Durante el tema A de esta obra, el ritmo armónico se mantiene constante, es un
ritmo largo, ya que tiene figuras como redondas, blancas y negras. En el puente de esta sección, hay un cambio en el ritmo armónico, ya que hay un uso de arpegios del V y I grados, los cuales ocupan un compás cada uno, es decir, que hay un ritmo armónico largo, indicando, por los tresillos, que es un pasaje rápido, esto también es un indicador de cambio en el ritmo armónico y se puede interpretar como un accelerando armónico y un crescendo armónico, ya que hay mayor tensión, llegando al compás, en el que hay una progresión V-I-V-I, con valor de negra, es decir, que el ritmo armónico se hace más corto, lo que indica el momento de mayor tensión armónica de esta sección, para después terminar en el quinto grado, ya que hay una modulación a la dominante. El tema B, mantiene un ritmo armónico un poco más variado, pero de igual manera, es largo. Al igual que el tema A, presenta una cadencia al final de la sección en el que se presenta un ritmo armónico de arpegios, pero, a diferencia del tema A, la cadencia V-I-V-I se presenta en forma de blancas, indicando una mayor tensión, pero al igual que la anterior sección, el 51 presenta un ritmo de negras en la cadencia final de arpegios (ritmo armónico corto), y además hay una cadencia perfecta con ritmo de negras. De igual manera, este puente o candencia, indica, por la tensión armónica y el ritmo armónico, que es corto, un accelerando y un crescendo armónico en la interpretación, a falta de indicaciones dinámicas y agógicas en esta parte. El desarrollo, comienza con el mismo modelo rítmico melódico del tema A, pero esta vez en la tonalidad de Re menor, lo que le da un aspecto contrastante con las secciones anteriores, después hay una seria de modulaciones, de Re menor, modula inmediatamente a la tonalidad de La menor, después pasa a la tonalidad de Mi menor, por lo que podemos decir que son modulaciones introtonales al relativo menor de Sol Mayor. A partir del compás 59 hay un ritmo armónico largo, pero rápido, ya que la nota si, se utiliza en corcheas, como nota pedal, lo que sugiera una ralentización del tempo, para que las notas de arriba puedan ejercer su función armónica en este pasaje. En el compás 64, hay un cambio en la direccionalidad de la música, puesto que hay una progresión por quintas, descendentes, que consisten en las tonalidades: SiM-Lam-ReM, para terminar con una cadencia perfecta en la tonalidad original y a partir de esto, comienza la recapitulación del tema A. Esta progresión sugiere un cambio progresivo en la intensidad de sonido hacia el forte, en este caso, por la dirección melódica, además de que este parecer ser el punto culminante del desarrollo de la obra, y el compositor sugiere de nuevo un forte en el Sol mayor, indicando la culminación de esta progresión modulante. En la recapitulación de la obra, encontramos, de nuevo, las mismas relaciones del ritmo armónico, ya que se vuelve a presentar el puente, con las mismas características, puesto que se trata de la reexposición del tema A, aunque con una ligera variación a partir del traste 79, donde hay un cambio en la dirección melódica y armónica, ya que ahora el modelo melódico se encuentra en la tonalidad de Do mayor. Después hay una modulación a su relativo menor, a partir del compás 76 y un nuevo cambio en la dirección de la música, debido a una progresión, donde hay mayor tensión acordal, por el uso de un acorde de séptima. La progresión es la siguiente: MiM7-Lam-LaM-ReM-SolM, a partir de este acorde de ReM en el compás 82, se repite la cadencia que se encuentra al final del Tema A, por lo que se vuelve a reposar sobre tonalidad principal. En cuanto al tema B, hay ciertas variaciones en el ritmo armónico, pero, en general, se puede decir que no varia mucho de la primera sección de la obra, aunque este tema ahora se presenta, ya no en su dominante, sino en la tonalidad de Sol Mayor y con una cadencia un poco más prolongada, lo que indica que debe haber una mayor intensidad en el ritmo armónico y mayor velocidad al interpretar, ya que se trata del punto culminante de la obra en cuestión. Hablando de la obra en general, hay un mayor predominio de la horizontalidad, ya que no hay tanda densidad acordal y presenta un ritmo armónico, fundamentalmente largo, con uso de escalas que abarcan compases completos. Las partes de mayor tensión armónica se presentan únicamente en las cadencias finales de cada tema y en cuanto a la interpretación, se sugiere, por el ritmo armónico, una mayor intensidad de sonido y de la velocidad en estos pasajes cadenciales, que reafirman la tonalidad.