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SEMESTRE: II

TURNO: NOCHE
Alumno:
CONDORI MAMANI
HENRY BRANDO

CULTURA ARTISTICA
DOCENTE: VERA VÁSQUEZ CARLOS

2020
Contenido
INTRODUCCIÓN...........................................................................................................................2
COMUNICACIÓN EMOCIONAL.....................................................................................................3
Las 4 claves de la Comunicación Emocional..........................................................................3
Emoción y creatividad............................................................................................................6
Creatividad Emocional...........................................................................................................7
SENSIBILIDAD...............................................................................................................................9
Manejo de la sensibilidad....................................................................................................10
APRENDA A MANEJAR SU IRA.............................................................................................24
CONCEPTO DE ORATORIA..........................................................................................................26
Características de la oratoria: Según el orador...................................................................27
Características de la oratoria: Según el punto de vista físico..............................................29
Características de la oratoria: Desde el punto de vista intelectual....................................32
TIPOS DE ORATORIA............................................................................................................34
LOS FINES DE LA ORATORIA.................................................................................................36
TÉCNICAS PARA TENER UNA BUENA ORATORIA.......................................................................39
TÉCNICAS CORRECTAS DE PRESENTACIÓN EN PÚBLICO.....................................................41
TÉCNICAS DE EXPRESIÓN VERBAL.............................................................................................47
Técnicas de expresión oral: como debe ser la comunicación verbal..................................48
Técnicas de expresión oral: elementos físicos en la comunicación oral (II): manos y
cuerpo.................................................................................................................................50
Técnicas de expresión oral: uso de medios de apoyo.........................................................51
INTRODUCCIÓN
Cultura artística es un concepto habitualmente emparejado para referirse a los productos
artísticos y culturales que definen los rasgos más importantes de una civilización,
especialmente en sus componentes más elitistas y subliminales (la alta cultura), pero también
en lo que define su forma de vida y su manera de entender a sí misma y al mundo
(cosmovisión, ideología).
Mientras que el uso más habitual del término "arte" es mayoritariamente restringido en su uso
bibliográfico a las denominadas tradicionalmente artes mayores (pintura, escultura y
arquitectura), las bellas artes clásicas incluyen también la danza, la música y la literatura; y se
han añadido "nuevas artes" (séptimo arte -cine-, octavo arte o noveno arte -fotografía, cómic,
televisión, publicidad-). Otro tipo de artes, denominadas artes menores o aplicadas se han
revalorizado desde el primer tercio del siglo XX con el surgimiento del moderno concepto de
diseño en la Bauhaus.
Simultáneamente, se ha vaciado de contenido el propio concepto de arte como consecuencia
de la propia teoría del arte de las vanguardias (de modo que pudo hablarse de la muerte del
arte).
El concepto de cultura es aún más genérico, e incluye todas las actividades humanas (desde la
gastronomía hasta todas las manifestaciones del folclore, las tradiciones populares, las
tendencias de la moda y las propuestas de todo tipo de subculturas -formas de ocio, tribus
urbanas-).
Los aspectos ideológicos inseparables en el tratamiento del arte y la cultura hacen que en los
estudios sobre ellas se refieran sistemáticamente a la religión, las doctrinas políticas y
económicas, la ciencia y tecnología y todo tipo de relaciones sociales.
COMUNICACIÓN EMOCIONAL
La comunicación emocional se refiere al proceso de usar mensajes para intercambiar
información, comprender e influir en los estados emocionales de los demás. Los
mensajes pueden ser expresiones verbales y no verbales directas de emoción.
Actualmente, con el avance de la
neurociencia y sus aplicaciones, la
comunicación emocional podría estar
encuadrada dentro de la denominada
NeuroComunicación, en lo referente a la
comunicación personal.
Ser capaz de interpretar lo que alguien está tratando de decirnos, ya sea verbal o no
verbalmente, es una habilidad social muy importante que nos ayuda a relacionarnos
más eficazmente.
Así estemos ayudando a un amigo a sobrellevar una situación de estrés o
convenciendo a un empleador para que nos dé un aumento de sueldo, debemos poder
evaluar la situación, adaptarnos según sea necesario a lo largo del curso de la
interacción. Finalmente debemos estar listos para enfrentar algún tipo de situación o
resolución. Si parece que nuestro amigo se siente mejor como resultado de nuestras
palabras tranquilizadoras, entonces necesitaremos saber cuándo está bien dejar de
brindar tranquilidad. Si nuestro empleador no parece estar de humor para hablar
sobre ese aumento, deberemos percibirlo y dejar la conversación para otro momento
oportuno.
Las 4 claves de la Comunicación Emocional
Dada la importancia de tener una gran capacidad de comunicación emocional, vale la
pena trabajar para desarrollar nuestra propia sensibilidad afectiva. En este aspecto es
muy interesante el planteamiento de los profesores Kidwell y Hasford de la
Universidad Estatal de Ohio y la Universidad de Reno, Nevada, respectivamente. Estos
investigadores identificaron las cuatro áreas que podemos desarrollar para un mayor
beneficio.
1. Percibir la emoción
Esta primera habilidad implica, como
lo indica el término, poder leer las
emociones con precisión. Si somos
emocionalmente conscientes,
sabemos si una emoción proviene de
nosotros o si proviene de algo o de
alguien más. Quizás estemos teniendo
un mal día y entonces atribuimos
emociones negativas a todos los
demás con los que nos encuentramos. No obstante si somos buenos para percibir
la emoción, reconoceremos que esos sentimientos son nuestros y de nadie más. Si
nuestra capacidad emocional es alta, seremos más resistentes al mal humor de los
demás y podremos mantener nuestra ecuanimidad y calma.
2. Facilitar la emoción
Esta habilidad emocional nos permite
utilizar nuestra agudeza emocional
para prepararnos para tomar
decisiones. Según Kidwell y Hasford,
para facilitar la emoción, debemos
poder evaluar diferentes emociones
en una situación y poder unirlas de
una manera útil.
El ejemplo que proporciona la
psicología del consumidor es muy ilustrativo. Si nos enfrentamos a un vendedor
agresivo, es muy probable que nos fastidiemos porque no nos gusta que nos traten
de esa manera. Sin embargo, si estamos utilizando nuestra capacidad emocional,
encontraremos otra manera de hacerle saber al vendedor que nos molesta este
enfoque agresivo. Tal vez enviando algunas señales no verbales sutiles de que este
comportamiento nos está poniendo tensos. Identificando nuestra emoción,
averiguando de dónde viene, y luego, decidir cómo actuar para resolver la
situación es probable que produzca el mejor resultado posible.
Una estrategia de este tipo funciona para evitar que nos salgamos de control
cuando algo sale mal y, en su lugar, intentemos llegar a un acuerdo común.
3. Entender la emoción
Las emociones rara vez
permanecen estáticas en el
tiempo. La mejor manera
de entender la emoción,
entonces, es verla como
algo transitorio. A partir de
ahí, podemos
beneficiarnos con la »
previsión afectiva «. Este
término se refiere a la
capacidad de predecir
cuáles serán nuestras emociones en el futuro. Desafortunadamente, muchas
personas son inexactas en su pronóstico afectivo propio.
Al igual que los meteorólogos proporcionan estimaciones porcentuales, las
personas también pueden proporcionar predicciones sobre si un evento en el
futuro hará que se sientan mejor o peor. Cuanto mejor seamos para predecir
nuestras emociones en una situación futura, más sabias serán las decisiones que
tomemos. Por ejemplo, podemos creer erróneamente que nuestra felicidad estará
garantizada si solo encontramos a esa pareja «perfecta». Pero dicha previsión
invariablemente nos prepara para la decepción, porque nadie nunca cumplirá con
ese estándar.
4. Manejar la emoción
La autorregulación de las emociones
es quizás una de las hazañas más
difíciles que podemos lograr,
especialmente cuando
experimentamos una emoción fuerte.
En una situación de consumo, Kidwell
y Hasford sugieren que la regulación
de las emociones puede evitar que
gastemos excesivamente de manera
impulsiva. Además, la regulación de
nuestras emociones significa que no
perderemos la calma cuando un artículo está agotado o cuando nos vemos
obligados a esperar en la cola o lidiar con un intercambio de algo compramos y nos
decepcionó.
De manera similar, en nuestra vida personal, la autorregulación emocional puede
ayudarnos a manejar la frustración de que nuestra pareja llegue tarde a la cena, o
la decepción de que nuestro hijo obtenga calificaciones bajas en la escuela. Con ese
jefe que no te está dando un aumento, ser capaz de manejar nuestras reacciones
emocionales significa que no tendremos el equivalente a una rabieta. Siempre que
nuestras emociones se salgan de control, cualquiera sea la causa, será menos
probable que obtengamos el resultado que deseamos.
Emoción y creatividad
¿Qué relación hay entre creatividad y emoción?
¿La realización de actividades creativas puede jugar un papel en la mejora de las
competencias emocionales?
¿De que forma se articulan estas metodologías?
La relación entre creatividad y emoción es de ida y vuelta. La emoción facilita la
creatividad. Cuanta más capacidad de interiorizar en las emociones dispondremos de
más conexiones útiles para la obtención de productos nuevos. La complejidad es según
Mihály Csíkszentmihályi un factor de la creatividad individual y ésta tiene un
importante componente emocional.
Una primera relación es la necesidad de
tener una rica y variada vida emocional, así
como un rápido acceso racional a la misma
como sustento base de los procesos
individuales de creación.
Pero a la vez la creatividad es vía de acceso
a nuestro mundo emocional en tanto en
cuanto establece una conexión no
mediatizada por la razón. Esto supone otro elemento clave puesto que nos permite
acceder de manera indirecta al mundo emocional. No solo podemos expresar
intencionadamente nuestras emociones, sino que éstas fluyen en los productos
artístico-expresivos en los que la creación está presente.
La flexibilidad que requiere la creatividad es de naturaleza global y afecta a la
capacidad de observar, de percibir, de relacionar, de establecer nuevas asociaciones
entre estímulos internos y externos. Esa no rigidez - flexibilidad que resulta un factor
de creatividad, en su carácter global, tiene que ver también con los estímulos
emocionales. Otro factor de creación es la realización de conexiones nuevas entre
elementos, la configuración de asociaciones no realizadas con anterioridad, la
originalidad.
De este modo encontramos que la creatividad a través de la flexibilidad y las nuevas
conexiones permite generar acercamientos diferentes hacia nuestras emociones de
forma que se reconstruye el relato relacionado con éstas. Este juego de visiones
amplia el horizonte de nuestro mundo emocional, facilita la salida de las dinámicas
endogámicas de algunas emociones y nos centra más en el proceso emocional que en
cada una de nuestras emociones aisladas.
La música nos conecta frecuentemente con estados emocionales diferentes en un
mismo espacio temporal. La escritura se nutre de mundos emocionales que suelen
estar escondidos en nuestra cotidianidad. El teatro nos permite el sano juego de la
interpretación de quienes no somos desde su sombra en nosotros. La danza, la
creación audiovisual y cualquier otra manifestación artística nos dan la posibilidad de
relacionarnos con nuestras emociones de una forma distinta.
Entrenando emociones ha ido elaborando a fuego lento una metodología en la que
usando técnicas y dinámicas de creatividad y expresión podemos mejorar nuestras
competencias emocionales. Podéis bajaros este documento en el que presentamos
más ampliamente las bases de la metodología. Pero en cualquier caso y como resumen
de lo que se trata es de encontrar en la persona la vía de expresión en la que se
encuentre más cómodo para que, a través de un proceso creativo, aprenda y entrene
nuevas competencias emocionales.

Creatividad Emocional
La creatividad emocional es aquella que está
relacionada con la gestión de las emociones tanto
en el ámbito profesional como personal y que
repercute directamente en las elecciones que toma
tanto una persona como un colectivo
constantemente.
Según la Terapia Gestalt
En cualquier colaboración creativa entre las
personas, la mayor eficacia no se logra por
establecer un pacto lleno de armonía entre
los intereses individuales, ni dejando de lado
dichos intereses individuales para así lograr la
meta prevista inicialmente. Más bien, (en la
medida en que mantengan el contacto y
sinceramente estén dirigidos hacia el mejor
logro creativo), cuanto más nítidamente
difieran y conversen sobre ello, más probable
es que produzcan colectivamente una idea mejor de la que hubieran tenido
individualmente. Así en los juegos, es la competición la que hace que los jugadores se
superen a sí mismos. (El problema con la competitividad neurótica no es la
competición sino el hecho de que el competidor no está interesado en el juego.) Ahora
también, en el acto creativo de una sola persona, por ejemplo en una obra de arte o
teoría, es el enfrentamiento de elementos disparatados, irreconciliables lo que lleva de
repente a una solución creativa. Así un científico busca la evidencia que refute su
teoría.
El conflicto como camino hacia la confianza
Y de la misma manera se puede observar un conflicto como doloroso y a la vez
motivador. Pues no es inteligente querer apaciguarlo, ni suprimirlo ni tan siquiera
querer interpretarlo ya que eso impediría la resolución de éste provocando debilidad y
limitando a la persona a su propia capacidad de utilizar las herramientas que tiene
disponibles. De esta manera, entendiendo la creatividad como la capacidad de
adaptación a las novedades que aparecen en el entorno, la creatividad emocional, va a
proporcionar las herramientas a la persona para que se identifique con los cambios.
Esta actitud va estar acompañada de una emoción que lo contrario de la sensación de
seguridad: la fe. La persona absorbida en resolver el conflicto, obtiene sus recursos de
su fondo de experiencias y tiene fe en que este fondo se mostrará adecuado.
La creatividad emocional para superar las dificultades
Con ello lo que se pretende en
creatividad emocional es que la
persona se de cuenta que a través de
las dificultades que su vida personal,
familiar o laboral le pueda ofrecer,
tiene los recursos adecuados para
poder superarlos apoyándose en el
otro y continuar desarrollando así su
vida. Para ello, se complementa la
creatividad emocional a través de:

 Una formación realizada en facilitación de grupos horizontal,


 Todo el aprendizaje personal a partir de una tesis doctoral,
 La experiencia vital de haber coordinado una sección de la Asociación Española de
Dirección y Gestión de Proyectos,
 Haber impartido talleres por diferentes países como Australia, Turquía o Argentina,
 Haber puesto en valor todo ello realizando además diferentes actividades que me
han nutrido como profesional y vitalmente (como por ejemplo haber hecho
autostop por la costa este de Australia u desarrollar una actividad tan singular
como la agoraterapia),
 Obtener el lado positivo de todos los trabajos que he tenido,
 Y adquirir una cualidad para poder enseñarla a los demás: la resiliencia.
 Y lo más importante, en poder acompañar a los demás en este camino, no es lo
que pueda aportar al otro, sino el mayor tesoro que obtengo en mi vida: cada
encuentro auténtico que surge con personas, grupos u organizaciones que me
permiten seguir aprendiendo y dándome cuenta de la grandeza de vivir y sentir.
SENSIBILIDAD
Del latín sensibilĭtas, la sensibilidad es la facultad de sentir (propia de los seres
sensibles y animados). El término adquiere diferentes significados de acuerdo al
contexto.
Sensibilidad

La sensibilidad puede ser la propensión natural del ser humano a dejarse llevar de los
afectos de la ternura y la compasión. Por ejemplo: “La foto de un niño desnutrido
despertó mi sensibilidad y decidí colaborar”, “A mi marido no le gustan esas películas,
parece que no tiene la sensibilidad muy desarrollada”, “Para trabajar en el hospital hay
que dejar la sensibilidad de lado y no comprometerse afectivamente con los
pacientes”.
La humanidad, la ternura o la empatía son otros de los elementos que están asociados
a que alguien sea considerado con un importante nivel de sensibilidad.
Aquella es vital establecer que, a lo largo de la Historia, ha inspirado a muchos artistas
y escritores así como a músicos. Buena muestra de ello es el conjunto de obras que la
toman a ella como referente y que incluso la hacen protagonista ya en sus títulos.
Entre las más conocidas se encuentra la novela “Sentido y sensibilidad”.
La autora británica Jane Austen fue quien creó en el año 1811 dicha narración, que
toma como protagonistas a las hermanas Dashwood, dos jóvenes que tienen que hacer
frente a un complicado momento personal como es la muerte de su padre y el traslado
a un nuevo hogar, un espacio apartado en el campo donde vivirán con su madre y la
hermana de esta.
Las dos féminas vienen a representar precisamente la dualidad del título de la obra, ya
que una, la mayor, es la más racional de las dos y la que siempre es capaz de controlar
sus impulsos. Mientras, la pequeña es la más sensible, la más emocional y la que
siempre se deja arrastrar por lo que siente.
Es importante determinar que, a veces, se suele confundir el término sensibilidad con
sensiblería. La primera podemos dejar patente que es el sentimiento que nos hace
humanos, que nos lleva a identificarnos con los problemas de nuestro igual. Mientras,
el segundo término hace más referencia a aquella sensibilidad que es falsa o forzada.
En un contexto artístico, la sensibilidad está vinculada a la intención estética. Las
personas sensibles, en este sentido, tienen propensión a expresarse mediante el arte y
a evidenciar diversos matices: “Es un pintor de gran sensibilidad”, “La nueva película
vuelve a demostrar la sensibilidad de este cineasta”.
Para la biología, la sensibilidad es la facultad de los seres vivos de percibir estímulos,
tanto internos como externos, a través de los sentidos. El sistema nervioso tiene una
función fisiológica que permite detectar las variaciones físicas o químicas mediante los
órganos sensoriales: “En esta parte de la mano tenemos mayor sensibilidad”, “Un
accidente hizo que perdiera la sensibilidad en los dedos”.
Sensibilidad, por último, es la medida de eficacia de algunos aparatos o máquinas. El
concepto hace mención a la capacidad para detectar una magnitud o responder a una
orden: “Este es un dispositivo de gran sensibilidad, capaz de detectar objetos que
estén enterrados a más de cien metros”.
Manejo de la sensibilidad
La sensibilidad emocional es un aspecto saludable, pero hasta cierto punto puede ser
perjudicial. Controla tus sentimientos intensos para que se conviertan en tus aliados
en lugar de en tus enemigos. El exceso de sensibilidad puede hacerte asumir
desprecios imaginarios o que no son intencionales. Malinterpretar las interacciones
constructivas y cotidianas puede limitar tu capacidad para tener una vida feliz y sana.
Equilibra tu sensibilidad con el sentido común, la confianza y la adaptación para que no
reacciones exageradamente ante los eventos cotidianos en tu vida.

1. EXPLORAR TUS SENTIMIENTOS


1.1. Acepta el hecho de que la
sensibilidad excesiva es una
característica innata en ti. Los
neurocientíficos han descubierto que
una parte de nuestra capacidad para
tener sensibilidad emocional está
relacionada con nuestra genética.
Aproximadamente un 20 % de la
población mundial podría ser
“sumamente sensible”, lo que significa que es más consciente de los estímulos
sutiles que la mayoría de las personas no nota y tiene experiencias más
intensas provenientes de esos estímulos. Este aumento en la sensibilidad está
relacionado con un gen que influye en una hormona conocida como
noradrenalina, que es una hormona del “estrés” y funciona como un
neurotransmisor en el cerebro para desencadenar la atención y las reacciones.
1.1.1. Parte de la sensibilidad emocional excesiva también se relaciona con la
oxitocina, que es una hormona responsable de los sentimientos de amor y
unión que tienen los seres humanos entre sí. Esta hormona también
puede desencadenar la sensibilidad emocional. Si por naturaleza tienes
niveles más altos de oxitocina, tus “habilidades de razonamiento social
innatas” podrían estar elevadas, lo que te vuelve más susceptible a
percibir (y quizás malinterpretar) las señales incluso más pequeñas.
1.1.2. Las distintas sociedades reaccionan en una variedad de formas a las
personas sumamente sensibles. En la cultura occidental, las personas
sumamente sensibles generalmente son consideradas débiles o carentes
de fortaleza interna y suelen sufrir de abusos. Sin embargo, no ocurre lo
mismo en todo el mundo. En muchos lugares, las personas sumamente
sensibles son consideradas dotadas, ya que esa sensibilidad permite una
gran capacidad para percibir y, por ende, entender a los demás. Lo que
simplemente es un rasgo de carácter puede considerarse muy distinto
dependiendo de la cultura a la que perteneces y de las cosas tales como el
género, el entorno familiar y el tipo de institución educativa a la que
vayas.
1.1.3. Si bien es posible (¡e importante!) aprender a regular las emociones de
una manera más eficaz, si eres una persona sensible por naturaleza,
deberás aprender a aceptar ese hecho intrínseco en ti. No puedes
convertirte en alguien que reacciona menos con la práctica, pero nunca
serás una persona distinta completamente y no debes tratar de serlo. Solo
sé una mejor versión de ti mismo.
1.1.2. Realiza una autoevaluación. Si no estás seguro de si eres demasiado
sensible, puedes tomar una serie de medidas para evaluarte. Una forma es
responder a un cuestionario como el test de sensibilidad que puedes encontrar
en el sitio web personasaltamentesensibles.com o en The Emotionally
Sensitive Person (la persona emocionalmente sensible) en el sitio web
PsychCentral (en inglés).[4] Estas preguntas pueden ayudarte a reflexionar
sobre tus emociones y experiencias.
1.1.1. Procura no juzgarte cuando respondas a estas preguntas. Respóndelas
con honestidad y, una vez que hayas averiguado tu nivel de sensibilidad,
podrás enfocarte en controlar tus emociones de una manera más útil.
1.1.2. Recuerda que no es una cuestión de ser quien piensas que "deberías
ser". Responde sinceramente, si eres una persona sensible, o una persona
que piensa que es más sensibles de lo que realmente es.
.3. Explora tus emociones al escribir en un diario. Tener un “diario de
emociones” puede ayudarte a rastrear, y explorar tus emociones y respuestas.
Esto te permitirá reconocer cuáles son los factores desencadenantes que
podrían dar lugar a una respuesta excesivamente emocional. También te
ayudará a determinar los momentos en que tus respuestas son adecuadas.
1.31.Intenta escribir todo lo que sientas en un momento determinado y
retrocede para pensar en lo que podría haber desencadenado ese
sentimiento. Por ejemplo, ¿te sientes ansioso? ¿Qué sucedió durante el
día que pueda haber desencadenado ese sentimiento? Podrías notar que
incluso los acontecimientos más pequeños pueden desencadenar grandes
respuestas emocionales en ti.
1.32.También puedes hacerte algunas preguntas con respecto a cada entrada
de tu diario, como por ejemplo:
 ¿Cómo me siento en este momento?
 ¿Qué creo que haya pasado para haber generado esta respuesta?
 ¿Qué necesito cuando me siento así?
 ¿Me he sentido de esta manera anteriormente?
1.33.También puedes realizar una entrada programada. Escribe una frase como
“Me siento triste” o “Me siento enfadado”. Luego, configura un
temporizador en dos minutos y escribe acerca de todo en tu vida que esté
relacionado con dicho sentimiento. No te detengas a editar o a juzgar tus
sentimientos. De momento, solo menciónalos.
1.34.Una vez que lo hayas hecho, observa lo que has escrito. ¿Puedes detectar
ciertos patrones?, ¿algunas emociones detrás de esas respuestas? Por
ejemplo, generalmente la ansiedad se produce a causa del miedo, la
tristeza por una pérdida, la ira por sentirte atacado, etc.
1.35.También podrías explorar un acontecimiento en particular. Por ejemplo,
quizás alguien en el autobús te miró de una manera que interpretaste
como una crítica a tu apariencia. Eso pudo herir tus sentimientos e incluso
podrías sentirte triste o molesto a causa de ello. Intenta recordar dos
cosas: a) en realidad no sabes qué pasa en la mente de los demás y b) los
juicios que los demás tienen sobre ti no son importantes. Esa “mirada de
desprecio” podría ser una reacción a algo completamente diferente e
incluso si se trató de una crítica, ten en cuenta que esa persona no te
conoce y no sabe las muchas cosas que te convierten en alguien increíble.
1.36.No olvides practicar la autocompasión en cada una de las entradas de tu
diario. No te juzgues por tus sentimientos. Recuerda que es posible que
no puedas controlar la forma en que te sientes al principio, pero puedes
controlar la forma en que reaccionas a esos sentimientos.
.4. Evita etiquetarte. Por desgracia, las personas sumamente sensibles
generalmente reciben insultos tales
como “llorón” y “quejicoso”. Lo que es
aún peor, estos insultos en ocasiones
se convierten en “etiquetas”
descriptivas que utilizan las demás
personas. Con el tiempo, es fácil
ponerte esta etiqueta y verte no como
una persona que, sí, en ocasiones llora pero que el 99,5 % del tiempo no lo
hace. Si lo haces, podrías enfocarte completamente en un aspecto de ti (lo que
puede ser problemático) hasta el punto de definirte completamente con él.
1.1. Desafía esas “etiquetas” negativas al reformularlas. Esto consiste en
tomar la “etiqueta”, sacarla y observar la situación desde un contexto más
amplio.
1.2. Por ejemplo, una adolescente llora por una decepción, y un conocido que
está cerca murmura “llorona” y se aleja. En lugar de tomarse el insulto de
manera personal, piensa “Sé que no soy una llorona. Sí, en ocasiones
reacciono de manera emocional ante las situaciones. A veces significa que
lloro en momentos en que las personas menos sensibles no lo harían.
Estoy tratando de reaccionar de una manera más adecuada a nivel social.
De cualquier forma, insultar a una persona que está llorando es algo
tonto. Tengo mucho cuidado de no hacer lo mismo con alguien”.
.5. Identifica los factores desencadenantes de tu sensibilidad. Es posible que
sepas muy bien qué generó tu reacción sumamente sensible o quizás no sea
así. Tu cerebro podría haber desarrollado un patrón de “reactividad
automática” a ciertos estímulos, tales como las experiencias estresantes. Con
el tiempo, este patrón se convierte en un hábito hasta que reaccionas
inmediatamente de una cierta forma a un acontecimiento sin siquiera
pensarlo. Por suerte, puedes aprender a capacitar nuevamente a tu cerebro y
darle forma a los nuevos patrones.
1.1. La próxima vez que experimentes una emoción, como el pánico, la
ansiedad o la ira, detén tus actividades y redirige tu concentración hacia
tus experiencias sensoriales. ¿Qué están haciendo tus cinco sentidos? No
juzgues tus experiencias, pero tómalas en cuenta.
1.2. Esta es una práctica de “autoobservación” y puede ayudarte a desenredar
los múltiples “hilos de información” de los que se componen las
experiencias. Con frecuencia, nos sentimos abrumados o inundados por
una emoción y no podemos distinguir la maraña de emociones y
experiencias sensoriales que surgen al mismo tiempo. Reducir la marcha,
enfocarte en tus sentidos individuales y separar esas vías de información
te permitirá reestructurar los hábitos “automáticos” de tu cerebro.
1.3. Por ejemplo, tu cerebro podría reaccionar ante el estrés al aumentar de
manera exorbitante tu ritmo cardiaco, lo que podría hacerte sentir agitado
y nervioso. Ser consciente de que esta es la respuesta predeterminada de
tu cuerpo te permitirá interpretar tus reacciones de una manera distinta.
1.4. Escribir un diario también te ayudará con esto. Cada vez que sientas la
necesidad de reaccionar de una manera emocional, anota el momento en
que te sentiste de esa manera, lo que sentías, lo que tus sentidos
experimentaban, lo que estabas pensando y los detalles de las
circunstancias. Al poseer este conocimiento, podrás entrenarte para
reaccionar de una manera distinta.
1.5. En ocasiones, las experiencias sensoriales como las de encontrarse en un
lugar particular o incluso oler una fragancia familiar puede desencadenar
una reacción emocional. Esto no siempre significa una “sensibilidad
excesiva”. Por ejemplo, oler un pastel de manzana podría desencadenar
una reacción emocional de tristeza debido a que tú y tu abuela solían
prepararlos juntos. Reconocer esta reacción es algo saludable.
Obsesiónate conscientemente con ello por un momento y luego
determina la razón por la que tiene ese efecto: “Estoy sintiendo tristeza
porque me divertía mucho preparando pasteles con mi abuela. La
extraño”. Luego, una vez que hayas honrado ese sentimiento, puedes
pasar a algo positivo como “Hoy prepararé un pastel de manzana para
recordarla”.
.6. Determina si eres una persona codependiente. Las relaciones de
codependencia se producen cuando sientes que tu autoestima e identidad
están supeditadas a las acciones y reacciones de alguien más. Podrías sentir
que tu objetivo en la vida es sacrificarte por tu pareja y podrías sentirte
devastado si ella desaprueba algo que haces o sientes. La codependencia es
una característica muy común en las relaciones románticas, pero puede
producirse en cualquier clase de relación. Estas son las señales que indican una
relación de codependencia:
1.1. Sientes que tu satisfacción por la vida está vinculada a una persona
específica.
1.2. Reconoces las conductas poco saludables de tu pareja pero permaneces a
su lado a pesar de eso.
1.3. Haces esfuerzos denodados para apoyar a tu pareja, aun cuando eso
signifique sacrificar tus propias necesidades y salud.
1.4. Constantemente sientes ansiedad por tu situación sentimental.
1.5. No tienes un buen sentido de lo que significa límites personales.
1.6. Te sientes terrible por decirle “no” a alguien o algo.
1.7. Reaccionas a los sentimientos y pensamientos de todos al concordar con
ellos o al ponerte inmediatamente a la defensiva.
1.8. Es posible tratar la codependencia. Recibir asesoría profesional en lo
concerniente a la salud mental es la mejor alternativa, aunque también
existen programas de grupos de apoyo que pueden ser de utilidad, como
en el caso de Codependientes Anónimos.
.7. Tómalo con calma. Explorar tus
emociones es complicado, en
especial las áreas sensibles. No te
presiones demasiado de una sola vez.
La psicología ha demostrado que es
necesario salir de tu zona de confort
para poder crecer, pero alejarte
demasiado y hacerlo demasiado
rápido en realidad puede generar
contratiempos.
1.71.Intenta programar una “cita” contigo mismo para examinar tus
sensibilidades. Supongamos que las analizarás durante 30 minutos al día.
Luego de haberte tomado el tiempo establecido para analizar tus
emociones, haz algo relajante o divertido para refrescarte.
1.72.Registra los momentos en que podrías sentir la necesidad de no pensar en
tus sensibilidades porque es incómodo o demasiado difícil. A menudo, la
procrastinación surge a raíz del miedo a que una experiencia sea
desagradable, por lo que nos abstenemos de hacerlo. Recuerda que eres
lo suficientemente fuerte como para hacerlo y afrontarlo.
1.73.Si tienes muchas dificultades para acumular las agallas necesarias para
afrontar tus emociones, trata de fijarte una meta muy alcanzable.
Comienza con unos 30 segundos si así lo deseas. Todo lo que necesitas
hacer es enfrentar tus sensibilidades durante 30 segundos; es algo que
puedes hacer. Cuando logres esa meta, fíjate otros 30 segundos. Pronto
descubrirás que estos logros pequeños te ayudarán a acumular fuerzas.
1.1.8. Permítete sentir tus emociones. Alejarte del exceso de sensibilidad
emocional no significa que debas dejar de sentir completamente tus
emociones. De hecho, tratar de reprimir tus emociones puede ser perjudicial.
En lugar de eso, tu meta debe consistir en reconocer las emociones
“desagradables” (p.ej. la ira, el sufrimiento, el miedo y la pena), las cuales son
tan necesarias para la salud emocional como las “positivas” (p.ej. la alegría y el
deleite), sin dejar que te controlen. Intenta equilibrar tus emociones.
1.1.1. Procura brindarte un “espacio seguro” en el que puedas expresar lo que
sientes. Por ejemplo, si tienes una pena a causa de una pérdida, date un
tiempo todos los días para dejar salir todos esos sentimientos. Configura
un temporizador y luego escribe acerca de tus emociones, llora o habla
contigo mismo sobre lo que sientes; haz lo que te parezca necesario. Una
vez que el tiempo se agote, permítete retomar tus actividades cotidianas.
Te sentirás mejor sabiendo que honraste tus sentimientos. También
evitarás pasar todo el día envuelto en un solo sentimiento, algo que puede
ser dañino. Saber que tendrás tu “espacio seguro” para expresar lo que
sientas te permitirá continuar con tus obligaciones diarias de una manera
más sencilla.

2. EXAMINAR TUS PENSAMIENTOS


1. Aprende a reconocer las
distorsiones cognitivas que
podrían hacerte una persona
sumamente sensible. Las
distorsiones cognitivas son hábitos
de pensamiento y respuesta
inútiles que tu cerebro ha
aprendido con el paso del tiempo.
Puedes aprender a identificar y desafiar estas distorsiones cada vez que
surjan.
1. Por lo general, las distorsiones cognitivas no ocurren de manera aislada.
A medida que explores tus patrones de pensamiento, podrías notar que
experimentas varias de ellas en respuesta a un solo sentimiento o
acontecimiento. Tomarte el tiempo para examinar de cerca tus
reacciones te ayudará a aprender lo que es útil y lo que no.
2. Existen muchos tipos de distorsiones cognitivas, pero algunos de los
culpables más comunes del exceso de sensibilidad emocional son la
personalización, el etiquetado, el debeísmo, el razonamiento emocional
y las conclusiones precipitadas.
2.1.2. Reconoce y desafía a la personalización. La personalización es una
distorsión muy común que puede causar un exceso de sensibilidad emocional.
Al emplear la personalización, te conviertes en la causa de cosas que podrían
no guardar relación contigo o que no puedes controlar. También podrías
tomar las cosas “de manera personal” cuando no están dirigidas hacia ti.
2.1.1. Por ejemplo, si tu hijo recibe comentarios negativos por parte de su
maestro con respecto a su comportamiento, podrías personalizar esta
crítica como si estuviera dirigida hacia ti como persona: “¡El maestro de
Daniela piensa que soy un mal padre! ¿Cómo se atreve a insultar mi
manera de criar a mi hijo?”. Esta interpretación podría producirte una
reacción de sensibilidad excesiva, pues interpretas una crítica como la
culpa.
2.1.2. En lugar de eso, observa la situación desde un punto de vista lógico
(esto requerirá práctica, así que ten paciencia). Explora exactamente qué
está pasando y qué sabes de ti acerca de la situación. Por ejemplo, si el
maestro de Daniela envió comentarios a casa indicando que ella necesita
prestar más atención en clase, no significa que te culpe a ti de ser un
“mal” padre. Lo único que hace es proporcionarte información que
puedes utilizar para ayudar a tu hija a tener un mejor rendimiento en la
escuela. Tómalo con una oportunidad para crecer, no para sentir
vergüenza.
21.3. Reconoce y desafía el etiquetado. El etiquetado es un tipo de
pensamiento polarizado o dicotómico (todo o nada). A menudo se produce en
conjunto con la personalización. Al etiquetarte, te generalizas basándote en
una sola acción o acontecimiento en lugar de reconocer que lo que haces no
representa lo que eres.
1.1. Por ejemplo, si recibes comentarios negativos por un ensayo, podrías
etiquetarte como un “fracaso” o un “perdedor”. Eso significa que sientes
que nunca mejorarás, por lo que ni siquiera debes molestarte por hacer
un esfuerzo. Esto puede generar sentimientos de culpa y vergüenza, así
como dificultarte aceptar la crítica constructiva, pues todas te parecen
una señal de “fracaso”.
1.2. En lugar de eso, reconoce los errores y desafíos por lo que son:
situaciones específicas de las que puedes aprender para crecer en el
futuro. En lugar de etiquetarte como un “fracaso” cuando obtengas una
mala calificación en un ensayo, reconoce tus errores y piensa en lo que
puedes aprender de la experiencia: “De acuerdo, no me fue muy bien en
este ensayo. Es decepcionante, pero no es el fin del mundo. Hablaré con
mi maestro acerca de los aspectos en los que puedo mejorar la próxima
vez”.
21.4. Reconoce y desafía el debeísmo. El debeísmo es perjudicial porque te
limita (a ti y a los demás) a normas que a menudo son irracionales. Por lo

general, se basa en ideas externas en lugar de en cosas que realmente son


significativas para ti. Cuando quebrantas un “debeísmo”, probablemente te
castigues, disminuyendo así tu motivación para cambiar. Estas ideas pueden
generarte culpa, frustración e ira.
1.1. Por ejemplo, podrías repetirte lo siguiente: “En realidad tengo que hacer
dieta y no debo ser tan perezoso”. Básicamente, intentas “culparte” para
poder actuar, algo que no funciona muy bien como motivador.
1.2. Puedes desafiar el "debeísmo" al examinar lo que realmente sucede
detrás de él. Por ejemplo, ¿crees que “debes” hacer dieta porque otras
personas te lo han dicho?, ¿Por qué sientes que los estándares sociales te
presionan para lucir de cierta forma? Estas razones no son saludables ni
útiles para hacer algo.
1.3. No obstante, si sientes que “debes” hacer dieta porque has hablado con
tu médico y llegado a un acuerdo de que sería bueno para tu salud,
puedes transformar ese “debes” en algo más constructivo como “Quiero
cuidar mi salud, así que tomaré medidas para comer más alimentos
frescos y así respetar mi cuerpo”. De esa manera, no te estarás
autocriticando, sino que emplearás una motivación positiva, algo que es
mucho más eficaz a largo plazo.
1.4. El "debeísmo" también puede provocar un exceso de sensibilidad
emocional si lo diriges hacia los demás. Por ejemplo, podrías frustrarte si
conversas con alguien que no reacciona de la manera que deseas. Si te
repites una frase como “Ella debería entusiasmarse con lo que le estoy
diciendo”, te frustrarás y probablemente sufras si esa persona no siente lo
que crees que “debería” sentir. Recuerda que no puedes controlar los
sentimientos o las reacciones de los demás. Evita involucrarte en
situaciones en las que esperes determinadas acciones o reacciones por
parte de los demás.
21.5. Reconoce y desafía el razonamiento emocional. Cuando empleas el
razonamiento emocional, asumes que tus sentimientos son hechos. Este tipo
de distorsión es muy común, pero con un poco de esfuerzo, podrás aprender a
identificarla y luchar contra ella.
1.1. Por ejemplo, podrías sentirte herido porque tu jefe señaló algunos errores
en un gran proyecto que acabas de completar. Si utilizaste el
razonamiento emocional, podrías asumir que tu jefe es injusto porque
tienes sentimientos negativos. Es probable que asumas eso porque te
sientes como un “perdedor” y como un empleado que realmente no
tienen ningún valor en la empresa. Estas suposiciones no poseen una
evidencia lógica.
1.2. Si quieres desafiar el razonamiento emocional, escribe algunas situaciones
donde tengas reacciones emocionales negativas. Luego escribe los
pensamientos que pasaron por tu mente. Anota lo que sentiste después
de tener esos pensamientos. Por último examina las consecuencias reales
de la situación. ¿Encajan con lo que tus emociones describieron como
“realidad”? A menudo te darás cuenta de que tus sentimientos en verdad
no eran una buena evidencia.
21.6. Reconoce y desafía las conclusiones precipitadas. Cuando sacas
conclusiones precipitadas, te aferras a una interpretación negativa de una
situación sin contar con hechos que respalden ese punto de vista. En casos
extremos, podrías recurrir a la catastrofismo, donde dejas que tus
pensamientos se salgan fuera de control hasta que llegues al peor de todos los
escenarios posibles.
1.1. La “lectura de la mente” es un tipo de conclusión precipitada que puede
contribuir al exceso de sensibilidad emocional. Cuando lees la mente,
asumes que las personas reaccionan de manera negativa a algo
relacionado contigo, incluso cuando no posees evidencia que lo
demuestre.
1.2. Por ejemplo, si tu pareja no te responde los mensajes de texto cuando le
preguntas qué le gustaría para cenar, podrías asumir que te está
ignorando. No tienes evidencia que demuestre que así es, pero esta
interpretación apresurada podría hacerte sentir herido o incluso
enfadado.
1.3. La adivinación es otro tipo de conclusión precipitada. Se produce cuando
predices que las cosas saldrán mal, independientemente de la evidencia
que puedas tener. Por ejemplo, quizás ni siquiera te atrevas a proponer un
proyecto nuevo en el trabajo porque asumes que tu jefe lo rechazará.
1.4. Una forma extrema de sacar conclusiones precipitadas ocurre cuando
recurres al “catastrofismo”. Por ejemplo, si tu pareja no te responde un
mensaje de texto, podrías asumir que está molesta contigo y luego pensar
que evita hablarte porque tiene algo que ocultar, como el hecho de que
en realidad ya no te ama. Luego podrías llegar a imaginar que tu relación
se está desmoronando y que terminarás viviendo solo en casa de tu
madre. Este es un ejemplo extremo, pero demuestra el tipo de salto lógico
que puede producirse cuando sacas conclusiones precipitadas.
1.5. Desafía le lectura de la mente al hablar abierta y honestamente con las
personas. No te acerques a ellas con una perspectiva acusativa o de culpa,
sino pregúntales qué sucede en verdad. Por ejemplo, podrías enviarle un
mensaje de texto a tu pareja diciendo: “Oye, ¿hay algo de lo que quieras
hablarme?”. Si te responde que no, entonces tómale la palabra.
1.6. Desafía la adivinación y el catastrofismo al examinar la evidencia lógica
para cada paso del proceso de pensamiento. ¿Hay evidencias pasadas que
sustenten tu suposición?, ¿observas algo en la situación actual que
representa una evidencia real de tus pensamientos? Por lo general, si te
tomas el tiempo para elaborar una respuesta paso a paso, te darás cuenta
de que no existe nada que respalde hacer un salto lógico. Con la práctica,
tendrás más experiencia en detener dichos saltos.

1. TOMAR MEDIDAS
3.1. Medita. La meditación (en especial, la meditación de la conciencia plena)
puede ayudarte a manejar la manera en que reaccionas ante las
emociones[35] e incluso a mejorar tu reactividad cerebral ante los estímulos
estresantes.[36] La conciencia plena se enfoca en reconocer y aceptar tus
emociones en el momento sin juzgarlas. Es muy útil para superar el exceso de
sensibilidad emocional. Puedes tomar una clase, utilizar una meditación guiada
en Internet o aprender a realizar la meditación de la conciencia plena por tu
cuenta.
3.1.1. Busca un lugar tranquilo donde no te interrumpan o te distraigan.
Siéntate derecho, ya sea en el piso o en una silla con respaldar recto.
Encorvarte te dificultará la respiración.
3.1.2. Comienza enfocándote en un solo elemento de tu respiración, como la
sensación de tu pecho cuando se ensancha y se contrae o el sonido que
haces al respirar. Enfócate en este elemento durante algunos minutos
mientras respiras profunda y uniformemente.
3.1.3. Expande tu concentración para incluir a más sentidos. Por ejemplo,
comienza enfocándote en lo que oyes, hueles y tocas. Es mejor que tengas
los ojos cerrados, pues es fácil distraernos con las cosas que vemos.
3.1.4. Acepta los pensamientos y sensaciones que experimentas, pero no
juzgues nada como “bueno” o “malo”. Esto puede ayudarte a
reconocerlos conscientemente a medida que surjan, sobre todo al
principio: “Siento que los dedos de mis pies están fríos. Tengo la idea de
que estoy distraído”.
3.1.5. Si sientes que estás distrayéndote, redirige tu concentración hacia tu
respiración. Medita durante unos 15 minutos diarios.
13.2. Aprende a comunicarte de manera asertiva. En ocasiones, las personas
se vuelven sumamente sensibles porque no han expresado claramente sus
necesidades o sentimientos a los demás. Si adoptas un rol sumamente pasivo
en la comunicación, tendrás problemas para decir que “no” y no podrás
comunicar tus pensamientos y sentimientos de una manera clara y honesta.
Aprender a comunicarte de manera asertiva te permitirá expresar tus
necesidades y sentimientos a los demás, lo que puede ayudarte a sentir que te
escuchan y te valoran.
1.1. Utiliza afirmaciones en primera persona para comunicar tus sentimientos,
como por ejemplo: “Me sentí mal cuando llegaste tarde a nuestra cita” o
“Prefiero llegar temprano a las citas porque me siento ansioso si creo que
llegaré tarde”. De esta manera, no parecerá que culpas a la otra persona y
te mantendrás concentrado en tus propias emociones.
1.2. Realiza preguntas se seguimiento durante una conversación. En especial si
la conversación está cargada de emociones, hacer preguntas que te
permitan aclarar tu comprensión evitará que exageres. Por ejemplo,
cuando la otra persona termine de hablar, dile “Escuche que dijiste ____,
¿no es verdad?”. Luego dale una oportunidad para que te aclare las cosas.
1.3. Evita “los imperativos categóricos”. Las palabras como “debes” o
“deberías” ejercen un juicio moral en la conducta de los demás y puede
parecer que estás culpando o exigiendo. Reemplaza esas palabras por
“prefiero” o “quiero que tú…”. Por ejemplo, en lugar de decir “Debes
recordar que tienes que sacar la basura”, di “quiero que recuerdes sacar la
basura porque siento que tengo que asumir todas las responsabilidades
cuando te olvidas de las cosas”.
1.4. Deshazte de las suposiciones. No asumas que sabes lo que ocurre. Incita a
los demás a que compartan sus pensamientos y experiencias y utiliza
frases como “¿Qué opinas?” o “¿Tienes alguna sugerencia?”.
1.5. Reconoce el hecho de que las demás personas tienen experiencias
distintas de las tuyas. Pelear por determinar quién tiene la razón en una
situación puede hacerte sentir subestimado o molesto. Las emociones son
subjetivas, así que recuerda que normalmente no existe una respuesta
“correcta” en ellas. Emplea frases como “Mi experiencia es distinta” y
reconoce las emociones de la otra persona para dar cabida a las
experiencias de los demás.
1. Primero cálmate antes de actuar. Tus emociones pueden interferir con la
manera en que reaccionas a las situaciones. Actuar bajo el control de una
emoción podría llevarte a hacer cosas de las que te arrepentirás después.
Date un descanso, incluso si solo es por unos cuantos minutos, antes de
reaccionar ante una situación que ha suscitado una reacción emocional
importante.[46]
1. Hazte una pregunta en tono “condicional”, como “”SI lo hago en este
momento, ¿ENTONCES qué podría pasar después?”. Considera la mayor
cantidad de consecuencias posibles (positivas y negativas) para tu
acción. Luego sopésalas con base en la acción.
2. Por ejemplo, quizás acabas de tener una discusión acalorada con tu
cónyuge. Estás tan enfadado y herido que sientes la necesidad de
pedirle el divorcio. Tómate un momento para relajarte y pregúntate lo
siguiente: “Si pido el divorcio, ¿qué podría pasar?”. Tu cónyuge podría
sentirse herida o pensar que no la amas. Podría recordarlo después
cuando ambos se hayan tranquilizado y verlo como una señal de que no
eres digno de su confianza cuando estás enfadado. Podría estar de
acuerdo con el divorcio durante una pelea donde también esté bajo los
efectos de la ira. ¿Quieres que ocurra alguna de estas consecuencias?
3.1.4. Trátate a ti y a los demás con compasión. Es posible que intentes evitar
situaciones que te estresen o te causen desagrado a causa de tu exceso de
sensibilidad. Podrías asumir que cualquier error en una relación es un motivo
darla por finalizada, así que evitas las relaciones por completo o solo las
abordas de manera superficial. Trata los demás (y a ti mismo) con compasión.
Asume lo mejor de las personas, sobre todo de aquellas que te conocen. Si
lastiman tus sentimientos, no asumas que fue de manera intencional.
Demuestra una comprensión compasiva al tener en cuenta que todos, incluso
tus amigos y seres queridos, cometen errores.
3.1.1. Si hirieron tus sentimientos, utiliza la comunicación asertiva para
expresárselo a tu ser querido. Es posible que ni siquiera sea consciente de
que te lastimó y, si te ama, querrá saber cómo evitar repetirlo en el
futuro.
3.1.2. No critiques a la otra persona. Por ejemplo, si tu amigo olvidó que
tenían una cita para almorzar y sentiste que hirió tus sentimientos, no le
digas “Te olvidaste de mí y heriste mis sentimientos”. En lugar de eso, dile
“Me sentí herido cuando olvidaste nuestra cita para almorzar porque para
mí es importante pasar el tiempo contigo”. Luego invítalo a compartir sus
experiencias con una pregunta como “¿Ocurre algo? ¿Te gustaría hablar al
respecto?”.
3.1.3. Recuerda que los demás no siempre podrían tener ganas de hablar de
sus emociones o experiencias, sobre todo si son recientes. Si tu ser
querido no quiere hablar de ello inmediatamente, no lo tomes como algo
personal. No significa que hayas hecho algo malo, sino que simplemente
esa persona necesita un poco de tiempo para procesar sus sentimientos.
3.1.4. Trátate de la manera en que te gustaría que un amigo querido te trate.
Si no le dirías nada hiriente o crítico a un amigo, ¿por qué sí lo harías
contigo mismo?
3.1.5. Si es necesario, busca ayuda profesional. En ocasiones, puedes hacer tu
mejor esfuerzo por manejar tu sensibilidad emocional y aún sentirte

abrumado por ella. Contar con la ayuda de un profesional certificado en la


salud mental te permitirá explorar tus sentimientos y reacciones en un
entorno seguro y de apoyo. Un consejero o terapeuta capacitado puede
ayudarte a descubrir formas de pensar perjudiciales y enseñarte habilidades
nuevas para controlar tus sentimientos de formas saludables.
3.1.1. Las personas sensibles podrían necesitar ayuda adicional para aprender
a manejar las emociones negativas así como habilidades para controlar las
situaciones emocionales. Esto no necesariamente es un indicador de que
sufras una enfermedad mental, pues lo único que quieres es obtener las
habilidades necesarias que te ayuden a negociar con el mundo.
3.1.2. Las personas comunes buscan la ayuda de profesionales en la salud
mental. No es necesario que sufras una enfermedad mental o tengas un
problema devastador para buscar los beneficios de consejeros, psicólogos,
terapeutas o profesionales similares. Ellos son profesionales de la salud, al
igual que los dentistas, los oftalmólogos, los médicos generales o los
fisioterapeutas. Si bien los tratamientos de salud mental en ocasiones son
considerados un tema tabú (en lugar de la artritis, una caries o un
esguince), son algo a lo que muchas personas recurren.
3.1.3. Algunos también podrían pensar que las personas simplemente deben
“aguantarse” y ser fuertes por cuenta propia. Este mito puede resultar
muy perjudicial. Si bien debes hacer todo lo posible para controlar tus
emociones por tu cuenta, también debes buscar la ayuda de alguien más.
Algunos trastornos, como la depresión, la ansiedad y el trastorno bipolar,
hacen que sea físicamente imposible para una persona poder lidiar con
sus emociones por su cuenta. Buscar consejería no es una debilidad en lo
absoluto; por el contrario, demuestra que te preocupas por ti mismo.
3.1.4. La mayoría de los consejeros y terapeutas no pueden recetar
medicamentos. Sin embargo, un profesional en la salud mental que esté
capacitado puede determinar cuándo es necesario derivarte con un
especialista o un médico que pueda diagnosticarte y recetarte
medicamentos para trastornos tales como la depresión o la ansiedad.
3.1.6. La sensibilidad excesiva podría ser en realidad depresión o algún otro
problema. Algunas personas son muy sensibles desde que nacen, algo que es
evidente desde la infancia. Esto no es un trastorno, una enfermedad mental o
algo “malo”, sino un rasgo de carácter. Sin embargo, si una persona pasa de
tener una sensibilidad normal a ser excesivamente sensible, “delicada”,
“llorona”, “irritable” o algo similar, probablemente sea un indicio de que hay
algo que no anda bien.
3.1.1. En ocasiones, la sensibilidad excesiva es un resultado de la depresión y
hace que una persona se abrume con las emociones (negativas y, en
ocasiones, también las positivas).
3.1.2. Los desequilibrios químicos pueden provocar una sensibilidad emocional
elevada. Por ejemplo, una mujer embarazada podría reaccionar de una
manera muy emocional, así como un chico que está en plena etapa de la
pubertad o una persona que sufre un problema con la tiroides. Algunos
medicamentos o tratamientos médicos también pueden causar cambios
emocionales.
3.1.3. Un médico capacitado te hará una examen para detectar si sufres de
depresión. Es muy fácil autodiagnosticarte, pero en última instancia, será
mejor que acudas donde profesionales que puedan averiguar si una
persona está deprimida o demasiado sensible a causa de otros factores.
3.1.7. Ten paciencia. El
desarrollo emocional es como
el crecimiento físico, pues
toma tiempo y puede parecer
incómodo mientras se
produce. Aprenderás de los errores, los cuales deberás cometer. Los
contratiempos o desafíos son necesarios en proceso.
3.1.1. Por lo general, ser una persona muy sensible es más difícil en la
juventud que en la adultez. A medida que madures, aprenderás a manejar
tus sentimientos de una manera más eficaz y a obtener estrategias de
afrontamiento valiosas.
3.1.2. Recuerda que debes conocer algo muy bien para poder actuar con base
en ello, pues de lo contrario será como dirigirte hacia una zona nueva
después de echarle un vistazo a un mapa sin haberlo entendido (no
conoces lo suficiente el área por la que viajarás y es muy probable que te
pierdas). Explora el mapa de tu mente y podrás tener una mejor
comprensión de tus sensibilidades y sabrás cómo manejarlas.

APRENDA A MANEJAR SU IRA


La ira es una emoción normal que todo el mundo siente de vez en cuando. Pero
cuando usted siente una ira que es demasiado intensa, o cuando la siente con
demasiada frecuencia, puede convertirse en un problema. La ira puede poner presión
a sus relaciones o provocarle problemas en la escuela o el trabajo.
El manejo de la ira puede ayudarle a aprender maneras saludables de expresar y
controlar su ira.

Qué es la ira
La ira puede ser desencadenada por sentimientos, personas, eventos, situaciones o
recuerdos. Usted puede sentir ira cuando se preocupa por conflictos en el hogar. Un
compañero de trabajo autoritario o un tráfico pesado en su viaje al trabajo pueden
hacerlo sentir enojado.
Cuando usted siente ira, su presión arterial y su ritmo cardíaco aumentan. Ciertos
niveles hormonales se incrementan, provocando un estallido de energía. Esto nos
permite reaccionar de forma agresiva cuando nos sentimos amenazados.
Siempre habrá situaciones en la vida que lo harán sentir enojado. El problema es que
en la mayoría de los casos, responder agresivamente no es una buena forma de
reaccionar. Usted tiene poco o nada de control sobre los factores que le provocan ira.
Pero puede aprender a controlar la reacción.
Quién necesita asesoría para el manejo de la ira
Algunas personas parecen ser más propensas a la ira. Otras pueden haber crecido en
un hogar repleto de ira y amenazas. La ira excesiva provoca problemas tanto para
usted como para las personas que lo rodean. Estar enojado todo el tiempo aleja a las
personas. También puede ser malo para su corazón y provocar problemas
estomacales, dificultades para dormir y dolores de cabeza.
Usted puede necesitar ayuda para controlar su ira si:

 A menudo se involucra en discusiones que se salen de control


 Se torna violento o rompe cosas cuando siente ira
 Amenaza a otros cuando siente ira
 Ha sido arrestado o encarcelado a causa de su ira
Cómo funciona la asesoría para el manejo de la ira
El manejo de la ira le enseña cómo expresar su enojo de forma saludable. Usted puede
aprender a expresar sus sentimientos y necesidades a los demás con el debido respeto.
Estas son algunas maneras de manejar su ira. Usted puede probar una o combinar
algunas de ellas:

 Ponga atención a qué desencadena su ira. Es posible que necesite calmarse antes de
hacer esto. Saber cuándo podría enojarse puede ayudar a anticiparse y manejar su
reacción.
 Cambie su forma de pensar. Las personas iracundas a menudo ven las situaciones en
términos de "siempre" o "nunca". Por ejemplo, usted puede pensar "tú nunca me
apoyas" o "siempre me sale todo mal". La realidad es que esto rara vez es cierto.
Estas afirmaciones pueden hacer que sienta que no hay una solución. Esto solo
alimenta la ira. Trate de evitar usar estas palabras. De esa manera podrá ver la
realidad con más claridad. Puede llevar un poco de práctica en un principio, pero
será cada vez más fácil.
 Encuentre formas de relajarse. Aprender a relajar su cuerpo y su mente puede
ayudar a calmarlo. Existen muchas técnicas de relajación que puede probar. Usted
puede aprenderlas en clases, libros, DVD y en línea. Una vez que encuentre una
técnica que le funcione, podrá usarla siempre que comience a sentir ira.
 Tome un momento para calmarse. En ocasiones, la mejor manera de calmar su ira
es alejarse de la situación que la está provocando. Si usted siente que está por
explotar, pase unos minutos usted solo para tranquilizarse. Hágales saber sobre esta
estrategia a familiares, amigos o compañeros de trabajo de confianza antes de que
se presenta la situación. Infórmeles que necesitará unos cuantos minutos para
calmarse y que regresará cuando esté más tranquilo.
 Trabaje para resolver los problemas. Si la misma situación lo hace sentir ira una y
otra vez, busque una solución. Por ejemplo si se enoja todas las mañanas mientras
espera en el tráfico, busque una ruta diferente o salga a una hora distinta. También
podría utilizar el transporte público, montar su bicicleta al trabajo o escuchar un
audiolibro o música relajante.
 Aprenda a comunicarse. Si se encuentra cerca de perder la compostura, tómese un
momento para calmarse. Intente escuchar a la otra persona sin precipitarse a sacar
conclusiones. NO responda con lo primero que le venga a la cabeza. Es posible que lo
lamente más adelante. En lugar de eso, tómese un momento para pensar en lo que
responderá.
CONCEPTO DE ORATORIA
La oratoria es el arte de conmover, deleitar y persuadir, por medio de la apalabra,
inflexiones de voz y otros recursos.
Así, se entiende como el dominio de la expresión oral están muy ligados a la historia d
Roma y al desarrollo de su literatura. La oratoria pública era, en la vida política de la
República romana, un instrumento esencial para conquistar el prestigio y poder en el
Senado, en las asambleas ciudadanas, en los tribunales...que se fue perfeccionando
con la influencia griega.
Las cinco facultades que debe dominar todo buen orador son:

 Inventio (invención): búsqueda de argumentos apropiados


 Dispositio (ordenamiento): colocación de estos argumentos en las partes del
discurso
 Elocutio (elocución): elección de la forma elegante de expresar las ideas
 Actio (acción): modulación de la voz, ademanes y gestos del orador para resultar
persuasivo
 Memoria: capacidad de retener todos los argumentos
Y las partes de las que debe constar un discurso son:

 Exordium (introducción) parte inicial del discurso en la que se intenta captar la


atención del auditorio y se presenta someramente el asunto del discurso
 Narratio (narración) exposición de los hechos
 Argumentatio (argumentación) defensa de los argumentos a favor o refutación de
los posibles en contra
 Peroratio (conclusión) recapitulación d los puntos más importantes e invocación a
los oyentes con el fin de conmoverlos.
Características de la oratoria: Según el orador

1. Confianza
La confianza es el atributo más importante para poder hacer una presentación exitosa.
Un orador que exuda confianza en sí se considera más seguro, preciso, conocedor,
inteligente y agradable que un orador que tiene menos confianza en lo que está
diciendo.
Es natural estar nervioso, pero para sobresalir en hablar en público, tienes que superar
tus nervios.
Si te sientes un poco nervioso antes de una presentación, busca la manera de dejarlo
ir, ya que el público nunca se conectará contigo a menos que lo hagas.
Involucrar a tu audiencia en la presentación es una de las formas de superar el miedo.
La clave es practicar, practicar y practicar.
Si haces un trabajo decente aquí, la confianza fluirá naturalmente.
2. Pasión
La pasión es un fuerte sentimiento de entusiasmo por algo. Para comunicar
eficazmente tu discurso, debes tener pasión por el tema. Si el tema no puede
alegrarte, lo más probable es que no entusiasme a tu audiencia.
Sin pasión, tu discurso no tiene sentido. La pasión provoca emociones que fluyen
naturalmente. Las emociones mueven a una audiencia y transmiten el mensaje de
manera efectiva.
Las emociones no pueden ser falsificadas. Elevar la voz y usar gestos no puede
reemplazar las emociones.
Necesitas irradiar un nivel de sinceridad en tus para mover a tu audiencia. Para
encontrar pasión por los temas que no te entusiasman, necesitarás investigar para
encontrar cosas que te interesen.
3. Introspección y autoconciencia
Para ser un orador exitoso, primero debes comprender quién eres y cuáles son tus
cualidades más fuertes.
La mayoría de los oradores exitosos trabajan para capitalizar sus fortalezas. ¿Es el
humor lo que agrega sabor a tu presentación? ¿O es ese talento para contar historias?
Comprender tu fortaleza como orador te permitirá involucrar efectivamente a la
audiencia.
Los oradores públicos profesionales también encuentran formas de mejorar sus
debilidades.
Para comenzar, debes hacer una lista de todos tus mejores rasgos. Piensa en cómo se
expresan estos rasgos al hacer una presentación. También debes hacer una lista de
esos rasgos que crees que faltan en tus presentaciones.
Luego, debes idear formas de mejorar e incorporar los rasgos de una manera clara y
concisa para que tu presentación sea atractiva.
4. Ser tu mismo
Siempre sea tu mismo y no una copia. Nadie puede replicarte mejor que tú.
No importa cuánto hayas ensayado para el discurso, si no actúas como tú, tu audiencia
puede verte como poco sincero. Pueden percibir que tu idea es tratar de captar la
atención copiando a una persona famosa o tratando de tomar su lugar.
Piénsalo de esta manera: si creas un sitio web y lo sobrecargas con contenido copiado
o duplicado, no atraerás mucho tráfico.
La autenticidad es muy importante y va de la mano con la credibilidad percibida de lo
que sea que estés comercializando. Para ser tú mismo, debes hablar con una voz
natural. Practica tu discurso pero no lo memorices.
5. Compromiso con tu audiencia
Un buen discurso debe ser de naturaleza conversacional. Debe involucrar a la
audiencia tanto como sea posible. Esto ayuda a eliminar el elemento de aburrimiento.
Asegura que el público no esté en el teléfono o en las computadoras portátiles
buscando en la web mientras hablas.
Puedes lograr que apaguen los teléfonos creando una atmósfera atractiva. Una forma
de lograr esto es pintando una imagen a través de la narración de cuentos, burlándose
o realizando algunas actividades regulares de relajación corporal.
Las mejores formas de conectarte con tu audiencia son;
Cuenta historias
Sé consciente de tu público objetivo
Conoce la energía en la habitación.
Estar dispuesto a burlarse de ti mismo
Trabaja en tu lenguaje corporal no verbal

Características de la oratoria: Según el punto de vista físico

1) Habla con una voz natural


Cualquier conexión que hayas hecho con tu audiencia podría romperse con tonos que
parezcan “falsos” o “demasiado perfectos”.
En general, debes intentar hablar en un tono de conversación. Si dices algunos “ahhs”
y “umms” está bien, no te preocupes.
2) Modulaciones de voz
Si desea ser más atractivo como orador, evita hablar en un tono que parece demasiado
bien ensayado, pero aún así deseas tener en cuenta la velocidad y la modulación de tu
discurso cuando practicas.
Para practicar el ritmo adecuado, graba tu discurso y escúchalo más tarde. Podrás
saber exactamente cuándo y dónde comienza a sonar auténtico.
Aún puede usar modulaciones de voz efectivas mientras empleas tu voz natural.
3) Mantenlo corto y dulce
Si solo tiene 30 minutos para dar un discurso, no te obligues a llenar todo el tiempo
asignado. Di lo que necesitas decir y usa el tiempo restante para preguntas o para
dejar que tu audiencia salga un poco antes.
El objetivo principal de pronunciar un discurso es intentar transmitir tu punto de vista,
y eso podría no requerir una hora completa. Debes asegurarte de que tu presentación
sea fácilmente digerible para quienes te escuchan.
Si puede completar tu discurso en 15 minutos, hazlo y deja el tiempo restante abierto
para preguntas y comentarios.
La investigación realizada por Dianne Dukette y David Cornish (2009) muestra que, en
promedio, los adultos solo pueden mantener la atención durante unos 20 minutos y
que su respuesta a corto plazo al estímulo que atrae la atención es solo segundos.
Esto significa que cuando te paras frente a una multitud para presentar, solo tienes
ocho segundos para atraer la atención de la audiencia.
Además, si tu presentación lleva más de 20 minutos, entonces debes dividirla en
fragmentos más pequeños con un máximo de 20 minutos por fragmento de
información.
4) Tasa de palabras
Básicamente, la tasa es qué tan rápido hablas.
Tienes que ajustar esa velocidad para adaptarte a la situación. Una velocidad de habla
normal es de aproximadamente 120 palabras por minuto. Un oyente promedio puede
asimilar palabras hasta cuatro veces esa velocidad.
Un altavoz extremadamente lento permite que las mentes del oyente deambulen
hasta el punto de que ya no escuchan lo que tienes que decir. Una tasa lenta también
puede indicar que no estás interesado en tu tema o en la audiencia.
Un orador extremadamente rápido corre el riesgo de que el público pierda palabras
clave. La clave aquí es la variación. Usa tu ritmo de habla para capturar y mantener la
atención de tu audiencia.
Una velocidad de habla más rápida puede sugerir emoción o acción repentina; tasas
más lentas indican calma.
Los temas difíciles o complejos exigen que disminuyas tu ritmo para permitir que la
audiencia asimile y procese lo que estás diciendo.
Habla más rápido cuando te comuniques sobre temas más comunes.
Tu trabajo es aprender a controlar la tasa y utilizar la variación de la misma para tu
ventaja.
5) Volumen
Desea que tu volumen llegue al fondo de la sala sin sobrecargar a los de la primera fila.
Lo controlas ajustando la fuerza con la que expulsas el aire a través de tus cuerdas
vocales. Se necesita práctica para confiar si tu volumen es efectivo.
Es perfectamente aceptable preguntar a los que están en las filas de atrás si pueden
escucharlo. Los micrófonos pueden ayudar con este problema, ya que te permiten
hablar en un volumen normal sabiendo que todos te escucharán.
Pero además de determinar si tu audiencia puede escucharte o no, tu volumen
también tiene otras implicaciones.
Hablar demasiado suave puede hacerte parecer tímido o inseguro.
Puedes dar la impresión de que tienes menos confianza en tu tema.
Podrías desgastar a una audiencia que intenta escuchar.
Hablar demasiado alto puede hacerte parecer dominante, arrogante o inexperto con el
equipo de sonido.
Variar el volumen puede ser una forma efectiva de agregar énfasis o emoción.
6) Características de la oratoria: Tono
El tono es qué tan alta o baja es tu voz, similar a las notas de un músico en una escala.
Tu tono normal es fisiológico, producido por la vibración de tus cuerdas vocales. Pero
nuestras voces no son monótonas.
Todos tenemos un rango vocal para hablar igual que para cantar. Si algo es serio, la voz
de un hablante creíble irá a un rango más bajo. El rango más alto se utiliza para temas
emocionantes u optimistas.
En su artículo “Hablar en público: 5 consejos para usar tu voz de manera efectiva”,
Gilda Bonanno discutió sobre un ejercicio de buena práctica. Repite el nombre de tu
cónyuge o hijo.
Cada vez que lo digas, varía el tono para transmitir diferentes significados. ¿Cómo
dirías el nombre al mostrar afecto? ¿Lo dirías en un momento de miedo? ¿Cómo lo
dirías si estás tratando de llamar la atención? ¿Notan las diferencias?
7) Pausa
Las pausas son tu puntuación. Utilizados de manera efectiva, con precisión una
transición entre puntos y de acuerdo con claridad a tus palabras. También te dan la
oportunidad de recuperar el aliento y al público a ponerse al día con tus ideas.
Haz una pausa para agregar énfasis, para construir algo importante, o para dejar un
momento para que una idea sea analizada por la audiencia.
8) Articulación / pronunciación
La articulación es el arte de hablar con claridad, emitiendo los sonidos adecuados con
los labios, los dientes y la lengua. La pronunciación es decir una palabra correcta. Ya
sea de manera justa o injusta, ambos influyen en la impresión de la audiencia de tu
dominio del idioma.
Los acentos y el dialecto también entran en esta categoría.
La articulación y la pronunciación son algo más fácil de corregir que los acentos y el
dialecto, todos tienen el mismo efecto. Hacen más difícil que tu audiencia te entienda.
Todos no nacemos con la voz del locutor de radio, pero podemos hacer los ajustes
necesarios para ser entendidos. Si tu oyente tiene que detenerse para preguntarse
cuál era esa palabra, se perderá y no prestara atención a tu discurso.

Características de la oratoria: Desde el punto de vista intelectual

I. El arte de la historia
Los mejores oradores públicos son narradores experimentados, con una esencia o un
cuento para mejorar cada situación y presentación.
De hecho, la narración de historias es tan importante que podría ser la diferencia entre
un orador de conferencia bueno o malo.
El Storytelling es una poderosa herramienta utilizada por los mejores oradores. Al
emplear el contexto en su discurso para que la audiencia se conecte, un buen orador
crea una atmósfera fácil y cómoda.
Las mejores presentaciones ni siquiera son presentaciones. Se cuentan en forma de
experiencias interesantes, ideas y opiniones, fuertemente mezcladas con hechos.
II. Repetición
La repetición es una herramienta empleada por los buenos oradores para grabar sus
puntos de vista en la mente de la audiencia.
Un buen orador público sabe cómo usar la repetición de palabras importantes para su
ventaja. La repetición de puntos breves promueve la claridad y ayuda a fomentar la
aceptación de una idea.
Este método, cuando se emplea hábilmente, integra inconscientemente las palabras
del hablante en las mentes de la audiencia. Los convence aún más sobre la
autenticidad del mensaje que están escuchando.
III. Creatividad
Una de las características de la oratoria más importante es saber cómo mantener tu
presentación viva e interesante.
A nadie le gusta escuchar a un orador tan convencional que no tiene nada nuevo o
único que decir. La creatividad como conferenciante implica la capacidad de mezclar
varios elementos para lograr el interés total de tu audiencia.
Un buen conferenciante sabe cómo usar presentaciones de diapositivas y
presentaciones pictóricas para animar su discurso. También podría crear una sesión de
preguntas y respuestas para involucrar a su audiencia por completo.
Nunca debes ser aburrido o repetitivo.
TIPOS DE ORATORIA
A. Oratoria Social:
Llamada también oratoria sentimental,
ceremonial o augural. Es la que tiene por
ámbito propio, las múltiples ceremonias
en las que le toca participar al ser
humano en general; sean estas en el
hogar, comunidad o a nivel institucional,
académico o laboral.

B.
Oratoria Pedagógica:
Es el arte de transmitir conocimientos y
cultura general a través de la palabra
hablada. Llamada también didáctica o
académica. Su objeto específico es
enseñar, informar y/o transmitir
conocimientos. Usada por los profesores,
catedráticos y educadores.

C. Oratoria forense:
Es la que tiene lugar en el ejercicio de la
ciencia jurídica. Se le conoce también
como Oratoria Judicial y es utilizada en
exclusiva, en el ámbito de la
jurisprudencia para exponer con claridad
y precisión los informes orales de jueces,
fiscales y abogados.

D. Oratoria Política:
Su esencia es exponer o debatir todas las
cuestiones relacionadas con el gobierno
de la actividad pública, pero partiendo de
los principios e ideas políticas que ostenta
el orador. Es utilizada en épocas
electorales para persuadir y convencer a
los votantes.
E. Oratoria Religiosa:
Denominada "homilía" u oratoria "sacra”. Es
el arte de elaborar y disertar sermones a
partir de la palabra de Dios, plasmada en la
Biblia u otros libros religiosos. Trata sobre
asuntos de fe y religión. Usada por los
predicadores, curas, pastores y misioneros.

F. Oratoria Militar:
Es la oratoria propia del ámbito
castrense (FF.AA. y FF.PP.) tiene por
objeto instruir la defensa y el amor por la
patria y estimular las virtudes heroicas en
los soldados. Los discursos en este tipo de
oratoria son casi siempre leídos, pocas
veces son espontáneos.

G. Oratoria Artística:
Su objeto es producir placer estético. Involucra
crear belleza con la voz, de modo que regocije
el espíritu de los oyentes. Es usado por
cantantes y artistas: teatrales, cineastas y
televisivos. Asimismo lo utilizan los
animadores, maestros de ceremonia y
locutores radiales.

H. Oratoria Empresarial:
Llamada "Management Speaking"; es usada por
los hombres de negocios; empresarios, gerentes,
vendedores y relacionistas públicos. Su esencia lo
constituyen las relaciones humanas y la
persuasión, para lograr el cumplimiento de los
fines y objetivos empresariales.
LOS FINES DE LA ORATORIA
Es importante precisar que la oratoria, como toda ciencia o arte, tiene una serie de
propósitos que anhela alcanzar a través de su práctica efectiva. Estos propósitos que
también podemos llamar fines, han sido materia de debate desde los tiempos
antiguos. Rememorar la diversidad de opiniones en torno a los fines de la oratoria,
sería caer en una bizantina y fatigosa enumeración; en esencia, casi todas las teorías
coinciden entre sí. La divergencia de opinión suele tener sus orígenes en el tiempo y en
el espacio geográfico en el que le toca desarrollarse.

En esencia cuatro son los fines de la oratoria:

1) PERSUADIR:
Implica convencer a otras personas de que nuestras opiniones e ideas son las correctas
y moverlas a la acción de acuerdo con ellas. Involucra también la motivación para que
otros realicen lo que en el fondo muchas veces no quieren hacer. Es el caso del
vendedor que busca por medio de la persuasión que los clientes se sientan motivados
a comprar sus productos o servicios. La persuasión se orienta a la voluntad de los
receptores, por ello podemos decir que “es la actividad de convencer a nuestros
semejantes para que tomen una decisión o hagan una acción determinada”.

2) ENSEÑAR:
Comprende la acción de transmitir, a alumnos o discípulos, conocimientos y cultura
general a través de la palabra hablada. Esta transmisión pedagógica se realiza en
sesiones académicas, debates o incluso, en una plática común. Aquí la oratoria se
orienta a la inteligencia de los receptores, su propósito es comunicar no sólo las
noticias cotidianas sino, va más allá; transferir conocimientos de todo tipo por medio
de un emisor y/o profesor, ya sea de manera formal; en los centros de enseñanza de
diferentes niveles o, ya sea de manera informal; esto es en el hogar, la calle o la
comunidad.

3) CONMOVER:
Involucra provocar por intermedio de la oratoria, determinados sentimientos, pasiones
y emociones en el espíritu de las personas que escuchan nuestras palabras. El ser
humano en la vida diaria llora, ríe, se asusta, se encoleriza etc. Es decir, experimenta
emociones. Estas emociones también las puede crear un orador a través de sus
palabras siempre y cuando estas lleguen a la fibra interna del público oyente. Si
logramos conmover a nuestro público podemos cautivarlo y comunicarle

satisfactoriamente nuestros sentimientos.


4) AGRADAR:
Agradar es crear belleza con la palabra hablada; es decir, producir en el alma ajena un
sentimiento de placer con fines determinados. La oratoria como entretenimiento se
orienta al campo del sentimiento. Por eso, cuando leemos un libro de chistes o
espectamos un programa humorístico, sentimos que perdemos todo contacto con la
realidad, reímos y nos alegramos. Cuando escuchamos a un cantante, su voz; o nos
agrada o nos desagrada, lo mismo ocurre con un conductor radial al momento de
hablarnos románticamente con su voz impostada.
TÉCNICAS PARA TENER UNA BUENA ORATORIA
La capacidad de influencia y persuasión que pueda desarrollar un personaje político, se
debe en un gran porcentaje al desarrollo de técnicas adecuadas para tener una buena
oratoria. A continuación se citan 25 claves para lograrlo:
1. Lectura precisa. Aunque la recomendación general es no leer los discursos, en
algunas ocasiones de la exposición se necesitara de la lectura, por lo cual se hace
netamente necesario leer bien y utilizar adecuadamente la puntuación.
2. Articulación clara. La claridad en la oratoria obedece al desarrollo lógico-lingüístico
y la articulación que se emplea para socializar el mensaje.
3. Uso del bosquejo. Es fundamental usar un bosquejo donde se plasmen las
premisas más sobresalientes de la exposición, ello ayudara a desarrollar de una
manera más natural el discurso.
4. Pronunciación correcta. Uno de los elementos más importantes a la hora de
comunicar, es usar una buena pronunciación; esto contribuirá a que la gente fije el
interés por lo que se dice y no como se dice.
5. Introducción que despierte interés. Abrir con una cita bibliográfica, una anécdota
personal, una parábola, ilustración o ejemplo histórico ayudara a enganchar al
auditorio despertando su interés durante el desarrollo de la exposición.
6. Fluidez verbal. La fluidez verbal es un ejercicio mental y comunicativo que se logra
con la práctica. Dicha riqueza surge del amplio vocabulario que se obtiene de la
lectura.
7. Uso adecuado de las pausas. Un discurso plano cansa, la capacidad atencional
sostenida depende de cada persona y la edad de la misma. No obstante, es
recomendable cambiar de actividad cada 15 minutos para sostener la atención del
auditorio, por lo cual se pueden emplear pausas y apoyarse en diferentes
herramientas que coadyuven a centrar la atención.
8. Énfasis acertado (ideas principales). Se debe hacer hincapié en las ideas centrales
del discurso, utilizando cambios en el ritmo de la voz y hacer énfasis en las mismas.
9. Buen vocabulario (léxico). Se debe generar un equilibrio entre el vocabulario
enriquecido y el lenguaje rebuscado, es necesario precisar que dentro del auditorio
hay una generalidad de sujetos, razón por la cual lo más recomendable es usar un
buen léxico entendible para cualquier persona.
10. Volumen adecuado. Un elemento muy sensible para cualquier auditorio es el
volumen, identificar el espacio y el número de asistentes permite saber que tono
de voz emplear. Un mal manejo del volumen puede incomodar y/o hacer perder el
interés de los asistentes.
11. Moverse entre el auditorio. El término proxemia se refiere al empleo y a la
percepción que el ser humano hace de su espacio físico; la proxémica entonces, es
entendida como aquella herramienta que utilizan las personas durante un proceso
de comunicación, a través de sus posturas y de la interacción que sostienen con
otros elementos (personas y objetos). Por consiguiente, caminar entre el auditorio
ayudara a romper el hielo y a lograr una comunicación asertiva y personalizada con
el mismo.
12. Modulación. Al hablar se usa continuamente variaciones en la altura tonal de la
voz. La eficacia en la comunicación dependerá en gran medida de las inflexiones,
entonaciones y pausas que se utilicen.
13. Postura correcta. Una adecuada posición corporal lograr inyectarle credibilidad a
las palabras que se dicen; se debe resaltar que las personas solo perciben el 7% de
la comunicación verbal (palabras), el 38% de la comunicación paraverbal
(expresiones vocales – tono de la voz) y el 55% de la comunicación corporal
(expresiones faciales).
14. Entusiasmo y emotividad. Antes de entregar el mensaje se debe utilizar la matriz
AIDA, que consiste en despertar la atención, atraer el interés, generar el deseo e
inducir a la acción; solo logrando incidir en las emociones del auditorio se podrá
tener éxito en lo que se intenta transmitir.
15. Ademanes y expresión facial. La comunicación no verbal (corporal) es la de mayor
percepción durante un proceso comunicativo, es decir, tiene mayor probabilidad
de atención por parte de un auditorio quien domina a la perfección esta
herramienta, que quien no lo hace.
16. Contacto con el auditorio. Establecer una interacción permanente con el auditorio
es uno de los aspectos que se tornan más complicados para muchos
conferencistas. Sin embargo, el contacto visual y físico con algunas personas que se
encuentren dentro del público ayudará a generar una exposición más amigable, el
gran desafío es lograr la participación del mismo.
17. Naturalidad y tono conversacional. Se deben hacer el mayor esfuerzo para que el
discurso parezca más una conversación que una alocución.
18. Adecuada presentación personal. Un elemento de suma importancia es una
adecuada presentación personal, el aspecto físico debe ser coherente con el
mensaje que se quiere proyectar, más aún cuando dentro del auditorio se
encuentran personas netamente visuales.
19. Buen uso del micrófono. Conocer de antemano el tipo de micrófono (diadema,
inalámbrico, solapa o de cable) que se va a utilizar en la intervención, ayudará al
conferencista a identificar las oportunidades que tiene de utilizar ambas manos,
desplazarse por todo el escenario o por el contrario estar supeditado a usar un
atril.
20. Uso de citas bibliográficas. Utilizar frases célebres o citas bibliográficas no solo
impregna de mayor sutileza y elegancia el discurso, sino que da el aspecto de
hablar con propiedad.
21. Distribuir adecuadamente el tiempo. Un discurso largo desgasta el auditorio y uno
corto puede parecer irrisorio, tener clara la estructura del discurso contribuirá a
desarrollar de una manera lógica y oportuna la presentación de cada uno de los
contenidos, generando un equilibrio con la capacidad de atención de las personas.
22. Generar interés del auditorio. Tener un auditorio enganchado garantizará el éxito
del discurso, se debe hacer énfasis en los momentos de efusividad y lograr
aplausos del público.
23. Convicción al expresarse. Para convencer se debe estar convencido. Cuando un
orador habla con propiedad y/o autoridad tiene mayor probabilidad de entregar
exitosamente el mensaje.
24. Claridad en la exposición. Hay discursos que no dicen nada, cuando un expositor
sabe conducir estructuralmente su presentación enlazando las ideas principales,
puede tener certeza que el auditorio sigue la secuencia lógica de sus palabras.
25. Apoyo en herramientas audiovisuales. Es indispensable apoyarse en diferentes
herramientas o medios audiovisuales, las técnicas de programación
neurolingüística manifiestan que las personas aprenden solo el 7% de lo que les
llega a través de las palabras, razón por la cual es de gran ayuda los medios
alternos que se puedan utilizar para sensibilizar al público.
Por último, es importante precisar que “un buen orador nace de un excelente lector”
no se puede requerir una buena oratoria de quien no le guste la lectura.

TÉCNICAS CORRECTAS DE PRESENTACIÓN EN PÚBLICO


EL PÚBLICO O AUDITORIO
El público, es una reunión de personas que conservan su propia personalidad y espíritu
crítico, participan de una misma afición y con preferencia concurren a un determinado
lugar para asistir a una conferencia, espectáculo o actividad semejante. El público se da
normalmente en un local cerrado, asiste sentado a la disertación y se presenta en
actitud intelectiva, antes que emocional o instintiva como la multitud.
El número de integrantes de un público, puede variar desde la limitada cantidad de
alumnos de una clase, hasta un gran auditorio ubicado en una sala de espectáculos. La
diferencia no radica en el número de personas, ni en las características del local, sino
en la actitud psicológica con la que los oyentes participan del acto. En todo público hay
que reconocer la existencia de personas remisas, indiferentes, contrarias y escépticas y
sobre todo, hay que tener presente la asistencia de ciertas personas en actitud
antagónica.
LAS MULTITUDES:
Desde un punto de vista más analítico conviene diferenciar la “multitud” (o masa) del
“público”, porque revelan signos propios. No es lo mismo un grupo de veinte o treinta
personas que escuchan una conferencia magistral, que la presencia de miles de
personas en un mitin político. En el primer caso, se habla de público, mientras que en
el segundo, se esta en presencia de una multitud o masa, cuyo comportamiento es
diferente.
Las multitudes se caracterizan por “el orgulloso sentimiento de número que embriaga
a los hombres reunidos y los hace despreciar al hombre aislado que habla”5. El orador
se encontrará en dificultades, sino canaliza en su mensaje la opinión y los intereses
propios de esa masa; estará aislado en medio de una muchedumbre. La experiencia
demuestra que por esta razón los hombres que hablan a grupos multitudinarios lo
hacen en su lenguaje y de acuerdo a su estado anímico. Y como dice Bernard Grasset:
“No se convence a las masas con razonamiento, sino con palabras”.
Un problema, con el que suele enfrentarse el orador, es el no saber como desplazarse
hasta el escenario para hacer uso de la palabra y una vez ahí, como ubicarse, que hacer
y que no hacer mientras se entra en contacto verbal con el público y sobre todo, no
saber como empezar, desarrollar y concluir la exposición. Y si a esto le sumamos el
desconocimiento de las técnicas oratorias que nos permiten ganarnos la simpatía del
público y el poder mantenerlos bajo nuestro control, tenemos como resultado, una
presentación oratoria deslucida por la falta de pericia y profesionalismo.
La presencia del orador en público, implica el cumplimiento de una serie de pasos
técnicos que garantizan su correcta participación oratoria. Es una secuencia que nos
enseña, punto por punto, que hacer desde que ingresamos al escenario hasta el
momento en que nos retiramos. Quizá parezca una secuencia muy mecanizada pero la
experiencia nos dice que es la mejor forma de hacer nuestra presentación en público,
principalmente si somos principiantes. Recomendamos su práctica constante, hasta el
extremo de que se vuelva algo instintivo en nosotros.
1° TRANSITO INICIAL
Es el desplazamiento que hace el orador desde su ubicación inicial hasta ubicarse
frente al público en el escenario. Inicialmente, si nos sentimos muy emocionados
involucra la ejecución de algunos ejercicios de distensión y/o relajamiento como los
que consignáramos en capítulos anteriores. Al momento de ser anunciados hay que
levantarnos de nuestro asiento y caminar con naturalidad hacia nuestra ubicación en el
escenario; cuerpo erguido y una sonrisa agradable en el rostro, demostrando confianza
y seguridad personal.
Poner especial cuidado en el vestido a utilizarse, lógicamente ello dependerá del tipo
de público al que nos dirijamos, el lugar donde se realizará la presentación y la ocasión
en la que se tenga que hacer uso de la palabra. De preferencia que sean ropas con las
que nos sintamos cómodos y que sepamos, nos caen bien. El aseo personal, es otro
aspecto que no debemos descuidar; el baño diario, la limpieza de uñas, de dientes y de
la cavidad bucal. Esto se complementan con el acicalamiento; peinado, maquillaje y
corte de uñas.
Este primer paso es el más importante pues a medida que usted vaya desplazándose
todas las miradas convergerán sobre su persona, no baje la cabeza ni se muestre
abochornado, al contrario, camine erguido, sonriente y mirando al público. Aquí juega
papel importante la autosugestión positiva para adquirir la Actitud Mental Positiva
(A.M.P.). Mentalmente repítase palabras de aliento: ¡Yo voy a lograrlo! ¡Brindaré el
mejor discurso de mi vida! ¡Yo no tengo miedo, el miedo no existe en mi cuerpo! ¡Soy
un triunfador!
2° UBICACIÓN EN EL ESCENARIO.-
El orador debe ubicarse en un lugar estratégico del escenario. Este lugar lo constituye
el centro del escenario; ahí donde convergen las miradas de los presentes. Esta
ubicación sólo rige cuando no haya nadie a espaldas del orador, en caso de haber un
“Presidium” (personas en torno a una mesa) le corresponde ubicarse a un costado del
escenario en posición diagonal, de esta manera no da la espalda a nadie y se ubica en
un lugar cómodo, donde puede ver a todos los asistentes y éstos pueden verlo a él.
Otras ubicaciones estratégicas lo constituyen los lugares donde están instalados los
siguientes elementos: Atril (Podium); la ubicación es detrás del mueble, con el cuerpo
erguido y con las manos colocadas sobre la parte superior del atril, aquí pueden
colocarse las hojas del discurso o tarjetas de ayuda. Pedestal con micrófono; ubicarse
detrás de él, acondicionando el micrófono a la altura de los labios (dos dedos de
distancia), mantener el cuerpo erguido y hablar sin cogerlo. Cuando se utiliza el
micrófono de mano; cogerlo con la izquierda y tener la derecha en posición vertical,
colgando al lado de la pierna.
Cuando se utiliza la pizarra, la ubicación es al lado izquierdo; uno debe escribir de
izquierda a derecha, teniendo mucho cuidado de no dar la espalda al público. Cuando
exista un presentador o Maestro de Ceremonias, la ubicación será el lugar que él
ocupaba antes de nuestra llegada. Al ubicarnos frente al público, hacerlo con el cuerpo
erguido, los talones juntos, las manos unidas a la altura del ombligo (con la yema de
los dedos juntos, con los dedos entrelazados o en forma de bóveda). Mirar al público y
mostrarse sonriente.
3° SILENCIO PSICOLÓGICO.-
El orador, cuando se encuentra frente al público, debe esperar a que se produzca el
silencio absoluto -nadie del público debe hablar ni hacer ruido-, jamás y por ningún
motivo, debe hacerse uso de la palabra cuando los presentes están aplaudiendo,
conversando u ovacionando al orador. El no tener en cuenta estas recomendaciones
puede ocasionar que el público no escuche el integro del mensaje o que lo capte con
distorsión y lo más peligroso aún, que no nos tomen en serio como expositores.
Utilización del micrófono
En la foto Ronald Reagan fue elegido presidente de Estados Unidos en 1980 y 1984
haciendo uso del micrófono en una de sus múltiples presentaciones en público.
Producido el último aplauso o último comentario -al momento de su presentación en
público-, el orador debe esperar de tres a cinco segundos para iniciar su disertación.
Estos segundos de silencio absoluto, deben servir para mirar y conocer al público con
el que tendrá que tratar: ¿Se muestra amistoso? ¿Agresivo? ¿Que tácticas o estrategias
se deberá utilizar para cautivar su atención? ¿Se podrá persuadirlo? ¿Se podrá
conmoverlo? Y sobre todo, comunicarle muy sutilmente que a partir de ese momento
¡el que manda, es usted!
El silencio psicológico causa impacto en el público; en esos segundos el orador tiene
que demostrar confianza, seguridad personal y trasmitir que él es el “dueño” de la
reunión. En esta parte hay que tener mucho cuidado con las miradas, muchos de los
presentes trataran de avasallarnos o de incomodarnos –evite las miradas fijas e
incomodas y concéntrese en aquellas que se muestren amistosas-. Una mala mirada
puede ponernos nerviosos o incómodos. Hay que ganarnos la simpatía del público,
mirándolo y brindándole una cálida sonrisa.
4° EL SALUDO.-

En el saludo, el orador entra en contacto verbal con el público. Es una fórmula


amistosa y formal de acercarnos a los oyentes con el afán de ganarnos su atención y de
trasmitirle nuestros cumplidos. El saludo ha existido desde tiempos inmemoriales y se
adecua a pautas establecidas por la sociedad, sea por costumbre o por ley. El saludo,
es lo primero que se dice en un discurso y se efectúa siempre por orden jerárquico; es
decir, del más importante al menos importante.
El saludo consta de dos partes: identificación y complementación. En la primera parte
se identifica a las personas presentes y se les nombra por su grado, cargo, título y/o
nombre, por ejemplo: Señor Alcalde Provincial, Señores Regidores..., Público presente,
etc. Este orden jerárquico tiene que ver con el orden de precedencias establecido de
acuerdo a ley. El orden puede ser por motivos de corte político, militar, religioso y/o
académico.
La complementación es una cortesía breve en la que se augura a los saludados un buen
momento del día – según la hora en que nos encontremos- por ejemplo: "Buenos
días", "Buenas tardes” y/o “Buenas noches”. Al margen de estos dos elementos
básicos, tener presente que si son muchas las personas a las que hay que saludar,
hacerlo sólo a las más importantes o en su defecto hacer un saludo de forma general
para que todos se sientan incluidos. No olvidarse de saludar al público o multitud
reunida, ellos constituyen la base de toda reunión oratoria.
5° EL GALANTEO.-
Son palabras de agrado o de reconocimiento que el orador manifiesta al público
oyente. Estas palabras deben ser sinceras pues tienen por objeto ganarnos la
aceptación y buena voluntad del público. Ejemplo: "Es para mi un alto honor dirigirme
a un público tan culto e inteligente como ustedes..." "Realmente estar frente a ustedes
me llena de una alegría indescriptible, pues los considero como mis hermanos..."
Ante un grupo de bomberos podría decirse: “Queridos amigos, es para mi un honor
estar frente a ustedes, personas valientes y desprendidas que pese a no recibir pago
alguno, sacrifican sus vidas por nosotros; luchando sin desmayo contra el fuego y
salvando la vida de los siniestrados. Que orgulloso me siento de estar con ustedes esta
noche… A continuación mi mensaje....”
Si se tratase, por ejemplo, de un grupo de damas reunidas, podría usarse la siguiente
forma: “Queridas amigas, ingresar a este recinto, donde ustedes se encuentran
presentes, es como ingresar al más hermoso y maravilloso de todos los jardines que
existen en el mundo; aquí puedo ver y admirar: margaritas, chavelitas, rosas, claveles y
tantas otras flores hermosas, creación divina de nuestro Señor. A continuación paso a
decirles lo siguiente...”.
6° EL DISCURSO.-
El discurso, es la parte medular de la oratoria ya que el arte de la elocuencia se basa
principalmente en la elaboración y exposición de los mismos. Por ello, podemos decir
que el discurso, es el mensaje oral que se transmite al auditorio con miras de lograr el
cumplimiento de un determinado objetivo (persuadir, enseñar, conmover o agradar).
Toda persona que se jacte de ser buen orador deberá conocer las técnicas para su
correcta elaboración y exposición.
En la elaboración del discurso debemos tener presente lo siguiente:
• El tiempo asignado; no son recomendables los discursos largos.
• El público al que va dirigido nuestro mensaje; nuestro léxico debe ser acorde al nivel
cultural de los que nos oyen.
• Practicarlo primero, ante amigos o familiares.
• Usar anécdotas, comparaciones, guarismos y el humor, según sea el caso.
En la exposición del discurso debemos tener en cuenta lo siguiente:
• Los discursos pueden ser pronunciados de 04 formas: Leído, memorizado,
improvisado o mixto (una mezcla de memorizado e improvisado).
• Por regla general suele constar de tres partes: Introducción, desarrollo y conclusión,
hay quienes le agregan una cuarta parte, “recomendaciones”.
• Debe ser expuesto de la manera más clara y amena posible, para asegurar la
atención y comprensión del mismo.
Posteriormente retornaremos a este tema para dar una explicación más detallada de
lo que es el discurso y de la importancia que tiene en el proceso de la comunicación.
7° DESPEDIDA Y TRANSITO FINAL.-
Concluida la participación del orador, éste debe decir, como palabras finales:
"Gracias", "Muchas gracias" o "He concluido” y de allí no pronunciar ninguna más. Ello
da constancia de que ha terminado su participación y que el público ya puede
aplaudirlo. Al obviar esta recomendación se crea confusión entre los oyentes; no se
percatan cuando ha concluido el discurso para poder aplaudirlo. No es correcto decir:
“Muchas gracias... por su atención prestada, espero que les haya agradado mi
exposición...” Lo correcto es decir: “Por su atención prestada y con el deseo de que les
haya agradado mi exposición, me despido diciéndoles muchas gracias”.
Dichas las palabras finales, el orador debe agradecer con la mirada y con una sonrisa
sincera los aplausos del auditorio, debe retirarse con el cuerpo erguido y con la
satisfacción personal de haber cumplido a plenitud su labor. Al igual que cuando uno
ingresa al escenario -y el público nos observa con detenimiento- al retirarnos, el
público también nos observa, pero con la intención de agradecernos por la brillantez
de nuestro discurso o para reprocharnos el haberlos aburrido.
Muchas veces al culminar una exposición, el orador es solicitado por los asistentes
para agradecerle personalmente por sus palabras, para conocerlo y estrecharle la
mano, o también para pedirle algún consejo o recomendación, tratémoslos con
cortesía y poniendo bastante atención a sus requerimientos. Algunos lo solicitaran
para tomarse fotografías, firmar los libros del autor o hasta para pedirles autógrafos.
Nunca desairarlos, ni mostrarse pedantes con ellos.
TÉCNICAS DE EXPRESIÓN VERBAL

La voz:
La voz empleada correctamente nos ayuda a mantener la atención del público y a
enfatizar aquellos puntos que nos interese destacar. Cualidades de la voz que debemos
cuidar especialmente:
El volumen de nuestra voz depende en gran manera de una buena respiración. El
esfuerzo no debe centrarse en la garganta sino en la capacidad de aire que sepamos
contener.
La articulación: La intención de los ejercicios de articulación es la de ejercitar la boca,
labios y lengua a fin de articular correctamente las palabras logrando así una mejor
expresión.
El ejercicio consiste en que hablemos susurrando pero de manera que se entienda lo
que decimos desde una corta distancia. Probemos a decir susurrando: "Me tengo que
ir antes de que acabe la reunión", lo repetiremos hasta que desde el otro lado de la
clase se nos entienda perfectamente.
La entonación consiste en dar distintas elevaciones de tono a la voz a fin de conseguir
variedades de la misma con lo que potenciaremos la expresividad en nuestras
intervenciones.
A través del tono de voz se muestra el carácter del orador así como su estado de
ánimo: alegría, confianza, insegurida, etc.
La mirada:
Es importante mirar al destinatario/a. Delante de un auditorio lo mejor es pasear la
vista por todo él, de forma pausada. De esta manera podemos ir comprobando el
impacto de la explicación y el grado de atención que despierta.
Si nos dirigimos al público mirando a cualquier otra parte donde podamos esquivar las
miradas de la gente, parece que tengamos miedo de comprobar que nos miran. El
auditorio también puede pensar que no tenemos interés en comunicarnos y esto anula
inmediatamente la eficacia del mensaje.

Debemos evitar las miradas cortas e inquietas. Si mirar a los ojos nos resulta
incómodo, lo mejor es mirar a la frente ya que da la misma impresión. Si el número de
personas asistentes no permite miradas individuales, las realizaremos de forma
global.Mirar a la audiencia es una forma de mantener la atención, la persona que
percibe nuestra mirada, experimenta la sensación de que se le habla a ella, por el
contrario si un sector no recibe nuestra mirada, tendrá la sensación de que no le
tenemos en cuenta.
Controlaremos el tiempo de forma natural, sin que parezca que estamos pendientes
de ello. Si llevamos el reloj en la muñeca, no debemos mirarlo con frecuencia
Técnicas de expresión oral: como debe ser la comunicación verbal.
Nuestra actividad diaria conlleva el intercambio continuo de mensajes, muy simples
unos (saludar), más complejos otros (una reunión importante) y de todos estos actos
comunicativos esperamos una transmisión y una comprensión efectivas.
El ser humano dispone de dos medios de comunicación fundamentales: la palabra y el
cuerpo, que bien utilizados harán posible la expresión de sus ideas de una manera
clara y precisa.
La precisión en el lenguaje hace referencia a que hemos de expresarnos certeramente,
procurando usar las palabras de la forma más idónea y concreta en cada caso. Nos
ayudará a conseguirlo las siguientes recomendaciones:
1.-Transmitir una idea por frase, o diversas frases para una, pero nunca diversas ideas
en una sola frase.
2.-La explicación debe basarse más en los actores y las acciones que no en las
abstracciones.
3.-Usemos un lenguaje concreto, evitando las vaguedades y las exageraciones.
4.-Restrinjamos las muletillas o palabras-comodín.
El lenguaje oral ha de reflejar lo que se quiere decir, ha de transmitir las intenciones
del orador, ha de ser expresivo.
El término muletilla, según el diccionario, está definido como "estribillo, voz o frase
que por vicio se repite con frecuencia".
Las muletillas son muy frecuentes en los oradores (nuevos y antiguos). Son algo así
como los apoyos en los que se reafirman en su comunicación con el público. Los
efectos en el auditorio son negativos.
Se suelen dividir las muletillas en tres grandes grupos:
a) Muletillas de tipo corporal: movimientos corporales, manos en los bolsillos,
acariciarse la barbilla, la oreja, las narices, taparse la cara, rascarse, etc.
b) Muletillas de tipo oral: "em", "este", "porque", "o sea", "es decir", etc.
c) Muletillas de palabras: este tipo de muletillas denota un cierto nivel de oratoria,
las más frecuentes son "evidentemente" "en definitiva", "está claro", etc.
Las muletillas sirven para encubrir dudas, vacíos, vicios (en la oratoria) del
comunicador, en definitiva para cubrir insuficiencias. Otras veces son producto de los
nervios.
Las largas pausas son consideradas como muletillas muchas veces.
Técnicas de expresión oral: elementos físicos en la comunicación oral (II): manos y
cuerpo.
En muchas ocasiones nuestros ademanes y posturas pueden «perjudicar» una
intervención bien preparada: brazos como aspas de molino, balanceo, inexpresividad,
actitud pasiva, manos escondidas bajo la mesa, etc.; y por ello es necesario en
ocasiones dominar nuestra espontaneidad.
Las manos:

Han de ser usadas para apoyar nuestra comunicación, que sean expresión
confirmatoria de lo que queremos decir. Reseñamos a continuación algunos ejemplos
de ademanes que, por sólo hacerlos, transmiten una opinión o estado de ánimo sobre
algo o alguien.
Con relación a la postura corporal:
En muchas ocasiones el hablar de pie o sentado no va a depender de nosotros, no
obstante en determinadas circunstancias podemos alterar lo previsto, por ejemplo, si
estamos sentados y parte del público no nos ve, conviene levantarse, nos lo
agradecerán.
Tanto en la posición de pie como en la de sentado hay que evitar las "formas no
comunicativas" estas son:
Las formas rígidas: es necesario que el orador/a muestre vida y la vida está en
movimiento.
Las formas derrumbadas: hay que evitar las actitudes laxas y encorvadas; el aspecto
indolente y abatido y la falta de entusiasmo no ayuda a la comunicación.
Técnicas de expresión oral: uso de medios de apoyo
Puede resultar una buena ayuda para mantener la atención, facilitar la memorización y
clarificar el pensamiento de quienes escuchan. Un mal uso puede provocar efectos
contrarios a los perseguidos.
Micrófono: Cualquiera sabe utilizarlo, pero cuidado, nos puede jugar malas pasadas
que podrían arruinar nuestra intervención. Antes de empezar a hablar nos
aseguraremos que está conectado (chasquido de los dedos, golpecitos).Lo ajustaremos
un poco por debajo de la altura de la boca.
Diapositivas: Hay que tener en cuenta el precio, ya que resultan bastante caras, sobre
todo si son para una única sesión. Para usarlas, hemos de tener en cuenta que ha de
ser posible dejar la sala a oscuras y poder continuar así nuestra disertación.
Transparencias: Son económicas, fáciles de manejar, pueden cambiarse e incluso
rectificarse durante la exposición y además podemos señalar aquellas partes que
queramos resaltar.
Los cambios deben ser rápidos y su contenido debe ser concreto, conciso y claro.
Debemos evitar los textos largos y conocer el funcionamiento del proyector y éste
debe estar preparado en el momento oportuno, incluso con la primera transparencia
colocada.
Gráficos, cuadros, etc.: Son útiles para explicar conceptos y detalles que de otra
manera no podrían exponerse con la suficiente sencillez, precisión y/o rapidez.
Pizarra: Si escribimos textos largos, provocaremos que la audiencia pierda la
concentración mientras le damos la espalda y estamos en silencio escribiendo. Por eso
es importante que, aunque solo sean unos segundos, hablemos o, mejor, hagamos
preguntas.
Documentación: Si disponemos de documentos complementarios a la charla, debemos
pensar detenidamente cuál es el mejor momento para entregarlos.
Graficar 3 emojis y decir porqué se caracteriza con ellos.
Alegría
Es una característica fundamental, ya
que nuestras vidas comparten
momentos gratos con la familia,
amigos.
Cuando contamos chistes, en
reuniones amicales.

Tristeza
También es parte del vivir, hay
momentos donde tendremos que
superar perdidas, fracasos.
Cuando murió mi mascota
envenenado.

Asombro
Cuando estamos ante situaciones
nuevas vemos con asombro el
hecho e intentamos averiguar,
preguntar, indagar sobre el tema en
cuestión.
Por ejemplo: Al encontrar libros
sobre ciencia y tecnología me causa
asombro e interés.

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