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EL RECUPERADOR ELECTRÓNICO: UN INVENTO ESPAÑOL REVOLUCIONA EL MUNDO DE LA SALUD. Regeneración celular con
hipertermia mediante el Indiba
Un invento español, el Equipo de Hipertermia de Indiba (popularmente conocido como Recuperador Electrónico), que se basa en la
regeneración celular mediante hipertemia corporal (elevación de la temperatura interior del organismo) está revolucionando el
tratamiento de las más diversas patologías en numerosos países. De hecho, ha obtenido excelentes resultados en dolencias de muy
difícil tratamiento. Hemos entrevistado a su descubridor y estas son sus sorprendentes declaraciones.
La investigación médica es una de las ramas de la ciencia que más ha avanzado en estos últimos años siendo numerosos los científicos que
dedican gran parte de su tiempo a buscar métodos tecnólogicos que ayuden a resolver o paliar los problemas de salud que hoy aquejan al ser
humano. Sin su esfuerzo, médicos y terapeutas de las más diversas especialidades no avanzarían en esa ardua labor.
Pues bien, una de esas personas es un español cuyo sorprendente invento está revolucionando el mundo de la Salud en algunos ámbitos.
Hablamos de José Calbet, investigador en Electrónica afincado en Barcelona que ha consagrado la mayor parte de su vida a estudiar el
comportamiento de las corrientes eléctricas en el cuerpo humano con fines terapéuticos. Desconocido para el gran público a pesar de que ha
recibido numerosos galardones de reconocimiento internacional -entre los que figura el premio Master de Investigación científica en 1979- es
actualmente Director Técnico del Laboratorio de Investigación División Electromedicina (INDIBA) y trabaja en estrecha colaboración con
prestigiosos científicos y médicos especializados en Electromedicina y Medicina Nuclear de todo el mundo. Alguien, sin embargo, abierto,
sencillo y asequible que tuvo la amabilidad de atendernos en cuanto entramos en contacto con él.
Milena LLop
CASUISTICA
D. José Calvet nos porporcionó abundante documentación sobre la casuística que guarda y el tipo de patologías en los que la TEC ha
conseguido buenos resultados. Este es el resumen:
MEDICINA DEPORTIVA
En los casos de problemas derivados del esfuerzo muscular así como en arritmias y en paradas cardiovasculares o respiratorias. Preventivo de
la fatiga de deportistas.
DERMATOSIS
Tanto en acné como en herpes o psoriasis la aplicación de la TEC ha sido positiva. En alopecia las propiedades del tratamiento han conseguido
no sólo fortalecer el cabello ya existente sino lograr una repoblación muy importante). En artrosis, artritis, arteriosclerosis y esclerosis los
resultados obtenidos son buenos a partir de la quinta sesión, teniendo que prolongarse el tratamiento hasta las 40-50 en los casos de
arteriosclerosis.
CIRUGÍA
En cicatrices recientes, tanto para resolver cuestiones estéticas como en la recuperación postoperatoria.
INSUFICIENCIA RENAL
El incremento del potencial celular contribuye a mejorar el estado del paciente.
PRÓSTATA
El adenoma de próstata requiere en la mayoría de los casos una intervención quirúrgica. Con el nuevo método de TEC se puede obviar o alargar
en el tiempo la necesidad de una operación. Los resultados obtenidos hasta el momento han sido altamente satisfactorios.
OFTALMOLOGÍA
Los resultados en los casos de miopía no degenerativa, retinopatía diabética y retinosis pigmentaria dependen en gran medida del tiempo
transcurrido desde que se originó la lesión o la pérdida total o parcial de la visión. En los casos en que se detecta de inmediato los resultados
han sido sorprendentes.
Cuando en Octubre publicamos los resultados que se estaban obteniendo en todo el mundo con el Regenerador Celular INDIBA,
invento de un compatriota, especialmente en el ámbito de la recuperación muscular, no podíamos sospechar las repercusiones que
el artículo iba a tener. Pero fue tal que nos decidimos a investigar las otras aplicaciones que su creador ya nos adelantó que poseía.
Plasmamos en este texto el resultado, fruto de un nuevo descubrimiento: la multiplicación de su eficacia al ser utilizado
conjuntamente con otras terapìas naturales.
Las inusitadas expectativas que suscitó la reciente publicación en nuestra revista de un artículo sobre el Regenerador Celular inventado por el
ingeniero español José Calbet (número 9, Octubre), con multitud de llamadas tanto de médicos como de pacientes interesados, fue
completada con la presentación de sus espectaculares resultados en el VIII Congreso Nacional de la Federación Española de Medicina del
Deporte que acaba de celebrarse en Noviembre pasado en Zaragoza. Expectación que nos hizo buscar tanto mayor información como
testimonios directos de personas tratadas con ese aparato.
Ello nos llevaría hasta Barcelona, al Centro de Salud María Contreras, especializado en este tipo de tratamientos y a cuya responsable
pedimos que nos explicara los criterios con que tratan a los pacientes y de qué forma y en qué casos aplican el Regenerador Celular. Sin
embargo, nos encontramos con un centro que no sólo utiliza este aparato sino también distintas terapias complementarias con excelentes
resultados.
Sería su propia fundadora, María Contreras, quien tuvo la amabilidad de recibirnos. Y hemos de empezar diciendo que lo que más nos
impactó al entrar en el centro fue su ambiente relajado y confortable, más propio de un club social o de recreo que de la sala de espera de un
gabinete de salud al que acuden personas con alguna clase de patología, enfermos que en muchos casos acuden decepcionados -a veces
desahuciados- de la Medicina convencional.
Y hemos de agregar que a medida que se desarrollaba la entrevista, en la que se nos facilitó toda clase de información, más nos sorprendía el
perfil humano y profesional de esta mujer. Descubríamos así no sólo los excelentes y probados resultados del Regenerador Electrónico sino
también a una magnífica profesional que, una vez más, corroboraba la tesis de que detrás de una buena terapia debe haber un buen terapeuta
dispuesto a entregarse, a creer más en la salud que en la enfermedad. Personas como María Contreras, que rebosan optimismo, calidad
humana y seriedad. No podía extrañarnos que en las paredes de su gabinete colgaran tantas fotos y testimonios de personas agradecidas -
famosas y desconocidas- que avalaban el éxito de su trabajo.
María es una persona afable y cariñosa que desprende ternura y profesionalidad, algo que -como ella misma comenta- son ingredientes
imprescindibles para conseguir que la terapia sea un éxito. De hecho, es muy familiar en el trato con sus pacientes, algo no tan frecuente en
quienes, como ella, deben su formación -a lo largo de casi treinta años- a la práctica de la Medicina convencional.
Pero su dedicación absoluta al enfermo le ha valido numerosos reconocimientos. Hemos comprobado que sus pacientes la adoran. En cuanto
a sus conocimientos, nos reiteraría a lo largo de la entrevista que su disciplina y capacidad de entrega se lo debe a alguien a quien llama
afectuosamente "su maestro", el Dr. Emilio Rotellar, reconocido y prestigioso nefrólogo que actualmente dirige una importante clínica en
Barcelona y quien le enseñó que debía tratar siempre a cada paciente como si fuera su propio padre o madre.
En su centro comprobamos pues que no sólo se utiliza el Recuperador Electrónico Indiba sino que se aplican otras terapias complementarias
como la fitoterapia, las esencias florales, el quiromasaje, la arcilla, etc.
-Sabemos que su centro es pionero en la utilización del Regenerador Celular, que lo aplican desde hace más de una década. Sin
embargo, usted procede del campo de la medicina hospitalaria. ¿A qué se debió el cambio?
-Es cierto que mi formación procede de la Medicina ortodoxa. Yo empecé en el Hospital de San Pablo de Barcelona y más tarde me fui a la
Clínica Delfos, donde trabajé casi 25 años de quirófano en quirófano, viendo toda clase de sufrimientos con enfermos terminales de cáncer y
Sida, con los nefríticos crónicos en el "club de diálisis" -como solíamos llamarlo- o tratando de aliviar a los de la sección de quemados, que
sufren un auténtico martirio. Pero fue en Cuidados Intensivos donde adquirí una gran experiencia, no sólo por trabajar al lado de los mejores
profesionales sino porque del trato con los enfermos aprendes mucho. Cuando estas personas dependen de ti para todo, hasta para encontrar
un poco de consuelo a su sufrimiento, te das cuenta de la gran responsabilidad que conlleva esta entrega. Pero además de la vocación que
siento por la Medicina en general, un factor decantó también mi interés por la Medicina natural: comprobar los efectos que las prolongadas
medicaciones pueden llegar a causar en el organismo. No pretendo pues criticar a la Medicina alopática, que ha salvado y salva tantas vidas,
pero sí creo que hay otra forma de curar en ciertos casos, menos agresiva; sobre todo en lo que concierne a la prevención de la enfermedad
evitando no sólo la aparición de patologías crónicas sino incluso de operaciones quirúrgicas.
-¿Y cómo se introdujo en el ámbito de la medicina alternativa o, mejor, complementaria? Y, por otra parte, ¿de qué forma se enteró
de la existencia del Regenerador Celular?
-Primero empecé a interesarme por la medicina oriental merced a la amistad que me unía a una pareja de médicos orientales que había
ejercido casi 50 años en China. Me impresionó mucho su método de diagnóstico y el éxito de sus tratamientos alternativos no agresivos, por lo
que decidí investigar esas técnicas que resultaban tan nuevas para mí. Dediqué varios años al estudio de la medicina oriental y naturista y fue
cuando me di cuenta del vacío que había en la medicina alopática con respecto de las causas profundas que generan la enfermedad. Y así,
mientras alternaba el trabajo en el hospital con mis estudios, un médico ginecólogo me habló de una nueva técnica no invasiva que permitía la
regeneración celular. Se trataba de la hipertermia y del descubrimiento de D. José Calvet. Me puse entonces en contacto con él y así fue como
adquirí mi primer Regenerador Celular. En la actualidad dispongo en el centro de once aparatos de los más potentes.
-Por lo que hemos podido comprobar, este tratamiento lo utilizan médicos convencionales. Sin embargo, aunque ciertos hospitales
disponen de potentes regeneradores hemos constatado también que no le dan la importancia que tiene, sobre todo si lo
comparamos con su uso en otros países como Italia, Francia y -sobre todo- Japón, donde son de uso muy frecuente. ¿A qué cree
que se debe?
-Sin duda alguna, a la poca información. Sigue habiendo mucha reticencia por parte de la Medicina alopática a utilizar lo que no forma parte
del tratamiento más ortodoxo. Por otra parte, los avances tecnológicos de la Medicina son indiscutibles pero no podemos caer en el error de
pensar que por ser fruto de la ciencia más avanzada están exentos de efectos nocivos. La vuelta a la medicina más natural es imparable y eso
no significa dar un paso atrás, como piensan algunos, sino que se trata de devolverle a esta ciencia milenaria la importancia y respeto que se
merece. La Naturopatía forma parte de nuestra propia condición y naturaleza humana. Con lo que sabemos hoy, sólo podemos mejorar su
utilización. Le diré, por ejemplo, que los años de estudio y trabajo dedicados a la Medicina alopática me sirvieron de mucho a la hora de
valorar las posibilidades de éxito de un tratamiento natural. Soy realista y valoro cada uno de los casos que pasan por la consulta de manera
objetiva.
-Y en estos momentos, ¿cómo se lleva con los médicos más convencionales?
-La verdad es que nuestras relaciones son muy buenas. En mi gabinete colaboran excelentes especialistas, médicos con los que trabajo codo
a codo para conseguir los mejores resultados. Insisto en que no se trata de combatir la ciencia médica sino de enriquecerla. De hecho, en
nuestro centro nunca nos oponemos ni desautorizamos al paciente si su deseo es utilizar el tratamiento ortodoxo; nos limitamos a
complementarlo. De hecho, son cada vez más numerosos los especialistas que recomiendan al paciente complementar una radio o
quimioterapia con sesiones de regeneración celular. Se han comprobado los excelentes resultados en cuanto a la disminución de los efectos
secundarios que estas terapias producen además de contribuir a la reducción del tumor en sí mismo.
-Sin embargo, usted no suele recomendar al paciente que sustituya el tratamiento del Regenerador Celular por la quimio o
radioterapia?
-Como ya le he dicho, nosotros ofrecemos nuestra experiencia al enfermo que desea regenerar su cuerpo de la manera más natural; no
desaprobamos ninguna terapia si esta responde al expreso deseo del paciente. Nuestra labor ha de ser de ayuda, complementaria, no
combativa.
-Pero estará usted de acuerdo en que hay una opinión generalizada de que en la medicina natural los efectos son demasiado lentos...
-Sí, existe esa falsa creencia. Se piensa que la medicina natural, la Fitoterapia por ejemplo, es lenta. Sin embargo, nada más lejos de la
verdad. Yo he conseguido remisiones espectaculares en tres días de terapia intensiva y, en concreto, en tratamientos contra la psoriasis. El
problema radica en la automedicación. Todo el mundo cree que por tratarse de medicamentos naturales no hay contraindicaciones y que se
pueden usar sin control. Esta creencia es lo que hace más daño a la Naturopatía.
Es absolutamente necesario medicarse bajo la supervisión de un especialista cuando se busca una alternativa a la medicina química. Cada
caso necesita su terapia, su dosificación según la edad, el peso y el historial médico. Esto es algo que no nos cansaremos de repetir. De
hecho, y para recalcar esa idea, en nuestro centro los controles son gratuitos. Usted viene hoy, sigue uno de nuestros tratamientos y el
asesoramiento y control terapéutico posterior, a lo largo de toda su vida si lo desea, es gratuito.
-Pero eso es algo muy inusual. ¿A qué se debe esa política?
-Precisamente es para cambiar los hábitos de la gente en cuanto a la tan frecuente automedicación. El único requisito para que un paciente
pueda seguir disfrutando de esa ventaja es que nos facilite de forma regular las analíticas, radiografías y controles específicos necesarios -
según cada patología- para poder hacer un seguimiento serio de los resultados de la terapia y que adquiera los distintos nutrientes, los
preparados fitoterapéuticos o los medicamentos naturales, en nuestro centro.
-Unas condiciones un tanto singulares...
-Sí, pero, por una parte, con los controles se evidencian los resultados. No se puede afirmar que el nivel de colesterol ha bajado o que el tumor
se reduce sin que pueda comprobarse. Por otra, de esta forma evito el uso abusivo y descontrolado de esos medicamentos. Y, por último, con
la medida de requerirle al paciente que si desea seguir disfrutando de la gratuidad de sus controles terapéuticos nos compre los productos
contribuimos a que los precios de cada uno de esos preparados bajen. Cualquiera de los preparados que se facilitan en el centro son más
baratos que en los establecimientos en que se venden, sean farmacias o tiendas dietéticas.
-¿Y cómo es eso posible?
-He podido conseguirlo gracias a la colaboración de algunos laboratorios que nos facilitan los preparados a un precio inferior, con la misma
calidad que los que se adquieren fuera. De esa manera ellos también nos ofrecen su apoyo y fomentan el control de la medicación. Que pueda
reducirse en más de mil pesetas la compra de cápsulas de aceite de onagra, por poner un ejemplo, es una verdadera ventaja para el bolsillo
del consumidor. Estamos de acuerdo en que los precios siguen siendo muy altos pero de esta forma podemos ajustarlos para beneficio del
paciente que necesita un tratamiento prolongado.
-¿Y qué beneficio saca usted entonces de ello?
-Sobre todas las cosas, el beneficio de ayudar, de mejorar la calidad de vida, de curar y aliviar personas que en numerosos casos se
encuentran desesperadas por el dolor, por la impotencia a la que se ven sometidas. En algunos de los casos que describiré luego he visto a
esas personas a punto de tirar la toalla, de sucumbir bajo tanta presión, bajo el sufrimiento. Como el de una paciente con una grave depresión
a causa de los dolores que le producía una poliomelitis en la pierna y que después del tratamiento me regaló las muletas. Cuando se marchó
andaba sin fatiga, con ganas de vivir y luchar. Es entonces cuando veo que todo el dinero del mundo no podría darme la satisfacción que
siento al verla recuperada y feliz. Ese es mi mejor beneficio. Llevo más de una década viendo recuperaciones que no tienen nada de milagroso
sino que son fruto del esfuerzo, de la dedicación y de una gran voluntad de superación por parte del enfermo. Simplemente creen que se van a
curar o mejorar y lo hacen. Esa es parte de mi terapia además de la utilización del regenerador y de las diferentes psicoterapias. Es promover
el cambio interno. Por otra parte, a través de conferencias y de un programa de radio semanal que tengo en Radio Salud desde hace
prácticamente diez años trato de enseñarle a la gente que transmitir optimismo, salud y amor a cada una de nuestras células y neuronas es
fundamental para que éstas se activen y ayuden al cuerpo a su regeneración. Esa es, en definitiva, la base y el éxito de nuestro tratamiento.
Milena LLop
EL RECUPERADOR ELECTRÓNICO INDIBA DETIENE EL CÁNCER
Cuando en septiembre del año pasado dimos a conocer las impresionantes capacidades curativas de un invento español -el Equipo
de Hipertermia de Indiba, basado en la regeneración celular mediante la elevación de la temperatura interior del organismo- poca
gente, especialmente entre la clase médica, dio crédito a nuestras aseveraciones. Pues bien, hoy podemos afirmar que tanto
clínicamente como en laboratorio ha quedado demostrado que ese aparato detiene el avance del cáncer. Y que, en los casos de
melanomas -cáncer de piel- éste llega a curarse totalmente.
El Recuperador Electrónico de Indiba es un aparato que transforma una energía fría de alta frecuencia relativa (0,5 Mhz.) en temperatura
interna. Es decir, un aparato que al aumentar la temperatura interior del cuerpo y transmitirle una corriente eléctrica de bajo voltaje, permite
resolver diversas y variadas dolencias.
Dotado de dos métodos de aplicación hipertérmicos -el capacitivo y el resistivo- se trata de un equipo que funciona -en el primer caso- de
manera similar a un condensador eléctrico y que está constituido por la interposición de una capa dieléctrica entre dos capas metálicas que
sirven de almacenaje y dos electrodos que se aplican sobre el cuerpo, uno aislado móvil (TEC) y otro fijo y de acero inoxidable (TER). Ambos
tienen esa propiedad de transformar energía fría en temperatura similar a la del propio organismo.
Ahora bien, no confundamos calor con temperatura. El cerebro humano, por ejemplo, se lesiona de gravedad si llega a más de 42 grados por
lo que aplicar fuentes de calor externas es muy arriesgado. Sin embargo, la temperatura es una medición de los grados de calor y la ventaja
del sistema del que hablamos es que, al aplicarse el tipo de corriente que usa y al ser el tejido del cuerpo semiconductor, se establece una
resistencia que provoca una caída de voltaje y su posterior disipación; es decir, transforma esa energía fría de alta frecuencia relativa en un
aumento de temperatura que no quema y va del interior del cuerpo hacia el exterior. ¿Qué sucede en cambio con otros aparatos cuando las
frecuencias son muy elevadas? Pues que en lugar de una caída de voltaje se produce un movimiento molecular que puede ser
contraproducente.
El inventor del aparato, el ingeniero catalán José Calbet, lo explicaba así en nuestro anterior artículo: "Si usted va a la playa, toma un baño de
agua muy caliente o recibe durante algún tiempo el impacto de rayos infrarrojos u onda corta se producirá un sobrecalentamiento del tejido, lo
que en todos los casos ocasionará -en mayor o menor medida- pérdida de elasticidad y flacidez del tejido. Pues bien, tras una sesión con
nuestro aparato lo que se constata es lo contrario: una progresiva reafirmación del tejido".
¿Y cómo actúa el aparato? El propio Calbet lo explica:
-Hoy se acepta que las causas por las que se desencadena una enfermedad son variadas pero lo cierto es que cuando algo no anda bien el
cuerpo emite señales de alarma. Bien, pues el organismo tiene un campo de actuación determinado y cuando se desajusta o le falta
estimulación y no es capaz de repolarizarse por sí mismo, empieza a fallar o lesionarse. Es entonces cuando aparece la enfermedad y el
"chivato" -en forma de dolor- se "enciende.
Pongamos como ejemplo el caso de los catabolitos tóxicos y en particular de los radicales libres, considerados responsables del
envejecimiento y debilitamiento de las defensas naturales. Sería muy largo explicar ahora con toda precisión lo que son pero digamos, de
forma abreviada, que se trata de un sistema de iones compuestos que desequilibra progresivamente todo el conjunto molecular del tejido, lo
que perjudica el metabolismo y el sistema nutricional linfático.
Al tratarse de una alteración celular que afecta a todo el sistema interno será necesario activar la vitalidad tisular del tejido para asegurar la
presencia de una población celular joven que intervenga en el proceso de proliferación mitótico y sea capaz de detener esa desordenada
replicación. Pues bien, el aparato, al intensificar esa actividad celular, actúa a modo de vasodilatador y al incrementar la circulación sanguínea
y linfática estimula y oxigena la respiración endocelular, lo que contribuye a la expulsión de los radicales libres.
Lo que hace, en suma, es actuar desde dentro potenciando el sistema eléctrico interno y activar las células oxigenándolas para darlas así más
fuerza al luchar contra la agresión. De esa forma no sólo disminuye el dolor causado por la dolencia sino la propia enfermedad. Porque no
podemos combatir la disfunción desde fuera sino que tenemos que hacerlo también desde dentro; y eso es lo que hace de este aparato un
instrumento valiosísimo ya que se trata de un sistema bien tolerado y no agresivo para el organismo.
Supongo que a estas alturas el lector se estará preguntando si hay estudios científicos que demuestren todo esto. Y hemos de decirle que sí.
Veamos algunos de ellos.
En todos los experimentos se aplicó un protocolo "ciego" para exposición. Las células eran sembradas en placas con electrodos y mantenidas
en incubadores idénticos. Antes de cada experimento el "interruptor" era programado con una secuencia arbitraria y codificada de forma que
sólo permitía el paso de la corriente hacia las muestras localizadas en uno de los dos incubadores. Los cultivos mantenidos en el otro
incubador no eran estimulados y se utilizaban como controles del tratamiento. Sólo después de terminado el experimento y estudiadas las
células se rompía el sello del código y los investigadores podían acceder a la información sobre cuál de los dos grupos de muestras había sido
expuesto a las corrientes. Este procedimiento clásico asegura la imparcialidad del investigador en la obtención e interpretación de los
resultados.
-En artrosis, artritis, arteriosclerosis y esclerosis los resultados obtenidos son buenos a partir de la quinta sesión, teniendo que prolongarse el
tratamiento hasta las 40-50 en los casos de arteriosclerosis.
-Ayuda en la cicatrización de heridas recientes.
-Es de probada eficacia en desgarros musculares, disfonías, dolores lumbares y reumáticos, cervicalgias, dorsalgias, edemas,
entumecimientos, esguinces, hemorroides y hematomas e inflamaciones en pacientes que han sufrido fuertes traumatismos. En todos los
casos la mejoría es considerable a las pocas sesiones.
-Se ha empleado con éxito en algunos casos de disnea, sarcoidosis, hernia de hiato, hepatitis postransfusional, artralgias mecánicas,
osteoporosis y artritis psoriásica.
-Mejora el estado del paciente en los casos de insuficiencia renal.
-El adenoma de próstata requiere en la mayoría de los casos una intervención quirúrgica pero con el aparato se puede obviar o alargar en el
tiempo la necesidad de una operación. Los resultados obtenidos hasta el momento han sido altamente satisfactorios.
-Actúa positivamente en casos de reuma y de enfermedades pulmonares y renales.
-En cuanto a la oftalmología, se han obtenido buenos resultados en afecciones de miopías degenerativas, glaucoma, retinopatía diabética e,
incluso, retinosis pigmentaria.
-Es excelente en la prevención de las enfermedades provocadas por el estrés, la fatiga y las migrañas al reducir la presión intercraneal y
favorecer el riego sanguíneo evitando posteriores complicaciones.
-Acaba de demostrarse su efectividad en la curación de melanomas y en la paralización del desarrollo de tumores cancerígenos.
-Hay que añadir, por otra parte, que también en casos de acné, herpes y psoriasis su aplicación ha sido positiva.
-Falta decir, por último, que está constatada su inocuidad.
EL RECUPERADOR ELECTRÓNICO AUMENTA LA AGUDEZA VISUAL
Las posibilidades terapéuticas del Recuperador Electrónico -del que hemos hablado otras veces en estas páginas- parecen no
tener fin. Porque hemos descubierto que se utiliza con innegable éxito en problemas oculares y personas con falta de riego
sanguíneo en los ojos, patologías degenerativas del globo ocular, cataratas, miopía, hipermetropía o estrés ocular han
experimentado una notable mejoría de su agudeza visual ampliando además su campo de visión. El oftalmólogo Ferrán
Ballester nos habla de los resultados de la aplicación de este aparato en numerosos pacientes.
Los lectores habituales de la revista conocen ya algunas de las propiedades terapéuticas del denominado Recuperador Electrónico de
INDIBA, singular aparato inventado hace años por el investigador e ingeniero catalán José Calbet que permite tratar numerosas
patologías mediante hipertermia, es decir, el aumento artificial de la temperatura del interior del organismo. Un aumento que se puede
conseguir -con el mismo aparato- mediante dos sistemas: la Transmisión Eléctrica Capacitiva (o TEC) y la Transmisión Eléctrica
Resistiva (o TER). ¿Y cuál es la diferencia? Pues que en el primer caso el aumento de temperatura se logra haciendo pasar electricidad
de forma controlada a través del cuerpo y en el segundo caso lo que se transmiten a través del mismo son ondas de alta frecuencia
relativa (0,48 mhz.). Y ello con la simple aplicación en el cuerpo de dos electrodos a los que se aplica un poco de crema.
En suma, el Recuperador Electrónico consigue que las células del organismo recojan parte de la energía que se las transmite y la
transformen en una temperatura similar -pero mucho mayor- a la que genera el propio organismo.
Se intensifica así la actividad celular, lo que permite regenerar los tejidos enfermos al incrementar tanto la circulación sanguínea como
la linfática y la oxigenación celular.
MÚTIPLES APLICACIONES
Los beneficios del Recuperador Electrónico son, por consiguiente, múltiples. Con la ventaja de que se trata de un sistema no agresivo
para el organismo y carente de contraindicaciones o efectos secundarios que, además, es complementario con cualquier otra terapia.
De hecho -como saben nuestros lectores-, se está utilizando con éxito para tratar dolencias tan distintas como acné, psoriasis,
inflamaciones, lesiones externas e internas, artrosis, reuma, problemas cervicales, de circulación y de articulaciones, enfermedades
pulmonares y renales, lesiones de próstata y enfermedades degenerativas. Además, se emplea en estética para tratar celulitis, flacidez
de senos, estrías y arrugas así como para atenuar los efectos secundarios de las operaciones de cirugía plástica y de las liposucciones.
Todo ello sin olvidar que el Departamento de Bioelectromagnetismo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid está ampliando los estudios
sobre su ya demostrada actividad anticancerígena.
NOTABLES RESULTADOS
El estudio mencionado por Ferrán Ballester incluía a 225 pacientes a los que se trató en régimen ambulatorio durante tres semanas. El
número de sesiones variaba en función de la dolencia pero lo común fue aplicar cinco de 20 minutos cada una. La aplicación del
aparato es sencilla: con el paciente ligeramente inclinado hacia atrás y mientras se encuentra en contacto con polo neutro, se le aplica
sobre el globo ocular un electrodo en forma de cazoleta al que se añade un poco de crema hidratante y que se mueve suavemente con
pequeños movimientos de rotación. A continuación se hace otro tanto en el segundo ojo. Finalmente, para terminar, se cambia el
electrodo por otro plano con el que se masajea la zona de las sienes.
Tal es el procedimiento que se siguió con todos los pacientes si bien el Dr. Ballester consideró adecuado clasificarlos en 4 grupos para
su valoración y posterior tratamiento atendiendo a las diversas patologías. Pero todos tenían una cosa en común: su agudeza visual se
encontraba disminuida. El propio doctor nos explicaría qué se entiende por tal: "Se trata de la medición de la cantidad de visión que
tenemos y oscila entre la completa visión y la falta de ella. Es decir, a medida que la agudeza disminuye la visión central se torna cada
vez más borrosa. Y es precisamente esa claridad de visión la que mejora con el Recuperador Electrónico en casos de personas con
miopía, hipermetropía, cataratas incipientes y problemas degenerativos o de irrigación del globo ocular".
En suma, los 225 pacientes fueron clasificados en 4 grupos según su patología: cataratas incipientes, miopía, hipermetropía y un cuarto
grupo que englobaba "a pacientes que no tienen que utilizar gafas ni tienen alteraciones en el cristalino o la córnea pero que sufren, por
ejemplo, degeneraciones maculares, alteraciones vasculares por diabetes o problemas ocultos de irrigación del ojo".
Pues bien, a cada paciente se le hizo una valoración de la agudeza visual al iniciar el tratamiento, otra a la quinta sesión y una última a
los 21 días. Y hay que adelantar ya que en algunos casos los resultados fueron espectaculares.
La agudeza visual media de los pacientes antes de iniciar el tratamiento era de 0.55, al finalizar la quinta sesión estaba ya en 0.69 y a
los 21 días era de 0.71. Es decir, en sólo tres semanas la claridad de visión pasó, en una escala de 1 a 10, de 5. 5 a 7.1 de media.
Además, en los pacientes en que se había detectado una reducción del campo visual la aplicación del tratamiento mejoró en todos los
casos el resultado de la campimetría efectuada a las tres semanas.
-Hay que dejar claro -nos diría el doctor Ballester- que el Recuperador Electrónico no elimina la miopía, la hipermetropía, las cataratas,
etc.; lo que hace es estimular el metabolismo celular del ojo, oxigenar sus células y regenerar los tejidos además de mejorar la agudeza
y el campo visual, con lo que los pacientes tratados pueden aprovechar mejor su cantidad de visión e, incluso, aumentarla.
Así ocurrió en los pacientes del estudio cuyos detalles estamos desgranando en estas páginas. Cuando se analizaron los resultados se
observó que, en el caso de los afectados por cataratas (91 personas), su agudeza visual media inicial era de 0.50 y que al final de la
quinta sesión era de 0.63. Por tanto, se había producido una mejoría de la agudeza visual de un 26% que se incrementó un 3,2% más a
los 21 días. Los pacientes con miopía -70 en total- tenían una agudeza media de 0.60 que, tras la quinta sesión, pasó a 0.75. La
mejoría había sido de un 25% pero no se observaron cambios posteriores. En el grupo de pacientes hipermétropes (12), la agudeza
visual media fue de 0.68 y al final de la quinta sesión se estableció en 0.86, lo que implica una mejoría de un 26,5% que no se
incrementó posteriormente. Las 52 personas que componían el cuarto grupo presentaban una agudeza media inicial de 0.46 que al final
de la quinta sesión era de 0.64 y a los 21 días se incrementó hasta 0.66, lo cual supone una mejoría total de un 40% en su agudeza
visual.
-De estos datos se deduce -afirma el doctor Ballester- que el Recuperador Electrónico es eficaz en las patologías tratadas y contribuye
a una recuperación de la agudeza visual -en algunos casos francamente espectacular- y a una mejoría notable del campo visual.
Además, mejora claramente la evolución de los procesos isquémicos y de los accidentes vasculares.
-Debe quedar claro -nos insistiría el doctor Ballester- que si bien los beneficios del Recuperador Electrónico en Oftalmología están
contrastados no es un método que cure las patologías mencionadas. En el caso de las cataratas incipientes, por ejemplo, con el
tratamiento de hipertermia en profundidad se consigue que el cristalino esté mejor nutrido y se ralentice el proceso de consolidación de
la catarata pero no se elimina ésta. Además, se ha observado que los mejores resultados con el Recuperador Electrónico se obtienen
en todos los casos durante las primeras sesiones. Si al cabo de seis meses se vuelve a aplicar, la mejoría subjetiva que nota el
paciente no es ya tan evidente. Es decir, llega un punto en que el tejido no da más de sí y la capacidad de respuesta del ojo disminuye.
Pero lo que sí está claro es que es un aparato muy útil como método preventivo para algunas de las patologías oculares o de otro tipo.
Ya explicamos el mes pasado que existen numerosas y eficaces alternativas a las convencionales -de las que iremos hablando-
para tratar el cáncer. En esta ocasión nos ocupamos de un aparato del que ya hemos informado y que ha demostrado que puede
paralizar el cáncer y, en algunos casos (especialmente en melanomas), eliminarlo: el Equipo de Hipertermia de Indiba. Un
aparato sobre el que el Departamento de Investigación del Servicio de Bioelectromagnética y Bioquímica del Hospital Ramón y
Cajal de Madrid acaba de terminar un nuevo e importantísimo trabajo que ofrecemos en primicia.
Discovery DSALUD dio a conocer ya en septiembre de 1999 las impresionantes propiedades terapéuticas del Equipo de Hipertermia de
Indiba pero poca gente -especialmente entre la clase médica- dio crédito a nuestras aseveraciones. Un año después, en noviembre del
2000, publicamos un extenso artículo explicando que tanto clínicamente como en laboratorio se había demostrado que el aparato detiene
la proliferación de las células cancerígenas y hace desaparecer tumores y melanomas (cánceres de piel). De los casos clínicos, es decir,
de pacientes tratados con él y sus resultados ya hemos hablado. Pero por si a alguien le queda alguna duda, publicamos de nuevo
algunos testimonios e incorporamos otros sólo a modo de muestra (véalos en el recuadro).
Y de la experimentación en laboratorio hemos contado ya también cómo en el Departamento de Investigación del Servicio de
Bioelectromagnética y Bioquímica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid se demostró "in vitro" que la corriente eléctrica del aparato -
independientemente de su efecto térmico (aumento de temperatura)- tiene un claro efecto citostático (el cáncer deja de crecer) y/o
citotóxico (destruye las células cancerosas), según los casos.
Estudios inmunohistoquímicos adicionales indicarían que esos efectos se deben a alteraciones en determinadas fases de la mitosis que
evolucionan hacia un bloqueo de la misma y, posteriormente, hacia la muerte celular.
Todo esto nos lo confirmaría en persona Alejandro Úbeda, subdirector del servicio, cuando le entrevistamos extensamente el 4 de
Octubre del 2000 (véase el número 22 de la revista). Y piénsese que hablamos del centro de referencia a nivel nacional utilizado a
menudo por la Dirección General de Productos Sanitarios -dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo- para evaluar y garantizar la
ausencia de efectos secundarios nocivos antes de que se autorice la aplicación de terapias basadas en nuevas tecnologías.
Añadiré que en el experimento se emplearon dos tipos de líneas celulares humanas de origen canceroso altamente sensibles a agentes
químicos y físicos. La primera, de tejido nervioso: un neuroblastoma; la segunda, de tejidos periféricos: un hepatocarcinoma. Las células
fueron expuestas -en condiciones ciegas para tratamiento- a corrientes del tipo empleado por el Equipo de Hipertermia. Las densidades
de las corrientes empleadas cubrían un amplio rango: desde niveles atérmicos a térmicos (hipertermia 0,2 - 1,0 oC). Y los resultados se
compararon con grupos de células de control exactamente iguales a las otras, sólo que no fueron expuestas a las corrientes. Por último,
se analizaron diversos parámetros implicados en el proceso canceroso: la viabilidad celular, el crecimiento celular y la diferenciación
celular.
Bueno, pues los dos tipos de células cancerosas -como ya he dicho- respondieron a las corrientes eléctricas. En unos casos, el efecto
observado fue de tipo citostático (reducción del crecimiento celular) y en otras de tipo citotóxico (incremento de la muerte celular),
dependiendo de la línea empleada. Y ello tras descartarse la posibilidad de que los efectos obtenidos se debieran a efectos térmicos
focalizados, electrolíticos, alteraciones en el pH del medio o toxicidad de iones metálicos que pudieran liberarse al medio.
Debo agregar que si no se ha constatado la eficacia de la aplicación de hipertermia "in vitro" es por una razón muy simple: no se puede
aplicar a grupos de células ya que se "freirían". No es lo mismo aplicar electricidad a un trozo de tejido que a un organismo completo. De
ahí que la corroboración de los efectos térmicos del aparato corresponda a otros ámbitos.
Respuesta de células humanas normales a la exposición in vitro a señales TECR en condiciones atérmicas
Alejandro Úbeda, María Luisa Hernández-Bule, María Ángeles Trillo, María Antonia Martínez, Joaquín Matilla, Teresa Montero y
Jocelyne Leal. Servicios de Bioelectromagnética y de Bioquímica, Departamento de Investigación, Hospital Ramón y Cajal,
28034 Madrid
Nuestros estudios previos de determinación y valoración de respuesta in vitro a la exposición a corrientes eléctricas TECR, de 0,575 MHz
y señal sinusoidal han permitido definir los efectos de ese tratamiento sobre células de líneas diferentes de cánceres humanos. En esos
estudios se investigó la respuesta celular ante niveles de exposición en los rangos atérmico y térmico. Los efectos observados
consistieron, según, la línea celular ensayada, en un descenso en la viabilidad celular (inducción de muerte celular) o en un decremento
de la proliferación celular (reducción del número de células). Resultados de estudios de la dinámica celular indicaron que las citadas
respuestas venían mediadas por alteraciones en el ciclo celular que conducían a una detención de la división y, eventualmente, a la
muerte de las células afectadas. La relación dosis-respuesta no seguía una función lineal lo que demostró que las respuestas descritas no
son achacables, en general, a un efecto térmico. A partir de este bloque de evidencia se ha concluido que la exposición a niveles
subtérmicos de corrientes de tipo TECR, aplicadas con éxito en diversos tipos de terapia, provocan efectos citotóxicos en cultivos de
líneas de cánceres humanos. Las implicaciones de estos resultados sobre posibles aplicaciones del sistema TECR como coadyuvante en
tratamientos oncostáticos no pueden ser valoradas sobre la base de nuestros presentes conocimientos pero merecen ser estudiadas.
La cuestión obvia, a partir de los datos descritos arriba, se plantea en términos de la posible especificidad de la respuesta en líneas
cancerosas. Es decir, ¿el tratamiento con corrientes TECR induce respuestas citotóxicas solamente en células de cánceres o, por el
contrario, también células humanas normales ven comprometida su viabilidad en respuesta al tratamiento? La contestación a este
interrogante es crucial para la comprensión de los principios de respuesta celular a las corrientes de señal TECR y para la valoración del
potencial terapéutico del tratamiento basado en ellas.
Con el fin de responder a esa pregunta se obtuvieron células sanguíneas de voluntarios sanos seleccionando especies celulares de
interés en el estudio de posibles efectos del tratamiento TECR sobre la respuesta funcional de células del sistema inmune. Estas células
normales fueron cultivadas y sometidas a condiciones de tratamiento atérmico idénticas a aquellas que indujeron las referidas respuestas
citotóxicas en las células de cánceres humanos. Después del tratamiento las células normales fueron estudiadas siguiendo también los
mismos procedimientos aplicados para las células de cánceres. Los resultados de los análisis no revelaron indicios de efectos citotóxicos
en los cultivos de las células sanguíneas normales de donantes sanos expuestas durante periodos de 24 h, a la acción in vitro de
corrientes eléctricas de señales empleadas en terapias TECR.
En síntesis, los resultados de los presentes estudios muestran que los efectos citotóxicos provocados por el tratamiento in vitro con
señales TECR en células de cánceres humanos no se dan en cultivos de células humanas normales obtenidas de donantes voluntarios.
Estos datos proporcionan cierto respaldo a la idea de que algunos efectos clínicos de los tratamientos TECR podrían estar relacionados
con una posible capacidad de los estímulos de provocar efectos citotóxicos selectivos afectando a células con alta tasa de división (como
las cancerosas) sin alterar la viabilidad de células normales. En todo caso, las potenciales implicaciones de la respuesta celular descrita
en la explicación de la acción terapéutica de los tratamientos TECR en traumatología u otras áreas no pueden ser determinadas sobre la
base exclusiva de estos datos experimentales y deben ser exploradas mediante la obtención de una evidencia experimental y clínica más
extensa.
NUEVOS CASOS
El médico alemán Wolfgang Krüger, que trata también en la ciudad de Oberhausen desde hace unos años a sus pacientes con el Equipo
de Hipertermia de Indiba, nos haría llegar por su parte dos casos que ofrecemos porque son testimonios significativos.
El primero es el de un varón de 73 años con un carcinoma bronquioalveolar, resección del lóbulo central derecho y metástasis
intrapulmonar bilateral. Cuando llegó se le había dado una sesión de quimioterapia con Carboplatino y Etopósido sin lograr cambio
positivo alguno y una segunda con Gemcitabin que tampoco produjo efecto por lo que se decidió no seguir con ella. El tratamiento de
inmunomodulación tampoco logró ninguna mejoría. Tal era la situación del paciente cuando se presentó por primera vez en la consulta de
Krüger el 14 de agosto del 2000. Consultado el médico que hasta entonces había tratado al enfermo éste le diría a Krüger que no tenía
sentido darle ningún otro tratamiento porque al paciente le quedaban sólo unos pocos días de vida.
Pues bien, se realizó una subpoblación de linfocitos. La saturación de O2 estaba al 83%. Se le administró inmediatamente Wobe-Mugos
(3 veces, 5 comprimidos al día) e Iscado-Qu. Y se le comenzó a dar 3 sesiones a la semana de hipertermia con el Recuperador
Electrónico de Indiba. Se le daría asimismo una dosis adicional de oxígeno.
Pues bien, en la primera visita el paciente llegó a la consulta en ambulancia. Sólo seis sesiones después se sentía tan bien que caminó
kilómetro y medio seguido y le desaparecieron los dolores.
El último control del tejido tumoral llevado a cabo por un especialista pulmonar demostró que el tejido había dejado de desarrollarse . La
saturación de O2 estaba al 94%.
El tratamiento prosigue.
El segundo caso es el de un varón de 68 años con carcinoma bronquial microcelular del lóbulo superior del pulmón derecho que recibió 7
sesiones de quimioterapia con Taxol y Carboplatino sin que se lograra regresión tumoral. Se le desarrolló luego un carcinoma del epitelio
escamoso de la epiglotis laringea. Se reseccionaría con cirugía láser la epiglotis extirpándosele los ganglios linfáticos. En diciembre de
1998 se le daría radioterapia en el tórax con 50 Gy. En Junio de 1999 sufriría una recaída en el lóbulo superior derecho. Se le dieron 4
sesiones de quimioterapia con Topotecan. En noviembre de ese mismo año se entiende que no hay nada que hacer y se suspenden los
tratamientos. En febrero del 2000 acude a la consulta del Dr. Krüger donde se le realiza un análisis de células NK así como de
deposiciones. Fue sometido a un completo tratamiento biológico que, entre otras cosas, incluyó lavativas, la toma 3 veces por semana de
50 gramos de vitamina C, la toma de muérdago con helixor A y comprimidos de enzimas además del tratamiento con el Equipo de
Hipertermia en el tronco y en la zona hepática 3 veces por semana, tanto por delante como por detrás.
Sólo un mes después -en marzo del 2000-, tras 8 sesiones con el aparato de hipertermia de Indiba, el médico de cabecera efectuaba un
chequeo en el que se reflejaba un drástico retroceso del tejido tumoral. Las sesiones continuarían hasta Junio cuando un nuevo chequeo
mostró que no había ya anomalía alguna en el tejido pulmonar. El paciente está hoy bien. El cuadro sanguíneo y el marcador tumoral
están dentro de la normalidad. El paciente vuelve a tener resistencia y acude cada 3 meses a hacerse un chequeo de control. En total se
realizaron 24 sesiones con el Indiba.
TAMBIÉN EN ESPAÑA
Obviamente, también otros muchos médicos de nuestro país tratan el cáncer con el Equipo de Hipertermia de Indiba. Es el caso, por
ejemplo, del doctor Fernando Castelló de Mora, médico y cirujano que ha trabajado casi 20 años como especialista en Radiodiagnóstico
en el Hospital Universitario Virgen de Valme de Sevilla y que precisamente cuenta en este mismo número de la revista la sorprendente
curación que ha logrado con este mismo aparato en un paciente con espondilitis anquilosante. O el del doctor Juan Pedro Ramírez,
responsable en Madrid de la Clínica CLIAM. Y muchos más que están dispuestos a contar sus experiencias. Hablaremos de ellas más
adelante. Es un tema demasiado importante para no volver nuevamente sobre él.
CURAN A UN ENFERMO DE ESPONDILITIS ANQUILOSANTE CON HIPERTERMIA
La espondilitis anquilosante es una grave enfermedad del tejido conectivo que provoca dolor y rigidez en la persona que la
sufre y puede llevarle a la postración definitiva e irreversible. Para sus afectados, la Medicina convencional no ofrece más
que paliativos. No conoce qué la provoca ni cómo se cura. Pues bien, vamos a contar un espectacular caso de sanación que
abre la puerta de la esperanza a quienes padecen tan terrible enfermedad. El "secreto", el Recuperador Electrónico.
Hasta hace poco, J.A.T. apenas podía moverse y sufría dolores de espalda constantes. A causa de su enfermedad había dejado de
trabajar y, casi, de vivir. Cuando se dio cuenta de que la Medicina convencional no la curaría decidió probar con "esas otras cosas
alternativas". Y suponemos que aún bendice el día en que lo hizo porque "una de esas cosas alternativas" le ha devuelto la salud. En
concreto, el Recuperador Electrónico fabricado por la empresa Indiba -del que hablamos en este mismo número por sus
posibilidades anticancerígenas-, en este caso aplicado con mano diestra por el doctor Fernando Castelló de Mora, médico y
cirujano que precisamente ha trabajado casi 20 años como especialista en Radiodiagnóstico en el Hospital Universitario Virgen de
Valme de Sevilla.
EL MAL DE J.A.T.
Espondilitis anquilosante. Tal es el casi impronunciable nombre de la enfermedad que aquejaba a nuestra protagonista desde hacía
años. También conocida como Enfermedad de Marie-Strümpell o Enfermedad de Bechterew, la espondilitis anquilosante es una
patología reumática que causa inflamación de las articulaciones de la columna vertebral y de las sacroiliacas -las que unen la pelvis
con el sacro- que tienden a soldarse entre sí y a originar lo que se conoce como "columna en caña de bambú". A esta situación se
llega cuando la mayoría de las vértebras de la columna están unidas entre sí. Lógicamente, se manifiesta rigidez y disminución de la
movilidad articular espinal y de la caja torácica. Todo ello acompañado por dolores constantes y una progresiva dificultad para
respirar (vea el recuadro en el que se describe la sintomatología). Precisamente el dolor es la primera señal de alarma aunque lo
cierto es que suele confundirse con una simple lumbalgia y ese hecho retrasa la obtención de un diagnóstico definitivo.
¿Y cuáles son las causas de esta patología? Pues aún no hay respuesta a esa pregunta. La causa o causas son de momento
desconocidas. Lo que sí se sabe es que es más frecuente en personas que poseen unas marcas en sus glóbulos blancos (el
antígeno HLA-B27) que se transmite por herencia, que afecta a más hombres que mujeres (en una proporción de 3/1) y que suele
manifestarse a partir de los 30 años.
En cuanto a la forma de tratamiento, el que dispensa la medicina oficial se limita a la administración de medicamentos -
principalmente, antiinflamatorios no esteroideos- y la rehabilitación permanente orientada a fortalecer la espalda para evitar la rigidez
y la pérdida de movilidad. Por tanto, los tratamientos de que disponen los afectados por la espondilitis anquilosante son únicamente
paliativos porque, como se puede leer en la página web de la Sociedad Española de Reumatología, "no disponemos hoy día de
ningún tratamiento que, administrado al paciente con espondilitis anquilosante, sea capaz de curar definitivamente su enfermedad".
SORPRENDENTE CURACIÓN
Ésa precisamente era la situación, el diagnóstico, el tratamiento y la desesperanza de J.A.T. cuando llegó a la consulta del doctor
Castelló de Mora, un médico especialista en Radioterapia y Radiodiagnóstico que ahora ejerce como médico de familia y que aplica
el Recuperador Electrónico en su consulta privada de Sevilla.
-Doctor, ¿cómo estaba J.A.T. cuando se puso en sus manos?
-Pues el cuadro era impresionante. Llevaba un año sin trabajar, no se podía mover, le era imposible agacharse y tenía la columna
completamente agarrotada. Eso por no hablar del dolor y las dificultades cada vez mayores que tenía ya para desempeñar cualquier
actividad, incluso la más simple.
-¿Y cuándo fue por primera vez a su consulta?
-En marzo del año pasado. Supongo que la trajo la desesperación y el hecho de que, en realidad, su situación no mejoraba. Antes
bien, cada vez se sentía más dolorida y rígida.
-¿Podemos saber en qué consiste el tratamiento que le ha venido aplicando?
-Verá, en este tiempo -algo más de un año- hemos aplicado una hora diaria con el Recuperador Electrónico de Indiba del que ya
conocen ustedes múltiples aplicaciones terapéuticas, como he podido comprobar leyendo la revista. Además, controlamos su
alimentación y le aplicamos un masaje diario para flexibilizar la musculatura.
-¿Ya está? ¿Nos está diciendo que ha curado una espondilitis anquilosante simplemente con hipertermia, masaje y dieta?
-Así es. Con eso y con, supongo, una férrea voluntad por parte de la paciente. Verá, tengo que decirle abiertamente que aún no
poseo explicación para el hecho de que con la aplicación del Recuperador Electrónico se haya curado un caso tan avanzado de
espondilitis. No sé por qué pero ha ocurrido. Las radiografías y densitometrías lo demuestran. Efectivamente, Castelló de Mora nos
muestra los informes que recogen los resultados de las pruebas analíticas practicadas a la paciente. Leyéndolos atentamente resulta
evidente, incluso para ojos profanos, su evolución. Quisimos saber cómo se encontraba en la actualidad.
-La verdad es que a día de hoy está asintomática. No tiene dolor y puede agacharse. Incluso hasta tocarse la punta de los pies. Hace
deporte, monta en bicicleta y hace vida normal pero la hemos recomendado -y así lo está haciendo- que continúe con sesiones de
hipertermia aunque ya sólo es necesario que lo haga una hora a la semana.
-La verdad, teniendo en cuenta la imposibilidad teórica de recuperar una espondilitis anquilosante lo ocurrido con su
paciente puede calificarse de milagroso...
-Mire, a mí no me gusta hablar de "milagro de la ciencia" ni de nada por el estilo. Yo me limito a contar lo que ha sucedido. A narrar
cómo estaba esta paciente, qué tratamiento ha recibido y cómo se ha recuperado. Para mí, como para cualquier médico, de forma
absolutamente inexplicable. Pero ahí están los hechos. Que los expliquen otros. Pero lo que yo no puedo es silenciar lo sucedido
porque a mí me parece que con esto se puede haber abierto una esperanza para otras personas afectadas de esta terrible
enfermedad y mi obligación ética es hacérselo llegar a ellos y a sus médicos. Ahí acaba mi responsabilidad.
-¿Está tratando actualmente a otros afectados?
-De espondilitis anquilosante, no. Pero estoy tratando con el Recuperador Electrónico numerosas patologías de muy distinta índole
con resultados casi igual de espectaculares en algunos casos. Incluido un carcinoma de colon. Podemos hablar de ello en otra
ocasión si les parece.
-Estaremos encantados.
Laura Jimeno
Síntomas iniciales
El síntoma inicial y más habitual es el dolor de tipo lumbálgico aunque no todo el dolor lumbar se debe a la espondilitis anquilosante.
En el caso de esta patología el dolor suele extenderse desde la columna lumbar hacia la región de las nalgas y la parte posterior del
muslo, manifestándose una rigidez y limitación de movilidad en las zonas afectadas. Generalmente también afecta a la movilidad de
la caja torácica, cervicales y columna dorsal. La pérdida de movilidad de la columna dorsal con la caja torácica da lugar a una rigidez
del tórax con reducción de los movimientos respiratorios. Esto puede dañar a los pulmones, sobre todo si se es fumador. Además,
con relativa frecuencia se producen inflamaciones en el globo ocular que se manifiesta con ojos rojos, dolor del ojo y visión nublada.
En otras personas los síntomas de la enfermedad aparecen con inflamación en las articulaciones como rodillas, caderas, tobillos e,
incluso, en los dedos de los pies.
Hemos hablado en la revista varias veces ya de la eficacia del equipo de hipertermia de Indiba para tratar distintas patologías,
incluido el cáncer. Pues bien, acaban de darse a conocer los resultados de un protocolo científico -el primero de este tipo
realizado en el mundo- que demuestra la inocuidad de la hipertermia (aumento de temperatura) producida por este aparato en
el cerebro. Un hallazgo fundamental que si bien se intuía ahora ha sido contrastado científicamente confirmando las enormes
posibilidades terapéuticas del Indiba.
El doctor Adolfo Ley Valle -jefe del Servicio de Neurocirugía y Anatomía Patológica del prestigioso Hospital Universitario Germans
Trías i Pujol de Badalona (Barcelona)- acaba de publicar los resultados del primer estudio que demuestra científicamente que el
aumento de temperatura en el interior del cráneo con el Recuperador Electrónico de Indiba cuando se usa para tratar tumores
intracraneales -independientemente de su contrastada efectividad terapéutica- es inocuo para las células cerebrales sanas.
Ello supone un avance científico importante ya que hasta la fecha no existían en la literatura científica descripciones sobre mediciones
en tiempo real de la temperatura intracraneal durante la aplicación de un método de hipertermia no invasivo como es el de Indiba.
EL RECUPERADOR DE INDIBA
Como saben nuestros lectores habituales, el Recuperador Electrónico comercializado por la empresa catalana Indiba es un sistema que
permite transformar "energía fría" -electrones- de radio frecuencia relativa (0,7 MHz) en temperatura interna. Es decir, se trata de un
aparato que hace aumentar la temperatura interior del cuerpo mediante la aplicación de dos electrodos que además transmiten una
corriente eléctrica que es transformada en temperatura.
Eso sí, no se deben confundir "calor" y "temperatura". La temperatura es una medición de los grados de calor y la ventaja del
Recuperador Electrónico es que al aplicar este tipo de corriente y ser semiconductor el tejido del organismo se establece una
resistencia que provoca una caída de voltaje y su posterior disipación; es decir, transforma esa energía fría de alta frecuencia relativa
en un aumento de temperatura que no quema y que va del interior del cuerpo al exterior. No son pues los electrodos que se aplican
durante la sesión lo que calientan sino que es el propio tejido quien se sirve de la transferencia eléctrica calentando posteriormente el
electrodo. Esto es lo que explica su inocuidad y que se pueda aplicar incluso sobre el cuero cabelludo para así incidir indirectamente en
el cerebro.
La peculiaridad de este sistema es que produce la frecuencia adecuada que, una vez transformada en potencia calorífica similar a la
que proporciona el propio organismo, penetra en el cuerpo y regenera el tejido celular. Además está demostrado que el aparato de
hipertermia de Indiba intensifica la actividad celular y actúa a modo de vasodilatador. Permite así incrementar la circulación sanguínea y
linfática estimulando la respiración endocelular. Es decir, actúa desde el interior potenciando el sistema eléctrico interno y oxigenando
las células lo que las ayuda en su lucha contra cualquier enfermedad. De esa forma no sólo disminuye el dolor causado por la patología
sino que combate la propia enfermedad.
Y todo ello sin contraindicaciones ni efectos secundarios siendo su uso complementario con cualquier otra terapia, convencional o no.