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Fecha: 15/10/19
Para empezar, Freud en su texto “El porvenir de una ilusión” parte desde el
punto de vista desde el cual todo hombre se encuentra inmerso en una cultura y a
partir de ésta nos plantea la idea de la cultura humana; por un lado, entiende el
saber y el poder de los hombres para dominar las fuerzas naturales; por otra parte,
comprende todas las organizaciones necesarias para regular las relaciones entre
los hombres y la distribución de los bienes alcanzables. De esta forma es que se
llega al punto de afirmar que para que las instituciones culturales se conserven, se
necesita cierta coerción (reprimir moral o físicamente). Los medios de coerción
que se utilizarían para mantener la cultura, son tanto internos como externos. De
esta forma, en la evolución del hombre existe una transformación paulatina de la
coerción externa en coerción interna y ésta transformación se da a través de la
constitución del sujeto, como proceso de socialización, se lleva a cabo dentro de la
tensión que se produce, entre las necesidades de la integración a la vida social y
los requerimientos del desarrollo individual. Por la acción de una especial instancia
psíquica del hombre, que va cogiendo la dominación externa entre sus
mandamientos; para concluir, esto hace de él un ser moral y social. Sin embargo,
existe una diferencia contra la civilización, generada por la presión que la misma
ejerce sobre el individuo imponiéndole la renuncia a los instintos.
Por las creencias tan firmes de las personas, hay una dificultad para cambiarles
de parecer. Pero por si se pudiera hacer esto y se descubriera que no hubiera
dicho ser superior, la caída de esa ilusión sería muy grande. Esto, se debe a que
hemos heredado estas creencias de nuestros padres a través del tiempo
(Mayormente desde la infancia) de creer en estas cuestiones que reconfiguran su
estructura de pensamiento casi por completo. Habría pues una decepción de lo
que esperaba de la vida que creía que era.
Con respecto al texto de Darwin, una teoría solo es una teoría, ya que, según
los conocimientos y creencias de cada individuo la acepta o no, según su
formación desde la infancia. Hoy en día el tema de la genética está de moda y se
le atribuye a ésta la responsabilidad de muchas cosas en la existencia humana,
como lo es el color de los ojos y las enfermedades heredadas de los padres, entre
otras. ¿Pero quién programa esta genética? ¿Quién puso los condicionamientos
genéticos tan complejos, la causalidad? La evolución existe, sí, en esto estamos
de acuerdo, pero llegamos de nuevo a la pregunta inicial ¿De dónde viene el ser
humano?