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Facultad de Ciencias Veterinarias

-UNCPBA-

Descripción de una alternativa terapéutica para el


tratamiento de una parálisis laríngea

Baudrix, Noelia; Nasello, Walter; Catalano, Marcelo.

Julio, 2019
Tandil
Descripción de una alternativa terapéutica para el tratamiento
de una parálisis laríngea.

Tesina de la Orientación de Sanidad Animal, presentada como parte de los


requisitos para optar al grado de Veterinario del estudiante: Baudrix, Noelia.

Tutor: Veterinario Nasello, Walter.

Director: M.V. Esp. en Cirugía de Peq. An. Catalano, Marcelo.

Evaluador: Med. Vet., Lic. San. Anim., Dr. Quiroga, Miguel Angel.
Resumen

La parálisis laríngea es la falla parcial o completa en la abducción de los


cartílagos aritenoides y de los pliegues vocales, durante la inspiración. La
etiología de la enfermedad puede ser congénita o adquirida; la idiopática es la
presentación más común, en perros de edad avanzada y de gran tamaño. Los
signos que pueden presentar los animales, son aflicción respiratoria, cianosis,
estridor laríngeo, tos, cambios en el ladrido e intolerancia al ejercicio. Algunos
animales son asintomáticos en reposo. El diagnóstico es presuntivo por los
hallazgos clínicos y se puede confirmar mediante una endoscopia respiratoria.
El tratamiento es quirúrgico, mediante una laringoplastia. En el presente trabajo
se describirá el caso de un mestizo Collie, que llegó a consulta cardiológica por
presentar crisis de cianosis durante el ejercicio. En el paciente se diagnosticó
una cardiomiopatía, que no explica la cianosis aguda que desarrolló el mismo.
Por lo tanto fue derivado para que se le realice una endoscopía respiratoria.
Como resultado de la endoscopía, en el paciente se diagnosticó una parálisis
laríngea. Se le realizó una lateralización aritenoidea izquierda, como medida
terapéutica; dicha técnica es brevemente descripta al final de este trabajo.

Palabras claves: parálisis laríngea, cartílagos aritenoides, laringoplastia.


INDICE
Introducción: ....................................................................................................... 1

Breve repaso anatómico:.................................................................................... 2

Parálisis laríngea: ............................................................................................... 6

Etiopatogenia .................................................................................................. 6

Signos clínicos ................................................................................................ 7

Diagnóstico ..................................................................................................... 8

Diagnóstico diferencial .................................................................................... 9

Tratamiento..................................................................................................... 9

Aritenoidectomía parcial ............................................................................ 10

Lateralización Aritenoidea Unilateral ......................................................... 10

Traqueotomía permanente ........................................................................ 11

Complicaciones ............................................................................................ 11

Pronóstico ..................................................................................................... 11

Descripción del caso clínico: ............................................................................ 12

Datos demográficos ...................................................................................... 12

Reseña ......................................................................................................... 12

Motivo de la consulta .................................................................................... 12

Semiología clínica ......................................................................................... 12

Anamnesis: ............................................................................................... 12

Inspección general: ................................................................................... 13

Inspección particular: ................................................................................ 13

Métodos complementarios ........................................................................ 14

Cirugía .......................................................................................................... 16

Discusión .......................................................................................................... 19

Conclusiones .................................................................................................... 20

Bibliografía .................................................................................................... 21
Introducción:
La parálisis laríngea es un fallo en la abducción de los cartílagos aritenoides
durante la inspiración, que ocasiona un incremento de la resistencia al paso del
aire por la laringe y grados variables de estenosis laríngea. La ausencia de
movimiento de los cartílagos aritenoides puede ser uni o bilateral (Álvarez et
al., 2003).

Generalmente es idiopática. Sin embargo puede aparecer secundaria a


traumatismos o, a neoplasias que interesan el cuello ventral (Nelson y Couto,
2000).

La parálisis laríngea es más frecuente en perros de razas grandes. Los machos


se ven afectados de dos a cuatro veces más que las hembras. La parálisis
laríngea idiopática adquirida es más común en labrador Retriever, Lebrel
afgano, y Setter irlandés de mediana edad o mayor (de 9 a 13 años). (Fossum,
1999).

Los signos clínicos son el resultado del estrechamiento respiratorio en los


cartílagos aritenoides y en los pliegues vocales. La aflicción respiratoria es la
principal manifestación clínica. El propietario también puede notar el estridor o
cambios en el ladrido. La cianosis y el síncope se presentan en los casos
avanzados, especialmente después de la actividad física, de excitación o de
estrés (Nelson y Couto, 2000).

El agrandamiento quirúrgico del pasaje respiratorio suele ser el tratamiento de


elección. Se describieron diversas técnicas de laringoplastia, incluyendo
laringoectomía parcial, laringoplastía encasillada y lateralización eritenoidea,
siendo ésta última la que se recomienda como procedimiento inicial en perros y
gatos. Su pronóstico para la corrección de los signos clínicos es bueno (Nelson
y Couto, 2000).

1
Breve repaso anatómico:
La laringe es un órgano hueco, de forma tubular, ubicado bilateralmente y con
disposición simétrica, que comunica la faringe con la tráquea (König, 2008).

El aire pasa a través de la laringe, o de su cavidad, la cual está cubierta por


una mucosa. La laringe está unida mediante un esqueleto cartilaginoso,
formado por varios cartílagos pares o impares, articulados uno con el otro. Los
cartílagos se mueven mediante músculos laríngeos y de esta forma el tamaño
de la glotis puede alterarse. Asimismo, asociados con los cartílagos laríngeos,
están los ligamentos, que pueden contraerse o relajarse mediante acciones
musculares (Getty, 1992).

La laringe consiste en un esqueleto de cinco cartílagos ensamblados en una


configuración de cofre (fig. 1 y 2). La epiglotis, un cartílago con forma de
espada, constituye la porción más craneal de la laringe. Los dos cartílagos
aritenoides forman la extensión dorsal craneal de la laringe y el cartilago
tiroides constituye los límites ventral y lateral. El cartílago cricoide anular
representa la porción caudal de la laringe y articula con la tráquea (Bojrab,
1996).

Figura 1.Representación esquemática de los cartílagos laríngeos señalando los distintos componentes
(Adaptado de König, 2008).

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Figura 2. Orientación de los cartílagos laríngeos. (a), cartílagos laríngeos: vista lateral: i) epiglotis;
ii) cartílago aritenoides izquierdo; iii) posición de la banda sesamoidea; iv) ala izquierda del
cartílago tiroides; v) cartílago cricoides. (b), cartílagos aritenoides: vista lateral: i) apófisis
muscular; ii) apófisis corniculada; iii) apófisis cuneiforme. (c), cartílago aritenoide; vista dorsal;
i) apófisis muscular izquierda, ii) apófisis corniculada izquierda, iii) apófisis cuneiforme izquierda;
iv) posición de la banda sesamoidea (cartílago). (Adaptado de Bojrab, 1993)

El ingreso en la cavidad de la laringe tiene lugar por la corona laríngea o


entrada de la laringe, formada por la epiglotis, el pliegue ariepiglotico y el
cartílago aritenoides. Después de la entrada, se encuentra el amplio vestíbulo
de la laringe. En la mitad de la laringe, la cavidad se estrecha por la glotis
(hendidura de la glotis, rima glottidis) y caudal a ella se dilata para formar la
cavidad infraglotica, que por su parte continua con la tráquea (König, 2008).

La abducción y la aducción de la rima glottidis son decisivas para regular la


resistencia aérea a medida que el aire fluye a través de la laringe, dentro de las
vías aéreas bajas. La rima glotitidis limita en ventral con los pliegues vocales
pares y en dorsal con los procesos corniculado y cuneiforme de los cartílagos
aritenoides (Bojrab, 1996).

Los músculos intrínsecos de la laringe controlan el tamaño y forma de la rima


glottidis y la posición de los cartílagos laríngeos. El único músculo abductor
intrínseco de la laringe es el dorsal cricoaritenoideo, que se origina sobre la
superficie dorsolateral del cartílago cricoides, insertándose sobre el proceso

3
muscular del cartílago aritenoides. El músculo tiroaritenoideo, que se origina
sobre la línea media interna del cartílago tiroides y se inserta cerca del proceso
muscular del aritenoides, es el aductor más importante de la rima glottidis
(Bojrab, 1996).

Por otra parte, los músculos extrínsecos son los encargados de mover la
laringe como un todo, y pueden subdividirse en los que la mueven rostralmente
y los que la mueven caudalmente. El primer grupo incluye los tirohioides,
hioepigloticos, estilohioideos, milohioideos, geniohioideos, digástricos,
estilofaringeos y palatofaringeos. El segundo grupo incluye los esternotiroideos
y esternohioideos (Getty, 1992).

La membrana mucosa de la laringe se continua con la de la laringofaringe


rostralmente y con la tráquea caudalmente. La mucosa es firmemente unida a
las estructuras internas de la cara laríngea del cartílago epiglótico, a los
ligamentos vocales y a la superficie interna del cartílago cricoides. A cada lado,
la mucosa, que cubre el ligamento vocal y la parte del tiroaritenoideo asociado
con el ligamento vocal, constituye lo que se denomina pliegue vocal (Getty,
1992).

La lámina propia de la mucosa contiene muchas fibras elásticas, así como


glándulas (serosas, mucosas y mixtas) y una considerable cantidad de tejido y
de nódulos linfáticos. La submucosa es delgada, en unos cuantos lugares,
fundamentalmente sobre la base de la epiglotis. Los vasos sanguíneos forman
una red periglandular no muy tupida y estrecha y otra densa subepitelial. La
mucosa que recubre los ligamentos vocales es ligeramente avascular. Los
vasos linfáticos, por su parte, forman una red profunda y otra superficial.
Existen terminaciones sensoriales en el epitelio y en los botones gustativos
(Getty, 1992).

La laringe está irrigada bilateralmente por la arteria laríngea craneal y por una
rama laríngea caudal de la arteria tiroides craneal. Las venas desembocan en
la yugular externa, a través de las venas laríngeas. Los vasos linfáticos drenan
en los nódulos linfáticos cervical, profundo y retrofaringeo medio (Gretty, 1992).

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La laringe está inervada por los nervios laríngeos craneal y caudal. El nervio
laríngeo craneal, que se ramifica a partir del vago a nivel del ganglio nodoso,
aporta inervación sensorial a la mucosa laríngea y motora al músculo
cricotiroideo. El nervio laríngeo recurrente se ramifica a partir del vago en la
entrada torácica. Su rama terminal, el nervio laríngeo caudal, da inervación
motora al resto de los músculos intrínsecos (Bojrab, 1996).

La función laríngea normal es importante para la respiración y la deglución. La


laringe actúa como una válvula compleja, regulando y protegiendo la entrada
de la tráquea (Bojrab, 1996).

Durante el acto de la deglución, la epiglotis impide la entrada de comida y de


líquidos en la vía aérea. Durante la respiración se produce un proceso rítmico
de dilatación (inspiración) y estrechamiento (espiración) de la hendidura glótica
(König, 2008).

En la inspiración, los músculos cricoaritenoideos dorsales se contraen,


abduciendo los cartílagos aritenoides y pliegues vocales. Esto oculta el lumen
glótico y reduce la resistencia al flujo de aire inspiratorio (Bojrab, 1996).

El lumen glótico se estenosa en forma pasiva durante la espiración, pero no


cierra por completo el pasaje de aire (fig. 3). A medida que los cartílagos
aritenoides retornan a la posición paramediana, aumenta la resistencia al aire.
Esta acción de “freno” regula la frecuencia y el volumen del flujo espiratorio.
Durante el ejercicio, la glotis se mantiene abducida en las fases inspiratoria y
espiratoria, reduciéndose la obstrucción cuando se requiere el máximo
intercambio de aire (Bojrab, 1996).

Figura 3. En la inspiración, el músculo cricoaritenoideo dorsal se contrae con la abducción de los cartílagos aritenoides
y de los pliegues vocales y el agrandamiento de la rima glottidis. Durante la espiración, (laringe en reposo) la relajación
del músculo cricoaritenoideo dorsal lleva al retorno pasivo de los cartílagos aritenoides y de los pligues vocales a una
posición paramediana. (Adaptado de Bojrab, 1996).

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La hendidura de la glotis participa además en la producción de los estornudos y
de la tos. En ambos casos, primero se cierra y luego, con el aumento de
presión del aire espiratorio, se abre bruscamente. La glotis se cierra también en
el momento en que aumenta la presión abdominal durante la micción, la
defecación y sobre todo en forma transitoria durante el esfuerzo del trabajo de
parto (König, 2008).

La laringe participa además en la fonación y, en el gato, también en el ronroneo


(König, 2008).

Parálisis laríngea:
La parálisis laríngea (laringplejia) es una causa común de obstrucción de las
vías respiratorias altas, además del edema laríngeo, del colapso de laringe y de
las masas intralaríngeas. En la parálisis laríngea se produce una disfunción de
uno o de ambos cartílagos aritenoideos, que no son capaces de abducir las
cuerdas vocales durante la fase inspiratoria del ciclo respiratorio, produciendo
una marcada estrechez en la entrada de la glotis. Este fenómeno impide que el
aire pase en forma natural a través de la laringe, generando turbulencias,
estridor y disnea inspiratoria de vías altas. (Durall rivas et al., 2002).

Etiopatogenia
Existen distintas presentaciones de laringoplejía en los caninos. La paralisis
laríngea congénita representa alrededor del 20 a 30 % de los casos. La forma
hereditaria se ha descrito en el Bouvier de Flandes, con signos clínicos entre
los 2 y los 6 meses y en el Husky Siberiano y sus cruzas. En Dálmatas jóvenes,
se ha asociado a una polineuropatía generalizada. Aunque los signos clínicos
emergen en los primeros meses de vida, la edad promedio al momento de la
corrección quirúrgica es de 14 meses (Bojrab, 1996)

El restante 70 a 80 % de los casos pertenece a la categoría de la laringoplejía


adquirida o idiopática y es más prevalente en las razas San Bernardo, labrador
Retriever y Setter irlandés, pero cualquier perro de mediana edad o mayore (de
9 a 13 años), puede padecerla (Durall Rivas et al, 2002)

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Las patologías y estados que pueden contribuir al desarrollo de la laringoplejía
incluyen lesiones vagales centrales o periféricas, trauma del cuello o de la
región laríngea, masas intra o extratorácicas que interesan o impactan sobre
los nervios laríngeos recurrentes o los músculos laríngeos intrínsecos,
hipotiroidismo u otras anormalidades endocrinas y procesos auntoinmunes que
afectan al tejido nervioso o músculo esquelético. Todas estas causas deben
descartarse antes de establecer el diagnostico de parálisis laríngea idiopática
(Hammel et al., 2006).

La parálisis laríngea es poco frecuente en gatos y no hay predisposición de


raza o género (Fossum, 1999).

Signos clínicos
Los signos clínicos de la parálisis laríngea se relacionan con obstrucción
respiratoria alta, creada cuando los cartílagos aritenoides y pliegues vocales se
mantienen en posición paramediana durante la inspiración. El caso típico
presenta respiración ruidosa, intolerancia progresiva al ejercicio o estridor
laríngeo. Si la obstrucción respiratoria es sustancial, puede haber aflicción
respiratoria, disnea pronunciada, cianosis y colapso. (Bojrab, 1996). En casos
graves, puede progresar a asfixia, ocasionando la muerte si no se toman
medidas emergentológicas rapidas (Durall Rivas et al., 2002).

La gravedad de la obstrucción respiratoria y del cuadro clínico se relacionan


con el grado de parálisis. Los casos unilaterales en general no ocasionan
signos en la mascota, pero pueden acarrear una insuficiencia respiratoria en el
perro de trabajo o de carrera (Bojrab, 1996).

Una de las manifestaciones más precoces de la laringoplejía es la alteración


del ladrido o maullido. La tos es frecuente (en especial durante la ingesta de
sólidos o de líquidos) porque la laringe protege con menos eficiencia a la
tráquea contra el ingreso de alimento o de líquido. A pesar de la estimulación
frecuente del reflejo tusígeno, grandes volúmenes de saliva o de líquido
pueden ingresar en la vía aérea. Eso predispone al desarrollo de neumonía por
aspiración, la cual puede pasarse por alto en el examen físico, porque el
incremento de los sonidos pulmonares se considera derivado del ruido aéreo
superior y la disnea se atribuye a la obstrucción laríngea (Bojrab, 1996).

7
La obesidad, la actividad fisica, la excitación y las temperaturas ambientales
elevadas pueden exacerbar esos signos (Fossum, 1999).

Los signos comunes en los gatos son la dificultad en la deglución, la tos y el


carraspeo (Bojrab et al., 2000).

Diagnostico
Los signos registrados y la exploración del paciente permiten realizar un
diagnóstico presuntivo de obstrucción de las vías aéreas altas (Nelson y Couto,
2000).

La radiografía de la región cervical y torácica sirve para descartar la existencia


de una masa en la laringe o en la tráquea o también para descartar una
neumonía por aspiración secundaria. Sin embargo, se llega a un diagnóstico
definitivo mediante la observación directa de la laringe con un laringoscopio
que permita ver la inexistencia de movimiento de las cuerdas vocales durante
las fases de inspiración (Durall Rivas et al., 2002).

Para evaluar la función laríngea, el animal se anestesia solo hasta el punto en


el cual la boca pueda ser abierta mientras se mantiene el reflejo laríngeo. Un
plano más profundo redunda en arreflexia laríngea y la laringe parece
paralizada, dando como resultado un falso positivo (Smith, 2000).

La mayoría de los pacientes que se someten a una laringoscopía tienen un


compromiso respiratorio, que debe tenerse en cuenta al prepararse para la
inducción anestésica; por eso se recomienda que reciban oxígeno previo al
procedimiento, mediante mascarilla (Smith, 2000).

El tipo de anestesia administrada depende de la preferencia del profesional


actuante. Pueden emplearse barbitúricos de acción ultracorta, que son los más
comúnmente utilizados, o una combinación de diazepam y ketamina (Smith,
2000).

El examinador debe estar familiarizado con la anatomía y la función laríngeas


antes de realizar un diagnóstico. Debe determinar si la anatomía laríngea es
normal y si la abducción del cartílago aritenoides está presente y es adecuada.
Se debe diferenciar el aleteo laríngeo causado por un flujo turbulento de aire,

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de la verdadera abducción de los cartilagos aritenoides. Los cartílagos
aritenoides de los animales con parálisis bilateral están fijos en posición
paramediana y no presentan un cambio de posición importante durante la
inspiración (Bojrab, 1993).

Se puede administrar clorhidrato de doxapram, 1 mg / kg, por vía intravenosa


durante el examen laríngeo, para estimular una respiración más profunda,
aumentar la abducción de los cartilagos aritenoides., y así visualizar
movimientos paradojales de los cartílagos aritenoides, observando que los
mismos se cierran durante la inspiración y se abren en la espiración,
confirmando así el diagnóstico de parálisis laríngea (Monnet, 2016).

Una vez que se establece el diagnóstico de la parálisis laríngea, deben


considerarse los estudios complementarios para identificar una causa
subyacente y excluir problemas motores faríngeos y esofágicos asociados. Lo
último es de especial importancia si se considera la corrección quirúrgica para
el tratamiento. Si los métodos complementarios no logran identificar una causa,
se hace el diagnostico de parálisis laríngea idiopática (Nelson y Couto, 2000).

Diagnóstico diferencial
Deben descartarse otras obstrucciones respiratorias superiores tales como
síndrome braquicefálico, colapsos laríngeo o traqueal y la presencia de masas
o de traumatismos de las vías aéreas superiores (Fossum, 1999).

Tratamiento
Los pacientes con parálisis laríngea asintomática a menudo no requieren
tratamiento, si mantienen un estilo de vida sedentario y se evita el aumento
ponderal de peso y el estrés. Los perros pequeños se manejan mejor con el
tratamiento médico que los pacientes grandes (Nelson y Couto, 2000).

La terapia médica está recomendada para aliviar la aflicción respiratoria aguda.


Debe instituirse un programa de adelgazamiento para los animales obesos. La
restricción de la actividad física y eliminación de las causas desencadenantes
pueden ser provechosas cuando las anormalidades clínicas son leves
(Fossum, 1999).

El perro debe ser sedado si está agitado, sujetándolo para reducir el estrés.
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La administración de esteroides de acción corta, como el succinato sódico de
prednisolona o el fosfato sódico de dexametasona, se indica para reducir la
inflamación y el edema de la laringe (Fossum, 1999).

Algunos animales exhiben estado hipertérmico y se los debe tratar


adecuadamente.

Si las técnicas menos invasivas no estabilizan el cuadro, puede ser necesaria


la administración de oxígeno. Para algunos casos, en los que no logra
establecerse una vía aérea permeable, puede requerirse la traqueotomía de
urgencia (Bojrab, 1996).

Los perros se vuelven candidatos para el tratamiento quirúrgico cuando su


parálisis laríngea afecta significativamente su calidad de vida. Si los
propietarios están describiendo una reducción dramática en el nivel de
tolerancia al ejercicio, o dificultad para respirar con actividad limitada, la cirugía
puede estar indicada (Monnet, 2016)

La parálisis laríngea requiere intervención quirúrgica, para disminuir la


resistencia de las vías respiratorias y mejorar el flujo de aire a través de la
laringe. Varias técnicas quirúrgicas diseñadas para abrir la rima glottidis se han
informado, y se ha demostrado que cada procedimiento tiene diferentes
resultados (Monnet, 2016).

Los procedimientos quirúrgicos que se aplican para tratar la parálisis laríngea


comprenden:

Aritenoidectomía parcial
La aritenoidectomía parcial con ventriculocordectomía se puede realizar por vía
oral o por laringotomía ventral. El objetivo del procedimiento es reducir la
resistencia de las vías respiratorias mediante la extracción del tejido que rodea
la rima glottidis (Monnet, 2016).

Lateralización Aritenoidea Unilateral


La lateralización aritenoidea unilateral es la técnica quirúrgica más
comúnmente utilizada para tratar la parálisis laríngea. Originalmente, el

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procedimiento fue descrito como realizado bilateralmente, pero esto se asoció
con una alta tasa de mortalidad por neumonía por aspiración (Monnet, 2016).

El objetivo de la cirugía es abducir el cartílago aritenoides para abrir la rima


glottidis y reducir la resistencia de las vías respiratorias, sin aumentar el riesgo
de neumonía por aspiración por exceso de aducción (Monnet, 2016).

La cirugía se puede realizar con el perro en decubito dorsal, a través de un


abordaje ventral en la línea media, pero actualmente, la mayoría de los
cirujanos prefieren un abordaje lateral. El abordaje ventral se utilizó
principalmente cuando se realizó la lateralización bilateral, ya que se puede
acceder fácilmente a ambos lados de la laringe. Sin embargo, ahora que la
lateralización unilateral se recomienda, un abordaje lateral es el más utilizado.
La cirugía puede ser realizada en el lado izquierdo o el derecho dependiendo
de la preferencia del cirujano (Monnet, 2016).

Traqueotomía permanente
La traqueotomía permanente es un procedimiento reservado para perros con
megaesófago concurrente y con signos de regurgitación. Este procedimiento
permite una ventilación adecuada, ya que evita completamente la obstrucción
de la vía aérea superior (Monnet, 2016).

Complicaciones
Dentro de las complicaciones posoperatorias descriptas, la neumonía por
aspiración ha sido reportada como la más común. También han sido descriptas
la disnea continua, el estridor, la tos, las arcadas y la asfixia al comer o beber;
signos de enfermedad del tracto gastrointestinal, intolerancia al ejercicio y
megaesófago (Hammel et al., 2006).

Pronóstico
El pronóstico en los pacientes con parálisis laríngea depende en parte de la
causa subyacente, de la existencia de neumonía por aspiración, de
anormalidades de la motilidad faríngea y esofágica o de condromalacia
laríngea, y de la técnica quirúrgica empleada. Para la mayoría de los perros
con parálisis laríngea idiopática no complicada, el pronóstico para corregir los
signos clínicos es bueno (Nelson y Couto, 2000).

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Descripción del caso clínico:

Datos demográficos
El caso clínico se presentó en la ciudad de Tandil, provincia de Buenos Aires,
en el hospital veterinario SANAVIS.

Reseña
 NOMBRE: Nico.
 ESPECIE: canino.
 RAZA: mestizo Collie.
 SEXO: macho, castrado.
 EDAD: 10 años.
 PESO: 22,950 kilos.
 COLOR DEL MANTO: negro, marrón y blanco.

Motivo de consulta
El día 5 de octubre del 2018, arribó al consultorio una mascota y el motivo de la
consulta fue debido a que el canino presentó una crisis de disnea severa, con
cianosis y sialorrea.

Semiología clínica

Anamnesis: La Veterinaria consultó si además de la crisis que describió la


propietaria, el canino presentó otros signos clínicos como tos, agitación,
intolerancia al ejercicio o cualquier conducta que usualmente no manifestaba, a
lo cual la misma responde que no. El paciente venía siendo tratado con Cardial
B ® (10 mg) ¼ comprimido al día y le habían realizado placas de tórax con
incidencia latero- lateral y ventro – dorsal, en las cuales se observaba un patrón
intersticial, pero no eran de buena calidad (imágenes 1 y 2).

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Imagen 2. Radiografía torácica lateral. Los pulmones
tienen un aumento difuso de la opacidad intersticial.

Imagen 1. Radiografía torácica de incidencia VD.


Se puede observar cierta opacidad pulmonar bilateral.

Inspección general: Al realizar la inspección general, presentó un score


corporal de 4/5 (lo ideal es 3/5) y se encontró en un estado de alerta, con jadeo
continuo y muy ansioso.

Inspección particular: Al colocar al paciente sobre la camilla, continúa el


jadeo y la ansiedad. Ante esta situación, el paciente comenzó bruscamente con
un patrón respiratorio de tipo obstructivo y la mucosa lingual manifestó
cianosis. Cuando la propietaria logró disminuir la ansiedad del paciente, el
patrón respiratorio obstructivo cesó, comenzó con jadeo, las mucosas
regresaron a su coloración rosada e incluso adquirió un patrón respiratorio
normal.
Estos episodios de disnea obstructiva se repitieron cíclicamente durante la
consulta, ante situaciones que le provocaban ansiedad al paciente, A la
palpación, su pulso femoral fue normal y el tiempo de llenado capilar menor a 2
segundos; la frecuencia cardíaca estuvo aumentada, 140 latidos por minuto
(lpm), cuando lo normal de 80-120 lpm, y una temperatura normal, de 38,5 °C.
Durante la auscultación torácica, se apreció un soplo sistólico, con punto de
máxima intensidad en ápex izquierdo, grado III/VI, con ritmo regular.
Se le recomendó a la propietaria que se le realicen los estudios
complementarios necesarios para arribar al diagnóstico correcto.

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Estudios complementarios: Se comenzó tomando la presión arterial sistólica
y realizando un electrocardiograma.
La primera, se realizó con el paciente en decúbito lateral derecho; se colocó el
mango child range en el miembro anterior izquierdo y se procedió a la toma de
presión, la cual fue de 145 mmHg (se considera normal hasta 150 mmHg y, con
el nerviosismo propio de la consulta puede llegar a 160 mmHg).
Se continuó con el electrocardiograma con el paciente en la misma posición. La
frecuencia cardíaca fue de 140 lpm, con taquicardia sinusal y todos los
parámetros electrocardiográficos se hallaron dentro de los rangos normales.
Posteriormente al electrocardiograma, se procedió a realizar una
ecocardiografía, método no invasivo que permite obtener imágenes del corazón
y las estructuras que lo rodean.

Se evaluó el tamaño de las cámaras cardíacas, el grosor de las paredes, el


movimiento de las paredes, la configuración y movimientos de las válvulas, y la
región proximal de los grandes vasos; para apreciar las relaciones anatómicas
y la función cardíaca.

Éste método se hizo con el animal en decúbito lateral derecho y luego del lado
izquierdo, para evalúar el corazón en su integridad. Se pudo visualizar una
insuficiencia valvular mitral leve, de clase B2 (ACVIM).

Al arribar a este diagnóstico, se le indicó a la propietaria continuar con el


Cardial B ® (10 mg), pero aumentar la dosis a ¾ comprimido por día. También
se le sugirió evitar alimentos ricos en sal, pudiendo optar por el alimento
balanceado para cardiópatas y reducir el estrés al mínimo.

La Veterinaria, después de observar la crisis aguda de cianosis que sufrió el


paciente durante la consulta, solicitó realizar unas radiografías digitales en
incidencia latero-lateral derecha y ventro-dorsal, en las que se observó un
patrón pulmonar normal. La silueta cardíaca y el diámetro traqueal se
encontraron dentro de los rangos normales. (Imágenes 3 y 4)

Se le sugirió a la propietaria llevar al perro a que le realicen una endoscopia


respiratoria, para evaluar el origen de la disnea obstructiva y se le indicó un

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análisis de sangre (un hemograma y una bioquímica sérica), cuyos resultados
se resumen en la tabla 1 y 2.

Imagen 4. Radiografía torácica lateral. Se puede


observan un patrón pulmonar normal y además, la
silueta cardiaca y el diámetro traqueal dentro de los
valores normales.
Imagen 3. Radiografía torácica de
incidencia VD. Se puede observan un
patron pulmonar normal.

HEMOGRAMA VALORES DE REFENCIA


[Hematíes]: 7.51 x10⁶./mm³ 5,5x10⁶/mm³-7,9 x10⁶/mm³
% Globular: 49% 37 % – 55 %
[Hemoglobina]: 16.6 g/dL 12 g/dL – 18 g/dL
VCM: 65 fL 59.9 fL – 75,2 fL
HCM: 22 pg 21,5 pg – 27,2 pg
CHCM: 34 % 33 % - 38%
[Plaquetas]:381 x10³/mm³ 186x10³/mm³-547x10³/mm³
[GB]: 6.2 x10³/mm³ 6.4x10³/mm³-15.9x10³/mm³
Tabla 1. Resultados de los analisis de sangre (hemograma) realizados a Nico.

BIOQUIMICA SERICA VALORES DE REFENCIA

[Albumina]: 3.1 g/dL 3.6 g/dL – 4.6 g/dL


[Proteinas totales]: 5.9 g/dL 6 g/dL – 8.3 g/dL
[Glucosa]: 79 mg/dL 70 mg/dL – 100 mg/dL
[Urea]: 46.7 mg/dL 10 mg/dL – 45 mg/dL
[TGO]: 28 UI/L Hasta 38 UI/L
[TGP]: 44 UI/L Hasta 41 UI/L
[Creatinina]: 11 mg/dL 5 mg/dL – 14 mg/dL
[Fosfata alcalina]: 209 UI/L Hasta 180 UI/L
Tabla 2. Resultados de los analisis de sangre (bioquímica sérica) realizados a Nico.

15
El día 16 de octubre de 2018 se llevó a cabo la endoscopia, bajo anestesia
controlada. Se comenzó la visualización de los movimientos respiratorios, con
propofol (6 mg/kg) endovenoso para sedar al paciente, y luego se realizó
estimulación con doxapram (0.5-1.5 mg/kg) endovenoso. Se evidenciaron
movimientos asincrónicos de los cartílagos aritenoides. Luego de 30 minutos
de haber administrado doxapram, se evidenciaron movimientos paradojales de
los cartílagos aritenoides (Inspiracion cierran- Espiración abren).

Se continuó con el examen del resto de las estructuras, las cuales se


encontraban conservadas y se arribó al diagnóstico de parálisis laríngea,
sugiriéndole a la propietaria una consulta con un cirujano, para llevar a cabo
una lateralización del cartílago aritenoide.

El día 29 de octubre del 2018 se llevó a cabo la laterización unilateral izquierda


del cartílago aritenoide del paciente.

Cirugía
En el prequirófano se realizó la canalización (este proceso está detallado en el
protocolo anestésico, ver pág. 18), preanestesia e intubación.

Cuando Nico se relajó, se procedió a realizar la tricotomía y el rasurado del


pelo en la zona quirúrgica, con máquina y cuchilla N° 40. Luego se hizo la
antisepsia de la zona con clorhexidina presentación jabonosa, en tres
oportunidades y se llevó al paciente al quirófano. Una vez allí, se posicionó al
animal en decúbito lateral derecho, apoyando el cuello sobre una toalla
doblada, de forma tal que la laringe quedara orientada hacia arriba y
lateralmente; se realizó la embrocación de la zona con amonio cuaternario y se
colocó un paño de primer campo fenestrado, sostenido por las pinzas
Backhaus. También se procedió a conectar al paciente a la máquina de
anestesia inhalatoria y al monitor de control, utilizado por la anestesista durante
la cirugía.

Con el paciente en el plano anestésico deseado, se realizó una incisión


cutánea de 8 – 10 cm de largo, con el bisturí hoja nº 24, desde el ángulo
mandibular con extensión hacia caudal, hasta casi en ventral de la vena
16
yugular externa, palpando el borde caudal del cartílago cricoide como punto de
referencia.

Se identificó la vena yugular y se la separó para evitar lesiones accidentales y


poder trabajar con mayor comodidad. Posteriormente se procedió a seccionar
el músculo tirofaringeo con tijera de Metzenbaum a lo largo del borde dorsal del
cartílago tiroideo y se desarticuló la articulación cricotiroidea en el borde caudal
del cartílago tiroideo, mediante disección roma.

El cartílago aritenoide desarticulado fue suturado desde el borde dorsolateral al


borde caudal del cartílago cricoide, mediante dos suturas de nylon, con la
cautela de no perforar la mucosa laríngea. Cada sutura fue anudada de forma
separada.

En ese momento, la anestesista procedió a extubar temporalmente a Nico, para


confirmar mediante observación la adecuada abducción del cartílago
aritenoide izquierdo y luego se recolocó el tubo endotraqueal, para realizar la
síntesis.

Se realizó la sutura del músculo tirofaríngeo, mediante un patrón continuo


simple con nylon. Luego se suturó el tejido subcutáneo por medio de una
sutura en guarda griega y por último, la piel, con puntos simples.

Nico fue extubado una vez que comenzó a despertarse y fue trasladado a un
canil de internación hasta su completo despertar. Se le administró 1,5 mL de
dexametasona y 2 mL de enrrofloxacina. Unas horas más tarde fue dado de
alta, debido a que tuvo una evolución favorable, con la recomendación de
ayuno total hasta el día siguiente.

La propietaria, el día 1 de noviembre, envió un video en el cual se observaba


una completa evolución de Nico, sin mayores complicaciones; lo único que
destacó fue un posible cambio en la voz.

17
Protocolo anestésico:

Se canalizó al paciente con un Abbocath N° 20 y se le administró cloruro de


sodio con macrogotero.

 Preanestesia: acepromacina 0,025mg/kg

tramadol 2 mg/kg

 Inducción: propofol a efecto

Se intubó con un traqueotubo con balón n° 7,5 y se insuflo el balón.

Es recomendable utilizar un número de traqueotubo menor al indicado para la


raza y así poder trabajar con mayor comodidad sobre la laringe.

 Mantenimiento: isoflurano 2%

Durante todo el acto quirúrgico, el paciente se mantuvo controlado por la


anestesista, la cual monitoreó la frecuencia cardíaca, a través del monitor
(Philips), la saturación del oxígeno con hemoglobina, mediante el pulsioxímetro
(se colocó en la lengua) y las presiones sistólica y diastólica media, por el
método oscilométrico (manguito que se colocó en el miembro anterior
izquierdo). Cabe destacar que la respiración estuvo controlada en todo
momento, ya que el paciente se encontraba conectado a un respirador.

 Recuperación: Nico fue extubado una vez que comenzó a despertarse y


fue trasladado a un canil de internación hasta su completo despertar. Se
le administró 1,5 mL de dexametasona y 2 mL de enrrofloxacina. Unas
horas más tarde fue dado de alta, debido a que tuvo una evolución
favorable, con la recomendación de ayuno total hasta el día siguiente.

18
Discusión
Varias son las causas descriptas que pueden desarrollar parálisis laríngeas en
caninos y todas deben ser descartadas correctamente, para diagnosticar a un
perro con parálisis laríngea idiopática (Bojrab, 1996).

Sin embargo, en el caso descripto no se realizó una electromiografía para


descartar enfermedades neuromusculares generalizadas, ni evaluaciones de
los niveles séricos de hormonas tiroideas, para descartar hipotiroidismos, ya
que el paciente no demostró ningún otro signo que justificara dichos estudios
complementarios.

Además deben realizarse radiografías laterales torácicas para descartar otras


causas de estridores inspiratorios anómalos y aflicción respiratoria, como por
ejemplo, un edema pulmonar post-obstrucción, el cual se reconoce en la
radiografía como un patrón intersticial (Fossum, 2010).

Si bien, en las primeras radiografías realizadas al paciente en el caso descripto,


se observó un patrón intersticial (ver imágenes 1 y 2, pág.13), no se tuvo en
consideración, ya que las radiografías no eran de buena calidad. Por lo tanto se
decidió repetir las radiografías (ver imágenes 3 y 4, pág. 15), y se logró
descartar la presencia de otras patologías.

Los análisis de sangre, por sí solos, no brindan un diagnóstico ni un pronóstico,


pero ayudan a orientar al veterinario, junto con otros estudios y la evaluación
clínica para arribar a un diagnóstico, brindar un pronóstico o decidir un
tratamiento (Willard et al, 2001).

Se debe tener en cuenta que los cambios leves, fuera de los valores de
referencia de los análisis de sangre pueden ser ocasionados por la edad, la
raza, las probabilidades estadísticas o los errores en la muestra o en los
laboratorios (Willard et al, 2001). Por estas razones, no se consideraron
anormales los valores obtenidos en los análisis de sangre realizados al
paciente, en el caso descripto (ver tablas 1 y 2, pág. 15).

Una vez realizada la evaluación clínica y los estudios complementarios, se


consideró que el origen de la parálisis laríngea era idiopático.

19
Conclusiones
 En el presente trabajo se describió un caso de parálisis laríngea en un
mestizo de Collie.
 Se observó en el paciente una marcada cianosis, con disnea obstructiva,
que volvía a la normalidad ni bien se lograba calmar al animal.
 Se sugirió realizar placas radiográficas digitales y una endoscopía
respiratoria para determinar el origen de la disnea.
 Se confirmó la parálisis laríngea.
 Se le realizó al paciente una cirugía de lateralización aritenoidea
izquierda para solucionar la patología.

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