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Cover Zúñiga Bap
Cover Zúñiga Bap
COVER
Buenos Aires Poetry, 2019.
84p. ; 20x13 cm.
ISBN 978-987-4197-44-3
Poesía Peruana
83 Sobre el autor
M A R T Í N Z Ú Ñ I G A C H ÁV E Z
C over
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_
[grabado de una cabeza de león mirando a la derecha]
9
•
1.
Una flor se abre despacio en cada una de mis orejas
cortando cables del amanecer.
¿qué se oculta?
2.
Una vaca respira ansiosa, queriendo destilar el aire.
Todo cuerpo oscuro tiene esta forma simple de las preguntas.
11
3.
¿Qué hay detrás del telón?
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4.
Es difícil distinguir a una vaca negra escondida en medio
|de la oscuridad
de una morgue, tendida a lo largo del tiempo
hasta el borde donde camina el pasado
pidiendo su porción de sangre.
Quisiera que esas palabras no crezcan
o cosecharlas
para infundirme valor y así no colgar y así poder cruzar
|el puente
5.
Aquí siempre todo es casi, casi nuevo:
tócame, te dice ella, las cosas aquí dentro mío son blandas.
Sueños tranquilos y felices como sueña un feto
dentro del cráneo sin necesidad de decir
estoy aquí
aquí dentro
aquí
donde si digo Ulises no digo nada: se parece a soplar sobre
|una rama.
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oxidada
convierte todo en arena
en quena en ceniza en tristeza en nadie
es puna.
6.
De cada uno de mis ojos cae una luna de hojalata
sobre el reciente frío dejado por un becerro parido
sobre la unidad de américa latina.
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•
ESTO ES UN C OVER
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Tú me quieres de verdá (?) Pues claro, claro que te quiero
Yo también te quiero Pero, pensé
Pero, no vayas tan de prisa Asentí.
No me atosigues, yo tengo mi propio ritmo para hacer las cosas
Asentí.
¿Podrás esperar? Asentí.
¿Me lo prometes? Te lo prometo
16
•
N O SE TRATA DE T I, ES OT RA COS A
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nombraban ausencias. Comencé. Los viajes de traba-
jo eran cada vez más frecuentes. La primera vez estaba
muy ebrio. Luego, como una bola de nieve, todos fui-
mos rodando y rodando. No es una excusa, lo sé. Las
llamadas telefónicas eran frías y esporádicas. La ética
ronda cual perro asustado mostrando los dientes, es-
perando el momento de regodearse en los charcos de
sangre nacidos de una yugular anónima e implacable.
Por ello no se puede excusar con palabras aquello no
hecho de palabras. No es el miedo a la separación, sino
a reconocer otra vez a mi piel como mía. En cambio tu
mano seguía suspendida con el teléfono en el aire. Del
otro lado todos se habían marchado. Las tormentas son
tópicos fáciles y felices a pesar del me afeito me quieres
me mendigo.
Me hieres me curo.
En la vida hay amores que nunca. Es preciso saber guardar
la calma.
Tu amiga te aconsejaba un retraso, un limbo. Te pro-
ponía ir a una tierra de trenzas y listones —descripcio-
nes al azar que tomadas de varias historietas crean una
ciudad en tu imaginación—. Por eso te regalaba más
referencias topográficamente precisas
que constituyen estéticamente
uno de los numerosos signos que llevan al lector hacia el desenlace.
Tu amiga, que había abortado seis veces golpeando su
cuerpo contra las cuatro esquinas de las mesas. Te men-
tía porque el arte.
«Por favor por favor por favor puedes hacer el favor
de callarte, por favor.»
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Es suficiente con la radio. Al otro lado ya todos partían.
El teléfono era un oscuro estropajo frío y mudo brillando
entre el decorado de la escena. «Me siento muy bien.
No me pasa nada. Todo bien.» Comencé. Que fácil hubie-
se sido todo, en cambio. Solo quedan fotos viejas que miro
y repaso… esa pésima manía tuya de recordarlo todo.
De no dejarte explotar. Entonces no prestábamos tanta
atención a los detalles.
A través de un detalle con horror he descubierto que el
amor es siempre comenzar, y nunca detenerse.
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•
L AS CH AVE TA S DE L A MEMORIA
a Pedro Rojas......
Es bastante conocido lo perjudicial del exceso de felicidad
para la memoria. Saciada toda mi hambre señalaba con
mi dedo imaginario una nube, y llovía.
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Limitación de nuestra propia conciencia.
22
•
Foco
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Al nacer, un feto, al saberse abierto se duele por la
|abundancia de luz.
24
•
PO E M A DE C A SI A MOR
EN UN A CIUDAD DEL PERÚ
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«llamas que rumian un árbol sin consumirlo»
o: «la liturgia de los peces ensimismados de amor»
26
Un nombre como «y dios creo los papagayos allá
|cerca a pueblo libre,
y todas las criaturas que se caen de colores por la cintura
|del viento»
Decía.
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_
[grabado de una cabeza de perro mirando hacia arriba]
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•
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ya no más partido de fútbol los sábados por la mañana
las contusiones te van a dejar sumergido dentro de la
|inutilidad del cuerpo.
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Y las señoras al salir de la misa sin mostrar las rodillas,
vigilando los guiños y las sonrisas de sus pudorosas hijas.
Abigeo, trazo con carbón sus piernas: lo más firme y de-
licioso que recuerde haber probado desde que atraqué
una librería de viejo: el libro era todo menos hermoso
y sólo para mí titilaba como las únicas cosas que nos
importan de la vida
la clave del correo, de la tarjeta de crédito
el número de cierto celular.
Las llaves de sus diez mil casas. Inmisericorde, repetía
que el amor es un poco de sentimentalismo
y mucho sexo. Si es amor de a de veras. La K. y el jura-
do se miraban cada quien desde su rincón de la tarima.
Me ardían el cóccix y la locura. Soñé que un galápago
se subía a mi pecho y me pintaba una flor con una tiza.
Un galápago que en las primaveras salía a la costa a
desovar donde los perros salvajes de la isla le daban la
vuelta y lo devoran. Soñé con una tienda sepia de jugue-
tes. Tijeras volaban sobre el empapelado de la pared y
nueve anillos se partían y volvían de cabeza. Adivinan,
era la última tienda de juguetes del mundo. Hay sobre
todo algo borroso en la imagen, una laguna de sangre al
pie de los cadáveres de la razón y la moral.
Debe ser cierto: si se hace algo no es a causa de, sino
para ———
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Claro, ¿algo más? No, sólo té.
37
•
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constantes del sindicato puede hablar destos, digamos,
tiernos vacíos de mujer.
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el grito desesperado de las mujeres violadas entre la
medianoche y las 4 de la madrugada y olvidadas en las
cunetas de la carretera central cerca de un motel donde
duermo cuando mis viajes de negocio me retienen de
más en la capital. Arrojadas al desierto.
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Nuestro escudo era un cucharón de palo chamuscado y
|los malos presagios.
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•
43
Un perro va a morder los muebles de la casa,
va a dejar regado su pelo y tal vez ensucie todo
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•
CALCOMANÍAS
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barriendo de noche.
Los negocios que no tienen sexo, patria ni familia.
No tienen hambre o moral.
Sólo es el momento.
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El tarot los planetas la coca el aspecto de ciertas raíces.
|Lo sabían.
Tu príncipe adorado, el padre de la fruta emergida de
|tu vientre transparente
cual el cuerpo de un gusano de seda
era el piojoso.
Los andrajos resbalaban por su cuerpo
porque Odiseo se detuvo más tiempo del necesario para
|hacer feliz a Calipso.
Calipso que ayudó a Sísifo a encarcelar a la muerte para
|que un día su hijo
tocase las costas de su vida y así sucesivamente.
Como en el poema sobre Kafka Odiseo visitó a diosas
|y mortales
por todo lo ancho del mundo conocido. Lo sabían
y Penélope tampoco era ninguna ingenua.
Mandó preparar el banquete con mucho vino todos esos
|años, a la misma hora
aunque ella no asistía.
¿Dónde estaban Penélope y su hijo durante esas horas
|tuertas?
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Sólo se siente en familia con los piojos.
Se parece tanto a la escena donde la madre dice
No haber parido un nudo de serpientes antes que esta irrisión
Que será mi deshonra y me hará el asco de mi marido etcétera
|etcétera.
Decían.
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[grabado de una cabeza de yegua mirando a la izquierda]
Michel de Montaigne.
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•
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adecuado para llegar a casa.
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y luego otro
y otro.
El gramático recomienda: no mires abajo está el cielo.
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no volveré en ratas alimentadas por mis ojos bajo las uñas
|de mi soledad.
El caimán será devorado no por su pasión, sino por el
|resplandor del trueno.
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•
FOTOADICCIÓN
para Tita.
1.
Nuestro amigo paseaba delante del burdel como por
|delante de la casa de la amada.
Burdeles amamantados por la orilla de los puertos donde
|los navegantes son niños
temerosos de llegar a casa más que del kraken.
Abajo en el puerto el barco es basura arrojada al mar y
|abre sus ojos sobre sí mismo.
2.
Una mosca violenta saborea la sangre que persiste sobre
|la polaroid
y en el espejo se refleja escrito con colorete
cerca al cuello,
desde donde crece
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una cuerda
tensa
3.
En la foto a través de una ventana del burdel, encogida,
|se pueden ver las primeras lluvias del año
rompiendo la uniformidad del polvo sobre el suelo,
|alrededor de un mercado mayorista:
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|patio del mercado.
A pesar de eso adivino la sombra que rebusco
entre la gente que corre a guarecerse en la puerta de los
|comercios,
sombra aludida por las líneas de mi mano: en la esquina
|de costumbre
está acumulando boletos vencidos de barco
ropa de marineros ebrios
sobre su piel para salvar a sus muertos y su hogar su dulce
|hogar.
4.
Lo supongo: una o dos veces al día se esconde de sí mismo,
entra a ese mismo baño y se retoca el maquillaje. Frente
|al espejo
un guiño y aparece una mariposa naranja.
Otro guiño y las cucarachas desaparecen del mundo.
Si se aburre a veces se ducha,
a veces le gusta dejarse el escote puesto. La vida es
|tensarse y resistir.
Recorrer algunas calles provocando.
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un espanto.
Y los hoyuelos en sus mejillas —marca de soledad registrada—
tararean aquella canción que inventamos juntos.
5.
Ocultaba sus manos entre las piernas buscando mi sombra.
58
6.
Era tan núcleo de durazno mirar la escena
desde lejos, desde el tercer piso
de una casa para señoritas mencionada en el parte policial.
Como si fuese una fotografía sobre la chimenea de la sala.
59
•
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A los suicidas nada les pertenece sino sus manos.
El trabajo meticuloso de salir de sí mismos.
Aquello que juntan y separan de su cuerpo original, imi-
tando a dios cuando separó el agua del barro para inven-
tar la sed; para ellos todo es mera herramienta: tú, yo, los
eclipses solares. Su mundo termina a dos centímetros del
mundo. Junto estas palabras para no decir tu nombre, de
nuevo. Enredado viaje aéreo sobre el óleo de tu mirada,
para poder acostarme con tranquilidad a los pies de la
realidad. Cuídate de mi corazón. Mudo las horas de un
reloj a otro. Trafico inventos. Aquí no hay prestidigita-
ción. La irritación persiste en nuestras comunes amígda-
las. Si pudiésemos, al menos, decir que no es más que una
leve cefalalgia. Usando métodos parecidos hemos viajado
alrededor del mundo en los comentarios al margen y en
las cursivas de las noticias traídas desde lejos.
Hay otros reinos, dicen.
Hay otras gentes, dicen.
Cuentan una mitología al parecer recién estrenada. Ve-
rás, así como la poesía es una versión comunitaria de la
realidad subjetiva, la literatura es la versión de moda de
la realidad compartida. ¡Y yo, que al igual que una mos-
ca me he dado la nariz contra las estrechas fronteras de
un solo reino! Desdichado de mí que camino delante de
la luz. Si al menos me chapara. Entonces no dices nada.
Regreso caminando a mi interior y mi voz, turbada por
la falta de respeto mostrada por estas versiones, esta có-
pula mansa de los insectos, se quiebra y el silencio abre
sus cámaras para cobijar heridas del sonido. Aceptar
poseer sólo necedad y caprichos. Miro el reloj de nuevo.
Siempre es temprano en el mundo para estar despierto.
62
•
63
|en mi mano. Hemos requemado
nuestra piel bajo las escuelas d lo apolíneo. Son
|nuestras la belleza, el parpadeo con alegría.
La fanática embriaguez. La incesante cadena d posibles
|combinaciones terminó y es mentira
aquello sobre la última jornada. Las pantallas los
|televisores están clausurados,
pero si te fijas bien siguen con luz y verdor cual si fuese
|esto una película tipo b.
Qué agradable es pensar que su espalda ya no me
|sorprende. Al fondo del foso me topo
con un niño que orina sobre los heliotropos, marrón
|como chocolate e igual d delicioso.
Puede ser un padre, un guerrero, un asesino, un hijo en
|fin, un astro irremediable.
Esperar lo ha hecho cada vez más fuerte. Ya no tiene
|importancia su cuerpo.
Me ve con cariño y cierta desconfianza. Me pregunta
|con asombro por qué tanto pudor
sobre lo que sale del cuerpo: la mierda, la orina, el semen,
|la saliva, el sudor, la menstruación;
¿por qué ocultar y cerrar los ojos ante lo repudiado por
|el cuerpo d sí mismo?
Ha llegado al punto d mirar con tanto odio que nadie
|intuye la compasión en este tipo d miradas.
Claro, tiene otros tipos de miradas. Colecciona miradas
|como otros coleccionan
estampillas o música, cadáveres d insectos, máscaras...
|Lo veo tan fuerte y sólido
que si una mosca golpeará al vuelo en su cuerpo, se
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|rompería en mil pedazos.
Son nuestras las ganas y ella se abraza al niño y se
|duermen bajo la vaca.
Será todo un gran fracaso y no quedará ningún reino.
|Pero qué hermoso.
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•
CANTUCHO CANESCO
Clandestino
El cuerpo posee en rededor su fuerza; en su interior, la furia.
Cuando la furia y la fuerza entran en contacto, nace la palabra.
Palabra donde en las ramas de una higuera erguida sobre
|las tablas del escenario
está mi amigo, enredado. Las lanzas lo han atravesado.
|Las flechas
lo han herido; han alcanzado su fuga moral
su carrera de caballos rabiosos, de nuevo extranjero, de
|nuevo anormal.
Aplausos. Aplausos.
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Deteniéndose en contemplar cada curva, cada arruga,
|cada médano.
Una camisa de algodón, un pantalón ligero
y se acuesta a leer un libro casi por compromiso. Yo la
|atisbo por las cortinas
de su cuarto. Pequeña ceremonia de cercanías
entrelazada con mis signos cilíndricos e invencibles en su
|jardín de virgen.
68
hasta llegar a mi propio cuarto, en donde oculto una
|nube del infierno.
69
•
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La dimensión exacta de nuestros brazos separados de
|nuestro cuerpo.
Nuestros padres nos dan la retórica, la ética, la estética,
|la moral, la lógica, la gramática.
O sea, nada realmente útil.
72
|a sus casas
tranquilos de haber obtenido de nuestras máscaras
catarsis i humor
libertad.
Mientras barremos los palcos, algo cadáver nace en la
|sombra.
Tenemos asegurada la taquilla de mañana, decimos
|frotándonos las manos.
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Y llovía un sol alcohólico sobre el puerto
Ella vagaba como un pez en un hipocampo,
Esta tarde leí:
«…quiero escribirte estas líneas, tal vez babear
la taza de café, bajo el techo de buenos aires, de
pena, en fin contarte como gritando la vacío…»
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•
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necesaria. Mi necesidad tiene nuestros apellidos. Mi
|felicidad tiene tus ganas.
Abrazarte sería en el mejor de los casos una ofensa, pero
|también una carta de ciudadanía,
un lugar propio entre los riachuelos por donde fecunda
|la ciudad.
Guerra fría la de los amantes que matan su felicidad a
|costa de construirse una vida.
Olvidados de la vida, digo tanto para decirte mi necesidad
|tiene tu nombre.
Digo tanto para convencerte tan poco.
sea verdad,
a que mis sueños de adolescente
trabajar poco ganar mucho, hacer lo que más me gusta,
lo que me gusta más después de ti,
sea provechoso para los tres.
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Cobarde como soy, te he ido perdiendo, decía una canción
|de amor.
No ser esto que soy y que te ha ido perdiendo.
Ganada mi niñez, no la necesitabas.
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y se asustaban si querías saltar del puente; cobardes como
|son no sabían
si te seguirían en el salto. Acógelos, no porque sean tuyos,
tantas cosas tienes que no les abres la puerta de tu casa,
que los dejas esperando en la vereda,
sino porque son feos, débiles, roncos y te miran como sólo
|un loco puede.
No te harán escenas de celos, se acurrucarán en una esquina
tratarán de incomodarte lo menos posible.
Como yo, se sentirán contentos de que los mires de vez
|en cuando
hermosa y fuerte como eres.
80
Sobre el autor
M
Not artín Zúñiga Chávez (Cusco, 1983). Es poeta,
editor, gestor cultural y catedrático. No siga ese pájaro
(Paracaídas editores, Perú, 2017) es su más reciente libro.
Es también autor de Gavia (Ediciones Fecit, España,
2009), Pequeño estudio sobre la muerte (Ediciones Cope,
Perú, 2010), Cover (Editorial Difacil, España, 2011),
entre otros títulos. Su obra ha recibido importantes
premios en España, México y Perú. Es maestrista en
Literatura con mención en Análisis del Discurso por la
Universidad Nacional de San Agustín. Coorganiza el
Festival Internacional de Poesía de Arequipa, gestiona
espacios literarios (talleres, encuentro con autores,
clubs de lectura, etc.) en el sur de Perú y desde hace
varios años gestiona el proyecto Urbanotopia.
83
Abril, 2019
Impreso en Buenos Aires,
buenosaires
poetry