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POR
MARCOS ISIQUE
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FEBRERO 4, 2018
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Por Marcos Isique
El artículo 472° del Código Civil, concordante con el artículo 92° del Código
de los Niños y Adolescentes, modificado por la Ley N° 30292, establece que
se entiende por alimentos lo que es indispensable para el sustento,
habitación, vestido, educación, instrucción y capacitación para el trabajo,
asistencia médica y psicológica y recreación, según la situación y
posibilidades de la familia (…).
Por otro lado, el artículo 486° del Código Civil establece que “La obligación
de prestaralimentos se extingue por la muerte del obligado o del alimentista,
sin perjuicio de lo dispuesto por el artículo 728°. En caso de muerte del
alimentista sus herederos están obligados a pagar los gastos funerarios”.
LEGIS.PE
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En Ica, siendo las 15:20 horas del día 15 de junio del año 2018, en el
Auditorio de la Corte Superior de Justicia de lea, se reunieron la señora Jefa
de la ODECMA-ICA, Jacqueline Chauca Peñaloza en calidad de Presidenta
de “El Proyecto Biondi” (en adelante “El Proyecto”, así como las magistradas
Eneida Juana Contreras Zamora y Gloría Teresa Vivanco Huamán en su
condición de Jueces del Primer y Segundo Juzgado de Paz Letrado Familia
de lea; la magistrada Gloria María Rosas Pachas en su condición de Juez del
Juzgado de Paz Letrado Itinerante de Parcona; los magistrados Beatriz irene
Clemente Cuadros, Janet Contreras Ortiz y Ricardo Baro Antezana Bendezú,
en su condición de Jueces deí Segundo, Tercero y Cuarto Juzgado de
Familia de lea, dejándose constancia de la inasistencia del magistrado
Cesar Augusto Alegría Valer, Juez del Primer Juzgado de Familia de lea; ello
con la finalidad de llevar adelante la reunión plenaria entre los jueces de la
especialidad familia, pertenecientes a los Juzgados de Paz Letrado y
Juzgado de primera instancia, siendo esta actividad académica, parte de la
ejecución de a “El Proyecto”, autorizado mediante Resolución Administrativa
N° 180-2018-P-CSJIC/PJ, g de fecha 11 de abril del 2018.
Se deja constancia que tanto magistrados como personal jurisdiccional de
los órganos jurisdiccionales anteriormente aludidos, fueron oficiados con
invitación oficial y obligatoria para la concurrencia del presente evento,
conforme a los Oficios Circulares 00643-2018-J-ODECMA-ICA y 00644-2018-
J-ODECMA-ICA.
TEMA N° 2
La Dra. Gloria Maria Rosas Pachas especifico que este requisito especial
debe ser ponderado de acuerdo al tipo de pretensión, ya sea que se trate de
un aumento de< alimentos, reducción o exoneración, para lo cual puede
efectuarse la consulta a través del Sistema integrado Judicial, a efectos de
ponderar cada caso.
La Dra. Beatriz Irene Clemente Cuadros señaló que la tercera posición sería
la más adecuada, en tanto que no siempre la parte demandante impulsa la
liquidación de alimentos en el proceso principal.
La Dra. Janet Contreras Ortiz precisó que este requisito especial debe ser
verificado en la etapa de calificación de la demanda y no con posterioridad,
a fin de evitar la emisión de un fallo inhibitorio, acogiendo por tanto la
segunda posición.
En ese sentido, recalcó que frente a las diferentes pretensiones en las que
sea evaluado el requisito especial de admisibilidad, debe optarse por
flexibilizar su aplicación al inicio del proceso, en observancia del Tercer
Pleno Casatorio Civil, relegando su análisis al |§omento de sentenciar, según
sea el caso, sin que bajo ninguna circunstancia se emita una sentencia
inhibitoria, al no encontramos frente a los supuestos de improcedencia
taxativos previstos en el artículo 427 del Código Procesal Civil, lo que quiere
decir que el eventual incumplimiento del pago de la obligación alimentaria,
deberá ser valorado con un análisis sobre el fondo del asunto, lo mismo que
invitará al análisis contrastado del Juez, pecto de las múltiples situaciones
especiales que se presenten en el proceso; debiendo quedar la posición “c)”
de la siguiente manera:
1. Introducción
Por este motivo, el presente artículo empezará haciendo un breve repaso del
contexto legal actual de la prisión preventiva, así como de la presunción de
inocencia en su categoría de rango constitucional, con la finalidad de
conocer la concepción y la regulación de ambas figuras jurídicas en
nuestro país. Luego, pasaremos a repasar dos puntos muy importantes,
como son: la escuela clásica y la defensa de la presunción de inocencia y
el positivismo criminológico en cuanto a la crítica a la presunción de
inocencia; que considero son las claves de fondo para poder comprender
concienzudamente la interrogante que se plantea en el título del presente
artículo, ya que en estos dos puntos se centra el fundamento de la discusión
ideológica entre las figuras mencionadas.
El Código Procesal Penal, además, establece en sus artículos 269 y 270 que
tanto el peligro de fuga como el peligro de obstaculización tienen requisitos
específicos que se deben evaluar para poder determinar aplicarlo. Es así, por
ejemplo, en cuanto al peligro de fuga, los requisitos específicos que ordena
la ley penal son:
a) El arraigo en el país del imputado; requisito en el cual no solo se tiene que
evaluar el arraigo domiciliario, sino también el familiar y laboral del
imputado.
Lea también: Caso Walter Ríos: ¿Se puede discutir la tipicidad del delito en
audiencia de prisión preventiva? [VÍDEO]
“La idoneidad se trata del análisis de una relación medio – fin” (Exp. N° 045-
2014-Pi/Tc-Lima, Fj. 3829/10/2005[8], y en cuanto a la necesidad, es decir,
“se debe analizar si la aplicación de la prisión preventiva se configura como
una necesidad relevante, ante otros mecanismo efectivos pero menos lesivos
(…)”[9]. San Martín Castro, señala que: “(…) en efecto, el propósito que
oriente la prisión preventiva es de carácter preventivo y no sancionatorio, se
busca responder a los intereses de la investigación y de la justicia al procurar
la concurrencia del imputado al proceso y la efectividad de la eventual
condena a imponer (…)“[10].
7. Conclusiones
De este famoso debate entre estas dos figuras, considero que la presunción
de inocencia es imprescindible. Sin ella, desde luego no solo existirían
cárceles en el país, sino que existirían ciudades abarrotadas de
reclusos. Sin embargo, creo firmemente que el uso continuo de la prisión
preventiva no necesariamente equivale a poner en riesgo la presunción de
inocencia, si es que se usa de forma positiva, respetando los presupuestos
materiales procesalesdentro un marco de reforma procesal puntual de
algunos condicionamientos que hacen más exigentes y considero lentas el
uso de la misma, así como dentro de un sistema donde exista un alto
estándar de garantías judiciales y penitenciarias al individuo:
Si uno observa la realidad del sistema integral de justicia en este país, nota
claramente que en el Perú no existe miedo de aplicar la prisión preventiva,
ya que las estadísticas indican que el nivel de reclusos sin sentencia
definitiva en los últimos tres años ha aumentado considerablemente. Son
casi el 50% del total de reos que se encuentran esperando sentencia en este
país. Sin embargo, esta situación viola los derechos humanos, por lo que
desde luego se está violando y destrozando la presunción de inocencia de
forma rotunda, diciéndole al país que el sistema penal, judicial y
penitenciario está totalmente colapsado y se maneja de acuerdo al poder
mediático de la política y de los medios de comunicación así como de la
profana idiosincrasia peruana.
Por lo tanto, actualmente tenemos una norma procesal que exige una
valoración bastante exigente de la prisión preventiva por parte de los jueces
y estamos sometidos a ella mientras no se tenga el valor de hacer los
cambios puntuales y específicos que permitan que la prisión
preventiva reduzca las chances de obstaculización y fuga, que se dan
muchas veces como consecuencia de la institucionalidad judicial
fracturada, y que además ayude a cambiar la propia la visión del delincuente
y su relación con el respeto a la ley en el país.
v) La duración de la medida.
[21] Cf. Carrara, T.V, 1980, pp. 10-20. En los Países de habla Romance es
considerado Franceso Carrara como el principal representante de la escuela
clásica de la criminología.
[22] LLobet Rodríguez, J. Prisión preventiva. Límites
Constitucionales. Citando a Francesco Carrara, p. 70.