Definición de interculturalidad es un poco difícil porque no se
encuentra en los principales diccionarios, partiendo de su origen tenemos que esta palabra es compuesta formada por el prefijo latino inter que significa entre o en medio. Culturalidad proviene de cultura y es un termino antropológico que significa lo que el hombre aprende a crear por oposición a lo adquiere por herencia biológica Desde la sociología se define como: Un conjunto de costumbres, conocimientos y nivel de desarrollo artístico, científico de una época, un país o un grupo social. De allí, que hablar de la interculturalidad es hablar de nuestra idiosincrasia. Puesto que al analizar el proceso que se originó desde el mismo momento en que Cristóbal Colón llegó el 03 de Agosto de 1498,a la costa de la península de Paria de nuestro hermoso país Venezuela. Donde divisó la isla Margarita, en la cual comprobó que sus habitantes pescaban perlas y se dio inicio al suplicio de aborigen venezolano. Porque se dío en estas tierras americanas el más sangriento proceso de dominación española sobre el bravo pueblo autóctono que aferrado a su territorio, su cultura y sus costumbres lucho por su libertad. Podemos afirmar que todo el proceso de la conquista y la colonia no fue del todo malo. Gracias al establecimiento de los españoles en las grandes haciendas de café y cacao, se trajeron a los negros con la finalidad de servir de esclavos y con el establecimiento de estos grupos humanos en tierras venezolanas. Se cruzaron los hombres y mujeres entre ellos dando origen al legitimo pueblo venezolano, es lo que hoy conocemos con el nombre del mestizaje. Y podemos dar gracias a Dios que somos un pueblo que vive en paz, sin persecución racial porque somos de un u otro color. El proceso evolutivo de la cultura venezolana contemporánea deriva de estas raíces prehispánicas, hispánicas y africanas, consolidadas en los siglos coloniales. La especificidad cultural se ha logrado con un intenso proceso de transculturación y mestizaje. Aún contrastando legado cultural de diversas etnias aborigen del país. Por otra parte, nos ha donado la riqueza folklórica cultural heredada hasta la actualidad. Donde el retumbar de unos tambores en el día de San Juan ¡nos hierve la sangre al escuchar ese ritmo tan peculiar, que se mete por nuestras piernas y nos hace bailar! y no digamos que sentimos al escuchar un arpa llanera cuando arranca con un joropo bien tramao no provoca zapatear y para tranquilizarnos tenemos los bellos bambucos de la región andina. O la parranda dicembrina que se pasea por los estados Cojedes, Carabobo, Portuguesa, y llegan hasta el Zulia para transformarse en la sin igual gaita maracaibera sin dejar de mencionar los hermosos polos margariteños y bailes de tamunangue de la cuidad crepuscular del Estado Lara y ni hablar de la exquisita gastronomía de nuestros pueblos, que nos quedo como herencia del pasado doloroso para el manso pueblo venezolano, como le llamaba el cantor del pueblo Alí Primera. Sin embargo, los perjuicios en Venezuela se han dado en contra de los indígenas, ya que no somos afines a sus costumbres y tradiciones. Siendo estas etnias los pobladores autóctonos del país. Queda solo muestras de esta brava raza, en el sur de Venezuela, en la región oriental, en parte de la región Zuliana se localiza la mayor parte de esta población aborigen. Y aquí en Apure se encuentra en las riveras de los ríos Capanaparo, Cinaruco y el Matiyure, se encuentran los pumé, los guajibos, los cuivas y la familia de los Amoruas que llegaron hace como cinco años de los llanos de Colombia vía Puerto Ayacucho, ya que para ellos no existen de limites y fronteras. Ahora llamados por los sociólogos como grupos culturales o etnias. Solo fue hasta hace poco, que a los primero habitantes del terruño venezolano fueron tomados en consideración nuestros Asambleísta Constituyentes al incluir capitulo VII sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en Título III de los Deberes, derechos Humanos y garantías del pueblo venezolano y con ello han dejado de ser venezolanos de segunda pues, aparecen en nuestra carta magna, pero con todo esto aún siguen siendo discriminado por el resto de la población venezolana. ¿Cuántas veces no ha visto usted a un grupo de aborígenes en una plaza, en la calle o cualquier sitio arranchados, es decir, ubicados con sus chinchorros, sus ropas y sus fogones en el suelo? Para ellos eso es normal, porque, solo han salido de sus tierras en busca de mejoras de vida. Tal como lo hacían nuestros agricultores cuando apareció el petróleo y se dio el desarrollo industrial en la zona costa montaña que la gran mayoría de los andinos, los llaneros, los orientales abandonaban sus tierras para buscar este polo de atracción, pero nuestros familiares llegaron a las ciudades como Maracay; Valencia, Puerto Cabello entre otras instalaron sus ranchos y sembraron sus matas de topocho y solo se han creado los cinturones de miseria se nos decía en el liceo cuando estudiábamos. Pero, nuestros aborígenes están saliendo fuera de su habitah, porque, ya no tienen casería que matar en sus tierras ya que con las construcciones de nuevas vías en aras del progreso se les ha violado su habitah. Su artesanía ya no se vende en la región de donde vienen porque no nos gustan estos adornos venezolanos. ¡Son mejores los que traen importados!. Por otra parte, ignoramos que muchos de estos coterráneos quedan en sus tierras luchando a brazo partido asistiendo a las universidades para graduarse de profesores bilingües y poder compartir experiencias con sus chiquillos en las aulas de clase y hacer de ellos los profesionales del mañana que al igual que nuestros alumnos se encargaran de hacer progresar y sacar adelante este país. Las políticas anteriores se han dedicado a darles solo la bolsa de comida para que regresen a sitio de origen, pero no ha existido la preocupación para prepararlos, organizarles e incorporarlos en las prácticas del desarrollo endógeno de las comunidades que les permita vivir dignamente. Y si esto se logra seguiremos viéndolos como venezolanos de segunda porque en las escuelas no se han formado valores de: tolerancia, convivencia social, amistad, servir y solidaridad hacia el indígena como solemos llamarle. Esto nos ha motivado a trabajar en la Escuela Básica Nacional “Agustín Codazzi” con proyectos que persiguen la formación de valores en los niños y adolescentes para que el día de mañana el racional y el indígena, como ellos suelen llamarnos puedan vivir en una sociedad sustentada el amistad, la igualdad, la solidaridad y el amor entre hermanos, para poder vivir en democracia paz.