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Universidad Eafit

Análisis Textual (NFI)

Valor: 20%
Nombre: Martina Righi, Federico Serna
Lea y relea con atención el texto que está al final.

I. Señala en el texto con los siguientes colores:

 Referencias extratextuales (5)


 Deícticos (anafóricos y catafóricos), elipsis (5)
 Campos Léxicos (4)
 Marcadores discursivos(conectores) 10

II. Determina:

El tema del artículo:


- El tema de este articulo se basa en la idea del sacrificio y su importancia desde la perspectiva de los
pensadores, la religión y la sociedad.

La tesis del artículo (qué defiende o posición):


- Lo que encontramos como la tesis que este autor defiende, es que la experimentación de los sacrificios
con el fin de lograr un objetivo no es algo que este bien hecho, ya que es un camino muy peligroso y con
mucho riesgo que se puede convertir en una obsesión que ni siquiera tiene la certeza de lograr el
objetivo.

El modo de organización discursiva según la estrategia discursiva predominante (¿por qué?):


- Se puede evidenciar que este texto es argumentativo en su mayoría, porque si logramos ver en el
principio que se limitaba un poco en mostrar las posturas y distintas opiniones sobre el tema tratado,
además en gran parte del texto este autor argumenta acerca de por qué el sacrificio ya es visto como algo
buscado por las personas en vez de ser algo necesario de atravesar.

III. Diferencia hechos de opiniones en la lectura:

Hechos Opiniones
La ignorancia respecto a alguna disciplina En cualquier lugar es posible encontrar un
hace que el neófito se encuentre frente a santo
impedimentos que se superan con el
conocimiento
Una moral concebida en principio para Las actuales manifestaciones de distintos
contener los ímpetus de la plebe romana países pueden explicarse en el
penetró de modo tan profundo las distintas levantamiento de la plebe, así mismo, en la
capas de la cultura, que los logros actualidad se busca obtener resultados
personales y la fortuna favorable favorables y transgredir una cultura
comenzaron a tomarse desde entonces con opresora
discreción y aun, en ciertos casos, se
intentaron ocultar
El saber y la destreza, en cualquier terreno,
Para quien tiene conocimientos sobre una
consisten precisamente en volver fácil lo actividad la realización de esta será algo
que para los demás resulta arduo o sencillo, por el contrario, para quien no
imposible. tiene conocimiento podrá resultar
imposible, he ahí lo importante de adquirir
algún conocimiento.
Valorar las actividades humanas tan sólo La conciencia individual se presenta como
por el esfuerzo conduce a admitir un mérito testigo del trabajo, sin embargo, pensar en
superior en el fracasado el esfuerzo y no en el resultado adhiere
mérito a quien lo logra su cometido
Pero Séneca no sólo exaltó la dificultad, La diferencia del accionar se encuentra en
sino que llegó a considerar que el hombre la pasión con que se realicen las cosas
virtuoso se alegra con las adversidades

IV. Lea de manera detenida el texto y párrafo por párrafo establezca de qué habla [construya un
enunciado no oracional] y qué dice [construya enunciados oracionales] (Valor 1 punto)

Contra la dificultad1
Por Jaime Alberto Vélez

Mientras algunos la elogian, otros ven en la fascinación por la dificultad una indeseable transmigración de las
pulsiones religiosas.

1. Una larga y arraigada tradición religiosa estima que el premio eterno sólo se alcanza mediante ingentes
sacrificios personales. La idea del paraíso, por esta razón, brota de una humilde imaginación que habla
de escollos y de esforzados merecimientos. La aflicción representa la garantía para un gozo postergado

1
Tomado de: https://www.elmalpensante.com/articulo/2183/contra_la_dificultad
hasta la otra vida, de suerte que el disfrute de alguna recompensa anticipada se considera inmerecido y se
entiende como el anuncio cierto de una próxima desgracia.

Habla de: La vida después de la muerte, y lo necesario para conseguirla en la vida terrenal, una vida al
servicio de la posvida.

Dice que: Los placeres del mundo actual vetan la posibilidad de un paraíso, pues esos placeres solo se
encuentran en ese lugar, la vida terrenal es un momento para desarrollar el merecimiento de las
divinidades descritas y no descritas del paraíso, éste como un punto catarsis del alma y de todo peso.

2. La afirmación según la cual el camino del cielo se encuentra erizado de espinas representa una
enseñanza repetida con énfasis en los cursos de inducción a la doctrina religiosa. Las vidas de los santos
más representativos, utilizadas como modelos dignos de imitación, resaltan precisamente las penalidades
necesarias para obtener el galardón de la vida eterna. De ahí que el martirio, la virginidad, el ayuno, el
cilicio, la oración, la obediencia, es decir, todos los sufrimientos y privaciones posibles se tomen como los
únicos medios para alcanzar el paraíso, y configuren también el ideal que los fieles deben perseguir en su
modo de actuar y de desear. Para esta concepción religiosa, el deseo y el dolor resultan inseparables uno
del otro, de modo que se anhelan pruebas y padecimientos, antes que triunfos terrenales. Esta
religiosidad, marcada por la huella indeleble del estoicismo, afirmará que una vida plena de inconve-
nientes evidencia una inobjetable y deseada elección divina. Lucio Anneo Séneca, en el tratado De la
divina providencia, sostiene que "las cosas prósperas suceden a la plebe y a los ingenios viles", y que, al
contrario, "las calamidades y terrores, y la esclavitud de los mortales, son propios del varón grande". En
su afán por defender la dificultad, Séneca llega al extremo de asegurar que "el vivir siempre en felicidad,
y el pasar la vida sin algún remordimiento de ánimo, es ignorar una parte de la naturaleza".

Habla de: Las abstenciones impuesta y propuestas por la religión para ganarse el paraíso, y la
diferencias entre sus cuestionadores.

Dice que: A pesar de las imposiciones y propuestas de las religiones, en un mundo real, ese tipo de
virtudes solo las llegará a celebrar aquel que haya sufrido, pues quien vive siempre en felicidad, en
realidad se perdió de media vida.

3. Este pensamiento, adecuado para crear una moral de esclavos, según Nietzsche, o cuya pretensión
consiste en "ser libre tanto sobre el trono como bajo las cadenas", según Hegel, sirvió de fundamento
teórico al cristianismo y se convirtió, en ciertos aspectos, era parte integral de la misma doctrina. Una
moral concebida en principio para contener los ímpetus de la plebe romana penetró de modo
tan profundo las distintas capas de la cultura, que los logros personales y la fortuna favorable
comenzaron a tomarse desde entonces con discreción y aun, en ciertos casos, se intentaron ocultar. Las
críticas del estoicismo al epicureísmo insistían en los defectos terrenales de una teoría que consideraba
posible la felicidad como un efecto de la virtud individual. Todo lo que no implicara privación signi-
ficaba para el estoicismo desborde sensorial y, por tanto, manifestación de un grosero hedonismo.

Habla de: La vida introvertida o reservada, como el Statu quo de la época.

Dice que: El modo de vivir con poco valor llamativo, el ser desapercibido, y la abnegación sería la
manera básica de vivir, mientras que el jactarse o reconocerse en sus logros o pertenencias era
considerado un grosero hedonista.
4. Pero Séneca no sólo exaltó la dificultad, sino que llegó a considerar que el hombre virtuoso se alegra con
las adversidades, tanto como los soldados con la victoria. Precisamente a esta tradición moral se debe que
en cualquier actividad humana se resalten, por encima del triunfo, los inconvenientes propios de la
contienda, y que, antes que satisfacerse con lo obtenido, se hable de los conflictos que se avecinan y de
los apuros que puede generar el lugar preeminente alcanzado. En relación con la vida de los sabios, de
los grandes artistas y de los científicos, por ejemplo, cierta tradición cultural insistirá de modo
invariable en que alcanzaron lo que buscaban después de incontables penalidades y esfuerzos.

Habla de: El gozo se encuentra más en la adversidad superada, que en el mismo logro.

Dice que: El hombre virtuoso que se resalta, encuentra más satisfacción en la dificultad lograda, en la
adversidad, y que su placer se llena mientras los obstáculos son más grandes.

5. Para no contrariar una concepción religiosa senequista, pocas veces se dirá que, lejos del sufrimiento y de
los obstáculos, ellos se deleitaron entregando sus vidas a lo que querían realizar. La
verdadera dificultad para un hombre de éstos habría sido verse privado de su vocación. Sólo un
individuo sandio o incapaz puede ver las vidas de los grandes hombres como una sucesión de
inconvenientes y de pruebas. Aun el santo puede obtener placer de sus privaciones, a tal grado que
encuentre enojoso otro modo de vida. Todo radica, al fin de cuentas, en la pasión con que se asuma la
realización de la vida y de la obra. La dificultad constituye, a lo sumo, una variable secundaria y
accidental dentro de un proceso.

Habla de: El modo de vida que se escoge, la abstención como preferencia y la vocación a una vida de
privaciones para el placer merecido en el porvenir.

Dice que: Aunque una persona externa pueda ver la vida religiosa como una vida llena de abstenciones
y poco placentera, quien decide ese camino siente placer de avanzar en su vida abstenida pues prevé su
victoria en el paraíso de la posvida.

6. En "Un artista del trapecio", Franz Kafka se refiere a un hombre que, ante el asombro de su empresario,
pide un segundo trapecio, es decir, una nueva complicación en apariencia. "Sólo con una barra en las
manos, ¡cómo podría yo, que, si el derrotado no enalteciera los inconvenientes, ¿cómo podría justificar el
pobre resultado obtenido? La incompetencia y la ineptitud, pues, garantizan un más prolongado contacto
con las dificultades.

Habla de: La insistencia de un trapecista por asombrar a su espectador aumentando la dificultad de su


acto.
Dice que: El hombre desde el comienzo del texto y por efectos de la religión encuentra satisfacción en
el alcance de metas con alta dificultad.

7. El saber y la destreza, en cualquier terreno, consisten precisamente en volver fácil lo que para los demás
resulta arduo o imposible. La ignorancia de los aspectos básicos en cualquier disciplina obliga al neófito a
debatirse ante incontables apremios e impedimentos, que no se alcanzarán a superar por el simple amor
a la dificultad, sino por el conocimiento. La aparente facilidad en cualquier arte consiste en una capacidad
que lleva a superar pronto los obstáculos innecesarios o falsos. El amor a los inconvenientes no garantiza
nada; a lo sumo, revela un carácter o una manía. Puede ocurrir, en consecuencia, que el fracasado y el
incapaz se empeñen en magnificar o en reproducir las condiciones adversas. La simple satisfacción de
haber luchado,  vivir!", exclama sollozante. La entrega del artista a un arte cada vez más exigente podría
parecer, para un lego en el asunto, como un sacrificio, pero en el fondo lo impulsa tan sólo el deseo de
satisfacerse. La costumbre de permanecer día y noche en el trapecio —dice Kafka— había terminado
por volverse tiránica. Impulsado por una modestia engañosa que encubriría la más refinada forma de
soberbia, el artista podría hablar del trabajo y de los desvelos que le cuesta su arte, pero él sabe que ni
siquiera se ha esforzado lo suficiente. De no existir el empresario y sus exigencias, trabajaría para sí
mismo; de hecho, permanece en el trapecio aunque no asistan espectadores que puedan apreciarlo. Este
artista del trapecio, al igual que los grandes hombres, produce ante el público cándido la impresión falsa
de que se sacrifica, cuando lo de veras doloroso para él habría sido privarse de la actividad que más
deseaba.

Habla de: La satisfacción de haber luchado y ganado el aplauso o la aprobación de un público, pero
también del placer mismo de la actividad, una actividad que aparenta facilidad pero que concentra
conocimiento.

Dice que: La manifestación del placer por una actividad que permite al trapecista la realización que a la
vista son fáciles y que en el aumento de la dificultad de dicha actividad lo llena aún más, al igual que
existen quienes solo por manía buscan la dificultad, aunque eso no represente un éxito.

8. En el caso de una competencia deportiva, por ejemplo, resulta claro que quien menos dificultades
experimenta es precisamente el ganador. La capacidad, el saber y el deseo vuelven irrelevantes los
obstáculos que, para el último de los competidores, se convierten en verdaderos escollos, insalvables en al-
gunas ocasiones. De este modo, el elogio de la dificultad en cuanto tal entraña en realidad la exaltación del
fracaso, de la derrota y del atraso. Lo que menos importa para un hombre capaz son los tropiezos,
efectivos e influyentes para quienes flaquean o desisten. Lo que ocurre, más bien, es la recompensa
engañosa de haber competido en vano pero con decoro, pueden adquirir, para cierto
temperamento, mucho más valor que los mismos resultados efectivos. Multiplicar los problemas con el
propósito de oscurecer las causas reales del fracaso se convierte en una coartada perfecta para mantenerse
aparentemente en la brega. En este estado indefinido e inagotable no se alcanzan resultados, aunque
tampoco se obtiene una condena directa y radical. Se trata, en el fondo, de perpetuar las penalidades, sin
superarlas jamás, con la disculpa de que así es la vida.

Habla de: La excusa del fracaso a razón de las dificultades multiplicadas y de la derrota como
provocador de múltiples reacciones.

Dice que: Las dificultades que activa una derrota en cualquier ámbito pueden provocar la aprobación a a
través de inflamiento de los obstáculos, o del arduo trabajo que, aunque no trajo la victoria directa, si
trajo varias otras victorias.

9. En no pocas oportunidades, inclusive, la sociedad suele premiar esta clase de frustración permanente, de


empecinamiento y de tozudez equivocadas, con medallas al esfuerzo y a la constancia. Lejos de un
análisis real de la situación, se parte de consideraciones morales que pasan por encima del probable
deseo encubierto de fallar, esto es, de insistir desventajosa y equivocadamente con el mismo método ante
las mismas complicaciones. Un hombre que ame la dificultad, por ejemplo, permanecerá
indefinidamente en el vicio, para luchar toda la vida contra él. Al persistir en el mismo error, se evita por
lo menos la sorpresa de los nuevos inconvenientes. Se presenta en esta obcecación una autocomplacencia
explicable por el deseo enfermizo de permanecer bajo el dominio del mismo problema y, aun, en
ciertos casos, de llegar a elogiarlo debido a que permite adquirir una identidad. El problemático y el
descontento, dondequiera que se encuentren, terminan por reproducir las mismas situaciones adversas.
La habilidad de ambos consiste en proponer una inversión causal que los lleva a trasformar una
conducta repetida e inmodificable en un mérito nacido en apariencia de una reflexión teórica.
Habla de: Las ventajas para quienes se escudan en reconocimiento por el esfuerzo o la constancia.
Dice que: la aparente filiación con la dificultad resulta ser un juego de sometimiento con la misma
dificultad que permite al individuo transformase a través de ella, ganando una apariencia abnegada
pero autocomplaciente.

10. El aprendiz y el desacertado no sólo eligen el camino más tortuoso y equivocado, sino que ellos
mismos se empeñan en volverlo así. Todo artista —como conceptuó Bor-ges— tiende al comienzo de su
carrera al barroquismo y a la complicación vanidosa, para adquirir luego una sencillez que nada debe,
sin embargo, a la facilidad. El verdadero arte posee una apariencia desconcertante, pues induce a  creer
que cualquiera podría realizarlo del mismo modo. De ahí que el artista mediocre se engañe al juzgar el
valor de su obra por el esfuerzo que le demandó y por los escollos que debió superar. Para su beneficio,
se empeña en ignorar que también la naturaleza, como los grandes artistas, procede con facilidad, o al
menos no da saltos, ni actúa mediante trampas o retorcimientos. La pretensión de valorar la obra
exclusivamente por el trabado y por los sufrimientos invertidos en ella entraña una concepción religiosa
y sentimental, pero desconoce la esencia del arte y la existencia del talento y de la capacidad individual.
Valorar las actividades humanas tan sólo por el esfuerzo conduce a admitir un mérito superior en el
fracasado pues, aparte de que le corresponde luchar más que al ganador, debe superar también los
problemas derivados de su descalabro. Para esta lógica, que se apoya en merecimientos espirituales in-
tangibles, los resultados terminan siendo secundarios y hasta irrelevantes. Detrás de un humilde luchador
puede esconderse un santo. Dios y la conciencia individual permanecen como únicos testigos del
trabajo y del esfuerzo. Las satisfacciones íntimas, sin embargo, pueden complacerse con una fácil
exigencia que deje al sujeto indefinidamente en el mismo estado y en la creencia de que actúa a
diario con denuedo.

Habla de: El poco protagonismo que se le da al apreciar una acción, por la habilidad humana que le
permitió al hacedor, recrearla el acto con suma facilidad.
Dice que: La obra de un artista se valora mas por la técnica, por el acabado, por la dificultad que
asemeja la obra, por la complicación que superó éste para lograr tal resultado, no obstante se deja de
lado que pudo haber una facilidad que permitió al artista lograr semejante resultado sin mayor esfuerzo,
he ahí un reconocimiento anulado por percepción.

11. La acogida de esta forma de proceder se apoya, además, en que la consecución de resultados tangibles se
identifica con todas las formas execrables del poder y del dominio. Se trataría, en apariencia, de una
posición política correcta. Como consecuencia de una vieja controversia teológica entre católicos y
protestantes calvinistas, los primeros endurecieron su idea de los méritos arduamente adquiridos,
en contra de la simple fe que alentaba a los segundos en su búsqueda del cielo. Una disputa religiosa,
como han señalado muchos estudiosos, ha significado mucho más que una mera disparidad espiritual. La
inclinación a las desgracias, en uno, y al éxito, en el otro, mostrarían el modo de proceder de dos
culturas distintas.

Habla de: La evolución al pensamiento sobre el gusto a las dificultades y a las consecuencias de la
misma, Dice que: Cada civilización encuentra el equilibrio de su cultura de alguna manera, sin embargo
esta no puede ser en el sometimiento o inclinación al poder por la búsqueda del cielo.

12. No resulta casual en Colombia, por tanto, la inclinación inveterada a las trabas, a los trámites, a los
conflictos, a las dilaciones. El elogio de la dificultad no entrañaría, así, una aspiración, sino una
verificación fenomenológica. Se propondría como un ideal deseable lo que ya forma parte
constitutiva de la misma conducta.
Habla de: La situación colombiana dada a las dificultades en cualquier tarea consultiva,
premiando inconscientemente a quien logra su cometido entre el caos de la tramitología
Dice que: En nuestro país las tareas documentales se prestar para tareas engorrosas, que permiten
la satisfacción luego de lograr su tarea, una de las variadas maneras que fundamentan el
sometimiento mientras el cebo ofrece una victoria temporal y hasta parcial.

13. Desde mucho tiempo atrás se ha tomado como un lugar común de la historia local el carácter leguleyo
de los políticos, además de ese afán permanente por complicar, estorbar y entorpecer, que ha
animado a buena parte de los personajes de la historia colombiana. De esta manera, cualquier logro
se obtiene después de superar numerosos enredos y escollos que han terminado por convertir la
historia nacional en un prolongado calvario. La inclinación a la  lucha, en el caso colombiano, puede
advertirse en las incontables y estériles guerras civiles que han llenado de  muertos y de méritos
espirituales los campos del país. Cualquier discusión y posible acuerdo entre los antagonistas,  por tal
razón, tiende a convertirse en un nuevo conflicto de nunca acabar. Parece, en este aspecto, como si lo
propio de los colombianos consistiera en el amor ancestral a la dificultad. La posibilidad de un país
más fácil y expedito parece una mera aspiración remota, permitida un tanto por la tecnología, pero
entrabada por una vieja concepción religiosa que considera los padecimientos como un medio para
alcanzar un paraíso siempre postergado.

Habla de: El paraíso conceptual que sembró la religió, se convirtió en una realidad en un país como
Colombia, donde la utopía siempre es un país mejor.
Dice que: El amor a la dificultad en donde la plebe de Nietzsche encontró tanto placer, ahora es un país
llamado Colombia, en donde el calvario ya hace parte del diario vivir, y uno de nunca acabar.

14. La inclinación a la contienda estéril y a la derrota surge también, en buena medida, del elevado
prestigio literario de estos temas. Aparte de que la poesía de todas las épocas  encuentra más belleza
en el perdedor, la admiración romántica por la disolución, en concreto, lleva a algunos intelectuales
a realizar apologías más o menos encubiertas del atraso y de un estado de adversidades que
consideran inseparable de la misma formación cultural. La repetición continua de errores, los treinta
y dos levantamientos armados promovidos en vano por el coronel Aureliano Buendía, la idea de
perder siempre para vender cara la derrota, o aquella otra de encontrar alicientes positivos en el
hecho de no ganar, se asumen no en su carácter simbólico o ilus trativo de una situación, sino que se
incorporan como verdades inevitables que marcan al ser nacional. El objetivo de  ensalzar la dificultad
viene entonces como anillo al dedo a una cultura que desprecia los resultados visibles y que se
satisface en la incesante repetición macondiana de lo mismo. Esta teoría puede encubrir la defensa
de la falta de oportunidades, lo mismo que de un orden social incapaz  de permitir el desarrollo del
individuo. En un exceso de optimismo y de decisión se llega, en unos casos, a encum brar los
inconvenientes y, en otros, hasta a besar la mano del verdugo. La determinación radical de
culminar con éxito lo que se emprende recibe invariablemente como respuesta la risa sardónica del
escéptico. Por esa misma razón, tampoco se rectifican los caminos emprendidos con equivocación,
pues la lucha se valora por ella misma, al margen de su desenlace. Para este modo obsesivo de actuar
resultaría extraña y escandalosa la idea de Spinoza según la cual el hombre virtuoso "elige la huida con
la misma firmeza de alma, o presencia de espíritu, que el combate". La idea uná nimemente aceptada
de no dar jamás un paso atrás encierra la posibilidad de encontrarse siempre con el mismo  escollo.
Esta consigna, repetida inclusive frente a un muro o frente al vacío, se toma como una virtud en sí
misma, al margen de su sentido práctico.

Habla de: Macondo, tierra de utopía, de personas que aman al verdugo y la dificultad que éste les
provee
Dice que: El hombre virtuoso que asume su equivocación, es el mismo colombiano que a pesar de
su saturación, su conciudadano le aplaude, pues está sobreviviendo “a pesar de las adversidades”
este es el lugar donde los resultados positivos dependen únicamente de la candad de dificultades
que se superaron.

15. Convertida la inclinación a los obstáculos en una forma de vida, se considera, por ejemplo, que una
relación afectiva llena de esfuerzos y de tropiezos produciría más satisfacción que otra normal y bien
avenida. Sin embargo, ¿significa un gran mérito batallar a diario por amansar un carácter indomable,
cuando se ha tenido la posibilidad de relacionarse con otro más cercano al propio modo de ser? Las
relaciones neuróticas y enfermizas pueden llegar a prolongarse más de lo esperado, por supuesto,
pero no tanto porque posean una naturaleza estimulante, como se afirma eufemísticamente, sino
porque se alimentan de los desequilibrios psicológicos que ellas mismas generan. Desarrollar
tolerancia a un veneno, y luego crear adicción a él, puede llevar a considerarlo al cabo como un
alimento indispensable y vital. El afán por idealizar la vida cotidiana, en este caso, viene a encubrir
con palabras decorosas una realidad indeseable. Como bien se sabe, entre la testarudez y la
perseverancia sólo existe un exiguo matiz que las distingue. Bajo el pretexto de la búsqueda de una
relación compleja y anómala puede existir en realidad un subterfugio para encubrir errores no
superados y vicios no corregidos. Alguien puede anhelar, no una esposa con la que se avanza en la
misma dirección, sino una madre a la que siempre se regresa porque todo lo perdona. Si en una
relación afectiva se aman más las dificultades que a la otra persona, con seguridad se terminará por
volverle la vida imposible. La sobrevaloración de los obstáculos conduce con facilidad, además, a
proponer la búsqueda de lo irrealizable. Una característica notoria de ciertas religiones y de ciertas
psicologías al uso consiste en la adopción de objetivos falaces, bajo el lema fácilmente admitido de
"querer es poder".

Habla de: El amor a las dificultades en las relaciones amorosas y sus afectaciones tóxicas para la pareja
que se acostumbre a ellas.
Dice que: Las afectaciones leves, normales o amplias que puede sufrir una vida en pareja donde el amor
es hacía la dificultad y no hacia la pareja, se puede tornar invivible y perjudicial para ambos, en donde el
placer no es la compañía sino el ambiente que se proporciona en medio de esa compañía.

16. Lejos de la comprensión real de la situación —sólo por la aspiración de superar impedimentos—. se
crean metas imposibles y paraísos inalcanzables. Ante los obvios e inevitables fracasos, sin embargo,
se argüirá como excusa que no se ha luchado lo suficiente, o que ha faltado un poco más de fe. Al
referirse a los triunfadores en cualquier actividad humana, se intentará hacer aparecer una
inadecuación entre los medios y los fines, con el objeto de extender el ideal  entre quienes jamás
podrían alcanzar la meta. En ningún momento se dirá que, aparte de la capacidad en quien ob tiene
un resultado, ocupan un lugar primordial también el realismo y la sensatez. El amor a la dificultad no
iguala en capacidades a todos los seres humanos. Una lucha continua y porfiada, sin probabilidades
de éxito, no garantiza nada, aparte tal vez de una acumulación de méritos para la otra vida.

Habla de: La insensatez de vivir por un inevitable fracaso, la superación de impedimentos.


Dice que: La superación de eventualidades a menudo se convierte en un modo de vivir condenado al
fracaso o a la dependencia, así que el “insuficiente esfuerzo” terminará por agotar con el modo de vivir
del individuo.

17. Aunque nadie sensato se atreve a negar la importancia de luchar, la verdad es que sólo unos pocos
acometen esta acción con inteligencia. De ahí que se olvide en ocasiones que la lógica de la historia
no consiste en persistir en los obstáculos, o en crearlos artificialmente para creer que se actúa, sino
en superarlos lo más pronto posible. Un pueblo que se acostumbrara a los conflictos por sí mismos
estaría dispuesto también a recibir de sus gobernantes todos los excesos posibles.

Habla de: “Un pueblo que se acostumbra a los conflictos por sí mismos estaría dispuesto también a
recibir de sus gobernantes todos los excesos”
Dice que: Aunque la lucha es un valor a resaltar y trae consigo muchas bondades, también existe la
intolerancia a la guerra, y menos por lo ya ganado, la costumbre no puede ser permanente.

18. El amor a la dificultad como tal puede llegar a estar al servicio de lo peor: de la dominación y de
la injusticia. Y esta desgracia sobrevendría porque el brillo ilusorio de esta teoría, un simple
ejercicio retórico, reside en sus aparentes alcances morales y en su papel motivador de la conducta
humana, resultados aceptados con facilidad y sin resistencias teóricas. Se trataría en apariencia de
promover el valor, el ánimo, el llamado espíritu de superación, pero ocurre que la pervivencia de
un régimen político injusto se apoya en gran medida en un pueblo que acep ta los trabajos, las
penalidades y las aflicciones como parte de un destino inexorable. Como siempre habrá dificultades,
se dice, no importa de donde provengan. El énfasis se sitúa entonces en el individuo y en su
capacidad de soportar. Por esa razón, al referirse Hegel al estoicismo en La fenomenología del
espíritu  señala que este sistema "sólo podría surgir en una época de temor y de servidumbre".
Tal característica explicaría, de igual manera, el auge de esta doctrina moral en diversos periodos
históricos. También hoy, como ayer, se buscaría contener el descontento general y de alegrar el oído
blando de ciertos intelectuales. En el palacio de Nerón, el grupo de admiradores irrestrictos solía
soltar lágrimas de emoción al escuchar la elocuencia de Séneca, su maestro.

Habla de: La sumisión que representa la fenomenología del amor a las dificultades y del valorar la
superación.
Dice que: El sometimiento al que puede llegar un individuo o una sociedad que ha encontrado en la
religión y en su realidad un reconocimiento por la superación de dificultades, así pues, se crean
consciencias a disposición de la dificultad.

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