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Stronstad, Roger
PRESENTADO POR:
RAFAEL MOLANO ÁLVAREZ
AL PROFESOR:
Dr. JOHN MARTÍNEZ
TEOLOGÍA SISTEMÁTICA IV
El presente trabajo es una síntesis de la lectura realizada al libro “La teología carismática
de Lucas” con el propósito de comprender las bases bíblicas (teológicas e históricas) del
bautismo del Espíritu Santo, a la luz de la narración de Lucas en su evangelio y libro de los
Hechos.
Conocer el contexto teológico e histórico del don del Espíritu Santo con la finalidad de ver
la importancia en del desarrollo del cristianismo y lo vital para nuestra espiritualidad.
Al mismo tiempo también expreso algunos conceptos desde mi perspectiva personal.
LA TEOLOGÍA CARISMÁTICA DE LUCAS
Stronstad, Roger
El doctor Stronstad nos inicia mostrando las diferentes interpretaciones teológicas con
respecto al bautismo del Espíritu Santo: Tradicionalmente la iglesia siempre ha asociado
el bautismo en el Espíritu Santo con la obra de conversión e incorporación al cuerpo de
Cristo, las enseñanzas de Juan Wesley y el pensamiento de los grupos de santidad que
surgieron del metodismo llegaron a hablar que la santificación total era como un “bautismo
del Espíritu Santo”. La teología fundamentalista, dispensacionalista y de santidad identificó
el bautismo del Espíritu Santo como una plenitud de poder para el servicio. El elemento
distintivo del pentecostalismo se basa en la glosolalia como evidencia esencial del bautismo
del Espíritu Santo. Los movimientos carismáticos a menudo interpretan el bautismo del
Espíritu Santo como una realización experimental posterior del Espíritu que fue dado
anteriormente.
En primer lugar, se debe entender que Lucas y Hechos son una unidad literaria de dos
tomos, los cuales narran una parte la historia de Israel, de la ley y los profetas, el periodo
de Jesús y la salvación futura, el periodo entre la venida de Jesús y su parusía (el periodo
de la iglesia y del Espíritu). Para interpretar correctamente los escritos de Lucas y poder
fundamentar la doctrina del Espíritu Santo se debe tener los siguientes principios: 1) Lucas-
Hechos es teológicamente homogéneo; 2) además de ser historiador, Lucas es teólogo; y
3) Lucas es un teólogo independiente por derecho propio. Lucas no solo hizo una narrativa
histórica además sus narrativas son de carácter teológico.
En conclusión, podemos evidenciar que bautismo del Espíritu Santo no es de carácter
salvífico o de santificación sino más bien carismático es decir de servicio.
Sin duda alguna le biblia en griego (septuaginta) y hebreo influyó sobre la teología de Lucas
del Espíritu Santo. El vocablo hebreo para “espíritu” es ruaj que significa “aire en
movimiento” se puede describir como Dios en acción.
El Espíritu carismático en el A.T (entiéndase carismático como el don de Dios actuado en
la vida de siervos de Dios para cumplir un propósito) se periodos específicos como la
creación de la nación de Israel, el periodo de los jueces, la monarquía y el exilio y su
posterior restauración de la nación. Vemos como Dios ungió con habilidades artísticas para
la construcción del tabernáculo o la unción de los setenta ancianos que ayudarían a Moisés,
dos profetas carismáticos del A.T fue Elías y Eliseo.
La terminología usada en el antiguo testamento para describir los momentos en que actuó
el Espíritu Santo da evidencia de que su permanencia era intermitente y venía para actuar
en momentos específicos. Regularmente el motivo carismático del Espíritu era el autenticar
y acreditar al nuevo liderazgo, como también dar habilidades adecuadas para la misión del
liderazgo. La actividad carismática no fue solo experimental (profetizar), sino también
funcional (dando destrezas para el liderazgo). El profeta Isaías hace una descripción
mesiánica hablando de don del Espíritu (carismático) que estaría sobre Jesús,
capacitándolo para cumplir su propósito. El profeta Joel habla de un derramamiento
universal del Espíritu Santo.
Lucas nos narra el comienzo del ministerio público de Jesús enfatizando el bautismo y
unción del Espíritu Santo, por lo tanto, Jesús pasa a ser el Cristo carismático y portador
único del Espíritu. Lucas da detalles relevantes del momento del bautismo de Jesús que
nos da a comprender que el descenso del Espíritu sobre Jesús no fue una experiencia
mística ni visionaria. Fue, más bien una manifestación objetiva, exteriorizada y física del
Espíritu. Lucas también menciona como Jesús comprende que él es el ungido de Dios
(“Mesías” en hebreo o el “Cristo” en griego). De esta manera Jesús inicia su ministerio
dotado por el Espíritu Santo para hacer prodigios, tal como lo fue Elías y Eliseo.
Una de las últimas instrucciones de Jesús a sus discípulos fue que esperaran en Jerusalén
hasta que fueran investidos del poder de lo alto (Lucas 24:49) se puede entender que esa
investidura era equivalente a la dotación de autoridad y poder para continuar con el
ministerio que había iniciado Jesús.
El bautismo del Espíritu Santo ya Juan el Bautista lo había mencionado al anunciar que el
Mesías tenía poder para bautizar en el Espíritu Santo y fuego (Lucas 3:16), Lucas nos
describe un paralelo entre el bautismo en el Espíritu de los discípulos y la unción inaugural
de Jesús por el Espíritu Santo; la oración fue un episodio en común, la manifestación física
del Espíritu y el posterior sermón.
La llenura del Espíritu Santo puede ser un fenómeno que ocurre individual como colectivo,
esta llenura no es solo un evento sino una permanente experiencia de poder que te capacita
e inspira para hablar el mensaje del evangelio con contundencia. Pedro explica lo sucedido
en día del Pentecostés citando al profeta Joel y dando lugar a que el don del Espíritu es
escatológico, en segundo lugar, el don del Espíritu es profético, en tercer lugar, el don del
Espíritu es universal.
Lucas a través de su teología carismática, nos revela que además del día del pentecostés
el Espíritu Santo se derramó a diferentes grupos de personas incluyendo los no Judíos,
dando evidencia de que el don del Espíritu es universal.
El Espíritu Santo impulso a los discípulos a llegar a muchos lugares con el evangelio, entre
ellos a Samaria, o derramamiento en la casa de Cornelio, el don del Espíritu Santo a los
discípulos en Éfeso.
La Teología carismática de San Lucas, no nos permite establecer una doctrina o forma de
cómo recibir el Espíritu Santo, a pesar de que encontramos diferentes narraciones acerca
de esa experiencia, no puede formular una doctrina monolítica al respecto, lo que sí es claro
es que el don para creyentes (discípulos) y su propósito es carismático o vocacional.
Es importante resaltar que cada persona que recibió el don del Espíritu primero tuvo un
arrepentimiento, creyendo en el mensaje de Jesús.
Sin el don del Espíritu Santo los discípulos no hubieran podido dar testimonio acerca del
mensaje de Jesús, uno de los propósitos de recibir el bautismo del Espíritu Santo es
capacitar al creyente para anunciar el mensaje de salvación y hacer señales para que los
incrédulos puedan creer en Dios. La primera iglesia estableció la llenura del Espíritu Santo
como un requisito indispensable para servir en la iglesia, eso se ve reflejado en la elección
de los diáconos para servir a las mesas (Hechos 6:3).
Más allá si hablar en otras lenguas es la única evidencia de haber sido bautizado en Espíritu
Santo, cada creyente que ha recibido el don del Espíritu Santo debe dar testimonio de que
ha nacido de nuevo, además demostrar efectividad en la tarea ministerial que desarrolla, el
bautismo del Espíritu santo no se puede quedar solo con la connotación vocacional o
carismática, también es lo que mantiene al creyente con espiritualidad ferviente, una pasión
por seguir a Cristo, ser luz en mundo de tinieblas; además de capacitarlo para tener una
relación más cercana con Dios. Es tener más de Dios y menos de nosotros.
CONCLUSIÓN
En primer lugar, esta lectura me permitió entender cuán importante es tener mayor
profundidad bíblica acerca de la experiencia del bautismo del Espíritu Santo y afirmar las
bases teológicas que sostienen esta doctrina pilar del movimiento pentecostal.
Y por último pude ver que el derramamiento del Espíritu Santo ha sido un legado de
transferencia y por lo tanto sigue vigente de generación en generación hasta la venida de
nuestro señor Jesucristo.