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Documentote apoyo de la videoconferencia organizada

por la Fundación CEDDET el día 15/11/2005

RETOS ESTRATÉGICOS DEL CATASTRO EN LA SOCIEDAD DE LA


INFORMACIÓN.

El Catastro, un buen ejemplo de proveedor de productos y servicios “bit”.

Siguiendo la tradicional distinción elaborada por Nicholas Negroponte entre


productos y servicios “átomo” y productos y servicios “bit”, es evidente que la
información catastral se integra de pleno dentro de esta última categoría. Los datos que
contiene el catastro son susceptibles de ser capturados, gestionados, transformados y
comunicados a través de soportes y procedimientos informáticos, sin que se produzca
ningún deterioro de sus características y sí numerosas ventajas, que pueden agruparse
en:
- Mayor velocidad, pues las tecnologías de la información aportan entre otros y
principalmente este valor.
- Mayor volumen de datos. Asimismo la tecnología permite manipular volúmenes
enormes de datos, imposibles en una gestión tradicional-manual.
- Mayor calidad. Desde la aplicación de filtros informáticos y “firewalls”, hasta
el uso de la inteligencia artificial y las redes neuronales, las nuevas tecnologías
incorporan numerosos elementos de control y aseguramiento de la calidad hasta
ahora inexistentes o inalcanzables.
- Mayor generación de valor. Puesto que la información gestionada con las
nuevas tecnologías permite ser asociada a otra información o suministrada a
terceros con velocidad y precisión, generando nuevos productos de valor
añadido o nuevos clientes y usuarios, hasta entonces ajenos al sistema.

A la vista de lo anterior, resulta evidente que la gestión catastral en nuestros


países debe involucrarse de pleno en la sociedad de la información en la que vivimos,
apostando de manera decidida por dotar a los gestores de las herramientas físicas y
lógicas necesarias para beneficiarse de todas sus ventajas.

El Catastro, una infraestructura de información territorial.

Las definiciones tradicionales de lo que debemos entender por Catastro se han


visto mejoradas en los últimos tiempos con un nuevo elemento. En concreto nos
referimos a aquellas descripciones, como la incluida en la Exposición de Motivos de la
Ley del Catastro español, según las cuales el Catastro debe entenderse también como
una “infraestructura de información territorial disponible para todas las
Administraciones Públicas, fedatarios, empresas y ciudadanos en general...”.

Esta visión del Catastro como “infraestructura de información territorial” –o de


datos espaciales, como se recoge en otros documentos y trabajos– nos sitúa
directamente en el mundo de las tecnologías de la información y se basa en una idea tan
simple como atractiva: de la misma manera que las infraestructuras clásicas –autopistas,
redes de ferrocarril, etc.- son esenciales para la comunicación y el desarrollo de las
actividades humanas, resulta imprescindible que las sociedades modernas establezcan
sistemas de información territorial sobre tecnologías informáticas y telemáticas,
comunicados entre sí, que permitan, gracias al conocimiento exacto del territorio, la
adopción de múltiples decisiones, tanto del ámbito público como privado, y
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contribuyendo así de manera eficaz al desarrollo de la actividad humana, la economía y


la protección del medio ambiente.

Diseños de modelos de datos y definición de las necesidades de los clientes actuales


y potenciales.

Si hablamos de sistemas para la gestión de la información el primer paso ha de


consistir, necesariamente, en definir con precisión los distintos tipos de datos que vamos
a capturar, gestionar y difundir. La decisión sobre cuál es el mejor modelo de datos a
adoptar es, sin ninguna duda, una de las más complejas que han de adoptarse en la
implantación de un catastro digitalizado, puesto que de la misma dependerá en buena
medida su implantación y sostenibilidad.

Es evidente que no existe un modelo de datos único aplicable a todos los


catastros iberoamericanos. Hay una serie de datos que, necesariamente, deben incluirse
en cualquier modelo -la descripción de los linderos y superficie de cada propiedad, por
poner un ejemplo- pero la incorporación de otra información dependerá de las
características propias de cada nación. Así, por ejemplo, en catastros como el español,
donde el uso tributario es muy importante, la inclusión de datos que permitan la
valoración de cada propiedad resulta imprescindible.

No obstante no existir un modelo único sí cabe una reflexión que, a mi juicio,


todos compartimos: un modelo de datos eficiente tan sólo debería incluir la información
que realmente seamos capaces de mantener debidamente actualizada y que, además, va
a ser utilizada por los clientes del catastro actuales y potenciales. Disponer de
información actualizada y utilizada es la clave de la eficacia del modelo. Para ello es
necesario conocer con precisión quiénes son y cómo son nuestros clientes, cuáles son
sus necesidades y expectativas y cómo podemos atenderlas. Una buena estrategia para
ello consiste en la implantación de sistemas para la gestión de la Calidad total y su
introducción en la cultura de nuestras organizaciones.

Comunicaciones y oficinas virtuales.

Diseñado el modelo de datos adecuado, cobra una especial importancia el


desarrollo de sistemas de comunicación y la utilización de internet, tanto como medio
para la captura de información como para su difusión. Son ya varios los países
iberoamericanos que están implantando “Oficinas Virtuales del Catastro” alojadas en
internet con este propósito.

En España, la Dirección General del Catastro también ofrece una “Oficina


virtual” – a la que se puede acceder directamente por la dirección
http://ovc.catastro.meh.es/ o a través de la web oficial www.catastro.meh.es . La
implantación de este servicio ha revolucionado nuestra forma de trabajar y ha ampliado,
incluso por encima de nuestras expectativas, la utilización y el acceso a la información
catastral por parte de ciudadanos, empresas y administraciones. A título de mero dato
informativo, en el periodo 1 de enero 30 de septiembre de este año se han entregado por
esta oficina virtual más de 929.000 certificaciones y se han efectuado más de
42.500.000 consultas de información catastral de distinto tipo. Además, sobre esta
plataforma interactúan ya más de 8.300 organizaciones en las que trabajan casi 26.000
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usuarios registrados. Como ejemplo de ello se puede citar que todos los Notarios y
Registradores de la Propiedad suministran al Catastro por este medio información de
sus actividades y, en paralelo, obtienen datos, actualizados al día, que resultan
imprescindibles para su trabajo.

Las “Oficinas virtuales”, además, incorporan una clara mejoría en el servicio


catastral, especialmente respecto a aquellos ciudadanos que viven en municipios
alejados geográficamente de las oficinas catastrales tradicionales, o con dificultades de
todo tipo (retraso tecnológico, etc.) para acceder a ellas. La necesidad de disponer de
una certificación catastral obliga al vecino de estos municipios a gastar cantidades
significativas de tiempo y dinero para desplazarse. En España esta situación puede
llegar a suponer que tenga que viajar hasta 150 kilómetros. Para resolver esto, hemos
implantado los Puntos de Información Catastral (PIC), que pueden definirse como
puntos de distribución minorista de nuestra información mediante los cuales cualquier
ciudadano puede obtener toda la información catastral con tan sólo acercarse a su propio
Ayuntamiento o municipalidad. El sistema consiste en que se habilita a los
Ayuntamientos interesados para que, previa la oportuna acreditación, puedan
suministrar directamente estos datos a sus vecinos, ahorrándoles así todo tipo de
molestias y gastos. El Catastro es, de esta forma, accesible incluso a los que no pueden
acceder a internet directamente en sus domicilios.

La interoperabilidad de sistemas y los servidores de mapas por internet (web map


service).

El concepto de infraestructura de datos espaciales o de información territorial –


al que antes nos referimos- debe desarrollarse en paralelo al concepto de
interoperabilidad entre los distintos nodos que componen las redes de información
básica que precisa un Estado. Un Catastro moderno, informatizado y permanentemente
actualizado, puede y debe interactuar con otros sistemas de información – Registro de la
Propiedad, registros de información urbanística, sistemas de información sobre redes de
alcantarillado o suministro de agua, etc.- recibiendo y aportando datos concretos sobre
las distintas fincas con el fin de satisfacer necesidades y de garantizar la validez de sus
datos. Es decir, los catastros modernos deben ser interoperables.

El artículo 12 de la propuesta de directiva INSPIRE, de la Unión Europea, por


la que se sientan las bases para la creación de una infraestructura de datos espaciales de
ámbito continental, define la interoperabilidad como un procedimiento que hace posible
la combinación de los conjuntos de datos espaciales y la interacción de los servicios,
dando como resultado una combinación coherente de conjuntos o servicios de datos
espaciales que generen valor añadido, sin exigir un esfuerzo particular por parte de
operadores humanos o de máquinas.

La aplicación de modelos interoperables ha de permitir conectar sistemas de


información distintos para generar nuevos productos, con facilidad y sencillez, y sin
comprometer las competencias legales que cada institución tiene asignadas. Un buen
ejemplo de ello es la creación en España del Sistema de Información Geográfico para la
gestión de las Ayudas procedentes de la Política Agraria Común (SIGPAC), aplicable
en la Unión Europea.
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España, junto con Austria y Eslovenia, han sido los tres únicos países, de entre
los 25 que componen la Unión Europea, que el uno de enero de este año disponían de
un Sistema de Información Geográfico específico para la gestión y control de estas
ayudas a la agricultura, compuesto, en un ejemplo de interoperabilidad, por las ortofotos
digitales que suministra las distintas administraciones regionales y la base cartográfica
catastral y la información de cultivos y propietarios que aporta la Dirección General del
Catastro1.

El último escalón en esta escalera son los servidores de mapas por internet
(conocidos por su acrónimo en ingles WPS). Gracias a estos sistemas cualquier usuario
puede incorporar información territorial como una imagen fija, sobre cualquier base de
datos conteniendo cualquier tipo de información. Se genera con ello un nuevo producto
en el que se integran datos gestionados en sistemas de información territorial ajenos. La
Dirección General del Catastro de España ha puesto recientemente a disposición de los
usuarios su servidor de mapas por internet, gracias al cual toda la cartografía digital
puede ser utilizada desde cualquier lugar del mundo simplemente accediendo a ella de
forma sencilla y gratuita.

Pude igualmente obtenerse información detallada de este nuevo servicio en la


página web oficial, siendo la dirección para acceder automáticamente al servidor la
siguiente:

http://ovc.catastro.meh.es/Cartografia/WMS/ServidorWMS.aspx

Madrid, 26 de octubre de 2005

Jesús Miranda Hita


Director General del Catastro de España.

1
Una exposición completa sobre este servicio pueden encontrarse en el artículo de Jerónimo Mirón
titulado “El Catastro y la reforma de la Política Agrícola común de la UE. La implantación del SIGPAC”,
publicado en el número 54 de la revista CT-Catastro, de julio 2005, y al que puede accederse en versión
digital consultando la sección “publicaciones” de la página web del catastro en www.catastro.meh.es

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