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Michel Duquesnoy

AGRADECIMIENTOS

En el lapso del primer semestre de 2002, el Maestro David Sámano


me invitó cordialmente para que impartiera en los locales de la Escuela
Nacional de Antropología e Historia (ENAH por sus siglas), México-
D.F., un curso libre destinado a los estudiantes de esta institución. Un
poco más de veinte voluntarios, venidos de varios horizontes
disciplinarios, acudieron. Fueron los primeros en conocer unas de mis
consideraciones metodológicas que, a lo largo de mi experiencia de
campo, se habían forjado. La misma labor con los informantes me
permitía tener una visión crítica hacia mi propio quehacer antropológico.
Agradezco su paciencia y confianza: en el mundo académico, era un
desconocido en tierras mexicanas a pesar de mis largas estancias en la
Sierra Norte de Puebla. Su exaltación fue para mí un incentivo apreciable
para seguir en el camino de las preocupaciones ingratas de la
metodología del terreno antropológico.
La sustancia de este manual ha sido forjada y experimentada con
los estudiantes de la carrera en etnología de la ENAH, durante tres
generaciones (2003, 2004 y 2005) y en las prácticas de campo que tuve la
oportunidad y el privilegio poder liderar y supervisar con la mayoría de
ellos, principalmente en la región del Alto Balsas, Gro. Igualmente
quiero mencionar la posibilidad que me fue dada para supervisar un
pequeño equipo de etnólogos brillantes para una serie de encuestas
encomendadas por el PNUD en la Montaña tlapaneca, Gro. Cada uno de
los integrantes nos enfrentamos en nuestra carne, con dificultades y goces
mayores que solamente la práctica del terreno enseña.
Igualmente se reflexionó con los estudiantes de semestres más
avanzados de la misma institución que, en una materia optativa (2004 y
2005), aceptaron y comentaron mis consideraciones del todo
experimentales acerca de la epistemología y la construcción del saber
antropológico. Ellos las confrontaron a su vez en sus propias estancias en
los lugares donde investigaban para sus tesis. Y, a mí, me dio la

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Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

oportunidad de escribir un ensayo sobre la complejidad de la


construcción de lo que pensamos saber como antropólogos.
Espero que ninguno de ellos se haya sentido defraudado por mi
enseñanza. A ellos van mis agradecimientos principales y mi deuda de
gratitud por su paciencia y consideración, ya que muchos de ellos me
manifestaron en numerosas oportunidades su amistad.
De la misma forma quiero agradecer a mis tesistas de la
Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, esencialmente del ICSHu,
quienes han podido retirar un cierto provecho de mi experiencia en la
práctica del terreno antropológico. Les agradezco que, sin haber tenido
nunca una enseñanza formal en la materia, hayan llegado a resultados
notables. Al haber tenido un fuerte deseo por la Huasteca hidalguense,
varios me acompañaron frecuentemente en mis propias prácticas y
compartieron conmigo sus dudas y conocimientos. Mi deuda hacia ellos
consiste en haber aprendido mucho con su contacto. Reconozco una
especial deuda a mi amigo Lic. Amílcar Torres, huasteco de origen y
gran amante de las deliciosas enchiladas huastecas.
Debo expresar mi inmensa gratitud a don Juan Sánchez, Director del
Centro de Estudios del Desarrollo Local y Regional (CEDER, Universidad
de los Lagos, Osorno-Chile), la facilidad que me proporciona para publicar
este manual, así como a mis colegas, don James Park, don Patrick Puigmal y
don Jorge Muñoz. Gracias por su apoyo.
Especiales agradecimientos van hacia México a la persona del
Doctor Alberto Morales Damián, ex jefe del Área Académica de Historia
y Antropología en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
(UAEH, Pachuca-México) por haberme brindado el incentivo para
elaborar este trabajo.
Deseo expresar mi especial reconocimiento a mi maestro, el Dr. Daniel
Dubuisson, Director de Investigación en el CNRS, de la UMR IRHis,
Université Charles-de-Gaulle, Lille 3, Francia. Con un gran dosis de sabiduría
y paciencia me supo brindar esperanza y confianza en los momentos más
oscuros de mi carrera en la arena académica.

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Michel Duquesnoy

Para terminar, es legítimo reconocer mi profunda deuda hacia los


grupos culturales diferentes al mío que siempre me recibieron con cariño,
sorpresa y afecto. Sin ellos no existiría ni siquiera la idea de este libro,
sencillamente porque ¡no sería antropólogo! Ellos son los Shipibo del
Perú, los Nahuas de México (Guerrero, Puebla, Hidalgo) y los Huilliche
de San Juan de la Costa y de la Isla Grande de Chiloé, Chile.
A todas y todos, gracias…

Observar, escuchar, mirar, dialogar: claves para la práctica del


terreno en las ciencias sociales y humanas
(Foto: Prácticas de campo en la Huasteca hidalguense. Acervo personal)

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A mi señora, Lila Chávez Campos,


Luz brillante presente en los senderos de la vida

A mi madre Andrée, y a mi abuela, Renée


Luces encendidas en el firmamento

A Mary, Chela, Antonia, “Chupa”, Jorge y tantos otros nahuas de la Sierra


Norte de Puebla, amigos todos y familia siempre

A los glinglis de la Huasteca hidalguense


Para que tengan un futuro más alentador

A los alfareros y pintores sobre amate del Alto Balsas, Gro.

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Michel Duquesnoy

PREFACE

J´ai connu Michel Duquesnoy alors qu´il préparait son Diplôme


d´Etudes Avancées consacré aux phénomènes religieux et interculturels,
à l´Université Charles-de-Gaulle-Lille 3, où je dirige actuellement
l´Institut de Recherches Historique du Septentrion, laboratoire associant
cette université et le CNRS. A l´époque il ne parlait déjà que de travailler
sur le terrain. Entendez de mener des recherches ethnographiques sur le
terrain. Il était évident que Michel désirait rencontrer l´ « autre » et que
sa passion pour les terrains lointains, —dirions-nous exotiques ?—
l´animait d´une véritable enthousiasme, sans aucun doute séduisant et
contagieux. Il ne recula pas quand il attaqua, en 1996, sa recherche
doctorale que j´ai dirigée pas à pas, patiemment, découvrant avec plaisir
le Mexique des Nahua à travers ses yeux et ses mots.
Je précise : il ne recula pas devant les difficultés de ce qui allait
devenir —enfin, si j´ose dire— « son » terrain de prédilection. Un terrain
qui, je dois le confesser aujourd´hui, lui était encore en grande partir
inconnu à l´époque. En plus, il se lançait dans l´aventure incertaine de la
confrontation avec des chamanes qui l´emmèneraient, Dieu sait où, dans
leurs pérégrinations « magiques », assurément bien fascinantes pour un
jeune chercheur.
A lire ses travaux, j´ai compris que Michel Duquesnoy était devenu
un excellent ethnologue car ses méthodes de terrain, sa participation
volontaire avec ceux-là même qu´ils devraient un jour décrire pour mieux
les comprendre et ce qu´il me livrait comme résultats, me le
démontraient.
Pour toutes ces raisons, je suis heureux et fier d´inviter le lecteur
de cet ouvrage à suivre son auteur sur les sentiers d´une recherche qu´il
connaît mieux que tout autre pour les avoir maintes fois parcourus.

Daniel Dubuisson
Docteur ès Lettres
Directeur de recherche au CNRS
Directeur de l’UMR IRHiS (8529, CNRS section33/Lille 3/France)

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ADVERTENCIA

En este trabajo se utilizará casi indistintamente las voces ―etnógrafo‖,


―etnólogo‖ y ―antropólogo‖ sin considerar los matices que diferencian sus
preocupaciones y funciones. Es preciso recordar que no puede haber
antropología sin etnografía ya que ésta se encuentra a la base misma de la
práctica de terreno. Por lo tanto, se vuelve el pilar de la antropología.
Si en primera instancia, se dirige este manual a los estudiantes de
la carrera en antropología, igualmente está al uso del amplio alumnado de
las diversas carreras de las ciencias sociales y humanas. Por lo tanto, el
autor espera que cada usuario encuentre en estas páginas materias útiles
para sus pesquisas. Igualmente, pretende llamar la atención de las y los
colegas para mejorar las propuestas aquí presentadas en un diálogo
fructuoso para nuestra comunidad académica.
A todos y todas dirijo una cordial invitación a la práctica del terreno.
En definitiva alcanzará su objetivo si satisface honorablemente
una demanda.

El Autor

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Michel Duquesnoy

INTRODUCCIÓN GENERAL

Este manual es concebido en tres partes relativamente


independientes entre sí aunque supongan con evidencia estrechos vínculos.
Una primera parte fuerte de dos capítulos y una introducción,
propone una incursión en la problemática de la investigación científica en
general con obvias aplicaciones en el dominio singular de las disciplinas
de las ciencias sociales y humanas. Sigue una reflexión sobre los orígenes
del terreno antropológico, permitida por la reseña de cuatro momentos
claves en opinión del autor: Núñez Cabeza de Vaca, los Viajeros y
Misioneros, Bernardino de Sahagún y Bronislav Malinowski. Se estima
que estos actores, escogidos de manera preferencial, es decir, arbitraria,
constituyen paradigmas ineludibles llevando a la conceptualización y
praxis del terreno (o, si se prefiere, campo) antropológico, pero igualmente
sociológico. Es aquí el lugar para confesar y lamentar haber
deliberadamente dejado de lado las saludables y eruditas aportaciones de
Gérard Leclerc acerca de los contextos históricos y sociales en los que
aparecen y se desarrollan de un lado, la antropología (s/f) y, de otro lado, la
sociología (1979).1 ―Deuda confesada casi perdonada‖, suelen decir en mi
tierra… lo será plenamente si el lector toma el valor para apropiarse de los
ensayos mencionados a través de una lectura atenta. Sin embargo, al
momento de concluir este trabajo —uno más en el coro de tantos manuales
existentes—, su autor toma la medida de que Leclerc pasa entre muchas de
sus reflexiones.
La segunda parte, en definitiva la médula de esta guía
metodológica, revisa varias de las técnicas empleadas por los cientistas
sociales que todavía practican el campo. Como es de esperar, la
observación y la entrevista ocupan los lugares privilegiados, sin olvidarse
de tantas recomendaciones útiles que, con justa apreciación, parecerán a

1
Leclerc, Gérard. Antropología y Colonialismo, Cuicuilco/ Aguirre y Beltrán Eds.,
México, D. F., s/f. (Edición especial para los alumnos de la ENAH-México) y, Leclerc,
Gérard, L’observation de l’homme. Une histoire des enquêtes sociales, Collection
Sociologie, Le Seuil Editeurs, Paris, 1979.
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Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

nuestros lectores como triviales y secundarias. No obstante, son las


claves del éxito de una investigación realizada en y con grupos humanos
diferentes a los nuestros. El lector atento no sentirá dificultad ninguna en
presagiar la formación etnológica del que escribe, motivo de su profunda
gratitud para la Escuela Francesa de Etnología que le proporcionó el
gusto del encuentro con los ―otros‖. Se dejó voluntariamente de lado un
capítulo acerca del cuestionario y el sondeo que, si efectivamente se
aplican en terreno, no son en sí técnicas de campo. Motivo preferencial,
criticable y discutible del todo asumido por el autor quien se propone
revisar estas herramientas en un segundo volumen consagrado a técnicas
paralelas y complementarias, así como a la epistemología del
conocimiento antropológico y sociológico.
Al respecto, la tercera parte revisa sin pretensión unos problemas
epistemológicos y filosóficos apegados al conocimiento y a los procesos,
favoreciendo la apropiación del universo que nos rodea. Es motivo para
el lector librarse a una intensa reflexión preparatoria.
La breve conclusión tiene el propósito de facilitar el camino del
lector hacia los encantos que descubrirá en el contacto con el terreno y
los ―otros‖ que ahí encontrará.
La bibliografía final, ridícula si se considera la inmensa literatura
sobre nuestro tema, no puede ser considerada como exclusiva ni definitiva.
Existen excelentes manuales acerca de las técnicas de investigación que
serán consultados por el lector, deseo de seguir más adelante. Se espera que
el aquí presente colme adecuadamente un vacío sorprendente en nuestra
Máxima Casa de Estudio.
Presento una disculpa a mis lectores por los galicismos inevitables
que corren aquí y allá en este trabajo.
En fin, nuestro trabajo no incluye ejercicios prácticos de etnología,
laguna voluntaria que servirá para sorprender a nuestro alumnado…

Michel Duquesnoy
Zempoala, Hidalgo
Osorno, Chile. Enero-marzo 2011.

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Michel Duquesnoy

PRIMERA PARTE

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Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

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Michel Duquesnoy

INTRODUCCIÓN

“Me gustaría observar que en nuestra inapreciable


tradición racionalista (…) existen numerosos puntos que
deberíamos cuestionar”

Karl Popper
En Busca de una Teoría Racional de la Tradición

Numerosas y variadas son las escuelas, corrientes, tendencias y


teorías en las ciencias sociales y humanas, ya sea en antropología, en
sociología, o en psicología social. En varios aspectos son no solamente
diferentes, sino divergentes y concurrentes en la arena académica. Esta
situación debe extrañar: no es paradójica. Refleja la infinita complejidad
de la sociedad en cada una de sus representaciones y constructos, los que
nunca pueden reducirse a un sólo enfoque capaz de abarcar todo y
proporcionarle explicaciones definitivas. Posiblemente por tal motivo,
Émile Durkheim había sentido que ―los hechos sociales consisten en
representaciones, (por lo tanto) hay que tratarles como cosas‖. Lo
pregonó a los estudiosos de las ciencias mencionadas y su
recomendación es ciertamente un lema valioso.
Posiblemente el famoso sociólogo francés no se equivocaba al
refrendar esta postura. No obstante, un aspecto fundamental, por otra
parte nunca negado por el fundador de la Escuela Francesa de
Sociología, consiste en enfatizar el rol del factor humano en la
percepción, creación y explicitación de estos hechos sociales. Esta idea
desarrollada mucho más recientemente, dio paso a un cambio profundo
en la episteme de nuestras disciplinas. ¿Cuasi cosas? Ciertamente si se
considera al momento de objetivar los datos para producir conocimiento
que el actor social es antes de todo un ser humano dotado de un espíritu,
una razón y un cuerpo. Es decir, la importancia del sujeto.
Es descubrir los métodos y técnicas para acercarse tanto a la
dimensión objetiva como de las profundidades de la subjetividad que
propone este pequeño trabajo, esperando poder esbozar las líneas
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Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

complejas que llevan al estudioso a la conceptualización abstracta y


teorización racional de lo que en los primeros momentos de la pesquisa
brotaba en el flujo caótico de las corporeidades, verbalidades y discursos
sean metafóricos, concretos o simbólicos. Los de los observados así
como los suyos… Utilizar las narrativas verbales, gestuales y silenciosas
de los agentes para suscitar la vocación teórica, justifica la práctica del
terreno en las ciencias sociales y el quehacer específicamente etnológico.
Por ende la publicación de este manual.
¿Sería lo dicho anteriormente garantía de objetividad? La cuestión
es difícil y provoca desde varios decenios múltiples debates. Una cosa es
innegable en las ciencias sociales —principalmente en la antropología—
y no es exenta de paradojas insuperables: el objeto de estudio es también
un sujeto, y el estudioso objetivando estos sujetos, es a su vez un sujeto.
Es decir, pertenece a su objeto mismo de investigación. Eso es una
manera suficiente para afirmar la imposibilidad de separar el humano de
su objeto de observación y conceptualización. Son estos retos los que se
proponen al lector revisar para guiarle si fuese posible, en el mejor
camino llevando a la objetivación empezando por la salida a campo. Otra
certeza por el momento: aseverar lo anterior muestra ya en sí la distancia
necesaria —distancia social, cultural y temporal— que se debe consumar,
única vía para facultar la objetivación. Esta hazaña intelectual no es
desprovista de contradicciones, evidentemente.
Pretender escribir algo en torno a las técnicas y los métodos de
investigación en las ciencias sociales, es enfrentar a primera vista al
investigador profesional o en formación a un rudo desafío: la elección de
una estrategia de investigación y recopilación de los datos básicos, únicos
válidos de primera mano. Sin embargo, ningún método puede abstraerse
ni aislarse. Un procedimiento a final de cuenta, es solamente una guía
que aclara pero no decide. Decidir la eficacia de una técnica sobre otra
sólo remite a las predilecciones del estudioso y a las estrategias que él
decreta para adaptarse —o adaptar su protocolo de investigación— a las
exigencias de las dudas encontradas y de las informaciones a su
disposición potencial así como a las coerciones del campo investigado.

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Michel Duquesnoy

De ahí la imperiosa necesidad de revisar en todos los momentos la


formulación y el contenido de las hipótesis para no reverenciarlas
servilmente en el detrimento de los fenómenos y actores observados. Un
objeto investigado siempre es plural. Es decir, multifacético. La
importancia del enfoque que se propone el estudioso es imprescindible si
no quiere perderse en la extrema convulsión de la vida social. Nunca se
olvidará esta regla primordial: la perspectiva crea el objeto. No lo
inverso. Probablemente la comparación y la comprobación de sus datos y
de las conclusiones inferidas a partir de los mismos, le serán de gran
utilidad. Igualmente el estudioso se mostrará hábil y astuto para hacer
malabarismos con los métodos a él presentados. Habilidad facilitada por
la amplía gama de técnicas ofrecidas a los investigadores de las ciencias
sociales y humanas… oportunidad no a disposición de los investigadores
de las ciencias duras frecuentemente limitados a sus protocolos y
laboratorios.
En definitiva, este libro pretende simplemente ser una guía en el
camino encantador de la práctica de campo. Nunca un modo de empleo
infalible. Si el lector entiende eso, habrá logrado su objetivo.

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Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

LINEAMIENTOS GENERALES: REFLEXIONES GENERALES EN TORNO A LA


INVESTIGACIÓN

“La búsqueda del etnólogo es mucho más que una


pesquisa. Es una conquista”

René Loureau
PRESENTACIÓN2
La motivación central de este manual es presentar a los estudiantes
una reflexión y una base sólidas para la investigación cualitativa en
ciencias humanas. Creo permitido avisar que las propuestas aquí
presentadas y comentadas pueden aplicarse, en una cierta medida, a la
investigación social en general. Los capítulos siguientes presentarán un
carácter técnico evidente, no obstante, no excluyen consideraciones de
orden epistemológico a la par que meramente prácticas. Por lo tanto, no
descartaré recomendaciones del todo triviales en apariencia, pero sí
justificadas en la realidad del campo. Es de suponer que el autor de estas
páginas las experimentó personalmente si no las recopiló de la boca de
otros profesionistas.

CIENCIA Y SABERES

La ciencia nunca ha detenido la solución a todos los problemas, y


si alguna vez le hubiese pretendido, deberíamos apostar sobre su propia
invalidez. Es probablemente recomendable no utilizarla de una manera
ciega y desconsiderada. Es decir, fuera de los límites que son los suyos.
En definitiva, sus limitantes remiten a los contextos históricos donde
surge. De tal forma muchas veces utilizamos en las ciencias humanas
conceptos o armazones teóricos aparecidos en la época de las
revoluciones industriales del siglo XIX sin considerar su obsolescencia

2
Una primera versión de este apartado fue revisada por la pasante Gloria Olvera,
estudiante de la licenciatura en etnología de la ENAH. Motivo de mis agradecimientos.
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Michel Duquesnoy

debidas a las mutaciones sociales y culturales profundas que removieron


las sociedades mundiales.
La formación en las técnicas de la investigación científica debería
ocupar un lugar importante en la formación de los estudiantes en ciencias
sociales. En efecto, ¿Cómo producir conocimiento sin encontrarse
personalmente con la médula misma de los grupos sociales, para luego
enfrentarse con las complejas tareas conceptuales, clasificatorias y
teóricas? Planificar y ordenar una práctica de campo y considerar los
retos difíciles del protocolo de la investigación, son parte de la vida
rutinaria de los candidatos y profesionales de la antropología y de la
sociología. Luego llega el tiempo de ordenar, conceptualizar, analizar y
objetivar los múltiples datos recopilados por sí mismos, sea en práctica
directa o indirecta. Entiendan cuanto la necesidad de relacionarse con
códigos simbólicos, lingüísticos, filosóficos, epistemológicos y prácticos
se hace sentir de tratarles para el mayor provecho de la teorización. Y, a
final de cuentas la ciencia no tiene en su esencia otra vocación —
aseveración que ciertamente no toma en cuenta las numerosas
derivaciones impuestas a las ciencias y tecnologías por consideraciones,
antes de todo, neoliberales y lucrativas—. En otros rubros tan
importantes como obligatorios para los estudiosos, eso es procurar
representar la realidad observada e investigada para lograr su buena
expresión y objetivación en círculos académicos o públicos. Alcanzar eso
es mejorar la posibilidad de comunicar eficazmente con los demás
(colegas, público, etc.) las certezas, dudas, propuestas, etc. En suma,
honrar la pesquisa científica.
El conocimiento científico detenta sus características, principios y
lenguajes propios. Conocer e investigar científicamente es adquirir
habilidades y aplicarlas para plantear, explicar y resolver los problemas
con los cuales los especialistas se enfrentan en el campo abierto de las
interrogantes y de las investigaciones por ellos emprendidas.
Del investigador en ciencias sociales se ambiciona principalmente
las facultades siguientes:

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Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

1. Utilizar los principios de la ciencia en el planteamiento y la


propuesta en la resolución de problemas determinados,
2. Analizar, reflexionar y criticar3 la relevancia de los problemas
planteados y sus alcances método-teóricos,
3. Desarrollar sus capacidades de pensamiento y los procesos
lógicos favorables a la explicación racional de los hechos y
fenómenos socio-culturales observados e investigados,
4. Manejar los códigos, reglas y claves de la cultura así como las
representaciones y conceptos locales para interpretar y
expresar un pensamiento científico,
5. Derivar a partir de los mismos, soluciones prácticas para la
mejora de las sociedades.
El conocimiento favorece la conciencia de que el saber presenta
varias facetas. Igualmente, abre la mente acerca de los distintos tipos de
saberes, entre los cuales el conocimiento científico es uno de los más
valiosos y pertinentes para el entendimiento del mundo en el que cada
uno de los actores juega un papel específico. El investigador juega el
suyo, a su manera, con sus reglas, métodos y discursos propios. Para el
estudioso social, el reto se puede presentar de la manera siguiente: a
partir de los discursos (en el sentido amplio) ajenos al suyo, a partir de las
expresiones individuales, culturales y sociales exógenas, es legítimo
descifrar los códigos para acercarse a la profundidad social. En breve,
sumergirse en los discursos ―exóticos‖ para producir un saber de tipo
antropológico y/o sociológico, es otra forma para hundirse en la aventura del
conocimiento. Tal empresa recela sus reglas y modalidades. Probablemente
la sistematización confortada por el respaldo en las nomenclaturas
científicas, son condiciones sine qua non para no defraudar enteramente la

3
El origen de la voz ―criticar‖ y derivados, es la voz griega , krinein, filtrar.
20
Michel Duquesnoy

vocación científica. Demos unos ejemplos para ilustrar esta aseveración:


saber qué son una teoría, un hecho, un fenómeno; conocer las
implicaciones de las clasificaciones y de la organización del material
recopilado; aprehender las implicaciones de una técnica de investigación
así como de la aplicación siempre arbitraria de una definición o de un
concepto; evaluar las consecuencias de la comprobación, del análisis y
objetivación de y a partir de los datos obtenidos, son tantas coacciones
que al desconsiderarlas o sencillamente ponerlas entre paréntesis, pone
en peligro la vocación del cientista.
Mencionemos en seguida unos requisitos básicos para toda
investigación de carácter científico
1. Tener una disposición y una actitud para observar, interrogarse,
averiguar y comprobar. Es decir, documentarse sobre los
fenómenos propios del mundo social. Cada cuestionamiento
corresponde al planteamiento de un problema4 y exige una
resolución. Sin embargo, se admite que la búsqueda de
explicaciones nunca termina. En efecto, cada explicación refiere
a un tiempo determinado que la sustenta y posibilita su
emergencia. Este universo conceptual, el Zeitgeist, también
favorece el planteamiento de la interrogante y de las condiciones
mismas de su resolución.5
2. Adoptar una conducta perseverante y disciplinada. Es
decir, dedicar tiempo a la pesquisa de respuestas a las dudas
planteadas. Es poner al servicio de una idea el tiempo para
evaluar paso a paso los errores cometidos y alcances positivos.
3. Demostrar una capacidad para la objetividad. Es decir, echar
de lado los prejuicios, murmullos y opiniones erróneos (la

4
La etimología griega , probalein, verbo del cual deriva ―problema‖, remite
a ―[lo que] está confrontado con‖, es decir, aventado frente a [como si fuese un desafío].
5
Otro concepto es el de episteme utilizado por Platón (conocimiento racional) y
Foucault en el sentido de lógicas internas propias a cada época del conocimiento. Véase
Las palabras y las cosas, (1966).
21
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

―doxa‖) e ideas preconcebidas. Sin embargo, el investigador


es facultado para interrogar los problemas que confunden el
rumor público, pero aporta respuestas ajenas a las prácticas
demagógicas de los sofistas. Ello implica evitar el
dogmatismo aún científico.
4. No opinar ni emitir prejuicios sobre los hechos antes de
conocerles, tratarles, analizarles. Es decir, someterles a una
drástica crítica.
Consecuentemente la adquisición de una buena base metodológica
científica no aparecerá como un lujo superfluo. En efecto, adquirir esta
base es concurrir hacia la ciencia. Es adquirir una sabiduría. Como
opinaba Bertrand Russell (1949), ―la ciencia es buena cuando va
acompañada de sabiduría‖.

LAS DISCIPLINAS CIENTÍFICAS

Los campos del saber son tan variados y el saber es tan amplio que
se requieren de numerosas disciplinas (que son acercamientos a la
realidad) para posibilitar la investigación, la clasificación y el
procesamiento de los datos adquiridos y construir un conocimiento de
tipo científico.
No obstante, todas las disciplinas no son iguales y no todas tratan
de las mismas preocupaciones.6 Como es de suponer, no aplican los
mismos métodos para cubrir sus interrogantes propios. La diferencia, la
más obvia entre las disciplinas se encuentra, por un lado, en las llamadas
ciencias formales, y por otro, en las llamadas ciencias fácticas.
1. Las primeras no se refieren a nada que se encuentra en la
naturaleza. Estas ciencias estudian las ideas, son las matemáticas
y la lógica. Utilizan todos los recursos de la razón abstracta.

6
Teniendo como consecuencia paradójica, la fragmentación de los saberes.
22
Michel Duquesnoy

2. Las segundas estudian los hechos naturales y los hechos


sociales. Por lo tanto, aprovechan los contactos con la realidad
para verificar sus afirmaciones y entablar las bases de sus
protocolos de investigación. A su vez, éstas se dividen entre :
Las ciencias naturales como la física, la química, la
biología, etc.,
Las ciencias sociales y culturales como la antropología, la
historia, la economía, etc.
Las ciencias fácticas tratan con objetos reales y se aplican para la
obtención de datos para producir leyes. Llamaremos ―teorías‖ sus
explicaciones y construcciones conceptuales.

CONOCIMIENTO Y CIENCIA: TIPOS DE SABERES Y SABER CIENTÍFICO.


CONOCIMIENTO Y REALIDAD
Al nacer, el individuo se incorpora a un mundo y a una
organización social ya existente (―el mundo social ya me está dado‖, en
las palabras de Pierre Bourdieu). Existen otras personas, un lenguaje, un
sistema discursivo de explicaciones, tanto sobre lo humano, como sobre
lo natural, físico, social, cultural y ―metafísico‖ (o, si se prefiere,
simbólico), tantos determinantes en la construcción del actor. Es el
corpus semántico significativo que permite fusionarse a una cultura de
pertenencia y de referencia.
El lenguaje respaldado en los sentidos (oír, tocar, ver, gustar, oler)
favorece que se establezcan relaciones entre las cosas, los objetos y el
hablar. Estos procesos complejos remiten a un tipo de aprendizaje
singular que abre la puerta a la percepción cultural de la vida (somos
seres vivientes y razonables, pero siempre de un contexto social y
culturalmente circunscrito). El actor humano socializa el mundo que le
rodea. Dicho de otra manera, el ser humano se descubre a sí mismo como
insertado en un mundo de fenómenos y de cosas, eventos,
manifestaciones e ideas en el que otros agentes actúan de maneras más o
menos determinantes, pero nunca neutrales. Descubrir en un primer
23
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

momento y reflexionar luego acerca de la realidad, es admitir que la


realidad es independiente de mí aunque yo esté dentro de ella. La
realidad está en gran lejanía de mi alcance y de mi voluntad. A la par,
esta postura aliada a una facultad de reflexión, ambas características del
ser humano, le proporcionan la inclinación para intervenir sobre esta
realidad y buscar modificarla. No obstante, a su vez, el mundo exterior
actúa sobre él y contribuye a modificarle. En consecuencia, el ser
humano, animal, social y cultural es producto y productor de la realidad
en la cual desempeña sus actividades.
Es permitido pues hablar de una doble constitución de la realidad:
La realidad natural para nada es producto de la acción del
hombre. Es la mera naturaleza a través de todas sus
manifestaciones;
La realidad social del todo producto de los actores debido a sus
construcciones, conflictos e instituciones (religión, economía,
política, etc.).
¿Cómo se genera la relación entre ambas realidades?
En una relación física,7 es decir, a través del trabajo (entendido
como actividad de producción y hasta cierto punto de
explotación para subsistir) ;
En una relación directa,8 es decir, conociéndola. Aquí se revela
cuanto el individuo humano nunca es aislado dado sus
cuestionamientos y respuestas (por ejemplo, las cosmologías).
Conoce a partir de las ideas de los otros y de su propia
experiencia (determinada por su contexto cultural). Interroga la
realidad desde un conjunto específico de datos y saberes
socioculturales.
Se acuerda que no hay conocimiento sin sujeto que piense a la
realidad. Si el sujeto está inmerso en la realidad, de igual manera está

7
Porque involucra el cuerpo.
8
Porque involucra la razón.
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Michel Duquesnoy

comprometido con esa realidad porque interactúa con la misma. En


consecuencia, el conocimiento y el sujeto se desarrollan como un
producto social, en un momento y lugar singulares. Es decir, el hombre y
los fenómenos que observa, analiza, objetiva y conoce, son vinculados
entre sí y con el conocimiento producido. Por lo tanto, el conocimiento es
el resultado de la relación entre el sujeto que conoce y el objeto que se
conoce. El pensamiento no puede ser el puro reflejo de los objetos, y los
objetos no hablan por sí mismos. Existe una relación dialéctica entre
ambos.

Sujeto Objeto

No se puede pensar el uno sin el otro

SABER COTIDIANO Y SABER CIENTÍFICO


Sea con niveles y profundidad distintas, los seres humanos nos
distinguimos por detentar, usar y aplicar conocimientos. Pero ¿Cómo
sabemos?
De la manera más simple, se puede llegar a conocer a través de la
experiencia natural, es decir, por el simple hecho de vivir y experimentar
el complejo fenómeno de la vida en entornos cotidianos específicos. De
otro lado, cuando se pretende obtener un saber científico, es necesario
demostrar una disposición y una formación para conocer de acuerdo a
determinados procedimientos.
El primero modo refiere al saber cotidiano, el sentido común. Es el
conjunto de los saberes ordinarios y empíricos. Este conocimiento por
legítimo que sea, no tiene por objeto llegar a explicaciones profundas. Es
un saber de nada, sino solamente, poco sistematizado: es superficial. No
clasifica. No demuestra un gran afán de protocolo para distinguir las
fases de colecta de datos, análisis y objetivación. No involucra la forma
del proceder científico para generar el conocimiento. Este saber se
caracteriza por ser básico y aproximativo. Aproxima la opinión

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Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

frecuentemente fugaz, no entablar normas formales y precisas en el


conocimiento. No pretende ser ciencia y tampoco es su meta.
El saber científico crece a partir del conocimiento común, pero
supera lo inmediato de la experiencia (y de la opinión), busca explicación
más profunda y de alcances objetivos. Busca la validez general9 y va más
allá de lo perceptible. La diferencia entre este conocimiento y el primero
no concierne tanto del objeto que se desea conocer, sino del procedimiento
para conocerlo. Por lo tanto, se diferencia del saber ―vulgar‖10 porque
propone explicaciones diferentes. El saber científico se alcanza a partir de
explicaciones sistemáticas y controlables, por la recopilación y la
organización de datos, clasificándoles y buscando leyes y principios. En el
mundo natural la ciencia intenta explicar por qué un fenómeno se produce
así y no de otra forma. En el mundo social intenta reunir las constricciones
históricas, sociales, económicas, filosóficas y eventualmente biológicas
que favorecen el entendimiento de procesos sociales complejos sucedidos
u observados en tiempo real por cientistas.11

CRITERIOS Y PRINCIPIOS BÁSICOS DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO. LA


CIENCIA

Si tomamos como principios que la objetividad y la objetivación


permiten aproximar una realidad siempre construida y todavía en
construcción, entonces el conocimiento científico pretende una liberación
relativa frente a los sujetos que le elaboran. Dicho de otro modo, si el

9
Las ciencias de la naturaleza entablan postulados específicos que pueden recibir el
nombre de leyes. Los debates en torno a los a priori propios de la ciencia newtoniana no
serán considerados en este ensayo a pesar de su relevancia imprescindible. No obstante,
los objetivos perseguidos aquí no nos permiten alargar unas consideraciones cuya
pretensión única es establecer una reflexión profunda aunque sencilla acerca de los
procesos científicos ―habituales‖. Sin embargo, se recomendará la lectura de
Feyerabend, Lakatos y Prigogine. Buenas perspectivas en la obra de Morin.
10
En su origen latín, ―vulgus‖ remite a lo común, a lo popular (en oposición a la élite).
No despreciable pero sí de nivel inferior.
11
La complejidad de esta perspectiva quebranta del todo la improbable linealidad de los
procesos sociales.
26
Michel Duquesnoy

transcurso de las cosas y acontecimientos es observable, no existe del todo


independientemente de los científicos que buscan aprehenderle con la más
grande objetividad. Los mismos cientistas describirán esta realidad sólo a
partir de las posibilidades que les proporciona el lenguaje, reflejo de las
preocupaciones de un tiempo y de un lugar específicos. O si se prefiere,
desde una semiósis particular, nunca definitiva. El conocimiento científico
por preciso que pretenda ser, incluye su propia dinámica de incertidumbre.
De tal forma se puede aseverar que la ciencia se acerca efectivamente de la
realidad de las cosas sin poder departirse de las contingencias que la
limitan y restan su pretensión excesivamente definitiva. Casualidad que le
brinda perentoriamente su carácter exploratorio y, a la vez, circunspecto.
Es permitido recordar el proyecto elaborado por Kant. En efecto, el
filósofo alemán definió un ―programa‖ epistemológico crítico imperante,
cuya primera pregunta es: ¿Qué y cómo podemos conocer? Responder
concreta y determinantemente a esta duda es abrirse el camino hacia un
saber científico conciente de sus propias limitaciones.
Consecuentemente se impone revisar unos conceptos claves, como
son la objetividad, la racionalidad y la sistematización.12
La objetividad remite a la obligación para el investigador de estar
en concordancia con el objeto. Es decir, no inventa o especula de manera
arbitraria los objetos. Controla y critica las distorsiones de su propia
subjetividad dándoles su legítimo y útil lugar en los procesos mentales de
objetivación. Es menester que eche de lado los prejuicios e ideas
preconcebidas. Lo que interesa y anima al científico, es ceñirse a los
hechos con toda la independencia necesaria a sus gustos y a priori
personales. Los hechos son los hechos. En las ciencias humanas, por
razones obvias, esta obligación de rigor es difícil de alcanzar. ¿Cómo
puede retirarse de los hechos el investigador que a la vez es un
copartícipe de los eventos y personas observados con el fin de
analizarles? Este requisito es nada fácil de cumplir y puede
legítimamente parecer más fácil de recomendar que aplicar. Sin embargo,
el investigador procurará por su imparcialidad, separar sus intereses y
12
En las ciencias naturales y exactas se añade la reproducibilidad.
27
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

estados anímicos en el acto mismo de ―hacer ciencia‖. Varios autores,


entre los epistemólogos, los antropólogos y los sociólogos, han
reflexionado sobre esta difícil postura del observador.13
La racionalidad caracteriza a veces de manera muy fría a la ciencia.
Es la capacidad de entender el fundamento de las cosas y fenómenos
mediante explicaciones racionales. La racionalidad así entendida, no es
una facultad innata pues se forja por el aprendizaje. Razonar conjetura la
posibilidad de asociar unas ideas con otras, a fin de formar conceptos,
leyes o explicaciones, oportunidades para otros descubrimientos. El
conocimiento racional no puede pretender la exactitud total. Pues sólo
reviste un carácter de probabilidad. Más vale demostrar que una
propuesta no es falsa, a que afirmar que es ciertamente cierta.
La sistematización consiste en establecer una serie de hechos,
elementos y datos de una manera ordenada. Es decir, procesar los datos
para que tengan significado en la medida de su relación unos con otros. O
si se prefiere, esbozar un sistema coherente de explicaciones posibles a
partir de los datos disparatas observados y recopilados.

EL MÉTODO CIENTÍFICO
La etimología de la voz ―método‖ remite a la combinación de dos
voces del griego ―meta‖ significando ―hacia, a lo largo‖ —con un énfasis
sobre una idea de acción y de movimiento— y ―hodos‖, con sentido de
―camino‖. Se deriva que un método es un camino hacia algo, o si se
prefiere, la manera de orientarse o de realizar una acción específica. El
método es una búsqueda para alcanzar un fin.
El método científico sería en consecuencia el procedimiento que
asegura a una investigación su virtud científica. Es decir, revela las
etapas y filtros desde los cuales se ha realizado el estudio de los
fenómenos y su entendimiento. Cada disciplina científica comparte sus
estrategias metódicas para determinar sus conocimientos y tiene una
13
La literatura sobre el tema es abundante. En particular, véase Bourdieu (1990, la
primera parte) y Bourdieu, Chamboredon & Passeron (1968).
28
Michel Duquesnoy

forma particular de aplicarlas. El método es una concepción intelectual


capaz de coordinar un cierto número de operaciones y prácticas. De igual
forma utiliza y organiza las mismas en función de una finalidad.
La metodología es el estudio del método. Por lo tanto, se alimenta
en la filosofía utilizando los aportes de sus reflexiones de orden
epistemológico. La metodología piensa las técnicas y los procedimientos
metodológicos utilizados entre las disciplinas científicas para efectuar las
investigaciones. Las técnicas son procedimientos operativos: son un
medio para lograr un fin. Son etapas prácticas y pertenecen al nivel de los
hechos. Por lo tanto, se deben adaptar a tipos de problemas y de grupos
específicos. Se relacionan de acuerdo al momento y al proyecto concreto
del estudioso y las posibilidades de los que serán objetos de la
investigación.
¿Cómo eligir una metodología? El mejor criterio es probablemente
su vinculación pertinente y casi inmediata con los datos sociales, temas
de investigación, tópicos, conceptos, problemas y grupos concretamente
observables. Tal afirmación remite necesariamente a discernir
humildemente un cierto número de factores limitantes (materiales,
físicos, cronológicos, etc.). No existe conocimiento que no esté inscrito
en un contexto social, cultural e histórico caracterizado por sus reglas,
normas, formas y exigencias del todo singulares. Todo conocimiento
remite a una esperada valoración social.

ELABORAR LOS PROCESOS DE LA INVESTIGACIÓN


La elaboración de un proceso de investigación no se debe
improvisar. Pues un método de investigación no se aplica como una
receta infalible. Sólo proporciona guías útiles en el camino útiles para no
desmembrase en una aventura descontrolada.

EN SEGUIDA UNAS ETAPAS:


1. Situar el problema: elaborar preguntas bien formuladas relativas a
una problemática imperiosamente verosímil. A partir de esta
29
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

formulación, descomponerla en varias partes de manera correcta.


Es decir, sin ambigüedades. Si las preguntas pueden ser generales
(aunque se aconseje su alto grado de precisión), no deben
involucrar un campo (o varios campos) de conocimiento ignorado
o poco explorado por el investigador.
2. Intentar explicar: proponer desde los primeros momentos de la
elaboración del proyecto, una serie de explicaciones verosímiles y
susceptibles de verificación. Aquí ya se plantean las hipótesis que
son conjeturas y/o afirmaciones por demostrar. Es decir, ¿Cual
explicación eventual de las causas provocan el fenómeno por
investigar? Como se supone, para llegar a formular la(s) hipótesis
de trabajo, el estudioso ya exploró aún superficialmente el tema
que le ocupará.
3. Derivar (deducir) de las hipótesis unas consecuencias probables que
serían a primera vista lógicas. Precisemos, no obstante, cuanto el
mundo social desafía nuestros deseos de lógica. En efecto, aparecen
regularmente fenómenos imprevistos (―no lógicos‖, ―no lineales‖)14
debidos a las motivaciones ―caóticas‖ de los actores —no del todo
siempre inconcientes—. Éstas son las variables.
4. Seleccionar las técnicas: Cada tema y tipo de investigación apela
sus técnicas propias. Y si la investigación en ciencias humanas se
realiza siempre con actores humanos, habrá de demostrar mucha
habilidad en su aplicación. La flexibilidad para adaptarse a las
condiciones del terreno mismo debe ser un requisito
imprescindible.
5. Interpretar: Una vez recopilados los datos originales o de segunda
mano, sean cualitativos o cuantitativos, es obligatorio analizarlos
e interpretarlos a partir del marco mismo de la investigación. Será
indicado preguntarse por qué las respuestas y los resultados son
como son y no de otra manera. En este aspecto nos referimos

14
Véase las famosas bifurcaciones conceptualizadas por Prigogine (1996) y (1997). Una
buena ilustración en Elias (1993).
30
Michel Duquesnoy

explícitamente a las mencionadas objetividad y neutralidad del


estudioso.
EL LÉXICO CIENTÍFICO
El lenguaje científico es conceptual y pragmático, pues sirve para
concebir, pensar y comunicar. Es una herramienta metodológica en sí. Y
si la escritura de un texto científico debe ser concisa, precisa y, la más
cercana a la racionalización, se la espera agradable de lectura, evitando
no obstante, ―hacer literatura‖. Veamos que los enunciados científicos
permiten describir los contenidos de las observaciones, concebir teorías,
sintetizar y analizar tanto lo abstracto como lo empírico con bastante
rigor.
No es aquí el lugar para clarificar toda la jerga científica, pero sí es
menester conocer bien ciertas palabras claves para esbozar con provecho
un proceso de investigación. Concepto, teoría, hecho, clasificación y
leyes, son los más usualmente encontrados en nuestros caminos.

CONCEPTO
De hecho, el saber científico se expresa a través de un conjunto de
conceptos interrelacionados entre sí. ―Cada concepto es una unidad del
pensamiento‖. Dicho de otra manera, ―el concepto no es el fenómeno‖ en
sí: es una abstracción. Representa una actividad del mundo o si se
prefiere un fenómeno. El concepto sirve para concebir y organizar la
complejidad de la realidad. La definición de un concepto particular
(cultura, sociedad, parentesco, acontecimiento, estructura, sistema, etc.)
nunca es cosa fácil, ya que un concepto se vincula a su vez con las
teorías. Es decir, la definición se quedará dependiente de las ineludibles y
necesarias preferencias teóricas del estudioso. Los conceptos no son
datos simples de la experiencia, se buscan y se (re)formulan mediante el
análisis. Encuentran su justificación en el proceso de conocimiento. ―Los
conceptos‖ son el armazón en que se organizan los sistemas científicos,
―son la materia prima que conforman las teorías‖.

31
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

TEORÍAS
Las teorías son un conjunto de proposiciones que tienen como fin
la explicación de determinados fenómenos. En ellas se encuentran un
cúmulo de conceptos, categorías y leyes relacionadas entre sí, que
permiten interpretar la realidad para conceptualizarla. Es decir,
sistematizarla. Las teorías son igualmente herramientas que permiten
orientarse en los laberintos de los problemas investigados. Son el
resultado de la generalización de los hechos y la síntesis de los
conocimientos organizados a partir de la recopilación de datos. Permiten
desarrollar los conocimientos, mejorar y retroalimentar la teoría misma.
Ninguna teoría es eterna, pues no pretende reflejar o decir una verdad
universal y absoluta. Una teoría explica el mundo: no dice el mundo. Es
un discurso acerca del mundo y manifiesta siempre una cosmovisión de
la cual es tal vez el producto más acabado. Una teoría se construye, se
modifica, se destruye hasta su eventual olvido. Es una red conceptual que
ayuda nuestro intelecto a capturar, imaginar, construir y concebir una
realidad probable según un cierto modo de pensar y considerarla. Es
decir, sus vínculos permanentes con su cuna contextual.

HECHOS
Los hechos son la materia prima de la investigación, tanto en sus
procedimientos, como en los procesos hacia la objetivación y la
producción del saber científico. Son los ladrillos usados para construir la
ciencia. Por lo tanto, su importancia es innegable. Son susceptibles de
tratamiento científico, aunque en sí, son solamente hechos. El estudioso
les vuelve científicos porque les retira abstractamente de su complejidad
originaria. Un hecho no detenta ningún valor en sí, ni moral ni social. Un
hecho no es falso ni verdadero. El investigador, al analizarle y
combinarle con otros hechos, le proporciona un valor, en definitiva,
arbitrario. Los hechos se vinculan parcial y subjetivamente con un marco
de referencia, que son las hipótesis y eventualmente las teorías. Por lo
tanto, los hechos no son recogidos al azar, dependen de un sistema de
32
Michel Duquesnoy

principios ordenadores que son las teorías. Al fin y al cabo, la teoría


previamente detenida ―ilumina‖ los hechos. Les da consistencia. En
consecuencia, el ojo del observador ve el hecho porque le piensa.

CLASIFICACIÓN
La clasificación, cuando es relevante de recurrir a este
procedimiento, releva un esfuerzo de ordenación. Se agrupa conforme a
similitudes, características, cualidades y/o propiedades comunes. Se
establecen correspondencias y/o jerarquías. Después de la observación,
se puede encontrar tendencias, regularidades, frecuencias o variables
cualitativas. En fin, la clasificación favorece el establecimiento de
generalizaciones (simetría) o de tendencias asimétricas. Para clasificar y
ordenar, el investigador parte de supuestos a priori concientemente
delimitados con la precaución de no forzar los datos recopilados. Si no se
puede pretender descartar del todo los a priori, éstos permiten,
finalmente, ver un problema bajo un cierto ángulo posible aunque no
artificial.

LEYES
Una ley es un postulado general mediante el que se establece una
sucesión ordenada de fenómenos de carácter causal. Las leyes son
propuestas formuladas a partir de modelos15 de representaciones
abstractas. Se derivan de la teoría. Aunque tengan la pretensión de
reflejar lo que sucede, sólo condensan nuestro saber actual posible. Son
hipótesis confirmadas que pueden volverse obsoletas merced a otras
observaciones y conclusiones sobre los mismos hechos. Es probable que
el mundo social desafíe el establecimiento de leyes propiamente dichas
debido a su permanente fluctuación.

15
Un modelo es una construcción hecha por el investigador con el propósito de simular
ciertos aspectos de un sistema considerado como real.
33
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

La investigación puede ser un rompecabezas exigiendo revisiones


permanentes en torno a sus bases tanto metodológicas como teóricas.
(Foto: Un servidor meditando sobre sus errores cometidos en la
observación de un evento importante. Ahuatitla, Hgo. Acervo personal).

34
Michel Duquesnoy

ETAPAS DE LA INVESTIGACIÓN
La investigación presupone un largo proceso con un plazo siempre
limitado, pero con extensión y duración variables en función de múltiples
aunque, inevitables exigencias. Sea lo que sea, es necesario tomar en
cuenta unos pasos imprescindibles.
1. Plantear un problema, concebir una idea. En primer lugar, el
estudioso se pregunta: ¿Qué estudiar? Ciertamente ningún tema de
investigación se improvisa, pues siempre se fundamentan en los
intereses propios del académico o en solicitudes expresamente
dirigidas por instituciones diversas en consideración de su
especialidad. Las fuentes consultadas generan ideas y dan una idea
previa de la manera para desarrollarlas. También las relaciones de
intercambio entre los compañeros pueden ayudar en este sentido. Al
inicio, como se debe, estas ideas previas son relativamente vagas e
indeterminadas. Empero más se precisa el interés y más se va
documentando el investigador, y más estructura los planteamientos e
hipótesis preliminares. Se esboza el anteproyecto.
2. Ideación y problematización. Un interés o una idea para un afán de
investigación se transforma poco a poco en planteamiento de un
problema. Es decir, cuando se establecen los objetivos, es posible
identificar las preguntas más importantes y su pertinencia. Se
aproxima la viabilidad del estudio. Evaluar la pertinencia es
justificar las razones de la investigación, su importancia social e
intelectual, su valor teórico y/o práctico, etc. Plantear un problema
supone buscar soluciones para su resolución y esbozar los métodos
de recopilación de datos para llegar a tal objetivo. ¿Qué?
¿Quién? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Para qué? son las
preguntas contempladas en la fase de problematización.
3. Contextualización en un marco teórico. El problema debe caber
dentro de un marco teórico que le da su referencia prácticamente
permanente. El marco conceptual es una guía para realizar la
investigación para centrarla sobre una temática precisa. De igual

35
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

forma respalda el investigador cuando se enfrenta a datos disímiles y


contradictorios. Es su brújula, por decirlo así. Puede diseñar las tesis
para realizar el trabajo y proporciona un primer esquema de
interpretación probable.
4. La fase empírica. A partir de este paso, el estudioso se reta con la
materia del estudio y con sus actores principales. Se ponen a prueba
los métodos y las técnicas a fin de recopilar los datos útiles relativos
al fenómeno concreto. La información obtenida será pertinente para
procesarla útilmente. En esta fase, el investigador en ciencias
sociales recurre a la observación/participación, a la consulta de
fuentes locales, a la estadística, a los cuestionarios, y a la entrevista.
La práctica, los actores y las circunstancias de la investigación, le
indican cuáles herramientas son más apropiadas. La recopilación
será controlada, los modos criticados y los análisis minuciosamente
reflexionados para obtener un producto fidedigno y científico.
5. Análisis y exposición de los resultados. El examen teórico de los
resultados empíricos se presenta de una manera estructurada en una
exposición lógica, conforme a un orden, evitando afirmaciones
pretenciosas, irrelevantes e indemostrables. Se trata de elaborar un
documento científico conformándose a las formas en vigor, sea una
tesis, un libro, un artículo, una ponencia, etc. Una vez publicado, el
informe pertenece al dominio público. Es decir, de alguna manera ya
no pertenece a su autor. Por lo tanto, sirve a otros investigadores
para la continuación de la búsqueda científica.

36
Michel Duquesnoy

Nunca se trata de aventarse en la investigación sin preparación (ver el


siguiente esquema).
(Foto: Volador de palo, San Miguel Tzinacapan, 2008. Acervo personal)

37
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Técnicas
Observación/participación
Entrevista
Hipótesis
Fuentes locales
Estadísticas

PROBLEMA Teoría
Fenómeno; Hecho

Resultado Análisis de los datos

Nota: Este esquema retoma varias propuestas del principio recursivo en


la construcción del conocimiento que Edgar Morín entabla en su obra.

38
Michel Duquesnoy

LA INVENCIÓN DEL TERRENO ETNOGRÁFICO: APUNTES EN TORNO A LA


HISTORIA DE LA ETNOLOGÍA Y LAS RELACIONES CON SUS TERRENOS

“Para aproximarse del otro cuando es tan lejano,


es necesario amar su diferencia y admitir que ésta será siempre irreducible”.
Michel Perrin

En este capítulo se pretende reseñar brevemente 4 momentos


importantes en los pasos que llevan a la elaboración de una etnología
verdaderamente científica, disciplina del todo inseparable de sus
relaciones aún polémicas con el terreno de la investigación.

ÁLVAR NÚÑEZ CABEZA DE VACA16

El conquistador Núñez Cabeza de Vaca conoció un


destino extraordinario.17 Embarcado desde Florida
hacia una expedición de conquista encabezada por
Pánfilo de Narváez, su nave naufraga y conoce así,
uno de los pocos sobrevivientes, aventuras y
calamidades abrumadoras.18 En efecto, para subsistir
se ve literalmente obligado19 a vivir con los nativos
y más que todo, vivir como ellos.
Con sus coterráneos y acompañado por sus huéspedes, Cabeza de
Vaca emprende a partir de 1527 una larga travesía de ocho años a través
del territorio sureste de los actuales Estados Unidos de América para
alcanzar los fortines españoles estacionados en el territorio de México.20

16
(Jerez de la Frontera, 1490/95. Sevilla, 1557/60).
17
En 1990, Nicolás Echeverría dirige una película Cabeza de Vaca, poco fidedigna al
nivel histórico a pesar del talento del intérprete principal.
18
Referirse a la buena bibliografía que menciona la especialista del personaje
Aleksandra Jablonska (2002).
19
En unas apariencias Malinowski, por circunstancia de la Primera Guerra Mundial, estará
obligado quedarse prácticamente incomunicado en las islas del Pacífico Occidental.
20
Al parecer después de haber recorrido varios de los estados actuales de la República
Mexicana, como seguramente Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua entre
otros, además, señala Jablonska, Nayarit, Jalisco y Michoacán (2002:134).
39
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Regresa a España y años más tarde integra una expedición hacia


Paraguay donde entra en conflicto con sus tropas. Destituido se le vuelve a
enviar a España, encadenado, donde inicia inútilmente un largo proceso. Lo
interesante en este personaje poco común, es su recorrido y su larga vida en
compañía de indígenas. Dejó para la posteridad dos relatos tan importantes
como interesantes: Los Naufragios y Los Comentarios.21
Las acotaciones del conquistador en torno a los naturales de América
revelan una apreciación original: estima a estas poblaciones y no desea
imponerles ninguna violencia. En efecto, bien es necesario evangelizarles,
pero sin forzar sus voluntades, menos usando la fuerza.22 Jablonska (2002)
con razón argumenta una problemática del todo intercultural existente en
este personaje. De hecho, sus compañeros le estimaban demasiado ―dulce‖
pese a que opinaba abiertamente sobre obligación de servicio y trabajo de
los indios en beneficio a los españoles.
En lo que interesaría este ensayo, se pueden desprender varios
puntos sugestivos para el trabajo de campo. Tal vez no en cuanto a
―técnicas‖ propiamente dichas, sino a consideraciones de orden
epistemológico capacitadas por reflexiones sugestivas por parte de Núñez
Cabeza de Vaca.
En primer lugar, el autor detenta un conocimiento preciso y directo
en torno a las conductas y artes de los nativos. Sus relatos son ejemplos
de precisión etnográfica cuando describe sus ritos y especificidades
espirituales, sus usos materiales, etc. Él mismo se figura como un
observador y deja a sus lectores anotaciones acerca de la diversidad
cultural muy novedosas. Sin poder ser considerado como un precursor de
la antropología, causa asombro que antes de la letra establece en varios
lugares de sus relatos, un evidente proyecto antropológico. Por ejemplo,

21
El título original es mucho más extenso. Su obra conocida como Los Naufragios de
Álvar Núñez de Vaca aparece solamente a partir de la edición del siglo XVIII.
Numerosas editoriales publican hasta la fecha esta obra a precios generalmente
módicos. Señalemos que la primera edición data de 1542. Recomendamos la siguiente,
Cabeza de Vaca (2001).
22
Recordémonos que Bartolomé de las Casas compartía premisas similares.
40
Michel Duquesnoy

cuando se maravilla frente a los inventos ingeniosos característicos de la


diversidad humana.23
En seguida, en cuanto al método de observación que él mismo
experimenta, improvisa exitosamente una verdadera observación
participante. Adopta y efectúa los trabajos de los nativos24 y llega a ser una
suerte de chamán practicando curaciones y ritos mágicos para los que ni
cultural ni mentalmente era preparado.25 No obstante, en su esfuerzo
participativo e integrativo, piensa los usos de los otros a partir de sus propios
paradigmas culturales de los que no se quiere deshacer del todo. Por
ejemplo, en la escenificación de sus ritos terapéuticos, se santigua, reza el
rosario católico y cura en nombre de la Cruz (que ostenta y evidencia
claramente en sus intervenciones). Y como la Cruz de Cristo le consigue
medicaciones exitosas, ve su poder incrementado dentro del grupo huésped.
Pese a la brevedad de la reseña aquí presentada acerca de los
episodios protagonizados por este personaje poco común, es permitido
destacar varios motivos originales para nuestro propósito.
1. N. Cabeza de Vaca adopta los usos y costumbres de los nativos,
así como integra e interpreta sin juicio (en apariencia) sus pautas
culturales. Come como ellos; cura como ellos; anda desnudo
como ellos; viaja como ellos; etc. No obstante —lo siguiente es
primordial— en ningún momento se identifica completamente
con ellos. En la práctica de campo, los etnólogos experimentan
frecuentemente la dialéctica figurada en sus actuaciones que son
una suerte de vaivén entre el ―como‖ y el ―como si‖. Cabeza de
Vaca justifica siempre sus ocupaciones y actividades desde su
socialización europea, señal de su renuncia conciente de
abandonar su identidad cultural. Tal tenacidad le ayudó
ciertamente en los momentos más difíciles que conocerá durante

23
Por ejemplo, en Los Naufragios, ver I, 28, 30 y 25.
24
Se vuelve algo parecido a un buhonero comerciante entre la costa y el interior de las
tierras, lo que le da la ventaja, dice, de ―observar y conocer los habitantes‖. (I, 16).
25
Esta distinción las otorgan prepotentemente los indígenas que consideran su potencial
mágico. Lo asume con gusto y desempeño.
41
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

ocho años.26 Consiguientemente descubre sin saberlo, la mirada


lejana tan útil a los etnólogos en campo.
2. Igualmente nunca echa de lado su objetivo principal: encontrar los
españoles para regresar a su cultura. Su fuerte integración dentro de
los grupos nativos americanos no le priva de sentir una enérgica y
legítima alegría cuando reincorpora los parámetros españoles. De tal
forma están los estudiosos, divididos por un tiempo relativamente
largo, en su terreno de investigación, Cabeza de Vaca sabe que su
estadía entre los otros es temporaria porque no la desea definitiva.
3. Consideremos un detalle que acerca a nuestro conquistador de
una tendencia común entre los estudiosos de campo: una vez
devuelto en su mundo (país, cultura, civilización, gentes), retorna
en la Península Ibérica y nunca más regresará a América del
Norte y preferirá viajar hacia otros horizontes tal vez para
explorar nuevos mundos (países, culturas, civilizaciones, gentes).
4. A pesar de todo lo anterior, si no fuese exagerado nos atreveríamos a
afirmar como a todos los buenos etnólogos, la larga experiencia
intercultural vivida en su intelecto y en su cuerpo, deja huellas
profundas en él y favorece una apertura crítica hacia sus propios
compatriotas.27 Así, Núñez Cabeza de Vaca erige (o intenta erigir)
parámetros de nuevo orden favoreciendo la comparación y las
incompatibilidades entre su referente cultural trastornado por el
encuentro con la otredad, y el mundo indígena decididamente ya no
percibido desde los paradigmas excluyentes de los occidentales.28

26
Muchos antropólogos en prácticas de larga duración entre grupos de alteridad
profunda han confesado haber constantemente entretenido sus referentes culturales. Por
ejemplo, leer en su propio idioma o llevar en sus maletas fotografías de su terruño.
27
Es del todo exquisito considerar la triple distinción que establece entre: los cristianos,
los indígenas y ―nosotros‖. Movimiento conceptual típico de los antropólogos
confrontados a la alteridad. ¿Quiénes son estos ―nosotros‖? sino un híbrido (o
constructo) cultural, algo parecido a una síntesis todavía imprecisa en la que el universo
identitario mental de Cabeza de Vaca oscila.
28
Los citados Léry y Staden llegaron a ser particularmente críticos acerca de sus
propios usos y costumbres.
42
Michel Duquesnoy

FRAY BERNARDINO DE SAHAGÚN (1499-1590)

La calidad y exhaustividad del trabajo


insuperable e imprescindible del
franciscano acerca de la sociedad
mexica precortesiana, no sufren
ninguna duda. Sin embargo, a pesar de
sus cualidades, los temas abordados por
el religioso no serán revisados en este
apartado sino el método utilizado para
obtener los datos asombrosos que
sirvieron para dejar una síntesis de
incomparable riqueza.

Se tratará preferentemente de mostrar que Sahagún no se libra a


un trabajo de etnólogo en campo. Consecuentemente no intentaremos
otorgarle el estatuto —un poco extremado y bastante anacrónico— de ser
el fundador de la antropología, tal como unos especialistas de renombre
—no sin sorprender la comunidad científica— lo afirman.
Empero, es innegable el esfuerzo etnográfico que caracteriza la
Historia General a la par de los métodos usados por el fraile para
conseguir y condensar los datos recopilados. Ya en 1547 se dedica a la
composición de un compendio de discursos a carácter moral en náhuatl,
esbozo de su obra maestra. Desde 1550 emprende investigaciones algo
llamativas en cuanto al método empleado. Colecta, clasifica y describe en
lengua náhuatl una serie de materiales. Manera poca ortodoxa y motivo
de las críticas acerbas por parte de sus colegas. En 1565 inicia la labor
definitiva de su trabajo. Varias contrariedades venidas principalmente de
la Iglesia atrasaron la labor monumental del fraile y más que todo, su
difusión muy tardía entre los círculos eruditos. Hoy el trabajo gigantesco
de Bernadino de Sahagún se impone para todos los estudiosos del mundo
nahua prehispánico.

43
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

EL MÉTODO DE FRAY BERNARDINO DE SAHAGÚN


El fraile nos da cuenta —cosa extraordinaria— del método que él
utilizó. Y sólo podemos admirar su prudencia. Confiesa buscar la manera
para adquirir una visión integral de la civilización azteca. Por lo tanto:
1. Concibe un cuestionario que procura abarca todos los aspectos.
2. Reúne los responsables en Tepeapulco y les pide conseguir
ancianos buenos conocedores de las costumbres y prácticas de la
cultura que desea documentar. Organiza un conjunto de doce
personas (informantes) con los que trabaja y dialoga sin cesar,
dos años consecutivos.
3. Los indígenas no latinizados, responden verbalmente y pintan sus
respuestas con pictogramas. Los mismos son transcritos en
alfabeto latín.
4. Después de esta primera etapa, somete en Tlatelolco un
manuscrito inicial a la crítica de otros informantes. Es decir, libra
este primer esbozo a una verdadera contra crítica.
5. En tercer lugar, ordena el montón de material acumulado y
revisado para construir una obra fidedigna. Esta vez, el
franciscano trabaja solo. De vez en cuando recurre a un
informante cuando tiene una duda.
Como se puede pensar, los treinta años que Sahagún consagró a su
inmensa obra, son resumidos aquí de una manera muy breve. No
obstante, bien es de recordar y subrayar que nuestro monje es el
responsable de la mejor imagen que tengamos de la civilización
mexicana a pesar de otros trabajos valiosos contemporáneos (Diego
Durán, Motolinia y Las Casas).
No obstante el trabajo de Sahagún, con todo no es desprovisto de
limitaciones. Revisémoslas. No es asunto de las líneas siguientes lacerar
su obra, sino cuestionarla para instruir la labor etnológica y la práctica de
campo, tal como idealmente pretendemos llevarla a cabo. Las inferencias
de los desarrollos siguientes saltan a la vista sin que sea necesario
nombrarlas textualmente.
44
Michel Duquesnoy

A) LOS INFORMADORES

Se insistió en su momento sobre el hecho de que los informantes a


disposición del fraile fueron especialmente seleccionados por su seriedad
y por la confiabilidad de sus conocimientos. Veamos que, pese a la
prudencia demostrada, estos personajes fidedignos conocieron la
destrucción total de Tenochtitlán… ¡30 años atrás! Es decir, al momento
de los siniestros acontecimientos que ponen un alto definitivo a una de
las civilizaciones más brillantes del mundo, estos ancianos eran jóvenes.
Es más, pertenecían a clases subalternas de la jerarquía —a pesar de
incorporar la clase de los nobles y aristócratas—. No solamente no
podían saber todo acerca de todo, menos recordárselo. Además, Sahagún
no menciona los puestos que ocupaban sus informantes en la escalera
social de la potencia derrocada. Queda la improbabilidad de encontrar en
los tiempos de la recopilación realizada por el fraile, detentores de
conocimientos secretos o singulares. Si hubiesen existido al momento de
la investigación, es muy probable que ciertas enseñanzas no estuvieran
divulgadas debido al miedo que inspiraba su detención. En síntesis, los
informantes de Sahagún por excelentes que fueron, sólo tenían un
conocimiento parcial. Ello explica tal vez las lagunas aparentes en la obra
del monje.
B) LOS TESTIMONIOS

Puede parecer pretencioso o exagerado cuestionar los testimonios


recopilados por Sahagún. No obstante, es importante remontar al
contexto histórico y social de la encuesta. En efecto, el fraile pertenece al
mundo de los vencedores. La relación con los informantes, vencidos, es
de entrada desigual. No es cuestión dudar de la nobleza de los
sentimientos del franciscano (que ama y respeta a los indígenas
seguramente mucho más que la mayoría hasta de los hermanos de la
tercera orden), sino cuestionar la postura generada en la práctica de la
investigación por las irrefutables relaciones vencedor/vencido. Es más

45
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

¿Conocemos realmente los pensamientos de los informantes29 en torno a


los objetivos buscados por el investigador religioso vocero de una
religión autoproclamada superior a la de los que se examina? Y ¿Si estos
informantes sólo hubiesen de sorprender al investigador y dejarle sólo los
datos que él deseaba (o se suponía) recopilar? ¿Estamos seguros que los
mismos no concibieron pena o vergüenza para comunicar ciertos
materiales? O ¿Desconfianza? ¿Temor? Veamos igualmente que varios
de estos informantes ya son cristianizados o simplemente en fase
avanzada de hispanización. Es decir, es permitido temer un proceso
comparativo desventajoso entre sus valores pasados —tal obsoletas o
ineficaces— y las exigencias cristianas. Estos limitantes son tan
evidentes que el propio Sahagún, concretamente sagaz, somete a
contraprueba las primeras síntesis posibilitadas por los datos recopilados
con el primer equipo de informantes en Tepeapulco.
C) EL PROPIO SAHAGÚN
El contexto mismo del investigador Sahagún no es sereno: su obra
está amenazada porque despierta sospechas en la jerarquía de la Iglesia.
De hecho, quedó oculta varios siglos y salió de prensa en Florencia en el
siglo XIX. Varios autores se preguntan si es tan escandaloso postular que
el religioso hubiese podido seleccionar sus materiales con el fin de
exaltar los indígenas con el fin de combatir sus adversarios. Igualmente
¿Es prohibido especular que los informantes indígenas no supiesen de los
problemas encontrados por el monje y consecuentemente matizaron sus
respuestas? Acaso cada uno de los actores ¿No se preguntó cuales eran
los objetivos buscados o potenciales del producto final? Etc. Son muchas
las incógnitas consecutivas a la realización de la obra monumental del
fraile.

29
Con otros objetivos Sahagún redactó los Coloquios, testimonio dramático relativo a
los diálogos —desiguales— entre la élite religiosa, de un lado, mexica y del otro,
española. Ver Duverger (1987).
46
Michel Duquesnoy

La situación ofertada por las reflexiones anteriores permite


presentar un esquema del todo válido para la encuesta en ciencias
sociales y por su finalización en la producción:

Ecuacuaciones y Ecuacuaciones y
contextos del lado del contextos del lado de los
investigador informantes

Subjetividad Interferencias Subjetividad


y creatividad y contextos variados y creatividad

PRODUCTO FINAL =
PRODUCTO DE LA COMBINACIÓN ENTRE VARIAS
ECUACIONES

Una cosa queda al honor de Sahagún: no busca convertir a los


indígenas de México con la virulencia de otros frailes a pesar de sus
indiscutibles preferencias. Y preferentemente intenta mantenerse cercano
al pensamiento de la gente.

EN SÍNTESIS
A partir del discurso de los informantes seleccionados dentro de lo
que era la élite mexica, Sahagún organiza su cultura para componer un
escrito. Por lo tanto, ambas partes se expresan en el trabajo final, a través
del autor responsable, quien introduce, redacta un prologo, explica, etc.
La mayoría de las veces Sahagún renuncia a emitir juicios acerca de las
costumbres o creencias que relata. Se nota en su trabajo una suerte de
distanciamiento notable. Sus descripciones son técnicas.
No obstante al hablar del mundo de los dioses, no es siempre tan
neutral. Hablar de ―dioses‖ es reconocer de algún modo la religión de los

47
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

otros; en cuanto a hablar de ―demonios‖… Igual cuando se trata de


sacerdotes o de hechiceros.
Como se aprecia, ningún término es del todo neutral, tampoco la
manera en que se estructura un texto.
Es probable que Sahagún haya iniciado su trabajo con la idea de poner
su obra al servicio de la evangelización. Empero, los métodos de recopilación
de datos y la manera que escoge para presentar su obra, se alejan mucho de
este propósito ya que trabaja paradójicamente para la época, al servicio de la
difusión de la cultura de los vencidos. En consecuencia, el Fray Bernadino
produce un saber de orden científico inapreciable que es el fruto del encuentro
de dos culturas en intercambio, casi en dialogo, a través del estudioso de un
lado, del otro, de los informantes.
Mucho se debería decir acerca de la obra de Sahagún. Se espera
que las consideraciones anteriores puedan servir al entendimiento de los
métodos de recopilación así como a la producción del saber etnológico.

MISIONEROS (Y VIAJEROS) EN EL CONTINENTE AMERICANO (SIGLOS XV-XVII)


Pese a los errores y divagaciones importantes cometidos y
denunciados desde la perspectiva etnológica moderna,30 se puede
legitimar la mayoría de las obras debidas a la pluma de los frailes y otros
misioneros venidos sobre el continente americano como una tentativa
singular para constituir un acervo positivo en torno a las costumbres,
ritos, creencias, normas y valores de muchos de los pueblos presentes al
momento de los contactos. Obviamente la recopilación de dichos
materiales por parte de religiosos de los siglos XV y XVI respondía a
preocupaciones típicamente enfocadas sobre aspiraciones poco
etnológicas, pero sí coloniales, apologéticas y teológicas. De su lado los
viajeros relataban con descripciones a veces muy valiosas las sorpresas y
cuestionamientos que los contactos relativamente prolongados con la
otredad suscitaron. En las narraciones conocidas por ser de las más
interesantes, es preciso dar un lugar especial a los testimonios dejados

30
Ello aseverado de la manera más neutral posible.
48
Michel Duquesnoy

por ciertos presos fugitivos que dieron a conocer sus experiencias e


impresiones una vez regresados en Europa.31
No se trata de menoscabar las consecuencias nefastas de estos
postulados sobre las poblaciones originarias, sino procurar en las líneas
siguientes destacar una etapa fundamental en la que la paciente
construcción del saber antropológico se ilustra honorablemente: se trata
de revelar cómo el deseo obsesivo de encontrar (y obligar a) una supuesta
unidad del género humano dio paso paulatinamente al reconocimiento de
la pluralidad del mismo.32 En este tenor, aparece en los siglos XVI y
XVII una suerte de filosofía de la historia retrospectiva postulando la
idea de una degeneración ocurrida en la humanidad en la que el
(supuesto) déficit observado entre los habitantes de América, refuerza la
premisa de que el nativo no puede ser otra cosa sino un salvaje. Con
grados diferentes, frailes, viajeros o presos occidentales fugitivos
intentarán obtener un cierto nivel de conocimientos generales (a veces
puntiagudos en cuanto a los misioneros cuando estudian y practican los
idiomas nativos) y se aventurarán a una ―observación participante‖ antes
de la letra para en su caso, entender, aniquilar, mejorar tal estadio inferior
en la humanidad.
Queda evidente la discusión polémica favorecida por las acciones de
los misioneros. ¿Participan legítima y verdaderamente en la genealogía del
saber antropológico? Es conocido el proselitismo que alentaba sus
intenciones no siempre humanitarias. Tales finalidades les privan
definitivamente de una cientificidad por otro lugar escasamente
reivindicada. Sin embargo estos agentes de deculturación, buenos obreros de
Dios, fueron los primeros ––hasta cierto punto–– en participar y observar

31
Ver Michel Lery cuya obra fue celebrada por Lévi-Strauss como ―el breviario del
etnólogo‖. Igualmente Hans Staden.
32
Tal vez la celebre Disputa de Valladolid debía enfrentarse con el reto de determinar si
el género humano era reducible a su unidad o irreducible a su pluralidad. Fue el rol de
los dos protagonistas, Ginés de Sepúlveda y Fray Bartolomé de las Casas, opuestos en
una larga controversia, contribuir a las evoluciones de las conciencias occidentales.
49
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

para servir sus fines, mucho más todavía que los viajeros.33 Y dejaron datos
y testimonios sugestivos a pesar de prejuicios claramente establecidos en sus
escritos. En efecto, fueron incapaces de echarles de lado para alcanzar el
desciframiento de los códigos culturales de una otredad solamente percibida
como ―convertible‖ para la mejora de su humanidad inferior y la salvación
de su alma. Pese a su conocimiento imponderable de la cultura mexica, hasta
un Sahagún —sobre el cual regresaremos en unos instantes—, no demuestra
haber superado del todo su superioridad evangelizadora como inspirada por
Dios. Empero sus inventarios fidedignos, los misioneros fracasaron por no
haber podido sobrepasar un evidente sentimiento de superioridad
etnocentrista, cultural y religiosa. Abundan los alegatos lamentables en la
pluma de los evangelizadores reduciendo los ―salvajes‖ a una suerte de
humanidad tan mínima que sólo las metáforas prestadas en el mundo animal
neutralizan lo que conjeturaban como una amenaza a la idea de humanidad,
como se la especulaba en estos siglos.
Consideremos la apreciación de Antonio Comajuncora, director de
las misiones en el Amazonas boliviano (10 de Agosto de 1799):
―Estos pobres religiosos se encuentran solos entre estos bárbaros
malvados, insometidos, sin ley ni jefe, importunos, que más
convendría volver seres humanos antes de pensar en hacerles
cristianos‖.
Y esta otra, del Padre Gumilla, fundador de las misiones en el
Orinoco en el siglo XVIII:
―El indio, desde un punto de vista general, es sin duda un ser
humano. Pero desde un punto de vista moral, no temo en afirmar
que el indio bárbaro y silvestre es un monstruo jamás visto
antes‖.34

33
Los casos mencionados de Lery, Staden y Núñez Cabeza de Vaca demuestran por su
parte, un grado de participación altísimo.
34
Estas citas en Blanckaert (1985).
50
Michel Duquesnoy

Es conveniente revisar brevemente la problemática misionera


preguntándose cuál era su apuesta fundamental35 —en consecuencia no
consideramos los relatos de los viajeros en este apartado—. Nos permitirá
acercar una respuesta tentativa a la pregunta planteada en el párrafo
precedente. En sustancia, la hazaña primordial que debían enfrentar los
religiosos, fue entender desde el interior la realidad nativa para
desnaturalizarla mejor. Es decir, utilizándola. Emplearon para estas metas
ciertos métodos cercanos a las técnicas antropológicas y científicas.
Tales:36
1. Conocer las lenguas, codificar y clasificarlas y transferirlas en
alfabeto occidental para convertirlas en escritura para favorecer
su comunicación y su reproducción.
2. Reducir lo desconocido a lo conocido. ―Traducir‖ el
desconcierto provocado por los ―salvajes‖ en códigos familiares
de una cultura humanística (¡la occidental!) descalificando y
condenando los códigos autóctonos. Así, cuando por azar algo
parece merecer alabanzas en las sociedades ―salvajes‖, es siempre
con la finalidad de burlarse del conjunto general. La ―salvajería‖
es un error, una deficiencia y un retroceso inimaginables (¡pobres
indios!) en relación a una humanidad primitiva de la que todos
los seres humanos proceden (esta tesis de la monogénesis marcó
perennemente la antropología incipiente). El tiempo y el
alejamiento (de Occidente) fueron factores de decadencia física y
cultural. El ―salvaje‖ americano no podía conservar muchos
recuerdos37 de los verdaderos valores de la verdadera humanidad
(deseada por Dios en el Edén). En un sentido apenas ocultado, se

35
Si se trata en este apartado de las prácticas y métodos de los religiosos de los siglos de
la Colonia, es importante mencionar su actualidad entre varios grupos protestantes
norteamericanos. Los cometidos por el Instituto Lingüístico de Verano (ILV) en México
y en América Latina en su conjunto desafían la imaginación…
36
Los tres puntos analizados en seguida parten del método antropológico propiamente
dicho y derivamos en consideraciones críticas en su aplicación por los frailes.
37
Es un ¡platonismo cultural! en un implicación inesperada del Mito de Er. O si se
prefiere, es un evolucionismo al revés…
51
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

divulgaba la idea de que las culturas indígenas ofertaban a la vista


(occidental) las evidencias de un declive de la humanidad. La
multiplicación de sociedades tan diferentes y disímiles (con sus
tantas lenguas y sistemas38 de creencias) en el continente
americano abogaba a favor de esta tesis. Las obras de los
misioneros se distinguen por su monotonía y su condenación sin
remisión de las ―idolatrías‖. Peor cuando fustigan las ―fingidas
búsquedas‖ de verdades éticas, en suma teológicas. Las
consecuencias de estas premisas fueron increíbles y perdurables,
como se sabe.
3. El nacimiento histórico de la antropología en este contexto
misionero y colonial, sigue una lógica de identificación. Veamos
que desde los primeros instantes de los contactos, los frailes
estandarizan de alguna forma una imagen del nativo. Pertenecen
a culturas inferiores e incivilizadas, no evolucionan, sus
sociedades son estáticas. En suma, todas las sociedades indígenas
abordadas por los frailes, sin excepción, se resumen a unas pocas
palabras, nunca halagadoras, del norte del continente hasta el sur.
Se borran sus cuantiosas diferencias intrínsecas para oponerlas a
la civilización cristiano occidental, la que a su vez alcanza auto
contemplarse a sí misma en su propio espejo. O si se prefiere, se
identifica Occidente frente a una sola otredad, vergonzosamente
reducida y atrofiada. Se somete la diferencia cultural de América
a la del indio único, bestial e infrahumano. Sólo es permitida su
colonización (explotación) y siglos adelante, su integración. Se
condena al indígena a ser sempiternamente igual a sí mismo (es
decir, a la imagen que se construyó para él): la de un ser humano,
sí, pero inferior e indigno.

En resumen, se puede apreciar que si la antropología moderna no nace


como tal con la obra misionera, los frailes experimentan unos métodos
ilustres de la disciplina y resulta interesante apreciar que sus resultados

38
Escasas veces merecen la distinción de ―religión‖.
52
Michel Duquesnoy

plantean con un cierto anacronismo problemas de envergadura


epistemológica relativos a la producción del saber antropológico. En efecto,
se enfrentaron con el espinoso reto de conceptualizar al otro, ya que resulta
improbable objetivarle sin diferenciarse de él. Desde nuestros enfoques
modernos, es permitido afirmar que los métodos que utilizaron no les
permitieron deshacerse de graves prejuicios en materia de alteridad.

El Padre Lafitau, misionario en Canadá al lado de una lámina de su Obra


Moeurs des sauvages ameriquains, comparées aux moeurs des premiers
temps.

BRONISLAV CASPER MALINOWSKI (1894-1942)


Que se aprecie o no el personaje o sus teorías, es
innegable el lugar privilegiado que Malinowski
ocupa en la historia de la antropología. No parece
excedido aseverar que el estudioso polaco es el
inventor del terreno moderno y en gran parte, de
sus métodos de recopilación de datos,
principalmente de la observación directa.

Su obra magistral Los Argonautas del Pacífico Occidental,


empieza con una suerte de tratado sumario acerca del método que
preferentemente los etnólogos deberían aplicar para pretender a la
elaboración de etnografía profesional. Es decir, y en los términos de
Malinowski, ―la aplicación paciente y sistemática de un cierto número de
reglas de sentido común con principios científicos agudos‖.
53
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Y ensalzaba las exigencias siguientes:


1. alejarse de su sociedad de origen,
2. quedarse físicamente un tiempo suficientemente duradero
con la población estudiada,
3. aprender sus lenguas y costumbres,
4. intentar pensar como ellos (―volverse como ellos‖),
5. pensar desde el punto de vista del ―etnografiado‖, integrar
su cosmovisión y vivir las relaciones con los otros a partir
de sus maneras propias.
Son, como se puede pronosticar, los lineamientos básicos de la
observación participante.
Malinowski jamás pretendió que el investigador en campo, debe
volverse integralmente el otro observado. En varias páginas de sus
trabajos,39 siempre enfatizó que al menos culturalmente, el estudioso se
queda lo que es puesto, la factibilidad improbable, borrar definitivamente
sus rasgos idiosincrásicos.
A partir de la lectura de su afamado Diario —sin que sea forzoso
dramatizar la afirmación siguiente—, se desprende la posibilidad de un
precio sicológico más o menos apreciable que pagar así como un coste
intelectual. De hecho los mitos de la carrera evocan el rito de iniciación
de la primera práctica de campo ―dura‖…
Fuere lo que fuere, Malinowski introdujo en el mundo de los
etnógrafos del principio del siglo XX, una verdadera y duradera
revolución que atañe la antropología social.

¿En qué consiste este giro fundamental?


1. En una redefinición de la división del trabajo establecida
desde el siglo XIX entre la etnografía (ciencia descriptiva) y la
antropología (ciencia comparativa). En este tenor, los
antropólogos sólo eran museólogos, estudiosos de gabinete,

39
Pensemos en sus palabras anecdóticas reportadas en su Diario en las que dice
saborear mentalmente platillos franceses y tomar cafés en Soho…
54
Michel Duquesnoy

eruditos y teóricos buscando rastrear hipotéticos


rompecabezas de la historia natural de la humanidad,
comparando cráneos, objetos, mitos, ritos, trajes, etc.40 Estas
tareas consistían en reunir y clasificar datos disparatas y
compararles.41 ¿Dónde encontraban los materiales sobre los
cuales fundamentaban sus teorías? De un lado, en los trabajos
y crónicas de los misioneros (u otros testimonios directos
capturados para conservar memoria); del otro, en las mismas
interpretaciones de estudiosos de gabinete circulando de forma
reticular. Malinowski criticará ferozmente estas teorías
fundamentadas, en suma, en ensayos de segunda o tercera
mano. Enfatizará que la etnología consiste en la recopilación
de datos de primera fuente favorable a la construcción de un
edificio teórico y la objetivación de ingredientes empíricos.
Malinowski es el autor de esta maravillosa afirmación: ―El
laboratorio del antropólogo, es la superficie terrestre‖.
2. De ahí su reivindicación tenaz del carácter empírico del
terreno y del saber que produce debido al hecho de que el
mismo individuo debe ser etnógrafo y antropólogo. Es
decir, observador y teórico.
3. Para él el terreno antropológico es mucho más que una
práctica meramente descriptiva, es el lugar esencial para
posibilitar los adelantos de la ciencia social, tanto al nivel de
la profesión como de la calidad en la producción académica.
4. En definitiva, el etnógrafo colecta sus materiales bajo la
forma de enunciados, pero sí les debe analizar tomando en
cuenta las condiciones de recopilación (sea a través de la
observación o de entrevistas). Es decir, la importancia de
una saludable reflexión crítica en torno a la generación de
40
Con matices debidos a los cambios en la bogas, estas tentaciones son todavía bien
reales para ciertos ―antropólogos‖…
41
Ver la alegoría contenida en el frontispicio del conocido ensayo de J.-F. Lafitau,
Moeurs des sauvages amériquains, comparées aux moeurs des premiers temps, en su
primera edición de 1724, en Paris, Saugrain et Hochereau. Con 39 láminas.
55
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

los datos y su condicionamiento científico. Malinowski


esboza sobre estas bases una serie de técnicas específicas
para confrontar los datos y los informantes (de los que
pensaba inevitable desconfiar en un primer momento). Es
menester considerar en su justo lugar los desajustes entre,
de un lado, los principios declaradas y acertados y, de otro
lado, las prácticas reales. Y, en el momento de elaborar las
teorías, el estudioso polaco recomienda ―preocuparse del
margen aparecido entre la observación y la exposición de
los resultados‖. Dicho de otra forma, Malinowski
presentía claramente los desajustes potenciales entre la
observación (o la recolección de materiales) y el acto de la
escritura (objetivación) a pesar de que el observador y el
escritor son la misma persona.

56
Michel Duquesnoy

SEGUNDA PARTE

57
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

58
Michel Duquesnoy

CAPÍTULO 1: INICIAR EL VIAJE

“Ya no aguantaba estos niggers y tampoco mi labor.


Los trópicos perdieron para mí su extraordinaria extrañeza.
Llegué a pensar que me sentiría mucho mejor en cualquier otro lugar”.

Bronislav Malinowski, Diario

ANTROPOLOGÍA, ETNOLOGÍA, ETNOGRAFÍA: UN DESEO DE TRASLADO


En la formación y práctica del antropólogo, viene el día en el que
un ineludible deseo de exotismo deberá ser colmado. En efecto, su
vocación es ir al encuentro de los ―otros‖ y de sus formas de ver, pensar,
hablar, comer, organizar, rezar, danzar, enamorar, cazar, matar, mirar,
amar, odiar, etc. En breve, observar para pensarlas y conceptualizarlas,
las maneras peculiares que cada cultura detenta para expresar su devenir
y su ser dentro de un mundo cambiante percibido tanto en una
contingencia inquietante como en su incierta permanencia.
Apenas se inició la exploración que este pequeño libro propone a
través de la disciplina más pomposa y pretenciosa de las ciencias
humanas que acudimos inocentemente a conceptos polémicos bien
conocidos por los especialistas. Exotismo, ―otros‖, cultura… En realidad
habríamos de reconocer su pertinencia al apreciar el trasfondo histórico
inseparable de la antropología, sea ésta la principiante balbuciente o la
mujer senil que se ha vuelto últimamente a pesar de las permanentes
curas de rejuvenecimiento que justifican su posición —y postura—
dentro de la cacofónica orquesta de las ciencias presuntamente ―blandas‖.
No es la pretensión de estas páginas entrar en las discusiones
críticas, sabias, eruditas y digámoslo, capciosas acerca de estos conceptos
—y otros— a veces apuntados como colonialistas y hegemónicos.
Sencillamente para nosotros, si quitamos al antropólogo el placer que
encuentra en el exotismo y en el estudio de las formas ajenas de pensar y
ordenar el mundo, es la parte sustancial de la disciplina que se ve

59
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

amenazada y menospreciada cuando, de otro lado, se proyecta


paradójicamente servirla y enriquecerla.
Cierto que desde varios decenios, el viaje antropológico se
metamorfoseó al ritmo acelerado de las mutaciones dentro de las
sociedades ―tradicionales‖, objetos ―clásicos‖ de la antropología. En
efecto, los supuestos ―salvajes‖ fueron lentamente rehabilitados en su
dimensión cultural digna de respeto y compresión para sí y los mismos
se vieron si no barridos, en ciertos modos más o menos integrados dentro
de un modelo cultural occidental que adoptaron a sus moldes
―ancestrales‖ para presentar hoy por hoy variables culturales híbridos
estudiados in situ. Sea lo que sea, el exotismo de los padres fundadores
solamente de la antropología deseosos de conocer los trópicos y sus
gentes, cedió el paso a un exotismo dentro de sus fronteras. Los
campesinos de Occidente tuvieron a su vez el honor de ser estudiados
como unos ―primitivos‖ amenazados por el modelo hegemónico a una
lenta pero irreversible desaparición. Hoy el exotismo antropológico se
voltea hacia las faunas urbanas, las extrañas invenciones culturales
propias de las sociedades complejas, las asombrosas innovaciones de las
instituciones y organizaciones pilares de estos mismos conjuntos
societales, etc. También existen los antropólogos que se dedican a estar a
la mira del ocio y sus múltiples creaciones —producto exótico
típicamente occidental—, los ritos a semejanza religiosa que los estadios
y otras canchas libran a su expectación sagaz —sea porque ahí se reúnen
los feligreses de una confesión en boga o de un deporte ―popular‖—. En
una palabra: un evidente deseo de exotismo en el que el investigador
experimente y confronte sus propios modos de pensar, ver y ser con
condiciones distintas a las suyas propias y a las de su tribu. El exotismo
para los trópicos o los círculos polares se regeneró en el exotismo dentro
de su propia cultura aprendida como diferente. Otra, si se prefiere.
Se considerará este deseo de supuesto exotismo como se quiera. No
obstante, la antropología se distingue tal vez de todas las otras disciplinas
de las ciencias humanas y sociales por su método particular de recopilar
las informaciones, datos y fundamentos útiles para sus futuros análisis,

60
Michel Duquesnoy

clasificación y comparación. Eso es, el hundimiento relativamente


profundo en el espesor cultural de estos otros que pretenciosamente,
afirma observar. Idealmente, se hunde en su ―terreno‖, ―practica‖ el
campo (antropológico), vive, piensa, come, ama, trabaja, reza, cura, etc.
—mejor dicho, intenta— como los que vienen a estudiar. Se mezcla en
sus actividades, adopta —durante un tiempo— sus problemas,
cuestionamientos, preferencias y disgustos. En pocas palabras, descubre
los otros en sus entrañas y experimenta su mundo en su médula.
Evidentemente este ejercicio presenta limitaciones importantes
sobre las cuales será menester entretenerse un rato para pensar la práctica
del terreno. Por lo pronto, diremos que el científico social llega a
descubrir que ―su‖ terreno se presenta a la vez como un lugar, un objeto,
una tradición y una práctica peculiar de investigación dentro de la cual el
es sólo un copartícipe. En efecto, participa directamente en los procesos
de la investigación y observación, es un actor entre los ―otros‖ actores.
Evidencia que ―su‖ terreno, su investigación en un campo relativamente
cerrado, relativamente abierto de interacciones a las que no escapa, que
puede fomentar y/o provocar, que es un interlocutor entre varios
interlocutores.
Solamente en este momento, fuerte de esta experiencia —si la
alcanza—, entiende los engaños románticos de las nociones de exotismo
deduciendo los méritos de un etnocentrismo equilibrado. Intuye que su
contacto con ejemplos de sociedad o de cultura no necesariamente
fundamentada en la escritura si no en la oralidad o en lo visual, lo lleva a
la certidumbre de que la restitución de ―su‖ terreno es antes de todo un
acto de memoria y una permeabilidad crítica de sus experiencias
personales. Un acto de memoria fundamentado en observaciones y
experiencias, agradables o no, que deberá transcribir en texto. La síntesis
de los materiales recopilados resumirá y contendrá el conjunto de su
método. Lo que aparecerá entre las líneas…

61
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Si nuestro lector afirma un cartesianismo radical, posiblemente llegará


a sospechar y denunciar un cierto romanticismo poco compatible con la
preocupación científica. Cierto es que en la mejor medida de lo posible, los
aspectos sentimentales deben ser descartados para proporcionar a la
comunidad académica resultados fidedignos. Es decir, objetivos. Sin
embargo, cuando se trata de exploraciones en ciencias humanas, nadie
puede eludir el carácter humano de la mera investigación. Si, como
instruimos en las líneas anteriores, la investigación antropológica obliga el
observador a contactos profundos con el grupo cultural meta y a
interacciones frecuentemente fuertes, no se puede evitar la interacción de los
aspectos propiamente afectivos, debido a que los mismos son constitutivos
del genero humano. Es sabido que el ser humano objetiva el mundo que le
rodea y en el cual desempeña sus actividades vitales, materiales y
simbólicas. Empero, de la misma forma subjetiva los espacios que ocupa,
sean éstos materiales, ideales o personales. Bastará con mencionar cómo los
grupos humanos enaltecen (o infaman) culturalmente los paisajes cotidianos
en los se implementan para desarrollar sus labores de sobrevivencia. En
estas condiciones ¿Por qué negar la aportación de los sentimientos y afectos
en el proceso mismo de la investigación científica? Probablemente un
descontrol de las emociones lleva a conclusiones científicas poco
recomendables cuando su consideración crítica —eso es, su control— lleva
a resultados empíricos confiables que podrán pretender a echar una luz
objetiva fidedigna sobre los fenómenos y rasgos socioculturales observados
y analizados. Habremos de retomar en su tiempo estas consideraciones útiles
para la labor etnográfica.42
¿Cuál será el etnólogo que en sus prácticas se siente libre de
angustias, enojos, odios, amores, aprensiones, irritaciones, sorpresas,
encantos, dudas, alegrías, satisfacciones e insatisfacciones? ¿Cuál será el
profesionista acostumbrado a la práctica de terreno que negará el impacto
de estas emociones en el desarrollo de su investigación? La práctica del
terreno antropológico es compleja. Además, es de considerar esta

42
En su producción científica, no es conveniente que el experto exhiba sus estados de
ánimo ya que atraviesan como en filigrana el conjunto de sus actividades.
62
Michel Duquesnoy

práctica como una sofisticada arena social de alto nivel que promueve las
relaciones entre actores culturales perteneciendo a grupos y estratos
socioculturales disímiles. Ello supone conflictividades, encantos,
seducciones y errores de evaluación.
En general, los profesionales acallan estas consideraciones.
Prefieren hacer como si no tuviesen relevancia. Pudor y desconfianza se
encuentran para escamotear unos de los aspectos fundamentales de la
investigación y de la práctica de campo. Como si fuese vergonzoso
―haber experimentado con su corazón‖ y confesar su aporte en la labor de
objetivación. Claro está que no es necesario extremar su importancia ya
sea para rebajar la experiencia de campo a un mero consultorio
psicoanalítico,43 o sea para restringirla en las necesidades de la carrera,44
e incluso para negarle cualquier tipo de exhaustividad o veracidad 45 o
para desdramatizar el engaño y reducir las consecuencias a través de una
experiencia literaria.46 Menos interesa escribir sus confesiones y
¡vanagloriarlas como producto científico!
Creemos permitido decir de la manera más sencilla del mundo que
la experiencia de campo es sólo una experiencia. Experiencia importante,
esencial y fundamental. Importante para el académico; esencial para la
investigación; fundamental para la recopilación de datos de primera
mano. Además, esta experiencia remite a un artilugio: el investigador no
se exilia del todo ni se refugia —y debe hacerlo— dentro de su grupo de
estudio. Sólo va un tiempo más o menos prolongado o por estancias
cortas a medianas, para finalmente extraerse y volver entre los suyos y en
sus costumbres y preferencias tanto culturales como sociales. Para los
miembros de la sociedad estudiada, se queda un extranjero. Tal vez un
amigo, no obstante siempre ajeno a su intimidad profunda.

43
―Pues el antropólogo es un insatisfecho que descubre el sentido de su vida con sus
observados‖.
44
―Si no haces campo, no sabes nada‖.
45
―Pues el antropólogo se equivoca porque no puede considerar todos los variables del
grupo estudiado‖.
46
―Mejor escribe el antropólogo y mejor demuestra su incomprensión del grupo
observado. Hubiera tenido que escribir novelas‖.
63
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

¿ARTILUGIO? ES MENESTER PRECISAR LO QUE ESO SOBRENTIENDE


En primer lugar, hemos de tener siempre presente que la postura de la
investigación en el terreno antropológico remite a una situación artificial. En
efecto, nunca es normal y baladí para ningún grupo sociocultural convivir, a
veces a su pesar, con un (o varios) investigador(es) a menudo curioso(s), e
indiscreto(s).47 Para romper la artificialidad de este escenario, ambas partes
se esfuerzan en volver los contactos lo más naturales y amigables posibles,
sin evitar siempre los conflictos, malentendidos o tensiones en definitiva
―naturales‖ en las relaciones humanas. Ahora bien, la mayoría de los actores
involucrados en una situación de observación antropológica confiesan
habitualmente el placer que encuentran en este tipo de intercambio y son
frecuentes los nexos de amistad que se tejen y mantienen entre los
copartícipes de una investigación.
En segundo lugar, el artefacto de la práctica antropológica refleja
una situación que sólo desea el investigador. En efecto, si no se exilia
como fue estipulado más arriba, él decide marcharse, irse y hundirse en
el seno de situaciones que a priori les son o serán pocos o nada
familiares. Y frecuentemente poco atractivas… Además, se tendrá que
esforzar ―volverse‖ uno de los mismos que pretende observar, describir y
analizar. En definitiva describirse a sí mismo desde las interpretaciones
de sus ―ojos que piensan observando‖ la similitud a la par de la
diferencia. Artilugio porque él sabe —así como los observados— que
esta situación inhabitual de ―hacer y pensar como si‖ sólo es temporaria y
forzada, pero indispensable para procurar vivir, sentir y pensar desde los
parámetros del grupo huésped. Bastante imprescindible si desea evitar
que se le perciba como un impudente agente policiaco. De hecho un
investigador…

47
En noviembre 2009, tuve la oportunidad de realizar una investigación entre los
huilliches de San Juan de la Costa, Chile. Participando en un evento local reservado a
los mapuches, se me comentó lo siguiente. Entre los pueblos de pescadores, se conocen
a los antropólogos como ―estos gringos que vienen hacer muchas preguntas que no se
entiende porque las hacen‖.
64
Michel Duquesnoy

Entre las cualidades necesarias e ineluctables que debe demostrar


el estudioso que práctica el terreno antropológico, se cuenta con la
facultad de maravillarse, sorprenderse, encantarse y neutralizar el
malestar que la diferencia cultural puede legítimamente estimular. 48 El
tiempo, la intimidad y el grado de hundimiento que el profesionista
propone —o puede—obtener, y que el grupo meta le permite alcanzar,
favorecerán que el carácter de extrañeza siempre experimentado en los
primeros momentos de la práctica, envanezca y sobretodo se relativice.
En definitiva, la flexibilidad, la tolerancia y la capacidad de cada
especialista, así como su propensión para rebasar sus prejuicios son
originales porque remiten a prejuicios forjados en el molde de su historia
íntima y única. Entre los grandes expertos del siglo XX, los ejemplos de
Leiris, Malinowski y Evans-Pritchard, figuran entre los hitos de la
cuestión. No será indispensable extenderse sobre sus aportes.
El antropólogo no es más que un ser humano, no un superdotado
extraterrestre. Sufre, siente, se alegra, se entristece, se irrita, se alimenta,
duda, ríe, etc. y tiene límites morales, físicos e intelectuales. Tantas
fortalezas y debilidades que debe sondear y tomar en cuenta al momento
de iniciar una investigación.
La práctica antropológica tiene la virtud de alejar al estudioso por
un tiempo, del mundo cultural y conceptual al cual acostumbra. Pero
semejantemente debe obligarse relativizar sus preferencias y espacios
teóricos que, si le sirven al momento de ordenar y objetivar, hacen correr
el riesgo de influir negativamente en la observación continua y en los
contactos directos con la población definida. Malinowski, como fundador
de la práctica antropológica moderna, había comprendido que ―no

48
En este apartado, se enfatiza la distinción cultural. Sin embargo las diferencias a las
que se tiene que acostumbrar el estudioso, son múltiples y variadas. Así, cuando se
presenta, la diferencia lingüística es probablemente la más aguda desde los primeros
contactos más profundos, porque implican de muy cerca los retos de la investigación.
Otra diferenciación es la que ofrecen los paisajes geográficos o los contrastes
climáticos. Tantos elementos que tienen siempre e inevitablemente una importancia que
se deberá evaluar al momento de decidir la factibilidad de las estancias relativamente
prolongadas inherentes a una investigación exitosa y completa.
65
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

podemos hablar de los hechos como detentores de una existencia


objetiva. Es la teoría que crea el acontecimiento‖. (Malinowski,
1985:202. Citado desde el francés y con mi traducción). Por consiguiente
habremos de contemplar que, durante la práctica, no es el rol del
investigador crear los eventos, sino observarles para los fines de análisis
posteriores, materias para la elaboración de teorías. De hecho, durante las
varias fases del proceso investigativo, se trata de abandonar, siquiera
poner entre paréntesis muchas cosas. Así de los recuerdos, alcances,
fracasos y resultados obtenidos durante investigaciones anteriores. Esto
es, cada terreno es sui generis y cada terreno contiene su cosecha de
sorpresas y singularidades. Es legítimo, obvio, que el académico es libre
a comparaciones. Aún estando en la acción de la observación y de la
indagación. Empero, si la puede tener presente, sólo será para neutralizar
sus constreñimientos y coacciones que podrían llevarle a conclusiones
tempranas. Se recomendará entonces que compare y clasifique —tareas
fundamentales de la etnología— una vez fuera del terreno propiamente
dicho. Eso con el fin de evitar interferencias dañinas tanto para los
resultados, como para la integridad cultural del grupo objetivo. En efecto,
si es legítimo confrontar (o recordar), es preciso hacerlo desde
perspectivas y enfoques similares. No todo en cualquier circunstancia y
situación permite los paralelos. Solamente la tranquilidad del gabinete
favorece la reflexibilidad adecuada y pertinente.
En definitiva, el terreno antropológico es ambiguo. Ambiguo en el
pleno sentido de la palabra. El terreno no es tal cosa y la es, al mismo
momento. Tal vez el lector entenderá mejor las paradojas que se intenta
explicitar cuando él aprecie a su vez la práctica de la investigación. Ahí
experimentará la ambigüedad manifestada cotidianamente por la tensión
difusa entre el alejamiento que impone el hundimiento en formas
distintas de actuar y pensar, y la fascinación intelectual que llevan
consigo los descubrimientos de tales maneras. La seducción para lo
humano, sus expresiones y sus realizaciones siempre reflejos de moldes
culturales históricamente identificables. Ambigüedad en definitiva
causada por el reintegro hacia su propia sociedad, sorprendente

66
Michel Duquesnoy

fenómeno auspiciado por la mirada lejana hacía ―sí mismo como si fuera
un otro‖.49

ADDENDUM
Las exigencias del conocimiento adquirido y construido en las
ciencias sociales y humanas, obligaron a los estudiosos de las varias
disciplinas implicadas en estos procesos a elaborar un conjunto de
métodos específicos para recopilar sus datos y procesarles debidamente
en vista de objetivación. Muchas se elaboraron empíricamente, en la
práctica de campo o, en unos casos precisos, en laboratorios como fue el
caso de las técnicas pensadas por los etnometodólogos en su afán de
observar la vida cotidiana en detalles en apariencia anodinos.
A pesar de los aspectos formales que parecen revestir estos
métodos y técnicas, nunca fueron imaginados con igual cuidado en sus
etapas respectivas debido al carácter único y singular de cada uno de los
terrenos de la indagación así como al genio propio de cada uno de los
investigadores. Es más, en los numerosos manuales dedicados a la
metodología existen ineluctablemente imprecisiones y olvidos
traduciendo, por cierto, las preferencias y experiencias del propio autor,
igualmente —se supone— practicante de la investigación.
Empero, varias técnicas alcanzaron una fiabilidad indiscutible si el
estudioso las aplica con inteligencia, sabiduría y tacto. Es principalmente
el caso de las técnicas de la entrevista e interacciones orales con las que
abusos inexcusables fueron cometidos por los manipuladores de la
Programación Neurolingüística (PNL).50 Felizmente los excesos de la
PNL no son imputables a los antropólogos ni a los sociólogos.
Sea lo que sea, las sociedades observadas alcanzaron un nivel tal de
complejidad que su estudio obliga a los cientistas sociales a demostrar
muchas habilidades en el manejo de las técnicas idóneas de recopilación
de informaciones con la precisión obligatoria de que ningún manual
49
Me inspiro libremente en el título de una obra magnífica de Paul Ricoeur, Soi-même
comme un autre.
50
Ver el sugestivo ensayo de Breton (1997).
67
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

puede pretender ser un conjunto de soluciones irrevocables y siempre


aplicables en todas las figuras de la investigación.
Pero ¿Qué es la investigación?
Cada investigación posee características propias porque se dedica a
la exploración profunda de casos concretos todos diferentes. La
investigación refiere a:
―Un tipo de trabajo que consiste en:
una transformación (el proceso de la investigación misma),
ejercida sobre un conjunto de materiales previos (datos
empíricos, bibliográficos, teorías, etc.),
mediante el empleo de ciertas técnicas,
para obtener determinados resultados‖.51

Para cumplir tales fines, el estudioso en ciencias sociales detenta a


su alcance un arsenal de técnicas52 variadas y múltiples que deberá
adaptar a su campo específico de indagación considerando el altísimo
tenor empírico de su trabajo. La originalidad y la complejidad del
proceso de la investigación de tipo etnográfico singularizan a la
etnografía y a la sociología como disciplinas fundamentadas principal
pero no exclusivamente en la práctica de terreno. El objeto de la
investigación en ciencias sociales (tales como la etnología y la
sociología) es tan diverso y amplio como la realidad que
investigan: sociedades complejas, fenómenos complejos, grupos sociales,
hechos culturales y su vinculación con los actores que componen estos
grupos. Por lo tanto, la intención metodológica debe ser pertinente y
coherente para alcanzar una aproximación correcta de la realidad en su
sorprendente diversidad.

51
Dorra & Sebilla (1997:13).
52
Lo siguiente se inspira libremente de Granai (1962).

68
Michel Duquesnoy

En general, los etnógrafos trabajan sobre segmentos de la realidad e


intentan proporcionar análisis expertos de los mismos. Quizá
encontramos aquí una diferencia importante que distingue entre la
investigación etnológica y la sociológica. En efecto, el sociólogo toma en
cuenta totalidades y procura no mutilarlas poniendo entre paréntesis
aspectos cualesquiera de la realidad social. He aquí una enseñanza
particularmente provechosa para nuestras pesquisas. Parece peligroso
―dividir‖ y ―aislar‖ arbitrariamente fenómenos y hechos afuera de lo que
aparece como una totalidad explicativa y existencial: la realidad en sí. Es
conocida —y temida— la complejidad de esta realidad, ya que se
compone de un sin número de elementos entrecruzándose e
interrelacionándose. Tal complejidad intima el estudioso a repartos y
recortes dentro de la realidad porque no puede observar y analizar todo.
Consecuentemente, debe ser conciente de la arbitrariedad de su acto
porque es necesario. En la medida de lo posible, será menester considerar
nuestros análisis como parte del fenómeno social total, como planteó
muy sagazmente Marcel Mauss. Por ello, debemos entender que
cualquier(as) sea(n) el (los) tema(s) o el (los) fenómeno(s) estudiado(s),
esos están vinculados con unidades colectivas reales: la realidad del
grupo considerado. Con toda evidencia —aunque fuese un lema casi
siempre desatento— el cientista social estudia sociedades reales
constituidas por individuos reales.
De los numerosos peligros epistemológicos y conceptuales
amenazando al investigador, sólo se quiere enfatizar los siguientes:
La separación ontológica y/o operativa entre sociedad y
cultura. Tal dicotomía supone de manera implícita que las
manifestaciones materiales y simbólicas pueden ser
consideradas independientemente de las unidades colectivas
reales las que no obstante las sustentan y les dan sentido.
Además, se corre el riesgo de aislar artificialmente y dejar de
lado los individuos que son a la vez los agentes activos y los
receptores pasivos de tales manifestaciones. De hecho, las

69
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

representaciones simbólicas (remitiendo siempre a un


sustrato cultural) revelan conciencias vivas, colectivas e
individuales. Son el cemento de la cohesión social dado que
les proporcionan sus indispensables referentes
cosmográficos. Sistemas simbólicos y sociedad real,
condición sine qua non de su expresión y traducción en
pensamientos y actos, instituyen un todo inseparable.
La concepción exclusivamente estadística de lo social es
errónea. Ningún grupo, clase, categoría, etc., se puede
sujetar en cifras. Tampoco en tendencias exclusivas. Se
corre el serio riesgo de desnaturalizar la realidad. Si el
investigador puede recurrir a un muestreo estadístico que
revelará las tendencias de un grupo, la realidad social y
cultural es siempre mucho más que esta población
estadística. Un muestreo no pretende más si no a ser un
muestreo, es decir, a finales de cuenta, un conjunto de
individuos definidos por la(s) misma(s) característica(s).
Dicho de otra manera: el espécimen no es un grupo real,
sino fabricado para las necesidades de la encuesta. Es un
conjunto abstracto, más o menos homogéneo cimentado a
partir de características peculiares escogidas en relación con
ejes específicos de la investigación. Un sondeo sin un
conocimiento sólido de la población total es un montón de
cifras muertas…

De lo anterior, se tolera subrayar lo siguiente: la investigación en


ciencias sociales es una operación estratégica que explora dominios variados
y complejos de la realidad. Las técnicas empleadas solamente son procesos
operativos. Por lo tanto, el estudioso será conciente de sus límites. La
realidad en últimas palabras es mucho más que estas técnicas. Además, el
investigador nunca controla totalmente su objeto de estudio. Esta
imposibilidad remite al objeto mismo de nuestras investigaciones: la
realidad social y cultural, campo nunca determinado irreversiblemente.
70
Michel Duquesnoy

CAPÍTULO 2: TERRENO ANTROPOLÓGICO Y PRÁCTICAS DE CAMPO

“Es menester que el antropólogo oiga lo que hace la gente


y vea lo que hace”

Raymond Firth

En nuestra época, a pesar de las afirmaciones de una cierta


corriente literaria en la disciplina, la etnología puede vanagloriarse haber
alcanzado una evaluación bastante fina acerca de los grupos,
instituciones y fenómenos observados y analizados. De igual forma, es
permitido aclamar sus aportes conjuntamente a otras ciencias humanas,
en el conocimiento de las fases complejas por las cuales la humanidad
avanza. Ello favoreció, cierto es, una mejor comprensión de la riqueza y
de la singularidad de la diversidad cultural pasada y presente.
La antropología, con los trabajos de los etnógrafos y etnólogos, se
ha vuelto una ciencia con sus métodos, modos —y modas— y
adquisiciones. Tantos aportes que en honor a la ciencia, no vacila en
cuestionar, rechazar o afinar.
El estudio en esta disciplina antropológica establece clasificaciones
y comparaciones, tareas indispensables y deseables para entender los
contenidos de las culturas numerosas que la humanidad elaboró a través
de las generaciones. Desde el punto de vista de interés para este ensayo,
se enfatizará que el antropólogo una vez ―repatriado‖ en sus moldes
culturales observa su propia sociedad con ojos nuevos, tal vez más finos
porque de alguna forma, les considera un poco a través de los ojos de
aquellos ―otros‖ que acaba de despedir.
La labor de la etnología de los mundos industriales y urbanos así
como de los nuevos objetos de la antropología —campo todavía
inestable— nació probablemente desde esta mirada crítica y constructiva
hacia sí mismo. Los métodos de investigación aplicados en estos campos
que privilegian el estudio del ―exotismo interno‖, son los mismos que los
empleados en los terrenos ―exóticos‖, desarrollados y conceptualizados

71
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

por Malinowski en gran parte. Es decir, la preocupación esencial de


nuestra disciplina para recopilar y recolectar directamente los datos de
primera mano, a su vez, para procesarles desde sí mismo.53
Pese a las reducciones en el tiempo de estancias en los grupos
estudiados por los antropólogos,54 los especialistas de la antropología
reconocen su dependencia de la investigación de terreno y la práctica de
campo. Probablemente el campo se ha quedado hasta nuestros días, el
mero núcleo donde se maduran las mejores etnografías. De ahí su
importancia ineludible.
Varias corrientes internas o conexas de la disciplina especularon en
torno a la práctica misma de campo a la luz de varios enfoques:
sicológico, literario, sociológico, epistemológico para nombrar los más
importantes con el objetivo de discutir los aspectos introspectivos
inherentes a la producción etnográfica. Desde el decenio de los Setentas,
muchas críticas, autocríticas y ataques fueron dirigidos la mayoría de las
veces con bastante agudeza, a la postura etnológica, a veces tachada de
(auto) vanagloria, (auto) soberbia y ¿Por qué no? de pedantismo. Se
delibera frecuentemente su vocación hacia el campo y la autoridad que
pretenden avanzar sus estudiosos. En breve fue posible debatir la validez
de la práctica antropológica.
No tocaremos estas discusiones por el momento. En lo inmediato
estas invectivas tuvieron varios méritos y consecuencias. Si dejamos
fuera de propósito el conjunto endémico nombrado pudor, remordimiento
y autocomplacencia, la antropología se reconoce dual. Por lo tanto, es
legítimo subrayar los aportes siguientes:

53
Si efectivamente el hecho de ―haber estado ahí‖ no garantiza una objetividad
absoluta, la recopilación de los datos por el propio estudioso garantiza más que un texto
literario más o menos acabado. Fundamenta la posibilidad de interpretaciones genuinas
mucho más probables que las que se podría obtener desde el confort del gabinete
académico.
54
Estas reducciones tienen varias causas, tales como los recortes presupuestales, las
obligaciones académicas diversas, la relativización de los terrenos ―exóticos‖, las
enfermedades y pudores recurrentes de la disciplina, etc.
72
Michel Duquesnoy

1. La antropología propone un saber (conocimiento) sobre el


otro, sobre todos los otros, incluyéndolos;
2. Precisamente a partir de esta pretensión cognoscitiva, se
encaminó en la labor de un discurso alrededor de sí misma,
así como de las técnicas y modos que escuda para construir
este saber.

El nudo gordiano, blanco que no dejaron de apuntar los


epistemólogos, remite a la pretensión de la disciplina para elaborar desde
sus criterios, sus datos y estatus, cualquier sea el objeto estudiado. Es
eso, delimita desde sí misma las fronteras del ―otro‖ observado,
objetivado y procesado. Dicho de otra manera, especifica celosamente su
propia epistemología sin otra forma de juicio, ya que los datos que
analiza son del todo arbitrarios. Pues no existen en sí, sino por la propia
voluntad y preferencia del especialista…
Este problema podría no ser exclusivo de la antropología, sino de
las ciencias humanas en su conjunto. Recordemos que Pierre Bourdieu,
imprescindible cientista social, militó para la aplicación de una
metaciencia (es eso en nuestro caso, una antropología y una sociología de
la antropología) capaz de analizarse a sí misma a partir de herramientas
constantemente revisadas y adaptadas a los contextos cambiantes de una
realidad compleja.
Es menester comentar estas aseveraciones y propuestas. En efecto,
vale insistir sin falsos pudores sobre el hecho de que la investigación
etnológica fortalecida en la práctica de terreno, se caracteriza por su
extrema personalización.55 Durante la práctica, en las interacciones de la

55
Nos referimos tanto a los aspectos propiamente idóneos a la personalidad del
investigador, como a los constreñimientos exclusivamente materiales. Ambos
determinan el devenir de la investigación y sus productos. Nos permitimos subrayar que
se descarta formalmente de estos procedimientos relativos a la personalización, las
pretensiones de una cierta etnología en detentar las únicas recetas de la práctica de
campo. Cierto es que ésta es individual, personal y solitaria —hasta algún punto—. Sin
embargo, las herramientas que se utilizan, se intercambian y complementan con las
venidas de la sociología, las ciencias políticas, la sicología o de las ciencias del
lenguaje.
73
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

dialéctica ―cara a cara‖ con sus informantes, el estudioso debe señalar su


capacidad a favor de la flexibilidad aliada a un alto grado de imaginación
y saber hacer para reaccionar justamente frente a los múltiples elementos
del todo imprevistos que enmarcan la práctica en su desarrollo diario. El
mejor de los manuales relativos a los métodos y técnicas de la práctica
antropológica no pueden prever todas las situaciones que el campo
recela. Solamente el tacto y el talento del observador pueden ayudarle a
él como a la comunidad que le hospeda, salir honradamente de
situaciones inoportunas, tendenciosas o propensas a dificultar los
contactos. Esta notificación se aplicará obviamente al buen
funcionamiento general de la práctica de campo, lo que favorecerá la
ampliación de la red de informantes, elemento indispensable a la
recopilación de datos de primera mano.
Tanto la práctica como la noción misma de ―terreno‖ o de ―campo‖
se inscriben dentro de una historia. Por otra parte, la noción misma de
―terreno‖, o si se prefiere, ―campo‖ detenta su propia ambivalencia dado
su doble sentido, refiriendo tanto al lugar donde se realiza el estudio a la
par del objeto de dicho estudio. Es más, la investigación de campo no
siempre existió y no es el único método requerido… Pueden existir tipos
y temas específicos de preocupación que predisponen a investigaciones
brevísimas por las que el antropólogo sólo aplicará cuestionarios precisos
a una muestra seleccionada de la población objetivo, utilizando en este
caso una técnica inherente a la sociología.56 Tales métodos toleran muy

56
La dificultad para definir exactamente los campos estudios por cada una de ambas
disciplinas (sociología y antropología), despierta tremendas susceptibilidades. Como
opinaba Bourdieu en una entrevista, las diferencias entre ambas disciplinas remiten, por
cierto, a los tiempos colonialistas. Pero ¿hoy? Me recuerdo haber leído en alguna parte
imposible de recordar con exactitud, una anécdota ilustrativa relatada por García
Canclini. A la pregunta ineludible en torno a las diferencias existiendo entre la
sociología urbana y la antropología urbana, él contestó sin gran convicción: ―El
sociólogo estudia la ciudad. El antropólogo vive en la ciudad‖. Si algo cierto se podría
encontrar en esta respuesta, no descarta el hecho de que numerosos sociólogos viven y
experimentan en sus cuerpos sus terrenos, cuando varios antropólogos prefieren el
bienestar de sus cubículos y otros gabinetes para estudiar poblaciones exteriores… En
breve, la opinión de él que escribe estas líneas —que sólo a él le implica—, iría en el
sentido de que existen diferencias sutiles en los modos y matices de la observación y en
74
Michel Duquesnoy

pocas variaciones y poco ayudan a compartir con la sociedad estudiada.


En honor a la verdad, es probable que la meta perseguida sea diferente
así como los resultados.
Si la duración de tiempo en campo, puede variar entre unos días
(¿Horas?) y varios años —según modalidades determinadas tanto por el
objeto estudioso como por el investigador— queda obvio que cada
―terreno‖ remite a un tipo de estrategias así como a un conjunto de
herramientas específicas. Por ejemplo, no se trabajará con las mismas
técnicas con obreros metalúrgicos, curanderos rurales o niños de la calle.
No parece posible pensar —y hacer— la antropología57 sin las
prácticas de campo y sin la noción misma de ―terreno‖ aunque, falta
reconocerle, estas ideas se ligaron tanto a las épocas colonialistas como a
los falaces sabores de exotismo (y aventura) a los que muchos siguen
atando los etnólogos.58 Pese a una cierta invectiva posmoderna, no se
eludirá tan expeditamente que la experiencia de campo remite al
principio mismo de laboratorio y hasta cierto punto, de taller. Si la
práctica de terreno no es exclusiva de la etnología, es incuestionable el
hecho de que desde sus primeros balbuceos esta disciplina de las ciencias
humanas hunde sus propuestas teóricas y conocimientos en la práctica

las intuiciones personales de una suerte de investigador siendo, sociólogo o


antropólogo. Es decir, discrepancias leves aunque determinantes. Sutiles no fútiles…
Una sola letra diferencia a dos voces que revelan frecuentemente los debates ociosos
entre los tenientes de una disciplina contra la otra, cuando en definitiva, ambas se
respaldan, tanto en los medios de observación y análisis, como en los resultados los que
aclaran la compleja realidad de los fenómenos y grupos estudiados. Por otro lado, la
antropología y la sociología tienen historias muy diferentes; la primera como hija del
colonialismo, la segunda como hija del capitalismo. Si tienen preocupaciones
divergentes, se vuelven a encontrar en nuestros días en el estudio de los fenómenos que
afectan lo local y lo global en sus consecuencias. En efecto, de todas las disciplinas
sociales son las más preparadas para analizar simultáneamente la descomposición y la
recomposición en el orden de las representaciones sociales y culturales de los grupos.
57
En este caso se respeta una cierta graduación entre la etnografía, la etnología y la
antropología, cuya vocación es generar teorías cuyo punto de partida emana de las
comparaciones establecidas a partir de las descripciones básicas de las costumbres y
fenómenos diversos, favorecidas exclusivamente por la práctica de campo.
58
No existen los Indiana Jones de la antropología…si no en las fantasías de sus
familiares y amigos.
75
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

misma de la recopilación directa de los datos,59 generadora de


aprendizajes personales propios de cada antropólogo. El ―terreno‖
etnológico ha conocido su tradición porque está ligado a contextos
epistemológicos e históricos aparentados al Zeitgeist de los países
occidentales que fueron la cuna misma de la antropología.
Entonces ¿Cómo definir el ―terreno‖ tan preciado y reclamado con
tanta tenacidad y fervor por los investigadores de esta disciplina? En
primera instancia, refiere a una actividad personalizada y a un lugar,
ambos siempre delimitados y sometidos a constricciones de espacio,
tiempo y recursos materiales, así como a términos meramente físicos y
sicológicos. Es un espacio de trabajo, de experimentaciones y relaciones
sociales, morales e intelectuales, todos de un tipo particular. Se
reconocerá cómodamente la ambigüedad y la perplejidad inherentes para
proponer una definición clara y definitiva. ―La experiencia moral de la
disciplina, los ―hechos‖ cuya selección motiva la pesquisa, en definitiva
lo cotidiano que determina íntimamente vida social y vida científica
remiten hacia el terreno. […] La práctica de campo es a la vez la
condición misma de la posibilidad de la investigación y un momento, por
supuesto especial y original aunque efímero, tal vez aleatorio‖. (Copans,
1999:9. Énfasis nuestro. Traducción libre).
Resumamos en cuatro puntos lo dicho anteriormente:
1. En su gran mayoría, los etnólogos reconocen la
importancia y obligación de la práctica de campo.
2. El etnólogo es un producto de sus prácticas, lo que implica
un autoanálisis y una autocrítica permanentes que inyecta
conciente o inconcientemente en sus escritos (desde sus
apuntes hasta los productos finales).
3. Antes de todo el ―terreno‖ es y se queda una manera de
trabajar e investigar que se goza o no, requiriendo en todos
los casos un inmenso tacto y una gran flexibilidad casi

59
El caso de Marcel Mauss que nunca practicó terreno ninguno, es excepcional y, por lo
tanto, exclusivo. Por tal motivo, no puede servir de pretexto para aludir la práctica de campo.
76
Michel Duquesnoy

innatos. La práctica de campo no se enseña y no se


aprende. Sólo se la experimenta en cuerpo y espíritu.
4. El ―terreno‖ es un lugar, una actividad es decir una
práctica), un objeto y una tradición científica. Es todo eso
en conjunto y cada una de estos focos en particular.

PROFUNDICEMOS LOS TÓPICOS ENUNCIADOS EN EL PUNTO 4.


El terreno como lugar
El exotismo apegado a la tradición juega en este caso un
rol todavía difícil de alejar: el etnólogo se marcha para
observar lo ajeno, lo diferente, lo otro.60 Va lejos, se
expone a lugares, condiciones materiales y climas
(¿Gentes?) inhóspitos, etc. Es un aventurero nostálgico, un
descubridor audaz, un pionero desconocido. Aunque
pertenezcan a los mitos de la disciplina, estos estereotipos
reducen peligrosamente la pesquisa etnológica en el sentir
del gran público cuando por su cuenta, el especialista
debería intuir que ―su‖ terreno será mucho más que un
otro lugar y mucho más que un lugar otro. La
investigación antropológica en nuestros días, se realiza
siempre más frecuentemente en lugares que no son
tropicales o arcaicos. Hoy el etnólogo va a descubrir la
otredad que se manifiesta a su propia puerta.
El terreno como práctica y actividad
En este rubro emerge el lado subjetivo. El campo es una
experiencia doble: con los otros y consigo mismo. Y con
ello se aproxima del lado experimental de la práctica…
porque la situación social creada por las modalidades de la
investigación es del todo artificial como temporaria;
porque las frecuentaciones vividas in situ se realizan a
60
Por sorprendente que parezca, es de reconocer que al menos en el círculo familiar, las
despedidas del etnólogo son frecuentemente percibidas como salidas extrañas hacia
aventuras de un tercer tipo.
77
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

partir de una situación ficticia (por intensas y sinceras que


sean). El otro observado no pidió la mayoría de las veces
nada, y sobretodo no ser observado, detallado y reducido a
hipótesis, conceptos y teorías abstractos. Además, el
estudioso se debe dar un rol local para poder justificar al
grupo huésped su intrusión dentro de su vida ordinaria.
También deberá tejerse una red de informantes
―privilegiados‖ evitando la aparición de tensiones,
conflictos y envidias debidas a los celos intrínsecos de la
vida comunitaria. Tal intrusión —insistamos, no se trata
de violación— deberá ser llevado a cabo con éxito y tacto
para que se vuelva un factor positivo de la sociabilidad
ordinaria. Tanto el investigador como sus observados
saben que el primero se encuentra ahí por un tiempo
determinado por su voluntad de obtener ciertas
informaciones de un tipo específico. En contraparte habrá
de rendir servicio, ser disponible y atento para entretener
sus redes de amistades y civilidades sin volverse el
esclavo del grupo que le recibe ni de su legítima pesquisa
de datos (hecho que la rutina de la práctica de campo
señala embarazoso). Sea lo que sea, la encuesta-intrusión
nunca es un ente neutral: es o puede ser malentendida y/o
vivida. Por otro lado, el investigador deberá adaptarse y
adecuar sus técnicas a los múltiples escenarios de la vida
cotidiana notando las oportunidades favorables para
meterse en los intersticios que las banalidades a primera
vista sin importancia ponen a su disposición para el mejor
discernimiento de las particularidades del grupo objetivo.
Habrá de aceptar las negaciones evitando los rechazos y
acceder a casi todas las invitaciones espontáneas. Al
investigador la obligación de procurar y gestionar el
desafío de movilizar su ciencia práctica para que su
estancia se presencie normal y admitida.

78
Michel Duquesnoy

El terreno como objeto


El proyecto de la antropología, tal como se elabora desde
el siglo XVII, se presenta como una necesidad intelectual
cuya meta es la recopilación de pormenores de un tipo
específico en vista de su clasificación y análisis. En tales
circunstancias, el terreno se volvió paulatinamente el
lugar, el medio y la ejecución de la proximidad del
investigador con su objeto que, en otra parte, decidió ir a
estudiar para construir61 sus interpretaciones una vez en su
gabinete. La observación personal se edifica como un
proceso de objetivación que revela insensiblemente la
razón de ser de una realidad social y cultural diferente.
Eso es, el etnólogo va hacia ―su terreno‖ en tanto cuerpo
físico y cultural, y se advierte lo inverso.
El terreno como tradición
Los tres encisos anteriores permiten entender que el terreno,
ahora razonado en todas sus acepciones, se impone como
una tradición científica social y profesional íntimamente
aferrada a la práctica etnográfica. Recordemos que la misma
sólo se confeccionó progresivamente con dudas e
innovaciones, logros y fracasos.62 Es decir, la inexistencia de
recetarios definitivos. Si no la lectura asidua y permanente de
las monografías clásicas de la etnología, así como de los
trabajos contemporáneos desempeñados en terrenos mucho
más experimentales.63 ―Practicar el campo‖ no ofrece nunca
en sí garantías de eficacia, pero sí es formativo de la labor
antropológica. Si existe algún secreto en su práctica, es
obligación del candidato etnógrafo descubrir el suyo por sí
mismo…

61
La utilización de estos vocablos constructivistas son del todo voluntarios.
62
Estos momentos decisivos en la historia general de la etnología son sencillamente los
mismos que el estudioso encuentra en cada una de sus prácticas en terrenos nuevos.
63
Véase Agier (1997).
79
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

El terreno antropológico va de la mano con la fascinación y el


encanto propios al descubrimiento. Muchos vinculan con razón esta
tradición clave de la práctica del cientista social con los primeros relatos de
viaje64 (ver, por ejemplo, los excelentes textos Ibn Khaldûn o de La
Condamine), con las reseñas de algunos reporteros (véase los Cronistas de
la Conquista en este continente) o, en definitiva, con los alegatos de
testigos directos. A pesar del aspecto pretencioso adoptado por ciertos
estudiosos —y criticados con motivos acertados—, la práctica directa del
terreno ofrece las garantías —así como los límites— dados al testigo que
siempre podrá vanagloriarse de haber visto, oído, observado y
experimentado en sus sentidos propios los acontecimientos sobre los
cuales fundamenta sus interpretaciones.

64
Elocuentes aportaciones en Blanckaert (1985).
80
Michel Duquesnoy

CAPÍTULO 3: INVESTIGACIÓN Y ENCUESTA: LA PRÁCTICA DEL TERRENO


EN LOS PRIMEROS PASOS

“El etnógrafo ha de tener la preocupación de ser exacto y completo;


ha de tener el sentido de los hechos y sus relaciones,
el sentido de las proporciones y articulaciones”

Marcel Mauss

Como razón fundadora y legitimadora, la etnología postula un


conjunto de variaciones y diferencias históricas culturales entre la
sociedad del etnólogo y la de los otros. La mirada antropológica sobre el
mundo y sobre las culturas es justificada. Una de las primeras tareas de la
disciplina fue inventariar sistemáticamente los rasgos de todo tipo
característicos de las sociedades concebidas como totalidades. La
monografía fue el vector más apropiado para establecer los inventarios
minuciosos y completos que servirían de instrumentos útiles a las
administraciones coloniales, nacionales y académicas. Es conocida la
falla relativa de estos trabajos que dedicándose al estudio detallista de
sociedades restringidas, pueden llegara dar la impresión de conclusiones
generales. Sin embargo, pese a este limitante, es más precisa y fina la
calidad y la singularidad del material recopilado, y más exactos serán los
análisis y derivaciones consecutivos. En definitiva, se trata de aplicar los
métodos más adecuados para conseguir tales fines. Entre los mismos, se
encuentran las estadías de campo de duración mediana a larga. Este
modelo se impuso como método definitivo en sí en la tradición
etnológica.65

65
Históricamente solamente los misioneros, los administradores o los negociantes
podían pretender a un relativo conocimiento ―exhaustivo‖ de las poblaciones con las
que entretenían intercambios de un cierto tipo. Estos trabajos —cuando fueron escritos
y conservados— constituyeron un material de primera orden valiosa. Regresaremos
sobre el caso del conquistador Núñez Cabeza de Vaca.
81
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

En seguida se propone revisar brevemente las situaciones


típicamente etnológicas que acompañan los primeros pasos de la
investigación de campo.
La duración de una encuesta etnográfica, sea larga o no, sólo cubre
una parte siempre incompleta de la temporalidad social, laboral, ritual, etc. del
grupo estudiado. Dicho de manera diferente, el etnólogo sólo aprehenderá una
porción incompleta de la realidad cultural que proyecta acercar, describir,
analizar. ¿Cuántos eventos pierde? ¿Cuántos diálogos desconoce? ¿Cuántas
decisiones ignora? al no poder estar a todos los acontecimientos, conocer
todos los rumores, asistir a todas las juntas, etc., que son tantos elementos
útiles para su investigación. Recordémonos que el etnólogo pretende relevar el
desafío —ambicioso e inalcanzable, de saber todo acerca de todo—. No
obstante, no goza del don de ubicuidad. Deberá conformarse con la
observación y/o la participación a los aconteciomientos originales o rutinarios
que le serán dados y permitidos de presenciar. Seguramente se interesará en
todo, porque este todo, en su conjunto o en sus componentes, le servirán en
algún momento, a veces de manera imprevista e inconciente. Pero sí
aprovechará de todas las oportunidades para ver, escuchar, sentir las personas,
los discursos y las prácticas indispensables a su trabajo. Se confesará en este
apartado que las mejores ocasiones se presentan generalmente al azar, en el
flujo aleatorio de la vida social. No es siempre fácil determinar la relevancia
de la oportunidad. Por lo tanto, el investigador fuerte de sus experiencias y
conocimientos empíricos, aprenderá a determinar las mejores coyunturas
cuando se presenten para no desperdiciarlas.
De otro lado, el estudioso deberá en su caso, enfrentar varias
limitaciones materiales, económicas, relacionales y administrativas.
Deberá asimilar modalidades de cortesía tan diferentes a las suyas;
adaptarse a los ritmos de sus anfitriones, sean festivos, laborales,
religiosos; familiarizarse con la repartición de las obligaciones sexuales
en los varios rubros sociales; enterarse de las actividades públicas,
privadas, secretas, prohibidas o toleradas; respetar las jerarquías y valores
locales; y un inmenso etcétera que engloba la totalidad sociocultural del
grupo examinado.
82
Michel Duquesnoy

Un conocimiento hasta básico del idioma será siempre el


bienvenido, ya que demostrará el aprecio del investigador para ―su‖
grupo, así como la seriedad que exterioriza para conocerle y establecer
contactos con sus miembros. Las fórmulas y actitudes para saludar y
despedir son frecuentemente las más apreciadas por ambas partes, porque
ayudan la interacción y la simpatía sin mayor esfuerzo.
Cada uno de estos pasos y tantos otros exigen tiempo y paciencia,
sea de parte del investigador como del grupo considerado. Y será
imprescindible consagrar tiempo y esfuerzos desde el principio para cumular
estos conocimientos facilitadores de contactos e inmersión exitosos. Este
tiempo nunca es perdido porque está a la plena ventaja de la práctica y de la
estancia de campo. Es un lapso de aprendizaje de los hábitos culturales y de
familiarización a los modos sociales y lingüísticos. Igualmente de
aclimatación a los paisajes y climas indispensables para sacar en la brevedad
los principales beneficios de las primeras interacciones.
Estos pasos iniciales acometidos por el observador y por la
comunidad estudiada son determinantes también para la adquisición y la
confección de la primera red de informantes. Entre los mismos es
frecuente que se presenten y/o disciernen los relatores de calidad, los
conocidos ―informantes privilegiados‖. Habremos de regresar sobre
cómo tratarles y cómo trabajar con ellos. Son elementos básicos de la
encuesta, más no los únicos.
Los primeros momentos sirven igualmente para observar un
conjunto de gestos, maneras, valores y costumbres a veces del todo
extraños para el estudioso. Si desea volverse un actor social con un rol
peculiar, aceptado por el grupo objetivo, deberá actuar de tal forma que
se le reconozca como tal. Es decir, integrarse sin provocar mayor
problema. Para lograr este objetivo especial, intentará rápidamente
contextualizar los comportamientos que no le son familiares y
descontextualizar los suyos propios del todo inoperantes en y para el
grupo huésped. Cierto es, que considerada desde este enfoque, la práctica
del terreno antropológico sufre un innegable aspecto experimental quizá
ficticio, inseparable de los objetivos que sólo el investigador plantea.
83
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Dicho eso, el lector puede apreciar con mejor comprensión la sustancia


real de la práctica de campo. Por lo tanto habrá de coartar en los límites
de sus capacidades y esfuerzos, cada uno de los elementos que podrían
malograr su estadía, si éstos quedan bajo su control. Mermar la
artificialidad intrínseca al fenómeno inhabitual de la presencia de un
investigador, pertenece al quehacer antropológico, sin que ello implique
forzosamente la imposibilidad o la negación de enriquecer el patrimonio
individual por verdaderas y sólidas amistades u otros lazos afectivos.
Desde los primeros pasos, principalmente, el estudioso venido
para recopilar los datos necesarios a su pesquisa, consignará por escrito
sus impresiones, sus logros, fracasos y elementos surgidos en la dinámica
de los intercambios e interacciones con las personas encontradas. Estos
primeros datos irreemplazables se transcriben en el cuaderno de campo
concebido como un diario personal.
Ningún terreno es neutral, la presencia del investigador no lo es,
tampoco pretenderá que su investigación lo sea. Su formación, su estatus
social e intelectual, su situación económica, favorecen una personalización y
una individualización de entrada —con pocas excepciones— desiguales.
Siempre se le percibe como ―más rico‖, ―más inteligente‖, ―más culto‖, ―con
mejores ropas‖, etc.66 Estas realidades no son infranqueables a pesar de los
rumores, sospechas o reproches —cuando no son francas e injustificadas
admiraciones y adulaciones— pero siempre deberán si es necesario ser
dilucidadas, explicadas y cuando es necesario, admitidas. Señalemos que si
estas precisiones pueden parecer legítimamente ociosas, también pueden ser
frenos pesados al buen funcionamiento de la estancia en el terreno. De
hecho, cuando se presentan la sobrevaluación y la sobrerrepresentación
pueden ser obstáculos de los más difíciles de contrarrestar.

66
Veamos con lucidez que estos superlativos pueden actuar a contrario. Es decir, el
investigador es un ciudadano más frágil, más débil, más inadaptado (al clima, a las
labores, a las caminadas, etc.).
84
Michel Duquesnoy

CAPÍTULO 4: PRÁCTICA SOCIAL Y EPISTEMOLOGÍA DE LA


INVESTIGACIÓN DE CAMPO

“El silencio del bosque era aún más abrumador que el calor,
y a aquella hora del día ni siquiera se oía el zumbido de los insectos”

William Golding

No existe terreno antropológico que sea del todo irrealizable pese a


prácticas y lugares presentando en su caso, dificultades mayores debidas
a factores humanos, sociales, coyunturales, climáticos y muchos otros.
Frecuentemente se trata para el investigador de demostrar paciencia,
tenacidad y pasión para poder realizar su trabajo con el grupo detenido,
cuando se puede en los momentos concordados con él. Las razones para
la elección del terreno donde se practicará, son objetivamente numerosas.
Van desde las meras oportunidades ofertadas o solicitadas por la
academia o las instituciones deseosas de contratar a un (o varios)
cientista(s) social(es), pasando por las facilidades de un terreno conocido
por un investigador brindando a un colega un material humano
apreciable, hasta el afán del estudioso para obtener ―su‖ terreno lo más
original posible y lo menos explorado que sea. Ello con la meta de
procesar datos del todo originales. Es decir, (casi) únicos. Los temas y las
líneas de investigación son otros de los motivos pudiendo justificar la
elección. En fin, es probable que instintivamente las posibilidades de
varias índoles (aptitudes, disposiciones, inclinaciones, etc.) del propio
intelectual tengan su impacto al momento de decretar un lugar, una época
y un grupo en el que podrá recopilar datos e informaciones inestimables
para su especialidad.
Hemos expuesto en otros espacios consideraciones al respecto. No
servirá insistir sobre las mismas en este apartado. Probablemente
habremos de volver para su consideración en momentos posteriores quizá
con más profundidad y con ángulos sencillamente diferentes. Demos
pasos sin otro preámbulo a otro tipo de reflexiones.

85
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

LA INVESTIGACIÓN DE CAMPO: UN TOQUE DE EPISTEMOLOGÍA


Nunca se insistirá lo suficiente sobre la realidad siguiente, no
siempre considerada a su justo valor e innegable implicación por los
propios encuestadores: la práctica de campo es un fenómeno social de un
tipo insólito por varias razones imprescindibles:
1. Se desempeña dentro de una sociedad o grupo social
específico. Es decir, con sus alcances, límites,
cuestionamientos, problemas diversos, fases de estabilidad o
de mutaciones, etc.
2. El grupo social, falta recordarle, se constituye con actores
sociales que son individuos tanto colectivos como particulares.
Es decir, con instintos, sentimientos, reacciones, pensamientos,
dudas, etc.
3. El estudioso es un actor social entre otros actores sociales. Es
decir, con instintos, sentimientos, reacciones, pensamientos,
dudas, etc.
4. Considerando los tres puntos anteriores, se infiere que la
encuesta cualitativa aprueba el carácter interactivo de la
relación investigador/investigado/escenario interno y externo,
lo que incluye los valores de los actores operantes en los
procesos investigativos. En consecuencia, la inducción y la
crítica del ambiente en el que los mismos se desarrollan debe
ser una estrategia de análisis para desembocar sobre la
construcción de un aparato teórico nunca definitivo.
5. Por ende, la situación y la práctica de la investigación de
campo engendra una serie de interacciones sociales,
interindividuales, institucionales, personales y colectivas. Es
decir, su impacto indefectible en la realización exitosa de la
práctica misma.
6. Si, como postulaba Émile Durkheim (1895), conviene
considerar que ―los hechos sociales consisten en
representaciones‖ que ―se deben tratar como cosas‖, el método
antropológico se ilustra por considerar estos hechos como
86
Michel Duquesnoy

emanaciones del ser humano considerado en su dimensión


cultural y social. Es decir, los hechos reflejan estrategias y
preferencias antes de todo originadas en seres de carne,
huesos, y sentimientos. El ser cultural y social que es el actor
observado, nunca es totalmente un hecho objetivo a pesar de
la reducción a su objetividad más pura, trato que incumbe a la
magia del bastón de hada en las manos del investigador.
7. La investigación etnológica, más que cualquier otra, favorece
el acercamiento a personas y a prácticas socioculturales que
éstas ponen en pié y en actuación. Es decir, el privilegio y la
responsabilidad que deberá demostrar el investigador a
considerar desde un punto de vista intelectual las meras
representaciones simbólicas e ideológicas que producen los
actores, cómo las comparten, las vehiculan, las modifican. Es
breve, como las viven y le dan un sentido que el estudioso
viene a teorizar y objetivar.

La perspectiva cualitativa en las ciencias sociales tiene, desde mi


punto de vista, una deuda importante con la corriente de la
etnometodología67 iniciada por Harold Garfinkel68 y con los aportes de la
primera Escuela de Chicago,69 principalmente con los aportes
inestimables de Park, Thomas y Znaniecki.70 Dejaremos en su momento
un espacio para exponer la última. En seguida, y porque ilustrarán

67
Una excelente exposición en Ritzer (2000, cap. 7).
68
Garfinkel utilizará el término ―etnometodología‖ a partir de 1954. Se puede definir la
etnometodología como ―el estudio del cuerpo de conocimiento de sentido común y de la
gama de procedimientos y consideraciones (métodos) por medio de los cuales los
miembros corrientes de la sociedad dan sentido a las circunstancias en las que se
encuentran, hallan el camino a seguir en esas circunstancias y actúan en consecuencia‖.
Se debe esta definición a Heritage, J., Garfinkel and Ethnomethodology, Cambridge,
Polity Press, 1984, p. 4. Citado en Ritzer, op. cit. Ver igualmente Heritage (1990).
69
Una de las mejores presentaciones es, sin duda, la de Grafmeyer y Joseph (1990).
70
La frecuentación de los autores de esta Escuela debería ser un requerido incondicional
para las varias carreras de las ciencias sociales. Un resumen de sus aportes e
importancias en Hannerz (1980:29-72).
87
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

nuestras aseveraciones anteriores, unos lineamientos acerca de la


etnometodología servirán para sacar un provecho oportuno a la reflexión.
Desde la fenomenología de Husserl, la oposición al separar
tajantemente el sujeto y el objeto se ha vuelto una adquisición valiosa en
las ciencias sociales. No se podría eludir desde esta perspectiva la
experiencia del mundo y sus fenómenos por el sujeto. Es decir,
mediamos el mundo por nuestras percepciones, nuestra ―conciencia‖ para
retomar el concepto acuñado por el filósofo alemán. La realidad ya no
existe en sí como lo aseveraba la postura positivista objetiva pero sí está
siempre construida por un sujeto que la experimenta y la piensa.
La epistemología contemporánea enfatiza la presencia ineludible
del sujeto en los procesos de la producción del saber ––no hay objeto sin
sujeto––. Tal premisa infiere unas exigencias en realidad permeables a la
constitución del conocimiento y de la ciencia. Hasta en las ciencias duras
el principio de incertidumbre de Heisenberg integra al sujeto en la
observación de la experiencia. En efecto el sujeto observante es el único
capaz de interpretar las distorsiones. Por ende ha de proponer una teoría
cuyo objetivo será entender lo real. Es decir, interpretarle. En el caso de
la construcción de los saberes en las ciencias sociales y humanas, el
investigador se obliga a un movimiento perpetuo de idas y vueltas entre
los análisis teóricos y los datos empíricos obtenidos en los transcursos de
la observación y recopilación de datos. El estudioso se ubica dentro del
proceso del conocimiento, en las situaciones, eventos y actores que
investiga.71 ―La investigación científica, sostiene Sautu, es una tarea
interpretativa en la que adquieren relevancia la comprensión de los
significados y la comunicación‖ (Sautu, 2009:164).
La etnometodología de Garfinkel enfatiza el peso de la labor
interpretativa de los actores en la percepción, producción, construcción y
organización de los hechos sociales. Dicho de otra forma, el sociólogo
estadounidense, cuando rechaza la teoría de acción social de Talcott
Parsons, descubre la notabilidad de los procesos interpretativos y

71
Alfred Schutz llegó a acudir al concepto de ―mundo de la vida‖ que remite al mundo
que se experimenta y se siente. Se compone por ideas, lugares, actores, etc. concretos.
88
Michel Duquesnoy

participativos por parte de los agentes sociales para insertarse


dinámicamente en las situaciones que experimentan. Se advierte entonces
la intersubjetividad en los procesos mismos del entendimiento social y
cultural de los sucesos, productos, fenómenos, etc. La etnometodología
se propuso la observación de los detalles organizativos ―de la interacción
social natural‖ (Sautu, Ibid.:165), presentidos como potencialmente
descifrables y descritos.
Sucintamente los cuatro puntos siguientes recogen una corriente
teórica particularmente interesante cuando se trata de observación,
práctica de campo y producción del saber en ciencias sociales.
1. Los actores sociales son seres humanos activos y creativos;
2. Su mundo es el que van construyendo, nunca es un dado
definitivo debido a su participación activa en este
procedimiento;
3. Los actores adquieren conductas a partir de las estructuras
de este mundo, pero las mismas las utilizan para
reconstruirle, lo que a su vez genera procesos de cambio
en estas actuaciones, y así en seguida;
4. La conducta subjetiva sólo nace de la experiencia e influye
en ella.

Aunque el propósito de este trabajo no sea de revisar en detalle los


tributos teóricos de las grandes corrientes sociológicas y/o metodológicas
aplicadas a la práctica de campo, se sugiere al lector la revisión de
aportes sugestivos para el quehacer antropológico. Se mencionará a los
teóricos siguientes: Dewey y Pierce (pragmatismo); Mead y Blumer
(interaccionismo simbólico), y Goffman (dramaturgia de la vida
cotidiana). Cada uno de estos estudiosos —principalmente el último—
contribuyó a enfatizar el rol ineludible de las interacciones entre los
sujetos, para nuestro propósito, participantes en los procesos de la
recopilación de datos e investigación de campo. Así, por ejemplo, en el
transcurso de la entrevista directa, Goffman reveló la importancia del
marco de la situación en la que los copartícipes interactúan. Acciones

89
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

verbales y no verbales se intercambian conciente e inconcientemente en


procesos dialógicos complejos. Se movilizan las identidades, los
esquemas, normas, valores y afectos de cada uno de los actores,
sobretodo en esta situación social de un tipo particular, tal como es la
investigación de cara a cara. Goffman entabló la aparición de
escenificaciones ritualizadas. Cada uno de los actores juega el rol que le
es atribuido o que se imputa, y (se) representa el estilo de actuar en
consecuencia. Tales contextos deberán de ser considerados y dominados
por el encuestador, para controlar ciertos efectos indebidos ocurrentes,
capaces de falsificar la producción de datos y su análisis. Estas pautas
son, como lo veremos, imprescindibles para el profesional.
Habremos de regresar sobre estas aseveraciones fundamentales en
otro momento.

LA INVESTIGACIÓN DE CAMPO: UNA PRÁCTICA SOCIAL EN LO COTIDIANO


La práctica de campo, desde la mirada del antropólogo, debería
privilegiar la vida ordinaria, ―banal‖, casi insignificante vivida por los
actores. Sin lugar a duda la rutina cotidiana detenta una inmensa parte de
los significados pertinentes para animar un grupo social dado desde su
núcleo cultural.72
En definitiva, si el investigador ha de ser discreto (hacer ―como si‖
no estuviera), no desea, por lo tanto, volverse… invisible. Sabe que debe
llevar a cabo una investigación que desea concretar positiva y
eficazmente. Pese a su preocupación —obligatoria— para la discreción,
desea —legítimamente— satisfacer su curiosidad. Por lo tanto, busca y
provoca los contactos, a menudo en un primer tiempo, a partir de
cualquier hecho intrascendente que se presenta. Aprovecha las
oportunidades para relacionarse y extender su red de amistades (e
informantes), no necesariamente obseso por las fuentes de informaciones

72
Tal aseveración no desemboca necesariamente sobre un culturalismo disfrazado. La
vida cultural pertenece a todos los elementos de un grupo. ¿Cuál mejor lugar para
observar que su rutina aburrida en lo cotidiano para acercarse a su médula? Es decir,
¿sus motivaciones?
90
Michel Duquesnoy

relacionadas directamente con su tema. Vivir dentro de una comunidad


huésped implica vivir sus ritmos y sus nexos de una manera
concretamente natural. De hecho las relaciones y amistades que se
presentan, conocen y aceptan el por qué de la presencia del estudioso. La
mayoría de las veces son los mismos que adelantan contactos, hasta citas
para él. Tal actitud demuestra siempre el serio que dan a la persona, así
como a su función dentro del grupo. Comprueba el grado de aceptación
dado a una situación —y una presencia— no siempre habitual para ellos.
Tantos y otros ―detalles‖ favorecerán la normalización de su estancia
y el beneplácito para sus preocupaciones, indiscreciones y curiosidades. El
extraño se vuelve poco a poco menos extraño a pesar de ser un ciudadano
raro en el grupo. Vive ahí sin tener las mismas ocupaciones e intereses que
los demás, no se establece verdaderamente, intenta unirse a labores y/o
discusiones desconocidas para él, etc. En realidad, el estudioso de campo
dotado para este tipo de práctica, llegará a aprovechar de tales debilidades
para volverlas sus fortalezas. Dicho de otro modo, las rebasará para adquirir
la producción de datos por parte de sus huéspedes.
Estas consideraciones sirven para subrayar cuánto podría ser peligrosa
la amplificación del exotismo del investigador. Seguramente es un actor ajeno
al grupo. Y no será aquí el lugar para aminorar los problemas de alteridad y
diferencias porque efectivamente florecen. No obstante, el investigador
venido de tierras lejanas sólo ensalza un romanticismo poco creíble a los ojos
de la comunidad científica73 así como a los propios… observados74 siempre
más frecuentemente expuestos a una movilidad nacional e internacional, a su
vez fuente de experiencias y encuentros con los focos y ejes socioculturales
del mundo originario del estudioso.75

73
Sin otro particular y desde sus pautas, la práctica de terreno parece normal para un
antropólogo…
74
―Nosotros también tenemos la televisión y también leemos revistas‖, me dijo algún
día un informante sorprendido (y enfadado) por mi desconcierto frente a sus
conocimientos…
75
En muchos casos propios a la República Mexicana, la presencia efectiva de un
estudioso o un grupo de investigadores no sorprende la mayoría de los grupos visitados
debido a la historia misma de la aplicación de las ciencias sociales en este país.
91
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

La oportunidad se presenta para ambas partes para compartir y


discutir aspectos relativos a las diferencias culturales que les separan. La
experiencia muestra que los informantes son igualmente ávidos de
cuestionar y comprender modos de organización y de pensamiento
extraños desde sus matrices culturales. En esta ocasión, nace una
situación meramente intercultural a la que el académico debe acudir con
el fin de enriquecerse a la par de ilustrar a la gente. En breve, he aquí una
oportunidad para él de ostentar su rol y carisma, sin necesidad de exhibir
pedantemente su supuesta superioridad. En realidad, una vez
familiarizado con los modos de actuar, pensar y articular el mundo de las
personas estudiadas, le es permitido intentar opinar acerca de su mundo
desde los parámetros culturales de sus observados. Ejercicio complejo sin
ninguna duda pero bastante rentable para experimentar y poner a prueba
la expresión, la formulación y la exposición de sus adquiridos desde las
categorías de los actores observados.
En muchos aspectos una vez establecido en el lugar que le acepta,
el investigador recrea una vida social totalmente normal. Tiene vecinos,
amistades, momentos de descanso, recreos, frecuentaciones, visitas,
compromisos,… Estas ocupaciones cuestan enormemente en inverso de
tiempos, es cierto. Dos conjuntos de recomendaciones al respecto:
1. Nunca volverse esclavo de los compromisos e
invitaciones. En general, la gente que recibe en su seno
comunitario a un investigador ―peca‖ por su gentileza y
abundancia. Muchos quieren invitarle, conversar con él,
establecer nexos de parentesco social, y otras cosas. La
presencia y la amistad con este tipo de persona social e
intelectualmente sentida como superior, constituye un
orgullo y una oportunidad de acrecentar el prestigio dentro
del grupo. No significa vínculos falsos, engañosos o
mezquinamente interesados. Las mentalidades son
sencillamente diferentes. De ahí la necesidad de distribuir
las aceptaciones y, frecuentemente seleccionar cruel pero
obligatoriamente las proposiciones. Eso se deberá siempre

92
Michel Duquesnoy

cumplir con cortesía y diplomacia y, en todos los casos,


nunca descartar definitivamente la invitación.
2. Cada uno de los convites u otras reuniones, representa una
ocasión inesperada para recolectar informaciones y alargar
su red de informadores. Y son estas oportunidades las que
permiten a todos los copartícipes de una encuesta convivir,
conocerse, compartir experiencias y conocimientos. En
fin, apreciarse. Nunca sobrará enfatizar el hecho de que la
práctica de campo no se limita solamente a estos
miserables momentos de encuestas directas o entrevistas
de cara a cara. El terreno antropológico es una empresa de
todos los instantes. La lógica etnográfica abarca todos los
momentos y todos los acontecimientos. Tal vez hasta los
más íntimos…

En conclusión, la práctica de campo es una experiencia total y


totalizante porque en definitiva la visión etnológica es total o por lo
menos, procura serlo. Exige mucho del investigador así como de los
miembros del grupo seleccionado.
Por baladíes que puedan parecer, las recomendaciones siguientes
deben ser consideradas sobretodo cuando se trata de estancias de campo
de duración importante.
Desde su llegada y si puede antes, el estudioso habrá de presentarse
a las autoridades locales y pedir el permiso de la investigación.76 No
solamente se llama la atención sobre una obligación de cortesía y tacto,

76
La literatura especializada menciona casos de investigación en los que el estudio
prefiere ocultar los motivos de su presencia hasta su estatus de investigador. Son
situaciones excepcionales, sobretodo cuando se trata de investigaciones en medios
conflictivos o en torno a problemáticas especiales obligando disfrazar los motivos de
esta presencia (por ejemplo, estudios realizados en medios obreros, sindicales, asilios,
etc.). Se presentan entonces varias soluciones tales como avisar solamente los
directivos, jugar la carta del secreto, entre otras. No obstante serán siempre situaciones
excepcionales que sólo mandan las necesidades y los objetivos de la encuesta. En todos
los otros casos será siempre una falta grave de ética no presentarse a sí mismo así como
ocultar los motivos de la observación.
93
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

igualmente sobre el hecho de que, en la mayoría de los países


latinoamericanos, y cuando se trata de una investigación dentro de
comunidades, la autoridad local representa al gobierno central y detenta
un poder exclusivo dentro del grupo. Es más, queda en su facultad la
supervisión de la buena marcha de la comunidad que dirige —y la casi
improbable negación para investigar––.77 En consecuencia, por
desconfianza o simple inquietud, la jurisdicción legítima prefiere
enterarse del por qué de la presencia de una persona ajena (o un equipo) a
la comarca.78
Desde un punto de vista meramente estratégico, aparecen varias
ventajas para el curso óptimo de la pesquisa.
En primer lugar, es oportunidad para el profesional dilucidar
sencilla, pero precisamente los objetivos de su estadía y su afán de
recolección de informaciones útiles para él. Eso permite a los directivos
expresar sus impresiones, recomendaciones y limitantes. En este caso hay
que requerir permiso para presenciar ciertos eventos —sobretodo los
rituales— y utilizar la cámara fotográfica u otros aparatos de grabación.
Será compromiso explícito por parte del estudioso dejar pruebas de sus
productos, sean fotografías, filmes o sus resultados publicados,79 al uso
de esta junta, así como de la comunidad en su totalidad.
No es escaso que la frecuentación y la buena relación con la
autoridad en turno favorezcan la movilidad y los contactos. En efecto, los
integrantes de la junta directiva conocen a muchas personas y
proporcionan frecuentemente valiosas informaciones. Usualmente son
ellos los que invitan a eventos festivos comunales u otro tipo de

77
No obstante existen grupos que imposibilitan cualquier tipo de investigación. A pesar
de las desilusiones legítimas que tal situación provoca, también debemos aceptar su
libertad y su derecho a la negación.
78
La situación presentará matices notables entre una investigación personal y una para
la cuenta de una institución oficial. No obstante la presentación a la autoridad es un
requisito indispensable.
79
A mi parecer no existe peor grosería que no dejar estos resultados al grupo que nos
recibe. Eso se asimila simplemente a un robo intelectual, un abuso y una falta de ética
—lamentablemente frecuente en la carrera—. En efecto los datos brutos le pertenecen
sin que sean responsables de nuestras interpretaciones.
94
Michel Duquesnoy

acontecimientos relativos a la vida comunitaria. Además, recibir la


aceptación de quedarse para investigar, es una garantía para los
lugareños, así como un motivo real de enorgullecerse del interés brindado
por un miembro de una comunidad científica a su suerte. Postura no
siempre exenta de esperanzas explícitamente mencionadas. Hecho que el
investigador deberá esclarecer en la brevedad para evitar probables
malentendidos. Se entiende que en el caso de una investigación para una
institución patrocinadora en vista de la implementación de programas a
favor de la comunidad, no se justificarán los reajustes arriba
explicitados.80 Sin embargo precisemos que demasiadas estancias de
campo son sinónimas de pasar de volada para luego irse sin otra forma de
implicación. Eso parece injusto e inapropiado. En efecto, el científico
social puede servir de interfaz entre instancias oficiales y la colectividad.
Debería ser su responsabilidad, con el aval de los grupos con que trabaja,
buscar fórmulas adecuadas para mejorar la suerte de la gente que le
acompañó en el proceso de la investigación, sobretodo cuando se trata de
grupos social, jurídica y moralmente despojados.81 Situación
lamentablemente frecuente en los países latinoamericanos.
Una última precisión al respecto de las autoridades a las que es
menester presentarse para legitimar la presencia y el hecho de la
investigación. Se podría pensar que la investigación social sólo se
desempeña entre comunidades campesinas o indígenas. Queda claro que
eso solamente sería una ilusión. En efecto existen muchos campos,
existen muchos terrenos imaginables y por practicar fuera de estas
esferas quizá unilaterales cuando se restringe el ejercicio y la existencia
de las ciencias sociales a ellas exclusivamente. Sería de buen augurio
dejar un lugar mucho más importante a campos menos explorados tal vez
por ser menos ―exóticos‖. Es responsabilidad de cada uno de los
cientistas dar prueba de su imaginación e inventar campos nuevos los que
80
Una buena metodología específica para la aplicación de las ciencias sociales queda
por ser escrita. Un acercamiento valioso en Adams (1964).
81
En mi opinión, es inadmisible trabajar, por ejemplo, con artesanos, yerberos,
apicultores o caficultores y no intervenir para buscar una salida cualquiera so pretexto
falaz que ―eso no está contemplado en el proyecto‖.
95
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

igualmente requieren de ser estudiados para conocer sus mecanismos y


realidades.
Según los lugares y ocupaciones productivas de la gente que viene
estudiar, el investigador sacará muchas ventajas al cuidar de su condición
física. No se trata de invitarle a la práctica intensiva de rutinas personales
pero sí de tomar en cuenta que la observación participante puede
obligarle a acompañar sus informantes en las partes donde trabajan y
¿Por qué no? echar la mano en sus actividades laborales, ritmos, cargas y
tareas que en todos los casos le son casi seguramente ajenas. Para los
candidatos a realizar investigaciones en las zonas indígenas y/o
campesinas, resultan obvias las largas y costosas caminatas a través los
campos, selvas y senderos no siempre propicios para este tipo de
ejercicio, tan siquiera para los pies citadinos del antropólogo. Nunca será
superfluo recordar que la práctica del terreno antropológico no se
asemeja a algún espécimen de etnoturismo.
Sea lo que sea, el practicante de campo deberá reservarse tiempos
de descanso tanto físico como intelectual. Cuando la estadía se cumple en
zonas alejadas y tal vez en grupos manifestando una ―otredad tajante‖,82
es recomendable y legítimo alejarse unos días para oxigenarse con aires
reparadores. La vuelta en el lugar donde se desempeña la labor sólo
conseguirá beneficiarse y reanudarse con mejores ánimos, así como otras
perspectivas. En ningún lugar se estipula la exigencia infantil de jugar los
héroes de una batalla inexistente. No vale disgustarse de la práctica de
campo ya que siempre debería generar encanto y placer. Es más, el
distanciamiento pasajero favorece la introspección, la evacuación de
tensiones, la evaluación de los datos obtenidos, las fallas, errores,
adquiridos, y muchas otras cosas por el estilo. En definitiva, los
beneficios para el objetivo mismo de la pesquisa se ven realzados a la par
que los contactos y amistades creados en el terreno, se mejoran al ser
mucho más relajados.

82
No es cuestión de exagerar ni caer en un romanticismo fantoche. No obstante, existen
todavía grupos presentando algunas diferencias copiosamente difíciles de integrar. Sea a
veces por trivialidades como los alimentos, los excusados o la higiene…
96
Michel Duquesnoy

Otra necesidad es el retiro momentáneo para consagrarse a las


actividades propiamente intelectuales. Pese a un manejo de los tiempos
muy diferentes a los habituales para el estudioso, éste tiene la necesidad
de documentarse en la bibliografía (siempre para afinar sus datos,
mejorar sus entrevistas, precisar sus dudas, despistar las fallas o faltas en
la literatura actual, etc.), así como de ordenar sus cuadernos, notas,
esquemas, etc. que los azares y la estrategia del campo le proporcionan.
Frecuentemente el etnólogo dibuja, escribe un recordatorio, compila.
Guarda preciosa y/o distraídamente los apuntes con el riesgo de que si no
clasifica a tiempo estas hojitas o cachitos de papel… no se recuerde los
contextos. En consecuencia, es menester que se reserve tiempos —y
espacios— para conservar la memoria de estas notas, comentarlas,
relacionarlas, etc. Estas primeras correlaciones tejen y entrecruzan los
esbozos de los análisis mucho más acabados que realizará una vez
devuelto en su gabinete. Con tal notificación se entreve una vez más
cuánto los pasos de la objetivación y producción de los conocimientos en
las ciencias sociales y humanas, son lentos y progresivos. En efecto en
cada una de las etapas los datos maduran dejando un depósito noble o, al
contrario, inservible que sólo el estudioso sabrá cómo y por qué (no)
utilizarlo a defecto de (no) reciclarlo.
Para terminar este apartado, unas notificaciones particularmente
triviales en apariencia. Tienen que ver con los comportamientos
exteriores del investigador. Su presencia dentro y con la comunidad
huésped intentará ser la más discreta posible, aún si como lo dijimos, su
vida en el vecindario se vuelve paulatinamente normal. En efecto, existe
una clase de supuestos ―antropólogos‖ del todo inepta cuando practican
el terreno. Ciertos ―profesionistas‖ consideran apropiado fumar
marihuana o embriagarse durante sus estancias entre los grupos
investigados.83 Otros se libran a unas licencias sexuales poco loables.
Terceros frecuentan sus comunidades con parejas diferentes. No se trata

83
No se está considerando las participaciones a eventos festivos en los que una ―cruda‖
puede sancionar las alegrías…
97
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

de ser moralistas o pudibundos. En efecto se quiere llamar la atención


sobre varios puntos clave.
En primer lugar, el estudioso sobre su terreno representa a una
clase de profesionistas. Es un embajador de su carrera. Ocurre que varias
comunidades niegan la presencia de antropólogos por ―marihuaneros‖,
―locos‖ o… ―cochinos‖.84 En segundo lugar —y es mucho más
importante—, es insultar las personas que nos reciben generosamente
faltarles el respeto a tal punto. Además, sería ingenuo pretender que ¡los
observados no observan a su observador! Es preciso recordar que las
autoridades pueden llegar a tomar decisiones drásticas e impedir
formalmente la presencia inconsiderada de tales elementos perturbadores.
En tercer lugar, en la ausencia de un código de ética entre los cientistas
sociales, es menester comprobar el serio de nuestras carreras y opciones
de vida y de estudio. Ganan muchas disciplinas nuestras al ser
reconocidas como valiosas, morales y adecuadas en la vida social. Es
realzarlas al darlas a conocer como implicadas y al servicio de la
población en general. Todo depende de la imagen que se querrá dar de
nuestras disciplinas así como de nuestras personas…

EL TERRENO EN SUS EXIGENCIAS MATERIALES


Una cierta tradición quiere que el investigador viva con una familia
del grupo estudiado. Si esta imagen clásica, tal vez preferible, es la más
común, no obstante encuentra la oposición o las reticencias de algunos
estudiosos. Si el domicilio propio no se encuentra lejos del lugar detenido
para la práctica como es el caso para las investigaciones urbanas, unos
alquilan un cuarto en una residencia cercana a la comunidad. Otros una
casita o una dependencia en el pueblo mismo, etc. Estas modalidades no
tienen normas científicas objetivas si no que remiten simplemente a
preferencias personales que encuentran su justificación eventual en las

84
Relato en este espacio conversaciones sostenidas con miembros de comunidades
diferentes.
98
Michel Duquesnoy

costumbres individuales de convivencia, higiene, sociabilidad, deseo de


tranquilidad e intimidad, y otras por el estilo.
Encontraremos las mismas preferencias para las comidas aunque la
mayoría de los profesionales prefieren alimentarse con el habitante o con
sus informantes. Hecho que, eso dicho entre paréntesis, fomenta la
producción espontánea de informaciones sin hablar evidentemente de las
amistades que se van profundizando.85 En este caso, es menester retribuir
o contribuir de alguna forma a los gastos ocasionados.
En el transcurso de su estancia, el investigador se mueve mucho,
sea caminando, en coche, a caballo o de cualquier forma. Deberá cuidar
de los incidentes (o accidentes) que pueden invalidar o estropear el
tiempo impartido para llevar a bien su trabajo. No obstante, esta
eventualidad no se puede descartar del todo como se puede suponer. Son
frecuentes los lugares que no prestan, una movilidad fácil, tales como
senderos resbalosos, caminadas prolongadas en el frío o el calor intensos,
los bultos pesados, etc. Cuando la oportunidad se presenta, será siempre
recomendado utilizar los transportes colectivos ya que favorecen los
contactos y las convivencias, además de que el estudioso parece
integrarse a las condiciones de los lugareños. Evidentemente puede
recurrir a su propia unidad, si la tiene, y aceptar llevar personas o bultos
si necesario. Sin embargo, habrá de gestionar estos servicios para no ser
asimilado pura y simplemente a un transportista de alta condición… Si
declina una petición, explicará los motivos para evitar los malentendidos
fastidiosos que llegarían a actuar en su contra. Además, las explicaciones
correctas se quedan una manifestación de cortesía favoreciendo la
aceptación de su presencia.
Las duraciones de sus estadías son variables puesto en
consideración de múltiples factores, como son: el tema mismo de la
investigación, las contingencias económicas, profesionales y familiares.
El elemento climático también juega un rol determinante en su caso.

85
Mencionaremos un solo detalle que llega a tener su importancia. La frecuentación
asidua de pocas familias puede provocar la envidia, las sospechas y los chismes entre
los vecinos y ser dañinos tanto al investigador como a sus amigos.
99
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Nunca se dirá lo suficiente que las estancias de larga duración (por lo


menos un año porque cubren un ciclo completo o casi entero de la vida
comunitaria) son siempre preferibles. En efecto, favorecen, además de la
familiarización con el grupo y el aprendizaje eventual de su idioma, un
seguido atento de los eventos ocurriendo. Beneficia al entendimiento de
las reacciones y posturas tanto colectivas como individuales frente a las
coyunturas inherentes a la vida de una sociedad. Cierto es que la práctica
de larga duración tiende en desaparecer debido a contingencias
materiales evidentes. Unos profesionistas afirman la no necesidad de
largas estancias ya que las investigaciones actuales son siempre más
puntiagudas. Por lo tanto no requieren de largas presencias si no de
enfoques precisos y determinados al momento de la recopilación de
datos, evitando lo más posible las pérdidas de tiempo y un cierto ocio
ateniente a la vida in situ. Si esta postura detenta sus ventajas, es
permitido deplorar la poca profundidad en las relaciones interpersonales
que lleva consigo, condición sine qua non para captar la confianza, por
ende, las confidencias de los informantes.
Uno de los puestos materiales más importantes es la retribución de
los informantes. Es justo y preciso recordar este compromiso que
lamentablemente muchos investigadores echan de lado como si
proporcionar los datos útiles a su investigación fuese un deber o un favor
gratuito por parte de los informadores so pretexto que la cultura no se
negocia.86 ¡No es así! La mayoría de las veces el científico quita tiempo
laboral (o de descanso) a sus informantes. Es más, se trabaja con gentes
detentores de economías generalmente humildes. Facilitar datos e
informaciones puede representar para ellas una fuente paralela de
ingresos complementarios. Tal vez no es legítimo hablar de sueldo 87 pero
sí de gratificación y compensación. Después de todo, brindar tiempo,
competencias y datos a un estudioso —por prestigioso que sea—, fuese
un amigo, nunca es obligatorio, si no un servicio a sus pretensiones

86
Pero sí sus mejoras académicas… ¡Situación injusta que se debe denunciar!
87
Aunque a veces se renumera a un traductor o a un socio de la comunidad encargada
de transcribir las grabaciones, revisar sistemáticamente las traducciones, etc.
100
Michel Duquesnoy

frecuentemente fuera de entendimiento para el grupo objetivo. Se tratará


de convenir el precio justo si no en dinero, por lo menos en la compra de
insumos, ropas, medicinas, etc. Es verdadera la figura del informante que
exagera sus precios. Libre al profesional negociar, aceptar o rechazar las
tarifas elevadas. No obstante, veamos que un precio demasiado costoso
puede sencillamente disfrazar un rechazo de colaboración. Es permitido
regatear si es necesario y si el investigador estima que el informante
llegue a equivaler al esfuerzo de su bolsa… Reconozcamos que, en
general, los informantes son pacientes para consentir sin gastos mayores
a sus investigadores proporcionándoles con los datos, tiempo y afecto. Y
eso no tiene precio…

Una práctica social en lo cotidiano: asistir a las fiestas del grupo estudiado
(Foto: Fiesta de Carnaval en la delegación de Huitzitzilingo, Hgo.
(Acervo personal)

101
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

102
Michel Duquesnoy

CAPÍTULO 5: LAS TÉCNICAS DE LA INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS SOCIALES


Me dijé: debo observar y hablar, y también escrutar detenidamente,
No dejar pasar nada, ningún detalle, ningún rasgo. Nada…”

Bronislav Malinowski, Diario

Hemos convenido en varios lugares del presente manual que la


investigación empírica no puede considerar sus propias técnicas como si
fuesen camisones de fuerza. Menos exigir de las mismas más de lo que
permitido. El profesional demostrará un saber-hacer constante para
adaptar sus herramientas a la contingencia misma de su objeto y a la
especificidad del grupo humano estudiado.
Repitamos un lema varias veces refrendado: si hay observación por
parte del estudioso, su presencia como elemento ajeno al grupo es
innegable. Si hay presencia, se registra una perturbación en los actos y
actores partícipes de las escenas analizadas. Sin embargo estos trastornos
tienden a suavizarse con la presencia misma del observador a través del
tiempo dada la aceptación creciente de su rol social como observador. Y
no es escaso que sus huéspedes le recuerdan este rol invitándole a figurar
en celebraciones o eventos estimados de su interés. O simplemente
porque se cuenta con su presencia.
En caso de la recopilación de datos orales por medio de la
entrevista, es obligación del investigador adaptar sus herramientas a las
personas copartícipes del diálogo que él solicita y dirige.
Las técnicas son herramientas. Como tales se combinan, se
descartan unas, se privilegian otras y se ―inventan‖ otras. Cada tema,
cada grupo, cada investigación requiere de la ingeniosidad y adaptación
de la parte del estudioso. Una regla es la siguiente: no hay que seguir
ciegamente ninguna técnica.

103
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Es autorizado distinguir cuatro tipos principales de técnicas88 de


investigación en ciencias sociales:
1. Técnicas de observación.
2. Técnicas fundamentadas en la comunicación verbal
(diálogo, entrevista).
3. Técnicas de experimentación.
4. Técnicas de mediación y control estadístico.

1- TÉCNICAS DE OBSERVACIÓN
La observación nos remite al hecho de que la investigación social
obliga al contacto con la sociedad real. Se puede distinguir entre 5 tipos
de técnicas de observación.
Observación directa libre
Al iniciar una investigación, la observación es libre, i. e.
corresponde a la fase fenomenológica. El investigador
―experimenta‖ su terreno y tiene ciertas intuiciones. Es la
fase exploratoria. Conjunto socio-cultural observado y
experiencia personal favorecen una organización previa,
cada vez más precisa, de las hipótesis. También permite
las delimitaciones puntiagudas del campo de estudio. Esta
fase da paso a la observación metódica.
Observación directa metódica
Es la fase controlada —casi profesional— de la observación: las
hipótesis son claramente postuladas —aunque puedan volverse
caducas por el hecho de la observación (y la combinación de
otras técnicas)—. El investigador ha planteado para sí mismo
una planificación de su observación que es su guía de
investigación personal, una suerte de agenda —suficientemente
libre— de sus actividades. Tal planificación le permite controlar
88
Se mencionará brevemente en este recuento la recopilación de datos por consulta de
la bibliografía e igualmente la consulta de archivos. Sí existen técnicas apropiadas para
ambas. No obstante no se las considera en este trabajo ya que remiten à técnicas
específicas. Me permito remitir el lector interesado a la lectura de los manuales
adecuados.
104
Michel Duquesnoy

la investigación sin perderse o perder a sus informantes en un


campo de estudio mal definido. Tal calendarización es flexible.
Se adapta a la realidad social y humana del grupo observado.
Es necesario el establecimiento de un marco conceptual y
teórico. No obstante, éste no puede ser en ningún momento un
molde prefabricado dentro del cual la realidad observada
debería conformarse a todo costo. La realidad social fecunda
el surgimiento de las teorías, no lo inverso.
Procesos de registro
La observación metódica tiene como meta la recopilación
(registro) de datos pertinentes para los análisis posteriores.
Es decir, la práctica de la observación enriquece la
recolección y la organización de los datos (grabaciones,
fotografías, fichas, entrevistas, apuntes, objetos materiales,
gráficos, mapas, topografías, etc.). La importancia de esta
fase habla por sí misma: de la cualidad de la recopilación
dependerá la cualidad del trabajo final.
Observación clínica
Este proceso complejo tiene como meta la recopilación de
datos concretos para un análisis sistemático de una
situación o de un personaje concreto. No se le puede
aplicar al estudio de grupos extensos pero sí a formaciones
reducidas porque permiten una relación mutua entre el
observador y situaciones individuales. Este proceso
admite, entre otros, la composición de las historias de
vida. La observación clínica se consuma por la consulta de
diarios íntimos, cartas, confesiones, etc.
Observación indirecta metódica89
Completa la observación directa y puede ser un
complemento de la observación clínica. Se consultan los
datos documentales relativos al objeto de la investigación.

89
Igualmente se puede remitir a ellas como a fuentes escritas.
105
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Son los censos, periódicos, volantes, registros económicos,


jurídicos, civiles o religiosos, predio, cartas personales,
diarios, etc. No es permitido olvidar que estos datos no
fueron, nunca fueron elaborados a la atención de un
investigador.90 Son manifestaciones de la realidad social.
A tal título son objetos susceptibles de análisis. Es decir,
estas fuentes son materiales brutos susceptibles de generar
datos objetivables, por lo tanto, sometidos a un proceso
analítico.91
Observación participante
A pesar de las discusiones posiblemente estériles acerca de
la expresión —sobretodo por parte de una suerte de
estudiosos—, es todavía la técnica maestra de la
etnografía. En efecto, obliga a recurrir a técnicas y
consideraciones fundamentadas sobre la comunicación
interactiva entre el observador y los sujetos observados. Es
un reto de integración casi completa, generalmente para un
tiempo de mediano a largo, en la vida diaria, banal,
rutinaria del grupo seleccionado por los fines de la
investigación. Tal inmersión implica que el observador
participe de sus actividades y manifestaciones múltiples.
El investigador se vuelve un elemento activo —lo menos
marginado posible— dentro del grupo. Esta técnica
peculiar bastante experimentada mayoritariamente por los
etnólogos hace del estudioso tal vez más un
experimentador que un observador.

90
Lo que no es el caso obviamente de las entrevistas, por ejemplo, o de unos croquis
solicitados por el estudioso.
91
Varios de los sociólogos de la primera Escuela de Chicago se ilustraron por el uso
ingenioso de tales fuentes, así como en la exploración clínica de grupos o personajes.
106
Michel Duquesnoy

LAS TÉCNICAS DE LA ENTREVISTA92


Todas las técnicas de observación directa implican la comunicación
verbal. Este modo de relación puede ser ocasional o, al contrario,
sistemático. La entrevista, método específico de investigación
experimentado y profundizado en psicología clínica y social, es un medio de
producción de datos sumamente importante siempre provocado a la petición
del investigador. Por básico que sea, no es un modo exclusivo de las demás
técnicas. La entrevista complementa la observación directa y/o indirecta.
La técnica de la entrevista cuestiona inevitablemente la
representatividad de los entrevistados. ¿Cuáles criterios detener y
escoger? La elección de los posibles entrevistados debería depender de
factores establecidos exclusivamente por el marco real observado y no de
criterios intrínsecos a la ―calidad‖ de la entrevista (candidatos inteligentes,
refinados, sutiles, habladores, valiosos, etc.). Otros problemas: ¿Cuántas
entrevistas realizar para alcanzar una recopilación pertinente? ¿Tiene que ser
el muestreo entrevistado homogéneo o heterogéneo en relación al grupo de
pertenencia? No hay soluciones reales. Sólo el investigador con el respaldo
de su profesionalismo, aprecia las posibilidades, oportunidades y limitantes.
Tanto de su lado, como de los entrevistados, la entrevista evidencia un
sistema subjetivo de roles y actitudes que no tiene necesariamente vínculos
con los roles y funciones reales que estos actores tienen en la situación real.
Es decir, los entrevistados suelen ser sobreestimados —o menospreciados—
por el entrevistador en el juego de la entrevista. Frecuentemente los
entrevistados usan estrategias para eludir la postura de sugestión en la cual la
dinámica de la entrevista le induce. Será en todos los momentos de la
investigación y, principalmente en el transcurso de la etapa clave de la
objetivación, que las entrevistas revelan la mayor parte de la realidad
explicada y desarrollada tan incompletamente por los entrevistados, así
como apenas descubiertas por el entrevistador. De hecho, la práctica de la
entrevista involucra una relación estrecha entre ambas partes. Pues nunca es
una relación imparcial: son a lo mínimo dos personalidades interactuando

92
Para la aplicación de las técnicas, ver más adelante.
107
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

dentro de una relación relativamente desigual. La entrevista pone en la arena


un conjunto de ingredientes específicos que la erigen en fenómeno social
particularmente complejo.

DETERMINAREMOS TENTATIVAMENTE 4 TIPOS DE ENTREVISTAS


La entrevista libre
Es el tipo de entrevista que deja totalmente libre al
entrevistado. Es la entrevista abierta. Se recopilan de tal
forma datos valiosos aunque no haya control ninguno estricto
de las respuestas. El investigador puede concebir un esquema
de preguntas en su mente. Eso implica una suerte de
organización preestablecida de la entrevista, pero no es
conocida por el entrevistado.93 Ambos protagonistas
dialogan libremente y llegan a dejarse conducir por los
azares del diálogo concebido como una conversación. Este
tipo deja la total autonomía al entrevistado para expresar su
pensamiento que, merced a las dinámicas asumidas por el
investigador, se va organizando. En efecto, los
investigadores olvidan frecuentemente que en la mayoría de
las veces, el informante nunca ordenó su pensamiento al
respeto de lo que se le está interrogando. La entrevista,
estructurada o no, constituye frecuentemente, eso dicho entre
paréntesis, una oportunidad para los informantes de pensar
sus representaciones y expresar su opinión acerca de las
maneras de organizar y vivirlas. En cuanto a las preguntas o
respuestas evasivas, son una técnica para orientar y delimitar
las respuestas. Por lo tanto, se debe contemplar que una
pregunta demasiado precisa, (de)limita decisivamente la
libertad de respuesta. Eso puede contribuir a perder o
descartar datos relevantes que los flujos de la conversación

93
Aunque con el tiempo y la familiaridad, un ―buen‖ informante manifiesta saber
adonde va el estudioso…
108
Michel Duquesnoy

imposibilitarán recuperar. La entrevista libre se maneja como


una conversación, un diálogo. Es recomendado usarla como
técnica exploratoria o para documentarse sobre eventos a los
que no se pudo acudir o acerca de un personaje
problemático. Generalmente improvisada y básicamente
enfocada en la dinámica dialogal, la entrevista no organizada
faculta la recopilación de datos múltiples y variados que
posteriormente el investigador organizará. El entrevistado se
expresa personalmente. Es decir, posibilita la expresión y
dilucidación de su punto de vista propio. Si lo siente útil,
añade anécdotas personales o relatos ocurridos en el barrio,
grupo, pueblo, etc. Esta forma de entrevistar es posiblemente
la más beneficiosa. Se utilizará la entrevista organizada
esencialmente cuando se vuelve necesario clarificar unos
puntos pocos precisos aparecidos en la entrevista no
organizada.
La entrevista cerrada
Es la entrevista que se conforma a un plan rígido según las
mismas preguntas, con los mismos términos y en el mismo
orden de interrogación cuando es aplicada habitualmente a
varios informantes. En el caso de ―cerrar‖ la entrevista a
un solo informante, se busca obtener en la brevedad datos
cabales acerca de un punto delimitado. Es decir, el
entrevistado ―pierde‖ su libertad para formular su
pensamiento en un flujo desorganizado y dialogal. Esta
técnica favorece una codificación inmediata de las
respuestas útiles para establecer tendencias y estadísticas
(tratamiento por cuantificación). Es decir, el contenido es
mucho más limitado y puntiagudo. Lo ideal es la
utilización de ambas técnicas: abiertas y cerradas.
La entrevista repetida
Se recurre a esta técnica muy específica cuando se aspira
analizar e investigar, por ejemplo, los cambios que afectan
109
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

la dinámica social, apreciables en un lapso razonable. Se


interroga sobre el mismo tema y con las mismas preguntas
el mismo muestreo de entrevistados pero a momentos
diferentes y regulares de la vida del grupo. Se puede
analizar las distorsiones entre las respuestas del mismo
individuo y comparar las características del muestreo.94
Los cuestionarios
Son los sociólogos los que dan destino a esta técnica con
más frecuencia —o los antropólogos que dan un turno
sociológico a una parte de su labor—. La visibilización
estándar de este proceso, es la bien conocida encuesta sobre
la opinión pública. El cuestionario es una técnica de
sondeo, por definición, cerrada. El ―cuestionado‖ tiene un
margen de libertad de contestación sumamente limitado: sí,
no, no sé, no tengo opinión, u otros modos de evaluación
típicamente limitadores. Usualmente se utiliza esta técnica
de manera preferidamente anónima:95 no se conoce al
investigador (o a su equipo), no se conoce al entrevistado.
No hay ninguna situación interactiva y no hay diálogo
formal, sino cuando hay contacto directo. Por lo tanto, las
preguntas deben ser formuladas de la manera más precisa
esperada. La experiencia demuestra que la introducción de
una palabra en lugar de otra puede modificar del todo las
respuestas.96 De hecho, los cuestionarios cuando son bien
concebidos, permiten aproximar las tendencias y la opinión.
Los márgenes de error se ven limitados por los alcances de

94
Es en mi juicio una técnica infalible para obtener certezas acerca de datos difícilmente
confiables.
95
Aunque se ha visto de la manera más incongruente, encuestas en torno a una
institución laboral realizadas electrónicamente por dicha institución, sin respeto mínimo
al anonimato. Se deja imaginar las distorsiones probables en las respuestas… O ¿será
que dicha institución deseaba admirarse en su propio espejo?
96
Ejemplo: ¿Prefiere Usted tal candidato a la Presidencia? es muy diferente a ¿Es Usted
favorable a tal candidato?
110
Michel Duquesnoy

las estadísticas. Pero varios acontecimientos recientes,


notablemente en la política, han mostrado los límites de esta
técnica. En realidad, los consultados son actores
relativamente libres y concientes disponiendo de su libertad
de acción y manipulando la variabilidad de sus intenciones.
Aunque esta aseveración se preste a discusión…

TÉCNICAS DE EXPERIMENTACIÓN

Son técnicas para la realización de experimentos en sociología y en


sicología social. No es preciso extenderse aquí sobre estas técnicas por
falta de espacio favoreciendo su exposición y su… aplicación en
laboratorios. Digamos que en su elaboración y concepción los equipos de
investigadores que las utilizan demuestran siempre una ingeniosidad
digna de ser relevada.97 Es probable que sus referentes experimentales se
fundamenten en las ciencias naturales y precisamente en la física. No
obstante, la naturaleza de los fenómenos sociales no puede compararse
con la de los fenómenos naturales. Un punto débil frecuentemente
mencionado en torno a estas experimentaciones, refiere a la artificialidad
de los grupos examinados en laboratorios, a pesar de la estricta selección
operada entre los candidatos. En muchos casos, el perímetro cerrado de
un laboratorio impide o agrava la dimensión psicosociológica e
interpersonal de las relaciones entre los agentes.

TÉCNICAS ESTADÍSTICAS

Los problemas de las estadísticas fueron rápidamente expuestos


en un párrafo anterior. La dificultad reside en la aplicación a los
fenómenos sociales de los resultados obtenidos por este medio. En todos
los casos, es una obligación, si se quiere utilizar esta herramienta, definir
precisamente los conjuntos sociales así como los objetos de la
investigación para mejorar la interpretación. Además no es por nada que

97
Véanse los conocidos experimentos de Milgram o de Garfinkel…
111
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

los modelos experimentales mencionados utilizan la herramienta


matemática. Son solamente técnicas de control (de la homogeneidad de
un muestreo artificial) y técnicas de mediación de los resultados
experimentales (coeficiente de correlación, pruebas de significación,
etc.). Es decir, los marcos y los elementos del experimento son dados y
conocidos por el experimentador. De alguna forma, ya controlados. Tal
técnica cuantitativa es sólo otra herramienta posible que pretende reflejar
a su modo, una parte de la realidad social. En cuanto a muestreos y
sondeos propiamente culturales, quedan dudosas las conclusiones
tajantes, ya que al fin y al cabo la arbitrariedad de los actores del sistema
parece responder más a estructuras difícilmente aprensibles que a priori
concientemente predefinidos.

La investigación en ciencias sociales obliga a escoger la mejor estrategia


para obtener los mejores resultados…
(Foto: Carrera ciclista semiprofesional, Long Beach, California, 2009.
Acervo personal)

112
Michel Duquesnoy

CAPÍTULO 6: EXIGENCIAS DE UNA PRÁCTICA SOCIAL: LOS


INFORMANTES

(…trabajar con…) las narraciones de los otros…

Alicia Méndez

Si, como le hemos postulado en varios lugares de este trabajo, la


práctica de campo presenta los rasgos de una praxis social con contenidos
singulares, el recurso a informantes es tal vez uno de los elementos más
destacados. En realidad ¿Podría haber campo en las ciencias sociales sin
los informadores, actores claves de la investigación, dado su disposición
a dar los datos tan imperiosos para nuestras pesquisas?
La práctica de terreno remite sin cesar a un deber de comunicación,
esencial e ineludible. Esta obligación llega a su máximo punto, en mi
opinión, con los diálogos y entrevistas llevados con estas personas que
nos proporcionan su tiempo, su amistad y dedicación sin mencionar
evidentemente los datos por los que nuestra presencia y esfuerzos se
justifican. Entrevistas dirigidas, diálogos espontáneos o simple
observación de gestuales y prácticas remiten sin cesar a los informantes,
archivos receptáculos todos de los rasgos culturales específicos del
segmento que ocupan en el espacio social.
El estudio busca como es legítimo, seleccionar los mejores
informantes que, se espera, son sensatamente presentidos como
elementos indispensables para la formulación de los conocimientos
necesitados por los fines del tema investigado. Un informante ideal es un
locutor versado, deteniendo un extenso conjunto de datos, experto en el
manejo sutil de la estructuración de los mismos y una persona reconocida
dentro de su grupo por la grandeza de sus conocimientos y el valor de sus
actividades. Dicho de otra forma, un verdadero intelectual orgánico. Esta

113
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

visión un tanto idílica, no corresponde siempre a la realidad98 y más que


todo recela su porción activa de engaños y trampas.

¿EN QUÉ SENTIDO?


En primera consideración la tentación culturalista fue construir la
cultura de un pueblo sobre las informaciones expertas proporcionadas por
este tipo de actores cuyo prestigio era innegable. No obstante, por
perspicaz que sea un erudito en los temas indagados, nunca refleja la
totalidad cultural de su grupo de pertenencia, cualquier sea. Es decir, la
prospección de datos debe enfocarse entre la mayoría de los actores,
tanto entre los expertos, como entre los menos dotados (en un tipo
definido de conocimientos). De ahí la imperiosa exigencia de abrir la
pesquisa y recolección de informaciones dentro de un abanico amplio y
diverso de representantes de una cultura determinada. Cada quien
demuestra su percepción de los rasgos de su cultura, sus símbolos, sus
ideologías, sus convenciones y, es más, tiene una personalidad propia
para interpretarles y comunicarles. Se encuentra usualmente en el
trascurso de la práctica de estos agentes estimables que dificultan
expresarse correctamente aunque, no obstante, presentan unos
conocimientos del todo provechosos para la investigación. Ocurre
usualmente una situación de desajuste frente al investigador universitario
asumido como ―superior‖. Da pena y vergüenza aceptar el juego de una
entrevista asumiendo equivocadamente una posición de incompetencia o
de inhabilidad intelectual.99 Es del rol del profesional fomentar la
confianza y la seguridad para dejarles expresar libremente y a su manera
sin manifestar coerción u obligación cualquiera. En caso eventual de
mala comprensión, será siempre factible volver a entrevistar o dialogar
con estas personas con el fin de mejorar el entendimiento. Es igualmente
una manera apreciable darles el justo aprecio merecido para

98
Dicho eso, no se puede dudar de la presencia de tales individualidades expertas dentro
de los mundos conceptuales explorados por los universitarios.
99
Recordémonos el peso probable del relativo desequilibrio social entre los investigadores y
la gente estudiada.
114
Michel Duquesnoy

proporcionarnos tiempo y cordialidad. Consideremos humildemente dos


elementos no siempre inmediatamente claros para el estudioso.
Ocurre habitualmente que el investigador ignora los modos de
expresión genuinos del grupo huésped y, consecuentemente, no capta directa
y performativamente las estructuras y sutilidades del discurso que a él se
expone.100 (In) concientemente —y eso es una trampa muy engañosa— el
investigador busca y privilegia en seguida, informantes expresándose a
partir de sus estructuras lingüística, mental y cultural. En definitiva esta
postura le hace correr el riesgo de no percibir los significados desde la
perspectiva local, normalmente tan preciado por el propio estudioso. Se
entenderán, en consecuencia, los errores probables que podrían aparecer al
momento de la objetivación final. Es más, se cierra peligrosamente la
interioridad del mundo indagado, generando contrasentidos impresionantes,
tanto para el grupo, como para la comunidad científica interesada por
nuestras aportaciones en el ramo del saber explorado.
En segundo lugar, un énfasis exagerado dejado a los informantes
privilegiados expone la recolecta de datos a un inconveniente quizá menor
pero pudiendo tener su importancia al nivel de la estrategia de terreno con
otros eventuales informantes. En efecto, si no es verosímil esconderse y
ocultar las visitas más frecuentes que otras a ciertas familias y personas
porque el transcurso de la investigación privilegia estos contactos, no es
recomendable cerrarse a otros contactos so pretexto que ya se clausuró
arbitrariamente el número de ―buenos‖ informantes disponibles. A priori, no
se sabe exactamente cómo definir un ―buen‖ informante. A la par, las
tensiones intracomunitarias o interpersonales se manifiestan la mayoría de las
veces por la envidia, sobretodo cuando la investigación se desempeña dentro
de grupos relativamente cerrados. Muchas veces los vecinos creen que los

100
Que sea permitido el relato de una anécdota personal. Con el afán de realizar una
serie de entrevistas acerca de la sumamente compleja cosmovisión chamánica de los
nahuas de la Sierra Norte de Puebla, un informante desesperado por mi ignorancia y
persistencia en no entender su lógica, miró a su hija, una infante de apenas 6 años, y le
dijo sarcástica y tajantemente: ―Tú explícale porque no entiende‖. Y la niña paciente, sí
me bario el entendimiento… Me permito remitir el lector a dos textos nuestros.
Duquesnoy (2009 y 2011).
115
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

informantes reciben jugosas remuneraciones o prebendas formidables. De


otro lado, al nivel simbólico el prestigio de las familias suele realzarse por las
visitas frecuentes de un investigador. Evidentemente, el estudioso no puede
evitar los chismes y no puede vanagloriarse de haber conseguido la simpatía
de todos y todas. Sin embargo, se mostrará precavido en la medida de sus
posibilidades, en no justificarlas y explicará si es necesario el por qué de sus
preferencias laborales. En definitiva, muchas situaciones encontradas en el
terreno tienden a regularizarse por sí mismas después de un cierto tiempo.
Normalmente la gente se acostumbra a la presencia del académico y entiende,
entonces, mucho más fácilmente sus frecuentaciones privilegiadas.
En todos los casos, si existe una regla infalible para la práctica del
diálogo en vista de la recopilación, es la siguiente: captar una amplia
gama de las diferencias en la exposición de los rasgos culturales es
adentrarse en la médula cultural del grupo estudiado. Por lo tanto, el
estudioso se mostrará atento en no privilegiar más que lo permitido a sus
informantes… privilegiados.
Anteriormente se aseveró que en principio no se puede definir
exactamente en qué consiste un ―buen‖ informante. No obstante es
permitido subrayar unos puntos útiles para discernir empíricamente las
personas que sí proporcionan los elementos claves para la investigación.
Sin lugar a duda son mejores informantes que otros… El ―buen‖
informante es seguramente el que expone claramente y con bastante
facilidad los elementos solicitados y contextualizados, ven las variables
posibles y logra articular su lógica a partir de sus parámetros culturales.
Anticipa en este caso las dificultades fortuitas de comprensión por parte
del entrevistador, y las explicita inmediatamente en sus criterios, si les
conoce (postura ambivalente porque puede distraerle). Eventualmente, si
no desea conservar el monopolio del trabajo con ―su‖ investigador —caso
muy clásico—, le invitará a que conozca otras personas que compartirán
sus conocimientos e indicará dónde y cómo convocarlas.
Ahora bien, los nexos amistosos se tejen más prontamente con los
informantes predilectos y será indispensable controlar las interferencias
eventuales de tal intimidad y complicidad. En efecto, por simpatía, el

116
Michel Duquesnoy

informante puede llegar a desear impresionar al estudioso amigo


brindándole informaciones exageradas; y al revés, éste se cohibiría en
refutar o cuestionar su entrevistado amigo. Después de todo, y en todos
los aspectos relativos a la práctica de campo, es menester delimitar las
reglas y dejar claros los resultados esperados. También se manifestará
cuando sea preciso que los datos de uno serán cruzados por
conversaciones con otros informantes ¡sin divulgar nunca quién
proporciona la información original! En tal figura el estudioso
aprovechará su conocimiento cumulado para determinar las fallas,
olvidos, pudores o el ocasional dato ―hinchado‖.101 Es excelente felicitar
al informante por sus conocimientos y agradecer sus exposiciones claras.
Pero sobretodo, en los inicios de la convivencia, será mejor no manifestar
apreciaciones eufóricas. Se evitará de tal manera dar la oportunidad al
informante de ―hinchar‖ los datos proporcionados sencillamente porque
se siente halagado y podría decidir impresionar el estudioso. Cuando se
establece mucho más confianza, la situación es evidentemente diferente y
se vuelve casi rutinaria la admiración legítima manifestada al informador.
En regla general, el mismo es siempre valorizado por el interés
causado en el científico.102 Este último regresa, demuestra curiosidad,
profundiza y discute la información, confiesa sus dudas, etc., y la
comprueba eventualmente con análisis publicados en la literatura
especializada. Todas estas dinámicas favorecen siempre los contactos y
la afabilidad de la entrevista que debe siempre ser un diálogo en el que
ambas partes comparten puntos de vista, opiniones, conocimientos,
impresiones, comentarios, etc. De no ser así la conversación se vuelve
una pesadilla para el informante y se corre el riesgo legítimo de repelerle.
Otra regla primordial: guardar el secreto y la privacidad de los datos
recopilados así como de las personas facilitadoras de los mismos. Es una

101
En su Diario, Malinowski (1985) nos dejó páginas memorables al respecto.
102
Es imprescindible evaluar el agrado de los contactos cuando llegando de manera
improvista, se nota la sonrisa en la cara del informante y/o de sus familiares viviendo en
su hogar. Dicho entre paréntesis, debemos ser atentos a estas señales para evitar
contrasentidos y malentendidos cuyos resultados se concretan lamentablemente por el
disgusto o la pérdida de un informante valioso.
117
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

infracción grave librar a otros informantes los testimonios proporcionados por


un tercero, principalmente cuando de manera manifiesta,103 el informante
sugiere o pide la confidencialidad.104 A este tenor los informantes en general
tienen el derecho a que sus nombres no figuren en nuestros reportes si así lo
manifiestan.105 Para otros, al contrario, es un gran honor y un placer ver su
nombre y/o fotografía ilustrar los comentarios, informes o trabajos publicados
ulteriormente por el investigador. En el terreno mismo existen informantes que
prefieren no otorgar las entrevistas en su domicilio o en su barrio. Invitan a
presentarse en un lugar convenido generalmente por ellos mismos.
Otros aceptan las entrevistas o visitas, pero solamente de noche o en la
madrugada, si es posible cuando nadie se entere de la presencia del
estudioso.106 Es imperativo que desde los primeros pasos, el estudioso se
inquiera de estos detalles y manifieste su más total discreción conformándose
siempre con los deseos expresados. En todo, la práctica de campo remite a
acuerdos, convenios y pactos rotundamente clarificados. Estas tácticas hacen
del terreno etnológico una verdadera práctica social, cuyos logros principales
se obtienen en el beneficio y respeto de todos los copartícipes.

NOTA: EL CASO DEL INFORMANTE PREDILECTO


Al considerar su importancia e impacto en la práctica del terreno, así
como en la persona del investigador, se dedicarán unas consideraciones

103
No son raros los casos de informantes que pueden exigir la divulgación de los datos
proporcionados por un informante rival. Frente a esta figura, el investigador debe negar
obviamente esta violación y explicar el por qué. Efectivamente será una garantía para el
solicitante que sus precisiones tampoco franquearán los cuadernos o grabadoras del
profesional. Postura conocida por él que escribe.
104
Esta precisión es particularmente importante para los candidatos a la investigación
acerca de temas como: los mundos mágicos, las prácticas delictivas, los abusos
intrafamiliares, los hábitos sexuales, las preferencias políticas, etc. Tantos campos de
investigación que por definición abordan los secretos y la intimidad individual.
105
Se puede siempre usar subterfugios como iniciales, cambios de nombres (y lugar), no
mencionar las fechas, etc. Es un error preocupante pensar que el cientista social debe
comprobar sus datos a través de la explicitación precisa y la exposición personificada de
sus informantes.
106
¡Casos vividos por el autor! Entonces es interesante procurar conocer las razones de
tal discreción…
118
Michel Duquesnoy

aparte para el caso del informante privilegiado. Como todos los etnólogos
lo confiesan, nuestra disciplina tiene sus mitos. Es normal después de todo.
Uno de los mitos más tenaces es el referido al informante predilecto. Es
innegable su valor, ya que constituye siempre una suerte y una ventaja
tanto humanas como intelectuales, para cuando se encuentra en la situación
máxima de la antropología, un informante vuelto a la vez un proveedor de
datos importantísimos, un confidente y un amigo. No es necesario
extenderse sobre los valores propiamente sentimentales proporcionados
por una situación antes de todo humana.
Se quiere solamente romper del todo la cáscara de un mito pertinaz, al
menos levantar la cortina sobre unos riesgos ocultos de la postura. En primer
lugar, un error común consiste en ver en este tipo de informante, una suerte
de sabio con pies descalzos, social y humanamente (casi) perfecto, docto,
ecuánime e inapelable. Son conocidos los casos de antropólogos que no
vacilaron en ver en informantes presentados tales como gurús, unos guías
espirituales detentores de una sabiduría universal de tipo ―New Age‖ de la
que, entre paréntesis, se declaran los voceros y los beneficiarios
bancarios.107 Sin caer obligatoriamente en estas desviaciones deplorables, el
riesgo ya mencionado es limitar la cultura —o uno de sus temas detenido
para motivo del estudio— a los solos discursos de un solo informante por
inteligente y destacado que sea.108 El peligro es dar análisis abstrusos porque
se ha considerando solamente un sentido y una interpretación.
Otro trance es la eventual dependencia a la que se somete
equivocadamente el investigador, como si su mejor informante detuviera
todas las soluciones y todas las claves de entendimiento de su grupo cultural
y social. El científico social no debe asumir una filiación de tipo maestro-
discípulo cuando difunde los análisis de sus datos.

107
El caso Carlos Castañeda podría ser el más conocido a pesar de la pretendida existencia
de unos informantes más fantaseados que reales. Para justificar sus posturas cuestionables,
Eliade recurrió igualmente a subterfugios hábiles. Michael Harner hizo fortuna con la
creación de sus Centrum for Shamanic Studies y otros talleres lucrativos. Etc.
108
Lo que fue el caso de Marcel Griaule en sus brillantes estudios en torno a la cultura
dogón.
119
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Al revés, y de manera mucho más satisfactoria, los informantes


pueden llegar a considerar su propia cultura con ojos renovados, tal como
normalmente ocurre en la figura del propio investigador. Pues se
establecen interacciones de colaboración, cuyas miradas y aportes
críticos sirven la construcción del conocimiento antropológico de
culturas diferentes. Esta postura atrayente es una ventaja enorme dado su
gran potencial intercultural al beneficio de todas las partes involucradas
en el proceso de la investigación.
Para llegar a este nivel tan deseado, una introspección activa y
constructiva dentro de la investigación misma se impone como se mencionó
en otros lugares de este trabajo. Introspección metodológica, se entiende.
Tendrá como objetivo cuestionar los roles de cada partícipe con el fin de
reajustar cuando sea necesario las posiciones, aportaciones y actitudes
impartidas y definidas entre todos. En efecto, nadie construye la cultura del
grupo observado dada su existencia inherente entre todos los actores en su
conjunto y en nadie en particular. Este ejercicio —llamémoslo una
sociología de las relaciones o una sociología de la práctica del campo
antropológico— es siempre ingrato pero saludable. En efecto, permite alejar
la perspectiva culturalista cuando ilusiona reducir una cultura dada a unos
pocos actores, así como neutraliza constructivamente la supuesta neutralidad
del científico social.

Para meditar…

Este último informante me proporcionó informaciones importantes


(…) —sí le escucho, no obstante, siento una violenta aversión; en
lo más profundo de mi ser, rechazaba pura y simplemente todas
las cosas maravillosas que me enseñaba. Ello es una dificultad
mayor de la encuesta etnográfica, y que se debe rebasar.

Bronislav Malinowski, Diario (1985:171)

120
Michel Duquesnoy

CAPÍTULO 7: OBSERVAR, MIRAR, ESCUCHAR. ACERCA DE LA


OBSERVACIÓN CIENTÍFICA

La observación se vincula con el descubrimiento…

Jean-Claude Combessie

La observación es una de las herramientas predilectas por los


cientistas sociales, principalmente antropólogos y sociólogos, para
recolectar los datos vitales para sus estudios. Es un método clásico de
recolección de informaciones. De otro lado, es un medio privilegiado para
acercarse al mundo social y de los actores que le componen. A nivel básico
y muy general, es permitida la definición siguiente: ―es el proceso de
contemplar sistemática y detenidamente el desarrollo de la vida social‖.
Permite además, ―la obtención de información sobre una determinada
problemática tal y cómo se produce‖ (Bonilla & García, 2002:43).
Porque el estudioso está en ―su‖ terreno, es un observador y se
ubica en el mero corazón de la experiencia social con su persona y su
personalidad. Su observación mezcla en cada instante miradas, directas o
indirectas, intercambios verbales y sociales, sensaciones de varias
índoles, compromisos, complicidades y sorpresas. Con tantos atributos,
su observación como actor directamente implicado, ya es participante.
Consecuentemente, la observación es presencia.
La observación sobrentiende el trabajo intensivo de los sentidos
—principalmente la vista— en la obtención de los datos y se puede
presentar como el proceso por el que los datos se hacen idealmente accesibles
al estudioso. No les construye en sí aunque hagan parte integral de su objeto de
estudio porque de alguna forma son ―reales‖. Finalmente la observación aparece
como un instrumento incomparable para visualizar las variables de
comportamientos y actitudes, posturas, gestos concretos.
Usualmente, la observación se aplica para recopilar datos en torno a
prácticas diversas (fabricación de herramientas, artesanías, redes de pesca,
etc.; ritos; siembra; discursos; juntas; y tantas otras actividades) en las que se
trata de notar los gestos, las posturas, las reacciones, los modos de acomodar
121
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

(el material, los asistentes, etc.). No obstante se usa no solamente la


observación visual, sino también, en las observaciones implicando nuestros
otros sentidos —aunque requiera de una agudeza específica en ellos—. Por
ejemplo, es interesante enfocar su oído en la asistencia cuando un rito o un
discurso se ejercitan. Los olores pueden tener su relevancia en la
observación de prácticas mágicas. El sentir es una herramienta indispensable
para el investigador dedicado al estudio de los métodos de tejer productos
finos como tapetes de altísima industria en telares —y hasta cierto punto el
olfato—. Además el terreno ofrece una circunstancia en la que las facultades
del estudioso para la observación serán ventajas inapreciables: la entrevista.
En consecuencia deberá ser atento a todos los detalles y actitudes del
entrevistado mientras aplica este método específico de recolección de datos.
Se le dedicará un capítulo entero. Por lo tanto, no abordaremos esta temática
en la presente sección.
En todos los casos se puede aseverar que para todas las disciplinas
científicas confundidas existen solamente dos maneras de obtención de
informaciones válidas: la recolección o la producción. Las ciencias
sociales privilegian en parte la recopilación de las propias vía dos
tendencias. En primera instancia, la cuantitativa remite a encuestas,
sondeos o experimentaciones en recintos generalmente cerrados (los
laboratorios) cuyo instrumento favorito de análisis es la estadística. No
revisaremos en este trabajo este método.109
En segunda consideración, la cualitativa refiere a la observación
directa o semidirecta, las entrevistas y las historias de vida, herramientas
imprescindibles para conocer de manera casi íntima los rasgos
principales de la cultura singular de un grupo meta.
Ambos procedimientos110 obligan, como se supone, al estudioso a
manifestar cierta destreza ―técnica‖ para obtener los datos que procesará

109
Se deja un aviso para que los estudiantes interesados por esta herramienta consulten
la oferta propuesta por la Licenciatura en Sociología.
110
Método cuantitativo y método cualitativo recelan sus propios límites y problemas
epistemológicos. En otras partes del presente trabajo, se mencionaron algunos sin
considerarles en sus últimas consecuencias. Asunto brevemente analizado en los anexos
y que el autor se propone revisar en un trabajo ulterior.
122
Michel Duquesnoy

en vista de la producción de un conocimiento resaltado y renovado del


campo analizado. De igual forma, se espera de su parte que disponga de
una sólida teoría de la observación científica y conozca los límites
intrínsecos de cada un de los instrumentos a su disposición.
Entre los varios tipos de observación111 se puede mencionar:
1. La observación directa participante: es la observación global en
la que el observador actúa también como miembro dinámico,
pero en grado relativo en sus quehaceres e inquietudes;
2. La observación directa no participante: es la observación
estricta en la que el observador observa y puede
eventualmente aplicar encuestas o cuestionarios cerrados;
3. La observación indirecta: es la observación totalmente
pasiva con utilización de documentos de fuentes diversas.

Sea lo que sea, el científico habrá de plantearse varias interrogantes de


orden metodológico tal como cualquier investigación empírica lo supone.
Estas son:
Delimitación del estudio: ¿Cuál grupo o sociedad? ¿Qué
elementos? ¿Unos específicos o todos?
Delimitación de la duración
Selección de la muestra si no se dedica el estudio al
conjunto del sistema

LA OBSERVACIÓN CIENTÍFICA

La observación es uno de los instrumentos cardinales a disposición del


científico social para recopilar los datos de primera mano acerca de los
fenómenos, hechos, comportamientos, tendencias, etc., que pretende
analizar. Del todo la observación es un procedimiento empírico. El marco

111
El presente manual tiene sus límites. Existen, en efecto, numerosos variables de una
―misma‖ técnica como la observación. Aquí se hablará esencialmente de la observación
participante. En el trabajo posterior indicado, se revisará el conjunto de los métodos
referentes a la observación.
123
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

conceptual y teórico preliminar a la observación guía ineluctablemente la


mirada hacia lo inmediato y lo expresado por los sujetos. Empero el
estudioso debe retroalimentar su armazón teórico por los aportes derivados
de su observación (así como por las otras herramientas a su disposición para
la recolección del material primario). Observar un fenómeno es convertir
parte de sus componentes en objeto de estudio. Ello implica la adquisición
científica de un conjunto de técnicas aptas para organizar y seleccionar datos
disparatas en vista de su transformación en productos científicos. Observar
científicamente es registrar y distinguir a través de los sentidos, los
elementos claves para su objetivación. Es decir, es mucho más que ser
testigo o estar ahí. Es disciplinar literalmente al pensamiento los sentidos,
para que recopilen materiales de un tipo particular. No basta con tener la
experiencia de experimentar el fenómeno, es necesario problematizarle,
comprenderle, interpretarle.
Por ser selectiva y organizada, la observación se obliga a ser la más
operable e incluye el mayor número posible de unidades relevantes.
Dicho de otro modo, en el acto singular de la observación, los sentidos
actúan como una grabadora inteligente. No saca clichés, sino que
selecciona dentro de una escena observada, los componentes
potencialmente interesantes. Observar requiere tomar conciencia del
objeto. En definitiva, es pasar de los hechos concretos a las ideas.

PRIMEROS PASOS

Si como es lógico es permitido descartar la observación del tercer


tipo mencionado, quedará admitido que la observación necesariamente
refieren a un acercamiento físico relativamente intenso del objeto
estudiado en las categorías 1 y 2. Es estar a un paso de los eventos, de los
actores, de los fenómenos y sus expresiones. Implica hacerse contiguo
física e intelectualmente. Igualmente involucra una exposición de sí a
todas las categorías de la observación (miradas, ojeadas, interpelaciones,
interrogaciones, en breve, al trato social; El estudioso desde los primeros

124
Michel Duquesnoy

momentos de sus contactos deberá ser atento las primeras interacciones, ya


que son las únicas sobre las cuales podrá asentar sus observaciones
iniciales (no definitivas) con el objetivo de corregirse y sacar las primeras
conclusiones parciales en torno al trato manifestado hacia un desconocido.
Evidentemente, estas apreciaciones evolucionarán con el tiempo, porque
en general, las relaciones se vuelven más fluidas y amigables.
Dicho lo anterior, se entabla que los primeros instantes son
exploratorios tanto para el estudioso como para los sujetos observados. El
investigador evalúa y aprende a conocer ―su‖ terreno, cuando a su vez,
los huéspedes se ejercitan en conocer los modismos de esta persona
foránea venida para trabajar con ellos. Es inevitable la curiosidad —a
veces la desconfianza— de los actores.112 En consecuencia, en los
primeros, la observación se invierte. La novedad del encuentro es
compartida. Para el observador, es oportunidad para entrar en lo
desconocido y dejarse aprender por el mismo. Por lo tanto, los primeros
actos de la observación son para él trances fundamentales para orientar
los pasos ulteriores de su estancia.113 De igual forma, se mostrará atento a
la evolución en los procesos interactivos. En efecto, que éstos
fundamentan valiosamente la adquisición de sus datos, además de asentar
su participación y comprensión de los hábitos y normas de la
colectividad. Más que una manera artificial de integrarse, estos pasos
permiten a dicho grupo identificar y aceptar las formas imperfectas del
observador dentro de su singularidad habitual.
Es primordial resaltar una vez más que el investigador será siempre
tratado e identificado a partir de los marcos que lo distinguen: género,
profesión, estatus social, edad, nacionalidad, etc.114 Como actor exterior,

112
Curiosidad y desconfianza en suma naturales, suelen decaer progresivamente.
113
En otro espacio se subrayó la necesidad deontológica y estratégica de presentarse y
solicitar el permiso a los representantes para desempeñar la investigación.
114
En mi opinión queda por escribir una antropología de la práctica del terreno. Sea lo
que sea, cada uno de los rasgos mencionados favorecen ciertos tipos de contacto y
apropiación de datos relevantes. Es conocida la situación de la investigadora que
obtiene informaciones inesperadas, y hasta cierto punto, íntimas, en la intimidad de la
cocina cuando los varones ocupan otros espacios del hogar. Datos que no se podría
pensar conseguir en otros lugares y en el caso de un observador masculino. Tales
125
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

es variable su identificación dependiendo de los contextos y


singularidades locales. El estudioso notificará sus impresiones acerca de
estas percepciones y modificará, si es necesario, sus comportamientos en
función de las interpretaciones que su persona —y estatus— generan.
Vale mencionar que dichas impresiones, sean favorables o no, son sujetas
a variaciones durante todo el transcurso de la estadía debido al conjunto
de interacciones ocasionadas por su estadía y sin lugar a duda a sus actos
de observación. En efecto, sabemos que la observación modifica el
objeto considerado y si bien es cierto que ambas partes se acostumbran a
la manifestación de sus roles respectivos, la labor del investigador se
facilitará a proporción exponencial de su discreción. En efecto ser
discreto remite no solamente al respeto de normas de conductas cívicas,
sino a la aceptación y manifestación de la integración aún incorrecta de
las propias. Dicho de otra forma, más el observador piensa y actúa
conforme a los estándares del colectivo considerado, y más sus actos de
observación recibirán su aprobación y su consentimiento. Por ejemplo, se
admitirá mucho más fácilmente el uso de su cámara o grabadora ya sea
en contextos individuales o grupales. En una palabra, su presencia.
De su lado, el profesional será atento a los roles y posiciones
sociales, sean reales o simbólicas, manifestadas y ocupadas por los
actores que frecuenta sobretodo en el caso de sus informantes. En efecto,
tales observaciones le ayudarán para objetivar el punto de vista de los
mismos cuando elaboran sus discursos.115 Un obrero no calificado, por
ejemplo, no puede tener la misma apreciación del mundo empresarial en
el cual trabaja, que un directivo sindical. Tampoco un campesino, apenas
escolarizado, expresa la misma evaluación acerca de los programas de
apoyo al campo que un ingeniero agrícola trabajando para una
dependencia federal.
Estos ejemplos se multiplican al infinito. Se quiere revelar que la
observación básica, aunque pertinente de los actores sociales que se

contingencias motivan por supuesto los temas mismos de un estudio así como los
actores objetivos que se privilegiarán.
115
Ejercicio que remite a su vez a una objetivación para el informante.
126
Michel Duquesnoy

encuentran a lo largo de la práctica, faculta al observador enfocar su


pesquisa de forma puntiaguda y adecuada. Le autoriza semejantemente a
través de la observación de varios agentes, la selección de sus
informantes dándoles el rol, el estatus y el lugar más conveniente para la
obtención de informaciones. Sin olvidar, ciertamente, la obligación de
recopilar estos datos entre actores perteneciendo a estratos disímiles hasta
opuestos.116 Tal postura favorecerá siempre una mirada general con
pretensión a exhaustividad. Un grupo estudiado manifiesta con varios
grados de claridad y evidencia, la variedad de las posturas que recela sin
forzosamente tener una conciencia elaborada acerca de tal multiplicidad
de enfoques. La observación elabora a partir de sus instrumentos propios
una suerte de cartografía de los matices que le son propios. Y puede
revelarse un ejercicio provechoso para el conjunto social analizado —o
para sus principales representantes—, analizar y comprobar los
resultados de la observación que el estudioso le somete.117

PASOS ADELANTE

El investigador en práctica de campo detenta en su panoplia de


herramientas un instrumento valioso que le proporciona premisas de
éxito si desde los primeros contactos e intercambios con el grupo
estudiado, lo administra seriamente: el análisis (auto) crítico de las varias
etapas y reacciones ocasionadas entre todos los coparticipes. En efecto, la
lectura de sus primeras impresiones y la reminiscencia de momentos
particulares (reacciones, sorpresas, sugerencias, dudas, etc.) contribuyen
a establecer una suerte de plan para orientar su trabajo, evitando o
favoreciendo (grupos de) personas, actitudes, cuestionamientos y otras
cosas por el estilo. En breve, sus sentidos serán mejor preparados y

116
Así por ejemplo, si un investigador pretende observar y documentar la percepción de
un partido político en particular entre los habitantes, digamos, de una región, y sólo
levanta informaciones entre los opositores, se entiende que las conclusiones a las que
llegará serán poco confiables.
117
De hecho, es siempre bienvenida la difusión de los resultados aún incompletos y,
análisis entre los diferentes actores claves de la investigación.
127
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

orientados para captar la información o las oportunidades de recopilarla.


Observar, registrar y analizar son las obligaciones incesantes del buen
investigador de terreno.

REGISTRAR
Con efecto de dar una visión global relativamente completa a la
observación, se abre en seguida una breve reseña acerca del registro de
los datos, sin considerar en sí las técnicas adecuadas, objeto de un
próximo capítulo. Considérese este apartado como un conjunto poco
elaborado de recomendaciones que creemos útiles.
Se asevera con certeza que la precisión de los análisis finales
empieza con la precisión alcanzada desde el registro de los datos. Es
imprescindible la exactitud ya que la rutina de la práctica de terreno
enfrenta al investigador con una multiplicidad inadvertida de
acontecimientos y encuentros diversos en cada día pasado. Por lo tanto,
la recolección de las informaciones debe ser exacta y confiable. El
estudioso, una vez en su terreno, se distingue por ser una suerte de
ingenuo curioso con un lápiz y un cuaderno en la mano.118 Anota una
señal, apunta un detalle, dibuja croquis, escribe apresurado una
recomendación de interés, toma fotografías, graba un encuentro, etc.; en
breve, registra con precisión los detalles susceptibles de interesarle y
llevarle a la elaboración del objeto final. Probablemente, en un inicio,
conserva huella de (casi) todo que le sorprende y parece desconcertante,
novedoso, digno de interés. Con el tiempo selecciona con más agudeza la
materia prima, dejando de lado lo ya conocido o sencillamente lo ya
sabido inútil (para él). No hay reglas precisas para almacenar lo
exactamente indispensable. El tiempo aliado a la familiaridad con el tema
y el grupo estudiados, son los mejores medios para distinguir los
ingredientes verdaderamente utilizables. Evidentemente los
investigadores pueden confiar en su memoria, aunque no sea siempre

118
En otro lugar se tratará de los diarios propiamente dichos. En este espacio sólo se
refiere a los cuadernitos y hojas volantes escritos como recordatorios.
128
Michel Duquesnoy

recomendado apostar sobre ella. En efecto, en caso de que no se pueda


casi inmediatamente registrar los materiales —aún sobre papelitos
insignificantes—, son comprobadas las selecciones preferenciales
ejecutadas por la memoria haciendo correr el riesgo de perder los detalles
poco inocentes ocurridos en las interacciones observadas (sean
meramente discursivas u operadas).119 Registrar lo que llama la atención
lo más pronto posible, será siempre el mejor compromiso y el mejor
método para conservar un recuerdo (casi)120 intacto acerca de lo
observado.121 Malinowski, autor de un Diario famoso, advierte:
―evidenciar los elementos esenciales, clasificarles (¿Desde qué punto de
vista?) y, describiéndoles, indicar más o menos claramente su
importancia relativa al momento dado, su proporción, mis reacciones
subjetivas, etc.‖ (1985:243. Énfasis míos). Con evidencia, la (re)lectura y
la frecuentación de este material básico detenta varias virtudes como:
1. Favorecer la autocrítica del investigador;
2. Evaluar la pertinencia de los informantes;
3. Favorecer el surgimiento de nuevos cuestionamientos;
4. Evaluar los progresos (o estancamientos) en la
investigación de campo;
5. Mejorar la percepción del armazón conceptual del grupo
estudiado;
6. Mejorar las próximas (y eventuales) observaciones (y
participaciones) a acontecimientos similares (sobretodo si
se trata de rituales o de juntas de índole diversa);
7. Esbozar estrategias más adecuadas;
8. Entrever y prever las etapas posteriores; etc.

119
Ver Piette (1992-1996).
120
No descarta el ―ojo que piensa‖, selectivo, preferencial. En definitiva, subjetivo del
observador. Ver el anexo ―Cuando ver es reconocer‖.
121
No todos los actores o situaciones permiten la captura inmediata e integral del evento
o del diálogo. Muchos especialistas del mundo mágico coartan esta posibilidad y llegan
a molestarse seriamente si se les obliga a ser registrados en tiempo real por cualquier
medio que sea. La práctica de campo porque desarrolla nuestras facultades cognitivas,
favorece también nuestro potencial memorativo. No obstante tiene sus límites que
siempre será mejor (re)conocer.
129
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Sea lo que sea, este material primario, aunque obligatoriamente


clasificado y ordenado una vez que se le pueda dedicar el tiempo
suficiente, siempre es valioso a pesar de su aspecto generalmente rudo e
inacabado. Por lo tanto, es legítimo darle si lo merece, un lugar en los
resultados y productos finales.

RESTITUIR
En este apartado se tratará de la restitución de los datos recopilados
y procesados a partir de la observación directa, sea o no participante. En
efecto, este modo de colectar las informaciones recuerda la importancia y
la presencia de los actores implicados directa y visiblemente en el acto
mismo de la observación y del brote del material registrado.
Consecuentemente, en opinión del que escribe, este material les
pertenece aún procesado e interpretado por el investigador
independientemente de la validez de sus análisis y de la aceptación o
rechazo por los miembros de la comunidad o grupo observado. Debería
ser una obligación de la deontología profesional esta devolución.
Evidentemente, esta devolución suscita varios interrogantes,
principalmente en cuanto al anonimato de las fuentes personales y/o
colectivas. Puede ser una petición explícita silenciar los agentes
implicados o un discernimiento propicio por parte del estudioso no
revelar nombres y lugares, máximamente cuando se trata de temas
conflictivos, cuestiones e informantes reprensibles, personas expuestas a
todos tipos de represión, (física, ideológica o simbólica) o sencillamente
cuando la investigación se desempeñó en círculos manejando ―secretos‖
u otras artimañas privadas y reservadas a iniciados, etc. En la práctica,
los informantes suelen en estos casos disfrazar los detalles demasiado
elocuentes, modificando los nombres, cambiando las fechas, los lugares,
las circunstancias. Sea cuando publican,122 cuando presentan entre los
122
Nos olvidamos frecuentemente que publicar refiere a un acto eminentemente…
público de difusión y de puesta a conocimiento de un… público desconocido por el
propio investigador.
130
Michel Duquesnoy

miembros del propio grupo considerado o, en sectores vecinos, etc. Ya se


comunicó el caso de los informantes que no se imponen a la difusión de
hasta sus fotos y datos muy personales. Llegan a sentirse algo
recompensados y estimulados entre su gente. En estos casos sólo el
estudioso decide del anonimato o no y cuando revela exactamente las
circunstancias y actores en todos los casos, lo hará sin exhibicionismo.
Sin embargo, la restitución puede también ser un acto interno al
grupo, como se dijo. Entendamos una primera lectura (o discusión) de un
manuscrito todavía no publicado o no divulgado a eventuales
patrocinadores de la investigación en post de terminarse. Cuando esta
posibilidad se ofrece al investigador como a la gente analizada en sus
prácticas socioculturales, es ético conformarse a este ejercicio,
principalmente cuando se trata de análisis acerca de problemas internos,
malestares sociales, laborales, educativos y otros.123
Fuere lo que fuere, comentar los resultados y aceptar las críticas
por parte de los actores principales constituye un acto de máxima
metodología dado que otorga una revisión eventual en torno a la
confiabilidad de los datos recopilados. Es más, favorece la última
observación imaginable: la de las reacciones de los agentes en
consideración a su objetivación por parte de un académico. Tema para
eventuales —y muy probables—largas discusiones abriendo la puerta
tanto a críticas acerbas como a conclusiones halagadoras sinceras. En
todos los casos es un test excelente para evaluar la mirada antropológica
y/o sociológica acerca de un grupo de referencia estudiado, analizado. En
fin, objetivado.

123
Un investigador enfocando su trabajo acerca, a título de ejemplo, de grupos de
pequeños delincuentes dentro de una comunidad o un sector poblacional restringido
deberá dar a conocer los resultados y propuestas eventuales ante los actores principales
todos implicados en la problemática. Evitará las condenaciones y prejuicios morales
sobretodo si los agentes reprensibles presencian la discusión de su informe.
131
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Observar: obligarse a cuestionamientos permanentes…


(Foto: Fiesta de San Miguel Tzinacapan 2008, Sierra Norte de Puebla, Pue.
Acervo personal)

OBSERVACIÓN PARTICIPANTE124
La observación participante remite seguramente a una estrategia
inconfundible del investigador para colectar datos e informaciones de
primera mano. Técnica a veces controvertida en nuestra opinión por
cientistas sociales de envergadura limitada a su confortable cubículo,
técnica en la que con serio científico, el estudioso asocia el rigor de la

124
Desde este momento precisemos la diferencia existente entre la observación
participante y la participación observante. La primera remite a la observación de
escenarios por los que el investigador no detenta conocimientos profesionales previos; la
segunda, a una implicación del estudioso en escenarios con su participación profesional.
Por ejemplo, un médico, a la vez antropólogo puede participar observando los hábitos de
sus colegas en consulta a pacientes sufriendo del SIDA. (Ver Agier, 1997).
132
Michel Duquesnoy

observación con las prerrogativas derivadas de su acercamiento cultural


al casi conjunto de actitudes y actividades que tiene el privilegio
experimentar.
Si existe una definición nítida e inconfundible de la observación
participante, sería la siguiente: ―captar la realidad social y cultural de una
sociedad o grupo mediante inclusión del investigador en el colectivo objeto
del estudio‖. (Taylor-Bogdan).125 Evidentemente tal inclusión —no se trata
de otra cosa— induce un proceso invasivo y lento, propicia a tipos de
investigación que permiten asentarse en una duración relativa larga.
Aseverar lo anterior no determina a los investigadores a
dimensiones románticas obsoletas e ingenuas. Es referirles a una
proximidad ideal a lo observado que implica su participación dentro del
contexto rutinario de los sujetos. Evitar el romanticismo —y las
justificadas críticas— impone un distanciamiento (auto) crítico peculiar.
Evidentemente se puede acusar esta postura de cinismo o incongruencia
dada la postura ―participante‖ sin participar por parte del estudioso. En
efecto a la diferencia de los actores observados, piensa su actuación y
mira su propia intervención desde fuera. Lo que muy probablemente no
hacen los agentes cuando operan. Si éstos sí se aplican consideraciones
críticas en torno a su conducta,126 no utilizan los mismos parámetros ya
que exclusivamente pueden utilizar una serie de criterios enraizados en
un solo acervo cultural cuando el estudioso es equipado para utilizar los
parámetros de su cultura (implicando su formación científica) y los del
grupo huésped, aún con distorsiones obvias.
Participar y observar detenta evidentes méritos e inconvenientes.
La cosa es innegable. Sea permitido desde ahora enfatizar unas de las
virtudes más provechosas para el investigador que la practique. En
campo, él busca cambiar sus puntos de vista y apreciación acerca del
mundo y sus fenómenos. Para alcanzar tal meta (casi) improbable, son

125
Esta definición está atribuida a Taylor-Bogdan, lamentablemente no dispongo de las
referencias exactas ya que la encontré en hojas sueltas abandonadas en un centro de
fotocopiado… El énfasis es mío.
126
Porque no son ni ―idiotas culturales‖ ni ―idiotas sociales‖, en términos de Garfinkel.
133
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

indispensables el aprendizaje y el afecto de y para sus modos, maneras,


creaciones y otras cosas por el estilo. Este amaestramiento se ve
potencializado a través del diálogo, la convivencia y la participación en
todas las unidades de la vida social y cultural de los ―otros‖.
Tal hazaña —si es legítimo decirlo de tal forma—, asigna al
investigador un importante trabajo sobre sí mismo, además que, en
general, no dispone de mucho tiempo para llegar aprender y manejar
adecuadamente los instrumentos conceptuales que los observados
asumen sin siquiera pensarles.
La participación en las actividades y actitudes del grupo meta,
presupone vivir entre los actores, trabajar con (¿Cómo?) ellos, compartir
sus obligaciones y contingencias, etc. Tal postura no es tan fácil como
decirlo. No obstante, se logra por paciencia (se pide el permiso) y respeto
para sus valores y forma particular de ser, aún si en el inicio muchas
veces el estudioso comete errores debidos a su torpeza, ingenuidad e
ignorancia.127 La mayoría de las veces sus huéspedes demuestran una
tolerancia y comprensión ilimitadas… sobretodo cuando el investigador
demuestra una gran capacidad para el diálogo y la comunicación, ya que
deberá adaptarse a muchas eventualidades desconocidas (clima, comida,
cansancio, salubridad, horarios, etc.). Sin olvidar que los fenómenos y
actores locales poseen su ritmo singular y es el investigador quien debe
conformarse a las exigencias de los actores y de sus ocupaciones, no lo
contrario. En este ramo de ideas, la participación no excluye otras
técnicas de recopilación. La entrevista es sin lugar a duda el
complemento ideal de la observación participante.128 Tal como lo
entablaremos en su momento, la entrevista se toma mediante cita
conformándose siempre a las preferencias del futuro entrevistado, previa
cita y acuerdos negociados.

127
El investigador no conoce los códigos rutinarios de los observados. Sobrestima sus
capacidades físicas. Duda tercamente de las dificultades que, no obstante, le avisan. Un
múltiple etcétera.
128
Porque favorece el intercambio y dinámicas ineludibles acerca de lo que fue visto,
escuchado, probado y a final de cuenta, no bien comprendido por el estudioso.
134
Michel Duquesnoy

Es útil recomendar al lector evaluar en cada momento sus propias


capacidades, tanto físicas como intelectuales. Para ilustrar la segunda
posibilidad, acordemos que no sirve prolongar una participación más allá
de lo permitido por nuestra memoria. No olvidemos la regla siguiente:
participar paraliza habitual y forzosamente la toma de datos o cualquier
otra forma de registro. Dicho de otro modo, el tiempo dedicado a la mera
participación invalida el tiempo consagrado al rastreo puntiagudo de la
información. Es quizá este último punto uno de los inconvenientes más
importantes dirigidos a la participación.129
Otro elemento imprescindible lo constituyen los limitantes y
oportunidades debido a nuestras condiciones irrevocables tales como el
sexo y la edad. En efecto, existen en la cotidianidad de cualquier grupo
en este mundo, actividades, lugares, personas, ritos, etc. solamente
permitidos a ciertas categorías de actores. Por trivial que pueda parecer,
una investigadora candidata a participar en ritos mágicos de cierto tipo
será descartada sin otro juicio si confiesa estar en época de su
menstruación. De otro lado, un estudioso varón posiblemente nunca
podrá participar (ni observar) en todos los actos sanitarios y rituales de
una partera. Son casos entendibles, por supuesto. No obstante ocurren
varias circunstancias durante la práctica de terreno a las que no se piensa
puntualmente como condiciones desfavorables a la participación y
observación. En caso de duda,130 mejor es preguntar si es deseable la
presencia a defecto de pedir el permiso, luego conformarse si es
imposible la negociación, a la intención claramente definida por los
actores.

129
En la medida de lo posible, se aconseja la toma de notas breves, con palabras claves
mientras se realiza la observación y si lo permite la participación. Se organizará de
manera sistemática la información en la brevedad, principalmente, cuando se trata de la
observación de actos determinados por secuencias precisas.
130
Porque la intuición no es siempre buena consejera…
135
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Observar y participar… a la degustación del delicioso curanto preparado


por los Huilliche de la Región de los Lagos, Chile.
(Foto: Junta del Sindicato de Pescadores, Bahía Mansa, Noviembre de 2009.
Acervo personal)

136
Michel Duquesnoy

CAPÍTULO 8: ENTREVISTAR. ACERCA DE LA INVESTIGACIÓN Y DEL


DIÁLOGO DIRIGIDO

Mejor escuchar que interrogar…

Le Play

La entrevista es otra de las herramientas privilegiadas por los


cientistas sociales porque permite obtener datos relativamente precisos a
partir de una práctica dialogal inmediata, favorable a la convivencia
como a la participación y confrontación de ideas, opiniones y emociones.
Sin que sea menester insistir por el momento, vale tener presente en la
mente que la entrevista —como cualquier acto de comunicación— es una
compleja práctica social que pone en la arena muchos elementos
interactivos. No siempre inconcientes pero sí subjetivos.
El estudioso recurre corrientemente a esta técnica y la aplica para
indagar actitudes, valores, creencias, percepciones sociales en torno a un
hecho (o una manifestación) concreto, opiniones, actitudes —todo eso la
mayoría de las veces al nivel colectivo (aunque pueda buscar
justificaciones a posturas individuales) —. También se puede destinar la
entrevista a los actores para obtener sus puntos de vista para solucionar
problemas que requieren la aplicación de conocimientos, etc.
Conforme a las pautas anteriores, la entrevista se maneja como fase
exploratoria a la preparación de un cuestionario o como técnica
complementaria a los cuestionarios o sondeos. Igualmente sirven ―para
comprobar en qué grado son adecuadas nuestras hipótesis sobre la
realidad o en qué no la toman en cuenta‖. (Geilfus, 1997:127).
Consecuentemente, favorece la obtención de datos cualitativos de
primera orden y en principio, enfocada sobre lo que desea conseguir el
entrevistador sin interponerse demasiado en el desarrollo verbal
proporcionado por su informante.
En nuestros días el recurso a la entrevista con fines de
investigación es largamente empleado. No obstante, hasta relativamente

137
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

poco,131 sus bases científicas sufrían la sospecha de ciertos críticos


alegando de la poca confiabilidad que se podía fidedignamente otorgar a
los datos recopilados por este método. Entiéndase que la subjetividad
mutua al estudioso y a sus entrevistados, aliada al control fuerte del
primero de un lado y, del otro, las estrategias de repliegue de los
segundos, eran razones suficientes para restarle legitimidad y
considerarla como un complemento aleatorio a la investigación
principalmente cuantitativa. Si los resultados obtenidos eran
irreemplazables, los fundamentos teóricos de la técnica se prestaban a
dudas. Actualmente la sicología le proporcionó la confiabilidad teórica
necesaria, así como, en sus extremos, la temible eficacia manifestada por
las técnicas promovidas por la Programación Neurolingüística (PNL).
Ordinariamente las monografías y productos diversos de la
investigación en ciencias sociales suponen la utilización intensiva de esta
técnica, pese al silencio casi general ostentado por los estudiosos que
apenas la mencionan en el rubro de las metodologías desplegadas en el
transcurso de sus investigaciones. Sin embargo, el lector debe apreciar en
su justa medida que los resultados van íntimamente de la mano con el
método usado (cualquiera), sin descartar su inserción en contextos
precisos, cada vez originales y únicos, de los varios momentos de la
investigación. Pensar esta inclusión, precisa su importancia al momento
de recurrir a la entrevista, técnica que implica directamente los actores en
la postura interactiva singular del ―cara a cara‖. Es decir, a pesar de las
dificultades y reticencias exteriorizadas con varios grados por los actores
involucrados en la situación dialogal, se pretende establecer una suerte de
igualdad entre el investigador y el informante. Dicho de otra manera, el
estudioso manifiesta su desconocimiento e ignorancia a un informador
presunto detentor del conocimiento necesitado y requerido por el que lo
entrevistará, tantos datos interesantes acerca de temas indagados por un
actor pretendiendo llegar a un grado de inteligencia en torno a elementos
normalmente que desentiende. Con lucidez, Méndez afirma que ―la

131
Recordemos que Durkheim en su famoso estudio acerca del suicidio, se negó
formalmente en encontrar personas suicidas.
138
Michel Duquesnoy

primera herramienta del entrevistador es la más pura y metódica


ignorancia, el más absoluto desconocimiento acerca de qué es lo que está
yendo a buscar‖. (2005:220).
Cuando se empieza una (serie de) entrevistas con un informante (o
varios), las relaciones de conocimiento y aprecio mutuo, todavía no son
perfectamente conocidas. Es menester que el entrevistador establezca
inmediatamente un contrato fundamentado en la confianza. Se debe
evitar que ―el encuestado no se sienta, como si fuera un interrogatorio,
obligado a proporcionar informaciones‖. (Blanchet & Gotman, 1992:9).
De la manera que se gestiona la entrevista dependerá el éxito de la
misma, es decir, la calidad de los datos obtenidos y el mantenimiento de
relaciones humanas equilibradas. Es preciso apreciar que más se sienten
en confianza los copartícipes, y más abundante es la información.
Cuando la entrevista instaura dinámicas equitativas y respetuosas, el
informante proporciona entonces más que una respuesta estricta:
compone un discurso, jerarquiza sus pensamientos, ordena sus
reflexiones, etc. facilitando la escucha y la atención del entrevistador. A
su vez, si este último facilita el vínculo con su informante, éste se siente
justamente apreciado y valorizado. El efecto ineludible es la facilitación
y la agilidad de su discurso dada la confianza que siente. Como se puede
apreciar, la entrevista pone en juego una dinámica interpersonal operando
como un bucle recursivo entre los copartícipes. Éstos, verdaderos socios
en la práctica del diálogo, lo retroalimentan y posibilitan la emisión de la
información esperada.
Estas premisas permiten aseverar que la entrevista supone una serie
de técnicas precisas,cuyo objetivo clave esencial es evitar los errores
susceptibles de cerrar el diálogo e imposibilitar al informante en la
transmisión de datos que de él se espera. De otro lado, tales técnicas
deberían impedir a su vez al estudioso dejarse desbordar —y engañar—
por informantes astutos. Dicho de otra forma, la entrevista supone una
situación relativamente artificial —al menos, al inicio— porque es
suscitada por el estudioso para la obtención de informaciones necesarias

139
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

para su investigación e interés (―A ver, dígame, relativamente a eso lo


que opina ya que me permitirá…‖).
Esta artificialidad es asumida por ambos campos y tiene como
consecuencia el establecimiento tácitamente convenido de una jerarquía
del tipo siguiente: el entrevistador controla y tiene la inteligencia y
habilidad para eso; el entrevistado se ―somete‖ al juego de la entrevista y
suelta la información. Sin embargo, en la realidad, las cosas se
desarrollan según una lógica sencillamente diferente. Si bien es cierto
que el investigador interroga y detenta cierta ciencia, el entrevistado
posee la información deseada. Por lo tanto, entre ambas partes se
establecen convenciones, acuerdos, concesiones, correspondencias,
concordia y estrategias comunicativas, no conflictivas —es
imprescindible evitar las situaciones de incomprensión, malentendidos,
tensiones— pero sí jerárquicas en las que cada uno intenta controlar al
otro, sea por el silencio, la insistencia, el discurso afabulado, etc.
Igualmente, aparecen habilidades y tácticas para eludir las presiones
sentidas —reales o supuestas—, los olvidos, las ignorancias, etc. El
profesional tiene la obligación de facilitar el diálogo y el contacto
productivo. No actúa como policía (a pesar de que se le llama
―investigador‖), ni busca la confesión (sea como guía espiritual o como
oficial). Es sólo un observador social y su rol se limita (o debería
limitarse) a la recopilación de datos susceptibles de interesar su
curiosidad intelectual.132 Su objetivo es convencer el entrevistado de la
utilidad de su colaboración que, en definitiva, nunca es obligatoria y
nunca debe ser presentada como tal, pese a su calidad eventual.
En la dialéctica de la entrevista, los interlocutores tienen
preferencias, disgustos y prejuicios a priori personales. Después de todo,
no solamente es legítimo, también es normal, ya que los actores
implicados, directa o indirectamente, piensan y objetivan hasta cierto

132
Esta afirmación no elude las eventuales relaciones de amistad entre investigador e
informante, las que pueden desembocar sobre confidencialidades, pero con evidencia
perteneciendo a otros rubros del todo ajenos al propósito mismo de la encuesta
realizada.
140
Michel Duquesnoy

nivel los eventos reseñados para el provecho de la investigación. Si la


postura es normal, es necesario tomar en cuenta el efecto de perturbación
eventual que las convicciones particulares inducen al momento de su
expresión. Contar con ellas implica, no descartarlas para neutralizarlas
porque son la información, sino evaluar su impacto en el proceso de
análisis posterior evidentemente. Igualmente, será útil en tiempo real
apreciar su huella para centrar la conversación sobre consideraciones más
objetivas o para regresar sobre los prejuicios emitidos para profundizar la
opinión y la percepción del entrevistado. Por otra parte, el estudioso debe
dedicar igualmente su atención en torno a sus propios a priori con el fin
de no impedir la libre expresión de la persona entrevistada. Tampoco
debe permitir que la misma abunde —tal vez con exceso y, a final de
cuenta con afectación––133 en el sentido que podría presentir como el
deseado por el profesional. Como herramienta de investigación y
recolección de datos cualitativos, la entrevista es imprescindible. En
efecto, la primera Escuela de Chicago demostró su utilidad y sus virtudes
cuando se trata de aproximarse a la realidad social vivida y
experimentada por los actores con los que se pretende obviamente entrar
en contacto.134
Tales motivos comprueban que a cierto nivel, la entrevista
promueve un diálogo en parte artificial, porque si se trata de recopilar
opiniones, no se permite entablar un conocimiento científico sobre los
propios.135 No obstante, nosotros pensamos justificado y fundado utilizar

133
En otra parte se mencionó este efecto engañoso que consiste para el informante
proporcionar al estudioso hasta datos inventados o forzados, con la intención no
necesariamente malévola de satisfacerle. Ciertos autores señalan, y es obligatorio ser
atento a esta advertencia, que existen informantes que empalagan verdaderamente al
entrevistador con el objetivo deshacerse de él lo más pronto posible porque se piensa
que estará muy satisfecho.
134
La consecuencia de ello es la recomendación sine qua non de entrevistar los
informantes en los lugares que les son familiares para que se sientan a gusto en su
mundo, en sus hábitos, etc.
135
El que escribe confiesa, no obstante, el carácter ideal de la propuesta anunciada. En
efecto, según los temas mismos de la investigación, el estudioso puede recopilar puros
chismes para analizar el trasfondo que les sustenta y alimenta. Es decir, alcanzar hasta
cierto punto la intimidad del grupo que investiga. Por ejemplo, una investigación sobre
141
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

con astucia e inteligencia esta artificialidad, principalmente, cuando se


trata de la entrevista libre, abierta. Es decir, controlar136 la situación del
diálogo hasta admitir la inserción de los prejuicios y establecer filtros que
favorecen en la entrevista misma una suerte de vaivén entre la
subjetividad y la objetividad. Por lo tanto, se admite establecer que la
entrevista es la producción y captura in situ de una realidad
experimentada y expresada por el medio potente del discurso. Más que
un saqueo de informaciones, la entrevista pone en juego una situación
social de encuentro e intercambios.
Las modalidades de la entrevista son múltiples y dependerán
forzosamente del estudioso atado por alguna suerte al tipo de temas,
investigaciones y grupos que lleva a cabo. Todo obedecerá al objetivo
buscado teniendo en cuenta la larga cita siguiente:

―La entrevista con motivo de investigación se define (…) en relación con la


actividad misma de la investigación, en el preciso sentido que se produce a la
iniciativa de A (el investigador) y para el provecho de su comunidad; en eso se
distingue de la entrevista terapéutica, de la confesión o de la queja a la policía,
todos hechos de palabra solicitados por B y a su beneficio. Desde esta
perspectiva, su más cercano semejante es el interrogatorio policíaco, que difiera
solamente por el dominio de actividad del beneficiario‖. (Blanchet & Gotman,
Op. cit.:19).

Los cientistas sociales cuando recurren a esta técnica promueven


concientemente la participación de sus informantes. En este sentido, la
entrevista constituye una herramienta útil y poderosa cuando se trata de
explorar un tema, profundizar dudas, preparar un cuestionario a profundidad,
y muchos otros objetivos que permitirán la adquisición de un conocimiento
abierto y amplio de la realidad investigada. Igualmente, se la utiliza como

las figuras de poder dentro de una sociedad dada no podrá evitar recopilar chismes,
rencores, entre otros. Son éstos la materia primaria que fundamentará su apreciación,
base de análisis posteriores mucho más objetivos.
136
Es preciso enfatizar esta estrategia del control como señal de la entrevista aprendida
como diálogo artificial.
142
Michel Duquesnoy

método propicio a la obtención de datos precisos. En consecuencia se elegirá


en función de la meta planteada, la entrevista abierta o semicerrada.
En todos los casos, la entrevista es una actividad de atención a lo
que emite el informante. Se trata de escuchar, no de grabar fríamente los
datos proporcionados. La entrevista supone un recorrido. Un recorrido a
través de los recuerdos, intimidades, confesiones y reflexiones del que les
formula. Si es permitido retomar una metáfora vial, se podría decir que la
entrevista permite al entrevistador dibujar el itinerario y el mapa de las
informaciones proporcionadas y, al mismo tiempo esboza el recorrido
personal de su interlocutor.137 Armas de alguna forma terrible si una de las
partes hace mal uso de los datos entregados… La única manera para
neutralizar estos efectos perversos es considerar a cada instante que la
entrevista en las ciencias sociales, es un encuentro con el otro, no una
manipulación técnica ofensiva o invasiva.138 ―La entrevista es un
dispositivo técnico cuya meta es producir un discurso que traduce un cierto
número de hechos sicológicos y sociales‖. (Blanchet & Gotman, Op.
cit.:23).

PRODUCIR UN DISCURSO

Más allá de los retos poderosos enfrentados por la semiótica y el


análisis del discurso (disciplinas por las que el que escribe confiesa su
total incompetencia), se trata de entablar que el ejercicio de la entrevista,
si sobreentiendes las preguntas por parte del estudioso a sus
interlocutores, en realidad va más allá de una mera indagación
fundamentada en la curiosidad intelectual de un universitario. Entiéndase
que una entrevista cuando es bien perpetrada, abre las puertas sobre los
cuestionamientos no necesariamente formulados del propio informante.
Al buscar su punto de vista, el estudioso induce en su entrevistado una
compleja fase reflexiva en torno a cuestiones que este último se ve
137
Ahora bien si el informante es una persona acostumbrada al juego de las entrevistas,
llega igualmente y con facilidad mapear a su entrevistador para eventualmente controlar
la situación y las interacciones favorecidas por este tipo de dialogo.
138
Lo que es lo propio de los técnicos adeptos de la PNL.
143
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

forzado a formular, ordenar, procesar, madurar y agenciar para proponer


una respuesta (o una serie) coherente.139 Con ello, nos topamos cara a
cara con la médula de la entrevista: la interacción. En efecto en el vaivén
discursivo, el entrevistador aprovecha a su vez de ciertas dudas,
preguntas o formulaciones para mejorar el enfoque de la entrevista, si no
de los objetivos mismos de su investigación —a menos que el estudioso
no se acobarde frente a los retos de nuevos planteamientos—.
Si se trata de producir un discurso es que la entrevista indaga
fenómenos cuyo vector privilegiado es la palabra. Y, probablemente
porque cuando se trata de ―decir‖ el mundo, los seres humanos elaboran
cosmografías o cosmologías140 que les permiten exteriorizar sus
representaciones que siempre remiten a un conocimiento específico que
tienen los individuos en torno a sectores determinados de sus existencias
y percepciones socioculturales. En términos de Abric, la representación
sería ―una visión funcional del mundo que permite al individuo o al
grupo conferir sentido a sus conductas, y entender su propio sistema de
referencias y adaptar y definir de este modo un lugar para sí‖ (2001:13).
De ahí el interés imprescindible que proporciona la herramienta de
la entrevista al estudioso cuando desea recopilar, percibir y analizar el
sentido que los actores dan a sus prácticas, representaciones, valores y
juicios porque son agentes activos de las mismas.

139
Es frecuente la declaración siguiente: ―Pues Usted me obliga a pensar en cosas que
no tomo el tiempo para reflexionar‖. O, ―Desde la última vez que vino Usted, me quedé
con la duda‖. Otra: ―Estas preguntas no me gustan porque me obligan pensar en cosas
que no quiero, que ni siquiera las pensaba, etc.‖.
140
Retomo libremente esta premisa a Dubuisson (1996). En mi parecer esta propuesta
enfatiza mucho más que el concepto ―cosmovisión‖ los aspectos dinámicos y
constructivistas singulares de las sociedades humanas y de sus culturas pensadas y
experimentadas por los seres humanos.
144
Michel Duquesnoy

LA ENTREVISTA: UN MODO PARTICULAR DE COMUNICACIÓN


Entrevistar supone la confrontación y la apropiación de los saberes
y apreciaciones del otro141 dentro de una práctica discursiva dialógica.
Por lo tanto nunca es inocente, neutral o aleatoria. La entrevista se
prepara, no se improvisa. Es un método cualitativo de recopilación de
materiales. Es decir, la importancia de su calidad más que de su
cantidad. Una entrevista puede concluirse en 10 minutos y proporcionar
una apreciable calidad al contrario de entrevistas de largas duraciones
que hacen correr el riesgo de caer en lo anecdótico o en lo ocioso. No
obstante, en eso como en tantos lugares de la práctica de campo, sólo la
lógica peculiar y única de tal suerte de investigación, investigador e
investigado, proporciona los parámetros aplicables.
En términos concretos, con el tema y los objetivos de la entrevista, así
como la garantía de confidencialidad, es preferible anunciar al entrevistado
el tiempo aproximado del ejercicio sin que sea una regla o, peor, una
manera para restringir el discurso proporcionado. En efecto, cuando inicia
el diálogo es imposible prever los recorridos de la conversación y los
meandros que ésta puede seguir. Pero sí existen técnicas sencillas para
reubicar el tramo de la entrevista en sus rieles cuando visiblemente se pierde
el transcurso del tema abordado y revisado.
Se establecerá siempre un ―principio de cooperación‖:

―Una comunicación entre dos o más personas sólo puede funcionar si los
participantes están dispuestos a cooperar. Este principio incluye la idea de
que la conversación va a seguir hasta que naturalmente termine por un
acuerdo común; de otra manera, uno de los participantes sentiría que se lo
ha dejado con ―la palabra en la boca‖ (Méndez, 2005:198, nota 6).

Principio de colaboración que siempre es garantía de colaboración,


compañerismo y encanto en el descubrir la profundidad de los saberes
que se adquieren por el medio de la entrevista.
141
La situación de la entrevista interpone dos o más ―otros‖ en un encuentro de un tipo
singular. Otros, tales como, porque de sexos, edades, condiciones, religiones, ideologías, etc.
diferentes.
145
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

De ahí unas pautas sencillas:


1. No acumular numerosas preguntas,
2. Aplicar preguntas sencillas, cortas, explícitas,
3. Seguir un tema o eventualmente dos, pero siempre
vinculados. En su caso, marcar la separación o el cambio
de temas si éstos son disímiles,
4. Dejar hablar al informante sin interrumpirle en la
expresión de su pensamiento,
5. Volver a ubicar al entrevistado si pierde el hilo
(voluntariamente o no) de su pensamiento,
6. Fomentar y propiciar un clima de confianza,
7. Seguir un guión preestablecido de preguntas sencillas, en
lenguaje claro, sin jerga técnica,
8. Demostrar atención al discurso,
9. Utilizar técnicas sencillas para sostener el diálogo, tales
como, ―pues sí‖, ―ah, eso no me lo esperaba‖, ―no me
extraña‖, etc.
10. Si se improvisa o se prevé incluir nuevas preguntas, esperar
que el interlocutor termine su intervención.
11. Tomar notas rápidas con palabras o signos claves con el
fin de demostrar su interés al entrevistado, notificar
impresiones, imprecisiones, gestos, silencios, estrategias
para eludir. Igualmente para no perder el hilo conductor
de la conversación que puede bifurcar sobre temas de
interés no previstos.

En regla general, el investigador busca la elucidación y la


constitución de un discurso lineal y estructurado evitando el efecto
perverso de interpretaciones o interrogaciones —o juicios— yéndose en
sentido contrario de lo expresado por el informante. Se recurre a esta
técnica con cautela cuando se trata de controlar la información brindada
o confrontarla con informaciones previamente recopiladas con el mismo

146
Michel Duquesnoy

entrevistado y que pueden parecer contradictorias. En consecuencia, el


entrevistado debe operar una selección cuidadosa de sus intervenciones
operando dicha selección en función de la pertinencia del propósito
buscado. No obstante puede modificar, si es útil, los parámetros del
contrato operacional adoptando estrategias sutiles, nunca ofensivas, si
desea bifurcar hacia objetivos diferentes que presiente necesarios para
sus objetivos. En este caso acordará claramente los nuevos términos para
evitar las confusiones y los malentendidos.
Síntesis
Las entrevistas ponen en circuito un verdadero arte de la
conversación y se puede aseverar con facilidad que cada entrevistador
tiene su ―estilo‖. El saber práctico y las personalidades son, a final de
cuenta, los elementos claves que se establecen entre el investigador y sus
investigados porque manifiestan perfiles sociales y culturales distintos.
Ambos promotores llevan la investigación cada uno a su manera a su
destino final. Es probable que el ejercicio de la entrevista sea el mejor
lugar para enfrentar la otredad y aprender la convivencia con la misma,
así como el enriquecimiento que proporciona.

147
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

La entrevista: una interacción permanente y paciente entre los locutores.


(Foto: Un estudiante entrevista al secretario de la delegación
Huitzitzilingo, Huasteca hidalguense, 2009. Acervo personal).

148
Michel Duquesnoy

TERCERA PARTE

149
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

150
Michel Duquesnoy

APÉNDICE 1

APUNTES BREVES PARA UNA FILOSOFÍA DEL CONOCIMIENTO (ÚTILES


PARA LA PRODUCCIÓN DE LOS SABERES EN LAS CIENCIAS SOCIALES)

TEORÍA DEL CONOCIMIENTO


La teoría del conocimiento es una disciplina filosófica.

¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA? ¿CUÁL ES SU ESENCIA?

Etimológicamente la voz remite al ―amor para la sabiduría‖. Es


decir, el deseo de conocimiento. Es sus inicios, la filosofía se presentó
como una disciplina cuya meta era conocer en profundidad las causas del
universo y de los fenómenos. La filosofía es, en efecto, el ramo del saber
que intenta conocer, comprender y explicar las causas primordiales desde
sus fundamentos.
El filósofo alemán Christian Wolff, la definió exactamente como la
ciencia de los principios.
De ahí el esquema:

 Orientación hacia la totalidad de los


Filosofía como ciencia
objetos
de los principios
 Carácter racional, cognoscitivo de
esta orientación (lo que la diferencia de
lo religioso).

Consecuentemente, la filosofía es una autorreflexión de la razón


sobre su conducta valorativa teórica y práctica. Es a la vez una aspiración
al conocimiento de lo que conectan las cosas entre sí.

151
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Dicho de otra forma:

 Una concepción racional del universo, del ser


humano y de ―dios‖ (como principio de perfección,
el uno, que se puede negar).

 Una visión, según Platón y Kant (y sus matices


respectivos), para llegar a una metafísica del
universo (abstracto, reflexivo).

En definitiva:

La filosofía es un intento por parte de la razón humana para llegar a una


concepción del universo y del ser humano mediante la reflexión sobre sus
funciones valorativas, teóricas y prácticas.

El hombre como sujeto es integrado por 3 facultades:


- pensamiento
- sentimiento
- voluntad

Cada una de estas facultades ha sido cuestionada y criticada por las


diversas corrientes filosóficas.

152
Michel Duquesnoy

DOMINIOS DE LA FILOSOFÍA
 Ciencia: epistemología (el conjunto de la realidad ¿Es
compuesto por objetos que son paralelos de esta realidad?)

La epistemología es:
 El ramo de la filosofía que estudia la unidad de los saberes
 La totalidad de lo existente que se puede criticar
 Teórica y abstracta

 Arte: estética
 Religión: teología y simbología
 Moral: ética

Por lo tanto:

 El conocimiento filosófico cuestiona la totalidad de las cosas.

 El conocimiento científico cuestiona parcelas observables de la realidad.

La filosofía ocupa un lugar específico en el sistema de la cultura,


entre la ciencia ―dura‖ de un lado; la religión y el arte del otro.
La religión llama a la fe personal e intenta por medio de creencias
de un tipo particular interpretar la totalidad. De su lado, la filosofía
procura interpretarla a partir de la razón.

153
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

TEORÍA DEL CONOCIMIENTO


PAUTAS
 En el conocimiento se sitúan frente a frente, conjuntamente,
la conciencia y el objeto, es decir, el sujeto y el objeto.
 En la práctica de campo, esta proposición puede traducirse
como: la conciencia del sujeto observador está frente a la
conciencia de los sujetos objetivados, ambas partes
construyen el objeto (conocimiento).
 El conocimiento se presenta como una relación entre estos
dos polos que permanecen en ella indefectiblemente,
separados el uno del otro.
 En la práctica de campo, esta proposición puede traducirse
como: para construir el conocimiento antropológico, es
necesaria la distancia o la mirada lejana. El observador por
tan cerca que pudiese haberse aproximado, jamás se
vuelve el otro.
 En ambos casos, esta diferenciación pertenece a la esencia
del conocimiento

La relación entre los 2 polos es una correlación. Es decir, el sujeto


sólo es sujeto para un objeto. Igualmente, el objeto sólo es objeto para un
sujeto
Ambos sólo son cuando son para el otro.
De ahí el esquema:

Sujeto sujeto
Correlación irreversible
Sujeto objeto

154
Michel Duquesnoy

NOTA BENE
 Ser sujeto es algo completamente distinto que ser objeto
 La función del sujeto consiste en aprehender al objeto
 La virtud del objeto es ser aprehensible y aprehendido por
el sujeto.
¿Existe el objeto independientemente del sujeto? Seguramente ¡no!
como lo mostrará el idealismo kantiano, opuesto al idealismo platónico. Para
el antropólogo, las leyes del pensamiento y del pensamiento antropológico
tienen que fundarse a sí mismas  depende del ser humano que las concibe.
Vista desde el sujeto, esta aprehensión se presenta como una
―salida‖ del sujeto fuera de su propia esfera. Se le podría considerar
como una invasión en la esfera del objeto (que se está construyendo) a la
par de una captura de las propiedades de éste (es decir, en las fases de su
construcción intelectual).
 El objeto no es trascendente al sujeto.
 El sujeto crea una imagen posible del objeto, la que se queda
solamente como una construcción intelectual posible.
Visto desde el objeto, el conocimiento se presenta como una
transferencia de las propiedades del objeto al sujeto. El paso del sujeto a
la esfera del objeto corresponde a un trascender del objeto a la esfera del
sujeto (que se encuentra modificado por su propia construcción).
 Ambos son sólo distintos aspectos del mismo acto
 En consecuencia, el sujeto se queda predominante sobre el
objeto (porque lo construye). Es decir, el sujeto es
determinante; el objeto es determinado.
 El conocimiento, posiblemente, es una determinación del
objeto por el sujeto (de ahí, el carácter subjetivo a todo
conocimiento).

155
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

De ahí la propuesta:

El conocimiento es solamente un posible entre otros posibles acerca de


la realidad construida por el sujeto.

Eso cuestiona sobre la realidad en sí.


Es legítimo aseverar, en el estado de nuestras ignorancias y
certidumbres, que sólo nos acercamos de una realidad que
probablemente no existe en sí, es decir, objetivamente. Sí, la
construimos poco a poco, con errores, saber y paciencia. Por
lo tanto, se debe considerar que los métodos, así como las
conclusiones son sometidos a cambios regulares y frecuentes
(episteme, Zeitgeist) que modifican nuestra percepción del
mundo (Weltanschaung).
De ahí una regla:

No se puede eliminar al objeto del conocimiento sin eliminar al sujeto.


Ambos pertenecen al contenido singular del conocimiento humano.

EN CONCLUSIÓN: PARA EMPEZAR LA REFLEXIÓN…


Si es permitido inferir conclusiones utilizables para nuestros quehaceres
en las ciencias sociales, a partir de lo dicho anterior se desprende:
1. La presencia de los copartícipes en los procesos cognitivos
de la realidad cultural y social. Los sujetos involucrados
(observador, observados) crean, cada uno con sus
conocimientos y destrezas, el objeto cuyas representaciones
se reflejarán siempre en los resultados finales del estudioso,
tales como, estructuras nunca definitivas.
2. Lo que llamamos ―cultura‖ presenta retos innumerables
para quien desea definir este concepto. Sin embargo, la
cultura no puede cantonarse en sus estructuras
156
Michel Duquesnoy

macrosociales que le prestarían una autonomía respecto a la


sociedad. En efecto, si abogamos por los procesos
dinámicos que pueden perjudicar sus estructuras, también
habremos de considerar en qué medida los mismos afectan
los procedimientos microsociales. Es decir, al nivel del
agente social en interacción, tanto con las estructuras, como
con los otros miembros de su sociedad de pertenencia.
3. Consecuentemente, propugnamos una enunciación dinámica
y constructivista de la cultura en la que aparece, tal como una
construcción singular de la sociedad con la que interactúa.
4. Será, en consecuencia, menester indagar para captarles,
acerca de los discursos y detalles aparentemente triviales
de los grupos y sus creaciones, los que aparecen como el
tejido íntimo que registra las coerciones de las estructuras.
5. En definitiva, existe una interrelación profunda entre los
agentes y su cultura debido a su potencial de construcción
en las relaciones sociales con las que se vinculan. No
obstante, cultura, agentes y sus relaciones sociales llegan a
inferirse mutuamente y moldearse en un movimiento
complejo de vaivén perpetuo.

157
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

APÉNDICE 2
CUANDO VER ES RECONOCER: ENTORNO A LA MIRADA ETNOLÓGICA142
Dos ideas persisten tenazmente hasta la fecha:
 Las cosas, eventos, personas, momentos, etc. consideradas
por la observación de terreno no se relacionan, sino muy
poco, con los esfuerzos desempeñados para captarles por
los sentidos. Luego para describirles por el medio del
lenguaje.
De lo que habla el etnógrafo, lo factual, sería
desechable en comparación con lo que afirma, es decir: lo
acertado. Es una manera de afirmar que el comentario se
añadiría al hecho puro, sin infundirle. No obstante, ¿Será
posible la desconexión del ojo del etnólogo, órgano
formateado por y para la observación? Desconexión
arbitraria de un cerebro que piensa y conceptualiza…
 Llegamos en este punto a la formación histórica del saber
antropológico. La antropología habría nacido de la
contemplación de las «sociedades salvajes», tales como
éstas impresionaran las retinas oculares de los primeros
viajeros y cronistas. De tal, modo lo que vieron y
escribieron, es cierto, verídico porque lo vieron.

ESTAS DOS IDEAS SON FALSAS


¿Por qué?
1. El mundo es siempre ya visto y no se puede determinar
cual visión es mejor que la otra. Es decir, al mundo de
tomar conciencia de lo que se está viendo, el cerebro ya se
libró a un proceso de selección determinante para la
cognición (e interpretación) de lo contemplado.

142
Este apartado es una adaptación libre de Lenclud (1995).
158
Michel Duquesnoy

2. Desde la fisiología ocular nadie puede pretender observar


mejor hoy que ayer. Las facultades del ojo humano y del
cerebro no han cambiado desde milenios.

Consideremos dos elementos importantes y singulares:


 Los etnógrafos modernos ¿Observan sin prejuicios?
cuando sus precursores sí los tenían.
 El mérito de los etnógrafos modernos lo deben a su ojo
que piensa, no al ojo que ve.

Por lo tanto, es innegable que la mirada etnográfica a partir del


siglo XX superó la de los primeros viajeros (que no eran etnógrafos). En
seguida, unos comentarios pertinentes.
 Una aseveración es evidente: ningún ojo que piensa llega
al milagro de captar el mundo tal como es en sí. En
efecto, por definición, ningún ojo es capaz de decir y
describir el mundo sin haberle visto con antelación.
 Cada enunciado formulado a partir de la observación en
cualquier época que sea, está forjado e impregnado por
una o varia(s) teoría(s), cada una siendo un ladrillo
constitutivo de la Weltanschauung. Ello manda a una
lógica discursiva singular y marcada por la época (en la)
que la (se) expresa.143 Decir algo de una situación (o
cualquier cosa) vista, no es decir lo que es (eso referiría a
su posible esencia), sino decir cómo está (eso remite a su
contingencia). El etnógrafo no pretende decir el
mundo: habla del mundo y en especial de un mundo que le
es diferente. La mente pone de lo suyo, como se dice, para
hablar del mundo tal como este mundo se le (re)presenta
(para librarse a complejas estrategias y formalidades de
clasificación, selección, entendimiento, teorización). En

143
Ver Dubuisson (1996).
159
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

breve, lo factual ya está acertado y lo dado ya está


inferido.
 En consecuencia, el rol altamente activo y creativo de la
percepción es innegable y debe ser apreciado. Una vez
―puesto‖ sobre el mundo, el ojo está procesando de
inmediato los datos y genera información. En el mismo
instante, la misma se graba (impresiona) en el cerebro a
través del ojo, pero vale enfatizar que ya está comentada,
procesada e interpretada (sin implicar forzosamente su
teorización o su objetivación).

Observación Clasificación

Interpretación

 La visión no consiente de un acceso directo a un mundo ya


definitivamente construido: la visión nos proporciona una
descripción de las cosas y situaciones presentes, pero
solamente en un estado de esbozo de estructuración y
constitución debido a la intervención creativa de la propia
visión (actuando como un paso previo a la clasificación de
los datos percibidos).
 Sólo se ve lo que se mira, podría entonar una canción
romántica… He aquí un punto fundamental: la observación
requiere la atención. Es decir, el despertar del interés.
 El contacto con otras culturas, estimula la duda sobre el
rol y el por qué del observador. Igualmente, induce un
retorno de sí mismo sobre sí mismo. O si se prefiere, la
mirada etnográfica se revuelca por decirlo así, del

160
Michel Duquesnoy

observador sobre él mismo. Empero, con el objetivo de


que los representantes de un cierto modelo de civilización
tengan la idea de observar atentamente las maneras ajenas
de vivir y pensar el mundo, es imprescindible la
reintegración a sus valores propios (valor positivo del
etnocentrismo). Dicho de otro modo, deben haber
problematizado su propia cultura. Esta labor intelectual y
conceptual involucra el interés para descubrir en el agente
social y en sus representaciones, un sujeto digno de ser
observado y teorizado. Es decir, un contenedor científico
estimable en vista de su objetivación (lo que significa a
final de cuentas, generar conocimiento). Pensándolo como
se debe, problematizar al ser social humano es confesar el
desconocido que recela. La labor científica inicia desde la
curiosidad para un enigma. Eso es la problematización.
 Los esquemas anticipativos conceptualizados por Karl Popper
pueden rescatar nuestras carencias epistemológicas. Tomemos
un ejemplo sencillo: ver un árbol, es verle como árbol, es
decir, reconocerle por el medio de una inferencia, no tanto por
lo que es o lo que no es, pero siempre por lo que se le califica
ser. Es solamente posible en función de un saber
necesariamente preexistente al acto de la percepción. Es decir,
la identificación nominal prevale sobre la visual. De igual
modo, esta identificación nominal condiciona la segunda. En
pocas palabras, es porque ya sé lo que es árbol ––cuál es la
semejanza de un árbol–– que puedo decir: ―eso es un árbol‖.

161
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

Es permitido deducir lo siguiente:


1. Sólo se puede ver lo que se mira. La percepción no nace
de la nada: se refiere a una precontextualización o una
preidentificación ya realizada y conocida entre los signos
significantes y las significaciones. (Ver al respecto los
lineamientos teorizados por Merleau-Ponty en La
fenomenología de la percepción).
2. Por ende, los ojos siempre están informados por una teoría
anterior al acto de la observación.

¿EN LA PRÁCTICA CONCRETA DE LA INVESTIGACIÓN?


Erving Goffman demostró a partir de sus investigaciones cuánto el
contexto de cara a cara toma un peso determinante en el que los actores
actúan según un rol que se prescriben desde sus pautas culturales y
sociales. Empero este contexto —tal vez será mejor dicho, esta
contextualización— es siempre interpretada a partir de esquemas
conceptuales preexistentes. El ojo que ve y registra interpretando, no
reconoce cualquier cosa. El etnógrafo una vez en la intimidad de sus
cuadernos, reinterpreta una serie de acontecimientos ya interpretados
porque ya están codificados por sus sentidos. En este caso, sus ojos. Pues
no escribe el mundo social tal como es, sino que lo describe tal como
cree haberlo comprendido de buena fe a partir de sus observaciones, a
partir de sus ojos que piensan. Posiblemente existe un continuum entre la
concepción de los esquemas interpretativos previos y la fuerza de
resistencia oponiéndose a la ―realidad‖ tal como podría ser en contextos
predefinidos. La observación, la captación, la percepción y luego la
conceptualización responden a unas reglas precisas determinadas por el
funcionamiento de la mente humana, constreñimientos a los que no está
permitido escapar. En definitiva, cerebro humano se conforma a unas
leyes bioquímicas propias.

162
Michel Duquesnoy

Consecuentemente, los dos puntos siguientes:


1. Los datos proporcionados por los sentidos no rebasan el
racionamiento a priori. Pertenecen a otra categoría.
2. Los hechos etnográficos, aunque observados por un testigo
directo, quizá privilegiado, no revisten ninguna
superioridad epistémica, pero sí una textura diferente y
una tonalidad singular. Es decir, la descripción sólo
propone una posible percepción de la realidad, así como, y
en consecuencia, los análisis que se producirán después de
la descripción.

Para concluir este apéndice, citaré a Clara Bravin cuando opina con
la mayor clarividencia: ―el paradigma que sostiene la separación de lo
corporal y lo mental se convierte en un obstáculo epistemológico para la
desnaturalización de lo social‖ (Bravin, 2009:123. Énfasis nuestro).

Los ojos piensan lo que ven y observan…


(Foto: detalle de la fachada del templo Santo Domingo, San Bartolomé
de las Casas, Chis. Acervo personal)
163
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

APÉNDICE 3
UNA PLURALIDAD DE MÉTODOS

Son varias las herramientas a disposición del investigador social para


la recopilación de datos de primera mano.144 Como aproximación y
aprendizaje de lo humano en sus creaciones culturales y sociales, las
ciencias sociales disponen de una vasta gama de dispositivos de
observación, directa o indirecta, para afinar sus conocimientos y formular
teorías derivadas de éstos. No obstante, no cada técnica es apropiada para
acercarse y extractar los datos útiles para el investigador. He aquí un
problema que solamente la rutina de la práctica ayuda a resolver. En
efecto, el estudioso en su terreno aprende a conocer a su gente e infiere de
esta familiaridad las maneras más adecuadas para favorecer el brote de las
declaraciones indispensables para sus análisis. Igualmente, es importante
mencionar la disparidad de los eventos y circunstancias ofertadas en la
vida cotidiana de un grupo, cualquier sea. Cada tipo de acontecimiento
presume su modo propio de acaparamiento de los datos que recela. Por
ejemplo, no es imaginable entrevistar a unos oficiantes de una ceremonia
en plena acción ritual sino observarles directamente, usando sus cuadernos,
su memoria o una cámara grabadora, según las posibilidades permitidas.
Tampoco se recomendará entrevistar a alumnos acerca del medio escolar
dentro del aula o del patio recreativo del establecimiento donde estudian.
Aquí como en tantas situaciones, el estudioso deberá sentir el medio
ambiente en el cual se desempeñan los actores y la acción que se pretende
documentar. Se requiere de mucha flexibilidad, habilidad y creatividad.
Cada método corresponde a un modo de captura de la información y la
combinación de varias técnicas aquí presentadas resulta mucho más
frecuente cuando se practica en el terreno y se enfrenta uno con las
dificultades prácticas de la recopilación de datos entre sujetos
deliberadamente reflexivos. Es más, todo dependerá de qué tipo de datos
se intenta adquirir. A final de cuenta, a partir de qué material se deseará
144
No se tratará en este apéndice de la recolección de datos bibliográficos y/o
archivísticos.
164
Michel Duquesnoy

crear un conocimiento de orden científico. A veces un solo sondeo permite


un acercamiento superficial, pero suficiente para obtener una tendencia
general. Este tipo de conocimiento puede ser del todo válido en relación a
lo que se desea analizar. Y se quiere tener datos más profundos y más
finos, el investigador podrá siempre volver para levantar encuestas más
puntiagudas o proceder a entrevistas relativamente abiertas. El objeto que
el académico se propone construir, manda de alguna forma los métodos a
su alcance y manejo.
Tal diversidad de técnicas ofrece una posibilidad muy atractiva
para la pesquisa de conocimientos: la facultad de cruzar los datos
obtenidos, triangular la información y librar la colecta a tratamientos
diferenciados a partir de los varios enfoques metodológicos
seleccionados. Esta riqueza impide que se confine las conclusiones
dentro de un solo renglón interpretativo, y neutraliza el riesgo de error o
de ―charlatanismo a pretensión científica‖. Definitivamente, la
objetivación se fortalece en este ejercicio. Si la realidad es multiforme
como lo afirmamos en varios lugares de este trabajo, la diversidad de
métodos a nuestra disposición, cuando se les puede ejercer, auspicia la
superposición de imágenes producidas desde enfoques diferentes sobre
un mismo evento u objeto. Sin embargo, bien es de recordar que cada
técnica se desarrolla a partir y dentro de una especificidad propia.
Sea lo que sea, cada trabajo de investigación inicia con una o varias
fase(s) exploratoria(s) y se prolonga a lo largo de una suerte de evolución
específica hasta una etapa final de verificación y aceptación de los
análisis producidos fuese de manera provisoria. En efecto, una
investigación empieza desde un punto conocido, pero evoluciona a lo
largo de caminos imprevistos y no siempre controlados por el estudioso.
Las fases exploratorias pueden alargarse o rápidamente dar paso a etapas
mucho más profundas. Vendrán en su momento propicio las fases de
control, sabiendo que estas distinciones en las fases mencionadas pueden
combinarse en el mismo momento. Será responsabilidad y astucia del
investigador detectar a tiempo los ciclos de su trabajo con el afán
objetivar al momento adecuado y sacar de tal forma el mejor provecho de

165
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

la investigación en toda su complejidad. Por lo tanto, las hipótesis


pueden (y deberían) revisarse así, como los objetivos. En efecto, no son
los caprichos intelectuales del académico los que conforman la realidad
sino ésta que doblega los esquemas y protocolos de trabajo a sus ritmos y
meandros.
En definitiva, a lo largo de la pesquisa y recolección de datos y
experiencias, son los corpus de informaciones que se moldean y
transforman bajo la vigilancia teórica del investigador obligado a
reformular sus hipótesis para confirmarlas, verificarlas o… rechazarlas.
La investigación es principalmente un vaivén entre la exploración y la
verificación: este movimiento controlado y objetivado produce el saber
científico en las ciencias sociales y humanas.
Para terminar este apartado dedicado a la metodología teórica, se
desprenderá que ciertos métodos manifiestan un potencial exploratorio
más evidente; otros favorecen el control de la información recopilada por
sí mismo o por otros. Otras técnicas asisten al trato que se otorgará a los
datos. En fin, la metodología de la investigación sólo puede pretender
apoyar para armar el rompecabezas ofertado por la realidad social.
Lo más usual se conforma al esquema siguiente, sin que sea una
regla única:

Observación Entrevistas Cuestionario

Retroalimentación

Objetivación final

166
Michel Duquesnoy

APÉNDICE 4

Esta visión de las cosas que presento en su forma “teórica”


sin lugar a duda tenía su principio en algo como una intuición de la irreductibilidad de
la existencia social…
Pierre Bourdieu

EN TORNO AL CONCEPTO DE TEORÍA145


Este apartado propone unas reflexiones breves en torno a un
concepto clave de las ciencias: la noción de teoría. Algunos puntos
resumirán lo esencial de una presentación sucinta.
 Existen varias posturas para definir este concepto. Cualquiera sea la
figura elegida, nosotros asumiremos que la ciencia es, fundamentalmente,
una actividad de representación del mundo real más allá de cómo lo
registran e interpretan los sentidos. Es decir, la ciencia no sólo es
explicativa, también es discursiva. Dice el mundo ¡no lo que es el mundo!
 La teoría sería un conjunto de estructuras que construimos para
describir el mundo desde un enfoque particular. El discurso científico
aparece como una actividad sumamente descriptiva cuya pretensión es
acercarnos de la realidad. Literalmente las teorías son al servicio de
nuestras cosmologías. ¡Son meras cosmologías!
 ¿Qué propone la teoría? La teoría se refiere al mundo para decirnos
de cuales elementos del mundo podemos pretender discurir (ritos,
diferenciación sexual, choques estelares, difracción atómica, etc.). En tal
sentido, la ciencia es también un discurso cosmográfico, entre otros. De
igual manera, en este sentido, una propuesta teórica es una propuesta de
formulación en torno a un discurso ontológico de un tipo particular.
 Dubuisson (1996) afirma que todo es cosmografía. Es decir, un
corpus de textos, sean escritos o no. Si esta propuesta es aceptable,
entonces:

145
Se recomendará mucho la frecuentación de autores como Lakatos, Feyerabend y
Popper, epistemólogos fundamentales del siglo XX. Muy accesible es Popper (1994).
167
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

o La ciencia pondera y promulga ―leyes‖, ―axiomas‖ y


―normas‖ que pueden revestir un carácter universal
intemporal o no.
o Las ―leyes‖, ―axiomas‖ y ―normas‖ se formulan basándose
en hipótesis que son discursos temporales nunca
totalmente neutrales.
o Consecuentemente, es menester analizar las relaciones
entre las hipótesis una vez formuladas y las leyes que
éstas permitieron formular.
o Colateralmente es legítimo cuestionar la validez y
aplicabilidad de las metáforas venidas de otras disciplinas,
así como los préstamos de conceptos plasmados de una
disciplina a otra.146 En efecto, cada concepto nace en el
seno de una disciplina particular y refleja siempre una
manera singular de describir el mundo. Traspasar
indebidamente estos conceptos puede generar cruces
discursivos y volver el mundo indigesto.

Considerando las notificaciones anteriores habrá de obligarse


frecuente y regularmente a una autocrítica honesta al formular nuestras
hipótesis y preguntarse cómo integrar y articular los conceptos dentro de
la teoría.
¿Cuáles son las incidencias dables en el trabajo antropológico y en
su objetivación?
1. Siempre tomar en cuenta el peso de la teoría en la
construcción y objetivación del saber.
2. Siempre considerar que nuestros productos ―definitivos‖
deben ser documentos ―abiertos‖. En efecto, ninguna
teoría debería cerrar el diálogo y pretender a la perrenidad.

146
Concretamente, me refiero a conceptos como ―fractal‖, ―bifurcación‖,
termodinámica‖ y otros cuyo aplicación inconsiderada no favorece una teorización
decentemente aceptable de los fenómenos sociales y culturales.
168
Michel Duquesnoy

Nietzsche afirma: ―El propio de una teoría es ser


controvertida.‖
3. Siempre establecer una línea clara entre el esquema
conceptual y el contenido empírico. En efecto, el lenguaje
conceptual no es un filtro o un muro puesto entre el sujeto
conociendo y el mundo objetivado. Pero es la condición
sine qua non para acceder a las cosas de este mundo, así
como a su formulación hipotética y/o teórica.

Para concluir desde una perspectiva nacida en la etnografía


moderna, escuchemos a Malinowski cuando afirmaba en su diario
―…aprendí muchas cosas: bastantes detalles concretos. Un nuevo punto
teórico: la definición de una teoría puede ser 1) la formulada
espontáneamente por los Negros; 2) la librada en respuesta a ―preguntas
orientadas‖ que inducen al indígena ―sobre el camino‖ [de la respuesta];
3) la obtenida por la observación de los datos concretos‖. (1985:217 de la
edición francesa. Subrayados en el original).

169
Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

CONSIDERACIONES FINALES

Habitus lingüístico + mercado lingüístico = expresión lingüística


Pierre Bourdieu

Este primer recorrido dentro de la teoría y metodología cualitativa de


las ciencias sociales llega a su punto final. Cada candidato en estas
disciplinas tendrá la oportunidad, tarde o temprano, de poner en práctica los
elementos esbozados en las páginas anteriores. En varios lugares de este
trabajo se insistió sobre el hecho de que las recomendaciones y reflexiones
expuestas no pretenden a la exhaustividad. Después de todo, si el lector las
aplica como recetas infalibles, se arriesga en cometer un error fatal, ya que
cada terreno es único, rico de experiencias y subjetividades originales. Por
no decir genuinas. Cada terreno de la investigación, proporciona
posibilidades imprescindibles para perfeccionar su ―estilo‖ hasta lograr una
obtención satisfactoria de material de primera mano.
Para él que lo practica, el terreno detenta, sin lugar a duda, su lote
de esperanzas, goces, éxitos, desilusiones y disgustos. En breve,
encantos. Presenta una suerte de tipo especial para encontrarse con la
alteridad y regresarla hacia sí mismo. Desde un punto de vista
plenamente intelectual, la práctica de campo ofrece verdaderas
satisfacciones, motivo del desempeño futuro cuando el trabajo de
gabinete impone sus exigencias y reglas propias. Es un privilegio
recordarse de los momentos fuertes experimentados con los informantes
y observados a los que se les puede acolar discursos y conocimientos que
serán objetivados, sintetizados y elaborados, falta decirle, de una manera
distinta a la suya. También las anécdotas vividas a su lado…
En su gabinete, el estudioso social descubre que su(s) terreno(s)
son verdaderos y épicos laboratorios sociales.
La práctica de campo, intensa o no, sostiene la observación cercana
a las singularidades que los actores de una cultura expresan de múltiples
maneras, pero sólo codificadas en el molde de representaciones sociales
perpetuamente dinámicas. Si la observación ―directa‖ presenta un amplio

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Michel Duquesnoy

espectro de perspectivas, hemos recordado que el observador selecciona


sus enfoques. Tal discriminación nunca es del todo neutral, como es de
suponer. Ningún observador puede ver, oír, probar, consignar todo.
Todos y cada uno de los elementos propios de una cultura o de un
fenómeno, presentan facetas múltiples que debe clasificar su recopilador.
En efecto, se olvidan, se borran o se destruyen componentes a veces
enteros con fines de análisis y comprensión de un segmento — ¡sólo un
segmento!— de la realidad analizada. Dicho de otra forma, la práctica
rutinaria de campo obliga al estudioso a operar una ineludible
concentración de sus sentidos a partir de múltiples factores subjetivos,
aunque no aleatorios. Aun así, el cientista social cuando privilegia el
terreno, se enorgullece con razón de recopilar sus datos, sus
informaciones, con sus informantes en lo que acostumbra —no sin un
cierto pedantismo— su terreno. Porque él sabe que la precisión de su
recopilación argumentará a favor del rigor y refinamiento de su
producción académica.
La práctica del campo remite, se enfatizó con abundancia, a una
práctica social peculiar fundamentada en el intercambio. Motivo de una
experiencia humana e intelectual poco común, pero enriquecedora porque
acerca la diversidad en muchos de sus aspectos. Tal vez en su
imprescindible subjetividad. Es decir, en los aspectos a veces artificiales
que este tipo bastante singular de situación social pone en pié.
El terreno enseña al investigador su rol y condición como actor y
coparticipe en el acto mismo de la investigación. Y admite que a su vez,
es observado. Cuando pide la autorización para observar, el grupo
huésped, él, ¡no espera tal aprobación para observarle! E interviene y
opina y vive con ―su‖ gente… De tal forma, consiente a su propia
absorción en su objeto. Postura difícil de la que deberá regresar… O, si
se prefiere, retirarse.
El estudioso en ciencias sociales, practique o no el campo (eso
dicho entre paréntesis), escribe mucho, apunta, dibuja, toma croquis, y
otras cosas por el estilo. Es recordar que la producción científica en estas
disciplinas sociales y humanas consiste primordialmente en actos de

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Lineamientos para la práctica de la Investigación en Ciencias Sociales

escritura. Realidad que, en definitiva, ha provocado los enfoques críticos


de la antropología posmoderna.
Sea lo que sea, buena parte del oficio de los investigadores en estos
campos disciplinarios remite a una forma peculiar de conservación de
una (¿La?) memoria. Apuntar estas consideraciones para finalizar este
ensayo, es anunciar sus carencias las que serán revisadas en otro trabajo.

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Michel Duquesnoy

NOTA
La literatura en torno de los métodos y técnicas en las
ciencias sociales es particularmente abundante. En seguida,
el autor sólo menciona la bibliografía mencionada y citada
en este ensayo, así como el material que se utilizó
indirectamente para su redacción y concepción.

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