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A la muerte del último de los Capetos directos en 1328, sobrevino una crisis
sucesoria entre la Casa de Valois y la Casa de Plantagenet. La primera accedió
al trono y la segunda, de origen francés pero gobernante en Inglaterra, también
era pretendiente. La crisis originó la guerra de los cien años (1337-1453), en la
que Francia fue devastada. Los Plantagenet dominaron en la primera parte de
la guerra, pero los Valois lograron imponerse en la fase final. En esta guerra
surgió Juana de Arco, una adolescente campesina que logró encabezar el
ejército francés y erigirse en heroína nacional.
Entre los siglos XVI y XVIII, el poder de los reyes franceses se consolidó en el
Antiguo Régimen. En el siglo XVI llegaron el Renacimiento y la reforma
protestante y con esta última, las guerras de religión (1562-1598), que
originaron una nueva crisis sucesoria y la llegada al poder de la Casa de
Borbón con Enrique IV en 1589. Francia permaneció católica y la alianza de la
monarquía con la Iglesia se consolidó. A partir del siglo XVI Francia comenzó a
forjar un imperio colonial con posesiones en Norteamérica, las Antillas y la
India. Al mismo tiempo, se vio involucrada en numerosas guerras por la
hegemonía en Europa, principalmente contra España, el Sacro Imperio
Romano Germánico e Inglaterra. El auge del Antiguo Régimen se alcanzó con
el absolutismo de Luis XIV, conocido como el "rey sol".
La monarquía regresó en 1814, pero sin los privilegios anteriores. Una nueva
revolución estalló en 1830 contra lo que los liberales consideraron un intento
del rey por restaurar el Antiguo Régimen, y el resultado fue la monarquía de
julio (1830-1848), un gobierno monárquico de corte más liberal. Este gobierno,
cada vez más autoritario, fue derrocado en 1848 por una tercera revolución,
que dio paso a una breve segunda república y sirvió de ejemplo en varios
países de Europa. En 1852 el presidente Luis Napoléon Bonaparte estableció
el segundo imperio francés. Durante el siglo XIX Francia se industrializó y
siguió una política imperialista. El segundo imperio fue derrotado en 1870 por
Prusia, una nación alemana en ascenso y rival de Francia. Ese año se inició
nuevamente un sistema republicano. La tercera república, parlamentaria, laica
y de libertades, se arraigó en la sociedad, al mismo tiempo que conquistaba un
vasto territorio colonial en África y Asia que rivalizaba con el Reino Unido y
sobre todo con Alemania. Francia pactó con el Reino Unido la Entente
Cordiale, que más tarde se convertiría en la Triple Entente con la adhesión de
Rusia. Francia y sus aliados combatieron contra Alemania y los Imperios
centrales durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Gran parte de la
guerra se libró en el norte de Francia, que a pesar de resultar vencedora sufrió
serios daños económicos y más de 1,5 millones de muertes.
Prehistoria
La edad del hierro y las culturas celtas se ubican dentro del I milenio a. C.
Protohistoria
Aunque existen pocas pruebas tangibles, existe una teoría según la cual la
colonización de la futura Galia por los celtas originarios de Europa Central
comenzó hacia el año 1300 a.C., a finales de la Edad del Bronce, con la cultura
de los campos de urnas y terminó hacia el año 700 a.C. Otra teoría sugiere que
los primeros pueblos celtas corresponden a la cultura arqueológica de Hallstatt
(800-400 a.C) que se desarrolló en Europa Central, incluido el este de Francia
y se corresponde con los inicios de la Edad del Hierro. Hacia finales del siglo
VIII a.C. se extiende la metalurgia del hierro y se constituye una aristocracia
guerrera gracias a la aparición de espadas de hierro y al combate a caballo.
Los príncipes y princesas celtas eran enterrados con armas y carros de gala,
como en la tumba de Vix (550 a.C.-450 a.C.), en el departamento de Côte-d'Or.