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CASO ANA ESTRADA

Introducción
La presente exposición de argumentos del caso de la señora Ana Estrada, pone a debate la
centralidad y el carácter fundamental del concepto de dignidad en relación a los demás derechos
fundamentales, pues la centralidad de toda la argumentación jurídica en favor del pedido de la
señora Ana Estrada versa en ejercer una vida dignamente, la cual no es posible objetivamente a
causa de los dolores que padece por la enfermedad perenne que la aqueja. Por lo que, en el
presente caso se trata de llevar los conceptos abstractos de dignidad del ser humano, el proyecto
de vida, libre desarrollo de la persona a un caso particularmente especial, por la óptima desde la
que se aborda, la cual se busca poner fin a la vida humana en condiciones dignas.

Resumen de argumentos
La señora Ana Estarada alega en su demanda que se declare inaplicable el artículo 112° del
Código Penal (Dec. Leg. N° 635), por considerar que los efectos desplegados por dicha norma
constituyen una lesión al derecho fundamental de la Sra. Ana Estrada Ugarte a la muerte en
condiciones dignas, así como a sus derechos fundamentales a la dignidad, a la vida digna, al
libre desarrollo de la personalidad y, una amenaza cierta e inminente a no sufrir tratos
crueles e inhumanos. Recuperado de: https://img.lpderecho.pe/wp-
content/uploads/2020/02/Demanda-de-amparo-del-caso-Ana-Estrada-LP.pdf.

Definimos el termino dignidad, como algo que es valioso, lo que es estimado o considerado por
sí mismo, y no en función de otra cosa. La dignidad humana radica en el valor interno e
insustituible que le corresponde al hombre en razón de su ser, no por ciertos rendimientos que
prestara ni por otros fines distintos de sí mismo (CAIXA, s/f.).Así mismo nuestro Ordenamiento
Jurídico nos menciona en su artículo 1 que la defensa de la persona humana y el respeto de su
dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado. Cabe mencionar que la defensa de la
persona humana y el respeto a su dignidad constituyen la razón de ser del Derecho, además el
Derecho fue creado para proteger, en última instancia, la libertad personal, a fin de que cada ser
humano, dentro del bien común, pueda realizarse en forma integral.

Peces-Barba, citado por Antonio Pele (2015, p. 8), señala que la dignidad humana es el
“fundamento de la ética pública de la modernidad, como un prius de los valores políticos y
jurídicos y de los principios que derivan de esos valores”. Es por ello que el Estado en su función
y actuación debe sujetarse a proteger la dignidad humana, a través de la plena vigencia de los
derechos fundamentales, los cuales encuentran su origen y fundamento en este valor-principio.
Así como lo señala Habermas:

“dignidad humana no es una expresión clasificatoria vacía, sino que, por el contrario, es la
fuente de la que derivan todos los derechos básicos (en la experiencia concreta de
violaciones a la dignidad humana), además de ser la clave para sustentar la indivisibilidad
de todas las categorías (o generaciones) de los derechos humanos.” (2010, p. 3)
Respecto de la inherencia de la dignidad sobre los seres humanos Beriain señala que,
mayoritariamente se considera como esencial al ser humano, por estar basado en “tres hechos: su
capacidad de emitir juicios morales, su libertad para decidir acerca de sus acciones y su
intelectualidad, esto es, la posibilidad que tiene de generar conceptos abstractos” (2004, p. 199).
Estas capacidades como el disernimiento, libertad de decisión e intelecttualidad son innatas al ser
humano, son unicas e incomparables con otro ser. Asi tambien tales capacidades estan presentes
en toda persona, sin importar su condicion en edad, clase social, condicion juridica, raza, sexo, u
otros. La dignidad humana tambien se la concibe como fundamento del derecho y de justicia,
pues impone que las normas de orden legal no deben lesionar su contenido, pese a su vigencia en
el orden juridico. Al respecto Hoerster menciona que:

“el principio de la dignidad humana tiene justamente que cumplir la función ético-jurídica
y jurídico-constitucional de fijar límites al derecho (positivamente) vigente. Si la acción de
no lesionar el principio de la dignidad humana porque sólo es conforme al derecho vigente,
entonces la tortura en los interrogatorios no violaría el principio de dignidad humana en
caso de que estuviera prevista en el derecho vigente” (2003, p. 95)

De la citadas concepciones o aproximaciones de la dignidad humana tenemos que; impone al


Estado un marco de actuación y de respeto a este, a traves de la plena vigencia de los derecho
fundamentales; la dignidad humana es inherente a todo ser humano sin importar la condicion o
indole en la que se encuentre; y por ultimo, el derecho positivo vigente no debe lesionar su
contenido a pesar estar dotado de validez juridica y de eficacia social. Por otra parte, y no menos
importante la dignidad humana en el Estado social y democrático de derecho, constituye un
trabajo de constante consolidación. Ello debido al tejido social de como se compone nuestras
sociedades, las cuales son heterogéneas y diversas, al estar conformadas grupos humanos y
culturas contemporáneas con cosmovisiones divergentes. Al respecto Mendieta y Tobón
advierten que:

“hoy la Dignidad Humana tiene una doble función en el estado social y Democrático de
Derecho; primera, es un límite (externo) para el poder de las mayorías y segunda, es una de
las bases (interna) sobre las que está construida la Democracia. No hay verdadera
democracia sin respeto a la Dignidad humana.” (2018, p. 288)

En el presente caso el proyecto de vida de la Sra. Ana Estrada se ha visto afectado debido al
transcurso de la enfermedad incurable que padece, la misma que es y será aún más, fuente de
sufrimientos físicos y psicológicos que harán incompatible prolongar su existencia con la idea
que comparte de dignidad humana, es que defendemos el derecho de nuestra representada a
decidir disponer de su vida, permitiéndole el acceso a una muerte digna que le posibilite ejercer
igualmente sus derechos a la dignidad, a la vida digna, al desarrollo de libre personalidad y a no
sufrir de tratos crueles e inhumanos.

El proyecto de vida por el cual adquiere sentido la existencia misma de la persona, es un derecho
del cual no podemos perderlo de vista porque tiene un primario sentido liberador de la persona.
Es decir, que está destinado a asegurar a cada ser humano, fundado en su propia dignidad, su
realización personal. El derecho, al regular conductas humanas intersubjetivas según valores,
debe otorgar a cada sujeto, dentro del respeto al derecho ajeno y enderezado al bien común, la
posibilidad de elegir, en cuanto ser libre, su proyecto de vida [ CITATION Fer15 \l 3082 ].

Libre desarrollo de personalidad De manera que jurídicamente, el desarrollo de la


personalidad requiere del disfrute efectivo de todos los derechos humanos fundamentales. Tal
como se dijo sobre las distintas facetas, biológicas, físicas, sociales y jurídicas de la persona
humana, es indispensable a la calidad de persona, la protección y promoción de todos los
derechos que corresponden a las distintas cualidades humanas. De esta forma, solo mediante la
eficacia de los derechos de la persona es realizable su verdadero desarrollo. En razón de esto, El
desarrollo de la personalidad y la autorrealización está en función de los tres sistemas: el
biológico, el psicológico y el sociocultural; de modo que ninguno de los sistemas
independientemente resulta suficiente. Por ello el desarrollo de la personalidad no puede tener
lugar si no se reconocen y respetan los derechos inviolables inherentes a la persona en razón de
su dignidad. Tal es el caso de la Señora Ana Estrada, los sistemas antes mencionados para una
vida digna y libre al desarrollo personal no se esta realizando en ninguno de los sistemas ya que
se encuentra con grandes dolores e infecciones que perudican enormente su desarrollo biologico,
a la misma vez se encuentra reprimida postrada en una cama, viendose afecta cada día su parte
psicologica y alejada de las personas que quisiera interrelacionarse debido a que no puede ser
una persona libre que se valga por si misma. Bajo estas consideraciones su libre desarrollo de
personalidad se ve muy afectado por lo que afecta su vida digna como persona. (Hubert, 1973).

De esta manera invocaremos a cierta jurisprudencia comparada que tratade ilustrarnos a través
de sus sentencias la idea de dignidad y muerte digna para ello hemos recurrido a la  Sentencia
Sánchez Torres C-239 del 20 de mayo de 1997 la CC sorprendió a todo el país colombiano. En
una votación 6-3 no solo declaró exequible el artículo demandado del Código Penal, sino que
eximió a los médicos de cualquier pena en caso de realizar un homicidio por piedad, siempre y
cuando se cumplieran ciertos requisitos establecidos por la misma CC. Primero, que el sujeto del
procedimiento fuera un enfermo terminal; segundo, que estuviera bajo intenso sufrimiento o
dolor; tercero, que el sujeto hubiera solicitado, de manera libre y en uso pleno de sus facultades
mentales, la realización del procedimiento; y, cuarto, que dicho procedimiento lo realizara una
persona calificada, es decir, un médico. Del mismo modo en Suiza La ley lo respalda y el
Tribunal Federal suizo de 2006 estableció que toda persona en uso de sus capacidades mentales
(sin tomar en cuenta si eran o no enfermos terminales) tiene el derecho a decidir sobre su propia
muerte, es el único país a nivel mundial que acepta que ciudadanos de otros países vayan a morir
dentro de sus fronteras, vale mencionar que la ciudadana peruana Ana Estrada estuvo solicitando
ir a Suiza para recurrir a la llamada muerte digna ya que en nuestro País no está permitido el
derecho a la muerte digna o eutanasia.

El caso Carter vs Canadá, en el 2015, nos menciona que los médicos pueden ser llamados a
participar en los procesos de asistencia al suicidio de algún paciente, advirtiendo que los
derechos fundamentales entre un médico y su paciente deben ser armonizados, a la luz de esta
posición el TS insto al legislativo a regular el suicidio medico asistido de aquellos pacientes que
den su consentimiento por alguna enfermedad irremediable el mismo que provoque sufrimientos
continuos que podrían ser considerados intolerables por el individuo.
En Alemania, el Tribunal Constitucional reconoció en una sentencia de 2020 el derecho a la
autodeterminación al final de la vida y anuló el artículo 215 del Código Penal que prohibía la
ayuda al suicidio, dejando la puerta abierta a que el Parlamento regule este derecho. Amparadas
por esta sentencia, las asociaciones de muerte digna han vuelto a ofrecer su ayuda.

Ante todo, una justificación de la eutanasia debe partir de la consideración del ser humano, de su
situación existencia, de sus expectativas respecto al futuro, de su derecho a que no se le
impongan condiciones de vida inhumanas que se derivan de tratamientos terapéuticos que solo
buscan prolongar una agonía de una muerte anunciada. No existe un paciente terminal típico.
Los pacientes, como otras, personas, son individuos, cada uno de ellos especial, por lo que buena
meta de quien interviene en esta etapa es intentar ayudar a cada enfermo a que haga lo mejor que
pueda por sí mismo, según su enfermedad, síntomas, ansiedad, temores, frustraciones, su familia,
amigos, historia cultural, creencias y su capacidad o incapacidad de aceptar lo que le está
pasando[ CITATION Lam04 \l 10250 ].

En Holanda en donde su argumento más relevante es el siguiente Si la ética reposa en el "morir


con dignidad", la práctica de la eutanasia podría estar justificada aun cuando el paciente no la
solicitara, pero el médico apreciare la indignidad de su sufrimiento. Se podría argumentar que la
única persona que debiera decidir sobre su propia dignidad es el enfermo. En cualquiera de los
casos, lo que hoy puede parecernos ético quizás mañana no lo sea. Pero al enfermo, aquel que
exige que su voluntad sea respetada, poco pueden importarle los análisis valorativos. Él quiere
que su sufrimiento pese más en la balanza moral, precisamente porque es suyo, e inmerso en el
dolor no tiene ánimos de sopesar valores relativos.[ CITATION Med09 \l 10250 ].

En Bélgica también se regula la figura de la eutanasia La petición del paciente puede canalizarse
de dos formas diferentes, detalladamente reguladas en la Ley. Una es mediante la petición
directa al médico y otra mediante la Voluntad Anticipada. Los requisitos sobre el estado de salud
que tiene que tener el paciente para acceder a la eutanasia han sido motivo de discusión, en
particular los referidos a la evaluación del sufrimiento psíquico y a la situación de no
terminalidad. La Ley establece un procedimiento claro en este último supuesto, pero no en el
primero [ CITATION Bor12 \l 10250 ].

Teniendo ya estos antecedentes en países como los ya mencionados debemos mencionar que el
caso de la señora Ana estrada Es importante que la representada busca que el Estado reconozca,
proteja y garantice estos derechos que hoy están siendo lesionados y amenazados con la
prohibición penal. En otras palabras, no se trata de buscar la muerte a como dé lugar, sino de
decidir sobre el fin de la vida como resultado del ejercicio de un derecho y por ende, de una
decisión libre, informada y legitimada en un y por un Estado Social y Democrático de Derecho,
como es el Perú. Así, ella sostiene la paciente expresamente: “…no sería justo pedirle a alguien
que lo haga. No quisiera un castigo para esa persona. Yo no quiero morir de forma clandestina.
De esa manera triste, trágica, terrible. No quisiera que se hable de un suicidio, de que fui una
suicida. La muerte asistida no es un suicidio, es un procedimiento médico que puede preparar a
mi familia. Es distinto ser recordada como una suicida que como alguien que decidió morir de
una forma digna. Tiene que ver con la memoria. Es lo que le da sentido a la vida.”

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

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del derecho. Anuario de filosofia, 187-212.
Borda, P., & Barrios, I. (1212). La eutanasia en Bélgica. Granada , España: Revista Especial de
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CAIXA, F. (s/f.). La Dignidad de la Persona. Zaragoza: España.

Fernández Sessarego, C. (2015). Derecho a la identidad personal (Segunda ed.). Lima: Pacífico
Editores S.A.C.

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Hoerster, N. (2003). En defensa del positivismo jurídico. Madrid: Editorial GEDISA.

Hubert Gallo, J. (1973). Panorama de los Derechos Humano. Santiago - Chile: Andrés Bello.

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Mendieta, D., & Tobón, M. (2018). La dignidad humana y el Estado Social y Democrático de
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Brasileira de Direito, 7-17.

Recuperado de: 10 de marzo del 2021 https://img.lpderecho.pe/wp-


content/uploads/2020/02/Demanda-de-amparo-del-caso-Ana-Estrada-LP.pdf.

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