo
que indica que el objeto es fuente de poder en forma pasiva: como recipiente,
receptáculo, el “cuerpo” en donde derramar. Hay una señal de una doble
acción: lo que se incorpora y lo que sale del cuerpo.
Esto es un lugar privilegiado para pensar a la relación de género y
también a lo sagrado, ya que este verbo no es profano: hay un Dios que le da
el espíritu a la vid. Sangre y cuerpo en el Eros, que luego el cristianismo
aceptará “coartado en sus fines”, auspiciando la fraternidad en el Ágape. Cáliz
sagrado, santo Grial, que espera por el agua y la sangre 6 que el Dios
derramara en él, para llenarlo de goce.
Si la represión, la negación y el rechazo han actuado en algún plano en
el hombre Occidental, éste ha sido en no relacionar lo sagrado a lo sexual.
La gramática lo dice de la siguiente manera: la raíz Pot- origina dos
vocablos vinculados a lo divino:
1) Potnos: suerte fatal, muerte, destino, hado; desgracia, fortuna.
Masculino.
2) Potna y Potnia: dueña, soberana, reina (sustantivo); augusta, santa,
sagrada, venerable (adjetivo). Femenino.
Aquí aparece en escena Dioniso, dios de la viña, el vino, la inspiración y
del delirio místico. A Dioniso se lo ha confundido con Pan o con Sileno, dos
extremos: uno perdido en el Goce y el otro en la pura genitalidad en relación al
objeto.
Dioniso tiene lo mejor de los dos: se puede decir que ambos participan
en Dioniso. Posee la capacidad de goce de Pan y la potencia de Sileno pero, a
la vez, lleva las artes a su expresión sublime. Padre de la música, la danza, la

6
Es importante señalar la alquimia del cuerpo: en la mujer se transforma la
sangre en leche materna y en el hombre muda la sangre en semen.

5
poesía, el arte del buen vivir, libera al hombre del hombre y le da el Don de la
divinidad por medio de las bellas artes que deben ser “portadas” en el cuerpo.
Él Dona sus atributos para que los hombres lo derrochen en el placer de
vivir.
Su culto es el triunfo del vino sobre la cerveza. Esto señala un giro en el
poder y en las relaciones. La cerveza es hecha de la cebada que pertenece a
la diosa Demeter (que remite a la Diosa Blanca). Al consumirla en su espuma
se bebía la leche de la diosa madre; el hombre buscaba el éxtasis allí. En
cambio Dionisio dona su sangre mudada en vino para que sus hijos participen
de su divina virilidad y puedan llegar así a obtener los talentos del padre que
serán ofrecidos a una mujer que no es la madre.
Es un indicador: vino o cerveza. Oficia en el ritual de la vida cotidiana y
señala bajo qué influencia se encuentra una generación o una sociedad. La
embriaguez no es la intoxicación sino la inspiración divina.
Actualmente Dionisio ha perdido potestad ante la vigencia de la diosa
cerveza en la espuma materna de Demeter. Así, los jóvenes en esto de irse de
madre retornan edípicamente a su madre.
Dionisio tiene la capacidad de renacer. No es causal que Oriente
asociara a la figura de Cristo con Dionisio. Además, su primer milagro fue hacer
vino del agua, y es sabido que es un Dios que viene a los pecadores, a
compartir comida con borrachos y mujeres prostituidas.
Son escenas que afectan y producen emoción. Siguiendo este camino
de la gramática incorporaré más redes 7:
1) Emoción: pertenece a la familia de mover; conmover; promover.
Promocionar algo, existe en el sentido de la emoción y existe para mover
al otro hacia algún lugar. La pregunta sería ¿Qué nos mueve en lo que nos
con-mueve? La red se desliza a motivar, motor, motriz.
La palabra motín nace del latín movita: movimiento. Emparentada está la
raíz mot-, que nos lleva a motel.
No es lo mismo hacer un motín que ir a un motel (o hacer un motín en un
motel) No obstante, la raíz es la misma. No es casualidad, sino causalidad a
fines de los destinos de la pulsión. En este detalle queda demostrada la
postulación freudiana de que la fuente de lo social es lo sexual.
Otra pregunta: ¿qué poder nos mueve? ¿Y hacia dónde? ¿Y qué
movemos en lo que nos mueve?
Se pueden realizar otros interrogantes... O intentar responder... O las
dos cosas a la vez y también una tercera...
El verbo francés emouvoir y el inglés move se traducen: mover,
trasladar, agitar, sacudir, conmover. Las dos escenas antes citadas en algo de
esto participan (por supuesto que en diferentes ámbitos). También se puede
pensar en la niñez, especialmente los chicos con problemas de conducta
escolar, que tienen esta “excitación psicomotriz”. ¿Cuál será el origen de la
misma?
Y son conducidos a que se les dé “algo de tomar”, porque la pulsión no
encuentra objeto. Pobreza simbólica que retorna hacia la anatomía en un
autoerotismo que se flagela contra el cuerpo del otro. Lo que afecta al adulto
produciéndole esa angustia que pide ser recetada por el orden médico.

7
IANUZZO, G. Con Emoción y Afecto. Palabras prendidas en las redecillas de
las Hadas. Texto inédito

6
2) Afecto: deviene del latín affectus, que es el participio pasivo de
affícere: “poner en cierto estado”, “llevar a un estado”. Deriva del verbo fàcere,
hacer. Este hacer implica influir, obrar sobre alguno, provocar, despertar en
alguno cierta disposición del ánimo, causar, ocasionar, afectar. Obrar, actuar
sobre alguno física o moralmente.
El afecto señala la disposición del alma a la vez que indica aquello que
nos afecta al influenciar sobre nosotros. Y nos hace “aficionados a”. Allí el
objeto como lo más variable de la pulsión.
Algunos se aficionan a su síntoma.
En griego, la emoción conduce a psijiké sinkínesis. Literalmente
“movimiento del alma”. Kínesis es movimiento, conmoción, sedición, tumulto.
Es interesante señalar este matiz: sináiszesis es la sensación, la
percepción de algo con la inteligencia, la conmoción de la conciencia. La
conciencia del alma, términos que la etimología permite y que la modernidad
presentará como opuestos.
3) Simpázeia. La simpatía es el movimiento hacia alguien o algo. La
simpatía griega lleva a pathos: todo lo que uno experimenta o siente. Prueba,
experiencia, suceso, castigo, sufrimiento, padecimiento, desastre, estado del
alma, disposición moral (miedo, placer, amor, tristeza, odio, cólera, pena),
cambio, fenómeno, afecto pasión.
He llegado a la pasión.
Senderos que se bifurcan en la modernidad. La pasión por el
pensamiento. En Freud los efectos de la pasión en sus abordajes
Psicopatologicos. Psicopatología de la vida cotidiana.
Vuelvo a pot-. Como raíz tiene otra que tiene su decir de encuentro. Es
Fil-, que origina filia: amistad, afecto, amor. Se desliza al sustantivo filtron:
instrumento de amor, medio para hacerse amar, poción o bebida mágica,
hechizo, encantamiento, seducción, amor, cariño, amistad, afecto.
A esta raíz se puede asociar, filiación, filosofía. ¿Qué nos dan de beber?
El conocimiento que tomamos. Lo que bebemos, desde la leche materna a la
sangre de Dionisio.
Son las palabras las que nos mueven, pero sólo la metáfora transporta,
muda, cambia y enreda en más allá de un decir.
En un inicio lo que siempre retorna, pero de diferentes maneras:
manantial del cielo en rocío del Alba, el despertar a los labios embebidos de vid
del Amor.

Antonio Ferrero.

7
Las Mil y Una Noches…
Análisis sobre “Del Poder de la Palabra”, de Adelia Bezeira de Meneses 1 .

Hilos de oro y plata para el entramado de la lengua que arrojado a las redes del
Lenguaje captura hasta el último de los suspiros…

El Amor deseante es más fuerte…

Mil y una noches. Numeración que remite al infinito, una manera de nombrar
una historia que nunca termina y que debe relatarse bajo la Luna arábica, la que se
encuentra entre estrellas, símbolo de una Nación. Oasis de la verdad en el soplo de un
decir que mece las palmeras del saber, ante el desierto de la ciencia.
Tradición oral que ingresa en el siglo XII a Occidente y que da origen a escritos
como el de Calderón de la Barca: “La vida es un sueño” … Inspirando a Cervantes para
su Obra magna. Relatos inmortales de los que todo poeta se nutre. La referencia más
próxima en nuestra cultura es Borges, sus mil y un cuentos en laberintos, espejos, tigres
y relojes de arena que en un solo instante hacen al Aleph de la vida.
Esta tradición hace al Ethos en cuanto modela una costumbre desde la práctica
de la oralidad. En ese lugar se debe pensar a Homero y su legado.
“Scherezade vence a la muerte y al poder”. La autora habla del poder político.
En verdad, habla de dos poderes: el despliegue de Eros / Thanatos. Y de cómo ellos
juegan su juego a través de los hombres en el plano de lo social.
“La mujer es en el cuerpo”, ella proporciona la cura a través de su cuerpo… Su
palabra tiene modulaciones, sonoridades, intensidades… suavizadas, deslices, curvas y
ciertos recónditos lugares… Matices, vibraciones con tiernos tonos graves en decires
agudos… Arcano de la multiplicidad en la simultaneidad, que da lugar a la pulsión en
una demanda que no cesa de inscribirse.
Lacan hace referencia a Heidegger para colocar el ser en lo inconsciente. Lo que
realmente es (somos) se juega en “eso”. El filósofo lo llamó “Dasein”, el ser ahí. El ser
para la muerte. Freud aleja considerablemente el tono existencialista cuando dice en
tono metafórico, pero no menos severo: “El deseo es inmortal”. Allí el poder elegir
acerca de cómo, de que manera y cuando morir. Esas pequeñas muertes amorosas.
El ser se manifiesta en la palabra, dice el filósofo, y Freud se remite al Fausto de
Goethe para interrogar el teologema de San Juan, “En el princ ipio era el Verbo”, para
trastocarlo diciendo “En el principio es la acción”. Recuérdese que la gramática de
Verbo lleva etimológicamente, desde la lengua griega, a Eros.
La “cosa en sí” kantiana encuentra su decir en esos rodeos nocturnos que
implican una pericia entre almohadones y pliegues de seda. Scherezade es un
“fenómeno” que da cuenta de una verdad en lo que se manifiesta como lo imposible de
capturar, según el hombre que no conoció mujer.
El sultán cede a su impulso de muerte, desvelándose ella en su intimidad al
despojarse cada noche de una de sus tramas, la que al día siguiente volverá a tejer,
ocultándose allí donde parecía dejarse ver.
Tramar de día y des-velarse bajo la noche oriental, entre las estrellas y la luna
creciente. Calor de una brisa que ingresa por el pórtico de cristal.

1
Rev ista “Orígenes”, Año 3, Nº 12, Santa Fe, Septiembre 1993, pp 2-6

1
Lacan en referencia a Descartes (haciendo su reverso: “Soy allí donde no
pienso”) le otorga “sujeto” al inconsciente freudiano. Permitiendo que el sueño
recupere la “vía regia freudiana”, en la escena de Scherezade el sueño se posterga por
una construcción onírica que cumple la función de reparación. La palabra es el huso y la
metáfora el hilo que va tejiendo esa trama que permite cubrir y arropar al dolor, para
que el frío del resentimiento del Sultán encuentre el calor de un decir que suspira en su
alma. Calor que luego él buscará en el aliento de Scherezade, llegando así a su boca
para luego acariciar sus cabellos mientras ellas habla. Suspirando en su delicado cuello
para ir deslizándose hacia el encuentro con la verdad, que ha tomado cuerpo en ella y
ahora late en toda su genitalidad.
La verdad ha tomado cuerpo de mujer para hablar en lo que no dice.
No obstante, aquí la palabra como mediación, como médium, no alcanza…
Hasta que poco a poco va haciendo sutura en el desgarro de la afectividad del Sultán.
La palabra-anatomía en lugar del cuerpo, metaxis que permite que se inauguren
intersticios y allí surja el espacio para el deseo y el amor.
Sobre el poder de la palabra dice Freud en Tótem y Tabú: “La palabra guarda
mucho de la magia primitiva. A través de ella curamos o enfermamos…”. La palabra
tiene el poder de invocar. De esta manera se convoca el espíritu que la contiene, al decir
griego su Deimon, genio que desata los nudos del síntoma para hacer nuevos lazos. En
Scherezade esos lazos son de amor, sirena que en lugar de llevarlo hacia la roca lo
conduce nuevamente al mar de las posibilidades.
Palabra que acaricia, palabra que es un soplo de vida y que hace sombra en su
cuerpo (Psijé) allí donde el Sultán busca las delicias. Manantial de oriente, banquete en
especias, fragancias en rosa del desierto, su cintura palmera al viento del deseo, hoja
que calma el abrasador mediodía de la soledad en frutos de su generosa copa, allí donde
juegan los Efrit.
Palabra que toca y que despierta los sentidos más ocultos de la razón, aquellos
que pueden devolverle el juicio al que gobierna, aquel que había perdido el poder sobre
sí.
¿De qué se trata esta historia?….
En esa época el sumo del poder está en lo terrenal. Mas Shahuar, Sultán de todas
la Indias, Persia y Turquestán, es el que con todo su poder es burlado por sus mujeres, al
igual que su hermano, el emperador de la gran Tártaria.
Nada de eso es suficiente para gobernar sobre una mujer, menos aún sobre un
harén… Recuérdese: Salomón, ungido como el Elegido, tiene la posibilidad de pedirle a
Dios un Don. Pide la Sabiduría y entonces, por añadidura, se le otorgan setecientas
esposas y mil concubinas, un lugar en donde ejercer su arte. No obstante el VARÓN
más sabio fracasó precisamente en ese lugar. Los motivos de su derrota dan para otro
escrito, diría que para reescribir las sagradas escrituras.
En cada pacto con un Reino había una alianza en la sangre, donde el más débil
otorgaba su princesa… Algo de lo que los Faraones se jactaban era de que en sus pactos
ellos no entregaban sus princesas a los reyes extranjeros. Eso señalaba quién tenia el
poder.
El pacto siempre se realizó sobre el cuerpo de una mujer. No se puede fundar un
nuevo reino (donde ella reina) sin este “pasaje”. Sin embargo el ideal de la ciencia es
precisamente escamotear la tradición, prescindir de la mujer, liberarse del cuerpo de la
mujer, de su tiranía, engendrando el varón por sí mismo por fuera de su cuerpo
(clonación). Mito de Atenea, la que nace de la cabeza de Zeús. En este mito originario
está el destino de la Filosofía y de la Ciencia. Liberarse del cuerpo de la mujer es el

2
intento que hacen los religiosos en sus diferentes variantes monoteístas, lo que
paradójicamente no es la religión.
Pero, ¿cómo resuelve la paradoja el Sultán?
No podía prescindir de ellas, por eso optó por poseerlas una sola noche y luego
asesinarlas. No quería renunciar a su objeto de deseo, pero en su lógica debía destruirlo
para que éste no lo destruya a él…
Mas siempre hay otra alternativa, otra posibilidad, una modalidad diferente…
aquella que Scherezade le enseñara en el lecho amoroso al cruel y terrible tirano. La
lógica de la exclusión, que en su captura imaginaria solo podía conjeturar “¡O ella o
yo!”, luego se habilita a un yo en ella o a un ella en yo.
De esta manera el Sultán abandonaría la lógica del “intercambio” amoroso: cada
noche es una diferente, por la lógica del Don. Y ella en todas las noches. El matador
muere allí donde se agota en suspiros, para expirar su alma en un ultimo decir de amor.
De la exuberancia de Scherezade a la abundancia del Sultán, que en su regazo encuentra
el sueño y, podría decir, la muerte, ya que Morfeo es el hermano menor de Thanatos.
El amor es más fuerte que la muerte. Por eso y por mucho más…
Los poderosos se sienten humillados y deciden abandonar sus tierras y viajar.
Que es lo mismo que abandonar a su mujer, ya que la tierra que un varón cultiva y
fecunda es su mujer. Van a tierras extranjeras en busca de mujeres extrañas… Los
hermanos monarcas se hermanan en la desgracia porque ya perdieron la gracia, es decir
su amor, aquello que era su tesoro, su reino.
Un dicho popular entre los campesinos dice: “El hombre que no tiene tierra, no
tiene alma”. Ay de los varones citadinos en monoblock, por siempre inquilinos…
El hermano acepta viajar con la condición de volver si encontraban alguien más
infeliz que ellos. Escena del genio: Un Efrit (el gran infeliz) encerraba en una caja de
vidrio bajo cuatro llaves a una doncella. En la tradición talmúdica la mujer está bajo
siete sellos. De eso da cuenta el Apocalipsis (revelación en griego), que es una boda.
Linda metáfora, la boda es una revelación (Apocalipsis).
Aquí se anuda el juicio, la muerte y el renacimiento.
En el antiguo testamento se “repite” esto que rodea a la mujer. Aparece la
escenas de los siete demonios (Magdalena). Toda mujer tiene siete demonios que son
sus guardianes, cuestión que rescata la tradición del Gótico al colocar las Gárgolas
protegiendo la catedral e, incluso, cincelando las patas de los altares con ellas… Se
puede leer en la novela de García Márquez: “Del amor y otros demonios”. Realismo
mágico el de Scherezade.
Hay varias escenas muy interesantes… Aludiendo a que una mujer no es para
cualquier hombre, primero hay que lidiar con sus siete demonios para luego poder
acceder a ella y, no obstante, nunca se está a salvo 2 . Sexualidad y Muerte.
En la tradición oral de las mil y una noches, número que hace referencia a la
metáfora de lo infinito y a la mujer como una meta- fora, la femineidad es la que más
tiene que decir, en este decir acerca de la Sexualidad y la Muerte. Es un discurso
apoyado en su anatomía que noche tras noche hace cuerpo. Es un vacío imposible de
colmar (escena biblica de la mujer del pozo).
Así, se entiende por qué la mujer genera tanto temor… La tradición hebrea en
Freud… Es la otroreidad, lo extraño, lo sobre-natural, lo que tiene que ver con la vida
en toda su plenitud y expresión, y por ello los rituales y los talismanes de protección,
tema del que se ocupa Freud en “Tótem y Tabú”.

2
Ver en el Antiguo Testamento la escena de Tobías, en los Libros Históricos.

3
Ceremoniales, restricciones, purificaciones… Liturgia la del amor, que se
despliega en un divino susurro para inflamar lo insondable en lo posible. Varón que
busca desde el placer lo inaudible del goce en el quejido de La mujer.
La doncella raptada por el Efrit había tenido novena y ocho amantes y, ahora,
completaba el número de cien, acercándose a 1001. Infinitos… Ella ex-presa: “Cuando
una mujer quiere algo no hay nada que la detenga”.
Esto sirve para pensar la constitución femenina y lo que Freud señala en cuanto
que su Superyo es lábil. Allí lo que opera como Ley es el Amor, es decir, el
odioenamoramiento. En este caso el reverso, su odio.
Operatoria de la “privación”, que hace que la mujer demande el Don, en sentido
de reparación por lo que le Falta, en lo social: la “Dote”. Y allí hay un problema cuando
un varón no tiene nada que dar… Recuérdese: el padre de Eros, en la versión del
Banquete, es Poros, el recurso… Es decir, el deseo siempre encuentra cómo hacerse de
los recursos necesarios.
La moral, entonces, no es más que una reacción de defensa. En la mujer hace de
pudor… La vergüenza, la otra moral, la que empalma con el varón, en la mujer es
utilizada como mascarada y como medio de poder, de obtención de beneficios. Lugar en
donde queda entrampado el varón.
Algo muy diferente es la ética en el Psicoanálisis. Allí la diferencia acerca de la
posición femenina y masculina en relación con el deseo: el lugar de la castración y su
función y el lugar de la privación y su función.
¿Y cómo hace Scherezade para hacerse de recursos?
Parece que una mujer siempre tiene a mano las palabras necesarias…
A la vez el Efrit es el reverso, en cuanto genio, a Eros en la versión del Banquete
de Platón, mediador entre los mortales y los dioses, mensajero (ángel) del amor, que es
tan liviano que se desliza en el viento del querer (sueños). A diferencia de este genio
árabe, que es un “infeliz”.
Porque la “felicidad” nos hace más liviana la sangre (espíritu).
Aquí voy a introducir una referencia a la tradición Irlandesa: Las Selkies.
Mujeres- focas (Hadas). Versión de las Sirenas. Versión de la Esfinge. Metamorfosis
(metonimia).
Es la parte feérica de la mujer. Hada, en Latín fata. Fatum: el destino, el hado…
Feérico… Femenino… El deseo amoroso tiene la propiedad de hacer flotar a una mujer,
elevarla en los aires hasta dejarla „grávida‟…
Hay de las que sólo les cabe arrojarse por los riscos. Edipo y la Esfinge… Las
más están tan pegadas a la tierra que son una roca, una piedra, porque perdieron su
gracia y su posibilidad de tornarse agua.
Cuenta la Leyenda que las Selkies salen del mar (por lo que la podríamos
denominar Mar- ias) en la séptima marea (referencia al siete) dejan su piel de foca en la
costa y se convierten en bellísimas doncellas que deamb ulan en la tierra buscando su
alma. No tienen alma…
Si alguien les arrebata su piel de foca ellas no pueden volver al mar y están
obligadas a seguir a ese hombre, incluso a casarse con él… Pero, inmediatamente tras
recuperar su piel retornan al mar. Una hermosa metáfora que dice que nuestra alma está
donde dejamos la piel… Especialmente en la mujer, la que es en su cuerpo. Y que dice
que es el deseo amoroso el que le otorga el alma a una mujer. El que la sustrae del
Mar… de la pulsión gregaria. Es el amor el que corona, el que diferencia, el que señala,
elige y separa. He allí una enemistad entre el amor y lo social: el amor no aglutina.
Hago una diferencia para entender… Pongo el alma (Pisé), como nos en-seña el
mito, del lado de la mujer y el espíritu (lib ido en Freud) del lado del varón. Posición

4
masculina, posición femenina. Así, se puede decir que una mujer sin hombre se
encuentra sin espíritu y que un hombre sin mujer se halla sin alma. Es un desalmado,
como lo era el Sultán.
Retorno al Sultán y a su paradoja: ¿cómo hacer para obtener placer de la mujer y
a la vez prescindir de ella?
No es cualquier mujer. Es la doncella, la de los mitos, la del Nuevo Testamento:
una niña mujer de 12 o 13 años. La virgen. El tema de la femineidad.
Freud enseña algunas cosas en su artículo “El Tabú de la virginidad”.
Nuevamente el mito. Afrodita poseía el privilegio de bañarse en unas aguas muy
especiales, que tenían la propiedad de devolverle la virginidad. Recuperaba su inocencia
sin perder su sensualidad, motivo por el que era muy demandada por los Dioses.
De esta manera en ella están los dos estados. Lamentablemente esto se perdió y
permaneció en lo social la dicotomía entre la virgen y la mujer prostituida como
diferentes. Pero son dos rostros de la misma mujer, no hay una sin la otra.
¿Qué es lo que permitía a Afrodita retornar a la virginidad?
El deseo de los dioses. Ella iba sumergirse ahí antes de yacer con ese Dios. Es
decir, el deseo amoroso torna virgen a una mujer. Pero ese varón debe ser semejante a
un Dios…
Se debe hablar de la virginidad en tres planos: la del himen, la del útero y la del
alma. A la virginidad del himen hacen referencia la mayoría de los textos. Luego, la
virginidad del útero: fertilidad. Y la virginidad del alma: referencias a ella sólo en el
orden metafórico, no por ello menos literal en la pulsión. Entre las tres se generan
mixturas, entrecruzamientos, desplazamientos… Úteros migrantes, al decir de
Hipócrates. Humor que podía instalarse en cualquier parte del cuerpo y producir
enfermedad.
En cuanto al Sultán, era claro que él era un varón menor y solo entendía a la
virginidad en relación con la ruptura del himen. Por ello ejercía su derecho de Pernada:
las violaba y luego las mataba.
El hombre que está con una mujer no pueda tenerla (una ilus ión) en un plano sin
el otro. Las variantes son tantas como mujeres hay… Así, una mujer puede ser
fecundada desde muchos, aunque esté con uno sólo. Y este varón puede nunca enterarse
de ello… Por eso la fidelidad, planteada en el orden moral como está en e l texto, es solo
una ilusión… Es un misterio que cada hombre debe descubrir en relación con su mujer,
y sólo hay una vía para este entendimiento…
El Sultán trasforma el deseo en ira porque no soporta la humillación que la
mujer le ofrece: una de las muertes (simbólicas) que un varón debe soportar si quiere ser
iniciado en su “fuente”, purificado allí donde ha de comenzar.
Entonces, en lugar de morir prefiere matar él. No halla un camino diferente,
como puede ser el que enseñan las Escrituras: morir y renacer (simbólicamente en el
hombre, en lo real- literal en Dios).
La iniciación en las diferentes culturas se trata de esto. Es una muerte en donde
se renace, y para ello se pierde el nombre de niño y se porta un nuevo nombre. Se es un
hombre. Aún hoy en algunos ritos religiosos es así. Pero lo triste es que esto tiene
sentido en relación con la mujer: sin la mujer el ritual está vacío y la religión también.
Después, ella en cada nacimiento matará a su hombre para hacer un hombre nuevo. Sin
embargo los varones estamos tan decadentes que nuestra etnia cada vez es más débil. En
este sentido, la mujer reproduce lo que tiene… Mientras que en otro tiempo se hablaba
de hombres de 100 años, los Patriarcas, varones que estaban emparentados con los
dioses. Y sus mujeres los reproducían de esa manera. Actualmente en la
postmodernidad, en el deconstructivismo…

5
Los románticos, más precisamente el romanticismo alemán en donde se enmarca
el con-texto de descubrimiento del Psicoanálisis, nos hablan de esto, del varón que
quiere recuperar su divinidad… En Nietzsche esto se lee como el superhombre, que
nada tiene que ver con la patética versión del nazismo. No es un logro “político”, se
trata de la herencia desde el deseo del Padre más que desde el nombre (Logos como
razón) del Hijo.
Había una verdad en la teoría de los alienistas… La de la herencia de la
degeneración. Su torpeza fue colocar en la biología lo que estaba en el espíritu. Ya todo
el Antiguo Testamento se nombra desde la sangre y la sexualidad.
Los mil y un escritos….¿Por qué Scherezade se arriesga? ¿Por quién?
Por amor al Padre, el Visir, el que no encontraba salida a tan terrible situación.
Por eso arma un plan con su hermana que se llama Don- iazade… La homofonía lleva a
Doña, juego entre el dar y ser la pose-dora, ya que Dora en griego significa regalo. Allí
el sentido del caso Dora en Freud, el que sabía de lo que se trataba.
Scherezade es la hija del Visir, el hombre sabio, el consejero. De él hereda su
sabiduría, astucia… Pero eso no alcanza para el Sultán. Lo simbólico no alcanza para la
muerte, allí la mujer viene a contestar con la vida. En todo caso, a ella le cabe el
derecho a dar la muerte y allí su celo.
Ella está en una posición activa (masculina) y el Sultán en una posición
femenina (pasiva). Es ella la que revela, él se deja revelar. Ella investiga para darle por
medio de la narración una razón de ser a ese goce mortífero. Le pone el cuerpo al
Sultán, una vez que él se desfoga allí. Descarga su deseo transformado en ira. Ella
comienza a susurrarle historias y él se deja conducir, transformando lo irascible en
querible. E interrumpe su final para que él pida más… Entonces, en un punto él cede,
considerándola a ella inagotable, y entabla la alianza.
¿Por qué? ¿Cuándo?
Salto hasta el final para luego regresar
Me parece que esto sucede cuando él abandona ese placer narcisista e intenta
darle el Goce a ella. Allí se posiciona como varón y ella deja que él lo intente por medio
del placer. Entonces, él recupera su reino, a través del cuerpo de Scherezade, y hace que
ella reine sobre él, que sea su reina. La corona con su deseo amoroso y la distingue del
resto, del harén, por lo que se vuelve única (lo que toda mujer quiere; uno de sus
fantasmas).
Otro tiene que ver con el Goce.
La pulsión parcial se recorta sobre el orificio y he allí el placer de la boca, del
ojo… El goce sería la posibilidad de cubrir todos los orificios al mismo tiempo…
¿Cómo hacer gozar a una mujer?
Cubriéndola totalmente…
Imposible…
Creo que la orgía (hay otras lecturas) es el intento desesperado del varón de
querer cubrirla a la mujer en todos sus agujeros, y para ello hace falta más de uno, si
sólo nos ubicamos del lado del órgano. Pero hay otras modalidades del goce: allí la
diferencia entre un varón y otro.
Scherezade nos dice que la Palabra envestida de libido, con sus matices, tonos,
modulaciones, intensidades, vibraciones, recupera la chispa divina y puede conducir al
goce. Es un instrumento de los dioses que el hombre todavía no sabe usar. El Sultán
bien podría intruirse allí para ella.
Ella teje. En ese punto la autora coloca una serie de mujeres y cita a Freud en
relación con este arte femenino.

6
Mito significa hilo, urdimbre. Creo que este punto es revelador sobre la relación
de la mujer con las narraciones… Las “novelas”, lo no-velado, en un con-texto de sedas,
fragancias, noches de verano, plenilunio, estrellas, banquetes exuberantes y
exóticos…un aire cargado de sensualidad.
La autora también nombra las Parcas, pero en verdad son las Moiras. Las Parcas
es la nominación Romana. En el mito griego son tres; allí la importancia del tres que
Freud trabaja en una serie de artículos. Tres mujeres (la menor es la más hermosa y la
que da la muerte). Tres hermanas (Eros y Psijé). Los griegos decían que eran la más
bellas, por eso la bella muerte. Luego, la Edad media ofreció la representación del
esqueleto con la guadaña, a partir de las pestes medievales.
Tres las Moiras: Atropo, la que hilvana; Cloto, la que teje; Láquesis, la que
corta. Ni los dioses pueden escapar a ellas.
Hay aquí una bisagra entre dos momentos de la historia mítico poética. Es
importante saber en qué tiempo se generó el mito. No es lo mismo el Eros de la
Teogonía de Hesíodo que el Eros del Banquete de Platón. Seis siglos de diferencia
hacen al cambio dentro de la cultura: de lo Homérico a lo futuro Alejandrino. Y unos
siglos después el Eros y Psijé de Apuleyo. Por ejemplo, las Moiras en la época de
Homero estaban subordinada a Zeus (el dador de vida) 3 .
La referencia que hace la autora es de la época griega Alejandrina, no de la
Helénica. En ésta la Moira (múltiple y una) está sobre Zeus y los otros Olímpicos. El
varón subordinado a la mujer.
La autora ex/presa: “la vida en un hilo” (mithos).
Hilo de la felicidad y de la in- fidelidad… Fidelidad…
¿Fidelidad al deseo del lado del varón?
¿Fidelidad al amor del lado de la mujer?
Variantes de las singularidades en la vida cotidiana. Juego del fantasma… En la
mujer, ser la única en el Amor, pero a la vez ser La deseada por todos. En el varón,
tenerlas a todas en el deseo, pero poder amar a una, ser el único para esa.
Es importante señalar que hay varones en posición femenina y mujeres en
posición masculina. Lo importante no es el órgano, sino la posición en la que se está y
el fantasma con el que se dia- loga.
Por cierto que es complicada la vida afectiva y cada uno hace lo que puede con
lo que tiene… Ese tríptico de órdenes de la virginidad lo complica aún más: una mujer
puede entregar su himen a un hombre, su útero a otro y a la vez estar copulando desde
su alma con otro… Y también aparecer en lo social como totalmente fiel… Articula los
registros de lo imaginario, simbólico y real.
Es decir: la castidad es un antiguo artilugio.
Vuelvo a los hilos. Las hilanderas… Penélope es el reverso de Scherezade
porque de día teje y de noche desteje. Y su trama era la mortaja del padre de Odiseo. La
mujer teje esperando la vida (escarpines) arropando el amor (para su amor) y la mortaja
para aquel que la abandonó.
No puede dejar de tejer, de ocultar, al decir Freudiano. Raíz de la curiosidad
femenina, causa de muchos males en el decir de los mithos (Pan-Dora, la misma Psijé
cuando destapa el arcano que llevaba el sueño mortífero…). Metáfora que nos dice que
el destino de los hombres, especialmente los varones, esta en manos de la mujer…
Femenino, en su origen de Fata, fatum, destino. Las Moiras, hijas de la Noche y
del tiempo, hermanas de las horas…

3
Por eso el a-zeus, es decir el ateo. Aquel que no tiene vida. Un desesperado y, etimológicamente, un
muerto.

7
Metáforas que remiten al primer hilo de luz que divide la eternidad y produce el
tiempo y el espacio. Hilo de luz que es el telar de la palabra que busca consistencia en el
que escucha, tras el silencio de cada nudo que sujeta sin sujetar. Allí la mujer que habla
de lo que espera en aquel que esta por nacer.
Pene- lope, referencia al huso con el que teje. Asocio con la pluma… Pluma en
latín significa pequeño pene… Freud presenta un caso en donde un neurótico obsesivo
no podía escribir en el papel… Semen/tinta en la piel /papel de una mujer. Huso que en
Yo-casta utiliza Edipo para quitarse los ojos. Luego ella con sus propios cabellos
(hilos) hace una trenza y se ahorca. Es su mismo producto el que reintegra. Allí la
prohibición del incesto: „No reintegraras tu producto.”.
Un salto para retornar luego. Recuérdese de qué se trata el querer saber. Los
destinos de la Pulsión Epistemológica son:
1) Permanecer inhibida. La inteligencia se detiene en su desarrollo produciendo
un cuadro de estupidez, atraso mental.
2) Continua bajo la forma de actividad intelectual, pero no se desprende de su
objeto sin poder reconocerlo como tal. Permanece sexualizada y el trabajo intelectual
ocupa gran parte (o toda) de la vida sexual del sujeto. Se ubica en este plano la angustia,
placeres, inhibiciones, perversiones… Se produce un saber (Ciencia) que se opone a la
verdad… Repetición, discurso Universitario.
3) La pulsión se sublima y la curiosidad opera al servicio de la inteligencia de
forma imaginativa. Posición Socrática en el saber, campo de las artes en general.
4) La psicosis paranoica. No hay lazo social, por lo que el saber se convierte en
delirio.
5) El Psicoanálisis, que triunfa en donde fracasa la paranoia: es una locura
lograda. La pulsión es sublimada y desexualizada. “Diariamente” orienta la curiosidad
sexual y permite un fortalecimiento del sujeto (analista/ analizante).
Avatares de la transferencia, en donde es importante poder distinguir entre lo
“erótico” y lo coartado en sus fines, especialmente para aquel que desplegara el “arte
del buen hablar”. Cuerpo del habla que puede transformarse en genital, pero que es
mucho más eficaz si se lo trabaja en lo sexual, disponiendo de la catexis para poder
hacer otra cosa con aquello que pudo ser una tragedia.
Y retomo: Scherezade humaniza una relación “salvaje” y allí ella engendra,
pudiendo la historia dejar una herencia para seguir siendo contada. Pródigo el vientre de
aquella que recibió las tres gracias: Juventud, Fertilidad y Belleza.
Toda mujer es Scherezade en su habilidad de tejer y contar, en la cualidad que es
lo que más cuenta. A diferencia de la ciencia cuantitativa que es, paradójicamente, la
que menos cuenta.
Técne la de Scherezade, que es desplegada con la sutileza de quien se desliza por
los intersticios del deseo y deja espacios para que la pausa permita los rodeos necesarios
tras los indicios. Pericia la quien puede seguir los rastros de esas huellas, a o rillas de un
mar de estrellas en una noche arábica.
Scherezade puede intervenir en el “montaje” per- verso del Sultán, permitiéndole
con sus narraciones hacer otra versión. Para ello pone su anatomía como intersección.
Tejerá allí un cuerpo de metáforas que liberará al deseo que estaba preso de lo literal.
Entonces ambos podrán ejercer mejor sus “funciones”, trastocando la muerte por vida.
Scherezade es ese murmullo que habita en los hombres del desierto que, en
noches de caravana, prenden una fogata para e scuchar el susurro de las chispas que,
fogosas, se elevan hacia el cielo.

8
Antonio Ferrero.

9
El Romanticismo Alemán y el Sueño Freudiano.
¿Es el Psicoanálisis un romanticismo científico?

Trabajo aforístico ‘intertextos’, que hace dialogar a los autores.

¿Soy yo el mismo que el que sueña? El sueño de la razón comienza a despertar al


inconsciente, Borges plantea este problema en su cuento las ruinas circulares; soy soñado por
otro, que a la vez es soñado por otro.
Mi sueño me pertenece y a la vez permite la relación con toda la humanidad, por
sobre las diferencias culturales, económicas o étnicas, a través del logro de una intimidad con
la eternidad.
El romanticismo sostendrá que el sueño es una poesía involuntaria. Analogía
entre el sueño y la poesía, el poeta es un soñador y el soñador un poeta.
Nuestro sueño es la poesía de la humanidad, es la historia del hombre hecha mito, un
abismo hacia el inconsciente, un santuario de las grandes revelaciones.
Para el Romanticismo alemán (principalmente Siglo XVIII), el sueño, la poesía y el
mito eran la puerta a un conocimiento del inconsciente, saber antiguo, insondable y sobre
todas las cosas, divino.
Hay un cierto Panteísmo de base, dios esta en todas las cosas y sobre todo en la
naturaleza, para otros no hay Dios, sino que la divinidad está en el cosmos y la naturaleza, es
en cierta forma un retorno a los pre-socráticos griegos, en donde el principio no está fuera,
sino dentro del propio sujeto, en su microcosmos está el macrocosmos, en su espíritu está el
alma del mundo.
Para autores franceses como Rimbaud y sus contemporáneos alemanes, el
conocimiento sólo era posible y concebible como “un acto poético”, que surge desde la
vertiente del inconsciente o de un éxtasis natural o „provocado‟ (donde se usan drogas para
buscar un estado superior de conciencia) La poesía permite descubrir lo secreto del ser para
convertirse en revelación natural de lo sobrenatural.
De esta manera se funde la realidad del espíritu con la realidad material, teniendo tanto
o más peso en el descubrimiento de la verdad, la que por siempre guarda su misterio.
Misterio que solo cede a un acto amoroso en el intento de desvelar sin revelar.
La objetividad era la Ley de las ciencias descriptivas, pero no podía regir las ciencias
del espíritu.
El „objeto‟ de estudio debía ser creado más que inventado por la razón, el
descubrimiento de un objeto intangible, inasible, incomprensible, requería de la magia del amor
y para ello la inteligencia solo podía apoyarse en la imaginación.
De esta manera la verdad era un bien estético que se encontraba en la naturaleza, el
objeto no podía ser otra cosa que lo bello, por lo que el saber era necesariamente un arte.
El inconsciente es un objeto que habla, mejor dicho, un cuerpo que habla, y allí
la gran diferencia con la ciencia médica, en donde el objeto de estudio es un cuerpo
muerto. En el inicio tenemos un inconsciente que habla a través de un cuerpo y que en
su decir entrelaza una historia de amor. Freud realiza un acto al poner en movimiento
esta historia de amor (coartada en sus fines). La nueva ‘locura’, la nueva ‘enfermedad’
del siglo ha de nacer bajo el nombre de Psicoanálisis.
En este sentido, las ciencias naturales eran ciencias del espíritu, Freud nos dice
que el Psicoanálisis es una „Ciencia Natural‟, sin desconocer el positivismo que involucra este
hecho. Por eso Freud ubica al Psicoanálisis entre el arte y la ciencia, en el Psicoanálisis
confluyen las dos tendencias sin excluirse.
Y será la „clínica‟ la que comande, ella es la „praxis‟, unión de práctica y teoría.
A la bella Psijé sólo el viento de Eros puede elevarla sin dejarla caer al abismo de los
razonamientos en donde destrozaría su etéreo cuerpo en las rocas de los conceptos. La
belleza es esencial a la vida del hombre. En este momento había dos figuras antecesoras muy
influyentes en Freud: Darwin, para él, el sentimiento de belleza, brota como un vástago, es un
desborde de la atracción sexual.
En esencia, lo bello es lo deseado sexualmente, y si otras cosas nos parecen bellas, es
por derivación y por su referencia última a dicha fuente original del sentimiento estético.
Schopenhauer, en su metafísica de lo bello, que plantea el problema de la belleza en
sus términos justos, preguntándose: ¿cómo es posible sentir satisfacción y placer en un objeto
estético sin referirlo a nuestra voluntad?
La respuesta dice que no es posible, tal objeto concuerda secretamente con nuestra
voluntad fundamental y última de todo individuo: el deseo de copular.
La lengua que nos conduce a ese Lenguaje en donde la copula es esencial para unir
sujeto con objeto, mediada una pre-posición. En algunos su forma es directa en otros
indirecta.
Una cosa bella, ante todo es, porque es amada y deseada. Esto nos remite a Spinoza:
no deseamos algo porque originalmente sea bello, sino que lo consideramos bello porque lo
deseamos.
Santo Tomas definía a la belleza de la siguiente manera: “Lo que al ojo place”.
Es interesante la lectura del diario de Lou Andreas Salome, porque ella relaciona al
Psicoanálisis con la teoría filosófica de: Spinoza, Schopenhauer y Nietzsche 1.
La belleza es en su estadio primero, el aspecto sensible de lo que satisface un deseo
intenso. La belleza según Santayana, es el placer „objetivado‟, para Stendhal es „una promesa
de placer‟. De esta manera el hambre de lo bello, pasa en primer plano por su sensibilidad
erótica y florece en sentimientos de belleza.
Los vestidos y el recato, aumentan la belleza, porque representan cierto modo de
resistencia y la resistencia acrecienta el deseo.
Las diosas, dice Santayana, no pueden desnudarse porque sus atributos son su misma
sustancia. Una referencia mística: “Yo soy la belleza de las mujeres - dice en Tais la visión de
Paphnuce - ¿En dónde piensas refugiarte, loco insensato, huyendo de mí? Hallarás mi
parecido en el esplendor de las flores, en la flexibilidad de las palmeras, en el vuelo de las
palomas, en el retozar de las gacelas, en el ondear del agua, en la luz suave de la Luna... hasta
cuando cierres los ojos, me verás dentro de ti”2
Esa es la fuente en donde abrevan los románticos, la naturaleza es sensualidad y a la
vez inmaterialidad, es lo voluptuoso y a la vez lo etéreo, es lo sensible y lo incognoscible, es lo
que la razón en toda su luminosidad no puede ver porque se abre solamente a los ojos del
corazón.
El pensamiento emotivo, la afectividad es una forma de conocimiento. Para Freud,
guardada en el arcano de lo sexual.
De esta manera, sentimientos que originalmente eran sexuales pueden volar hasta
objetos totalmente desconectados del amor, pues la fuerza siempre creciente del sexo puede

1
Andreas Salome, Lou, Aprendiendo con Freud, Ed. Alertes, Buenos Aires, 1989.
2
Béguin, Albert, El Alma Romántica y el Sueño, Fondo de Cultura Económica, México, 1978, p. 33
gastar sus desbordes en admiración escénica, al igual que riega las raíces de la religión, de la
amistad, del idealismo social y del arte.
Eros ha dejado sus huellas a través de todo lo glorioso de la tierra y del cielo.
Al mismo tiempo transcurre el drama Moderno. La secularización, la desacralización
de las artes y el surgimiento de la ciencia hacia la tecnificación, peligro que anunciara en toda
su obra Martín Heidegger.
El romanticismo exalta ese río subterráneo de energía erótica que alimenta la pasión
creadora, el deseo es un torrente en ellos que son sensitivos, emotivos, dolorosamente
imaginativos, espiritualmente voluptuosos, hasta el desenfreno, a quienes los extremos y lo
exótico los atrae irresistiblemente.
Son los que crean la poesía, la pintura, la música ...las artes en general desde el amor
y todo enamorado en esta época (y quizás en todas las épocas) quería ser como ellos. Por
eso el Freud romántico se encuentra principalmente en su epistolario, letras de pasión a su
amada Marta y la promesa exaltada de eternidad (motivada en parte por la abstinencia del
joven Freud).
Sexualidad y Sueño/Sueño y Sexualidad. Freud tras los pasos de su Gradiva,
siguiendo sus huellas, Arqueólogo de lo oculto, investigador del „rastro del vacío‟. A su
primera publicación la llama „Imago‟, en relación con una novela que hacia referencia a esta
historia recurrente de Eros y Psijé bajo diferentes rostros, modalidades, espacios y tiempos.
Freud se inclina hacia esta „naturaleza espiritual‟ al leer a Goethe, en él sella su
destino. Desde una perspectiva helénica podemos decir que había dos grupos coexistiendo,
los que doblaban su rodilla ante la austera sabiduría de Atenea y los otros, los que se
inclinaban amorosamente ante la dulce sonrisa de Afrodita.
¿De qué sirve la sabiduría si no nos hace amar lo bello?
El romanticismo buscará las regiones ignoradas del alma humana, para encontrar en
ellas el secreto de aquello que en el tiempo y en el espacio nos prolonga más allá de nosotros
mismos.
Hay un intento de recuperar la chispa divina del hombre, aquello que lo hace participar
con lo trascendente, teniendo como vía el amor, con la razón no es posible acceder a los
enigmas del corazón humano.
Freud a la vez que conserva el misterio teoriza: el ombligo del sueño, la roca de la
castración, análisis terminable e interminable. Es en donde Lacan luego ubicara el registro de
lo real, su forma de decir acerca del misterio.
Busca la causalidad del inconsciente y confía en su razón para hacer advenir algo de
„ello‟ en „yo‟, recupera el cuarto principio lógico, el introducido por Leibniz en la modernidad:
”todo tiene su razón de ser “, con la diferencia que en Freud la razón de ser es inconsciente.
Los libros y revistas sobre los sueños, aparecen en forma regular a partir de 1750 y
casi no existe tratado de psicología (filosófica) que no les dedique un capítulo. Hay un gran
interés en todo el ambiente, especialmente por los sueños proféticos y por el sonambulismo,
por la magia y por toda forma de ocultismo.
El racionalismo estaba mostrando su rostro oculto, la exaltación exasperada de la
razón producía un interés por lo opuesto y los pensadores vivían esta paradoja a la vez
seductora e irritante.
Dentro de la vida psíquica, el sueño era el lugar privilegiado del misterio, la mística de
la doble vida del hombre; un simple mortal diurno y un dios nocturno.
Había un anhelo de entrar en éxtasis y recibir el don de una revelación para emular al
Dante en su escritura de la Divina Comedia, algo que luego los movimientos surrealistas
rescatarán con la escritura automática o inconsciente, que consistía en poder ingresar en un
estado fuera de la conciencia para rescatar los pensamientos originales del hombre.
La poesía tenía el poder de conjurar todos los sortilegios del ser, era un instrumento
mágico del que todos participaban, era el mito, era el sueño, en donde lo eterno se comunica
y en donde el hombre puede volverse eterno.
Producto del mecanicismo cartesiano, las diversas escuelas psicológicas (filosóficas)
contemporáneas al romanticismo desechaban la vía del espíritu, en especial los sueños. Se
centran en la „fisiología‟ y la descripción de la funciones entendidas como fenómenos naturales
en oposición a esa „ciencia del alma‟.
Los Románticos creen en la omnipotencia creadora de la imaginación, única que
puede satisfacer nuestra innata necesidad de comunicación con el infinito.
Lo que se opone totalmente al modelo del positivismo, en donde la imaginación
(cuando la hay) se limita a la hipótesis, luego se trata de demostrar sobre el recorte de la
realidad manifestado en el objeto de estudio, probar una verdad cuantificable y comunicable,
para eso el lenguaje deber ser unívoco, no debe dar lugar a la libre interpretación. La
metáfora es inamisible para la ciencia positiva.
Freud tenia fértil el terreno, por ejemplo tenemos una frase de su admirado Goethe
que dice: “ Cuando se hace un chiste, es porque hay un problema oculto”.
Una época de entusiasmo por el arte del símbolo y de la metáfora, aspiraciones
místicas, observación inquieta de sí mismo, gusto por la experiencia psicológica, todo
conducía naturalmente a un tratado sobre los sueños.
La interpretación de los sueños, obra a la que Freud toma como llave para abrir las
puertas de un nuevo siglo, motivo por el que la fechó en 1900.

La noche romántica engendró muchos hijos, bajo su estrella nuevas ciencias se


iluminaron. Pero, la noche tiene sus peligros, muchos sucumbieron al crepúsculo y se
suicidaron. Había un temor acerca de los sueños, implicaba el deseo pero también el riesgo de
perderse en ellos, la locura, la muerte social. De alguna manera la ciencia positiva era la mejor
manera de luchar contra el deseo, de intentar dominar la hybris, la desmesura, la embriaguez
de los sentidos, controlando la exuberancia de la naturaleza, ubicándola dentro de los límites
de la racionalidad y sometiéndola al peso de la Ley y la Moral (lastima que todo eso este
destinado a fracasar).
Así el positivismo se levanta de la oscuridad para dar luz (iluminismo) y dar a luz (para
algunos un hijo monstruoso) y hacer posible un orden que favorezca el progreso de la
humanidad, la gran ilusión de la Modernidad (su mito fundante). Sus desechos, sus pedazos,
los verán las próximas generaciones; la posmodernidad o el fracaso de la modernidad, en
donde la promesa encontró el abrazo fatal de la tragedia.
Freud escribirá, luego de vivir la primera guerra mundial y ante los umbrales de la
segunda, El porvenir de una ilusión . Rompiendo con la idea de „evolución‟ del alma
humana y la idea de orden y progreso, con los falsos ideales del „contrato social‟ en donde la
vida pueda ser regulada. De esta manera, en su texto El Malestar en la Cultura, nos dirá
que los otros son la fuente constante de nuestro sufrimiento (para Lacan esa relación
imaginaria con el semejante, es una relación a muerte; el otro o yo), no obstante el semejante
también puede ser un „apoyo‟, incluso ubicarse en el lugar del „ideal‟, siempre hay otras
posibilidades en el devenir de la humanidad. Las otras dos fuentes de pesares son: la fuerza
incontrolable de la naturaleza y la decadencia de nuestro propio cuerpo.
El romanticismo se vale de la imaginación para la toma de posesión del universo e
ilumina la realidad con el sueño, la magia del deseo hace posible esa vida que no llega en el
transcurrir de la cotidianeidad.
La idea del hombre como un laberinto es propia de este movimiento, Borges retorna a
esa imagen una y otra vez.

Para Moritz: “Las ideas de la infancia son como un hilo delgado que nos ata en la
cadena de los seres...Nuestra infancia vendría a ser el río de Leteo en que hemos
bebido...estamos puestos en una especie de laberinto, no encontramos el hilo que nos permita
salir y seguramente no es necesario que lo encontremos. Por esa razón anudamos el hilo de la
historia en el sitio donde se rompe el hilo de nuestros recuerdos y cuando nuestra propia
existencia se nos escapa, vivimos de la de nuestros antepasados. No ha habido ningún Teseo
que haya encontrado por medio del recuerdo la salida del laberinto y si lo hubiese sería
necesario exigirle pruebas precisas...Por otra parte, el recuerdo no podría servirle más que a
él solo, o más bien no le serviría, porque un hombre como ése debería tener una fuerza
sobrenatural de alma, pues de lo contrario la perspectiva lo conduciría de manera fatal a las
puertas de la locura...”3

La niñez como fuente, el recuerdo como hilo, la necesidad de que tenga una validez
general. Sería Freud el Teseo de Moritz, ese ser con fuerza sobrenatural que logra salir del
laberinto para compartir sus frutos con la humanidad evitando la locura. Dirá Freud en los
destinos de la pulsión epistemofílica que el Psicoanálisis es una paranoia lograda. En su
contexto la figura de Prometeo es aún más fuerte, alguien que logra arrebatarle el fuego (deseo
amoroso) a los dioses (al dios oscuro del inconsciente) para dárselos a los hombres.
El destino del héroe se funde en él, atado a una piedra, devorado por el buitre del
cáncer, logrando la inmortalidad a través de su obra.
Moritz coloca los recuerdos de sueños como aquella cadena que une a toda la
humanidad, lo que Freud luego llamará filogénesis otorgándole un anclaje biológico. Este autor
también habla de un deseo de retornar al gran todo, aniquilar al yo y fundirse nuevamente en el
cosmos, lo que Freud teorizará como el principio de Nirvana y hará entrar en escena la
temible pulsión de muerte, la que no pudo teorizar.4
Las sombras de la luna serán la belleza del día, y la luz que juega en las suaves formas
ante la noche trocara en temibles monstruos.

Hamann nos dice: “El reposo de nuestros primeros antepasados fue un profundo
sueño; su movimiento, una danza vertiginosa. Siete días permanecieron en el mutismo de la
meditación o del asombro y luego abrieron la boca para discursos alados”. 5 El hombre esta
ante los dioses o ante Dios y debe responder, él mismo es una interrogación, de su respuesta
depende el sentido de su existencia.

3
Béguin, opc. Cit, p. 68.
4
Registro de lo real en Lacan, remite a los dos significantes primordiales sobre los que gira el hombre :
sexualidad y muerte / vida.
5
Béguin, op. Cit, p. 82.
Este tema será esencial al posterior movimiento existencialista, con la particularidad de
que Dios ya habrá muerto.
De esta manera Foucault retomara estos orígenes para agregar que no solo Dios ha
muerto, sino que el hombre también ha muerto. Una huella en la arena, en el mar desierto.
Preocupación que en términos freudianos se presenta en termino de género, para
señalar la decadencia de la „Función Paterna‟, principal preocupación lacaniaca bajo la
nominación Nombre del Padre.
Para el racionalismo del siglo XVIII el intelecto es el amo, el universo se concibe
según sus leyes, es algo mensurable, infinitamente analizable y fragmentable en compartimentos
estancos, con la posibilidad de explicarlo todo sin la necesidad de la religión, el mito, sin la
poesía de la vida.
Los primeros pasos deben buscarse en el „Discurso del Método‟. Desde el cogito
hacia los trascendentales kantianos.
Esta omnipotencia del intelecto hace del hombre el nuevo Dios, especialmente cuando
siente que domina la naturaleza, particularmente el Símbolo de los dioses: el rayo, la energía.
La desacralización conduce a la desespiritualización de la materia, y la naturaleza pasa
a regirse por el mecanicismo (y mercantilismo), continuidad de la visión newtoniana. La
psicología de la fisiología de las reacciones es en otro plano una física de la máquina natural:
psicofisiología. Por eso la medicina es el paradigma, gobernada por el fantasma del Dr.
Víctor Frankenstein.
El objeto, es un objeto inerte, no puede moverse porque el movimiento dificulta su
abordaje, por eso el punto de partida es el estudio del cadáver y desde la disección se ingresa
al conocimiento (esto es todo un modelo, un paradigma), en donde luego se repetirá el mismo
procedimiento para el estudio de la vida.6
La epistemología surge „formalmente‟ en tiempos de Freud bajo este paradigma; el
intento de recuperar el ‘objeto’, sin saber todavía qué es, ni de qué se trata. En ese sentido
Kant fue su profeta, ya que vaticinó que la ciencia se pierde en el fenómeno, no logra conocer
„la cosa en sí‟. Freud en este sentido es el más excelso de los epistemólogos, porque logra
lucidez acerca del objeto de la pulsión, aunque las escuelas de epistemologías seguirán en
relación con el Psicoanálisis, en una línea paralela: a la par, pero separados.
La imagen de un siglo es el reflejo que dejan los hombres que lo han habitado. En el
romanticismo convive lo irreductible del intelectualismo y del sensualismo para devolver su
valor al Mito, la Poesía y la Religión. La diferencia se halla en que, para ellos, la poesía es la
verdad, y el mito es más real que el catálogo de los datos observables, siendo la presencia de
lo divino más segura desde lo invisible que desde los ojos de las leyes de la lógica con todos
sus encadena-mientos.
Para los románticos conocer es principalmente creer desde la esperanza, en el amor.
Para los racionalistas, conocer es poder demostrar y comprobar.
La estructura binaria hace que esta diferencia, en lugar de confluir se torne una
paradoja insuperable, por eso Freud es excepcional, porque pudo inventar algo diferente: una
lógica trina, que permite hacer confluir estas tendencias que en lo social y singular se
manifestaban como opuestas, él encontró la manera para que ambas se nutran de la realidad
obteniendo ventajas una de otra.
El romanticismo correrá la aventura con todos sus riesgos, con todos sus naufragios y
también con todas sus oportunidades.
6
Esto está muy bien expresado en la comedia de Moliere, El enfermo imaginario.
Y resucitará algunos grandes mitos: el de la Unidad universal, el del Alma del mundo,
el del Número soberano; y creará otros; la Noche (Lilit)7, guardiana de los tesoros, el
Inconsciente, santuario de nuestro diálogo sagrado con la realidad suprema, el Sueño, en que
se transfigura todo espectáculo y en que toda imagen se convierte en símbolo y en lenguaje
místico.
Hamann nos dice que sólo el conocimiento de nosotros mismos, ese descenso a los
infiernos, nos abre el camino de la divinización.
No es casualidad que Freud eligiera como epígrafe una cita de Virgilio para su texto
La Interpretación de los sueños, en donde nos dice que si no puede convocar a los dioses
del cielo, entonces convocara a los del infierno.
Flectere si nequeo superos, acheronta movebo. “Si no puedo conciliar a los dioses
celestiales, moveré a los del infierno”.
Si nos detenemos un poco en la referencia de la obra de Virgilio, La Eneida, el héroe
troyano que debe fundar la „nueva Troya‟: Roma. La frase hace referencia a la escena en
donde Eneas derrama sangre para convocar a los muertos y preguntarle a su padre donde
debe fundar.
Escena originaria de interpretación de los sueños, en donde Eneas no es Ulises (el
que desafía a los dioses) Hay una serie de metáforas muy implicadas en la vida de Freud.
Esto nos acerca a la idea del Deimon griego, el genio que habita en cada aliento que
exhalamos, en cada palabra que decimos, el psicoanálisis seguirá a ese deimon de rastros
invisibles.
Dirá el poeta; “La huella de Dios en la mujer es como el rastro del águila en los cielos,
el de la serpiente en la roca, el de las olas en el mar”8.
Rastro del Inconsciente que Freud seguirá en sus pacientes: „mujeres‟ histéricas.
Cuadro que se denominaba „tedium vitae‟, traducido actualmente por „sufrimiento de
la vida, o por dolor existencial „. El misterio del universo femenino.
Una de las figuras para rescatar es la de Giordano Bruno. Teólogo hereje que fue
quemado por la inquisición, no por su sistema Astronómico - Astrológico, sino por su teología
erótica.
Hans Urs Von Balthasar nos dice: “Giordano Bruno es el padre secreto de la moderna
religión del cosmos. Spinoza y Leibniz son sus deudos en lo fundamental, Schelling no hará
sino desarrollar su pensamiento, cuando Herder y Goethe hablan de Spinoza, están pensando
realmente en Bruno[...]
“El eros, en cuanto deseo insatisfecho de Dios, se ha convertido en la fuerza titánica
del héroe, en su llama que arde por sí misma con un fuego absoluto: furores heroicos. Este
mismo eros es la contracción de Dios... girando en lo cósmico infinito, el espíritu está en
medio de la gloria de Dios... en la mujer se halla la naturaleza en la que irrumpe el sol y el
esplendor de la naturaleza superior... la idea epifánica de lo divino es lo femenino... Beatriz
era siempre la instancia informante y Dante el informado...Bruno se identifica con Acteón y se
considera el cazador despedazado, es en todo y por todo masculino, al sucumbir a la furiosa
realidad de pura ebriedad sexual – procreadora... Bruno se describe como perteneciente al
linaje de los „faunos velludos, silenos y sátiros‟ y se mofa de los muchos Ganimedes filósofos,

7
En Los mitos hebreos de GRAVES, R, y PATHAI, R, encontramos plasmada la versión que dice de una
primera mujer anterior a Eva: “... Dios formó entonces a Lilit, la primera mujer, del mismo modo que había
formado a Adán...”. Alianza Editorial, Madrid, 2001, p. 79.
8
Poeta anónimo del siglo XVIII
él en cambio, argumenta; durus, villosus, rusticus, asper, callosus, rigidus, en definitiva, con el
miembro bien erecto - memet ingero rigidum, membrisque viriliter acrem, infrenem, invictum,
sementoseque sonantem - y así las musas tienden a amarle. Dios es ese Eros motor de
todas las cosas y se lo encuentra en el cosmos y en el corazón de quien lo busca...cada uno es
realmente, lo sepa o no, expresión inmediata de la totalidad infinita”9.

Un Eros elevado a principio cósmico en donde al ágape cristiano debe subordinarse a


su mandato, el de un Dios en su misterio de amor pasional.
El varón es aquel que puede participar del divino furor erótico poético y la mujer,
aquella capaz de inspirarlo, para que juntos beban las aguas de los cielos.
Del fuego interior de Bruno al fuego que le dieron en la hoguera sus inquisidores.
El hombre encuentra a la creación entera en el centro de sí mismo. Conocer es
descender en sí mismo. No es el ojo el que hace ver al hombre - decía Paracelso - sino el
hombre quien hace que el ojo vea. El conocimiento de la realidad se opera mediante una
contemplación interior, por medio de una experiencia vivida.
Junto al iluminismo surge el oscurantismo y proliferan las sectas, y a la par de las
academias10 y sus rituales conviven en la sociedad la iniciación en lo oculto, lo exotérico
(fuera) y lo esotérico (dentro), por separado. El Psicoanálisis hará confluir el ritual académico
y la iniciación esotérica11.

Esto conducirá al tríptico de la formación del analista:


1) Paso por la teoría (La Academia y los post-grados - títulos, habilitaciones formales,
legalidad).
2) El propio análisis (iniciación de forma singular por un Psicoanalista).
3) Super-visión (un control en los inicios del aprendiz a Psicoanalista por un maestro
de maestros).

También se verterán en el Psicoanálisis las formas de gobierno: un sistema republicano


hacia afuera a través de sus instituciones y un sistema aristocrático hacia adentro, regido por la
selección de los mejores y la pertenencia étnica, desde una estructura tribal12.
En el romanticismo se encuentra lo que Freud llamo el sentimiento oceánico, esa
búsqueda de placer infinito, el intento de perderse en el todo. Es lo que Lacan teorizara en
relación al Goce, a la muerte.
El romanticismo tiende a la unidad, al todo, a retornar a los orígenes. La palabra,
principal agente de esta reintegración, conserva la analogía del Verbo, lo que creó al mundo.
Por eso el acto del poeta es sagrado y literalmente creador. La música 13, al decir de Borges:

9
Balthasar Von Urs Hans, Gloria, Una Estética Teológica, Ediciones Encuentro – Madrid, 1988, Tomo V,
Metafísica-Edad Moderna, Págs. 24 6-250
10
Es importante recordar el origen de Akademos; escuela fundada por Platón en los jardines consagrados
al héroe ateniense Academos, en donde solo entraban los elegidos, ya que Platón sostenía la idea de una
aristocracia intelectual. La actual academia sigue el espíritu de su origen etimológico (Universidad -
Facultad), es una aristocracia intelectual (rituales de grado) con espacios democráticos en sus niveles
jerárquicos (Titulares, asociados, adjuntos...), y en su división de g obierno.
11
Recuerden el Grupo de los Miércoles, esos Señores del anillo, que llevaban en su dedo el símbolo de los
iniciados por el maestro.
12
Esta instancia interna siempre ha estado negada.
13
El pentagrama es el sonido de las matemáticas. De poder mudar una teoría a su forma matemática nos
asombraríamos al escuchar sus dulces acordes o ruidosa desarmonía. Un retorno poético a Pitágoras,
„esa curiosa forma del tiempo‟, a su vez, puede contribuir a la magia salvadora, pues su
principio, o sea el número, es el reflejo de los números que rigen el curso de los astros, de los
siglos y de la naturaleza toda.
Del ritmo de la naturaleza a la melodía del corazón, para concluir en la armonía del
espíritu.
Novalis nos dice: “ El camino misterioso va hacia el interior; dentro de nosotros, y si
no, en ninguna parte, es donde está la eternidad con sus mundos, el pasado y el porvenir...”14
Freud postulará que el tiempo en el inconsciente es un presente continuo y que en el
hombre no hay representación de la muerte, es algo que le sucede a otro, por lo que el
registro inconsciente nos habla sólo de eternidad.
El problema del tiempo en la física einsteniana es presentado como el problema de la
velocidad de la luz, Borges sostenía que la búsqueda del saber del hombre podía resumirse a
una cuantas metáforas, quizás a una sola, la de la luz. Y el problema del espacio es presentado
en relación con la gravedad, el punto sin concluir de Einstein: la relación entre la luz y la
gravedad, es decir, tiempo - espacio.
El sueño es un lenguaje de imágenes y Freud lo trabaja en ese sentido, por eso su
constante referencia al jeroglífico, principio de la escritura en donde la imagen conserva su
valor, una palabra - imagen sirve en un doble sentido, conteniendo los opuestos. Por ejemplo
„hombre‟: si se quería hacer referencia a un hombre valioso se lo dibujaba de gran tamaño, y
si no lo era, se lo dibujaba de pequeño tamaño, lo mismo ocurría en la escultura.
Hamann se inclina hacia la espontaneidad y las revelaciones de la intuición no
refrenada con la esperanza de llegar a los abismos secretos. En su obra Estética en una
nuez, de 1762 nos dice: “A los abismos del inconsciente pertenece toda la riqueza de nuestra
vida; pero, ¿cómo percibirla?, ¿cómo realizar el descenso a los infiernos interiores? Por medio
de la palabra y la poesía”.
Luego nos dice: “Los sentidos y las pasiones sólo hablan por medio de imágenes, no
escuchan más que a las imágenes. Todo el tesoro del conocimiento, lo mismo que el de la
felicidad humana, consiste en imágenes. La primitiva edad de oro fue una edad en que la
humanidad hablaba su lengua materna, que es poesía, anterior a la prosa como la jardinería es
anterior a la agricultura, la pintura a la escritura, el canto a la declamación, las metáforas a los
razonamientos y el trueque al comercio [...]
“...la naturaleza no es ya para nosotros más que un poema en desorden, disiecta
membra poetae: toca al sabio reunir los fragmentos dispersos y al filósofo examinarlos, pero
sólo al poeta le está reservado reconstruir su unidad. Nadie sino él puede encontrar el
„lenguaje angélico‟...” 15

Los románticos tratarán de romper sus límites, de bañarse en el infinito, de disolverse


en él de forma voluptuosa, abandonándose al flujo de la vida.
Hamann y Goethe coinciden en que el universo es sensible, es un organismo viviente y
móvil, en donde se manifiesta la presencia divina desde la intimidad de cada una de sus partes.
Dios es concebido como una fuerza en perpetuo devenir, que se nos revela en dos
evoluciones paralelas: la naturaleza y la historia.

recobrando la intimidad entre la letra y el número.


14
Béguin, op. Cit, p. 81.
15
Citado por Béguin, op. Cit, p. 82.
Esta concepción energética y vitalista que Herder aplica al estudio de la historia, al
desarrollo de las lenguas y de la literatura, es un verdadero legado de la época, en donde el
hombre busca la chispa divina (entusiasmo) al intentar recuperarse desde la imagen y
semejanza con Dios.
Goethe aparece como una figura más mesurada, que se aleja de las delirantes orgías
metafóricas con que gustaban embriagarse algunos románticos. Para él, el punto de partida no
es ni una iluminación religiosa como en Harmann, ni una dolencia metafísica y lírica, como en la
mayoría, sino que es la búsqueda de un equilibrio, constantemente amenazado por la violencia
de las revoluciones interiores y protegido por la realización de la obra de arte.
También para Goethe el hombre es la medida de todas las cosas, entendiendo que el
universo es divino, sin que haya necesidad de suponerle un creador. El organismo universal
lleva en sí su ley y su medida, las mismas que gobiernan al hombre. Intimidad entre el
macrocosmos y el microcosmos, curiosamente lo que los físicos - epistemólogos actuales
sostienen.
Aprender la eternidad en el instante, percibir el infinito en el objeto, así como Herder.
Para él hay una energía creadora, la que engendra todas las formas, pero, también las
diferencias.
Goethe (1749 - 1832) es el escritor más polifacético y prolífico de las letras alemanas,
eximio conocedor de las obras clásicas, el Fausto es tomado como su auto-biografía, porque
se gestó durante 60 años de la vida del autor, en ella se encuentra el sentimiento eterno y
universal de la insatisfacción vital, el problema del destino ante la lucha del Bien y el Mal, Dios
y el Diablo, la Ciencia y la Magia, la Utopía y la Verdad.
El Fausto es un Paradigma, quizás El Paradigma de la época, un hombre de
ciencia que se enamora y encuentra que todo su saber no le sirve para conquistar a su amada.
Acaso seria posible una ciencia del amor. ¿El lugar en donde advendrá del Psicoanálisis?
¿Una forma de cura por amor y por deseo?
En la noche, la zozobra y la desesperación invaden a Fausto, a su derredor libros de
filosofía, jurisprudencia, medicina, teología... ante la meditación confiesa no „saber cosa alguna
razonable‟ y se considera miserable.
Reflexiona que la naturaleza es la verdadera ciencia comparada con la quietud de
muerte de lo libros. Considera la posibilidad de suicidarse, luego su espíritu ante la luz hace un
movimiento de exégesis religiosa y encuentra la revelación en el Nuevo Testamento en
palabras del Evangelio de San Juan: “En el principio era la palabra”, que él traduce por; “En el
principio era la acción” y se lanza a conquistar el mundo.
En esta vía, el retorno a Freud de Lacan, también es un retorno al Fausto de Goethe.
¿Cuánto de Fausto? Un Fausto sin Margarita ¿Cuánto de Mefistófeles?
Del vino añejo de Freud a las bodegas del vinagrero de Orleans.
¿Cómo desvelar el espíritu de la naturaleza? Es cuando aparece Mefistófeles
ofreciéndole un pacto de sangre para revelarle los secretos por siempre ocultos y otorgarle su
bien más preciado: lograr el amor de Margarita, que bien puede ser a la vez la Beatriz del
Dante.
El saber del alma requiere como pago el alma de quien busca ese saber.
Mefistófeles se burla de la intelectualidad ilustrada de la época, él hace que Fausto
pueda ver la realidad y en particular una Helena en cada mujer, lo que lo llena de aturdimiento
y sensualidad, entendiendo que Eros es el principio de todas las cosas y que él desde su saber
racional jamás podría acceder al corazón de una mujer, obtener ese saber bien vale la
condena eterna.
La sombra de la tragedia está tras cada acto de la escena de la vida, en donde el
hombre, Fausto, sella alianza con la fuerza divina equivocada, no obstante el amor es más
fuerte y vence a la muerte y a la condenación.
Fausto encarna a Ícaro, aquel al que se le dió alas de hybris y en su loco entusiasmo
vuela hacia el sol, para encontrar como respuesta la terrible caída. Es una metáfora de la
condición del varón. En Goethe, lo que él busca no es el sol, sino la Luna.
Se debe estar iniciado para aventurarse al misterio de lo invisible, en donde Eros agita
sus alas desde la eternidad. Aquel dios que vuela sobre la cabeza de los hombres.
En esta mixtura helénica cristiana, se trata del ave del génesis que sobrevuela las
aguas. La escena original que se hace presente desde el interior del hombre, es lo que se lleva
impreso en el alma, en el corazón.
¿Cómo hacer para que la razón, el corazón y la genitalidad logren una unidad en la
pasión y la lucidez? ¿Qué extraña alquimia debe producir el Amor?
El deseo no está solo en la carne, sino que viene del espíritu.
El varón, por efecto de la ciencia, pierde la fe y deja de ser hijo de la Luz, entrega su
espíritu por ella y al final de la obra La mujer lo salva. Los ángeles hacen llover rosas del
Amor y Mefistófeles queda burlado. La madre gloriosa aparece y ante ella interceden las tres
penitentes antonomásticas de la historia de la salvación: María Magdalena, la Samaritana y
María Egipciaca. A ellas se une Margarita, que obtiene el perdón del alma de Fausto. Un coro
místico entona el Himno del amor y lo que no fue posible consumir en un plano lo es en el
otro.
Freud parte del entusiasmo de la lectura de Goethe, pero luego se declarara ateo, no
obstante su teoría fue llamada Dinámica (poder), la teoría de la energía (sexual), la teoría de la
libido. Lo que llevó a un mal entendido al designársela como Pan(todo)-sexualista, acotando
lo sexual a lo genital.
Para Goethe lo eterno vive en todo; si se inmoviliza unos instantes, es sólo en
apariencia, pues todo se deshace y se aniquila cuando trata de persistir en su ser.
Spinoza sostenía que la vida consistía en lo que insiste en persistir en su ser, llevado al
campo del deseo, especialmente por la escuela francesa.
Para Goethe la naturaleza pone fuera del alcance de la razón sus tesoros, por eso todo
acto inconsciente es una pequeña luz, un reflejo de esa visión imposible.
La química, que había triunfado sobre la antigua alquimia (tan querida por los hombres
del Renacimiento), y que parecía confirmar a primera vista las interpretaciones de un
atomismo mecánico, suministró las primeras armas a los partidarios de una unidad
fundamental. El descubrimiento del oxígeno por Priestley pareció demostrar que era un mismo
elemento vital el que regía al reino orgánico y el inorgánico. Principio activo de la combustión
y también de la vida humana, el oxígeno podía ser el lazo de unión que se buscaba entre los
dos mundos separados. En física, los trabajos de Galvani en electricidad y sobre todo los
experimentos magnéticos de Mesmer, suscitaron un entusiasmo universal, una misma fuerza
parecía regir la materia y el espíritu, un principio común.
Los médicos echaron mano de estos descubrimientos físicos y esbozaron las
terapéuticas más singulares, en las curas „simpáticas‟, reaparecía el lenguaje de Paracelso y de
los magos, buscando la analogía entre el cosmos y el organismo humano. Es importante
señalar que la medicina tradicional china sigue este camino, líneas energéticas, un cuerpo
energético en base al anatómico. Práctica censurada en tiempo de Mao Tze Tung, y
totalmente vigente en la época actual.
Desde inicios de la humanidad el hombre ha seguido los ciclos de la naturaleza, y para
ello organizó un sistema simbólico de acuerdo a los ciclos de la luna. De esta manera el
calendario era lunar, los tiempos los imponía la naturaleza. Con el calendario y la Astrología
(teología) solar, los tiempos los impone el varón, quedando sujeta la mujer-luna al orden
simbólico impuesto por el varón.
Los pueblos que divinizaban la naturaleza y la luna (paganismo), endiosaban a la
mujer. Al surgir la primera religión monoteísta con el Patriarca Abraham, la mujer pierde el
carácter de diosa y solo hay un Dios (principio masculino).
No obstante en la antigüedad el pueblo hebreo logro una armonía al poder combinar
el respeto por los ciclos de la naturaleza y tener a la vez un Dios Solar.

En Lorenz Okenfuss tenemos una filosofía de la naturaleza redactada en aforismos


breves, que en el dominio de la analogía se entrega a lo que el llama orgías vertiginosas: “Ya
en el curso de los astros está prefigurado el acto supremo de la vida animal, la cópula. La
creación misma no es otra cosa que un acto fecundante. Desde el origen está previsto el sexo,
vínculo sagrado que mantiene unida a la naturaleza entera. Los que niegan el sexo no
comprenden el enigma del universo...”16
De esta manera, para algunos románticos, la aparente lucidez de su época no era otra
cosa que una noche profunda, ya que la verdadera claridad solo es accesible en los aspectos
nocturnos de la existencia.
La fuerza dinámica del magnetismo buscaba en los estados de hipnosis, de
magnetismo, de exaltación poética, el abandono de la conciencia y la unión a la naturaleza
para poder llegar al éxtasis.
La ek-stasis (sacar fuera), vía de la mística en todos los tiempos. Y a la vez, la
paradoja de que sólo podemos alcanzar nuestro interior en el Inconsciente.
La noción de Inconsciente no era desconocida en el momento en que los románticos
le dieron esa importancia. Para la mayoría, es la raíz misma del ser humano, su punto de
inserción en el vasto proceso de la naturaleza. Sólo por medio de él nos mantenemos en
armonía con los ritmos cósmicos y a la vez fieles a nuestro origen divino.
Lo que percibimos de él es el paso del flujo cósmico a través de nosotros, es según la
expresión de Steffens: “...el oscuro diálogo del Todo consigo mismo”. 17
Siendo el sueño el profundo retorno del alma a sí misma.
Por eso, para los románticos tratar de explicar los sueños desde la ciencia es
considerado un acto de profanación.
Para Troxler el sueño está en el corazón del ser humano y nos dice: “En este centro es
donde el hombre sueña el sueño profundamente escondido de su vida, ese sueño en que se
unen la alta consciencia del Espíritu y la oscura existencia del Cuerpo. Lo que sueña es el
Espíritu en el instante en que baja a la Materia, y la Materia, en el instante en que se eleva
hasta el espíritu... El sueño es, pues, la revelación de la esencia misma del hombre, el proceso
más particular y más íntimo de la vida: ora un eco de lo supraterrestre en lo terrestre, ora un

16
Béguin, op. Cit, p. 97.
17
Béguin, op. Cit, p. 109.
reflejo de lo terrestre en lo supraterreste. El sueño es... lo serio que hay en el fondo de todos
los juegos a que se entrega la vida”.18
Troxler continúa en su metafísica: “Muchísimos signos nos advierten que la psique del
dormir reaparece intermitentemente en la vigilia y que viceversa, la psique diurna participa de
la vida del sueño”.19
Todo estaba en el ambiente como cuando se puede sentir el „olor‟ de la lluvia. Había que
poder descubrir esa verdad a todas voces y por siempre oculta.
Troxler nos dice: “El sueño, ese diálogo (que en el fondo nunca cesa) entre nuestras
dos locuacísimas almas, no es puro eco, puro reflejo del mundo sensible...Es un estado
original, esencial y cargado de sentido, de la naturaleza humana, que nos permite entrever las
profundidades de la consciencia primera”20.
Esa conciencia primera bien se puede acercar al inconsciente freudiano en sus
principios, cuando Freud habla de „inteligencia inconsciente‟. También podemos acercar estas
„almas‟ a las instancias de „aparato psíquico‟ con sus „tres almas‟ (Ins. Prec. Conc.)

Para el romanticismo no había muerte, sino prolongación del sueño. En cierto sentido,
la muerte era el verdadero despertar.
Troxler en su obra Ueber das Leben (1806) sostiene que los sueños anuncian los
primeros síntomas de las enfermedades, especialmente las enfermedades mentales, y a la vez
lamenta que no se pueda llegar a descubrir la naturaleza última de los sueños.
Otro gran romántico, Schubert, contemporáneo y enemigo de Hegel, publica en 1814
la Simbólica del sueño, y en 1830 su gran psicología Historia del alma.
Para él, la única certidumbre es la del corazón. Y el sueño es la misteriosa gramática
del Verbo. En él se encuentra el destino del hombre, es a la vez el olvido y el recuerdo de
Dios, por consiguiente los sueños proféticos nada tienen de inexplicable: “El poeta escondido
que hay en nosotros calcula, por un álgebra superior, las relaciones entre el día de hoy y el de
mañana, entre el pasado y un porvenir lejano, con una seguridad de que carece el espíritu en
la vigilia”.21
Schubert se esfuerza en encontrar una simbología de ese lenguaje onírico hecho de
imágenes que la humanidad comparte y reconoce en el sueño. Un mundo que tiene su retórica
particular. Por ejemplo, una figura sirve para designar una cosa por su contrario, este lenguaje
de metáforas es un enigma que el hombre se esfuerza por descifrar, por eso la vía que más lo
acerca a su verdad es la poesía.
El poeta es a la vez el mago y el profeta, aquel que a través de relámpagos visionarios
llega a los pies del Verbo.
El sueño es la torre de Babel. Después de él, la dispersión de las lenguas.
Sueño, poesía y amor están emparentados con la muerte: en efecto la muerte es el
nacimiento a la vida. Las aspiraciones más auténticas del individuo tienden a la muerte, porque
la muerte es reunión, retorno a lo uno.
Thanatos, hermano de Hipnos (sueño), dos genios alados, hijos de la Noche.
Carus considera que el hombre posee un Inconsciente absoluto y uno relativo y lo
compara con una torre gótica: “No por estar profundamente enterradas en la tierra son menos

18
Béguin, op. Cit, p. 128.
19
Béguin, op. Cit, p. 131.
20
Béguin, op. Cit, p. 132.
21
Béguin, op. Cit, p. 144.
indispensables las bases para la belleza visible del edificio...las más hondas fuerzas creadoras
no se hallan en la vida consciente del individuo, sino en esas reservas colectivas del
Inconsciente, que guardan el tesoro acumulado por generaciones sucesivas”. 22
Considera que: “El espíritu permanece en un continuo presente interior”23. Esto se
acerca mucho a lo posterior formulación freudiana del tiempo.
También promueve un ideal de salud: mientras más sano es el hombre, mayor es la
adaptación de ese ritmo a las noches y a los días de la vida planetaria. Considerando al
Inconsciente como la „Suprema Conciencia‟, siendo el sueño la actividad de la consciencia en
el alma que vuelve a la esfera del Inconsciente.

Para el romanticismo era preciso que el criterio de verdad no fuera ya la


evidencia intelectual, sino la certidumbre afectiva.

Fascinados por lo etéreo, son los primeros en esbozar una estética del sueño.
Hölderlin nos dice: “El hombre no soporta sino por breves instantes la plenitud de lo divino”24.
La metáfora es el carro alado que eleva el alma, sin diferenciar lugar, tiempo o condición
social. El precio de ese encuentro es el olvido y la recompensa es la condición divina del
hombre desde la fuerza de su interior.
Hölderlin: “ El hombre es un dios cuando sueña, un mendigo cuando piensa...”25
En su texto de Interpretación de los sueños, Freud nos dirá que el sueño es la vía
regia para el acceso al inconsciente.
Otro autor a considerar es Jean Paul, que buscaba el éxtasis de un soñador despierto.
Para ello se valía de todo tipo de estimulantes y de alcohol, para llegar a estados de
alucinación consciente y poder escribir sus experiencias de tipo onírico. Buscaba una
oniromancia que trasmitir. Imitando su ejemplo, muchachas de la pequeña ciudad de Hof,
constituyeron „la academia del amor‟ en donde se reunían a escribir sus sueños para
enviárselo al poeta.
¿Las futuras pacientes de Freud?
Los primeros pasos del „sueño lúcido‟. Recordemos que en cuanto al método, en su
etimología, odos nos indicaba el camino, y metaxis, en – entre.
El camino a seguir „entre‟ el objeto „inconsciente‟ y el objeto cuerpo, sujetos por la
ciencia. Lo que por excelencia se ubica „entre‟ es la histeria, se da a ver, pero, al mismo
tiempo se oculta, las mistéricas de Freud, vía regia para acceder a los misterios de Eleusis,
órficos, de Isis. En ella, todos.
Las que lo remitieron a la Ex –finge, para interrogarlo en su ciencia desde su cuerpo
acerca de: ¿Qué es un hombre? ¿Cómo se sostiene?
Debatiendo al ser, en un mismo tiempo, el objeto de deseo y el sujeto deseante.
Inclinando su existencia en el intento constante de desear el deseo de Otro.
La histeria, el bello paradigma de la nueva ciencia, en donde la verdad tiene estructura
de ficción y sigue en sueños los pasos del mito-razón.
En un primer momento, la gran puesta en escena, para que los mortales purifiquen sus
pasiones en la tragedia del nuevo Sófocles mudado a Descartes.

22
Béguin, op. Cit, p. 176.
23
Béguin, op. Cit, p. 178.
24
Béguin, op. Cit, p. 205.
25
Béguin, op. Cit, p. 205.
Aquí se unen Hipnos y Thanatos, ya que el sueño es considerado una pequeña muerte.
Jean Paul buscaba llegar a estados de desfallecimiento para poder transmitir esa experiencia
extrema de existencia.
Aspiración a un Goce místico, los ojos de la verdad en la luz de la noche.
Para Novalis, cada palabra tiene un destino espiritual, siendo la poesía el instrumento
de reconciliación mágica, de transfiguración real del mundo.
Ante la muerte de su amada Sophie, él quiere considerar más real lo invisible y por
eso escribe: “Mi amor se ha convertido en una llama que consume poco a poco lo que es
terrestre”. Visita su tumba esperando abrazar a la muerte: “...dispersé la tumba de un soplo,
como si fuese polvo, eran siglos parecidos a instantes, la sentía muy cerca, a cada minuto creía
que ella iba a aparecer...”
Novalis quiere cambiar la condición humana y nos dice: “No sólo debemos ser
hombres; debemos ser más que hombres”. Es necesario trascenderse para volverse Dios, una
transfiguración solo posible por el amor y la voluntad.
“Todos los azares de nuestra vida son materiales con que podemos hacer lo que
queramos”26, el hombre solo debe creer para poder crear.
Para Novalis el mundo que llamamos exterior, con su necesidad y su existencia
independiente de nuestro espíritu, no goza sino de una autonomía aparente, ilusoria. Uno y
otro forman juntos una especie de realidad, sólo que no tenemos consciencia de ello, somos
hijos de Dios, gérmenes divinos. La magia es el arte de emplear a nuestra voluntad el mundo
de los sentidos.
Sin hacer participar lo religioso, este fragmento es interesante para pensar lo que
Freud postulará como „realidad psíquica‟, y el lugar que le otorgará al deseo.
Romantizar el mundo es incluir lo Superior, Desconocido, Místico, Infinito, Mágico,
Divino, y el hombre como hijo y heredero de Dios.
Para Novalis, los pensamientos se convierten en leyes, camino que buscan los
racionalistas. En cambio, él prefiere el del deseo para convertirlo en realizaciones, busca
alcanzar una „cons-ciencia genial‟, un éxtasis, una intuición superior comparable a ciertos
estados descriptos por los místicos.
La noche interior es asimilable a la realidad suprema, a la realidad universal. Ahí
nuestro abismo, en donde podemos superarnos, porque sentimos que el universo somos
nosotros. No conocemos esta realidad sino como por relámpagos, bajo la forma de un
diálogo interior con un ser desconocido que entabla con nosotros una relación vedada a todos
los seres atados a las apariencias.
Novalis nos dice: “El verdadero poeta es omnisciente; es un universo en pequeño, la
poesía es lo real absoluto. Mientras más poética es una cosa, es más verdadera”27.
Ve lo invisible, siente lo insensible. El poeta ordena, reúne, elige, inventa y sobre todas
las cosas crea, pero no comprende por qué lo hace de esa manera, ni puede explicarlo, es un
espíritu en unión con el Todo.
Una obra bien lograda tiene siempre algo de secreto, de inaprehensible, se dirige a los
ojos que aún no están abiertos.
En este sentido Freud dirá que la ciencia muy penosamente llega a ciertas verdades,
rengueando, tullida. En cambio, el poeta ya las sabe pero no las conoce. Para decirlo de otra
manera, el poeta no sabe lo que dice y el científico puede explicar su conocimiento.

26
Béguin, op. Cit, p. 252.
27
Béguin, op. Cit, p. 259.
Novalis nos dice que contar un cuento de hadas es lo mismo que relatar un sueño, por
lo que lo considera como la forma superior de literatura.
La huella dejada por el romanticismo: Sueño, Poesía y Mito.
Llegará un día en que el hombre no cesará de velar y de dormir a la vez, soñar y al
mismo tiempo no soñar: esa síntesis es la operación del genio, que hace que las dos
actividades se refuercen mutuamente.
Todo tiende en Novalis a esa época en que el tiempo estará abolido, y hacia esa
síntesis en que consciencia e inconsciente, necesidad y libertad, acabarán fundiéndose. Había
una necesidad de otra lógica, de disolver la estructura binaria de pensamiento que tiranizó al
hombre por siglos y que aún continua amarrándolo a una realidad de observables y de
procedimientos conceptuales.
Para Tieck : “La voluptuosidad es el gran secreto de nuestro ser; la sensualidad, el
engranaje más importante de la máquina humana”28.
En él, es el bosque alemán, el bosque de los viejos cuentos populares, con sus
misterios y sus terrores, la soledad de un niño o de un joven que se extravían, la brusca
aparición de ancianos extraños en un paisaje siempre asombroso.
Freud siempre recordaba sus primeros años en este contexto de tierras del Imperio
Austro-Húngaro, de donde provenía su discípulo preferido: Ferenczi.
Escenario que elige Bram Stoker para su novela Drácula. El protagonista es un
aristócrata de noble descendencia, de la orden del Dragón, de Pen-Dragón, lo que lo ubica
como el último descendiente de Arturo. Mito de la mesa redonda que propone su discípulo
inglés Jones, para fundar la cofradía del anillo.
Emilio Rodrigué nos dice: “Según Jones, las primeras huellas de la familia Freud se
encuentran en Buczacz, aldea al este de Stanislav, en Galitzia. En esa segunda encrucijada, la
familia se dividió: una parte marchó a Rumania y la otra a Moravia. [...]
“Sucede que Freud nunca olvidó su lugar de origen, los dulces campos de Moravia,
las aguas cantarinas del río Lubina: „Bajo gruesas capas sigue viviendo en mí la criatura feliz de
Freiberg, el primogénito de una madre joven, que recibió de aquel aire y de aquella tierra sus
primeras impresiones imborrables‟. [...]
“Jones describe el lugar como parte del bosque encantado del universo pastoril de
nuestros viejos sueños. Dice que ese prado mágico llegaba hasta el jardín donde retozaba el
pequeño Sigismund”. 29
La tierra que desde sus fragancias nos otorga sus sueños.
Tieck toma el sueño como modelo de la obra de arte y trata de establecer los
principios de una estética. Ese encuentro es la fortuna y la desesperación del hombre. Por eso,
para él, al inconsciente sólo es posible acceder conjurándolo a través de la poesía. La
metáfora es la red que atrapa a los fantasmas y a la vez proyecta las sombras del Verbo, eso
que nos busca desde nuestro interior, lo que nosotros rechazamos en la vigilia, para ceder
nuevamente en la noche.
Otro gran poeta romántico, Clemens Brentano, por cuyas venas corre una sangre
meridional, deja que su existencia caiga en todas las tentaciones, conoce el juego y el placer,
cede a las seducciones, pierde la cabeza, se embriaga de sensualidad para finalmente abrazar
la religión.

28
Béguin, op. Cit, p. 280.
29
Rodrigué, Emilio, Sigmund Freud, El Siglo del Psicoanálisis, ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1996, tomo
I, pp. 46, 59, 60.
Para Brentano, el amor es una música que su alma necesita, una atmósfera de
emoción en la que le gusta bañarse para despertar en sensualidad, observando la escena de la
virgen expuesta al deseo del fauno.
El poeta en lo inefable y lo esencial, él es el corazón del universo, quien reconoce la
huella de Dios en todo lo que sucede en este mundo, su voz lleva a los demás la liberación y
da a la naturaleza una transparencia musical: “En todas las cosas que prosiguen su sueño
eterno duerme un canto y el universo se pone a cantar en el momento en que tú encuentras la
palabra mágica”.30
A semejanza de los héroes, el poeta se halla, en el momento de la creación, en un
estado de „segunda mirada‟, en que los fantasmas de los abismos interiores son los únicos que
salen a la superficie visible del lenguaje.
Kliest, un romántico arrebatado por lo dionisíaco, nos dice: “...la condición humana es
el tormento de la consciencia ya despierta, pero todavía imperfecta”31.
La tragedia de ser hombre es saberse inmortal en un cuerpo mortal, buscar la plenitud
y a la vez vivir mendigando placeres atados al castigo de las necesidades.
Para estos maestros de la ensoñación, su mayor dificultad era su subsistencia.
El sueño romántico en ocasiones se transformaba en pesadilla.
Para todos ellos en el dormir se encuentra el estado más lúcido y poderoso del
pensamiento.
Guérin se describe en su sentir: “Mi alma se contrae y se enrolla sobre sí misma como
una hoja tocada por el frío, se retira a su propio centro, abandonando todas las posiciones
desde las cuales contemplaba. Conozco pocos accidentes interiores tan terribles para mí
como este súbito encogimiento del ser después de una extrema dilatación. En esta
condensación, las facultades más vivas, los elementos más inquietos, los más agitados, se
encuentran presos y condenados a la inacción, pero, sin parálisis, sin disminución de vida;
todo su ardor está encerrado y refrenado en ellos. Apretados y amontonados, luchan entre sí,
y todos a la vez, contra el límite. Entonces toda la sensación que tengo de la vida se reduce a
una irritación sorda y profunda, mezclada con sacudimientos; es la fermentación de tantos
elementos diversos que se calientan en su contacto forzado y que repiten las mismas tentativas
de erupción. Cuando están ocupados en el interior todas las facultades que me ponen en
comunicación con el exterior, con lo lejano, todas esas brillantes y fieles mensajeras del alma
que van y vienen continuamente, del alma a la naturaleza y de la naturaleza al alma, me quedo
aislado, segregado de toda participación en la vida universal. Soy entonces como un hombre
lisiado y con todos sus sentidos atrofiados, solitario y excomulgado de la naturaleza”. 32
Otro rasgo en común del romanticismo era la Soledad, esa angustia metafísica de
incompletud ante la brillante verdad imposible del Todo.
Una morada que se acercaba al hombre en cada crepúsculo, para desaparecer ante el
primer rayo de luna, tímida a la luz del Alba.
La frescura de ese recinto exige la chispa divina de la inmortalidad.
Sombras en nubes de primavera para el siglo XVIII.
Anhelo de beberse todos los vientos para soplar sobre las próximas generaciones, el
soplo secreto del inconsciente, ese es el aire que respiró Freud.
Sed de infinito para Proust, solo satisfecha por el arte y en el arte.

30
Béguin, op. cit, p. 385.
31
Béguin, op. Cit, p. 391
32
Béguin, op. cit, p. 422.
Para Nerval, nuestros sueños son el cuerno de la abundancia, en donde nos
alimentamos por las noches para despertar con el hambre de la mañana.
Víctor Hugo sostendrá: “Todo vive, todo actúa, todo se corresponde; los rayos
magnéticos emanados de mí mismo o de los demás atraviesan sin obstáculos la cadena infinita
de las cosas creadas; es una malla transparente que cubre el mundo y cuyos hilos desatados
se comunican cada vez más con los planetas y las estrellas. Cautivo en este momento sobre la
tierra, entablo un diálogo con el coro de los astros, que participan de mis alegrías y mis
dolores”.33
Baudelaire y Rimbaud, desde sus tierras, abrevan en las mismas aguas, para
convertirse en poetas malditos por sostener la mirada ante el horror de lo sagrado, como dirá
Víctor Hugo: “... desde una oración difusa con certeza indeterminada, en el crepúsculo atan su
alma con ese oscuro hilo reflejo de luna, fulgor de un resplandor invisible”. 34
Víctor Hugo relata en su biografía: “No encuentro un punto de descanso, pasar de una
espiral a otro como Arquímedes y de una zona a otra como Alighieri, caer revoloteando en el
pozo circular, tal es mi eterna aventura...”35
Dialogar con la sombra de lo desconocido.
El hombre, un salvaje iniciado que olvidó sus ritos de comunión.
El sueño es un arrebato tumultuoso, impetuoso, que con maestría nos envuelve en un
caos que huye, en donde el hombre se asoma al ojo de lo divino, a ese parpadeo de lo eterno
que por siempre nos visita desde el olvido de nuestro ser.
Aguas de sueño que se deslizan del cántaro de la noche.
Aventureros del sueño y del hechizo poético en donde la vida era divina y por lo tanto
religiosa, aunque dramática, por esta imposibilidad ontológica del ser. Luego Heidegger hará
filosofía con esa idea: “Ser para la muerte”.
En términos freudianos la pregunta es: ¿es posible ir más allá de la pulsión del muerte?
Freud lo contestó como un poeta: “El deseo es inmortal”.
Para los románticos, el sueño es una iniciación en donde la prueba es la vigilia.
Sobrevivir a ella para retornar a la magia de lo onírico, hasta lograr manejar los dos planos y
volverlos uno solo (¿psicoanálisis?)
Pero muy pocos de ellos sobrevivieron a la terrible prueba de la cotidianeidad y de la
relación de „vecindad‟ con el otro.
El simbolismo preparaba el camino a una generación que en los años que siguieron a la
guerra de 1914, iba a hacer suyas las ambiciones de Rimbaud y a seguir su doble ejemplo:
rebelión metafísica contra la imperfecta condición humana, y atención delicada a las
revelaciones del inconsciente.
La rebelión fue al principio negada, afán de desorganización, en la época del
dadaísmo. Después en el surrealismo, en sus primeros años, tentativa de reconstrucción, de
afirmación metafísica, para adquirir una conciencia más clara y tomar como referencia primera
la obra de Freud.
Así Breton definía al Surrealismo como: “Automatismo psíquico puro por el cual nos
proponemos expresar, ya verbalmente, ya por escrito, ya de cualquier otra manera, el

33
Béguin, op. cit, p. 445.
34
Béguin, op. cit, p. 451.
35
Béguin, op. cit, p. 450.
funcionamiento real del pensamiento. Dictado del pensamiento, en ausencia de todo dominio
ejercido por la razón, fuera de toda preocupación estética y moral”.36
Para llegar a este destino todo método era válido: fatiga, alcohol, droga...
La intención era buscar un estado de conciencia liberado de la lógica, para que el
espíritu logre una comunicación estrecha con las profundidades desconocidas.
Se trata de llegar, más allá de la personalidad construida, a capas más primitivas del
ser, y a esa „materia mental diferente del pensamiento, de la cual el propio pensamiento esta
hecho‟.
Conquistar una tierra desconocida37, que por siempre fue la promesa inexpugnable en
sus castillos, más allá del tiempo y en otro espacio.
Solo un h-Ero-é podía lograrlo.
Emilio Rodrigué nos dice lo siguiente: “El pathos romántico exaltaba lo irracional y el
culto a la singularidad... a diferencia de los teóricos del „pacto social‟, reverenciaban la
naturaleza, no sólo la naturaleza visible, sino también la cara oscura de la Luna. De ahí el
interés por lo que hoy denominamos las manifestaciones del inconsciente: sueños, delirios y
locura en general, genio y figura, parapsicología, los poderes misteriosos del destino, la
fascinación por los fluidos magnéticos. Así como el Renacimiento descubrió la antigüedad
greco-romana, el Romanticismo se volvió hacia la Edad Media. Schelling cantó los prodigios
que resonaban en la penumbra de las catedrales... una cosmovisión que atraía e incomodaba a
Freud.”38
El Freud que revela la tensión entre la pulsión sexual y la social.
Tal vez la oposición mayor entre la Ilustración y el Romanticismo se daba en el
dominio del amor y el sexo. Los matices de la pasión eran la sal de la vida. Frente al ideario
burgués, el héroe era un joven trapecista39, bello como Byron, dispuesto a dar su pirueta
mortal. Se anuncia un nuevo tipo de subjetividad, un „espacio psicológico‟ cuyo prototipo será
Goya con su „transformación‟ demoníaca.
El romanticismo germánico en la pluma de Wilhelm von Schelling (1775 - 1854)
generó una Filosofía de la Naturaleza, que postulaba la unidad esencial del hombre con el
cosmos. Una malla de „simpatía‟ liga a los seres, los hechos, los portentos, en un movimiento
universal del cual el hombre forma parte. De ahí que las ideas de Mesmer sobre el
magnetismo animal se atizan en el fuego romántico. A su sombra surge lo opuesto, el voraz
positivismo que se consagra en los nuevos templos; las universidades. Casas del saber,
consagradas a la exploración científica, cuyo corazón late en los laboratorios, pupila de los
ojos del positivismo... en su exceso el cientificismo. 40
Siglo que contiene a figuras como Darwin y como Nietzsche. En Darwin se reconoce
el mérito de volver a señalarle al hombre el „objeto‟, y la biología vuelve a ocupar su lugar 41,
lo que trajo nuevos aires, un empirismo sensualista, ante un ambiente saturado de
espiritualismo. Pero el temor hizo que la razón faenase en fragmentos ese objeto, cuerpo de

36
André Bretón, Primer manifiesto Surrealista, citado por Starobinski, Jean, La relación crítica, psicoanálisis
y literatura, Ed. Taurus, Madrid, 1974, p. 257.
37
Freud comparaba al Psicoanálisis con una bella mujer a la que había que conquistar
38
Rodrigué, op. Cit. Tomo I, p. 43.
39
El Zaratustra de Nietzsche.
40
Rodrigué, op. Cit, Tomo I, pp. 43-44.
41
Al decir de Freud: la anatomía es el destino.
Osiris, para dispersarlo por todo el territorio científico, de esa manera ya no podrá volver a su
trono. Aún el hombre sigue juntando sus partes42.
Nietzsche advertirá que la ciencia no podría ser sin los magos, alquimistas, los
astrólogos y los brujos que las precedieron. Ellos fueron los primeros en crear, pues:
“... el problema de la ciencia no puede ser resuelto en el campo de la ciencia”43. Sino en el
arte, ya que el origen de la tragedia es el sistema de pensamiento socrático expandido desde
la Biblioteca de Alejandría.
Otro grande que nombrar es el dramaturgo Ibsen, que gobernó los espacios escénicos
del siglo XX, e impregnó de tragedia a toda Europa.
Es importante recordar que Freud aprendió la lengua castellana por amor a Cervantes
y para leer su obra, especialmente el Quijote.
Rodrigué se pregunta cómo era la sexualidad del joven Freud. A los 40 años, después
de su último hijo, la sexta, Anna, decide abandonar la genitalidad y continuar con una vida de
celibato marital.
A los 16 años, tal vez antes, aparece el primer amor, amor que tiene que ser contado
desde un lugar muy especial, llamado la Academia Española.
“En algún momento de la adolescencia, antes de los 15 años, Sigmund Freud y
Eduard Silbertein fundaron una sociedad secreta, primero llamada SSS (Spanische Sprache
Schulle), y luego Academia Española. Tenían un sello y un código secreto, como corresponde
a toda logia que se respete. Esta sociedad de dos miembros fue concebida para el estudio del
Español, para la invención de mitologías privadas, para promover un estilo expositivo regido
por el absurdo y last but not least, para hablar de mujeres...Se estableció sobre la base de
textos de Cervantes, entre ellos las andanzas de los perros Cipión y Berganza en el hospital de
Servill. En la repartición de papeles, Sigmund era Cipión, perro de espíritu crítico, pedagógico
(para no decir psicológico) y el más reflexivo del par, Eduard era Berganza, más extravertido,
casi Playboy... can mujeriego que se la pasaba de aventura en aventura...”.44
El ambiente científico Inglés, del empirismo sensualista, atraía poderosamente a Freud
y le permitía luchar contra sus tendencias a las especulaciones metafísicas, aunque de esta
extraña mixtura interna saldrá su metapsicología.
Rodrigue nos dice: “Freud relata: „las teorías de Darwin, que eran de sumo interés,
me atrajeron poderosamente, pues prometían un extraordinario adelanto en la comprensión
del mundo; y fue al oír el bello ensayo de Goethe sobre la naturaleza, leído en voz alta en una
conferencia pública por el profesor Carl Brül... cuando decidí estudiar medicina‟... en
realidad, él se decidió por la historia natural, lo que sería biología hoy en día.” 45
Otro pensador que influyó en Freud fue Franz Brentano, filósofo aristotélico y
psicólogo empirista. Seductora alianza de una especulación controlada por la observación.
Freud asistió a todos sus seminarios y también le solicitó entrevistas particulares.
Tiempo romántico en su vida privada: él escribe 900 cartas de amor a Marta durante
su noviazgo, amor cortés, en donde dice: “De tus labios caen rosas y perlas como sucede con
la Princesa del cuento de Hadas, y uno no sabe si es la bondad o la inteligencia lo que
predomina en ti. Fue así como adquiriste el título de Princesa... ¡Qué hechiceras son ustedes,

42
A esto remite la focalización, el recorte del objeto de estudio en las investigaciones científicas.
43
Friedrich Nietzsche, El origen de la tragedia, Ed. Andrómeda, Buenos Aires, 2003, p. 9
44
Rodrigué, op. Cit, pp. 86-87.
45
Rodrigué, op. Cit, pp 106-107.
las mujeres!... Es preciso que me ames sin razón, como aman sin razón todos los que aman,
simplemente porque yo te amo”.46
Cuando visita la torre de Notre Dame le escribe: “Se suben trescientos escalones, es
muy oscuro, muy solitario y en cada escalón yo te habría dado un beso si hubieras estado
conmigo y habrías llegado a la cima enloquecida y sin aliento”.
Y Rodrigue agrega: “Trescientos besos embriagadores. Ella llegaría al campanario
vibrando en un orgasmo gótico”.47
Freud revela pensamientos como: “Nunca fui joven... y no consigo envejecer”.
En el jardín de las prohibiciones, el hombre es cómplice del rayo.
A la vez que dedicaría parte de su vida a la investigación histología, fisiológica y
neurológica desde el más conservador positivismo.
Se podría decir que estos poetas pensadores eran: ro-mantikos, creían en la magia de
la palabra y con ella producían un efecto que transcurre y se desliza por el tiempo.
Ahora retornamos a la pregunta inicial: ¿Es el Psicoanálisis un romanticismo científico?
En palabras del lector la respuesta.
A través del tiempo nos llega el susurro de Shakespeare: El hombre está hecho de la
misma sustancia que los sueños.

Algunas consideraciones: El mito de la unidad recobrada por medio del sueño, es la


búsqueda de lo uno en lo múltiple, antiguo problema pre-socrático (cosmólogos), que retorna
en la epistemología actual cuyos representantes más destacados son físicos que filosofan. Ya
no es el fuego, el agua, el aire o la tierra, ni el Ser de Parménides, es la Energía.
Para Goethe hay una Ley y un orden interno en todas las cosas, secreto que los
científicos se afanarán por encontrar por medio de la físico – matemática, paradigma
epistémico de la modernidad. Pero, inmovilizar la dinámica del fluir tiene sus riesgos: es la
herida producida por Descartes y Newton con sus teorías mecánicas. Tuvimos que esperar a
Einstein para que el tiempo retorne nuevamente a luz.
El riesgo de los románticos era la melancolía, perderse en la „madre‟ naturaleza y
renunciar a la pulsión erótica para volver a lo inanimado.
Nosotros con su herencia podemos hacer otra cosa, volver a pensar la escena
originaria, y ubicar esta en el primer sueño del hombre según el Génesis, el sueño adanico, un
sueño erótico de donde surge la mujer.
Quizás es el mismo que tuvo Freud y del que surge el Psicoanálisis (Psije). El sueño de
la inyección a Irma. Freud mudando su costilla en esa extraña formula (ciencia) química
(sexual).
Desde entonces todo sueño es un arcano cuyo cerraje es sexual.
Sueño a imagen y semejanza...

La escena del coito parental es secundaria y en cierta forma fenomenológica. Si


podemos recuperar el primer sueño tenemos una puerta para salir de esa compleja resolución
edípica.
En ese sueño se revela el monismo epistémico freudiano: Libido única de naturaleza
masculina.

46
Citado por Rodrigué, op. Cit, p. 136.
47
Rodrigué, op. Cit, p. 138.
La naturaleza tiene un orden que no es aplicable a lo social, porque es una jerarquía
erótica, la que no halla traducción en lo político. Esa lógica ontológica nos acerca a una lógica
del deseo, una relación que no descubriría el darwinismo, pero sí el Psicoanálisis.
Esa angustia metafísica que exigía como criterio de verdad la certidumbre afectiva, a
diferencia de la duda racional, buscaba un mito más cercano a Eros y Psije 48, que a la
referencia platónica del Andrógino.
Alguna relación con la primera publicación del Psicoanálisis que llevaba por nombre
„Imago‟.
Al decir de Hölderlin: “El hombre no soporta sino por breves instantes la plenitud de
lo divino”49. Un real que nos deja sin palabras, pero, que a la vez nos invoca a hablar. Allí
donde nos creamos unos a otros.
En cada letra se abre un nuevo decir... el que lee ahora tiene la palabra.

48
En la versión de Apuleyo.
49
Béguin, op. Cit, p. 198.
Ese oscuro objeto del deseo
Basado en “Ese oscuro objeto del sujeto y del método” 1

Palabra, para cifrar, para descifrar. La lengua griega, igual que la hebrea, tiene la
posibilidad de numerar el lenguaje. Cada palabra tiene una correspondencia con un
número.
En el contexto griego los pitagóricos realizaban secuencias numéricas para ser
traducidas como textos narrativos. De esta manera se excluía a los bárbaros, a aquellos
que no hablaban su lengua.
Es un juego entre la cualidad y la cantidad, que será la base de la diferencia entre
un modo cualitativo de “investigar” y conocer y un modo cuantitativo de interrogar a la
realidad.
Por cierto, es imposible contar el número de las estrellas y no por ello dejan de
existir.
Un contar reducido a numerar o un contar tejido en palabras que hacen una red
de Lenguaje… Quizás anudando y tejiendo en el vacío. De esta manera evitamos la
estructura binaria, para no desgarrar el telar de la vida. Allí donde nos arropamos ante el
sufrimiento.
No hay que desconocer la repetición, sino incluir su cualidad: la repetición se da
de una manera diferente en su cada vez.
El lenguaje también existe como un problema para la ciencia. Nominalismo 2 :
Palabra-cosa. El Lenguaje en su uso pragmático, como instrumento, sólo para nombrar,
evitando la polisemia de sentidos. Ilusión de una palabra lineal y unívoca, metonimia
que es privilegiada en aquellos que intentan nombrarlo todo en cada una de sus partes.
Su base se encuentra en las reglas del método de Descartes.
Palabra, instrumental: una cosa que corta, al decir cirujano, Pero, esto se puede
trastocar. En un instrumento musical, por ejemplo. Notas que buscan armonía en su
delicado fluir, para flotar a nuestro derredor y nimbarnos con el eco de aquello que hará
resonancia en nosotros. Allí el peso y la consistencia, su “cuerpo” y su relación con los
cuerpos, palabras que se intercambian en un mundo de valores. También, palabra
gastada, de uso… Palabra, vacía: de intercambio. O la palabra, Don: generosa,
abundante… Palabra llena, plena en su enlace al semejante.
Palabra, pulsión: que rebosa de libido y se desborda en deseo.
Vocales y consonantes que danzan en un juego continuo tras la búsqueda de su
objeto. Palabras que se ensamblan, palabras para construir con otras palabras. Palabra,
que teje. Allí los enlaces que sostienen y se tensan, en un vacío que busca arroparse en
la piel de otro (que no sea cualquiera).
Palabra, meta-fora. Meta: en medio de, entre, con, en unión de… Palabra que
busca y es quizás un Foro, un Faro, un Ánfora…
Palabra, sangre de nuestro espíritu. En ella el aire que tenemos, nuestro soplo en
la vida, nuestro empuje. He allí nuestro modo de ser (posición) y nuestra pasión (Pathos,
paso, pasión y sufrimiento). Quien con más, quien con menos aliento en sus pasos, en su
pasaje por la vida. Lo que nos ahoga, nos respira, nos sofoca, nos auxilia… Sin aire
hasta el fuego muere.
Al decir de Heidegger, donde el Ser se manifiesta, nuestra morada.
Palabras, gotas de un torrente: que se hacen discurso, curso que tiene sus causes
y sus causas.

1
IANUZZO, G. Ese oscuro objeto del sujeto y el método. Inédito. Trabajo realizado para la cátedra de
Problemát ica Epistemo lógica de la Psico logía.
2
Para pensar la posición de Gu illermo de Occam y relacionarla con el positivis mo lógico.

1
Juego con las metáforas y pregunto: ¿qué navega en la Palabra? ¿Tiene
dirección? En el mar del Lenguaje, vientos del buen y mal decir…
Tensión entre espíritus alegres y espíritus tristes.
La palabra, una cascara de nuez sostenida por los vientos insondables del
inconsciente. Allí habitamos en lo que nos habita, nuestra casa. Íntimo refugio, en
algunos un hogar encendido, en otros un páramo, desierto en tormentas de arena.
Ubicarnos en la vía que Parmenides definió como imposible: el ser en la nada, ser en el
vacío. Y dirá Freud que el conductor del caballo no es quien lleva la riendas.
¿Qué hacer con nosotros mismos? ¿Qué hacer con nuestra libertad? Dónde ello
era, el sujeto debe advenir.
Pero hay numerosas posiciones:
1) El dis-curso está dirigido y arrastra; se goza en arrastrar o ser arrastrado
(posición Amo-esclavo).
2) La posición es la de buscar darle curso en las fallas del Otro a nuestro torrente
de decir (Posición histérica).
3) El cauce que sigue el decir no tiene líneas de fuga, sino que se encausa por lo
bajo de un terreno que es propiedad de Otro (Discurso Universitario).
4) El cauce crece cuando llueve, brota y se nutre de vertiente propia (Discurso
Socrático).
Y el Psicoanálisis, que es una Dialetike: arte del buen hablar. Maestría del bien
decir. Técne: arte bella, que hace ciencia (episteme) en la vida cotidiana (Doxa).
Nuevamente, con apoyo de la gramática y la etimología interrogaré al método,
para que él hable acerca del sujeto y el objeto. Dejaré que las palabras cuenten su prop ia
historia.
Método: camino, procedimiento.
Es un sustantivo femenino, tiene sustancia femenina. Hay que revisar el camino
recorrido por la ciencia. El método que crea el varón (lógica, Aristóteles), y que lo
representa en su género, tiene una anatomía de discurso binaria, lo que tuvo un efecto de
sociabilización en este sentido. Lo social se estructuró de forma binaria y el Lenguaje
actual se ajustó a esa lógica. Aristóteles conquista a través de Alejandro y su herencia.
La biblioteca de Alejandría, universidad de Occidente.
Pero en Homero la palabra es oral. El espíritu sopla donde quiere, no tiene
dueño, no es propiedad de los escribas y se recita junto al fuego. Es una palabra alada
porque esta en relación con los dioses, es una palabra divina.
Palabra, que guarda el poder de lo opuesto y lo extraño. Bien se puede leer en el
articulo de Freud, “El sentido antitético de las palabras primitivas”. Una misma palabra
contiene sentidos opuestos. Esta polisemia es lo que intento recuperar al retomar a la vía
de la etimología, la que en sí sería un método, una forma de proceder.
Es decir, pro-ceder. Ceder a las palabras, dejar que ellas fluyan, que ellas hablen,
escuchar lo que tienen que decir y que por siglos permaneció callado. Es mucho más lo
que tienen que decir que lo que se recuerda de ellas, o lo que los académicos intentaron
hacer sesgando el rizoma del lenguaje.
La gramática, enlazada a la etimología, dice los que los varones no quisieron
escuchar que el método es “sustancia femenina”. Allí Freud puede encontrar su método
en el cuerpo femenino de sus pacientes histéricas y, sin abandonar su instrumental
lógico, lograr hacer otra cosa: Psicoanálisis, que es ubicado entre la ciencia y el arte.
En el banquete se lee que el hijo del recurso, Eros, es el que hace posible todos
los caminos. Una sola palabra habitada por el soplo del deseo y del amor hace posible
que los caminos se abran, lo que la religión cristiana reconocerá en la figura de San
Pablo y su carta a los Corintios.

2
Para encontrarse con la mujer se necesita de cierto “arte”’, pero también de
mucha ciencia para no perderse en esos caminos que parecieran ser borgianos, en
laberintos, médanos de arena que cambian continuamente de forma, espejos en salas de
espejos. Aleph, en un instante que lo contiene todo, en segundos la multiplicidad y la
simultaneidad. Camino que exige rodeos, seguir indicios, buscar “pistas”, descifrar y
sobre todo poder interpretar.
Aquello que se halla abierto da la posibilidad de hacer… Un espacio en donde
crear.
El sustantivo de método es Odos: camino, carretera, senda, dirección, viaje, ruta,
marcha, expedición, modo de vida, costumbre, vía, medio, manera, procedimiento,
sistema.
El hombre se pregunta por sus medios de subsistencia, su forma de proceder en
la vida, su sistema de relaciones, los caminos que toma, sus vías en lo social. En
ocasiones halla la manera de acceder a diferentes rutas que le dan sentido a su existencia
en este deambular continuo (significante principal).
Cada uno en su marcha, buscando una senda. Haciendo lo que se puede con lo
que se tiene…
Podría decir que investigar es un “viaje”, quizás una expedición, en la que se
busca tener una hoja de ruta (lógica). O quizás los caminos se hacen andando…
Partiendo de una inquietud, un deseo, una pregunta… Cartogra fía en puntos de fuga.
Si se tiene la pregunta en el deseo y el amor para sostenerla en algo de la hoja de
ruta, eso habilita a una tercera posibilidad…
Odos, lo que da nombre a Método.
Ahora interrogaré a la pre-posición, a la posición previa, aquello que antecede y
hace que el sustantivo advenga allí donde se le señala un lugar.
Metá: en medio de, entre, con, en unión de.
Esto dice mucho acerca de la posición y especialmente de la posición femenina
(en medio de, entre, con, en unión de). La preposición tiene la virtud de indicar cosas.
Indica circunstancia, lugar, modo, tiempo. Permite el movimiento, induce hacia, en
busca de…
Por cierto que, si se articula la gramática de Eros y su etimología en relación con
la transferencia, se pueden desplegar muchas posibilidades. Seguramente más que las
dos de la estructura binaria.
Por suerte (Tike) la vida cotidiana otorga mucho más que dos posibilidades, y
más de una posición. La recursividad de la ciencia remite siempre al mismo lugar y de
la misma manera. Lo que es, por cierto, muy aburrido…
Ahora estoy en condiciones de acercarme al Objeto y al Sujeto, con una
referencia a la etimología latina, primero, y griega, luego, articulando Sujeto y Objeto
con Método.
Repito: Metá: en medio de, entre, con, en unión de (metaxis). Odos: camino,
carretera, senda, dirección, viaje, ruta, marcha, expedición, modo de vida, costumbre,
vía, medio, manera, procedimiento, sistema.
Con esta búsqueda estoy intentando pensar el o los métodos de la ciencia y la
relación entre el sujeto y el objeto de conocimiento. Tríptico que es el ombligo de todos
los devenires.
Recuérdese a Descartes como aquel que coloca las reglas del método. Luego
Kant realizará un giro epistémico, centrando el problema no en el objeto por conocer,
sino en el sujeto que conoce.
¿Es posible conocer? ¿Qué conocemos?

3
En Kant está la diferencia entre noumeno, “cosa en sí” (lo que se oculta) y
fenómeno, lo que se da a ver, lo que se manifiesta.
Dejaré que la sombra de Kant sobrevuele nuestro Fainó, aquello que se intenta
desvelar con una inteligencia sensible, apoyada en la imaginación, para que así la
Aletheia, la verdad, deje caer suavemente algo de su velo y podamos mirar la desnudez
de Diana en su exquisita fuente. Actéon ante el real de la sexualidad…Y por ello la
muerte…
Lo primero para señalar es que sujeto y objeto en latín derivan del mismo verbo,
Iácere: lanzar, arrojar, tirar, echar. Tienen un mismo espíritu (verbo). Ahora cabe
indagar si como sustancia (sustantivo) son diferentes o quizás en algo difieren y en algo
participan.
Hay un decir de cierto existencialismo, que dice: somos lanzados, arrojados al
mundo, “Yo y mis circunstancias”.
O el desafío de tornarnos sujetos de nuestro propio decir (deseo). Somos (yo)
objeto de la vida (ello), en donde debemos advenir. ¿Dónde? Referencia de espacio: En
lo social, familiar, grupal, institucional…
También en la pregunta podemos pensar la palabra, el discurso y el Lenguaje.
De la ilusión de completud de la modernidad al vacío de la posmodernidad….
¿Cuándo? Tiempos singulares de la subjetividad.
¿Por qué? Del deseo de un Otro al deseo otro, al nuestro propio en relación con
los semejantes. Allí el ¿para qué?… el o los sentidos de la vida…
Mas, el interrogante que se debe desplegar es el ¿cómo?
Para saber algo del cómo preguntaré a la familia de Iácere:
Abyección: lo echado abajo.
Deyección: echar hacia delante.
Conjetura: echar en un montón (juntar, juntar ideas).
Interjección: puesto entre medio.
La familia es más amplia: trayectus (travesía). Lanzar más allá, cruzar.
En los trayectos de estos caminos, se puede hacer que el deseo “lance” hacia y,
si eso es posible, hacia delante, entre un montón, en medio de o debajo de… Travesía
que en esta modalidad de ser lanzado permitirá cruzar, o no, aquello por lo que Caronte
pide una moneda de oro.
¿Qué se debe cruzar? Encrucijada…
hacen falta ciertas referencias de contexto, que son importantes y que remiten al
contexto de descubrimiento: Objeto aparece en la lengua latina hacia 1438. Objectum,
ob-jectum: poner delante, oponer, pro-poner. Esto se desliza a objetivo, objeción,
objetar. Es claro y distinto que el objeto no será el que va a facilitar la tarea en el intento
de descubrir, porque aparece en el lugar de tapar, de ocultar, de oponerse a… Pero, en
esa acción, pro-vocarnos se desliza… objeto causa de deseo…
Así, el objeto irrita, fricciona al sujeto. No sólo se opone, sino que también le
propone.
¿Qué pro-pone el objeto? Cuerpo o “sombra de un cuerpo” (fantasma). He allí
un espacio entre la realidad materia y la realidad como realidad psíquica.
Ahora, sujeto: Aparece en la lengua latina hacia 1490.
¿El objeto hace que el sujeto advenga?
Subjectus, sub-jectus: sometido, poner debajo. Se desliza a sujetar.
Retorno a las posiciones en las pre-posiciones.
Ob- indica dirección, lugar, causa, Acusativo. Objetus es lo puesto delante, lo
opuesto, obstáculo, barrera, lo objetado, discutido, echado en cara.

4
Pareciera que Kant algo entendió al decir que el objeto se manifiesta, pero no
para ser revelado (la cosa en sí). Se manifiesta para que en este darse a ver pueda
ocultarse y así continuar desconocido. Invitando a ser lo por siempre buscado… Al
decir de Freud, lo más variable de la pulsión.
Paradoja: se oculta allí donde se manifiesta.
Ob- indica la dirección, el lugar y la causa y, a la vez, echa en cara todos los
obstáculos, las barreras y discute (niega: resistencia) en el instante mismo de su
descubrimiento.
Entonces, recapitulando: para abordar esta Paradoja “natural” al objeto se
necesita recuperar las vías del método, el decir del sustantivo femenino.
Esa es la posición que Freud pudo observar en las manifestaciones del
inconsciente, cuando buscaba su objeto y postulada su principio de Mosaico Monoteísta
en su incipiente episteme: “Libido única de naturaleza masculina”. Su clínica se orienta
en este sentido arqueológico, en esta expedición que realiza este hombre de mundo
(Segismundo).
Sub- ubica en el tiempo y permite el movimiento. Antes de ser acusativo es
ablativo y por eso se desliza a jacere: estar aprisionado, debajo. Para el poeta Horacio
significa expuesto. Expuesto, ex, puesto por fuera. Retorno así a esto de ser arrojados.
Aquí se debe pensar el mito que articula todo este artículo y que da la
posibilidad del artículo mismo: Femenino, Masculino. Dándole articulo le otorgamos
género al texto.
En el mito originario mismo de la tradición hebrea la primer mujer, Lilith, tiene
una disputa con Adán (le echa en cara). El motivo no es nada menos que la posición:
ella quería estar durante el acto amoroso arriba de él y él forzaba porque ella estuviera
debajo.
O sea: ¿Objeto o Sujeto?
Conflicto que, según la tradición hebrea, hizo que Lilith invocara el nombre de
Dios para levantar vuelo e ir a copular con los demonios.
Luego devino Eva: madre de los vivientes, la que aceptó estar debajo. En la
colonización, en el mismo contexto de descubrimiento y de surgimiento de estos
vocablos, se denominará a esta posición como “Posición del misionero”.
A la vez, pensar que las posiciones son móviles evita la cristalización de una u
otra. Esto permite la riqueza de los diferentes momentos y habilita a una sexualidad más
allá que la genitalidad, sin olvidar el decir de Freud: “La anatomía es el destino”. La
dificultad de la que advierte Lacan es que esa anatomía muda en su topología.
Retomo y continúo. Jacere, como sustantivo neutro plural significa lugares
bajos, valles, la profundidad entre elevaciones. Se desliza a jacto: decir, hablar, mover,
agitar, agitar en el espíritu, meditar, debatir. Y en 1580 aparece la palabra Jaculatoria:
plegaria breve y ardorosa. Un esparcir que no es casual que esté del lado de lo religioso,
especialmente en los seminarios.
Jaculatorio: breve y fervoroso.
Ahora es el momento para pasar a la lengua griega y su etimología desde la
gramática.
Keimai es el verbo compartido por el objeto y el sujeto. Significa yacer, estar
tendido, estar situado, estar puesto, encontrarse, depender.
La posición esta en la pre-posición, lo que ante-cede y da lugar.
Objeto: antikeímenon, anti-keímenon. Anti- remite a en frente, de frente, de cara,
por sobre. Como ob- del latín indica dirección, lugar y causa.
Sujeto: jipokeímenon, jipo-keímenon. Jipo-: debajo de. Como sub- de latín,
señala el tiempo.

5
Sujeto es el que está debajo, tendido o no. La autora del texto se pregunta: ¿Fue
arrojado o llegó allí por sus medios? Entonces, hay que relacionar esto con meta, que de
alguna manera los contiene porque es lugar, tiempo, causa y también modo y
circunstancia.
Es decir: ob (anti) y sub (jipo) no son sin meta, y meta permite que entre ellos
(en medio de, con, en unión de) se halle el procedimiento, el camino, Odos. 3
La gramática revela una geometría de múltiples nudos que se deslizan y, a la
vez, dice que El verbo deviene de Eros y que estas son sus redes y también las de
Dionisio 4 . Entonces, todo decir es un “fragmento de discurso amoroso”, al decir de
Roland Barthes.
Y en ese soplo está la renovación, el renacimiento y por ende también la muerte.
Aire que es futilidad, fugacidad y que necesita el aliento continuo, respiro cargado de
partículas de sensualidad, fragancias que viajan a través de las huellas mnemicas de un
mar de sensaciones en lo que nos afecta del inconsciente, de lo que recordar podemos.
Dinámica en sistemas abiertos de economías palpitantes que tienen por tópica lo
inasible de una palabra.
Finalmente: lógica de la inconsistencia que no deja de hacer ciencia.
No solo lo que el viento se llevó, sino lo que día a día trae en lo que nos atrae.
Esta relación irreconciliable, imposible y eternamente amorosa/odiosa, con el
semejante. Apoteosis de una desmesura, apetito de palabras, banquete del Amor.
Embrujo de sonidos mágicos que modulan nuestro cuerpo desde el encantador decir de
un soplo que hace aliento en nosotros para darnos vida en un nombre.
¿Cómo te llamas?
Hechizo de un sueño por siempre de Verano, alucinación primera, exaltada de
necesidad, amor único, amor niño. La demanda en eso que tú quieres de mí… Aquí,
junto a mí, en otra parte y por fuera….
Valor de la inconstancia en la insolvencia que tienen todos los recursos e n una
palabra, la justa, la necesaria, la de amor. Palabra que a la vez lleva el peso de la Ley,
roca que de la letra hace fusa en un pentagrama cuyas notas aletean hasta volar como
mariposas.
Barriletes los ideales de nuestro decir en aquello que ya no somos, y “bien” que
quisiéramos ser en el algo que el otro refleja de nosotros.
Estética del buen decir en la ética del silencio. En bastidores el alma noble, en la
cima solo la sombra de un cuerpo (Psijé).
Ser que no puede hablar de otra cosa que de su pasión de sí. Toda la distancia
del ideal en el precio de un acto de Amor: “Poder dirijirle la palabra a otro”.
Alusión y rodeos que requiere más de un peritaje. Salvar en el deseo amoroso y
en el amor deseante, por un momento, la incompletud para poder ser e xtra-ordinarios.
Llamada, ya amada, desborde en los flujos del decir que se hacen cuerpo en más
de un lenguaje.
Torbellino implacable el reclamo de lo orgánico, insuflado en un resplandor que
palpita en un instante y a la vez en la eternidad.

3
Por esta vía se puede hacer un retorno al Banquete y al seminario 8 de Jacques Lacan, para pensar allí la
transferencia, la relación de metaxis, la relación entre Erastes (amante), Ero menos (amado) y Ero menon
(objeto de amor).
4
IANNUZZO, G. Calidoscopio. Ed itorial Delta. Paraná, 2002. Pág. 40.

6
Colofón
Retomando la vinculación entre Sujeto-Método-Objeto

Recuérdese que entre Sujeto y Objeto está meta, que remite a en medio, entre,
con, en unión de. Esto da indicios para pensar la teleología. Es decir, el fin, meta como
fin que es un entre, un con, un en medio, en unión de…
El fin mismo es entre, con, en medio, en unión de. Son diferentes los destinos de
acuerdo a la significación que elijamos como fin.
Esta unión entre Sujeto y Objeto, acaso teleología, ¿Cómo es?
Si se la piensa linealmente, partiendo del sujeto y centrándose en el objeto, se
obtiene el problema del… ¿Objeto de conocimiento? He allí Descartes.
Si se la piensa linealmente, partimos del objeto y centrándose en el sujeto, se
obtiene el problema del… ¿Sujeto del conocimiento? He allí Kant y su herencia
fenomenológica y epistemológica.
Ambas maneras de unión implican una noción de realidad en donde hay un
adentro y un afuera, separados por la “conciencia” o por la razón, ya sea práctica o pura.
Esta linealidad remite a la división entre la realid ad externa (principio de objetividad) y
la realidad interna (principio de subjetividad).
Allí la estructura binaria, que conducirá a la división entre ciencias objetivas y
subjetivas, duras y blandas, cuantitativas versus cualitativas. Actualmente a los intentos
de triangulación, realizando una mixtura, una forma de implicarlas desde las diferencias.
Se debe hacer un salto. Recuperar ese intento es el intento de este texto. Para ello
es necesario pensar un tercer elemento, que contenga ambas realidades y que permita
una producción nueva. Para ello (ello) incorporo la noción de “realidad psíquica”, la que
incluye lo interno y externo en una dinámica que evita la lucha y la fractura, en una
topología que los incluye desde las diferencias y que desde los bordes los habilita a
circular con una energía libidinal que los hace portadores de una economía propia.
En lugar de la linealidad la figura es una banda de Moebius, que pueda hacer
jugar lo interno y lo externo. En cuyos vórtices y vértices se pueda ubicar a meta y a
odos.
Dos esquemas:
Lineal

Meta
Sujeto Objeto
Odos

Y, por otro lado, un esquema atendiendo a la realidad psíquica. La figura más


auspiciosa, lo he dicho, es la de la Banda de Moebius.
Un Esquema a ser ubicado entre el arte y la ciencia.

Meta
(en medio, entre, con, en unión de)

Sujeto Objeto

7
Odos
(camino, carretera, senda, dirección, viaje, ruta, marcha, expedición, modo de vida,
costumbre, vía, medio, manera, procedimiento, sistema)

¿Qué camino seguir? Hay uno, dos… Se podría pensar que el objeto está en el
centro de la encrucijada y que no hay una sola vía posible, sino múltiples. Puede haber
más de un camino… Puede que la ciencia sea ese lugar “conjetural” en donde elegir no
implica desconocer o negar otras alternativas posibles. Aunque en el positivismo todos
los caminos conduzcan a Roma. Y Roma sea la forma invertida de Amor.
Desplego Odos y juego con las significaciones posibles. Quien lea despliegue
sus propias construcciones de significación.
Carretera: ¿será la carretera principal el Lenguaje? Huella de una presencia en
la ausencia.
Senda: ¿la del ser?, ¿la del no ser? O, ¿la del ser y no ser?
Dirección: rosa de viento. En forma de gallo es la veleta que indica el principio
epistémico freudiano: “Libido única de naturaleza masculina.”. 5 Viento en remolino…
También en el Caos hay un desequilibrio constante.
Viaje: viaje hacia la meta; en medio, entre, con, en unión de… ¿Viaje tras
el objeto o la ilusión del objeto? Eco de una carencia que busca resignificación de la
huella de la necesidad en el amor de una demanda, tras el deseo del rastro en el vacío.
Ruta: búsqueda de algún tipo de señalamientos, “registros”, indicadores,
“variables”… Aquello que indique cómo seguir en el llegar, hoja de ruta.
Marcha: los pasos marcan el tiempo y el espacio. Lentos, pausados, rápido, en
círculos, vacilantes…
Expedición: aventura que implica un desafío o sólo la búsqueda de una
estadística.
Modo de vida: si el método es una “sustancia femenina”, se puede pensar que la
“indagación” es su modo de ser, movida por la “curiosidad”. Investigar implica la
terrible posibilidad de encontrarse con la verdad.
Costumbre: doxa, que por medio de la técne muda en episteme desde un Ethos.
Ética que “debe” llevar el bien de la belleza.
Vía: ¿ es solamente la conciencia o se puede hacer participar la vía del
inconsciente?
Medio: en muchos es saber en supuestos de ciencia para no descubrir nada, en
otros es un medio de vida, un vivir en el intercambio académico buscando ga nancia.
Para los menos, un Don.
Manera: ¿cuántas maneras hay de hacer una misma cosa?
Procedimiento: instructivos validados por la comunidad científica, formatos,
protocolos… Confundir el dedo que señala la luna con la Luna. Al decir Zen: ¿cuál es el
sonido de la palma de una mano golpeando al viento?
Sistema: sistema de pensamiento otorgado por una lógica metodológica, que
implica un proceder en esta compleja relación entre sujeto y objeto.
La generosidad de la gramática unida a la etimología es mayor que las
posibilidades que los epistemólogos pensaron. Por eso esta es la propuesta de volver a
tomar ese oro caído de las alforjas de la lengua, cuando fue forjado en el hierro de la
ciencia. Alquimia la de la metáfora que permite que los humanos recuperen su decir.

5
Ante la dialéctica del huevo o la gallina, Lacan responde: primero el gallo.

8
En este juego de la razón quizás algo de ese oscuro objeto del sujeto podría
aparecer si nos aventuramos desde el co-razón.

Antonio Ferrero.

9
Sobre una epistemología transicional-transaccional. El
objeto de conocimiento en relación con los saberes.

Introducción

La intención de este análisis es explicar por qué son tan difíciles los cambios,
planteados desde otro lugar como obstáculos (epistemológicos) del conocimiento o,
simplemente, como resistencias al cambio.
Es muy compleja y seria la problemática a tratar, por lo que requiere de un
profundo análisis que permita entender lo que sucede subjetivamente en aquellos que
tienen la tarea de transmitir saberes y experiencias.
El objeto de conocimiento, en cuanto cuerpo teórico de revestimiento imaginario
en relación con un producto (es decir, una teoría, cuerpo conceptual) puede ser pensado
desde la instancia de objeto transicional.
Así ese cuerpo teórico pasa a ser una “parte” del sujeto que lo porta, a tal
punto que, cuando se ataca esa teoría a la que el sujeto se identifica, se lo vive como un
daño en lo singular y se responde rápidamente a ese agresor que atenta contra su
“intimidad” teórica.
Por eso se puede decir que el sujeto realiza una „transación‟ 1 : “convenio, trato,
negocio, tipo de contrato”. Así, cada uno en su singularidad “adopta” la teoría que
puede portar (y soportar) y ese discurso, en su transcurrir, va hablando en su cuerpo.
Objeto (en algunos casos fetiche), que acompaña al docente (y alumno), en su
práctica y del cual se vale para su cotidiano uso en términos de transmisión (recepción).
Ejemplo: uso cerrado y rígido de teorías con semántica 2 y fonética propiamente
escolar. Discursos pedagógicos dogmatizados, etc. El grupo, equipo de trabajo, pareja
educativa, binomio educativo también puede ser pensado desde la perspectiva de un
objeto transicional.
Utilizaré tres conceptos aplicables a diferentes niveles de análisis:
1) Objeto transicional.
2) Zona transicional.
3) Fenómeno transicional.

Estos dos últimos conceptos serán pertinentes para pensar lo grupal e


institucional, la “escena institucional”.
He de citar fragmentos textuales del creador de estos conceptos, Donald
Winnicott, ahora redefinidos en este trabajo.

Desarrollo

Retomo el concepto de objeto de conocimiento:

“...parte de mi trabajo no es el trozo de tela o el osito que usa el bebé, no se trata tanto
del objeto usado como del uso de ese objeto. Llamo la atención hacia la paradoja
transicional. Mi contribución consiste en pedir que la paradoja sea aceptada, tolerada y
respetada, y que no se la resuelva. Es posible resolverla mediante la fuga al
funcionamiento intelectual dividido, pero el precio será la pérdida del valor de la

1
Diccionario Enciclopédico Labor. Tomo 8. Ed itorial Labor. Barcelona, 1968.
2
Semántica remite a “cuerpo”, ya que sema y soma t ienen una gran cercanía etimo lógica.
paradoja... el uso de un objeto, donde la moción destructiva es la que crea la condición
de exterioridad; y en otro lugar, este carácter de ser siempre destruido, hace que la
realidad del objeto sobreviviente se sienta como tal, fortalece el tono emocional y
contribuye a la constancia del objeto. Para él, la destrucción del objeto en la fantasía
inconsciente es como un proceso de depuración que facilita, una y otra vez, el
redescubrimiento del objeto...”3

Winnicott, al mencionar la paradoja, tiene como base un pensamiento de


estructura binaria que quiere evitar. Prefiere ese misterio a entrar en la faena de la
división y posterior enfrentamiento para la comprensión, en la especular oposición.
Para abordar la paradoja se necesita una lógica que se acerque a la lógica del
inconsciente.
Hablar de praxis, práctica que se teoriza y teoría que nuevamente se hace
práctica en una dialéctica constante del adentro (pensamiento) y afuera (acción),
pensamiento-acción siendo la palabra el acto mediático, puede incluir la variable de un
área intermedia:

“... la capacidad de operar en el área intermedia, sin límites, en la que la realidad del
afuera y la del adentro se confunden en la experiencia de vida...” 4 .

Para ello es necesaria una cierta plasticidad, dada por la posibilidad de jugar con
nuevas instancias, también con nuevas ideas.

“Este es el juego que le permite al individuo soportar la realidad, de modo de poder


evitar la renegación y realizar tan plenamente como sea posible la experiencia de
vivir...”5

Un acto libre, autónomo, de construcción-deconstrucción-reconstrucción en la


experiencia de conocer, en permanente relación con el otro. Es decir, co-operar desde
una triple instancia: docente-docente, docente-alumno, alumno-alumno.
En el acto de dar, como Don de amor, el alumno espera y demanda “algo” que
llevarse, bajo diferentes imaginarios. Ejemplos: “nutrirse” de conocimientos, “tomar”
formas de trabajo nuevas, metodologías innovadoras, poder “saber”, poder “hacer”.
Para que el acto educativo sea un acto ético es necesario que cada docente
reconozca, lo más posible, su posición subjetiva. La misma responsabilidad le compete
al alumno.
En esta relación con el Otro y los otros, ¿qué es lo que se está dispuesto a dar y
qué es lo que se espera recibir?
Los años de práctica docente (y de situación de “aprendiz”, de alumno), pueden
ser un tiempo esclarecedor o un obstáculo para la respuesta. Dependerá de la
singularidad de cada docente y de cada a-prendiz.
Todo ese cuerpo de saber que el docente representa, y que a la vez lo representa
(trabajo del que vive, del que se alimenta), es como una investidura imaginaria con la
cual se identifica. Aquí se puede pensar el término matriz (madre), de aprendizaje
(válido también del lado del alumno), lugar de instancia disciplinaria. Es decir, donde se
disciplina en un orden, el cual reproducirá desde un lugar que lo habilita y habita. A la

3
WINNICOTT, D. Realidad y Juego. Ed. Ged isa. Barcelona, 1990. Págs. 14 y 15.
4
WINNICOTT, D. Op. Cit. Pág. 15.
5
WINNICOTT, D. Ib id. Pág. 17.
vez, la institución educativa le exige tal acto, desde el inicio escolar hasta la instancia
universitaria.
Por ello, el docente y el a-prendiz (también el docente es un a-prendiz), no
abandonará fácilmente su “objeto” de conocimiento en relación con ese cuerpo
(teórico), matrices de aprendizaje.
La diferencia entre el docente y el alumno estaría en la posición. El docente, en
general, ha realizado un tipo de posicionamiento y se afirma desde allí intentando negar,
rechazar, enfrentar, desmentir, desprestigiar cualquier tipo de discurso que no sea aquel
del cual se apropió y que lo constituye y representa. En el alumno la instanc ia es menos
rígida, más flexible, debido a que está en una búsqueda de un discurso donde incluirse,
discurso que en los espacios universitarios y profesionales le permita vivir y “comer” de
él. Función nutricia del objeto de conocimiento, aparte de la func ión de desecho, en este
proceso de “asimilación” y “acomodación”.
En esta con- formación por la que pasa el sujeto del aprendizaje (teniendo en
cuenta que el aprendizaje es parte de la vida misma, para incluir lo no formal), la
relación en grupo es una constante en cuanto rasgo de humanidad.
¿Por qué el grupo puede ser un objeto transicional?
Puede llegar a ser una especie de yo com-partido, parte de cada uno y, sin
embargo, distinto de cada uno (una vez establecida la transferencia). A la vez, puede ser
una invisible exterioridad inseparable del sujeto (vínculos interiorizados, mundo
interno).
Es importante poder reconocer las Paradojas presentadas como insistentes desde
el lugar de la queja al Sistema, pudiendo evitar la angustia de la soledad y la ira de la
impotencia, realizando el acto educativo y de aprendizaje creativo desde la situación y
el contexto en que cada magíster/a-prendiz se encuentra. En todo cambio siempre está
presente la con- fusión, algo que se fusiona a lo anterior, pero que puede llegar a ser algo
diferente. Innovador, si se puede soportar esos espacios intermedios de transición y
transacción.
También la confusión es una defensa ante el temor a perder lo conocido, pero si
esto perdura la obnubilación impedirá pasar a algo nuevo. Resistencia al cambio, puesto
que nunca hay garantías, lo cual implica tener que correr ciertos riesgos, sobre todo el
miedo a perder el objeto conocido. El grupo (equipo de trabajo) puede funcionar como
continente, formándose un imaginario corporal (un yo-nosotros) que lo represente,
como “el equipo de...”, siempre pensando que hay una transferencia favorable y que
circula el afecto bajo los modos de cooperación, cordialidad. El que los diferentes
equipos de trabajo respondan a un lugar, un espacio consensuado y participativo,
permite la interrelación entre los grupos. De lo contrario se produciría un efecto de
fragmentación y dispersión.
El grupo puede ser como una membrana limítrofe que permite el juego del
adentro (hacia el interior de lo grupal), y el afuera (la institución o la comunidad):

“...los adultos traen hacia adentro suyo la realidad exterior, como ropaje para revestir
sus sueños, y se proyectan en los objetos y personas externos enriqueciendo la realidad
exterior mediante sus percepciones imaginativas.”, 6

Se podrían pensar los fenómenos transicionales como el lugar del síntoma


institucional, lugar de un compromiso entre el deseo y la represión, lugar de una

6
WINNICOTT, D. Ib id. Pág. 77.
transición. Lugar de un saber que no puede ser dicho, lugar del silencio de la verdad e
incluso del desconocimiento y rechazo de ésta.
Esto es viable de reconocer cuando en el trabajo se ha perdido el placer, dándole
lugar al displacer. Por ello, es necesario recuperar una cierta aptitud lúdica, intentando
hacer del lugar de trabajo un espacio agradable, reduciendo el malestar, el estar mal o el
no poder estar en ese lugar (la institución toda o algunos lugares específicos de ella).

“Si aquello es amado, esto puede ser usado y disfrutado. Si aquello es odiado, esto
puede ser golpeado, dañado, matado, etc, y restaurado y vuelto a dañar. O sea, la
capacidad de jugar es un logro...”. 7

El trabajo en equipo no sólo puede permitir la posibilidad de un hacer fecundo,


también permite el acto de ser actores creativos y protagonistas.
Usaré el concepto de zona transicional en el siguiente sentido: la institución en
cuanto estructura edilicia sostenida por historias que la atraviesan y están inscriptas no
solo en los textos, sino también en la cultura y, más específicamente, en cada rincón del
edificio (que de alguna manera son todos los que lo habitan).
De esta manera se significa la zona transicional como el espacio continuo de
juego entre el adentro y el afuera (banda de Moebius), entre el pasado, el futuro y el
presente activo.
Este referente conceptual nos la posibilidad de plantear en la institución
“espacios transaccionales” y “tiempos transaccionales”.
Espacios desde un doble sentido: interno-subjetivo y externo, de encuentros y
puestas en común.
El tiempo puede pensarse en relación con los tiempos internos de cada uno
(singularidad), en el proceso de teorización de la experiencia para poder incorporarla y
hacerla propia, logrando así un alto grado de pertinencia y pertenencia en la tarea. Y
también como los tiempos propios del proceso de cambio en la investigación y creación
compartida.
Que la construcción sea un proceso, que esté favorecida desde un sistema de
acción y una organización flexible y abierta, permite incorporar la agresividad en
términos de destrucción para la creación, desarmar para volver a armar, pues la realidad
cotidiana lo exige. Ello es la vida misma. Al hacerlo se permite seguir el impulso de
vida incorporando su rostro oculto de muerte.
Así, la agresividad se transforma en una fuerza de lucha y resistencia en cuanto
al logro del bien común, y no en “agresión” manifiesta o implícita bajo sus múltiples,
variadas y sutiles formas.
A modo de cierre (y apertura), traigo a consideración fragmentos de textos de
Winnicott para ser repensados y resignificados desde la conceptualización de objeto de
conocimiento.
La formulación teórica que se plantea está en relación con un ensamblaje que
hace referencia al concepto de obstáculo y ruptura epistemológica. La variante de mi
planteo es que se incluye la instancia subjetiva y, por lo tanto, psicoló gica, en relación
con ese objeto de conocimiento.

“El postulado central de mi tesis afirma que si bien el sujeto no destruye al objeto
subjetivo (material de proyección), la destrucción aparece y se convierte en un aspecto
central, cuando el objeto es percibido de manera objetiva, tiene autonomía y pertenece a

7
WINNICOTT, D. Ib id. Pág. 79.
la realidad compartida... en general se entiende que el principio de realidad lleva al
individuo a la ira y la reacción destructiva, pero mi tesis dice que la destrucción
desempeña un papel en la construcción de la realidad colocando al objeto fuera del
self...”8

“Es posible observar la siguiente secuencia: 1) El sujeto se relaciona con el objeto. 2)


El objeto está a punto de ser hallado por el sujeto, en lugar de ser colocado por éste en el
mundo. 3) El sujeto destruye al objeto. 4) El objeto sobrevive la destrucción. 5) El
sujeto puede usar al objeto. El objeto siempre es destruido. Esta destrucción se convierte
en telón de fondo inconsciente del amor a un objeto real, es decir, un objeto que se
encuentra fuera de la zona de control omnipotente del sujeto. El estudio de este
problema implica enunciar un valor positivo de la destructividad. Esta, más la
supervivencia del objeto a la destrucción, colocan al objeto fuera del ámbito de los
objetos creados por los mecanismos mentales proyectivos del sujeto. De ese modo se
crea un mundo de realidad compartida, que el sujeto puede usar y que puede
realimentarlo con una sustancia distinta de mí” 9

“Este aspecto del crecimiento posibilita al individuo preocuparse por la destrucción que
acompaña la relación de objeto y experimentar un sentimiento de culpa por las ideas
destructivas que acompañan el acto de amar. Basándose en esto, el individuo descubre
la motivación del esfuerzo constructivo, el dar y el remediar (lo que Klein llamó la
reparación y la restitución)”10

“Por ejemplo, la persona antisocial que entra en una galería de arte y tajea un cuadro de
un gran maestro antiguo, no actúa impelida por el amor a ese cuadro, ni, en realidad, es
tan destructiva como el amante del arte que lo preserva al cuadro, lo usa plenamente y
lo destruye una y otra vez en sus fantasías inconscientes. No obstante, el primero ha
cometido un acto de vandalismo aislado, que afecta a la sociedad, obligándola a
protegerse. Este ejemplo casi obvio sirve, quizás, para demostrar que existe una gran
diferencia entre la destructividad inherente a la relación de objeto y la destructividad
derivada de la inmadurez de un individuo”11

“Puedo apuntalar mi tesis citando a Freud, quien escribió q ue, según Empédocles, el
poder del amor „aspira a aglomerar en una unidad las partículas primordiales de los
cuatro elementos‟ (tanto en el universo como en el hombre), en tanto que el poder de la
discordia „quiere deshacer todas esas mezclas‟... Tenemos aquí, pues, la noción de que
la actividad del yo aglomera, la cual no es relación con el objeto. Hoy nos llevaría aún
más allá mi argumentación, con un aporte que estimo indispensable agregar a este
dualismo de philia (amor) y neikos (discordia). Creo que a hora puede darse un paso más
allá”12

Quisiera expresar que he usado este último fragmento como metáfora. Debo
aclarar también, que en este trabajo se partió de una serie de supuestos:
-Una posición subjetiva estructurada neuróticamente.

8
WINNICOTT, D. Ib id. Pág. 268.
9
WINNICOTT, D. Ib id. Pág. 273.
10
WINNICOTT, D. Ib id. Pág. 277.
11
WINNICOTT, D. Ib id. Pág. 278
12
WINNICOTT, D. Ib id. Pág. 278.
-Un hablante cronológicamente adulto, lo cual permite el siguiente pasaje: del
objeto en cuanto a lo material (niño) al concepto de objeto en cuanto idea revestida
imaginariamente con una carga específica de libido. Es decir, catectizada de acuerdo a
un recorrido singular que hace anclaje en su historia particular y en el contexto socio-
educativo en que se formó e informó el sujeto.
En otras palabras, esos conocimientos son parte de nuestro ser, somos nosotros
mismos representados en un saber, saber por el cual obtenemos una renta. Es decir, son
“objeto” de uso e intercambio, humanizados por la relación con el otro, por lo que ese
cuerpo (teórico) tiene todo un recorrido y una historia. Historia que se enlaza a
vivencias singulares en cada uno y evoca pasajes y ritos de iniciación (exámenes,
títulos, etcétera).
Es un gran esfuerzo intentar explicar el aspecto subjetivo (psicológico) con
relación al conocimiento y sus motivos conscientes. Mi esfuerzo de acercamiento tiene
una intención de exploración y continuidad.
Es necesario un salto, el de la “invención”. Se proponen para pensar, dos
conceptos interrelacionados que se despliegan desde las siguientes palabras:
13
1) Kainó () : crear de nuevo, inventar, idear nuevas cosas, inaugurar.
14
2) Kairós ( ) : momento oportuno, ocasión, coyuntura favorable, lugar
conveniente, sitio oportuno, punto vital.
Tanto en la vida singular de los sujetos como en la vida institucional hay un
Kairos, el cual debe tener su kainó.
Pongamos en juego el nuestro.

Antonio Ferrero.

13
PABÓN, J.M. y DE URBINA, S. Diccionario Griego Español VOX. Ed . Biblograf. Barcelona, 1993.
Pág. 319.
14
PABÓN, J.M. y DE URBINA, S. Op. Cit. Pág. 320.
Ensayo sobre “La formación del espíritu científico”, de
Gaston Bachelard.

Desde la nominación misma del texto se tiene un gran equívoco:


“Psicoanálisis de la conciencia” (conocimiento objetivo). El autor intenta
entender el desarrollo de un cuerpo teórico acerca del inconsciente desde su
referencia aristotélica (filosofía tradicional; tradición epistémica desde la lógica;
estructura binaria, sujeta a principios lógicos solo válidos para el orden físico)
sin atender a que se trata de otra lógica, otra “fisis” en Psijé, otro tiempo, otro
lugar, otro objeto, otra relación en cuanto al sujeto.
En su obra el autor distingue tres grandes períodos:
1) Estado precientífico. Comprende la antigüedad clásica, los tiempos
del renacimiento y los nuevos esfuerzos en los siglos XVI, XVII, XVIII. A este
período el autor lo ubica en el pensamiento concreto (filosofía natural).
2) Estado científico. Fines del siglo XVIII, XIX, principios del XX. A este
período el autor lo ubica como una instancia intermedia entre lo concreto y el
pensamiento abstracto, otorgado en especial por la geometría (Descartes).
3) La era del nuevo espíritu científico.1905, a partir de la teoría de la
relatividad einsteniana. A este período el autor lo ubica en la instancia de
realización del pensamiento abstracto. Se llega a construir una realidad
totalmente independiente de la realidad física-concreta y se puede ingresar al
microcosmo y macrocosmo de una forma totalmente nueva.

“Pero tal ilustración no puede limitarse a una sublimación de las aspiraciones


comunes más diversas. Ella debe ser normativa y coherente. Debe tornar
claramente consciente y activo el placer de la excitación espiritual en el
descubrimiento de la verdad. Debe forjar la mente con la verdad. El amor por la
ciencia debe ser un dinamismo psíquico autógeno. En el estado de pureza
logrado por un psicoanálisis del conocimiento objetivo, la ciencia es la estética
de la inteligencia.”.1

Las cursivas de la cita son nuestras. Fueron realizadas para interrogar


esos “supuestos”. Parece que el autor conduce a un narcisismo de tipo lógico;
el Logos es un Eros que se complace a sí mismo desde la visión de su imagen
autoengendrada.
Desde otro lugar Hegel plantea el “Ideal de la autoconciencia”. El espíritu
(tesis) en su movimiento debe pasar por la naturaleza (Fisis, el principio
femenino, la negación del espíritu, antítesis), un mal necesario a ser superado,
para retornar a sí mismo y lograr el en sí (síntesis), su unidad completa.
El Dios egipcio Atum crea desde sí tomando como esposa a su propia
mano. En este caso lo que oficia como mano es el pensamiento, con el
agregado de que en el acto se mira frente a un espejo (porque el otro es solo
un reflejo). Así Logos es a la vez Eros y Fisis (autoerotismo lógico). Hegel es
entonces un teólogo protestante que realiza una versión laica (filosófica) de la
teología católica, en especial de la estructura de la “divina trinidad”.
Retorno a Bachelard:

1
BACHELA RD, G. La formación del Espíritu cient ífico, Contribución a un Psicoanálisis del
conocimient o objetivo, Editorial Siglo XXI, Bs As, 1984, p. 13.
“Cuando se investigan las condiciones psicológicas del progreso de la ciencia,
se llega muy pronto a la convicción de que hay que plantear el problema del
conocimiento científico en términos de obstáculos…se conoce en contra de un
conocimiento anterior, destruyendo conocimientos mal adquiridos o superando
aquello que, en el espíritu mismo, obstaculiza a la espiritualización… la opinión
no piensa, traduce sus necesidades en conocimientos, al designar a los objetos
por su utilidad…ante todo hay que destruirla…ella es el primer obstáculo a
superar.”. 2

El autor no define lo que considera como espíritu. No obstante, sigue la


línea tradicional de oponer doxa a episteme, aun cuando dentro de la
etimología de episteme una de sus nominaciones es, precisamente, “opinión”
(noción). Esta oposición marca que el autor estructura su análisis desde una
lógica binaria, lo que es en sí un obstáculo.

“Es, pues, el esfuerzo de la racionalidad y deconstrucción el que debe atraer la


atención del epistemólogo. El historiador de la ciencia debe tomar las ideas
como hechos. El epistemólogo debe tomar los hechos como ideas,
insertándolas en un sistema de pensamiento…En la educación, la noción de
obstáculo pedagógico es igualmente desconocida, los profesores de ciencias,
no comprenden que no se comprenda…se imaginan que el espíritu comienza
como una lección, que siempre puede rehacerse una cultura perezosa
repitiendo una clase, que puede hacerse comprender una demostración
repitiéndola punto por punto…Un educador no tiene el sentido del fracaso,
porque se cree un maestro, quien enseña manda.”. 3

El autor intenta postular una diferencia respecto de la idea tradicional de


“continuidad” histórica, como linealidad, de la ciencia. Demuestra en su texto
que lo que realmente existe es una ruptura. De esta manera introduce su
segundo concepto fundamental, señalando procesos de discontinuidad y
alteridad, avances, retrocesos, saltos…

“He aquí la tesis filosófica que sostendremos: el espíritu científico debe


tornarse en contra de la Naturaleza, en contra de lo que es, dentro y fuera de
nosotros, impulso y enseñanza de la Naturaleza, en contra del entusiasmo
natural, en contra del hecho coloreado y vario. El espíritu científico debe
formarse reformándose…”. 4

“Una ciencia que acepta las imágenes es, más que cualquier otra, víctima de
las metáforas. Por eso el espíritu científico debe incesantemente luchar en
contra de las imágenes, en contra de las analogías, en contra de las
metáforas.”. 5

2
BACHELA RD, op. Cit, pp. 15, 16.
3
BACHELA RD, op. Cit, pp. 20, 21.
4
BACHELA RD, op. Cit, p. 27
5
BACHELA RD, op. Cit, p. 45
Si se niega la posibilidad de la metáfora, como lo hace el autor… ¿De
qué sujeto se está hablando, siendo que el autor se “autoriza” en el
psicoanálisis para revisar y analizar la historia interna de la ciencia?
El Psicoanálisis ubica en el centro de su teoría una serie de mitos. Por
ello debe introducir la metáfora: es la única forma posible de abordar la verdad,
de otra manera continuaría con el circuito metonímico iniciado por la Filosofía y
continuado por la Ciencia.
El autor muestra que su análisis es solamente de lo “racional”. Su
espíritu no es Psije sino “Logos”. Es decir, su “naturaleza” (Fisis) es la lógica.

“…los obstáculos más poderosos corresponden a las intuiciones de la filosofía


realista (…) ponen en juego no propiedades generales, sino cualidades
substanciales (…) son los obstáculos sustancialistas.”. 6

El ojo engaña al alma, la única luz posible es la de la inteligencia. Pero,


esto tiene su riesgo. Goya lo expresaba en su pintura: los monstruos que
engendra la razón.
También el autor señala una “serie” de obstáculos que obturaron el
conocimiento, marcando la falta del amo (Ciencia), pero con el objetivo de
perfeccionarlo.

“Lo que está oculto está encerrado. Analizando la referencia a lo oculto, es


posible caracterizar lo que llamaremos el mito de lo interior y luego el mito más
profundo de lo íntimo (…) Pero, nosotros, cuya tarea no es en este momento la
de estudiar la psicología del yo, sino la de seguir la marcha del pensamiento
que busca a su objeto, debemos captar la fantasía en la pendiente de la
intimidad atribuida a los objetos. El fin es diferente, pero los procesos son
homólogos: el psicólogo de la intimidad y el realista ingenuo obedecen a una
misma seducción. La homología es tan clara que podrían cruzarse los
caracteres: el realismo es esencialmente una referencia a una intimidad y la
psicología de la intimidad una referencia a una realidad (…) Mediante el
análisis de estas intuiciones se advierte de inmediato que, para el espíritu
precientífico, la sustancia tiene un interior, o mejor aún, la sustancia es su
interior (…) Así, para abrir una sustancia un autor propone golpearla con una
verga de fuego.”. 7

El autor no tiene ninguna intención de realizar una metáfora sexual. Está


“describiendo”. Empero, detrás de esta referencia aparentemente aséptica se
encuentra la relación entre Logos (pensamiento científico), Fisis (como materia-
sustancia) y Eros (desde el elemento fuego).
Recuérdese que Newton, paralelamente a sus descubrimientos, era uno
de los grandes y últimos alquimistas. Es decir, buscaba la Ley, anhelando
secretamente la “transmutación”, instancia paradojal humana que no puede ser
sostenida ni admitida por el pensamiento “binario” de la ciencia. Éste ordena: o
una u otra cosa, como aplicación del principio de identidad, encerrando el
pensamiento en una lógica desprovista de emotividad.
Hay un contrasentido que atraviesa la “modernidad” en aquellos que
sentían pasión por el pensamiento. El problema de los modernos no es, en sí,
6
BACHELA RD, op. Cit, p. 97
7
BACHELA RD, op. Cit, pp. 116, 117, 118
la razón, sino el qué hacer (quehacer) con la pasión, hasta llegar al extremo en
Spinoza de elaborar una “ética” desde el método axiomático, propio de las
matemáticas. Este ideal de “pureza” exigía la eliminación total de los afectos, lo
que promoverá la “fantasía” en términos de verdad, de una objetividad total.
La paradoja (para-doxa) es inadmisible como posibilidad.
Freud parte precisamente desde ahí.
Inconsciente-Consciente. Pero pudo encontrar el número tres, se atrevió
a elaborar una forma de pensamiento no binaria, sino tríptica. De esta manera
no se reduce la paradoja a un binomio (mal entendido como dialéctica-2), que
finalizará en 1. Freud permite que se mantenga la “tensión” de la paradoja,
operando desde “ello”, buscando un tercer término como posible para hallar
una salida.
Este trabajo transita desde su método de vía de acceso al inconsciente a
través del desplazamiento y la condensación, trabajados por Lacan desde el
lenguaje: metonimia (desplazamiento) y metáfora (condensación). Anudados a
la técnica de la asociación libre o libre asociación.
La metáfora permite la posibilidad del tercer término desde la sustitución,
ya que el objeto no está presente, pero sí presentificado desde su ausencia.
La paradoja guarda una intimidad con la metáfora: si se la excluye a una
se la está excluyendo a la otra y, en este acto, se excluye al sujeto. No hay
nada más humano que este cotidiano proceder.
Este cruce de líneas, podría decirse de teorías, de representaciones,
vértice y vórtice de la aporía, interno laberinto que tanto teme el hombre, carnal
manifestación en la mujer, es precisamente el punto de encrucijada en donde
se halla la verdad.
Tomas Kuhn, en su pequeño gran texto, no hizo otra cosa que marcar
que en el corazón de la episteme (la ciencia) se halla la doxa. Lo señala
indicando el campo de creencias8, valores, representaciones, que guía a los
científicos, para rematar diciendo que el cambio de paradigma en la comunidad
científica se debe a una lucha de modelos por imponerse. Es decir, los viejos y
humanos sentimientos de egoísmo, celos, envidia, avaricia… Parafraseando al
filosofo del martillo: “Humano, demasiado humano”.
Bachelard dedica un capítulo al obstáculo “animista”. Significativamente,
el siglo XIX es el siglo del gran descubrimiento: la electricidad. El hombre logró
capturar lo que por siglos deseó: el poder de los dioses, el rayo. Desde la
literatura Mary Shelley se anticipa con su novela de ciencia ficción
(Frankenstein) en donde al inicio remite al mito de Prometeo, aquel que robó el
fuego a los dioses.
Si algo “conducirá” a las revoluciones de tipo industrial, dentro de esto, el
contexto de aplicación, es la electricidad. En este contexto Freud modela su
aparato psíquico, en especial su postulado de la “energía psíquica”: libido.
También se remite a los nuevos “aparatos” (en especial los ópticos), en
referencia al microscopio, a la fotografía, al teléfono…
Así, en el campo de la analogía, ese rayo interno, en forma de energía
constante (masculina), ya tiene una simbolización y una representación tanto
psíquica como material.
El autor dedica el capítulo X a este tema. Lo llama “Libido y
Conocimiento objetivo”. Pero, su posición es sarcástica: intenta mostrar por

8
Recuérdese a Platón en el Teéteto, o de la ciencia.
medio de la burla el error que es la inclusión de la sexualidad en el campo de la
ciencia, en especial referencia a los alquimistas, en donde impera este tipo de
representaciones. Química de los metales a través del amor y el odio, los
bisexuales como el mercurio o los propiamente femeninos y masculinos, qué es
lo que los calienta y qué es lo que los enfría, cómo “copulan” o se rechazan y
qué efectos trae esto para el hombre. Aquel que pudiese manejar estas íntimas
y divinas fuerzas lograría obtener la piedra filosofal, el secreto de los secretos,
anhelado crisol de los alquimistas.
Desde el Lenguaje la ciencia no atiende a la “copula” ni le da articulo
(femenino-masculino) a su discurso.
Quizás inspirado en la idea Kantiana de que conocer es someter, el
autor expresa:

“Un psicoanálisis completo del inconsciente científico debería emprender un


estudio de los sentimientos inspirados más o menos directamente por la libido.
En particular, habría que examinar la voluntad de poder que el libido ejerce
sobre las cosas, sobre los animales. Es sin duda una desviación de la voluntad
de poder que, en toda su plenitud es una voluntad de dominar a los
hombres…”. 9

En el capítulo XI el autor advierte de los peligros del obstáculo de la


cuantificación y su otro extremo, lo meramente cualitativo:

“Convendría detener las proliferaciones subjetivas mediante frecuentes


retornos a los temas objetivos. Hay aquí todo un tipo de enseñanza recurrente,
particularmente descuidada en nuestros cursos secundarios, y que no obstante
nos parece indispensable si se desea afirmar una cultura objetiva. La historia
científica, esta inagotable mina de errores razonados…”. 10

De esta manera se llega al último capítulo, el XII: “Objetividad científica y


Psicoanálisis”.

“Cada vez que nos fue posible, hemos indicado mediante breves
observaciones de que modo, el espíritu científico triunfo sobre distintos
obstáculos epistemológicos, y de qué manera el espíritu científico se constituyó
como un conjunto de errores rectificados…de manera que si se hace psicología
y no filosofía, habrá siempre que volver, así lo creemos, al punto de vista en el
que nos colocamos en este libro: psicológicamente no hay verdad sin un error
rectificado. Una psicología de la actitud objetiva, es una historia de nuestros
errores personales…hay que aceptar para la epistemología el siguiente
postulado: el objeto no puede designarse de inmediato como „objetivo‟, en otros
términos, una marcha hacia el objeto no es inicialmente objetiva. Hay que
aceptar, pues, una verdadera ruptura entre el conocimiento sensible y el
conocimiento científico.”. 11

Podemos entender que no es posible buscar la verdad, y en especial un


criterio de verdad, sin atender al contexto de descubrimiento, pero
9
BACHELA RD, op. cit. p. 245
10
BACHELA RD, op. cit. p. 278
11
BACHELA RD, op. cit, pp. 281, 282
especialmente desde la subjetivad de aquel que descubre. Es decir, desde su
biografía: ¿qué motiva esa búsqueda?, ¿qué hay detrás del objeto?
¿Qué decimos cuando decimos objeto? ¿En que posición está este
sujeto? ¿De qué sujeto estamos hablando?

“Entonces un psicoanálisis del espíritu científico adquiere todo su sentido: el


pasado intelectual, como el pasado afectivo, ha de ser conocido como tal,
como pasado. Las líneas de inferencia que conducen a las ideas científicas
deben ser dibujadas partiendo de su origen efectivo: el dinamismo psíquico que
las recorre ha de ser vigilado; todos los valores sensibles han de ser
desnometizados. Finalmente para cobrar una conciencia clara de la
construcción fenomenológica, lo antiguo ha de pensarse en función de lo
nuevo, condición esencial para fundar…”. 12

El autor fi naliza su obra con la siguiente idea:

“En la ciencia sólo puede amarse aquello que se destruye, sólo puede
continuarse el pasado negándolo, sólo puede venerarse al maestro
contradiciéndolo (…) Una cultura detenida en un período escolar es la cabal
negación de la cultura científica. No hay ciencia sino mediante una escuela
permanente. Esta escuela es la que ha de fundar la ciencia. Entonces los
intereses sociales se invertirán definitivamente: la Sociedad se hará para la
Escuela y no la Escuela para la Sociedad.”. 13

Queda en el lector advertir este “ideal” final, pro-posición de Gaston


Bachelard.

Antonio Ferrero

12
BACHELA RD, op. cit. p. 295
13
BACHELA RD, op. cit. p. 297
1

Gregory Bateson
Espíritu y naturaleza

Su pregunta es sobre la conexión entre espíritu y naturaleza. ¿Qué hay


entre? ¿Cómo es su relación y su forma de intercambio? Para hacer que esa
conexión suceda, hay que generar un espacio, un vacío de dos para que surja
el “entre”. Así, el entre es un tercero ausente que permite el movimiento.
Cuando es más compleja la relación es un cuarto ausente entre tres.
El entre implica un intercambio o por lo menos la demanda de
intercambio.
Pero, ¿qué es lo que está entre?
La Academia es un lugar de transferencia de conocimiento, lo que difiere
sensiblemente de transferencia de saber.
Si se recurriera a la filosofía, se preguntaría si lo que está entre es la
belleza, el bien, la verdad, el ser, el ente…
La filosofía da la posibilidad del asombro para reflexionar. En ocasiones
la vida nos coloca en una situación límite. Pero, generalmente, en la vida
cotidiana está tan naturalizado el entre que hace suponer que se sabe de qué
se trata. Una certeza académica que obtura todo tipo de vacilación subjetiva e
imposibilita la metaxis, el dia(entre)logo
¿Hay camino hacia lo que está entre?
¿Y qué vías posible se ofrecen?
Mét/odo: como camino. El Odos: entre (entre caminos).
Entre un lugar y otro hay un camino por recorrer, he allí el inicio del
caminar la ciencia. En este viaje hay caminos cortos, largos, directos,
accesorios, dificultosos, pedregosos, laberínticos, con encrucijadas… No hay
ningún mapa de la isla del tesoro, pero, puede que haya indicios que permitan
pesquisar en lugares en donde nos vemos comprometidos. Sutiles rodeos que
realizar, posibles encuentros en el desencuentro, encrucijadas que resolver,
caminos sin salida (Paradoja) , quizás uno que otro laberinto.
Esta realidad implica complejidad y algunos principios de convergencia,
desde una mirada holística.
Dice Bateson:
“…la epistemología, inevitablemente, personal. El punto en que se hace el
sondeo está siempre en el corazón del explorador: ¿Cuál es mi respuesta a la
pregunta acerca de la naturaleza del conocimiento? Me entrego a la creencia
de que mi conocimiento es una pequeña parte de un conocimiento integral más
amplio que entrama a toda la biosfera o creación.”. 1

La pregunta remite a un problema existencial. En cierta manera es una


de las modalidades interpretativas: ¿cómo estoy en este mundo?
En cambio, para Karl Popper la pregunta no es existencial sino más bien
cosmológica. Primero se debe saber qué es el mundo para luego saber qué
hacer en él, con un sentido muy pragmático de la existencia. Es un saber que
permite manejar, dominar, una razón instrumental.

1
BATESON, G. Espíritu y naturaleza. Ed. Amorrortu. Buenos Aires, 2001. Pág.
80.
2

Para Bateson se trata de un saber que debe permitir vivir mejor y de esta
manera resolver el viejo problema planteado por Descartes: la dicotomía entre
el cuerpo y el espíritu. Esta separación se dice en la academia: entre el cuerpo
teórico y la puesta en juego del deseo y del amor.
¿Qué se quiere detrás de lo que se intenta saber? ¿Cuándo se explora,
que se busca? ¿Y cuál es la modalidad de búsqueda?
¿Nuestro interés de investigar con que tiene que ver?
Estas preguntas nos abren a un mundo de significados. Es decir, al
mundo.
Ante el antiguo interrogante presocrático sobre el problema entre lo uno
y lo múltiple, Bateson propone una holística mediada por la abducción: sin
perder la visión integral, poder substraer las partes para analizarlas. El todo
tiene que ver con la parte y la parte con el todo. El objetivo es:

“Debemos atravesar ese peligroso caos en que el pensamiento se torna


imposible.”. 2

La categoría de entropía es fundamental en el autor. La entropía hace


referencia a los componentes de un sistema que están mezclados,
indiferenciados y son impredecibles y aleatorios, necesitándose mutuamente
para poder subsistir. Este concepto hace de nexo entre naturaleza y espíritu,
evitando la división y enfrentamiento que inauguró la modernidad en el campo
gnoseológico y en la vida.
Esto es: si la vida es un mundo de relaciones complejo con
interconexiones múltiples y variadas… ¿por qué habría de ser diferente la
forma de acceder a él?

Antonio Ferrero.

2
BATESON, G. Op. Cit. Pág. 128.
1

Popper: un rebelde con causa, aunque indeterminada.

El título sigue el espíritu irónico del autor, ya que se podría ubicar en la


escuela cínica. Este velo en su discurso es imperceptible para muchos, que
sólo ven a un científico en su trabajo de campo.
Popper es muy importante para la epistemología. Bien se podría dividir
la misma en los pre-popperianos y los post-popperianos.
En el presente escrito están citadas dos de sus obras clásicas y su
biografía:
-La lógica de la investigación científica
-Conjeturas y refutaciones. El desarrollo del conocimiento científico.
-Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual

A modo de epígrafe transcribo un fragmento de la carta que le enviara


Albert Einstein a Karl Popper:

“De un modo general, no me agrada todo el aferrarse „positivista‟ a lo


observable, que ahora está de moda. Me parece una cosa trivial que no se
pueda pronosticar en el campo de lo atómico con una precisión arbitraria y
pienso (como usted, por lo demás) que no se puede fabricar la teoría a pa rtir de
resultados de observación, sino sólo inventarla.”. 1

“La lógica de la investigación científica” fue publicada en Viena en el


otoño de 1934.
En sus dos obras principales Popper tiene un dialogo continuo con su
amigo Carnap, el mayor representante del circulo de Viena, que postula una
lógica inductiva, dando así la base a un planteo positivista en la epistemología.
Lo curioso es que Carnap considera a Popper como parte de su círculo,
mientras que sus producciones son un esfuerzo por establecer difere ncias, ya
que Popper se considera un “racionalista critico”. No obstante, Popper dice que
tiene el mismo objetivo que Carnap: poder delimitar, “demarcar” lo que es
ciencia respecto de lo que es metafísica.
Algunos autores señalan tres etapas en Popper: la salida del
neopositivismo, el posicionamiento en el racionalismo critico, el desarrollo del
falsacionismo. A mi parecer no hay una diferencia marcada entre su segunda y
tercera etapa, ya que no renuncia a nominarse como racionalista critico cuando
desarrolla su teoría falsacionista.
Popper elige el siguiente epígrafe para “La lógica de la investigación
científica”:

“No hay nada más necesario para el hombre de ciencia que la historia de ésta y
la lógica de la investigación (…) La forma de descubrir los errores, el uso de
hipótesis y de la imaginación, el modo de someter a contraste.”. 2

1
POPPER, K.R. La lógica de la investigación científica. Ed. Tecnos. Madrid,
1999. Pág. 427.
2
POPPER, K.R. Op. Cit. Pág. 15.
2

En el texto remite la problemática epistemológica al problema de la


Cosmología de los pre-socráticos. En definitiva, se trata de entender el mundo:
de alguna manera los nuevos físico-matemáticos vienen a ocupar este lugar.
Dice de qué trata la epistemología:

” …el problema central de la epistemología ha sido siempre y sigue siéndolo, el


de aumento del conocimiento. Y el mejor modo de estudiar el aumento del
conocimiento es estudiar el del conocimiento científico.”. 3
“Cabe abordar el problema de la epistemología por dos lados distintos: 1) como
el del conocimiento del sentido común u ordinario y 2) Como el del
conocimiento científico.”. 4

De esta manera introduce una lógica binaria, en la que quedará


entrampado. Su propósito es ofrecer un análisis lógico del proceder científico
observando el método de las ciencias empíricas. Es aquí donde se establece la
diferencia con el inductivismo de Carnap y la escuela Vienesa. Él propone la
deducción como método y lo dice de esta manera:

“La teoría que desarrollaremos (…) se opone directamente a todos los intentos
de apoyarse en las ideas de una lógica inductiva. Podría describírsela como la
teoría del método deductivo de contrastar… ”. 5

Considera que el trabajo científico consiste en proponer teorías y


contrastarlas, a diferencia del inductivismo que se rige en una lógica empírica y
busca la verdad o falsedad apoyado solamente en el campo observacional.
Popper dice que no se trata de que una una hipótesis sea verdadera o falsa, se
trata de ver si es menos o más falsable. De esta manera, el primer requisito es
que toda teoría tiene que ser falsable. De lo contrario entraría en el campo de
la metafísica.
La realidad a la que se refiere, como campo de contrastación para
demarcar y de esta manera diferenciar, es la realidad material. Es inimaginable
para Popper el planteo de la realidad psíquica. La metapsicología freudiana
según su concepción es directamente metafísica.
En sus dos textos fundamentales está la referencia obligada a Kant. La
epistemología concebida por Popper no es más que el desarrollo Kantiano del
fenómeno (lo que se manifiesta) dejando el noumeno (la cosa en sí) para el
campo de la mera especulación, llámese esta metafísica o metapsicología.

“Llamo problema de la demarcación al de encontrar un criterio que nos permita


distinguir entre las ciencias empíricas, por un lado, y los sistemas metafísicos
por otro.”. 6

Se trata de poner de manifiesto en la falsación que algo es o era falso.


Ambos autores en diálogo, Carnap (inductivismo) y Popper
(deductivismo), tienen una preocupación en común: “El lenguaje científico”.

3
POPPER, K.R. Ibid. Pág. 16.
4
POPPER, K.R. Ibid. Pág. 19.
5
POPPER, K.R. Ibid. Pág. 30.
6
POPPER, K.R. Ibid. Pág. 34.
3

Ambos buscan un lenguaje que no sea polisémico, que abra a muchos


sentidos. Acuerdan en que el lenguaje de la ciencia empírica debe ser unívoco.
Por eso la matemática es la forma privilegiada de expresión dentro de un
marco cuantitativo.
Popper enuncia claramente su posición ante el objeto de estudio y el
sujeto que investiga.

“El empleo que hago de los términos „objetivo‟ y „subjetivo‟ no es muy distinto
del kantiano, Kant utiliza la palabra objetivo para indicar que el conocimiento
científico ha de ser justificable, independientemente de los caprichos de nadie:
una justificación es objetiva si en principio puede ser contrastada y
comprendida por cualquier persona (…) ahora bien, yo mantengo que las
teorías científicas no son nunca enteramente justificables o verificables, pero
que son, no obstante, contrastables. Diré, por tanto, que la objetividad de los
enunciados científicos descansa en el hecho de que pueden contrastarse
intersubjetivamente.”. 7

Así como Popper critica a Hegel por decir que todo lo racional es real, él
bien podría decir: solo lo contrastable es real para la ciencia. Y no hay más
historia que la historia de la ciencia. Ergo, la lógica de la investigación científica
se identifica con el método científico, entendiendo la metodología como la
teoría de las reglas. Aquellas por las que se guía el científico cuando investiga.
¿Y que son las teorías para Popper?

“Las teorías son redes que lanzamos para apresar aquello que llamamos „el
mundo‟: para racionalizarlo, explicarlo y dominarlo. Y tratamos de que la malla
sea cada vez más fina.”. 8

Sigue los pasos de su maestro, Kant, con la idea de que el mundo es


para someterlo por la vía de la razón. Se establece una jerarquía de acuerdo al
grado de probabilidad. Es más, Popper llama a su teoría lógica probabilitaria.
En “Conjeturas y refutaciones” desarrollará precisamente estos
conceptos y dirá que el conocimiento científico avanza por conjeturas. Es un
sistema de ensayo y error, por eso Popper se consideraba a sí mismo como
una mezcla de empirismo y racionalismo. Cita a Bertrand Russel cuando
sostiene que:

“…el relativismo epistemológico o sea la idea de que no hay una verdad


objetiva, y el pragmatismo epistemológico, o sea la idea de que verdad y
utilidad son la misma cosa, se hallan ambos estrechamente vinculados…”. 9

En el texto citado hace una lectura filosófica de la historia del


pensamiento, remitiéndose a sus orígenes griegos para decir que su referente
son los textos platónicos, en especial aquellos que desarrollan la doctrina de la
falibilidad:

7
POPPER, K.R. Ibid. Pág. 43.
8
POPPER, K.R. Ibid. Pág. 57.
9
POPPER, K.R. Conjeturas y refutaciones. El desarrollo del conocimiento
científico. Ed. Paidos. Barcelona, 1994. Pág. 25.
4

“…si respetamos la verdad, debemos aspirar a ella examinando


persistentemente nuestros errores. Mediante la infatigable critica racional y
mediante la autocrítica. Erasmo de Rotterdam intento revivir esa doctrina
socrática…‟Conócete a ti mismo y admite por ende, cuán poco sabes‟ …”. 10

La doctrina Popperiana es paradójica, ya que por un lado hace un elogio


de la falibilidad humana, pero, por otro lado, pone toda su confianza en la razón
del hombre, reduciendo la verdad a la verdad objetiva. A esto le dará por
nombre racionalismo critico, para diferenciarse del racionalismo ingenuo.

“La respuesta adecuada a mi pregunta. ¿Cómo podemos detectar y eliminar el


error? Es (…) criticando las teorías y presunciones de otros…criticando
nuestras propias teorías y presunciones…una posición que propongo llamar
„racionalismo crítico‟…”. 11

No hay fuente última de conocimiento. Toda fuente debe ser sometida a


examen crítico, la verdad tiene esta referencia aristotélica de la adecuación
entre pensamiento y la cosa. Para esto es necesario someterla a pruebas,
testificar en la experiencia una teoría para contrastar su grado de falibilidad, ya
que ninguna teoría es perfecta: es más o menos verdadera, o con mayor o
menor posibilidad de verdad que otra. Y esto la hace más o menos sustentable.
La racionalidad de este procedimiento está en el método científico, que es el
garante del proceder, el que establece las reglas (Descartes, reglas del
método). No sólo hay que hacer compatible la observación con la teoría
desarrollada sino que, también, es necesario que la fuente histórica de
referencia sea consistente. Por ello, la epistemología se remite a la historia del
desarrollo científico, explorando por dentro de las teorías hasta poder elaborar
una hipótesis con cierto criterio de verdad.
Popper reconoce como fuente valiosa de conocimiento la tradición. Sin
esta el conocimiento sería imposible porque no habría transmisión del mismo.
Pero a esta es necesario someterla a una crítica constante
Su propuesta es de tipo escalonado. El conocimiento avanza gracias a
una modificación del conocimiento anterior, a la falsabilidad de una teoría y a,
en base a ella, la construcción de una nueva teoría. Habría capas de
sedimentación pero, no obstante, es posible que todo lo construido pueda
llegar a ser falso si así puede ser demostrado. Acepta la alegoría de la caverna
como valiosa y rescata el diálogo del Menón o de la naturaleza, de Platón. No
se diferencia a partir de la creencia de que el conocimiento es posible. Su
aptitud es optimista y, a la vez, incorpora la “duda constante” (falsación) y el
estado de “sospecha” continuo.
Sea así, pero, el punto de partida es un supuesto básico: su confianza
ciega en la razón. Los sentidos pueden ser engañosos, pero, la razón bien se
acerca a un acto de fe, hasta el extremo de llegar a la razón instrumental. De la
propia caverna sólo se puede salir a partir de la luz de la razón (episteme). Sin
ella estamos ciegos y entre sombras (doxa). Para Popper la intuición intelectual
y la imaginación son muy importantes , pero, no son confiables: pueden

10
POPPER, K.R. Op. Cit. Pág. 38.
11
POPPER, K.R. Ibid. Pág. 50.
5

conducir al error. Por lo tanto, las funciones más importantes son: la


observación y el razonamiento.
Hay un problema central, que es la “transmisión de la teoría”. Esto lleva
al Lenguaje. Aquí, él considera que la precisión lingüística es un fantasma, por
lo que reduce el lenguaje a un nominalismo: tienen valor las palabras en tanto
instrumentos para la formulación de teorías.
Reconoce un limite del conocimiento: este es finito, mientras que la
ignorancia es infinita. Somos iguales en la ignorancia, pero , nos diferenciamos
en el conocimiento. Esto remite a la propuesta platónica de una aristocracia
intelectual. El mundo académico se trata de eso. No obstante, no hay una
autoridad, ni nadie puede arrogarse el lugar del saber, ya que el conocimiento
humano esta mezclado con prejuicios, errores, sueños, ilusiones… Aquí está
en germen lo que su alumno Feyerabend desarrollará con el nombre de
anarquismo epistemológico. A la vez, Popper también da las bases para su otro
alumno, Lakatos, el que llevará el racionalismo hasta el extremo de los
'„programas científicos‟.
Ambos tendrán diálogos y disputas constantes bajo el mismo Padre. Uno
intentando que nada falte del lado de la razón y el otro señalando la falta de
razón, uno hacia la máxima expresión de la lógica de la investigación científica
y el otro hacia la máxima expresión de la falibilidad.

“No puede haber mejor destino para una (…) teoría que el de señalar el camino
hacia otra teoría más vasta, dentro de la cual viva la primera como caso
límite.”. 12

Popper se plantea resolver una paradoja: la ciencia en muchas


ocasiones se equivoca y, en cambio, la seudo-ciencia a veces da con la
verdad. Ante este interrogante, él describe el contexto de descubrimiento,
validación y aplicación de las teorías:

“Después del derrumbe del Imperio Austríaco se había producido una


revolución en Austria, el aire estaba cargado de lemas e ideas revolucionarias y
de nuevas y a menudo audaces teorías. Entre las teorías que me interesaban,
la teoría de la relatividad de Einstein era, sin duda la más importante. Otras tres
eran la teoría de la historia de Marx, el psicoanálisis de Freud y la llamada
psicología individual de Alfred Adler (…) yo mismo entré en contacto personal
con Alfred Adler y hasta cooperé con él en su labor social entre los niños y
jóvenes de los distritos obreros de Viena, donde había creado clínicas de guía
social (…) yo sentía que esas tres teorías, aunque se presentaban como
ciencias, de hecho tenían más elementos en común con los mitos primitivos
que con la ciencia, que se asemejaban a la astrología más que a la astronomía
(…) estas teorías parecían poder explicar prácticamente todo lo que sucedía
dentro de los campos a los que se referían (…) en lo que respecta a Adler,
quedé muy impresionado por una experiencia personal. Una vez en 1919 le
informé acerca de un caso que no me parecía particularmente adleriano, pero
él no halló dificultad alguna en analizarlo en términos de su teoría de los
sentimientos de inferioridad, aunque ni siquiera había visto al niño.
Experimenté una sensación un poco chocante y le pregunté como podía estar

12
POPPER, K.R. Ibid. Pág. 56.
6

tan seguro. „Por mi experiencia de mil casos‟, respondió; a lo que no pude


evitar de contestarle; „Y con este nuevo caso, supongo, su experiencia se basa
en mil y un casos‟…”. 13

Popper “respiró” ese clima creativo y dialogó con los creadores de


grandes teorías. Pero, considera que no tienen una base sustentable y que sus
desarrollos, al no ser contrastables, pertenecen más a la seudociencia que a la
ciencia. Para Popper, si una teoría no es refutable por ningún suceso
concebible no es científica. La irrefutabilidad no es una virtud de una teoría sino
un vicio. Así, el criterio para establecer el status científico de una teoría es su
refutabilidad o su testabilidad.
No obstante, Popper no desconoce el valor de los mitos:

“Al mismo tiempo, comprendí que tales mitos son susceptibles de desarrollo y
pueden llegar a ser testables; que, en un sentido histórico, todas -o casi todas-
las teorías científicas se originaron en mitos; y que un mito puede contener
importantes anticipaciones de teorías científicas.”. 14

Su referencia constante a Platón da cuenta de su posición del saber.


Recuérdese que Platon, en el Timeo o de la ciencia, dice que hay una
interrelación entre creencia, verdad, prueba (demostración). Así, se puede
creer en una teoría y que no sea verdadera, o al contrario. En consecuencia,
para Popper la condición necesaria es la demostración (prueba, testabilidad)
por el uso de la falsación.
De esta manera, la testabilidad es la piedra angular del criterio de
demarcación, diferenciando que teoría es o no científica.
Este criterio es afirmado desde una lógica deductiva. Por eso, realiza
una critica a la inducción, es decir a Carnap y al círculo de Viena:

“1) La inducción, es decir, la inferencia basada en muchas observaciones, es


un mito. No es un hecho psicológico, ni un hecho de la vida cotidiana, ni un
procedimiento científico. 2) El procedimiento real de la ciencia consiste en
trabajar con conjeturas; en saltar a conclusiones, a menudo después de una
sola observación (…) 3) las observaciones y los experimentos repetidos
funcionan en la ciencia como test de nuestras conjeturas o hipótesis, es decir,
como intentos de refutación. 4) La errónea creencia en la inducción se fortifica
por la necesidad de un criterio de demarcació n que, según se cree tradicional,
pero erróneamente, sólo lo puede suministrar el método inductivo. 5) La
concepción de este método inductivo, como el criterio de verificabilidad, supone
una demarcación defectuosa.”. 15

La observación no es lo primero. Lo primero es la situación-problema, el


interrogante desde donde nace la hipótesis. Recién allí la observación adquiere
sentido y dirección: a partir de la necesidad de delimitar el objeto de estudio,
recortar el campo y establecer todos los pasos que señala la metodología de la

13
POPPER, K.R. Ibid. Págs. 58 y 59.
14
POPPER, K.R. Ibid. Pág. 63.
15
POPPER, K.R. Ibid. Págs. 80 y 81.
7

investigación desde este planteo popperiano que es de tipo “cuantitativo”, para


diferenciarlo de otros de tipo “cualitativos”.
El problema atraviesa el límite de cualquier disciplina. Un mismo
problema puede ser abordado en forma interdisciplinar. Popper no se limita a
una disciplina sino que aborda el problema, pero dentro de un método único 16,
cuya función principal es “explicativa” antes que “interpretativa”. Por eso la
insistencia en un lenguaje “descriptivo” que permita conjeturar.
Repite Popper su punto de partida:

“…aquello a lo que quiero retornar es a la simple racionalidad directa de los


presocráticos. ¿En qué reside esta „racionalidad‟, tan discutida, de los
presocráticos?. La simplicidad y la intrepidez de sus interrogantes forman parta
de ella, pero mi tesis es la de que el punto decisivo es la actitud crítica que,
como trataré de mostrar, surgió por primera vez en la escuela jónica. Los
interrogantes a los cuales los presocráticos trataron de responder eran
primordialmente de carácter cosmológico, pero había también interrogantes
concernientes a la teoría del conocimiento (…) Para mí, tanto la filosofía como
la ciencia pierden su atractivo cuando abandonan ese objetivo, cuando se
convierten en especialidades y dejan de contemplar los enigmas de nuestro
mundo y de admirarse ante ellos.”. 17

Para Popper conocer el mundo es poder comprendernos a nosotros


mismos.
De esta manera traslada lo que se descubre en el plano de la física
(atómica) al plano psíquico. El problema es que no hay una correspondencia
entre la realidad material y la realidad psíquica. No son los mismos secretos los
del alma y los de la materia, si bien puede encontrarse alguna relación en la
interacción, si bien el hombre esta compuesto por agua y diferentes materiales.
También establece la diferencia entre Filosofía y Ciencia:

“La filosofía es especulativa: todo el mundo lo sabe. Y como todo el mundo


sabe, la ciencia sólo comienza cuando se reemplaza el método especulativo
por el método observacional, y cuando la deducción es reemplazada por la
inducción…Lo que es importante en una teoría es su poder explicativo y si
resiste o no la crítica y los tests.”. 18

No hay certezas, hay suposiciones (conjeturas, hipótesis) por demostrar,


desarrolladas por medio de un método que tiene reglas precisas (claras y
distintas).
Popper se considera a sí mismo como un indeterminista realista que se
basa en un racionalismo critico, distinguendo tres tipos de teorías:
1) lógicas matemáticas
2) empíricas y científicas
3) teorías filosóficas o metafísicas.
El progreso de la ciencia debe darse de problema en problema, hacia
una mayor profundidad de la problemática a tratar. Las teorías son

16
Aun cuando haya metodologías mixtas
17
POPPER, K.R. Ibid. Págs. 174 y 175.
18
POPPER, K.R. Ibid. Pág. 179.
8

construcciones cambiantes que sirven de medio a este fin. Entonces, cuanto


mayor grado de verdad mayor posibilidad de acercarnos por una vía epistemica
al misterio del problema, para así poder “explicarlo”. Para Popper, las teorías
que no pueden explicar no tienen poder “predictivo”, valor necesario para una
teoría científica.
Así, propone reemplazar el concepto de verificabilidad de Carnap por el
de testabilidad. Este giro se basa en el giro copernicano de Kant, que plantea
que no es en el objeto donde reside toda de verdad (verificabilidad) por
descubrir, sino que la interrogación primera es sobre el sujeto que conoce, sus
posibilidades, sus limites, sus formas de conocer, su estructura cognitiva. No se
trata sólo de la búsqueda de la verdad en términos ontológicos o incluso
lógicos. Se trata de lo que Popper llama una “verdad interesante”, ya que las
teorías que se constituyen como verdaderas a la vez son fuentes de errores y,
por lo tanto, de posibilidades de nuevas teorías. Lo que se mantiene y
profundiza es el problema.
Construye como ejemplo un juicio. Él se ubica en juez. Para llevar
adelante el caso se necesita “testigos”, a los que se les pide que digan “toda la
verdad”. La sentencia es con base en los hechos y los testimonios una vez
corroborados. Su ejemplo se remite a la Ley positiva.
También establece una analogía con el método utilizado por los
organismos vivientes en su proceso de adaptación, el ensayo y error. Cuando
mayor variedad y número de ensayos, más probabilidades de éxito.
Así, hay una relación entre las teorías más aptas, que se adaptan mejor
que otras y de esta manera pueden sobrevivir, incluso bajo otra forma, y la
sobrevivencia en la selva de la comunidad científica.
Critica el método dialéctico, en su raíz hegeliana y luego marxista:

“…dos principios contradictorios nunca pueden ser ambos verdaderos, o que


un enunciado formado por la conjunción de dos enunciados contradictorios
debe ser considerado falso por razones puramente lógicas. Al observar la
fecundidad de las contradicciones, los dialécticos sostienen la necesidad de
abandonar este principio de la lógica tradicional. Sostienen que la dialéctica
conduce así, a una nueva lógica: una lógica dialéctica. De este modo, la
dialéctica, que he presentado hasta ahora como una doctrina puramente
histórica, como una teoría del desarrollo histórico del pensamiento, se convierte
en una …una teoría general del mundo. Se trata de pretensiones sumamente
serias, pero carecen de todo fundamento.”. 19

Marx y Freud son considerados por Popper como autores que elaboran
teorías metafísicas que, por lo tanto, no son sustentables en la realidad, ya que
son “oraculares”. Ambiguas, acomodan la realidad a la teoría en lugar de
contrastar con la realidad y desde allí construir la teoría.
Popper hace referencia a la tradición empirista inglesa, a la racionalista
francesa y a la idealista alemana, ubicándose en un termino medio. Así como
Hume despertó a Kant de su sueño dogmático, y le hizo reconocer el valor de
la experiencia, trascendiéndola a la vez, Popper siente que vivió el mismo
proceso con el Circulo de Viena: el inductivismo evita la metafísica, pero él lo

19
POPPER, K.R. Ibid. Pág. 380.
9

trasciende gracias al método deductivo. En lugar de la verificación objetiva usa


la contrastación subjetiva.
Así, trasforma el fenomenismo kantiano en indeterminismo: no puede
haber determinación porque la “cosa en sí” en incognocible. Y es un
racionalismo critico porque somete la observación a la crítica, una forma
indirecta de decirle a Carnap que su posición es un racionalismo ingenuo.
Popper analiza desde la modernidad hacia el inicio de la posmodernidad.
Se manifiesta contrario a toda forma de determinismo, señalando el efecto de
la teoría de Darwin, y posteriormente de lo que llama positivismo, pasando por
la tiranía de la historia, su dialéctica y lucha de clases (marxismo), hasta llegar
a la deificación del Lenguaje, propuesta de las nuevas teorías.

“La anterior revolución naturalista contra Dios reemplazó el nombre „Dios‟ por
el nombre „Naturaleza‟. Casi todo lo demás quedó igual. La teología, la ciencia
de Dios, fue reemplazada por la ciencia de la naturaleza; las leyes de Dios por
las leyes de la naturaleza; la voluntad y el poder de Dios por la voluntad y el
poder de la naturaleza (las fuerzas naturales) y luego los planes de Dios y el
juicio de Dios por la selección natural. El determinismo teológico fue
reemplazado por un determinismo naturalista; es decir, la omnipotencia y
omnisciencia de Dios fueron reemplazadas por la omnipotencia de la
naturaleza y la omnisciencia de la ciencia.
Hegel y Marx, a su vez, reemplazaron la diosa Naturaleza por la diosa Historia.
Así, llegamos a las leyes de la historia; a los poderes, fuerzas, tendencias,
designios y planes de la historia y a la omnipotencia y omnisciencia del
determinismo histórico. Los pecadores contra Dios fueron reemplazados por los
„criminales que se oponen vanamente a la marcha de la Historia‟ y supimos que
nuestro juez no será Dios, sino la Historia…Es esa deificación de la historia lo
que combato. Pero la secuencia Dios – Naturaleza – Historia, y la secuencia de
las correspondientes religiones secularizadas, no termina aquí. El
descubrimiento historicista de que todas las normas sólo son, a fin de cuentas
hechos históricos (…) conduce a la deificación de los Hechos…de este modo, a
las religiones secularizadas de las Naciones y de las Clases, así como del
existencialismo, el positivismo y el conductivismo. Y puesto que la conducta
verbal forma parte de la conducta humana, llegamos también a la deificación
de los Hechos del Lenguaje.". 20

Para finalizar este acercamiento a Karl Popper por medio de fragmentos


de su escritura, transcibiré su decir acerca de la teoría de Adler y la de Freud,
que sitúa en un mismo plano ante su método: no les otorga el status científico y
las clasifica como doxa.

“Las dos teorías psicoanalíticas mencionadas (…) No había conducta humana


concebible que pudiera refutarlas. Esto no significa que Freud y Adler no hayan
visto correctamente ciertos hechos. Personalmente, no dudo de que mucho de
lo que afirmaron tiene considerable importancia y que bien puede formar parte
algún día de una ciencia psicológica testable. Pero significa que esas
„observaciones clínicas‟ que los analistas toman, ingenuamente, como
confirmaciones de su teoría no tienen tal carácter en mayor medida que las

20
POPPER, K.R. Ibid. Págs. 414 y 415.
10

confirmaciones diarias que los astrólogos creen encontrar en su experiencia.


En cuanto a la épica freudiana del yo, el superyó y el ello, su derecho a
pretender un status científico no es substancialmente mayor que el de la
colección de historias homéricas del Olimpo. Estas teorías describen algunos
hechos, pero a la manera de mitos. Contienen sugerencias psicológicas
sumamente interesantes, pero no en una forma testable.”. 21

Popper, un rebelde con causa indeterminada… En su biografía da


cuenta de su relación con el marxismo, su abandono hasta llegar a la total
oposición.
De su biografía transcribo el mandato paterno, que fue y es el espíritu de
su obra:

“No deseo sugerir que la siguiente formulación estuviera en mi mente cuando


tenía quince años (…) en aquella discusión con mi padre que acabo de
mencionar en la sección precede nte: Nunca te permitas la inclinación de tomar
en serio los problemas acerca de las palabras y sus significados. Lo que ha de
tomarse en serio son las cuestiones de hecho y las aserciones sobre hechos,
teorías e hipótesis; los problemas que resuelven y los problemas que
plantean.”. 22

Popper no puede resolver la tensión creada en un saber “científico”,


racionalmente crítico, que al mismo tiempo dejar siempre abierta la pregunta
para que no se transforme en un dogma. La constante hipótesis de trabajo, el
problema que siempre retorna y vuelve abrirse de otra manera, en cierta forma
el enigma, por medio del falsacionismo.
Acerca del tema del enigma se enfrentó a Wittgenstein 23, que
consideraba que el enigma no existía, dividiendo rigurosamente entre lo
positivo de una forma lógica, dándole un fundamento crítico a Comte, y el
misticismo, la metafísica. Popper intenta diluir estas fronteras hablando, por
ejemplo, de realismo metafísico. Coloca allí a la teoría darwiniana, a la que
admiraba hasta llegar a decir que su método podía tomarse como de
adaptación de teorías en la que sobrevive la más apta.
El legado de Wittgenstein:

“Toda una generación de discípulos pudo ver en Wittgenstein un positivista, ya


que éste tenía en común con los positivistas algo de enorme importancia: traza
la línea que divide aquello sobre lo que podemos hablar y aquello sobre lo que
debemos guardar silencio justamente como ellos lo hacen. La diferencia reside
solamente en que éstos no tienen nada sobre lo que guardar silencio. El
positivismo sostiene y esto es su esencia que aquello de lo que podemos
hablar es todo lo que importa en la vida. En tanto que Wittgenstein cree
apasionadamente de que todo lo que realmente importa en la vida humana es

21
POPPER, K.R. Ibid. Págs. 62 y 63.
22
POPPER, K.R. Búsqueda sin término. Una autobiografía intelectual. Ed.
Tecnos. Madrid, 1985. Págs. 25 y 26.
23
Cf. JANIK, A. y TOULMIN, S. La Viena de Wittgenstein. Ed. Taurus. España,
1998.
11

precisamente aquello sobre lo que, desde su punto de vista, debemos guardar


silencio.”. 24

Wittgenstein hace una lectura kantiana hasta el punto de que no hay


encuentro entre el noumeno y el fenómeno. El positivismo reduce el noumeno
al fenómeno, sosteniendo que esta síntesis es la solución, una reducción que
nos deja en la realidad como literalidad. En cambio, Wittgenstein creía en la
metáfora, pero, como una posibilidad fuera de la ciencia, extramuro.
Popper le pondrá el nombre de “demarcación”.
En la discusión que ambos sostenían acerca del “enigma”, ambos tenían
razón, pero en diferentes niveles. Popper tenia razón cuando decía que el
enigma, en cuanto “problema”, era posible y motor de movimiento. Y cuando
Wittgenstein decía que en la ciencia era imposible el enigma, también tenia
razón.
¿Por qué? Porque es posible y además necesario, dándole la razón a
Popper. Pero es imposible, dándole la razón a Wittgenstein, porque el método
que utiliza la ciencia (ya sea el inductivismo del positivismo o el método
hipotético deductivo del racionalismo critico) no puede acceder al enigma,
porque utilizan la “metonimia” y, para acceder al enigma, es necesaria la
metáfora (además de la paradoja, encrucijada…). El colocar el enigma fuera de
la ciencia es un acierto por Wittgenstein.
La solución es aceptar el enigma al estilo popperiano, pero, desde un
método que lo pueda abordar al decir wittgensteiniano.
Esta discusión pone en el centro de la escena el problema que luego
abordará el Psicoanálisis, cuando se pregunte: ¿qué es el enigma?
Y allí se responda: es la Esfinge.
Para abordarlo se necesita recurrir a los mitos. Saber de qué pregunta
se trata…
¿Cuál es el problema?
¿Qué idioma habla?
¿Cómo descifrarlo?
Al convocar a la Esfinge se introduce el problema desde el género y, así,
el método cambia, porque el objeto y el sujeto se interpelan desde otras
preguntas: ¿cómo hace el sujeto en posición masculina para conservar o
cambiar su objeto? ¿y cuál es su método? Y cuando está en posición de objeto
¿cómo hace para conservar o cambiar de sujeto?
¿Cómo hace el sujeto en posición femenina para conservar o cambiar su
objeto? ¿Y cuál es su método? Y cuando está en posición de objeto ¿cómo
hace para conservar o cambiar de sujeto?
Con los significantes Fisis/Psijé/Sofia, en relación con el Logos, el
enigma (problema) en su dimensión epistémica no encuentra respuesta
(aunque el enigma siempre esta abierto). Sólo es posible abordarlo (lo que no
quiere decir que se tenga una respuesta final) cuando se introduce el
significante Eros/Thanatos.
Este decir tiene que ver con lo la denominación: Problemática
Epistemológica de la Psicología.
¿De qué problemática se habla?
¿Con qué epistemología abordar el problema?

24
JANIK, A. y TOULMIN, S. Op. Cit. Pág. 279.
12

¿Cómo se acerca al enigma cada corriente psicológica?


Estos interrogantes remiten nuevamente a la relación entre sujeto, objeto
y método.
¿El obstáculo epistemofílico y la ruptura epistemológica no son
respuestas a estos interrogantes?
Aun mayor sería el campo a tratar si se abordara la complejidad de la
clínica, saliendo de la estructura neurótica.
¿Qué abarca la vida de todo sujeto, más allá de si está en la doxa o la
episteme? Al decir tradicional, de esta manera podemos hacer una diferencia
entre “conocimiento” y sabiduría. Hay quienes pueden llegar a la erudición en el
campo del conocimiento, pero sin sabiduría. Y hay quienes pueden tener gran
sabiduría sin tener grandes conocimientos.
Se trata de poder poseer sabiduría y gran conocimiento.

Antonio Ferrero
Sobre Tratado contra el método de Paul Feyerabend

La postura de la epistemología tradicional ha trazado una linealidad,


comenzando con el empirismo lógico y continuando con el Pope de la posición lógica:
Popper. De esta manera también se lo inscribe a Lakatos, desde sus diferencias. En la
rama de este árbol, en el otro extremo, se lo ubica a Paul Feyerabend, siguiendo el
tradicional esquema de pensamiento binario.
Ahora bien, puede pensarse de una forma diferente.
Popper, con su idea de falsacionismo (falsa-acción/falsa-ciencia /falsa-
conciencia), está diciendo, de alguna manera, que toda teoría puede ser falsa,
humanamente errónea en algún punto. Y Lakatos intenta armar todo un andamiaje para
evitar sostener la fragilidad de la hipótesis única (programas de investigación,
incluyendo elementos sociológicos y lógicos).
Paradojalmente, al decir esto de la falsación, Popper en-seña (hace señas,
indicando un camino posible) desde la enunciación, lo opuesto a lo que intenta
racionalmente: toda teoría es una mentira. Dentro de la misma línea de la enunciación,
Kuhn en-seña que la comunidad científica se maneja desde un imaginario (creencia,
valores…)
¿Es posible crear sin creer?
Ideológicamente sería una falsa representación. En esto Habermas tiene razón al
expresar que toda teoría científica es una ideología. Pero Freud, antes, va aún más lejos,
planteando la relación entre ideología y sexualidad.
¿Qué relación hay entre ideología y sexualidad? ¿Qué es primero según Freud?
Hay que ejercer la hermenéutica y la heurística (aparte de explicar, traducir e
interpretar desde la posibilidad de inventar algo nuevo). Las señas están en el texto de
Freud: Tótem y Tabú.
¿Las teorías como un Tótem? ¿Sus autores los animales sagrados a los cuales un
grupo pertenece? ¿Asesinato del padre y comunión/común-unión?
Esto que aparece en el orden mítico es totalmente articulable en el orden teórico.
Y es fenoménicamente visible cómo los discípulos (hijos) se pelean por la herencia del
padre (Freud, Piaget, Lacan…) y cómo del lado femenino aparecen viudas (discípulas),
con la ventaja de copular con el muerto (Mito de Isis y Osiris) matando a los varones de
su tiempo presente (los tornan impotentes para abordarlas: imposible es competir con el
Falo emblemático). Pero estas mujeres pagan el precio de la esterilidad.
¿Cuál es la promesa en juego?
En la relación sexual-cuerpo teórico (de cualquier tipo), es primero la sexualidad
y luego las representaciones, que se realizan para ubicarse en relación con un tipo de
práctica. En especial, toda ideología que se muestre completa tiene el rasgo de no
admitir la diferencia y de no permitir las relaciones con otra ideología. Es decir, con
otro Tótem. Así, la promesa consiste en levantar la prohibición del incesto.
Promesa de que la relación sexual sea consumada dentro del mismo grupo, en
este caso cuerpo teórico. Por ello, lo realmente subversivo, en el sentido de lo que se
subvierte, es Eros, el Amor deseante (pasivo, del lado femenino) y el Deseo amoroso
(activo, del lado masculino). El Amor sopla donde quiere.
Lo más temido tiene que ver con aquello que intenta romper con la unidad de
este cuerpo (conceptual) formado entre hermanos (compañeros, camaradas,
correligionarios; Tomistas, Kantianos; Piagetianos, Lacanianos; Arios, Orientales…).
Desde la diferencia, todos responden a la serie. La fuerza de esta unidad teórica (ya sea

1
científica, filosófica, psicológica, política…) tiene que ver con la promesa de ejercer la
relación sexual dentro del grupo, por lo que no hay intercambio.
Así, cada cuerpo teórico coagulado lleva en sí la semilla de lo antisocial, en
tanto el intercambio es la base de lo social. Por ello las agrupaciones son salvajes,
feroces en sí, en sus expresiones de ataques y defensas contra otras agrupaciones.
Y es precisamente en la adolescencia en donde lo ideológico se hace “carne”,
porque la adolescencia consiste en un retorno del complejo de Edipo (ahora desde la
anatomía sí se puede responder lo que el deseo demandaba), podríamos decir en que en
su segundo tiempo. (En nuestra cultura la adolescencia se posterga, hasta ubicarse como
“ideal”: juventud, belleza…).
Este es un nivel de análisis. Hay otros, que a la vez son pertinentes e inclusivos.
Freud atiende a esto, por lo que no hace ni filosofía, ni ideología, ni política.
Propone una teoría en el campo de la sexualidad, que luego tendrá diferentes
expresiones en el orden filosófico e ideológico político (teoría del Estado, como
metáfora), incluso totalmente encontradas.
Freud propone la exogamia, no la endogamia conceptual.
Aquí también propongo la exogamia conceptual (en términos más
convencionales: interdisciplina). De esta manera se constituye este trayecto y en ese
sentido son los esfuerzos.
Es la forma más fecunda de encuentro de los cuerpos teóricos.
Hay una significativa diferencia entre decir exogamía conceptual y decir
interdisciplina. Interdisciplina remite al intento de disciplinar. Si algo no se puede, en
relación con la sexualidad, es el disciplinarla. Por ello Freud señala que hay tres
profesiones imposibles: Gobernar, Educar, Psicoanalizar.
Paul Feyerabend propone algo en este sentido y, a la vez, es el más fiel discípulo
de Popper. Por ello su enfrentamiento con Lakatos.
La verdad es difícil de hallar y, a veces, está en el reverso, extrañamente oculta.
Por ejemplo, los comentadores de la epistemología tradicional dicen exactamente lo
inverso a lo aquí expuesto.
Desde la enunciación se marcaba esta idea de que en Popper toda teoría es una
mentira. Así, la mentira es una forma de expresar la verdad, por lo que ya se ha
abandonado el pensamiento binario. Feyerabend, desde su autonominación de una
epistemología anarquista, no hace otra cosa que llevar hasta el punto extremo el
postulado primero del maestro: toda teoría y la ciencia en si, es una gran falsedad.
Antes ya lo había anunciado Nietzsche al expresar que la historia de la ciencia era la
historia de la ilusión del hombre.
Lo interesante es descubrir qué deseo se pone en juego en esta ilusión, en esta
forma mentirosa, falsa, de expresar la verdad.
¿Qué es aquello que se deja por fuera y que insiste en ingresar? ¿Qué se puede
encontrar en el orden del desecho?
Más de un epistemólogo, al hacer la historia interna de la ciencia, se pone a
buscar en este “basurero de la ciencia”. Desde el des-echo se pueden reconstruir los
hechos. Pérdida de objetos que remite a una teoría del sujeto.
Realizaré un pasaje por la literalidad desde la extracción conceptual (que, por
supuesto, siempre es arbitraria).

“Este presente ensayo constituye la primera parte de un libro sobre raciona lismo que
tenía que ser escrito por Imre Lakatos y por mí. Yo iba a atacar la posición racionalista;
Imre tenía que rebatirme y defenderla (…) este origen explica el estilo del ensayo;
constituye una carta extensa y muy personal a Imre (…) en su estado actual el libro es

2
tristemente incompleto, falta la parte más importante: la réplica de la persona a la que va
dirigido…”. 1

Debido al fallecimiento de Imre Lakatos, se puede entender esta carta como una
demanda de amor de un discípulo a su maestro y como cierta culpa (asesinato: al matar
la razón, emblema del maestro).

“Ahora yo diría que hay dos problemas sobre la ciencia, a saber (1) cuál es su
estructura, cómo se construye y evoluciona, y (2) cuál es su peso específico con el de
otras tradiciones y cómo hemos de juzgar sus aplicaciones sociales (incluida, por
supuesto, la ciencia política) Mi respuesta al primer problema es que la ciencia no
presenta una estructura, queriendo decir con ello que no existen unos elementos que se
presenten en cada desarrollo científico, contribuyan a su éxito y no desempeñen una
función similar en otros sistemas. Al tratar de resolver un problema, los científicos
utilizan indistintamente un procedimiento u otro: adoptan sus métodos y modelos al
problema en cuestión, en vez de considerarlos como condiciones rígidamente
establecidas para cada solución. No hay una „racionalidad científica‟ que pueda
considerarse como guía para cada investigación; pero hay normas obtenidas de
experiencias anteriores, sugerencias heurísticas, concepciones del mundo, disparates
metafísicos, restos y fragmentos de teorías abandonadas, y de todos ellos hará uso el
científico en su investigación… En consecuencia, la ciencia se encuentra mucho más
cerca de las artes( y/ o de las humanidades) de lo que se afirma en nuestras teorías del
conocimiento … Mi respuesta al segundo problema es una consecuencia de la respuesta
al primero. Si la razón científica no puede separarse de la práctica de la ciencia, si es
„inmanente a la investigación‟, tampoco puede ser formulada ni entendida fuera de
situaciones específicas de la investigación. Para comprender la razón científica uno
tiene que convertirse en parte de la propia ciencia…pero no existe la menor garantía de
que la ciencia vaya a rectificar sus propias equivocaciones…”. 2

El postulado introductorio del autor es:

“La ciencia es una empresa esencialmente anarquista; el anarquismo teórico es más


humanista y más adecuado para estimular el progreso que sus alternativas basadas en la
ley y el orden… Las condiciones externas, escribe Einstein, que se manifiestan por
medio de los hechos experimentales, no le permiten al científico ser demasiado estricto
en la construcción de su mundo conceptual mediante la adhesión a un sistema
epistemológico. Por eso debe aparecer ante el epistemólogo sistemático como un
oportunista sin escrúpulos…”. 3

El autor continúa marcando la estrechez en la formación del científico, el que


debe excluir toda su vida cotidiana (religión, filosofía, arte) para ajustarse a un sistema
lógico, frágil e insuficiente. Y, en especial, debe excluir su sentido del humor. Este
rasgo es significativo, porque hace a ese supuesto aire de seriedad que no es otra cosa
que “aburrimiento” que, en algunos casos, llega a la alienación o la más pura
melancolía. La tristeza es una afección del alma y la ciencia, como está planteada y en

1
FEYERA BEND, P. Tratado contra el método, Esquema de una teoría anarquista del conocimiento, Ed.
Tecnos, Madrid, 1997, Página X
2
Ibid 1. Página XIII
3
Ibid 1. Página 3

3
el marco en que se mueve, es principalmente triste y aburrida. En consecuencia, según
el autor, al científico debería prohibírsele la enseñanza.
Mas, ¿por qué no es posible el chiste?
Porque no se acepta ninguna manifestación del inconsciente. Está excluida la
enunciación (metáfora), sólo hay enunciado (metonimia). No opera la sustitución como
posibilidad de verdad. Esto lleva a la ciencia, de alguna manera, al orden de la tragedia,
porque más allá de la voluntad del sujeto “ello” opera de todas maneras.
Feyerabend señala que el autor de esta mutilación, que se llama introducción al
método científico (lógica), es el sistema escolar. En verdad, lo que se juega es la
desmentida en relación con la castración (del lado del varón, ya que la historia de la
ciencia es una historia de varones). Para los griegos (en la figura de Aristóteles) es
imposible que el ser (varón) sea en la nada (mujer). Nada puede ser en el vacío (la
mujer). Es decir, hay un horror a la castración.
¿Y cómo amar y desear algo que esta castrado?
Allí la paradoja: el ser es en el vacío.
Heidegger planteó mal la pregunta, al formular en su introducción a la meta-
física (Fisis, Psije, Sofia; Fisis, es Psije, que luego será Sofia) ¿Por qué es el ente y no
más bien la nada?
Lacan retomará esto bajo el postulado: La falta en ser. Ésta se da de forma
diferente del lado de la mujer (privación) que del lado del varón (castración). Es el ser
en falta, la caída y pérdida de este objeto y su insistente intento de reencuentro bajo mil
formas diferentes en el orden de lo fantasmático, debido a que no cesa de presentificarse
pues ha dejado su huella, su inscripción primera (siempre en referencia al campo de la
neurosis).
En esta historia de la mentira también se debe incluir a Tomas Kuhn. En verdad
el supuesto cambio de Paradigma es para que nada cambie. Es decir, no hay cambio de
Paradigma ya que el modelo es siempre el mismo. Sólo son variantes del método lógico
(inductivismo, hipotético deductivismo, axiomática…) en su disputa por la hegemonía.
Lo que denuncia Feyerabend es que en la formación escolar, organizada como
sistema de cohesión, se transmiten fragmentos de ciencia (matemática, biología,
química, historia…) desconectados entre sí, imposibles de articular, y desde una
relación no humanizada. Es un fracaso de la transferencia, debido a que no está
mediatizada por el amor, ni es el “objeto” de la ciencia un objeto de amor tanto para el
docente como para el alumno. En verdad, el sistema educativo en sus grados superiores
es un verdadero anarquismo sin reconocerse como tal.
Antiguamente todo estaba articulado y la ciencia era parte de una explicación
más amplia, que dependía de la cultura. Podía ser mítica, teológica, social… Es decir, la
ciencia estaba humanizada, no era este “aparato” de cuantificación…
¿Cómo la verdad, hoy, puede ser aburrida? Este sistema escolar unisex tiene sus
consecuencias.
Hay una intimidad entre la verdad y la pasión por la vertiente del
odioenamoramiento. Es decir, produce efectos. Si el a-prendiz ha realizado un pasaje
(escolar) sin sentir estos efectos es porque lo realmente motivador pasa por fuera,
generalmente por fuera de lo escolar.
Así, el autor dice que el único principio que se torna máxima en la ciencia,
porque no inhibe el progreso, es todo sirve. Esto reemplazaría los procesos de falsación
y sobre todo los programas de investigación.

“Y mi tesis es que el anarquismo estimula el progreso cualquiera que sea el sentido en


que se tome este término. Incluso un ciencia basada en la ley y el orden, sólo tendrá

4
éxito si permite que se den pasos anarquistas ocasionales…la idea de un método fijo, o
la idea de una teoría fija de la racionalidad, descansa sobre una concepción
excesivamente ingenua del hombre y su contorno social…el rico material que
proporciona la historia, intentan empobrecerlo para dar satisfacción a sus más bajos
instintos y a su deseo de seguridad intelectual con el pretexto de claridad, precisión,
„objetividad‟, „verdad‟…”. 4

El sentido común supera el intento de recortar la realidad para apropiársela y


declararla única en su validez. Es ciertamente soberbio el postular que La verdad es
propiedad privada. Se hace solamente válido este tipo de saber, hay solo “una” mirada
posible desde la estrechez lógica (racional). Por ello el autor admite como posible lo
contradictorio, postulándolo como nuevo principio lógico. Dice que se puede hacer
avanzar la ciencia procediendo contrainductivamente. Intenta evitar un discurso
homogéneo, hay mayor variedad en la diversidad, permitiendo un ejercicio activo,
productivo y critico del conocimiento, introduciendo la mayor cantidad de hipótesis en
las teorías, especialmente las llamadas “inconsistentes”.

“La pluralidad de opinión es necesaria para el conocimiento objetivo, y un método que


fomente la pluralidad es, además, el único método compatible con una perspectiva
humanista (…) no existe ninguna idea, por antigua y absurda que sea, que no pueda
mejorar el conocimiento (…) También debemos considerar las concepciones del mundo
ofrecidas por la Biblia, por el poema épico de Gilgamesh, por la Ilíada y los Edda, como
alternativas cosmológicas, plenamente maduras que pueden usarse para modificar, e
incluso sustituir, las cosmologías „científicas‟…”. 5

“Las teorías se abandonan y sustituyen por otras explicaciones más de moda, mucho
antes de tener la oportunidad para mostrar sus virtudes. Por otra parte, las doctrinas
antiguas y los mitos parecen extraños y absurdos sólo porque no se conoce su conte nido
científico o porque está distorsionado por filósofos o antropólogos no familiarizados
con el conocimiento astronómico, médico o físico…”. 6

Se podría decir que el autor reconoce que toda palabra guarda un saber,
especialmente aquellas que la ciencia considera palabras vacías.
El que se instaure un saber homogéneo implica instancias socio-culturales,
económicas y políticas. El autor da el ejemplo de la medicina tradicional china, cuyo
saber fue rechazado en la época de la china comunista para retornar luego de la muerte
de su líder, aunque secretamente todos la practicaban.
Intentar reducir la riqueza de la realidad a una teoría es la locura de la ciencia,
pues lo hechos no coinciden con los conceptos y más aun cuando los conceptos son los
que intentan ordenar a los hechos. Dicho de otra manera, lo Real no es posible que sea
abarcado en su totalidad por lo simbólico, es imposible un sistema simbólico puro
debido a que se nutre y sostiene en el registro imaginario.
El autor señala que el cambio de estructura de conocimiento, luego de los
mecanismos de refutación, va más allá de la idea de contexto de descubrimiento y
justificación. Es necesario, para que se instale una nueva forma de conocimiento, una
nueva antropología, un nuevo hombre. En el mismo sentido expresa que la moda actual
del racionalismo critico no es otra cosa que un neo-positivismo.

4
Ibid 1. Páginas 11 y 12
5
Ibid 1. Páginas 29, 30 y 31
6
Ibid 1. Página 33

5
En verdad, hay un retorno a la sofística por la vertiente wittgensteiniana. La
verdad es solo un juego de lenguaje (pragmática del lenguaje, la verdad consiste en una
relación positiva entre lenguaje y realidad).
Intuitivamente dice: “la verdad no es lo más deseable”. En esto hay un punto de
encuentro con el Psicoanálisis, por “ello” todo el rodeo que se realiza a través del saber
(secreta intención de oponerse a la verdad). En esta historia de la ciencia sigue vigente
la promesa aristotélica de encontrar la felicidad en el amor intelectual (lógico).
El autor ofrece el siguiente resumen:
“Resumiendo: dondequiera que miremos y sean cuales fueren los eje mplos que
consideremos, vemos que los principios del racionalismo crítico (tomar en serio las
falsaciones; aumentar el contenido; evitar las hipótesis ad hoc…) y, a fortiori, los
principios del empirismo lógico (ser rigurosos, basar las teorías sobre medic iones; evitar
las ideas vagas e inestables…), ofrecen una explicación inadecuada del desarrollo
pasado de la ciencia y tienden a obstaculizar la ciencia en el futuro. Ofrecen una
explicación inadecuada de la ciencia porque la ciencia es mucho más „cenegosa ‟ e
„irracional‟ que su imagen metodológica. Y tienden a obstaculizarla porque el intento de
hacer más „racional‟ y más rigurosa la ciencia desemboca, como hemos visto, en su
destrucción.
En consecuencia, la diferencia entre ciencia y metodología, que cons tituye un hecho
histórico obvio, indica una debilidad de esta última y tal vez también de las „leyes de la
razón‟. Pues, lo que parece ser „ciénaga‟, „caos‟ y „oportunismo‟ al compararse con tales
leyes, tiene una función muy importante en el desarrollo de las teorías que hoy
consideramos como partes esenciales de nuestro conocimiento de la naturaleza.
Semejantes ‘desviaciones’ y ‘errores’ son prerrequisitos del progreso. Permiten al
conocimiento sobrevivir en este complejo y difícil mundo que habitamos y permiten que
nosotros continuemos siendo agentes libres y felices. Sin „caos‟, no hay conocimiento.
Sin un olvido frecuente de la razón, no hay progreso. Las ideas que hoy día constituyen
la base misma de la ciencia existen sólo porque hubo cosas tales como el prejuicio, el
engaño y la „pasión‟; porque estas cosas se opusieron a la razón; y porque se les
permitió seguir camino. Hemos de concluir, pues, que incluso en ciencia la razón no
puede ser, y no debería permitirse que fuera, comprehensiva y que debe ser marginada o
eliminada, con frecuencia en favor de otras instancias. No existe una sola regla que
continué siendo válida en todas las circunstancias y no existe una sola instancia a la que
se pueda apelar siempre…la razón no puede ser universal y no puede excluirse la
sinrazón. Esta característica peculiar del desarrollo de la ciencia apoya fuertemente a
una epistemología de tipo anarquista…”. 7

El autor considera a la ciencia como una “aventura intelectual” que no debe


conocer límites ni regla alguna y que, especialmente, debe ir contra la lógica formal
porque hay un “abismo” entre la realidad y lo que de ella se construye en nombre de la
ciencia. Ella tiene un rostro interno de contradicción, ambigüedad, inestabilidad y suma
fragilidad, y la mayor locura es intentar que la humanidad toda se sostenga allí.
Dice que la mariposa sale cuando la oruga ha alcanzado su estado más bajo de
degradación.
Es la angustia la que mueve este intento de razón total y, a la vez, este intento
sumerge al sujeto en la más completa angustia 8 , ya que hechos de la vida, como la
muerte, no tienen explicación dentro de este sistema racional. Es que la que la muerte
remite a eso… a lo que no se puede decir.
7
Ibid 1. Páginas 166 y 167
8
Véanse las biografías de los científicos.

6
Freud sostiene en su texto “Tótem y Tabú” que el sistema más completo es el
sistema animista (mito), luego el religioso y, después, que la actual propuesta lógica
(científica) es sumamente pobre, ya que no otorga un sistema de representaciones, ni
rituales, para que el sujeto supere los problemas esenciales de su existencia: vida,
sexualidad, muerte.
Desde el lugar de las “rupturas”, Freud se ubica como aquel que inaugura en
nombre propio un nuevo movimiento, reconociendo como antecesores a Galileo (paso
del geocentrismo al heliocentrismo) y Darwin (paso del creacionismo al
evolucionismo). Por último, su descubrimiento del inconsciente hace ruptura en pleno
siglo de la exaltación de la conciencia (razón).
Así, dice que éstas son las tres grandes heridas narcisistas que ha sufrido el
hombre. Bien, la ciencia se niega a tal herida producida por el campo freudiano.
Siguiendo esta línea, Lacan dice, acerca de la disputa sobre la cientificidad del
psicoanálisis, que el psicoanálisis es una inciencia, porque es la ciencia del inconsciente.
Feyerabend, en esta aparente disputa con Lakatos, acuerda con criticar al
inductismo (toda teoría que carezca de apoyo empírico debe ser eliminada), al
falsacionismo (exige que las teorías que carezcan de contenido empírico adicional sobre
sus predecesores para que sean eliminadas), diciendo que Lakatos, en sus programas de
investigación, llega al mismo punto que él: que, para la razón, todo vale. Pero, la
diferencia radical está en relación con la “retórica” y al concepto de libertad de
investigación puesto que, para su propuesta anarquista, la “violenc ia” es el motor, ya sea
racional, política o espiritual.

“La violencia es necesaria para superar los impedimentos levantados por una sociedad
bien organizada, o por los modos propios de comportamiento (percepción,
pensamiento…) y es beneficiosa para el individuo, porque libera sus energías y hace
que realice las potencias de que dispone. Asociaciones libre, donde cada cual hace lo
que mejor encaja con sus talentos…la enseñanza ha de basarse en la curiosidad y no en
la autoridad, el maestro es requerido para desarrollar esta curiosidad y no para que siga
un método fijo. La espontaneidad reina de modo supremo…”. 9

Su diferencia estaría en que el anarquismo epistemológico no tiene ningún


“programa”. Es más, está en contra de todo programa posible, ya que debe hacer uso
principalmente de la emoción y, si es necesario, del ridículo. Así, dice que su posición
es también una posición Dadaísta. El absurdo es posible, por lo que no hay método fijo,
nada es in-dis-pensable (negación-disciplina en el pensamiento). Todo es pensable.
La moralidad también es un obstáculo que debe ser superado, como los
universales “verdad”, “razón”, “justicia”.
En la propuesta de Feyerabend primero es Thanatos en plena hermandad con
Eros (gemelos que tienen al sueño como hermano menor). El motor de la creación es la
destrucción, por “ello” el nudo del planteo pasa por la necesidad de la violencia. Esto
remite a la pregunta sobre el lugar de la pulsión de muerte. Desde el estilo lacaniano, se
puede decir que Feyerabend, hace ingresar el registro de lo Real, aquello que estuvo
por fuera de la ciencia (privilegio de lo simbólico desde el sesgo de la metonimia).

Imre Lakatos, en referencia a Feyerabend, realizó este comentario:

9
Ibid 1. Página 175.

7
“¿Dónde está el anarquista epistemológico que, en su afán de contrariedad, salta y se
sale por las ventanas de un edificio de cincuenta pisos en lugar de emplear el
ascensor?”. 10

En esta referencia metafórica se pueden articular los registros de lo real,


simbólico e imaginario.
Lakatos ve dos posibilidades:
1) El ascensor (que representaría el método deductivo- general)
2) Las escaleras (que representaría el método inductivo- singular, uno por uno)
Ambos se pueden ubicar en la posibilidad de construcción (simbólico). Por otro
lado están las ventanas (imaginario), que dan una visión pero que son riesgosas porque
solo son un marco (bisagra entre lo real y lo simbólico). Detrás de ellas está el vacío.
Ahora bien, ¿qué elige Feyerabend?
Según Lakatos, saltar hacia fuera, encontrarse con ese vacío de un solo salto.
Este pasaje al acto es una locura, porque en su hallazgo encuentra su fin. Así, para
Lakatos, el anarquismo epistemológico es un suicidio.
Como lo demanda la lógica del autor, este trabajo queda inconcluso…

Antonio Ferrero.

10
Ibid 1. Página 212.

8
Epistemología Freudiana
Autor: Antonio Ferrero.

El Psicoanálisis al decir de Lacan es una inciencia, es la ciencia del inconsciente.


De esta manera hay un salto por fuera de la oposición tradicional, la que se plantea si es o
no es una ciencia, estructura binaria en donde el positivismo coloca su decir primero y legitima
desde su esquema aquello que aspira a ser conocimiento.
La definición de Lacan supera la visión binaria, porque a la vez que incorpora toda la
estructura y el sistema del rigor científico, introduce el valor del saber del inconsciente y la
posibilidad de acercarse a él a través de un método de validez universal con aplicación particular,
caso por caso.
Freud sostenía que el Psicoanálisis se encontraba entre la ciencia (positiva) y el arte,
participaba de ambas, pero, no era, ni una, ni otra, siendo una y otra. El psicoanálisis esa extraña
cosa, repudiada por los científicos y que fascinaba a los artistas, ambos en sus extremos no
podían tomarlo en su justa causa. El Psicoanálisis es algo nuevo y totalmente inquietante,
especialmente para el mundo académico que nunca termina de comprenderlo, solo acepta
postulaciones diluidas de él, versiones dosificadas a medida del racionalismo.
La condición de aceptación es negar su principio, y que lo social no tenga nada que ver
con lo sexual.
La Ciencia como hija de la Filosofía es racionalista hasta en su manera empirista de
abordar la realidad, fluctúa entre esa idea contemplativa y el dato observable y factible de ser
cuantificable, pero, el Psicoanálisis ¿De que dato parte? ¿Cuál es su objeto de estudio? ¿En que
método se basa? ¿De que sujeto habla?
Para la ciencia, el hecho de colocar mitos en la base de la teoría, lo acerca a una teología,
que luego busca ser científica en su método, pero cuyos supuestos son una „revelación‟ y no un
descubrimiento empírico o una invención racional del hombre. No comprueba y demuestra los
datos, sino que los trasciende y a la vez los anticipa, es decir, está más allá del fenómeno, aunque
se nutre y se modifica de acuerdo al fenómeno, en Psicoanálisis: la clínica.
Este es el punto irritante: la Metapsicología, neologismo en donde participa la metafísica y
la psicología experimental.
Cae la sospecha de que Psicoanálisis toma el contenido de la teología hebrea y a la vez el
método de la ciencia, para realizar una extraña amalgama. Ese dato revelado es el saber antiguo
de la tradición hebrea ahora disfrazado de ciencia con rostro de helenismo. El Psicoanálisis es
visto como una caballo de Troya, un presente griego (hebreo) que, desde su interior, es una
amenaza para la sociedad.
Freud expresaba que el psicoanalista viene a tomar el lugar del chivo emisario en la
tradición hebrea, aquel que la sociedad le coloca todos sus pecados, culpas, y luego lo envía al
desierto a purgar. Este tratamiento se extiende al psicoanálisis, lugar en donde la ciencia coloca
todo lo negado, reprimido, renegado, forcluido, para luego expulsarlo señalándole el desierto. En
este sentido Freud decía que el Psicoanálisis era una Paranoia lograda.
Vamos a seguir el pensamiento del autor Paul Laurent Assoun, como referencia,
permitiéndonos un diálogo con él a partir de nuestras propias ideas. Assoun intenta usar la medida
de la academia para reglar al psicoanálisis, por cierto que es una tarea imposible, pero, si de eso
de trata, intentemos. Primero lo ubica en un campo discursivo.

“Freud reivindica el psicoanálisis como saber; ahora bien, todo saber tiene sus reglas de
funcionamiento propias y sus referencias específicas, que intervienen en la constitución y la
producción de ese saber... La ambición de cientificidad del psicoanálisis freudiano se demuestra al
tiempo que se produce y produciendo al mismo tiempo las condiciones reflexivas inmanentes a su
propia producción.”1

La raíz moderna del Psicoanálisis tiene que ver con la búsqueda de un método universal
para un saber integral o un múltiple interés de saber. Freud siempre rechazó que se ubicara al
psicoanálisis en el lugar de una cosmovisión o de una filosofía de la vida, porque eso iba contra el
espíritu de su ciencia, el no intentaba tener todas las respuestas de la existencia, sino poder
favorecer al hombre su encuentro con algunas preguntas. Desde Descartes los modernos
intentaban hacer una sola y gran ciencia, pero fracasaron. ¿Por qué? Primero, no dieron con el
objeto, pensaron que era el pensamiento, es decir, ellos mismos, en su reducción de razón.
Segundo, no dieron con el método y cayeron en el reduccionismo físico -matemático, lo que era
totalmente impropio para una „ciencia del espíritu‟ como la filosofía. Tercero, se desprende de lo
anterior, no dieron con el sujeto, se centraron en su yo, su ego los perdió.
Este fracaso logrado dejó la semilla del método. Sus pasos son los que siguen los
caminantes de la ciencia. Recordemos las bases del método científico:

“... la lógica, creí que tendría bastante con los cuatro siguientes, a condición de que tomase una
resolución firme y constante de no dejar de observarlos ni una sola vez: El primero era no admitir
jamás como verdadera ninguna cosa que no conociera evidentemente ser tal, es decir: evitar
cuidadosamente la precipitación o la prevención y no comprender en mis juicios sino lo que se
presentara tan clara y distintamente a mi espíritu que yo no tuviera ninguna ocasión de ponerlo en
duda [...]
El segundo, dividir cada una de las dificultades que encontrase en tantas partes como pudiera y
fuera necesario para resolverlas mejor [...]
El tercero, dirigir ordenadamente mis pensamientos comenzando por los objetos más sencillos y
más fáciles de conocer para subir poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de lo
más complejo y suponiendo asimismo un orden entre los que se procedieran naturalmente unos de
otros [...]
Y el último, en hacer en toda enumeración tan completa y tan generales revisiones, que estuviese
seguro de no omitir nada”. 2

Este camino (método) lineal de los modernos, se torna una encrucijada y por momentos
un laberinto. Muchos se perdieron en sí mismos, sin poder salir pensando que estaban fuera, una
ironía que la posmodernidad señala con todas sus letras de desesperación en su desesperanza.

1
ASSOUN, P.L., Introducción a la epistemología Freudiana, Editorial Siglo XXI, México 1982, p 10.
2
DESCARTES, R. El discurso del método, Editorial EDAF, Madrid, 1970, pp 34 y 35.
No hay más esperanza, ya que la verdad, como decía Platón en su Teeteto, primero es un sistema
de fe, de creencia, por último viene la demostración y prueba de verdad.
Si algo tenía el psicoanálisis en sus inicios, era fe, a tal punto que sus discípulos
expresaban que vivían el psicoanálisis como una nueva religión, la que contenía una verdad que
debían custodiar y resguardar de cualquier profanación. En ese sentido se organizó el grupo de
los Miércoles, „los Señores del anillo‟, que luego paso a ser „las Señoras del anillo‟, ya que en su
ultima época Freud quedo rodeado por una guardia pretoriana, pero, de mujeres.
Freud expresó que los dos grandes enemigos del Psicoanálisis son la religión y la ciencia,
en especial la ciencia médica. Es un espacio de saber y de poder nuevo que no responde ni a una,
ni a otra, por lo tanto, el psicoanálisis pasa a ser lo más peligroso para ambas. El psicoanálisis
corre el riesgo de ser subordinado por alguna de ellas, para que sirva a sus propósitos, siendo su
vasallo. Ese peligro Freud lo observó en el ferviente entusiasmo norteamericano por su teoría y en
algunos discípulos religiosos. Este es un intento de reducción a un conocimiento aplicado, a una
pedagogía. Paradójicamente Freud no vió que su propia hija, Anna, transformó su teoría en
„mecanismos de defensas‟ y la condujo a una pedagogía educativa de lo sexual, exactamente lo
contrario de lo que el padre quería transmitir y dejar por herencia a la humanidad.
Assoun lo señala en estos términos:
“Obsérvese bien que hablamos de epistemología freudiana y no de epistemología psicoanalítica...
El saber psicoanalítico se adhiere, en efecto, a Freud como a su nombre propio”. 3
Es donde mas claramente se observa que toda obra es una biografía , especialmente en
Freud, que logra que su biografía se transforme en una obra.
Assoun aborda de la siguiente manera el texto freudiano:
“...exploraremos sistemáticamente sus tres direcciones cardinales o puntos de vista constitutivos
en la segunda parte, o sea el punto de vista tópico, dinámico y económico, asignando a cada
estrato y substrato el modelo lógico-histórico que lo subtiende. En ese momento habremos
alcanzado los límites del campo freudiano del saber, lugar de demarcación de su interior histórico
(que también es su exterior histórico).

3
ASSOUN, Op. Cit, p. 11.
En efecto, sugeriremos el despuntar de lo inédito del objeto de la trama misma de la conformidad
de los lenguajes. En ese lugar preciso termina legítimamente lo que se titula introducción a la
epistemología freudiana”4
El Psicoanálisis, una teoría de los lugares (tópica), una teoría de las fuerzas (dinámica),
una teoría de las energías (economía). Que se entrelazan para ser el nudo de una teoría que
integra los opuestos y le agrega uno más.
Formando un único y gran campo de saber, abierto y enlazados a otros.
Hay un señalamiento en relación a que la identidad epistémica del Psicoanálisis se
encuentra en su lenguaje y en la etimología, la que juega un papel esencial, ya que se fue
amasando un cuerpo teórico propio desde una significación y resignificación específica, lo que se
denomina lenguaje „técnico‟ del Psicoanálisis, tiene su propio lenguaje para poder abordar la
evidencia de la clínica.
Esa es la primera gran diferencia con el „lenguaje de la ciencia‟, principalmente porque la
ciencia está en el campo de la metonimia cuando no de la unicidad, y el psicoanálisis entrecruza lo
literal, analógico y metafórico, abordando lo que la ciencia no puede abordar: la paradoja, la
aporía, la encrucijada. Desde una tercera posibilidad (lógica trina) supera la estructura binaria en
donde se enmarca la filosofía y la ciencia, a la vez abre al campo de la polisemia de sentidos.
El lenguaje analítico funciona en el sentido de „vigilancia epistémica‟, permite ingresar el
discurso a la rigurosidad abriéndolo a la legitimidad de cada término, incluyendo nuevos usos y
empleos, ya que hay un juego sincrónico - diacrónico, entre el lenguaje analítico y las lenguas
analíticas.
Para el positivismo lo más impreciso de su referencia conceptual es el concepto de
energía, para expresarlo en su verdadera dimensión: “la libido”. ¿Qué es esa extraña cosa llamada
libido? A esto se agrega lo que la critica positiva llama “problema de sentido”. Porque el
psicoanálisis no es lineal. A la vez, la denominada escuela hermenéutica, considera al Psicoanálisis
en lo que actualmente se llama „los maestros de la sospecha‟.
Una y otra visión son reduccionistas, porque el Psicoanálisis participa de las dos y a la vez
las supera agregando la heurística y la exégesis.

4
ASSOUN, Op. Cit. p. 15.
Es una teoría que abre a la posibilidad de explicar, interpretar, traducir, realizar exégesis,
combinando la invención y la creación. Toma datos mítico-religiosos y le da la categoría de
observables en la empiria.
Que el psicoanálisis haga participar del criterio de verdad a lo que una cultura cree, sin
poder pasar por la comprobación y la demostración empírica, es inadmisible para la ciencia
positiva.
Otros de los señalamientos del positivismo al campo psicoanalítico en el sentido del error,
es que no separa el método del objeto, ni aún del sujeto que investiga. No obstante el
psicoanálisis considera valiosa esa unidad produciendo la diferenciación dentro de la unidad y no
por fuera como la ciencia positiva.
Se disuelve esa diferenciación kantiana que arrastra la ciencia. El fenómeno, por un lado,
en lo visible y lo posible, y, por otra parte, la „cosa en sí´‟, como lo imposible de abordar, para el
Psicoanálisis la cosa en sí está en el fenómeno y a la vez el fenómeno es la cosa en sí. Para decirlo
en forma técnica, las manifestaciones del inconsciente: Sueño, Lapsus, Acto Fallido, Chiste,
Síntoma.
Lacan introduce la imagen de la banda de Moebius, el afuera en el adentro y el adentro en
el afuera, además de otras figuras ilustrativas de su topología.
Assoun cita a Paul Ricoeur para decirnos que el problema epistemológico del freudismo
tiene por entrada una aporía, cuyos términos son 1) la energética, sostenida por el punto de vista
tópico - económico y, 2) la hermenéutica.

PREGUNTAS de la aporía: ¿Cuál es la norma de la representación respecto a las


nociones de pulsión y destino de la pulsión y sus efectos? - Si Freud dice que sólo nos acercamos
a la pulsión por un representante que representa la representación de la pulsión -lo que es cercano
a un enigma para la ciencia-, un mensajero del mensajero... algo que no es capturable por la
palabra. Sólo la imagen se le acerca, y aún así no sabemos de qué se trata más que por sus
consecuencias.
Esto nos conduce a una segunda aporía: ¿Cómo componer una interpretación del sentido
por el sentido, con una económica de investigaciones, desinvestiduras y contrainvestiduras? Se
trataría de teorizar en la práctica.
Estas dos aporías son resueltas desde el Psicoanálisis con el juego de teorizaciones
metapsicológicas (primera aporía), y con el ajuste constante a la práctica (segunda aporía). Un
juego constante de sincronía y diacronía en ese inconsciente estructurado como el lenguaje, al
decir de Lacan.
Lo que el positivismo ve como una paradoja insalvable, el psicoanálisis lo vive como
práctica cotidiana de un saber hacer. El positivismo lo toma como una antinomia, lo opuesto a
nomos (ley). No es posible obtener una Ley que lo regule, por lo tanto, no es serio el trabajo de
investigación. Pero, el psicoanálisis tiene sus propias leyes, que se las otorga su objeto de estudio:
el Inconsciente. Así el Psicoanálisis esta obligado a seguir la Ley del inconsciente con su lógica
propia desde un método que permita su abordaje de manera universal con resultados singulares
en la práctica de cada caso.
Nos dice Assoun (refiriéndose a la Metapsicología):
“El niño freudiano se presenta de entrada como hijo bastardo y el problema pendiente es
elucidar cuál de los orígenes le dará derecho a la legitimidad y a la autenticidad epistémicas”5
Es un hijo que tiene un padre: Freud, muchos abuelos: Ciencia - tradición hebrea ...
¿Y quién es la madre de este maravilloso niño?
He aquí la diferencia principal con la filosofía, Freud no quería ser Zeus, aquel Dios que
autoengendra desde su cabeza, que parte de un hachazo Hefesto. De esta manera sale la diosa
Atenea, totalmente armada y completa en sabiduría, la hija diosa, por siempre virgen, quien
coloca en su égida la cabeza de Medusa.
La filosofía es el varón que autoengendra desde su razón, este nuevo saber está buscando
un cuerpo, y las mujeres histéricas se lo dieron. Desde ese cuerpo que habla surge el Psicoanálisis
como un intento de descifrar ese decir... el enigma de la Esfinge, que sufre más de lo que finge.

5
ASSOUN, Op. Cit. p. 28.
El Psicoanálisis es el primer discurso dirigido a la mujer desde el cuerpo de la mujer, pero
simbolizado por un varón, su progenitor: Freud. Luego los hijos disputaran la herencia, pero esa
es otra historia...
Así el psicoanálisis, se constituye en forma tribal de saber - herencia, tiene un Patriarca y
muchas madres, que van de pacientes a futuras analistas. Esto es por cierto escandaloso y va
contra todo el sistema establecido de las buenas costumbres académicas, de los proyectos,
planes investigativos y los diferentes tipos de protocolos.
La histeria es el gran Paradigma freudiano. Freud sigue los derroteros de ese útero
migrante (al decir de Hipócrates), descubriendo que también hay varones histéricos.
Para entender el Psicoanálisis hay que nacer de nuevo... quizás en más de una muerte
como Dionisos. Todo proceso de iniciación es una muerte simbólica, por ello la práctica analítica
exige esta iniciación en manos de un analista, hay que entenderlo en el cuerpo, poniendo el
cuerpo, para aquel que se aventura a estudiarlo. Por eso todos los abordajes teóricos de
pensadores que no han pasado por su análisis singular no logran acercarse a la cuestión a tratar: la
subjetividad, empezando por su subjetividad... un movimiento de doble espiral entre lo singular y
lo universal.
La teoría en su aprendizaje es un marco para luego poder simbolizar desde las propias
vivencias. De esta manera Freud señalaba que no se puede analizar un complejo en un paciente si
antes el analista no lo ha superado... punto ciego, en donde toda la claridad de la razón se choca
con la resistencia y la represión, esa oscura noche dentro del propio sujeto.
Assoun hace referencia al intento de Freud en el Proyecto de 1895 en donde realiza un
esfuerzo de explicar la „energética‟ desde la biología, camino de huellas neuronales, sendero que
aún transita la neurología. Pero luego, al definir la fuente de la pulsión entre lo psíquico y lo
somático -es decir, con ambas pertenencias-, se ve obligado a la metapsicología, una explicación
interpretativa más allá de lo experimental, de lo observable.
La crítica del positivismo es que Freud no logra su objetivo, dejando, sin dar cuenta
satisfactoriamente, la parte explicativa de anclaje al campo empírico, y su fundamento teórico que
la fundamente.
Interrogante que cae sobre la transmisión del Psicoanálisis: ¿Cómo se enseña? ¿Es posible
su enseñanza? ¿En qué ámbito?
¿Cómo se aprende? Freud ubica fuera de la Universidad al Psicoanálisis, precisamente
por este problema metodológico. A la vez fuera de lo Universal, en cuanto se necesita desplegar
la singularidad en forma „privada‟ (regla de la abstinencia - del secreto profesional) y con un
costo, un precio a pagar.
Por lo que hay muchas escuelas Psicoanalíticas por fuera de la Universidades. Esto nos
conduce a otro problema, el de la legitimidad y la legalidad.
“Freud visto por Ricoeur se parece un poco a ese bastardo con el que Platón representaba el
demonio de Eros, noble por su padre (aquí: la hermenéutica) e indigente por su madre (la
energética), no logrando superar la duplicidad de su origen...”6
En esta referencia el autor se equivoca e invierte el principio, parece que su formación
académica le hace pensar al revés.
1 - El Psicoanálisis y la figura de Freud son „bastardeados‟ con suma ironía. Esto sólo
muestra la fuerza contraria del afecto, en este sentido Freud decía que cuando mayor oposición
encontraba a su teoría, más seguro estaba que se encontraba en la verdad. La fuerza de la
resistencia (en palabra o silencio) era en proporción a la verdad del descubrimiento.
2 - El demonio hay que entenderlo en sentido de deimon, el genio creador intermediario
entre los hombres y los dioses. Y siguiendo esta metáfora podemos decir que el inconsciente
toma ese lugar de deimon.
Si no se aclara el término, queda asociado al imaginario religioso y entonces se demoniza
al Psicoanálisis y a Freud. Segunda sutil ironía.
3 - Se equivoca el autor al colocar la referencia mítica del Banquete, debe colocar la
referencia mítica del mito original: Eros y Psique (recordar el mito en la versión de Apuleyo7 y
compararlo con la versión de Platón8).
4 - Es un error colocar la energía del lado femenino, cuando Freud sustenta su teoría con
el principio: “La libido es masculina”.

6
ASSOUN, Op. Cit. p. 30.
7
Cfr. El Asno de Oro, del poeta latino Apuleyo, Ed. Gredos, Buenos Aires, 1993.
Y la herencia del deseo amoroso en el varón y del amor deseante en la mujer vienen de
parte del Padre y no de la Madre, aunque es verdad que el varón está decadente y ya no cumple
su Función Paterna. Pero ese es otro problema.
Acierta al colocar lo simbólico del lado del varón. Al decir de Lacan, el sujeto masculino
se anuda entre lo simbólico – imaginario, y el femenino entre lo real - imaginario.
Es valiosa la referencia al contexto de descubrimiento de la energía en la época de Freud.
Pero, también hay que pensar el misterio de la energía en lo que viene atravesando los tiempos:
La luz. En este punto el creador del psicoanálisis se nutre de su cultura hebraica y busca en las
otras tradiciones, busca esa „luz‟ que aparece en el Génesis y que se convierte en tiempo, la que
nada tiene que ver con la „luz‟ del iluminismo Moderno. Allí el hombre se frota a sí mismo y se
hace brillar desde el lustre de su razón, la que por supuesto, no tiene nada de mágico.
La luz freudiana tiene por fuente el amor y el deseo, lo que le da brillo al objeto, lo que lo
hace resplandecer, y eso está más allá y a la vez dentro del sujeto que piensa desde su
inconsciente. Es Lacan el que le pone sujeto al inconsciente, ya que en Freud no hay tal sujeto.
Siguiendo su tradición francesa Lacan retorna a Descartes y lo invierte (lo vierte al revés) para
darle sujeto al inconsciente: Soy allí donde no pienso. Frase que toma del filósofo Kojeve.
De esta manera el autor reconoce:
“Así, la originalidad de Freud consistiría en que habría conquistado para las ciencias naturales
„toda una región de la naturaleza‟ que habían abandonado el espíritu humano. Su resultado habría
sido luchar contra el cerebralismo, según el cual „el espíritu es el cerebro‟...”9
Freud le devuelve el espíritu a la ciencia, a esa ciencia „desalmada‟ que aún continua
clonando sus hijos. Freud recupera el „alma‟ (la mujer), para el espíritu del hombre (varón). 10.
Una mujer sin varón, no tiene espíritu; y un varón sin mujer, no tiene alma.
Freud permite el uso del „género‟ y viste en toda su belleza y en toda su desnudez un
saber que brilla desde la piel de su verdad.
Assoun concluye que lo que es irracional es la materia de estudio del Psicoanálisis. El
inconsciente - y no su método, que puede lidiar con las categorías de los observables.

8
Cfr. Diálogo de el Banquete de PLATÓN, Ed. Planeta, Buenos Aires, 2001.
9
ASSOUN, Op. Cit. p. 32.
Problema de contenido. ¿Cómo se atrapa al viento? Aquel que sopla donde quiere. Allí
Cervantes en Freud, los molinos de viento no se ven (inconsciente), pero todos beben de las
aguas que de ellos se extraen. Esa agua nutre al sujeto y es tan importante para el equilibrio
interno como la constancia líquida que debe tener el organismo.
El método fue el mayor problema freudiano. Lo extraño y original es que se lo otorgaron
sus pacientes. Él tuvo la genialidad de poder instrumentarlo y la bondad de poder escucharlo.
Es ese mismo soplo que se quiere atrapar, es la red para cazar. Una red invisible que
nadie ve y en donde todo queda enredado, lábil y eterna a la vez, acaricia tanto como golpea,
pluma y lanza... como dirá el poeta: "Oh! de qué materia estas hecha dulce y terrible palabra?"
Una epistemología de la palabra ¿Adónde nos lleva? A la etimología y a la gramática,
puerta de toda ciencia para Cervantes.
No es casual que Lacan buscara el eco freudiano en las cuevas y laberintos del Lenguaje
y desde la exégesis retoma: “Al principio era la palabra”. Digamos el Verbo, y coloca allí su S1.
Su significante primordial, lugar de todo saber, un puro vacío de significación en donde todo
puede ser significado. Esto hace sospechar a los científicos y a la vez hace pensar que el
Psicoanálisis es una teología encubierta, que toma el contenido de la teología (los rabí - los
maestros de la Ley - en su forma de leer y interpretar un saber sagrado) y el método de la ciencia.
Si seguimos esta línea, se establece una gran diferencia entre la escuela Vienesa, la
Inglesa , la Francesa y la psicología del Ego.
La escuela Vienesa sigue la tradición hebrea, y es al mismo tiempo contenido y forma, es
decir, El Psicoanálisis es Freud y Freud es el Psicoanálisis. La escuela inglesa retorna al
paganismo al colocar la libido del lado de la mujer. La escuela Francesa trata de conciliar entre
las dos, reconociendo el valor de la mujer, pero, sin convertirla en diosa (primer tiempo del Edipo
en Lacan), y el valor del varón, reconociendo su intimidad con Dios (segundo tiempo del Edipo
en Lacan) pero, traiciona a Freud en cuanto busca en la teología católica (ni siquiera es la
cristiana) los referentes de sus exégesis. En la psicología del Ego, el hombre esta sólo consigo
mismo desde su yo, no hay referencia ninguna a una posible exégesis, todo esta en el plano de lo
profano (empezando por la profanación del Psicoanálisis)

10
Recordar que la Filosofía y la Ciencia es una producción y una historia de varones.
El Psicoanálisis disuelve la división entre ciencias de la naturaleza, las que se atenían a los
juicios de la realidad empírica; y las otras, las de la cultura, que se atenían a juicios de valor. Esta
dualidad, sobre todo la categoría de valor, es vigente en el campo de la Filosofía práctica, Ética y
Política.
La teoría acerca del deseo rompe toda la visión tradicional acerca el bien y del mal
otorgada por la religión y racionalizada por la filosofía en su campo ético.
Se abre un nuevo campo: la ética del deseo y la relación entre el poder y la libido,
creándose una mayor tensión, ya que el amor y el deseo no se socializan, y menos democratizan,
siendo la sociedad la que debe reprimirlos y alejarlos para poder subsistir. De esta manera se
instala la paradoja existencial: lo que no se puede dejar de tener, es lo que hay que dejar
continuamente de lado. La manera que cada uno resuelve esta paradoja es el sentido que le da a
su vida.
Algunos críticos sostienen que el Psicoanálisis realiza una extraña mixtura, creando una
„axiología experimental‟, siendo el consultorio el laboratorio de las pasiones. Muchos coinciden
que la base de su epistemología nace en la Traumdeutung.
De esta manera Assoun nos dice:
“...ciencia de los sueños, que recentra la interpretación en la explicación...la interpretación
freudiana, se distingue por su aspecto positivo, pues está atenta a reconstituir la objetividad de las
asociaciones oníricas, a reserva de empobrecer aparentemente la interpretación. Se trata de
elucidar el nexo objetivo entre el contenido manifiesto y el contenido latente del sueño. Por eso, el
contenido manifiesto siempre añade a su función de significante una aspecto „objetivo‟, que lo
aparenta a un efecto, así como el contenido latente añade a lo inefable del significado la eficiencia
material de la causa. El acto interpretativo nunca se emancipa del todo, por consiguiente , del acto
explicativo por el cual se remonta del efecto a la causa...el genial „sentido clínico‟ de Freud nunca
transgrede su imperativo explicativo, que ordena no detenerse antes de haber localizado el nexus
del acontecimiento con el proceso, lo cual apoya el olfato clínico en un „objetivismo‟ riguroso,
uniendo sentido y proceso en una búsqueda obstinada de una especie de causalidad
semiológica”.11
El autor nos habla de „causalidad‟. Lo realmente original es estudiar desde los efectos
(contenidos manifiesto del sueño), las causas (contenido latente), ubicando el principio causal en
lo inconsciente, pero con la posibilidad de ser abordado por la conciencia, la llave es el método.
He allí la causalidad semiológica, es decir, la gramática del Verbo al decir de los románticos.
El cuerpo que habla y lo que habla en el cuerpo. Eso (ello) por donde es hablado el
sujeto.
Assoun busca los orígenes del Psicoanálisis:
“Freud estipula que la palabra „análisis‟ significa „descomposición‟, desagregación; hace pensar
en el trabajo químico sobre las sustancias que encuentra en la naturaleza y lleva a su
laboratorio...comparación entre el psicoanálisis y el análisis químico..las mociones pulsionales
constituyen los elementos que forman unos „complejos‟, los síntomas, cuya suma forma a su vez el
„complejo‟ que es la enfermedad.
Así, el trabajo del analista y del químico convergen: „reducimos los síntomas a las
mociones pulsionales que los motivan y al igual que la química separa el elemento químico, la
materia fundamental, de la sal, que se había vuelto irreconocible por su combinación con otros
elementos, evidenciamos esas mociones pulsionales hasta entonces ignoradas por el enfermo en
sus síntomas...hemos explicado las tendencias sexuales del hombres decomponiéndolas en sus
componente...” 12
Los elementos de la química freudiana son el amor y el deseo, entonces bien se podría
decir que se trata de una alquimia. Poder trabajar con elementos que trasmutan invisiblemente y
que producen metamorfosis en el cuerpo haciendo posible que el infante se convierta en adulto y
éste incline el proceso hasta lo inanimado.
El psicoanalista, un alquimista, que no sólo se sale de la Modernidad, retorna al
Medioevo, va jalonando hacia atrás, hasta intentar una reconstrucción de las condiciones iniciales
de la humanidad.

11
ASSOUN. Op. Cit. p. 45.
12
ASSOUN. Op. Cit. p. 53.
Siguiendo por esta senda el autor nos dice:
“ ...en la evocación del analista que manipula sustancias explosivas: „ El psicoanalista - se lee en
sus Observaciones sobre el amor de transferencia - sabe que trabaja con las fuerzas más
explosivas y que debe operar con la misma precaución y la misma conciencia que el químico”.13
La química del amor en el fuego del deseo ante los elementos de la necesidad de la vida
cotidiana.
El autor indica la influencia de la época del modelo físico - químico, la formación en
fisiología de Freud y el intento de una Psicofisiología. Ahora bien, una cosa no excluye a otra, no
es solo la mecánica de la fuerza - materia y todo el despliegue de la entropía de la energía, es
aquello que impulsa (pulsión) y que nada tiene que ver con la mecánica.
Por eso el concepto de pulsión y de libido pertenecen a la metapsicología, porque se trata
de lo psíquico (alma) de la subjetividad, la que se asienta en lo biológico, pero que es imposible
leerla desde el microscopio o desde la reacciones químicas experimentales en el laboratorio.
La pulsión puede solidificarse (síntoma, psicosomática) y a la vez tiene la propiedad de
transformarse en vapor y licuarse (por medio de la palabra), son los lazos invisibles que se anudan
en el cuerpo. La definición de síntoma de Lacan: una palabra amordazada en el cuerpo.
El amor y el deseo también pueden „intoxicar‟ y enfermar, por ello los griegos purgaban
(catarsis) sus emociones en el teatro, allí se abrían sus poros y exudaban las toxinas de la vida
cotidiana.
Los ejes del psicoanálisis son diferentes de acuerdo a la lectura que de la teoría se
realice; unos sostienen que son los Complejos; en especial el de Edipo. Lacan por ejemplo,
escribe un seminario en donde habla de cuatro principios fundamentales del Psicoanálisis; Pulsión,
Inconsciente, Transferencia y Repetición.
Modestamente a mi parecer el eje epistémico y a la vez mítico es la teoría de la libido que
luego tendrá que ver con la pulsión y todo el sistema teórico freudiano, en especial la referencia a
la pulsión de vida y pulsión de muerte, dejando en el centro, en el corazón de su decir, la piedra
del escándalo: Una libido única de naturaleza masculina.

13
ASSOUN. Op. Cit. p. 55.
Esta postulación enigmática solo se puede entender desde la cultura religiosa hebrea a la
que pertenecía Freud, es importante señalar que no se trata de creencias, pero, a la vez se trata
de una creencia, no obstante esta teorización se encuentra más allá de la cuestión de creer o no,
como dirá Barthes; “No importa lo que los hombres piensan de los mitos, sino como ellos piensan
en los hombres”.
Para decirlo en términos de Cornelius Catoriadis: El imaginario social, lo que trasciende
cualquier singularidad.
En este sentido esa indefinición de la pulsión (lugar por excelencia de la libido) en donde
entra a jugar un representante de la representación, se parece mucho al Dios invisible del pueblo
hebreo, pareciera que Freud cual Prometeo 14, retoma el fuego de los cielos señalándolo en el
hombre con el nombre de libido.
De esta manera coloca el deseo en el espíritu y el cuerpo en el alma.
Esto es realmente extraordinario, porque disuelve y supera toda lógica binaria
sostenida por la religión y la filosofía, motivo por el que el psicoanálisis pasa a ser algo
extremadamente peligroso para ambas.
Freud se defiende declarándose ateo y así evita el campo religioso, a la vez se
expresa como constitucionalmente incapaz para la filosofía.
El autor nos dice:
“En sus Nuevas conferencias, Freud había declarado que la Trieblehre (teoría de las pulsiones)
era la mitología del psicoanálisis, pero al mismo tiempo indicaba la notificación de un requisito
epistemológico, que insta a toda ciencia a postular unos conceptos fundamentales. En el escrito de
1933, como por complicidad con Einstein, Freud exclama: „Acaso tiene usted la impresión de que
nuestras teorías son una especie de mitología...Pero toda ciencia de la naturaleza ¿no emite una
especie de mitología? ¿No sucede lo mismo para usted en la física de hoy en día?”. 15
Freud y Einstein abordaron lo mismo en diferentes planos (uno en la materia física, el otro
en la materia psíquica), ya que se trata de la luz, de la energía y ambos se fundamentaron, sin

14
Cfr. Mito de Prometeo, y sus relaciones con Epimeteo y Pandora. Así como Prometeo fue encadenado a un
penar eterno, el maestro de la palabra, Freud, paradójicamente, a raíz de un cáncer, fue quedándose sin su
maxilar inferior, inhabilitándose en el hablar.
15
ASSOUN, Op. Cit. p. 59.
hacerlo explícito, en su tradición hebrea. Einstein rompe con la mecánica de Newton y Freud
rompe con la mecánica organicista de la Psicofisiología.
El psicoanálisis logra el carácter de ciencia aplicada al ocuparse de la curiosa tarea de
descubrir la química del inconsciente, en la corporeidad del alma, desde la física de las palabras,
teniendo por instrumento la energía de un soplo.
El autor coloca al psicoanálisis en un postulado paradójico: Es el saber acerca de lo
incognoscible. Su esencia es una sustancia inasible, es esa energía hecha fenómeno que se
expande y nadie sabe bien qué es, pero sí que es.
Todo el sustento epistémico freudiano es habitado por esta energía „sexual‟, cualquier
concepto de la metapsicología solo puede moverse en base a ella.
Lo que en época de Freud se planteaba como problema: la relación entre la materia y la
fuerza. Lo que Einstein no logró descubrir: la relación entre la luz y la gravedad.
“Así, en Psicoanálisis y teoría de la libido, hay una oposición entre la manera de pensar filosófico,
que tiende a concebir la totalidad del mundo a partir de unos cuantos conceptos fundamentales
encerrándolo en un sistema acabado de una vez para siempre ...el psicoanálisis aspira a resolver
los problemas más cercanos a la observación, se somete de nuevo a la prueba de la experiencia,
siempre es inacabado, siempre está dispuesto a rectificar o a modificar sus teorías”. 16
Como se expresó en páginas anteriores, el Psicoanálisis es en la biografía de Freud, pero,
él deja abiertos todos los senderos posibles para que su trabajo se continúe desde una revisión
continua, trabajo del que él mismo dio cuenta. Esa es la gran diferencia, porque los sistemas
filosóficos al ser racionales, son teorías del yo, que finalizan en el yo de quien las escribe, así se
dice la teoría de Descartes, Spinoza, sistemas cerrados, nada nuevo que agregar. En cambio la
teoría analítica es la permanencia en el fluir continuo, es el canal en sus costas y a la vez en sus
cambiantes aguas.
“La construcción metapsicológica consiste en ese trabajo constante de la imaginación científica
que adapta los pensamientos a los pensamientos (de ahí su aspecto especulativo), pero en

16
ASSOUN, Op. Cit. p. 81.
correlación con la investigación del material experimental (adaptación de los pensamientos a los
hechos)”.17
La metapsicología es el imaginario teórico freudiano: “Singular racionalidad que se
denomina en Freud Phantasieren. El texto más significativo es el famoso pasaje del Análisis
terminable e interminable en que Freud evoca „la bruja metapsicología‟. Cuando se produce un
bloqueo del proceso de investigación analítica, hay que pedir auxilio a la bruja, como el Fausto de
Goethe. En efecto, Freud - Fausto, tiene su bruja - Mefistófeles y su oráculo que llamó
„metapsicología‟...”.18
Para entender la labor científica de Freud hay que remitirse a un día freudiano (el período
de 1900 hasta antes de la crisis en Europa) Comenzaba la atención de pacientes a las 9 hs hasta
las 13. Continuaba desde las 15 hs hasta las 22 hs. Desde las 23 hs hasta las 2 ó 3 de la
madrugada se dedicaba a. ‘imaginar’ (Phantasieren), transponer y adivinar.
Por las noches teorizaba la práctica del día durante décadas. Aquí se ve lo importante de
la hipótesis, el único espacio que la ciencia positiva reconoce como lugar de la imaginación y de la
invención. Aquí es donde los científicos bailan con las brujas.
La Hipótesis es el lugar del enigma, tan presente en Freud desde el mito de Edipo. Por las
noches la Esfinge se le hacía presente a Freud y posaba sus patas sobre su pecho esperando que
hablara, aquel que durante el día había permanecido en silencio, que hablara para ella y de ella.
Assoun nos dice:
“Fantasmar (o fantasear) significa transponer, o sea hallar analogías con registros diferentes e
incluso „adivinar‟, lo cual nos lleva a los confines de la racionalidad y de la forma „científica‟ de
saber. Este aspecto oracular e intuitivo es lo que expresa, en el texto de 1937, la designación de
la bruja, mostrando que al término de la investigación Freud llega a los mismos límites
apasionados...la figura de la pasión y de la desesperación, sentimos que surge, en el meollo mismo
de la racionalidad, el poder del deseo, libido sciendi, forma de la actividad fantasmática racional.

17
ASSOUN, Op. Cit. p 84.
18
ASSOUN, Op. Cit. p. 90.
Así, el Phantasieren metapsicológico alcanza su cumbre funcional en 1920, cuando se establece el
concepto de pulsión de muerte”.19
Adivinar en una de sus acepciones significa „acertar un enigma‟, también significa
„conjeturar‟, en este remitirse a lo divino tenemos en Freud la conjunción de su pertenencia
primera a la antigua cultura del Imperio Astro - Húngaro, fecunda en mitos, y su tradición hebrea,
en relación a lo di-vino. La cadena asociativa nos lleva al lugar del „vino‟, de la embriaguez de las
pasiones, a una extraña actividad racional pasional.
Freud a los 40 años decide consagrarse a su pasión, y para ello abandona su intimidad
conyugal. Tomará una nueva mujer, establecerá una nueva alianza, su conjugue le exigirá todo el
tiempo y todas sus energías, ella es tan salvaje como adorable y se llama Alma (Psijé) Él le dará
toda su potencia en forma de logos siendole fiel hasta el desfallecimiento. De esta manera el
Psicoanálisis es una ciencia-pasión que exige el cuerpo y el alma (mujer) espíritu (varón) de quién
aborde su nave, sin saber a ciencia cierta hacia qué puerto nos llevarán sus vientos.
En Freud hay toda una metamorfosis. Trabaja 20 años de forma experimental, teniendo
que abandonar el laboratorio por razones económicas (mantener y sostener una familia cada vez
más numerosa), y dedicarse a la práctica clínica, al trabajo hospitalario. No obstante utiliza esa
indagación minuciosa que antes era reducida a un objeto observable en el microscopio al campo
tan poco definido de las pasiones, siendo su rigor científico exactamente el mismo. Se corre del
objeto empírico y busca el método apropiado desde el instrumento que favorezca su
investigación. Aquí reside el gran valor freudiano, en aventurarse a eso distinto, a lo desconocido,
a fuerzas que regían por fuera de la razón y a la razón misma. Este viaje freudiano es una
iniciación en donde muere un Freud y nace el nuevo Freud, aquel que pagó con su cuerpo la
aventura hacia los dioses.
Lo que mueve a la teoría freudiana es el recurso, ya que el deseo siempre encuentra la
forma de manifestarse.
Del órgano al cuerpo, de esta manera se desliza el campo freudiano, de la histología del
sistema nervioso, de la neuropatología a la Neurosis, inventando una patología propia, la neurosis
de transferencia.

19
ASSOUN, Op. Cit. p. 92.
La tópica habla de los espacios señalados por la excitación, Eros recorriendo y marcando
lugares, fronteras, umbrales, sellando, abriendo. Cuerpo ero-geno, zonas ero-genas. Allí las
fuerzas (dinámica) concentran o desplazan energía (economía). Ese quantum de afecto que las
representaciones transportan.
Freud nos señala dos obreros de este proceder intra-psíquico (independiente de la
conciencia), y nos dice que su función principal es defender al sujeto de la angustia, los denomina:
Condensación y Desplazamiento.
Las imágenes inconscientes están „cargadas‟, pero ¿qué las mueve? Las palabras, las
palabras permiten cualificar la cantidad, la palabra es el soplo que hace mover las astas de la
condensación y el desplazamiento, poniendo a trabajar el molino del inconsciente.
Las aguas se excitan y los lugares cambian por la dinámica de las fuerzas que mueven
cantidades en olas de afecto. Aquí el „peso‟ y la „medición‟ la da quien habla, una ciencia
subjetiva de lo universal. En Freud hay una ley de constancia de la energía y a la vez la energía es
libre dentro de su tópica, circula y se liga de acuerdo a huellas mnémicas, series psíquicas. Una
combinación de estructuralismo y funcionalismo. La energía es al mismo tiempo indestructible y
variable, su destino es la transformación. De allí su frase de que el deseo es inmortal.
Freud utiliza el concepto de „energía libre‟ para el proceso primario (inconsciente) y el de
„energía ligada‟ para el proceso secundario (conciencia).
Atendiendo a su contexto de descubrimiento la validación de su teoría se va haciendo en
la práctica clínica. El interés de este trabajo es poder ubicar los principios freudianos, se podría
seguir toda la evolución interna de la teoría, pero eso implicaría un nuevo texto
De esta manera hay diferentes planos que se entrecruzan: El problema físico es psíquico
a la vez. Freud toma postulados de su contexto científico y los teoriza de otra manera, los
participa en su saber, pero, en su teoría pasan a ser otra cosa de lo mismo. Ejemplo: fuerza -
materia (dinámica), mediatizado por la energía (economía), implicando un interrogante acerca del
tiempo - espacio (tópica).
Busca un hilo20 para enhebrar y darle forma a su tejido, hilo que se lo dieron sus Ariadnas
(histéricas) para salir del laberinto, con la posibilidad de volver a entrar...
Libido única de naturaleza masculina. Lo que conduce a la postulación de un monismo
epistémico.
Aclaración: Esto fue mal entendido, y por eso se trató a Freud de misógino. En páginas
anteriores he realizado la referencia mítico - religiosa (Dios único, invisible, energía pura, Ubicuo,
principio masculino).
En cuanto a la referencia subjetiva se trata de posiciones. Freud definía lo masculino y lo
femenino de la siguiente manera: lo activo es masculino y lo pasivo es femenino. En la vida
cotidiana un sujeto varón puede estar en una posición pasiva, entonces estaría en posición
femenina y una mujer puede estar en posición activa, entonces estaría en posición masculina. Lo
que deja fuera todo tipo de juicio de valor y de pre-juicio.
Las posiciones no son fijas, ni de una sola vez, son variables, móviles. Lo importante es lo
que predomina, ya que todos tienen momentos activos y otros pasivos. Y allí se aplica la
postulación de que todos tenemos algo de masculino y algo de femenino, no obstante Freud
señalo que la anatomía es el destino. Es decir, él lo ata a lo biológico, no lo deja librado a lo
social , a construcciones culturales (otras teorías tomarán ese rumbo).
De esta manera Freud pone el deseo en lo „activo‟ y coloca el objeto en lo „pasivo‟. Y
siguiendo la etimología trabajada21, es el objeto el que le muestra el método al sujeto, la forma en
cómo debe ser hallado, y no al revés como sostiene la ciencia. Freud siguió ese camino y dejó
que sus „pacientes‟ (que luego se volvieron analizantes) le mostraran la forma de abordar su
inconsciente, desde la erogeneidad de su piel y sus órganos: „objeto de estudio‟, paso de la
medicina hacia el Psicoanálisis. Señalando la diferencia, la anatomía ya no es el cuerpo, el cuerpo
es la imagen inconsciente que tiene su anclaje en la anatomía, pero puede que no coincida con
ella.
He introducido una variante en este sentido: deseo amoroso en lo activo y amor deseante
en lo pasivo, siguiendo la etimología de Eros (amor y deseo).

20
Mito; hilo, urdimbre
21
Cfr. FERRERO, A. Ese oscuro objeto del sujeto, en este libro.
Assoun concluye de esta manera su texto:
“..vivir en buena inteligencia con su pulsión - nueva versión, pulsional del „conócete a ti mismo‟...el
hombre ya no tiene que buscarse fuera de ese infinito local que es la puslión, cuyo centro está en
todas partes y la circunferencia en ninguna; mejor aún: que demuestra que ya no hay centro ni
circunferencia. Acaso esto sea lo que constituya la originalidad de la nueva de Freud, en la
medida en que el inconsciente se define como la imposibilidad de pensar el centro”22
El enigma del hombre se resuelve en la permanencia del enigma.

22
ASSOUN, Op. Cit. p. 209.
Ciencia y Ciencia Ficción.
Prof. Conrado Astudilla.

Dejemos de lado un momento el pensamiento de que estamos en un lugar


determinado y que leemos un libro, sólo propongámonos mirar este sitio, el que tengamos a
mano, como un adentro, un lugar donde estoy entre cuatro paredes y pensemos en la calle
como en un afuera y quizá podamos decir con Bachelard 1 “El espacio íntimo pierde toda su
claridad. El espacio exterior pierde su vacío”. Ya entramos en la dialéctica de lo adentro
afuera. El espacio de este salón pensado era mío, pero ahora pensado por todos es difuso,
mientras que el afuera, ese vacío ahora es sólo mío, solo yo sé lo que puedo esperar del
afuera. Un auto estacionado, una moto, un novio esperando, una novia, el cruzar la plaza, el
frío, la comida en casa, etc. Bienvenidos al territorio de la ciencia ficción todos están ahora
dentro.
Primeramente formalicemos en el pensamiento a qué nos referimos cuando
hablamos de ciencia ficción, anteponiendo a todo lo que entendemos una clásica definición
de diccionario:
Ciencia ficción, género literario que parte de las ideas científicas para narrar una
historia sobre sociedades futuras o mundos paralelos. El género se ha cultivado tanto en la
literatura como en el cine. Más exactamente, la ciencia ficción se ocupa de sucesos que aún
no han tenido lugar, ofreciendo un análisis racional de sus causas y consecuencias. La
ciencia ficción aborda los efectos que los cambios producen sobre las personas en particular
y sobre la especie humana en general. Sus temas predilectos son el mundo del futuro, los
viajes a través del espacio o el tiempo, la vida en otros planetas y las crisis generadas por la
tecnología o la presencia de criaturas y entornos extraños.
Hago la salvedad de que por más que hable de lo que es la cie ncia ficción, ella sólo
se entiende con su lectura, y que desde cierto punto de vista, sólo sea literatura, aún cuando
en este momento preciso nos ilumine sobre el “otro lugar” de la ciencia. Es decir me atrevo
a decir que así como la religión más representativa de occidente pasó su momento de
esplendor y no pudo volcar todo en la ciencia teológica, y por ello elaboraba complejos
sistemas científicos. La ciencia no pudo con su promesa de cienficidad pura y abstrajo algo

1
BA CHELA RD, G. La poética del Espacio. Fondo de Cultura Económica. Bs. A. 2000.
formando un núcleo religioso, pero, digámoslo de esta manera remixada con cierta premisa
filosófica, será entonces más clarificador el concepto de un pensador como Ruyer cuando
dice que “La utopía es la contribución del espíritu teorético al espíritu religioso”.
Hay que considerar que en la época de la guerra fría los lectores más asiduos y los
escritores del género eran científicos y técnicos, por aquella época nació la denominación
peyorativa de “technician‟s bedtimes stories” es decir canción de cuna para técnicos.
Incluso es clásica la anécdota de aquel periodista que relata que, con temor, saca su
historieta (que es la hija menor de la CF) y observa con sorpresa cómo al lado suyo un
científico argentino (Leloir) que iba a recibir el nobel hace lo mismo.
Volvamos al presente, o al futuro de los escritos de los autores más prestigiosos del
género y digamos con Marc Augé, un etnólogo contemporáneo, que las condiciones en las
que se da el género aún siguen presentes, es decir ese permanente estado de sentirnos
vigilados, hay algo en algún lugar que nos mira, que nos observa (hay aquí incluso un
principio de Tausk, que espero que averigüen quién es), esto en principio tiene mucho que
ver con la cosmovisión de tiempo-espacio que tenemos y que es definitivamente
copernicana, no en el sentido físico, sino en el sentido espiritual, es decir para la CF no hay
o no existen lugares privilegiados, y la tierra no es más que un pequeño planeta.
Por otro lado, desde el nacimiento del existencialismo y pasando por la
posmodernidad hay una idea aglutinante: el sueño científico y por ende racionalista ya no
es la panacea universal, como dice Lyotard es uno de los grandes metarelatos que ha
muerto, después de la bomba atómica, después de los experimentos en los campos de
concentración, de su imposibilidad para co ntrolar al cáncer o al sida, se ha mostrado la
razón y la ciencia desde un costado vulnerable, veamos respecto a esto lo que decía por el
„60 Carl Jung, según Capanna (falta cita), analizando el culto de los ovnis donde dice “la
clave de nuestra crisis está en la hipertrofia de la razón, componente masculino del alma,
que ha ahogado la fantasía, femenina, de modo que aún el contenido ricamente simbólico
de la religión ha ido esterilizándose cada vez más hasta convertirse en secas formulaciones
y una especie de racionalismo moral que ya no nutre más al alma en sus necesidades
profundas.” y por ello se busca en los simbolismos milenarios y en nuevos mitos que se
fundan ya no sobre la base sobrenatural, sino sobre los aspectos tecnológicos modernos por
el principio de educación.
Por último me gustaría hablar de la estructura más básica develada por los
formalistas rusos sobre la CF, para que luego ustedes la relacionen con la estructura de los
pensamientos y algunos datos literarios para tener en cuenta respecto al género y sus
enlaces con la filosofía y más tarde y por supuesto con el psicoanálisis:
en la ciencia ficción, donde el sentido tiene un epojé, una suspensión de juicio, y la
reiteración pierde el sentido de la primeridad, según la categoría peirciana, saltando a la
idea de segundidad. Si no es entendible esto, uno puede pensar en la cadena de
consecuencias de Alicia en el País de las Maravillas, que es un hito dentro de la ciencia
ficción, aún cuando no sea nombrada como tal, en donde la categorización de las
experiencias se pierden en el nonsense (en el sinsentido) y por tanto es imposible ver la
cosa tal cual es sin considerar una segunda.
El entrar en otro tiempo, el enraizamiento a otros universos, como dice Rodari 2 , el
plantear hipótesis fantásticas, como el famoso planteo de Kafka en la Metamorfosis, que
podría reducirse a ¿Qué pasa si mañana un oficinista se levanta transformado en cucaracha?
(o escarabajo según la original) es propio de la ciencia ficción, o acaso han visto una obra
de ciencia ficción en tiempo presente? No sería más que una novela de ficción, con suerte
kitsch. Y la cosa se complica, puesto que desde la filosofía bajo ciertas perspectivas, los
filósofos jugaban sin saberlo a hipótesis fantásticas (“De manera implícita o explícita (pero
sobre todo implícita), la ficción narrativa comercia con la filosofía”, dirá Saer 3 ), claro, que
esta cuestión y el decirla ya es motivo suficiente, para que este trabajo no sea leído por
aquellos que dogmatizan el rigor científico de las preposiciones filosóficas.
La tesis central de Platón es un punto de inflexión, ¿qué pasa si este mundo no es
real y otro mundo nombra el mundo en un ideal supraceleste?, será por ello que Pablo
Capanna en su libro El sentido de la ciencia ficción lo pone como antecedente? no lo se o sí
y dudo. Porque estamos hablando avant la lettre (más allá de lo literal), como de
Aristófanes en Las Nubes, donde existe la isla aérea de Nefelokokkygia, que podría ser
nada menos que un satélite o bien de Luciano de Samosata (s. II d.C), quien fue el primero
en relatar un viaje a la Luna.

2
RODA RI, G. Gra mática de la Fantasía. Bliblioser. Bs. As. 1990.
3
SA ER, J.J. La narración objeto. Seix Barral. 1999.
Pero es en Platón, siguiendo a Pablo Capanna, donde se tiene el primer antecedente,
porque como dice el autor: “ ...puede considerarse a Platón como el verdadero
fundamentador, si no fundador del género, pues el primer pensador que logra una síntesis
de mito y razón en el pensamiento griego, empleando mitos construidos ad hoc para
demostrar principios establecidos por medio de la dialéctica.” 4
Es luego el teatro con el Deus ex Machina el que le agregará un elemento más y se
terminará de conformar realmente con los escritores que desarrollan la nueva forma de
mitología, es decir el Frankestein de Mary Shelley, el Drácula de Bram Stocker, Jekill y
Hide de Stevenson y el Retrato de Dorian Grey de Wilde, La guerra de los mundos de H. G.
Wells, incluso se puede citar la nueva forma aportada de los narradores infantiles, sobre
todo Perrault, los hermanos Grimm y Andersen, o la revaloración más contemporánea de
Tolkien de los mitos nórdicos y por supuesto que tampoco se puede dejar de mencionar los
aportes de Tolstoi, el primero en mostrarnos el ostranenije (extrañamiento en ruso, es decir
mostrar una cosa como novedosa o como nunca antes vista, por otra parte es el único
recurso que le quedaba en su sistema monofónico, es decir el diálogo consigo mismo, si
permitir más voces), la dualidad de Dostoieksky o la hipótesis fantástica de Kafka, y por
supuesto que podemos mencionar casi sin discusiones a Nietzsche en la filosofía (como
diría Raúl Moreno en su comentario sobre su artículo 5 “ pobrecito el Superman de Joe
Shuster (dibujo) y Jerry Siegel (guión) que es el personaje más famoso de los comics y con
el nombre más plagiado”). Además influirán seguramente en este terreno más adelante el
pensamiento de Freud y su interpretación de los sueños, su discípulo Jung, de gran
reconocimiento por el estudio prolongado de las fantasías, la materialización de las ideas y
el aparato simbólico en Marx, y el existencialismo de Sartre.
Como antecedente se puede mencionar a Leibniz y le doy la palabra nuevamente a
Capanna 6 “La más famosa teorización de los mundos posibles es, sin duda, la de Leibniz.
Su “Teodicea” suponía una infinitud de mundos posibles (aquellos que no contienen una
contradicción en su supuestos y se atienen a los principios lógicos) entre los cuales Dios
elegía al más perfecto y lo hacía pasar a la existencia.”

4
CAPA NNA, P. El sentido de la ciencia-ficción. Ed. Colu mba. Bs. As. 1966
5
MORENO, R. La Historieta: Arte y Alternativa. Revista Pulsiones. Paraná. 1995.
6
Op. Cit. pag. 228
Claro está que Capanna no menciona a Wittgenstein y la obra más influyente en la
filosofía y el discurso del siglo pasado y supongo en este también, como es el Tractatus 7 y
nosotros tenemos la obligación de hacerlo, dado que en sus proposiciones 4.2 (las
posibilidades de darse de las cosas) hasta la 5. 632 ( El sujeto no pertenece al mundo, sino
que es un límite del mundo), por no decir que en todo el libro da fundamentos (¿o recetas?)
de la formación de utopías, ucronías y anticipaciones.
La ciencia ficción como tal tomará dimensiones absolutas en la época de la guerra
fría, claro que no se puede olvidar el susto provocado por Orson Welles sembrando el
pánico en la radio en 1938 cuando hizo creer a miles de estadounidenses de la llegada de
los alienígenas leyendo un cuento del mencionado H. G. Wells.
Todos ellos y muchos más propician lo que luego descubrirían los formalistas rusos
como los tres elementos primordiales del género de la ciencia ficción y por ende de la
historieta, ellos son la utopía, la ucronía y la anticipación.
Los formalistas, como es su manera de análisis, los transcriben en proposiciones
lógicas, dado que “las estructuras sybyacentes so n finitas” 8 en la estructura de un cuento
fantástico, siendo la elemental “si x, entonces y”, donde x no es un hecho real sino uno
posible (podemos disgregarnos pensando que el Tratactus de Wittgenstein en primera
edición sale por la Editorial Kegan Paul en 1922 (U.K) y la Amazing Stories de Gernsback
(EE.UU) en 1926, donde se nombra por primera vez al género como Scientifiction.)
Pero volviendo a los elementos primordiales ellos pueden reducirse de la siguiente
forma:
Utopía: SI... (las cadenas de televisión tomaran el poder), ENTONCES... (el rating
mediría el índice de participación popular) Claro está que según el caso podría ser una anti-
utopía como la nombrada 1984 de Orwell.
Ucronía: SI... (los indígenas americanos hubiesen repelido la conquista),
ENTONCES... (nuestra cultura sería absolutamente diferente)
Anticipación: SI... (las drogas fueran legalmente permitidas), ENTONCES... (se
formarían nuevas religiones), porque sus tres ejes de sostén son sólidos y supieron
reacomodarse a esto que llamamos globalidad, esos elementos son:

7
WITTGENSTEIN, L. Tratactus Lógico-Philosophicus. Alianza ed itorial. Madrid. 1989.
8
RICOEUR, P. Historia y Narratividad. Paidós. Barcelona. 1999.
1. Las nuevas formas del héroe: El héroe en todo caso remite, si se me
permite la argumentación psicológica a la proyección, nos identificamos con él,
vivimos y sentimos con el, de ahí su riqueza. Pero como tan bien dicen algunos autores
que pasaremos a citar, la situación cambió, antes el héroe era un paradigma fijo y
estático, hoy es más parecido a la figura de un “collage” conformado por varias pautas
según Kenneth J. Gergen9 como lo son, entre otras la tergiversación del sexo, donde
señala el autor que “La figura de Rock Hudson fue uno de los primeros puntos de
viraje. Su nombre (roca), hablaba de fuerza viril, pero en sus actuaciones y también
personalmente se encontraba una suave y tersa afabilidad”, la crisis de identidad y del
compromiso afectivo, relaciones fraccionarias (sólo puedes tener una parte de mí), un
ser precario, que puede pasar de modelo a conductor de t.v o de profesor a político, etc.
y la dualidad entre el carnaval (los buenos tipos son aquellos con los que se puede salir
de parranda) y la seriedad (se vuelve serio lo que antes era lúdico, como la
preocupación racional y estratégica de los jugadores profesionales del fútbol).
Más atento al origen de este fenómeno Rafael Argullol10 nos muestra cómo
en el romanticismo nace un yo que deviene dueño de su propio ser “Esta confianza, esta
casi obsesión, en el subjetivismo es totalmente característica de la nueva sensibilidad. El
artista-héroe tiende a identificarse con su héroe-protagonista hasta tal punto que se hace
difícil distinguir lo que es el pensamiento de uno y del otro. Lo que antes era peculiar de la
expresión lírica se generaliza a los -por otro lado poco respetados formalmente- demás
géneros: el «Yo lírico» se convierte, para el poeta romántico, en lo que Coleridge llama
«Yo representativo».”
La tercer característica de nuestros héroes de la ciencia ficción la da Lipovetsky11 ,
los nuevos héroes son narcicistas y por tanto son apáticos y descomprometidos socialmente,
es solamente una causa inercial la que los lleva de un punto a otro o para mostrar su amor
propio a través de otros, pero no tienen un sentido ideal, como nos dice el autor, “mal les
pese a todos es posible en este mundo vivir sin objetivos ni sentidos”. Este punto esta

9
GERGEN KENNETH J. El yo saturado, dilemas de identidad en el mundo contemporáneo . Paidós. Bs. As.
1991.
10
ARGULLOL, R. El Héroe y el único. Destino. Barcelona. 1988.
11
LIPOVETSKY, G. La era del vacío. Anagrama. Barcelona. 1998.
compartido también por Giddens 12 , quién agrega el vector tiempo, ya que “El narcicista
excluye la relación tanto con el pasado como con el futuro y los “destruye” físicamente en
respuesta a los peligros que presenta el mundo actual y al miedo de que todo pueda
acabarse”. Pero a la vez no puede dejar de ser polifónico (dialogar con todos), se convierte
en un Proteo, adoptando discursos y volviéndose a sí mismo como una posibilidad iterable,
repetir elementos de cita de otros, para constituir su amor propio.
Otra característica es la falta de moral rígida, o la falta a secas, el héroe ya no es
bueno o malo, sino ambas y cuando quiere y le conviene, es cruel con sus enemigos, bueno
con amigos o sin escrúpulos con sus patrones, aprende muy bien las lecciones rusas de
Dostoietsky, es un perfecto oficinista en la calle luchando y matando o preparando el
expediente de redención, gusta de lujos y capitalismo, conduce autos a toda velocidad
chocando a puestos de trabajadores, como James Bond y puede caernos simpático matando
al estúpido que trata de conquistar a su mujer.
2. La Antiseducción: A diferencia de las generaciones anteriores que eran
evidentemente cine-televisivas y soñaban con la blonda Marylin Monroe o con un Clark
Gable, o más modernamente con Keanu Reeves ( Matrix), hoy la Antiseducción desarrolla
un papel fundante, y si bien el fenómeno puede ser visto por intelectuales a través de la
novela Betty, la fea, o en los Roldàn, en la CF ese fenómeno se viene dando hace 30 años.
Ninguno de los héroes es bello, ninguno es musculoso o seductor, son más bien como Tito
Roldán o el nuevo Spider Man o el papá de los Increíbles, hombres abandonados y
abandónicos, de doble personalidad, absolutamente conflictuados, como Batman, como
Sperman, o el Corto Maltés, sucios y reos, pero atrayentes por eso mismo, porque
representan esa minoría de los que están del otro lado de las pantallas, son en cierto sentido
voyeurs actuando como personajes, son parte de lo que sienten las personas normales, son
débiles, que como se sabe no tienen seducción, porque como bien dice Ignacio Ramonet
(doctor en historia de la cultura y director de “Le Monde Diplomatique” 13 ), hoy todos ven a
la seducción como una imposición como la que ejerce Estados Unidos en su hegemonía en
todos los otros países y ya nadie, por las características anteriormente citadas soporta que
eso suceda.

12
GIDDENS, A. Modernidad e identidad del yo. Península. Barcelona. 1997.
13
CA RDOSO,O.R.. Entrevista a Ignacio Ramonet. Clarín. Do mingo 8 de julio de 2001.
Por otra parte la Antiseducción deviene sola por la instancia narrativa
atípica, no ajustada a tiempo y espacio, el héroe no es controlado por nosotros, no podemos
decirle “si haces esto, te pasará aquello”, ya no hay dependencia de los lectores, no
podemos indicarles el camino narrativo a seguir, mueren cuando no lo esperamos y renacen
cuando los creemos perdidos 14 .
3. El cambio del imaginario: en un sentido plano se puede abordar el sentido de la
imaginación desde la concepción freudiana, es en primer término y desde este punto de
vista la imaginación, terreno que otrora, al desarrollarse el sentido de la realidad, fue
sustraído expresamente a las exigencias del juicio de realidad, reservándolo para la
satisfacción de deseos difícilmente efectuables15 como se ve en el CF es totalmente
aplicable, ya que ha sido fuente de estos deseos por décadas y creo no se presta a mayores
análisis, incluso si se me permite una anécdota, el fotocopiador, viendo las tapas de
Chichone, un dibujante de comics, me declaró abiertamente que las mujeres dibujadas
estaban más lindas que las que conocía en la realidad (realidad que por otra parte eran
vedettes de televisión que nunca había visto).
Al haber un nuevo cambio en el campo de la ficción, las formas no son tan puras, lo
narrativo se mezcla con la ficción, el discurso no es claro y hoy observamos algunas obras
de arte basadas en campo tan disímiles como la contabilidad hecha poemas o fotos de
guardianes de museo convertidos en fotos de arte llamado “el guardián del museo”. Cito a
Augé 16 que lo dice de la siguiente manera: “Lo que ha cambiado son las condiciones de
circulación entre lo imaginario individual (por ejemplo, los sueños), lo imaginario
colectivo (por ejemplo, el mito) y la ficción (literaria o artística, puesta en imagen o no).
Ahora bien, precisamente porque las condiciones de circulación entre estos diferentes
polos han cambiado, debemos reinterrogarnos sobre el estatuto actual de lo imaginario.
Puede plantearse la cuestión de la amenaza que hace pesar sobre lo imaginario la
“ficcionalización” sistemática de que es objeto el mundo. Y esta operación depende ella
misma de una relación de fuerzas muy concreta, muy perceptible, pero cuyos términos no

14
Para el recorrido narrativo lineal véase Barthes, Ro land. El susurro del lengu aje. Paidós.1994. Ensayo “El
efecto de realidad”.
15
FREUD, S. Ob ras Co mpletas. Versión López Ballesteros. Biblioteca Nueva. 1995.
16
AUGÉ, M. La guerra de los sueños. Gedisa. Barcelona. 1998.
son fáciles de identificar. Para decirlo brevemente, todos nosotros tenemos la sensación de
estar colonizados, pero sin saber precisamente por quién; el enemigo no es fácilmente
identificable y nosotros aventuraremos la hipótesis de que esa sensación está presente en
todas partes, en toda la Tierra, hasta en los Estados Unidos.”
Me parece brillante lo del etnólogo respecto a esta forma novedosa de
encarar la neoparanoia actual, por otra parte el sentido de mezcla entre ficción y realidad es
básicamente entendible, dado que se ha hablado extensamente de ello desde el citado
Barthes a Ricoeur, pero volviendo a esa forma o sensación de estar colonizados es distinto,
es justamente la materia prima de El Eternauta, que por ser uno de los comics más
utilizados aún no habíamos nombrado, pero es también la ilusión generada por Orwell, y la
misma ilusión que genera el riesgo país respecto a una colonización ¿real? del primer
mundo y que es el temor que trata de generar el discurso del Sueñero (otro comics sobre
colonización), o más aún es la conmoción generalizada que provocó el lanzamiento del
norteamericano Geger, ya citado, sobre el proceso de identidad contemporánea cuando nos
convence de una colonización del yo.
Claro que esta colonización generalizada tiene otra cara, el dominio de los
débiles hacia lo que está más débil aún y no da cuenta de esta colonización ( es un efecto
que se podría ejemplificar con las mamushkas rusas, donde una va dentro de otra), es el
caso de la imaginación que se cree fuera de una esfera ingenua y en realidad como nadie
está en ese lugar ese lugar es usurpado por la virtualidad, la imaginación se activa ante la no
visión del otro de la nueva palabra que da patrones estéticos absolutamente inverosímiles y
no nos importa, de esta manera, puedo meterme a un chat de adolescentes y tener 15 años,
mentir sobre todo, vivir como sí fuera, mi cabellera crece, mis arrugas desaparecen, la
imaginación vuelve al viejo lugar freudiano y se autoreferencia. Es más desde la aparición
de páginas web como la Dream machine, donde puedo “idear un tipo de mujer” hasta el
amor que puedo tener a Jessica Rabbit o a Lara Croft, que salió hace un par de años cuando
la película no existía como ¿la mujer? más sexy, siendo un dibujo de computadora, son
muestras más que suficientes del nuevo lugar del imaginario y por tanto de la imaginación.
En este campo el CF hace años gana terreno, ya hablaba de colonización en
todo sentido (alienígenas, hombres por hombres, máquinas, sueños sobre realidad, sudacas,
indios, etc.), y de la neoparanoia respecto a las cámaras que instalaban en los ojos, en la
historieta ya se hablaba de lugares desvastados y nosotros imaginábamos una Argentina
desvastada aún cuando se tratara de un autor norteamericano, se perdían los recortes de
ficción y realidad, en fin amigos, y para terminar, se podría decir que los elementos
presentes en cada Ciencia Ficción nos devuelven con creces un recorte de imaginación, un
breve y absoluto estado intrauterino, como lo dice Voloshinov 17 y dejan la sensación de
labor cumplida, como cuando uno saca una película y se sienta en su sillón en la oscuridad,
termina de verla y queda pensando el qué, salvo que la matriz materna es el cuadrito en sí,
por eso comenzar un relato de ciencia ficción es mejor que terminar de leerla, ce rrar el libro
es la muerte, esa otra matriz, mientras que las que se prolongan en el continuará, nos dejan
respirar más tiempo, de allí que se prefiera leer de a trozos, ver novelas que también son
trozos o ver sólo capítulos de este libro como un trozo, el todo nos atemoriza y nos mata….

17
VOLOSHINOV, V. Freudismo. Un bosquejo crítico. Paidós. 1999.
Mesmer, el último de los alquimistas
Antonio Ferrero.

Franz Anton Mesmer (1734-1815) nació en Iznang, pequeña aldea de la orilla


alemana del lago Constanza.
Se recibió de médico en 1766, realizó sus prácticas en Francia, en las afueras de
París, en una residencia acondicionada para efectuar tratamientos en contacto directo con la
naturaleza.
Filósofo, teólogo, músico, con conocimientos de química, física y astrología, entre
otros, intentó integrar saberes desde una teoría teofilosófica, en la que sostenía la existencia
de un fluido magnético gravitacional universal. Buscó unir la física y la química a través de
una medicina psíquica.
Stefan Zweig hace un análisis de Mesmer en relación con la psicología. En verdad,
la visión mesmeriana es de tipo integral. Intenta reunir todos los saberes en una propuesta
“transpsicológica” de anclaje “existencial”, hasta se podría decir personal. No hace escuela
en cuanto a un marco dogmático, ya que en su propuesta es necesario poseer el “talento” y
la capacidad de quien maneja estos fluidos universales y “animales”.
En un principio utiliza como instrumento medicinal el hierro, su imantación. Luego
pasó a la piedra magnética, la que era deslizada por las partes enfermas del paciente.
En su clínica Mesmer magnetizaba el agua, los árboles, los objetos en general que
iban a tener contacto con el paciente. Éste tenía que abrazarlos y sentir ese fluir magnético
hasta despertar el propio.
Esto es así hasta que se nota que no es la piedra lo que cura. Es la mano. El mejor
instrumento que influye sobre el cuerpo es la mano… Lo mejor para influir sobre un cuerpo
humano es otro cuerpo humano (transferencia). Así, Mesmer reemplaza las varillas de
hierro por el uso de sus manos, tocando en las partes enfermas.
Realizaba también tratamientos de hidroterapia, que continuarían por años.
Actualmente se puede encontrar una variante de esto en las “aguas termales”, aunque sin
todo el despliegue escénico mesmeriano.
El momento terapéutico era el ingreso a las “cubas de agua” o “cubas magnéticas”.
Las pacientes debían colocarse en círculo tocándose las manos y los pies; él entraba y su
sola presencia magnetizaba el ambiente. Entonces, comenzaba el fluido a producir
alteraciones, buscándose llegar al punto máximo: la crisis.
Algunas pacientes comenzaban a convulsionar y entraban en total estado de
inconsciencia. Luego eran retiradas por sus asistentes y llevadas a sus aposentos. Estas
situaciones provocaban muchas sospechas y comentarios… Se suponía que el gran
magnetizador luego acudía a sus habitaciones para calmarlas.
Mesmer consideraba que las “crisis” eran necesarias para liberar las zonas enfermas.
Una catarsis que oficiaba de purificación. El acto de su ingreso a la “cuba” provocaba la
inmediata agitación y el despliegue del fluido animal.
Mesmer intentaba experimentar con lo físico-químico-psíquico, ya que también se
lo consideraba un medico psíquico. En sus pacientes (en general mujeres) con su método
distinguía los cuadros tratables (histeria - hipocondría- melancolía…) de los no tratables.

Por otro lado, Mesmer era un erudito que usaba la música y “otras artes” como
auxiliares terapéuticos. Poseía una armónica de cristal con la que armonizaba los fluidos y
era amigo personal de Mozart y de Beethoven.

1
El pasaje de los imanes al masaje directo de las partes afectadas hacía indispensable
su presencia y estrechaba la relación con los pacientes, en donde el maestro desplegaba
todo su talento.
Mesmer es descripto de la siguiente manera: una figura alta y elegante, bien
parecido, rubio de ojos azules casi grises y de una penetrante mirada.
Algunos lo consideraban un alquimista, un nuevo mago que surgía a la sombra del
siglo del Iluminismo y de la guillotina.
Sólo se necesitaba la fricción manual de Mesmer para que los nervios entraran en
excitación y se contrajeran o extendieran de acuerdo a la afección y a cada organismo, dado
que cada uno reaccionaba de una manera diferente. Sus manos eran curativas, poseían el
magnetismo del fluido universal.
El saber del facultativo concentra toda la atención. Según Mesmer, la virtud curativa
estaba en la figura del médico, portador de un fluido magnético que emanaba del resplandor
de sus ojos. Luego vendrían los “pases magnéticos”. El médico, la gran figura magnética a
cuyos pies se desvanecían sus pacientes suplicando por “ese toque” salvador.
De esta manera el campo de la mirada se abre a la fascinación, en donde la figura
del curador se acercaba a la de un Dios.
Mesmer, como después Charcot, Janet, Breur, Freud, entre otros, tiene su doncella
que lleva en el cuerpo las marcas del maestro actuando todo el desarrollo teórico del ilustre
Poder: la señorita Paredes.
La señorita Paredes daba conciertos y era una gran atracción en la Corte porque
desde niña estaba ciega. Mesmer posó sus manos en ella y comenzó a ver penumbras… La
primer figura que vio fue al doctor. Exclamó: “¡Es espantoso ver esto! ¡ Esta figura es el
hombre! Su vista me resulta insoportable… Su nariz… es una amenaza…”. Los padres de
la doncella se volvieron contra el doctor porque, al volver a ver, la niña perdió todos los
privilegios de la Corte… Era tal la aplicación de Mesmer que la asistía personalmente en la
habitación. La madre de la muchacha arremetió contra la misma, ya que ella rehusaba
abandonar a su benefactor. Se produjo un gran escándalo, con la intervención de la Iglesia y
la academia Francesa. La muchacha fue devuelta a su familia, aún no curada, y el método
de curación fue llevado a juicio. Se ordenó una investigación sobre el mismo y se formó un
jurado.
Mesmer competía con la Iglesia, arrebatándoles los cuadros de “exorcismo”. La
cura por magnetismo mostraba que el origen de dicha posesión era de orden psíquico. En
verdad, estas mujeres (histéricas) pasaban a ser sus posesas. Así, la histeria medieval
abandonaba el cuadro de posesión demoníaca, que tanto goce y tanto trabajo había ofrecido
al deseo de los inquisidores, los que ocupaban toda su vida en perseguir, capturar, torturar y
quemar brujas.
Ahora es el siglo de la ciencia, en donde las brujas podían gozar de mejor salud y
aspirar luego, con los años, al seguro social. Sus cuerpos pasan a ser objetos de deseo de La
Ciencia, al precio de que el médico nada deba desear.
En el nuevo método de estudio (experimental) estas pacientes ya no son objeto de
deseo divino y, por lo tanto, divinas. Son sólo objeto de manipulación científica. De esta
manera serán luego despedazadas por los cirujanos. Su ganancia es evitar ir a la hoguera y
perecer de una vez. Es decir, su ganancia es a pura pérdida.
Y, en la mayoría de los casos, los victimarios (médicos) pasaban a ser las víctimas.
La ciencia les ofrece a ellas un goce en el sufrimiento, una modalidad más aguda y
más lenta, bajo la promesa de ser salvadoras de la humanidad, cuando antes eran la causa
de la perdición y la condenación de la misma.

2
Un nuevo culto comenzó bajo las reglas de lo claro y distinto, lo dividido en mayor
partes posibles, lo enumerado, clasificado, correspondientemente demostrado, comprobado
y comunicado, dado a conocer en un lenguaje unívoco. Allí la Real Academia.
No obstante, el Psicoanálisis (escuela francesa) sostiene que la verdad tiene
estructura de ficción y que es a medio decir.
Es necesario describir el escenario mesmeriano para tomar conciencia de la
magnitud del fenómeno:

“Aparece grave, lento, con porte lleno de dignidad, irradiando calma en medio de la general
inquietud y apenas se acerca a los enfermos empieza ya a correr un ligero temblor a través
de la cadena, como provocado por un impulso del viento. Viste una larga bata de seda lila
que recuerda a Zoroastro o el traje de un mago indio, y severo, recogido como un domador
de fieras que armado de una sencilla varilla, detiene la arremetida por la sola fuerza de su
voluntad, va pasando con su bastoncito (…) de enfermo a enfermo (…) se detiene ante uno,
le pregunta en voz baja por su mal, luego le pasa la vara magnética en determinada
dirección por una región del cuerpo, mientras atrae, por una especie de fascinación, la
mirada del paciente, saturada de esperanza. En otros, prescinde de todo contacto con la
varilla y dibujando en el aire un círculo invisible, circunscribe en él la frente o bien el
centro de la región dolorida, siempre concentrando la mirada, fija la pupila, en la del
paciente captando así por entero su atención…generalmente no pasa mucho tiempo sin que
una de las pacientes al contacto de Mesmer empiece a temblar; bruscas convulsiones agitan
sus miembros, empieza a sudar, gritar, suspirar o gemir…una especie de sacudidas
eléctricas recorren toda la serie de pacientes; se produce un estado colectivo de excitación
máxima, un segundo enfermo y un tercero entran en convulsiones, y de pronto el aquelarre
es completo. Unos se revuelcan por el suelo presas de fuertes convulsiones y extraviados
los ojos, otros rompen a reír, a gritar, a gemir, a bailar hipnóticamente como poseídos,
parecen muñidos de un entresueño bajo la mirada penetrante de Mesmer (manifestaciones
todas que pueden observarse perfectamente en los grabados de la época) (…) mientras
sigue tocándose la música para agudizar más y más aquel estado de tensión, ya que, según
la famosa „teoría de la crisis‟ toda enfermedad de origen nervioso debe desarrollarse y
llegar al punto álgido, debe ser rezumada, para que sea posible el restablecimiento (…) las
pacientes más agitadas eran llevadas a sus aposentos, esto llevo a numerosas sátiras que
afirmaban que las damas más nerviosas eran apaciguadas por medios harto fisiológicos.
Las más peregrinas escenas se producen a diario en el gabinete mágico de Mesmer.
Enfermos que se levantan dejando a la cuba de un brindo y se desprenden de la cadena,
declarándose curados; otros que se hincan de rodillas besando las manos del médico; otros
que le suplican intensifique la corriente o que los toque nuevamente… No bien sale
Mesmer a la calle, se le acercan enfermos, anhelantes de tocar sus vestiduras, princesas y
duquesas solicitan de rodilla la gracia de su visita (…) comprando todos los elementos para
ser atendidas en forma personal. Y un día presencia París un espectáculo de verdadera
demencia: en plena calle Bondi, centenares de personas, atadas con cuerdas a un árbol
magnetizado por Mesmer, esperan el momento de la „crisis‟. Nunca obtuvo médico alguno
un éxito tan rápido y portentoso, durante cinco años la sociedad parisiense no habla de otra
cosa que de su tratamiento mágico magnético.” .1

Ante esto el poder interviene. En 1784 interviene una comisión compuesta de


expertos de la Academia de Ciencias y de la Sociedad Real de Medicina…

1
ZWEIG, S. La curación por el Espíritu. Ed. Anaconda. Buenos Aires, 1949. Págs. 64 y 65.
3
”… hombres que hoy gozan de fama universal: Entre los cuatros médicos, se halla un cierto
doctor Guillotin que siete años más tarde, inventará aquella máquina que cura en segundos
las enfermedades terrenas: la guillotina. Entre los demás nombres, brillan el de Benjamín
Franflin, inventor del pararrayos, el de Bailly, astrónomo, el de La voisier, reformador de la
química y el de Jussieu, célebre botánico…dos de ellos Bailly y Lavoisier, pocos años
después pondrán la cabeza bajo la maquina de su colega Guillotin…el informe ha de
limitarse a responder a dos preguntas; A y B, diciendo, prime ro, si este magnetismo animal
puede ser demostrable y segundo, si es útil en medicina, porque por una parte puede existir
y no ser útil , por otra, en modo alguno puede ser útil si no existe…”. 2

La verdad en el orden de lo pragmático como único criterio.


El informe describe al método como un estado de sugestión que se aplica a los
débiles de espíritu, pero que no tiene ninguna base científica.
No hay un nivel de eficacia demostrado y los efectos dependen de la imaginación
del enfermo. El informe tiene una conclusión fulminante: “No hay nada que demuestre la
existencia de un fluido magnético-animal, y por consecuencia esto no tiene utilidad alguna,
asimismo la comisión manifiesta que estas reiteradas excitaciones a las crisis pueden ser
nocivas, y que la visión de tales crisis se torna peligrosa, a causa de una tendencia natural a
la repetición, propia del organismo, y que, por consiguiente, el tratamiento público por este
sistema acarrea con el tiempo consecuencias funestas”.
Este es el informe público dado a conocer el 11 de Agosto de 1784. La comisión
añade otro privado, dirigido al Rey, señalándole, en un lenguaje sombrío, los peligros a las
buenas costumbres que encierra esta enervación y promiscuidad de sexos.
Deberán transcurrir 100 años, hasta la llegada del sabio francés Charcot y su nueva
puesta en escena de los procesos “sugestivos”, para el reconocimiento de la Academia y
para la hipnosis como posibilidad terapéutica.
Mesmer tiene que retirarse de París. En verdad, el silenciamiento de su método le
dará una excitación aún mayor en lo social, con participación masiva del goce y con la
intervención de la máquina del señor Guillotin… La Revolución Francesa.
Ahora, en donde se colocaba una pequeña cuba solo cabría la cabeza. Y el
instrumento no era ya la varita de hierro sino la afilada cuchilla. Ya no se unían las manos,
sino que se saltaba de entusiasmo ante las ejecuciones masivas de carácter publico.
Un espectáculo gratuito para el pueblo, esta vez a cuenta de la aristocracia.
El método del señor Guillotin había superado al de Mesmer y recibía el entusiasmo
masivo duplicando el efecto escénico anteriormente descripto.
Aquí se anudan los dos significantes en lo real sobre los que, al decir de Lacan, gira
la existencia del sujeto: Sexualidad y Muerte.
Al desatado erotismo mesmeriano vendrá a oponerse el goce de muerte. Lo social
sucumbe hacia el segundo de los significantes porque, paradójicamente, lo encuentra menos
peligroso. Ante la desmesura de Mesmer se prefiere la mesura del doctor Gillotin.
Esto que se presenta como opuesto no lo es. El actual saber médico acerca un dato
extremadamente valioso: el espermatozoide en el momento de ingresar al óvulo es
decapitado, esa cola que le permitió la movilidad queda fuera, es la cabeza lo que
importa… Más de una metáfora se puede construir por este camino.
El acto supremo de creación exige una muerte, aquella que los varones no querrán
dar en lo social. ”De forma simbólica” Edipo, en su fracaso al resolver el enigma, para no
morir se dirige a un retorno a la madre.

2
ZWEIG, S. Op. Cit. Págs 69 y 70.
4
Mesmer desata las fuerzas, las pone en juego, por eso se lo nombra como el padre
de la psiquiatría „dinámica‟. Podrá no ser cuantificable esa fuerza, pero que es real, es real,
al decir de lo popular: las brujas no existen, pero que las hay, las hay. Esta paradoja es
retomada por Freud en su metapsicología, a la que llamaba la “bruja”.
La herencia de Mesmer: su más fiel discípulo y ayudante, el Conde Maxime
Puységur, es quien se hará cargo del trabajo sobre los fenómenos de sonambulismo
artificial, utilizando ese magnetismo bajo otro uso y nominación… La Hipnosis.
En referencia a esa época, en donde el espíritu de Goethe sobrevolara:

“Lo principal está en comprender que todo lo real y efectivo es ya, en sí, teoría. No hay
que buscar detrás de los fenómenos, pues ellos mismos constituyen la doctrina.”. 3

El texto finaliza de esta manera:

” …Mesmer, el primero de los psicólogos modernos que ha debido tomar sobre sí la suerte
ingrata eternamente reservada a los que llegan antes en el tiempo, pues siempre se cumple
aquella viejísima y bárbara ley de la humanidad, antaño en sangre y hoy en espíritu, aquel
mandato inexorable, según el cual en todas las épocas los precursores han de ser
sacrificados.”. 4

3
ZWEIG, S. Ib id. Pág. 82.
4
ZWEIG, S. Ib id. Pág. 98.
5
6
La inyección a Irma: una química sexual

Freud, en una carta a su querido amigo Wilhem Fliess, escribe entusiasmado que quizás un
día se inscriba una placa de mármol con la siguiente inscripción:

Aquí, el 24 de Julio de 1895 se le reveló al Dr. Sigmund Freud el secreto de los sueños.

¿Cuál es el sueño que guarda y revela tal secreto?


¿De qué secreto se trata?

Primero, es necesario leer el fragmento de sueño que Freud escribe:

”En un amplio hall. Muchos invitados, a los que recibimos. Entre ellos, Irma, a la que me acerco en
seguida para contestar, sin pérdida de momento, a su carta y reprocharle no haber aceptado aún la
„solución‟. Le digo: ‟Si todavía tienes dolores es exclusivamente por tu culpa‟. Ella me sorprende:
‟Si supieras qué dolores siento ahora en la garganta, el vientre y el estómago!…¡Siento una
opresión!…‟ Asustado, la contemplo atentamente. Está pálida y abotagada. Pienso que quizá me
haya pasado inadvertido algo orgánico. La conduzco junto a una ventana y me dispongo a
reconocerle la garganta. Al principio se resiste un poco, como acostumbran hacerlo en estos casos
las mujeres que llevan dentadura postiza. Pienso que no la necesita. Por fin, abre bien la boca, y veo
a la derecha una gran mancha blanca, y en otras partes, singulares escaras grisáceas, cuya forma
recuerda al de los cornetes de la nariz. Apresuradamente llamo al doctor M… que repite y confirma
el reconocimiento… El doctor M. presenta un aspecto muy diferente al acostumbrado: está pálido,
cojea y se ha afeitado la barba… Mi amigo Otto se halla ahora a su lado, y mi amigo Leopoldo
percute a Irma por encima de la blusa y dice: ‟Tiene una zona de macidez abajo, a la izquierda, y
una parte de la piel, infiltrada, en el hombro izquierdo‟ (cosa que yo siento como él, a pesar del
vestido). M. dice: „ No cabe duda, es una infección. Pero no hay cuidado; sobrevendrá una
disentería y se eliminará el veneno…‟ Sabemos también inmediatamente de qué procede la
infección. Nuestro amigo Otto ha puesto recientemente a Irma, una vez que se sintió mal, una
inyección con un preparado a base de propil, propilena… ácido propiónico… trimetilamina (cuya
fórmula veo impresa en gruesos caracteres). No se ponen inyecciones de este género tan
ligeramente… Probablemente estaría además sucia la jeringuilla.”.1

Freud contextualiza el sueño. Están en una villa y su mujer está por cumplir años. Ella dice
“desear” que vengan a comer algunos amigos, entre ellos está Irma. Luego Freud reconocerá que es
una dificultad en la transferencia tomar en análisis amigos cercanos o familiares.
Dirá que es un sueño de anticipación, en donde están en el cumpleaños de su mujer y
reciben a los invitados en un “hall”. Entre los invitados se haya Irma. En el sueño reprocha a Irma
por no haber aceptado la “solución”. Él le dice cuál es el sentido de sus síntomas y con eso logra
que ella se tome vacaciones.
¿Vacaciones de sus síntomas? ¿Vacaciones de Freud?
A este sueño hay que enmarcarlo dentro de un fracaso terapéutico. Freud busca desde su
inteligencia inconsciente “la solución” a esos síntomas no resueltos: dolores en la garganta, el
vientre y el estómago… una gran opresión, sensaciones de malestar y repugnancia. Reconocerá que
aquello que se manifiesta en el orden del pudor, el asco, la repugnancia… Tiene un origen sexual.
Ubicará el cuadro clínico como histeria. No obstante, tiene la ilusión de que el problema sea
orgánico. Así evitaría reconocer su fracaso terapéutico.
La dentadura postiza: Freud reconoce que no la necesita y a la vez se lamenta; “no he
tenido nunca ocasión de reconocer la cavidad bucal de Irma”. Asocia este fragmento del sueño con
una institutriz que él había conocido… En cuanto a los dolores del vientre y la resistencia a las
indicaciones, lo asocia con su mujer. ¿Irma es también su mujer?

1
FREUD, S., Interpretación de los Sueños, Editorial Nueva Visión, madrid, 1981, pp. 412, 413
1
Parece que su paciente no era tan paciente.
Logra que Irma abra la boca en el sueño: “En la garganta veo una mancha blanca y escaras
de forma semejante a los cornetes de la nariz“. Fliess había desarrollado una teoría en donde
demostraba la intimidad entre los cornetes de la nariz y la genitalidad. Freud dice que en esa época
solía tomar con frecuencia cocaína para aliviar una molesta rinitis. A la vez, se reprocha la muerte
de un amigo por el uso abusivo de la droga que él indicó. Su amigo la utilizó a través de
aplicaciones de “inyecciones” de cocaína.
Una “solución” que llevó a su amigo a la muerte… Aquel que sí siguió sus “indicaciones”.
E Irma hace un desplazamiento de las indicaciones a las vacaciones. Parece que ella, en este estado
de histeria como la patología de la doble conciencia, está más que en una nube. Sabía ciertas cosas,
una de ellas era que Freud estaba equivocado en su diagnóstico.
Se puede decir que se encuentra la revelación de una verdad epistemológica que, al mismo
tiempo, es desmentida en el cuadro de la histeria. Por eso ella muestra y oculta al mismo tiempo y
en diferentes lugares.
Por ese “umbral” penetra el psicoanálisis freudiano.
En la división de la mayor cantidad de partes posibles del sueño, que es un todo, Freud
separa un pedazo especialmente apetitoso y lo titula “A pesar del vestido”. Él se esconde en la
moral del médico, ante la necesidad científica de revisar el “cuerpo desnudo” de la paciente pero, a
la vez, deja “ver” su ética del deseo, ver el cuerpo desnudo de Irma.
Señala que, como protección, algunos médicos acostumbran a ocultar y “palpar” a las
pacientes a través de los vestidos.
¿Protección para quién?
He aquí el nudo del problema: el “objeto” de estudio. El médico necesita hacer un discurso
de no deseo para poder acercarse a lo que desea. En el sueño Freud revela la impostura de la
ciencia médica.
Lo que abre al interrogante acerca del método: ¿cómo acercarse a ese objeto de estudio?,
¿cómo debe colocarle una inyección a Irma?
Ex-presa que a él le parece ridículo la parte del sueño en donde M. dice: “No cabe duda, es
una infección. Pero no hay cuidado sobrevendrá una disentería y se eliminará el veneno.”.
¿De qué infección se trata? ¿Cuál es el veneno que se eliminará?
¿Quién tiene la jeringuilla sucia?
Hay un riesgo de metástasis, que “eso” se expanda y llene el cuerpo, comprometiendo los
“órganos”. ¿De qué órganos se trata? ¿Los del vientre?
La inyección a Irma, los doctores de la ciencia debatiendo acerca de “cómo se debe
vacunar a una mujer”… Por cierto, un misterio al que Freud se aboca de por vida (pérdida de
mandíbula por medio, queda con la boca literalmente abierta, sin su maxilar inferior, sin poder
articular y con una prótesis mecánica)
¿El psicoanálisis es esa pro-tesis para poder articular algo allí donde hay un vacío?
Un genial artificio para vencer las resistencias de esas bocas que no se quieren abrir. Lacan
dirá que no hay ningún saber acerca de la sexualidad y por eso lo ubica en el registro de lo real. Un
encuentro en el que cada uno hace lo que puede con lo que tiene.
Un sueño de sexualidad y muerte (vida). Irma es una joven viuda… ¿Qué misterio guarda la
viuda joven? ¿Qué atracción y que temor?
La química sexual como génesis de las enfermedades nerviosas.
Freud dice que hay otra, una joven viuda que él “quisiera tener” como paciente, pero guarda
el secreto acerca de quién es. En este juego de salón, está ese “hall” en donde él recibe o… ¿dónde
él quiere ingresar? ¿Ese hall de que espacio de trata? ¿Del espacio de entrada?
¿Cuál es la morada que Freud quiere habitar? ¿Un nuevo espacio por inaugurar?
Marta esta gra-vida… Sueño de “Gravida”… Este iniciador, ¿quiere extenderse hacia todos
los espacios vírgenes? Recuérdese su identificación con Alejandro, el gran conquistador, desde su
nombre, Freud el Magno.
La fórmula: Trimetilamina.
Hay que atender al lugar y la fuerte influencia de Fliess en la vida de Freud. Hay que
considerar que en esta época Fliess, en un congreso en Munich, mencionó el papel fundamental que
desempeñaría la “sustancia” trimetilamina en la química sexual.
2
Se puede trabajar esta condensación, y sus juegos de desplazamiento, en la regla de la
contigüidad (una cosa debe ser analizada en relación a la que la sigue).

Tri: remite al tres, casi literalmente (hacia los varones y hacia la mujer).
Meti: meter. El vacunar, lo que ingresará en el cuerpo de Irma, que está asociado a la “sucia”
jeringuilla, supuesta causa de la inyección, diríase inflamación. En este “vacunar” hay dos
misterios: la concepción y el alumbramiento.
La-mina: escrito de esta manera hace referencia a una, en este caso Irma, pero por el juego de la
condensación; las minas son muchas. A la vez Mina es la hermana de su mujer.
Lamina : es el velo. Remite al misterio de la virginidad (mujeres reacias a abrir la boca). Recuérdese
que en el campo médico en relación con la genitalidad femenina se habla de los “labios inferiores”,
tratando a la vagina como una boca. De esta manera aparecen dos bocas y un juego continuo de
desplazamiento de sentido en ese sentido.
El campo de las asociaciones queda abierto, estas son algunas referencias mínimas para
seguir avanzando hacia el misterio del sueño.
Rodrigué recuerda que Freud se identificaba con Moisés. De esta manera, la placa de
mármol seria la(s) nueva piedra de la Ley. Bajando Freud del monte Sinaí de los sueños, entrega la
Ley del inconsciente. En dos bloques: Condensación y Desplazamiento. ¿Será esa a la vez la forma
biológica de engendrar y dar vida? Guardadas en el Arca/cuerpo de Irma… Sólo unos pocos
elegidos pueden tocar, aquellos que estén purificados (que no estén contaminados, jeringuilla sucia),
de lo contrario morirían (joven viuda).
Rodrigué hace una relación entre Freud y Colón: ambos descubrieron un nuevo continente.
Pero, en el caso de Colón, fue otro el que le dio el Nombre América. Quizás sea Lacan el que le dio
nombre al nuevo continente freudiano. Da a entender que Américo Vespucio es a Colón lo que
Lacan a Freud, por medio del postulado: El inconsciente esta estructurado como un Lenguaje. Por
medio de la posibilidad de un “sujeto” del inconsciente.
Queda abierta la relación entre Moisés y Josué. ¿Quién fue el Josué del Moisés Freud, aquel
que pudo cruzar el Jordán y llegar a la tierra prometida? En el sueño pareciera que fuese Otto (otro)
el que logra tocar (pisar) esa tierra.
Es importante recordar que en la época freudiana no estaba creado el Estado de Israel, lo
que favorecía ese desplazamiento hacia otros lugares. En Freud quizá la Roma, que tanto lo
fascinaba.
¿El territorio “virgen” es acaso el Inconsciente? ¿Cuál es el deseo del deseo de este sueño?
En el deseo del deseo tenemos el sujeto. En este caso, Freud que busca su objeto, en este caso
“penetrar” en el alma de Irma, pero aún no tiene el método para hacerlo y parece que ella favorece y
desfavorece al mismo tiempo.
Esta fórmula muchas veces fue asociada al descubrimiento de la piedra roseta por los
arqueólogos de Napoleón. Piedra que, al tener el mismo escrito en diferentes idiomas, permitió
descifrar los jeroglíficos. De esta manera la Arje(principio)logía freudiana da la piedra roseta de la
condensación y el desplazamiento, instrumentos que luego Lacan denominará metáfora y
metonimia, para usarlos con más propiedad en el plano del Lenguaje.
Haré girar los fragmentos para obtener cierta imagen en este calidoscopio freudiano. Mina
es la hermana de su mujer, Marta, quien vive con ellos al quedarse viuda muy joven. Encontramos
allí una actualización del Levirato2 . Marta está en el momento del sueño embarazada de su sexto
hijo. Aquí se tiene a medio camino el tema de la concepción y el del alumbramiento. En este
momento Fliess le comenta entusiasmado a Freud que había descubierto un método anticonceptivo
eficaz y Freud se lamenta de haber llegado tarde. Luego analizará todos los métodos
anticonceptivos del momento y los rechazará por ser motivo de síntomas neuróticos, sobre todo el

2
Lev irato (lat. levir, cuñado) Bib l. Institución antiquísima, incorporada bajo una forma restringida a la
legislación mosaica (Deut.25, 5-10), en v irtud de la cual se imponía a la viuda que había quedado sin
descendencia masculina la obligación de casarse con el hermano o pariente más próximo del marido difunto
(Rut.4), cuyo nombre debía llevar el primogénito nacido del nuevo enlace. El cuñado - en hebreo yabam -
podía sustraerse a la obligación de unirse a la viuda de s u hermano, en cuyo caso se le sometía a una
ceremonia hu millante. Diccionario Enciclopédico Labor, Ed itorial Labor, T. V, Barcelona, 1967.
3
coito interruptus. Preferirá una vida célibe a partir de los 40 años (no se sabe nada de lo que Marta
pensaba al respecto).
Su mujer está embarazada de una niña, que llevará por nombre Anna (la vestal, una mujer
que queda virgen). El nombre de Anna es puesto en homenaje a su antiguo profesor de hebreo, que
tenía una hija con ese nombre.
La formula remite a la “solución”. Irma se había ido de vacaciones, desoyendo la
“solución” propuesta por Freud (fracaso terapéutico). En sus reuniones de los sábados por la noche
su colega Otto le informó con picardía que Irma no estaba bien (además, es aquel que tiene el
privilegio de tocar a Irma).
En este tiempo transcurre el caso Emma Eckstein, una paciente derivada por Freud a Fliess,
para que la operara de acuerdo a su teoría de los cornetes nasales. Él comete hiatrogenia al olvidarse
unas gasas, deja dentro de ella “tela esterilizada” (quizás un acto inconsciente de querer devolverle
la virginidad del himen). Prontamente hay infección y se ven manchas y escaras, lo mismo que
aparece en la garganta de Irma, puntos histerógenos.
En esta época Freud usaba mucha cocaína y seguramente su nariz también se encontraba
muy “irritada”. Luego pasa al uso del tabaco.
Freud elabora una teoría mítica de pasaje del hombre de su estado animal, en donde
caminaría en cuatro patas, y dirá que antiguamente el olfato era el sentido más desarrollado por
estar a la altura de los genitales, siendo ese el motivo de “erguirse”, cuando pasa a desa rrollar el
sentido de la vista. El giro epistémico freudiano es poner al hombre en otro plano, el del viento, ya
que le enseña a privilegiar un nuevo sentido: la audición. Erguido ya no es necesario ver para saber
lo que esta allí. Desde este lugar se pueden “aprender” otras cosas. Desde la cita de Lacan de que al
principio era El Verbo, podríamos decir que lo acerca a Dios.
El sueño es a la vez un juicio por el acto de hiatrogenia médica.
Escenas del sueño:
1° acto: la responsable es Irma, por no haber aceptado la solución y por no permitir que se abra su
boca.
2° acto: se hacen pericias médicas y se interroga el cuerpo del paciente. Método experimental, Irma
“palpada y percutida”.
3° acto: la culpa es de la inyección. “Las inyecciones son siempre peligrosas”, pueden infectar.
4° acto: aparece el abuso de Otto. Homofonía con otro (otro es el culpable).
Rodrigué cita a Freud en cuanto al sentido del sueño:

“Lo que está detrás, oculto, es el delirio de grandeza sexual: las tres mujeres, Mathilde, Sophie y
Ana, son las tres madrinas de mis hijas, ¡y yo las poseo a todas!“.3

Esta “omnipotencia erótica” revela la identificación con el padre de la horda, aquel que
poseerá a todas las mujeres en Tótem y Tabú, “padre del goce impenitente, violador de sus propias
hijas”. Rodrigué hace referencia a una paciente en especial, de nombre Mathilde.
Mathilde, internada por Freud, en pleno delirio maníaco, desarrolló una psicosis
transferencial. Un cuadro de erotomanía. Cita un fragmento de la escritura freudiana:

“La paciente que se jacta de ser judía, exige ser lleva a presencia del Dr. Freud; se tira al
suelo (cuando este deseo no se le concede), amenaza con suicidarse e intenta estrangularse con una
trenza de sus cabellos…canta y grita de manera erótica… A pesar de la contención, logró arrancarse
una trenza con los dientes. Ninfomaníaca, rueda por el suelo masturbándose, llamando al Dr. Freud,
profesando ser su esclava.”.4

Freud no sabe qué hacer y le receta sulfonal, una droga peligrosa. Al poco tiempo la
paciente muere de un cuadro “agudo de porfiria”.

3
Cf. RODRIGUÉ, Emilio, Sig mund Freud, El sig lo del Psicoanálisis, Editorial Sudamericana, Buenos Aires,
1996, pp. 29, 30, 31.
4
Citado por RODRIGUÉ, Emilio, Sigmund Freud, El siglo del Psicoanálisis, Ed itorial Sudamericana,
Buenos Aires, 1996, p. 30. To mo I.
4
Freud, sin hallar la “solución”, no acierta con la droga. Debe abandonar el camino del
químico para descubrir la “química sexual” y, especialmente, debe abandonar el camino de la droga
personal, la cocaína, por una menos riesgosa, el tabaco, pero no menos peligrosa: le cuesta un
doloroso cáncer.
Freud había tratado a Mathilde con hipnosis. Es muy posible que Meynert culpara a Freud
de esta muerte, debido a que consideraba la hipnosis un método hiatrogénico. Un dato importante es
que la hija mayor de Freud se llamaba Mathilde y que casi muere por difteria.
Rodrigué interpreta lo siguiente:

“…este trío de la cocaína (cuyo nombre desconocemos) Mathilde S. y Mathilde hija, encarnan las
tres transgresiones de Freud: la cocaína, la hipnosis y la pulsión incestuosa.”.5

En la crisis de los cuarenta años él sostiene que llega un momento en la vida de un hombre
en que debe decidir y consagrar su vida a una actividad. En su caso, el Psicoanálisis.
El texto de referencia es la “Interpretación de los sueños”, en donde se demuestra que el
sueño es una realización de deseo. El sueño con Irma señala el deseo freudiano, sueño inaugural que
remite a un arje sexual infantil.
Retorna la sombra de Fausto en el epígrafe del texto: “Flectere si nequeo superos, acheronta
movebo”; “Si no puedo conciliar a los dioses celestiales, moveré a los del mundo subterráneo.”. No
es precisamente una frase científica.
¿Freud un nuevo Fausto ?
¿Un pacto para alcanzar el alma (Psijé) de Helena-Irma?
Freud se encargó de expresar que Goethe fue decisivo para su elección.
En Irma hay tres mujeres, pero estas tres mujeres remiten a algo más antiguo: las Parcas, las
Horas… Aquellas que hilvanan, tejen y cortan el destino de la humanidad. ¿El destino del
Psicoanálisis? El nacimiento de su hija menor; Anna, que tejerá una mortaja psico-ana-litica (teoría
de las resistencias) y lo acompañará hasta su muerte.
El ombligo del sueño remite al Onfalos (orificio), desde donde la pitonisa era poseída por el
Dios que la habitaba, la inundaba en forma de vapor.
El oráculo, en un inicio, era propiedad de Gea (la madre tierra). Luego fue robado por
Apolo. El hecho de encontrar su referencia topológica en una “grieta” remite a su génesis. En este
contexto, su opuesto era lo Ictifálico, en la figura de Priapo, hijo de Dionisio, que preside
(presidente) y dirige la orgía (rito religioso, en honor a su Padre) con un desmesurado miembro viril
siempre erecto (bastón de mando).
Es evidente la intimidad sexual en la relación con el poder, lo que revela la esencia y el
verdadero problema del poder, el “poder” sostenerlo y, por otro lado, el “poder” conservarlo.
Freud postula un tercer termino: el Falo, que tiene una referencia genital. Pero no es el
genital como en lo Ictifálico; lo representa, es una premisa universal y, como lógica, bien puede
incluir también al Onfalos. Se retorna a las tres mujeres, las que a la vez remiten a las tres esposas
de su padre Jacob, ya que él se casó tres veces y Freud es hijo de la tercera mujer.
El tres será base de la lógica freudiana, la que gobernará su teoría, la estructura tripartita
epistemológica dejada como herencia por el maestro.
Rodrigue señala que tri son triadas y que, dentro de ella, hay una serie de triadas,
desplegando la idea de que bien puede haber en Freud una identificación con Irma. Lo dice de la
siguiente manera

“Irma es el Freud por venir. La garganta de ella representa y anticipa la formación maligna
que lo acechará a él en el futuro. Tal vez en el fondo de este sueño histórico se encuentre el deseo
de muerte. Esta pulsión tomaría la forma de un pacto fáustico por el que se entrega la vida a cambio
de la fundación de la ciencia del siglo.”. 6

5
RODRIGUÉ, op. cit, p. 31.
6
RODRIGUÉ, op. cit. p. 35.
5
También se puede pensar que la actual manifestación de la histeria, a través del problema de
abrir demasiado la boca (bulimia) o no querer abrirla (anorexia), es la posible consecuencia de este
recorte de la pulsión oral.
Celoso es el amor, impredecible sus derroteros.

Antonio Ferrero.

6
Fundamento epistemológico del Aparato Psíquico. Primera y
Segunda Tópica.
Autor: Ps. Antonio Ferrero.

Lo aquí ex-presado son algunas referencias mínimas para permitir abrir el camino
de la búsqueda. Me permito comentar el texto del autor convocante, Sigmund Freud, y
completar con la imaginación aquello posible por decir, con todos los riesgos que esto
implica y, también, con todas las posibilidades de creación. Voy a puntualizar
especialmente el capítulo VII de “Interpretación de los Sueños”, llamado “Psicología de
los procesos oníricos”. Recuérdese sus apartados:

1) El olvido de los sueños.


2) La regresión.
3) La realización de deseos.
4) La interrupción del reposo por el sueño. La función del sueño. El sueño de
angustia.
6) El proceso primario y el secundario. La represión.
7) Lo inconsciente y la conciencia. La realidad.

Es importante señalar la fecha en que fue escrita Die Traumdeutung 1 : 1898/9


(1900). Freud coloca la fecha inaugural en el inicio de un nuevo milenio. El Psicoanálisis
estará destinado a ser La CIENCIA DEL SIGLO.
El presente texto es muy complejo porque Freud utiliza elementos de la física y de
la óptica para explicar una nueva concepción del orden de la metapsicología.
La psicología ya se presentaba como una “metafísica”, en el sentido de que iba más
allá de la física. Incluso la psicología experimental aspiraba a este rango especulativo.
Freud brinda una conceptualización meta-metafísica. De eso se trata la metapsicología, a su
decir la concepción “mítica” del psicoanálisis. Como él la llamaba, “la bruja”.
Hay que lidiar con esta “bruja” desde conceptos rudimentarios de la técnica, a
disposición en el contexto de 1898.
Los elementos técnicos conceptuales son muy pobres, lo que intentan encerrar está
mucho más allá de lo que puedan contener. En este saco las semillas freudianas caen por
doquier. El saco conceptual se raja y uno al caminar va perdiendo más y más semillas. De
esta manera, más que contener o intentar atrapar en ciertas bolsas conceptuales (marco
teórico), voy a permitir que se desborden para ver qué nace, ya que la tierra está fértil.
Recién en el año 1923, con el texto “El Yo y el Ello”, Freud logra ubicar su vino
nuevo en odres nuevos, elaborando para ello una segunda tópica.
En este texto es claro que las instancias del Yo y Superyo son diferenciaciones del
Ello. De esta manera, la dinámica, la economía y la tópica psíquica se manifiestan bajo ese
monismo epistémico de la Libido única de naturaleza masculina.
El mayor error fue interpretar el aparato psíquico como estamentos separados. Freud
se vio obligado a realizar una tarea “descriptiva” por razones didácticas y porque la ciencia
positiva, en la que en cierta forma se apoya, así se lo pedía.
El inconsciente tiene su propia lógica (y eso va más allá de lo que los hombres han
realizado en la cultura)
En el inconsciente:
-No hay tiempo
1
Freud da a conocer que el texto ya estaba elaborado en el año 1896.
1
-No hay espacio.
-Se rige por el principio de placer.
-No existe la contradicción.

Dos pensamientos opuestos pueden ser igualmente válidos al mismo tiempo y su


energía está totalmente libre.
Bien se podría pensar que este inconsciente tiene algo de la postulación del
romanticismo alemán, que lo concebía como una chispa divina en el hombre.
¿El inconsciente freudiano es la chispa divina que Freud reconoció y dejó como
herencia?
Freud comienza este capítulo con el sueño de un paciente. Es Freud quien escribe,
aunque lo hace en tercera persona. En ese momento tenía cincuenta años y estaba bajo la
superstición de que moriría a la edad de 51 años 2 . Es un sueño que considera proto-típico:
allí se desarrolla una escena en torno a un “niño muerto”, que gira sobre una frase: “Padre,
¿no ves que estoy ardiendo?”. Es importante señalar que en este capítulo Freud relatará el
sueño que tiene en relación con su hijo, que estaba en el frente combatiendo, al que sueña
muerto.
Allí habla de la patria (con una referencia a Odiseo: Ítaca es esa tierra prometida a
la que el tampoco puede regresar), además del reproche a Marta por hacerle perder una de
sus mayores conquistas. Analizará el sueño de su hijo muerto y lo remitirá a la “envidia de
la juventud”, potencia que el padre perdió y el hijo despliega.
Un muerto que arde, un muerto que habla. Es acaso el inconsciente que hace siglos
que espera por un Padre y que en todo ese tiempo, más allá de las mortajas (represión),
nunca dejó de arder.
Recuérdese que Freud postulará que en el sueño se pone en juego el deseo sexual-
infantil-reprimido. Freud acuñará una frase muy interesante: “El niño es el Padre de la
humanidad”.
Freud está en el lugar de Asclepio-Esculapio, el que desafió a los dioses volviendo a
la vida a los muertos. Quizás sólo estaban dormidos.
Es una transgresión que tiene un precio a pagar.
Freud despertará a toda una humanidad haciendo arder al nuevo siglo.
Retorno al sueño. Freud dice que las palabras pudieron haber sido dichas en
cualquier momento, ligadas al afecto provocado por esas circunstancias, pero que se
remontan hacia atrás, siempre respondiendo a un deseo.
No es fácil descubrir el deseo puesto en juego en un sueño. Todo el despliegue que
realiza Freud en este texto es para eso, para lograr un método válido de investigación. Un
método que valide la investigación, confrontando y constatando a partir de:
1) la experiencia
2) su interpretación
3) el criterio de verdad (lo más importante), que lo da el propio paciente en la
posición de analizante.

2
Es impo rtante recordar que los hijos de Freud tendrán que luchar en una guerra y que él tiene un sueño en
relación con el deseo de muerte de su hijo (primogénito). Freud está ubicado aquí como Layo, por el t emor a
que le arrebaten su reino. Se tendría que hablar del Co mplejo de Layo, ya que el que desencadena la tragedia
no es Edipo sino Layo. Edipo es una consecuencia de Layo; el h ijo está bajo los actos del Padre. A la vez, hay
que señalar que en épocas de Abraham era un ritual del paganismo sacrificar el h ijo varón primogénito al d ios
Moloch, para obtener de él la gracia y el poder. Esta referencia se enlaza al epígrafe en donde Freud cita a
Virgilio en la Eneida, en donde son convocados estos oscuros dioses para saber los secretos de los muertos.
Ellos, a cambio, exigen un pago en sangre, lo que remite nuevamente al Fausto y al precio que pagó Freud por
su descubrimiento.
2
Esto es un giro de ruptura epistémica con las otras ciencias, en donde por un lado
está el investigador y por otro el objeto de investigación. Aún en las técnicas actuales más
participativas no se logra al grado de verdad que se logra en el Psicoanálisis freudiano.
El Psicoanálisis es una ciencia que conjuga la intimidad y la universalidad, por eso
requiere, como ninguna otra ciencia, de:

-el secreto profesional


-la abstinencia
-la supervisión (especialmente).

Freud habla del fenómeno onírico y, en su concepción, el noumeno se manifiesta en


el fenómeno. Es decir, es posible conocer las “causas en sí” a través del fenómeno. Desde
ese lugar trabajará puntuando cinco grandes manifestaciones del inconsciente.
Freud es un Aristóteles del inconsciente, de esa otra lógica con la que se encontró y
que él no inventó. Infatigablemente buscará las causas primeras, con el rudimentario apoyo
de la razón y de la conciencia.
Es en la Paradoja (ese doble camino entre la razón inconsciente y la razón
consciente) donde es necesario sostenerse, sin reducir ninguna de las expresiones
aparentemente opuestas.
La vía regia, la carretera principal, es el sueño. Luego, cada uno tiene posibilidades
de caminos laterales, algunos en laberintos, otros en círculos.
Por el sueño transita diariamente toda la humanidad.
Freud, el adivinador de acertijos, se decide a desvelar el misterio de los misterios:
¿con qué sueña el hombre? En la respuesta se orienta el sueño inaugural, llamado “Sueño
de la inyección de Irma”.
Se supone que el ganso sueña con el maíz, pero ¿el hombre? Y si se hace una
remisión al género y se le da artículo a lo que se dice, se vuelve a encontrar la pregunta de
Freud: “¿qué es lo que una mujer quiere?”. ¿Acaso lo que el varón quiere? Pareciera ser
otra cosa. De allí a la singularidad del caso por caso.
Freud señala, en el olvido de los sueños, que hay un contenido manifiesto, lo que
puede expresarse, y un contenido latente, lo que tiene posibilidad de ser expresado. El
sueño tiene unidad, aunque aparezca en fragmentos. Por eso los diferentes relatos de
escenas soñadas en una misma noche son tomados como parte de un mismo sueño.
Lo manifiesto es una línea de pensamiento, pero hay una segunda línea, latente, que
sigue las huellas del inconsciente.
La clave es el método: la asociación libre o libre asociación es lo que permite ligar
la línea de pensamiento consciente con la que surge del Preconciente (recuerdo) y va hacia
el Inconsciente. Entonces, en “pleno” decir irrumpe un lapsus (como ejemplo).
Hay una elaboración secundaría del sueño a partir de las ideas latentes a causa de la
censura. Es una deformación que es, a la vez, una elaboración. Hasta ese entonces se
pensaba que este procedimiento de la vida cotidiana del sujeto era algo arbitrario y
sinsentido. Freud demuestra que no es arbitrario porque tiene un sentido (desconocido para
la conciencia del sujeto).
Los dos obreros del proceder intrapsíquico (independiente a la voluntad del sujeto)
son la condensación y el desplazamiento. Su función principal es defender al sujeto de la
angustia. Es decir, de la realización de aquellos deseos prohibidos por la sociedad, cuyo
referente principal es la Ley de Prohibición del Incesto. De allí el retorno a este estado
“primario” y a la necesidad de un proceso “secundario”, de elaboración.
Da como ejemplo el juego del “azar”, señalando que no hay casualidad sino
causalidad. Freud enseña una técnica para trabajar con el proceso secundario, dice que

3
cuando se encuentra un sueño difícil de analizar hay que pedir al paciente que lo vuelva a
contar. Difícilmente lo repita de la misma manera: esas equivocaciones y variantes son una
posibilidad para la penetración analítica.
Freud se refiere al sueño como un tejido, una trama. Es importante aquí recordar el
origen etimológico de mito: urdimbre, trama.
Enseña que la duda es una resistencia, en oposición a Descartes, que proponía
imponer como método la duda constante. Dicho en términos freudianos, un método de la
resistencia constante. Paradójicamente, busca la verdad con un método que resiste al
encuentro con la verdad. Aquí viene a consideración un chiste popular que dice: “El que
busca la verdad, corre con el riesgo de encontrarla.”.
Como hay un riesgo, Freud señala que el análisis depende de la “voluntad” del
paciente y de su “valor moral”. Hasta donde esta dispuesto a llegar, a arriesgar. Una de sus
reglas dice: “Todo aquello que interrumpa el progreso de la labor analítica es una
resistencia.”.
Es claro que el psicoanálisis no es para cualquiera, tiene sus límites, que se hacen
visibles en aquellos sujetos que no tienen suficiente “tela” para ello. Aquí los grupos 3 como
alternativa, en donde hay una suplencia, una ortopedia psíquica, siempre que se mantengan
los sujetos dentro de los grupos.
El sueño produce una transmutación de los valores psíquicos. De esta manera, lo
más importante aparece en el contenido manifiesto como algo sin importancia, motivo por
el que Freud se centra en lo nimio, en los detalles. En donde la atención consciente no pone
el acento es porque está cargado de significación inconsciente (mecanismo de
desplazamiento).
El trabajo arjeologico freudiano, lo escribo de esta manera para señalar la palabra
arje (principio), trata de poder reconstruir lo perdido tras el olvido del sueño. Aquí hay una
metáfora espacial y temporal que remite a la dinámica y economía de este aparato psíquico
por advenir.
La represión es la causa de los estados “disociativos”, escenas fragmentadas y
cristalizadas. Por ello es necesario implementar un método “asociativo” que permita una
“dinámica” explicativa- interpretativa, permitiendo el libre fluido de la energía psíquica. La
estructura binaria que nuestra sociedad Occidental impone imposibilita un pensamiento
paradojal de lógica trinaria. Por eso hay que realizar una ruptura epistémica para poder
pensar el psicoanálisis: desde la lógica del dos es imposible entender la posibilidad del tres,
y especialmente del cuatro en Lacan, sin entrar en su teoría de los matemas.
La dialéctica es un movimiento de lucha y exclusión, aplicable al poder y a la
política. Aún así es un reduccionismo y un error: el mundo vincular humano es más
complejo que la elección entre blanco o negro. Desde ese lugar se pierde la belleza de los
colores y especialmente la de los matices. Ante la torpeza y pobreza de la dialéctica
filosófica se abre un mundo oniromántico hacia el nuevo siglo, recuperado por el
romanticismo alemán, en donde el inconsciente es esa chispa divina que habita en todo
hombre.
Freud analiza los métodos tradicionales de interpretación de los sueños:
1) el método simbólico, cuyo modelo es el sueño del Faraón interpretado por José,
línea de análisis que seguirá Jung.
2) el método por desciframiento, el sueño como criptografía en la que cada signo
tiene un solo significado y es intercambiable: signo por signo.

3
Hay otras referencias clín icas y alternativas posibles.
4
El psicoanálisis tomará elementos de ambos, evitando la unicidad interpretativa.
Freud fragmenta el sueño en sus elementos, expresando que se acerca más al método por
desciframiento.
El sueño es un conglomerado de formaciones psíquicas, unidades fonéticas y
semánticas que operan en sí como significantes. Entonces, para llegar a la gramática del
inconsciente hay que poder descifrar el lenguaje del inconsciente.
Emilio Rodrigue hace una interesante síntesis en relación con el método:

“Descifrar un sueño consiste en recorrer el camino que nos lleva desde el contenido
manifiesto hasta los pensamientos latentes. Éste es el camino de la interpretación. El trabajo
que transforma los pensamientos latentes en contenido manifiesto constituye la elaboración
onírica. La elaboración es el opuesto simétrico a la interpretación. Una va, la otra vuelve.
Los mecanismos fundamentales de esta elaboración son cuatro: condensación,
desplazamiento, representación y elaboración secundaria (ésta en realidad corresponde a un
segundo tiempo de la elaboración onírica). La condensación opera una reducción: el
contenido manifiesto es menor que el latente. Procede de tres maneras; primero, por
omisión; segundo, por fragmentación de los pensamientos latentes; tercero, combinando
varios conglomerados de elementos en un único elemento del contenido manifiesto. El
mecanismo de condensación no es exclusivo del sueño: se lo puede detectar en la
formación de los síntomas neuróticos, en los lapsus, la poesía y sobre todo en los chistes.
El desplazamiento opera de dos maneras: la primera, por la sustitución de un elemento
latente por otro más alusivo; en la segunda, el acento pasa a otros elementos insignificantes,
carentes de importancia (…) El tercer mecanismo, llamado representación o cuidado de la
representabilidad, monta los pensamientos latentes en imágenes. Viene a ser una variedad
del desplazamiento…la condición que permite el pasaje del pensamiento a la imagen es una
operación sobre el verbo, „una vez que el pensamiento del sueño, inutilizable en la forma
abstracta, ha sido transformado en lenguaje pictórico‟ (…) Finalmente tenemos la
elaboración secundaria, que actúa en un segundo tiempo sobre el producto de la
elaboración de los otros mecanismos. Es un ordenamiento final en el montaje del
sueño…Hoy en día, pensando en términos de realidad virtual, diríamos que la sonoplastia y
los efectos especiales de los sueños son los artificios de la elaboración secundaria. Sueño y
cine son tan parecidos que intercambiarlos casi no cuenta como acto fallido. De hecho,
nuestros sueños inventaron el cine que inventa nuestros sueños. Hay otra manera en que los
sueños transmiten sus secretos: los símbolos (…) la única forma gramatical (además del
sustantivo) que conoce el inconsciente es el verbo en infinitivo.”. 4

La condensación es principalmente un acto de “economía” psíquica y el


desplazamiento de “dinámica”, en referencia a una gran flexibilidad tópica.
Freud en su búsqueda señala:

“Existen analogías con el aparato óptico, con el esquema del arco reflejo e incluso con la
estructura anatómica del sistema nervioso, pero no cabe duda de que esos „lugares‟ o
„localidades‟ son psíquicos. „Evitaré cuidadosamente la tentación de determinar
(anatómicamente) la localización psíquica‟.”. 5

Freud comienza con un esquema del aparato psíquico muy simple, colocando dos
polos: uno perceptivo y otro motor. Luego habla de las huellas mnémicas que hay en el
4
RODRIGUE, E. Sigmund Freud. El siglo del Psicoanálisis. Ed. Sudamericana. Buenos Aires, 1996. Págs.
351, 352 y 356.
5
RODRIGUÉ. Op. Cit, p. 350.
5
psiquismo, huellas que son marcas de afectividad e historicidad y que hacen a la memoria y
al olvido de ser, huellas que hacen al tránsito por la vida y que permiten la singularidad.
La parte externa es permeable y recibe, la interna tiene funciones de
almacenamiento y asociación. De acuerdo a las huellas de cada aparato psíquico van
sumándose nuevas huellas en relación con las anteriores.
Pero todo se complica porque, sin decirlo, muestra que el adentro es el afuera y que
el afuera es el adentro, a través del concepto metapsicológico de la realidad psíquica. Así,
se tiene un perceptivo consciente, relacionado con la motilidad de la anatomía, y un
perceptivo inconsciente en el sueño, relacionado solamente con la motilidad de las
imágenes, que es a nivel alucinatorio.
Al principio, se tiende a pensar que lo perceptivo debería estar en la consciencia y lo
motor en el inconsciente. Freud lo ubica exactamente al revés. Este mal entendido dio lugar
a interpretaciones erróneas de la teoría analítica. Además, Freud no explícita bien lo que
quiere decir y, a cierta altura del texto, se abre un total enredo en una serie de conceptos
dinámicos: él los va cambiando en el mismo texto. De esta manera, un lector profano al
terminar de leer se encuentra totalmente confundido y sin saber de qué se trata el aparato
psíquico freudiano.
La alucinación está destinada a ser la base del pensamiento. El mismo deseo que
mueve al niño a producir la alucinación del objeto es el que mueve al adulto a realizar un
pensamiento. Para decirlo en términos piagetianos, lógico formal. Los pensamientos so n
alucinaciones que pueden establecer un lazo con la realidad (campo de la neurosis). De
estar solos no se haría más que pensar hasta llegar a la alucinación del objeto. Para evitar
eso se inventan objetos como la televisión o el cine, realización de compromiso en donde el
sujeto tiene un objeto material- virtual, sin riesgo de tener que llegar a la alucinación.
De alguna manera, las huellas son el recurso ante la excitación de la pulsión, en
donde toda esa energía tendrá diferentes alternativas en su búsqueda siempre insatisfactoria
de un encuentro con el objeto de deseo.
Es un empuje que no tiene tiempo, ni lugar, ni razón alguna, y que no descansa
hasta la obtención de placer, con la dificultad de que eso es parcial y fragmentario.
Fluido psíquico que no cesa en el molino de los sueños.
El sueño es la puerta que se abre desde la ontogénesis hacia la filogénesis, es la
máquina del tiempo a la que se sube diariamente, es la teoría de la relatividad en donde se
cabalga sobre ese fotón einsteiniano.
Rodrigué señala que el sueño y el mito son expresiones transculturales del deseo de
la humanidad, por lo que uno necesariamente lleva al otro.
Acerca del deseo en el sueño, Rodrigue informa:

“El deseo del sueño tiene por lo menos tres orígenes posibles: 1) Restos diurnos
despertados durante el día y que no fueron satisfechos. Estos deseos son propios del Pcs-Cs.
2) Restos diurnos „reprimidos o suprimidos durante el día‟. En este caso son deseos
pertenecientes al Pcs-Cs transferidos al Ics. 3)Deseos que nada tienen que ver con la vida
diurna sino que pertenecen al Ics y nunca emergen durante el día. A estos tres orígenes,
Freud añade una cuarta fuente de deseos oníricos: los impulsos provenientes de estímulos
nocturnos (hambre, sed, sexo, etc.).
No todo estímulo es capaz de producir un sueño. Lo que quedó insatisfecho durante el día
puede a lo sumo inducir un sueño, pero, no producirlo por sí solo. Los deseos inconscientes
son los únicos que tienen esa capacidad. Para que un deseo preconsciente realice un sueño
es preciso que se apoye en el inconsciente.
„Mi suposición -escribe Freud- es que un deseo consciente sólo puede transformarse en
inductor onírico si logra despertar un deseo inconsciente que lo refuerce (…) las

6
impresiones que más nos afectan son las de nuestra infancia, que son precisamente aquellas
que en cuanto tales, nunca se hicieron conscientes?
O sea que el carácter es, en primer lugar, una forma de memoria. Historia escrita en el
cuerpo (…) podemos decir que el Psicoanálisis es una ciencia de la naturale za y tiene por
objeto el inconsciente; el inconsciente es la cosa en sí, o sea, lo incognoscible. El
Psicoanálisis, entonces, sería el saber de lo incognoscible. De ese modo penetramos en la
paradoja final de la epistemología freudiana: es mejor no saber q ue se sabe, sabiéndolo.”. 6

La resistencia, durante la noche, pierde parte de su poder, función de censura que


retorna en la vigilia. Del contenido latente hacia el manifiesto, la censura de la resistencia
cierra los caminos normales de enlace, por lo que se abren caminos de segundo orden,
colaterales. La fuerza que impulsa al sueño es un deseo por realizar, por lo que cuando se
deja de tener deseo por realizar se deja de tener sueños. O se está atado a los sueños del
Otro.
La posmodernidad ha vaciado al sujeto de deseo. Diluyó ese empuje y lo dispersó
en todos los sentidos del consumo. Le dio por consuelo la promiscuidad como estado de
desesperación ante el relajamiento de la Ley, per-vertiendo su intimidad hacia lo externo en
un mundo sin esperanza, totalmente desacralizado. Desesperanza nutrida en un desamor
constante.
En el siglo pasado Freud se preguntaba acerca de este combate entre la pulsión de
vida y la de muerte. Bien podría decirse que Thanatos dio un paso delante, pero Eros
siempre tiene guardados sus recursos. Sólo hay que creer para crear, que algo de “eso”
(ello) sea posible. Aquí es donde se halla el valor del “sueño diurno”, la ensoñación,
siempre en presente, en actualización de deseo, base de la fantasía- fantasma.
Sin la posibilidad del presente y de proyección del mismo, ¿hacia donde se
encaminan las ensoñaciones?
Retorno a la letra freudiana para pensar el “aparato”:

“Permanecemos, pues, en terreno psicológico y no pensaremos sino en obedecer a la


invitación de representarnos el instrumento puesto al servicio de las funciones anímicas
como un microscopio compuesto, un aparato fotográfico o algo semejante. La localidad
psíquica corresponderá entonces a un lugar situado en el interior del aparato, en el que
surge uno de los grados preliminares de la imagen. En el microscopio y en el telescopio son
estos lugares puntos ideales; esto es, puntos en los que no se halla situado ningún elemento
concreto del aparato. Creo innecesario excusarme por la imperfección de estas imágenes y
otras que han de seguir. Estas comparaciones no tienen otro objeto que el de auxiliarnos en
una tentativa de llegar a la comprensión de la complicada función psíquica total,
dividiéndola y adscribiendo cada una de sus funciones aisladas a uno de los elementos del
aparato. La tentativa de adivinar la composición del instrumento psíquico por medio de tal
división no ha sido emprendida todavía, que yo sepa (…) lo que necesitamos son
representaciones auxiliares que nos ayuden a conseguir una primera aproximación a algo
desconocido, nos serviremos del material más práctico y concreto. Nos representamos,
pues, el aparato anímico como un instrumento compuesto a cuyos elementos damos el
nombre de instancias o, para mayor plasticidad de sistemas. Hecho esto, manifestamos
nuestra sospecha de que tales sistemas presenten una orientación especial constante entre sí,
de un modo semejante a los diversos sistemas de lentes del telescopio, los cuales se hallan
situados unos detrás de otros. En realidad no necesitamos establecer la hipótesis de un
orden verdaderamente especial de los sistemas psíquicos. Nos basta con que exista un orden

6
RODRIGUE, E. Op. Cit. Págs 359 y 360.
7
fijo de sucesión establecido por la circunstancia de que en determinados procesos psíquicos
la excitación recorre los sistemas conforme a una sucesión tempora l determinada. Este
orden de sucesión puede quedar modificado en otros procesos, posibilidad que queremos
dejar señalada, desde luego. De los componentes del aparato hablaremos en adelante con el
nombre del sistema . ”.7

Freud da un esquema de doble entrada: un extremo perceptivo-sensible y otro


motor. Luego pasa a afirmar la hipótesis de que el aparato psíquico tiene que hallarse
construido como un aparato reflector y agrega de forma categórica que el proceso de
reflexión es el modelo de todas las funciones psíquicas.
Por cierto que las referencias son rudimentarias y harto insuficientes. Hay que
recordar al Freud histólogo, que pasó 20 años de su vida con el ojo en el microscopio, a la
vez que el telescopio tiene la misma función en lo macro. Freud busca un aparato que le
permita ver allí donde el ojo humano, por su propia fuerza, no puede llegar.
De esta manera, la primera tópica esta signada por la mirada. A la segunda, más de
20 años después, la hará dibujando una oreja, lóbulo con sus pliegues y laber intos.
Del ojo medico a la escucha analítica.
En el texto de interpretación de los sueños la histeria sigue siendo el paradigma. Esa
conversión, la refracción, lo especular y a la vez lo espectacular.
Esa fantástica actuación del deseo que busca un Psicodidactikos.
Psicodidactikos es un neologismo de mi invención, que conjuga la palabra Psije
(alma) y didactikos (maestro). Juntos significarían un “Maestro del Alma”.
Freud utiliza como apoyo los avances técnicos del momento en que vive. Él es uno
de los primeros en tener teléfono y teoriza sobre él. También comenta la impresión que le
dejó el cinematógrafo en su viaje a Norteamérica y utiliza la novedad fotográfica para
señalar que la neurosis es el negativo de la perversión, haciendo referencia a negativo y
positivo en la fotografía.
En otro artículo hablará del “Bloc maravilloso”, una pizarra en donde se puede
borrar y volver a escribir sobre las huellas de lo borrado, referencia princep para pensar las
huellas mnémicas en el aparato psíquico.
En el tercer dibujo del aparato, Freud se decide por hablar de sistemas en lugar de
instancias para favorecer la idea de dinámica psíquica. Describe el aparato de la siguiente
manera:

“Al último de los sistemas situados en el extremo motor le damos el nombre de


preconsciente para indicar que sus procesos de excitación pueden pasar directamente a la
conciencia siempre que aparezcan cumplidas determinadas condiciones; por ejemplo, la de
cierta intensidad y cierta distribución de aquella función a la que damos el nombre de
atención, etc. Este sistema que se halla detrás de él le damos el nombre de inconsciente
porque no comunica con la conciencia sino a través de lo preconsciente, sistema que
impone al proceso de excitación, a manera de peaje, determinadas transformaciones. ”. 8

El sistema se hace complejo porque él pone el acento, en un principio, en las


excitaciones externas cercanas al extremo motor. Pero, no hay que olvidar las excitaciones
internas, dadas por el empuje de la pulsión cuya libido está buscando un destino. En el
sistema de peaje preconsciente se instala la censura de la resistencia por ambos flancos: del
lado del inconsciente y del lado de la conciencia. Unos constituirán los mecanismos de
7
FREUD, S. La interpretación de los sueños. En Obras Completas. Biblioteca Nueva. Madrid, 1981. Pág.
672. Traducción de Ballesteros.
8
FREUD, S. Op. Cit. Pág. 675.
8
defensa intrapsíquicos (independiente a la voluntad del sujeto), y otros serán los
mecanismos de defensa extrapsíquicos, en donde interviene la voluntad del sujeto. Sobre
este pilar, su hija Anna estructurará una teoría de las defensas.
Como expresara un psicoanalista inglés, “Freud nos enseñó la teoría de las pulsiones
y Anna la de las resistencias.”
Al lado de esta parafernalia de lentes, microscopios, telescopios y aparatos
fotográficos, Freud remite al mito y dice que el sueño es una regresión dentro del aparato
psíquico.
El sueño permite entender la neurosis porque comparte con ésta, al decir freudiano,
“antigüedades anímicas”. Cita a Aristóteles, que sostenía que el sueño no es sino la
continuación del pensamiento durante el estado de reposo. De esta manera confirma el
postulado de una “inteligencia inconsciente”.
Y, lo más interesante, el inconsciente es un aparato perceptivo e interpretativo.
En cuanto al sueño como regresión dice:

”En la teoría de la formación de síntomas neuróticos desempeña la regresión un papel no


menos importante que en la de los sueños. Distinguimos aquí tres clases de regresión: a)
Una regresión tópica en el sentido del esquema de los sistemas . b ) Una regresión
temporal, en cuanto se trata de un retorno a formaciones psíquicas anteriores. c) Una
regresión formal cuando las formas de expresión y representación acostumbradas quedan
sustituidas por formas correspondientes primitivas. Estas tres clases de regresión son en el
fondo una misma cosa, y coinciden en la mayoría de los casos, pues lo más antiguo
temporalmente es también lo primitivo en el orden formal, y lo más cercano en la tópica
psíquica al extremo de la percepción.”. 9

Para poder hablar de la represión y la fuerza del deseo en destino de opresión utiliza
la metáfora de los Titanes:

“Estos deseos de nuestro inconsciente, siempre en actividad y por decirlo así, inmortales,
deseos que nos recuerdan a aquellos titanes de la leyenda sobre los cuales pesan desde
tiempo inmemorial inmensas montañas que fueron arrojadas sobre ellos por los dioses
vencedores y que aún tiemblan de tiempo en tiempo, sacudidas por las convulsiones de sus
miembros, esos deseo reprimidos, repito, son también de procedencia infantil, como nos lo
ha demostrado la investigación psicológica de las neurosis.”. 10

El lugar de constatación teórica es la clínica de la neurosis. Desde allí hace una


analogía con el estado infantil del sujeto. Por esta forma de proceder Freud recibió
críticas 11 . El mismo camino seguirá Melanie Klein, haciendo una analogía entre el niño y el
psicótico, tomando al niño como pequeño psicótico para teorizar los posiciones de objeto.
En otro de los textos freudianos, “Tótem y Tabú”, también se utiliza la analogía entre el
hombre “primitivo” y el neurótico, especialmente la neurosis obsesiva, para demostrar
como funciona el rito y la magia en el sujeto.
Esta forma de proceder analógica tiene sus riesgos porque se pierde la especificidad
del tema a tratar, quedando aparentemente indiferenciado respecto del semejante a
relacionar. Pero, es la forma que conoce para ir hacia lo desconocido.
De su trabajo con la neurosis a lo desconocido: el niño.

9
FREUD, S. Ib id. Pág. 679.
10
FREUD, S. Ib id. Pág. 682.
11
Se ha privilegiado la inducción y la deducción, siendo la analogía dejada de lado porque implica un
componente desconocido. Por otro lado, de forma muy interesante Peirce introduce la abducción.
9
Freud no se dedicó a la clínica infantil. Su único caso, Juanito, fue trabajado a través
del padre de Juanito, Max Graf.
Estas inferencias freudianas no son aceptadas por el modelo positivo de la época, a
pesar de que Freud se esfuerza por demostrarlo en el terreno de la experiencia clínica. El
texto es en parte una biografía. Freud coloca como “campo empírico” sus propios sueños,
lo que es inadmisible para el modelo experimental ya que el sujeto debe estar alejado de su
objeto de estudio para no “contaminar” la labor científica. Para complejizar aún más, Freud
constantemente hace referencias a mitos, como en la interesante utilización de los Titanes.
Siguiendo la teogonía de Hesíodo, los titanes son los seis hijos varones de Urano y
Gea. Pertenecen a la primera generación divina. El más joven de ellos es Crono, el que
castrara a su Padre. A la vez, la palabra Cronos significa tiempo (Cronos se devoraba a sus
hijos; el tiempo es el que nos devora). Y, a su vez, Crono será castrado por Zeus, con la
ayuda de su madre 12 .
Los Titanes tienen seis hermanas con las que se casan y engendran una serie de
divinidades secundarias… Así, Freud remite a una panorámica de Incesto, Parricidio,
Fraticidio.
¿Qué de Freud está implicado en esta referencia que da?
También dirá que hay una maduración de la constitución psíquica. De esta manera
en los sistemas se produce una mayor diferenciación del inconsciente al preconsciente y de
éste en relación con lo consciente: intervención de la sociedad y la cultura. En este planteo
teórico está presente la idea de evolución, la influencia darwiniana en Freud. Se podría
pensar que el “modelo” es el niño, que el hombre es un niño. Incluso algunas líneas teóricas
así lo supusieron. Empero, de lo que se trata es de que el deseo no tiene límites y de que en
el inconsciente todo es posible. El niño es la referencia obligada porque se busca allí lo que
en el hombre luego se mantendrá oculto. Mas no se perderá, en cierta forma se recupera en
el sueño.
En el sueño todos mejoramos. El soñar es una posibilidad de salud psíquica. Por eso
hay ciertos cuadros psicopatológicos en los que se observan trastornos del sueño. El dormir
es descansar y reponerse en el deseo.
El sueño como regresión remite a esas escenas míticas en donde todo es posible.
A pie de la página 682 Freud dice:

“Estos deseos comparten este carácter de indestructibilidad con todos los demás actos
inconscientes; es decir, con aquellos actos anímicos que pertenecen exclusivamente al
sistema Inc. Trátese de caminos abiertos de una vez para siempre y que nunca se ven
solitarios, conduciendo a una derivación al proceso de excitación siempre que la excitación
inconsciente los carga de nuevo. Aclaremos este proceso con una comparación. Sucede con
estos deseos lo que con las sombras infernales de la Odisea, las cuales volvían a la vida en
cuanto se les daba a beber sangre…”. 13

Por cierto que el Psicoanálisis, en la visión de la epistemología de las ciencias


“duras”, es una locura, una cosa loca. Al decir de Freud, una paranoia lograda.
Freud hace referencia a la siguiente escena de la Odisea:

“La invocación a los muertos; Hasta el final del año permanecimos en el palacio de Circe,
comiendo y bebiendo cuanto quisimos. Pero cuando empezó el siguiente y la primavera
trajo los días largos, me llamaron mis compañeros para decirme: „¿No crees que ya es
tiempo de pensar en la patria, si tu destino es volver sano y salvo a tu noble casa y a la
12
HESÍODO, La Teogonía, en Obras y Fragmentos, Biblioteca Básica Gredos, Madrid, 2000.
13
FREUD, Op. Cit. Pág. 682.
10
tierra de tus antepasados?‟ Así dijeron y mi corazón se dispuso a obedecer sus deseos.
Durante todo el día, hasta que el sol se puso, estuvimos sentados celebrando un festín, en el
que abundan las carnes y el buen vino. Cuando el sol se hundió en el ocaso y surgió la
noche, mis compañeros se acostaron en la oscura sala. Yo subí entonces al suntuoso lecho
de Circe, me abracé suplicante a sus rodillas y dije en voz alta estas palabras aladas que la
diosa escuchó: „Ha llegado el momento, Circe, de que cumplas tu palabra. Me prometiste
devolverme a mi patria. Ése es mi más vivo deseo y también el de mis fieles compañeros,
quienes me rodean partiéndome el corazón con sus sollozos en cuanto tú te alejas. „Así
hablé y la divina criatura respondió: Escucha hijo de Laertes, vástago de los dioses, Ulises
pródigo en astucias‟. Si no os encontráis a gusto en esta casa, podéis partir. Pero antes que
nada vuestro primer viaje debe ser a la mansión de Hades y de la terrible Perséfone para
pedir consejo a la sombra del adivino Tiresias de Tebas, el ciego que nada perdió de su
sabiduría, pues aun después de muerto quiso Perséfone que fuera el único en conservar su
lucidez y su razón entre las flotantes sombras‟. Aquellas palabras de Circe me desgarraron
el corazón. Me senté en el lecho para llorar, sin querer seguir viviendo ni ver más la luz del
sol. Cuando me cansé de llorar y de revolcarme desesperado, recobré la voz y le contesté
con estas palabras: ‟¿Y quién nos guiará en ese viaje, Circe, si jamás llegó al Hades una
negra nave? Así dije, y la diosa me dio la respuesta:‟ Escucha hijo de Laertes, vástago de
los dioses, Ulises pródigo en astucias, ¿Para qué necesitas un piloto a bordo? Parte y
enderezando el mástil, iza las blancas velas y luego siéntate que ya el soplo del Bóreas se
encargará de llevaros. Primero tenéis que atravesar el Océano y cuando hayas llegado al
pequeño Promontorio en donde está el bosque de Perséfone con sus sauces de frutos
muertos y sus altos álamos, vara tu nave al borde de las profundas corrientes del Océano y
dirígete a la mansión de Hades. Cruza por los pantanos y avanza hasta el lugar en que el
Aqueronte recibe las aguas del Pyriflegetón y las que desde la Laguna Estigia vierten en el
Cocito. Los dos clamorosos ríos confluyen ante la Piedra. Allí es donde debes llegar y
escucha bien lo que te digo, excavar un hoyo cuadrado de un codo de lado por lo menos.
Alrededor de ese hoyo harás tres libaciones a todos los muertos: la primera de hidromiel, la
segunda de vino dulce y la tercera de agua; luego espolvorearás el hoyo de blanca harina,
invocando al mismo tiempo a los muertos, cabezas sin fuerza, a los que prometerás que tan
pronto llegues a Ítaca tomarás a la mejor de tus vacas estériles para sacrificarla en una
hoguera llena de las más valiosas ofrendas y que además, sacrificarás sólo a Tiresias un
carnero completamente negro, el más hermoso de tus rebaños. Una vez invocados con tus
preces los difuntos, haz a ese noble pueblo la ofrenda de un cordero y de una oveja negra,
volviendo hacia el Erebo las cabezas de las víctimas; pero tú, aparta los ojos de ellas y no
mires más que a la corriente del río. Las sombras de los difuntos que duermen en la muerte
se presentarán en muchedumbre. Ordena a tus compañeros que se den prisa en desollar a
los animales que acaban de degollar con sus implacables bronces y hagan holocausto
abjurando al poderoso Hades y a la terrible Perséfone. En cuanto a ti, continúa sentado,
pero desenvaina la espada que pende de tu muslo para impedir a los muertos, cabezas sin
fuerza acercarse a la sangre antes de que Tiresias haya contestado a tus preguntas…”. 14

Me extendí en la cita para que se pueda disfrutar la escritura de Homero y para


obtener más elementos de análisis.
Hay algo del orden de la insistencia en el capitulo VII y es acerca del sueño con el
niño muerto. A la vez, el sueño de la inyección de Irma se filtra por todas las grietas del
texto, Freud no deja de evocarlo.

14
HOM ERO. La Odisea. Bib lioteca Edaf. Madrid, 1981. Pág. 217, 218 y 219.
11
¿Acaso Irma es Circe? Sus histéricas le enseñarán cómo hacer el ritual (método)
indicado para que las “sombras infernales” hablen.
Este viaje al Hades es la referencia al epígrafe del texto. ¿Es Freud Odiseo que se
acuesta en el suntuoso lecho de Psijé-Circe, la bruja- metapsicología?
Circe es la bruja por excelencia, emparentada con Medea y a la vez relacionada con
la diosa Hécate. Una versión afirma que Circe es hija de Hécate y que Medea es hija de
Circe. Recuérdese que Freud decía que el Psicoanálisis era una mujer a la que había que
conquistar. A la vez llama a la metapsicología “la bruja” y a la teoría de las pulsiones, la
mitología del psicoanálisis.
Tiresias es un personaje central en la antigüedad griega, debido a que fue el único
que vivió parte de su vida siendo hombre y parte de su vida siendo mujer.
Me detengo en Tiresias porque es el personaje que revela la identidad de Edipo.
Como siempre, hay varias versiones acerca de Tiresias y seguramente todas dicen una
verdad. Una versión afirma que vio desnuda a la Diosa Palas Atenea (el que desnuda la
sabiduría) y que, por ello, la diosa lo cegó, pero en compensación le dio el don de la
adivinación. Otra versión afirma que Tiresias, al pasar por un santuario de Apolo, cuyo
animal sagrado era la serpiente, vio a dos serpientes en cópula y mató a una de ellas, la
hembra. Como castigo por esa transgresión el dios lo convirtió en mujer y lo obligó a
cumplir servicios de prostitución en su templo.
Antiguamente, las sacerdotisas dividían el año en dos. En un período se mantenían
célibes (vírgenes) en relación con los hombres porque copulaban con el dios. En el otro se
mantenían célibes en relación con el dios porque copulaban con los hombres. Es importante
recordar que Afrodita es el modelo: ella todos los años se bañaba en las aguas en que había
nacido y recuperaba su virginidad, siendo a la vez la diosa más voluptuosa del Olimpo.
Además, ellas administraban el dinero. Los fieles debían dejar un tributo, posteriormente el
diezmo, la décima parte de su riqueza.
Aquí se tiene la conjunción de la sexualidad en los dos planos: a la vez la virginidad
y la prostitución (lo sagrado y lo profano). A esto se agrega que los primeros bancos eran
los templos, los que a la vez eran los prostíbulos.
También en ese entonces nace el control del tiempo: tenían relojes de agua,
clepsidras. Era una fuentecilla de bronce en donde colocaban un círculo de metal
agujereado. De acuerdo al tipo y tamaño del metal era el tiempo que demoraba en caer al
fondo: a más pesado el metal menor el tiempo de hundimiento, más liviano mayor tiempo.
Al caer hacía un sonido particular que indicaba la finalización de la relación amorosa.
Estos actos eran en público. Los que esperaban podían observar “la actividad en el
santuario” y elegir.
Generalmente, mientras esperaban oraban por la gracia del dios. Era una liturgia
completa en donde los hombres se purificaban en contacto con los cuerpos sagrados de las
sacerdotisas.
No se crea que estos vínculos primeros se han abandonado…
Tiresias, tras siete años convertido en mujer, se encontró con la misma escena de
cópula de las serpientes y, esta vez, separó al macho. Acto seguido recuperó su sexo
primitivo. Este acto fue muy celebrado en el Olimpo.
En una de las tantas peleas entre Hera y Zeus, en donde se disputaba quién era el
que sentía más placer en el acto amoroso, ambos decidieron que el más indicado para
contestar dicha pregunta era Tiresias. Concurrieron a él y le pidieron que d irima la disputa.
Tiresias respondió: “Si el goce del amor se compusiera de diez partes, la mujer se quedaría
con nueve y el hombre con una”. Esta respuesta encolerizó a Hera, que vio descubierto su
secreto, y acto seguido lo cegó.

12
Zeus, en compensación, le otorgó el don de la profecía y el privilegio de vivir
durante siete generaciones humanas.
De esta manera, a Tiresias se lo toma como el “adivino por excelencia”, por lo que
puede hallarse en toda la historia helénica. Tiresias tiene una hija, la adivina Manto, la que
a su vez tiene un hijo, el adivino Mopso. En la antigüedad, un adivino moría cuando otro
adivino lo superaba.
Siendo la histeria la modalidad del mito en tanto posición activa-pasiva… ¿Es Freud
el nuevo Tiresias?. Su pregunta constitutiva –la de la histeria- es ¿Soy hombre o mujer?
Mientras que la del neurótico obsesivo sería ¿estoy vivo o muerto?
Con el apoyo del mito se puede seguir tejiendo el texto freudiano.
Al decir de Lacan todo gira en derredor de los dos significantes primordiales:
Sexualidad y Muerte (vida).
En el juego entre pensamiento y deseo, Freud utiliza, digamos, la parábola del socio
industrial y el socio capitalista. Una lleva adelante la idea con los recursos del otro, ambos
se necesitan para llevar a buen termino la empresa.
La excitación interna busca, a través de la energía de efecto continuado, la
“experiencia de satisfacción” en el encuentro con el objeto de necesidad.
Aquí se encuentra el modelo de arco reflejo en forma rudimentaria, en la
satisfacción de necesidad, base de las primeras huellas mnémicas. Pero, la trama en tejido
de la vida se hará compleja y se sostendrá en los nudos de la demanda y el deseo. El sujeto
buscará la conservación del objeto para repetir la “experiencia de satisfacción”, pero ya no
será el mismo objeto, ni habrá un solo objeto que reúna todas las condiciones. El campo de
las pulsiones parciales abre el juego y el ingreso de la Ley introducirá al deseo y a la
demanda de amor, entendiendo que toda demanda es una demanda de amor.
Con el contenido del sueño se producen transacciones en los productos psíquicos.
Freud emplea esa palabra para designar el orden de la “elaboración” en la búsqueda del
objeto… a la vista (manifiesto) y no reconocido (latente en el deseo).
Las reglas del mercado son exteriorizaciones de procederes psíquicos.
El paradigma del sueño sirve a Freud para entender el proceder del síntoma:

”Nos explicamos este fenómeno diciendo que el deseo pertenece a uno de los sistemas, el
Inconsciente y que el otro, el Preconsciente lo ha rechazado y reprimido.
El sometimiento del Inconsciente por el Preconsciente no llega a ser total ni aun en
perfectos estados de salud psíquica. La medida de este reconocimiento nos revela el grado
de nuestra normalidad psíquica. La aparición de síntomas neuróticos constituye una
indicación de que ambos sistemas se hallan en conflicto, pues dichos síntomas constituyen
la transacción que de momento lo resuelve.”. 15

Siendo la represión la causa de displacer y angustia, hay un deseo en juego que no


encuentra la manera de realizarse. Energías, cargas y sobrecargas psíquicas que se
desplazan por el camino asociativo o que quedan bloqueadas ante la represión. Huellas tan
habitadas de afecto y sin representación… juego epistémico freudiano en su tablero de lo
dinámico, económico y tópico. El maestro sabrá cómo mover las fichas.
La concepción de la enfermedad tiene que ver con una imposibilidad de la puesta en
realización de este juego. El sueño tiene esta función de abrir el juego (especialmente en el
sujeto adulto). El niño sueña jugando-juega soñando.

15
FREUD, S. Ib id. Pág. 698.
13
Freud, desde un punto de vista económico, muestra que el aparato psíquico trata de
mantener un equilibrio y no sobrecargarse (energía constante). Ley de la termodinámica
(segunda), pero a la vez dice que el sistema  no puede hacer otra cosa que desear.
Freud diferencia el proceso primario (energía libre) del proceso secundario (energía
ligada). En el proceso primario se busca una identidad de percepción. Es decir, se crea al
objeto de la necesidad: alucinación. En el proceso secundario se busca una identidad
mental. Aquí Aristóteles, con el postulado de adecuación entre el pensamiento y la cosa.
En el primario, la afectividad queda en el orden del autoerotismo; hacia el
secundario, el narcisismo, para poder llegar a realizar la envestidura libidinal del objeto, en
donde el recuerdo (olvido) de satisfacción busca un tipo de encuentro.
El rodeo más promovido es la labor intelectual, sede de angustias y alegrías, pasaje
de los ritos académicos impuestos por la sociedad para llegar a la cultura.
Freud dice que los pensamientos son afectos cuya base son escenas reprimidas.
Bajo la forma de pensamiento retorna el olvido (la más fiel de las memorias, al decir de
Borges), lo más querido a condición de no ser recordado.
Aquí se pueden hacer cruces de caminos sin forzar la teoría y decir que, por
ejemplo, “La ideología es una falsa conciencia” (Marx) o que “El conocer es recordar”
(Platón).
El psicoanálisis trabaja para volver a encauzar, por medio de la elaboración, esa
energía (libido), donde intervienen mecanismos Inconscientes y Preconscientes, desde la
“voluntad consciente” del sujeto. Por ello es necesario, al decir freudiano, una cierta fuerza,
cierto valor “moral” para tal acto.
Hay una doble coerción en el sujeto: interna, por la censura de la resistencia,
externa, por la censura de la sociedad.
Freud dice que el deseo trasciende los límites de lo demostrable. ¿Qué mensaje
envía a los científicos de la época?
Se han atravesado las posibilidades del pensamiento racional, par a llegar a los
terrenos inexplorados del conocimiento humano, a aquel lugar de misterio y temor.
Todo este decir puede relacionarse con las exposiciones que realiza en Tótem y
Tabú, en donde explica el pensamiento mágico, el animismo, y dice que hay tres grandes
sistemas de pensamiento:
1) Animista
2) Religioso
3) Científico.
Concluye que, de los tres, el más completo es el animista.
Hay que ir a buscar allí para entender el proceder del pensamiento humano y no en
la lógica formal y su variante simbólica, las que son subproductos del obrar psíquico. Esto
es un giro epistémico grandioso, porque descentra al hombre de su vanidad “moderna” y su
soberbia racional. A la vez, en este texto explica el proceder de la magia y dice, sin decir, el
por qué ésta está prohibida en las sagradas escrituras del Antiguo Testamento.
En el paganismo, la magia está puesta en el objeto, base del fetichismo y la idolatría,
bajo dos sistemas:
1) magia empática, por contagio (por imitación: se arroja agua para hacer llover)
2) magia por oposición (se coloca en un muñeco algo del sujeto sobre el que se va a
influir y se realiza el acto mágico en la imagen del muñeco)
¿Que dice el Freud Mosaico? Que eso es un error. ¿Por qué?
Porque la magia no está en el objeto sino que está en el sujeto. Porque la magia no
es otra cosa que el deseo del sujeto (en términos religiosos, la fe), y porque aquel que
“cree” en lo que desea (que se puede sostener en su deseo) puede llegar a realizarlo más
allá de los objetos y de las circunstancias de tiempo y lugar.

14
El deseo es inmortal.
Los niños lo saben bien y “creen” en ello (aunque no diferencien entre objeto y
sujeto). Los adultos dejan de confiar en su deseo y se debilitan, deambulando en una
existencia que vacila entre la imposibilidad y la impotencia.
Detrás de la magia del objeto está la base teológica del paganismo, que tiene un
principio femenino como fundante. En el origen matriarcal politeísta está la Diosa Blanca,
porque, entendiendo que el objeto primero es la madre arcaica. El psicoanálisis inglés está
atravesado por este principio teológico.
Detrás de la magia del deseo está la base teológica de religión patriarcal monoteísta.
Antes que el objeto está el deseo que busca y crea al objeto, “libido única de naturaleza
masculina”. Aquí se fundamenta la escuela vienesa.
La escuela francesa trata de hacer confluir ambas desde un lugar puramente
“técnico”, para despojarlas de su carga imaginaria, llevando ese simbólico (primera tópica
lacaniana S.I.R.) hasta el límite con lo real (segunda tópica lacaniana R.S.I.)
Freud propone una explicación dinámica: entender lo psíquico por la modificación
de las energías del mismo. Debido a esto a la teoría del psicoanálisis se la denominó
“psicología dinámica”.
En el Preconsciente están a disposición la “motilidad” de cargas psíquicas. Da una
analogía de la virtualidad de lo psíquico en una comparación con un haz de luz que pasa
por un lente. La luz cambia en su forma, pero no en su esencia, al atravesar el lente. Es
decir, cambia y permanece al mismo tiempo.
La luz es indestructible, no obstante tiene la posibilidad de modificar su color,
forma, intensidad. Comparar la libido con la luz acerca más a lo mítico-poético. El campo
de asociaciones se abre como un cristal que la refracta hacia todos los lugares, pudiendo ser
el inconsciente ese Aleph de Borges.
La metáfora de la luz es muy rica en posibilidades, a diferencia de una asociación a
la “energía eléctrica”. Esa libido como la luz también remite al “elan vital” de la antigüedad
y al fluido mesmeriano. Y se podría seguir…
La luz (libido) puede atravesar el lente (censura) transformándose (transmutación)
sin destruirse. Y se vuelve, de alguna manera, a la idea del romanticismo alemán: esa
chispa divina que habita al hombre.
Para afirmar esto, Freud apunta que la base de la vida psíquica se halla en el
inconsciente:

“En el inconsciente esta la base general de la vida psíquica. Lo inconsciente es el círculo


más amplio en el que se halla el campo de lo consciente. Todo lo consciente tiene un grado
preliminar inconsciente, mientras que lo inconsciente puede permanecer en este grado y
aspirar, sin embargo, al valor completo de una función psíquica. Lo inconsciente es lo
psíquico verdaderamente real: su naturaleza interna nos es tan desconocida como la
realidad del mundo exterior y nos es dado por el testimonio de nuestra conciencia tan
incompletamente como el mundo exterior por el de nuestros órganos sensoriales. ”. 16

La iniciar el texto del “Yo” y el “Ello” (1923) señala que es una continuación de su
anterior obra, “Más allá del principio del Placer” (1920).
¿Qué hay más allá del principio del placer? Recuérdese que en el texto de
Interpretación señala que en el inconsciente rige el principio de placer,
Ahora, en la nueva postulación, habrá un principio regulando cada instancia
(sistema). Así, se tiene el principio de Placer para el Ello, el principio de realidad para el

16
FREUD, S. Ib id. Pág. 715.
15
Yo y el principio de Deber para el Super yo. El yo tiranizado por dos amos, agregando un
tercero: la realidad exterior.
No obstante, el problema se vuelve a centrar en el inconsciente y en un más allá del
principio de placer. Freud aborda el tema del “Goce”.
Más allá del principio de placer está el Goce. Esto lleva al final de la teorización
freudiana: la pulsión de muerte, que muy bien desarrolló la escuela inglesa. Lacan hará que
ese Goce como principio se instale en el corazón del Super yo, lo cual crea más de una
paradoja, teórica y existencial.
Freud señala la “inteligencia de los procesos patológicos”: por algo se producen
determinados síntomas. Llevan en sí un motivo, una intencionalidad que es necesario
descubrir (desde el que la padece) para posibilitar algo del orden de la “cura”. Vuelve a
confirmar que el inconsciente es la esencia de lo psíquico, allí donde hay que ir a buscar, y
que la conciencia es solo una “cualidad”, definida como un estado meramente “transitorio”.
Freud aclara que la nueva teorización del inconsciente la realizará desde la teoría de
la represión. Recordemos 17 que la represión es el proceso que apunta a mantener en lo
inconsciente todas las ideas y representaciones ligadas a pulsiones cuya realización,
generadora de placer, afectaría el equilibrio del funcionamiento psicológico al convertirse
en fuente de displacer. Freud modificó varias veces la definición y llegó a decir que es el
pilar en el que se basa la teoría del psicoanálisis. En la primera tópica la represión es
asimilada por la postulación de “defensa” contra aquellos “productos psíquicos” que
producirían displacer en el sujeto. Lo curioso es que la defensa está d irigida al propio deseo
del sujeto. Por eso la histeria es el paradigma freudiano, porque allí se puede ver como
actúan al mismo tiempo los dos procederes. Ejemplo clínico de una paciente: “Con una
mano se levantaba el vestido y con la otra lo bajaba”. Dos actos al mismo tiempo;
obteniendo placer y a la vez defendiéndose.
Luego, el concepto de defensa quedó en términos más generales, abarcativos, y el
concepto de represión fue tomando especificidad.
La represión no se ejerce sobre las pulsiones en sí, sino sobre sus representantes,
imágenes o ideas que, aunque reprimidas, siguen activas en la forma de brotes tanto más
prontos a retornar al consciente en cuanto que están localizados en la periferia del
inconsciente. Por lo tanto, la represión de un representa nte de la pulsión no es nunca
definitiva. Sigue siempre activo, generando un gran consumo de energía. Se pasa gran parte
de la vida “consciente” en ese gasto “inútil” de energía. Aquí hay que pensar los destinos
de las pulsiones 18 :

1) vuelta sobre sí mismo.


2) transformación en lo contrario.
3) sublimación.
4) represión.

Hay que pensarlos en forma dinámica, todos entrelazados aunque uno predomine
sobre los otros.
Freud no aclara hasta dónde llega la represión, al decir que todo lo reprimido debe
seguir siendo necesariamente inconsciente, pero que no todo lo inconsciente es reprimido.
La pulsión, en sí, siempre escapa a la represión, tiene ese empuje constante, que tanto
preocupa a Freud desde un punto de vista económico, que siempre puja por desbordar e l

17
ROUDINESCO, E. y PLON, M . Diccionario de Psicoanálisis. Ed. Paidos. Buenos Aires, 1998. Págs. 60,
61 y 62.
18
FREUD, S. Pulsiones y sus destinos (1915), Obras Co mpletas, Bib lioteca Nueva, Madrid, 1995.
16
“aparato”. La enfermedad sería el “negativo” de eso. Por cierto que la idea de equilibrio
constante es una postulación ideal, así como la de “normalidad” en relación con la neurosis.
La libido, cuya fuente es sexual, no descansa desde los inicios de la gestación y el
desencuentro entre la anatomía y el deseo (no hay con qué responder desde los órganos).
Esto es, en sí, el gran hecho traumático en la vida del sujeto, a constituirse desde esa falla
inicial, en términos de inmadurez. Se tiene semejante potencia y no se cuenta con los
elementos adecuados (anatómicos-biológicos) para poder sostenerla y responder de acuerdo
a sus exigencias.

Freud distingue tres tiempos de la represión 19 :


1) la represión propiamente dicha
2) la represión originaria.
3) el retorno de lo reprimido.
Primero hay un rechazo de los representantes de la pulsión (esto es „meta-
metapsicología‟), luego se actúa sobre las mismas representaciones y posteriormente hay un
retorno de lo reprimido que se manifiesta en lo que son las manifestaciones del
inconsciente. Especialmente aquí Freud hace jugar la relación entre síntoma y sueño. En
cuanto a la segunda tópica, la represión es vinculada a la parte inconsciente del yo.
La represión primaria es una teorización que abre a la conjetura. Diferentes analistas
arriesgaron imaginativas hipótesis e interpretaciones.
Freud diferencia una parte del Inconsciente que es reprimido, que no es capaz de
llegar a la conciencia, y otra, Inconsciente latente, que sí es capaz de llegar a la conciencia:
a esa “parte” la llama Preconsciente. Luego, habría una parte de esa parte que es reprimida,
quedando propiamente como Preconsciente, y otra que hace a la conciencia. Así, se obtiene
un aparato psíquico que consiste en los procesos de diferenciación del Inconscie nte. Todo
el aparato es regulado desde el lugar en donde se halla la “fuente de la energía”: el
Inconsciente. Lo reprimido guarda el capital de la energía (deseo) y a la vez la dinámica,
imposibilitándose el acceso a ciertos lugares (tópica). Por eso, en definitiva de lo que se
trata es de la Tópica, de entender acerca de los lugares 20 , porque el tiempo se diluye en un
presente de eternidad. El Inconsciente es a-histórico y, a la vez, es toda la historia
(filogénesis).
En términos dinámicos-económicos hay un solo inconsciente. Freud lo divide en
sentido “descriptivo”, para poder entender la represión. Entender la represión implica
descubrir el proceder del dinamismo económico en la tópica psíquica. Es la clave de la
causalidad psíquica, en cuanto a lo que se “manifiesta” en el proceder humano. Es la cosa
en sí, el noumeno detrás del fenómeno. No obstante, no es la causa en sí.
Se encuentra un Freud positivista, que busca un sentido “descriptivo” para explicar
el funcionamiento del aparato psíquico, en pos de dar cuenta de su base epistemológica de
la constitución subjetiva.
A la vez se encuentra un Freud interpretativo, que traduce los nuevos conceptos que
implementa (los tres significados de la hermenéutica).
Y, a la vez, se encuentra un Freud exégeta, que hace continuas referencias a los
textos sagrados.
Impone un modelo de lógica trinaría e induce a pensar la aporía y especialmente la
paradoja, ubicando constantemente encrucijadas llenas de enigmas y misterios, con

19
FREUD, S. La represión (1915), Obras Co mpletas, Bib lioteca Nueva, Madrid, 1995.
20
Rodrigue dice en su texto: “El modelo de sistema sería el aparato óptico, el de instancia, la Cámara de
Apelaciones. La palabra „instancia‟ está más pró xima a la „posición‟ en Klein, que incluye la dimensión
temporal.”. RODRIGUE, E. Ib id. Pág. 256.
17
acertijos escritos en caracteres de metáfora y metonimia. Dibuja en el agua acertijos de
sueño.
Freud exige estar iniciado en su método para poder seguirle los pasos.
Describe al yo:

“Este yo integra la conciencia, la cual domina el acceso a la motilidad; esto es, la descarga
de las excitaciones en el mundo exterior, siendo aquélla la instancia psíquica que fiscaliza
todos sus procesos parciales, y aun adormecida durante la noche, ejerce a través de toda ella
la censura onírica.”. 21

Sigue ubicando la motilidad del lado de la conciencia. Recuérdese: Identidad de


percepción (alucinación del objeto) en el Inconsciente e Identidad de pensamiento en la
Conciencia. Es decir, el pensamiento es una “acción”, implica un objeto creado en donde
el concepto (idea) reemplaza a la cosa material y se toma asimismo (identidad) como objeto
(pensar el pensamiento: Ciencia, Filosofía), pero ya en un segundo orden. Se salió de sí, se
salió de madre (de lo Inconsciente), se encontró con la cosa externa y la convirtió
simbólicamente en objeto y, ahora, la mantiene en ese espacio Preconsciente para su
disposición. De esta manera, a través del uso de la voluntad y la memoria se dispone de
productos psíquicos cargados de energía originaria.

El médium privilegiado para en- vestir y trabajar sobre esa en- vestidura libidinal es
la palabra, siendo las representaciones verbales aquello que permite que algo Inconsciente
se haga Consciente. Es el campo de la labor terapéutica psicoanalítica; poder hacer
Consciente lo Inconsciente.
En Freud la pulsión de muerte es muda, sería lo que Lacan llama real.
Así, la pregunta de cómo se hace algo Consciente debe sustituirse, según Freud, por
la pregunta de cómo algo se hace Preconsciente. La respuesta es: por las representaciones
verbales.
Entre la percepción de identidad y la percepción de pensamiento se encuentran las
huellas mnémicas, base del “recuerdo emotivo” del sujeto, aquello de lo que por siempre se
ve afectado.
Freud enseña que es un error entender la neurosis como un conflicto entre lo
Inconsciente y la Consciente, que hay que sustituir esta antítesis por otra, por la tensión
entre el yo “coherente”‟ y lo reprimido disociado de él (un yo primario y un yo secundario).
Aquí recupera sus teorizaciones primeras de la doble conciencia y se vuelve a la histeria y a
su “sueño lúcido”.
Se refiere también a este trabajo como psicología de las profundidades, lo que
posteriormente originó los espacios académicos de “Psicología Profunda”.
Puede decirse, en términos de hipótesis, que ya en el Inconsciente hay un yo
primario, núcleo motor (yo corporal) en relación a las percepciones internas, y que a la vez
hay un Superyo temprano, motivo de la represión.
Esa enigmática represión primaria estaría dirigida al contenido de las pulsiones
sexuales, en una primera instancia de energía libre y en una segunda instancia a sus
posibles representaciones.
Puede pensarse que a las pulsiones se las puede reducir a una: las pulsiones
sexuales, en su modalidad Erótica y Thanática. Lo otro es del orden de los destinos de la
pulsión, tomando como base la represión, fundamento fundador de los social y de todas las
formas de culturas.
21
FREUD, S. El „yo‟ y el „ello‟ (1923). Ob ras Co mpletas. Bib lioteca Nueva. Madrid, 1981. Págs. 2703 y
2704. Traducción Ballesteros.
18
Paradójicamente, lo sexual es a la vez lo que sostiene lo social (desde la represión) y
lo que amenaza con disolverlo (Thanatos-guerra).
Lo Erótico es la base de lo estético y lo estético es a base de reprimir lo erótico. La
perfección de la belleza (completud), el bien, la verdad… es lo verdaderamente
insoportable.
Lo que eleva es del orden de la insoportable levedad del ser.
Se está sujeto, anclado a ese peso de la piedra de la represión. Recuérdese el mito
acerca de It (ello). Sin ese peso se tiende a la disolución en lo que Freud llamaba el “goce
oceánico”, más allá del principio de placer. Y, a la vez, no se cesa en buscarlo a condición
de nunca encontrarlo.
Por suerte está el recreo del orgasmo.
El suave badajo haciendo titilar la dulce campanilla, en su opuesto a la campana de
la escuela (que ya no hay; ahora hay timbre) y el campanario de la Iglesia llamando al rito.
Al colocar Freud la identidad de percepción en el Inconsciente afir ma que éste es
omnipotente y, a la vez, omnipresente, con un fin principalmente de carácter erótico:
“Sueño de la inyección de Irma”. Téngase en cuenta que lo que se reprime se torna
Inconsciente, pero que no todo lo Inconsciente es reprimido.
Freud habla de sensaciones Inconscientes, a diferencia de las representaciones
Inconscientes. Las sensaciones no necesitan “miembros de enlace” progresando
directamente hacia la conciencia. Saltan por encima o atraviesan sin inconvenientes la
instancia Preconsciente. El yo debe regular, desde el principio de realidad, las pulsiones del
Ello, las exigencias del Superyo y las demandas del mundo exterior. Por eso, Freud lo ubica
como un esclavo entre tres amos a quien debe satisfacer. La percepción e influencia del
mundo exterior es al yo lo que la pulsión al ello.
¿Cómo contener esas pasiones sin arder en ellas?
Es el problema de la hybris, la desmesura, en los griegos: toda la teoría de las
virtudes por respuesta, comenzando por la principal de ellas, la prudencia. Es el problema
del medioevo (bajo, medio y alto) visto desde la Ley y los pecados (capitales y veniales).
Es el problema de la Modernidad, que en verdad no era la razón sino la pasión, a la que
intentaron transformar en pasión por la razón. Es el problema de la Posmodernidad, que ya
no encuentra en qué apasionarse.
Es el problema que origina todos los problemas. Por siempre, en todo tiempo, lugar
y época.
Por cierto que este equilibrio no es fácil de lograr. A su cuenta existe el generoso
campo de la psicopatología.
Quizás la referencia más verdadera y enigmática se halle en las escrituras, en la
escena de la “zarza ardiente”.
En la base del santo, perverso, del místico, del artista, del poeta, del científico se
halla lo mismo: algo hay que hacer con ello. La diferencia esta en el fin, la búsqueda y lo
que se cree como objeto o encuentro con el objeto.
El perverso y el virtuoso están hechos del mismo material. Mas luego hay que tener
talento para destacar, de lo contrario sólo se trata de simples neuróticos.
En cuanto al yo, retorna a la imagen del jinete y el caballo, en donde el que lleva las
riendas es el propio caballo (ello).
Recuérdese que para que un concepto sea metapsicológico en Freud debe tener un
triple valor: tópico, económico, dinámico. Sólo si puede desplegarse en ese tríptico
epistémico tiene el carácter de metapsicológico.
Freud despliega la libido de objeto porque el yo posee un complejo juego de
identificaciones y proyecciones, en donde incorpora objetos eróticos (de amor y deseo) y a

19
la vez enviste nuevos objeto, siendo él mismo una construcción a partir de todos esos
fragmentos de elección afectiva en su historia de vida.
Alejado del autoerotismo y del narcisismo primario, el sujeto está apto para amar en
el deseo, vaciarse de libido para cubrir con ella a su objeto de elección. Esto es, por cierto,
una locura, una locura de amor, porque el sujeto queda totalmente expuesto, vaciado, a
merced de aquel en donde depositó su libido.
Ese es el lugar del erastes (activo). En cambio el eromenos (pasivo) no arriesga nada
porque él solo se deja amar. Nada tiene que perder, ya que sus erastes son cambiables, en
cambio para el erastes su objeto es “único”.
Freud comparaba el estado de enamoramiento con la psicosis, en donde el sujeto
esta perdido en el objeto erótico. Luego da los diferentes modelos de elección de objeto 22 :
1) a la madre nutriz
2) al padre protector
3) lo que uno fue (yo ideal) a lo que uno quisiera ser (ideal del yo) a lo que uno es
(captura narcisista).
Quizás haya otros…Y a la vez algunos que combinen un poco de cada uno de ellos.
En el seminario de la transferencia, Lacan explica por qué los “ricos”
(económicamente) no pueden amar: amar es un don, algo del orden de la economía psíquica
que al trasmutarlo en un objeto (por el rico) adquiere el carácter de valor y, siendo un valor
de uso externo, paradójicamente pierde la riqueza en ese intento desesperado de posesión
del objeto.
El Don de amor no es del orden del intercambio material. Como dice una frase
popular: “El amor solo se paga con amor”. Otra: “Todo lo que se paga con dinero siempre
es barato”.
En el texto “Psicología de las masas y análisis de yo” explica el funcionamiento del
ideal del yo, ese objeto ideal que captura toda la libido, por lo que Freud lo ubica en el
campo de la hipnosis y lo compara con el enamoramiento. De esa conceptualización de
ideal de yo se desprenderá la conceptualización de Superyo, la que ubicará del lado de la
formación reactiva, señalando la prohibición. En Lacan, también paradojalmente, el Goce.
Un mandato paradójico: Prohibido y Goza. Enferma al sujeto, que sólo está en el
campo binario, en la dialéctica en donde uno de los términos debe ser reducido a la
negación. Por eso la lógica trina es un campo de salud psíquica, porque posibilita sin
reducir a encontrar una tercera alternativa.
Un ejemplo del lado del sujeto varón: ama una mujer (ideal) prohibida y cuando se
presenta la oportunidad de gozarla no puede (imposibilidad- impotencia) o, al revés, la goza
pero a condición de que sea pública, para nadie prohibida.
Freud señala algo importantísimo: La energía debe ser tomada del padre. Es para
pensar:
1) Función padre
2) El Padre en los tres registros.

Y la herencia del padre:


1) A la hija mujer su amor.
2) Al hijo varón la posibilidad del deseo.
Algo muy diferente es que lo desee; allí el campo de la patología.
A la vez le atribuye al Superyo el imperativo categórico kantiano: “Haz que tu
máxima se convierta en Ley universal”. El deber ser por el deber ser.

22
FREUD, S. Introducción al narcisismo, Obras Co mp letas, Biblioteca Nueva. Madrid, 1995.
20
Recuérderse que dice que el Superyo en la mujer es muy débil (lábil) debido a que
no hay “castración”. Entonces no hay nada que perder, nada que temer.
La represión sigue siendo la piedra en donde se afirma la teoría.
La ley en la mujer es el Amor, lo que hace que el juego de los objetos libidinales y
de los valores cambie significativamente. Al mismo tiempo genera ese desencuentro y
malentendido entre aquellos que están del lado masculino y aquellas que están del lado
femenino.
En el Superyo coloca la “conciencia moral” y desde allí teoriza acerca de la culpa
(no se constituye así en la mujer, excepto en el cuadro clínico de la melancolía). Freud
señala que el largo período de indefensión de la vida de un sujeto tiene sus consecuencias:
el cachorro humano es el más frágil de todas las especies en la lucha de la supervivencia.
Pasa gran parte de su vida (algunos toda su vida) dependiendo de otro (Otro).
En el Superyo se halla el nódulo de las religiones, la figura de autoridad al padre
luego transferida a los maestros y otros sustitutos paternos. Este punto es central, porque
Freud estaba preocupado hacia el 1900 por la pérdida de autoridad paterna y la caída de la
envestiduras que ello significa. Cuando hablaba de maestros era porque la educación estaba
en manos de los hombres… Setenta años después Lacan teoriza sobre la misma
preocupación bajo la nominación de Nombre del Padre.
La posmodernidad muestra un escenario patético al respeto.
Nietzsche expresó que Dios había muerto (padre en lo real). Foucault agrega que el
hombre ha muerto (padre en lo imaginario), para lanzarse al estudio de la perversión, el
resquebrajamiento de la Ley (padre en lo simbólico).
El panorama es desolador… Se agrega a esto que en la “formación” no hay
“iniciación”: faltan varones que transmitan el “modelo”, alguien con quien ide ntificarse en
los tres registros (siendo el varón el que decae, decadencia) alguien que sepa qué hacer con
el deseo (libido única de naturaleza masculina).
La problemática actual en las instituciones tiene que ver con esto, especialmente en
los espacios de formación educativa.
Freud insiste con la filogénesis y, a la vez, señala todo el tiempo que el yo es una
diferenciación del ello. Lo curioso es que le da al yo una pulsión, la de conservación, para
protegerse de la sexual (y al mismo tiempo habla de disociación de la pulsión).
Siguiendo sus propios pasos, tendría que señalar que, así como el yo es
diferenciación del ello, la “pulsion” de conservación es solo diferenciación de la sexual. Es
más, sería mejor ubicarla del lado del Superyo, como formación reactiva. Y a la vez
tendería a confirmar que Thanatos pertenece, tanto como su gemelo Eros, a la pulsión
sexual. He allí la complejidad del tema. Freud se detiene e incluso retrocede ante la pulsión
de muerte. Será la escuela inglesa la que avance en este aspecto (ellos sí tienen escuela en
“eso”). Lo extraño que en vez de usar su lógica trina y hacer pasar los conceptos por su
metapsicología (tópico, económico, dinámico) lo plantea en el campo binario. Por una parte
es cierto que, socialmente, el sujeto se mueve en el campo binario, pero no es esa la lógica
de lo inconsciente. Pareciera que en este punto Freud cede su teoría a lo social y no quiere
ir más allá del principio de placer… Ya que ubica al yo y el ello como su continuidad.
El yo ocupa un importante papel en el destino de la sublimación de la pulsión, ya
que es el agente con el mundo exterior, teniendo la posibilidad de la percepción del objeto.
Por lo tanto, le cabe seleccionar, distinguir y elegir.
Freud deja bien claro que el narcisismo del yo es un narcisismo secundario.
Al hablar de la culpa y de la función del Superyo deja sentadas las bases de lo que
actualmente el psicoanálisis teoriza en el campo de la Ley. El sujeto de la Ley (sujeto a la
Ley), en donde se demuestra que el sujeto siempre es responsable de sus actos,
especialmente de los inconscientes (porque son los más verdaderos). al contrario de lo que

21
la ley positiva sostiene, declarando inimputable a un sujeto si comete, por ejemplo, un acto
en estado de pasión (el sujeto vive en estado de pasión, que no lo quiera o sepa reconocer es
otra cosa).
La ley positiva se basa en el método científico, por eso siempre busca “verificar”
los hechos, las pruebas. Los hechos se deben probar, de lo contrario no son reales. Esto es
de una torpeza consensuada.
El sujeto debe hacerse cargo de los “efectos” de sus actos, de lo contrario interviene
la ley en ese campo. Se deja un margen para los “montajes” tanto perversos como
psicóticos y, a la vez, para la amplia gama de las psicopatías y las patologías de los bordes.
Recuérdese que siempre se habla de la neurosis. Es decir, se la toma como
Paradigma.
Cuando se impone la ley positiva sobre la Ley Mosaica, desconociendo los diez
mandamientos con artificios que escamotean la sanción, esa sociedad comienza a
desmoronarse. Ejemplo: la emisión de una ley de punto final y obediencia debida en donde
se legaliza el robo, la tortura, la violación y el asesinato. Se colocan las bases de la per-
versión de esa sociedad. Los efectos son los que actualmente estamos viviendo.
El juego dominó hará que advengan otras leyes legalizando e invirtiendo el valor de
los mandamientos, produciendo un efecto de confusión y caos en la subjetividad humana,
grupo que estará destinado a ser sometido por otro que sí esté en el orden de la ley. Esa ha
sido la historia de la humanidad, la que se repite una y otra vez más allá del tiempo, el
espacio y los diferentes contextos socio-político-económicos.
En ultima instancia, se trata de que el sujeto se haga cargo de su deseo, que se
convierta en un hombre o mujer y deje de ser un niño/a.
Realizaré una referencia psicoanalítica a cómo se estructura el juego de poder,
esperando que no se antepongan prejuicios o juicios morales a la lectura.
Para quien se interese en el funcionamiento político en lo social, se puede pensar el
esquema del aparato psíquico de la siguiente manera: hay un líder en el lugar de ideal que
conduce la fuerza impersonal (ello) de la masa (pueblo). Esa fuerza puede estar dividida,
como en la república, para intentar compensar bajo el principio de realidad (yo) la
distribución de poder: Judicial, Legislativo, Ejecutivo. En la base de este “pacto” hay un
principio de desconfianza mutuo. La paradoja de la democracia está en que en si no es
ejecutiva, sino deliberativa, no resuelve; resolver es elegir y ello implica “discriminar”,
realizar una diferenciación, un orden… Hacer valer el principio erótico en donde la libido
enviste y reina.
Por eso aquellos que fracasan en el amor y no saben qué hacer con su deseo
buscan el poder, haciendo del poder en lo social un fin en sí mismo.
Por medio de ese poder tendrán acceso a todos los objetos de su deseo.
Recuérdese que, en el campo de la transferencia, el poder, que es cedido por el
paciente, es a condición de no ser usado: paradoja, regla de la abstinencia.
La política de lo social toma el camino exactamente inverso: los sujetos, una vez
pasado el orden de la „promesa‟, la ilusión en el campo del ideal, tratan de apropiarse del
objeto para sí.
El Psicoanálisis no solo enseña una erótica sino que también da las claves del
funcionamiento de la política, ya que puede reconocer sus íntimos mecanismos.
El principio de poder se divide, multiplica y debilita por temor al poder mismo. Lo
imposible, buscando la ilusión de la fraternidad y la libertad, es que todos seamos iguales
(en no poder), porque no lo somos. Es un sistema defensivo, que trata de evitar la tiranía de
las pulsiones descontroladas. Como todo sistema defensivo está destinado a fracasar.

22
Como decía Aristóteles, quizás sea “el menos peor”. Empero, lo ideal sería poder
tomar de cada sistema lo mejor, combinándolos. El hombre en lo social suele ser
unidimensional…
Aristóteles habla de “democracia”, el gobierno del pueblo, un sistema directo, de
participación directa. Lo que se vive actualmente difiere de aquello, porque es un sistema
indirecto, a través de representantes. Eso, para Aristóteles. es una “oligarquía” encubierta
(grupo de Diputados, Senadores…).
La idea de contracto social en que se basan las nuevas formas sociales son el
producto de la modernidad. Las dos instituciones que Freud analiza en “Psicología de las
masas y análisis del yo” nada tienen que ver con esto. Son la iglesia y el Ejercito,
reconociendo que el modelo institucional por excelencia, y que como tal se mantiene por
siglos, es el de la Iglesia (jerarquía eclesial).
Lo social es principalmente femenino y la democracia es una feminización de lo
social. Esto era lo que a Freud le preocupaba con la caída del Imperio Austro Húngaro. No
era el imperialismo, como muchos tontos creyeron, era porque hay una forma de relación
diferente con el poder desde el lado masculino que desde el lado femenino. La mujer „teje‟
poder con base en las relaciones. El varón debe poder sostenerse “sólo” en su deseo, más
allá de las circunstancias y los grupos, sin retroceder en lo que quiere. No está en el orden
del pacto o la negociación.
Freud decía que el deseo es el “voto del inconsciente”: allí no hay renuncia posible.
Si el hombre comienza a “tejer” poder se coloca del lado femenino. El problema del varón
es cómo hacer para estar en lo social sin perder su virilidad. El problema de lo femenino es
su ambivalencia entre ser deseada (sin transformarse en un puro objeto) y a la vez ser
deseante (sin convertirse en un varón).
Retorno al seminario de la transferencia; Eromenos y Erastes.
Lo interno se hace externo y lo externo interno. Freud enseñó que toda psicología
individual es social y toda psicología social es individual.
El yo es la verdadera residencia de la angustia y la angustia el verdadero afecto del
Inconsciente, puerta por la que se ingresa a un análisis. Base de la demanda en la neurosis,
no así en la perversión y la psicosis.
En verdad lo que se teme perder es el amor. No hay mayor fracaso que el fracaso
amoroso: el sujeto puede soportar cualquier otro riesgo, pero no ese.
Hay que reconocer que Freud dio la posibilidad de todos los malentendidos, porque
señala al Ello como el reservorio de la libido. Teorías posteriores tomaron al Inconsciente
como un sistema de reservorio, desde la imagen de depósito.
Rodrigué aventura la hipótesis de que el Gran Otro lacaniano es el heredero del ello
freudiano y, se podría agregar, de la frase “Dios es Inconsciente”.
No se olvide que “ello” es impersonal, la tercera persona del plural. En los t iempos
de la acción está todo el decir y los secretos de esta gramática del Inconsciente.
El verbo es en infinitivo e indefinido; es el acto el que lo define.
De ese yo perdido, yo ideal, a ese yo por ser, ideal del yo, la instancia del Superyo,
conteniéndolos desde la fuerza de lo Inconsciente.
La pregunta es si este mediador que es el yo posee su propia fuente de energía o es
solo un administrador… En última instancia es un alcahuete.
¿Proyección de la superficie corporal?
Para Didier Anzieu el yo es la piel del psiquismo, la piel de los pensamientos (el yo
corporal, especialmente del lado del niño y la mujer).
La mujer no pierde esa posibilidad de “metamorfosis”. La psicología del desarrollo
es sólo para el varón, que se mueve en ese torpe aprendizaje simbólico. La mujer, al estar

23
anudada a lo real desde lo imaginario, tiene un saber no sabido que la constituye desde un
inicio.
Sin juicios de valor de mejor o peor: diferentes. Reconociendo la singularidad de
cada uno en sus condiciones y posibilidades… de eso y otras cosas se trata el psicoanálisis.
¿Quién tiene el valor de poner en juego su deseo para descubrirlo?

24
Anexo: dos hipótesis y cinco observaciones

Hay dos hipótesis de mi autoría en este texto. Las explicito:

1) La postulación de que en verdad hay un monismo pulsional, que se parcializa en


el recorrido por las zonas a ero- genizar (como génesis orgánica de Eros), por las partes del
cuerpo.

Esto coincidiría con la libido única, en su etimología de “deseo”, y con el deseo, en


su etimología de “tendencia, anhelo, necesidad, avidez, apetito”.
Si bien Freud diferencia la pulsión, a mi entender de lo que se trata es de la “pulsión
sexual”, que incluiría lo Erótico y Thanático. La parte de conservación solo sería una
reacción secundaria y de carácter defensivo.

2) Para mí, el Superyo no es el Goza de Lacan ni el deber ser de Freud, participa de


ambos desde el lugar de la herencia Paterna bajo la prescripción: Desea-Ama.

Ese es el mandato, como mandato de la función Paterna. Luego viene la restricción


de acuerdo al “objeto”, pero como segundo tiempo y sólo válido para los procesos de
diferenciación del Inconsciente (Preconsciente-Consciente).
Mandato cuyo sesgo se lo da la libido, adquiriendo una posición pasiva,
objeto/eromenos (femenina) o activa, deseo/erastes (masculina).
Difiero de la escuela inglesa en que hay un Superyo arcaico materno. Al contrario,
la posibilidad de que se constituya es saliéndose de madre.
En la base epistemológica freudiana hay una unidad que habilita a la multiplicidad
(no perdiéndose la unidad ni cercenándose la multiplicidad), para abrir a un juego de una
estructura “mínima” de tres elementos. Esto permite un gran despliegue de posibilidades,
ampliando significativamente el “campo” teórico en su dimensión metapsicológica. Eso es
lo que diferencia y distingue el Psicoanálisis de las otras teorías, a la vez haciéndolo tan
especial desde “la vida” de su iniciador.
Recuérdese que las otras teorías son “binarias” y, a lo sumo, logran diferenciar una
sutil dialéctica o diferentes matices, siempre dentro de una lógica de oposición.

Observaciones:

1) El sueño del niño muerto.


Considero que un Padre (función) que no da su herencia (amor-deseo) lo está
matando (simbólicamente, hasta llegar a lo literal).

2) La palabra percepción.
En alemán Wahr-nehmung significa “capacidad de captar lo verdadero”. Es mi
parecer que Freud utiliza la percepción en su sentido etimológico y, por eso, coloca la
percepción del lado del Inconsciente.
Hoy se tiene una representación del concepto que tiene que ver con la modernidad,
en donde percepción es asociada a “fenómeno” y, por lo tanto, tiende a relacionarse a un
acto consciente.
Es mi parecer que la Gestalt, en su teoría de la percepción, también lo utiliza de la
misma manera.

25
Aquí hay una ruptura epistémica y, a la vez, un obstáculo epistemofílico en
nosotros. Freud afirma que la verdad es la percepción de lo inconsciente y nosotros, por la
formación racionalista, tendemos a buscar la verdad en la coincidencia con lo percibido en
el exterior.
Este concepto es básico para entender su postulación de la “realidad psíquica”.

3) En Freud hay un doble proceder: desde una unicidad (libido única de naturaleza
masculina) y a la vez desde la multiplicidad (pulsiones parciales).
En momentos esto corre paralelo en su análisis, con la dificultad de que el método
analítico, al partir de las partes, no puede constituir un todo teórico, una síntesis que de
cuenta de su proceder. A mi parecer ésta es la mayor dificultad en el intento de explicar e
interpretar el “aparato psíquico”.
A la vez, él tiene su marco referencial. Sabe lo que no quiere hacer, teme
“contaminar” su teoría… Sus riesgos son la filosofía, la religión, la parapsicología… Freud
crea la metapsicología para darse una vigilancia epistémica, obligando a sus conceptos a
pasar por un triple tamiz (tópico, dinámico y económico) para que puedan recién entonces
pertenecer a lo que él llamaba “la mitología del Psicoanálisis”.

4) La metafísica, la metapsicología y la teología.


Si se ha de buscar un vínculo de unión, la figura indiscutida es Santo Tomás y su
texto, la Suma teológica. De esta manera, habría que buscar la intimidad entre la estructura
tripartita del Ser, Ente y Esencia y la de Ello, Yo y Superyo.
A mi parecer es un error tomar a Hegel para estas relaciones, como lo hizo Lacan.
Su sistema es un laicismo del esquema teológico protestante, el que está subordinadoa a la
teología cristiana. Por eso es preferible tomar el primer orden, la causa a los efectos, ya que
inferir de los efectos y no de las causas es un error.

5) Tradición hebrea y griega.


Hay que tener en cuenta las dos tradiciones que confluyen en Freud: tradición
hebrea (la de su cuna) en donde lo importante tiene que ver con el “oír” sin representación;
tradición griega (adoptada) en donde el acento esta puesto en el “ver”. Una tradición remite
a la pulsión invocante y otra a la pulsión escópica. Freud inclina su teoría del lado de la
pulsión invocante.
Si se relaciona el monoteísmo religioso y el monismo sexual, se encuentra que
ambos principios responden al principio económico, debido a que son de una gran
“economía” psíquica. En cuanto a la religión, el sujeto antes debía desplegar gran parte de
su tiempo y su energía en múltiples dioses, con el temor de olvidarse de alguno y provocar
su ira en ese acto.
El principio epistémico del monismo encuentra su fundamento en el proceso
primario de “economía psíquica” y de energía libre. Recién en el proceso secundario se
tiene la multiplicidad de las asociaciones.

26
Índice:

 Presentación

 Sobre el uso de la palab ra gramát ica

 Introducción: marco teórico-ep istemológico. Autores: Ps. Antonio Ferrero Prof. Conrado
Astudilla.

MITOLOGÍA

 Mito y Logos. La encrucijada actual- Prof. Gabriela Kindernecht

 El origen del verbo- Ps. Antonio Ferrero.

 Dionisos y el poder- Ps. Antonio Ferrero.

 Las mil y una noches- Ps. Antonio Ferrero.

 El Ro manticismo A lemán y el Sueño Freudiano. ¿Es el Psicoanálisis un romanticismo


científico? Ps. Antonio Ferrero.

EPISTEMOLOGÍA - Por Ps. Antonio Ferrero

 Ese oscuro objeto del deseo

 Ep istemología t ransicional-transaccional

 Ensayo sobre La formación del espíritu científico de Gaston Bachelard.

 Bateson, Espíritu y Naturaleza.

 Popper, un rebelde con causa indeterminada.

 Sobre Tratado contra el método de Paul Feyerabend.

 Ep istemología freudiana.
METAPSICOLOGÍA

 Ciencia y ficción- Prof. Conrado Astudilla.

 Mesmer, el ú ltimo de los alquimistas - Ps. Antonio Ferrero.

 La inyección de Irma: una química sexual- Ps. Antonio Ferrero.

 Fundamento epistemológico del aparato psíquico. Primera y segunda tópica.- Ps. Antonio
Ferrero.

También podría gustarte