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Jesús Faría

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Jesús Faría
PCV-LOGO.png
Secretario general del Partido Comunista de Venezuela
1951-27 de octubre de 1985
Predecesor Juan Bautista Fuenmayor
Sucesor Alonso Ojeda Olaechea
Presidente del Partido Comunista de Venezuela
27 de octubre de 1985-1990
Predecesor Gustavo Machado
Sucesor Héctor Mujica
Coat of arms of Venezuela (1954-2006).svg
Senador al Congreso Nacional
por el Estado Zulia
1948-1948
Coat of arms of Venezuela (1954-2006).svg
Senador al Congreso Nacional
por el Estado Zulia
1959-1963
Coat of arms of Venezuela (1954-2006).svg
Diputado al Congreso Nacional
por el Estado Zulia
1969-1974
Coat of arms of Venezuela (1954-2006).svg
Diputado al Congreso Nacional
por el Estado Zulia
1974-1979
Coat of arms of Venezuela (1954-2006).svg
Diputado al Congreso Nacional
por el Distrito Federal
1984-1989
Información personal
Nacimiento 27 de junio de 1910
Bandera de Venezuela Borojó, Venezuela
Fallecimiento 24 de enero de 1995 (84 años)
Bandera de Venezuela Caracas, Venezuela
Nacionalidad Venezolana
Religión Ateo
Partido político Partido Comunista de Venezuela
Familia
Padres María Fulgencia Faría
Reinaldo Oberto
Cónyuge Elizabeth Tortosa
Hijos Rubia Faría Vilchez
Euro Faría Molero
Gelasio Faría Tensierowski
Silvio Faría Tensierowski
Carlos Faría Tortosa
Jesús Faría Tortosa
Información profesional
Ocupación Político, sindicalista
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Jesús Faría (Borojó, Venezuela, 27 de junio de 1910 - Caracas, Venezuela, 24 de
enero de 1995) fue un político y líder sindical, dirigente del Partido Comunista de
Venezuela (PCV), partido del cual fue secretario general por más de 30 años, y en
el cual militó por 60 años. Jesús Faría, asimismo fue fundador de los primeros
sindicatos petroleros de Venezuela, participante de las huelgas petroleras de 1925
y 1937 y principal dirigente de la huelga petrolera de 1950 que hizo temblar el
régimen de la Junta Militar. Jesús Faría era el padre del diputado a la Asamblea
Nacional Jesús Faría Tortosa, quien militó en el PCV y ahora es uno de los máximos
dirigentes del PSUV.1

Índice
1 Biografía
1.1 Niñez y adolescencia
1.2 Primeros trabajos
1.3 Década de los 30
1.4 Década de los 40
1.5 Década de los 50
1.6 Década de los 60
1.7 Década de los 70
1.8 Década de los 80
1.9 Década de los 90
2 Legado
3 Referencias
Biografía
Niñez y adolescencia
Jesús Faría nació el 27 de junio de 1910, en Borojó, Estado Falcón, el quinto de
seis hermanos, su madre fue María Fulgencia Faría, y su padre Reinaldo Oberto, del
cual era hijo natural, se crio entre San José del Hato, San Pedro, y Las Huertas,
en el estado Falcón. Proveniente de una familia extremadamente humilde, cuando
tenía unos once años, se trasladó a Socopó, donde se hizo vendedor informal de
patillas, junto con su hermano Valmore, el cual lo maltrataba en ocasiones y no le
pagaba, pero eso no era simplemente parte de la cultura que alimentaba las
injusticias de la época. Faría de pequeño fue un niño enfermizo y raquítico, por lo
que no pudo realizar trabajos rudos en el campo, que junto al trabajo de sus
hermanos mayores, permitieran el sustento familiar; sin embargo con el devenir del
tiempo se hizo necesario acelerar su desarrollo, por lo que a los 14 años comenzó a
trabajar en los campos petroleros venezolanos, enfrentándose a la brutal
explotación de las compañías transnacionales, que hacían vida en la época en
Venezuela.1

Cuando cumplió trece años partió en busca de un empleo bien remunerado, por lo que
se traslada al campo petrolero Mene de Mauroa, allí trabajaba su hermano Valmore
como obrero en la herrería, un trabajo fuerte, para hombres fuertes, pero por un
salario miserable. Cuando llegó a este lugar se sintió maravillado, quedando
asombrado por la cantidad de gente, negocios, garitos, y galleras que había.1

Su primera labor fue en una “fonda”, trabajo que no aguantó, ya que eran dieciséis
horas de trabajo rudo, treinta días al mes por veintiocho bolívares. Luego pasó a
otra fonda donde era más tolerable la jornada, tenía que cortar leña, acarrear
agua, pilar maíz y molerlo, hacer mandados y recibir regaños a toda hora. El sueldo
mensual era el mismo y las comidas eran las sobras de otros trabajadores. Jesús
Faría también recogía botellas vacías y las vendía, pata obtener una entrada
adicional.1
Primeros trabajos
Su primer trabajo ya como obrero industrial, fue con la British Oil Field, la cual
estaba recién llegada a Venezuela, era 1924, las condiciones de vida no eran las
mejores, todo estaba rodeado de violencia, juegos y prostitución.1

Para mediados de 1924 llegaban noticias de los trabajos en La Rosa, donde el


salario era mayor, por lo que parte hacia El Mene, en el estado Zulia con su
hermano Valmore. Consigue trabajo en la compañía Lago Petroleum Corporation (LPC),
allí ganaría seis bolívares como obrero de mantenimiento en La Salina, allí se
separó un poco de su hermano Valmore y se fue a vivir con otros parientes. Para le
época, entre La Rosa y Cabimas se habían aglomerado más de veinte mil hombres que
provenían de todas partes de Venezuela, en su mayoría analfabetas (como el90% de la
población de esa época) y sobres los cuales pesaban prejuicios regionales típicos
de la época, cada trabajador según su región, era bueno para una actividad en
específico. Por ejemplo los “corianos” y “llaneros” eran buenos para trabajos
fuertes, los “andinos” para trabajo administrativo y los margariteños para el
trabajo en el mar, etc.1

Sobre los obreros petroleros de la época, se ejercía un estricto control, se les


reclutaba como alternativa a pagar el servicio militar, y eran multados por
cualquier motivo, igualmente eran obligados a pagar una crecida multa, equivalente
a seis días de trabajo; si el obrero se resistía a pagar tan injusta sanción, era
sometido a públicas vejaciones como barrer las calles y la plaza pública con un
cartel pegado a sus espaldas, donde se hacía ver que era un maleante peligroso y,
además, enemigo del gobierno. En materia de gremios, había dos o tres sociedades de
auxilio mutuo, que consistía en pagar una cuota mensual y cuando alguno de los
miembros moría, la sociedad ayudaba para los gastos del entierro. Por aquellos años
se hacía sentir una terrible hambruna. Miles de hombres sin empleos deambulaban
hambrientos por los campamentos y lugares vecinos.1

Jesús Faría participó en la primera huelga petrolera de Venezuela en junio de 1925,


en Mene Grande, la que se dio debido a que los obreros petroleros estaban cansados
del trato despótico, arbitrario y humillante de los jefes extranjeros de las
compañías, La huelga tuvo una duración de 9 días. Los obreros reclamaban porque se
les obligaba a trabajar doce horas diarias, sin feriados ni vacaciones remuneradas.
La huelga petrolera de 1925 constituyó un hito relevante en la historia venezolana,
porque los trabajadores demostraron por primera vez que eran capaces de paralizar
la principal industria extractiva del país, poniendo de relieve el poderío de la
nueva clase social emergente, la “Clase Obrera Venezolana”.1

La primera vez que Faría fue preso, sucedió en 1927, fue por motivo de confusión,
ya que lo confundieron con un estudiante opositor al régimen gomecista, fueron
pocos días de prisión, y como era analfabeta, no les quedó dudas de que no era
estudiante.1

Las petroleras abrieron miles de nuevos empleos y al margen de la industria


petrolera aparecieron nuevas fuentes de trabajo: fondas, lavanderías, bares,
transporte, comercios, navegación lacustre, prostitución y otras ocupaciones que
producían algún dinero a quienes las ejercían. El comercio tomó un ritmo de galope.
Todo se vendía a buen precio, las petroleras se establecían en Perijá, Santa
Bárbara, Maracaibo, y en algunos pueblos de Falcón, Lara, Trujillo, Mérida y
Táchira. Sin embargo, cada día era mayor el número de personas desempleadas en
Cabimas. Miles de hombres permanecían durante horas a las puertas de las
alambradas, en espera de un empleo que nadie les había prometido.1

En 1927, Jesús Faría se traslada a Lagunillas, donde consigue trabajo como obrero
en el Departamento de Ingeniería de la Lago Petroleum Corporation (LPC), para esta
época se reencuentra con su madre y el resto de sus hermanos, a los meses muere su
madre. Luego conoce a dos nuevos compañeros de trabajo, Roque Millán y Jesús
Villamizar, con el primero empieza a conocer algo de la vida política del país,
empieza a conocer lo que eran los presos políticos entre otras cosas. Luego se
traslada al sur de Lagunillas donde divide su tiempo entre el trabajo petrolero y
el oficio de caddie de un empresario extranjero, que tenía un cargo importante en
la LPC, y que jugaba al golf en sus ratos libres. En este año comienza a
organizarse junto con los compañeros de trabajo, fue despedido tras un altercado
con un jefe extranjero que quiso humillarlo y golpearlo y en su defensa por poco le
cae a “machetazos”. Sin embargo a las pocas semanas fue llamado nuevamente por la
empresa para ocupar el mismo puesto de trabajo. Es aquí cuando empieza a
organizarse para conformar sindicatos obreros del sector petrolero.1

Irónicamente, en junio de 1929, Jesús Faría fue reclutado (de forma involuntaria)
por las fuerzas militares para enfrentar la amenaza de invasión que estaba latente
por parte de Gustavo Machado y el Partido Revolucionario Venezolano en ese año, más
tarde serían grandes amigos y compañeros de partido.1

Década de los 30
Entre 1931 y 1934 realiza su trabajo sindical afiliado a la Sociedad Obreros del
Bien, la cual se constituyó entre esas fechas.1

Tras la muerte de Juan Vicente Gómez, asume el poder Eleazar López Contreras, el
cual intentó reprimir todas las manifestaciones antigomecistas que se sucedieron
tras la muerte de Gómez, durante una manifestación hubo un ataque armado en contra
de los trabajadores petroleros en Cabimas, dentro de los cuales estaba Jesús Faría,
que por poco fue alcanzado por un proyectil. Posterior a este hecho se incorporó a
las brigadas de orden y castigo.1

El 23 de diciembre de 1935 junto a otros compañeros constituye el Sindicato de


Obreros y Empleados Petroleros (SOEP) en la ciudad de Cabimas, el cual coordinaba
la confrontación contra el régimen gomecista, que seguía instaurado a pesar de la
muerte del dictador. Valmore Rodríguez dirigente obrero petrolero fue quien lo
asesoró para que asumiera la dirección de este sindicato. El 24 de diciembre de
1935, Antonio Granados es quien lo capta para el Partido Comunista de Venezuela,
propuesta esta que aceptó de inmediato y sin pensarlo. En esa época estaba
prohibido ser comunista, era un delito constitucional penado con 20 años de cárcel.
Sus formación ideológica estuvo a cargo de Manuel Taborda, Max García, Domingo
Mariani y Rafael Contreras, los cuales llegaron al Zulia junto con Rodolfo
Quintero, Jesús Correa, Juan Bautista Fuenmayor, Isidro Valles, María Teresa
Contreras, Olga Luzardo, entre otros, para formar y preparar a los trabajadores
petroleros en el marxismo-leninismo. La labor del PCV en ese momento se enmarcaba
sobre la base de la disciplina: hora exacta de reuniones, informes breves, plan de
actividades y estricto cumplimiento de las tareas encomendadas.12

El 27 de febrero de 1936, el Sindicato de Obreros y Empleados Petroleros (SOEP)


sería legalizado, primer sindicato legalizado en el estado Zulia, escogiéndose de
igual forma su junta directiva, esta junta directiva no era de corte comunista,
sino más bien socialdemócrata y Jesús Faría no optó a cargo alguno dentro de la
misma, pero le sirvió de modelo para irse empapando en la dirección sindical, con
una visión de mayor envergadura. La consigna principal era la de: organizar a todos
los obreros y empleados para hacer una huelga, para reclamar sus derechos violados
durante toda la vida y Luchar por una Ley del Trabajo. Asimismo se entabló una
discusión en la izquierda en torno a si era preferible permitir que se instalaran
las cámaras legislativas nombradas por Gómez durante el primer año del nuevo
período constitucional, o combatir por su disolución, rompiendo de esta manera el
“hilo constitucional”. En esta política, hubo dirigentes como Rómulo Betancourt que
impusieron la tesis de aceptar a los congresistas del dictador “con un pañuelo en
la nariz”. Las consecuencias de esta aceptación no se hicieron esperar. El gobierno
introdujo al Congreso Nacional un proyecto de ley que vendría a liquidar las
libertades conquistadas. Se trataba de un proyecto de Ley de Defensa Nacional, el
cual se vieron en la obligación de combatir vigorosamente.1

En mayo de 1936 se crea la primera federación regional de trabajadores de


Venezuela, la Unión de Trabajadores del Zulia (UTZ), integrada por todos los
sindicatos de la industria petrolera, que eran en total 18 sindicatos, dentro de
esta federación Faría participa pero a nivel de su sindicato. La dirección de la
UTZ, estaba a cargo de otro militante comunista, Alejandro Hernández. Luego los
partidos y sindicatos se movilizaron y se ordenó una huelga política nacional en
junio de 1936. Este movimiento, muy fuerte en algunas entidades, logró parcialmente
su objetivo, aunque de todos modos el Gobierno de López Contreras aprobó una ley
que mutilaba los derechos cívicos del pueblo venezolano, para Jesús Faría, se
evidenció la ausencia de un partido político que pudiera coordinar las acciones de
las organizaciones participantes. Esta falta de coordinaciones se apreció
plenamente en el Zulia, donde la huelga continuó cuando ya había finalizado en el
resto del país, esta huelga retrasó los preparativos de una gran huelga
antiimperialista que se venía preparando con anterioridad, golpeó las finanzas de
los movimientos, y como no se logró una victoria completa, surtió efectos negativos
entre la masa obrera, la cual nunca había participado en acciones de corte
político. Sin embargo, como resultado de la creciente presión social, el Congreso
Nacional aprobó la Ley del Trabajo el 16 de julio de 1936.13

E 1936 se creó la Unión Sindical Petrolera de Venezuela (USPV), en su fundación


participó activamente Jesús Faría, esta central se dedicó a planificar todo lo
referente a otra “Gran huelga petrolera” pero esta vez de carácter nacional, la
cual debía estallar en la primera quincena de diciembre de 1936. A medida que se
acercaba la fecha del estallido, las asambleas eran verdaderas multitudes, no solo
de los petroleros sino de otros trabajadores y desempleados, por lo que se convocó
el I Congreso Nacional de Trabajadores para que coincidiera con el auge de la
huelga petrolera. El 12 de diciembre se decide dar inicio a la huelga, la cual fue
coordinada desde la clandestinidad por la Unión de Sindicatos Petroleros, la Unión
de Trabajadores del Zulia, y los militantes del Partido Comunista de Venezuela,
quienes ejercían la doble militancia distribuidos en partidos como Bloque Nacional
Democrático, el Partido Revolucionario Progresista (PRP) y la Federación de
Estudiantes de Venezuela-OP, además contó con un Comité General de Huelga y uno por
cada Centro de Trabajo, la participación de la Mujer en los Comités permitió la
vigilancia y los comités se encargaban de que a las mujeres y sus hijos no le
faltara alimento, también contaron con un periódico que les permitió estar
informados, el cual tenía por título “El Petróleo”. Durante todo este proceso Jesús
Faría jugó un rol importante, siempre al frente de los trabajadores, haciendo el
trabajo de agitación. La huelga petrolera duró hasta el sábado 23 de enero de 1937,
día en que el presidente de la república había puesto fin a la huelga mediante un
decreto, de igual forma los huelguistas fueron rodeados por las fuerzas de
represión del estado, las cuales tenían posición de guerra y se debía regresar al
trabajo el lunes 25. Todas estas condiciones hicieron que terminara la huelga tras
47 días.13

Posterior a la huelga, el Gobierno desencadenó una feroz persecución contra los


dirigentes sindicales y políticos. Estos últimos fueron encarcelados y expulsados
del país. Los dirigentes obreros fueron despedidos de sus empleos, encarcelados,
confinados en inhóspitos lugares y también expulsados. Así, el año 1937 fue de dura
represión: partidos ilegalizados, sindicatos descabezados, la libertad de prensa
quedó suprimida, así como toda actividad política legal. Las prisiones estaban
llenas de obreros, estudiantes y algunos intelectuales. Debido a esto, Jesús Faría
y sus compañeros se vieron obligados a trabajar de forma clandestina con mayores
métodos de seguridad.1

Jesús Faría señaló durante una entrevista lo siguiente:


“Más allá de los resultados obtenidos, uno de los aspectos importantes de esta
huelga, el acontecimiento más importante de la lucha antiimperialista que registra
la historia hasta el momento, lo constituyó la poderosa actividad unitaria de la
clase obrera con todos los otros sectores democráticos y patrióticos de la
Venezuela antigomecista. Un balance de la jornada huelguista, permite constatar que
después de la Guerra Federal (1859-1863), la huelga petrolera había sido el
acontecimiento político de mayor profundidad por su programa, por la masa
proletaria que había participado, por el enemigo que habíamos enfrentado, por la
periferia que se movió en torno a este histórico conflicto social de profundo
contenido patriótico y revolucionario. Y los comunistas jugamos un papel muy
destacado”
Del I Congreso de Trabajadores, realizado el día 26 de diciembre, el cual se
instaló en el Teatro Bolívar de Caracas, con 219 delegados, Jesús Faría resultó
elegido como presidente de la Unión Sindical Petrolera de Venezuela (USPV).13

En 1937 organizó y fundó junto con Rafael Contreras y Ervigio Mindiola, otros
militantes del PCV las primeras células del partido comunista en Cabimas, de igual
manera queda conformado el Comité Local de Cabimas. Jesús Faría resultó elegido
como secretario político de su célula, y miembro del Comité Local.1

El 8 de agosto de 1937, Jesús Faría participó en la I Conferencia Nacional del PCV,


a la que asistió como delegado por los obreros petroleros comunistas. En esa
conferencia Jesús Faría no tenía intención de participar, esto debido a que había
muchos intelectuales con gran manejo del discurso, sin embargo habló y fue uno de
los que propuso eliminar la doble militancia, ya que en ese momento se encontraban
muchos miembros del PCV participando en otros partidos legalizados.1

En 1937 posterior a la conferencia, se trasladó a la Oficina Nacional del Trabajo,


en búsqueda de la legalización de la Unión Sindical Nacional Petrolera de
Venezuela, allí saludó al Ministro del Trabajo de ese entonces Luis Gerónimo
Pietri, el cual le preguntó “¿Qué piensan, ustedes los obreros, del general Eleazar
López Contreras?”, a lo que Faría le respondió “que es un vendido, traidor, y lambe
zapatos de los imperialistas”.1

El Gobierno nacional había preparado elecciones para finales de 1937, en esas


elecciones Jesús Faría resultó elegido como concejal en Cabimas, al ganar las
elecciones para concejos y legislaturas el PCV había asegurado una numerosa
representación comunista en las cámaras legislativas, según la Ley debió haber
tomado posesión del cargo el día primero de enero de 1938, no obstante, el 31 de
diciembre de 1937, la Corte Federal anuló todos los mandatos. Durante el mes de
enero de 1938 hubo protestas y declaraciones que fueron castigadas por el Gobierno.
La represión apretó el paso en todas partes.1

El 2 de febrero de 1938 fue encarcelado por “La Secreta”, policía del régimen
gomecista, dirigido en ese entonces por Eleazar López Contreras, fue llevado a la
prisión del distrito, y por la noche trasladado a la prisión política de Maracaibo.
Entre 1935 y 1936 Jesús Faría aprendió a leer y aprendió de matemáticas, sin
embargo es en este primer encierro donde mejora su calidad lectora, lo que le
permitió conocer más sobre lo que era el Partido Comunista de Venezuela y un poco
de la historia comunista en el mundo. El gobernador del distrito Maracaibo le dijo
que lo expulsarían para Colombia, con la condición de que no me reuniera más con
comunistas, Jesús Faría le profirió insultos y se regresó al calabozo. Meses
después lo llevaron ante el presidente del estado, Serrano, le informó que sería
confinado a Maracaibo en estado por cárcel, con la amenaza de que si volvía por los
campos petroleros, lo encerraría de nuevo en un calabozo. Le dieron veinticuatro
horas para ir a Cabimas y retornar, llegó a Cabimas cuando estaba reunida la
asamblea legislativa, y aprovechó para soltar una descarga injuriosa contra el
imperialismo. Al regresar a Maracaibo ya el Gobierno tenía el informe y le dio unas
horas para salir del Zulia. En el Comité Regional del PVC le dieron instrucciones,
esa noche viajaría para La Ceiba, puerto de Trujillo, debía irse en bus, luego
tomar el tren hasta Motatán y de allí abordar un autobús que lo llevara a Caracas.
Faría siguió el plan y tres días más tarde estaba en la capital. En Caracas tuvo
una difícil situación, sin embargo un amigo lo invitó a la Isla de Margarita, en la
cual estaría un mes, luego se iría de regreso a Caracas en un bote pesquero. Era
junio de 1938, y una vez en Caracas se puso en contacto con su camarada Jorge
Saldivia Gil secretario general provisional del PCV, el cual hizo los trámites para
darle el pasaje y pudiera regresar al Zulia en forma clandestina. Una vez
establecido en el Zulia se da cuenta de que en los últimos meses se había dado un
cambio de perspectivas en el movimiento obrero, tras la llegada de muchos
militantes que junto a Eduardo Machado hicieron generar dificultades políticas
dentro del PCV, pues Machado estaba intentando crear una fracción dentro del
partido.1

El Gobierno convocó elecciones en 1938, bajo las mismas condiciones que en 1937 y
solo para concejos distritales y asambleas legislativas, fueron otro fraude
descarado y motivo para acentuar la represión. Esto ocurrió particularmente en los
campos petroleros, por lo que de nuevo Faría empezó a ser asechado por los medios
represivos del estado. Debido a esto el Comité Regional del PCV le vuelve a girar
instrucciones de que se vaya por un tiempo, estableciéndose así en los Puertos de
Altagracia. Allí se detuvo en tareas sindicales y políticas, allí existía una
organización del PCV y un sindicato afiliado a la USPV.1

Luego se traslada a Borojó su tierra natal, en la cual ayudó a la población a


resolver un problema con los ejidos distritales y a liberar a algunos vecinos que
habían sido encarcelados. Durante este conflicto no mencionó jamás su nombre, y
realizó discusiones legales con abogados que utilizaron trampas para tratar de
perjudicar a los vecinos.1

En 1939, vuelve a caer preso en Lagunillas, siendo encerrado en un estrecho


calabozo que utilizaban como letrina, allí tuvo que permanecer más de treinta horas
de pie. Luego lo visitó el jefe de la policía y ordenó su traslado a otro calabozo
y permitió que le dieran ropa y una cama de campaña. Después me trasladaron para La
Rita y de allí otra vez trasladado para Maracaibo. Fue liberado en octubre de ese
mismo año. Una vez fuera, se dedicó a reforzar el movimiento sindical, a luchar, en
primer lugar, por la participación de los obreros en las utilidades de las
empresas, lo cual era visto como imposible sobre todo al nivel de empleados
petroleros y el personal de confianza de las compañías. Se incorporó también a sus
ocupaciones en la Unión Sindical Petrolera de Venezuela, el trabajo del Partido y
al sindicato de Lagunillas, todo esto sin recibir ningún tipo de remuneración,
comía y dormía en casa de amigos o de su hermana.1

Entre la noche del 13 y la madrugada del 14 de noviembre de 1939 estalló un


oleoducto sub-lacustre, en el pueblo de Lagunillas, la capa de petróleo ardiente
empezó a cubrir las orillas del lago, allí murieron muchos obreros, pero sobre todo
murieron niños, ancianos y mujeres. Como los peligros aumentaban, los obreros
dirigidos por Faría empezaron a reclamar ante las autoridades y ante la empresa
Gulf Oil Corporation, responsable del hecho, la cual se negaba a cerrar la válvula
del oleoducto roto para no paralizar toda la producción. Se había creado una
situación caótica y el sindicato se convirtió en el centro de actividad para
socorrer a los damnificados. El sindicato trabajó día y noche, para socorrer a las
víctimas y ayudar a todos los damnificados. Las autoridades prometieron fundar un
pueblo para los damnificados, por lo que se funda Ciudad Ojeda. Jesús Faría
denunció que el fondo de la desgracia fue que la Mene Grande Oil Company, tenía
interés en perforar donde estaba el pueblo, pues las consideraba parte de sus
concesiones. Además, el pueblo estaba sobre un enorme depósito de petróleo, a poca
profundidad y a pocos metros de distancia del campo central de la empresa. Se
estiman que más de 1.000 personas murieron en el siniestro y la destrucción de más
de 300 casas, sin embargo el gobierno de López Contreras encubrió el incidente.14
Década de los 40
En 1940 asistió como delegado a una conferencia del Partido Comunista en
Bucaramanga, luego fue invitado a la misma ciudad como invitado para el Congreso
Nacional de los Sindicatos Petroleros, del cual saldría la Central Sindical
Petrolera de Colombia. Faría participaría en la redacción de los Estatutos y del
Acta Constitutiva de dicha Central. Allí conoce a Gustavo Machado.1

En 1941 sume como presidente, Isaías Medina Angarita, ministro de Guerra y Marina,
del presidente López Contreras, el cual había vencido en las elecciones a Rómulo
Gallegos quien fue apoyado por el PCV, Medina Angarita había tenido roces previos
con el PCV, quien criticó su gestión como ministro, tras anunciar ciertas políticas
sociales el partido decidió darle un voto de confianza en cuanto al apoyo, lo que
duraría poco. Para esta época es legalizada la Unión Sindical Petrolera de
Venezuela.1

En 1941 fue elegido delegado para el I Congreso de la Confederación de Trabajadores


de América Latina, que se realizó en México. Allí conoce a Ernesto Silva Tellería y
a Salvador de La Plaza.1

Para el 18 de noviembre de 1942 había un mitin en Maracaibo, donde hablaría el


presidente Medina y otros oradores. Faría leería un discurso preparado por el
Secretariado Nacional del PCV, relacionado con la Guerra Mundial, cuando terminó el
discurso, se levantó el presidente Medina, tomó los micrófonos y comenzó a insultar
a Jesús Faría. Posteriormente Arturo Uslar Pietri, ministro de Medina Angarita,
inició una campaña, en la cual ordenó la publicación de infamias en contra de
Faría, a quien le fueron dedicadas ocho columnas del diario oficial El Tiempo.
Asimismo, se ordenó a la Oficinas del Trabajo que no se permitiera la entrada de
Faría en ninguna de sus sedes. Y cuando se tenía que mantener relaciones con los
sindicalistas, era excluido por orden superior.1

En 1943, surge la organización del I Congreso de Trabajadores Petroleros, y en este


congreso fueron ratificados en la directiva de la USPV: Jesús Farías, Luis Tovar,
Vicente Gamboa, Manuel Taborda y Luis Beltrán Hernández.1

En 1944, la Unión Sindical Petrolera de Venezuela, la Unión de Trabajadores del


Zulia y la Federación Sindical del Distrito Federal convocaron una Convención
Sindical Nacional a celebrarse en el Nuevo Circo de Caracas el 22 de marzo de ese
año. La convención contó con la asistencia de 370 delegados en representación de
150 sindicatos, de los cuales 41 eran dirigidos por AD y el resto por el PCV. Jesús
Faría fue elegido como presidente de la directiva de dicha convención.
Posteriormente se continuó con el evento en el Teatro Nacional. La fracción
sindical de AD tenía menos del 30% de los delegados. Ante su posición minoritaria
montaron una provocación, y en el transcurso de los debates Ramón Quijada,
siguiendo instrucciones de Rómulo Betancourt, denunció el evento como comunista y
le dio argumentos al gobierno para actuar basado en el inciso 6° de la
Constitución, que condenaba la actividad comunista. Así pues, las autoridades
procedieron a clausurar el Congreso atendiendo la denuncia hecha por AD,
ilegalizando tres centrales sindicales y más de noventa poderosos sindicatos, en
cuyas directivas predominaban los comunistas.13

En diciembre de 1944 participó en el II Congreso de la Confederación de


Trabajadores de América Latina (CTAL), la cual se realizó en la ciudad de Cali, en
Colombia.1

El 3 de octubre de 1945 en París, participó en la fundación de la Federación


Sindical Mundial (FSM) y como consejero en un congreso de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT).

En 1946 ayudó a la organización de los sindicatos rojos en El Tigre y Paraguaná, en


esta última ciudad, recibieron ataques de los sindicatos de Acción Democrática y
tras la presión de Mene Grande, la Shell y la Creole, y las autoridades locales,
son detenidos nuevamente cayendo preso Faría. La sede del sindicato es asaltada y
clausurada. Al día siguiente, por la tarde, fueron llevados esposados a una
asamblea preparada por oficialistas llegados desde Caracas, donde serían juzgados
públicamente en una tribuna. Tras un discurso de Faría que pidió la palabra, habló
de los logros sindicales conseguidos y solicitó que la libertad de ellos y que el
libre funcionamiento del sindicato fuera sometido a votación popular con los
delegados presentes. Por el sindicato rojo votaron 890 y por los oficialistas 37.
El jefe civil, los dejó en libertad y les entregó las llaves del sindicato.1

En diciembre de 1946 participa en el congreso de la unidad, el I Congreso del


Partido Comunista de Venezuela, durante lo que había transcurrido del año de 1947,
Jesús Faría había sido atacado por Eduardo Machado, Luis Miquilena y Pompeyo
Márquez, a los cuales Faría acusaba de querer fraccionar el partido y de ser
militantes de derecha, estos tres personajes traicionarían y abandonarían más tarde
las filas del partido. Jesús Faría no perteneció a ninguna de las corrientes
"Browderistas", existentes para ese momento, más al principio no estuvo de acuerdo
con la unión, debido a los ataques que recibió.1

En 1947 encabezó la discusión, para la posterior firma y aprobación del primer


contrato colectivo para los obreros y empleados petroleros de Venezuela, en cuya
discusión participaron la comisión delegada de trabajadores, los gerentes de las
empresas y el ministro del Trabajo como mediador. Aun así, el balance de la
discusión fue un triunfo a medias, pero se consiguió obtener el contrato colectivo
y aumentar los beneficios para los trabajadores del sector petrolero. Durante la
discusión se topó con su jefe jugador de golf, a quien le había servido de caddy en
Lagunillas. Este año también dirigió la huelga de los marinos petroleros, a través
del Sindicato de Marinos Petroleros, el cual estaba en manos del PCV, esta huelga
se da con la intención de lograr los beneficios

En el transcurso de 1947 asistió a la Asamblea Constituyente como suplente de Juan


Bautista Fuenmayor, cuando se discutió el capítulo de los derechos sociales, en la
cual formuló las proposiciones que el PCV le había prometido a los trabajadores en
la campaña electoral, sin embargo estas no fueron tomadas en cuenta.1

14 de diciembre de 1947, surgen las elecciones generales de Venezuela, en la cual


Jesús Faría resultó elegido senador por el estado Zulia, convirtiéndose en el
primer senador obrero y comunista de la historia del país. Sin duda alguno este va
a ser su primer gran logro político con carácter oficial.1

En agosto de 1948 en el II Congreso del PCV, fue nombrado como parte del
secretariado compuesto del PCV, uniéndose a Gustavo Machado y Juan Bautista
Fuenmayor, entrando en sustitución de Luis Emiro Arrieta.1

En 1948 fundó junto a otros militantes del PCV EL Comité Sindical Unitario de
Trabajadores Petroleros (COSUTRAPET), central que agrupaba a los sindicatos
comunistas, mejor conocidos como “Sindicatos Rojos”. Jesús Faría resultaría electo
presidente de la junta directiva Estos sindicatos fueron expulsados de FEDEPETROL
por negarse a firmar un contrato sumiso con la compañía Creole.1

En abril de 1949, recibió una invitación de Vasili Kuznetsov, en la cual se le


invitaba a la Unión Soviética al X Congreso de los Sindicatos Soviéticos, por lo
que fue autorizado por el PCV para viajar a Moscú, donde participa y adquiere mayor
conocimiento en cuanto a los beneficios que deben tener los trabajadores.1

Del 29 de junio al 9 de julio de 1949 participó en el II Congreso de la Federación


Sindical Mundial en Milán, Italia.1
En julio de 1949 también se traslada a Bulgaria, en representación del PCV en el
funeral del héroe nacional búlgaro, Jorge Dimitrov.1

Década de los 50
Con la instauración de la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, se inicia una
fase de las luchas del movimiento obrero y político, en general, bajo condiciones
muy adversas, con innumerables restricciones.1

En el plano sindical, Faría continuaba con la actividad organizativa de los


trabajadores en procura de mejoras reivindicativas, pero también con el objetivo de
prepararlos para jornadas anti dictatoriales que exigirían un mayor grado de
organización y claridad política. Con tal propósito Faría fue enviado al Zulia los
primeros días de 1950. Allí, los poderosos sindicatos “rojos” agrupados en
COSUTRAPET, conjuntamente con los sindicatos encabezados por los dirigentes adecos,
ahora en la clandestinidad, se preparaban para plantear la discusión de cláusulas
del contrato colectivo con las compañías petroleras. Así fue como a comienzos de
febrero se presentó formalmente la propuesta de COSUTRAPET en relación con los
tabuladores (salarios) y precios de los productos distribuidos por los
comisariatos. Se trataba de un acto altamente representativo, pues lo respaldaban
51 sindicatos petroleros de toda Venezuela que agrupaban a más del 95% de la masa
laboral petrolera. Sin embargo, la Inspectoría del trabajo, dictaminó su decisión
en favor de los patronos. Bajo estas circunstancias, el 3 de mayo de 1950 se inicia
la gran jornada de huelgas de los trabajadores petroleros; una imponente huelga
reivindicativa pero con un claro contenido político.1

Comienza la huelga, y con el inicio de la huelga se desató una tremenda represión.


Masas de militares se desplazaban en los campos petroleros, buscaban a los obreros
en sus hogares para obligarlos a volver a sus puestos de trabajo, y si no los
encontraban, encadenaban las puertas de sus viviendas con sus familias adentro. Los
allanamientos se hacían por manzanas completas, inclusive se usaba la aviación para
repetidos vuelos rasantes sobre los campamentos donde vivían los obreros. La lucha
no era solo en contra de las transnacionales, se estaba luchando por el respeto a
los derechos y libertades sindicales groseramente atropelladas por la dictadura
militar de Marcos Pérez Jiménez, y en el caso de esta huelga, había sido declarada
ilegal injustificadamanete. Algunos dirigentes de Acción Democrática quisieron
darle una connotación golpista a esta huelga, sin embargo, a pesar de que la misma
hizo temblar la Junta Militar, Jesús Faría que fue su principal autor intelectual,
organizador y además participante activo, negó esto, alegando que era una huelga
con carácter político que sólo buscaba la reivindicación de la clase trabajadora,
que se enfrentaban en ese momento contra dos grandes enemigos, a las
transnacionales imperiales y al gobierno represivo de la Junta Militar.1

Después de terminada la huelga, empezó mayor represión en contra de los líderes de


la misma, los sindicatos fueron cerrados, y los partidos políticos ilegalizados. El
gobernador del Zulia J. L. Sánchez ofreció una recompensa por el paradero de Jesús
Faría, quien se encontraba en total clandestinidad, debido a la orden de captura
que tenía. La Dirección Nacional del PCV le mandó a llamar, por lo que tuvo que
trasladarse hasta la capital, hecho que resultó toda una travesía, pero que
consiguió realizar. Sin embargo a su llegada a Caracas, no estaban dadas las
condiciones, y fue arrestado en la casa de otro miembro del PCV, Fernando Key
Sánchez, es aquí cuando comienza su calvario, a su llegada a los calabozos de la
Seguridad Nacional fue motivo de fiesta, fue expuesto como trofeo a no menos de un
centenar de agentes. Esa misma noche fue pasado a la Cárcel Modelo, y el 11 de mayo
fue trasladado a la cárcel El Obispo.1

Fue aislado en un calabozo húmedo y sucio, totalmente oscuro, incluso un minúsculo


agujero que le habían fabricado a la puerta de madera le fue tapado para que no
entrara ningún tipo de luz, tenía que dormir en el piso, hecho que le generó más
tarde consecuencias como dolores óseos. A finales de 1950 fue trasladado a San Juan
de Los Morros, a la Penitenciaría General de Venezuela (PGV), cárcel de presos
comunes. En febrero de 1951 fue trasladado a los calabozos de castigo, denominados
“Sin-Sin”, sin ropa, sin libros, sin salida al sol, sin baño y sin colchonetas. En
abril de 1951 el PCV se reunió en las montañas de Yaracuy para llevar a cabo su VI
Conferencia Nacional, para ese momento no existía el cargo de secretario general
del PCV, sino que estaba conformado el secretariado triple, e esa conferencia se
creó nuevamente el cargo de secretario general y Jesús Faría fue nombrado para el
mismo, esto lo hizo el partido con el objeto de salvarle la vida a través de una
campaña nacional e internacional.1

En 1956 fue trasladado a la cárcel para presos políticos de la Seguridad Nacional


en el Estado Bolívar, en julio de 1957 fue trasladado a la cárcel “El Tanque”,
ubicada en Ciudad Bolívar cuyas celdas estaban totalmente aisladas, cada vez que
era trasladado a una cárcel distinta, pasaba por los peores maltratos. El 24 de
enero tras la caída de Marcos Pérez Jiménez, se ordenó la liberación de todos los
presos políticos; quedando en libertad Jesús Faría, quien se fue al reencuentro con
su familia, a la cual no había vuelto a ver. Esto luego de ocho años preso, de los
cuales 5 años estuvo totalmente incomunicado. En medio de una enorme carga
emocional se encargó de la Secretaría General que le había sido asignada, en
ausencia, para ese momento también le fue informado que había sido elegido
vicepresidente de la CTAL, elección que se dio por aclamación.1

La primera gran jornada verdaderamente de masas después del 23 de enero fue la


celebración del primero de mayo en toda Venezuela, Jesús Faría participó
activamente en esa jornada de lucha de los obreros como dirigente comunista y de
los trabajadores, además de su condición de decano de los presos de la dictadura.1

El 7 de diciembre de 1958, se llevaron a cabo las elecciones parlamentarias de


Venezuela de 1958, en las cuales Jesús Faría, resultó nuevamente electo como
senador por el estado Zulia. Durante esta época, Faría dio una dura lucha en el
Congreso Nacional junto a sus camaradas de fracción del PCV.1

Década de los 60
El 21 de enero de 1961 da un discurso, a través del cual advierte que la
constitución pronto será “desvirgada“(será violentada). Horas después Betancourt
suspende las garantías constitucionales.1

En el año de 1963, empezaría lo que fue conocido como la lucha armada de Liberación
Nacional de Venezuela, en la cual el Partido Comunista de Venezuela y el MIR,
decidieron irse a la lucha armada, por lo que fueron creadas las Fuerzas Armadas de
Liberación Nacional (FALN). Cuando el PCV decide unirse a la lucha armada, Jesús
Faría no estuvo de acuerdo, para ese momento siendo secretario general, puso el
cargo a la orden, lo cual no aceptó el comité central, así como tampoco le
permitieron que expresara públicamente su opinión; decisión esta que Faría aceptó
con disciplina.1

El 30 de septiembre de 1963, Jesús Faría fue detenido por el gobierno de Rómulo


Betancourt, que le da un golpe al Congreso Nacional, siendo allanada la inmunidad
parlamentaria de los diputados y senadores del PCV y el MIR, partidos que fueron
ilegalizados, todo esto debido a una serie de sucesos como “El Carupanazo”, “El
Porteñazo” y el “Asalto al tren de El Encanto”, en el cual Faría no había
participado. Junto con Jesús Faría, fueron allanados de su inmunidad parlamentaria
los diputados y senadores Domingo Alberto Rangel, Jesús María Casal, Jesús
Villavicencio, Gustavo Machado, Eduardo Machado, Pompeyo Márquez, Guillermo García
Ponce y Simón Sáez Mérida. Fue recluido en el Cuartel San Carlos, en un sector para
castigados llamado “Cueva de Humo”, con calabozos sin ventilación ni sol. Debido a
las malas condiciones de en las que se encontraba, sumadas al acumulado de los
otros años preso durante el perejimenismo, se agudizó su padecimiento óseo, y
aparecieron otros padecimientos, inclusive fue trasladado varias veces al Hospital
Militar, por condiciones delicadas.1

El 18 de marzo de 1966, debido a su mal estado de salud, salió expulsado del país
hacia Moscú, esto después de dos años y medio de secuestro. Este fue el resultado
de una campaña mundial que durante dos años se había mantenido por la libertad de
los presos políticos de Venezuela. Es importante destacar que Domingo Alberto
Rangel, diputado del MIR, cuya inmunidad también fue violada, una vez que se ordenó
su exilio, éste no lo aceptó hasta que no fuera dada también la orden de exilio
para Jesús Faría. En la Unión Soviética, Faría fue recibido como un héroe, por el
pueblo y por el gobierno soviético. No retornaría al país hasta el 2 de agosto de
1968. Con la expulsión a Moscú, finalizarían sus peregrinajes por las cárceles
venezolanas, en las cuales perdió un total de doce años de su vida, secuestrado
injustamente.1

Durante el año 68 surgen nuevamente diferencias dentro del PCV, de nuevo surge el
fraccionalismo y la falta de claridad ideológica, y desviaciones pequeño burguesas
por parte del grupo de Eduardo Machado, Teodoro Petkoff, Héctor Rodríguez Bauza,
Germán Lairet, Freddy Muñoz, Pompeyo Márquez y Eloy Torres. Jesús Faría seguía
haciéndoles frente junto con Gustavo Machado, Alonso Ojeda Olaechea, Eduardo
Gallegos Mancera, “Cheché” Cortés, Pedro Ortega Díaz, y Radamés Larrazábal.1

A finales de 1968, el PCV entró de nuevo en la lucha política legal a través de un


partido formado para participar en las elecciones de 1968, el partido fue llamado
Unión Para Avanzar (UPA). Jesús Faría resultó elegido nuevamente por el estado
Zulia, pero esta vez como diputado.1

Década de los 70
Al inicio de los años 70 combate las desviaciones pequeño burguesas en el seno del
PCV, que dan origen al MAS, encabezado por Pompeyo Márquez y Teodoro Petkoff.
Posteriormente, Jesús Faría tuvo que lidiar con los problemas que acarreó dentro
del seno del PCV, esta que fue la escisión más grande del PCV en toda su historia.1

Jesús Faría ejerció su cargo de diputado hasta 1974, y no volvería a ocupar cargos
de elección popular hasta 1984.1

Década de los 80
En 1983, fue uno de los tres diputados electos en las elecciones de diciembre de
ese año, para ese momento fue elegido por el antiguo Distrito Federal, asimoría el
cargo en 1984. Cabe destacar que durante este periodo la fracción comunista la cual
Faría integraba, luchó por una nueva Ley del Trabajo, que no consiguieron, pero si
conseguirían junto a Pedro Ortega Díaz la aprobación en 1986 de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat). Vale la pena
mencionar una parte breve del discurso que dio en el Congreso Nacional, por motivo
del Bicentenario del Natalicio de Simón Bolívar:1

"Los comunistas, hombres y mujeres de probada abnegación, en nuestra lucha


permanente también nos guiaremos siempre por la estela luminosa de nuestro héroe
nacional, por su moral cristalina, por su firmeza ejemplar, por su valor personal
en el combate. Si podemos cumplir en el futuro con esta obligación patriótica,
estamos seguros de que nuestra victoria brillará tarde o temprano como brilló la
estrella de Bolívar”
En 1985, por decisión voluntaria, la cual aceptó el Comité Central del PCV, dejó la
secretaría general, y en su lugar es escogido Alonso Ojeda Olaechea. En ese momento
es electo presidente del PCV, cargo que estaba vacante desde 1983 cuando murió
Gustavo Machado.1

Década de los 90
En 1990, renuncia de forma voluntaria a la presidencia del PCV y es electo en su
lugar, por el comité central del PCV Héctor Mujica como presidente del partido.1
Jesús Faría murió el 24 de enero de 1995 a los 84 años, en la ciudad de Caracas.
Cabe destacar que durante gran parte de su vida, Jesús Faría fue atacado por
burócratas y burgueses, por el hecho de ser analfabeta, poco letrado o “poco
culto”, cosa que nunca le causó efecto ni le ofendió, ya que nunca renegó de sus
orígenes, por el contrario comprendió que la vida es un proceso de aprendizaje
constante. Aquel muchacho campesino que vivió en condiciones de miseria y al borde
de la esclavitud, para el momento de su muerte leía y escribía en español, inglés,
ruso, francés, e italiano, además sabía algo de húngaro, visitó muchos países de
América y Europa, fue un gran jugador de ajedrez y conoció a profundidad las obras
de Marx y Engels, de Lenin, y los clásicos de la literatura universal. A través de
la lectura también se especializó en la historia de América Latina.1

Legado
El 26 de junio de 2015, al cumplirse el centenario de su nacimiento, fue bautizada
su autobiografía, la cual fue escrita por él a principio de los años 90, poco antes
de morir, el libro lleva por nombre, “Mi línea no cambia, es hasta la muerte”, el
cual fue publicado en 2010 y reeditado en 2014 por la editorial Willian Lara, de la
Asamblea Nacional venezolana, impulsado por el entonces Procurador General de la
República bolivariana de Venezuela, Clodosbaldo Russián. El libro lleva ese nombre
porque eso respondió Faría a la interrogante de un reportero del diario venezolano
El Nacional sobre sus planes para el futuro, eso sucedió instantes antes de abordar
el avión que lo llevaría al exilio, el 18 de marzo de 1966.5

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