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responsabilidades – Parte 1 de 2
Por: Manuela Navarro Peral
La amplia carga de responsabilidades, las facultades y funciones que
conciernen al Comandante de una aeronave, unida a la dispersión de las
normas reguladoras de las mismas, hace que esta figura sea
singularmente compleja a la hora de analizarla desde un punto de vista
jurídico. En este artículo, trataremos de sintetizarlas y ordenarlas en
atención a su diferente naturaleza.
Tanto el Anexo 2 OACI (ap. 2.4), como el RCA (6.1.3) hacen referencia a la
autoridad de Comandante: El Comandante tendrá autoridad decisiva en todo lo
relacionado con la aeronave mientras esté al mando de la misma y será
responsable de ella, de su tripulación, de los viajeros y equipajes, de la carga y
del correo, aunque no asuma su pilotaje material.
El Reglamento Air Ops dispone que tendrá autoridad para dar todas las
órdenes y emprender las acciones que considere necesarias para garantizar la
seguridad de la aeronave y de las personas o bienes
transportados (CAT.GEN.MPA.105), y ordena que el operador adopte medidas
para garantizar el respeto a dicha autoridad en los siguientes términos: el
operador tomará todas las medidas razonables para garantizar que todas las
personas a las que se transporte en la aeronave obedezcan todas las órdenes
lícitas que dé el comandante con el fin de garantizar la seguridad de la
aeronave y de las personas o bienes que en ella se
transporten (CAT.GEN.MPA.110).
A tal fin, el Comandante queda facultado para:
Hacer desembarcar a cualquier persona o parte de la carga que pueda
representar un riesgo potencial para la seguridad de la aeronave o de sus
ocupantes.
No permitir que se transporte en la aeronave a ninguna persona que
parezca estar bajo los efectos del alcohol o de estupefacientes en un grado
en que sea probable que ponga en peligro la seguridad de la aeronave o de
sus ocupantes.
Negarse a transportar pasajeros que no hayan sido admitidos en un
país, deportados o personas bajo custodia, si su transporte incrementa el
riesgo para la seguridad de la aeronave o de sus ocupantes.
Asimismo, el Convenio de Tokio sobre infracciones y ciertos otros actos
cometidos a bordo de las aeronaves, de 14 de septiembre de 1963, le
otorga la autoridad para adoptar las medidas necesarias cuando tenga
fundadas razones para creer que una persona ha cometido o está a punto de
cometer un acto que comprometa o pueda comprometer la seguridad.
Concretamente, es en el Capítulo III (arts. 5 a 10) del Convenio donde se
regulan estas facultades.
El Comandante podrá aplicar en estos casos las medidas razonables, e incluso
coercitivas, que sean necesarias para:
NOTA AL PIE:
[1] PIERA, A.: Informe adjunto a la Nota de Estudio LC/SC-MOT-WP/1
presentada ante el Subcomité Especial del Comité Jurídico para la
modernización del Convenio de Tokio incluyendo el problema de los pasajeros
insubordinados. (Montreal, 22 a 25 de mayo de 2012).
El art. 71.1 del Reglamento del Registro Civil otorga validez al acta autorizada
por el Comandante a los efectos de inscripción de matrimonios, nacimientos
y defunciones ocurridos en el curso de un viaje aéreo:
“El acta en cuya virtud puede practicarse la inscripción de nacimiento,
matrimonio o defunción, cualquiera que sea el tiempo transcurrido, será
autorizada:
Si los hechos ocurren en el curso de un viaje marítimo o aéreo, por el Contador
del buque de guerra, o, en las otras naves, por el Comandante, Capitán o
Patrón.”
Como puede observarse, y muy a pesar de que el RD Ley 6/1999 modificase la
redacción original del art. 59 LNA que le otorgaba expresamente al
Comandante la condición de autoridad pública, vemos que tales facultades de
orden público siguen estando presentes en la normativa actual que regula sus
atribuciones. No en vano, el art. 52 del Código Deontológico del Colegio
Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC) dispone que “el Piloto
de la Aviación Comercial que ejerce funciones de Comandante realiza diversas
actividades públicas, consistentes principalmente en ser el depositario de la
Autoridad del Estado al que pertenece, dotado de mando, fe pública, y con la
libertad de tomar las medidas necesarias, pudiendo privar, en su caso, de
libertad, de forma temporal y durante el vuelo, a las personas que cometan o
pretendan cometer actos que atenten contra la seguridad de vuelo. Esta
facultad abarca a los tripulantes, pasajeros y su equipaje, carga y correo.”[2]
Señala el Tribunal que “esta disposición se refiere a los empleos que implican
una participación, directa o indirecta, en el ejercicio del poder público y en las
funciones que tienen por objeto la salvaguardia de los intereses generales del
Estado y de las demás entidades públicas y que suponen pues, por parte de
sus titulares, la existencia de una relación particular de solidaridad con el
Estado, así como la reciprocidad de derechos y deberes que son el
fundamento del vínculo de nacionalidad.
En cambio, la excepción prevista en el artículo 39 TCE, apartado 4, no se
aplica a los empleos que, a pesar de depender del Estado o de otros
organismos públicos, no implican sin embargo ninguna participación en las
actividades que competen a la administración pública propiamente dicha ni, a
fortiori, los empleos al servicio de un particular o de una persona jurídica
privada, cualesquiera que sean las funciones del empleado.
Se desprende también de la jurisprudencia del Tribunal de Justicia que, como
excepción a la norma fundamental de libre circulación y de no discriminación
de los trabajadores comunitarios, el artículo 39 CE, apartado 4, debe recibir
una interpretación que limite su alcance a lo estrictamente necesario para
salvaguardar los intereses que esta disposición permite proteger por los
Estados miembros.”
Bibliografía:
BRAVO NAVARRO, M.: “Comandante de aeronave.” Diccionario Jurídico Espasa. Ed. Espasa
Calpe. Madrid, 1991. Pág. 172
GÓMEZ PUENTE, M.: “Derecho Administrativo Aeronáutico. Régimen de la aviación y el
transporte aéreo.” Iustel. Madrid, 2006
MORILLAS JARILLO, M.J., PETIT LAVALL, M.V., y GUERRERO LEBRÓN, M.J.: “Derecho
Aéreo y del Espacio.” Ed. Marcial Pons. Madrid, 2014
PARADA VÁZQUEZ, J.D.: “La relación jurídica aeronáutica.” CEDECS, 1998.
[1] Téngase en cuenta que la modificación introducida en este artículo por la Disposición final
primera de la Ley 15/2015, de 2 de julio, de la Jurisdicción Voluntaria, exige, cuando el peligro de
muerte derive de enfermedad o estado físico de alguno de los contrayentes, dictamen médico sobre
su capacidad para la prestación del consentimiento y la gravedad de la situación, salvo imposibilidad
acreditada. (En vigor a partir del 30 de junio de 2017).
[2] V. MORILLAS JARILLO, M.J.: “Actividades auxiliares y agentes del empresario de la
navegación aérea”, en MORILLAS JARILLO, M.J., PETIT LAVALL, M.V., y GUERRERO
LEBRÓN, M.J.: “Derecho Aéreo y del Espacio.” Ed. Marcial Pons. Madrid, 2014. Pág. 305 – 316.
[3] A la luz de estas sentencias, GÓMEZ PUENTE estima que no es necesario privar al Comandante
de su condición de autoridad para favorecer la libre circulación de pilotos europeos. V. GOMEZ
PUENTE, M.: “Derecho Administrativo Aeronáutico. Régimen de la aviación y el transporte
aéreo.” Iustel. Madrid, 2006. Pág. 789-793
[4] La jurisdicción penal aeronáutica fue suprimida por la Ley Orgánica 1/1986 de 8 de enero. El
enjuiciamiento de las conductas tipificadas en la LPNA está encomendado a la jurisdicción
ordinaria.
Las penas previstas en la LPNA fueron modificadas por la Disposición transitoria undécima del
Código Penal, debiendo sustituirse por las siguientes:
1. h) La pena de multa impuesta para hechos delictivos en cuantía proporcional al lucro
obtenido o al perjuicio causado seguirá aplicándose proporcionalmente.
2. i) La pena de arresto menor, por la de arresto de uno a seis fines de semana.
3. j) La pena de multa establecida para hechos definidos como falta, por la multa de uno a
sesenta días.
4. k) Las penas privativas de derechos se impondrán en los términos y por los plazos fijados
en este Código.
5. l) Cualquier otra pena de las suprimidas en este Código, por la pena o medida de
seguridad que el Juez o Tribunal estime más análoga y de igual o menor gravedad. De no existir
o de ser todas más graves, dejará de imponerse.
6. En caso de duda, será oído el reo.