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Más de cuatro siglos y medio han transcurrido desde la llegada de los españoles
a los territorios del noroeste con la que se inició una confrontación de culturas:
la europea, avasalladora, intolerante e impuesta por la fuerza, y las indígenas,
que llevaron la peor parte. Sin embargo, los pueblos y sus culturas se resisten a
desaparecer y sobreviven por largo tiempo en medio de las más adversas
circunstancias. En la actual Sinaloa podemos constatar la presencia de muchos
rasgos culturales, que sin duda tienen su origen en la época prehispánica.
La lengua cahita es uno de los mejores ejemplos. Son muy numerosos los
sinaloenses actuales que la tienen como habla materna, sobre todo en la región
norte del estado. Se trata de una lengua viva; sus hablantes son indígenas que
han conservado su identidad cultural durante siglos. Sabemos de las demás
lenguas indígenas habladas en la época prehispánica sólo por testimonios de los
documentos, porque desaparecieron del todo.
La lengua cahita ha permanecido no sólo entre los indígenas, sino que también
ha pasado al habla de los sinaloenses de todos los grupos sociales; son muchas
las palabras cahitas que empleamos en nuestro lenguaje cotidiano sin saberlo,
o utilizamos vocablos indígenas a sabiendas y oficialmente reconocidos, como
los nombres de poblaciones, ríos, etcétera.
Otro hecho que debemos hacer notar por la importancia antropológica que tiene
es que en varios lugares de la Sinaloa contemporánea se practica el juego de
ulama, que no es otra cosa que la supervivencia del juego de pelota
mesoaméricano. El juego de ulama, en su modalidad "de cadera", se practica
entre dos equipos de cinco o seis integrantes cada uno, en una cancha de cuatro
metros de ancho y 50 de largo dividida por la mitad. Se utiliza una pelota de
hule macizo que pesa cuatro kilogramos y tiene 26 centímetros de diámetro.
Los jugadores, resguardados con faja y protectores de cuero, golpean la pelota
con la cadera de modo que quede en el campo contrario y los adversarios no
puedan devolverla. También se estilan las modalidades "de antebrazo" o "con
mazo", según la pelota se golpee con el antebrazo o con un mazo de madera.
El juego de ulama requiere gran fortaleza física de los competidores, así como
de mucha destreza, porque un mal golpe con la pelota les produce graves daños
físicos. Es un deporte propio de los medios rurales y no bien visto en otros
sectores de la población. La modalidad "de cadera" se practica en los
municipios de Escuinapa y Mazatlán; las modalidades "de antebrazo" y "con
mazo" se juegan en los municipios de Culiacán, Navolato, Guasave, Angostura,
Sinaloa y Mocorito.
Folklore: su historia
(esta página contiene una colección de midis al final)
Siempre hay como conducta una superación de moldes que en nombre del
progreso intentan sustituirse: una buena pregunta en este punto es si los
contenidos intrínsecos de una vidala o la interjección del sapucay pueden
quedar desafectados o pasados de moda.
Para epilogar esta inagotable especulación basta recordar una síntesis brillante
que puntualiza que el folklore es el patrimonio de las capas subyacentes que
aflora en la cultura de las naciones civilizadas.
¿Cómo éramos?
Esto jugó un trascendente papel para que el Alto Perú primero y Buenos Aires
después, se convirtieran en centros de irradiación que imprimieron cierta
dinámica a los contingentes migratorios.
Ingresando por el noroeste, con punto de partida en Perú los llegados de lejos
caminan leguas interminables, pertrechados con elementos que son imbatibles
y vitales para la dominación. Pero, además, con estrategias y poder de
combate.
Las huestes hispánicas y sus cuadros llegan hasta lo que es hoy es área de
Santiago del Estero. Fundan la primera ciudad y sobreviven a los avatares ya
suficientemente contados por los historiadores e investigadores.
Otros incursionan por el Río de la Plata. A medio camino hacia el norte, sobre
la vera occidental del río Paraná, y previamente en las tierras vecinas del gran
río-mar deciden dar por iniciada la historia de Santa Fe y Buenos Aires
respectivamente: la vía
la influencia peruana
Al respecto puede apuntarse que la otra danza típica de la región, el gato, tiene
cierto parentesco con la mencionada chacarera y los primeros rastros para
asignar autorías o recopilaciones pueden asignarse a Andrés Chazarreta
(primera década del 900), Manuel Gómez Carillo (1920/23), Beltrame (1924)
y Ana S. de Cabrera (1925).
Oeste(Cuya),
La influencia Chilena
La característica que resalta el costumbrismo regional es la necesidad de
procurarse regadíos que faciliten la vida en un vasto desierto, suponiendo una
población muy laboriosa y concentrada que, en efecto, fue desde siempre.
Esta será la razón por la que desde allí partían los suministros al acódente
cordillerano por pasos de facil tránsito, lo que, al decir de los investigadores,
estableció una vinculación profunda con el vecino país.
Mendoza, San Juan y San Luis son las tierras que conforman esta región. Por
San Juan y Mendoza pasaba un camino que llevaba por un lado a Chile, y por
otro al Alto Perú, atravesando La Rioja y Catamarca, lo que hace fácil detectar
originariamente dialectos araucanos y, musicalmente, la cueca, que en
Mendoza se parece más a la chilena y, en áreas catamarqueñas, a la boliviana.
Y el Río de Plata
Los folklorólogos señalan que la profusión literaria que refleja la vida del
gaucho no tiene documentación que le acredite la relación contemporánea con
los nativos de otras regiones.
y el Río Paraná
Para dilucidar los modos originales de esta área hay que determinar que está
integrada por los territorios que hoy ocupan las provincias de Santa Fe, Entre
Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa pero vale la pena registrar
algunas aclaraciones: a los fines de este trabajo Santa Fe, en sus comienzos,
quedaría incluida como prolongación de La Pampa; y Misiones, por razones
históricas y hasta geográficas y geológicas, constituye un mundo aparte de
Corrientes y Entre Ríos; a su vez éstas muestran poca afinidad entre sí.
dio la explotación del suelo (yerba, azúcar, alcohol, madera, carne, cuero,
maíz, mandioca), y cierto espíritu de retraimiento generado por el largo
abandono del poder central durante las largas luchas contra los portugueses, se
puede explicar la segregación de la provincia del Paraguay y algunas
características particulares de la sociedad criolla correntina, como bien apunta
Bruno Jacovella en "Folklore Argentino".
Tristes peruanos, cantares con glosa y estilos son los aires musicales: la
representatividad de la chamarita habría que rastrearla, como danza, en el
1850 aproximadamente, existiendo datos firmes de prácticas frecuentes recién
en los primeros
La Puna
Pacífico.
Por allí pasaba el Camino del Inca con destino a La Rioja. Por otra parte
también era transitado por aquellos viajeros peninsulares ingresados por el
noroeste y que bajaban por los Valles Calchaquíes. También hay rastros de
indios humahuacas por la misma vía.
Sus habitantes se distinguen por ser muy devotos del culto de la Pachamama
(tierra madre), plagados de creencias mitológicas, usuarios del quechua, con
ritos mortuorios y distantes del concierto cultural criollo.
Area santiagueña
Orígenes e historia
Cuando se inicia el recorrido por el largo camino del arte folklórico nacional
es obvio partir del centro-norte del territorio, dado que allí se funda la
"primera ciudad" y, paradójicamente, en los años últimos -al igual que en el
comienzos- el fenómeno musical es originado de esas tierras.
esas citas se hacen en quichua, mishqui mayu (río Dulce) y cachi mayu (río
Salado).
Esto explica la facilidad para encontrar por el país alguno de los 600 mil
santiagueños, que se estima es el contingente que ha partido de su provincia
natal.
Uno en las márgenes del Dulce, tomando como centro, la hoy ciudad de
Santiago del Estero, extendiéndose para el departamento de Río Hondo,
aproximadamente en 1550.
Otro, en el sector central del río Salado, por ambas márgenes del río, hacia el
norte y el sur.
Con respecto a la lengua dominante no hay acuerdo sobre cuál era la usada:
tiempo atrás, algunas teorías apuntaban a los calchaquíes y diaguitas, que
utilizaban el cacano. Estos indígenas fueron "vecinos" de la ciudad del Barco
(primitiva y original denominación de la hoy Santiago), pero la especulación
sobre el uso de su lengua hoy está terminantemente desmentida.
El 25 de julio de 1553, en la margen derecha del río Dulce, el capitán español
Francisco de Aguirre funda un asentamiento al que llanta Santiago del Estero
del Nuevo Maestrazgo, en homenaje a Santiago Apóstol (ese era su día), y
"Estero" por la gran cantidad de tierras inundadas que había por los desbordes
del río.
En realidad esta conquista tiene un dato previo en del año 1542, cuando llega
Diego de Rojas que descendiendo por el Camino del Inca (desde el valle de
Humahuaca) anduvo las zonas, que resultaban pródigas por el suministro y el
descanso
en aquellos tiempos.
Otro bizarro español, siete años después (1549), salió desde el Perú con el
neto afán de extender la fe y consolidar fundaciones católicas, se llamaba Juan
Núñez del Prado y, cerca de la actual Monteros (Tucumán), fundó Barco I,
trasladada luego a Talavera (Salta) y rebautizada Barco II.
Tan estratégica fue la presencia del enclave santiagueño que desde allí
partieron quienes fundaron Tucumán (1565, -Diego Villaroel), Córdoba
(1573, Jerónirno Luis de Cabrera), Salta (1582, Hernando de Lerma), La Rioja
(1591, Juan Ramírez de Velazco) y Jujuy (1593, Francisco de Argañaraz).
La compañera Zamba
La Pomeña Zamba