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NOMBRE: RUTH JACKELYN ESPINOZA CALLISAYA

MATERIA: TEOLOGÍA DE LA SANTIDAD I

RESUMEN N°1

UNIDAD I: FUNDAMENTOS BÍBLICOS DE LA DOCTRINA DE


SANTIDAD

A. APROXIMACIÓN A LA DOCTRINA DE SANTIDAD

1. Presuposiciones frente a la santidad


Existen varias presuposiciones sobre la santidad, entre ellas la presuposición católica
romana, donde se cree que lo santo es lo perfecto, y ninguna persona puede serlo solo
Dios, también creen que el purgatorio es el lugar donde terminas de limpiarte para ser
santo, entre otras presuposiciones. Los que son de origen protestante piensan que la
santidad se logra cuando uno muere, y que en este mundo nadie puede ser santo.

2. Definición bíblica de la santidad


La santidad se considera como una condición o estado que resulta del acto o proceso de
santificación.
En el Antiguo Testamento, en hebreo santidad significa; “brillante, limpio, puro”. Otros
encuentran su fuente y significado original en una raíz semítica que significa “separar”,
“cortar”, “dividir”, “poner aparte” o “apartar”. Mientras que en el Nuevo Testamento, en
griego la santidad significa “pureza” y “separación”; tanto un estado como una acción.
La definición bíblica de la santidad es, cualidad o estado como también de una acción o
experiencia constante de vivir una vida de pureza o limpieza, separados de lo común o
de la mundanalidad. Es decir: “Separándonos del mundo para Dios”.

3. Definición wesleyana de la santidad


Wesley decía que la santidad es una condición de la persona donde se puede evidenciar
la limpieza del pecado, y por otro, la presencia dinámica del amor de Dios.
La doctrina de la santidad según Wesley está dividida en 4 categorías:
- La santidad es un proceso y crisis; Proceso porque toma tiempo, el cual es evidente a
través del crecimiento, perfeccionando la santidad, madurando en el temor de Dios.
Crisis porque se da en un momento, en un instante.
- La santidad es gracia y libertad; Gracia porque es a través de la obra de Cristo en la
cruz. Libertad; porque es la capacidad del hombre para cooperar con la gracia de Dios.
- La santidad es un estado, y llegar a ser. Estado porque no es estático, se debe
avanzar, para luego llegar a la semejanza de Cristo.
- La santidad es ser y relación. Ser, por el simple hecho de la existencia, y relación,
porque se tiene una conexión íntima con Dios.

4. La Iglesia del Nazareno y la santidad


La Junta de Superintendentes Generales de la Iglesia del Nazareno, con el propósito de
transmitir a todas las generaciones que “somos un pueblo de santidad”, escribió la
siguiente declaración:

“Se nos exhorta en las Escrituras y somos atraídos por


gracia para adorar y amar a Dios con todo nuestro corazón,
alma, mente y fuerza, y a nuestro prójimo como a nosotros
mismos.
Para este fin nos consagramos plena y completamente a
Dios, creyendo que podemos ser “enteramente
santificados”, como una segunda crisis en la experiencia
espiritual. Creemos que el
Espíritu Santo nos convence, limpia, llena de poder a
medida que la gracia de Dios nos transforma día tras día en
un pueblo de amor, de disciplina espiritual, pureza ética,
rectitud moral, compasión y justicia. La obra del Espíritu
Santo nos restaura a la imagen de Dios y produce en
nosotros el carácter de Cristo. La santidad en la vida de los
creyentes se entiende más claramente como semejanza a
Cristo”

Los artículos de fe, que nos hablan respecto a la doctrina de santidad son:
 El pecado original y personal; donde el pecado actúa como sustantivo y como
verbo.
 El Espíritu Santo; es quien santifica a los creyentes.
 La santidad y la entera santificación; donde el carácter maduro debe ser cultivado.
La comisión de la iglesia del nazareno es preservar y propagar la santidad cristiana
como lo establecen las Escrituras, por medio de la conversión de los pecadores, la
restauración de los apóstatas y la entera santificación de los creyentes.

B. LA DOCTRINA DE SANTIDAD EN LA BIBLIA

1. La santidad en el Antiguo Testamento


a. La santidad en el Pentateuco
- Génesis; En el designio creador de Dios el ser humano fue creado santo. (Génesis
1:26-27). La imagen moral (espiritual, santidad, etc) del hombre, se perdió en la caída
del hombre por el pecado.
- Éxodo; Los redimidos tienen que ser santificados, en éxodo 22:31, la santidad no es
moral. En (Éxodo 19:4-6). Santificar en este contexto significa “consagrar”, “apartar”. Lo
que se separa de lo profano es santo. En el culto todos los utensilios y todo lo que se
utilizaba para la adoración a Dios venía a ser santo por este acto de consagración o
separación. A esta acción de separación para el culto a Dios se le conoce como
santidad ceremonial. Las ceremonias y el culto fueron un medio de enseñanza de este
significado de la santidad.
- Levítico; Se dice que el libro de levítico es el código de la santidad, en el que se
incluye principios éticos y morales. Por ejemplo levítico 19:2; dice que el pueblo debe
ser santo, porque su Dios es un Dios santo.
- Deuteronomio; La santidad es separado por Dios. Por ejemplo en Deuteronomio 18:13
dice “Perfecto serás delante de Jehová tu Dios”, en el que perfecto hace referencia a
virtudes.

b. La santidad en los históricos


- Josué; La santidad de Dios se ve en el castigo del pecado.
- La falta de santidad está en la falta de respeto a la ley.
- Se da a conocer la santidad de Dios, de las cosas, de las personas, y algunos
equivalentes de la santidad:
 Cuando se habla del Espíritu de Jehová, se hace alusión al Espíritu Santo,
como se menciona en el libro de Jueces.

 La palabra “perfecto” que se menciona en los libros de 1° Reyes, 2° Reyes,


1° Crónicas, hace alusión a la santidad, pero de carácter moral.
c. La santidad en los poéticos
- Job; es un tratado de la perfección. Nos enseña que la santidad o ser justo, no nos
libra de las pruebas. (Job 1:1)
- Salmos; Enfatiza el aspecto moral y espiritual. En Salmos 15: la santidad consiste en
ser íntegros, hablar con verdad, hacer justicia. En el Salmo 24:3-5; salmo 29:2 nos
habla sobre adorar en la hermosura de la santidad. La santidad, como vida en
integridad, es vista como el requisito indispensable para estar en su templo, para adorar
en su presencia (Salmos 15, 24, 29). La santidad es la esperanza del íntegro. Dios
traerá recompensa a los que viven en santidad (Salmos 37, 49, 73).
- Proverbios; Es la conducta personal. Proverbios 3:8; Proverbios 30:3. El enfoque
principal está sobre la conducta y no tanto sobre la experiencia religiosa y para esto es
de suma importancia la disposición y la santidad del corazón.
- Eclesiastés; Lo humano no es pecaminoso, como comer y beber. (Eclesiastés 2:24-
26)
-Cantares; Santidad en la intimidad matrimonial.

d. La santidad en los profetas Mayores.


- Isaías; Se demanda que el pueblo de Israel debe ser santo, y se conoce al Santo de
Israel. Isaías tiene la visión de un Dios que es santo, santo, santo (Isaías 6:1-5). En
esta visión se evidencia, más claramente, el cambio de enfoque de una santidad
ceremonial (apartado de, apartado para) a una santidad moral. Isaías estaba oficiando
en el templo de Dios, era una persona separada, consagrada al servicio de Dios; sin
embargo, él reconoce que su pecado le impide permanecer vivo ante la presencia del
Dios santo. La santidad ceremonial era insuficiente.
- Jeremías; Los profetas pierden la esperanza en este pueblo rebelde y se enfocan en
la era venidera del Mesías, en la cual Dios redimirá a Israel y a toda la raza humana. A
su creación le será restaurada la santidad perdida. Con referencia a la era mesiánica,
Jeremías habla de un nuevo pacto (Jeremías 31:31-33). También se da a conocer que
los lugares sagrados no son un fin en sí mismo y que Dios no tolera la ausencia de la
santidad. (Jeremías 7:3-7)
-Ezequiel; Nos habla sobre un cambio de corazón, de un nuevo corazón. (Ezequiel
36.25-26).
-Daniel: La santidad es 100% moral. La santidad debe ser expresada a través de los
hechos. Se había cumplido solo con la santidad ceremonial pero habían dejado de lado
la santidad moral.

e. La santidad en los profetas Menores.


- Oseas; La santidad es expresada a través de la fidelidad y el amor de Dios hacia su
pueblo a pesar de la infidelidad del pueblo de Israel hacia Dios. (Oseas 3.1). En Oseas
11:9 se da a conocer al Santo. Oseas 11:12 se da a conocer la fidelidad de Dios con los
santos.
-Joel; Nos habla del derramamiento del Espíritu, (Joel 2:28-29), Todos los creyentes,
aún los hijos e hijas, “siervos” y “siervas”, jóvenes y ancianos, ahora pueden tener igual
acceso a la plenitud santificadora del Espíritu, y disfrutar de la misma intimidad con Dios
de la que gozaban los santos del Antiguo Testamento. El ministerio del Espíritu Santo
antes de Cristo era profundo, pero necesariamente limitado. El derramamiento completo
sobre “toda carne” no fue posible antes de la cruz y de la resurrección. Pero este
derramamiento significó la eliminación de las limitaciones sobre el ministerio redentor
personal del Espíritu Santo. De modo que significó una difusión de su poder santificador
sobre todos los hombres, y un acceso completamente imparcial para todo creyente.
(Hechos 2:16-18)
- Amos; En Amos 2:7 nos hablan sobre el santo nombre de Dios.
- Abdías; En Abdías 1:17 nos habla de un remanente santo, donde se predice la
salvación futura de Israel, a través del Mesías y por lo tanto prevalecerá la santidad.
- Jonás; En Jonas 2:7 La oración de Jonás ilustra el arrepentimiento futuro de Israel,
para vivir en obediencia.
- Zacarías; Se habla de la purificación del pecado y la inmundicia (Zacarías 13:1), de
fundir con fuego (13:9), de una marca santa (14:20-21).
- Malaquías, Se habla del tiempo de purificación para cuando venga el Mesías
(Malaquías 3:1-4).
2. La santidad en el Nuevo Testamento
a. Santidad en los Evangelios.
- Mateo; Los evangelios hablan de pureza de corazón (Mateo 5:8), de perfección
(Mateo 5:48). La palabra que se usa para perfecto es teleios, que significa: total,
crecido, maduro. Habiendo alcanzado el fin deseado, telos hace referencia a la calidad
y no a la cantidad.
- Lucas; recoge la profecía de Zacarías de que a través de Jesús por fin le serviríamos
a Dios en Santidad y en Justicia (Lucas 1:71-74). Jesús enseñó mucho acerca del
Espíritu Santo, se refirió a Él como el don que el Padre anhela dar (Lucas 11:13).
- Juan; La venida del Espíritu Santo sería una experiencia, no para cualquiera sino para
sus discípulos; iba a ser una experiencia que les haría abundar en una vida que los
llenaría interiormente y que rebosaría como ríos de agua viva (Juan 7:37- 39). El Señor
Jesús oró para que sus discípulos tuvieran esta experiencia, para que vivieran en
santidad y en justicia, para que fueran hechos santos; oró por que fueran santificados
(Juan 17). Es importante notar los comentarios que Jesús hace acerca de la condición
de sus discípulos, antes de recibir esta experiencia. Dice que recibieron su palabra y
eran obedientes, que Cristo había sido glorificado en ellos, y que no eran del mundo,
aunque estaban en él.
El verbo que se usa en Juan 17:17, santifícalos (hagiazein), implica tanto el ser
purificados como el ser apartados para un uso divino". Lo que el Señor pedía no era un
proceso sino una acción completa a realizarse en un momento. También este verbo se
encuentra en voz pasiva, lo que implica que no era algo que ellos podían hacer por
ellos mismos, era Dios quien tenía que hacer esta obra en ellos.

b. Santidad en los Hechos de los Apóstoles.


Mediante el derramamiento del Espíritu Santo se purificaron los corazones a través de
la fe. Pedro menciona que el fruto del Pentecostés es la pureza de corazón. El bautismo
con el Espíritu y la santificación del creyente se encuentran íntimamente relacionadas.
El verbo que se usa para purificar es katharizo, que se encuentra en tiempo aoristo, lo
que señala a una obra completa que se realiza en un momento. Además, es sugerente
la deducción de que la santificación es una herencia que se tiene para recibir, al ser
miembros de la familia de la fe (Hechos 20:32; 26:18).
c. Santidad en las Epístolas Paulinas
- Romanos; En el régimen de la letra, la Ley sirvió para revelar la condición pecaminosa
del ser humano (Romanos 7:8-9) pero no podía santificar, quitar los pecados. La ley del
Espíritu de vida se da siempre y cuando el Espíritu Santo more en el creyente
(Romanos 8:9). Para que el Espíritu more en el creyente, éste debe presentar su
cuerpo en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios (Romanos 12:1-2).
El verbo que se traduce por presentar es paristimi, se encuentra en tiempo aoristo y
hace referencia a una obra terminada. La consecuencia de esta consagración será: No
conformarse a este mundo positivamente será: Ser transformados por la renovación de
nuestro entendimiento. Es muy significativo que Pablo dice a la iglesia de Roma, bajo
esta misma perspectiva, que los gentiles serán ofrenda agradable a Dios, santificada
por el Espíritu Santo (Romanos 15:16, 29). Esta es una promesa de abundante
bendición para ellos. Pablo dice: “No presenten continuamente sus miembros al
pecado, más bien preséntense de una vez, completamente a Dios”; vale decir:
Conságrense completamente a Dios. En el griego koiné esta palabra se usaba tanto
para enlistarse en la milicia como para ofrecer un sacrificio. En ambos casos señala a
un acto decisivo con la finalidad de entrega en el que se traslada el control o dominio de
la vida.
- 1°Corintios; Pablo enfatiza en que la santidad tiene un énfasis cristológico (1°Corintios
1:30). Nunca hemos de perder de vista nuestro sentido de la centralidad de Cristo en el
concepto de la santidad cristiana. No hay tensión alguna entre Cristo y el Espíritu
Santo. El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, están todos involucrados en cada nivel de
nuestra experiencia cristiana. Juan Wesley consideraba a 1°Corintios 13 como el
cuadro verdadero de la perfección cristiana. Cristo o la santidad son intercambiables
con amor, y ya sea Cristo o la santidad pueden ponerse en lugar de la palabra amor a
través de todo el capítulo.
- 2°Corintios 7:1, ha sido considerado como la paradoja wesleyana, que la santificación
es progresiva y de crisis a la vez. En este caso “limpiémonos” está en tiempo aoristo e
indica un acto considerado completo y entero. Por el otro lado,
“perfeccionando” es un participio presente y sugiere un proceso continuo.
Gramaticalmente, es posible argüir que el aoristo de “limpiémonos” controla el elemento
tiempo en “perfeccionando”, y que ambos han de considerarse instantáneos y
completos.
- Galatas; Pablo ilustra la experiencia de la santificación con el morir sobre la cruz con
Cristo (Gálatas 2:20). Cuando los hombres llegan a morir con Cristo sobre la cruz, El
viene a vivir con ellos por el Espíritu. Lo que ha de morir, no es “el yo esencial de uno”,
o lo que con frecuencia se conoce como crucifixión propia. Lo que muere es más bien el
yo interno y antiguo, depravado, sin esperanza ni ayuda por el pecado.
- Efesios; Pablo declara que hemos sido escogidos para ser santos (Efesios 1:4). La
elección no es incondicional y arbitrario, pues los “escogidos son constituidos no por un
decreto absoluto, sino por la aceptación de las condiciones del llamado de Dios”.
- Filipenses 3:12-15 Pablo contrasta una perfección que es una meta a realizarse sólo
en la resurrección con una madurez o perfección posible ahora. En la que hay una gran
diferencia entre uno que es perfecto y uno que es perfeccionado. Aquello es estar listo
para la carrera (v. 15); esto, listo para recibir el premio. La palabra significa también un
estado de realización, cuando se ha convertido de hecho, en lo que se esperaba
idealmente que fuera.
- Colosenses; 3:10 es una alusión a la renovación o restauración de lo que se llama
comúnmente “la imagen moral de Dios” que se había perdido o al menos se había
echado a perder en la caída.
- 1° Tesalonicenses; 5:23 provee la base principal de la frase “entera santificación”. El
propósito de la entera santificación es que el pueblo de Dios sea “guardado
irreprensible para o hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo”.

d. Santidad en las Epístolas Universales.


- Hebreos; Se señala el poder purificador de la sangre de Cristo en contraste con los
sacrificios animales que no podían limpiar el pecado sino cubrirlo. El propósito de la
disciplina de Dios para sus hijos es que participen de su santidad (Hebreos 12:10). La
santidad está en el centro del plan de salvación de Dios porque sin santidad nadie verá
al Señor (Hebreos 12:14- 17). Está claro también que esta experiencia de santificación
fue lograda por Cristo, Él se entregó para santificar a la iglesia, para santificar al pueblo
(Hebreos 13:11-13). La santificación sólo es posible por el sacrificio de Cristo en la
Cruz.
- Santiago; El amor perfecto hacía Dios y el hombre”. En Santiago se nos exhorta a ser
perfectos y cabales (Santiago 1:4) a dejar la condición de doble ánimo (Santiago 1:8,
4:8). El Espíritu anhela llevarnos a esta condición (Santiago 4:5-8).
- 1° y 2° Pedro; A través de sus dos cartas quiere dar a entender que el caminar del
cristiano ha de ser en santidad o santificación, como la de Dios (1° Pedro 1:15-16).
Después de la caída del ser humano, Pedro expresa esta verdad como un llamado de
Dios para que su pueblo sea santo (1° Pedro 1:14- 16, 22), y vivan vidas piadosas (2°
Pedro 3:9-14, 17-18). Se demanda a procurar ser hallados sin mancha e irreprensibles
en paz (2° Pedro 3:10-12,14), y llama a la iglesia como un sacerdocio santo, como una
nación santa, como la esposa de Cristo vestida de pureza (1° Pedro 2:45; 2:9-12). La
promesa de Dios es hacernos tener comunión con su naturaleza santa (2° Pedro 1:3-4).
- 1° Juan; Juan dice que Dios va a ser fiel en limpiarnos no sólo de nuestros pecados,
sino también de toda nuestra maldad (1 Juan 1: 5-10). Para Juan la vida normal de un
creyente está libre de actos pecaminosos, su cláusula es enfática: “Estas cosas os
escribo para que no pequéis...” (1 Juan 2:1). El apóstol cree en esta clase de vida, y
espera esta clase de vida. Para Juan la vida cristiana consiste en no pecar y en vivir en
amor (1 Juan 2:1-6; 3:9; 4:16-18). Sin embargo, el reconoce una salida si llega a haber
un pecado en el creyente “y si alguno hubiere pecado..” (1 Juan 2:1). Juan no está
haciendo una afirmación (el creyente debe o tiene que pecar) él está previendo una
situación que se puede dar, pero lo mejor es que no se dé.

e. Santidad en el Apocalipsis.
Apocalipsis; vuelve a hacer énfasis a la santidad, mostrando que la adoración es de un
pueblo santo para un Dios santo (15:3-4). En las bodas del Cordero, la Esposa está
vestida en pureza (19:7-8).
El apóstol Juan refiriéndose a la celestial ciudad de Dios dijo que “no entrará en ella
ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que
están escritos en el libro de la vida del Cordero” (21:27). Se le indica a Juan que no
selle “las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. El que es
injusto, sea injusto todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es
santo, santifíquese todavía” (22:10-11).

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