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Comentario Crítico/Ensayo 3

Segundo Semestre

Cristóbal Lecaros Rojas

Daniel Gonzáles Erices

CORE: Civilización Contemporánea

03/12/2020
Durante el último tiempo se han logrado observar alrededor del mundo una serie de
estallidos sociales como forma de expresar el descontento de las personas frente a los
gobiernos que no tomaron las medidas correctas para poder ayudar a la ciudadanía para
salir de la situación precaria en la que se encuentran y también de los abusos por parte de
los individuos dentro del poder. Además de exigir que se cumplan las promesas realizadas
por la clase políticas de los distintos Estados. A pesar de que todo se puede ver como algo
nuevo, esto no es así, solo basta con observar un poco la historia de chile y del mundo en
general; abusos de poder, manifestaciones sociales, golpes de estados, dictaduras, entre
otras. ¿Qué podemos deducir de esta observación en retrospectiva? Que la historia se repite.
Como dice Karl Marx: “Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia
de lucha de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba,
maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre,
empeñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras francas y abierta, en
una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen
1
social o al exterminio de ambas clases beligerantes.” Enfrentamiento entre una clase
dominante, que concentra los poderes, frente a otra oprimida, que se lleva el sufrimiento.
En la historia se encuentra claramente presente, solo que con otros nombres como se dice
en el fragmento. Básicamente modelando a la sociedad al gusto de las personas en el poder,
pudiendo así imponer todos los estándares o formas de vidas que deseen sin pensar en nadie
más que en ellos. “Podemos rechazar la existencia de una facultad original, en cierto modo
natural, de discernir entre el bien del mal. Muchas veces lo malo ni siquiera es lo nocivo o
peligroso para el yo, sino, por el contrario, algo que este desea y que le procura placer. Aquí
se manifiesta, pues, una influencia ajena externa, destinada a establecer lo que debe
considerarse como bueno y como malo. Dado que el hombre no ha sido llevado por la
propia sensibilidad a tal discriminación, debe tener algún motivo para subordinarse a esta
influencia extraña”.2 Con el fragmento anterior, Freud, daba claros tintes sobre como lo que
los individuos presentan en si limites impuestos externamente a los deseos que estos
presentas. Todo esto sobreviene de las ideas de lo correcto e incorrecto implantadas por la
clase dominante, que se ha encontrado presente durante cada etapa de la historia social, no

1
Karl Marx-Friedrich Engels, “Manifiesto del Partido Comunista”, pág. 51.
2
Sigmund Freud, “El malestar en la cultura”, pág. 115.
siendo ideas incorporadas, sino que son adquiridas por el mismo contacto con la familia,
mejor dicho, con las personas de la sociedad. Con lo anterior, pudiendo ejercer con mayor
facilidad el sometimiento sobre la sociedad, de la cual ellos no son totalmente participes o
también logrando retomar el poder, si es que lo llegasen a perder por las revueltas sociales.
Hay dos factores que permiten que esto ocurra, por un lado, es la religión, y por otro, el
olvido y la memoria. “… este es el beneficio de la activa, como hemos dicho, capacidad de
olvido, una guardiana de la puerta, por así decirlo, una mantenedora del orden anímico, de
la tranquilidad, de la etiqueta; … sin capacidad de olvido no puede haber ninguna felicidad,
ninguna jovialidad, ninguna esperanza, ningún orgullo, ningún presente… se ha criado una
facultad opuesta a aquella, una memoria con cuya ayuda la capacidad de olvido queda en
suspenso en algunos casos,- a saber, en los casos que hay que hacer promesas…un activo
de no querer volver a liberarse, un seguir y seguir queriendo lo querido una vez, una
autentica memoria de la voluntad…”3. Este poder de la memoria y promesas son
fundamentales para que la sociedad se mantenga como la sociedad que es, si no estuvieran
presente estos factores, esta se desplomaría, no tendría sostén, todo sería pasajero, es más,
ni siquiera se podría conformar una sociedad. El problema que ha habido a lo largo de los
años es no discernir las cosas que deben olvidar y las cosas que deben mantener en el
recuerdo. El hecho de que, dentro de la cronología histórica, haya episodios “repetidos”,
nos muestra con claridad que los individuos están borrando más que recordando,
manteniéndose en un ciclo infinito de subordinación. No tiene que ver con ir siempre
reprochándose que lo que se hizo mal, sino más bien mantenerlo en la memoria como una
base para comenzar a realizar los cambios y que los errores no vuelvan más. O si se realizo
bien, recordar como motivación para continuar por el buen camino, sin llegar a sesgarse por
lo obtenido. Así mismas las personas irán cambiándose los unos con los otros,
consiguiendo una sociedad cada vez mejor.

3
Friedrich Nietzsche, “La genealogía de la moral”, pág. 84-85.

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