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La universidad

entre la crisis
y la oportunidad
Paulo Falcón
(compilador)

Reflexiones y acciones del


sistema universitario argentino
ante la pandemia
La universidad
entre la crisis
y la oportunidad
Paulo Falcón
(compilador)

Reflexiones y acciones del


sistema universitario argentino
ante la pandemia
La universidad entre la crisis y la oportunidad : reflexiones y acciones del
sistema universitario argentino ante la pandemia / Alberto E. Barbieri ... [et
al.] ; compilado por Paulo Falcon. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos
Aires : Eudeba ; Córdoba : Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba,
2020.
Libro digital, PDF

Archivo Digital: descarga


ISBN 978-950-23-3121-8

1. Universidades. 2. Carreras Universitarias. I. Barbieri, Alberto E. II. Falcon,


Paulo, comp.
CDD 378.00982

Universidad de Buenos Aires

1° edición: noviembre de 2020

© Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba


© Editorial Universitaria de Buenos Aires
Sociedad de Economía Mixta
Av. Rivadavia 1571/73 (1033) Ciudad de Buenos Aires
Tel: 4383-8025 / Fax: 4383-2202
www.eudeba.com.ar

Diseño de tapa: Silvina Simondet


Edición: Paulo Falcón
Corrección: Editorial de la UNC
Composición: Eudeba

Hecho el depósito que establece la ley 11.723

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su almacenamiento


en un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier
medio, electrónico, mecánico, fotocopia u otros métodos, sin el permiso previo
del editor.
Universidad de bUenos aires
La Universidad de Buenos Aires frente a los desafíos
de la pandemia
*
María Catalina Nosiglia

El 3 de marzo del 2020 se detectó el primer caso de coronavirus en


Argentina. Desde entonces, se registraron una serie de sucesos inéditos
que impactaron profundamente en el orden de la sociedad civil en general
y del sistema universitario en particular. En el marco del Aislamiento Social
Preventivo y Obligatorio (ASPO) decretado por el Gobierno Nacional el 19 de
1
marzo , las universidades argentinas desarrollaron distintas políticas- en el
marco de su autonomía- para sostener la continuidad pedagógica.
Las iniciativas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) para dar res-
puesta a este escenario crítico, estuvieron atravesadas por su gran dimensión.
En la Universidad estudian alrededor de 315.000 alumnos distribuidos en
sus 13 facultades y más de 100 carreras de grado. Asimismo, se contabili-
zan otros 28.000 estudiantes de posgrado que se reparten en sus casi 470
titulaciones de ese nivel. En cuanto a los cargos docentes y no docentes, las
cifras rondan los 31.500 y 13.500 respectivamente. Asimismo, la Universi-
dad cuenta con 69 institutos de investigación, 6 hospitales universitarios, 6
colegios preuniversitarios, 14 museos y 18 bibliotecas. En síntesis, la UBA se
caracteriza por ser una universidad pública y masiva que, a su vez, se destaca
por su oferta académica de calidad que es reconocida internacionalmente.
El objetivo de este artículo es describir y compartir, con otras institucio-
nes, las políticas desarrolladas en el área académica para responder a este
desafío inédito de asegurar la continuidad del proceso de enseñanza y de
aprendizaje. Sin embargo, la UBA también realizó un aporte a las políticas
sanitarias y se involucró con la misma rapidez en acciones de extensión y

* Secretaria de Asuntos Académicos de la UBA.


1. DNU Nº 297-20.

59
60 La universidad entre La crisis y La oportunidad

transferencia universitaria para atender a los problemas derivados de la


emergencia sanitaria. Por eso, en los próximos apartados se describen sin-
téticamente dichas acciones.

El aporte de la UBA a las políticas sanitarias para afrontar la


emergencia

La Universidad puso a disposición de las autoridades nacionales y


provinciales su extensa red de hospitales universitarios, desde los cuales, se
amplió la cobertura de salud de la población y se realizan investigaciones
médicas de suma relevancia. En su red de hospitales trabajan alrededor de
4.100 profesionales de la salud y se contabilizan 1.065 camas generales y 68
unidades de terapia intensiva (UTI).

Frente del edificio del Rectorado y del Consejo Superior de la Universidad de


Buenos Aires.

Cabe destacar que el Hospital de Clínicas “José de San Martín” participa


en el estudio clínico “Solidarity” coordinado por la Organización Mundial
de la Salud (OMS), junto con otros diez países del mundo, orientado a la
investigación de tratamientos experimentales. Además, en ese hospital se
realizan testeos para el diagnóstico de la enfermedad, mediante técnicas de
biología molecular de última generación, y se diseñó un sistema de geolocali-
zación para el monitoreo de pacientes externados. Por su parte, en el marco
de la red hospitalaria se desarrollan investigaciones clínicas como el uso de
plasma de pacientes recuperados y un equipo de investigadores trabaja de
forma coordinada con la Universidad de Wisconsin en el desarrollo de una
vacuna. A su vez, otro grupo coopera con el Instituto Nacional de Microbiolo-
gía “Dr. Malbrán” donde se logró secuenciar el genoma completo del SARS
COV-2 que circula en nuestro país. Por último, los 8 expertos médicos que
ContribuCiones 61

integran la Comisión Asesora del Presidente de la Nación son egresados y/o


profesores de la UBA.

Las políticas de extensión y transferencia universitaria frente a la


pandemia

La UBA lideró diversos programas de voluntariado universitario orien-


tados al desarrollo de tareas esenciales para afrontar la emergencia sanitaria.
Desde el mes de marzo, y en coordinación con el Ministerio de Salud de la
Nación, más de 7.400 voluntarios se involucraron en campañas de vacunación
antigripal para la población de riesgo; seguimiento de los pacientes aislados
en sus casas; atención de las líneas de asistencia 107 y 147 de la Ciudad de
Buenos Aires y de la Provincia de Buenos Aires; atención en las Unidades
Febriles de Urgencia (UFU); y asistencia en tareas de logística para mejorar
la capacidad de respuesta del sistema sanitario.
Las anteriores iniciativas se complementaron con el aporte de otros
1.500 voluntarios del programa UBA en Acción, quienes se involucraron en
campañas médicas y sociales en cooperación con el Ministerio de Salud de
la Ciudad de Buenos Aires. En el marco de dicho programa, estudiantes
provenientes de distintas carreras de la UBA se incorporaron a equipos
coordinados por docentes e investigadores con el fin de realizar diversas ini-
ciativas como, por ejemplo: campañas de vacunación distribuidas en 82 sedes
de salud; atención y prevención en odontología; nutrición; asesoramiento
contable y jurídico, entre otras tareas. Además, se sumaron voluntarios para
trabajar en el seguimiento telefónico a pacientes con alta de COVID; en la
carga de datos de pacientes al “Sistema Integrado de Información Sanita-
ria Argentino” (SISA); en tareas de seguimiento de la aplicación “Cuidar”
y del dispositivo “DetectAr”; y en los hoteles de la Ciudad de Buenos Aires
destinados al aislamiento de pacientes leves.
Por último, cada unidad académica también implementó programas de
extensión y transferencia vinculados con sus campos disciplinares y profe-
sionales. Así, por ejemplo, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales puso
en funcionamiento el “Centro de Prevención Exactas COVID-19” donde se
realizan tareas de prevención y seguimiento de pacientes en coordinación
con el gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Las facultades de Medicina
e Ingeniería trabajan de forma coordinada en el diseño de soluciones prác-
ticas para problemas médicos tales como la optimización de los respiradores
existentes. La Facultad de Odontología aportó todas sus unidades móviles
de atención para complementar los servicios que brindan los centros de
62 La universidad entre La crisis y La oportunidad

salud. Las facultades de Farmacia y Bioquímica y la de Exactas y Naturales


integran la red nacional para el diagnóstico del COVID-19 por PacR Real
Time en muestras de pacientes sospechosos. La Facultad de Ciencias Vete-
rinarias se encuentra desarrollando protocolos de adiestramiento de perros
de trabajo para el diagnóstico de infecciones en humanos. La Facultad de
Agronomía realiza tareas de asesoramiento a las áreas gubernamentales y
del sector industrial abocadas a la producción y distribución de alimentos.
La Facultad de Ciencias Económicas ofrece a la comunidad y a las PYMES
asesoramiento administrativo y financiero. La Facultad de Filosofía y Letras
realiza tareas de apoyo y asistencia social en barrios vulnerables. La Facultad
de Derecho realiza consultorías y patrocinios jurídicos a víctimas de situacio-
nes de violencia intrafamiliar, de género y de falta de acceso a la salud. La
Facultad de Psicología brinda a la comunidad en general un servicio gratuito
de atención psicológica. Por último, las facultades de Ciencias Sociales y la
de Arquitectura, Diseño y Urbanismo promovieron el involucramiento de
sus estudiantes y docentes en los programas de voluntariado previamente
referenciados.

Voluntarios de la Universidad de Buenos Aires que participan en el desarrollo de


tareas esenciales para afrontar la emergencia sanitaria.

Las políticas institucionales para garantizar la continuidad


pedagógica en las carreras de grado y pregrado

La UBA debió implementar diversas líneas de acción –en un período


muy corto de tiempo– para dar continuidad a las actividades de enseñanza.
contribUciones 63

En dichas acciones se expresó la diversidad y las características singulares


de cada unidad académica.
La transición hacia una enseñanza remota de emergencia fue diversa
según las características disciplinares de las carreras, la experiencia previa
de las facultades en el desarrollo de la educación a distancia (EaD) y la ca-
pacitación de los docentes en el uso de TIC.
En este proceso resultó fundamental la experiencia institucional acumu-
lada en el campo de la EaD. En un breve recorrido histórico, seguramente,
un hito destacado haya sido la creación del Programa UBA XXI en 1985.
En sus orígenes se trató de un programa pionero en la Argentina que se
propuso introducir en el ciclo de ingreso a la universidad la modalidad de
EaD. Corresponde destacar que, si bien el programa venía registrando un
importante crecimiento durante la última década (pasando de alrededor de
26.000 inscripciones en 2011 hasta las 117.000 en 2019), durante el período
actual de ASPO su matrícula creció un 28% respecto al año anterior.

Durante el período de ASPO, la matrícula de UBA XXI creció un 28% respecto al


año anterior.

Un segundo hito institucional fue la creación del Centro de Innovación


en Tecnología y Pedagogía (CITEP) en 2008. Este Centro, dependiente de la
Secretaría de Asuntos Académicos del Rectorado, tiene la finalidad – a través
de un trabajo articulado con las distintas unidades académicas - de crear un
espacio dedicado a trabajar con y para los docentes de la universidad en los
desafíos que plantea la incorporación de nuevas tecnologías en la enseñanza
de nivel superior. Durante el contexto del ASPO, el CITEP desarrolló diversas
líneas de acción que serán descritas en el próximo apartado.
64 La universidad entre La crisis y La oportunidad

El Centro de Innovación en Tecnología y Pedagogía (CITEP) lideró un programa


de formación masivo para los docentes de la Universidad de Buenos Aires.

Un tercer hito relevante fue la aprobación del Sistema Institucional de


Educación a Distancia de la UBA (SIED) durante el 2018 y su posterior acredi-
tación ante la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria
(CONEAU). El SIED se compone del conjunto de acciones, normas, procesos,
equipamiento, recursos humanos y didácticos que permiten el desarrollo de
propuestas de EaD. Estos antecedentes institucionales facilitaron, sin lugar
a dudas, el desarrollo de una política de continuidad pedagógica virtual y
en contextos de masividad.

La reprogramación de las actividades académicas y


administrativas en la UBA

Frente a este escenario inédito y sumamente dinámico de crisis sanitaria


global, la UBA adhirió a los sucesivos Decretos de Necesidad y Urgencia del
Gobierno Nacional referidos al ASPO. Tempranamente, el 14 de marzo,
la Universidad procuró reducir la presencia de los estudiantes, docentes y
no docentes en las instalaciones universitarias y recomendó a las unidades
2
académicas la reprogramación de las clases hasta el 12 de abril inclusive .
Por su parte, desde el 20 de marzo se dispuso el cierre de todos los edificios
e instalaciones de la UBA, con excepción de la Dirección de Obra Social,
Hospitales e Institutos Asistenciales. Muchas actividades se continuaron
realizando de manera remota y, para ello, se rediseñaron algunos procesos
administrativos. Entre las actividades esenciales, se incluyó a la Dirección de
Títulos. Hasta el momento, se expidieron 5.146 títulos, de los cuales, 2.049

2. Resolución (R) “Ad Referéndum del Consejo Superior” N° 344/2020.


ContribuCiones 65

son egresados de las ciencias de la salud que pudieron incorporarse a los


equipos de trabajo contra la pandemia.
Frente a la continuidad de la crisis sanitaria y la necesidad de concertar
una política institucional de mediano plazo, desde el Rectorado se impulsó la
creación de una Comisión Asesora para el diseño, implementación y seguimiento de
un Programa de Contingencia para la Enseñanza Digital COVID-19. La Comisión
que está coordinada por la Secretaría de Asuntos Académicos y se encuentra
conformada por los Decanos de las facultades, el Secretario de Educación
Media, el Director del Ciclo Básico Común (CBC), y los Directores del CI-
TEP y del programa UBA XXI, se abocó a realizar un rápido diagnóstico
de la situación de cada unidad académica en términos de infraestructura
tecnológica, estado de desarrollo de las materias en los campus virtuales y las
necesidades de capacitación docente. Dada la heterogeneidad de las situa-
ciones encontradas, el 3 abril la Universidad aprobó una nueva normativa
donde se definió que las clases presenciales se reiniciarían el 1 de junio, y
se recomendó el desarrollo de clases virtuales, de seguimiento y de apoyo
en aquellas unidades académicas que estuvieran preparadas, durante este
3
período excepcional y transitorio .
De esta manera, las unidades académicas fueron reprogramando sus
respectivos calendarios académicos y definieron diversas estrategias curri-
culares a través del campus virtual u otras tecnologías y plataformas digi-
tales. Las características diferenciales de cada facultad y carrera permiten
comprender los fundamentos de las decisiones curriculares. Por ejemplo,
las facultades de Medicina y de Odontología priorizaron la oferta de asig-
naturas predominantemente teóricas y pospusieron el dictado de aquellas
actividades curriculares que demandan el trabajo en las unidades docentes
hospitalarias o en laboratorios, así como las prácticas profesionalizantes.
Este criterio también se registró en algunas materias de las facultades de
Agronomía; Ciencias Exactas y Naturales; Ciencias Veterinarias; y Farmacia
y Bioquímica.
Progresivamente, las distintas unidades académicas elaboraron sus res-
pectivas normativas para desarrollar las actividades de enseñanza de manera
no presencial. Las facultades de Agronomía; Ciencias Económicas; Medicina;
Derecho; y Odontología – que habían comenzado sus clases antes del ASPO,
continuaron dictando las clases de forma virtual. En abril se incorporaron las
facultades de Ciencias Exactas y Naturales; Ciencias Veterinarias; Farmacia y
Bioquímica; Filosofía y Letras; Ingeniería; y Psicología. En junio se integró
la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo y el CBC. Por su parte,

3. Resolución (R) “Ad Referéndum del Consejo Superior” N°423/20.


66 La universidad entre La crisis y La oportunidad

la Facultad de Ciencias Sociales delegó en las cátedras docentes la decisión


sobre las actividades de enseñanza no presenciales.
Finalmente, a fin de favorecer la continuidad de los estudios se decidió
flexibilizar los requisitos de pase del CBC a las facultades, permitiendo el
ingreso al segundo ciclo en facultades con tres materias aprobadas y tres
4
regularizadas solo adeudando el final .

Las principales líneas de acción para el desarrollo de una


enseñanza no presencial y de calidad

En una institución masiva como la UBA, no resulta factible describir en


pocas líneas las numerosas políticas académicas desarrolladas por las distintas
unidades académicas. Por eso, la descripción se enfocará en las principales
líneas de acción desarrolladas para el conjunto de la Universidad.
En ese sentido, el CITEP ocupa en este contexto un rol estratégico.
Desde el inicio de la crisis sanitaria hasta el mes de julio inclusive, se ca-
pacitaron a más de 10.700 docentes en el marco de los distintos cursos de
formación virtual; se ofrecieron asesorías personalizadas a distintas cátedras;
y se abrieron casi 1.300 aulas virtuales en el Campus Académica desarrollado
por el CITEP. A su vez, se creó un portal digital de acceso libre donde se
publicaron recursos, estrategias y orientaciones didácticas elaboradas por
especialistas, con el objeto de favorecer el desarrollo de la enseñanza no
presencial. Cabe destacar que se tomó la decisión institucional de abrir a la
5
comunidad educativa externa gran parte de las actividades implementadas .
De forma complementaria, el CITEP diseño propuestas específicas para
responder adecuadamente a las características singulares de las facultades.
Al respecto, se destacan las propuestas de formación específica para los
profesores de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) y
de la Facultad de Medicina (FMED), y actualmente para las escuelas de nivel
medio. De los 10.000 docentes que participaron de las clases virtuales y ase-
sorías sincrónicas elaboradas por el CITEP en este contexto, 2.500 docentes
son de la FADU y alrededor de 1.600 de FMED. Por otra parte, el Portal
digital creado por el CITEP registró más de 112.000 visitas. Estas cifras son
una muestra elocuente del acompañamiento realizado por el CITEP.

4. Resolución (R) “Ad Referéndum del Consejo Superior” N°630/20.


5. http://citep.rec.uba.ar/covid-19
ContribuCiones 67

En el portal digital del CITEP se publicaron recursos, estrategias y orientaciones


didácticas elaboradas por especialistas, con el objeto de favorecer el desarrollo de la
enseñanza no presencial.

Las definiciones sobre la evaluación y acreditación de los


aprendizajes en contexto de no presencialidad

En una primera etapa del cuatrimestre, el Rector encomendó a las


unidades académicas que dispongan las medidas necesarias para adecuar
6
las actividades de enseñanza mientras dure el ASPO . También, el Consejo
Superior, delegó en los decanos la potestad de flexibilizar transitoriamente,
y hasta el 31 de marzo del 2021, la correlatividad de las asignaturas fijadas
7
por los planes de estudio . Todas estas decisiones estuvieron motivadas
por la necesidad de fijar un marco normativo común que favorezca las
trayectorias académicas de los estudiantes durante este escenario extraor-
dinario y, simultáneamente, reconocer la necesidad de que cada unidad
académica realice las adecuaciones necesarias en función de sus caracte-
rísticas singulares.
De esta manera, a mediados del mes de mayo, la mayoría de las unidades
académicas y el CBC habilitaron la regularización de las asignaturas median-
te actividades curriculares no presenciales. Algunas facultades fijaron una
cantidad de actividades mínimas obligatorias (Ciencias Económicas), otras
dispusieron la utilización de escalas de calificación numérica (Ingeniería; y
Filosofía y Letras), otro grupo estableció calificaciones dicotómicas o con-
ceptuales (Ciencias Económicas; Farmacia y Bioquímica; y Psicología); y en
muchos casos este tipo de decisiones se delegaron en las cátedras.

6. Resolución (R) “Ad Referéndum del Consejo Superior” N°475/20.


7. Resolución (R) “Ad Referéndum del Consejo Superior” N°476/20.
68 La universidad entre La crisis y La oportunidad

En relación al régimen de promoción, algunas facultades suspendieron


la promoción directa sin examen final (Ciencias Veterinarias; Farmacia y Bio-
química; Filosofía y Letras; y Odontología), otro grupo previó el desarrollo
de evaluaciones integradoras o especiales de carácter presencial (Agronomía;
Ciencias Económicas; Ingeniería; Psicología y CBC), mientras que un tercer
grupo habilitó el régimen de promoción directa mediante exámenes virtuales
(Ciencias Exactas y Naturales; Ciencias Sociales y Derecho).
Sobre estos debates, la Secretaría de Asuntos Académicos había elabo-
rado durante el mes de mayo un documento denominado “Criterios para el
dictado y evaluación de aprendizajes en contexto de no presencialidad”. En dicho
documento, se recomendaba que, mientras durase el ASPO, la aprobación
de las asignaturas debía contemplar una instancia de evaluación presen-
cial de carácter final o integrador. Excepcionalmente, se contempló la
evaluación de tesinas de grado y defensas de tesis de forma no presencial,
siempre y cuando se asegure la identificación del estudiante y el control
de la autoría.
Sin embargo, ante la extensión del período de ASPO y la imposibilidad
de determinar con certeza la fecha de retorno a las aulas universitarias,
durante el mes de junio se registraron nuevos debates institucionales sobre
la evaluación y la acreditación de los aprendizajes. Para ello, la Secretaría
de Asuntos Académicos produjo un segundo documento titulado “Linea-
mientos para la evaluación final no presencial”. En aquel documento, se planteó
la necesidad de conjugar diversos principios, derechos de los estudiantes,
docentes y no docentes; y el uso responsable y adecuado de los recursos tec-
nológicos disponibles. Por un lado, se reconoce el derecho de los estudiantes
a participar en instancias de evaluación y acreditación de sus aprendizajes.
Ahora bien, el goce efectivo de ese derecho debe resguardar los principios
de igualdad y equidad de modo tal que la totalidad de los estudiantes pueda
optar por participar en las diversas instancias de evaluación que cada unidad
académica defina. Considerando que ambos principios son complementarios,
en el documento citado se recomienda el desarrollo de múltiples y diversos
instrumentos de evaluación para asegurar la accesibilidad de los estudiantes.
De forma complementaria, se reconoce el derecho de los profesores a la
libertad de cátedra y a desarrollar las tareas de evaluación de acuerdo con
la carga horaria que les correspondiera en función de su cargo y dedicación.
También se reconoce la necesidad de resguardar los derechos del personal
no docente que cumple un rol central en la gestión de los procesos admi-
nistrativos inherentes a las evaluaciones y su debido registro. A su vez, el
documento incluye una sección donde se describen las distintas estrategias
de evaluación sincrónicas y asincrónicas en contextos no presenciales; y otro
ContribuCiones 69

apartado donde se formulan recomendaciones para protocolizar el proceso


evaluativo en toda su extensión. Por último, se concluye con una serie de
recomendaciones sobre la verificación de la identidad de los estudiantes y
la protección de los datos personales.
Considerando estos lineamientos generales, actualmente las distintas
unidades académicas se encuentran evaluando el grado de pertinencia de
las distintas modalidades, en función sus características institucionales. De
este modo, las facultades fueron autorizando el desarrollo de exámenes
finales de forma remota.

Las actividades de enseñanza en las instituciones


preuniversitarias

La UBA cuenta con una extensa trayectoria en la formación de nivel


medio a través sus colegios preuniversitarios. La historia del Colegio Nacional
de Buenos Aires (CNBA) data del período colonial; mientras que la Escuela
Superior de Comercio Carlos Pellegrini (ESCCP) se fundó en 1890, siendo
pionera en el otorgamiento del título de perito mercantil. A fines del siglo
XIX, como resultado de un conflicto institucional en el CNBA, un grupo
de profesores creó el Instituto Libre de Segunda Enseñanza (ILSE) que, tem-
pranamente, recibió la protección y supervisión académica de la UBA para
garantizar su autonomía. Por su parte, y más recientemente, en 2008 se
fundó la Escuela de Educación Técnico Profesional en Producción Agropecuaria y
Agroalimentaria en el ámbito de la Facultad de Ciencias Veterinarias, siendo
el primer establecimiento en su tipo dentro de la Ciudad de Buenos Aires.
En 2015 abrió sus puertas la Escuela Técnica de Villa Lugano que ofrece títulos
con orientaciones en TIC y en mecatrónica. La última institución incorporada
es el Colegio Preuniversitario Dr. Ramón A. Cereijo, en el Municipio de Escobar,
que comenzó su primer año en el presente ciclo lectivo, bajo la supervisión
académica de la UBA.
Al igual que lo sucedido en el nivel universitario, la UBA resolvió suspen-
der tempranamente las actividades de enseñanza presenciales en el marco
del ASPO. Desde entonces, los establecimientos educativos desarrollaron
diversas acciones para garantizar la continuidad pedagógica. Una de las
iniciativas privilegiadas fue la elaboración de material didáctico a cargo de
los docentes y su publicación en el campus virtual que dispone cada colegio.
Lo anterior se complementó con la realización de actividades de enseñanza
sincrónicas. En todos los casos, las autoridades de los establecimientos super-
visaron las actividades de enseñanza y realizaron tareas de acompañamiento
70 La universidad entre La crisis y La oportunidad

individualizado de los alumnos que registraban una baja participación en


las actividades educativas obligatorias.
En relación con la evaluación de los aprendizajes, en concordancia
con las resoluciones del Consejo Federal de Educación para el conjunto del
8
sistema educativo nacional , se suspendieron las evaluaciones sumativas y
se privilegió su componente formativo, orientado a la reflexión sobre los
procesos de aprendizaje de los alumnos. Si bien en algunos establecimientos
se formularon evaluaciones que combinaron componentes cualitativos con
calificaciones numéricas, estas últimas se limitaron a una cuestión referen-
cial, a los fines de entablar una comunicación y un trabajo de seguimiento
articulado con las familias.

A modo de conclusión: desafíos que afrontamos e impactos que


debemos investigar

Frente a un escenario incierto y sin precedentes, la comunidad universi-


taria de la UBA reafirmó su compromiso con la educación y, en tiempos muy
acotados, logró concertar una política institucional para dar continuidad a
las actividades académicas y formativas.
Las distintas iniciativas institucionales debieron encarar múltiples de-
safíos que involucraron a los diversos actores universitarios.
En primer lugar, dentro de la inmensa cantidad de profesores que
desarrollaron las actividades de enseñanza, se identificaron importantes
disparidades en el manejo de las herramientas tecnológicas, así como en la
formación pedagógica para el diseño y desarrollo de propuestas formativas
de EaD. Por lo expuesto, resultó fundamental implementar una política de
formación docente masiva y por disciplina para favorecer la incorporación
de tecnologías digitales en las propuestas de enseñanza.
Un segundo grupo de desafíos se vinculó con la comunidad estudiantil.
Por un lado, se debió generar instancias de acompañamiento de los estudian-
tes que les ayude a transitar la incertidumbre que supone el pasaje desde
la presencialidad hacia una propuesta de EaD. Por otro lado, las brechas
de acceso y uso digitales y tecnológicas constituyen un serio desafío para el
conjunto del sistema educativo argentino. Sobre esta cuestión, los convenios
firmados con las empresas de telefonía móvil para liberar el costo del acceso
a plataformas educativas resultaron una medida para mitigar este problema
persistente, y que también afecta al cuerpo docente.

8. Res. Consejo Federal de Educación Nº363/20.


ContribuCiones 71

Un tercer grupo se enfocó en los recursos didácticos disponibles. Al


respecto, se debió incrementar el acervo bibliográfico y digital de las biblio-
tecas universitarias con el objeto de asegurar la disponibilidad de materiales
con derechos de autor.
Un último grupo de desafíos se relacionó con la infraestructura tecno-
lógica. El incremento del tráfico en las plataformas educativas de la Univer-
sidad, exigió desarrollar políticas para fortalecer la infraestructura digital,
la conectividad y dar respuesta a las necesidades técnicas y tecnológicas de
la comunidad universitaria.
Finalmente, a fin de adecuar nuestras políticas académicas para el
segundo cuatrimestre, al momento de escribir este artículo se está por
implementar una encuesta a una muestra representativa de docentes de
grado y posgrado. El instrumento permitirá analizar la experiencia de los
profesores que dictaron clases durante el período de ASPO contemplando
las dimensiones institucionales, pedagógicas y de disponibilidad tecnológica.
A partir de dicha información, se podrá reflexionar en retrospectiva, y con
el conjunto de la comunidad universitaria, sobre las oportunidades institu-
cionales que generó este desafío inédito. Es decir, cuáles transformaciones e
innovaciones pedagógicas que tuvieron lugar durante el período de ASPO
resultan relevantes recuperar e institucionalizar ya que fortalecieron los
procesos de enseñanza y aprendizaje.
Muchas de estas políticas se venían desarrollando en nuestra institución,
pero la emergencia de la pandemia hizo que los plazos se aceleren y se hiciera
de manera masiva. Algunas de estas acciones innovadores permanecerán y
probablemente se perfeccionarán, pero hay algunos aprendizajes que de-
berán realizarse de manera presencial cuando podamos retomar a las aulas,
aunque sea con protocolos de seguridad.
El COVID-19 impactó en las sociedades en aspectos que fueron
más allá de lo sanitario. La pandemia trajo aparejados proble-
mas en el ámbito social, en el económico y también en el edu-
cativo. Esto hizo que las instituciones educativas de todo el
mundo tuvieran que adaptarse a una situación inesperada y
para la cual no estaban preparadas.
Esta amplia, plural y heterogénea recopilación pretende ser un
registro de lo realizado por la mayoría de las universidades argen-
tinas. Recuperando la voz de los protagonistas, en un reconoci-
miento de las voluntades institucionales que permitieron el
sostenimiento de la educación –pese a las numerosas limitacio-
nes–, también se resaltan experiencias que enriquecieron las
enseñanzas y los aprendizajes, aportando reflexiones sobre los
posibles impactos que tendrá la pandemia en el futuro.
En los más de noventa artículos se muestra el compromiso
con el cual las instituciones, en este acotado tiempo, desplega-
ron sus capacidades instaladas, generaron nuevas iniciativas
y/o ampliaron la cobertura por diferentes medios, dentro de los
cuales los entornos virtuales han sido una constante para que
la relación docente/estudiantes pueda seguir construyéndose
y provocando nuevos aprendizajes institucionales.
Durante la pandemia las universidades argentinas realizaron
aportes significativos por medio de la generación de conoci-
miento, de la transferencia con actividades sociales, de la promo-
ción y prevención, pero especialmente mediante una reconver-
sión que continúe garantizando la educación como un derecho
humano y un bien público.
En ese espíritu, esta obra está disponible para su descarga
gratuita, poniendo en valor lo realizado por las universidades,
con el fin de aportar y de promover el debate en torno al mejo-
ramiento de la educación universitaria.

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