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Psicología Social

Prof. Juan González


Glorian M. Jackson Rivera

SOCIALIZACION LINGÜÍSTICA

La lectura empieza hablando sobre Víctor, “el niño salvaje de Averyron”, que fue
llevado a París en el 1800, y que los responsables de su educación estaban
interesados en buscar respuestas a tres preguntas antropológicas a tres nombres:
Linneo; pregunta sobre la relación entre el hombre y el animal; Rousseau, pregunta
sobre la cuestión sobre la relación entre el hombre y la sociedad, y Descartes, la
pregunta sobre la relación entre el hombre y Dios (Lane, 1976). Jean Itard, se encargó
de educar a Víctor desde el 1801 hasta el 1806 y, a pesar de que obtuvo algunos
resultados admirables, no consiguió que dicto llegar a hablar “normalmente”.
Previamente se le había hecho un diagnóstico a Víctor por Philippe Pinel, en donde
esté lo clasificó “niño que parece de idiotez y deficiencia mental” (Pinel citado por Lane,
1976). Los psicólogos de orientación marxista subrayan la vinculación entre lenguaje y
la conciencia humana, lo que nos lleva a afirmar que el lenguaje es esencial para el
surgimiento del ser humano como tal. Según A. N. Leontiev, lenguaje apareció en el
proceso del trabajo y “es la condición directa y más próxima para el desarrollo de la
conciencia humana”. En el caso de los niños salvajes se confirmó que si el lenguaje no
hay humanización de la persona y que también la humanización de la persona requiere
el aprendizaje del lenguaje.
Uno de los experimentos realizado para enseñarle hablar a los chimpancés fue
por Kellogg y Kellogg en el 1933, donde criaron a un niño y a un chimpancé como si
fueran hermanos. Este experimento mostró que en nueve meses el niño ya empezaba
a desarrollar su lenguaje, pero el chimpancé todavía no podría lograr esto. Más tarde
Hayes (1951) adoptó desde bebé una chimpancé y la trataron como si fuera su hija,
pero no pudieron lograr un desarrollo en el lenguaje, solamente se logró expresar
algunas palabras con sentido. Se puede decir que los chimpancés no logran desarrollar
un lenguaje hablado, pero no se puede decir que no logran aprender un lenguaje. Es
importante notar que la configuración fisiológica de los monos superiores no les permite
vocalizar como a las seis humanos, pero se les hace posible expresarse de otras
maneras no verbales. En junio de 1966, R. Allen y Beatrice Gardner le enseñaron a un
chimpancé, cuyo nombre es Washoe, el lenguaje americano de signos. “la primera
palabra de Washoe no fue ‘mamá’ o ‘papá’, fue ‘más’ en cual era un signo que se hace
tocándose una y otra vez la punta de los dedos con las palmas de las manos
mirándose hacia uno mismo. Trataba de un imperativo que aparentemente aplicaba su
horario y a esos deseos infantiles de que le hicieran cosquillas, caricias o cariños,
porque cuando se marchó de Nevada cinco años más tarde conocía 160 palabras, que
usaba solas y en combinación al conversar en diversas situaciones” (Linden, 1974).
Este experimento llevó a la conclusión que los chimpancés sí eran capaces de
aprender un lenguaje, y los fracasos previos se debían no a la falta de inteligencia de
los monos, sino que se había seguido un camino equivocado. En el 1961 se compara el
análisis del lenguaje infantil realizado por Brown con los logros de Washoe y mostraron
que había un significativo paralelo.
Es importante notar que no todos otorga en el lenguaje del papel capital que le
atribuyen los psicólogos de orientación marxista, pero la mayoría está de acuerdo en
que se trata de un elemento crucial en la psicología humana, tanto diacrónica como
sincrónicamente, estructural, funcionalmente. Diacrónicamente se refiere a la evolución
humana a través del tiempo, el lenguaje juega un importante papel respecto a la
formación y decisión; sincrónicamente, una visión del ser humano enfocado en un
momento determinado de su existencia, el lenguaje resulta fundamental para entender
los flujos de comunicación entre las personas, así como el carácter del conocimiento
disponible. Ahora desde un punto de vista estructural, no se puede dudar que el
lenguaje resulta un elemento condicionante del todo humano, tanto de lo que alguien
es como y de lo que hace. Cuando habla de un punto funcional, se refiere a que el
lenguaje constituye un “engranaje” clave del organismo humano; o sea que cualquier
problema de lenguaje arrastra consigo otro fallas graves en el funcionamiento psíquico
de la persona, como alteraciones en el pensamiento, la memoria y la acción misma.
Psicología está interesada en el lenguaje en cuanto comportamiento más que
como un sistema de comunicación. Chomsky hace una distinción importante entre la
capacidad lingüística y la actividad lingüística. La capacidad lingüística consiste en el
sistema de reglas que determinan la forma fonética de una sentencia y su contenido
semántico intrínseco. La actividad lingüística es la ejecución concreta de un individuo,
su uso de un lenguaje donde intervienen ya otros factores personales y situaciones
que, propiamente, no son aspectos del lenguaje (Chomsky, 1972). Al psicólogo no sólo
le interesa el lenguaje en cuanto comportamiento, sino también como el lenguaje
interactúa con otros procesos psicológicos, como influye y es influido por la percepción,
la memoria y el conocimiento, que parte desempeña en la acción y como la acción lo
condiciona, inhibe y potencia. Ahora, al psicólogo social le interesa verificar el lenguaje
en cuanto comportamiento social y en cuanto remite a unas raíces sociales. Por lo
tanto, el psicólogo social se pregunta en qué medida la sociedad configura la
personalidad y las acciones de sus miembros a través de el lenguaje, tanto
condicionando su desarrollo intelectual como determinando las estructuración de su
mundo. Ahora unas pregunta que se hacen sobre la relación entre lenguaje e
inteligencia son: ¿Es la inteligencia un simple lenguaje interiorizado? ¿Es más bien el
lenguaje de la exteriorización de procesos intelectuales internos? Según Chomsky, el
lenguaje depende en lo fundamental de factores estrictamente psicolingüísticos, es
distinto de otros factores cognoscitivos, ya que una vez el lenguaje es adquirido, este
influye en forma fundamental en todo el desarrollo cognoscitivo e intelectual de la
persona. Para Piaget, la aparición del lenguaje es posible en un primer momento por el
desarrollo de la “función simbólica”, es decir, la capacidad de separar el significante y
significado, que se va a manifestar también en los procesos de invitación o en los
juegos infantiles. Piaget también mantiene que, una vez el lenguaje se surge, se
convierte en el canal principal del desarrollo cognoscitivo e intelectual del ser humano.
Edward Sapir establece que los pueblos que hablan diferentes lenguajes, en la
práctica vive en “diferentes mundos de realidad”. El lenguaje es de naturaleza
heurística, se refiere “sus formas predeterminan para nosotros ciertos modos de
observación y de interpretación”. El lenguaje es un guía de la realidad, pero de la
realidad en cuanto social, no en cuanto simplemente individual. Las personas
descubren a través del lenguaje significados de la realidad que no sean explicables por
la calidad de la experiencia personal misma, sino por la naturaleza del propio lenguaje.
La forma de pensar de los miembros de una sociedad está fuertemente condicionada
por el tiempo de lenguaje de esa sociedad, hasta el punto de que, según Sapir, el
“mundo real” encuentra en buena medida construido sobre el esquema de los hábitos
mentales del grupo: “los seres humanos no viven únicamente en el mundo objetivo, ni
siquiera en el mundo de la actividad social como se suele entender, sino que se
encuentran mucho más a merced del lenguaje concreto que se ha convertido en el
medio de expresión de su sociedad” (Sapir, 1949).
Benjamin Lee Whorf, realizaba informes sobre las causas en cual ocurrían
fuegos o explosiones y esto lo llevó a ver en que el comienzo de un incendio se debía
no sólo a las circunstancias materiales, sino el significado de la situación para las
personas. Según Whorf, el hecho de que un lugar fuera considerado como un almacén
con bidones vacíos resultaba potencialmente peligroso, sobre todo a causa del
calificativo “vacíos”. Este análisis lo llevó a la conclusión de qué las fórmulas
lingüísticas empleadas en la situación inducían un tipo de conducta determinado. Whorf
hizo varias comparaciones entre diversos lenguajes, sobre todo entre un lenguaje
común inglés y un lenguaje indígena, el hopi. El noto las diferencias lingüísticas entre
los lenguajes en cual era obvio que son diferentes pero que también manifiestan dos
realidades culturales distintas. El sistema lingüístico de cada lenguaje no se limita a
reproducir ideas preconcebidas, sino que es en si el instrumento configurador de ideas,
programador de la actividad mental del individuo. Para Whorf, “las categorías y tipos
que aislamos del mundo de los fenómenos no los encontramos ahí porque atraigan la
atención de cualquier observador, sino porque el mundo se presenta en un flujo
caleidoscópico de impresiones que nuestras mentes tienen que organizar, y lo que
hacen en buena medida mediante los sistemas lingüísticos. Seleccionamos la
naturaleza, la organizamos en conceptos y atribuimos significados en buena medida
porque estamos de acuerdo en organizarla de esa manera; se trata de un acuerdo
válido para quienes comparten nuestro habla y que está codificado en los esquemas de
nuestro lenguaje”. La teoría de él significa que los niveles superiores del pensamiento
humano están condicionados por el propio lenguaje, pero significa que la estructura
misma del lenguaje que se usa habitualmente influyen la forma de cómo se conoce la
realidad. Sapir y Whorf hablan de el como el lenguaje es propio y como es parte de sus
experiencias.
Alexander Luria trato de encontrar en las estructuras sociales y en las
actividades que los grupos la persona realizan en un determinado momento histórico la
raíz de los principales procesos mentales. Para él, el lenguaje es uno de los principales
productos del desarrollo histórico que sirve como mediador del influjo social en la
actividad mental de las personas. Estableció en el 1976 que “un niño que desarrolla
hábitos sacando conclusiones de su experiencia personal inmediata utiliza mecanismos
mentales diferentes de los de un adolescente que mediatiza cada acto comportamental
con las normas establecidas por la experiencia social. Las impresiones directas que
dominan al niño pequeño ceden el paso en el adolescente, a las abstracciones y
generalizaciones omnipresentes del lenguaje externo e interno”. Además, trato de
verificar el carácter configurado el de los procesos sociales sobre los procesos
mentales de las personas estudiando los cambios de la estructura socioeconómica y
sus consecuencias en los procesos mentales de la población. Luria concluyó que
“cambios socio históricos no sólo introduce nuevos contenidos en el mundo mental de
los seres humanos, sino que también crea nuevas formas de actividad y nuevas
estructuras de funcionamiento cognoscitivo” (Luria, 1976). Se observa la conexión entre
el lenguaje y la acción del individuo. Luria demuestra la progresiva interiorización del
lenguaje como mecanismo de control de la acción. En un primer momento, la palabra
exterior del adulto desencadena los movimientos del niño, pero no puede detener los o
cambiar su curso una vez puestos en marcha. Sólo después de la palabra adquiere la
capacidad inhibidora y el individuo llega a internalizar el control de sus acciones. La
socialización supone así la interiorización del control comporta mental a través del
lenguaje, cuanto a sus aspectos temáticos o de significación. Loria examina los
determinismos históricos de las estructuras sociales a través de un proceso de cambio
revolucionario en la organización social, pero Bernstein intenta encontrar este
determinismo psicosocial comparando los esquemas lingüísticos y sus efectos en dos
clases sociales contrapuestas al interior de un mismo orden social.
Basil Bernstein en el 1973, estableció que la estructura social genera distintos
códigos lingüísticos intrínsecamente vinculados a las diversas formas de la relación
Humana y cultural fechas posibles por orden estructural, códigos que subes
condicionan el que hacer de los miembros de las diferentes clases sociales. Un código
lingüístico no es lo mismo que un lenguaje, sino que correspondería más bien a lo que
Chomsky llamó la estructura profunda de un lenguaje, que contendría la sustancia
semántica de una expresión, independientemente de la forma como se manifieste. La
tesis de Bernstein tiene cuatro puntos: 1) relación entre contextos sociales y
significaciones; 2) la asequibilidad social de los significados; 3) la vinculación entre
significaciones y principios; y 4) el funcionamiento de los códigos lingüísticos. En la
primera, Bernstein distingue entre significados dependientes y significados
dependientes del contexto social. Por ejemplo, la vida de un pueblito donde todas las
personas se conocen entre sí y las costumbres y hábitos son compartidos, es una vida
distinta a los de la ciudad ya que nadie se conoce y no comparten los mismos hábitos,
costumbres o valores. En la segunda, Bernstein deja claro que los significados de
pendientes de un contexto sólo son asequibles aquellas personas que comparten la
comprensión de este contexto. Por ende, solamente de los habitantes del pueblito rural
tendrán acceso a estas significaciones vinculadas a la vida local. Por último, en el
tercer lugar, Bernstein establece que los significados dependientes del contexto hacen
referencia a los principios relativamente explícitos, de los que no siempre tienen
suficiente conciencia ni siquiera aquellas mismas personas que guían por ellos su vida
cotidiana. Éste afirma que hay variantes restringidas de la lengua, que son conjuntos
particulares de significados, y variantes elaboradas, que son conjuntos universales de
significados.
Un código lingüístico, según Bernstein, es un principio regulador que encontrará
la forma como se desarrollan en el habla de los diversos contextos socializador es. “Los
códigos se pueden definir a un nivel lingüístico por la probabilidad de predecir si un
locutor usar al uno elementos sintácticos para organizar los significados de una serie
representativa de su habla” (Bernstein, 1973). De la misma forma que hay dos tipos
fundamentales de significados, hay dos tipos de códigos: 1) el código restringido, que
regula lingüísticamente los significados dependientes del contexto, 2) el código
elaborado, que regula lingüísticamente los significados independiente del contexto.
Según Bernstein, la fuerza de los códigos se puede captar en el uso de las instancias
socializador haz de las personas que hacen de las variantes lingüísticas restringidas o
elaboradas en distintas situaciones de la vida social, ya que para él la estructura social
se vuelve realidad psicológica en la persona moldeando sus actos lingüísticos: la forma
de la relación social actúa selectivamente sobre el tipo de código empleado, que se
vuelve expresión simbólica de la relación y regula la naturaleza de la interacción. Ni la
tesis de Sapir-Whorf ni la de Bernstein se pueden dar a probar. Pero se reconoce que
en ellas hay una intuición fundamental y válida, cuál es el papel crucial de lenguaje en
la socialización del ser humano.

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