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Unidad VI: conceptos jurídicos fundamentales

Concepto: es todo aquello que designa el ser; expresión idiomática que, en base a los
códigos, símbolos que se comparten en una comunidad de hablantes, puede comprender
del mismo modo.

El sujeto de derecho: Sujeto de derecho es la persona, humana o jurídica, destinataria de


las normas jurídicas y titular de los derechos y/o deberes que ellas regulan. Nuestro
ordenamiento jurídico reconoce dos categorías o especies de personas: las personas
humanas y las personas jurídicas.

Personalidad jurídica: son entidades compuestas por personas humanas, quienes se


agrupan para el logro de un determinado fin, reconocidas por el ordenamiento jurídico.
Se trata de agrupamientos de personas físicas, que actúan mediante representantes,
sometidos a una autoridad, con un vínculo generado por una finalidad común, que
cuentan con un patrimonio y una estructura jurídica, caracteres todos estos que varían en
cada tipo de persona jurídica a que hagamos referencia.

 Atributos: Sus atributos y efectos, como el nombre, domicilio, patrimonio,


duración y objeto, así como su funcionamiento se encuentran regulados por el
Código Civil y Comercial en una parte general que se desarrolla entre los arts.
151 y 167, así como en otras leyes especiales como las que regulan las
sociedades comerciales, las mutuales, las cooperativas, etc.
En todos los casos constituyen agrupamientos a los que el ordenamiento
confiere capacidad de adquirir derechos y contraer obligaciones con las más
variadas finalidades, que se persigan para satisfacer las diversas necesidades
de la vida comunitaria.

Titularidad de poderes y deberes jurídicos: 2 posibilidades de derecho, derechos


nuestros como poder, como potestad, los que nosotros titularizamos y los derechos que
vienen del ordenamiento jurídico.
Derecho subjetivo: consiste en la facultad de una persona de exigir de otra el
cumplimiento de un determinado deber y, en caso de incumplimiento, reclamar una
sanción contra el responsable, así como también de exigir de las otras personas el
cumplimiento de los deberes genéricos de respetar los derechos propios en virtud de
normas jurídicas que prevén sanciones para el caso de incumplimiento.
Derecho objetivo: está predominantemente constituido por una serie de disposiciones
que de alguna manera limitan y a la vez protegen la libertad individual; normas y
principios que rigen la convivencia humana, que procuran y garantizan una coexistencia
pacífica entre los hombres. Orden normativo: ley, costumbre, de fuente heterónoma.

clasificación:
 Personas jurídicas públicas: se encuentran enumeradas en el art. 146 del CC y C
que establece: Son personas jurídicas públicas:
a) el Estado nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, los municipios, entidades autárquicas y las demás organizaciones
constituidas en la República a las que el ordenamiento jurídico atribuya ese
carácter;
b) los Estados extranjeros, las organizaciones a las que el derecho internacional
público reconozca personalidad jurídica y toda otra persona jurídica constituida
en el extranjero cuyo carácter público resulte de su derecho aplicable.
c) la Iglesia Católica. la Iglesia Católica, representada por el Sumo Pontífice, es
catalogada como persona jurídica pública por una tradición histórica secular
relacionada con la profesión de fe mayoritaria de la población argentina.

 Personas jurídicas privadas: están enumeradas en el art. 148 del CCyC que
enuncia: Son personas jurídicas privadas:
a) las sociedades;
b) las asociaciones civiles;
c) las simples asociaciones;
d) las fundaciones;
e) las iglesias, confesiones, comunidades o entidades religiosas;
f) las mutuales;
g) las cooperativas;
h) el consorcio de propiedad horizontal;
i) toda otra contemplada en disposiciones de este Código o en otras
leyes y cuyo carácter de tal se establece o resulta de su finalidad y
normas de funcionamiento.

Se trata de formas asociativas y/o societarias de variadas manifestaciones,


siempre en el marco conceptual de entes a los cuales el ordenamiento jurídico
les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el
cumplimiento de su objeto y los fines de su creación, siendo de gran relevancia
el aludido carácter normativo requerido para su organización y contenido.
Situación jurídica: Las personas realizamos constantemente relaciones jurídicas que nos
generan un cúmulo de derechos y obligaciones desempeñamos un determinado papel en
la sociedad, como ciudadanos o extranjeros, como menores o mayores, entre otras. Estas
dan origen a diversas relaciones políticas, civiles, de familia, etc., es decir, constituyen
relaciones jurídicas con distintos derechos y deberes. Ese cúmulo de relaciones, de
derechos y deberes configura, en su conjunto, la situación jurídica de la persona. Se
suelen distinguir dos tipos de situaciones jurídicas:
• situaciones jurídicas fundamentales: que son las que provienen directamente del estado
de la persona (padre, marido, profesional, alumno, etc.);
• situaciones jurídicas derivadas: que son aquellas constituidas por la totalidad de
relaciones jurídicas en las que el sujeto puede intervenir (puede comprar, celebrar
matrimonio, ejercer su profesión, etc.).
La situación jurídica, entonces, puede definirse como el conjunto de derechos
subjetivos, deberes y relaciones jurídicos que tiene por titular a una persona, por su
misma condición, actividad o rol que cumple en la vida socio-jurídica.

Relación jurídica: un vínculo entre sujetos de derecho, nacido de un determinado hecho,


definido por las normas jurídicas, creador de facultades y deberes jurídicos, cuyo objeto
son ciertas prestaciones, garantizadas por la aplicación de una sanción.
También puede ser: vinculo entre 2 personas autorizadas por el derecho, que les impone
cierto comportamiento.
Elementos: Los sujetos: el primer elemento de la relación jurídica es el sujeto de
derecho que se desdobla en:
- Sujeto activo: es quien tiene el derecho subjetivo principal, la prerrogativa de exigir
del otro el cumplimiento del deber jurídico.
- Sujeto pasivo: es quien tiene el deber jurídico, el deudor de la prestación principal; en
el mutuo referido, lo es quien debe devolver el dinero al prestador en el plazo y con el
interés pactado.

El objeto: el objeto de la relación jurídica son las prestaciones que constituyen las
prerrogativas de los sujetos o, dicho de otro modo, el conjunto de derechos subjetivos y
deberes jurídicos recíprocos de los sujetos de derecho.

La causa: son los hechos o actos jurídicos, aquellos acontecimientos con virtualidad de
producir efectos jurídicos en cuanto son generadores de derechos y obligaciones para las
partes. Estos acontecimientos, según sea su índole, determinarán el carácter de la
relación jurídica.
Origen del vinculo jurídico: nace afuera del derecho y el derecho lo reconoce o nace por
que el derecho lo reconoce, lo crea. Este origen depende siempre de las circunstancias
motivantes, es decir, de la causa.

Los hechos y la norma: sustento fáctico son los hechos acerca de los cuales se ha
producido el conflicto jurídico. Cuando se presentan al juez, requiriendo su intervención
para resolver, resulta claro que la primera actividad que éste realiza en el camino que
debe recorrer hasta llegar a la decisión concreta es, precisamente, la comprobación de la
existencia de este, lo que procesalmente se denomina su prueba mediante los medios
probatorios recogidos generalmente a instancia del interesado.
Una vez realizada esta actividad debe proceder a la reconstrucción intelectual del hecho,
conceptualizándolo desde un punto de vista jurídico, para darle una significación que
posibilite la aplicación de la solución prevista en la norma jurídica, cuya determinación
debe efectuar en una actividad circular que va y vuelve del hecho a la norma hasta que
logra la subsunción normativa necesaria en todo proceso de aplicación. No se puede
seleccionar la norma aplicable sin previamente haber calificado jurídicamente el hecho
y, al mismo tiempo, esta calificación no puede hacerse sino de acuerdo con el marco
configurado por el texto legal.
La calificación implica la determinación de una serie de elementos o características
relevantes que presenta el hecho o hechos que conforman el caso, a partir de las cuales
puede el juez determinar cuál es el tipo de hecho, acto o relación jurídica de que se trata.

Hechos jurídicos y clasificación: El hecho jurídico es todo acontecimiento que,


conforme al ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación o extinción de
relaciones o situaciones jurídicas. Son hechos jurídicos, de acuerdo con el concepto
legal, todos los acontecimientos que tienen la virtualidad de ser causa productora de
relaciones o situaciones jurídicas.
No todos los hechos son hechos jurídicos, sino sólo aquellos a los que las normas
jurídicas les atribuyen determinadas consecuencias, como la adquisición, modificación
o pérdida de relaciones o situaciones jurídicas.
Toda relación y situación jurídica se origina en virtud de haber acontecido un hecho
dotado de consecuencias jurídicas, de allí que es un concepto básico del derecho sin el
que no podría estructurarse normativamente la vida jurídica.
Los hechos jurídicos pueden dividirse en dos grandes grupos:
• Hechos naturales: son aquellos acontecimientos naturales o accidentales, producto de
la fuerza de la naturaleza en los que no ha intervenido el hombre pero que, sin embargo,
han producido efectos jurídicos.
• Hechos humanos: son aquellos en los que ha intervenido el hombre para su acontecer.
Se dividen en actos voluntarios e involuntarios.
Actos voluntarios: Están definidos en el art. 260 del CC y C como los ejecutados con
discernimiento, intención y libertad, que se manifiestan por un hecho exterior. No basta
la existencia de la voluntad psicológica para producir una acción relevante para el
derecho, es necesario que ésta se manifieste, que presente un signo exterior, una
modificación en la realidad física que produzca efectos jurídicos.
Acto lícito es el realizado conforme al plexo normativo mientras que el acto ilícito
importa una lesión o transgresión antijurídica concreta.
Actos involuntarios: establece el art. 261 del CC y C que: Es involuntario por falta de
discernimiento.

Poderes o potestades: concepción de Savigny, dice que los derechos subjetivos son
poderes, otros que son intereses protegidos y otros que los derechos son lo que el
derecho dice que es.
 Cargas potestativas: ej.: puedo o no contestar una demanda, hacer algo para
evitar la perdida de un derecho. Es la condición para ejercer el derecho
 Facultades.
 Derechos subjetivos
Formas de ejercer el poder que tiene el individuo, con distintas eficacias.

Derecho subjetivo: consiste en la facultad de una persona de exigir de otra el


cumplimiento de un determinado deber y, en caso de incumplimiento, reclamar una
sanción contra el responsable, así como también de exigir de las otras personas el
cumplimiento de los deberes genéricos de respetar los derechos propios como la vida, la
libertad, la propiedad, etc., en virtud de normas jurídicas que prevén sanciones para el
caso de incumplimiento, al tiempo que habilitan a realizar todo acto que no esté
prohibido y todo aquel acto jurídico para el que se tenga capacidad legal.
El derecho subjetivo puede ser visto desde diferentes perspectivas:
• como libertad, en tanto posibilidad de actuar dentro de los límites de lo permitido;
• como poder, en tanto potencia de realizar actos jurídicos para los cuales se tenga la
capacidad requerida;
• como pretensión, en tanto facultad de exigir a otro el cumplimiento del deber jurídico.
Clasificación: Una de las más importantes clasificaciones que se han formulado de los
derechos subjetivos es la que se basa en el criterio de la personalidad del sujeto titular
del derecho, confrontándolo con el sujeto pasivo o titular del deber jurídico. Ésta, a su
vez, reconoce subdivisiones.
• Derechos subjetivos públicos: presuponen una relación en la que uno de los sujetos es
el Estado, ya sea como sujeto activo o como sujeto pasivo, que ejerce su imperium, que
actúa como poder público, realizando actos de gobierno o funciones de administración.
Son también aquellos que tienen los particulares frente al Estado, así como los que éste
tiene frente a los particulares.
• Derechos subjetivos privados: son aquellos que tienen las personas físicas o jurídicas y
el Estado –actuando como persona de carácter privado– que se dan en las relaciones
jurídicas en que participan.
• Derechos absolutos: son aquellos derechos que pueden ser ejercidos frente a la
totalidad de las personas, quienes tienen el deber genérico de respetarlos.
• Derechos de las personas: son los llamados derechos de la personalidad, y la doctrina
actual como derechos personalísimos, extrapatrimoniales, que posee todo ser humano
para defender su integridad psico-física, así como la libertad de ejercer toda actividad
lícita.
• Derechos reales: aquellos que se tienen respecto de las cosas y que se pueden hacer
valer frente a terceros. Son limitados en su numero y no existen si el derecho no los
reconoce, son inalienables no se pierden por el no ejercicio.
• Derechos intelectuales: son aquellos que implican, para el titular, la facultad de usar,
gozar o disponer de una creación mental –por supuesto exteriorizada– y, para toda otra
persona, el deber de abstenerse de perturbar el ejercicio de dicha facultad por el titular.
• Derechos relativos: son aquellos derechos que se ejercen frente a un sujeto pasivo que
está individualizado, obligado a realizar una prestación de dar, hacer o no hacer.

La facultad: es el poder o derecho para hacer alguna cosa. Es la aptitud o legitimación


que se concede a una persona física (funcionario o empleado público), para adecuar la
atribución según la competencia del órgano por cuenta del cual externa su voluntad.
La facultad es la posibilidad legal que posee un servidor público de realizar los actos de
competencia de un ente estatal previsto en un ordenamiento.
El término “facultad” se asocia a lo que es optativo, potestativo y facultativo. El
concepto jurídico de potestad significa la aptitud de una persona para modificar la
situación jurídica existente de uno mismo o de otros. El concepto de facultad jurídica
supone la investidura o el facultamiento. Cuando alguien no está facultado para celebrar
un determinado acto jurídico, el acto es nulo.

Deberes jurídicos: es la obligación que se tiene frente a otro, la restricción de la libertad


exterior de una persona derivada de la facultad concedidas a otra u otras de exigir a la
primera una cierta conducta positiva o negativa.
Prestaciones que nosotros le debemos al que esta en frente nuestro en la relación
jurídica.
Tipos: de hacer, no hacer o de pedir.
Sujeción: vinculo jurídico que presupone una relación que no es de igualdad.
Obligación: desde el punto de vista del acreedor se ve como una facultad que tiene un
sujeto (acreedor) de exigir de otro (deudor), una prestación, desde la perspectiva del
deudor, como una necesidad de cumplir la necesidad de proporcionar al acreedor una
prestación. Contempladas desde este punto de vista pasivo se denominan obligaciones,
pues al derecho del titular corresponde un deber u obligación del deudor.
Carga: cuando está ligada directamente a una cosa, es decir, cuando se vincula a un
bien, la carga supone una “discapacidad” a que, de modo voluntario, forzoso, o por
ministerio de la ley, se el pleno uso, o el disfrute, de la cosa o el derecho gravado,
también limita la disposición o reduce la realización del valor. En este modo, ligada a
una cosa, la carga viene a ser un derecho en favor de otro, que lastra su disponibilidad, y
le deja trabado.
Cuando la carga vincula una persona, será la adopción de una determinada decisión del
sujeto la que desencadene los efectos de la carga.
Responsabilidad: alude a distintas situaciones de las personas, de hacerse responsables o
de responder a las consecuencias de sus actos.
-respons. Subjetiva: cuando el ordenamiento jurídico requiere que haya dolo o culpa
para poder hacer responsable a alguien.
-respons. Objetiva: donde la responsabilidad jurídica se tiene por mera sucesión de un
hecho bajo determinadas circunstancias.

Coerción: amenaza de usar la fuerza. Ejemplo: tenes poco tiempo para pagar el alquiler
Coacción: efectivamente se usa la fuerza. Ejemplo: me desalojan.
Sanción: medida que impone un deber o carga, que restringe la libertad después de un
debido proceso, es la consecuencia jurídica de un incumplimiento.
Clasificación:
• Sanciones penales: como la pena de muerte, la prisión, la multa, no tienen carácter
resarcitorio del daño ocasionado a la víctima del delito.
• Sanciones civiles: se suelen reducir a un acto coactivo típico: la ejecución forzosa
de bienes del deudor. El deudor que no paga su deuda padece diversas
consecuencias por su incumplimiento, pero en última instancia se lo priva de ciertos
bienes materiales que son vendidos en subasta pública para satisfacer los derechos
del acreedor. Pero no es ésta la única sanción civil, existen otras como la declaración
de nulidad del acto, el pago de una indemnización (resarcitorias), la entrega de la
cosa, el desalojo de un inmueble, etc.
Nulidad: el derecho fulmina con la muerte a los actos que no son dictados como el
derecho civil quiere. Ej: casarse entre hermanos. Esta puede ser relativa o absoluta.
• Sanciones administrativas: como decomiso y clausuras.
Clausura: sanción donde el sancionado es titular por ejemplo de un comercio que
requiere de autorización municipal y que a causa de la infracción se le retira la
autoridad y se le prohíbe ejercer su actividad, lo hace a través de una faja de
clausura.
Decomiso: multa, sanción pecuniaria, le obliga al multado a pagarle al estado, cierta
cantidad de dinero a causa de una infracción.

Concepto de acto antijuridico (delito): Definición de Kelsen: Acto antijurídico es la


conducta de aquel hombre contra quien, o conta cuyos allegados, se dirige la
sanción establecida, como consecuencia, en una norma jurídico.
Capacidad jurídica y competencia: aptitud para contraer derechos y obligaciones.
Situaciones en la que nos coloca el ordenamiento jurídico, que nos permite ser
titulares de derechos y tener facultades para hacerlos cumplir.

Fuentes del derecho:


Etimología: Llambías dice que “la palabra ‘fuente’ indica en su primera acepción el
manantial de donde surge o brota el agua de la tierra”. Pero, añade, “en nuestra ciencia
se usa la voz en un sentido figurado para designar el origen de donde proviene eso que
llamamos derecho”.
Cueto Rúa, para quien, la “palabra ‘fuente’ es multívoca”, con ella “se puede aludir al
origen del derecho, es decir, a las causas que lo han creado o configurado tal cual es.

Clases de fuentes: La tradición histórica, a través del aporte de la doctrina; en ciertos


casos de la legislación y, fundamentalmente, de la praxis jurídica, ha reconocido cuatro:
leyes, costumbres, jurisprudencia y doctrina.
Cueto Rúa, “las fuentes del derecho son, justamente, los criterios de objetividad de que
disponen jueces, abogados y juristas para alcanzar respuestas a los interrogantes de la
vida social que sean susceptibles de ser compartidos por los integrantes del núcleo”.
Si se tiene en cuenta, por ejemplo, el caso de la jurisprudencia explica Cueto Rúa que
“la fuerza de convicción de una sentencia surge cuando ella encuentra apoyo en una
norma general en que subsumirse, ganando así validez lógica (. . .) y además cuando
ella concuerda con las valoraciones vigentes.
La exigencia de “fuerza de convicción” también vale para la ley, la doctrina y las
costumbres, pues también ellas resultan ser “hechos sociales, susceptibles de valoración
directa, en los que se traduce un determinado criterio para la solución de los conflictos
de intereses”. Así, respecto de las leyes, remiten al “punto de vista de los legisladores,
traducidos en conceptos normativos”, en tanto que la doctrina “suministra otro criterio
de objetividad, el que surge de la enseñanza de los especialistas, de los llamados
jurisprudentes, o juristas, o científicos del Derecho”. A su vez, añade, la costumbre
señala “cuál ha sido la reacción espontánea e intuitiva de los integrantes del grupo social
ante un conflicto que exigía la elección de un determinado rumbo.
Las fuentes del derecho en la historia:
Derecho común: en el extenso período que va del redescubrimiento de los textos
romanos en la tardía Edad Media a la codificación, la vida jurídica europea gira en torno
de un conjunto plural y hasta caótico de textos e interpretaciones que obedecen más a un
espíritu práctico que a un afán científico.
¿cuál es el papel que desempeñan en el panorama recién citado los textos romanos? de
pronto, estos no son, en el plano formal, superiores a los demás, ya que se integran
dentro de lo que podría llamarse el “orden romano-cristiano como orden jurídico
universal” y que, en última instancia, está en la base de lo que se conoce desde entonces
como ius commune (“derecho común”). Este último, en consecuencia, se constituye por
el derecho “romano” y por el derecho “canónico”, los cuales, si bien “no forman un solo
ordenamiento, ‘aparecen recíprocamente vinculados en una relación que hacía de ambos
un sistema único de normas universales: unum ius “un solo derecho”.
La codificación: En la concepción filosófico-política entonces dominante, la unidad de
los estados requería, en lo posible, de una religión, una lengua, una administración
pública y, de modo especial, un único ordenamiento jurídico dotado de una
sistematización, completitud y claridad definitivamente crecientes.
En ese horizonte, la dinámica codificadora que probablemente principia con el
pretencioso, pero al mismo tiempo ingenuo Código prusiano de fin del siglo XVIII
adquiere definitiva consagración con el Código francés de 1804, más tarde denominado
Code Napoleón. Como señala Zuleta Puceiro, “los primeros códigos apenas contenían
indicaciones en materia de fuentes del derecho”, en tanto que “el Código francés en
absoluto”.

La sistematización teórica de las fuentes del derecho en la modernidad:


Castán Tobeñas, que “dentro de los sistemas jurídicos modernos, de base legislativa,
una opinión muy generalizada reduce a términos más sencillos la doctrina de las fuentes
del Derecho positivo, al no admitir como tales más que la ley y la costumbre”, citando,
en abono de su postura, la autoridad de Del Vecchio y de Enneccerus. Este último, en
efecto, de modo muy claro puntualiza que “la norma hallada por el juez en caso de
lagunas, a base de la analogía o de la idea del Derecho, ‘no se convierte con eso en
Derecho objetivo, pues éste solo puede establecerlo la voluntad colectiva. Las
proposiciones jurídicas obligatorias solo nacen cuando el contenido de esas decisiones
se eleva a Derecho consuetudinario.

Hacia la superación del distingo entre fuentes “formales” y fuentes “materiales:


Fuentes como “materiales”, es decir, “todos aquellos factores reales que gravitan sobre
el ánimo de los jueces, los legisladores, los funcionarios administrativos, inclinando su
voluntad en un sentido determinado en el acto de crear una norma jurídica”.
En este horizonte, las leyes y las costumbres “no operan simplemente en el plano
lógico-formal, como pareciera darlo a entender el hecho de que se las clasifique como
fuentes formales”, ya que “el órgano no recurre a las fuentes solamente por una
necesidad lógica, sino por una exigencia de otra índole: orientación y criterio de
objetividad para determinar el sentido preciso de un fenómeno de conducta humana.
Las leyes y costumbres son útiles como fuentes no tanto porque suministren apoyo
lógico a la decisión que se adopte, en definitiva, cuanto porque suministran un criterio
material para discernir el sentido del caso en discusión y resolverlo de una manera que
sea considerada valiosa por una pluralidad de los integrantes del grupo social. Es que las
llamadas fuentes formales son también fuentes materiales”

Las fuentes del derecho de la “post-codificación”: Según se señaló, el planteamiento


codificador fue admitido “con beneficio de inventario” tanto en la práctica jurídica
como entre los doctrinarios, en especial, a partir de las postrimerías del siglo xix.
Lo que pareció claro para los críticos de entonces y la realidad se ocupó de confirmar
sin subterfugio fue que la propuesta de racionalización del derecho resultó incapaz de
abarcar la variada y cada vez más compleja red de relaciones sociales. Ello provocó,
primero, la necesidad de legislar “extramuros” de los códigos, lo cual, aun cuando no
supuso un quiebre en la primacía de la ley como origen único del derecho, sí entrañó un
revés –en el plano formal– para el ideal codificador.

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