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Introducción
Las cartas a Timoteo y Tito, llamadas Epístolas Pastorales, plantean preguntas sobre el legado del apó stol
Pablo. Los eruditos evangélicos y algunos eruditos conservadores convencionales creen que estos escritos
proporcionan las propias ideas y aplicaciones de Pablo para la pró xima generació n de líderes de la
iglesia. Otros eruditos de la corriente principal tienden a pensar que las Pastorales provienen de la
segunda o tercera generació n del movimiento paulino y representan un alejamiento de la visió n original
de Pablo.
Este comentario trata las Epístolas Pastorales como la propia explicació n de Pablo de sus principales
valores teoló gicos, que él diseñ a para reflejar la cultura de sus herederos en el ministerio.
Características distintivas
Las Pastorales comparten una variedad de características comunes con las primeras cartas de Pablo,
pero se distinguen en varios aspectos.
Primero, son cartas escritas a los colaboradores de Pablo como individuos en lugar de a una iglesia o
iglesia en casa. (Filemó n, por el contrario, fue escrito para una iglesia en casa — ver Filem. 2). Ademá s, las
Pastorales fueron escritas para quizá s el má s “griego” de los protegidos de Pablo: aunque era mitad judío,
Timoteo ni siquiera había sido circuncidado en la infancia; y el gentil Tito nunca fue circuncidado
deliberadamente (Gá latas 2: 3).
En segundo lugar, las Pastorales muestran un estilo de escritura distintivo, marcado por un flujo má s
suave de oraciones y una gramá tica menos complicada.
En tercer lugar, el vocabulario muestra má s influencia griega. Un tercio del vocabulario de las
Pastorales no aparece en los primeros escritos de Pablo. Las palabras que de otra manera no se usan en el
Nuevo Testamento ocurren a razó n de cuatro a cinco por pá gina en las cartas anteriores, pero a razó n de
aproximadamente trece por pá gina en las Pastorales. Parte de este vocabulario es comú n a los escritos
teoló gicos y morales griegos. Son dignos de menció n los siguientes: “piedad / piedad”, “apariencia” (en
lugar de la “presencia” má s característica de Pablo) y “sano/sano”. Los escritores judíos como Filó n de
Alejandría, que apuntaban a lectores griegos, ya habían comenzado a usar muchos de los términos que
distinguen las Pastorales de las cartas anteriores de Pablo.
Es interesante notar que Lucas (el compañ ero de viaje de Pablo, socio solitario durante la escritura de 2
Timoteo y autor de Lucas-Hechos) comparte gran parte de este vocabulario, apoyando la posibilidad de
que Lucas ayudó a Pablo con estas cartas. Dos ejemplos: primero, las cartas anteriores de Pablo denuncian
la "codicia" (1 Cor. 6:10; 1 Tes. 2: 5), pero las Pastorales y Lucas denuncian el "amor al dinero" (1 Tim.
6:10; 2 Tim. 3: 2; véase Lucas 12:15; 16:14). En segundo lugar, de los otros escritores del Nuevo
Testamento, solo Lucas ("el médico amado") usa el término griego del cual obtenemos "higiénico" para
referirse al aspecto espiritual del ministerio de sanidad de Jesú s (Lucas 5:17; 15:27). Las Pastorales usan
el mismo término para enfatizar que la doctrina no debe ser simplemente correcta sino también “sana” o
“sana” (1 Tim. 1:10; 2 Tim. 4: 3; Tito 1: 9; 2: 1).
En cuarto lugar, mientras que Pablo menciona a los "superintendentes" (a veces llamados "obispos") y
"diá conos" en Filipenses 1: 1, en 1 Timoteo y Tito le da un enfoque mucho mayor al oficio de la iglesia (en
el caso de 1 Timoteo y Tito) y a el cará cter requerido para el cargo (cuando se agrega 2 Timoteo).
En quinto lugar, surge una estrategia diferente para lidiar con la enseñ anza o el comportamiento
problemá tico. En lugar de presentar su caso ante la comunidad (como en la mayoría de las cartas
anteriores) o incluso orar su caso ante las comunidades (como en Efesios 1-3), Pablo les recuerda a sus
colaboradores las verdades bá sicas que deben insistir. Lo hace en declaraciones condensadas semejantes
a un credo (1 Tim. 2: 3–7; 3:16; 2 Tim. 1: 8–10; Tito 2: 11–14; 3: 4–7). No está instruyendo a las iglesias en
cosas que no conocen. Má s bien, está recordando a los protegidos có mo aplicar la enseñ anza con la que
está n bastante familiarizados.
En sexto lugar, las Pastorales amplifican los valores de las letras anteriores. Por ejemplo, la frase de
Pablo "hagamos bien a todos, especialmente a los que son de la familia de la fe" (Gá latas 6:10) se expande
para "estar dispuestos a hacer todo lo bueno" en la vida pú blica (Tito 3: 1). ). Sorprendentemente, los
argumentos anteriores contra las "obras de la ley" dan paso a un estímulo para hacer "buenas obras". En
Gá latas y Romanos, las “obras” (plural) son casi siempre “obras de la ley” y casi siempre son malas (Rom.
2: 6 es controvertido). En esas cartas anteriores, Pablo dice que “la fe que obra por medio del amor” es
buena (Gá latas 5: 6 RSV, NASB), y puede usar el sustantivo singular “obra” de una manera positiva (p. Ej.,
“Obra de fe”; 1 Tesalonicenses 1: 3 KJV, RSV). Por Efesios (escrito durante el primer encarcelamiento de
Pablo), Pablo primero recuerda a los lectores que la salvació n "no es por obras" y luego abre un nuevo
terreno al afirmar que los creyentes han sido (re) creados en Cristo Jesú s "para buenas obras" (Efesios
2). :8-10 RSV, NASB). Las Pastorales repiten el principio de Pablo de "no por obras" (Tito 3: 5 KJV; cf. 2
Tim. 1: 9) y extienden el elogio de Efesios de "buenas obras" u "obras nobles" (1 Tim. 5:10, 25; 6:18; Tito
2: 7, 14; 3: 8, 14 KJV, ESV); pero estas cartas acentú an el papel de las “buenas obras” má s que cualquiera
de las cartas anteriores (véanse los comentarios sobre 1 Tim. 3: 14–16; Tito 2: 1–10).
Bosquejo: 1 Timoteo
Comentario
En 1 Timoteo, Pablo aborda los desafíos que enfrenta una iglesia establecida. É l le indica a Timoteo que
rechace las enseñ anzas falsas de sus rivales —quizá incluso de líderes— dentro de la iglesia (vea Hechos
20:30). La carta no trata directamente de la herejía. El interés de Pablo, má s bien, radica en estructurar la
comunidad de tal manera que promueva la verdadera piedad. La iglesia es “columna y fundamento de la
verdad” (3:15).
Bosquejo: 2ª Timoteo
Comentario
En 2 Timoteo, Pablo llama a Timoteo a su lado cuando enfrenta un probable martirio (4: 9, 13, 21) y al
mismo tiempo insta a su joven protegido a ser valiente en el ministerio en ausencia de su maestro.
Esquema: Tito
Comentario
La Carta a Tito se refiere a una situació n de “misionero” o de “plantació n de iglesias”. El delegado de Pablo
se ha quedado atrá s en Creta para (1) establecer líderes que puedan refutar las falsas enseñ anzas e (2)
instalar un patró n de enseñ anza que establezca el ajuste correcto entre el estilo de vida y la verdad. Pablo
aborda el tema de la relació n de los cristianos con la “cultura” má s directamente aquí que en cualquier
otro lugar de sus escritos: vivir “con sensatez, rectitud [o “justamente”] y piadosamente en la era
presente” (2:12 NASB). Las enseñ anzas de Pablo contienen el semillero de lo que el comentarista francés
Ceslas Spicq denominó un “humanismo cristiano” (ideas latentes en Gá latas 6:10; Rom. 12: 17-18; Fil. 4:
8).
Seleccionar bibliografía
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Filemó n
Introducción
La breve carta de Pablo a Filemó n es una obra fascinante que ofrece una ilustració n de có mo el evangelio
transforma la vida de los cristianos y la forma en que se tratan unos a otros. Hay dos características que
hacen que esta epístola sea distinta entre los escritos del Nuevo Testamento. Primero, es la má s corta de
las cartas de Pablo, que consta de 335 palabras en 25 versículos del texto griego. En segundo lugar, es una
de las pocas cartas dirigidas a un individuo en lugar de a una iglesia o varias iglesias; sin embargo, Pablo
incluye a otros destinatarios en sus saludos de apertura y cierre (vv. 2, 23-24), lo que sugiere que, en otro
nivel, la carta personal debía leerse en la comunidad de la iglesia en general.
Los detalles de la epístola nos proporcionan un esbozo de la historia detrá s de la carta. Pablo, que está
en la cá rcel, le escribe a Filemó n, su "querido amigo" (literalmente "amado") y "colaborador" (v.
1). Filemó n es aparentemente rico, ya que es dueñ o de esclavos y tiene una casa grande que puede
albergar una reunió n de la iglesia (v. 2). La carta va acompañ ada de Onésimo, el esclavo de Filemó n, que
ha estado alejado de Filemó n y con Pablo durante algú n tiempo debido a una ruptura en su relació n amo-
esclavo. Pablo devuelve a Onésimo, quien se hizo cristiano mientras estuvo con Pablo (v. 10), a Filemó n y
pide la restauració n entre Filemó n y Onésimo. A pesar de estos detalles de la relació n de tres vías entre
Pablo, Filemó n y Onésimo, muchos aspectos esenciales de la epístola está n abiertos a debate, incluida la
ocasió n y el propó sito de la carta, los detalles de la solicitud de Pablo, la situació n histó rica detrá s de la
carta y su actitud hacia la esclavitud.
Ocasión y propósito
¿Por qué escribió Pablo esta carta? Ya a fines del siglo IV, la explicació n "tradicional" ha sido que Pablo
escribe la carta a Filemó n apelando en nombre de Onésimo, que es un esclavo fugitivo de Filemó n. Dado
que Pablo se encuentra en una posició n delicada de albergar a un "fugitivo" y de estar legalmente obligado
a devolver a Onésimo a Filemó n, lo envía de regreso a Filemó n con una solicitud de clemencia en nombre
de Onésimo. Los defensores de esta teoría especulan que el versículo 18: “Si [Onésimo] te ha hecho algo
malo o te debe algo, cá rgalo a mí”, significa que Onésimo ha defraudado a Filemó n o le ha robado, lo que lo
ha impulsado a huir. Aquellos que afirman este punto de vista también perciben que Pablo está dispuesto
a pagar a Filemó n por lo que Onésimo ha hecho, o má s específicamente, por lo que ha tomado. La petició n
de Pablo, entonces, es que Filemó n readmita a Onésimo en su casa, cancele su deuda y posiblemente le
conceda libertad (manumisió n).
A pesar de la popularidad de la interpretació n desbocada, hay problemas con ella. De hecho, ha habido
un desafío generalizado a este punto de vista. Un problema es la dificultad de explicar por qué Onésimo,
habiendo defraudado o robado a Filemó n, buscaba obtener ayuda del amigo de Filemó n, Pablo. Es dudoso
que Onésimo se arriesgara a ser capturado y castigado buscando a un apó stol en la cá rcel. Y podría ser una
coincidencia demasiado grande si los dos se encontraran por casualidad en la misma prisió n. También es
poco probable la sugerencia de que Onésimo fue capturado y puesto en la misma prisió n que Pablo, ya que
un esclavo fugitivo no sería puesto con un ciudadano romano bajo “arresto domiciliario” y Pablo no podría
enviar a un compañ ero de prisió n a Colosas. Otra dificultad de esta interpretació n es que, si Onésimo fuera
un "fugitivo", Pablo, como ciudadano romano, habría estado obligado por la ley romana a devolver a
Onésimo a Filemó n. Como fugitivo, Onésimo podría sufrir un castigo severo, desde una paliza hasta una
ejecució n. A la luz de esta severidad, los críticos de la interpretació n tradicional han señ alado que si Pablo
escribe que pagará a Filemó n por lo que Onésimo ha hecho (v. 18), entonces Pablo está principalmente
preocupado por algú n otro asunto que no sea la huida de Onésimo. Ademá s, si Onésimo era de hecho un
esclavo fugitivo, es extrañ o que Pablo no mencione el arrepentimiento o la tristeza de Onésimo, que
esperaríamos encontrar en la carta. Por lo tanto, no hay evidencia clara en la epístola de que Onésimo sea
un esclavo fugitivo que haya encontrado a Pablo en la cá rcel.
Algunos intérpretes han planteado el escenario de Onésimo dejando a Filemó n debido a sus malas
condiciones de trabajo y al posible abuso por parte de Filemó n. Sin embargo, si Onésimo buscara a Pablo
con respecto a las condiciones desfavorables, esperaríamos que Pablo en la carta hiciera una referencia al
maltrato de Filemó n y le pidiera que tratara a Onésimo de manera má s favorable (cf. Col. 4: 1). Ademá s,
esta interpretació n culpa principalmente a Filemó n, pero Pablo parece admitir que Onésimo, en lugar de
Filemó n, tiene la culpa.
Una propuesta só lida, que cuenta con un nú mero creciente de partidarios, proporciona un escenario y
una corroboració n de los detalles del texto mejor que la teoría de la fuga. Esta interpretació n sostiene que
Onésimo no defraudó a Filemó n ni le robó , sino que cometió un error que agobió financieramente a
Filemó n y probablemente despertó su ira. Onésimo, entonces, busca a Pablo como mediador en este
asunto. Había una costumbre legal durante ese tiempo que le permitía a Onésimo buscar a un tercero
amigable para defender e interceder en su nombre. La carta de Plinio el Joven a Sabíniano (Carta 9.21) es
un texto antiguo citado con frecuencia que proporciona algunos paralelismos sorprendentes con la
situació n y la estrategia de Pablo en la Carta a Filemó n. Este escenario, entonces, considera que Onésimo
no se había escapado, sino que había buscado la intercesió n de Pablo con el objetivo de regresar a su
maestro en circunstancias má s favorables.
A pesar de la incertidumbre que rodea la ocasió n de la carta, todos estos puntos de vista reconocen que
Pablo implora a Filemó n que se reconcilie con Onésimo, dada su nueva relació n en Cristo. Al salir en
defensa de Onésimo, Pablo sigue el patró n de amor abnegado de Jesú s que abraza a los débiles e
indefensos. Ademá s, el tema principal que subyace a la carta es la demostració n de có mo el evangelio
desafía el status quo de las relaciones al transformar y unir a los creyentes en Cristo como hermanos y
hermanas, independientemente de su identidad social.
Filemón y la esclavitud
Mucha gente se ha acercado a la Carta a Filemó n como un tratado cristiano sobre la esclavitud, dado que
la carta involucra a un apó stol, un dueñ o de esclavos y un esclavo. (Véase Thompson, 229–66, para
obtener informació n teoló gica sobre el tema del cristianismo y la esclavitud.) La carta fue especialmente
importante en los siglos XVIII y XIX durante los esfuerzos por abolir la esclavitud. Curiosamente, se utilizó
para apoyar tanto la sanció n como la abolició n de la esclavitud; por ejemplo, los defensores de la
esclavitud consideraban que Pablo perdonaba la esclavitud ya que enviaba un esclavo a su dueñ o. Sin
embargo, una lectura cuidadosa del texto revela la complejidad de este tema y apunta a un tema má s
prominente (aunque todavía relacionado) de có mo el evangelio transforma las relaciones cristianas.
Aunque proporciona un comentario social sobre las realidades de la sociedad antigua y la iglesia, la
carta no proporciona un tratamiento sistemá tico de la esclavitud. De hecho, es difícil determinar la actitud
de Pablo hacia la esclavitud en general y si protesta contra esta institució n social establecida y forma de
vida aceptada en el mundo antiguo. Debe tenerse en cuenta que la esclavitud en el mundo antiguo era
diferente de la trata de esclavos en la era moderna en América del Norte y Europa, especialmente porque
esta ú ltima llegó a ser vista como moralmente aborrecible mientras que la primera no lo era. Una vez má s,
la principal preocupació n de Pablo en la carta es que el evangelio altera radicalmente la forma en que los
cristianos se tratan unos a otros, independientemente de su posició n social y estatus. En Colosenses 3:11
declara trascendentalmente que "no hay gentil o judío, circuncidado o incircunciso, bá rbaro,
escita, esclavo o libre, sino que Cristo es todo, y está en todos". Con respecto a Filemó n y Onésimo,
entonces, Pablo afirma có mo el evangelio altera su relació n de amo-esclavo a hermanos en Cristo: “ya no
como esclavo, sino mejor que esclavo, como hermano amado” (v. 16). Por lo tanto, el evangelio transforma
y realza cualquier relació n social, independientemente de su forma (por ejemplo, amo-esclavo) y rompe
las barreras de desigualdad entre hermanos y hermanas en Cristo. Debe decirse, sin embargo, que en el
caso de Onésimo, Pablo parece esperar que Filemó n libere a Onésimo de la esclavitud (vv. 16, 21),
oponiéndose así a la opinió n de que Pablo simplemente aceptó (e incluso apoyó ) las realidades de la
esclavitud. .
Esquema
1. Saludos (1-3)
2. Oració n de acció n de gracias (4–7)
3. La apelació n de Pablo (8-22)
4. Saludos finales (23-25)
Comentario
1. Saludos (1-3)
A su manera típica, Pablo abre la carta de acuerdo con las convenciones está ndar de la época. Antes de
dar su saludo habitual de “gracia” y “paz” (v. 3), indica que la carta es enviada por él mismo y por Timoteo
y está dirigida a Filemó n y otros miembros de la iglesia. Hay cuatro características notables en este saludo
de apertura. Primero, Pablo se identifica a sí mismo como un "prisionero de Cristo", lo cual es inusual ya
que típicamente se describe a sí mismo en sus cartas como un "apó stol" o "esclavo" de Cristo. Con el uso
de "prisionero" aquí, Pablo probablemente (1) está recordando a sus lectores su encarcelamiento, que
resulta de su identificació n con Cristo y su obra para Cristo, (2) evocando cierta simpatía emocional de
Filemó n y los miembros de la iglesia, (3) apelar a Filemó n no basado en su autoridad apostó lica, y (4)
identificarse con Onésimo en un estado igualmente humilde. En segundo lugar, se incluye a Timoteo como
codirector (similar a Col. 1: 1), probablemente porque era un íntimo íntimo de Pablo y posiblemente
conocía a Filemó n. En tercer lugar, aunque Filemó n es el destinatario principal, Pablo también saluda a
Apphia (¿la esposa de Filemó n?), Archippus (¿su hijo?) Y la iglesia que se reú ne en la casa de Filemó n. Este
saludo resalta el cará cter pú blico de esta carta “personal”, ya que habría sido leída en voz alta ante la
iglesia. La inclusió n de la comunidad de la iglesia en este asunto privado no solo ejerce presió n sobre
Filemó n para que actú e sobre la apelació n de Pablo, sino que también subraya que la iglesia tiene derecho
a participar en los asuntos personales de sus miembros. Entonces, Pablo no se preocupa solo por Filemó n
y Onésimo, sino también por la unidad y el amor de la comunidad de la iglesia. Finalmente, en el saludo,
Pablo usa imá genes familiares de "hermano" y "hermana", y también "querido amigo" (literalmente
"amado"), que no solo subraya la intimidad de la iglesia, sino que también prepara a Filemó n para el
llamado a aceptar. Onésimo como un “hermano querido” (v. 16).
Seleccionar bibliografía
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