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APPU Y SUS DOS HIJOS: TRADUCCIÓ N DE ALBERTO BERNABÉ PAJARES

Alberto Bernabé Pajares, Mitos hititas. Entre oriente y occidente, 2015, pp. 237-244.

[…] que exonera a los hombres rectos y doblega como un árbol a los hombres malos. A los
hombres malos, aun inteligentes, los golpea en el cráneo y los aniquila.
Hay una ciudad, de nombre Sudul. La región, Lulluwa, se extiende hasta el mar, hasta
la costa. Y en ella hay un hombre. Appu es su nombre. Es el más rico de la región. Sus vacas y
sus ovejas son multitud.
De objetos de plata, oro y lapislázuli tiene reunido como un montón completo.
Nada le falta. Le falta una sola cosa: no tiene un hijo ni una hija. Los principales de
Sudul se sientan ante él para comer; el uno le da a su hijo pan y carne; el otro le da a su hijo de
beber. Pero Appu no tiene a nadie a quien darle pan.
La mesa está cubierta con lino y está colocada ante el altar. De allí se levantó Appu y
marchó a su casa. Sobre el cobertor de su lecho se acostó calzado.
La esposa de Appu comenzó a preguntar a la servidumbre:
—Nunca ha tenido éxito, ¿crees que tendrá éxito ahora?
Se fue la mujer y se acostó vestida con Appu.
Appu salió de su sueño y su esposa comenzó a preguntarle:
—Nunca has tenido éxito, ¿has tenido éxito ahora?
Appu la oyó y comenzó a decirle:
—Eres una mujer, y como mujer que eres, no entiendes nada.
Se levantó Appu del lecho, tomó un cordero blanco y fue hacia el dios Sol
El dios Sol lo miraba desde el cielo; se convirtió en un joven, se presentó ante él y
comenzó a preguntarle:
—¿Cuál es tu problema que yo pueda resolver?

Appu lo oyó y comenzó a contestarle:


—Se me han dado bienes, se me han dado vacas y ovejas. Solo me falta una
cosa: no tengo un hijo ni una hija.
El dios Sol lo oyó y comenzó a contestarle:
—Ve, bebe y hártate de beber. Vete a tu casa y duerme bien en el lecho, con tu
esposa. En el lecho conceden los dioses un hijo.
Appu lo oyó y regresó a su casa. Pero el dios Sol subió al cielo. Al dios Sol lo vio de
frente, ya a tres leguas, el dios de la Tempestad, y comenzó a decirle a su visir:
—Mira, viene el dios Sol, el pastor de los habitantes de la tierra. ¿No está la
tierra arruinada en ninguna parte? ¿No están despobladas las ciudades en
ninguna parte? Disponed al cocinero y al escanciador, y dadle de comer y de
beber.
La esposa de Appu quedó embarazada. Pasó el primer mes, el segundo mes, el tercer
mes, el cuarto mes, el quinto mes, el sexto mes, el séptimo mes, el octavo mes, el noveno mes
y llegó el décimo mes. Y la esposa de Appu parió un hijo. La nodriza levantó al niño y se lo puso
a Appu en las rodillas. Appu comenzó a entretener a su hijo y comenzó a mecerlo y le puso el
dulce nombre de Malo:
—Puesto que mis dioses paternos no tomaron el camino recto y se
mantuvieron por el mal camino, sea Malo su nombre:
De nuevo la esposa de Appu quedó embarazada por segunda vez. Llegó el décimo mes
y la mujer parió un hijo. La nodriza levantó al niño y él le puso de nombre Recto.
Los hjos de Appu crecieron y se hicieron grandes. Y llegaron a la edad viril.
Cuando los hijos de Appu hubieron crecido y se hubieron hecho grandes y hubieron
llegado a la edad viri, se repartieron la herencia de Appu.
El hermano Malo comenzó a decirle a su hermano Recto:
—Vamos a repartir y vamos a colocarnos por separado.
El hermano Recto comenzó a decirle a su hermano Malo:
—¿Cuál es el sentido de estas palabras?
El hermano Malo comenzó a decirle a su hermano Recto:
—Como las montañas están colocadas por separado o como los ríos fluyen por
separado y como residen los dioses por separado, eso voy yo a contarte: El dios
Sol está en Sippar, pero el dios Luna está en Kuzina. EL dios de la Tempestad
está en Kummiya, pero Istar está en Nínive. En cuanto a Nanaya está en
Kissina, pero en Babilonia está Marduk. De igual modo que los dioses habitan
por separado, también nosotros estamos por separado.
Y Malo y Recto comenzaron a repartir, y el dios Sol los miraba desde el cielo. Una
mitad tomó el hermano Malo y la otra mitad se la dio a su hermano Recto
Y habían separado por lotes: uno, un buey de arado, pero el otro una vaca. Tomó Malo
el único buey de arado (la buena vaca) y la vaca (la mala vaca) se la dio a Recto, a su hermano.
El dios Sol los miraba desde el cielo:
—Que la mala vaca de Recto se haga buena y que llegue a partir un buen […]

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