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Margina Do
Margina Do
Sinopsis
D espués de seis años de “ángeles” viniendo del cielo y llevándose a la
gente de su ciudad, Riley Carver de 16 años de edad, ha
prácticamente vivido con miedo constante. Cuando uno decide
aterrorizarla en su propio patio trasero, es el colmo. Ella toma la escopeta
de su madre y le dispara a la cosa. Así que está muerto. ¿O... no? En lugar
de la criatura a la que disparó, hay un chico. Un chico muy ardiente. Un
chico realmente caliente, vivo y respirando. Oh, y él está totalmente
desnudo.
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Índice
Sinopsis................................................................................................. 2
Uno ....................................................................................................... 6
Dos ........................................................................................................ 9
Tres ..................................................................................................... 16
Cuatro ................................................................................................. 22
Cinco ................................................................................................... 27
Seis ..................................................................................................... 33
Siete .................................................................................................... 44
Ocho.................................................................................................... 59
Nueve .................................................................................................. 65
Diez ..................................................................................................... 74
Once .................................................................................................... 82
Doce .................................................................................................... 88
Trece ................................................................................................... 93
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Diecinueve ......................................................................................... 135
Veinticinco......................................................................................... 179
Veintisiete.......................................................................................... 198
Veintinueve........................................................................................ 215
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Cuarenta y dos .................................................................................. 313
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Uno
Traducido por Aяia
La primera vez que pasó, asustó a todos. Esta era una tierra temerosa de
Dios. Lo decía muy bien en el cartel de la ciudad. Sabías al segundo de
pasar a nuestra comunidad que este era un lugar maldito por Dios y
temeroso de Dios.
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Verás, la gente estaba en conflicto y la única forma de reconciliarlo todo
fue verlo como una Gloria. No podía ser que estuviéramos siendo
castigados. Quiero decir, algunos habían especulado exactamente que…
que aquellos que habían sido llevados eran malos. Pero entonces alguien
señaló que Georgia Banks había sido llevada. No había nada de Georgia
Banks que fuera pecador.
Entonces hubo un grito, y Bernie Wilcox fue volando hacia el cielo. Él fue
el primero que cogieron aquel año. Vimos la sombra tras él, fuertes brazos
se envolvían fuertemente alrededor de su pecho, y las alas se extendían a
seis metros en el cielo.
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Nunca los veías bajar, pero siempre los veías volar hacia arriba. Algunos
contaban que tenía algo que ver con el peso extra, pero eran ángeles y yo
simplemente no los imaginaba encontrando las cosas particularmente
pesadas.
El cuarto año hubo otra celebración. Para entonces el Pastor Warren había
empezado a convencernos realmente de la Gloria. Bueno, a la mayoría de
nosotros. Así que esta vez intentamos algo diferente. Pensamos que tal vez
podíamos pensar dos pasos por delante, que tal vez si les dábamos
algunos individuos, al menos de esa forma podíamos tener algo de control
sobre la situación. Fue una celebración realmente extraña aquel año.
Tenías, de pie en el escenario improvisado, estos criminales condenados a
cadena perpetua o peor. Pero luego también tenías a los voluntarios, los
que querían la Gloria. Santos y pecadores podías decir, pero yo no podía
entender completamente por qué, cuando decidimos que los ángeles
estaban llevando a gente a la Gloria, por qué enviarías a pecadores. No
creía que ellos quisieran mucho a esa parte del escenario.
No lo quisieron.
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Dos
Traducido por Aяia
Mi madre me miró con esos ojos muy abiertos suyos. Esos ojos grandes y
azules que yo no había heredado.
—Riley…
—No vienen por mí. —En mi mente, nadie nunca se interesaba por mí.
Entonces: ¿está bien puedes ser más patética? En un intento de hacerla
sentirse mejor, me levanté y me acerqué a ella—. No vas a perder a tu hija
esta noche. No tienes que pasar ningunos preciados últimos pocos
momentos conmigo. —Obviamente no había forma de que pudiera saber
eso realmente, aun así…
—Tu madre solo tiene miedo por ti. —Mi papi. Siempre endosando el
miedo a mi madre. La cosa es que él estaba igual de asustado que
nosotras dos. Pobre pragmático profesor de física.
Papá se rio.
Supongo que desde lejos nos parecíamos bastante, pero de cerca te dabas
cuenta pronto que te habías equivocado. Ambas teníamos el cabello rubio
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pálido natural y ondulado, pero ahí era realmente donde terminaban las
comparaciones. Ella era alta, delgada, esbelta y elegante. Yo… no lo era.
Era, supongo, de altura media, más… redondeada. Madre siempre decía
que era curvilínea, como las glamurosas actrices de Hollywood en las
películas en blanco y negro. Las había visto. Esas actrices siempre
parecían grandes comparadas a los estándares de hoy en día. Está bien,
lógicamente sabía que los estándares de hoy en día eran estúpidamente
delgados, pero emocionalmente… mira yo era una chica adolescente
lidiando con inseguridades tanto como los demás.
Era agradable que mis padres se gustaran tanto. ¿Pero tenían que ser tan
adorables todo el rato? ¿Especialmente hoy? Sabía que no lo estaban
haciendo a propósito, pero verlos hizo que mi estómago se sintiera incluso
más vacío de lo que ya lo estaba. Tenía ese tipo de relación con Chris. Eso
era nosotros. Solo que no estábamos casados. O incluso saliendo. Pero a
punto. A punto.
—No voy a ir —dije otra vez, ahora desesperadamente luchando contra las
lágrimas.
—Entonces no vas a ir —dijo papi antes de que Madre pudiera decir algo—
. Tal vez nosotros tampoco deberíamos.
—Tenemos que ir. —La voz de Madre sonó delgada, con pánico—. Es una
regla.
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Madre me fulminó con la mirada. Sabía que había más en ello que alguna
estúpida ley de pueblo. Mi madre era bastante genial, pero se preocupaba
un poco demasiado por la reputación familiar. Siempre asumí que era una
cosa del sur, una excusa que ella me daba mucho, como si no lo supiera,
como si no hubiera vivido aquí casi toda mi vida. Su familia había estado
aquí durante siglos, y que ella se mudara y se casara con algún científico
del norte había sido un escándalo bastante grande en su momento.
Cuando nos trajo de vuelta aquí cuando yo era un bebé, tuvo mucho que
compensar. Añade a eso el hecho de que no íbamos a la Iglesia de los
Ángeles… la Toma era un evento importante en el que dejarse ver.
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ridículas, pero al menos con la Toma tenía la mano ganadora. Mis padres
me había visto llorar por Chris todo el año, y el aniversario de su llevada
no era exactamente algo que pudieran esperar que celebrara. Pero creo
que estaban preocupados por mí, por lo aislada que me había vuelto en los
últimos meses.
Pero.
Por supuesto, el hecho de que pasara lo mismo cada vez, y que seguiría
pasando, bueno, hizo falta un par de años para que la realización se
arraigara. Curiosamente, hicieron falta esos mismos dos años para que el
Pastor Warren se afianzara. Para cuando la mayoría de nosotros nos dimos
cuenta de lo serio que era el asunto, el Pastor Warren había conseguido
oficialmente su posición en la comunidad.
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Quitar el miedo de esa forma era una gran cosa. Sentirse a salvo… ¿quién
no quiere eso? También fue el Pastor Warren quien nos dijo que éramos
especiales, nuestro pueblo, por haber sido elegidos. Y a todo el mundo le
gusta sentirse especial.
Eso sí, todavía había unos pocos fuera de nuestro pueblo que seguían
creyendo, que todavía se mudaron aquí o al menos vinieron al final de
agosto para verlo por ellos mismos. Quiero decir, la gente intentaba sacar
fotos cuando la Toma ocurría, pero eran como las fotos del Yeti, borrosas,
desenfocadas. Incluso los pocos videos que habían sido grabados no se
veían mucho. Era difícil capturar lo que estaba pasando en video cuando
no sabías dónde iban a aparecer o a quién se llevarían. Incluso había un
par de páginas web devotos a la cosa de los ángeles. Uno contenía
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adoradores online del Pastor Warren y su iglesia. Otro intentaba explicar
que todo era una conspiración. Pero eran pequeñas páginas web hechas en
casa, y nadie importante se preocupaba por ellos. Los medios de
comunicación habían sido humillados, y querían olvidarnos tan rápido
como fuera posible. Así que en la mayor parte nos dejaban solos.
Si te vas…
Puedes irte de Hartwich. Puedes irte de Hartwich cualquier día del año.
Puedes irte de vacaciones. Puedes irte a la ciudad a cenar. Puedes enseñar
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física en Tulane en Nueva Orleans. Y si vienes de una antigua familia, si tu
madre tiene un estatus especial en la comunidad y es muy guapa, incluso
se te permite no asistir la Iglesia de los Ángeles cada semana.
Y eso es algo bueno. Recuerda, y siempre recuerda, los ángeles son una
cosa buena.
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Tres
Traducido por Aяia
Yo estaba vacía.
Sabía que se suponía que tenía que venerar a los ángeles, pero todo en lo
que podía pensar era en cuánto los odiaba.
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momento. Quiero decir, era el principio de algo. La promesa de algo más.
No pensé que la siguiente semana él no estaría.
La gente se reía de eso, me decía que todavía era joven y todo eso. Seguro
se sentían mal por mí después de que Chris fuera llevado. Todos me
miraban con ojos tristes. Pero después de un año, bueno, estoy bastante
segura de que todos pensaban que era hora de empezar de nuevo. Sabía
que su madre, padre y hermana, Sissy, no les gustaba mucho el hecho de
que yo pasé más tiempo en duelo por él que ellos. Pero nunca le
conocieron como yo. No habían pasado cada momento libre con él,
escalado el viejo roble, o sentado durante horas solo hablando sobre cosas
como lo habíamos hecho.
Habíamos sido amigos desde el primer día de la escuela a los cinco años.
Él fue quien me buscó. Nunca supe realmente por qué le gusté tanto en
aquel entonces, con muchas pecas y una masa de pelo amarillo. En
realidad, nunca estuve realmente segura de por qué le gustaba tanto en
general. Él era tan fácil consigo mismo, estaba tan cómodo en su piel.
Guapo, pero no demasiado. Solo el tipo de look fácil, normal, americano.
Cabello marrón suave y rizado, unos músculos ligeros que a medida que
crecía, se convirtieron en perfectos para jugar como quarterback. Bueno,
suplente. Probablemente habría llegado a ser el quarterback principal si no
hubiera sido… si hubiera llegado a ser de último año. Entonces mi novio
habría sido el quarterback. Yo habría estado saliendo con el quarterback.
Yo.
Excepto Chris.
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A él le gustaban mis chistes. Se reía de ellos porque eran graciosos. No
porque fueran “raros”. Lo cual era lo que la mayoría de la gente pensaba.
Fue asombroso.
Pasaría pronto.
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Mi madre ya se sentía mal por mudarse para estar con papá. Le encantaba
Hartwich, tenía una de esas conexiones especiales que tenía la gente que
tenía generaciones enterradas en el cementerio del pueblo. Se había
mudado porque había quedado embarazada fuera del matrimonio y sus
padres la habían desheredado. Aunque se hubiera casado con papá casi
seguido, no importó. Pero entonces, finalmente, dos años después, algo
pasó y contactaron con ella de la nada. Dijeron que querían llegar a
conocerme, dijeron que la echaban de menos. Dijeron que la familia es lo
más importante. Iban a venir para visitarnos por primera vez al norte
cuando el hombre que había tomado demasiados tragos cruzó la línea
media y chocó de frente contra su auto.
Fue una dura elección para ella. Pero simplemente no podía abandonar a
sus padres. No otra vez.
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—Perder el tiempo adentro de esa forma en una perfecta mañana de
domingo. Pudo apreciar mejor el milagro del mundo yendo a dar un paseo.
Sí que fuimos a la Iglesia de los Ángeles una vez, sin embargo. Los tres.
Incluso papá. Fue por curiosidad, por supuesto. Sé que papá pensó que la
Iglesia de los Ángeles sería algo pasajero, pero una vez que todos en el
pueblo comenzaron a recitar sus dogmas, comenzaron a entregarnos
panfletos y explicando la Gloria, bueno, la curiosidad sacó lo mejor de
nosotros.
Esa fue la primera vez que realmente logramos ver al Pastor Warren hacer
lo suyo. Era un hombre muy sudoroso, mucho más que la mayoría.
Parecía un poco debilucho, pero esa era yo proyectando mi opinión sobre
él. Otros simplemente dirían delgado. También estaba perdiendo su
cabello, intentando pretender que no. Llevaba un sombrero todo el tiempo,
incluso adentro. Sus ojos eran ojerosos. Muchas de las señoras del pueblo
le llamaban apuesto. Chris y yo simplemente pensábamos que era extraño.
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Casi nos morimos de la histeria cuando leímos que Sissy tenía un gran
enamoramiento con el Sr. Malone el profesor de álgebra.
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Cuatro
Traducido por Lizzie
P or el rabillo de mi ojo.
No me había dado cuenta de que lo había visto hasta que estuve dentro de
la casa, pero me detuve en seco, el corazón en mí garganta, cuando caí en
la cuenta. Mi mano estaba moviéndose sobre el interruptor de luz del
pasillo principal, pero lo pensé mejor y no la encendí.
Un segundo, eso es todo lo que tomó procesar lo que había visto. Menos
que eso, no es que pudiera contar nada. Una silueta negra. Enorme, más
de dos metros, supongo. Y alas. Por Dios que eran alas, abiertas
ampliamente en mi dirección.
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Se sostenía en dos pies como una persona, pero su cabeza no tenía la
forma correcta, el cuerpo demasiado amplio. Más cerca de un minotauro,
diría yo. Aunque sin cuernos, sin cabeza de toro. Bueno, no sé de dónde
vino la idea de un minotauro, pero se sentía precisa incluso si no era
verdad. Y, sí, sucedía que sabía lo que era un minotauro.
Todo en un segundo.
Santa Mierda.
Negué con la cabeza ante ese pensamiento. Santa mierda de hecho. Muy
santa.
Como he dicho antes, en mi opinión, la única razón por la que los ángeles
se manifiestan es porque quieren ser vistos.
Entonces algo cambió dentro de mí. Solo así. Nunca entendería qué pasó.
Todo lo que sé es que lo hizo. Sentada allí, en un rincón de mi habitación,
temblando y asustada y esas cosas, simplemente me pareció muy injusto.
Esta era mi casa, maldita sea. Este era el lugar en donde crecí, aquí era
donde creció mi madre, y su padre antes de eso. ¿Y esa criatura solo iba a
estar fuera de mi ventana y aterrorizarme? ¿Asustarme en mi propia casa?
Ya era bastante malo que esta cosa fuera responsable de asustarme cada
día de mi vida. Preguntándome y preocupándome por Chris. Me hizo llorar
casi todas las mañanas y me hizo insensible a casi cualquier otra cosa. Me
hizo bajar mis notas, afectó mi futuro. ¿Qué demonios hacía sentada
temblando en la esquina?
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Estaba cansada de él. Cansada de todo.
No.
“¿Ves esto? Es de la Guerra Civil.” Chris pasó el dedo sobre un agujero que
ahora era poco más que un surco, cubierto de musgo.
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Salté a la planta baja. Ya no sentía la necesidad de ocultarme. Hice mi
camino hacia el gabinete de las armas, lo abrí, agarré el arma. Luego fui a
la caja fuerte en el despacho de papi por las balas y la cargué. Se sentía
más pesada que la de Chris. Parecía más peligrosa.
¿Cierto?
Llegué a la puerta y seguí hacia la izquierda. Miré por la ventana, pero era
difícil ver en ese ángulo. Si yo iba a seguir adelante con esto, no podía solo
permanecer en el interior. A la cuenta de tres, entonces, a la cuenta de
tres abriría la puerta, apuntaría la escopeta y saldría. Ese era el plan. A la
cuenta de tres.
Uno.
Dos.
Tres.
Estaba afuera, una caliente cámara cargada en mis manos, antes de que
pudiera procesar la idea de girar la perilla de la puerta. Mi adrenalina
estaba surgiendo.
—¿Dónde estás? —grité. Tenía algo de nervios, por llamarlo así—. ¡Sé que
estás aquí, y será mejor que te muestres! —¿O si no qué?
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Obviamente, me estaba provocando. Probablemente de pie a dos metros de
mí, del tipo todo invisible y riéndose de mí. Debía parecer una maldita loca
allí de pie en la vieja camiseta de Columbia de papi, apuntando un arma
en la oscuridad del patio.
Fue entonces cuando empezaron los gritos. No mis gritos. Todavía estaba
lidiando con el problema del ángel invisible. No, los gritos a través del
bosque, al otro lado del río, y en la ciudad. Los gritos donde las luces
todavía brillaban por entre los árboles.
Sacándome de quicio.
—¡Muéstrate, tú hijo-de-puta!
Buen intento.
Eres extraña.
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Cinco
Traducido por Mari NC
Oh Dios mío.
No quería volver ahí fuera. No podía volver ahí afuera. Después de que
había disparado el arma y él había caído hacia atrás, alas extendidas
debajo de él, una en un ángulo divertido, bueno, después de eso, yo
simplemente corrí adentro. Reacción de lucha o huida. ¿Qué hay de la
reacción de lucha y luego huida? ¿Qué hay de la reacción: disparar a un
ángel en la cara y luego huir tan rápido como puedas?
“Maté a un ángel.”
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no estaba precisamente súper en forma ni nada. Podría conseguir la
carretilla del cobertizo, y lo único que tendría que averiguar era cómo
ponerlo en ella. Yo podría hacer eso.
Salí por la puerta trasera esta vez, tratando de evitar la escena del crimen
por el mayor tiempo posible. Bajé por el porche de atrás a lo largo del
camino del jardín al pequeño cobertizo en la parte trasera, lo abrí con la
llave escondida debajo de la tortuga de cerámica. Agarré la carretilla y me
abrí paso por el costado de la casa.
Un chico desnudo.
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Total y completamente desnudo. Tendido de espaldas. La cabeza
ligeramente inclinada hacia un lado, pero el rostro y todo absolutamente
allí, sin una marca para ser vista. Y había otras cosas absolutamente allí
también, más abajo, y me di la vuelta y comencé a entrar en pánico de
nuevo.
Bueno, perdóname, pero nunca antes había visto a un chico desnudo. Hija
única y todo eso, sin hermanos, y sí sé que tal vez debería haber sido un
alivio que yo no tuviera que preocuparme por la horripilante posibilidad de
no encontrar una cabeza, pero todo en lo que podía pensar era que tenía
que poner a este chico desnudo en mi carretilla, y si iba a hacer eso,
tendría que tocarlo.
Oh dios. No estaba muerto. Esa era algo bueno, ¿no? Yo no era una
asesina. Esto era algo bueno.
Pero, ¿qué demonios hago ahora? Tengo un ángel que perdió sus alas y de
repente es un chico desnudo en mi patio, y simplemente no sé cómo
explicarle nada de esto a nadie.
Necesitaba tiempo para pensar. Lo cual que realmente no tenía. ¿Cómo iba
a ganar más tiempo?
Miré a la carretilla.
Pensé en el cobertizo.
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Me agaché y lo levanté desde debajo de los omóplatos. Era un peso muerto
y estúpidamente pesado. Pero me las arreglé para deslizar mis brazos bajo
sus axilas y tirarlo a lo largo de la orilla del borde de la carretilla. Yo no
quería pensar lo que la tierra y piedras en la hierba estaban haciéndole a
su trasero, siendo arrastrado así. Me recordé a mí misma que a pesar de
que parecía un caliente chico desnudo, él era realmente un ángel hijo de
puta, ya sabes, como los que se llevaron a Chris, y luego ya no me
importaba cómo de raspado terminaba su trasero.
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Mamá se acercó a mí en un apuro y me atrajo en un fuerte abrazo. Su
barbilla descansaba sobre la parte superior de mi cabeza, y yo podía sentir
sus lágrimas en mi cabello.
—Estoy bien —le dije en su pecho. Pero podía oír su corazón latiendo y
sabía que necesitaba esto.
Abrió las tres tanto como permitían, y miró hacia el patio. Yo tenía la
esperanza de que no hubiera dejado ninguna evidencia detrás. Ella se giró
y me miró con una mirada final de escrutinio.
—Por supuesto.
—El año que viene creo que voy a seguir tu ejemplo y quedarme en casa.
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—Se llevaron a Jonah Richards.
Papá asintió. Era su turno para venir y darme un beso de buenas noches.
Luego desapareció, y yo estuve sola de nuevo.
Jonah Richards.
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Seis
Traducido por Celemg
Me lancé sobre el mismo vestido del día anterior. Realmente tenía tres
vestidos exactamente iguales que podría haber elegido, que es como
compro. Eso deprimía a mi madre. Éste aún colgaba sobre la silla y estaba
perfectamente bien para vestirlo de nuevo. Rápidamente tiré mi cabello en
una cola de caballo y me deslicé en mis sandalias antes de hacer mi
camino tan tranquilamente como era posible atravesando la casa para
salir al patio.
Había niebla tapizando el césped, y el aire ya era muy caliente. Era difícil
creer que la escuela comenzaba la semana próxima. Se sentía como si el
verano sólo estuviera empezando. Había sido particularmente lluvioso éste
año. Aunque todavía locamente caluroso. Mi sien ya estaba goteando de
sudor en el momento en que fui al cobertizo, aunque ésta mañana no creí
lograrlo con ese clima.
No oculto cosas a mis padres. Tengo una relación bastante buena con
ellos, más que muchos adolescentes, supongo. No es que no tengamos
nuestros problemas, pero estamos bien. En general. Nunca les oculté nada
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grande. Nunca les oculté algo como esto. Aunque no creo haber tenido
nunca éste problema en particular.
No había nadie.
A salvo y sola.
¿Debería despertarlo?
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violentamente tratando de levantarse y cayó más duro. Se volteó y me miró
de nuevo, moviéndose hacia mí.
El joven, por otro lado, pareció encontrar las largas tijeras que yo estaba
blandiendo ante él particularmente amenazadoras y las observó con obvia
preocupación. Asintió hacia mí y dijo:
Luego sonrió. Fue la primera vez que lo vi sonreír, y eso me derribó. Fue
de algún modo… impresionante.
Dijo:
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—La luz viene desde detrás de ti así. Puedo ver justo a través. —La sonrisa
se ensanchó.
—Yo…
No tenía idea de qué hacer, así que di un traspié más lejos en el cobertizo y
caminé a un lado hacia la oscuridad así no estaría iluminada desde atrás.
—¡No! —grité demasiado alto. Y para probar que “no” lo estaba, apunté mis
tijeras hacia él.
El joven bajó la mirada hacia sí mismo, y casi seguí su mirada hasta que
recordé que estaba totalmente desnudo, y luego entendí lo que quería
decir.
—¡Cállate, sólo cállate! —Podía sentir las lágrimas quemando mis ojos de
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nuevo. No era justo y me ponía realmente incómoda, y no tenía nada para
replicarle—. No tienes que decir cosas como esa, sólo detente.
—Cariño, soy el único que está atado, no sabe dónde está, que tiene una
chica loca amenazándolo privándolo de su virilidad, ¿y tú eres la única que
llora?
—¡Para de hablar, sólo para de hablar! —Me giré y miré fijo fuera del
cobertizo en el jardín. No podía pensar. No sabía qué decir. Ese no era un
comportamiento angelical, y yo estaba completamente derrumbada de
nuevo. No es que supiera qué era un comportamiento angelical. Debí
haberlo planeado primero, debí haber llegado con una lista de preguntas
así estaría preparada.
—Como diciéndome qué hago aquí, como llegué aquí en primer lugar.
—Está bien. Tú haces las preguntas, luego yo hago las preguntas, ¿qué
dices?
—¿Dónde está Chris? —Es todo lo que pude pensar, y es todo lo que
quería saber.
—¿Qué has hecho con él? —Podía sentir la rabia comenzando a nacer, y
mi voz comenzando a temblar.
—¿Estás loca?
—¡¿Dónde está Chris?! —Con un instinto que no sabía que tenía, abrí las
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tijeras, arrodillándome, y puse el borde de la hoja a lo largo de su cuello.
—¿Dónde estoy?
—¿Qué pasó con tus alas? ¿Qué pasó contigo? No te ves como cuando te
disparé.
—¿Me disparaste?
—¿Fallaste?
—No. No lo hice.
—No. No lo estoy.
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apetecible.
Sacudí la cabeza.
—¿Lo otro?
Él rio.
—¿Un ángel?
—Oye, ahora…
—Sí. Quiero decir, no los conozco bien, pero he visto lo que hacen, cuán
descorazonados son. Sé que no te detendrías ante nada para conseguir lo
que quieres.
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—Un chico.
—Hartwich.
—Mira, nací aquí, crecí aquí. Fui a la escuela aquí. Bueno, hasta que la
abandoné.
—¿Cuándo abandonaste?
—¿Por qué hiciste eso? Esa es la mentira más estúpida. Creo que te
recordaría si hubiéramos ido a la escuela juntos.
—Eso es lo que te estoy diciendo. Y aquí sólo hay una escuela. Usted,
señor, es un completo fracaso.
—¿Secundaria Hartwich?
—Por supuesto.
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—¿El Sr. Anders? No hay ningún Sr. Anders. Es la Sra. Johnson.
—No. ¿Ciencias?
—¿Estamos hablando del Sr. Hope cierto? Realmente alto, se mudó desde
Boston…
Ésta vez nos miramos fijo el uno al otro, y era bastante obvio que ambos
estábamos súper confundidos.
—No lo sé —respondí.
—Riley.
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—Riley. —Se desplazó un poco en el lugar. Supongo que tratando de
ponerse más cómodo—. Soy Gabe.
—Cállate.
—Eres un ángel.
—Si admites ser un ángel, entonces no, no puedo. Porque no confío en los
ángeles, y aún no acabas de responder mis preguntas.
Lo estaba.
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—Voy a ser un buen chico —replicó con una sonrisa—. Con una condición.
—¿Sí?
—Me traes algo de ropa. A menos, por supuesto, que te guste más así, y
entonces estoy bien con eso.
Fue mi turno de rodar los ojos. Bueno, no tenía opción, ¿o sí? No podía
dejar que él pensara que me gustaba mirarlo.
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Siete
Traducido por Jo
Casi entró en este para darle al jardín un último corte antes de irse, pero
lo detuve con una pobre excusa de querer estar con él, prometiendo que lo
podaría cuando él no estuviera. Nunca había tocado ese cortacésped en mi
vida, pero papá no recordó eso.
De hecho no me había molestado pasar ese tiempo con él, sabiendo que no
lo vería mucho en los siguientes meses. Papá se mudaba a Nueva Orleans
cada otoño cuando el semestre comenzaba en Tulane. Venía a casa en los
fines de semana una vez que las cosas se normalizaban. A veces nosotros
iríamos a verlo, hasta lo miraríamos enseñar. Así era como nos
comportábamos desde antes de que pudiera recordar. Parecía funcionar
para nuestra familia. Pero aun así no significaba que madre y yo no lo
echáramos de menos.
Papá se fue el lunes a primera hora. Para entonces, solo había tenido al
ángel en nuestro cobertizo por un día así que no había tenido tiempo para
notar la comida faltante. O sus jeans y una de sus camisetas blancas
faltantes. Y sus zapatos. Lo viejos que ya nunca usaba. Al menos esperaba
que ya nunca los usara.
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completamente dispuesta a dispararle (de nuevo). Tenía sentido, supongo.
Después de todo, él sí creía que yo estaba completamente loca. Así que era
bastante pasivo. Por supuesto, tenía que mantener mi vista en él todo el
tiempo mientras se estaba vistiendo, no podía darme vuelta en caso de que
se aprovechara de ese momento.
En fin.
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era casi tres veces más grande. Pero los dueños de las tiendas pronto
abrirían. Los conocía a todos. Pam, que trabajaba en la tienda de flores.
Dan en la vieja librería. George Smith Sr. que se encargaba de la oficina de
correo y George Smith Jr. que se encargaba de la licorería. Todos ellos.
Entré.
—Claro que sí. Déjame ir atrás, sin embargo. Todavía no estamos listos.
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graduadas.
—Mierda.
—¿Disculpe?
—Lo sé, lo sé… solo estaba… —Me giré hacia las fotografías—. Solo estaba
mirando las fotos.
—¿Sí?
—¿Quién, querida?
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—¿Qué hay sobre él, querida?
—¿Y tienen algún anuario de ese año? —la interrumpí demasiado ansiosa.
Creo que la asusté.
—En la biblioteca.
—Bien…
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investigación. Tenía sentido que nunca los hubiera notado antes.
—Aquí los tienes. Ahora Riley, ¿puedo solo darte tu horario y volver a la
oficina? Puede que otros estudiantes aparezcan.
Así que regresé al libro y comencé con los de primer año. Por supuesto que
los nombres estaban alfabetizados por apellido, lo que hacía más difícil las
cosas, ya que no sabía cuál era el de Gabe, pero podía ser muy sistemática
si lo necesitaba. Algo que había heredado por tener un papá científico.
Oh Dios mío.
Gabe McClure.
McClure.
Era él.
Bajé 1957.
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Pero no pude encontrarlo.
Y entonces recordé.
Lo que significaba…
Excepto que no era como si tuviera amnesia o algo, y no era como si fuera
un tipo que había estado en coma y despertado más de cincuenta años
después y no sabía qué año era.
Gabe se veía como el Gabe de las fotos. Excepto que su cabello no era todo
lindo y ordenado. Aparte de eso se veía como si todavía estuviera en
secundaria. Gabe no se veía como si estuviera… hice los cálculos… en sus
tempranos setentas.
Oh Dios mío.
Era viejo.
Oh Dios mío.
Así que robé el anuario y corrí a casa. Bueno, corrí y caminé, era un largo
camino a casa. Pero caminé realmente rápido cuando no estaba corriendo.
De todas formas, eso no importaba. El punto es que llegué a casa lo más
rápido que pude.
—Hola, cariño. —Era la primera cosa que siempre decía después de que
sacaba la mordaza de su boca.
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—Mi parte favorita del día. La parte en la que me alimentas. —La misma
broma. Solo que un poco más resentida ahora. Aun así le di algunos
puñados y él tomó un sorbo de agua obedientemente.
Pero Gabe solo sacudió su cabeza, y estuve aliviada. Realmente quería solo
soltarlo todo, todo lo que había descubierto, pero no estaba segura de
cómo lo tomaría. Si siquiera me creería. Eso es por lo que también había
traído un periódico de hoy con la fecha, mi anuario de cuando iba en
primer año, y mi laptop, todo todavía escondido en el bolso de la esquina.
Creí que pensaría que el computador era bastante genial. Bueno, al menos
yo lo haría, si hubiera venido del pasado.
No sabía dónde empezar así que solo hice lo que siempre hacía, dije
exactamente lo que estaba en mi mente.
Me dio la mirada que siempre me daba cuando creía que estaba loca.
—Claro que sí. Por qué. —No dijo “por qué” como una pregunta. Era más
como una amenaza.
La miró.
—Sí.
Era él.
Oh Dios mío.
—Bien, así que esta es la cosa entonces. —Me levanté y tomé el bolso, volví
y me senté frente a él—. Esta es la fecha de hoy. —Saqué el periódico y se
lo pasé a él.
51
Gabe puso el anuario a un lado, con dificultad, ya que todavía tenía sus
manos atadas, y tomó el periódico. Lo miró. Por mucho tiempo. Levantó la
vista hacia mí con esa mirada de nuevo, luego sonrió.
¿Qué?
—No, en serio lo es. Quiero decir, piénsalo. —Me acerqué hacia él, y él
levantó sus cejas—. Mencionaste que el Sr. Anders fue tu director,
mencionaste todos estos profesores de los que nunca había escuchado. Y
luego al Sr. Hope. El Sr. Hope que vino a la escuela mientras estabas allí,
pero se retiró mientras yo había estado allí. Todos tus profesores están en
tu anuario, y todos mis profesores —saqué mi anuario—, están en el mío.
Mira.
—Mierda.
—El Sr. Hope. Es mucho más viejo, pero es él. Es totalmente él. ¿Lo ves,
cierto?
—Yo… eh… traje esto para mostrártelo… creí que podrías pensar que es
genial... —Saqué la laptop y lo puse a un lado para que ambos pudiéramos
mirarla.
—Es un computador.
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—No… no lo hago… —Lo encendí. Mientras le mostraba a Gabe diferentes
características, cosas como el reproductor de DVD y algo de Photoshop,
observé su expresión. Estaba sorprendido. También parecía como que todo
podría ser un poco demasiado para él. Era probablemente bueno que no
estuviera conectada a la Internet, eso podría haber sido demasiado para
introducirlo. Esto tal vez no había sido una muy buena idea después de
todo. Lo apagué y lo puse a un lado.
—Ángeles.
—Sí.
—¿Acerca de ti?
—Sí.
Así que le conté la historia de nuevo. Esta vez con muchos más detalles,
tantos como podía recordar acerca de cómo se veía antes, acerca de
cuándo pasó todo. Cuando había terminado, solo se sentó allí, pensando.
53
cincuenta años que han pasado.
—¿Qué recuerdas?
—¿Dónde está tu casa? —Tenía una casa. Por supuesto que tenía una
casa.
—Al este. En el borde del pantano. Solo yo y mi ma… —Se detuvo—. Está
muerta.
—Sí, supongo que debería estarlo ahora, sí. Pero no. No, ella murió hace
un par de meses, es la razón por la que dejé la escuela. Bueno, una de las
razones.
Gabe se detuvo.
—Dejemos el tema.
—Dejémoslo.
54
pronto la magnitud de todo se enfocó para mí. Gabe había tenido una vida
en 1956… bueno, bien, si estaba diciendo la verdad acerca de quién era, y
solo parecía que estaba haciéndolo. Todavía había una parte de mí que no
podía creer totalmente en él. Había una parte de mí que pensaba que tal
vez este era un ángel tomando la forma de un chico de los 50s, a pesar de
que no tenía idea de por qué un ángel haría eso.
—Puede ser algo interesante. Darle una oportunidad a ser una persona
nueva.
—Supongo…
Me encogí de hombros.
—Supongo que podría ser algo interesante, sí. Pero creo que necesitamos
concentrarnos más en descifrar qué te pasó, ya sea si eres un ángel o no, y
más importante por qué hay gente siendo capturada.
—Toda esta charla de “nosotros”, querida. Pareciera que para mí, tú estás
tomando todas las decisiones.
—Gabe…
—Yo…
—Un día a la vez. Justo ahora, ¿tal vez podrías dejarme ir?
55
Bajé la mirada.
—Lo que es un poco basura porque pensé que los ángeles usualmente
eran considerados los tipos buenos.
—¿Y qué te hace tan especial, cariño? ¿Sabes algo que todos ellos no
sepan?
—¡Sí! —Me detuve—. Quiero decir. No. —¿Por qué dije eso?
—¿Qué sabes, muñequita? —Su voz era más suave. Él parecía creer que
sabía algo cuando no. No sabía nada. Solamente siempre había sentido
que algo estaba mal.
—¿A quién?
56
—Lo eres.
Gabe sonrió.
—Bien, mira. Si voy a dejarte ir, y no estoy segura de que lo haga, pero si
lo hago, entonces necesitas saber un poco acerca de lo que ha pasado en el
mundo desde que desapareciste.
—Buena decisión.
—Así que, ¿qué tal si paso el día contigo, y hacemos eso? Y entonces tal
vez mañana sabré qué hacer.
—¿Tengo elección?
—No.
Pasé el resto del día contándole tanto como pude. Fui a la biblioteca y
saqué algunos libros y videos. Tenía suerte de que normalmente era una
nerd en la escuela. A nadie parecía importarle que estuviera tan interesada
en historia actual. Le hablé y le mostré cosas acerca de la Guerra de
Vietnam, acerca de la Muralla de Berlín. Le mostré videos: hombres
caminando en la luna, el asesinato de JFK, hippies, marchas por los
derechos civiles, los derechos de las mujeres, todas las cosas de la Guerra
del Golfo. Acerca de cosas locales, también, y especialmente la Iglesia de
los Ángeles. Le mostré todo acerca de computadores y un par de escenas
de películas de efectos especiales. A él le gustaban los de dinosaurios:
57
—Se ven reales. ¡Cariño, eso es asombroso!
Entonces fue la hora de que fuera adentro para cenar y luego a la cama.
Después de todo, mañana sería el primer día de escuela y como que
necesitaba el descanso. Normalmente cuando había tenido un día loco, no
podía quedarme dormida. Tendría demasiados pensamientos corriendo en
mi cabeza. Pero hoy había sido casi demasiado. Mi cuerpo se apagó, y caí
dormida casi instantáneamente.
58
Ocho
Traducido por PaulaMayfair
Además, este era el primer año en que me sentiría preocupada por mis
calificaciones. Por lo general, eso era de lo único que no tenía qué
preocuparme. Pero debido a que mi promedio había caído el año pasado
59
por la llevada de Chris, estaba extra determinada a que todo volviera a la
normalidad.
Pero nunca había tenido a nadie realmente cerca. Nadie como en las
películas, alguien con quien compartes todo y tienes pijamadas. Me
culpaba a mí misma. Nunca había realmente querido dejar entrar a nadie.
Chris había sido el único, y desde que se había ido me cerré aún más, ni
siquiera hablaba con mis padres acerca de cosas de la manera que solía
hacerlo. No sé por qué. Supongo que realmente era así de desconfiada.
Como Gabe había dicho.
—Hola, Riley.
—Hola, Lacy.
—Lindo vestido.
—Gracias.
60
burlas de seguro. En todo caso, siempre estaba su cabello para burlarse.
Apestaba tener un cabello que se rizaba con nuestro clima húmedo. Hice
una nota mental para sentarme con Amber en el almuerzo hoy.
—Nada mal. Trabajé para mi padre durante la mayor parte. ¿Vas a la fiesta
esta noche? —Se apoyó contra la estantería y parecía abatida.
61
—Sí. No me han invitado.
—Pero no te preocupas por cosas como esa. —Hizo una pausa y suspiró
con fuerza. Entonces me miró con timidez—. Y apuesto a que te invitarían
si les preguntas.
—¿Me quieres para preguntar? ¿Para las dos? —No quería ir en absoluto.
De hecho, incluso si le preguntara, probablemente no iría de todos modos.
Amber sonrió, y sabía que era un sí. Con todo lo que había experimentado
en el último par de días, me sentía un poco demasiado vieja para todo
esto. Había cosas más grandes en la vida, cosas más importantes.
—Adivina.
—Hola, Lacy.
—Hola, Riley.
—Lo estoy. —Las otras chicas rieron. No sé por qué. Sólo hacían eso a
veces.
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—¿Puedo ir?
Lacy me miró.
—¿Sí?
—¿Perderla?
—Sí.
Ahora esto era una situación interesante que no había esperado encontrar.
A la mayoría de la gente no le importa mi vida privada, era tan aburrida.
No había pensado que tal vez la gente especulaba sobre lo que hacía en mi
tiempo libre. Supongo que había escrito virgen por mi frente en letras de
neón brillantes entonces. Sin embargo, no creía que actuara toda virginal.
Quiero decir, no usaba ropa blanca en la escuela ni nada.
—Oh, Dios mío —dijo, enganchando sus brazos con los míos. Eso fue
raro—. ¡Por fin! Quiero decir, honestamente, Riley, no eres tan fea. Esto
debería haber ocurrido mucho antes.
—Bueno...
—Está bien, vas a venir a la fiesta, y tienes que venir, porque tienes que
contarnos todo sobre eso.
Qué incentivo.
63
—Claro. Y Amber va también.
Dan, ¿mi compañero de laboratorio Dan? ¿El tipo que me miraba cada vez
que miraba a través de un microscopio como si fuera la cosa que estaba
siendo observada? ¿El chico que siempre parecía que estaba oliendo algo
desagradable? ¿El tipo que olía desagradable?
Imaginé que ahora estaba pensando que había sido un tipo casado viejo o
algo así. Pero fui salvada por la proverbial campana. Bueno, en realidad,
no en absoluto. Fui salvada por la literal campana, e hice una rápida
carrera para tomar el asiento que Amber estaba guardando para mí.
64
Nueve
Traducido por Lizzie
L o mejor sobre el primer día de clases era que siempre era un medio día.
Esto significaba que no tenía que soportar las miradas de reojo de Lacy
por mucho tiempo, o Amber yendo de un lado para otro sobre lo que iba a
usar. La campana sonó, y estuve fuera de allí como un disparo. Acababa
de estar íntimamente familiarizada con el poder de un disparo, sabía cómo
era.
Tomó alrededor de media hora caminar a casa. Era una de las desventajas
de vivir en una vieja casa aislada. Pero nunca me importaba, excepto
cuando el tiempo era muy malo. La mayor parte del tiempo era bueno para
pensar. Esta vez fue bueno para estar enojada conmigo misma.
Realmente.
65
fingimiento. Odiaba aún más que se había sentido un poco agradable
fingir ser interesante.
—Riley, es solo tu primer día de regreso. ¿Qué pudo haber pasado? ―Mi
madre, a pesar de su constante temor a la fatalidad y pesimismo, nunca
podía ver el mal y el peligro inherente en la escuela secundaria. La
secundaria había sido el mejor momento de su vida. ¿Por qué no habría de
ser así para todos los demás?
Algo bueno. No había nada bueno. Lo único que ella consideraría bueno
asustaba como el infierno.
Y entonces dio la vuelta en la esquina tan casual como podía ser, llevando
las mismas tijeras que había utilizado para amenazarlo un par de días
antes. En los jeans que le había dado. Pero sin camisa. Se la había
66
quitado, compartiendo ese muy esculpido torso suyo alegremente con el
mundo. ¿Por qué estaba tan a gusto en su cuerpo de esa manera, y por
qué se me ponía tan incómoda?
Más importante aún, ¿cómo diablos hizo para escapar del cobertizo y qué
demonios iba a hacer ahora?
No dije nada. No tenía nada que decir. Estaba casi paralizada por el miedo.
Razoné que tenía que ver con un peligroso ángel habiendo escapado de sus
ataduras, pero en el fondo sabía que estaba más asustada de mantenerlo
prisionero que de la cosa siendo revelada a mi madre.
—Ah.
67
—No hay de qué. —Ella se sentó de nuevo y le sonrió. Luego se volvió
hacia mí con exactamente la misma sonrisa, pero cambió un poquito a
una advertencia: Sé amable y responde a la ardiente ayuda contratada.
Maldita sea.
—Oh. Bueno, Lacy Green tiene una fiesta de regreso a clases todos los
años. —Crucé los brazos sobre mi pecho y me recosté en el banquillo.
—No lo creo.
—¿Sí, madre? —No pude evitar hacer hincapié en “madre” en esa manera
que realmente llegaba a ella.
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—Estoy segura de que Gabe no quiere ir. Solo voy porque no pude pensar
en una excusa para no hacerlo. Es realmente una multitud odiosa —le dije
a él.
—Bueno, tal vez, cariño, no soy tan crítico como tú. Me encantaría ir
contigo a la fiesta de regreso a clases de Lacy Green. —Sonrió
ampliamente, y podría haberle dado un puñetazo en la mandíbula por ello.
Aun así.
¿En serio?
Gabe había vuelto a recortar los setos, y era bastante obvio que estaba
teniendo el momento de su vida. Bajé los escalones, así que estaba de pie
junto a él. Mi miedo había sido sustituido por una bonita rabia familiar, y
me di el gusto de liberarla.
—¿Con qué?
69
—¿Cómo? —Vi las tijeras hacer lo suyo y me pregunté por un momento si
debería estar preocupada por mi seguridad. Pero no me sentía amenazada
por él.
—Me escapé y luego me di cuenta que no tenía a dónde ir. Así que solo
estuve allí de pie, como un idiota, y luego tu madre se presentó ahí
gritándome, tal madre, tal hija. Amenazando con llamar a la policía, por
eso dije que tu papá me contrató para hacerme caso de las cosas, pero que
cuando llegué al cobertizo de herramientas estaba cerrado. Así que tuve
que reventar la cerradura para abrirlo.
—¿En serio?
—En serio.
—Eso es…
Mi enojo fue amainando poco a poco. Incluso si todo era un truco, no pude
evitar sentir un poco de pena por él.
70
¿Qué?
—Yo... mira, todo esto es muy complicado, nuestra situación, lo que eres,
cómo llegaste aquí. Y simplemente no sé cómo podemos mantener todo en
secreto.
—Es un trato. Ahora en asuntos más importantes. ¿Qué pasa con la fiesta
de esta noche?
—¿Por qué no? ¿No crees que impresionarías a tus amigos si yo fuera tu
cita? —Él era todo sonrisas de nuevo.
71
—¿Qué es lo que te preocupa?
—No puedo hablar de eso... mira puedes venir a la fiesta, pero no podemos
ir juntos porque entonces la gente hablará.
—Déjalos.
Suspiró.
—Genial.
Se echó a reír.
72
—No te preocupes, estoy segura que te encontrarás con un montón esta
noche que van a sentir todo lo contrario.
73
Diez
Traducido por Kellylc
Si veías, la casa de Lacy también era grande. Pero la casa de Lacy estaba
sin defectos.
La última vez que estuve dentro de ella era una niña cuando nuestras
madres pasaban tiempo juntas. Habían sido amigas cuando eran niñas y
trataron de mantener la amistad cuando mi madre regresó a la ciudad.
Ellas habían intentado sólidamente, muchos años, pero eventualmente se
dieron por vencidas. Eran demasiado diferentes, probablemente había sido
desde el principio. Seguían actuando amablemente o como sea cuando se
reunían en funciones y esas cosas, pero es no hizo a la madre de Lacy más
predispuesta a extendernos invitaciones para las fiestas de su hija.
No es que me importara.
74
Bueno, siempre hay una primera vez para todo.
—Te ves bien —le dije mientras se acercaba a mí. Ella lo hacía. Estaba
usando esos pantalones muy muy cortos que solo se verían bien si
realmente tienes piernas delgas, y ella las tenía, y un top rosa brillante. Se
había tomado muchas molestias para poner en orden su cabello, y fue un
éxito relativo. De hecho, me hizo sentir un poco desaliñada. Yo estaba, otra
vez, vistiendo uno de mis vestidos veraniegos de algodón. Del tipo que
apenas llegaban debajo de la rodilla y ceñido a la cintura.
—No, nunca.
75
Amber se detuvo y me vi forzada a hacerlo también. Se veía realmente
emocionada de que le haya hecho la pregunta.
—Lo sé, loco, ¿cierto? —Amber estaba sonriendo a su pesar—. Mis padres
decidieron que lo necesitábamos para poder ser miembros oficiales de la
Iglesia de Los Ángeles este verano, como directamente de la nada, así que
están trabajando arduamente para reponer el tiempo perdido. Íbamos los
domingos por la mañana, claro. Y luego a las lecciones del Pastor Warren
en la tarde. Cada almuerzo que él y su esposa celebraron, estuvimos allí.
Incluso fuimos a la congregación el miércoles en la noche.
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—Amber, honestamente, suena cursi. ¿Quiero decir cómo sabes que él no
está simplemente actuando?
—Quiero decir que ella se suspendió del suelo por un momento. Incluso el
Pastor Warren estaba sorprendido. De hecho, se veía un poco enojado, en
realidad.
—Mira, como sea, no tienes que creerlo. Mi punto era que Brett siempre
estuvo allí y en esas cosas, y pasamos mucho tiempo juntos. Y una vez, en
la torre, incluso me dio un beso.
—Claro —le dije, pero me molestaba tener que estar de acuerdo con el
favor antes de que me dijera qué era.
77
—Sí, no hay problema. —¿Amber se emborrachaba? ¿Cómo…
frecuentemente?
—Gracias.
78
coqueteaban con él, bueno, digamos que pobre Padre Peter se sonrojaba
casi siempre de forma permanente. La Iglesia Católica no hubiera
aprobado eso. Si hubieran estado realmente interesados en nuestra
ciudad.
Verán, el Padre Peter fue enviado aquí porque ellos no enviarían a alguien
con la verdadera experiencia. Había salido recién del seminario cuando le
dieron su asignación. Había aparecido y se había dado cuenta que no tenía
mucho más que un rebaño que atender. Todavía tenía un equipo bastante
decente. Y una preciosa, si vacía, iglesia. Un pequeño apartamento justo
por encima de la heladería. Otra desafortunada coincidencia. A las niñas
les gustaban mucho las heladerías.
—Bien.
Él asintió.
79
—Debería de conocer a las jóvenes de su comunidad.
—Amber, tienes un buen punto. Pero creo que estoy llegándolas a conocer
muy bien a mi manera.
—Es muy lindo para ser sacerdote —dijo Amber volviendo a mi lado y
mirándolo también.
1 Lo que el viento se llevó: (Gone With the Wind) es una de las películas más famosas de
la historia del cine. Basada en la novela del mismo título de Margaret Mitchell.
80
No fuimos dentro de la casa, imaginando, que la fiesta estaba en la parte
de atrás.
En la piscina.
81
Once
Traducido por Little Pig
El resto de las chicas estaban sentadas al borde de la piscina, con los pies
colgando, riéndose tontamente cuando las salpicaban, o sino sentadas en
sillas de playa. Miré a Amber, quien parecía que iba a vomitar.
—Obviamente, ese era el punto. —Lacy pestañeo varias veces—. ¡Oh no!
No sabían, ¿o sí?
—Nop.
—Yo también —dijo Amber tan bajo, que estoy segura de que fui la única
que la escuchó.
82
—¡No sean estúpidas! ¡Vengan conmigo!
—Entonces —dijo Lacy dándose vuelta para mirarnos. Arrugó su cara para
demostrar lo que pensaba—. ¿Cuáles son sus talles?
83
—¿Tienes diferentes tallas? —pregunté rápidamente, así Amber no se
sentiría obligada a responder.
Se rio.
—En realidad no. Buen punto. Miren, pueden elegir cualquier cosa de este
perchero. Son todas cosas viejas. Y en la casa de la piscina de afuera hay
toallas. Les buscaré algunas.
Pude escuchar a Amber contener el aliento. Sí, pensé lo mismo. Era claro
que Lacy quería que fuéramos enfrente de todos sin ninguna protección.
Todo el mundo sabía que no había nada más reconfortante que una toalla
envuelta alrededor de tu cintura.
—Gracias —dije.
—No hay problema. —Lacy fue hasta la puerta—. Ustedes cámbiense y las
veremos afuera. —Sonrió por última vez y nos dejó solas.
—¿Qué?
—Mírate.
—Está bien, es verdad. Pero tus piernas son mucho más delgadas que las
mías. No quiero esto más que tú.
84
Es decir, miren todas las cirugías que se hacen cada año. ¿Pero tetas de
verdad? Esas no son divertidas. Si lo que te vas a poner no tiene cintura,
te ves gorda, y no puedes ponerte nada lindo, nunca. Siempre lucen
embutida. O peor. Verás, un adorable y lindo top se vería recatado y lindo
en Lacy. Si yo me lo pusiera, me vería indecente, como si fuera algún tipo
de conejita Playboy. Básicamente, las tetas grandes hacen que las
personas piensen que eres una puta.
Lacy tenía suficientes trajes de baño para abrir una tienda. Pero todos casi
no cubrían nada. Amber ya había tomado el que era medio deportivo y se
lo estaba probando, subiéndose la parte de abajo lo más que podía para
tapar su vientre, que no estaba tan mal.
Vi todos los trajes de baño una vez, y después me puse a verlos otra vez.
Me detuve en el rojo estilo halter. Tenía un poco más material que los otros
y la tira que iba alrededor del cuello era bastante gruesa. Tuve una idea.
Agarré el rojo, pero también el halter negro.
—Te ves genial —dijo Amber, y enserio creía que ella pensaba eso.
85
—No puedo hacer esto —dije, y me senté en la pequeña silla.
—No lo haces.
—Sí. Lo hago.
—¿Te molesta? No creí que lo haría. Es que son solo camisetas —le
contesté riéndome.
86
—Sí, como sea. Aquí tienen sus toallas. —Me dio dos toallas, y las agarre.
—Gracias.
—Sí, supongo.
—Bien, bien, bien —dijo una voz familiar—. Me pongo una camiseta y
miren lo que pasa.
87
Doce
Traducido por PaulaMayfair
88
Mientras cuidadosamente se la quitaba, me maravillé de lo bronceado que
se había vuelto en el transcurso de una tarde de trabajo en el jardín,
claramente no se puso protector solar, pero supuse que el cáncer de piel
no había sido un problema tan grande en los años 50. Riley, deja de mirar.
Pero no podía apartar la mirada, sus abdominales eran una maravilla, sus
hombros, sus brazos... y apuesto a que no iba al gimnasio ni nada, como
en los viejos tiempos. Al igual que Lacy, verse perfecto llegaba a él
fácilmente. La vida era tan injusta.
—Aquí, cariño, toma esto. —Y me dio uno de sus guiños rápidos. Se quitó
los zapatos y luego, con un poco de vuelo, se zambulló en el agua. Subió a
la superficie y apartó el cabello de sus ojos. Dio media vuelta, nadó hacia
el lado de la piscina y me miró.
—¿Quieres venir a nadar —preguntó. Negué con la cabeza, pero tenía que
admitir que me gustaba que me prestara atención. Me gustaba la
expresión del rostro de Lacy mientras lo veía prestarme atención.
—Riley.
89
Amber se quedó sin aliento.
Miré a Amber, que me miraba con los ojos abiertos. Sabía que no habría
dudado de esta manera. Pero no lo conocía como lo hacía yo. No conocía
sus trucos. Maldita sea, estúpido Gabe. ¿Por qué no podía sentirme tan
cómoda con él como él lo estaba conmigo? ¿Por qué era tan infantil? En el
fondo sabía cuál era mi problema. Él me asustaba como la mierda con esta
estúpida cosa del sex appeal que tenía.
Pude ver a Lacy hacer su camino hacia nosotros. No. De ninguna manera,
ella no iba a arruinar esto para mí. Tomé su mano, y me ayudó a ponerme
de pie.
—¿Qué?
—Oye, Riley, ¿qué está mal? —preguntó Lacy viniendo al lado de Gabe.
—Nada.
—¿Sí?
Mierda.
90
—Bueno, yo estoy bastante caliente —dije tratando de sonar confiada. Y
entonces me incliné, saqué la camiseta por encima de mi cabeza, y la dejé
caer en el suelo—. Pero tú puedes quedarte aquí si quieres. —Puse mis
manos en mis caderas y lo miré.
—De ninguna maldita manera —dijo con una amplia sonrisa. Me tomó la
mano de nuevo y me dirigió hacia el lado de la piscina—. ¿Lista?
—Mírate, toda fanfarrona —dijo Gabe, con esa voz baja que parecía
guardar solo para mí.
—Estaba caliente.
—Cállate.
—No.
—A mí no.
91
—Tengo que decir, los trajes de baño han cambiado un poco en cincuenta
años —dijo Gabe volviéndose hacia mí—. No es que me esté quejando.
Miré a mí alrededor. Lacy charlaba con Charlotte, pero sabía que estaba
manteniendo su atención en nosotros. Sin embargo, algunas de las otras
chicas eran descaradas en sus miradas. Incluso algunos de los chicos.
Me aferré con una mano, me volví y miré de nuevo hacia la piscina. Brett
salió a la superficie junto a Gabe, quien le dio los cinco. ¿Cómo los chicos
siempre saben cómo comunicarse unos con otros con tan poco esfuerzo?
Supongo que era fácil cuando con todo lo que tenías que trabajar eran
gruñidos y gestos de la mano.
Suspiré y me di la vuelta.
92
Trece
Traducido por Little Pig
—¡Eso estuvo genial! —dijo. Después se sentó y dejó que sus pies cayeran
dentro de la piscina, al lado de mi cabeza. Estaban perfectamente
cuidados—. Probablemente es porque perdiste tu virginidad. Los chicos se
dan cuenta de esas cosas.
—Quizás.
—Riley, tienes que tener cuidado —dijo Lacy, finalmente mirándome otra
vez—. Una vez que los chicos saben que lo hiciste, van a hacer todo lo
posible para que lo hagas con ellos. Te harán sentir que piensan que eres
especial. Y no lo eres.
93
—Gracias por la advertencia.
—Tómalo o no, solo te digo. —Balanceó sus pies para adelante y para
atrás—. ¿Vas a decir con quién fue?
Estaba lista.
—Podría, pero no te importaría. Fue con un chico que conozco desde hace
un tiempo en Rochester. Uno de los amigos de mi primo.
—Oh. —Lacy se mordió su labio inferior por un rato. Era una historia
bastante creíble. No había muchas personas en la escuela que supieran
mucho de mí y de mi familia. Lo que más sabían era que mi papá era del
norte y no era rico. La mayoría conocía a mi mamá, y eso era suficiente
para que no me observaran tanto. Así que lo de Rochester tenía sentido.
—Bueno Riley —dijo Lacy—, debería ser una buena anfitriona e ir hablar
con las otras personas también. No te lo quedes toda la noche. —Gabe iba
por su tercera bala de cañón.
—No creo que pudiera. Parece que encuentra saltar a la piscina más
divertido.
—Chicos.
Se levantó.
—Hablaremos después. Sigo queriendo los detalles. —Me dio una de sus
famosas sonrisas, y pensé que quizás pudo haber sido realmente sincera.
Pero no quería ir por ese camino. Era mejor nunca confiar completamente
en una persona así.
—¡Hola cariño!
—¿Quién? ¿Yo? —Me giré y alcé mis cejas, mientras Gabe nadaba hacia
mí.
94
—¿Quién más?
Gabe se rio.
Me sentí un poco avergonzada por hacer esa broma. Creí que sería
divertida. No pensé cómo le parecería a él.
—Eso fue horrible de mi parte. —Sonrió y flotó más cerca, apoyando una
mano en el borde de la piscina al lado mío. Oh Dios. ¿Yo estaba
coqueteando? Nunca sabía cuando coqueteaba. Decidí seguir como si nada
a pesar de las mariposas en mi estómago y su proximidad.
—¿Y te pusiste una camiseta? —dije—. Quiero decir, ¿qué pasó para que lo
hicieras?
—¿Discúlpame?
—Dije ¡basta! —Me solté con ambas manos y le tiré una cantidad masiva
de agua. Gabe paró y se puso a toser. Más que toser, era como si se
estuviera ahogando o algo.
95
—¿Estás bien?
—¿Seguro?
—Lo siento.
Por suerte, todos estaban concentrados en Gabe con sus jeans apretados y
mojados, así que pude salir de la pileta, secarme y ponerme la camiseta
sin ninguna risita.
96
—Oye, mira, Brett ha estado distraído por la piscina, no por las chicas.
Estás bien.
—Eso creo.
Lacy, como buena anfitriona, nos pasó a cada una de nosotras una
hamburguesa.
—Le importa, pero sabe que somos adolescentes, ¿cierto? Dice que prefiere
que lo hagamos bajo su techo donde sabe lo que estamos haciendo.
—Entonces, ¿has tenido alcohol en todas tus fiestas? ¿Desde hace cuánto
tiempo?
97
—Bueno, esta es la primera vez oficialmente… antes siempre hacía como si
no nos veía. —Lacy Sonrió. Después se giró en dirección a donde Gabe
descansaba en una silla rodeado por chicas y le dijo—: Gabe, ¿cerveza?
—Estoy segura.
Amber y yo nos fuimos hasta la mesa con los condimentos y las ensaladas.
Era obvio que su mamá se esforzó mucho en preparar esta fiesta, pero
para mí era esforzarse por algo estúpido, considerando lo rápido en lo que
los chicos se devoraban todo. Era como un truco de magia: “¡Miren como
desaparece la mesa de comida!”
—Oh, hola, Brett —dijo, su voz subiendo una octava y poniéndose un poco
más callada.
98
—No me convence, no sería muy práctico…
—Gabe es genial.
—Claro.
Esta vez nos quedamos en silencio porque no teníamos nada más que
decir. Miré a Amber, esperanzada de que tenía suficiente valor para mirar
a Brett a los ojos. Al parecer la parte de arriba de su cerveza era más
interesante.
—Oye, mira —dije—, espero que a ustedes no les importe, pero tengo
que… ir por allá… ahora. —Enserio no estaba hecha para esto. Por suerte,
no creo que Brett se diera cuenta de mi espectacular plan para que estén
solos.
—Sí, seguro.
—De acuerdo. Así que, me voy a ir a hablar con… —Miré al otro lado de la
piscina—… Eddie.
—Genial.
—Sí.
Bueno, eso había sido como arrancar dientes. Me alejé de los tortolos y me
uní a Eddie en el borde de la piscina. Eddie era el emo de la clase, popular
solo porque publicó un poema en una revista indie el año pasado. También
porque su papá era un fotógrafo libre que trabajaba para Playboy en los
ochenta.
99
Me senté al lado de él, balanceando mis pies en el agua y apoyando mi
plato en mis rodillas.
—Hola, Eddie.
—Hola.
De acuerdo…
—¿Podríamos no hacerlo?
—Genial.
100
Catorce
Traducido por Selene
R esultó ser que Eddie era la persona perfecta con la cual pasar una
fiesta en la piscina. Nos sentamos y comimos nuestra comida en
silencio, de vez en cuando hacíamos alguna observación sobre algo
irrelevante. Era agradable sentarse y ver como los demás se ponían cada
vez más borrachos. Bueno, en realidad no era agradable ver como todos se
emborrachaban, pero era agradable no estar involucrada. Amber y Brett
por fin habían sacado sus sillas de la sala y se sentaron juntos. Una vez
que comenzaron a hablar se veían como si en realidad se gustaran.
Estaba por mi cuenta. El sol casi se había puesto y las luces nocturnas se
encendían. A Lacy le resultaba hilarante que no pudiera encender las
antorchas y cuando Julia llegó a ayudarla, ambas colapsaron en un
ataque de risa.
Negué con la cabeza y miré a Gabe, que se besaba con una chica cuya
espalda no reconocí.
101
Un par de sillas abajo, Brett y Amber parecían estar inspirados por su
brillante idea y también comenzaron a hacer el tonto. Me di cuenta ahora
que el punto de vista del cual disfrutaba bastante hace un momento, se
había convertido de asientos de primera fila para algún tipo de fiesta de
pornografía leve, y me sentía un poco incómoda. Así que me puse de pie,
pero no me ayudaba mucho ya que no tenía un lugar a dónde ir. Me salvé
de la parálisis total cuando un grupo pasó rápidamente corriendo junto a
mí y dos chicos cayeron al agua. Salté a un lado para no mojarme con su
chapoteo y casi caigo a la derecha de Hannah, quien se lanzaba a la
piscina justo detrás de ellos.
De repente todos se dieron cuenta que había una piscina y esto era una
fiesta en una. Mike y Rob tomaron a Annie de sus piernas y brazos y la
arrojaron al agua. Protestó, pero no me sonó muy convincente, teniendo en
cuenta que sus argumentos consistían en nada más que risas. Luego,
estaba debajo del agua y ellos se acercaron por detrás. La mayoría de los
otros chicos se lanzaron tras ellos excepto Gabe, por supuesto, que seguía
teniendo un tiempo de amor con... Charlotte, evidentemente.
—Alguien se va a ahogar —dijo una voz detrás de mí. Miré y resultó ser
Lacy. Agarró mi hombro para mantener su equilibrio—. Son tan estúpidos.
—Tienes razón.
102
Realmente no sabía qué decir a mi respuesta, por lo que volvió a su
pensamiento inicial.
—Y Amber tiene gusto gravemente estúpido. ¿Le gusta Brett Warren? Ew.
Su padre es realmente espeluznante.
Eso fue un poco sorprendente. No había notado que otra persona sintiera
eso.
—¿Lo crees?
—¿En serio?
103
—Riley, entonces, qué tienes que decir sobre perderla —dijo ella.
Sentí pánico.
—Lo prometiste.
—¿Quién fue?
—¿Qué piensas?
—¿Sobre qué?
—Eso.
Oh… eso.
—Riley. —Agarró mis hombros con sus manos y me miró con seriedad.
—¿Qué?
Asintió.
—¿Qué cosa?
—El sexo.
104
—Está bien.
—Obviamente.
—Lacy...
—Lacy...
¿Quién diablos era Lacy Green? ¿Quién diablos era alguno de ellos?
Volví a ver a mis compañeros de clase. Algunos habían salido del agua,
ahora, dos de los chicos jugaban bruscamente de una forma que parecía
que en cualquier momento se convertiría en una pelea real. ¿Quiénes eran
estas personas? Había crecido con ellos, pero casi no pasaba tiempo con
ellos. Los conocía como una lista de características, pero eso era todo. No
sabía nada de ellos en absoluto. No realmente. Me sentía un poco estúpida
por eso. Un poco mal.
105
Por otra parte, no era como si alguno de ellos hubiera tratado de
conocerme.
—Hola, cariño.
Respiré hondo.
—Oye, Gabe.
Tengo que pensar que es solo un abrazo. Es solo un abrazo amistoso, nada
más. Cuando su barbilla golpeó mi hombro creo que morí un poco.
—No lo estoy —le contesté tratando de sonar casual—. Solo estoy cansada.
Odio las fiestas.
—Oh.
106
—¿Quieres ir a casa? —preguntó, estirando los brazos por encima de él,
los músculos de su torso respondían adecuadamente.
De acuerdo, todo el mundo sabe que está buena, pero no llegan y lo dicen
así.
—Oye, mira, te hice reír. —Gabe sonrió. Dio un paso hacia mí. Ahora podía
sentir el calor de su cuerpo irradiándome—. Nos hemos divertido haciendo
que todos se pongan celosos, ¿no?
Alzó una mano y empujó unos mechones de mi cabello que habían caído
delante de mis ojos detrás de mí oreja.
—Sí, lamento eso. Sentí como si lo hubieras hecho a propósito o algo así,
tratar de ahogarme, pero sé que no lo hiciste. He sido derrotado por un
bebé. —Miró hacia el caos de la piscina—. ¿Podemos irnos a casa ahora?
Los adolescentes son tan molestos como lo fueron en mis días.
107
Quince
Traducido por Selene
Pero la vía a casa de Lacy tenía un par de casas a lo largo del camino, así
que no era negro azabache. Y había una pequeña luna creciente en el
cielo. Se podía ver a varios metros hacia delante mientras caminábamos.
Aun así, caminar con Gabe se sentía bien. Una confesión que me dolía un
poco, como cuando caminaba con Chris. No es que él y yo tuviéramos
muchas fiestas de las que caminar juntos. Tampoco vivíamos juntos. No es
que Gabe y yo viviéramos juntos. No de esa manera. Se sentía cómodo,
como si nos hubiésemos conocido de toda la vida, de la manera en que
Chris y yo nos relacionábamos. Me hacía sentir segura. De la misma forma
que me ocurría con Chris. Deseé que esa molestia desapareciera,
dejándola a un lado traté de concentrarme en no caerme debido a la
oscuridad.
Él comenzó a cantar hacía unos cinco minutos. Me gustaba. Era algo que
disfrutaba cuando caminaba. Pero por mi cuenta. No delante de todos.
Creo que frente a la única persona que he cantado es Chris y solo porque
él me lo pidió. Me había atrapado cantando mientras caminaba a casa
desde la escuela un día que pensaba que estaba sola. Me había sentido
súper avergonzada, pero él había pensado que era impresionante.
108
Mae. Tenía una voz gutural increíble, un poco inquietante y cantaba
canciones de sus abuelos. “Las cantas para recordar” me había explicado
una vez. Eso había causado escalofríos en mi columna vertebral. Pero en
un buen sentido. Uno la sentía acercarse. La observabas al pasar.
Escuchabas la música disiparse cuando seguía su camino.
Gabe dejó de cantar, no pretendía que lo hiciera. Tenía una linda voz. Sin
entrenamiento, pero tenía la esencia sobre la cual trabajar. Era cálida.
—Está bien.
—Nope. Pero nunca creí necesitar llegar a tu casa antes. —Hizo una
pausa—. Es divertido. Ahora que pienso en ello. Creo que conocía a tu
abuelo.
—¿En serio?
109
—Vivía en tu casa, ¿verdad?
—Sí.
—¿Apellido, Fowler?
—Sí.
—Él estaba unos años después de mí en la escuela. Soy más viejo que tu
abuelo.
—¿Eran amigos?
Gabe se quedó en silencio. Así fue. Era una especie de enorme revelación
que conociera a mi abuelo. Aunque también era obvio. Había gente en la
ciudad que tal vez lo recordara. Pero todos ellos deberían ser viejos ahora.
Él debería ser viejo. Si no hubiera pasado lo que pasó. Debería ser viejo.
No podía ver su rostro, como dije, pero traté de todos modos, para
observar si podía hacerme una idea de lo que él estaba pensando. Algo
llamó mi atención. Un poco más allá de él, por encima de su hombro
derecho. Había algo blanco o quizás no, pero había algo de luz en la
oscuridad. Lo que la reflejaba era difícil de decir. Supongo que la luna
podría haber ayudado, pero...
—¿Qué es eso?
110
Gabe se volvió. Los dos nos quedamos mirando hacia atrás fuera del
camino.
—Riley —dijo obligado a seguirme una vez más—: No creo que esto sea
una buena idea.
Y luego me detuve.
Alguien me observaba.
3En el original se utiliza la palabra “tough” la cual tiene varias traducciones: resistente,
duro, fuerte.
111
Algo cubría su rostro, era una tela blanca delgada, pero no transparente.
La tela que envolvía su cara se agitaba suavemente detrás de él en una
brisa que no existía. Todo lo que podía ver era una huella de una cara, una
elevación para la nariz, huecos para los ojos.
No podía decir qué lo estaba alumbrando. Pero podía verlo claro como el
día.
No se movió. No hablo.
—¡Aléjate de ella!
Empecé a sentir frío. Lo cual no estaba bien. A pesar de que era tarde por
la noche, se mantenía bastante el calor en esta época del año. No había
ninguna razón por la que debería sentirme así. Pero el frío se arrastraba en
mí, filtrándose. Asentándose dentro de mí.
—¿Qué?
—Solo corre.
Se dio la vuelta.
—Obviamente.
112
Gabe no se detuvo, siguió corriendo, prácticamente me arrastraba hasta
que finalmente me derrumbé en el suelo. Obligándolo a detenerse.
Gabe se inclinó.
—¿Estás bien?
—No.
Luego desapareció.
113
—¿Qué demonios fue eso? —preguntó Gabe.
—Vamos a casa.
—No.
—Solo ángeles.
—Solo ángeles.
—¿Mintiendo?
114
—No sé a qué estás jugando, realmente no lo sé.
—Fuiste un ángel.
—No digo que no lo fuera. Solo estoy considerando todo lo demás, tal vez
no es tan loco que no recuerde ser uno.
Pensé en ello por un momento, luego suspiré. Tenía sentido. Fuera cierto u
otra cosa, tenía sentido.
Me eché a reír.
Suspiré de nuevo.
—Estaba pensando que lo que dijiste tiene sentido. Pensaba que todo lo
que ha pasado ha sido muy loco y cómo nada de esto debería tener ningún
sentido en primer lugar.
—No lo entiendo.
115
—No, lo sé, mi sentido de humor, es “extraño”. —Suspiré de nuevo—.
Vamos, casi estamos en casa.
Él no te pertenece, Riley.
Aparté mi frazada y fui hacia la ventana. Allí, justo donde Gabe había
estado hace solo una semana, había una figura vestida de blanco, pero
puede que no. No podía dispararle a este. No es porque mi madre estuviera
116
en casa, o porque hubiera aprendido la lección de la primera vez, no es
que disfrutara dispararle a cosas en la cara.
No. Era porque esta cosa, lo que fuera, me aterraba más que el Ángel que
Gabe era. De alguna manera, en el fondo, sabía que esta cosa, si yo
trataba de dispararle, se defendería.
117
Dieciséis
Traducido por MaryJane♥
En primer lugar, la gente decidió que ahora querían hablar conmigo, y por
“gente” me refiero a las animadoras. Realmente no entendía, sobre todo
con Lacy enojada conmigo por lo de la fiesta, pero quizás ella lo había
olvidado. O tal vez, y esto era lo que pensaba era más probable, ella quería
mantenerme cerca en caso de pudiera decirle a cualquiera lo que había
dicho. A veces incluso me invitaba a comer con ellos en el almuerzo.
Realmente no quería sentarme con ellos, pero no me importaba lo
suficiente como para armar un alboroto. Las cosas de las que hablaban
eran un poco estúpidas, pero lo bueno era que estaban tan ocupados
compitiendo entre sí que no parecían darse cuenta de que yo no lo hacía.
Excepto Lacy. Que siempre preguntaba mi opinión sobre algo que ella
sabía que yo no sabía nada. Como la ropa. Se me hizo un poco triste, de
verdad. Ahora que me di cuenta de que había más en juego con Lacy
Green de lo que pensaba, hubiera sido agradable haber tenido una
conversación real. Pero ella estaba más interesada en mantenerme en mi
lugar.
118
cuidar el lugar. Era cierto, solo que en el orden equivocado. Creo que
debido a quién era y cómo era, era fácil convencerlos de que no salíamos ni
nada, a pesar del espectáculo en la piscina. Además, las chicas estaban
más que dispuestas a aceptar eso como verdad sin demasiada evidencia.
—¿Por qué has vuelto a la escuela? Pensé que la dejarías —le había
preguntado el primer día.
—¿Y perderme toda la diversión? —Él se rio y pasó el brazo por encima de
mi hombro—. Además te extrañaría mucho, cariño, te vas todo el día.
Era halagador y falso. Claro que era adorado por todas las chicas de la
ciudad, ya había varias citas concretadas ese primer día. Y, bueno, él
pasaba por un buen momento, pero yo sabía que no era solo eso. Vi la
forma en que se concentraba en su tarea, sentado a la mesa de la cocina
hasta tarde, y yo como que pensaba que había otra motivación. Como
había dicho en el cobertizo, algún tipo de segundas oportunidades.
119
Él incluso habló como probablemente lo haría un muñeco Ken.
—Como tú.
Pero, como todo el mundo, papá cayó bajo el hechizo de Gabe al instante.
Y llegó a afirmar que recordaba contratar a Gabe, o por lo menos haber
tenido una conversación con Bill Rogers sobre la necesidad de ayuda y
suponer que él nos había enviado a Gabe. Realmente esperaba que papá
no quisiera entrar y agradecer a Bill por enviarlo en nuestro camino. Pero
no lo hizo. Estaba demasiado distraído saliendo con su nuevo inquilino y
trabajando en la casa juntos.
Todo el mundo, excepto yo. Para mamá se volvió como un sobrino perdido
hace mucho tiempo, o algo así; para papá un nuevo compañero de juegos.
Para los chicos en la escuela alguien de quien chismorrear. Pero yo, que
120
sabía lo que era y de dónde era, tuve que aguantar sus guiños que solo yo
parecía captar y esos brazos estúpidamente perfectos y mandíbula
cuadrada, pasaba la mayor parte de mis días con el estómago en nudos.
—Hola, cariño, es seguro que abras los ojos. Además, no es nada que no
hayas visto antes... —Yo podía oír la risa en su voz.
¿Tenía que seguir recordándome que lo había visto desnudo? Abrí los ojos
y traté de no estar totalmente distraída mirando a Gabe con la toalla
envuelta alrededor de su cintura. También traté de no mirar ese torso
perfecto todavía mojado de la ducha, con el cabello peinado hacia atrás, y
los ojos brillando intensamente por mi incomodidad.
121
—Solo quería lavarme los dientes. —Me encogí por dentro. Cepillándome
los dientes no era realmente la imagen que quería que él tuviera de mí.
Cepillé lo más rápido que pude, escupí cuan delicadamente me fue posible,
y tomé unos tragos apresurados de agua.
122
Diecisiete
Traducido por Jo
123
Deja de pensar, me dije mientras las lágrimas se acumulaban. Tú sola
estás haciendo esto, puedes detenerlo. Limpiándome una lágrima, reuní
mis libros y los lancé al rincón. Luego me puse una de mis camisetas
grandes y me recosté encima de las sábanas, doblando mis manos sobre
mi vientre.
Pero no estaba allí. Esa extraña figura blanca pero no, no estaba allí.
Debería haber estado aliviada, pero no lo estaba. Tal vez la cosa fantasma
no estaba de pie fuera de mi ventana, pero aun así estaba totalmente
fresco y eso me asustaba.
124
La manta ayudaba un poco y me sentí más cálida. Una vez más intenté
dejar ir mi mente, pero esta vez fue más difícil. Ahora no era una cosa de
chicos. Era una cosa de aterradores fantasmas. Las funciones lineales no
iban a distraerme de eso. Cerré mis ojos con fuerza e intenté concentrarme
una vez más en la brisa soplando mi flequillo y esas cosquillas en mi
frente.
Una figura de blanco estaba a los pies de mi cama, su cabeza cubierta con
un velo. Mirándome. Y una brisa aparentemente soplando la tela
presionaba su rostro, dentro y fuera.
—¡Santa mierda!
¿Qué estaba haciendo allí? ¿Cómo había aparecido allí? Ahora deseaba
que estuviera de pie afuera de mi ventana. Podía manejarlo afuera de mi
ventana. De cerca, en mi cuarto, no, eso no era bueno. Eso no era bueno
para nada.
—Vete —dije en voz baja, más para mí que nada—. Por favor, solo vete.
Él no te pertenece, Riley.
Yo quería quedarme bajo las sábanas hasta que se fuera, pero podía
sentirlo esperando, casi con paciencia. Sabía que no iría a ninguna parte
hasta que me enfrentara a él. Reuní fuerza y salí la frazada lentamente por
lo que solo mis ojos quedaron al descubierto.
125
Todavía estaba allí de pie, inmóvil, a los pies de mi cama.
Él no te pertenece, Riley.
La voz dentro de mi cabeza era más tranquila esta vez, más agradable. Me
hacía sentir un poco más valiente.
—¿De qué estás hablando? —pregunté. Bueno, más como que chillé.
Él no te pertenece.
—¿Estás hablando sobre Gabe? —Es decir, asumí que eso era a lo que se
refería la figura desde el principio, pero no entendía qué tenía que ver a
quién le pertenecía.
Sí.
Bajé un poco la manta. Me estaba sintiendo tan extraña. Fría por todas
partes, aterrada, y al mismo tiempo un poco mareada. Nunca me había
sentido mareada. Ni siquiera en el calor del verano.
Bien.
—¿Pero por qué me dices eso? Me refiero a que suena como si él realmente
le perteneciera a alguien por la forma en que lo dices.
Sí, él lo hace.
¿Sí, él lo hace?
—¿A quién entonces? —La figura en frente de mí estaba borrosa, pero eso
era porque mis ojos estaban medio cerrados. O tal vez la figura realmente
se había vuelto borrosa.
126
—El Círculo de los Siete. Bien. Genial. —Cerré mis ojos. El Círculo de los
Siete. ¿Qué demonios era eso?
El frío permaneció.
127
Dieciocho
Traducido por Lizzie
Había una parte de mí que pensaba que podía manejar la cosa del
fantasma apareciendo si eso significaba que iba a decirme algo sobre el
Círculo. Pero tenía que admitirme a mí misma, que siempre me sentí
aliviada cuando no se presentó de nuevo.
Busqué en Google.
Pero nada ocurrió. Bueno, estaba una banda que lo tenía como nombre,
un montón de clubes también, y estaban estos pintores canadienses de la
década de 1900 que se habían llamado a sí mismos el Grupo de los Siete.
¿Pero Círculo de los Siete y ángeles?
Nada.
128
Así que pensé que el siguiente paso lógico era tomar lo realmente grande.
Lo que yo había estado evitando desde hace más de un mes. Ir a la
Congregación. No tenía las agallas para hacerle al Pastor Warren alguna
pregunta uno-a-uno acerca de los ángeles. Había algo dentro de mí a lo
que no le gustaba la idea de revelarle que yo podría saber algo más acerca
de los ángeles que el resto de la ciudad no sabía. No lo necesitaba
husmeando en mis asuntos privados.
Supongo que podría haber ido por mi cuenta, pero egoístamente quería
que Gabe fuera conmigo. Realmente no quería ir sola a la Congregación.
También debido a su extraña reacción a la cosa fantasma después de la
fiesta en la piscina, pensé que tal vez algo así podría ocurrir en la
Congregación también. Tal vez algo le refrescaría la memoria.
—Hola, cariño. —Se limpió las manos con un trapo, un trapo muy similar
al que le había metido en la boca hace varias semanas.
—Hola.
Dwight le dio asentimiento con la mano desde debajo del capó de la vieja
camioneta de Wade Wright. No sabía mucho sobre carros, pero conocía la
vieja Ford destartalada de Wade. La gente se asociaba con sus vehículos
aquí. Algo así como la forma en que algunos perros se parecen a sus
dueños, la gente de aquí empieza a parecerse a sus carros. Y si había algo
que estaba más destartalado que la Ford era Wade.
129
Caminamos a través del garaje a la parte trasera. El sol se sentía muy
caliente hoy, más aún en el polvoriento estacionamiento cerrado.
—Revísala.
—En la parte trasera. Dwight tenía está bebé escondida detrás de todos
estos neumáticos. Ni siquiera él sabía que la tenía.
Tenía sentido. Los hijos de Dwight eran famosos por recoger basura de
todas partes y dejarla caer en el patio de chatarra de su papá. Era como
una compulsión. No estaba segura de si realmente hicieran algo con ella.
—Es... genial.
—¡Oye!
—No, no sé.
Muy bien, así que era algo nostálgico para él, podía entender eso.
—No tengo idea. Solo sé que alguien fue un completo idiota por deshacerse
de esta cosa.
—Bueno... es chatarra.
130
—Oh, muñequita. —Gabe se aferró a su pecho melodramáticamente y se
tambaleó hacia atrás—. Es hermosa. Mira esos huesos. Todo lo que
necesita es un poco de brillo, un poco de amor. Estará ronroneando en
muy poco tiempo.
—Sí —le dije—, aferrándome a ti para salvar mi vida. Llorando como una
bebé. Realmente estupenda.
Dwight suspiró.
—Ese tipo tiene un infernal reloj interno. —Se volvió hacia mí—. ¿Qué
pasa?
—Cariño…
131
Sabía lo que iba a decir. Había sido bastante obvio desde que la escuela
comenzó que no estaba tan interesado como yo en la investigación de la
locura que era nuestra vida.
—Gabe, por favor. Quiero decir. No arruinará tu diversión, y solo creo que
es mi turno. Has tenido tu oportunidad en tu segundo intento para vivir a
lo grande. Pero hay todavía un misterio, y no eres el que está siendo
acechado... —Mierda, no quería decir eso. Sigue hablando, tal vez no se dio
cuenta—. E... incluso si no te importa por qué estás aquí, solo quiero saber
qué pasó con Chris, Gabe. ¿Por favor?
—¿Cosa?
—Sí, claro —le dije a la ligera—, está fuera de mi ventana a veces. —Y a los
pies de mi cama. Pero sí, no necesitaba compartir eso con él.
132
Él negó con la cabeza. Sí, sabía lo que estaba haciendo.
—Claro. Por ahora. Pero, ¿quién sabe qué pasará cuando ocurra de nuevo
la Toma? ¿Y si pudiéramos entender todo esto antes de que llegue la
segunda ronda? ¿Y si en lugar de un año de holgazanear, tuvieras un año
de trabajo seguido por años y años de diversión?
—La planificación puede parecer aburrida, pero tiene sentido. Sabes que
tiene sentido.
Gabe suspiró.
—Por favor.
—Gabe.
133
—¿Me ayudarás a investigar?
—Gracias.
—Ven aquí.
—No.
—Lo amas.
134
Diecinueve
Traducido por *Celemg*
Aumenté mi ritmo y luego fui lento de nuevo. Estaba pasando por la Iglesia
Católica. Realmente no había notado que caminaba derecho a ella. Cuando
vives en un lugar la vida entera, realmente no notas cosas que ya están.
En este caso, la Iglesia Católica, en mi mente, tenía más que ver con ser
blanca y tener un campanario que rompía la línea estable de azoteas
rodeando la plaza del pueblo que con ser realmente, ya sabes, una iglesia.
Pero esta vez me di cuenta. Me detuve al pie de las escaleras y miré hacia
la vitrina en la que el Padre Peter sumisamente pondría boletines como si
alguien los leyera. Pensé por un momento. No confiaba en el Pastor
Warren lo suficiente como para preguntarle “Oiga, Pastor, El Círculo de los
Siete, ¿qué pasa con eso?” ¿Pero el Padre Peter? ¿El dulce y tranquilo
Padre Peter?
Bueno ahora, esa era una idea bastante interesante. Y había ángeles en la
religión Católica, después de todo. Quizás él sabía algo que yo no.
Sonreí para mis adentros, como deseando que realmente fuera un dicho.
No podía recordar la última vez que había estado en la iglesia. Parecía más
pequeña de lo que recordaba. Supongo que no era necesario que fuera
grande, pero comparada especialmente con la Iglesia de los Ángeles, se
veía casi como una idea de último momento. Lo que no tenía sentido
135
porque, por supuesto, había estado mucho más tiempo antes que la Iglesia
de los Ángeles.
El Padre Peter estaba sentado en uno de los bancos del frente. Era el único
adentro y me oyó entrar. Se volteó, guarneciendo su brazo izquierdo en el
respaldar del asiento.
Buena pregunta.
—Hola, Padre.
—¿Sí?
—Ángeles.
—Ángeles.
—Sí.
136
—Es… bien, mire. ¿Puedo preguntarle algo sin que usted me pregunte por
qué se lo estoy preguntando o dónde oí eso? Como, ¿Puedo sólo preguntar
y si usted tiene alguna información sobre algo y usted sólo responde la
pregunta?
—Absolutamente.
—¿Promesa?
—Promesa.
—Está bien. —Me sentí tonta, como si no pudiera preguntarle. Estaba lista
para hacer la segunda pregunta y ni siquiera dije nada.
—Sí.
Suspiré.
—Oh.
137
—Bien, entonces, Padre Peter, de nuevo, esto que sigue que voy a decir no
puede preguntarme por qué lo pienso, ¿está bien?
—Seguro.
138
Seguí la mirada del Padre Peter hacia la lánguida escultura de Jesús en la
cruz sobre el púlpito.
Pensé que no era prudente quedarme más. Las cosas se estaban volviendo
de un modo personal, y no quería hacer sentir más incómodo al Padre
Peter.
139
—Voy a irme ahora —dije tranquilamente. Me levanté e hice mi camino
sobre el suyo.
Me giré.
—No lo creo, siendo que no tengo idea de lo que significa esa palabra.
—No, ángeles. No… eso que usted dice. ¿Qué es esa cosa que usted dice?
El Padre Peter caminó hacia mí y una vez más señaló que me sentara. No
sentamos en bancos opuestos, uno frente al otro cruzando el pasillo.
—Nephilim.
—Sí.
—¿Estás bien?
140
—Eh, sí.
Él asintió.
—¿Padre?
—No sé por qué no se me ocurrió antes, quizás porque nunca había oído
del término Círculo —hablaba lentamente, como si estuviera formando las
palabras mientras las articulaba—. ¿Has oído de los Arcángeles, cierto?
—Bien.
—Pero, Riley, hay siete que son considerados los más poderosos.
—Siete Arcángeles.
—Sí.
—Santa mierda.
—Riley.
—Lo siento.
4
DEs: Directores Ejecutivos.
141
—Pero no poseen ángeles. Creo que eso es lo que me confundió. Los
ángeles no son poseídos.
Siete poderosos Arcángeles. Siete que les dicen a otros ángeles qué hacer.
Quizás la cosa de pertenecer tenía que ver más con una cadena de mando
que con una propiedad real. Eso me hacía sentir mejor. No me gustaba la
idea de nadie apropiándose de nadie, especialmente no de Gabe.
Estaba también curiosa sobre los Nephilim, sólo porque nunca lo había
oído antes. Y, está bien, también quizás porque tenía curiosidad sobre los
humanos teniendo relaciones con ángeles. Aunque entre más lo
investigaba, más me daba cuenta de que quizás el acoplamiento de un
ángel y un humano no era tan probable como pensaba. Resultó que eso
era sólo una teoría también para lo que los Nephilim eran. Otros
investigadores especulaban que los Nephilim eran gigantes y que harían
caer los corazones de los hombres, como un fallo, cuando veían a uno de
ellos. Y aún otros pensaban que su altura era una metamorfosis de sus
habilidades guerreras. Había mucho misterio alrededor de ellos y no
demasiadas referencias.
5
Libro de Enoc: O Henoc. Es un intertestamento de la Biblia de la Iglesia Ortodoxa
Etíope, el cual no es aceptado por las demás Iglesias Cristianas.
142
Congregación, y quizás eso sería arrojar algo más de luz sobre quién era él,
y luego quizás, sólo quizás, yo estaría más cerca de descubrir dónde
habían llevado a Chris.
143
Veinte
Traducido por Kellylc
—Jesús, Mamá, sólo déjalos tranquilos, ¿de acuerdo? Yo fui la que los
invitó.
144
—Esto es una mentira, Riley —susurró Gabe en mi oído. Puse una mano
en su brazo.
Me di cuenta de que la última vez que había estado allí fue la primera vez,
cuando Chris y yo habíamos hecho la colecta de todos los oscuros pecados
afuera. El recuerdo me golpeó fuertemente. Podía sentir el nudo en mi
garganta y las lágrimas en mis ojos. Me obligué a calmarme. No había
tenido ese sentimiento de falta por Chris hace tiempo.
Y entonces me sentí aún peor. Durante todo este tiempo con Gabe, a pesar
de que me dije a mi misma que iba a averiguar lo que había pasado con
Chris, aún había sido una distracción para extrañarlo. Chris se había
convertido en algún tipo de idea, y no era eso. Era una persona. Mi mejor
amigo. Posiblemente el amor de mi vida. Me sentí tan culpable que no
pude contenerme. Las lágrimas lograron encontrar su camino hacia
afuera, afuera y abajo por mis mejillas.
Gabe lo notó.
145
—Hey, cariño, ¿estás bien?
Miré a Gabe que no parecía contento con lo que había acabado de suceder,
y se movió protectoramente hacia mí.
—Uh… gracias —le dije al Pastor Warren—. Sí, supongo que estoy un poco
abrumada.
—Por supuesto que sí, Señorita Carver. Has venido aquí en contra de la
voluntad de tus padres, y ésta sala provoca admiración. Puedo entender tu
reacción.
Claro, así que evidentemente el Pastor Warren tenía una opinión acerca de
mi familia.
—¿Sí?
—Muchos recién llegados que no han experimentado una Toma pueden ser
escépticos. Venir a un sermón los pone en comodidad. La Congregación es
una experiencia emocional muy profunda, incluso los seguidores
verdaderos lo pueden encontrar aterrador.
146
—No me asusto fácil. —La voz de Gabe sonó fuerte. Nunca lo había
escuchado hablar de esa forma en particular. Se escuchaba
verdaderamente enojado, frustrado, pero no… malvado.
—Ambos son bienvenidos, claro, claro. —Parecía que sentía que sus
funciones de bienvenida estaban atendidas porque flotó junto a nosotros
para saludar al Señor George Smith y su hijo sin perder el ritmo—. ¡Los
Smiths! Bienvenidos de nuevo, caballeros, bienvenidos…
147
había sido solicitado personalmente por el Pastor Warren para ser su
mano derecha. Sí, él no estaba feliz con eso.
—Sí, Pastor. —Miré hacia ella mientras bajaba la mirada. Parecía tan
recatada aquí, tan piadosa. Es difícil pensar que era la misma chica que
había visto chupar la cara de Brett Warren, que sostenía la mano de su
padre que parecía igual de virtuoso. Eh, supongo que está permitido
succionar la cara y también venerar a los ángeles, a menos que por
supuesto no lo hagas. Yo realmente no conocía las reglas, para ser
exactos.
148
—Gracias, Amber. Ahora es el momento de las narraciones. ¿Tiene alguien
una historia qué compartir?
—Yo la tengo, Pastor Warren —dijo Anna Brown mirándose más enfermiza
de lo usual.
—Anna.
149
Y entonces empezamos a respirar. Bueno, era lo que el Pastor Warren
llamaba meditación, pero no estaba convencida.
Nos dijeron que cerráramos los ojos, y, bajo la instrucción del Pastor
Warren, que tomáramos tres respiraciones profundas. Todos hacían un
gran show al tomar estas tres respiraciones. Fueron ruidosos, y cada
exhalación salió como un profundo suspiro. Luego el Pastor Warren dejó el
círculo —sabía esto porque tuvimos que movernos un poco para hacerlo de
nuevo— y nos dijo que continuáramos respirando al unísono. El ritmo que
el grupo había escogido era más rápido de lo que normalmente respiraba,
y me encontré a mí misma sintiéndome un poco mareada.
Noté otros sonidos también pero no venían de nosotros. Eran esos mismos
sonidos que recordaba haber escuchado una vez cuando íbamos a la
Iglesia. Extraños, un tipo de sonidos aterradores. Es sólo el viento, me dije
a mi misma, es sólo el viento. Pero no sonaba como el viento… sonaba…
como voces. El Pastor Warren tocó mi espalda. No sabía qué hacer. El
unísono de la respiración jadeaba ahora. Si realmente le ponía mucha
energía pensaba que iba a desmayarme. Ah, que se jodan. Solté las manos
de Amber y Gabe y me detuve. Dejé de respirar con todos los demás,
150
dejando de jugar el juego. Y abrí mis ojos y me volví hacia afuera del
círculo.
El resto abrió sus ojos por mi reacción. Miraron al Pastor Warren con
asombro. No era la única que estaba visiblemente aterrorizada. Eché un
vistazo a Gabe que parecía molesto, preocupado. Me miró. Luego ambos
observamos como el Pastor Warren cayó pesadamente en el piso.
151
Veintiuno
Traducido por Selene
Pero a medida que la semana pasaba sentí algo en mi interior. Algo que me
dijo que no estaba bien. Tal vez fue la manera en que el Pastor Warren se
deleitaba con la atención. Tal vez fue porque realmente no parecía
sorprendido o al menos, temeroso por lo que pasó. Tal vez fue porque en
realidad parecía simplemente petulante.
152
Lo encontré mientras cerraba la iglesia y se dirigía a su camioneta. Parecía
sorprendido de verme y me dio una extraña mirada.
—Le expliqué todo al periódico, querida. ¿Por qué no le das una lectura? —
Sacó su pañuelo y se dio unas palmaditas en el labio superior. No estaba
particularmente caluroso, pero ahora que lo pienso, nunca había visto un
momento en que no sudara.
—Lo hice. Es solo una pregunta rápida. —Cuanto más hablaba, más
estúpida me sentía al venir a hablar con él.
—¿Qué dijeron?
—Oh. —Pero mire, Pastor, cuando Gabe era un ángel simplemente habló
conmigo, dejando mi alma fuera de esto—. ¿Por qué lo levitaron? ¿Por qué a
usted, en primer lugar? Y, ¿por qué Mirabel antes de eso? ¿Qué significa
todo esto?
153
me conoció por primera vez, ni una mirada de frustración. Era la mirada
del Pastor Warren. La mirada “lo sé todo”.
—Tantas preguntas. Señorita Carver. Hay cosas que solo hay que sentir
para entender.
Lo había visto levitar con mis propios ojos, pero esta interacción me lo
confirmó. El Pastor Warren estaba lleno de mierda. No sé cómo lo hizo, tal
vez con cuerdas o un espejo, ¿quién sabe? Pero lo único que sabía era que
no iba a ayudarme con mi investigación. De hecho, de los dos, calculaba
que yo sabía más acerca de los ángeles que él.
154
Veintidós
Traducido por PaulaMayfair
155
Iglesia de los Ángeles. Su presencia ahora era casi... divina. Estaba
destinado a estar aquí. Era parte de un gran plan.
—El Consejo estuvo de acuerdo con El pastor Warren en que una estatua
de un ángel debe ser colocada en cada salón —respondió Amber.
156
Esto significaba que consiguió voz en los asuntos escolares también. En la
época navideña, incluso había hecho la selección de las canciones que el
coro de la escuela iba a cantar. No había logrado usurpar el lugar del
Padre Peter en la elaboración del certamen, sin embargo. El Padre Peter
podría haber sido dócil, pero a la gente todavía le gustaba, todavía lo
quería a su alrededor. Y después de todo, el espectáculo era suyo. Una de
sus únicas cosas.
A pesar de todo, la Navidad en realidad resultó ser muy agradable ese año.
También fue una gran distracción de todo lo que había sucedido en los
últimos meses. Mis primos del norte nunca pudieron entender cómo
podríamos celebrar sin nieve, o sin que hiciera frío en absoluto. Había
visto suficientes películas para saber cuán acogedor se veía pasar la
Navidad de la manera tradicional. Pero nunca se me había dado bien el
frío. Y la idea de nieve era siempre mucho más atractiva para mí que la
realidad. Así que siempre había disfrutado de una Navidad meridional.
Este año, por supuesto, tuvimos una adición a la familia. Gabe era
bastante adorable en todas las fiestas en realidad. Pensé que podría estar
todo cínico al respecto, pero supongo que nunca había realmente tenido
una Navidad adecuada, en la época que solía estar con su mamá. Amaba
nuestro árbol artificial y estaba emocionado como un niño de tres años de
edad por decorarlo. Quería colgar todas las otras decoraciones también, y
habían pasado años desde que habíamos hecho eso. Así que la corona fue
a la puerta, las guirnaldas a lo largo de la barandilla de la escalera. Las
calcetas se colgaron.
—Toma la mía, Gabe —dijo papá cuando nos dimos cuenta de que no iba a
tener una. Pero Gabe no estaba tomando nada de eso.
157
media hora más tarde con otra calceta y un muñeco de nieve de peluche
bailando que había comprado en la tienda de tarjetas en Main.
—Gabe, dije que pensaba que era bonito. Es lindo. —Y luego le di un beso
en la mejilla. Todo el mundo vio eso, mamá, papá. Gabe, por supuesto,
sonrió como un loco. ¿Por qué había hecho eso? Se había sentido tan
correcto, era tan el momento. Me volví de un rojo brillante.
158
—Todos lo único que quieren es que superare a Chris. Bueno, yo no
quiero. Él no está muerto. No está todo terminado.
—Lo sé.
—Vas a estar bien, cariño, sólo tratar de no ser tan dura consigo misma
todo el tiempo.
Ella me dio un último apretón, y volvió a preparar todo. Pronto los cuatro
estábamos sentados alrededor de nuestra mesa puesta bastante
fantásticamente, si me lo permito decir, comiendo pavo, relleno y salsa de
arándanos de la lata. Todas las galletas, excepto una, explotaron
159
correctamente. Sólo la de papá se vino abajo, que era demasiado malo.
Pero él consiguió el mejor juguete, un pequeño camión de cuerda. Yo
conseguí una goma de borrar con un bastón de caramelo dibujado en ella.
—Fue... nada.
—¿Chris?
—Tal vez.
—Oye, Riley, las fiestas te hacen extrañar a las personas. Está bien.
Extraño a mi ma y pa.
—Lo es.
160
Me volví y miré al pequeño montón de regalos bajo el árbol. Tomé un trago
final del chocolate caliente y puse la taza a un lado, usando mis manos
libres ahora para abrazar las rodillas a mi pecho.
—¿Lo estará?
—Sí, lo estará.
Era una idea sencilla, sin muchas pruebas, pero me hizo sentir mucho
mejor. Apoyé la cabeza en su pecho y me acurruqué contra él.
—Genial, dila.
—Está bien. Así que esta Santa Claus en su taller ¿correcto? Es la noche
antes de Navidad y todo está loco. Los elfos están haciendo regalos de
última hora. Uno de los renos se ha perdido. La señora Claus está
molestándolo para que saque la basura, y que no ha dormido en una
semana. Está mirando su lista de traviesos o buenos, revisando todo dos
veces, respondiendo a las preguntas de los elfos. De todos modos. Sólo
está realmente desbordado. Así que viene este pequeño ángel que lleva un
árbol de Navidad, y él le pregunta: “Santa ¿dónde te gustaría que lo
pusiera?" Y es por eso que tenemos un ángel en la parte superior del árbol
de Navidad.
—Eso es estúpido.
161
Me desenredé a mí misma de él, me volví y le di un puñetazo juguetón en
el hombro.
—¿Vas a ser un bebé grande al respecto ahora? ¿Al igual que con el
chapoteo? —pregunté.
—Alto, ¡alto! —dije levantando los brazos para impedir que bajara la
almohada.
162
En lugar de eso me ayudó a ponerme de pie y me acompañó hasta la sala.
—Sí —respondí.
163
Veintitrés
Traducido por Little Pig
Papi había firmado las tarjetas de los regalos y me dio una con dinero en
secreto. Su regalo para Gabe fue bastante genial. Se ofreció a ayudarlo con
su moto. Aunque parecía que Gabe sabía lo que hacía, me di cuenta de
que entre el colegio y su trabajo en el taller, no había tenido tiempo para
arreglarla. Como mi papá amaba arreglar cosas, entre los dos la iban a
terminar bastante rápido. Empezaron a trabajar esa tarde, cuando Gabe la
trajo de la tienda después de comer.
164
Su regreso me preocupaba por dos cosas. La primera era que no me
gustaba la idea de que estaba siendo vigilada. Además, realmente no
quería que volviera a aparecer de repente en mi habitación, aunque
todavía no lo había hecho. Ni siquiera había intentado hablarme de nuevo.
Solo se quedaba fuera de mi ventana de vez en cuando por la noche como
hacía antes. Como sea, era el hecho de que me había olvidado de él hasta
que apareció la semana después de que las clases hubieran comenzado de
nuevo lo que me molestaba. ¿Cómo pude haberlo olvidado? ¿Cómo pude
haber sido tan tonta? Tal vez había vuelto porque me había olvidado de él.
Tal vez quería recordarme que estaba ahí.
Me preguntaba si alguna vez iba a ser respetada por mí misma, no por otra
persona.
165
A las chicas les gustaba porque era sexy. También por la misma razón por
la que a mí me gustaba. Las hacía sentir especial. Pero seguramente yo era
especial de verdad. ¿No? O tal vez todos éramos especiales para Gabe.
—Mira lo que me dio Brett —me dijo Amber mientras se sentaba a mi lado
en el salón de estudio. Sí, Amber todavía estaba bajo la impresión de que
éramos grandes amigas aunque no pasábamos mucho tiempo juntas. Me
sorprendía que todavía no se hubiera dado cuenta de que me había
distanciado de ella desde la experiencia en la Congregación. No era su
nuevo interés religioso lo que me molestaba. Era su dedicación bizarra al
papá de su novio. Estaba… mal.
—Te mandó una flor de origami —respondí. La escuela lo hacía todos los
años por San Valentín. Por un dólar podías comprar una flor roja y
enviársela a cualquier persona. Lacy siempre se iba de la escuela con un
ramo enorme. Chris siempre me mandaba una. Como una cosa de amigos.
—Es dulce. No tenía que hacerlo. Me va a llevar a cenar este fin de semana
—dijo, tocando suavemente la flor con su nariz.
—Súper dulce.
—Elegante.
166
—Bueno, se lo puede permitir. Igual, es tan bueno conmigo, aceptándome
por completo en la familia. Sabes que me está enseñando todo lo que sabe
sobre ángeles. Lo veo todos los jueves por la noche...
—Bien.
—Hola Riley.
—Hola Lacy.
—¿Trabajando duro?
—Sip.
—¿Sí?
167
—Sí, claro. ¿Algo más?
—No, sólo eso. —Me sonrió con dulzura y se fue obviamente feliz con lo
que había hecho.
—Sí.
Y empezamos a caminar.
¿Por qué le había dado una flor a Lacy? No podía dejar de pensar en eso.
No tenía sentido y seguro que él estaba con todas, pero sabía que ella a él
no le importaba y… estúpida Lacy Green y todas sus cosas.
—¿Qué?
—Cuadrada.
168
—¿Cómo me acabas de llamar?
—Yo… ¿qué?
La pregunta me impactó.
—¿Y qué?
—No.
—Riley, no creí que quisieras una flor barata. Por eso no te mandé
ninguna. Son estúpidas.
—No lo hice.
—No lo hiciste.
169
—Yo… es sólo que creo que no es tu tipo. Me hizo preguntarme si te
conocía de verdad.
—Bueno, sí, por eso me confundí. —Él estaba disfrutando esto demasiado,
sonriendo de oreja a oreja—. Mira, lo siento, ¿bien? Yo sólo… a mí nunca
me importa el día de San Valentín. Es una festividad de mentira. Pero
cuando llega recuerdo a Chris y tal vez estoy más emocional para este
momento que siempre...
—Un segundo. —Sacó algo de mochila. Era una caja pequeña—. Iba a
esperar hasta después de la cena, pero como ahora estás molesta…
—Toma.
—Gabe…
Gabe se rio.
—Son por cómo nos conocimos. Creí que iba a ser difícil encontrar un dije
de un chico desnudo atado con un trapo en la boca. De cualquier forma,
no te di nada por Navidad, así que creí que te gustaría.
170
—Es bastante impresionante.
—Lo sé.
—Lo sé.
—De nada.
—¿No les puedes decir que te gustan las esposas? —Sus ojos brillaban.
Alcé una ceja—. No te preocupes, cariño. Va a ser nuestro pequeño
secreto.
—¿Me ayudas?
Y de repente, se me ocurrió.
171
Estaba completamente avergonzada.
172
Veinticuatro
Traducido por Martinafab
Así que puedes imaginar por qué, en la noche del jueves, todo el mundo en
la ciudad se presentó. Incluso Gabe y yo tuvimos que ir, a pesar de mi
necesidad habitual de evitar al Pastor Warren a toda costa.
173
visto hacer quizá una vez antes y se había cepillado los pocos jirones
restantes de cabello en todo el cuero cabelludo brillante.
—Gracias a todos por venir en esta bonita noche. Con suerte esto no
durará mucho, ya que todos tenemos cosas que hacer. Todos ustedes
están aquí para escuchar mi propuesta para el impuesto sobre la
“Preservación de la Comunidad”.
—Lo sé, lo sé, y estoy con ustedes. No soy todo sobre tomar dinero
duramente ganado de nadie. Pero tenemos que tomar una decisión acerca
de esta ciudad. Los ángeles me han hablado... —Había más murmullos
ahora, pero ya no de frustración. Ahora se había vuelto al sonido familiar
de asombro—. Y ellos aprecian los cambios que hemos hecho en los
últimos dos meses. Pero no es suficiente. Estos cambios, no son
profundos. Y los ángeles se están frustrando enormemente por tomarnos
tanto tiempo para tratarlos adecuadamente. Tenemos que crear más
eventos para compartir en su Gloria. Tenemos que hacer que la iglesia
refleje adecuadamente nuestro respeto. Y tenemos que hacerlo pronto.
Ahora, sí, esto va a costar algo de dinero, pero prefiero donarlo a la Gloria
que tener su ira puesta sobre nosotros.
—El consejo tiene el derecho de votar sobre este tema —dijo el alcalde—,
pero queremos su apoyo. El Pastor Warren insistió.
Qué generoso.
174
incredulidad total. Sin duda, sin duda, la ciudad no estaría de acuerdo con
esto.
Un voto público, así que ese era el plan. Como si cualquiera tuviera las
agallas de oponerse al Pastor. Como si alguien quisiera llamar la atención
sobre sí mismos. Sabía como el infierno que yo no estaba a punto de
hacerlo. Prefería ser invisible ante el Pastor Warren mientras estuviera
lidiando con mis propios problemas de ángel, muchas gracias.
Incluso la mía.
La de Gabe no.
—Suéltalo —le dije. Gabe me miró, luego miró a Johnny que estaba
temblando visiblemente. Hubo un momento en que yo no estaba segura de
lo que iba a hacer a continuación, luego finalmente lo soltó. Johnny salió
corriendo, enseñándonos el dedo mientras lo hacía.
175
Rápidamente se disipó.
—No, no lo está.
176
sobre el hecho de que en realidad no debería estar aquí, en el pueblo,
viviendo con nosotras. A pesar de que mamá no sabía la verdad, creo que
imaginaba que había escapado de algo malo. Ella no quería que se metiera
en problemas.
177
parte. Tan sólo quedarme en casa. El hogar era seguro. El hogar era... el
hogar.
Sabía a dónde había ido Gabe. Me sentí muy, muy estúpida por no haber
pensado en ello antes.
178
Veinticinco
Traducido por Helen1
La única manera de llegar allí era tomar ese largo y sinuoso camino. Te
tiraba dentro, te aspiraba, como entrar en el barro húmedo y caliente.
Puedes tratar de apartarte, pero eso hace que te detenga aún más rápido.
Aquí los árboles goteaban de musgo español, arriba y alrededor de ti. Si el
aire húmedo no te hace sentir claustrofobia, los árboles, sin duda lo
harían.
179
que es peor, tal vez me había equivocado en mi conclusión, cuando vi la
moto en la distancia. Reduje la velocidad para ponerme en su lado.
No era una choza. Pero no era mucho más que eso. Una planta, dos
ventanas en la parte delantera, la pintura casi enteramente despojada de
las paredes debido a la humedad, totalmente cubriéndola.
Subí los tres escalones podridos hasta la entrada que se astilló bajo mi
peso.
180
—¿Qué demonios estás haciendo?
—Estaba buscándote.
Bueno, eso parecía injusto. No era como si yo no supiera que era peligroso.
El punto era que yo estaba dispuesta a sacrificar mi propia seguridad por
él. Yo era una maldita santa. Y ahora él estaba actuando todo superior...
—¿Por qué?
—¿Qué es eso para ti? ¿No puede un tipo estar solo, pensar y esas cosas?
181
conducir en este camino, y me pone un poco nerviosa el estar tan
profundamente en los pantanos, y evidentemente estás totalmente fresco y
molesto de que te estoy molestando. No un “Gracias”, no un “Guau,
impresionante trabajo de detective”. No un nada. Y eso no es justo.
—Primero di lo siento.
—¿Por qué?
—Oh.
Me encogí de hombros.
—Gracias.
—De nada.
Caminamos sobre él, y sí, se sentía muy seguro, pero pude ver unas tablas
caídas por delante.
182
—Sentémonos aquí, ¿está bien? —dije.
—Es agradable —dije. Pero no era agradable. Era más como mágico,
misterioso, inquietante. “Agradable” era tan rara vez una palabra
apropiada para cualquier cosa.
—Oh sí, definitivamente. —Gabe se rio como si no fuera gran cosa—. No,
más que todo están aún más hacia el sur, pero sí. A veces nos sentábamos
y los mirábamos dentro. Un poco aburrido. Ellos nunca hacen mucho.
183
supongo era bastante normal para la gente en esta parte, era aterrador
para mí.
—Tú sigues haciendo eso, simplemente diciendo ese tipo de cosas, y para
ti no es nada, pero no sabes lo que le hace a una persona.
—Pero lo hago.
Lo miré con fuerza, y pude ver el dolor en su expresión. ¿Por qué una cosa
así le molestaba tanto?
—¿Tiene esto algo que ver con el por qué has estado actuando cómo has
estado actuando últimamente?
—Has estado todo hosco estas últimas semanas, el mes pasado, incluso.
Huyendo para estar por tu propia cuenta todo el tiempo...
Gabe suspiró.
—Sí, lo sé. Lo siento. Es sólo que... todo esto con el Pastor Warren y con
todo el mundo poniéndose locos por los ángeles, últimamente, seguía
recordándome que yo realmente no pertenezco a este lugar. Entonces tú y
tu madre votaron, ahora ella va a ir a la Iglesia...
184
Lo sabía.
—Lo sé. —Traté de recordar por qué lo hice. Todo lo que podía pensar era
que no había querido que el Pastor Warren se fijara en mí. Hubiera
querido ser invisible—. No lo hago. Pero también no quiero destacar. No
quiero que el hombre interfiera con nuestro trabajo de investigación, y si él
conociera mis sentimientos reales acerca de él... —Me callé.
—No. Bueno, tal vez un poco. Estaba molesto cuando ustedes votaron,
pero luego me di cuenta de que no tenía ningún derecho a estarlo. Ustedes
no son mi familia y yo estaba actuando como si lo fueran. No soy como tú
y tus padres. Ustedes son tan educados, han estado en un montón de
lugares. Cariño, no he ido más allá de New Adamstead.
—Eso no importa, mucha gente no viaja hasta que son mayores, tenías
que cuidar de tu Ma...
—Al principio, era para pensar. Entonces pensé, bueno, maldita sea, es mi
casa, ¿no es así? Así que decidí arreglarla. Pero tenía que tomar turnos
extra en el garaje para ganar dinero para comprar suministros... así que
empecé a faltar a la escuela.
185
—Si necesitas dinero, podemos ayudarte. La escuela es demasiado
importante, sobre todo contigo tan cerca de terminar, graduarte y todo.
—No lo sé, te conozco. Sé que vas a pagarnos. Además... —Miré hacia otro
lado y hacia fuera al pantano—. Te extraño.
Una vez más lo que dije parecía que lo golpeó como una bala, directo en el
pecho.
—¿Tu mamá?
186
que ahora que tengo este tipo de segunda oportunidad. Tal vez ahora me
estoy comportando un poco mejor, he tenido tiempo para cambiar...
—Mi punto es, estás hablando de tiempo para cambiar, pero yo creo que a
lo mejor esto es lo que siempre has sido. Tal vez ese chico malo, no sé, tal
vez ese fue un acto. Una manera de salir adelante cuando todo lo demás
era... quiero decir... ya sabes...
—Claro. Mierda.
—No lo sé... —Él me dio una pequeña sonrisa—. No soy un buen chico
tampoco. —La forma en que lo dijo me dio mariposas.
No, no lo eres.
—No, no lo eres. Tú eres tú. Supongo que mi punto es que no tienes que
tratar de ser cualquier cosa. Sólo ser tú. Y cuando digo que sé que
cuidarás de mí, no te vayas a esa cosa, “Pero, ¿por qué piensas eso, soy un
huevo malo?” En cambio, sólo créeme. Porque soy honesta.
187
Nos sentamos allí después de eso, en perfecta calma, pensando. Yo podía
entender por qué Gabe solía pasar horas mirando hacia los pantanos así.
Realmente calmaba a una persona.
Gabe la oyó también y ambos nos volvimos para mirar. Etta Mae venía con
su ritmo habitual fácil desde dentro de la maleza más gruesa hacia fuera
en el patio trasero de Gabe. Ella no nos notó al principio. Pero entonces
algo debe haber pasado por ella para registrar nuestra existencia porque
de repente se volvió y nos miró.
Ninguno de nosotros dijo nada. Sólo nos miramos el uno al otro. Fue
interesante ver a Etta Mae. Ella parecía en estado de shock. Tal vez fue
porque nadie había estado en esta tierra por tanto tiempo. Tal vez pensó
que éramos intrusos y temía por su propia seguridad. Pero no podía
haberlo estado, porque dio unos pasos cautelosos hacia nosotros. Se
inclinó, sobresaliendo la barbilla y entrecerró los ojos. Entonces abrió la
boca y se tapó la boca con la mano.
Miré a Gabe y él me miró. Entonces los dos nos volvimos a mirarla. Ella
había dejado caer su mano en ese momento y ahora estaba sonriendo de
oreja a oreja.
Ella habló:
—Bueno, mis ojos pueden ser viejos, pero por todo el mundo, yo diría que
era Gabe McClure mirándome.
188
—Etta Mae —respondí—. A veces viene a la ciudad. Ella siempre está
cantando... —Pero fui bajando la voz cuando vi la expresión de Gabe. Era
difícil de describir, un poco como temor. Un poco como confusión. Un poco
como estupefacción.
—Oh, Dios mío. —Se acercó a ella y se quedaron mirándose el uno al otro
por un momento. Entonces Gabe la atrajo en un fuerte abrazo y ella se
echó a reír como una loca.
—Bueno, ¡ahora lo soy! —Ella se echó a reír fuerte con esto—. No es que él
tuviera alguna posibilidad. Pa no permitiría que ninguna niña suya saliera
con un chico blanco.
189
—Riley —dijo Etta Mae mirándome por primera vez y pareciendo muy
contenta de verme—. Gabe siempre ha tenido buen gusto.
—Cuando fuiste tomado. Deke también. ¿Me estás diciendo que no sabías
que ambos habían sido tomados en conjunto?
—¿Qué quieres decir con qué quiero decir? Los ángeles, por supuesto, los
ángeles, niña.
—¿Quieres decir que ha pasado antes? ¿Quiero decir, antes de hace seis
años?
—Pero... quiero decir... ¿por qué nadie habla de ello? ¿Por qué la Iglesia de
los Ángeles no ocurrió mucho antes de ahora...? ¿por qué...?
190
Veintiséis
Traducido por Areli97
191
Nos abrimos paso hasta la cima de los escalones delanteros. Sentado en el
pequeño porche en una mecedora blanqueada por el sol estaba el hombre
más anciano que había visto alguna vez. No tenía cabello, su rostro estaba
tallado con profundas líneas, y su piel se veía tosca y dura. Vestía una
camiseta interior blanca y un overol y sostenía un sombrero de paja en su
regazo.
—Ese es el Sr. Clayton —lo dijo como si esa fuera una explicación
suficiente, y no me molesté en preguntarle más.
—Así que, Etta Mae —dije—. Dijiste que esto ya había pasado antes.
—Lo hice.
192
—Pasó solo esa vez por lo que puedo decir —respondió—. Quizás haya
pasado en otros lugares. No sé por qué empezó de nuevo.
—No sé. ¿Un encubrimiento? Solo pasó una vez, quizás nadie quería
hablar sobre ello —respondí.
—¿No lo hacemos?
—Bueno, está bien, supongo que tienes razón. Lo siento —dije y me giré
hacia él.
—Solo una vez, Mae. Quería algo tuyo que hubiera tocado tu piel.
193
Ambos estaban riendo de nuevo, recordando un tiempo de antes de que yo
siquiera existiera. Me hacía sentir estúpidamente joven.
—De cualquier manera, Gabe —dije—, tú dijiste que la razón por la que no
hubo tanto alboroto fue porque era “solo” gente de color. Pero no lo eran,
también estabas tú.
—Solo nosotros. Solamente unos pocos. Todos ellos con la piel oscura.
Todos excepto tú.
—Cierto.
Miré a Gabe, y me miró como si tal vez estuviera fastidiado por la misma
cosa.
—Sí —dijo él—. Porque tú dijiste que era grande y tenía alas y todo antes
de que me dispararas…
194
—¿Le disparaste? —Mae se iluminó con una amplia sonrisa—. Dios,
cuántas veces Pa trató de darle a este chico mientras corría a casa. Él
habría estado orgulloso de ti.
—Gracias.
—Oh mi dios, Riley, ¿no sabes nada acerca de los ángeles? —Etta Mae me
estaba mirando con una expresión de asombro.
—Bueno, niña, diría que mi difunto esposo estaba tan cercano a ser un
ángel como podía, pero incluso él dejaba su ropa interior sucia en el piso
del dormitorio.
—Así que, si los ángeles no son humanos, y yo me veía como sea que me
viera… —Gabe se levantó y comenzó a pasearse.
—Mae, ¿cómo se veían los ángeles, los que secuestraron a Gabe y Deke? —
pregunté de nuevo, esta vez comprendiendo por qué había preguntado
antes.
—¿Por qué no? ¿No los viste? Pensé que dijiste que los viste.
195
—Era brillante como si fuera mediodía. Demasiado brillante para mirarlo
directamente. Demasiado incluso para Pa, y él corrió detrás de ello.
—No comprendo.
—Era de noche cuando vinieron. Negro como boca de lobo como se pone
aquí. Entonces hubo luz, viniendo del cielo, como relámpagos podrías
decir, pero más lentos en bajar e irse. Y cada vez que la luz bajaba, uno
era tomado. Eran tomados en la luz. Ellos desaparecieron dentro de luz.
—Concluiste que Deke y Gabe y los otros, que ellos fueron secuestrados
por ángeles también.
—Tenía sentido.
—Sí, lo sé. No puedes parar de decir eso. —No estaba realmente enojada
con Gabe, pero me acababa de dar cuenta de algo extraño y me hizo
chasquearle accidentalmente.
196
Me giré hacia Etta Mae, y ella tomó mis manos en las suyas. Sus palmas
estaban cálidas y suaves.
197
Veintisiete
Traducción por Mari NC (SOS) y Fanny (SOS)
—Oye, Mae —le pregunté—, ¿alguna vez te has encontrado con un...
bueno, un ser supongo, del tipo vestido de blanco, pero en realidad no, y
su cabeza cubierta como si tuviera una tela delgada envuelta alrededor de
ella?
—¿Qué estás diciendo, niña? —Etta Mae todavía tenía mis manos entre las
suyas, y ella me miró con preocupación.
—Sí. —Él asintió con la cabeza—. Es un poco, es como una persona, y solo
se queda ahí, y, sí, con el rostro cubierto. Su cabeza está cubierta con
algún tipo de sábana blanca. De alguna manera brilla un poco también.
¿Has visto algo así, Mae?
—¿Podría?
198
—Sí... —Miré a Gabe que me estaba dando una mirada dura—. A veces se
presenta en la noche.
—Riley...
—No lo sé. Cosas poderosas. Creí, sin embargo, que tal vez podrías saber
sobre él, o tal vez hubiera aparecido aquí en los pantanos antes y que
fuera otra de esas personas de la ciudad haciendo cosas de ignorantes.
Así que Gabe y yo pasamos el rato por otra hora o así, y esperamos a que
oscureciera. El Sr. Clayton y los niños se unieron a nosotros, aunque la
chica del vestido amarillo no parecía preocuparse mucho por la comida y
se sentó en la esquina para jugar tranquilamente ella misma. Finalmente
se puso el sol, y Gabe, Etta Mae y yo salimos al porche a mirar.
199
Y tenía razón.
Y después.
—Pero... ¡está justo allí! —Si Gabe no hubiera sido capaz de verla también,
sé que habría pensado que estaba enloqueciendo. Y entonces, antes de que
pudiera decir nada más, se había desvanecido—. Se ha ido —dije en voz
baja, derrotada y agotada físicamente.
Creo que Etta Mae sintió cómo me sentía porque se volvió hacia mí y me
sonrió.
200
—Supongo que será mejor que nos vayamos —dije, dándome cuenta que
se estaba haciendo tarde, y madre probablemente estaría bastante
preocupada acerca de dónde estaba.
—Sé que lo hacías, niña. Me acuerdo de ti, esa pequeña criatura rubia
acercándose a mí rebotando y preguntando por mi forma de cantar.
Ningún otro niño de la ciudad había hecho eso.
—¿En serio?
—Regresaremos, Mae —le dije cuando me dejó ir—. Gracias por todo.
—De nada.
—Niño hermoso, es mejor que no solo digas hola. Tengo planes para un
gumbo el viernes que va a dejarte sin palabras.
—¡Cuenta conmigo!
201
—Vengan a decir adiós al Sr. Clayton —dijo, y nos acercó a la mesa, donde
el Sr. Clayton estaba sentado con los chicos, mirando hacia la nada.
—Sí. —La voz del señor Clayton salió baja y resonante. Tenía un poder que
era totalmente opuesto a su apariencia.
—Sí. —El Sr. Clayton me miró durante un momento más, luego se volvió
para seguir mirando hacia la nada.
Les di un último saludo a los niños, y me giré hacia Etta Mae que ahora
me estaba dando la misma mirada extraña.
—Está bien.
202
arriba conduciendo nuestro camino. Siempre me asombraba lo brillante de
la luna podría ser cuando estabas lejos de las luces de la ciudad.
—Sí, lo sé, la cosa de la reunión, pero el resto… ¿no estás asustado por
todo?
—¿Pero por qué están estos no-ángeles tomando gente? ¿Por qué pasa esto
cada año?
—Cariño…
—¿Qué?
—Sé lo que dije sobre ayudarte con la cosa de Chris, pero estoy
comenzando a pensar que tal vez sea tiempo de parar. Estoy pensando que
nunca vamos a conseguir ninguna respuesta. Soy la cosa más cercana que
tienes a una ventaja. Yo era una de esas cosas que lo tomaron y,
demonios, ni siquiera sé que pasó. Creo… que solo necesitas olvidarlo.
203
—¿Disculpa? —Eso me hizo mirar hacia él. Iba a la par conmigo. Él no me
miró.
—Creo que solo es costumbre. Creo que ni siquiera sabes por qué lo estás
haciendo. Mira, Riley, te he ayudado, he hecho lo que querías que hiciera,
he ido a esa estúpida Congregación. Traté, en serio lo hice. ¿Puedo solo
vivir mi vida ahora?
204
Estábamos de vuelta en su casa y tenía que detenerme. Así que traté de
hacerlo lo más indignada posible, poniendo mis manos sobre mis caderas
y mirándolo directamente con lo que esperaba fuera una endurecida
expresión. Las lágrimas en mis ojos probablemente no estaban ayudando
mucho.
—Oh, ¿en serio? ¿Ahora que tienes algo que ganar de ello?
Dio un paso hacia mí, tan cerca. No me moví. A pesar de que nuestras
rodillas casi se tocaban. Me miró y yo miré su pecho. Fue entonces cuando
205
me di cuenta lo absurdo que nuestro argumento sonaría para un forastero,
esta loca batalla sobre disparar a ángeles, como si fuera algo por lo que la
gente se enfada todo el tiempo.
—¿Tregua? —preguntó.
—Sí. Tregua. Pero solo porque eres un idiota y no conoces nada mejor.
Rio.
—Gracias. —Dio un paso hacia atrás y puso sus brazos alrededor de mis
hombros, llevándome hacia el auto—. Bien, entonces vayamos a tu casa.
Te seguiré.
—Bueno.
—¿Qué? —pregunté.
—Así es.
Encontró mi mirada.
—Bueno… es una idea un poco loca, pero conozco al menos a una persona
que nunca ha ocultado que no es un fan del Pastor Warren y de la Iglesia
de los Ángeles. —Me detuve para que pudiera adivinar.
—Seguro.
206
—No estás hablando de…
—Sí.
—¡Pero es un sacerdote!
207
Veintiocho
Traducido por Mari NC
Pero había algo más, una realización. Yo quería tener una conversación
con esta cosa desde hace meses, solo para preguntarle de una vez acerca
del Círculo de los Siete, para preguntarle más acerca de Gabe. Pero había
algo diferente esta noche. Algo dentro de mí que era diferente. Me sentía
como si... me sentía como que podía hacerlo. Antes, a pesar de que lo
quería en teoría, no tenía muchas ganas de hablar con eso de verdad.
Hombre, era tan extraño, tan difícil de explicar. Tan difícil de entender
para mí.
Simplemente se sentía bien. Y yo sabía que iba a aparecer. Y sabía que iba
a hablar conmigo.
208
que estaba empezando a lamentar seriamente mi decisión mientras me
mecía suavemente hacia atrás y hacia adelante.
Riley.
Oh.
—¿No lo hacen?
—Oh. Bien. Entonces, ¿qué es Gabe, entonces? ¿Es él... —Me acordé de mi
conversación con el padre Peter, de mi investigación—… es uno de los
Nephilim?
No.
¿No? Eso me tomó por sorpresa. Tuve un tipo de pensamiento donde Etta
Mae de que tal vez esa era la respuesta correcta. De hecho había estado un
poco orgullosa de mí misma por haber llegado a esa conclusión.
209
—Así que no es un ángel, y no es un Nephilim... ¿cuántas cosas más hay?
¿Cosas?
—Sí, parece que hay todas estas cosas por ahí que no tenía ni idea que
existían, y para ser honesta, es súper complicado hacerles seguimiento,
¿de acuerdo? Entonces, ¿qué es?
Es un Thrall.
—¿Qué es un Thrall?
Un esclavo.
—¿Un esclavo?
Sí.
—¿Me puedes decir más acerca de estos esclavos Thrall? —le pregunté,
esperando que fuera una pregunta bastante sencilla para esta cosa
fantasma terriblemente literal para responder—. Yo solo... yo solo voy a ir
a sentarme en el columpio y escuchar. Ven conmigo.
Los Thralls son esclavos del Círculo de los Siete. Tienes razón en que los
ángeles menores trabajan para los Arcángeles. Sin embargo, hay algunas
tareas que incluso los ángeles no hacen. Así que el Círculo de los Siete
decidió tomar humanos de vez en cuando y convertirlos en sus esclavos.
210
—¿En serio? —Yo nunca había leído nada sobre esto en mi investigación.
Este era un concepto totalmente nuevo para mí—. Pero, si esto es algo que
hacen mucho, ¿cómo es que no hay literatura sobre eso, cómo es que
nunca había oído acerca de la Toma hasta hace seis años?
—Oh. Así que los Thralls roban humanos para los ángeles.
No.
Aquí es diferente. Por lo general, los ángeles toman a los seres humanos y
los convierten en esclavos, en Thralls. Pero aquí los Thralls vienen a hacer la
Toma.
—¿Por qué?
No sé.
—Así que déjame ver si entiendo. Hace cincuenta años Gabe fue tomado
por ángeles. En ese destello de luz del que Etta Mae nos habló.
Sí.
—Y luego regresó hace seis años como un Thrall y se llevó otros humanos.
Él y algunos de sus amigos Thrall.
Eso parece.
211
No lo hago.
No lo hago.
—Pero sabes cosas acerca de los ángeles. Sabes sobre el Círculo de los
Siete, los ángeles que trabajan para ellos, los Nephilim... —Yo estaba
empezando a sentir sueño en serio—. Y las cosas de esclavos Thrall. Sabes
más que yo.
Yo vengo del otro lugar. Ángeles, Nephilim, Thralls. Todos ellos proceden del
otro lugar. Sé de ellos como tú sabes de otros seres humanos, animales,
plantas, y demás.
Sí.
Aquí.
—¿Aquí?
—Estaba bromeando.
—¿Yo debería?
212
Es muy confuso. Debes hablar con claridad.
Sí.
Suspiré de nuevo.
—Bueno, las cosas que dices podrían ser obvias para ti, pero no lo son
para mí.
—¿Acerca de Gabe?
Yo estaba allí.
—Oh.
213
Haces todas estas cosas por Gabe, y cuando por fin tienes el deseo de
hablar conmigo otra vez preguntas por él. Debes preocuparte
profundamente.
Cerré los ojos otra vez. Si no me hubiera sentido tan cansada, me habría
estado empezando a sentir frustrada en este momento.
No sé qué le pasó a Chris. Fue tomado por los Thralls. Eso es todo lo que
puedo decir.
214
Veintinueve
Traducido por Aяia
Luego solo quería sacar todas las preguntas de mi cerebro, así que salí de
la cama y me duché.
215
Después de poner la comida, nos dejó para ir a vestirse, así que solo
éramos Gabe y yo, sentados comiendo juntos, por primera vez en semanas.
Era agradable tenerle de vuelta. No solo en cuerpo sino en espíritu. El viejo
feliz Gabe estaba sentado frente a mí y calentó mi corazón.
Pero también sabía que tenía que contarle lo que encontré anoche, incluso
si eso oscurecía el humor de alguna forma. Tenía que saber que había sido
secuestrado por ángeles, convertido en un Thrall, y sido un esclavo
durante los últimos 50 o más años. Tal vez hubiera una forma de contarle
la verdad sin, ya sabes, contarle la verdad.
—Quería saber si había algún mito o algo, sobre los humanos siendo
convertidos en extrañas criaturas por los ángeles.
—¿Hay algo que puedas decirme que vaya a cambiar nuestro plan? —
preguntó.
Pensé en ello.
216
—Si fueras tú, querrías saberlo todo. —Sonrió—. Pero a veces, por la forma
en la que lo veo, a veces las cosas que sabemos y no podemos cambiar, no
hace que nuestra vida sea mejor.
—Malditamente correcto.
Me pregunté. Tal vez había algo en eso. Tal vez en el fondo era por eso que
no había hecho la “pregunta obvia”, lo que sea que fuera la “pregunta
obvia”. Porque realmente no se sentía como si importase. Había otras
cosas que eran más importantes en aquel momento. Además, esa
sensación de fuerza y voluntad que me hizo estar tan segura de que
hablaría con la cosa fantasma anoche se había desvanecido totalmente.
Tal vez tenía sentido que simplemente lo dejara ir también.
Entonces preguntaría.
—No lo querré.
217
—Sí pero si alguna vez…
218
Treinta
Traducción SOS por Lalaemk y Helen1
Así que tuvimos que esperar hasta que la Pascua terminara. Debimos de
sentarnos a través del obligatorio servicio del Domingo de Pascua, era la
primera vez en años que asistía a uno. Sin embargo, Gabe no lo hizo. A
pesar del hecho de que había una gran expectativa de que todos asistieran
219
a los servicios de las festividades, él no se metió en problemas por eso. Él
no tendía a meterse en problemas por alguna de sus acciones “blasfemas”.
Era ese chico con la motocicleta, sin familia y sin interés en formar parte
de la comunidad. Así que la comunidad tampoco tenía mucho interés en
él. El servicio fue extra largo porque teníamos que escuchar tanto al Pastor
Warren como al Padre Peter, y asistir a la cacería anual de huevos de
Pascua en el Parque Codghill. La ciudad parecía estar en una especie de
trance.
220
—¿Y qué puedo hacer por ustedes dos este día? ¿Una boda a la fuerza? —
Era bueno escuchar que el padre Peter bromeaba otra vez. Pero lo hizo a
medias.
—Es divertido que mencione armas de fuego6 —dijo Gabe con una sonrisa.
—Bien.
—¿Está listo?
—… Sí…
6Es un juego de palabras ya que en ingles “Una boda a la fuerza”, seria en español “Una
boda escopeta”.
221
—No estoy seguro de estar entendiendo lo que estás tratando de decirme,
Riley.
—Riley, no sé qué decir. Es bueno ver que hay otros que se sienten de la
misma manera que yo, ¿pero qué importa? Todos los demás en el pueblo
creen que lo son. Hay veces que yo incluso lo dudo. Si luce como un pato,
y grazna como pato…
El Padre Peter finalmente tuvo una reacción. Se sentó con la espalda recta
y volvió su cabeza para mirar a Gabe a través de su ojo izquierdo, como si
de alguna manera pudiera enfocarlo mejor.
—Él sólo está siendo amable. —Me incliné y golpeé a Gabe en el hombro.
Él saltó.
—No, no lo hizo. —Puse los ojos en blanco—. Padre Peter, voy a empezar
por el principio. —Le conté toda la historia, sin dejar nada fuera. Le dije
todo, hasta dos semanas antes y sobre hablar con Etta Mae. Le dije
nuestro plan.
Y le pedí su ayuda.
222
Para el final de la historia él se paseaba alrededor de su pequeña oficina.
—Esto es… —dijo. Él había estado diciendo desde hace un tiempo “Esto
es”. Pensé que tal vez lo había roto. Por otra parte, le había advertido que
esto iba a ser asunto bastante serio. ¿Por qué la gente nunca me cree
cuando les digo las cosas?
—Riley.
—Me estás pidiendo que les ayude a los dos a construir un ejército.
—¿No hemos intentado esto antes? —preguntó el Padre Peter—. Pensé que
Frank Tinsley trató de dispararle a uno de ellos y ahora cuenta con un
guardia sobre él o algo así por ello.
—En el pasado algunas personas lo han intentado, pero nunca había sido
planeado. Podríamos practicar específicamente para este propósito. Y
tendríamos un mayor número. No sería sólo un chico y su escopeta.
223
El Padre Peter parecía verdaderamente preocupado por eso.
—Bien.
—Y usted puede disparar. Recuerdo que una vez le dijo a mi padre acerca
de ir de cacería cuando él estaba preocupado por ser dueño de una
escopeta.
—En este momento vamos a reclutar. Tenemos casi cuatro meses hasta la
próxima Toma. Tenemos algo de tiempo, pero debemos de empezar el
entrenamiento lo más pronto posible. A usted todavía lo invitan a cenas
por la gente de la ciudad, ¿no?
—No tanto como antes. Pero sí, algunas personas todavía me invitan.
Aunque parece que es piedad, y no vienen a la iglesia…
—Bueno, está bien, eso es algo. Estas son personas que le tienen simpatía,
que no están totalmente lavados del cerebro por el Pastor Warren. Estas
podrían ser las personas que estarían de nuestro lado.
—Haces un punto.
—Por supuesto que ella lo hace, no sólo un punto, sino uno bueno. —Me
sorprendió lo defensivo que Gabe sonaba—. Ella siempre hace buenos
puntos. Sólo deje de dudar y ayúdenos.
224
—¿Por qué no? —El Padre Peter dio una pequeña risa sin humor—. Bueno,
es peligroso, es contra la ley, soy aún una figura en la comunidad, la gente
me mira… o algo así…
—Usted lo sería.
El Padre Peter cambió su enfoque hacia Gabe quién estaba mirándolo muy
serio. La habitación había vuelto a la calma y a la tranquilidad.
—Está bien —dijo—, ayudaré. Voy a ver a quién puedo reclutar. Pero no
puedo prometer nada.
—Bueno, es por eso que tenemos que tratar de llegar a más gente. Así que
¿está con nosotros, Padre Peter?
225
Otra larga pausa. Y luego:
—Maravilloso.
—¿Los dos se dan cuenta de cuán loco es este plan? —dijo el Padre Peter
con una leve sonrisa.
226
Treinta y uno
Traducción SOS por Scarlet_danvers y Otravaga
—No. Esto es más difícil de lo que pensé que sería. —Estaba viendo la
gente pasar por delante, con la esperanza de que tal vez alguien pudiera ir
por ahí y de repente darme cuenta de que era perfecto para nuestra causa.
227
—Los hermanos Alexander…
—Eso hace…
—Seis.
—¿Sí?
—¿Quién?
—Frank Tinsley.
Me eché a reír.
228
Desde aquella noche habían puesto un policía en su casa para asegurarse
de que no saliera en la tarde durante la celebración, y quisiera matar a
alguien accidentalmente.
Suspiré.
—No es un mal tirador. Me invitó a cazar el año pasado, y era muy bueno.
—Es una idea —dije, sin querer comprometerme a nada todavía—. Sin
embargo sería un último recurso.
—Buena idea. —El Padre Peter estaba a punto de irse cuando el grupo se
acercó.
—En realidad, estoy realmente algo caliente —dijo ella, haciendo girar su
cabello con su dedo. Uf. ¿Cómo demonios podía Gabe aguantarla? Estaba
tan contenta de que todo hubiera terminado. Habían dejado de salir
completamente, pero de hecho era una cuestión que realmente no me
importaba.
—Bueno, otra vez es esa época del año… —dijo el Padre Peter poco a poco
haciéndose camino a través de la multitud de porristas y sacándose a sí
mismo a través del otro lado.
229
—¿Usted se calienta, Padre Peter? —preguntó Charlotte siguiéndole.
—Por supuesto. De hecho creo que ahora voy a volver de nuevo a la iglesia,
donde hace frío y regresaré a trabajar. —Dio una rápida inclinación de
cabeza y se giró para irse, pero se resbalo con la acera y tropezó en la
calle. Su público se rio en un tono que me hizo entrecerrar los ojos.
—Hola, Riley.
—Hola, Lacy.
—No, nunca te importa lo que piensen los demás, ¿verdad? —Ella cruzó
los brazos sobre su pecho—. Lo que es bastante obvio dado el aspecto de
ese atuendo.
—Lacy, ¿qué pasa con los insultos? No fue hace mucho tiempo cuando
estábamos sentadas en la misma mesa de la cafetería.
—Lacy, ¿cuál es tu problema? Creí que pensabas que todas las cosas
sobre el Pastor Warren también eran estúpidas.
230
—¿Cuándo dije eso?
¿Cuándo había dicho eso? Se me había olvidado que lo había dicho, justo
hasta ese momento. Ahora que lo recordaba…
Buena pregunta.
—Lo que sea. ¿Qué importa lo que piense? Sigues siendo un bicho raro.
—Es cierto.
—Ni siquiera sé por qué te estoy hablando. —Se giró para seguir a sus
amigas en la tienda.
231
—¿Qué es?
—Claro, Riley, seguro que lo es. —Ella negó con la cabeza hacia mí como si
eso fuese algo que le dijera todo el tiempo.
—Porque hoy en día no hay nadie en quien confiar. Todos están asustados
del Pastor Warren. Demonios, es porque todo el mundo le cree al Pastor
Warren. Y alguien diciendo que no lo hace… eso es inusual.
232
Lo fue. Pero mi estúpido instinto me decía que hoy día todavía era cierto.
Tenía que serlo. De lo contrario sólo acababa de comprometer todo el
asunto.
—Lo sé.
¿Lo harás?
—No, ¿en serio? —Charlotte se volteó hacia mí y sonrió—. ¡Dios, eso es tan
tierno!
—Tenía que ser amable, pero ella no entendía por qué no podía dejarla
participar.
Suspiré. Bueno, al menos era una buena mentirosa. Y también era algo
bueno que hubiese sentido que tenía que mentir al respecto. Ambas eran
señales positivas. Era evidente que estaba interesada en ayudar.
Sólo tenía que esperar que preguntarle hubiese sido la idea correcta en
primer lugar.
233
Treinta y dos
Traducido por Jane
—Genial.
—Soy Curtis. Estos son John y Daniel —dijo, a pesar de que lo recordaba.
Bueno, está bien, eran idénticos, por lo que era útil que dijeran quién era
quién.
234
—Hola —dije.
Y al unísono respondieron:
—Hola.
—Bueno, hemos estado queriendo hacer algo con todo esto por un largo
tiempo —dijo Daniel.
—Una vez que todo el mundo esté aquí, lo explicaremos todo. Es… una
larga historia.
Gabe estaba sentado en el otro extremo del marco con la mirada fija en el
pantano, una pierna colgando y un pie sobre una viga transversal. Vestía
una camiseta sin mangas, vaqueros y se veía muy cómodo. Lo envidiaba
mucho. Estaba aterrorizaba de todo esto a pesar de que fue idea mía. Tal
vez, en realidad, porque fue mi idea. Pero allí estaba, viéndose tan calmado
como siempre, como si este fuera un día cualquiera.
—Oye —dije, acercándome. Dejé a los hermanos charlar con el Padre Peter
que se encontraba en la orilla del agua.
—Hola, cariño.
235
—Un ejército muy interesante.
—Sí, fue difícil sacarla de casa —le dije—. El Padre Peter también tiene un
rifle, y estoy segura de que el Salvaje Frank traerá un montón de opciones.
—Y Lacy…
—Sí.
Bajé la voz.
—Lo sé.
Efectivamente.
—¿Dónde está ese ejército? ¡Estoy listo para patear algunos traseros de
ángeles!
236
El Salvaje Frank dobló en la esquina, con su largo cabello grasiento metido
desordenadamente en una gorra de camuflaje. Llevaba un chaleco de
pesca, del tipo con cientos de bolsas en las que ponías equipo y señuelos,
pero tenía los bolsillos llenos de otras cosas. Creo que él pensaba que se
vestía para un comando del ejército o algo así. Por supuesto que no llevaba
una camisa debajo del chaleco de pesca.
—No creo que importe si no lo hace. Nadie tomaría a ese tipo en serio.
—¡Ahora eso es lo que me gusta ver! —gritó el Salvaje Frank—. Una sexy
rubia con una escopeta.
Debía referirse a mí. Era la única rubia a la vista. Así que levanté una
mano y la agité un poco a regañadientes. Él devolvió la sonrisa, y luego
levantó la mano.
—¡Vuelvo en un segundo!
—Oh, Dios, esto es una terrible idea —dije, girándome hacia Gabe.
Él se echó a reír.
237
El Salvaje Frank blandía dos escopetas de cañón corto, sosteniendo una
en cada mano. En su cadera se encontraba su arma habitual.
—Eso es… genial… Frank… —le dije cuando se acercaba—. Pero primero
tenemos que hablar sobre el plan y todo lo demás. Y esperar a Lacy Green.
—Mierda, ¿me estás tomando el pelo? ¿Dos sexys rubias con escopetas?
Gracias Dios. —Miró al Padre Peter—. Sin ánimo de ofender, Padre.
Increíblemente, la otra sexy rubia apareció quince minutos más tarde. Ella
estaba como siempre, vestida con su traje de porrista, que era, por
supuesto, profundamente práctico, pero supuse que no tanto como llevar
un chaleco de pesca sin camisa. Hizo un gran espectáculo al salir de su
auto suspirando con fuerza y observando el paisaje con un movimiento de
cabeza, enfatizando el hecho de que nos hacía un gran favor.
En serio.
—Hola, Lacy. Me alegro de que hayas venido —le dije tan cálidamente
como pude.
—¿Este es su ejército?
—Así es. —Fingiendo que se trataba de una pregunta sincera, pasé a las
presentaciones—. Probablemente recuerdas a los hermanos Alexander. —
Ella los miró sin comprender—. Y, por supuesto, conoces al Padre Peter y
Gabe… —El Salvaje Frank se aclaró la garganta ruidosamente, y suspiré—
, y a Frank Tinsley.
—No puedes estar hablando en serio. —Ella cruzó los brazos sobre su
pecho y me miró.
238
—Oh, vamos, Riley. No tiene nada que ver con eso. Esto fue todo lo que
pudiste encontrar.
—Bien, sí, tal vez tienes razón. Pero sigo pensando que podemos hacer
esto —le dije, mi voz era cada vez más aguda. Sentí una mano sobre mi
hombro, y sabía que era Gabe tratando de calmarme.
—Lacy, no tienes que ayudar —dijo Gabe—. Pero déjanos contar la historia
y entonces puedes tomar una decisión.
Por supuesto que realmente no era algo tan simple. Se notaba que todos
estaban un poco abrumados con lo que les contábamos, pero se
recuperaron rápidamente de la gran conmoción. Considerando todas las
cosas.
239
—Sí —le contesté—. Es lo que sucedió con Gabe al menos, matarlos les da
la libertad de ser humanos otra vez o algo así. Creo que debe haber algo
especial en la hora y día que vienen. Tal vez sólo tienen una breve ventana
de oportunidad para entrar en nuestro mundo, es por eso que no se
presentan con más frecuencia. Así que si aparecen estos ángeles, entonces
los matamos, y puesto que ya están muertos o lo que sea, no tienen más
poder o magia. Luego, cuando se cierre la ventana, se convierten de nuevo
en seres humanos. Quiero decir, eso parece ser lo que le pasó a Gabe.
—Quizá deberíamos averiguar en qué nivel está cada uno —dijo John—,
antes de crear un plan.
—Buena idea —le dije. Me gustó cómo todo el mundo parecía muy
dispuesto a ponerse en marcha.
240
Fue una sugerencia práctica. Gabe se acercó al lugar donde había estado
sentado en el porche y abrió una bolsa de plástico. Sacó una pila de platos
de papel.
Mientras ellos hacían todo esto, Lacy se acercó a mí. Cada vez que me
prestaba atención, automáticamente me sentía nerviosa. Y la defensiva.
—¿Qué?
—¿Pensé que habías dicho que ibas de cacería con tu papá? —Girándome
para observarla, me sorprendí al ver una mirada de profunda
preocupación en sus ojos.
—He estado con él. Dos veces. Nunca se me permitió tocar el arma. No es
algo que una mujer debería de hacer.
—¿Por qué…?
Suspiré.
241
Lacy finalmente hizo contacto visual conmigo otra vez y me dio la sonrisa
más pequeña del mundo. Luego se giró y se marchó para unirse a los otros
dos hermanos Alexander, que parecían muy felices de verla.
Miré a Lacy.
242
Miré directamente hacia el plato blanco clavado en el árbol a unos quince
metros de distancia y a través de la espesa maleza entró en foco.
Apunté.
Disparé.
Me eché a reír.
Negué con la cabeza. Me alegré de que Gabe hubiera pedido ayuda a los
hermanos Alexander. Eran muy dulces.
—¡Mierda!
Eh…
—¿Así que no sabes lo que estás haciendo? —preguntó Lacy con una
mirada.
243
—No, realmente no lo sé. Es suerte de principiante, lo juro —respondí con
un poco de pánico.
—Mira, déjame hacerlo de nuevo —le dije y ella se detuvo. Me giré hacia
Gabe—. Déjame hacerlo de nuevo.
Apunté.
Disparé.
—Ella no falló del todo. ¡Maldición! ¡La chica golpeó el mismo lugar!
El Salvaje Frank arrancó el plato del árbol y salió corriendo hacia nosotros,
con el pelo volando detrás de él.
244
—Mierda —dijo Curtis y él me miró con asombro.
—Son definitivamente dos tiros —dijo el Padre Peter, y por alguna razón,
porque él lo dijo, por fin les creí.
—Vamos —dijo Lacy—. Por supuesto que fue suerte. No es un prodigio con
la pistola ni nada parecido. —A pesar de que sabía que ella decía eso para
herirme, realmente agradecía su apoyo.
—Exactamente —dije.
—Bien, todo listo —gritó Curtis desde el interior del césped. Corrió hacia
un lado y a una distancia muy apartada. No lo culpaba, y levanté el arma
de nuevo.
El plato parecía pequeño, y tuve que entrecerrar los ojos un poco para
enfocar.
245
Solo apuntar y disparar.
Apunté.
Disparé.
Maldita sea.
—¡No lo es!
No estaba segura de por qué insistía con tanta fuerza en que no era nada
especial. Probablemente porque sabía que lo era y eso me asustaba. ¿Qué
significaba que fuera tan buena en esto, y sin ninguna práctica ni nada?
Esperaba que fuera tan simple como tener buena vista y una mano firme.
—Gracias.
Volvió a cargar el rifle y se lo pasó al Padre Peter, quien falló los dos
primeros intentos, pero dio en el tercero. Los hermanos Alexander
246
utilizaron sus propios rifles y eran muy buenos, los tres golpearon el plato
al primer intento y todos bastante cerca del centro.
Luego fue el turno de Lacy, nunca la había visto tan vulnerable. Ella ni
siquiera sabía cómo sostener el rifle, por lo que Curtis estuvo detrás de ella
y le mostró. La rápida sonrisa que les ofreció a sus hermanos me hizo
pensar que no le importaba mucho ayudarla. Sin embargo, incluso con su
ayuda, no golpeó el objetivo. Curtis volvió a cargar rápidamente el rifle
para que ella lo intentara de nuevo, pero después de un par de intentos se
frustró tanto que sólo empujó el arma hacia él y salió enfurecida, hacia el
muelle.
247
—Sí, así es —respondí mirándolo seriamente. Suspiró—. Estás a dos
meses de graduarte con un diploma de secundaria. Ni siquiera pienses en
ello, Gabe.
—Así que tenemos que armar un plan para cuando finalice la escuela,
cuando tendremos más tiempo.
—Está bien, está bien. Etta Mae dijo que tendría algo preparado para
nosotros en todo momento.
248
Treinta y tres
Traducido por Areli97
Los mismos niños estaban jugando en el patio de Etta Mae, la misma niña
con el vestido amarillo me sonrió brillantemente. El Sr. Clayton estaba
sentado en su silla ignorándonos mientras Etta Mae nos daba la
bienvenida a su hogar. Inclusive aunque había estado en su casa media
docena de veces para entonces, estaba siempre impactada de cuán
congelada en el tiempo se veía. Nada cambiaba nunca.
—¡Ahí están mis chicos fornidos! ¡Todos más inteligentes y más altos ya
veo! —dijo Etta Mae apretando a John firmemente.
—No más altos, Tía Mae —dijo Daniel—. No estoy seguro que más
inteligente tampoco.
—Puedo decir por sólo sostenerlos a todos ustedes, que son malditamente
un poco más listos. —Jaló a Daniel en un abrazo también.
249
—Nunca pensé que viviría para ver el día cuando uno de mi familia fuera a
la universidad. Nunca siquiera me atrevía a tener la esperanza de que
serían los tres al mismo tiempo. ¿Dónde está mi Curtis?
—Hola —dijo Lacy en voz baja. Nunca la había visto ser tímida antes.
—Es un placer conocerte —dijo Etta Mae con una sonrisa suave—. Eres
simplemente la cosa más linda.
—Los conozco a ambos —dijo Mae sacudiendo cada una de sus manos—.
Padre Peter, le diré una cosa, con todo como es, es un buen hombre y eso
es suficiente.
250
encontrar trabajos de verano. Una vez que la escuela hubiera terminado
nos podríamos encontrar más regularmente, por supuesto, y trabajar
alrededor de cualquier horario de trabajo que los hermanos Alexander
quizás tuvieran en ese punto.
Lacy probó ser muy útil entonces, diciendo que había visto a su padre en
el club en New Adamstead hacer algo de tiro al plato.
Tan lejos como podía ver, teníamos un plan bastante bueno. Estaba
sorprendida en realidad. Había parecido más temprano como si hubiera
sido casi imposible, pero todo parecía estar juntándose perfectamente.
Incluso el Salvaje Frank no era tan salvaje. Una vez que lo conocías.
251
—Creo que esto realmente podría funcionar —le dije a Gabe más tarde esa
noche de vuelta en casa en el postre, mientras mamá estaba lavando los
platos en la cocina.
—Sí.
—¿Está mal que esté como encontrando todo esto divertido? —le pregunté
a Gabe inclinándome hacia él para que mamá no escuchara.
—Para nada.
Sonreí.
252
Treinta y cuatro
Traducido por Helen1
253
—¿Qué?
—Bueno, siempre he pensado que estás bien, Riley. Recuerda que te invité
a comer con nosotros en la cafetería. Es a ti a quien no te gusto.
—Sí, pero eso no quiere decir que no me gustas, sólo que... bueno, sentí
que pensabas que eras mejor que yo, así que tenía que bajarte los humos.
Ya sabes.
—¿En serio?
—Y tú eres la que dejó de comer con nosotros. Eso fue un poco malvado.
—No pensé que te importara. Pero no tenía nada que ver contigo. Fue
Amber. No creo que me guste mucho.
—Oh, Dios mío, ella es tan molesta. Y odio cuánto adora al Pastor Warren.
—Exactamente.
—Entonces.
—Haría las cosas más fáciles —dije—. Tengo muchas cosas en mente, sin
tener que lidiar con problemas de chica tonta.
—Está bien, seguro. Sí. Seamos amigas. Pero sólo aquí —añadió en el
último momento.
254
—No te preocupes, Lacy —dije—. En público todavía podemos
disgustarnos entre sí. Quiero decir, yo tengo mi propia imagen que
mantener.
Su mayor esfuerzo y contribución más útil, había sido ella y los hermanos
Alexander yendo a buscar la máquina de lanzar al plato del club. Nos
contaron la historia, como todo el mundo se había quedado mirando,
cuando se dirigían en la vieja camioneta. Lacy había tenido todo arreglado
antes de tiempo, los chicos sólo tenían que salir de nuevo a conseguirlo.
Pero los cuatro caminando por el club había sido una grave perturbación.
John lo había descrito como un manto de silencio cayendo sobre todo. Con
amplias sonrisas asintieron a los clientes en el restaurante, que, según
dijo: “se congelaron a medio bocado, sus tenedores sólo cerniéndose sobre
sus platos, restos de comida cayendo fuera”. Lacy había amado cada
momento. Sobre todo la mirada de horror cuando ella y Curtis pasaban, su
brazo sobre su hombro. Parecía que Lacy estaba convirtiéndose un poco en
la pequeña rebelde.
255
La primera de mi clase, o casi, en todos los temas, incluso gimnasia desde
que encontré esta nueva confianza gracias a mis habilidades de tiro. De
hecho, descubrí que era bastante buena en los deportes si aplicaba el
mismo tipo de enfoque centrado que usaba cuando estaba apuntando en
las prácticas de tiro. Incluso en la unidad de lucha libre que Hannah había
dominado desde la escuela media, en realidad estaba a punto de
arreglármelas para conseguir las más altas calificaciones.
Pero la graduación de Gabe fue muy especial. Él nunca había pensado que
jamás estaría en una ceremonia de este tipo. Teniendo en cuenta que
había abandonado, era bastante obvio que él nunca había pensado que
realmente conseguiría un diploma. Aun así, aquí estaba ahora, de pie en el
borde del pequeño escenario con su toga y birrete, esperando a que su
nombre fuera llamado. Se veía tan lindo —no caliente lindo, sino
adorablemente lindo— nerviosamente jugando con el borde de su batola,
mirando de frente a la directora Johnson. Para este momento, Gabe era
una figura en la escuela como si hubiera estado a través de todos los
grados con nosotros. Cuando su nombre fue llamado, nadie pareció darse
cuenta de que su única familia éramos mis padres y yo. Todo el mundo
estaba demasiado ocupado vitoreándole, especialmente las chicas. Cuando
la señora Johnson le entregó su diploma, lo vi mirar a la multitud, en
busca de algo. Entonces me vio y agitó el diploma en el aire.
256
toga y birrete todo el tiempo. Camino a casa, se ofreció a darme un paseo
en su moto, pero todavía no estaba lista para eso. Él nunca dejó de
ofrecerlo, pero simplemente yo no era lo suficientemente valiente. Así que
nos fuimos a casa por separado y nos reunimos en el porche delantero en
el columpio, mis padres en el interior viendo la TV.
—Lo mejor.
Nos sentamos en silencio por un rato, mirando hacia la oscuridad del patio
de enfrente, por el camino.
Suspiré. No tenía idea de la pregunta capciosa que era. El hecho era que
en realidad estaba sintiéndome un poco resentida con la extraña cosita
fantasma en estos días. Desde la conversación sobre los Thralls, había
aparecido sólo una vez más fuera de mi ventana una semana después.
Pero había desaparecido al segundo en que fui abajo para hablar con ella.
Después de eso, bueno, yo no la había visto desde entonces, y ahora
habían sido casi cuatro meses desde que me había hablado de la
“pregunta obvia”. Desde entonces, había decidido que no estaba de humor
para charlar conmigo. Claro que había estado un poco centrada en otras
cosas últimamente, liderando un ejército y entrenando y esas cosas. Pero
aun así, de vez en cuando, acostada en la cama por la noche planificando
la sesión de práctica del día siguiente, de repente la cosita fantasma
aparecía en mi mente. Me preguntaba por qué ya no quería tener una
conversación conmigo. Me preguntaba cuál era la respuesta a la “pregunta
257
obvia”. Me sentía... bueno, era estúpido, pero me sentí un poco como que
me había abandonado. También me preguntaba si yo... bueno, si había
hecho algo malo.
—No la he visto en meses —contesté. Era la verdad. Gabe no tenía por qué
saber que estaba decepcionada ante ese hecho.
—Lo sé. Pero no puedo hacer nada al respecto tampoco. No tiene sentido
volverse loco al respecto.
—Sí. Supongo.
No parecía contento con dejar las cosas así, sin embargo. Dile, pensé. Dile.
258
esto desde hace mucho tiempo. Y, cariño, sabes que me llamaste la
atención desde el primer día que nos conocimos.
Oh, no.
Riley Carver no tiene citas. Ella no consigue que le pidan citas, pero si
alguna vez le pedían, con toda seguridad diría que no.
—Uh... ¿Riley?
—Sí.
Gabe sonrió.
—Increíble.
259
Treinta y cinco
Traducido por Kellylc
260
—Malditamente cierto que lo están. Y tú sabes que lo aman. Les dijo que él
está “disfrutando de la Gloria”, pero la única Gloria que podía ver era la
que creaba de sí mismo.
—¿Cómo quién? Las únicas personas que estarían interesadas son las que
están perdiendo cada momento libre disparando objetivos —respondió
Lacy, su voz con una llena de amargura.
Y entonces.
261
tiradores, que imaginaba podían ser un verdadero reto para cualquier
francotirador profesional.
Uno pensaría que eso era una buena cosa. Y lo era, para nuestro
propósito. Pero era también una cosa mala porque repentinamente, por
primera vez, estábamos bien. No necesitábamos practicar tan a menudo, y
fue idea de Curtis que nos tomáramos el día libre.
—No creo que deberíamos parar ahora, estamos muy cerca… —les dije.
—Es solo un día —dijo el Padre Peter—. Curtis tiene razón. Y no se trata
solo de nosotros. Has estado aquí cada día firmemente por dos meses.
—Sí eso es todo lo que quieren —dije con un suspiro—, está bien, vamos a
tomar un día libre. ¿Pero solamente un día, está bien?
262
Todos empezamos a empacar. Cuando estaba poniendo la escopeta de mi
madre en el maletero del auto —había empezado a tomarla de vez en
cuando, así que ella nunca iba a sospechar— escuché la voz de Gabe en
mi oído.
—Ya era hora de que tomaras algo de tiempo libre. Así que, tú y yo,
¿Mañana por la noche?
—Pensé que habías estado usando todo este entrenamiento para tratar de
evitarlo.
—Bien.
—Saldré a pasar un poco el rato con John, trabaja en el lugar, pero voy a
volver a tiempo para la cena.
—Genial —dije y cerré la puerta. Mi corazón iba a un ritmo que pensé que
iba a explotar en mi pecho.
Manejé un poco más rápido de lo habitual para llegar a casa lo más rápido
que pude. Recoloqué la escopeta en el armario de las armas y cerré con
llave, luego corrí escaleras arriba hacia mi habitación marcando mientras
lo hacía. Solo había una persona en la que podía pensar que pudiera
ayudarme en el estado que me encontraba. Solo esperaba que ella no se
burlara tanto de mí.
—¿Hola?
263
Treinta y seis
Traducido por maphyc
L a reacción general a Riley yendo a una cita era tan grande y ridícula
como me había imaginado que iba a ser. Lacy había chillado a través
del teléfono en un tono que probablemente sólo los perros podrían oír
cuando se lo dije. Mis padres pensaban que era simplemente la cosa más
linda del mundo, y estoy bastante segura de que vi lágrimas en los ojos de
mi madre.
No pude dormir en toda la noche y evité a Gabe tanto como pude durante
el día siguiente. Realmente apestaba vivir con el chico con el que ibas a
tener la primera cita. La primera cita de tu vida.
Por supuesto, que esto iba a ser complicado ya que teníamos formas del
cuerpo muy diversas. Ella era todo delgada, y yo era, bueno, no delgada.
—Estoy tan celosa de tus curvas —dijo mientras exponía algunos vestidos
en mi cama.
264
—Eso es sólo porque no sabes cómo vestirlas. —Ella dio un paso atrás
para examinar las diferentes opciones, luego agarró un vestido púrpura
corto con un pequeño arco en el hombro—. Pruébate este.
—Nos estamos quedando sin opciones —le dije mientras me quitaba una
blusa blanca sin mangas y una falda negra corta.
Sabía que Lacy lo entendía, pero levantó la mano para hacerme callar.
—Lacy, esto no tiene sentido... tal vez debería llevar uno de mis vestidos de
verano.
—Tú no vas a usar uno de esos. Eso sería como llevar tu uniforme de la
escuela en una cita, los usas tan malditamente a menudo.
—Lacy.
265
Estaba demasiado cansada y caliente para volver a discutir. Así que cogí
mi toalla y la dejé a su suerte. Tomar una ducha resultó ser una muy
buena idea, en realidad. Fue un buen descanso de probarse ropa, y me
sentí fantástica después. Me tomé mi tiempo, de pie bajo la ducha y
cerrando los ojos, dejando que el agua cayera en cascada sobre mí. Por
este breve momento, me sentí relajada de nuevo. Si no podía ser el objetivo
de blancos en movimiento, una ducha podría ser suficiente por ahora,
supuse.
—¿Y has tenido esto en tu armario todo el tiempo que hemos estado
revisando mis cosas?
—Supongo.
Lacy arrojó el vestido sobre la cama detrás de ella, y levantó las manos en
el aire.
—Oh, Dios mío, Riley. ¿Sabes cuánto tiempo hemos perdido? ¿Podrías
meterte en el magnífico vestido rojo ahora, por favor?
266
—¿Contenta? —le pregunté.
—Es perfecto.
Me volví y miré. No podía creer lo que estaba viendo, lo que era, bueno, yo.
El vestido no era demasiado pequeño después de todo. Tenía un poco de
elasticidad en la tela que no solo lo hizo justo para aferrarse a mi torso,
sino también para acentuar la cintura. La falda tenía una ligera línea A en
ella, no demasiado, pero lo suficiente para que fluyera suavemente desde
mis caderas y era agradablemente suelta en mis muslos para que pudiera
caminar fácilmente con ella. El escote era casi cuadrado, con la excepción
de que, cuando los lados se unían, se inclinaban en un ángulo. Me
encantaron las pequeñas mangas cortas que Lacy había descrito como
“cubiertas”.
—Es tan totalmente Vintage, pero no anticuado. Oh, Dios mío, Gabe va a
amarlo tanto. Es tan de su era. —Ella me pasó un grueso cinturón de
cuero negro para rematar el look.
267
—Está bien —le dije.
Me puse los zapatos de cuero negro lisos con el tacón de una pulgada. A
Lacy no le gustaba eso, pero en esto no tenía nada que decir. Necesitaba
calzado cómodo si iba pasar por esta cita.
El toque final fue el collar que Gabe me había regalado el Día de San
Valentín. Hasta ahora sólo lo había usado bajo la ropa, pero esta vez lo iba
a llevar con orgullo para que el mundo lo viese. Me parecía que era lo que
había que hacer. Incluso si la gente levantaba una ceja o dos.
—Te ves muy bien. Y no hay manera de que a Gabe no le vaya a encantar
esto.
Aun así.
268
Será mejor que le guste.
—¿Qué?
—Mentí.
—Oh.
—Sí.
269
Me encogí de hombros. Por dentro, pensé que iba a morir.
—Está bien.
Ella puso sus manos sobre mis hombros y me miró fijamente a los ojos.
—Está bien.
—Está bien.
270
Treinta y siete
Traducido SOS por Apolineah17 & SOS por Fanny
—Esto es tan genial de su parte —dijo Lacy mientras nos dirigíamos hacia
abajo—. Mi mamá habría estado allí con una cámara. Mi papá con una
escopeta.
Tuve que evitar el contacto visual con Gabe. Me di cuenta de las pinturas
en las paredes por primera vez en años, de cómo la alfombra necesitaba
ser lavada, que la ventana encima de la puerta tenía una pequeña grieta.
271
perfección. Encima de eso estaba su chaqueta de cuero, y tuve que admitir
que nos veíamos malditamente perfectos juntos.
—Hola.
—No tan bien como tú, pero tú haces que me vea mejor, así que eso es
todo lo que cuenta. Bonito collar.
—Hola, Gabe —dijo Lacy con una sonrisa—. ¿No luce fantástica?
—¡Ella no puede montar una moto! —Lacy se acercó por detrás y se abrió
paso protectoramente entre nosotros.
—Claro que puede. No tienes miedo, ¿verdad? —Gabe mi miró con una
ligera sonrisa.
272
—Y te lo agradezco. Pero todo estará bien. Muchas gracias por toda la
ayuda.
—Está bien. —Cruzó los brazos sobre su pecho y puso mala cara.
—Lo que sea. —Me dio un rápido abrazo y entonces se alejó. Luego
sacudió la cabeza hacia mí y pisoteó los escalones de la entrada, hacia su
auto y se marchó en una ráfaga de polvo. Me pareció un poco exagerado,
pero supongo que arreglarme llevó un poco más de trabajo de lo que ella
esperaba, y ahora pensaba que todo se iba a desperdiciar. Hice una nota
mental para tratar de mantener todo en su lugar durante tanto tiempo
como fuera posible. Lo cual sería difícil mientras encontraba el brillo labial
demasiado pegajoso para mi gusto.
—Sí, por supuesto. —Todavía no podía hacer contacto visual con él.
—Ya voy, ya voy. —Al igual que Lacy, pisoteé mi camino por los escalones.
Cuando llegué a la motocicleta, me entregó un casco.
—Gracias.
—¿Riley?
—Sí.
273
—¿Estás bien?
—No puedo hacer esto. —Por primera vez lo miré a los ojos. Cuando lo hice
me di cuenta de por qué instintivamente evitaba mirarlos. Sus ojos
derretían mi corazón. Me sentía tan… vulnerable.
—¿Qué? —Oh, eso era lo que él estaba pensando—. No, no. Quiero decir…
Mira, no te habría dicho que sí, si no creyera que era el momento, es sólo
que…
—¿Qué es? —Dio un paso hacia mí. Nunca parecía darse cuenta lo
abrumadores que eran esos pequeños pasos hacía mí.
Él se echó a reír.
Finalmente habló.
274
—¿De mí? —dijo en voz muy baja. Era casi adorable.
—Sí.
—¿Qué? ¿Qué?
Oh, por el amor de… ¿por qué los chicos son tan densos?
—Sí, ajá.
—Yo.
—Tú.
—Sí, yo. Yo… Nunca he estado antes en una cita. Chris fue mi primer
beso, e incluso entonces, fue algo como nada. Éramos solo amigos en ese
entonces. Nunca me había vestido así…. Nunca. —Hice una pausa—.
Bueno, como dije, Chris fue mi primer beso. Mi único beso. Mi único… lo
que sea. No sé cómo hacer todo esto y debería, ¿sabes? A mi edad. Me
gusta ser buena en cosas, y no tengo ni idea de lo que estoy haciendo. Y tú
eres como… todo lo opuesto a mí con todo eso y no quiero que me
juzgues…
—No lo haría…
275
—Bien, bien, cálmate. —Puso sus manos sobre mis hombros y lentamente
me movió para apoyarme contra la moto—. Primero que nada, cualquiera
puede tener citas.
—Yo no.
—Entonces, ¿qué? ¿Esto es serio? No creo que pueda hacer esto serio. O
sea, es solo una primera cita, me refiero a que… yo…
Asentí.
—Bien. Primero que nada, somos nosotros. Hemos estado pasando el rato
por casi una año ahora, Riley… —Se inclinó un poco y bajó su voz—, me
has visto desnudo.
276
Asentí y sentí mi cara ponerse más caliente. De blanco pálido a rojo
ardiente, asombroso.
—Así que solo saldremos como las otras veces. Yo invito. ¿Esta eso bien?
—Me miró de soslayo como para convencerme de que está bien.
—Está bien.
—Y segundo, tomemos solo un paso a la vez, deja de ver algo más allá
porque eso ni siquiera existe todavía. El primer paso es que te subas a la
moto.
—Bien.
—¿Vas a hacerlo?
—Sí.
—Ponte tu casco.
—He visto a gente agarrándose así. —Estaba agarrando la parte de tras del
asiento.
277
—No es tan seguro de esa manera…
Como sea, solo no quería morir, ¿bien? No tenía que tomarlo como una
señal de que quería tocarlo o algo. Y luego recordé que estaba en una cita,
y estaba bien dejarle saber al chico que me gustaba. Hombre, apestaba en
esto.
Deseé realmente poder quitarme el casco para que la gente pudiera ver que
era yo. Por otra parte, ¿realmente quería ser el chisme del pueblo?... Me
pregunté si Lacy le diría a alguien. Había estado bastante bien no
escupiendo la cosa del ejército. Pero esto era tener citas, un animal
totalmente diferente.
278
Hartwich no estaba muy lejos de New Adamstead. Como a veinte minutos.
Entramos al pueblo y Gabe encontró el camino hacia el estacionamiento
central. El pueblo era quizá dos veces más grande que el nuestro, pero
todavía era pequeño comparado con una ciudad normal. Había un par de
centros comerciales en las afueras, pero el centro del pueblo estaba bien
confinado en una docena o así de bloques.
279
—Creo que lo haré.
—Gracias.
280
Treinta y ocho
Traducción SOS por Scarlet_danvers & SOS por Jadasa Youngblood
—Imagino que te gusta este tipo de comida —le dije, recordando todas las
comidas que Etta Mae nos había servido.
—¡Y mira! ¡Pasos dos y dos punto cinco completados! —dijo mientras nos
acercábamos a la puerta.
—Paso tres...
Fuimos hacia adentro donde un joven con mucha energía vino corriendo
hacia nosotros diciendo algo tan rápido que nos tomó un momento darnos
281
cuenta de que nos estaba preguntando si queríamos sentarnos adentro o
afuera. Elegimos afuera.
—Depende de lo que sea —le contesté. Solo podía confiar hasta ahora.
—Tu papá dijo que podíamos simplemente pedirles que nos traigan lo que
ellos pensaban que nos gustaría. Él dijo que era genial.
—¿Genial?
—Riley...
—Suena formidable.
—Bien.
Gabe se echó a reír, y nuestro frenético, pero muy feliz, camarero volvió. Le
pedimos que trajera lo que él creyera que nos gustaría y eso pareció
llenarlo con más alegría.
282
—Mira lo feliz que lo hicimos —le dije mirándolo prácticamente correr de
nuevo en el restaurante.
Probablemente no.
—Dijiste que sería solo nosotros dos pasando el rato, y nunca agarras mis
manos y dices cosas como esas cuando pasamos el rato.
—Lo será. Pero las primeras citas normalmente no son muy cómodas.
Y ahora me lo dice.
—Sí, lo es.
—Pero no lo estoy.
—¿No lo estás?
283
Gabe se echó a reír también.
—Lo eres. Eres graciosa e inteligente, y tienes una puntería increíble, y...
—Se detuvo y me miró de esa manera que nunca he entendido.
—¿Y?
—Oh, sí. Una cosa muy buena. Nunca me hablas como si fuera estúpido,
incluso antes cuando estabas explicando la cosa del viaje en el tiempo. Tal
vez solo pensabas que yo era inteligente porque era un ángel, pero has
sido malditamente grandiosa desde entonces.
—Y eres hermosa.
—Gabe...
—No, lo digo en serio. Sé que no te vistes como las otras chicas, y que no
eres como una estrella de cine... no eres linda. No eres, obviamente,
caliente...
284
—Y tú cara —se corrigió rápidamente—, tú cara es simplemente perfecta
y... no puedo explicarlo. Es como si, con otras chicas, sí, son lindas, y lo
ves y piensas: “Esa es caliente”, pero luego te miro y entonces es como... es
como cuando era pequeño y me bastaba con ver hacia el pantano y
simplemente contemplarlo y observarlo, por horas. Y mi mamá se enojaba
porque pensaba que yo era perezoso, no podía entender lo que estaba
haciendo. Yo solo quería ver porque era tan hermoso, y pensaba que si
desviaba la mirada entonces me iba a olvidar de cómo era. —Dejó de
hablar y su cuerpo pareció relajarse. Como si estuviera finalmente
satisfecho con su explicación.
—Gabe. —No sabía qué decir. ¿Debería decir algo a cambio? ¿Cómo
pensaba que era tan caliente que cada vez que se acercaba a mí sentía
mariposas en el estómago? ¿Que la primera vez que tocó mi mano pensé
que había sido electrocutada? Pero él sabía que era caliente. ¿Todavía
quiere que le diga eso? Y, además, no era como si pudiera decir algo la
mitad de romántico como mirar perdidamente hacia el pantano…
—El cuarto paso es un paso muy vergonzoso para ti, ¿no es así? —dijo
Gabe después de haber estado en silencio un poco tiempo demasiado
largo.
—Podría haber tenido algún tipo de aviso. Como con el paso dos punto
cinco.
—Solo quería decirlo. Para que lo sepas. Porque creo que entiendes cuán
inteligente eres, pero a veces pienso que no sabes cómo te ves...
—Para mí. Probablemente también para otros chicos. Pero más importa
para mí, ¿verdad? —dijo con una sonrisa diabólica.
—¿Sí?
Gabe se rio.
285
Afortunadamente el camarero volvió con nuestro primer platillo en ese
momento y pudimos dejar el asunto mientras disfrutábamos de la comida.
Era más que increíble. Claramente, el chef era un verdadero artista.
—Ayudará a la digestión
8
Zydeco: Música originada por la combinación de la tradición musical cajún y elementos
del blue.
286
No estaba tan segura de eso. Me dio la vuelta y ahora estaba enfrentando a
los músicos y todos me estaban mirando. El chico en el acordeón me dio
un gran guiño.
—No te preocupes por eso. Paso cinco. Mostrarle a Riley cómo se hacía en
mis tiempos...
—¡Ves! Es nato.
—Suenas sorprendida.
287
grupo. Se puso muy concurrido en la pista de baile y Gabe me apretó
hacia él. No creo que tuviera algo que ver con ahorrar espacio.
—Sí, lo sé.
—¿Lo sabes?
—Sí, te gusta cantar para ti mismo a veces. —Era cierto, cada vez que
necesitaba concentrarse en algo empezaba a tararear, a veces incluso
diciendo las palabras—. Realmente te gusta esa canción del Cadillac.
Gabe se rio.
—Oh, esa. Sí, es una buena. Mi bebé tiene un Cadillac azul brillante... —
comenzó a cantar.
—Repite después de mí... —Me habló a través del coro y luego cada vez
que regresamos a la misma la canté con él.
288
Ahora me sentía cómoda por completo. Todos los temores y
preocupaciones alejados. Solo hablamos sobre cosas mientras terminamos
el postre. Cosas estúpidas. Ni una sola vez sacamos el tema de la Toma, y
estaba a solo una semana de distancia. Por esta noche, era como si
fuéramos una pareja normal, comiendo un postre normal, teniendo una
cita normal.
Pareja.
Cita.
Normal.
289
Treinta y nueve
Traducido por Mari NC
—Eh —dijo.
—Eh —le contesté. Nosotros sólo nos miramos un poco, y estuvo bien.
Estaba bien no decir nada. Mi mente ni siquiera estaba trabajando mucho.
—¿En serio?
—Así es.
290
—Eso es genial.
—Es un regalo.
—Sí.
Bueno, esas fueron dos cosas nuevas que había aprendido allí.
Evidentemente hice a Gabe parecer un héroe, y Luke Perry era genial otra
vez.
—Oye, sólo lo dije para hacerte lucir bien —le contesté poniéndome el
casco antes de que pudiera interrogarme más.
Nos subimos a la moto, y esta vez me sentí como una profesional. En esta
ocasión me sentía bien, bueno, está bien, me sentí genial. Sabía que no
debería importar lo que alguien más pensara, en especial no dos chicos,
pero a medida que conducíamos a través de las calles llenas de gente y
mirábamos los alrededores… se sentía bien verse impresionante.
9 Luke Perry: es un actor estadounidense, célebre por su trabajo como Dylan McKay en
la serie Beverly Hills, 90210.
291
El viaje de regreso en la oscuridad fue un poco espeluznante, sobre todo
una vez que estuvimos fuera de la carretera. La única luz provenía de la
moto, y sólo podíamos ver a unos pocos metros enfrente de nosotros. Por
alguna razón la oscuridad trajo nuestra misión de nuevo sobre el tapete, y
empecé a sentirme nerviosa. Acerca de nuestro plan. Acerca de la Toma.
No quería pensar en nada de eso, no ahora. Me incliné hacia Gabe y lo
abracé con más fuerza.
—No.
—¿Hacer qué?
—No lo sé.
292
—Bueno, todos sabemos que tú puedes hacerlo, pero el resto de nosotros...
incluso después de todo el entrenamiento...
—Podemos hacerlo.
—Bien.
—Así que… entonces supongo que buenas noches —le dije mientras
estábamos en el oscuro pasillo.
—Buenas noches.
Nos miramos el uno al otro. Parecía que podría estar pensando en tratar
de besarme. O todavía tal vez estuviera pensando en dispararles a los
ángeles. Era difícil de decirlo. Parecía que iba a tener que dar el primer
293
paso, y yo no sabía qué hacer. ¿Había algo especial que una chica hacía
cuando quería que un chico la besara? ¿Qué tipo de señal es una señal?
De hecho...
294
volviendo muy buena en despejar mi cabeza, lo que era muy útil, viendo
cómo todo se ponía confuso aquí. Me sentí tranquila. Me sentí... lista.
Cuando nos separamos, fue como si de alguna manera los dos sabíamos
que era el momento.
—No si no quieres…
295
—Todo en esta noche ha sido demasiado. No en el mal sentido… pero…
—Sí.
—Está bien, así que ahora supongo que realmente serán buenas noches —
dijo poniéndose de pie y ofreciéndome una mano.
—Yo no. Pero ahora me tengo que ir, de lo contrario, me preocupa que
puedas tomar ventaja de mí o algo así.
No podía dejar de sonreír y abracé mis rodillas hacia el pecho. Miré hacia
el bosque y las luces de la ciudad que parecían mucho más brillantes,
mucho más bonitas.
296
Entonces estaba allí. De pie en mi línea de visión a tal vez diez metros de
distancia. Simplemente apareció, de la nada, pero cuando lo hizo fue como
si siempre hubiera estado allí.
Mirándome.
¿En serio?
Todavía no.
297
Cuarenta
Traducido por LizC
—¿En dónde está Gabe esta mañana? —continuó ella. Me di cuenta que se
mordía la lengua, podría decir que realmente quería sentarse y hacerme
rememorar cada minuto de la pasada noche con ella.
298
Mamá asintió. Cuando papá regresaba teníamos dos autos, y durante los
últimos dos meses su auto prácticamente se convirtió en mío. A decir
verdad, preguntar era solo una formalidad.
—¿Y…?
299
—Y…
Me reí de nuevo.
—Lacy, por ahora me gustaría mantener esto entre nosotras. ¿Está bien?
—No sé. Ya se había ido antes de que me despertara esta mañana. —Vi a
Lacy intentar ocultar una sonrisa, y me di cuenta de cómo sonó eso—. Mi
madre fue quien lo notó primero —añadí, esperando que eso lo hiciera
sonar un poco más inocente, de lo que era.
300
Pero estaba demasiado afectada para tomar un momento para apreciar lo
que eso significaba.
A pesar de la ausencia de Gabe, el día fue muy bien y todo el mundo partió
de buen humor. Esperaba, mientras me dirigía a mi casa, ver a Gabe
esperándome en el porche delantero. Pero fue a mi madre en su lugar,
sentada en el banco, bebiendo una limonada. Cuando vio el auto, se puso
de pie.
Apagué el motor y salí. Cuando me acerqué, sabía que algo no estaba bien.
Mi madre llevaba sus sentimientos escritos en toda su cara como un
accesorio de moda.
—¿Qué, qué es? —pregunté subiendo las escaleras para encontrarme con
ella.
—¡Oh querida, no, no, por supuesto que no! —Mi madre me llevó a ella y
me sostuvo en un torpe abrazo—. ¿Por qué pensarías eso?
—¿Ido?
301
—Encontré esto pegado a la parte delantera de la puerta. Debes haberlo
pasado por alto cuando saliste de prisa.
Riley,
Tengo que irme. Este no es mi hogar, este no es mi tiempo. Gracias por todo.
Significas mucho para mí. Espero que algún día podamos encontrarnos de
nuevo. En este momento, tengo que encontrar mi propio camino.
Lo siento.
Gabe.
Por otra parte, esta era exactamente el tipo de nota que Gabe dejaría.
Simple, directa. Sin adornos. ¿Qué estaba pensando? Esta era la nota que
Gabe dejó.
¿Pero lo de anoche?
—Cariño…
—Riley, el lenguaje.
302
—Riley, no creo que pudiera manejar una despedida. Creo que por eso se
fue así… —Mi madre trató de empujar el cabello fuera de mis ojos, pero la
aparté.
—Tienes razón, amor, él se comportó muy mal. Pero no creo que lo hiciera
para hacerte daño. Creo que pensó que así protegería tus sentimientos.
—Mierda.
—Riley.
—Mierda. ¡Mierda, mierda, mierda! —grité cada palabra más fuerte que la
anterior hasta que prácticamente gritaba en su cara. Estaba tan enojada,
me sentía demente. Apenas podía ver a través de mis lágrimas, pero
todavía podía reconocer su expresión de dolor. Bueno, no me importaba.
Tal vez a ella no le gustaba mi reacción, pero no era a la que acababan de
abandonar con una nota de un chico que le importaba mucho más que un
novio. Él era el puto co-líder de un ejército, por amor de Dios, y realmente
no pensaba que pudiera liderar a nuestro equipo sin él.
—Riley —dijo mamá en voz baja, pero me levanté y pasé junto a ella,
corriendo por las escaleras y al bosque. Ya el sol se había puesto casi
completamente, y era aún más oscuro entre los árboles. Pero seguí
corriendo. No sabía a dónde iba o cuál era mi plan. No me importaba. No
sabía qué hacer con toda mi rabia, correr y llorar parecía el mejor plan en
este momento. Por supuesto, no eran siempre la mejor combinación, y me
tropecé con una raíz, cayendo con fuerza de cara.
303
podía ni siquiera reconocer para mí misma cuáles eran mis verdaderos
sentimientos por Gabe.
Vamos, Riley…
Riley.
304
Cuarenta y uno
Traducido por Martinafab
Riley.
No lo hizo.
305
—¡Cállate! ¡Solo cállate!
Lo estoy.
—¡Deja de mentir! —Por lo menos ahora tenía una salida para mi rabia—.
Apareciste por primera vez el pasado otoño. Y luego te fuiste. ¡Te fuiste!
¿Por qué todo el mundo me deja...?
Riley, he estado contigo desde que fuiste una idea. He estado contigo
incluso antes de eso. Solo que ahora me ves porque tú quieres. No me has
visto en meses porque no querías verme.
—¡Sí, lo hice! Por supuesto que sí. Necesitaba preguntarte cosas. Sobre el
Círculo y todos los planes que estaba haciendo... Yo quería... —Pero
mientras lo decía, no podía dejar de sentir de que la cosa fantasma tenía
un punto. Sabía que quería hacer las preguntas, pero a lo mejor, bueno...
tal vez en el fondo no había estado preparada para la respuesta. Saqué mis
piernas debajo de mí y abracé mis rodillas contra mi pecho.
Se necesita una intensa fuerza para que me veas. Hablar conmigo. Es por
eso que sientes tanto frío. Es por eso que siempre caes inconsciente
después. Se necesita una gran cantidad de energía para crearme como un
ser corpóreo.
Podía sentir mi ira siendo sustituida poco a poco por confusión y tristeza.
Riley.
No puedo marcharme.
¿Cuál es tú punto?
—No puedo hacer esto. Ahora no. No quiero hacerlo. Por favor, solo vete y
déjame en paz.
306
No puedo.
¿Estás cansada?
—Sí.
—¿Qué?
Bromeas. Es una broma. No estás cansada pero dijiste que lo estabas. ¿No
es una broma?
—No.
—Estoy cansada. Estoy agotada. Con todo... todo ello. Y ahora Gabe... —
Me atraganté con su nombre.
Pero, ¿no ves que por primera vez todo lo que eres me quiere aquí? ¿No ves
que ahora eres mucho más fuerte? Estás cansada superficialmente pero
siento que en el fondo no estás cansada. Todos estos meses de
entrenamiento, tu confianza en ti misma. Por primera vez, estás totalmente
abierta a mí, me quieres. Es muy agradable para mí.
—No entiendo...
No quería hacerlo. No quería hacer nada. Solo quería enrollarme como una
bola y dormir. Pero no porque sintiera esa presión familiar, esa ola de
agotamiento venciéndome como solía ocurrir cuando la cosa fantasma
aparecía, sino por todo lo que había pasado hoy.
307
Tal vez la criatura hizo un punto.
Cerré los ojos y traté de lidiar con todas las emociones en la superficie
para encontrar algo muy dentro que me diera alguna pista sobre qué
demonios estaba haciendo la cosa fantasma.
Quería ayuda.
—¿Qué eres?
Soy un Guardián.
—¿Eres qué?
Soy un Guardián.
308
—¿Qué es un Guardián? —pregunté.
Yo.
No pude evitar sonreír. Este Guardián era tan literal que era casi divertido.
Casi.
Un Guardián es enviado por el Círculo de los Siete para velar por un espíritu.
Nos llamamos Guardianes porque protegemos como centinelas a los
espíritus atados a la tierra que son vulnerables en sus caparazones
humanos. Yo te guardo.
Hay muchos.
—Dame un ejemplo.
—¿Por qué protegerías a los ángeles caídos? Pensé que habían caído
debido a que habían hecho algo malo.
309
—Está bien. Así que déjame ver si lo entiendo: tú eres un Guardián...
espera un segundo. ¿Eres un ángel de la guarda?
Sí.
—¿Eres un ángel?
Esto te sorprende.
—Bueno, quiero decir, algo así. Es realmente confuso. Solía asumir que los
ángeles eran como la gente, pero con alas. Y luego dijiste que el Círculo de
los Siete llevó a gente a esa luz brillante que Etta Mae vio, entonces pensé
que tal vez los ángeles eran solo eso, luz. Sé que no se parecen a Gabe
cuando era un Thrall, aunque sea eso lo que piense el pueblo. Y tú...
simplemente te ves extraño... así que, ¿saber lo que eres solo por
mirarte?... Un poco imposible en realidad.
Los ángeles no tienen forma. Somos como nos ven. No podemos elegir. El
Círculo de los Siete son Arcángeles, y ellos pueden elegir forma. Pueden
optar ser vistos o no. Pero nosotros no podemos.
—De acuerdo. Así que los ángeles toman cualquier forma que los seres
humanos elegimos para verlos.
No. Solo los espíritus ligados a la tierra y aquellos afectados por nuestro
poder.
—¿Perdona?
Dijiste que los seres humanos eligen vernos, pero la mayoría de los seres
humanos no pueden. Solo aquellos seres humanos afectados por nuestro
poder pueden vernos.
Sí.
Sí lo tiene.
310
Negué con la cabeza.
¿Lo estoy?
—Sí.
—Mi punto es que puedo verte. Y nunca he sido “afectada” por el poder de
un ángel por lo que sé, y obviamente no soy un espíritu ligado a la tierra.
No.
Silencio.
—¿Por qué? ¿Por qué yo, por qué... —El interior de mi boca se estaba
secado, mi garganta cerrándose. No me digas algo que no puedo manejar,
Guardián, porque hoy estoy un poco frágil. Pero así como lo pensaba, sabía
que no era cierto. Nunca había estado más lista.
La pregunta obvia.
311
—¿Qué soy?
312
Cuarenta y dos
Traducción Itorres
Dijo de manera tan simple, tan casual, que por un momento mi respuesta
fue similar. Oh, soy Nephilim. Bien. Eso es interesante y un poco
inesperado.
313
Eres hija de una mujer humana y un ángel caído. Es por eso que eres un
espíritu pero ligado a ésta tierra.
Un ángel caído.
No.
—¿No?
De todas las cosas que el Guardián me dijo, de todas las cosas fantásticas
imposibles que cambian la vida, eso era una flecha al corazón. Que golpeó
más profundo que cualquiera de ellas.
—Te equivocas.
Eso no es posible.
Riley, no habría ninguna razón para estar contigo si no fueras lo que eres.
—Bueno, tal vez cometiste un error. —Ni siquiera yo me creía eso. Pero
preferiría tratar de creer cualquier otra cosa que no que papá no es mi
papá.
No.
No, no lo es.
314
—¿No? No creo que me puedas decir eso. Sucede que, ahora mismo, me
siento muy agobiada.
Estás lista.
¿Acuerdo de confidencialidad?
315
—¿Ya no?
Cuando tú eras una idea, antes de que lo fueras, sabía su nombre. Pero
ahora ya no. Mi pasado comenzó cuando naciste.
No es sobre el sentido sino la verdad. Existo por ti. Lo que yo era antes es lo
que eras antes de que fueras. ¿Te acuerdas de lo que eras antes de que
fueras?
Sí.
—Bueno, no.
Y entonces un pensamiento.
Bien.
316
de cuando sentí al Guardián. También me imaginé que mi madre estaba
probablemente en estado de pánico, así como profundamente herida por la
forma en que había reaccionado.
Lo sé.
Lo haremos.
317
Cuarenta y tres
Traducido por Debs
Ganar una guerra, no es solo una cuestión de ser fuerte físicamente. Está la
estrategia y la psicología.
318
—Bueno, en realidad, eso es una buena manera de hacer las cosas,
supongo. ¿Pero qué hace a un Nephilim tan especial? —¿Qué me hace tan
especial?
Mitad humano, mitad ángel, un Nephilim puede ver más allá de lo que los
humanos pueden. Pueden ver a los ángeles. Hablar con ellos. Pueden ver y
comunicarse con Thralls. Ven la línea entre la tierra y el otro lado. Son
grandes guerreros con instintos naturales. Rápidos. Son muy inteligentes. El
Nephilim elige a quién ayudar, con quién hablar. Su capacidad de elegir es
un poder casi superior a sus capacidades personales.
—No lo sé. No creo que pueda ser uno de los Nephilim. Nunca he hablado
con los ángeles o los Thralls. Y sin duda no soy un guerrero.
Ah, sí.
—Está bien. Puedo hacer eso. Pero difícilmente soy un guerrero. Quiero
decir... vamos... mírame. —Aunque incluso mientras lo decía, me di cuenta
que no era del todo cierto. Era muy buena disparando, como
anormalmente buena en eso. Y entonces me acordé de la vez que mantuve
a Gabe prisionero en este cobertizo. Él había estado totalmente convencido
de que podía hacerle daño. Entonces mi mente se aceleró de nuevo a todos
esos meses, con el chapoteo en la fiesta en la piscina, la forma en que le
había dicho que había intentado estrangularlo con agua a propósito. Tonto
en el momento... y como siempre Gabe juguetonamente me abordaba, y no
podía dejar de pensar en maneras de obtener lo mejor de él, que eran
bastante violentas. Pero aun así...
Y sin embargo...
319
Eres una buena tiradora. Te olvidas, Riley, de que le disparaste a un Thrall.
Sí.
—Oh, vamos. Él estaba allí de pie frente a mí. Hablando conmigo. Era
bastante fácil.
Durante seis años han estado tomando. Ninguno de los tuyos ha golpeado a
uno.
—Mira, está bien, sé que soy una buena tiradora, ya lo sé. Y tal vez eso
significa algo, no sé. Pero con Gabe todavía era muy diferente. Él estaba
allí de pie.
—¿En serio?
En serio.
No.
320
—Pero crees que el plan es estúpido.
No.
No lo es. Te dije que nadie les había disparado antes. Pero tu elección para
ayudar a tus amigos, para instruirlos y guiarlos, tu poder es lo
suficientemente grande como para elevar sus espíritus.
Sí. Por eso los Nephilim son tan valiosos para el Círculo. A diferencia de los
ángeles menores y los Thralls, los Nephilim no pueden ser obligados a hacer
nada. No se les puede decir que vayan a la guerra por el Círculo. El Círculo
debe pedir su ayuda y los Nephilim pueden elegir si desean ayudar. Por eso
los Nephilim son tan preciosos. Tienen libre albedrío.
No lo es.
321
Los grandes guerreros hacen algo más que matar. Planean. Piensan de
manera que la mayoría no lo hace. Conducen y tienen la fuerza del espíritu
y el cuerpo.
—¿Voy a tener que… —Me sentí estúpida por preguntar, pero—... voy a
tener que hacer algo?
¿Hacer algo?
—Para otra persona. ¿El Círculo de los Siete va a venir a buscarme? ¿Voy
a cambiar, me crecerán alas? ¿Voy a ser aún más rara de lo que ya soy?
El Círculo puede preguntar por ti, pero no saben que estás aquí. Vas a
cambiar solo de la forma en que crece un ser humano. No van a crecerte alas
a menos que lo desees. Si te conviertes en más “rara” es porque tú lo
decides.
Sí.
—¿Cómo?
Bueno, por la forma en que lo veía, eso no era algo de lo que tenía que
preocuparme por ahora, o en realidad nunca. Así que dejé el tema. En su
lugar, le pregunté:
—¿Por qué el Círculo no sabe que estoy aquí? ¿No es que saben todo?
—No lo entiendo.
Si estás en lo alto de una montaña y miras hacia abajo, verás el mundo ante
ti. Podrías ver una tormenta a kilómetros de distancia, el curso de un río, la
distancia al pueblo más cercano. Y, sin embargo, no podrías ver cada
aldeano en esa ciudad, cada pez en el río.
322
—Es cierto.
Para ver cada pequeña pieza del rompecabezas necesitas enfocar, toma
saber dónde buscar. El Círculo no se preocupa acerca de este lugar y es por
eso que no te ven. No saben lo que está fuera de sus preocupaciones
actuales. No saben que los Thralls están tomando a los humanos de tu
pueblo. Además, nunca se les ocurriría que tal cosa fuera posible, porque
para ellos los Thralls no tienen la capacidad de razonar y pensar, son poco
más que bestias.
—¿Debes?
Debo.
Yo no espío. Te protejo.
—Pero cuanto más te doy, más me puede quitar el Círculo. Cuanto más
me abro, más vulnerable soy para ellos.
323
Es lo que es. Tú decides.
Es lo que es.
324
Cuarenta y cuatro
Traducido por LizC
H e dicho esta historia varias veces, pero esto era diferente. Todos con
los que había hablado, se habían sorprendido por los hechos, pero
no había sido demasiado molesto por la implicación personal. Estaban
generalmente solo asombrados de que los hechos hubieran ocurrido en
primer lugar. Decirle a mis padres lo que había pasado el último año,
conllevaba decirles que su hija era una líder armada de un ejército rebelde
que había estado mintiéndoles todo este tiempo y robándoles también.
Cualquier otra conversación como esta con mis padres habría dado lugar a
un castigo severo por haberlos engañado como lo hice. Pero tenía una cosa
de mi lado. Una cosa enorme de mi lado. El tema de mi origen. Si era
verdad, entonces ellos habían estado mintiendo mucho más tiempo que yo.
Además, descubrir que su hija era mitad ángel era suficiente para sacar
cualquier otra preocupación fuera de sus cabezas.
—Quiero decir… no puede ser cierto, ¿no? —Me reí de nuevo, aunque no
sintiéndome particularmente divertida—. Es una estupidez, ¿verdad? —
dije volviéndome a papá—. Quiero decir, heredé tu personalidad práctica.
325
Papá bajó la mirada, y mamá suspiró suavemente. Ante esas respuestas
supe que era verdad.
Mi madre me miraba con una expresión que nunca había visto antes.
Siempre sentí que justo debajo de la superficie estaba siempre en estado
de pánico. Preocupada por lo que pensaban los demás, preocupada por la
seguridad de su hija y su marido. Ella lo disimulaba con una sonrisa
brillante, pero siempre lo vi tan claro como el día. Pero ahora, en este
momento, estaba en calma. No, en paz, no contenida, sino en calma. Como
cuando finalmente admites algo que has estado escondiendo de tus
padres, como romper el jarrón. No te sientes bien cuando lo admites. Pero
te sientes mejor.
—Solo… solo cuenten la historia, por favor —dije. Fue todo lo que pude
decir antes de que las lágrimas brotaran, y me quedara en silencio.
326
continuó—. Pensé que estaba enamorada. Se fue antes del otoño, no dijo
ni una despedida. Estaba tan desconsolada que casi no regreso a la
universidad, pero lo hice. Fue una buena distracción hasta que me di
cuenta…
327
habitación con esa mirada de completa adoración que siempre le daba,
observándola desde una distancia.
—Lo sé… —dije, pero no se sentía bien. No sabía quién era, y lo que es
peor, qué era.
—Amor, no creo que seas mitad ángel —dijo mamá en voz baja a mi otro
lado, sintiendo mi verdadera preocupación.
—Amor…
Levanté la vista hacia ella. Se veía tan triste, tan preocupada por mí. Me
hubiera gustado simplemente poder mostrarle a mi Guardián a través de
la ventana… estaba allí, simplemente afuera, tan cerca. Pero sabía que no
serían capaces de verlo. Comprendí entonces. Era por eso que Etta Mae no
era capaz de verlo, pero Gabe y yo podíamos. Y era por eso que mis padres
no podrían verlo tampoco.
—Desearía que me creyeran —dije. Cuando les conté por primera vez la
cosa de los Nephilim había visto a mi padre sonreír levemente preocupado.
En el fondo sabía que en realidad no creían que podría ser esta cosa que
mi guardián dijo que era. Pero lo era. Sabía que lo era.
—¿Qué es entonces?
—Es que sería difícil para alguien creer algo como esto, viniendo de
cualquiera.
328
—Solo desearía que puedan ver a mi Guardián, entonces sabrían. Está
justo fuera de la ventana, justo ahí… —Mi voz se apagó. Se sentía
inverosímil. Mi madre se puso de pie—. No tiene sentido… —dije mientras
la veía cruzar la habitación para mirar hacia afuera.
—¿Lo ves? —Tenía el corazón en mi garganta. Por favor, deja que lo vea,
por favor, deja que lo vea.
Poco a poco dejó que las cortinas cayeran de sus dedos. Se dio la vuelta y
cruzó la habitación. Era como si estuviera flotando en un ensueño
absoluto. Ella no pareció recordar que había alguien más allí. No estaba
segura de lo que debía hacer. ¿Debo levantarme y darle un abrazo? Miré a
papá quien había ido a la ventana para comprobar por sí mismo. Pero
después de un momento rápido se dio la vuelta para mirarnos a las dos. Él
parecía tan preocupado como yo, pero probablemente por una razón
diferente. Ahora sabía que las dos podíamos ver algo que él no podía, y eso
afectaría a casi todo el mundo, supuse.
329
—Cuando eras pequeña te atrapé mirando este libro. Estabas mirando
esta foto —explicó mi madre con una voz lejana. Se sentó suavemente en
el brazo de la silla—. Te lo quité tan rápido como pude, y tú te echaste a
llorar. No podía decirte lo que esa imagen significaba en ese momento.
Tu… padre biológico una vez nos había comparado a él y a mí con ellos.
—Se suponía que debía ser romántico, como si jamás pudiéramos estar
juntos, algo… algo nos mantenía separados…
Madre no reaccionó a eso. Ella solo llevó su mano al lado de la mía y pasó
la página. La siguiente imagen era de las dos figuras besándose, aunque
sus rostros aún estaban cubiertos por la tela.
—Las tuviste.
—Supongo que es por eso que elegí que mi Guardián se viera de esa forma.
Estas imágenes realmente me marcaron.
330
libre. Ya no estaba aturdida. Todo el peso de la realidad la había golpeado
de repente, y ahora estaba en estado de shock.
Papá fue a buscarle un vaso de agua. Creo que solo necesitaba algo que
hacer, sintiéndose impotente al ver todo esto. Ella me miró, y simplemente
nos quedamos viéndonos la una a la otra. Me pregunté qué pasaría ahora,
cómo iban a cambiar las cosas ahora. Era suficiente para mí tener que
lidiar con la realidad de quién era, qué era —con lo cual no estaba segura
de haber lidiado realmente, apenas reconocido— sin mencionar a mi
madre teniendo que lidiar con quién era mi padre biológico. No podía
pensar en ese hombre como mi “verdadero” padre. No lo era. Papá era mi
verdadero padre.
Papá regresó con dos vasos para sus dos chicas, y todos nos sentamos en
silencio. Nuestras vidas habían sido puestas patas arriba esta noche.
—Bryce Mitchell.
—Ni siquiera supe que se había ido, mucho menos a dónde se fue. Al
menos tu ángel te dejó una nota. —Era una broma, lo cual me sorprendió,
tanto el hecho de que ella pudiera hacer una broma en este momento y
también que la estuviera diciendo en primer lugar. No hacía eso muy a
menudo.
—Lo siento mucho, querida, no debería haber dicho eso. Sé lo triste que
estás por Gabe.
—No, fue una buena broma. Un poco oscura. Simplemente no sabía que
podías hacerlo.
Mi madre me miró.
331
De repente me sentí muy mal por la forma en que le había hablado antes,
sobre todo porque ella solo estaba tratando de hacerme sentir mejor.
—Lo sé.
—Pero la cosa que te estuvo acechando durante todo el año, la cosa fuera
de la ventana que ambas pueden ver, eso es un ángel, ¿verdad?
—Sí. Un ángel de la guarda. Y yo soy una cosa Nephilim. —No pude evitar
bufar—. Una guerrera.
—¿Qué?
—Te estás tomando todo esto muy bien, querida —dijo él.
Así que eso es de lo que él estaba orgulloso. Era un poco raro, a decir
verdad, porque había estado pensando lo mismo de él. Su mayor
preocupación, al parecer, era que a él no le gusta que yo usara armas.
—En realidad no —contesté—. Es solo que no estoy segura que haya otra
manera de manejar esto. Es cierto, es real, y eso es todo lo que hay. —
Entonces, añadí—: Y sobre lo de ser una guerrera, no te preocupes. Voy a
parar ahora. No hay ningún punto en liderar mi pequeño ejército sin Gabe.
332
Me volví hacia ella.
—Se siente estúpido ahora, después de todo… además no puedo. No sin él,
me siento tan… —Exactamente igual que cuando Chris se fue—… vacía.
¿Qué?
—Eso no es cierto…
—No, Riley, lo es. —Mamá se inclinó hacia delante en su silla—. Chris fue
secuestrado, y comprendí que estuvieras de luto, pero tus notas escolares
en realidad fueron cuesta abajo el año pasado. Ahora Gabe se va, ¿y
quieres darte por vencida con las personas que dependen de ti?
No es así, no entiendes.
—No, no es eso. Se siente tan inútil. —Bajé los ojos—. Todo se siente
inútil.
Nunca la había oído hablar de este modo antes. Pero aún más extraño era
la inevitable conclusión a la que estaba conduciendo, la cual era…
333
Nunca había oído hablar a madre insultando a sus padres antes. Era
impactante.
—Pero ahora, después de escuchar tu plan, y lo hábil que eres, que existe
la posibilidad de devolver a esta ciudad aquellos con los que crecí y amé…
—Lo sé, papá. Pero no hay ninguna otra manera de hacer esto —dije
mirándolo.
Mi madre suspiró.
—Riley, durante toda tu vida, ¿te he dejado alguna vez sentirte cómoda
con algo que no quisieras ser?
—No.
—No. Todavía deseo que vistas un poco mejor, pero nunca te he hecho
ponerte algo que no quisieras, solo te he dado sugerencias muy fuertes de
lo que podría funcionar, como el vestido de la noche anterior. —Puse los
ojos en blanco, y ella descartó el asunto con una mano delicada—. Eso no
es importante ahora. Mi punto es, amor, voy a almuerzos, voy a fiestas,
voy a la Iglesia de los Ángeles para que así tú no tengas que hacerlo. Así
puedes vivir tu vida relativamente libre de los juicios que sé que hay en
esta ciudad.
334
nada se pusiera en el camino del logro de mis metas, incluso si eso
significara hacer cosas que no quería hacer.
—Supongo.
—Si quieres.
Mis padres asintieron. No era como que no estuvieran al tanto de eso. Creo
que también querían un tiempo a solas, para hacer frente entre ellos a
335
todo lo que había pasado. Yo no era la única persona que había tenido una
revelación masiva esa noche.
Le di a cada uno un beso y me fui arriba. Hice mis llamadas, hice mi mejor
esfuerzo para explicarles los nuevos planes, y lo que le había pasado a
Gabe sin estallar en lágrimas. No me molesté en compartir con ninguno de
ellos la cosa de los Nephilim. Ni siquiera estaba segura de cómo me sentía
sobre eso todavía, y estoy segura como el infierno que no necesito las
opiniones de nadie más sobre el tema. Y luego me preparé para ir a la
cama, encendí mi ventilador, y me subí bajo la delgada sábana de arriba.
336
demás que conocía. Yo era en realidad diferente de casi todos los demás en
el planeta. Me pregunté si había algún tipo de grupo de apoyo para los
Nephilim o algo así.
337
Cuarenta y cinco
Traducido por liebemale
—Habrá una rueda de la fortuna este año, y los carros chocones —informó
papá—. Y los están poniendo un poco más lejos del área normal, pero a
medida que se acerque la Toma, todo el mundo empezará a congregarse
alrededor del escenario para escuchar al Pastor Warren, por lo que todavía
debería funcionar.
—Bueno, por supuesto que quiero ayudar —dijo él, y extendió el mapa
delante de nosotros en la mesa del comedor—. Las mejores posiciones
tendrían que ser las siguientes... —Y nos mostró las diferentes opciones.
Era obvio que había pensado un montón e hizo varios cálculos con el
338
ángulo posible de los objetivos, que para mí era para arriba, pero para
papá había unas cuantas posibilidades.
—Esto es muy bueno, Sr. Carver —dijo Curtis, y todos los demás
asintieron con la cabeza.
—Dave, eres un maldito buen bastardo, ¿lo sabes? —dijo el Salvaje Frank,
sonando un poco emocional.
—No lo harán.
Realmente no podía.
—¿Están seguros?
—Sí.
339
Asentí con la cabeza. Me había resignado a hacer esto sin Gabe, pero lo
había sustituido con mis padres. Ahora que ellos no iban a estar allí
tampoco... Dios mío. Realmente me gustaría estar por mi cuenta.
¿Todo?
Pero tal vez todavía podría haber habido una forma. Tal vez aún
hubiéramos llegado a este punto con él alrededor. No pensé que lo correcto
sería sólo excusar el mal comportamiento de Gabe. Durante la semana, mi
tristeza por su desaparición se había vuelto poco a poco en rabia por cómo
me había dejado. Era útil, de verdad, me hacía más determinada que
nunca para patear algunos traseros de ángel, o más bien Thralls.
340
—Bueno, te ves más que un poco nerviosa.
—¿Eso cree?
—Tengo fe.
—Pero, ¿y si no lo hace?
—Riley.
341
Eso provocó una pequeña risa, y parecieron relajarse.
—Está bien —dijo John aplaudiendo—, gran charla, Riley, pero tenemos
una sesión más de entrenamiento, y luego tenemos que descansar un poco
antes de que nos encontremos.
Amber parecía aún más pálida que de costumbre, sus pecas tan claras que
podrías jugar a conectar los puntos con ellas.
342
—Estoy bien, estoy bien —murmuró. Entonces me miró con una expresión
de total desesperación en sus ojos—. Riley, me acabo de enterar de algo, y
tenía que decirte.
—¿Qué es?
—Fui a la iglesia...
—Está bien.
—Así que esperé afuera y escuché poco, y entonces escuché una voz, y
sonaba como la voz de Gabe, y pensé que no tenía sentido...
343
—Amber...
—E hice un ruido, y el Pastor Warren lo oyó, así que corrí escaleras arriba,
y no sabía qué hacer. Supongo que debería haber ido a casa, pero sé que
todos ustedes son tan buenos amigos, y no creía que supieran acerca de
él, y pensé que debía decirte.
—No sé cómo sucedió, pero por alguna razón el Pastor Warren lo tiene, y
tengo que salvarlo.
—No, no. No todos podemos ir. Tenemos que empezar a tomar posiciones
de forma que no parezcamos sospechosos a la policía. Necesitan ir a casa,
cambiarse, reunir sus cosas, y encontrarse. Yo haré esto.
—Puedo. Confía en mí, no tienes ni idea de lo que soy capaz. —Bien, así
que yo no sabía de lo que era capaz, pero sabía que era uno de los
Nephilim, y eso significaba que tenía talento.
344
—Ah, y alguien tiene que llevar a Amber a casa. Ella está sentada afuera.
—Supongo que tendré que hacerlo —dijo Lacy—. Pensará que es raro que
yo esté aquí contigo, pero aún más raro que los Alexander estén. Y Frank
se está paseando por aquí como coartada.
—Gracias, Lacy —dije un poco demasiado fría. Ella me miró divertida, pero
luego recogió sus cosas y se fue por Amber.
Ella tuvo que irse de primero para que Amber no viera a todos los demás
salir en tropel de la casa. El resto de nosotros observó mientras se retiró
de nuestro camino y de la carretera principal, y luego todos nos fuimos
afuera. Me subí en el auto de mi madre con el Padre Peter en el asiento del
pasajero.
Asentí con la cabeza, eso tenía un poco más de sentido. Curtis la fue a
buscar a la casa y la guardó en la parte trasera. Entonces miré el resto de
ellos de pie en mi ventana.
—Siento tener que salir corriendo así. Y podría no ser capaz de reunirme
con ustedes a tiempo y todo eso, así que si no me presento, todos esperan
la señal de Curtis.
—Oh, lo haré. —Di la vuelta al volante, y nos fuimos por el camino en una
nube de polvo.
—Riley, por favor, no hagas nada estúpido —dijo el Padre Peter, mientras
yo aceleraba por la calle.
345
—Sabe, Padre, estoy más preocupada por el peligro más grande.
—Así que tenemos que mantener los ojos abiertos esta noche, Padre. Las
cosas pueden ser mucho más complicadas que lo anticipado.
—Por favor, ten cuidado, Riley —dijo el Padre Peter. Me di cuenta de que él
ahora estaba en serio criticando mi decisión.
—Lo haré. Solo esté listo para una escapada rápida —le contesté. Los dos
nos bajamos del auto, y el Padre Peter se metió en el asiento del
conductor—. Si no estoy de vuelta en quince minutos, llame a la policía.
346
Cuarenta y seis
Traducción Itorres
Todo lo que podía ver era la parte de atrás de una silla y las patas de un
escritorio detrás de ella. No había nada más que pudiera hacer. Mantuve
mi espíritu. Vamos, instintos. Y abrí la puerta por completo.
347
una línea recta hacia él y sus ojos se abrieron cuando lo toqué. Él me miró
con los ojos muy abiertos y yo asentí.
—Está bien, está bien, estoy aquí. —Empecé a deshacer el trabajo del
Pastor Warren con las cuerdas y la mordaza, las cuales estaban atadas
mucho mejor que la vez que había tenido a Gabe como mi prisionero.
—Gracias —dijo con voz ronca—. Tu gente realmente gusta de atar a una
persona.
—Nah, creo que en mi caso tenía más que ver con la cosa Nephilim —le
contesté, terminando con los pies.
—¿Nephilim?
—Te lo explicaré más tarde. ¿Qué te ha pasado? ¿Cómo llegaste aquí? —le
pregunté luchando un poco con las cuerdas alrededor de sus pies.
—Lo siento. Continúa. Maldita sea, estas cosas están muy ajustadas.
—Pensé que en realidad era esa cosa fantasma en los árboles así que me
acerqué a mirar, pero no había nada allí. Entonces alguien me golpeó en la
cabeza y perdí el conocimiento.
—No lo sé. Él me había atado durante una semana, sin comida, muy poca
agua —respondió Gabe llegando a mis manos.
348
—Maldita sea, debería haber traído algo. No pensé.
—Está bien, Riley, viniste. Sabía que vendrías. —Él agarró mis manos y le
ayudé a levantarse. No estaba bromeando acerca de que él no estaba
seguro de poder levantarse. Se tambaleó peligrosamente y tuvo que llegar a
la pared por equilibrio extra. Ahora que él estaba de pie en la luz, sus
heridas se mostraron claramente. Su rostro estaba cubierto de
hematomas, su ojo izquierdo estaba un poco hinchado.
—¿Qué es?
—Me pareció escuchar algo. Shh. —Miré hacia el pasillo y escuché con
atención. No oí nada, pero no había tiempo que perder—. Vamos, vamos de
prisa.
349
cuidado y en silencio mientras hacía mi camino. Fue entonces cuando vi al
Pastor Warren, o al menos sus pies, al otro lado del perchero.
Tan rápido como pude, sin hacer ruido, me apresuré a bajar las escaleras
hacia Gabe.
Salí del armario y vi que Gabe había abierto la puerta un poquito y estaba
mirando fijamente.
—Riley, date prisa —dijo en voz baja—. Él viene por las escaleras.
—Él está usando el baño. Voy contigo —dijo Gabe dejando su puesto y
siguiéndome.
350
Pasamos por el armario y el agujero en la parte posterior. Encendí la
linterna y me sorprendí al ver que el espacio más allá era del tamaño de la
sala principal.
—Está bien, tiene que haber una manera de salir por aquí —le dije y nos
dirigimos cuidadosamente en la oscuridad y comenzamos el viaje hacia el
otro lado. Aunque tenía la linterna, no fue suficiente para que nosotros no
tropezáramos de vez en cuando—. Ten cuidado —le dije después de que
una cuerda oscilante me golpeó en la cara. A medida que continuamos, me
di cuenta de que había más y más cables. Estaba empezando a sentir
como si estuviéramos caminando por la selva.
—Luz brillante a la izquierda —dijo Gabe, y lo hice. Parecía que había una
especie de escalera subiendo, corriendo a lo largo de la pared,
probablemente, a la sala principal.
Tenía que reunirme con él. Era estúpido desviarse de esta manera. Pero a
medida que me acerqué a donde él estaba parado, un par peldaños arriba
en la escalera, alumbré con mi linterna al techo, a la raíz de las cuerdas
hasta que me di cuenta de que se juntaban y luego corrían paralelas a la
escalera de subida hasta arriba.
351
—¿Sí, cariño?
—Así que todo era una ilusión, después de todo. Una estúpida obvia
ilusión. —Humo y espejos. ¿En serio?
—¿Qué pasó?
—Nada. Subamos.
—¿Por dónde? —le pregunté a Gabe. Atraje la luz de nuevo a nuestro nivel
para ver cuáles eran nuestras opciones.
—Bueno, este camino nos lleva a la parte delantera. Vamos a hacer eso —
le dije. Ahora yo era el líder, y el espacio era tan estrecho que tuvimos que
movernos de lado a lo largo de la pared. No era fácil maniobrar a lo largo
de esa manera, y con tanta concentración en dónde ponía mis pies no noté
el altavoz hasta que me topé con él.
—¿Estás bien?
Nos acercamos con cuidado. Resultó ser una pequeña puerta, tal vez hasta
la cintura. No tardó más de un empujón suave, y estaba abierta. Luz del
día, gracias Dios.
352
—La salida debe estar directamente a nuestra izquierda —le dije a Gabe
para que se pudiera preparar. Estaba tan impresionado de que había
logrado hacer algo de esto en primer lugar. El tipo tenía una fuerza de
voluntad poderosa.
353
Cuarenta y siete
Traducido por Martinafab
—Sal de ahí, Gabe —dijo el Pastor Warren—. No quieres saber lo que voy a
hacer con ella si no lo haces.
—Pastor Warren, ¿qué cree que está haciendo? —le pregunté, por fin.
—En este momento, tratando de averiguar qué hacer con ustedes dos —
respondió. Tenía la cara de color rojo brillante y el sudor le corría por la
frente.
—¿Pero el secuestro? ¿Darle una paliza a alguien? ¿Por qué era todo eso
necesario?
354
—Cuando descubrí a Gabe, lo que supuestamente era, bueno, ahora, no
solo podría dejar que una bala perdida vagara por ahí, ¿verdad?
—Es patético.
—Oh, deme un respiro —contesté—. Sé que todo es una gran farsa, es tan
condenadamente obvio. Tan obvio que es una locura que todo el mundo lo
creyera en primer lugar. Utiliza unas malditas cuerdas para flotar. Vimos
la máquina allí abajo y reproduces sonidos a través de los altavoces en las
paredes.
Bastardo egoísta.
355
—Bueno, una vez que la gente conozca la verdad acerca de los ángeles,
nada de esto va a importar de todos modos. Está acabado, Pastor Warren.
—¿Dónde está mi moto? —preguntó Gabe de una manera que parecía que
ya le había preguntado al Pastor la pregunta muchas veces antes.
—Gabe, escoge tus batallas —le dije poniendo una mano en su brazo.
—Sí, este tipo solo ha estado conmigo toda la semana y ni siquiera sé por
qué. Al principio pensé que sólo quería interrogarme, pero ahora creo que
sólo disfruta torturando a la gente. El gran hijo de puta hambriento de
poder. —Miré a Gabe, y me pregunté si tenía sentido para él darle una
tunda al Pastor Warren en la mandíbula.
356
—¿Qué?
—Está mintiendo.
No sabía qué decir a eso. Me quedé de piedra. Aun así tenía que decir algo.
—Bueno, lo que sea, estoy segura de que aun así llamó a la policía.
—Niña —dijo el Pastor Warren dando un paso hacia mí—, siempre pensé
que se suponía que eras la inteligente. No importa cómo se ve Gabe. No
importaría si se estuviera desangrando en medio del suelo y yo estuviera
de pie sobre él con el cuchillo. Yo estoy a cargo de esta ciudad ahora. El
sheriff responde a mí. Soy su maldito jefe. Tú no eres más que una
pequeña hereje triste, y él... —El Pastor Warren se volvió para mirar a
Gabe—... sólo un chico malo.
357
—Oh, sí.
Estaba casi totalmente oscuro afuera ahora, pero el Padre Peter todavía
estaba esperando en el asiento del conductor del auto de mis padres, los
faros iluminando nuestro camino. Nos sumergimos en el interior.
Arrancó en un instante sin tener que decir nada. Los policías estaban
metiéndose de nuevo en sus autos y en un instante nos estaban siguiendo,
las sirenas sonando.
—Tenemos que llegar al recinto ferial, encontrarnos con todos los demás.
El sol está a punto de ponerse. Es la hora —dije. El Padre Peter asintió, y
rugió a través de las calles que nos llevaban a una persecución de autos de
honesto-hasta-la-bondad.
Miré al Padre Peter, que estaba centrándose más duro en el camino por
delante. No parecía el tiempo de sacar a relucir su traición, pero puede que
no hubiera otra oportunidad.
—Así que, ¿qué pasó con que le contó de nosotros al Pastor Warren,
padre? —Le pregunté.
—No le dije sobre el plan —dijo el Padre Peter, obteniendo el control sobre
el auto y llevándonos de nuevo al carril apropiado.
—Bueno, eso está bien. Pero, ¿por qué decirle nada? —La adrenalina que
bombeaba a través de mi sistema estaba haciendo que me enojara
realmente rápido.
358
—Riley, lo siento mucho —dijo el Padre Peter mirándome. Vi la misma
expresión deteriorada triste en su cara como la que había visto hacía
muchos meses en su oficina. Sabía que él nos había traicionado, pero no
pude evitar sentir un poco de lástima por él. Muy poca—. Él y yo
estábamos teniendo una de nuestras reuniones sin sentido, y en la forma
en que él seguía y seguía, como si en realidad fuera el hijo de Dios, era
muy molesta para mí...
El Padre Peter giró el volante y por poco esquivó al perro que estaba en el
camino.
—Así que sólo pensó en romper una lanza a su favor —le dije.
—¿Me está diciendo que sospechó que el Pastor Warren había atrapado a
Gabe?
El Padre Peter me miró de nuevo. Esta vez parecía que podría estar a
punto de llorar.
—Riley.
359
—Una nota.
—¿Y realmente pensaste que escribiría algo como eso para ti? ¿Qué tan
solo te dejaría así?
Me sentí muy mal. Pero no era justo. Había sido la única explicación
razonable en ese momento.
—Gabe, lo siento.
—Por el amor de Dios —dijo el Padre Peter. No era propio de él usar ese
lenguaje y los dos lo miramos—. Gabe, en el segundo en que se enteró de
dónde estabas ella fue a rescatarte. No dejen que el maldito bastardo los
separe por una estúpida nota. Y Riley. Soy un cobarde. Un cobarde egoísta
y estúpido. Lo siento por ello, nunca me lo perdonaré, pero ahora mismo,
tenemos que concentrarnos en el plan. Ahora, ¿qué demonios hago,
chicos? ¿Paro o qué?
—En el maletero.
—Está bien. Apartaré a la policía del auto haciendo una carrera con ellos.
Tú agarras tu escopeta y luego nos encontraremos. Padre Peter, usted sólo
acelere. Tal vez tenga unos pocos seguidores también.
360
—Por supuesto que no lo harás. No se trata de eso, Riley. Se acerca el
momento. Tú misma lo dijiste. Necesitamos estar armados y listos. Eres
nuestra líder.
—De acuerdo.
361
Cuarenta y ocho
Traducido por liebemale
Tan molesta como estaba con el Padre Peter, tenía que concedérselo, el
sacerdote sabía conducir. Tal vez la culpa lo impulsaba. No tenía tiempo
para pensar en ello. Yo estaba fuera cuando la policía persiguió a Gabe,
que se dirigía a derecho hacia la multitud. Oí otro chillido de un auto
cuando paraba y miré por encima de mi hombro para ver al Pastor Warren
salir y unirse a la persecución. Todo esto estaba empezando a ponerse un
poco salvaje.
Hablando de salvaje...
—¡Riley! ¡Ya estamos listos para ti, nena! —dijo el Salvaje Frank cuando
emergió de la multitud y se detuvo.
—Eso está muy bien, Frank —respondí un poco distraída—. Mira, tengo
que ayudar a Gabe.
362
Eso no es necesario Frank, pensé, pero luego estaba siguiéndome justo
detrás de mí, mientras nos abríamos paso entre la multitud. A pesar de
que esto era una ciudad donde la mayoría de la gente llevaba una pistola
en su persona, todavía estaban bastante sorprendidos de verme llegar con
mi escopeta, así que me dieron un muy amplio margen.
El Salvaje Frank empezó a saltar arriba para ver sobre las cabezas de la
multitud.
—No...
Pero entonces lo hice. Él estaba luchando contra dos policías que lo traían
al escenario. No fui la única en notarlo cuando otros en la multitud
empezaron a apuntar en su dirección. El Pastor Warren se unió a él ahora,
jadeante y cubierto de sudor. Miró a la multitud mirándolo y anunció con
su resonante voz alta:
Oh no, no lo haces.
Maldita sea. ¿Cómo había sabido que no lo haría? Todos los demás
estaban por lo general bastante convencidos de que yo realmente lo haría.
Busqué en mi interior al Naphil en mí que me hizo parecer convincente.
Por otra parte, el Pastor Warren pensaba que él era totalmente intocable.
No creía que algo le asustara.
363
Observé impotente cómo un policía golpeó brutalmente a Gabe con la
culata de su revólver. Mirándolo, me sentí como si hubiera sido golpeada
también.
364
Y, finalmente, sus ojos se abrieron. Estaban confusos, y sentí gran pena
por él. Teniendo en cuenta todo lo que había pasado hace poco, en
realidad no necesitaba ese golpe extra a la cabeza. Él realmente no se veía
bien. Aún más enfermizo que cuando me encontré con él en la oficina del
Pastor Warren. Estaba pastoso, casi de un color gris.
Esto era algo que no había considerado. Había asumido que convertir a
Gabe en un ser humano había significado que se había convertido para
siempre, pero, evidentemente, había sido un poco precipitado de mí parte.
Evidentemente él podría cambiar de nuevo. Porque aquí estaba ahora, los
músculos bajo su piel se retorcían como serpientes en contra de sus
confines. El gris de su piel cambió a ser su piel en absoluto, sino que
provenía de debajo de ella. Y cuando empezó a sentarse de cuclillas, pude
ver una carne gris dura y oscura debajo.
365
pena y un conjunto de dientes afilados, pero no hacía ningún sonido. Sus
piernas eran puro músculo, espeso y tenso como troncos de árboles, y sus
pies y manos, como garras.
Yo sabía que era sólo cuestión de tiempo antes de que la criatura fuera
plenamente consciente de dónde estaba y qué era. Sabía lo rápido que
estas cosas se movían. Se habría ido en un segundo. Era necesario actuar
de inmediato.
—¡Pastor Warren, muévase! —pedí, y debe haber sido algo en mi tono que
hizo que me tomara en serio, porque de inmediato se lanzó a un lado.
Apunté mi arma y disparé al ala izquierda de la criatura. La criatura se
echó hacia atrás mientras el tiro dio en el hombro también. Sin pausa
cargué la escopeta, apunté y le di a la otra ala. Esto hizo que la criatura se
cayera al suelo.
366
aún peor. No parecía fijarse en mí, sólo parecía perdido en su propio
sufrimiento, y me arrodillé a su lado, poniendo una mano en su brazo.
Eres de los Nephilim. Hablaba en mi cabeza al igual que la primera vez que
nos conocimos. Tienes que venir conmigo. Necesito tu ayuda.
—Gabe, soy yo. Soy Riley —dije despacio y con claridad, deseando que él
entendiera.
—No, detente. Para esto, Gabe. Presta atención. Soy yo. Riley.
Sabía que todo el mundo estaba mirándome hablar con esta cosa. Ellos
deben haber pensado que estaba loca. Sólo podía oír su voz dentro de mi
cabeza, así que para ellos parecía bastante una conversación unilateral.
Pero no importaba lo que pensaran, tenía que llegar a él.
¿Quién es Gabe?
367
Sí.
—¿En serio?
Sí.
¿Nos ayudarás?
Quién.
—¿Es por eso has cambiado? Cuando la puerta está abierta, ¿te ves así?
¿Cambiado?
368
Era como la conversación que habíamos tenido, como el día que se
convirtió en Gabe. ¿Por qué no podía alguna vez recordar cosas?
Sí.
Tomó mucho tiempo. Tuve que aprender y luego enseñar a los demás.
Tuvimos que crear una puerta desde el otro lugar, y lo hicimos. No somos
ángeles. No podemos viajar entre mundos. Pero lo hicimos. A pesar de que
pensaron que no podíamos hacer nada sin ellos, lo hicimos.
Por supuesto. Durante todo este tiempo el Pastor Warren nos había estado
diciendo que éramos especiales porque los ángeles habían elegido nuestro
pueblo. Pero no era eso en absoluto. Nos habían elegido porque Gabe
había crecido aquí, porque era el único lugar que había conocido. Como
Thrall él debe haber tenido algún pequeño recuerdo de este lugar lo cual lo
atrajo aquí. Nosotros no éramos especiales, sólo pasó a estar en la misma
ciudad que él había crecido.
No elegimos.
369
—¿Toman al azar?
—Está bien —le dije cambiando de tema—. Así que. Aquí está la cosa.
Necesito que les digas a tus siervos... que dejen de tomar la gente de
nuestra ciudad. ¿Queda claro?
No puedo detenerlos.
—Pero pensé que querías luchar contra la esclavitud. Sin duda convertir a
nuestra gente en tus soldados es tan malo como lo que el Círculo te hizo a
ti.
370
Este no es Gabe, me recordé a mí misma.
Este no es Gabe.
—No.
371
Cuarenta y nueve
Traducción Itorres
Entonces hubo otro grito. Pero uno sólo, en el extremo más alejado de la
multitud. Mirabel Jennings, de todas las personas, estaba volando por los
aires, un par de alas oscuras encuadrándola y gruesos brazos alrededor de
su cintura. Hubo un disparo, otro grito de unas pocas personas y el Thrall
y Mirabel cayeron al suelo. Otros dos disparos se escucharon casi al
mismo tiempo. Me di la vuelta, al igual que el resto de la multitud, justo a
tiempo para ver también a dos sombras cayendo.
Otra bala. Otra. Otra. Mi equipo estaba golpeando a cada criatura con una
precisión perfecta. Sentí una oleada de orgullo. La gente parecía entender
lo que estaba pasando y reaccionó de manera extraña. No hubo más
pánico, no había más miedo. Era como si hubieran decidido simplemente
372
confiar en nosotros. ¿Era esto algo más que yo tenía a mi favor como
Naphil? ¿La capacidad de calmar el frenesí? No es que estuviera haciendo
nada, sólo estaba allí de pie.
Me di media vuelta. Allí estaba él. Al igual que la primera vez que lo había
conocido. Sin ropa. Atado. Mi Gabe.
—Oh Dios mío, está desnudo —señaló una voz femenina entre la multitud.
—¿Puerta?
Negué con la cabeza y tomé la suya entre mis manos, trayendo su atención
de nuevo en mí.
373
—Gabe, dijiste que estabas construyendo un ejército. Que querías mi
ayuda. Es por eso que viniste a mí en primer lugar el año pasado. Creo que
eres su líder.
Gabe frunció las cejas y luego cerró los ojos. Los abrió de nuevo.
—¡Gran tiro, Lacy! —le dije mientras me volteé hacia ella. Pero parecía
preocupada. No, no preocupada, asustada. Y al instante yo estaba
asustada—. ¿Qué pasa, qué pasa?
—No lo entiendo...
—Ellos simplemente están tirados allí. —La voz de Lacy se fue elevando,
entró en pánico—.No están cambiando como Gabe lo hizo, sólo están allí
tendidos. Creo que... —Se mordió el labio inferior, el cual había empezado
a temblar—. Creo que podrían estar muertos.
—Vengan y lo verán.
Lo miré duramente.
374
Thrall caídos. A medida que nos acercábamos, pasamos a Mirabel con su
marido, quien estaba atendiendo sus heridas de la caída. Me sentí
realmente terrible de que hubiera sido herida gracias a nosotros, pero ella
me sonrió con gratitud mientras pasábamos, y me hizo sentir mejor.
Cuando llegamos al Thrall me quedé mirándolo con confusión. Lacy estaba
en lo cierto, sólo yacía allí. Una gran bestia gris, las alas debajo inclinadas
en un ángulo extraño. No se movía. No sabía si las criaturas respiraban, si
debía buscar un latido del corazón en alguna parte. Di la vuelta a su lado
y me agaché examinando su rostro. Cualquiera que le hubiera disparado lo
hizo bien, justo entre los huecos que estaban en el lugar de los ojos. Fue
un tiro increíblemente impresionante.
Parecía muerto. Eso era todo lo que había que ver. Muerto. Sin vida.
No, pensé de repente. No, en realidad, él no era como ellos en todo. Había
sido tomado por los ángeles y no por un Thrall. Había sido convertido por
los ángeles y no por un Thrall. Ahora, él era el responsable de convertir a
los otros en Thralls, y, como tantas veces ha señalado, él no era un ángel.
—Oh Dios mío —le dije cuando me di cuenta. No estaba segura, pero me
sentí segura. ¿Dónde estaba mi Guardián? Tenía que hablar con mi
Guardián.
375
—No estoy hablando contigo —le espeté, al instante sintiéndome mal de
hacerlo. ¿Cómo se suponía que iba a saber que estaba hablando con un
ángel de la guarda y no con ella?
Sí.
Sí.
Pude ver a Lacy dar un paso hacia atrás. Probablemente para ella me
estaba volviendo loca en este momento, pero no me importaba
exactamente. Señalé al Thrall caído delante de mí.
Sí.
Sí.
—¿No podrías haber mencionado esto antes? ¿Cuándo nos viste haciendo
planes y todo?
No preguntaste.
—Así es, no pregunté. Cúlpame, a la persona que no sabía que había una
pregunta que hacer en primer lugar. —Entonces me di cuenta. Me
culparían. Todos ellos me culparían—. Así que ellos están muertos.
Sí.
—Déjame en paz —le dije en voz tan baja que nadie excepto un ángel
hubiera sido capaz de oír, y ya no estaba. Me puse de pie y miré a Lacy,
que me miraba con miedo, con lágrimas en sus ojos—. Puedo ver cosas y
oír cosas que no puedes. Al igual que cuando estaba hablando con Gabe
376
cuando era esa cosa antes. Tengo un ángel de la guarda y le estaba
haciendo preguntas. Sabe cosas.
—No es cierto —dijo John, su voz plana—. Tú eres la única que no lo hizo.
Le disparaste a Gabe y él está bien. Nosotros matamos a los demás.
—No. No lo entiendes. Esta fue mi idea. Todo esto fue idea mía. —Y allí
estaba. La verdad. Y entonces ya no estaba entumecida. Ahora bien, los
sentimientos estaban de vuelta. Ellos se levantaban como un maremoto de
algún lugar profundo y oscuro—. Y tengo noticias para ustedes —seguí en
una carrera que fue creciendo histérica—. ¡Ni siquiera soy humana! Soy
un Nephilim, y eso significa que ustedes nunca habrían sido capaces de
golpear a sus objetivos si no los hubiera elegido para estar en mi equipo,
377
entrenado y todo. Sólo pudieron matar a esas criaturas por mí, así que sí,
yo los maté. ¡Los maté a todos!
Gabe.
Negué con la cabeza, pero no podía decir nada. No estaba bien. Era todo lo
contrario a estar bien. Me agaché aún más, pero sentí su mano traerme a
su resguardo, atrayéndome a él. Enterré mi cara en su pecho, el cual
ahora estaba cubierto con una sudadera suave, pero a diferencia de Lacy
no pude llorar. No hubo lágrimas. Había solo dolor.
—Teníamos que hacer algo. Y piensa en las vidas que salvaste esta noche,
las que paraste de que fueran tomadas.
378
Y entonces sentí un ligero toque en la espalda, tan débil, casi pensé que lo
había imaginado. Fuera lo que fuese, no había manera de que pudiera
interactuar con otro ser humano, hablar con alguien, hacer cualquier otra
cosa que aferrarme a Gabe.
No hubo respuesta, sólo el toque de nuevo. Era tan débil y, sin embargo,
obviamente, insistente. Con toda la fuerza de voluntad que pude reunir
solté mi agarre sobre Gabe y me volteé.
379
Cincuenta
Traducido por Debs
T odo lo que había era blanco. No había nada más, ninguna fiesta,
ningún pueblo, ninguna persona. Sólo la luz brillante que irradiaba a
través de mí, sobre mí, más allá de mí. Todo lo que había era blanco y, al
mismo tiempo, un millón de diferentes colores. Luego desapareció. Al igual
que si la cuerda de una cometa fuera sacada de tu alcance y soltada al
cielo.
—¿Si vi qué?
380
mismo aspecto, al mismo tiempo no lo tenían. Eran sorprendentes de
mirar. Eran hermosos. Pero no era algo que concluí mirándolos. Era algo
que sabía con certeza. La belleza en este caso, no estaba en el ojo del
espectador. La belleza era una verdad universal.
—Eres una de los Nephilim —dijo la voz de nuevo. Esta vez se sentía como
una sola voz y no a todo un coro.
—Lo sé. —Me sentí un poco más valiente, las palabras eran un poco más
fuertes—. ¿Cómo se enteraron de que estaba aquí?
381
—Bueno, ciertamente no envié a mi Guardián a ustedes y si se olvidaron
de mí, ¿cómo podrían convocarlo?
—Él no es tu padre.
Sentí una gran decepción, pero sabía que no era el tiempo para resolver mi
problema con papá.
Por supuesto.
—Saber de tu existencia fue un gran regalo. No hay nada más precioso que
el conocer de una nueva Naphil. Y ahora que estamos aquí también vemos
lo que está ocurriendo. No sabíamos que un ejército de nuestros propios
esclavos estaba reuniéndose para luchar contra nosotros. Recordamos
382
ahora que perdimos algo una vez hace tiempo, pero fueron reemplazados
fácilmente por lo que no lo pensamos de nuevo. Pero vemos lo que está
pasando aquí con claridad y ahora tenemos que impedirlo. No es la forma
en que las cosas son.
—Tal vez la forma de las cosas no deben ser de la forma que son —le dije
al instante, y vi a Gabe mirar por encima de mí. Pero no me importaba. No
estaba a punto de empezar a censurarme ahora.
—Es la forma en que siempre ha sido. Hemos venido por su líder, Gabe
McClure, que debe ser despachado, pero primero debe ser castigado. Debe
hacerse un ejemplo de él.
—No.
383
—Mentira. Si vieran el panorama más grande, lo habrían visto venir. Pero
no sabían nada de esto hasta que esta niña, Guardián, se acercó y les dijo.
—No.
—Si nos das a Gabe McClure, vamos a poner remedio a los males que ha
hecho a tu pueblo. —Lo dijeron como si una gran decisión hubiera sido
tomada.
—Durante siete años ha liderado la Toma. Durante seis años has perdido a
la gente de tu ciudad. Los devolveremos a todos. Y aquellos que se
encuentran sin vida a tu lado vivirán una vez más.
—Yo...
—¡No lo haré!
384
—No, no puedes ceder a ellos. No puedes. —Pánico ahora, horror. No me
hagas esto, Gabe. Por favor, por favor no lo hagas.
—Riley, —Tomó mi otra mano en la suya, me miró a los ojos con fuerza—,
me tengo que ir.
—No me dejes.
—Lo sé. —Lo sabía. No era estúpida. ¿Pero por qué no podía tomar algo
para mí? ¿Sólo una vez?—. Estoy siendo egoísta, pero no me importa. Te
elegí, Gabe. Me perteneces. —Lo hacía. No era una metáfora ni nada, no
era la forma en que estos ángeles hacían las cosas.
385
—Y acabas de decir que no está bien usar a la gente, ser dueño de ellos.
Tienes que dejarme ir. Tienes que confiar en mí. Nunca confías en mí.
—¿Escucharon eso?
Sonreí. Era muy fácil ahora. Sin debate interno. Sabía exactamente lo que
sentía por él.
—Sí, tengo.
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Apoyó su frente contra la mía, y podía sentir su cálido aliento en mi
mejilla. Luego nos besamos. Por última vez. Describir un beso, que era ese
tipo de beso, sólo sería disminuir todo lo relacionado con él. La única cosa
que decir al respecto es que sucedió.
No quería dejarlo ir, pero tenía que hacerlo. Por supuesto, tuve que
hacerlo. Esta fue la cosa más difícil que había hecho en mi vida, y había
hecho algunas cosas realmente duras durante el año pasado. Pero lo hice.
Dejé que mis manos cayeran a mi lado y Gabe deslizó las suyas
suavemente por mi cintura. Me sentía fría donde su contacto había estado,
más frío aún que lo que sentía con mi Guardián.
Nos miramos el uno al otro. No había nada más que hacer. Nada más que
decir. Se había acabado. La despedida había terminado. Estábamos aquí
otra vez. Todo este año había terminado.
No contesté nada.
Y luego desapareció.
Y se marchó.
387
Cincuenta y uno
Traducido por Debs
Tenía que encontrar a Chris. Estaría tan asustado, tan solo. Además,
buscarlo sería un poco de distracción en lo que acababa de suceder. Una
muy, muy pequeña distracción. Era difícil moverse con tanta gente en la
oscuridad. Entonces escuché que alguien llamaba.
—Riley.
388
Y seguí la voz hasta que vi al Padre Peter de pie sobre un inconsciente
Chris.
¿Por qué?
No lo entiendo.
—No.
—Si lo deseas.
Voy a ver.
389
pregunta. Tal vez esta extraña relación no iba a ser tan terrible como
pensaba. Sería cuidadosa.
Le acaricié el pelo a Chris y miré hacia él. ¿Todavía no estaba listo para
despertar? ¿Debo despertarlo? Quería hacerlo, pero… ¿era sólo yo siendo
egoísta? Una vez más.
—¿Riley? —Su voz era ronca, pero era su voz. La voz de Chris. Me había
olvidado de esa voz.
—Hola.
—¿En serio?
—Sí, en serio.
—Fuiste tomado. Hace dos años. Pero está bien, porque ahora estás de
vuelta. Todo va a estar bien.
—¿Me tomaron?
—Sí.
390
—Sí.
—Sí.
—Por supuesto.
—¿Me extrañaste?
—Está bien, pero sigue hablando, ¿de acuerdo? Tu voz me hace sentir
tranquilo.
391
Me tuve que reír. Era al único que le gustaban mis canciones. Bueno…
aparte del otro único.
—Oh, lo siento.
—¿Riley?
392
Recuerdo, Gabe, recuerdo.
Continuará…
393
Adrienne Kress
Adrienne Kress es una actriz y autora nacida en
Toronto, y se graduó de teatro en la Universidad
de Toronto y la Academia de Londres de Música
y Arte Dramático en el Reino Unido.
Su debut YA, The Friday Society (Penguin), fue lanzada en el otoño del
2012 para una estelar reseña de Quill and Quire y fue recientemente
considerada para la televisión. Outcast es su primer romance paranormal
YA.
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Agradecimientos
Moderadoras
little pig Mari NC Selene
Staff de traducción
Apolineah17 Jadasa Youngblood Lizzie
Aяia Jo Mari NC
Staff de corrección
Ampaяo Jut Mari NC
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Bookzinga Foro
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