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RESTITUCIÓN DE FRUTOS E INTERESES POR QUIEN RECIBE UN PAGO

INDEBIDO DE BUENA FE.


CODIGO CIVIL PERUANO
La restitución, constituye el principal efecto del pago indebido.
Esta es la regla, pues la repetición de lo indebido es una aplicación particular del
principio general según el cual nadie debe enriquecerse injustamente a costa de tercero.
Por ello, nuestra legislación civil peruana prescribe consecuencias adicionales a dicha
consecuencia.
El artículo 1271 de nuestro Código Civil establece los efectos del pago indebido
verificado en favor de una persona que procedió con buena fe, disponiendo no sólo la
restitución, sino el pago de intereses o de frutos, e incluso el del valor del bien, en caso
de pérdida o deterioro, siempre que por tales hechos se hubiese enriquecido.
Así, pues nuestro código civil peruano prescribe lo siguiente:
Artículo 1271.- "El que de buena fe acepta un pago indebido debe restituir los intereses
o frutos percibidos y responde de la pérdida o deterioro del bien en cuanto por ellos se
hubiese enriquecido."
Tal es así que trataremos de analizaremos a detalle esté presente artículo:
FRUTOS.
En lo referido a los frutos, es favorable decir que nuestro Código Civil otorga un
tratamiento propio a quien de buena fe recibe el pago indebido, disponiendo que el
accipiens sólo se encuentra obligado a restituir los frutos realmente percibidos.
INTERESES.
Como ya sabemos los intereses a que se refiere el precepto bajo un análisis son los
legales de naturaleza compensatoria, que nacen cuando el objeto del pago indebido
consiste en capitales.
Podemos observar que el Código Civil establece la diferencia entre el artículo 1271
entre los intereses y los frutos, reconociendo la autonomía que de suyo corresponde a
aquéllos.
El fundamento del precepto legal en lo relativo a los frutos, tiene como base la regla
general de que estos pertenecen al propietario, productor y titular del derecho.
Dentro de tal orden de ideas, precisa anotarse que el artículo 1271 del Código Civil
constituye un supuesto de excepción al artículo 908 del citado cuerpo legal, según el
cual "El poseedor de buena fe hace suyos los frutos."
Por todo lo mencionado podemos decir, en conclusión, de que quien acepta un pago
indebido de buena fe se encuentra obligado a restituir los frutos percibidos durante el
tiempo en que poseyó el bien, no obstante, su buena fe.
Se puede decir que es así por la posesión ilegítima de quien aceptó dicho pago.
Adviértase, sin embargo, que dicha posesión se sustenta únicamente en un pago
indebido.
Es favorable decir, adicionalmente, que sobre la base de lo prescrito por el artículo 895
del Código Civil, cuando la norma tiene un análisis hace referencia a los frutos, se
entiende comprendidos en ellos a los productos, de suerte que, además de los frutos
propiamente dichos, los provechos renovables y no renovables de un bien también son
objeto de la restitución.
Por otro lado, cuando el bien objeto del pago indebido no consista en capitales o bienes
productivos, el precepto, en cuanto a intereses y frutos se refiere, no resultaría aplicable,
de manera que quien hubiese aceptado un pago indebido de buena fe sólo
respondería por la pérdida o deterioro del bien siempre que se hubiese enriquecido por
estos hechos.
CODIGO CIVIL ARGENTINO
El problema de los efectos de la repetición con relación a los terceros en el Derecho
argentino es sustancialmente diferente en virtud del carácter real que se ha dado a la
acción. Debe entonces distinguirse si la cosa entregada es mueble o inmueble, pues en
materia de muebles va a regir el principio general del artículo 2412 del Código Civil
argentino, que protege a los terceros poseedores de buena fe y a título oneroso,
permitiéndoles detener toda acción reivindicatoria en su contra, salvo que se trate de
cosas robadas o perdidas.
Tratándose de inmuebles, en cambio, el artículo 787 del Código de Vélez admite la
acción reivindicatoria en contra de terceros, sin establecer límites, los que van a surgir
del texto del actual artículo 1051 que, luego de las reformas que le introdujo la Ley
17.71 1, impide la acción reipersecutoria en contra de terceros adquirentes de buena fe y
a título oneroso.
En virtud del artículo 577 del Código civil exige indispensablemente la tradición para
transmitir la propiedad. En nuestro sistema la entrega de la cosa, aunque fundada en un
error, ha transmitido la propiedad al “accipiens”35 y el solvens sólo debería gozar de
una acción personal; por ello afirmamos que el artículo 787 ha resuelto el punto de
manera desacertada.
El artículo 786 del Código civil argentino establece:
“El que recibió el pago de buena fe, está obligado a restituir igual cantidad que la
recibida, o la cosa que se le entregó con los frutos pendientes, pero, no los consumidos.
Debe ser considerado como el poseedor de buena fe”.
CÓDIGO CIVI ESPAÑOL
La jurisprudencia española precisa para la figura de la concurrencia de un
pago o entrega de una cosa; que no tuviera el solvens la obligación de pagar y el error
de hecho o de derecho al realizar el pago. Podemos resumir los requisitos o condiciones
de la figura:
PRESTACIÓN A TÍTULO DE PAGO. ESTO ES, LA REALIZACIÓN DE UNA
DETERMINADA PRESTACIÓN.
Para algunos, el instituto se reduce a prestaciones que consistan en la entrega de cosas,
ya sean en dinero o in genere. Pues en caso de prestaciones de hacer y obligaciones
negativas, no les resultaría aplicables las reglas del pago de lo indebido (especialmente
los efectos), sino la figura genérica del enriquecimiento sin causa. Pero no existe
consenso sobre tal aspecto. Y es que aunque ello sería reducir la palabra “pago” a
obligaciones
de dar, siendo sinónimo en general de cumplimiento, es difícil imaginar la
devolución o repetición de lo pagado en una obligación de hacer o en una obligación
negativa. Aunque la duda parece imputable a la escasa regulación legal que la doctrina
le reconoce al enriquecimiento sin causa, que ha quedado reducido a una vía de escape
cuando el supuesto no encaja en alguna de sus especies reguladas, como en el caso que
nos ocupa.
AUSENCIA DE CAUSA, ESTO ES “QUE LA DEUDA QUE SE ESTÁ
PAGANDO NO EXISTA
La ausencia de causas tiene lugar: porque nunca existió la obligación– porque no nació
válidamente cuando siendo el solvens un verdadero
deudor no paga a su acreedor (CC, art. 1179), cuando el verdadero acreedor
recibe un pago de quien no era su deudor. De allí que se aluda a que entre quien paga y
quien cobra no exista la obligación.
ERROR DEL SOLVENS ERROR
puede ser de hecho o de derecho y radica en creer equivocadamente que existía a favor
de quien cobra la obligación pagada, porque por ejemplo se pensaba que todavía no se
había pagado la obligación que realmente se pagó antes o porque se pensó que existía
una obligación que nunca hubo o porque se extinguió por otra causa distinta al pago
(compensación o condonación) o porque se piensa que se debe cuando no es así o
porque el que recibe el pago no es el verdadero acreedor.
EFECTOS
En cuanto al accipiens de buena fe queda obligado a restituir solo en la medida de su
enriquecimiento. No está obligado a restituir intereses (como consecuencia de lo
considerado para el de mala fe). En caso de enajenación onerosa debe restituir
equivalente, si es a título gratuito el tercero queda obligado dentro de los límites de su
enriquecimiento (CC, art. 1182).
Con relación al solvens queda obligado a reponer al accipiens de buena o mala fe los
gastos para la conservación (CC, art. 1183) y por mejor el menor valor entre impensas y
mayor valor dado a la cosa (CC, 792).
CASOS EN QUE NO PROCEDE
La figura del pago de lo indebido no procede: Ante obligaciones naturales (CC, art.
1178) que uno de sus efectos es que no se repite lo pagado.
En el caso de pago hecho por quien se creía deudor al verdadero acreedor y éste se ha
privado de buena fe de su título o garantía o deja prescribir la acción (CC, art. 117937,
segundo párrafo).
Cuando quien recibe el pago enajena el bien a título gratuito al tercero. En tal caso la
acción debe dirigirse contra el tercero (CC, arts. 118138 segundo párrafo y 118239,
segundo párrafo).

CONCLUSIONES
El artículo 1271 del Código Civil peruano dispone que el accipiens de buena fe “responda de la
pérdida o deterioro del bien en cuanto por ellos se hubiese enriquecido”, tiene concordancia
análoga con el Código español: el único matiz diferencial consiste en que la norma peruana
habla de “bien”, en forma muy amplia, mientras que la española parece ceñirse muy
estrictamente a los casos de entrega de “cosa cierta y determinada”.
Por lo ya estudiado podemos decir que el artículo 1271 se refiere a la destrucción, pérdida o
deterioro de una cosa cierta, producidos sin culpa del “accipiens” de buena fe, caso en el cual la
única obligación que perdura es la de entregar aquello con lo que “se hubiese enriquecido”, y si
no hubiese mediado enriquecimiento la obligación quedará disuelta.
En cambio, la legislación argentina como esta figura como: “El que recibió el pago de buena fe,
está obligado a restituir igual cantidad que la recibida, o la cosa que se le entregó con los frutos
pendientes, pero, no los consumidos. Debe ser considerado como el poseedor de buena fe”.
CUSQUISIBAN MEDINA MAYCOL JAMPIER.

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