01 - Gunner

Gunner The Devil´s Angels MC 01
LOLA WRIGHT
The Devil´s Angels MC
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LOLA WRIGHT
Gunner
The Devil´s Angels MC 01
Sinopsis:
Ava.
Abandonada para morir cuando era una niña pequeña, Ava Beaumont no ha
tenido una vida fácil. Haber sido criada por el sistema le ha enseñado a ser
independiente, trabajadora y cautelosa. Cuando Ava se convierte en víctima, usa
su fuerza interior para dejarlo atrás y seguir adelante. Ahora vive una buena vida
con la familia que ha creado mediante la adopción de mascotas que también
fueron desechadas, como un loro con una boca inteligente y un cerdo que anda
en skate. Cuando Ava conoce a Gunner, se da cuenta de lo que le falta a su vida,
pero ¿tendrá el coraje de confiar en un motero grande y rudo lo suficiente como
para dejarlo entrar en su pequeña y segura vida?
Gunner.
Convertirse en el presidente del Devil's Angels MC no fue algo que Gunner

pidiera, pero debido a la pérdida de su padre, el trabajo le fue encomendado. Si
bien ama a su club y a sus hermanos con todo el corazón, Gunner quiere que su
club se mueva en una mejor dirección. Y cuando Gunner ve a la dueña de la
pastelería, Ava, se da cuenta de que ese no es el único cambio que quiere hacer
en su vida. Nada que valga la pena tener es fácil de conseguir.
Ésta es una historia de MC con corazón. Ven a conocer a las locas mascotas e
incluso a los miembros aún más locos del Devil's Angels MC.
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Capítulo 1
-:¦:- Ava -:¦:-
¡Ufff! ¡Estoy tan cansada de este vecino mío! Se queja de todo. Mi música
está demasiado fuerte, mi gato mira su casa desde el respaldo de mi sofá, y el
perro lo miró de una manera rara. La semana pasada se quejó de que mi perro le
dio una mirada de “Te voy a matar y te voy a enterrar en el patio trasero” y lo
dijo con cara seria. Llamó a la policía y les dijo lo mismo. Y no me hagas empezar
con lo que piensa de mi guacamayo y mi cerdo. Uno pensaría que vivimos en el
centro de Nueva York en lugar de vivir en las afueras de Denver. No importa que
haya sido extremadamente amable y haya intentado hacerme amiga de él.
¡Todavía es un idiota de clase A!
—Loki, ven. Sal por la puerta trasera, grandullón—le digo a mi hermoso

perro nativo americano mientras sostengo la puerta corrediza de vidrio abierta.
Él pasa con esa mirada de perro triste que ha perfeccionado y atraviesa la puerta
hacia mi cercado patio trasero. Estábamos en el jardín delantero plantando flores
a lo largo de mi acera. No está cercado, pero Loki nunca se apartó de mi lado.
Rara vez lo hace debido a que es muy sobreprotector. Aparentemente eso no se
registra con mi vecino. Todo lo que notó fue que Loki estaba sin correa y mirando
en su dirección y eso fue suficiente para gritar que estaba llamando a la policía y
corrió hacia su casa. Él es una tremenda nenaza.
Así que ahora he vuelto a plantar mis flores, esperando a que venga la policía.
Tampoco es algo que esté esperando con ansias. No soy alguien que odie a los
policías pero tampoco soy fan de ellos. Crecer en el sistema de hogares de acogida
no te hace sentir cariño por el gobierno, los trabajadores sociales o la policía. Hay
buenos por ahí, pero parece que son superados en número por los malos. Tengo
otras razones para desconfiar de la policía, pero trabajo duro para mantener esos
recuerdos enterrados profundamente.
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Mientras me agacho dando palmadas a la tierra alrededor de la base de la

planta, escucho el inconfundible sonido de una Harley. De hecho, escucho varias
de ellas. La casa al lado de mi molesto vecino pertenece a un tatuado motero
mayor que tiene su casa al otro lado de la calle y en ángulo con la mía. Rara vez
está por aquí y es reservado, pero me da un escalofrío cada vez que escucho su
Harley venir por la calle. No por miedo sino por excitación. Amo ese sonido.
Sonidos graves y guturales con cierta actitud. Una vez más, creo que tal vez
debería comprarme una. Pero no sé nada sobre ellas o cómo montar una, solo
que me encanta el sonido.
Miro hacia la carretera y veo cuatro motos seguidas por una camioneta.
Pasan y se detienen en el camino de entrada de mi vecino motero. La moto
principal es una bestia negra mate y cromada montada por un hombre enorme
con largos cabellos negros, bronceados y musculosos brazos tatuados y una cara
que debieron de haber creado los ángeles. Tiene gafas puestas, así que no pude
ver su rostro completo, pero lo que vi fue espectacular. Estoy lo suficientemente
cerca de la calle para ver la pequeña sonrisa y la barbilla levantada apuntando en
mi dirección mientras pasaba.
¡Mierda! Creo que solo me corrí un poco. Ha pasado demasiado, demasiado

tiempo desde que alguien me llamó la atención así. De hecho, estoy bastante
segura de que nunca antes había sucedido. Pero verlo bajar de la moto es como
ver una porno de moteros. Parece que no puedo apartar los ojos de esos enormes
muslos y ese culo apretado. Este hombre es puro músculo y ¿mencioné enorme?
Dos minutos de verlo y tengo material para masturbarme el próximo mes.
—No necesito a un hombre, no necesito a un hombre, no quiero a un hombre,

no quiero a un hombre—me susurro repetidamente mientras pensamientos
nefastos entran en mi cabeza. Pero incluso mientras digo esto, sigo mirando al
gran motero. Entonces noto que se ha quitado las gafas de sol y me está mirando.
¡Guau! No pensé que pudiera ponerse más caliente, pero estaba tan equivocada.
No tengo idea de qué color son sus ojos, pero son simplemente hermosos. Creo
que estoy babeando un poco. Pero sé que todo es fantasía. No soy el tipo de chica
de una sola noche y él definitivamente es un tipo de hombre de fóllalas y
abandónalas. Lo estoy juzgando, pero solo está en mi cabeza, así que está
permitido.
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—¿Señora? ¿Disculpe, señora?
Miro hacia arriba y veo a un policía parado encima de mí que parece haber
estado allí por un rato. Me asusta un poco porque tengo mucho cuidado de
mantenerme alerta de lo que me rodea. Y él está demasiado cerca y obviamente
mirando hacia abajo de mi camiseta. ¡Grr! ¡Qué idiota!
Inmediatamente me levanto y doy dos pasos atrás para sacarlo de mi espacio

personal. Sus ojos comienzan a vagar y soy consciente de lo que está viendo.
Camiseta sin mangas, pantalones cortos de mezclilla, pies descalzos, cabello en
un moño muy desordenado y probablemente manchas de suciedad por todas
partes. Un sábado normal para mí.
—¿Puedo ayudarlo, oficial?—le digo.
Miro el nombre en su chapa, dice Oficial Stanaway y es de complexión

mediana, con cabello rojizo y el siempre presente bigote de policía. Él da un paso
adelante y vuelve a estar en mi espacio personal.
Me resisto a dar un paso atrás esta vez. No quiero dejar que ellos piensen que
me están intimidando. Por ellos, me refiero a policías, hombres, matones,
personas en general. Un truco que aprendí en hogares de acogida. Establezco y
mantengo el contacto visual mientras vuelvo a preguntar:
—¿Puedo ayudarlo, oficial?
—Recibimos una llamada sobre un perro que amenazaba a su vecino. ¿Es la

dueña del perro? —me pregunta.
—Tengo un perro pero no amenazó a nadie. Estaba tirado en la hierba a mi

lado mientras yo plantaba flores. Mi vecino se asusta cada vez que ve a Loki, pero
es un gran perro y ni siquiera ha cruzado la calle. No estoy segura de cómo eso
es amenazante. ¿Ha hablado con Ralph, mi vecino? —contesto.
—No, todavía no. Dio esta dirección cuando llamó para presentar la
denuncia, vi que estaba afuera y me detuve aquí primero. ¿Dónde está ese perro?
¿Y ha mordido a alguien antes? —pregunta él.
—No, no lo ha hecho y está en el patio trasero. Lo puse allí cuando Ralph

comenzó a gritar que estaba llamando a la policía. Mire, no necesito, ni quiero un
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problema con el vecino o con ustedes, pero Ralph está loco. Hable con él y verá
que no miento. Él es todo un loco.
En ese momento, veo a Ralph cruzar la calle agitando los brazos como el loco
que es. Está jadeando y sudando como si acabara de correr un maratón cuando
se acerca al oficial y a mí.
Cuando llega hasta nosotros, comienza a señalarme con el dedo a la cara y a

gritar:
—¡Su perro va a matar a alguien! ¡Tiene que hacer algo con él, oficial! ¡No
puedo vivir con miedo todos los días!
Alejo su mano de mi cara y lo vigilo atentamente. Ralph nunca me había

puesto la mano encima, pero parece que hoy está perdiendo los papeles peor que
antes. Y no lo conozco tan bien dado que me mudé aquí hace solo unos meses.
El oficial Stanaway se interpone entre nosotros y hace retroceder a Ralph

cinco o seis pasos mientras le dice que se calme.
Desafortunadamente, me doy cuenta de que tenemos una audiencia con los

moteros todos de pie observando junto con otra vecina de la casa de al lado, la
señora Conner.
¡Simplemente genial! Me encanta la dosis de vergüenza que acompaña a la

irritación de tener que lidiar con la locura de Ralph nuevamente.
Vuelvo a sintonizarme con la situación justo a tiempo para escuchar a Ralph

perder la cabeza. Gritando, dice:
—Tiene el perro del infierno. ¡Grande y malvado! Su gato es del tamaño de

un pequeño pony y me mira con ojos de demonio todo el día desde su sofá, el
cerdo es un animal de granja y no debería permitírsele andar en skate en la misma
acera que usan los humanos y el pájaro usa lenguaje grosero cada vez me ve! ¡No
puedo caminar por la acera frente a su casa sin que el pájaro me diga que te den
por culo! ¡Eso está mal!—dice gritando, agitando los brazos y, moviendo la
cabeza, Ralph parece el animal salvaje aquí.
—Señor, tiene que calmarse y callarse un momento—le exige el oficial

Stanaway.
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Los brazos de Ralph dejaron de agitarse, pero su labio inferior sobresale

como un niño de dos años. No es un buen aspecto en una cara blanca lechosa y
regordeta de los 60. El hombre no es lindo.
—Señora, tendré que ver al perro y obtener su información personal para la

denuncia—me dice el oficial.
Entonces se vuelve hacia Ralph y le pregunta si el perro había cruzado la

calle o entró en su propiedad.
—No, no lo hizo, pero me estaba mirando como si fuera a acercarse y

lastimarme. Me sentí amenazado porque ella no le colocó la correa—responde
Ralph.
En este punto, el oficial comienza a explicarle a Ralph que no hay nada que
pueda hacer ya que el perro en realidad no había hecho nada y que yo no violé
ninguna ley, pero que discutirá el asunto más a fondo conmigo para encontrar
una solución. Después le sugirió enfáticamente a Ralph que regresara a su casa y
que cerrara las cortinas si el gato era tan intimidante.
Ralph se va, refunfuñando y quejándose.
El oficial Stanaway se vuelve hacia mí y pide ver a Loki. Empieza a caminar

hacia la puerta de mi casa cuando digo:
—Está en el patio trasero. Puede verlo desde la cerca en el costado de la casa.
—Necesito obtener su información personal y una bebida fría estaría bien

mientras obtengo eso—me sonríe.
Continúo caminando hacia el costado de la casa y hacia la cerca donde está

Loki, ignorando su comentario. Suspira y me sigue.
Cuando llega, miro con diversión como sus ojos se agrandan cuando ve a
Loki. Mi hermoso niño está parado allí mirando al oficial, pero sé que se ve
intimidante. Tiene un color similar al de un pastor alemán con algunos tonos
grises mezclados. Es lo suficientemente alto como para que su espalda esté al
nivel de mi cintura y pesa alrededor de ochenta y cinco kilos. Cabeza muy ancha
y cuadrada. Ojos negros y un pelaje tupido. Y la personalidad de un osito de
peluche si no eres una amenaza para mí.
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—¿Estás segura de que no ha mordido a nadie antes?—me pregunta el oficial

mientras se aleja un paso de la cerca.
—A nadie a quien no le haya pedido que muerda—le digo sonriendo un

poco.
—Regresemos al frente y obtengamos esa información ahora. ¿Su vecino dijo

que también tiene un pájaro y un cerdo? —pregunta mientras caminamos de
regreso al frente de la casa.
—Sí. Tengo un perro, un gato, un guacamayo y un cerdo en miniatura que

tienen licencia y todas sus vacunas—respondo—. Y ninguno de ellos ha sido
nunca agresivo con nadie. El pájaro no le diría nada a Ralph si no estuviera
parado en la acera frente a mi casa gritándole al gato todo el tiempo. Mac
simplemente está repitiendo lo que escucha.
Respondo al resto de sus preguntas y le doy la información que necesita para

su informe. Lo mismo que hice con el último policía que vino aquí por culpa de
Ralph.
—¿Así que este número de teléfono que me diste es el mejor para

localizarte?—me pregunta. Asiento con la cabeza.
—Entonces, si llamo a este número y te invito a un café, ¿me responderás?—

dice sonriendo un poco.
Me estremezco un poco por dentro, pero respondo:
—Contestaré el teléfono, pero no puedo tomar café, lo siento. No tengo citas,

en este momento. Estoy demasiado ocupada.
—Sabes que Ralph va a seguir llamando por tus mascotas y tomar un café
con un policía puede hacer que las quejas se solucionen a tu favor—responde con
una mirada de cretino espeluznante en el rostro.
Ahora me estoy cabreando y quiero descargarme verbalmente, pero siento

que alguien viene detrás de mí al mismo tiempo que veo que los ojos del oficial
Stanaway se mueven por encima de mi cabeza. No me doy la vuelta porque en
ese momento no me importa quién oiga lo que voy a decir.
—Entonces, lo que está diciendo, oficial Stanaway, es que si salgo con…
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—Lo que está diciendo es ilegal y poco ético, ¿no es así oficial Stanaway?—
dice una voz muy profunda y retumbante justo detrás de mí.
El oficial Stanaway continúa mirando por encima de mi cabeza mientras

retrocede lentamente hacia su coche.
—No me di cuenta de que ella era una de las tuyas. Tiene la apariencia pero
no el plástico, así que obviamente asumí que no era una de tus strippers o
prostitutas del club—dice con una mueca en el rostro. Después se da la vuelta,
camina hacia su patrullero y, al entrar en él, dice—. La oferta sigue en pie, Ava.
Si decides apuntar un poco más alto, llámame. —Enciende el patrullero y se aleja
lentamente.
Me doy la vuelta y veo al motero por el que estaba babeando antes de pie
directamente detrás de mí. Miro ese hermoso rostro y veo una sonrisa
devastadora. Noto que es más alto de lo que pensé originalmente, al menos dos
metros, tal vez más. Y más ancho. Ojos tan oscuros que son casi negros. Línea de
la mandíbula fuerte con barba de uno o dos días. Diría que de principios a
mediados de los treinta. Y aún más impresionante, especialmente con esa sonrisa.
Y sí, adivinaste. Estoy bastante segura de que acabo de correrme un poco.
De repente me doy cuenta de que lo estoy mirando, probablemente con la

boca abierta mientras habla.
—Hola. Parece que estás teniendo un día tan malo como el de Big Petey. No
es de mi incumbencia, pero cuando vi el policía que estaba aquí, pensé en dar un
paso al frente y vigilarlo. Por cierto, soy Gunner—ruge él.
—Ava. Y gracias. Estaba empezando a asustarme—digo extendiendo mi

mano hacia él.
Toma mi mano en su enorme palma y la sacude suavemente. Todavía no

puedo dejar de mirar, pero su preocupación es muy agradable. No he tenido a
muchos que se preocupen por mí.
Cuando me doy cuenta de que todavía estoy mirando y sosteniendo su

mano, quito la mía y pregunto:
—¿Big Petey?
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Sacudiendo la cabeza y sonriendo de nuevo, dice:
—Sí. Big Petey es tu vecino y mi hermano del club. Hoy se cayó de su moto
y se rompió la pierna. Nada demasiado serio, pero lo dejará en el suelo por un
tiempo. ¿No conoces a Petey?
—Oh, guau. Lo siento por él. Y no, no lo conozco. Lo veo por ahí, pero no he
estado aquí mucho tiempo. Y, francamente, da un poco de miedo, así que todavía
no me he aventurado a ir a su casa—digo sonriéndole ahora. No le tengo mucho
miedo, pero es un tipo grande. Creo que es mejor tener cuidado que lamentarlo
después.
Gunner echa la cabeza hacia atrás y suelta una carcajada, la garganta

bronceada se mueve con el sonido. Los ojos vuelven a los míos y están llenos de
risa.
—No es tan grande y realmente es un minino disfrazado. Solo tienes que

estar cerca de él por un tiempo y verás que es uno de los más agradables del club.
Juega a ser un viejo gruñón pero realmente no lo es—responde.
—Sin embargo, no mucha gente te va a parecer “tan grande”— solté.
Otro ladrido de risa y más de esos ojos casi negros que me sonríen. De
repente, lleva una mano a mi cara y yo retrocedo. Su mano se detiene pero
permanece en el aire entre nosotros y sus ojos pierden el humor.
—No tienes que tener miedo de mi tamaño o por ser yo motero. Nunca le he
pegado a una mujer y no vas a ser tú quien cambie eso—dice en voz baja.
Luego continúa diciendo:
—Tienes una mancha de suciedad en la mejilla y la iba a quitar. Debería

habértelo dicho. Pero ahora que lo sabes, voy a limpiarlo.
Suavemente pasa sus dedos por mi mejilla y lentamente retira la mano. Me

mira fijamente, como si tuviera preguntas que hacer.
Aparto la mirada. Me avergüenza haber tenido esa reacción frente a él, pero
me avergüenza que piense que es por su tamaño y por ser motero. Y me
sorprende que una mano tan grande pueda ser tan suave.
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Miro hacia arriba para ver sus ojos y digo:
—Lo siento. Eso no fue por ti de ninguna manera. Me tomaste con la guardia
baja, eso es todo.
Me mira fijamente por un momento y no estoy segura de si me cree o no. La

expresión de su rostro me dice que está pensando en todo, pero entonces dice:
—¿Quieres conocer a tu vecino ahora? Tenía la esperanza de que tal vez

pudieras estar pendiente de él cuando uno de los miembros del club no pueda
estar aquí. Quizás darle tu número para llamarte si se cae o algo así. No tienes
que entretenerlo, ni cuidarlo. Me sentiría mejor si alguien tan cerca pudiera
mirarlo de vez en cuando. Es terco y no querrá una enfermera. Sé que es mucho
pedir. No nos conoces en absoluto, pero te lo agradecería mucho.
Lo pienso por un momento y sé que no puedo decirle que no. Su solicitud es

razonable y me apoyó con el policía. Y no estaría de más tener otro vecino de mi
lado cuando Ralph enloquezca de nuevo.
—Por supuesto. Puedo hacerlo. De todos modos, debería haberme

presentado a él antes de esto. Déjame correr a la casa, lavarme las manos e iré
allí. ¿Está bien?
—Perfecto y gracias. No dejes que Big Petey te corra si se pone en modo oso,
simplemente mantente firme—me dice.
—Um está bien. Eso es alentador. Nos vemos en unos minutos —digo riendo.
Me guiña un ojo y se vuelve para caminar de regreso a casa de Big Petey. Me

avergüenza un poco admitir que me quedé mirando a ese fino trasero alejarse y
estoy aún más avergonzada cuando se da la vuelta mientras camina hacia atrás
y me atrapa. ¡Maldición!
—¿De verdad tienes un maldito cerdo que anda en skate y un pájaro de boca
sucia?—dice sonriendo.
—Bueno, el cerdo prefiere rollers y el pájaro es más inteligente que

malhablado—respondo yo.
Se ríe y sacudiendo la cabeza se da la vuelta y continúa hacia lo de Petey.
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Me doy la vuelta y me dirijo al interior para asearme. Cuando entro por la

puerta, escucho a Mac.
—Mamá, ¿vas a ser una presidiaria? ¡Presidiaria! ¡Presiiidiiiaaarrriiiiiaaaa! —

Su voz se hace más fuerte con cada palabra.
Me río cuando me acerco a él, sentado en su percha cerca de la ventana. Es

un hermoso guacamayo verde, rojo y azul brillante que es muy inteligente y le
encantan las caricias. Le acaricio la cabeza y ronronea como lo hacen los gatos. Es
conocido por imitar sonidos y por captar palabras y frases con una rapidez
alarmante.
—No, Mac, no voy a ser una presidiaria. Es solo Ralph siendo Ralph de
nuevo.
Mac inclina la cabeza hacia un lado y responde:
—Ralph apesta.
Me río y tengo que estar de acuerdo con él.
De camino al baño, abro la puerta corrediza y llamo a Loki. Entra y se deja

caer en la alfombra. Me dirijo al baño y grito cuando veo mi cara en el espejo.
¡DIOS MIO! Todavía me queda más de una mancha en la cara. También en el
cuello, brazos y camiseta. ¡Dios! Qué manera de impresionar al motero caliente.
¡Uf!
Me lavo y peino el cabello antes de tirarlo hacia atrás y me cambio a una

nueva camiseta y pantalones cortos de mezclilla. Miro hacia el segundo
dormitorio y veo a Gee y Duffy durmiendo. Me dirijo a la puerta principal y me
pongo un par de chanclas. Empiezo a abrir la puerta y decido que debo llevarle
un dulce a Petey. Nunca está de más aparecer con cupcakes. Pongo doce de ellos
en una caja de panadería y me dirijo a la puerta principal.
Al salir por la puerta, digo:
—Loki está a cargo. Compórtate Mac. No necesito a la policía otra vez aquí
hoy.
Escucho un uff de Loki y un:
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—¡De ninguna manera! ¡Mac está a cargo! —mientras cierro la puerta detrás
de mí.
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Capítulo 2
-:¦:- Gunner -:¦:-
Sigo mirando hacia la casa de Ava esperando verla dirigirse hacia aquí.
Espero que no haya cambiado de opinión. Sería genial tener a alguien tan cerca
de Petey para vigilarlo, pero sé que era mucho pedirle a un extraño.
Especialmente una que parece mantener los ojos abiertos, la cabeza en alto y
observa su entorno. Tiene que haber una razón por la que es tan cuidadosa
cuando la mayoría de las mujeres no tienen ni idea de dónde están o qué sucede
a su alrededor hasta que es demasiado tarde. Es cautelosa pero no parece
temerosa. Me gusta eso. Mucho. Y no hace daño que sea impresionante. Cabello
rubio natural, grandes ojos verdes, ligeramente bronceada y unas tetas perfectas.
Nunca está de más tener unas tetas perfectas pero sobre todo cuando se combina
con unas piernas que se alargan al infinito y un culo que me hace babear.
¡Maldición!
Ésta no es la primera vez que veo a Ava. Ésta es la primera vez que tengo una
razón para acercarme a ella y gracias al Oficial FuckFace, me veía como el tipo
bueno. Aunque ella tiene razón. Es un canalla y nuestro club ya ha tenido
problemas con él. Pero me dio una entrada con Ava, así que por esa razón, lo
dejaré un poco tranquilo hoy.
Los hombres están hablando de algo, pero en realidad no estoy escuchando.

Estoy parado aquí preguntándome cómo podré tener una oportunidad con Ava.
No quiero una dama, ni una novia. No soy esa clase de tipo.
Pero quiero a Ava y escuché su respuesta al policía. Ella no tiene citas.

¿Significa eso que está tomada, aunque no vi un anillo, o significa que no es del
tipo que necesita una relación para acompañar al sexo? Espero lo último.
Pero ahora me pregunto si debería haberle pedido a Vex que viniera aquí. Es
el chico lindo de nuestro club, los Devil´s Angels. Puede que yo sea el presidente
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y no tenga problemas para encontrar mujeres con las que ensuciarme, pero él es
una leyenda en nuestro club por no ser rechazado nunca. Pero cuando miro hacia
arriba, me doy cuenta de que es demasiado tarde para enviar a Vex a hacer un
recado porque Ava se dirige hacia nosotros.
—¡Santa Mierda! Joder. Qué me den por culo… ella es caliente —dice Fang.
Todas las miradas van en dirección a Ava.
—Cállate, Fang—le grito.
Todos los ojos se vuelven en mi dirección. Las cejas se levantan, sonrisas

débiles en un par de sus caras.
Ava llega y lleva lo que parece una caja de panadería. No parece nerviosa al
enfrentarse a cinco moteros y un candidato. Ella solo mira a cada persona durante
unos segundos y luego pasa al siguiente. Noto que su mirada se posa en Vex y
se queda allí un poco más y sonríe levemente antes de pasar a Petey. Doy un paso
adelante y hago las presentaciones.
—Ava, estos hombres feos son Chubs, Fang, Petey, Vex y Prospect. Esta es
Ava, la vecina de Petey.
—Hola chicos. Traje cupcakes. No estoy segura de si le gustan a alguien,

pero…
Su voz se detiene bruscamente y se pone rígida cuando Chubs se lanza hacia

ella y le arrebata la caja de las manos. Vex se pone de pie con la misma rapidez y
se acerca a ella. Él extiende su mano como para estrechar la de ella y cuando ella
agarra la suya, él sonríe y le da un beso en el dorso de la mano. Como un maldito
Romeo o alguna mierda. Instantáneamente enciende el hechizo y me enojo. Ella
sonríe, retira con firmeza la mano y se vuelve hacia Petey. También da un paso
hacia un lado, más cerca de mí. ¡Bum Vex! Me doy cuenta al instante de que no
está segura de todos, pero mantiene una buena cara de póquer. Además, puede
que no nos conozca a ninguno, pero ya me conoció, así que soy la apuesta más
segura si las cosas no son seguras.
—Hola Petey. Lamento escuchar lo de tu accidente. Debe apestar no poder

montar por un tiempo. También lamento que haya tardado hasta ahora en venir
a conocerte—dice Ava mientras sonríe. Maldita sea, su voz es pura seda.
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Petey está sentado en una silla de jardín con la pierna enyesada apoyada en
alto, luciendo irritado. Tan pronto como se da cuenta de que ella le habla, se
sienta un poco más erguido y la mira. Su rostro se suaviza y suelto el aliento que
no me di cuenta que estaba conteniendo. Puede ser gruñón y estar herido no ha
mejorado su disposición. Pero tener a una hermosa mujer de pie frente a él
ignorando al resto de nosotros para darle su atención ha ayudado a su actitud.
—Está bien cariño. Me alegro de conocer finalmente a alguien que molesta a

Ralph más que yo—dice riendo. ¡Él se rio entre dientes! Es asombroso lo que un
poco de atención femenina puede hacerle a un viejo amargado.
Ava se ríe y yo me agacho, arrastro al candidato fuera de su silla y le hago

un gesto para que Ava tome asiento. Se sienta y se vuelve ligeramente hacia Big
Petey.
—No puedo creer que te hiciera pasar un mal rato. Eres el doble de su
tamaño. Debe ser un suicida además de estar claramente loco. ¿Puedo
preguntarte de qué se quejaba?—le pregunta Ava a Petey.
—Se queja ruidosamente de mi moto. Pero nunca me ha dicho una palabra

directamente—responde Petey.
—Entonces, ¿lo que estás diciendo es que necesito duplicar mi tamaño o

hacer que me crezca una polla para que él retroceda?—dice Ava.
Petey suelta una carcajada y niega con la cabeza.
—De ninguna manera cariño. Te quedas como estás y si él te da más

problemas, házmelo saber. Tendré una charla.
Ava le regala a Petey la sonrisa más dulce. Estúpido con suerte.
En ese momento, una conmoción en el patio lateral llama la atención de

todos. No es nada serio. Solo Chubs corriendo con un cupcake en una mano, la
caja en la otra con sus vaqueros deslizándose lentamente por su trasero, Fang y
el candidato justo detrás de él. Fang agarra la caja cuando los vaqueros ganan y
Chubs cae al suelo. Los alaridos y los gritos comienzan cuando Fang trota hacia
nosotros.
—No dejé caer ni una sola miga—grita Chubs mientras se tiende de espaldas
terminando su cupcake.
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—Dame esa caja, Fang—pide Petey.
Fang agarra un cupcake y le entrega la caja. Chubs se acerca, lamiendo el

glaseado rosado de sus dedos mientras su otra mano sube sus vaqueros por
encima de la cintura.
No hay vergüenza en ese hombre cuando se trata de comida. Y creo que

tengo razón en eso cuando se acerca a Ava, se arrodilla y dice:
—Por favor, Ava. Mi ángel hermoso. ¿Quieres casarte conmigo y hacerme

cupcakes hasta que la muerte nos separe?
—Eres un idiota—dice Fang—. Esos vinieron de Sweet Angel Treats Bakery. Le

acaba de proponer matrimonio a una mujer, sin ofender a Ava, que sabe cómo y
dónde comprar cupcakes, pero es posible que no pueda hervir agua.
Todos nos reímos, al igual que Ava. Pero Chubs está decidido y responde a
Fang.
—No me importa. Es lo suficientemente inteligente como para comprar allí

y eso es lo suficientemente bueno para mí.
Ava está sentada allí riéndose de sus payasadas, pero realmente le alegra el
día a Chubs cuando dice:
—No, no me casaré contigo y no deberías usar esa mala palabra con alguien
que acabas de conocer, pero los horneé yo misma y me sentiría feliz de tener un
probador de sabores si te ofreces como voluntario cuando pruebe nuevas recetas.
Soy dueña de Sweet Angel Treats y hago la mayor parte de la repostería allí.
Chubs de repente se levanta, se inclina hacia la silla de Ava y la rodea con

ambos brazos, sujetándola a los costados, la levanta y la mece de un lado a otro
juguetonamente.
Ella deja escapar una risa sorprendida cuando Chubs dice:
—Chubs ama a Ava. Chubs ama a Ava.
Ava se ríe cuando mira a la cara de Chubs y dice:
—Te gusta mucho la comida, ¿eh?
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Chubs la deja en el suelo con suavidad, da un paso atrás sonriendo y se señala

con ambos pulgares diciendo:
—No conseguí todas estas cosas increíbles comiendo zanahorias glaseadas.
Chubs no es un tipo mal parecido. No muy alto, muy fornido casi rollizo.
Melena rizada de cabellos castaños, algunos días descuidada, la personalidad de
un gran golden retriever y es muy querido por los miembros del club, las
familias, las mujeres y los simpatizantes. Es un tonto y lo lleva bien. También es
un gran hermano para tenerlo en una mala situación porque es jodidamente leal.
Petey resopla y se ríe de Chubs, pero mira a Ava, señala la silla y le dice:
—Ava, por favor toma asiento y mantendremos a ese idiota lejos de ti.
Prospecto, dale una copa a Ava. ¿Cerveza o Coca-Cola, cariño?
Volviendo a sentarse, Ava pide una Coca-Cola light.
¡Espero que no le guste hacer dieta porque sus curvas están hechas por el
cielo!
El prospecto le da a Ava una Coca-Cola light, ella se inclina hacia atrás en la

silla y toma un sorbo.
Incluso eso es sexy en ella. Maldita sea, este tipo de reacción nunca me ocurre,
pero estoy intrigado con Ava.
—Entonces Fang, ¿cómo supiste de dónde vienen esos cupcakes?—pregunta

Ava, dirigiendo sus ojos a Fang.
De repente, Fang no se ve tan cómodo teniendo la atención en él. Arrastrando

los pies, los ojos mirando a todas partes menos a Ava, masculla:
—Yo... eh... yo... bueno, he comido algunos de allí antes.
Ava lo mira un poco con los ojos entrecerrados y responde:
—Que extraño. No recuerdo haberte visto allí antes y te habrías destacado

como un motero en una tienda de chicas rosa y negra.
Vex mira a Fang y dice:
—Esa chica que estabas follando hace un tiempo trabajaba en una panadería.
¿Verdad?
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Fang parece que está esperando que el suelo se lo trague en ese momento,
pero le lanza a Vex una mirada desagradable que promete retribución antes de
decir:
—Sí. Ella trabajaba allí.
De repente, todo el mundo está mirando a Ava, ya que ahora solo tiene ojos
para Fang. Literalmente puedo ver las ruedas girando en esa hermosa cabeza.
—¿Marybelle?—pregunta Ava lentamente.
Fang asiente con la cabeza una vez.
—¿¡Eres la rata bastarda que se folló a Marybelle!?—afirma, sin preguntar

realmente.
Fang asiente con la cabeza una vez más.
De repente, Ava se inclina y arrebata el cupcake olvidado de la mano de Fang

y se lo da a Chubs.
Con sus ojos recelosos y aterradores apuntando a Fang, sisea:
—No hay cupcakes para ti. Sin pastel, torta, donas. ¡Nada! Estás prohibido
en Sweet Angel Treats. Me costó mi mejor decoradora de tartas. Se fue llorando a
la casa de sus padres y no la he visto desde entonces. Renunció y se mudó. Sin
aviso, nada. Me dejó en un gran aprieto. Espero que ese trío en el que te encontró
haya valido la pena. ¡Ella era una gran persona!
—¿Puedo tener su parte ya que ahora está prohibido?—pregunta Chubs con

la boca llena de tarta y glaseado. Honestamente, ese hombre no tiene vergüenza.
Ava se levanta y deja su botella en la tapa de la nevera. Se vuelve hacia Petey

y le dice:
—Si no te importa, me gustaría pasar a ver cómo estás de vez en cuando. Sé

que no quieres, ni necesitas que alguien esté encima de ti, pero de lo contrario me
preocuparé. Y estaré feliz de traerte la cena y pasar el rato si te apetece. Disfruté
conocerte a ti y a los demás, bueno, a la mayoría de los demás, y todavía no
conozco a muchos en este barrio. Pero siéntete libre de decir que no. No quiero
excederme.
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Petey sonríe y dice:
—Cariño, me encantaría la compañía y la comida casera. ¡No tengo a nadie

que me cocine la cena y eso sería genial! Pero trae a ese perro. Me encantaría
conocer a la bestia de cerca. Siempre eres bienvenida aquí. —Saca el teléfono del
bolsillo de la camisa y se lo da a Ava—. Pon tu número ahí, cariño y llámate. Si
necesito algo o, si lo necesitas tú, tendremos el número del otro.
Ava hace lo que le pide y le devuelve el teléfono con una dulce sonrisa.
Rápidamente le doy mi teléfono también y después de un momento de vacilación
ella agrega su número al mío. ¡Uf! Me devuelve el teléfono, me mira y dice:
—Gracias por la ayuda de antes. Te lo agradezco mucho. Y la Coca-Cola.
Se vuelve hacia los demás y le dice a Chubs:
—La puerta de la panadería siempre está abierta para ti. Ven en cualquier
momento y comeremos un cupcake y una taza de café juntos. Si tienes una mujer,
tráela también. Me encantaría conocerla.
Mi enorme y corpulento hermano le sonríe a Ava como si acabara de colgar

la luna y responde:
—Me verás, cariño.
Ella saluda en voz baja, dice buenas noches y regresa al otro lado de la calle.
Todos la miramos hasta que entra en su casa y entonces me vuelvo hacia Fang.
—Cuéntanos. ¿Quiénes eran los otros dos del trío que acaban de hacer que te
expulsen de una panadería? Joder, hermano, pensé que te iba a dar una bofetada.
¡Eso fue gracioso! —No puedo aguantar más la risa.
La expresión de su rostro no tenía precio. No muchos moteros consiguen que

una mujer les muerda el culo y simplemente lo aceptan sin decir nada. Él nunca
lo admitirá, pero creo que le tenía un poco de miedo. Ella no tenía miedo y eso es
otra ventaja a su favor. Estoy bastante seguro de que será una estrella en mi
cabeza durante mucho tiempo.
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Capítulo 3
-:¦:- Ava -:¦:-
Después de un domingo agitado debido a un mal funcionamiento del

horno, ahora son las 5 am del lunes y estoy inclinada sobre una estación de
trabajo en la panadería, actualmente glaseando donas. Después siguen los rollos
de canela que no podemos hacer lo suficiente porque son “muy” buenos. No
estoy fanfarroneando, es un hecho. Vendemos entre mil quinientos y dos mil a la
semana. Mi equipo y yo estamos trabajando duro en nuestras distintas estaciones
y se están finalizando muchos dulces.
Miro hacia arriba y alrededor de la cocina y siento orgullo por lo bien que va
todo. Tengo un gran equipo de siete empleados a tiempo completo y cuatro a
tiempo parcial. No somos una gran panadería, pero nos preocupamos por la
calidad y el sabor. El negocio está abierto seis días a la semana, así que nuestros
turnos son variados y puedo trabajar con cada empleado en algún momento de
la semana. Me gusta poder pasar tiempo con cada uno y mientras son empleados,
no técnicamente amigos, tengo una buena relación con cada uno de ellos.
Trudy entra en la cocina para cargar su bandeja y seguir completando las

vitrinas del frente. No estoy segura de haberla visto alguna vez sin que tuviera
una sonrisa en su rostro redondo y que sus rizos castaños no rebotaran. Ella me
hace sonreír solo porque sí. Carga su bandeja con varios artículos y desaparece
por las puertas batientes estilo salón que separan la panadería de la cocina. Trudy
no es pastelera. Ella trabaja en el mostrador y es perfecta para ese trabajo con sus
grandes habilidades con las personas.
Después de varias horas, tomo un descanso y camino al frente para revisar

las cosas. Me tomo un momento para mirar alrededor y volver a enamorarme de
lo que veo. Suelos de baldosas a cuadros rosa claro, blanco y negro. Las paredes
son de un rosa muy claro con adornos en blanco y negro. A lo largo de las
paredes, justo por encima del alcance del brazo, hay cajas transparentes y
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hermosos puestos de pasteles que muestran algunas de nuestras creaciones en

pastelería. Pero el mejor exhibidor se encuentra a la derecha de la puerta
principal, a lo largo de una pared junto a una máquina de discos antigua. En una
gran caja transparente 4x4 se encuentra una tarta Harley Sportster rosa y
cromada. Es muy real y detallada. Pasé varios días haciendo esa tarta y
asegurándome de que fuera exacta en todos los detalles, excepto en el tamaño.
Es a menor escala que una moto real, pero esa es la única diferencia. Creo que es
la tarta más genial que he hecho. Lo que los clientes no ven, es que tiene un
pequeño motor montado en la parte trasera que hace el sonido perfecto de una
Harley.
Después de volver a admirar la moto, miro hacia los mostradores y veo que
las vitrinas se están reabasteciendo nuevamente y el frente de la tienda está con
gente. Varias mujeres se sientan en algunas de las pequeñas mesas y reservados,
bebiendo café y comiendo dulces. Algunos chicos y chicas en edad universitaria
están dispersos disfrutando de sus tazas matutinas de Java y aprovechando el
wi-fi gratuito. Un par de hombres están esparcidos por el mostrador estilo diner
con taburetes tomando café, leyendo periódicos y comiendo donas. Hay una fila
en el mostrador y Trudy se mueve rápido. Camino detrás del mostrador, me
vuelvo hacia el siguiente cliente y me pongo a trabajar.
Tengo una adicción seria al café, así que pasé bastante tiempo eligiendo el
café perfecto para vender aquí. Tenemos muchos clientes masculinos que se
atreven a entrar a la tienda rosa solo por el café. Tengo reglas estrictas sobre cómo
se hace y se vende el café. Sin embargo, no hacemos la mayoría de esos elegantes
cafés yuppies. Creo que un buen café no necesita un montón de saborizantes. El
buen café debe saborearse, no cubrirse con todas esas otras cosas. Y los hombres
vienen por eso y después descubren los dulces. Si quieres un café elegante, busca
un barista. Si solo quieres un buen café fuerte, ven a verme.
Después de ayudar a Trudy a ponerse al día con la fila de clientes, me dirijo

a la parte trasera del edificio donde se encuentra mi pequeña oficina. Me ocupo
haciendo papeleo y algunos pedidos de ingredientes cuando mi teléfono vibra
en el escritorio. Lo miro y veo un mensaje de texto. Deslizo el dedo por la pantalla
y veo que es de Petey.
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Big Petey: Hola, cariño. Este anciano se está aburriendo sentado. Quiere conocer a
tu familia peluda.
Yo: Puedo hacer eso esta noche si estás despierto para cenar.
Big Petey: Demonios, sí. Ven cuando quieras.
Yo: ¡Nos vemos alrededor de las 5!
Tengo que sonreírme. Gunner estaba preocupado de que Petey fuera más de
lo que podía manejar y he descubierto que es un hombre dulce del tamaño de un
oso. Espero verlo esta noche y me encanta la idea de preparar la cena para
alguien. Solía cocinar en algunos de los hogares de acogida en los que estuve,
pero alimentar a los niños más pequeños era donde mi corazón se derretía. Hubo
algunas casas buenas que alentaron mi amor por cocinar y hornear, pero la
mayoría no lo hizo. La mayoría no eran buenos de ninguna manera.
Yo: ¿Algo que no comas?
Big Petey: Serpiente
Tengo que reírme del adorable motero. Ésta no es la primera vez que nos
enviamos mensajes de texto y siempre me hace sonreír.
Yo: Serpiente está fuera del menú. Nos vemos alrededor de las 5.
Termino mi papeleo del día y me dirijo a la cocina a buscar un postre para

esta noche. Decido tomar dos tartas, una crema de coco y una tarta de manzana
acaramelada con una corteza de miga. Ambas son deliciosas y cualquier sobrante
que haya, estoy segura de que los miembros del club que pasen por allí lo
ayudarán a terminarlas. De camino a casa, me detengo en Whole Foods y recojo
los ingredientes para el pollo al marsala, ensalada y verduras.
Al bajar por mi calle, veo a Ralph parado afuera de mi casa en el camino.

Entro en mi camino de entrada y estaciono fuera del garaje sin querer abrir la
puerta del garaje con Ralph parado lo suficientemente cerca como para poder
entrar. Lo sé, demasiado cautelosa pero mejor segura que… bueno, ya sabes.
Salgo del coche mirando a Ralph mientras sigue gesticulando con las manos
y gritando en mi ventana delantera. Agarro los comestibles, las tartas y mi bolso,
cierro la puerta del coche y me vuelvo hacia Ralph.
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—Sabes Ralph, si no te pararas directamente frente a la ventana y le gritaras

a Mac, él no te maldeciría. No es tan difícil de entender. Solo necesitas ser más
inteligente que el pájaro—le grito—.
Gira la cabeza en mi dirección y grita:
—¡Tu pájaro tiene una maldita boca sucia! ¡Cállalo o lo haré yo!
Por supuesto, Mac responde con un fuerte:
—Ralph apesta. ¡Ralph chupa la polla de un burro!
Junto a la ventana panorámica hay dos ventanas estrechas que se deslizan

hacia arriba y tienen pantallas. Mi error y Mac lo ha descubierto. No olvidaré
volver a cerrar las ventanas laterales delanteras.
De repente, Ralph toma una piedra y la arroja a la ventana. La piedra era

pequeña y rebota en el cristal sin dejar ningún daño, pero ya he terminado con
su mierda.
Descargo mis brazos poniendo todo sobre el capó de mi coche y corro hacia
Ralph que está buscando otra piedra.
—¡Detente Ralph! ¡Esto es ridículo! Ve a tu lado de la calle y no escucharás a

Mac. ¡ Crece de una buena vez, viejo bastardo! Si rompes esa ventana, seré yo
quien llame a la policía y tú pagarás por ello—le grito.
Ralph gira en mi dirección y se acerca a mí. No es más alto que yo ni mucho

más pesado a pesar de que tiene un poco de vientre cervecero. No voy a
retroceder con este idiota.
Él comienza a gritarme en la cara, la saliva sale volando por todas partes,
—¡Tienes que irte! ¡No me dejaré intimidar en mi propia casa! ¡Deshazte de

ellos o lo haré yo!
Limpiando la saliva de mi mejilla, grito en respuesta:
—¡No estás siendo intimidado en tu propia casa! ¡Ni siquiera estás en tu

terreno! ¡Y tu lenguaje es peor que el de Mac! ¡Sal de mi acera, lunático, y quédate
en tu lado de la calle! ¡Y no vuelvas a amenazar a mis mascotas!
—¿O qué?—me grita en respuesta.
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—O vivirás para lamentarlo—le susurro.
Él retrocede medio paso y hace aspa vientos e intenta golpearme. Me agacho

y esquivo su golpe mal lanzado, agarro su brazo e instantáneamente lo giro
detrás de su espalda con fuerza. Agarro el cuello de su camisa con la otra mano
y empiezo a llevarlo a través de la calle hacia su casa. Cada vez que intenta
soltarse, levanto su brazo por encima de su espalda hasta que está medio
agachado.
—¡Asalto! ¡Asalto! ¡Estoy siendo asaltado! ¡Llamen al 911! ¡Llamen al 911!—

empieza a gritar.
Continuamos avanzando hasta llegar a su césped donde lo empujo lejos de

mí y al mismo tiempo lo suelto. Él se tambalea hacia adelante unos pasos y se
gira hacia mí, pero no da un paso en mi dirección. Coloco mis pies para estar lista
para lo que sea que él decida hacer.
—¡No puedo creer que me acabes de agredir, perra! ¡Estás en tantos

problemas ahora!—grita.
—¡Y no puedo creer que un hombre crecido pierda sus días discutiendo con
un pájaro! Consíguete un pasatiempo mejor que ese o, mejor aún, ¡consigue un
trabajo, idiota!
—¡Estoy discapacitado, coño!
—¡No, eres mentalmente inestable, cara de polla!
Él se lanza hacia mí y lo esquivo. Cuando se da la vuelta para enfrentarme

de nuevo, le advierto:
—¡Intentas ponerme las manos encima de nuevo y te voy a dar un puñetazo

en la garganta y te mataré como a un perro!
—Escucharía a la dama y tomaría este como un buen momento para ir a tu

casa, Ralph. Intenta poner otra mano sobre ella y cuando ella termine de patearte
el culo, estarás lidiando conmigo. Y no soy tan amable como ella.
Miro y veo a Big Petey apoyado en las muletas en su porche. Incluso con un
yeso en la rodilla, es intimidante.
—Esto es entre ella y yo, Pete—dice Ralph de repente muy tranquilo.
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—Ya no Ralph—responde Pete—. Le he tomado simpatía y ahora tiene mi

protección. Si te metes con eso, tendrás problemas mucho más serios con los que
lidiar que un pájaro.
Después de un momento de vacilación, Ralph camina hacia su casa y entra,

cerrando la puerta de entrada detrás de él.
—Dios, Pete, siento mucho esto. Nunca quise tener un problema con un
vecino —le digo.
—No es tu culpa, cariño, siempre ha sido un dolor de culo para todos. Ve a

hacer lo que tengas que hacer y te veré a ti y a ese perro en un rato—dice Pete
sonriendo—. Y puedes entretenerme con la historia de cómo llegaste a tener esos
movimientos. Lo hiciste bien, niña. Muy bien.
Me dirijo hacia mi casa con una cálida sensación en el interior. No había

tenido a nadie que me defendiera antes hasta que conocí a estos moteros. Es
irónico que sean ellos los que me han hecho sentir más segura y cuidada cuando
las personas que se suponía que debían hacerlo, nunca lo hicieron.
Agarro todo del capó de mi coche y entro a la casa. Dejando todo sobre la
encimera de la cocina, voy inmediatamente a la puerta corrediza trasera y la abro
para permitir que la atraviese quien quiera salir.
Primero viene Loki, deteniéndose a mi lado con un masaje de cabeza en mi

cintura. Me agacho y le doy un buen masaje corporal. Es un buen chico. Durante
el altercado con Ralph, había escuchado a Loki ladrar y gruñir y yo estaba muy
feliz de que no se lanzara por la ventana para llegar a mí. Tal vez porque no me
lastimó o no estaba en peligro real es lo que lo mantuvo bajo control. Él se dirige
fuera y luego aquí viene Gee deslizándose por la esquina. Su pequeño cuerpo
rojo y negro se agita un poco mientras intenta detenerse y, en cambio, choca
contra mí con toda su fuerza. Se levanta sobre sus patas traseras para que le de
un abrazo y un masaje rápido. Es tan adorable. Y después sale por la puerta
dirigiéndose directamente hacia su caja de arena. Cierro la puerta y me dirijo a la
sala de estar. Duffy está tumbado de espaldas en el sofá. Esto es normal para él.
No hay muchas cosas que lo emocionen mucho. Me acerco y le doy su masaje en
la barriga que espera en todo momento. Mirando alrededor de la habitación, no
veo a Mac.
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Entro en el “dormitorio de mascotas” y lo veo en el suelo de pie en la esquina.

Su pico en realidad está tocando la pared.
—¿Qué estás haciendo Mac?—pregunto.
No dice nada.
—¿Qué estás haciendo Mac?—repito.
Todavía no hay respuesta. No es que me sorprenda. Mac tiene en la cabeza

que si él no puede verte, tú no puedes verlo. Así que me acerco, lo levanto y lo
pongo en su percha frente a mí.
—¿Mac?
—Hola, mamá—dice.
—Hola, Mac. ¿Por qué estabas en la esquina?
—¿Estoy en problemas?—grazna él.
—No, no estás en problemas. Ralph está loco y eso no es culpa tuya—le

respondo.
—Él lo inició, mamá.
—Lo sé. No nos preocupemos más por Ralph esta noche. Tengo que preparar
la cena porque me voy a la casa Big Petey más tarde. ¿Quieres pasar el rato
conmigo en la cocina?
—Sí. Dame un aventón por favor.
Se sube a mi hombro y nos dirigimos a la cocina. Mac es increíblemente

inteligente y estamos muy unidos, pero incluso sabiendo eso, siempre me
sorprende con sus payasadas. Es humor en forma de pájaro. Adopté a Mac
después de que lo rescataron de una mala situación y creo firmemente que él sabe
lo importante que es para mí ahora. Apenas decía unas pocas palabras cuando
vino a vivir conmigo y ahora es muy vocal. Sin embargo, tomó tiempo. Tiempo,
paciencia y amor. Es interactivo y le encanta la atención. Si no la consigue, hará
algo para asegurarse de que lo noten. Pero no lo querría de otra manera. Es mi
mejor amigo.
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Salta al borde de la encimera y comienza a tararear Should Have Been A

Cowboy de Toby Keith mientras balancea la cabeza al ritmo de la canción. Y me
pongo a trabajar preparando la cena.
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—¿Cómo dijiste que se llama?—me pregunta Pete.
—Pollo al Marsala—respondo.
—He comido eso antes y no sabía así. ¡Esto está fabuloso!—afirma él.
—Gracias. Me encanta cocinar y es muy agradable tener a alguien para quien

cocinar y comer. Me alegra que te guste, Pete. Hice mucho para que tengas sobras
para mañana—le digo.
—No estoy seguro de que quede algo para mañana—se ríe.
Seguimos comiendo en un cómodo silencio con Loki tirado en el suelo cerca

de la pared del comedor. Pete y Loki se llevaron bien inmediatamente cuando
llegamos. Big Petey estaba impresionado por el tamaño de Loki y Loki parecía
estar feliz de haber hecho otro amigo.
Mientras Pete extiende su mano por otra porción, escuchamos una Harley
que se acerca por la calle. Noto una pequeña sonrisa en su rostro pero no se
mueve hacia la puerta. Cuando la moto se apaga, empiezo a levantarme para
abrir la puerta.
—Quédate en tu asiento, cariño, la puerta no está cerrada y él tiene una llave.
—¿Debería traer otro plato?—pregunto.
—Nah, él sabe dónde están si tiene hambre.
La cabeza de Loki se levanta cuando la puerta se abre y Gunner entra.

Vaqueros ajustados y gastados, camiseta negra que se ajusta al ancho de sus
hombros, chaleco de cuero negro con numerosos parches y botas desgastadas.
Cierra la puerta detrás de él y mira hacia el comedor. La casa de Pete es una
planta baja abierta, por lo que la cocina, el comedor y la sala de estar son una sola
habitación separada por una larga encimera. Muy parecida a la mía.
Nuestras miradas se encuentran y él hace una media sonrisa, el lado

izquierdo de su rostro se eleva parcialmente. Es una gran vista la de él. Sin
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embargo, no hay muchas cosas que no se vean bien en él. Es absolutamente

hermoso. No estoy segura de lo que está pasando por su mente, pero sé que la
mía está tan dentro de la zanja que es patético. La temperatura ha subido de
repente lo suficiente como para ser perceptible. No entiendo por qué me hace
reaccionar así cuando nunca antes había tenido estos sentimientos por nadie más.
No es el primer tipo hermoso con el que he hablado o visto, pero él ha tomado el
control de muchos de mis pensamientos.
Entra en la cocina, agarra un plato y cubiertos, toma una cerveza del

refrigerador y se sienta a la mesa a mi izquierda. Mira a Loki y después lo mira
dos veces más. Loki golpea su cola una vez en el suelo y vuelve a poner la cabeza
sobre sus patas delanteras.
—¡Jódeme! Es una bestia—dice Gunner hablando por primera vez.
Big Petey se ríe entre dientes y dice:
—Lo es.
Gunner comienza a llenar su plato, me mira y sonríe. Me doy cuenta de que

todavía lo estoy mirando y rápidamente vuelvo a mi comida. Durante los
siguientes minutos, el único sonido en la habitación es el tintineo de los cubiertos
en los platos y Loki roncando y resoplando levemente en el fondo.
—¡Santa Mierda! ¿Qué es esto?—pregunta Gunner, mirándome

directamente.
—Pollo al Marsala con pasta fresca casera, ensalada de brócoli y panecillos

calientes—respondo mientras Petey se ríe.
—¿Te gusta?—le pregunto sonriendo a Gunner.
—Uh, sí, muñeca, esto es increíble. Sabía que podías hornear pasteles, no
sabía que también podías cocinar así—dice Gunner mientras vuelve a cargar el
tenedor.
—Estoy pensando en pedirle a la doctora que me deje el yeso puesto durante

mucho tiempo solo para que me cocine por compasión—se ríe Petey.
—Petey, no necesitas un yeso para que cocine para ti. Soy la que está
encantada de tener a alguien para quien cocinar ahora. Te cansarás de ver mi cara
cuando aparezca regularmente con cosas para que comas, pruebes y critiques. Te
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volveré loco si me dejas—declaro—. Hago un poco de catering y siempre estoy

probando nuevas recetas o retocando cosas. Creo que pude haber asustado a la
señora Connor con mis constantes golpes a su puerta con una bandeja de cosas
para que probara.
—¿Tú haces catering?—ambos hombres dicen al mismo tiempo, con las cejas
levantadas y mirándose.
—Bueno, sí, un poco. Aunque me encanta hacerlo. Recién estoy comenzando

en el catering, así que todavía no he tenido muchos clientes. Pero se está
formando y he estado pensando en ampliar la panadería para incluir la parte de
catering en el negocio.
Los hombres se miran entre sí y de repente me siento excluida. Están

manteniendo una conversación sin que se pronuncien una palabra. Esto continúa
por un momento y entonces Gunner asiente levemente con la cabeza y se vuelve
hacia mí.
—¿Qué tipo de comida preparas cuando organizas un evento?—me pregunta

Gunner.
—Puedo hacer casi cualquier cosa que el cliente quiera, pero trato de adaptar
la comida a la ocasión y a las personas que asistirán. Y, por supuesto, a cuántas
personas alimentaré. Eso importa mucho, ya que normalmente solo soy yo quien
cocina y sirve. Tengo una chica a tiempo parcial que ayuda un poco, pero
generalmente depende de mí—le contesto.
—Ok, digamos que estás alimentando a un grupo de moteros al aire libre y

es estilo buffet donde se sirven ellos mismos. Se esperaría cena y postres.
Probablemente unas setenta y cinco personas en total. ¿Qué harías? —me
pregunta Gunner.
—Um, bueno, tendría que sentarme y planear eso, pero lo primero que se me
viene a la cabeza son cosas, como algunos bocadillos fáciles como aperitivos, por
ejemplo jalapeños o tomates cherry rellenos, costillas a la barbacoa y pollo,
algunas ensaladas, patatas al horno o gratinadas, frijoles. Los postres serían
diferentes pasteles, algunas tortas y algunas galletas.
Los tipos continúan comiendo mientras mantenemos esta conversación.

Cuando ambos empujan sus platos hacia atrás, me levanto y agarro las dos tartas.
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Me encanta la expresión de ambos rostros cuando las coloco sobre la mesa y

comienzo a cortarlas en porciones. Las señalo mientras miro a Petey y luego a
Gunner y pregunto:
—¿Crema de coco o manzana acaramelada?
—Ambas—responden al unísono.
Me río a carcajadas de ellos mientras coloco un trozo de cada sabor en sus

platos. Agarro un termo que traje y me sirvo una taza de café. Se lo ofrezco a los
hombres, pero ninguno de los dos deja de comer tarta el tiempo suficiente para
responder, simplemente niegan con la cabeza. Me vuelvo a sentar y disfruto de
sus sonidos de agradecimiento mientras bebo mi taza de café.
Podemos escuchar otra moto que viene por la calle y Petey gime.
—Será mejor que no sea Chubs porque acabará la tarta—refunfuña Petey.
—No puede ser él. Lo envié a un viaje hoy y no regresará hasta pasado
mañana—dice Gunner sonriendo.
—Bien pensado, Prez—responde Petey sonriendo como un niño.
La puerta principal se abre y entra el segundo hombre más hermoso que he

visto, solo superado por Gunner. Muy alto, 1.95, cabeza rapada, brazos tatuados,
hermosos ojos azules brillantes y una barba clara de uno o dos días en su rostro.
Muy musculoso. Como si sus músculos tuvieran músculos. Más incluso que
Gunner, que tiene una constitución sólida, pero no es de la clase de rata con
músculos conseguidos en un gimnasio. Este tipo es enorme y aterrador, pero ¡qué
hermoso! Tiene un ligero ceño fruncido mientras se acerca al comedor
mirándome fijamente. Se detiene al lado de la mesa, justo enfrente de donde estoy
sentada y continúa mirando mientras cruza esos impresionantes brazos sobre su
pecho y dice con un rugido muy profundo:
—Así que eres la chica con la que Chubs quiere casarse por un maldito
cupcake?
—Hago cupcakes increíbles. Así que sí, yo sería esa chica —le respondo.
Continúa mirando fijamente hasta que Big Petey dice:
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—Toma asiento Axel. Come algo de la cena o tarta y deja de intentar mirarla
fijamente. Cariño, este sinvergüenza de malos modales es Axel, vicepresidente
del club. Y mi hijo. Axel, te presento a Ava, mi vecina.
—Encantada de conocerte, Axel. Si tienes hambre, puedo prepararte algo de

cenar. O conseguirte una porción de tarta—digo.
—No, no lo harás. Puede preparar su propia maldita cena si tiene hambre —

afirma Gunner mientras parece un poco molesto.
Las cejas de Axel se elevan y una pequeña sonrisa aparece mientras mira a
Gunner y pregunta:
—Es así como será, ¿verdad?
—Síp—responde Gunner.
—De hecho, Axel, la voy a convertir en mi dama y voy a tener un hijo que
nazca con inteligencia, belleza Y modales. Ya sabes, ya que no conseguí eso la
primera vez—se ríe Petey.
—Vete a la mierda, padre—responde Axel golpeando ligeramente a su padre

en el hombro de camino al armario.
Vuelve, llena su plato con las sobras y se dirige al microondas. Se detiene de

repente cuando se da cuenta de que Loki está junto a la pared. Mueve lentamente
la cabeza hacia su padre y le pregunta:
—¿Por qué diablos tienes un caballo en tu casa, Pops?
—Ese es Loki, el perro de Ava. El perro que fastidia a Ralph. Tiene que
gustarte sólo por eso—se ríe Petey mientras le lanza un pequeño trozo de pollo a
Loki. Loki lo atrapa y traga sin masticar.
—Dios, pensarías que incluso Ralph sería lo suficientemente inteligente

como para no enemistarse con un perro de ese tamaño—dice Axel mientras lleva
su plato a la mesa, se sienta y comienza a comer.
—Es Pollo al Marsala antes de que preguntes—dice Petey sonriendo a Axel

mientras deja de comer y me mira.
—Eh. No estoy seguro de haber comido eso antes. No es realmente comida

para moteros, pero sigue siendo excelente—dice Axel.
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—¿A los moteros no les gusta la buena comida, Axel?—pregunto—. ¿O solo

comes algunos alimentos que son lo suficientemente varoniles para ti e ignoras
los restantes?
—Sarcástica. Me gusta—responde sonriéndome.
—Deja de joder con ella, idiota. Acabas de limpiar todas las sobras, así que
debe gustarte—refunfuña Gunner—. Estábamos hablando con ella sobre su
negocio de catering que está comenzando. Estoy pensando que haría que el club
se vea bien sirviendo buena comida en la Poker Run 1la semana que viene. No
somos conocidos por tener buena comida, o incluso comida comestible, en
nuestras barbacoas. Y yo, por mi parte, no quiero volver a terminar en la sala de
emergencias por la falta de habilidades culinarias de las damas.
Axel y Petey se estremecen al mismo tiempo.
—Sí, eso no fue muy divertido. No pude salir de mi casa durante una semana.
No estoy seguro de haber estado tan enfermo antes. Y era muy vergonzoso que
los clubes de apoyo y sus miembros también estuvieran enfermos. Estoy
totalmente a favor de permitir que Ava salve nuestra dignidad esta vez—dice
Petey.
Todos los ojos se vuelven hacia mí.
—¿Hablas en serio sobre esto?—le pregunto.
—Sí. Hablo en serio. Es una lástima que los moteros sean conocidos por sus
barbacoas y fiestas y las nuestras apestan. La parte de fiesta es con la que no
1
Un Poker Run es un evento que combina una ruta motera y el juego de
Poker. Cada jugador deberá seguir una ruta marcada y hacer unas paradas fijas
donde elegirá al azar una carta o cartas de una baraja completa de Poker (52
cartas) hasta completar un mínimo de 5 cartas (mano). El objetivo es tener la
mejor mano de póquer al final del recorrido. Generalmente se utilizan motos,
pero se pueden utilizar vehículos todo terreno, botes, motos de nieve, caballos, u
otros medios de transporte
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tenemos problemas, pero las barbacoas y la comida son realmente malas. ¿Cuál
sería el costo? —responde Gunner.
Me estoy haciendo ilusiones y espero que ellos no las aplasten. Me encantaría

hacer ese tipo de evento. Realmente podría ayudarme a dar a conocer mi nombre
como proveedora de servicios de catering en lugar de solo como pastelera. Pero
si lo arruino, podría detener el negocio antes de que realmente se ponga en
marcha. No arruinaré esto. Sé que no lo haré porque me aseguraré de no hacerlo.
—Te propongo un trato—digo mirando a Gunner—. Si me dejas hacer esto,

haré las compras, cocinaré, serviré y limpiaré gratis. El club solo tiene que pagar
los gastos de los ingredientes. Será una prueba para mí en eventos más grandes
que los que he hecho y si todos están contentos con la comida, entonces
agradecería un poco de publicidad gratuita de boca en boca. Puedo planificar el
menú y darte una estimación del costo de los alimentos para mañana por la tarde.
Gunner mira a los otros hombres y ellos rápidamente asienten con la cabeza.
Se vuelve hacia mí y sonríe. Su sonrisa es increíblemente caliente. Estoy
perdiendo la pista de lo que estábamos hablando porque mi cerebro se dirige
hacia el sur. Con algo de esfuerzo, vuelvo a concentrarme en la conversación.
—Las mujeres del club ayudarán con el servicio y la limpieza, ya que no

tienen que cocinar. Instalamos una nueva cocina industrial en la casa club el año
pasado y puedes usarla para preparar la comida para que no tengas que
transportarla una vez que esté lista. ¿Eso funciona para ti?
—Eso es perfecto para mí. Pero primero necesito ver la cocina para poder
planificar las cosas en consecuencia. ¿Eso es un problema?
—No, no lo es. Ven mañana en cualquier momento y te mostraré los

alrededores. Te enviaré un mensaje de texto con la dirección—responde Gunner.
La conversación fluye después de eso conmigo preguntando sobre la comida

que les gusta y la que no, las expectativas, las cantidades, etc. Antes de darme
cuenta, se estaba haciendo tarde y tenía que llegar a casa.
Me levanté, guardé las tartas en el frigorífico y empecé a apilar los platos

sucios cuando Gunner se acercó al fregadero y empezó a enjuagarlos. Estaba más
que un poco sorprendida de tenerlo parado tan cerca y haciendo algo tan
doméstico. Me sonrió y me dio un golpe en el hombro.
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—¿Qué? ¿Nunca antes has visto a un hombre con las manos en el fregadero?
—pregunta.
—¡Sí, lo vi, pero no a alguien que se parezca a ti!—espeto.
—¿Qué se parezca a mí?—pregunta con otro golpe en el hombro.
—Los tíos del tipo motero caliente, enorme y rudo no lavan los platos.
Montan Harleys, mutilan a las personas y le muestran el dedo al mundo. Y no
tienen ese tipo de sonrisa. Ya sabes, la sonrisa “he hecho caer mil bragas”. Ellos…
¡Oh, Dios, deja de hablar Ava!—exclamo horriblemente avergonzada por haber
dicho algo así.
Puedo sentir que mi rostro se pone de ocho tonos de rojo cuando Gunner,
Axel y Petey se ríen de mí. Ni siquiera puedo mirarlos en este momento. Me giro
un poco y empiezo a colocar los platos enjuagados en el lavavajillas. A veces
tengo una boca tan fuera de control. ¡Grr!
—¿Puedo salir ahora, ir a casa y esconderme en el armario durante los

próximos cinco años? ¡Por favor!—grito a través de la risa.
—No hasta que me digas qué tipo de sonrisa tengo—dice Axel, apenas capaz
de pronunciar las palabras a través de su risa.
—Oh Dios, mátame ahora—le ruego.
Me doy la vuelta, agarro mi bolso y llamo a Loki. Antes de dar otro paso
hacia la libertad, Petey agarra suavemente mi brazo y me atrae hacia él. Lucho
para no mirarlo, pero finalmente hago contacto visual y él sonríe enormemente.
—Cariño, eres un soplo de aire fresco. Y tu comida es estelar. Gracias por

tomarte el tiempo de preparar la cena de un anciano y compartir ese tiempo con
él. Espero volver a hacerlo pronto.
Derrite mi corazón. Es tan dulce y nunca lo pensarías basado en su

apariencia. Me inclino hacia él y le doy un beso en la sien.
—Gracias, Petey. Yo también lo disfruté. Lo haremos de nuevo pronto.
Cuando me dirijo hacia la puerta, escucho a Gunner decir:
—No te olvides de mañana. —De hecho, puedo escuchar la sonrisa en su voz.

¡Uf!
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Simplemente saludo por encima del hombro y llego casi a la puerta cuando
Axel habla.
—¿Qué? ¿Ningún beso para mí también?
Mi saludo se convierte en un saludo con un solo dedo cuando salgo. La risa

ruge detrás de mí.
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Capítulo 4
-:¦:- Gunner -:¦:-
Coloco los codos sobre mi escritorio, aprieto las manos y apoyo la barbilla
en ellas. No voy a hacer mucho hoy. Mi escritorio está lleno de cosas que deben
completarse y, sin embargo, estoy sentado aquí pensando en una curvilínea
pastelera rubia. A los treinta y tres años pensarías que sería lo bastante maduro
para concentrarme en mi trabajo, pero no puedo. Todo en lo que parece que
puedo pensar es en lo lindo que se veía su rostro cuando se dio cuenta de que
acababa de llamarme caliente. Y rudo. Estaba tan horrorizada, pero sí, me gustó
que se diera cuenta y pensara eso. No tengo problemas para conseguir mujeres
siendo el Prez de un gran MC. Acuden en masa al club y hay a montones. Y, sin
embargo, esta hermosa vecina de Big Petey es diferente. Es real. Como dijo el
oficial Stanaway, no hay plástico. Ni en el cuerpo, ni en el alma. Y eso me ha
llamado mucho la atención. Todavía no estoy seguro de si ella tiene un hombre
en su vida, pero Big Petey no lo cree y no estoy seguro de que eso me importe en
este momento.
Estoy muy sorprendido por estos pensamientos. Nunca he sido uno de esos
hombres que querían una mujer permanente en mi vida. No soy de los que
rechazan montar gratis, por así decirlo, y el sexo sucio es uno de mis pasatiempos
favoritos. Me gusta la variedad. En mujeres y en el sexo. Pero nunca me he
encontrado pensando en una más que el tiempo que tardo en meterla en la cama
y sacarla poco después. Durante los últimos días, solo una mujer ha estado en
mis pensamientos. Ni siquiera estuve interesado en las ofertas anoche cuando
regresé a la casa club con Axel. En lugar de eso, fui a casa, me di una ducha y me
masturbé con visiones de Ava haciéndolo por mí. Dios, estuvo bueno.
La puerta de mi oficina se abre y Axel y Pooh entran. Se dejan caer en sillas

frente a mi escritorio e instantáneamente apoyan los talones en mi escritorio.
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Miro sus botas con una ceja levantada y después los miro a ellos. Ambos sonríen
pero no quitan las botas. Suspiro.
—¿Qué queréis, idiotas?—pregunto.
—Nada en realidad—responde Axel con una amplia sonrisa.
—Solo pensé que pasaríamos el rato contigo para ayudar a matar el tiempo
hasta que aparezca tu pequeña pastelera—resopla Pooh.
—¿No se supone que deberías cubrir el remolque hoy, Pooh?—pregunto.
—Estoy de guardia y por suerte, todavía no hay llamadas—afirma. Luego,

desafortunadamente, continúa diciendo—. He oído mucho sobre este pequeño
trozo de co…
—Dilo y mueres—le gruño.
Ambos se ríen, pero por suerte para Pooh, no termina su oración.
—¿Ves? ¡Te lo dije!—ríe Axel, mirando a Pooh.
—Entonces dime Prez, ¿vamos a ver una pelea a muerte entre tú y Chubs?
Ya sabes, dado que él ya le ha propuesto matrimonio y todo eso—se ríe Pooh.
Lo estudio por un minuto y decido sacar de en medio esta conversación sin

importar la mierda que obtenga de ellos.
—Ava estará aquí hoy en algún momento y probablemente estará en la

cocina durante unos días la semana que viene y luego otra vez para la Poker Run
y la barbacoa. Hagan correr la voz entre los miembros, espero que ella sea tratada
con respeto en todo momento. No debe ser tocada. Punto. Si la tocan, esa persona
me responderá en el sótano. Ella le está haciendo un gran favor a este club y no
la tratarán como a una puta del club, ni se quedarán merodeando mientras lo
hace, ¿entendido?—declaro.
Las sonrisas lentamente abandonan sus rostros y ambos me miran a los ojos
al ver lo serio que hablo sobre esto.
—Absolutamente—responde Axel.
—Correré la voz y me aseguraré de que se entienda, Prez—dice Pooh.
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—Creo que ella puede manejarse bien, Gunner—dice Big Petey mientras
entra cojeando con sus muletas a la habitación—. Pero secundo lo que dijo el Prez
y cualquiera que le dé una mierda me responderá cuando Gunner haya
terminado con él.
—¿Qué estás haciendo aquí Pops?—pregunta Axel.
Petey se sienta, deja las muletas en el suelo junto a él y responde:
—Vine para asegurarme de que el mensaje fuese dado. Me alegra ver que ya
estás en eso, Prez.
Asiento con la cabeza a Petey y le pregunto:
—¿Puede cuidarse sola?—
Big Petey sonríe enormemente y dice:
—Ayer, hizo que Ralph cruzara la calle hasta su jardín cuando intentó
golpearla. Creo que tiene algunas habilidades que aún no hemos visto, pero
Ralph fue advertido de que no es una mujer indefensa a la que pueda asustar.
Juro que veo una expresión de orgullo en el rostro de Petey. Está realmente
enamorado de Ava y estoy feliz de verlo así, teniendo en cuenta que ha estado
solo durante mucho tiempo. Pero espero que no esté demasiado enamorado de
ella porque me gusta Pete, es como un padre para mí y lo ha sido durante años,
pero Ava va a ser mía. ¡Mierda! No puedo creer que solo pensara eso. ¡Que
mierda! Nunca había pensado en eso con otra mujer en mi vida. Nunca he tenido
una en la parte trasera de mi moto tampoco, pero ese pensamiento hace que mi
polla se ponga dura. Ava, presionada contra mi espalda, los muslos apretando la
parte externa de los míos, sus manos tocándome. Sí, eso mi tiene la parte favorita
de mi cuerpo poniéndose dura. ¡Santa mierda!
Vuelvo a la conversación e interrumpo para preguntar:
—¿Él intentó golpearla?
Petey mira en mi dirección y asiente con la cabeza.
—Ralph estaba en su lado de la calle, gritándole a su pájaro cuando ella se

detuvo en el camino de entrada. Discutieron y ella le dijo que tenía que ser más
inteligente que el pájaro. Él se balanceó, ella se agachó y puso su brazo detrás de
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su espalda. Con fuerza. Lo llevó a su lado de la calle y lo empujó hacia su casa.

Para entonces, yo ya había salido. ¡Fue grandioso! La expresión de su rostro,
valió la pena el dolor al intentar levantarme de mi silla y salir de la casa. Agregué
mis dos centavos a la discusión y Ralph decidió que no quería que una mujer le
pateara el culo y luego yo, así que entró. Si crees que está caliente, tú deberías
verla cuando está cabreada y se defiende. Ahora eso era cosa de polla. Ella es un
pequeño volcán—dice él.
A mí no me sorprende que se defendiera. Estaba lista para decirle al oficial

Stanaway lo que pensaba y no se inmutó al cenar con tres moteros de aspecto
rudo. Tiene agallas para estar de acuerdo con su apariencia. Saber esto no hace
que mi polla se calme en lo más mínimo. Me alegro de estar sentado detrás de un
escritorio o nunca escucharía el final de mis hermanos.
—¡Jódeme! No veo la hora de conocer a esta pequeña pastelera—exclama

Pooh.
Miro a Axel y noto que está pensando algo. No estoy seguro de qué, pero
estoy bastante seguro de que no me gusta mucho. Mi teléfono comienza a vibrar
en el escritorio antes de que pueda interrogar a Axel sobre sus pensamientos.
Ava: ¿Dirección?
Le envío un mensaje con la dirección de la casa club y después un mensaje

de texto al prospecto en la puerta principal diciéndole que la deje pasar cuando
llegue.
Yo: te veré en el frente. Dale tu nombre al prospecto en la puerta y él te indicará que

pases. Sigue el camino y me encontrarás.
Ava: estaré allí en 10.
Vuelvo a colocar el teléfono y encuentro tres pares de ojos mirando en mi

dirección.
—Ella está en camino—suspiro.
Tres caras se iluminan y me doy cuenta de que quizás tenga que matar a
algunos de mis hermanos para conseguir lo que quiero. O mejor dicho, a quien
quiero.
***
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Estoy viendo un Chevy Camero Z28 negro brillante de 1969 con dos franjas
blancas anchas en el capó que se acerca por el camino de entrada a la casa club.
Tiene un sonido hermoso; el motor retumba y ronronea al mismo tiempo.
¡Maldito coche caliente! No soy un hombre de jaula, pero si lo fuese, ese sería el
coche que conduciría. Se detiene, se apaga y sale Ava.
—Estoy teniendo una erección aquí hermano y no estoy seguro si es por el

coche o por la mujer que está al lado—dice con un suspiro Axel.
Lo golpeo con el hombro mientras paso y me dirijo hacia Ava. Bordea el capó
con un enorme bolso sobre el hombro, vaqueros, botas de cuero negras hasta la
rodilla y una blusa verde oscuro que apenas puede contener ese perfecto pecho.
Sé que la estoy mirando y espero no babear.
Ella me alcanza, se detiene y pone sus manos en sus caderas y dice:
—Lo de anoche no sucedió. No dije nada vergonzoso y no lo discutiremos si

recuerdas las cosas de manera diferente que yo. ¿Está claro?
—Sip. Claro como el cristal. No mencionaremos que crees que soy un motero
rudo con una sonrisa que hacer caer bragas. Nunca sería el tipo de hombre que
te recuerde esas palabras. —Le sonrío.
—Uf, debería haberlo sabido mejor—se queja ella.
Me río, pongo mi mano en su espalda baja y comienzo a guiarla hacia la

puerta de la casa club. Al entrar, mi primer pensamiento es “qué carajo” cuando
veo que el número de hermanos ha aumentado dramáticamente y el siguiente es
“oh, mierda”, ellos no van a jugar limpio.
Vex está apoyado contra la barra en la que está sentado Petey, Pooh está
parados cerca de Axel en el centro de la habitación, Fang está en un sofá con una
cerveza en la mano, dos prospectos fingen estar jugando al billar y algunos
hermanos más, están esparcidos por las mesas y asientos de la sala principal.
Todos los ojos están puestos en Ava.
Ava se detiene, mira a su alrededor y ve a Axel. Mirándome, pregunta:
—¿Me servirá de algo decirle las reglas a Axel?
—En lo más mínimo—respondo.
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—Que me den por culo—masculla ella.
—¿Es una orden o un pedido?—digo sonriendo enormemente cuando la

escucho.
Ella golpea el dorso de su mano en el medio de mi pecho y se dirige

directamente hacia Petey. Me río y la sigo hasta la larga barra completa del bar
que ocupa toda la pared del lado izquierdo de la puerta. Petey abre los brazos y
ella se inclina y lo besa en la mejilla. Comienzan los aullidos de lobo y los
maullidos gatunos. Pete le dice algo al oído y ella se aparta con la sonrisa más
grande que he visto hasta ahora. Ilumina todo su rostro. Vex se acerca un poco
más y ella se vuelve hacia él.
—Hola, Vex. Encantada de verte de nuevo—dice Ava.
—Ah, recuerdas mi nombre. Ese es un buen comienzo—responde mientras

se acerca un poco más. Él le da su mejor sonrisa y usando su voz de ligue dice—
. Encantado de verte de nuevo también, Ava. ¿No hay golosinas hoy?
—Bueno, sí, traje unas galletas pero lo siento, son para Petey. Depende de él
si quiere compartir—responde mientras escarba en ese enorme bolso. Saca una
bolsa grande con cierre hermético llena de galletas. Se las entrega a Petey y todo
su rostro se ilumina.
—Pero primero tienes que levantar la pierna, Petey. Sentarse en un taburete

de la barra no ayuda a tu pierna. Si te quedas allí en ese sillón reclinable, te daré
tus galletas y una taza de café—dice y le sonríe dulcemente.
Petey instantáneamente agarra sus muletas y se dirige al sillón que ella le

indicó. Ella saca un pequeño termo del bolso y se vuelve hacia el prospecto detrás
de la barra y le pide una taza. La toma y se dirige hacia Petey. Abre la bolsa de
galletas, le sirve una taza de café y las coloca en la pequeña mesita junto a él a su
alcance. Todo el mundo mira esto con asombro porque cada vez que le decimos
que se siente o que se levante, nos arranca la cabeza.
—Si necesitas que te lleve a casa, me dirijo en esa dirección cuando salga de
aquí. Me alegraré de compartir el viaje—le dice a Petey.
—Suena bien, cariño. Grita cuando estés lista—responde, galleta y café en la

mano.
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Se da la vuelta, ignora toda la atención que está recibiendo, me mira y dice:
—¿Dónde está la cocina?
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Capítulo 5
-:¦:- Ava -:¦:-
Estoy ignorando todas las miradas y manteniendo mis ojos directamente en

Gunner. Sé que Axel está ansioso por decir algo y estoy tratando de escapar a la
cocina antes de que eso suceda. Sé que ese plan está condenado al fracaso cuando
Axel y otro tipo se mueven en mi dirección. Me preparo.
—Primero, Pops recibe un beso, después un abrazo y ahora galletas. ¿No ves
la carne de este gran rudo motero frente a ti?—afirma en voz alta.
Escucho algunas risas y me detengo cuando estoy al lado de Axel. Lo miro

por un momento y noto que no hay nada más que pura malicia en sus ojos. Me
inclino y envuelvo mis brazos alrededor de su cintura y me acurruco contra su
pecho. Pecho muy impresionante, debo agregar.
—¿Necesitas algo de atención hoy, Axel?—le pregunto sonriendo.
Envuelve sus brazos alrededor de mí y responde con un grito:
—¡Sí!
Escucho un gruñido en alguna parte, pero lo ignoro y espero a que Axel se

relaje. Cuando lo hace, me aparto de él con una gran sonrisa mientras extiendo
la mano y retuerzo su pezón. Con fuerza. Él aúlla y retrocede frotando la
protuberancia abusada.
—¿Estás bien Axel o aún necesitas más atención?—ronroneo.
—No, bruja malvada, estoy bien. ¡Gracias!—dice sarcásticamente.
El tipo que está a su lado inmediatamente da un paso atrás y coloca ambas

palmas sobre sus pezones cuando miro en su dirección. Puedo escuchar la risa
aullando por la habitación.
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Mirando a los dos alborotadores, digo:
—Sed amables, yo seré amable. Aparecen galletas y todo tipo de dulces para
los amables. No tanto para los que no lo son.
Un poco de respeto y mucho humor brillan en sus ojos cuando le guiño un

ojo a Axel y camino hacia un Gunner con el ceño fruncido.
***
La cocina es espectacular. Es enorme con varias mesas de trabajo largas y

encimeras para extender bandejas, una batidora de pie profesional, una cocina
de seis quemadores con grandes hornos dobles empotrados en la pared. Dos
refrigeradores de tamaño industrial con un congelador de igual tamaño apoyado
contra una pared. Es mucho mejor y está mejor distribuida de lo que esperaba.
Especialmente después de escuchar sobre las habilidades culinarias de las
mujeres del club. Puedo alimentar fácilmente a una multitud de setenta y cinco
personas usando esta cocina. Llevaré algunas de mis herramientas especiales y
estaré lista para preparar algo de comida deliciosa.
Camino mirando en los armarios para ver qué platos y sartenes tienen y qué
necesito llevar. Gunner está sentado en un taburete junto a uno de las encimeras
mirándome en silencio. Amo esta cocina. Tiene un par de ventanas grandes, una
sobre el fregadero que da al área donde será la barbacoa y otra detrás de una
encimera que da a la habitación principal. Vi la parrilla en la parte de atrás y
puedo asar un cerdo completo debido a su tamaño.
Me vuelvo hacia Gunner y le digo:
—Esto es perfecto. Puedo hacer todo fácilmente aquí. Pero necesitaré al

menos uno o dos días antes de la barbacoa para limpiar la cocina y preparar las
cosas. ¿Eso está bien?
Mira alrededor de la cocina por un momento y responde:
—La cocina estará impecable la próxima vez que la veas, así que no tendrás
que limpiar primero. En cuanto a la preparación, puedes usarla todos los días
que necesites.
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Me siento aliviada porque venir unas horas el jueves y todo el día viernes me
facilitará mucho las cosas el sábado.
—Gracias, Gunner—le digo—. Eso ayuda mucho.
Le explico cómo será mi horario mientras cocino para ellos y él no tiene

objeciones.
—¿Quieres hablar ahora de los costos de los alimentos y el presupuesto?—

le pregunto.
—Por supuesto. En cada barbacoa que hemos tenido o que yo he tenido

también, ha sido básicamente la misma comida. Hamburguesas, salchichas y
ensalada de patatas. Francamente, estoy aburrido de eso y espero un pequeño
cambio. No somos diferentes a otras personas: queremos buena comida para
acompañar la cerveza y pasar el rato con nuestros hermanos. ¿Algunas ideas?—
pregunta él.
—¿Tienes un presupuesto en mente?—respondo.
—La última fiesta, sin contar el alcohol, costó 800 dólares y 6 personas fueron
a la sala de emergencias con intoxicación alimentaria y varias otras estaban lo
suficientemente enfermas como para no poder montar. Y solo unos cuarenta de
nosotros fuimos lo suficientemente tontos como para comer ese día. ¿Puedes
hacerlo mejor que eso? —Él se ríe.
Me río de la expresión de su rostro y asiento con la cabeza.
—Sí, puedo. Por un poco más que eso, puedo alimentar a setenta y cinco
personas tipo moteros con una comida increíble que no enfermará a nadie, lo
prometo. Compraré los ingredientes que necesito y te daré la cuenta después de
la cena del sábado si eso te parece bien.
—Me parece bien. Entonces, ¿me vas a dar una idea de lo que comeremos?
—Me inclino por las costillas y el pollo a la barbacoa, tal vez unas salchichas
cerveceras. Principalmente, quiero tener mucha comida del tamaño de un bocado
para picar mientras todos llegan y esperan que se sirva la cena. Eso parece
mantener tranquilos a los del lugar—respondo.
Él se ríe, asiente y me da esa sonrisa que hace que tus bragas caigan. El
hombre es increíblemente hermoso. Su cabello está solo un poco más allá de que
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necesite un corte, sedoso un poco rizado en las puntas, peinado descuidadamente

hacia atrás y negro como la noche. Sus ojos son muy oscuros, casi tan oscuros
como su cabello. Agrega a todo eso su tamaño y definitivamente es material de
fantasía. Pero puedes sentir que debajo de esa sonrisa fácil no es un hombre al
que se pueda enfadar. Hay un aura de peligro que parece seguirlo y tengo en
cuenta que es el presidente de un 1% MC y debe haberse ganado ese título de
una manera u otra. Pero nunca me he sentido ni un poco asustada o amenazada
en su presencia. De hecho, ha sido todo lo contrario. Tiene esta cualidad
protectora que es reconfortante para alguien como yo. Me gusta. Me gusta
mucho. Y tengo que recordarme que está tan fuera de mi liga que ni siquiera es
computable. Pero puedo disfrutar de la vista mientras la tengo y volver a casa
con BOB. Triste, pero esa es mi vida.
—Eh, muñeca, ¿a dónde acabas de ir?
Me está mirando con los ojos iluminados por el humor y vuelvo a prestar
atención. ¡Mierda! Me estaba hablando y yo estaba distraída pensando en todas
las formas en que él va a ser el protagonista esta noche en mis pensamientos. Mis
muy sucios pensamientos.
—Oh, solo estaba pensando en la comida—digo sin convicción mientras mi

cara se calienta.
Me sonríe y sé que sabe que estoy mintiendo. ¡Maldición! Parece que siempre
me avergüenzo cerca de él.
Para cambiar de tema antes de que me pida más detalles, le pregunto:
—Dado que esta es mi primera fiesta de MC y no estoy muy familiarizada

con lo que se puede y no se puede de una. ¿Algo que deba saber? ¿Tener cuidado
de? ¿Evitar? ¿Reglas que necesito recordar?
Su rostro se vuelve pensativo. Piensa por un momento y dice:
—Sí, hay algunas cosas que debes saber. Habrá varios clubes diferentes aquí.
Con algunos somos cercanos y tenemos excelentes relaciones laborales. Otros, no
tanto. Debido a que ésta es una Poker Run con fines benéficos y nosotros la
estamos organizando, todos los moteros serán invitados a la casa club para la
barbacoa. Haz lo tuyo pero mantén los ojos abiertos, presta atención a lo que
sucede a tu alrededor. Si algo o alguien te hace sentir incómoda, búscame y
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quédate cerca. Nos ocuparemos de eso. No es raro que estallen algunas peleas y
generalmente no es un gran problema, pero las cosas pueden salirse de control a
veces cuando agregas alcohol. Petey, Axel, básicamente cualquiera que sea un
Devil´s Angel cuidará de ti. Ya les he dicho que debes ser tratada con respeto,
pero no puedo decir cómo se comportarán otros clubes. Pero puedo prometerte
que estarás a salvo conmigo, Petey o Axel. Demonios, también con Chubs.
Probablemente no se alejará mucho de tu lado de todos modos—sonríe ante eso.
—Otra cosa a tener en cuenta es que las mujeres pueden ser peores que los
hombres. No dejes que te afecten. Sé tú misma y maneja las cosas como necesites.
No estoy preocupado por ti en ese frente. Puedes defenderte contra esas perras.
Simplemente no creas mucho de lo que dirán. Pueden volverse bastante
territoriales y maliciosas cuando aparece una cara nueva—dice con ironía.
—Y no te subas a la parte trasera de la moto de nadie. Eso significa algo en

este mundo y no quieres meterte en ese tipo de situación—dice con severidad.
He escuchado atentamente y entiendo la mayor parte de lo que dice, aunque

estoy un poco confundida sobre el tema de “subirme a la parte trasera de una
moto”, pero confío en que él sepa más sobre esto más que yo, así que
simplemente tomo nota mental.
—Ok, gracias por los consejos. Al menos con tu altura, deberías ser fácil de
detectar si es necesario—digo.
Él me mira con una mirada extraña en su rostro y me pregunta:
—Nada de eso te asusta, ¿verdad?
—Realmente no. He estado sola la mayor parte de mi vida, así que siempre
he confiado en mí misma para estar a salvo. Soy bastante buena averiguando
cuándo pararme y pelear y cuándo salir corriendo de Dodge. Tendré cuidado,
pero si me ves venir hacia ti a toda velocidad, prepárate para que la mierda
caiga—le digo.
Echa la cabeza hacia atrás y suelta una carcajada. Con los ojos sonrientes,
inclina la cabeza hacia abajo y dice:
—Estaré preparado.
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Capítulo 6
-:¦:- Gunner -:¦:-
Estoy en problemas. Lo sé y no estoy seguro de qué hacer al respecto. Una

vez más estoy sentado en mi oficina con la cabeza entre las manos pensando en
Ava en lugar de terminar mi papeleo. No quiero estar atado a una mujer, pero
no puedo soportar la idea de que uno de los hermanos haga un movimiento. Sin
embargo, estar atado no suena tan mal ahora como en el pasado.
Cuanto más estoy cerca de ella, más me doy cuenta de la gran dama que sería.
Especialmente para el presidente. Ella no tiene miedo de mucho, dirá lo que
piensa y no tiene miedo de poner a alguien en su lugar. Obviamente, es una gran
trabajadora y parece que ha sido un paria durante gran parte de su vida. Muchos
miembros aquí eran parias y así fue como llegaron al club. Una familia que no
tenían o con la que no nacieron.
Quiero conocer su historia de fondo. Quién es y por qué está sola. Alguien
como ella debe recibir todo tipo de ofertas de hombres durante todo el tiempo y,
sin embargo, parece feliz de no tener uno en su vida. ¿Porqué es eso? Ella me ha
estado mirando demasiado para que le interesen las mujeres, así que sé que no
es por eso. Algún hombre la ha hecho preferir estar sola. Lo siento en mis
entrañas. Me pregunto si es porque todavía está enamorada de él o porque él la
lastimó tanto que no quiere arriesgar su corazón nuevamente. Ok, ahora sé que
me debe estar creciendo una vagina para tener estos pensamientos.
Tomo el teléfono y llamo a Rex, nuestro experto en informática. Gran

hermano, creo que ama la tecnología más que a las Harley. Pero tiene mucho
talento con las computadoras y podrá descubrir más de lo que yo pueda
averiguar por mi cuenta. No estoy seguro de que Ava esté dispuesta a decirme
por qué está sola cuando no tiene motivo. Sé que debería esperar y dejar que me
lo cuente a su debido tiempo en lugar de desenterrar su suciedad, pero soy
impaciente.
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—Prez—responde Rex.
—Hola, hermano, necesito algo de información sobre...—empiezo a decir.
—Ava, la pequeña pastelera rubia y explosiva—dice Rex.
Estoy un poco estupefacto de que él sepa que es por quien lo llamo, pero no
debería estarlo considerando que varios de los hermanos me han estado
molestando por ella.
—Oh, sí. Ya que ella estará haciendo el catering y estará en el complejo,

quería que le hicieras una verificación de antecedentes—contesto.
—Sí, claro. Ok, jefe, lo que sea que tú digas —se ríe—. Empezaré con eso de
inmediato. Te responderé en un día o dos, ¿está bien?
—Sí, idiota, está bien—le digo, colgándole.
Antes de dejar el teléfono, suena.
—Sí—grito al teléfono.
—Hola a ti también, pequeño rayo de sol—se ríe Petey—. La frustración

sexual es algo horrible, ¿no es así, hermano?
—Vete a la mierda Petey. ¿Llamas por alguna razón o simplemente para

reventarme las pelotas?
—Ambas, pero sobre todo para reventarte las pelotas, ya que es de

conocimiento común que no estás teniendo una gloriosa eyaculación
últimamente. —El imbécil suelta una risita. Una risita.
Nada es sagrado en una casa club de MC. El hecho de que últimamente me

haya mantenido alejado de las prostitutas del club y las strippers que andan por
aquí me ha ganado varios comentarios. Un montón de damas chismosas no son
tan malas como la mayoría de estos tipos.
—¿Te preocupa mi vida sexual, viejo?— le pregunto.
—Me preocupa tu falta de vida sexual, chico. Te vuelves cruel como un oso
cuando no follas con regularidad. Solo un poco preocupado por la seguridad de
los muchachos—dice entre risas.
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¡Jódeme! No me puedo tener un descanso de estos idiotas. Si no es Petey

dándome una mierda, es Axel. O Chubs que me está molestando sobre cuándo
volverá Ava. Todavía está molesto porque se perdió su visita aquí y, por
supuesto, las galletas que trajo.
—Entonces, ¿adivina quién me ha preparado la cena las últimas tres

noches?—me pregunta él—. He comido mejor esta semana que en toda mi vida.
En serio Gunner, uno de nosotros necesita convertirla en un elemento
permanente en el club. Estoy pensando que podría tener una oportunidad. No
parece importarle mi edad en absoluto.
—¡Que te den, Petey! Te daría un infarto con solo quitarte la ropa. ¡Y

probablemente te ve como una figura paterna, veterano!—me quejo.
Sigue riendo en mi oído. Él ha estado de mejor humor de lo que todos

esperábamos con su pierna rota. Por supuesto, tener a Ava atendiendo todas sus
necesidades conservaría el humor de cualquiera.
—Sin embargo, tengo sobras esta noche porque tiene una clase. Sus sobras
siguen siendo bastante espectaculares si quieres pasar a cenar. Incluso me las
alcanzó a casa anoche debido a las muletas—me dice.
—Espera. ¿Cenaste en su casa?
—Sí, me invitó a cenar y a una noche de cine. He estado allí algunas veces.
Me gusta su hogar. Vale la pena el dolor de cojear hasta allí. Sus mascotas son
para matarse de risa. Ese pájaro es un personaje. Inteligente como el infierno.
Vimos Heartbreak Ridge—responde.
—¿Una clase? ¿Qué tipo de clase? ¿Como algo para hornear? —pregunto
dándome cuenta de que estoy empezando a sonar un poco entrometido y sin
importarme lo más mínimo.
—No, hermano, ella toma clases de entrenamiento de artes marciales dos

noches a la semana. Aunque no recuerdo de qué tipo. Dijo que ha estado
tomando varias desde hace varios años. Mencionó que nunca había tenido a
nadie que la defendiera, así que decidió que necesitaba aprender a protegerse.
También se toma las clases muy en serio. Se toma muy en serio su seguridad
porque puso todas las cerraduras nuevas en su casa y tiene un sistema de
seguridad. Y, por supuesto, tiene a Loki para respaldarla si es necesario. ¿Sabías
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que ella entrenó a ese perro y él está extremadamente bien entrenado en ataque
y protección? —pregunta él.
—No, no lo sabía—, respondo clasificando la información que acabo de

conocer sobre Ava. Debería haberle pedido a Petey en lugar de pedirle a Rex que
le hiciera una averiguación de antecedentes. Parece saber mucho sobre ella.
—Entonces, ¿qué tipo de sobras tienes por las que valdría la pena conducir
hasta allí?—pregunto, cambiando de tema pero con todas las intenciones de
volver al tema de Ava durante la cena.
—La mejor carne asada que he comido nunca—dice Petey.
—Entonces llego a eso de las cinco—digo colgando.
¡La cena fue espectacular!
***
Ava: ¿Tienes un minuto para algunas preguntas?
Yo: Sip
Ava: ¿Dónde se van a colocar las mesas, hay algunas tomas de corriente cerca?
Yo: 2 o 3 y tenemos cables de extensión si es necesario
Ava: ¿Una manguera o una fuente de agua?
Yo: Sí a eso también (cara sonriente)
Ava: ¿Hielo?
Yo: Máquina de hielo detrás de la barra.
Ava: ¡Gracias!
Nos hemos enviado mensajes de texto varias veces durante la última semana
y me pongo duro cada vez que veo su nombre iluminar mi teléfono. Es patético,
lo sé. Pero ella tiene ese efecto en mí. Estoy acostado en mi cama sonriendo
ampliamente con el texto que ella envió.
Yo: ¿Algo más en lo que te pueda ayudar?
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52
Veo los puntitos que indican que está escribiendo, pero luego desaparecen.
Reaparecen. Desaparecen. Ahora tengo curiosidad sobre lo que está eliminando,
especialmente después de esa pregunta con doble intención que hice.
Yo: ¿Estás eliminando pensamientos sucios (emoji de berenjena)?
Ava: ¡Dios mío, no puedo creer que me enviaras eso!
Yo: Entonces sabes qué es eso (emoji de guiño)
Ava: no soy una monja
Yo: ¿Qué tan poco monja te pones? (Carita sonriente enorme)
Ava: Te asustaría saber eso
¡Mis cejas se disparan! ¡Maldición! Esperaba otro Dios mío o algo por el estilo,
pero esto se está poniendo bueno. Me agacho y froto mi mano sobre mi polla
endurecida. Mis vaqueros se vuelven incómodos.
Yo: No me asusto fácilmente. Dime
Ava: ¿Por qué tardaste tanto en responder? ¿Estabas temblando en tus botas?
Yo: Tuve que reajustar algunas cosas. ¡Ahora dime!
Yo: ¡No, espera! Primero dime qué llevas puesto. Después detalles
Ava: Tú no puedes manejar la verdad
Yo: ¿Me estás citando a A Few Good Men 2a mí? Detalles mujer!
Ava: ¿Dónde está tu mano ahora mismo?
Yo: ¡En mi polla muy dura! ¡Deja de hacer tiempo!
Ava: Lo siento, campeón, pero necesito darme una ducha y acostarme. ¡Mañana me
levanto temprano! ¡Dulces sueños, chico motero!
Yo: ¡No te atrevas!
Yo: ¡Ava!
Yo: Eso es muy malvado
2
Cuestión de Honor, la pelicula.
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Ella es malvada. Pero tengo una gran imaginación, así que dejo el teléfono,
desabrocho mis vaqueros y saco mi polla. Esta dura y goteando. La agarro con
fuerza, cierro los ojos e imagino a Ava duchándose mientras me acaricio
lentamente.
Me la imagino desnuda, con todas esas curvas mojadas y expuestas, mientras

se retuerce y gira enjabonándose cada centímetro de ese delicioso cuerpo.
Acelero el ritmo a medida que me acerco más a lo visual en mi mente. Tetas
perfectas, llenas, no demasiado grandes, ni demasiado pequeñas con los pezones
rosados. Pezones duros que piden mi boca. Piernas largas y tonificadas. Un culo
que quiero morder. ¡Redondo, apretado y dulce!
¡Si! Y hemos despegado damas y caballeros. Debería estar avergonzado de lo

rápido que fue, pero ella me está matando y ha pasado un tiempo desde que
estuve con alguien. Desde que conocí a Ava no he tenido ningún interés en
desnudarme con nadie más. Y ese solo hecho es preocupante. Pero parece que
estoy de acuerdo con eso, siempre y cuando haya esperanza de que Ava esté
desnuda y debajo de mí pronto.
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Capítulo 7
-:¦:- Ava -:¦:-
Estoy en la pastelería ocupada tratando de terminar una tarta de bodas para

que Tony pueda entregarla más tarde esta noche. Tengo algunos detalles
menores que agregar y embalarla. Esto es lo último que tengo que hacer antes de
comenzar a cargar la camioneta con los ingredientes y suministros que necesito
llevar a la casa club. Es jueves y voy a empezar a prepararme para la barbacoa
del sábado.
Ha sido una semana muy ocupada tratando de salir adelante con las cosas
para poder faltar a la pastelería todo el día viernes y el sábado. Trudy tomará un
turno adicional el viernes para ayudar a cubrirme. ¡Tengo el mejor personal!
De hecho, he pasado mucho tiempo con Big Petey esta semana. Encuentro
que me gusta tener un amigo hombre. Es fácil estar cerca de él y le gustan mis
mascotas. Ha estado enseñando a Mac jerga de los moteros, así que sí, eso
también ha sido interesante. Mac ahora puede emitir un sonido muy similar al
de una Harley. Eso me gusta. Algo de la jerga, no tanto.
También sospecho que Big Petey es un poco un casamentero. Cuando

hablamos, casualmente menciona cosas que Gunner y yo tenemos en común. Él
menciona mucho el nombre de Gunner y parece que le tiene mucho cariño. Pero
no es la persona más sutil. Como cuando anoche durante la cena, dijo:
—Se rumorea que Gunner no ha tocado a una sola puta desde que te conoció.
En serio, ¿cómo respondes a eso?
—Um, bueno, guau. No estoy segura de cómo responder a eso, Petey—le

contesto.
—No hay necesidad de contestar. Solo quería mencionar ese pequeño

detalle—me dice.
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Mis pensamientos se interrumpen cuando escucho a Trudy susurra:
—Ava, hay un tipo aquí y dice que quiere hablar contigo y que es tu
prometido.
Levanto los ojos hacia ella y veo que los suyos están bien abiertos. Trudy
suele ser bastante tranquila, genial y serena, pero parece un poco asustada en este
momento.
Todos en la cocina detienen lo que están haciendo y miran en mi dirección.

Me enderezo desde donde estaba inclinada para decorar la tarta, dejo mi bolsa
de hielo y miro a Trudy.
—¿Dijo que es quién?—le pregunto.
—Tu prometido—grita ella, en voz alta esta vez.
—¿Estas comprometida?—pregunta Carrie.
—¡No! Esto tiene que ser un error—me río.
Entro por las puertas del salón y no veo a ningún hombre en la tienda.
Después veo una cabeza que aparece del otro lado de una de las vitrinas de vidrio
y veo una mata de cabello rizado y ojos marrones. Chubs.
—Hola Chubs—me río caminando alrededor del exhibidor.
Se endereza y me sonríe ampliamente.
—¿Cómo está mi futura dama?
—Actualmente necesita un descanso y una taza de café. ¿Tienes tiempo para

unirte a mí? —le pregunto.
—¡Por-jodidamente-supuesto!
Me coloco detrás de las vitrinas y pregunto:
—¿Cuál es de tu agrado hoy, Chubs? Lo agarraré junto a un poco de café y

nos vemos allí—digo señalando una pequeña mesa junto al exhibidor de la torta
en forma de moto.
—Sorpréndeme, no soy quisquilloso—me responde.
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Pongo una selección de delicias del tamaño de un bocado, dos galletas y un

cupcake en un plato, tomo dos cafés grandes y me dirijo a la mesa donde Chubs
se encuentra actualmente de pie cerca, mientras admira la tarta en forma de moto.
—¿De dónde sacaste esto?—me pregunta señalando la moto.
—Yo la hice. Está hecho principalmente de tarta, fondant y pasta de goma. Y

retumba como una moto de verdad. Es mi tarta favorita de las que he hecho—
respondo con aparente orgullo.
—Es una moto para chicas—me replica.
—Soy una chica, Chubs—me río.
Él se sienta y me sonríe. Entonces se da cuenta de la selección de delicias

frente a él y se sumerge en ellas. Después de unos minutos, se endereza para
tomar aire.
—Guau. No estoy seguro de qué es todo lo que me acabo de comer, ¡pero

cada bocado fue jodidamente increíble! ¡Y esa tarta de moto es lo mejor! Los
detalles son asombrosos, Ava. ¿Tienes una moto?
—No, no la tengo. Ni siquiera me he subido a una. Pero tengo algo por las
Harley y he mirado mucho sobre ellas. Decidí que quería hacer una y cuando
terminé, me encantó tanto que hice un exhibidor para ella y la exhibí.
—Te dejaría viajar conmigo, pero estoy bastante seguro de que Gunner se
pondría desagradable por eso—se ríe.
—No tengo idea de por qué, pero me advirtió que no debo subirme a la parte
trasera de la moto de nadie durante la barbacoa. Le había preguntado qué hacer
y qué no hacer en la fiesta y eso fue un gran NO de él. Confío en su palabra, ya
que parecía sincero.
—Él fue sincero, créeme. Pero si quieres montar, estoy seguro de que el Prez
te daría un paseo en su moto—sonríe.
—¿Sería correcto que montara en su moto pero en la de nadie más?—intento

aclarar.
—Si. Él puede explicarte los porqués de eso. Es el Prez.
—Okay. Es bueno saberlo. Gracias, Chubs.
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—No, Ava, gracias a ti. Por los bocadillos y la compañía. El Prez quería que
alguien viniera aquí y te ayudara a cargar tus suministros y yo me ofrecí. ¿Quién
no querría venir aquí donde está toda la comida?
Chubs es incorregible y adorable.
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Capítulo 8
-:¦:- Gunner -:¦:-
Me irrita estar parado aquí en un club de striptease escuchando a esta perra

llorona cuando sé que Ava ya está en la casa club. Freddy, un viejo miembro del
club, administra el club de striptease propiedad del club, Dreams. Estaba
recorriendo los diversos negocios que posee el club y me secuestraron aquí
escuchando a Kristy (creo que ese es su nombre) quejándose de que las otras
bailarinas tienen más tiempo en el escenario que ella. Normalmente Freddy se
encargaría de este tipo de cosas, pero tiene una debilidad por Kristy y ahora yo
hago de malo.
—Mira, así es la cosa. Tú bailas cuando está programado y eso es todo. No

puedes elegir cuándo, ni cuánto tiempo. Si no te gusta, vete. Bailarinas hay a
montones y tú no eres especial. No quiero oír hablar de esta mierda de nuevo o
saldrás de aquí—le gruño.
—Pero soy la mejor bailarina aquí y dijiste que te encantaba cuando hice esa
cosita con mi lengua y…
—Ni siquiera estoy seguro de saber tu nombre o si alguna vez follamos. Y

me encanta toda acción con la lengua, así que eso no te hace memorable.
Necesitas entender esto y entenderlo ahora: bailas en el horario que te dan o
empacas. Terminé con esta conversación.
Cuando me doy la vuelta para irme, ella estalla en llanto y se va pisando

fuerte hacia el vestuario. Miro a Freddy y él me da esa sonrisa de idiota y me hace
el saludo militar mientras camino a su lado. Sí, él está feliz porque me ocupé de
sus mierdas.
Salgo caminado enérgicamente y balanceo la pierna sobre la moto. Es una

Dyna Super Glide HD negra y cromada que ha sido personalizada. Tengo
extensores de tarima debido a mi altura. Barra en T en el manillar. Todo lo que
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pueda ser cromado, lo está en esta moto y es rápida. Tengo varias, algunas para
recorridos de larga distancia, pero ésta es mi opción para los recorridos cortos.
Quiero a Ava en esta moto envuelta a mi alrededor pronto.
Mientras conduzco por el camino de entrada a la casa club, trato de verla a

través de los ojos de Ava. Era un enorme almacén antiguo que ha sido
actualizado, remodelado y convertido en una casa club. Está lo suficientemente
alejado de la carretera, no se puede ver hasta que estás a mitad del camino. Es un
edificio de bloques de cemento blanco y fue construido para durar. Está ubicado
sobre ciento veintiún hectáreas cercadas y nos gusta la privacidad que nos brinda
el terreno adicional. Hay una gran explanada pavimentada en el extremo más
cercano a la puerta principal.
Tiene un sótano completo que usamos como gimnasio, depósito y hay una
habitación en esa esquina trasera que se usa para cosas más nefastas. El sótano
también contiene nuestro arsenal de armas y una gran sala común en caso de un
confinamiento.
La planta baja se divide en una gran área común con mesas, sofás, sillas,
mesas de billar, el bar y el área de cocina / comedor. En la esquina posterior
derecha está la habitación en la que tenemos la Iglesia. Es una gran sala
rectangular con una enorme mesa de doce asientos en el centro y sillas esparcidas
a su alrededor y en los costados de la sala.
Hay escaleras en la sala principal contra la pared trasera que conducen a las
habitaciones de los miembros del club. A la izquierda de la escalera está mi
oficina.
Si cruzas la explanada y sigues el camino que va más allá de la casa club,

verás varias casas ubicadas en dos hectáreas cada una a ambos lados del camino.
Las casas pertenecen a los miembros del club que quieren vivir en el recinto.
Nadie tiene que hacerlo, pero la mayoría lo hace. Mi casa es la segunda a la
izquierda.
Llevo mi moto a la parte trasera de la casa club hasta donde la cocina tiene
una puerta trasera que conduce a la explanada. No veo el Camero de Ava y me
golpea una sacudida de decepción. Pero veo un SUV gris metalizado que no
conozco y la moto de Chubs cerca.
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Noto que la puerta de la cocina está abierta, solo la puerta mosquitera está
cerrada y puedo escuchar un canto proveniente de la cocina. Cuando entro, veo
a Ava a un lado acomodando cosas en una mesa de trabajo. Me da la espalda y
canta suavemente mientras sacude las caderas y golpea los dedos de los pies.
Lleva unos vaqueros descoloridos y una camiseta azul claro que se ha deslizado
hacia arriba y una franja de piel bronceada se ve sobre ese culo redondo suyo.
Su cabello está recogido en una cosa de aspecto desordenado que involucra

un clip y mechones ya caen alrededor de su cara. Veo los auriculares en sus oídos
y el iPod atado a su brazo y sonrío. Ella no se da cuenta de que estoy parado aquí
y esa es mi ventaja. Me arrastro detrás de ella, me inclino y paso mi lengua por
el lado de su cuello. Al mismo tiempo que hago eso, se abre la puerta batiente
que conduce a la zona común y entra Axel.
Desafortunadamente, su entrada me distrae lo suficiente para que Ava grite

y mueva el codo hacia atrás y hacia arriba lo suficiente para golpearme
directamente en la nariz. Mientras me tambaleo hacia atrás, ella gira y tira de su
pierna hacia atrás lista para hacerme desear no tener bolas.
¡Gracias a Dios que se da cuenta de que soy yo antes de dejar volar esa
patada! La expresión de sorpresa en su rostro sería divertida si pudiera verla
claramente a través de mis ojos llorosos. Ella se precipita hacia mi con una mano
sobre la boca y la otra en mi pecho.
—¡Oh Dios mío! ¡Lo siento mucho! ¡Oh Dios mío! ¡No sabía que eras tú!—
está gritando ella por encima de la risa de Axel.
No estoy seguro de por qué, pero salta sobre sus pies y palmea mi pecho
frenéticamente. Entonces lanza sus brazos alrededor de mi cintura y me abraza,
con la barbilla en mi pecho mirándome con los ojos muy abiertos mientras se
disculpa. Todavía estoy estupefacto de que me haya dado un codazo, pero tengo
que admitir que ella apretada contra mí está arreglando todo mi dolor
rápidamente.
Mi preocupación en este punto es que Axel va a tener un aneurisma por reírse

tan fuerte. Está doblado y parece no poder respirar. Está casi de rodillas y colgado
de una mesa para apoyarse. De acuerdo, no estoy tan “preocupado” como
esperanzado.
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Ella mira hacia arriba y me da unos grandes ojos. No creo que quiera
avergonzarme al admitir que me pegó bien, así que me deja que yo lo explique.
No estoy avergonzado en lo más mínimo. Estoy jodidamente orgulloso.
—Sus clases están dando sus frutos. ¡Lo hizo genial! Si no se hubiese dado
cuenta de quién era yo después del codazo, habría enviado a mis chicos al espacio
y yo habría estado en el suelo—les digo a los hombres mientras miro a Ava.
Ella me sonríe y dice:
—Gracias.
—¡Maldición! Ojalá esta mierda estuviera grabada para nuestro placer visual.
El Prez, abatido por una pequeña pastelera rubia—dice Pooh sonriendo
enormemente—. ¡Eso sería una buena mierda!
—¡Ey, preguntémosle a Rex si la cámara de seguridad de aquí estaba

grabando! Si es así, haznos palomitas de maíz Ava, tenemos una pelea para ver—
se ríe Petey.
Él se da la vuelta y cojea con sus muletas y los otros idiotas lo siguen. Solo
nos quedamos Ava y yo en la cocina. Ella se acerca a mí.
—No lamento no haber dudado cuando pensé que estaba en peligro. Pero
lamento mucho que fuera a ti a quien golpeé y no a Axel. Ha estado ansioso por
una paliza desde que llegué aquí. ¿Estás seguro de que estás bien, Gunner?
¿Puedo traerte algo?
Me acerco a un taburete y me siento.
—Un beso haría que todos mis pupas se fueran—sonrío.
Ella simplemente niega con la cabeza.
***
Debido a que el mundo me odia, los hombres descubren que la cámara estaba
funcionando bien y han disfrutado de ver y volver a ver como Ava me da un
codazo. Ellos se están divirtiendo y es bueno ver a todos relajados después de
una semana ocupada, incluso si es a mis expensas.
Hoy temprano, recibí una llamada telefónica de Rex y me dijo lo poco que
pudo encontrar sobre Ava. Tiene 27 años, pronto cumplirá 28 años, se crio en 32
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hogares de acogida y orfanatos durante los primeros 14 años de su vida. Y

después no se puede encontrar nada hasta que fue empleada en un restaurante
en Bozeman, Montana, a los 18 años. Al mismo tiempo, se matriculó en la
universidad tomando clases de administración de empresas. No lo ha tenido
fácil, pero ha demostrado que tiene una fortaleza que no muchos tienen por haber
sobrevivido a las casa de acogida y al sistema y salir tan bien.
Me siento un poco culpable de que él escarbe en sus asuntos personales, pero

ella es buena para esquivar preguntas personales o para redirigir la conversación
cuando Petey o yo preguntamos demasiado. Por lo general, eso significa que
alguien tiene algo que ocultar, pero si lo tiene, Rex aún no lo ha descubierto.
Una cosa que Rex descubrió que me ha estado molestando es que fue
admitida en un hospital en Montana, a la edad de 23 años, con heridas muy
graves y todo fue tapado. Encontró un historial médico pirateando el sistema del
hospital y era todo lo que había en su archivo. Eso en sí mismo no es correcto.
Pero dijo que parecía que el archivo había sido borrado y este único historial no
se borró lo suficientemente bien y lo recuperó.
El historial no decía exactamente cuáles eran las lesiones, pero al leerlo, se

podía decir que eran graves y muchas. También mencionaba una herida en la
cabeza y que estaba en coma.
Le pregunté a Rex si era posible que ella tuviera un accidente automovilístico,

pero dijo que lo dudaba porque ¿por qué el hospital intentaría limpiar el archivo
por lesiones de un accidente? Esto olía muy mal y estoy de acuerdo con él. Dijo
que verificó si había habido accidentes en el área alrededor de ese período de
tiempo y no encontró nada.
Estoy sentado en la barra con una cerveza, pero me coloco de modo que
pueda ver a Ava moviéndose en la cocina a través de la ventana de paso entre la
cocina y el comedor. Tiene un movimiento vertiginoso y sus habilidades con el
cuchillo son impresionantes. La vi cortando verduras como se ve en esos viejos
comerciales de Ninja Knife. Ha estado en eso durante aproximadamente 3 horas
y aún no ha disminuido la velocidad.
Estoy un poco molesto con Chubs porque él está sentado en un taburete en

la cocina charlando con ella y haciéndole compañía y lo ha estado haciendo
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durante horas. Por supuesto que no se irá pronto porque ella sigue entregándole
trozos de comida del tamaño de un bocadillo y espera su opinión. Como si alguna
vez dijera algo negativo. Si la cosa no se mueve, él se la comerá.
Miro alrededor de la habitación y encuentro a Petey echado hacia atrás en un

sillón reclinable pero sonriendo en mi dirección. Ha estado lanzando sonrisas en
mi dirección desde el incidente del codo. Empiezo a levantarme para acercarme
y darle una mierda cuando Ava sale de la cocina limpiándose las manos.
—Oye, Gunner. Necesito correr a casa muy rápido y dejar que las mascotas
vayan al baño. ¿Está bien si dejo todo donde está hasta que vuelva en unos 30
minutos?—pregunta ella.
—Sí, seguro que está bien. ¿Deseas compañía? Podría tolerar un cambio de
escenario—le digo.
—¡Perfecto! Puedes conducir y yo puedo relajarme unos minutos.
Cuando salimos de la cocina, le digo a Chubs que se mantenga lejos de la

comida y que volveremos pronto. Espero que eso sea suficiente para evitar que
lo arruine todo.
Ava me arroja las llaves, entramos en la camioneta y salimos.
—Así que, de nuevo, lamento que fueras tú a quien golpeé—afirma Ava.
—No te preocupes, bebé. Dejaré que me lo compenses cuando quieras. —Le

sonrío.
Ella ríe. Tiene la mejor risa.
—Dime, Ava, ¿qué tipo de clases tomas que te dan habilidades locas para
derribar presidentes de MC?
—Comencé con clases básicas de defensa personal y me enganché. Pero esas

no parecían tener tanta variedad como yo quería, así que pasé a diferentes artes
marciales. Actualmente estoy tomando clases de Jiu Jitsu brasileño y Muay Thai,
pero antes he tomado clases de kickboxing, krav maga y judo.
—Santa Mierda. Eso es genial. Pero pensé que el Muay Thai y el kickboxing
eran lo mismo—afirmo.
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—No, en realidad no, pero son muy similares. Comencé con el kickboxing,
pero el instructor dijo un día que el Muay Thai permitía patadas bajas y golpes
con los codos y las rodillas y, desde el punto de vista de la autodefensa, sentí que
el Muay Thai sería mejor, así que cambié.
—¿Qué te hizo empezar a tomar las clases?— le pregunto esperando no haber

presionado demasiado.
Se queda callada por un momento y juguetea con la correa de su bolso antes

de decir:
—No tengo familia para hablar y así que pensé que sería inteligente tener
algún conocimiento. —Hace una pausa por un momento y continúa—. Uf, eso
no es del todo cierto. Tuve una lesión e iba a fisioterapia y el terapeuta mencionó
que podría ayudarme a rehabilitar mis lesiones. Y que ayudaría mentalmente si
sentía que podía protegerme si fuera necesario. Cuando estuve lo
suficientemente bien, me inscribí en la primera clase.
Puedo decir que fue difícil para ella decirlo y me acerco, tomo su mano y la
llevo a mi muslo. Se sobresalta por un momento y luego se relaja dejando su
mano allí con la mía cubriendo la suya. Froto mi pulgar hacia adelante y hacia
atrás sobre el dorso de su mano y muy contento de que no esté tratando de
apartarla.
Estamos a unos cinco minutos de su casa y no quiero desaprovechar este

tiempo con ella. Nos hemos enviado muchos mensajes de texto la semana pasada
y bromeamos un poco, pero no hemos tenido tiempo a solas y ella me fascina.
—¿Te ayudó tomar las clases?—le pregunto cuidadosamente.
—Sí, me ayudaron mucho a desarrollar la fuerza central y me dieron

confianza y eso me ayudó mentalmente. Quiero entrenar para conseguir un
cinturón negro en algunos de ellas, pero no me preocupa conseguir uno siempre
que tenga las técnicas al día. Odio tener que conducir hasta el gimnasio. Está
bastante lejos de aquí y no siempre tengo mucho tiempo para estar allí.
—Entonces deberías hablar con Axel. Él administra el gimnasio del club y es

genial para encontrar instructores para lo que los miembros quieran probar. Y el
gimnasio está a sólo diez minutos de tu casa—le digo.
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—¿Qué gimnasio administra?—pregunta ella.
—Jax Gym—respondo.
—Paso por ahí de camino al trabajo. Eso sería mucho más conveniente. Le
preguntaré sobre las clases que tiene disponibles.
Entramos en su camino de entrada y odio tener que soltarle la mano. Creo

que se olvidó por completo de que estaba apoyada en mi muslo, pero yo
ciertamente no lo hice.
Sale del vehículo primero y antes de que pueda apagarlo y salir, escucho
gritos. Salgo rápidamente, cierro la puerta y me giro hacia la voz.
Es Ralph. De nuevo en su lado de la calle y cargando hacia Ava. De repente,

patina hasta detenerse y me mira. Sus cejas se elevan mientras camino en su
dirección.
—Ava, entra y haz lo que tengas que hacer. Esta vez yo me ocuparé de Ralph
—digo irritado porque él continúa acosándola.
Casi espero que ella discuta o diga que es su problema, pero no lo hace. Ella
mira a Ralph.
—Buena suerte imbécil—le dice y entra.
Me vuelvo hacia Ralph y pongo la mirada más cruel que tengo en mi rostro.
Comienza a caminar hacia su casa, pero lo detengo cuando hablo.
—Ava te ha advertido que dejes de molestarla a ella y a sus mascotas, Petey

te lo ha advertido y ahora te lo voy a advertir yo. Y no le advierto a nadie dos
veces. La próxima vez que le digas una mierda a Ava o a cualquiera de sus
mascotas, no te encontrarán. No estoy bromeando. Esa mujer se merece vivir en
paz y se lo vas a conceder. Traeré un mundo de dolor sobre tu escuálido culo
antes de acabar contigo de forma permanente. ¿He sido claro, Ralph? No quiero
ninguna confusión sobre lo que sucederá si esta mierda continúa. ¿Lo entiendes?
—¿Me estás amenazando?—pregunta tratando de ponerse el manto de

justicia a su alrededor.
—No. Te estoy prometiendo más violencia de la que puedes soportar.
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—Tú... tú no puedes amenazarme. Eso no es legal y conozco mis derechos —

afirma mientras da un paso atrás hacia la calle.
—No es una amenaza, Ralph. Es una promesa. ¿Qué parte de eso escapa a tu
jodido cerebro?
—Eso no está bien. El hecho de que seas más grande que yo y todo eso, no
significa que sea correcto intentar asustarme—continúa tontamente.
—No intento asustarte. Te estoy educando y esta conversación ha seguido su

curso. Molestas a esa mujer y conocerás las consecuencias de esas acciones. Ahora
vete a casa antes de que decida terminar esto esta misma noche.
Me doy la vuelta y camino hacia la puerta principal de Ava. Cuando miro

hacia atrás, Ralph se ha perdido de vista. Suspiro. No puedes arreglar lo
estúpido.
Al entrar en la casa de Ava, la veo parada en la parte trasera de la casa cerca

de las puertas corredizas. Ella me sonríe y me pregunta:
—¿Todavía está vivo o necesito colocarme los guantes de látex y buscar la

lejía?
—Todavía respira, pero es posible que desees mantener esos artículos

abastecidos—le respondo.
Camino más hacia la sala de estar y veo a Loki y al cerdo afuera en el patio
trasero. Miro a mi alrededor, con curiosidad por el lugar de Ava, y veo al jodido
gato más grande que he visto acostado boca arriba, con la barriga en el aire,
durmiendo en el sofá. Es gris con el vientre y las patas blancas. Está
completamente indiferente a todo lo que sucede a su alrededor.
—Él parece relajado—me río.
—Generalmente lo es, pero es a quien nunca querrás cabrear—advierte

Ava—. Puede guardar rencor.
—¿Quién es él, mamá?—escucho decir con una voz cómica de tipo caricatura.
Parece que ha estado chupando helio.
—Este es Gunner. Gunner, te presento a Mac—dice Ava moviendo su mano

entre Mac y yo.
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Me vuelvo y veo un pájaro grande posado en una percha cerca de la ventana.

Ladea la cabeza y me mira.
—Enorme HDP—se ríe.
—¡Mac! Sé amable—grita Ava, irritada.
—Lo es—insiste Mac.
—Sí, es un tipo grande, pero no tienes que decir todo lo que piensas. Y decir
HDP no era necesario—responde ella.
—No es una palabrota—sostiene Mac.
—Estaba implícita—dice Ava.
Tengo que reírme de estos dos. Son como una pareja de ancianos discutiendo.
Tú puedes decir que esto ocurre a diario.
—Hola, Mac. Así que tú eres el que molesta a Ralph—los interrumpo.
—Ralph chupa la polla de un burro—afirma Mac.
Lanzo una carcajada al mismo tiempo que Ava chilla:
—¡Mac! ¡Oh Dios mío! ¿Necesitas un descanso?
—¡No! ¡Mac será bueno!—le grita él a ella.
—Hombre, tienes que traerlo a la casa club algún día. ¡Los chicos lo amarán!
— Me río.
—¿Puedes imaginar cómo sería su lenguaje después de eso?—pregunta

Ava—. Petey no ha sido una buena influencia, pero solo puedo sentir escalofríos
de cómo sería él después de pasar tiempo con Axel.
Ava abre la puerta corrediza y Loki y Gee entran. Nunca me había planteado
tener un cerdo como mascota, pero tengo que admitir que es un bicho lindo con
sus manchas rojizas y negras. Se apresura a entrar por la puerta y corre
directamente a una caja en la esquina de la sala de estar, deslizándose hasta
detenerse, haciendo rebotar un poco en la caja.
Loki camina hacia mí y golpea mi mano con su cabeza. Me inclino y le doy

un buen masaje en la cabeza. Es un perro hermoso. El club cría y vende algunos
pitbull y shepherds para servicios de protección y sé que a Reno le encantará Loki.
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Reno es el hermano que cría y entrena a los cachorros. Es un hombre extraño

pero tiene debilidad por todos los animales. También es muy quisquilloso sobre
quién compra nuestros perros. Él hace que Rex revise todos sus antecedentes y
credenciales. E insiste en reunirse personalmente con los compradores.
Generalmente más de una vez. Y hace un seguimiento para asegurarse de que los
perros estén siendo bien tratados. Todo el club lo apoya en esto porque, en más
de una ocasión, nos hemos encargado de cerrar peleas de perros. No es algo que
nosotros toleremos en nuestro territorio.
Gee se acerca a mí con lo que parece ser una camiseta en la boca. La deja caer
a mis pies y me mira obviamente esperando algo. Miro a Ava inquisitivamente y
ella se ríe suavemente.
—Quiere que le pongas el pijama. No se da cuenta de que es un cerdo y

espera que lo traten como a un niño humano. Yo haré los honores—me informa
Ava mientras camina hacia mí y Gee.
Ava cae de rodillas junto a mi muslo y Gee se pone de espaldas al instante.

Ella toma su pijama y se lo pasa por la cabeza, metiendo sus patas delanteras por
los agujeros de los brazos. Tira de la camiseta por su vientre hasta que llega a sus
patas traseras. El cerdo se da la vuelta, se levanta, se sacude, trota hacia la
alfombra cerca del sofá y se acuesta. Noto que en la parte de atrás de su camiseta
hay una foto de un cerdito durmiendo.
Ava, todavía de rodillas a mi lado, levanta la mirada, me mira a los ojos y

sonríe. Y al instante me cuesta verla donde está con su boca perfecta tan cerca de
donde realmente necesito que esté. Me agacho, tomo su mano y la levanto del
suelo. Cuando está de pie, uso su mano para atraerla hacia mí. Pongo mi otra
mano en su cadera y la tiro hacia mí.
Sus hermosos ojos verdes se encuentran con los míos y suelto su mano y
ahueco su mandíbula. Ella está justo donde la necesitaba desde hace un tiempo.
—Eres tan hermosa—le digo en voz baja.
Sus ojos se abren un poco pero no se mueve. Me inclino lentamente hasta que
nuestros labios apenas se tocan y le digo:
—Te voy a besar ahora porque he estado esperando un tiempo para tener
esta oportunidad.
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La aprieto más fuerte contra mí mientras reclamo su boca. La beso

suavemente al principio y después mi lengua traza sus labios llenos antes de
empujarla en su boca cálida y húmeda y el beso se vuelve duro y exigente.
Siento sus brazos mientras se deslizan alrededor de mi cintura y sus manos

se apoyan en mi espalda baja. Pongo ambas manos en su rostro, lo acuno y
continúo con el beso.
Es caliente, profundo y me está afectando de todas las formas correctas. Aquí

es donde ella debería estar siempre. Manos sobre mí, boca a mi merced. Mi polla
está más dura que el infierno y desea tener una oportunidad con su húmedo
calor.
Cambio el ángulo de nuestro beso y muevo mis manos hacia su cuello,

colocando una a cada lado. Ella gime bajo y largo y mueve las manos más abajo,
casi en mi culo. Es luchadora, toma lo que necesita y me encanta.
Echo la cabeza hacia atrás unos centímetros y espero hasta que abre los ojos
y le digo en voz baja:
—Te deseo. No va a suceder ahora, pero sucederá pronto. Puedo esperar

hasta que sepa que estás lista para esto, pero va a suceder y necesitas pensar en
ese hecho. Necesito estar dentro de ti. Necesito tu cuerpo desnudo y envuelto
alrededor del mío. —Después estrello mi boca sobre la de ella antes de que pueda
responder.
Ella se pone rígida por un momento y temo haberla asustado demasiado

rápido. Pero después de un instante, se relaja contra mí y responde al beso de
nuevo. Sus manos se deslizan por mi espalda y su boca comienza a luchar contra
la mía por el control. Empuja su lengua en mi boca y explora y yo solo salto
algunos puntos en la escala de dureza.
Saco el broche de su cabello y lo tiro a un lado sin importarme dónde caiga.

Paso las manos por su cabello. Es tan suave y espeso. No puedo tener suficiente
y sé que tengo que parar pronto o seguro que la asustaré.
Mientras lucho por contenerme, ella se echa hacia atrás separando su boca
de la mía.
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—Tú también eres hermoso, Gunner—susurra—. Y no puedo creer que soy

yo a quien estés besando, pero no estoy segura de estar lista para más que esto.
Sus ojos se ponen tristes y lentamente se aleja.
—Estaré aquí cuando estés lista, cariño—respondo, lamentablemente

dejándola alejarse.
—Tal vez deberíamos regresar a la casa club para que pueda terminar por
esta noche—responde.
—Ok, bebé, regresaremos. Sin presión. Pero no me voy a ir, solo para que lo
sepas—digo.
—Beso caliente HDP—grita Mac.
—Me alegro de que lo apruebes, Mac—me río. Ha roto efectivamente la

tensión.
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Capítulo 9
-:¦:- Ava -:¦:-
El viaje de regreso a la casa club fue silencioso pero no tenso. Fue un silencio
confortable y no me eché atrás cuando Gunner agarró mi mano y la puso en su
muslo una vez que estuvimos de vuelta en la camioneta.
Cuando volví a trabajar en la cocina, Gunner me dio un suave beso en la sien

y se dirigió a la sala principal para pasar el rato con sus hermanos. Y eso me dejó
con trabajo para hacer y muchas cosas en las que pensar.
Sé que Gunner me atrae. Tendrías que ser monja para no estarlo y

probablemente lo seguirían estando, pero nunca lo admitirían. Es muy alto,
corpulento e increíblemente hermoso. También es amable, dulce y protector. Pero
sigue siendo un hombre y un presidente de club y tiene mujeres hermosas a su
alrededor en todo momento.
¿Cuán fiel puede ser alguien así a una mujer? ¿Es posible? ¿Lo estoy
juzgando injustamente? ¿Y por qué él querría a alguien como yo? Soy normal en
el mejor de los casos con un montón de equipaje.
He tenido algunos novios a lo largo de los años, pero nunca me he

enamorado. Y aparentemente soy fácil de engañar porque ha sucedido en el
pasado. Estaba enojada cuando me enteré, pero nunca me rompió el corazón. Y
me preocupa que con Gunner las cosas sean muy diferentes y me pueda romper
el corazón.
Mientras mis manos vuelan haciendo las cosas, mi cerebro trabaja horas
extras con todas las cosas de Gunner. Ojalá tuviera a alguien con quien fuera lo
suficientemente cercana para pedirle consejo. Siempre he mantenido una
pequeña distancia entre mí y los demás porque aprendí en las casas de acogida
que era más fácil de esa manera. Los niños nos movíamos tanto que era mejor no
apegarnos demasiado a nadie. Ahora eso me está mordiendo el culo.
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Miro el reloj y me doy cuenta de que es hora de comer algo. Así que empiezo
a preparar una cena rápida. Siendo diabética tipo 1 desde una edad muy
temprana, he aprendido a prestar atención a las señales de advertencia de mi
cuerpo. No es fácil ser pastelera y diabética, pero lo hago funcionar.
Después de hacer algunos sándwich french dip3, au jus y patatas fritas caseras,
ensamblo algunos platos. Agarro uno y camino hacia el bar donde el prospecto
camarero me entrega una cerveza y miro alrededor hasta que veo a Petey sentado
en su sillón favorito viendo un juego de pelota en la enorme televisión colgada
en la pared.
Mientras me dirijo hacia Petey, veo un movimiento a mi izquierda y miro en

esa dirección. Gunner está sentado en un sofá con los pies sobre una mesa de café
con Pooh sentado en el otro extremo en la misma posición. Los dos hombres se
miran riéndose por algo y una mujer de cabello negro semidesnuda pasa la
pierna por encima de las piernas de Gunner y se sienta a horcajadas sobre él. Ella
no está usando una blusa y solo tiene un tanga para la parte inferior.
La mano derecha de Gunner sube, justo por encima del tanga, y descansa
sobre su espalda baja mientras ella se pone cómoda. Sigue hablando y riendo con
Pooh.
Una punzada de decepción me golpea con fuerza. Nos estábamos besando

hace una hora y ahora, está dejando que una mujer semidesnuda lo monte a
horcajadas. Entonces me doy cuenta de que era mejor ver esto, así que no me
permitiré meterme más profundo con él.
Enderezo mi columna, pongo una pequeña sonrisa en mi rostro y camino

hasta el sillón de Petey. Dejo la comida y la bebida en la mesa junto a él mientras
me mira.
3
Un french dip sandwich, también conocido como beef dip, es un sándwich
caliente consistente en rosbif cortado fino es un «panecillo francés» o baguete.
Suele servirse au jus, esto es, con el juego soltado por la carne durante su
preparación, aunque a veces se sustituye por caldo de ternera.
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—Oye, tenía que comer algo, así que pensé en asegurarme de que tú
también—le digo.
—Cariño, no necesitas alimentarme todo el tiempo. Pero estoy seguro de que

me alegro de que pienses que sí—se ríe de mí.
Me inclino, le doy un beso en la mejilla y me dirijo a la cocina. Mantengo la

vista al frente porque me niego a darle a nadie la oportunidad de pensar que
estoy celosa de la puta de Gunner. Puede que me sienta destrozada, pero no
tengo derecho a sentirme así. No somos una pareja. Dijo que me deseaba, no que
me deseaba para siempre. Debería haberme dado cuenta de lo que quería decir y
no leer más en ellos. El hecho de que no sea del tipo de persona que se lía por
una noche no significa que él no lo sea. O que yo tengo razón y él está equivocado.
Leí demasiado en su dicho que me deseaba. Mi error, no el suyo.
Ahora que me doy cuenta de cuál era su objetivo, puedo lidiar con eso
mentalmente. Su tipo de “relación” no es de mi interés y es mejor que nos
mantengamos amistosos. Pero maldita sea, qué lástima porque me enciende
como nadie lo había hecho antes.
Siento que alguien se acerca a mí y me vuelvo hacia él. Es Axel y sé que esto
no va a terminar bien. Solo quería escapar de regreso a la cocina y él no va a
permitir que eso suceda.
—Una vez más mujer, ¿por qué le das comida y un beso y yo me quedo
desamparado?—pregunta en voz alta. El idiota sonríe de oreja a oreja.
Siento que todos los ojos giran en nuestra dirección, pero mantengo los míos
solo sobre Axel.
—Porque Petey es caliente—digo sabiendo que eso provocará una salida de

Axel.
—Yo soy caliente—declara inflando su pecho. Es un bobo.
—Pero Petey es varonil y caliente—le digo. Las risas están comenzando y

dado que hay mucha más gente, hermanos y putas del club, que antes, se está
volviendo ruidoso.
—¡Oh, mierda mujer! Soy muy varonil y caliente ! ¡Soy el más varonil de los
calientes!—responde, más fuerte que nunca.
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—Bueno, podrías serlo si no estuvieras luciendo esas tetas—le digo

sonriéndole y señalando sus pectorales.
Se mira y luego a mí, confundido.
—¿Tetas? ¿Qué diablos son las tetas? —pregunta.
—Esas tetas de hombre que estás cargando, viejo—le sonrío.
—¡Mierda! ¡Esos son pectorales ganados con esfuerzo, bruja! No tetas—

suelta con un bufido.
—Yo lo llamo gilipolleces. Si son más grandes que las mías, las considero
tetas. Pero bueno, lo que sea que te ayude a dormir por la noche, amigo. —Le
guiño un ojo.
Empiezo a alejarme, pero rápidamente se levanta la camiseta mostrando esos

fabulosos pectorales. Él es algo digno de ver y definitivamente es material para
nalgadas. Pero no puedo hacerle saber que pienso eso.
Está contrayendo sus pectorales en mi dirección mientras extiendo la mano

hacia ellos, pero salta hacia atrás y se cubre los pezones con ambas manos.
—¡Me atrapaste una vez pero no otra vez, mujer!—me dice.
Me inclino hacia él, acerco su cabeza a mi boca y le susurro al oído.
—Admito que tienes las mejores tetas de la habitación, pero te volveré a

atrapar cuando menos te lo esperes. Y si tienes hambre y admites que no son
pectorales masculinos, te daré de comer.
Él retrocede unos centímetros, me mira a los ojos y declara en voz alta:
—¡Tengo las tetas más calientes del mundo! ¡Dame de comer mujer!
Me río mientras él me sigue a la cocina.
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Capítulo 10
-:¦:- Gunner -:¦:-
¡Malditas bolas de mierda! No estaba prestando atención y me estaba

riendo con Pooh cuando Katey se sentó a horcajadas sobre mí. Estoy tan
acostumbrado a que las chicas se froten contra nosotros, o se suban en nuestro
regazo que apenas me di cuenta de que lo había hecho. Me di cuenta de lo que
había sucedido en el mismo momento en que vi a Ava en la habitación.
Rápidamente levanté a Katey por la cintura y la moví hacia Pooh, pero Ava nunca
miró en mi dirección.
Ahora estoy sentado aquí preguntándome si Ava vio a Katey encima mío o
no. ¿Le digo algo? ¿Cómo menciono este tema? ¿Y si ella no lo hubiera visto y yo
dijera algo al respecto? No quiero que se dé cuenta de que nuestro beso no
significó nada para mí, pero no quiero comenzar una pelea si nunca se dio cuenta
de Katey. Bueno, mierda, ¿qué puede hacer un hombre?
Miro hacia Petey y veo que está mirando fieramente en mi dirección. Se ha

encariñado mucho con Ava y le encantaría que nos convirtiéramos en pareja,
pero en este momento creo que está reconsiderando ese pensamiento. Ya me ha
dicho que cree que no soy lo suficientemente bueno para ella, pero que preferiría
verla conmigo que con alguien fuera del club. Y esto viene de un tipo que ha sido
como un padre para mí desde que los míos murieron en un accidente
automovilístico hace varios años.
Se levanta del sillón, agarra las muletas y se dirige hacia la cocina. Y para
empeorar las cosas, veo a Chubs y Rex dándome la misma mirada mientras lo
siguen.
Me vuelvo hacia Katey y le gruño:
—No vuelvas a hacer esa mierda. Deja que las otras mujeres lo sepan
también. No quiero que ninguna se arrastre sobre mí o incluso esté en mi espacio.
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Ya he tenido esta charla con ella, pero es decidida y la cabecilla de las putas
del club. Me levanto y me dirijo a mi habitación para escapar y pensar un rato.
No me doy cuenta en ese momento de que mi desaparición le parecería peor

a Ava cuando más tarde se da cuenta de que tanto Katey como yo desaparecimos
de la sala principal.
***
Paso una noche inquieta en mi habitación de la casa club sin siquiera tener la
energía para ir a mi casa. No debería haber escapado y enfrentar las cosas como
lo hago normalmente. Pero descubro que no reacciono de la misma manera con
Ava que con todo lo demás en mi mundo. Sé que necesita que la manejen con
cuidado. Y eso no es algo que haya tenido que hacer antes. Por lo general, solo
paso con una excavadora a través de los obstáculos para abrirme paso.
Ava no es el tipo de mujer con la que pasas la noche, te levantas y te vas sin
mirar atrás. Es del tipo con la que construyes algo. Y eso no es algo que haya
pensado en hacer antes. Pero ahora lo pienso. Quiero construir algo con Ava. Y
sé que eso es una locura porque no la conozco tan bien. Pero lo quiero. Y descubro
que no estoy asustado por eso, sino que estoy ansioso por conocerla mejor y ver
su rostro todos los días.
Y sabiendo esto, sé que tengo que hablar con ella sobre anoche y Katey. Si lo
vio, quiero que sepa que no fue deseado ni aceptable. Encontraré la manera de
hablar con ella al respecto de una forma u otra.
Sé que Ava estará aquí temprano hoy para preparar la mayor parte de la
comida para la Poker Run de mañana. Encontraré tiempo hoy para pasar con ella
y conversar. No estoy seguro de a qué hora estará aquí, pero necesito moverme
para poder tener hechos algunos negocios del club de antemano.
Me meto en la ducha, me visto y me dirijo a la cocina a tomar una taza de

café para empezar el día.
Cuando llego a la puerta de la cocina, tengo que esperar porque Katey

también está tratando de entrar. Noto que su cabello está mojado, así que debe
haber pasado la noche aquí con uno de los hermanos. Asiento con la cabeza hacia
ella mientras golpeamos la puerta batiente.
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Veo a Ava en la encimera sirviendo café a Petey y Pooh al mismo tiempo que
sus ojos miran en mi dirección. Mira a Katey, luego a mí justo detrás de ella. Sus
ojos vagan de mi cabello al cabello de Katey y de vuelta a la taza que está
llenando. Ni una pizca de expresión en su rostro. Nada en absoluto.
Esto no pinta bien. Esto es malo. Muy malo. Puede que esté hundido incluso
antes de subir a bordo.
—Quieres café, toma una taza—dice sin levantar la mirada.
Volviéndose hacia Petey, continúa diciendo:
—¿Quieres rollos de canela? Son recién salidos de la pastelería. Me detuve

allí de camino aquí para recoger algunas cosas y aparté algunos para ti.
—Sí, cariño, por favor—responde Petey en un tono suave mientras me mira

arrojando dagas. Si las miradas pudieran matar... bueno, ya sabes.
—¡Oh, esos se ven geniales! Tráeme uno también y un café. Tres de crema,
una de azúcar—exige Katey con su molesta voz quejumbrosa dejándose caer en
un taburete.
Antes de que pueda decir algo, Ava le responde a Katey:
—Estoy aquí para cocinar para la Poker Run. No soy tu camarera. El café y
los rolls están aquí. Si quieres, levántate y tómalos.
—Tú eres la proveedora de servicios de catering, así que atiéndeme—dice

Katey de manera cortante. Y continúa diciendo—. Serviste a Petey, puedes
servirme.
—Petey está herido, es mi vecino y mi amigo. No eres ninguna de esas cosas.

Quieres café y un roll y levanta tu trasero, lo siento, me refiero a tu culo, y tómalo
tú misma—responde Ava, una vez más sin inflexión en la voz.
Pooh se atraganta con el café y encubre la risa con una tos.
Katey grita:
—¡Perra!—grita Katey mientras se levanta del taburete y camina hacia el café,

los rolls y… Ava.
Sé que debería intervenir, pero realmente quiero ver cómo Ava maneja esto
por su cuenta. Si va a convertirse en mi mujer, y lo hará, entonces necesita abrirse
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camino en algunas cosas relacionadas con el club. Y Katey es conocida por probar
los límites con cualquiera que sea nuevo.
Ava se vuelve para mirar a Katey mientras avanza pisando fuerte en su

dirección.
—¡No eres nadie aquí! ¡Haz lo que te dicen! Tu trabajo es atender, lo que
significa servir, ¡así que ponte a servir!—gruñe Katey, inclinándose hacia el rostro
de Ava.
—Mi trabajo es cocinar para la Poker Run. No servir café y rolls a putas, coños
y aspirantes a mujeres. Quieres un poco, consíguetelos. Ahora, sal de mi cara—
responde Ava, una vez más completamente tranquila.
Katey intenta agarrar a Ava y Ava la agarra de la muñeca antes de que la

alcance. Sosteniendo el brazo de Katey entre ellas, afirma tranquilamente
mirando a Katey a los ojos:
—Es justo advertirte, antes de que hagas algo estúpido, que no peleo como
una chica. No tiro del pelo, no araño y no grito. Doy puñetazos, pateo y hago el
mayor daño posible. Terminaría jodiéndote la cara tanto que no sería capaz de
chupar una polla a menos que puedas hacerlo con una pajita. Te joderé peor que
la polio si me pones un dedo encima. Nadie me toca. Ya nadie me golpea sin
sentir un montón de dolor.
Una vez más Pooh se atraganta con su café, solo que esta vez jadea para decir:
—¡Y aquí viene algo gordo!
Ava aparta el brazo de Katey y lo suelta.
Katey duda. Puedes verla tratando de decidir si Ava está llena de mierda o
no. Katey es conocida por amar una buena pelea, así que esto será interesante.
También está acostumbrada a intimidar a las otras mujeres y generalmente se
sale con la suya.
Noto que ahora tenemos algunos cuerpos extra en la cocina y todos, excepto
Ava, parecen estar conteniendo la respiración esperando a ver cómo resulta. Ava
está mirando fijamente a Katey con mucha calma.
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Petey habla y me sorprende cuando incita a Katey diciéndole:
—¿Qué pasa Katey? ¿Encontraste a alguien que no retrocede contigo? Sabes

que lo más inteligente sería meter la cola entre las piernas y marcharte, ¿verdad?
Eso es todo lo que se necesita para que Katey tome una decisión y se lanza
hacia Ava, agarrándola por el cabello y chillando a todo pulmón. Ava se hace a
un lado fácilmente, levanta el brazo para bloquear el de Katey y lanza un fuerte
puñetazo por encima de los brazos de Katey hasta el pómulo. Cuando Katey
retrocede medio paso, Ava agarra la parte posterior de la cabeza de Katey con
ambas manos y le golpea la cara con la rodilla levantada. Hay un fuerte crujido
y un grito de Katey, pero Ava no tiene piedad. Tira de la cabeza de Katey hacia
atrás, se desliza hacia un lado y vuelve a golpear la cara de Katey contra la mesa
de trabajo. Katey cae en el suelo en ese momento.
Ava ni siquiera respira con dificultad. Todavía está tan tranquila como lo
estaba antes de que Katie se apresurara.
Petey se inclina sobre la mesa y mira el lío sangriento que ahora es la cara de
Katey y dice:
—Eso va a dejar una marca.
Ava mira hacia arriba, señala a Chubs y dice:
—¿Podrías sacar la basura para que pueda volver al trabajo? Parece que hay
una montaña de mierda guarra en mi camino.
Nadie dice una palabra. Todos solo la estamos mirando. Chubs se acerca a
ella y le dice con reverencia:
—¡Chubs ama a Ava!.
Ava le sonríe cálidamente, le da una palmadita en la mejilla y él se inclina,

lanza a Katey por encima del hombro y sale con ella.
Ava se vuelve a su mesa de trabajo y pregunta:
—Entonces, ¿alguien quiere café y rolls?
***
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Al entrar en la cocina, me alegra ver que Ava está sola por una vez. Ella está
ocupada extendiendo una especie de masa de pastelería y hay ollas y sartenes
cocinando y burbujeando en la estufa. Huele increíble aquí.
—¿Puedes tomarte un minuto de descanso Ava? Tenemos que hablar.
Ella solo levanta los ojos hacia mí, vacila un momento y dice:
—Bien. Habla.
Ok, ahora estoy un poco nervioso porque cada vez que una mujer dice la
palabra “bien”, todo hombre inteligente sabe que eso significa que nada está
realmente “bien”.
Ava deja de hacer lo que está haciendo, se pasa el dorso del brazo por la
frente, toma una botella de agua y bebe un sorbo mientras me mira, esperando
pacientemente.
Cuando todavía no digo nada, ella dice:
—¿Tienes un problema con lo que pasó con Katey?
—Eh no, no es eso. Aunque la dejaste con la nariz rota y dos dientes flojos.
—Ella estaba avisada. Esa fui yo siendo amable. No tengo el hábito de avisar
a las personas con anticipación, pero estaba haciendo un esfuerzo por ser
respetuosa con la propiedad del club.
No hay absolutamente ninguna inflexión en su voz. No puedo decir si está

enojada, feliz o simplemente diciendo hechos. Tiene la mejor cara de póquer que
he visto antes.
—Sea como fuere, ella pidió lo que recibió. No espero que le adviertas una
mierda a nadie aquí. Pero eso no es de lo que tenemos que hablar.
Sus cejas se elevan levemente y me hace un gesto con la mano en un

movimiento de “adelante, entonces”.
—Katey y yo no somos pareja. Nosotros no…
—Lo entiendo. No tienes que explicar como funciona con la puta del club y
el presidente o incluso un miembro del club—interrumpe para decir—. No es
asunto mío y no necesito que sea asunto mío. Eres un niño grande y vives tu vida
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de acuerdo con las reglas con las que te sientes cómodo como hago yo. ¿Pero no
estoy segura de por qué mencionas esto?
—Lo menciono porque no quería que te tuvieras una impresión equivocada

por lo de anoche—respondo.
—Si tuve una impresión equivocada, se aclaró rápidamente cuando ella te

montó medio desnuda una hora después que tú y yo, bueno, eh…. Eso fue genial,
Gunner. Somos personas muy diferentes que tenemos diferentes metas en la
vida. Eso no hace que yo tenga razón o que tú estés equivocado. Así es como es.
Sin preocupaciones. Tengo claro lo que deseas y lo que yo necesito. No son
compatibles. Tenemos que establecer una zona de amigos y seguir adelante.
—Espera. No entiendes lo que estoy diciendo—espeto.
Ella me mira como si yo fuera un poco lento.
—Anoche te dije que te deseo. Y lo hago. No solo por una noche. Quiero ver
a dónde pueden ir las cosas con nosotros. Hablo en serio sobre eso, cariño—digo.
—Lo siento, Gunner, pero eso es un poco difícil de creer considerando que
estuvimos besándonos una hora y al siguiente tienes tu brazo alrededor de una
puta semidesnuda, machacando en tu regazo, ambos desaparecen de la
habitación al mismo tiempo y entraron a la cocina temprano a la mañana
siguiente una vez más juntos, ambos con el pelo mojado. Puede que no tenga
mucha experiencia, pero este cabello rubio no significa que sea estúpida—dice y
resopla.
Se ve un poco enojada y me doy cuenta de que se está enojando pensando

que estoy tratando de jugar con ella.
—Mira, no nos conocemos, no sabemos del otro. Mierda, ni siquiera sé tu

nombre real. Esto… —señala entre mi persona y ella—… ni siquiera se ha
convertido en un “esto” todavía y probablemente sea mejor que no lo haga.
Cocino y sirvo la comida mañana y vuelvo a mi pequeña vida segura y tú
continúas con la tuya como mejor te parezca. Sin resentimientos—afirma.
—Michael Walker. Mis padres fueron excelentes padres y tuve una infancia
increíble. Crecí en el club, mi padre era el presidente, Petey era el vicepresidente,
mi madre fue la mejor dama de todos los tiempos. Tengo treinta y tres años y
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Axel se crió conmigo, casi como hermanos verdaderos. Cuando mis padres
murieron en un accidente automovilístico hace ocho años, Petey dejó el cargo de
vicepresidente porque dijo que no podía hacerlo sin mi padre. Estaban muy
unidos. Petey también estaba pasando por un divorcio mezquino y desordenado,
tenía demasiadas cosas para manejar y también el club. Entonces los hermanos
me votaron y le pedí a Axel que fuera mi vicepresidente. Ha sido una cuesta, una
cuesta arriba, pero estamos contentos y trabajamos duro.
Me detengo un momento y respiro unas cuantas veces. Ella no ha dicho nada,

pero tampoco ha salido corriendo de la habitación. Lo tomo como una buena
señal.
Sigo lanzándole información, pero un poco más tranquilo que antes.
—Fui hijo único. Nunca he tenido una relación seria. Ni una sola vez. Nunca
quise tenerla, pero ahora creo que quiero intentar una. Contigo. No sé por qué,
porque tienes razón, no nos conocemos bien, pero eso no parece importarme.
Quiero que intentes tener una también. Conmigo. No puedo prometer que
estaremos juntos para siempre y que nunca tendremos un bache en el camino,
pero puedo prometerte que me esforzaré mucho para hacernos funcionar, ser fiel
y tratarte con respeto. Si no funciona, te lo diré a la cara y no dejaré que las cosas
se desmadren.
—Sé que esa mierda de anoche parecía que solo estaba apuntando a follar
contigo una noche y eso no es cierto. No salí de la habitación con Katey. Fui a mi
habitación, enojado y confundido, necesitaba un poco de espacio. Debería haber
hablado contigo entonces, pero la cagué. La cagaré también en el futuro, pero
nunca te mentiré y nunca te engañaría. No sé dónde pasó la noche Katey, pero
no sé con quién están follando los hermanos. Te lo juro, no estaba con ella. Es
pegajosa y está decidida a ser la dama de alguien, pero nunca será la mía.
Cuando me quedo sin cosas que decir, ella me mira fijamente, pero puedo
decir que estaba escuchando con atención. Todavía hay esperanza para mí.
—¿Entonces estás diciendo que quieres que seamos un “nosotros”?—

pregunta Ava, arqueando las cejas.
—Sí, eso es lo que estoy diciendo, y sí, es un poco sorprendente para mí

también, pero quiero eso—respondo con firmeza.
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—Ni siquiera hemos tenido una cita—afirma con escepticismo.
—Nunca he tenido una cita, punto. Pero si quieres una cita, iremos a una.
—¿Alguna vez me levantarías la mano?—pregunta ella.
—¡Dios, joder, no, nunca!—exclamo a los gritos.
—¿Y puedes mirarme a los ojos y prometer que nunca me engañarás? Porque
los hombres engañan y especialmente aquellos que tienen mujeres desnudas
sentadas en sus regazos ofreciéndoles todo lo que ellos desean—me desafía.
—Cariño, he crecido con mujeres desnudas sentadas en mi regazo. Son

noticia vieja. Quiero algo real y alguien que esté ahí para mí, no para el hermano
que les preste atención. Estoy cansado de saber que todas las mujeres con las que
he follado también han follado con la mitad de mis hermanos.
Camina lentamente hacia mí y se detiene cuando está directamente delante

de mí a solo dos centímetros de distancia. Ella inclina la cabeza hacia atrás y me
mira a los ojos.
Me muero por tocarla, pero sé que este momento es importante para ella y
para nosotros.
—¿Por qué yo Gunner? No busco cumplidos vacíos. Quiero entender por qué
un diez querría un cinco. No se computa en mi cerebro—pregunta en voz muy
baja.
—¿Un diez y un cinco? ¿Qué carajo Ava? ¿Tu espejo no funciona como los
demás? —Estoy estupefacto de que ella no vea lo que todo el mundo ve cuando
la mira.
Veo que sus ojos comienzan a entrecerrarse, así que continúo diciendo:
—Los números no importan. Eres real e independientemente de cómo te

veas, eres hermosa para mí. Hasta los huesos. Sin falsedad, sin tonterías. Me
gustas. Quién eres y cómo te ves. Mucho.
—No estoy segura de saber cómo tener una relación sana. No he tenido
muchos ejemplos—murmura más para sí misma que para mí.
—Podemos aprender juntos. Mis padres tuvieron una genial, así que tengo
un ejemplo—susurro.
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—Tengo miedo de meterme de cabeza en esto y lamentarlo. El sexo no

siempre ha sido algo bueno para mí. Eres muy experimentado y yo tengo muy
poca experiencia con el sexo. ¿Cómo diablos se supone que debo compararme
con las mujeres con las que has estado antes? A la mierda Gunner, son
profesionales y yo apenas soy una aficionada—dice preocupada.
Puedo decir que está comenzando a entrar en pánico y todo lo que quiero es
que mantenga la calma y se dé cuenta de que su falta de experiencia es una gran
parte de su atractivo para mí.
—Bebé, cálmate. Solo se tú. Eso es lo que yo quiero. ¡Tú! No quiero

movimientos experimentados. Quiero los sinceros de alguien que quiera estar
conmigo, no con el presidente del club. Quiero a alguien que lleve a cabo los
movimientos, porque se sienta cachonda conmigo como hombre. Su hombre.
Ella piensa en eso por un momento y luego me sorprende con lo rápido que
resuelve sus dudas y confía en mí. Confía en que nunca quiero romper.
—Será mejor que me beses entonces y lo hagas como que lo dices en serio
antes de que tenga el coraje de alejarme como debería—susurra con una voz
decidida.
Mi boca golpea la de ella. No necesito que me lo digan dos veces. Estoy sobre
ella en un santiamén. La agarro por la cintura, la siento en la mesa y me muevo
entre sus piernas separándolas lo suficiente para acomodar mi cuerpo. La aprieto
contra mí y sé que puede sentirme poniéndome duro. Pasa sus manos por mi
pecho y agarra mi camiseta.
Es tan agresiva como yo para conseguir lo que quiere. Ella me devuelve el

beso con tanta fuerza y toma lo mejor que puede. No es tímida y, aunque dijo
que no tiene mucha experiencia, tiene una boca naturalmente talentosa.
Las cosas se están poniendo calientes y estoy pensando en alzarla y dirigirme

a mi habitación cuando nos interrumpan.
La puerta se abre y entran Axel y Pooh. Hay sonrisas enormes en ambos

rostros cuando aparto mi boca de la de Ava y miro en su dirección.
—Axel, lo juro por Dios, si no te vas a la mierda, te voy a lastimar—gruñe

Ava.
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—Está bien, hermanita, nos vamos. No hay necesidad de violencia. Pero para
tu información, no voy a comerme lo que sea que esté debajo de tu trasero—dice
riendo Axel, levantando las manos y saliendo por la puerta.
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Capítulo 11
-:¦:- Ava -:¦:-
Después de que Axel y Pooh dejaron la cocina, Gunner fue llamado por un
asunto del club y no tuvimos la oportunidad de terminar nuestra conversación o
sesión de besos. He vuelto a trabajar en la preparación de los bocadillos para la
fiesta de mañana y estoy progresando mucho.
Noto por la ventana trasera de la cocina que varios de los miembros están
preparando mesas de picnic, mesas largas para la comida y un área para una
banda. Otros están haciendo ajuste en sus motos, preparándolas para la Poker
Run. Veo a Gunner charlando con sus hermanos y la expresión relajada de su
rostro se ve bien. Sonríe fácilmente y bromea con los otros hombres. Parece que
todos disfrutan de su tiempo juntos.
Estoy inclinada sobre una mesa de trabajo con una fuente llenas de tomates
cherry ahuecados cuando escucho que se abre la puerta trasera y miro hacia
arriba para ver a un tipo bajo y enjuto de unos cuarenta y cinco años que entra y
se detiene para mirarme. Tiene aproximadamente mi altura, un metro setenta y
seis, y tiene largos cabellos castaños con canas, recogidos en una cola de caballo.
Lleva unos días sin afeitarse y la indumentaria motera habitual de vaqueros,
botas, camiseta y chaleco de cuero negro. Un parche que dice Reno.
—¿Eres Ava?—pregunta con voz ronca.
—Sí, esa soy yo—respondo mientras dejo la manga pastelera y me limpio la

mano derecha en el delantal.
—Yo soy Reno—responde extendiendo su mano y estrechando suavemente

la mía.
—Hola, Reno. ¿Te puedo ayudar en algo?
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—Gunner dijo que eres dueña de un perro que me gustará conocer. No estoy
seguro de por qué, pero dijo que te preguntara por él.
—Loki. Es un perro nativo americano. Es hermoso y lo he tenido durante casi

cuatro años. Es grande, peludo y adorable a menos que necesite no ser adorable.
Entonces es una fuerza con la que hay que enfrentarse de unos ochenta y cinco
kilos—le digo.
—No jodas. ¿Un perro nativo americano? No he visto muchos de ellos a lo

largo de los años. Perros hermosos. También inteligentes. Crío perros para el
club. Los vendo para servir como protección. También trabajo en el servicio de
garaje y remolque del club. Pero los perros son mis bebés—dice.
—¿Entrenas a los perros antes de venderlos?
—Sí. Ninguno se vende antes de que tengan al menos dos años de edad. No
me gusta apresurarlos—responde Reno.
—Oh Dios, me encantaría que conocieras a Loki. Lo entrené, pero nunca

antes había entrenado a un perro y no tenía idea de lo que estaba haciendo.
Investigué entrenamiento en internet, leí libros y miré videos, pero no tengo idea
de si hice las cosas de la manera correcta. ¿Estarías dispuesto a conocerlo algún
día y evaluar cómo me fue y qué hay que cambiar?—le pregunto a punto de
suplicar.
—Diablos, sí, yo también estaría feliz. Petey parece bastante apegado a él y

lo menciona mucho, así que debe portarse bien. Parece que hiciste un buen
trabajo con él, pero puedo ver cómo lo haces pasar por su entrenamiento y ver si
hay algo que se pueda mejorar—concuerda.
—¡Eso sería increíble! Gracias, Reno.
La puerta trasera se abre de nuevo y Gunner entra, golpeando ligeramente a

Reno en el hombro al pasar. Mirándome, camina directamente hacia mi cara, se
inclina para que estemos al nivel de los ojos y me roza los labios con un suave y
dulce beso. Se endereza y se vuelve para mirar a Reno mientras coloca su brazo
sobre mis hombros y tira de mi parte delantera hacia su costado.
Pongo mi mano izquierda sobre su estómago y me relajo contra él. Gunner

es tan grande y sólido que es muy reconfortante tenerlo a mi alrededor. Observo
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cómo se recuesta contra la mesa, se agacha y se mete un tomate relleno en la boca.

Mastica, me mira y me guiña un ojo.
—¿Escuché que vas a evaluar a Loki para Ava?—pregunta Gunner

dirigiendo su pregunta a Reno.
Gunner toma otro tomate mientras Reno responde afirmativamente.
—Lo vas a amar. Sin embargo, es posible que quieras ponerte del lado bueno
de Ava si tienes ideas de cruzar a Loki con algunas de tus perras. Está muy unido
a ella—dice Gunner.
Reno da un paso adelante y engulle un tomate asintiendo con la cabeza a

Gunner.
Después de tragar, él me mira con una mirada de sorpresa en su rostro.
—¡Mierda! ¡Son buenos! ¿Qué diablos hay en esos? —me pregunta.
—Mayonesa, queso crema, condimentos, cebolla verde, trozos de lechuga y

mucho tocino—respondo.
—El que comí antes tenía sabor a atún. Mucho mejor así. Espero que estés
haciendo muchos—se ríe Reno.
—He alimentado a Chubs varias veces, así que sé lo suficiente como para
hacer mucho y luego aún más de todo—le sonrío a Reno.
—Chubs ama tu comida—se ríe Reno.
Me mira con atención y dice:
—¿Por qué me pareces familiar? ¿Nos hemos visto antes?
—No que yo pueda recordar. ¿Has estado antes por Sweet Angel Treats?—le
pregunto.
—No, no lo hice. Sin embargo, lo haré ahora que sé que horneas allí—se ríe.
Sonrío en respuesta, pero no veo nada familiar en él.
Una vez más, la puerta trasera se abre y entra una persona que conozco. Chris
Hagen. Lo conozco de una banda en la que toca en un bar local llamado Splash.
Él levanta la mirada y se detiene con una mirada de asombro en el rostro cuando
me ve de pie acurrucada junto a Gunner. Algo cruza su rostro pero desaparece
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rápidamente. Por la forma en que Gunner se puso rígido, puedo decir que él
también lo vio.
—Hola, Ava. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Te estás inscribiendo para ser una
de las chicas del club?—pregunta con una crítica maliciosa en su voz.
—No. Chris. Estoy preparando la comida para la barbacoa. ¿Es eso un

problema?—le respondo.
Gunner y Reno tienen la misma mirada en sus caras. Confusión pero también
un poco de irritación y esa irritación está dirigida a Chris.
—¡Oh mierda! ¡Ahora sé por qué me pareces familiar!—exclama Reno—. Has

cantado con Chris y su banda antes. De ahí es de donde te reconozco. Splash
—Sí, un par de veces lo ha hecho, pero ella es demasiado buena para unirse
a la banda—, responde Chris.
—Nunca he dicho o insinuado que soy demasiado buena para la banda,

Chris, y lo sabes. He dicho varias veces que no quiero estar en una banda y estoy
demasiado ocupada para ese tipo de compromiso. Pero tú no escuchas lo que no
quieres escuchar. No es mi problema si aún no lo has asimilado—escupo
mientras me inclino hacia él.
Gunner mantiene su brazo envuelto alrededor de mis hombros y suavemente

me empuja hacia su lado.
—¿Cantas?—pregunta Gunner mientras me mira.
—Lo hago. Sí, puedo. Pero no es algo que me guste hacer frente a una
multitud a menos que sea para sobrevivir, así que ya no lo hago mucho. No tengo
que hacerlo porque a la pastelería le está yendo muy bien y no necesito dinero de
la presentación para comprar comida o cubrir lo del alquiler. Pero ya he
reemplazado antes al cantante principal de la banda de Chris cuando no podía
cantar. Conocí a Chris y su banda en un bar de karaoke después de haber tomado
una trago de Jack de más y canté—murmuro.
—Si ella no quiere unirse a la banda, ¿por qué la actitud, Chris?—pregunta

Reno.
—Porque tenemos gran audiencia cuando nuestros sitios de las redes sociales
anuncian que ella cantará con nosotros. Es buena y la necesitamos para conseguir
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mejores conciertos e ir a algún lado con nuestra música en lugar de quedarnos

estancados aquí en Denver—refunfuña él.
—Eso no es cierto, Chris. Ustedes solo necesitan organizarse. Tú quieres

divertirte como una estrella de rock antes de convertirte en una estrella de rock.
Entiéndelo, trabaja más duro y haz tu propio camino. Cuando llegues a donde
quieres estar, festeja todo lo que quieras. Nadie puede darte el éxito. Se gana a
través del trabajo duro, pero todos quieren saltarse esa parte—respondo a Chris.
—Es fácil para ti decirlo. Tienes los contactos y una posición ventajosa, ¡pero
no te esforzarás por ayudar a nadie, perra!—brama en mi dirección.
Gunner me suelta instantáneamente y se acerca a la cara de Chris.

Directamente en su cara.
Chris mira hacia arriba, un poco receloso de tener todo lo que es Gunner,
frunciéndole el ceño.
—¡No vuelvas a llamarla así, pequeña mierda! No vivirás para arrepentirte

si vuelves a cometer ese error—gruñe Gunner en voz baja.
Chris levanta las manos de manera tranquilizadora y se aleja de Gunner.
—Lo siento hombre, no debería haber dicho eso. No volverá a suceder.
Gunner retrocede a mi lado, pero no se ha calmado en lo más mínimo. Está

enojado y yo no debería, pero siento un poco de cálida felicidad el saber que fue
muy rápido en defenderme. Creo que eso me gustará demasiado.
—Entonces, si entiendo esto correctamente, esperas que Ava solucione los

problemas de tu banda y los convierta en estrellas en lugar de hacer el trabajo tú
mismo. Y estás enojado con ella porque ve los problemas y no quiere arriesgar su
reputación por un grupo de tipos que de todos modos no lo apreciarán—afirma
Reno mientras mira a Chris.
—No debería haberte dado un sermón, Chris—hablo tratando de calmar la

situación.
—En realidad, parece que le dijiste exactamente lo que necesitaba oír, Ava.
El mismo tipo de mierda que le decimos su madre y yo—dice Reno.
—¿Eh… qué?—le pregunto confundida.
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Reno se ríe y me informa:
—Su madre es mi dama. Chris es mi hijastro.
Chris no me mira a los ojos y no me importa. Su banda quiere llegar tarde a

los conciertos, estar drogados y borrachos mientras tocan, olvidarse de las letras,
estropear las notas y, aún así, pensar que el talento natural les dará el estrellato.
No lo hará. Se necesita mucho trabajo, muchas horas de práctica y ser un adulto
responsable. Y ningún tipo de esa banda quiere hacer todo eso.
—Lo que mierda sea, tengo que irme. Tengo mierda que hacer. Nos vemos
mañana, Reno—dice Chris mientras se dirige hacia la puerta.
—Sí, yo también tengo que irme. Lo siento, Ava. Siempre ha sido un dolor
en el culo y para que lo sepas, su madre todavía lo trata como si tuviera cinco
años, así que no te sorprendas si ella no es tu mayor fan si él va de camino a llorar
con ella—afirma Reno luciendo agraviado.
—No te preocupes, Reno. Perdón por el drama—le respondo sonriendo.
Él saluda en voz baja y sale por la puerta.
Gunner me hace girar por los hombros hasta que nos enfrentamos y dice:
—¿Te ha causado algún problema además de ser un bebé llorón?
—Nada que no pueda manejar.
—Así que la respuesta es sí, lo ha hecho. ¿Qué tipo de problemas, Ava?
—Tiene manos rápidas y decididas. Tiene un ego mucho más grande que su
atractivo real. Pero como dije, nunca ha sido algo que no pueda manejar.
—Si se convierte en algo que no puedes manejar o algo que no quieres

manejar, dímelo. Sin dudarlo. Reno nunca toleraría que fuera irrespetuoso con
una mujer, pero especialmente con mi mujer, y yo tampoco, ¿Ok, bebé?
—Ok, cariño—respondo en voz baja.
De repente encuentro mis pies fuera del suelo y mis brazos alrededor del
cuello de Gunner y las piernas rodeándole la cintura y me agarro fuerte mientras
nos dirigimos a la pared más cercana. Mi espalda se encuentra con la pared y la
boca de Gunner golpea mi cuello justo debajo de mi oreja. Es caliente, húmedo y
me está haciendo cosas locas en el estómago.
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—Sé que estás nerviosa por que hay un ”nosotros” y entiendo tus razones,
bebé. Pero haremos esto a tu ritmo. Con lo qué te sientas cómoda. Cada paso que
demos será cuando estés lista para dar el siguiente paso. Y para tu información,
en caso de que no te hayas dado cuenta, me encanta escucharte llamarme cariño
—dice Gunner en voz baja en mi oído mientras empuja su parte inferior dura
contra mi lugar más sensible.
—Está bien, Gunner. Y gracias por decir algo cuando me llamó perra.
Echa la cabeza hacia atrás y coloca su frente contra la mía mientras dice:
—Siempre diré algo. Eres mía. Mía para cuidar, mía para proteger. Y gracias
por dejarme hacer eso cuando necesito hacerlo, bebé.
Entonces me besa y la barriga se me revuelve tanto como las otras veces que
nos besamos.
—Y te escucharé cantar. No tengo ningún problema en hacerte beber tragos

de Jack hasta que lo hagas—se ríe Gunner.
Después de un viaje rápido a casa para ver cómo están mis bebés, casi he
terminado de preparar y cocinar por el día. Voy a ver a Petey y me aseguro de
que tenga todo lo que necesita. Mañana me hará compañía ya que no puede
participar en la Poker Run.
Hay mucha gente en la sala principal y alrededor del bar, pero no veo a
Gunner, así que me siento al lado de Petey. Parece cansado y un poco de mal
humor. Sé que está frustrado por no poder montar todavía.
—Hola, Petey—le digo mientras me recuesto en la silla y bebo de mi Coca-

Cola Light.
—Hola, cariño. ¿Lo estas haciendo bien? Has estado trabajando muy duro los
últimos días. ¿Estás lista para mañana?—pregunta.
—Sí, estoy lista. Todavía tengo mucho que hacer mañana, pero estoy tan
preparada como puedo.
—¿Qué piensas de Gunner?
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—Seré honesta, Petey, estoy nerviosa. No soy buena para dejar que la gente
se acerque demasiado y él no me permitirá mantenerlo a distancia. Sin embargo,
está siendo muy comprensivo con eso—digo pensativamente.
—Es una buena persona. Sé honesta con él y te escuchará. Y si alguna vez

necesitas una oreja o un hombro, tengo dos de cada uno—me sonríe.
—Gracias. Estoy segura de que necesitaré ambos en algún momento—me río.
—Te lo puedo decir por experiencia, cariño, no dejes que las cosas se pudran.
No te sientes sobre algo que te moleste. Háblalo.
Petey continúa educándome.
—Gunner es un hombre duro. Ha tenido que serlo y especialmente desde

que fallecieron sus padres. Pero es justo. Se preocupa mucho por el club y se toma
en serio sus responsabilidades. Necesita una mujer fuerte que pueda quitarle la
carga de encima a veces. Alguien en quien pueda confiar y saber que siempre
estará de su lado. Necesita ese tipo de lealtad y confianza en la mujer a su lado y
siempre ha sido lo suficientemente inteligente como para saber que no
encontraría eso en una de estas mujeres—dice agitando la mano por la
habitación.
—Creo que quiero intentar ser esa mujer. Y entiendo lo que quieres decir con
estas mujeres. Han elegido un camino diferente al que yo hubiera elegido, pero
no estoy segura de si soy la mejor opción para Gunner. Tengo mi propio equipaje.
Gunner tiene tanta responsabilidad ahora que no estoy segura de que necesite
asumir más de lo que viene con alguien como yo.
—Cariño, esos son solo nervios hablando. Gunner tiene hombros muy
grandes y un corazón aún más grande. Necesita sentirse necesitado. Le gusta
cuidar a la gente. Por eso fue la elección perfecta como presidente. Pero de ti
necesita tu fuerza y también tu suavidad. Él quiere cuidarte, así que debes dejar
que lo haga cuando sienta que necesita hacerlo. Encontrarás un equilibrio. Solo
sé honesta con él sobre las cosas que te ponen nerviosa o te preocupan. Escuchará.
No juzgará.
—Gracias, Petey. Esto ha ayudado a calmar mi cerebro hiperactivo—le digo.
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—Siempre aquí para ti, chica. Siempre aquí—responde mientras palmea mi

mano.
Veo a Gunner dirigiéndose en nuestra dirección y me deja sin aliento. Es

demasiado hermoso para ser real. Me asombra que alguien como él me mire dos
veces, pero soy demasiado egoísta para advertirle. Lo deseo. Quiero que sea mío
y quiero saber cómo es ser cuidada y protegida. También lo deseo desnudo y sin
saber la palabra “no” durante una semana, pero eso tendrá que esperar por
ahora.
Gunner se detiene frente a mí y mientras me mira con una pequeña sonrisa

en el rostro y sus enormes brazos cruzados sobre el pecho, le pregunta a Petey:
—¿Estás tratando de robarme a mi mujer, viejo?
Petey resopla y responde:
—Lo haría si pensara que podría, pero ella parece pensar que eres la mejor
opción. No puedo explicar el pensamiento de una mujer, eso es absolutamente
seguro. Asegúrate de no joder esto, chico.
—No planeo hacerlo, Petey—dice Gunner.
Sin previo aviso, Gunner se inclina, planta su hombro en mi estómago y me

levanta, chillo sorprendida y él me arroja sobre su hombro y se da la vuelta,
saliendo por la puerta principal y caminando por el camino. Tiene un brazo
alrededor de mis piernas sosteniéndome en mi lugar y levanta el otro para darme
una suave palmada en el culo y luego le da un buen masaje.
—¿Qué diablos, Gunner?—le grito.
Él se ríe y sigue caminando hacia las motos. Hay algunos abucheos y silbidos
en nuestro camino. Se detiene, se inclina y suavemente me pone de pie junto a su
moto.
—Vamos a dar una vuelta. No muy larga porque sé que todavía tienes cosas
que quieres terminar esta noche. Pero nosotros… —dice cuando dejo escapar un
fuerte hurra y lanzo mis brazos alrededor de su cuello, tirando de su cabeza para
un beso.
Él cumple con mi demanda no tan sutil de su boca y me la entrega. ¡Y es

caliente! Toma sin pensarlo dos veces y después me deja explorar su boca de
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maneras que me dejan sin aliento. Sabe delicioso. Mentolado y varonil. Dos de
mis cosas favoritas. El beso se profundiza y se vuelve serio. Mis manos se
deslizan por su cabello, es sedoso y suave. Tiro suavemente de los mechones
renegridos, él gimió y me aprieto más contra su cuerpo. Y está duro. En todas
partes. No puedo evitar frotarme contra él y vuelve a gemir y yo gimo ante la
sensación de saber que lo puse así.
Se echa hacia atrás lentamente mientras toma mi culo y me sonríe

ampliamente. Todavía estoy en la zona de los besos de Gunner y es obvio que le
gusta que me haya puesto allí.
—¿Así que supongo que estás de acuerdo con estar en la parte trasera de mi
moto?— dice en voz baja.
—Todavía no sé por qué eso es tan importante para vosotros, muchachos

moteros, pero demonios, sí, quiero estar en la parte de atrás de la tuya, contigo—
le respondo—. Quiero que mi primer viaje sea contigo. Solo tú Gunner. ¿Eso está
bien?
Él gruñe y me acerca más. Pone su boca junto a mi oreja y dice en voz baja y
seria:
—Nunca he tenido una mujer, nunca, en mi moto. La mayoría de los moteros

solo permiten que su mujer viaje con ellos. Soy uno de los que tienen esa creencia.
Ninguna mujer, excepto mi mujer, estará jamás en la parte trasera de mi moto.
Es un código con el que siempre he vivido y ahora te quiero en ella. Y el hecho
de que este será tu primer paseo en moto y estarás en la parte trasera de la mía
significa algo para mí. ¿Eso te aclara las cosas?
—Sí, cariño. Lo entiendo—le susurro en respuesta.
Da un paso atrás, toma un casco negro y lo coloca en mi cabeza. Me pone la

correa y se inclina para un beso rápido. Luego se pone el suyo y se monta en la
moto. Se ve increíblemente sexy sentado allí con sus vaqueros gastados y
descoloridos, camiseta y chaleco de cuero negro.
Extiende su mano y la tomo, balanceo mi pierna sobre el asiento y me

acomodo detrás de él. Se inclina hacia atrás, agarra mis dos muslos y me tira aún
más cerca de él.
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—Cuando me inclino, tú te inclinas. Tu cuerpo sigue al mío en todo

momento, cariño. Y me abrazas, me abrazas fuerte. No quiero perder mi preciosa
carga. Abrázame fuerte, ¿Ok, cariño?
—Siempre, Gunner—le respondo mientras envuelvo mis brazos alrededor

de su cintura.
¡La mejor cosa del mundo! Estoy tan enamorada de la sensación de andar en
moto. Es viento, poder y libertad, todo junto. Ahora más que nunca entiendo la
atracción hacia estas máquinas. Fuertes, retumbantes y poderosas. Estoy
enganchada. No quiero que el viaje termine nunca. Sentir todo esto y hacerlo
mientras estoy envuelta alrededor de este hombre sexy es casi más de lo que mi
cerebro puede calcular.
Gunner monta con su mano izquierda en mi rodilla, es cálida y reconfortante.

No tengo miedo porque confío en Gunner y sus habilidades. Me inclino con él y
siento que somos una sola entidad.
Como todas las cosas buenas, el viaje llega a su fin en el estacionamiento de

la casa club. Desmonto y me quito el casco mientras Gunner hace lo mismo. Le
entrego mi casco y él lo coloca en el asiento con el suyo y se vuelve hacia mí con
una sonrisa que derrite el corazón.
—¡Guau! ¡Maldita sea guau, Gunner! —exclamo—. ¡Eso fue increíble! Gracias
por el viaje.
Se inclina hacia mí y coloca ambas manos a cada lado de mi cara con sus
dedos deslizándose por el cabello a los lados de mi cabeza.
—Me alegro que te haya gustado, dulzura—dice.
—Cariño, me gustan los días soleados y los picnics. Me gusta la lencería y los
vaqueros desgastados de gran ajuste. Me gusta The Voice y la música country.
Pero me encanta montar en tu moto como me encanta cocinar, el chocolate, el
café y los cachorros. Gran diferencia. ¡Gigantesca diferencia!—casi grito.
Él sacude la cabeza y deja escapar una risa gutural que tiene a mis partes de
chica cantando. Vuelve a mirarme a los ojos y lentamente se inclina para besarme.
Luego se inclina hacia atrás y dice:
—¿Te gusta la lencería?
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—¿En serio, Gunner? ¿Eso es lo que retuviste de todo lo que dije? —me río
de él.
Asiente.
—Soy un hombre. No escuché mucho más allá de lencería. —Me sonríe.
—¿Quién lleva lencería? ¿Tú o Gunner? —pregunta una voz sarcástica

cercana.
Nos volvemos para ver a Axel y Rex sentados en sillas de jardín cerca.
—Lo más probable es que seas tú, cara de polla—le dice Gunner a Axel
sabiendo que era él provocando.
Axel y Rex se ríen de Gunner.
—Tengo un bonito sujetador de encaje turquesa que podría encajar con tus
tetas, Axel. Pero de ninguna manera vas a meter ese trasero en las bragas a
juego—agrego mi granito de arena.
—¿Estás diciendo que tengo un culo gordo, pastelera?
—No lo estoy diciendo, pero estoy insinuando que no estaría de más que te
apartaras de la mesa un poco antes.
Gunner y Rex se ríen como hienas.
—Estás celosa por tener que conformarte con Gunner y sabes que te estás
perdiendo todo lo que soy—declara Axel.
—Si fueras mi única opción, Axel, compraría acciones de Duracell y viviría

feliz para siempre con BOB—me río de él.
—¡Oh, tú niña asquerosa! Tienes un novio que funciona con pilas. ¿Gunner
sabe que te ensucias sin él? ¿No es lo suficientemente grande para satisfacerte?
—se burla Axel.
—Él es la razón por la que tuve que actualizarme a un modelo mucho más
grande. Es difícil fantasear que es Gunner mientras me masturbo si estoy
atascada usando un vibrador tamaño Axel. Ya sabes, la bala pequeña—le retruco.
—¡No hables así de Big Al y los gemelos, Ava! Tiene un frágil ego—declara
Axel mientras agarra su paquete de manera protectora.
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—¿En serio amigo? ¿Big Al y los gemelos? ¡Oh, Dios mío! —Me estoy riendo
tan fuerte a estas alturas que apenas puedo respirar.
Me alejo riéndome de los hombres y casi doblo la esquina hacia la puerta de

la cocina cuando escucho a Gunner gritarme:
—¡Necesitas hacerme una llamada por FaceTime esta noche jugando con
BOB, muñeca!
Entro en la seguridad de la cocina.
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Capítulo 12
-:¦:- Gunner -:¦:-
Me despierto temprano y emocionado por el día. Las cosas están mejorando

para el club y para mí personalmente. El club ha luchado por un tiempo. No
financieramente. Lo estamos haciendo muy bien en ese aspecto. Pero estamos
tratando de limpiar cosas y seguir avanzando en una mejor dirección.
Todavía tenemos algunas actividades ilegales con las que ganamos dinero,
principalmente armas, pero nuestro club nunca ha estado involucrado, y siempre
ha estado activamente en contra, con el tráfico de personas o drogas. Trabajamos
duro para mantener nuestro territorio libre de ambos. Eso provoca fricciones con
los clubes o bandas que no creen en lo que nosotros creemos.
Tenemos que enviar mensajes a veces y esos pueden ser sangrientos.

Trabajamos con otros clubes que tienen creencias similares y eso ayuda. Hoy
habrá tensión con tantos clubes mezclados, pero es de esperar que se mantenga
bajo control. Sé que puedo mantener a Ava a salvo, pero vale la pena señalar que
necesito mantener los ojos abiertos.
Pensando en Ava, levanto el teléfono y le envío un mensaje de texto.
Yo: ¿Te estoy despertando?
Ella no responde de inmediato como lo hace normalmente y supongo que

todavía está durmiendo. Vuelvo a dejar el teléfono y me siento.
Ava: No, saliendo de la ducha.
Leí eso e inmediatamente presioné la aplicación FaceTime.
Ava responde y puedo ver que su cabello está recogido en una toalla y unas
gotas de agua en sus hombros, pero ahí es donde termina la visión.
—Escribo la palabra “ducha” y de repente ya no estamos enviándonos

mensajes de texto. ¿Porqué es eso?—se ríe ella de mí.
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—Buen día, muñeca. Te importa bajar un poco ese teléfono—le digo y sonrío.
Lo baja y veo su hermoso cuerpo envuelto en una corta y esponjosa toalla de

color verde azulado. Ella no estaba mintiendo. Está mojada y de repente yo estoy
muy duro.
Ella levanta el teléfono hacia su rostro y noto que no tiene una pizca de
maquillaje y está tan hermosa como cualquier otra vez que la haya visto. Sus ojos
son de un extraño tono de verde que a veces tienen un ligero toque de azul y su
nariz es recta y delicada. La cara está ligeramente bronceada y con el cabello
recogido en una toalla, noto una cicatriz que corre a lo largo del nacimiento del
cabello por encima del ojo derecho. Incluso la cicatriz no puede arruinar la
perfección de su rostro. Es maravillosa.
—¿Vas a devolver el favor, chico motero?
Bajo el teléfono para que vea mi cuerpo sentado. Solo estoy usando un par
de bóxers negros ajustados y están considerablemente más ajustados en este
momento. Sé en el momento en que se da cuenta de por qué están tan ajustados
cuando escucho una ligera inspiración. Sonrío sabiendo que está afectada.
Levanto el teléfono a mi cara y le sonrío.
—Te mostraré lo mío si me muestras lo tuyo—digo guiñando un ojo.
Ella está nerviosa y busca a tientas algo que decir por un momento. Entonces
me sorprende una vez más.
—Lo siento, chico motero. Tengo una cita matutina con BOB. ¡Te veo en una
hora!
Entonces la pequeña bruja me cuelga.
***
Estoy de pie frente a la puerta de la cocina con los brazos cruzados sobre el
pecho y las piernas separadas cuando Ava se detiene en su SUV. Hacemos
contacto visual. Poco a poco sale del vehículo y se acerca. Camina hacia mí, baja
la frente para descansar sobre mis brazos cruzados y coloca sus manos en mi
cintura.
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Miro la parte de atrás de su cabeza y trato desesperadamente de no reírme

de ella tratando de actuar sumisa. Es tan linda. Lleva unos pantalones vaqueros
cortos que tienen que ser sus favoritos porque están suaves, descoloridos y
desgastados por demasiados lavados. Son perfectos para su culo y piernas largas.
Tiene una camiseta sin mangas de color verde claro con encaje en los tirantes en
la parte trasera. Black Chucks en sus pies. Su cabello está recogido en un nudo
de aspecto desordenado y es hermoso con algunos mechones que ya caen
alrededor de su cara.
—Esta mañana no tuve una cita con BOB. No debería haberte colgado. No lo
manejé bien pero, amigo, eres enorme y mis partes femeninas entraron en pánico.
¿Estoy perdonada?
Todo esto dicho con su cabeza todavía apuntando hacia abajo y apoyada en
mis brazos.
Me echo a reír, la rodeo con mis brazos y la acerco a mí. No puedo evitarlo,
ella me mata.
—¿Tus partes femeninas? Guau. ¿Cortas la comunicación, me dejas colgado

y luego intentas suavizarlo tratando de halagarme por el tamaño de mi polla?
—¿Está funcionando?—pregunta mientras levanta la cabeza y me sonríe con

picardía.
—Tal vez. ¿Tienes un beso para mí?
—¡Siempre!
Bajo la cabeza y reclamo su boca. Ahora mi día ha comenzado bien.
***
Ayudo a Ava a descargar su vehículo y ella está ocupada preparando

enormes cajas de donas, pasteles y café para los muchachos. Cuando un par de
ellos empezaron a pasar, Ava les informó, con los ojos entrecerrados, que se
ofendería si no comían algo que ella había preparado. Y después les dijo que si
no les gustaba nada de lo que había traído, les preparaba el desayuno. Ella les
dijo que no iba a ser feliz si decidían irse sin algo en la barriga y pasar el día
montando con el viento y el sol para la caridad. Aquí está abrumada
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preparándose para la barbacoa y, sin embargo, dijo que se tomaría el tiempo para
cocinarles un desayuno para que no estuvieran montando sin algo en la barriga.
La expresión de sus rostros no tiene precio. Primero, parecían cabreados

porque ella intervino y después parecían un poco sorprendidos de que ella se
preocupara lo suficiente por los hombres que ni siquiera tenía que decir lo que
ella dijo. Ellos regresaron a las cajas y cada uno seleccionó algunos dulces y se los
comieron. Noté que Digger, el menos amigable, se acercó a Ava cuando terminó
de comer, habló con ella por un momento y le dio un beso en la sien. Ella le sonrió
cálidamente y la escuché decirle que estuviera a salvo hoy.
—Y esa es solo una de las muchas razones por las que es mejor que no jodas
esto con ella—advierte Petey mientras se acerca cojeando a mi lado.
—Lo sé. No estoy seguro de si hay otra mujer por ahí que pueda manejar
todo esto tan bien como ella. No le teme a un grupo de moteros grandes, ruidosos
y desagradables más de lo que le teme a las zorras del club. De hecho, me
sorprende. No estoy seguro de si la merezco—le respondo.
—No te la mereces. No hay duda de eso y tampoco debes olvidarlo nunca.

Pero como ella no sabe eso, agárrala y sujétala fuerte porque no creo tampoco
que haya muchas como ella—gruñe antes de alejarse.
Cuando llega el momento de salir, camino hacia Ava, la agarro de la mano y

la saco conmigo. Preferiría que viajara conmigo hoy, pero dijo que tenía
demasiado que terminar para montar. Sin embargo, me hizo la promesa que iría
conmigo la próxima vez y me hace cosquillas que le guste tanto montar.
Llegamos a mi moto, me pongo el casco y me dirijo a Ava.
—Tómate un tiempo libre hoy mientras no estamos. Trata que las otras
mujeres te ayuden cuando lo necesites. Cualquier problema con ellas, házmelo
saber cuando regrese y se solucionará. Además, cuando corras a casa para ver
cómo están tus mascotas, trae a Loki contigo. Estará bien corriendo por aquí y le
dará la oportunidad de salir de la casa. Además, aquí tienes una llave de mi
habitación si necesitas un descanso del caos. Última habitación a la izquierda.
Úsala si quieres. Te voy a extrañar hoy, nena. Dame un beso.
Ava se inclina hacia mí y me da su boca. La beso con fuerza e ignoro los gritos
y silbidos de los hombres. Me aparto y la miro a los ojos. Sé que tengo que
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subirme a mi moto y poner en marcha este espectáculo, pero es difícil alejarme

de ella.
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Capítulo 13
-:¦:- Ava -:¦:-
Después de ver a los hombres, algunos con mujeres en la parte trasera de

sus motos, salir en una formación de dos, camino de regreso a la cocina. Solo
tengo unas cinco horas para tener todo listo para la fiesta.
Paso las siguientes dos horas preparando todo y asegurándome de que las
costillas se cocinen lentamente en las grandes parrillas caseras que los hombres
acercaron a la puerta trasera. Tengo las pequeñas piscinas para niños puestas en
las mesas debajo de los toldos y están esperando a que las llenen con hielo y
después ensaladas y otros platos sensibles al calor. El prospecto que quedó atrás
llenó las enormes cisternas de agua con hielo y colocó los barriles en ellos para
que se enfriaran. Tenemos todo bajo control, así que le hago saber que me voy a
casa y que estaré de regreso en treinta minutos.
Me apresuro a casa y dedico un tiempo a cuidar a mis pequeños miembros

peludos, emplumados y con manchas de la familia. Me cambio de ropa por unos
pantalones cortos de mezclilla más bonitos y una camiseta sin mangas de encaje
con espalda deportiva en diferentes tonos de negro. Añado unos pendientes de
plata, unas pulseras de cuero y plata y un collar de cadena de plata. Me pongo
unas lindas sandalias y me arreglo el pelo con un moño menos desordenado.
Reviso los platos de comida y agua de todos y agarro la correa de Loki. Le

doy a Mac una palmadita en la cabeza, un abrazo a Gee y encuentro a Duffy
durmiendo boca abajo en el armario de la ropa blanca con la cabeza colgando
sobre el borde del estante. Recibe un masaje en la barriga, por lo que ni siquiera
se despierta, y llamo a Loki. Él trota y estamos listos para partir.
Regresando a la casa club en mi Camero, estaciono fuera del camino donde

Petey me dijo que estacionara y Loki y yo entramos en la sala principal. Hay
algunas putas del club sentadas bebiendo y coqueteando con el prospecto. Él
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mira hacia arriba y asiente hacia mí, pero las mujeres ignoran deliberadamente
mi existencia.
—¿Dónde está Big Petey?—le pregunto al prospecto.
—Dijo que quería una siesta, así está preparado para esta noche—se ríe el
prospecto.
Eso suena como algo que diría Petey, así que me río y me dirijo hacia las
escaleras.
Camino por el pasillo y uso la llave para entrar en la habitación de Gunner.

Dentro, encuentro a Katey y a otra puta del club hurgando en la cómoda y la
mesa de noche. Ambas levantan la mirada, sorprendidas al ver a alguien en la
puerta. Noto que la cara de Katey está bastante arruinada. Dos ojos morados, una
nariz hinchada y un labio hinchado. La otra chica es muy baja, tiene enormes
tetas falsas y cabello rubio cobrizo con raíces oscuras. Su boca está formando una
perfecta forma de O por el impacto de ser atrapada.
Dejo mi bolso cerca de la puerta y siento a Loki rozar mi muslo. Le paso la

mano por la cabeza.
—¿Hay alguna razón por la que estáis en la habitación de Gunner?—le

pregunto y no muy amablemente.
—No es asunto tuyo, perra—gruñe Katey mientras la rubia parece estar

tratando de encontrar una ruta de escape.
—Una mejor pregunta sería ¿cómo llegaron las dos a la habitación de

Gunner?—le gruño en respuesta.
—Tengo que irme ahora—chilla la rubia mientras intenta pasar a mi lado.
La agarro por el bíceps y detengo su salida. Loki tampoco se aparta de su

camino, pero suelta un gruñido bajo después de escuchar mi tono.
—No irás a ninguna parte, Toots, hasta que me respondas—le digo.
—Mantén la boca cerrada, Marti. No tenemos que responder nada de lo que

pregunte la puta más nueva de Gunner. Ahora sal del camino, perra. Nos vamos
—dice Katey con desprecio.
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Vuelvo mi atención a Marti y le pregunto:
—¿Viste bien la cara de Katey, Marti?
—Eh, sí, lo hice—chilla.
—¿Quieres ver cómo consiguió ese aspecto que está luciendo?—le pregunto
a Marti.
—¡No! ¡No, no, no, no! Ni siquiera quería estar aquí. ¡Pero Katey dijo que
tenía que ayudarla o le diría a Fang que fui yo quien le contagió la clamidia!
—¡Cierra la boca, estúpido coño!—grita Katey, agarrando el otro brazo de

Marti.
—¿Lo contagiaste?—interrogo a Martí.
—Probablemente—responde miserablemente.
La saco de la habitación y le doy un suave empujón por el pasillo mientras le

digo:
—Vete de aquí, Marti. Y sé inteligente. Díselo tú misma y no escuches a Katey

para nada. Ella no va a hacer nada para ayudarte, nunca.
Marti corre por el pasillo con sus tacones de stripper de casi trece centímetros
y su culo saliendo de sus pantalones cortos.
Vuelvo mi atención a Katey y la veo de pie con una sonrisa en el rostro y los
brazos cruzados sobre el pecho.
—¿Por qué tiene que ser así, Katey? Ambas podemos coexistir aquí. No
tenemos que jodernos la una a la otra o tener una pelea como chicas de
secundaria. Gunner está prohibido, por su propia elección, pero hay muchos
otros moteros solteros aquí para elegir—trato de razonar con ella.
—Gunner iba a ser mío—me escupe—. Yo era su favorita hasta que

apareciste. Solo cocina tu maldita comida y regresa a tu pequeño y perfecto
mundo seguro. No puedes manejar la vida del club. No estás hecha para eso y
Gunner se dará cuenta de eso pronto. Se mojará la polla una o dos veces y te
pateará a la acera como a las demás. ¡Así que ahórrate la vergüenza y vete, perra!
La estudio por un momento y me doy cuenta de que realmente cree lo que

dice. Pero se equivoca. Nunca he tenido una pequeña vida segura y perfecta y
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puedo manejar más de lo que ella sabe. Estoy perdiendo el tiempo intentando
razonar con ella.
—Sal. Quédate fuera de la habitación de Gunner—le digo señalando la

puerta con la mano.
Katey se pavonea por la puerta pero se da la vuelta para un último golpe

verbal.
—Me iré ahora, pero quiero que sepas esto. Mientras estás horneando tus
galletas, estaré calentando su cama. Cuando no estés en la casa club, lo estaré yo
y él no podrá resistirse a un coño dispuesto. Él nunca ha tenido que hacerlo así
que, ¿por qué hacerlo ahora? Cuando se canse de su pequeño paseo por el lado
bueno, y se aburra de ti rápidamente, volverá a lo que mejor sabe. ¿Estás de
acuerdo con que te folle a ti y a otra al mismo tiempo? Tríos y cuartetos son lo
suyo. ¿De verdad crees que renunciará a todo eso por una perra remilgada?
Katey se burla de mí y se pavonea hacia la sala principal.
Entro en la habitación, cierro la puerta y me dejo caer en la cama. Loki pone

su cabeza en mi regazo y acaricio su pelaje para consolarme.
A pesar de lo rencorosa que es Katey, sabía exactamente dónde apuntar sus

flechas. Mi mayor preocupación acerca de una relación con Gunner es que no
tengo mucha experiencia y si él renunciará al estilo de vida con el que creció.
Siempre ha tenido mujeres dispuestas dando vueltas por ahí y nunca antes había
tenido que decir que no. ¿Eso significa la perdición para nosotros?
Sé en mi cabeza y en mi corazón que necesito hablar con Gunner sobre esto

antes de salir corriendo. Me ha hecho promesas y tengo que tener fe y confiar en
él para que esto tenga la oportunidad de convertirse en algo. No sería justo para
Gunner creerle a Katey y no darle la oportunidad de demostrar que está
equivocada primero.
Con esos pensamientos en mi cabeza, bajo las escaleras para tener la comida
de la barbacoa lista. No me voy a preocupar por todo lo que Katey dijo hoy. Estoy
decidida a hacer una gran comida al aire libre, pasar una noche increíble y lidiar
con el resto de esa mierda otro día.
***
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Son las 4 de la tarde y puedo oír el rugido de las motos que vienen por la
carretera y entran en el camino de entrada del club. Estoy afuera, Loki acostado
debajo de una mesa cercana a la sombra, girando y revisando la comida que se
está cocinando en las parrillas. Gunner me envió un mensaje de texto hace treinta
minutos y me hizo saber que estaban en camino y que tenían hambre.
Tengo todo acomodado y listo para ser devorado. Tengo bandejas para
repartir en cada una de las mesas de varios aperitivos, bocadillos y todas las
mesas de comida están cargadas con el resto de la comida. Tienen la opción de
un plato completo con muchas opciones o, si aún no tienen hambre, simplemente
pueden comer los aperitivos y los tazones de patatas fritas, salsas, nueces
confitadas y Chex Mix que he colocado en las mesas de picnic.
Veo a Big Petey cojear hasta una silla de jardín cerca de una mesa de picnic y
tomar asiento. Me acerco con un plato lleno de aperitivos y una cerveza para él.
Los toma, sonriéndome.
—Te traeré un plato de comida después de que todos se acomoden—le digo.
—Me mimas, cariño.
—Eso es porque te mereces que te mimen y te adoro, viejo.
Petey se ríe justo cuando las motos comienzan a retroceder hacia los espacios
de estacionamiento disponibles. Veo a Gunner, él se está bajando y se quita el
casco mientras sonríe enormemente en mi dirección. Dios, es hermoso. Y
peligroso para mi corazón.
—Ve a saludar a tu hombre, cariño. Necesita asegurarse de que los demás

sepan que estás prohibida—ordena Petey.
—Todas estas cosas del hombre de las cavernas es agotador—respondo,

riendo mientras camino hacia Gunner.
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110
Capítulo 14
-:¦:- Gunner -:¦:-
Este día no podría haber sido mejor que hasta ahora. Buen tiempo para la
Poker Run. No hace demasiado calor, pero tampoco hay una nube en el cielo. El
viaje fue relajante serpenteando entra las colinas a lo largo de Front Range. Y
saber que regresaría a nuestra casa club y que Ava estaría aquí lo hizo aún mejor.
Y solo por los olores que provienen de la comida debería valer la pena cobrarles
dinero para poder disfrutarla.
Cuando Ava se pone a mi lado, me abalanzo, coloco mis manos debajo de su

trasero y la levanto. Coloca sus manos a los lados de mi cabeza y se inclina para
un beso. Me encanta sentirla en mis brazos y sus labios en los míos. También
espero que todas las pollas que se balancean aquí hoy vean que ella está tomada.
Es mía. Lástima para ellos, pero no voy a compartir.
La dejo en el suelo y ella me mira y me pregunta:
—¿Buen viaje?
—Sí, muñeca. Fue grandioso. Sin embargo, me alegro de estar de vuelta—

contesto tomando su mano en la mía y dirigiéndome hacia las mesas.
—¿Todo va bien aquí hoy?—le pregunto.
—Bastante. Tengo todo listo, pero será mejor que me ocupe de repartir los
aperitivos—dice alejándose y caminando hacia una mesa junto a las parrillas.
Tengo la sensación de que ella no me está contando todo, pero no parece

molesta. Tendré que preguntarle, pero sé que si es algo que la molesta, no se
avergonzará de hablar más tarde. Todos se dirigen directamente a los barriles,
así que yo voy por ese camino.
Veo a Ava colocando bandejas llenas en cada una de las mesas de picnic y
sonriendo a los moteros que están parados apagando su sed. No pasa mucho
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tiempo antes de que tome una cerveza y me siente junto a Petey, que ya tiene su
plato. Tomo un trozo de pechuga de pollo envuelto en tocino y untado en salsa
barbacoa y Petey me golpea la mano mientras saca su plato de mi alcance.
—Consigue tu propia comida, imbécil—dice Petey.
—Demasiado cansado para levantarte, viejo. No seas tan codicioso—me río

de él.
En ese momento, Ava empuja un plato como el de Petey en mi cara y me

dice:
—Aquí está el tuyo. Solo les estoy sirviendo personalmente a vosotros dos,
los demás pueden sacar los suyos de las mesas. Pero deja de intentar robarle a
Petey. No puede moverse tan fácilmente como tú. —Ella me guiña un ojo y se
aleja.
Axel, Pooh, Reno y Fang se acercan para pararse a nuestro alrededor con
bocadillos y cerveza en la mano.
—¿Cómo es que vosotros dos idiotas tienen platos llenos y nosotros tenemos
que caminar hasta las mesas para conseguirlos?—se queja Axel.
—Porque Ava me ama y no te ama a ti, cabeza hueca—se ríe Petey.
Veo a Ava con más bandejas cargadas dirigiéndose hacia otra mesa cuando
es interceptada por Chubs. Él sonríe dulcemente, le dice algo y parpadea y ella
se ríe y le entrega una bandeja entera y continúa su camino. Es una enorme
bandeja de comida, destinada a servir a varias personas.
Chubs se acerca a nosotros con su propia bandeja cargada y dice:
—¡Chubs ama a Ava!
Los hombres se abalanzan sobre su bandeja y se me parte el culo de risa verlo

tratando de salvar su comida de la jauría.
De repente, Chubs comienza a gritar:
—¡Ava! ¡Ava! ¡Ayuda! ¡Avvvaaaaaaaa!
Ava llega y comienza a abofetear las manos de Axel que todavía están
tratando de conseguir la comida de Chubs. Esto es demasiado divertido. Una
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pequeña bomba rubia está golpeando a grandes moteros rudos para salvar a uno
regordete de cabeza rizada.
—¡Bastardos perezosos ladrones, podéis caminar con vuestros pequeños

culos apretados hasta las mesas y conseguirse vuestra maldita comida! Dejen la
comida de Chubs y Petey en paz—exige.
—¡Guau! ¿Y mi comida? —le pregunto.
—Eres lo suficientemente grande como para defenderte—se ríe de mí—.

Petey está lesionado y Chubs es mi mejor amigo.
—Pensé que era tu mejor amigo—dice Axel.
—No, eres mi mejor amiga—dice Ava.
—¡Eso es malvado, Ava! Vete a la mierda—responde Axel con una enorme

sonrisa.
Señalando a Fang, Ava responde sonriendo dulcemente.
—Ni siquiera con su polla te follaría, Axel. —No creo que Ava haya
perdonado a Fang por hacer huir a su mejor decoradora de tartas.
—¡Oye!—gritan Fang y Axel.
Petey, Pooh, Reno y yo nos estamos riendo a carcajadas cuando ella se da la

vuelta y se aleja de nuevo.
***
Todos están alineando a los lados de las mesas que tienen todos los alimentos
de la cena. No puedo creer cuántas opciones hizo Ava. Ni siquiera puedo decidir
qué quiero comer, pero sé que no puede caber todo en mi plato. Supongo que
será necesario más de un viaje.
Ava está parada detrás de la mesa ayudando a la gente y rellenando

cualquier plato que parezca que se está vaciando. Está ocupada y trabajando
duro para asegurarse de que todos obtengan lo que quieren, pero sonríe
enormemente y habla con muchas personas cuando pasan junto a ella.
No escucho más que grandes elogios por la comida y muchos comentarios

sobre Ava. Está atrayendo mucha atención que desearía que no estuviera
recibiendo. Todos los hombres se han dado cuenta enseguida de lo que vi en ella,
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pero ella no lo ve en sí misma. Piensa que es común y corriente, pero no hay nada
común y corriente en Ava. Pero ella confía en poder cocinar y hornear y se
enorgullece de eso. Me encanta verla brillar en su elemento hoy, pero aún deseo
que los hombres no se interesen instantáneamente por ella.
La estoy vigilando de cerca por esas razones. Pero también he notado que ni
una sola puta del club, ni una dama se ha acercado para ayudarla. Por lo general,
las putas no aparecen hasta más tarde, después de que las cosas se pongan
movidas, pero supuse que también querrían una comida decente.
Las damas y las chicas del club se mantienen a distancia cuando tenemos este
tipo de reuniones. Sin embargo, las putas del club no están permitidas cuando se
trata de una comida familiar para los miembros del club. Pero varios de los otros
clubes tienen mujeres con ellos, así que esta noche es una especie de mezcolanza
de mujeres y sus diferentes roles en los clubes.
He comido hasta llenarme y todavía hay alimentos que no pude probar. Me

recosté en una silla con una cerveza al lado de Petey y algunos de los otros
hombres cuando Chubs pasa con su tercer o cuarto plato y salsa bbq untada en
su rostro. Ava camina detrás de él con un plato lleno de postres y se sienta junto
a él en su mesa. Supongo que está cansado de hacer tantos viajes a las líneas de
comida y ella lo está ayudando. Tengo que reírme de esos dos.
En su camino de regreso a las líneas de comida, camina detrás de mí y se

inclina con sus brazos rodeando mi cuello y su rostro junto a mi oreja. Extiendo
la mano y acaricio suavemente su brazo.
—¿Puedo traerte un postre, cariño?—me pregunta en voz baja al oído.
—Todavía no, nena. Ya comí demasiado. Pero si pudieras guardarme un

trozo o dos de tu tarta de frambuesa y de chocolate y de la tarta de mantequilla
de maní, haré que valga la pena—respondo.
—Ya he guardado un par de porciones de todos los postres para que las
comas más tarde o incluso mañana—susurra en mi oído.
Me acerco, pongo mi mano en la parte de atrás de su cabeza y tiro de ella

hacia abajo para un beso. Ella no hace que sea un beso rápido, se toma su tiempo.
Jódeme. Voy a esconder una erección en aproximadamente .08 segundos. Ella se
echa hacia atrás y me da un suave beso en la sien y se va.
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Loki se acerca y se deja caer a mi lado. He notado toda la atención que ha

recibido hoy y, sin embargo, sus ojos no abandonan a menudo a Ava. Ha sido
alimentado con comida de muchas manos, pero su lealtad permanece con ella.
Alboroto su cabeza mientras se desploma de costado junto a mi silla.
—Es un perro hermoso—dice Reno mirando a Loki.
—Sí, lo es. ¿Podrías ser una buena cruza para cualquiera de las hembras que
poseemos? —le pregunto.
—Joder, sería perfecto. Me encantaría sacarle algunos cachorros y ver qué

puedo hacer con ellos. Pero tu mujer se resiste un poco a la idea hasta ahora. Sin
embargo, no puedo culparla por qué lo hace. Quizás puedas hablar con ella.
Después de una buena follada dura, podría ser más amable—se ríe Reno.
Me gusta esa idea, pero no entiendo por qué estaría en contra de tener crías
de Loki. Es un perro espectacular y es de una raza bastante rara, al menos en
estos lugares. El club le pagaría un buen dinero por sus servicios.
Digo mis pensamientos en voz alta y Reno explica.
—Ella no ha dicho que no. Está un poco renuente. Dijo que odia tener más
cachorros cuando hay tantos vagabundos que también pueden ser entrenados. Y
tiene razón en eso. Pero los clientes se preocupan con la raza de los perros que
compran. Es más difícil vender cuando se trata de un perro callejero que cuando
se trata de un perro de raza pura. Pero entiendo lo que está diciendo. Es algo que
me gustaría discutir con el club. Hacemos muchas cosas de caridad para
diferentes organizaciones y mencionó que ella hace lo mismo con los santuarios
de animales y rescates de animales. De ahí es de donde sacó el pájaro, el cerdo y
el gato. La única razón por la que Loki no está castrado es porque no pasó por
una organización de rescate verdadero. Estaba en una mala situación y lo sacó de
ella por su cuenta.
Me doy cuenta de que necesito pasar tiempo con Ava solo para conocernos
y no para desnudarla. Algunos de mis hermanos del club parecen saber más
sobre ella que yo y eso me molesta. Necesitamos algo de tiempo para abrazarnos
y hablar. Mierda, me está saliendo una vagina. Solo pensé en la palabra abrazar.
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115
Capítulo 15
-:¦:- Ava -:¦:-
Después de que todos terminaron de comer, comienzo a levantar los platos

y a limpiar las mesas. Muchos de los hombres me han agradecido y han estado
entusiasmados con la comida. Ha sido mucho trabajo duro, pero esos
comentarios y la gratitud que han mostrado han hecho que valga la pena los
músculos doloridos que tengo.
Cuando las cosas vuelven a estar en orden, coloco bandejas de bocadillos

para entretener a la masa con su cerveza. Veo que Chris y su banda se están
preparando para empezar a tocar, así que agarro algunas cosas para comer y
corro escaleras arriba a la habitación de Gunner.
Me lavo el polvo y la suciedad del día, me tomo mis medicamentos y aplico

la inyección de insulina. Como mi bocadillo y salgo a buscar a Gunner. Ahora
tengo tiempo para disfrutar de estar con él y mis nuevos amigos.
Encuentro a Gunner de pie con varios hombres charlando ociosamente. Me

acerco y él inmediatamente envuelve su brazo alrededor de mí y tira pecho
contra su costado. Envuelvo mis brazos a su alrededor y disfruto de la sensación
de su cuerpo duro.
Miro a los hombres que nos rodean y solo reconozco algunas caras. El
hombre que está justo enfrente de mí me llama la atención. Cutis hispano, cabello
y ojos negros, no demasiado alto, pero más alto que yo. Amplio, musculoso y
hermoso. Pero hay algo en él que no me sienta bien. Tiene un rostro hermoso
pero lo arruina con una mirada dura y fría. Hace que se me erice el pelo de la
nuca y al instante no confío en él.
La mujer parada un poco detrás de él es impresionante. Facciones faciales

perfectas con cejas arqueadas, ojos oscuros y hermosos labios llenos. Tiene
cabellos negros extremadamente largos. Tan largos que le rozan la cintura.
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La estoy mirando, asombrada, mientras ella mira en mi dirección y nuestras

miradas se encuentran. Sonrío y saludo con la mano. Ella sonríe tímidamente y
vuelve a mirar hacia el suelo. Parece incómoda de estar aquí.
En ese momento, Loki se acerca y se apoya en mi pierna. Me agacho para

darle un gran masaje en el cuerpo y escucho un pequeño jadeo. Miro hacia atrás
a la mujer y ella está mirando a Loki.
—Él es amigable. No morderá—le digo en voz baja, sin querer interrumpir a

los hombres—. Puedes acariciarlo si quieres. Su nombre es Loki.
Ella se adelanta y le tiende la mano a Loki para que la olfatee. Él lo hace y

después frota su cabeza contra su mano. Ella sonríe enormemente y es aún más
impresionante que antes.
—Hola, soy Ava—le digo.
—María. ¡Es hermoso! ¿Qué raza de perro es? —dice en voz baja.
Charlamos en voz baja durante unos minutos sobre Loki, la comida al aire
libre y la Poker Run. Ella es amigable pero un poco tímida. Y parece más joven
de lo que aparenta, pero no estoy segura de su edad. Principio de los 20 sería mi
suposición.
—Maria. Tráeme una cerveza—grita el hombre del que ella había estado de
pie detrás.
Al instante deja de charlar a mitad de la frase y camina hacia los barriles.

Estoy un poco sorprendida de lo rápido que ejecutó sus órdenes. Ni siquiera
medio segundo de vacilación.
Me vuelvo hacia Gunner y veo que me está mirando. Como una de esas
miradas de “compórtate”.
Sonrío y le digo que me voy a sentar con Petey un rato y lo miro ferozmente
mientras me alejo. Él solo sonríe un poco y menea la cabeza.
La banda está comenzando y suenan bastante bien esta noche. Me desplomo

en una silla junto a Petey, exhausta de repente.
—¿Estás bien, muñeca?—pregunta Petey.
—Sí. Solo cansada. Ha sido un largo día.
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—Noté que ni una sola mujer en este club se acercó y ayudó. Esa mierda no
pasó desapercibida. Se tratará en la Iglesia esta semana—declara Petey.
—No es gran cosa, Pete. Soy la chica nueva del vecindario. Lo esperaba—
digo con cansancio.
Axel se acerca con una cerveza en una mano y una Coca-Cola light en la otra
que me entrega. Le doy las gracias, sorprendida y un poco conmovida por el
gesto. Le doy un montón de mierda, pero realmente es un buen tipo.
Y entonces lo arruina plantando su musculoso trasero justo en mi regazo,

lanzando sus piernas sobre el brazo del sillón. Lanza su brazo alrededor de mi
cuello y planta un beso húmedo y ruidoso en mi mejilla.
Petey y yo nos echamos a reír de las payasadas de Axel hasta que el sillón
comienza a tambalearse, se rompe y aterrizo de golpe con el peso de Axel
cayendo sobre mí.
Entonces Axel echa la cabeza hacia atrás y se ríe con fuerza.
Él finalmente se aparta de mí, se pone de pie, se inclina y me ayuda a

ponerme de pie. Pooh, no tan amable o inocentemente, se lanza hacia adelante y
comienza a limpiar la suciedad de mis pantalones cortos, culo y piernas. Estoy
tratando de apartar sus manos cuando un fuerte brazo bronceado envuelve mi
cintura, me levanta y me aleja del alcance de Pooh.
Miro hacia arriba para ver una mirada molesta en la cara de Gunner y está
dirigida a Pooh. Supongo que alguien no aprueba la ayuda de Pooh.
Veo a Pooh levantar las manos de una manera apaciguadora mientras

retrocede unos pasos.
Gunner lo mira fijamente por otro momento y después se vuelve hacia mí.
—¿Estás bien, nena?—me dice.
—Sí, estoy bien. Solo estaban bromeando—le digo en voz baja.
—Ustedes dos pueden ir a encender la hoguera—le dice Gunner a Axel y

Pooh.
—Terminaste de trabajar por la noche. ¿Necesitas ir a casa y controlar a las

mascotas?—me dice.
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—Sí. Será mejor que haga un viaje rápido. Vuelvo en treinta minutos—le
informo dándole un suave beso de despedida y llamando a Loki.
***
Vuelvo a la casa club y las cosas no están tan tranquilas como antes. Noto
que la mayoría de las damas se han ido y más putas del club han aparecido
vistiendo muy poco y perdiendo más prendas cuanto más tiempo están aquí.
Veo varias parejas a lo largo de los bordes de la luz de la hoguera y las cosas
se están poniendo caliente entre ellos. Petey tiene una zorra sentada sobre su
pierna buena y se ríe de algo que ella le dice.
Busco a Gunner y lo veo en un grupo de hombres y algunas mujeres más, de

pie un poco lejos de la hoguera, charlando. También me doy cuenta de que está
con una puta del club, Amy, creo que se llama, apoyada en su brazo derecho.
Es una linda pelirroja. No grandiosa, no hermosa, pero más como una

animadora. Cabello castaño corto, nariz respingona y ojos azules. Y ella está
demasiado cerca para mi tranquilidad. Y no lleva suficiente ropa.
Nunca antes había estado celosa, pero siento una sacudida de algo que parece
que podrían ser celos. ¡Uf! No quiero ser una de esas mujeres, pero esto es nuevo
para mí. Estar en una relación que me importa y sentir celos por alguien cerca de
Gunner.
—Sabes, la venganza es una puta—dice una voz ronca cerca de mi oído.
—¿Perdón?—digo volviendo bruscamente la cabeza para ver al hombre que

había visto hablando con Gunner antes. El que Maria estaba parada detrás.
Está demasiado cerca y me sonríe de manera fría y calculadora.
Él asiente con la cabeza hacia Gunner y Amy, que ahora está de pie con el
brazo de Gunner sobre sus hombros.
Siento un destello de celos y enojo hacia ambos. Pero me niego a permitir que
sea visible y a darle a este tipo algo que pueda usar a su favor. Me vuelvo para
mirarlo y descubro que se ha acercado aún más a mí. Puedo sentir su calor
corporal, está muy cerca.
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—Me llamo Javier. Eres Ava. Pregunté. Gunner dio a entender que eras suya,
pero no parece que pertenezcas a nadie ahora. Sin parche de dama. No pareces
una puta del club, pero las apariencias engañan. Eres una presa legítima de
acuerdo con la ley de los moteros.
Antes de que pueda dar un paso atrás, me agarra del brazo por encima del
codo y me empuja hacia él. Me endurezco y trato de dar un paso atrás, pero su
agarre es fuerte.
—Um, necesito que me sueltes como ahora mismo. No soy una presa legítima
para nadie aquí, independientemente de lo que diga la ley de los moteros. Tomo
mis propias decisiones y esto no es lo que quiero, así que por favor suéltame—
digo con firmeza.
—No creo que lo haga, me gustas donde estás—dice en voz baja.
—Tienes que soltarme y hacerlo ahora. No quiero una escena, pero haré una
si es necesario. Además, tienes una mujer. Maria está aquí contigo, ¿recuerdas?
—le recuerdo yo.
—Maria es una puta y conoce su lugar. Que es donde yo le digo que es y me

importa menos una escena de lo que me preocupan los sentimientos de Maria—
responde con su rostro justo en el mío—. Escucha esto, Ava. Tomo lo que quiero,
cuando quiero. Para eso están las perras, pero normalmente no iría tras la mujer
de otro hombre. Pero Gunner está haciendo una fuerte declaración de que no te
está reclamando teniendo una puta colgando encima de él. Así que no eres tan
especial para él como pensabas y eso te convierte en una presa legítima.
Jugaremos un poco por venganza y veremos cómo se siente cuando eres la que
está envuelta alrededor de otro. Yo. Haz lo que te digo y los dos obtendremos
una pequeña venganza esta noche, chica.
Estoy empezando a darme cuenta de que esto no se trata de él y de mí, se

trata de él agitando mierda con Gunner y el club. No quiero ser la causa de una
relación más tensa entre sus clubes, pero parece que Javier me eligió para ser ese
vehículo. ¡Mierda!
Giro mi brazo hacia arriba y lo rodeo con fuerza al mismo tiempo que me
alejo y eso me libera de su agarre. Por un momento pienso en golpearlo, pero
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parece sorprendido de que me haya liberado, así que aprovecho ese momento
para dar un paso más lejos de él.
Cuando estoy fuera de su alcance y preparada por si intenta agarrarme de

nuevo, le digo:
—Si estás empeñado en causar un problema entre los clubes, te sugiero que
lo hables con Gunner. No estoy segura de que hable bien de ti, el que intentes
usar a una mujer para lograr tu objetivo.
Los ojos de Javier disparan dagas mientras da un paso hacia mí, la ira
pintando todo su cuerpo.
—Tengo que estar de acuerdo con Ava, Javier—dice una voz enojada detrás
de mí.
Vex camina a mi lado mientras coloca un brazo frente a mí y me empuja

suavemente más lejos de Javier. Se pone directamente frente al hombre y se miran
con ojos furiosos.
—Ava, ve a sentarte con Pops—ordena a Axel cuando llega al lado de Vex.
No dudo en hacer lo que me ordenó Axel. Encuentro a Petey, ahora sentado

junto a un par de moteros mayores con diferentes parches de club en la espalda,
y me siento con él en la mesa de picnic. Se inclina y me da un beso en la mejilla y
me mira de cerca.
—¿Estás bien, cariño?—pregunta.
—Sí, estoy bien.
Me mira y después sus ojos se desvían y se endurecen instantáneamente. Sigo

sus ojos y veo a Gunner, todavía en el grupo de hombres, y todavía con su brazo
alrededor de Amy. Aparto la mirada al instante.
—No quiere decir nada con eso, bebé—dice Petey.
—Sí, no te preocupes, Petey—le susurro.
Los hombres con los que Petey estaba hablando se inclinan y me dan las
gracias de nuevo por la comida. Empezamos a hablar y mantengo mi atención en
ellos y no en lo que está haciendo Gunner.
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Pasan cinco o diez minutos y Axel y Vex se acercan a nuestra mesa. Ambos
me miran y se ven agraviados.
Axel se agacha junto adonde estoy sentada y coloca su mano encima de la

mía sobre la mesa. Lo miro a los ojos y puedo ver mucha ira en los suyos.
—Cuéntame qué pasó con Javier—ordena Axel.
—Volvía de llevar a Loki a casa y me detuvo cerca de los coches. No pasó

nada, Axel. No me hizo daño. Solo charló un poco y apareció Vex y tú viniste
justo después de eso. Estoy bien. De verdad—le respondo en voz baja.
—¿ Sobre qué charló, Ava?—pregunta Axel con cuidado.
—Um, nada importante en realidad. Sólo una mierda estúpida, Axe.

Simplemente no quería que hubiera una escena, así que me estaba alejando
cuando apareció Vex.
Levanto los ojos a Vex y él todavía se ve irritado. Le modulo un “gracias” y

su rostro se suaviza un poco. Camina hacia nuestro lado de la mesa, pone su
mano en mi nuca y dice en voz baja:
—De nada. En cualquier momento.
—¿Qué dijo Javier, cariño?—corta Petey.
Supongo que no hablamos tan bajo como yo pensaba. No quiero que esto se
convierta en un problema y sé que los hombres no lo tomarán bien. Pero tengo
que confiar en que lo manejarán como mejor les parezca.
—Me dijo que era una presa legítima. Dijo que toma lo que quiere. Que si
jugaba con él, los dos obtendríamos una pequeña recompensa esta noche. Dijo
que Gunner estaba haciendo una declaración de que estoy disponible y no soy
suya al tener una puta colgando de él. Dijo estupideces por las que no vale la
pena meterse en una pelea, así que me alejé de él y me estaba preparando para
patearlo en las partes de hombre o salir corriendo—digo rápidamente en un tono
monótono.
Como si no me hubiera molestado. Como si no me doliera que Gunner me

hubiera puesto en esa posición. Como si no me trajera recuerdos de otra época
en la que fui abrazada por hombres que también tomaban lo que querían.
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Axel se levanta de la posición en cuclillas en la que ha estado y se sienta a mi

lado en la mesa de picnic, frente a mi. Busca en mi rostro por un momento. Vex
se mueve hacia el otro lado de la mesa y hace lo mismo, buscando también en mi
rostro. Todos ellos están mortalmente silenciosos.
—No quiero que esto cause un problema entre los clubes—afirmo con
firmeza—. Y aquí no ha pasado nada.
—Esto no es tu culpa, Ava. Javier estaba buscando crear una escena, causar
una ruptura mayor entre los clubes. Y Gunner le dio la munición dejándote
colgada esta noche. Lo hiciste bien, niña—dice Petey.
—Me hubiera gustado que hubieras pateado a Javier en sus partes de

hombre—masculla Vex.
—Y a Gunner—escupe Axel.
—No, chicos, me negué a permitir que me usara para justificar lo que sea que
esté haciendo y Gunner tendrá que arreglar esto de alguna manera porque es
problema de los clubes, no mío. Ni siquiera entiendo completamente todo este
asunto de “presa legítima” pero sé que no quiero ser parte de eso y no me gusta
que me usen, así que fue mejor que me alejara de allí. Estoy bastante segura de
que Javier no es el tipo de hombre que se lo tomaría a la ligera si lo hubiera
humillado—digo estremeciéndome.
—No, no lo es, se habría puesto feo y habrías quedado atrapada en el medio.

Hiciste lo correcto, Ava—responde Petey.
—Mirad, estoy agotada. Ha sido un día muy largo para mí. Creo que es mejor
que me vaya a casa—digo.
—¿Vas a hablar primero con Gunner?—pregunta Axel.
—¿Y decirle qué? ¿Gracias por no fingir que soy diferente dejando que las
putas se cuelguen de ti toda la noche? ¿Gracias por dejarme colgada y siendo una
presa legítima para tu enemigo? Seh, no, creo que es mejor que me vaya. Es un
tipo grande y puede tomar sus decisiones. No soy su dueña Y él hizo su elección
para esta noche, obviamente, así que yo hago la mía. Mañana la cabeza fría puede
salvar un poco de derramamiento de sangre—digo, de nuevo en un tono
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monótono negándome a que nadie vea lo herida que estoy por las acciones de
Gunner esta noche.
Me levanto y aprieto el hombro de Petey. Acaricia mi mano diciendo adiós.
—Um, ¿podría uno de vosotros acompañarme a mi coche para evitar más

drama esta noche?—pregunto mirando entre Axel y a Vex.
Axel se levanta de inmediato y comenzamos a caminar juntos hacia el

estacionamiento. Después de un momento de caminar, Axel rompe el silencio.
—No tengo ni puta idea de lo que Gunner estaba pensando esta noche, al
dejarla colgarse de él, pero sí sé que le importas muchísimo, Ava.
—Esto es nuevo tanto para Gunner como para mí. No está acostumbrado a
tener límites y mucho menos cuáles cruzar y cuáles no. Probablemente esté
cometiendo un gran error, pero le voy a conceder el beneficio de la duda por
ahora—respondo en voz baja.
—Dios, joder Ava, eres demasiado buena para nosotros—gime Axel.
—Oh, no se la va a llevar gratis y fácil. Le romperé las pelotas y después

veremos cómo van las cosas a partir de ahí—le sonrío cuando llegamos a mi
coche.
—Quiero conducir este auto, Ava. ¡Tienes que dejarme conducir este coche!
—se queja Axel mientras pasa la mano por el capó.
—¿Por qué tengo que dejarte conducir mi coche?—pregunto.
—¡Porque eso es lo que hacen las pequeñas hermanas por sus grandes y
rudos hermanos moteros!
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Capítulo 16
-:¦:- Gunner -:¦:-
Esta ha sido la mejor comida al aire libre que hemos hecho aquí en la casa
club. Aparte de un poco de tensión y algunas palabras con Javier antes, todo ha
ido bien. Todo el mundo ha estado entusiasmado con la comida que sirvió Ava.
Las bandas están tocando y he estado con un grupo de hombres que conozco
de algunos otros clubes desde hace un tiempo. Hemos tenido un debate un poco
ruidoso sobre la mejor moto de paseo fabricada por Harley Davidson. Todos
tienen su propia opinión y éste es un viejo debate, pero aún así, divertido.
Sé que he bebido mucho más de lo que debería, pero tengo un gran mareo y
buenos hombres con quienes discutir y me estoy divirtiendo. De repente me doy
cuenta de que no he visto a Ava en un rato. Miro alrededor del área de la fogata
y tampoco veo ninguna señal de ella, pero hago contacto visual con Petey y él me
está fulminando con la mirada y estoy un poco desconcertado.
Necesito averiguar por qué, así que me suelto de quienquiera que me esté
agarrando y me doy cuenta con un sobresalto de que es Amy y está acurrucada
con fuerza y yo tengo el brazo alrededor de sus hombros. ¡Qué carajo! ¿De dónde
apareció ella?
¡Jódeme! No estaba prestando atención y ella debe haberse deslizado debajo

de mi brazo y siendo un idiota, y un maldito borracho, no me di cuenta. Ahora
comprendo la mirada furiosa de Petey.
Nuevamente, esto es malo.
Me alejo de Amy, la miro mientras ella me sonríe y me alejo en busca de Ava.

Debe estar dentro porque no está en ninguna parte alrededor de la fogata. Saco
el teléfono y le envío un mensaje de texto.
Yo: ¿Dónde estás?
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Espero un par de minutos pero ella todavía no responde, así que me dirijo a
la cocina. Ava no está. Solo un tipo follándose a una puta en la mesa de trabajo
mientras otra chica está agachada detrás de él chupando sus bolas.
Dios, Ava se enfurecería si viera lo que estaba pasando en la mesa en la que

ha pasado tanto tiempo esta semana. Me dirijo a la sala principal y todavía no la
veo por ningún lado. Mi teléfono vibra en ese momento.
Ava: En casa
¡Oh, jódeme! Ahora me pregunto si vio a Amy acurrucada a mi lado y se fue

enojada o si pasó algo más. Y casi tengo miedo de preguntarle.
Yo: ¿Por qué?
Ava: Estoy cansada y te veías feliz donde estabas así que me fui
¡Oh, mierda! ¿Qué debo hacer? Esto es muy malo y tengo una sensación
extraña en mi estómago. Casi dolorosa. ¿Qué carajo hago?
Ava: Deja de preguntarte qué decir a eso, ve a disfrutar de tu fiesta.
Yo: ¿te quedaste en casa después de ocuparte de las mascotas?
¡Oh, por favor Dios que sea una respuesta afirmativa! Quizás no regresó y
nunca vio nada.
Ava: no, volví y me fui de nuevo, ahora vete.
¡Oh, bolas de mierda del infierno! La he cagado y ella está cabreada. Y

todavía estoy demasiado borracho para ser inteligente con esto.
Yo: Si estás enojada, dilo
Ava: Estoy enojada. Estoy tan enojada que estoy escribiendo formas de castrarte
lentamente. Ninguna es bonita y tampoco lo serán tus bolas cuando termine. ¿Feliz?
¡Ahora vete a la mierda!
Yo: Ava, bebé, estoy borracho y soy un estúpido. ¿Puedo llamar?
Sin respuesta. Todavía no hay respuesta cinco minutos después. Entonces,

siendo un idiota, trato de llamarla y va directamente al buzón de voz. Debe haber
apagado el teléfono. Aún siendo estúpido, dejo un mensaje.
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Ava, bebé. Lo siento. Bebí mucho. Ojalá estuvieras aquí, mañana me arrastraré como
es debido. Gracias por todo lo que hiciste hoy. Descansa un poco, cariño y llámame cuando
te despiertes.
Cuelgo y me pregunto si sería más fácil suicidarme esta noche o esperar y

ver qué tiene en mente para mí. ¡Mierda!
***
Me despierto, más tarde de lo normal, con la cabeza palpitante y una

sensación de malestar en el estómago. No es una sensación de “bebí demasiado”
sino una de “jodí algo bueno”. Me ducho, me visto y bajo a la cocina para tomar
una taza de café, ibuprofeno, y espero que Ava también esté allí.
Mientras camino por la sala principal, veo que está totalmente destrozada.
Hay latas de cerveza, botellas y vasos por todas partes. Algunas personas
desnudas o semidesnudas están tumbadas en los sofás y sillones y una pareja
duerme sobre una mesa de billar. El culo desnudo del hombre sobresaliendo y
no es un buen espectáculo para ver a cualquier hora del día.
Entro a la cocina y veo a Axel, Vex y Chubs sentados en una mesa,

afortunadamente no la que se estaba usando anoche, tomando café y comiendo
los postres sobrantes. Pooh me levanta la barbilla, pero los otros dos ni siquiera
levantan la vista de sus platos.
Un prospecto entra y le digo:
—Comienza a despertar a la gente y diles que es hora de irse. Tienen una

hora para largarse. Tenemos Iglesia hoy a las 11:00 y ningún no miembro necesita
estar en el terreno para entonces.
Asiente y entra en la sala principal. Puedo escucharlo decirle a la gente que

es hora de irse.
Me siento a la mesa frente a Axel y bebo mi café. Sin embargo, mi estómago

aún no está listo para comer. Tomo algunos ibuprofenos y los trago.
—¿Todos lo pasaron bien anoche?—les pregunto.
Chubs levanta la mirada y asiente con la cabeza. Luego se sumerge de nuevo

en los dos platos grandes de postres que tiene frente a él.
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Ni Axel ni Vex responden. Raro. Ninguno de los dos suele ser tan callado y
suelen estar hablando. Probablemente una resaca.
Llegan algunos hermanos más y toman tazas de café. Reviso mi teléfono

varias veces pero no tengo mensajes de Ava. Sé que esta sensación de vacío en
mi estómago se debe a que la cagué y no sé si herí sus sentimientos o simplemente
la cabreé. Ninguna de las dos opciones es buena, pero me sentiré mejor una vez
que pueda verla y humillarme.
Mi teléfono vibra y lo agarro esperando un mensaje de Ava.
Javier: Buena comida anoche. Ava es espectacular. Tendré un ojo sobre ella ya que
está libre. Gracias por la oportunidad.
¿Qué carajo? ¡Siento mi sangre hirviendo con ese maldito pedazo de mierda!
Yo: No está libre. Es mía. ¡Mantente alejado de ella!
Javier: Anoche tuvimos una agradable charla. Lástima que tus hombres interfirieran
o habría sido más que una charla.
Yo: ¡Vete a la mierda Javier! No presiones esta mierda.
¿De qué carajo está hablando? ¿Cuándo tuvo la oportunidad de acercarse lo

suficiente a Ava para charlar? ¿Mis hombres interfirieron? ¿Interfirieron en qué?
¡¿Y por qué diablos nadie me ha dicho una mierda sobre esto?!
—¡Iglesia! ¡Ahora!—grito a los hombres en la cocina. Luego lo repito en la

sala principal.
Veo a Axel y Vex levantarse, llenar sus tazas de café y dirigirse hacia la sala
que usamos como sala de reuniones de la Iglesia. Todavía sin decir una palabra.
Le digo al prospecto que se asegure de que todos los miembros estén en la

Iglesia en cinco minutos y él corre hacia las escaleras para tocar puertas.
Me abro paso a través de la puerta de la sala de reuniones y me sorprende

ver a Big Petey ya sentado a la mesa. No dice una palabra, pero me mira a los
ojos. Y se ve cabreado.
Solo los oficiales asisten a la Iglesia a menos que sea una reunión de todos los
miembros por alguna razón y entonces todos vienen y los prospectos se quedan
vigilando la puerta principal. Hoy es una reunión de todos los miembros como
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decidimos la semana pasada. Por lo general, tenemos una de estas después de

una Poker Run o un evento de caridad de algún tipo y hablamos sobre cómo
fueron las cosas y qué podríamos hacer mejor la próxima vez. Aún así no se
permiten prospectos.
—Hola, Petey—lo saludo.
—Hola, presidente—me responde.
Ok, él tiene un comportamiento insolente hoy y estoy bastante seguro de

saber por qué. Suspiro. Ser el Prez puede ser un verdadero dolor en el culo a
veces.
—Mira, la cagué. Sé que lo hice y ya he empezado a intentar arreglar la

mierda con Ava. La pelota está en su campo ahora—le digo.
—No sabes ni la mitad de eso y espero que te patee—se queja él.
—¿Qué es lo que no sé?—exijo.
Petey se salva de cualquier comentario imbécil que estaba a punto de hacer

cuando los hombres comenzaron a entrar en fila en la habitación y a tomar
asientos esparcidos alrededor de la mesa y contra las paredes.
—Está bien, todos, cálmense—grito, golpeando el mazo.
La habitación se calma instantáneamente.
—Lo primero es lo primero, ¿cómo piensan todos que fue la Poker Run y la
barbacoa? ¿Hay algo que necesitemos cambiar o mejorar?—pregunto mirando
alrededor de la habitación.
Hay varios comentarios sobre lo buena que estuvo la comida, lo suave que
fue todo con Ava a cargo de la barbacoa y varios comentarios de elogio para ella.
Algunos comentaron sobre la Poker Run y la ruta que se había planeado para el
viaje.
—¿Algún problema que debamos discutir?—pregunto sabiendo que esta era

la oportunidad que Petey estaba esperando y tengo razón.
—Sí. Tengo una. Javier, presidente de The Banditos, arrinconó a Ava anoche,
le puso las manos encima y trató de usarla para iniciar una pelea entre clubes.
Ella…
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—¿Le puso las malditas manos encima? —rujo.
—Ella entendió de inmediato lo que estaba tratando de hacer y usó su cabeza

y no le dio la oportunidad que quería. Pero el hecho es que intentó jugar e
intimidar a una mujer a la que este club prometió su protección. Nos hace parecer
débiles, no podemos proteger a nuestras propias mujeres—continúa Petey
ignorando completamente mi interrupción.
—Está jugando un juego peligroso—escupe Trigger.
—¿Cómo se escapó de él? ¿Ella lo golpeó? —ladro yo.
—No, pero ella lo pensó. Yo intervine, pero Ava ya se había soltado de su

agarre cuando llegué allí—dice Vex.
—Llegué allí y le dije a Ava que se fuera a sentar con Pops—agrega Axel—.
Hablamos con Javier y le informamos que era hora de que él y los suyos se fueran
de la propiedad del club. Que habían dejado de ser bienvenidos.
—¿La enviaste a tu padre y no a mí?—lo cuestiono—. ¿Hay alguna razón

para eso, Axel?
—Sí, Prez. Yo esperaba que ella no te hubiese visto con una puta colgando y
la envié con mi padre para que no te viera. Para que ella no viese lo que vio Javier
y tratase de retorcerlo para adaptarlo a sus necesidades—responde Axel sin
inflexión en la voz, pero torbellinos en el fondo de sus ojos.
—¡El club y los hermanos primero, luego las perras!—se ríe Fang.
Estúpidamente.
—¡Cierra la puta boca, Fang!—ladra Petey—. Le estaba haciendo un gran

favor al club y se ha roto el culo trabajando para que nos superáramos y el club
se vea bien. Y la decepcionamos al no mantenerla a salvo. Pudo haberla lastimado
o, peor aún, haberla follado. Ella significa algo, o pensé que lo hacía, para nuestro
presidente, pero definitivamente para mí, sí significa. Y quiero saber por qué
Javier quiere una guerra entre nuestros clubes. Y hasta dónde llegará para
conseguir una.
Varios de los hombres comienzan a hablar y a discutir los motivos de Javier,

están hablando entre ellos, compartiendo teorías y pensamientos. Escucho con
media oreja pero creo que sé la respuesta.
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—Ok, muchachos. Cálmense. Durante las patrullas de la semana pasada,

encontramos dos traficantes vendiendo en nuestro territorio. Ambos se remontan
a ser simpatizantes de Banditos. Estoy bastante seguro de que Javier quiere más
territorio o al menos algún tipo de acuerdo para vender en el nuestro. Nos ha
estado presionando durante un tiempo. Necesitamos estar más atentos a nuestro
territorio, enviar mensajes más duros cuando somos invadidos. ¿De acuerdo?—
pregunto.
Varios murmullos de seh y algunos malditos sí escuchan.
***
Es tarde, mucho después de que terminara la Iglesia, y todavía no he recibido

nada de Ava. Sin llamadas, sin mensajes de texto. Tomo el teléfono y le envío un
mensaje de texto.
Yo: ¿Estás en casa?
Han pasado unos minutos cuando Ava responde.
Ava: sí
Yo: Quiero verte.
Ava: Estoy exhausta. Simplemente tomando un día de descanso con las mascotas. Lo
siento.
Yo: Puedo llevar la cena. Ver una película. Holgazanear contigo.
Ava: No estoy segura de si quiero hacerte daño todavía o no.
Yo: Merezco lo que decidas.
Ava: No dirías eso si supieras algunos de mis pensamientos
Yo: ¿Estaremos bien nuevamente?
Ava: Probablemente. Tal vez. La confianza no es algo que me sea fácil de dar y tú no
lo hiciste más fácil. Necesito un día para pensar.
Yo: Era un idiota borracho. No volverá a suceder. Promesa.
Ava: Te llamaré mañana. ¿Entonces quizás cenar?
Yo: ok, cariño. Te extraño.
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Ava: Yo también te extraño
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Capítulo 17
-:¦:- Ava -:¦:-
No estoy segura de por qué estoy tan molesta. Gunner no estaba haciendo
nada tan malo. Pero se veía mal y por eso, me puso en una situación difícil con el
presidente de un club rival. Ser una puta del club lo empeoraba. Si hubiera sido
una hermana de un miembro del club o una amiga de Gunner, no habría pensado
nada de eso. Lo que sea. Estoy cansada de pensar en todo eso.
Así que decidí que hoy es un día sin hacer nada más que estar con mis bebés.
En este momento estoy en pijama, una linda camiseta rosa con tirantes de satén
y pantalones cortos a juego. Estoy acostada en el sofá viendo Game of Thrones.
No puedo evitar comparar a Drogo con Gunner. Muchas similitudes, solo que
Gunner es más alto. Mmm
Loki está dormido cerca de la puerta corrediza, Mac está sentado en su

percha cerca del final del sofá, Gee está durmiendo en su pequeña cama junto al
televisor y, por supuesto, Duffy está inconsciente de espaldas entre mis piernas
y el respaldo del sofá.
Hoy ninguno de nosotros tiene muchas pretensiones. Me agoté haciendo la

comida al aire libre para el club y manteniendo la pastelería en funcionamiento
al mismo tiempo. Trudy lo hizo posible y estoy pensando en darle más
responsabilidades y un aumento.
Escucho una Harley que viene por el camino y supongo que es Petey
regresando a casa antes de recordar que todavía está enyesado. La curiosidad se
apodera de mí y me inclino y miro por la ventana detrás del sofá que da a la calle.
La moto se ralentiza y, al principio, no reconozco al motero. El shock y la

preocupación me atraviesan cuando me doy cuenta de que el motero es Javier y
está mirando mi casa mientras pasa muy lentamente. Hay otras dos motos detrás
de él.
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Agarro el teléfono y me levanto del sofá después de que hayan pasado. Corro
las cortinas y troto hasta mi habitación para vestirme, pero escucho que las motos
regresan, así que me escabullo a la habitación de las mascotas para mirar por la
ventana desde detrás de las cortinas.
Javier y sus hombres vuelven a ir muy despacio a medida que pasan.
Esto no está bien.
Desbloqueo la pantalla del teléfono. Axel y yo nos habíamos estado enviando

mensajes de texto después de los de Gunner y mi pantalla se abre en nuestra
conversación. Pulso llamar.
—Hola, Ava—responde.
—Javier está conduciendo arriba y abajo por mi calle mirando fijamente mi

casa. Está con otros dos tipos y tengo todas las puertas trabadas—le digo
apurada.
—¿Tienes un arma?—pregunta con urgencia.
—No, pero he practicado con cuchillos antes.
—Consigue uno, mantén a Loki y el teléfono contigo y mantente alejada de

las ventanas—me instruye—. Voy en camino.
—¡Ten cuidado!—le ordeno pero ya cortó la llamada
Escucho las tres motos ir y venir por mi casa varias veces. Después nada más
durante un par de minutos y luego el rugido de las motos.
Me asomo y veo a Axel, Vex, Chubs y Gunner entrando en mi camino. Abro

la puerta justo cuando llegan y pasan junto a mi y a Loki y entran en la casa.
—¿Los viste?—pregunto a pesar de que deben haberlos encontrado unas

calles más allá.
—Sí, los encontramos en la calle. Continuaron hacia su territorio—responde

Gunner.
—Así que ellos solo querían que supiera que saben dónde vivo. Una amenaza
no tan sutil—digo.
—Eso es lo que parece ser—gruñe Gunner.
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—Así que mi llamada a Axel les dio exactamente lo que querían. ¡Maldición!
No debería haber llamado. No estaban haciendo nada ilegal o amenazante—me
quejo.
—No, Ava. Hiciste lo correcto—discrepa Axel.
—En realidad, me pregunto por qué llamaste a Axel. ¡Tu primera llamada
debería haber sido para mí!—exige Gunner. Se ve tan enojado como suena.
—Nos habíamos estado enviando mensajes de texto, así que su información

de contacto fue lo primero que vi cuando desbloqueé el teléfono. ¿Debería
haberme tomado el tiempo para encontrar “Dios” en mis contactos? ¿O
simplemente presionar llamar y ahorrar tiempo, Gunner?—le pregunto
sarcásticamente, con las manos en las caderas.
¿Eh? Supongo que todavía estoy un poco enojada con él.
Me mira fieramente mientras yo le devuelvo la mirada.
—Hola, Gunner. Gunner malo—dice Mac desde el final de la encimera donde

aparece de repente. Levanta el ala como si estuviera saludando.
Las cabezas de todos se vuelven hacia Mac.
—Gunner está en problemaaaaassssss—grita Mac.
—¡Santa Mierda! ¿Ese es tu pájaro? —exclama Vex.
—Soy un guacamayo—afirma Mac con orgullo.
—Bonito pájaro—dice Vex.
—Bonito chico motero—responde Mac.
El comentario de Mac rompe la tensión y todos se ríen.
Chubs viene caminando hasta el otro lado de la encimera con uno de mis
costosos soportes de cristal para tartas y un tenedor. Al pastel de chocolate y
ganache le faltan bocados enormes. Chubs ahora luce chocolate alrededor de su
boca.
—Eh, Chubs, tengo platos si los necesitas.
—No, estoy bien así Ava—responde mientras continúa comiendo

directamente de la bandeja.
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—¿Quién es quién, mamá?—pregunta Mac.
Hago las presentaciones con Mac saludando a cada hombre.
—Mira Ava, no puedes quedarte aquí con Javier sabiendo dónde vives y
nosotros sin saber qué va a hacer—dice Axel.
—Si él fuera a hacer algo al respecto, ¿no lo habría hecho ya?—le pregunto—
. Debe haber querido que supierais que lo sabía. ¿O tal vez quería ver si llamaba
y vendríais? Probando cosas. Haciendo un plan basado en vuestras reacciones.
—No lo sé. No puedo arriesgarme a que regrese. Busca un bolso, cariño. Vas
a volver a la casa club con nosotros—ordena Gunner—. ¡Y maldición ponte algo
de ropa, mujer!—agrega mientras ambos notamos a Vex mirando mis tetas.
—No he decidido aún si estoy hablando contigo. No estoy tan interesada en

estar atrapada contigo hasta que lo decida—replico cruzando los brazos sobre mi
pecho.
—Puedes quedarte conmigo, Sugar Tits(Tetas Dulces)—se ofrece Axel. Ese

es su último nombre para mí. No, no estoy impresionada.
—¡Y una mierda puede! Tu decisión ha sido tomada Ava. Me estás hablando
y estás viniendo a la casa club hasta que tengamos una lectura de lo que está
haciendo Javier. Puedes estar enojada conmigo allí en lugar de aquí. Prepara un
bolso para ti y las mascotas. Hazlo ahora mismo—grita Gunner.
Puedo ver la lógica detrás de ir a la casa club, pero no estoy seguro de querer
la dicha de ver a Gunner y las putas del club volver a ponerse amistosos. Sin
embargo, si eso sucede, puedo largarme o puedo ir a lo de Petey.
—No me ladres órdenes, Gunner. No tengo ningún problema en quedarme

con Axel si crees que me vas a dar órdenes. Entonces, dicho esto, se supone que
debo trabajar mañana. ¿Estarán bien las mascotas en la casa club o tengo que
traerlas aquí por la mañana?—le pregunto.
—Te los cuidaré mañana, Ava. Es mi día libre y pueden estar conmigo—
ofrece Chubs.
—Está bien, déjame juntar algunas cosas. Vex, ¿podrías agarrar el transportín
para perros que está en el garaje y ponerlo en la parte trasera de la camioneta por
mí? ¿Y la bolsa de comida para perros también? —le pregunto.
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—No hay problema—dice Vex moviéndose hacia la puerta del garaje que
está fuera de mi cuarto de lavado.
Me dirijo al dormitorio de las mascotas y empiezo a empacar las cosas que

necesitan en un par de bolsas de lona. No necesito una jaula para Mac. Por lo
general, no usa una de todos modos a pesar de que tiene un par.
Una vez que las mascotas están listas, entro en mi habitación, me visto y
recojo un par de mudas de ropa, cosas de baño y medicamentos. Agarro una
hielera pequeña que a veces llevo para mi insulina y la guardo en mi bolso.
Llevo todo a la cocina y los hombres comienzan a llevarlas a la camioneta

mientras reúno algunas bolsas de hielo y las guardo en la nevera. Hago las rondas
y me aseguro de que todas las puertas y ventanas estén cerradas, entonces llamo
a Loki y Gee. Me siguen al garaje y veo a los hombres parados en la parte trasera
de la camioneta. Lanzo mi bolso dentro del vehículo y abro la puerta trasera del
lado del conductor y le hago un gesto a Loki. Salta, se mueve hacia el otro lado y
se sienta. A continuación, levanto a Gee y lo pongo en el asiento también.
—Hemos estado esperando a ver cómo ibas a ubicar a Loki en este porta
mascota, Ava—sonríe Vex.
—Eso es para Duffy. No viaja tan bien como los demás y le gusta sentarse en
mi regazo cuando conduzco, así que lo pongo en el porta mascota. Vuelvo
enseguida —les digo.
Me doy la vuelta, veo a Mac en la puerta, lo levanto y lo coloco en el tablero

entre los asientos delanteros. Le encanta poder verlo todo.
Regreso a la casa, localizo a Duffy y lo recojo. Es un niño corpulento que pesa

alrededor de veintidós kilos aproximadamente. No tengo idea de qué tipo de
gato es, pero es anormalmente grande. Lo coloco sobre mi cadera, como si fuera
un bebé, y bloqueo y cierro la puerta con la otra mano.
Cuando llego a la parte trasera de la camioneta, veo que cuatro pares de cejas
miran a Duffy. Intento ponerlo en el porta mascota, pero se empuja hacia atrás
tratando de quedarse fuera. Tengo que usar un poco de músculo para meterlo y
cerrar la puerta.
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Antes de que pueda apartar mi mano, una gruesa y peluda garra gris
atraviesa la puerta y golpea mi mano. Y escucho un gruñido. Este no es mi primer
rodeo con Duffy, así que me alejo de su alcance y cierro la parte trasera de la
camioneta.
—¡¿Eso era un gato?!—pregunta Axel, sus cejas casi hasta el nacimiento de

su cabello inexistente.
—Sí, ese era Duffy. Es un poco fornido pero no juzgamos—le respondo.
—¿Qué raza de gato es de ese tamaño?—continúa cuestionando.
—BFC—responde Chubs antes de que yo pueda.
—¿BFC? ¿Qué es eso?
—Big Fucking Cat4—responde Chubs con una sonrisa.
***
Al entrar en la casa club con los hombres y las mascotas, veo que está bastante
lleno de tipos holgazaneando viendo un partido en la pantalla plana, algunas
chicas del club jugando al billar con ridículos tacones de stripper y otros hombres
y mujeres sentados en el bar. Todos los ojos se vuelven hacia nosotros cuando
nuestro extraño equipo entra por la puerta.
Llevo a Duffy, todavía como un bebé en mi cadera, mientras Mac cabalga

sobre el hombro de Chubs y silba la melodía de Andy Griffith. Loki y Gee están
siguiendo al resto de los hombres. Loki se dirige directamente a la silla en la que
está Reno y Gee comienza a correr en pequeños círculos saltando como un cerdo
loco. Gruñendo y resoplando. Él es instantáneamente el centro de atención y
varios se ríen de sus payasadas.
Gunner me guía hacia la barra y con gratitud dejo a Duffy en el suelo y tomo
asiento. Mac se aleja del hombro de Chubs y aterriza en la barra. Inmediatamente
ve los maníes sin cáscara en un tazón y se sirve.
Como si todo eso no fuera suficiente con lo que lidiar, veo a Amy como
camarera. ¡Uf! Se acerca toda sonrisas a Gunner y le pregunta qué le gustaría
4
Big Fucking Cat. Jodido Gato Grande.
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tomar con un guiño. Coqueta, por supuesto. No estoy segura de si este día podría
empeorar.
Petey está unos asientos más allá y Mac camina en esa dirección agitando un
ala y chillando:
—¡Hola, Petey! ¡Hola, Petey!—mientras Gunner pide una cerveza y una

Coca-Cola light y Amy se va a buscar las bebidas.
Amy regresa, nos desliza nuestras bebidas y se mueve por la barra para
pararse frente a Mac y Petey.
—Qué pájaro tan bonito eres—dice efusivamente.
—Sí—responde Mac.
Todo el mundo se está riendo de la falta de modestia de Mac. A Amy

aparentemente le gusta la atención tanto como a Mac, ya que sigue
preocupándose por él.
—¡Podría comerte! ¡Eres un pájaro tan bonito!
—Lo soy—grita Mac pavoneándose arriba y abajo de la barra.
Me vuelvo hacia Gunner. Él está parado detrás y a mi lado y tiene su mano

en mi espalda baja. Cuando lo miro, se pone entre mis rodillas abiertas y baja la
frente para descansar sobre la mía y dice en voz baja:
—Siento lo de anoche—.
—Yo también. Quería pasar un tiempo contigo. Llegar a conocerte mejor,

pero después la mierda se nos fue de las manos—respondo con la misma
tranquilidad.
Toma un lado de mi cara y acerca sus labios a los míos rozando mi boca
suavemente.
—Lo haremos esta noche. Solo nosotros, en mi casa, con las mascotas.
Tendremos una noche tranquila, ¿no?
—Suena perfecto, bebé—le susurro.
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—Oye, Gunner, quería darte las gracias por lo de anoche—interrumpe Amy

inclinada sobre la barra con los brazos empujando sus tetas hacia arriba y casi
fuera de su camiseta sin mangas. Sonríe seductoramente a Gunner.
—Retrocede, puta, estamos teniendo una conversación aquí—la corto.
—¡Vete a la mierda, perra! Es soltero y puede follar con quien quiera y no

eras tú anoche—me escupe.
—No eras tú tampoco, Amy. Y lo sabes. Ve al otro extremo de la barra o sal

de la propiedad—gruñe Gunner.
Lanzándome una mirada desagradable, vuelve a bajar por la barra. Miro de

nuevo a Gunner. No estoy feliz de tener esta mierda en mi cara y no lo haría si él
no hubiera estado tan despistado anoche.
—¿Así será siempre? Estamos intentando algo juntos y tengo que aguantar a
las putas del club sabiendo dónde pasaste la noche y yo no. Porque no estoy de
acuerdo con eso. Ningún hombre merece que tenga que luchar por su atención—
le digo a Gunner.
—Joder, no. Yo tampoco lo quiero así. Solo tienes que soportar la mierda que
te arrojarán hasta que se den cuenta de que no vas a irte a ninguna parte.
Entonces pasarán a causar otro drama. Lo prometo, cariño. Aguanta un poco más
por mí. Por nosotros. Yo también haré mi parte, pero no se irán de la noche a la
mañana—responde Gunner.
Suspiro para mí. Uf. Él tiene razón. Nada que valga la pena tener es fácil y
vale la pena mantenerse firme por él.
—Está bien, cariño—le digo apoyando la cabeza en su pecho.
Tenemos un momento de paz antes de escuchar la voz molesta de Amy.
—¡Pájaro bonito! ¿Quieres una galleta? ¿Polly quiere una galleta? —le dice
Amy repetidamente a Mac mientras se inclina cerca de su cara. Gran error.
—¿Polly quiere una galleta?—repite ella.
—¿Puta quieres una polla?—le responde Mac instantáneamente.
Veo a Petey escupir un trago de cerveza a través de la barra y Axel se pierde

y comienza a aullar de risa.
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Entonces veo a Mac arrojándole cáscaras de maní a Amy.
—¡Tú repugnante pájaro! ¡Para eso! ¡Ahora!—chilla Amy.
Mac le arroja otro antes de que pueda decir o hacer nada. Cuando me pongo
de pie para recuperar a mi travieso pájaro, golpea a Mac en la cabeza. ¡Duro!
¡Oh diablos, no!
Empujo a Gunner en dirección a Amy cuando veo a Petey levantar a Mac y

abrazarlo. Justo cuando llego al final de la barra donde puedo rodearla para darle
una paliza a Amy, veo una mancha borrosa que pasa a mi lado. Lo siguiente que
veo es que las patas delanteras de Loki golpean a Amy en el pecho a toda
velocidad y ella cae con fuerza sobre su espalda. Él la tiene presionada contra el
suelo, con sus ochenta y cinco kilos, las patas en el pecho, su cara gruñendo a un
centímetro de la de ella, aterrorizada.
Me detengo, me apoyo en el extremo de la barra y disfruto de su terror. Todos

se apresuran a ver qué va a pasar y siento que Gunner se aprieta detrás de mí.
Axel todavía está aullando de risa cuando miro a Petey y a Mac.
—¿Estás bien, Mac?—le pregunto.
—Sí, mamá. ¡La puta me golpeó!—responde él.
—Lo siento, Mac—me compadezco.
—¡Loki cómete a la puta!—grita Mac.
Miro hacia Amy, que ahora está llorando y suplicando, y veo que Loki no ha
cambiado de posición excepto que ahora su nariz toca la de ella y sigue gruñendo.
Su baba le está goteando en la cara y ella está demasiado asustada para
limpiársela. Estoy tan enojada que estoy vibrando, pero tengo que admitir que es
divertido ver a Loki en su mejor momento.
—¡ Loki comete a la puta!—grita Mac de nuevo.
Loki gruñe más fuerte.
—¿Vas a llamarlo, bebé?—pregunta Gunner con una sonrisa en su voz.
—No hasta que se orine encima—le respondo.
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Escucho algunas risas. Supongo que los tipos no están tan molestos porque
una de sus dispuestas putas esté siendo aterrorizada por un perro enorme. La
mayoría son amantes de los animales y lo más probable es que sientan lo que les
espera.
—Méate puta— grita Mac—. ¡Méate puta! ¡Méate putaaaaaa!
—Loki, tráemela—le digo dando unos pasos hacia atrás desde el final de la
barra.
Loki instantáneamente agarra sus pantalones cortos de mezclilla y cinturón

y la arrastra desde detrás de la barra hasta mis pies. Amy grita y agita los brazos
tratando de agarrarse a algo, pero Loki es mucho más fuerte que ella.
Me agacho junto a su cabeza y Loki la suelta, pero no deja de gruñirle.
—Si alguna vez pones otra mano sobre alguna de mis mascotas, no lo
llamaré. Me iré y dejaré que te mutile todo el tiempo que él quiera. No los mires,
no les hables y nunca, nunca jamás, vuelvas a tocar uno de ellos. ¿Soy claro?
—S-sí—balbucea.
La miro por un largo momento y entonces me paro y le hago una señal a Loki
para que se aleje. Lo hace y viene a mi lado pero su pelo todavía está erizado. ¡Mi
hermoso chico está cabreado!
Me vuelvo hacia Gunner. Está parado detrás de mí sonriendo enormemente

y acariciando la coronilla de Loki.
—Me dirijo a la cocina para calentar algo para comer. ¿Alguien tiene hambre?
—digo a la habitación mientras llamo a las mascotas, recojo a Mac y me dirijo a
cocina.
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Capítulo 18
-:¦:- Gunner -:¦:-
Estamos en mi casa, llenos de buena comida y abrazándonos en el sofá

mientras las mascotas exploran su hogar temporal. Se han adaptado bien y
cuando le mencioné eso a Ava, me explicó que ellos, como familia, se han
mudado varias veces en los últimos años.
Estoy medio recostado en el brazo del sofá y Ava está acurrucada contra mí
en una posición medio recostada. Su cabeza está en mi pecho. Pongo mis manos
debajo de sus brazos, la levanto y la giro hasta que está acostada frente a mí
mientras me deslizo hacia abajo. Estamos uno frente al otro con nuestras cabezas
apoyada en el reposabrazos.
Está relajada y tiene una gran expresión en su rostro. Es tan hermosa que me
hace contener la respiración y darme cuenta de la suerte que tengo de que me
haya dado el beneficio de la duda y esté ahora aquí conmigo. No muchas mujeres
como ella querrían a alguien como yo. Un motero, rudo, salvaje y voluntarioso.
Soy un hombre afortunado y lo sé.
—¿Por qué Chris hizo ese comentario sobre que tienes contactos y te niegas
a ayudar a su banda?—le pregunto.
—Uf. La mayor arte del tiempo Chris está tan metido en su culo que no sabe
lo que sucede a su alrededor. Sin embargo, lo que quiso decir es que nos
conocimos cuando estaba en un club con una artista llamada Solene Bridges. La
había conocido unos meses antes, empezamos a charlar y ella quería comprarme
una canción que yo había escrito. Nos reunimos más tarde, ella la escuchó y,
finalmente, su sello discográfico compró la canción y la grabó en su segundo cd.
Mis cejas se elevan cuando ella me mira tímidamente y sonríe.
—¿Escribiste una canción? ¿Y se vendió y se grabó? —pregunto confirmando

lo que acaba de decir.
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—Sí, he escrito toneladas de canciones, pero siempre ha sido una forma de

expresarme, no de intentar vender. Solo sucedió. Y fue divertido y me llevó a
vender algunos otras a algunos artistas diferentes. No me estoy haciendo rica de
ninguna manera, pero gané lo suficiente para hacer el pago inicial de la
pastelería. Tengo una pequeña inclinación artística. Aprendí a tocar la guitarra
en una de las casas de acogida en la que estaba y me encantó. Eso me llevó a
escribir canciones. Sobre todo para sacar emociones que no me atrevía a expresar
de otra manera. De todos modos, Chris sabía quién era ella y estaba escuchando
a escondidas cuando sugirió que me juntara con una banda y grabara algunas de
mis canciones. Dijo que ayudaría a venderlas si los artistas pudieran escucharlas
como una canción completa. Chris intervino, se presentó y ofreció su banda como
solución. Hicimos algunos conciertos juntos tocando un par de mis canciones, y
ahora cree que soy suya en el mundo de la música. No lo soy. No quiero la
atención de estar en una banda y escribir canciones, nunca se trató de tener una
carrera. Sin embargo, él no entiende eso y se pone desagradable cuando no se
sale con la suya.
Creo que eso es lo máximo que ha revelado sobre sí misma y estoy

agradecido e impresionado. Pero quiero saber más. Quiero saber todo sobre ella.
Es como una obsesión.
—¿Así que también puedes cantar?—le pregunto.
—Bueno, sí, un poco. Cuando dejé mi última casa de acogida, solía tocar en
las calles para ganar suficiente dinero para comer. Sin embargo, no fue algo que
realmente disfruté. Lo veía como un trabajo. Me guste o no, tenía que comer. No
me malinterpretes, me encanta cantar y tocar, pero no frente a una multitud. Me
pongo muy nerviosa. Creo que tiraron dinero en mi estuche de guitarra
principalmente porque era muy joven y se sentían mal por mí—se ríe en voz baja.
—Dime quién eres Ava—le pregunto en voz baja mientras deslizo un

mechón de su cabello entre mis dedos.
—Ava Beaumont. Veintisiete años. Madre de Loki, Mac, Duffy y Gee. Casi
propietaria de una pastelería que quiero ampliar para incluir catering. Amo las
artes marciales y el UFC. Quiero aprender a manejar armas de fuego y sentirme
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cómoda con ellas. Quiero tener caballos, un burro y cabras. Quiero tener, adoptar
y/o criar hijos. Y te quiero en mi vida.
¡Dios, esta mujer! Me inclino hacia ella y compartimos un dulce beso.
—¿Qué hay de tu familia, Ava? ¿Por qué estás sola y por qué estuviste en
casas de acogida?
—Fui un error. No me querían—susurra.
—¿Tus padres te pusieron en casas de acogida?—pregunto gentilmente.
—No, me metieron en una caja de zapatos y me dejaron en el fondo de un

basurero. O al menos uno de ellos lo hizo. Un vagabundo escuchó lo que pensó
que era un gatito llorando, se trepó al contenedor y me encontró. Me llevó a un
Estación de Bomberos y ellos me llevaron al hospital. Yo era un bebé prematuro
y un bebé de una madre adicta al crack. Tenía unos pocos días cuando me
encontraron y fue un milagro que sobreviviera tanto tiempo. Después de estar lo
suficientemente saludable como para dejar el hospital, me enviaron a un
orfanato. Desde entonces hasta los catorce, estuve en treinta y dos casas de
acogida y orfanatos. Nadie quiere adoptar un bebé de una madre adicta al crack.
Me quedo sin palabras, solo mirándola. No puedo creer que ninguna madre
pueda hacerle eso a su hijo, pero para haber dejado un bebé tan pequeño y
enfermo como ese se necesita ser una clase especial de mala persona. Siento un
odio instantáneo hacia su madre. Sé que si ella estuviera aquí, sería la primera
mujer contra la que usaría la fuerza.
—¿Encontraron alguna vez a tu madre?—pregunto acaloradamente.
—No y no quiero encontrarla nunca—responde Ava con firmeza.
A esta mujer, que recibe a los perros callejeros y los ama y los trata como
familia, nunca se le ha dado eso. Ella se da a sí misma sin que nunca se lo hayan
devuelto. ¿Cómo no puedo impresionarme que haya logrado tanto en su corta
vida y todo sin ayuda?
—Ya no estás sola, Ava. Me tienes. Tienes a Petey, Axel, Vex y Chubs. Tienes
el club a tus espaldas—prometo.
—Es bueno escucharlo ya que deseo todo eso—me responde—. Y te deseo.

Ahora, Gunner. Por favor.
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Me levanto del sofá y la ayudo a ponerse de pie. Me agacho y la tiro encima

de mi hombro. Ella gruñe y comienza a reír mientras la llevo a mi habitación.
Cierro la puerta detrás de mí con el pie y la llevo al borde de la cama. La

apoyo en el suelo.
—¿Las mascotas están bien para pasar la noche?—le pregunto.
—Ellos son buenos. Deja de dilatar la cosa motero. ¡Desnúdate!—ordena ella.
No lo hago. La empujo hacia abajo en la cama y la sigo, medio recostado

encima de ella, medio apoyado en mi antebrazo izquierdo. Inmediatamente
golpeo mi boca con la de ella mientras mi otra mano se posa en su cuello. No me
apresuro en esto, no importa cuánto la desee.
Me acomodo en ella y le hago el amor a su boca. Me hundo en ella y me

enamoro de su sabor. Sus manos están en mi cabello y me tira hacia ella con
fuerza. No es pasiva. Ella está tomando lo que quiere de mí como yo estoy
tomando de ella.
Ella gime, largo y bajo. Hace que mi polla ya dura se convierta en acero.
Cambio un poco mi peso para ayudar a aliviar el dolor. Deslizo mi boca desde la
de ella hasta su cuello y su aroma único es suficiente para hacer que quiera dejar
de ir despacio y empezar a rasgar ropa.
—¡Oh Dios, Gunner! Por favor—gime deslizando sus manos por cualquier
lugar que pueda alcanzar.
—No quiero apresurar esto, bebé, déjame disfrutarte—le susurro al oído

mientras la mordisqueo.
—Está bien, cariño, pero necesito sentir tu piel. Debajo de mis manos, contra
mi piel—jadea.
Empujo mi brazo hacia arriba y estiro la mano detrás de mí para quitarme la

camiseta y lanzarla a un lado. Sus manos aterrizan de inmediato en mi pecho y
sus ojos están entornados con pasión. De repente se desliza por la cama unos
centímetros y sus labios aterrizan en mi pecho. Su boca es cálida y húmeda y se
siente tan bien que aprieto mi polla contra su cadera.
Ahora soy yo quien está gimiendo y mis vaqueros están incómodamente

ajustados. Deslizo mi mano hacia su seno y acuno su peso. Tiene unas tetas
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perfectas. Busco su pezón y le doy un ligero pellizco. Me agacho, levanto su

camiseta, miro hacia abajo y veo un sujetador de encaje azul oscuro cubriendo mi
objetivo. Se ve increíble en su piel ligeramente bronceada, pero necesito ver sus
pezones.
Me dejo caer sobre mi espalda y la pongo encima de mí. Su boca golpea la

mía instantáneamente y desliza su lengua profundamente. Le levanto la camiseta
y ella levanta la cabeza lo suficiente para que se la quite y la arroje junto a la mía
en el suelo. Empujo suavemente sus hombros para que se siente a horcajadas
sobre mis caderas. Necesito su húmedo calor frotando mi polla y quiero ver sus
pechos desnudos ante mis ojos.
Ella está sentada mirándome con su cabello dorado colgando en suaves

ondas alrededor de su rostro. ¡Joder, ella es hermosa!
—Tengo algunas cicatrices, Gunner. No son bonitas pero son mías y las
sobreviví. Son parte de mí ahora como un recordatorio de que puedo sobrevivir
a casi cualquier cosa. ¿Ok?—me dice en voz baja.
—Ninguna cicatriz me va a asustar, cariño. Con cicatrices o no, eres hermosa

para mí. Eres perfecto para mí. Ok—le susurro en respuesta.
Ella me mira a los ojos por un momento, se sienta más derecha mientras
pongo mis manos en su cintura y entonces lentamente estira la mano detrás de
ella y desabrocha su sujetador, dejándolo caer hacia un lado. Sus hermosos
pechos se derraman y están a mi vista. ¡Increíble! Sus pechos son llenos y
redondos sin ser demasiado grandes y sus pezones son de un perfecto color
frambuesa. Están duros y listos para mí.
Deslizo mis manos por sus costillas y cubro a ambas bellezas. Los empuja
con más fuerza hacia mis manos. Me siento, deslizo mi espalda parcialmente
contra la cabecera y la acerco con fuerza a mi boca para poder probar esos
pezones. Pasa sus dedos por mi cabello y gime en voz alta mientras los devoro.
Ella comienza a machacarse contra mi polla y sé que necesito desnudarla.
Me aparto y muerdo suavemente su clavícula. Ella retrocede y me mira con

súplica en sus ojos. No puedo decir que no. No tengo eso en mí.
La giro hacia un lado y me inclino sobre ella para ayudar a quitarle los
pantalones cortos. Miro hacia abajo y veo una pequeña mancha de rizos rubios y
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el coño más dulce de todos los tiempos. Paso mis dedos por los rizos y ella jadea.
No puedo esperar más. Me levanto de mi lado de la cama, me paro y agarro un
condón de la mesita de noche. Me vuelvo hacia ella y la veo mirándome con una
mirada hambrienta en los ojos. Me quito los calcetines y me desabrocho el
cinturón y los vaqueros, los bajo y me los quito.
Miro hacia arriba para verla mirando mi polla mientras le doy un par de
tirones y empiezo a deslizar el condón lentamente. Sus ojos nunca dejan mi polla.
Dios, eso me está poniendo más duro que nunca. Nunca he estado tan agradecido
por las horas que pasé en el gimnasio y entrenando con los muchachos, como lo
estoy ahora. La mirada en sus ojos compensa toda la sangre y el sudor que he
dejado para lucir como lo hago.
Ava se pone lentamente de rodillas y camina sobre ellas hasta el borde de la

cama. Me acerco y ella pone sus manos en mis caderas y me mira. Me inclino y
nos besamos suavemente.
—Recuéstate, bebé y enséñame ese bonito coño—ordeno suavemente

mientras continúo acariciándome y camino hasta los pies de la cama.
Se mueve hacia atrás y se da la vuelta para mirarme antes de dejarse caer de

espaldas, la cabeza sobre la almohada y levanta las piernas hasta que sus pies
están plantados en la cama, bien separados.
Está mirando mi mano en mi polla y mis ojos se desvían hacia lo mejor que
he visto en mi vida. Está desnuda excepto por ese pequeño parche de rizos y está
mojada. Brillante. Quiero enterrar mi cara ahí y quedarme hasta la mañana.
Continúo admirándola por otro momento y entonces comienzo a trepar encima
de ella y arriba de la cama sobre mis manos y rodillas. Me detengo cuando llego
a su coño y observo, fascinado y excitado como el infierno, mientras sus manos
se abren suavemente para mi vista. ¡Tan bonita, tan húmeda y tan mía!
—Volveremos a esta parte más tarde esta noche. Quiero saborearte, pero
necesito estar dentro de ti ahora —le digo con voz ronca.
Ella quita la mano y yo avanzo hasta que mi rostro está sobre el de ella.
Envuelve sus brazos alrededor de mi cuello y acerca mi cara a su boca. Me besa,
dándome un atisbo de la pasión que esconde en su interior.
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Una vez más me recuesto con la mitad de mi cuerpo sobre ella y le doy todo
a través de nuestro beso. Deslizo una mano hacia abajo y juego con sus senos y
pezones, apretando, frotando y pellizcando. Ella está haciendo los sonidos más
asombrosos. Es tan receptiva. Finalmente muevo mi mano sobre su vientre y la
bajo hasta su humedad. Deslizo mi dedo hacia arriba y hacia abajo por su raja
suavemente y ella se empuja contra la mano queriendo más.
Empujo abriendo sus piernas un poco más y froto toda mi mano sobre su
coño. Encuentro su clítoris y le doy golpecitos suaves con mi dedo. Ella reacciona
instantáneamente atacando mi boca aún más. Deslizo mi dedo lentamente hacia
abajo hasta que se sumerge en su humedad. Ava gime y levanta las caderas
buscando más de mí. Le doy lo que quiere. Empujo mi dedo completamente
dentro de ella y me doy cuenta de lo apretada que está. Está caliente, está húmeda
y muy apretada. Va a aferrarme la polla muy bien.
Alejo mi cabeza de ella y la miro a los ojos mientras lentamente bombeo mi

dedo dentro y fuera de su coño. Me encanta la expresión de su cara. Está
encendida, excitada y me desea. A nadie más. A mí.
Retiro el dedo, deslizo dos y la veo temblar. Doblo los dedos y busco ese
punto que la empujará al límite. Lo encuentro y lo froto suavemente.
—Gunner, por favor Dios, te necesito dentro de mí. Quiero correrme sobre
tu polla, bebé—suplica sin aliento.
Retiro la mano y la cubro completamente con mi cuerpo. Agarro la parte de

atrás de su rodilla y tiro de su pierna hacia arriba y alrededor de mi cadera y la
abro completamente para mí. Guío mi polla hasta su entrada y disfruto del calor
húmedo que emana de ella. Empujo alrededor de un centímetro y coloco mis
antebrazos sobre la cama a cada lado de su cabeza. Envuelve sus brazos
alrededor de mi espalda y tira de mí. Mi altura pone mi cabeza sobre la de ella,
así que bajo mi rostro para que mi barbilla descanse cerca de la parte superior de
su cabeza y su rostro esté en el hueco de mi cuello y me empujo lentamente
dentro de ella.
Me detengo cuando estoy completamente dentro y saboreo la sensación de

Ava envuelta a mi alrededor en todos los sentidos. Muevo mi pierna un poco
hacia arriba y la fuerzo a levantar la suya y rodear mi cadera un poco más arriba.
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Me apoyo contra mi otra rodilla y pie y me deslizo hacia atrás casi saliendo de
ella, entonces vuelvo a hundirme bruscamente dentro de ella. No puedo evitarlo.
Repito el movimiento de deslizamiento hacia atrás y hacia adelante unas cuantas
veces más antes de bajar la velocidad a un ritmo que es exigente pero no brutal.
Levanto un poco los brazos para poder mirarla a la cara y está radiante.
Aguanta la respiración por un momento y expulsa cuando yo me muevo hacia
atrás. Se empuja contra mí con cada embestida y mueve sus manos alrededor de
mi espalda pasando las manos por mi culo hacia arriba y hacia abajo y de regreso
a mis hombros.
—Gunner, cariño, te necesito más fuerte. ¡Dios, por favor! Estoy tan cerca.
Necesito que hagas que me corra, cariño, por favor —suplica Ava.
Empiezo a empujar más fuerte y siento un hormigueo en la base de mi

columna. Necesito que se corra antes que yo. Me apoyo en un brazo y me
extiendo el otro entre nosotros para encontrar su clítoris. Lo froto y empujo mis
caderas, llevando mi polla a casa.
Ava se inclina un poco y se acurruca contra mí mientras observa dónde

estamos unidos. Me encanta que quiera ver mi polla embistiéndola. Baja la mano
y pasa un dedo a lo largo de mi polla mientras desaparece en ella.
Joder, va a hacer que me corra. ¡Mierda! Me estrello contra ella y ella se corre
justo cuando la necesito también. Grita y jadea y me aprieta con fuerza. La sigo
justo detrás y siento el orgasmo en cada parte de mi cuerpo. Exploto en el condón
mientras me planto profundamente en mi mujer.
Ella se cuelga con fuerza durante unos segundos, entonces se desliza hacia la
cama y se estremece. Sus ojos se encuentran con los míos justo cuando comienzo
a deslizarme lentamente dentro y fuera de ella sintiendo sus temblores por el
poder de nuestros orgasmos. Ella no podría verse más hermosa.
Dejo de deslizarme y me quedo hundido.
Apoyo mi cara en su cuello y respiro profundamente. Ella envuelve sus

brazos alrededor de mí y no hay lugar en el que prefiera estar que aquí mismo
con ella, dentro de ella.
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Después de un momento de feliz inconsciencia de cualquier cosa menos de

nosotros, me salgo lentamente y recuesto boca arriba junto a Ava. Quito y tiro el
condón y después doblo mi brazo debajo de los hombros de Ava y tiro de su
frente hacia mi costado. Su cabeza está en mi pecho y su mano en mis
abdominales y creo que estoy más contento que de lo que nunca he estado.
Nos quedamos en silencio mientras acaricio su espalda baja y mantengo a mi

mujer apretada a mi lado. Ojalá pudiéramos quedarnos así para siempre. Es
perfecto. Ella es perfecta.
Mientras paso mi mano por su espalda baja, siento las cicatrices que
mencionó antes. Protuberancias elevadas de carne arruinada. No vacilo mientras
las acaricio porque necesito que ella entienda que, con cicatrices o no, es perfecta
para mí. Y tampoco pregunto por ellas. Ahora no es el momento.
—Follas como un jefe—afirma Ava.
Me echo a reír de ella y la siento más de lo que la oigo reír.
—¿Estoy acostado aquí sin ninguna preocupación en mi mente y tú estás

acostada pensando en eso?— pregunto.
—Estoy feliz y sin ninguna preocupación en mi mente por eso—responde

ella, acurrucándose más fuerte.
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Capítulo 19
-:¦:- Ava -:¦:-
Me despierto despacio y con una sonrisa. Gunner está acurrucado a mi lado

y es cálido y duro en todas partes. Tengo que sonreír ante la idea de que el gran
motero rudo es tierno y le gusta dormir cucharita. Odio levantarme, pero las
mascotas necesitan comida y salir al aire libre. Empiezo a deslizarme fuera del
agarre de Gunner y de repente se aprieta. Su rostro se presiona contra la parte
posterior de mi cuello y gime.
—No te muevas a menos que estés girando en mi dirección—gruñe Gunner.
—Tengo que dejar salir a Loki y Gee, bebé. Conseguiré café y volveré—le
digo.
—Yo haré eso, tú te quedarás aquí desnuda y yo volveré enseguida—

responde mientras se levanta de la cama y se pone los vaqueros.
Disfruto de la vista de su espalda y de su culo cuando sale de la habitación.

Me levanto, me pongo la camiseta y me dirijo al baño. Después de cepillarme los
dientes, pasar un cepillo por mi cabello y usar las instalaciones, vuelvo al
dormitorio y me meto en la cama.
Apenas me acomodo cuando Gunner entra por la puerta con dos tazas de
café, los vaqueros todavía desabrochados, los abdominales y el pecho sexy en
exhibición y seguido por Duffy, que salta a la cama y se deja caer sobre mis
piernas.
Gunner se sienta con la espalda contra la cabecera y me entrega una taza.

Estamos sentados uno al lado del otro, los brazos rozándose y bebiendo nuestro
café.
—¿A qué hora tienes que ir al trabajo?—pregunta Gunner.
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—No voy. Llamé a Carrie anoche cuando estaba haciendo las maletas y hoy
trabaja por mí. Quiere las horas extras, así que esto funciona para los dos. Pensé
que sería más fácil tomarme el día libre que necesitar que alguien me cuidara en
la pastelería durante todo el día.
Gunner se acerca, toma la taza de mi mano y la coloca con la suya en la mesita

de noche. Después se vuelve hacia mí, me agarra por la cintura y me coloca en su
regazo. Pongo mis brazos alrededor de su cuello y me inclino para darle un beso.
—Buena idea, cariño. Podemos pasar el día juntos y ser simplemente

nosotros. Tengo que correr a la casa club y hacer algunos trámites, pero después
soy todo tuyo. ¿Sí?—pregunta Gunner.
—Suena perfecto. No hemos tenido mucho tiempo a solas. Y quiero eso

contigo —digo mientras pongo mi cabeza en su pecho y me acurruco contra él.
—Yo también quiero eso, más de lo que crees—responde en voz baja.
***
Gunner está en su oficina en la casa club y yo estoy sentada en el bar

escribiendo una lista de compras. Mac está de pie en la barra frente a Chubs y
comparten algunos frutos secos. Gee está empujando su patineta por la sala
principal y Loki está cerca mirando todo.
Algunos de los miembros están dispersos y un prospecto está detrás de la

barra, lavando vasos y estoqueando mercadería. En realidad, está tranquilo aquí
y me doy cuenta de que todo el mundo parece un poco más serio de lo habitual.
Supongo que no les gusta que los Banditos revuelvan las cosas y la falta de
respeto que se le muestra a su club.
Estoy mirando la pared trasera del bar, concentrándome en lo que necesito

poner en mi lista cuando Mac decide ponerse en mi contra y al mismo tiempo
alegrar el humor de los hombres.
—¡Mamá consiguió correrse! ¡Mamá consiguió correrse!—grita fuerte.
Estoy tan sorprendida que ni siquiera me muevo. Ni siquiera mis ojos.
—¡Oh Gunner, más fuerte! ¡Fueeeeeeerte!—grita.
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¡OMG! Puedo sentir el calor subiendo por mi cuello y mi cara. También

puedo escuchar la risa proveniente de la habitación.
—¡Follas como un jefe! Follas…
—¡Dices una palabra más Mac y estarás en una bolsa ziplo al lado del pollo
en mi congelador! ¿Entendiste?—le gruño—. ¡No más nueces de la India para ti…
nunca!
Me bajo de mi taburete, acechando en su dirección y lo veo correr a lo largo

de la barra gritando:
—¡Loki, sálvame! ¡Sálvame!
Llega al final justo cuando llega Loki, salta y aterriza sobre el lomo de Loki.
El perro se aleja con indiferencia.
—¡Uf! ¡Mamá está enojada!—grita Mac.
Las risas y los aullidos en la habitación son ensordecedores. Antes de que

pueda encontrar un rincón para meterme, Gunner entra en la habitación mirando
con curiosidad a los tipos que todavía se están riendo. No le toma mucho tiempo
darse cuenta de que soy el blanco de la broma. Probablemente podría decirlo por
el rojo llameante de mi cara.
Gunner se acerca a mí, sonriendo, me engancha detrás del cuello y acerca mi

cara a su pecho.
—No tengo idea de por qué te estás sonrojando y los hombres se están riendo,
así que solo preguntaré, ¿a quién tengo que patear el culo?
—El culo plumoso de Mac. Me delató. Mi propio maldito pájaro acaba de

decirle eso a la habitación, y cito: “Mamá consiguió correrse” más algunos otros
comentarios jugosos—respondo ocultando mi rostro.
Puedo sentir el cuerpo de Gunner temblando con su risa. Por supuesto que
no le da vergüenza. Los hombres no tienen vergüenza. Me abraza más fuerte y
creo que es hora de enfrentar a los hombres. Me aparto, miro alrededor de la
habitación haciendo contacto visual con todos y cada uno de ellos y hago una
reverencia. Entonces llamo a Loki, Mac y Gee y salgo de la casa club con la poca
dignidad que me queda.
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***
Gunner está trabajando de nuevo y yo estoy con las mascotas en su casa. Es

un estilo Cape Cod, gris oscuro con ribete blanco. Tiene cuatro habitaciones, tres
baños y grandes armarios. Me gusta especialmente el plano de planta abierto
entre la sala de estar, el comedor y la cocina. Una encimera larga de granito gris
pizarra en la cocina la separa del comedor y la sala de estar. Los
electrodomésticos son de primera línea y son un sueño para los cocineros. Y todo
está sorprendentemente pulcro y ordenado. Gunner es un tipo soltero, supongo
que esperaba un poco de desorden. Es bueno ver que le gusta el orden tanto como
a mí.
Me encanta que su patio trasero esté cercado y Loki y Gee se están

aprovechando de ese hecho. Duffy está acostado en mi regazo durmiendo y Mac
tararea suavemente para sí mismo en la mesa de café. Tengo un estofado que
burbujea suavemente en la estufa, pan en el horno y estoy esperando a que
Gunner termine para que podamos relajarnos juntos.
Mi teléfono vibra donde está sobre la mesa de café. Lo recojo y mi estómago

se revuelve un poco al ver un mensaje de texto de Gunner. Me da esa sacudida
cada vez que lo veo, escucho su voz o sé que está cerca.
Gunner: Casi terminado. ¿Estás bien?
Yo: Estoy bien. Aunque te extraño.
Gunner: Lo mismo. Ansioso por llegar a casa contigo.
Yo: Haz que suceda.
Gunner: Estaré allí pronto
Dejo mi teléfono y me levanto para ver la cena. Todo se ve bien, así que me
dejo caer en la mesa y abro mi pc portátil para trabajar en la nómina de la
pastelería. Después de unos minutos de trabajo, alguien llama a la puerta.
Abro la puerta y Fang está de pie en la cubierta envolvente.
—Hola Fang, ¿qué pasa?—le pregunto sorprendida de verlo. Me quedo en la

puerta y me siento un poco culpable, pero no lo invito a pasar. No estoy segura
de por qué, tal vez sea porque sé que jodió a una compañera de trabajo, pero no
me siento cómoda con él. Parece sombrío y no me gusta la vibra que recibo de él.
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—Hey Ava. Se decidió que seré yo el que te acompañe a la pastelería mañana.

Solo quería saber a qué hora quieres irte para poder recogerte aquí por la
mañana—me dice.
No me emociona que haya sido él a quien eligieron para ser mi sombra. Pero
no es mi elección y tengo que aceptar la decisión que tomó Gunner.
—Necesito irme a las 4:30 am. Normalmente estoy en la pastelería para

entonces, pero llegar a las 5:00 am también estará bien—respondo.
—Ok. Estaré aquí a las 4:30 mañana por la mañana. Nos vemos entonces —
dice Fang, después se da la vuelta y se va sin decir una palabra más.
Cierro la puerta y me doy cuenta de que durante toda nuestra conversación,

Fang ni una sola vez hizo contacto visual. Extraño. Obviamente, Gunner confía
en él con mi seguridad y yo también debería hacerlo, pero no estoy convencida
de que pueda.
***
Mi cabeza está echada hacia atrás y mis pies están plantados en el borde de
la cama. Tengo mis manos en el sedoso cabello de Gunner y estoy tirando de él
incontrolablemente. Gunner tiene una boca extremadamente talentosa y estoy
descubriendo cuán talentosa es en este mismo momento.
—Quiero uno más Ava. Dámelo—dice Gunner con voz ronca, levantando la
boca momentáneamente y dejando de devorarme.
—¡No puedo, cariño! ¡No puedo, por favor, entra en mí! Gunner, cariño, te
necesito dentro de mí ahora—gimo mientras agito la cabeza en la cama.
Gunner empuja lentamente dos dedos dentro de mí y muerde mi clítoris

ligeramente y eso es todo lo que se necesita para darle lo que quería. Exploto,
curvando mis abdominales por un segundo y arrojándome de nuevo a la cama.
Todo el tiempo, sigo tirando de su cabello.
—¡Correcto, bebé! Déjame tenerlo todo. Joder, me encanta tu sabor—dice

retrocediendo y deslizando lentamente sus dedos dentro y fuera de mí, pero
dándole a mi clítoris el descanso que necesita.
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Abro los ojos y miro hacia Gunner para ver su sonrisa satisfecha. Él retira los
dedos, coloca sus manos debajo de mis axilas y me mueve para recostarme con
la cabeza en las almohadas mientras cae encima de mí.
Acerco su boca a la mía y me saboreo en sus labios. Envuelvo mis brazos y

piernas alrededor de Gunner y saboreo la sensación de su dureza y calor. Es un
hombre hermoso, de rostro y cuerpo.
Después de un momento de besarme tiernamente, se pone de rodillas entre

mis muslos y toma un condón. Observo con aprecio cómo envuelve esa hermosa
polla y se la bombea un par de veces mientras me mira.
—Te necesito sobre tus manos y rodillas, bebé—me ordena.
Obedezco rápidamente y cuando mi trasero se levanta justo en frente de su

polla, frota la punta a través de mi humedad mientras coloca las manos en mis
caderas.
—Suave, húmedo, rosado y mío. Precioso, bebé. No puedo ir despacio esta

vez —me susurra mientras coloca su polla en mi abierta y húmeda abertura.
—Toma lo que necesites, cariño. Lo deseo y te deseo de todas formas, puedo

tomarte—le digo.
¡Él embiste todo el camino y es fantástico! Me empujo contra él y comienza a

follarme con fuerza, agarrando mis caderas y usándolas como palanca y para
mantenerme en su lugar. Cada pocas estocadas, menea las caderas y se frota con
fuerza.. Está golpeando justo donde lo necesito y me estoy acercando de nuevo.
—Elévate, bebé, la espalda contra mi pecho, ahora—ordena con dureza.
Hago lo que dice y sus brazos se deslizan a mi alrededor, uno en mi pecho y

pezón pellizcándolo con fuerza, el otro en mi clítoris y en mi abertura. Apoyo la
cabeza en su hombro mientras me folla violentamente.
—¡Gunner! ¡Ahora por favor! ¡Más fuerte!—demando.
Pellizca y tira de mi pezón con fuerza, raspa mi clítoris con la uña y mete su
polla con fuerza. Me corro, gimiendo y empujándome con fuerza contra su polla.
Su mano deja mi pecho y siento su antebrazo en la parte posterior de mis

hombros mientras empuja mi mitad superior hacia abajo en la cama. Reposiciona
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su pie, agarra mi hombro y me folla con algunas estocadas, fuerte y firme, antes
de quedarse profundamente dentro de mí. Hace una pausa por un momento y lo
escucho soltar el aliento que había estado conteniendo mientras comienza a girar
en pequeños círculos y se frota fuerte contra mí. Desencadena pequeñas réplicas
y un mini orgasmo antes de que me relaje en la cama, agotada.
Gunner se retira suavemente y yo caigo de cara sobre la cama. Siento su mano

frotando suavemente mi trasero.
—¿Estás bien, nena?—pregunta con una sonrisa en su voz.
—No estoy segura. Pregúntame en un rato—digo exhausta.
Él se ríe y deja la cama para ocuparse del condón. Vuelve, se desliza a mi

lado y me acerca a él. Me quita el pelo de la cara, me da un dulce beso en la frente
y nos cubre parcialmente con la sábana.
Nos recostamos durante varios momentos recuperándonos y disfrutando de

la sensación de estar solos y juntos. Estoy empezando a quedarme dormida
cuando Gunner rueda de su lado de modo que ahora estamos cara a cara con su
brazo sobre mi cintura.
Extiendo la mano y deslizo el dorso de mi mano por su mandíbula. No se ha

afeitado en uno o dos días y me encanta la barba. Sus ojos están tan cerca de ser
negros que solo a la luz puedes ver algo de marrón en ellos.
—Sé que te estás preguntando acerca de las cicatrices en mi espalda. Y

agradezco que no presiones a cerca de ellas. No es algo de lo que haya hablado
antes. Nunca tuve a nadie en quien confiara lo suficiente para hablar sobre lo que
sucedió. Enterré la razón por la que las conseguí profundamente. Muy
profundamente. La puse en una caja en la parte de atrás de mi cerebro y como no
veo las cicatrices muy a menudo puedo fingir que no están allí—digo en voz baja.
—¿Confías en mí lo suficiente como para contarme lo que sucedió? No tienes

que hacerlo si es demasiado duro. Puedo esperar. Quiero que confíes en mí, pero
sé que algunas cosas son difíciles de hablar—dice Gunner con la misma
tranquilidad.
Me hundo más en los brazos de Gunner. Necesito la seguridad que me da.
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—Estaba trabajando en un restaurante en Bozeman. Una compañera de

trabajo insistió en concertarme una cita a ciegas con el hermano del tipo con el
que acababa de empezar a salir. Finalmente dije que sí y fui a la cita. Él era
agradable. Cabellos cortados prolijos, guapo, bien vestido. Fue una buena cita
pero no sentí nada por él. Ninguna chispa, nada. Tampoco sé por qué. Tenía
veintitrés años, estaba soltera y debería haber estado emocionada por la cita, pero
algo estaba mal—le digo.
Gunner me acaricia lentamente el costado y la cadera y escucha con atención.
—Al final de la cita, me invitó a salir otra vez. Cortésmente le agradecí pero
dije que no a otra cita. Fue amable al respecto, pero siguió presionando por una
más. Finalmente cedí y acepté—continúo.
—Mi compañera de trabajo estaba muy emocionada y sugirió una cita doble
con ella y su hermano. Pensé que eso aliviaría un poco la tensión, así que acepté.
Todavía sabía que no estaba interesada, pero tontamente no seguí mis instintos.
Hago una pausa y respiro profundamente. Gunner me abraza con más fuerza
y luego se relaja y dice:
—No tienes que terminar. No necesito saber si te traerá recuerdos, pero me

gustaría compartir tu carga y ayudar si puedo.
—Fui a la cita. Me encontré con su hermano. Estaba bien, pero aún así no
sentía que quisiera seguir viéndolo. Simplemente no sentía nada más que recelo
por él y más aún por su hermano. Solo era un presentimiento. Después de la cita,
los tres me llevaron a casa y él me acompañó hasta la puerta. En la primera cita,
lo encontré en el restaurante y debería haberlo hecho así de nuevo. Fui estúpida.
De nuevo intentó tener otra cita, pero esta vez fui firme en que no estaba
buscando una relación en ese momento, aunque le agradecí y le deseé lo mejor.
Él se lo tomó mejor de lo que esperaba, me besó en la mejilla, regresó al coche y
se fueron.
Puedo sentir que mi respiración y mi frecuencia cardíaca comienzan a

acelerarse y se vuelven más pesados. Me estaba poniendo tensa y supe que
Gunner también lo percibió cuando volvió a besarme en la cabeza y después
apoyó la mejilla allí.
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—Mi compañera de trabajo Tiffy estuvo un poco enojada conmigo durante

unos días, pero al final lo superó, supongo. Continuó saliendo con el hermano,
Mitch, y dejó de mencionarme a Mark. Ella le dijo a otros compañeros de trabajo
que yo sentía que era demasiado buena para alguien como Mark, pero
simplemente ignoré los chismes, mantuve la cabeza gacha y pronto se
desvanecieron.
—Mark solía enviarme mensajes de texto o llamar a veces, pero nunca

respondí. Sentí que comunicarme con él sería como convencerlo de que podría
haber algo en algún momento. Pero era persistente. Lo vi cerca del restaurante
varias veces y luego dos veces más en la tienda de comestibles. Su hermano y
Mark vivían en un condado lejos de donde yo vivía, así que comencé a sentir que
estaba siendo acosada. Llegué tarde a casa una noche del trabajo y lo vi
estacionado en la calle frente a mi apartamento. Vivía en la planta baja y mi
apartamento daba al estacionamiento y a la calle. Se sentó allí durante horas.
—Al día siguiente fui a trabajar, llevé a Tiffy a un lado y le dije que me estaba
acosando y ella no me creyó. Me dijo “supéralo” y se largó. Debería haber
hablado con la policía, pero siendo una niña adoptiva criada en el sistema, no
confiaba en la policía. Y resultó que no habría importado.
En este punto, necesito algo de distancia. Me siento, pongo la espalda contra

la cabecera y miro al frente. Necesito tener el control de mis emociones, así que
trato de dejar la mente en blanco y escupir las palabras necesarias para terminar
esta historia. Gunner se sienta, imitando mi posición, esperando.
—Crees que estás a salvo en tu apartamento y en tu propia cama, pero no lo

estás. Me desperté con los puñetazos en la cara, repetidamente. Traté de
contraatacar, pero ya estaba herida y confundida sobre lo que estaba sucediendo.
Y me superaron en número. Había dos de ellos. Mark y su hermano Mitch. Uno
mantuvo su mano sobre mi boca mientras el otro me golpeaba en todos los
lugares que podía. Se turnaron y trabajaron juntos una vez que me metieron un
paño en la boca. En pocas palabras, se turnaron para golpearme con los puños,
los pies, el cinturón y la hebilla de Mark y luego lo hicieron peor. Hicieron lo
único de lo que nunca pensé que yo podría volver. —Me estremezco con fuerza,
los ojos secos.
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—Después de unas horas, estaba semiconsciente y creo que asumieron que

estaba muerta o que lo estaría pronto. Estaban parados a mi alrededor, riendo y
chocando los cinco. Me enseñaron una lección por ser una perra engreída. Nadie
rechaza a un Carrington. Mark hizo el comentario, “ella se está muriendo” y
entonces ambos me escupieron y se fueron de mi casa.
—Jódeme. Dios santo. Cariño, ven aquí—dice Gunner en voz baja, sonando
como si estuviera sufriendo, estirando los brazos hacia mí y apretándome fuerte
contra él. Su cuerpo rodea el mío tanto como puede y puedo sentir su calor
empapando el mío. Me inclino hacia él y solo respiro a través del dolor de los
recuerdos.
Sigo hablando porque tengo que terminar esto ahora que comencé.
—Me desperté seis semanas después, cinco semanas y cinco días después
para ser exactos, en el hospital. Tenía numerosos huesos rotos. Una fractura de
cráneo. Hematomas severos en los riñones y el bazo. Laceraciones en la espalda
por la hebilla del cinturón. Si hubo algo de suerte en el ataque fue que estaba en
coma mientras la peor de las heridas sanaba. No tuve que estar despierta para las
suturas o el acomodamiento de los huesos. La rehabilitación fue dura y dolorosa.
Me curé. Las heridas sanaron. Mentalmente, era un desastre. Tenía miedo de salir
del hospital, tenía miedo de dormir. Tenía miedo de la oscuridad.
Me agacho y tomo la mano de Gunner. Necesito apoyarme un poco en su

fuerza.
—Pero lo peor de todo fue que la policía no me tomaba declaración ni me

escuchaba. Dijeron que “el problema” estaba resuelto y que necesitaba volver a
mi vida. Llamé a las agencias de la ciudad, del condado y del estado y cada una
de ellas me rechazó. No entendía por qué nadie me escuchaba. Finalmente, el
hospital hizo que un trabajador social viniera a mi habitación y me explicara. —
Hago una pausa y miro la pared.
Después de un momento, Gunner aprieta mi mano suavemente y me

pregunta:
—¿Por qué, bebé? Dime y luego te voy a abrazar toda la noche y estarás a
salvo para dormir. Lo prometo por mi vida.
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—Los padres de los hermanos murieron cuando eran muy pequeños en un

accidente automovilístico. Su tío los había criado. Su tío es el senador Carrington,
es muy poderoso y tiene muchos amigos en los lugares correctos. Mitch, el
hermano, es el alguacil del condado en el que viven y Mark era uno de sus
ayudantes. El senador usó su influencia para reducir los cargos. Mark aceptó un
acuerdo de culpabilidad por agresión simple y recibió un año de libertad
condicional y parte del acuerdo de culpabilidad fue que si se declaraba culpable,
Mitch no sería acusado en absoluto. Mitch sigue siendo el Sheriff y Mark ahora
trabaja como administrador de la cárcel en lugar de ayudante. Eso es todo lo que
obtuvieron por lo que hicieron y todo estaba firmado y sellado cuando me
desperté del coma que me habían causado.
Gunner está tan enojado que puedo sentirlo vibrar a mi lado. Conozco la
sensación, he vivido con ella durante cuatro años. Pero él permanece tranquilo
en el exterior y es lo que me mantiene con los pies en la tierra.
—El buen senador puso diez mil dólares en mi cuenta bancaria para “pagar
mis gastos médicos”, pero en realidad fue para intentar comprarme. También
hizo grandes donaciones a diferentes organizaciones benéficas de distintas
agencias de policía. Ninguna estaba dispuesta a ayudarme porque no querían
perder el dinero. También los compró. El dinero todavía está en mi cuenta. Nunca
he tocado un centavo y algún día cuando pueda enfrentar, realmente enfrentar,
lo que sucedió, lo donaré a una causa noble. Empaqué y me fui y me he mudado
varias veces a lo largo de los años tratando de escapar de mi mente. Ahora tengo
un buen cerrojo sobre lo que sucedió casi todos los días. Hasta el día de hoy, no
he derramado una sola lágrima por el ataque. Me niego a darles eso también. No
puedo controlar las pesadillas que todavía tengo a veces, pero puedo controlar
mis lágrimas. ¡Ellos tampoco las tendrán!—digo con vehemencia.
Gunner ha terminado de estar sentado y no hacer nada. Se vuelve hacia mí

de repente y me empuja hacia abajo en la cama de mi lado y baja frente a mí y
me envuelve en sus fuertes brazos y me abraza con fuerza. Empuja mi cara contra
su cuello y suavemente nos balancea hacia adelante y hacia atrás.
—Deberían haber pagado por lo que hicieron, cariño. No es correcto cómo te

trataron las personas que supuestamente protegen a los inocentes, no a los
culpables. ¡Pero nunca más! Ya no estás sola y nos tienes a mí, a Axel y a Petey.
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Tienes a los demás en el club. Somos tu gente ahora. Me perteneces, a nosotros.

Sigue siendo fuerte y yo estaré a tu espalda siempre que me necesites—me
promete. Y continúa—. Pero si necesitas derramar esas lágrimas, hazlo por ti y
no por ellos. Cúrate a ti misma como necesites. Estoy aquí y no me voy a ningún
lado donde tú no estés. Llora tus lágrimas, no me importa. Te sostendré a través
de ellas y más allá. Siempre tienes que saber eso.
Me aferro con fuerza a lo mejor que me ha pasado. Gunner. Mi Gunner, mi

roca. Mi futuro. Y duermo apretada en sus brazos, en su seguridad y duermo
tranquilamente sintiendo y sabiendo que estoy a salvo.
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Capítulo 20
-:¦:- Gunner -:¦:-
Me quedé despierto mucho después de que Ava se durmiera. Estoy

envuelto alrededor de ella y mi mente está corriendo. Mi hermosa chica fue
atacada y violada por dos hombres. Dos policías que han jurado servir y proteger
que tienen un tío que usa su poder e influencia para protegerlos y a su falta de
moral. No pagaron por lo que hicieron de ninguna manera. Y eso no puede
tolerarse. No puedo tolerarlo.
Tantas cosas tienen sentido ahora. La obsesión de Ava con la autodefensa y

las artes marciales. Aprender a usar un cuchillo fuera de la cocina. Querer
aprender a manejar armas de fuego. Loki. Mudarse varias veces, probablemente
buscando un lugar donde se sintiera segura. Ella no pestañea ante un grupo de
moteros, pero está nerviosa con la policía. Su cautela con el oficial Stanaway. Ha
aprendido por las malas que los buenos no siempre son buenos y, sin embargo,
ha encontrado seguridad con nosotros, los que se supone que son los malos. Y
definitivamente explica los registros hospitalarios borrados.
Mi mente se acelera con cosas de las que necesito hablar con Rex mañana.
Necesito sus habilidades informáticas. Necesito encontrar una manera infalible
de hacer que el senador y sus sobrinos paguen por todo lo que le hicieron a Ava.
Nada le compensará todo lo que pasó, pero aún así necesitan sangrar y de una
manera que no se vuelva en contra de mi mujer ni de nosotros. No necesitamos
el tipo de fuego que puede traer un senador, pero quemaré nuestro complejo yo
mismo antes de que se vayan y vivan tranquilos.
***
Fang siguió a Ava a la pastelería esta mañana y Chubs está aquí para llevar
a las mascotas. Duffy se niega a permitir que Chubs lo levante siseando y dando
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zarpazos a sus manos y Mac está parado cerca de la encimera advirtiendo a

Chubs:
—¡No enojes al gato!
Intervengo antes de que las cosas se pongan sangrientas y le digo a Chubs

que deje al gato aquí en la casa. De todas formas, duerme todo el maldito tiempo.
Colocamos comida y agua y Ava había preparado una caja de arena para que el
gato durmiera todo el día.
Chubs y yo caminamos hacia la casa club con Loki y Gee siguiéndonos y Mac
montado en el hombro de Chubs. Tan pronto como entramos, Chubs se dirige a
la cocina y Pooh llama a Gee. Veo a Pooh sacar una camiseta de su bolsillo trasero
y comienza a ponérsela a Gee. Niego con la cabeza y me dirijo a mi oficina con
Loki.
Saco el móvil del bolsillo mientras me siento en mi escritorio.
—Hola, Prez, ¿qué pasa?—responde Rex.
—Necesito información sobre tres personas. Necesito todo lo que puedas

descubrir sobre ellos. ¿Tienes un bolígrafo para escribir sus nombres?
—Sí. Dispara—dice Rex.
—Mitch y Mark Carrington. Son hermanos. Viven en un condado cerca de

Bozeman. Mitch es el sheriff, Mark era ayudante, pero ahora es el administrador
de la cárcel. Además, su tío. El senador Carrington. Quiero registros bancarios,
terrenos o propiedades que posean, direcciones, matrimonios, divorcios. Quiero
cada maldita cosa de ellos.
—Un senador. Guau. Ok, estaré ocupado. ¿Tiene algo que ver con Ava? Dado
que ella vivía en esa zona, supongo que sí—pregunta Rex.
—Sí, tiene. Ve a fondo, Rex —le digo.
—En eso, jefe. Oye, encontré algunas cosas que querrás saber. Estaba
revisando los registros de los móviles de Javier y llama y recibe llamadas de
Stanaway con regularidad. Ese policía que se encargó de la queja del vecino de
Ava. Y Stanaway fue retirado del servicio de detectives y devuelto a la calle por
mal manejo de pruebas. Evidencia que hubiera lastimado a los Banditos. Está
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sucio, como sabíamos. Probablemente sea como Javier supo la dirección de la

casa de Ava. También vale la pena vigilarlo.
—¡Mierda! Me preguntaba cómo Javier la encontró tan rápido. Estate atento

al tráfico de sus móviles. Es posible que necesitemos hacer algo con Stanaway.
—Lo haré. Estaré en la casa club más tarde y hablaré contigo de cualquier
cosa que averigüe sobre la otra mierda. Nos vemos—dice Rex y se desconecta.
***
Gunner: Hola, nena, ¿todo bien?
Ava: Sí, todo está bien. Ocupada aquí hoy jugando a ponerme al día.
Gunner: ¿Fang está ahí?
Ava: Se fue pero dijo que volvería para seguirme a casa y luego a la casa club.
Gunner: No te vayas sin uno de nosotros.
Ava: No lo haré. Si tienes tiempo, ven aquí. Necesito un beso. Besos.
Gunner: Llevaré el almuerzo. Y un beso (guiño)
Ava: ¡Perfecto!
Gunner: Llámame si me necesitas antes de eso.
Ava: Ok, cariño
Me acomodo y me pongo a trabajar en los asuntos del MC. Loki se acomoda

y decide tomar una siesta. Después de unas horas, me levanto y me dirijo a la
sala principal a buscar una Coca. Lo primero que veo cuando llego a la sala
principal es a Gee montando su patineta por la habitación con una camiseta que
dice: ¡Solo monto Harleys!
Me detengo y lo miro, riéndome de su camiseta, cuando monta hacia mí y

rebota en mis piernas. Eso no lo desconcierta. Se levanta y comienza a empujar
la patineta con el hocico. Siempre es el pequeño más feliz y he notado que se ha
hecho amigo de varios miembros del club.
Me acerco al bar y tomo asiento junto a Petey. Hoy se ve de mal humor. Le

doy un codazo en el hombro con el mío cuando me siento y lo miro.
—¿Qué pasa, Petey?
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—No mucho. Estoy aburrido como la mierda. Unas semanas más con este
yeso y me lo quito. Creo que voy a hacer un viaje por carretera durante unos días.
Salir de la ciudad y simplemente conducir—afirma.
—Estuve en el negocio el otro día y tu moto se ve muy bien. Todo arreglado.

Te vendría bien dedicar un tiempo a ello y alejarte de aquí—contesto.
—Si. Me siento inútil como el infierno sentado por ahí con este yeso. Están
pasando cosas con Ava y ni siquiera puedo estar allí para ella—refunfuña Petey.
Ah, ahora entiendo por qué está de mal humor. Petey y Ava se han vuelto
muy cercanos y él está preocupado por ella. Lo demuestra con sus siguientes
comentarios. Los que sabía que vendrían en mi camino tarde o temprano.
—La gente sabe que ella significa algo para ti, para mí. Eso la convierte en un
objetivo. Y es inaceptable. Soy de poca o ninguna ayuda para ella en este
momento. Pero tú puedes serlo, debes serlo. Pero debes vigilar al premio. Eres
como un hijo para mí, siempre lo has sido, pero especialmente desde que
perdimos a tus padres. Y no quiero parecer que te estoy dando un sermón como
si fueras un niño, pero debes decidir si la quieres de forma permanente o si ella
es solo una distracción para ti. Y si eso es todo lo que es para ti, entonces suéltala.
Te patearé el puto culo por eso, pero a la larga sería mejor si no puedes tratarla
como se merece. Ella es la mejor cos...
—Ella es mía. Punto. No dejaré que se vaya, nunca. Y tengo la cabeza bien
puesta sobre eso, Petey—le digo con firmeza, interrumpiendo su próxima
diatriba.
Petey deja de hablar. Me mira fijamente por un momento y luego asiente.
—Bien. Me alegro de escuchar eso, hijo. Estoy realmente contento. Tiene

buen corazón y te ha concedido el beneficio de la duda más de una vez. Sin
embargo, no presiones tu suerte. Aprendí esa lección de la manera más difícil,
me costó mi matrimonio y no quiero verte cometer el mismo error. Ava es leal.
No se encuentran muchas así en el mundo de hoy. Atesórala, no la destruyas. —
Petey duda por un momento y entonces me pregunta—. ¿Te ha dicho por qué
estuvo en el sistema cuando era niña?
—Sí, lo hizo. Es una sobreviviente—respondo.
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—Quiero encontrar a su madre si todavía está viva. No para Ava. Ella no

quiere conocer a su madre, nunca y no puedo culparla por eso. Pero porque
quiero que su madre vea lo que tiró como basura. Quiero que sepa que su hija es
una persona hermosa, por dentro y por fuera, y no por su madre sino a pesar de
ella. Quiero que la mujer se sienta como el montón de mierda que es. Quiero
triturarla en la tierra y dejarla allí—dice Petey enojado.
—Estoy contigo en eso, Petey. Sin embargo, la mujer no merece conocer a

Ava y no merece aliviar su conciencia sabiendo que no mató a su hija. No se
merece una mierda—respondo.
—Sí, es cierto—coincide.
Chubs entra desde la cocina con Mac todavía posado en su hombro. Chubs
lleva un cuenco de fruta y un plato lleno de patatas fritas y sándwiches. Se deja
caer al otro lado de Petey. Mac salta a la barra y Chubs desliza la fruta hacia Mac.
—Hola Petey, Gunner—dice Mac agitando su ala hacia nosotros.
—Hola, Mac—se ríe Petey.
—Hola, Mac—digo.
—Si vas a estar por aquí hoy, Petey, ¿quieres cuidar a las mascotas por mí?
Tengo algunas cosas que hacer en el trabajo, pero también puedo llevarlas
conmigo. Realmente no importa. Me gustan estas pequeñas mierdas—dice
Chubs con un bocado de comida.
—¡Palabrota!—grita Mac.
Chubs deja el sándwich, saca una nuez de la India del bolsillo y se la da a

Mac.
—Gracias—dice Mac comiendo la nuez que estoy bastante seguro de que

Ava le dijo que nunca más volvería a comer.
—¿De qué trata eso?—pregunto agitando mi mano entre Mac y Chubs.
—La versión de Mac de un tarro de palabrotas—responde Chubs sonriendo—

. Yo maldigo, y él consigue una nuez. Me está ayudando a limpiar mi vocabulario
para que no aprenda malas palabras de mí y Ava no me toque los huevos.
—¡Palabrota!—grita Mac de nuevo. Y recibe otra nuez de la India de Chubs.
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—Ese jodido pájaro te está entrenando bien, Chubs—se ríe Petey—. ¡También
es más inteligente que tú!
—¡Palabrota!—grita Mac.
—No funciona en mi Mac—se ríe Petey.
—¡Mierda!—responde Mac.
Me río de Mac cuando me vuelvo hacia Petey y le digo:
—Le llevaré el almuerzo a Ava en unos minutos. ¿Quieres viajar un rato?

Podemos llevar las mascotas para que Chubs pueda hacer algunas cosas.
—Me llevaré a Loki y Gee conmigo. A los tipos del negocio les encantarán—
dice Chubs. Tú te llevas a Mac. De todos modos me estoy quedando sin nueces.
—Sí, vamos. Pero también me invitas a comer—responde Petey, cogiendo a

Mac.
Yo no puedo creer que Petey tenga que darme indicaciones para llegar al
negocio de Ava. Nunca he estado aquí y debería haberlo hecho, ya que es mi
mujer. Me acerco a la puerta principal y estaciono mi camioneta. Me siento como
un idiota por haberme olvidado de ver el lugar que es tan importante para Ava.
Pero ahora que estoy aquí, debo admitir que estoy impresionado. Obviamente es
demasiado femenino para mí, pero encaja con su personalidad. Es lindo y
peculiar. Señalización rosa, blanco y negro en el frente que anuncia su nombre:
Sweet Angel Treats. El cartel tiene un pequeño ángel en la esquina flotando y
sosteniendo un cupcake.
Agarro el almuerzo, Mac se sube al hombro de Petey y entramos por la puerta

principal. Noto la tarta de la moto en una vitrina de inmediato y me dirijo en esa
dirección. El detalle es asombroso. Chubs nos lo había contado, pero ver la tarta
en persona es otra historia. El talento de Ava es evidente en cada pequeño detalle
de la tarta. Petey está tan impresionado con eso como yo, si su “Jódeme” es una
indicación.
—Hola, Trudy—grita Mac.
Me doy la vuelta y veo a una linda morena en el mostrador. Tiene rizos

elásticos y una gran sonrisa en el rostro. Ava ha hablado muy bien de Trudy y
puedo ver por qué. Es perfecta para el frente de la tienda.
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Trudy sale de detrás del mostrador y camina hacia nosotros. No es hermosa

como Ava, pero es bonita y tiene una bonita figura. Pero su personalidad brilla y
eso es lo que más te llama la atención. Y me doy cuenta de que ha visto a Petey,
que está un poco más erguido y le devuelve la sonrisa.
—¡Hola, Mac! Te ves sexy hoy —dice Trudy mientras nos alcanza.
—Por supuesto—responde Mac.
—¡Dios mío, debéis ser Gunner y Petey! Ava dijo que un motero sexy y rudo
le iba a traer el almuerzo hoy, pero no dijo que vendrían dos que encajaran con
esa descripción—dice Trudy sonriendo a Petey.
Trudy le tiende la mano a Petey y se presenta.
—Hola, Petey, soy Trudy. Es un placer conocerte después de escuchar a Ava

hablar de ti todo el tiempo.
Se dan la mano con Petey sonriendo de oreja a oreja.
—¡Hola, Gunner! Mucho gusto. Si que eres alto y grande, ¿verdad? Guau.
—Hola, Trudy. Encantado de conocerte. Y gracias por ayudar a Ava cuando

cocinaba para nuestra Poker Run. Me dijo cuánto confía en ti, así que gracias—
digo estrechándole la mano.
Ella me sonríe.
—Ok muchachos, dejen de coquetear con todas las chicas bonitas que vean y
denme de comer—dice riendo Ava mientras sale de la cocina y se acerca a mí.
Me inclino para un beso y al mismo tiempo recibo un abrazo de cuerpo

entero. Ava se inclina hacia mí y luego mira hacia Petey y Mac.
—¡Hola, chicos!
—¡Hola, mamá!—dice Mac, saltando del hombro de Petey al de Ava en una

ráfaga de alas y plumas.
Trudy sonríe, saluda en voz baja y regresa al mostrador. Todos caminamos

hacia una mesa que señala Ava y nos sentamos. Mac se sienta en el respaldo de
una silla vacía. Dejo nuestro almuerzo en la mesa y empiezo a sacar nuestros
recipientes de comida china para llevar. Todos se sumergen y hablamos muy
poco mientras comemos. Mientras terminamos, Petey le cuenta a Ava sobre las
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payasadas de Chubs y Mac y su trato del “tarro de palabrotas”. Ava se ríe y es

una vista hermosa. Saber todo a lo que ha sobrevivido y, sin embargo, verla
disfrutar tanto de pequeñas cosas como su pájaro burlándose de un hermano del
club. Es fuerte y positiva. Mira hacia adelante, no hacia atrás. No se detiene en lo
que ha sido malo en su vida, sino que utiliza esas experiencias para fortalecerse
y obtener mejores resultados en el futuro. ¿Cómo no admirar esa habilidad?
—Me encanta la tarta de la moto, cariño. Increíble la cantidad de detalles que

pones en eso—le digo a Ava.
Ella me da una enorme sonrisa. Está orgullosa de la tarta y debería estarlo.

Es asombrosa.
Miro alrededor de la tienda y mi boca se babea cuando veo todos los

diferentes pasteles y dulces en las distintas vitrinas. Hay pasteles de todos los
sabores exhibidos en pequeñas mesas y mostradores, una exhibición completa de
cada dona y bagel que pueda imaginar. Hay tartas en bonitos platos en una
vitrina, y diferentes pasteles porciones pequeñas en otra. Tiene casi todos los
tipos de postres expuestos en alguna parte. El mostrador antiguo con taburetes
estilo diner está lleno de clientes comiendo dulces y bebiendo café. Hay pequeñas
mesas y cabinas esparcidas por la tienda junto con un área que tiene algunos
sofás y sillas cómodas. La tienda está bastante llena y hay un flujo constante de
clientes que entran y salen comprando cosas para llevar a casa.
Observo que hay una chica joven, probablemente de corta edad para la
Universidad, que se mantiene ocupada simplemente llenando las cajas y
empaquetando dulces para los clientes a los que Trudy está cobrando y
saludándolos con una sonrisa. Mi mujer tiene un negocio próspero. Estoy
jodidamente orgulloso de eso, sabiendo que tengo a alguien en mi vida que no le
teme al trabajo duro y que irá detrás de lo que quiere.
Vuelvo a sintonizar la conversación entre Ava y Petey, acerco mi silla a Ava

y dejo caer mi brazo sobre sus hombros. Me inclino, le doy un beso en la sien y
le digo en voz baja:
—Me encanta la tienda, nena.
Ava se gira y me roza suavemente la boca con sus labios y responde con la
misma tranquilidad:
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—Gracias.
Trudy se acerca a la mesa y pregunta si puede traernos el postre. Ava pide

un café y Petey y yo estamos perplejos. Hay tantas opciones para elegir y,
sinceramente, quiero algo de todo.
Cuando le digo a Trudy ella se ríe y dice que se lo deje a ella y se aleja.
—¿Cómo trabajas aquí y te mantienes tan delgada Ava?—pregunta Petey

mirando todas los dulces en exhibición.
—Clases de artes marciales y corro. Además, cuando lo estás preparando

durante todo el día, terminas tomando pequeños bocados de esto o aquello para
poder ajustar los sabores y consigues mucho al final del día y eso me impide
comer grandes porciones de todo—explica.
Trudy se acerca y deja una bandeja con una docena de dulces y tazas de café
diferentes para todos.
—Si encontráis algo en esa bandeja que querríais repetir, solo gritad. No
estaré lejos—afirma Trudy guiñándole un ojo a Petey y se aleja.
—Te quiero muchísimo, Petey, lo sabes, pero haces lo mismo que hizo Fang
y me cuesta a Trudy como empleada, y te haré mucho daño—afirma Ava con
calma.
Petey le sonríe inocentemente y comienza a llenarse la boca de dulces.
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Capítulo 21
-:¦:- Ava -:¦:-
Después de que los hombres y Mac se van, vuelvo al trabajo. No tengo

mucho que terminar antes de poder irme, así que lo hago y voy a buscar a Fang.
Lo encuentro enfrente de una cabina enviando mensajes de texto en su teléfono.
Cuando me acerco, pone el móvil bocabajo sobre la mesa.
—¿Lista para irte?—me pregunta Fang.
—Si. Estoy lista. Sin embargo, necesito detenerme en Whole Foods en el

camino por algunas cosas. Luego una breve parada en mi casa. ¿Está bien?
—Claro—refunfuña, todavía sin hacer contacto visual.
Me doy la vuelta para irme y me doy cuenta de que vuelve a levantar el

teléfono, desliza la pantalla y sigue enviando mensajes de texto. Salgo de la
tienda y entro en mi Camero estacionado en la parte trasera. Me siento allí con el
coche en marcha, esperando a Fang. Tengo un mal presentimiento y no sé por
qué. Me recuerdo que Gunner confía en él y yo también debería hacerlo, pero
también sé que es mi responsabilidad mantenerme a salvo. Todavía siento un
hormigueo en los pelos de la nuca.
Después de unos momentos, Fang sale por la puerta trasera y se dirige a su

moto haciéndome señas con la mano para que me vaya. Salgo y conduzco hacia
Whole Foods con Fang siguiéndome. Entro en el estacionamiento, reviso mis
alrededores, salgo del coche y entro. Me muevo por la tienda rápidamente
agarrando todo lo que necesito, pago y empaco mis comestibles. Decido ponerlos
en un carrito, en lugar de cargarlos, siguiendo el consejo de un ex instructor de
autodefensa que me dijo que no cargara los brazos en caso de que los necesitara
para protegerme.
Sé que yo sueno paranoica. No me juzguen. Ignoré mis instintos una vez y

pagué caro por eso. Nunca más. Es posible que algún día no pueda salvarme, no
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puedo controlar las acciones de otras personas, pero puedo hacer todo lo posible
para no ponerme en una mala situación o no ser consciente de lo que sucede a mi
alrededor. Ten cuidado, estate preparada, solía decir mi instructor.
Me detengo en la puerta de la tienda y miro a mi alrededor. Veo a Fang

esperando en su moto, una vez más está enviando mensajes de texto. Mantengo
la cabeza erguida, los ojos atentos y me dirijo directamente a mi coche. Dejo las
compras en el asiento del pasajero y me acerco a Fang.
—No voy a casa primero. Me voy directa a la casa club—le digo.
—¿Pero qué carajo, Ava? Dijiste que ibas a tu casa primero—dice irritado—.
Deja de preocuparte por cada pequeña cosa, ve a casa, consigue lo que necesitas
y luego iremos con Gunner. Tranquila.
Dudo. Tiene razón. Sería más fácil para mí ir a casa, conseguir una muda de
ropa para el trabajo mañana y después ir con Gunner. Pero siento esta necesidad
de llegar a Gunner. No puedo explicarlo, pero necesito a Gunner cerca. Puedo
conseguir ropa por la mañana.
—No necesito ir a mi casa—le miento a Fang.
—¡Dios, joder Ava! ¡No quiero tener que levantarme incluso más temprano
mañana para que tengas tiempo de ir a tu casa primero! Mi trabajo es mantenerte
a salvo. Una maldita niñera. Eso no significa que tú des las órdenes. ¡Mierda!—
me gruñe.
Estoy sorprendida por su arrebato, pero no voy a dar marcha atrás y ya no

estoy parada en medio de un estacionamiento discutiendo con él. Giro sobre mis
talones, entro en mi coche y salgo en dirección a la casa club. A la mierda con él.
Puede seguirme o no, no me importa. Lo veo siguiéndome, pero está hablando
por teléfono probablemente quejándose con Gunner por su mujer. No voy a
tenerlo mañana como niñera. No me importa lo que diga Gunner sobre eso.
Me detengo en un semáforo en rojo y veo a Fang unos coches detrás de mí.

El semáforo se pone verde y conduzco a través de la intersección y giro a la
derecha en la autopista. Hay muy poco tráfico y me relajo un poco hasta que
escucho el rugido de más de una moto. Miro por el espejo retrovisor y veo cinco
motos detrás de mí. Ninguno de ellos es Fang. Todos tienen viseras en sus cascos
y están bajas, ocultando el rostro de los moteros. Vienen rápido y los veo
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dividirse, con uno a cada lado de mi coche. Se quedan detenidos a la par de mis
puertas y la de la derecha está en el arcén pavimentado de la autopista, ni siquiera
en un carril.
Había puesto el teléfono en el asiento del pasajero. Lo recojo, lo abro y le doy

contacto a Gunner. Lo coloco en el altavoz y lo dejo de nuevo, justo cuando veo
al motero a mi izquierda que me señala para que gire hacia la siguiente salida a
la derecha. Sí, a la mierda con eso.
—Gunner, nena. ¿De camino aquí? —me pregunta.
Estoy empezando a ponerme realmente nerviosa, pero lucho por mantener

la voz tranquila.
—Estoy en la autopista, a unos trece kilómetros del desvío y estoy rodeada

por cinco motos que intentan hacer que me detenga—le digo con voz firme.
—¡Mierda! ¿Dónde está Fang?—me grita.
—No sé y no me importa. En este momento, solo me importa llegar a ti—le

respondo.
Escucho a Gunner gritando en la habitación. Espero a que termine de dar sus

órdenes pero mientras espero miro a mi izquierda de nuevo y veo al motero
sosteniendo una pistola en la mano izquierda y conduciendo con la derecha.
—Ellos tienen armas. Tengo que salir de aquí, cariño—le digo a Gunner con
un temblor nervioso en la voz. Sé que lo oye y puedo decir que está en
movimiento cuando me responde.
—¡Mueve el culo, bebé! Haz lo que tengas que hacer para llegar aquí y estar
a salvo. Los hombres van hacia ti, pero conduces directamente hasta aquí. Ellos
se ocuparán de los moteros. Mantenme en línea, dulzura.
Dejo caer mi pie con fuerza en el pedal del acelerador y el coche responde
maravillosamente. Me alejo un poco de los moteros y los veo por el espejo
acercándose nuevamente a mí. Estamos a casi ciento sesenta kilómetros por hora
y nos acercamos rápidamente a unos pocos coches delante de nosotros.
—Me estoy acercando rápidamente a otros coches, Gunner. Voy a tratar de

usarlos para quitarme de encima a las motos—le digo más para mantener la
mente ocupada y no pensar en los moteros que me persiguen.
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—Ten cuidado, Ava. Todo lo que me importa es que llegues aquí en una
pieza—gruñe.
Sé que tiene que estar frustrado y enojado porque no puede ayudarme en

este momento.
Los moteros están a mi lado nuevamente y lentamente me acerco al de mi

izquierda, lo que hace que él se desvíe hacia el siguiente carril, entonces piso el
acelerador nuevamente y me adelanto al coche que está frente a mí. Eso fuerza al
motero a mi derecha a reducir la velocidad y usar el arcén para adelantarse al
automóvil. Esto me da un pequeño respiro para acelerar un poco más y
adelantarme. Sé que en unos pocos kilómetros tengo que reducir la velocidad y
girar a la derecha para llegar a la carretera que conduce a la casa club, pero sé
que ellos también son conscientes de esto. Quiero llegar a ese camino antes que
ellos, pero estoy nerviosa por estar en ese camino porque no habrá nadie más que
nosotros si las cosas se van a la mierda.
Dejamos el coche muy atrás ya que ahora estamos a más de ciento noventa
kilómetros. De repente, un motero pasa volando junto a mí y se detiene
directamente frente a mi coche. Los otros cuatro están a ambos lados y en el
parachoques trasero. El motero al frente agita una pistola en el aire a modo de
advertencia.
—Reconozco su parche, Gunner. Son los Banditos. Lo vi en sus chalecos en

la barbacoa.
—OK, nena. Solo concéntrate en conducir—responde.
—Estoy casi en el desvío. ¿Lo tomo o no? —le pregunto.
—Sí, si puedes. Si no, nosotros iremos hacia ti—responde tenso.
De repente, hay un disparo. Es ruidoso y aterrador. No me molesto en buscar

quién me disparó, presiono más fuerte el acelerador y ahora estoy muy cerca de
la parte trasera de la moto que está delante de mí, no puedo ver su neumático
trasero. Quien disparó, o falló a mi neumático o fue solo una advertencia.
Otro disparo y mi ventana trasera explota. Oigo a Gunner gritar pero no

puedo escucharlo. Me muevo hacia la derecha y me niego a reconocer que acabo
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de enviar a un motero a la cuneta a gran velocidad. Ni siquiera miro. Vuelvo a

mi carril y piso los frenos mientras agacho la cabeza instintivamente.
Escucho los neumáticos chirriar y siento el impacto de una moto o motos

golpeando mi parachoques trasero y un golpe en lo que queda de la ventanilla
trasera o del techo, pero con la misma rapidez, levanto la cabeza y piso el
acelerador con fuerza. Miro por el espejo retrovisor y veo una moto deslizándose,
sin conductor, por la autopista.
—Dos menos, quedan tres—murmuro para mí.
Otro disparo, una fuerte explosión, hay cristales volando sobre mí y la

ventanilla del lado del conductor desaparece. Siento un dolor punzante en el
brazo pero no miro hacia abajo. Veo mi desvío y lo tomo tan rápido como creo
que puedo para dar la vuelta. La parte trasera de mi coche se desliza hacia la
izquierda con fuerza, pero mantengo el control y sigo avanzando. Tengo un solo
trabajo para hacer y es llegar a Gunner.
—¡Ava! ¡Ava! ¡Mierda! ¡Ava! —escucho a Gunner gritar.
—Estoy de camino a la casa club y estoy entrando sin disminuir la velocidad.

¡Asegúrate de que la puerta esté abierta porque no voy a detenerme, Gunner!—
le grito de vuelta.
—¡Dios, mierda Ava! ¡Dios bendito! Conduce hasta que me veas, bebé. ¡No
te detengas por nada!
En ese momento veo a un motero solitario que viene detrás de mí, pero no sé
adónde se han ido los demás. Veo cuatro moteros que vienen hacia mí en la
carretera de dos carriles en la que estamos. Cuando pasan volando a mi lado, veo
a Axel a la cabeza y me hace señas hacia la casa club. Ni siquiera me detengo.
Voy a ciento cuarenta y cinco kilómetros por hora en un camino lateral y no me
importa. Veo el camino de entrada de la casa club y reduzco la velocidad apenas
lo suficiente para dar la vuelta y, mientras me deslizo de lado, veo al prospecto
que me abre la puerta y piso el acelerador nuevamente yendo directamente hacia
Gunner que corre por el camino hacia mí.
Piso bruscamente los frenos, me deslizo hasta una parada polvorienta y

pongo la palanca de cambios en estacionamiento. Voy a abrir la puerta para salir,
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pero no puedo hacer que mi brazo funcione correctamente, así que solo espero
los pocos segundos que Gunner tarda en alcanzarme.
Abre la puerta de golpe y me saca a sus brazos. Mis pies ni siquiera tocan el
suelo. No sé cuál de nosotros está temblando más fuerte. Entierro mi cara en su
cuello y aguanto con mi brazo derecho.
Siento y escucho a otros reunirse a nuestro alrededor, pero no voy a soltar a

Gunner. Mueve su brazo hacia abajo, rodea mis piernas juntas, me acuna contra
su pecho y comienza a moverse hacia la casa club. Nos lleva adentro y a un sofá
donde se sienta y me mantiene cerca en su regazo.
Lo siento dejar caer besos en mi coronilla y finalmente me aparto lo suficiente

para ver su rostro. Está pálido y preocupado y sé que estaba tan asustado como
yo.
—Estoy bien. Estoy aquí. Estás aquí. Todo está bien ahora—murmuro.
—Sí, bebé, sí—responde frotando la mejilla contra el costado de mi cabeza.
Hay una conmoción a nuestro alrededor, miro hacia arriba y veo a Loki y
Gee parados cerca. Petey está cojeando hacia nosotros con sus muletas y está tan
pálido como Gunner. Mac está sobre su hombro.
—Mamá, ¿estás bien?—grita Mac.
—Sí, Mac, estoy bien.
—¡Y una mierda lo estás!—grita Petey mientras se acerca a nosotros—. ¡Estás

sangrando por todo el lugar!—
Gunner nos pone de pie y luego me vuelve a sentar en el borde del sofá.
Suavemente toma mi brazo y examina la herida.
—Consígueme unas toallas limpias, un paño húmedo y llama al doctor.

¡Ahora!—grita.
—¡Gunner al hospital! ¡Necesita ir al hospital! —grita Petey.
—¡Mierda! Sí, vámonos—dice Gunner mientras se inclina para levantarme.
—¡No! ¡Detente! Chequéala primero. Puede que solo necesite puntos de

sutura. Por favor, Gunner, no quiero ir al hospital. Esos lugares me enloquecen.
¡Por favor!—insisto.
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Yo rogaré si es necesario.
—Entro con una herida de bala y tengo que responder preguntas. Y explicar
por qué hay moteros desparramados por la autopista en pedazos. Y no me llevo
bien con la policía, Gunner. Sabes por qué. ¡Me asustaré y haré el mayor ataque
de histeria que jamás hayas visto si me haces lidiar con la policía!—lo amenazo,
más que un poco histéricamente.
—Ok, bebé, cálmate. Conseguiremos que deje de sangrar y decidiremos

entonces—dice Gunner.
Gunner cae de rodillas frente a mí y Petey se sienta a mi lado en el sofá y

suavemente toma mi brazo y lo coloca en su pierna. Alguien le entrega los
artículos que Gunner exigió y Petey comienza a limpiar la sangre para encontrar
la herida.
Me duele ahora que tengo tiempo para pensar en ello y estoy tratando de no
estremecerme y alejarme. Me dispararon en el bíceps. Atravesó la parte superior
del músculo. Más que un roce, pero no tocó el hueso. Tuve suerte. Gunner tiene
un fuerte agarre en mi otra mano y creo que esto lo le está doliendo más que a
mí.
Me doy cuenta de que estoy temblando. Conmoción. Intento ocultarlo, pero

eso no va a pasar desapercibido a Gunner y Petey. Gunner se pone de pie, se
sienta en el brazo del sofá junto a mí y se inclina abrazándome.
—Lo siento. Estoy tratando de calmarme. Dios, lo siento. He tenido peores

lesiones. ¡Lo siento mucho! Soy un desastre—le susurro.
—Lo estás haciendo bien, cariño. Muy bien. Sé que esto duele, pero aguanta
—dice Petey escuchándome.
—Aquí, traigan un trago de Jack. Joder, trae la botella—grita Gunner.
Un prospecto, al que llaman Bozo, llega corriendo con una botella de Jack y
un vaso de chupito y se los entrega a Gunner.
Gunner empuja un vaso lleno de Jack en mi mano buena y me ordena que

beba.
—Realmente no bebo mucho, cariño—lo instruyo—. No puedo manejar el

alcohol y hablo como un loro cuando bebo.
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—Bien. Ponte habladora, pero bebe—me ordena.
—Ok. Has sido advertido—digo mientras bebo un trago.
Toso, jadeo y mis ojos se llenan de lágrimas. ¡Mierda! Eso duele.
—¡Gunner! Doc no puede venir hasta dentro de varias horas. Está atado en
el hospital—dice un miembro que aún no conozco. Creo que su nombre es Pigeon
pero no estoy segura.
Petey se ríe mientras Gunner coloca otro chupito en mi mano.
—Parece que vas a ser la primera persona a la que he cosido que va a estar
hablando sin parar, ¿no es así, muñeca?
—Probablemente Petey. Prepárate para un caso grave de vómito verbal—le

advierto—. Y ataque de risas. Y verdades que probablemente no necesites
escuchar. Es como un suero de la verdad para mí.
—Antes de que eso suceda, vamos a moverla a una mesa para que pueda
coser esto. Pero primero necesito limpiarlo y hacer que el sangrado se detenga.
Gunner me ayuda a ponerme de pie y me lleva a una mesa. Me sienta, me da

otro trago y se sienta a mi lado.
La puerta se abre y entran varios hombres, Axel a la cabeza. Caminan hacia

nuestra mesa y Axel se acerca a mi lado y me da un abrazo de un brazo por detrás
y un beso en la coronilla.
—Necesitamos hablar—dice Axel volviéndose hacia Gunner.
—Después de que Ava sea suturada—dice Gunner.
—Ve Gunner. Estoy bien. ¡Hola Reno! Petey puede manejar esto y tienes un
club que dirigir. Problemas que resolver. ¡Hola, Trigger! ¡No te he visto en un
tiempo! Gente para mutilar. Mierda que hacer. Culos para patear. Y tú…
—Mierda. No estaba bromeando sobre el alcohol—se ríe Petey.
—¿La pequeña Ava no puede soportar el alcohol?—pregunta Axel.
—De ninguna manera. La hace habladora. Y veraz. Esto podría ser divertido
—responde Petey.
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—Estoy bien Axel. ¡Gracias por preguntar! ¡Hola, Gee! ¡Amo la camiseta!
¡Mierda! Tengo víveres en mi coche. ¡Si mis huevos se rompen, las cabezas van a
rodar!—les informo seriamente.
—Creo que ya lo hicieron Ava—dice Reno mirando a Gunner

significativamente.
¿Tienes esto controlado, Petey? Bozo, ayuda aquí si es necesario. Oficina,

ahora—gruñe Gunner volviéndose y saliendo de la habitación. Varios de los
hombres lo siguen.
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Capítulo 22
-:¦:- Gunner -:¦:-
—Habla—ordeno tan pronto como se cierra la puerta. Me siento en el

borde de mi escritorio con los brazos cruzados.
—Ava tenía razón. Fueron los Banditos. La autopista es un desastre. De

ninguna manera evitaremos que pronto la policía esté aquí para hablar con ella.
Seguramente alguien los llamó y probablemente dio una descripción de su
coche—dice Axel suspirando y pasándose la mano por su cabello inexistente.
—Trigger, lleva el coche de Ava al taller. Usa los caminos secundarios. Haz
que los muchachos dejen todo, lo arreglen y vuelvan a pintarlo. Píntalo de gris.
Mantenlo fuera de la vista por ahora. Descubriremos qué hacer al respecto
después—ordeno. Trigger se levanta inmediatamente y sale de la habitación.
—Cualquiera que tenga una dama o miembros de la familia podría querer

llevarlos a un lugar seguro hasta que veamos cómo se desarrollará esto. Pueden
venir aquí si es necesario. Envía a un prospecto para comprar alimentos, agua,
ese tipo de cosas—sugiere Axel.
—Buena idea. Háganselo saber a los hombres cuando terminemos aquí.
—¿Dónde estaba Fang durante todo esto?—pregunto.
—Cuando pasamos junto a Ava, Fang estaba detrás de ella, pero un poco
lejos. No sé por qué no estaba en su culo. Todavía no he hablado con él—
responde Axel.
Camino hacia la puerta, la abro y grito:
—¡Fang! ¡Entra aquí!
—¿Qué tan grave es la lesión de Ava?—pregunta Reno.
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—Disparo en el bíceps. Sangrando como el infierno, pero no se golpeó

ningún hueso. Necesitará puntos, pero debería estar bien si la infección no se
convierte en un problema. Estuvo jodidamente tranquila hablando por teléfono
conmigo durante toda la puta tormenta y le metí algo de Jack justo cuando
empezaba a temblar. Es dura como el infierno y ha sobrevivido a cosas peores
que esto. Estará bien.
Fang entra por la puerta y la cierra silenciosamente detrás de él. De repente

parece viejo para un hombre de 30 años en su mejor momento.
—Te lo pregunto una vez y no tengo paciencia para las mentiras, Fang.
¿Dónde mierda estabas mientras le disparaban a mi mujer? —le gruño.
—Nos separamos en un semáforo en rojo y después estaban sobre ella antes

de que pudiera alcanzarla. La mierda cayó rápido. Lo siento, hombre. Ella estaba
conduciendo rápidamente y cuando me acerqué a ella de nuevo, ya había
eliminado a dos de ellos. Cuando llegó al desvío, los demás siguieron recto y yo
di la vuelta para seguirla hasta aquí.
—¿Alguien la seguía cuando saliste de la tienda?—le pregunto.
—No, me habría dado cuenta si nos seguían—responde Fang.
Lo miro con escepticismo. No estoy seguro de si creerle o no.
—Bien. Volveremos a hablar sobre esto más tarde—digo indicando que

puede irse.
Fang sale de la habitación y me doy cuenta de que Axel está observando

cómo me siento inseguro acerca de un miembro del club.
—Jefe, mira esto—dice Pooh empujando la puerta y tendiéndome un

teléfono.
Lo tomo y noto que es el teléfono de Ava. Tiene un icono parpadeando y

vibrando. Deslizo el icono y aparece un mensaje.
—Ventana noroeste, rota.
—¡Consigue a Rex!
—Estoy aquí, Gunner—dice Rex mientras empuja a Pooh.
Le entrego el teléfono y comienza a deslizar y hacer clic en cosas.
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—Necesito ir a mi habitación donde está mi equipo, pero alguien ha entrado

en la casa de Ava. No sé si este sistema está conectado a la policía, así que
responden automáticamente, o no, pero sus cámaras están encendidas y creo que
podemos obtener un video de quien está allí. Esta alarma ha estado sonando
durante bastante tiempo por lo que parece. Ella no debe haberla oído vibrar, tal
vez tenía la radio encendida. Te haré saber lo que encuentro. Sin embargo, es
posible que debas enviar a algunos hombres allí. Ver qué pasa—aconseja Rex.
—Enviaré a Cash y Reeves—dice Axel, saliendo de la habitación.
—¿De dónde sacaste su teléfono, Pooh?—le pregunto.
—Estaba sobre el asiento de su coche. Agarré eso y su bolso antes de que

Trigger se lo llevara. Noté que estaba vibrando y vi el mensaje.
—Necesitamos llamar a Iglesia. Reunión abierta, todos deben estar aquí

excepto aquellos que se fueron para limpiar este desastre—le digo a la sala.
***
Después de hacer algunas llamadas telefónicas, necesito encontrar a Ava y

ver cómo está. No tardo mucho en encontrarla cuando escucho las risas cerca de
la barra y la veo sentada en un taburete, con la cabeza en la mano sana y el codo
apoyado en la barra. Obviamente, Petey la ha cosido basándose en el gran
vendaje envuelto alrededor de su bíceps izquierdo. Y según la expresión de su
rostro, ha mantenido a Jack fluyendo.
Noto que Loki se queda cerca de ella, acostado a sus pies, pero su cabeza está
levantada y sus ojos están atentos. Mac se pavonea por la barra amando la
atención y Gee se estrella de lado cerca de un sofá.
Me acerco, pongo mi antebrazo alrededor de Ava y lo coloco en la parte

superior de su pecho, tirando de su espalda contra mi pecho y depositando un
beso en su cabeza. Tengo algo de tiempo que matar hasta la Iglesia y necesito
pasarlo con ella. Necesitaba ver con mis propios ojos que estaba bien. Noto que
varios de los hombres están cerca, incluidos los habituales, y
desafortunadamente Katey está detrás de la barra con el prospecto
aprovisionando a los hombres con cerveza y whisky. Tiene una mirada
desagradable en el rostro y estoy tentado de echarla, pero tengo cosas más
importantes de las que preocuparme hoy.
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—¡Bueno, creo que es estúpido! ¿Qué motero va a querer una dama que no
puede tomar unas copas sin convertirse en una idiota máquina de hablar? — dice
Katey disgustada.
Obviamente, entré durante una conversación en curso que recién comienza

a mejorar.
¿Qué? ¡Dispárame, a todos los hombres les gusta una buena pelea de gatas!
—¡Bueno, creo que es una estupidez que a los hombres le gusten las tetas
falsas! ¿Quién quiere tener una boca llena de plástico? Quiero decir, en serio,
piénsalo. Podrían simplemente masticar una jarra de leche vacía. ¿Dónde está la
emoción? ¡No quiero tener la boca llena de un consolador de plástico! Lo real
siempre es mejor, si me preguntas—declara Ava arrastrando un poco las
palabras. Sí, está borracha.
Los tipos se ríen a carcajadas con este debate. Tengo que admitir que Ava
tiene razón cuando lo piensas de esa manera.
—No sabrías qué hacer con una polla en la boca—responde Katey.
—Puede que no tenga tu experiencia, Thunder Cunt5, pero no todas pueden

aspirar a tener una espalda llenas de callos. Algunas de nosotras preferimos la
calidad a la cantidad—responde Ava.
—¿Thunder Cunt?—ruge Katey.
—Lo siento. Eso fue grosero. ¿Qué tal Kneepad Ninny6?—pregunta Ava
tratando de parecer inocente.
Petey sirve otro trago de Jack para Ava y lo empuja hacia ella. Ava lo mira
como si tuviera las respuestas a la vida en el fondo, pero se lo bebe de un trago y
5
La verdadera palabra es Thundercunt. Thunder es trueno, Cunt coño. El término se
usa para describir a una persona que actúa como un coño, un jodido cabrón que altera
el comportamiento meteorológico de la Tierra, lo que resulta en tormentas casi
apocalípticas con niveles letales de truenos. Este es el peor nivel de coño que puedes
conseguir.
6
Kneepad es rodillera. La protección que se usa para las rodillas. Ninny es una persona
estúpida.
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185
golpea el vaso contra la barra. Se vuelve hacia Petey y lo mira fijamente por un
momento.
—¿Qué?—pregunta Petey.
—Estás muy caliente para ser un hombre mayor. Deberías ligar con Trudy.
Ella podría terminar siendo mi manager algún día y sus tetas también son reales.
Como las mías. Y ningún tipo de enfermedad venérea ha sido nombrada en su
honor. Y eso es algo bueno—susurra y grita la última parte a Petey.
Mi chica ha recibido demasiados tragos de Jack y veo cabello siendo sujetado

y vómitos en nuestro futuro. Pero ella no siente dolor, ni está asustada por haber
recibido un disparo y, sobre todo, es hermosa, hace que los hombres se rían
durante algunos momentos estresantes y es una borracha divertidísima.
—Y hablando de estúpidas, Ava, ¿qué clase de nombre es Gee? ¿No se te

ocurre nada más original que una letra?—interrumpe Katey con una mueca de
desprecio.
—Su nombre es Magnum P.I… G. Lo llamo Gee para abreviar—responde

Ava.
—Su nombre es Magnum P.I. y ¿lo llamas Gee para abreviar? No lo entiendo.
No tiene sentido—sonríe Katey.
—Su nombre es Magnum P.I.G. (Pig: cerdo) Gee para abreviar—repite Ava
muy lentamente.
—Estúpido. No lo entiendo—resopla Katey.
Ava me mira y abriendo los ojos ampliamente, dice:
—¡Creo que es realmente posible follar hasta quedar estúpida!
Me rio a carcajadas. No puedo evitarlo. Es adorable. Me inclino para darle un

beso rápido y Ava agarra mi nuca y en su lugar lo convierte en un beso largo y
sensual. ¡Hurra para mí!
Ava se aleja lentamente, me hace un exagerado guiño de borracho y mira

hacia abajo de la barra hacia Axel, que le sonríe ampliamente. Supongo que le
toca a él recibir su atención y charla de borrachos.
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—Tú también eres bastante caliente, Axel. Si no fueras material de hermano

o tan malditamente femenino, definitivamente te follaría la pierna—se ríe Ava
señalándolo.
—¡Deja de decir que soy femenino, bruja!—grita Axel con una gran sonrisa.
—Amigo, eres un tipo femenino. Estás depilado como un hijo de puta. Tienes
tetas falsa. Te hidratas todo. Totalmente chic—dice Ava con aire de suficiencia.
Axel se pone de pie de un salto y comienza a flexionar sus músculos,

cambiando sus poses de fisicoculturista. Nos da la espalda, contrae el trasero
hacia Ava y dice por encima del hombro:
—¡Desearías tener este culo! ¡Está apretado! ¡No hay movimiento en este
meneo!
—Tu trasero sería un contenedor de basura en la cárcel, Nancy—ríe Ava.
Ella se está riendo de Axel con tanta fuerza que temo que se caiga del
taburete. Me acerco y la mantengo firme.
—Podría patear el trasero de cualquiera que intentara tocar mis golosinas—

replica Axel.
—¡Te darían un puñetazo!—declara Ava.
Siento que mi teléfono vibra en el bolsillo trasero, lo agarro y dejo de

sintonizar la pelea en curso con Ava y Axel.
—Yo, ¿qué encontraste?—pregunto alejándome de Ava.
—La ventana de su dormitorio fue forzada. Entraron allí y no se alteró mucho

más. No estoy seguro de lo que estaban buscando o si estaban esperando a que
ella regresara a casa. No tengo ni idea de cuál era su objetivo, pero por ahora
cerramos la ventana—me informa Reeves.
—Mierda. Muy bien, pueden volver a la casa club. Tenemos Iglesia en menos
de una hora.
—Ok .Prez. Llegaremos pronto.
Vuelvo a sintonizarme con las tonterías que ocurren en la habitación y no

tengo idea de cómo el tema se convirtió en el que estoy escuchando en este
momento.
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—No realmente. Quiero saber. ¡Dices que lo sabes todo, así que dímelo! —
grita Ava.
—¡No tengo idea de por qué otros hombres nombran sus pollas! No puedo
hablar por ellos, pero nombré a la mía porque es tan grande que es como si fuera
una persona. Piensa, reacciona a las cosas y tiene un apetito enorme—responde
Axel haciendo su mejor impresión de hiena.
—Es extraño cuando los hombres hablan de sus pollas en tercera persona.
Tengo dos senos, pero no les puse nombres y no les hablo como individuos—
reflexiona Ava—. Y otra cosa que no tiene ningún sentido para mí es ¿por qué un
hombre comería Criadillas7? Quiero decir, en serio, Nancy, yo no iría, bajo
ninguna circunstancia, a un restaurante, pediría y comería, la vagina de un
animal.
En este punto, Petey deja caer la frente sobre la barra y la golpea varias veces.
Me mira riendo.
—No ha dejado de hablar desde su primer trago. Tu mujer no puede soportar

el alcohol en lo más mínimo. Es hilarante, adorable y agotadora.
Mi teléfono vuelve a vibrar en mi bolsillo.
Rex: Fueron Banditos. Pirateé su cámara. Entraron y estaban esperando que volviera
a casa.
Yo: ¡Joder! ¿Cómo sabían que estaría allí en ese momento? Estaba viniendo para acá.
Rex: No estoy seguro, pero uno recibió una llamada y se fueron inmediatamente.
Había cinco de ellos.
Yo: El mismo número que la persiguió.
Rex: Ella te llamó 8 minutos después de que recibieron una llamada.
Yo: nos vemos en la iglesia
Guardo el teléfono en el bolsillo y escucho el último comentario de esta

salvaje y loca conversación.
7
Es un plato que se hace con testículos de toro.
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—Troto o corro en la cinta y uso un sujetador para detener el rebote. Cuando

los hombres corren, ¿usan algo para detener el balanceo? —pregunta Ava entre
risas. Ella es totalmente adorable.
***
Llevé a Ava a mi casa y la acosté. Está borracha. Alimenté y di de beber a las

mascotas y dejé a Loki a cargo. Cuando salí del dormitorio, todas las mascotas
estaban allí con ella.
Le dejo unos analgésicos en la mesita de noche y una botella de agua. Tengo

que volver a la casa club para la Iglesia, pero dudo en dejarla sola. Escribí una
nota corta para hacerle saber dónde estaba y que volvería tan pronto como
pudiera, y la dejé junto al agua.
***
Encuentro la casa club llena cuando regreso allí. Está tranquila y tensa. Todo
el mundo ha corrido la voz sobre lo que ha sucedido y todos sabemos que
significan cosas malas para el futuro cercano.
—Todos los miembros del club van a la Iglesia. Cualquiera que no sea
miembro, excepto los prospectos, debe irse. Por ahora, la casa club estará cerrada
para todos, excepto para los miembros, los prospectos y la familia—le digo a la
multitud.
Escucho las quejas de algunas de las putas del club y de los simpatizantes,
pero no me preocupan. Conocen el paño. Simplemente odian renunciar a la
comida, al alcohol y al sexo gratis. Lástima. Tenemos peces más grandes para
freír ahora mismo.
Entro en la Iglesia y tomo asiento. Golpeo el mazo y la habitación se queda

en silencio.
—¿Están todos al tanto de lo que sucedió hoy?—pregunto a la habitación.
Todas las cabezas asienten y escucho varios sí.
—Rex. ¿Qué has encontrado? —Dirijo la mirada en su dirección.
—Ava llamó la atención del oficial Stanaway por una queja de su vecino
sobre su perro. Stanaway se codea con los Banditos. No estoy seguro de si está
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recibiendo dinero en efectivo por favores, pero sé que tiene rienda suelta con las
putas del club. Consentido o no. Javier sabe que Ava es del Prez. Stanaway le ha
dado a Javier la información sobre dónde vive y trabaja. Y todos saben que cinco
Banditos intentaron sacar a Ava de la autopista hoy. Lo más probable es que la
secuestraran para presionar. En cambio, ella despachó a dos de ellos. Ambos
muertos. Los Banditos no estarán contentos de que su misión haya fallado y les
haya costado algunos hermanos.
—La mayor parte de esto ya lo conocemos Rex. ¿Algo nuevo?—interrumpe

Petey.
—Sí. Antes de que Ava viera a cinco moteros acercándose a ella, cinco habían
irrumpido en su casa y estaban esperando a que volviera. Ava cambió de opinión
acerca de detenerse en su casa antes de venir aquí. Inmediatamente después de
que cambiara de opinión, uno de esos moteros recibió una llamada. Salieron de
su casa y la encontraron en el camino. Entré en sus cámaras de seguridad y lo
tengo en video. Alguien les avisó—continúa Rex.
—Deben haber tenido a alguien siguiéndola desde su tienda. ¿Stanaway tal

vez? —pregunta Axel.
—Además, Ava tiene un enemigo poderoso. Un senador. Y al indagar en sus

antecedentes, encontré un vínculo entre el senador y los Banditos. Ese vínculo es
Stanaway. Es un mundo pequeño, señores. Stanaway asistió a un entrenamiento
especializado fuera del estado justo antes de que lo retiraran como detective.
Tomó ese entrenamiento con el sobrino del senador, el sheriff Mitch Carrington.
Según los registros del teléfono, se han mantenido en contacto. Dios los cría y el
viento los amontona—dice Rex sacudiendo la cabeza.
—¿Qué significa todo esto? ¿Están los Banditos comenzando una guerra con
nosotros por Ava y el Senador o porque quieren más territorio? —pregunta Reno.
—Ambos. Un objetivo común. Si nos eliminan, los Banditos consiguen más

territorio y un contacto poderoso y el sucio Senador consigue a Ava y con
nosotros fuera de su camino, ella no tiene protección—interrumpo.
—¿Por qué este senador acosa a Ava?— pregunta Petey.
Rex duda y me mira. No quiere contar la historia de Ava. Es de ella para

contarla o compartirla con quién ella quiera que la sepa. No estoy seguro de cómo
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lo sabe, pero Rex tiene una forma de descubrir muchas cosas que la gente quiere
mantener ocultas.
—Ava tuvo un encontronazo con sus sobrinos hace unos años. El senador le
ha guardado rencor. Vamos a dejar las cosas así. Sé que todos sois lo
suficientemente inteligentes como para saber que hay más en la historia, pero
Ava debe compartirla si así lo desea—les digo.
—Eso no importa en este momento. Lo que quiero saber es cómo vamos a

manejar esto con los Banditos—ladra Trigger.
—No. Lo que importa ahora es descubrir cómo los Banditos sabían que Ava
no se iba a casa y se dirigía aquí. Si ella tenía cola, ¿por qué Fang no lo fichó? ¿Por
qué no lo hizo ella? ¿Y por qué están todos aquí excepto Fang? —dice Cash,
nuestro ejecutor del club, hablando por primera vez.
Cash es un hombre enorme. Dos centímetros más bajo que yo pero dos veces
más ancho. Tranquilo, pensativo. Jodidamente inteligente. Nunca dice diez
palabras si tres funcionan. Es el ejecutor perfecto y puedo ver por la expresión de
su rostro, que se culpa de que Ava haya sido lastimada.
—Hermano Cash, ¿qué estás tratando de decir?—pregunta Reno con

cuidado.
No nos limitamos a acusar a nuestros hermanos de haber actuado mal sin

pruebas. Y eso suena cercano a lo que implica Cash.
—No estoy acusando a Fang de nada, si eso es lo que estás pensando Reno.
Pero he estado pensando en esto hoy y he estado sentado en esa sala principal
viendo todo. Hoy también estuve en la casa de Ava. Esto fue planeado. No fue
una coincidencia que encontraran a Ava en la autopista. No creo en las
coincidencias y ciertamente no en una en la que esperan en su casa y se van de
repente para encontrarla en la autopista. Alguien les dijo que vendría
directamente aquí en lugar de ir a su casa. ¿Quién sabía que había cambiado de
opinión? Gunner y Petey no lo sabían y tampoco la mujer que trabaja en la
pastelería. La llamé. Le pregunté. Me dijo que Ava le había dicho que iría a la
tienda, después a casa y luego vendría aquí. Así que Ava cambió de opinión en
la tienda. ¿Por qué?—dice Cash, soltando más palabras de las que le he
escuchado decir en toda una semana.
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—Petey, ¿Ava dijo por qué cambió de opinión cuando la cosiste?—ladro.
—No. Estaba entusiasmada con Jack y dijo muchas cosas pero nada sobre el
incidente—responde levantándose del asiento y cojeando hacia la puerta.
—¿Adónde vas?
—¡A preguntarle a Ava qué o quién la asustó!—espeta Petey.
—Toma asiento, padre. Será más rápido para mí correr a la casa. Y Cash tiene
razón: Fang no está aquí y yo personalmente le dije que estuviera aquí para la
Iglesia—dice Axel mientras sale de la habitación.
Unos minutos después, mi teléfono suena. Axel. Supongo que ahora

encontraremos nuestra respuesta. Presiono el botón del altavoz, pero antes de
que pueda decir una palabra, Axel dice lo único que nunca quise escuchar.
—¡Ella no está! Y hubo una pelea. Hay sangre en la cocina y las puertas
delantera y trasera están abiertas. Mierda tirada de las encimeras, la puerta
mosquitera está rota. Loki no está. Parece que quienquiera que fuera entró por el
frente y salió por la de atrás.
—¡Mierda! ¡Ella no está!—rujo. Me pongo una mano en la nuca y me inclino

por la cintura. Le fallé. Alguien se la llevó de mi propia maldita cama.
—¡Ve a buscarla Gunner!—grita Petey.
Varios de los hombres y yo movemos el culo a mi casa. Estaba tan cerca y,

sin embargo, no lo suficiente. Mientras entramos atropelladamente por la puerta
principal, me detengo de golpe cuando veo la sangre cerca de la puerta trasera.
¡Por favor, no dejes que sea suya! Puedo oler gas pimienta. ¡Mierda!
Gee resopla y corre por la cocina rastreando la sangre. Mac está de pie sobre
la encimera de la cocina, claramente agitado.
—La sangre sale por la puerta trasera, cruza la cubierta y baja los escalones.
Quienquiera que fuera, estacionó al lado de la casa, fuera de la vista de la casa
club. Ava luchó duro—dice Axel.
Fue atacada mientras estaba en la cama durmiendo. Atacada de nuevo

mientras estaba en una cama. Les haré pagar. Quienesquiera que sean, arderán
en el infierno, pero les llevará mucho tiempo llegar allí.
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—¡Consígueme el prospecto que estaba trabajando en la puerta, ahora!—

grito.
Vuelvo entrar a la cocina con paso amenazante y escucho a Mac chillar.
Trato de calmarlo pero no lo está permitiendo. Está batiendo sus alas y

chillando tonterías. Duffy está acostado en el sofá pero su cabeza está levantada
y sus ojos están abiertos. Eso es extraño. Me agacho, agarro a Gee y lo abrazo.
Sorprendentemente, nos calma a los dos.
Chubs entra apresuradamente por la puerta y comienza a recoger los

suministros para mascotas. Ava tiene una verdadera bolsa de pañales con sus
cosas, así que la agarra y después coloca a Mac en su hombro, toma a Duffy en
un brazo y me quita a Gee con el otro.
—Voy con todos vosotros a buscar a Ava. Pero ella querría que estos chicos
estuvieran a salvo, así que los llevaré a la casa club para que estén con Petey.
Están acostumbrados a él. Estarán bien—dice Chubs mientras sale por la puerta.
Reno y un prospecto de aspecto nervioso entran cuando Chubs se va.
—¿Quién ha salido por la puerta en la última hora?—le pregunto al

prospecto.
—Cuando llamaste por primera vez a la reunión, las chicas del club y los
asistentes se fueron. Y luego, hace unos 20 minutos, Fang y Katey se fueron en el
coche de ella—dice nervioso.
—¿Qué conduce ella?—exijo.
—Un Corolla amarillo. Chocado, con óxido. La matrícula cuelga en ángulo.
—¿Notaste algo extraño en Fang o Katey? ¿Algo fuera de lo común? —

pregunto.
—No en Fang o Katey. Um, pero, eh… —tartamudea hasta detenerse.
—¿Qué? ¡Escupe la mierda!
—Ese enorme perro de Ava me atacó cuando estaba cerrando la puerta. Salté
fuera de su camino y salió corriendo siguiendo el coche de Katey calle abajo.
—¿Y eso no te dio suficientes pistas para llamarnos a uno de nosotros?—le

digo en voz baja. Estoy temblando de furia.
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—Supongo, realmente no lo pensé—admite el prospecto.
—Vuelve a la puerta y llámame si vuelves a ver ese coche esta noche.
El prospecto sale corriendo por la puerta y me vuelvo hacia Axel, Cash y

Reno. A todos nos sorprende sospechar de un miembro del club, pero todas las
pistas apuntan a Fang. ¡Qué carajo!
—¿Por qué le haría esto a Ava, al club?—pregunta Axel, frotándose la cabeza

con una mano.
—Tiene que saber que su vida será corta y dolorosa si se ha metido con los
Banditos—murmura Cash.
—¿Cómo pasaron sobre Loki?—pregunta Reno.
De repente me vuelvo hacia mi dormitorio y me doy cuenta por primera vez

de que la puerta está toda rota. Está abierta y apenas cuelga de una bisagra.
—No pasaron sobre Loki. Mira alrededor. Piensa. Loki no habría atacado a
Fang por entrar a la casa. Está acostumbrado a verlo por ahí y ha estado aquí
todas las mañanas para buscar a Ava. No hay sangre en el dormitorio. Justo aquí
en la puerta—digo pensando en voz alta.
—Fang hizo que Ava saliera de la habitación y después cerró la puerta

dejando a Loki allí. En algún momento, Ava se dio cuenta de que algo andaba
mal y comenzó a pelear. Loki derribó la puerta y le clavó los dientes a alguien.
Puede que la sangre no sea de Ava como pensamos—dice Axel siguiendo mi
línea de pensamiento.
—Sabremos exactamente quién se llevó a Ava cuando los encontremos,

porque lo más probable es que estén mordidos hasta la muerte—digo en voz alta.
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Capítulo 23
-:¦:- Ava -:¦:-
Esto no puede estar pasando. No otra vez. Estoy tratando de no entrar en

pánico. Tengo que mantener la calma y encontrar una manera de salvarme esta
vez. Está muy oscuro aquí pero puedo sentir sin luces. Quizás pueda encontrar
un arma, un escape. Algo, cualquier cosa es mejor que ceder al miedo.
Inspiro profundamente varias veces y aguanto antes de soltar el aliento

lentamente. Aclaro mi mente. Pienso en lo que sé en lugar de preocuparme por
lo que no sé. Necesito un plan.
Cuando me desperté y encontré a Fang de pie junto a mí, me quedé helada

de terror. Todavía estaba borracha y confundida y tenerlo en mi cara fue
aterrador. Pero él no me estaba golpeando y comencé a calmarme y realmente a
despertar.
Cuando me dijo que Gunner me quería en la casa club y que lo había enviado
a buscarme, debería haber estado lo suficientemente sobria para ver a través de
su mentira, pero no lo estaba. Para entonces me dolía bastante el brazo y mi
mente todavía estaba confundida. Así que me levanté de la cama y ni siquiera
me di cuenta de que solo estaba usando una camiseta de Gunner y bragas. Al
menos la camiseta me colgaba casi hasta las rodillas. Seguí a Fang por la puerta
del dormitorio y él la cerró antes de que viera a Katey en la sala de estar y
entonces lo supe. Sabía que algo andaba mal y que las cosas estaban a punto de
irse a la mierda. Tenía razón.
Antes de que pudiera moverme, Fang envolvió sus brazos alrededor de mí

por detrás y sujetó los míos a mis costados. Dolía como una perra cuando su
brazo apretó mi herida. Intenté patearlo pero estaba preparado. Katey se lanzó
hacia adelante, se aprovechó de mis brazos discapacitados y me dio un puñetazo
en la mandíbula. ¡Bum! Para ser puta, pega duro.
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Levanté las piernas y pateé tan fuerte como pude. La golpeé en el pecho y la
envié volando. Voló hacia atrás, sus piernas se engancharon en una mesa de café
y aterrizó con fuerza en el suelo. Seguí peleando, pateando y tirando cosas por
todos lados. Traté de hacérselo lo más difícil posible para que Fang no me llevara
afuera y me metiera en un coche. Sabía que mis probabilidades de sobrevivir
disminuían si me trasladaban a otro lugar. Aquí, al menos tenía la oportunidad
de que alguien escuchara o viera algo y viniera en ayuda. Estaría sola en otro
lugar.
Incliné la cabeza hacia abajo, hice contacto con el brazo de Fang y lo mordí.
No lo solté hasta que él arrancó el brazo gritando. Mantuvo el agarre en mi brazo
herido y me golpeó en el costado de la cara. El golpe me mareó por un momento
y eso le dio tiempo suficiente para agarrarme bien. Para entonces, Katey había
vuelto a la acción. Estábamos casi en la puerta principal cuando Loki rompió la
puerta del dormitorio y vino cargando, con los dientes brillando. Fang se giró y
trató de mantener mi cuerpo entre el de él y el de Loki, pero tuvo que cambiar de
dirección para hacerlo. Con la encimera de la cocina a un lado de él y yo en el
frente, Loki estaba teniendo problemas para contactar con Fang.
Intenté darle un cabezazo a Fang y logré hacer contacto, pero no lo suficiente

como para que me soltara. Sin embargo, le dio a Loki la oportunidad que estaba
buscando y agarró a Fang. Katey abrió la puerta trasera y estábamos allí cuando
Loki tiró a Fang al suelo. Fang luchó por sujetarme y quitarse de encima a Loki y
caímos con fuerza. Lo último que recuerdo es caer contra la cubierta con Fang y
Loki arriba.
Cuando recobré la conciencia, estaba en el maletero de un coche y, por la

sensación y el sonido de las cosas, estaba yendo a mucha velocidad por un
camino accidentado. Me duele en todas partes y los rebotes no ayudan. Me
preparo lo mejor que puedo y evalúo mis lesiones. Me duele el brazo y la cabeza
me palpita. Mis piernas se sienten bien, así que aún puedo correr si es necesario.
Tengo náuseas, pero no puedo evitarlo.
Tanteo con cautela en busca de un pestillo de liberación de la tapa del

maletero. Lo encuentro. Uf. Ese conocimiento puede aumentar mis posibilidades
de escapar. Miro y palpo a mi alrededor hasta que encuentro la luz trasera más
cercana a mi cabeza. Lo presiono, con la esperanza de romperla. No se mueve.
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Sigo intentándolo pero no tengo esperanzas. Después de un momento, me rindo

y empiezo a tantear debajo de mí por el lugar donde debería estar la llanta de
auxilio. Con suerte, habrá un gato para neumáticos o una barreta para
neumáticos que pueda usar como arma.
Encuentro dónde está la unión de la alfombra del maletero y la despego.

Tanteo y encuentro una barreta de neumáticos. ¡Oh Dios mío, gracias! Lucho para
liberarla, finalmente sale y me siento un poco mejor con mis posibilidades. No
muy bien, pero un poco mejor.
Después de varios largos momentos, siento que el coche desacelera un poco.

Intento decidir si debo abrir el maletero y prepararme para saltar o esperar a que
se abra y salir peleando. Correr siempre es mejor que luchar si las probabilidades
están en tu contra, pienso para mí.
Me acuesto de espaldas, me agarro de la tapa del maletero con una mano y

con la otra tiro con cuidado el mecanismo de liberación. La tapa cede pero la
mantengo presionada para no perder mi ventaja si alguien mira por el espejo.
Dejo que la tapa se abra con mucho cuidado solo uno o dos centímetros y levanto
la cabeza para asomarme.
Afuera está completamente oscuro y no veo luces por ningún lado. Sin casas,
farolas o coches. Debemos estar lejos de la ciudad. El camino es más de tierra que
de grava, así que no estoy segura de si es un camino privado o un camino del
condado en mantenimiento. Puedo sentir la inclinación del coche cambiando, así
que sé que estamos en alguna parte de las montañas. Subiendo, luego bajando
pero sobre todo subiendo. No sé cuánto tiempo estuve fuera, así que no tengo ni
idea de qué tan lejos estoy de la casa club.
Estar en la montaña es malo para mí. No estoy vestida para ella y el clima
puede cambiar rápidamente. También estoy descalza, no tengo teléfono ni agua,
no tengo idea de dónde estoy y estoy sola. Pero prefiero enfrentar esos desafíos
que lo que Fang y Katey tienen reservado para mí.
Como dice esa vieja canción, prefiero morir de pie que suplicando de rodillas.
De repente, el coche reduce más la velocidad y gira un poco a la izquierda y

el camino es mucho más accidentado. Apenas puedo escuchar voces y supongo
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que pertenecen a Katey y Fang, pero no estoy segura. No quiero esperar lo

suficiente para averiguarlo tampoco.
Así que me preparo para saltar tan pronto como el coche vaya lo
suficientemente lento como para poder sobrevivir al salto y a la caída. Sé que va
a doler, pero lo bloqueo y solo pienso en volver a ver a Gunner. En sus abrazos.
En sus besos.
Con la luz de la luna, puedo ver árboles. Muchos de ellos. Eso es bueno. Eso
me dará algo de cobertura si puedo huir hacia la libertad. Ojalá tuviera mi
teléfono, pero ni siquiera recuerdo la última vez que lo tuve.
Siento que el coche reduce la velocidad un poco más, pero entonces escucho
una moto que se acerca por la carretera. Me asomo por la parte de atrás del
maletero y no veo un faro, así que debe venir hacia nosotros y no detrás. El coche
se detiene, pero tengo miedo de saltar ahora, ya que el motero podría verme.
Espero, tensa y tratando de escuchar cualquier cosa que pueda.
El coche y la moto se apagan y se queda en silencio por un momento.

Entonces oigo voces y me esfuerzo por entender lo que están diciendo.
—¿La tienes?—pregunta una voz que no reconozco.
—Sí, está en el maletero. Noqueada pero viva—responde Fang. Su voz suena

tensa.
Entonces descubro por qué cuando dice:
—Su maldito perro me mordió la pierna hasta la mierda. Necesito que deje
de sangrar y que me suturen. ¿Hay alguien en la cabaña que pueda hacer eso?
—No lo sé. Me importa una mierda. Solo llévala a la cabaña y Javier la llevará
desde allí. Puedes lidiar con tu mierda después de eso. La cabaña está a solo 3
kilómetros por la carretera. No puedes perderte—dice el motero.
—¿No puedes llevarla? ¡Tengo que curarme, hombre!
—Joder, no, estoy de camino a la ciudad para liderar el ataque a la casa club
de los Devil´s—responde el motero mientras enciende su moto.
Escucho el rugido de la moto alejándose.
—¡Cabrones! ¡Necesito malditamente ayuda! — grita Fang.
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—Te coseré cuando lleguemos a la cabaña—dice Katey.
Cuando encienden el coche y lo ponen en marcha, me deslizo fuera del

maletero. Me tambaleo, pero me agacho y me dirijo hacia los árboles. Me acerco
a ellos cuando escucho que el coche se detiene y las puertas se abren. Miro hacia
atrás y Fang y Katey están saliendo del coche.
¡Mierda! Ven que el maletero está abierto. Me doy la vuelta y corro. Escucho
gritos y alguien viene detrás de mí. No miro atrás. No sé si es Fang o Katey, pero
probablemente pueda superar a cualquiera de ellos considerando que Fang
también está herido.
Escucho un disparo y una bala impactando en un árbol, pero no está

demasiado cerca de mí, así que sigo corriendo, adentrándome en el bosque. Está
oscuro y las ramas me arañan y golpean mis brazos y piernas, pero sigo adelante.
Escucho algunos disparos más pero no me están hiriendo, así que sé que no
pueden verme.
Después de unos minutos, no escucho ningún sonido. Reduzco la velocidad,

respiro unas cuantas veces y tranquilizo. Mi cabeza late con fuerza y me siento
un poco mareada. Mi brazo está ardiendo donde está la herida de bala, pero
algunas ramas lo han golpeado, por lo que seguramente se sentirá mal en este
momento. Escucho atentamente, pero no puedo oír nada en el bosque. Supongo
que se dirigen a la cabaña en busca de refuerzos. No puedo esperar a que
aparezcan.
No tengo ni idea de dónde estoy y no quiero adentrarme demasiado en el

bosque y perderme por completo. Así que me doy la vuelta y me dirijo hacia la
carretera. Quiero estar lo suficientemente cerca para poder verla de vez en
cuando, pero no tan cerca para que cualquiera que me busque me vea. Quiero
seguir el camino de regreso por donde vinimos si es posible.
Cuando estaba corriendo, sabía que iba cuesta arriba, así que me muevo
cuesta abajo lenta y cuidadosamente. Cuando puedo ver la carretera a lo lejos,
giro ligeramente a mi izquierda quedándome entre los árboles y me mantengo
paralela a la carretera moviéndome lo más rápido que puedo sin caerme. Gracias
a Dios que tenemos casi luna llena esta noche, ya que me ayuda a ver hacia dónde
voy.
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Después de unos diez minutos, escucho que se acercan vehículos que vienen
detrás de mí. Me adentro en el bosque y sigo moviéndome. Puedo ver los faros a
lo lejos. Se detienen y escucho portazos de coches. Puedo oír voces, pero estoy
demasiado lejos para entender lo que dicen. Me sumerjo detrás de un árbol y me
quedo inmóvil. No quiero que me vean a la luz de la luna.
Veo a varias personas caminando de un lado a otro de la carretera con

linternas. Me alejo con cuidado del camino, manteniendo los árboles entre ellos
y yo. Tengo la ventaja porque puedo verlos, pero me superan en número si me
atrapan.
Cuando varios de ellos se adentran en el bosque y vienen en mi dirección,

me levanto y me pongo en movimiento de nuevo. Espero que todo el ruido que
están haciendo ahogue cualquier sonido que yo haga al moverme por el bosque.
Sin embargo, me estoy moviendo cuesta arriba y es difícil ver con claridad sin
una linterna.
Algunos se están acercando lo suficiente como para escucharlos gritarse.

Están buscando pistas. Espero que mis pies descalzos, que están recibiendo una
paliza, no estén dejando mucho rastro pero no tengo ni idea.
Hace frío pero no congela y conmigo en movimiento, he tenido suficiente

calor hasta ahora, pero sé que eso no va a durar. Necesito agua, refugio, ropa o
un milagro. Espero que piensen que tomaría la ruta más fácil y que sería cuesta
abajo y hacia la carretera y se dirijan pronto hacia esa dirección. Pero hasta ahora,
todavía están aquí y buscando.
Sigo moviéndome cuesta arriba y hacia un lado alejándome de ellos. Hasta

ahora he tenido suerte de que no me hayan visto. Estoy tratando de moverme de
un árbol a otro y mantenerme fuera de las áreas abiertas tanto como me sea
posible.
Después de lo que parece una eternidad, pero probablemente solo veinte o

treinta minutos, los escucho desvanecerse. Sus voces están más lejos y son menos
claras. Respiro con dificultad, así que disminuyo un poco la velocidad.
Afortunadamente, no hay mucha maleza y eso hace que sea más fácil moverme,
pero he ido subiendo constantemente hacia arriba.
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Me detengo y me siento cuando encuentro un tronco caído. Me tiemblan las

piernas y estoy totalmente perdida. No tengo ni idea de dónde está el camino en
este punto, pero tampoco puedo escuchar a nadie que me siga. Sin embargo,
prefiero estas circunstancias sobre lo que sea que Javier haya planeado para mí.
Después de unos minutos, mi respiración se ha vuelto casi normal de nuevo.

Todavía no he escuchado a nadie y no he visto linternas, así que me pongo de pie
y empiezo a moverme de nuevo. Tengo que seguir presionándome hasta
encontrar ayuda.
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Capítulo 24
-:¦:- Gunner -:¦:-
Han pasado más de cuarenta horas desde que se llevaron a Ava y todavía
no tenemos idea de dónde está o quién la tiene en este momento. No he dormido,
ni los hombres tampoco. Todo el mundo está ocupado haciendo algo para
intentar localizarla. Ni siquiera puedo pensar en lo que le podría estar pasando
en este momento. Estoy enfermo sabiendo que volvió a despertarse ante una
amenaza.
—¡Prez, Reeves encontró a Loki!—grita Petey desde la sala principal.
Salgo de la oficina justo cuando Reeves entra por la puerta principal con Loki
cojeando a su lado. Corro y me arrodillo junto a Loki y comienzo a buscarle
lesiones. Está cubierto de sangre seca y no sé si es suya o no. Miro la planta de
sus patas y están en carne viva y sangrando. Y huele a gas pimienta.
Reno se inclina a mi lado y comienza a examinar a Loki también. Loki tiene

la cabeza colgando y parece agotado.
—Lo llevaré a los caniles y lo alimentaré, lo bañaré y lo lavaré para poder

arreglar cualquier cosa que esté mal—murmura Reno mientras se pone de pie y
llama a Loki para que lo siga.
Me pongo de pie y me vuelvo hacia Reeves, que acaba de entrar en la

habitación.
—¿Dónde lo encontraste?—pregunto.
—Me estaba yendo para ir a la ciudad y lo encontré a unos ciento ochenta

metros de la puerta principal en esa dirección—responde Reeves.
—Ojalá pudiese hablar—le digo.
—¡Gunner! ¡Tengo algo!—grita Rex mientras corre hacia mí.
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—¿Qué? ¿Sabes dónde está?
—No, lo siento. Pero cuando fuimos a tu casa anoche, encontramos un

teléfono junto al porche. Lo recogí sin saber a quién pertenecía y quería
averiguarlo. Es de Fang. Debe haberlo dejado caer durante la pelea. No tuve la
oportunidad de revisarlo realmente hasta hace poco y no hay nada en él que nos
ayude a encontrar a Ava, pero recibió un nuevo mensaje de texto.
Desconocido: si no encuentras a A, tu pequeña mamita es humo. También el niño.
¡Santa mierda! Quizás Ava se escapó. Parece que el culo de Fang está en
problemas por el escape de ella. ¿O la está escondiendo, tal vez esperando más
de los Banditos? Espero que no sea lo último.
—¿Tuviste suerte rastreando el teléfono o la ubicación de Katey?—pregunto.
—No, todavía debe tenerlo apagado—responde Rex—. ¿Qué piensas sobre

esto? ¿Ava está libre en algún lugar o qué? ¿Deberíamos intentar responder a este
texto con la esperanza de obtener más información?
—¡Joder, sí, deberíamos! ¿Qué perderemos si no funciona? —grita Petey.
Tomo el teléfono de Rex y pienso por un momento. Luego escribo:
Fang: ¡Estoy buscando! ¡Mierda! ¿Algo para continuar?
Antes de presionar enviar, lo sostengo para que Rex y Petey lo lean. Ambos
asienten con la cabeza.
Presiono enviar y aguanto la respiración. Pasa un tenso momento de silencio

antes de que el teléfono vibre con un mensaje de texto entrante.
Desconocido: motos de cross peinando el área cerca de la cabaña. No puede estar

demasiado lejos a pie. Sigue buscando en los caminos secundarios.
¡Jódeme! Eso no nos ayuda, pero al menos confirma que Ava se escapó.
Ahora solo tenemos que encontrarla antes que ellos. Entonces envío otro mensaje
de texto.
Fang: No estoy familiarizado con estos caminos secundarios. ¿Cuáles debería

chequear?
Desconocido: ¡Todos, cabrón!
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¡Mierda! Esperaba el nombre de uno. Una ubicación de algún tipo. Me vuelvo

hacia Rex.
—Busca cualquier cabaña en las montañas por aquí que pertenezca a algún
miembro o familiar de un Bandito. Además, comprueba si los Carrington tienen
un pabellón de caza por aquí. Intenta rastrear la ubicación del teléfono que le
envía mensajes de texto a Fang también.
—¡En eso, Prez!—dice Rex mientras se gira y sale de la habitación.
Pongo el teléfono de Fang en mi bolsillo cuando suena el mío.
—¿Sí?
—Una señora aquí en la puerta, quiere hablar contigo o con Petey. Su nombre
es Trudy. ¿La dejo pasar? —pregunta Bozo, el prospecto que se encarga de la
puerta principal.
—Sí, envíala—respondo y desconecto.
—Trudy está en la puerta. ¿Sabes por qué?—le pregunto a Petey.
—Mierda. Sí, cuando la llamé esta mañana y le dije que tendría que dirigir la
tienda, exigió hablar con Ava. Tuve que decirle que Ava está desaparecida.
Probablemente esté aquí para exigir respuestas o tratar de ayudar. Estaba
bastante molesta. Piensa en el mundo de Ava y probablemente esté locamente
preocupada.
Trudy atraviesa la puerta principal y se dirige directamente hacia Petey y a

mí, sin la sonrisa que suele tener en el rostro.
—Cuando dices “desaparecida”, ¿te refieres a secuestrada o huyendo?—

exige cuando llega a nosotros, con las manos en las caderas.
—Asuntos del club, Trudy. No podemos decirte mucho. Solo necesitamos

que dirijas la tienda de Ava hasta que ella regrese—dice Petey con suavidad.
—A la mierda los asuntos del club. Estos son los asuntos de Ava, lo que lo
convierte en mi asunto. Dirigiré esa tienda, no hay problema, pero quiero saber
qué le pasó a Ava —responde acalorada.
Tengo que darle crédito por su valentía. Entró en la casa club de un MC y se

enfrenta a dos grandes moteros intimidantes que realmente no conoce, todo para
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cuidar de su jefa. Y por lo que parece, no va a retroceder pronto. Me parece que

me gusta mucho que Ava tenga este tipo de lealtad en las personas que la rodean.
—Fue secuestrada de mi casa anoche. Sabemos quién se la llevó, pero no

estamos seguros de por qué ni a dónde la llevaron. Créeme, por favor, estamos
haciendo todo lo posible para encontrarla. Ella es mía. Todos los miembros del
club están haciendo todo lo que pueden para traerla de regreso a casa—le digo a
Trudy, mirándola a los ojos para que pueda ver la verdad en ellos.
Ella me mira fijamente por un momento y entonces un poco más

tranquilamente pregunta:
—¿Ese tipo Fang estuvo involucrado en su desaparición?
—Sí. ¿Por qué? ¿Notaste algo?
—Ni a Ava, ni a mí nos agradaba mucho. Nos hacía sentir incómodas. Lo

vigilaba de cerca cuando estaba en la tienda y sentía que algo andaba mal con él.
Parecía demasiado amigable con ese policía, Stanaway. Los vi detrás de la tienda,
charlando. Parecía extraño.
Quizás deberíamos encontrar a Stanaway y charlar. Me doy la vuelta para

irme a hacer eso cuando Trudy vuelve a hablar, deteniéndome en seco.
—¿Sabes si Ava tiene su kit con ella o no?
—¿Kit? ¿Qué kit? ¿Qué quieres decir?—pregunta Petey, tan confundido

como yo.
—Su kit de insulina. Ella siempre lo lleva consigo, en su bolso en una

pequeña bolsa refrigeradora, o lo pone en el refrigerador—responde Trudy
mirándonos como si fuéramos estúpidos.
—¡Mierda! Ni siquiera sabía que era diabética. Ella nunca lo dijo. Pero me di
cuenta de que antes había puesto pequeñas bolsas de hielo en el congelador y
una hielera en la nevera. Simplemente nunca pregunté sobre eso—respondo,
sintiéndome como un tonto.
—Bueno, necesita esa insulina o pronto tendrá problemas. Toma varias dosis
al día—dice Trudy, que ahora parece asustada.
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Súbitamente, las implicaciones de lo que Ava está enfrentando me golpean.

No solo está huyendo de sus captores, se está quedando sin tiempo porque no
tiene su medicina. ¡Jódeme! Tenemos que encontrarla y pronto.
—Haz correr la voz, Petey. Todo el mundo necesita saber que ella es diabética
—le digo.
—Si ella estaba en tu casa, su insulina y su bolsa de frío estarán en el

refrigerador. Los medicamentos orales estarán en su bolso. Quien la encuentre
necesitará su insulina y medicamentos y probablemente jugo de naranja o
tabletas de glucosa—nos informa Trudy.
—Ven conmigo a mi casa. Sabes qué buscar mejor que yo—le digo a Trudy,
volviéndome para ir a la casa y agradeciendo a Dios que haya aparecido aquí esta
noche.
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Capítulo 25
-:¦:- Ava -:¦:-
Me duelen los pies y ahora me duele mucho al pisar. Tengo frío y tirito, sed
y cansancio, pero tengo que seguir moviéndome. Sé que si me quedo quieta, o
me encontrarán o moriré de frío.
Estoy muy lejos de la carretera en la que estábamos cuando huí, pero he

escuchado lo que creo que eran motos de cross en la distancia varias veces. Pensé
en ir hacia ellos pero tenía miedo de que pudieran ser los hombres buscándome,
así que seguí avanzando por el camino por el que iba. Alejándome del sonido de
ellas. Estoy aturdida y cada vez más mareada. Sigo moviéndome, pero tengo que
detenerme más a menudo para mantener el equilibrio.
Encontré algunas bayas silvestres y las comí, pero todavía no estoy segura de
qué eran o si debería haberlas ingerido o no. Mi principal preocupación en este
momento es no caer y rodar colina abajo. No es tan empinado que no pueda
caminar, pero lo suficientemente empinado como para rodar un largo trecho
hacia abajo.
También necesito agua. Mi boca está tan seca que no podría escupir aunque
quisiera. Mi situación no es buena pero tampoco estoy en manos de Javier así que
podría ser peor. Sigo poniendo un pie delante del otro. Es casi de día. Puedo ver
el cielo aclararse y espero que esté lo suficientemente alto como para poder ver
algo cuando haya luz suficiente.
Me detengo y me siento en un tocón, acerco mis rodillas a mi pecho y me bajo

la camiseta de Gunner sobre las piernas. Me acurruco en mí misma para
calentarme y apoyo la cabeza en las rodillas. Sé que no puedo quedarme mucho
tiempo, pero necesito un momento.
Descanso más de lo que pretendía, porque cuando miro hacia arriba está
mucho más claro y me tomo un momento para mirar a mi alrededor. No estoy
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lejos de la cima de esta colina, así que me bajo del tocón y empiezo a subir más,
directamente hacia la cima.
Cuando llego, estoy sin aliento y dolorida. Me doy la vuelta y empiezo a

buscar en los alrededores ahora que estoy por encima de la línea de árboles. Y
veo lo que parece una pequeña carretera, más como una pista de un solo carril,
no muy lejos. Está al lado de donde estoy parada y cuesta abajo desde aquí.
También puedo ver lo que parece ser el comienzo de un valle muy lejos a la
distancia y me pregunto si esa es la dirección de Denver. Ahora me doy cuenta
de lo alto que he escalado en los últimos días.
Decido caminar hasta ese pequeño camino y espero que me lleve a algún
lugar que tenga agua. No tengo elección en este momento. No quiero
encontrarme con los hombres que me buscan, pero tengo que llegar adonde
pueda pedir ayudar en algún momento. Es un riesgo que debo correr.
Después de unos cuarenta minutos de caminar penosamente hacia ese

camino, lo veo justo frente a mí. Cuando volví a salir de los árboles, ahí estaba.
Parece un camino de entrada más que una carretera. Empiezo a seguirlo y la
caminata es mucho más fácil ahora. Después de caminar alrededor de una curva,
veo una pequeña cabaña escondida entre los árboles. No es grande y no hay
vehículos a su alrededor ni garajes o graneros que puedan esconder uno. Me
salgo de la carretera y me quedo entre los árboles solo mirando la cabaña por
cualquier tipo de actividad.
Me acerco a ella lenta y cuidadosamente, pero parece desierta. Debe ser un

antiguo pabellón de caza. Miro por una ventana sucia y veo que es un edificio de
una habitación y no hay nadie dentro. Intento abrir la puerta, pero está cerrada y
no puedo empujarla para abrirla.
Camino alrededor de la cabaña y veo una vieja bomba, me apresuro hasta

ella y empiezo a bombear. No sale nada al principio y me canso rápido. Pero unas
pocas bombeadas más tarde y escucho un gorgoteo. Continúo y sale un poco de
agua con óxido. Sigo bombeando hasta que sale agua limpia. Me arrodillo y uso
las manos para tomar un poco y beber. Bombeo, junto agua en mis manos y bebo.
Es tan fría y refrescante. Me salpico un poco la cara y, aunque hace un frío
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infernal, me siento mejor al instante. Me paro y miro a mi alrededor. Veo un poste

de teléfono y un cable que conduce a la cabaña. ¡Que haya un teléfono!
Intento con las pocas ventanas pero no se abren. Miro a mi alrededor hasta
que encuentro una piedra lo suficientemente grande, la levanto y la arrojo contra
la ventana. El cristal se rompe. Utilizo otra piedra para golpear los trozos de
cristal restantes, me levanto con cuidado y paso por la ventana. Me corté la mano
y las piernas, pero no es serio. Me quedo dentro, mirando a mi alrededor.
Tiene una pequeña cocina en una esquina, una chimenea, sala de estar /
dormitorio en la otra esquina y eso es todo. Hay una pequeña mesa para dos
personas y dos sillas. Cama, sofá y un sillón en el salón. Es rústica pero
relativamente limpia. No han pasado años desde que alguien estuvo aquí.
Veo un teléfono viejo en la pared con un cable largo. Es tan viejo que todavía
tiene una rueda redonda para marcar. Teléfono de disco, creo que así se llama.
Descuelgo el auricular y casi caigo de rodillas cuando escucho el tono de

marcar. Pero ahora me congelo y me quedo ahí mirando el teléfono porque no sé
los números de Gunner o de Petey. Están almacenados en contactos y solo toco
llamar. ¡Oh, mierda! ¡La tecnología me ha mordido el culo!
Estoy temblando por el frío y por no comer y solo quiero acostarme en esa
cama y descansar, pero sé que primero tengo que pedir ayuda. De ninguna
manera estoy marcando el 911. Marco mi propio teléfono y cruzo los dedos. Estoy
mareada y necesito sentarme, así que estiro el cordón y me dejo caer en el borde
de la cama. No tengo idea de dónde está mi teléfono, pero la última vez que lo
vi, Gunner lo tenía en la mano. Rezo para que todavía lo tenga.
—¿Si?—responde una voz masculina que no conozco.
¡Mierda! ¿Y si Fang lo hubiera agarrado y Javier lo tiene ahora? Oh mierda,

¿qué hago?
—¿Si? ¿Quién es?—dice el hombre.
—¿Quién es?—pregunto en lugar de contestar.
—¡Ava! ¿Ava? ¿Eres tú? ¡Soy Rex!—grita él.
Antes de que pueda responder, escucho y parece que el teléfono está

cambiando de manos y finalmente escucho la voz que necesito escuchar.
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—¿Bebé? Ava? Cariño, ¿eres tú? —pregunta Gunner en voz alta.
—Sí. Dios mío, Gunner. ¡Sí, soy yo!—respondo gritando.
—¿Dónde estás? ¡Voy en camino!
—No lo sé, Gunner. Oh mierda, no tengo ni idea de dónde estoy. Estaba

inconsciente cuando me metieron en el maletero y cuando me escapé de ellos
estábamos en alguna parte de la montaña. ¡No sé dónde estoy! ¡Encontré una
cabaña y vi este teléfono! He estado huyendo y escondida en el bosque hasta
ahora. Me han estado cazando, así que seguí moviéndome.
—Oh, Dios, cariño, he estado cagado de miedo por ti. ¿Estás lastimada? ¿Te
hicieron daño? —pregunta Gunner, casi balbuceando las palabras, está hablando
tan rápido.
—Pequeñas heridas. Ninguna de seriedad. Necesito comida y ropa y a ti. ¡Por

favor, ven a buscarme! —Casi estoy lloriqueando ahora.
Escucho voces de fondo y luego a Gunner nuevamente.
—Mantén la calma cariño. Rex está tratando de rastrear tu ubicación a través

del teléfono. Solo permanece en la línea conmigo y mantén la calma.
—Estoy en lo alto de las montañas sobre Denver. No puedo ver bien Denver,
pero creo que vi la meseta esta mañana cuando estaba en la cima de la colina en
la que se encuentra esta cabaña. Estoy a mitad de camino cuesta abajo y está
escondida en una pequeña carretera con un solo carril.
Me empiezan a castañetear los dientes y todo comienza a doler ahora que

dejé de moverme. No me siento bien y sé que mi azúcar ha caído a niveles
peligrosos. Necesito comida de inmediato.
—Cuando estabas en la cima de la colina, ¿en qué dirección crees que viste la
meseta, cariño?
—Al oeste de mí, creo—respondo lentamente—. Aunque no estoy segura.

Las cosas se están nublando en mi mente.
—Aguanta Ava. Rex lo resolverá pronto y yo iré por ti. Solo sigue
hablándome, bebé.
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Me levanto lenta y dolorosamente y comienzo a buscar algo en los gabinetes,

cualquier cosa. Lo único que encuentro es una pequeña caja de galletas de
animales en la parte posterior del gabinete. No están abiertas y no parece que los
ratones las hayan encontrado todavía, así que abro el paquete y empiezo a
devorarlas. Me muero de hambre y me las habría comido incluso si los ratones
hubiesen tenido una ventaja.
Escucho a Gunner hablar, pero en realidad no estoy escuchando. Estoy

demasiado ocupada engullendo la comida. Finalmente sintonizo su voz.
—¿Cómo están tus niveles de azúcar, Ava? ¿Y por qué nunca me has dicho
que eres diabética? —pregunta, gruñendo un poco.
Me doy cuenta de que está molesto y sé que se molestará más si respondo

esa pregunta.
—¿Ava?
Hablo con la boca llena de galletas:
—El azúcar está bajo. Necesita jugo y comida. Encontré algunas galletas de
animales y me las estoy comiendo, pero no serán suficientes por mucho tiempo.
Comí frutos rojos cuando encontré algunos, pero no tengo idea qué eran, aunque
me ayudaron.
—¿Y qué hay de la otra parte de mi pregunta? ¿Por qué nunca me dijiste que
eras diabética?
—No quería… —Empiezo a decir pero entonces escucho motos de cross a la

distancia.
¡Mierda! ¿Ahora están en el camino de la cabaña? ¿Qué tan cerca están?
—¡Ava! ¿Qué está pasando?—grita Gunner.
—Puedo escuchar motos de cross. No sé si me están buscando, pero no puedo

quedarme aquí y averiguarlo. No tengo dónde esconderme. Tengo que irme —le
digo a Gunner.
—¡Mierda! ¡Ve Ava! Ve a algún lado y escóndete. Cuídate. Rex tiene la vista
puesta sobre dónde estás y nosotros vamos por ti. Si te arrinconan, pelea bebé.
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¡Pelea duro! No vayas a ningún lado con nadie más que yo o un miembro del
club, ¿de acuerdo? —dice Gunner rápidamente.
—Ok, Gunner. ¡Adiós! —Cuelgo y miro a mi alrededor rápidamente en busca

de cualquier tipo de ropa, pero no veo nada. Salgo por la ventana cuando escucho
que las motos se acercan. Rápidamente tomo otro trago de agua y salgo por la
colina detrás de la cabaña y regreso a los árboles.
No llego muy lejos cuando sé que las motos han llegado a la cabaña. Los
escucho apagarlas y puedo escuchar voces. Con cuidado, me acerco un poco más
y trato de escuchar lo que dicen mientras permanezco oculta. Sé que es
arriesgado, pero necesito saber si se trata de tipos que han salido a dar un paseo
o de tipos cazando a una mujer solitaria.
Apenas puedo ver la parte trasera de la cabaña a través de los árboles y veo
a dos hombres caminar por allí mirando alrededor y a la ventana rota. Uno se
acerca a la bomba y lo escucho decirle algo al otro. Se separan y comienzan a
caminar hacia el bosque en dos direcciones. Me doy la vuelta y trato de
mantenerme cierta distancia entre nosotros sin hacer ruido.
Sé que estoy agotada. Sé que las probabilidades están en mi contra. Pero soy
inteligente, fuerte y no voy a caer sin luchar. Tengo una gran vida y finalmente
he encontrado a un gran hombre y no voy a renunciar a eso fácilmente. Así que
sigo moviéndome sin importar cuán agotada me sienta. El agua y las galletas me
han dado un segundo aire y ahora Gunner sabe dónde estoy. Tengo que
mantenerme a salvo hasta que él llegue.
Los tipos se están gritando para mantenerse al tanto entre ellos y eso ayuda
porque entonces también sé dónde están. Saben que alguien, probablemente yo,
ha estado en la cabaña. Con agua todavía en el suelo junto a la bomba, es probable
que no esté lejos.
Escucho que uno le grita al otro que está tratando de llamar al jefe pero no
tiene señal. El otro le grita que siga intentándolo y me doy cuenta de que el
segundo tipo está muy cerca de mí. Miro a mi alrededor frenéticamente y
encuentro un árbol caído cerca. Me agacho detrás de él y me entierro tanto como
puedo. Busco a tientas una extremidad rota o una piedra, cualquier cosa que
pueda usar como arma y encuentro una extremidad del tamaño de mi muñeca y
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de aproximadamente un metro veinte de largo. Lo agarro y lo arrastro hacia mí

mientras me empujo aún más debajo de la cubierta de los árboles.
Intento ralentizar y calmar mi respiración cuando escucho un movimiento

cerca de mi escondite. Está a solo unos pasos cuando deja de moverse. No sé si
me ha visto o no, pero no saldré a menos que sea necesario y entonces saldré
peleando.
Lo escucho orinar y agradezco que haya apuntado en otra dirección. Lo oigo

volver a subirse la cremallera y dar un paso o dos. Estoy temblando como una
hoja y rezo para que no me haya visto.
De repente, grita en voz alta:
—Sabemos que estás aquí, niña. Vienen más hombres y vamos a hacerte salir
y pagarás caro por hacernos buscarte. Sal ahora y te resultará más fácil.
¡Sí, claro! Como si yo fuera a creer esa mierda. De hecho, dejo de respirar
cuando lo escucho y lo siento sentarse en el tronco bajo el que me escondo. Se
desplaza un centímetro o dos hacia abajo y no tiene espacio para rodar conmigo
debajo. La corteza me está raspando la espalda y las piernas y duele muchísimo.
Reprimo un gemido y trato de contener la respiración tanto como puedo.
Después de unos dolorosos minutos, se levanta y camina hacia la cabaña.

Espero hasta que no puedo escucharlo moverse por el bosque, entonces salgo de
debajo del árbol, pero llevo mi arma de madera conmigo. Empiezo a alejarme de
la cabaña de nuevo. Me alejo un poco de donde estaba escondida cuando de
repente un hombre sale de detrás de un árbol. Directamente en mi camino.
Estamos a un metro y medio de distancia aproximadamente y parece tan
sorprendido de verme como yo de verlo a él. No tengo idea de dónde vino, pero
lleva un chaleco de cuero y tiene un parche de Bandito.
Salto hacia adelante, me balanceo con todas mis fuerzas y lo golpeo en el

costado de la cabeza. No emite ningún sonido y cae. Antes de que pueda
moverse, lo golpeo de nuevo. Duro. Esta vez, sus ojos se cierran y creo que está
inconsciente, no solo aturdido. Mi arma se partió por la mitad en ese último
golpe. No siento ningún remordimiento.
Rápidamente busco en sus bolsillos y cinturón y encuentro un cuchillo en

una funda. Saco el cuchillo y lo entierro profundamente en su muslo. Él da un
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tirón y yo saco el cuchillo y lo apuñaló de nuevo. Esta vez, sus ojos se abren y
grita de dolor.
Salto lejos de su alcance y salgo corriendo lo más rápido que puedo. Sé que
no podrá atraparme con esas heridas, pero está haciendo suficiente ruido, su
amigo estará a su lado pronto. Tengo que correr.
A estas alturas, mo me importa hacer ruido y me muevo rápidamente cuesta

abajo, esperando encontrar el camino hacia la cabaña y, con suerte, a Gunner. Mis
pies están en llamas pero tengo una meta que cumplir. Y eso es vivir lo suficiente
para volver a ver el hermoso rostro de Gunner.
Reduzco la velocidad, aunque me muevo cuesta abajo. Estoy exhausta y no

estoy segura de cuánto más lejos puedo llegar. Estoy tropezando más y es muy
difícil atravesar el terreno en las condiciones en las que estoy. Pero llego a la
carretera y me alejo de la cabaña. No me estoy moviendo rápido pero sigo
moviéndome. También sigo escuchando un vehículo o motos sin saber si esos
tipos mandaron un mensaje a Javier pidiendo más hombres.
Después de unos diez minutos, escucho motores. Coches, camionetas o

motos, no puedo decirlo. Me salgo del camino y me escondo detrás de un gran
árbol y espero a ver si es amigo o enemigo. Una gran camioneta negra aparece a
la vista seguido por otra y después varias motos y luego una furgoneta. Espero
hasta que están más cerca y reconozco la camioneta de Gunner a la cabeza. Casi
me desmayo allí mismo, pero en lugar de eso irrumpo en la carretera y caigo de
rodillas, exhausta y aliviada.
La camioneta se detiene de golpe y Gunner está saliendo de la puerta antes

de que deje de moverse por completo. Está en el suelo frente a mí en un segundo
y me envuelve en sus cálidos y fuertes brazos.
Gunner me recoge y me lleva al lado del pasajero de su camioneta donde

Axel está parado con la puerta abierta. Me coloca en el asiento y me entrega una
botella de agua. Mientras lo trago, varios hombres se apiñan alrededor de la
puerta.
—Hay dos hombres todavía en la cabaña. Uno recibió dos puñaladas en la

pierna. El otro está pidiendo refuerzos. Es posible que ya haya más en camino.
No lo sé—jadeo.
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—¿La cabaña está directamente en esta carretera?—pregunta Axel. Asiento

con la cabeza, sí.
Gunner da algunas órdenes y Axel y varios de los otros hombres corren hacia
sus motos, las encienden y van en dirección a la cabaña.
De repente estoy tan cansada que apenas puedo mantener los ojos abiertos.
Apoyo la frente en el pecho de Gunner y me quedo dormida. Suavemente me
sacude para despertarme y me desliza en el asiento mirando hacia adelante. Me
pone el cinturón de seguridad, cierra la puerta y camina hacia el lado del
conductor, se sube a la camioneta y se vuelve hacia mí.
—Ava, cariño, escúchame, ¿de acuerdo? No sé mucho sobre los diabéticos.

¿Necesitas decirme qué más necesitas ahora mismo? Tengo tu medicación, tu kit
de insulina, comida y más bebidas. Ayúdame aquí, cariño, ¿de acuerdo?
—Frío. Sedienta. Hambrienta.— Me las arreglo para decir.
Gunner inmediatamente agarra una manta del asiento trasero y me arropa

mientras presiona los controles de la calefacción en mi asiento. Me entrega mis
suministros para diabéticos y observa atentamente mientras analizo mi sangre y
tomo los medicamentos que necesito en ese momento.
Luego abre y me entrega una barra de granola de chocolate y una botella de

agua. Estoy temblando tanto que no puedo sostener la barra de granola, así que
él la toma y me ayuda dándomela. Después me lleva el agua a la boca y me deja
beber. Estoy demasiado exhausta para hacer mucho más que sentarme ahí y dejar
que él me cuide.
—Necesitamos llegar a la casa club y hacer que te revisen. Tengo un médico

esperando allí. Es el hermano de un miembro del club, así que sabe mantener la
boca cerrada y nos ayuda cuando puede. ¿Estás lo suficientemente bien como
para que comience a conducir a casa? ¿Necesitas algo más?—pregunta Gunner
en voz baja.
—¿Loki? ¿Está bien?—mascullo.
—Sí, está en la casa club y Reno lo curó. Va a estar bien. Las otras mascotas
también están bien.
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Miro a Gunner y noto por primera vez lo cansado y desarreglado que se ve.
Me doy cuenta de que esto fue tan difícil para él como para mí. Temblorosamente
levanto el brazo, pongo la mano en su mejilla y disfruto el momento sabiendo
que estoy de vuelta con él y a salvo.
—Estoy bien por ahora. Solo necesito dormir y a ti. Gracias por encontrarme
y rescatarme—le susurro.
Él usa su mano para agarrar mi barbilla, levanta mi cara hacia la suya y

deposita un suave beso en mis labios.
—Yo no te rescaté. Te rescataste a ti misma. Lo siento, bebé. No puedo creer

que un hermano del club te haya hecho esto. Lo siento mucho. Confié en él, me
equivoqué y tú pagaste. No puedo…
—Shhh, cariño. Se acabó por ahora. Voy a estar bien y estoy contigo. Ahora
estoy a salvo. Llévame a casa, Gunner. Por favor—lo interrumpo en voz baja.
Y lo hace mientras sostiene mi mano durante todo el camino. Aunque no lo

sabía en ese momento porque me desmayé segundos después de que él pusiera
en marcha la camioneta.
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Capítulo 26
-:¦:- Gunner -:¦:-
Ava está dormida y mi corazón ha vuelto a su ritmo normal. La tomo de la

mano y no la voy a soltar. Llamé a Petey y le hice saber que la encontramos. Va
a llamar a Trudy. Podía escuchar el alivio en su voz. Ha sido un oso durante todo
este calvario. Tengo que sonreír un poco sabiendo lo mucho que se preocupa por
Ava. Puede que ella haya nacido sin padre, pero ahora tiene uno, lo sepa todavía
o no.
Cuando entro en el estacionamiento de la casa club, veo a Petey en sus

muletas avanzando cojeando en nuestro dirección. Supongo que no podía
esperar unos minutos más para ver a su chica. Abre la puerta del pasajero tan
pronto como me detengo. Ava está desmayada con la cabeza apoyada en la
ventanilla y Petey la mantiene firme mientras abre la puerta. Su cabeza se
balancea por un momento y entonces sus ojos se abren lentamente.
—Hola, Petey—murmura, con los ojos borrosos.
—Hola, niña. Y es Pops para ti—responde él—. Es bueno verte muñeca.

Extrañaba esa cara—responde Petey en voz baja mientras se inclina y la abraza
con fuerza.
Él se queda ahí, solo abrazando a su niña, la cabeza de ella en su hombro. Me

interpongo y desabrocho su cinturón de seguridad. Petey da un paso atrás de
mala gana. La levanto, la llevo a la casa club y la acuesto en un sofá. Petey se
acerca cojeando, levanta la cabeza de Ava y se sienta, apoyándola en su regazo.
Él vuelve a envolverla con la manta y se queda allí sentado, apartándole el pelo
de la cara.
—Doc se detuvo por una emergencia en el hospital, pero estará aquí pronto—
me dice Petey en voz baja. Entonces pregunta—. ¿Ya escuchaste si Axel localizó
a esos tipos que la encontraron en la cabaña?
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—Llamó justo antes de que yo llegara. Tienen a los dos. Ava jodió mucho a
uno de ellos y Axel dijo que el tipo no ha dejado de quejarse todavía, así que lo
amordazaron. —Me río.
—¿Ava fue secuestrada y cazada como un animal durante dos días y ese tipo
cree que nos importa una mierda si ella lo arruinó? ¿O que esté herido? —
pregunta Petey con incredulidad.
—Sí, va a desear que Ava lo haya liquidado en el bosque para cuando

terminemos con él—gruño, ya no divertido.
—¿Alguna señal de Fang?
—No, pero eso sucederá en algún momento y será una decisión del club lo
que le suceda.
—Creo que todo el mundo ya ha decidido lo que debería ser, Gunner. ¿Todos
están sintiendo la traición y que usó a una mujer, tu mujer, para traicionarnos?
Inaceptable. No involucramos a mujeres y niños. No a inocentes. Siempre hemos
mantenido esa creencia hasta él. Será tratado con dureza.
Asiento con la cabeza, sabiendo que eso es cierto. Se abre la puerta y entra el
doctor. Parece tan agotado y cansado como todos nosotros. Le estrecho la mano
y le agradezco que haya venido. Él asiente con la cabeza y luego mira hacia Ava.
—¿Es ella?—pregunta.
—Sí—le respondo y después le explico lo que ha sucedido en los últimos

días.
Al final de la explicación, sus cejas están en el nacimiento de su cabello, pero

se acerca al sofá con su bolso, agarra una silla y la acerca a ella. Petey despierta
suavemente a Ava y la ayuda a sentarse.
—Hola, soy el doctor Harrison. Llámame Seth. ¿Puedes decirme qué lesiones
tienes y qué sabes acerca de tus niveles de azúcar en sangre?
Escucho con atención mientras Ava, aturdida, explica todo lo que el doctor
necesita saber. Ella está despertando lentamente y agarro otra botella de agua
para ella. Cuando el doctor comienza a examinarle los pies en busca de lesiones,
me dirijo a la cocina y preparo una taza de café. Sé que Ava necesita su café de
Java para despertarse. Después de prepararlo, camino de regreso a la sala
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principal justo a tiempo para verla tratando de ponerse de pie y haciendo una
mueca.
Me apresuro a recogerla y el doctor me informa que ella quiere y necesita una

ducha para poder desinfectar las heridas que tiene y vendarlas. Explica
rápidamente los peligros de una infección para un diabético, especialmente en el
área de los pies, y la llevo a mi habitación. Una vez dentro, la dejo en la cama y
voy al baño, abro la ducha y vuelvo a su lado. Ella está dormida sentada en la
cama. Mi chica está agotada.
Me agacho y tiro mi camiseta hacia arriba y por encima de su cabeza con

cuidado y luego la ayudo a ponerse de pie lo suficiente como para quitarse las
bragas y tirar ambas a la basura junto a mi cama. La llevo a la ducha y la siento
en el banco dentro del receptáculo. Ella está fuera del alcance del agua.
Rápidamente me desnudo, entro en la ducha, la levanto de nuevo sobre sus pies
y la pongo debajo del rocío. Desearía tener una bañera aquí, como la tengo en la
casa, pero no quería tomarme el tiempo para llevarla allí, así que esto tendrá que
funcionar.
La baño con cuidado por los rasguños, raspaduras, cortes y su herida de bala.
Le lavo el cabello y se necesitan dos lavados para limpiarlo. Intenta ayudar, pero
yo solo muevo sus manos hacia la pared y continúo lavándola. Una vez que está
limpia, la muevo de nuevo al banco y me lavo rápidamente.
Nos seco y busco un par de bóxers y una camiseta para que se ponga y nos
visto a los dos. Me asomo por la puerta y le grito al doctor que puede venir y
terminar de tratar sus heridas.
Me quedo parado mientras él trata todas y cada una de las lesiones y me

explica en detalle sobre la diabetes y cómo afecta su cuerpo. Dice que no puede
volver a coser la herida de bala porque ha pasado demasiado tiempo desde que
se desgarraron los puntos. Le quita los pocos puntos que quedaban sueltos y le
vuelve a vendar el brazo.
Para cuando él ha terminado, Ava también. No se ha quejado ni una sola vez,

a pesar de que haberle vertido desinfectante en todas esas heridas, debe haberle
dolido como una perra, pero sus ojos están cerrados de nuevo. La vuelvo a
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colocar en la cama, la beso en la frente y le digo que se duerma, y cierro la puerta

detrás de mí mientras me voy.
Para cuando llegué a la sala principal, vi que los hombres habían regresado.
Algunos de los muchachos se han quedado en las montañas, con la esperanza de
encontrar a algunos Banditos y la cabaña a la que llevaban a Ava cuando se
escapó. Estamos en guerra en este momento y todo el mundo lo sabe.
Cuando me acerco al sofá donde Petey todavía está sentado, mira hacia
arriba y dice:
—Doc se ha ido. Dijo que volverá mañana para comprobar si hay signos de
infección. Me explicó lo que había que esperar y le pregunté si podía darnos una
clase sobre diabetes la próxima vez que venga. Todos deberíamos saber a qué
prestar atención y cómo ayudarla si es necesario. Dijo que lo haría. No espero
que todos asistan, pero estaré allí.
—Bien pensado, Petey. Me explicó mucho de eso mientras la examinaba,

pero cuantos más estemos conscientes, mejor para ella—le respondo.
Me dirijo a Axel y Cash, que están cerca con cervezas, y les pregunto por
nuestros dos invitados que trajeron aquí.
—Ambos están en la habitación del sótano. Encadenados, con la puerta

cerrada y un guardia sentado allí por si acaso. Estarán allí por la mañana, así que
descansa un poco, Gunner. Quédate con tu mujer en caso de que se despierte.
Nos encargamos de esto—dice Axel.
—¿El herido va a morir antes de que le ponga las manos encima?—le

pregunto.
—Probablemente no. Ella debe haberlo golpeado porque su cabeza y su cara

están dañadas. La pierna fue apuñalada dos veces. Profundamente y sangró
como un cerdo, pero ahora se detuvo. Mayormente—sonríe Axel.
—Ava todavía tenía un agarre mortal en el cuchillo cuando llegué a ella. Lo

dejó caer en el suelo de la camioneta cuando la puse allí. No estoy seguro de
dónde lo consiguió, pero me alegro de que lo haya hecho—les digo.
—El tipo tiene una funda vacía en su cinturón, así que supongo que fue
apuñalado con su propio cuchillo—sonríe Cash.
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—¿Alguno de los dos está hablando?
—No. No han dicho una palabra más que lamentarse y llorar por sus heridas.
—Está bien, me voy a la cama. Ven a buscarme si surge algo y gracias.

Aprecio todo lo que has hecho—digo mientras les doy una palmada en el hombro
y me dirijo hacia mi mujer—. Duerme un poco, Petey. Ella está a salvo ahora.
Quiero a Ava en mi casa, conmigo. Quiero que se despierte y me vea, no a

alguien que intente hacerle daño de nuevo. Entonces, con eso en mente, regreso
a mi habitación, levanto a Ava de la cama, con mantas y todo, y la llevo a casa.
Ni siquiera se mueve.
***
Me estoy sirviendo mi segunda taza de café cuando escucho a Ava gritar.

Dejo caer la taza, corro hacia el dormitorio y me detengo por completo en la
puerta. Ella está sentada en la cama, el cabello en todas direcciones, los ojos
rebotando salvajemente por la habitación. Cuando aterrizan sobre mí, puedo ver
que se está despertando lentamente de cualquier pesadilla que había estado
soñando. ¡Mierda! No debería haber vuelto por esa segunda taza de café. Mi
única razón para traerla aquí fue para que se despertara con mi cara y lo arruiné
por un café.
Me muevo lentamente a su lado y me siento en el borde de la cama frente a

ella. Ella deja caer su cabeza en mi hombro y se estremece.
—Está bien, bebé—le digo con dulzura mientras acuno la parte de atrás de
su cabeza.
—Dios, Gunner, lo siento mucho—gime.
—No hay razón para sentirlo. Solo relájate—le digo—. No voy a ninguna
parte.
Ella se relaja contra mí y me muevo hasta que ambos estamos acostados en

la cama, ella en mis brazos. Nos tendemos juntos en silencio durante varios
minutos antes de que ella vuelva su rostro hacia el mío.
Tengo que recuperar el aliento porque incluso con el ojo morado y los
moretones en el pómulo, es tan hermosa para mí. Mi pobre Ava está golpeada y
magullada, pero todavía tiene el poder de dejarme sin palabras.
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—¿Dónde están mis bebés?—murmura.
—Chubs los tiene. Llamó y los traerá para que los veas en una hora. Todos
están bien, pero Mac ha estado preguntando por ti. Aunque creo que a Chubs le
gustaría quedárselos. Se ha encariñado bastante—le digo riéndome un poco de
Chubs.
Escucho la puerta principal abrirse y cerrarse y luego pasos, así que supongo
que Chubs ha llegado temprano. En cambio, entra Axel y él se mueve
directamente al lado de la cama de Ava y se acuesta junto a ella. Se acurruca en
su espalda y comienza a acariciar su cabello como lo haría con un perro.
¡¿Qué carajo?!
—Hola, hermanita. ¿Cómo estás?—le pregunta a la parte de atrás de su

cabeza.
Ava se ríe y se vuelve de espaldas y mira al gran culo de Axel tendido a su

lado.
—Estoy bien, hermano mayor. ¿Ya estás intentando cabrear a Gunner?
—No me importa. Solo quería ver con mis propios ojos cómo estás hoy. Tu
cara se ve como una mierda pero está bien. Me gusta ser el caliente de la familia
—le responde con una sonrisa descarada.
—¡Vete a la mierda de acá, Axel! ¡Fuera de mi cama! Puedes verla cuando

vaya a la cocina. ¡Ahora!—le ladro.
No escucha. De hecho, actúa como si ni siquiera hubiese hablado.

Simplemente continúa poniendo su desagradable persona junto a mi mujer
sonriéndole. Entonces tiene el descaro de decir:
—Necesitamos café, Prez. Ava y yo esperaremos aquí mientras traes un poco.
Para hacer que el comienzo de mi día sea aún mejor, escucho la puerta
principal volver a abrirse y lo siguiente que veo es a Loki saltando a mi lado de
la cama e instantáneamente se empuja entre Ava y yo y comienza a lamerle la
cara. Tengo que soltarla y apartarme debido a su tamaño. Ava se ríe y le frota la
cara. Él se desploma en la habitación, captando la atención de Ava.
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Escucho pequeños cascos deslizándose dentro de la habitación y veo a Gee

deslizándose hasta detenerse y me mira. Me agacho, levanto su cuerpecito
gomoso y lo dejo en la cama. Empieza a rodear a Ava y a emitir sus pequeños y
extraños gruñidos de felicidad.
Finalmente me levanto de la cama cuando Duffy entra pavoneándose en la

habitación, agitando la cola. Gracias a Dios que las camas son tamaño King. Duffy
se pone cómodo después de abrirse paso al lado de Ava, apartando al perro y al
cerdo de su camino.
—¡Hola, mamá!—grita Mac mientras el pájaro camina por el suelo.
—¡Hola, Mac! Te extrañé, amigo—se ríe Ava.
—¡También te extrañé!—responde Mac mientras revolotea sobre la cama.
Miro hacia abajo y lo que veo es todo Ava. Ahora está apoyada contra las
almohadas y la cabecera con Axel todavía tendido a un lado, Duffy acurrucado
sobre el otro, Mac posado sobre sus piernas, el cerdo y el perro tendidos en mi
lugar y ya se preparan para una siesta. Pobre Ava. Ella atrae tanto a hombres
como a bestias.
Aparece Chubs en la puerta con una dona en cada mano. Y su habitual

sonrisa en su rostro.
—¡Hola, Ava! Me alegro de verte de regreso y ahora a salvo, chica—dice

Chubs entre bocados.
—¡Hola, Chubs! ¡Muchas gracias por cuidar a las mascotas! No sé cómo

agradecerte lo suficiente por eso—dice Ava.
—Comida. Solo comida. Y de nada. Me encantó tenerlos. Solo odié el motivo

por el que yo los tenía. Voy a cercar mi patio trasero para poder cuidarlos más a
menudo. También quiero tener un perro. Cuando te sientas mejor, ¿quieres
ayudarme a elegir uno rescatado?
—¡Oh, Dios mío, sí lo haré! ¡Es una gran idea, Chubs! —Los ojos de Ava se
iluminan como un niño en Navidad.
Salgo de la habitación, contento de que Ava esté en casa (y ahora pienso en

esto como su casa) pero deseando haber tenido más tiempo a solas con ella esta
mañana. Tenemos cosas que discutir, como que éste es su nuevo hogar, entre
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otras cosas, pero todas pueden esperar. Dejaré que disfrute de su tiempo con las
mascotas, incluyendo a los dos grandes humanos con ella también.
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Capítulo 27
-:¦:- Ava -:¦:-
El doctor estuvo aquí antes, volvió a vendar mis heridas y luego habló con
varios de los hombres sobre la diabetes. Me sorprendió la cantidad de hombres
que se presentaron para aprender sobre mi enfermedad. Estaba tan conmovida
que casi lloré al ver a moteros grandes y rudos que querían información sobre
cómo cuidarme si surgía algo debido a mi diabetes. Tengo esta maravillosa
sensación de pertenecer a algún lugar. A alguien. Por primera vez en mi vida, me
siento querida.
Ahora es por la tarde y Gunner está en la casa club manejando los asuntos
del club. Axel y Chubs se han ido, Reno, Vex y Pooh han ido y venido y solo
estamos Petey y yo aquí con las mascotas.
Se oye un golpe en la puerta y Petey grita:
—Entre.
Y entra Trudy con varias cajas de la pastelería. Ella me mira a la cara, deja
caer las cajas en la isla de la cocina y corre hacia mí. Se deja caer frente a mi lugar
en el sofá y se queda mirando mi rostro golpeado.
—Estoy bien, Trudy. Realmente lo estoy. Solo dolorida. Pequeños rasguños

y moretones—le digo en voz baja.
—¡Oh ,cariño! ¡Tu hermosa cara!—susurra Trudy. Entonces me sorprende

como el Infierno cuando de repente grita—. ¡Esos pedazos de mierda deben
sangrar por esto! ¡Esto no puede quedarse así! ¡Los lastimaré yo misma!
Trudy se pone de pie y se vuelve hacia Petey, con las manos en las caderas y
los ojos enfadados.
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—¿Vas a encargarte de este problema, grandote? No sé todo sobre qué o por

qué sucedió esto, ¡pero sí sé que fue uno de los tuyos el que le hizo esto a mi
chica! ¡Ella sobrevivió, pero alguien debe pagar por esto!
Después se vuelve hacia mí y escupe con la misma ira:
—Tú y yo hemos trabajado juntas durante un par de años. Trabajamos codo

con codo. Eres una gran jefa, la mejor que he tenido, pero mantienes la distancia
entre tú y los demás. Lo he respetado porque te respeto. Pero eso termina hoy.
Nos guste o no, somos amigas. Nosotras somos buenas amigas y aprenderás a
que te guste que seamos jefa y empleada, pero también amigas. ¿Entendido, rubia
bonita?
Petey y yo estamos mirándola con la boca abierta, conmocionados como el

Infierno y más aún. También creo que los dos le tenemos un poco de miedo. ¡Pero
maldita sea! Miro a Petey y lo veo con una pequeña sonrisa en su rostro
mirándome directamente.
—Creo que será mejor que estés de acuerdo y lo hagas rápido, Ava. Ella da
un poco de miedo y es muy sexy y a mi, por mi parte, me gustan los dos.
Miro hacia atrás a Trudy y la veo todavía de pie, con las manos en las caderas,
la mirada furiosa en sus ojos.
—Creo que estoy algo enamorada de ti en este momento, Trudy. Sí, por favor.
Lo entiendo y te quiero mucho como mi amiga.
Instantáneamente, su expresión cambia a la hermosa sonrisa que estoy tan

acostumbrada a ver.
—¡Hurra! Ok, traje dulces para todos de la pastelería. Y traje los ingredientes
para la cena. Estaré cocinando, tú te relajas y Petey te quedas a cenar—declara
Trudy mientras se dirige a la cocina.
—Me gusta—susurra Petey, sonriéndome.
—A mí también. Pero también me gusta para ti, Petey. —Le devuelvo la

sonrisa, guiñándole un ojo.
***
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Pasamos una noche maravillosa, Gunner, yo, Trudy y Petey. Cenar explicó
por qué Trudy trabaja en el frente de la pastelería y no hornea. ¡Y nunca horneará!
No estábamos seguros de qué se suponía que iba a ser la cena, pero pasamos una
noche llena de risa y convivencia con buenos amigos. Y aunque la cena fue un
misterio, no hubo visitas a Urgencias.
***
Han pasado semanas y las cosas han vuelto a la normalidad. No me he

quedado en mi casa desde el ataque y Gunner constantemente me presiona para
que me mude y entregue mi casa. También podría hacerlo, ya que casi todo lo
que tengo está en su casa de todos modos.
Gunner se ha adaptado notablemente bien a tener una mujer y mascotas en

su vida. Me preocupaba que las mascotas pudieran ser demasiado para él, pero
se ha encariñado mucho y Gee lo sigue todo el tiempo. Gunner es genial con
todos ellos, pero Gee trata a Gunner como si fuera su héroe. Es lindo.
Los Banditos han estado desaparecidos desde el ataque. Su casa club está
desierta y Gunner y su club han estado trabajando duro tratando de encontrar el
escondite en el que se han metido para reagruparse. Los hombres están
frustrados por esto, pero mientras no tenga que ver un chaleco de Bandito, estoy
feliz.
No lo sé y no quiero saber qué fue de los dos Banditos que capturaron Axel
y Cash. No pregunto. Ese es asunto de los Devil´s Angels y sé que Gunner los
manejó como mejor le pareció. Los que quiero tener en mis manos son a Fang y
Katey. Ninguno ha sido visto y no tenemos ni idea de dónde están, ni qué están
haciendo. Pero el club continúa con sus esfuerzos por localizarlos.
Me voy del trabajo por el día y Trudy se va conmigo. Estamos de camino a

una clase juntas. Desde su discurso, nos hemos vuelto muy cercanas y pasamos
mucho tiempo juntas, aquí en la pastelería y en el club. Trudy y Petey también se
han vuelto cercanos y me encanta. Él se merece una buena mujer y la tiene en
ella. Axel la adora y los otros hombres la han aceptado como familia. Desde que
a Petey le quitaron el yeso, él, Trudy, Gunner y yo hemos ido a montar juntos en
varias ocasiones. Parando a comer y simplemente disfrutando del camino, el
viento y la libertad.
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Trudy y yo llegamos al Jax's Gym, el gimnasio que administra Axel pero del
que el club es dueño, y entramos. Huele a gimnasio para hombres. Este no es un
gimnasio tipo Planet Fitness. Éste es un gimnasio de boxeo, MMA, bajo y sucio.
¡Y me encanta! Axel ha acomodado a las pocas mujeres que vienen aquí y tiene
disponibles clases de tipo defensa personal para principiantes y expertos, boxeo
y muchas de las artes marciales.
Me encanta que Trudy haya decidido tomar clases de defensa personal y

MMA. Sé cuánto me ayudaron con mi confianza, fuerza y resistencia. Le doy
crédito a mi entrenamiento por mi capacidad para mantener la calma, escapar y
sobrevivir a mi secuestro.
Trudy y yo guardamos nuestras carteras en el vestuario, nos separamos y

vamos a nuestras diferentes áreas para comenzar nuestros entrenamientos. Me
había cambiado antes de salir de la pastelería, así que estaba lista para estirar. Me
siento en la colchoneta y empiezo a estirar, mirando alrededor del gimnasio.
La multitud habitual está aquí junto con varios de los miembros del club, ya
sea parados cotilleando, ayudando a los clientes o haciendo ejercicio. Cash se
acerca y se para en el borde de la colchoneta en la que estoy sentada. Es mi
impresionante entrenador y es increíble trabajar con él. Sabe lo que hace, no me
mima porque soy mujer y estoy aprendiendo mucha técnica de él.
Cash se agacha, tomo su mano y me ayuda a ponerme de pie. Mira por

encima de mi hombro, hacia el enorme ventanal en la parte delantera del
gimnasio, y de repente me agarra del brazo, me balancea y me baja a la
colchoneta, boca abajo. ¡Antes de que pueda preguntar qué diablos está haciendo,
su gran cuerpo se estrella contra el mío justo cuando escucho un pop! ¡Pop! ¡Pop!
y cristales rotos.
Cash está fuera de mi cuerpo, me levanta, me lanza sobre su hombro y corre

hacia la oficina a la velocidad del rayo. Veo a Axel con Trudy, también arrojada
sobre su hombro, yendo en la misma dirección que nosotros. A las dos nos ponen
de pie y nos ordenan que nos quedemos quietas, entonces los hombres salen por
la puerta que cierran detrás de ellos.
Miro a Trudy y veo que sus ojos están tan abiertos como los míos. ¡Santa
maldita mierda!
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La puerta se abre de golpe y entra Pooh, cojeando y sujetándose la pierna.

Veo la sangre e inmediatamente me doy la vuelta y agarro una toalla limpia del
estante detrás del escritorio. Trudy ayuda a Pooh a sentarse en el sofá y él se
sienta pesadamente. Envuelvo la toalla alrededor de su pierna y presiono la
herida. Pooh gime pero no se mueve.
El teléfono de Pooh suena y lo saca del bolsillo de sus vaqueros, contesta,

escucha por un momento y me lo entrega. Lo tomo, desconcertada de por qué me
está dando su teléfono, y lo pongo en mi oído.
—¿Si?
—¿Estás bien? ¿Lastimada? ¿Por qué diablos no contestas tu teléfono? —

grita Gunner.
—Estoy bien. No estoy herida. Mi teléfono está en el vestuario y actualmente

estoy en la oficina sosteniendo una toalla en la pierna de Pooh. ¿Algo más que
quieras ladrarme? —le respondo con calma.
—Dios. Joder, Ava. Recibo una llamada diciendo que hubo un tiroteo desde
un vehículo en el gimnasio y que estás allí. Por supuesto que estoy ladrando.
¡Jódeme! —responde Gunner con unos decibelios menos que antes.
—Esta bien, cariño. Trudy, Pooh y yo estamos en la oficina mientras el resto

de los muchachos se ocupan del tiroteo. Quienquiera que fuera se largó y ahora
está tranquilo aquí—le digo.
—Ok, Ava. Quédate allí hasta que Axel te diga que salgas. Alguien las llevará
a vosotras y a Pooh hasta la casa club. Doc está de camino para Pooh. Ten
cuidado, mantente alerta. ¿Sí?
—Si. Te veo en un rato. —Desconecto, le paso a Pooh el teléfono y le

transmito lo que me dijo Gunner.
***
Estoy de espaldas en la cama de Gunner, respirando con dificultad y

disfrutando de los pequeños hormigueos que aún recorren mi cuerpo. Gunner
está de espaldas a mi lado, haciendo lo mismo, supongo. Gunner llegó tarde a
casa debido al tiroteo y las secuelas. Cenamos tarde y después empezó a besarme
el cuello en la cocina mientras yo limpiaba los platos. Eso llevó a una increíble
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sesión de besos en la encimera de la cocina, que ahora necesita una desinfección

completa, y luego al dormitorio donde sacudió mi mundo. Dos veces.
Ruedo hacia Gunner, balanceo mi pierna sobre sus caderas y me siento,

plantando mi trasero desnudo sobre su ablandado pene. Me inclino y rozo mis
labios sobre los suyos. Levanto la cabeza unos centímetros, hago contacto visual
y me sorprendo muchísimo cuando digo:
—Te amo.
Sus ojos se abren por una fracción de segundo antes de agarrar los lados de
mi cara, acercar mi boca a la suya y devorarme. Después de un beso fuerte y
profundo, se aleja y aún sosteniendo mi rostro dice en voz baja:
—También te amo Ava. Muchísimo.
Mi corazón se hincha por este hombre. Es grande, rudo y un motero de pies

a cabeza. Pero también es tierno, amable y gentil. Lo mejor es que es todo mío.
Gunner tensa los abdominales, envuelve sus brazos alrededor de mí y se

pone de pie. Lo rodeo con mis brazos y piernas y le muerdo suavemente el cuello.
Gruñe mientras nos lleva al baño. Una vez dentro, me pone de pie, se vuelve
hacia la ducha y la abre. Mientras se calienta, me alcanza y me aplasta contra su
cuerpo, envolviéndome con fuerza en sus brazos. Me relajo contra él y dejo que
mi cabeza descanse contra su pecho. Su barbilla descansa sobre mi cabeza cuando
lo escucho hablar.
—Nunca quise estar atado a una mujer. Nunca quise una dama, una esposa.
No quería despertarme con la misma cara día tras día. Me gustaba mi libertad.
Estoy empezando a ponerme nerviosa al escuchar todas las cosas que no

quería. Oh Dios, ¿está tratando de decepcionarme fácilmente? Joder, pensé que
estaba tan feliz como yo.
—Pero entonces te vi, un par de veces, en tu patio frente a la casa de Petey.

No podía sacarte de mi mente. Después tu estúpido vecino me dio la oportunidad
de conocerte. Y sabía que todas las cosas que pensé que nunca quise eran una
total estupidez. Te quiero en mi vida. Quiero que seas mi dama y eventualmente
mi esposa. Quiero despertarme con tu cara todos los días. Quiero estar atado a ti
por el resto de mi vida porque no puedo imaginarla sin ti. Estaría vacía. Te amo,
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Ava. Y quiero que seas la madre de mis hijos. Quiero que mis hijos tengan una
madre como la que sé que serás tú. Quiero volver a casa cada noche con tu risa,
nuestros hijos destrozando la casa, pieles, plumas y gruñidos de cerdo.
Lo escucho con asombro. Lo miro y sonrío ampliamente.
—Yo también quiero todo eso. Contigo. Te necesito en mi vida, para siempre.
Quiero que nuestros niños tengan tus ojos y tu corazón. Quiero que sean grandes
y fuertes pero amables y gentiles. Todas las cosas que eres tú.
Me estiro mientras él se inclina y nuestras bocas chocan. Nos besamos larga

y ardientemente, sellando nuestras palabras. Me levanta y nos lleva a la ducha.
Las manos están en todas partes: tocando, calmando, acariciando mi piel.
Toco su pezón con mi lengua y su mano agarra mi nalga. Lentamente beso

mi camino hacia el sur y me arrodillo, mirando a Gunner.
—No tengo ninguna experiencia en esto. Necesito que me guíes. Quiero que
te sientas tan bien como yo cuando haces que me corra con tu boca—le digo en
voz baja—. Siento no tener la experiencia que te mereces, pero aprendo rápido.
—Sonrío.
—Jódeme, Ava. Dios. ¿Nunca le has hecho una mamada a un tipo? No tienes
idea de lo feliz que me hace que no tengas experiencia en esto. Quiero que mi
polla sea la primera que hayas querido lo suficiente como para llevártela a la
boca. Jesús. No duraré mucho sabiendo eso—gruñe en voz baja mientras coloca
su mano en mi mejilla.
—Ponme en tu boca, cariño. Déjame verte chuparme. Te enseñaré lo que me

gusta si quieres, pero solo saber que me deseas lo suficiente para hacer esto
alcanza para mí—exhala.
Agarro su polla y me maravillo de la aterciopelada dureza. Lo he acariciado

antes, pero nunca me canso de sentirla. Coloco cuidadosamente mis labios
alrededor de la punta y uso la lengua para explorar su textura. Encuentro la
pequeña hendidura y uso la lengua para deslizarme hacia adelante y hacia atrás.
Escucho a Gunner gemir en voz baja.
Levanto los ojos y lo encuentro apuntando al lugar donde estamos

conectados. Sus ojos están ligeramente entornados y son increíblemente sexys.
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Le gusta lo que estoy haciendo y eso me hace más audaz. Deslizo la lengua
por la parte inferior de su punta y siento la forma de V allí. Bombeo lentamente
con mi mano mientras tomo más de él en mi boca, deslizando mi lengua
alrededor sin detenerme. Lo llevo casi hasta la parte de atrás de mi garganta y
lentamente lo retiro con mis labios apretados alrededor de su longitud. Al mismo
tiempo, estiro mi otra mano y suavemente agarro sus bolas y las hago rodar en
mi palma. Tiro suavemente de ellas y escucho y siento otro gemido, solo que éste
es más largo y más bajo.
Empiezo a deslizarlo y sacarlo de mi boca a un ritmo constante, apretando

mi boca sobre su polla tanto como puedo. Amo su sabor. Ni siquiera noto que el
agua me cae por la espalda. Retiro la polla de mi boca y me agacho más para
tomar una pelota y chuparla antes de cambiar a la otra.
La mano de Gunner que descansa sobre mi cabeza, se aprieta y agarra con

más fuerza. Echa la cabeza hacia atrás y deja escapar el sonido más placentero.
Muevo mi boca de nuevo a su polla y la deslizo tan profundo como puedo. Giro
mi lengua y la froto arriba y abajo mientras lo chupo. Después de otro momento
de esto, Gunner de repente se inclina sobre mí, saca su polla y me hace girar hacia
el banco. Empuja mis hombros hacia abajo hasta que mis manos se encuentran
con el banco y entonces las suyas agarran mi cintura y empujan mi trasero más
alto hasta que me doblo por la mitad.
Su mano está entre mis piernas, frotando mi raja y luego deslizando un dedo
profundamente, bombeando dentro de mí.
—Por favor, dime que estás lista para mí, bebé—dice al mismo tiempo que
su dedo desaparece y empuja su polla dentro de mí.
—¡Tan lista, Gunner! ¡Más duro, amor, por favor! —gimo mientras me
empujo contra su dureza.
Me apoyo en el banco y tomo todo lo que tiene para dar. Sus pies están
plantados por fuera de los míos y me embiste. Extiende la mano alrededor de mi
cadera y se concentra en mi clítoris. Lo pellizca con fuerza al mismo tiempo que
su polla se frota contra el lugar exacto donde lo necesito. Estallo y empiezo a
deshacerme.
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—¡Sí, Ava, sí! Justo así, cariño. ¡No pares! ¡Fóllame! —grita Gunner mientras
pierde el ritmo, golpea fuerte en mí un par de veces más antes de plantarse
profundamente. Nos quedamos quietos por un momento, recuperando el aliento,
y luego se retira lentamente y me endereza. Mi espalda está en su pecho y él se
envuelve a mi alrededor y apoya su rostro en mi hombro.
Pongo mis manos sobre sus brazos que están cruzados en mi pecho y saboreo
el momento. Sin embargo, no dura mucho porque de repente el agua se enfría y
ambos saltamos de su chorro. Gunner cierra el grifo y nos quedamos allí riendo,
empapados.
***
Trudy y yo estamos en la tienda y tenemos una sombra que nos sigue de

nuevo. En la forma de un motero mayor de aspecto gruñón. Petey no está
contento de estar de guardia cuando preferiría estar buscando a “los cabrones
que quieren morir”, (sus palabras, no las mías). Está sentado al frente en una
cabina y ni siquiera un buen café y todos los dulces que quiere están cambiando
su opinión o actitud. Lo único que suaviza sus facciones es cuando Trudy o yo
estamos en su línea directa de visión.
Tuve que contratar algunos empleados más y pasé los últimos días
capacitándolos. También pasé horas con un contratista discutiendo el resto del
edificio y en qué quiero cambiarlo.
Gunner y los hombres han estado trabajando largas horas entre los varios
negocios que posee el club y buscando a los Banditos. Gunner ha tenido que hacer
varios viajes fuera de la ciudad a los diferentes clubes de apoyo explicando lo
que está pasando y pidiéndoles que estén atentos.
Sorprendentemente, algunas de las damas se me acercaron y se presentaron.

En la barbacoa me evitaron como la peste, pero se han acercado, así que estoy
haciendo un esfuerzo por ser amigable. Karen, la mujer de Reno, y Sissy, la novia
de Reeves, han venido a la tienda varias veces y han tomado café con Trudy y
conmigo. De todos modos, es un comienzo.
Las cosas con Gunner y conmigo son geniales. Hemos entrado directamente
en una relación sólida y casi estoy viviendo con él. Las cosas son fáciles con él.
Tiene temperamento y una bocaza, pero ninguna se dirige a mí. Se hace querer
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por mí cada vez que veo lo genial que es con las mascotas. Gunner y Axel incluso
están trabajando para armar una pequeña Harley para que Gee la monte. No
puedo esperar a verlo cuando esté lista.
Vex se ha convertido en un amigo cercano. Hace un montón de turnos de

vigilancia y mientras el hombre es ardiente, ya no coquetea conmigo. Pero
coquetea con todo lo que es remotamente femenino. Pasa mucho tiempo en
nuestra mesa junto con Axel, Chubs y Petey. Me encanta tener tantas personas
para alimentar ahora. Y mimar con dulces.
***
El único problema en nuestras vidas son los Banditos. Y Rex ha descubierto

algo de información que me ha dado escalofríos por la espalda. Ahora sabemos
con certeza que los Banditos están trabajando para el senador Carrington y sus
sobrinos. Se benefician al tener al poderoso senador en su esquina, y los
Carrington se benefician al tener el trabajo sucio a cargo de ellos. Y, lo que es
bastante aterrador, soy el trabajo sucio que los Carrington han encargado.
No sé por qué quieren volver a ponerme las manos encima. Me hicieron

bastante daño la primera vez. No sé si quieren que les devuelvan el dinero sucio
o solo una pequeña venganza por el pequeño precio que Mark pagó por sus
acciones. Una cosa que sí sé es que me aterrorizan ellos y lo que me volverían a
hacer.
Sin embargo, esta vez no estoy sola. Tengo gente de mi lado y estoy mejor
preparada para luchar si alguna vez lo necesito de nuevo. No tenía nada de eso
antes y ellos explotaron ese hecho para su retorcido placer.
Tengo que confiar en Gunner, en el club y mis habilidades para mantenerme

fuera del alcance de sus manos. Y Gunner está trabajando duro para minimizar
cualquier cosa que el Senador pueda usar contra el club.
Los Banditos han sido avistados últimamente, así que sabemos que no han
abandonado la zona. Simplemente se esconden mejor que antes. Pero ha habido
varios incidentes de vandalismo en los diversos negocios que posee el club y los
muchachos están en alerta máxima.
Cuando entro al frente de la tienda, Petey me hace señas.
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—¿Qué pasa, Pops?
—Necesito pedirte un favor. ¿Vas a preparar la cena en casa de Gunner esta

noche?—me pregunta.
—Sí, yo la haré. Dijo que hoy regresaría del viaje a las 6:00 pm. ¿Quieres venir
a cenar?
—Bueno, cariño, de eso se trata el favor. Sé que has trabajado todo el día,
pero ¿estarías dispuesta a preparar la cena en la casa club y cocinar para diez de
los hombres, yo, Trudy, Gunner y tú? —sonríe tímidamente.
—¿Sabes lo que quieres para cenar?—le pregunto.
—Cualquier cosa que quieras cocinar está bien para nosotros. Nos encanta
todo lo que nos pones delante—se ríe.
Le sonrío. ¿Cómo no amar a este tipo?
—Perfecto, Petey. ¿Qué tal cenar a las 7:00 pm?
—¡Perfecto, muñeca! Gracias —dice dándome un abrazo.
Estoy ocupada en la cocina de la casa club preparando las cosas para la cena.
Trudy está conmigo y me ayuda a cortar y picar cosas. Eso es lo más parecido a
cocinar que le permitimos ahora. Estamos charlando y Trudy está bebiendo una
copa de vino.
Marti, la rubia de baja estatura y mal teñida, que estaba con Katey en el salón
del club de Gunner el día que las vi, entra en la cocina y se detiene de golpe
cuando nos ve a Trudy y a mí. Se queda ahí con la boca ligeramente abierta, las
ruedas de su cerebro girando lentamente. Muy lentamente.
—Marti. ¿Necesitas algo?—le pregunto.
—Eh. Um. No. Tengo que volar—murmura mientras se gira para hacer
precisamente eso.
—¡Espera!—grito, deteniéndola en seco.
Marti se congela en el lugar y luego se da la vuelta lentamente, con ojos

grandes mirando en mi dirección.
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—¿Qué estaban buscando Katey y tú en la habitación de Gunner ese día?—

la interrogo.
Los ojos de Martí se agrandan aún más y traga visiblemente.
No es de extrañar. Eso es por lo que es conocida. Jaja.
—¿Vas a usar eso conmigo?—chilla apuntándome.
Miro hacia abajo y veo mi gran cuchillo de chef, apuntándola. No sabía que
se lo había agitado cuando hablé. Oh, bien. Arréglate con lo que tienes que
trabajar, digo siempre.
—No, a menos que no empieces a hablar—le respondo.
Escucho a Trudy sofocar una risa ahogada.
—Estaba limpiando la habitación de Gunner. Limpio algunas de las

habitaciones de los hombres y me pagan por hacerlo. Katey entró mientras
limpiaba y empezó a revisar su tocador. Cuando le pregunté qué estaba
haciendo, me dijo que me callara y la ayudara o me delataría con Fang. Dijo que
Gunner la había enviado a su habitación a buscar un juego de llaves de repuesto
de su casa. La ayudé a buscar y las encontró justo antes de que entraras. Eso es
todo, lo juro—dice Marti hablando de prisa casi sin detenerse a respirar.
Realmente impresionante.
—¡Oh, espera! Um, bueno, ella también hizo agujeros en todos los condones
de su mesita de noche. ¡Yo no hice eso! Ella lo hizo—dice.
—Ajá. De acuerdo. Gracias Marti, agradezco la respuesta. Puedes irte o

puedes quedarte y tomar una copa de vino con Trudy y conmigo. Es tu elección—
le digo, dejando el cuchillo sobre la encimera.
Ella me mira fijamente por un momento y luego dice:
—¿Estarías bien si me quedara con vosotras? Soy una chica de club, vosotras
no lo sois. Pertenecen a alguien. Normalmente no salimos con las damas.
—Ninguna de nosotras somos técnicamente damas y, sin embargo, todas

somos mujeres. No veo por qué no podemos estar juntas. ¿Por qué poner
etiquetas a cualquiera de nosotras si podemos coexistir? Lo admito, no entiendo
por qué ninguna de las chicas del club se conformaría con esa vida, pero no es mi
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asunto juzgarte. No me gustan algunas de las chicas, obviamente Katey es una

de ellas, pero no tengo nada contra ti en particular. Siéntate, tómate algo, cena
con nosotros si quieres. Estás invitada y eres bienvenida, pero es tu elección. No
quiero que te quedes si te sientes incómoda o si no lo deseas. No si eso te causará
problemas con las demás chicas. Pero sé que, por mi parte, siempre me vendría
bien otra amiga—le digo en voz baja y sincera.
—Me gustaría eso, mucho. Y gracias, Ava—responde, subiéndose a un

taburete cerca de Trudy.
Trudy le sonríe a Marti y le sirve una copa de vino.
***
No estaba segura de cuánta gente estaría allí para cenar, así que preparé un
montón de comida. Petey había dicho que nosotros y unos 10 hombres, pero por
aquí no se puede contar con que no haya más dando vueltas. Especialmente si
saben que se está cocinando una comida. Y las sobras nunca se desperdician aquí.
Especialmente no con Chubs, sino también porque muchos de los chicos son
solteros.
He horneado tres jamones, he hecho dos grandes cacerolas de patatas

gratinadas, verduras mixtas asadas con aceite de oliva y tomillo fresco, y un par
de tipos diferentes de ensalada. Agregué a eso los postres y el pan y panecillos
caseros que traje de la pastelería y la cena estaba lista.
Trudy, Marti y yo apilamos la comida en las mesas de la cocina y colocamos

los platos y los cubiertos. Estilo buffet. Los hombres desfilan llenando sus platos
y regresan a la sala principal para sentarse en las mesas y comer.
Chubs entra, toma dos platos y comienza a llenarlos mientras grita:
—¡Chubs ama a Ava! ¡Chubs ama a Ava!
Se detiene cuando pasa a mi lado, me da un fuerte beso en la mejilla y

continúa su camino. Amo a ese chico.
Gunner entra al final de la fila y se acerca directamente a mí, se inclina y me

da un beso ardiente. Me inclino hacia él, coloco mi mano en su cuello y abro la
boca para más. Él obedece. Escucho algunos silbidos y los ignoro. Últimamente
he echado de menos a Gunner. Nos acostamos juntos todas las noches y nos
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despertamos juntos todas las mañanas, pero últimamente ambos hemos estado
tan ocupados que no hemos tenido tiempo para mucho más que eso. Y algunos
rapiditos en la ducha. Ok, muchos rapiditos que no siempre fueron tan rápidos.
Demándame.
Conseguimos nuestra comida y nos trasladamos a la sala principal para

comer. Hay muchas risas y bromas y el ambiente es alegre. Después de que todos
terminan de comer y el postre ha sido devorado, Petey se pone de pie y grita para
que todos se callen. Sí, así es como llama su atención.
—Cállense, imbéciles. Tengo algo para decir—grita a la habitación.
La habitación se queda en silencio y todos los ojos están puestos en Petey.

Saca algunos papeles del bolsillo trasero y los alisa. Me mira y su rostro se
suaviza.
Petey se vuelve hacia la habitación y comienza a hablar.
—Como la mayoría de ustedes saben, Ava no tiene familia. Fue criada por el
sistema, entrando y saliendo de casas de acogida y orfanatos. Por qué sucedió
eso es su historia para contar, no la mía. Pero Axel y yo hemos hablado de esto
por un tiempo y tomamos una decisión.
Siento que mis ojos se abren y miro hacia Axel para encontrar sus ojos en mí,
ojos llenos de amor. No sé qué está pasando aquí, pero sé que es grande. Siento
que Gunner acerca su silla a la mía y se inclina contra mí, con el brazo sobre mi
hombro, abrazándome con fuerza. Miro su rostro y veo una sonrisa allí. Miro
hacia atrás a Petey cuando continúa hablando.
—Ava se ha convertido en una parte importante de mi vida y de la de Axel

y queremos que sepa que ella es mi familia. Y siempre lo será, incluso si se pone
insolente y Gunner le dispara.
La habitación ríe a carcajadas antes de que Petey se vuelva para mirarme.
—Como ya no eres menor de edad, no podemos adoptarte legalmente, Ava.

Si te hubiera conocido cuando lo eras, te habría traído a casa y te habría hecho mi
hija en un abrir y cerrar de ojos. Me habría sentido orgulloso de ser tu padre, Axel
tu hermano.
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¡Oh Dios! Siento que mi garganta se cierra y las lágrimas golpean la parte
posterior de mis ojos. Me tapo la boca con la mano para no llorar en voz alta.
—Así que hicimos lo mejor que pudimos para que supieras lo serios que
somos en cuanto a que seas nuestra familia. Yo, tu padre, Axel, tu hermano.
Fuimos a un abogado, le pedimos que redactara documentos de adopción, como
los legítimos, y los firmamos. Si estás de acuerdo con esto, también puedes
firmarlos. También puede cambiar tu apellido por el nuestro, Taylor, y hacerlo
tan oficial como sea posible. Tu elección, muñeca. Pero lo hagas o no, Axel y yo
firmamos y te damos los papeles para que los guardes y sepas que te reclamamos
como nuestra.
A estas alturas, estoy temblando y llorando, pero no hago ningún sonido. No

puedo. Mi garganta está cerrada con fuerza, pero las lágrimas corren por mi
rostro. Me pongo de pie con las piernas temblorosas, camino hacia Petey y lo
miro a los ojos.
—¿De verdad quieres tenerme como familia? ¿Un bebé de una madre adicta
al crack que nadie quería? ¿A mí, Petey? ¿Con cicatrices y todo? —suelto con un
chirrido apenas audible.
—Joder, sí lo queremos—responde Axel, acercándose a su padre.
Me arrojo a los brazos de Petey y él me agarra y me abraza con fuerza.

Después retrocedo y hago lo mismo con Axel. Me levanta y me aprieta con
fuerza. Me sienta y Petey me tiende los papeles con una sonrisa. Axel me entrega
un bolígrafo y lo presiona para que pueda usarlo para firmar con mi nombre.
Ava Beaumont. Pronto será Ava Taylor.
Cuando termino y sigo llorando horriblemente, les digo:
—Los amo chicos. ¡Te amo Pops! Te amo hermano mayor.
Escucho aplausos, risas y algunos sollozos. Me vuelvo para mirar a Gunner

y suelto en voz alta:
—¡Ahora tengo un apellido verdadero! ¡Ava Taylor! ¡Ya no tengo el nombre

de la calle en la que me encontraron! ¡ Hurra por mí!
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Gunner se ríe mientras se acerca y me arrastra a sus brazos para darme un

enorme abrazo de oso. Tan pronto como me deja en el suelo, me vuelvo hacia
Petey y me acurruco bajo su brazo y envuelvo el mío alrededor de su cintura.
Yo tengo un padre. Un hermano. Tomó veintisiete años, pero alguien se

arriesgó con el bebé de una adicta al crack. Estoy sonriendo tanto que me duelen
las mejillas.
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Capítulo 28
-:¦:- Gunner -:¦:-
Han pasado algunas semanas desde que Petey y Axel adoptaron a Ava. Ella
no ha dejado de sonreír todavía. Inmediatamente presentó los papeles para el
cambio de nombre y ahora es oficial. Ava Taylor.
Petey ahora es Pops y Axel se ha ganado todo tipo de apodos de Ava, no

todos agradables desde que se encargó de hacerla pasar por todas las tonterías
de hermano / hermana que se perdieron. Ella lo ama hasta los huesos y Axel se
lo devuelve, pero él hace todo lo posible para molestarla y atormentarla. Su
método favorito esta semana es enseñarle a Mac a decir cosas que a Ava no le
gustan.
Acabo de terminar una tonelada de papeleo descuidado y estoy sentado en

el bar de la casa club disfrutando de un momento de tranquilidad y una cerveza.
Mac se pasea por la barra, silbando diferentes melodías, la actual es Rebel Soul
de Kidd Rock.
Petey entra, acaba de terminar un turno en la tienda de motos personalizadas

y se deja caer a mi lado. El prospecto, Bozo, le entrega una cerveza.
Mac camina por la barra y se detiene frente a Petey.
—¡Hola, abuelo!—dice Mac, junto con su famoso movimiento de ola de alas.
—¿Abuelo? ¿Pero qué mierda, Mac? No soy tu abuelo—se ríe Petey.
—¡Lo eres!—insiste Mac.
He notado que uno de los pasatiempos favoritos de Mac es discutir. Le

encanta la atención que le brinda. Y éste es un buen ejemplo.
—¡No lo soy!
—¡Abuelo! ¡Abuelo! ¡Abuelo!—grita Mac.
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—Jódeme. Estoy discutiendo con un pájaro. —Petey niega con la cabeza para
sí mismo.
Tengo que reírme de esto porque Mac ha conseguido que todos, en un

momento u otro, discutamos con él.
—Entonces, ¿qué hay de nuevo con los Banditos?—me pregunta Petey.
—Un par de ellos fueron avistados y capturados por Reeves y Cash. Están de
camino aquí con ellos ahora. Deberían llegar pronto. Espero que podamos
obtener información de estos dos. Esos dos últimos no soltaron mucho.
—Axel está en la pastelería con las mujeres. —Petey empieza a reír con
fuerza. Lo miro con una ceja arqueada.
—Ava me envió un mensaje de texto y me preguntó por qué no podía haber

sido hija única. Axel le pone los pelos de punta, me dijo. Trudy llamó, riéndose a
carcajadas, y dijo que Ava estaba poniendo glaseado en un pastel y Axel se acercó
detrás de ella, empujó su cara hacia el pastel y luego corrió hacia el frente de la
pastelería pensando que Ava no podía hacer nada con los clientes allí. —Petey
tiene que tomarse un momento para dejar de reír antes de contarme el resto de
la historia.
—Ava, con pastel en la cara y en el cabello sin importarle que los clientes la
vieran, agarró dos puñados de glaseado rosa, salió corriendo, se deslizó de lado
hacia el frente y golpeó con las manos la cara de Axel. Le cubrió toda la cara y
cabeza. Dio un paso atrás, puso sus manos en sus caderas y gritó a la habitación:
“¡Y eso, damas y caballeros, es lo que un dolor en el culo de hermano recibe
cuando se mete con su hermana!” Después se dirigió a la parte de atrás con paso
airado, dejando a Axel cubierto de glaseado en una habitación llena de clientes
sorprendidos, riendo y aplaudiendo.
Petey y yo nos estamos riendo, imaginando a Axel con glaseado rosa, cuando
la puerta se abre de golpe y entra Cash y Reeves, cada uno de ellos maltratando
a un Bandito. Toda risa termina. Pero la diversión está por comenzar.
Petey y yo ayudamos a los muchachos a llevar la escoria al sótano. Después

de encadenarlos a la pared, damos un paso atrás y los miramos. No se rendirán
fácilmente si las lesiones en la cara y el cuerpo son una señal.
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Cash les había quitado sus chalecos antes de que los encadenáramos a la
pared y ahora los arroja al suelo y los machaca bajo el tacón de su boca. Los
hombres comienzan a insultarlo y a hacerle amenazas inútiles.
—Quiero el primer tiro en ese—gruñe Reeves, señalando al tipo de la

izquierda—. El hijo de puta me mordió. Como un maldito perro.
—Haz tu daño—le digo a Reeves.
Y lo hace. Después de unos minutos de trabajar con el hombre, el de la

derecha grita:
—Está bien, está bien. ¡Detente! Te contaremos lo que quieres saber. Detente,
¿Ok?
Hay un cobarde en cada grupo y acabamos de encontrar al de Banditos.
—Empieza por el principio y no te detengas hasta que sepamos todo. Si lo

hace, mi mujer, la que secuestraron, entrará y demostrará sus habilidades con el
cuchillo en tus bolas. ¿Entendido?—les gruño.
—Javier quiere acabar con tu club. Queremos tu territorio y no queremos las

molestias que tu club reparte por negociar en tu territorio. Le gustó tu mujer y
sabía que tomarla te dañaría. También la reconoció y sabía que podía negociarla
por favores de un senador. Tener un senador de nuestro lado haría mucho más
fácil tomar el control de cualquier territorio que quisiéramos. Tu rata, Fang, le
dio a Javier la información que necesitaba para llegar a Ava. Fue fácil con él
siendo su guardián del día.
El idiota me sonríe. Pierde la sonrisa cuando Cash le clava el puño en el

estómago. Después de toser y jadear por aire, el listillo comienza a hablar de
nuevo.
—No estoy seguro de por qué el senador quiere tanto a tu mujer, pero sé que
sus sobrinos están ansiosos por tenerla en sus manos.
—¿Qué tiene Javier sobre Fang para que nos traicione?—ladra Petey.
—Fang ha estado follando con la puta favorita de Javier, Maria. La dejó

embarazada. Supongo que no fue solo una follada para Fang y él se enamoró de
ella. La quiere, a ella y al niño. Javier intercambió la seguridad de ella por la
cooperación de Fang.
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—¿Dónde se esconde tu club?—pregunta Cash.
El idiota que mordió a Reeves escupe a Cash. Lo paga de inmediato con los
puños de Reeves.
—En una cabaña cerca de donde escapó la perra. El senador tiene un amigo
que es el dueño y nos la presta para que nos escondamos—continúa el hablador.
—¡Cierra la puta boca, Carl!—grita cara de mierda número uno.
—¿Javier nos dejó colgados estando en peligro y todavía le eres fiel? No,
simplemente no. Que se jodan él y el resto de ellos. ¡Y vete a la mierda!
—Mira si puede obtener más información de ellos sobre algún plan futuro.
Aliméntalo, dale agua y sé amable con Carl. Haz lo que quieras con el mordedor
—digo mientras me doy la vuelta y salgo.
***
La Iglesia ha terminado, se han hecho planes y varios de los muchachos están

juntando nuestras cosas para llevarlas. Todavía no le he contado a Ava todo lo
que sé sobre los motivos detrás de los movimientos de los Banditos contra
nosotros. Ni siquiera quiero que el nombre Carrington se le pase por la cabeza.
No pueden tenerla. Ella es mía. Es así de simple.
Axel y yo hemos llevado a Ava a disparar varias veces. Quiere aprender y se

está esforzando mucho, pero no puedo entender cómo alguien con tan buena
coordinación visual y manual para hacer los pasteles que hace no puede golpear
el lado ancho de un granero. Realmente apesta disparando. Sin embargo, Axel
está decidido y Ava también.
Si bien sus habilidades de tiro apestan, sus clases de artes marciales a lo largo
de los años han dado sus frutos. Cash está impresionado con sus derribos, golpes
y tomas de sometimiento, y él no se impresiona fácilmente. Ella trabaja duro en
eso y está decidida a seguir mejorando. Y, por suerte para mí, ella siente lo mismo
por las mamadas. La vida es buena a excepción del problema de los Banditos.
Ava ha convencido al club de dejar de criar perros, rescatarlos de los refugios

y entrenarlos para algo más que servicios de protección. Reno está de acuerdo
con esto de todo corazón y él y Ava han ido juntos y han adoptado a varios. Ya
tenemos dos vendidos cuando finalice su formación. También tienen algunos de
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esos perros en entrenamiento para ser perros de servicio que serán donados a
veterinarios con discapacidades.
El otro cambio que instituyó Ava fue que los domingos, ella cocina una gran
comida en la casa club para cualquiera que quiera venir o si hay un gran juego o
una pelea de UFC televisada, prepara bocadillos para el día del juego. Y hace
muchos de ellos. Los muchachos están enamorados de este cambio y los
domingos se han convertido en un “día de descanso y comida”. Ava ama esto y
los mima terriblemente. Y yo también por supuesto. Incluso se ha interesado en
la elaboración de cerveza y los hombres siempre están felices de probar una
nueva receta que se le ocurrió.
Las mascotas han sido aceptadas por todos como miembros honorarios del
club y son tratadas como reyes. Incluso Duffy tiene una persona favorita ahora.
Es Vex y Vex no está seguro de cómo se siente cuando Duffy decide que el regazo
de Vex es el único lugar para tomar una siesta. Porque cuando un gato de ese
tamaño decide que quiere tomar una siesta en algún lugar, lo hace y no muchos
de nosotros somos lo suficientemente valientes como para intentar trasladarlo a
otro lugar. Más de un par de las putas del club ahora lucen cicatrices por tratar
de tomar el lugar de Duffy en el regazo de Vex. Ava tenía razón, él guarda un
mezquino rencor.
Incluso el viejo e irritable Trigger se ha suavizado un poco. Pasa mucho

tiempo con Mac en su hombro compartiendo nueces. Y Trigger nunca sale de la
casa club sin encontrar a Ava y darle un beso en la sien. El viejo bastardo tiene
corazón, después de todo.
Ha sido un día largo y llego a casa más tarde de lo habitual. Cuando entro,
veo a Chubs sentado en el sofá con un tazón enorme del helado de caramelo
salado casero de Ava en una mano y el control remoto de la televisión en la otra.
Él mira hacia arriba y sonríe. Solo niego con la cabeza. Parece que está aquí tanto
como yo.
Escucho risas desde el dormitorio principal y camino en esa dirección.

Golpeo la puerta, me apoyo en el umbral y suspiro ante lo que veo.
Loki y Gee se estrellan en sus camas a lo largo de la pared, Mac está en su

percha cerca de la ventana, silbando Otro Muerde El Polvo, y Ava está sentada con
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las piernas cruzadas en la cama, pintándose las uñas de los pies. Nada de eso es
por lo que suspiro. Es el gran bastardo calvo tumbado mirando mi televisión en
mi cama junto a mi mujer. Axel.
—¿Sabes siquiera dónde está tu casa, Axe?—le pregunto.
—Sip. Con mi hermana. Creo que voy a vender mi lugar y mudarme aquí.
Entonces ella puede cuidarme las 24 horas del día, los 7 días de la semana—me
dice sonriendo.
—¡Una mierda lo harás! Tenemos suficientes animales viviendo en esta casa.

No vas a ser uno de ellos. Sal de mi cama, imbécil.
Ava está sonriendo como una loca. Al no tener familia durante toda su vida,
se empapa de esta mierda con Axel y los otros hombres.
—No quiero. Ava va a arreglarme las uñas de los pies a continuación, así que
tengo que quedarme quieto.
—Espera. ¿Qué? ¿Te vas a hacer una pedicura? —pregunto, más que un poco
sorprendido.
—Bueno, sí, Gunner. Ya me corté el vello púbico. ¡No puedo salir en público
solo a medias arreglado!
—Oh, jódeme. Será mejor que los hayas recortado en tu maldita casa—
mascullo.
—¡Oh! Hablando de salir en público, vendrás con nosotros mañana por la

noche, ¿verdad? —pregunta Axel sonriéndome.
Le lanzo una mirada asesina. Sabe que yo no quiero decirle a Ava dónde
estaremos los hombres y yo mañana por la noche. Tenemos varias nuevas
empleadas en el club de striptease y siempre hemos ido en grupo a ver su primera
noche. Es tradición. Pero no es algo que esté ansioso por contarle a Ava.
—¿A dónde vais mañana por la noche?—pregunta Ava, mirándonos a los

dos.
¡Mierda! Estoy cansado. Solo quiero una ducha, una cama y Ava abrazada
cerca, pero también podría dejar de lado esta conversación y la pelea que se
avecina. ¡Gracias Axel, cabrón!
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—El club de striptease tiene un montón de chicas nuevas y mañana es su

primera noche para bailar. Es una especie de tradición de club que todos los
hombres estén presentes en su primera noche. Una especie de apoyo moral. —
Espero la discusión. También Axel si la expresión de feliz anticipación en su
rostro significa algo.
—Oh. De acuerdo. ¿Quieres cenar antes de irte o vas a comer algo con los
muchachos? —pregunta después de mirarme en silencio por un momento.
—Eh, normalmente comemos en el club—le digo estupefacto porque ella no

me ha explotado todavía.
—Ok, genial. Tal vez las chicas quieran tener una noche de chicas, entonces
si vosotros, los hombres, os vais a ir por la noche. Me comunicaré con ellas
mañana y veré.
La boca de Axel está abierta y supongo que la mía probablemente también.

Pero soy lo suficientemente inteligente como para no pinchar al oso, así que lo
dejaré allí.
Axel, el hijo de puta, no lo hace.
—Ava, cariño, ¿de verdad estás de acuerdo con que tu hombre vaya a un
club de striptease para ver a las bailarinas?
—Confío en Gunner. Si esto es algo que el club hace juntos, no quiero

interferir—responde con calma, mientras vuelve a pintarse las uñas de los pies.
—Pero habrá muchas T&C 8en exhibición Ava. ¡Ningún hombre puede
resistirse a eso!—agrega Axel.
—Es mejor que averigüe ahora si puede o no que en el futuro, cuando tal vez
un niño esté involucrado—responde ella de manera tranquila.
—Baile en la barra, Ava! ¿Estás bien con los bailes eróticos? ¿Alguna puta
frotando sus partes en tu hombre?
—¡Dios, mierda Axel! ¡Ya basta! Deja de intentar revolver el avispero. Para
mí, es estrictamente una noche de “mirar, no tocar”. Ava sabe lo que siento por
ella y que puede confiar en mí. ¿Verdad Ava?
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Tetas y Culos.
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—Claro, cariño. A Axel solo le preocupa dónde estaría su lealtad si hicieras

algo que nos causaría problemas. ¿Es leal a sus hermanos y se queda en silencio
o se lo diría a su hermana para que ella te patee el culo? Esa sería una mala
posición para Axel—dice con gravedad. Después de pensar por un momento, se
vuelve hacia Axel y le pregunta—. ¿De qué lado estarías Axe? ¿Del mío o del de
él? ¿Hmmmm?
Axel parece horrorizado ante la idea. Se levanta de la cama y lanza un “que

les den a ambos” por encima del hombro mientras sale de la habitación y se larga
de la casa, cerrando la puerta principal.
Ava suelta una risita. ¡Jódeme!
***
Estoy en el club de striptease con los hombres. Esta noche es ruidosa y

estridente con todos nosotros más los clientes habituales. No me podrían
importar menos las bailarinas, pero los hombres se están divirtiendo y es bueno
verlo después de tantas semanas de estrés con los Banditos.
Ava no actuó de manera diferente hoy y no mencionó el tema del club de

striptease. Solo dijo que algunas de las chicas y ella iban a ver un espectáculo esta
noche en Denver. Le dije que Bozo la acompañaría y me respondió que estaba
bien. Cuando me iba, acababa de salir de la ducha y se estaba secando el pelo.
Fue difícil dejar a Ava desnuda en casa para ir a ver a un grupo de strippers que
no me interesaban en absoluto, pero no podía dejar que los hombres pensaran
que estaba tan mal por Ava que no podía venir esta noche.
Así que aquí estoy sentado junto a Petey, que parece tan emocionado de estar
aquí como yo. Le pregunté cómo se tomó Trudy la noticia y me dijo que no dijo
una palabra. Que agarró el teléfono, le envió un mensaje de texto a Ava durante
unos minutos, y le sonrió. Dijo que ella y Ava también tenían planes. Ambas se
tomaron muy bien la noticia y por eso tengo el mal presentimiento de que esto
me va a morder y a morder con fuerza.
Saco el teléfono del bolsillo cuando lo siento vibrar. Es un mensaje de texto

de Bozo. Ese presentimiento simplemente empeoró.
Es una foto. Es de Ava y los ojos se me caen de la cabeza. Está de pie junto a
Trudy, Marti y Karen y lleva un pequeño vestido negro. Y se ve impresionante
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en ella. Su cabello está suelto y los mechones dorados, casi blancos están rizados
en jodidas ondas sexys. Cuelgan mucho más allá de sus omóplatos. Nunca antes
había visto a Ava vestida. Siempre con ropa de trabajo o vaqueros y camisetas.
¡Mi mujer se maquilla bien!
Sus hombros están desnudos excepto por pequeños tirantes y el frente del
vestido es de corte cuadrado pero lo suficientemente bajo como para mostrar un
pequeño escote. ¡Mis chicas son hermosas y alegres! El vestido mordisquea su
pequeña cintura y abraza sus redondeadas caderas y su culo. La prenda termina
a la mitad del muslo. No puedo ver sus zapatos, pero sé que son tacones fóllame.
Ava no está mirando a la cámara porque se ríe con la cabeza un poco echada
hacia atrás y veo a algunos hombres al fondo mirando en su dirección. ¡Jódeme!
Mientras todavía estoy memorizando la imagen, aparece otro texto. Este

tiene palabras.
Bozo: ¿Qué carajo? ¿Thunder Down Under9? ¡No estoy seguro de querer mi parche
lo suficiente como para quedarme aquí para esta mierda!
Yo: ¡No debes apartarte de su lado!
—¿Qué está pasando?—pregunta Petey.
Giro el teléfono en su dirección y sus ojos también se abren. Supongo que

Trudy probablemente esté vestida de manera similar a Ava, pero nunca me di
cuenta.
—¿Qué diablos es Thunder Down Under?—me pregunta.
—Ni idea. Sea lo que sea, el prospecto no está feliz.
—¡Vex! ¡Oye! ¿Qué es Thunder Down Under? —le grita Petey por encima de
todo el ruido.
Las cejas de Vex se disparan hasta el nacimiento del cabello. Oh, mierda.
9
Significa que alguien pone la cara en el coño de una mujer y se menea girando
la cabeza rápidamente de lado a lado entre los labios vaginales mientras se hace
un ruido como el de un motor de una lancha. También se hace entre los senos,
en ese caso es Thunder Down.
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—¿Por qué preguntas?—dice Vex con cautela.
Nuestra conversación a gritos con Vex ha llamado la atención de Axel.

Desafortunadamente, sintoniza.
—¿Thunder Down Under? Es un show de stripper masculino australiano.

¿Por qué?
—¡Oh, joder no!—grita Petey.
Y así, ¡Bam!, sé por qué Ava estaba tan tranquila acerca de que yo estuviera
en un club de striptease. Y no me importa. ¡Ella no va a ver a un montón de
strippers masculinos de culo maricón pavoneándose!
—¡Mierda! ¿Es ahí a donde fueron las mujeres esta noche? ¿Es ese el “show”
que iban a ver?—grita Axel, ya desternillándose de la risa.
Algunos de los otros hombres se han dado cuenta de lo que está sucediendo
y hay muchas sonrisas, risas y carcajadas alrededor de nuestra mesa. Excepto
Reno. No está sonriendo en absoluto. Su dama, Karen está con Ava y Trudy.
Vex sostiene en alto su teléfono celular para que lo veamos y es un video de

Youtube de una actuación de Thunder Down Under.
Cuerpos masculinos aceitosos y musculosos girando al son de la música.

Bombeando sus culos, sacudiendo sus pollas. ¡Qué carajo! Por supuesto, siendo
un tipo, se me escapa por completo que estoy sentado en un antro de striptease
viendo la misma maldita cosa solo con tetas y culo en lugar de pollas. Aunque
no importa. Ava está viendo un grupo de stripper masculino y ¡eso está mal! ¿Y
si uno de esos idiotas la toca? ¿Está poniendo dinero en sus tangas? ¡Oh mierda,
no!
Axel está aullando y agarrándose el estómago. Hay lágrimas en más de un

par de ojos por las risas alrededor de la mesa. Noto que Petey está enviando
mensajes de texto con furia en su teléfono. Busco el contacto de Ava y le envío
un mensaje.
Yo: ¿Qué carajo, Ava? ¿Dónde estás?
Pasan unos minutos antes de que ella responda.
250
250
Ava: En el show con las chicas. Después, nos invitaron a ir detrás del escenario. A
tomar unas copas. Entonces probablemente estaré en casa.
Yo: Joder, no, ¡no irás detrás del escenario! ¡Lleva tu culo a casa ahora!
Pasan unos minutos aún más largos antes de que ella responda.
Ava: ¿Disculpa? Debes estar borracho porque pensé que me acababas de dar una
orden. Y sabrías que no debes hacer eso si estuvieras sobrio.
Yo: ¡Tú estás en un show de stripper!
Ava: Tú también
Yo: ¿De eso se trata?
Ava: Lo que es bueno para el ganso, es bueno para la gansa.
Yo: No quería venir aquí esta noche. Es algo que hacemos. Te lo expliqué.
Ava: Y esto es algo que también hacemos las mujeres. Tradición nueva.
Yo: Quieres ver una polla, tengo 1 para ti
Ava: Quieres ver tetas, tengo 2. Mira, no jodas. Las mismas reglas para mí que para
ti. Soy una persona justa. ¡Incluso si estás siendo un hipócrita!
Ok, joder, esto no me lleva a ninguna parte. Y ella es algo graciosa. Esa
maldita mujer ha puesto mi vida patas arriba y ahora quiero cosas que nunca
pensé que quería y lo raro es que me gusta. Mucho.
Yo: Me voy a casa ahora. Te quiero a ti, no a esta mierda.
Ava: Te amo
Yo: ¿Vuelves a casa ahora también?
Ava: Um, todavía no. Se supone que la siguiente actuación tiene al tipo con la polla
monstruosa y no quiero perder la oportunidad de ver una polla monstruosa. Estaré en
casa después. (emoji de berenjena)
Yo: ¡Lleva tu culo a casa y podrás ver MI polla monstruosa!
Ava: Necesito ver la de este tipo primero para tener material de comparación.
Yo: ¿Te llevaré a casa más rápido si digo que lo siento y que entiendo lo idiota que fui
por pensar que deberías estar bien con esto?
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Ava: Sí, tal vez, pero nueva regla: si haces algo que me duela, te devolveré el favor.
¿Entendido, chico motero?
Yo: Entendido. Enormemente. Por favor ven a casa.
—¿Tuviste suerte con Trudy?—le digo a Petey.
—Dios, no. Sólo soltó una tontería sobre una polla monstruosa y apagó el
teléfono—gime.
—¡Habéis sido dominados por mujeres! ¡Jajajajaaa! Nunca me encadenaré a

una perra. Mamones—se ríe Axel.
Petey se levanta de la silla, golpea a Axel en la nuca, y lo sigo por la puerta

con el sonido de una risa estridente. Pero noto a Reno justo detrás de mí.
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252
Capítulo 29
-:¦:- Ava -:¦:-
Bueno eso fue divertido. Nosotras las mujeres chocamos los cinco y
decidimos parar a comer algo de camino a casa y dejar que los hombres se cuezan
un poco más en sus jugos. Estamos todas vestidas de punta en blanco y nos
vemos bastante calientes, si se me permite decirlo, y atraemos muchas miradas a
nuestro paso mientras atravesamos el restaurante que hemos elegido. Tal vez
cuatro mujeres, vestidas para matar, seguidas por un joven, alto, delgado como
una caña y de cabello tupido color jengibre con un chaleco es algo digno de ver
en esta parte de la ciudad.
Ordenamos, comemos y reímos. Fue una buena noche y estoy encantada de

tener amigas. El club se ha portado bien conmigo. Tengo un hombre, familia y
amigos, sobre todo gracias al club. Supongo que es hora de ceder ante Gunner
sobre dejar mi casa. Aparte de para buscar ropa y artefactos de cocina, no he
estado allí en meses. Incluso Petey está hablando de mudarse a una casa en el
club. ¡Lo cuál sería increíble! Petey y Trudy también están viviendo juntos ahora
y eso los acercaría más a mí.
***
Entro en la casa de Gunner y está todo oscuro excepto por una luz que viene
del dormitorio principal. Entro y veo a Gunner apoyado en la cabecera, sin
camisa, leyendo. En la cama está Duffy. De mi lado, tendido de espaldas. Los ojos
de Gunner se elevan hacia los míos.
—Hola—le digo, apoyándome en la jamba de la puerta.
—Hola.
Me enderezo y me dirijo al dormitorio para desnudarme cuando Gunner

habla.
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253
—Te estaré follando con esos zapatos, con ese vestido levantado sobre tu
culo. Y recibirás una zurra.
—OK, cariño.
—Y no te equivoques al respecto, es a ti a quien veré y en quien pensaré

mientras follo. No voy a follar contigo e imaginar cualquier otro cuerpo que haya
visto esta noche. Nada en el club de striptease es mejor que lo que tengo aquí
conmigo, ahora. ¿Entiendes eso, Ava? —dice en voz baja.
—Creo que sí.
—Entiendo por qué hiciste lo que hiciste. No me gusta, pero lo entiendo. Me

lo vi venir. Es una falta de respeto mía pasar el rato viendo strippers y esperar
que estés sentada en casa aguardándome. No puedo garantizar que no
volveremos a encontrarnos con este tipo de cosas, siendo el presidente del club.
Y nos ocuparemos de ellas a medida que sucedan. Pero siempre será a ti, a quien
volveré a casa y siempre será tu cuerpo el que deseo debajo del mío cuando mi
polla se esté mojando. Sé cómo debiste sentirte en esos momentos en que las
mujeres se frotaban conmigo porque lo único en lo que podía pensar esta noche
era en un tipo tocándote con las manos. Estaba enojado pero también dolido
pensando que te gustaría que otro te tocara en mi lugar. Fue una tortura saber lo
que estabas viendo y preguntarme si te gustaba más que lo que tienes aquí.
—Mientras me follas, solo te veré a ti, a tu cara, a tu cuerpo. Nada en ese

show de esta noche se compara contigo. ¿Estás listo para follarte a tu mujer en
sus zapatos y vestido, motero?
Gunner se sienta en silencio y me mira fijamente durante un largo momento.

Se lanza de repente a través del espacio entre nosotros y agarra mi muñeca.
Poniéndose de pie, usa mi brazo para darme la vuelta, poner mi espalda contra
él, pasar su otra mano por mi cadera y luego por mi culo. La sube y pellizca
ligeramente mi pezón. Siento su aliento en el cuello y lo arqueo hacia un lado,
esperando que capte la indirecta.
Su boca golpea mi cuello, húmeda y cálida, y muerde mi piel. Respira en mi

oído mientras machaca su polla contra mi culo.
—Eres inteligente, hermosa, talentosa y malvada como una mierda, mujer.

Tengo que mejorar mi juego si vas a mantenerme cerca—susurra en mi oído.
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—Te estoy reteniendo—respondo en voz baja.
—Vas a ser mi dama y mi esposa—afirma.
—¿Es una propuesta?
—Es una orden—se ríe suavemente.
—¿Me vas a dar bebés?
—Naturalmente, adoptado y / o acogido. No importa cuántos. Solo te

necesito, cariño. Te necesito ahora.
Gunner dice esas hermosas palabras y después empuja mi mitad delantera

hacia abajo en la cama mientras me sube el vestido por encima de mi culo.
Descanso mi cara de lado sobre el edredón y mis brazos sobre mi cabeza.
Siento sus manos frotando mi culo y bajando el tanga y entonces escucho el

chasquido cuando lo rompe y lo tira a un lado. Mi hombre. Tan Neanderthal.
Siento su boca en mi culo mientras mordisquea ligeramente. Gimo y abro un
poco las piernas.
¡Paf! Un azote punzante aterriza en mi culo desprevenido y arqueo la espalda

hacia arriba antes de que la mano de Gunner me empuje hacia la cama. Se ríe
mientras frota la picadura de mi piel.
—Te dije que habría azotes involucrados.
Cuando su mano se desliza entre mis piernas, me relajo de nuevo.
Es decir, hasta que Mac grita en voz alta:
—¡Zurra ese culo!
Gunner cruza la habitación y recoge a Mac en un segundo. Ellos salen por la

puerta con Mac chillando:
—¡Mamá! ¡Ayuda! ¡Maaaammmmmaaaaaa!
Gunner regresa al dormitorio, sin Mac, y llama al resto de las mascotas para
que salgan por la puerta. Incluso Duffy se levantó, se estiró y se fue. La puerta se
cierra y Gunner está detrás de mí de rodillas, con las manos en mi culo.
—Vamos a mover el resto de sus cosas esta semana y las mascotas tendrán
su propio dormitorio—dice Gunner.
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Asiento con la cabeza en total acuerdo. Ya me imagino a Mac pavoneándose

por la casa club gritando:
—¡Zurra ese culo!
—Estás mojada. Tan jodidamente húmeda—gime Gunner mientras desliza

sus talentosos dedos a través de esa humedad.
—Por favor, Gunner. También te necesito ahora—le ruego.
Siento que sus manos me dejan y sé que está dejando caer sus bóxers. Amo
esos bóxers. ¡Lo acunan tan bien!
—Separa más las piernas, cariño—dice mientras pasa la punta de su polla a

lo largo de mi raja.
En lugar de eso, levanto mis rodillas debajo de mí en el borde de la cama y

elevo mi culo más alto. Sus manos en mis caderas me ayudan a moverme a una
mejor posición considerando su altura. Gime cuando empujo hacia atrás para
hacer contacto con su polla.
—Mierda. Me encanta verte abrirte a mí así, cariño. Tan mojada. Tan mía.
Gunner desliza un dedo dentro de mí y lo bombea un par de veces antes de

sacarlo y empujar su polla con fuerza. Lo siento tocar fondo y retroceder antes
de hundirse una y otra vez. Me estoy encontrando con él, estocada a estocada y
acercándome cuando de repente se retira del todo, agarra mis caderas y me pone
boca arriba.
Coloca mis tacones y mi culo en el borde mismo de la cama y cae de rodillas.

Su boca golpea mi coño y su lengua comienza a hacer círculos en mi clítoris. ¡Se
siente glorioso! Me agacho y pongo una mano en su cabello mientras su lengua
se sumerge dentro de mí.
Apenas respiro, se siente tan bien. Tiene una boca enérgica y talentosa y no
es tacaño con eso. Miro hacia él justo cuando sus ojos se elevan hacia los míos.
Levanta la boca y casi le hago bajar la cabeza de un coscorrón, pero me refreno.
—Súbete el vestido, Ava. Déjame ver tus tetas. Juega con tus pezones para
mí.
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Su cabeza desaparece hacia donde más la necesito y sus manos están

abriendo el camino para él. Lo siento atormentarme con los dedos y la boca y
vuelvo a estar muy cerca. Me agacho, me levanto el vestido, me bajo el sujetador
y pellizco un pezón. Provoca un zumbido directamente a mi coño justo al mismo
tiempo que Gunner me pellizca mi clítoris y me corro. Me estoy retorciendo y
aplastando la cara y las manos de Gunner, gimiendo incontrolablemente.
Gunner vuelve a ponerse de pie antes de que termine de correrme y me quita

el vestido y el sujetador sale volando. Tira de mi cuerpo hacia el cabecero y apoya
mi espalda contra éste. Apoya mis pies sobre la cama y me separa las rodillas.
Entonces se sube a la cama, rodillas entre las mías. Su mano está sobre su polla y
se acaricia lánguidamente mientras mira mi coño.
—Tócate, Ava. Quiero ver esa mano tocando ese coño. Ahora.
—Nunca he hecho eso frente a alguien, yo… —Empiezo a decir cuando

Gunner habla sobre mí, mirándome a los ojos ahora.
—Aquí solo estamos nosotros, cariño. No hay nada malo entre nosotros si
ambos lo disfrutamos. Nunca te obligaré a hacer algo que no quieras, pero me
encantaría verte intentarlo antes de decir que no—ruge.
Deslizo mi mano hacia abajo y lentamente acaricio mi clítoris. Se siente bien

y me encanta la mirada en los ojos de Gunner mientras se sienta sobre sus talones
y continúa acariciando su polla. Está hipnotizado y eso me excita enormemente.
Con cuidado sumerjo un dedo en mi húmeda abertura y arrastro los jugos sobre
mi clítoris.
—Mantente abierta con una mano. Por favor. Y déjame mirar.
Pongo mi otra mano para que los dedos puedan abrir mi coño y permitir que
Gunner vea todo mientras continúo acariciando y metiendo un dedo, acariciando
y metiendo un dedo. Saber que está mirando tan fijamente mi coño mientras
acaricia su polla es muy excitante.
Siento el comienzo del hormigueo, froto más fuerte y meto el dedo más
profundamente dentro de mí. Gunner contiene la respiración y me encuentro
siendo arrastrada hacia abajo para que esté acostada y Gunner me pone de lado
y empuja mi pierna hacia mi pecho. En un santiamén, se plantó profundamente
dentro de mí. Tiene una mano en mi pantorrilla, sosteniendo mi pierna inmóvil
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y la otra en mi cadera mientras me folla. Giro la cabeza para poder ver su rostro
y encuentro que sus ojos están clavados en donde nuestros cuerpos están unidos
Se empuja con fuerza y mantiene mi cuerpo quieto al mismo tiempo. Después de
varias embestidas, su mano se desliza hacia mi pecho y lo cubre con su palma.
—Gunner, cariño, estoy cerca. Me voy a correr—jadeo—. ¡Más duro, por

favor, Dios, más duro!
Gunner instantáneamente se estrella contra mí con fuerza y me aprieto contra

él, cuando su mano deja mis pechos, empuja entre mis piernas y encuentra mi
clítoris. Me corro y me corro duro. Gunner gime largo y fuerte y me golpea unas
cuantas veces más y entonces se detiene, plantado profundamente. Por un
momento, ninguno de los dos se mueve, recuperando el aliento. Fue rápido,
intenso y muy bueno. Una follada rápida con Gunner es mejor que una larga con
cualquier otra persona.
Entonces Gunner quita su mano y hace algunos deslizamientos lentos dentro

y fuera de mí antes de retirarse por completo, empujándome sobre mi espalda y
apoyándose en sus antebrazos sobre mí hasta que nuestras bocas se encuentran.
Me besa largamente, se aparta un poco y dice:
—Quédate aquí. Vuelvo enseguida .
Soy un montón de sustancia viscosa derretida, tirada en la cama, sin huesos.

Gunner regresa con un paño húmedo y tibio y lo pasa entre mis piernas. ¡Dios!
¡Eso se siente tan bien! Lo devuelve al baño y se desliza en la cama a mi lado, me
toma en sus brazos y nos cubre con el edredón y las sábanas.
Me relajo contra él, la cabeza sobre su pecho. Está en silencio por unos
momentos, y después Gunner me tira más fuerte y un poco hacia arriba para que
su nariz esté cerca de la mía.
—Cuando terminen las cosas con los Banditos, te compraré un anillo y

tendremos un breve compromiso. Corto, como de unos 2 meses. ¿Si?—dice en
voz baja.
—Sí—le sonrío—. Pero no estoy usando uno de esos chalecos “Propiedad

de”. Eso no esta pasando.
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—Sin chaleco. Te compraré un anillo más grande para que nadie se pierda de
que tú estás tomada . ¿De acuerdo?—se ríe Gunner.
—Tú también usarás un anillo. Y un tatuaje en tu frente que diga “Propiedad

de Ava. ¡Toca y muere!”
—¡Mierda! A Axel le encantaría ver que eso sucediera—se ríe aún más fuerte
sabiendo la mierda que Axel soltaría sobre ese tatuaje.
Suelto un gran bostezo y le digo a Gunner:
—Te amo, bebé.
Me da una pequeña sacudida y responde:
—Ni siquiera pienses en irte a dormir. Aún no estamos cerca de terminar.
Y no lo estábamos.
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Capítulo 30
-:¦:- Gunner -:¦:-
Los hombres y yo hemos estado ocupados limpiando la casa club y los

garajes de cualquier cosa ilegal. Hemos trasladado nuestro inventario de armas
a un almacén con el nombre de una empresa fantasma que Rex asegura que no
se puede rastrear hasta los Devil´s Angels. Hemos estado confiando cada vez más
en los últimos años en nuestros negocios legales y menos en los que podrían
ponernos tras las rejas o bajo tierra y hoy en día, todos los negocios que poseemos
no tienen ninguna actividad o mercadería ilegal dentro o alrededor de ellos.
Estamos organizando todo porque estamos planeando un movimiento

contra los Banditos y queremos estar preparados si el senador usa su influencia
o a Stanaway para tratar de atraer la atención hacia el club. Este fue un voto
unánime. Me impresiona que algunos de los miembros más apasionados
estuvieran de acuerdo, pero vieron la sabiduría de asegurar nuestras
propiedades.
Carl, el Bandito que capturamos, nos ha dado mucha información sobre su

club. No le tiene lealtad a nadie más que a sí mismo y eso ha funcionado a nuestro
favor. Hemos tenido algunas cosas menores que su club ha instigado, pero nada
serio. Hemos estado esperando nuestro momento, haciéndoles creer que estamos
en una confusión y todavía tratando de localizarlos.
Nadie ha estado preguntando por los cuatro miembros de su club que hemos
capturado, así que tal vez Carl tenía razón y Javier no se preocupa por sus
hombres. No me importa.
En la Iglesia esta semana finalizamos los planes para nuestro ataque a los
Banditos. Otro voto unánime. Rex ha ido más allá de proporcionarnos la
información que necesitamos y también ha hecho lo suyo en la web oscura. Ha
pasado muchas horas siguiendo los rastros del dinero y haciendo una
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“contabilidad” creativa para los Banditos y los Carrington. Pronto habrá gente
infeliz y arruinada.
Es la tarde, poco antes del anochecer y los hombres y yo estamos en la casa

club tomando una cerveza después de completar todas nuestras tareas de hoy.
Se siente bien sabiendo que todo está hecho y listo para que llevemos a cabo el
resto de nuestro plan.
Escucho el chirriar de neumáticos y un fuerte estrépito justo cuando suena

mi teléfono. Respondo mientras me dirijo a la puerta principal para ver qué está
pasando afuera.
—¡Prez! Tienes que venir a la puerta—jadea Bozo.
—¿Qué pasa?—ladro.
—¡Banditos! Se estrellaron contra la puerta. Sacaron un cuerpo de su

camioneta y salieron de aquí en reversa —responde Bozo.
—¡Mierda! —Me desconecto y varios de los hombres y yo corremos hacia la

puerta principal mientras les cuento lo que pasó.
Cuando divisamos la puerta de entrada, vemos un cuerpo en el suelo y Bozo

parado sobre él. La puerta cuelga en ángulo de sus bisagras en un lado. Cuando
me acerco al cuerpo, no puedo decir si es un hombre o una mujer por toda la
hinchazón facial y la gran cantidad de sangre que lo cubre de la cabeza a los pies.
Ni siquiera sé si todavía respira o no.
Axel llega al cuerpo al mismo tiempo que yo, toma su pie y lo hace rodar
hacia atrás.
—¡Santa Mierda! ¡Es Fang! —grita Axel.
Está casi irreconocible, pero puedo ver el tatuaje de su club en el bíceps, así
que sé que es Fang. Él se volvió contra sus hermanos y no nos entregó a nuestro
enemigo y termina en nuestro regazo hecho polvo. Y sus malos tiempos aún no
han terminado. Ahora tendrá que responder ante sus hermanos del club por ser
un traidor y ante mí por llevarse a mi mujer.
—Llévalo al sótano. Déjalo junto con nuestros otros invitados por ahora.
Échale un poco de agua. No quiero que se pierda nada del dolor. Ya que casi todo
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el mundo está aquí ahora mismo, tengamos Iglesia en 20 minutos—les digo a los
hombres.
Mientras que Axel y Rex agarran a Fang de los brazos y comienzan a

arrastrarlo por el camino de entrada. Saco el teléfono del bolsillo y le envío un
mensaje de texto a Ava.
Yo: Lo siento. Llegaré tarde esta noche.
Ava: Ok, cariño. Entonces me voy a la cama. Te amo
Yo: Te amo
Guardo el teléfono en el bolsillo y me dirijo a la Iglesia.
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262
Capítulo 31
-:¦:- Ava -:¦:-
Estoy en la cocina de la casa club cocinando de nuevo. Trudy, Marti y Karen

están conmigo, pero es una habitación tensa. No se dice mucho. Las otras mujeres
están bebiendo cerveza y vino y yo estoy agotando mi energía nerviosa
cocinando y horneando.
Pooh y Bozo también están aquí, pero Bozo está en la puerta principal y Pooh
está sentado en un sillón reclinable en la sala principal bebiendo una cerveza.
Periódicamente llega cojeando a la cocina, nos controla y vuelve cojeando a su
sillón. Está irritable y supongo que es porque no quería quedarse atrás. Pero con
un disparo en la pierna hace unas semanas, eso tiene sentido.
Los hombres se fueron todos juntos hace un par de horas en furgonetas,

enormes camionetas y algunas motos. Todos iban armados, incluidos los que
quedaron atrás. Ninguna de nosotras sabemos a dónde van o cuál es su objetivo
final, pero todas sabemos que se trata de los Banditos y que uno de nuestros
hombres podría resultar herido.
Antes de irse, Gunner me abrazó, me dio un beso fuerte, me dijo que me

amaba y después me ordenó que me quedara en la casa club cerca de Pooh y
Loki. Noté que Reno y Petey también estaban hablando en voz baja con sus
mujeres. Después de que Gunner se fue, Axel se acercó y me dio un fuerte abrazo.
Besó la parte superior de mi cabeza y sacó algo de la parte de atrás de sus
vaqueros. Deslizó una pistola, una Colt Defender, en mi mano. Es la pistola con
la que estuve practicando cuando Axel y Gunner me llevaron al campo de tiro.
—Mantén esto al alcance de tu mano, Ava. Todo debería estar bien, pero
quiero que la tengas en caso de que la mierda se salga de las manos. Mantén tu
teléfono contigo en todo momento. Cuídate, hermana. Te amo.
—También te amo, Axe. Ten cuidado.
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Otro beso en la frente y Axel sigue al resto de los hombres hacia la puerta.
***
Trudy y Marti se han trasladado a la sala principal para ver la televisión con
Pooh. Karen mira por la puerta trasera con los brazos cruzados y los hombros
tensos. Y yo le estoy dando una paliza a la masa de pan. De ninguna manera se
puede llamar a esto amasado.
De repente escucho una fuerte explosión justo cuando el edificio tiembla.

Estoy sorprendida y me quedo congelada en el lugar. Karen deja escapar un grito
y corre hacia la sala principal. Me descongelo y salgo disparada también en esa
dirección.
Pooh está levantado y en movimiento, pistola en mano. Nos grita a las

mujeres que vayamos al sótano y que cerremos la puerta detrás de nosotras.
Karen, Marti y Trudy se dirigen hacia allí cuando se escuchan algunos disparos.
Estoy más cerca de la puerta del sótano, así que la abro de un tirón y les hago
una seña a las mujeres para que pasen. Cuando la última entra, trabo la cerradura
y la cierro de golpe, quedándome en la habitación principal con Pooh y Loki.
Me sumerjo detrás de un sofá, Loki viene conmigo y veo a Pooh

parapetándose detrás de la barra. Me ve y mueve su mano hacia la puerta del
sótano, pero yo niego con la cabeza. No lo voy a dejar solo enfrentándolos por
muchos imbéciles que entren por la puerta.
Me asomo con cuidado lo suficiente para ver a tres hombres entrar

lentamente por la puerta principal con las armas en la mano. Están escaneando
la habitación y una mano les hace señas para que se abran en abanico. Cuando el
que hace la señal vuelve la cabeza hacia mí, se me enfría la sangre.
Es Mitch Carrington. El sheriff, el hermano de Mark. Pero no va de uniforme

y los que están con él no son ayudantes. Y sé por qué está aquí en este momento.
Por mi.
Pooh debe haber visto una expresión de pánico en mi rostro porque cuando
me concentro en él, me está indicando que me quede abajo.
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Loki está tan quieto como la muerte a mi lado, pero puedo sentir su energía.
Está listo para lo que sea necesario y estoy muy agradecida de que esté conmigo
y, sin embargo, tengo miedo de que él también esté metido en este lío.
No hago más que pensar en ese pensamiento y escucho una voz que no he
escuchado en años. La voz de mis pesadillas. La última vez que escuché esa voz,
me habían golpeado y violado y dado por muerta. Siento un escalofrío correr por
mi columna.
—¿No hay nadie en casa?—pregunta Mark.
Debe haber entrado en el edificio.
—No lo he revisado todavía, pero supongo que ella está aquí o en la casa de
ese hijo de puta. Encontraremos a tu Ava, pero ella pagará los problemas que nos
ha causado al tío Ray y a nosotros. No se lo vamos a hacer tan fácil como la última
vez—dice la voz que sé es la de Mitch.
Mark se ríe. ¡El hijo de puta realmente se ríe!
—Esta vez tendremos todo el tiempo del mundo. Sin prisas. Podemos
turnarnos para follar cada agujero que tenga y hacer nuevos cuando nos
aburramos. ¡Maldito coño! —escupe Mark.
—Ustedes dos, comiencen a limpiar las dependencias. No dejen

sobrevivientes. Hombres, mujeres o niños, no importa. Terminen con ellos. Los
malditos Banditos tendrán la culpa de todos modos. Limpiaremos la casa club.
Encuentra a Ava, no te la folles hasta que nosotros lo hagamos primero.
¿Entendido?—les dice Mitch a los otros hombres que están con ellos.
—Entendido, jefe—dice una voz y puedo escuchar los pies que salen del
edificio.
Finalmente levanto los ojos hacia Poohs y veo una infinidad de emociones
allí. Odio, ira, compasión. Levanto la barbilla un poco más y respiro
profundamente unas cuantas veces. Y espero mi oportunidad de convertir a estos
dos malcriados hijos de puta que se creen que tienen privilegios para violar, me
den algo de venganza.
Escucho pasos que vienen en mi dirección y echo la cabeza hacia atrás detrás
del sofá. Pongo mi mano sobre la cabeza de Loki y le doy un masaje. Casi vibra.
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Todo sucede al mismo tiempo, de repente y de forma violenta.
La puerta del sótano se abre de golpe con Trudy a la cabeza. Pooh y yo nos
ponemos de pie balanceando nuestras armas hacia Mark (yo) y Mitch (Pooh).
Mitch levanta su arma y apunta hacia Pooh cuando la pistola de Pooh dispara
y Mitch gira hacia un lado y tropieza. El bastardo dispara mientras se tira al suelo,
pero la bala va hacia arriba y se entierra en el techo. Pooh está sobre él
instantáneamente, aterrizando un duro culatazo de su pistola en la cabeza de
Mitch. Sin perder un segundo, Pooh tiene las manos de Mitch detrás de su
espalda, el arma arrojada lejos.
Mark apunta su arma hacia Trudy y yo aprieto el gatillo y disparo en su

dirección. Debo haber fallado, pero la distracción es tiempo suficiente para que
Loki se arroje sobre el sofá y derribe a Mark con fuerza antes de que pueda volver
a apretar el gatillo.
Miro hacia Trudy y ella sostiene una escopeta y parece que también sabe lo
que está haciendo con una.
Todavía estoy apuntando con mi arma a Mark, que ahora está en el suelo
siendo atacado por Loki. Corro hacia allí y empiezo a lanzar patadas a Mark
donde sea que pueda conseguir aterrizar una. Mark está gritando y es un sonido
que nunca antes había escuchado. Es casi inhumano. Y, lamentablemente, me da
una cálida sensación de alegría saber que está recibiendo algo a cambio.
Finalmente me doy cuenta de que Pooh está ladrando órdenes y Karen y

Marti están arrastrando a un Mitch inconsciente por las escaleras. Su cabeza
rebota con cada paso. Pooh agarra mi brazo y patea el arma de Mark lejos de él.
Pooh me está hablando, pero mi mente tarda un momento en aclararse lo
suficiente como para escuchar lo que está diciendo.
—No sabemos cuántos más hay, Ava. Ve al sótano. ¡Ahora!
—Mierda, no Pooh. ¡Estamos juntos en esto y no te dejaré!—le escupo.
Veo movimiento por encima de su hombro y uno de los hombres de antes

entra por la puerta de la cocina. Le apunto con mi arma y aprieto el gatillo. Sigo
tirando de él mientras veo a Trudy girar y descargar la escopeta en su dirección
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también. Él es abatido y no creo que vuelva a levantarse nunca. Trudy es una

ruda.
—¡Llama a Loki, Ava! ¡Tenemos que encerrarlo con su hermano y

prepararnos para que más hombres entren por esas puertas!—me grita Pooh.
Pero estoy mirando a Mark siendo arrastrado por Loki y no hago ningún
movimiento. Escucho a Pooh, pero sus palabras no llegan a mi mente.
—¡Vuestros hombres me van a matar si alguno de las dos consigue que

alguien las toque con una uña! ¡Mierda! Solo bajen y cierren la puerta. Cualquiera
que pase por ella, disparen.
Justo cuando Pooh estaba tratando de llevarnos hacia el sótano, podemos

escuchar motores que se acercan.
—¡Son nuestros hombres! ¡Están de regreso!—grita Trudy y Pooh se apresura

hacia la puerta principal. Trudy se desliza a mi lado y coloca una mano en mi
brazo, pero estoy trabada mirando a Mark y es como si estuviera en un trance del
que no puedo salir.
Los recuerdos pasan por mi mente de forma espontánea. No puedo hacer que
se detengan. Los recuerdos de ser retenida por uno mientras el otro me violaba
brutalmente. Sin compasión, solo alegría en sus ojos. Turnándose para
lastimarme. El dolor y la sangre. Todo está pasando por mi mente e incluso
puedo escuchar los sonidos de nuevo y sentir el sabor de la sangre en mi boca.
—Loki, ven—le digo en voz baja apuntando mi arma hacia la cara de Mark
mientras él yace sangrando y devorado. Me está mirando y tiene una mueca de
desprecio en el rostro. Su oreja derecha cuelga de un hilo, su cara está toda
ensangrentada. Aparecen numerosas heridas en sus brazos y piernas.
Gunner, Petey y Axel atraviesan la puerta, casi atropellan a Pooh y los tres
tienen armas en sus manos mientras escudriñan la habitación. Se detienen
cuando nos ven a Trudy y a mí paradas juntas, armadas e ilesas, y yo
manteniendo a Mark a punta de pistola.
—Me estoy volviendo demasiado viejo para esta mierda—jadea Petey.
No los noto ni a ellos, ni a los otros miembros del club que entran al edificio.
Escucho un rugido en mis oídos y mi visión se está volviendo más tenue, pero
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todo lo que veo es a Mark y esa mueca. La misma que vi justo antes de que todo
se volviera negro para mí hace cuatro años.
—¿Ava? Baja el arma, cariño. Tenemos esto ahora, bebé—dice Gunner en voz
baja mientras se acerca lentamente a mí.
Me tiemblan las manos, pero apunto directamente a la cara de Mark. No

puedo detener los recuerdos. No puedo dejar de escuchar sus risas cuando me lo
quitaron todo. Los quiero muertos. Quiero que sientan incluso un poco del miedo
y el dolor que yo sentí. Quiero que sepan lo que es tener miedo de ir a la cama
por las noches preguntándose si alguien entrará mientras duermo y me atacará
de nuevo. Quiero que conozcan el miedo que es tan fuerte que puedes saborearlo.
La sensación de estar indefensa e ser incapaz de defenderte. De dormir en la
esquina de mi armario durante meses con un cuchillo en la mano. De mudarme
varias veces a nuevas casas o apartamentos porque no me sentía lo
suficientemente segura en donde vivía. De las horas que pasé en rehabilitación y
entrenando para volver a estar saludable y poder defenderme.
No tengo idea de cuánto tiempo me quedo ahí con esos recuerdos o cuántas
veces Gunner me habló, tratando de traerme de regreso a él. Pero esos recuerdos
se rompen y solo queda una ira candente cuando Mark abre la boca y habla.
—No me vas a disparar Ava. No eres tan valiente. Te derrumbarás y llorarás

como lo hiciste cuando metí mi polla en ese apretado y dulce coño. No te atreves
a dispararme porque sabes que el tío Ray hará caer el infierno sobre ti y esos
miserables hijos de puta con los que te has metido. ¿Con cuántos has follado Ava?
¿Cuántos desde que Mitch y yo te violamos? ¡Sabes que te encantó cuando te
follamos! Podrías haber llorado y suplicado y haber dicho que no mil veces, ¡pero
lo deseabas! Lo deseabas incluso después de decir que no querías volver a verme.
¡Tú no puedes decidir eso, perra! Yo digo salta, tú saltas. ¡Así es como funciona!
Jugaste duro para conseguirlo pero no lo lograste. ¡Te tenemos! ¡Pobre Ava!
Maldición, dispárame, no me importa porque sé que al final, ganaré porque te
pudrirás en el infierno cuando el tío Ray acabe contigo. Y si no lo haces, yo nunca
me detendré ¡Te arruinaré!
Los ojos de Mark son salvajes y está escupiendo saliva con cada palabra que
dice. Puedo ver su locura y su verdad. Nunca se detendrá.
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—Ava, cariño. Mírame —suplica Gunner.
Lentamente levanto los ojos hacia Gunner y le entrego mi pistola. Suspira con
alivio, me atrae hacia él y me abraza con fuerza.
—No vale la pena, cariño—susurra Gunner en mi oído—. Pero la razón por

la que no quiero que le dispares es porque Rex tiene esta habitación cubierta de
cámaras. Todo lo que ese pedazo de mierda acaba de decir está grabado en video.
Él caerá, junto con su hermano, el tío y los Banditos. Y no tendrás que vivir con
la idea de que te hundiste a su nivel.
Me aparto y miro a Gunner.
—Eso es bueno. Me alegro de que finalmente paguen por lo que me han

hecho a mí y al club, pero todavía necesito que le duela. Más de lo que ha hecho
Loki. Lo necesito, Gunner—le suplico, esperando que él entienda por qué.
Sé que lo hace cuando me da otro apretón, me besa en la frente y retrocede.
—Haz lo que tengas que hacer. Te amo pase lo que pase y el club y yo
estaremos a tus espaldas—responde Gunner.
Entonces envía una mirada a Rex, quien instantáneamente comienza a jugar

con su teléfono. Le da a Gunner un asentimiento y Gunner luego se vuelve hacia
mí y me da un asentimiento. Lo entiendo. Las cámaras ahora están apagadas.
Por primera vez, me doy cuenta de que casi todo el club está parado en la
sala, mirándome en silencio. Veo miradas de orgullo, algo de compasión y
comprensión, y mucha ira. Todos saben lo que me sucedió hace años, ahora que
escucharon a Mark hablar, y de alguna manera ya no me molesta que la gente
sepa la verdad. Sé que no me juzgarán y que serán el apoyo que necesito.
—Ponte de pie, pedazo de mierda—le ordena Gunner a Mark.
Mark, lenta y dolorosamente, se pone de pie y me sonríe enormemente.
—Sabía que tendrías el sentido común de no dispararme. Es mejor para tu

pequeña escoria de moteros de esta manera.
Cuando la última palabra sale de su boca, golpeo fuerte y rápido, como me

ha enseñado todo mi entrenamiento. Irónico que fuera por él que tomé todas esas
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clases para empezar. Le doy un fuerte golpe a un lado de la mandíbula y su

cabeza se mueve hacia los lados y un diente sale volando por la habitación.
Antes de que Mark se dé cuenta de que lo he golpeado, le doy un rodillazo

en las bolas. Mientras se inclina para agarrar sus partes de niño, suelto una
patada hacia atrás y aterrizo con el pie en el costado de su cabeza y él cae en un
montículo. Está inconsciente.
De todos modos, le doy algunas patadas fuertes en las costillas. Ellos no

tuvieron misericordia de mí, yo no tengo ninguna con él. Después de la última
patada, pisoteé su ingle con todo lo que tengo. Eso lo hace girar y está gimiendo
y llorando. Me dejo caer al suelo junto a él, agarro su brazo y lo pongo en una
toma para el brazo, pero no me detengo en eso. Tiro hasta que siento que se le
sale el codo. Dejo caer su brazo, me pongo de pie y doy un paso atrás.
—¿Quién está llorando ahora, perra?—le gruño.
Axel carga y lanza una fuerte patada en la espalda de Mark y sé lo mal que
se siente ese golpe en el cuerpo. Había recibido varias de Mark y Mitch aquella
noche.
Gunner se inclina y ayuda a Mark a ponerse de pie, pero apenas está

consciente. Aterriza un fuerte gancho de derecha a la cara de Mark y lo deja caer
al suelo.
Axel corre hacia mí, me levanta en un abrazo de oso y me da un beso húmedo

y descuidado en la mejilla.
—Estoy orgulloso de ti, Ava. ¡Te quiero, chica!
Apoyo la cabeza en su hombro y le susurro:
—Yo también te amo, Ax.
Axel me transfiere a los brazos de Gunner y me envuelvo alrededor de él. Él

me abraza con fuerza.
***
Rex hace su magia y los videos de los Carrington y los miembros de los
Banditos asaltando el recinto del club llegan a la sede de la policía estatal, sin
pasar por los departamentos locales. Las consecuencias son inmediatas. Pasó
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poco tiempo antes de que dos agentes del FBI estuvieran en la casa club
queriendo saber todo. Habían estado trabajando en una investigación contra el
senador Carrington y sus sobrinos durante algún tiempo y el video y mis
declaraciones del ataque original y después del secuestro les ayudaron a atar
muchos cabos sueltos.
Se llevan a Mark, Mitch y un Bandito bajo custodia y dejan a los técnicos de

CSI terminando y llevándose el cuerpo de Bozo. La casa club se queda en silencio.
Estoy exhausta y creo que todos los demás también. Gunner ha estado ocupado
haciendo llamadas y arreglos para Bozo y el resto de nosotros hemos estado
sentados en silencio.
Estoy sentada en un sofá con la cabeza apoyada hacia atrás y tratando de

ordenar mis pensamientos y emociones cuando siento que el sofá se hunde a mi
lado. Giro la cabeza hacia la izquierda y veo a Pooh sentado allí.
Coloca su mano sobre mi rodilla y la aprieta levemente. Pongo la mía encima

de la suya y nos quedamos sentados así un rato. Luego se vuelve hacia mí y dice:
—Estoy orgulloso de ti, Ava. Habría apretado el gatillo y habría terminado

con su miserable existencia, pero hiciste lo correcto. El tiempo en prisión no será
bueno para él, para ninguno de los dos.
—Probablemente le habría errado a su cabeza de todos modos—resoplo.
Los labios de Pooh se contraen un poco cuando dice:
—Sí, probablemente.
—Me sorprende que Trudy no le haya volado el culo cuando escuchó lo que
estaba diciendo—murmuro yo.
—Se quedó sin munición. Sin embargo, estaba apretando el gatillo con toda
su fuerza.
—Ella es ruda y ahora le tengo un poco de miedo—le digo.
—Ambas lo son. Fue un poco caliente verlas a las dos hacer daño—se ríe él—
. ¿Tienes otros amigas que pueda conocer? La idea de estar atado no parece tan
horrible ahora que os he visto a ti y a Trudy en acción.
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Antes de que pueda responder, Reno se nos acerca con Karen pegada a su
lado.
—Necesitamos hablar sobre sacar una camada de Loki. La mitad de la casa

club quiere sacarle un cachorro después de ver de lo que fue capaz hoy. Se
necesitarán muchos puntos para coser a ese pedazo de mierda—afirma Reno, con
una pequeña sonrisa.
—Elige a la hembra perfecta para él y estaré de acuerdo con una camada. Se

ha ganado algo de tiempo de vacaciones y ¿quién no quiere follar en vacaciones?
—Le sonrío a Reno.
—Joder, Amén a eso, hermana—murmura Karen.
Chubs se acerca, agarra a Pooh de los brazos y lo levanta del sofá. Entonces
se deja caer a mi lado y apoya su cabeza de pelo rizado en mi hombro.
—Ava ama a Chubs—le digo mientras acaricio su cabeza.
—Bien, porque Chubs quiere uno de esos cachorros—me sonríe.
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Epílogo
-:¦:- Gunner -:¦:-
Cinco años después
—Tu hijo te quiere—dice Ava en un tono somnoliento.

Intento ignorarla pero nunca funciona. Después de no responderle, me da un
codazo en las costillas. ¡Mierda, eso duele!
—Gunner, tu hijo te quiere—repite con un bostezo.
—¿Cuál?—pregunto, deteniéndome y esperando que ella se levante y se

encargue de las cosas para que pueda volver a dormir.
—Gunner, ¿te gusta el sexo?—me pregunta dulcemente.
Estoy despierto y me levanto de la cama. Sé a dónde conduce esto y no

conduce a ninguna parte si no me muevo y me ocupo de nuestro hijo.
Salgo de nuestra habitación a trompicones con los ojos borrosos. Camino a la

cocina, caliento un biberón y entro en el siguiente dormitorio por el pasillo.
Encendiendo la luz, veo a todas las mascotas desplomadas en sus camas o percha,
excepto por un cerdito que gruñe y resopla y básicamente me muerde por
tomarme tanto tiempo para conseguir su comida.
—Hola, papá—dice Mac desde su posición.
—Hola, Mac—respondo en voz baja.
Levanto al Pequeño Axe, lo envuelvo en su manta de bebé y me siento en la

mecedora. Se agarra a la tetina del biberón y sorbe felizmente, mientras yo dejo
que mi mente divague sobre los últimos cinco años. Los mejores cinco años de
mi vida hasta la fecha.
Había cumplido con mi palabra y Ava se convirtió en mi dama y mi esposa

unos meses después de la explosión en la casa club. Fue un asunto sencillo y
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exactamente lo que Ava quería. Axel fue mi padrino de boda y Petey acompañó
a Ava por el pasillo. Se derramaron muchas lágrimas en esa caminata. La mayoría
eran de Petey. Trudy fue la dama de honor, aunque Chubs peleó bien por ese
puesto. Loki fue el portador del anillo y Mac el acomodador. Decidimos que lo
haría mejor, ya que le encanta decirle a la gente adónde ir.
Un año después de decir “Sí, quiero”, Ava dio a luz a nuestras hermosas hijas
gemelas idénticas, Mia y Zoe. Tienen mi cabello oscuro, sus ojos verdes y son
impresionantes. También son las princesas del club, consentidas por todos. Petey
se enamoró instantáneamente y las adora. Loki rara vez las pierde de vista y por
lo general puedes encontrarlo junto a sus camas por la noche. Ava derrama su
amor sobre ellos, todo el amor que nunca recibió. El año pasado adoptamos a un
niño, Luke. Ahora tiene seis años y está creciendo, pero él es todo Team Axel.
Una vez que las niñas tuvieron la edad suficiente para empezar a hablar, Mac
dejó de aceptar nueces por palabrotas y cobró dinero en efectivo para caminar
hasta la hucha de las gemelas y dejar el dinero dentro. Mac ha asumido el papel
de hermano mayor y le encanta la atención de las chicas.
Cuando Ava llegó a casa con un pequeño lechón abandonado, eché un

vistazo y me enamoré. Pequeño Axe (generalmente llamado pequeño A) es ahora
otro miembro de nuestra salvaje y loca familia y Gee lo ha estado guiando desde
el primer día.
Somos una familia de un perro más también. No podíamos dejar que todos
los cachorros de Loki fueran con los miembros del club y, afortunadamente, su
hembra dio a luz a doce adorables cachorros. Loki es el mejor padre posible y
cuida de su prole, incluso hasta el día de hoy. Caín tiene ahora tres años y se
parece a su padre en apariencia y temperamento.
Nuestro aniversario se acerca pronto y sé lo que los chicos han planeado. Ava
no, pero le va a encantar. Ellos y yo vamos a poner una cerca y un establo para
que Ava finalmente pueda tener sus cabras, su mini burro y un caballo o dos. Ella
y nuestros hijos estarán encantados y no puedo esperar a ver su cara cuando todo
esté hecho.
Después de que todo estuvo dicho y hecho, los hermanos Carrington fueron
acusados de numerosos delitos, incluidos acecho, violación e intento de
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asesinato. El senador ya no es senador, sino que ahora está preso en una prisión
federal por sus diversos delitos de corrupción, asesinato y tumulto. Todo el
dinero sucio que habían ganado a lo largo de los años ha llegado de alguna
manera a varias organizaciones benéficas para mujeres y niños abusados,
animales y veteranos.
Javier y los Banditos ya no existen. Varios miembros, incluido Javier, fueron

detenidos y procesados. Otros huyeron de la zona y están escondidos en algún
lugar lejos de Denver. Fang se recuperó, le quemaron el tatuaje del club, recibió
una fuerte paliza de varios miembros, incluido yo, y lo soltamos. Puede que fuera
una rata para nuestro club, pero nos encargamos de esas cosas así que no fue
entregado a la policía. Nunca más se ha vuelto a ver a Katey, ni a saber de ella.
El oficial Stanaway fue despedido y desapareció del mapa.
Estuve increíblemente orgulloso de Ava durante todos los juicios. Se sentó

erguida y contó la historia de su ataque, violación y secuestro. Nunca vaciló.
Mantuvo la cabeza en alto y habló sobre las atrocidades por las que la hicieron
pasar y no rehuyó mirar directamente a sus atacantes. Su fuerza me asombró.
Pude ver las miradas en los ojos del jurado y supe que los hermanos iban a ser
machacados. Todos los miembros del club se sentaron en la sala del tribunal
durante todos los juicios en apoyo de Ava.
Ava ya no tiene pesadillas y las chicas, Luke, yo, y los miembros del club le
dan todo el amor que siempre se ha merecido. Y su sueño del servicio de catering
se hizo realidad. Ampliamos su tienda y está más ocupada que nunca, pero le
encanta cada momento. Chubs sigue siendo el mejor amigo de Ava y, de hecho,
a menudo es la niñera. Todos los niños lo aman y el sentimiento es mutuo.
Axel está más en nuestra casa, que en la suya. Ava y él pasan mucho tiempo
juntos, solos y con los niños, y Axel es muy querido por todos ellos. Se sabe que
lo han encontrado acurrucado en nuestro sofá durmiendo mientras las chicas le
pintan las uñas de los pies y de las manos y le embadurnan el rostro con
maquillaje. Creen que él colgó la luna y compadezco a cualquier chico que piense
que va a salir con cualquiera de ellas porque primero tendrán que pasar por el
tío Axe.
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Petey y Trudy se casaron unos meses después que Ava y yo y viven a dos
puertas de la nuestra. Son Papa y Tru Tru para los niños y los mayores fans de
Ava.
Miro hacia abajo y noto que Little Axe ha terminado de comer y se ha vuelto
a dormir. Lo coloco con cuidado en su cama, al lado de Gee, salgo por la puerta
y recorro el pasillo. Me asomo a la puerta del dormitorios de nuestra hijas y veo
a mis angelitos dormidas y en paz en sus camas custodiados por Loki.
Me asomo al dormitorio frente a las chicas y veo a Luke, dormido con Cain
acostado cerca. Ya no tiene pesadillas por la situación de la que lo adoptamos y
es un niño bien adaptado. Mucho amor y apoyo de su madre, mío, de sus
hermanitas y del club lo ha curado. Encaja perfectamente en nuestro mundo y es
tan nuestro como las chicas. Si ves a Axel, encontrarás a Luke no muy lejos.
Después me dirijo a la puerta de nuestra habitación, la abro y camino hacia

la cama. Me deslizo detrás de Ava, pongo mis brazos alrededor de su vientre de
embarazada de siete meses, la acerco a mi pecho y entierro la cara en su cuello.
Automáticamente se empuja hacia mí y se relaja en mis brazos. Cierro los ojos y
me quedo dormido sabiendo que estoy exactamente donde siempre quiero estar.
La vida es buena.
Fin
276
276
L CONO del SILENCIO

Traducción
Colmillo
Corrección
La 99
Edición
El Jefe
Diseño
Max
277
277

01 - Gunner

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Gunner The Devil´s Angels MC 01

The Devil´s Angels MC

Convertirse en el presidente del Devil's Angels MC no fue algo que Gunner

-:¦:- Ava -:¦:-

—Loki, ven. Sal por la puerta trasera, grandullón—le digo a mi hermoso

Mientras me agacho dando palmadas a la tierra alrededor de la base de la

¡Mierda! Creo que solo me corrí un poco. Ha pasado demasiado, demasiado

—No necesito a un hombre, no necesito a un hombre, no quiero a un hombre,

—¿Señora? ¿Disculpe, señora?

Inmediatamente me levanto y doy dos pasos atrás para sacarlo de mi espacio

—¿Puedo ayudarlo, oficial?—le digo.

Miro el nombre en su chapa, dice Oficial Stanaway y es de complexión

—¿Puedo ayudarlo, oficial?

—Recibimos una llamada sobre un perro que amenazaba a su vecino. ¿Es la

—Tengo un perro pero no amenazó a nadie. Estaba tirado en la hierba a mi

—No, no lo ha hecho y está en el patio trasero. Lo puse allí cuando Ralph

Cuando llega hasta nosotros, comienza a señalarme con el dedo a la cara y a

Alejo su mano de mi cara y lo vigilo atentamente. Ralph nunca me había

El oficial Stanaway se interpone entre nosotros y hace retroceder a Ralph

Desafortunadamente, me doy cuenta de que tenemos una audiencia con los

¡Simplemente genial! Me encanta la dosis de vergüenza que acompaña a la

Vuelvo a sintonizarme con la situación justo a tiempo para escuchar a Ralph

—Tiene el perro del infierno. ¡Grande y malvado! Su gato es del tamaño de

—Señor, tiene que calmarse y callarse un momento—le exige el oficial

Los brazos de Ralph dejaron de agitarse, pero su labio inferior sobresale

—Señora, tendré que ver al perro y obtener su información personal para la

Entonces se vuelve hacia Ralph y le pregunta si el perro había cruzado la

—No, no lo hizo, pero me estaba mirando como si fuera a acercarse y

Ralph se va, refunfuñando y quejándose.

El oficial Stanaway se vuelve hacia mí y pide ver a Loki. Empieza a caminar

—Está en el patio trasero. Puede verlo desde la cerca en el costado de la casa.

—Necesito obtener su información personal y una bebida fría estaría bien

Continúo caminando hacia el costado de la casa y hacia la cerca donde está

—¿Estás segura de que no ha mordido a nadie antes?—me pregunta el oficial

—A nadie a quien no le haya pedido que muerda—le digo sonriendo un

—Regresemos al frente y obtengamos esa información ahora. ¿Su vecino dijo

—Sí. Tengo un perro, un gato, un guacamayo y un cerdo en miniatura que

Respondo al resto de sus preguntas y le doy la información que necesita para

—¿Así que este número de teléfono que me diste es el mejor para

—Entonces, si llamo a este número y te invito a un café, ¿me responderás?—

Me estremezco un poco por dentro, pero respondo:

—Contestaré el teléfono, pero no puedo tomar café, lo siento. No tengo citas,

Ahora me estoy cabreando y quiero descargarme verbalmente, pero siento

—Entonces, lo que está diciendo, oficial Stanaway, es que si salgo con…

El oficial Stanaway continúa mirando por encima de mi cabeza mientras

De repente me doy cuenta de que lo estoy mirando, probablemente con la

—Ava. Y gracias. Estaba empezando a asustarme—digo extendiendo mi

Toma mi mano en su enorme palma y la sacude suavemente. Todavía no

Cuando me doy cuenta de que todavía estoy mirando y sosteniendo su

Sacudiendo la cabeza y sonriendo de nuevo, dice:

Gunner echa la cabeza hacia atrás y suelta una carcajada, la garganta

—No es tan grande y realmente es un minino disfrazado. Solo tienes que

—Sin embargo, no mucha gente te va a parecer “tan grande”— solté.

Luego continúa diciendo:

—Tienes una mancha de suciedad en la mejilla y la iba a quitar. Debería

Suavemente pasa sus dedos por mi mejilla y lentamente retira la mano. Me

Miro hacia arriba para ver sus ojos y digo:

Me mira fijamente por un momento y no estoy segura de si me cree o no. La

—¿Quieres conocer a tu vecino ahora? Tenía la esperanza de que tal vez

Lo pienso por un momento y sé que no puedo decirle que no. Su solicitud es

—Por supuesto. Puedo hacerlo. De todos modos, debería haberme

Me guiña un ojo y se vuelve para caminar de regreso a casa de Big Petey. Me

—Bueno, el cerdo prefiere rollers y el pájaro es más inteligente que