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Lenguaje y Comunicación

Tarea Nº6
A) Busca un diptongo en cada oración.
01.- Al llegar estaba todo en silencio.
02.- Cuando vengas estarás tú solo.
03.- Lleva unas botas para la nieve.
04.- No digáis tantas mentiras juntas.
05.- El barullo era tumultuoso allí.
06.- La tormenta causó mucho daño.
07.- Algunas veces estoy algo cansado.
08.- Van a prohibir circular mañana.
09.- Debes tener cuidado con la olla.
10.- Busca un trabajo diurno para mí.

B) Escribe al lado de cada palabra si hay diptongo o hiato


Mareo hiato
Boina diptongo
Fea hiato
Vuela diptongo
Búho hiato
Miedoso diptongo
Averiguar diptongo
Toalla hiato
Actúa hiato
Limpia diptongo
Reír hiato
Ciudad diptongo
Paisano diptongo
Desprecio diptongo
Rebeldía hiato

C) Buscar un diptongo en cada fila.


01.- boa - colibrí - murciélago - pez
02.- babuino - halcón - lince - coatí
03.- burro - elefante - león - buitre
04.- pulga - ciempiés - salmón - arao
05.- mosquito - gato - piojo - foca
06.- escorpión - mono - vaca - anchoa
07.- lagarto - perdiz - liebre - búho
08.- águila - iguana - cóndor - erizo
09.- pato - koala - pingüino - cebra
10.- cigüeña - urraca - bacalao - ratón
11.- perro - coyote - yegua - caballo
12.- cabra - cigarra - raya – carey

D) Busca un hiato en cada oración.


01.- Mete todas las cosas en el baúl
02.- Algunos creían en ídolos falsos.
03.- Ellos dos formas un dúo estupendo.
04.- El egoísmo hace mucho daño.
05.- Es bastante feo pero muy alegre.
06.- Puedes recaer de esa herida.
07.- Aún puedes llegar a tiempo.
08.- Vendré con Andrea y Juana.
09.- Lo haría mejor si pudiese.
10.- Los roedores llenaban la ciudad.

E) Buscar un hiato en cada fila.


1.- dátil- sandia- ciruela- aceite
2.- paella- huevos- queso- leche
3.- puerros- patata- apio- maíz
4.- nuez- agua- anchoas- azúcar
5.- piénsalo- despacio- actúo- hoy
6.- cereales- miel- especies- hielo
7.- muerto- cielo- ataúd- siéntate
8.- santo- cuento- viajes- ateo
9.- caía- historia- causa- feria
10.- cuervo- halcón- búho- cigüeña

F) Busca diez hiatos en este texto.


Las piernas le tiemblan al pobre ciego lo mismo que el día primero en que salió a
cantar; pero esta vez no era de vergüenza sino de hambre. Avanzo como pudo por las
calles, enfangándose hasta más arriba del tobillo; su oído le decía que no cruzaba
apenas ningún transeúnte; los coches no hacían ruido y estuvo expuesto a ser
atropellado por uno. En una de las calles con más ajetreo se puso al fin a cantar el
primer pedazo de opera que acudió a sus labios; la voz aún débil y enronquecida la
garganta; nadie se acercaba a él ni siquiera por curiosidad “Vamos a otra parte” se dijo
y bajo por la Carrera de San Jerónimo, caminando torpemente sobre la nieve, cubierto
ya de un blanco cendal y con los pies chapoteando agua. El frío se le iba metiendo por
los huesos; el hambre le producía un fuerte dolor de estómago.

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